Doce en punto poesía chilena reciente (1971-1982)
selección y prólogo Daniel salDaña parís
Textos de Diusión Cultural Cultura l Serie Antologas
UNIVERSIDAD UNIV ERSIDAD NACIONAL NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Coordinación de Diusión Cultural Dirección de Literatura México, 2012
Diseo de portada: Gabriela Monticelli Fotograa Fo tograa de portada: Valentina Siniego Primera edición, octubre 2012 D.R. © De los textos: los respectivos autores. D.R. © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacn, 04510 México, Distrito Federal Coordinación de Diusión Cultural Dirección de Literatura ISBN: 978-607-02-368 978-607-02-3684-6 4-6 ISBN de la serie: 968-36-3756-6 Prohibida la reproducción reproducción parcial o total por cualquier cua lquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Impreso y hecho en México
PRÓLOGO
Contemplar desde uera de un pas a la poesa viva de éste acarrea, inevitablemente, ciertas desventajas. Ajeno al entramado de sutiles inuencias, al cauce infnitamente biurcado de corrientes estéticas, el lector extranjero combate simultneamente con dos monstruos: el de los prejuicios y las generalizaciones, genera lizaciones, y el de una plura pluralidad lidad que, negando los anteriores, ant eriores, se vuelve inmanejable. ¿Cómo evitarlos a ambos? Estas consideraciones consider aciones se imponen con mayor uerza cuando el lector tiene en sus manos la tarea de seleccionar seleccionar,, de entre las aguas revueltas de la contemporaneidad de un pas, un puado de autores que constituyan, constituy an, ms o menos, un conjunt conju ntoo “representativo”. Cómo apelar a ese espritu “representativo” sin verse desairado por la constatación constatac ión de que la poesa nunca es representativ representativaa de un pas, sino en todo caso ca so al con contrar trario: io: el edifcio inmaterial de las naciones se va levantando, a pesar suyo, en torno a la lengua y sus mutaciones, y la vanguardia de esa lengua, permtaseme la manoseada quimera, es la poesa. Estas tribulaciones, tr ibulaciones, que nunca me invadieron al a l leer, leer, con verdadero entusiasmo, a los poetas chilenos ms o menos jóvenes (uso el adjetivo con recato y desapego: adems de 7
que todos los autores antologados son mayores que yo, la trampa de la “poesa joven” joven” se vuelve agrant agr antee si se tiene en cuenta que todos tienen ya una obra sólida desde hace aos), me acalambraron cuando me propuse poner orden a mis preerencias y delinear el ndice de este volumen. Como no conozco la autocrtica, y paso de la megalomana a la autodenostación, mi conciencia ejecutó durante algunos alg unos meses la conocida danza del “gusano en sal” sa l” mientra mientrass me preguntaba, una y otra otr a vez, si tena derecho a hacer esta antologa siendo, como soy, soy, mexicano, voluble y poco sistemtico. “Seguro “Seg uro hay algún académico local, con el suéter poblado de migas, capaz de hacer una selección ms razonada y deendible de la poesa chilena última”, trató de convencerme mi alsa modestia. Pero al sumergirme de veras en los libros que tena a mano me di cuenta de que haba demasiados buenos poemas que con gusto compartira en voz alta, embriagado y al terminar una cena, para deleite o astidio a stidio de mis mejores amigos. Y una antologa, ant ologa, por ms que se vista v ista con el corsé de la pertinencia, pert inencia, es esencialmen esencia lmente te eso. Pero no todo aqu es capricho, desde luego. La lectura extranjera también orece sus benefcios. A la distancia resulta ms cil ignorar, por elección o destino, las convenciones que pesan sobre una obra. Si la endogamia crtica prescribe como “undamental” a cierto poeta, o si con otro se ensaa censurando su adscripción a una aca tendencia, a m me dio esencialment esencia lmentee lo mismo: le cuanto cuanto pude, consiguiendo consig uiendo el materiall mediante un proceso que ms adelante materia adelante explico, y ui separando los libros l ibros en los que cre encontrar encontrar no sólo una voz personal o una ejecución virtuosa, sino sobre todo un gesto que poéticamente me pareciera interesante. interesante. (Debo matizar: matiz ar: el interés y la simpata son cosas distintas: hay gestos aqu que resultan completamente ajenos a lo que en principio busco como lector y autor de poesa, pero cuya importancia importanc ia en un contexto cont exto histórico defnido considero digna d igna de ser tomada en 8
cuenta. Pretender Pretender una lectura atemporal atempora l de las obras, obra s, como si otaran en el éter de las intuiciones puras, me parece tan indeseable como imposible: escribo este prólogo en una echa precisa, para un público ms o menos defnido; si quisiera hacerle ojitos a la posteridad, postulando la validez eterna de mis convicciones estéticas o de esta exacta selección de textos, tendra tendra que ser espiritista espirit ista o idiota). Peroo basta de digresiones Per dig resiones teóricas, que tengo que explicar cómo proced con esto. La necesidad de incluir a algunos de los autores me pareció evidente desde el principio, no sólo porque he recuentado sus libros desde hace aos y en alguna ocasión me ocupé de ellos en recensiones crticas que me abrieron la puerta de una lectura ms meditada, sino porque son responsables responsables de obras obr as que han modifcado nuestra lectura de sus predecesores. predecesores. Ese me pareció un criterio de inclusión que, aunque dicil de defnir, vala la pena deenderse: la tradición, en contra de lo que suele creerse, no es unidireccional, sino que conorme se aaden piezas a su diseo se va alterando el dibujo completo. Es menos una estaeta que se va pasando, como quiere la metora ms socorrida, que un rompeca rompecabezas bezas que se reacomoda inatigablemente. En ese sentido, ms que hablar, por ejemplo, de la inuencia de Raúl Zurita en Héctor Hernndez MonteciMontecinos, prefero pensar que la obra de Hernndez Montecinos puede cambiar nuestro acercamiento a la de Zurita. De igual manera, Nicanor Parra, por ms que sea Parra, no es el mismo Parra después de haber ledo a Yanko Gonzlez: su signifcado se trastoca en unción de las obras a las que sugirió un camino. Esto que digo, como habrn notado, es esencialmen esencia lmente te lo mismo que escribió Borges en “Kaka y sus precursores”: En el vocabulario crtico, la palabra palabr a precursor es indispens indispensable, able, pero habra que tratar de purifcarla de toda connotación de 9
polémica o rivalidad. El hecho es que cada escritor crea sus precursores. precur sores. Su labor modifca nuest nuestra ra concepción del pasado, como ha de modifcar mod ifcar el uturo.1
Me parece que no est de ms poner el acento en esta orma de relación con la tradición tradic ión como criterio criter io del antólogo, antólogo, pues la capacidad para dialogar dia logar activamen activ amente te con el pasado es una caracterstica exclusiva de las obras ms logradas, logr adas, mientras que las ms endebles se limitan a balbucear de cara a un pretérito que les queda grande o a alsifcar las rutas de un uturo sin chispa. Evident Ev identement emente, e, no todas las la s modifcaciones del pasado literario ocurren en las ronteras imaginadas de la patria o en las ms plausibles de la lengua. Cristin Cr istin Gómez Olivares reinventa, reinventa, en clave poética, las la s narraciones narr aciones de los conquistadores novohispanos; Gustavo Barrera Calderón pone a Theodor W. Adorno Adorno a bailar bai lar en una minimalista minimal ista puesta en escena con Lewis Carroll, bajo la improbable batuta de Juan Luis Martnez, y as. a s. Los dilogos, los préstamos y las imprecaciones de la última poesa chilena son tan variados como los registros que adoptan: de la irona —a veces triste— y la inteligencia int eligencia punzante punzante de Germn Carra Car rasco sco al conesionismo visceral de Gladys Gonzlez o al lúgubre erotismo inantilizado de Paula Ilabaca. Adems de estos dilogos privilegiados, de ida y vuelta, con una tradición a la que transorman, la inclusión de otros autores me pareció inevitable porque me sedujo la orma en que trabajan a partir de documentos no literarios para construir una fcción cuya dinmica pone en duda el lmite convencional de lo que llamamos poesa. Gloria Dunkler, por ejemplo, reelabora relatos biogrfcos de personajes que reejan o encarnan un momento —y una postura poltica— poltica — de la historia de Chile, y su orma de integrar esos discursos al 1
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Jorge Luis Borges, Otras inqisiciones, Sur, Buenos Aires, 1952.
poema, echando mano tanto del pastiche como de herramientas narrativas, dispara las resonancias del texto hacia otros géneros, otras disciplinas. También en Enrique Winter —por buscar afnidades— hay ciertos poemas que fccionalizan escenas y personajes desde un yo poético mutable, menos lrico que relator, menos ntimo que atento a su relación con otros personajes. De estas estrategia estr ategiass me interesa interesa la orma en que resuelven el dilema di lema entre contar contar y cantar cantar.. Dilema que por cierto tematiza, de un modo completamente distinto, Pedro Montealegre. En los poemas de Montealegre es dicil no dejarse llevar por una lectura rtmica, apoyada en los salvajes encabalgamien encabalg amientos, tos, pero pero si se leen despacio —y conviene conv iene hacerlo— revelan mecanismos sutiles, suti les, insistencias, goznes semnticos que resultan sorprendentes sin ser nunca del todo gratuitos. Algunos de los autores incluidos viven uera de Chile y —no sólo por ello, est claro— su obra se nutre de tradiciones trad iciones varias, como es el caso de los mencionados Montealegre y Gómez Olivares, pero también de Christian Andwandter, a quien me pareció importante incluir porque, adems de la meticulosidad en el trabajo con el lenguaje que percibo en sus textos, tengo la impresión de que desbarata muchos lugares comunes de lo que se suele pensar de la última últ ima poesa chilena —a la que se le supone, creo que con injusticia, un temperamento temperamen to desbocado y un experimentalismo de raig raigamambre todava romntica—. La decisión decisió n de incluir solamente a doce autores le parecer parecer insufciente a quien conozca el panorama de la poesa chilena contempornea. Se objetarn ausencias, como siempre. Pero debe quedar claro que esto no es un censo. Para guas teleónicas de la poesa chilena consulte otro volumen. En algunos casos dejé uera a poetas que me gustan pero cuya obra considero deudora deudor a o apostilla apostil la de la de otros aqu incluidos; hubiera resultado excesivo, en la lectura de conjunto, darle un despliegue mayor a poéticas demasiado contiguas. 11
En ese sentido, busqué menos la variedad-porque-s que la exploración de rutas r utas personales persona les y conscientes conscientes de su contemcontemporaneidad. (Quepa este paréntesis: paréntesis: pese a la variedad, var iedad, nada encontrars aqu, oh, lector exigente, de esos poetas que se proponen, con toda la ingenuidad de la que son capaces —es mucha—, hablarle al pueblo con la tosca sintaxis sintaxis que le suponen inherente; ni de esos otros otros que, invocando su experiencia experienc ia bidimensionall del mundo, nos presentan bidimensiona presentan un escueto catlogo de aicciones —en el que sólo hay variantes de una misma, melancólicaa aceda— que como mucho se propone melancólic propone humedecer el lagrimal de sus tas ms sensibles). Me interesa interesa también que la selección de poemas alcance a lcance a dar una idea de la obra de cada autor. Dadas las limitaciones materiales de un libro como este (que no puede extenderse enciclopédicamente), enciclopédicamen te), y a pesar de la cantidad de poetas poeta s chilenos que viven v iven bajo cualquier roca esperando esperando a que alguien alg uien la levante, cre que generara generar a un resultado ms intenso (y de qué otra cosa se trata, tr ata, si no) presentando cabalmente cabalmente a una buena docena de autores autores que oreciendo una embarradita embarrad ita de 58. Lo que me lleva a esto otro: dado el carcter orgnico de muchos de los ttulos de la poesa chilena reciente (con ello me refero a que la unidad bsica que proponen no es el poema, sino el libro como proyecto o materialización de una idea única), ue muy dicil preparar una muestra que no traicionara traic ionara esa intención —y en eso estoy bastante bastante seguro seg uro de haber racasado—. r acasado—. Muchos libros de los que se nutre esta antologa (Calas, de Carrasco; Adornos en el espacio vacío, de cementerio rio de los disidente disidentess, de Gaete BrioBarrera Calderón Ca lderón;; El cemente nes; La perla selta, de Ilabaca; Spanda, de Dunkler, por decir unos cuantos cuantos enlistados casi al azar) a zar) juegan con ritornelos r itornelos que aparecen en un poema y otro, repeticiones y variantes que en una selección como esta no pueden plasmarse pla smarse por completo, pues eso implicara tanto como publicar entera entera cada una de las series. 12
En algunos alg unos casos, sin embargo, me incliné por incluir poemas seriados de un mismo autor, renunciando a dar cuenta de su versatilidad tonal o temtica para reejar la intención original —la insistencia— de los libros de los que tomé ragmentos. Es lo que sucede, por ejemplo, con Claudio Gaete Briones, de quien incluyo varios ragmentos de una misma cementer io de los disidentes di sidentes, pues la orma serie de su libro El cementerio en que se articulan entre s los ragmentos es, en su poesa, una de las virtudes ms evidentes. Con otros autores, ya lo descubrir el lector, segu un camino parecido. En un caso extremo, incluso, el libro como tal no es la unidad que parece tener en mente el poeta al escribir, sino la ms ambiciosa Completud de la Obra. Tal sera, en mi lectura, la va de Hernndez Montecinos, a quien en apariencia no podra convenirle menos el ormato de la antologa, pero excluirlo por esta razón hubiera sido escamotearle al lector una de las la s voces ms rotundas, que por otro lado puede comprenderse y ser asimilada a otros niveles y por otras vas, evadiendo la cuestión de la Obra Completa. Notar el lector, pues, que en el caso único de Hernndez Montecinos no se indica, después de cada poema o conjunto de poemas, el libro al que pertenecen (no me parece relevante relevante en su caso), sino que al fnal se dan, sin entrar en detalles, los ttulos que reúnen todo lo que ha publicado hasta ahora. Para acotar el perodo temporal de esta antologa antologa me sirvo del criterio que se suele emplear en México, y que reúne a los poetas según el ao de su nacimiento, haciendo caso omiso de la echa de publicación de las obras obra s (que quizs, en ciertos casos, puede ser un indicador ms sensato de la temperatura temperatur a poética del momento). En cuanto a la fjación de las echas de corte me gustara poder decir que la inicial, 1971, es un tanto arbitraria, aunque no es del todo cierto. A lo mejor es la miopa del crtico extranjero la que me sugiere esta idea, pero creo que 1971 marca una grieta en el paisaje poético 13
chileno; grieta anticipada, quizs, por otros autores, pero defnida de un modo ms claro con la obra de los tres que aqu incluyo: Germn Carrasco, Cristin Gómez Olivares y Yank Y ankoo Gonlez. No creo que sea pecar de obtuso avoritismo exponer honestamente honestamente mis preerencias: preerencias: tengo la convicción conv icción de que la de Carrasco es una de las obras poéticas ms sólidas y lúcidas de los últimos lustros en nuestro idioma, y la coincidencia de que comparta ao de nacimiento con el otro par antes mencionado —cada uno radicalmente distinto en sus planteamientos y con una voz muy personal— me pareció sufciente pretexto para fjar en el 71 el arranque de mi selección… Sé que siempre sonarn cabalsticas este tipo de explicaciones, pero ni modo. Por lo que corresponde cor responde a la echa fnal —que hace inquietantement tanteme ntee imperecto el ndice al a l violar v iolar por un ao la década justa, a m que me g ustan tant tantoo los números redondos— debo decir que tuve la intención primera de incluir autores ms jóvenes, jóve nes, llegando incl incluso uso a los nacido nacidoss a fnales de los 80, per peroo dos reparos me disuadieron de hacerlo: en primer lugar, la escasa circulación de sus obras en crculos de un dimetro mayor al extrarradio de sus respectivas ciudades hace dicil conocerlos y dierenciar, entre tantsimas publicaciones, aquellas que toman distancia de la emulación simplona de poéticass “que estn en el aire” para emprender una búsqueda poética que se distinga. En segundo lugar, y aunque no soy un erv ient ientee deensor de las virtudes vir tudes del sabio tiempo (creo que es necesario, siempre, leer a nuestros contemporneos, como confrmar el lector que se adentre en estas pginas), s me parece que un fltro importante para acceder a los autores es el impuesto por al menos cinco aos de necedad constante por parte de ellos. Muchos poetas que despuntan como la uva ms noble de una nueva cosecha (por usar una metora cursi que sin embargo conviene a la región que me ocupa) no perseveran en la escritura —me parece razonable que 14
no lo hagan, qué le vamos a hacer— y al poco sus brillantes primicias se revelan opacas, como si el abandono de una vocación que pareca pareca promisoria tiera las óperas óper as primas de un aire tristón, desledo. Son éstas, quizs, consideraciones externas a la poesa misma, pero que una antologa debe, a mi entender, tomar en cuenta. Esta generación de poetas chilenos, chi lenos, desde desde luego, tiene un intenso int enso dilogo con sus predecesores nacionales. La L a inuencia poética de Raúl Zurita, Zur ita, ya mencionada antes, antes, es eviden ev idente te en algunos alg unos de los autores de fnales de los 70. Pero se puede rastrear, adems, el eco de otras obras: Carmen Berenguer, Paulo de Jolly Jol ly,, Diego Maquieira, Juan J uan Luis Martnez y, yendo yendo un poco ms hacia atrs, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas y Nicanor Parra Parr a son fguras fgur as de un innegable peso en la historia historia de la lengua y con las que los poetas chilenos chi lenos recientes recientes discuten, a veces conrontando conrontando (“este no es el paraso par aso ni el anteparaso”, escribe Gladys Gonzlez en clara reerencia a los ttulos ms conocidos de Zurita). La relación con el pasado va ms all de la cita: se recupera, sobre todo, una actitud ante el mundo y la poesa; una actitud de radicalidad lúdica que est en aquellos otros poetas y que éstos actualizan a su modo. Todo esto me hace pensar que la poesa chilena, a dierencia de otras tradiciones, no conoce picos y valles tan agrantes. ag rantes. Es una sucesión de intensidades intensidades y de voces únicas que se niegan, se leen, se pelean y articulan obras impetuosas, generación tras generación. No quiero repetir sin ms el tópico de “Chile, pas de poetas”, pero lo cierto es que la salud de la lrica lr ica chilena reciente reciente no se puede atribuir al a l momento. men to. No es que haya “llegado la hora” hor a” de la poesa chilena: es que desde hace un siglo parece vivir cómodamente en su momento momen to cenital. cenita l. Quiere el ttulo de este libro, como ya habrn intuido, aludir alud ir a ese cenit largusimo de la poesa chilena, a la vez que jugar con el número de los autores incluidos y, giro kitsch 15
—perdón—, insinuar que son doce autores “en su punto”: es absurdo dar por supuesto que las mejores obras de estos doce vendrn luego, cuando la experiencia deje su poso; los poemas de esta ant antologa ologa no son promesa de nada: son obra obr a cabal, sin adjetivos. * Todo lo dicho hasta aqu corresponde a la mstica mst ica del antólogo: los pleitos pleitos que libra consigo mismo y con las expectativas expectativ as que supone o se inventa, en la intimidad de su casa, para decidir el ndice. Pero una antologa, como cualquier libro, tiene un aspecto ms prctico y verifcable del que también quisiera dar cuenta. ¿Cómo consegu el material? ¿A partir de qué primer universo ui estrechando el crculo de mis intereses? int ereses? Como he dicho ya, alg a lgunos unos de los libros y autores me eran amiliares de antao y algunos otros nombres me sonaban por haber ledo algo suyo en revistas rev istas o en la excelen excelente te pgina de www.letras.s5.com, de cuyo acervo eché mano en mis primeras exploraciones. También revisé, en los pasos iniciales, la pgina chilena de Las Elecciones A ectivas (www (ww w. laseleccionesaectiva laselecc ionesaectivaschile.blogspot.com), schile.blogspot.com), proyecto proyecto replicado replicado en varios pases que orece un acercamiento útil. En cuanto a uentes no digitales, ue de undamental ayuda la muestra Cantares. Nevas voces de la poesía chilena , que Raúl Zurita preparó para la Editorial lom en 2004; se trata de una selección muy completa —con alcances e intenciones distintos de los de ésta— que reúne a ms de cuarenta poetas nacidos en un perodo de tiempo similar al que delimité aqu. Preocupado por el peligro de proceder un poco a ciegas, ciega s, pese al apoyo de las uentes, recurr a la invaluable inva luable ayuda de mi amigo Benjamn Morales Moreno, que tiene un amplio conocimiento conocimien to del territorio terr itorio poético de Chile. Benjamn convocó, a través tr avés de su red de contactos, a ms de una veintena 16
de poetas poeta s (que se sumaron a otros que haba yo yo considerado consider ado a través de mis propias investigaciones); estos poetas, muy amablemente, enviaron, en casi todos los casos, libros enteros, y en algunos casos una selección ms breve. A unos pocos de los autores incluidos en el ndice los descubr entonces, sin tener ninguna reerencia anterior de ellos. Vaya pues mi agradecimiento a Benjamn Morales, pues sin sus gestiones, sus conocimientos y su buen olato esta selección estara coja. Adems de Benjamn, otros amigos contribuyeron con su consejo y recomendaciones a engrosar la longlist a partir de la cual eleg mi docena. Alejandro Tarrab me prestó una maleta llena de libros arrancados a sus expediciones santiag uinas; Rodrigo Flores me bombardeó con nombres, enlaces y algunos a lgunos documen documentos tos de Word Word que tena en su haber; a ambos les debo gratitud gr atitud —sin repartirles, eso s, la culpa que me corresponde por las mpulas que este libro pudiera levantar: esa es toda ma. Esta es exactamente la antologa antologa que quise hacer de la poesa reciente reciente de Chile, con una excepción: me hubiera gustado g ustado incluir una muestra muestra del trabajo poético poét ico de Alejandro Zambra, quien prefrió mantenerse mantenerse al margen por cuestiones que no v ienen al caso. Zambra, Zambr a, lector vido, inteligen inteligente te y riguroso rig uroso de la poesa chilena, también oreció su consejo en lo que uera necesario, lo que agradezco. ag radezco. Si menciono aqu su nombre no es para ponerlo al a l descubierto, sino para hacer un homenaje modesto a su obra poética (quizs menos considerada de lo que merece, en virtud del éxito de su narrativa), recomendando que se la lea. Y a riesgo de que esto se convierta en una lacrimógena recepción del Oscar —perdonarn —perdonar n que no luzca mi esmoquin: estaba en la tintorera—, agradezco de paso a la Dirección de Literatura de la unam, y a su editor Vctor Cabrera, por el voto de confanza que supone pedirme ped irme la preparación prepar ación de este 17
libro. Sólo instigando a las nuevas generaciones de poetas al al ejercicio constante de la crtica tenemos alguna esperanza, me parece, de sortear la rivolización absoluta del panorama literario, literar io, as que celebro la oportunidad de ejercitar este particular modo de lectura lectur a activa activa que es la antologa antologa y espero que el resultado contribuya contrib uya a despertar, despert ar, entre los lectores mexicanos, el entusiasmo por una de las tradiciones poéticas ms vigorosas del continen continente, te, que en estos doce autores encuentra encuentra no su neutro eplogo, sino una docena ms de posibilidades. posibil idades. Daniel SalDaña ParíS
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GERMáN CARRASCO (Santiago, 1971)
Tiene estudios de Humanidades en la Universidad de Chile. Fue parte del taller de la Fundación Pablo Neruda, del Taller de escritores de la Universidad de Iowa y del Tree House en New Bedord & Gloucester, Ma. Ha dirigido cursos y talleres (tanto en Chile como en Argentina), entre ellos el taller de poesa de la Corporación Cultural Balmaceda 1215 en varias oportunidades. Es autor de los libros de poesa Brindis Brindis (1994, Universidad de Chile), La insidia del sol sobre las cosas (1998, Ed. JC Sez), Calas (2001, Ed. JC Sez), Clavados (2003, Ed. JC Sez), Mltic Mlticancha ancha (2005, El billar de Lucrecia, México), Rda (2010, Editorial Cuarto Propio) y Ensao sobre la mancha (2012, Ediciones Corriente Corr iente A lterna). Libros suyos suyos han sido traducidos al alemn, a lemn, al inglés y al italiano. ita liano. Entree los reconocimientos que su obra poética Entr poét ica ha merecido destaca el Premio Jorge Teillier Teillier (1997), el Concurso Hispanoamericano Hi spanoamericano Diario de Poesa (Buenos Aires, 2000), el Premio Enrique Lihn (Valdiv (Valdivia, ia, 2000), el Premio Sor Juana Inés Inés de la Cruz (Méxic (México-Cos o-Costa ta Rica, 2000) y el Premio Premio Pablo Pablo Neruda Neruda de la undación homónima (2005). Ha sido incluido en antologas en México, Francia, Espaa y Argentina y ha publicado traducciones de Shakespeare, Robert Creeley y John Landry.
TONADA H usband usband to wife : the doctor said I will die be-
ore anot ore another her dab dabrea reak: k: let let’s ’s have some cham champagne pagne and make love one last time. w eas or o: o don’t have ife to ife to Husb Husband and : eas to get p in the morning. J. Brodsky
el amor es una prenda que uno lleva y que empieza a adquirir la orma de uno. Tu ropa, tus panta pantalones lones p. ej registraron tus arruga arr ugas, s, la oma de tu trasero y yacen en el suelo como si te los hubieses quitado con la misma prisa previa al sexo minutos atrasada a no sé qué trmite o trabajo. U otro (desliz). U otra 21
ternura tan t an insustentable insustentable como ésta; medias, molde y orma de tus pies colgando exhaustas en la cama, observo tus prendas e imagino tus ojos cuando las selecciones verifcando su calidad en mercados, erias persas o esas tiendas de ropa americana de segunda que abundan en los mercados persas de la mente. Y he visto v isto a nuestra nuestrass madres cuando cuando meten una mano en la pierna de una pantimedia y abren el puo como si se uera a romper o examinan la tersura de la prenda en la mejilla, y comparan compar an precios y evocan colores, recuerdos, recuerdos, la historia utura o el inevitable desgaste, célebre ternura insusten insustentable: table: no cicatrices: caricias del tiempo; la praxis que inevitablemente lisia: toda pgina expuesta prolongadamente al sol ha de volv volverse erse inevitablement inev itablementee sepia y las lneas escritas no se borran cuando se las rehace en el recuerdo. ¿Cómo era la tonada?: ah, s: el amor es una prenda…
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VERA V ERANO NO (Rb s amigo de trno se enclastran. Nosotros, deshidratados deshidratados balbceamos los sinónimos complementos del calor o practicamos como ellos las artes siamesas o geminianas como si la carne ese a calcinarse a las 3:00 P.M. P .M. en este lado).
Alguien Alg uien purga sus culpas en un diario o novela novela de publicación imposible o se quita los caros del alma dejando la pgina hecha un hervidero; las catas cantan a deshora su presagio y auera gritan g ritan tocando la bocina. Por su parte nuestros primos desciran sus Cementerios Marinos con las la s mismas lupas con que observan moscas muertas durante lapsos de inmovilidad (primer plano: entrecejo de mi prima). Mientras eso ocurre, los amantes se examinan, es la hora de su cita quirúrgica, ¿para qué el verano?
CALAS BLANCAS Sin gula, con la angustia y la tensión que ha de postrarme a mirar las estrellas, en la oscuridad —gimnasio del instinto— abro la sbana blanca de una cala. 23
Sbana, túnica improvisada tras el bao, gotas sobre la cala tras el riego cuando, bajo una luna hecha de tus huesos abres la ventana esperando aire, una lechuza. Calas —verbo— la transparencia del aire cubriendo la circunstancial blusa, al volverte, un botón. En la oscuridad la lengua saborea y desmenuza calas, para empuj empujarlas arlas y deglutirlas con el vino negro de la bilis. CAíDA ASCENDENTE Cuando Parker Jagoda se lanzó, creyó volar, libre al fn de todo y de s mismo. El travesti part time —arquitecto y esposo la otra mitad del da— caa del último piso de una torre del Loop o de Av. Portugal como un ave del paraso en vuelo ascendente hacia una extravagante tierra prometida. Inevitable que nos recordara la cabeza de Breton que en alas delta alguna vez sobrevoló los acalorados intrinques de Valparaso, pero eso era —entre surrealismo y marihuana— nuestra ascinación a scinación impúber. impúber. Lo de Jagoda era er a dierente. dierente. (De Calas)
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LA ESCRITURA El cursivo desplazamiento de la danza y los caracteres garrapateados — patas de araña de manuscritas inantiles— son deleitosos, incluso cuando no podemos descirar: graemas orientales p. ej o cuando los patinadores escriben en el hielo. Es como si una lupa amplifcara la evidencia milagrosa de esas ormas. Seguro, en la punta del lpiz, mundo y espritu deben haber contrado matrimonio, la mueca obedeció un dictado estelar y el murciélago invident inv identee encontró su camino sólo por el eco. Pero Pe ro el estilo de la letra letr a reside en el carcter: el universo tiembla distint d istintoo en cada mano, desde la mano del alsifcador de cheques hasta la de los emperadores Nemerov o Hui Tsung, Tsung, que se reeran a sus caligraas como: “dioses esbeltos”. Un hombre nervioso escribe nerviosamente acerca de un mundo nervioso. Mgico, como si el mundo uera un gran escrito. Pero Pe ro habiendo dicho tanto y todo esto, admitamos que hay ms en el mundo que escritura: las allas continentales, por ejemplo, no son fsuras convulsas en la mente. Adems, los patinadores deben irse a casa, yo debo dejar la Tierra de las Ardillas, Fnn Valentine Valentine crecern Alicia y M Fnn (y probablemente probablemente me esquiven la mirada) mir ada) y los patines escribieron en el hielo que no graba: gr aba: el hielo es agua.
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LOS VENDEDORES V ENDEDORES DE PAñOS PAñOS DE COCINA Los vendedores de paos de cocina han invadido la ciudad y tienen el monopolio amoroso de madres, parientes parientes y amigos. Los de sexo masculino se acostaron con nuestras novias y nosotros hicimos otro otro tanto con las bellas bel las vendedoras. vendedora s. Es por eso y no por la resaca o la marihuana como crees que Julin se queda absorto al secar un plato o aflar un cuchillo. Los vendedores de paos de cocina irrumpen en la tarde: somos nosotros, nosotros, los primos, hermanos, her manos, los tiempos. —¿Buenas tardes, se encontrar la duea de casa? Piensas en trucos de supervivencia, en la invasión y en el diseo de paos que se llevan los vestigios de la mesa. Los vendedores de paos de cocina han invadido la ciudad, cortan la parte no roda de manteles manteles y ropav ropavejeras; ejeras; estropajos para tardes cesantes sin platos que lavar, hurgan en cuartos de trastos y recuerdos. Observan Obser van en el mercado de Av. Av. Independencia el brillo en los ojos de las mujeres al mirar las telas que imaginan vestidos para un verano o una gala.
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CANTO DE CHINCOLES (O LA MáS BELLA ACUPUNTURISTA JAPONESA) Chincol (América Meridional; “Fringilla matutina”). Pjaro del género “Zonotrichia” pequeo, semejante al gorrión, gor rión, pero cantor, cantor, con un pequeo penacho y ribetes rojizo, ladrillo, piedra, piedr a, etc. Su canto, canto, según la gente dice: ¿Hai visto a mi to Agustn con un zapato y un calcetn?
* Es un ro el ro serpentino —o rescor sinuoso, si preferes— que fltra los odos y pregunta por su camisa de seda. Es una i latina: un clavado, un pinchazo, una inyección emoliente. * Las orejas son ores con polen. Ta claro. Por eso los pjaros meten su canto en las orejas oreja s y en las victrolas y los lirios y anda a ver y a saber: los roles se conunden en el sexo. La guirnalda sangrienta y flosa: el trino como la sangre de los piures y el Tabasco como crepúsculos de yodo y metapo. La camisa est empapada. Puente sonoro. Aguja de plata en los tmpanos. Inyección Iny ección emolient emoliente. e. Droga. Drog a. Penetrac Pe netración, ión, ambrosa del dolor dolor.. La ms bella acupunturista japonesa. (De Clavados) 27
ODA A UN NOTEBOOK un hombre o una mujer desnudos en una pieza tipo calabozo, un ser humano solo rodeado, en el mejor de los casos, de ediciones y un termo con té, de diccionarios y una botella de vino pero la mayora de las veces rodeado de nada, a oscuras; las rodillas abrazadas, la cabeza en las piernas; un ser humano solo que piensa: (a)el cobre no se oxida (b)el rock es luz y (c)todo poema es un regalo hecho con devoción y (d) el cuerpo es de goma o acero: aguanta que ni se imaginan y lo que nos cortan nos crece con creces como a la lagartija (sagr (sagrada ada para la tribu de la inancia en el rito del microscopio y la tortura). Se suelen olvidar esas cosas. Y reexiona incluso incluso ese hombre o esa mujer cuando el pensamiento pensamiento no juega jueg a ping pong —aburrido 28
por su alsa levedad— ni la culpa juega a algo aún ms rudo. A ntao —esto —esto siempre ue hbito—, ese hombre o mujer garabateaban notas en la penumbra, que luego, al ser revisadas, tenan el aspecto de ninjas que haban saltado sobre la pgina. Hoy usa una PC. Un ser humano solo con una laptop en una pieza tipo calabozo, una laptop milagrosa que ilumina la pieza como un altar o un etiche católico. CIERTAS DANZAS EMOLIENTES DEL CORAZÓN A DESHORAS Se juntan luego del turno de ella, a las dos de la maana. Comparten silencio y unas tazas de lapsang souchong. Ella le dice que a pesar de casi no tener espiritualidad un da de estos se va a meter a una iglesia a rezar sin que nadie la vea. Que no da ms, que a su consultorio llegan los que de verdad no dan ms. Ella le cuenta esta noche a él el caso de un narco agonizante al que acaba de intentar sobrevivir presionada por la amilia del moribundo que primero le oreció dinero y luego balas en la sala de espera. Que vio morir a una nia de dos aos por hipotermia 29
cuyos padres se mataron luego con veneno para ratas, que no sé cuntos ataques de pnico le llegaron l legaron hoy, hoy, que con una paciente se rió a carcajadas y hasta umaron con el ventilador y la ventana abierta, y que hablar le hizo mucho mejor a la iora que ninguna otra cosa aunque de todas maneras le dio un par de pldoras sólo en caso de extrema necesidad (esa paciente le dio un secreto para que las empanadas quedaran para acariciar por dentro el alma de cualquiera) El sujeto llega en bicicleta, a las dos de la maana charlan, escuchan Hildergad Hi ldergad Von Bingen, hacen el amor como si uera —y al parcer ser— su última vez como si la muerte les hubiera dado horas de plazo, luego ella lo baa y le lee poemas mientras él descansa en la baera caliente Él luego de hacer el amor piensa retirarse para no interrumpir el sueo de ella, o piensa en no moverse y poder dormir también t ambién él. Ella presiente esa ligera incomodidad corporal: como ambos se preocupan el uno del otro ninguno puede dormir, adems podran estar tocndose dos das, una semana. Mientras no pueden dormir —adems, maana ambos deben trabajar duro—, ella le da a él un trocito de benzodiazepina con agua que parece una hostia que parece un diaman d iamantito tito que parece polen entre las yemas del pulgar e ndice de ella, un pedacito de hoja de ciruelo o azalea blanca o hielo o una partcula de detergente detergente entre entre los dedos (De Rda)
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FáBULA Ruiseor, te enva saludos la serpiente. Dice que le gusta como cantas. Le parece injusto que la retraten junto a plantas nucleares como en “Dioses que apuestan…” de Mettler Mett ler.. Prefere aparecer aparecer como la buanda de Lord Krishna o abrazada a una amiga, como dos chicas que, entre risas, comparten una copa en el logotipo logotipo de una armacia ar macia antigua —mezcla del Caduceo y la copa de Higia— Mudar de piel: rejuvenecimiento constante, cobre que no se oxida. “El hecho de retratarme retr atarme junto a la planta nuclear es una condena, Rui como si una clase social estuviera destinada a permanecer ad eternum sin movilidad; es determinista, conservador, predecible, es escribir como te dijeron que se haca, como viste que se haca”. Rui, te enva saludos la serpiente, le parece que semejante trino que hace llorar de liberador y cosquilloso es el adecuado para la oda que ella merece, una oda que revierta su prestigio inmerecido e indeleble: el gran tatuaje del prejuicio que le endilgaron por superstición y odio. Quizs por eso se enamoró de tu trino, Rui 31
“con tu poesa me siento amada y deendida” Serpiente: el ruiseor te devuelve los saludos (Inédito)
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CRISTIáN GÓMEZ OLIVARES (Santiago de Chile, 1971)
Es autor de La nieve es nestra (2012), La casa de Trotsk (2011), Homenae a Chester Kallman (2010) y Alabeto para nadie (2007), entre otros ttulos publicados. Junto a Mónica de la Torre, Torre, editó la antologa Malditos Malditos latinos, latinos, malditos sdacas. Poesía iberoamericana made in usa , publicada en 2009 por El billar de Lucrecia. En colaboración con Christoph Christopher er Trav Travis, is, editó el dossier Despés del centenario: centenar io: asedios a Pablo Nerda la poesía chilena contemporánea (2006), en Crtica Hispnica. Actualmente es proesor de Literatura Hispanoamericana en Case Western Western Reserve University.
DONDE LOPE DE AGUIRRE SE DIRIGE AL REY SEñALáNDOLE QUE NO PUEDE HABER REY JUSTO QUE NO ARRIESGUE NADA I LO OBTENGA TODO I NO RECOMPENSE CON LO JUSTO A LOS SU YOS Si estn los mandriles destinados a ser los únicos seres del planeta en acompaarme acompaarme i seguirme i vigilarme v igilarme en esta mi aven aventura tura que vengan entonces los mandriles armados en los dient d ientes es i en la cola i en su alma sobre todo en su alma para matar a sus enemigos a los que se opongan al Gran Rebelde al único osado en decirle al Sentado en el trono de espaa:
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CURSO DEL RíO (MENSAJE (MENS AJE DEL ADELANT ADELA NTADO, ADO, DON ADRIáN DE VALDÉS) Ustedes los que yo as llamé los Maraones traidores como yo de los otros traidores navegando sin destino, combatiendo para quién, para nadie, para s mismos surirn este destino aqueste miserable i sin lugar a dudas inamante inaman te luctuoso i tristsimo destino, morirn como yo desde ahora en adelante. adelante. (De Al fnal de lo leos) EL JEFE DE OBRA O LOS MISTERIOS DEL HORIZONTE ( DEMASIADOS DEMASIADOS ANHELOS DE ESCRIB ESCRIBIR IR EN EL EL PASADO PASADO)
Recuerdo, por ejemplo, Recuerdo, aquellas muchachas que alguna vez perseguimos hasta sus casas, yo lo recuerdo, hoy son esas seoras cargando con las bolsas del supermercado. Nosotros somos un caballero en bicicleta con una cortadora de pasto, nosotros que las perseguamos hasta sus casas, muertos de un ataque al corazón por las deudas impagas del misterio. Yoo lo recuerdo Y recuerdo si miro al horizonte. horizonte. ¿Era en entonces tonces en serio? 36
Las muchachas que perseguimos hasta sus casas hoy tejen chalecos en una casa de reposo cobran el montepo montepo en un número de cuenta que no es el nuestro ni baan sus espaldas con el aceite emero de mis manos para un sol que impertérrito nunca reparó en sus edades. Pero si vuelvo a mirar el horizonte las veo otra vez Pero enemigas de lo absoluto, eternas humoristas cuando el sol pareca brillar para siempre en la alda ms hermosa y la ms vieja de aquellas muchachas de antao casadas con un buen partido del ayer antes ant es de que el uturo sólo uera uer a esto. Yoo lo recuerdo, Y recuerdo, seor capataz. Hoy soy esas seoras. Cargando con las bolsas del supermercado. Cada vez que miro al horizonte. (De Pie qebrado)
A LA L A MANER MA NERA A DE áLV áLVA RO DE CAMPOS CA MPOS No estoy obligado a escuchar a Frank Sinatra. Ni a tomar hacia Sintra por la misma carretera ni a explicar la razón de mis razones. No hay quien pueda decirnos cómo saludar por las maanas al vecino, después de haber hecho comentarios mitad salaces y mal intencionados int encionados sobre las proporciones de la cintura de su mujer. No estoy estoy obligado oblig ado a 37
escuchar esas canciones de Sinatra que a menudo tocan en la radio y sin embargo recito de memoria esas mismas canciones que alguien escribió como si hubiera estado pensando en mi nombre. Como si hubiera querido decirme algo que a tantos otros otros como a m les cuesta comprender y sin embargo, y sin embargo: no estoy obligado a sacar mis maletas la próxima noche de ao nuevo porque de seguro no estoy obligado a embarcarme ni a casarme si as no lo determinan las estaciones: del metro o del ao da lo mismo, de un tiempo a esta parte me dejo guiar por ciertos augurios que amanecen dibujados por la maana en los espejos cuando busco en el ejercicio de int inten entar tar reconocerme saber algo ms no dira de m mismo, sino ms bien dese an, ese anhelo tantas veces postergado de salir a la calle con la frme determinación de no seguir contando las baldosas de la acera y cambiarme de mano el maletn cuantas veces me parezca necesario. FUNáMBULA Yo me he quedado mudo Yo mudo en la vida, v ida, y han pasado los das. Los das pasaban, unos tras otros, como los vagones de un tren. Nadie los esperaba en la estación. Nadie agitaba sus manos en el aire porque aún no se usaban las despedidas 38
ni las bienvenidas en nuestro pas ni se daban las gracias de antemano antemano cuando nadie necesitaba darlas. Han llegado hasta nosotros los rutos de la primavera, pero no la primavera. Tiéndete desnuda sobre la hierba, como una ms de las palabras. Ni siquiera las obras completas de Balzac te podran dar una imagen verdadera de lo que ue esa Francia decimonónica, realista, monetiana: tiéndete entonces ent onces y desayuna despreocupada del contraste contra ste de tu piel y el telón de ondo dibujado por el bosque y el traje de tus acompaantes: comparado con aparecer en el salón ofcial de los rechazados poco son y despreciable gloria esos palmoteos en la espalda empuando por si acaso algún pual como quien consciente consciente de tu uturo utu ro esplendor y dese mar que en tus cuadros tranquilo baa tus aguas sabe ejercer el ofcio de repartir con sutileza las migajas ( sin que se note el ofcio la sutileza ni las migajas): no es que el ruto r uto esté maduro, es el rbol el que est cansado. A veces llegbamos a un balneario y yo me dorma inmediatamente. Pero Pero es preciso sealar sea lar que me dorma no sin antes contemplar a una joven que se peinaba en el cuarto de enrente. Esa que después volvera volvera a dar sus primeros pr imeros pasos por esta playa de la mano de un pronombr pronombree que no es el mo ni le pertenece al trazo breve y ragmentario con que tratbamos de copiar no la luz, sino la impresión que esa misma luz 39
produca no en tus ojos pero s en cambio en tu mirada, no en tu piel. S, S , sin embargo, en tu piel contra mi piel ( traje, vestimenta o atuendo: artifcio o naturaleza que se distinguen con el roce de los cuerpos sobre el mantel, sobre la tela o sobre la hierba). Otras veces llegbamos a un bosque de eucaliptos, y la misma joven era quien se encargaba encarg aba de poner el mantel en el suelo cubierto de hojas con olor a lluvia de verano. No obstante tu rostro rostro de mitológica es lo único que te mantiene a salvo. Es como para esculpir por la noche una silueta carnal pero de diosa, sutilsima pero al mismo tiempo tan romana y voluminosa como la tuya –para que después implacablemente implacablemen te la borre bor re no la marea sino el oleaje, no el agua que quisiera escribir sino la espuma. Y sólo as justifcar la obligación obligac ión de volver a trazar ese trazado durante todas y cada una de nuestras noches. Y yo no dejaba de pensar en el da menos pensado, y no dejaba de esperar el esperado da, en el cual recuperara el uso de la palabra. La tierra a la que vine no tiene primavera. Y estos, sin embargo, son sus rutos. (De Como n ciego en na habitación a oscras)
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NO QUERíA SALIR DE NOCHE Una vez nos juntamos juntamos a celebrar celebr ar los cien aos de Pessoa; a cada cual le corresponda un heterónimo, a m me tocó en suerte álvaro de Campos, ingeniero y cosmopolita, desenadadamente desenadadamen te maricón, según contaba Oelia. La casa era una de esas antiguas casas seoriales donde hubiéramos tenido que entrar por la puerta puerta de servicio. serv icio. Ni el el vino v ino ni las velas nos salvaron del invierno, a punto de partir como nosotros: ue, sin embargo, la última noche que hizo ro. (De Alabeto para para nadie)
ÚNICA FE ( My My ONLy ONLy FA FA ITH’S IN THE BROK BROK EN BONES AND BRuISES I DISPLAy DISPLAy ) Lo único que le pedira a los encargados de los departamentos departament os de espaol es que de una vez por todas comenzaran a ensearnos espaol. No creo en la inmersión, no creo en lo del communicative approach, perdóneme: pero tampoco le creo a ninguno de ustedes (cada vez que dicen la tema de hoy en una clase de estudiantes de post-grado, cada vez que me preguntan
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¿cómo está t marida? y ganan g anan esos mismos ochenta mil dólares con que podra fnanciar las visitas al médico de mi hija. No tengo nada en contra de
ustedes, pero de una vez por todas déjense de conundir literatura con buenas intenciones, no hay nada ms insoportable que la mentira consuetudinaria de elevar la visión de los vencidos a la categora de un clsico que les asegurara un par de becas y muchas pasantas en esos lugares lug ares de los que tanto han aprendido, salvo su lengua: han visitado tantas veces el mismo Santiago que me vio v io morir, pero literalmente no se han baado nunca en el mismo ro que nosotros: al menos dejen de cobrarnos cobr arnos los impuestos que antes antes nos cobraron con la fgura ominosa de una tradición a la que tampoco t ampoco pertenecimos ni me interesa: esos listados infnitos son la gua teleónica de la exclusión, la evidencia de que no les interesa ni en lo ms mnimo la poesa dolorosa de los adolescentes adolescentes si no viene v iene con el respaldo de una amilia, esas casas patronales de las que el patrón todava no ha salido, acuérdense por un momento antes de subirse en el avión que los llevar a la próxima conerencia de esa hambre por saber cules eran las verdaderas inuencias de neruda, cul (de todos los vanguardistas parisinos) haba sido verdaderamente amigo de huidobro. Por Por eso olvdense de las justifcaciones que llevan al pie del caón y/o debajo de la manga para sacar de las listas de lectura obligatoria obligatoria a virgilio v irgilio 42
piera pero incluir por obligación a borges, no vuelvan a preguntarnos con desdén de dónde salió bolao ni qué ha escrito el junot daz ese porque de borges (ni ms ni menos) es de donde provienen bolao y tantsimos otros, otros, no vuelvan a dejarse llevar l levar por esas ridculas cartas de recomendación que han sido escritas en la misma serie de producción que el ord T y las zapatillas de michael jordan, no sigan menospreciando las publicaciones hechas en revistas marginales de latinoamérica ni la tristeza de ese peer reviewed system que sólo puede convencerlos a ustedes, los estudios culturales estn tan cados en desgracia como la agenda que los justifca, la paz seguir dominada por santa cruz mientras los mismos bolivianos no decidan lo contrario aun cuando vuestras clases sobre alcides arguedas sean proundamente proundamen te intrascendentes, intrascendentes, al a l igual ig ual que los amantes de sendero reocilndose en la lectura de arguedas, que no tena mucho que ver ni con sendero ni con ustedes, borges era asquerosamen asquerosamente te clasista pero no por eso deberamos dejar de leerlo, sino aprender por sobre todo a releerlo hasta el cansancio y recordarlos a ustedes con cario pensando en la manera en que han envejecido tanto ustedes como su hipismo trasnochado, su acomodo resiliente desde esa academia con la cual no pudieron resiliente cambiar el mundo ni la academia, pero tal vez nosotros nosotros puesta la e en nuestr nuestros os huesos quebrados, quebr ados, en nuestros moretones 43
tengamos que cruzar el ro cuando las cartas nuevamente estén echadas y el fnal ya se conozca y aunque todos nos digan que ya no queda nada por hacer juntemos las manos para rezar: pidiendo gallarda en el combate. LA TRADICIÓN TR ADICIÓN Y EL TALENTO TALENTO INDIV INDIVIDUAL IDUAL B.A., BACHELOR BACHELOR OF A RTS) ( B.A., Soy el ama de casa burguesa que ordena su departament departamentoo de soltero. Soy el comprador de jabón de mantequilla de cacao con vitamin v itaminas as y minerales para disminuir disminuir el envejecimiento de la piel y verse nuevamente joven y lozana, el que habla con las ores mientras las riega y dobla las toallas para que no se note la humedad: el instructor de artes marciales, marcia les, el proesor de literatura latinoamericana, el solitario que medita al atardecer en un cementerio cementerio junto al mar y habita en una casa absolutament absolutamentee imagen, reejndose en una casa ca sa absolutamente espejo. Como dira el bueno de Antonio: yo no inventé inventé esta opereta latinoamericana, lat inoamericana, soy su involuntario protagonista, vestido 44
como esas sirvientas de un drama suburbano en las que me quisiera a toda costa convertir: sin embargo las rayas del tigre son reales y el hecho de que hoy me haya topado en este pueblo con alguien caminando por la calle no debiera llamarme ni a preocupación ni desvelo: sólo era alguien caminando por la calle, sólo alguien pese a todo en este pueblo. IGUAL SE LO AGRADEZCO Tengo que pedir disculpas por entrometerme entrometerme en lo que no me corresponde. Tengo que pedir disculpas por la disparatada idea de cantar boleros cuando las sillas ya estaban patas pa’arriba y los garzones me haban advertido que se estaba haciendo tarde. Tengo que pedirte disculpas: tú me dirs por qué. Y a ustedes también tengo tengo que pedirles disculpas por haberlos dejado vivos cuando bien podra eliminarlos y as ponerle fn a esas deliberaciones bizantinas por las que perdimos nuestro nuestro empleo. 45
A la ms dramtica especialmente: tuvo que recogerme cuando los garzones se aburrieron de patearme en la cuneta. —No, yo no soy el Chico Figueroa —tuve que aclararle— ni doy tanto jugo como el otro ahueonao pero me sé de memoria las Coplas a la merte de s padre y puedo hablar en tres idiomas al mismo tiempo antes de llegar al quinto trago.
Estaba saliendo el sol, pero esa parte no es mi culpa (nadie la mandó a recogerme). Estaba saliendo el sol: pero ah s que no me hago responsable. (De La nieve es nestra)
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YA Y A NK NKO O GONZáLEZ
(Santiago de Chile, 1971)
Es autor, entre otros libros, de Metales Pesados (1998), Héroes Civiles Santos Laicos —entrevistas a escritores chilenos— (1999), Alto Volta Volta (Premio de la Crtica 2007) y Elabga (2011). Junto a Pedro Pedro Araya, Ar aya, es autor de las la s antologas Carne Fresc Fresca. a. Poesía Chilena Reciente (Desierto, México, 2002) y Zrdos. Última poesía latinoamericana (Paradiso, Buenos Aires, 2004/ Bartleby, Madrid, 2005). Ha sido traducido al inglés, alemn, rancés y portugués y aparece en numerosas antologas de poesa chilena e hispanoamericana, entree ellas, entr ella s, Cerpo plral. Antología Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea (Pre-Textos, 2010).
ME QUEDÉ MOVIENDO EL ANILLO PARA ALLá para ac pensando si dao piel con la punzona. Me han canulado hace ya demasiados aos y paso y paso por la pretina la blanca que perora. Muerdo labio muerdo enca remuevo el sesero nuevamente “Vamos” —me dicen palabra que me topa el tmpano derecho. No de nuevo irme sin venganza quiero rojo quiero parka han eliminado a todos al caduga al a l carlanga carlanga Nadie les ha puesto el bajativo. “Vamos” —insisten “te van a dar como tomate” Y pes-ta-e-o Y observo obser vo dos nubes nubes ocres 49
estrang ularse sobre los semoros. estrangularse semoros. giro mi anillo para ac giro mi anillo para all El Auto parte. LAS ESCENAS SON SENCILLAS A)
La primera es donde él la toma por sorpresa/ besando el pliegue que sostiene las compras del hipermercado/ y ella bala como un bebé de cientovein cientoveinteaos/ teaos/ y comentan la segunda escena donde irn a encadenarse con anillos calados/ él insiste en pararse justo al medio/ donde una rejilla los sostiene de una vereda perorada hasta el abismo/ y olvidar hasta ms tarde que sobre sus techos explotar napalm con hijos/ ella dice camina cario de una vez por todas/ y pasan ms de setenta-y-siete-meses-setenta-das-setenta-y-siete-horas/ él repite oculto por tercera vez la primera primer a escena/ mientras ella lo espera con pescado. B)
La otra escena es ms sencilla: ella baja las escaleras a topetones/ topeton es/ él la busca cegado por el té hirviendo/ rociado antes por ella en la cara/ el lugar 50
donde se ha encajado la puerta/ para apresarla/ los gritos se inclinan hacia el odo eroz del vecindario/ él conunde la de salida por la del bao/ ella queda inmóvil esperando un brazo/ él se golpea la rente con la loza/ se desparrama/ un auto rena y ennegrece parte de su acera/ ella recibe un aire mecido por dos tepas/ él se ahoga en su sangre que busca un hueco/ ella se abriga calle ca lle abajo. C)
La última escena es donde ella le toma por sorpresa/ besando el pliegue de las compras del hipermercado/ y él no escribe absolutamentee nada absolutament y cocina y sacude y riega todo el ao/ y ella ordena cosas ritas/ que a él le dan alergias. MARJORIE Estoy en razón Estoy ra zón de un barco seco. Ladrando a deriva der iva mi escorbuto. Domingo 5. Siempre es domingo 5 de mil novecientos setenta seten ta y uno para mis hijos y estoy planchando a estribor mi escroto. Ac, siempre es ac en lo que me publico, espuma rancia que me unta comisuras, babaespuma. Ni él ni ella, porque siempre hay un él ni ella que se hieren por la boca y no se hartan, dejarn de privarme priv arme de mi litro y mi ukelele. En la maana necesito dos o tres dedos de ginebra para par a afrmar 51
mi pulso. He vaciado las veinte veinte pldoras de amital amita l sódico. Me voy. vo y. Sé decirme ya tienes ese olor vinagre v inagre que da el encierro encier ro y el escribir pedazos de poemas. (Porque Siempre son Pedazos de Poemas). (De Metales pesados)
EJEMPLO En el atrio del peblo ha n cirelo añoso, Todas las primaveras brotan renevos: Los pasaportes vieos no peden hacer eso, amada, los pasaportes vieos no peden hacer eso. W. H. Auden
Quieren que me vaya como si yo no quisiera irme Entonces les digo me voy Pero al primer pr imer o quinto paso Corren a buscarme para que les planche el aire Les abra una zanja donde han de cruzar sus trajes. Ayer ue lo mismo Entend claramente quieren que me vaya Eso es lo que se decan mientras cuidaba de sus nios Yo jugaba a lo que en Alto Yo A lto Volta Volta se jugaba Ejemplo La silla se llama lavabo la puerta sardina La mesa vajilla y los zapatos cadira 52
Entonces los nios gritaban Amarillo ábrenos la sardina. Era un juego y dijeron que me uera Que tena que ensearles las palabras Como se deban Ejemplo abrir la boca se dice rer. PESSOA la belleza es griega. pero la conciencia de que es griega es chilena. nada es. todo se otrea. YA,, YA YA YA eso se le pegó es como si se quebrara a todo le busca el ya, ya como carnicera teutona uy/ ya empezó con su ya, ya al modo de amm, amm, amm, porque has escuchado el amm, amm ms eo que el ya, ya? ms pobre que el endeque, endeque algunos alg unos vienen con un ta uruguay urug uayo/ o/ último 53
tipo to/ hacere — es asun a sunto to de educación — lo importante son los valores — depen depen depende mucho de la persona. JEFA JEF A DE VEGETALES Los trabaadores trabaadores chilenos viven en chozas cerca de la casa del colono o en plena ple na selva donde vigilan el ganado (…) El granero chileno no está en contacto contacto con el alemán. alemán. La ola demócrata no tocó todavía estas regiones (…). (…) Esas gentes son scias, andraosas groseras; ss chozas de madera se alinean a lo largo de caminos scios malolientes (…) la cabaña está dividida en dos: cocina dormitorio. En medio de la cocina, ha n ego siempre encendido qe llena lle na de hmo la choza. Alrededor del ego siempre, siempre, ha bancos o troncos troncos de árboles en el qe los chilenos pasan s maor parte de s existencia mando charlando. En ningna parte del mndo se miente se maldice tanto como alrededor de n ogón chileno. Las vestimentas los ergones están llenos de pioos. Aera, los pollos, los perros cerdos vagan libremente entre los montones de conchas vacías otras basras (…). Los chilenos tenían antigamente tanta tierra como los alemanes tenían sobre éstos la ventaa ve ntaa de conocer bien el país. Pero mientras el alemán progresa, a mendo con obreros chilenos, el hombre de la tierra tier ra qe se ha qedado a trabaar trabaar por s centa, va para abao. Es desordenado, ignora el ahorro, vende s tierra para beberse el prodcto cae rápidamente a la condición de criado. La maoría de esas gentes son mentirosas ladronas, nada está segro delante de ellos. Leonhardt
siendo cajera en el HIPER me ascendieron a jea de vegetales por esa manera maner a exacta de devolv devolver er el vuelto 54
esa habilidad sin trmite de sacar galana la melona golpeada/ la vinagre mugrienta. quieta habilidad de encontrar callada en la malla de kilo la papa blanda esa vergenza de la yagana as con la ua larga/ rompa el hilo rajaba el ato y echaba a la zanahoria palta la lechuga lenta. qué ciruga fna/ qué odontologa/ p e r o q u é s i n t o n a pero haberme visto/ QUÉ CALIGRAFíA. los chilenitos chilen itos no entendan entendan los reponedores me jodan si en Neuquén no crece c rece nada si la sidra la revuelven con el gas de caera. pero cho/ pero yo/ segua/ la guerra guer ra del desierto desierto la jea de vegetales de la pampa perdida llenando mi canasto de ruta podrida. qué tersura/ qué pasillo/ qué chacra hermosa la de esta zorra argentina que le quitó el laburo al chilote de la fambrera qué ricura/ qué herona que acusó de hurto al mapuche de la panadera.
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GREMIO a cladio b. & carles eixa
Fui donde Morgan y le dije: dame este retrato mo que tienes en la cabeza. No te enojes —me dijo— ya te lo doy. Se abrió la testa y me lo dio. Después ui donde Taylor : Edward ese retrato mo que tienes en la cabeza dmelo Ests enermo —dijo— Me impacienté le di un palo le abr el crneo y saqué mi retrato. Boas escuchó escuchó el grito g rito y vino v ino corriendo: pero hijo mo ¿qué has hecho? Cayó otra vctima Se lo abr y saqué mi retrato. Me visitó la Mead: Maggie dame ese retrato mo que tienes en la cabeza. Se abrió el crneo y me lo dio. Busqué a Ruth y mudo le part el crneo con un ferro le saqué mi otog otograa raa blasemando Con el crneo abierto Como abierta le dejé la puerta de su casa. (Se me cruzó Evans Con su mismo rie le destapé los sesos usurpndole mi imagen) 56
Volv V olv y estaban todos almorzando Claude L. S. y el Polaco Se levantaron y sin siquiera saludarme se abrieron sendos crneos y me dieron el retrato haciéndome una venia. Part a donde todos mis “amigos”. Se haba corrido la voz y no tuve ningún inconveniente Me saludaban sa ludaban amablemente amablemente Mientras con la otra mano me daban mi retrato Yoo les deca al mismo tiempo “gracias” Y “gr acias” Y les cerraba cerr aba su crneo con deerencia. deerencia. Al séptimo da me ui a Ninguna Parte Con mi bolso de cuero y lana repleto de otogr otograas aas Me empiné como pude Y las puse sobre una nube que que pasaba y les prend uego. Volv de una carrera Volv Los busqué uno por uno Peroo all Per al l estaban todos Con ese otro retrato mo en la cabeza. OTRO DE AQUí no se para a dejar su plato. habla mal de tu mujer y te pide vino. quiere un cuchillo “bueno” y te aconseja un sitio donde debes comprar la carne. ya no le gusta el cordero. ya no le gusta el asado de tira. vuelve a patear tu macetero. alega 57
contra la maleza el espinillo espini llo los cerdos. te orece alambre y un carpintero de ribera. te explica largamente porqué no sabes de rutales. ruta les. porqué no debes de llenarte de avellanos avellanos porqué tus hijos se ven acos. est leyendo a los “etnólogos” pero mejor es la novela bélica. llama a las dos preguntndo preg untndote te por un mecnico. pide que le repitas el nombre de tu pueblo para comentarlo con su madre. reitera una anécdota donde te sentiste un desgraciado. llama a las dos para invitarte a un bingo. recibe a tu mujer de abrazo. le canta le cuenta le aprovecha apro vecha de preguntar por su hermana. por el v ino. por su tragedia. S exagera. se engola y opina expone. un caso que dice es emblemtico. su argument arg umentoo avanza y se int interr errumpe umpe a s mismo con una chanza. por lo general inentendible. por lo general oensiva. cantinea cantinea driblea dobla. sube el tono logra log ra hacerse entender ent ender pide perdón por la insistencia. colabora con rases ra ses como “no es óbice para no estejarlo”. “la gallina gal lina es la estrategia del huevo para hacer ms huevos”. huevos”. pone comas cuando es cuestión de estilo. su ansiedad lo hace ganar peso. imita a la cajera hablando con la cajera. no se le ocurre nada ms que comprar rutos secos que ir al médico por su gastritis. gastrit is. por sus problemas sebceos por su bruxismo. br uxismo. quiere usar lentes lentes y no los necesita. pide la palabra palabr a y cita err erradamen adamente te a george george simmel a germn arestizabal. arestizaba l. no le prestan atención. cuenta sus problemas con paradigmas paradigma s epistemológicos epistemológicos que no ha traduc traduci-ido bien. llama la atención. atención. logra logr a que le sigan una idea pertinaz y antojadiza que se rehúsa a desarrollar desar rollar según confdencia por alta de bibliograa. por alta de buenas bibliot bibliotecas ecas por a alta lta de buenos editores por alta de buenos investigadores por alta de locales nocturnos. en conciertos de cmara tararea 58
golpea la butaca delantera. con su pie con el programa con su llavero. lo eligen para comités insignifcan insign ifcantes. tes. que cultura que extensión que operación deyse. acepta. le regalan una entrada al cine. la extrava. Volta) (De Alto Volta
S DE CELLE Sobran cebras en el Zoo Y no en tu cama. Piensa: si sólo Tuvieras moza Si sólo te abrazara Esa mamera con rayas. Horizontales, obvias Horizontales, obv ias Vertica V erticales, les, bellas. As besar: or el recado que Deja la luz entre dos rectas. As rozar: acopiar las crines Que dormitan en el velador. Jaca potro corcel rocn Sobran en tu corral corr al absurdo. absurdo. Peroo cebras. Per cebra s.
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1999-2011 Querido Leopold L eopold lee esto muy, muy despacio Y créeme que no tengo otra otra orma de decirlo. Si hasta aqu has ledo de prisa Te pido que vuelvas a comenzar de nuevo. No me atrevo a pulsar tu número Y quemar el poco aliento aliento que nos queda. No seré quien arriba, no seré quien parte Para quedar en la mitad y vaca. No te apresures, no te es de mi brevedad Porque Porq ue este da pardo terminar en el mismo da pardo Que persistir inmutable en otro da pardo. Querido mo, hoy a las cuatro y treinta de la madrugada Nuestro hijo nos dejó. Sus ojos ya no muestran ni sienten dolor dolo r. Perdóname. He perdido un cuerpo para llegar Y he perdido un cuerpo para par a regresar. regresar.
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GUSTAV GUSTA VO BARRER BA RRERA A CALDERÓN C ALDERÓN (Santiago de Chile, 1975)
Es poeta y narrador, licenciado en arquitectura por la Universid Universidad ad Católica de Chile. Formó parte del taller de la Fundación Pablo Neruda en 1996. 19 96. Ha participado en diversas maniestaciones públicas e intervenciones urbanas que integran música, poesa y puesta en escena. Exqisi Exqisite te es el ttulo de su primer libro de poesa, publicado en 2001 20 01 por Ediciones Edicio nes del Temple. Temple. Obtuvo la beca de creación literaria para escritores noveles otorgada por el Fondo Nacional del Libro y la Lectura en 2002. En noviembre de 2002 el sello El Mercurio-Aguilar publicó Adornos en el espac espacio io vacío, obra que recibió el Premio Revista de Libros 2002, del diario El Mercrio. En 2007 publicó la serie poética titulada Carácter , integrada por los libros Primer orifcio, Papeles mrales tapices, y Mori Mari Mari monogatari monogatari , en edición limitada bajo el sello Barrera Real, donde también editó el registro otogrfco de Dinero, merte n rostro sin ceas , intervención poética realizada en 2006. Creatr es su sexto libro de poesa, escrito con el apoyo de la beca de creación literaria para par a escritores proesionales proesionales del Fondo del Libro 2006, y editado en 2009 por ril.
EL ARTISTA MODERNO EJEMPLAR Moderno, ejemplar El artista moderno. El artista ejemplar El artista moderno ejemplar es un trafcant tr afcantee moderno un trafcant tr afcantee ejemplar El trafcante moderno es un artista ejemplar. El artista moderno ejemplar es un trafcant tr afcantee de locura ejemplar de locura moderna
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La locura moderna trafca palabras como antasa o surrealismo El artista moderno en su locura trafca palabras como antasa o surrealismo pero palabras como surrealismo o antasa no aclaran mucho La locura moderna no aclara mucho El artista moderno ejemplar trafca palabras como surrealismo o antasa Surrealismo moderno. Fantasa moderna. Surrealismo ejemplar pero palabras como surrealismo o antasa no aclaran mucho UN ARTISTA VESTIDO DE TRAJE FORMAL DECIDE DECID E VENDER EL GRAN GRA N VIDRI V IDRIO O Vestido de traje ormal recorre Vestido recor re los interminables interminables pasillos Pasillos altos o angostos, iluminados o sombros Con la ilusión de llegar a su entrevista a tiempo apura el paso Cuando abre una puerta cree que ha llegado a la ofcina correcta pero detrs de la puerta existe un nuevo pasillo que puede ser alto o angosto, iluminado o sombro, bien puede ser la antesala de una nueva puerta que conduce hacia un nuevo pasillo 64
La secretaria contesta que no sabra decirle A medida que el artista desemboca en nuevas salas sala s de espera descubre que éstas son habitadas por nuevas secretarias vestidas con traje ormal algunas secretarias verbalizan su respuesta algunas secretarias responden con una grabación teleónica algunas secretarias ensean un tatuaje con la inscripción no sabra decirle… El artista comienza a perder el tiempo y apresura el paso para llegar a su entrevista desesperado abre una puerta y se encuentra con un espejo al otro lado del espejo un curador de arte reproduce los mov mov imien imientos tos del artista de manera especular EL CURADOR DE ARTE RECOMIENDA VIDA SOCIAL No es posible vender una obra de Marcel Duchamp si Marcel Duchamp no tiene nombre ni presencia El curador se llama Enrique se llama Hugo y se llama Dios 65
El curador tiene un nombre que lo identifca y relaciona con los dems En el periódico, el curador entrevista y el artista dice arte En el cocktail, el artista dice arte y el curador re a carcajadas ¡Ms vino para el artista! La camarera llamada Alicia orece una copa de vino blanco ¿Ms vino para el artista? El camarero llamado Adorno orece una copa de vino tinto ¿Ms vino para el artista? UN HOMBRE APARECE TODOS LOS DíAS EN TELEVISIÓN La acción es sperior sperior a la inacción… Ni siqiera la vida del cerpo podría existir si no hbiera acción. Bhagavad Gita
Cierto da un hombre decide (sin razón ra zón aparente) aparente) aparecer todos los das en televisión después de su trabajo habitual 66
cierto da un hombre decide su objetivo (sin razón ra zón aparente) aparente) y aparece todos los das en televisión Cierto da un hombre decide (por ansiedad) aparecer todos los das en televisión después de su trabajo habitual cierto da un hombre decide su objetivo (por ansiedad) y aparece todos los das en televisión Cierto da un hombre decide (por soledad) aparecer todos los das en televisión después de su trabajo habitual cierto da un hombre decide su objetivo (por soledad) y aparece todos los das en televisión
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Cierto da un hombre decide (risas) Aparecer todos los das en televisión (risas) Después de su trabajo habitual (risas) Cierto da un hombre decide su objetivo (risas) Y aparece todos todos los das en televisión (risas) (De Adornos en el espacio vacío)
ORIFICIO DE SIMIOS Esto que intent intentoo decir ahora es algo a lgo que quiero decir desde hace mucho tiempo Presiento que nacer una imitación del mundo Presiento Un rbol al que cada da le nacern nuevos rutos Los que se pudran darn semillas para que nazcan otros rboles cargados de rutas las muertes los ra rastros stros inseminarn mundos nuevos 68
Pero no puedo decir nada Pero ahora un simio golpea las paredes tejidas al interior de mi cuerpo como una trompa en una habitación acolchada da golpes secos que se aplacan al tacto yo descubro que hay un patrón que se repite no debera pero siento que debo anotar las seas necesito saber lo que me pasa Siento en el pecho y en los dientes ganas de morder los cuerpos y de pasarles la lengua quiero que me pellizquen y me tiren los pelos que se metan adentro mo y me vean as desde den dentro tro cómo soy cómo palpito cómo suena el interior de mi voz que sepan todos cómo se oyen las cosas exteriores desde dentro mo cómo se entienden mis manos y mi sexo desde ac Perdónenme Viviendo Viv iendo sola me he vuelto vuelto tan grosera g rosera Me alimento con presas de pollo (es que necesito sustancia) chupo los huesos hasta quedar grasosa con la cara desarmada en un mar de sebo A ortunadamen ortunadamente te soy hbil con un lpiz color carne me dibujo nuevamen nuevamente te los ojos (luego la boca)
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He cambiado Ahora te imito dando vueltas por la habitación los imito a todos juntos juntos y pongo cara car a de loca creo que soy todos y cada uno de ellos As, en un momento se dice que nada de lo que vieron los ojos de los simios era “la realidad” se dice as tan cil como si alguien dijera “todos nos parecemos tanto” LA MAGIA, LA TRAMPA Y EL MILAGRO Periódicamente y en aumento sent temores, hablé con los astutos, hablé con los audaces. En cada una de sus oraciones, simples en estructura pero complicadas en recursos persuasivos, era posible leer que no estaban al tant t antoo de la presencia de la materia en su realidad ntima. En ese momento no les tema y dejaba que hablaran hablar an sin armona ni pausa. Pero cada vez que se retiraban, mi territorio terr itorio en medio del valle se haca ms pequeo, y yo nunca entenda cómo se las arreglaban para desaparecer las superfcies superfcies de tierra, tierr a, cómo lo hacan para cercar cada vez ms los lmites hasta dejarme confnada a este pequeo metro cuadrado desde donde narro a ustedes mis visiones. Dirase que resto como una mente desencarnada, pero eso los astutos no lo saben. Dirase que repto como el cuerpo de los mrtires en una humanidad dolorosa, pero eso los audaces no lo dicen. ¿Mecanismos de las semillas hbridas?
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confnada en un metro cúbico, misma dimensión en todas direcciones las nuevas nueva s ores tomaran la orma del cubo or ifcio) (De Primer orifcio
CAJA UNO: LA IDEA DE RELACIÓN LA MujER y Su MARIDO MA RIDO Es evidente que el marido le teme a su mujer pero ella le teme aún ms a él Lo que le preocupa no es algo que él hubiese dicho tampoco sus actos podran despertar alguna sospecha el problema es lo que él no dice La mujer teme lo peor y mira a su marido de medio lado Mientras el marido duerme la mujer le hace preguntas un temor crece con el silencio cada vez ms agudo un temor es un dolor eléctrico justo en medio de los ojos El silencio de su marido le hace h ace ver las cosas cosa s dierentes dierentes de da ve razadas, cortinas, ropa tendida, de noche ya no Por las maanas salen sa len juntos juntos El portero los observa a través de las cmaras ellos hacen como si nada La mujer piensa que el marido sabe algo nunca le preguntara 71
Recorren el pasillo muy temprano todo el edifcio parece estar vaco Llegan juntos hasta la entrada El portero los observa a través de las cmaras Ellos hacen como si nada SOLOS EN LA HABITACIÓN OBSERVADOS Como si estuviesen estuv iesen petrifcados se ubican en medio del espacio del cual disponen, a una cierta distancia no pueden observarse ser varse el uno al otro ni pueden disting distinguir uir el diseo de los objetos de su su casa. Si observaran observ aran con detención descubriran que tanto la madera del suelo como la tela de su vestuario estn cubiertas por la trama de la impresión. Sienten que alguien los observa, como si la presencia de muchos ojos se instalara siempre en el mismo mismo lugar para observarlos. obser varlos. Naturalmente men te ninguno ning uno de ellos sabe que en realidad rea lidad as es. Aunque usted se instale rente a ellos y les escupa o les sople a los ojos no tienen conciencia de usted. Como es natural en ellos, su piel se eriza en una mezcla de horror ho rror y ansiedad ansieda d ante ante la uerte presencia de una mirada desde uera de su espacio. Nuevos hombres y nuevas mujeres habitan hoy la casa. ca sa. EN UNA FOTOGRA FOTOGRAFíA FíA Una mesa cubierta de objetos misteriosos, tres platos y tres jarras. jarr as. A liment limentos os de plstico. En el centr centroo dos represen representataciones antropomórfcas: un hombre y una mujer, plasman 72
la sorpresa, la ansiedad y el miedo mientras un pavo real destroza con sus patas la cabeza de un pitón. Los L os ojos de las fguras fgur as apartados apart ados de sus rostros rostros dejan ver un complejo sistema de relojera que parece dotarlos de vida. (De Creatr )
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PEDRO MONTEALEGRE (Santiago de Chile, 1975)
Es periodista. Ha publicado los poemarios Santos Sbrogantes (Ediciones de la Universidad Austra Australl de Chile, 1998); La Palabra Palabra Rabia (Editorial Denes, Valencia, V alencia, 2005); El Hio de Todos (Ediciones del 4 de Agosto, Logroo, 2006); Transversal (El billar de Lucrecia, Luc recia, México DF, DF, 2007); y Animal Escaso (Ediciones Idea, Las Palmas de Gran Gr an Canaria, 2010). Por su primer libro le ue otorgada la medalla Fernando Santivn, de la Universidad Austral de Chile; con su segundo libro ganó el iv Certamen de poesa César Simón, de la ciudad de Valencia. Ha sido publicado, entre otras, en las la s antologas El decir el vértigo. Panor Panorama ama de la poesía hispanoamericana reciente 19651979 (Filodecaballos-Conaculta, México, 2005); Voces del Extremo, Poesía Vida (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2006); Diecineve —poetas chilenos de los noventa— (J.C. Sez Editor, Santiago, 2006); y en Sin red ni paracaídas. Poesía contemporánea de la América Latina Latina (Secretara de Cultura de Colima-Conaculta, México, 2009).
hora v vaS aS a hablar . Ahora encenders las luces de la casa. ahora Conminars la luz con vuelo de polilla, y dirs hblame. h blame. Yo Yo hablaré. Yo. Polilla. Yo. Yo. Duración Durac ión del vuelo, olor delicioso del icioso de un ala a la quemada. Se llama ciudad. Yo me llamo ala. Te llamas ciudad. De limo. De lquido lqu ido similar a la lgrima. lgr ima. S. Yo. Yo. Hablaré con el agua que ojos depositan. Hablaré con sangre de menstruación, de costra. S. Tú. Hablars. No. Yoo no hablaré. Negaré lo que has dicho. Ala. Y A la. Lgrima. Lgr ima. Noche. Casa —de muchacho— tú, casa de puta crucifcada a la nieve, puto dormido en la abscisa de la balanza: un fel (dinero), fel —es— (poder), un fel (yo tengo) ¿Ves? La ternura es tener. Yo me llamo Tengo. Tú te llamas l lamas Hambre. Tengo. Tengo. Hambre. Una sed es lucha y un poema es beber. Muchachito dominado por la masa y la duda. Estos muchachitos muchachitos son todos mi casa. Soy con ellos el los Beber Pongo fn a la luz ¿Es la sombra ceguera? ceg uera? Lucha, revolución,
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proletarios de la belleza y las bricas brica s de muerte. muerte. Fbrica. Muerte Sanar es ceguera. Ahora vas a hablar. Pronunciars Pedro por no decir brica. Nombre de quién, las luces, las luces. Horror. Electricidad. La ternura es lo gneo comiéndose una casa. Qué pas no es casa. Vuelo de polilla dispuesta a estrellarse contra con tra la ampolleta caliente. Vuelo. Vuelo. Huir. Casa. Calient Ca liente. e. Negaré lo que has dicho. Hablar. Ceguera. Tú te llamas Hablar.
aS a DeSaParecer . Ahora descuelgas tu nombre de la v aS carniceras porque vas a desaparecer. Yo quiero, como tú, ser chiquillo. Tú. Hijo de moralidad similar a amapola. Ética del chico matado. Chico de color de rouge, rouge, papel calco ca lco abuloso llamado cielo. Chico. Cielo dominado por la gramtica del ahorcado, el emperador. emperador. Lengua. Leng ua. Beso de tramoyas descubiertos desnudos rente rente al a l precipicio. Per Peroo es also. Falso el papel maché. Rugido de hormigas hoy piden. Verdad. Rugido. Hormigas. Placer colectivo. Usted no es. Tan Tan digno dig no bardo el que limpia botas. Poltica Pol tica propia de lpiz labial. Poltica propia de lpiz de carbón. Poltica propia de lpiz de agua. Pestaa de azúcar encontrada en la acera
nada dice a alguno. Zapatito de cal debajo de la cama, boa de espuma o palabra boa sin mudar de piel. Boa de miel, una lgrima de Marx como golondrina alterada en 78
su misma fgura. Una lgrima de Marx sobre una or de feltro. El plusvalor de un pétalo. Una boa mitológica llamada deseo. Y el placer de ser uno. Y otro. Y uno. Otro modo de Mito o también mitosis. Vas a desaparecer en la palabra pa labra desaparecer desaparecer.. Mito also o verdadero sobre un hombre colectivo. Va el hombre colectivo cruzando la calle. Basura colectiva y su aire plural. Su libro colectivo escrito por Uno. Tiene sueos, no Uno. Vas a desaparecer. Paz. Ceder. Ahoraa descuelgas Ahor descuelgas tu sexo de las pescaderas. pescaderas. La palabra desaparecer en la palabra nacer. La palabra nacer en la palabra lengua. La palabra yo en la palabra tú. Poltica propia del dgito nosotros. Chiquillo. Tú. Placer colectivo de lpiz de carbón. Ahora te descuelgas de la refnera y al ms puro petróleo, cae un nio de sal. Un nio de liquen sobre la cara de Marx. Una lgrima de Marx, Usted, como un also zapato de nquel. Zapato de obrero en la rosa cósmica. Usted no es aquel hombre colectivo dominado por el colectivo. colect ivo. Hombre. Es. El rugido colectivo de hormigas rojas y negras. Boa. Uroboro secreto de la hora. Plumas del chico besando el pétalo. Mito del chico dotado de alas, miel, alisios, huellas de gaviota. gav iota. Vas Vas a desaparecer. desaparecer. Esto es. Esto ue. Moralidad de amapola. La palabra tú en la palabra no. (De La palabra rabia)
haS cantaDo, pero no has hablado hablado al corazón cor azón de las cosas. El da puso 79
su lacre caliente —lgrima, ema, azúcar expulsada por el ojo (o su lente) cuando no tiene alguno—: sólo el hueco que imagina un globo all. Pero ni eso, ni se recuerda. Azúcar quemada como grasa de humano para hacer velas bellsimas. Iluminamos con ella la calle, fno estilete, flo de labios que caen por su peso, discurso de hasto, que daa, sana lo ms seco de s. Todo Todo se cumple con el vient v iento: o: suma y resta la libertad; uno es una: ninguna cosa cae por su eco: lo mutable; la nia con el globo —su orma de corazón– se simula; la armacéutica, ése que alquila pelculas y vende incienso. Yo Yo vi v i una mancha. Tu vist v istee una mancha, un libro que se cerraba en el cielo, un ruido de uas al rascar la pizarra, presencia de muerte el ruido del ciclomotor. El avión que se despega parte el ruido y nos ata; los concejales de ojo que ampliarn el aeropuerto; los rboles talados harn sextinas y desde los mangos dirn Yo Fui Aquello, Fui Esto. Has cantado pero no has hablado al corazón de las cosas. Dos chicos son cuatro al son del heroinómano —llora sobre una margarita y hay luna. Los chicos de Senegal bajo un puente, mientras las estrellas se despedazan en las pavesas del tabaco. Tengo algo y tú nada, dice el corro, el eco del baile vuelto cimo, una ciudad doblada en un rollo de kebab, 80
metora de un universo agujereado por gusanos. Gusanos del mundo, ustedes saben del polvo, el blanco que el olvido olv ido orece a un dedo. * Se nos tacha de locos. Caminamos con un perro mordiéndonos las nalgas; la vista es nieve, mirando hacia adentro, elices, nios, por el borde del acantilado. La cada es un poema —no duele ms. El moretón es pedagoga; la risa con los dientes destrozados, destrozados, destartalados, destart alados, echando pestes, plagas, con callar, demonios de todo. Las hojas se arremolinan y nos huyen, los que podan rboles nos arrojan ramas; el otoo se fltra como un ro no comprensible con versos, pero entendiéndolo entendiéndolo s, sólo con el golpe de la corteza contra el odo. Se nos tacha de locos; la herida de la calle se traduce como extranjera; los gimnasios, las cmaras de tortura, los rigorfcos industriales, todos tienen hierros: los empastes de muelas. La seguridad de un bastón, un carrito de la compra, un broche de oro con orma de caballo, la seguridad con que eso se disuelve, se pixela, arena echada al recién nacido que ya es viejo. La locura es simple: hablar de atrs para adelante, mear la boca de los perros, y por perros digo 81
los que hablan como uno, pagan cuentas: uncionarios de celon, fnos como hechos de hostia, peatones y strapas. Se nos tacha de locos; puede ser, puede el aire tirarnos piedras o no, las cosas levitar, lev itar, escuchar voces, voces, hablar bajito con un gnomo, besar las ores carnvoras; en cuartos oscuros, entree los cuerpos entr cuer pos abiertos, preguntar por un ngel; a un alcalde pedirle una pestaa cada —su porvenir es ella; a los comunistas bellos olerles la sien, comprobar si sus uas saben a pólvora; leerle poemas al ascista. Caminamos con un perro mordiéndonos las nalgas. Has cantado y casi no.
te Dejo la teSitura de la calle, me refero a su énasis, digo su flamento de calle dolida, como si uera la mano estirada de un ciego. Arqueologa es el paso —la huella, numismtica, birontismo, el ventrlocuo —su verdadero diente—, ¿qué es? —la pisada un sello, y es as: el aeroplano bimotor bimotor se abalanza sobre la herida de Apolo —digo ésta, la herida del muchacho, —su incompleta mirada– hablamos de mentiras y el avión se abalanza. No la balanza, la carta de la justicia —el tarot, la rueda rota del decir, porque las palmeras alineadas de la avenida son ósoros, y tu bonanza es ésa: recordar los bosques, mugre de perros donde crecen rboles, un enermo terminal diciéndole al tronco: 82
luces imperecedero, imperecedero, es sabia y no es savia sav ia la ronda. Uno extiende la mano y recibe el mismo hueso de uno. Uno extiende la mano de hueso y recibe un mbar —adentro del mbar un excremento excremento de perro. per ro. Te Te dejo la tesitura tesitur a de la calle, ca lle, una partitura de música. Digo: su ciencia de calle trazada, el dibujo geométrico, varilla de castigo —el asesinado: matemtica hostil: cada punto del rostro rostro corresponde cor responde a un éretro, el gemido es lumen, —la selva que vi caba en bolsas de esporas: el helecho. Un helecho es el rostro rostro —gime, con lluvia lluv ia agria agria es lavado, lo menos, lo ms asesinado —un indio ind io sin nombre— ética y entr entropa opa de la distorsión. * Cada tajo del cutis, mismo desierto de Nazca. Lo rido es combativo con sed. No se hibrida el celacan celacanto to —la pescadera—, ni menos como salamandra —el hipocampo es incógnita. El ornitorrinco va de un poema a otro. Con salto, pasamos de la ciudad al recuerdo sin abejas del bosque. No digo el cliché, cl iché, selva, cemento, cemento, ragmento, cuadro sin luz de Mondrian. Puntos de uga. Ya hartos estn de Puerto Varas, Valencia. Pero Pero cuando el ojo supura se puede hablar de mirada. Te dejo la tesitura de la calle, su lnea de autobuses rojos y amarillos, la bandera del pas, la sinrazón sinra zón —implosión, explosión. Pas. Pas. Llenos de arcngeles los chicos de la discoteca, llenos de tronos —legiones, cuerpos celestes, abejas 83
o granos de sésamo. Es mentira lo uno. La revista de novedades —un mercadillo hippie— barrios antiguos reormndose de a poco. Los nuevos vecinos dicen, ¿qué? o, ¡hay estrellas! Es mentira lo uno. Donde haya un cartel de 1920 habita lo desvado. La huella es flatelia, carta astral, bolo alimenticio. Arqueologa de calle, —tal vez teologa— dios mismo dice: no hay dios sin diez. Hambre, Belleza consignadas al hgado. Un obrero es obrero, las nias góticas, las nias lavadas que comen violetas, los chicos inmigrantes —rayando la pared con aerosol— vibran, hacen luz —son el sol. Los chicos en monopatines, ¿a qué cielo volarn? Sern el cielo cuando estiren los brazos y las migas de pan aerradas a sus bolsillos articulen galaxias que esperamos ver. La ética de contarlas. (De Transversal )
¿Acaso baó el ángel a prometerte n ventroso exilio? Tal vez hasta pensaste qe las agas lavaban los giarros para qe mrmraran mrmraran t nombre nombre en las plaas. Olga Orozco
llevo mi PaíS en la punta del dedo. Y a m qué me dices, puedes irte a la Historia, Timonel: rer la signifcación de la larga y angosta con tres variaciones de hierba: la abulia, la insidia, inclusive la lstima. 84
Nunca te diré lo que quieres or: las polillas, mi barco. Paréntesis abierto, la ortiga: tu corazón. Te digo un recuerdo. No me propongas nada que no pueda marcar con una herradura caliente. Cómete tu sombra, gran hijo de ella. Llevo mi pas en un collar de fligrana. Cuelgo adems una vértebra de perro. Su valor se comercia (la pureza de un santo). santo). No te creo c reo una letra de lo que me dices: cllate. Atiende a la oración de la gaviota. Amanece: no tenemos otra cosa, solo nuestra invisibilidad. Un pasto se viste de serpiente marina. No halla mejor que extenderse en la vena. Recuerdos. Recuerd os. Una febre: nos vuelve escritura. Nunca te olvides: no tenemos bitcora. Recuerda: colgamos de una rosa no vista. Quiz yo era una oruga. Toma aire y expúlsalo. ¿Puede ser con la mano? En mi pas yo cantaba sentado con mi padre: él abra sus palmas —el viejo v iejo cuervo que era—: unas monedas monedas de miel parecidas a Zeus nos caan encima. No me hagas rer, por que mi padre heda a suluro unesto que haca marchitar las azaleas del patio. Por su culpa no nacieron los huevos del zorzal. En mi pas yo poda matar a mi enemigo y mis vecinos me respetaban: cómanse el polvo de un cuerno taurino. taur ino. Los pobladores lo hacan. No gozaban la muerte, su vestidura vestidur a sobre m. Ya Ya no sigas sig as mintiendo, matarie: nunca tuviste linaje ms que alguna navaja. Deja de inventar telaraas inasibles: el mar acelera la descomposición de las palabras y las algas de la proundidad nos agitan sus manos como si sólo esperramos su abisal despedida.
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no queDaba De mi PaíS la costa desmembrada: su recuerdo, su pólvora, su pedazo de estrella discutiendo con las aguas la territorialidad de sus puntas. Y estbamos nosotros, nosotros, dos nutrias nutria s que comen el sargazo maligno —del aire: su origen— negados de toda voluntad: volun tad: ver —aunque sea una isla, aunque sea otro hombre recordndonos recordndonos las extremidades— la capacidad del salto. Ni siquiera una ballena que nos trague de súbito para hallar en su estómago otro pas entero: entero: calles similares (los transeúntes ignoran su posición, la geograa, y se dedican a tejer la leyenda que imaginamos). No tenamos ni el halo de los que no tienen ningún abalorio, su pérdida: ganar una visión, las palabras que salen de las algas, alga s, sus burbujas, la doble hambre que siento siento de comerte y comerme, continuidad,, historia, el crculo abierto continuidad como una ola blanqusima. Nos volvemos como ella para desnudarnos completos, para volver a recurrir a las tablas resecas, esta balsa sin nombre. Los cimientos de mi Pas —se disuelven— azúcar en un vaso va so inexistente. inexistente. El remolino de la cuchara. cuchar a. escaso) (De Animal escaso
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GLORIA DUNKLER (Pucón, 1977)
Ha recibido el Premio Academia 2010, otorgado por la Academia Chilena de la Lengua, Lengua , entre entre otras distinciones dist inciones y becas. Editada en antologas nacionales, extranjeras y en revistas. Sus textos han sido traducidos al alemn, polaco, cataln y lenguaje Braille. Br aille. Es autora del libro de poemas poemas Fchse von seg undo libro, Spanda, publicado Llaenko y en mayo del 2012 apareció su segundo por Ediciones Tcitas.
FANTASMAS DE LA ESCUELA La ventd escolar a salda del todo espontáneamente con el ‘Heil Hitler!’. y como algo completamente natral resena en el estadio de Temco el himno Horst-Wessel. La sangre ha vencido el espírit de la ventd de nestro gran g ran peblo ha arrastrado en s resrrección también a nestra ventd chileno-alemana. Citado en Los nazis en Chile, de Vctor Faras.
Mi amigo Karl era uerte pero yo vea sangre y me desmayaba. El ruido de las winchester en las caceras de patos me haca orinar los calzoncillos. Si jugbamos a los pistoleros terminaba convirtiéndome en el traidor que se una a los comanches. Me encantaban sus juguetes de milicia, sus guilas, sus banderines, improvisar batallas en la arena, 89
campos de tortura en la jungla, bombarderos en ciudades enemigas. A veces también me astidiaba todo aquello y preera juntar digees o cazar perdices con mi honda. * Galopan tus piernas sobre el colige, el hocico de tu bestia es un trapito y tu cabello al aire son las crines. La adolescencia te pilló brincando en los montes y bajo la luna silvestre maduraste. Descalza, carita sucia, hiedra que monta los barrancos, hija del gran cacique aún no entiendes de modales. Juguemos Jug uemos a saltar las espinas espina s de las cercas y burlar a los adultos que salen al paso, con tus sueos prendidos a las riendas llévame contigo. * La maestra maestr a est enurecida hoy hoy.. Yaa no quiere impro Y improvv isar pupitres, cansada de tbanos y chapes que se han vuelto sus peores enemigos. Ella huele bien, pero en sus atales paseos la mierda de los establos le arruina las sandalias. Sure de alergia a los pelos de los gatos, ¡y ni hablar de su periodos!, el enriamiento le provocó provocó una cistitis c istitis que jams logró curar en las boticas del pueblo. Cuando el dolor le quebró el orgullo una curandera le dio a beber inusiones para ella, sin duda, races amargas. 90
* Tuve compaeros que soaban con ser agentes del SS o enermeras de campaa. Karl posea una colección de soldaditos que eran la envidia de la escuela y hasta los cholos de las reducciones moran por jugar jug ar con nosotros. Tras or lecciones sobre historia de las razas lo dibujbamos pronunciando su discurso en los balcones, condecorando nios valientes y madres esorzadas. “Ustedes algún da también sern el orgullo de sus padres” nos repeta ese proesor emocionado y era nuestro objetivo a lograr, pero mis califcaciones ueron las peores. * All nos encendan el honor que signifcaba, para nosotros, ormar parte del Landesgruppe Chile, engrosar las flas en pueblos y metrópolis, servir a la causa como ervientes multiplicadores de la germanoflia. Mi padre no vio dudas en la madre de Karl que dio un paso al rente. Él las tuvo y me obligaron a desertar de su amistad por oscuras dierencias amiliares, poltica, la cuestión era estar con la patria, asuntos que dos nios no comprenden, que nada les importa. La valenta de ir en contra ue para m un accidente. Mi padre conoció el desarraigo. 91
* Mientras la luna rueda r ueda por los montes la abuela canta despacio para que hermanita duerma. ¿Quién es la ms linda? –susurra– porque uerte es el prncipe que velar a los pies de tu lecho y con su espada de plata le cortar la cabeza a un ngel si se burla o a la bestia que ose clavar sus garras en mi princesa. Soemos. Mi cachorrito cachor rito caminar no puede, sostener su nacimiento. Se revuelca en la placenta de su madre y ella gime, pues intuye que no levantar cabeza su semilla deorme. Envuelto en un paal blanco ser sumergido sumergido en tibias aguas ag uas y temblar la vida por última vez de patas a orejas. El animal mueve la cola en saludo a la muerte. WARMES BLUT La india observa al colono que siembra la huerta y el baile de los músculos empujando la yunta la estremece de sol a sombra. Para calmar tanta sed revienta las rutillas en sus labios azulinos, siempre con la cabeza sumida en el tablón. t ablón. Apretados a su cadera se van los pensamientos pensamientos de ambos: 92
ella se aleja en dirección al ro batiendo su canasta, yo me pierdo tras una loma punzando la tierra, saboreando la catstroe catstroe racial r acial de una aventura, aventura, sondola. A Karl no le gustaban mis bromas. NGUëñüN Ellos necesitan la privacidad olvidada por tantas semanas, lejos de aquel galpón sucio y rústico, del colchón en el suelo, los zancudos y el ro. El matrimonio Mller se niega a intimar bajo las colchas. En un rincón un muchacho desviste a su prima mientras los nios duermen o eso crean. (De Fchse von Llaenko Llaenko)
VECINOS V ECINOS (FRAGMENTOS) una tarDe el cacique le brindó asiento y parlamentó con esa gente primitiva la perra ladraba con sospecha, vecinos desde hoy, un lenguaraz trajo luces. Al echar un vistazo v istazo a la uria uria de esa negr negra a pensó si morir en combate habra sido mejor que llegar a una tierra sin orden.
Ser invitado a un guillatún era un priv privilegio ilegio que no comprendió. comprendió.
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un matrimonio Particular conviva en una choza: la india vieja estaba celosa porque su hombre visitaba a la hermana joven. Cada una destrozó su gallina con gran pericia: cogote, cogot e, pana, toda menudencia era rica sopa. Con la misma entereza entereza pugnaran pug naran su amor esa noche. en el río laS niñaS lavaban sus cabellos con orines ermen ermentados, tados, recias crines lustrosas como ciruelas brunas. Al divisarle tras los arbustos rean, murmuraban, le convidaban a dejar el animal colgado al yugo. Haba recuperado la apariencia de una vida sencilla. atarDecer loS loS emPujaba a los establos caDa atarDecer y marchaban sin chistar entonando su canción lastimera. Ayer eran er an prisioneros pr isioneros hambrientos hoy son gallinas y patos.
TIJERALES (FRAGMENTOS) tr aS la caíDa de los rojos en Chile el general que asumió el poder, ese hombre de tantas polémicas le encargó su nuevo plan: un campo de trabajos orzados en un remoto archipiélago. libre De loS juicioS de Núremberg, de Spandau muros largos y de algunos alg unos agentes, agentes, 94
si de algo se me acusaba los crmenes haban prescrito. El hijo se crió bien, con eso me conormaba. Un pequeo terreno, unas cabezas de ganado, abr un negocio y trabajé duro en ganar clientela. Estaba en deuda con esta patria. 1973 fue la benDición y la desdicha. El Capitn admiraba la antigua gloria del Reich, pero de esos mtines nocturnos de ese rie que golpeaba las costillas de esas banderas alumbradas por las ogatas de las Juven Juventudes tudes sólo quedaba la leyenda. ¿Quién era yo para romper una ilusión? conquiSté la muerte y con ella el troeo de los vencidos. Por eso detestaba los sermones que me hablaban de la justicia y el respeto, me hacan recordar a ese abogado deendiendo lo imposible. o jalá que la Selección de Fútbol saque la cara por los que amamos Alemania y nos reivindique en el mundial del 74. ¿q ué ué imPortaba que naDie comprendiera? A pesar de las amenazas si cayera todo el karma de los justos de los mrtires su razón que nadie quita la preera, me preera preera errata er rata 95
la gran pantera que ruga en los discursos la promesa del nuevo tiempo su palabra ue para todos la voluntad de Dios. COLOFÓN 1 Familias alemanas a lemanas y polticos inuyentes inuyentes le protegan. Huye al enterarse de la captura de Eichmann en la Argentina. Deambula con identidades alsas por Latinoamérica. COLOFÓN 4 Era un gringo deslenguado recuerdan los peones que trabajaron con él. Le gustaba emborracharse entre las barcazas a la orilla del mar. Por las madrugadas se oan disparos al aire. Nunca tuvo hijos. (De Spanda)
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clauDio Gaete brioneS (Valdivia, 1978)
Autor de Mink’a (Ediciones Ripio, 2012) y El cementerio de los disidentes (Ediciones del Temple, 2005. Premio municipal de literatura). Editor y coautor de la introducción de Ennio Moltedo. Obra poética (Ediciones del Chivato, 2005). En traducción ha publicado Relaciones, 9 poetas del Caribe Árica (Ediciones Perro de Puerto, 2012), Salomé , de Oscar Wilde (NihilObstat, 2011) y Relations, sitation des poétiqes a Chili, 1990-2009 (13 autores, Po&sie, Po&sie, nº 131-132, 131-1 32, Pars, 2010). Sus poemas han sido incluidos en diversas antologas y revistas en Chile, Bolivia, Boliv ia, Argentina, Argentina, México y Espaa; alg algunos unos han sido traducidos al rancés (Sr/Sd, Ediciones Plagio, Pars, 2008). Forma parte de la revista plurilinge de creación, traducción y crtica Escriatras Escriatras (Santiago/Madrid/ Pars). Psicólogo por la Universidad de la Frontera, ha impartido talleres psicoeducativos junto junto a jóvenes con problemas amiliares y sociales, socia les, y con grupos mixtos en la crcel de Victoria. Ha hecho una licenciatura y una maestra en literaturas comparadas compar adas en la Universidad Pars viii y ha traba jado como proesor proesor de literatura en la Universidad de Via del Mar.
COMIENZO DE SIGLO (FRAGMENTOS) Haré na poesía sobre sobre absoltamente nada: no tratará de mí ni de otra gente; no tratará de amor ni de ventd, ni de otra cosa, ha sido compesta mientras dormía sobre n caballo. caballo. Guillermo de Aquitania
De un tiemPo a eSta Parte de los ros neblinosos las ciudades han pasado y algunos pequeos asentamientos. Firme creció la numismtica –una cajita de metal– a un ritmo distinto al de los nombres. Firme como un banco de plaza donde ahorrar a mis parientes los treinta y ocho grados de calor de mi regreso. Un derrame de buganvilias en el rontis de un edifcio de gobierno: eso lo confrma, el diario de vida se atrasó enormemente —es la ventaja de los botes: los ros no retienen las estelas. Ahoraa puedo hablar Ahor hablar de las palomas pa lomas 99
de esas duras migajas que las palomas conunden con el alquitrn y sobre todo, hablar de sus estómagos magos negros del desperdicio. una na vez vez eleGiDo el tema los entusiasmos tropiezan con signos por quebrar: hojas, ms migajas, polvillo de vidrios, v idrios, y aromos. aromos. Dirase un tema de conversación: a un jovencito lo bajaron de la patrulla patrul la z 956 poco antes que un amigo medio muerto se apareciera. S, de un tiempo a esta parte como de todo como paloma. Partido he los tiempos de conjugación de una ciudad que sola llamar natal y guardaré las monedas del vuelto aunque ya todos los nombres sean mos y no haya trampa, a lo sumo ingenuidad. Alguien sacar de mi boca la última moneda, espero la espera diaria de las enormes vidas no transcritas. una Poética Del meroDeo, pensé como si lo mejor de nuestra pelcula ocurriera durante los comerciales: Pedro Villarroel Villar roel tocando el acordeón a las 2 de la maana cuando no somos dos precisamente. As pues, todo animal busca en su guarida lo que una charla de bufdos en tu corazón. Lrgate si lo deseas, pero no olvides llevar la piedra de la mentira como quien dice amás veré porno inantil o n sn 100
y al fn se anima, confando que ms tarde alargar el cubrecama hacia la izquierda, hacia el mar medicinal de lo incomunicable: Pedro nos habló sobre ser un ro y yo no vi nada al interior de su tango aún no estaba borracho tal vez aún no estabas tú. el meroDeo, cómo no. El comienzo de un siglo para undar religiones: qe dios bendiga ts manos, mchacho dijo el anciano de lentes gruesos desde la barra. Asturias de Albéniz, se entiende en la memoria de unas manos ms veloces que la cmara. Eso ya es una historia. El dinero que se agota, por ejemplo justo en el momen momento to que la música música abre la puerta: nuestra amiga imaginaria entre los pastizales —o cervezas— emblanquecida por el viento —o el humo de las la s mesas— que devuelve el sol a nuestr nuestros os bolsillos: memoria, como objeto. laS huellaS DiGitaleS descubiertas por el talco de los investigadores todava renuent renuentes es a aceptar que dios es un crimen perect per ecto. o. Que sea él quien te las bendiga, eso dijo tus manos, muchacho; tus músicas, se entiende. El tema del bar ue Comienzo de Siglo. Rarsima descomposición de Cage o Takemura Takemura —alguno —a lguno de esos hombres que murieron pasado maana: 101
siempre es hermoso, en verdad, abrir un ventanal ren rente te a la lluvia entonces, un queltehue basta para echar por tierra la armona o como sea que nos llamemos en el agujero ag ujero de una canción de amor imprevisible, inadible, no sé cul de estas palabras le va. Comienzo de Siglo, escuchndolo al salir del bar pero esto es lo importante: siempre al salir sa lir.. caDa uno lo eScuchó DeSPuéS, por cuenta propia y todava ms un da que se bebe a solas en el cuenco de las manos si las manos uesen la realidad. Nadie quiso hablar de ello y sospecho que no lo haremos en varios siglos. Ahora puedo hablar de las palomas, rotando en mis dedos el polvo encarnado de los arrayanes ar rayanes que crecen c recen dentro dentro del ro cuando estoy estoy de pie sobre Santiago y el trfco inv inviste iste de sal mis odos, algún sitio que tal vez he dibujado en la última pgina de mi cuaderno o que golpeo golpeo con la brasa del cigarrillo cigar rillo como a una puerta ms larga que un aro a las 4 de la madrugada volviendo a casa. SiGlo vi vi, no por los dos mil y tantos sino porque comienzo De SiGlo –déjame ver: una amilia entera se iba en auto hacia la playa mientras a un jovencito lo suban a la patrulla z 956
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y yo dale con que la soledad del hombre no es armoniosa ni es más breve qe las olas y as otras cosas, pues todo es ejemplo para las escrituras. La numismtica, en cambio es mi arte de las excepciones: de un tiempo a esta parte partida en otros tantos tantos tiempos un solo resplandor del ro Calle Calle. Por or eSo eSo PueDo hablar hablar De De laS PalomaS, ahora que la distancia ha crecido a un ritmo superior al de los nombres y tú eres una moneda que yo imagino inscrita con estas cuatro lneas severas: Al despedir despedir nos voltear ha n gesto en mi rostro el más sencillo de todos qe o nnca te podré dar. El merodeo, pensé entonces. Uno por cara y otro por sello. El comienzo de un siglo para undar religiones –las palomas cómo no. diside ntes) (De El cementerio de los disidentes
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ESTELAS cada niño tenía s estela por la sombra qe ella arroaba se medía el momento del sol Memorial de nacientes
la lnea por donde desfla el crneo de césar echado en una celda la serie de sus ensay ensayos os el planeta que otros no habrn podido entraar una fla de criatur criaturas as y reactor reactores es de uno en ondo 112 das en un calabozo de trujillo acusado de instigar el incendio y saqueo de la casa ca sa de los santamara asolado en el circuito de su mandbula se escondió se escondió pero lo pillaron el 7 de noviembre de 1920 los hera heraldos ldos negros que venan de ver la luz en lima , la tormenta estraga tabiques corredizos y biombos santuarios sintostas sintostas de konpira-san: con lunas de oro, toques de cardo y tintas maruyama okyo est pintando dos tigres tig res que lamen un estero corre el ao 1787 en shikokushima shikokushima aos luz van y vienen de la tormenta galaxias ga laxias de kami cuerdas de ko koto to 104
anegaciones la boca-entr boca-entrepierna epierna la vagina-cara del archipiélago , entree las islas del relonca entr reloncav v los cuncos navegan en dalca un hombre se pone de pie en la bruma para avistar una playa una mujer jadea bajo pieles de lobo marino estn esperando un hijo estn teniéndolo lo est pariendo partiéndolo el agua del amnios al aire que ir remando curanto en que suee y dé su luz no hay nadie aún en la orilla gritando en espaol: es el ao 1535 de nuestr nuestroo seor mejor no vuelvan del mar FOYEKO TIRADuRA DE CASA mira los huevos a tra trasluz sluz comienza a romperlos en el canto de la cocina ajes secos ramita ramitass de romero cabezas de ajos se agitan y raspan la pared rente ren te a su cara car a 105
la sombra de su esposo abre la puerta de la viga v iga cuelgan carnes nervv ios y huesos untuos ner untuosos os el ache gotea got ea sobre las tablas t ablas miro la noche a trasluz rente a mi cara se rompe un nylon/ percutido/ rente baquetas sobre el cuero tenso de la voz/ saltamontes/ ro bueno/ una piedra la abuela junto al ogón y la noche en que tres hombres la atacaron y la echaron de su casa en o oyeyeko, agua ag ua de canelo envenenada por gallinas gal linas castellanas castellanas la lluvia agranda agr anda la casa los tablones llevan la cuenta de los asaltantes las onolas no crujen el moho las curva leche cortada se azota en las ventanas: el paisaje es obturado por la niebla las especies de la casa no sueltan su historia a un cuchillo cuchil lo en la rente o un cubrecama ahogndote
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la nieta de seis aos abre la ventana y saltan a la huerta la linterna no las descubre detrs de un cerezo cerca del pozo el angelito te abre paso entre las murras que no rasmillan r asmillan tus piernas con vrices vrices cruzan la pampa en lo alto hay un hualle y un toro blanco sacando apenas el resuello llegan y lloran donde una sobrina miras la noche a trasluz tra sluz como la tierra de los antiguos antiguos la memoria no es redonda sino larga (De Mink’A)
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PAULA ILABACA
(Santiago de Chile, 1979)
Es autora de los libros Completa (Contrabando del bando en contra, Santiago, 2003), la cidad lcía (Mantra, Santiago 2006; La Propia Cartonera, Uruguay, 2010; Literal, México, 2012), La perla selta (Cuarto Propio, Santiago, 2009; Premio a la Crtica 2009 género Poesa otorgado por la Universidad Diego Portales), Estados de mi corazón: corazón: cadernos de viae (Catafxia, Guatemala, 2010), (in) completa (Mago, Santiago, 2010) y Pala dice (Meninas Cartoneras, Espaa, 2011). Entre los estivales de poesa en que ha participado se encuentran Poqita e en Santiago de Chile, Salida al mar en Buenos Aires, AQ AQPoesía Poesía en Arequipa, XIV versión del Festiv Festival al Internacional de Poesía en Bogot, Latinale en la ciudad de Berln, Primer corredor de poéticas del sr en ciudad de Córdoba, El vértigo de los air Montev ideo aires es en Ciudad de México, Gsto to en Montev y en el Festival de la Lira, en Cuenca, Ecuador Ecuador.. Sus textos han aparecido en distintas revistas y antologas tanto en Chile como en el extranjero. Parte de su obra ha sido traducida al alemn, cataln y noruego.
NÚMEROS buenas tardes la hora exacta dos dieciséis la temperatura veintiocho grados gracias gr acias por llamar llamar buenas tardes la hora exacta dos dieciséis la temperatura veintiocho grados gracias gr acias por llamar llamar buenas tardes la hora exacta dos dieciséis la temperatura veintiocho grados gracias gr acias por llamar llamar buenas tardes 111
la hora exacta dos diecisiete la temperatura veintiocho grados gracias por de la tarde nada la nada se pega a los cuerpos repartidos en el lugar lug ar del tedio nada ocurre nada el teléono suena muchas veces hay veintiocho veintiocho grados g rados y est nublado una avioneta pasa el teléono suena y si contestara intererencias para variar nada ocurre y el tedio se pega y crece con la tarde nada las sbanas estn revueltas el teléono suena y hay veintiocho grados porque una voz lo sopla adentro de la oreja no levantaré el auricular una avioneta pasa de nuevo y el teléono suena hay veintiocho grados y est nublado los perros comienzan a ladrar ladr ar esta vez se acabó y el tedio es un perro que ladra ladr a en el cemento de la tarde hay veintiocho vein tiocho grados g rados y el vient v ientoo sopla y est nublado y hace calor calo r la nada se pega a los cuerpos cuer pos repartidos en el tedio la ventana repercute y se crea un instante misterioso el teléono suena y el auricular se coloca mojado porque la mano me suda y no puedo soltarlo hay veintiocho veintiocho grados g rados y el tedio qué hacer con el tedio de las la s dos de la tarde t arde el teléono teléono suena muchas veces que se prolongan el auricular se humedece y chorrea sudor yo no puedo soltarlo la avioneta transcurre de nuevo y son las dos de la tarde t arde hay veintiocho veintiocho grados g rados otra otr a vez la ventana ventana y el vient v ientoo que sopla los perros se callaron cal laron y queda el tedio y el tedio se pega muy uerte a los cuerpos nada ocurre y con la otra mano libre lo busco y lo encuentro ro las sbanas no logran logr an calentarlo y los veintiocho veintiocho grados g rados no sirven sir ven y yo lo tomo y me ro lento y digo es mo y lo acaricio la avioneta y el teléono vuelven a sonar y mi mano chorrea mucha agua y con la otra mano lo tomo y me lo entierro abro las naDa ocurre a laS DoS
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pier nas y me lo entier piernas entierro ro porque el tedio porque las dos de la tarde porque el tedio de los veintiocho grados porque todo se pega porque yo DíA 9 las situaciones del hasto arden esta casa resulta limpia a pesar un bao enorme sostiene los ujos de ciertos la casa y los corredores el pasillo de agosto con sus lamentos lamen tos agrios agr ios el sinsentido arrebujado en el comedor esta casa resulta limpia el estruendo del bao pulcro de azulejos y su piso ro sostiene los ujos cierta vez sólo cierta vez después del pasillo de agosto el bao henchido amortiguó los grito gr itoss de esta casa el estruendo del bao pulcro en él las situaciones del hasto 113
arden de ciertos agrios a pesar y sus lamentos pulcro todo pulcro LA PRINCESITA con el zapato cardúmico entre dientes sin importar las hilanderas de sangre que recorren la temblorosa ojera siemprevirgen la inmaculada inmaculada taza soportalgrimas soportalg rimas es interesan interesante te lo que le sucede a la princesita púrpura púr pura sentada en la opacidad de la espera desgarradora tan pobrecita con la estirpe en útero congelada con la estéril maniobra del recuerdo de espermios sobre su vientre se le est diluyendo el carnero a la muequita a la calcomana de belleza errada en microscopio esta vez le van a enterr enterrar ar el candelabro de polvo ella lo est esperando la mariposita redonda de óvulos complacientes que se observa en cuchilla oxidada y teme por su hoguera. PRIMER PAYASO I el payaso cosido en la cortina abre los ojos de murciélag murciélagoo doméstico irrumpiendo en el arteacto del desgano lamiendo las ancas de paula adormecida el lecho el payaso la lengua 114
el instante entre entre la costura y la carne mientras el sonido del xilóono irrumpe la doncella intervenida abre los ojos y el murciélago se contrae en rueda carmes quizs ensucie la cornisa del payaso imbécil el ujo de su leche en retroceso transcurre el coito entre cortinas de carpa célebre a paula le zigzaguea vidrio molido desde los ojos II si se pudiera explicar la acetona de su silencio la incapacidad del músculo atrapado en dentadura antes la llaga lacerada por la carroza del espectculo la vscera sobresaliente de su ventisca ventisca el ujo-recuerdo de lgrimas en pijama hacia adentro la voltereta suicida del orgasmo en garganta “ post-coitm el animal está triste ” y el hocico de su leona en desgaste la ugacidad paquidérmica del eto del eto en crislida de paula atrapada en telaraa microscópica mientras el payaso cosido en la cortina (De Completa) eStaba eSPeranDo eSte Día y
no quera que llegara luca dijo todos creen que lo quiero para acostarme con él para nada ms ella dice y si yo encierro esta voz en una caja negra muy negra ella balbucea reza y yo digo repito oraciones 115
abrir la mano de la llaga palpar su pecho entrar y contraer su corazón resulta que su corazón se iba por santiago su corazón de carey y leche su corazón él deca a gritos arruina lo todo todo lo arruinas estaba esperando este da era tan posible que llegara y por santiago san tiago se iba una mancha blanca invadiendo avenidas una mancha resbalosa granulada inspida todos los caninos conducen a ti ella dice con la boca llena todos los caninos ladran para ti los canes de mi ojo derecho y su llaga todos los caninos ladran para ti ella dijo caer en cuenta de su corazón caer en cuentas de carey enterradas a mi cuello él dice enterradas a su cuello él dice mi cuerpo se persigue en la gargantilla de carey de su cuello mi cuerpo y nosotros la consigna su cuerpo de cuentas carey y leche hecho redondela giro alusión él dijo ella dijo si estira la mano se come mi corazón mi pobre corazón si estira hacia el tronco puede coser luca dice tragndoselo todo seré su mueca en la noche de la ciudad s la ciudad de avenidas lechosas seré su mueca si escribo seré su mueca solo por saber si logro encontrar su corazón mi pobre corazón su corazón de carey y leche a ProPóSito De laS helaDaS santiago se cubra de barro
su enojo su violencia 116
su carisma su propia pena sin esperar luca dice me dan ganas de morir si veo en un rincón unas alas pequeas enanas luca dice en un rincón aletean yo di ella me da ganas ella me da ganas de acabar si soba el barro no si lo mira y hace de rodillas lo que quiera él dice voy a buscar mis alas ella me da ganas de acabar ella él sus pesos ella piensa mi violencia ella piensa mientras duer ella piensa acbame él dice ella dice maldito ngel hago todo lo que quiera por acostar mam cuando se duerma para que no tenga ms pesadillas no para que tenga un poco ms de compasión bésalo en la boca mam cuando se duerma para que le saques mi corazón de entre sus dientes para que se lo saques y todo quede sellado mam luca di y que todo quede sellado en la orma mam en esa manera que tiene de morder incluso mientras duerme béSalo Por Por mí mí
(De la cidad lcía)
en un territorio báSico, en una cama, en un colchón naranjo, ella suea con yeguas blancas que lamen y buscan dónde parir. Pero Pero al despertarse despert arse piensa en él, en su amo, en 117
un brusco int i ntent entoo de querer que permanezca. Piensa Pi ensa en él, en un montón de imgenes imgenes torpes que irrumpen irr umpen transmutadas en arteactos sin color sin rabia sin dao ni penetración. Es entonces ent onces cuando irrumpen irr umpen voces, coros, coros, chirridos chirr idos de cuerdas, óperas y canciones de rock; es entonces cuando su fgura o la mujer de la que hablbamos cae rendida a los pies de la cama o podra ser de rodillas en el bao, murmurando una sola rase una sola oración: hace n mes qe no odo con nadie.
Y luego entre el bullicio bul licio se escucha la letra de una canción: “this bed has seen it all / rom the frst time to the last ”. Y ella sig ue bajando de peso. Y ella sigue bajando de peso, diciendo, recitando, diciendo: anqe me coma todo anqe me lo coma.
Las yeguas pastan, patean elices. Las yeguas en la cama naranja, que es el territorio terr itorio bsico, el rictus de su boca cuando se alimen al imenta, ta, que es otro territorio bsico; o la pena, el descalabro, el espanto. espanto. Que no son bsicos, b sicos, que no lo son. no eStoy enamoraDa. Una yegua no se enamora. Es sólo que hay momentos en que una voz que est muy dentro mo y que a veces circula entre entre los rincones de esta casa, entre la sangre sang re de mi montura montura blanca, blanca , me dice que llame, que busque, que hostigue. Pero luego luego todo sigue igua igual,l, las mismas noches, las mismas batallas, batal las, las mismas rutinas, rutina s, el mismo mismo espejo que me devuelve la imagen de quien soy yo en concreto, conc reto, de quien soy en la mitad de mi corazón de oro, ese que regaló, ese que no me dejó sacar ms. O yo entre el maquillaje que pocas veces uso, para que no se vea el rostro de la enermedad, el 118
rostro del amor. No estoy enamorada no lo estoy, ya no me enamoro; una yegua yeg ua no puede estarlo. Entonces pienso en mi amo, en mi seor. Elaboro mi rostro en el espejo, un rostro fero, terso, de dientes dientes alargados alarg ados y amarillos. amaril los. Pienso cuando como sin lograr saciarme; cuando pasan por esta cama y no se encuentran, y yo, y yo no. Luego pienso que quizs debiera tener la mitad de un corazón de oro para el reinicio, para intentar olvidar. la Suelta eS aSí. Piensa que las imperecciones y los disraces la convierten en insólita. Amo este descuadre, deca cortndose la chasquilla una noche en el bao. Y se miraba una y otra vez al espejo. Luego, el recorte se haca impreciso cuando se le iba el ojo hacia la cama naranja. Nadie en casa esta noche, deca la suelta, sólo yo y la crisis. Entonces se empezó a rer. Y entonces comenzó el dolor de estómago y el prurito en el vientr v ientree ue instantneo. Esa misma misma noche, se acercó a la ventana pensando: qué ocurrir con mi eunuco, en qué traslado de secreciones estar. Sospechar de la tia que me dejó en el vientre, masculla la suelta, con la garganta pelada de tanto decir, de tanto decir en vano. Porque aunque no lo quiera, la palabra le pesa. Y qué hace ahora en la soledad de la palabra, en el malhablar de los das: la suelta espera y espera. esper a. Y cuando alguien alg uien aparece, ataca. Porque Porque as es la suelta. Cuando algo se le mete en la entrepierna entrepierna no para par a hasta que se lo saca y lo vuelva a poner. Como ella quiera o como ellos lo preferan. Y nadie la para par a después. Una vez que la suelta pasa, ninguno la para. ubicánDoSe en la comPlejiDaD de los tejidos, la comezón de los los de la noche. Acomodndose cerca de la orma que ese tena y que le daba ahora por lucir. Los das no haban 119
pasado en vano. La L a suelta ya estaba sana. Entonces era pura risa de burla y enorme. Triuna Triunall lo miraba volun voluntariosa, tariosa, con lentitud; mientra mientrass la perla pretenda pretenda salir ganando g anando de todas. Y entre ambas se torcan suspiros y car carrera rerass de desgano desgano.. Entonces Ent onces se hizo léxico: ya y a no, le dijo la perla al rey rey,, porque simplemente ya no le haca gracia. moDelar a a la la jo joya ya SiGnifica rajar , entonces Si moDelar entonces que raje. Y si luego tiene que beber, limpiar y repartir por lugares lug ares lquidos, lquidos, gemas, aristas, arista s, mordiscos y chupones; entonces entonces que beba, que limpie, que reparta. Que no se vaya sin darnos, dar nos, sin decirnos que somos, repeta la perla entre el broder de las sbanas de la cama naranja nar anja de la suelta, suelt a, dejndose ir, ir, sólo dejndose. Muérdeme, le deca la perla al a l joyero joyero y, como ambos saban, no quedaban marcas. Porq Porque ue sus dient d ientes es eran er an mielosos. Porque la perla uctuaba redonda y suelta. Porque la agarraba de las crines. Porque s.
coinciDenteS con el tiemPo, con la premura de las la s enmiendas, el trazado tr azado de los contornos, el redondeo antstico antstico de su orma; coincidentes. Es el hbito lo que no les acomoda. El hbito de lo pateador. De lo unesto. De la singularidad de la perla. Preciosa. Temible. Maldita. De las maraas prendidas con las que se anda la suelta, ya sin evacuarlos, ya sólo apostando por la concha precisa, dominada, a veces spera, a veces terca de la perla. Y ahora a todos les da por motivarse con nosotras, suspiran, maldicen, mald icen, las dos. Las que saben hacia dónde van ahora, las que ya no se preguntan, las que vieron v ieron el oro y el polvo undirse juntos, trastocarse, mutar, mutar, herv her v ir en las crines pegoteadas, babeadas, jetonas, abiertas. La perla, la suelta. La perla que ahora se queda tranquilita cuando la toman; la suelta que aún no se consuela, pero que siempre 120
pide ms. Sin duda enlucidas, sin duda complejas. Y sin pescar a nadie. El medio trabajito; de joyera, dicen por ah. (De La perla selta)
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HÉCTOR HERNáNDEZ MONTECIN MONTECINOS OS (Santiago de Chile, 1979)
De su proyecto total, Arqitectr Arqitectraa de la Mentalidad, que consiste en tres monumentales trilogas, dos ya han sido publicadas, La Divina Revelación (Aldus, Ciudad de México, 2011) y Debao de la Lenga (Cuarto Propio, Santiago, 2009). Su trabajo poético lo ha llevado por casi toda Latinoamérica, donde se han publicado varios libros suyos, adems del Latinale 2007. Festival Itinerante de Poesía Poesía Latinoamericana Latinoamer icana en Alemania . A los 29 aos recibió el Premio Pablo Neruda que le otorga otorga la undación undac ión homónima por su destacada trayectoria tanto en Chile como en el extranjero. Aparece en Cantares. Cantar es. Nevas voces de la poesía chilena (lom, Santiago, 2004), Poesí Poesía-añicos a-añicos Cer vantes/Sukultur,, sonar sonares es híbridos. Doce poetas de Latin Latinoamérica oamérica (Instituto Cervantes/Sukultur Berln, 2007), Cerpo plral. Antología de la poesía hispanoamericana hispanoamer icana reciente (Pre-Textos, Valencia, 2010) y Hallcinated Horse. New Latin American Poets Poets (Pighog Press, Londres, 2012), entre otras. Participó, en 2010, en el Programa gr ama de Residencias Artsticas para Creador Creadores es de Iberoamérica y de Hait en México, del fonca y la aeciD. Es el compilador de 4M3R1C4: Novísima (Ventana entana Abierta, Santiago, 2010). poesía latinoamericana (V
no a laS reSPetableS PutaS de la belleza/ No a los distinguidisting uidos perros de la poesa/ Nosotros hemos cantado a nuestra generación sin lograr despertarlos del miedo/ Nosotros hemos jugado a ser palabra pa labra derramando derr amando a tiros el desenado desenado sobre las cabezas de los boquiabiertos que nunca imaginaron un arrebato como este para la poesa y para lo que se vive de ella/ Hemos desvestido a las muecas con uego y voz propia/ Hemos desasistido por ellos nuestra lógica y nuestro pudor/ Porque cuando los dioses se quedan en silencio los desiertos de atacamas del mundo orecen hacia adentro de los ojos/ Ya no queremos ser ms ciegos/ Buscamos luchar contra la desesperación del tiempo y los demonios del poder/ Pero sólo ahora hemos resuelto que la poesa es un rumor de prestidigitadores/ Y que nuestros dedos son dardos/ La verdad es una de las pocas mentiras que hace dao en este contexto/ No escribimos artes poéticas/ Leemos las coyunturas coyun turas de la vida/ v ida/ Nos ha tocado tocado hacer el trabajo sucio/ Destrancar Destranc ar las alcan a lcantarillas tarillas llenas de guaguas g uaguas rancias r ancias porque porque en las camas cama s de mi casa los durmientes no cesan de crecer y me aprietan y no me dejan escribir y dicen que estamos mal muy mal/ La honestidad est desnuda/ Sangra Sangr a por la nariz y 125
el culo/ Estamos llamados ll amados a ser ms que los primeros continuadores/ Nuestros sudarios son seminarios/ Nadie Nad ie quiere tocarnos/ Mis amigos no tienen tiene n ms de 22 aos/ Y conocen la ambigedad de las miradas/ Conocen la alucinación de las la s esera ese ras/ s/ Conocen el destierro de la estirpe/ Conocen a los sobrevivien sobreviv ientes tes de 17 aos en llamas/ Conocen el ascismo/ Conocen la dictablanda/ Conocen el alcohol después del Amanecer/ Niitos danzando alrededor de la luna/ Corazón cobertizo/ Corazón sagrado de los rebeldes/ Corazón sagrado y herido de los homosexuales/ Nuestra vida est quebrada/ Todos los géneros son una convención que no necesitamos/ De un da para otro un puado de mestizos resplandecientes apareció desde los rincones ms inhóspitos de Vergenza Nacional/ Mis amigos pintan las calles con sangre sang re semen y llanto/ Mis amigos amigos hacen música con los restos de la linda república de rodillas/ Mis amigos ocupan las casass para la cultura y los persiguen/ casa persig uen/ Mis amigos no escupen para el cielo porque ya no conan en él/ Mis amigos hacen v ideos grabando gr abando la realidad/ Mis amigos amigos tienen nombres nombres de santos pero es una g rac raciosa iosa coincidencia/ coincidenc ia/ Mis amigos hacen de la vida una perormance para no irse a la mierda/ Mis amigos son testigos de las revoluciones sensuales/ Mis amigos conocen los paisajes de chile por el cido/ En los rincones de la ciudad hemos peleado nos hemos emborrachado emborr achado nos hemos amado/ Nos han insultado por ser menos mediocres que nuestros padres/ Hemos multipl multiplicado icado las divisiones/ div isiones/ El pasado es una excusa para par a ser ms cobarde/ Mis amigos son pobres de la calle cal le de la noche/ También hay hombres que se suicidan entre e ntre mis amigos/ Y los locos no estn solos/ solo s/ Pero nos tenemos a nosotros y tenemos poesa/ Por eso celebramos que estamos juntos anunciando el devenir de nuestros deseos/ Lo peor que podra pasar es callarnos ca llarnos poco a poco/ Caernos enredarnos en el mismo galope/ g alope/ Hombres-mujeresHombres-mujerescaballos/ Estamos viviendo el luto de nuestro tiempo/ No 126
a las respetables putas de la belleza/ No a los distinguidos perros de la poesa EL SUEñO DE LA CASA PROPIA Con las migajas migaja s del pan nos haca mscaras para par a cada uno de nosotros Luego Luego rompa las bolsitas de té y converta las hojas hoja s en pelucas Nos maquillaba el rostro con margarina y manjar Le sacaba las patas a la mesa y nos deca que las usramos como bastones Yo le preguntaba para qué hacamos esto pero se mojaba el dedo y comenzaba a rotarse los brazos y la espalda Cuando tena unos diez centmetros de gusanito blanquecino me lo pegaba debajo de la nariz y me preguntaba si acaso también iba a querer barba Una casa siempre es contempornea contempornea de s Es un pliegue plieg ue en el entramado urbano que podra poner en riesgo cualquier cua lquier orma de cuantifcación La L a casa es desplazamiento intempestivo intempestivo Un cuerpo cerrado y abierto a su propia identidad La pared norte del comedor tiene unos pelos inmensos cerca del techo Yo siempre ando con una pinza para arrancarlos cuando ellos no se den cuenta Pero no hay vez que no me descubran subiéndome a la silla y tengo que decir que sólo quera oler el muro de ms cerca y sin ms estiran la mano para que yo ponga en ellas mis pinzas Una casa casi nunca es material Los sillones si llones laten Los veladores laten Los lavamanos laten laten Los libros laten Las ampolletas ampol letas laten Los espejos laten Los guardapolvos laten Los azulejos laten Los hornos laten Las copas laten Las manzanas laten El detergente detergente late La casa es un exceso de intensidades fsiológicas 127
De su bolsillo izquierdo sala una potente luz Yo le pregunté qué guardaba all y me dijo que era una otograa del sol Entonces me alegré y le ped que me la enseara Él saco de su bolsillo una cosa rectangular y me re mucho porque en realidad no era una otograa sino que una ventana abierta Una casa no es el mejor lugar para par a guardar guardar algo Porque dentro dentro todo est roto roto y multiplicado multiplica do por el número de las paredes que la contienen La casa pro proyecta yecta un reconocimien reconocimiento to signifcan sign ifcante te y luego se re Impenetrable e indisoluble rente a los gestos que son trampas y zonas de escozor Tena las sbanas sbana s desordenadas Estaba a medio vestir Cuando entré al dormitorio me dijo tenemos que hablar y apagó el cigarro ¿De qué? Le pregunté Estoy embarazada de ti Pero ¿cómo? Acaso el semen que dejas en el respaldo respa ldo o debajo del colchón crees que desaparece por arte de magia Lo único que sé es que vas va s a tener que hacerte responsable de la cuna Entonces él comenzó a preguntarse qué nombre le podra dar a un hijo mitad humano mitad cama Una casa acontece Realidad es sinónimo de turbulencia indagadora La casa es primera persona plural El plural es la resistencia resist encia propia de las hablas habla s El habla es extender un trozo de lengua en alguna parte La alombra es una lengua Un mapa histórico para la bajada de la cama El televisor es nuestra mascota ma scota avorita avorita Lo L o dejamos que recorraa toda la casa e incluso que se suba rr suba a las camas No tiene ning una marca pero parece parece que tiene que ver algo con el japón Cuando nos sentamos todos a conversar él viene a nosotros para que miremos cómo sus pulguitas se mueven Entonces siempre soy yo quien va a buscar su antena y lo sintonizo
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Una casa siempre tiene retenida a otras casas relegadas en los intersticios intersticios de su deseo Reponiéndose en sus dierencias y buscando provocar el equvoco de la espacialidad La casa se traduce a s misma en su habitarse desde el delirio regular hasta el asco desmedido A pesar de que las puertas se han esorzado en escupirme y me han sustituido como un huésped de la seducción glacial glacia l el calor ha transitado tr ansitado por mis células padeciendo de la la abstracción que sienten por las acuarelas y he tenido que trasplantar tr asplantar las cicatrices y los ciempiés para abrirme paso entre los pic nic y las perspectivas tursticas que podran ser el implcito de cualquier puerta Una casa siempre tiene esas lineales grietas que se abren en los vértices de las paredes y para nada es un signo atal porque la muerte es una inmortalidad con averas La casa deviene dev iene puntos puntos de uga en las perspectivas perspectiv as de todos los posibles planos que podran haberse haberse trazado tra zado en su construcción Pero ninguno de ellos se hizo No sé qué les dio pero de un da para otro dijeron que nadie se moviera As estuvimos por siete aos justitos hasta que volvieron a decir que nos podamos volver volver a mover y terminé de echarle azúcar a mi caé Una casa comparte el mismo relleno con quienes la habitan porque una casa aunque esté llena l lena de personas siempre est vaca La casa es una intensidad centruga que inunda todo de presencias que no saben ms que mirarlo a uno como diciendo hijo de puta nosotros también existimos como tú Me equivoqué Estoy seguro de que me equivoqué No le achunachu nté al bao Aunque los mojones rueden retrete abajo hasta 129
la cocina y entren a la despensa a encaramarse por las ollas y dar vuelta los platos de almuerzo sin importarles quemar a cualquiera de nosotros Me equivoqué y les pido perdón a todos Una casa siempre est llena de hombres sueltos y de cuerpos cuer pos suspendidos De una música natural de una festa que sucedió hace miles de aos A veces se encuentran puntas de lanzas adentroo del microondas Otras adentr Otra s veces son echas y arpones de hueso los que aparecen debajo de las sbanas La casa es el recuerdo de una generación y una genealoga genea loga que comparte la misma sangre manchando el piso Deciden la cantidad de agua justa Le agregan zanahoria picada en cuadritos Harto cilantro y perejil Sal y pimienta El aceite y la carne la pongo yo yo Ese sabor tan natural natura l que dicen que tengo Chapoteo un rato hasta que se sueltan todos los jugos y la piel se pone blanda Luego me salgo de la tina y todos traen sus cucharas Una casa que se pregunta a s misma si los póster son curitas De ser as cules son sus heridas y quién las hizo La casa misma resuena con estas interrogantes interrog antes par paraa poner a prueba su propia arquitectura Pilares y hormigón hor migón no son ms que sensaciones epidérmicas que rechazan cualquier rontera Lo único que quiero en la vida es comerme el alajor que est sobre el mueble de la cocina pero algo en m me pregunta si comera grasa bovina? si comera lecitina? si comera bicarbonato de amonio? si comera osato monoclcico? si comera dióxido de titanio? si comera carboximetilcelulosa? si comera propionato de sodio? Entonces me paro y huyo estremeciéndose mi cuerpo por completo
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Una casa es siempre antológica antológica de las pasiones pa siones ms abiertas y de los odios ms cerrados Con la hermenéutica hermenéut ica y la repetición cualquier cua lquier novela que esté en los estantes estantes ser la novela amiliar y la novela del hogar Una casa es la tachadura tachadur a y la suspensión de su propia lectura Lo que en último término quiero decir es que toda casa sea como sea es una casa humana HELECHO CORAZÓN DE AMAPOLAS (FRAGMENTOS) Escribo a mi hijo A ese hijo que nunca tendré y ahora que lo digo me siento siento de alguna alg una manera huérano huér ano Si me pusiera tetas sólo podra darte de beber hilos de nylon de un calcetn rooso, si tuviera tuvier a que ponerte paales los hara con pginas manuscritas llenas de odio contra ti Si te pusiera un nombre 1979 sera el nombre Yo te tendra unas mascotas Unos animales que te ueran cercanos y vivieran contigo desde tu inancia Esos juguetes seran pelos Uas Dientes Y tú los amaras porque seran tan parte de ti como lo soy yo Si pudiera pedirte algo hijo mo a medida que vas creciendo es que nunca uses reloj porque por que yo no cono en la gent gentee que usa reloj y seguramente seg uramente tú lo usaras sólo para contradecirme pero yo me hara el indierente ind ierente y contestara el teléono sin que suene suen e porque yo sé que la muerte llama por p or teléono y no habla Hijo mo ojal que mi casa ca sa siempre te quede lejos porque en ella no hay nada para ti Solamente tengo tengo unos pantalones y una camisa invisibles que podras usar para poder verte Y qué pasara si el corazón de la tierra palpitara tan uerte que te llevara con ella Qué sera de m Pedira que hagan un hoyo en la luz y all nos depositaran Hijo e hijo En mis dedos tus uas rompiendo con nuestras manos esos intersticios intersticios de los cuerpos Tal vez ungidos y otando en un agua estancada con la piel carcomida como un hielo bajo la lluvia sin pelos 131
en la cabeza y en las cuencas cuenca s una rana que ha depositado sus huevecillos Aún as extrao extr ao al hijo que nunca tendré y no te diré nada ms porque dar un clisé sobre un muerto que ni siquiera existe es seguir matndolo incluso antes de que llegue a vivir sería pena tan grande qe era o tan hombre hasta ese pnto César Vallejo
Tú y yo tuvimos tuv imos una hija horrible horr ible y repugnante Por Por nombre la llamamos Arrepentimiento Yo siempre la odié pero tú la quisiste y te uiste uiste lejos de m para viv v ivir ir con ella La cuidaste y le diste que comer Te acostaste en su cama y la convertiste en tu esposa De ella también tuviste una hija también horrible y repugnante Y tú la volviste a amar Y te sentiste seguro con ella Y pudist pudistee mirar a todo todoss a la cara Esta nia repu repulsiva lsiva también tuvo un nombre La volviste volv iste a llamar Arrepen Ar repentimiento timiento YA Y A ZGO Chile es el nombre de mi padre Piensa en él ¿qué ves? ¿me ves a m? ¿te ves tú? Piensa en tu lengua que es también mi lengua Muérdetela Est llena de horrores ortogrfcos Est llena de precipicios y cuerpos sagrados y heridos Anoche 132
te o decir que hoy seramos un sueo As lo o As ser para los dos el r ío ío De loS hueSoS es un volumen histórico que nace del ciclo de la sangre llamar y ser llamada Es as que un caudal de voces de clamores
de gemidos y lamentos desembocar en un pas mgico mg ico y sabio que estar entr entree dos ros y uno de ellos en el Jardn Codifcado All un hombre o una mujer o un nio o una anciana se acercar a la ribera r ibera inclemente y tomar el barro para crear una fgura que no conoce pero que se le apareció en sueos Ese barro es negro y rojo cil de moldear suave a las manos del mago del brujo br ujo que es un prisionero eliz en envenenarse con ese barro que ser el origen de su enermedad pero a la vez su cura Mancha ese barro es una mancha esa tinta es una mancha esa noche es una mancha esa sangre es una mancha una mancha sagrada y herida que pone en jaque toda la limpieza l impieza del mundo
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Todo est en contra del poema el blanco es un color que no existe porque jams nadie lo ha visto El poema est all iluminado e incendindose en medio de la peor catstroe catstroe que se recuerde pero sobrevive incendindose e iluminado como el Sol Negro que hace polvo todos los libros en el Desierto de la Ceniza Cen iza Es el Fuego Paralelo dos columnas que se besan y orman un arco que es una entrada no seré yo quien diga dónde ser el poema que aún no se ha escrito Todo lo que no existió debe aparecer porque esa es la tentación de quien escribe crear unos ojos para dejar de ver lo ya visto a eso est llamado el poema a sobrevivir cuando todo esté en contra hacer de la tragedia el paraso (De Debao de la lenga y La Divina Revelación)
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GLADYS GONZáLEZ (Santiago, 1981)
Ha publicado los libros Ai (Yerbamala erbamala Cartonera, Bolivia, Boliv ia, 2010; Aire re Qemado (Y La propia Cartonera, Uruguay, 2010; Ediciones La Calabaza del Diablo, 2009), Conrimel. Antología de poetas meres del Cono Sr (Ediciones La Calabaza del Diablo, 2006), Gran Avenida (Ediciones La Calabaza Calabaz a del Diablo, 2004), Poemas (coautor (coautora, a, Balmaceda 1215 ediciones, Chile, 2003), Pap Papelitos elitos (Elosa Cartonera, Argentina, 2002; Crunch! Editores, México, 2003), y Hospicio (Ediciones Inubicalistas, Chile, 2011). Su obra ha sido incluida en múltiples antologas en Chile y en el extranjero y ha sido invitada a encuentros internacionales de poesa y erias del libro en Chile, Bolivia, Boliv ia, China, Alemania, A lemania, Colombia, Perú, Argentina Argentina y México. Recibió una beca del Consejo del Libro y la Lectura para realizar Conrimel. Primer Pr imer Encentro Internacional de Meres Poetas Poetas del Cono Sr (Coquimbo, IV región, regió n, 2006), as como una Mención Honrosa en los Premios Municipales Munic ipales de Santiago con el libro Gran Avenida, en la categora “Mejores Obras Editadas en el ao 2004” (2005), la Beca Fundación Pablo Neruda (2004), la Beca Taller Biblioteca Nacional (2003) y la Beca Fundación Gabriel & Mary Mustakis a Jóvenes Talentos (2001, 2002).
aquí no hay glamour ni bares ranceses para escritores sólo rotiseras con cabezas de cerdo zapatos de segunda cajas de clavos. martillos. alambres y sierras guerras entre carniceras vecinas y asados pobres este no es el paraso ni el anteparaso una PenSión en Valparaso una cama una mesa y dos sillas tengo a John Milton sobre la taza del bao estoyy bebiendo lo que queda de la tarde esto he escrito cosas mientras estaba borracha que me parecen bien espero a mi amiga del cerro Barón para que me recoja despacito como trozos de mercurio y me lleve a comer algo 137
en un restauran donde haya wurlitzer porque quiero escuchar esa canción de Bob Dylan todo lo que me resta de vida me Dice que eScribía en boletas y papelitos de cigarros mientras ella se iba al bao a mirarlo por la ventana Me dice que ella es su muerte y que no quiere morir todava porque la muerte es mujer atal Me dice que ella es su crisantemo y le recita haikus en el cerro San Cristóbal mientras los animales se vuelven histéricos con la lluvia Él recoge las mejores cartas y las guarda en su libro de budismo recitando mal a Girondo Mientras ella se aleja con sus senos de magnolia volando sobre la ciudad Decir que que me Duele un hombre en todo el cuerpo Debo Decir otocopio su rostro y lo pego en los paraderos par aderos tristes de Gran Avenida bordo su nombre con hilo rojo en mi ropa interior
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me tatúo las costillas por si acaso un da te saco de adentro tomo té 9 veces al da hablo con los pjaros hago mandas al nio Jesús de Praga prendo inciensos leo el Kamasutra mando a revelar tus otos antig antiguas uas no duermo buscando algo ms que orecer me corto la yema de los dedos y camino goteando las calles con los brazos cados y la cabeza semi rapada. (De Papelitos)
ADIESTRAMIENTO todas las ciudades son iguales si haces el mismo ejercicio buscar una cama encontrar alguien en esa cama construir una ciudad dentroo de otra ciudad dentr sin puertas sin ventanas sin salidas
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dejar pasar el tiempo con los ojos cerrados como si todo uera amiliar como si los golpes y los amigos muertos no estuv estuv ieran en ras bodegas como fchas clnicas todas las ciudades son iguales todas las ciudades se provocan en el mismo ejercicio todas las ciudades se queman al cruzar la rontera NATURALEZA MUERT MUERTA A hubo noches en las que buscaba con un cuchillo de cocina el origen de las voces aterrorizada con el rostro amoratado y revuelto hubo noches en las que haca barricadas para que no me asesinara 140
con una cortadora de pasto abriéndome lentamente hubo noches en las que me golpearon tanto que ca al suelo con un diente destrozado y la cabeza rota como una una granada gr anada hirv hirviendo iendo hubo noches sin dinero sin cortes proundos caminando por la carretera con la boca sangrando los ojos perdidos el rostro blanco resplandeciente entre los reectores de los automóviles GALPÓN la ciudad se reconoce a s misma después del derrumbe marcas de lpiz labial en viejas v iejas cortinas de residencial residencial iniciales de nombres 141
y corazones trazados en paredes enmohecidas de baos de hotel cigarr illos a medio umar cigarrillos umar sobre el lavamanos la ciudad y nosotr nosotros os nos reconocamos con una tristeza salvaje apostbamos y bebamos mirando los uegos artifciales del nuevo ao en un galpón que tena de ondo un puerto y una hilera de sacos de harina colgados para secarse al sol TERMITAS antes de alejarnos de ese lugar regresamos a la antigua casa para recoger las cosas que habamos olvidado esa casa inectada de termitas que volaban desde los orifcios de los sillones de mimbre 142
regresamos en silencio para no despertar antiguos antasmas para no despertar ninguna lecció lección n que quedara quedara all a ll Aire re qemado) (De Ai
ANIMALES MUERTOS se acaban los contratos de arrendamient arrendamientoo el eco de las pequeas habitaciones vacas donde viva de prestado las mudanzas los errores las heridas abiertas curtidas por las goteras del techo por el yeso del cielo raso que caa a pedazos sobre mi cara terminaron mordiendo el polvo 143
aplastadas vencidas como animales muertos en medio de las luces de la autopista. (De Hospicio)
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CHRISTIAN ANWANDTER (Santiago de Chile, 1981)
Participó en la edición de las revistas Nigredo publicada en Pars y la revista VA, publicada en Santiago. En el 2008 publicó el libro Par Paraa n cerpo Tcita s, y en 2011, Colores descomnales, con la guêpe perdido, en Ediciones Tcitas, cartonnière (edición bilinge), Pars.
desde los miradores , a punto de desmoronarse, casas de adobe nítiDaS
y a través tr avés de la ventana, ventana, a punto de de s moronarse , disper di ga das casas de adobe PAíS PA ISAJES dobla quiebra la mirada sin uso en este instante instante la ragilidad este temporal inundando deudor de demasiada sombra ojo que inspecta — sin cuerpo cuer po como si no hubiera entr entree 147
the incredible stor storyy o the two t wo Lybian Lybian jets that ed to Malta mirada y manos a la distancia una eScena. cercanas
de Matanzas o Pupuya. un tipo toma nota. — el viento mientras tanto inclina en el lugar los rboles rutales—. Luego las analogas “aparecen”. a) como hablando con un amiliar que no muere todava pero que ya no responde, lejos de todo . ver ah su valenta, b) como si de ese inferno rehuido, pleno, lo rescatara la “sublimada” relación al mundo y los nudos que a ella lo atan. (mansa amenaza. c) como si, para variar, no “viviéramos” puros regresos sin partida, d) o la pérdida de “entretejernos” siempre en eso .
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entranDo
al depósito de cuadros, estiva la cosa, con el tumulto copulando contra lminas adheridas a los muros ProfunDiDaD
oscura del galpón, donde penden cuadros desmarcados, y guard g uardadas adas en paquetes de claroscuro,
su fgura trabajaran
las lminas,
como modelos esperando a que la cmara capture
como piedras que de piedra
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no Sé Si loS cuadros colgantes soportan el viento. En el galpón ga lpón de honduras, honduras, quise recordar la plaza gastada y sus palomas, que algo de globo o de palabra tienen. Siempre adentro del simulador, en ese Mall en cuyo centro pende un sol de plumavit, se llega a él, y a tener la emoción de la cada. Otros, bajo los asientos asientos,, se toquetean atrs del cuello como buscando ganchos. ata at a
dos del mar co, me cidos x la mús ica helada del concreto.
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hon
duras del galpón, don de pen den (des olla dos), los cuadros: cuerPoS colGaDoS,
desollados como en un matadero encima la prolieración de imgenes cambiantes que los v iv ivifcaba ifcaban n y conundan con los muros de ese hangar inabarcable sus sombras como puntos, racturas inmutables en el cambio sin fn de las imgenes (ultra ondeado el proyector) (De Galpón de hondras) 151
VA V A PORES En su encierro, las imgenes vuelan como vapor de sopa impa. Que como quema se espera a que se enre y ya no es sopa, es la diuminada imagen de la imagen. Entre tanto revuelo el servicio hace su entrada —de paja la cuchara— dndole en el aire a los vapores, v apores, sin cuchillo. CALDO En la olla lo humano y lo monstruoso en un mismo caldo espeso, oscuro, opaco y mudo: y adentro, una rana. HAMBRE Del plato tpico pasar al tpico plato, si sindica la pantalla al tipo (que ojo, nunca he visto) de comunero de Utopa, o en tierra tierr a ya adobada de echar nueva semilla —no invitada, se cacha…
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INDOLENCIA Al en entrar trar en detalles, detal les, no vemos lo mismo igual, y atestiguan de esto no nosotros, nosotros, pobres esponjas de lo real, sino las cosas mismas: ese rbol que el temporal botó, la micro que no llega, la manzana arrugndose, ar rugndose, lentamente, lentamente, antee la indierencia de los arrendatarios, ant ar rendatarios, etc. PAISAJE Y as, en el Centrum, Centrum, cual aparato raro que revuelve su entorno y lo modela, casi calcula, dgase lavadora cuyo cloro dicta a la postre, por imposible, inevitables manchas de colores, hondas lastras de la pedrera, un esculido bistec a uego lento de unos recibe escupos mientras los ms salivan, aunque o enganchan o se desesperan, y as en el Centrum su luz atiza cuanta brasa quepa bajo el corte, (pues a lo inevitable lo inevitable benefcia), y a su vez atiza al Centrum, y surge otro centro centro ms all a ll donde el bovino reina y contempla pampas de inhumana pastura. 153
DEUDA Difcile est satram satram non scribere. Juvenal
Te debo una moneda por leerme (estoyy en deuda). As suceder (esto de ahora ahor a en adelante. Que me cuenten en la lengua inversora la igualdad de lo real, ante nuestra mirada común, inviable. Clientelismo mutuo, amor de lavalozas y escobillas, digamos que barrimos la lentitud del da, torciéndole su cuello, aspirndole el alma polvorienta a este teatro que se arruga, veloz, como la pólvora que dinamita el banco imaginario que —a pesar de esta insolv insolvencia— encia— nos presta nuestro encuentro. (De Colores descomnales)
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ENRIQUE WINTER (Santiago, 1982)
Es poeta y abogado. Autor de Gía de despacho (premio Concurso Nacional de Poesa y Cuento Joven, 2010), Rascacielos (beca Consejo Nacional del Libro; México, 2008; Buenos Aires, 2011) y Ata Festival de Atarr las nave navess (premio Festival Todas las Artes Vctor Jara, 2003; 2 003; Valparaso, 2009). 200 9). Es, adems, coautor de la antologa Decepciones Decepcion es, de Philip Larkin (2012) y del lbum Ag Aga a en en Fondo para el Fomento Fomento de la Música Nacional, Naciona l, 2012). polvo (premio Fondo
SOLTAR SOL TAR LA L A CUERDA Nunca aprendimos a saltar la cuerda. Mis padres la olvidaron en el bazar de Presidente Errzuriz dos nueve cero uno. Al techo del lugar sigue amarrada, balanceando a mi abuelo. ESTE CASSETTE TOCA SU VIDA Luego de cinco órdenes de arrest ar restoo mi mam invita a mi pap a la casa, se pone linda, le cocina rico. Con tres borgoas y solos mi pap me confesa lo que eso indica: que lo ha hecho bien, que las piernas que abre se mantienen abiertas. Lo dice porque le conté del viernes: 157
cinco aos sin verla y me tomó la mano. Este cassette toca su vida vida que rozo apenas si con el dedo rebobino. Mi pap y yo seguimos solos. POLACA De un pasado pa sado dudosamente dudosamente noble como todo pasado noble. Modzelewska por padre, Wyrzykowska Wyrzyko wska por madre. Es huérana huér ana y de quince aos, mil novecientos treinta y nueve: pide pega en la industria intervenida. El patrón risa los cuarenta, arrancan juntos junt os a Viena por los rusos. Por Por los celos de Mller cae presa, acusada a los nazis para casarlo con su hermana. Son ms de tres los meses. La liberan los gringos, camina das a Salzburgo y en la plaza tras una alarma ve correr a su jee. –¡Papa!, chilla. Se casan a escondidas para que nunca la bese en la boca. Doméstica de su cuado, duerme en la pieza de servicio tal como en Chile. Donde trajo a Goethe y un par de pilchas, para hacer del barquito de pesca uno con capitn y marineros. Un hijo. Viuda. Gatos. Perros. Pjaros que huelen como ella o viceversa. No est ni ah con ver a sus nietos, n ietos, le reclama mi padre. Toco el timbre t imbre y no suena, grito g rito y no responde, seis perros gordos y uriosos ladran sobre la reja.
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CINDY SOLíS, CALIFORNIANA Como una ardilla caminando por el tendido eléctrico, Cindy y su metro y medio: la canción mexicana que salta de a poquito. Despierta con calzones naranjos para el novio y no por uno pero él se ue a Los ángeles / quedan vacos por llenarse / me invita inv ita a ver la gira gir a de una banda irlandesa / que descubrió descubrió la A mérica ms negr negraa / uno se iden identifca tifca con la música / imposible no hacerlo. Prepara quesadillas. Vee que no queden pelos ni seales. V Flaca y morena de ojos negros, entra al laboratorio, un subterrneo para la bastilla de sus bluyines gringos que apenas susten sustentan tan la mexicana, la camiseta y el bretel. Tanto hueso entre los bastidores y paraguas de luz. El quiebre de los codos y las sombras, enoca las dos cmaras: viene un amigo para la sesión de Judas, para el telón y la escalera. Le pintar los ojos negros, neg ros, con rouge rouge le marcar el pecho —que me pillen aqu es menos grave que en el departamento que comparte. Compongo otra canción en su memoria: —era rugosa y dura por dentro como calzarse botas de cuero. En la repisa una culebra que parece ciudad de noche, bajo el neón dos perros que copulan. Es viernes, Cindy dejó sus discos viejos: en los cincuenta ningún novio la llamara al celular. Lo apaga en el captulo doce de En el camino —yo supe que era ella el personaje. Trajo Trajo olor a cigar cigarros ros bajo lluvia, 159
a ardilla caminando por el tendido eléctrico. Me traduce la moda primavera-verano en castellano apenas apena s y toca a quienes posan en sus otos, otos, que luego cuelgan como adornos en el rbol de pascua. EL ALEXANDER –Maana le voy a quitarle el nio– últimas palabras del hijo pastabasero a su madre (i. Los pastabaseros se vuelven locos, me ha levantado las manos dos veces ya ii. Hace pipas delante mo para provocarme iii. Tira en pelotas en el patio iv. Quiso quemar mi casa). Al crespito centro de la discusión le brillan los ojos, en ellos repite la hiedra de auera. Imagnate Imagnatelo lo en los cerros, cómo reejara las luces naranjas de la noche: indistinguibles las casas de las calles de los autos su anemia de su quiste de su sflis. Con ruición toma mamadera mira los pechos de quien vive con él, su aparente ta (inorma sobre ella el Servicio Nacional de Menores, Sename: uerte sentimiento sentimiento de abandono y soledad / con relaciones instrumenta instrumen tales, les, no desarrolla vnculos proundos / exacerba sen sentimient timientos os de tristeza). Igual la ta tiene apoyo, no as la abuela (la de las cuatro citas sobre pastabaseros) que mira a la ventana ventana cada tarde t arde alerta para que su hijo no se aparezca. (De Rascacielos)
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IMOTO El abuelo de Toshiko Imoto se suicidó, como el mo. Las siete dierencias: i. Él lo hizo por despecho, el mo por destierro. ii. La viuda de Li es japonesa, la de Alons polaca. iii. La de Li se obstinó con morir en japón, dejndolo solo en china, la de Alons se quedó en chile. iv. Las manos de Li manejaron la espada hasta arrancarse el alient a liento, o, A lons dejó este asunto asunto a la cuerda. v. Entonces Li manchó y no Alons. vi. No hubo nadie para limpiar a Li, s para A lons, pero pero no haba nada que limpiar. limpiar. vii. Yo quera tirarme a una japo y Toshiko quera enamorarse. ARQUITECTURA Esto la caja de zapatos donde vivo la caja de zapatos donde vive mi padre. Dos zapatos izquierdos. —Cuando chica quera ser artista, veterinaria o astronauta. —Yo arquitecto (me mira y no me cree). Mi pap me llevó a la construcción algunos sbados. A m me encantaba. encan taba. Una vez le pregunté preg unté en qué consista su trabajo. Me dijo que el arquitecto (primera vez que oa esa palabra palabr a y me sonó important import antee de inmediato, inmed iato, como archiduque) 161
imaginaba el edifcio y que la pega de él consista en que simplemente simplemen te no se cayera. Un trabajo que sólo imaginaba lugares me pareció extraordinario. No as la opaca labor del padre. Los lugares imaginados se le comunicaban con dibujos. Y a eso dediqué mi inancia, a dibujarle rascacielos rascac ielos y chozas. La pega de mi pap consiste en que no se caigan. AGüERO Fernando Agero Catrile olvida el nombre de una de sus hijas. Pescador de setenta y cinco aos, recuerda la ballener Pescador ba llenera a donde hay restos de piedra pulida y ladrillo. Apunta adonde jaló los huinches, su caldera a vapor la casa decente para la ofcina de pagos: diez a quince personas dos aguas con lindo corredor de cemento y guardabalanza para recostarse, tres piezas, tres baos. Recuerda Recuerda los conventillos: dos aguas, tres o cuatro piezas, las letrinas sobre el mar. mar. Queda la gua g ua del desage. Vee escaleras V escaler as de madera hacia hac ia el jee, donde donde hay hierba y arena. Veinticinco V einticinco amilias cran gal g allinas, linas, donde hay playa blanca. Un par de edifcios, carretas y camiones leeros, donde hay montes. mon tes. Cien personas en el muelle, muel le, donde hay un par y sin muelle. Tres Tres embarcaciones de seis a ocho metros de eslora eslor a con seis a ocho de calado y quince de manga, donde hay mar. Hay mar sobre el nombre de una de sus hijas. hija s. 162
CIRCO Basta de esta metora: que se camina hacia el uturo como si estuviera delante y llevramos los ojos abiertos. ¿Dónde andar el circo de travestis que nos alojó en puerto saavedra? ¿Dónde la trapecista amachotada y rica, que junto a la ropa interior guardaba novelas clsicas? ¿Dónde el que la embarazó? ¿Dónde su madre, eliz por confrmarla mujer a los tardos t ardos veintiuno? veintiuno? El mayor de nosotros tena diecinueve. diec inueve. Cinco menos que cuando se tiró a un travesti sin alojarlo. (De Gía de despacho)
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íNDICE
Prólogo Germn Carra Carrasco sco (1971 (1971)) Cristin Gómez Olivares (1971) Yanko Y anko Gonzlez Gonzlez (1971) Gustavo Barrer Barreraa (1975) Pedro Montealeg Montealegre re (1975) Gloria Dunkler (1977) Claudio Gaete Briones (1978) Paula Ilabaca (1979) Héctor Hernndez Mont Montecinos ecinos (1979) Gladys Gonzlez (1981) Christian Christia n A nwandter (1981) Enrique Wint Winter er (1982)
7 19 33 47 61 75 87 97 109 123 135 145 155
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles Rector Mara Teresa Uriarte C. Coordinadoraa de Disión Cltral Coordinador Rosa Beltrn Directora Dir ectora de Literatr Literatraa Leticia Garca Cortés Sbdirectora Vctor Cabrera Ana Cecilia Lazcano Ramrez Editores
Doce en pnto. Poesía chilena reciente (1971-1982), serie Ant A ntologìas, ologìas, editado por la Dirección de Literatura de la Coordi Coordina na ción ción de Diusión Cultural de la unam, se terminó terminó de imprimir el 28 de octubre de 2012. Composición tipografca, tipog rafca, ormación e impresión: Grupo Edición, S.A. de C.V., Xochicalco 619, Col. Letrn Valle, Valle, 03650 México, D.F. D.F. La tipograa tipog raa se realizó en tipos Baskerville de 8, 9, 10, 11 y 12 pts. y se utilizó papel Cultural de 90 gramos. Se tiraron 1000 ejemplares en oset. Lecturas y cotejo de pruebas de Francisco Garca. Cuidaron la edición Vctor Vct or Cabrera Cabrera y el compilador compilador..