EL PENSAMIENTO LA TINOAMERICANO TINOAMERICANO Leopoldo Zea Zea PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN
El meollo de este libro es el que, bajo el título de Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica, se publicó en 1949. En 1965 apareció la segunda edición, ya bajo el título de El pensamiento latinoamericano, ampliada con dos capítulos en la Introducción, la inclusión del pensamiento brasileño y un Epílogo, con dos capítulos en los que se exponían ya las expresiones del pensamiento latinoamericano de la primera mitad de nuestro siglo XX. En esta nueva edición se agregan ahora, al Epílogo (que se transforma en una Tercera Parte), tres amplios capítulos en los que se expone el pensamiento latinoamericano expreso hasta nuestros días. Ya no serían dos etapas, sino tres, del pensamiento o filosofía latinoamericanos, incluyendo el pensamiento brasileño y el que se ha expresado en las Antillas francesas en forma ejemplar con Aimé Cesaire y Frantz Fanon. No se trata de una exposición exhaustiva de este pensamiento. Como se verá, a lo largo del libro se expone a través de algunos de sus representantes, en mi opinión los más destacados y los que mejor expresan una línea de desarrollo de nuestra historia, la historia de la América Latina. José Gaos, al comentar la primera edición de este libro, Dos etapas del pensamiento latinoamericano, señalaba lo que consideraba la principal aportación del mismo, el ser una interpretación de la historia de la América Latina a través de su pensamiento. “Por eso es distintivo de este su libro —escribía—, aunque ciertamente no sin un notable antecedente en los suyos anteriores sobre el positivismo en México, el dominio a que ha llegado en la composición, incluyendo su rico material en cuadros a la vez tan ordenados y dinámicos, que permiten apresar el vasto y diversificado proceso histórico que es su tema como una marcha dotada de un sentido unitario, que es decir también de una significación instructiva [...] Si éste ha podido encuadrar como lo hace su material, es porque lo ve desde la altura de una nueva filosofía de la historia de Hispanoamérica que se adelanta muy explícitamente en la Introducción y que es prueba excelente del cambio y la etapa mentados [...] En vez de deshacerse del pasado, practicar con él una Aufhebung, palabra empleada por usted mismo en coyuntura de este sentido, en la acepción de Hegel [...] y
3 es una forma de ampliar las posibilidades de esta nuestra conciencia en su afán por identificar su propia personalidad y, a pesar de ella, seguir practicando una acción al servicio del hombre que debe ser, también, propia de todos los hombres. Leopoldo Zea Chimalistac, México, D. F., julio de 1974.
5 conciencia, en toda Latinoamérica, del fracaso del positivismo como doctrina al servicio de un nuevo orden social, político, económico y cultural. Y con la conciencia de este fracaso, la asunción de ese positivismo como instrumento para enfrentarse a la propia realidad, conocerla y, conociéndola, buscar la forma de ampliar sus posibilidades. Conciencia sobre sí misma que origina una especie de nacionalismo cultural y filosófico que da sentido a una de las mayores expresiones del pensamiento latinoamericano contemporáneo. Nacionalismo que no es, ni pretende ser, lo que se reprocha a Europa y su cultura, a la cultura occidental, esto es: angostamiento, limitación, sino todo lo contrario, un necesario punto de partida para entender a los otros y actuar a su lado como pueblos entre pueblos, como hombres entre hombres. La conciencia que sobre sí misma toma la América Latina, sobre su cultura y la humanidad de su ser, la de los que decidieron apartarse de la línea heredada de la Colonia, originando lo que hemos llamado lucha por la emancipación mental permite reclamar, como lo hace el mexicano Alfonso Reyes, un puesto responsable en la labor que por el futuro del hombre concreto y su cultura hacen todos los pueblos, sin excepción alguna. En función de esas líneas del pensamiento latinoamericano que el autor ha encontrado, será como se utilicen las diversas expresiones del mismo para ilustrar lo que no se quiere sean puras afirmaciones en abstracto. Muchos son los pensadores y muchas son, también, las expresiones de su pensamiento que pueden abonar lo que aquí se expone. El autor sólo ha tomado parte de ellas; pero bastarán para mostrar las líneas características de este pensamiento. No se podrían expresar todos los agradecimientos que se deben a quienes han hecho posible este libro, a maestros, discípulos, amigos, instituciones, etc. Se temería dejar fuera a algunos de ellos, lo que sería imperdonable. Vaya, pura y simplemente, la más alta expresión de esta gratitud a todos. L. Z. Chimalistac, México, 1963.