ges tui,fed nullum eft huiüs,quam dico,obíeruationis ilT luftrius exempium co, quod in.capite decimo fextopqnit idempropheta. Namdemonftraturus quanto amore Deus profequurus fuciit íudíeorum Rempublicam quamqueipía vicifsim makmipíigratiam retulerit pudlam inducir infantcm, quarn cum fui expofuifíentalius quídam foiut,&: víque ad nubilem auatem eduxit,ac tandem duxit vxorcm.cui ipía puella coniugi j fidem vulgato corpore poílea fregit : naque huius allegoria, Synagoga: defcribit facta impía, ita tamen artificiofè vt-mhil non du Eu. i6. c^t è rei ílmilís quam fumix natura atque more.Quando » nata,inquit,es,indieortüstui non eftpr^cüTus vmbilicus » tuus. &¿ aqua nò es Iota, neqs Tale ¿alita, nec inuoluta pan»> nis ; non p-epercitiuper teocuius vt faceret tibi vnum de » his mifertus tui, fed proie&a es fuperfaciem terrae. Quae certèomnia ijs infantibus accid unt, quos íui parétes abi) » ciunt,atqueexponunt.Etpeigit. Tranílensautemperte, » vidi te conculcan in ianguineíuo,&:dixitibicumeílesin » fanguine tuo;viuc,8¿ grandis efFeclaes.Qupílgnifícatfe, pro eo quodaccidere foler cum abic&amiliam infantcm d¿ omniope deftitutam vidiíTet, pietatecommotum nutriendam fufeepifie, nutriuiíTeque tam diu,quoad peruejút ad astatcm nubiiem.quainaetate,quiafoeniina;pube. feunt, 81 CA NTAR DE LOS CA NT ARES que él, corno suele suceder al ver a una criatura tirada y privada de toda esperanza, conmovido por la piedad la tomó para alimentarla y la alimentó hasta que llegó a edad casadera, en la cual edad, porque la mujeres se desarrollan y
comienzan a hincharse sus pechos, y aman la elegancia y desean juntarse con hombres, para imitarlo también, añade: Y llegaste a la flor de la juventud, y te crecieron los pechos y te salió el pelo, y era tu tiempo el tiempo del amor, me ligué a ti con juramento y hice alianza contigo, y fuiste para mí20. Y así, se casó con ella. Y porque los que se casan quieren a las mujeres adornadas y ricas, y por ello les dan oro y vestidos para su adorno, por eso para continuar la alegoría, también lo expresó añadiendo: Y te lavé con agua, y te ungí con óleo, y te vestí de recamado, y te calcé con jacinto, y te ceñí con lino, y te vestí de seda, y te atavié con adorno, y puse pulseras en tus brazos, y collar en tu cuello, y anillo en tus narices, y zarcillos en tus orejas, y espléndida diadema en tu cabeza. Y teniendo confianza en tu hermosura fornicaste en tu nombre, y ofreciste tu desnudez a todo el que pasaba. Pues violada la fe se vuelve a las costumbres de ramera. Pues las rameras, como era costumbre de las gentes de su tiempo, residían en un tugurio o cabana construida fuera de la ciudad y junto a los caminos. Por lo cual añade: Y tomando tus vestidos te edificaste un lupanar, y te hiciste un prostíbulo en todas las plazas, edificaste el signo de tu prostitución en todo comienzo de camino e hiciste abominable tu decoro, y dividiste tus pies entre todo lo que pasaba. Todo lo cual ciertamente se deduce de lo que sucede a los que hacen negocio con el cuerpo. Finalmente, el mismo Cristo, en las parábolas que usa, observa lo mismo de modo que lo diga todo muy acomodado a las personas y cosas de que constan las parábolas. Pues aquellas parábolas se han de referir a este género de alegoría, del cual tratamos. Aparece en la parábola de la viña, de las diez vírgenes, del convite y los invitados, de la semilla arrojada en tierra. En fin, en todas las parábolas. Por lo cual quede fijo esto en la alegoría de las palabras, que
23 La cita está tomada omitiendo palabras por economía, sin indicarlo en el texto qusecorpore quavílü faciunt.DenìqueGbyriftus ipfcin ijs parabotis quìbus vri'tur,idem omninò Í£ruat,v,taáeas-fiuepcríbnas, fiue res» quibus parabola; conMtjOmniaácconiodatifiiirriedicat. Nam illa: parabola? ad hoc allcgorise,de quo animus ? gè* nus funt referendar,id pater in-parabola de. vincaie dece virgtnibus,de conuiuio oc. imiitatfe, de ornine in terram ia&o.Denique in parabolis omnibus, Quarehoc mancar * F fixum 82 CANTAR DE LOS CANTARES las palabras que son propias de la cosa semejante, siempre son dichas de la cosa semejante que se toma, y que de ella se traslada a otra. En tal convencimiento,
diré con orden en diversos capítulos, y el primero es éste, mi pensamiento sobre la cuestión propuesta. I. Las personas puestas en este cantar y bajo las cuales hablan Cristo y la Iglesia hablan como conviene que hablen, esto es, como suelen hablar los que se aman entre sí. Pues, primero, este cantar, como antes fue demostrado; se basa todo en una alegoría, al recordar bajo la persona del hombre y la mujer los amores de Cristo y la Iglesia. Pero en este género de alegoría, exigiéndolo y pidiéndolo la forma sin cuya razón fue hecha, y apoyándolo la costumbre continuada de las Sagradas Letras, lo que se dice se acomoda a las personas, que aparecen externamente. Así, pues, lo que se dice aquí, debe sacarse todo de la persona puesta, esto es, de la naturaleza y manera de la persona amatoria. Además, aquí se recuerdan besos, se narran suspiros, se refieren sospechas, se exponen los deseos de los amantes que desean estar juntos, se escriben alabanzas con las que mutuamente se celebran, se recitan invitaciones, caricias, quejas; y en ello se consume casi todo el discurso de este cantar. Y todas estas cosas pueden ser sacada del amor corporal y sin duda son como las que suceden a los que se aman mutuamente. Así, pues, aunque afirmaremos que en este libro hay algo, que se aparta de la costumbre habida de los amantes, sin embargo por eso no se ha de tomar una decisión sobre este cantar, cuando conste que su mayor parte conviene aptamente con la naturaleza y costumbre. Pues siempre toda cosa es llamada por lo que contiene en mayor medida y se extiende más largamente. Y ciertamente los que opinan lo contrario, lo opinan porque uno o dos lugares de este cantar, bastante según su parecer, discrepa de lo que suele ser costumbre, y de una mínima parte juzgan toda la cosa, lo cual es muy injusta concepción. Pues si quieren concederse el que lo que toman por Si. / N £ A P V T fixumin vcrboTum allegoria,^ verba^qua; reiilmilis prò pria funt,de re limili quse fumieur femper dici, & ex ea ad aliamtraDsferri.Qnibusiìcconilitutis, quid ipfedepropolitaqaxftione fentiam » ordine dicamper qusedam, diftin&a capitaTquorum primum hoc eft.
Peribnxin hoc Carmine mdu¿tse,&;ÍLib quib* loquunt Ecclefia,atq; Chriflus;fkIoquütu« vti ipfas perfonas ioquidecetjidef^ fkut quiinteríeamát,loquifoÍetaNáprir mò hoccarme,vtruprademÓ£lratñ eOvtotü cóftat allego m,dü íub per fona viri aciceminx Chriiìi,atque Eccleiìs amores commemorar. Sed in hoc allegori#gencre,ratk> neehis id exigéte,& fine cui9 caufain(Titurucit,poftulate: S¿c5raetudinef4crarúhterarururTragáteperpetua,quidquid dicitur,ijsgfonis accomodarur,quae externé induca t ur. I gicur &c q> hic dicitur,id omne duci debet,ex indu£tx gfonaCiideft ex gfonoe amatori» rationeatqj natura.Prjìrereájhiccómcmoráturofculajenarraturfuípiriajreferüt íufpiciones:defideriaamantiü inuicé cógredi cupientiu cxponümrjaudes fcribütu^quib* fe mutuò celebrát,inui tationeSjbiáditia;, querimoniac recitàtunà;ineohuí*car minis orario fere totacófumitur.Atquihaec e corporeo amore omnia ducipofsut,ac fine dubio taha funtjqualia, qua;ijs,qui mutuò amát, eucniut. Igit etiì darem^in hoc libello ineJüfe aliquid,quod a more, &c còfuetudine aman tium recederetjtamcexeoftatuendunò eflet de iíto carmine: quado conftat eiuspìeraq* aptifsimè cóuenirc cu natura atq; more.Semper enim ex eo quod máximas par tes cÒrÌnctJatifsimèq>funditur,totares appellata quide qui cotra Tentiut,id fentiut quia vnus,aut alterhur9carmi nis locus,nónihil vtipfis videtur,difcrcpar,ab ep quod fie ri more ibìet,& è minima parte de tota re iudicar, quo nihil fingi poecft inìuftius.Na il id Ììbi cócedi volur, vt quod ex vno loco,paucisvclbds argumentumducunt,id vaiiduni 83 CA NTAR D E LOS CA NT ARES argumento de uno o de pocos lugares, ello sea válido y firme, ¿por qué no conceden que son argumentos más válidos y más dignos los que nosotros sacamos de la totalidad del asunto? Y si para el argumento es que estas cosas no cuadran al amor corporal, porque una mínima parte de ellas no cuadra, se puede responder aptamente al argumento que la mayor parte responde aptamente. Consta que bajo la imagen de dos amantes se expresa en este cantar el amor de Cristo con la Iglesia; consta que la Iglesia aparece bajo la persona de una mujer amante; consta que a esa persona femenina se le atribuyen miembros del
cuerpo femenino, ojos, mejillas, pechos, muslos. Así, pues, ¿no será verosímil atribuir a los miembros que le convienen lo referente al aspecto y composición de los mismos? Que, como trae la condición y naturaleza de la Iglesia como la persona de una mujer, y como los miembros del cuerpo femenino hacen alusión a las partes de la Iglesia, semejantes a aquellos, del mismo modo la figura y confirmación de los miembros declare la excelencia y perfección de aquellas partes de la Iglesia, de que aquellos miembros son imagen. Y si al nombrar los miembros del cuerpo, Dios lo refiere todo a la naturaleza del cuerpo femenino, nombrando los miembros que por naturaleza están en el cuerpo femenino, ¿por qué en su descripción y alabanza se apartará de la naturaleza y de la forma del recto discurso? Y si atribuye a la Iglesia pechos, para conservar el decoro y la imagen de la persona que propuso, ¿por qué añade tales pechos, cuales ni la costumbre permite ni la naturaleza de las cosas soporta? En fin, lo que ya muchas veces digo, Dios en las personas de los amantes actúa para declarar los amores de Cristo y la Iglesia. Pues si no actuara, no pondría a personas amantes, hombre y mujer, sino tomaría otras cosas semejantes. Así, pues, si actúa por estas personas y las saca así, se sigue que las tales son sacadas por él, como suelen ser los que se aman entre sí. Pues de otra manera sería muy absurdo, que sacara a personas amantes para significar sus amores bajo la imagen de ellas, y al mismo tiempo las fingiera y formara, no como la imagen que presentan dos que se aman, sino como dos monstruos que se alejan mucho de toda naturaleza. FRI MVM. i\ dum íit,6¿ ftrmum,cur non concedát potiora illa^fíc, Se validioraargumentíbqqas nos ex rotare ducii»usÌEt il arguméto eft ina non quadrareki corporeü amòreaa, quia
pars eùru minima nò quadrar, fit argumetq apre refpondere, quia pars maxima aptè refpondet. Conftat Tubimi gineduorü amantiü Chriftiamorem cüEcclefiain hoe carmine exprimi; conftat E cele fia mb perfona amatricis fcemina? inducixóítat ei per Cop% fceminee/oeminei corporismcbratribuijOculoSjgemSjVbera/ oemorarQuíigí^ íit veroíimiie eis mébris nò ca tribuí, quíe ipfa decét q? ad ipíbrü cópoGtione>&; fpecieattinetívt fientpronafoemina?,* conditionéEcclcíi£e,&; natura refert;S¿ñcutfoeminei corporis membra, partes Ecclefísereferunr, eis membris perfimiies,eodé modo eorüdemmébroru figura, &¿ coníirmat ¿o,earúpartiúEcclefix,quaruipfamébra imagines funt, excellcntiá,&abiblutionS deckret. Etfimmébris corporis nominádis cunda Deus ad fceminei referí natu ya. corporis, eafcilicet nominas qua? natura corporifosmineo mebra infunticur in eifde defcribédis,atq; Iau dandis à natura, Sfarceli fermonisrationerecedetíÉtfi Ecelcfias tribuit vbera,vt perfong qua induxit,decorü 6¿ ima gínéferuet,eura£ñngateiufmodi vbera, qualia nee mos patitur.nec natura reTñeffepermÍttir?Deniq5,quodfaepe jadico,Dcusijs amantiü períonis idagir,vt Chriíii,&: Ecclefia: amores declaret.Ná ni id ageret,nó amatorias viri, & fremi nx per foñas induceret/edíumeret alias res fimilesjgitur ftper aasperfonas id agit,eoq> eas inducit.fequi tur tales induci ab ipfo,quaies qui inter fe amar, eíTe íblét, Aiiter enira res abfurdifsima effíceretür, vt idé amatorias perfonas indueeret ad fuos in earum imaginern fignifican dos amores;idem iiias ita forrmret ac fingere r,n© vt duorum qui inter feamarent fpeciem psx feferrent, íed vt duo naonÜraplañe efíent ab omni natura abhorrentia, E ^ Deus 84 CANTAR DE LOS CANTARES IL Dios en este cantar declara su amor con ia Iglesia bajo la alegoría de los amores humanos, para que por lo que no es conocido, conozcamos más fácilmente el camino desconocido por nosotros del amor divino. Esto, lo primero, se sigue de lo inmediatamente anterior. Pues si Dios atribuyó a estas personas acciones, como las que mostramos, y les da las palabras que convienen a su naturaleza y costumbre, aunque estas personas son amantes, como consta, con las cosas que ciertamente suceden a los amantes, esto es,
con lo que es propio del amor corporal, Dios describe los amores celestiales. Además, esto mismo se confirma con este argumento. Dios se propuso hablar alegóricamente en este cantar de los divinos amores de Cristo, y toma para ello una cosa semejante, y no pudo tomar ninguna más semejante o más conocida para nosotros, que las personas de los que se aman verdadera y ardientemente entre sí. Así, pues, la figura del amor humano aquí ha sido tomada para declarar el amor divino. Más. Si algo obstara, sería ciertamente que no convenía a Dios que, para explicar sus amores, buscara semejanzas en los nuestros. Pero ello mínimamente desacuerda. Si es decoroso a Dios ser amante como el hombre y poner también en escena a la Iglesia como mujer amante, como aparece en este cantar, y si no teme ser llamado esposo y llamarla a ella esposa, ¿por qué temará hablar a la forma de la persona asumida, esto es, hacer el papel que tomó y, como se dice, servir a la escena? Si la persona es decorosa, los accidentes propios de la persona no pueden ser indecorosos. Pero pregunto, ¿se escriben propia o figuradamente los amores divinos, que se escriben en este libro? Consta que no propiamente, luego figuradamente. Pero las palabras figuradas significan propiamente las cosas que son semejantes, esto es, aquellas de las que se toma la semejanza, y las palabras de este cantar significan con propiedad los amores corporales; así, pues, de estos amores se toma la semejanza para significar los divinos. ¿Qué? ¿Acaso los hebreos no apartaban a los jóvenes de la lectura de este libro, y no admitían a su audición más que a los mayores de 84 IN C A T V T Deus in hoc «armine amore futura erga EcclcfiS allégoria amorüíhuirunorüdeclaratj^ex i js^use Jiobis. nota funty diuini amoris nobis ignotam vimfaciiiu* perfpiciamtis. Hoc prirmim fequiturè proxime fuperiorì. Namfi
hìs perfonis eas Deus adiones,vtisdocuiaius,tribiiit,6£ ea verba dat,quseipfis more, naturàque conueniunt;ctfí ha& pcricm# amatori* fùnt,vti conila!,ijscciteluse amanti* bùsactidut^ooéi^ijs^ue corporei amoris pi oprìa funr, caberles deicribit amores Deus ^Prsetereà idem ipfum i irò argumento cohfidtur.Própofitumeft DeodiuinosChri ili amoresihoc carmine aìlegoricè dicere Amit ergo ad idaliam rem fimìlem: at nuilam potuit remfumere,aut fi> miliorem.aut notiore nobiS,quameomm,qui inter fé 've rifsimè&ardenufsii^amarent periònas. ìguur amoris hümaniípeciesliicfümpra eft ad diuinñ decìaiandu" amoré. AdKa;e,5i quid obílaret,id.certe f iTct, dedecere Deü, vtádfUos explicandos amores petat íimiíirudines ànofbrts amoiibus. AiIdminimèipium dedecct.Nam fi Dco índecorum noneítferaoquam homi&em amantem,&: Ecclefiamitemtanquatnamatncem fomiinamin feena inferre,vtíeinhoccacmineiafert: fique fe fponfiuti dici, & iHam nominan fponiàmrio timer,cur rcforimdet pro rationea£ìmipta:peribna; ioquaihoceíl, agerc perfonam quám fumiti vt xltcitur fcenatferuireiNàii perfona non dcdecetya£eidentia perfon^propdaindecoraeiìe nò poffunt. Se.dqu£ro,diuiniamores qui in hocfcùbutur libro, vrrùmfctibantiirpropriè,an trariflatèfComlar non pro* pnè,rranfl&tè ighur.Attranflata vcrbaica proprie iìgn fica^ qu3^u^iiiiafunt,ideit,è quibus fiosilitudo tràsfenur, &huius Cantici veiba corpóreos amores proprie %riificartr, igiturab hisairioribusducitnrfifnüitudo ad figtuficandos diuuios. Quid? nonneHebxanaìbhuius libri leccone iuüenesarcent^Kc vilum nifi quadragenario ma* io rem 85 CA NTAR DÉLOS CANTARES cuarenta años? ¿Acaso también nuestros Gregorio Romano y Niseno no aconsejan que en su lectura se aparte uno del sentido que tienen las palabras, y dirija la mente a cosas más sublimes? ¿Por qué esto, pregunto? ¿si no es porque la imagen del amor corporal es tomada para declarar el amor divino? ¿Si no es porque en este libro nada se dice que no se saque de lo que sucede en los amores humanos? ¿SÍ no es porque dice llanamente lo que vemos pasa y se dice en el amor de los cuerpos? En fin, eso mismo afirman los antiguos padres. Dionisio,
en la epístola antes citada, dice así de este cantar: "y aquellos amores corporales y rameros en abundancia de los Cantares". Gregorio Niseno en la oración segunda: "para demostración de esta doctrina construye cierta imagen de las cosas que son más placenteras y suaves en la vida, imagen y suntuosidad nupcial". Y de nuevo en la oración tercera: "y por esa causa, lo que en las cosas que se hacen con placer, es muy vehemente, me refiero al afecto del amor, ello en la exposición de su doctrina lo puso alegóricamente, para que de ello aprendiéramos que convenía, que el ánima dirigida hacia la hermosura no alcanzada de la divina naturaleza, la ame tanto cuanto el cuerpo suele amar lo que le es conocido y afín, y traslade lo que es perjudicial para la pasión a lo que está libre PRIMVM. 8$ Íoremadcumaudiendütnadmittunt? nonne etiam noftri Romanus OC Niiènus Gregorij le&oresmonent,vt cumlegunt,abeo quod verba prse feferunt fenfumauocent, 6¿ mente ad fublimiora conuertant.?cur quaefo hoc? nifi quia amoris corporei imago fumitur ad diuinum declarandum amorem ? nifi quia nihii in hoc libro dicitur, quod non ex eo ducatur, quod accidit in humanis amoribus? nifi quia ea piane dicit,qü# in amore corporu dici ac fieri videmus.Deniqi idé ipfum veteres patres affir f mat. Dionyilus in fupra citata Epiftola,de hoc Càtico ita. ^"¡W^a? A
avícyovfiívoy9\íya JS TCSV J*oy{tarM v. ¡pnyt}' **