DISEÑO DE TAREAS Y FACTOR HUMANO. La dirección de la producción siempre ha tenido una especial preocupación por el factor humano. Las tareas de operaciones han empleado, tradicionalmente, mucha mano de obra, y una buena administración de los recursos humanos era fundamental para alcanzar una elevada productividad. De hecho, los primeros grandes avances técnicos en la gestión de producción procedían del área de administración de los recursos humanos. El estudio de tiempos y movimientos, iniciado a finales del pasado siglo, supuso un incremento notable en la productividad del trabajo. El diseño de tareas se puede considerar que es la actividad objetiva que configura los diferentes puestos de trabajo dentro de un determinado sistema productivo, siendo otra cuestión diferente, pero cercana a ésta, la asignación de trabajadores concretos a los puestos diseñados. En este sentido, es fundamental coordinar al trabajador con el puesto, de manera que las personas sean seleccionadas y asignadas a los trabajos tomados en consideración a sus capacidades y preferencias personales, pero también diseñando los puestos para la mano de obra que se utilice. Hay que señalar que cuando la especificación de la tecnología es previa a la del puesto, queda muy poca flexibilidad para la configuración de este último, porque el conjunto de tareas a realizar queda muy determinado por la tecnología del proceso. Por ello, la mejor opción es simultanear y engarzar, en lo posible, todo el conjunto de decisiones relativas al diseño de procesos, elección de tecnologías y diseño de puestos, para así tomar en cuenta todas las consideraciones pertinentes. Dado que es necesario basar el diseño del trabajo en unos principios generales, como son coordinar personas y puestos, establecer estándares de desempeño razonables, permitir un adecuado sistema de recompensas, asegurar una buena supervisión y definir clara y establemente las responsabilidades de cada puesto, se pueden establecer unos objetivos tales como: - Técnicos: productividad, productividad, calidad, etc. - Económicos: tiempo, costes, etc. - Físicos: condiciones medioambientales de trabajo, como luz, ruidos, ruidos, etc. - De seguridad: prevención y protección frente a accidentes. accidentes. - Psicológicas: significación y contenido del trabajo, satisfacción y motivación. Estas últimas consideraciones de tipo psicológico, se han revelado como muy importantes: los trabajos monótonos, repetitivos, carentes de un significado claro, suelen presentar problemas de muy baja productividad, absentismo, insatisfacción en el trabajo, dejación de responsabilidades, etc. Por eso hay que basar el diseño de este tipo de puestos en un enfoque sociotécnico, concediendo importancia tanto a las variables técnicas, como a las sociales, sin ignorar la dimensión humana y la calidad de vida en el trabajo industrial.
Una de las formas de aunar estos objetivos, y que se ha mostrado bastante eficaz, es mediante la utilización de las técnicas de enriquecimiento del trabajo . Estas técnicas se basan en las investigaciones de Herzberg, que constató que el trabajo en sí mismo es un importante agente motivador, aunque tradicionalmente había sido escasamente considerado. Para Herzberg, la satisfacción en el trabajo se asocia frecuentemente a un grupo de factores, que denominó motivadores, y que son intrínsecos a la tarea en sí misma, por lo que el contenido y responsabilidad del puesto cobran una importancia fundamental. En un sentido amplio, el enriquecimiento del trabajo consiste en diseñar o rediseñar el contenido de un puesto de trabajo de manera que: - Se aumente la cantidad y variedad de tareas propias del puesto, de forma que el trabajo sea lo menos monótono y más retador. - Se configure el puesto como una unidad completa, dotándole de significación para el trabajador. - Se responsabilice al trabajador de los resultados de su tarea y del mantenimiento de sus equipos y herramientas, reduciendo o suprimiendo la supervisión directa de tipo fiscalizador sobre la ejecución. - Se alimente la retroinformación sobre los resultados del trabajo, de la forma más inmediata posible, para que el trabajador pueda constatar el éxito de su desempeño. - Se aumente la participación del trabajador en la programación, organización y control de su ritmo de trabajo, esto es, en el conjunto de actividades administrativas relativas al puesto. En definitiva, el diseño de tareas depende de todo un conjunto de factores (técnicos, económicos, psicosociales, etc.) que deben ser tenidos en cuenta para conseguir una integración adecuada de los trabajadores con los demás elementos de la función de producción.