De Blanco y Negro a Color - Angeles

De blanco y negro negro a color

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De blanco y negro a color

El despertador fue acallado con un imperioso manotazo de la joven que arremolinada bajo las sábanas sábanas se negaba negaba a aceptar el comienzo comienzo de un nuevo día. Era desesperante desesperante saber que era lunes, atrás quedaba su fantástico fin de semana de desayunos largamente placenteros, comida comida con los amigos, amigos, horas de asuntos asuntos propios para para ella, y desenfreno desenfreno con él. Apret los pu!os sobre la almohada, y a rega!adientes se puso en pie, se mir en el espejo del armario y solt un gru!ido de desagrado ante el reflejo de sí misma, abri las puertas y sac por inercia un par de vaqueros y una camiseta cmoda, se encaram la ropa sobre el hombro, y sac a rastras sus pies de la habitacin dirigiéndolos hacia una ducha que sin duda necesitaba "na hora más tarde, #acarena $ilson sali despedida sobre su moto hacia el trabajo, sin imaginar que su vida cambiaría ese día

-: %&e traigo algo más se!orita' (le pregunt el camarero a la joven que llevaba más de hora y media sentada frente a la ventana, mientras tomaba un desayuno completo intercontinental y leía el peridico de la ma!ana) -: *o gracias. &a cuenta solamente, por favor... favor... (le pidi ella) -: Ahora mismo (le dijo él) Esther cerr el peridico, y cogi la taza de café antes de volver su vista al edificio que había frente a ella. *i siquiera sabía qué hacía allí, había rechazado aquella oferta tantas veces, la empresa $ilson $ilson no era el tipo de empresa a la que ella estaba acostumbrada, acostumbrada, sin embargo no le había podido decir que no cuando su directora principal, y vieja amiga, la había llamado pidiéndole aquel gran favor esto... se dijo a sí misma. -ero pag la cuenta, dobl + Debo estar loca por hacer esto... pulcramente el peridico peridico bajo su brazo brazo tras colocarse la chaqueta, y sali sali a la calle para para cruzarla, dispuesta a afrontar aquel nuevo reto

M: Eooo, eooo... buenos días, buenos días... (fue saludando #aca a sus compa!eros de equipo mientras entraba en la sala comn para servirse el primer café del día) Eva /ueno, parece que algunas por lo menos el fin de semana tuvieron accin (le dijo Eva a 0usti, mientras con un golpe de cabeza y unas cejas levantadas se!alaba a #aca antes de dar otro sorbo a su taza) M: 1icen por ahí que la envidia mata, Evita... (le espet #aca con una gran sonrisa mientras se calentaba las manos alrededor de su vaso humeante) Además, Además, ya te dije que vinieras Eva 2í ya, para hacer de farola prefiero quedarme en casa (le dijo Eva sonriendo)


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M: 4e hubiera hubiera presentado a su amigo 0oberto que está como un tren tr en (le garantiz #aca sonriendo mientras daba un sorbito al café) 2e lo pasaba pipa con Eva, sin embargo tenía que reconocer que desde que su relacin con 5ernando parecía estabilizarse, salían menos, y aunque no es que la echara de menos e6actamente, había algo de a!oranza hacia la relacin con su amiga, y hacia la persona que ella ella misma era cuando cuando no estaba con él

Eva /uaa... %7mo de bueno' %tanto cmo tu 5ernando o me vendes el segundo plato' (quiso indagar Eva ya entrada en el juego que siempre las enredaba) M: *o, no... tanto o más que él, buenorro de que te cagas... 8palabrita del ni!o 9ess: (le asegur #aca poniendo cara de circunstancias y alzando la mano en se!al de juramento) Eva 9ajaja... ya seguro, por eso no lo has pillado t al vuelo primero (le espet Eva) ;enga ;e nga #aquita, que nos conocemos... si estuviera tan bueno, ya te lo habrías tirado t M: %< quién dijo que no lo hice' (respondi #aca dibujando una sonrisa maléfica y saliendo por la puerta acto seguido) Eva la mir con la boca desencajada, luego mir a 0usti que sonreía sin atreverse a interferir en aquel ritual entre ellas

Eva 8Está de co!a... es un farol: 82eguro que es un farol, no se ha tirado al amigo del novio: 8*o... jeje... quiere que pique: (dijo Eva en voz alta, como tratando de disipar la posibilidad de que que #aca fuera en en serio sobre aquel aquel nuevo cotilleo) cotilleo) R: 8A mí no me mires: 8=ablamos de #aca: (le dijo 0usti encogiéndose de hombros mientras Eva lo miraba como si él pudiera tener las respuestas que saciaran su curiosidad) Eva dud un par de segundos más, dirigi la vista a 0usti, luego a #aca que se alejaba por el pasillo tranquila tranquila con su taza en la mano, y acto acto seguido mir la suya suya propia

Eva 8#ierda, siempre lo consigue: (espet Eva, lanzándole de mala gana la taza a 0usti para que la sujetara, sujetara, mientras sin poder poder evitarlo salía tras #aca #aca para averiguar averiguar que había de cierto en aquel bombazo) 0usti las vio danzar hacia la sala de proyectos, #aca riendo satisfecha y Eva alcanzándola alcanzándola y cuchicheándole cuchicheándole por lo bajo, tratando tr atando de que desembuchara. desembuchara. 2onriente, 0usti bebi de una de las dos tazas que sujetaba

R: 8#ujeres: (e6clam moviendo la cabeza de lado a lado) Al volverse para depositar los cafés en la encimera, vio que el ascensor volvía a abrirse. 4ras sus puertas una mujer enfundada en un traje de falda gris impecablemente ce!ido y planchado, barri barri la estancia con con una indescifrable indescifrable mirada. 2u porte era tan tan sereno e imperturbable, que 0usti se qued clavado por unos instantes en el sitio incapaz de asimilar la imagen que aquella mujer daba, sin duda estaba fuera de lugar. 7uando la mujer se acerc a un compa!ero para preguntarle algo, 0usti depar en que no era el nico que la miraba, sin embargo ella no parecía percatarse de las miradas interrogantes que había despertado, y devolviéndole una sonrisa cortés y un +gracias articulado con rotundidad al muchacho que le había dado la informacin que necesitaba, enfil sus


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tacones de aguja hacia el despacho de direccin, seguramente sin sospechar que aquel silencio que había generado en la peque!a oficina no era, ni mucho menos, habitual 4ras satisfacer las ansias de informacin y detalles de su amiga, #aca consigui ponerse a trabajar. trabajar. -uls -uls un botn y las persianas fueron fueron cerrándose automáticamente, automáticamente, a continuacin prendi el sistema de arranque de las computadoras mientras se situaba en su mesa de trabajo, en menos de cinco minutos la habitacin se trasform en un centro audiovisual con una pantalla de 3>? pulgadas al fondo, dos monitores de @? a una distancia prudencial de su mesa, una tabla digital y varios paneles de control con un teclado universal integrado. #aca dej la taza a su derecha, y mientras terminaba de colocarse el guante de interaccin en @1, puso en marcha el reconocimiento de voz

Ordenador: Bniciando proceso, reconocimiento de voz. 7lave de acceso, por favor (solicit el ordenador) M: C03?40A;E2"0A DF (pronunci #aca con seguridad en un tono uniforme) &a computadora proces los datos. "nos instantes después le dio acceso vocal

Ordenador: 8/uenos días #aca:, %por dnde empezamos empezamos hoy' (le pregunt el ordenador) M: /uenos días E.&.B.2.A., abre el proyecto DGchipFG, por favor (solicit #aca reacomodándose reacomodándose en la silla) Ordenador: -royecto DGchipFG volcado (anunci la máquina) < las pantallas empezaron a escupir planos del chip prototipo en el que estaban trabajando. #aca activ su playlist habitual tecleando con la mano izquierda libre, la msica se activ y la joven coloc la mano derecha enguantada sobre una placa de acero en el brazo derecho de su asiento

M: 8/ueno, vamos allá...: (y todo lo demás qued ajeno a ella, mientras con soltura se introducía en un mundo electroHdigital complejo y absorbente) Esther tuvo que esperar apenas cinco minutos antes de que 7ruz llegara. 7uando la vio entrar se puso en pie y una sonrisa dulce y cercana se dibuj en su rostro captando la atencin de la secretaria de 7ruz que la había estado observando de soslayo desde que había llegado

C: 87mo me alegro de verte, estás fantástica: (le decía 7ruz cogiéndola de las manos para mirarla) E: Iracias, t también te conservas bien... (le reconoci Esther) C: %=as esperado mucho' (le pregunt 7ruz) E: Acabo de llegar, no te preocupes... (le dijo Esther) C: 4eresa por favor, un par de cafés cuando puedas guapa (le pidi 7ruz haciéndole un gui!o y dedicándole una sonrisa) El mío como siempre, el de ella... E: 1escafeinado, con un cuarto de leche y un sobre de azcar o dos terrones, si no es mucha molestia (indic Esther) 7ruz sonri tras escuchar a su vieja amiga


C: 4an maniática como siempre, por lo que veo (le pic) E: 7ostumbre más bien (indic Esther encogiéndose de hombros) C: Anda pasa... (le pidi 7ruz con una gran sonrisa, haber conseguido que aceptara no había sido fácil, pero se alegraba tanto de que lo hubiera hecho que podía notar como las preocupaciones de hacía seis meses acumuladas, parecían diluirse poco a poco slo con tenerla a su lado) 8#e alegro tanto de que estés aquí: E: Espero que lo recuerdes cuando empiecen empiecen los problemas (le respondi con una sonrisa, pero con sinceridad profesional en sus ojos, antes de que la puerta del despacho de 7ruz se cerrara por completo) 4eresa que había estado pegando la oreja como era su costumbre, no pudo evitar que una ceja suspicaz se le levantara tras escuchar el comentario de la recién llegada. 2in demora, enfil el pasillo hacia la sala comn para preparar los cafés y poder tener una e6cusa para enterarse de algo más de lo que pasaba en el despacho de su jefa

J: 4eresita... 4eresita... (la salud 9avier cuando la vio entrar), %cmo va todo' T: An no lo sé, pero estoy en ello (le dijo 4eresa sin desviarse en su que hacer) V: %En qué estás metida ahora, si puede saberse' (le pregunt ;ilches que acababa de entrar en la sala para rebuscar en la nevera algo que picar) T: En lo que se trae 7ruz con esa ni!a Adolfo 1omínguez, que ha llegado hace un rato (solt 4eresa sacando la leche calentada del microondas) *o es por cotillear, pero por lo poco que he oído, oído, y he visto (puntualiz), no nos traerá traerá nada bueno bueno tenerla por aquí V: %Cuién' %&a del traje' (pregunt ;ilches ;ilches pegando un bocado a un trozo de queso) J: -ues a mí me ha parecido muy amable cuando me ha preguntado está ma!ana, además está buena, un poco +estirada, pero a mí esas me ponen (a!adi 9avier con una sonrisa conquistadora) conquistadora) V: /ueno, eso es porque tras esos vaqueros descoloridos y la camiseta de los 0olling, escondes un pijo toca cojones... (le espet ;ilches sin inmutarse) J: ;aya ;aya gracias por tu parca honestidad, capullo egocéntrico (le devolvi la pelota 9avier divertido) V:
E: 7ruz, %estás segura de querer esto para tu empresa' (le preguntaba Esther con tranquilidad pero advirtiéndola) C: *o creo que tengamos salida, lo que se viene encima es muy gordo, y me viene grande. 4 estás acostumbrada a lidiar con ellos, necesito que nos prepares, mi nica defensa es una buena prevencin... (le contestaba 7ruz) E: #ira, acabo de echar un vistazo a esa sala de ahí fuera, y te aseguro que por lo que he visto los cambios que voy a tener que implantar para desarrollar mi trabajo, va a

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romper tanto su ritmo de creatividad como a coaccionar su libertad de e6presin... t no tienes empleados ahí fuera, tienes creativos, hacKers en potencia no acostumbrados acostumbrados a las reglas ni a un orden preestablecido, salvo el suyo propio... ya te lo e6pliqué, esto va a cambiar a una dimensin que puede llevarse por delante el trabajo de esta empresa una vez empiece la máquina a rodar, y lo sabes (le puso Esther las cartas sobre la mesa, porque no quería quería que su amiga amiga cayera en un error) error) 7ruz se levant de la silla, para mirar por la ventana. 2abía cuáles eran las competencias competencias de Esther, por eso la había llamado. #edit # edit un segundo si aquel era el momento de soltar toda la informacin, y decidi que otra no le quedaba

C: =ay algo que an no te he dicho, pero antes de comunicártelo necesito saber si quedas dentro o fuera. Es informacin confidencial y aunque seas t, no puedo entregártela sin saber que estás con nosotros (le dijo 7ruz volviéndose hacia ella con los brazos cruzados cruzados sobre el pecho) pecho) Esther alz una ceja, conocía aquella e6presin, la había visto cientos de veces... cientos de veces en caras muy distintas, y supo con certeza que +ya estaban allí, la máquina se había puesto a funcionar antes de que ella llegara

E: 8Estoy dentro: %< %
E: 1éjame ver... (le pidi Esther) < el sonido de un cajn, seguido de un prolongado silencio inquiet a 4eresa que no escuchaba nada desde fuera. Aquella Aquella falta de informacin le dio la se!al para llamar a la puerta. 7ruz tard en en anunciarle que pasara, finalmente finalmente lo hizo

C: Adelante (dijo 7ruz) 4eresa ech un primer vistazo, Esther estaba doblando un papel en las manos, y 7ruz estaba frente a ella con las manos enlazadas y el semblante serio, ni rastro de la alegría del encuentro de aquellas dos mujeres quedaba en el ambiente

T: Ls traigo los cafés, perdonar si no están muy calientes, pero es que el microondas vuelve a hacer de las suyas (se adelant 4eresa, 4eresa, pues llevaba un ratito espiando tras la puerta) C: Iracias 4eresa 4eresa (le dijo 7ruz y cogi el café que le ofrecía) E: Lh, gracias (respondi Esther e6tendiendo la mano) 4eresa 4eresa esper un minuto tratando de divisar algo de aquel papel, pero pronto el silencio se torn incmodo en su presencia

T: %*ecesitáis algo más' (4eresa quem el ltimo cartucho antes de salir despachada) C: *o 4eresa, puedes marcharte (le dijo 7ruz) < sin oportunidad, 4eresa 4eresa tuvo que salir de aquella habitacin más intrigada y preocupada de lo que había estado en mucho mucho tiempo


G

&as dos tomaron el café en silencio, Esther aprovech aquellos momentos para releer la carta que 7ruz le había pasado. El documento databa apro6imadamente de un mes, Esther calcul mentalmente el tiempo que les l es quedaba antes de la primera toma de contacto presencial

C: %7mo lo ves' (se atrevi a preguntarle 7ruz y esper con el pecho encogido a que Esther hablara) Esther dobl la carta, la mir con seriedad, ahora sabía porque la había llamado con urgencia 7ruz y se lamentaba de no haber respondido antes a su llamamiento

E: 4enemos 4enemos tiempo suficiente, pero no puedo prometerte la respuesta favorable de tus trabajadores. El juego ha pasado a otro nivel, desgraciadamente desgraciadamente (le contest Esther) C: &o sé, lo sé... (le dijo 7ruz llevándose las manos a la cabeza, pero suspirando suspirando por saber que Esther estaba con ellos, en lo suyo era la mejor y las dos lo sabían)... ;an a tener que comprender, jamás pensé que esto pudiera pasar, pero la dimensin del trabajo de #aca es tan brutal, que pas sin más E: %#aca quien es, la creadora' (pregunt Esther) C: 2í, lo es... (respondi 7ruz) -or supuesto sus fines ni se acercan un milímetro a los intereses de ellos, el chip no estaba pensado para nada parecido. Ella no tiene ni idea de lo que se está cociendo, de hecho nadie lo sabe, solo yo y -edro $ilson. < él quiere que siga así E: Eso va a ser imposible 7ruz... no van a entender que yo... (trat de e6plicarle Esther pero 7ruz la interrumpi) interrumpi) C: &a informacin no puede filtrarse, ni siquiera a ellos. 2on rdenes (le asegur con rotundidad 7ruz) < Esther volvi a quedar en silencio tratando de descifrar lo que 7ruz no le decía. Bmplantar sus reglas ya era difícil contando con una e6plicacin de la situacin real a afrontar, sin ella le parecía un suicidio empresarial, mirara por donde lo mirara

E: 1ime por qué El tono de su voz había sido suave, sin embargo el imperativo de su mirada hizo comprender a 7ruz que tenía que darle una respuesta que la contuviera en aquella silla. 2abía muy bien cmo era Esther, se lo había e6plicado mil veces a -edro, con ella no servirían las medias tintas, era implacable e impermeable, por eso la necesitaban y por eso, tendrían que hacerlo a su manera

C: &a creadora es #aca, #acarena $ilson $ilson (le dio 7ruz los motivos, esperando que aquel nombre fuera suficiente para que Esther diera por entendida la situacin Esther la mir sin inmutarse, computando aquel nuevo dato. &a diana no era otra que la hija del due!o de aquel imperio, y eso no la salvaría de ser arrastrada al campo de batalla. 2i ellos ganaban, ganaban, la vida que que #aca conocía, conocía, llena de privilegios, privilegios, libertad y normalidad, solo sería un vago recuerdo de un pasado feliz. -or supuesto que -edro $ilson no quería que su hija se enterara, todos los padres quieren creer que son capaces de proteger la ingenuidad de sus hijos, de mantenerlos a salvo, pero aquello no estaría en las manos de aquel hombre, sino en las de ella


N

Eran cerca de las dos, cuando alguien llam al despacho de #aca

Ordenador: #aca, es Eva... (le anunci E&B2A) M: Abre la puerta (le orden #aca a la computadora, y automáticamente la abri) Eva %4ía, no piensas comer o qué' (le pregunt Eva entrando en aquella cueva) M: %Cué hora es' (pregunt #aca mientras revisaba la estadística cuántica de enfoque, y manejaba una pieza tridimensional con el guante) Eva &as dos, hora de papear... (le dijo Eva colocándose a su lado) %=as conseguido acoplar la lente antitérmica' M: *o, an no... pero mira esto (le se!al #aca, pasando una página virtual con un golpe en el aire) =e instalado un chip de valoracin lipídica, que permitirá una conduccin perfecta tras procesar el tejido graso. Así no slo penetrará con precisin nanométrica, sino que será capaz de analizar su composicin para a!adirla a un historial médico en un solo paso. 7on ello eliminamos de un plumazo el riesgo de operacin de los pacientes vetados por obesidad mrbida, y encima obtenemos informacin para erradicar su problema en el proceso postoperatorio Eva 89oder, eres una puta genio: (le concedi su amiga, que revis el dise!o con asombro) %&e has metido un 9A-@?D' M: Ajá (le confirm #aca con una sonrisa de satisfaccin tras ver la mandíbula desencajada de Eva) Eva 8#ierda, porque a mí no se me ocurren estas cosas: (se quej con fastidio Eva) M: -orque lo tuyo es el dise!o robtico, no la ingeniería (le respondi #aca) Anda vámonos a comer, que ahora que lo dices, me muero de hambre Eva 2igo pensando que no es justo, luego nadie se acuerda de los dise!adores, nadie quiere darse cuenta que estos trastos que inventáis son unos monstruos de cortocircuitos sin nuestro estudio estético, ergonmico y refrigerador (sigui relatando Eva mientras se conducían a la puerta) #aca le dio unos golpecitos en la espalda, como siempre hacía cuando se quejaba del anonimato al que eran sometidos los creativos de su especie. Antes de salir, #aca dio la ltima orden

M: E&B2A, +encantamiento 5idelio (le solicit #aca en clave) *LM: 4otalus A continuacin la computadora apag toda emisin por completo, las persianas se abrieron y los dispositivos se guardaron ocultos en un mueble bibliotecario

Eva Algn día tendré un despacho como el tuyo (le avis por millonésima vez Eva) M: -or supuesto, y su dise!o será muy superior (le asegur burlonamente #aca) Eva Eso t ríete, pero ya lo verás (la amenaz con un dedo Eva) 2e dirigían al ascensor cuando ;ilches las intercept para comentarle a #aca un par de cosas sobre la programacin base del servidor

J: &a intrusa se va... (anunci 9avier pasando por el lado de ;ilches, de camino a su puesto) M: %1e quién habla éste' (pregunt #aca con una sonrisa divertida por su e6presin) V: 1e la nueva que se la pone dura, supongo (dijo sin el más mínimo tacto ;ilches)


M: %1e quién'... jajaja... (se ri #aca ya sin remedio, por el comentario, y al toque de Eva se gir hacia el ascensor) &a risa se fue esfumando como a cámara lenta tras ver a 7ruz despedirse de una completa desconocida que por su apariencia no parecía de los suyos. &a curiosidad la hizo dejar de sonreír, %quién era aquella mujer', y lo más importante, %por qué 7ruz no le había comentado nada de aquella visita que suponía ejecutiva'

C: %4e veo ma!ana' (le pregunt 7ruz a Esther) E: *o, necesito un par de días por lo menos, tengo que mover algunos hilos antes de empezar aquí (le dijo Esther mientras se introducía en el ascensor tras despedirse de ella con dos besos) C: ;ale, t eres la que sabe de esto (aprob 7ruz) E: 87ruz: (la llam Esther deteniendo la puerta antes de que se cerrara) C: %2í' E: 1eberías aprovechar este margen que te doy para allanarles el terreno (le aconsej Esther) 7ruz se le qued mirando, sabía lo que le estaba pidiendo, pero se le hacía un mundo encararse a la realidad

C: &o tendré en cuenta (le asegur 7ruz) Esther asinti con la cabeza, y liber la puerta para marcharse. #ientras se cerraban las puertas del ascensor alcanz a ver como una joven se dirigía con resolucin hacia 7ruz

M: 7ruz, %cmo va' (le pregunt #aca tras llegar a su lado) C: Ienial, %y a ti' %tenemos novedades' (le pregunt 7ruz, colocándose la careta de despreocupacin) M: Alguna hay sí, pero ya te contaré... %quién era esa' %alguien de contabilidad o algo parecido' (fue al grano) C: *o, esa era Esther Iarcía, la nueva asesora en legalidad y conflictos gubernamentales (le espet 7ruz, y aquella escueta versin tendría que ser suficiente para todos) #aca la mir sin entender, instintivamente volvi la vista al ascensor cerrado como tratando de recordar la figura que había visto esfumarse en él, luego volvi sus ojos interrogantes a 7ruz

M: %-ara qué necesitamos nosotros a una asesora de esas' (articul #aca encogiéndose de hombros) C: -ara el lanzamiento del nuevo prototipo, y ella es la mejor #aca vio como 7ruz le daba una palmada en la espalda, y salía sin darle mayores e6plicaciones hacia su despacho

Eva ;ámonos a comer, o terminaré matando a ;ilches te lo juro... -ues no me ha dicho que tengo el culo más gordo, el muy cabrn (interrumpi el momento Eva con un mosqueo de un par de narices)

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M: Ehh... (#aca la mir rompiendo su hilo de interrogantes) /ueno sí Eva %2í qué' %qué lo tengo más gordooooo' (la mir con ojos como platos Eva mientras se metía en el ascensor) M: *o, no... que sí, que sí nos vamos a comer. 8Estás estupenda tía: 2eguro que te lo ha dicho para chinchar, ya sabes cmo es (por fin #aca consigui centrarse en el presente, los temas burocráticos podían esperar, además nunca habían sido de su interés y mientras no le afectaran, podía obviarlos sin más) Eva Ah bueno, ya pensaba que iba a tener que darte a ti también un pisotn (le dijo Eva apretando el botn de planta baja) M: Espera, %le has dado un pisotn a ;ilches' (le pregunt divertida #aca, que en unos segundos se olvid del tema anterior) Eva < en todo el juanete, así aprenderá a hablarle a una chica (se defendi Eva, pero inmediatamente el ascensor se llen de carcajadas de las dos) -asaron tres días en los que el ritmo de la oficina permaneci inmutable, nada parecía distinto y sin embargo todo había cambiado. 7on ese pensamiento 7ruz se qued contemplando el ir y venir de sus informáticos a través de la cortina de su despacho. Esther an no la había llamado, -edro estaba más nervioso que nunca, y ella no había escogido el momento ni la e6cusa adecuada para justificar la inmediata incorporacin de Esther en la oficina... el tiempo se agotaba, y no sabía qué hacer 2e retir de la ventana y se sent en su silln, al menos le consolaba que #aca no hubiera vuelto a preguntar, aunque era cuestin de tiempo que las preguntas se formularan una vez tuvieran a Esther en el equipo. 7onocía a #aca desde que tenía 3D a!os, lo nico que quería era mantener a salvo y lejos de aquel conflicto de intereses, a aquella mocosa que había conocido mientras la pillaba in fraganti desmantelando las piezas del televisor de su padre porque había descubierto como conseguir ampliar la capacidad de recepcin de la imagen con un microprocesador parablico aun no creado 2e frot la frente, el dolor de cabeza no se había ido desde que había recibido aquella ltima carta de notificacin. &o nico que le daba un poco de paz, era saber que Esther estaba al cargo, sin embargo eso no solucionaba la salvaguardia de la integridad emocional de #aca, sino que más bien la empeoraría. Aquella joven de >J a!os no estaba hecha para las jaulas, y había visto muchas veces los procesos en los que se envolvía Esther para saber, que los límites serían estrechos y rígidos. 7mo reaccionara, es lo que más le preocupaba 1e pronto su teléfono mvil empez a sonar. En la pantalla el nombre de Esther la hizo apretarse contra el respaldo. Bnmediatamente lo descolg

C: 8Esther: (pronunci con más ansiedad de la que pretendía) E: =ola 7ruz, perdona que no te haya llamado antes, pero me he tenido que mover deprisa. %7mo vais por ahí' (le pregunt Esther con serenidad) C: &o nico que he podido intercalar es que se va a agregar una asesora en legalidad y conflictos gubernamental al equipo. Ellos no preguntan, y yo no veo capaz de vaticinar nada (le comunic 7ruz, sabía que no era mucho, pero esper que Esther se hiciera cargo de lo que significaba para ella su equipo) E: /ueno, no te preocupes, yo me encargaré. %7uándo vas a presentarme' (tom el mando Esther)


3?

C: 7uando t me digas (le cedi el poder a su amiga) E: El viernes es un buen día, el fin de semana les servirá para acomodar preguntas y respuestas, les dará un margen de preparacin mental para los cambios (le e6plic con decisin Esther) C: #e parece bien, el viernes pues (le concedi 7ruz) %*ecesitas que haga algo' E: 2í... (dijo con rotundidad Esther, y pudo notar como 7ruz tragaba saliva a la espera de lo que su amiga le fuera a pedir) *ecesito que me des luz verde para empezar una investigacin sobre #aca necesito mucha informacin, y que la prepares para colocarse bajo mi mando C: Esther eso no... (7ruz se esperaba lo peor, pero eso era sin duda peor de lo esperado) E: Ellos ya la están investigando, y supongo que no queréis que le asigne una proteccin de perímetro, así que será mejor que estreches su círculo entorno a mí, o no podré hacerme cargo. #ientras sepan que está bajo mi mando, no se acercarán tanto. Es toda la comodidad que le puedo proporcionar 7ruz, créeme (le ataj Esther antes de que le reprochara) 7ruz se frot de nuevo la frente, aquello no lo controlaba, ni siquiera sabía que terreno pisaba

C: Está bien, cmo t digas... hablaré con ella hoy o ma!ana, el viernes la tendré preparada (le asegur 7ruz) E: -erfecto, 7ruz... C: 1ime E: Es lo mejor, lo siento (le dijo Esther sinceramente) C: &o sé, lo sé, no te preocupes es slo que todo esto es... (7ruz suspir cansada)... demasiado Esther se hacía cargo de ello, lamentaba que 7ruz se encontrara en aquella situacin, pero lamentarse no les serviría para nada

E: ;a a ir bien, no te preocupes, no voy a dejar que se la lleven (le dijo Esther y rompiendo una de sus reglas a!adi) &o prometo C: 4 nunca prometes (identific las se!ales 7ruz, y como una chispita de luz algo se instaur en su pecho) E: Entonces ya sabes hasta donde estoy dispuesta a dar en esto (le concedi Esther con honestidad) C: Iracias Esther (es lo nico que pudo a!adir, tras el nudo que sus palabras habían dejado en ella) E: 1e nada. *os vemos el viernes, descansa (se despidi de ella Esther) C: =asta el viernes (a!adi 7ruz antes de que Esther colgara) < se qued sentada en su despacho un par de horas más, tratando de encarar lo que Esther le había pedido que hiciera antes de su llegada En la sala comn, #aca se entretenía con Eva contando batallitas pasadas. 1e pronto el mvil de #aca empez a sonar, ella mir la pantalla y tras ver la foto identificadora se le dibuj una sonrisa plena en el rostro

M: =ola vándalo... (le salud de forma típica entre ellos)


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Fernando: =ola preciosa, %cmo va el día' (le pregunt él) M: 4ranquilo, estoy con Eva echándonos unas risas... (le cont ella) Fernando: 1esde luego, tenéis un chollo que no es normal... si lo llego a saber, hubiera prestado más atencin en su día al ordenador que me regal mi padre a los doce a!os (le dijo él divertido, pues siempre le impresionaba la libertad creativa que la empresa les concedía) Encima que sois unos piratillas informáticos os dan cancha ancha, increíble M: 9ajaja... %detecto envidia' (le contest ella) Fernando: Envidia y celos... (a!adi él) M: Ah, celos... qué interesante (arrastr las palabras ella conociendo el juego) %< se puede saber e6actamente de qué' Fernando: 1e que ellos te tengan más horas que yo (le susurr él, y a #aca se le dibuj una sonrisa de picardía en el rostro tras escuchar sus juegos) M: /ueno, no se trata de la cantidad de horas, sino de la +calidad de los sucesos en el tiempo empleado (le espet ella, aludiendo sin duda al contacto físico constante que habían tenido el domingo) Fernando: Cuiero más de eso, si no te importa (solicit él) M: /ueno, creo que eso soy capaz de dártelo (le dijo ella coqueteando) Fernando: %7uándo' (le apremi él) M: %Esta noche' %A las diez, en tu casa' (le propuso ella) Fernando: =echo, yo me encargo de la cena, t del postre (termin por formalizar el plan él con una sonrisa que traspasaba el auricular) M: 9ajaja... vale. Entonces hasta la noche (le contest) Fernando: =asta la noche monada (se despidi él y antes de colgar a!adi) 4e quiero M: Bdem, besitos (le dijo ella y colgaron casi a la vez) Eva se gir cuando vio que ya había colgado

Eva %5ernando' (pregunt aunque conocía la respuesta por su cara) M: 2ep, hemos quedado para esta noche, quiere que lleve postre (le hizo el resumen rápido a su amiga mientras elevaba suspicaz una ceja) Eva Cue asquito das, anda déjate de joder con los detalles que unas estamos a dos velas asquerosa (le dijo ella dándole un empujn) M: 9ajajaja... -orque quieres, siempre es porque quieres (le rebati #aca) Eva 2í, sí, lo que t digas. /ueno qué, nos vamos a comer o qué (pregunt Eva mirando el reloj) M: =oy no puedo, 7ruz me llam por el interno para decirme que comemos juntas (le dijo #aca) Eva %< eso' (sinti curiosidad Eva) M: *o sé, supongo que tiene que hablar conmigo de algo de la empresa, rollos burocráticos ya sabes (no le dio importancia #aca y más bien su cara esbozaba aburrimiento ante la reunin) Eva /ueno tía, pues que sea leve... voy a ver si 4eresa se viene. *os vemos luego, %no' (le pregunt saliendo ya de la sala) M: Lf course (le dijo ella y terminándose el refresco que se estaba tomando con Eva, sali hacia el despacho de 7ruz) #aca y 7ruz salieron hacia un restaurante japonés que había dos calles más a bajo, y mientras andaban se pusieron al día sobre asuntos personales. 7ruz le pregunt por 5ernando, #aca le pregunt por su hija, y las dos consensuaron su opinin sobre lo que


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había dicho el médico de -edro, tras la ltima subida de tensin que había sufrido hacía ya un mes y por la cual, seguía un tratamiento farmacolgico

M: Es que es un cabezn, no sabe desconectar (le comentaba #aca pasando dentro del local) C: &o sé, no paro de decírselo, pero ya sabes que no puede evitar ciertas cosas (lo corrobor 7ruz) Además, entiendo que esté nervioso, pero eso no va a solucionar nada M: %< por qué está nervioso' (aquella noticia era la primera que tenía al respecto) C: /ueno ya sabes, está nervioso por el lanzamiento del nuevo proyecto, es normal. Es algo muy grande #aca, y t estás en medio, así que está nervioso porque todo te salga bien (ataj con habilidad 7ruz, escondiendo las sombras de todo aquello) M: /ueno sí... no sabía que estaba preocupado por eso, en realidad no tiene por qué, los plazos van segn lo previsto y aunque es cierto que me queda an trabajo, esta vez tengo claro que lo conseguiré. &a prueba del mes pasado, lo confirma (le dijo #aca con una sonrisa) 7ruz la mir tratando de esbozar una sonrisa similar a la de ella. 1e que #aca estaba cerca, cerquísima de conseguir la perfeccin de su proyecto no tenía la menor duda, pues la carta que habían recibido tan slo  horas después de que se llevara a cabo la prueba práctica en el laboratorio, lo confirmaba de todas, todas El camarero apareci disipando el momento, y ambas decidieron pedir un combinado para picar de varios platos. /ebieron licor y degustaron los entrantes, cuando el camarero ya había servido el combinado de platos principales, 7ruz se dio cuenta de que si no lo hacía ya, el tiempo volvería a jugar en su contra

C: #aca (la llam 7ruz) M: 1ime (respondi ella llevándose un bocado a la boca sin mirarla) C: =ay algo de lo que tengo que hablar contigo y te voy a pedir que trates de entenderlo, porque son decisiones que tu padre y yo hemos tomado recientemente, y que creemos importantes para la empresa (le dijo 7ruz captando por completo la atencin de los ojos de #aca) M: %Cué pasa' (la ataj #aca, no era normal ver a 7ruz tan seria) C: 2abes que hemos contratado una asesora legal que llegará en breve al equipo (comenz 7ruz) M: 2í, la mujer del otro día, Esther %no' %qué pasa con eso' (la anim a seguir) C: /ueno, va a hacer algo más que asesorar legalmente el nuevo proyecto, desde el viernes estarás a su cargo, y le hemos dado luz verde para implantar un plan de seguridad en torno al lanzamiento del nuevo prototipo (le escupi sin más 7ruz y trat de mantenerse firme, aunque estaba deseando beberse de un trago el chupito de licor que tenía entre las manos) M: Espera, espera un momento... %7mo que estaré a su cargo' %Cué co!o significa eso' <, %para qué diablos necesitamos un plan de seguridad' *unca antes lo hemos necesitado (las preguntas evidentes no tardaron en llegar) C: -ara que Esther pueda hacer su trabajo, va a tener que instaurar una serie de cambios, que ya ella en su momento e6plicará porque yo la verdad no sé muy bien en qué consisten e6actamente, así que se va a convertir en la nueva subdirectora por así decirlo, y cmo t eres la creadora y coordinadora del proyecto, tendrás que estar bajo su tutela para asegurar que minimizamos los riesgos de infiltracin (7ruz sabía que en


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todo lo que decía, no llegaba a e6plicarle nada, pero es que no podía contarle nada, esa era la realidad) M: %-ero de qué co!o me estás hablando' %2ubdirectora, cambios, riesgos de infiltracin' *i que el 7ondensador &áser de termofrecuencia fuera un secreto nacional. %*o crees que os estáis pasando un poco con todo esto' (a aquellas alturas #aca ya no abría slo los ojos como platos, sino que se notaba su incomprensin y la furia que ello le producía en la voz) C: Es posible, pero tu padre ha dado la orden y yo la he secundado, nosotros somos los encargados de los asuntos burocráticos y comerciales, y tras valorar el alcance de tu proyecto estamos de acuerdo en que tenemos que pasar a otro nivel (7ruz se acerc por encima de la mesa para que no la oyeran) #aca, esto no se trata de un nuevo filtro de induccin aerodinámica para segadoras, ni del digital máster de aleacin para miembros amputados, estamos hablando de un láser capaz de detectar por sensores térmicos el punto de operacin y de descargar con un margen de error del ????3 nanomilimetro sobre el lugar de impacto con una carga inteligente tras un análisis pormenorizado de biopsia. 4 mejor que nadie sabes la revolucin en el mundo de la cirugía que supone, y no estamos preparados para los problemas, no slo de patente, sino de comercializacin que va a suponer. Esther es la mejor, y además es una vieja amiga mía, así que todos vamos a hacer lo que nos diga por nuestro bien y por el de la empresa de tu padre y tuya #aca la escuch con atencin, porque pocas veces había visto a 7ruz tan altera y tan tajante con algo. -or primera vez desde que se conocían, #aca detect en su rostro un temor a algo que por lo que parecía se le escapaba de las manos

M: Está bien, si vosotros creéis que es lo indicado, colaboraré (le dijo #aca tratando de minimizar el surco que había aparecido en el ce!o fruncido de 7ruz) C: %2eguro' 8Es importante: (se quiso asegurar 7ruz) M: &o prometo, haré lo que tu amiga me pida, si con ello consigo que t dejes de tener esa cara y de que a mi padre la tensin le deje de oscilar como en un tío vivo, colaboraré en lo que pueda (a!adi #aca y le regal una sonrisa, porque no soportaba la tensin que se había formado en torno a aquel tema) C: 1e acuerdo (acept 7ruz, y #aca pudo ver como también sonreía más aliviada) Eran las once y media de la noche, cuando #aca se levant de la cama para vestirse

Fernando: %A dnde crees que vas' (la retuvo él cogiéndola del brazo y volviéndola a introducir bajo las sábanas) M: 5ernando, tengo que irme a casa... ma!ana tengo que levantarme temprano para ir a la oficina, hay un montn de cosas por hacer y no sé si me dará tiempo (le asegur ella volviéndose a zafar de él y saliendo otra vez de la cama) &a verdad es que desde su reunin con 7ruz al medio día, todo había cambiado. =ubiera preferido irse directamente a casa desde el trabajo, pero le supo mal dejarlo colgado, y por un instante pens que estar con él la reconfortaría, nada más lejos de la realidad

Fernando: 7laro que te dará tiempo, siempre te da, además eres la due!a... anda, por qué no te quedas esta noche, no seas tonta (le susurr él poniéndose a su espalda y besándola en el cuello)


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#aca odiaba aquella e6presin, y su humor le hizo responder

M: *o soy tonta. 4engo que irme, eso es todo (le dijo de mala forma) Fernando: %< ahora que mosca te ha picado' (le pregunt él)
M: 4ienes razn, perdname %vale' (le pidi #aca) Eh, mírame... (le dijo cogiéndole la cara entre sus manos), el sábado que ya no habrá toque de queda me quedo a dormir %vale' Así podemos remolonear en la cama la ma!ana del domingo %trato hecho' Fernando: %1e verdad' (le pregunt él poco convencido, pues su chica no era muy partidaria de comprometer todo su fin de semana, le gustaba demasiado su independencia) M: 2í, de verdad (y diciéndole aquello le dio un beso largo y profundo que volvi a calentarlo sin ella pretenderlo) Fernando: %;es como me dejas' (le dijo él tras ver como #aca se separaba de su lado) M: -erdona cari!o, el sábado te recompenso (le asegur, y dándole otro beso corto y rápido, sali del dormitorio, cogi su casco y su chaqueta, y descendi hasta el garaje para volver de regreso a casa) Era cerca de la una cuando #aca abri la puerta con su llave tras darse un largo paseo en moto por la ciudad. 1eposit sus cosas en la entrada y al ir hacia la cocina para picar algo vio que un destello de luz salía del comedor. 2e acerc al gran saln, y vio a su padre en el sofá mirando la tele

M: -apá, %qué haces despierto a estas horas' (le pregunt #aca asomándose por encima del sofá) Pedro: *ada... me estaba entreteniendo viendo este documental, pero ya me iba a la cama (le dijo él) M: %Estás bien' (le pregunt #aca sintiéndolo algo e6tra!o) -edro $ilson mir a su hija, y como respuesta peg unos golpecitos en el cojín de su lado para que se sentara con él. #aca dio la vuelta al sofá y se acurruc en los brazos de su padre

Pedro: -erdona al carcamal de tu padre, hoy echo de menos muchísimo a tu madre, pero se me pasará (le dijo él mientras la besaba en la cabeza) #aca se estrech entre sus brazos

M:

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M: &o sé, no te preocupes, colaboraré en esto. 7ruz ya me ha e6plicado lo importante que es para ti el que ceda en esta situacin, así que lo haré %vale' (le asegur su hija regalándole una sonrisa, cosa que a su padre le tranquiliz y consigui que también sonriera cabeceando como aprobacin) Aun no entiendo muy bien tanto alboroto, pero si vosotros opináis que esa Esther merece la pena en lo que hace, por mi no hay problema 4ermin de a!adir #aca mientras volvía a los brazos de su padre, sin sospechar el vuelco ansioso que en él se producía dado que acaba de poner en manos de una desconocida lo que más quería, su hija 7uando #aca entr por la oficina el viernes en la ma!ana se dio cuenta que el resto de sus compa!eros también se habían levantado tan inquietos como ella. 7ruz les había reunido a todos el día anterior para anunciarles la incorporacin de esa tal Esther Iarcía, y de que la empresa iba a sufrir varios cambios que les competían bajo su mando. *adie sabía cmo tomarse aquella noticia, puesto que no había precedente alguno en la empresa, jamás habían convocado una reunin formal, más bien se trataban de reuniones por departamentos o todos api!ados en el despacho de 7ruz, sin embargo el uso de la sala ejecutiva les hice desconfiar a todos, y #aca sospechaba que con razn 2e quit la mochila del hombro y fue hacia la sala comn, todos parecían ir a lo suyo concentrados seguramente en sus propias predicciones respecto a lo que pasaba. -or suerte para ella, Eva parecía haber seguido su rutina y removía su taza de café cuando lleg

M: 8/uenos días bicho: (le dijo #aca con una sonrisa) Eva /ueno, eso de buenos, ya lo veremos... (puntualiz Eva, sin devolverle el buen humor) 7ruz y la nueva han llegado a las NO@? y an no han salido del despacho ni para cagar M: %< t cmo...' Eva *o, no me he venido tan temprano tranquila, acabo de llegar como t, pero me lo ha dicho 4eresita que por lo visto 7ruz le dijo ayer que llegara dos horas antes. < como un clavo han aparecido esas dos por la puerta del ascensor segn ella. 8Esto no me gusta: (manifest Eva su opinin) M: *o, a mí tampoco. -ero bueno, están histéricos con el nuevo proyecto y yo he prometido portarme bien y colaborar, así que no me mines la cabeza (le dijo #aca poniéndose de mal humor tras las noticias de Eva, pues se daba cuenta que estaba fuera de aquellas decisiones) Eva 89a:, eso lo tengo yo an que ver... en cuanto E2A empiece a tocarte los huevos metiéndose en tus mundos de yupi, ya veremos si te acuerdas de lo que has prometido o no (e6puso con una ceja levantada Eva, antes de tomar un sorbo de café) M: Eva, Eva... #ira, no me toques t los huevos antes, que sabes que me caliento pronto. A ver para qué co!o han tenido que contratar la puta asesora esa... (rugi #aca, y cogiendo su café sali por la puerta en direccin a su +cueva porque aquel ambiente ya la crispaba, incluso antes siquiera de que la accin empezara) 4ras cerrar la puerta de su despacho, el ritual y reinicio de su computadora E&B2A llen la estancia aislando a #aca del resto del mundo. /ajo la capa de la oscuridad y los destellos de las imágenes digitales, era donde ella se sentía realmente a gusto, a salvo.


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*o le importaban nada los asuntos legales, ni por cuánto ni cmo se comercializaran sus creaciones... lo nico que e6istía era ese mundo intangible donde su cabeza hallaba no slo preguntas que ponían a prueba su ingenio, sino también las respuestas lgicas que las contestaban #ientras en el despacho de 7ruz otros asuntos más terrenales, tenían en disputa a Esther y a la directora

C: -ero no puedes poner cámaras, lo interpretarán como una desconfianza hacia ellos... Además Esther, sería absurdo ponerlas, cualquiera de mis empleados es capaz de desmantelarlas sin el mínimo esfuerzo, y te aseguro que boicotearlas, es lo primero que harán en cuanto sepan que alguien les está grabando (le asegur 7ruz) E: 4ranquila, mi intencin no es que se sientan controlados ya que no nos favorecería en nada. *i siquiera se darán cuenta ya que pondremos éstas (le dijo Esther tajantemente, y le pas a su amiga una carpeta en la que había un dise!o de una cámara de vigilancia del tama!o de un guisante y un informe que hablaba de la capacidad de la misma) C: %1e dnde has sacado esto' (le pregunt 7ruz asombrada tras ver lo que Esther le mostraba) E: ;entajas de mi trabajo (le contest Esther y mientras desplegaba sobre la mesa del despacho un plano de la planta en la que se encontraban) &as colocaremos aquí, aquí... y por supuesto aquí (a!adi Esther marcando con un rotulador las zonas donde pensaba colocarlas para tener un control de registro) C: %Cuieres colocar una cámara aquí' (le pregunt 7ruz asombrada) Esther asinti

C: -ues me parece que eso sí va a ser imposible. El despacho de #aca es el más inaccesible del mundo, nadie puede entrar y salir de él sin su autorizacin (le dijo 7ruz echándose para atrás en el respaldo de su silla) E: Entraremos cuando no esté, no se dará ni cuenta (contest Esther sin preocupacin) C: *o, no me estás entendiendo. #aca es una e6perta en lo que se refiere a la proteccin de su intimidad y de su espacio, ella misma ha creado el softPare que protege el despacho, así como el dise!o de una gran computadora de inteligencia artificial por reconocimiento de voz y sensorial, a la cual denomina E.&.B.2.A. *adie puede tener acceso a la informacin que almacena, ni siquiera puedes ver las pantallas de su computadora si no entras cuando #aca está dentro de ese despacho trabajando, puesto que se pliegan en un doble fondo blindado a una sola orden de #aca. Aunque entraras y colocaras la cámara cuando no está, en el momento en que E&B2A se encienda, su escaneo del perímetro detectaría no slo a la cámara, sino que realizaría un análisis inmediato de los componentes de la misma hasta dar con el nombre de algn distribuidor o dato relevante de las piezas que permitiera abrir una investigacin sobre su procedencia. Es infranqueable, no hay datos técnicos ni planos sobre E&B2A, es la mayor creacin de #aca y todo lo que concierne a ella, está en la cabeza de su propietaria. 9amás ha pasado a papel su dise!o (termin de resumirle la situacin 7ruz, orgullosa de la capacidad de aquella joven que admiraba y adoraba) Esther no e6pres nada en su rostro, sin embargo tenía que reconocer que aquella informacin sobre la capacidad de #aca la había impresionado y mucho, claro que no


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descartaba la posibilidad de que los sentimientos de 7ruz engrandecieran las cualidades de aquella mujer de la que hablaba

E: Está bien, si está tan protegido, supongo que no serán necesarias las cámaras en su despacho, aunque mantengo que son necesarias en los otros puntos (continu Esther) C: *o sé si alguien de nuestros técnicos sabrá colocarlas (dijo preocupada 7ruz mientras echaba de nuevo un vistazo al informe de las cámaras que Esther le acababa de entregar) E: 4ampoco nos interesa que sea alguien de vuestro equipo, por eso lo hará una del mío. Este fin de semana necesitaré tirar de ti, para tener acceso a la planta (le anunci Esther) C: &o que necesites (le asegur 7ruz sin oponerse a su peticin) Esther revis unos documentos que tenía en las manos, apart algunas cosas y escribi algunas otras. 7ruz la observ sin molestarla, tratando de predecir por dnde saldría todo aquello. El día anterior había hablado a sus empleados sobre la incorporacin de aquella mujer y ya había podido percibir las miradas recelosas de la mayoría de ellos, temía que aquello les iba a costar de aceptar, pero era incapaz de imaginar el efecto que la personalidad de Esther les causaría Eva entr en la sala de reuniones junto al resto de sus compa!eros, ech un vistazo general en busca de #aca, pero con lo nico que se top fue con la figura de aquella mujer que al lado de 7ruz terminaba de comentar algunos papeles. *ada más verla percibi que no le gustaba, con aquellos pantalones de pinza gris perla perfectamente planchados y aquella camisa blanca, pulcramente doblada en sus mangas. + Ojalá empieces a sudar como una cerda... pens para sí Eva, su rectitud ya de entrada le había evocado un rechazo visceral, como el de los gatos al agua, sin embargo... Esther capt por completo toda su atencin desde el mismo momento en que se gir y clav los ojos, por casualidad, en ella Lbligada a sentarse con aquella mirada clavada, ocup uno de los asientos libres, pronto se dio cuenta que al resto les había pasado lo mismo. =abían llegado dispuestos a ponérselo difícil a la nueva, y sin embargo slo con verla, se habían achicado como colegiales ante su directora

E: /ueno, ya están todos %no' (le pregunt Esther a 7ruz por lo bajo) C: 5alta ella... (le contest 7ruz echando un rápido vistazo y cogi el teléfono que tenía cerca para llamar al despacho de #aca) Esther cort la llamada ante una 7ruz interrogante

E: *o importa... =ablaré con ella a parte, no nos conviene tensar más las cuerdas (le contest Esther antes de que 7ruz pidiera una respuesta) 7ruz asinti y colg el auricular. Esther se puso delante de la mesa, y se sent en una de sus esquinas, con un pie bien anclado al suelo, mientras el otro se balanceaba sobre la mesa. #irándola, Eva decidi que Esther a pesar de ser normalita, desprendía una energía de seguridad y serenidad que la hacía muy atrayente. 7uando Esther sonri antes de empezar a hablar, Eva reconoci la punzada de atraccin que poco a poco se instalaba en su vientre. +%7mo era posible'


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En el despacho de #aca el tiempo parecía no e6istir. #aca se había sumergido en su msica y en los ltimos datos sobre la transicin de cargas, y entre planos y pruebas se había olvidado casi por completo del asunto del día

Ordenador: #aca... (la solicito E&B2A) M: 1ime E&B2A... (respondi #aca mientras programaba el regulador de la lente) Ordenador: 0egistro en la agenda que hay una reunin convocada a esta hora en la sala ejecutiva de la planta... (le indic la computadora) M: %Cué hora es' (pregunt #aca sin dejar lo que estaba haciendo) Ordenador: &as seis (le contest) #aca se gir de golpe, el tiempo había volado. 2e mir el reloj y calcul que mientras la gente asistía y empezaba la reunin, aun tenía un margen de tiempo para llegar

M: E&B2A, lánzame al monitor central el dise!o de la lente... (le solicit) Ordenador: &isto (le comunic) M: Qoom en cuadrante 1J53?... sube a zoom 6@D... perfecto, análisis de circuito... (volvi a pedir, y E&B2A continu volcando datos en la pantalla central)... perfecto, anota cambio... Ordenador: &isto, anoto (le dijo la computadora) M: -0J@9... cambio a *AN de titanio, %lo tienes' (le pregunt) Ordenador: -or supuesto (le comunic) M: -erfecto... (dijo #aca y reajust unas cifras en el programa antes de cerrar lo que estaba haciendo) %-uedes preparar un pronstico estadístico del calibrador contando con la modificacin, por favor' Ordenador: 2í (le comunic) M: %4iempo' (le pidi #aca mientras terminaba de cotejar un par de cosas) Ordenador: > o @ horas (le inform E&B2A) M: #e vale, ponte con ello (le orden #aca) apaga resto de funciones para procesar más rápido Ordenador: 7uenta atrás... hibernacin momentánea (comunic E&B2A)... 3?, F, ,... @,>,3... #aca vio apagarse el equipo mientras se deslizaba a su cuarto de ba!o privado. 2e lav la cara y se mir en el espejo, estaba desgre!ada y algo cansada, se recogi el pelo y sali de allí tras pedir a E&B2A el bloqueo del despacho. &a quietud de la planta, le hizo comprender que todos estaban ya en la reunin, record que había prometido colaborar... +mierda se lament #aca, ser dcil nunca se le había dado demasiado bien. El ruido de sus tripas le record que no había probado bocado con el cabreo y el trabajo, así que decidi prepararse algo en la sala comn antes de ir a la reunin, nada podía ser tan importante como para omitir sus necesidades fisiolgicas Esther fue e6poniendo algunas de las medidas de control, que se iban a imponer en la empresa para salvaguardar la confidencialidad del proyecto que esperaban lanzar en los pr6imos meses. 1esde la solicitud de que firmaran un documento legal que les e6igía no poder hablar del proyecto fuera del ámbito de la empresa, hasta la necesidad de la digitalizacin de sus huellas con las que a partir de la pr6ima semana podrían acceder


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o no al edificio. &es e6plic algunos detalles de los motivos por los que se les pedía colaboracin, problemas de patente y medidas cautelares contra las empresas de la competencia... nadie manifest desacuerdo en las palabras de Esther, a pesar del fuerte embiste que contra sus libertades pasadas estaban sufriendo con cada palabra, norma y medida que Esther les iba comunicando. -ues la sutileza y la facilidad con que Esther las proponía, haciéndoles partícipes y en parte motivando su sentido de lealtad y buen compa!erismo, impulsaba el sentido de orgullo de un trabajo bien hecho. En el foro interno de cada uno de los presentes, se empezaba a instaurar un espejismo de +grandeza e +importancia a cada palabra que Esther decía, alabando el trabajo del proyecto y la necesidad de cuidar lo que tanto esfuerzo les había costado conseguir

E: #i trabajo slo tendrá sentido, si consigo que vuestros intereses sean salvaguardados a la finalizacin de este proyecto... por eso os pido, que colaboremos todos juntos para que pueda proteger los asuntos legales que a él y a vuestro trabajo conciernen. 1e todas formas reitero, que las medidas de control de registro no están siendo tomadas para computarizar vuestras entradas y salidas como fuente productiva, seguiréis manteniendo la libertad de movilidad que viene recogida en vuestro contrato inicial. El registro es simplemente para protegeros de espionaje empresarial, eso es todo (concluy Esther con otra sonrisa cercana y despreocupada, pues sabía de sus efectos) 2i tenéis alguna pregunta o problema que queráis comentar bien aquí con el grupo o bien a mí en privado, las vías de comunicacin están abiertas por completo, por lo que ruego que no dudéis en decírmelo. %Alguna pregunta' (lanz Esther, echando un vistazo por encima a los presentes) -ero nadie parecía dispuesto a cuestionar de momento nada. Esther se fij en sus rostros, las e6presiones de algunos le indicaron que no darían ruido y que estaban de acuerdo, en otros vio que el interés personal era más fuerte que el laboral en aquellos instantes (+ siempre hay alguno, que le vamos a hacer... pens para sí), por ltimo detect al que sabía que más tarde o temprano daría alguna queja, sin embargo, todavía era pronto y permaneci callado, con los brazos cruzados sobre el pecho, apoyado con autosuficiencia contra la pared sin integrarse del todo con el resto. &e mantuvo la mirada un instante, y él hizo lo propio, pero no pas de allí. Así que finalmente volvi la vista hacia la chica que le había llamado la atencin al principio de la reunin, por la actitud de desagrado que le había visto reflejada en los ojos en cuando había visto a Esther frente a ellosR sin saber por qué, sus ojos habían cambiado... y ya no sabía muy bien que leer en ellos, la intrig

M:
M: En ninguno de nuestros proyectos anteriores hemos necesitado de un asesoramiento ni de unas medidas tan rígidas de seguridad como las que está usted proponiendo, así que mi pregunta lgicamente es %por qué ahora son tan necesarias' E: 2in duda, el proyecto que tienen ustedes entre manos tiene una repercusin mucho mayor que los anteriores. &os intereses econmicos y de investigacin que llevan consigo, lo hacen un blanco perfecto para otras empresas que trabajan con prototipos


>?

similares... hasta ahora los trabajos de la empresa eran aportaciones a campos ya abiertos en el mercado, en cambio el &áser en el que están trabajando es una innovacin de adelantos médicos todavía por calcular. 2upongo que de ahí viene la preocupacin de las personas que me han contratado para que pueda llevarse todo a buen término (le contest Esther tranquila y sonriente) -ero en el rostro de #aca no se produjo la satisfaccin ni la tranquilidad esperada. &a muchacha continuaba visualizándola como un enemigo poco creíble, para sorpresa de Esther. 4ras unos instantes de mirada mantenida entre ambas...

M:
E: 2í, ya hay alguien muy interesado en el proyecto, por eso estoy aquí. An no sabemos cuánto han averiguado, por eso es tan importante que empecemos a zanjar cuestiones legales de las que nada tienen que preocuparse, y por eso también es importante cerrar las comunicaciones entorno a los implicados del proyecto (le comunic Esther a la joven, pero también se lo decía al resto de los presentes) Es todo lo que puedo decirles al respecto, pero les aseguro que no deben preocuparse de nada más que de hacer su trabajo, yo me ocuparé de hacer bien el mío para que nada les repercuta Esther se gir al grupo para a!adir aquellas ltimas palabras tranquilizadoras, cuando se volvi de nuevo para indagar en la e6presin de la joven que había realizado las preguntas, slo se top con el cerrar de la puerta trasera que allí había, se había marchado tan cual había llegado, silenciosa. A pesar de la intriga, Esther se concentr en terminar la reunin. &os asistentes fueron saliendo en peque!os grupos de la sala, menos tranquilos de lo que Esther había pretendido debido a aquella inesperada intervencin de la joven. 7uando se quedaron a solas, Esther ya no pudo contener la pregunta

E: %Era ella' (le pregunt a 7ruz) C: 2í, era #aca... (le confirm 7ruz) E: J (le contest) + Mierda, demasiado joven... pens Esther para sí, pues sabía por e6periencia que en aquellas situaciones la impulsividad y el sentimiento de fortaleza e independencia que se tenía a ciertas edades, no eran buenos aliados. 7ontra más jvenes más se creían capaces de salir airosos de todo, de no necesitar de nadie y de creer saber más que el resto. A Esther no le gust aquel nuevo dato, dificultaba su trabajo


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4odos fueron saliendo de la reunin en cuanto Esther la había dado por concluida, Eva trat de zafarse de algunos de sus compa!eros, que tras la intervencin de #aca y la confesin de Esther de que alguien les había estado substrayendo informacin sobre el proyecto, andaban algo nerviosos murmurando en grupitos los recientes acontecimientos. #ir por encima del resto, pero no la vio así que se encamin a su despacho. 7uando lleg a la puerta ni siquiera hizo falta que llamara, la puerta se abri y #aca sali por ella con el casco en la mano y la chaqueta puesta

Eva %4e vas' (le pregunt Eva) M: %4 qué crees' (ironiz #aca) Eva /ueno dame un segundo, cojo mis cosas y me voy contigo (le dijo Eva) M: Eva no... tengo prisa (le dijo #aca, claramente alterada) Eva la cogi por el brazo, deteniéndola

Eva 7o!o, espérame... %a dnde quieres ir con tanta prisa' M: ;oy a hablar con mi padre... %L te crees que me ha hecho gracia enterarme por una completa desconocida de que ha entrado alguien en la empresa a espiarnos' %9oder, yo quien co!o soy... el ltimo mono aquí, o qué' (le rugi #aca soltándose de un tirn del agarre de Eva) Eva *o es seguro que alguien haya entrado, #aca, cálmate... (le pidi suavemente Eva) M: -ues peor an, porque si nadie ha entrado, eso significa que tenemos un chivo dentro... 8qué ilusin: %no' (sigui ironizando #aca, pues era su nico medio de defensa) 2ea como sea, si alguien sabe lo que está pasando es mi padre, así que me va a tener que dar bastantes e6plicaciones... 8qué me portara bien: 8ja:... (a aquellas alturas #aca se movía ya agitadamente, como si slo hablara para ella misma) #e cuentan una milonga, y me hacen hasta prometer... para luego soltarme esta mierda Eva la cogi por los hombros esperando que al detener su movimiento pudiera también parar el mecanismo que se había puesto en marcha de la cabeza de su amiga

Eva 8#aca, espérame, es slo unos segundos:... vamos a tomarnos algo ahí abajo, nos desahogamos y luego vas a ver a tu padre, porque así no puedes ir a pedirle e6plicaciones, %o es que pretendes que acabe otra vez en el hospital' (le dijo Eva mirándola a los ojos, y al ver que #aca reaccionaba ante la pregunta que le hacía, a!adi) ;ale, espera aquí, no tardo nada < sali en busca de sus cosas al trote, mientras #aca se dejaba caer sobre una mesa a esperarla *o pasaron ni tres minutos cuando #aca vio a Eva salir de su despacho. -ara su sorpresa observ como Eva cerraba con llave la puerta... + Perfecto, aún no lleva aqu ni un da y ya nos ha vuelto neur!ticos pens #aca con desagrado sobre Esther 2e levant de la mesa y esper a que Eva la alcanzara, sin embargo a escasos dos metros su amiga ralentiz el paso y su cara cambi, #aca iba a decirle que se diera prisa, no


>>

quería quedarse allí ni un segundo más, pero una voz la detuvo antes de que ni siquiera diera un paso hacia Eva

E: %2e!orita $ilson', me gustaría hablar un momento con usted si tiene unos minutos (le solicit Esther a su espalda) #aca se dio la vuelta y se top con aquella sonrisa cándida de quien se sale siempre con la suya, definitivamente no se creía nada de su diplomacia

M: -ues la verdad es que no los tengo, lo siento, pero tendrá que esperar hasta el lunes, porque ya me iba (le contest #aca con más dureza que educacin) Esther ech un vistazo a la joven que las había alcanzado, Eva sin querer se ruboriz cuando aquella mujer le clav la mirada y esboz una sonrisa pícara para ella

E:
M: Cue no hay problema dice la tía...
-: /uenas noches comandante, perdone que la moleste pero... (se disculp una mujer en el otro lado de la línea) E: &aura, cuántas veces le tengo que decir que me llame Esther, ya no soy su comandante (le interrumpi Esther con tono suave) L: 1isculpe se!ora, quiero decir... Esther, se me hace difícil olvidar quién es usted (dijo la mujer un poco sofocada a pesar de saber que estaba fuera del alcance de los ojos de su superiora) E: Cuien fui... pero no importa, prosiga (la volvi a corregir, pero lo dio por perdido)


>@

L: &a llamaba para comunicarle que la informacin que me pas por teléfono es correcta, el despacho de la joven es inaccesible, está sellado y es seguro (le anunci &aura) Esther se inclin hacia delante dejando el vaso en la mesa, repentinamente intrigada

E: -odría darme algn detalle (le pidi) L: Entré con la tarjeta que me cedi hace apenas una hora, en el despacho aparentemente no hay nada. El sensor detect una cámara acorazada tras una biblioteca, haría falta un potente e6plosivo para traspasarla, pero por las mediciones que he realizado sería casi un milagro que resistiera intacto algn componente informático tras realizar tal cosa, puesto que lo destruiría la onda e6pansiva y lo que permaneciera de pie, quedaría da!ado por el peso del metal. =a empleado un modelo parecido al jacKD?? militar para el reconocimiento del administrador, pero no me he atrevido a analizarlo, porque ha conectado un detector de registro a su alrededor y tengo la impresin de que hubiera capturado una imagen mía de haberlo hecho. &a verdad es que el sistema es bastante superior al nuestro. 2inceramente, no creo que hayan podido sacar los datos de la fuente principal, comandante (concluy &aura) E:
J: *i os imagináis lo que se está montando ahí abajo (les dijo 9avier sonriente mientras ponía una taza con café en el microondas) T: *o si ya lo sabemos, yo he tardado casi >? minutos para que me cogieran la huella esa, la metieran en la computadora y me comprobaran el acceso.

>J

J:
Eva 4eresa... acércate allí y enreda un poco anda, que quiero saber que hace #aca (le dijo Eva se!alándole la cola y al guardia) T: %
Eva %-ero se puede saber qué estás haciendo' (le pregunt Eva con una sonrisa) M: %4 qué crees' (le dijo #aca sin levantar apenas la vista de lo que estaba haciendo) Estoy verificando a dnde va la informacin que están recogiendo, y estoy implantando una especie de cortafuegos que controlaré desde E&B2A, si alguien e6terno quiere sustraer informacin de las huellas, mi computadora les enviará una informacin errnea e insertará un gusano de los míos para localizar la procedencia. %*o pensarás que voy a dejar a estos aficionados al mando de nuestra seguridad, no' Eva 2abía que no te ibas a quedar tranquila con las respuestas de tu padre (se!al Eva sonriente, pues hacía tiempo que había perdido de vista la energía y la tozudez de su amiga) M: Cuiero a mi padre, pero nunca supo fingir, al menos a mí. 0epiti como un loro el discurso de 7ruz y Esther, con lo cual, hay algo que no me están contando y que tendré que averiguar sola... *o tengo la culpa, si es lo que quieren, así será (dijo con resolucin #aca) Eva 2i no fueras un genio, no estaríamos metidas en esto... ya te dije que era mejor idea sacar al mercado el spa multimedia de dos por dos, pero no... tuviste que inventar un puto láser que esperemos no necesitar nunca (le dijo Eva tocando madera con los dedos puestos en forma de cuernos) M: 9ajaja... lo dijiste, cierto... (se ri #aca a pesar de seguir a lo suyo) Esto por aquí, y ya casi lo tengo...


>D

1e pronto Eva se percat que el murmullo del mostrador ya no se oía, por instinto se irgui, pero cuando fue a decirle a #aca que se diera prisa ya fue tarde. &a figura de Esther se implantaba en el umbral de la puerta, con tono firme y severo

E: %2ería usted tan amable de decirme qué está usted haciendo aquí, se!orita $ilson' #aca dio un respingo sin querer en la silla, Eva sin embargo pareci encogerse en el rincn. Esther clav sus ojos en la joven propietaria a la espera de una respuesta... +mierda, demasiado joven... problemas y más problemas pens para sí algo molesta. #aca se recuper del sobresalto, apret un par de botones, y la imagen de la computadora volvi a la página principal del programa, pero no lo suficientemente rápido como para evitar que Esther entendiera que #aca se había metido en el cdigo fuente del programa y hubiera deducido que habría conseguido hacer modificaciones en él... +lo tendremos que sustituir por otro... un da más perdido pens con fastidio, sin embargo no dio signos de inmutarse

M: %A usted que le parece' (la atac #aca con lo nico que sabía, otra pregunta) E: *o se trata de lo que a mí me parezca, se!orita $ilson, sino de que está usted retrasando el trabajo de mi equipo y de que no entiende que tiempo perdido, son frentes abiertos que dificultan la proteccin de su proyecto, y por tanto, mi trabajo (le dijo Esther tranquila) 7reo tener la impresin de que me está usted viendo como su enemiga, y sé que mis métodos son bastante invasivos teniendo en cuenta el tipo de empresa que ustedes dirigen, pero créame cuando le digo, que el fin de mi trabajo es solamente velar por sus intereses y nada más. Así que por qué no me dice claramente lo que le preocupa o qué es lo que ha motivado que tenga usted que enfrentarse con un empleado que slo pretendía llevar a cabo su trabajo sin +e6cepciones (a!adi Esther, poniendo énfasis en la ltima palabra, pero sin mostrarse amenazante ni disgustada) #aca supo que aquella +e6cepcin se refería a que no por ser la due!a de la empresa se le debía tratar de forma privilegiada o tenía derecho a hacer lo que le viniera en gana como si fuera una ni!a malcriada. -or un segundo tuvo la sensacin de ser sermoneada con razn y sinti algo de vergSenza, pero al ver que Esther esbozaba aquella sonrisa, todo se esfum, su rebeldía sali a flote

M: #ire, claridad es lo que me sobra, así que se lo voy a decir... 8*o me gusta: (le espet #aca sin tapujos poniéndose en pie desde la silla) 2é que slo es una empleada y no dudo de que en su trabajo sea usted muy buena, pero llega aquí imponiendo sus normas, y sin conocerla se supone que todos debemos acatarlas sin más... Así que perdneme, pero no, no me gusta que esté usted aquí E: Entiendo (se limit a decir Esther serena y mirándola a los ojos, sin embargo no había rastro de la sonrisa en su rostro) #aca se le qued mirando, aguantando la tirantez que entre sus ojos se producía

E: %< cmo pretende que lo hagamos' (se atrevi a preguntarle Esther, mientras cruzaba los brazos por detrás de la espalda) M: -rometí que colaboraría con usted a mi padre, y yo no rompo mis promesas, pero eso no significa que vaya a gustarme ni tampoco que acate lo que usted diga sin pedirle e6plicaciones. Encárguese de los asuntos legales, pero no me quedaré mirando en una


>G

esquina en temas de proteccin de datos (le contest #aca cruzando los brazos sobre el pecho a modo de barrera entre ellas) E: 1e acuerdo, gracias por aclarármelo (le dijo Esther quitándose de la puerta y agachando la cabeza. "na confrontacin con aquella mujer no era lo que más convenía) M: ;ale (dijo #aca simplemente, y le hizo una se!a a Eva) Anda vámonos Eva, llegamos tarde Eva Ehh... sí (contest Eva un poco sobrepasada por ver aquel choque frontal entre las dos. 2in atreverse a mirar a Esther por si se encontraba con su mirada, sali tras #aca) *o habían an alcanzado cinco pasos de la puerta cuando Esther la llam

E: %2e!orita $ilson' M: %Cué' (le respondi #aca de mala gana) E: A mí tampoco me gusta... (le dijo Esther girándose para mirarla a los ojos y tras una pausa complet la frase)... estar aquí. 2lo quería que lo supiera, a mí también me gusta ser clara M: -erfecto, así trabajaremos para terminar esto cuanto antes (a!adi #aca y dando media vuelta, se encamin al ascensor. &a tranquilidad de aquella mujer, había crispado por completo sus nervios) + "s una completa marciana, está claro pens para sí antes de que la puerta del ascensor se cerrara con bastante mal humor El inicio de la ma!ana había bastando para que #aca se encerrara en su despacho nada más salir del ascensor. Eva trat en vano de que saliera a tomar café y charlar con ella, pero en el fondo sabía que no era buena idea dirigir los tiempos cuando se trataba de #aca. Así que con resignacin, fue a la sala comn sola por cuarta vez en la ma!ana, esperando que dado la hora que era, su amiga se dignara a asomar la cabeza #ientras en el despacho de Esther el teléfono y el ordenador portátil no habían parado de recibir y enviar informacin

E: *o, no me está entendiendo, lo necesito para ya (ordenaba tajantemente Esther con el bluetooth del teléfono mvil en la oreja) 2é muy bien de qué plazos estamos hablando, como también sé lo milagrosamente que se reducen con una orden judicial... *o, no hay ninguna orden judicial, pero para usted como si la hubiera, le doy una semana, o le aseguro que no haber hecho un simple clicK en su ordenador, se convertirá en el peor de sus errores. /uenas días Esther se quit el manos libres de la oreja, se pas la mano por el cabello y mir por el ventanal de la oficina que 7ruz había puesto a su servicio. &a ciudad manifestaba tanta agitacin como la que ella misma sentía, se esforz por pararse a respirar y volver a tomar el control. 1esde su confrontacin con #aca había ido acumulando tensin sin tomar conciencia de ello, una cadena frenética de trabajo se había sumado a su estado para su pesar +Es slo una civil, una jovencita, es normal que se comporte así


>N

2e record a sí misma, y suspir consiguiendo relajar las facciones de su rostro. 2e sent frente al ordenador y revis el correo electrnico, la respuesta que esperaba de &aura apareci en el buzn de entrada. Bnmediatamente abri el email y allí estaban, las intenciones de #aca en su incursin al sistema informático aquella ma!ana. Esther ley el informe, el cual entre todos los datos técnicos venía a e6plicar qué #aca había insertado hábilmente un detector de transferencia de datos y unos programas de seguridad para que nadie pudiera acceder accidentalmente a huellas o datos personales que permitieran acceso a alguien ajeno a los autorizados. Esther tuvo que releerlo un par de veces, pues lo ltimo que esperaba ver reflejado en él, era un magistral retoque del sistema que an hacía más infalible el instalado por &aura + #ncreble... as que no estaba saboteándolo, sino perfeccionándolo 0efle6ion para sí Esther, mientras se dejaba caer sobre el respaldo de su silla frotándose la barbilla. Estaba claro que #aca tenía mucho que decir sobre el asunto, si tan slo pudiera convencer a 7ruz de que le dejara advertirla sobre la situacin, estaba convencida de que teniendo al +sujeto consciente del problema todos los riesgos se minimizarían. 4ras pensarlo unos segundos, Esther decidi que debía volver a intentar hablar con #aca, se levant de la silla y sali de su despacho, con o sin la autorizacin de 7ruz, había que quitar la venda de los ojos de #aca &as miradas de los informáticos no se hicieron esperar cuando enfilando el pasillo con su característico caminar, Esther hizo acto de presencia en la planta. *inguno se atrevi a interceptarla ni tan siquiera con un +hola, an no sabían muy bien que opinar de la nueva después de lo que se habían encontrado aquella ma!ana al llegar a sus puestos de trabajo, así que fingieron trabajar mientras Esther alcanzaba la puerta del despacho de #aca. &a primera sorpresa fue ver que había un interfono conectado a la puerta con cámara de visin. A Esther le pareci gracioso, tenía que reconocer que #aca era bastante peculiar. 2onri para sí, y llam al timbre... allí lleg su segunda sorpresa

Ordenador: Bdentifíquese, por favor (le solicit una voz de mujer muy conseguida para ser por ordenador) E: Esther Iarcía (contest ella sin estar muy segura de que aquello fuera suficiente para la máquina) 4ras unos segundos, obtuvo la respuesta a sus dudas

Ordenador: 2e!orita Iarcía, en estos momentos no me está permitido dar acceso a personal directivo. 2i quiere dejar algn mensaje, lo registraré y será comunicado a la se!orita $ilson en cuanto termine el cdigo de aislamiento. Iracias (le contest E&B2A, dejando a Esther por unos instantes fuera de juego) E: Está bien, trasmítale que necesito mantener una conversacin con ella, por asuntos de la empresa (le contest Esther) Ordenador: Así lo haré, que pase un buen día y disculpe las molestias (se despidi E&B2A y a Esther no le dio tiempo a a!adir nada más) Esther se dio la media vuelta sin dejar de sonreír, an no se creía lo que acababa de ocurrirle, despachada por una puerta. +8Bncreíble: se dijo para sí, y cuando se disponía a volver a su despacho, algo le hizo cambiar de opinin. En la sala acristalada que había en mitad de la planta, un rostro familiar le hizo dirigirse hasta allí


>

Eva esper de pie a que la cafetera volviera a escupir café, era el cuarto que se tomaba, se moría de asco sin poder hablar con alguien de lo que le estaba pasando, pero desde luego dado el acontecimiento de aquella ma!ana #aca no era la más indicada para poder compartirlo

E: =ola, %es aquí donde se puede tomar un café' A Eva le fallaron por un momento las rodillas al escuchar aquella voz. 4anta mala suerte no era posible. 2e gir a cámara lenta y allí, a escasos seis pasos de ella, aquella mujer volvía a abrir el boquete en mitad de su estmago

E: %Estás bien' (le pregunt Esther viendo a la joven un poco pálida) Eva Eh... sí, sí perdona... Es que estaba absorta en mis cosas y me has asustado. &legas justo a tiempo, estoy preparando una nueva cafetera, tardará unos minutos solamente (reaccion Eva con diálogo un poco atropellado) E: Ienial (dijo Esther esbozando una sonrisa magnánima) 4 eres Eva, %no' 7on todos los cambios, creo que no nos han presentado Eva se sujet a la encimera con una mano, mientras recibía con la otra el saludo de Esther. 2entir el calor que emanaba de la palma de aquella mujer no ayudaba en nada a sus planes de enemistad eterna para con ella

Eva 2í, soy Eva, encantada se!orita Iarcía (consigui articular) E: Esther, por favor (la corrigi dulcemente ésta) Eva Está bien, Esther entonces (consinti Eva sintiendo que la mano le ardía cuando fue liberada de la de Esther) El sonido de la cafetera le permiti ganar un poco de compostura lejos de la mirada de la desconocida. 7ogi un par de tazas, y sirvi los cafés

Eva %7mo lo quieres' (le pregunt de espaldas a Esther) E: Espera ya te ayudo yo... (le contest Esther poniéndose junto a ella, tan cerca que Eva recibi de golpe el olor de su perfume como si de una bofetada se tratara. =acía tanto tiempo que no le pasaba algo así, que se mare) M: Eva... Eva... %estás bien' Eva empez a percatarse de aquella voz familiar a medida que volvía en sí

M: %2e puede saber que le ha hecho' (preguntaba alterada la misma voz) E: 1eje de comportarse como una histérica, y acérqueme la vinagrera (contest tajante y enfadada la voz que la había hecho temblar) 8
M: Eva, %estás bien' (le pregunt ayudándola a incorporarse)


>F

Eva Eh... sí, creo que sí (contest Eva aturdida mientras veía como el puesto que ocupaba hasta hacia unos segundos Esther era reemplazado por el de su amiga) %Cué... qué ha pasado' M: Eso es lo que me gustaría saber a mí (dijo entre dientes #aca mientras miraba de reojo como Esther colocaba la vinagrera en su sitio) Eva Esther... (la llam Eva) E: 4e has desmayado... pero tranquila, no te dejé caer al suelo. -or cierto %cuántos de estos te has tomado' (le dijo Esther se!alándole la taza de café) Eva *o lo sé, creo que J o D... (contest Eva) #aca abri los ojos como platos

M: %-ero t eres tontaaa o quéee' (le rega! #aca de pronto) &a cafeína te sienta como el culo, %cmo te has tomado J cafés' Eva -ero si me los tomé descafeinados como siempre... (se defendi Eva sin entender) E: #e temo que no... (a!adi Esther cogiendo el tarro del que se había estado sirviendo Eva)... alguien por equivocacin ha debido de cambiar las tapas de los botes, porque este es café, café M: *o vuelvas a darme un susto como este, te enteras... (le amenaz #aca) Eva /ueno, lo siento... no lo sabía (se disculp Eva) Eh, que estoy bien M: Eres una idiota co!o... casi me da algo cuando E&B2A me avis (le dijo #aca dándole un ligero empujn, ya más sonriente por el alivio de que slo hubiera sido un susto) Esther las sigui con la mirada pero sobre todo escuch atenta la escena, y aquel nuevo dato hizo que dejara de quedarse al margen

E: %1ice que E&B2A la avis' %7mo es posible' (quiso saber Esther) #aca se gir a mirarla, como si una mosca cojonera interrumpiera en su almuerzo

M: 7reo que eso no es de su incumbencia (le respondi de mala gana) Además, seguro que no han sido solo los cafés los que han hecho que Eva se desmaye, %qué, ya le estaba usted aplicando el tercer grado' -orque vistos los métodos a los que está acostumbrada, no me e6tra!aría nada Eva #aca, por favor (la contuvo Eva cogiéndola del brazo) Al ver los ojos de su amiga, #aca tuvo que echar el freno. *o sabía el motivo, pero cada vez que se cruzaba con aquella mujer algo feroz se apoderaba de ella causando que la atacara con o sin motivo

Eva Esther slo me salud, íbamos a tomar un café juntas y me debí desmayar... %vale' (le aclar Eva apaciguándola) M: ;ale... (acept #aca) -erdone, es que me he puesto un poco nerviosa. E&B2A está conectada a aquella cámara, por eso pudo avisarme Esther se gir hacia donde se!alaba #aca, descubriendo que en aquella sala sí había una cámara de vigilancia no convencional


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E: %-or qué en esta sala si poseen cámara y en el resto del recinto no' (sigui preguntando Esther) M: -orque la utilizo para saber cuando mis amigos están tomando un café, y no dejar mi trabajo a medias... no me gusta comer sola (le contest sin darle mucha importancia, pero para Esther sí la tenía. -ues empezaba a darse cuenta de que se le escapaba la dimensin que abarcaba E&B2A) Anda, déjame que te ayude a levantarte del suelo Aquellas palabras hicieron que Esther pospusiera sus pensamientos. 2e agach y se puso al otro lado de Eva. Entre las dos ayudaron a levantarla

Eva Iracias, pero estoy bien, de verdad (dijo Eva viendo a #aca preocupada cuando la cercanía de Esther contra su cuerpo creo un temblor involuntario en ella) M: -ero si estás temblando, voy a ir al botiquín por el termmetro... a ver si no va a ser el café, y la liamos (dijo #aca, pero antes de salir de la sala hizo una advertencia) 7omo la deje sola se las verá conmigo, %estamos' E: 2í (respondi Esther un poco divertida por aquel comentario y la seriedad con que la joven le había amenazado. *adie en su sano juicio se hubiera atrevido a hacer algo así, sin embargo ya había salido de la base, y el mundo allí tenía otras dimensiones que no dejaban de sorprenderla) Eva 2e pone así cuando se asusta, pero en el fondo no muerde (le dijo Eva llamando su atencin) E: Entiendo (le contest Esther tranquilizadora) Es su amiga, es normal que la proteja Eva *o, no lo entiende... #aca siempre ha sido alguien muy especial, no le gusta mostrar sus sentimientos ni quien es, y son muy pocas las personas por las que se deja ver, parecía que empezaba a cambiar, pero con la muerte de su madre hace un par de a!os, empez a recular más que nunca. Así que es normal que ataque a todo aquel que amenace lo que ella conoce y quiere. < ahí entra usted... E: %
E: %< cmo puedo hacerlo' (le pregunt Esther clavándole una mirada que Eva identific de compasiva) Aunque no quiera causarles molestias, es mi trabajo Eva &o sé, y ella en el fondo también lo sabe... dele tiempo, es lista, lo comprenderá (le quit hierro Eva a la situacin) Esther estaba a punto de irse a casa cuando 7ruz apareci en el umbral de su puerta

E: =ola (le salud Esther) C: %"n día duro' (le pregunt 7ruz viéndole la cara) E: 1igamos que los he tenido mejores (suspir Esther mientras dejaba de mirar por la ventana) %-or qué no me dijiste que la madre de #aca muri' C: *o lo consideré importante (se sorprendi 7ruz de aquella pregunta)


@3

E: %*o consideraste importante decirme que su madre muri a causa de que se negaran a meterla en quirfano por falta de fiabilidades técnicas y que su hija pas >@ noches de hospital sin separarse de ella viéndola agonizar poco a poco' (Esther se había puesto a indagar sobre el suceso apenas #aca había regresado para quedarse con Eva) %7uándo empez a trabajar en el láser' C: *o lo sé (le contest 7ruz) E: %7mo no lo sabes' (la voz de Esther se endurecía, el estrago de los detalles de la muerte de aquella mujer la habían llenado de una furia por impotencia que amenazaba con estallar) C: 4ard casi un a!o en regresar al trabajo, se aisl, viajo, y cuando regres apareci con ideas, con planos... no sé, es posible que empezara a pensar en ello ya en el hospital... o quizá unos meses después, no te lo podría especificar, pero volvi con todo tan claro en su cabeza que empez a trabajar sin descanso (se justific 7ruz pensando que aquello tendría que contestar a la pregunta de Esther) Estábamos tan preocupados por ella y de repente volvía a ser la misma, volvi a salir, volvi a trabajar... a sonreír. 2in darnos cuenta todos empezamos a volcar nuestras energías en el proyecto sin más Esther se pase por la habitacin

E: -ues hicisteis mal, necesitaba ayuda para superarlo y en su lugar la dejasteis que volcara todo su resentimiento y toda su esperanza de salvacin en la creacin de ese láser... y ahora me pedís que sea yo quien la obligue a que lo destruya y lo entierre al olvido. %7mo crees que me siento' (le dijo Esther con una mirada que apu!al a 7ruz tanto como ella misma se sentía apu!alada) 7ruz agach la mirada, Esther tenía razn, la habían escogido como cabeza de turco, no lo habían pretendido, pero era así El despertador son, pero Esther lo apag de un golpe apenas dos segundos después de que sonara. *o había pegado ojo en toda la noche barajando las posibilidades de aquel caso C: $De

verdad crees que tendremos que llegar a ese e%tremo& $qu' habrá que destruir el proyecto& (le haba preguntado )ru* antes de salir del despacho+ E: i no puedo desvincularla del todo de 'l, será la única forma de evitarlos (le haba respondido ella, y desde aquel momento, una carga mayor se haba instaurado sobre sus hombros, pues a pesar de aquella rebelda y aquellos desplantes maleducados, se vea en la obligaci!n de proteger a aquella joven+ 2e dio una ducha parca, y se plant frente a su ropero. 4odo estaba colocado en pulcro y maniático orden, cada traje con su camisa, cada conjunto con sus zapatos embellecidos... mirándolo Esther era consciente de que jamás podría escapar del todo de su procedencia, eligi uno al azar y cerr el armario, no era el momento de librar aquella batalla. 2e ase, desayuno, y sali rumbo a la oficina 1os horas más tarde, #aca llegaba al mismo recinto donde Esther ya estaba trabajando. A su lado Eva iba hablando con ella de camino a la sala comn


@>

Eva 1e verdad #aca, tendrías que colaborar un poquito más, se trata de tu empresa a fin de cuentas %no' (le iba diciendo Eva tras re!irla por haberla vuelto a tener con el guardia de seguridad) M:
Eva %Cué' (le pregunt Eva) M: %1esde cuándo has sido t tan pacíficamente sumisa a los cambios que coartan tu libertad' (le espet #aca burlándose de ella) Eva *o lo soy, pero tampoco soy una rebelde sin causa como otras (le devolvi la pelota Eva) M: Lsea que ahora soy yo la rebelde sin causa, %te parece poca causa el tener que tratar con esa muralla con piernas que me han puesto de supervisora' (se defendi #aca risue!a) Eva Esther no es ninguna muralla, parece buena tía en realidad (dijo de pronto Eva esquivando la mirada de #aca a propsito) #aca se par en seco, mientras Eva sigui andando

Eva %Cué pasa ahora' (le pregunt Eva girándose a ver porqué se había parado) M: %
M: Eva mírame (le pidi #aca) < Eva a rega!adientes la mir. #aca no dijo nada, se limit a ver lo que su amiga no decía, pero no lograba descifrar que era

M: =ay algo que no me estás diciendo, te lo noto (le dijo de pronto #aca dejando de sonreír) *o te habrás aliado con ella, %no' Eva 7laro que no... estás loca o qué, además no creo que esté en un bando distinto al nuestro por si sirve de algo (le contest Eva por lo bajo, al igual que #aca le había preguntado) M: -ues algo te pasa, y tiene que ver con ella... no me mientas, sabes que no soporto la mentira (le dijo #aca empezando a molestarse por las posibilidades de traicin que se le empezaban a pasar por la cabeza) Eva la mir, notando la fuerza que de pronto había tomado tanto la mano de #aca alrededor de su brazo, como el destello de sus ojos. Era hora de confiar

Eva *o es lo que t piensas (le susurr Eva)


@@

M: %Entonces qué diablos es' 8#e estás poniendo nerviosa: 2i sabes algo que yo no sé sobre lo que está pasando, deberías decírmelo, soy tu mejor amiga co!o... (le reproch #aca) Eva observ que varias cabezas aparecían por los cubículos, seguramente las orejas y el cotilleo acababan de ponerse a funcionar, y aquello era lo ltimo que quería. Así que cogi a #aca del brazo y la invit a seguirla

Eva 4e lo diré, pero aquí no... vamos 4eresa cogi el teléfono, sin quererlo ni beberlo, había pasado de ser slo la secretaria de 7ruz a ser una secretaria pluriempleada, pues ahora también se ocupaba de la agenda de Esther

T: -ues esto sí que no eh... al menos un plus de productividad me van a tener que dar, estaría bueno que trabaje el doble de gratis, que se han pensado que soy, la tonta del bote... (refunfu!aba 4eresa mientras marcaba el acceso directo al despacho de Esther, finalmente ésta lo cogi) "na tal &aura quiere verla, no ha dado su apellido E: 1ígale que pase, por favor 4eresa (le pidi Esther) T: Enseguida... (le contest y nada mas colgar empez de nuevo a refunfu!ar) Esto es la leche, haber quien co!o es ahora la &aura esa... pues esto lo hablo yo con 7ruz hoy mismo, vamos que si lo hablo #ientras 4eresa seguía con su batalla de a uno, &aura accedía a la planta. 7uando se abrieron las puertas del ascensor, el resto de trabajadores se la quedaron mirando unos segundos, pero gracias a su acertado atuendo informal pas casi inadvertida. 1isimul preguntando por el despacho de Esther, a pesar de conocer dnde estaba ubicado por sus incursiones al edificio en los ltimos días, luego se dirigi hacia él en busca de su superiora

E: Adelante (la invit a pasar Esther al escuchar los golpes en la puerta) L: 7on su permiso comandante (lo secund &aura sin pensar tras cerrar la puerta) E: &aura, en qué habíamos quedado... (la reprendi Esther poniéndose en pie) L: -erdone, digo perdona... no volverá a pasar Esther (corrigi su torpeza &aura, pues no se acostumbraba a hablar a aquella mujer de t a t) E: *o pasa nada, %lo tienes' (le pregunt Esther sentándose en una esquina de la mesa escritorio) L: 2í (&aura se abri la cazadora y sac del bolsillo interno un sobre, se acerc a Esther y se lo entreg) E: 2iéntate por favor (le pidi Esther mientras abría el sobre sin prestarle demasiada atencin) L: Iracias (le contest &aura) *o hay demasiada informacin sobre las costumbres del +sujeto, porque apenas sali de la casa en el fin de semana A!adi &aura viendo que Esther empezaba a leer el informe que había adjuntado a las fotografías que había tomado. En él detallaba cosas habituales horas de entrada y de salida, detalles de los sucesos más destacados, nmeros de mvil tanto de recepcin como de envío... en fin, cosas habituales para un trabajo como el que le había pedido, sin embargo &aura estaba algo inquieta, pues había tomado algunas fotografías que no


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sabía si se ajustarían a la peticin que le había hecho Esther dado que hasta ella se había inquietado al tener que hacerlas Esther termin de echar el primer vistazo al informe, cogi el sobre con las fotos y empez a pasarlas sin reparar e6cesivamente en los detalles, hasta que lleg a una que la traspas como un rayo sin previo aviso -etrificada y sin habla se había quedado #aca tras lo que Eva acababa de contarle

Eva 9oder, al menos podrías decir algo y no quedarte ahí con cara de idiota (le reproch Eva que para aquel entonces estaba colorada como un pavo) #aca trat de reaccionar

M: -ero t estás segura que... (empez a preguntarle #aca sin poder terminar de poner palabras a lo que quería decir) Eva =ay mira, y yo que sé... no me pasaba algo así desde t ya sabes cuándo (le solt Eva levantándose nerviosa de la silla) M: -ero t y yo éramos unas crías tonteando a aprender a besar, qué teníamos... 33, 3> a!os... no es lo mismo Eva (le decía #aca) Eva la mir, sabía que tenía razn... pero no podía pensar en que aquel nuevo huracán despertado significara algo más que una fantasía infantil y pasajera

Eva %< qué quieres que te diga' %Eh'... Es verla y se me revuelve el estmago, y no me estoy refiriendo a un dolor de tripa... no, sino a t ya sabes... (le decía Eva enfocando con la mirada a sus partes) #aca la sigui con la mirada, y al percatarse de lo que su amiga se refería le dio un escalofrío

M: ;ale, ahrrate los detalles... (le pidi #aca y se sent en el sofá atnita. 2u cabeza no podía concebir la idea de que a su amiga la pusiera en rbita aquella estirada mujer) -ero si es de lo más estirado, cmo te puede poner... -oner así Eva Eso me pregunto yo (suspir Eva, y se sent a su lado) *o tiene nada que ver conmigo, pero me topo con sus ojos y te juro que me tiembla hasta el ltimo pelo... es un sin sentido, si hasta me desmayé con su olor M: %4e desmayaste por esooo' (se escandaliz de pronto #aca que peg un bote en el sofá) Eva /ueno supongo que también por los cafés... hay mira, yo que sé... estaba nerviosa porque había entrado de improvisto, llevaba toda la ma!ana tomando café esperando a que te dignaras a aparecer, y de repente se me acerc, me invadi su perfume y ya slo me acuerdo de ti montando la marimorena (se justific como pudo Eva) M: 9oder, joder, joder...

@D

Eva Iabriela 1ávila, iba un par de cursos por encima del nuestro en la facultad, su padre nos invit a aquella fiesta de presentacin del coche por combustin ecolgica... (le dio más datos Eva) M: Ah, ya... ya me acuerdo. 2e las daba de diva porque todos estaban tras ella, me caía como el culo con sus aires de superioridad (cay en la cuenta #aca) Eva &o sé, por eso nunca te dije que nos liamos (le solt la segunda bomba del día Eva) M: %C"TEEE' (#aca abri los ojos tanto como la boca) Eva /ueno no dur mucho, porque tenías razn, era una prepotente de cuidado y se liaba con todo lo que se movía, pero digamos que me ayud a e6plorar el lado oscuro de lo políticamente correcto (le e6plic Eva que necesitaba quitarse todo aquello de encima) Era una zorra, para lo malo, pero también para lo bueno (a!adi con una sonrisa perversa) #aca la mir tratando de reconocer a su amiga entre aquel amasijo de libertinaje lésbico en el cual se estaba zambullendo a cada confesin

Eva 4e he escandalizado... (asegur Eva tras ver como #aca la miraba) M: *o, no es eso... bueno un poco, pero no es eso... es slo que, bueno... %1nde estaba yo cuando te pasaban estas cosas' -ensé que lo sabíamos todo la una de la otra, que no había secretos (dijo #aca mirándola) Eva < no los hay, aquello fue un episodio que pas sin pena ni gloria, o eso fue lo que quise creer... pero ahora que ha vuelto este remolino, ya no sé qué pensar al respecto de mis preferencias (le contest Eva con una mueca) Al fin de cuentas, admitámoslo, siempre me fue de pena con los tíos M: /ueno, pero eso es porque te has liado con cada indeseable que ya te vale... (le dijo #aca) Eva Eso también... pero para ser del todo sincera, la verdad es que este tío vivo slo lo he sentido con mujeres (dijo arrugando la nariz Eva) -rimero fue contigo, luego con la zorra y ahora está Esther. %&o llevo crudo, no' #aca la mir, identificando aquel tono jocoso que ocultaba un gran temor, y comprendi que Eva seguía siendo aquella ni!a con trenzas que mil y una vez tuvo que sacar de apuros durante su ni!ez

M: /ueno, en peores plazas hemos toreado... (le dijo #aca pasándole un brazo por los hombros) Además, míralo por el lado bueno... Eva %Ah, pero es que tiene alguno' (sonri Eva sospechando que se iba a burlar de ella) M: 7laro, siempre hay un lado bueno, y en este caso es que ya no volveremos a discutir por el culo de un tío (le solt de pronto #aca) Eva 9ajaja... ;ete a la mierdaaa... (le contest Eva dándole un codazo) M: %Cué' 8Es cierto, no'... jajaja... &aura sali del despacho nada más obtener el permiso de su superiora. En su cabeza la conversacin concluida seguía rondándola como si hubiera cometido un error en su trabajo E: $"ra

necesario tomar este ángulo de su intimidad&... (le pregunt! "sther tan pronto como pudo apartar la vista de la fotografa+


@G

L: -ue

el único que pude conseguir para identificar a su acompaante, ya que no sali! de la casa en ningún momento solo y siempre estaba encima de ella (trat! de justificarse /aura+ E: /e recuerdo oficial, que no buscamos pruebas de ningún tipo, y que s!lo necesitamos familiari*arnos con las rutinas de la sujeto, una leve descripci!n hubiera sido suficiente (le contest! "sther en un tono parco+ L: , seora... no volverá a suceder (le asegur! /aura avergon*ada+ "sther vio como /aura le devolva la mirada a pesar del enrojecimiento que empe*aba a aparecer en sus mejillas. uspir! y trat! de relajarse, ya no era comandante, no quera seguir imponi'ndose a la gente con la que cooperaba con temor E: 0o

se preocupe, s' que hi*o lo que consider! más oportuno dado el caso. !lo quiero que entienda, que hablamos de una civil ajena a lo que sucede, no es una candidata a tumbar en un juicio, sino todo lo contrario, nuestra misi!n es protegerla... 0o estamos consiguiendo pruebas, $queda claro& (aadi! "sther suavi*ando el tono+ L:  comandante... digo "sther (le contest! /aura+ E: Me alegro, porque voy a necesitar que la siga un periodo de tiempo más prolongado. 1uiero saber si esto que me ha trado es un reflejo de su vida cotidiana o un hecho puntual. 0ecesitamos saber más de ella, con y como se mueve... todo lo que podamos descubrir de su da a da, será fundamental dadas las circunstancias (le solicit! "sther+ L: 2Por supuesto3 $1u' tiempo estipula oportuno que la siga& (le pregunt! /aura ya anotando en su cabe*a la orden+ E: 4n par de semanas... no creo que dispongamos de demasiado tiempo, además yo tambi'n la estar' cotejando de cerca. )on eso deberá bastar (aadi! "sther cru*ándose de bra*os+ L: 5endrá el informe en su mesa tras ese periodo (le asegur! /aura+ E: /o s', confo en usted (le dijo sinceramente "sther y le regal! una de aquellas sonrisas+ L: 6racias (es lo único que pudo decir /aura y tras despedirse se levant! de la silla y sali! por la puerta+ &aura alcanz el ascensor envuelta en sus pensamientos, y al alzar su mirada la divis antes de cerrarse las puertas. Aquella visin le molestaría en las retinas más de lo que hubiera imaginado jamás Eva salía acompa!ada de #aca hacia la sala comn. 0elajada, como si una tremenda carga se convirtiera en plumas, sonreía y bromeaba con su amiga, como hacía tiempo no hacían

Eva Anda déjalo ya, 8%quieres': (trataba de hacer callar a #aca que ine6plicablemente había encontrado de nuevo su sentido del humor cínico y no dejaba de chincharla con respecto a sus nuevos gustos) M: /ueno, pero en serio... %cuándo te cojo cita con el oculista' (le decía #aca con una sonrisa) Eva %7on el oculista' %< para qué quiero yo un oculista' (se perdía Eva, que para algunas cosas era más que inocente)


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M: /ueno t dirás, si para una vez que pones el ojo en alguien lo pones en +la muralla muy bien de la vista no es que debas estar... (se burlaba #aca de ella, pues le encantaba chincharla y además había descubierto que rebautizar a la nueva con un apodo como aquel la desestresaba) =ija, ya que te lanzas de cabeza a la otra acera, al menos no sé, apunta por lo menos un poco %no' Eva Ahhh... pero te quieres callar (le pellizco Eva en el brazo llevándosela para dentro de la sala mientras le rechistaba por lo bajo) -ara que lo sepas, ando perfectamente de la vista... en todo caso te la tendrás que revisar t bonita M: %
Eva Esas manos tan chiquitas pero fuertes... y lo firme de su vientre, le quedan de miedo las camisas %no te has fijado nunca' (sigui Eva y #aca neg apenas con la cabeza) -ues me encanta, aunque lo que más me gusta es su garganta... es muy sensual, y lo peor es que parece que no se da cuenta, o sí se da y por eso siempre deja esa apertura e6acta donde puedes percibir cuando su pecho se hincha con la rotundidad de su voz y esa clavículas marcadas... 8Agg me pongo mala con eso: M: 7reo que estás delirando... (consigui articular #aca mientras escondía la mirada en el café, pues le había perturbado darse cuenta que mientras Eva hablaba, ella misma se había quedado contemplando los contornos de Esther que a unos diez metros de la puerta había sido retenida por 9avier) Eva 2í, es posible... (reconoci Eva pasándose las manos por la cara) -ero te juro que como me vuelva a mirar con esos ojos marrones que parecen que te están haciendo una


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radiografía y encima me sonría, me caigo muerta otra vez, porque yo no sé lo que me pasa con ella, pero me atonta de todasHtodas < como a cámara lenta, #aca fue clavada en la silla cuando la mirada de Esther la atrap a través del cristal. -or un momento, #aca crey percibir la misma inquietud por ser pillada en la mirada de Esther, pero entonces su rostro se dulcific y fue apu!alada por la sonrisa blanca que Eva acababa de describir

M: Lh, mierda... (maldijo #aca cuando se le derram parte del café) Eva %4e has quemado' (le pregunt Eva colocando unas servilletas sobre el café derramado en la mesa, luego se acerc a ella) M: *o, no... no te preocupes (la tranquiliz #aca) Eva 1esde luego, a patosa no hay quien te gane... (la chinch Eva aprovechando que tenía la guardia bajada) M: 9a, ja... muy graciosa. -ues sabes qué... que ahí te quedas con tu amorcito, me voy a ver si me limpio esto 5ueron las ltimas palabras que #aca le susurr a Eva, antes de cruzar la puerta por la que empezaba a pasar Esther

E: 2e!orita $ilson... (empez a saludarla Esther) M: Eh... 8=ola: (fue lo nico que se atrevi a decirle) Eva, nos vemos para comer... < #aca se perdi por el pasillo bajo la atenta mirada de su amiga que en aquellos momentos se estaba cagando en toda su nacin por dejarla a solas con aquella mujer, y bajo la misteriosa mirada de Esther

Eva Es que se ha manchado con el café... (la justific Eva, pues no se le ocurría ningn otro tema de conversacin) E: Entiendo... %7mo estás' %4e encuentras mejor' (le pregunt Esther con sinceridad mientras se servía de la cafetera) Eva 2í, gracias... hoy me aseguré que fuera descafeinado (a!adi Eva levantando la taza que sostenía) Esther se dej caer contra la encimera en un gesto casual, mientras con media sonrisa se llevaba su propio café a los labios. Eva tom un buen trago del suyo, pues empezaba a ponerse nerviosa sabiéndose a solas con ella. &a camisa desabotonada de Esther no le facilit que se relajara #aca cerr la puerta de su despacho, enfil hacia las ventanas y las abri. *ecesitaba un poco de aire, el cual recibi como un soplo fresco en la cara. Al cabo de unos minutos empez a tranquilizarse

M: 1esde luego... rayo lo tpico. #i mejor amiga me confiesa apenas un rato que le gustan las tías, y voy yo y al segundo, me monto la película sola... (se dijo a si misma entre risas)... jajaja... desde luego, más vale que me baje pronto la regla, porque estoy de un calentn que no es normal, entre el fin de semana de locos con 5ernando y esto, tengo el cupo completo para el mes entero, vamos


@F

< con aquel argumento, #aca se fue tranquilizando mientras volvía a pisar con pies de plomo su suelo, y se centraba por completo en el trabajo A la hora de la comida, Eva y #aca se reunieron como era su costumbre. #aca estaba absorta contándole a su amiga el problema que la llevaba de cabeza aquella ma!ana, y Eva trataba de seguirla a pesar de que su cabeza se había quedado en la sala comn junto a Esther

M: 7reo que voy a hacer pruebas con una densidad de lente distinta, porque el ángulo delta de 7ohs no está disminuyendo en absoluto con la que tiene ahora, %qué opinas' (la llam a tierra #aca mientras se llevaba un tenedor con espaguetis a la boca) Eva Ehhh... %qué, perdona' (reaccion Eva) M: %2e puede saber dnde co!o estás' *o me has dado bola desde que hemos llegado (la reclam #aca) Eva
M: 1éjalo, no importa... sí sé que soy una pesada, me obsesiono cuando algo se me resiste, ya lo sabes (quiso cambiar de tema #aca para prestar más atencin a su amiga) ;enga, dime t... %qué te pasa que estás en el limbo' Eva solt el tenedor y se acerc al centro de la mesa para hablar bajo, #aca se acerc por instinto para escucharla

Eva %7rees que Esther entiende' (le solt de pronto Eva) M: 8%Cué':... jajaja... (#aca se ech a reír, no se esperaba que saliera por ahí)... 84 estás fatal, eh Eva: Eva %&o crees o no' (insisti Eva) M: < yo que sé, no tengo ni puta idea de si Esther entiende o deja de entender (le contestaba #aca sonriendo por lo fuera de lugar que veía a Eva) %-or qué' Eva Es que al ratito de que te fueras, la llamaron y de repente cambi por completo (le e6plicaba Eva) M: %A qué te refieres con que cambi por completo' 8*o te sigo: (le pregunt #aca que había vuelto a comer tranquilamente) Eva -ues a que cambi... empez a reírse y como a tontear con quien le llamaba, no sé... de ser tan comedida pas a parecer tan... tan... cercana. 7reo que hablaba con su novia (solt de golpe Eva, y a #aca que le había pillado bebiendo, se le atragant el trago) Eva se acerc a darle unas palmaditas en la espalda a su amiga, que empez a toser por el infortunio

M: %4iene novia' (pregunt #aca ya recuperada) Eva *o lo sé, pero estaba tonteando con una tía... y ahora no me digas que me monto películas, porque sé lo que es tontear con alguien al teléfono y la llam Uate, así que es una mujer (argument Eva un poco alterada) M: /ueno, pero eso es positivo %no' (dijo #aca al fin) Eva %Cué tenga pareja es positivo' (se mosque Eva)


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M: /ueno, pareja, pareja no sabes si son, pero al menos la posibilidad de que Esther sea gay e6iste, con lo cual es más fácil para ti que si fuera hetero %no' (relacion #aca sin inmutarse) Eva #mm... bueno sí, pero si está con alguien me quedo igual... que digo igual, me quedo como una mierda, porque si resulta que es lesbiana y encima está pillada, menuda putada M: Anda, anda... como si fuera la primera vez que le levantas el novio a alguien... pues digo yo que será lo mismo con una tía. Además, siempre he dicho que dos no pican si uno no quiere, así que... por probar (la trat de animar #aca) Eva fue a replicarle, pero no se le ocurri nada. Así que se qued mirándola mientras meditaba que iba a hacer con respecto a Esther Esther la esper en la puerta del juzgado, habían quedado para comer y como siempre se retrasaba. 7uando la vio aparecer, su sonrisa se ensanch ine6orablemente, Uate siempre supo sacar la parte más humana de Esther pese a las consecuencias que ello conllevaba en su modo de vida

E: 82iempre tarde: (le dijo cuando Uate se le acerc, se!alándose risue!a el reloj de pulsera) Kate: < t siempre tan puntual... (le contest Uate y le dio un beso en los labios) E: 81isfrutas escandalizando: %A que sí'... jajaja (se ri Esther mientras se!alaba con un toque de cabeza a dos hombres trajeados que se habían quedando mirándolas tras el beso) Uate repar en ellos, le pas un brazo por los hombros a Esther y se lo reconoci

Kate: 8#e encanta:... jaja... Anda, vámonos a comer que me muero de hambre < así lo hicieron, escogieron el mismo mesn de siempre y pidieron el men del día mientras entre las dos vaciaban poco a poco una botella de vino poniéndose al día. &legaban al postre cuando Uate se decidi a sacar el tema laboral

Kate: A ver, ahora que ya estoy medianamente borracha, cuéntame qué es lo que quieres pedirme... (le ayud a romper el hielo Uate) Esther sonri, aquella era una de las cosas por las que cay en sus redes, su descarada naturalidad directa siempre la reconfortaba. 2e recost en el respaldo de su silla, y sac unos papeles de la cartera, luego se los pas a Uate

E: *ecesito que retrases esto lo má6imo posible (le pidi) Uate le ech un vistazo al dossier, luego la mir

Kate: %Ltra vez te vas a meter en trincheras' %Es que no te cansas nunca de que te metan palos o qué' (le pregunt Uate dejando el dossier en la mesa) Esther cogi la copa y se la llev a unos labios sonrientes y diablescos


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E: 7reo recordar que fuiste t la que dijo que no era mujer de paz, sino de guerra (le contest ella) Uate se ri ante el comentario. &e encantaba aquel lado de Esther

Kate: 2í, pero eso fue en una cama y no me refería a tu afán por romperte los nudillos contra muros blindados (le contest Uate finalmente) -ensaba que ya no aceptabas casos de este tipo E: Esto es distinto, es un favor que le hago a una amiga (a!adi Esther) Kate: %A una amiga' ;an a por ella... (quiso saber más Uate) E: *o, no... el objetivo es una jovencita que no tiene ni idea de donde se ha metido sin pretenderlo, está bajo la tutela de mi amiga, y no pude decirles que no (le e6plic Esther) Kate: %Esto es contra una menor de edad' (se interes Uate, pues si era el caso había más posibilidades de pararlo) E: /ueno no, es joven pero no tan joven... >J (le detall Esther) Kate: #mmm... %y está buena' (sali por la tangente Uate, pues no le gustaba ver a Esther seria) E: 4 no tienes remedio %no' (se sonri a su pesar Esther del comentario de su amiga) Kate: "y, si sales por la tangente es que está buena (le rebati Uate) E: *i está buena ni deja de estarlo, la verdad es que no me he fijado... pero si le saco doce a!os (le contest Esther llevándose un pedazo de tarta a la boca) Kate: ;aya, usted perdone +ancianaHmadre... jajajaj... (se ri Uate de la rotundidad con que Esther había contestado, porque en el fondo estaba segura de que su amiga creía firmemente que era muy mayor para fijarse se6ualmente en alguien de la edad de aquella chica) E: %Cué' %Acaso t serías capaz' (la inquiri Esther cuando vio a Uate alzar una ceja mientras se cruzaba de brazos risue!a) Uate se acerc a la mesa para que nadie más las escucharan

Kate: &a semana pasada me lié con una de >3 (le dijo de pronto Uate) E: %Estás de co!a, no' (se sorprendi Esther) Uate neg con la cabeza mientras seguía sonriendo

Kate: 4enía un cuerpo divino, y te aseguro que sabía hacer cosas que ni yo a mis cuarenta y pocos había hecho todavía... Eso sí, acabé como los zorros, me tuvo bailando hasta las cinco de la ma!ana de garito en garito antes de poder tirármela, y a la ma!ana siguiente la ni!a estaba como una rosa mientras yo necesitaba una cafetera entera y un par de aspirinas para despegar los ojos. 8Cué le vamos a hacer: 8&a edad no perdona, pese a que nos pese: 8Ahora, qué me quiten lo bailao: (le confes Uate gui!ándole un ojo) E: 9ajajaja... de verdad que lo tuyo no deja nunca de asombrarme. 7mo pude liarme contigo es an un misterio para mí (la chinch Esther riendo) Kate: -eque!a, te morías por mis huesos (le respondi Uate) E: 9ajajaja... ya, ya... eso debi de ser


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Entre risas terminaron de comer y se despidieron, no sin antes prometer que Uate haría lo que estuviera en su mano por interceptar en el juzgado la orden que le pedía Esther a cambio de que se vieran más a menudo mientras siguiera en la ciudad Al llegar a la oficina Esther tuvo claro que era hora de acercarse a #aca. &o quisieran o no, tendrían que trabajar juntas y si Uate no podía conseguirle un poco más de tiempo, en cuestin de pocas semanas no habría cabida para formalidades ni sutilezas. 1ej su cartera en el despacho y se encamin al de #aca, al llegar a la puerta obtuvo la primera sorpresa, no había nadie y el despacho estaba abierto. Entr por curiosidad a pesar de que en el informe de &aura tenía fotos detalladas de aquella sala, an así inspeccion la habitacin conteniendo con memoria fotográfica la distribucin en su cabeza. Al salir cerr la puerta, algunos an no se habían acostumbrado a su presencia y la seguían con la mirada disimuladamente, el resto permanecía absorto en sus cosas como si nada. 0ecord que #aca había quedado con Eva para comer, así que se dirigi al despacho de ésta ltima. &lam a la puerta y...

Eva 8Adelante:... Escuch su voz Esther invitándola a pasar

E: -erdona que te moleste Eva... (empez diciendo Esther) Eva *o, t no molestas, pasa... pasa (se apresur a indicarle Eva que de un salto se había puesto en pie, pues a ella era a la ltima persona que esperaba en su despacho) E: *o te entretendré mucho, slo quería preguntarte si sabes dnde puedo encontrar a #aca... (continu Esther) Eva Ah, #aca... bueno, debe de estar en la planta baja, en los laboratorios. 7reo que está haciendo pruebas, la convergencia de la lente le está dando problemas (le dijo Eva un poco decepcionada por que no la buscara a ella) E: ;ale, gracias, no te molesto más... (le dijo Esther dándose la vuelta para marcharse) Eva la vio alejarse y se dej caer en su silla nuevamente, pero antes de salir por la puerta Esther a!adi

E: 8Eva... (la llam y Eva antes de que pudiera terminar la frase contest) Eva %2í' (en acto reflejo volvi a ponerse en pie) Esther se sonrío, los nervios de aquella mujer eran tan evidentes que por un momento pens en si azorarlos o no, al final decidi terminar con lo que le quería proponer cuando se disponía a salir por la puerta

E: 2i no tienes mucho jaleo, luego podríamos tomarnos un café en la sala comn %te apetece' (le pregunt) A Eva casi le dio un chungo, por un momento abri la boca y no sali nada de ella para su agonía. 2e cogi de la mesa y por fin sac las fuerzas

Eva 2í claro, me encantaría (le contest)


J@

E: Estupendo, pues luego me paso a por ti (qued con ella Esther, y sali de la estancia mientras una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro mientras recorría el pasillo hacia el ascensor) Eva cay muerta en la silla, aquella mujer acabaría con ella casi con toda seguridad, pero aun así... las horas se le harían eternas esperando a que volviera a aparecer por aquella puerta a buscarla Esther baj con la llave que le había proporcionado 7ruz a la planta baja en el ascensor. Al llegar reconoci el pasillo blanco que conducía a las salas de pruebas y al laboratorio central. 1esde la cristalera contempl a algunos técnicos de análisis en el laboratorio, pero no había rastro de #aca así que se dirigi a una de las salas de pruebas. 5inalmente la encontr en la de simulacin. &lam a la puerta

M: %2í' (le contest #aca) E: 2e!orita $ilson, me gustaría hablar con usted (le dijo Esther sin más) M:
E: *ecesito que ma!ana a lo mas tardar nos sentemos a revisar unas cuestiones técnicas sobre el alcance del láser en el que está trabajando, porque hay que darles cabida dentro de la normativa legal de equipos médicos que hay vigente (Esther se detuvo un momento esperando la réplica de rechazo de la joven, pero para su sorpresa solo obtuvo silencio así que prosigui) 7mo no hemos tenido la oportunidad de hablar hasta hoy, me he tomado la libertad de hacer algunas anotaciones al respecto y me gustaría que las comentáramos, ya que creo que van a ser necesarios algunos ajustes en el softPare M: 89oderrr: (se quej de pronto #aca tras el sonido de un golpe seco metálico) E: %Está bien' (Esther se apresur a acercarse a ella) M: 2í, sí... alcánceme la llave del @, se me ha descolgado el objetivo y no puedo desplazarme (le pidi #aca) Esther ech un vistazo y finalmente vio la llave en el suelo, se agach y se la coloc a #aca en la mano que mantenía e6tendida a la espera. &uego se volvi a incorporar. 2onaron unos ajustes de metal, y por fin #aca solt la llave en el suelo, luego presion un botn y el banco deslizante en el que estaba tumbada empez a salir de debajo de la máquina

M: /ueno, creo que ya está... deme un segundo (le dijo #aca sin ni siquiera mirarla, absorta en lo que estaba haciendo se dirigi a la mesa de programacin y marc las directrices del enfoque) Esther escuch como los amortiguadores de la maquina se ajustaban a las coordenadas, el láser se enfoc sobre una superficie a una distancia de dos metros, carg los julios y atraves con precisin unas G capas de distintos materiales que parecían recrear las capas de tejido corporal, cuando termin su proceso, se pleg sobre sí. #aca se acerc a comprobar el disparo, en la ltima capa una placa electrnica empezaba a volcar los


JJ

datos sobre la pantalla central de la sala... 4emperatura, profundidad de penetracin, cantidad e6acta de carga recogida... y un largo etcétera de datos fueron llenando una lista de parámetros que se le solicitaba tras la prueba, sin embargo #aca no miraba al monitor, sino que inspeccionaba cada a capa pasándole la mano por encima... hasta que al llegar a la tercera se quem...

M: #ierdaaaa... (musit agitando la mano que había recibido el calentn) Esther se apro6im a ella

E: 1éjeme ver... (le pidi) M: *o es nada... (sigui con lo suyo #aca) E: *o es nada, pero déjeme ver... (esta vez había autoridad en su voz, y #aca reaccion a ella tendiendo su mano hacia delante tras dudarlo un segundo) Esther le cogi la mano, slo habían sido unos segundo de e6posicin al contacto, sin embargo eso había bastando para crear una quemadura de primer grado en varios dedos de #aca. #ir a su alrededor, en el escritorio había una botella de agua por la mitad, cogi unas tijeras y cort el plástico dándole apertura a la botella, luego se volvi a acercar a #aca, le cogi los dedos y los introdujo en el agua fría

E: *o los saques de ahí hasta dentro de D minutos (le orden Esther) #aca no se molest en rechistar, le había parecido e6agerada su intervencin, pero an así le estaba agradecida por la preocupacin que había manifestado, así que hizo lo que le pidi mientras se le quedaba mirando por la espalda, pues Esther parecía revisar los datos que aparecían en el monitor +1u' rara es... pens para sí #aca mientras la contemplaba de pies a cabeza. -or un instante pens que Eva tenía razn... la ropa parecía entallada para ella, pero pronto desech aquellas ideas de su cabeza y se concentr en los datos. 2e acerc a Esther poniéndose a su lado

M: %Entiende algo' (le pregunt #aca sin mirarla) Esther se la qued mirando un segundo luego volvi la vista a la pantalla

E: &a carga de la ptica > debería reducirla en un G por ciento por lo menos, se descompensa al chocar con la J y casi se duplica su temperatura al ganar en ángulo #aca se gir despacio a mirarla tras revisar lo que acababa de salir por su boca, ine6plicablemente aquella mujer parecía saber más de lo que en un primer vistazo se había imaginado, y lo peor de todo era, que la respuesta que acababa de darle podía ser la solucin a su >V>W de aumento de temperatura en la penetracin al tejido adiposo de la lente

M: %7mo diablos puede saber eso' (finalmente le pregunt) Esther se encogi de hombros como respuesta, luego se gir a mirarla y a escasos dos palmos de su cara le dijo...


JD

E: 2i quiere saberlo, tendrá que reunirse conmigo ma!ana a las 3? (le contest Esther muy despacio y luego se dio media vuelta para marcharse por donde había venido) #aca ya no pudo apartar sus ojos de ella, sorprendida al comprender que quizá se había precipitado al juzgarla Eran más de las nueve y media cuando #aca decidi dejar el trabajo de laboratorio por aquel día. #ientras subía por el ascensor hacia el despacho para recoger sus cosas, la visita de Esther se colaba en su mente, ningn +picapleitos podía saber cosas como las que aquella mujer había demostrado conocer y aquello, había conseguido captar completamente la atencin de #aca. &as puertas del ascensor se abrieron y mientras recorría el pasillo pensando en aquello, escuch unas risas. 2orprendida de que todavía quedara alguien en la oficina, #aca se acerc a la sala comn desde la que provenían las voces pero cuando vio de lejos quienes eran se par en seco

Eva %;enga ya' 8Estás bromeando: (le decía Eva a Esther) E: Cue no, va en serio... es un hecho verídico (le aseguraba Esther con una sonrisa) Eva 1esde luego hay cada chalado por el mundo... E: *i que lo digas... (asentía Esther manteniéndole la mirada) Eva se qued clavada en sus ojos, de repente no tenía palabras y lo nico de lo que tenía ganas era de encontrar una e6cusa para prolongar aquella pseudocita que ya duraba varias horas entre cafés, refrescos y charla

E: /ueno, creo que deberíamos pensar ya en marcharnos, se está haciendo tarde (rompi el momento Esther) Eva 2í, tienes razn... %qué hora es' (le pregunt poniéndose de pie en imitacin a Esther) E: 7asi las diez (le respondi Esther) %*ecesitas que te acerque a algn lado' Eva &a verdad es que normalmente me suele acercar #aca a casa... (Eva ech un vistazo rápido en direccin al despacho de su amiga, en el pasillo no había nadie, ni tampoco la habían visto cruzar la puerta de su oficina, dud)
E: 7oge tus cosas, vamos a ver si #aca sigue en el laboratorio y si no está te llevo a casa (le dijo Esther de repente, y Eva comprendi que no se lo estaba preguntando, sino que era lo que iban a hacer e6actamente) 0ecogi su mochila y su cazadora, y se reuni con Esther que estaba en la puerta del ascensor esperando, descendieron hasta el laboratorio y comprobaron que no quedaba nadie. En la recepcin se encontraron con Antonio el vigilante de seguridad, Esther se par a hablar con él. Eva esper en la puerta del edificio a que Esther terminara


JG

E: El vigilante me ha dicho que #aca acaba de marcharse hace apenas unos minutos, debi pensar que te habrías marchado (le dijo Esther a Eva) Eva 2í, debe de haberse liado con sus cosas, suele hacerlo (le contest Eva, pero agradeci mentalmente a su amiga que le hubiera dado la oportunidad de poderse quedar a solas con Esther) E: %*os vamos' (le pregunt Esther) Eva 2í, cuando quieras (le contest, y la sigui con una sonrisa de oreja a oreja, mientras Esther se encaminaba hacia su coche que estaba aparcado apenas una calle de allí) Aparc la moto en el garaje y entr en la casa. 1ej las llaves en la entradita y vio pegada una nota en el espejo +7ari!o, he salido a cenar con Arturo y #ontse, no te preocupes... les he dicho que estabas trabajando, ya sé que no te agradan estas cenas. En la cocina #aría ha dejado preparada la cena, no me esperes despierta ya sabes cmo se alargan estas cosas. "n beso, te quiero... -apá #aca sonri, ella también lo quería. 7ogi la nota y no se molest en ir a la cocina pues no tenía hambre. Entr en el saln y sin encender la luz se dej caer en el sofá. Aquella sensacin aplastante de soledad que e6perimentaba desde que su madre ya no estaba se apoder una vez más de ella. 7err los ojos tratando de encontrar calma, sin embargo su deseo de escapar no burl a aquella sensacin que se había instaurado en su vientre desde que había visto a Esther y a Eva riendo y tonteando juntas A Esther le había parecido que Eva se había quedado esperando algo más de ella cuando la había despedido en el coche, sin embargo para Esther no e6istía la posibilidad de entablar nada más que una amistad con alguien que formaba parte de su trabajo. 7ondujo con cuidado hasta casa, y al llegar escuch los mensajes del contestador. *o había ninguno del trabajo, dos eran de su madre y uno de Uate diciéndole lo mucho que había disfrutado de su encuentro. 2e sent en el silln y cogi el teléfono, llam a su madre para asegurarse que todo seguía bien y luego llam a Uate, la cual no estaba en casa, algo que no le sorprendi. Apenas colg el teléfono, un mensaje lleg a su mvil +El pájaro está recogido y a salvo. 7ielo despejado, lechuza vigía en posicin Esther sonri, ya casi se había olvidado de lo ridículos que eran aquellos mensajes que pretendían ser codificados. 0espondi al mensaje y se dirigi a la cocina, sabiendo que #aca estaba ya en casa se tranquiliz, pues tras haber hablado con el vigilante, se había puesto en contacto con &aura para que le asegurara la posicin de la joven. 4ras la cena, se cambi de ropa y se sent con un café en el saln. Abri su cartera y sac el dossier, tras unos informes encontr la carpeta que le había entregado &aura, dej el café en la mesa y la abri, por segunda vez en el día ley el informe adjunto, esta vez prestándole mayor atencin a los datos. &uego abri el sobre con las fotos y fue creando en el suelo un mosaico con algunas de ellas. &as contempl por largo rato... 

#aca saliendo de su casa familiar


   

JN

#aca montada en la moto #aca comprando en la frutería de debajo de un edificio, hablando con la mujer de la tienda distendida... #aca besando a quien decía el informe que era su novio #aca envuelta en una manta sola en la terraza, acurrucada en una butaca...

Esther apenas podía apartar sus ojos de ella, y comprendi que en todas aquellas fotografías salvo en la que sonreía con la mujer de la frutería, se respiraba un aura de melancolía en sus facciones. -resa de aquella fragilidad, Esther fue empapándose de ella sin apenas darse cuenta, una tras otra fueron guardadas en su cabeza las imágenes que &aura había hecho y de pronto lleg aquella que le produjo un escalofrío en su despacho. -rimero la mir con cierta vergSenza, como si estuviera invadiendo algo que no debía, luego aquella sensacin inicial fue sustituida por un palpitar que no pudo dominar. 5rente a sus ojos, la imagen de #aca desnuda sentada sobre aquel hombre que permanecía acostado bajo ella, admirando la belleza con que el cuerpo de #aca se arqueaba ligeramente hacia atrás con el pelo suelto y los ojos cerrados mientras hacían el amor, le fue recordando a su propio cuerpo lo que significaba un deseo que creía ya perdido Aquella ma!ana inusualmente, #aca había saltado de su cama sin rega!adientes. 1uchada y con apenas nada en el estmago, dio un beso a su padre en la cocina y sali zumbando hacia la oficina Al llegar al edificio mir el reloj

M: &as F, an tengo tiempo (se dijo) < corri a dejar las cosas en su despacho, revis unos archivos e imprimi los cambios que había terminado en el laboratorio la pasada noche. &uego se fue en busca de un café para poder mantenerse despierta, y para su sorpresa se encontr con ella antes de lo esperado

E: 8/uenos días: (la salud una Esther radiante de energía, que apoyada en la encimera sujetaba su taza de café) M: Ah, hola... buenos días (le contest #aca un poco descolocada porque no se la esperaba) ;enía a por un café antes de que nos reuniéramos E: ;aya, parece que no se ha olvidado de nuestra cita, eso si potencia un buen día (quiso bromear Esther y le sonri antes de beber otro sorbo) M: *o, claro que no... insisti para que nos reuniéramos %no' (se puso a la defensiva #aca sin saber muy bien por qué) E: 2í, así es y le agradezco que lo haya tenido en cuenta (Esther retom un tono más formal e hizo como si no se diera por aludida ante el tono agresor de #aca) 2i le parece bien, nos vemos en mi despacho cuando termine M: #e parece bien, ahora iré (le contest #aca áspera) E: -erfecto, la espero (fue todo lo que a!adi Esther con una sonrisa. 4ermin su café y lo dej en el fregadero, luego sali de la sala dejando a #aca sirviéndose una taza)


J

+ Maldita sea, porqu' tiene que sonrer tanto esta ta... Me pone de los nervios, se malhumoraba #aca. 4om aire y trat de relajarse, pero antes de que obtuviera un minuto de paz, Eva apareci por la puerta tan radiante como Esther

Eva 8/uenos díassssss: %7mo es que estás aquí tan temprano' (le pregunt su amiga dándole un beso en la mejilla mientras se acercaba a tomarse ella también un café) M: %< t' #uy poPerHfloPer te veo para estas horas %no' (le espet #aca un poco más dura de lo que pretendía) Eva 9olín, que mal te sienta la primera hora de la ma!ana tía. %Cué te pasa' (quiso saber Eva que se sent con ella en una mesa) M: *ada, nada... es que no he dormido bien esta noche, y para colmo tengo reunin con Esther ahora... #e ponen de mal humor sus aires de autosuficiencia, en serio, no sé que diablos le has visto, es inaguantable (le dijo #aca) Eva A ti lo que de verdad te molesta es que te has quedado pillada con ella (le solt de pronto Eva no entrando en el juego de su amiga) M: %-erdonaaa' (respondi #aca haciendo malabares para que no se le cayera el café de las manos) Eva -ues eso, que te has quedado pillada con ella. Admítelo, diste por hecho que era una más del séquito de la burocracia que pasa por la empresa, y con lo de ayer en el laboratorio te dej L"4... ahora ha despertado tu curiosidad y no soportas que tenga parte de la baraja de tu juego. -or 1ios #aca, si en la universidad te pasaba igual... en cuanto un profe te dejada fuera de juego con algo que t creías dominar, ya se la tenías jurada... te encanta quedar por encima y en cuanto hay alguien que no te da cancha, pues te picas (argument Eva tranquilamente) Eres una egocéntrica, es duro reconocerlo, pero es así, asmelo M: 9oder Eva, gracias... con amigas como t quién co!o quiere enemigos (le solt #aca, pero la verdad es que aquella teoría la había puesto de mejor humor) Ahora resulta que soy una egocéntrica, hay que joderse Eva 9ajaja... bueno an así te quiero, eso debe contar como punto positivo %no' (le contest Eva sonriendo) M: 9ajaja... ya, ya... slo te ha faltado meterme un dedo en el ojo, pero me quieres, es un consuelo la verdad (a!adi #aca, que gracias a aquel toque de atencin se había relajado) /ueno, %y t qué' -orque ayer antes de marcharme, os vi muy agustito a las dos en esta misma mesa, eh (le dijo #aca haciéndole un juego divertido de cejas) Eva 8%*os viste': (se sorprendi Eva de aquello) M: 2í, subí a por mis cosas, pero como os vi tan animadas pensé que preferirías que no hubiera interrupciones (le dijo #aca) Eva Lhhh tía... pues gracias, porque no sabes lo que fue la tarde. /ueno, bueno... en cuanto terminaste de hablar conmigo por teléfono para decirme lo que te acababa de decir Esther en el laboratorio, vino a mi despacho y nos vinimos a la sala a tomarnos algo. Al principio pues ya sabes, empezamos a hablar del trabajo, la puse un poco al día de la gente y eso, vamos lo normal cuando no conoces mucho a alguien, que siempre empiezas por lo que tenéis en comn, el curro en este caso... pero luego nos fuimos soltando, y hablamos un poquito de todo. -or lo visto ella está de paso en la ciudad, porque por lo que me cont viaja un huevo con su trabajo, así que debe ser la ostia si la llaman de aquí para allá %no' M: -ues supongo que sí (contest #aca sin inmutarse, pero aquello la había sorprendido)


JF

Eva /ueno, el caso es que gracias a eso me enteré de que la tal Uate con la que hablaba por teléfono es una amiga que hacía algunos meses que no veía... así que imagínate el subidn que me dio (le dijo Eva feliz) M: %< eso' (le pregunt #aca que absorta en sus propios pensamientos no la seguía) Eva =ija, pues que por la forma de hablar de ella y por el tiempo que hacía que no se veían, es evidente que no son pareja, con lo cual me deja el camino libre. 7laro que antes tengo que averiguar si entiende o no entiende, porque si Uate es slo una amiga, entonces estoy como al principio... (cay de pronto en la cuenta Eva, que se había ilusionado tanto con la idea de que Esther no tuviera novia, que apenas se había parado a pensar en aquel otro importante detalle) 7laro quizá por eso no pas nada en el coche cuando me despedí de ella... porque si no entiende, cmo iba a entenderme a mí cuando me puse a tiro. 8#ierda, no había pensado en eso: (divag por lo bajo Eva para sí) #aca mir el reloj, empezaba a hacérsele tarde y Eva estaba tan enfrascada con aquella historia que empezaba a resultarle empalagosa. Así que se despidi de ella con la e6cusa de la reunin y la dej a solas con sus quebraderos de coco Bba a llamar a la puerta cuando se detuvo con la mano alzada. *o sabía e6plicarlo, pero algo la desazonaba, quizá fuera el no haber dormido demasiado... quizá saber que una desconocida realmente iba a empezar a manejar los hilos sobre su trabajo... lo cierto era, que una sensacin de e6tra!eza se asent en su vientre, y aquello no le gust. 7omo quien aprieta los dientes o se sujeta enérgicamente a algo para tomar fuerzas, ella agarr estrechamente la carpeta que llevaba contra el pecho, tom aire y llam

E: Adelante M:
M: %/ueno, empezamos o nos vamos a tirar aquí todo el día' 2i usted no tiene nada mejor que hacer, le aseguro que yo sí (e6plot finalmente #aca, y al hacerlo intercept los ojos de Esther con bastante ferocidad) E: -or supuesto, tiene razn, empecemos... (dijo apresuradamente Esther y agach la mirada tan rápido que #aca dud de haber visto en sus ojos la dulzura que había visto) &e he hecho una copia de los cambios que creo que serán necesarios, la tengo por aquí...


D?

#aca esper un poco aturdida... le incomodaba que la juzgaran, y con Esther se sentía en el punto de mira. 1e todos modos, aquel hielo entre las dos tard poco en derretirse, pues tras echar un vistazo a la propuesta de Esther supo que aquella mujer prácticamente le estaba declarando la guerra

M: %Esto será una broma, no' (le pregunt #aca seria) E: 2é que parece que estoy acotando su creacin se!orita $ilson, pero si mira atentamente las especificaciones técnicas verá que son más que suficientes para un láser quirrgico de estas características (Esther volvi a vestir su cargo y su funcin, pues no se podía permitir olvidar para qué estaba allí, y ahora que conocía personalmente a la involucrada, mucho menos) M: %#e puede e6plicar qué entiende usted por +un láser quirrgico de estas características' Esto... esto es... (#aca revis alterada y enfurecida los datos que tenía en la mano)... %3?? $ de potencia'... %longitud de onda de 3D micrones'... 1ebe estar usted loca para pensar que voy a limitar la potencia del láser a un @? por ciento de su capacidad, y esto (se ri cínicamente #aca tras volver a leer el dato), con un 3D no lograríamos la inyeccin de 7L > a nivel tumoral en personas con aumento graso mrbido, degeneracin fibroquística muscular y un largo etcétera de potenciales pacientes... -or si no se da cuenta, está acotando el margen de pblico a los que está dirigido este láser, yo no he invertido todo mi tiempo en este proyecto para crear un boceto de lo que es realmente. Así que 8olvídelo: 8*o pienso modificarlo: E: 82í: 8lo hará: (dijo rotundamente Esther) #aca se gir y en sus ojos había tanto odio y tanta fuerza, que a Esther le cost mantener la misma firmeza en los suyos. *o supo si dur tan slo unos segundos o varios minutos, pero el silencio cort el aire entre las dos y pareci eterno el momento hasta que #aca serenamente cerr la carpeta que traía, se puso en pie y se acerc hasta ella. Esther no se movi, no hubiera podido. #aca se agach dejando su cara bien cerca de la suya y con gran claridad dijo lo que sin duda hubiese esperado de un animal salvaje acorralado y orgullosoO

M: 8*B #"E04A: #aca se dio la vuelta tan rápido que Esther sinti el vaci del aire que bajo su energía se movía, lo siguiente fue el sonido de un tremendo portazo seguido de un gran silencio. Esther dej caer su espalda contra el respaldo del silln, sintiéndose tan cansada como quien corre a todo gas con la adrenalina timbrándole en los oídos y de pronto se para finalmente determin...

E: 8*o ha ido tan mal: (se dijo así misma, y tras tomarse unos momentos se puso en marcha, recogi sus cosas esparcidas por la mesa y regres a su trabajo) El resto de la semana la pasaron esquivándose la una a la otra. #aca no estaba literalmente para nadie, y se encerraba en su oficina hasta altas horas de la noche. Eva estaba desesperada por aquella nueva situacin, inmersa en sus pensamientos y averiguaciones sobre Esther permanecía en un manojo de nervios constante sin tener a su amiga para desquitarse hablando y e6poner conjeturas. < Esther había establecido unos días de tregua antes de volver a mantener una conversacin con #aca pues sabía que el tiempo calmaría las cosas


D3

En aquel estado de vacíos, silencios y +no encontrarse, las tres mujeres llegaron airosas a su fin de semana

M: %2í' (contest #aca su mvil sin poder salir de debajo del edredn. &a noche del viernes la había pasado con 5ernando y hacía apenas tres horas que había regresado a su casa para descansar) Eva %4ía, qué estás, durmiendo' (la despert Eva) M: %Cué hora es' (pregunt #aca an bajo las sábanas) Eva &as 33O@? (le dijo Eva) M: 9oder, he vuelto de casa de *ando a las ... estoy muerta %qué te pasa' (resumi la situacin #aca) Eva %A las ' %y eso' %por qué no te has quedado ya en su casa' (le pregunt Eva) M: -ara dormir prefiero mi cama, además si me quedo con él me engancha todo el fin de semana, prefiero ir a mi bola ya lo sabes... (e6tendi su e6plicacin #aca)... bueno, déjate de joder, %qué te pasa' %por qué me llamas tan temprano' Eva *ecesito que esta noche me hagas un favor urgente... que digo urgente... de vida o muerte (le contest Eva azorada) M: Escupe... (pronunci #aca entre bostezos, pues an no era capaz de despegar los ojos ya que se encontraba muerta por haber pasado la noche con su novio) Eva 4ienes que acompa!arme de marcha esta noche, iría sola, pero me da palo (le dijo Eva) M: ;ale... de pubs esta noche... %algo más' (pregunt #aca casi volviéndose a dormir) Eva *o, no... te dejo dormir guapísima, eres la mejor... paso por tu casa sobre las diez %vale' (se alegr Eva de que todo hubiera sido fácil) M: 2í, sí... a las diez... un beso (se despidi #aca con otro bostezo) Eva "n beso, ciao (le contest Eva y ambas colgaron) Eran las siete de la tarde cuando Esther regres de hacer la compra. Lrden minuciosamente las cosas del supermercado en la nevera, en el congelador y en la despensa. 0ecogi las bolsas, limpi lo poco que había descolocado, y se acerc hasta el contestador a revisar las llamadas. El primer mensaje no le sorprendi, había comido con su madre y sabía que llamaría para ver si había regresado bien a casa. El segundo mensaje la hizo sonreír... +#ás vale que desempolves bien tus zapatitos de baile y que desengrases tus msculos peque!a, porque esta noche quemamos #adrid. Ahh... yo de ti me tomaba las vitaminas, las vamos a necesitar...

E: 9ajaja... 8estás loca Uate: (dijo Esther en voz alta, más tarde la llamaría) -or ltimo lleg el mensaje que realmente esperaba +En la cuna a las O?N... no hay previsto vuelo. 4odo bien (anunci la voz de &aura en el contestador) Esther revis la hora del mensaje, apenas hacía media hora que lo habían dejado grabado, se tranquiliz. 4odo parecía controlado, así que llam a su madre para


D>

reportarse, luego se pas media hora hablando con Uate por el mvil, la cual estaba muy animada por haberla podido convencer para salir, y por ltimo entr en la ducha. =acía mucho tiempo que no estaba en la ciudad, y salir con Uate era la mejor forma de readaptarse A las diez menos diez Eva se present en casa de #aca. #aría, la mujer que trabajaba en la casa desde hacía veinte a!os le abri la puerta y luego le indic que #aca estaba en su cuarto. 2in llamar entr por la puerta pillando a #aca an en albornoz

Eva =olaaa... %tía an estás así' (fue el saludo de Eva nada más entrar) M: 9ajaja... ;ale, ahora sal y llama a la puerta... (se ri #aca que se había girado con un susto de muerte por la interrupcin) Eva /ah... ya sabes que en tu casa es en el nico sitio donde te puedo molestar a gusto (le dijo Eva y se subi a la cama de #aca mientras su amiga terminaba de ponerse el bodymilK en las piernas) %Cué, preparada para una noche loca' #aca no se molest en girarse a mirarla, sabía por su tono que estaba radiante

M: Cué remedio... %cmo fue que dijiste'... Ah sí, +es de vida o muerte (se burl #aca que termin con la crema y se gir a mirarla) Eva < lo es, me estás salvando el culo, porque ir al Afrodita sin pareja es un poco como ir a lo desesperado ya lo sabes... (solt sin darse cuenta Eva poniendo una mueca en su cara) #aca se par en seco

M: Espera, espera... %has dicho que vamos al Afrodita' (la intercept #aca) Eva la mir con cara de +uy, se me escap

Eva *o te lo dije' (pregunt poniendo ojitos de cordera) M: 7reo que se te olvid mencionar ese peque!ito detalle (le contest #aca mirándola inquisitivamente) Eva /ueno, pues ya lo sabes, /ea no sabía si iba a poder ir, y yo necesito una tapadera (le dijo Eva sonriendo como si con ello pudiera convencerla) M: 9oder Eva... creía que íbamos a pillar #adrid por bandera t y yo, y ahora resulta que me vas a llevar al centro bollo... tía, esto se avisa co!o (le rega! #aca soplando) Eva /ueno y la vamos a pillar, pero luego me acompa!as allí %sí' *o quiero ir sola, tía... ya sabes que sino parece que vas a por tema. %#e acompa!as, no' 8venga... venga... por fiiii: %sí' %sí' (a aquellas alturas Eva ya se había puesto de pie y se había puesto a suplicarle haciendo carasas a su amiga que metida en su papel de enfado, permanecía de pie con los brazos cruzados sobre el pecho) M: Anda quita payasa... (tuvo que sonreír #aca ante la insistencia de Eva) 4e acompa!o, pero como te pongas a ligar y me dejes colgada en medio de la jauría, te las corto, te lo juro Eva se cubri con ambas manos las tetas, pues hacia allí apunt el dedo de #aca cuando la amenaz con cortarlas


D@

Eva ;ale, vale... por mis tetas que no te dejo sola %trato hecho' (le asegur Eva ya con una sonrisa de oreja a oreja) M: 4rato hecho... pero supongo que primero nos iremos de cenita y a tomar unas copas a otro lado, %no' (le pregunt #aca ya mirando en el armario) Eva 2í, sí... vamos a donde tu quieras, pero a la una nos pasamos por el Afrodita (insisti Eva) M: Cue sí pesadaaaaaaa... 1esde luego, no sé yo si voy a soportar mucho tiempo tu nueva etapa lésbica eh, porque entre la siesa a la que le has echado el ojo y tus escapadas a chueca, la llevo clara... no veas el planazo tía, me has cortado el rollo por la mitad, para una vez que voy a salir sin *ando (le advirti #aca, y le mostr un par de vaqueros) %Este o este' M: El negro (le dijo Eva toda convencida) #aca se qued mirando los dos pantalones, y al final decidi

M: Entonces me pongo el levis, que seguro que me dices el negro para que no te haga la competencia (le solt #aca con una sonrisa traviesa) Eva 7apulla, siempre me haces igual... (se quej Eva pues su amiga le había leído el pensamiento) #edia hora mas tarde, salían de casa de #aca ya vestidas y arregladas. Eligieron un sitio donde cenar y se dispusieron a empezar la noche Era el tercer pub que frecuentaban, y Eva ya miraba impaciente la hora. -ronto sería la una y #aca no parecía muy dispuesta a cortar la noche. 2e meti de nuevo a buscarla en el local, pues la había dejado con un grupo de amigos que habían encontrado en el pub de siempre. En la esquina del 1j, la divis junto a una amiga comn y dos muchachos, ellos parecían estar entrándoles y aunque la amiga que estaba con ella se sonreía, era #aca la que llevaba la voz cantante en el peque!o grupo. 2e acerc

Eva #aca... nos tenemos que ir (le dijo acercándose a su oído para que la oyera por encima de la msica) M: Eva, Eva... mira, este es 9uan y este -ablo (le present #aca a los chicos) Chico: 8=ola guapa: (la saludaron los dos dándole dos besos que Eva correspondi por cortesía) %Es cierto que tu amiga tiene novio' Eva 2í, lo tiene (le contest Eva) M: %&o veis' 8&o tengo: (se reía #aca que ya llevaba alguna copa de más) Así que lo siento, pero no hay nada que hacer Chico: %< t' (le pregunt el chico más alto, del cual ya no sabía si se llamaba 9uan o -ablo) Eva %

DJ

M: 2í, nos vamos, así que si no te importa (le contest #aca y se quit la mano de encima) Chico: -ero a dnde vais, nosotros podemos acompa!aros... (insistieron) M: Lju, que pesaditos... que nos vamos y no podéis venir, porque no queremos que vengáis %vale' (salt de pronto #aca con su estupendo mal humor, pues no soportaba que la controlaran) Chico: /uenooo... tampoco hay que ser una gilipollas, joder, primero nos das bola y ahora va a resultar que somos nosotros los pesados. 4ía t estás mal (empez a decir uno de ellos) #aca se gir con ganas de bronca, pero Eva y su amiga la cogieron a tiempo y tiraron de ella hasta conseguir sacarla de allí

M: &a madre que los pari, se piensan que por una sonrisa y un poco de conversacin ya te estás bajando las bragas... =ijos de puta egocéntricos, a ver si se creen que todo pasa por su pito (rugía #aca ya a solas con Eva) Eva
Kate: ;enga, vamos a entrar, es este (la anim Uate parándose frente a una puerta donde dos chicas no mas allá de los dieciocho se metían mano sin escatimar en los mirones) E: 8%Cuieres que entremos aquí': (se asust Esther)


DD

Uate la mir, luego revis el letrero luminoso dnde el nombre del local timbreaba

Kate: +Afrodita (ley, luego se volvi a girar hacia Esther con una sonrisa) 2í, aquí te dije que te llevaría, %no' E:
Kate: -ues no me había fijado... E: %En qué' (pregunt Esther pensando que algo de lo que llevaba estaba fuera de su sitio) Kate: *o, que no me había fijado que el ejército además de meterte ese palo en el culo que llevas, también te meti esas ideas carcas que te hacen pensar que eres una vieja verde por divertirte un poco (le espet Uate, y luego sonri) E: -ero que cabrona eres... (termin por sonreír Esther, pues sus mazazos duros y a la cabeza le habían ayudado a readaptarse poco a poco a una vida comn y más libre) 8;ale, entramos: Kate: 8Esa es mi chica: (a!adi Uate y le pas el brazo por la cintura para invitarla a entrar) E: %7on que un palo en el culo, no' (le reproch Esther con ritintín mientras pasaba delante de ella) Kate: 9ajaja... A veces, slo a veces (la tranquiliz Uate entre risas, mientras poco a poco se iban adaptando al cambio de luz de aquel nuevo submundo) Eva no dejaba de mirar de un lado para otro, faltaba un cuarto para las dos y no veía a Esther por ningn lado. &os nervios en los que se consumía desde que por casualidad había escuchado a Esther mencionar la salida del sábado al Afrodita mientras hablaba por teléfono con su amiga Uate, no la dejaban vivir, aquella noche podía ser la noche, no para que se vieran y se tiraran irremediablemente una en brazos de la otra, pero al menos confirmaría que Esther +entendía y tendría la oportunidad de hacerle saber a aquella mujer que ella también caminaba en la misma direccin. -or millonésima vez, mir el reloj y dio un barrido a la sala, estaba muy llena y había llegado la hora del apagn, así que la tenue luz no ayudaba mucho en la tarea. 0esignada por no ver nada, volvi a echar un vistazo a la pista que era la nica zona iluminada, e incrédula se frot los ojos, pues no daba crédito a lo que veía

E: Uate, aquí no se ve ni una mierda %seguro que no quieres que probemos en otro más tranquilo' (le pregunt Esther, que estaba un poco harta de introducirse a empujones en aquel garito) Kate: Cue no, que ya llegamos... ves, la pista de baile (le dijo Uate, y tir de Esther para que se colocara a su lado, pues hasta el momento había caminado a su espalda para tropezar menos)


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Esther ech un vistazo, una ducha de luces iluminaba la pista central que permanecía abarrotada y algo subida de tono, mir sin mirar sobre las parejas, hasta que de pronto volvi a sentir aquel latigazo en mitad de su columna que provoc que por un segundo le flaquearan las rodillas Eva se apresur a bajar a la pista, le había perdido el rastro tan slo unos minutos aprovechando que su amiga /ea había terminado yendo aquella noche y se habían puesto a saludarla, pero aquel tiempo fue más que suficiente para que #aca se desatara, mareada como iba, más de la cuenta. Al llegar a su lado, Eva trat de llamar su atencin, pero la mujer con la que estaba bailando provocativamente, la volteaba cada dos por tres y #aca parecía tan a gusto que no dejaba de reírse con los envistes de aquella chica. 1e pronto la chica hizo amago de intentar besarla, algo que no consigui dado que #aca puso a tiempo, o por casualidad, la cara de por medio mientras bailaban, entonces Eva supo que tenía que parar aquello antes de que #aca se lo echara en cara para el resto de su vida

Eva #acaaa (la llam Eva mientras la cogía del brazo) #aca se sobresalt absorta como estaba en su momento, pero al girarse y ver a Eva se le lanz al cuello

M: Evaaaaaaa... %dnde estabas' (le pregunt #aca melosa, debido al alcohol) #ira ven, que te he encontrado una chica muy maja... %oyee... oye... cmo te llamabas t' Chica: %
Eva 4ía ya te vale... %no ves que va borracha' (le espet Eva a la chica) Chica: 2lo estábamos bailando... (le contest ella) Eva
M: %Cué dice ésta'... jajaja... En serio Eva, cmo t empieces a hablar así a las chicas, yo me borro de tu nuevo estatus... jajajaja... *i *ando me dice +%verdad bonita'... (imit #aca la voz de la joven, la cual cambi la cara de felicidad por un mosqueo tremendo, se dio media vuelta y se largo) "y, que va a ser que se ha molestao Eva Anda que ya te vale. 7o!o, para un día que consigo que salgas conmigo a solas, y no veas como te has puesto, hasta las trancas. %2é puede saber que hacías ligando con esa' %< dnde está /ea' #aca se cogi de la mano de Eva como ni!a obediente y luego se defendi


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M: -rimero, estoy bien... solo voy un poco pues contentilla, na más (abog #aca dando un tras pies por el repentino parn que había hecho Eva al llegar dnde tenían las copas), 8co!o que me mato: Eva 87uidado, no ves que te caes: (la cogi Eva a tiempo, pero #aca sigui a lo suyo) M: 2egundo, no estaba ligando... es que tenía ganas de bailar y cmo aquí no hay más que tías y t no estabas, pos hija... una se amolda a lo que puede (contest a la segunda cuestin mientras removía la pajita de su vaso por si podía sacar un ltimo sorbo) < tercero... /ea se ha metido en la barra porque su amiga 2ofía se lo ha pedido, por cierto, eso me recuerda que tenemos que rellenar esto, que hay que aprovechar que no nos cobran (dijo #aca levantando su vaso de tubo vacío) Eva 4 vas a rellenar una +fucareta, ni de co!a te tomas otra (le decía Eva quitándole el vaso de las manos) M: 8Ayyy... pero si estoy bien: (se quej #aca) Eva Cue no hay más #aca, además vamos a despedirnos de /ea y nos vamos, que es lo que tendríamos que haber hecho antes de que me convencieras para no llevarte a casa y venirnos aquí (le dijo Eva dejando el vaso en la mesa de pie y cogiendo a #aca de la mano para dirigirla hacia la salida) *o habían dado ni siquiera tres pasos cuando se toparon con Esther de frente, pues desde que había visto a #aca en la pista, ya no había podido apartar los ojos de aquellas dos mujeres El pulso empez a taladrar a Eva nada más verla, aquella no podía ser la misma Esther de la oficina. 2in controlarse la cheque de pies a cabeza, pantalones vaqueros perfectamente ajustados a su anatomía, cinturn a juego, discreto pero moderno, suéter negro y ajustado con su típico cuello de pico... Eva trag saliva, a pesar de la tenue luz, aquella garganta descubierta volvi a crear sus locas fantasías

E: 8=ola: (dijo por fin Esther) Eva mir a la propietaria de aquel saludo, su sonrisa a comisura pícara alzada, le hizo dar un paso atrás nervioso

M: Auuuuu... co!ooo, que da!ooo (aull #aca que estaba a su espalda y había recibido el pisotn de Eva) Eva -erdona, perdona... (se disculp Eva girándose hacia ella) E: %Está bien' (pregunt Esther preocupada, pues en la oscuridad no había visto el motivo que había provocado el quejido de #aca) Ante aquella pregunta #aca reuni el poco control de enfoque que le quedaba y levant la cabeza desde sus pies para constatar lo que temía. 7uando sus ojos se encontraron a medio metro de distancia, se colapsaron sin más. Bncredulidad, ira, desconcierto, ansiedad... fueron algunas de las sensaciones que las hizo paralizarse sin emitir palabra. 5inalmente...

M: %Cué hace ella aquí' (pregunt #aca dirigiéndose a Eva atnita) Eva 9eje... %y yo que sé #aca' =abrá venido a divertirse, como nosotras. =ay que preguntas tiene esta chica... (disimul Eva delante de Esther, mientras le daba un tirn en la manga a #aca y le susurraba con apremio un...*o metas la gamba, o te mato)


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#aca la mir sin dar crédito, luego mir otra vez a Esther más incrédula todavía. 2acudi un poco la cabeza, se estaba mareando de veras

M: 8Ay, que ahora sí que no me encuentro bien: (dijo sin dirigirse a nadie en concreto #aca) Eva Es que como no está acostumbrada a salir, pues ha bebido y le ha sentado mal, pero ya se le pasa (dijo Eva sin apartar los ojos de Esther mientras #aca cambiaba de color a su espalda) Esther sin embargo, no apart los ojos de la joven que por lo pálida que se estaba poniendo, pronto echaría la +pota allí en medio. 2in pensarlo dio unos pasos, Eva sinti que se le congelaba la sangre a medida que Esther se acercaba y justo cuando crey que Esther la iba a tocar, ésta lo hizo pero no para lo que hubiera querido...

E: *ecesita vomitar, se está poniendo verde... (dijo Esther retirando a Eva delicadamente, mientras con la otra mano alcanzaba el brazo de #aca y tirando de él, conseguía atraerla hacia si para poder llevársela a fuera) Eva se qued en mitad de la oscuridad con un paro cardíaco y sin llegar a ligar la concatenacin de lo ocurrido. 4odo había pasado rápidamente, sin embargo para ella, cualquier escena que encuadrara a Esther se producía a cámara lenta Uate tard en hacerse un hueco en la barra, Esther le había dicho que iba a saludar a unas conocidas y ella se había ofrecido a ir pidiendo algo de beber que les ayudara a aguantar el tirn de la noche. -or lo visto habían llegado en plena hora punta, y aquello no slo se reflejaba en la pista de baile y alrededor de los pies de las mesas, sino también en los pedidos frenéticos que le gritaban a las dos camareras. Uate aprovech su altura para alzarse de puntillas sobre el resto, divis una rubia ca!n sirviendo unos ccteles a su derecha, pero parecía tener para rato y encima estaba algo lejos, así que mir hacia su izquierda y a unas tres cabezas estaba la otra camarera cobrando unos cubatas. "na de las chicas que tenía a su lado levant la mano para llamar su atencin, pero Uate se impuso echando medio cuerpo sobre la barra y la llam

Kate: Ey preciosa, cuando puedas dos PhisKys con hielo (le pidi Uate alzando la voz) &a camarera aludida, se gir para ver quién pedía los PhisKys y aunque se qued impresionada al ver a la morena de ojos claros que con una sonrisa la llamaba, su personalidad realista y calmada la hizo dirigirse con pies de plomo hacia aquella mujer que con descaro pretendía colarse sobre el resto

Kate: -nmelos mejor dobles, así tardo más en venir (a!adi Uate al ver que la joven ya se acercaba a servírselos) /ea sin embargo esper a estar delante de aquella mujer, para asegurarse que la escuchara

!ea: %1obles, entonces' (le pregunt /ea con una sonrisa)


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A Uate le gust que la joven camarera se inclinara hacia delante más de lo necesario para preguntarle, pues con los a!os no habían mermado sus dotes conquistadoras ni el efecto que solía causar a primera vista

Kate: 1obles sí (corrobor Uate sonriendo también) -ero antes de que le durara mucho aquella sonrisa en la cara, la camarera le gir la cara para preguntarle a la chica que Uate tenía al lado y sobre la cual se había colado

!ea: %< a ti, cari!o... qué te pongo' %L prefieres que cuele al bombn de los $hisKys que parece que hoy se lo quiere comer todo por el morro' &a joven mir a la camarera con la boca abierta pero no siendo capaz de decir nada, luego mir a Uate que con una ceja levantaba y una sonrisa observaba el descaro de aquella chica

Chica: Ehh... yo... (empez a decir la muchacha) /ea slo tenía ojos para aquella nerviosa joven que no terminaba de saber cmo se había metido en medio de aquello. Uate divertida intervino

Kate: -ide por favor, no me di cuenta... además, yo no tengo prisa (la ayud a decidirse Uate) !ea: %Ah, no tienes prisa' (le pregunt /ea volviendo a dirigirse a aquel bombn que parecía no perder la sonrisa) Kate: En absoluto... de echo creo que acabo de cambiar de opinin respecto a lo que quiero (contest Uate calmadamente) !ea: /ueno, an no te he servido así que qué quieres... (pregunt /ea) Kate: Cué t y yo nos perdamos un ratito por ahí, %qué me dices' (le lanz Uate de pronto) &a muchacha que seguía aquel torneo de pin pon sintiéndose la red de en medio, mir a una y mir a la otra, decidiendo aprovechar que la otra camarera estaba libre, para desplazarse en la barra y probar suerte en otra área

!ea: 9ajajaja... %t te lo tienes muy creído, no' (se ri de ella /ea) Kate: /ueno, aunque no lo creas, no todos los días me catalogan de +bombn así que me la he jugado... (le contest Uate) !ea:

G?

Kate: Eso no parece una contestacin a mi pregunta (redirigi la conversacin Uate) /ea se la qued mirando con una sonrisa, no sabía porqué pero se fiaba de lo que veía en los ojos de aquella desconocida mujer. Así que acept

!ea: /ueno, si insistes... (empez a decir /ea) Kate: Bnsisto, insisto... (corrobor Uate) !ea: 9aja... está bien, haremos una cosa... Kate: 1ime... (la apremi Uate que se había apro6imado a escuchar a aquella monada) !ea: 2í cuándo termine en la barra an te acuerdas de lo que me has propuesto, bscame y ya iremos viendo que pasa... (le dijo /ea) Uate se sonri, por supuesto que iría a buscarla

Kate: #e parece bien... (dijo finalmente) !ea: %Eran dos dobles con hielo, no' (le pregunt /ea colocando los vasos sobre la barra) Uate asinti con la cabeza sin dejar de sonreír. &os ojos marrones de la joven interceptaron los suyos celestes. Eran tan distintos, sin embargo un mismo brillo travieso cruzaba sus miradas #aca no supo como había llegado a tiempo, pero justo cuando un golpe de aire se estamp en su cara, una arcada le atraves la garganta y unas manos que no eran propias dominaron cálidas su frente y el final de su espalda para que se inclinara y echara lo que no debería haber ingerido con tanto apremio durante la noche. -or un momento pens que se moriría, o como poco se caería de cabeza, le dolía la garganta y le fallaban las piernas a cada espasmo de su vientre, pero ella la sujetaba firme y slida y se sinti segura. -or fin encontr un poco de calma, se incorpor an mareada, pero las náuseas parecían haber cesado. Al tragar vio las estrellas por la irritacin que había dejado a su paso la acidez del momento, y deseo cmo nunca un cepillo de dientes. 4ard un poco en asimilar de nuevo donde estaba, pero al verla todo se recoloc

E: %#ejor' (le pregunt Esther) M: 2í... (dijo una intimidada y avergonzada #aca)... esto, gracias E: *o importa. Anda toma, no es un cepillo de dientes, pero... (como si le hubiera podido leer la mente, Esther le ofreci un paquete de chicles para quitarse el mal sabor) M: 4e lo agradezco (a!adi #aca y e6tendi la mano para cogerlos) Esther mir alrededor pretendiendo darle a #aca un poco de intimidad y de tiempo para recuperarse. #aca la observ por el rabillo del ojo, desconcertada por el odio y por el sentimiento de agradecimiento que sentía hacia aquella misma mujer. Iuard silencio, porque no sabía que decir, se le hacía muy raro ver a Esther fuera de la oficina, parecía otra realmente, con aquel atuendo informal, el pelo suelto y las facciones relajadas. Esther se gir hacia ella, pillándola cuando #aca apartaba su mirada

E: %Cuieres volver a entrar' (le pregunt Esther) M: ;e entrando t, yo entro ahora cuando tome un poco más el aire (le dijo #aca al darse cuenta que estaba cortándoles seguramente el rollo a Eva y a Esther)


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E: 8*o me iré sin ti: (le dijo ella, con tanta rotundidad que pareci una imposicin) #aca se qued clavada ante aquello

E: Cuiero decir, bueno, que no me gustaría dejarte sola aquí fuera después de que te encuentres mal... esperaré contigo, si no te importa (suaviz su tono Esther y sonri tímidamente) M: *o, no me importa (le contest Esther y sin darse cuenta le devolvi una sonrisa) *o se conocían mucho, y si tenía que decir la verdad, Esther le caía fatal ya que su presencia se había convertido en los ltimos días en un tremendo grano en el culo, sin embargo #aca se sinti agradecida por la sinceridad con que aquella e6tra!a enemiga se preocupaba realmente por ella &as chicas entraban y salían del local, unas entre risas, otras casi comiéndose a besos, otras simplemente se despedían y partían hacia otro local o hacia seguramente su casa. 4odo era accin y sonido, frente al silencio y aquella acinesia que dominaba cortante a Esther y a #aca. 2e miraban de reojo cuando la otra no miraba, incapaces de dar el primer paso hacia lo que sus cabezas pensaban +7amos, dile algo... por Dios, no puede ser tan difcil. "s ridculo estar aqu paradas sin más. 2e decía Esther así misma, pero la imagen de #aca bailando en la pista interfería en aquella sangre fría que necesitaba para desempe!ar su trabajo +5endra que disculparme con ella por lo del otro da... 0o, no... es ella la que se está metiendo en mi trabajo sin tener ni puta idea. 20o, no me disculpo3... aunque as no vamos a llegar a ningún acuerdo. 8oder... que puta mierda, porqu' coo me habrá ayudado a echar la pota. =ablaba consigo misma #aca, mientras se mordía con descuido las u!as

E: %7mo te encuentras' (le pregunt de pronto Esther, que no encontraba otra forma de romper el hielo) M: #ejor... esto, mucho mejor (contest apresurada #aca que había dado un peque!ito bote por la voz de Esther interrumpiendo en su cabeza) 2erá mejor que entremos, o a Eva le dará un ataque #aca se levant del peque!o saliente en el que se había sentado para recuperarse, y se dispuso a huir de allí, pero Esther se interpuso en su paso hacia la puerta. #aca se par y se le qued mirando con e6tra!eza

E: Antes de entrar, me gustaría disculparme con usted respecto a la reunin del otro día. Cuiero que sepa que mi intencin no fue en ningn momento ofenderla profesionalmente, sé que su proyecto es muy importante para usted, pero de veras que considero necesarios esos recortes en las capacidades técnicas por el bien de la... empresa (dud en la ltima palabra Esther que no se había atrevido a mirar de frente a #aca hasta terminar su discurso, pues temía que imágenes nada decorosas turbaran su firmeza)


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#aca no supo que decir, se qued clavada no slo por aquellas palabras de disculpa que no se esperaba, sino porque los ojos de Esther se clavaron en los suyos en el ltimo momento con inequivocable sinceridad y humildad Esther se qued en silencio esperando una respuesta, pero la joven no parecía dispuesta a brindarle una tregua, pues permanecía en silencio y con la mirada fija en ella demostrándole su firmeza

E: /ueno, slo quería que lo supiera, aunque sin duda este no es ni el mejor lugar ni momento para discutir asuntos laborales. 1isclpeme por robarle este tiempo de su ocio, volvamos a dentro... será lo mejor (concluy Esther incapaz de aguantar más sentirse tan idiota) + "stoy perdiendo los papeles... por dios, en qu' diablos estoy pensando. 5engo que protegerla, no contar con su beneplácito 2e rega! Esther dando media vuelta para perderse en el local. Estaba faltando a su deber y lo peor, se estaba involucrando demasiado, y aquello no podía ni quería permitírselo. &o quisiera #aca o no, las cosas tendrían que hacerse a su manera

M: Está bien... (le grit #aca para que la oyera, cuando Esther ya había dado un par de pasos alejándose del momento) Esther se gir para mirarla y #aca se le acerc

M: Está bien, quizá yo también he estado un poco susceptible respecto a tu llegada y he cerrado la puerta a una comunicacin antes siquiera de empezar a trabajar juntas. *o estoy diciendo que acepto hacer los recortes que propusiste en el proyecto (la advirti #aca de antemano, pues aunque pretendía disculparse con aquella mujer, no dejaba de verla como un peligro para sus intereses), sin embargo creo que deberíamos darnos una tregua y empezar a trabajar juntas, quizá así logremos acercar nuestras posturas un +poco... aunque ningn +chupatintas va a joder mi invento %te lo advierto, eh' (no pudo evitar a!adir #aca se!alándola amenazante con el dedo) Esther sonri, que aquella muchacha fuera capaz de alzar una bandera de paz y al mismo tiempo empu!ar los guantes de bo6eo, le fascinaba

E: &o tendré en cuenta, y me parece aceptable. Entonces... %negociamos' (le pregunt Esther tendiéndole una mano de alianza mientras sonreía) #aca mir la mano e6tendida, y luego mir a Esther. 2onri y decidi aceptar aquel signo de acuerdo

M: *egociamos, pero sigo en mis treces, para que conste en acta (respondi #aca) E: 9ajaja... 2í, creo que eso ya lo ha dejado usted bastante claro (se ri sin esfuerzo Esther) < a #aca le pareci que aquella mujer no podía ser la misma que veía por los pasillos de la oficina. 2implemente, le pareci hermosa y cercana su manera de reír, las facciones de su cara...


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E: %Entramos pues' (pregunt Esther una vez termin de reír y estrechar la mano con #aca) M: 2í, slo una cosa más... (le contest #aca) E: "sted dirá... (le cedi la palabra Esther dispuesta a escucharla) M: 1eja de llamarme de usted, me hace mayor... y además, es ridículo después de que me hayas visto echar la papilla hace un rato (le dijo #aca) E: 9aja... bueno papilla no parecía precisamente, pero queda anotado... nada de usted (se volvi a reír Esther) M: Ienial, entonces todo aclarado... %nos vamos' (le pregunt #aca se!alando la puerta del local con la cabeza) E: 2í, detrás de ti... (le contest Esther cediéndole el paso) Esther sigui a #aca hacia el interior del local, al llegar al mismo lugar donde momentos antes del incidente se encontraban no hallaron a Eva. #aca ech un vistazo rápido a la sala, pero no la veía

M: *o la veo (le dijo #aca a Esther por encima de la msica, pero ésta ya se había dado cuenta de que la joven no aparecía dentro de su campo de visin) #ir a su alrededor, había demasiada gente y todo estaba e6cesivamente oscuro. 2in pensarlo dos veces, enfil hacia la pista mientras #aca se quedaba con la pregunta +%a donde vas' en mitad de la garganta, mirándola. 7uando la vio subirse sin esfuerzo en un mini podium que había a ras de pista se qued perpleja, las mujeres que había alrededor del montículo se animaron, Esther sin embargo no parecía darse por aludida, #aca supo así que Eva no era una e6cepcin, pues no eran pocas las que parecían encontrar a Esther atractiva + "stá como una cabra (pens para sí #aca, pero sonri contemplando la escena) Esther, inmune ante las peticiones de las alegres espectadoras que la animaban a bailar, revis desde aquella altura el local. *o encontraba a Eva, y una conocida tirantez en su mandíbula puso todos sus msculos en alerta. /aj de un salto del podium, y se abri paso hacia los ba!os, era el nico hueco que no alcanzaba a visualizar. =abía cola, pero no esper, empuj la puerta...

Chica: Ehhh... que todas vamos apuradas (se quej la que esperaba su turno) E: *o voy a usar el ba!o, tranquila... solo será un momento (contest Esther sin mirarla ni detenerse. Al entrar divis tres puertas de retretes) %Evaaa' %estás ahí' -regunt, pero nadie contest. 2e agach y revis los zapatos por debajo de las puertas, ninguno era de ella pues había chequeado perfectamente a Eva en cuanto la tuvo ante sí, era algo instintito que con los a!os no perdería. 2ac rápidamente el mvil, y marc con apremio el directo que la comunicaría con &aura. 7inco tonos, nada. Algo pasaba. 1e pronto la imagen de haber dejado a #aca sola, le latigue la espalda. Enfil la puerta en busca de ella, empujando a su paso a quien se puso por en medio, hasta que la vio. "na mujer de pelo rizado hablaba con ella, Esther se percat de aquellos zapatos pulidos y demasiado robustos para una mujer que pretende ligar en un bar, la ralla diplomática de su pantaln también dio la alarma, pero aunque estaba cambiada, fue su postura infle6ible quien delat su identidad sin ninguna duda


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M: #ira, no te molestes... pero no me interesas para nada, así que si me dejas tranquila, gracias (#aca no sabía ya como quitarse de encima a aquella tía que se le había pegado como una lapa justo cuando había perdido de vista a Esther, a la cual trataba de localizar) M"#er: Cuizá te interesaría más prestarme atencin si hablamos del láser que estás creando (le espet de pronto la mujer, mientras la cogía fuertemente por el brazo) M: %Cuién co!o eres t' (pregunt #aca y acto seguido tir de su brazo para soltarse, pero la mujer apret más fuerte) 82uéltame gilipollas: M"#er: 4ranquilícese se!orita $ilson, no somos el enemigo, sino su mejor opcin... le conviene entrar en el equipo antes de que las cosas se pongan feas, por las malas siempre es peor (le dijo ella) M: %2omos' %1e qué diablos está usted hablando' %Cuiénes son ustedes' &es advierto que no pienso vender el láser a la competencia, ni por todo el oro del mundo... (respondi de mala gana #aca, pero se qued fuera de juego y con un gran cabreo cuando aquella horrenda arpía solt una carcajada ante su contestacin) M"#er: 9ajaja... %la competencia' %cree que vamos a comprar su proyecto' (pregunt cínicamente la mujer en cuanto par de reír) -or lo visto, es cierto lo que dicen, siempre se entera el ltimo el más interesado. &amento ser yo quien la ponga al corriente pero... su proyecto ya no le pertenece. Acompá!eme... M: Cue me sueltes zorraaa... (grit #aca ante el estirn de aquella mujer, y haciendo acto de su furia, le dio un tremendo pisotn) &a mujer se lament unos segundos, pero pronto alz una mirada furiosa hacia la joven. &e estaba prohibido agredirla, pero allí no quedaba nadie más para delatarla, y un guantazo no iba a causar grandes estragos así que... #aca no la vio venir, pues empezaba a abrirse paso entre la gente para huir de allí. &a mujer del pelo rizado fue tras ella, pero tan slo pudo dar dos pasos antes de sentir una punzada de dolor detrás de las rodillas. 4an rápido, tan eficaz, tan sutil que no hubo ruido, ni miradas de sobresalto. Alrededor de ambas todo sigui fluyendo, mientras Esther había golpeado secamente en los huecos poplíteos de aquella mujer doblegando sus rodillas, y la mantenía de pie de espaldas a ella con una llave que podría acabar rompiéndole ambas mu!ecas

E: Azucena, cuánto tiempo... %Cué, incumpliendo nuevamente las normas' %7uándo aprenderás que no se puede agredir a un civil inocente, a pesar de que no queden testigos que lo corroboren' (le dijo Esther en el oído, mientras la mujer se retorcía de dolor de espaldas a ella) $%"cena: Está agrediendo a una oficial se!orita Iarcía, será apresada por esto (jug su nica carta Azucena) E: Aunque ya no sea tu comandante, te garantizo que tengo muchas formas de privarte de estos privilegios de fuerza que tanto te gusta blandir, y que yo sepa no nos ve nadie... así que más vale que no muevas ni un pelo y que me digas dnde está la otra joven (la par Esther en seco, apretando más la tensin en ambas mu!ecas lo cual hizo que Azucena sudara de dolor) $%"cena: *o la tenemos nosotros (le contest) E: 84e he dicho que me digas donde está: (rugi Esther y Azucena solt un grito) $%"cena: 2e march antes de que pudiéramos interceptarla, se lo juro... (gimi Azucena)


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Esther sentía verdadero asco por aquella mujer, era una vergSenza para el cuerpo. 7obarde por naturaleza, vil y rastrera, slo sabía aprovechar su posicin para doblegar al inferior, y ante los problemas siempre se escondía. 2e conocían desde hacía a!os, nunca la quiso en la unidad, y no pocas veces sospech de sus abusos y sus tácticas fuera de los reglamentos de intervencin, pero no fue hasta salir del ejército que verific su verdadera cala!a

E: 2i vuelves a acercarte a ellas durante el periodo de recursos, te las verás conmigo, y no te gustará encontrarme, créeme... (la amenaz Esther) $%"cena: "sted no puede amenazarme... (se quej encorajada Azucena, solo por orgullo) E: Lh, sí... claro que puedo, y lo hago. Es curiosa la informacin que se puede obtener desde el otro lado sobre una oficial que se cree no observada en el terreno... digamos que, %el caso 0uiz de 7ampos nos suena' &a mujer se puso tensa al escuchar aquel apellido. Esther supo que aquella mujer no hablaría de lo ocurrido aquella noche y que se mantendría alejada un tiempo. &a solt

E: &árgate... 8
M: /eaaa, /eaaa... %has visto a Eva' (le pregunt #aca subiendo medio cuerpo a la barra para llamar la atencin de su amiga que hablaba sonriente con una monada de pelo oscuro) !ea: Estuvo aquí hace un rato para recoger vuestros abrigos, me dijo que te encontrabas mal y que os ibais, %no la has visto' (le contest /ea e6tra!ada) M: *o, no la he visto... (se preocup #aca y se pas nerviosa las manos por el cabello) 9oder... !ea: /ueno tranquila, debe estar por aquí... (trat de calmarla /ea, pues veía que #aca estaba algo angustiada) E: #aca... (de pronto la voz de Esther llamándola la tranquiliz) M: Esther, %has encontrado a Eva' (le pregunt #aca rápidamente) E: *o, no la he encontrado... (le dijo Esther y #aca se desespero) M: 9oder, joder... Esther creo que le ha pasado algo, una tía rara me ha estado preguntando cosas, y sabía lo del láser... %y si son los que entraron en la empresa' (a #aca la cabeza se le había puesto a rodar a todo gas) Kate: Esther, %qué pasa' (la mujer de pelo oscuro se acerc hasta ellas) !ea: %Ls conocéis' (pregunt /ea a Uate, al ver el cuarteto que se había formado en unos segundos) Kate: 2í, nos conocemos... (le contest Uate, pero luego volvi a centrarse en Esther) E: Uate, esta es #aca... #acarena $ilson (dijo Esther con cara de circunstancias) Uate ech un vistazo a la joven que estaba a su lado, primero sin entender, luego cay en la cuenta


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Kate: Esther, no puedo saber nada... lo sabes, podrían alegar y retirarme del... (trat de disculparse Uate) E: &o sé, lo sé... dame tus llaves, me la tengo que llevar de aquí (la par Esther, sabía muy bien que no podía meter a Uate en medio, se arriesgaban a no poder contar con su ayuda en el futuro, y la iban a necesitar) M: %1e qué co!o habláis' %qué es lo que pasa' %Esther' (interrumpi #aca entre las dos, cansada de no comprender lo que ocurría allí, se estaba volviendo loca) E: &uego, ahora salgamos de aquí (la cort en seco Esther y #aca supo por su mirada que debía obedecerla) Apenas >? minutos antes... Eva se qued en mitad de la oscuridad con un paro cardíaco y sin llegar a ligar la concatenacin de lo ocurrido. 4odo había pasado rápidamente, sin embargo para ella, cualquier escena que encuadrara a Esther se producía a cámara lenta < sin poder reaccionar, poco a poco fue perdiéndolas de vista entre la multitud mientras su corazn volvía a su compás a cada segundo + Dios, me ha tocado... estaba guapsima pens, todavía con aquel peque!o temblor en sus piernas. "n empujn accidental la sac de golpe de su estado

Joven: -erdona, %te he hecho da!o' (le pregunt la joven que había tropezado con ella) Eva Eh, no, no tranquila... (le contest Eva y reaccionando, se dio cuenta que mientras ella seguía flotando por la visin de Esther, #aca debía estar vomitando) #ierdaaaaa... la he dejado a solas con Esther, #aca me mata... 1ijo en voz alta cayendo en la cuenta, de que aquellas dos mujeres no se podían ni ver. 2in volver a mirar a la joven que se había disculpado, se apro6im a la barra del bar donde /ea tenía sus abrigos. Al principio no la vio, luego se la encontr coqueteando con una mujer despampanante... + joder, con 9ea... pens y se acerc hasta ellas

Eva =ola... (salud Eva) !ea: Ehh, %dnde os metéis' Aprovecharos que estoy tras la barra ahora, que cuando vuelva 2ofía nos corta el chorro... (le dijo /ea sonriente a su amiga) Kate: Ah nos invitas... que bien, entonces ponme otro PhisKy... (solt Uate) !ea: 9ajaja... 2í, claro... por tu cara bonita. %*unca te han dicho que tienes un morro que te lo pisas' (le contest /ea coqueteando de nuevo con aquella mujer que no se había separado de la barra) Kate: #mmm... precisamente eso, no me lo habían dicho de mis morros ves t (le contest Uate gui!ándole un ojo) !ea: 9ajaja... 8Estas mal, eh: (le hizo a /ea gracia) Eva Ejem... %y t eres' (le pregunt Eva directamente a Uate, visto que aquellas dos estaban en plan tira y afloja, y /ea no hacía las presentaciones) Kate: Uate, yo soy Uate... (se present con una sonrisa) Eva Encantada, yo soy Eva... (le dio dos besos Eva a aquel bellezn) Kate: &o mismo digo (le respondi Uate)


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/ea vio divertida las presentaciones, pero agach la mirada para que Uate no la viera reír cuando Eva se gir hacia ella para articular sin sonido un... +estáaa que te cagassssss, mientras Uate bebía de su vaso mirando hacia la pista

Eva /ueno, pues yo me tengo que ir... solo venía a buscar los abrigos (le dijo Eva a /ea) !ea: %< eso, tan pronto' (se e6tra! /ea) Eva Es que #aca a cogido un pedo que para qué... y está echando la pota ahí afuera, así que me la voy a llevar a casa (le aclar Eva) !ea: ;aya por 1ios... entonces toma... ya hablamos ma!ana (le dijo /ea mientras le pasaba por encima de la barra los abrigos) Eva 2í, sí... +=A/&A#L2... (le dijo Eva levantando una ceja en direccin a Uate y luego le volvi a articular a /ea sin sonido + 1E4A&&E2, 4L1L...) /ea volvi a reírse y asinti para que Eva se fuera tranquila, y así lo hizo. 2e puso su abrigo, cogi el de #aca y se dispuso a salir del local sabiendo que a aquellas alturas su amiga ya habría echado hasta la primera papilla y que tendría que soportar al menos una semana de tortura china por haber dejado que Esther fuera la que lo presenciara, en lugar de ser ella la que la acompa!ara. *o había recorrido an la mitad de la sala, cuando de nuevo recibi un empujn

Eva 9oder... (dijo a modo de reaccin, y se gir a ver quien había sido la bruta) Joven: &o siento... (se disculp la joven) Eva %Ltra vez t' (pregunt sin dar crédito Eva, pues era la misma chica de antes) 4ía ten un poco más de cuidado, que ya me has embestido dos veces y me vas a dejar el hombro echo polvo Joven: -erdona, es que hay mucha gente (le contest la chica, que no hacía más que mirar por encima del hombro de Eva en lugar de mirarla a la cara) Eva /ueno, no te preocupes... no ha sido nada... (lo dej estar Eva, pues tenía que ir a por #aca) Joven: Espera... (la detuvo la joven cogiéndola por los hombros cuando Eva trat de dar media vuelta para dirigirse a la salida) Eva 8%Cué': (se sobresalt Eva por el arrebato de aquella mujer) &a joven seguía dispersa sin mirarla a la cara y no le respondi

Eva 4ía... que tengo prisa, así que si me dices que quieres y me sueltas... (le dijo Eva tratando de volver a retomar su camino, mientras con un gesto se!alaba las manos olvidadas de la joven sobre sus brazos) Joven: Eh, perdona... (la solt de forma inmediata, y para retenerla pregunt) %4ienes hora' Eva la mir estupefacta, aquella tía estaba chalada, pero no pudo evitar responder a su peticin. 2e levant la manga del jersey, y agach la cabeza para ver la hora en su reloj, sin sospechar que cuando alzara la mirada para responder a la joven se encontraría con aquella boca enredándose en la suya &a había cogido tan de sorpresa, que ni siquiera supo reaccionar. 4an slo pudo ser consciente de que aquel cuerpo se había estrechado contra el suyo, y que sin saber cmo aquella mujer había conseguido arrinconarla en una pared del local. 7uando la boca de


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aquella desconocida la liber, a Eva le temblaba tanto el pulso que las palabras no le salían y slo su mirada desorbitada habl por las dos &aura se asegur de haber dado esquinazo a aquel par de arpías que había visto entrar en el local mientras hacía su guardia, sabía que mientras #aca estuviera con la comandante no tendría que preocuparse por ella, así que se centr por completo en Eva cuando las vio salir fuera del local. 2in embargo, Azucena y la otra mujer que la acompa!aba, habían visualizado a Eva cuando ésta se había acercado a la luz de la barra del bar, y &aura no había tenido más remedio que volver a tropezar con ella para ocultarla nuevamente en las zonas más oscuras y más concurridas de la sala. 7uando &aura se dio cuenta de que no podría apartar a Eva de la trayectoria que llevaban los pasos de Azucena, se lanz sin pensar sobre la joven, consiguiendo camuflarse así con el resto de parejas que a su alrededor se comían la boca 4ras la adrenalina del momento, &aura tuvo que regresar para encontrarse con aquella mirada de sorpresa que se le había quedado a Eva en el rostro. 7onsciente de las ganas que había puesto besándola, sinti un poco de vergSenza...

Joven: -erdona... yo, bueno... no debí, besarte (se disculp &aura, pero al ver que Eva no reaccionaba se preocupo) %Estás bien' Eva %Eh' (fue lo nico que le salía) Joven: %Cue si estás bien' (le volvi a repetir la pregunta &aura) Eva 2í, claro... (respondi Eva recuperándose poco a poco) Joven: #e alegro... y lo dicho, perdname por... (&aura se sinti incmoda de haberse aprovechado de la situacin)... bueno por todo. *os vemos < de nuevo, otra mujer más, de la cual no sabía ni su nombre, se alej de ella, dejando a Eva varada en mitad de la oscuridad

M: %A dnde vamos' (le pregunt #aca deteniendo a Esther una vez fuera del local) E: 4e llevo a casa (le contest Esther) M: %2in Eva' 8*o pienso moverme de aquí si no es con ella: (le asegur #aca, y Esther comprendi por su mirada que era un término innegociable) E: %&leva mvil encima' (pregunt Esther sacando su teléfono para marcar el nmero, sabía que no serviría de nada, dado que estaba segura que &aura estaba de guardia y ni si quiera había respondido a su aviso de llamada, pero comportarse de forma natural aunque absurda, era mejor que enfrentarse a la verdad que estaban ocultando a #aca) M: 8*o: (respondi #aca con cara de fuera de juego) E: %*o' (se e6tra! Esther, nadie salía hoy en día sin mvil de su casa) M: 8*L, ;A&EEE:... 2e suponía que hoy salíamos en plan +chicas in the nigth y no queríamos cargar con todos los chismes... que co!o me iba a imaginar que nos íbamos a separar esta noche (estall #aca, dado la ridícula idea que habían tenido ella y Eva de salir de marcha sin medio de localizacin) E: ;ale, vale... no pasa nada (contest Esther viendo que #aca ya estaba suficientemente alterada) M: *o pasa nada, pero a ver qué leches hacemos ahora para localizarla (contest #aca pasándose nerviosamente las manos por el pelo) 1e pronto el teléfono de Esther empez a sonar. En cuanto vio la pantalla, lo descolg


GF

E: %2í' (Esther trat de contestar lo más normal posible, aunque tenía preguntas que necesitaban contestacin urgente) L: &o lamento, no pude atender su llamada, estaba... (dud &aura de como catalogar lo que estaba haciendo cuando la comandante la llam)... ocupándome de la otra joven, las dos oficiales entraron en el local y estuvieron muy cerca de interceptarla E: Ah, hola... cuánto tiempo, no te preocupes iba a llamarte ahora (disimul Esther ante la atenta mirada de #aca) Entonces, %todo bien' L: 2í, sali del local sin ser vista en busca de ustedes. &as estoy vigilando a todas en este instante (le inform &aura) E: ;aya, me alegro, me alegro... %dnde quedamos pues' (sigui disimulando Esther más tranquila de saber que Eva estaba bien) L: Eva está sentada en el portal J3, creo que las está esperando... (&aura trag saliva, cuando se había alejado de Eva en la oscuridad había observado como la chica había tardado en reaccionar. &a sigui hasta que la vio salir del local con los abrigos mientras se aseguraba que no la siguiera nadie más... cuando salieron ambas, no había rastro de la comandante y de #aca, sin embargo Eva no parecía preocupada. 2e sent en aquel portal, y había permanecido allí, callada y a la espera de forma e6tra!a. &aura estaba preocupada)... %Esther' E: 1ime... (contest esperando más noticias) L: Es mejor que vuelvan a casa, yo me encargaré de que por esta noche las dejen tranquilas (le dijo &aura, no atreviéndose a contarle a la comandante todos los hechos por teléfono) E: Estupendo, me parece una buena idea. *os llamamos, besos (cerr la comunicacin Esther y guard el mvil) M: 2i has terminado de quedar con tus amigas, podríamos centrarnos un poco en Eva, %tal vez' (le dijo #aca con cara de pocos amigos) 8Eres increíble te lo juro: %cmo puedes estar tan tranquila con lo que está pasando' E: %< qué es segn t, lo que está pasando e6actamente' (quiso saber Esther, que dado las noticias que tenía por &aura volvía a sentir la seguridad del control) M: 8888Cué van a por nosotras::: %Estás ciega o qué' (le espet #aca con cara atnita) E: #aca no e6ageres, ya sabíamos que alguien estaba tratando de hacerse con informacin sobre el proyecto, pero de ahí a que te imagines que van a por vosotras... 8;enga ya: *i que fuera esto una película de =ollyPood (se hizo la sueca Esther, tratándola de e6ceso de fantasía para evitar que #aca se recreara más en sus ideas) M: %2í' -ues menudo numerito policial te has marcado t con tu amiga y ese +me la tengo que llevar de aquí para ser puro desvarío mío, %no' (le espet #aca cruzándose de brazos esperando la contestacin de Esther) E: 9aja... (Esther se ri, sabía disimular muy bien) M: %1e qué co!o te ríes' (se enfad #aca, volviendo a recordar lo mal que le caía aquella mujer con su autosuficiencia) E: -erdona, perdona... es que... (Esther dej de reír poco a poco) #aca, Uate es 9uez, le pedí que echara un vistazo a los temas legales de nuestro caso, y cmo quiero que nos eche una mano con algunos asuntos, no puede tratar contigo, puesto que eres la parte implicada. -or eso no quiso saber nada, y por eso yo la paré en sus divagaciones, ya que tan slo quería que me dejara las llaves del coche para llevaros a casa, que bastante accin habéis tenido por esta noche, al menos t... %o te tengo que recordar el bolilln que te he visto echar hace un rato en esa calle'


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#aca abri la boca con la mandíbula casi desencajada. Aquel nuevo dato la había dejado fuera de juego. 2e frot la frente, todavía resistiéndose a la idea de que todo fuera producto de una borrachera mal llevada y una imaginacin desbordada. *eg con la cabeza, no, había algo raro en todo aquello...

M: %< Eva' 2i tan lgico ves lo que ha pasado aquí, entonces %dnde co!o está Eva' (blandi la pregunta #aca, como si con ella ganara el punto definitivo) E: -ues supongo que debe estar por aquí fuera, buscándonos... %no' (dijo Esther elevando los hombros) M: %2í' %1nde, a ver' (le pregunt #aca girándose de espaldas a Esther para visualizar lo má6imo posible la calle) Esther se puso a su lado, disimulando mirar por todo el alrededor, aunque sabía e6actamente donde localizaría a Eva. 1e pronto el grupo de chicas que habían estado tapando el portal J3, se despejo y #aca la vio

M: 8Eva: (pronunci #aca y sali disparada a cruzar la calle en busca de su amiga) Esther sonri satisfecha y permaneci clavada en su sitio, viendo como #aca se agachaba hasta donde estaba sentada Eva, y por lo que a simple vista parecía, la reprendía por haber desaparecido del local sin previo aviso. 4odo parecía volver a la ilgica realidad El lunes por la ma!ana, #aca lleg a la oficina antes que nadie. 2e había pasado todo el domingo pensando en lo ocurrido aquella noche, y cuánto más lo revivía, más cosas e6tra!as veía a su alrededor. -or supuesto, había tratado de aclarar datos con Eva, pero su amiga había estado fuera de juego todo el domingo visitando a sus padres, así que la informacin en su cabeza hervía incone6a con un gran nmero de interrogantes. Entr en la sala comn tras encender las luces de toda la planta. -uso en marcha la cafetera y se sent a esperar, se encontraba inquieta, pero sabía que en aquel estado su cabeza siempre funcionaba mejor. 0ecogi la taza de café y se encerr en su despacho, era hora de poner a funcionar a E&B2A en cosas más urgentes que el láser Esther entr en su apartamento sudada y an contando sus pulsaciones apresuradas tras la hora de footing. 2e encontraba inquieta, y el encuentro con Azucena y los métodos de la unidad, le habían recordado el porqué no podía dormirse, y su cuerpo había puesto a funcionar una adrenalina que a penas podía controlar. Estaba furiosa, pero también estaba preocupada... lo peor de todo era, que por mucho que lo intentara, #aca no le era indiferente y dado las circunstancias, eso podía resultar un gran problema. 2e duch, desayun y sali para el despacho. =abía mucho que hacer, y poco tiempo para actuar "nas horas más tarde

T: 7ruz, Esther ha dicho que necesitaba verte en cuanto llegaras (le anunci 4eresa a 7ruz en cuanto la vio llegar) 7ruz mir su reloj, las diez y media de la ma!ana


N3

C: Iracias 4eresa (le dijo y le entreg su cartera de mano) %#e la dejas en el escritorio, por favor' T: 2í, claro (le contest 4eresa y mir como 7ruz se dirigía al despacho de Esther) *o sabría justificar los motivos, quizá fuera una intuicin que con el tiempo una secretaria llegaba a desarrollar, pero fue la e6presin de Esther y luego el interrogante preocupado que se había dibujado en el rostro de 7ruz, el que le dio la certeza de que algo gordo estaba pasando 7ruz llam a la puerta del despacho, y en cuanto Esther le dio permiso entr

C: =ola, %qué tal el fin de semana' (la salud 7ruz con una sonrisa) Esther alz la cabeza de los papeles que estaba mirando, mir a 7ruz y ésta dej de sonreír. Algo pasaba

E: 4enemos que hablar 7ruz (le dijo Esther en el tono mas suave y neutral que pudo) 7ruz se sent frente a ella

C: %Cué pasa, Esther' (pregunt directamente) < Esther tom aire, se reclin sobre el respaldo de su silla, y empez por el principio #aca sali del despacho en busca de otra taza de café. Estaba esperando a que la cafetera rugiera para volver a lo que estaba haciendo cuando Eva sali del ascensor, #aca mir el reloj, eran más de las once. 7omo el café no acababa de hervir, decidi interceptar a su amiga en el pasillo

M: /uenooo... por una vez no es a mí a quien se le han pegado las sábanas %eh' (aprovech #aca para meterse con ella) Eva: 8Cué graciosa:... (contest Eva con una mueca) M: 9ajaja... pero mira que te sientan mal los lunes, eh Evita (le dijo #aca cogiéndole la mejilla con un pellizco juguetn)
Eva: Anda, vamos a mi despacho y te cuento... que no quiero encontrarme con Esther (le dijo Eva dejando a #aca tan intrigada, que la sigui sin rechistar olvidando hasta el café) #ientras en el despacho de EstherO


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C: *o me puedo creer lo que está pasando. %7mo ha podido suceder esto' (decía 7ruz negando con la cabeza, sumergida en el impacto que el relato de Esther había producido en ella) Esther le dej un poco de tiempo para asimilarlo. 2i hubiera sido otra persona la que hubiera tenido enfrente, se hubiera mantenido firme y habría cortado de raíz todo aquel improductivo lamento, pero era 7ruz y ni siquiera su estudiada frialdad militar, le hacía inmune a la preocupacin de su amiga

C: %Cué piensas hacer' (le pregunt finalmente 7ruz con una indefensin en el rostro y un temor mal disimulado en la mirada) E: An tenemos algo de tiempo. &egalmente, mientras el comité estudia el caso, no pueden acercarse a ella ni tratar de influir en su decisin de ningn modo, lo que pas el sábado fue una clara invasin de lo estipulado por ley... (trat de e6plicarle Esther para calmarla) C: Entonces, podemos denunciarlo y... (7ruz crey ver una luz, pero Esther intervino antes de que se hiciera falsas ilusiones) E: *o es tan fácil. =an infringido una cláusula del protocolo, pero evidentemente saben que no hay pruebas suficientes que puedan alterar el proceso. 2i el comité considera que es de seguridad nacional, no podremos hacer nada (le dijo Esther) C: -ero... no pueden obligar a una persona a dejar todo lo que conoce por... por... (7ruz no podía creer que aquello estuviera pasando, se sentía desesperada) Esther se acerc a ella, 7ruz ya no la miraba tratando de contener las lágrimas que se agolpaban en su garganta ante una situacin tan injusta

E: 7ruz, aun no han ganado... an tenemos algo de tiempo (le dijo Esther, pero 7ruz seguía sin mirarla. Esther se agach para estar a su altura, y le cogi el mentn para que la mirara) 8*o la voy a dejar tirada: %vale' C: -ero si ellos fallan a favor... %entonces qué' (pregunt con temor 7ruz y una lágrima resbal por su mejilla sin remedio) Esther sinti que le quemaba la piel, %y si no podía parar a tiempo aquello' %y si a pesar de sus esfuerzos, el consejo determinaba que #aca les pertenecía' "n sudor frío e ine6plicable le hel por un momento la sangre. Apart la mirada de los ojos de 7ruz y se concentr en aquella lágrima salada que mojaba ahora sus dedos posados en el mentn de su amiga, luego la volvi a mirar

E: Entonces, me la llevaré yo primero (le respondi Esther, y 7ruz vio aquella fuerza ine6plicable que en una persona como Esther siempre le había sorprendido) Asinti y se abraz a Esther agradecida de tenerla consigo, luego llor de puro nervio en los brazos de su amiga

M: %7moooo' (#aca dio un salto en el asiento ante lo que Eva acababa de confesarle) Eva: 9oder, no me hagas repetirlo... (se quej Eva tapándose la cara con las manos)


N@

M: -ero tía... si es que en menos de dos semanas has pasado de no quererte comer un rosco... a quererte comer la panadería entera. %4 que pasa' %Cué te gustan todas o qué' (abría los ojos como platos #aca) Eva: 8Ay 1ios... si es que yo que sé:. 8Estoy echa un lío: (dijo Eva y luego tímidamente se quit las manos de la cara) Es que t no sabes como me bes... me temblaron hasta las pesta!as M: 82erás puta: (le solt #aca mientras le tiraba un cojín a la cara) Eva: 9ajaja... quise contártelo allí mismo, pero no quería que Esther se enterara... (se disculp Eva por no haberlo contado antes) M: Eso, %y qué pasa con tu brote amoroso por Esther ahora' (aprovech para preguntar #aca dado los nuevos acontecimientos) Eva: %7mo que qué pasa' (no entendi la pregunta Eva) M: -ues eso, que si tanto la flipaste con la desconocida esa, tanto no será que te gusta Esther si a la primera que se te amorra ya ves estrellitas %no' (concluy #aca como si fuera tan clara como el agua su suposicin) Eva: *o, no... pero si a mí me sigue gustando Esther, %eh' (se defendi Eva) M:
Pedro: =ola 7ruz, %cmo va todo' (le salud -edro $ilson en cuanto vio la identificacin de llamada) C: *o tan bien como nos gustaría... Pedro: %Cué pasa' %es por #aca' (se puso tenso al instante) C: 2í, es por #aca... pero tranquilo, no le ha pasado nada... slo que tenemos que hablar con ella de lo que está pasando (le dijo 7ruz) Pedro: *o 7ruz, no quiero que viva atemorizada por algo que no sabemos si...


NJ

C: -edro, no me estás escuchando... te estoy diciendo que se lo tenemos que contar y ya. El sábado dos agentes trataron de interceptarla... Pedro: %Cuéee' (el padre de #aca sinti un pinchazo en el pecho, y se sent) C: *o pas nada, por suerte Esther y un agente de su equipo la tenían vigilada y la mantuvieron a distancia. Esther ya ha denunciando la infraccin por vía legal, de todas formas me ha comentado que el proceso va deprisa y que ya no puede esperar ni a la colaboracin ni a tratar de convencer a #aca para que reajuste las características del proyecto. 1eberíamos decírselo, es la nica forma de que #aca entienda y colabore (le asegur 7ruz) -edro analiz la informacin tan rápido como le fue posible, an se notaba alterado, y el pecho le palpitaba con fuerza, sin embargo no estaba dispuesto a meter a su hija en medio de aquella presin

Pedro: *o le diremos nada... C: -ero... Pedro: 8A"* *L, 70"Q:... (le dijo con autoridad y 7ruz se call) 1esde ahora, Esther tiene carta blanca y absoluta sobre el proyecto. 1ile que reajuste todo aquello que crea que puede dejar a mi hija al margen sobre la creacin del láser, documentos, características... todo. 1esde ahora #aca dejará de ser a todos los efectos la creadora del láser, de sus pataletas me encargo yo... vosotras slo aseguraros de que no se acerquen a mi hija 7ruz se había quedado muda, no esperaba que -edro tomaría una decisin así, arrebatarle el proyecto a #aca era como... como... ni siquiera podía imaginarse el efecto que causaría

C: 7omo t digas... (fue lo nico que acert a decir -edro se despidi y ambos colgaron el teléfono. 7ruz dud durante unos minutos en qué hacer, luego marc el nmero de e6tensin de Esther y la puso al corriente de los nuevos acontecimientos

E: 8#aldita sea...: (grit Esther en cuanto termin de hablar con 7ruz y colgar el teléfono) "na rabia e impotencia le ardían por las venas haciéndola andar de un lado para otro tratando de tranquilizarse, al final no pudo contenerse más, de un golpe seco barri la mesa del escritorio echando por el suelo todo lo que había en ella ha e6cepcin del portátil. 2abía que podía ocurrir, cargar con el trabajo sucio era parte de su responsabilidad, tomar decisiones que no serían bien acogidas, aguantar sentimientos de rencor, recelo, antipatías y odios era frecuente cuando las cosas se ponían feas y ella tenía que imponerse, sin embargo no era justo. *o era justo y lo peor de todo era que no lo veía necesario, no aquella vez, no cuando estaba segura de que #aca podría comprender, podría colaborar, era inteligente, fuerte y despierta... podría aportar sus ganas y su ingenio para ayudar, para ver lo que otros no podían ver podría... podría... Esther se detuvo en seco ante sus pensamientos. %-or qué le dolía tanto imaginar el rencor que iba a despertar en #aca'


ND

#aca y Eva se disponían a salir a comer, cuando el ascensor se abri y -edro $ilson apareci tras sus puertas

M: -apá... %Cué haces t aquí' (le pregunt #aca alegrándose tanto de verle que le salt al cuello con un gran abrazo) A -edro se le partía el alma, la retuvo con cari!o y la bes

Pedro: %Es que un padre no puede venir a invitar a su hija a comer' (le respondi él con una sonrisa) M: -or supuesto que sí, has llegado justo a tiempo, porque Eva y yo nos moríamos de hambre (le dijo #aca golpeándose graciosamente la tripa) Pedro: Entonces, no hay más que a!adir... %a dnde las llevo se!oritas' (les pregunt -edro metiéndose de nuevo en el ascensor y vio contento que ambas se metían con él en el habitáculo) M: 2orpréndenos (le dijo su hija) < -edro se relaj, pues calm su conciencia diciéndose que estando Eva tendría que aplazar un poco más el hablar cara a cara con su hija. A fin de cuentas, muy pronto descubriría que el proyecto ya no estaba en sus manos

Kate: %A dnde crees que vas' (le dijo Uate agarrándola de la cintura y volviendo a tirar de /ea hacia la cama) !ea: 9ajaja... %pero es que no piensas salir de la cama nunca' (le pregunt entre risas /ea, mientras una nueva lluvia de besos de aquella mujer caía sobre su cuello) Kate: %-ara qué' Aquí tengo todo lo que quiero... (le contest risue!a Uate y se detuvo para mirarla a los ojos) !ea: *o sé de qué psiquiátrico te has escapado... pero estás loca (le dijo /ea mientras le acariciaba la cara) Kate: #mm... y %eso cmo me lo he de tomar' (le pregunt Uate) /ea sonri franca y abiertamente, jamás había conocido a alguien como aquella mujer. *o sabía como habían terminado juntas, pero desde el sábado no habían podido despegarse, era como si una fuera el complemento de la otra, y no podían separarse. En un segundo estaban hablando de la vida con la familiaridad que crean los a!os entre dos amigas, como se reían y caían en una mara!a de lujuria que parecía no tener fin. -or más que la racionalidad de /ea quería despertar, la vitalidad y naturalidad de Uate la aplacaba como si lo que estaba sucediendo entre ellas fuera lo que tenía que ser

Kate: %Cué' %no piensas contestar' (le pregunt con una sonrisa Uate interrumpiendo en sus pensamientos) /ea no contest, pas sus brazos alrededor de su cuello y la atrajo hacia sí. "na nueva ola de besos volvi a enredarlas. Entre ellas las palabras eran la más parca vía de comunicacin 4ras reponerse del ltimo combate, /ea consigui convencer a Uate de que necesitaba una ducha y comer algo. Uate la dej ir de su lado, se puso de pie y mir complacida el revuelo que aquel fin de semana había dejado en su dormitorio


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+Bgual si estoy loca se dijo con sonrisa pícara al recoger los restos de una sábana que había quedado desgarrada por el suelo. Aquella chica la habían puesto del revés. An desnuda se dirigi al saln mientras estiraba su larga anatomía, y le sorprendi no sentirse tan dolorida como esperaba. Alcanz el mvil y se dio cuenta que estaba apagado, parecía no tener batería. 1e forma perezosa lo coloc en la torre de alimentacin que había en una de las mesitas au6iliares, mientras el teléfono se recargaba un poco, decidi recoger el saln pues la idea de meterse en la ducha con /ea se le estaba pasando por la cabeza y si la llevaba acabo sabía que acabarían de nuevo en la cama. 2e sent en el sofá, y apret el botn de encendido del mvil, esper y pronto salt un mensaje que le indicaba 3? llamadas perdidas. 7ogi el celular, y descubri que  eran de Esther, aquello la hizo volver a la realidad. #arc devolver llamada y espero con el ce!o fruncido a que su amiga contestara

E: %2í' (le respondi Esther, que como estaba conduciendo no vio de quién era la llamada que le entraba) Kate: 8=ola princesa: 8#e has estado llamando: %*o es así' (le dijo Uate) E: =ola bicho... %sé puede saber dnde te metes' 1esde el sábado no sé nada de ti... tengo tu coche, iba a pasarme por el juzgado a devolvértelo ahora (le dijo Esther) Kate: *o estoy en el juzgado (le dijo Uate) E: /ueno, pues dime dnde estás y te recojo, necesito un poco de aire fresco y el paseo me vendrá bien (contest Esther) Kate: %-roblemas en el curro' (le pregunt Uate detectando aquel tono de agobio) E: %1e verdad quieres saberlo' (contest Esther aunque sabía la respuesta) Kate: *o, mejor no... ya sabes (dijo Uate) E: &o sé, anda dime... %dnde te recojo' (le pregunt Esther cambiando de tema, oírla le sentaba bien) Kate: Estoy en mi casa (le dijo Uate y con una sonrisa a!adi)... y no estoy sola E: 9ajajaj... vale, y por tu tonito, he de suponer que ese no estoy sola significa que estás con uno de tus +ligues, %no' (Esther no pudo evitar sonreír, le parecía increíble la facilidad que tenía Uate para ligar) %Cué, necesitas que salga a tu rescate' %L de ésta puedes librarte t solita' Kate: #mm... eres mala conmigo, no siempre es así (le contest Uate con una mueca aunque en el fondo sabía a qué se refería Esther, pues tenía fama de no entablar relaciones de más de un par de semanas) E: %A no' (la reto Esther) Kate: -uede que con esta no... (dijo en voz alta, y al hacerlo se dio cuenta de que quería al menos creerlo) E: ;aya, interesante... me muero por conocerla (a!adi Esther y era verdad que le gustaría saber de quien se trataba si era cierto que Uate parecía mostrarse algo más interesada de la cuenta por aquella mujer como para no hacer sus típicos comentarios en plan +don 9uan) Kate: /ueno, ya la conoces, al menos de vista (confes Uate) A Esther casi se le salieron los ojos de sus rbitas al escuchar aquel dato

E: %Cuien' 81ispara: (la apremi su amiga) Kate: &a camarera que estaba en la barra conmigo el sábado, la amiga de #aca (le dijo Uate) E: 8%Estás de broma': (Esther no daba crédito)


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Kate: *o, se llama /ea... y an no hemos salido de mi apartamento desde el sábado, ufffff si yo te contara (a!adi Uate y una sonrisa pícara volvi a aparecer en su rostro pensando en la joven) E: *o, no... mejor no me lo cuentes, que nos conocemos. 1e verdad que empiezo a pensar en serio que tienes el complejo de -eter -an (Esther cabeceaba mientras hablaba, le parecía increíble que Uate tuviera aquella facilidad para anular de su vida diaria las preocupaciones e inconvenientes que sin duda supondría mantener una relacin con aquella joven) Kate: /uenooooo... ya vas a empezar con la brasa esa de la edad y bla... bla bla... (Uate puso los ojos en blanco por aquel tema) E: 8Está bien: *ada de dar la brasa... pero t, haz el favor de poner los pies de vez en cuando sobre la tierra, que ya sabemos cmo puede terminar esto (quiso zanjar el tema Esther, pero como siempre su amiga fue la que puso la guinda a aquello) Kate: -ues con unos polvos cojonudos... los que t deberías echar de vez en cuando a ver si así dejabas de pensar menos y disfrutar un poco más (le solt sin medias tintas Uate) E: 9ajaj... mira que eres bruta (no pudo evitar reírse Esther ante aquello) Kate: < t reprimida (se sonri Uate satisfecha de conseguir que Esther dejara de actuar como su madre) %Cué, vas a venir a por mí o qué' E: %< /ea' (pregunt Esther pues an recordaba que Uate le había dicho que permanecía en su casa) Kate: Está en la ducha, tiene que irse a la facultad... (empez a decir Uate) E: %Aun está en la facultad' %-ero t con quien co!o ligas' (volvi a escandalizarse Esther) Kate: Cue nooo pesada, que está de profesora de apoyo en la facultad de empresariales y para que te calles ya y te quedes tranquila tiene > a!os y un coco cojonudamente amueblado, así que no me des más la paliza o te juro que te llamaré abuela por el resto de los siglos... (la amenaz Uate) E: ;ale, vale... perdona, es que estoy un poco susceptible con el tema ltimamente (reconoci Esther y se dio cuenta al decirlo, que era verdad) Kate:
Kate: 2í, me ducho, cambio y listo (le contest Uate) E: ;ale, te pego un toque al mvil cuando llegue, que no quiero interrumpir +nada (le dijo Esther recalcando aquel +nada que sin duda significaba encontrarse en medio de un escarceo se6ual de Uate con aquella chica) Kate: LK, nos vemos. /esos #aca sali de su despacho en busca de un café, en el trayecto hacia la sala comn mir disimuladamente el pasillo que conducía hacia el despacho de Esther, un día más las luces permanecían apagadas. =acía cuatro días que no veía por la oficina a Esther y aunque simulaba no importarle, lo cierto era que echaba de menos por alguna e6tra!a razn ver su paso altivo por los pasillos, y su presencia slida. El hecho de que Eva no


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parara de lloriquearle respecto a Esther, desde luego no ayudaba a que su ausencia pasara desapercibida. 0etom su camino y entr en la sala, allí se encontr con 4eresa

M: =ombre... la reina de la casa está aquí (la salud #aca echándose a su cuello y dándole un sonoro beso en la mejilla. Adoraba a 4eresa a pesar de ser una cotilla) T: Anda, anda... aduladora (se sonri 4eresa pues en el fondo le encantaban aquellos piropos y muestras de afecto) A veces pienso que si no tuviéramos esta máquina de café no te veríamos el pelo, siempre ahí metida como si fueras una ermita!a... a tu edad nuestra generacin era de otra forma, nos reuníamos en alguna terracita, fumábamos un poquito en el parque... en fin, más un t a t, no como ahora, que estáis todo el día cara a la pantalla de esos ordenadores... y bueno lo tuyo con E&B2A, vamos, eso era ciencia ficcin... vamos porque trabajo aquí, que sino no lo creería. 81nde vamos a llegar: (sentenci 4eresa con los ojos alzados y un suspiro) #aca se sirvi el café y la dej decir el mismo discurso desfasado que de vez en cuando le soltaba con respecto a aquello de los ordenadores y su falta de relaciones interhumanas. Era 4eresa, y no podía discutir ni enfadarse con ella, así que la escuch risue!a como era su costumbre

M: /ueno, por suerte para las dos, e6iste la máquina de los cafés y en cuanto a lo de relacionarme con gente, teniéndote a ti me basta. Así que venga, ponme al día, que sabes que nunca me entero de nada... (la anim a soltar los cotilleos #aca sentándose a su lado) T: 8Ah: %pero qué soy yo, la cotillona de la empresa' (se hizo la ofendida 4eresa) M: "y por dios... ni de broma (lo desminti poniendo cara de circunstancia #aca y poniéndose seria a!adi) -ero ya sabes que de los demás no me fío, ya sabes que la gente es de poner una cara por delante y despotricar por detrás, no cmo t 4eresita... por eso me gusta que me cuentes t las cosas que pasan, que eres más objetiva... 7on aquel soberano embuste, a 4eresa pareci desaflojársele hasta el elastiquillo de la faja, pues sonri y empez a soltar cotilleos por doquier sobre los chicos, las chicas, y hasta sobre la mujer de la limpieza. -ara #aca era lo más parecido a ver el programa de cotilleos y del corazn que echaban en la televisin a mitad de tarde, slo que conocía a sus protagonistas y eso lo hacía más interesante. Cuemada la seccin rosa, empezaron temas más escabrosos como los enredos y disputas de trabajo, así se enter de que ;ilches había mandado a la mierda a 9avier hacía un par de días cuando éste le había negado unas claves de acceso, aquello había traído cola, porque ;ilches había tratado de hacKear el -7 de 9avier que por supuesto contraatac, y terminaron jodiendo ambos un -7 secundario que empleaban de servidor

M: &a madre que los pari... jajajaja... más tontos no nacen (#aca estall en risas, se los imaginaba como chavales en plena competicin, y si algo lamentaba, era no haberse enterado para verlo en directo) %< cmo están ahora' T: -ues cmo van a estar, a la gre!a. Esther se enter y les ha quitado acceso a los dos... (dijo 4eresa sin más) M: %Esther' %7uándo' (#aca se sorprendi) T: -ues si hoy es viernes... el miércoles, no... espera, el miércoles pas lo del -7 y el jueves a la ma!ana ninguno de los dos tenía acceso (a!adi los detalles 4eresa recordando los acontecimientos) M: -ero si Esther no vino ayer... (se e6tra! #aca que ya no podía disimular su intriga)


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T: Ah, %pero es que no lo sabes' M: %El qué' (pregunt #aca) T: Esther ha estado trabajando aquí por las noches, por lo visto durante el día se la pasa resolviendo asuntos de aquí para allá, y las noches viene aquí al laboratorio... lo sé porque me lo dijo Antonio el de seguridad (4eresa se ruboriz)... el muy tonto me está echando los trastos... jiji... (se ri vergonzosamente por el tonteo que se traía con el guardia de seguridad) A #aca se le descompuso el cuerpo. *adie le había informado de que Esther estaba trabajando directamente en el proyecto y menos en sus laboratorios. 2in esperar a que 4eresa terminara, se levant de la mesa y sali en direccin al ascensor. #ientras descendía por el edificio, se dio cuenta de que había estado tan entretenida con el trabajo de indagacin que le había encomendado a E&B2A, que esa semana apenas había pisado el laboratorio un par de veces. Al llegar a la planta baja nada parecía distinto, los técnicos de siempre estaban donde debían estar, nada parecía fuera de lugar, ni se había habilitado ningn cambio a simple vista. 1e pronto tuvo una corazonada, apresur el paso y lleg a su sala privada. -uls los dígitos de control y los sell con la lectura de su huella dactilar, pronto obtuvo sus respuestas +7digo de acceso restringido (anunci la máquina de control) #aca sabía que no podía ser un error, ella misma había dise!ado el sistema. 2in embargo, volvi a repetir el proceso por si acaso, y el mismo mensaje apareci en la pantalla electrnica. 8*o tenía acceso:

M: =ija de puta... Esther aparc el coche en el garaje ya desierto del edificio. Apag el motor y se tom unos instantes para reponerse. Aquella semana estaba siendo de locos, se encontraba rota física y anímicamente, había tenido que acudir al juzgado, recurrir a gentes a las que una vez se prometi no volver a llamar, había reforzado el cerco de seguridad respecto a #aca y había tenido que ponerse al día en competencias que ya tenía olvidadas para poder trabajar con el láser... deseaba con todas sus fuerzas que aquella semana tuviera fin, y pronto así sería. 7ogi del asiento del copiloto la comida del #c 1onaldVs que había recogido en el servicar antes de ir a la oficina, luego se encamin hacia el ascensor. #ientras subía aprovech para desentumecer el cuello y los hombros, al abrirse la puerta el guardia de seguridad la esperaba

$ntonio: /uenas noches, se!orita Iarcía (le salud él) E: /uenas noches Antonio, %qué tal ha estado el día' %alguna novedad' (le pregunt ella) $ntonio: *inguna, todo en orden (le dijo él y desvi la mirada porque le ponía nervioso mirarla de frente) Esther se hubiera dado cuenta de aquel detalle, sino hubiera sido porque estaba tan cansada y deseaba con todas sus fuerzas que aquel viernes terminara, que apenas lo mir. 5irm la hoja de registro y deposit sus huellas. &uego descendi por una peque!a escalera en direccin al laboratorio tras despedirse de Antonio


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Encendi las luces de la planta, a cualquier otra persona estar a solas allí quizá le hubiera asustado, pero ella parecía en su salsa. &e gustaba el silencio, la mantenía alerta y despejada, la gente a su alrededor por el contrario la contrariaba y ponía nerviosa. 2in lugar a dudas, aquel momento del día era el mejor de todos. &leg a la puerta deseada, marc el cdigo de acceso y deposit su huella, en unos segundos el piloto verde que le daba paso se encendi y la puerta se abri. &as luces se fueron encendiendo paulatinamente, Esther aprovech para desprenderse del abrigo y dejar la bolsa con comida en una de las sillas, no esperaba a nadie y al girarse y encontrársela de golpe actu por instinto #aca no se lo esperaba, había querido pillarla in fraganti para montar en clera a gusto, y se encontr de pronto apuntada por el ca!n de una pistola. Esther la había desenfundado tan rápido que ni siquiera supo de dnde la había sacado, perpleja se qued clavada en la silla

E: 9oderrrrrr... (maldijo Esther al darse cuenta de quien era) %2é puede saber que hacías aquí a oscuras' %Estás loca o qué' Esther se había dado un susto de muerte, no por encontrarse a una desconocida allí, estaba preparada para el ataque, sino porque pensar en lo que podía haber sucedido si hubiera disparado casi le produjo un ataque cardíaco

M: %
M: 8*o te me acerques: (le grit #aca cuando vio que Esther se dirigía hacia ella) Esther se detuvo un instante, pero luego retom el paso a pesar de la negativa de #aca. 2e dirigi al escritorio y sirvi un vaso de agua, luego se lo tendi a #aca

E: Anda bebe un poco, te vendrá bien (le dijo Esther) #aca estuvo a punto de echárselo en la cara, pero se vio apurándolo con un temblor en las manos. &uego se dio cuenta de que a medida que bebía se iba tranquilizando

E: %#ás tranquila' (le pregunt Esther suavizando la voz) M: 87asi me matas: (victimiz #aca la situacin) E: *o seas histérica, ni siquiera había quitado el seguro (le contest Esther dejando de concentrarse en ella para encender los ordenadores) M: Aun no me puedo creer que me hayas apuntado con una pistola... %cmo es que llevas una pistola' (pregunt finalmente #aca que ya se había puesto en pie) E: Eso no es asunto tuyo... 4odavía no me has contestado, %qué hacías aquí a oscuras' (le pregunt sin mirarla Esther)


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M: &a que hace las preguntas soy yo, %por qué me has restringido el acceso a mi propio laboratorio' 8< deja ya de toquetear mis ordenadores, joder: (le dijo #aca al tiempo que tiraba de uno de los brazos de Esther y se ponía entre medio de aquella mujer y la mesa de control) Esther se la qued mirando aparentemente sin perturbarse por la reaccin de la joven. 2abía que estaba enfadada, ella sin duda lo estaría, lo peor de todo era que an no conocía todas las novedades #aca había pasado tan rápido de la furia al sobresalto, del sobresalto al miedo, del miedo a la indignacin, y de la indignacin de nuevo a la furia, que el corazn le latía desbocado en mitad del pecho. #ir a Esther de frente, ésta no apart la mirada y se la mantuvo intensamente, #aca se dio cuenta de que la tranquilidad e imponencia de aquella mujer la ponía más nerviosa todavía. Entonces fue cuando Esther, contra lo que ella había esperado, en lugar de apartarse se le acerc más. #aca se qued petrificada al sentir el cuerpo de Esther contra el suyo, ni siquiera se atrevi a pesta!ear Esther la abraz. #aca no supo como reaccionar ante aquello, al principio not como cada msculo se le tensaba rígido como un bloque, pero Esther no la solt, sino todo lo contrario, afianz su abrazo entorno a ella y sin darse cuenta #aca empez a aflojar. Esther le acarici la espalda, #aca se rindi... la seguridad que le brindaba aquella mujer, termin por minar sus nervios, y sinti que todos sus temores empezaban a resucitar. "n conocido nudo en la garganta la atragant

E: 2iento haberte asustado, perdona (le dijo Esther en un susurro) #aca se contuvo para no llorar, no entendía a aquella mujer. &a odiaba, pero... pero no podía odiarla. Era tan fría y de repente la sorprendía con aquel abrazo... %cmo podía ser tan empática' *o, no la entendía. -ero se dej acunar por sus brazos, porque an le temblaban las piernas -oco después Esther la liber con suavidad. #aca mir al suelo, le daba vergSenza mirarla a la cara después de aquel acto de debilidad que no sabía cmo justificar entre las dos. -or suerte, Esther no se la qued mirando a la espera de avergonzarla o intimidarla con sus ojos inquisidores, sino que se sent en una de las sillas frente a los monitores y sin apartar la vista de ellos le brind a #aca la posibilidad de cambiar de tema

E: Cuiero que veas algo... (empez a decirle Esther) #e hubiera gustado hablar contigo antes, pero he tenido una semana de locos... y slo me ha sido posible trabajar en esto de noche. Además sabía que te opondrías de habértelo propuesto abiertamente y la verdad es que no tenemos tiempo #aca iba a decir algo, pero Esther gir su pantalla de ordenador y los datos captaron toda la atencin de #aca que empez a repasar lo que se le ense!aba

E: 7ambié la clave de acceso porque no me fío de nadie, y sabía que t eras la nica capaz de burlarla, a fin de cuentas eres la dise!adora del sistema... (sigui hablando Esther mientras observaba las reacciones de la joven) *o pretendía dejarte fuera de tu laboratorio, sabía que entrarías con facilidad


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#aca hizo como que no la escuchaba, pero comprendi cada una de sus palabras y tach mentalmente aquel enfado sustituyéndolo por un malentendido de su lista de +contras

M: %=as hecho t esto' (le pregunt #aca de pronto) E: Así es... an no sé si puede funcionar, para eso te necesito a ti (le contest Esther) #aca pareci meditar sobre los datos y cambios realizados sobre el boceto original. 0ealmente estaba sorprendida de que Esther hubiera sido la artífice de aquellos cambios

M: /ueno, tendríamos que cambiar de cristal y ajustar de nuevo el disparo, pero es posible que funcione. %7mo has calculado estas cifras' (quiso saber #aca ya metida en el trabajo) E: /ueno, empleé la escala de 2human y la ecuacin de 4arin and 5orest, luego hice una comparativa con los resultados obtenidos por el láser anterior, y ajusté los parámetros. An falta comprobarlos en pruebas, pero pueden ser una guía para equilibrarlo (le dijo Esther) #aca empez a teclear algunas cosas introduciendo parámetros en el ordenador. Esther aprovech para observarla y no pudo evitar pensar que era realmente hermosa, enfurecida o tranquila, con miedo o concentrada... #aca le parecía hermosa, y empezaba a comprender que ese sentimiento era una de las razones que le habían hecho confeccionar aquel montaje El guardia de seguridad fue el nico capaz de romper el estado frenético en que ambas se vieron envueltas ensimismadas en el trabajo

M: %Cuién era' (pregunt #aca desde debajo del catalizador, pues se había puesto a ajustar los nuevos parámetros) E: Era Antonio, para notificar el cambio de turno (dijo Esther estirando todo el cuerpo ahora que #aca no la veía. Estaba rota, pero no había querido romper el ritmo de ideas de #aca y no había dado se!ales de cansancio para no estorbarla) M: %El cambio de turno' (pregunt #aca con un ligero esfuerzo en la voz, seguramente estaba apretando algo allí abajo) E: 2í, son las siete y media, le toca entrar a 9uan, el otro jefe de seguridad (le contest Esther) #aca se asom por debajo de la máquina y mir a Esther desde el suelo

M: %&as siete y media, ya' (pregunt asombrada) Esther sonri y asinti con la cabeza, luego se recost sobre el banco que tenía cerca, pues no podía más. #aca la observ, de pronto ella también podía notar el cansancio en su cuerpo

M: /ueno, termino y nos vamos (le dijo) E: 7uando quieras (le confirm Esther y vio como #aca se volvía a meter bajo el catalizador)


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#edia hora más tarde Esther y #aca salieron del edificio cada una en sus respectivos vehículos. Esther había insistido en llevarla a casa en coche, pero #aca le había asegurado que estaba bien para conducir y que no hacía falta. Ahora conducía a una distancia prudencial tras ella, viéndola serpentear vehículos con agilidad. Al verla entrar por la puerta de su casa, par el motor y cogi el mvil

E: &aura, ya está en casa (inform de la situacin a su compa!era, ya que aquella noche la había llamado para que descansara dado que #aca estaba con ella) L: ;ale, en quince minutos estoy allí (le asegur) E: 4e espero (contest Esther y tras colgar el teléfono se recost en el asiento a esperar) &e dolía todo el cuerpo, pero la tensin de la semana había merecido la pena slo por haber pasado aquellas horas de armonía con #aca #aca se despert cerca de las cuatro de la tarde, se duch y comi algo mientras veía la televisin. A mitad de película Eva la interrumpi

Eva: %4e despierto' (fue la introduccin de Eva) M: %A las cinco y media de la tarde' 8*i de co!a: (le contest #aca risue!a) Eva:
M: 8Ienial... otra vez estoy de farol: 8#e cago en la puta:... 8Eva, esta me la pagas, vamos que si me la pagas: (se dijo para sí #aca mientras se acercaba a saludar) M: =ola... (salud #aca a modo general) !ea: /ueno creo ya os conocéis... (dijo /ea mientras Uate se levantaba a saludar) Kate: -recipitadamente pero si, hola soy Uate (le dijo la morena dándole dos besos) M: #aca, encantada (le contest ella)


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#aca salud acto seguido a /ea y por ltimo se qued frente a Esther sin saber muy bien cmo tratarla. Esther también se sinti torpe teniendo que socializar con ella fuera del ámbito laboral, finalmente se dieron dos besos y se sentaron con las demás a la mesa El camarero acudi rápido para tomar pedido a Eva y a ella que eran las nicas que no estaban todavía tomando nada. Eva mir el vaso de Esther y pidi un refresco para ir acorde, #aca en cambio pidi un cubata... ser la carabina de aquellas cuatro, no iba a ser moco de pavo, y decidi que mejor sería que la pillara con algo de alcohol en el cuerpo. Esther la mir pasarse la mano por el cabello en aquel gesto que ya había hecho tan suyo, estaba relajada pero parecía algo incmoda, lo cual le confirm que para ella también había sido una encerrona. 7uando Uate le había propuesto salir a tomar café para presentarle a /ea, no imagin que la tarde acabaría sentándola a la mesa junto a Eva y a #aca -ara sorpresa de #aca, la tertulia entre aquellas mujeres transcurri amena y en muchos momentos inmensamente divertida. Uate era una persona fresca y muy abierta que en realidad no temía decir todo aquello que se le pasaba por la cabeza, sus anécdotas e historias, eran dignas de relato, y su naturalidad consigui que el ambiente entre todas fuera distendido y participativo. #aca conect rápidamente con ella, y ambas monitorizaron gran parte de las conversaciones mientras Eva se mantenía atenta a Esther tratando de mostrarse de acuerdo cada vez que hacía una intervencin. 7uando lleg la tercera ronda, #aca ya se había olvidado por completo de que sin duda debía ser el +farolillo de aquella velada entre parejas, gratamente sorprendida de lo fácil que era hablar con Esther y con Uate, se vio debatiendo temas de todo tipo, mientras descubría el humor irnico que Esther guardaba bajo aquella aparente seriedad. Uate tenía anécdotas de ellas dos por doquier, las cuales terminaron por confirmar el lesbianismo de las dos

Kate: 2e escondieron en un ba!o. &a tía llevaba detrás de ésta, pues yo que sé... un huevo (decía Uate refiriéndose a Esther) 4otal que cojo yo, y le digo a una guardia de seguridad del centro comercial que en el ba!o de chicas, una a debido de meter al novio y que se estaban dando el lote. /ueno, teníais que haber visto a la segurata enfilar el pasillo. Entramos en el ba!o y le se!alo el habitáculo, donde estaba Esther con la tipa esta, y me veo a la de seguridad aporrear la puerta... jajaja... M: %*L'... jajaja... (#aca no daba crédito imaginándose la putada que Uate le había hecho a su amiga) Eva no tenía tan claro si reír o prepararse para sentir un ataque de celos temiendo detalles sobre la escena. /ea sonreía por la travesura de Uate

E: Lh, sí... (confirm Esther) Kate: #ira, me veo a Esther abriendo la puerta seria, vamos... como es su costumbre... jajaja... y a su espalda a la tía recolocándose la blusa y con un subidn en la cara que no era normal... &a de seguridad blanca... jajaja... ni de co!a se esperaba un par de tías metiéndose mano en los lavabos.

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E: 1esde luego, te pasaste un huevo... jajaja... (intervino Esther) Kate: &a tía era patética, lo que te hice fue un favor... jaja... (se justific Uate) E: /ueno sí, pero también el calentn de ovarios nos lo mamamos nosotras dos, hija puta... que nos cortastes el rollo que no veas... jajaja (le reproch Esther dejando a cuadros a Eva y a #aca más muerta de risa todavía tras comprobar que Esther era una mujer de carne y hueso, y no ese bloque hermético que calzaba y vestía) Kate: /ueno, %otra ronda' (pregunt Uate) 4odas aceptaron. 7omo el camarero era lento, Esther y Uate decidieron ir a traérselo directamente de la barra, /ea, Eva y #aca se quedaron comentando en la mesa

!ea: %Cué os parece' (les pregunt /ea con una sonrisa inmensa) M: 8Es la ca!a: *o solo está como un queso sino que encima es lista, divertida y se ve buena gente (sentenci #aca refiriéndose a Uate) Eva: %7mo un queso' %desde cuándo entiendes t de esas cosas' (le pregunt Eva un tanto mosca por ver a #aca tan suelta) M: Ay Evita, pues desde siempre... digo yo que será lo mismo que con un tío, Uate está buena, hay que estar ciega para no darse cuenta (le contest #aca sin darle mucha bola) < a ti se te cae la baba con ella... (a!adi mirando a /ea) hacéis una pareja que te cagas, /ea !ea: 8#e encanta: 7reo que se me nota mogolln, pero es que me da igual porque es que no puedo esconderlo y paso de andar con jueguecitos de hacerme la dura para que no piense que me tiene hasta las trancas. -orque la realidad es que me tiene pillada por donde quiera (les confes /ea) M:
Eva: Es normal que tengas miedo, pero esas cosas no le pasan a todo el mundo y cuando llegan hay que vivirlas y dejarse llevar. #ira yo, a!os perdidos con el telescopio apuntando hacia objetivos equivocados, y llega Esther y se me abre un campo multicolor de golpe. %Ls habéis dado cuenta de lo buena que está' (cambi de tercio Eva) M: 2í hija sí... t dale erre que erre. -or 1ios, que de golpe te has hecho más bollo que todas las bollo juntas (le salt #aca poniendo los ojos en blancos de ver que la cancin volvía a ser la misma) !ea: 9ajaja... (se ri /ea)


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M: *o tía, es que está a todas horas con el mismo tema. ;amos, que no pierde las bragas cuando la ve por los pasillos, porque lleva encima los vaqueros que sino... (le cont #aca a /ea) Eva: 8Bdiota: (le dijo Eva dándole una colleja, pero riéndose en el fondo) &o que pasa es que tengo que aprovechar el tiempo perdido, y ya que he visto la luz, paso de ir de disimulos... vamos, como ha dicho /ea, de perdidos al río, si se da cuenta pues mejor a ver si me mete también en un ba!o pblico y me magrea un poco (solt de pronto y del tirn Eva) !ea: 9ajajajajaj... desde luego, vas lanzada eh (le solt /ea) M: 9ajaja... buenoooooo... y salida, no si al final voy a tener que dejar de cambiarme delante tuyo... jajaja... (a!adi #aca) Eva: "fff... me imagino a Esther quitándose la ropa y me da taquicardia... (sigui en su ensue!o Eva sin echar cuenta) M: 9ajaja... ves /ea, está monotemática. Ella coge de las conversaciones lo que le viene en gana y se monta su propia película lesbiH6H6H6... y a las demás que nos den (le coment #aca a /ea) !ea: 9ajaj... ya me estoy dando cuenta, ya (corrobor /ea) < las tres se echaron unas risas, mientras Eva seguía desvariando por los nuevos datos sobre una Esther fogosa y atrevida que a simple vista no había vislumbrado, y /ea y #aca se mofaban de lo colgada que estaba de Esther y los disparates que decía El fin de semana pas más rápido de lo que Esther hubiera querido. *ecesitaba tiempo para descansar pero sobretodo para pensar en qué posibilidades tenían de salir de aquel entuerto. El encuentro con #aca, por otro lado, no había facilitado en nada aquella tensin que hacía unos días iba detectando en su cuerpo y lo peor es que podía sentir como su claridad mental, parca y práctica, se aletargaba si la tenía cerca. &a decisin de no decirle a #aca que estaba fuera del proyecto era prueba de ello, Esther se había convencido a si misma de que era lo mejor para la situacin, puesto que tener a #aca en contra slo podía ocasionar problemas en su propio perjuicio, sin embargo después de haber pasado la noche trabajando a su lado y verla al día siguiente reír frente a ella, le hizo pensar que en aquella decisin habían jugado otros factores más allá de la razn. Aquello la inquietaba, pero le parecía una pérdida de tiempo profundizar en aquel callejn sin salida. #aca le gustaba, lo sabía, pero aquello no influiría en la realidad ni cambiaría la situacin entre ambas, simplemente disfrutaría de su compa!ía mientras hacía aquel trabajo que quizás nunca debi aceptar Esther mir el reloj, era la hora. 2ali del coche y se qued parada unos segundos frente aquel edificio. 4om aire, hacía a!os que no entraba en él y podía sentir como la espalda se le ponía firme por instinto. 2e neg a dejar que la influyera, cruz la calle y entr en el recinto. 1os soldados armados la recepcionaron, pas por el detector de metales y antes de que fuera cacheada, alguien por el auricular de la oreja de uno de ellos les debi decir que le dieran paso sin más.
preguntará, y tú no tienes que decir nada. 0o eres como el resto de :ellas;, tu forma de vida es ejemplar, intachable, y as debe seguir siendo;


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"sther lo mir! de frente, de nia haba aprendido muy pronto que apartar la mirada significaba miedo, debilidad o mentira, y que cualquiera de esas cosas conllevaba dolor fsico o psquico E: 5e

agrade*co que intercedas por m, pero no es necesario. /a decisi!n está tomada, y nada tiene que ver con mis relaciones personales. 0o volver' a mediar en la destrucci!n de una vida (le contest! "sther serena, ya no tema las consecuencias, en realidad lo sucedido haba sido su pasaporte definitivo+ General: $"s tu decisi!n& (le pregunt! 'l+ E: /o es (le asegur!+ General: /o acepto (le dijo tras un momento de silencio+ in embargo sabes que salir del cuerpo no depende de ti, ni de m... (quiso recordarle 'l+ E:
marcharse )omandante (le dio permiso+ E: )on su permiso, 6eneral (le contest! ella y al encontrarse en la puerta se gir! solo unos segundos para mirarlo. /a imagen de su padre inquebrantable de pronto se le antoj! la de un hombre mayor y cansado que vea en el hori*onte de su ventana como la vida se le escapaba+ =l se gir! solo un momento y le devolvi! la mirada. "lla le sonri!, 'l asinti!. /uego la puerta se cerr! dejando un vaco entre los dos insondable Ahora estaba allí, frente a la misma puerta y sin embargo, era tan distinta. 1e pronto la voz de la secretaria le anunci que podía pasar, Esther asinti y llam

&eneral: 8Entre: (su voz era mucho más grave, pero tan autoritaria y firme como la de ella. Entr) Esther esper en el quicio de la puerta, él se levant nada más verla y pens que estaba radiante. 5ren el impulso por ir a abrazarla, en su lugar le pidi que tomara asiento para tenerla mXs cerca

&eneral: #e alegro de verte, aunque sea en estas circunstancias (le dijo él sinceramente) E:

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disciplina, y el que no se comportara como una civil, tras meditarlo, le enorgulleci y dio esperanza

&eneral: &o sé, pero es algo que no podemos decidir (determin él y la mir directamente a los ojos) 2abía que su hija no estaba de acuerdo con él en aquel punto, pero ella no dijo nada. 4ras valorar su actitud, decidi seguir

&eneral: Esther, %a qué has venido' (le pregunt él directamente, no quería rodeos, con ella no, no esta vez) E: &es adjunté un dossier del caso, %no lo han recibido' (se e6tra! Esther de aquella pregunta, pensaba que estaba clara la razn de concertar aquella cita) 2u padre la mir apoyado en el respaldo de su silla, se inclin hacia delante sin dejar de mirarla y apoy los brazos sobre el escritorio

&eneral: 2í, lo recibí, por eso te lo pregunto sin rodeos... %a qué has venido' (le volvi a decir él) A Esther aquella franqueza la incomod. 2e esperaba que él no la tratara como a una oficial, pero aquel trato personal la descuadraba sobremanera

E: Es sobre el caso que estoy llevando, me gustaría llegar a un acuerdo que no conllevara la integracin del investigador al plan de reclutamiento, sino simplemente toda la documentacin del proyecto. &os cederíamos completamente, a cambio de que no se incorporaran recursos humanos civiles dado que no lo vemos necesarios para que se pueda llevar a cabo (e6puso su peticin Esther) Tl continu mirando, luego volvi a dejarse caer en el respaldo de la silla

&eneral: %7mo se llama' (le pregunt) E: %Cuién' (le pregunt ella sin entender) &eneral: %Ella' (le pregunt su padre, y Esther tens la mandíbula, la estaba mal interpretando) E: -erdone, pero no le entiendo (se puso a la defensiva) &eneral: 4engo entendido que el investigador al que haces referencia es una mujer, una futura promesa por lo que ha llegado a mis oídos, y dado que nunca me has pedido que interceda en ninguno de tus casos, he de suponer que hay algo más que un motivo profesional que te lleve a estar delante de mí ahora (le aclar él sin tapujos, aunque no le estaba reprochando nada) E: -ues se equivoca completamente. &a nica razn personal que me mueve a estar aquí, es que la directora de la empresa involucrada es 7ruz (se vio ine6plicablemente obligada a aclarar Esther) &eneral: %7ruz' (su padre pareci sorprendido al escuchar aquello. Esther asinti) %7mo está' E: "n poco angustiada por los acontecimientos, como suele pasar en este tipo de casos. #e llam porque no sabía a quien acudir (le cont Esther bajando la guardia sin pretenderlo) &eneral: -ues hizo bien, acudi a la mejor (le dijo de pronto él, dulcificando su tono)


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Esther no supo que decir salvo...

E: Iracias 2u padre se levant de la silla, Esther lo sigui con la mirada mientras lo veía mirar al horizonte de su ventanal

&eneral: &o que voy a decirte nunca saldrá de aquí (le dijo de pronto. Esther se tens en la silla, luego asinti para que supiera que así sería) 1esde junio del a!o pasado la *acin ha entrado en periodo de alerta má6ima, distintos países han puesto su punto de mira en la debilidad de nuestra defensa y cuestiones políticas han hecho que se nos considere un objetivo asequible y productivamente rentable. &os acuerdos de pariedad dentro de la "nin Europea están siendo sutilmente discriminados, y no son pocos los que empiezan a mostrar cartas que dejen patente su fuerza como Estado E: %En qué afecta a mi caso' (pregunt directamente Esther, aunque sabía que lo que le iba a decir no le sería favorable) &eneral: *ecesitamos ese proyecto (le contest su padre) E: &o tendrán, es lo que les estoy cediendo (le asegur ella con rotundidad) 2u padre se acerc más a ella, y se sent en el escritorio

&eneral: &a quieren a ella (le aclar más su padre) A Esther un sudor frío empez a invadirla

&eneral: El proyecto sin ella no tiene sentido. &a han estado investigando desde hace un a!o, y todo lo que han visto de ella apunta a una mente con clarividencia en asuntos de seguridad y de combate natos. Están convencidos en que sus investigaciones bien encaminadas, marcaran una diferencia de cara al panorama internacional (su padre se detuvo unos segundos, esperando ver en ella la comprensin que slo alguien que había estado +dentro podría vislumbrar en todo aquello, sin embargo Esther estaba fría) Estamos hablando de volver a situarnos a la cabeza en investigacin militar de alto rendimiento. &o que trato de decirte es que... E: *o puedes ayudarme (termin Esther la frase por él, y se puso de un salto de pie) Iracias por la informacin, le aseguro que esta conversacin jamás ha tenido lugar &eneral: Esther... (la detuvo su padre al llamarla, pues ella ya se había dado la vuelta en direccin a la salida. Tl esper que ella se girara a mirarlo, pero no lo hizo y quizá fuera mejor así) 2i te importa, prepárala para que la transicin sea lo menos traumática posible... no hagas ninguna locura Esther lo escuch y quiso girarse para agradecerle que quebrantara el cdigo por ella, por ayudarla, sin embargo la presin que sentía en el pecho hizo que apresurara su paso hacia la salida Eva atraves el pasillo en direccin a la sala comn. A pesar de ser más de las once de la ma!ana, no pudo contener un par de bostezos mientras alcanzaba su taza de café. Esper pacientemente su dosis descafeinada, luego se dej caer en uno de los taburetes. &e dolía la cabeza, el fin de semana se lo había pasado haciendo guardia en el bar de


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ambiente a la espera de toparse con Esther, y con la espera habían llegado las copas, los bailes, y sin comérselo ni beberlo, unas +salidas de madre que la habían conducido a tener un par de escarceos sin importancia con un par de chicas. *i ella se reconocía, de una latente inapetencia había pasado a la gula más absoluta, pues todo su +yo le pedía entrar en un estado de accin incontrolado 0evis el reloj de la pared, le parecía raro que #aca no estuviera ya por allí, era su hora. 1ecidi ir a buscarla sin atreverse a soltar su taza de café, pronto E&B2A le comunic que #aca estaba en los laboratorios. A pesar de que la sorprendi, Eva no estaba para contestar interrogantes, se encamin de nuevo al ascensor tomando peque!os sorbos de su bebida caliente, pues la hacía sentir un poco más humana. 4ras pasar los controles de seguridad, entr en el laboratorio. -or fin la vio

M: %Cuién' (pregunt #aca por el interfono de la sala cuando escuch el timbre) Eva: 2oy yo, ábreme... (le pidi Eva tras intentar varias veces introducir su cdigo, pero le daba error) #aca vio en la videocámara que era Eva y abri

Eva: Estoy peor de lo que pensaba, te puedes creer qué no me acuerdo del cdigo de seguridad... un poco más y hago saltar la alarma metiendo tantos intentos (comentaba Eva mientras se acercaba a la mesa de mandos donde #aca iba y venía) M: *o lo has olvidado, Esther lo cambi... (le contest #aca sin mirarla pues estaba demasiado ocupada) Eva: %Esther'... (se e6tra! Eva) %-or qué' M: 2eguridad supongo... (dijo sin más #aca) 7uando yo te diga, redirecciona el calibrador Eva iba a protestar, pero #aca ya se dirigía hacia el prototipo. &a vio accionar los cdigos, y tantear algunos cables del panel de control, luego le dio la se!al

M:
M: Ltra vez (le pidi #aca y Eva volvi a hacer lo que su amiga le pedía) Eva: %-ara qué es esto' %no lo tenías ya calibrado' (le pregunt Eva tras ver que #aca maldecía tras la lectura del segundo resultado) M: 2í, lo tenía, pero hemos modificado la cantidad de carga... Eva: Espera, %hemos' (la interrumpi Eva) M: 2í, Esther lleva una semana trabajando en esto, por eso no la veíamos por la oficina, se venía de noche a trabajar al laboratorio. El viernes se lo sonsaqué a 4eresita, así que me planté en el laboratorio de noche y me encontré con que Esther había realizado algunas modificaciones, que segn ella son necesarias para que pasemos la junta evaluativa médica y podamos sacarlo al mercado. #e jode reconocerlo, pero creo que está en lo cierto, así que pasamos la noche trabajando en sus cambios... (dijo #aca)


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Eva: Espera, espera... %os quedasteis el viernes trabajando' %juntas' M: 2í, te lo acabo de decir (contest #aca sin darle importancia) Eva: %4oda la noche, solas' (insisti Eva que parecía más despierta de repente) M: 2í %por' (le pregunt #aca) Eva: 9oderrrr... porque ya me podías haber avisado, y me hubiera apuntado. %-or qué no me has dicho nada hasta ahora' (salt Eva con aquel enco!amiento que a #aca ya la estaba poniendo de los nervios) M: Eva, no empecemos, no empecemos... que estás de un pesado que pa qué. *o te avisé, porque no dio a lugar, y no te lo dije antes, porque no se ha dado la oportunidad... (le contest #aca) Eva: 7o!o que no... el sábado por ejemplo, me lo podías haber comentado (le dijo Eva) M: %7uándo' %Antes, durante o después de que me metieras en la encerrona para que hiciera de antorcha humana entre vosotras cuatro' (le solt la estocada #aca poniéndole cara de autosuficiencia) Eva: ;ale, vale... fue una guarrada, pero no podía presentarme allí sola, hubiera quedado... raro (se justific Eva mientras arrugaba la nariz en un gesto infantil que a #aca siempre le hacía reír) M: 9ajaja... 1e verdad Eva, nunca te había visto así... estás agilipollada completamente, y eso, no puede ser bueno para ligarse a nadie (le dijo #aca dándole unos golpecitos en la espalda) Eva: /ueno, puede que mi radar de ligue esté un poco alborotado ltimamente (dijo Eva en voz más baja, antes distraer a su boca con el café) M: %< eso a qué ha venido' (le pregunt #aca deteniéndose un momento para mirarla con una ceja levantada) Eva: A nada, nada... tonterías mías (dijo Eva a la defensiva) M: Eva... (la mencion #aca, y su mirada ya era insistente) Eva: El sábado estuve en el pub... (solt Eva, que necesitaba desahogarse) M: %Cué pub' (no comprendi en un principio a que se refería, pero entonces Eva la mir con cara de circunstancias y supo que se refería al pub lésbico donde habían ido para encontrarse con Esther el sábado pasado) %*o'::: Eva: 882í:: (reconoci Eva) M: -ero t estás fatal... *o sé, podrías ponerle un detective o mejor, tírate al suelo y engánchate a su pierna para seguirla t personalmente... 8-ero t estás tonta: %L qué' (#aca no daba crédito a sus locuras) Eva: 4ranquila, que me cost unas tres horas y unos siete cubatas darme cuenta de lo patético de todo esto, pero lo capté. &o malo vino después, que de lo patético pasé al estado +pues que se joda y me lié con una... claro que después me arrepentí, me tomé dos cubatas más, me volví a sentir patética, pasé al estado de +a la mierda, que soy libre y entonces me lié otra vez, pero con otra... (solt de pronto Eva) #aca se qued con la boca abierta, aquella no podía ser Eva, su Eva... se sent porque no daba crédito a que Eva fuera la desmadrada de las dos, siempre fue ella la que vagaba haciendo gamberradas o disparates, pero no al revés

Eva: %2abes lo peor de todo' (a!adi Eva) M: 2orpréndeme, total, por un poco mas... (la anim #aca) Eva: Cue mientras me liaba con ellas, me venían flashHbacKs del beso con la otra desconocida que me pill desprevenida en el mismo pub el sábado pasado (a!adi Eva haciendo una mueca) %7mo se come eso' M: *i puta idea (reconoci #aca)


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Eva: -ues eso opino yo... que no tengo ni puta idea de lo que estoy haciendo o sintiendoR y qué no hay 1ios que me lo e6plique... (admiti Eva, y se termin lo que le quedaba de café de un golpe) -ero no importa, porque he decidido que no me va esto de ir babeando por nadie, así que pienso recobrar mi vida, porque creo que me está obsesionando el tema este de que me molen las tías M: %Entonces ya no quieres ser lesbiana' (se ri de ella #aca) Eva: %4 eres tonta' (le contest también con una pregunta Eva, aunque la sonrisa le había vuelto a la cara) M: 9ajaj... yo también te quiero (le dijo #aca dándole un achuchn y besándola en la cabeza) Anda aydame con esto... < volvieron al trabajo, porque les hacía felices a las dos Eras las tres de la tarde, la mayoría de la oficina estaba en su hora de comida y Esther aprovech aquel vaci para aparecer. *o le apetecía nada estar con gente, y determinar que en su oficina nunca la dejarían tranquila, decidi bajar directamente al laboratorio, a fin de cuentas solo ella y #aca tenían acceso a aquella sala, y la joven no solía regresar hasta las cinco, tiempo suficiente para que ella volviera a salir de allí para no toparse con nadie #arc la clave y entr. 7omo esperaba estaba sola, respir y dej sus cosas a un lado. &uego se sent frente a la mesa de control, pronto se dio cuenta de que #aca había estado trabajando en el proyecto... revis los cambios y sonri, aquella chica era muy inteligente, cualidad que Esther admiraba. 0econoci los síntomas, y par de alabar el trabajo de #aca en silencio, no podría sacarla de aquel embrollo si seguía por aquel camino y se oblig a centrarse en las posibilidades 0epas mentalmente la conversacin con su padre aquella ma!ana, tratando de desmenuzar los detalles, las pistas, más posibilidades... cogi un bolígrafo y un folio, y empez a descargar sobre el un torrente de ideas y de posibilidades, poco a poco el papel fue tomando forma de planograma... +Cuieren el láser, pero también les interesa ella... 5rancia, Bnglaterra... conflicto en el tratado de febrero del >??... &egitimidad en la propiedad... *o, saben que es ella... (tach el enlace)... 7aso -alenco, perdieron por multipropiedad... 3FDF incapacidad mental... *o, no funcionaría...+ &a cabeza de Esther se puso de nuevo a funcionar revisando en su banco de memoria casos que le ayudaran a que la audiencia desestimara que #aca quedaba integrada dentro de la apropiacin del proyecto. 2abía que el ejercito jamás manifestaría ante la ley su verdadero interés, que por supuesto iba más allá de demostrar que el láser podía convertirse en un arma de alta tecnología militar y que era necesario el traslado del proyecto a su departamento de investigacin militar en defensa. -ero también sabía que si realmente querían el potencial de #aca al servicio de la defensa nacional, atacarían con fuerza y terminarían consiguiendo un trato, lo había visto muchas veces, les había ayudado a conseguirlo muchas veces...

E: #ierda... mierdaaa... mierdaaa (maldijo en voz alta Esther)


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Vo%: %"n mal día, jefa' (le pregunt de golpe una voz tras ella) Esther la identific, igual que calcul que se encontraba a pocos metros, rápidamente contrajo el papel en su mano, reduciéndolo a una bola mal trecha y aplastada entre sus dedos. &uego se gir

E: Algo así (reconoci Esther esbozando una sonrisa que esper no pareciera muy forzada) M: /ueno, lo bueno de tener un día malo es que siempre pasan, así que... (la trat de animar #aca encogiéndose de hombros y regalándole una sonrisa) E: 2í, claro que sí... (acept Esther y se puso en pie, mientras que aprovechando que #aca desvi la mirada un momento de ella, se metía el papel en el bolsillo trasero del pantaln) %*o has ido a comer con Eva' M: 2í, pero se me ocurri una idea, y he pedido que me envolvieran la comida... (dijo #aca ense!ándole una bolsa con comida japonesa) E: %< te has dejado a Eva sola' (se e6tra! Esther) M: Cue va, estaba con 4eresa, 9avier, ;ilches y algunos más... además, ella ya conoce como soy para estas cosas... (contest #aca mientras depositaba los recipientes de comida sobre la mesa) E: %"na obsesionada con el trabajo' (la pinch Esther cari!osamente, y acto seguido se reprendi por ello pues #aca la mir entornando los ojos con una sonrisa pícara, y pudo notar la reaccin de su cuerpo al instante) M: Así es como me ve, %no'... -ues su presencia aquí, no la deja en muy buen lugar tampoco (le devolvi #aca jugando también con ella. *o sabía cmo, pero su visin sobre Esther estaba cambiando y ya no se ponía tensa nada más verla, sino que más bien le había cogido confianza) E: 2upongo que no (reconoci Esther con una sonrisa) M: %=as comido' (le pregunt #aca) &as tripas de Esther rugieron al destapar #aca el primer recipiente de comida

M: 9ajaj... bueno, parece que eso es un no (se ri #aca de la situacin) Esther para su sorpresa se ruboriz. #aca lo advirti y le hizo gracia, pero no la atorment

M: /ueno, suelo gozar de un maravilloso apetito así que he pedido como para un regimiento, así que vamos a ponernos las botas... anda toma (le dijo #aca dándole unos cubiertos) E: Iracias, la verdad es que me muero de hambre (reconoci Esther sentándose a su lado) M: 2í, eso ha quedado claro hace un momento... jajaj... A mí me pasa constantemente, me mencionan la comida y las tripas me delatan en las peores circunstancias (confes #aca) E: "na vez me pas en mitad de un velatorio... fue lo más horrible que viví, todo el mundo estaba en silencio y los que no, estaban llorando, pero fue sacar el catering y estas de aquí (dijo Esther dándose unos golpecitos en la tripa) soltaron un aullido que crearon un silencio gutural en la sala, casi soy yo la que se muere de la vergSenza, que mal trago M: 9ajaja... (#aca empez a destornillarse de risa)


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E: 4e hace mucha gracia %no' (le dijo Esther entornando los ojos amenazadoramente viendo las ganas con que #aca se reía) M: 9ajaja... es que me estoy dando cuenta de que eres mucho más trasto que yo, lo cual, dado lo estirada que pareces, es de lo más cmico (reconoci #aca entre risas) E: %Así que estirada' 8;aya, vaya: (solt Esther mientras se llevaba un bocado a la boca) M: 4ienes que reconocer que entre la ropa y lo rígida que andas, estirada es lo mínimo (la pinch #aca con resolucin) E: %Cué le pasa a mi ropa' (se escandaliz Esther de aquella referencia a su vestuario) M: Cue eso ya no se lleva, con esos trajes tan planchados y entallados... es como ver salir del ascensor a una ejecutiva de Pall street todos los días (le solt #aca divertida) E: *o, si te parece me pongo una camiseta tama!o familiar de los 0ed =ot 7hili -eppers y unos vaqueros desgastados por donde se me vea un trozo de culo para aparecer en los juzgados (le respondi Esther haciendo referencia al vestuario desgarbado que solía llevar #aca en la oficina) M: /ueno, no estaría mal... aunque no sé si ese uniforme te sentaría igual de se6y (dijo #aca, y enseguida se dio cuenta de que acababa de lanzarle un piropo a aquella mujer, que podría mal interpretarlo) Esther se la qued mirando mientras #aca bebía de su refresco para evitar mirarla o tener que justificar sus palabras, pero para su alivio Esther no dijo nada sobre aquel comentario, aunque al volver la vista hacia su plato sonri para sus adentros El tratado de paz entre Esther y #aca perdur no slo el resto de la semana sino también la siguiente, y para su sorpresa, ambas se dieron cuenta de que les era muy fácil hablar y trabajar juntas a pesar de encontrar puntos de desacuerdo -ara Esther, la forma de ser de #aca era de lo más estimulante, tenía una visin práctica pero nada simplista de las cosas, era alegre cuando se encontraba a gusto, sociable y divertida, y se mostraba natural y cmoda con los defectos de quienes le rodeaban y con los suyos propios, para ella no parecía haber obligaciones simplemente tareas con lgicas e6plicaciones, obedecía ante lo razonable, se rebelaba ante la sin razn y a pesar de parecer afable, era una gladiadora nata. 7uanto más tiempo pasaba con ella, Esther más se daba cuenta de que los detalles que la recubrían calaban por la armadura que entre ambas había impuesto. &e gustaba estar con ella, no slo por su compa!ía, sino porque se daba cuenta que cuando estaba con ella se redescubría a si misma. 4odo lo que había tratado de recuperar tras dejar el ejército sobre quien era, con #aca aparecía sin esfuerzo, y no quería perderlo Aquella ma!ana se encontraron en la sala comn

M: %4e has perdido' (le pregunt #aca con una sonrisa) E: #uy graciosa, anda calla y ponme un café (le dijo Esther arrugando la nariz aunque divertida, pues sabía que #aca la chinchaba porque habían estado debatiendo hacía unos días lo improductivo que podía ser para una empresa una sala como aquella) M: Anda toma, a ver si te despiertas que traes una cara... (le dijo #aca sentándose con ella a la mesa) E: %Cué le pasa a mi cara' (le pregunt Esther)


FD

M: *ada que puedas arreglar a menos que se puedan descumplir a!os... jajaja... (la remat #aca) E: 9a... ja... ja... me parto (le dijo con sorna Esther)... sabía que emplearías mi edad como arma letal, era cuestin de tiempo M: 9aja... no lo hubiera hecho, pero me pareci tan patético tu argumento del otro día, que no he podido resistirme (confes #aca divertida) E:
M: =ay que ver que discriminadoras que sois, %así qué no entro en el bollo solo porque tengo novio'... 8una vergSenza:... jajaja... (se ri #aca) E: 9ajaja... eres tremenda (no pudo más que reírse Esther contagiada por su humor) M: &o sé (resolvi #aca) < ambas se quedaron sonriéndose mutuamente durante unos segundos sin tener nada más que a!adir Era poco más de la una cuando Eva se uni a ellas en el laboratorio

Eva: %7mo vais' (les pregunt nada más entrar) M: #etidas en la mierda (contest #aca ense!ándole las manos llenas de grasa de engranaje) %te apuntas' Eva: Cuitaaaa bichoooo... jaja... (se apart Eva cuando #aca trat de llenarle la cara de grasa con las manos) E: #aca, %el cable verde tengo que empalmarlo al conector de la polea, o al suministro este que pone /' -orque a mí no me llega el cable, %no será el azul' (le pregunt Esther desde debajo de la máquina) M: *o, creo que es el verde (le dijo #aca repasando los planos) E: -ues el verde termina en empalme macho y la polea también... yo creo que va a ser el azul (le dijo Esther) M: %7uál de los dos sale de la caja del fotn de luz' (le pregunt #aca) E: %< dnde veo eso' (le pregunt Esther que a aquellas alturas estaba perdida) M: 7oge esto... (le dijo #aca a Eva pasándole el plano, luego se agach y se meti junto a Esther debajo de la máquina) E: =ola forastera (la salud Esther cuando la vio aparecer a su lado)


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M: =ola (la salud #aca y le devolvi la sonrisa) Eres un poco pato eh, mira que no encontrar la caja de fotones (se burl #aca de ella) E: /ueno, algo tenía que inventarme para que bajaras a pringarte un poco %no' (le dijo Esther divertida) M: 9ajaja... 2í, seguro... anda dame eso (le pidi #aca las pinzas) Esther la observ, #aca estir los brazos y fue tirando de los cables hasta que lleg un punto en que no daban más

M: %Cue ves por ahí' (le pregunt #aca pues no podía verlo a menos que ocupara la posicin de Esther) E: El verde está tenso, el azul no (le dijo Esther) M: *o puede ser... Eva (pidi su colaboracin #aca) Eva: 1ime (le grit Eva para que la oyeran) M: #ira a ver si el dosificador tiene seis u ocho salidas (le pidi #aca) Eva: "n, dos... cuatro... ocho, cuento ocho (le dijo Eva) M: ;ale ocho, pues entonces dos negros, el verde, el amarillo, dos rojos y el azul... a ver, déjame ver una cosa... (le dijo #aca a Esther, y para poder hacer lo que quería apoy la cabeza y medio cuerpo sobre el pecho de Esther) Eva vio como los pies de #aca se escondían debajo completamente de la máquina, lo cual indicaba que se había puesto transversalmente. Esther por su parte dej de respirar en el mismo momento en que aquel acercamiento de la joven la pill desprevenida. #aca sin embargo estir los brazos desde la nueva posicin y manipul la caja de fotones en busca de la e6plicacin

M: ;ale, estaba enganchado... es el verde (dijo #aca y empez a desliar el cable verde que se había doblado dentro de la caja sin percatarse de los estragos que su perfume y la cercanía de su calor corporal causaban en EstherH &o tengo, uy perdona... (se disculp con Esther después de tropezar con su pecho al volver a moverse para regresar a la posicin inicial)... ahora sí que tiene que llegar, toma, empálmalo t que lo tendrás más fácil E: Eh, sí... dame (reaccion Esther que deseaba salir de allí a toda prisa) Estir del cable, alcanz el otro e6tremo y entonces vio el conector hembra, tras terminar de hacer el empalme sali de debajo de la máquina junto a #aca

M: ;es como era el verde, mujer de poca fe (le brome #aca) Esther bebi agua antes de contestar. +%1e verdad no se da cuenta de que me está matando' se pregunt para sí. -ero dado su aspecto alegre y desenfadado, y por como hablaba con Eva, Esther se dio cuenda de que no -or suerte o por desgracia, aquel momento se interrumpi. &lamaron al interfono, Esther atendi la llamada y #aca la escuch dar acceso a alguien

E: %#e disculpáis un momento' (les pidi Esther y acto seguido la vieron encaminarse a la puerta)


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Esther sali a su encuentro en el pasillo, y entonces Eva apret el brazo de #aca con tanta fuerza que aull

M: Auuuuuuuuuu... (se quej #aca) -ero qué... Eva: 8Es ella: (le dijo Eva) M: %Cuién' (la curiosidad mitig el dolor) Eva: &a del pub, la que me bes... (le aclar Eva) #aca mir primero a Eva y luego se concentr en la mujer que hablaba con Esther. Era guapa, bajita, pero tenía una cara muy agradable. +%1e qué se conocerán' se pregunt. Eva pareci leerle el pensamiento

Eva: %7mo es que se conocen' (pregunt Eva) M: *i idea (reconoci #aca, mientras veía como Esther y la desconocía se dirigían a la salida del recinto, seguramente subirían al despacho de Esther) Eva: %*o te parece raro que me la encontrara en el pub y de que ahora esté aquí y conozca a Esther' (le pregunt Eva y de pronto se sobresalt) %*o será otra e6amante de Esther, no' -orque ya me está costando bastante aclararme con lo mío, para que ahora resulte que he besado antes a una e6 de ella que a ella M: 1éjate de paranoias... (se quej molesta #aca de pronto) ;en Eva: %A donde' (le pregunt Eva siguiéndola fuera del laboratorio) M: A averiguarlo, a dnde sino (le dijo #aca) E: %Estás segura' (le pregunt a &aura ya dentro del despacho) *o tendrían que intervenir hasta el día 3D L: *o, no, estoy segura. 4engo pinchada la línea de una e6colega, y será ma!ana. -rimero tienen que recoger la orden y luego vendrán aquí a hacer la primera oferta (le asegur &aura) E: %< que se sabe del recurso' %0ecogiste lo que te pedí' (le pregunt Esther) L: 2í, me lo dio Uate esta ma!ana... (respondi &aura entregándole un sobre) Esther lo abri y empez a leer #aca y Eva salieron del ascensor, y vieron a Esther encerrada en el despacho con la desconocida

Eva: %< ahora que hacemos' (le pregunt Eva) #aca pens unos segundos, hasta que se acord que la sala de juntas tenía acceso al despacho de Esther, la puerta sin duda estaría cerrada desde el e6tremo de su despacho, pero al menos podrían escuchar a través de ella

M: A la sala de reuniones... vamos (le dijo #aca, y Eva la sigui) E: En principio no hay nada perdido, segn esto slo es una entrevista de dialogacin, lo cual significa que no creen tenerlas todas consigo y van a hacer un primer tanteo para ver si pueden convencer a #aca para que se una al equipo sin tener que esperar a la


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resolucin (medit en voz alta Esther y se levant de la silla porque deambular la ayudaba a concentrarse) Eva y #aca se miraron tras escuchar aquello

Eva: %7onvencerte de qué' %de qué equipo están hablando' (le pregunt Eva en voz baja) #aca no le contest, pues no lo sabía, pero a su cabeza volvieron a acudir las escenas de aquel sábado que había poco a poco enterrado en su memoria

L: -ero ella an no lo sabe, si se presentan ma!ana aquí recibirá la informacin como una bomba (dijo la desconocida) E: &o sé, maldito -edro $ilson... le dije que la teníamos que tener informada, pero no, era mejor sacarla del proyecto que decirle la verdad (a!adi Esther maldiciendo el día en que acept encubrir aquella locura) El corazn de #aca empez a bombear con fuerza, su adrenalina crecía a cada palabra. %Cué tenía que saber' < lo que era peor, +%me han sacado de mi proyecto'. &a ira empez a aparecer. Eva no se atrevi ni a preguntar

L: /ueno, supongo que para un padre no debe ser nada fácil comunicarle a su hija que el láser al que se ha dedicado en cuerpo y alma para que pudiera curar casos como los de su madre muerta, está siendo investigado para formar parte del armamento militar (dijo &aura) Eva: %;an a utilizar tu láser como una arma' (se sobresalt Eva y #aca le tap la boca antes de que su voz sonara demasiado alto) A #aca el corazn le iba a mil por hora. %7mo había podido pasar aquello' 2u láser no podía ser utilizado para matar, %o sí' -or su cabeza empezaron a pasar planos, estadísticas digitalizadas de cargas, disparo y enfoque... densidades corporales, entonces se dio cuenta... 8El láser podía matar: &a cabeza empez a darle vueltas. 2e desmay

E: -ero... (Esther abri la puerta tras escuchar un golpe) < entonces la vio en el suelo mientras Eva le daba cachetitos para que espabilara. El corazn le pareci salirse del pecho, se agach y apart a Eva

E: 1éjale aire... (dijo, y a continuacin toc las constantes vitales de #aca. 2e tranquiliz solo era un desvanecimiento) #aca... me oyes, despierta... #aca no tard mucho en reaccionar aunque le costaba focalizar la imagen


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E: &aura aydame a colocarla en el sofá (le pidi Esther) L: Eh, sí claro (dijo ella, tratando de sobreponerse a la imagen de Eva y al calambre que sinti cuando ambas cruzaron las miradas) Entre las dos consiguieron mover a #aca hasta el sofá, Esther pidi a Eva que le acercara un vaso de agua y ella corri a entregárselo. #aca poco a poco empez a recuperarse

E: %7mo te encuentras' (le pregunt Esther tras recoger el vaso que #aca le tendía) M: An no lo sé... (reconoci ella mirándola de forma e6tra!a) E: %Cuieres un poco más de agua' (le ofreci Esther con un tono cálido en la voz) #aca se incorpor hasta quedar sentada a la altura de Esther, aun estaba un poco mareada, pero tras un silencio que pareci eterno concluy que el saber era mejor que la ignorancia así que pregunt...

M: %;an a utilizar mi láser como armamento' (le pregunt #aca mirándola a los ojos, apenas le salía la voz) Esther tembl, había esperado de ella que cuando al fin se enterase montara en clera, que reaccionara rebelde, alzando su protesta, blandiendo su fuerza y convicciones como escudo y espada... había esperado una mirada altiva, justamente furiosa y algn reprocheR para todo aquello estaba preparada, pero no para aquella mirada perdida y descorazonada que presidía el rostro de aquella +ni!a. #aca parecía más peque!a que nunca y ella, tembl como nunca antes lo había hecho, porque quería protegerla y no podía. -or primera vez comprendi al padre de #aca

M: %Esther' (la llam #aca con temor, esperando una respuesta que Esther intuy no quería oír) E: *o es tan sencillo, déjame que te e6plique... (empez a decir Esther sin saber en realidad como decírselo) El temor de #aca aument tras interpretar algo parecido al dolor en los ojos de Esther, y cuando ésta trat de tocarla, reaccion acurrucándose lo má6imo posible contra el e6tremo del sofá. Esther la mir atormentada, luego se puso en pie nerviosa. Cue #aca se apartara de ella era superior a sus fuerzas, respir y trat de serenarse, finalmente habl

E: Ls importaría dejarnos a solas, por favor (le pidi Esther a Eva y &aura) L: 7laro que no (dijo &aura) Eva mir a #aca en busca de algn gesto que le indicara que su amiga quería que se quedara, pero #aca parecía estar ya muy lejos de allí

E: 4engo mucho que aclararle, por favor... (le dijo Esther suplicante viendo que Eva dudaba en salir de la habitacin) Eva: Es más frágil de lo que parece (le advirti Eva esperando que entendiera) E: Ahora lo sé... (le respondi Esther para que se tranquilizara)


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Eva no a!adi nada más, ech un vistazo a #aca, luego a Esther y sali tras los pasos de &aura 7uando la puerta se cerr, el corazn de Esther empez a bombear con violencia, sabía que tenía que tranquilizar a #aca, pero ni siquiera sabía como tranquilizarse a sí misma +1eja de comportarte como una histérica, así no vas a solucionar nada, se dijo para reprenderse y coger temple, pues necesitaba poner distancia entre lo personal y lo profesional. 2in embargo al girarse para encararse a la realidad, la figura de una #aca difuminada le hizo desistir en su intento de poner barreras. 7on cuidado volvi a acercarse a ella, y al sentarse junto a #aca agradeci que no se apartara. Esper, pues no sabía como empezar

M: 7uéntamelo todo (le pidi #aca tras un prolongado silencio) E: %Estás segura que no prefieres hablar primero con tu padre' (le pregunt Esther) M: *o, me quiere demasiado, me sobreprotege demasiado... (dijo lentamente #aca tratando de coger fuerzas para escuchar lo que Esther tendría que decirle)... me mentirá 7oncluy #aca y al hacerlo, se encar a los ojos de Esther que sentada a su lado había estado mirándola en silencio Esther apart la mirada. + Mierda, no me puede estar pasando esto... yo tambi'n deseo sobreprotegerte, yo tambi'n quiero mentirte... no debo quererte, y te quiero... no me puede estar pasando esto, a m no... Esther quiso gritarlo, pero sabía que jamás podría hacerlo, y trat de calmar su furia y su miedo en silencio, aunque aquello la estuviera ahogando

E: El departamento militar de investigacin y tecnología para la seguridad nacional se puso en contacto con la empresa hace unos meses... (empez a decir Esther) M: %7uándo' (la oblig a puntualizar #aca) E: 2eis meses... (reconoci Esther) M: 82eis meses:... (suspir #aca, Esther volvi a mirarla, en su rostro había desconsuelo y supo que por su mente pasaban interrogantes y razones que e6plicaran porqué nadie se lo había dicho en todo ese tiempo) E: El departamento se mostr interesado en el láser que estabas creando y solicit legalmente una supervisin, por lo que la empresa tuvo que cederle un informe del prototipo, en principio es algo rutinario... (trat de e6plicarle Esther sin sobresaltarla) =ace tres meses dieron luz verde a la fase de e6propiacin por riesgo e interés nacional M: %< eso significa' (le solicit #aca que se e6plicara) E: 2ignifica que consideran el proyecto de alto interés militar y que solicitan que se ponga bajo la tutela gubernamental todo lo referente a él (a!adi Esther) M: Es decir, que quieren utilizar el láser como arma %es eso' (#aca necesitaba escucharlo con todas sus letras) E: *o es tan sencillo... (quiso e6plicar Esther pero #aca parecía reponerse) M: 2í es tan sencillo, han visto las estadísticas de disparo, el focalizador de densidades... a alta carga y con una tecnodinámica adecuada, el láser podría detener un corazn humano en un alcance de 3?? metros sin dejar rastro... ni ruidos de bala, ni agujeros, ni sangre... nada. 4an mortal como un ataque cardiaco y sin signos físicos de agresin o dolor (dijo de pronto #aca poniéndose en pie nerviosa)


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Esther se qued con la boca abierta. &a mir aunque slo podía verle la espalda, y sinti miedo... miedo por darse cuenta de la capacidad que podía llegar a tener #aca, miedo porque se daba cuenta de lo que el ejército e inteligencia militar buscaban en ella, miedo porque si llegaban a acceder a #aca, jamás dejarían que saliera de aquella jaula dorada con la que estaba segura la atraerían

M: #e he pasado dos a!os de mi vida tratando de encontrar la tecnología que permitiera borrar ese maldito porcentaje de mortalidad que se llev a mi madre, y al final he creado un arma letal... (dijo #aca pensando en voz alta, mientras su mirada se perdía por el ventanal de la habitacin) %*o es irnico' Esther se puso en pie tras detectar el temblor en la voz de #aca

E: 4 no has creado aun un arma, y no la vas a crear, no si puedo evitarlo... (le dijo Esther mientras le colocaba una mano en el hombro) #aca se sobresalt, pero al girarse y ver la seguridad y la fuerza en la mirada de Esther algo volvi a tranquilizarla

E: El prototipo es un instrumental quirrgico avanzado, y eso es lo que vamos a defender. Ellos no deben saber nunca que t podrías ser capaz de transformarlo en ese arma, %me entiendes' (Esther quiso que comprendiera) M: -ero yo creí que ellos ya sabían que... (se sorprendi #aca de aquellas ltimas palabras de Esther) E: &o sospechan, han detectado el potencial que tiene, pero realmente no conocen su alcance ni como desarrollarlo, al menos de momento... (le dijo Esther) Esto va así, se harán con el proyecto primero y luego querrán el paquete entero... M: %El paquete entero' 8*o te entiendo: (le dijo #aca) E: El paquete entero te incluye a ti, #aca. =an estado investigándote en el ltimo a!o, y saben de tu capacidad... (trat de e6plicarle Esther pero #aca abri los ojos con terror) M: %#e han investigado' %Cué co!o significa que me han investigado' (pregunt #aca con histeria) %#e han pinchado el teléfono' %me han seguido' %me han vigilado' %Eso es lo que significa' E: 2upongo que sí... (dijo Esther suavizando el tono, pues volvía a ver en las reacciones de #aca a aquella pantera furiosa en la que se convertía cuando se sentía acorralada o atacada) M: =ijos de puta, cabrones. -or el culo les voy a meter yo un micro... %Cuien se han creído que son' 8"nos putos mirones y pajeros es lo que son: (estall de pronto #aca furiosa tras percatarse que alguien desconocido había estado observándola íntimamente) A Esther inevitablemente se le vino a la cabeza la fotografía de #aca haciendo el amor, desnuda y sudada... trag saliva, %qué pasaría si #aca llegaba a enterarse de aquello' *o quiso pensarlo

M: 1estruiré el láser... (dijo de pronto #aca) E: *o puedes (le contest Esther a pesar de arriesgarse a que #aca descargara la ira que tenía en los ojos con ella) M: 7laro que puedo, yo lo he creado y yo lo destruiré (le asegur #aca cabezota)


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E: *o, no puedes... el láser es nuestra moneda de cambio (le dijo Esther con rotundidad, y para que la escuchara se asegur de coger el brazo de #aca con fuerza, pues estaba demasiado inquieta) #aca la escuch

M: E6plícamelo (le dijo #aca deteniéndose) E: 2i lo destruyes y el recurso falla a su favor, el pleno podría determinar que es necesaria la integracin del creador en el equipo de desarrollo logístico, o sea a ti (le dijo Esther) M: %Cuieres decir que me obligarían a trabajar para ellos' (pregunt #aca y en su tono había más sobresalto que indignacin) E: 9amás lo llamarán así, pero sí, te obligarían a trabajar para ellos (le contest Esther) M: -ero eso no puede ser, estamos en un país democrático, no pueden obligarme a trabajar para el ejercito... (empez a decir #aca) E: El comité aprobaría un parte de colaboracin temporal en favor de la seguridad nacional que no abarcaría más de seis meses, una vez aprobado, el departamento de investigacin militar pondría ante ti recursos ilimitados, el sue!o de cualquier investigador, te daría acceso a tecnología de alto secreto, y una vez te tuviera acomodada y tranquila encauzaría tu potencial a proyectos de interés militar... lo he visto cientos de veces. *o hay mayor sedal para una mente privilegiada que un mundo que le brinda perspectivas ilimitadas de creacin y desarrollo (le rebati Esther) #aca se qued muda. Esther se arrepinti de haber sido tan cruda

M: %Entonces que hago' (pregunt de pronto #aca) E: *ada, para eso me contratasteis a mí (le contest Esther con resolucin) #aca la mir como si pudiera verla de nuevo por primera vez. %Cuién era aquella mujer, en realidad' *o quería dejar a #aca sola, pero an así hizo caso a Esther y abandon la sala. An no había terminado de cerrar la puerta tras ella, cuando algo le decía que volviera adentro, sin embargo no lo hizo. 1ud, y luego se gir apunto de volver a abrirla

L: *o lo hagas (le dijo con rotundidad aquella voz) Eva se gir y se top de nuevo con aquella mujer. 2u voz era más grave y más dulce de lo que con el ruido del pub recordaba

L: Esther sabe lo que se hace, cuidará de tu amiga, no te preocupes (la quiso tranquilizar &aura) Eva: *o dudo de Esther, pero no se puede decir que se lleven demasiado bien %sabes' (plante sus dudas Eva con una mueca) L: /ueno, pues si empezamos a escuchar ruido de muebles, entramos %no' (dijo de pronto &aura tratando de distender la preocupacin que veía en la cara de Eva) Eva no lo pill, estaba demasiado preocupada para ello. &aura se sinti idiota y trat de no ruborizarse


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L: -erdona, era una estpida broma, lo siento (dijo &aura) Eva: *o, perdona, es que no estoy... #aca es muy importante para mí, eso es todo (lament Eva la incomodidad de la joven) L:
Eva: 8Lye: %Estás bien' (la voz de Eva la volvi a la realidad) L: Eh... sí, sí... (respondi &aura volviendo a enrojecerse) Eva: 4e decía que en la sala comn tenemos café, así no nos tenemos que alejar de aquí (le volvi a decir Eva, pues percibía que no le había escuchado) L: Ienial, mucho mejor (respondi &aura rápidamente) Eva: -or cierto, me llamo Eva... creo que la otra noche no nos presentamos (le dijo de pronto Eva y le tendi la mano) L:
M: -ero segn t me han estado investigando hace tiempo, %no' (le pregunt #aca) E: 2í, un a!o al menos (reconoci Esther incmoda por la parte que le tocaba)


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M: Entonces no tiene sentido, deben saber de sobra que soy la auténtica creadora, sacarme del proyecto ahora es ridículo. *o van a tragarse lo del equipo (le rebati #aca ya más centrada en resolver la situacin que en sentirse asustada por ella) E: &o sé, pero ellos no pueden reconocer en el comité que te han estado investigando desde hace tanto tiempo, el protocolo de seguimiento en estos casos prohíbe e6presamente la invasin de intimidad de civiles salvo pruebas de atentado contra la seguridad nacional, y para ello tienen que demostrarlo y le tendría que ser aprobado un permiso de vigilancia que no han solicitado (le e6plic Esther) M: < t, %cmo sabes eso' (se pregunt #aca) E: Es mi trabajo (contest escuetamente Esther) M: 2í, lo dices mucho... (a!adi #aca mirándola interrogante) Esther le mantuvo la mirada, sospechando que #aca mantenía sus dudas e interrogantes respecto a ella

E: /ueno, lo importante es que ma!ana cuando vengan, t no deberás aparecer en la junta, pues eso demostraría que t tienes una involucracin especial en el proyecto (sigui Esther para quitar la atencin sobre su persona) M: %< si piden que el creador esté presente' (le pregunt #aca cruzándose de brazos) E: Entonces pasaremos al plan / (le dijo Esther) M: %< cuál es el plan /' (quiso saber #aca) Esther la mir unos momentos antes de hablar, pues tenía la sospecha de que lo que le iba a comunicar no le sentaría bien

E: -resentaremos al equipo creador (le dijo Esther esperando no tener que dar demasiados detalles) M: %Cue son' (la inquiri #aca levantando una ceja suspicaz) E: =e hablado con ;ilches, con 9avier y con =éctor, para que consten como creadores del láser (le contest Esther) M: %< yo' (quiso saber #aca) E: 4 padre no quiere que aparezcas en ningn documento ligada al proyecto (le dijo ella) M: -ero ambas sabemos que es del todo ridículo que mi nombre no aparezca y más sabiendo que han estado siguiéndome de cerca (le contest #aca resuelta y volvi a insistir), así que te lo vuelvo a preguntar %qué piensas hacer conmigo' E: 4e he incluido como ingeniera en tecnomecánica (le contest Esther) #aca no dijo nada, y Esther se qued observándola mientras ella se mantenía de brazos cruzados frente a Esther analizando su respuesta

M: Cuieres hacer que parezca una simple mecánica de aleacin, para que en caso de que luchen por incluir al equipo del proyecto no sea justificable mi incorporacin. ;ilches en programacin, =éctor en estadística y 9avier en robtica, %me equivoco' (e6puso tras el silencio #aca) E: En realidad 9avier constará como director en programacin (a!adi Esther) M: %9avier' %por qué' (se e6tra! #aca, pues ;ilches era el encargado del departamento) E: =e estado analizando los perfiles de los tres, y determiné que él era el mejor candidato llegado el caso... (trat de e6plicar Esther)


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M: %&legado el caso' %A qué te refieres' (se sorprendi #aca) Esther empezaba a ponerse nerviosa, así que se puso de pie

E: 7reo que aun no lo has entendido, las medidas que estamos tomando son como poner troncos delante de una escavadora... es muy probable que no sirvan de nada, o que solo sirvan para que ganemos tiempo. 7on lo cual tengo que barajar cualquier posibilidad y eso incluye que consigan el permiso de disponibilidad total del proyecto y en ese caso, 9avier es el candidato perfecto (le dijo de pronto Esther) M: %&o vas a utilizar de cabeza de turco' (se sobresalt #aca al darse cuenta de lo que Esther estaba diciendo) E: *o tiene familia, ni nada que le ate al e6terior. Es ambicioso, joven, egocéntrico y con una marcada tendencia al disfrute de poder, no creo que le fuera difícil adaptarse al mundo que ellos le brindarán (le contest Esther) M: %Estamos hablando del mismo 9avier' (no daba crédito #aca de aquellas palabras) -ero si es un ni!ato de dos al cuarto, fanfarrn y presumido, pero que se caga cuando quiere entrarle a una tía E: %2abías que es un fanático de los juegos bélicos' (le pregunt Esther) M: /ueno, la gran mayoría de los jvenes de su edad juegan a ese tipo de juegos eso no significa nada... (le dijo #aca sin dar importancia) E: -ero no todos tienen récords en F de los top diez más jugados del mundo. %2abías que es creador de seis de los blogs más vigilados por contenido de interés armamentístico' %o qué tiene una jornada en oficina de seis horas, y dieciocho de media en navegacin y juego online sobre lo que t sugieres que es un hobbie %que el mes pasado convoc una quedada de juego de rol que congreg jugadores de quince países y que ha pirateado tres veces en menos de dos meses varios canales de informacin de los países que hoy por hoy están en guerra' (a!adi Esther) M: %9avier' (#aca ya no sabía que pensar, aquella informacin la había cogido por sorpresa) E: /ajo mi punto de vista, y tras un análisis de su personalidad, 9avier es potencialmente voluble con propensin a la superacin, al liderazgo e intereses de grandeza (le dijo Esther) #aca la mir de nuevo, pues con aquella informacin se había sentido desconcertada, pero escuchar de Esther unas afirmaciones tan mezquinas sobre quien consideraba uno de sus amigos la volvi a la realidad

M: 4 no sabes nada, no lo conoces... %Cuién te has creído que eres para ejercer un juicio tan frío sobre una persona que hace apenas un mes que conoces' (se enfureci #aca) Esther entendía a #aca, pero an así le doli el desprecio que vio dibujado en sus ojos hacia ella

E: #aca, ha dicho que sí... (le dijo Esther al cabo de unos segundos) #aca retrocedi, su e6presin volvi a ser de sorpresa

E: En cuanto le propuse presentarlo como jefe del proyecto acept. &e e6pliqué la situacin a la que se vería envuelto en caso de que el gobierno solicitara su inclusin, y


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an así acept (Esther no quería ser quien abriera los ojos de #aca de aquella forma, pero se había prometido no mentirle) *o tard ni >Jh en modificar las claves de acceso del proyecto, y tomar el mando y modificaciones en la programacin del láser... M: -or eso ;ilches se pele con él... (de pronto #aca se dio cuenta, y lig acontecimientos que simplemente le habían causado gracia cuando 4eresa se lo había contado) Esther asinti. #aca se sent rendida en el sofá, no podía creerse la imagen que Esther acababa de dibujarle de 9avier, pero contra más pensaba en él, más detalles del pasado que compartían encajaban en la descripcin que ella le había dado. Bncapaz de asimilar más, se levant de nuevo

M: *o quiero saber nada más... (fue lo ltimo que dijo, y sali como alma que lleva el diablo por la puerta) Esther dio un paso por instinto para detenerla, pero se dio cuenta a tiempo de que debía dejarla marchar y asimilar a su ritmo todo lo que acababan de decirse.
Eva: -erdona, tengo que irme... (dijo sin mirar atrás) L: 2í claro... (fue todo lo que alcanz a decir &aura poniéndose también de pie) Apenas habían compartido veinte minutos, pero le habían bastado para recopilar cientos de imágenes y detalles que reviviría en su memoria calladamente. 7on una sonrisa de satisfaccin, vio a Eva entrar con #aca en su despacho. &uego apur el café antes de acercarse a la oficina de Esther. Al cabo de unos minutos Esther sali de la oficina

E: 8Estás aquí: (dijo Esther en cuanto se top con &aura) 2erá mejor que nos pongamos en marcha, hay que preparase para ma!ana L: 7uando usted quiera, digo... cuando quieras (corrigi rápidamente &aura poniéndose a su servicio nuevamente) E: Entonces en marcha (decidi Esther y &aura la sigui fuera del recinto) #aca iba de un lado al otro en su oficina, pensando en todo lo ocurrido, en lo dicho, en lo callado... encajaban muchas piezas, sin embargo an quedaban huecos que no sabía como cubrir en aquel rompecabezas

Eva: %< qué vas a hacer' (la sac de su pensamientos Eva) M: An no lo sé. 2upongo que hacerle caso a Esther... (contest #aca mientras se mordía las u!as sin dejar de pasearse) Eva: %*o te parece superfuerte lo de 9avi' (Eva también se había quedado a cuadros con el tema) =ombre, no me malinterpretes, es un alivio que no seas t la que vaya dado el caso al frente, pero me parece alucinante que por un poco de protagonismo 9avier sacrifique su forma de vida. *unca me hubiera imaginado que ambicionara algo así


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M: *i yo, pero no tenemos tiempo para esto... (dijo de pronto #aca y se sent frente a E&B2A) Eva: %*o tenemos tiempo para esto' (repiti las palabras de su amiga mientras la veía teclear con gran velocidad sobre el teclado del ordenador) M: *o (le contest #aca sin girarse) Eva: %Cué haces' (le pregunt Eva directamente, sabía que a #aca se le había disparado la neurona y puesto que parecía que no tenían tiempo de andarse con rodeos, fue directa al grano) M: &o que debí hacer desde el principio, slo que no sabía donde mirar... (contest enigmáticamente #aca) Eva la mir de refiln, cuando se ponía así siempre se metían en problemas

Eva: %< eso es...' (la inquiri Eva con una ceja alzada) M: 0ecopilar informacin del enemigo (le contest #aca) Eva: < cmo piensas conseguir... (Eva se par en seco en cuanto vio en la pantalla central la página del ministerio de defensa) 8*o: M: 2í... vamos a entrar (dijo #aca con una sonrisa pícara que manifestaba su emocin) Eva: 8Estás loca: 1ebe tener detectores #HKN??, una red diferencial de antiHataque, por no hablar del servidor independiente y de las protecciones de rastreo. 8*i de co!a: (se neg Eva ni tan siquiera a barajar aquella posibilidad) M: %7uántos Qombis crees que mantienes' (le pregunt #aca sin echar cuenta de sus advertencias) Eva: %#e estás escuchando' 82i lo hacemos, y nos pillan podemos acabar en el trullo: Estás hablando de entrar en la base de datos de una agencia gubernamental. 8*o vamos a hacerlo: (sentenci Eva y como #aca no parecía querer prestarle atencin, se interpuso entre ella y el ordenador) #aca se detuvo y esta vez tuvo que mirarla. 2e recost sobre el respaldo del asiento y la mir

M: 2i no lo hacemos nunca sabremos hasta donde pueden llegar. *ecesitamos saber que es lo que buscan e6actamente y hasta que punto nos tienen cogidos por los huevos, es la nica forma de adelantarnos a ellos (le dijo pausadamente #aca) Eva: /ueno, quizá no sepamos e6actamente en que tramo del trayecto están, pero sí sabemos cual es su objetivo y Esther parece tener muy claro como mediar para que lo consigan sin que nadie quede insatisfecho, %para qué arriesgarse más' (le contest Eva) M: %< si el plan de Esther no funciona' %< si en lugar de contentarse con el proyecto y con 9avier, deciden que nos quieren a todos' %qué pasa con ;ilches y su familia, que pasa con =éctor' %qué pasa si es a mí a quien quieren' (le devolvi #aca las preguntas y Eva palideci solo de pensar en la posibilidad de que las cosas salieran mal, y que sus amigos se vieran atrapados en aquella red de pescadores) *ecesitamos tener ases en la manga por si algo sale mal... vamos Eva, %desde cuando nos gusta jugar con una nica baraja' Eva la mir y record cuántas veces habían hecho referencia a ese juego. 2u amistad se basaba en una confianza mutua, una lealtad frente a la adversidad y en una comprensin difícil de definir. 2lo de pensar en perder a #aca, algo ya se le moría, y por mucho que confiara en Esther, no dejaba de ser alguien que acababa de llegar a sus vidas. *o, no se jugaría a #aca a una sola baraja


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Eva: =ace mucho que no recluto -7s de terceros, supongo que quedarán unos >?? o @?? en mi base (dijo como respuesta Eva) A #aca se le dibuj una sonrisa de complicidad hacia Eva, le estrech la mano y supo que estaban de acuerdo. 2e gir hacia el ordenador y apart una silla para que Eva se sentara a su lado

M: 2on pocos Qombis, %cuántos crees que podríamos conseguir en digamos, un par de días' (le pregunt #aca) Eva se puso a teclear sus claves en el ordenador adjunto para acceder a sus fuentes

Eva: 2i utilizo el troyanoH&e7up puede que unos >???, puedo hablar con 1es4royer a ver si puede prestarnos algunos de los suyos (le dijo Eva dispuesta a todo por el plan) #aca la mir, inmensamente agradecida porque siempre estuviera a su lado

Eva: *o me mires así, si van a empapelar nuestro culo, prefiero que nos lo empapelen juntas (le dijo Eva) M: 2abes que te quiero, %no' (le contest #aca) Eva: &o sé, pero no te hagas ilusiones que ya le he puesto el ojo a otra (le dijo Eva sonriendo) M: /ueno, no creo que Esther nos visite en la cárcel después de lo que vamos a hacer... (a!adi #aca ya relajada) Eva: %< quien ha dicho que sea Esther a la que le he puesto el ojo' (le espet Eva y tras ver la cara de fuera de juego de #aca se empez a reír) Al día siguiente el ambiente que se respiraba en la oficina era de todo menos saludable. =abía tensin, nervios y respiraciones contenidas. 7ruz se paseaba de un lado para otro, disimulando revisar trabajos que nunca solía mirar, slo por tener la oportunidad de controlar quien entraba y salía del ascensor de acceso. El trío de los varones permanecía disgregado, ;ilches trabajaba sin permitir que aquello intercediera en su vida, =éctor se había tomado ya tres tilas mientras mentalmente repasaba un discurso que Esther le había asegurado que no tendría que realizar, y 9avier esperaba ansioso la llegada de aquel pelotn que le pondría a la cabeza de un descubrimiento sin precedentes 7uando Esther apareci tras las puertas del ascensor percibi enseguida aquel aliento contenido y el inmediato suspiro de alivio después. + 6enial, enseguida van a ver que estamos acojonados... pens para sí con impotencia

C: Esther, Esther... (corri hacia ella 7ruz) %2e sabe algo' E: *ada más de lo que ya te conté ayer (le contest por enésima vez Esther) < por 1ios, 7ruz... haz el favor de no rondar los pasillos, estás alarmando al resto del equipo y encima estamos dando una imagen de desesperacin total 7ruz se par en seco tras aquello, mir a su alrededor y se dio cuenta que todos las miraban en lugar de estar realizando su trabajo de forma habitual


3?F

C: ;ale, tienes razn... pero a mí hoy me da un ataque, te lo advierto (le dijo 7ruz y se gir para acompa!ar a Esther a su oficina) E: 4ranquila, lo de hoy es una simple formalidad, no va a pasar nada. %=as reunido ya a los chicos' (le pregunt) C: 2í, ya saben que a lo mejor tienen que presentarse en la sala de reuniones y lo que acordamos (le contest 7ruz resuelta) E: Estupendo, de todos modos seré yo quien negocie, así que espero que los hayas tranquilizado (le dijo Esther y mir como 7ruz asentía con la cabeza) %< #aca' C: An no ha llegado (le dijo 7ruz) Esther se par en mitad del pasillo tras escuchar aquello

E: %7mo que no ha llegado' (le pregunt Esther mirándose el reloj, eran casi las diez y media, demasiado tarde para ella) C: -or lo que sé ella y Eva estuvieron trabajando hasta entradas las dos de la ma!ana, así que me imagino que se les habrán pegado las sábanas (le cont 7ruz lo que sabía por el parte de control que le había pasado el vigilante de seguridad nada más llegar al recinto) E: %Eva tampoco está' (se sorprendi de aquello también, 7ruz neg con la cabeza) 8Esto es increíble: Esther sac el mvil de su chaqueta y marc el nmero de &aura

C: %=ago algo' (le pregunt 7ruz mientras la veía descolgar el teléfono) E: 2í, encerrarte en tu despacho, calmarte y cuando te avise aparecer como la resuelta directora que sé que eres, y no como este manojo de nervios que tengo en frente, porque sino van a creer que estamos cagados de miedo, de acuerdo (le espet Esther un poco más alterada de lo que solía estar) 7ruz fue a decir algo, pero la autoridad de Esther la dej cortada y muda de repente

C: /ueno, voy a intentarlo... (dijo finalmente viendo que Esther ya se concentraba en que el interlocutor le cogiera la llamada) Esther no dijo nada más, y 7ruz se march a su despacho tratando de relajarse un poco

E: &aura, %dnde estabas' (le pregunt nada más descolgar) L: Estoy siguiendo a #aca, va en la moto en direccin a la casa de Eva, supongo que la recogerá e irán para la oficina (le dijo &aura, Esther se relaj, por un momento había pensado que #aca haría una locura como fugarse) E: ;ale... está bien, acompá!alas hasta que entren en el recinto, luego mantente fiel al plan. *o quiero que nos la jueguen por detrás, ya me entiendes (le dijo Esther) L: -erfectamente. *o te preocupes (trat de tranquilizarla &aura, luego se despidieron antes de cortar la llamada) M: %Cué, has dormido' (le pregunt #aca a Eva tendiéndole un casco de moto) Eva: "n par de horas, %y t' (quiso saber Eva) M: Ltro par supongo (le contest #aca)


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Ambas sonrieron al intercambiar las miradas de complicidad y satisfaccin encubiertas

Eva: 84e encanta el peligro: %eh capulla' (le pinch Eva agarrándose a su cintura) M: -ues anda que a ti, picaflor (se la devolvi #aca aludiendo a sus ltimas paranoias sentimentales) Eva: Lhhh... como lo disfrutas (le contest Eva risue!a) M: *o sabes cuanto... agárrate... (le dijo #aca y acto seguido hizo rugir el motor de su moto como una bestia felina) &as dos amigas estaban tan enfrascadas en su nuevo proyecto, que apenas se dieron cuenta de que el resto de sus compa!eros estaban en un sin vivir esperando recibir al gobierno de un momento a otro. =acKear una base de datos como la que estaban decididas a asaltar, era algo peligroso pero también inmensamente estimulante para alguien como ellas. -onerse a prueba investigando sus puntos flacos, desarrollando un plan de sabotaje, calcular cuánto tiempo necesitarían para entrar, que plan de retirada sin rastro emplearían... todo era e6citante y meticuloso, demasiado embriagador como para pensar en nada más. L casi, en nada... Esther sali de su oficina en cuanto supo que estaban allí. &aura la había puesto en sobre aviso, así que no tuvo la necesidad de estar pendiente de su llegada hasta que había recibido la llamada. #aca pareci dudar en el paso cuando la divis frente a ellas, le daba cierto miedo que aquella mirada penetrante fuera capaz de vislumbrar lo que tramaban a escondidas, pero pronto desech aquel fantasioso y estpido temor, y sigui el camino que trazaban sus pasos con una Eva que la seguía de cerca, al parecer con las mismas reticencias que ella, frente a la figura magnánima de Esther

E: 8/uenos días: (les dijo Esther cuando estuvieron a la altura de escucharla) M: Eso esperamos... que sean buenos %no' (le contest #aca para hacerle entender que se acordaba de lo que significaba aquel día) E: 8&o serán: (contest con rotundidad Esther y luego #aca vio que suavizaba sus facciones) %7mo te encuentras' Ayer tuve que salir después de que hablamos y no pude preguntártelo #aca se sorprendi de que Esther se mostrara una vez más tan interesada en su bienestar psíquico

M: Es duro, pero estoy bien (le contest) Iracias por interesarte Esther la mir unos instantes, no la creía del todo, pero había algo de #aca que brillaba entre todos aquellos nubarrones. 2e sorprendi, pero no quiso indagar más, podía ser slo una fachada, una más de sus corazas, y le daba miedo derrumbarla y encontrarse nuevamente frente a aquella ni!a desprotegida que había visto el día anterior. Egoístamente Esther la prefería fuerte, no podía soportar que le rompiera el corazn, en aquel momento no

E: #e alegro. 2lo venía a saber cmo estabas y a deciros que sigáis con la rutina habitual, nos interesa que nos vean tranquilos y en nuestra línea, sino podrían pensar que ya nos tienen en un pu!o y eso aumentaría sus medidas de persuasin para


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conseguir lo má6imo posible en la vista %entendido' (les dijo Esther mirándolas a ambas) Eva se acojon al instante. #aca sin embargo parecía entera y tranquila

M: *o te preocupes, tenemos mucho trabajo así que salvo que nos mandes a llamar, estaremos en mi oficina todo el día (le dijo #aca) Esther fij su mirada una vez más en ella. #aca sinti aquella calidez y aquella presin de la sinceridad que sus ojos siempre reflejaban, y se oblig a no apartar la mirada, sin embargo se dio cuenta de que había dejado de respirar bajo sus ojos, en cuanto Esther la liber de su escrutacin silenciosa

E: #e parece bien, nos vemos cuando esto termine (les dijo Esther) =asta luego chicas M y Eva: =asta luego (le contestaron las dos) Eva esper a que Esther estuviera lejos de ellas para hablar

Eva: *o sé t, pero a mí me +caga toda cuando nos mira así. -or un momento pensé que tenía escrito en la frente +;A#L2 A =A7UEA0 A& IL/BE0*L... me tiemblan hasta las piernas, tía (le dijo Eva en voz baja) M: *o seas histérica, no es para tanto... (le contest #aca tratando de rebajar el momento aunque hubiera sentido lo mismo) &a mirada de #aca sin embargo, no pudo apartarse de la figura de Esther mientras ésta seguía alejándose en direccin al despacho. Aquella mujer tenía algo que no lograba descifrar, de aquello no cabía la menor duda Era cerca de la una del medio día cuando cuatro desconocidos aterrizaron en el edificio. *ada más obtuvo las identificaciones, el vigilante de seguridad llam a Esther para comunicarle que ya estaban allí. Al salir del ascensor, las miradas de casi todos los que estaban trabajando en los cubículos se posaron en ellos. Esther observ detrás de la persiana de su despacho +Empieza el juego... se dijo para sí, mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa maliciosa tras observar quienes eran

Joven: %El despacho de direccin' (pregunt uno de los jvenes que acompa!aban al que parecía llevar la voz cantante) 'n(or)*tico: Al fondo del pasillo y a la derecha (le contest uno de los informáticos) < el pelotn se puso en marcha sin mediar más palabra

Joven: 4enemos una cita con la directora (le indic el mismo joven) 4eresa mir con desdén al muchacho que parecía salido de la película +#an in /lacK, luego se detuvo a mirar al resto, un hombre cincuentn quedaba al refugio de una mujer y otro hombre mucho más jvenes que él. &a actitud impertérrita de todos ellos le creo repulsin


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T: %< a nombre de quién tengo que hacer la anunciacin' (le pregunt 4eresa aunque tenía claro de quienes se trataba) Joven: El 1.#.B.4 (le comunic el joven) T: "n momento (le dijo 4eresa y levant el teléfono para hablar con 7ruz) 7ruz, los estirados del gobierno, que ya están aquí El joven la mir sin poder contener la e6presin de sorpresa, el resto de sus compa!eros también la miraron con cara de pocos amigos, pero 4eresa se había tomado al pie de la letra lo que Esther le había dicho horas antes. Aquellos tipos duros no debían percibir el miedo, y a ella le había salido la vena más tigresa que tenía desde que había descubierto que aquellos estirados pensaban llevarse a sus cachorros sin más

T: -ueden pasar (les indic poco después 4eresa, e ignorando sus caras desafiantes hizo como si les importara un bledo, concentrando toda su atencin en sus tareas sin devolverles la mirada) 7uando la puerta de 7ruz volvi a cerrarse 4eresa se permiti mirar. *o les tenía miedo, pero aquello no mitigaba la sensacin de vértigo que sentía Esther esper mientras andaba de un lado a otro de su despacho controlando el reloj. 7uando pasaron los diez minutos decidi que ya era tiempo suficiente y abri la puerta. 4eresa la vio llegar y antes de que pudiera decirle que estaban ya con 7ruz ella se adelant...

E: ;oy a por ellos... (le dijo gui!ándole un ojo) T: 1ales fuerte... (le contest 4eresa devolviéndole una sonrisa. Aquella mujer empezaba a gustarle) Esther entr sin avisar, y como esperaba el equipo de seguridad se plant cual muralla entre el visitante y su superior, al ver que era ella, uno de los jvenes se sinti contrariado, el otro y la mujer endurecieron sin embargo las facciones

E: /uenas tardes, espero que no les importe que me una a la reunin. %7mo estás ;íctor' 87uánto tiempo: (dijo de pronto Esther y los guardaespaldas tuvieron que echarse a un lado) V+ctor: 8Esther Iarcía: 2í, mucho tiempo. #e alegro de verte (le dijo él) E: &ástima que no pueda decir lo mismo, no obstante prefiero que seas t (le dijo ella) V+ctor: Agradéceselo a tu padre (le comunic él y Esther arrug el entrecejo al escuchar aquello) 1esignaron a 4orres, pero prefiri que me mandaran a mí en su lugar +25orres3... pens Esther, y un nudo apareci en su estmago. 2in embargo, se oblig a cerrar su mente y su e6presin ante ellos, pues no estaba dispuesta a dejarles ver ningn ápice de fisura en su postura

E: *o hubiera sido necesario, pero le agradeceré igualmente que me haya brindado la posibilidad de vernos de nuevo (contest ella con indiferencia) V+ctor: %Empezamos' (le pregunt él) E: 7uando quieras (le contest ella)


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< e6cluyendo a 7ruz que hasta ahora no había podido más que cruzarse de piernas y esconder las manos para que no se le notara que temblaba, comenzaron a negociar y a revisar papeles sobre sus respectivas competencias 1os horas más tarde la reunin se dio por terminada. Esther había conseguido que no tuvieran acceso a nada más que a los planos y al memorandum del proyecto, y ;íctor se había tenido que contentar con ello tras ver la orden firmada del emplazamiento hasta la vista para tener acceso al laboratorio, el prototipo y el equipo técnico al cargo. 2abía que acababa de perder el primer set, pero la amistad que le unía a la familia de Esther hacía que su derrota fuera un alivio, y gracias a los tramites legales que Esther había conseguido para frenar sus pasos, tendría las espaldas cubiertas ante sus superiores. 2in embargo, alguien no había quedado nada satisfecho con los resultados de aquella reunin. Azucena sigui a su superior fuera del edificio, y esper a que los dos hombres lo escoltaran hasta la base, luego se mont en su vehículo y marc un teléfono privado

Vo%: %7mo ha ido' (le pregunt una voz) $%"cena: *o hemos podido entrar, tenía una orden de aplazamiento hasta la vista. 2lo hemos obtenido la documentacin (le comunic Azucena a su superior) Vo%: Entonces ya sabes que has de hacer (le dijo) $%"cena: A sus rdenes (contest ella y la comunicacin se cort) C: %Así de fácil' (7ruz no se lo podía creer) E: 1e momento sí (le contest Esther con una sonrisa, y pens que en algn momento tendría que agradecerle a su padre que hubiera enviado a ;íctor a negociar) C: 4e juro que cuando entraron pensé que me iba a dar un ataque de pánico. %2abes cmo me los anunci 4eresa' (Esther neg con la cabeza) 7omo +los estirados de gobierno, no veas con la cara de mosqueo que entraron los tres del séquito E: 9ajaja... me encanta, recuérdame que le traiga un ramo de flores a 4eresa por ello (se ri Esther ya más distendida como para permitirse relajarse) C: Entonces ahora tienen que esperar a la vista para poder meter la nariz %no' (quiso cerciorarse 7ruz) E: Así es. &o cual nos da un poco más de margen para alzar la cuartada que tenemos pensada (le dijo Esther satisfecha) C: 1ios, cmo me alegro de tenerte aquí (le dijo con sinceridad 7ruz mientras le daba un abrazo) E: *o nos alegremos antes de tiempo... aun nos queda trabajo por hacer, así que, será mejor que me ponga en marcha. Encárgate t de los chicos, yo voy a decírselo a #aca y a Eva (le pidi Esther y se puso de pie) C: Eso está hecho (le contest 7ruz y ambas salieron del despacho cada cual en busca de su cometido) M: %7uántos llevas' (le pregunt #aca mientras seguía con su trabajo) Eva: 3> %cuántos necesitamos' (le dijo Eva) M: -ues por lo menos >?, segn E&B2A eso nos permitirá unos F minutos antes de que el rastreador satélite termine de analizar los 3??? servidores, y no creo que pueda conseguir desviar la se!al mucho más, así que tendrán que bastar para que nos enteremos de algo (le dijo #aca encogiéndose de hombros)


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Eva: -ues entonces aun nos quedan por reclutar ??? más hasta los >?... no creo que nos dé tiempo para ma!ana, tendremos que esperar (le dijo Eva mirándola) M: 2upongo que no nos queda más remedio si queremos hacerlo bien (admiti #aca) Ordenador: #aca, tenemos visita (le anunci E&B2A y acto seguido le volc a la pantalla principal la imagen de Esther que estaba en la puerta de su despacho esperando a que le abriera) Eva: Lstiaaaaaaaa... (dijo Eva, y del sobresalto se tir tan fuerte hacia atrás que se cay al suelo con la silla incluida) M: -ero... jajajajaj (#aca no pudo evitar reírse) 4 definitivamente... jajaja... estás mal eh Eva: "fff... joder, que da!o... (decía Eva frotándose la espalda) 7o!o, aydame %no' M: 9ajajajaja... (#aca seguía muerta de risa pero se levant para ayudarla) &o tuyo con Esther es muy fuerte eh... jajajaj... Eva: 8Eggg... muy graciosa: (seguía diciendo Eva ya incorporada y con un resquemor en las lumbares) 7omo que a ti no se te han puesto de corbata también, lista M: 9ajajaja... bueno, pero no soy yo la que del susto casi se descalabra (se burl #aca, sin desmentir la parte de razn que su amiga llevaba en ello) Eva: Anda, cierra esto y abre... que al final ya verás como nos pillan (le dijo Eva y #aca admiti que tenía razn) Lrden a E&B2A que modificara la informacin de los ordenadores y volcara los archivos del láser, lo cual realiz rápidamente guardando los cambios del proyecto que Eva había nombrado +que rollo de embrollo a modo de enclave. Eva recoloc la silla y se sent mirando a uno de los ordenadores disimulando trabajar en el dise!o del cilindro y el cableado del láser. #aca se acerc a abrir la puerta manualmente, aunque no hiciera falta

E: =ola cavernícolas, es qué no pensáis salir de aquí en la vida (le pregunt Esther con una sonrisa magnánima en el rostro) M: %Cué sonriente estás, no' %pasa algo' (le pregunt #aca que inevitablemente se contagi de la satisfaccin de su rostro) E: /ueno, si me dejáis pasar igual os lo cuento (la chantaje ella) M: 9ajaj... venga vale (a #aca le pareci divertida la actitud de Esther y se apart para que entrara) E: %En qué andáis' (pregunt) M: En el apasionante mundo de la aleacin, %no se supone que soy una simple mecánica de cortocircuitos para el gobierno' (contest #aca viendo que Eva se ponía de nuevo nerviosa con la pregunta, se le daba fatal mentir) E: -ues eso es sin duda lo que van a tener que creer, puesto que acabo de despacharlos sin que puedan llevarse nada más que una copia del proyecto y un boceto de en lo que sin duda vamos a tener que convertir el láser en el tiempo que nos queda (les anunci Esther) Eva: %

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Eva: Acepto, me ha entrado un hambre de repente que pa qué... (se apunt Eva cogiendo su chaqueta) M: -ues anda que a mí... (a!adi #aca y su tripa empez a rugir) E: 9ajajaj... vaya dos, desde luego vivís en /abia... anda vamos y os sigo contando (las sigui Esther, y una vez más se maravill de como a una simple orden de #aca el sistema E&B2A cerraba por completo aquella habitacin) Azucena las vio salir del edificio y maldijo ver que Esther iba con ellas

$%"cena: #ierda, es que nunca aprenderá que no se debe mezclar lo profesional con lo personal %o qué' (se dijo para sí, mientras salía del vehículo y empezaba a seguirlas a una distancia mucho más prudencial de lo que hubiera sido si Esther no estuviera entre ellas) Al llegar al bar, las tres empezaron a pedir un poco de todo. 2i en algo coincidían era en su apetito y por lo que Esther les iba contando, aquel día había que celebrarlo, así que pidieron también vino y licores, y se entretuvieron más de la cuenta en la sobremesa ya que por aquel día, la jornada laboral para ellas había finalizado Eran casi las seis de la tarde cuando decidieron abandonar el local

Eva: El licor de mora estaba mortal (iba diciendo Eva agarrada del brazo de #aca mientras andaban por la calle) M: *o, si un poco más y te lo terminas t sola (le espetaba #aca muerta de risa) E: #e parece que ninguna de las dos puede hablar mucho, que habéis ido a la par (se entrometía Esther recibiendo una cara fruncida de las dos) M: /ueno al menos a nosotras no nos importa perder un poquito los papeles, do!a estirada (se la devolvi #aca) E: 2erá la edad, que me vuelve precavida (dijo Esther con sorna) M: 8Lhhhhhhhhh... la edad... no veas lo grande que eres: 1e aquí nada te regalamos el bastn o mejor, mejor... un tacatá (arremeti #aca) Eva: 9ajajaja... un tacatá... jajaja (secund Eva con la risa floja que el alcohol le generaba)... es buenísimo... jajaja M: 1éjate de buscar e6cusas y afloja un poco, por dios santo... si estás buena, no sé porque no te permites un homenaje (solt sin más #aca ya que no calculaba la repercusin de su subconsciente) E: Ah, estoy buena... (repiti Esther a ceja alzada y una sonrisa picara en el rostro) Eva: 7omo un queso... pero como no me das bola (sali Eva al ruedo y #aca le tuvo que dar un codazo para que se diera cuenta de que metía la pata) E: 9ajaja... %cmo que no te doy bola' (se ri Esther de los disparates que decían) Eva: /ueno que no me dabas bola, antes... digo que ahora ya no quiero que me des bola, o sí, no sé, que creo que lo quería, pero como apareci la desconocida que besa que te cagas... claro que ahora ya no es una desconocida porque resulta que se llama &... (Eva empez a divagar encerrándose así misma en algo que lamentaría a la ma!ana siguiente... por suerte #aca le tap la boca) M: 9oderrrr Evita... cuando la cagas lo haces a lo grande chata (le dijo #aca para que se callara)


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Eva: 888%-ero qué he dicho'::: (puso Eva cara de +yo no he sido, tan inocente y tan sorprendida que Esther no pudo contener la risa) E: 9ajajajajajajaj... #aca se gir a mirarla, y también empez a reírse contagiada por sus ganas. Eva las mir a las dos con la sonrisa floja, estaba claro que sus sentidos no estaban en la misma onda, así que empez a reírse con ellas sin saber muy bien hasta que punto se había ido de la lengua 1e pronto el teléfono de Esther empez a sonar

E: %2í' (contest Esther) L: 4enéis a cuatro agentes pisándoos los talones (le anunci &aura) Esther sigui andando tratando de disimular el vuelco que le había creado aquella noticia

L: Al principio era solo Azucena, pero cuando habéis salido del bar han llegado tres más, debe haber pedido refuerzos. =e tenido que improvisar para que no me vieran, estoy vigilándoos desde la azotea del centro comercial (le anunci &aura) E: ;ale, renete con nosotras en cuanto puedas, vamos para allá (le dijo Esther tratando de tomar de nuevo el control de la inesperada situacin) M: %Adnde vamos' (le pregunt #aca una vez Esther colg el teléfono) E: Al centro comercial, &aura está comprando unas cosas y ha sugerido que nos tomemos algo con ella allí (minti Esther, pues no quería que la actitud de ellas cambiara ya que aquello avisaría a los agentes de que los habían descubierto, y ella sola no podría hacerles frente teniendo que velar por las dos) Eva: %=a dicho que nos vamos a reunir con &aura' (pregunt Eva tirando del brazo de #aca) M: Anda calla... y toma un chicle, por si te vuelve a morrear (le dijo #aca por lo bajo, mientras le metía un chicle en la boca divertida, pues desde que Eva se había liberado, estaba de un destartalo y un gracioso incorregible) 7uando llegaron al centro comercial para Esther se abri un abanico de posibilidades. 1isimuladamente empez a revisar el nmero de salidas de emergencia, las zonas con más ángulos muertos para poder esconderse, las tiendas que mayor nmero de gente albergaban para aprovecharlo llegado el caso... agradeci que &aura fuera tan eficiente. 0edirigirlas al centro comercial había sido sin duda la mejor opcin teniendo en cuenta que ellos eran cuatro operativos, contra dos y dos pesos muertos. En aquellas circunstancias los agentes simplemente podrían estar a la e6pectativa sin poder pasar a la accin, aun así, Esther y &aura tendrían que conseguir darles esquinazo y encargarse de Eva y #aca *o pas mucho tiempo, hasta que &aura apareci en el campo de visin de Esther

E: Ahí está &aura (dijo Esther y empez a encaminar sus pasos hacia su compa!era) #aca y Eva fueron tras ella

Eva: %A qué está buena' (le pregunt Eva aprovechando que Esther no podía oírlas)


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M: < yo que sé... (le dijo #aca desesperada) Eva: Ah, si sabes que Esther está buena, pero no puedes darme tu opinin sobre &aura %no' (le salt Eva y #aca se qued mirándola con la boca abierta) Eva la mir esperando una respuesta, así que #aca volvi a fijarse en &aura, la cual no le llamaba especialmente la atencin. 0evis sus vaqueros ce!idos, su pelo suelto y el suéter que lucía... determin que era mona, aunque no sobresaliera

M: 2í, está buena... %contenta' (le contest al fin #aca para satisfacerla) Eva: ;es, tanto no costaba co!o... (le dijo Eva y #aca se resign al ver que Eva daba un tras pie al dar el siguiente paso... definitivamente Eva había abusado del licor de mora más de la cuenta, se sonri al pensar en qué terminaría la tarde) 7uando llegaron a la altura de &aura, ya Esther hablaba con ella, entonces no supo el motivo, pero intuy que algo no iba bien

E: %Cué pasa' (pregunt por instinto) &aura la mir con cara de circunstancias, Esther sin embargo no pudo evitar admirar su agudeza aunque no fuera el momento más idneo para ello

E: &aura encárgate de Eva (dijo Esther) &aura esquiv a Esther y se plant delante de Eva con determinacin, la cual la mir interrogante

L: &o siento... (le dijo &aura a Eva y acto seguido la volvi a besar) #aca las mir alucinada, pero Esther la cogi de la cintura y se la llev

M: %-ero qué...' (empez a decir #aca aturdida) E: *os están siguiendo, llevan haciéndolo desde que salimos del bar. &aura se encargará de Eva para darles esquinazo, y t vendrás conmigo... son cuatro, y nosotras slo dos para protegeros, es mejor que nos separemos de momento, así que no pongas esa cara de susto y disimula, o tendré yo también que besarte para tapar esa cara de alucine que llevas puesta... (le e6plic y advirti Esther) < #aca pas de la sorpresa, al desconcierto, luego al temor y por ltimo a un escalofrío que no supo en qué apartado catalogar

M: %Cuiénes son' (reaccion finalmente #aca) E: "na es la mujer que te asalt en el pub, los otros tres no los conoces. 2on del 1#B4, no deberían estar aquí (le contest Esther mientras se paraba a comprar un par de batidos en uno de los Kioscos de la zona más concurrida) M: %1el 1#B4' (pregunt #aca sin poder coordinar la informacin) E: 4e lo dije, 1epartamento #ilitar de Bnteligencia y 4ecnología... son los que llevan tu caso (le ampli la informacin Esther) 4oma, bebe un poco y deja la mayor parte del contenido para cuando yo te diga...


33

#aca la mir contrariada, pero rápidamente se dio cuenta que aquella actitud la delataría, así que bebi un sorbo, hizo como si se interesara por los juegos de unos críos que había cerca y ech un vistazo. *o tard mucho en reconocer a un tipo que no debía estar allí. + >s que es verdad... definitivamente, estoy en una pelcula pens #aca, y al volverse fue ella quien cogi la mano de Esther. Esther la mir suspicaz...

M: /ueno, no me mires así... prefiero una mano a que me morrees (le dijo #aca y Esther tuvo que sonreír por su ocurrencia) E: Anda vamos... (le dijo, y la arrastr con tranquilidad hasta una tienda) 7ogi un par de prendas y se las dio a #aca, mientras le quitaba el batido

E: Entra ahí (le dijo) M: %Cuieres que me pruebe ropa, ahora' (le pregunt incrédula, dado que estaban siguiéndolas) E: *o, quiero que entres ahí y hagas como que te la pruebas, ahora vendré a por ti... (le dijo, y de un empujn la meti en uno de los habitáculos) #aca esper tras la cortina sin saber muy bien que hacer. Al final decidi espiar el e6terior retirando un poco la tela y vio a Esther cerca de la entrada de la tienda, movilizando disimuladamente algunos de los e6positores. +%Cué está haciendo' se pregunt, y se dio cuenta de que mientras volvía al vestuario ya no llevaba los vasos de batido, de repente obtuvo respuesta a su pregunta al reconocer a la mujer del pub y a otro hombre que iba con ella. Ambos entraron veloces al reconocer a Esther y entonces algo les hizo resbalar montando un espectáculo. Esther sonri sin volver la vista atrás. #aca descorri la cortina

E: ;amos (le dijo Esther cogiéndola de la mano y salieron por la puerta de atrás, mientras la gente se había arremolinado entorno al incidente) M: %7mo lo has hecho' (le pregunt #aca alucinando en colores) E: Es increíble lo resbaladizos que se vuelven estos batidos si los mezclas con un poquito de aceite de maquina... (le dijo Esther ense!ándole una botellita blanca) M:
M: #anejas leyes, eres capaz de meterte debajo de un láser sin inmutarte, sabes leer estadística cuántica avanzada, llevas arma y eres capaz de burlar a agentes entrenados... %me vas a decir de una vez quien eres' (la pill por sorpresa #aca recapitulando informacin) Esther la mir fijamente, las preguntas habían llegado más tarde de lo que ella esperaba, pero finalmente allí estaban y ahora solo quedaba decidir si decir la verdad o la mentira estudiada


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E: 5ui una de ellos #aca la mir con asombro, aquello si que no se lo esperaba

E: 1e hecho, fui la jefa del departamento entero... (a!adi Esther con tono poco importante y #aca no supo como reaccionar)... empezaron a jugar sucio, yo me cansé de mirar para otro lado, y aproveché un incidente para marcharme... ellos siguen queriendo saltarse las reglas y hacer como que todo vale, y yo me he dedicado a tratar de que todo se haga como ha de hacerse,... fin de la historia M: Eh... (#aca quiso a!adir algo, pero en ese momento &aura entr con Eva) L:
E: *o importa, ahora a esperar (dijo Esther) M: Esperar %a qué' (pregunt #aca concentrándose de nuevo en lo importante) E: A que decidan que nos han perdido el rastro (le dijo ella) < todas se quedaron aguardando mientras veían como los cuatro agentes se reencontraban en medio del centro comercial. &a mujer empez a dar ordenes, y volvieron a separarse para buscar, de pronto uno de ellos se dirigi hacia donde se encontraban...

E: ;amos, por aquí (orden Esther cogiendo a #aca, y &aura hizo lo mismo con Eva) Abrieron varias puertas, y al fin Esther entr en una de las salas de máquinas. Estaba oscura y no era muy amplia aunque por la cantidad de máquinas y recovecos parecía un buen escondite. Esther dio rdenes en silencio a &aura que se escondi con Eva en uno de los huecos entre dos inmensos aparatos de aire acondicionado. #aca y Esther hicieron lo propio detrás de las bombas de agua que habían cerca de la puerta. *o pas mucho tiempo hasta que el hombre abri la puerta de la sala donde se encontraban

E: 2hhh... (le susurr Esther poniéndole una mano encima de la boca a #aca cuando ésta sin querer emiti un sonido de sobresalto al ver que el agente empu!aba una pistola) El agente cubri con la vista la sala desde la puerta y luego decidi inspeccionarla. El pulso de #aca empez a acelerarse atemorizado, %qué pasaría si las encontraba' %acaso se atrevería a disparar' &a cosa empeor cuando el agente empez a acercarse a la zona donde se habían escondido &aura y Eva. 2in esperárselo, Esther sac su pistola y #aca se removi por instinto haciendo un ligero ruido... Esther reaccion acorralándola más contra la pared, rogando porque la oscuridad las encubriera

E: 1eja de moverte... (le susurr en el oído y #aca asinti incapaz de mover ni un solo pelo) Esther volvi la cabeza para vislumbrar al agente, pero su cuerpo seguía contra el de #aca mientras con una mano se sujetaba en la pared para no aplastarla y con la otra


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sostenía el arma esperando lo peor. El agente como era lgico se encamin hacia la zona donde había escuchado el ruido, pero no había luz y sí mucha chatarra y suciedad por en medio, y desisti de tener que enfangarse demasiado en su tarea. 0ecul hacia la puerta y se march

M:
L: %7rees que seguirán mucho rato por aquí' (le pregunt &aura) *o lo creo, empezarán a pensar que hemos salido del centro e irán a cubrir los otros puestos de vigilancia... (le comunic Esther) L: %Cué estarán tramando' (pens en voz alta &aura) E: *o lo sé, pero no me gusta. Cuizá quieran atemorizarla o persuadirla teniendo un encuentro personal con ella (busc respuestas Esther) M: %-odéis dejar de hablar como si no estuviéramos...' (salt de pronto #aca con los nervios a flor de piel) Entonces Esther volvi a mirarla, parecía asustada pero también furiosa, tenía el pelo despeinado, y la vena de la garganta hinchada por la ira y la adrenalina acumulada... le pareci hermosa, pero también vulnerable y a la vez voluble, entonces supo que no debía dejarla sola 4ras aguardar una hora más para asegurarse de que los agentes no estaban en el centro comercial, Esther propuso registrarlas en algn hotel hasta que consiguiera poner en claro a que se debía aquel procedimiento irregular por parte de la 1#B4, sin embargo #aca se neg a no regresar a su casa

E: #aca, ya deben estar esperando a que vuelvas allí... (le empez a decir Esther) M: #ás razn para ir, no pienso dejar a mi padre solo y no pienso esconderme (le dijo ella con un tono definitivo en la voz) Esther la mir por un momento, entendía su preocupacin y aunque no lo viera conveniente, su valentía desinteresada le hacía ganar puntos ante ella. /araj las posibilidades, sabía que el regreso de #aca a la casa no entra!aba peligro, por lo menos hasta que se celebrara la vista de su caso, pero no le hacía gracia volver a poner a #aca bajo los ojos controladores del 1#B4. 5inalmente accedi

E: Está bien, pero Eva se quedará a dormir contigo, así &aura y yo no tendremos que separarnos para hacer guardia... (dijo Esther) Eva: -or mí vale (dijo Eva que no tenía ninguna gana de volver a su apartamento sola después de aquello) E: < no saldréis de casa hasta que yo vaya a por vosotras. En principio el 1#B4 no puede invadir la residencia habitual de los implicados, pero pueden aprovechar vuestros


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traslados para interceptaros y necesito un poco de tiempo para pararles los pies, %estamos' (a!adi Esther severamente) M: 2í, de acuerdo (le asegur #aca mirándola a los ojos desde el asiento de atrás del coche de &aura) Esther esper en silencio, quería que quedara claro que aquel punto era intransigible y no lo dio por sentado hasta que #aca le aguant la mirada sin dobleces. 2e gir hacia el frente, y entonces asinti cuando &aura la mir esperando que diera luz verde. #aca sinti que el nudo en su estmago no terminaba de disolverse mientras veía pasar las calles a través de la ventanilla, no dejaba de pensar que en algn lugar de ahí fuera, alguien la seguía y observaba con un bho, y ahora sabía que llevaban traje, placas y armas... Azucena se puso furiosa en cuanto supo que Eric había sacado el arma reglamentaria mientras inspeccionaba su área. 2abía que si aquello llegaba a saberse, las culpas recaerían sobre ella, pues a pesar de tener vía libre para tratar de presionar al sujeto, las rdenes eran claras respecto a no utilizar bajo ningn concepto la presin física, sino más bien el soborno o en el peor caso, el chantaje. &o apart del operativo, y program cubrir por parejas los puntos claves de vigilancia, el edificio de la empresa, la casa residencial de ambas y hasta el apartamento del novio de #aca. 7uando el equipo de vigilancia de la casa de #aca le inform de que habían llegado ambas al recinto, Azucena respir aliviada pues ya no tendría que anunciar a su superior que les había perdido el rastro y con un poco de suerte, nadie tendría que enterarse del desliz que había realizado uno de los hombres bajo su mando. 2in embargo saber que Esther parecía estar implicada personalmente con la sujeto, la hizo refrenar su jbilo, pues aquello sin duda entorpecería sus planes 7uando #aca abri la puerta lo primero que hizo fue llamar a su padre en voz alta, pero nadie contest. Entonces Esther le tendi una nota que había colgada en el espejo del recibidor

E: %Es esta su letra' (le pregunt) #aca cogi la nota en la que su padre le e6plicaba que llegaría ma!ana por la ma!ana y que iría directamente a la oficina, pues había tenido que asistir a una gala benéfica fuera de la ciudad

M: 2í, es de él... (dijo decepcionada y algo inquieta) Esther ley en su rostro lo necesitada que estaba de hablar con él

E: &lámalo, así te quedarás más tranquila (le propuso Esther) -ero #aca una vez más desestim su proposicin

M: *o, no quiero preocuparle y sé que me notaría rara si le llamo ahora mismo. Es mejor que no se entere de esto, slo serviría para subirle más la tensin (dijo #aca mientras se abrazaba a si misma nerviosa)


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E: Entonces haré yo un par de llamadas y luego te llamaré para decirte si todo está bien con respecto a él, así dormirás más tranquila (le dijo Esther) M: Iracias (le contest #aca, su cara e6pres sincero agradecimiento a pesar de las circunstancias) Esther volvi a quedar presa de su rostro, pero se oblig a ponerse en marcha. &es pidi a Eva y a #aca que esperara en la puerta mientras ella revisaba el resto de la casa, cuando todo estuvo en orden se despidi de ellas y sali por la puerta asegurándoles que &aura y ella estarían muy cerca y que no tenían de qué preocuparse. Ambas se lo agradecieron de nuevo, y cerraron la puerta con cerrojo cuando se march Esther estuvo hablando por teléfono hasta altas horas de la noche, y no se dio por satisfecha hasta que consigui una cita ante el presidente del comité para el día siguiente. -or suerte &aura había sacado fotografías de los agentes fuera del bar siguiéndolas, las cuales podrían servir para demostrar que estaban saltándose el procedimiento, y así conseguir una especie de orden de alejamiento que no siempre servía de mucho, pero había que intentarlo. -or desgracia, la sala de máquinas había estado demasiado oscura y el momento había sido demasiado tenso para pensar en sacar alguna prueba de que un agente había empu!ado el arma, Esther sabía que si la hubieran tenido aquello les habría proporcionado sin duda no solo la retirada de la vigilancia sino una dura sancin para el equipo de seguimiento

L: %Ltro café' (le ofreci &aura tendiéndole una taza) E: 2í, gracias (le contest Esther recostándose en uno de los sillones del apartamento que &aura había alquilado para establecer el puesto de vigilancia) &aura le entreg la taza y luego ech un vistazo por el telescopio. 0evis la calle que estaba desierta y tranquila, luego enfoc el coche del 1#B4 que permanecía a la espera con dos agentes que parecían más dormidos que despiertos, y por ltimo se col en la habitacin de #aca que hacía más de una hora que permanecía a oscuras. &aura lament no poder volver a ver a Eva, y se la imagin durmiendo placidamente, deseando ocupar un lugar en sus sue!os Esther contempl a &aura mientras le daba un sorbo a su café. An no había tenido la oportunidad de hablar con ella dado que se había pasado las horas colgada al teléfono tratando primero de cerciorarse de que -edro $ilson se encontraba en perfecto estado, y posteriormente de asegurarse que algo como lo de aquella tarde no se repitiera en el futuro

E: %1uermen' (pregunt en un intento de introducir conversacin) L: Eso parece (le contest &aura dejando de mirar por la mirilla) E: %< ellos' (le pregunt Esther) L: 4ambién empiezan a dar cabezadas, no creo que sus rdenes vayan más allá de recopilar informacin (manifest &aura que había vuelto a enfocar hacia el coche patrulla) E:

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E: %1esde cuando besar al tutelado se ha convertido en una maniobra de despiste' (solt de pronto Esther) &aura casi se atragant con el sorbo que acababa de dar al café, Esther esper con una sonrisa burlona en su cara mientras su compa!era se reponía

L:
E: 2é bien que lo harías (le dijo finalmente) &aura se sinti más tranquila por la seguridad que detect en la voz de Esther, pues nada lamentaría más que perder su respeto r espeto por unos sentimientos mal entendidos. &e gustaba Eva, había sido un flechazo que jamás crey posible, y no quería ni pensar en tener que renunciar a volver a estar a su lado, pero jamás antepondría sus sentimientos a la seguridad de ella o a los valores por los que luchaba

E: *o es una forma muy ortodo6a de proceder, pero pero tengo que decir que ha surtido efecto en ambos propsitos (prosigui de repente Esther de forma tranquila mientras tomaba otro sorbo mirando hacia el frente) L: %Ambos propsitos' (se aventur a preguntar &aura) E: 2irvi para despistar al 1#B4 y sin duda ha servido para que te hagas un hueco en sus pensamientos (le dijo de pronto mirándola a los ojos con una media sonrisa) &aura no podía creer lo que estaba escuchando, acaso Esther sabía algo que ella no supiera...

E: 2i no me equivoco, también le gustas... (le anunci de pronto Esther) < sin poder evitarlo, &aura se contagi de la sonrisa plena que ya vestía sin disimulo la cara de la comandante


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A pesar de haber sabido por Esther que su padre estaba bien y de que no tenían porqué preocuparse con con respecto a aquellos aquellos agentes, agentes, #aca no dej dej de sentirse alterada alterada desde que habían salido del centro comercial. #ientras escuchaba escuchaba a Eva contarle cmo &aura la había besado y arrastrado en medio de la multitud hasta conseguir despistar a los dos gorilas que les seguían, #aca no pudo más que disimular un entusiasmo por su amiga que apenas distraía sus propios demonios. Bncapaz de cenar, pensar o hablar, se había e6cusado con Eva para tomar un ba!o. #ientras el agua caliente resbalaba por su cuerpo, las imágenes de los ltimos descubrimientos descubrimientos sobre su vida la invadieron no dejándole asumir el control de su propio ser. 2e sentía e6tra!a, alterada y con los sentimientos a flor de piel, motivos todos ellos que emple como e6cusa cuando finalmente Eva y ella se acostaron, y la oscuridad volvi a mostrarle de frente aquel temblor que an perduraba y que nacía desde su vientre invadiéndola de la cabeza a los pies 4rat de dormirse, pero no podía. Eva mantenía la respiracin acompasada a su lado, y #aca envidi su capacidad para no alterar por nada su rutina de sue!o, sin embargo ella era incapaz... cada vez que cerraba los ojos y se sumía en el silencio de sus pensamientos, pensamientos, volvía a ella aquel aquel olor penetrante, aquella aquella adrenalina acumulada acumulada en su garganta, la intensa conciencia del calor de su cuerpo y la firmeza de su presencia. #aca volvi a abrir los ojos tomando bocanadas de aire como si se ahogara, su razn le decía que era tan ridículo sentir vergSenza por haberse sentido e6tra!amente e6citada en aquella situacin atrapada entre la pared y el cuerpo de Esther, que se resistía a creer que no fuera capaz de dejarse arrastrar por el sue!o por miedo a que fluyera aquella fantasía caprichosa que se había colado en su cabeza sin esperárselo. 1espierta encontraba mil razones que justificaban su reaccinO la presin que estaba viviendo, la adrenalina descargada descargada por el miedo, la admiracin oculta y curiosa que le despertaban aquella mujer, aquel sentimiento de seguridad que le brindaba desde que la conocía... las continuas charlas con Eva sobre relaciones lésbicas. *o era la primera vez que una mujer se colaba en una de sus fantasías, ya había pasado por ello cuando era más joven, de hecho había besado con chicas probando, probándose, y nunca supuso un problema o un determinante de su se6ualidad. %Entonces por qué' %por qué no podía simplemente cerrar los ojos y dejarse llevar' %dejar que su cabeza so!ara, fantaseara con aquel momento oscuro, en el que el cuerpo de Esther se había apretando contra el suyo, le había susurrado al oído quemando su sensibilidad aun sin ser consciente de ello, y había taladrado su piel con su olor y un calor inigualable' follarse a 6eorge )looney en sueos... sueos... + >gggg... es ridculo, es c!mo tener miedo de follarse por Dios bendito, es solo un estúpido estúpido calent!n calent!n  se desesper #aca levantándose de la cama. Abri el armario de medicamentos que había en su cuarto de aseo personal, y busc las pastillas pastillas para dormir. dormir. Abri Abri el grifo y se tom tom dos de ellas mientras mientras bebía un par de sorbos de agua.

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cobarde, pues jamás había sido capaz de ser ella quien diera el primer paso en una relacin, en realidad si lo pensaba, su actitud había sido bastante pasiva, ocupando siempre una posicin segura en cuanto a manifestar sus sentimientos, y contemplativa para cuando no no había sido correspondido correspondido su interés interés en alguien. #irando #irando atrás tenía que que reconocer que jamás hubiera encontrado la decisin de besar a alguien sin que ésta se le acercara primero, y mucho menos arriesgarse a intentar lo que &aura por instinto había hecho con Eva /ebi poco a poco de su taza pensando en ello, y mientras divagaba en sus actos pasados tuvo que reconocer reconocer que el origen de aquellas aquellas refle6iones refle6iones residían en #aca. #aca. An An podía sentir su pulso pulso acelerando latiendo contra su cuerpo cuerpo mientras la había había mantenido pegada a la pared pared para ocultarse ocultarse en las sombras sombras de aquel cuarto. cuarto. 2abía que no había sido necesario, pero su olor era tan embriagador a aquella distancia, que no pudo resistirse a susurrarle en el oído con tal de acercarse más a su tibia piel. 0epasando el recuerdo, se avergonzaba avergonzaba de haber disfrutado de aquel encuentro mientras #aca temblaba por el miedo de aquella situacin no buscada 2e levant del silln y mir de nuevo al e6terior. El cielo empezaba a clarear, la ventana de #aca seguía oscura y las calles solitarias, el coche patrulla no daba muestras de peligro, se apart de la mirilla, y se recost recost en el quicio de de la ventana mientras mientras su fuero interno imaginaba cmo hubiera sido atreverse a besarla *o se acordaba acordaba a qué hora había había conciliado el sue!o, pero al al abrir un ojo y vislumbrar vislumbrar claridad al otro lado de la persiana medio echada se dio cuenta de que llegaba tarde a la oficina. #ir a su lado y Eva ya no estaba en la cama, perezosamente perezosamente estir su cuerpo entre las sábanas, sentía cada uno de sus msculos doloridos y la boca seca, pero sabía que eran efectos secundarios a las pastillas que había tomado para dormir. 5rotándose los ojos sin poder abrirlos del todo, fue tropezando desde la cama hasta el aseo. 2e sent en el $7 mientras bostezaba y se despeinaba el cabello pasando sus dedos por él, luego lav sus manos, moj su cara e hizo gárgaras para quitarse el mal sabor de boca. -or fin consigui mirarse con ojos entornados frente al espejo, y una imagen adormilada y desgre!ada le dio los buenos días. Abri el cajn de la derecha y cogi una de las gomillas de pelo, luego sali de la habitacin rumbo a la planta baja mientras se peinaba el cabello con los dedos para recogérselo en una coleta. El olor a café recién hecho y tostadas le abri un agujero en mitad del estmago, gracias a 1ios Eva siempre había tenido un despertar fantástico y seguramente había preparado el desayuno antes de despertarla. 2e anim slo con la perspectiva de comer algo

M: =uele que te ca... gas... (iba diciendo #aca mientras entraba en la cocina, cuando la imagen de la mujer que no la había dejado dormir impact sobre ella en mitad de la estancia) Eva: -ues espérate a probarlo... te vas a morir... mmmmm... esto sí que es empezar el día con buen pie (se relamía Eva mientras se llevaba otro bocado a la boca, sin percatarse de que que la tensin de repente se acumulaba acumulaba en aquella aquella sala) Esther sinti un terremoto batirle la sangre cuando #aca apareci en la cocina con un pantaln de pijama pijama de tela y cintura baja, y un top negro negro que no slo ensalzaba sus sus pechos sino que que dejaba al descubierto descubierto aquel aquel vientre plano y terso que tan bien solía solía disimular con la ropa desgarbada que le gustaba vestir en su día a día. 7omo si de una


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droga se tratara, sus ojos se cebaron escaneando cada centímetro de aquella piel, para luego torturarla rescatando de improvisto la visin de aquel mismo cuerpo desnudo y sudado en pleno acto de lujuria. &e temblaron las manos. Agach la mirada y se concentr en depositar la cafetera encima de la mesa por miedo a que se le derramara + >y mi madre... madre... pero pero a esta nia cuanto cuanto cola?cao le han dao en su infancia, por Dios.
E: -ensé que tendríais hambre... (dijo Esther aun luchando por tomar el control) Anda siéntate, que te pongo el café #aca se había quedado tan parada como ella, pues no slo no esperaba encontrársela en su cocina, sino que a diferencia de cmo estaba acostumbrada acostumbrada a verla para ir a la oficina, Esther llevaba el pelo suelto y aun mojado, y se había vestido con unos vaqueros ce!idos y una camiseta de tirantes que dejaban a la vista la tonificacin de aquel cuerpo cultivado por a!os de entrenamientos. 0ecordar el calor que emanaba de él, y lo que aquella firme presencia había torturado a su subconsciente aquella misma noche, hizo que un instinto muy básico se removiera dentro de ella. 2alvada por las palabras de Esther, Esther, se limit a sentarse en la mesa y decir.. decir....

M: Iracias Eva afortunadamente no dej de hablar descontrolada durante todo el desayuno, desayuno, a pesar de gozar de un buen despertar, #aca sabía que aquella actividad frenética que presentaba era fruto de su escarceo escarceo con &aura el el día anterior y no pudo pudo más que sonreír sonreír y ver como Esther y Eva hablaban mientras ella se tomaba el desayuno en silencio. Al principio crey detectar detectar en Esther un desconcierto desconcierto cuando cuando había entrado entrado en la cocina, cocina, pero se olvid pronto pronto de ello mientras mientras la observaba sonreír sonreír y hablar con Eva Eva despreocupada #ientras desayunaba, desayunaba, pens que Esther era como dos personas en una, por momentos tan fría e infle6ibleR por momentos dulce, alegre y apacible. *unca había conocido a alguien así, tan cambiante, quizá por ello le inspiraba aquel tumulto de sentimientos encontrados cuando estaba cerca de ella

E: /ueno pues ir a cambiaros, y nos vamos... (dijo Esther levantándose de la mesa y empezando a recoger el desayuno) Eva: 2í, que ya vamos tarde... (le contest Eva al tiempo que se levantaba también. &e puso una mano mano en el hombro hombro a #aca y ésta tuvo tuvo que volver a la realidad) M: %Eh'... (a pesar de haber escuchado el murmullo, #aca no se había enterado de lo que pasaba) Eva: %*os vestimos' (la rescat r escat Eva) M: 2í, claro... (contest #aca poniéndose de pie) Eva: 4ía, a ver si te espabilas eh... que an estás dormida dormida perdida y van a dar las once. 7ruz nos mata esta vez, que lo sepas. %A que hora te dormiste anoche, por cierto' (le iba hablando Eva mientras salían de la cocina y enfilaban las escaleras hacia el dormitorio)


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Esther perdi sus voces a medida que ambas se alejaban. 7uando se supo a salvo dej de fregar los vasos y aprovech para tomar una gran bocanada de aire +Esto no puede ser sano. 7omo no me ponga en serio, va a poder conmigo, se dijo Esther, sintiendo la pesadez en las caderas por haber contenido aquel remolino atroz. < tras calmarse un poco, y conseguir centrar sus pensamientos en lo realmente importante, prosigui con su tarea de recoger recoger los restos del desayuno desayuno En cuanto llegaron a la oficina cada una se fue por su lado ya que Esther había aprovechado el trayecto en coche para ponerlas en precedentes de que hasta nueva orden no deberían salir de la oficina sin que ella les acompa!ara o supiera a dnde iban, lo cual evidentemente no tard en cabrear a #aca

M: 88%-ero quien se ha creído que es':: (rugi #aca tras cerrar la puerta de su despacho) -ara #aca que quisieran controlar sus movimientos por su bien, era igual de malo que sentirse controlada por el gobierno. *o le gustaba no poder ir en moto a donde le diera la gana, no le gustaba saber que &aura iba a vigilarla como una guardaespaldas, no le gustaba no salir a comer con Eva a solas, o ir de copas con amigos... amigos... en definitiva, no tener intimidad y libertad era lo peor que podían proponerle por muchas razones que le dieran al respecto Anduvo de un lugar para otro como un animal enfurecido que trata de serenarse estudiando como salir de su jaula. An no podía creer que hubiera tenido, aunque fuera por un momento, una una fantasía lésbica lésbica con aquella mujer. 7ada vez que que lo pensaba una sonrisa cínica se le dibujaba en el rostro, mientras se prometía a sí misma no volver a bajar la guardia con con +aquella mosquita mosquita muerta nunca nunca más, pues así así había catalogado catalogado a Esther tras decidir que lo que sus sonrisas dulcificadas escondían durante el desayuno eran en verdad un aguijn venenoso que le había clavado fríamente cual pu!alada de camino a la oficina 1e pronto el mvil empez a sonar. 7abreada lo descolg sin más

M: %2í' (dijo en tono brusco) Fernando: -ues sí que tengo mala suerte, para una vez que me coges el mvil y te pillo de morros (le dijo con cierta sorna 5ernando) M: *o estoy de morros (replic ella) Fernando: /ueno, pues mejor, porque a las dos te recojo para irnos a comer por ahí y no pienso dejar que nada nos fastidie el plan (le dijo y #aca reconoci en su voz, aquella sonrisa que solía poner cuando estaba contento y cari!oso) 84e echo de menos: #aca baj la guardia. 2iempre lo hacía cuando él se mostraba sincero en aquella frase

M: Es que he estado un poco estresada con el proyecto, pero lo terminaré pronto (se e6cus ella, pues se sentía culpable por las ltimas semanas que estaban pasando) Fernando: %Entonces no me dices que no a la comida' (le apremi él con esperanza)


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#aca pensaba darle otra e6cusa, pero de pronto pens que lo mejor que podía hacer era volver a su vida tal cual la conocía antes de que Esther entrara en la empresa y con ella todo aquel entramado que la estaba desquiciando poco a poco

M: %A las dos' (pregunt ella más suave y receptiva a la idea) Fernando: A las dos (le corrobor él) M: ;ale, %pero a dnde me llevas' (quiso saber más animada) Fernando: #mmm... ya lo verás, pero te diré, que no pienso pagar postre (le dijo él) M: 9ajaja... vale (contest ella tras saber a qué se refería con aquella advertencia) 2e despidieron con un beso y #aca colg el teléfono algo más tranquila, hasta que volvi a recordar la imposicin de Esther y la nueva guardaespaldas guardaespaldas encomendada Esther hizo un par de llamadas, recogi documentacin que necesitaba y se apresur a salir de la oficina no sin antes dejar a &aura al mando de la vigilancia. 1urante el trayecto en coche repas mentalmente la conversacin que había mantenido con Eva y #aca allí mismo una hora antes. 2abía que se había mostrado más fría y tajante de lo que había pretendido, y que en lugar de una peticin cordial había terminando dando una orden tajante y amenazante... M: $)!mo

que /aura me va a vigilar& Pens' que eso solo era por esta noche, dijiste que no podan ir tras de m sin la orden, dijiste que ibas a denunciarlo, a darle una soluci!n (le rebata Maca alterada tras aquella noticia+ E: < eso voy a hacer, pero hasta que lo solucione tomaremos estas precauciones (le contest! "sther+ M: Pero es ridculo, no puedes pretender que te ponga en aviso de cada movimiento que haga... $qu' vas a hacer, seguirme si voy a cagar a los servicios de la cuarta planta& (Maca cada ve* se disparaba más+ más+ E: /o único que digo es que dej'is que os lleve a casa y os traiga (trat! de no entrar en aquel juego "sther+ M: $< qu' pretendes& $1u' me encierre en casa& $1u' no salga& (le preguntaba at!nita Maca, pues le pareca increble que "sther creyera c reyera que se iba a pasar los das de casa al trabajo, y del trabajo a casa+ E: @asta que lo solucione, s olucione, s, eso pretendo (le dijo "sther lan*ándole una mirada dura a trav's del retro retrovisor+ visor+ M: 20o pienso hacerlo3 (le contest! Maca aguantándole aquella mirada con otra muy similar+ E: Oh s, ya lo creo que lo harás (le contest! "sther desafiante, "va quiso intervenir, pero no se atreva atreva viendo el huracán que se avecinaba+ M: 2

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tiempo, sus sentimientos habían anulado su control desembocando en aquella amenaza originada por la idea aterradora de que Azucena Azucena y su grupo pudieran salirse con la suya +2i no fuera tan cabezota, se lamentaba Esther, Esther, aunque en el fondo sabía que había sido la culpable por no haber teniendo tacto para proponer de una forma menos opresiva su colaboracin 1espués de media hora de espera, una de reunin y tres de comida diplomática, Esther consigui que se hicieran las llamadas oportunas para conseguir que el grupo de seguimiento se retirara hasta la vista del caso. 4ras aquella noticia, Esther estaba insultante, no veía el momento de comunicarle a #aca que se olvidara de lo dicho aquella ma!ana, aunque sabía que primero tendría que pedirle disculpas por las formas que había empleado, pero aquello era lo de menos. &o importante era que había logrado sacar a Azucena Azucena y su grupo de la rbita de #aca, y que no les quedaría otra más que obedecer ya después de las pruebas que había aportado Esther iban a estar vigilados muy de cerca Al salir del restaurante y encaminarse al coche, el aviso de que tenía llamadas perdidas salt en su mvil, por lo visto no había tenido suficiente cobertura en el local. Al Al ver que era &aura la que había llamado, se preocup, marc rellamada y se comunic con ella

E: %Cué pasa &aura' (le pregunt tras descolgar) L: *ada, bueno... ahora ya no (le contest dubitativa &aura) E: %7mo que ahora ya no' %qué ha pasado' (se endureci Esther) L: #aca sali a comer con su novio, todo iba bien pero me dieron esquinazo... esquinazo... (empez a e6plicarle &aura nerviosa) E: %Cué te dieron esquinazo' (se sorprendi Esther, estaba disgustada) L: &o siento (lo advirti &aura por su tono de voz) E: %1nde está ahora' (le pregunt Esther severa) L: =an vuelto a la oficina hace unos diez minutos (le contest &aura) E: ;oy hacia allá (dijo Esther e inmediatamente cort la llamada) &aura se qued con el teléfono en la oreja, lentamente lo colg, decepcionada por haberle fallado

Eva: 4ía, llevo varias horas buscándote. buscándote. %2é puede saber dnde te has metido' %y por qué traes esa cara de pava' (la atrap Eva nada más la vio cruzar el pasillo hacia su oficina) M: #e fui con *ando a comer (le ( le contest #aca que no podía dejar de sonreír) y esta cara es la que se te queda después de echar un buen polvo, a ver si te decides de una vez y lo pruebas con alguna de tus candidatas Evita (le termin de responder #aca dándole un pellizco juguetn en el moflete) Eva: 888%4e has tirado a *ando con &aura vigilándoos'::: (Eva tenía los ojos y la mandíbula desencajada por la noticia) M: 8*o seas morbosa: 87laro que no: 7uando salimos del restaurante le di esquinazo, aun no me va lo vouyeur (le aclar #aca) Eva: Ah, bueno... (se tranquiliz de pronto Eva, pues no le hacía nada de gracia que su posible futura +pareja +pareja viera follando a su mejor amiga, solo solo de pensarlo le entraban


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escalofríos) 8Cue guarra:
E: 4enemos que hablar, 8ya: (rugi Esther nada más llegar a la altura de las dos) Eva: "y, me acabo de acordar que 7ruz me pidi un informe esta ma!ana (trat de salir por peteneras Eva Eva viendo el temporal temporal que se avecinaba) avecinaba) #aca la cogi del brazo justo cuando Eva intentaba escaparse

M: 84 te quedas: (dijo tajantemente #aca sujetándola y entornando los ojos desafiante prosigui)
E: 8#e vas a escuchar aunque te tenga que amarrar para que lo hagas: (le rugi Esther) Eva: /ueno chicas, calmémonos un poquito, %sí'... (quiso calmar las aguas Eva que se veía de pronto en medio de una guerra de titanes) E: Ls dije que no salierais sin comunicárnoslo antes (habl Esther ignorando a Eva) M: < yo te dije que no lo haría. Así que ya puedes correr a chivárselo a mi padre, porque ni t ni nadie nadie va a decirme como como vivir mi vida (le espet espet #aca) E: 89a: 8*o me hagas reír: (esboz Esther una sonrisa cínica) 4 no eres más que una jodida ni!ata, que no tiene ni puta idea idea de lo que es es la vida. %4e %4e crees crees que salir por ahí con tu novio y dar esquinazo a la nica persona que puede proteger lo que t llamas libertad, es vivir' 8Estás muy equivocada: equivocada: M: Ah %sí' %< qué, piensas darme lecciones t'... (le contest de igual manera #aca) 8Eso sí tiene gracia: 4e calé en cuanto te vi, yo seré una ni!ata, pero t eres una prepotente con un palo metido en el el culo, que disfruta teniendo teniendo todo y a todos bajo control, porque en el fondo te asusta todo aquello que se salga de un plan, una regla o una orden. -ues entérate bien, 8A #Y *L #E 7L*40L&A2: Eva: En serio chicas, creo que tendríais que calmaros... en el fondo, esto no ha sido para tanto (trat de intervenir nuevamente Eva tras ver que iban echando fuego por la boca y por los ojos)


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E y M: 8L==, 7X&&A4E: (le espetaron con un grito las dos a la vez) Eva las mir sorprendida. < tras un segundo que pareci eterno, reaccion

Eva: %2abéis que os digo' 8C"E A &A #BE01A: 8por mí, como si os matáis: (les contest Eva y dando un portazo sali de la habitacin) E: 2í dejaras de mirarte el ombligo por un momento te darías cuenta que no trato de controlarte, sino de protegerte (continu con aquella discusin Esther) M: 88%-rotegerme':: (se escandaliz #aca) 8Eso no es protegerme, es encerrarme en una celda sin barrotes: *o pienso dejar de llevar una vida normal slo para no sentir miedo de lo que pueda pasar, y si no eres capaz de comprenderlo es tu problema E: 84 eres la que no comprende, y sinceramente, el gran problema aquí lo tienes t: (Esther estaba dolida y asustada, y no comprendía porqué #aca no lo estaba) &o de ayer no fue un juego, y desde luego lo que se decida en el comité dentro de un mes tampoco lo será, te lo aseguro. -ero tranquila, t sigue por ahí escondiéndote escondiéndote de &aura y jugando a los +noviecitos como si fueras una puta adolescente que no ve más allá del hoy y el ahora... M: 8Eres IB&B-L&&A2: (le grit de pronto #aca realmente alterada, la ironía y las palabras de Esther Esther la herían) 84Z *L E*4BE*1E2 E*4BE*1E2 *A1A:... Cué Cué fácil es para ti tener tener todas las respuestas, te quedas ahí y nos miras por encima del hombro con ese autocontrol y frialdad que... que me crispa los nervios. 84odos 84odos no somos como t: 84odos 84odos no somos tan fuertes:... (#aca empezaba a desmoronarse, y Esther comprendi al mirarla que su corazn era capaz de estrangularse an más de lo que lo estaba, por ella) 8
E: 8*o puedo hacerlo: (susurr de pronto Esther) #aca la mir sorprendida. Esther alz la mirada y se top con su desconcierto


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E: &o siento, pero no puedo hacer mi trabajo... (repiti Esther recobrando la fuerza de su voz) M: 7laro que puedes... (le contest #aca) E: *o, no puedo y no lo haré... ma!ana mismo conseguiré que alguien de mi confianza me sustituya, lo siento (se reafirm Esther y se gir para salir de allí) #aca la cogi de los brazos y la hizo detenerse

M: 8*o puedes hacer esto: 8*o puedes desistir: (#aca sinti miedo por primera vez) 89oder no puedes castigarme por lo de esta tarde: Acabo de e6plicarte que... E: *o es por lo de esta tarde... (la sac de su error Esther) M: %Entonces por qué' %si no es porque te desobedezco, desobedezco, entonces por qué' (le e6igi una respuesta #aca. -ero Esther agach la mirada, no iba a responder r esponder,, #aca se sinti fuera de sí, la zarande) 8#aldita sea, Esther: 8#B0A#E: #erezco saber por qué... %por qué vas a dejarme tirada... tan poco te importa mi vida para dejarme en mitad de esto slo porque me fui a echar un polvo...' Entonces Esther la mir fijamente, y en sus ojos había una mezcla tan e6tra!a que #aca no se atrevi a seguir hablando

E: %Cuieres saber el porqué' (le dijo Esther con la voz vibrante por la ira, los celos, el miedo y la locura que sin saber sentía) < Entonces todo pas en un segundo. 2us ojos chocaron, y unos brazos más fuertes que los suyos la agarraron tirando de ella como si un remolino de agua la succionara hacia el interior. 2inti de nuevo un calor familiar, el el corazn se le ahog y le falt el aire. "na sensacin de vértigo le cerr los ojos... la boca parecía secársele y entonces la repentina humedad que hall la despert. #aca abri los ojos, Esther la besaba y ella le devolvía el beso. Entonces se separ bruscamente, y un bofetn cruz la cara de Esther #aca respiraba como si de pronto fuera asmática. &e temblaba el cuerpo, y le escocía la palma de la mano mano con la que había había abofeteado abofeteado a Esther, pero an así, se resistía a creer creer lo que había pasado Esther no la miraba, sus pulmones también trabajaban con esfuerzo por recobrar el aliento. Así que se quedaron allí, en silencio, y durante varios minutos fueron incapaces de articular ni una sola palabra. Al fin, fue Esther la que hablo

E: Tsta es la razn por la que no puedo realizar mi trabajo. 84enías 84enías razn sobre mí: (le dijo Esther ya sin reproches ni dureza en su voz, simplemente con la sinceridad que solo la verdad otorga) 82oy fuerte, autosuficiente, prepotente y siempre tengo la respuesta:... (#aca la mir al detectar un temblor en su voz)... pero desde que acepté este maldito trabajo, ando agotada, tengo miedo, mi razn lucha con lo que siento y dudo de cada paso que doy... doy... 8Así que no: 8*o puedo trabajar trabajar para ti: 8-orque a pesar pesar de estar volviéndome loca y de que me has destrozado la vida con la que yo sabía convivir, te quiero y no sé que hacer para dejar de hacerlo: A #aca no le dio tiempo de reaccionar, reaccionar, Esther cruz a gran velocidad la estancia y cerr la puerta tras de si al salir. #aca se qued mirando el vaci que había quedado tras ella,


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an con aquel incmodo hormigueo por el cuerpo y un nudo en la garganta causado por las ltimas palabras de Esther

, d+a de."/000 +"n poco más... se dijo Esther, y recobrando algo de aire, volvi a poner sus pasos a merced del suelo semiblando del parque. *o mir el reloj, pero el despertar de la ciudad le comunic que debía llevar algo más de una hora corriendo. #ientras se esforzaba por dar otra vuelta, vio pasar a varios jvenes en bicicletas, salud a -aco el del puesto de peridicos y se cruz cruz con varias varias madres atravesando atravesando el parque arrastrando arrastrando a sus hijos hijos para llegar al colegio colegio a tiempo. 1esvi 1esvi su rumbo y cruz cruz un peque!ito puente, puente, por aquella parte los aspersores seguían en marcha regando las e6planadas de verde césped, Esther agradeci las gotitas de agua fresca que fueron a su encuentro. =abían pasado veinte días desde aquella tarde, sin embargo aquel momento del día era el nico que le permitía apartar por completo completo la imagen de #aca de su cabeza. cabeza. Estaba volviendo a pensar en ella cuando un hormigueo hormigueo empez a nacerle en el gemelo, gemelo, aminor el paso, paso, la fatiga física era mucho mejor que detenerse. 4odo empezaba de nuevo en su cabeza cuando se detenía, la firme presencia de sus manos en sus hombros e6igiéndole un +%por qué', la tibieza de su cuerpo contra el suyo, su olor, su sabor... sabor... no podía soportar recordar su sabor... sabor... Esther volvi a apretar el paso, accion el aumento de volumen en su ipod y trat tr at de conseguir quince minutos más de silencio en su cabeza &aura sali del ascensor primero, luego permiti que Eva y #aca hicieran lo mismo. 1esde que 0al había sido puesto al cargo del caso, &aura las acompa!aba a todas partes, y todas partes partes significaba realmente realmente del trabajo a casa, de casa casa al trabajo y poco poco más. 1urante días todos habían esperado que #aca estallara haciendo una de las suyas ante aquella imposicin, pero lo cierto es que no lo hizo. 2e limitaba a trabajar y a no hablar con nadie, especialmente con Eva que había recibido aquel nuevo estado de #aca como un mazazo en el estmago, pues se sentía culpable por no haberse quedado aquella tarde en medio de #aca y Esther para interceder

Eva: %7omemos luego' (le pregunt Eva como siempre) M: 7laro, hasta luego... (le contest también como siempre #aca) < Eva la dej marchar hacia el interior de su oficina tratando de que su indiferencia no la aplastara 7ruz las observ desde el cristal de su despacho. Ella también estaba preocupada por la +no reaccin de #aca, en realidad el nico contento con la situacin era -edro $ilson, $ilson, que tras enterarse de los acontecimientos acontecimientos en el centro comercial y de la verdadera situacin sobre la 1#B4 había puesto el grito en el cielo, acogiendo con gusto el paranoico y sobreprotector sobreprotector plan de 0al 0al referente a la seguridad seguridad de su hija. El que #aca hubiera decidido colaborar, aliviaba aliviaba tanto su carga que sin darse cuenta había aprendido a mirar a su hija sin verla, ignorando aquella mirada ausente que desde hacía hacía días presidía su rostro, o aquella actitud antinatural antinatural y apática impropia impropia de ella


3@J

+ "sto no está bien, pens 7ruz mientras marcaba un nmero en su mvil. + 7amos "sther... c!gemelo, c!gemelo..., pero la operadora volvi a anunciarle e6actamente lo mismo que le anunciaba todos los días... +El nmero de teléfono marcado no se encuentra disponible #aca dej su mochila en la silla continua y esper a que E&B2A iniciara el sistema. 2abía que no tenía nada sobre lo que volcar su tiempo, pues los primeros días se los había pasado frenéticamente trabajando y desde hacía casi cinco, había finalizado por completo las modificaciones que Esther había dejado anotadas que se hicieran antes de desaparecer. #ir por la ventana, y le pareci increíble que la gente fuera y viviera frenética en su paso, pues ella tenía la sensacin de que se encontraba más quieta que nunca

Ordenador: Bnicio completado (le anunci E&B2A) #aca volvi a su asiento y esper a que el ordenador volcara la lista de asuntos pendientes. 1istraídamente fue desechando tareas que no le apetecían realizar, hasta que lleg a una codificada, le llam la atencin no recordarla e introdujo varias contrase!as sin acierto. 0evis la fecha de la ltima actualizacin, y entonces cay de que se trataba... introdujo la contrase!a que había elegido con Eva y 8bingo: El ordenador volc el proyecto que Eva y #aca habían dise!ado para asaltar la base informática del 1#B4. %7mo lo había olvidado' #aca se sinti confusa mientras se dejaba caer incrédula contra el respaldo de su asiento, %cmo algo de tanta importancia como aquello había pasado a un tercero plano' Entonces cay en la cuenta de que hacía tiempo que no hablaba de verdad con Eva, de que los días habían pasado rápidos y vacíos mientras trabajaba... de pronto se dio cuenta de que trataba de olvidarla Eran las dos de la tarde y Eva se par en frente de la puerta del despacho de #aca. 2uspir resignada, pues sabía lo que iba a encontrarse.
Eva: %;amos a comer'... (le pregunt) M: 4odavía no, ven... quiero ense!arte una cosa (la sorprendi #aca invitándola a participar de lo que estaba haciendo) Eva no pudo contener una muestra de sonrisa, fuera lo que fuera, era un paso. 2e apro6im rápidamente a donde estaba #aca y al mirar el monitor abri los ojos como platos

Eva: #aca esto... %esto es...'... (Eva no se atrevía a preguntarlo)


3@D

M: An no estoy dentro, tranquila... solo estoy tanteando un poco, no dispondremos de mucho tiempo así que descarto dnde no tenemos que mirar (dijo #aca como si fuera lo más simple del mundo) Eva: -ensé que ya no estabas interesada, 0al dice que después del trabajo que dej realizado Esther slo se llevarán el prototipo y el proyecto... (a!adi Eva como tratando de disuadirla) M: 8*o me importa: 8;amos a hacerlo: (le contest #aca de forma rotunda) Eva la mir un segundo. #aca tecleaba y tecleada sin despegar la vista de la pantalla, su forma de trabajar siempre fue obsesiva, pero en su tono había algo personal... un atisbo de su genio, Eva no sabía si alegrarse por ello o echarse a temblar. #aca volvía a querer asaltar la base de un organismo gubernamental El timbre de la puerta son. Esther dej el cuchillo en la tabla de cortar y se dirigi hacia la puerta. #ir por la mirilla y suspir

Kate: Abre la puerta, que sé que estás ahí... (le dijo Uate esperando apoyada en su quicio) Esther abri

E: Estoy preparando la cena, supongo que te quedas %no' (le dijo poniendo rumbo de nuevo a la cocina) Kate: #e quedo (le confirm Uate siguiéndola tras cerrar la puerta) E: 8Estupendo: (e6clam Esther, aunque lo decía con ironía) Kate: %2igues autoflagelándote' (le pregunt Uate mientras se sentaba en el banco de cocina donde Esther volvía a cortar verduras) E: *o me autoflagelo, no empieces con eso (le contest Esther tranquilamente) Kate: &o que t digas. *unca entenderé por qué pusiste a 0al al frente del caso, es un capullo. &a pobre las estará pasando putas (pens Uate en voz alta mientras cogía un poco de zanahoria) E: -orque es un capullo, pero hace las cosas cuando se deben hacer. *o importa como lo esté pasando ahora, lo que realmente importa es que dentro de once días podrá olvidarse de todo esto (dijo Esther algo cansada de aquella disputa absurda) Kate: %4ambién de que la besaste' (le entr Uate) E: 8
Kate: ;ale. Anda ven... (le dijo) Esther dej de hacer lo que hacía y se dej abrazar. Uate era de las pocas personas con las que podía mostrarse vulnerable, y a pesar de que fuera su más dura conciencia, agradecía tenerla con ella


3@G

Kate: Esto es grande, creo que lo sabes... (le dijo Uate conteniéndola) E: &o sé... (reconoci Esther, hacía tiempo que veía ridículo negárselo) Kate: *o piensas hacer nada, %no es eso' (a!adi Uate) E: *o hay nada que hacer Uate... (le contest Esther separándose suavemente de ella) 5ue una locura desde el principio, un error que nunca debí cometer Kate: Cuien no se arriesga siempre pierde (le dijo Uate) E: 2í, pero fue egoísta por mi parte lanzarme así... (Esther neg con la cabeza como si con ello pudiera alejar aquella tormenta)... 1e todas formas al menos sirvi para que diera el paso, de otro modo no sé si hubiera sido capaz de retirarme del caso. &a puse en peligro por el egoísmo de querer tenerla cerca, y eso no puedo disculpármelo Kate: 8;ete a la mierda: (le espet de pronto Uate con fuerza) Esther se sobresalt, no era propio de ella

Kate: 5uiste humana y te dejaste llevar, pero jamás pusiste en peligro a #aca, jamás podrías. < no me jodas con lo referente a 0al, todos sabemos que le has dejado el trabajo hecho, lo nico que t no pudiste hacer fue tratar a #aca como un ser impersonal sin voz ni voto, eso no te hace una mala profesional, sino todo lo contrario pese a quien le pese E: 1a igual Uate... (dijo Esther, estaba cansada de hablar de ello) Kate: *o da igual, pero vale... dejémoslo si quieres. Aunque sigo pensando que no debiste abandonar el barco (volvi Uate al ataque) Esther suspir, la noche iba a ser larga #aca durmi inquieta aquella noche. *o era la primera, pero esta vez sus pastillas para el insomnio habían dado peor resultado. Eva había tratado de persuadirla para no hacerlo, pero #aca se había mostrado rotunda en su decisin y al día siguiente asaltaría la base de datos del 1#B4. 7omo sería muy sospechoso que Eva y ella se quedaran hasta tarde en el despacho para hacerlo, #aca determin que lo harían por la ma!ana, a plena luz del día mientras todos trabajaban. Aquello aumentaba el riesgo, pues habría más efectivos controlando el servidor, a diferencia de lo que pasaba por la noche que el nmero de operarios siempre disminuía. #aca repiti en su cabeza cada detalle de lo que planeaba realizar, quizá por ello, su duermevela fue una constante en el transcurso de la noche

L: /uenos días #aca... (la salud &aura recogiéndola en la puerta principal por la ma!ana) M: /uenos días &aura... %cmo os va a Eva y a ti' (pregunt de pronto #aca como si fuera lo más normal del mundo) &aura se sobresalt, pues era la primera vez que #aca se dirigía a ella en un tono personal

L: 7reo que bien... digo bien (trat de ser cortés y segura &aura al contestarle) M: 8#e alegro: -rtate bien con ella, es buena chica (le dijo #aca con una sonrisa) %*os vamos'


3@N

L: 2í claro, cuando quieras (le contest &aura incapaz de no corresponder a su calidez) 7uando Eva sali tras &aura y #aca del ascensor las manos y las piernas le temblaban. -or un momento le hubiera gustado que &aura fuera capaz de leer sus pensamientos slo con mirarla y así impedir que cometieran aquella locura, pero cuando &aura se despidi de ella rozándole a escondidas la mano... supo que aun les quedaba mucho camino por recorrer hasta desarrollar aquel estrecho lazo. Entr resignada en la oficina de #aca, deseosa de que por alguna e6tra!a y divina razn, su amiga hubiera pensado desistir de su ideaR pero cuando la vio preparar los programas y entrar en la página oficial de seguridad nacional, supo que iban a hacerlo

M: %Cuieres dejarlo' (le pregunt #aca. -ues curiosamente entre ellas dos si e6istía el lazo de leerse los pensamientos) Eva: #e gustaría que lo dejáramos ambas, pero t no vas a retirarte %no' (le contest Eva) M: *o puedo, hay cosas que necesito saber... (le dijo #aca con sinceridad) pero entenderé que no quieras participar en esto Eva se le qued observando, y lo que vio en sus ojos hizo que se decidiera...

Eva: A la mierda... (dijo Eva sentándose a su lado)... 1ijimos que lo haríamos juntas, %no' 8-ues hagámoslo: 8;enga: #aca le toc el hombro con su mano, Eva se gir y le sonri...

M: Iracias: (le dijo #aca devolviéndole la sonrisa, y ambas se pusieron manos a la obra para preparar el asalto informático) &aura esper a quedarse a solas para poder realizar la llamada. #arc la tecla rápida y al otro lado apareci Esther

E: /uenos días &aura... (la salud Esther) %7mo va todo' L: /uenos días Esther, va bien. #aca sigue colaborando, y 0al ya tiene preparados los documentos y cambios que indicaste (la mantuvo informada &aura, algo que no había dejado de hacer desde el mismo instante en que Esther le había comunicado que pondría a 0al al mando de cara a la empresa, pero que seguiría controlando todo lo referente al caso personalmente. &aura y el propio 0al, eran los nicos que sabían que Esther era la verdadera directora de hilos de aquella funcin de marionetas E: Ienial. %< el prototipo' %consigui #aca reestructurar la carga' (pregunt Esther) L: 2í, y la estadística que he recogido del laboratorio confirma que se ha reducido en un >@V> el 0aE... (empez a indicarle &aura) E: #ándamelo por fa6, le echaré un vistazo, y mantenme informada de si hay novedades. -or cierto, dile a 0al que el presidente del comité an no está claro, que trate de averiguarlo por su parte, yo trataré de hacer lo mismo por la mía (le dijo Esther) L: 1e acuerdo... (&aura dud en si decirle o no la novedad que había percibido aquel día) E: %Algo más' (pregunt Esther tras detectar que &aura parecía haber cortado la frase)


3@

L: *o es nada, pero quizá quieras saber que parece que #aca se muestra más comunicativa (termin por comentárselo &aura) Esther permaneci callada. -ese a lo que el resto pensara, incluida Uate, Esther no había dejado de conocer perfectamente la situacin en la que se encontraba #aca. Bncluso se había ocupado varias veces de su guardia, para dejar que &aura descansara. ;elaba por ella, y sufría con ella y aquella actitud tan carente de vida que había manifestado aquellos días. En silencio, le atormentaba saberse la causante de aquella letanía... a fin de cuentas, era ella la que la privaba de libertad desde el anonimato, como una cobarde

E: #e alegro por ella... ojalá pronto vuelva todo a la normalidad, y podamos dejarla en paz. Iracias por mantenerme informada &aura (concluy Esther la conversacin con aquellas palabras) L: 1e nada... hablamos (contest &aura) Eva mir el cronmetro, tan slo quedaban J minutos antes de que quedaran al descubierto

Eva: #aca, tenemos que ir borrando... (le dijo Eva con apremio, mientras se encargaba de cubrir la retaguardia de los datos que #aca iba dejando a medida que iba entrando en archivos de mayor profundidad en el sistema) M: un no... (dijo #aca, por más rápido que iba no había logrado todavía encontrar los archivos que le concernían, tan slo había podido copiar asuntos superfluos del proyecto que no le decían más que lo que ya sabían) 4iene que haber algo mas... Eva: Bgual no hay nada, #aca... tenemos que cerrar (le decía Eva con el tiempo jugándoles ya en contra &a cabeza de #aca corría vertiginosamente, en contra a lo que se esperaba, las carpetas de los casos no estaban archivadas ni por el nmero de e6pediente, ni por el nombre de las empresas, ni por el seudnimo que se adjuntaba al proyecto, en su lugar aparecía un cdigo alfanumérico que parecía carente de sentido

M: 4iene que tener algn ne6o, no es posible que la catalogacin sea al azar... (pensaba #aca en voz alta, absorta en conseguir descifrar aquel cdigo) Eva: #aca... tres minutos, no hay tiempo (le grit Eva) 1e pronto a #aca se le ocurri una idea

M: %7uándo se llevaron la copia del ltimo prototipo' (le pregunt #aca de pronto) Eva: El viernes... (le contest Eva sin entender)... %por qué' #aca ni siquiera contest. Bntrodujo la fecha y rebusc entre la lista que el ordenador escupi, con la esperanza de que la actualizacin de aquella base de datos fuera rigurosa, y pudiera encontrar la adherencia de los ltimos datos del láser a la carpeta que ella iba buscando

M: 8/ingo: (e6clam #aca de pronto y empez a copiar los datos al disco duro) Eva: 1os minutos #aca... no nos da tiempo... (a Eva le iba a dar un ataque) M: #ierda... desvía al servidor de CSenty (le sugiri #aca)


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Eva: Eso ya lo he hecho... #aca, nos vamos a quedar al descubierto... 8cierra ya: (rugi Eva) #aca mir la línea de progreso de los archivos que se estaban copiando, an quedaba un 3DW para que se completara

M: 9oder... (e6clam #aca y empez a teclear comandos a una velocidad vertiginosa en el ordenador central) Eva: %Cué haces' (le pregunt Eva sin dejar de sellar lo suyo) M: E&B2A... redireccin de recursos al ?W (orden #aca) Ordenador: 0equerimiento superior a la energía e6istente, %desea continuar' (le pregunt E&B2A) Eva mir a #aca con cara de asombro y terror mal disimulado, #aca también la mir antes de decidirse

M: 2í, contina (dijo #aca) Ordenador: 0edireccionando (comunic E&B2A) 1e pronto la sala qued a oscuras a e6cepcin del monitor central de E&B2A. #aca y Eva escucharon voces fuera de la habitacin

Eva: %Cué está pasando' (pregunt Eva) M: *o tengo ni idea, es la primera vez que lo hago (dijo #aca encogiéndose de hombros) Eva: 8#acaaaaaaaa... estamos fuera de tiempo: 8#ierda, cierra: (le grit de pronto Eva al darse cuenta que con la sorpresa del apagn de luz había apartado su atencin de lo más importante. Al mirar el monitor) 8-ero que co!o...: En la pantalla un sin fin de enlaces a distintos servidores del mundo se había puesto en funcionamiento, creando una red de cortafuegos que desviaba la se!al lejos de ellas

Eva: %7mo lo has hecho' (le pregunt Eva atnita) #aca también parecía sorprendida con aquello

M: *o lo sé, programé un programa de redireccin de se!al tipo los que utilizamos para solventar el problema de saturacin del Elipse >???, pero slo configuré unos quinientos, aquí debe haber unos dos mil por lo menos... (decía #aca mientras miraba con el ce!o concienzudo la pantalla mientras E&B2A seguía tomando el control de aquella operacin) E&B2A debe estar utilizando los recursos de la 1#B4... Eva: %-ero cmo va a estar cogiendo recursos que no son suyos' (pregunt Eva alucinada) M: /ueno, no es tan descabellado, está programada para hacer propias bases de datos nuevas, y al permitirle un porcentaje de autonomía muy superior a su media debe haber +chupado recursos también de la del 1#B4, a fin de cuentas las hemos conectado al adentrarnos en ella (supuso #aca) Eva: 8Cue alucine: (concluy Eva ya sonriendo) M: < que lo digas (se sum #aca satisfecha)


3J?

1e pronto aporrearon la puerta. #aca y Eva se miraron tras ponerse rígidas de golpe. #aca trat de ser la primera en mantener la calma, y pretendi mirar por la cámara quien era quien llamaba, pero E&B2A aun no había terminado y había anulado todas las fuentes de energía para concentrarlas en el proceso

M: #ierda, no puedo ver quien es (dijo #aca) Eva: 9oder, no pueden habernos pillado tan pronto %no' (Eva no sabía que pensar, estaba acojonada) M: *o seas ridícula (le espet #aca pero tampoco las tenía todas consigo) L: 7hicas, abrir... (la voz de &aura al otro lado de la puerta las tranquiliz de golpe) Eva: 8Es &aura: (salt de la silla Eva con alegría) M: 8Espera: 8*o podemos abrir: (la retuvo #aca antes de que abriera la puerta sin pensar) Eva se dio cuenta de que tenía razn, E&B2A seguía escupiendo y copiando datos. *o podía permitir involucrar a &aura en aquello

Eva: %< qué hacemos' (pregunt en tono más bajo Eva a la desesperada) #aca apart a Eva de la puerta y ocup su lugar

M: &aura, no podemos abrir... ha de haber algn cortocircuito porque se nos ha ido la luz aquí dentro (trat de ganar tiempo #aca contándole una verdad a medias) L: 2í, lo sé... toda la planta está igual. *o os preocupéis, ya hemos llamado a los técnicos para que lo revisen... pero quería saber que estabais bien ahí dentro (les inform &aura) Eva: 88%4oda la planta':: (e6clam Eva en un susurro mirando a #aca con sorpresa) #aca se encogi de hombros, estaba tan sorprendida como Eva, jamás había tenido necesidad de probar la potencia de E&B2A a aquellos e6tremos, y por lo que parecía su requerimiento de energía abarcaba mucho más campo del que esperaba

M: *osotras estamos bien, no te preocupes (le notific #aca bajo la mirada de Eva) L: ;ale, voy a ver si agilizo esto. ;uelvo pronto (les dijo &aura y las dos se despidieron con un hasta luego de ella) Cuince minutos después E&B2A concluy su trabajo y todo volvi a la normalidad =acía un día e6celente. &a terraza estaba concurrida y el sol primaveral caía generoso contagiando su energía. 2e llev el refresco a la boca, y bebi distraída mientras su atencin era captada por el libro que estaba deborando

Vo%: 8Cue bien te lo montas, no: (la interrumpi una voz risue!a y sensual que conocía bastante bien) E: *o me puedo quejar. %Cué tal el día' (le pregunt Esther a Uate mientras ésta se quitaba las gafas para colocárselas de diadema sobre el pelo y tomaba asiento junto a su amiga)


3J3

Kate: En comparacin al tuyo, un infierno. Estoy deseando pillar vacaciones y fugarme por ahí con /ea (le confes Uate mientras llamaba al camarero) E: 8Cuién nos iba a decir que iba a ser una +pipiola la que te cazaría: (se río Esther al hacer el comentario) Kate: 8-ipiola dice... y me da mil vueltas: (dijo Uate poniendo los ojos en blanco) E: 9ajaja... 8#e alegro por ti: 82e te ve muy feliz: (le e6pres sinceramente Esther regalándole una sonrisa) Kate: &o soy... -ero no hablemos de mí, que eres t la que me preocupa (cambi de tercio Uate en cuanto el camarero le trajo su bebida) %7uánto piensas prolongar esto' E: %-rolongar el qué' (le pregunt Esther) Kate:
E: *o sabía que querías que me quedara (dijo Esther lentamente) Kate: -ues claro que quiero que te quedes, me agota y me preocupa verte danzar de un lado para otro, sin dejar que nada ni nadie tinte tu vida... es como ver a alguien vestido de blanco luchando porque nada le imprima una huella. 8
E: Esta bien, me quedo (dijo de pronto Esther)


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Uate la mir entonces

Kate: %&o dices en serio' (pregunt Bncrédula) E: En serio (contest ella alegremente) Kate: %Así de fácil' %slo con pedirlo' (Uate no se lo creía todavía) E: 9ajaja... sí, así de fácil. 7reo que tienes razn, necesito un cambio... me he pasado los ltimos a!os luchando contra lo que yo en cierta forma contribuí a crear, y empiezo a estar cansada de que recaiga sobre mi espalda esa responsabilidad. ;a siendo hora de que me retire y me dedique a hacer otro tipo de cosas... después de lo que ha pasado esta vez con el caso, no tengo ninguna gana de meterme en medio de otra encrucijada Kate: /rindo por eso... < con un choque de vasos, ambas se miraron y sonrieron, deseando que una nueva vida empezara para ellas

Eva: #adre mía, los de la gestoría tampoco tenía luz (le cont Eva a medida que avanzaban por el pasillo) M: &o sé, anoche cuando nos despedimos hice un par de incursiones al suministro de luz, el apagn abarc a nuestro edificio y a los dos de al lado. -ara ser e6actos D minutos en el bloque numero N y  en el nmero 33. *uestro edificio fue el que más dur, 3G minutos sin luz e6actamente. 4e juro que an no entiendo como co!o lo hice (le fue relatando #aca lo suficientemente bajo como para que nadie las oyera) Eva: 8Cue ca!aaa: (murmur Eva alucinando con la noticia) M: 8/estial: (convino #aca con una sonrisa) Lye %y &aura' Eva: %Cué pasa con ella' (pregunt Eva sin entender) M: %4e pregunt o dijo algo con respecto a lo de ayer cuando te llev a casa' (quiso saber #aca) Eva: *aah... cuando me lleva a casa lo menos que hacemos es hablar (le contest de pronto Eva con una sonrisa satisfecha y un juego pícaro de cejas) #aca se qued rígida de pronto

Eva: %Estás bien' (le pregunt Eva mirándola con curiosidad ante el cambio) #aca lo pens un segundo, pero su cabeza daba vueltas y su cuerpo le record lo que hacía casi un mes había permanecido callado dentro suyo

M: 84enemos que hablar: (le dijo #aca de pronto) Eva la mir entrecerrando los ojos con suspicacia, pero finalmente contest con cautela y simple +8vale:, para luego seguir a #aca al interior de su despacho Eva decidi sentarse en ese preciso momento

Eva: 888%4e bes'::: (necesitaba volver a escuchar aquello para poder procesarlo en su mente) M: 8Eso he dicho: (confirm #aca) %Cué crees que significa'


3J@

Eva: 8=ombre, muy inteligente no hay que ser para deducirlo:, %no' (le respondi Eva poniendo los ojos en blanco ante aquella pregunta tan idiota) #aca termin de morderse una u!a

M:
Eva: %< qué hiciste cuando te bes' (le pregunt de pronto Eva inspeccionándola) M: 88%Cué':: (#aca no entendía a que venía aquella pregunta. %Acaso no estaba escuchando lo que acababa de decirle') Eva: Acabas de decirme que te bes, así que... %qué hiciste t con eso' (insisti Eva) M: &e abofeteé... (le contest #aca) Eva: 888%&e pegaste'::: (Eva abri los ojos y la boca con asombro) M: 88%Cué co!o querías que hiciera':: Estábamos discutiendo, y de pronto se me lanza así... sin ton ni son, sin tener en cuenta mis sentimientos ni mi relacin... no iba a premiarla encima (estall #aca ofendida, defendiéndose sin tener por qué) Eva: Cue yo sepa no es la primera persona que se lanza a darte un beso aunque no la hayas invitado a hacerlo... (le dijo Eva recordándole así algn que otro encontronazo durante sus salidas nocturnas) M: 8Eso fue distinto: (le contest #aca entornando los ojos mal humorada) Eva: %-or qué' %por qué ellos eran tíos y Esther es una mujer' (le espet Eva desenfadada mientras se encogía de hombros) M: %#e estás llamando homofbica' (#aca no daba crédito. Eva no podía estar hablándole en serio) Eva: 1ímelo t (le respondi apaciblemente Eva) #aca la mir desafiante

M: Aquello fue distinto, y 8no: 8no tiene que ver con que Esther sea una mujer: 2e trata de que bueno... yo confiaba en ella, no es que fuéramos las mejores amigas, pero en fin, ltimamente parecía que nos llevábamos bien y de pronto, %qué' %se enamora de mí y cmo no puedo corresponderla me deja' (#aca ni siquiera sabía qué diablos estaba diciendo o insinuando, ni siquiera sabía que tenía aquello guardado dentro) #e conoce, me abrí a ella... %qué pasa con eso' %slo era para liarse conmigo o...' (#aca ni siquiera se creía lo que decía, pero había abierto una puerta y no podía cerrarla) 8Es de locos: 8*o se puede ir besando a la gente por ahí y esperar que todo salga como uno quiere, sin tener en cuenta los sentimientos del otro: Eva: 82í es de locos...: (pareci apoyarla Eva) M: 8Iracias: (dijo #aca en reconocimiento mientras alzaba las manos y suspiraba) Eva: *o, digo que es de locos porque... 84e gust: (le solt de pronto Eva sin inmutarse)


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A #aca se le desencaj la mandíbula en aquel momento

M: 8*i de co!a: (le respondi #aca reaccionando) Eva sonri con picardía y se puso de pie

Eva: 4e gusto, aunque fuera un poquito... y estás histérica (la remat Eva dándole unos golpecitos con el dedo índice en el pecho) 8;enga vamos: 4 no reaccionas ante este tipo de cosas, no las consideras importantes ni digno de mencin... M: Esto tampoco (la interrumpi #aca quitándose de en medio, la mirada segura de Eva la inquietaba) Eva: Ah no... esto lo has ocultado, que no es lo mismo. &o tenías ahí rondando... y eso solo puede significar una cosa (la sigui Eva para que no se le escapara) 84e gust: #aca se volvi a mirarla, porque la sentía en su espalda esperando...

M: 4ambién me gustan los perros, pero no me los como (salt #aca por peteneras) Eva: %Estás pensando en comerte a Esther' (la sonrisa burlona de Eva ya era insoportable) M: Agg... déjalo, si lo sé no te cuento nada. 1esde que estás en esa especie de +aura lésbica no entiendes nada... (le gru! #aca enfadada apartándose de ella) Eva: Espera... era broma, en serio... era broma (la sujet Eva arrepentida) &o entiendo, vale... aunque os llevéis como el perro y el gato a veces, yo sé que confiabas en Esther y que disfrutabas de su compa!ía. =a sido jodido para ti que desaparezca precisamente ahora que están estos del gobierno jodiéndonos la vida, y más si lleva implícito algo que t no puedes darle... lo que trato de decir, es que lo entiendo, solo bromeaba %vale' M: ;ale (le contest #aca ya más calmada) Eva: Anda ven aquí, tonta (le tendi los brazos Eva y #aca se dej abrazar durante unos instantes) 2olo dime una cosa... M: %Cué' (le pregunt #aca mientras seguían abrazadas) Eva: %/esa que te cagas, a que sí' (le pregunt Eva con una sonrisa pícara en la cara) M: Aggg... 8eres... eres...: (#aca se apart de ella poniendo los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreír) El resto del día pas tranquilo. Eva había tenido que salir a por materiales, y &aura tuvo que ir con ella para no dejarla sola por la ciudad, en cambio ella permaneci en la oficina reuniéndose con los chicos, y entregando los ltimos cambios que había realizado en el proyecto. 7uando se mir el reloj eran cerca de las ocho de la tarde y parte de la plantilla ya empezaba a marcharse

C: #aca... (la llam 7ruz por el pasillo) M: %2í' (contest #aca girándose hacia ella) C: %

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C: /ueno, es que he quedado dentro de un cuarto de hora... y &aura tendría que estar aquí para... (7ruz se cay de golpe) M: -ara escoltarme, %es eso' (complet la frase #aca. *o se le olvidaba que todo el mundo estaba concienciado en controlar que no se desplazara sola, y por lo que parecía, 7ruz era la encargada de asegurarse de que así se hiciera cuando &aura no estaba) C: #aca, no te enfades... es solo por tu bien (le dijo con suavidad 7ruz, no quería ni enfadarla ni preocuparla, menos ahora que parecía volver a ser ella) M: &o sé... tranquila. &a esperaré, no tienes porque quedarte vigilando... no voy a escaparme ni a hacer ninguna locura, esperaré a que llegue &aura y Eva, deben estar al caer (le asegur #aca con sinceridad) 7ruz lo vio en sus ojos, y la verdad es que no podía aplazar más aquella cita

C: %#e lo prometes' (le pregunt 7ruz) M: 2í, anda ve... no me muevo de aquí hasta que vengan (la tranquiliz #aca con una sonrisa) C: ;ale, llámame en cuanto llegue &aura, y cuando estés en casa también... prometí a tu padre cuidar de ti, no me hagas quedar mal (le dijo 7ruz avisándola con un dedo inquisidor) M: 2í... jaja... no te preocupes más, anda ve (la empuj #aca hacia el ascensor) C: 4e quiero... (le dijo 7ruz dándole un beso en la mejilla) M: < yo (le contest #aca con una sonrisa) &uego la vio perderse tras las puertas del ascensor. #aca se mir el reloj, E&B2A ya debía de haber podido filtrar los datos recogidos durante su incursin en la 1#B4. =ubiera preferido que Eva estuviera con ella para echarles el vistazo juntas, pero dado que no estaba #aca decidi adelantarse a buscar respuestas. 5ranque el pasillo y se sumergi en su despacho. E&B2A ya había completado su filtro de seguridad, los archivos estaban disponibles #aca anduvo desliando los archivos que E&B2A había comprobado, no sabía que buscaba e6actamente, pero de lo que sí estaba segura era de que no se trataba de nada de lo que estaba leyendo. &as carpetas estaban llenas de informacin que ya conocía, actualizaciones del proyecto, maquetas, porcentajes, estadísticas... albergaba la esperanza de hallar algo que e6plicara todo el embrollo, aquel interés desmedido por su proyecto, pero allí no había nada. 2e dej caer sobre el respaldo de su silln decepcionada mientras jugaba con el cubito de hielo que quedaba en su vaso de refresco. &o hizo girar en el vaso distraídamente y de pronto, fue como si se lo susurraran... mir el hielo derretirse, y luego mir a la pantalla, para volver a recaer en el agua en que se trasformaba el hielo...

M: %< si...'... (la posibilidad le aceler el pulso sin pretenderlo) /usc entre sus aplicaciones, y encontr un procesador de fotografía, pero no le servía. /usc entre varios filtros de retoque fotográfico, y entonces abri la base de programacin... modific a toda prisa el lenguaje básico, creando un cdigo que pudiera servirle. 7uando lo termin, aplic los cambios a las carpetas de archivos del 1#B4. #ientras esperaba que finalizara el proceso, sus dedos tamborileaban nerviosos sobre la mesa, por fin E&B2A le dio la confirmacin... volvi a abrir las carpetas, pero no había cambios... todos los archivos permanecían iguales, hasta que de pronto... 8Allí estaba:


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En una de las carpetas, habían aparecido dos subcarpetas con cdigo de seguridad que antes habían permanecido ocultas. #aca aplic un programa descifrador para las contrase!as, pero eran cdigos de >G dígitos alfanuméricos con combinacin de cuatro niveles

M: #ierda... (no era imposible descifrarlo, pero le frustraba tener que esperar para hacerlo) E&B2A, carga el A/0EH&A4A2... Ordenador: 8&isto: (le indic E&B2A mientras aplicaba el programa que se le pedía a ambas carpetas) M: %0ecuento' (le pregunt #aca) Ordenador: -roceso de nivel , probabilidad del F@W de acierto, tiempo estimado >? minutos (le dijo E&B2A) #aca resopl, tendría que esperar. Bncapaz de permanecer sentada anduvo por la habitacin, eran casi las nueve pero Eva aun no había llegado aunque había hablado con ella y sabía que pronto llegarían a recogerla. 2e prepar otro refresco y se entretuvo como pudo... ya iba a tirarse de los pelos cuando E&B2A le dio luz verde. #aca se sent enseguida frente al monitor, lo que estaba buscando estaba allí. 7licKeo sobre una de las carpetas e introdujo la contrase!a, y entonces se abri un sin fin de carpetas catalogadas por fechas. 1e pronto una fecha le llam especialmente la atencin, y al abrirla solt un grito ahogado. Ante ella aparecieron fotos del entierro de su madre... no podía creerlo... tras la sorpresa abri frenéticamente una por una aquellas carpetas, lo que estaba allí era su vida. "n seguimiento e6haustivo de lo que habían sido sus tres ltimos a!os. #aca se oblig a repetirse, que Esther ya la había advertido de que hacía tiempo que la vigilaban, pero que te lo dijeran y verlo con tus propios ojos eran dos cosas muy distintas. Entonces encontr archivos de te6to, y ante ella se abri una especie de diario con notas que describían su trayectoria... 

-remio académico de ciencias e6perimentales... control de radio frecuencia... dise!a sistema rudimentario de alerta en su cuarto, programacin avanzada... (todo estaba allí, desde su currículum académico hasta los dise!os y proyectos que había llevado a cabo de adolescente slo por pura rebeldía y con pretensiones de guardar su intimidad)

1e pronto #aca se sentía mareada. 2e había dado cuenta de que todo había sido intil, pues frente a ella se plasmaba toda la intimidad que había pretendido guardar, y todo aquella informacin había sido recopilada por desconocidos. Era e6tra!o y asustaba Bncapaz de detenerse ante la verdad, se oblig a seguir revisando una por una cada carpeta. =abía tanta informacin que cada dato era una apu!alada. &e llevaría días revisar con detalle cada foto, cada nota... entonces se pregunt que abría en la otra carpeta que tenía contrase!a, le parecía imposible que se pudiera almacenar más informacin dado lo que estaba viendo. 7liKeo la carpeta y marc la segunda contrase!a, slo habían dos archivos y aquello despert más su curiosidad. -inch sobre el primero... + "sther 6arca... nacida en... e%pediente militar... e%pediente acad'mico... habilidades... relaciones conocidas... informe perfil psicol!gico... familia... antecedentes...


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En un primer momento sinti rechazo ante la idea de invadir una intimidad que no era la suya, pero se sinti atraída como un imán pese a lo que esperaba, y pronto se vio devorando cada párrafo con avidez. -or lo visto la vida de la +7omandante Esther Iarcía también estaba sujeta a inspeccin y escrutinio Eva esper a que &aura se marchara, aunque ésta ltima la había dejado en casa de #aca no muy convencida pues no tenía constancia de que aquella noche Eva pasaría la noche en casa de su amiga, y los cambio de ltima hora no eran de su preferencia

Eva: 7reo que se ha mosqueado (le dijo Eva a #aca subiendo las escaleras detrás de ella) M: 2iento haberos chafado el plan... (se disculp #aca arrugando la nariz) Eva: *o creo que sea por eso, creo que su mosqueo tiene que ver con que sospecha que estamos tramando algo (le dijo Eva imitando su cara) M: %&o dices en serio' (se preocup #aca ante aquello) Eva: 4ranquila, no creo que se imagine ni de lejos que entramos en la 1#B4, más bien creo que piensa que saldrás corriendo de un momento a otro burlando su seguridad o algo así... esta tarde me pregunt por *ando (le dijo Eva) M: %-or *ando' %y eso' (quiso saber #aca) Eva: /ueno, llevas casi dos semanas sin verlo, y creo que piensa que estás tramando escaparte para ya sabes... darte un homenaje a teln echado (le dijo Eva con una sonrisa) *o te lo reprocha, pero ya sabes, es tan estirada con su trabajo como lo era Esther, y creo que aunque de buena gana se daría la vuelta para darte un poco más de intimidad, teme no hacer bien su trabajo y defraudar a Esther con ello. #e he dado cuenta de que la idolatra... hasta he llegado a pensar si no han estado juntas en plan íntimo, ya sabes M: *o, no han estado juntas (le dijo de pronto #aca con tal seguridad que Eva la mir con recelo) Eva: %7mo estás tan segura' (le pregunt) M: Es lo que trataba de decirte, pero no he podido porque &aura no nos ha dejado ni un segundo a solas. 7reí que nos iba a pillar cuando te pasé la nota donde te pedía que te quedaras en casa esta noche... (le decía #aca) Eva: "f, a mí también se me pusieron de corbata, ni te haces una idea de lo persuasiva que puede llegar a ser cuando quiere... (dijo Eva y en sus ojos resplandecía algo lujurioso que a #aca le hizo poner los ojos en blanco) M: Estuve mirando los archivos del 1#B4 (la ataj #aca antes de que volviera a ponerse en plan meloso) Eva: %Cué' %7uándo' %por qué no me lo dijiste antes' (las preguntas salieron atropelladas de la boca de una Eva sorprendida) M: Esta tarde, mientras llegabais para recogerme y te lo estoy diciendo ahora, porque tu novia no nos ha dejado ni a sol ni a sombra (le respondi #aca) Eva: %< qué había' (le pidi con apremio Eva sentándose en la cama de #aca, pues ya estaban encerradas en el dormitorio M: 4ienen un sin fin de archivos sobre mí, y no me refiero a cosas pblicas, sino a fotos y a datos que no se podrían conseguir sin investigarme de cerca. =a sido... asqueroso (dijo #aca tratando de controlar su reaccin repulsiva ante aquel hecho) Eva: Lhhh... (e6clam Eva con un hilo de voz) Esther dijo algo de eso, pero... creí que era e6agerado como en las películas


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M: -ues créeme, las películas se quedan cortas para los detalles que he visto... tienen hasta una copia de mi e6pediente médico %sabes lo que te digo' (reaccionaba #aca con rabia esta vez) Eva: Cue hijos de puta... (mascull Eva poniéndose del lado de su amiga) M: 4ambién había informacin sobre Esther (le dijo #aca mientras se apoyaba en la mesa de su escritorio de cara a Eva esperando su reaccin) Eva: %1e Esther' (la sorpresa se reflej en los ojos de Eva) M: 2í, sus datos académicos, personales,... %sabías que es comandante' /ueno, e6 comandante, porque dej el cuerpo hace unos a!os (le dijo #aca, ella no lo hubiera creído de no ser por la hoja de honores militar que había visto adjunta a su historial) Eva: %&o dices en serio' (Eva estaba flipando tanto como ella) M: < tan en serio. *o sé, cuando me dijo que había dirigido durante un tiempo el departamento de la 1#B4 me imaginé que había hecho vida militar, pero creo que me esperaba ese rollo que anuncia la tele de obtener tu carrera universitaria por medio del alistamiento %entiendes' (Eva asinti con la cabeza) -ero no es así, su padre es Ieneral... 8Ieneral: Ella se ha criado en base militar toda su vida, a los 3 ingres en el cuerpo, tiene licenciatura en derecho, es especialista en armamento, ingeniería industrial, nueva tecnología y aerodinámica... es increíble, si hasta tiene una medalla al honor. 82u carrera ha sido meterica: %-uedes imaginarlo' *o me e6tra!a que camine tan raro (solt de pronto #aca, pues necesitaba relajar la imagen intachable, perfecta y hasta sacrificada que había visto reflejada en su hoja de vida) Eva: 8Estoy flipando: (anunci Eva con la boca abierta) M: < que lo digas... (se sum a ese hecho #aca) &a calidad y cantidad de actos que hablaban de la entrega, disciplina y fortaleza de Esther era difícil de e6plicar con palabras, por eso recordar la pérdida de voluntad que había visto en sus ojos y en su rostro cuando le había dicho que se había enamorado de ella y que no podía controlarlo, la paralizaba por completo Eva y #aca se pasaron varios días hasta que consiguieron revisar toda la informacin que habían e6traído de los archivos de la 1#B4. 4ras completar aquella fase, la verdadera razn de la presencia del gobierno fue difícil de ignorar

Eva: #aca, tendríamos que hablar con Esther... (tante Eva el terreno con cuidado pero con firmeza) M:

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volverían a buscar una e6cusa en su trabajo para abrir de nuevo la peticin. %Cué tenía que hacer' %dejar de crear'... no podía, era como pedirle a alguien que dejara de pensar. -or su cabeza había pasado de todo en las ltimas horas, pero no se le ocurría nada... nada e6cepto pensar en Esther y en lo reconfortante que sería que estuviera allí para tomar el control de aquello, ella tenía esa cualidad, siempre encontraba la salida. -ero Esther no estaba, en su lugar había un boceto de macho ibérico con el que ni siquiera hablaba. &a perspectiva de contarle lo ocurrido a 0al le parecía inviable e inverosímil, correría a decírselo a su padre en el mejor de los casos y eso supondría mantener a las personas que más le importaban en una tensin constante. %Cué haría su padre o 7ruz' 2eguramente destinarla a asuntos empresariales... la consignarían a su funcin como legítima heredera de la empresa y se pasaría la vida viendo como otros desarrollaban cosas mediocres sabiendo que ella podría hacerlo mucho mejor. 2lo tenía >J a!os... %cmo iba a atarse de pies y manos a esa edad' 2ería como prejubilarse... %qué iba a hacer'

Eva: -uedo ir yo (dijo de pronto Eva deteniendo por un segundo aquel remolino de pensamientos) M: %4' (pregunt aturdida #aca) Eva:
Kate: 888%=as vuelto a fumar'::: (Uate no daba crédito a lo que habían visto sus ojos) E: *o, es slo un cigarro... %te has enterado de algo' (la apremi Esther, no tenía tiempo para reprimendas) Kate: Aquí no, vamos al coche... (le dijo Uate más seria de pronto) Esther se dio cuenta de que se manifestaba demasiado alterada para pasar como una visita amistosa. 1e pronto relaj el rostro, y le dio un gran beso a Uate en la mejilla para disimular. Uate le sonri entendiendo lo que hacía y la cogi del brazo. &uego se fueron hacia el coche simulando un simple encuentro entre amigas. 7uando salieron del aparcamiento, Uate empez a hablar


3D?

Kate: 4enías razn, lo del apagn, fue una sobrecarga de energía y el punto de concentracin parte de la planta de la empresa $ilson. =an solicitado permisos para realizar registro y aunque no se ha concedido pinchar las comunicaciones, creo que lo están haciendo desde ayer. Esta ma!ana lleg el recurso, lo han catalogado bajo presuncin de atentado informático, así que no tardarán en hacer incursiones. &o e6tra!o es que no lo hayan hecho ya... (le dijo Uate mientras Esther conducía) E: *o, no es e6tra!o... (le corrigi Esther) Ellos saben perfectamente qué lo produjo, y no les conviene que otras agencias lo descubran, lo quieren slo para ellos así que tratarán de retener la informacin hasta la vista. *o sé como van a hacerlo, pero está claro que van a incorporarlo a la peticin del proyecto. 8#ierda: 8En qué co!o estarían pensando: (se lament Esther enfadada, pues lo que acababa de comunicarle Uate era lo nico que le faltaba para verificar la informacin que ya tenía) Iracias Uate, te debo una Kate: *o seas tonta, no me debes nada. %Cué piensas hacer' (le pregunt Uate preocupada, pues sabía que a Esther este caso le afectaba especialmente) E: Aun no lo sé... no lo sé (dijo Esther por lo bajo, mientras su cabeza trataba de trabajar todo lo rápido que podía) A la hora de la comida &aura se mostr mas inquieta de lo normal

L: ;oy a por la cuenta... (les dijo a #aca y a Eva antes de levantarse) M: %=abéis discutido' (aprovech #aca para preguntarle a Eva) Eva: *o (le respondi ella) M: %Entonces qué le pasa' *o ha abierto la boca en todo el día (observ #aca a su amiga) Eva: *o tengo ni idea, lleva un par de días un poco más tensa de lo normal. 2erá porque pronto se celebra la vista... quizá tenga miedo de que nos separemos. ;es, otra magnífica razn para que hablemos con Esther y que 7ruz la convenza de que se quede dentro del equipo (aprovech Eva para traer a colacin el tema) M: *o empieces.
L: -erdn por el retraso (le pidi &aura esperando su permiso para sentarse a su lado) E: &legas a tu hora, como siempre (la corrigi con suavidad Esther y palme el lado del asiento que la estaba esperando) %7mo va todo'


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L: =emos ido a comer y luego las he dejado en la oficina. %2e ha confirmado lo de los permisos' (&aura no estaba para preliminares. 1esde que Esther la había puesto al corriente, su adrenalina estaba a flor de piel. Aquello ya no era un caso, sino un asunto personal, y es que Eva ahora era su má6ima prioridad) E: 2í, y Uate cree que han empezado con las escuchas a pesar de la denegacin de permisos (la inform Esther) L: #ierda... (&aura no pudo refrenar el impulso) &o siento, es que... E: *o te disculpes &aura, es una mierda, lo sé (la alivi Esther. *o estaban ahora para diplomacias) L: %En que co!o estaban pensando' 8*i siquiera las vi venir: 89oder: (&aura luchaba entre la culpa y su propio temor personal con respecto a lo que estaba pasando) E: *o lo sé, pero lo que quiera que hicieron ha vuelto a poner sus ojos de lleno sobre #aca (convino Esther pensativa) L: %4enemos alguna posibilidad' (se atrevi a preguntar &aura, a la espera de que Esther le dijera que tenía que hacer para que todos aquellos temores se evaporaran con una solucin) E: Aun no lo sé... tengo que estudiarlo un poco. 1e momento, encárgate de instalar distorsionadores de sonido en las líneas telefnicas del edificio, y duplica el suministro de vigilancia. -or ahora esto queda entre las dos, no quiero que 0al altere ningn patrn en vistas a la resolucin de la pr6ima semana, cabe la posibilidad de que guarden esta baza para otra ocasin, y dar un paso en falso podría decantar al consejo a tomar una decisin precipitada que no deseamos (le dijo Esther) L: Entendido (le dijo &aura, más tranquila tras ver que Esther seguía allí, al mando) %alguna otra cosa' Esther se gir esta vez a mirarla, &aura esper pacientemente

E: %4endrías algn problema en preparar un plan logístico de salida' (le pregunt entonces Esther) A &aura se le puso la piel de gallina ante la sorpresa que le había producido aquella noticia

L: *... no (le tembl sin querer la respuesta) E: Entonces hazlo, puede que lo necesitemos (le dijo Esther y se dej caer contra el respaldo del banco) &aura hizo lo mismo y ambas guardaron silencio con la mirada al frente. A &aura el corazn le cimbraba, pero no dijo nada... la idea de que Esther pensara que iban a necesitar un plan de salida significaba armas, reclusin, retencin y sobretodo... peligro. *o era la primera vez, por supuesto, slo que ahora estaba Eva... %de verdad Esther creía que iba a ser necesario' &a sola idea de emprender una huida al margen de la ley con Eva, ya era suficiente para que la invadiera el miedo Eran las doce del medio día, llevaban casi una hora esperando en los pasillos del juzgado y an no sabían nada. -edro $ilson y 7ruz, se encontraban en el interior de la sala como representantes de la compa!ía, mientras ;ilches, 9avier, =éctor y #aca permanecían a la espera de que se les llamara si se les requería


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Eva: Estos tardan mucho %no' (e6clam Eva, que en se!al de apoyo, se encontraba al lado de #aca a la espera de conocer la decisin tras la vista) M: "na eternidad, sí (le contest #aca dejando de apoyarse contra la pared y echando a andar nuevamente por el pasillo nerviosa) Eva la observ. &a ltima semana había sido un acmulo de nerviosismo e histeria colectiva, pues se habían pasado la mayor parte del tiempo analizando pros y contras sin llegar a tomar ninguna decisin al respecto de lo que hacer con la informacin que habían obtenido del 1#B4. &aura las observaba desde el otro lado del pasillo sin decir nada, a Eva le hubiera gustado que estuviera más comunicativa y receptiva dado las circunstancias, pero lo cierto es que &aura se había mostrado más tensa y distante con ella a medida que se acercaba la fecha, por lo que Eva no había encontrado ni el momento ni el valor oportuno para contarle en qué andaban metidas Eva suspir, ahora ya era tarde... la fecha se había precipitado sobre ellas como un len hambriento, slo podían esperar, quedarse muy quietas y rezar para que aquel animal feroz se alejara de ellas sin destrozar sus vidas Al cabo de quince minutos, los integrantes del equipo del proyecto fueron llamados. Eva y &aura tuvieron que esperar fuera

L: %Estás nerviosa' (le pregunt estpidamente &aura a Eva) Eva: *o, que va... estoy como una rosa (le contest Eva más desptica de lo que pretendía, pero es que estaba enfadada con &aura debido a su actitud fría y esquiva de los ltimos días) &aura no entr en su sarcasmo. 2e acerc hasta a ella, y le pas un brazo por la cintura mientras se colocaba a su lado. Eva la mir, esta vez más con miedo que con enfado, &aura tir de ella y Eva dej caer su cabeza en el hombro de aquella mujer. &aura bes su pelo en se!al de comprensin

L: 82aldrá bien, te lo prometo: (le susurr) < Eva quiso creerla 7uando #aca entr en la sala el corazn le bombeaba con tanta fuerza que le dolía el pecho. 5rente a ellos, al final del pasillo cinco hombres vestidos de uniforme revisaban y escribían sobre la documentacin del caso mientras los esperaban, #aca trag saliva, aquel silencio le ahogaba. #ir a la izquierda, y vio a su padre y a 7ruz mirándola, esbozaron una sonrisa pero parecían inquietos. 0al estaba al lado de ellos, revisaba en silencio algn papel y parecía más tranquilo que el resto, cosa que le pareci positivo en cierto modo, así que se aventur a mirar hacia su derecha, y entonces la vio. 9unto a una mujer vestida de uniforme que le pareci ser la que llevaba la parte contraria del caso, se situaba la misma mujer que la había abordado una noche en el pub de ambiente, la misma que había ido tras ella en el centro comercial... al chocarse con su mirada no pudo evitar sentir como un resquicio de furia surgía dentro de ella, parecía que hacía mil a!os desde que la vio por primera vez, sin embargo le bast verle esbozar una sonrisa maliciosa para que le repeliera por completo. -or instinto se irgui ante aquella mirada,


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y camin con paso más sereno y audaz hasta la silla que le esperaba junto a sus compa!eros. En cuanto todos tomaron asiento, la sesin se reanud Esther entr sin ser vista en el juzgado, ataviada como mujer de la limpieza había pasado inadvertida mientras esperaba la resolucin del caso de #aca. &levaba casi hora y media de incgnito cuando por fin son en su mvil la llamada que esperaba

Vo%: 8Está dentro: 5ue lo nico que le dijo aquella voz masculina que la unía al veredicto. Esther no tuvo que a!adir nada, la comunicacin se cort y ella tuvo apenas unos segundos para recomponerse. #arc el nmero de &aura

L: %2í' (pregunt &aura al otro lado de la línea al ver el nmero privado en la pantalla) E: 2oy yo, plan /... (le dijo Esther poniéndose tensa de pronto) L: Aun no han salido... (le comunic &aura sin querer a!adir demasiada informacin, pues an tenía a Eva entre sus brazos) E: &a espero... ya sabes que hacer (le comunic Esther) L: =asta luego (le dijo &aura y ambas colgaron el teléfono) Esther subi una planta por encima de la sala donde se celebraba la vista. 2e deshizo del carrito en una habitacin de mantenimiento y se cercior de que no hubiera nadie dentro del aseo de mujeres. /loque el ascensor de la sala sur, para asegurarse de que subieran por el apropiado, y luego se cambi de ropa en una de las cabinas mientras esperaba. &a adrenalina ya corría por sus venas a raudales, pronto volverían a estar cara a cara. 4om aire y trat de relajarse mientras terminaba de prepararlo todo Eva la vio salir de la sala pálida, inmediatamente supo que estaba pasando y se dirigi hacia ella

Eva: %Cué ha pasado' %qué han dicho' (le pregunt sin querer conocer en verdad la respuesta Eva) #aca la observ con la mirada ida. An estaba conmocionada por el revés que había sufrido la vista. *i siquiera se sentía con fuerzas de e6plicarle nada a su amiga, pero tampoco hizo falta. Eva ahog un grito al darse cuenta de lo que pasaba, y se qued tan helada como ella

L: #aca, escchame... (le dijo de pronto &aura aprovechando que -edro $ilson se encaraba con 0al, tratando de buscar una medida desesperada) *o tenemos tiempo, así haz lo que te digo... #aca &aura la sujet fuertemente del brazo y entonces #aca reaccion mirándola

L: ;an a asignarte un par de oficiales hasta que te incorpores, así que no tenemos tiempo. En cuanto quieran sacarte de aquí para acompa!arte a casa, no les dejes. 1i que necesitas ir al ba!o, el de esta planta está bloqueado, así que pase lo que pase... 8B*2B24E: %me oyes' 2lo hay otro en la planta de arriba. %#e has entendido'


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8*ecesitas ir al ba!o con urgencia: 8Es importante: (le dijo &aura dándose prisa, pues ya se acercaban los agentes que acompa!arían sin duda a #aca hasta nueva orden) 4anto #aca como Eva la miraron con curiosidad, pero no pudieron preguntarle nada. 1e pronto la mujer que había estado en la sala se coloc al lado de #aca

$%"cena: 2e!orita $ilson, somos su nueva escolta hasta que se cumpla su incorporacin. -or favor, acompá!enos... (le dijo Azucena haciendo alarde de una buena voluntad que sin duda no tenía, sin embargo era consciente de que sus supervisores la observaban) M: %Eh' (#aca se qued descolocada durante un segundo entre el mazazo que había sufrido en la sala, las palabras enigmáticas de &aura y el asalto de aquella mujer que con palabras diplomáticas vestía la jaula en la que la iban a cerrar) *o sabía que hacía, pero en su boca aparecieron las palabras que le había dicho &aura

M: *ecesito ir al ba!o (le dijo #aca) $%"cena: &a acompa!o, está justo ahí (le dijo la mujer) #aca ech un vistazo a &aura, pero ella no le devolvi la mirada, se limit a hacer un ligero gesto afirmativo con la cabeza mientras sujetaba a Eva por la cintura que miraba a #aca al borde de la desesperacin y no entendía que co!o le pasaba a &aura. #aca ech ha andar hacia la puerta con el indicativo de lavabo. Al encontrarse frente a ella, un cartel indicaba que los aseos estaban estropeados y que los aseos más cercanos estaban una planta más arriba. #aca tuvo la tentacin de mirar a &aura, pero un instinto de supervivencia le susurr que no lo hiciera

M: Estos no funcionan (le dijo #aca a la mujer que contrariada por aquel contratiempo, no pudo camuflar por un momento el desagrado en su rostro. Antes de que reaccionara, #aca insisti) Es urgente, con los nervios de la espera he bebido más de la cuenta... vaya, que me meo viva Azucena la mir, iba a pedirle cortésmente que aguantara hasta que la escoltara a su domicilio, pero #aca se adelant con su e6plicacin en voz alta y clara, y tuvo que aceptar a rega!adientes sabiéndose supervisada por los oficiales que ya habían salido de la sala

$%"cena: Acompá!eme (le dijo Azucena y ambas se dirigieron al ascensor rumbo a la planta alta) #ientras las puertas del ascensor se cerraban conduciéndola a un futuro incierto, puedo ver como &aura conducía a Eva por el pasillo en direccin contraria #aca no dijo nada mientras subía por el ascensor, ni siquiera se atrevi a mirar a su acompa!ante porque presentía que a aquella mujer le encantaría tener una e6cusa para tener una confrontacin con ella. En cuanto volvieron a abrirse las puertas, sinti alivio por el espacio abierto. Aquella planta parecía vacía. 1ivis el indicativo de los aseos y avanz por el pasillo seguida de cerca por Azucena que mantenía una actitud tensa y apremiante. 7uando se hall frente a la puerta de los servicios, un nudo se apoder de su estmago, cerr los ojos antes de alcanzar el pomo con un leve suspiro... an esperaba


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algn tipo de milagro tras escuchar las palabras de &aura. Abri la puerta y entr, pero entonces se encontr con la mano de Azucena antes de que se cerrara la puerta #aca la mir con sorpresa e irritacin

M: %Cué' %4ambién va a mirar como meo' (sin pensarlo su vena más desptica y rebelde apareci de improvisto, fulminando a aquella mujer con la mirada sin importarle las consecuencias) $%"cena: 4engo que revisar la estancia, espere aquí (le contest con frialdad Azucena devolviéndole la misma agresividad con la mirada) A rega!adientes #aca se qued plantada en mitad de la estancia con los brazos cruzados sobre el pecho. Azucena se agach a mirar por el bajo de las cabinas de los aseos, pero no encontr pies

M: 8*o sea paranoica: 8aquí no hay nadie y me estoy meando: (le dijo #aca tratando de disimular la decepcin que había causado en ella no encontrar una medida de salida en el interior de aquellos aseos) Entonces Azucena sac su arma, #aca dio un respingo por la sorpresa y pudo ver como una sonrisa cínica y satisfecha atravesaba el rostro de aquella mujer. #aca se acobard y aquel temor debi satisfacer más an a su acompa!ante, que le mantuvo la mirada unos segundos. &uego empez a abrir con patadas secas una a una las cabinas de los servicios en busca de alguien oculto. A #aca el pulso se le agolpaba en la garganta a medida que una puerta se abría y con ella se desvanecía una oportunidad de salir de aquella situacin... solo quedaban tres puertas, Azucena aferr el arma con fuerza, respir y se dispuso a abrir la siguiente y de pronto... En una fraccin de segundo, la puerta se abri hacia el lado contrario y alguien envisti contra Azucena desde el interior del habitáculo. A #aca aquello le produjo tal sobresalto que no se dio cuenta de que era Esther la que forcejeaba en el suelo del ba!o con aquella mujer, tratando de despojarla de su arma, hasta pasado unos instantes. Esther le propin varios golpes en el brazo a Azucena hasta que consigui que se le resbalara el arma de las manos, pero luego la mujer le dio un rodillazo a Esther en la tripa para quitársela de encima... Azucena aprovech aquel momento para incorporarse y volver a coger el arma, pero Esther reaccion y con una llave barri los pies de aquella mujer haciéndola caer de nuevo. #aca estaba congelada, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo, sus ojos vagaban de una mujer a otra sin poder reaccionar. Esther empez a propinarle pu!etazos a Azucena a fin de abatirla, pero su contrincante también era fuerte y recibi otros tantos de ella. 1e pronto Azucena jug una buena mano y tumb a Esther, como un rayo se dirigi de nuevo hacia el arma... #aca crey que todo pasaba a cámara lenta y entonces, por instinto, cogi una papelera de acero que tenía cerca y la descarg de un golpe seco contra Azucena que cay redonda a dos palmos del arma Esther se incorpor con cierta dificultad del suelo y se acerc hasta Azucena. 7omprob sus constantes vitales

E: 2e pondrá bien (dijo pensando en voz alta)


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#aca no dijo nada. Esther entonces la observ, sus ojos estaban abiertos por el espanto y el asombro, y permanecían fijos en la mujer que había noqueado

E: 8#aca: (la llam con suavidad Esther tomándola por los hombros) -ero #aca no podía apartar la vista de aquella mujer caída en el suelo, sin darse cuenta empezaba a hiperventilar

E: 8#aca: 82e va a reponer: (le asegur con tono firme Esther) ;enga, tenemos que irnos... Entonces #aca reaccion

M: %Brnos' (se sorprendi) E: 2í... no tenemos mucho tiempo, venga (le dijo Esther soltándola y dirigiéndose de pronto hacia el ltimo servicio #aca no pudo más que seguirla y cuando lleg allí, Esther ya estaba encima de la cisterna del retrete levantando una de las placas de pladur del canal del aire acondicionado. 1e su interior sac una bolsa... la abri y sac unas cuerdas y unos artilugios que eran parecidos a los arneses de escalada pero mucho más peque!os. Esther no tenía tiempo para e6plicaciones. 2e coloc el suyo, y ancl los ganchos... luego baj y empez a enfundar un cinturn a #aca igual al suyo

E: *o te preocupes, todo va a ir bien... solo haz lo mismo que yo (le fue diciendo Esther tratando de sonar tranquilizadora mientras lo preparaba todo) #aca no entendía, no reaccionaba... solo... se dejaba llevar

E: ;amos (le dijo Esther y se detuvo a mirarla unos segundos a los ojos para cerciorarse de que an una parte de ella seguía alerta) 2e subi a la cisterna y enganch su arnés... apret un botn y la polea la subi hasta el interior del conducto del aire. #aca flip. #ás atenta ahora que sabía lo que iban a hacer

E: 4oma, engánchalo al cinturn (le indic Esther desde arriba, tirándole la cuerda) #aca hizo lo mismo que le había visto hacer a Esther y en unos pocos segundos se encontr al lado de ella. Esther se asegur de que todo quedara recogido y volvi a poner la tapa de pladur en su sitio encajándola perfectamente. Al girarse, se encontr con la cara de #aca a escasos centímetros de su rostro. 7asi se había olvidado de lo hermosa que era y de lo bien que olía. 2e tens como una cuerda al darse cuenta de lo que estaba pensando, y se oblig a recomponerse de nuevo

E: 2lo tenemos unos minutos para que vengan a buscarte, así que salgamos de aquí (le dijo Esther esquivándola como pudo en el peque!o espacio y poniéndose a gatear rumbo a la salida que había trazado) M: 1e acuerdo (acept #aca imitando a Esther)


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&aura cogi otra curva a todo gas. Eva que viajaba en el asiento del copiloto, la miraba atemorizada aun conmocionada por lo que le había visto hacer

L: *o me mires así, era necesario (le dijo &aura sin girarse a mirarla mientras conducía concentrada. &o que Eva estuviera pensando sobre ella, la inquietaba) Eva: %Iolpear al guardia de seguridad por la espalda y robar este deportivo era necesario' (pregunt Eva casi al borde de la histeria) L: 2i, necesitábamos un coche rápido y que no pudieran asociar con nosotras... al guardia solo le dolerá un par de días, era lo mejor para él, así no le despedirán cuando vean que han robado el coche y él no hizo nada para detenernos. &e he dejado una buena coartada Eva se qued con la queja en la garganta, pues no había pensado en aquello

Eva: %-ero, por qué' %qué mosca te ha picado' %< a qué ha venido lo de #aca' (las preguntas se agolpaban en la cabeza de Eva y ya no podía esperar para obtener las respuestas) %&aura que está pasando' L: Esther está encargándose de #aca, os vamos a sacar del país. *os reuniremos con ellas en breve... si es que todo sale bien (dijo &aura, y en la ltima frase Eva identific el temor y la duda) Eva se qued callada unos instantes, &aura la observ por el rabillo del ojo mientras conducía... parecía que trataba de asimilar lo que acababa de ocurrir, le dej tiempo

Eva: %&os del 1#B4 no se llevarán a #aca' (pregunt de pronto Eva) L: *o (le contest &aura) Eva: %< eso no traerá consecuencias' 1igo, que bueno... huir de una orden judicial, %no será peor' (Eva arrug la frente preocupada por aquel hecho) L: 2í, y no... (le respondi &aura saltándose un semáforo y girando bruscamente por una callejuela) Esther se encargará de que eso no ocurra Eva: %-ero cmo' (le apremi Eva que no las tenía todas consigo) Entonces &aura entr en una cochera abandonada y par el vehículo. 2e tom unos segundos para mirarla antes de que todo volviera a empezar de nuevo

L: Aun no lo sé, nos lo dirá a su debido tiempo (entonces vio el recelo en la e6presin de Eva y suspir) #ira jamás he desconfiado de Esther, nunca me ha dado motivos para ello, así que no voy a empezar a hacerlo ahora que he puesto en sus manos a la persona que más me importa... (le dijo &aura con suavidad) Eva se qued clavada ante aquello. %2e refería a ella, no' &a sonrisa de &aura se lo confirm y no pudo más que devolvérsela rebosante de felicidad

L: ;a a ir bien, ella sabe qué hacer. Ahora vamos... tengo que cumplir mi parte %vale' (le dijo &aura y antes de que pudiera alcanzar la manilla de la puerta, Eva se le ech encima robándole un beso que las dej sin aliento) 5uera lo fuera lo que les esperaba, no podía negar que era e6citante


3D

3? horas más tarde. &as >@O?? horas, en algn lugar de Btalia Eva se detuvo frente a la puerta del ba!o, pensando en si ya era el momento de intervenir en los tiempos de respuesta de su amiga, o si debía cederle un poco más de espacio. Entonces record que llevaba cerca de una hora encerrada en el ba!o desde que habían llegado a lo que sería su casa por tiempo aun no definido, así que tom aire y llamO

Eva: #aca, %estás bien' (pregunt con voz tanteante Eva desde el otro lado de la puerta) #aca dej de mirarse un momento en el espejo para mirar hacia la puerta cerrada. 2e sentía e6hausta y confusa, no entendía ni como ni por qué le estaba pasando aquello... todo era... demasiado, sencillamente y sobrecogedoramente, demasiado

M: 2í, dame unos minutos... ya salgo (le asegur #aca, pensando que no tenía ningn sentido preocuparla más de lo que seguramente ya estaba) Eva: ;ale, estaré aquí fuera... (le dijo Eva algo más esperanzada) #aca agach la mirada concentrada en el silencio y luego en el ritmo de los pasos de Eva alejándose de la puerta. 2uspir. ;olvi a mirarse en el espejo, tratando de asimilar que aquella era ella, que aquello le estaba ocurriendo a ella. 2e pas los dedos por el pelo an mojado tras el ba!o, y volvi a observar en su rostro los estragos que las noches de malos sue!os, las preocupaciones y el cansancio acumulado hasta ese preciso momento, habían causado. 2í, era la misma persona, aquella era su vida -: 5ras

valorar lo aqu e%puesto, este consejo concluye que el proyecto 5?/arABBB pasa desde este mismo momento a disposici!n del DM#5, a la que la empresa Cilson deberá ceder el completo de la investigaci!n, as como los derechos de protecci!n de datos, patentes y prototipos desarrollados. >s pues, y dado la importancia del proyecto en lo referente a seguridad nacional, se concede al DM#5 a modo tutelar y por un periodo no inferior a dos aos ni tampoco superior a cuatro, la colaboraci!n de la investigadora Macarena Cilson... tiempo que este consejo considera suficiente para resarcirse del cargo que se le imputa por atentado informático a una base de datos gubernamental y por posesi!n de tecnologa no declarada... #aca cerr los ojos, an podía escuchar los golpes del martillo de madera cuando el presidente del consejo había dado por zanjado el caso + De  a E aos pens #aca con un escalofrío, casi no podía creerlo. -ero entonces las imágenes de Esther golpeando a aquella agente en el ba!o, su huída por las vías de aire acondicionado hasta la azotea... el cruce que había tenido que realizar colgada de un alambre hasta el edificio de al lado... la carrera en moto hasta el punto de encuentro con &aura y Eva... los pasaportes falsos, el embarque y la llegada a Btalia en avin... la camioneta que las estaba esperando, y aquel trayecto de cuatro horas por carretera hasta aquel lugar inhspito... 8*L:, 8era real: &e gustara o no, lo entendiera o no, aquello era en lo que se había convertido su vida y no estaba segura de poder afrontarlo 4res golpes en la puerta del ba!o volvieron a llamar su atencin. #aca se enderez


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M:
M: Ah eres t... pensé que era Eva (dijo #aca reponiéndose de la sorpresa que le había causado el encontrarse a Esther) E: Ella y &aura están ya en la cocina... he preparado la cena (le comunic Esther que se orden así misma el no apartar la mirada de los ojos de #aca para evitar sentir la turbacin que le había causado en un primer instante encontrársela an envuelta en el albornoz) M: *o tengo hambre... (le contest #aca, aunque no había tomado bocado desde la hora del desayuno) &os ojos de Esther se suavizaron sin que #aca entendiera bien el motivo

E: 4ienes que comer algo, ve a cambiarte... (le dijo Esther con suavidad, y luego le ech un vistazo para darle a entender que an no llevaba ropa encima, #aca pareci no ser consciente de aquel hecho hasta que sigui la mirada de Esther. 7on un gesto se escondi y reci! el albornoz en torno a su cuerpo) Anda ve... mientras te serviré un poco de sopa y luego podrás dormir. =a sido un día demasiado duro #aca solo pudo asentir. Esther le devolvi una tímida sonrisa como aceptacin, y luego le dio la espalda para desaparecer por el pasillo. #aca se qued observándola, pensando que quizá lo nico bueno en aquella situacin era que tenía a aquella mujer de su lado El cielo estaba despejado, y multitud de estrellas brillaban en lo alto. El sonido de los grillos en la noche era el nico canto que rompía el silencio a aquellas horas, y Esther se permiti empezar a relajarse después de un día tan duro y largo. #ir el reloj, eran cerca de las tres de la ma!ana... + ya debe haber hecho efecto pens Esther, recordando como &aura y Eva se habían ido pronto y juntas a la cama tras la cena, y cmo #aca se había retirado también a su habitacin tras tomarse una pastilla para dormir. Estaba claro que no había querido quedarse a solas con ella. Esther suspir, lamentando ser la causa de la incomodidad de #aca, pero ya no podía hacer nada... no podía borrar que la había besado, ni rebobinar y volver al punto en el que estar juntas no se convertía en un momento tenso, sino en horas de conversacin, risas y entendimiento... Esther se sonri por su ltimo pensamiento, +tampoco era que nos lleváramos tan bien que digamos se record así misma, llegándole a la mente las multitudes de peleas que habían tenido, pero eso a ella no le importaba, le gustaba que #aca tuviera y defendiera casi a mordiscos sus opiniones, siempre le había gustado 7on aquel pensamiento decidi que ya era hora de irse a dormir, y entonces al levantarse de la tumbona para ir a la cama, los dolores volvieron a su cuerpo. +assshhhh... #ierda se lament Esther mientras se incorporaba como buenamente podía. &os golpes que el calor y la adrenalina del momento habían camuflado, se presentaban ahora nítidos y agudos cortándole la respiracin. Entr en la casa, y cogi un par de bolsas de congelado de la nevera, luego se encamin a su habitacin. #ientras se desvestía, iba descubriendo las huellas cada vez más moradas que habían dejado sobre su cuerpo los golpes de Azucena. 7asi rugi al recordar sus ojos brillantes y


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encantados por la confrontacin, pero se contuvo pensando que aquella arpía no había salido mucho mejor parada en la pelea. 2e aplic el hielo en el costado donde Azucena le había atizado la ltima patada, y al hacerlo ahog un grito... +casi me rompe la costilla, hija de puta mascull Esther con rabia, y se sent en la cama mientras esperaba a que el hielo hiciera su efecto. 7uando termin, repiti la misma operacin en los nudillos de ambas manos, en las mejillas y en el hombro izquierdo... e6hausta, dolorida y engarrotada, slo logr alcanzar el bote de calmantes antes de meterse como pudo en la cama cama y apagar la luz luz de su cuarto Aquel día parecía haber acabado, y ella sucumbía con él A la ma!ana siguiente, fue abrir los ojos y saber a ciencia cierta que estaba bien jodida

E: Auhh... joderrrr... joderrrr... (se lament Esther en cuanto un ligero intento de incorporarse la hizo caer mareada de dolor sobre la cama) 7err los ojos y se concentr en respirar hasta relajarse y así apartar el dolor que sentía. 7uando lo tuvo bajo control movi la cabeza en busca del mvil que estaba sobre la mesita de noche... estir el brazo y nuevas punzadas la atravesaron haciéndola sudar por el esfuerzo. Estaba demasiado demasiado lejos, era intil. Ech un vistazo al reloj, r eloj, eran las 3?O@? de la ma!ana. &a dosis doble de calmante unida al cansancio acumulado, la había hecho dormir más de lo que acostumbraba. 2e lament por ello, quedaban muchas cosas por hacer. ;olvi a intentar incorporarse

E: Auhhhh... ohhh... mierdaaaaa... mierdaaaaa... (tuvo que rendirse de nuevo, hiperventilando en la cama) 7err los ojos conteniendo las punzadas agudas que su costado maltrecho emitía. &e costaba respirar y gotas de sudor perlaron su frente. Estaba tan concentrada tratando de evitar que dejara de dolerle que no la escuch entrar

M: 8Esther: (la llam #aca # aca desde el umbral de la puerta) Esther gir la cabeza rápidamente ante la sorpresa. #aca abri los ojos como platos y la e6presin dubitativa y tímida que había percibido en su rostro Esther unos segundos antes, se convirti en unos pasos decididos y un rostro de preocupacin nada disimulado

M: 1ios mío, tienes la cara hinchada y amoratada (e6clam #aca acercándose a la cama donde Esther se encontraba) Esther se pas los dedos sobre el rostro, y cay en la cuenta de que los moratones debían estar a aquellas alturas hinchados y prpuras. 2in embargo, embargo, no le dolían salvo que los presionara

E: Ah, no te preocupes, no me duelen... 2upongo que son llamativos, pero no duelen y en un par de días desaparecerán (Esther se sinti en la obligacin de tranquilizarla, ya tenía demasiadas demasiadas preocupaciones) preocupaciones) M: -ues tienes la cara hecha un cuadro. &a hija de puta esa te atiz bien... (e6clam con una rabia repentina #aca, lo cual hizo sonreír a Esther) %Cué'


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-regunt #aca aun con el cabreo en el rostro

E: *o, nada... es que me ha hecho gracia volver a verte un poco más 8t: (confes Esther) #aca la mir interrogante unos segundos, y no tard en darse cuenta a qué se refería e6actamente Esther con aquel comentario

M: An no sé muy bien cmo me siento ni qué pensar de todo esto (se sincer #aca con ella) Es como si le estuviera pasando a otra persona E: 2í, supongo que no es nada fácil de asimilar, pero cmo te dije ayer... an nos quedan algunas bazas que jugar (Esther mir a #aca a los ojos, necesitaba que la creyera y que la disculpara al mismo tiempo) ;a a salir bien, esta vez no me marcharé %vale' #aca asinti, y luego apart la mirada viendo que las cosas adquirían una seriedad que la ponía nerviosa

M: /ueno, será mejor que te levantes, esta vez me toca a mí prepararte el desayuno dado que no me fío de que aciertes a hacer tostadas con ese ojo hinchado (le dijo #aca desenfadadamente) Esther se mordi el labio inferior con un tic nervioso de repente

E: #mm... sí, quizá eso sea un problema (#aca alz una ceja interrogante tras escuchar aquello) %le puedes decir a &aura que venga un momento' (le pidi Esther) M: &aura y Eva han ido al pueblo a recoger las provisiones que habías pedido, pedido, %no debían haber ido' (le pregunt dubitativa #aca) # aca) E: #ierda, me había olvidado por completo... (se lament Esther cayendo en la cuenta, ahora &aura no podría echarle una mano) 89oder: #aca la observ suspicaz

M: %Cué es lo que pasa Esther' 2i hay algo que yo no sepa o no me hayas dicho por temor a que vuelva a caer en estado autista otra vez, quiero que me lo digas... 8estoy harta de que se me mantenga al margen: (le espet enfadada de pronto #aca creyendo que Esther trataba de apartarla de problemas que le concernían) E: #aca, tranquilízate... no es nada de eso, te lo juro (le dijo con voz suave Esther, gritar le dolía) #aca volvi a observarla valorando si debía creerla. &a crey

M: %Entonces' (le pregunt y al sentarse en un hueco libre del colchn de Esther para acercarse a ella obtuvo la respuesta a su pregunta) E: Aushhh... jodeeeeeeeeeeeeerrrrrrrr. jodeeeeeeeeeeeeerrrrrrrr..... (estall Esther de nuevo hiperventilando, mientras una nueva ola de dolor se apoderaba de ella debido al movimiento que el peso de #aca había causado en el colchn)


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#aca se incorpor de un salto por la sorpresa, nunca había visto a Esther en aquel estado. %Cué estaba pasando' 2in pensarlo, cogi las mantas que cubrían por entero a Esther y se las quit...

M: 82anto cielo: (solt #aca con voz ahogada) 2e acerc y arrodill en el suelo para observar de cerca el enorme morado ensangrentado ensangrentado que cubría el costado derecho de Esther

M: Irandísima hijaaaa de putaaa... (mascull #aca con ira mientras reconocía los moratones que la pelea habían causado en el torso, hombro y cara de aquella mujer. 1e pronto se sinti inmensamente inmensamente culpable culpable por ello) Esto tiene tiene una pinta horrible (sentenci (sentenci #aca con preocupacin) E: 2í, debe tenerla... (Esther habl pero se le notaba que an le costaba luchando con el dolor) -ensé que no me las habría roto, pero me equivoqué. Eso es lo que pasa cuando peleas con alguien alguien que conoce conoce tus puntos débiles débiles y no tiene ningn ningn escrpulo escrpulo en utilizarlos (dijo Esther en voz alta pensando para sí misma) M: %Cué quieres decir' (quiso saber #aca) E: 7aí de una considerable altura en una misin, y me rompí cuatro costillas, un tobillo y perdí el conocimiento durante @ días. Azucena Azucena era de mi equipo, y estuvo presente durante mi recuperacin, conoce mi e6pediente médico... (#aca abri los ojos por el asombro, no podía creerse que...) &as patadas que me atiz en el ba!o, fueron directas hacia la lesin... y por lo visto, consigui que funcionara M: *o se puede ser más ruin... (mascull #aca con desprecio) 4iene 4iene que verte un médico... E: 8*o: (la fuerza y rotundidad de la voz de Esther la hizo mirarla directamente) 8*ada de médicos: #aca asinti ante la persuasin y la decisin que vio reflejadas en su rostro

M: Entonces al menos, déjame que valore cuántas están rotas... (le dijo #aca y para poder proseguir apart apart la mirada concentrándose concentrándose en el gran derrame) =ice varios cursos de primeros au6ilios y de enfermería mientras cuidaba de mi madre... creo que me acordaré de algo E: 1e acuerdo... (le concedi Esther, Esther, pero al notar sobre su piel dolorida y desnuda los fríos y suaves dedos de #aca # aca se lament en seguida de haberlo consentido)... 8Espera: #aca se detuvo apartando las manos con cuidado y premura. Ambas Ambas se miraron. + Oh, Dios mo... y $qu' le digo yo ahora& ahora& $qu' no puede puede tocarme& $qu' en lugar de una persona racional, soy una jodida jodida perra en celo cuando está delante aunque aunque me duela como su puta m... las costillas&..., costillas&... , Esther cerr los ojos, no podía creerse siquiera en lo que estaba pensando, era de locos... #aca la observaba con temor, era evidente que le había hecho da!o solo con rozar la lesin, perdiendo con ello la determinacin que había sentido momentos antes creyendo que sus conocimientos podrían ayudarla. + 7ale, no eres un animal... puedes controlarte... 2ohh coooo... si al menos me hubiera puesto la parte de abajo del pijama joderrrr3... 20o3 2
E: ;ale, sigue... (le dijo Esther de pronto)


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M: %Estás... estás segura' (le pregunt #aca dubitativa) E: 2í, pero... (dud avergonzada) avergonzada) %-odrías taparme de cintura para abajo', me estoy quedando helada M: Ah... ohhhh... (#aca se dio cuenta que había dejado a Esther destapada por completo, se levant y recogi la sábana, y al cubrirle las piernas fue entonces consciente por primera vez de su desnudez y de a quien pertenecía realmente. Apart la vista instintivamente y con cierto rubor de ella en cuanto alcanz la cintura. &uego se volvi a arrodillar a su lado para valorar el costado) %&ista' +1u' remedio... remedio... pens Esther tratando de apartar de su cabeza cualquier otro pensamiento que que no fuera el de la lesin

E: 2í (contest) M: ;amos allá... (dijo #aca con cierto temor) A Esther Esther se le puso la piel de gallina en cuanto recibi la primera caricia, y se lament por haber asustado asustado a #aca que que ciertamente había había pensado que le había hecho hecho parar porque la presin le causaba dolor dolor y ahora se tomaba tomaba an con mayor mayor delicadeza el tocarla. -ero pronto, #aca detect el primer signo de rotura con los dedos...

E: 8889oderrrrr::: (e6clam Esther confirmándolo a la palpacin) M: ;ale... esta está rota... (dijo #aca tomando mayor decisin al darse cuenta de que no había olvidado todo lo que sabía) 4anteo 4anteo la siguiente del mismo modo, hasta que hall de nuevo el reborde y un abrupto salto en la alineacin de la costilla

E: 7o!oooo... jodeeeeeeeeeeeeerrrrrrrr (escupi Esther retorciéndose) M: &o siento (se disculp #aca, que perdido el miedo palpaba con más presin y decisin) ;amos a la siguiente. E: *o, espera... (la hizo parar Esther) 1ame un segundo %quieres'... %quieres'... M: 2í claro, perdona... (se disculp #aca por ser tan insensible al dolor de Esther) -ermaneci callada a la espera mientras Esther cerraba fuertemente los ojos, para abrirlos y luego volver a cerrarlos. Al mirarla se dio cuenta de que su piel traspiraba gotitas de sudor... sin darse cuenta se concentr en como una débil gotita descendía por su cuello y luego le caía tranquila en la clavícula... le pareci como estar contemplando contemplando las gotas de la lluvia resbalando por el cristal de la ventana, como mil veces había hecho de peque!a para tranquilizarse cuando había tormenta. -ero aquello no era agua de lluvia, y la gota descendi por el esternn creando un surco desviado que termin desembocando a dos centímetros del pezn de Esther... #aca no se daba cuenta de lo que estaba realmente mirando, le parecía tan natural seguir a aquella gota, que permaneci unida unida a ella en el detalle detalle y no en su conte6to, conte6to, hasta que que la vio resbalar resbalar por la curva voluptuosa del seno de aquella mujer, para ocultarse luego bajo el pliegue de aquella pálida, tersa y peque!a pero perfecta monta!a de carne...

E:

3GJ

mirándola'... se pregunt, pero con un gesto de negacin de su cabeza, apart aquella idea volviendo a concentrarse en lo que importaba. A fin de cuentas, no la había estado mirando por nada se6ual, %no' &aura y Eva no tardaron mucho tiempo en regresar. En cuanto lo hicieron, #aca sali a recibirlas y les cont lo que sucedía. &aura solt las bolsas y se encamin a la habitacin de su comandante mientras Eva se quedaba con #aca en el saln

Eva: %4an mala pinta tiene' (le pregunt Eva con una mueca solidaria) M: 4iene dos costillas rotas, y el hematoma se va poniendo más oscuro por momentos. &e duele un huevo... (le asegur #aca) Eva: -ues deberíamos llevarla a un hospital o algo, %no' (se dijo Eva) M: 9a... eso ya se lo he dicho yo, pero es más terca... no quiere de ninguna de las maneras (le hizo saber #aca) Eva: #mm... ya... %y que has hecho' (le pregunt Eva) M: &o nico que me ha dejado... reconocerla y untarle una especie de ungSento casero que tiene para los golpes (le dijo #aca) 1ijo que prefería esperar a que llegara &aura para que terminara terminara de e6aminarla antes antes de vendarse, vendarse, por lo visto ellas tienen tienen preparacin en estas cosas Eva: Lhhh... vayaaaaaa... %de veras' (alucin Eva con la idea de imaginar a &aura en plan médico y luego luego dibuj en su rostro una sonrisita) -ues -ues sí que me la he buscado completita al final %no' #e parece la mar de se6y, se6y, es una mezcla a lo ??N y =ouse, pero en chica y está más buena (determin Eva haciendo un juego de cejas) M: 81efinitivamente has perdido la cabeza: (se desesper #aca poniendo los ojos en blanco tras aquel aquel comentario) Eva: 2lo le busco el lado positivo a todo esto... (le contest Eva) M: %Cué es...' (quiso saber #aca, pues ella no veía nada positivo en haber huido del gobierno, no poder comunicarse con su padre ni con nadie que no estuviera en aquella caba!a, y tener un futuro oscuro e incierto como perspectiva más cercana) Eva: Cue por fin tenemos vacaciones... (e6clam Eva y #aca se desesper del todo) M: -or el amor santo, Eva... Eva: *o, no... en serio. J horas iba a perderte, te juro que me pongo a llorar llorar y no paro hasta *avidad... *avidad... %estamos' %estamos' #aca la mir sorprendida y agradecida. Eva siempre le hacía sentirse mejor, y sin lugar a dudas tenerla allí en ese momento, era lo mejor de todo. 2e acerc a ella y la abraz


3GD

M: ;en aquí tonta... (le dijo #aca, pues sabía que estaba luchando por no echarse a llorar por el peque!o temblor que había detectado en las ltimas palabras de su discurso) Eva: 4e quiero un huevo, %lo sabes no' (le dijo Eva) M: < yo a ti... lesbiana calenturienta (quiso pincharla #aca para que no llorara, pues ella se echaría a llorar detrás sin ninguna duda) Eva: 4 no has visto a &aura desnuda, sino me entenderías... entenderías... (le contest Eva entre medio de un puchero y una risa) M: Aggggg... cállate... cállate... vas a hacer que tenga pensadillas... (le respondi #aca fingiendo un repels ante la idea) Eva: 9ajaa... ya, ya... seguro... < ambas se rieron por sus comentarios 7uando &aura apareci en el saln, #aca y Eva ya discutían de otras cosas

M: %7mo está' (le pregunt #aca) L: /ueno, la he visto en peores situaciones, pero buena pinta tampoco tiene. &e he puesto un apsito apsito con un ungSento ungSento que solemos solemos utilizar para estas cosas cosas y le he hecho hecho un vendaje inmovilizador, para evitar que le duela tanto, pero tiene que permanecer tumbada unos días. #enos mal que siempre llevamos el botiquín al completo y que tenemos calmantes de sobra, porque con lo cabezota que es los va a necesitar. 2i no al tiempo (les inform &aura) Eva: Entonces, %no la llevamos al médico' (le pregunt Eva) L: 88%A Esther'::... jajaja... Es capaz de liarse a patadas con nosotras con las costillas rotas y todo si lo intentamos (le asegur &aura) *o, es mejor que lo dejemos como está, pero no os preocupéis, preocupéis, estamos estamos preparadas para para estas cosas, cosas, yo cuidaré de ella. &e he inyectado un calmante para que duerma, estaba bastante... dolorida M: 2í, eso me pareci (dijo #aca sintiéndose culpable al ver que &aura había tratado de elegir una forma suave de e6presar la inquietud y el mal estar de Esther) L: 2e le pasará, lo has hecho muy bien (a!adi &aura con suavidad) -ero #aca no estaba convencida de aquello, pues an podía ver a Esther con los pu!os apretados, la mirada fija en el techo e hiperventilando > pesar de ser fuerte, su concentraci!n no le sirvi! de nada. nada. )lav! su mirada en el techo incapa* de atreverse a encontrarse de nuevo con aquella cara dulce cuyos ojos la miraban atentos, pero un nuevo roce de aquellas manos nerviosas le grit! que aquello no bastaba, apret! los puos con rabia, aquello no estaba bien. Pensar en ella de aquella forma no estaba nada bien. < aquellas manos seguan tra*ando la lnea de su su costado con gran delicade*a, y el dolor y el deseo la ahogaban haci'ndola hiperventilar en una lucha constante entre el bien y el mal, el aire y la agona M: "st "sther. her.....

u nombre retumb! retumb! en sus odos haci'ndole abrir los ojos de golpe, ni siquiera se haba dado cuenta de que los tena te na cerrados. >l ladear la cabe*a Maca aún segua arrodillada a su lado


3GG

M:
he terminado... (le anunci! aquel ángel de ojos marrones y greas desenfadadas en el rostro+ E: 6racias a Dios... (suspir! "sther con alivio y al darse cuenta de que sus palabras podran preocupar a Maca volvi! a aadir+ 9ueno, quiero decir que... M: 5e he entendido (le dijo Maca esbo*ando una sonrisa divertida y pcara que la hi*o tragar saliva con esfuer*o+ De hecho... (su vo* cambi! al igual que su pro%imidad+... $0o es eso, lo que siempre has querido& :222$)!mooooo... qu' quiere decir&333; el pensamiento de "sther fue un grito que recorri! su cuerpo con un gran temblor < de pronto una de aquellas manos que tanto ansiaba y tema por sus efectos, se pos! en su cara de asombro reteni'ndola, y aquel rostro de ángel se convirti! en un segundo en el de una mujer seductora con sonrisa traviesa... y el cora*!n pareci! que le estallaba antes siquiera de que ocurriera lo que vea acercarse... Maca iba a besarla, y ella ya no tena fuer*as para debatirse entre el bien y el mal, s!lo deseaba...

E: *LLLL... (grit de pronto Esther, con un sudor frío recorriéndole el rostro, mientras su cuerpo ardía en contrapunto) Al abrir los ojos de verdad y ver que estaba a solas, que todo había sido un sue!o, se dej caer de nuevo sobre la cama con la respiracin agitada por el dolor que el sobresalto le había producido. +Ohhh... Dios mo... ohhh... Dios mo era lo nico que la cabeza de Esther era capaz de articular mientras se daba cuenta de lo cerca que estaba de la locura con tan solo un día de pro6imidad con #aca. ;olver a verla, a escucharla... sentir su contacto... había provocado en ella un remolino atroz de fantasías y ansias mal contenidas, que había del todo subestimado. Apartarse de ella la primera vez había sido un gran error, ahora lo sabía, pues estaba desentrenada ante sus efectos y la lejanía no había hecho más que incrementar su ansiedad por querer tenerla cerca #aca sali a estirar las piernas.
M: 88-or 1ios... esto me está matando:: (sinti la necesidad de desahogarse #aca frente a los árboles) E: &o siento (le dijo una voz desde el porche) #aca se dio la vuelta con un respingo, pues no se esperaba a nadie ya que Eva y &aura habían ido al pueblo y Esther seguía convaleciente en cama, hasta ahora

M: %Cué haces levantada' (le pregunt a modo de rega!ina #aca mientras se acercaba hasta la casa) E: *o aguanto más esa cama, y tenía que aprovechar que &aura no está para vigilarme (le dijo Esther)


3GN

M: -ero estoy yo... (le dijo #aca cruzándose de brazos de forma reprobadora por aquella imprudencia) E: 2í, pero vas a ser buena y no te vas a chivar, %sí' (le dijo Esther esbozando una sonrisa inmensa y llena de vida, que a #aca la cogi completamente por sorpresa. =acía tanto tiempo que no veía aquella jovialidad y complicidad en ella... desde que... #aca trat de no recordar lo que las había separado) M: Está bien, pero slo un rato... y luego a la cama (le concedi #aca bajando la guardia) E: 2í, se!ora... lo que usted diga (se cachonde Esther de ella con una gran sonrisa, que #aca no pudo más que devolverle) 1iosss... que bien se está aquí fuera Esther cerr los ojos y aspir con cuidado aquel aire limpio. &a ma!ana estaba clara como el agua de un manantial, no había nubes, los pájaros y la brisa cantaban, y un sol agradable lo iluminaba todo. #aca la contempl, contagiándose sin darse cuenta de la armonía que despedía y lo sereno de su rostro, por un momento se le antoj que Esther era una persona distinta a la que conocía. 7on aquellos vaqueros enfundados, y aquella camiseta de tirantes ce!ida, el pelo recogido y ni un ápice de peso sobre sus hombros. =acía mucho que no la veía así. 1e pronto una mueca de dolor enturbi un segundo el rostro de Esther, #aca lo sinti como propio y adelant su paso

M: %Estás bien' (le pregunt #aca al instante) E: 2í, no es nada... (se apresur a quitarle importancia Esther esbozando una nueva sonrisa, pero se sujet con fuerza el costado que estaba vendado) 7reo que no debería pretender aspirar todo el aire de golpe... jaja... upss... tampoco debería reírme 7onfes Esther, volviendo a sentir una punzada de dolor. #aca la alcanz en el porche

M: 1éjate de joder, deberías volver a la cama... aun no estás bien (la rega! #aca, pues se sentía responsable de ella) E: "n poco más, %vale' (le suplic Esther de pronto. #aca se qued clavada ante su mirada sincera, que de pronto tenía un matiz de angustia) #e siento intil en esa cama (le confes) #aca podía imaginarse como se sentía Esther, dado que ella también se veía privada del motor que la impulsaba y suponía que para Esther estar paralizada y de brazos cruzados debía conllevar la misma carga

M: *o te recordaba tan caprichosa... (trat de quitarle hierro #aca a aquel momento, pues por alguna razn no soportaba ver a Esther en aquel estado) E: 2erá la edad... que me hace chochear ya... (entr al trapo Esther, pero al ver como #aca ponía los ojos en blanco esbozando una mueca divertida de desaprobacin no pudo contener una carcajada)... jajaja... auuhhhh... jaja... upsss... 8que mal: M: Anda deja de reír, que te vas a poner peor... (la ataj #aca para aliviarla, dado que la risa y el dolor distorsionaban el rostro de Esther) Esther trat de buscar asiento, y #aca no dud en rodearla por la cintura para ayudarla a sentarse

M: 1eja que te ayude (le dijo mientras le sujetaba del costado, como &aura le había ense!ado a hacer para ayudarla a ir al ba!o cuando lo necesitaba)


3G

Esther no opuso resistencia. 2e dej abrazar por aquella mujer, conteniendo aquel estremecimiento que poco a poco había aprendido a disfrutar con los días, y al igual que en el resto de ocasiones, no pudo evitar cerrar los ojos con placer cuando el olor del cabello de #aca le cosquille la nariz. + /o s', soy una mente sucia y depravada, y arder' en el infierno de este deseo cuando todo acabe... pero hoy no se dijo para sí, pero la verdad era que empezaba a poder convivir con ello, y no pudo contener la sonrisa que aquella felicidad momentánea le concedía

M: %#ejor' (le pregunt #aca una vez hubo ayudado a Esther a sentarse) E: 2í, gracias (le contest Esther cuyo buen humor no se mitig tras la separacin de #aca) #aca no pudo dejar de mirarla. Algo en ella la mantenía enganchada

E: %Cué' (le pregunt finalmente Esther, tras verla observándola con e6tra!eza) M: *o sé, es que hoy estás... diferente (le contest #aca sintiéndose ridícula de pronto) 2upongo que el aire te está sentando bien E: 2í, hace un día maravilloso... hacía mucho que no disfrutaba de algo así (le confes Esther) *o es fácil desconectar de mi trabajo, la verdad M: #e lo imagino (acept #aca y se sent a su lado) Esther la mir de reojo, pero #aca parecía querer permanecer en silencio, así que le concedi aquel momento. Ambas se quedaron mirando la tranquilidad de la ma!ana, el silencio, y el vaivén de las ramas de los árboles. Allí no había nada más, y por un instante #aca se sinti a gusto con ello...

E: %En qué pensabas cuando te sorprendí esta ma!ana' (le pregunt de pronto Esther) M: %Eh' (#aca tard en comprender a qué se refería) 8Ah: *o era nada, es slo que me desesperé por estar aquí tan parada... me angustia no saber todavía nada, no poder coger un ordenador... en fin, ya sabes... hacer algo. 2é que tenemos que esperar, pero para mí no es tarea fácil &e contest #aca, pero a medida que lo decía se dio cuenta de lo a gusto que hacía apenas un segundo se había sentido en medio de aquel paréntesis, y le inquiet saber que el nico motivo de tal cambio había sido la presencia de Esther

E: 2í, me lo imagino. 1e todos modos, es muy probable que hoy tengamos noticias (le dijo Esther y #aca se sobresalt de pronto) M: 888%En serio'::: (le pregunt con ansia) E: #andé un telegrama a una persona de mi confianza, supongo que estará al llegar su respuesta. *o quería dejar desatendido a tu padre... (le dijo Esther haciendo un juego de hombros como para darle un aire informal a aquella informacin) #aca se qued helada. *unca hubiera imaginado que Esther realmente se preocupara tanto por ella

M: Iracias Esther... es... es muy importante para mí, en serio (se lo agradeci #aca) E: *o hay de qué... es lo menos que puedo hacer (le dijo Esther, y en seguida trat de cambiar de tema)


3GF

2in darse cuenta, ambas emprendieron una conversacin llena de temas, bromas y sin sobresaltos. 4odo parecía estar bien, no había recovecos ni incomodidad entre ellas, simplemente aquel punto afín que un día, hacía tiempo ya, las hizo entenderse dándose una tregua

L: %Cué haces aquí fuera' (le pregunt &aura saltando casi del asiento del conductor, en cuanto el motor se apag) Esther puso los ojos en blanco, desde que &aura había asumido el mando durante su convalecencia, se había tomado muy en serio sus cuidados

E: Ienial, ahora me siento como cuando tenía nueve a!os... %me pondrá cara a la pared' (le dijo Esther en voz baja a #aca) M: 9ajajaj... (#aca no pudo evitar reírse) E: 9ajaja... auhhh... mierda, no te rías que yo no puedo (le rega! Esther con una mueca de dolor y risas, pero #aca no pudo obedecerla) L: %Cué es tan gracioso' 8porque yo no le veo la gracia por ningn lado: An necesitas reposo, así que a la cama (la rega! &aura llegando ya a su lado) E: 82í, se!ora... lo que usted mande, se!ora: (le contest Esther cuadrando de pronto los hombros) &aura se paraliz en un segundo, pues acababa de ser consciente en aquel gesto, que acababa de dar rdenes a una superior. Esther pudo ver su sufrimiento y contrariedad en el rostro, así que dej de bromear...

E: 4ranquila &aura, todo está bien... no me ha molestado, llevas razn tendría que estar descansando (le dijo Esther aportándole la serenidad que &aura necesitaba, an así la joven no se atrevi a dar el siguiente paso) Esther esboz una sonrisa para animarla, pero en el fondo le apenaba que aquellas lecciones de vida en las que habían sido instruidas fueran tan dura carga para ambas. 2e levant con cuidado de su asiento, y descans una mano sobre el hombro de &aura apretándolo suavemente

E: Acompá!eme por favor (le dijo Esther tomando de nuevo el mando, pues sabía que &aura necesitaba volver a sentir que cumplía con su deber y no había faltado a su cdigo de rangos) L: 2erá un placer mi comandante (le contest &aura con respeto) Esther volvi a apretar su hombro con cari!o. < la sigui al interior de la casa, mientras Eva y #aca miraban la escena curiosas, y Esther se disculpaba con ellas con una mirada Eva permaneci callada en las escaleras. #aca las sigui con la vista hasta que entraron en casa y luego se dirigi a su amiga

M: %-or qué actuarán de esa forma' (le pregunt, pues con los días, escenas como esa se habían repetido en alguna ocasin, dejándolas a las dos fuera de juego) Eva: -ara &aura es muy difícil prescindir de esa disciplina... es como su cdigo de conducta, para ella es imposible romper las normas de respeto hacia su superior, y más


3N?

cuando es alguien que admira como es el caso de Esther (le contest Eva con un encogimiento de hombros) M:
Eva: < a Esther, %qué' (la apremi Eva) M: *o, nada... Eva: *ada, pero suéltalo... %qué ibas a decir' M: Es slo que para Esther parece ser una carga tener que tomar siempre el control, parece tener prohibido relajarse, siempre tratando de hacer lo correcto para los demás en lugar de lo que ella quiere... le hace parecer otra persona, o eso creo (tuvo que completar su frase #aca un poco dubitativa) Eva se le qued mirando con una ceja levantada, #aca ya esperaba ese tipo de interrogante lleno suspicaciaHcalenturienta que parecía gritarle su amiga, por eso mismo hubiera preferido no decir nada, ya que la nueva teoría de Eva era que Esther debía haber visto en #aca algo que le había hecho lanzarse aquella primera vez, lo cual traducido significaba que #aca estaba loca por Esther, claro

M: 8*o me mires así: (le gru! #aca incmoda) Eva: *o te miro de ningn modo (le contest Eva con un aire fingido de inocencia) M: ;ale, lo que t digas... (refunfu! #aca poniéndose de pie para marcharse) Eva: 2lo digo que es curioso como os entendéis, %no' (no pudo aguantarse Eva) #aca se gir hacia ella con rapidez, quería cortar aquello antes de que volviera a empezar con el temita

M: *o me gusta... ni me va a gustar... y por enésima vez, no tenemos ningn feeling ni nada de toda esa paja mental que te has sacado de la manga (le espet #aca entre dientes) 8*o todos somos gays: %vale' Eva: 8;aleeeeeeeeeee: (se defendi Eva, pero cuando #aca pens que la tenía controlada...) 8joderrrrrrrrrrr, pues sí que te afectaaaa para no importarte un carajo: #aca se qued con la boca desencajada, mientras Eva se llevaba la ltima palabra en aquella pseudo conversacin y la dejaba clavada en el porche mientras se metía en la casa El resto del día pareci apaciguarse. 7omo ya había previsto Esther, habían llegado noticias desde Espa!a, y aunque a #aca le seguía preocupando no poder tranquilizar a su padre con su paradero, saber que estaba bien, y que al menos él sabía que ella también lo estaba, le reconfortaba. &aura le asegur que cada semana tendrían un reporte de cmo seguían las cosas, y no par hasta asegurarse de que #aca entendía lo peligroso que sería que los suyos tuvieran informacin sobre ellas, pues por lo visto an le preocupaba que aquel encierro la hiciera cometer alguna de sus locuras. -ero #aca no tenían ninguna intencin de dar ningn paso en falso, así que no se cans de prometer y reprometer que se portaría bien


3N3

=acía horas que habían terminado de comer, cuando Eva y #aca se quedaron sentadas en el sofá viendo la televisin mientras &aura se encargaba de curar a Esther

Eva: %2e te ha pasado ya el mosqueo' (le pregunt Eva, pues #aca no le había dirigido la palabra desde aquella ma!ana) M: *o (le dijo #aca) Eva hizo caso omiso de su refunfu!ar, y le apart el brazo que tenía cruzado sobre su pecho a forma de barrera. #aca pese a todo, no se resisti. 1ej que Eva lo alzara, se acurrucara sobre su pecho, y volviera a colocarlo esta vez rodeándola por los hombros

M: %-or qué siempre haces conmigo lo que quieres' (le pregunt #aca, pero su voz ya no sonaba enfadada aunque lo quisiera) Eva: -orque me amas secretamente (le dijo Eva) M: 89oder Eva:... (se volvi a mosquear #aca y trat de apartarla) Eva: Cue nooooo... que noooo... ;aleeeeeeeeeee, no lo hago más. 2lo bromeaba, en serio (se disculp Eva esta vez) M:
L:

3N>

L: 7omandante... (la llam &aura) E: Esther... (la corrigi suavemente ella) L: Eso... yo, quisiera disculparme por lo de esta ma!ana, bajo ningn concepto debería haberle... hablado de ese modo (le dijo &aura avergonzada) Esther había estado esperando aquello desde hacía algunas horas. 2uspir y se gir para mirarla a la cara

E: -or favor, &aura... déjalo ya. *o estamos en el ejército, y yo no soy tu comandante... slo quiero ser tu amiga, y como tal te comportaste. *o le des más vueltas, yo te agradezco muchísimo que me cuides con tanta diligencia. En serio (le asegur Esther, pero en los ojos de &aura había confusin, enorme gratitud, pero...) L: *o sé si puedo hacerlo (puso &aura las palabras a la sensacin que Esther había leído en sus ojos) E: &o sé... lo sé... (la tranquiliz Esther dándole un par de golpecitos en la pierna)... pero no dejaremos de intentarlo, %de acuerdo' L: 1e acuerdo (le respondi &aura, esta vez correspondiendo a la sonrisa que Esther le había dedicado) < volvieron a sumirse en el silencio, mientras &aura terminaba de vendarla con mucho cuidado &os días pasaron y la recuperacin de Esther fue en aumento, con lo que se convino cambiar su reposo absoluto, por paseos moderados y alternancias de silln. Aquello, contra todo pronstico, supuso un cambio sustancial en el ánimo de #aca que pronto comprob que los días eran más ligeros ahora que tenía a alguien con quien hablar de aspectos más sustanciales que el +baberío que enturbiaba el hilo de razonamiento de su amiga Eva desde que ella y &aura se encontraban en la fase empalagueHsimbitico. A Esther y a #aca les gustaba meterse con ellas, y en ocasiones bromeaban poniendo diálogos inventados en sus bocas, mientras las veían tontear a distancia. 0eían, hablaban... guardaban silencios nada incmodos... leían y hasta intercambiaban opiniones sobre trabajo. Esther nunca se cansaba de querer saber, y a #aca le parecía asombrosa su capacidad de razonamiento ante e6plicaciones sobre cosas que nunca había estudiado antes

E: Entonces... en realidad es como el entramado neurolgico %no' (se esforzaba por comprender Esther la e6plicacin que le estaba dando #aca) 1ividiste su programa central en zonas especializadas y las dotastes a su vez de subprogramacin específica de cada área que luego enlazaste con cone6iones de retroalimentacin... como si pensaras en las áreas sensoHmotoras del cerebro humano... o algo así #aca sonri complacida

M: Algo así, sí (convino #aca centrándose todavía en el rostro de Esther, pues había aprendido que cuando le daba vueltas a algo, se le hacía una arruga concienzuda pero graciosa en el entrecejo) E: %-ero cmo pudo E&B2A derivar a su sistema el recurso eléctrico de casi una manzana' (termin por preguntar Esther)


3N@

#aca no había podido averiguarlo con certeza, dado que los acontecimientos le habían impedido investigar la cuestin a fondo, pero sí tenía ciertas teorías que parecían ser las correctas

M: /ueno, no estoy muy segura pero creo que es precisamente por su sistema de retroalimentacin... quiero decir, que la fuente eléctrica del edificio pasa por su sistema, como si fuera un cortafuegos... la programé para ello como sistema de seguridad ante posibles subidas de tensin y ante la posibilidad de incendio del edificio (le e6plic #aca) E: 2í, pero para hacer lo que hizo, tuvo que asaltar el servidor de suministro eléctrico de la ciudad y reconducirlo en su beneficio... (pens acertadamente Esther, y #aca volvi a sonreír... no se le escapaba nada. =ablar con ella era muy estimulante) M: Ahí viene la parte de la retroalimentacin... la base de datos de la 1#B4 está conectada a las principales potencias de recursos tales como luz, agua... etc... su suministro de electricidad es distinto al del resto, lo sé porque tuve que hacer un puente para que no saltaran los sensores de discontinuidad del flujo eléctrico que alimenta el ncleo central del servidor de la base de datos. E&B2A no realiza una simple copia de lo que ve, sino que aprende de ella gracias a la programacin retroactiva de sus 3?F áreas interconectadas, con lo que al darle la orden... recalcul su probabilidad de é6ito y recondujo el potencial eléctrico a su sistema, desconectando los picos eléctricos que hubieran interferido en su suministro. L al menos, esa es la teoría más válida que tengo... (termin de e6plicarle #aca) Esther no dijo nada, se qued callada y pensativa. #aca esper a que recolocara la informacin, pero el semblante de Esther se puso serio al cabo de unos minutos

M: %Cué' (le pregunt #aca) E: *ada... M: *o mientas, se te da fatal... (le dijo #aca) E: 88%1esde cuando':: (se hizo la ofendida Esther tratando de distraer su interés) M: 1esde que me dejaste acercarme a ti de nuevo... (le dijo #aca sin pensar... y tras ver la cara de sorpresa y luego de remordimiento de Esther se dio cuenta de que había abierto demasiado la boca) E: *o era nada, slo estaba pensando en qué hubiera pasado si E&B2A no hubiera realizado ese ajuste en el sistema. 2eguramente no hubieran podido seguir la fuente de alimentacin hasta ti, aunque no creo que eso les hubiera detenido (le dijo Esther) M:
E: Cuiero que sepas que siento mucho haber desaparecido como lo hice... no fue mi intencin alejarte de mí, bueno sí, pero no era por ti... fui yo la que confundi y entorpeci las cosas (le solt Esther a bocajarro, y #aca no tuvo más remedio que mirarla de nuevo aunque no sabía que decir, estaba... temblando) *o hay un solo día que no me arrepienta de no haber dado la cara, no dejo de pensar que quizá, si no me hubiera ido... no estarías en esta situacin, que hubiera podido darme cuenta del desasosiego que sentías y a lo que os condujo a Eva y a ti


3NJ

M: Esther... 8no:... (la detuvo #aca tratando de recomponerse tras aquella disculpa. Ahora que conocía a Esther, que empezaba a conocerla de verdad, no podía soportar que también se echara sobre sus espaldas la culpa que slo ella tenía por haber asaltado la base de datos de la 1#B4) &o que hice no hubieras podido preverlo ni detenerlo, aunque hubieras estado dudo que te hubiera dejado acercarte lo necesario para tener un atisbo de lo que pretendía. Eva trat de evitarlo un montn de veces, y aun así, no pudo. 8Así es como soy, como funciono: Esther se gir tras aquellas ltimas palabras, clavando su mirada en la de #aca. 2u sonrisa dulce y comprensiva la atrap... otra vez

E: &o sé (le dijo con simpleza y asentimiento) #aca apart la mirada con vergSenza, no era la primera vez que sentía que Esther de +verdad la conocía. &e resultaba muy e6tra!o

E: 2lo hay una cosa más por la que quisiera disculparme... (a!adi Esther antes de que #aca pudiera reponerse)... nunca llegué a pedirte disculpas por besarte, no estuvo bien que me aprovechara de aquel momento de ofuscacin precisamente para anteponer mis sentimientos a los tuyos. 8-erdona: 8*o quise ofenderte: #aca estaba segura de que ahora sí tenía que tener toda la cara roja

M: *o me ofendiste... (acert a decir pese a todo) E: Lhhh sí, ya lo creo que lo hice... (pretendi rescatarla Esther de aquel momento embarazoso y con una sonrisa torcida la pincho)... la marca de tu mano en mi cara durante los tres días siguientes lo confirma #aca arrug la nariz al recordar la bofetada que estamp en la cara de Esther

M: 82e me fue la mano: (admiti #aca) E: 9ajaja... me lo merecía (se ri Esther) M: #e pillaste con los soldados en primera fila... %a quien se le ocurre besar a alguien en plena pelea' (le dijo #aca poniendo los ojos en blanco sumándose al cariz desenfadado que estaba empleando Esther para abordar aquel tema que tanto le había atormentado por resultarle incmodo) E: En eso creo que si que no tengo toda la culpa, estás muy se6y cuando te enfadas (le espet Esther con una sonrisa pícara, que la dej de pronto cortada) %Estaban an bromeando'...

E: Anda, vamos... o &aura vendrá a tirarme de las orejas, es la hora de la cura (le dijo Esther antes de que #aca pudiera reaccionar) Esther se puso de pie y entr en la casa, #aca tard un poco en seguirla an aturdida por lo que acababa de ocurrir Al cabo de una semana más, Esther ya se sentía lo bastante fuerte como para quedarse a solas en la casa sin necesidad de custodia, así que cuando &aura y Eva se subieron al


3ND

coche para ir al pueblo como cada semana, anim a #aca a que las acompa!ara y se despejara un poco. -or mucho que lo intentaba, Esther notaba la falta de o6ígeno en la joven, y trataba por todos los medios de ensanchar su espacio y distraer su cabeza para que no se agobiara en aquel encierro. #aca dud, pero slo un segundo... se subi al coche animada por Eva y las tres se alejaron por el camino dejando a Esther a solas

E: /ueno... hora de ponerse al día (se dijo Esther, y regres a la casa) Entr en su habitacin y sac su maleta que parecía vacía, la abri y tante el fondo falso de la maleta hasta encontrar el hilo que buscaba, despacio tir de él y el tejido cedi de una pieza, lo quit de en medio y luego tante la otra hoja de la maleta haciendo lo mismo. 5rente así, como un libro abierto, dieron la cara dos armas de precisin con sus cargadores y sus complementos, y un miniportátil con una antena satélite y varios accesorios igual de sofisticados. Esther sac el miniportátil, y lo mont sobre la mesa de su escritorio. 7alculaba que tendría unas cuatro horas como mucho, con lo cual no tenía tiempo que perder, dado que antes de que volvieran de la ciudad debía encargarse también de aspectos más mundanos de la casa 7onect los cables, orient la antena, enchuf un aparatito minsculo que le daría la cobertura adecuada y esper a que el sistema se encendiera. En cuanto el programa estuvo activo, Esther no perdi el tiempo, tecle las claves necesarias para acceder a los sistemas de registro que había dejado programados antes de su huída. *o se detuvo a revisar los datos, tan solo guard la informacin mirándola por encima esperando poder e6aminarla detenidamente cuando se quedara a solas en su cuarto aquella noche. "na vez finalizado aquel cometido, hacKe las direcciones de correo de todos los empleados de la empresa $ilson, a los que a!adi los personales tanto de -edro $ilson, 7ruz, 9avier, ;ilches, =éctor, Eva y por supuesto de #aca. *o quería dejar cabos sueltos, y tenía que comprobar si la 1#B4 estaba jugando ya sus bazas. 1esech lo que no tenía importancia, guard lo que necesitaría un escaneo en busca de cdigo de programacin de redireccionamiento y clasific el correo que les pasaría a #aca y a Eva a modo personal Esther mir el reloj, an le quedaba una hora cuando termin de chequear las rutas de navegacin de informacin del 1#B4 en busca del seguimiento de su caso. -or lo visto an no habían tomado una decisin. Así que ella tendría que esperar para mover su siguiente baza. 2atisfecha, imprimi los eHmails y un peque!o dossier al que tendría que echar un vistazo más tarde, luego recogi el equipo colocándolo de nuevo en su escondite #aca y Eva disfrutaron en el pueblo mientras compraban los víveres y hasta curioseaban en un par de tiendas de ropa en la calle principal. ;olver a estar rodeada de gente y del ritmo comercial, le inyect una nueva bocanada de aire a #aca que se sorprendía de lo mucho que e6tra!aba el bullicio ahora que ya no lo tenía

Eva: %Cué estás mirando' (le pregunt Eva desde su espalda, cuando #aca se detuvo en un escaparate) M: %4e gusta ese suéter' (le pregunt #aca)


3NG

Eva la mir un segundo sin entender, luego vio por encima de su hombro lo que estaba mirando y contest

Eva: 2í, no está mal... pero no te pega mucho %no' (le dijo Eva arrugando un poco la nariz, viendo que el suéter era de un corte algo formal para su amiga) M: *o es para mí... es para Esther. 2e desgarr un suéter parecido a ese en la huída, y me parece apropiado reponérselo, después de todo... es lo menos que puedo hacer %no' (le dijo #aca tranquilamente) Eva estuvo a punto de dejar que su mandíbula tocara el suelo, pero se contuvo limitándose a mirarla con una ceja alzada y una sonrisa torcida en el rostro

M: *o empieces... (la advirti #aca y entr en la tienda dejándola atrás) Al cabo de media hora fueron al punto de encuentro donde &aura ya las esperaba con el coche cargado

L: %4odo bien' (les pregunt) Eva: 2í, nos hemos comprado ropa... (le dijo Eva echándosele al cuello y besándola)... te va a encantar (le susurr Eva con un claro signo de provocacin en su actitud) #aca no pudo evitar sonreír traviesamente tras ver a &aura carraspear y ponerse roja. &e parecía fascinante como alguien rígido y disciplinado como &aura se desazoraba y se convertía en marioneta en las manos de su amiga... + Me pregunto si con "sther funcionara... pens, pero tan pronto como surgi aquel pensamiento en su cabeza se apresur a desecharlo 2e subieron al coche tras colocar el resto de bolsas en el maletero y volvieron a su refugio. 2i el trayecto de ida había sido una balada eterna entre &aura y Eva, la vuelta an fue peor llena de insinuaciones, miradas y toqueteos preliminares a un fuego que ambas destilaban desde bien lejos. 7uando llegaron a la casa, #aca estuvo tentada de tirarse del coche incluso antes de que el motor se apagara, eran insufribles 7ogi un todo lo que pudo cargar y se dirigi dentro de la casa

M: 8=emos llegado: (anunci #aca y por lo bajo suspir) 8por fin: -ero nadie contest y #aca se e6tra!. 2ali de la cocina donde había dejado los víveres y ech un vistazo en el pasillo de las habitaciones... no parecía haber nadie en la casa. Entonces un golpe seco llam su atencin en el patio de atrás de la casa y automáticamente se dirigi hasta allí Aun tras la puerta mosquitera se maravill de lo que veía. Bnconscientemente flanque los pasos que la separaban del e6terior de la vivienda, atraída por la energía y la belleza del movimiento de Esther que parecía danzar con movimientos fluidos descalza sobre la tierra. 1espacio y en silencio se sent a observarla, parecía tan concentrada que ni se le pas por la cabeza molestarla. Esther continu moviéndose despacio, sus piernas recorrían el suelo como si se deslizaran en un equilibrio constante con su respiracin y sus brazos que describían movimientos armoniosos. 4an absorta estaba que no escuch a &aura cuando sali a buscarlas


3NN

L: Ah, estáis aquí (dijo tranquilizándose) M: %Cué está haciendo' (le pregunt #aca por lo bajo, pues no quería que Esther se interrumpiera) L: 4aiH7hi 7huan... (le contest &aura) M: %Eso no es una especie de gimnasia china' (le pregunt #aca recordando que en un gimnasio de su zona lo impartían) L: Así es cmo se vende en el mundo occidental, pero en realidad es un arte marcial que significa algo así como +sistema de lucha del principio fundamental. Esther lo aprendi cuando estuvo destinada en oriente cuatro a!os... y ves lo que hace ahora... (le indic &aura y #aca prest mayor atencin ahora)... está tratando de canalizar su energía en el torso, lo que la ayudará a recuperar su lesin #aca no dijo nada... simplemente no pudo apartar los ojos de ella mientras una vez más la imagen que tenía de Esther se desfiguraba. ;iéndola envuelta en un pantaln bombacho de lino negro, y con aquella camiseta de algodn de tirantas remarcando la firmeza de su torso, la alejaba demasiado de la abogado de traje planchado y entallado con la que se habían presentado. &os ojos de Esther permanecieron cerrados, #aca pudo respirar la tranquilidad que había en sus facciones... como un zoom de atraccin pudo detectar como las comisuras de los labios de Esther sonreían aunque no se viera a simple vista... estaba feliz... y #aca se contagi de su armonía casi al instante. &a suave brisa sopl y los trazos de cabello que se escapaban de la coleta de Esther se despejaron de su cara... los labios de Esther se entreabrieron aspirando el aire y entonces #aca tuvo demasiado... sinti un golpe directo, como si una onda e6pansiva fuera enviada del cuerpo de Esther al suyo, sus ojos se encontraron y en una milésima de segundo #aca record el sabor de aquella boca que ahora sonreía abiertamente y el calor de aquel cuerpo vigoroso contra el suyo en su despacho. 7asi se escuch jadear... y de un salto, como si un hierro a fuego vivo se estampara contra su piel, se puso en pie y se meti en la casa, demasiado asustada, demasiado alterada como para racionalizar qué había ocurrido

Eva: %=as visto el yogur líquido de plátano' (pregunt Eva cuando #aca pas por la cocina) -ero #aca ni siquiera contest y se fue directa hacia el ba!o. Eva la sigui con una mirada interrogante, %qué mosca le ha picado ahora' 2e pregunt, pero sigui buscando en la nevera el yogur #aca entr en el ba!o, y atranc la puerta dejando caer la espalda contra ella mientras sus pensamientos la azoraban +$1u' coo ha sido eso...& $que coo ha sido eso...& la pregunta se repetía en su cabeza mientras su respiracin luchaba por volver a la normalidad. Alcanz nerviosa la pila del lava manos y abri el grifo, cogi agua y se la llev a la cara... algo más aliviada por el frescor del agua alz la mirada y se encontr con su imagen en el espejo

M: ;ale, #aca... tranquila, esto no es lo que parece (se dijo así misma mirándose de frente)


3N

-ero an pasaban por su cabeza imágenes sobre el beso de Esther y un mordisco en el estmago acudía como testigo haciéndole más duro el camino hacia la razn

M: Esto te pasa por meterte en la +casa de safo con la monotema de Eva, que está más caliente que la madre que la pari joder... %por qué co!o me meto yo en estas movidas' %por qué'... (#aca cogi aire, tratando de controlar su ataque de histeria) 8*o, ya está... no pasa nada: (pero el temblor de sus manos no decían lo mismo, y su histeria no se aplacaba) 8Estás salida: 0econcelo #aca... estás salida perdida, y como aquí no hay nadie más a quien echarle el guante, pues vas t y te enganchas a las fantasías se6uales con ella otra vez... 8joderrr, estupendo: -ues ya lo ltimo que me faltaba... ponerme a fantasear con la nica persona con la que puedo hablar de algo decente en la casa, genial... 8#uy bien #aca: 84 a lo tuyo: 8complicándote un poquito más la vida, hija, di que sí: 8#E 7AIL E* &A -"4A: 2in darse cuenta, #aca grit aquella ltima frase pues estaba fuera de sí. Eva alz la vista definitivamente de la nevera y fue a buscarla para saber que pasaba. 1io un par de golpes en la puerta

M: 888%C"TEE'::: (rugi #aca desde el otro lado) Eva: %;a todo bien' (pregunt Eva con el entrecejo fruncido, ya preocupada) "na risa cínica se escuch del otro lado y luego un... +cojonudo, no te jodee... pero #aca no parecía estar intercambiando una conversacin con ella

Eva: #aca abre la puerta (le orden Eva ya algo +mosca) -ero #aca no abri, Eva volvi a insistir y entonces #aca descorri el pestillo y sali del ba!o

M: 88%C"E -A2A':: (le pregunt con rabia) Eva se la qued mirando... +uy, uy, uy... que aquí pasa algo se dijo, pues cuando #aca se salía de sus casillas siempre era por algo

Eva: Eso quiero saber yo, %qué co!o te pasa' (le pregunt Eva sin achicarse) M: %Cue qué co!o me pasa'... 888%que qué co!o me pasa...'::: (le respondi #aca an lanzada) Eva: 82í: %qué te pasa' (la encar Eva cruzándose de brazos frente a ella a la espera de lo que tuviera que decir) #aca estaba dispuesta a rugir como una leona, a lanzarla a los cocodrilos diciéndole que ella tenía la culpa por llenarle la cabeza de pájaros y andarse dando el lote con &aura todo el día delante de sus narices... sentía la necesidad de hacer responsable a alguien, de quitarse aquel nudo del estmago a cualquier precio... pero... se par en seco tras ver los ojos más que retadores, preocupados de Eva, que sinceramente querían saber qué había pasado para que se pusiera así... #aca pens inmediatamente en lo que había ocurrido, no podía decirle a Eva lo que estaba pasando por su cabeza... aquello solo hallaría dos vías, una que Eva chasqueara la lengua con un +te lo dije... estás loquita por ella y entonces #aca se le tiraría al cuello y le daría tal paliza que iba a hacer falta que la sacaran de encima suyo para separarlas... y dos, que se le iluminara la cara y callara,


3NF

volviendo a hacer ese juego celestino de miradas cada vez que Esther y ella hablaran en el futuro, recordándole incansablemente aunque en silencio, lo que esa misma tarde le hubiera dicho

M: *ada, es que al final no he comprado los tampa6 y creo que me va a bajar la regla (dijo #aca cambiando su cara de ira de hacía unos segundos por la de resignacin más absoluta) Eva: Lh... (Eva no supo que decir, los ojos se le abrieron por la sorpresa) *o pasa nada, yo tengo M: Ienial entonces (fue lo nico que se le ocurri decir a #aca y esquivándola sali del ba!o para evitar que el interrogatorio se prolongara) E: %7mo ha ido' (le pregunt Esther a &aura en cuanto se quedaron a solas) L: /ien, an no se han movido. -or lo visto les ha caído una buena por dejarnos escapar delante de sus narices, y ahora están un poco atados de manos disputándose la pelota, el equipo de 2ara quiere hacerse cargo del dispositivo de nuestra bsqueda, mientras que los altos mandos del comité opinan que hemos pasado a ser de su competencia. Así que siguen con el seguimiento y las escuchas de los implicados E: %-edro $ilson' %7ruz' (pregunt brevemente Esther asimilando la informacin) L: /ien, bien... no hay de que preocuparse. &es han sometido a interrogatorio claro, pero como t dijiste, el que hiciéramos la huída mientras los miembros del comité estaban presentes en la discusin de -edro y 7ruz con los abogados, les hace creer más fielmente en que no sabían nada E: Es un alivio... (respir Esther y luego con cierta duda y desgana a!adi) %< 5ernando' L: -or lo que dicen los informes, no se separa de -edro. 2e ha instalado en la casa a la espera de noticias... lleva tres interrogatorios, pero evidentemente no tiene nada que decir sobre el paradero de #aca. 7reo que darse cuenta de que ha sido el ltimo en enterarse de lo que estaba pasando con ella, se lo está haciendo pasar bastante mal (reconoci &aura con una mueca) E: 2í, me lo imagino (dijo Esther y guard silencio) &aura la observ. Algo en su instinto ya le había dado indicios de que la relacin de Esther con #aca era atípica a lo que antes hubiera visto, pero an así le cost creer a Eva cuando le cont que la comandante había besado a su amiga y que se había separado del caso porque se veía implicada emocionalmente con ella. &e costaba imaginar una pérdida de control por su parte... %pero acaso no e6istía también aquel rumor de que Esther había abandonado el ejército con un detonador parecido' &aura nunca se había atrevido a preguntarle cual había sido la gota que había colmado aquel vaso de infracciones que ya no podía pasar por alto, pero viendo a aquella Esther más humana y terrenal, no se le hacía tan difícil imaginar su dolor ni su reaccin ante una traicin como la que se rumoreaba

E: =e imprimido unos eHmail para ellas, quiero que los metas en un sobre y finjamos que los has recogido en correos para ellas. Ah, no olvides disimular tu letra, a estas alturas de tu relacin con Eva no quiero arriesgarme a que ya conozca tu caligrafía (le dijo Esther sacándola de sus pensamientos) L: 2í, no te preocupes (le asegur) &o que no entiendo mucho es por qué les tenemos que ocultar que disponemos de ese equipo


3?

E: 7onfío en #aca, pero no en su naturaleza. A veces puede ser como una bomba de relojería y no es capaz de darse cuenta hasta que no estalla y ya es demasiado tarde (Esther suspir llegado a aquel punto, tampoco le hacía mucha gracia mantenerlas apartadas de aquello, pero sabía que no podía arriesgarse) 2implemente no quiero tentar a alguien con su talento sabiendo que tiene a su alcance una máquina como ésta, tampoco sabemos cuanto tiempo estaremos aquí, ni el peso que los días de incomunicacin pueden provocar en ella L: %Eva no te preocupa en ese sentido' (la interrumpi &aura con aquella duda) E: Eva te tiene a ti (le dijo como si fuera evidente que por ese hecho ya e6istía una diferencia abismal entre las reacciones de ambas amigas) 2oportará mejor el encierro, porque te tiene a ti para compartirlo y además, vela por la seguridad de su amiga. #aca está encerrada lejos de la gente que quiere, la que la mantiene cuerda es Eva, pero an así... es demasiado independiente, así que no sé cuánto soportará esta situacin antes de empezar a desmoronarse. Es mejor que no le demos herramientas para librar la batalla por si sola... no esta vez, %de acuerdo' L: 2í, queda claro (contest &aura) Ambas se miraron asintiendo, y emprendieron el regreso a la casa Esther y &aura entraron en el mismo momento en que #aca entraba en la cocina seguida de Eva

E: %Cué tal os lo habéis pasado en el pueblo' (pregunt Esther tras una sonrisa que llevaba el nombre de #aca) #aca se par en seco

M: Eh, bien... (dijo #aca y esquivándola se puso a revolver entre las bolsas que habían traído) A Esther no le pas desapercibida la inquietud ni el malestar que parecía envolver a #aca. %Cuizá no había sido buena idea mandarla al pueblo' %quizá verse de nuevo en la civilizacin había causado el efecto contrario al que esperaba' 2e pregunt en menos de un segundo, pero Eva parecía tener las respuestas

Eva: *os lo hemos pasado en grande, no le hagas caso... parece que está en uno de esos días (dijo Eva con un gesto de cabeza y un golpecito en el abdomen) #aca ni siquiera levant la cabeza de las bolsas pero mir de reojo a Eva con cara de pocos amigos. + "stupendo... sndrome premestrual con quince das de antelaci!n pens. Eva sin embargo no pareci percatarse de su mal humor y sigui hablando

Eva: 5uimos a comprar, y luego aprovechamos para hacer un peque!o recorrido turístico mientras &aura iba a por el resto de provisiones y a por el correo. =ay unas tiendas chulísimas de ropa tras la iglesia, no sé como no las había visto antes... (dijo Eva, pero más para sí que para Esther)... en fin, nos probamos algunas cosas y cargamos con otras más... jajaja... E: Estupendo... (dijo Esther algo más relajada y sonriente, se alegraba de que #aca hubiera disfrutado de aquel tiempo libre)


33

Eva: 2í, nos lo hemos pasado genial... ahhh... y #aca te ha traído un regalo (a!adi Eva) El sonido de un bote de cristal estrellándose contra el suelo les hizo dar un respingo a todas e6cepto a #aca que se había quedado petrificada Esther reaccion al instante y se acerc hasta donde estaba #aca

E: %Estás bien' %4e has cortado' (pregunt preocupada) M: Estoy bien... se me ha resbalado... (decía #aca tratando de restar importancia a lo ocurrido) E: 1éjame ver... &e pidi Esther y antes de que #aca pudiera resistirse Esther tenía sus manos entre las suyas e6aminándolas. &as manos de #aca temblaran, Esther la mir de soslayo inquieta por sus nervios, pero lo achac al susto

E: *o pasa nada, no te preocupes... esto se limpia y listo. 1éjame ver... (dijo Esther y se agach de pronto hasta llegar a los pies de #aca, ésta no se atrevi ni a pesta!ear, no sabía porqué estaba tan paralizada) "rgg... (gru! Esther con desagrado)... mierda de sandalias... a ver #aca levanta un poco el pie... #aca la mir e6tra!ada... y slo reaccion porque las manos de Esther le remangaron un poco el pantaln y la sujetaron del tobillo

E: 4e has cortado un poco con los cristales... pero no parece que tengas clavado ninguno... (dijo Esther más para si que para el resto) L: %2e ha cortado' (pregunt &aura ya cerca de ellas) E: "n poco, no parece nada... (le apunt Esther) L: Eva trae la escoba... (le pidi &aura, mientras apartaba algunos cristales de alrededor de #aca, pero en cuanto Eva fue a acercársela &aura la detuvo)... dame, ya lo hago yo, que t también llevas sandalias. Esther, t también llevas un calzado muy fino... porque no curas a #aca y dejas que me ocupe yo de esto, se ha roto en mil cachos... (a!adi &aura con una mueca, viendo el estropicio) E: ;enga (dijo Esther incorporándose) 7on cuidado... #aca sinti que todo se movía a su alrededor como si ella fuera una marioneta, todas hablaban y ella... ella no pudo más en cuanto volvi a notar la mano de Esther cogiéndola por la cintura para ayudarla a salir sin pisar más cristales

M: 8E= 1B7=L C"E E24L< /BE*: 8-"E1L 2L&A: (espet #aca con un rugido y Esther retir su apoyo inmediatamente) 89oder, solo es un bote roto...: 8no hay porque montar tanto espectáculo: *inguna de las tres espectadoras dijo ni una palabra, se limitaron a seguirla con la mirada mientras #aca se alejaba por el pasillo a toda prisa. El portazo que dio una vez estuvo en su habitacin marc el fin del paréntesis

E: %Cué le pasa' (pregunt Esther dirigiéndose con la mirada a Eva)


3>

Eva se encogi de hombros

Eva: 7reo que tiene la regla o le está por venir, porque en el pueblo estaba bien... pero ha sido llegar y meterse en el ba!o, y ponerse de ese mal humor (le dijo Eva, pues era toda la informacin que disponía) Esther se le qued mirando, y luego volvi a dirigir la mirada hacia el pasillo, %era eso lo que le pasaba' %un síndrome premestrual simplemente'... 5uera lo que fuera, lo averiguaría 7uando #aca abri los ojos en su habitacin había oscurecido. 1esconcertada mir por la ventana y vio que empezaba a anochecer. +%#e he dormido' se pregunt, y se mir el reloj con desconcierto, la pregunta fue respondida con un sí rotundo. 2e incorpor despacio y se pas las manos por la cara para despejarse. 2e había sentido tan inquieta después del contacto directo con Esther que había sentido la necesidad de huir de allí... había pretendido cerrar los ojos slo para tranquilizarse y dejar su mente en blanco, pero le había costado más de lo que quería admitir, hasta que por lo que parecía había terminado durmiéndose. 2e rehizo la coleta, y al mirarse se dio cuenta de que la ropa estaba arrugada, así que se cambi de camiseta antes de salir de la habitacin Alcanz el pasillo, y tontamente mir si había moros en la costa, pero se sinti ridícula y avanz por la casa que estaba en silencio. El rugido de su estmago le record que no había comido, así que se dirigi a la cocina y pudo comprobar que ya no había rastro de cristales y que los víveres ya estaban colocados en las estanterías, no quedaba ni una bolsa por en medio. #aca suspir recordando el numerito del bote de cristal... +cmo puedo ser tan ridícula se dijo, pero la verdad era que cuando Eva dirigi la atencin de Esther sobre #aca diciéndole que le había comprado un regalo, le habían temblado las manos y el bote había resbalado sin más. 2e resisti a seguir pensando en el incidente, y abri la nevera en busca de algo que llevarse a la boca

E: 4e he guardado la comida... (le dijo Esther sobresaltándola de golpe, por lo que enseguida se disculp) -erdona... no pretendía... M: 9oder, que susto... (dijo #aca pero enseguida se recompuso) *o pasa nada... no te preocupes E: Es el bol azul... son espaguetis carbonara, peno no sé si te apetecerán... (le dijo Esther sin atreverse todavía a apro6imarse a #aca, le daba la impresin de que ella prefería respetar las distancias) M: 4engo un hambre que me muero... (dijo #aca sacando el bol e introduciéndolo en el microondas, todavía sin atreverse a mirar directamente a Esther a la cara) %7mo es que no me habéis llamado para comer' E: Eva entr en tu cuarto y te vio dormida, así que te dejamos descansar... (dijo Esther con tranquilidad) -arecías necesitarlo #aca no dijo nada, esper a que se calentara su comida tratando de no pensar en qué pasaría si cuando se girara para mirar a Esther volvían a invadirle aquellas +visiones. 7err los ojos repitiéndose +tranquila, tranquila y el piHpiiiiiiiii del microondas la hizo encararse a la realidad. 2ac la comida y se volvi hacia la mesa en el centro de la estancia. Esther estaba sentada en una de las sillas, esperando... esperándola, sin darse


3@

cuenta #aca se par a mitad de camino entre la encimera y la mesa, y pudo ver en los ojos de Esther el desconcierto y luego la timidez y la duda

E: 2i prefieres comer sola yo puedo... (le dijo Esther ya levantándose de la mesa) M: *o, no seas tonta... quédate (le dijo #aca sintiéndose culpable por dejar que sus paranoias hirieran a Esther) #enudo shoP he montado antes, %no' 1ijo #aca tratando de romper el hielo, pues estaba decidida a actuar con naturalidad después del espectáculo de aquella ma!ana

E: "n poco... (le dijo Esther, y en lugar de hacer un gesto con los dedos para indicar lo poquito que era, estir los brazos en cruz simulando un gran recorrido) M: 9ajaja... vale, un montn, me lo merezco (se ri #aca viendo que Esther volvía a comportarse igual con ella, y que no le había tenido en cuenta el gru!ido de hacía unas horas) Esto está buenísimo... E: #e alegra que te guste (dijo Esther ya sonriente) M: Iracias por guardarme un plato (contest #aca mirándola directamente a los ojos) E: /ueno, no me las des... lo he hecho por puro interés (quiso quitarle importancia Esther) M: %Ah sí' %con qué interés' (le pregunt #aca con una ceja alzada suspicazmente, sorprendida de lo fácil que le era hablar y bromear con ella otra vez) E: An estoy esperando mi regalo, %recuerdas' (le dijo Esther poniendo cara juguetona) M: 9ajaja... ;ale, el regalo... (se ri #aca y llevándose otro bocado a la boca, se levant de la silla y se acerc hasta el saln. Encontr el paquete encima de una mesa, donde seguramente Eva lo habría colocado, y luego volvi a la cocina) Anda toma... ábrelo Esther lo cogi y le lanz una mirada y una gran sonrisa. #aca también sonreía mientras seguía comiendo, esperando que a Esther le gustara lo que había escogido. 7uando lo desenvolvi y sac el regalo, Esther le lanz una mirada entusiasmada

E: #e encantaaaa... (dijo, poniéndolo sobre su pecho para comprobar la medida) M: %En serio' (le pregunt por inercia #aca) E: En serio... y además, creo que has dado con la talla (dijo Esther y se puso de pie) #aca la sigui con la mirada, pero cuando se percat de las intenciones que habían incorporado a Esther de la mesa, volvi a clavar la mirada en el plato. + Más vale prevenir  pens, mientras se obligaba a no mirar a Esther mientras se quitaba el suéter que llevaba y se ponía el nuevo para probárselo

E: 2í, perfecto... es mi talla (anunci Esther con una sonrisa mientras se lo acicalaba) Entonces #aca supo que ya podía mirar, y se encontr con aquel azul cielo sobresaliendo encima de aquellos vaqueros de cintura baja azul oscuro que llevaba Esther. &a tez algo bronceada por el sol de esos días, resaltaba al contraste del suave tejido. El suéter era muy sobrio, pero caía sobre su cuerpo con naturalidad y candidez, resaltando lo terso de su anatomía como una caricia. Estaba guapísima, ni siquiera #aca pudo negar aquella evidencia

M: 4e queda muy bien, estás guapísima (dijo con voz sincera y algo contenida)


3J

&os ojos de las dos se encontraron, y al hacerlo la sonrisa e6ultante y burlona de Esther se fue aplacando tras ver en los de #aca un brillo que la confundi y la hizo estremecerse. Ambas apartaron la mirada al mismo tiempo, #aca volviendo a su comida, y Esther doblando el suéter que se había quitado

E: Iracias por el regalo, me encanta, de verdad (le agradeci Esther, pero ya no se sent en la mesa a acompa!ar a #aca) /ueno, voy a guardar el otro... te esperamos afuera, cuando termines de comer estamos en el porche %vale' M: ;ale (contest #aca) 2e sonrieron tímidamente por ltima vez, y Esther se march de la cocina. #aca solt el tenedor en cuanto se supo sola y a salvo +%Cué voy a hacer'... se pregunt #aca con un suspiro, pues ahora que la histeria no la invadía, le era difícil negar la e6tra!a atraccin que entre ellas e6istía Esther se apresur a salir de la cocina, la mirada y el rostro de #aca acababan de lanzarle una descarga eléctrica a cada partícula de su cuerpo y no quería volver a estropearlo con ella haciendo que sus sentimientos confundieran las cosas. En cuanto se hall en el cuarto a salvo, dej salir un profundo jadeo... +%cmo consigue dejarme sin respiracin' %cmo'... se pregunt Esther an temblando de pies a cabeza. &a voz profunda de #aca volvi a sus oídos como una caricia de gélida brisa... + te queda muy bien... estás guapsima... cerr los ojos, y los ojos de #aca se posaron en los suyos oscuros y brillantes... Esther slo sabía que se moría por haber cruzado la distancia y haberla besado... otra vez, daría lo que fuera por besarla otra vez. Abri los ojos con la respiracin an algo agitada, +no... no iba a suceder. *eg con su cabeza y con todo su cuerpo, se quit el suéter que #aca le había regalado sin querer plantearse si se ofendería por ello, y se puso de nuevo el que llevaba antes. Ahora mismo no podía tener nada cerca que le recordara a #aca, todavía no A la ma!ana siguiente, todas e6cepto Esther remolonearon hasta bien tarde. Esther sin embargo no había dormido demasiado, pues ahora que su cuerpo apenas notaba el dolor físico, el dolor del deseo la hería con mayor intensidad y las horas de silencio e inactividad no la ayudaban a mantener a raya ni a sus pensamientos ni a las energías que poco a poco crecían en el centro de su abdomen. Así que se levant temprano y aprovech para hacer algunas cosas de la casa, luego sali a correr un poco aunque todavía la lesin le impidi hacer una buena carrera y termin su sesin de desgaste físico con sus ejercicios de 4aiH7hi con la esperanza de encontrar su equilibrio. 5ue en aquel intento, cuanto #aca apareci por la puerta de atrás de la casa. Esther estaba sentada en una manta en el suelo de espaldas a la casa así que no la vio hasta que ella se anunci

M: /uenos días... (dijo #aca con la voz tomada por el sue!o recién roto. Esther volvi la cabeza para responderle pero se qued atontada durante unos instantes, mientras contemplaba a #aca con un top deportivo que dejaba su abdomen a la vista, y un pantaln del pijama de cintura baja que no hacía más que insinuar lo apetecible de sus caderas)... bueno, mejor dicho tardes ya %no'


3D

&a sonrisa que le dedic #arca se le clav como una daga. Ahora sí que necesitaría dosis triples de meditacin, porque el fogonazo que la atravesaba no se iba a aplacar por arte de magia

E: 4ranquila, aun te han ganado &aura y Eva... (le contest Esther tratando de no quedarse más tiempo callada como una estpida)... todavía no se han despertado #aca hizo una mueca y luego a!adi

M: #e parece que sí que se han despertado... pero están... (#aca se par, de pronto le dio palo e6plicarle a Esther lo que estaban haciendo aquellas dos en la habitacin)... digamos que ronquidos e6actamente no se están oyendo en la casa +"psss... e6clam Esther para sus adentros, y con un gesto instintivo se mordi el labio inferior que reflejaron su envidia sana. #aca apart la mirada de ella, pues se había quedado otra vez fija contemplándola

M: %Cué estabas haciendo' (le pregunt #aca para distraerse, pues no le apetecía nada volver a la casa a escuchar a aquellas dos retozar) E: 7asi he terminado... iba a estirar un poco y listo (dijo Esther cambiando de posicin en la manta para ponerse de rodillas, la costilla le dio una punzada que la hizo encogerse un instante) Agg M: %4e has hecho da!o' (le pregunt #aca saltando del porche para ayudarla) E: *o... no es nada... me he levantado muy rápido, eso es todo (se apresur a comunicarle Esther con la esperanza de evitar que #aca se acercara más a ella. 2olo mirarla la estaba poniendo +enferma) M: 1esde luego, parece que siempre estamos igual %no' (le dijo #aca y Esther la mir interrogante, por lo que #aca se e6plic mejor) -arece que cuando no es una es la otra, andamos siempre al rescate... somos un puto desastre &e dijo #aca sonriéndole, y Esther tuvo que hacer un esfuerzo por sonreír y apartar sus ojos de aquella boca de fresa

E: Eso parece, cierto (le contest y volvi a moverse, pero para su pesar #aca se arrodill también en la manta junto a ella) M: Anda, deja que te ayude... %qué quieres hacer' (le pregunt) Esther se sinti desconcertada y nerviosa de pronto. 1e veras que #aca era una bomba de relojería, lo mismo pegaba un brinco y no quería saber nada de nadie, que se volvía atenta y complaciente... Esther dese por un momento que le diera uno de sus ataques de clera... aquella cercanía amenazaba con hacerla volar en mil pedazos

E: %En serio quieres hacer esto' (le pregunt Esther finalmente) M: 4an difícil no creo que sea %no' (le contest ella, aunque aquella pregunta le cre alguna duda) Esther peg un bufido, y #aca alz una ceja suspicaz ante el gesto, pero no dijo nada simplemente esper


3G

E: -onte como yo... (le dijo Esther finalmente, y #aca imit su posicin sentándose también en el suelo)... abre las piernas, un poco más... así (Esther hizo lo mismo, colocándolas sobre las suyas, #aca empez a darse cuenta de que quizá se había precipitado en el ofrecimiento, empezaba a ponerse nerviosa ahora que tenía a Esther de frente y tan cerca)... vale, dame los brazos... yo cojo los tuyos, y t los míos... así (le sigui dando instrucciones Esther y #aca ya no tuvo tiempo de echarse atrás)... ahora tira de mis brazos y yo voy estirando la espalda vale... cuando notes mi tope, me aguantas ahí un poco sin estirar hasta que vuelva a ceder y me ayudas a ganar un poco más de recorrido... M: 1e acuerdo (dijo #aca anotando las indicaciones en su disco duro. Empez a tirar de los brazos de Esther hacia ella) E: Espera, así no... tira, pero dejando caer tu cuerpo al mismo tiempo hacia el lado que me estiras, porque si haces toda la fuerza solo con los brazos te van a doler y encima nos vamos a chocar cuando llegue mi tronco hasta donde estás t (le e6plic Esther) M: Ah... vale... como si hiciéramos un especie de cunita... yo tiro y tu vienes para mí... y luego al revés %no' (se centr un poco más #aca en lo que Esther le e6plicaba, aunque en aquella postura le resultaba algo difícil) E: Algo así... %preparada' (le pregunt Esther) M: 7uando quieras (le dijo #aca sujetándola por los brazos) E: ;ale, empezamos... despacio, tiene que ser progresivo (le indicaba Esther mientras fle6ionaba el tronco hacia delante, notando como se iban estirando los msculos de su espalda) M: %;a bien' (le pregunt #aca) E: 2í... dijo Esther soltando aire por la boca y ganando más terreno a medida que #aca la ayudaba a fle6ionarse) ;ale... ahora déjame que vuelva hacia atrás despacio... eso es... (Esther volvía a erguirse poco a poco, hasta que terminaron de nuevo sentadas) Ienial, gracias... (le dijo Esther notándose algo más aliviada) %quieres probar t' (le ofreci) M: ;ale (dijo #aca viendo que no era tan difícil) &e dio los brazos de nuevo a Esther y a su se!al empez a imitar lo que le había visto hacer, Esther fue tirando de ella hasta que alcanz su tope y lo aguant unos segundos

M: 9oder, que poca elasticidad tengo %no' (se quej #aca percibiendo que se curvaba menos que Esther) E: 9ajaja... requiere entrenamiento, nada más... además, no está tan mal para alguien que nunca hace deporte... (le contest Esther an estirando de ella) ;enga, ahora vuelve despacio hacia atrás, yo te ayudo #aca hizo lo que le indicaba Esther hasta que volvieron a estar sentadas una frente a la otra. #aca empez a frotarse el costado derecho

E: %Cué te pasa' (le pregunt Esther viéndola) M: *o sé... parece que se me ha montado algo aquí (le dijo #aca se!alándose el dorsal derecho) E: Eso es porque no estás acostumbrada a estirar, y has hecho el movimiento forzado en lugar de relajarte... a ver... déjame (le dijo Esther, y se acerc más a ella) 7uando se fueron a dar cuenta, ya era demasiado tarde, tenían las piernas cruzadas una sobre la otra, y sus cuerpos y sus caras estaban tan cerca que notaron sus alientos. Esther


3N

trag saliva al sentir el calor que desprendía el cuerpo #aca. Ella, por otra parte, la miraba e6pectante sin atreverse a hablar

E: /ueno, solo te voy a estirar un poco este lado... a ver... (Esther trat de mantener la calma, aunque notaba que sus manos empezaban a sudar)
E: 0elaja lo que puedas el cuerpo... (le se!al Esther, y la voz casi le fall al hacerlo, pues lo que tocaba ahora era la piel de #aca y sentía que la situacin se le iría de las manos si lo pensaba demasiado) #aca acomod su cuerpo contra el de Esther y al rozarse sus pechos ambas tuvieron que controlarse para no estremecerse. Lcultas la otra de la otra, ambas cerraros los ojos en aquel abrazo, tratando de refrenar sus sentidos +)onc'ntrate... joder  se rega! Esther, y tomando aire volvi a intentar tomar el control

E: 1ime donde te duele e6actamente (le pidi Esther y le fue palpando el dorsal y luego tante las vértebras hasta que #aca se!al el punto concreto)... a ver, toma aire por la nariz (#aca lo hizo aunque le costaba horrores porque el perfume de la piel de Esther la estaba aguijoneando de cerca)... y ahora e6plsalo despacio por la boca... así... otra vez... +222$$)oo... otra ve*&&333 pens #aca desesperada, pero le hizo caso por miedo a que aquello se prolongara por no hacer lo que le pedía

E: E6plsalo... (y cuando ya estaba #aca terminando de e6pulsar el aire, Esther le dio un apretn desde la espalda seco y rápido, con lo que sus vértebras crujieron recolocándose... inmediatamente la solt y se apart de ella como si contacto la quemara) M: Agggrrr... (se quej #aca por la grima que el grujido le había producido) E: %4e ha dolido' (le pregunt Esther con un poco más de aire entre ellas) M: *o, pero me ha dado un repelus... (dijo #aca) E: -ero ya no te duele, %o sí' (le pregunt Esther con una sonrisa) #aca se movi un poco hacia un lado y hacia el otro, y comprob que ya no le dolía

M: Iuauuu... no me duele... estás hecha una máquina, %eh' (le dijo #aca sonriendo) E: /ueno, digamos que no soy un mal partido después todo... (le contest Esther y dándole un toquecito en la nariz con el índice de su mano, empez a incorporarse) #aca la observ levantarse mientras notaba la corriente de frío que había dejado el cuerpo de Esther al separarse del suyo, pero no dijo nada, pues era mejor no pensar en ello. Esper a que Esther estuviera de pie, y luego hizo lo mismo


3

E: %*os atrevemos a entrar o les damos más tiempo' (le pregunt Esther con una mueca de complicidad) M: Algn día tendrán que salir de la habitacin %no' (le contest #aca con mejor humor) E: 9ajajaj... vale, pero como se pongan escandalosas, te toca a ti interrumpirlas (le advirti Esther riéndose) M: 2í hombreeeeeeeeeee... ni pensarlo, que estas son capaces de incorporarme en un trío... jajajaja... (brome #aca) E: 7omo que t te ibas a dejar vamos... jajaja... con el derechazo que tienes, salen cagando leches en menos que canta un gallo... jajaja (se burl Esther) A #aca se le desencaj la mandíbula por la sorpresa, pues sabía que se estaba refiriendo a la bofetada que le había propinado cuando la había besado

M: 8Eso ha sido un golpe bajo: (le dijo #aca apuntándola y dándole unos golpes en el pecho con el dedo índice a modo de rega!ina) E: 9ajaja... puede, pero no por ello es menos cierto (le dijo Esther haciendo un juego divertido con las cejas) < cuando la tensin entre ellas parecía estar disipándole, #aca acab por destartalarla

M: =asta la verdad más absoluta sufre modificaciones en el tiempo... piénselo 7L#A*1A*4E (le dijo #aca en un susurro mientras le dedicaba una mirada seductora que dej a Esther parada en el sitio, mientras ella sonreía triunfal y se dirigía hacia la casa) +$"stoy coqueteando&... 2"stoy coqueteando con ellaaa3 2Diosssss... $qu' coo estoy haciendo&, iba diciéndose #aca mientras se apresuraba a entrar en la casa con la cara descompuesta tras darse cuenta de lo que acababa de insinuarle a Esther Abri la nevera y sac una botella de agua fría... + "stoy maalll... muy mal... $me habrá entendido&... 2no3 2no creo... no me entiendo ni yo3... >y Dios... $por qu' tengo tanto calor&... Porque está buena... 2Mierda3 $c!mo es que pienso que está buena&... 8oderrrr... joder... joderrrrr... 2a qu' acabo liándolaaa...3

E: %=as terminado' (la interrumpi la voz de Esther) #aca la mir an con la sorpresa que le suponía tener aquellos sentimientos encontrados con aquella mujer, reflejada en sus ojos

E: El agua... %me das un poco' (le aclar Esther con calma esperando su respuesta mientras una media sonrisa bailaba en sus ojos) Entonces #aca se mir la mano que sostenía el agua y cay en la cuenta de que se estaba pasando la botella fría por el escote para refrescarse... Bnmediatamente la apart tendiéndosela a Esther mientras su rostro empezaba a encenderse por el rubor

M:

3F

#aca trat de salir de allí... cada palabra que a!adía la acercaba más al abismo, Esther trat de liberarla apartándose de su camino, pero cada vez que elegía un lado, #aca elegía el mismo y acabaron en un baile de encontronazos

E: 9ajaja... vale, espera (se ri finalmente Esther y la detuvo para deshacer aquel caos de esquivos cogiéndola por los hombros) #aca la mir desesperada, la risa de Esther se desvaneci bajo aquel rostro. #aca tenía las mejillas sonrojadas, la mirada brillante y oscura, y el rostro devorado por el bochorno, la desesperacin y... %el deseo' Esther dej caer sus manos por los brazos de #aca sin esperar que el gesto se convirtiera en una caricia, pero al notar la piel de #aca erizarse se le aceler el corazn por lo que estaba haciendo. #aca agach la mirada conteniendo el aliento, y Esther se sinti atraída como un imán ante sus respuestas... sin querer dio un paso hacia a ella, la escuch respirar con demasiado esfuerzo...

E: #aca... (la voz de Esther fue casi un susurro, un jadeo...) #aca no se atrevía a mirar, su cuerpo se había transformado en un manojo de nervios e6tra!o que la mantenía rígida e inestable. Escuch a Esther también conteniendo la respiracin cuando daba un paso más... lentamente alz la mirada hasta alcanzar la suya. 2us labios se entreabrieron a la vez en un intento de respiracin bajo el calor que se produjo entre las dos

Eva: /uenossss diasssssssssssssssssssssssssss... %no hace un díaaaaa estu... (Eva se las qued mirando en conjunto, y en cuanto ambas se separaron como si les hubieran dado un calambrazo poniéndose cada una lejos de la otra, las observ por separado)... pendo'' #aca escondi la cara simulando buscar en el armario algo de comer, si hablaba ahora y le fallaba la voz, no podría esconder la verdad a Eva... + $pero de qu' coo verdad estás hablando&... se dijo a sí misma, aunque su cuerpo le respondi inmediatamente dejando a su cabeza fuera de combate

E: 2í, hace un día estupendo... pero %se os han pegado las sábanas, eh' (fue Esther la que le contest, tratando de llamar su atencin, pues Eva se había quedado fija en #aca y la seguía analizando su comportamiento) Eva: #mm... un poco... (le contest Eva encogiéndose de hombros)... pero es que se está que te cagas en la cama %o no' E: 9ajaja... eso parecía por lo que se escuchaba en la casa (le contest Esther atrayendo ya por entero la atencin de Eva) Eva: %*o jodas que...'... (Eva se puso roja) E: 2epp... se escucha todo... jajajaj... (decidi atormentarla Esther, al menos aquello distraería el remolino que sentía en mitad del estmago. 2e oblig a no buscar a #aca por el rabillo del ojo, y centrarse solo en Eva) Eva: Lstras... jajajaja... que vergSenza... jajajaj... (dijo Eva riéndose, pues ya a lo hecho pecho) L: /ueno, parece que el día empieza con buen humor. %1e que os reís' (les pregunt &aura que entraba en aquel momento en la cocina) Eva se puso a su lado y le rode la cintura con el brazo


3F?

Eva: #ejor que no lo sepas, cari!o (le dijo palmeándole la tripa cari!osamente) &aura la mir con el desconcierto plasmado en el rostro. Esther y Eva se miraron y se echaron a reír ya que se imaginaban como reaccionaría &aura si supiera que se les oía cuando hacían el amor. #aca sin embargo, ya no estaba allí, permanecía atrapada en aquel mar de dudas y desconcierto que se abría ante sí, mientras trataba de escapar mirando a través de la ventana 5ue después de comer cuando &aura apareci con los sobres que Esther le había encargado el día anterior

L: Esto es para vosotras, lleg dentro de uno de los correos de ayer... por eso no os los he dado antes (les e6plic &aura con naturalidad) Eva: 888%-ara mí':::... %qué es' (se entusiasm Eva en cuanto tuvo el suyo en las manos) Esther estaba fregando los platos, pero se dio la vuelta para ver sus reacciones. Esperaba que aquello las animara un poco, que no les hiciera sentirse tan apartadas de su mundo

Eva: 888#isss eHmails:::... 888Cue guayyyy:::... mira #aca, de /ea... (Eva reaccion mejor de lo que Esther esperaba. 2e le veía encantada de tener noticias del e6terior) 2in embargo la reaccin de #aca fue completamente distinta

M: %Cué es esto' (pregunt con la voz neutra y contenida) L: 2on vuestros eHmails (les contest &aura) M: Eso ya lo veo... %quién los ha enviado' %cmo los habéis conseguido' (pregunt, y evitando a &aura deliberadamente, se gir en la silla para mirar directamente a Esther) %Esther' &aura busc la mirada de su comandante. Esther dej de secarse las manos en cuanto capt la mirada sombría de #aca, hizo un gesto a &aura con la cabeza para se!alarle que ella se encargaba del tema, luego contest a #aca

E:
M: *o quiero que vuelvan a enviarme los eHmails, los leeré cuando regrese... así que dile a tu equipo que deje de fisgar en mis cosas... ya no es necesario que filtren nada, porque no hay nada que entregarme, %estamos' (rugi #aca encarándola)


3F3

Esther le mantuvo la mirada sin ponerse a la defensiva, pues sabía que eso solo incrementaría la ira y la impotencia que #aca ya de por si sentía. "na vez más, se había equivocado en su reaccin

E: 2í, así se hará si es lo que quieres (le asegur Esther) < #aca no pudo seguir peleando, por lo que sali de la habitacin. &aura mir a Esther que de pronto se entristeci, luego mir a Eva que no había sido ajena a lo sucedido. Eva le cogi la mano a &aura y le hizo un gesto para que se fuera...

L: /ueno, voy dar la ronda... luego os veo (dijo &aura marchándose) Eva le dio un beso, y luego se incorpor, pues Esther se había puesto de nuevo a fregar para ocultar su frustracin

Eva: *o se lo tengas en cuenta, %sabes' -ara ella es bastante complicado todo esto... #aca tiene un concepto muy especial en lo que concierne a su intimidad (le dijo Eva en un intento de apro6imarlas) E: &o sé (dijo Esther) Eva: *o, creo que an no lo sabes (le discuti Eva) #aca no ha sido siempre la persona que t has conocido. -ara nosotras las cosas no siempre fueron fáciles... (Esther se gir a mirarla pues no la entendía, Eva sonri) 2er un cerebrito en la adolescencia, es más que ser un bicho raro... te lo hacen pasar bastante mal en el instituto. 7omo ya sabrás #aca y yo nos conocemos desde crías, pero la realidad es que tuvimos que ir a institutos distintos y para #aca fue bastante más duro que para mí. Ella siempre ha sobresalido del resto, así que se cebaron con ella... le robaban libretas, e6ponían en publico sus cosas simplemente para burlarse de sus rarezas... ya sabes, ese tipo de cosas... le hicieron bastantes perrerías y ella era bastante retraída por aquel entonces. %7uesta creerlo, eh' (hizo un alto Eva con una sonrisa) E: &a verdad es que sí (contest Esther) Eva: -ues lo era... era bastante ni!a en realidad, pero siempre fue tan orgullosa como ahora, así que jamás dej que nadie viera lo que le ocurría, y se oponía a pedir ayuda. Ella y yo nos veíamos cada dos fines de semana, porque por aquel entonces mis padres estaban trabajando fuera pero volvíamos para ver a la familia... y aprovechaba para darle apoyo y algunos consejos de como encarar a esa sarta de gilipollas... jajaja... supongo que me lleg la vena peleona antes que a ella, 8quien lo diría: (Eva se ri recordando el pasado) 1e todos modos todo termin cuando fuimos a la universidad, aquello era otro mundo y nuestro momento, aunque tengo que decir que #aca lleg muy cambiada. Era más retraída, más fría y selectiva. #e cost mucho volver a sacarla de aquella cueva en la que se había metido, todavía hoy me doy cuenta a veces, como ahora, el da!o que aquella etapa unida a su personalidad le caus... nunca llega a mostrarse del todo, hay una parte de ella que nunca comparte, ni siquiera con quienes quiere E: -ero contigo parece no tener ese problema... (le dijo Esther que estaba muy atenta a aquella parte de la vida de #aca que Eva se esforzaba en mostrarle por alguna e6tra!a razn) Eva: 9ajaja... que más quisiera (ri Eva, pero esta vez más con nerviosismo y tristeza, que otra cosa) &o nico que yo he aprendido es a respetar un poco sus tiempos, y eso me ha brindado la suerte de entrar por una rendija de su mundo... pero... solo cuando ella quiere


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E: Entiendo... (le dijo Esther) Eva: 7on la muerte de su madre la cosa se complic bastante... pero an tengo esperanzas... (dijo Eva y se qued a mitad de lo que iba a decir) E: %Esperanzas' (le pregunt Esther animándola a continuar) Eva: Esperanzas de que encuentre a la persona que la saque al e6terior y le permita vivir de verdad (contest Eva y luego la mir con intensidad) *ecesita a su igual, pero más fuerte, con menos miedos y que sí sepa lo que es entregarse a alguien E:
Eva: &o sé... pero no es a quien ella necesita, ni quien la hará plenamente feliz Esther la sigui con la vista mientras Eva se marchaba sin más por la puerta dejándola consumida por la ltima revelacin que acababa de hacerle... +*ecesita a su igual... Esther no pudo evitar que por su cabeza pasaran imágenes de la singular cone6in que creaban ambas cuando trabajaban en armonía, las noches de laboratorio, como sus mentes se fusionaban sin mas, sin cansarse ni perecer ante nuevos retos... por un momento la línea que trazaban sus vidas pas ante ella. %Acaso eran tan distintas' Ambas eran dos superdotadas en sus propios terrenos, ambas habían sido solitarias... mientras ella había aprendido a canalizar su ira, su rabia y ese huracán que la devastaba con disciplina y autocontrol muy duro, #aca la volcaba en su creatividad y una aférrima lucha por mantenerse firme a ella misma... +más fuerte, con menos miedos y que sí sepa lo que es entregarse a alguien... %era así como la veía Eva' %fuerte, sin miedos... capaz de entregarse a alguien con todos los abismos que aquello e6igía'... Esther tuvo que sentarse, pues ella no se sentía fuerte ante la idea de perder a #aca, los miedos la consumían imaginando que se la quitaban de las manos pese a sus esfuerzos... %podría entregarse a ella, tal y como Eva parecía estar segura de que era capaz'... 2e le paraliz el corazn en mitad del pecho al darse cuenta de que sí... ya se sentía en cierta forma suya, y su fuero interno le gritaba que jamás podría entregarse a nadie como estaba dispuesta a hacerlo con aquella +ni!a taciturna que encolerizaba tan rápido como un chasquido y era capaz de convertirse en un solo instante en un ángel de piel rosada y erizada con slo una caricia -asaron los días y para alivio de Esther, los enfados de #aca se iban tan pronto como venían, así que no tardaron mucho en volver a congeniar. Esther no podía evitar la necesidad de tenerla cerca, y #aca, en un intento de descargar tensiones había pedido a Esther entrenar con ella. Así que contra todo pronstico, volvieron a pasar más tiempo juntas. 2alían a correr por la ma!ana, hacían 4aiH7hi por la tarde y disfrutaban de la lectura y del ajedrez en los momentos más sosegados. Eva las contemplaba en la distancia, esperanzada en que la charla con Esther diera sus frutos. En varias ocasiones había pensado tantear de nuevo el terreno con #aca, pero en el fondo sabía que era cuestin de tiempo que #aca se formulara las preguntas y sus aplastantes respuestas, así que desisti de a!adir presin al asunto Aquella ma!ana decidieron ir todas al pueblo tras dos semanas de encierro. #ientras Esther y &aura gestionaban los asuntos de correos y de víveres, Eva y #aca se


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perdieron por el centro, fue aprovechando aquel momento, cuando Eva no pudo aguantar más

Eva: %7uándo me lo piensas contar' (le pregunt Eva a bocajarro) M: %7ontar el qué' (se e6tra! #aca de la pregunta) Eva: &o de Esther (le dijo Eva poniendo los ojos en blanco, como si fuera más que evidente) M: *o hay nada que contar sobre Esther (le dijo #aca encogiéndose de hombros) Eva: ;enga #aca... que te he visto poner +los ojitos (le azor ella) M: 9ajaja... %&os ojitos' %Cué co!o es eso' (se ri #aca por la cara que había puesto Eva) Eva: 7uando coqueteas con alguien siempre pones esos ojos... (le dijo Eva y la imit) #aca frunci el ce!o...

M: %Bnsinas que coqueteo con Esther' (le pregunt) Eva: *o lo insino, lo haces... de eso no tengo dudas, te conozco demasiado (le dijo Eva sin más, no quería pelear con ella, pero estaba dispuesta a empujarla hacia la puerta que ella parecía no decidirse a cruzar) %;enga, déjate de joder, que pasa con Esther' %te gusta' M: *o es así de simple Eva (se puso seria #aca de pronto) +Ohhh... se lo está planteando, esto promete pens Eva sin perder de vista su meta

Eva: %Cué no es tan simple' (le pregunt Eva, si conseguía que #aca pusiera palabras a lo que estaba viviendo en silencio, tendrían una oportunidad de sacarlo fuera) M: 2é lo que intentas Eva, yo también te conozco (le devolvi la pelota #aca) Eva: 2lo quiero saber que pasa con vosotras. Zltimamente os pasáis todo el día juntas, y t sabes que ella está por ti... no juegues con ella #aca (le solt Eva de pronto) A #aca aquello la hiri

M: 8*o pretendo jugar con ella Eva: (le dijo enojada #aca) Eva: %Entonces' %por qué le estás dando cancha' =e visto como te mira cuando se cree a salvo de miradas... para ella no eres un capricho, lo pasa mal, lo va a pasar mal #aca (le dijo Eva) M:
M: =e dicho que ya lo sé, pero no creas que yo lo estoy pasando mejor... estoy hecha un lío Eva (le dijo #aca al fin) Eva se qued con la boca abierta. %Era posible que estuviera reconociendo que sentía algo por Esther' Eva no esperaba que fuera a ser tan fácil

Eva: Ahh... 8te gusta: (acert a decir Eva casi sin aliento)


3FJ

#aca puso los ojos en blanco, con ella siempre era o blanco o negro... siempre se olvidaba de los matices

Eva: 1ímelo... Esther, te gusta %no' (insisti Eva que no podía evitar sonreír ante la idea) #aca esboz una sonrisa tímida, una sonrisa que Eva jamás le había visto, dulce y serena

Eva: 81ios míoooooooo: 8Estás loca por ellaaaaa: &o sabía... sabíaaa que lo vuestro no era normal... (empez a dar saltos de alegría Eva con la noticia) M:

3FD

Eva: &o sé (le dijo Eva apoyando una de sus manos en su hombro para reconfortarla) M: 4enerlo a mi lado cuando muri mamá fue... fue un salvavidas (suspir #aca, se sentía culpable, cmo si lo hubiera utilizado a pesar de que jamás se había dado cuenta de ello antes) Era tan fácil, con él siempre todo ha sido tan fácil... a pesar de querer más, nunca me lo ha pedido, ha respetado mi espacio y mis manías sin reproches, pero sé que nunca ha sido suficiente para él y yo no he podido... simplemente no puedo incluirlo... Eva: %< crees que a Esther si podrás' (la pregunta surgi de Eva sin más) #aca la mir a los ojos, algo en su mirada se ilumin con esperanza

M: *o lo sé... pero... es difícil de e6plicar... pero ya la siento cerca de mí (reconoci #aca con miedo y alegría mezcladas) %7rees que soy una mala persona por darle más a ella de lo que he sido capaz de brindarle a él' Eva: *o, no lo creo (le dijo Eva y la abraz) M: 8Estoy echa un lío: (susurr #aca) Eva: -ues yo creo que lo tienes más claro que nunca, slo que tienes miedo (le corrigi dulcemente Eva y la apart cogiéndola de los hombros para mirarla) 84ienes que decírselo: M: *o Eva, no puedo... Eva: %-ero por qué no' (Eva no entendía a que venía tanto miedo, #aca parecía haber admitido ya lo más difícil) M: -orque estamos hablando de Esther, no de una adolescente, ni de alguien cualquiera... %cmo voy a entrarle a una mujer como ella' %y qué pasa si luego... si luego no funciona' %Cué hago yo con eso' 8*o tengo ni puta idea de como enfrentarme a esto: 8Estoy aterrada: < sé que cuando crucemos la línea no habrá vuelta atrás... y para colmo ahora estamos aquí encerradas, en medio de ninguna parte... si todo va bien, supongo que será estupendo, pero si no lo es... (a #aca le dio un escalofrío solo de pensarlo)... 8*o puedo hacerlo: 8*o sé como reaccionaré: 7uando estoy con ella siento que no me conozco en absoluto, no quiero hacerle da!o y sé que se lo haría Eva: ;ale, vale... tranquilízate (la volvi a abrazar Eva, viendo la angustia que #aca iba almacenando) *o hay prisa... algo se nos ocurrirá, no importa M: Eva no quiero hacerlo (le repiti #aca para que no hubiera duda de su decisin) Eva: Está bien... (acept Eva acariciándole la cara) -ero te estás perdiendo lo mejor M: Es posible... Eva: 8*L: 8Es seguro: (le dijo Eva esta vez más sincera mientras clavaba su mirada en la de #aca para que no huyera) Bban de camino al punto de encuentro cuando Eva se detuvo frente a un escaparate, #aca se par a su lado

Eva: 2abes que estoy pensando... (le dijo Eva) M: 2orpréndeme (le contest #aca) Eva: 7reo que va siendo hora de que cambies de vestuario... (le dijo Eva y con un gesto le se!al el interior de la tienda donde se había detenido en seco) #aca ech un vistazo al escaparate, los maniquís no llevaban el tipo de camisetas que ella solía escoger para sentirse cmoda

M: %Cuieres que me ponga eso' (le pregunt #aca) Eva: %-or qué no' 4e van a quedar que te cagas (le dijo Eva)


3FG

M: %Cué tiene de malo mi forma de vestir' (frunci el ce!o #aca) Eva: *ada... pero creo que va siendo hora de que saques la artillería pesada o es que acaso no te has dado cuenta de cmo se le van los ojos a Esther cuando estás en pijama (le dijo Eva con un juego travieso de cejas) M:
L: Ahhh.. ya están aquí (e6clam &aura y al fijarse mejor no pudo evitar un silbido) Esther se sorprendi del gesto y con curiosidad se dio la vuelta en direccin a lo que &aura miraba. Ella no silb, pero el corazn se le aceler en el acto. Eva y #aca caminaban hacia ellas, totalmente cambiadas... no slo de ropa, sino que habían ido sin duda a la peluquería y lucían sus melenas al viento con un corte capeado y fresco que caía sobre sus hombros descubiertos, mientras unas camisetas ajustadas cubrían sus torsos y unos vaqueros bastante funKys dejaban bambolear sus cinturas al ritmo de su caminar

Eva: -erdn por el retraso... pero necesitamos un cambio (dijo Eva con una sonrisa) L: Estás guapísima (le dijo &aura y por toda respuesta le dio un beso de rdago sin importarle la presencia del resto) Eva: #mm... gracias (le dijo Eva después de que la liberara)


3FN

Aquello no ayud en nada a #aca y Esther que se quedaron an más cortadas

E: =abéis ido a la peluquería... (dijo Esther) M: 2í, Eva insisti y ya sabes que es difícil decirle que no (contest #aca algo nerviosa, pues se sentía rara sin su camiseta de =éroes del 2ilencio y sin su habitual coleta) E: 4e queda muy bien el corte de pelo... (le dijo Esther esbozando una sonrisa) M: Iracias... aunque si te digo la verdad no sé cuánto aguantaré con estos mechones por la cara (le contest #aca arrugando la nariz) E: 9ajajaj... seguro que no mucho dado tu sentido práctico de las cosas (se ri Esther, y con un gesto instintivo le apart uno de ellos colocándoselo con una caricia detrás de la oreja) Así mejor &a sonrisa de Esther se estamp de pleno en las retinas de #aca. +%7mo lo hace' se pregunt ella, pues al mirarla le era muy difícil recordar los motivos que se había impuesto para no cruzar la línea %2abéis lo que estoy pensando' (de pronto capt su atencin Eva) Estoy pensando que deberíamos quedarnos y permitirnos un día de fiesta, hace un montn que no salimos por ahí y estaría bien cenar, ir a bailar y tomar unas copitas. %*o os parece' #aca la mir con un +te mato reflejado en el rostro

E: &a verdad es que estaría bien, pero si nos quedamos se echarán a perder los productos fríos que hemos comprado (dijo Esther, pues recordaba demasiado bien cmo bailaba #aca y no estaba muy segura de poder soportarlo como mera espectadora) Eva: Lhh... es verdad... (se lament Eva, pero enseguida se le ocurri otra idea) /ueno, %y porqué no hacemos la fiesta en casa' -odemos comprar algo de beber y en la casa tenemos msica %qué os parece' L: -or mí bien... (se apunt &aura con entusiasmo) E: 2upongo que puede hacerse, claro... (admiti Esther antes de que se le notara reticente) M: Ienial... (concluy #aca más que con alegría con rencor... mataría a Eva) Eva: ;a a ser la ca!a... ya lo veréis (grit Eva entusiasmada con la idea, mientras le lanzaba a #aca un juego de miradas que su amiga entendi a la perfeccin) El regreso a casa fue bastante perturbador para Esther, pues se había pasado la mayor parte del viaje observando a #aca por el retrovisor. -or suerte para ella, #aca se había pasado el recorrido mirando por la ventanilla, distante y serena, hasta que sin darse cuenta se había quedado dormida contra el cristal. Era tan adorable... Esther hubiera querido tenderle su hombro y su abrazo para que descansara sobre él, pero le toc conducir a pesar de que su concentracin en la carretera había sido bastante desastrosa
M: %4e ayudo' (le pregunt a Esther, que estaba de espaldas a ella lavando las verduras) E: 7omo quieras (le contest Esther girándose)


3F

M: %Cué hago' (le pregunt #aca colocándose a su lado) A Esther sinti una punzada de dolor slo con oler su aroma a jabn, y a ese champ tan peculiar que empleaba

E: 4e has lavado el pelo... (observ Esther en apenas un susurro mientras deslizaba un mechn an mojado del cabello de #aca por sus propios dedos) M: 2í (arrug #aca la nariz) no me va mucho lo del pelo de peluquería. #e moría de ganas de alborotármelo (y esta vez se encogi con naturalidad de hombros mientras esbozaba una sonrisa) E:
E: %Alguna va a querer más postre' (pregunt Esther) Eva: "n poquito (le dijo Eva y Esther le sirvi) ya, ya... E: %4 &aura' (le pregunt Esther) L: *o gracias, no puedo más (respondi &aura) Eva: %*i siquiera si te lo doy yo' (le dijo Eva y chupete la cuchara de postre maliciosamente mientras se sentaba en su regazo) L: 9ajaja... quiere matarme, vosotras sois testigos (la acus &aura riendo) Eva: -ero será una muerte dulce cari!o... muy dulce (le dijo Eva dándole un beso de tornillo) Esther an no estaba lo suficiente borracha para aguantar aquellas muestras de afecto entre Eva y &aura, y menos cuando tenía sentada tan cerca suyo a la fuente del mayor deseo físico que recordaba, así que aprovech para levantarse de la mesa y empezar a recoger

M: Espera, te ayudo (se apresur #aca también a salir de allí, pues tenía la impresin de que aquel era el tercer grado de tortura que Eva pretendía aplicarle a modo de recordatorio de lo que sin duda se estaba perdiendo por falta de coraje y e6ceso de raciocinio)


3FF

Esther fue a decirle que no era necesario, pero para su pesar #aca ya se había puesto en pie y había cargado con las botellas vacías y algunas copas. + 6enial... ni recogiendo los :restos; voy a tener un momento de respiro se dijo Esther cogiendo aire mientras se encaminaba hacía la casa con las bandejas seguida de #aca *inguna de las dos habl durante el proceso pues estaban demasiado absortas en pensar en evitarse, en controlarse. 0ecolocaron las sobras en tapers, reciclaron las botellas, colocaron la vajilla en el fregadero y #aca sali al jardín mientras Esther acudía al aseo Esther no podía más, se sentía embotada entre el vino y la amalgama de colores que despertaba #aca en sus sentidos. #ientras se lavaba las manos se observ en el espejo, y no reconoci a la mujer que tenía frente así. &as mejillas permanecían enrojecidas en claro contraste con lo turbio y oscuro de sus ojos... + $> qui'n pretendes engaar& se pregunt con cinismo así misma... +5e creste muy valiente y te encerraste aqu con ella... como si fueras a salir intacta de esto.... 2e lav la cara intentando callar la verdad, pero mientras se secaba la cara mirándose en el espejo, la verdad la observaba de frente, se estaba consumiendo. 0etir la vista, y no mir atrás pues se había prohibido tajantemente cualquier otra opcin que no fuera la de mantenerse firme. #ientras se acercaba a la puerta del jardín, el sonido de la msica fue en aumento y entonces se qued clavada en la puerta... no slo no había terminado la tortura de aquella noche, sino que su peor prueba estaba a punto de empezar

Eva: 2ois un muermo... (les decía Eva a &aura y #aca mientras saltaba a la improvisada pista de baile)... venga, un poquito %no' M: 4ía eres una plasta... (se quejaba #aca a la que Eva ya estaba estirando de las manos para que se pusiera en pie y bailara con ellaH, me va a dar un corte de digestin con el meneo, que lo sepas Eva: ;enga... no te hagas de rogar, además así rebajamos la comida... (le decía Eva que ya había conseguido ponerla de pie y la cogía por la cintura) M: 9ajaja... El *L, no e6iste en tu vocabulario %verdad' (se ri #aca, pues si Eva era bastante persuasiva de normal, con unas cuantas copas de más, ya era el colmo) Eva: *o (dijo Eva ya bailando con ella) M: Eso me parecía (le contest #aca rindiéndose, pues en realidad era un alivio poder liberarse al son de la msica) Esther sali al patio, y se sent en la mesa con &aura mientras Eva y #aca bailaban a un par de metros de ellas. &a msica estaba bastante alta, por lo que las veían acercarse constantemente para hablarse, y aunque no podían escucharlas, sus risas eran contagiosas y llegaban claras hasta ellas

E: Estas parecen que no se cansan nunca, %no' (dijo Esther tratando de encontrar un prete6to para apartar la mirada de los movimientos de #aca) L: 9ajaja... eso parece. Es la ventaja de tener veinti pocos supongo (apunt &aura dándole conversacin) E:

>??

todos era sabido que aquella unidad tenía fama de ser una de las más duras, no por las pruebas físicas, que también, sino por las pruebas de presin psicolgica que e6igían) quedaba bien en su curriculum, eso era todo L: *o lo sabía... (dijo &aura impresionada y a la vez compadecida por el cansancio y la tristeza que de pronto vio inundar las facciones de Esther) E: /ueno, supongo que hablamos poco para el tiempo que nos conocemos %no crees' (le dijo Esther tratando de esbozar una sonrisa, regresar al pasado nunca le sentaba demasiado bien) L: 2í, es cierto (admiti &aura y le devolvi a Esther una sonrisa abierta) &a risa de #aca lleg hasta ellas, y como un imán los ojos de Esther se clavaron en ella. Estaba guapísima. Esther recorri con la mirada sus piernas enfundadas en fino lino blanco y con ellas subi hasta aquella cintura que recordaba muy bien por las veces que había tenido la suerte de alcanzarla... la camiseta también blanca de tirantes que llevaba, resaltaba el bronceado que había cogido en aquellos días al salir a correr juntas, al igual que remarcaba el liso abdomen que contrastaba sensualmente con lo proporcionado de su pecho. Esther apart la mirada de golpe al darse cuenta de que volvía a deleitarse de la sensualidad de #aca... +2Maldita sea3 "n mala hora vi esa jodida foto se lament Esther, pues la desnudez de #aca se volcaba en su recuerdo como una estampa en momentos como aquel terminando de encrespar sus nervios

L: Están guapísimas... (dijo &aura ajena a la palpitacin que sentía el cuerpo de Esther) E: 2í, lo están (reconoci Esther con moderacin) L: %-iensa hacer algo al respecto' (le pregunt &aura de pronto) Esther capt inmediatamente el tono formal y respetuoso de &aura que para aquella pregunta emple de nuevo el +usted

E: %7on respecto a qué' (pregunt Esther, sin entender si &aura se estaba refiriendo de nuevo al trabajo dado la formalidad que había adoptado) L: /ueno, no quiero que me malinterprete y piense que me meto en sus asuntos privados pero... (&aura tom aire, y luego la mir)... pero es obvio que se le ha metido dentro. %&a quiere' Esther dio un respingo, parpade y acto reflejo se puso rígida por la sorpresa. %1e verdad &aura estaba hablando con ella abiertamente sobre sus sentimientos hacia #aca'

L: -erdone... no pretendía... (&aura detect en seguida el cambio y se arrepinti casi al instante de aquel momento de relajacin que le había hecho hablar más de la cuenta)... olvide lo que he dicho, yo.. E: 82í: (la cort Esther mirándola a los ojos, &aura se qued clavada ante la adoracin que su rostro frío de apenas un segundo tomaba) &a quiero... (le reconoci Esther y en su afirmacin había alivio pero también angustia) pero está fuera de lugar lo que siento por ella y por eso le pido que esto no salga de entre nosotras L: -or supuesto que no (le asegur &aura y una pregunta se quebr en su garganta) Esther la ley

E: %Cué' (le pregunt)


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L: *o, yo slo me preguntaba %si esto lo hace por un motivo profesional o por alguna otra razn' (quiso saber &aura) E: %=acer el qué' (Esther tenía la sensacin de estar menos perceptiva que de costumbre, pues no la entendía) L: -erdneme por entrometerme no, pero es que es tan evidente que entre ustedes e6iste +algo que es difícil de creer que dos personas con tanta química luchen contra ella con tanto empe!o, así que me preguntaba si la razn por la que no pasa nada entre ustedes es por un motivo profesional simplemente... (dijo &aura envalentonada) Aquello cogi totalmente desprevenida de nuevo a Esther. %En serio podía percibirse desde fuera algo así'

E: 1esde luego no sería ético por mi parte involucrarme con ella, pero no, lo profesional no es el problema... por si lo has olvidado &aura, #aca es heterose6ual, y además ya tiene pareja. -or mucho que yo quiera, an no tengo el poder de hacer que correspondan a mis sentimientos solo por desearlo (le aclar Esther) L: *o, no se me ha olvidado... pero es posible que a ella sí por el modo en que también la mira (le dijo &aura de pronto) %Es que acaso no se ha dado cuenta' Esther entr en estado de shocK. +%1e qué me está hablando' se pregunt Esther aturdida, mir a &aura que an mantenía aquella actitud de evidencia absoluta en el rostro mientras con la cabeza se!alaba hacia la pista, Esther sigui su gesto por inercia, y allí, a apenas unos metros, los ojos de #aca se toparon con los suyos apenas un segundo, pues #aca los apart en cuanto se vio cazada. Esther volvi a mirar a &aura, luego a #aca, y nuevamente a &aura... se estaba mareando. E6tendi el brazo sobre la mesa y alcanz una de las botellas an llenas, se sirvi una copa y la apur de golpe. 8Aquello no podía ser: +20o puede ser3... no puede, ella no puede... no puede sentir nada por m. !lo es... soy su :protectora;... solo eso... no..., se había negado tantas veces aquel deseo, que su cabeza no podía permitirse imaginarlo de nuevo

E: Estás equivocada (dijo de pronto Esther con la voz oscura) L: -uede ser... pero si no fuera así, quiero que sepa que se merece ser feliz, o al menos yo lo deseo para usted +comandante (le dijo &aura y le apret la mano) Esther sinti que temblaba por dentro ante sus palabras. -ero la sensacin apenas dur unos segundos al quedar interrumpidas por Eva

Eva: 7reo que ya te has escaqueado bastante... (le dijo Eva echándose a la espalda de &aura mientras le pasaba los brazos por el cuello)... L: 8;aya: , y yo que creí que ya me había librado... (brome &aura con ella, mientras una sonrisa plena le iluminaba el rostro) Esther sinti envidia de ellas

Eva: 9ajaja... eso no te lo crees ni t, a bailar (le dijo Eva riendo, mientras tiraba de ella para que se levantara) &aura esboz un gesto de +no me queda otra hacía Esther, y se puso en pie


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#ientras Esther las seguía con la mirada una e6tra!a sensacin se iba apoderando de ella, como una corriente de lava silenciosa salvo por su calor y su crepitar, se fue e6tendiendo por sus venas derritiendo puertas fuertemente encajadas... el calor era tan demoledor que la hería, la hacía arder, gritar con fuerza... y por fin la sensacin se defini nítida como una ma!ana clara a pesar de la noche, 8lo deseaba: 81eseaba con todas sus fuerzas tener aquello: 8Cuería tener lo que Eva y &aura tenían: < ya no podía dar la espalda a ese deseo, a esa energía acumulada que durante tanto tiempo acall con su autocontrol frío. Estaba ardiendo, y no quería, no quería convertirse nuevamente en el hielo de la prudencia... si había una sola posibilidad de que &aura tuviera razn, iba a averiguarlo, a fin de cuentas, ya había recibido aquella bofetada una vez, merecería la pena recibir otra si podía volver de nuevo a besar aquella boca #aca aguant un poco más en la pista de baile, pero en cuanto Eva y &aura empezaron a ponerse mimosas prefiri retirarse a pesar de que la otra alternativa no era más alentadora Esther estaba guapísima aquella noche, y estar a su lado en la cena no había ayudado en nada a calmar el remolino en la tripa que sentía cuando se veía acunada en el reflejo de sus ojos. An podía sentir el suave calor que aquella mirada había dejado en ella cuando Eva y ella habían aparecido en el parKing para regresar a casa. Esther la había acariciado por entero slo con una mirada, y #aca se había pasado todo el camino de regreso recordándose los motivos por los que no podía alimentar ese deseo que percibía en sus ojos. *o quería herirla, no quería ser egoísta... dejarse llevar sería tan fácil, %y luego qué' %qué pasaría al final de aquel camino incierto' 2us perspectivas no le parecían nada alentadoras para ser ofrecidas... an no sabía que pasaría con su vidaO %conseguirían un trato con el 1#B4 para salirse por la tangente' %se tendría que incorporar a ellos a pesar de todo lo que estaban montando', o peor an... %la detendrían por haber huido' A #aca se le ocurrían miles de ideas al respecto y ninguna era positiva, ni siquiera aquella en la que volvía a casa dejando la pesadilla atrás, y tenía que afrontar el dejar a 5ernando, hacerle da!o a él tampoco sería agradable, pero al menos aquella posibilidad le daba una perspectiva de futuro que el resto descartaba %Cué podía hacer' *o lo sabía... su vida se había vuelto tan complicada, y sin embargo, por mucho que quisiera volver a atrás, a aquel momento en el que nada de todo aquello e6istía... no podía. 7uando miraba hacia atrás sentía que su vida había transcurrido como una película en blanco y negro, %y ahora'... Ahora veía y pensaba en matices multicolores que la mantenían con los sentidos despiertos y acuciantes como las de un ni!o peque!o. 2lo con que Esther la nombrara, con que la tocara mientras le ense!ara nuevos ejercicios, con que hablaran de todo y de nada... ya era suficiente para descubrirle nuevas facetas de si misma, la sensacin era rara y familiar al mismo tiempo, y sin embargo no podía dejar de sentirla ni definirla 8Era tan absurdo: 8Estaba tan loca: -ero... %qué iba a hacer' &e importaba Esther y no podía hacerlo, dejarse llevar en aquella situacin era una desatino y no quería, no debía. Así que se repetía los finales de aquel camino en el que se encontraba para poder resistirse a aquellos ojos marrones que la inundaban descaradamente mientras se acercaba hacía donde estaba sentada Esther


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M: #e acaban de echar de la sesin de baile (dijo #aca con una sonrisa, pues había descubierto que la tensin entre ellas era más llevadera cuando tenían algn tema de conversacin) #aca se sent en la silla que había abandonado &aura

E: 8;aya por 1ios, y yo que disfrutaba de verte contonearte: (dispar Esther) #aca se gir para mirarla con sorpresa, no por las palabras que había empleado, sino por el tono con que había hablado... no parecía una de sus bromas, parecía más... %una insinuacin' %Acaso le estaba tirando los tejos' &a sonrisa pícara y el mirar de reojo de Esther la desconcert, pero también la intrig

M: %4rata de ligar conmigo, +comandante' (esta vez era #aca quien apuntaba) E: 9ajaja... %acaso funcionaría' (le espet Esther en una carcajada y entonces la atrap mirándola directamente a los ojos con una ceja alzada) M: %"sted que cree' (le devolvi la pelota #aca adoptando su juego sin llegar a contestar a sus preguntas) E: 9ajaja... (Esther no contest simplemente se ri y se puso en pie) %/ailamos' (le pregunt tendiéndole una mano) &as notas de la msica parecieron volver a ella de golpe y se dio cuenta de que era una cancin lenta, se le hizo un nudo en la garganta, pero no se atrevi a decir que no a aquella oportunidad de estar junto a Esther. %Cuien sabía cuando sería la pr6ima, o si la habría'

M: /ueno, si se ve capacitada de resistirse a la tentacin de meterme mano +comandante, supongo que le puedo conceder este baile (trat #aca de seguir un tono bromista, pues aquello la ayudaba a no pensar, a no temblar) E: 9ajaja... lo intentaré con todas mis fuerzas (le dijo Esther y le cogi la mano para tirar de ella) Eva y &aura estaban pegadas como un sello a una carta, #aca las mir un momento, preguntándose que idea de pro6imidad tendría Esther sobre ellas dos, pero en seguida lo averigu. Esther sujet sus manos ya enlazadas, y luego coloc la otra alrededor de su cintura

E: %-uedo' (le pregunt con una media sonrisa que escondía algo que #aca no supo interpretar) Bmpactada por lo que estaba ocurriendo, se limit a asentir sin saber muy bien a qué se refería la pregunta, y de repente Esther cruz dos pasos y se peg completamente a ella. #aca tuvo que controlarse para no temblar ante la sorpresa, pues Esther siempre se había mostrado muy prudente en cuanto a lo que sus pro6imidades se refería y no se esperaba que se atreviera a cercarla de aquel modo, sin embargo ni siquiera había dudado. Ahora el calor que desprendía el cuerpo de Esther la abrasaba como si fuera el suyo propio. + Fespira, solo estáis bailando se record, pero era tan e6tra!o encontrarse en los brazos de aquella mujer, que no podía evitar sentirse rígida


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Esther percibi la tensin que había en el cuerpo de #aca cuando la estrech de cerca. + Me estoy equivocando le susurr su parte más racional, que estuvo a punto de apartarla de un sobresalto de #aca, pero la parte que la había impulsado a tramar una estrategia no la dejaba abandonar el barco todavía. 2abía lo que quería, no había ni un ápice de duda en ello, el cmo proceder era otra cosa bien distinta. -or más que se quisiera dejar llevar, no podía anular del todo a aquella vocecita que le advertía de las consecuencias. Esther se veía obligada a proteger a #aca, y no quería que su atrevimiento ni sus propios deseos la pusieran en una situacin de incomodidad o peligro. A fin de cuentas, estaban encerradas, todo sería un gran infierno si se lanzaba y resultaba chocarse en un gran muro vacío. 2in embargo, chocarse seguía siendo lo atractivo del asunto, así que decidi tomar la curva en lugar de la línea recta. 2i la idea de la que partía era que #aca pudiera estar sintiendo algo por ella, entonces tendría que e6primirla hasta que se decidiera. A partir de ese momento, trataría que #aca la deseara tanto como la deseaba ella.. slo así sabría si #aca sentía algo por ella, o todo era fruto de su propio deseo y el de &aura de que aquello ocurriera entre las dos

E: %4odo bien' (le pregunt Esther tan cerca de ella que #aca tenía miedo de girarse a mirarla) M: 2í, claro (dijo #aca, %qué otra cosa le podía decir' %que estaba a punto de darle un ataque') %-or' E: *o, es que pareces un poco incmoda... (Esther se separ solo un paso y #aca aprovech para separarse también aliviada, pero entonces Esther cogi los brazos de #aca y los coloc alrededor de su cuello para luego rodearla por la cintura apro6imándose nuevamente) #ás cmodo así, %no' #aca no supo como reaccionar, aquella situacin le parecía tan irreal... se limit a asentir, no sabía que más decir, y como respuesta Esther dej de mirarla para simplemente empezar a moverse con ella entre sus brazos #aca ni siquiera podía concentrarse en sus pasos, pues Esther había cerrado el abrazo y ella sentía un inmenso calor que no podía aplacar. +2>y Dios... ay Dios...3 E6clamaba #aca para sus adentros, si no se relajaba un poco iba a terminar montando un numerito de los suyos, y no quería... realmente no quería separarse de aquella oportunidad que la e6cusa del baile encubría. Así que respir hondo, cerr los ojos y trat de relajarse, de dejar que Esther la llevara... a fin de cuentas, hacía rato que no se sentía due!a de sus propios pies Esther not como la rigidez de #aca cedía, y sonri satisfecha. #ás segura de si misma, apoy su cabeza contra la de #aca y a ella no pareci importarle así que continu balanceándose con ella al son de la msica. &a cancin empalm con otra igual de lenta, así que ni siquiera se movieron. Esther podía sentir la respiracin de #aca contra su propio pecho, era como un regalo del cielo tenerla entre sus brazos... sin poder contenerse, sus manos acariciaron delicadamente la zona baja de su espalda, #aca pareci tomar una bocanada de aire por el modo en que su pecho se presion contra el suyo, pero a aquellas alturas Esther estaba tan sumida en el deleite de tenerla que no pudo asegurarlo con certeza. &igeramente lade la cara hasta que su nariz consigui sumergirse, apenas un poco, en el cabello olor afrutado de #aca... le encantaba como olía, cerr los ojos para disfrutarlo ajena al efecto que aquel roce involuntario en la oreja de #aca causaba, hasta que esta vez si la escuch contener la respiracin. Esther abri los ojos en el acto, creyendo estar so!ando... esta vez lo hizo a conciencia


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E: #e encanta el olor de tu champ... (le susurr Esther al oído, como podía haberle susurrado cualquier otra tontería, pues lo nico que pretendía era obtener respuestas) &a piel de gallina que a #aca se le puso en los brazos cuando recibi el calor de su aliento en la oreja, fue todo lo que necesitaba para obtenerlas. "na sonrisa pícara se le dibuj en la cara. Cuizá aquello no iba a estar tan mal a fin de cuentas

E: %4ienes frío' (le volvi a susurrar Esther moviendo a la vez sus manos por la cintura de #aca) 4ienes la piel de gallina #aca no se atrevía a mirarla, si lo hacía no estaba muy segura de poder ocultar las turbulencias que estaba sintiendo

M: "n poco (dijo al fin) Esther la abraz con fuerza, #aca podía sentir sus brazos firmes traspasar hasta su piel. Aquello no iba bien... estaba mareada, dio un tras pies

E: %#aca' (la llam Esther, más inquieta) M: #e estoy mareando (dijo #aca y era cierto, todo le daba vueltas y empezaba a tener náuseas) Esther se separ de ella para mirarla, no tenía buena cara... le cogi de las manos, estaba sudando

E: ;en, vamos a sentarnos (le dijo Esther y la gui hasta la silla) Eva: %Cué le pasa' (pregunt Eva) E: -arece que se ha mareado.. (le contest Esther ya sentando a #aca) Eva: *o me e6tra!a... (susurr por lo bajo Eva para que solo &aura la oyera) L: 2hh... no seas mala... (la rega! &aura) Anda ve a ver... Eva: -ero si lo que tiene es un calentn de un par de narices... si no fuera tan terca... (repuso Eva por lo bajo) L: Anda ve... (insisti &aura) < Eva se apro6im hasta ellas

Eva: %Cué te pasa' (le pregunt a #aca) M: #e he mareado, eso es todo... (dijo #aca que se sujetaba la cabeza con las manos) E: 4oma, un poco de agua (le tendi un vaso Esther) #aca lo cogi sin mirarla, no se atrevía... apur el vaso casi de un trago, se sentía la garganta como un estropajo

M: Iracias... Eva: %#ejor' (pregunt Eva que le acariciaba la espalda) M: 2í, mejor (admiti #aca para escapar de la atencin que había volcado entorno a ella) -ero creo que será mejor que me acueste Eva: 888%

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M: 2í, no me encuentro muy bien (le dijo #aca, y se gir para que slo ella la viera... la mirada de advertencia que Eva vio en sus ojos la dej perpleja) %#e acompa!as' Eva: #ejor que te acompa!e Es... auhhhh (#aca aprovech que Esther estaba dejando el vaso en la mesa para darle un pisotn a Eva) Essssstooo... claro que sí, por supuesto, te acompa!o M: Iracias (le dijo con retintín #aca y se puso de pie para encontrarse de pronto frente al rostro de Esther) Iracias por el baile... no sabía que se movía tan bien +comandante E: 2upongo que soy una caja de sorpresas... %seguro que estás bien' (no quiso desviarse del tema Esther, en su rostro #aca vio preocupacin) M: 2í, es solo que he bebido algo más de la cuenta... ma!ana amaneceré como una rosa, seguro (la trat de tranquilizar #aca con una de sus sonrisas) E: Está bien (acept Esther) M: /uenas noches &aura (grit #aca)... buenas noches Esther < 9usto cuando creía que todo había terminado, Esther dio un paso y la bes en la cara

E: /uenas noches #aca (le dijo tras separarse de ella) #aca se qued aturdida, Eva sonri a su lado escondiéndose de la mirada de Esther, al final fue Eva la que tuvo que tirar de #aca para conseguir que se moviera del sitio
Eva: *L me puedo creer que hayas fingido marearte slo para zafarte de ella (le dijo indignada) M: *o ha sido así, me he mareado... solo que luego lo he aprovechado (dijo #aca encogiéndose de hombros, no iba a e6plicarle a Eva lo que sentía) Eva:

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ella estaba hasta el cuello en cuanto implicacin se refería. 2e puso en pie y respir hondo, lo que hizo que la herida le doliera un poco todavía, luego cerr las luces y se encamin a su cuarto, no sin antes decidir firmemente que ma!ana volvería a intentarlo #aca despert con el cuerpo dolorido. =abía pasado la peor noche de su vida con diferencia, y ahora le pasaba factura en cada uno de sus msculos entumecidos. 7omo pudo se estir en la cama y luego se incorpor lentamente. #ir el reloj y descubri con asombro que eran casi las doce de la ma!ana + mierdaaa, me he perdido la sesi!n de footing  se lament, pues aquel momento del día se había convertido para ella en uno de los mejores, ya que Esther y ella los pasaban a solas. 2e encamin al armario y empez a vestirse. Bba a ponerse su camiseta de *irvana cuando mir de reojo la bolsa de ropa que había lanzado despreocupadamente al fondo del armario. 7olg de nuevo la camiseta y abri la bolsa... e6amin las camisetas mucho más ajustadas y escotadas que Eva le había hecho comprarse. Al final se puso una de las nuevas, aquello no podía hacerle da!o a nadie %o sí' 5ue al cuarto de ba!o, orin, se lav la cara, los dientes y se cepill el pelo. Al mirar su imagen en el espejo no pudo evitar sonreír, no le quedaba nada mal a fin de cuentas la camiseta, y aunque no era su intencin provocar a Esther, una parte de ella no podía evitar querer gustarle El silencio en la casa le pill por sorpresa. 4odas debían estar fuera, pues no había rastro de Eva, ni de &aura ni de Esther, así que fue a buscarlas. #ir en la parte de atrás, saliendo por la puerta de la cocina, y no vio a nadie. 7ruz la casa en direccin contraria y sali por la puerta principal, tampoco había rastro de ellas o eso le pareci en un primer momento cuando mir al frente, hasta que se gir para volver a la casa y entonces se top con Esther en uno de los e6tremos del porche tomando el sol sobre una de las hamacas

E: 2e te han pegado las sábanas hoy, %eh' (le dijo Esther subiéndose las gafas de sol para mirarla) #aca an tenía las pupilas dilatadas por la sorpresa, pues Esther tan solo llevaba puesto un peque!o pantaln corto y el torso lo tenía desnudo mientras la luz del sol lo golpeaba haciéndolo hermoso Esther la mir a los ojos, y luego sigui su mirada que se había fijado en su semidesnudez, al volverla a mirar esboz una sonrisa traviesa que hizo que #aca se diera cuenta de que se había quedado boba mirándola, se sonrojo, y carraspe

M: Ejemmm... un poco, sí %< Eva y &aura' (pregunt tratando de buscar un tema que la distrajera de tal paisaje) E: 2e han ido a la charca... así que he aprovechado que no están las +salidas del grupo para poder tomar el sol, espero que no te importe (le dijo Esther fingiendo una inocencia casual que en absoluto tenía) M: %A mí' 8Cué va: (contest rápidamente #aca, pero lo cierto era que había pasado mucho tiempo desde que había visto a Esther desnuda, y ahora las cosas las percibía de un modo muy diferente, en realidad era su cuerpo quien las percibía completamente diferente) 84ranquila, estás a salvo: E: 8;aya... que pena: (murmur Esther sonriendo, y luego se puso de nuevo las gafas y se puso a tomar el sol)


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#aca se qued como una idiota allí de pie sin saber que hacer o decir

E: -or cierto... %cmo te encuentras hoy' %
M: 1ebiste despertarme... hubiera ido a correr contigo (le dijo #aca) E: -referí que descansaras, no parecías encontrarte demasiado bien anoche... ma!ana correremos juntas (le contest Esther) -or cierto, %me puedes hacer un favor' M: 1ime (contest #aca que an no se había decidido a sentarse, pues pretendía salir de allí lo antes posible) E: 4e importaría ponerme crema en la espalda, quiero tostarme vuelta y vuelta (le dijo Esther levantándose de nuevo las gafas de sol para mirarla) M: Ehhh... (#aca debi poner nuevamente cara de idiota, pues se había quedado con la palabra en la boca) Esther sigui mirándola hasta que reaccion

M: Eh, sí claro... %dnde está' (le pregunt #aca finalmente) Esther estir el brazo por detrás de la tumbona y le tendi el bote. #aca tuvo que acercarse para que no se le notara lo contrariada que estaba, agarr la crema mientras veía a Esther incorporarse y ponerse de espaldas a ella dejándole al alcance la piel desnuda. #aca tard unos segundos en decidirse, las manos le empezaban a sudar así que se las sec en el pantaln aprovechando que Esther no podía verla y luego abri el tapn del bote para echarse una peque!a cantidad de crema en la mano. Esther le había dejado sitio para que pudiera sentarse, así que lo hizo. 1e cerca la piel de Esther se veía tersa y nutrida, pero jamás hubiera sospechado la suavidad ni la calidez que descubri en cuanto le puso la mano encima. +Ohh... joder, joder... joder... se quejaba #aca, sin poder evitar disfrutar de lo que estaba haciendo. Esther se apart más el pelo, con un movimiento que a #aca le pareci de lo más se6y mientras descubría su sensual cuello y lo firme de los msculos de su espalda. #aca puso un poco más de crema y desliz de nuevo las palmas de sus manos sobre aquella espalda... sin darse apenas cuentas, empez a acariciarla más que a limitarse a esparcir la crema, hipnotizada por la suavidad del tacto y por la reaccin que estaba teniendo Esther bajo sus manos. Ahora era ella la que tenía la piel de gallina, #aca qued absorta contemplando cmo la piel de Esther respondía más en unas zonas que otras. Bntrigada por aquella sensacin de poder, se descubri así misma atreviéndose a deleitarse en los recodos de aquella mujer. 1esliz los dedos por su columna, cubri con las palmas sus omoplatos, amas con dulzura sus trapecios y tante su cuello que pareci e6tremadamente sensible a su tacto... nunca había e6perimentado nada igual. 7on deleite traz surcos por los


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msculos paravertebrales de Esther, estaban tan bien definidos que era imposible no querer tocarlos, y entonces encontr aquel ligero hoyito al final de su columna. #aca sinti la necesidad de besarlo, pero no lo hizo, y en su lugar traz unos círculos sobre él que pusieron más en punta los poros de Esther. 2in pensárselo #aca traz una línea descendente por la espalda de Esther con las yemas de sus dedos y con sus u!as... tan sutil y tan suave que apenas era un ara!azo e6quisito que termin con un jadeo que Esther no pudo controlar. En ese momento #aca despert de aquel encantamiento, avergonzada por lo que estaba haciendo se separ de Esther con brusquedad, ésta ni siquiera se atrevi a girarse a pesar de que hubiera querido retenerla

M:

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#aca termin de peinarse el cabello ahora mojado, y se lo recogi en una coleta. 4enía miedo a salir de allí, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a lo que acababa de pasar, así que se arm de valor y sali del lavabo. Anduvo por el pasillo y supo que Esther estaba en la cocina por el sonido del agua corriendo en el fregadero. 2e par a mitad de camino, tentada de salir corriendo de nuevo hacia el ba!o, pero sacudi aquella estpida idea con un movimiento de cabeza y volvi a retomar el paso

M: %
E: *o (le contest secándose las manos a la par que le sostenía la mirada) #aca no supo que a!adir, y agach el rostro mientras se concentraba en doblar un pa!o de cocina. Esther la observ con detenimiento, estaba claro que se había refrescado, y aun así el rubor persistía en sus mejillas. +
E: #aca... (la llam) M: %2í' (respondi ella con sobresalto) E: %Cué ha sido lo que ha pasado ahí fuera' (le pregunt directamente Esther) M: %A qué te refieres' (#aca se hizo la loca, estaba asustada, nunca se imagin que las cosas dieran un vuelco tan precipitado) E: 2abes a qué me refiero (le dijo Esther en un suspiro) #aca se encogi de hombros como si no supiera de qué estaba hablando Esther, pero en seguida se cruz de brazos en una actitud de barrera. Esther mir hacia otro lado mientras tomaba aire, estaba claro que tendría que ser ella. 1io dos pasos, #aca retrocedi por inercia

E: Cuiero saber que está pasando entre nosotras (le dijo Esther mirándola a la cara) M: %Entre nosotras' (pregunt #aca todo lo tranquila que pudo aparentar) %Cué va a pasar' #e pones un poco de los nervios a veces, pero te considero mi amiga. 2omos amigas E: 8Amigas: (e6clam Esther sin poder evitar que se le dibujara una sonrisa cínica en el rostro) 8
M: 8Esther, no lo hagas: (le pidi de pronto #aca clavándole la mirada) Esther se qued quieta, los ojos de #aca reflejaban sus temores y su indefensin ante aquella actitud que había tomado. 2in poder evitarlo, retrocedi unos pasos. #aca agach la mirada y empez a respirar con dificultad. Esther no supo que hacer, se qued esperando

E: %4e doy miedo' (le pregunt Esther de pronto)


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#aca la mir esta vez, el rostro autosuficiente de Esther había cambiado completamente

M: *o, no me das miedo (le dijo #aca, pues no soportaba la tristeza que reflejaban sus ojos de pronto) #e doy miedo yo &a sorpresa ti! el rostro de Esther esta vez. -ero #aca no quería poner más palabras en su boca y pretendi huir de allí levantándose de la mesa. Esther la retuvo cogiéndola por los brazos

E: %-or qué' 81ímelo: (le pidi Esther) %1ime por qué' %qué es lo que temes' #aca no quería responder, slo quería salir de allí corriendo pero las manos de Esther no la dejaban, se aferraban fuertemente a ella al igual que su voz se aferraba a obtener las respuestas

M: Esther deja que me marche (le pidi #aca sin girarse) E: 8*L: (contest Esther con rotundidad y decisin) M: 8#e estás haciendo da!o: (trat de buscar una e6cusa #aca para que la soltara, aunque no era cierto) E: *o, hasta que me contestes... %-L0 C"T' (Esther la oblig a girarse) M: 8*o quiero hablar de esto: 888%Cué parte no entiendes'::: (le dijo de pronto #aca estallando) E: 8*o entiendo porqué huyes, cuando es evidente que sientes algo por mí: (ya está, ya lo había dicho. 7on rabia, y algo furiosa por la impotencia que sentía, pero lo había dicho) M: 8
E: 8Ahora, pégame si quieres... pero no pienso arrepentirme por quererte y sé que t también sientes algo por mí: (le dijo Esther soltándola de golpe mientras luchaba por recobrar el aliento) #aca la mir con sorpresa, pero también con deseo. &a poca integridad y determinacin que había logrado durante su estancia en el ba!o, se había ido a tomar pu!etas tras saborear los labios de Esther. %A quién pretendía enga!ar' Estaba claro que a Esther no había podido y en lo que se refería a ella misma... Esther esper la bofetada o la clera en bramidos de #aca, pero no llegaban, y de pronto... las manos de #aca alcanzaron su cara atrayéndola hacia ella, y sus labios se encontraron entreabiertos y henchidos. Esther la abraz con urgencia estampándola contra la pared, #aca tir de ella para que la aplastara an más con su cuerpo mientras sus bocas viajaban en un beso desenfrenado y desesperado al mismo tiempo. &a mecha se había prendido y ahora era imparable. #aca no sabía cuánto aguantarían sus piernas en dejar de sostenerla, pero no le importaba... lo nico que deseaba era toda aquella humedad que la boca cálida y dulce de Esther le proporcionaba, por eso solt un quejido cuando aquellos labios la abandonaron para buscar su cuello. &a lengua y un ligero mordisco de Esther le hizo soltar un gemido... #aca busc la cara de Esther con sus


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manos, y volvi a reclamar sus besos. Esther se entreg en cuerpo y alma a satisfacer su sed, besándola y e6plorando cada recodo sensible de sus labios, su lengua y su boca, mientras las manos ansiosas empezaban a esconderse bajo la ropa en busca del calor de la carne. #aca volvi a gemir tras sentir el fuego de sus manos en su cintura... Esther mordisque su barbilla dejándole que tomara aire mientras descendía beso a beso por su cuello, en contraposicin al ascenso que sus manos iban siguiendo

M: Esther... (susurr #aca con un hilo de voz ronca, tomada por el deseo) 2u nombre envuelto en splica de pasin, termin por desbordar a las ya torturadas terminaciones nerviosas del cuerpo de Esther. ;olvi a besarla, mientras deslizaba una pierna entre las de #aca para sujetarla y acto seguido colmaba entre sus manos los pechos de aquella mujer. #aca no tard en reaccionar como esperaba, gimi de placer dentro de la boca de Esther y las piernas parecieron aflojarse de pronto

E: 4e deseo tanto, que temo hacerte da!o... (le susurr Esther dándole un momento de tregua) #aca la mir, en sus ojos no había temor alguno, solo lava oscura que corría a raudales asomándose a aquellas dos preciosas ventanas. 7on algo de brusquedad cogi del pelo a Esther y la atrajo contra sí, mientras con una mano la invitaba a acariciarle los pechos con mayor determinacin. Esther sucumbi ante el reclamo de #aca... ya era demasiado tarde para echarse atrás, para ser delicada con ella, para preocuparse de que #aca estuviera segura de lo que iban a hacer... ya era demasiado tarde para frenar y tomarlo con calma... ahora todo estaba en llamas y tendría que terminar lo que había empezado 4odo se transform en una mancha borrosa alrededor de ellas. #aca no podía respirar, no podía pensar, no podía... slo sentía la sangre hervir en su cabeza, mientras percibía las sensaciones que las manos de Esther proyectaban desde sus pechos hasta su se6o. &a boca de Esther, su suavidad, su sabor, su humedad dulce y desbordada, la estaban volviendo loca... completamente adicta a sus besos de un modo que jamás antes había conocido. %4anto la deseaba' #aca nunca hubiera creído que aquel grado de pasin e6istiera, pues había disfrutado con sus parejas tanto y con tal intensidad, que lo que estaba sintiendo con Esther parecía una fábula, un mito sobrehumano, imposible de creer sin fe. -ero allí estaba, clavándole los dedos en la espalda para pegarla más todavía contra su cuerpo, reclamando su boca cada vez que Esther se distraía posándola en otra parte que no eran sus labios, sintiendo como la llama crecía y crecía y le quemaba desde los dedos de los pies hasta la punta del ltimo cabello

M: 8#e estás matando: (susurr #aca en aquel momento, tan veraz y tan consumida que Esther se sinti obligada a mirarla) #aca tom aquel rostro, de pronto algo preocupado, entre sus manos y sonri con dulzura

M: 87omo te pares ahora, entonces la que te mata soy yo...: (le dijo #aca de modo desenfadado, haciendo un esfuerzo por borrar el susto que veía en el rostro Esther) E: 8#aca: %Estás segura' (le pregunt Esther, pues estaba asustada de la intensidad que las envolvía)


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#aca se arrepinti de haber frenado a aquella locomotora, así que pens que lo mejor sería boicotear sus frenos de una vez por todas. 7ogi el bajo de su camiseta y se la sac por la cabeza, luego se desabroch el sujetador y lo tir también al suelo. Esther la contempl, porque no hacerlo estaba segura que debía ser pecado... el pecho de #aca bajaba y subía ante su mirada como si la llamara a gritos, los pezones que antes había estimulado sobre el tejido apuntaban ahora endurecidos en su direccin... eran tan hermosos. Esther se oblig a mirar a #aca de nuevo, pues necesitaba las respuestas que slo ella podía concederle y por suerte, las encontr... #aca dibuj una sonrisa lasciva, con sus labios rojos y desenfocados por los besos, y acto seguido volvi a tomarla por el cuello para atrapar su boca. Esther ya no pens en nada más, la cogi por la cintura y anduvo con ella hasta conseguir sentarla en la mesa de la cocina. 7on Esther entre sus piernas, #aca decidi que ya era hora de volver a ver el torso desnudo que había causado tal desastre... desliz sus manos hasta la camiseta de Esther y se la sac de un tirn, dejando su desnudez al alcance de sus dedos. Esther le concedi el mismo derecho que ella había tenido, mientras #aca se deleitaba al mirarla con la respiracin entrecortada y dibujaba con delicadeza trazos sobre su torso desnudo

E: 8*o puedo más: (susurr Esther cuando la tortura del tacto de #aca le pareci insoportable) #aca an sonreía satisfecha cuando la boca de Esther volvi a atraparla con ferocidad y apremio. &as manos viajaban frenéticas y sin embargo cada una era plenamente consciente de la caricia e6acta que estaban surcando sobre sus pieles. #aca se recost en la mesa y con ella se llev a Esther que se sentía incapaz de abandonarla ni para cambiar de postura. /es su boca, mordi su barbilla, lami su cuello y descendi beso a beso por su esternn hasta detenerse apenas un instante para disfrutar del manjar que venía a continuacin. 7uando Esther bes con suavidad el pezn de #aca, a ésta se le puso la piel de gallina, pero ni de lejos sospech la inflamacin que sentiría entre las piernas cuando la boca de aquella mujer abarc su pecho ya sensible, derramando la suavidad y el calor de su saliva sobre él

M: 81ioss: (#aca no pudo controlarse) &a ola de placer era tan estrecha, que a Esther también se le pusieron los pelos de punta tras sentir el estremecimiento y gemido de #aca. 7on aquella bienvenida Esther repiti el gesto una y otra vez, hasta que #aca frenética, atrap su cabeza para retenerla en su pecho hasta casi ahogarla 1e pronto unas risas fuera de la casa llegaron hasta sus oídos. #aca y Esther se miraron con desesperacin, eran Eva y &aura que volvían

E: 8=an vuelto: (dijo Esther en un susurro que se debía más al dolor físico que sentía que a su voluntad por parar aquello que estaban haciendo) M: 8#e moriré si me dejas así: (jade #aca, deformada por el remolino del que la habían sacado a patadas) &as voces cada vez se oían más claras, #aca se tapaba ya la cara con las manos tratando de aceptar que aquello había acabado, serenándose... Esther sin embargo no podía soportar la idea de dejar las cosas de aquel modo, sus a!os de formacin tenían que


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servir para algo, se decía... y como si un interruptor saltara en su cabeza, se apart de #aca, recogi la ropa que habían tirado al suelo y levant de un tirn a #aca de la mesa

E: ;amos... (le orden) < #aca la sigui automáticamente. Eva y &aura entraron en la casa en el mismo instante que Esther cerraba la puerta de su dormitorio. Ech el pestillo y se gir hacia #aca que se había sentado en la cama. 8=abía sido un puto desastre: 9amás hubiera imaginado que el día que conseguiría la atencin de #aca, fuera a terminar en un cortafuegos como el que habían tenido

E: %Estás bien' (le pregunt Esther volviendo a la claridad que estar lejos de #aca le concedía) M: %4 que crees' (le respondi #aca sarcásticamente, estaba claro que ella también había vuelto a la realidad de un mazazo. Empez a vestirse) Esther sinti pánico de pronto. 2in dudarlo se acerc hasta ella y se arrodill entre sus piernas

E: *o tenemos por qué salir de aquí... olvidémonos de ellas (le dijo, pero en sus ojos había casi una splica) #aca la mir, y descubri con agrado que le era treméndamente fácil leer en ella, hasta ahora no se había dado cuenta de lo mucho que le hablaban sus ojos. &e acarici la cara, y Esther atrap su mano llevándosela a la boca para besarla... an había restos de humedad en sus labios, y a #aca le fue muy fácil estremecerse recordando lo que era capaz de hacerle sentir esa misma boca

M: *o vamos a hacerlo... (le dijo #aca de pronto) E: -ero... (Esther quiso oponerse, decir algo que retuviera la esperanza de que aquello no terminaría de aquel modo) M: 2hhh... Escchame (le dijo #aca colocándole un dedo en los labios para que no siguiera hablando)
M: 7reo que resulta muy evidente de que e6iste algo... yo diría que mucho (le contest #aca regalándole una sonrisa que tranquiliz por completo a Esther) Así que piensa, porque necesito que se te ocurra algo rápido, para que esas dos de ahí fuera no empiecen a especular sobre nosotras más de lo que creo que ya lo hacen... Esto es cosa tuya y mía, y no quiero que nadie lo sepa de momento. %4e parece bien' (le pregunt #aca mientras seguía acariciándole la cara)


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E: 2i es lo que quieres, me parece bien (le dijo Esther y contagiada por la esperanza que había vuelto a depositar #aca en mitad de su pecho, alcanz sus labios de nuevo en un beso intenso y estrecho) #aca jade cuando Esther la liber

M: 87omo vuelvas a besarme así, te juro que no sales por esa puerta en a!os...: %*o soy tan fuerte, sabes' 8Así que no tientes a tu suerte: (le advirti #aca sonriente, pero con una muestra evidente del desazn que viajaba por su cuerpo) Esther sonri malévola, e hizo el intento de volver a besarla porque no salir de aquella habitacin en a!os, era demasiado tentador como para ni siquiera intentarlo

M: Lh no... jajaja... ni hablar... (se retir #aca riendo y reculando sobre la cama para apartarse de ella) %*o te basta con dejarme el cuerpo dolorido por el calentn, que an quieres seguir maltratándome' %-ero que clase de tácticas de tortura les ense!an en el ejército, +comandante' E: -ues an no has visto ni la mitad... (le dijo provocadora Esther y le atrap un tobillo) 8;en aquí, mosquita muerta: %L es que esas camisetas que te pones ahora son por casualidad' M: 9ajajaj... vaya, mira quien habla... jajaja... como si lo de la +cremita fuera pura coincidencia %no' (se ri #aca tratando de zafarse de ella) E: 9ajaja... 8Anda, ven aquí: (se ri también Esther y tir más fuerte de ella, para luego tumbarse en la cama a su lado) &as dos estaban tratando de acallar sus risas cuando Eva llam a la puerta de la habitacin de Esther

Eva: Esther %estás ahí' (pregunt Eva un poco mosca) M: #ierda... mierdaaa... (se quej #aca en apenas un susurr) E: 1ile que un segundo... (le apunt Esther) M: %Cuéee' (pregunt #aca sin entender) E: Cue le digas +un segundo (le repiti Esther mientras se quitaba los zapatos y se metía en la cama) #aca la observ sin comprenderla del todo, pero al final hizo lo que le pedía

E: 1íselo bajito... como si yo estuviera durmiendo, corre (le dijo Esther) #aca se acerc a la puerta recolocándose la ropa e hizo lo que le pedía Esther

M: "n segundo, Eva... (susurr ya en la puerta) Eva se qued desconcertada tras escuchar a #aca en la habitacin de Esther

M: %< ahora qué' 8comandante de pacotilla: (le pregunt #aca burlonamente) Esther se puso de lado para apoyarse en un codo y mirarla, la sonrisa de felicidad no se le quitaba de la cara


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E: Ahora vas a salir sin que se note que está echado el pestillo, y les dices que haciendo los ejercicios me he dado un golpe en la zona de la costilla... &aura querrá verme, así que le dices que me has dado un analgésico y que me has puesto la crema, y que ahora estoy durmiendo %de acuerdo' (le dijo el plan a #aca) M: 8Eres un bicho:, lo sabes, %no' (le dijo #aca entrecerrando los ojos, lo cual divirti más a Esther) E: %2í', pues espérate a ver como envío ma!ana mismo a estas dos al pueblo, porque t no te vas a librar ni de co!a... peque!a torturadora... mira que venirme con camisetitas a mí... (le solt Esther de pronto) #aca puso los ojos como platos por la sorpresa. %Cuién co!o era aquel peque!o diablo que tenía delante' %< desde cuándo Esther era tan descarada' &a piel se le puso de gallina solo con la idea que acababa de lanzarle Esther, sin embargo, no quería impacientar a Eva y sobretodo no quería levantar más suspicacias de las que por sí su amiga ya tenía. 2e apresur a acercarse a la cama de Esther, le dio un beso que pretendi ser breve y que se alarg porque Esther la tir encima suyo... y luego regres a la puerta para descorrer el pestillo con suavidad y acatar las rdenes de su ya, +comandante oficial #aca se tom apenas unos segundos antes de abrir la puerta y encontrarse con Eva. 2abía que enga!arla no le resultaría fácil, así que estaba dispuesta a mentirle lo menos posible y adoptar la mejor táctica plausible en aquel caso, el ataque. 7on ese pensamiento tom aire y sali al pasillo sin mirar atrás

Eva: %Cué' %todo bien ahí dentro' (le pregunt Eva con una sonrisa pícara y un juego de cejas que dejaba muy claras sus insinuaciones) M: 81e puta madre: 8no te jode: %2é puede saber por qué co!o habéis tardado tanto en regresar' (le espet #aca haciendo acopio de toda la mala leche que le era posible en su estado) Eva cambi la cara de inmediato sorprendida, le parecía haber escuchado una especie de risas cuando lleg al cuarto de Esther, pero por lo visto algo se le había escapado

Eva: %-or qué' %qué pasa' (le pregunt Eva algo más centrada) M: 88%Cue qué pasa':: (empez #aca a desplegar el montaje, al menos los nervios no los tendría que disimular) Cue Esther se ha dado un golpe en la zona de la costilla mientras hacíamos los ejercicios, y que como &aura y t estabais retozando en la puta charca esa, me ha tocado encargarme de ella. -or si no había tenido bastante con el numerito celestino que montaste anoche, encima va y me toca hacer de enfermera en jefe... 8Ay que joderse: Eva: /ueno, bueno... %pero está bien' (quiso saber Eva) M: 2í, eso creo. Al menos ella dice que está bien. &a he ayudado a acostarse, le he dado un analgésico y le he tenido que poner la crema esa un par de veces. 7uando has llamado iba a despertarla para que se tomara la otra pastilla, menos mal que está un poco grogui porque por tu culpa casi me pilla mirándola como una idiota... (le solt #aca sin mirarla a la cara, pues era muy consciente de cmo Eva la contemplaba mientras hablaba) Eva: 8%4e habías metido en su habitacin a mirarla mientras dormía': (le pregunt Eva con una sonrisa de oreja a oreja)


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M: 2í, %qué pasa' (le espet #aca fingiendo estar a la defensiva. &uego cogi del brazo a Eva y la apart un poco de la puerta para fingir que le preocupaba que sus palabras llegaran a los oídos de Esther) Cue no quiera tensar las cosas más de lo que están no significa que sea de piedra, %vale' Eva: 8Estás muerta con ella: 2lo hace falta mirarte a la cara para darse cuenta... estás roja como un tomate y los ojos te hacen chiribitas (le apunt Eva dándole un pellizco en el moflete, recochineándose) M: 87mo se nota que follas todos los días, eh guapa:... 81ame un puto respiro, joderrrr: (le solt #aca, y sali pasillo abajo fingiendo un enfado que no era del todo disimulado. -or culpa de aquellas dos, acababa de perderse el polvo de su vida) L: %Cué le pasa' (pregunt &aura tras ver que #aca cruzaba la cocina sin dirigirle la palabra y terminaba cerrándole la puerta de su cuarto a Eva en las narices, pues la seguía de cerca) Eva: %Cué le va a pasar' 8Cue cmo no moja, está de un humor de perros: (le solt Eva divertida, pues tras saber que lo que ponía de mal humor a #aca era el calentn que llevaba por haber toqueteado a Esther en su nuevo rol de enfermera, se había quedado más que satisfecha) L: 8Eva, no te pases: (le rega! &aura) Cué t quieras que se junten, no significa que te de derecho a empujarlas a la fuerza.
Eva: ;aleeee... pero no te pongas gru!ona, anda (le dijo Eva y la bes) &aura refunfu! por su actitud, pero a Eva no le cost mucho convencerla para que la perdonara. Aquella sin duda era la ventaja de estar en plena etapa de luna de miel Esther mir por millonésima vez el reloj, se le estaba haciendo eterno tener que fingir que dormía pues ansiaba poder tener de nuevo delante suyo aquella cara, aquella boca, aquellos ojos... -or más que había intentado distraerse, no lo había conseguido, pues su cuerpo an aguardaba a fuego lento, y todo su pensamiento estaba lleno del recuerdo de aquel inesperado encuentro que #aca y ella habían protagonizado horas antes. + Dios, esto es un sin vivir  pens mientras se sentaba en la cama de un salto. #ir de nuevo el reloj, y decidi que no podía soportarlo más, así que se cambi de ropa y prob suerte en el e6terior

Eva: %An estás mosqueada' (le pregunt Eva dándole un codazo a #aca mientras se sentaba a su lado en el sofá) M:

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Eva: Anda tontaaaaaaa... si yo te quiero mucho (se puso melosa Eva para que se le pasara el mal humor) M: 2í, seguro (se hizo la dura #aca, pero empezaba a sonreír entre los brazos de su amiga) Eva: Cue sí, tonta (le asegur Eva dándole un beso en la cara) < para que veas que es cierto, te prometo que me portaré bien con respecto a Esther (#aca se gir y alz una ceja de incredulidad y suspicacia)... jajaja... bueno vale, mejor +trataré de portarme bien %mejor' M: Al menos es más sincero (tuvo que conformarse #aca con aquella especie de bandera blanca que le ofrecía su amiga) Eva: 2igo pensando que estás perdiendo el tiempo y que sería mejor que... (Eva volvía a embalarse y meterse en medio) M: 888Evaaa::: (la reprendi #aca para que se diera cuenta que volvía a columpiarse) Eva:... ;ale, vale... me callo, pero que conste que todo esto lo quería hacer por tu bien, te sienta fatal la abstinencia, que lo sepas (termin de soltarle Eva y en cuanto vio que #aca ponía los ojos en blanco y se tapaba la cara con las manos en se!al de +dejarlo por imposible, alz sus manos en se!al de tregua y de dejar el tema en paz) 8Está bien, está bien: M: Iracias (le contest #aca en agradecimiento porque se callara) Eva: 4 sabrás lo que haces (le dijo Eva, que aunque estaba rechinando los dientes por dentro por ver lo tozuda que era #aca, se qued callada) Estaban mirando las dos hacia el televisor, cuando la armonía termin por saltar por los aires

E: %Cué estáis viendo' (les pregunt Esther desde la esquina de la estancia) #aca an no se había girado a mirarla, pero le era tremendamente fácil presentir que Esther sonreía por el tono de su voz, una voz mucho más clara que la que horas antes había ardido junto a su oído susurrándole pasin. 2e estremeci slo con el recuerdo

Eva: "n documental que por cierto, es un muermo, pero como ésta tiene el mando (le dijo Eva y se encogi de hombros para dejar claro que ella no podía hacer nada al respecto de los gustos de su amiga) E:

>3F

demasiado vívido. Ambas permanecieron calladas unos instantes, compenetradas en alejar las sospechas y las miradas de Eva, finalmente #aca se gir para mirar por encima del sofá y asegurarse que estaban a solas. Esther sonri ante el gesto

E: %
M: 81ios: 8Estoy que reviento: (susurr #aca a escasos centímetros de su boca, con la respiracin agitada tras aquel beso) #e muero porque sea ma!ana E: %4 sola' (le contest con una pregunta retrica Esther, ella también se estaba consumiendo por dentro) 2e me está haciendo eterno #aca volvi a mirar por encima del sofá en direccin a la cocina, no había nadie. Esther volvi a sonreír ante el gesto, esperando ver el siguiente movimiento de #aca que no tard en llegar, pues cogi su cara entre las manos y la volvi a besar con urgencia. Esther no cabía en sí de gozo, ver que #aca la deseaba tanto como lo hacía ella le parecía un milagro. &a envolvi en sus brazos. El beso las consumi hasta que #aca no pudo más y gimi. Ambas se separaron con la mirada aletargada y el cuerpo dolorido. + @ija puta... 2qu' bien besa3, pens #aca que se oblig a distanciarse de ella, la estaba poniendo a mil por hora

M: "fff... va a ser mejor que no sigamos, porque sino... (le dijo #aca entre una risa nerviosa y un recular hacia el brazo contrario del sofá) E: %-or qué sino... qué' (le pregunt Esther con la voz tomada y un fuego peligroso en los ojos) M: 9ajaja... que va a arder 4roya (le contest #aca que no tenía intencin de ocultar sus sentimientos ahora que ya se había lanzado al precipicio) E: -ues que arda... anda ven aquí (la reclam Esther, y con un movimiento la cogi del brazo y tir de ella para acercarla) M: 9ajaja... Esther, nos van a pillar (le dijo #aca, pero sin fuerzas para resistirse a aquella fuerza de la naturaleza que la imantaba a aquella mujer)


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E: 2lo un besito más (le solicit Esther) M: 2í, seguro (se mostr incrédula #aca tras ver la picardía que escondía el rostro de Esther) 2in embargo, bast con que Esther tirara un poco más de ella para que volviera a tropezar en aquella tentadora piedra en la cual no dej de estrellarse hasta que con un salto tuvieron que volver a guardar la compostura, pues escucharon a Eva de nuevo acercarse #aca instintivamente salt a la otra punta del sofá, Esther sin embargo se recost relajada contra el respaldo mientras trataba de contener la sonrisa que el sobresalto de #aca había producido

E: Auuuh... (se quej Esther por lo bajo por la coz que #aca le había propinado) M: 8-or reírte: (le espet ella en un susurro) E: %-ero si yo no...' (se quiso defender Esther de la acusacin, aunque la sonrisa no se le podía quitar de la cara) M: 2hhh... que vienen (la acall #aca que fingi ver la tele de nuevo) A diferencia de lo que en un principio pensaron, Eva no venía sola

L: Esther %cmo estás' Eva me ha dicho que ya te habías levantado... %qué ha pasado' %an te molesta la costilla' (el hablar apresurado de &aura delataba su preocupacin) E: Estoy bien &aura, no te preocupes. =ice un mal gesto, y me golpeé un poco, pero ya está. *o parece que vaya a tener mayores consecuencias (trat de tranquilizarla Esther) L: #e dijo Eva que #aca te puso la crema... (recapitul &aura la informacin que tenía, pues se sentía responsable de no haber estado cuando Esther la había necesitado. 1esde que Eva le había contado lo ocurrido se había sentido inquieta, que Esther volviera a recaer en su lesin era un contratiempo que no podían permitirse en aquellos momentos y ella era la nica, a parte de Esther que lo sabía) E: 2í, no te preocupes... en serio, estoy perfectamente. 5alsa alarma (le dijo Esther dándole unos golpecitos en la mano para que se relajara) L: 1e todas formas, déjame que lo mire... (&aura se detuvo un instante, pues había estado apunto de a!adir que no +podían arriesgarse, pero en seguida se dio cuenta que aquel comentario alzaría suspicacias, si no en Eva, si en #aca) no está demás, que nos aseguremos (dijo) Esther ley su cara, aquella mujer no se quedaría tranquila hasta verificarlo, y ella sabía bien porqué. Ahora se lamentaba de haber encontrado aquella e6cusa y no otra, pues la había puesto nerviosa sin necesidad. "na prueba más de la repercusin que sus sentimientos causaban en su trabajo, algo que no sabía hasta que punto se podía permitir. 4rat de relajar las facciones que se habían terminado tensando tras el golpe de realidad que había recibido

E: 4ienes razn, vamos a mi cuarto y me lo miras (le concedi Esther poniéndose de pie) &aura hizo lo mismo y sigui a Esther. #aca intercambi una mirada rápida con Esther, ésta le sonri tratando de conseguir que las preguntas que aquella ceja alzada le hacían desaparecieran, pero para #aca no había pasado desapercibida la tensin que


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desprendía &aura... demasiado e6cesiva. Eva se sent ocupando el lugar de &aura y el de Esther en el sofá. #aca esper a que estuvieran solas

M: %Cué le pasa a &aura' (le pregunt) Eva la mir sin entender

Eva: %Cue le pasa de qué' (le contest Eva) M: %*o la has visto +demasiado preocupada' (le enfatiz #aca) Eva: -ues no... ella es así, se lo toma todo a la tremenda. 2obretodo si se siente culpable (le dijo Eva sin darle importancia) M: %7ulpable' (no entendi #aca aquella contestacin) Eva: /ah, gilipolleces. 2e siente culpable porque se supone que deberíamos haber estado con vosotras y no +cmo si estuviéramos en una puta luna de miel... esa ha sido literalmente su respuesta cuando le he contado lo del golpe (le apunt Eva encogiéndose de hombros) Iilipolleces en mi opinin, pero ya sabes... sentido del deber y esas cosas, no veas lo paranoica que se ha puesto con el tema, me ha costado un huevo que dejara de estar cabreada M:
Eva: -ues el agua estaba tremenda, el otro día hacía más fresquito, pero se ve que ya el sol calienta bastante porque no se estaba nada mal, estaba hasta calentita %verdad &aura' (decía Eva poniendo los cubiertos) L: 2í, y además el agua está super clara. &a verdad es que es como un mini paraíso. A ver si un día nos acercamos todas, que hace ya muy buen tiempo (a!adi &aura sin buscar segundas intenciones en su comentario) Eva: Lhhhhh... siiiii,... siiiii... 1eberíamos ir todas a ba!arnos, es una grandísima idea. 4enéis que venir, no podéis quedaros todo el día pegadas a esta casa, que sois las dos más sosas (aprovech Eva la oportunidad para hacer de celestina) &aura le lanz una mirada al darse cuenta de lo que pretendía. #aca sin embargo cabece en signo de resignacin, su amiga era incorregible cuando se le metía algo en la cabeza y eso la hizo sonreír hasta que Esther dio su opinin desde el otro lado del banco de cocina

E: -ues es una buena idea, si queréis vamos cuando reposemos un poco la comida (les propuso) #aca se gir de golpe con los ojos abiertos de par en par, la sorpresa la había dejado clavada en el sitio mientras Esther sonreía concentrada en soplar y probar la comida llevándose una cucharadita a la boca. +%Cué es lo que estás tramando' se pregunt #aca notando como se ponía nerviosa de golpe


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Eva: Ieniallllllllll... Entonces vamos, %no #aca' %t también te apuntas, no' (se concentr su amiga en conseguir que #aca también diera el visto bueno a la propuesta) M: 2í, claro... vamos si queréis (le contest #aca recomponiéndose) E: ;ale, pues la comida ya está (les anunci Esther sacando una fuente de pasta y vertiendo la salsa por encima) L: %4e ayudo' (se ofreci &aura) E: *o, creo que ya puedo yo... (le dijo Esther dirigiéndose a la mesa) Ah, el queso L:
M: 2e ha terminado (anunci) Eva: 4rae, yo la tiro... hay otra en la nevera (le dijo Eva y fue hacia el frigorífico) Esther aprovech para lanzarle una mirada pícara a #aca ahora que estaban fuera del alcance de Eva

M: 8#e las vas a pagar: (le dijo #aca entornando los ojos en un susurro inaudible) E: 8&o estoy deseando: (le contest Esther igual de desafiante, mientras con las manos delante de ella, disimul para que Eva no pudiera ver su sonrisa pues ya volvía a la mesa) &aura no tard mucho en aparecer con el queso, y entonces Esther tuvo que posponer sus juegos para poder servir la comida que transcurri con un buen ambiente, como era lo habitual. 7uando terminaron de comer, Eva, &aura y Esther se tomaron el café mientras #aca terminaba de recoger los platos y se ponía a fregar, pues ella no solía tomarlo tras las comidas

Eva: %4e ayudo' (le dijo Eva que ya había terminado) M: *o hace falta, ya no queda nada (le asegur #aca) Eva: Entonces voy a tumbarme un poquito en el sofá, que estoy que reviento (dijo Eva para todas, y luego le susurr a #aca) 8Encima cocina que te cagas... yo no sé a que esperas: M: 9ajaj... %t no te cansas nunca, verdad' (se tuvo que reír #aca) Eva: 8%

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#aca la sinti llegar como se presienten las tormentas, y se estremeci incluso antes de notar el calor que aquel cuerpo empez a emitir pegado casi a su espalda

E: %4e ayudo' (le susurr Esther dejando las tazas en el fregadero, estirando su brazo desde la espalda de #aca. Acto que hizo inevitablemente que tuviera que pegarse contra ella para colocarlas) M: &a veo muy suelta, comandante... %es que acaso a desayunado +crispis esta ma!ana' (le contest #aca con una sonrisa que trataba de contener las ganas que le tenía) E: 9ajajaja... no, algo mucho más energético a decir verdad, %por qué, le interesa que le dé la receta se!orita $ilson' (le brome también Esther) M: *o lo descarto (le contest #aca todavía sin girarse a mirarla, pues no estaba muy segura de querer ver lo que la aguardaba, ya bastante tenía con contener su propio deseo) Esther le pas una mano por la cintura, y luego hundi su nariz a la altura de la nuca de aquella mujer. #aca se agarr al fregadero, mientras el gesto le hacía cerrar los ojos

E: 4e he dicho ya, que me encanta como hueles (le susurr Esther notando que su voz se enronquecía tan cerca de ella. &a volvía completamente loca) M: *o (musit #aca en casi más un jadeo que en una contestacin alta y clara) &a punzada de deseo que lanz aquella respuesta hizo que Esther se creciera y la rode con más fuerza. 2u pecho contra aquella espalda, casi le hacía gritar. #aca contuvo el aliento mientras notaba como aquellos brazos la cercaban y el roce de la nariz de Esther se hacía más claro por su cuello

E: 8#e vuelve loca: (le susurr Esther y le retir el cabello hacia un lado para dejar un beso hmedo en su cuello) M: %-retendes matarme' %o es t nuevo hobby' (susurr #aca cuando Esther la liber del beso. 2e gir para mirarla) Esther le sonri ante la pregunta, pero sus ojos la delataban. El mismo fuego que #aca sentía en sus venas, corría por las suyas, el corazn se le aceler

E: 8#e muero por estar contigo: (le dijo Esther como respuesta y #aca termin de azorarse) M: %-or eso se te ha ocurrido aceptar lo de ir a ba!arnos' (le pregunt #aca levantando una ceja, necesitaba hablar o bromear con ella, sino no iba a poder contener sus ganas de besarla. *erviosa, ocup sus manos en estrujar el trapo de cocina mientras hacía que se secaba las manos) 8;a a ser un infierno, lo sabes: %no' E: %-ara quien' %para ti o para mí' (le pregunt Esther dejándole un par de pasos de aire #aca se apart del fregadero y de ella, dej el trapo de cocina en la encimera y ech un vistazo en direccin al saln. Esther la esper

M: -ara las dos, %o es que no se me nota que también me muero por estar contigo' (le contest #aca bajito, mientras se acercaba de nuevo a ella) E: %2i no me lo dices' (le contest Esther poniéndole las cosas difíciles)


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#aca le mir con el ce!o fruncido

M: 8Eres mala: (le dijo #aca en contestacin) E: 8< t estás demasiado buena: (le espet Esther con una sonrisa tranquila) M: 8Agggg... odio que me sonrías así: (termin por atacarse #aca, aquel tonteo era demasiado en su estado) E: %Así, cmo' (se hizo la desentendida Esther mientras su sonrisa se ensanchaba an más, coqueta) M: 8-araaa: (le advirti #aca, su naturaleza práctica no estaba preparada para aquella revolucin de hormonas sin consumacin) E: 8=azme parar t: (la ret Esther) M: %4e has propuesto que nos pillen, verdad' (le contest #aca) E: /ueno, no es mi plan principal pero... (le respondi Esther inocentemente y divertida) M: %Ah, no' %y cuál es el principal' (quiso saber #aca, aunque tras ver la mirada lujuriosa con la que Esther la recorri se hizo una idea bastante clara de lo que estaba pensando, y aquello termin de rematarla) 8#e voy a ir, porque sino...: (le dijo) E: %-or qué sino qué...' (le pregunt Esther) -ero #aca no le contest, se dirigi hasta ella y la borde hasta colocarse contra su espalda, como Esther lo había hecho antes. &a rode por la cintura, suave primero, intenso después, y hundi su nariz en su nuca cosquilleándola en un suave e íntimo roce que hizo que toda la piel de Esther se erizara. 2atisfecha, #aca sonri y la liber, no sin antes susurrarle en la oreja...

M: *o me provoque comandante... tendré menos edad que usted, pero sospecho que la supero en e6periencia... (y diciéndole aquello #aca le mordisque el lbulo de la oreja, luego la liber hasta escucharla jadear, luego la libero) Esther no pudo a!adir nada más, tan slo permaneci agarrada a la encimera mientras veía como #aca salía resuelta y sonriente en direccin al saln. 2i algo le había quedado claro en aquel brevísimo pulso que habían mantenido, era que ella era sin duda la corderita de aquel cuento y que #aca, la cazaría cual loba en cualquier punto de aquel sendero &as horas se hicieron eternas hasta que Eva se despert de su minisiesta en el regazo de &aura, mientras #aca y Esther simulaban estar entusiasmadas con la película que &aura había puesto en el televisor. Eran cerca de las seis y media cuando las cuatro recorrieron el sendero hacia la charca con sus toallas al hombro. Eva y &aura iban delante hablando de sus cosas, y #aca sonri a su pesar al ver que Esther retardaba su paso para quedarse rezagada a su lado

E: =ace un día perfecto para pegarse un chapuzn, %no crees' (empez a hablar Esther) M: %&o dices por el calor e6terior o por el que hemos espoleado entre las dos esta ma!ana y an llevamos dentro' (le atiz #aca con una sonrisa perversa) E: 9ajaja... parece ser que ambos (contest Esther que no pudo evitar reírse. *unca imagin que #aca podría corresponderla, pero lo cierto era que se mostraba igual de franca y clara que siempre con respecto a lo que estaba sucediendo entre las dos)


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M: Entonces sí, parece el día perfecto (le contest #aca mirándola con una sonrisa que se volvi e6tremadamente dulce) Esther se qued sin aliento un segundo. Era tan hermosa. %1e verdad estaba sucediendo aquello' An no podía creerlo pese a aquel coqueteo que #aca mantenía con ella

E: 1aría lo que fuera por volver a besarte... (el deseo se escap de su boca sin poder contenerlo) A #aca se le eriz la piel como si sus palabras pudieran acariciarla. &a mirada de Esther se había vuelto profunda, al igual que su rostro que reflejaba un anhelo estremecedor.
M: #e lo estás poniendo muy difícil... (le dijo #aca, a la cual se le había escapado un suspiro. Aquella mujer no tenía ni idea de lo duro que estaba siendo para ella jugar a aquel juego. &levaba deseándola tanto tiempo, llevaba negándolo tanto tiempo, que había perdido toda sus fuerzas en el mismo instante en que Esther la había besado aquella ma!ana. Ahora ya no le quedaba nada) E: *o tendría por qué ser así... (trat de sugerir Esther en un susurro) M: Esther, no quiero que se enteren... (se puso seria #aca de pronto) *o por ahora &a idea de que aquello saliera mal ya la aterraba demasiado como para pensar en tener a Eva por en medio llenando su cabeza de ideas que no quería ni plantearse. *o quería hacerse ilusiones, y sin duda Eva haría que se las creara todas, contagiándola de un estado de felicidad al que no quería apegarse demasiado por si acaso

E: -erdona, tienes razn (se disculp Esther que se alej un poco de ella tratando de mantener la compostura. #entalmente se reprendi por comportarse como una quincea!era) M: *o te enfadas %verdad' (le dijo #aca, sintiéndose estpida de pronto. &a rigidez que había creado en Esther la castigaba casi físicamente) E: 87laro que no: (le contest Esther inmediatamente, tratando de esbozar su mejor sonrisa pues no era con ella con quien estaba enfadada sino con su propio comportamiento. 2e acababa de dar cuenta que #aca podría pensar que tenía prisa por estar juntas, o peor an, podía creer que lo que más le interesaba de todo aquello era acostarse con ella. Aquel temor, fruto de la inseguridad, se instaur en su cabeza atormentándola) Anda vamos, que Eva y &aura ya han llegado. 4omemos ese ba!o #aca la sigui sin llegar a creerla del todo, pero ya era tarde para borrar lo dicho A pesar de las perspectivas que habían depositado en aquel ba!o, la realidad fue que Esther se mantuvo sutilmente alejada de #aca, no slo porque setía pánico de darle una impresin equivocada, sino porque temía su rechazo y lo que era an peor, que le faltaran las fuerzas de contenerse. Esther an no estaba preparada para hacerle ver a #aca cuál era el alcance de su entrega, %si supiera hasta que punto la tenía metida dentro suyo' %si supiera que anulaba su voluntad, su razn' *o, an no estaba preparada para aquello, así que se contuvo del mejor modo que supo #aca por su parte, respet su distancia, no slo por Esther, sino también por ella misma pues jamás imagin que tras haber visto ya a aquella mujer desnuda, la atormentaría


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tanto verla en biKini y empapada. &a conciencia de que su forma de verla había cambiado por completo, la había cogido tan desprevenida que se descubría mirándola más de la cuenta con verdadero deseo. 2us gestos, sus msculos, su risa... habían eclipsado por completo sus sentidos

Eva: Ehhh... que te estoy hablando (la interrumpi Eva en uno de esos momentos en que se había quedado embobada contemplando como Esther hablaba con &aura encima de una roca antes de tirarse al agua) M: -erdona, %qué decías' (se repuso #aca) Eva se la qued mirando con enfado

M: Lh, no empieces otra vez (se le adelant #aca que empez a nadar hacia la orilla) Eva: Empiezo porque t parece que no te vas a decidir nunca. *o has podido quitarle los ojos de encima desde que hemos llegado, %cuánto crees que vas a aguantar así' 8#írate, te estás fustigando intilmente...: 2i falta tan solo que le des un dedo para que ella esté encantada de estirarte del brazo entero. 8-or 1ios: 8Echar un polvo ya y dejaros de historias: (le espet Eva persiguiéndola fuera del agua) M: 8Eva, pajas me matar' si no te pierdes con /aura pronto, enana satisfecha... >gggg... esto no puede ser sano, pensar en ella de esta forma no es sano , pens para sí #aca mientras se tapaba la cara con la camiseta y se tendía en su toalla para secarse al poco solecito que quedaba. *ecesitaba mantener la calma si quería llegar a ma!ana, pues an albergaba la esperanza de que Esther cumpliera lo que había dicho de enviar al pueblo a &aura y a Eva

E: 8=ola: %todo bien' (le pregunt Esther al cabo de un rato) #aca se quit la camiseta de la cara y se incorpor sobre los codos nada más escucharla. Apenas se habían dirigido la palabra desde que habían llegado y se sorprendi de lo mucho que la había echado de menos

M: 2í, %y t' (le pregunt #aca mientras la contemplaba sentada a su lado mirando hacia &aura y Eva, las cuales estaban jugando en el agua) E: /ueno, yo hago lo que puedo... (empez a decir Esther sin todavía mirarla. #aca esper a que terminara)... ;erte con tan poca ropa no es que me lo esté poniendo demasiado fácil, la verdad #aca sinti el calor por todo su cuerpo cuando sus ojos se encontraron. %Cué co!o estaban haciendo' %a qué diablos estaban esperando' 2e pregunt de pronto incapaz de darse una respuesta convincente. &as risas de Eva contestaron en su lugar, sin saber que decir ambas se quedaron mirando como &aura cogía en brazos a Eva y le hacía una aguadilla para luego sacarla y morirse de risa con ella. 2e les veía tan felices juntas, había tantos momentos y matices entre ellas que despertaban verdadera envidia. %-or qué ella no podía tener eso' %por qué ella nunca había podido tener aquello' 2e


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pregunt, y algo en su interior le dijo que con Esther si podría conseguirlo slo que quizá habían llegado demasiado tarde

M: %Esther' (la llam #aca) E: %2í' (le contest Esther girándose para mirarla) M: %7rees que saldré de ésta' (le pregunt de pronto #aca, mientras se incorporaba y se sentaba a su lado) Esther sinti que el cuerpo le temblaba de pies a cabeza, pero esta vez de puro pánico

E: %4e refieres a...' M: #e refiero a la 1#B4, sí (la ataj #aca mirándola ya en busca de la respuesta que le darían sus ojos, su rostro, y no en aquella políticamente correcta que una mujer de su e6periencia y rango encontraría para no atemorizarla) E: An es pronto, apenas han empezado a moverse y nosotras le sacamos ventaja (Esther se dio cuenta de cmo la miraba #aca, podía sentir cmo había olido su propio miedo y ya no la escuchaba) #aca, vas a tener que confiar en mí... *o voy a dejar que se salgan con la suya, %me oyes' #aca apart sus ojos de ella, incapaz de ver por más tiempo aquel temor que habían reflejado sus ojos dándole la respuesta correcta

M: %Cué pasaría si me entregara' (le pregunt #aca de pronto) E: 8#aca, *LL: (la ataj Esther enérgicamente, y ya no pudo mantenerse distante. &a cogi del brazo para que la mirara) Escchame, te voy a sacar de esta %lo entiendes' 84en un poco más de paciencia: (#aca no la mir) %-or qué haces esto' M: %-or qué hago el qué' (esta vez si se volvi a mirarla) E: %-or qué huyes de mí, de lo que está pasando entre nosotras' (le solt de pronto Esther con un dolor intenso en el rostro) M: %7rees que es eso lo que hago' %Cué quiero entregarme al gobierno por huir de ti' (#aca se sorprendi de la conclusin tan equivocada que había sacado Esther de su respuesta. %4an incapaz era de hacerle entender a aquella mujer que lo que sentía por ella era real, tan real cmo lo que Esther parecía sentir por ella') E: *o puedo concebir ninguna otra razn para que alguien que pelea con u!as y dientes vivir su propia vida, de repente renuncie sin más a todo lo que le rodea (le contest Esther) M: 8-ues te equivocas: (le dijo #aca y de pronto la intensidad de su mirada cambi, y su voz se apag trémula) 8Estoy loca por ti: 4anto que me descubro aterrada de lo que siento y de lo intenso que se ha vuelto tratando de acallarlo. 2i barajo la posibilidad de entregarme a la 1#B4 no es precisamente para alejarme de ti, sino para que esta locura de permanecer en +suspense por fin termine, y pueda imaginarme que posibilidades tenemos t y yo, juntas A Esther aquella respuesta la cogi completamente desprevenida. %-odía ser verdad que #aca le estuviera diciendo que quería plantearse un futuro, juntas' &a mirada de #aca se apart cansada de su rostro, Esther reaccion tarde debido al impacto de aquella revelacin, pero lo hizo. &a cogi de la mano, aun a riesgo de ser pilladas


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E: *o vas a entregarte, y yo voy a sacarte de esta. 2i de verdad lo nuestro tiene algn futuro, no será entre las paredes de un cuartel, sino en paisajes maravillosos que pienso ense!arte si t me dejas %de acuerdo' (le dijo Esther con una dulce sonrisa) #aca no supo porqué, pero se contagi de aquella idea. &a seguridad de Esther le reportaba una fuerza constante en comparacin con la suya propia que era de ida y vuelta. 2onri, porque %cmo no hacerlo'

M: 1e acuerdo, comandante (le dijo #aca tratando de establecer de nuevo un poquito de humor al asunto) E: #uy bien, pues creo que ya va siendo hora de irnos... an tengo que despachar a esas dos de ahí dentro, si quiero quedarme a solas contigo algn día %no te parece' (le dijo Esther ya de mejor humor) M: 9ajaja... eso espero, porque sino voy a tener que sacarte ese biKini a mordiscos, pese a tener espectadoras (le solt de pronto #aca riendo, pues pasados los nubarrones volvía a ser consciente de lo mucho que deseaba quedarse a solas con aquella mujer)

&a persiana ligeramente echada termin por no lograr retener la luz del sol. #aca empez a sentir el calor en su cara, abri ligeramente un párpado molesta por la interrupcin y lo volvi a cerrar mientras procesaba la infamacin. 1e repente se le abrieron los ojos como platos. 8
M: 8*o puedo creerlo... no puedo creerlo: (se lamentaba) < se apresur a salir de la habitacin. En un primer impulso estuvo apunto de llamar a Esther para ubicarla, pero rápidamente se dio cuenta de que parecería demasiado ansiosa... desestim la idea y anduvo por la casa, el camino parecía despejado y decidi aprovechar para ir al ba!o, mear, lavarse los dientes, la cara y peinarse un poquito mejor.
M: Esther... (se dijo) < se encamin hacia su encuentro sin esperarse que se quedaría clavada como una estpida cuando la tuvo delante

M: /uenos... buenos días (consigui finalmente articular las palabras)


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Esther se gir enseguida terminando de beber agua de una botella. Bnquieta como estaba después de la noche nefasta que había pasado, y nerviosa por ver que #aca no despertaba, había decidido salir a correr unos Kilmetros más. Así que ahora, mientras veía a #aca con aquellos pantalones cortos y aquella camiseta que destacaba evidentemente sus atributos, se lament de que la primera visin que #aca tuviera de ella aquel día fuera la de una cara colorada por el esfuerzo, y un cuerpo en top y pantalones de chándal empapados en sudor

E: /uenos días (le contest Esther con una sonrisa) 7omo no despertabas fui a correr... (se justific por inercia) M:
E: 2erá mejor que me dé una ducha mientras desayunas algo. En seguida estoy contigo %vale' (se escabull como pudo Esther, y #aca se lo permiti) En cuanto la imagen de Esther sali de su alcance, #aca se acord de respirar. Ahora que el hormigueo incmodo de la pasin había dormido no sabía como encarar a aquella mujer que la dejaba paralizada por completo. -ensar en acercarse a ella con la cabeza despejada, era sin duda más complejo que dejarse llevar una vez tenía embotados los sentidos de su olor, su sabor, sonido y tacto + "stupendo... ya estamos solas, $y ahora qu'& se dijo #aca para sí, mientras se decidía a abrir la nevera y meter directamente la cabeza en el frigorífico en busca de un poco de sana frescura mental Esther tard un poco en salir del ba!o, pues había necesitado algo de tiempo a solas para prepararse ante lo que se suponía iba a acontecer entre ellas. A pesar de haberse pasado la noche imaginando cmo sería, envuelta en los recuerdos de la pasin que les había reportado el día anterior, ahora a la luz de aquella nueva ma!ana todo parecía más difícil. 2abía lo que quería... lo sabía con dolorosa e6actitud, podía notar como cada partícula de su cuerpo se e6altaba slo con la esperanza de ser tocada, rozada o besada por aquella boca que parecía tener grabado a fuego su nombre como un conjuro que acabaría con ella, pero %cmo plantearlo' =abía sido tan fácil dejarse llevar el día anterior, había sido tan fácil coquetear con ella después de que el infierno se abriera bajo sus pies... 5ácil como lo hace la certeza de que se navega en una misma frecuencia de onda, algo que habían compartido y que la noche y la separacin forzosa no sabía si habían enfriado e incluso corrompido. Ahora tendría que averiguarlo, y lo peor de todo era que tendría que averiguarlo de forma sutil y civilizada, pues le aterraba la idea de que #aca se hubiera arrepentido o que pensara que lo que buscaba era slo un buen revolcn 2e visti y sali del ba!o. En el comedor la televisin sonaba indicándole un zaping frenético de canales, se sonri por la esperanza que le abría aquel hecho. 7amin hasta el comedor en busca de #aca, y en cuanto lleg no le pas desapercibido que ésta ocultaba el mando y se concentraba en la pantalla. Aquello an la hizo sonreír más + "stá nerviosa, pens Esther, y se sent en el sofá con ella


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E: Es increíble como una buena ducha puede hacerte sentir humana de nuevo (mencion Esther fijando la vista también en la pantalla) %Cué estás viendo' #aca trat de concentrarse en las imágenes a las que apenas había prestado atencin para poder darle una respuesta

M: &as tortugas ninja (reconoci al fin #aca, y puso los ojos en blanco al darse cuenta de la imagen lamentable que le estaba dando a Esther) +6enial... ahora va a pensar que me mola la programaci!n infantil, muy maduro, si seora... mierda pens para sí, pero no apart los ojos de la pantalla, porque ya era bastante amedrentador luchar con el olor que le llegaba de Esther, como para atreverse a contactar visualmente con ella. Estaba completamente convencida de que sus ojos delatarían aquel cosquilleo que sentía en la boca del estmago slo con tenerla cerca -ermanecieron en silencio unos minutos, fingiendo estar atentas a los dibujos cuando lo que en realidad hacían era buscar la forma de apro6imarse sin que se les viera desesperadas. 5inalmente fue Esther la que volvi a mover la primera pieza

E: #e llam &aura a las once para decirme que habían llegado bien al pueblo. 0esulta que la tienda de accesorios que le indiqué no abre hasta las cinco de la tarde, así que me avisaba que no las esperáramos a comer %qué raro no' (le dijo Esther) #aca no pudo evitar mirarla, pues en su tono se reflejaba la suspicacia pero también la sonrisa traviesa que se había dibujado en la cara. Esther sin embargo no la mir, sigui anclada a la pantalla de televisin con una sonrisa en su rostro, mientras a #aca le daba un escalofrío por la directa que acababa de enviarle Esther +i no abren hasta las cinco entonces... un par de horas para regresar, tenemos hasta las siete y son... la una... seis horas. 25enemos seis horas3, calcul mentalmente #aca mientras sentía como el pulso se le aceleraba ante la perspectiva

M: &o que es raro es que al final se tragaran el anzuelo (contest #aca finalmente y también sonri) E: %Cué anzuelo':: (se hizo la loca Esther y esta vez si se gir a mirarla) M: 9ajaja... (#aca se tuvo que reír, pese a lo seria que parecía Esther, lo cierto era que tenía un gran sentido del humor y que era capaz de poner caras de lo más cmicas) ;aya, %entonces enviarlas a por los chismes esos no era ningn anzuelo' E: *o (contest Esther conteniendo una risa y fingi hablar en serio) #e parece fundamental que tengamos cuanto antes las linternas inicas y los repelentes de mosquitos M: Lh que decepcin (sigui con el tonteo #aca mientras apoyaba un codo en el respaldo del sofá para girarse en su direccin y la miraba ladeando la cabeza coquetamente) E: 1ecepcin %y eso' (le sigui el juego Esther también girándose en el sofá para situarse cara a ella) M: Albergaba la esperanza de que fuera una treta para que dispusiéramos de tiempo a solas para poder meternos mano, pero ya veo que no... (le solt #aca envalentonada por aquel juego que siempre las envolvía)


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E: 8Ajáaa: &o sabía... (contest Esther se!alándola) E: 9ajaja... %Cué sabías' (se ri #aca por su reaccin claramente guasona) E: 8Cué te morías por que nos metiéramos mano: (le dijo Esther sonriendo y ladeando también la cabeza) M: 9ajajaja... +elemental, mi querido $atson (le contest #aca) < las dos estallaron en risas que poco a poco se fueron calmando y dejando paso de nuevo a una tensin que las mantenía atadas

E: %Entonces qué' (pregunt Esther viendo que ninguna daba el paso) M: %Cué, de qué' (le contest #aca con otra pregunta, no estaba dispuesta a ser ella la del siguiente movimiento) E: 4e has propuesto ponérmelo difícil, %no' (se quej Esther poniendo los ojos en blanco) M: *i idea de lo que me hablas (le contest #aca) E: Aggrrr... (gru! Esther desesperada, aquel tonteo adolescente la estaba mantando) #aca no pudo evitar reírse

E: %4e ríes' (le pregunt Esther con una ceja alzada en se!al de amenaza, y alcanz sus tobillos y tir de ella para borrar el espacio de sofá que las separaba) M: 9ajaja... como para no hacerlo (contest #aca ya a unos dos palmos del cuerpo de Esther, la sonrisa no se le podía borrar de la cara) E: 4 has oído eso de que el ltimo ríe mejor, %no' (le dijo Esther en se!al de advertencia) M: 9ajaja... algo he oído, sí (reconoci #aca que no podía dejar de reír, con esa risa tonta que solo un estado de nervios consigue desbocar sin razn) Esther alz una mano y le acarici la cara mientras le colocaba el cabello para poder contemplarla. #aca tard an un poco en contener la risa, pero al final pudo más la plena conciencia de aquella mirada y aquellos dedos que empezaron a consumirla

M: %< ahora, qué' (esta vez fue #aca la que interrumpi aquel momento de silencio, pues el pulso le golpeaba en las sienes estando tan cerca de aquella boca) E: %Cué, de qué' (le hizo Esther lo mismo que #aca le había hecho) #aca le mir los labios con intensidad, luego la mir a los ojos como si con su recorrido hablara con ella. A Esther le dio un vuelco el corazn, acababan de llegar al mismo punto dnde lo habían dejado el día anterior

M: 1ejemos de jugar... (musit #aca mientras franqueaba la distancia) < en una milésima de segundo todo empez a borrarse a su alrededor mientras sus labios hallaban el camino hacia un mundo de verdadera perdicin -arecía imposible, pero fue encontrarse y desatarse un nudo de pasin intenso y estrecho que las dej sin aliento en pocos minutos

M: 1ebería estar penado que beses así... (le susurr #aca con la voz tomada por lo que sentía por dentro)


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Esther cogi su cara con una mano, tratando de recordar cada detalle de aquel rostro que desvelaba su sue!o desde hacía tantísimo tiempo

E: Entonces t ni siquiera tendrías que e6istir... (le dijo Esther igual de consumida y volvi a besarla, porque no hacerlo era peor que privarse del aire) #aca se dej arrastrar por aquellos besos que la inundaban y la hacían gemir sin voluntad. Esther no podía creer su dicha y se entregaba en cada acto por completo temiendo que fuera un sue!o del que despertaría. Empezaba a hacer demasiado calor, y ambas en el fondo sabían que no aguantarían mucho coqueteando con las llamas de aquel fuego que habían encendido. 1e repente el sofá empez a estorbar, estrecho y caluroso, interpuesto entre sus cuerpos que no podían amoldarse como su deseo les requería. Esther empez a viajar por la cintura de #aca tratando de acercarla, #aca por su parte se dejaba arrastrar sin resistencia, absorta en el deleite de aquella suavidad. "n tirn y #aca obedeci encaramándose sobre las piernas de Esther que la aferr por la cintura contra ella sin dejar de buscar sus labios. #aca sinti el deseo de aquella mujer como si fuera el suyo propio, y casi gimieron al unísono cuando Esther resbal sus labios y su lengua por su garganta

M: ;amos a la cama... (musit #aca incapaz de aguantar aquello por más tiempo) Entonces Esther se detuvo en su recorrido de devorarla

E: %Estás segura' (le pregunt, una vez llegaran a ese punto no habría marcha atrás) A #aca se le escap una risa nerviosa mientras se detenía a mirarla

M: 9ajaja... %t que crees' (le dijo) E: 2abes a qué me refiero... (le contest Esther tomándose un momento de calma que evidentemente no sentía) %1e verdad quieres que lo hagamos' #aca la mir un poco aturdida, de repente no estaba segura de comprender si Esther le hacía aquella pregunta por referencia a *ando, por lo que implicaba acostarse por primera vez con una mujer o por que estaban hablando de acostarse juntas... ellas dos

M: Empiezo a pensar que es usted la que no está segura de esto comandante (prefiri adoptar la ironía #aca, pues no quería romper el momento poniéndose seria) Al ver como el rostro de Esther mudaba de piel supo que no había escogido las palabras correctas, pero no se atrevi a a!adir nada más, simplemente esper mientras Esther la cogía de las manos, agachaba la mirada para contemplar como sus dedos se enlazaban y con e6trema dulzura empezaba a besarlas

E: *o hay nada en este mundo que desee más que hacerte el amor hasta quedar e6hausta y maltrecha de mostrarte todo lo que guardo en mí para ti... (le dijo Esther, y a #aca la sacudi un terremoto que la dej temblando de pies a cabeza)


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Esther entonces alz la mirada para encontrarse con la suya, y #aca supo que nadie la había mirado jamás con la pasin y entrega con que la miraba Esther. "n nudo se instaur en la boca de su estmago, sabía que había algo más

M: %-ero' (pregunt #aca con temor, en realidad no quería escuchar la continuacin que estaba segura que había) Esther esboz una tímida sonrisa, luego suspir

E: -ero hay algo que llevo mucho tiempo queriendo decirte y es posible que cuando lo sepas no te apetezca estar cerca de mí (dijo Esther) #aca creía que temblar más no era posible, pero se equivocaba. El miedo a que hubiera algo que pudiera hacer que apartara a Esther de su lado era peor que el terremoto que despertaba en ella la pasin de aquella mujer

M: %1e qué estás hablando, Esther' (#aca se baj de encima suyo, no podía pensar si la tenía tan cerca) Esther sinti la perdida de su contacto como si la enterraran bajo hielo, pero no se quej. -or mucho que la deseara, no era equiparable a lo mucho que la amaba y sabía que sería incapaz de perdonarse así misma el hacerle el amor sin contarle lo de las fotografías

E: Antes de decírtelo necesito que me prometas escucharme hasta el final, %lo harás' (le pidi Esther con calma) M: 8Esther, me estás asustando: (le advirti #aca, no le gustaban las vueltas, ella era de cosas claras) E: Está bien... (Esther no quería que se hiciera cábalas que no eran, al final decidi decirlo sin más) 2lo espero que entiendas que hacía mi trabajo M: 88Esther:: (la apremi #aca, ya estaba nerviosa y aquel rodeo no ayudaba) E: ;ale... (suspir Esther, era intil querer e6poner todo el conte6to, #aca era de origen práctico) 7uando me contrat 7ruz no sabía nada de ti, lo nico que teníamos claro era que la 1#B4 estaba detrás de tus pasos y que ya habían convocado al consejo para hablar de tu proyecto. 7omo ya sabes, la 1#B4 te estaba siguiendo desde hacía bastante tiempo, observaba tus movimientos y espiaba tu entorno para conocer mejor al sujeto, es decir, a ti M: 2í, pero no entiendo... %por qué hablamos de esto ahora' Eso ya lo sé (la interrumpi #aca, que sentía como en su interior volvía a crecer aquella indignacin y furia desatadas que le costaba tanto dominar cuando se hablaba de su intimidad) E: -orque de lo que nunca hemos hablado es de en qué consisti mi trabajo aquellos primeros días que estuve trabajando para tu padre (le contest Esther y not como #aca se paralizaba a la defensiva) #aca, era necesario para mantenerte a salvo... (Esther suspir bajo la atenta mirada de #aca)... le ordené a &aura que te hiciera un seguimiento durante dos semanas, tan estrecho como estaba segura había hecho la 1#B4. *o me siento orgullosa de tener que rebuscar en la vida privada de los demás, pero tampoco puedo decirte que me arrepienta. Es mi trabajo, y la nica vía viable de que pueda sacaros de sus garras M: %Cué es lo que encontraste que te preocupa que yo sepa' (#aca la cort en seco. Apart toda la paja de sus palabras y fue directa al ncleo, a lo que Esther an no decía)


>@J

Esther pese a todo, pese a la parte amarga que le tocaba, se sinti orgullosa de ella y su claridad meridiana

E: =icimos fotos, no íbamos buscando nada morboso, pero coincidi justo con el fin de semana que *ando y t estuvisteis juntos y &aura no tuvo más remedio que hacerlas para poder presentarme a tu entorno... (Esther estudi la reaccin de #aca pero no había ninguna, no sabía si la estaba entendiendo) &as fotografías eran bastante comprometidas #aca, *ando y t... M: %=icisteis fotos mientras estábamos en la cama' (le ataj #aca con aquella pregunta directa y clara, mientras luchaba con aquellos sentimientos encontrados que la idea despertaba en ella) E: &o siento, no era lo que pretendíamos, simplemente salieron... (Esther se dio cuenta de lo mal que sonaba aquello) M: 89á:... salieron:... %cmo' %cmo, por arte de magia' (#aca se puso en pie, ya no esperaba respuestas, simplemente necesitaba digerir todo aquello sin que le e6plotara encima) 81ios...: 8*o puedo creerlo: Esther esper. #aca se removi inquieta de un lado para otro, tratando de determinar que podía más, si aquella ira de sentirse ultrajada, o lo que sentía por aquella mujer. Estaba segura de que Esther no haría nada que atacara a su persona, que si esas fotos e6istían era puro fruto de su deber, un deber que se recordaba le beneficiaba, que era por protegerla al fin de cuentas... sin embargo, %por qué no podía aplacar aquella furia que sentía' &o sabía. 2e sentía e6puesta, se sentía suciamente invadida, vulnerable, un juguete en guerra de nadie... + Dios, yo y 0ando... ella ha visto... Dios, #aca no quería pensarlo, pero lo pensaba. 2u cabeza hizo un barrido de fechas y pudo situar el hecho e6acto en su memoria. &e temblaron las rodillas

M: %1nde están' (pregunt con un hilo de voz, sin atreverse a mirarla) E: &as destruí (le contest Esther, y era cierto. 1urante bastante tiempo tan slo la imagen que plasmaba a #aca desnuda y con la espalda arqueada permaneci a su recaudo como un tesoro que no se atrevía a perder, pero finalmente también la destruy. Ahora ya no quedaba nada, y sinti que quizá también acababa de perder a la modelo de aquella fotografía que había terminado siendo su cruz más maravillosa y pesada) #aca se par en seco, y se frot la frente como si algo le ardiera y quisiera deshacerse de ello. Esther empez a preocuparse al ver que #aca rehuía mirarla

E: #aca (la llam Esther poniéndose también de pie, quería abrazarla) M: 8*o: (la detuvo #aca e6tendiendo una mano en se!al de stop y Esther se detuvo)... an no 2uaviz el tono #aca cuando por fin la mir, no quería hacerle da!o. &a quería, pero an no sabía como deshacerse de aquel sentimiento encontrado que sentía y si quería no lastimarla tendría primero que luchar contra él antes de aceptarla

M: %-or qué me lo has dicho' (se lament #aca, su voz era más apagada, en realidad Esther sabía que no esperaba una respuesta a su pregunta) E: 4e conozco, y te quiero... no podría vivir sabiendo que esto podía estallarnos en la cara (le contest de todas formas Esther)


>@D

#aca la mir, entendía lo que le decía, pero an así no podía acallar el rugido que sentía

E: 8&o siento: *o sé que otra cosa puedo decir (le dijo Esther viendo que no era suficiente para borrar las dudas de #aca, que an se mantenía alejada de ella) M:
M: Esther, %qué haces' (le pregunt sorprendida) Esther no contest, se quit la camiseta, se quit los pantalones y no se detuvo hasta que se qued completamente desnuda ante sus ojos. #aca la miraba con un interrogante en el rostro, incapaz de comprender qué trataba de hacer con aquello... hasta que habl

E: 1ices que sigo entera y erguida, mientras t te sientes e6puesta y vulnerable... 8#írame: (le dijo Esther con suavidad mientras se quitaba la coleta y dejaba su pelo suelto caer por su espalda) #aca no había dejado de mirarla ni un segundo, no podía

E: 8#írame bien: %4e parece esta la imagen de alguien entero' (le espet Esther de pronto, su cuerpo temblaba de pies a cabeza, an a distancia podía apreciarse) 1ices que te robé tu intimidad, pero t me has robado algo peor que eso... desde que te conozco no sé quien soy, yo era feliz con lo que hacía, con quien era... y ahora slo sé que haría cualquier cosa que me pidieras. 4e has llevado algo más que mi voluntad, si t estás asustada por sentirte e6puesta, yo estoy aterrada por ser una marioneta de esto que siento por ti... 8&o siento #aca: Esas fotos no debieron hacerse, pero se hicieron, y se quemaron... 84e doy todo lo que soy: 8*o estoy entera, estoy rota: #ás rota que t... (le dijo Esther mirándole a los ojos aunque sus ltimas palabras apenas habían sido un hilo de voz) #aca la mir como crey que no podría verla, y todo encaj en su interior como un rompecabezas. 2us miedos, sus complejos, esa mitad vacía que le hacía remeter con furia y blandir su espada qued cubierta de un plumazo por la dulzura y entrega que acababa de hacerle Esther. 1e pronto se dio cuenta que no quería luchar contra ella, quería luchar a su lado, es más... quería protegerla, más que a nada y más que a nadie.


>@G

"n sentimiento que casi había olvidado... un sentimiento que había olvidado porque le recordaba a un amor tan profundo como el que sentía por su madre Esther seguía temblando en mitad de la estancia, desnuda y habiendo agotado el ltimo cartucho que le quedaba. 1e pronto #aca la mir con una intensidad que an no le conocía, y en cuestin de un segundo los pasos de ella barrieron la distancia que las separaba. Esther crey desfallecer cuando las manos de #aca abrasaron su piel al apoyarse en sus hombros para apro6imarla, y todo se ti! de un rojo intenso, tan intenso y pesado como la sangre que borboteaba en su interior. &os labios de #aca la liberaron de aquel angustioso +sin saber, enterrándola en una espiral de pasin y desenfreno casi doloroso. Esther sinti sus dientes mordiendo su carne, pero no se quej, la sinti hundiendo sus dedos en su piel hasta casi amoratarla pero tampoco dijo nada consumida en la desesperacin que #aca estaba sintiendo mientras la hacía suya. < resisti una y otra vez ante aquella lucha interna que presentía en ella, mientras la ahogaba con sus besos, hacia jirones su piel con sus manos y mordía su cuerpo entre jadeos y splicas de que la perdonara...

E: 2hhss... ya cari!o (le susurr Esther con dulzura mientras #aca enterraba su cara en su cuello tratando de respirar) #aca desbordada por el recuerdo y por lo fuerte de sus sentimientos se había puesto a llorar. 2u cuerpo se agit entre los brazos de Esther, incapaz de soltarse de ella pues hacía mucho tiempo que presentía que era su tabla salvavidas

M:
E: %4odo bien' (le pregunt y tras el asentimiento de #aca, Esther salv las distancias y la bes)


>@N

4an dulce, tan frágil, tan difícil de dejar en libertad... #aca atrap aquellos labios entre los suyos en una marea creciente que poco a poco fue subiendo hasta amenazar con ahogarlas. &a ropa empez a estorbar, Esther se contenía para no destrozar con sus manos aquella barrera de tela que las separaba, con las manos temblorosas empez a tantearla. #aca sinti sus dedos rozando su piel por debajo de la camiseta y se encendi, por instinto se apret contra aquel cuerpo que ardía desnudo entre sus brazos

E: 8#aca: (susurr Esther consumida) < #aca se separ de ella como si las palabras entre las dos sobraran, tom el bajo de su camiseta y se la quit. Esther se deleit en aquel torso apenas un segundo, pues #aca envisti contra ella envolviéndola en un beso arrollador que termin con las dos encima de la cama. *o había nada que hacer, era inevitable... como no se puede detener el cauce de un río slo con paja, o apagar un incendio con un vaso de agua, así sus cuerpos se encontraron devastándolo todo a su paso. Esther trat de recordar quien era aquella mujer, trat de ser delicada con y por ella... trat de amaestrar a aquella fiera felina que le bailaba bajo la piel deseando hincar el diente en esa piel suave y tersa que se rozaba contra la suya tentando a la suerte. -ero #aca no se lo ponía nada fácil, tir de ella hasta sentirla en plenitud sobre su cuerpo, borrando cada contorno de sus labios con sus besos, hundiendo sus dedos finos en la piel ardiente de Esther que ya jadeaba mientras sus caderas sin esfuerzo se encontraban haciéndolas soltar un gemido unísono. Ambas se miraron, sus ojos pozos oscuros ya slo hablaban un lenguaje y no era precisamente el de la cordura. Esther se desat, busc con prisas el pantaln de #aca y se lo quit arrastrando en el movimiento también su ropa interior, #aca no se quej, rod sobre la cama hasta quedar encima de ella, quería mirarla y mientras volvían a encontrarse cara a cara, se tom un segundo antes de encajar sus piernas con las de ella y hacer gritar a Esther

E: 81ios: (Esther acall su grito mordiendo a #aca en uno de los antebrazos sobre los que se sostenía, erguida y firmemente presente sobre ella) 2u cabeza no era capaz de asimilar que de forma tan natural #aca encontrara el camino de su placer, pero así lo hizo y su cadera encaj contra la suya obligándola a gemir y a mirarla de nuevo a los ojos. Esther pronto se vio luchando por conseguir bocanadas de aire que apenas llegaban, #aca la estaba matando y ella quería morir, justo allí, con aquel rostro bello y de labios entreabiertos sobre el suyo, con aquella suavidad entre sus piernas que temblaban contra unos muslos que parecían ahora más fuertes que los suyos, con aquel olor dulceHsalado a su alrededor que era claro signo de lo que estaba ocurriendo... %cmo estaba sucediendo tan rápido' %cmo no era ella quien lo guiaba' &as preguntas se formulaban deprisa para luego borrarse a golpes de cadera, al paso del agua de los besos que #aca empez a regalarle mientras an encontraba fuerzas para suplicarle...

M: +87rrete para mí: + (volvi pedirle #aca) < Esther se vio vencer. 1espiadado, como lo suelen ser todos los juegos de amor, gimi su nombre, grit dolida por la pasin, tembl y derram su ser sobre aquellas sábanas bajo aquel cuerpo culpable de su sin razn... ante aquella mujer, due!a ya de su alma


>@

Esther luch por recobrar el aire. &os brazos y las piernas le caían a los lados como pesos muertos tras la tensin contenida, an trataba de asimilar lo sucedido mientras notaba los besos que #aca iba dejando por su cara y su garganta mientras se colocaba a su lado para permitirle recobrar el aliento

M: %Estás bien' (le pregunt #aca finalmente apoyándose en un codo a su lado, observándola) Esther gir la cabeza para encontrarse con aquella sonrisa perversa que se había formado en su rostro. 2us ojos an estaban oscuros, pero brillaban con jovialidad mientras se posaban en ella, la cara de #aca irradiaba la satisfaccin que sin duda sentía. 4embl

E: 4odo lo bien que se puede estar tras haberme quedado de piedra (le dijo Esther y ante su sonrisa, se ensanch la suya propia) M: %1e piedra' %y eso' (se interes #aca por su contestacin, mientras le acariciaba el pelo) E: 7reí entender que nunca habías hecho +esto... me refiero con una mujer (le dijo Esther esta vez volviéndose de cuerpo entero hacia ella y colocándose en una pose similar a la que #aca había adoptado. Estaba intrigada) M: 9ajaja... y es cierto, lo entendiste bien (se ri #aca de aquel comentario) E: %< entonces' (la inst Esther) M: %Entonces qué' (le pregunt #aca con una sonrisa de oreja a oreja) E: %7mo es que has terminado siendo t quien me arrolle como una apisonadora' 2e suponía que debía ense!arte, después de tanto tiempo me has chafado los planes %sabes' (le solt Esther fingiendo un orgullo herido que por supuesto no tenía, la felicidad no se le borraba de la cara) M: 9ajajajaja... 8Ah: 8-ensabas ense!arme: %Cue interesante se pone esto, no' (a #aca le hizo mucha gracia el juego de palabras que había empleado Esther en broma, sin embargo no pudo evitar el peque!o estremecimiento que sinti slo de imaginar lo que aquello supondría de tener algo de cierto) E: 8*i te lo imaginas: 8Anda ver aquí... peque!a corruptora: (le dijo Esther cogiéndola por la cintura hasta pegarla contra su cuerpo) 2us labios volvieron a encontrarse en aquel juego de laberintos, la piel no tard en subir varios grados centígrados al ponerse en contacto. Aquello no había hecho más que empezar

M: 81ios, no puedes seguir besándome así: (le susurr #aca desde las profundidades cuando Esther la liber de sus labios) E: %*o, por qué' (le susurr Esther volviéndole a robar un nuevo beso, que esta vez termin con #aca de espaldas contra el colchn y ella encima suyo) M: -orque vas a acabar conmigo, por eso... (consigui responder a la pregunta #aca tras un nuevo respiro) Esther sonri desde la prudente distancia que le había dejado para que pudiera respirar. #aca la observ, parecía más fuerte, más entera... ella sin embargo an luchaba con el deseo a flor de piel, rechinando en sus oídos. Entonces vio como los labios de aquella mujer se acercaban a cámara lenta, y en su mente se agudiz el anhelo por atrapar aquella boca...


>@F

E: 2i es por eso... tendré cuidado (le susurr Esther, y luego la bes con plenitud y calma mientras #aca empezaba a perder la nocin temporoespacial) #aca hizo un esfuerzo por abrir los ojos, los párpados parecían haberse transformado en persianas de plomo tras lo vivido. #ir el reloj que estaba en la mesita a su lado, eran las cinco, se pas los dedos por el pelo y sinti la necesidad de desperezar aquellos msculos doloridos pero completamente relajados, agotados. 7on su movimiento, Esther ronrone a su lado... #aca dibuj una sonrisa magnánima mientras la contemplaba, se gir colocándose a su espalda y la abraz

M: Eres increíble (le susurr mientras dormía) < mientras hundía la nariz en su cabello, y su cuerpo se acoplaba a la calidez de la piel de Esther, su mente se llen de recuerdos vívidos de su encuentro... +:"ns'ame; le haba susurrado con el eco de un rugido cuando los labios de "sther la haban vuelto tan loca que ya no le importaba nada. us ojos, volcanes en erupci!n, se haban encontrado con la malicia apasionada de ella y entonces lo supo... nada volvera a ser lo que era. "sther se apoder! de su cuerpo, de su voluntad y de su mente... sus manos, suaves como un guante de terciopelo, crearon surcos en la tierra de su piel que se fue eri*ando con el fro que dejaba la ausencia de su tacto. 5embl!. )omo la hoja de otoo seca que se resiste a caer de la rama. "n medio de aquella tempestad enfermi*a que senta bajo la piel de "sther, bajo su boca de saliva cálida que se derramaba por su garganta, sus pechos y su vientre, hasta fundirla con el colch!n

M: 7uánto te deseo... (le susurr #aca de nuevo a aquella mujer entre sus brazos dormida. An consumida por aquel fuego atronador que slo el recuerdo de lo vivido había conseguido atizar hasta convertirlo en una inmensa fogata) + /a piel le escoca, su pecho bajaba y suba en jadeos arrtmicos mientras "sther se dilua en sus pliegues. "%quisitas caricias que rompieron con dolorosa dul*ura la barrera del :puro se%o;...

M: -or qué me has hecho esto... (musit #aca mientras apartaba el cabello almizclado del cuello de Esther y con fervor hundía sus labios en aquella piel palpitante y caliente)... debiste acabar conmigo, %qué voy a hacer con esto'... no sé que puedo a hacer con esto... #usit #aca mientras sus ojos se cerraban, y sus manos empezaban a desplazarse por aquella piel que despacio despertaba bajo su paso... +2"sther3 u nombre resbal! por sus labios deformados, mientras el placer de sentirla dentro suyo era tan intenso que crey! morir. inti! su boca, húmeda... por momentos hambrienta, por momentos despiadada con aquel acto de adoraci!n que estaba provocando que a Maca se le estrangulara el pecho. Maca trat! de luchar por mantener la conciencia nfima que le quedaba, los dedos de "sther se adentraban en una profundidad más allá de lo fsico, fuera de los lmites que Maca se conoca... y sinti! su lengua, sinti! sus dientes, sinti! sus labios con total claridad mientras "sther


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navegaba entre los muslos que ella ya no poda casi mantener tensos... sinti! su pasi!n, su adoraci!n, su furia y aquella entrega que la enred! en sus tentáculos de medusa hasta que su cuerpo sufri! espasmos por su veneno. /os ojos se le abrieron, como lo hi*o su boca por alcan*ar un poco de aire, y grit! su nombre, para despu's quedarse muda luchando por refrenar la agitaci!n de su cora*!n... Muda y agitada ante la certe*a de que la amaba sin saber ni el c!mo, ni el porqu' ni la causa

M: 1ebiste acabar conmigo... (le repiti #aca ya con la garganta rota y profunda. Esther gimi al sentir aquellos dedos e6plorar en su se6o. #aca contuvo el aliento ante su bienvenida cálida) E: 8#aca: El jadeo de Esther pronunciando su nombre, taladr a #aca hasta e6plosionarle en el pecho. =undi los dedos en ella con desesperacin, y Esther luch por respirar mientras la otra mano de #aca la tomaba por la garganta mientras el aliento apasionado de aquella mujer le quemaba en la oreja. Esther podía sentirla firmemente presente a su espalda

M: 1ebiste acabar conmigo... (le susurr otra vez #aca muerta de miedo. < Esther gimi cuando volvi a sentir como la poseía hundiéndose de nuevo en su carne, sacándola de la profundidad del sue!o a la realidad trrida y apremiante que #aca estaba sintiendo) 1ebiste hacerlo, porque ahora... (Esther sinti que se ahogaba en medio de la espiral de angustia y deseo que reflejaba aquella voz a su espalda)... ahora ya te quiero Esther abri los ojos de golpe mientras #aca imprimía sus palabras a fuego contra su cuello. &os dedos de aquella criatura volaron y se anclaron certeros en ella, hasta apoderarse de sus más íntimos secretos. El aullido del orgasmo que Esther no pudo contener por más tiempo, reson contra sus tímpanos hasta dejarla sorda. 2lo el eco de las palabras de #aca la acompa! en aquella caída al vacío mientras su cuerpo espasmdico luchaba por recobrar la calma en medio de un temblor de sentimientos #aca respiraba agitada, an sin soltarla. Esther por su parte trataba de recomponerse de aquel despertar tan inesperado. &a cabeza le daba vueltas, no sentía ni las piernas ni los brazos, pero el corazn le bailaba al son de aquel +te quiero que #aca había pronunciado sin previo aviso. *o supo cuanto tiempo permanecieron así, calladas y abrazadas, quietas como tratando de detener el momento en el tiempo, con aquel miedo a que hubiera sido fugaz como una estrella en mitad de la noche

E: %-iensas despertarme siempre así' (finalmente Esther opt por volver a la realidad. *o quería vivir de sue!os) M: Es posible (le contest #aca y hundi la cara en su pelo. *o quería romper aquello) #e pasaría el día oliéndote A Esther se le puso la piel de gallina ante el gesto, sin embargo fue su voz la que consigui que se le desbocara el corazn

E: #aca... (la llam Esther an sin atreverse a girarse) M: %2í' (le contest ella)


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E: &o de antes... lo que dijiste antes (Esther empez a ponerse inquieta, pero tenía que saberlo) %fue fruto del momento o...' #aca guard silencio, también ella luchaba internamente

M: %L' (la anim a continuar #aca, pues an no había decidido que contestar a aquella pregunta inacabada) Esther se gir entre sus brazos para mirarla a la cara, y al hacerlo se le cort la respiracin. Era tan hermosa. 1e su cabeza desaparecieron las palabras de golpe... atraída por aquella fuerza invisible no pudo contenerse y acariciar aquel largo cabello que caía informal sobre aquel rostro resplandeciente y ambiguo... mitad ternura, mitad volcán. &a mir a los ojos, %cmo no hacerlo si brillaban oscuros como dos topacios' 2inti ganas de quedarse siempre así, mirándola, pero entonces #aca atrap su mano y la bes. Esther qued clavada a aquel beso, casi drogada por lo rosado de aquellos labios que lo habían realizado, absorta en el cosquilleo que provocaron y ya no pudo apartar los ojos de ellos =abía muchas cosas an por preguntar, por decir... pero nada era tan urgente como alimentar a aquel agujero negro que constituía el deseo que las maniataba Esther la escuch salir del cuarto de ba!o, y empez a colocar los platos en la mesa. 4ras haber hecho el amor nuevamente, habían decidido con bastante dificultad, que era hora de salir de la cama y comer algo. #aca había querido ducharse con ella, pero Esther se opuso enérgicamente... +*i hablar... jajaja... 2i me meto en la ducha contigo ambas sabemos como acabaremos, y lo creas o no, ya no estoy para estos trotes. 4engo tantas agujetas que ni me lo creo... le había dicho, y #aca termin aceptando a rega!adientes

M: &as tripas no dejan de sonarme, tengo tanta hambre que me comería un buey (le anunci #aca reapareciendo en la cocina) E: 9ajaja... pues te vas a tener que conformar con la ensalada fresca de patata que me ha dado tiempo a improvisar, porque hoy he estado muy ocupada para salir de caza (le contest a modo de burlaHpicaresca Esther mientras ambas tomaban asiento) #aca alz una ceja como respuesta, y se llev el primer bocado a la boca mientras Esther servía bebida

M: 8Esto está de muerte: (confes an haciendo esfuerzos por no hablar con la boca llena, lo cual le resultaba bastante difícil con el hambre que tenía) Esther sonri mientras la veía disfrutar de la comida, siempre le había encantado su sano apetito, pues era fiel reflejo del modo en que solía tomarse su vida. #aca tard unos minutos en darse cuenta que era la nica que comía absorta en el vacío que parecía sufrir su estmago. 7uando levant la vista se top con los ojos de Esther, mirándola... y cmo la miraba

M: %*o tienes hambre' (le pregunt #aca tapándose la boca y tratando de deglutir aquel bocado que los ojos de Esther habían casi paralizado en su garganta)


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E: *o tanta como t al parecer (le contest Esther y para tratar de distraer los pensamientos impuros que le habían surgido de pronto, estir la mano y picote comida con el tenedor de la fuente compartida) #aca también comi, pero ya no pudo permanecer ajena al brillo que había en aquellos ojos que estaban frente suyo. Al cabo de cinco minutos de silencio y escrutinio, volvi a enfrentarse a ellos

M: #e estás poniendo nerviosa (le anunci #aca) E: %*erviosa' %por qué' (le pregunt Esther con una sonrisa muy distinta a la que solía mostrar su rostro cuando era afable) M: &o sabes muy bien... 82é en lo que estas pensando: (le contest #aca con una sonrisa maliciosa, al igual que la que Esther tenía en aquellos momentos) E: %Ah sí'... jajaja... Eso sí que es clarividencia (brome Esther) #aca pinch otro trozo de patata con ali!o y se lo introdujo en la boca mientras la miraba de frente. Esther no dejaba de sonreír

M: 7orrígeme si me equivoco, pero %no has sido t la que hace unos momentos se ha puesto dura y a propuesto que salgamos de la cama aludiendo que &aura y Eva no tardarían en llegar y que... ah, sí, que tenías demasiadas agujetas como para seguir +jugando' (le espet #aca con picardía) E: 9ajajaja... (Esther se ech a reír por aquella estocada) #aca también ri ante su ataque de risa, era muy reconfortante entenderse tan bien con alguien que aparentemente no tenía nada que ver con ella. #aca se sorprendía cuando pensaba en los primeros encuentros entre las dos... la comodidad que sentía junto a Esther en esos momentos era difícil de describir

E: 2upongo que acabo de descubrir que hay cosas que me perturban más que mi dolor físico (le contest Esther tomando otro bocado y esbozando una sonrisa) Esta vez fue #aca la que la mir calladamente. Esther no dijo nada, mientras notaba como entre las dos volvían a reanimar las brasas a medida que pasaban los segundos. 5inalmente #aca se levant de la silla y fue hasta ella. Esther solt el tenedor cuando #aca la retir de la mesa para sentarse a horcajadas sobre sus rodillas

M: Espero que tenga una buena estrategia 7omandante, porque cuando llegue el +duo celestino, no sé si voy a poder controlarme para quitarle las manos de encima... &e susurr #aca mientras le pasaba los brazos por encima de los hombros y hundía las manos en su nuca antes de alcanzar aquella boca que la dejaría sin aliento una vez más A las ocho de la tarde, &aura y Eva llegaron del pueblo con los encargos que les había pedido Esther y con algunas otras cosas que se habían tomado la licencia de adquirir. Así que casi como tácito acuerdo, Esther se volc en atender a &aura mientras revisaban las compras y #aca hacía lo propio con Eva, que venía encantada con un nuevo local que habían descubierto


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Eva: Estaba riquísimo todo, por lo visto de día lo utilizan de restaurante, pero me dijo la camarera que los sábados por la noche habilitan la sala norte como pub. < an no sabes lo mejor... (a Eva se le veía bastante emocionada) M: 2orpréndeme (le dijo #aca con una sonrisa) Eva: &a camarera era lesbiana, y nos dijo que la sala en realidad la alquilan unas amigas suyas los sábados y que básicamente la clientela es +femenina... 8tía, en el culo del mundo, y tienen un puto pub de +ambiente: %no es increíble' (a Eva le centelleaban los ojos) %1esde cuándo Eva había sido tan gay' 2e pregunt #aca, pero luego se cruz un segundo con los ojos de Esther mientras ésta cruzaba el saln para ir a la cocina, y entonces otra pregunta asalt su mente... %y ella'

Eva: %#e estás escuchando' (la oblig Eva a prestarle atencin) M: 7laro que sí, que en el pueblo hay un pub de ambiente, lo he oído... (le resumi #aca centrándose en ella) Eva: %<' (la apremi Eva) M: %<, qué' (#aca no la pillaba) Eva: %*o dices nada' (le pregunt desesperándose con ella) M: -ero, %qué quieres que diga' (se encogi #aca de hombros ante aquella pregunta) Eva: Aggg... no te enteras de nada. ;amos a ver #aca porque veo que t, cortita en esto, vas un rato (Eva se puso de rodillas en el sofá para poder mirarla de frente y cogerle las manos para centrar su atencin) 4e estoy diciendo que tenemos la oportunidad de hacer un viajecito a +lesbos (Eva alz las cejas en se!al de apremio, pero #aca seguía mirándola de forma e6tra!a sin comprender)... tía, que tenemos que ir al puto pub ese, que entre unas copitas por aquí, unos bailecitos arrimaditos por allá, y el ambiente, Esther cae de rodillas a tus pies. < si ella se lanza, se acab que te comas t el tarro de que si sí o de si no. %Estamos' M: 88%-ero an estás con eso':: (#aca no daba crédito con lo cabezona que se ponía Eva cuando se le metía algo entre ceja y ceja. 2in embargo no pudo evitar sonreír al imaginar el jamacuco que le daría a Eva de saber que aquel mismo día la que había caído en jaque mate era ella, y de qué manera) Eva: 7omo para no estarlo... mira, ya sé que te dije que te iba a dar tregua, pero no puedo. %-ero si saltan chispas entre vosotras' *o hay más que miraros (le solt Eva volviendo a su rincn en el asiento) +i tú supieras se dijo #aca y se mordi la lengua, pues aunque por una parte se moría por contárselo, por otra necesitaba disfrutar de aquellos momentos a solas, sin interferencias de ningn tipo, aunque fueran de felicidad

Eva: /ah... A ver, %qué habéis hecho' (le pregunt Eva) M: %7mo' (por un momento #aca se qued clavada) Eva: %Cué que habéis estado haciendo' 4e dejo todo el puto día con ella, y seguro que ni lo has aprovechado... estas perdiendo facultades, y me estás decepcionando que lo sepas (le espet Eva se!alándola con un dedo) Eras mi ídolo, y me estás decepcionando M: 9ajaja... 8Ay Eva: 8Cué voy a hacer contigo: (se resign #aca cuando entendi a lo que se refería. &uego se acerc hasta ella y le dio un achuchn)


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Esther mir el reloj, era casi la hora. 7omo cada ma!ana, prepar un par de zumos de naranja y la esper en la cocina con la ropa de deporte puesta. =abían pasado ya seis días desde que habían disfrutado de aquel privilegiado +día a solas que había desembocado en toda aquella locura que estaban viviendo, y desde entonces, no alcanzaban a encontrar e6cusas ni rincones para poder desatar la clase de pro6imidad que ambas parecían necesitar. Escapar de las miradas e interrupciones de sus dos compa!eras de piso, se había convertido en su principal objetivo, y por ello Esther se miraba ansiosa el reloj, rogando por que #aca no se hubiera quedado dormida, pues aquella hora de la ma!ana era la nica que les garantizaba estar a solas sin sobresaltos. /ebi un sorbo de su vaso, y mir de nuevo hacia el pasillo, de pronto la vio salir de la habitacin, sonri. #aca cruz la distancia tratando de no hacer ruido para no despertar a Eva y a &aura, que dormían justo enfrente de su habitacin. &leg hasta Esther y tom su cara entre las manos, luego la bes ávidamente

M: 8/uenos días: (le dese #aca mientras an seguía dejándole cortos besos en los labios ya despiertos) E: 82e me ha hecho eterno: &a noche no tendría que tener tantas horas (se quej Esther reteniéndola en un abrazo estrecho mientras reclamaba mayor atencin de sus labios) M: &o sé cari!o, a mí también... ;oy al ba!o, y nos vamos, %vale' (le dijo #aca luchando entre su deseo fisiolgico y aquel otro deseo de no despegarse de ella) E: 1ate prisa... (la liber Esther a rega!adientes) #aca le dio un ltimo beso, y sali hacia el ba!o mientras se iba tomando el zumo por el camino para no perder más tiempo 1iez minutos después ya se encontraban ambas bajo el refugio de los árboles, a una distancia prudencial de la casa. Esther se precipit a tomarla entre sus brazos en cuanto supo que estaban a solas

E: 8*o podemos seguir así: (le susurr mientras su boca empezaba a dibujar el cuello de #aca, un cuello que no dejaba de so!ar noche tras noche) M: &o sé (le asegur #aca, y tir del pelo de Esther para que la mirara. An le resultaba increíble que les bastara slo con su pro6imidad para desatar aquella pasin que parecía no agotarse) 2e miraron a los ojos un segundo, el suficiente para leer que sus pupilas empezaban a dilatarse. Esther sonri con malicia, #aca la correspondi del mismo modo y en apenas un segundo ambas cayeron en la espiral de aquel cuerpo a cuerpo matutino que no podían evitar

E: 4enemos que decírselo... (le decía Esther con la voz ronca, mientras la besaba y empezaba a deslizar sus manos por debajo de su ropa) M:

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A #aca le fallaron las piernas con la primera caricia, y la dureza del tronco al cual Esther le anclaba fue una prueba más de que ella tenía razn. 4endrían que dejarse de secretitos, por el bien de su salud física y mental. Atrap la cara de Esther que viajaba ya hacia su pecho para poder mirarla

M: 2e lo diré... %vale' (le asegur #aca con ojos profundos) E: ;ale (le contest Esther) < tras aquel acuerdo, sus bocas volvieron a enredarse en las telara!as de sus deseo Eva se despert muerta de sed y de calor. Así que dej a &aura en la cama durmiendo y se dirigi a la cocina en busca de algo fresquito que tomar. Al pasar por el saln mir el reloj, las FO@? de la ma!ana, puso los ojos en blanco tras darse cuenta de lo temprano que era. 1esde que no tenía que ir a trabajar y disfrutaba de una vida se6ual tan ajetreada por las noches, su hora mínima de descanso era hasta las doce del medio día, pero ese día hacía demasiado calor y la cama era lo ltimo que le apetecía. 2ac la jarra de leche con canela y limn que Esther les había preparado el día anterior, y se sirvi un vaso. En cuanto el dulce líquido cruz su garganta, sinti alivio. 2e pas una mano por la nuca para despejar su cabello, y se dio cuenta que estaba empapada, apur el vaso de leche y se recogi el cabello con agobio. Estaba super despejada, y no le apetecía para nada volver a la cama. Al dejar el vaso en el fregadero vio los dos vasos de zumo que siempre se tomaban #aca y Esther antes de salir a correr. #ir de nuevo el reloj y una idea cruz por su cabeza... finalmente se decidi, si bien a ella lo de hacer footing no le iba para nada, al menos sí podía ir a ba!arse al lago y volver con ellas luego a casa. 7on aquella idea, Eva volvi a la habitacin para ponerse el biKini y diez minutos después salía por la puerta de casa con la toalla colgada al hombro El encuentro furtivo entre los árboles, había terminado sobre la hierba con prisas e incomodidades para ambas. Bnsatisfechas, y viendo que an era pronto, decidieron ir al lago a ba!arse, al menos dentro del agua no habría piedras ni ramas que pudieran clavarse

E: #e he dejado el culo en esa piedra (le decía Esther mientras la sostenía entre sus brazos balanceándose en el agua) M: Lhh... pobrecita (bromeaba #aca, mientras se sujetaba a su cintura con sus piernas y le acariciaba el pelo mojado con las manos) E: -ues sí, pobre de mí. 4 eres conciente de que soy una venerable mujer de treinta y seis a!os %no' (bromeaba Esther con aquel tema de la diferencia de sus edades que antes tanto le preocupaba) *o puedo ir por ahí revolcándome en los prados por un poquito de se6o, por muy bueno que sea... M: 9ajaja... %ah, y yo por tener veinticuatro sí' -ara tu informacin, an tengo ara!azos en la espalda de la ltima vez que me estampaste contra el arbusto en uno de esos arrebatos tuyos (se defendi #aca perdiendo sus manos en su nuca) E: /ueno, si no me racionaras tanto las +dosis me sería más fácil controlar esos +arrebatos... claro que si no estuvieras tan buena, me lo facilitarías an más (le espet Esther estrechándola fuertemente contra su cuerpo desnudo mientras mordisqueaba su barbilla)


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M: #mm... 87omandante: 8Cué se pierde: (le avis #aca con una sonrisa pícara mientras no con demasiadas prisas, se apartaba un poco de ella para provocarla) E: 2e equivoca, se!orita $ilson... ando +perdida hace ya bastante rato, concretamente desde que le escuché gemir mi nombre y me quedé con ganas de volverla a escuchar de nuevo hace apro6imadamente unos veinte minutos (le dijo ella, mientras volvía a tirar de #aca para estamparle un beso) #aca se dej acunar entre sus brazos, mientras sus lenguas se encontraban y sus labios disfrutaban de aquel placer de tentarse

M: 8Ldio que beses tan bien: (le mascull #aca con el gesto ligeramente fruncido a escasos centímetros de su rostro, mientras hacían una pausa para tomar aire) E: %*o tendrías que alegrarle más bien' (le pregunt Esther con una sonrisa autosuficiente, #aca siempre pecaba de reprocharle aquello) M: -ues no, no me alegro... me resulta frustrante saber que tienes la capacidad de nublarme solo con esa boca (le contest #aca mientras la miraba e instintivamente se mordisqueaba su labio inferior casi como un tic ansioso) E: 9ajajaja... pues a mí me encanta saber que an me queda alguna arma con la que combatirte, porque t a mí me pones del revés de todasHtodas (le dijo Esther y volvi a besarla porque disfrutar de aquellos momentos de tonteo en soledad con ella era bastante difícil en la casa) &a temperatura del agua alrededor de ellas se fue caldeando. 2in la molestia de la ropa y sin las incomodidades del suelo rstico clavándose en sus cuerpos, ambas empezaron un nuevo viaje en el recorrido de la piel. &os besos se intensificaron, mientras sus manos volaban buscando recodos que empezaban a ser familiares para ambas

M: 8#e vuelves loca: (le susurr #aca mientras reforzaba sus pies en el suelo del lago, para abrirse paso con una mano entre sus piernas, pues no estaba dispuesta a que Esther la hiciera gritar una vez más mientras ella salía impune de aquel acto) E: 82eguro que ni la mitad que t a mí: (musit Esther en su oreja, mientras #aca la cogía por las piernas para envolver con ellas su cintura) &a tornas se giraron en sus posturas al igual que en las fuerzas de sus deseos. Esther se aferr a ella de brazos y piernas mientras sus besos la devoraban, y los dedos de #aca, ágiles como plumas, empezaban a escribir su delicada caligrafía en su interior. Iimieron las dos. Entregarse y recibir aquella entrega, siempre las sorprendía a ambas haciéndolas danzar al borde de la locura. -ese al agua que las rodeaba, #aca tembl contra aquel cuerpo tierno y desnudo al detectar aquella otra humedad mucho más profunda, cálida y apremiante que su mano desbordaba en el interior de Esther. 7on besos enfermizos, acallaron los gemidos, mientras la intensidad de su juego vislumbraba el final. 7on la garganta seca, y aun trémulas por el esfuerzo de sus cuerpos, ambas se dejaron acunar juntas en el agua cuando el orgasmo de Esther anunci el descanso. #aca la besaba en la cara mientras la columpiaba en su abrazo esperando a que se repusiera, embriagada por aquella sensacin protectora y tierna que tan recientemente había descubierto al poseer a Esther

M: 8#e encanta hacerte el amor: (le susurr #aca dejándole un nuevo beso en el hombro, mientras Esther permanecía abrazada a ella de piernas y brazos) &o había imaginado muchas veces, pero nunca pensé que me sentiría así


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Esther se incorpor para mirarla

E: %&o habías imaginado' (le pregunt con una ceja alzada) %cuándo' M: -ues hace mucho (le contest #aca con una sonrisa) E: 88%=abías imaginado hacerme el amor hace mucho':: (se sorprendi Esther, casi nunca hablaban de aquellas cosas, no les daba tiempo) %cuánto es mucho, e6actamente' M: 9ajaja... %por qué, le parece relevante 7omandante' (la pinch un poco más #aca divertida) E: 8#uy relevante: 1ispara... (le contest Esther dándole un pellizco en el hombro para que dejara de jugar con su interés) M: 9aja... /ueno, si es por un bien mayor supongo que puedo confesar que me abordaron varias fantasías erticas contigo mucho antes de que me dieras aquel primer beso... concretamente desde aquel encontronazo en el cuarto de calderas del centro comercial (le confes #aca) A Esther se le desencaj la mandíbula por la sorpresa, y #aca sonri por ello

E: %&o dices en serio' (le pregunt Esther con asombro) M: %-or qué iba a mentir' (le contest #aca encogiéndose de hombros mientras volvía a abrazarla) Esther se qued callada. %1e verdad era cierto' =abía luchado tanto por oponerse al nacimiento de aquellos sentimientos, y sin embargo y pese a todo allí estaban, contra todo pronstico, tan estrechamente unidas que la separacin era casi un dolor físico entre ellas. *o podía creer que #aca, aquella joven rebelde que había conocido hacía slo meses, intrépida, de mal carácter y blandiendo su espada de oposicin hacia la figura tirana que se había convertido Esther al llegar a su mundo, se hubiera transformado en aquella mujer que ahora la acunaba entre sus brazos, la llenaba de besos y le brillaba la mirada posándose en ella. Cue #aca hubiera albergado sentimientos ocultos o subconscientes por ella desde hacía tanto tiempo, la había traspasado en lo más profundo de su ser

E: 84e quiero: (musit en aquel momento Esther, y antes de que pudiera arrepentirse de haber liberado aquellas palabras, atrap el rostro de #aca entre sus manos y la bes dulcemente) 4an suave, tan tierna y entregadamente, que los ojos de ambas se cerraron por el peso del momento &as palabras parecieron sobrar cuando concluy aquel beso. #aca la mir con adoracin, mientras Esther lo hacía con asentimiento, las dos eran plenamente conscientes de que sus gestos decían más que sus palabras. 1e repente escucharon un ruido

M: %Cué ha sido eso' (pregunt #aca sobresaltándose) -ero Esther no contest, se baj de ella y en un segundo los a!os de ferreo adiestramientos tensaron todos sus msculos y agudizaron sus sentidos en busca del foco de la intrusin. 0ápidamente su instinto analiz las posibilidades que tenían de


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salir de allí si se encontraban en peligro. #ir hacia la orilla, y se lament del momento de pasin arrebatado que les había hecho quitarse la ropa de cualquier forma, consiguiendo así que las prendas se hallaran ahora dispersas de forma dispar en distintos puntos de las rocas. + Mierda pens, y el ruido del crujir de otras ramas hizo que se irguiera instintivamente delante de #aca, que qued a su espalda protegida por el improvisado escudo humano

-: 8Auuhh... malditas ramas...: (oyeron mascullar mucho más cerca de ellas) 1e pronto #aca y Esther se miraron con sorpresa y pavor, ambas reconocieron a quien pertenecía aquella voz

M: 8Eva: (aquel nombre se ahog en la garganta de #aca) Esther se relaj de inmediato

E: #e ha dado un susto de muerte, bueno... una cosa menos que e6plicar (dijo Esther girándose ya hacia #aca) M: %Cuieres que nos pille' %así' %Ahora' (le pregunt en susurros #aca mientras se deshacía del abrazo en el que Esther quería atraparla) 8#e mata: 8anda quita: E: %Entonces' %qué pretendes que hagamos' (le pregunt con calma Esther bajando la voz. ;er a #aca de pronto tan nerviosa le hacía gracia) M: 8Bmprovisa: (se apresur #aca a decirle a Esther) E: %Cué improvise' (la mir con una sonrisa Esther, no entendía como podía comportarse como una cría slo ante la idea de ser pillada por Eva) Eva: +-ero que co!o... (se escuch decir a Eva ya entrando en el llano del lago) < en un segundo, #aca reaccion haciéndole una aguadilla a Esther para apartarla de la vista de Eva, sin darle opcin a Esther salvo de coger la ltima bocanada de aire. Eva se encontr con la mirada de #aca antes de terminar su frase, justo una milésima de segundo después de que Esther ya hubiera desaparecido de sus vistas

Eva: 9oder, que susto me has dado, no me esperaba a nadie. Aunque esto e6plica lo que me ha dado en toda la cara. 2upongo que +esto será tuyo %no' (le grit Eva alzando un tanga con el dedo mientras la observaba desde la orilla) M: Eh... 2í, %dnde estaban' (consigui articular #aca después de que Esther la liberara de unas caricias algo comprometidas que dej a modo de venganza entre sus piernas antes de alejarse buceando) Eva: En una rama ahí detrás. %2e puede saber qué haces ahí t sola' %1nde está Esther' (de pronto Eva cay en la cuenta de la situacin y empez con las preguntas) M: Ehh... eh... (#aca se qued bloqueada sin saber que decir) E: 8/uenos días Eva: (las interrumpi a tiempo Esther) Eva se gir en direccin a la voz que sonaba en lo alto de la cantera desde la que se lanzaban al lago

Eva: 8/uenos di... co!oooo: (Eva le dio la espalda a Esther antes si quiera de terminar su saludo matutino)


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#aca suspir, y se pas las manos con resignacin por la cara. + 6enial, muchas gracias cario... ahora si que va a querer una e%plicaci!n pens #aca para sus adentros, mientras conseguía lanzarle una mirada a Esther antes de que ésta le sonriera con travesura desde la roca y se lanzara directa al agua de nuevo. Eva se quit la ropa a toda prisa en cuanto escuch que Esther se había lanzado al agua, y sali disparada hacia donde estaba #aca

Eva: 8Ls estáis ba!ando desnudas:... %qué co!o hace Esther en bolas' %contigo' %las dos' (las preguntas salían atropelladas de la boca Eva, que se había quedado estupefacta cuando había pillado a Esther desnuda en el desfiladero saludándola como si tal cosa) M: Eva tranquilízate, que te va a dar algo (le aconsej #aca con toda la calma que pudo conseguir) Eva: %Cué me tranquilice' %pero t te has fijado bien en ella, o es que estás tonta de verdad' 89oder, slo la he visto de refiln por la sorpresa que me he llevado, pero... 8está buena la jodida: %7rees que se va a volver a tirar desde arriba de la roca' 8*o sé porqué co!o me he dado la vuelta: 8Ahora me lo he perdido, joder: (le solt Eva volviendo a su naturaleza de oscuras pasiones) #aca no pudo evitar reírse ante aquel comentario. 1efinitivamente, Eva perdía el hilo de lo importante en cuanto veía un bombn cerca

M: -ues no lo sé, con ella todo es posible (le contest #aca) Eva no supo con certeza que fue lo que hizo que se girara a mirarla, pero algo en su forma de pronunciar aquellas palabras la alert. #aca no la mir directamente, pues estaba tomando aire para lo que iba a decir

M: Espero que no te enfades por no habértelo contado antes, pero llevamos una semana liadas (le solt #aca la bomba) Eva la mir, y luego mir hacia dnde la figura de Esther se había perdido bajo el agua, luego volvi a mirar a #aca pesta!eando como si le costara entender lo que acababa de decirle

Eva: %7uándo dices que estáis liadas, te refieres a... bueno... a' (Eva trataba de mantenerse en calma, pero un burbujeo empezaba a crearse en su interior) M: *os acostamos juntas el día que &aura y t fuisteis solas al pueblo (le dio más detalles #aca y esta vez sí se encontr con la mirada de su amiga, mientras una sonrisa pletrica y tierna afloraba en su sonrisa) 8*o me pude resistir: Eva: 8-ero que... pero qué hija putaa: (le solt Eva dándole un pu!etazo en el hombro) M: Auuuu... (se quej #aca aunque no dejaba de sonreír) 1e pronto Eva se abalanz sobre ella y la atrap en un abrazo abrumador

Eva: &o sabíaaaaaaa... lo sabíaaa... *o me lo puedo creer... 8estáis juntasss: (no paraba de decirle Eva llena de felicidad, sin dejar de abrazarla. 1e pronto cay en la cuenta de algo importante, se separ de ella cogiéndola por los hombros) 8#e lo tienes que contar: 8todo: 8desde el principio, con comas, nada de puntos: 8

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M: 9ajaja... %ya' %quieres que te lo cuente aquí' %así' (#aca se ri y luego abri los brazos para puntualizar que estaba en bolas, en medio de un lago, con su mejor amiga y con la mujer con la que se estaba acostando también en bolas no muy lejos de allí) Eva: 4ienes razn... luego, a solas. 89oderrrrrrr... no me lo puedo creer: 8Eres una cabrona: (volvi a arrearle otro pu!etazo Eva)
M: 2í, ya puedes ilusionarte... al menos, yo lo estoy y más de lo que me imaginaba (le confes #aca) < ahora sí, Eva sonri de oreja a oreja, y volvi a abalanzarse sobre #aca sin importarle que estuviera desnuda, hasta que las dos tragaron agua con tanto alboroto El tiempo, al igual que el estado de ánimo de las cuatro mujeres, pareci volar como las nubes.
M: /uenos días, dormilona (le susurr en el oído y luego le mordisque el lbulo de la oreja) Esther ronrone de nuevo, y con esfuerzo trat de despertarse. Algo que antes nunca le había costado, y que le parecía un verdadero desafío desde que el deseo frenético que sentían la una por la otra la dejaba sin fuerzas tras pasarse horas batallando en aquella misma cama hasta caer dormidas

E: Acabarás conmigo, lo sabes %no' (le dijo a modo de buenos días Esther, y movi su brazo hacia su espalda para poder acariciar la pierna que #aca tenía sobre la suya) M: 2iempre me dices lo mismo, y siempre te veo renacer al día siguiente... (le susurr #aca dejándole un beso en el cuello) 2obre todo si te hago esto... &as manos de #aca empezaron a deslizarse como plumas sobre el cuerpo desnudo de Esther. &a piel se puso en pie, y Esther tuvo que despertarse antes de que aquellas


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caricias terminaran en el fondo de la hoguera, como siempre. 2e gir sobre sí misma, y termin anclada a la sonrisa y a los ojos de #aca

E: %4 nunca tienes suficiente' (le pregunt Esther con una ceja alzada) M: *o, %y t' (le contest #aca jovialmente) Esther dej que poco a poco se formara una sonrisa pícara y ancha en su rostro. &uego cerc el cuello de #aca con una mano, y decidi terminar con hechos lo que aquella mujer tan slo había esbozado "n par de horas después, ambas salían de la ducha cambiadas. En la cocina, &aura y Eva estaban terminando su especie de desayuno tardío

Eva: 8
M: #ira quien fue hablar... do!a orgía constante. %L hace falta que te recuerde que Esther y yo nos pasamos casi un mes fuera de la casa para no escucharos gemir como locas hasta el medio día' (se la devolvi #aca) &aura enterr su cara roja como un tomate en el café, y #aca sonri triunfante al ver la boca abierta de su amiga mientras Esther se retiraba a la nevera sin querer contribuir a la batalla

Eva: /ueno, vale... será mejor que presentemos tablas, %empate' (le dijo finalmente Eva y le tendi la mano en se!al de firmar acuerdo) M: Empate (acept #aca y estrech su mano) #aca mordisque otra vez la tostada de Eva, hasta que ésta la ech a patadas de su regazo. -ara cuando #aca se levant y se acerc hasta Esther, ésta ya tenía servidos dos zumos de naranja y untaba un par de rebanadas de pan con mantequilla. #aca le dio un beso en la mejilla, y empez a desayunar

Eva: /ueno, ya que estamos todas despiertas y an no revueltas, creo que es el momento adecuado para proponer una salida colectiva. Empiezo a estar un poco cansada de estar encerrada y de ir slo al pueblo por provisiones, %por qué no salimos esta noche' 7reo recordar que dejamos pendiente un bailecito por ahí, %no' %qué os parece' (anunci Eva) #aca mir a &aura, pero ésta no pareci tener intencin de a!adir nada, estaba claro que Eva ya la había convencido mucho antes. Así que se volvi y mir a Esther

M: %4 que dices' (le pregunt) E: -or mí, vale... así quizá pueda ense!arte un par de cositas que an no sabes de mí (le dijo Esther maliciosamente)


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#aca la mir con descaro, aquello sí que era una sorpresa. 2e arrim a ella y le pellizc el culo

M: Eso si que no me lo pierdo... (le susurr y luego se gir hacia Eva) 8;amos: 8Esta noche, marcha para todas: Eva: Leeee... oeee... oeeee... 8nos vamos de juerga: (empez a animarse Eva, que se levant y se lanz al cuello de #aca) 8subidnnn: 8vamos a quemar ese puto pueblo: ;amos... M: 9aja... %a donde' (le pregunt #aca contagiándose de la alegría de su loca amiga, mientras ésta tiraba de ella para que la acompa!ara) Eva: %A donde va a ser' 84enemos que ver que nos ponemos para esta noche, tíaaaaa: (le dijo Eva alucinando, y tir de nuevo de ella) #aca intercambi una mirada de completa resignacin con Esther, que tampoco pudo evitar reírse por el arrebato de Eva, luego se perdieron las dos en direccin a los armarios 4ras comer, dormir una siesta más bien ajetreada, volverse a duchar y cambiarse de ropa para salir. &as cuatro amigas se montaron en el coche y viajaron hasta el pueblo. Esther se mir el reloj al bajar del vehículo, an quedaba un cuarto de hora para que fueran las ocho de la tarde. 2e gir hacia &aura

E: An hay tiempo para ir a correos, %tendríamos que aprovechar y pasarnos' &levamos dos semanas sin recoger el correo (le dijo Esther) Eva: 7omo t digas (acept &aura sin más) Eva: -ues entonces nosotras vamos a la plaza que quiero pillarme las zapatillas esas que vimos (dijo Eva) < #aca se vio atrapada por su amiga, cuando en realidad prefería acompa!ar a Esther. Tsta ley su debatir, se acerc hasta #aca y la bes en los labios antes de despedirse

E: *o tardamos nada... anda ve (le dijo gui!ándole un ojo) M: ;ale, pero no tardes (le contest #aca advirtiéndole) &uego sus caminos se separaron en direcciones contrarias. Eva entretuvo a #aca probándose no slo las zapatillas convers que había querido tener desde el primer momento, sino comparándolas con seis pares más que hizo sacar a la chica del almacén hasta terminar comprando slo el primer modelo. 2e mir el reloj, y eran las ocho y cuarto, los quince minutos se habían convertido en media hora y se moría por salir de aquella tienda y volver junto a Esther #ientras, no muy lejos de allí, Esther an estaba debatiéndose por dentro

L: 4enemos que irnos (le dijo &aura viendo que Esther an permanecía bloqueada sentada en aquel banco) E: &o sé, dame solo unos segundos más, %de acuerdo' (le pidi Esther)


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&as noticias que acababa de recibir habían impactado brutalmente en su efímera realidad. &aura se sent a su lado y apoy una mano en su regazo. Esther se gir a mirarla

L: 2abíamos que esto iba a suceder, era lo que planeabas. Bremos allí y escucharemos la propuesta, si no nos gusta, huiremos de nuevo. 4ranquila, todo saldrá bien (y por primera vez tuvo que ser &aura la que tratara de apaciguarla) Esther la escuch, aunque su cabeza era un hervidero en aquellos momentos. =abía esperado aquello sí, el fin de sus movimientos había sido conseguir un pacto, una reunin de mutuo acuerdo... hasta ahí, no había nada que ella no hubiera tenido en mente, salvo una cosa, un ltimo dato mencionado casi de soslayo como tratando de restarle importancia y que sin embargo había creado en ella una agitacin involuntaria, casi instintiva. 2u padre acababa de ser ascendido y má6imo responsable al mando no slo de la unidad del 1#B4 sino de todo el servicio de inteligencia y maniobras tácticas informáticas. 2ería con él con quien tendría que reunirse, con quien tendría que alcanzar un pacto
E: %Cué, ya habéis terminado de revolver la tienda' (les pregunt Esther en cuanto llegaron hasta ellas, tratando de dirigir la conversacin) M: %4e sorprende' -arece que Eva tiene el complejo de pretty Poman, no ha hecho más que pedir que le sacaran zapatillas para probárselas, han terminado hasta el mo!o de nosotras (le contest #aca) %< vosotras, porqué has tardado tanto' &aura mir de reojo a Esther, no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer, pero an así no dijo nada

E: 2e les qued bloqueado el sistema informático y tuvimos que esperar a que lo resetearan. -or lo visto no nos podían dar el correo sin anotar en el sistema que lo habíamos sustraído. -ero nada... todo bien (contest Esther y luego volvi a hacer lo que mejor se le daba, tomar el control) %-ero al final te has comprado las zapatillas o no' Eva, dándose por aludida por la mirada que Esther le dirigi sonriente, alz una bolsa triunfal cual ni!a peque!a con su juguete nuevo

Eva: 82on chulísimas: (anunci Eva) E: 9ajaja... a ver... (le pidi Esther y Eva sac de la bolsa las zapatillas captando la atencin de todas) 4ras dejar las compras y el correo en el coche, las cuatro decidieron que ya era hora de ir a cenar. Eligieron un asador de carnes, y entre vino y buen ambiente, prolongaron la sobremesa hasta casi las doce de la noche. #ientras paseaban por las calles del tranquilo pueblo hasta el pub, #aca no pudo evitar sentirse dichosa


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M: %2abes una cosa' (le dijo #aca mientras caminaba de la mano de Esther) E: %Cué' (le contest ella) M: Cue es la primera vez que me siento así con alguien, que hago esto... (y al decir esto, alz su mano entrelazada con la de Esther) Esther se gir a mirarla, y el brillo y la sonrisa ancha y clara que inund la cara de #aca hicieron que un nudo atroz le atenazara la garganta. 1e pronto no podía hablar

M: %Estás bien' (a #aca no le fue difícil darse cuenta de que algo en ella iba mal) E: 2í, es solo que... para mí también es la primera vez que me siento así con alguien. #aca (esta vez detuvo sus pasos para poder decir lo que tenía que decirle) eres lo más importante para mí. %&o sabes, verdad' &a peque!a arruga de preocupacin que había aparecido en la frente de #aca, se evapor como una ilusin, en su lugar, una mirada cándida ti! el momento. Apoy una mano en el rostro de Esther y la acarici con infinito cari!o

M: &o sé, t también eres lo más importante para mí... aunque sé que te cuesta creerlo (le susurr #aca, y luego no dej que Esther pudiera negarlo pues las ganas que sentía por besarla era mucho más urgente que cualquier palabra) 1esde aquel instante, un velo envolvi a las dos el resto de la noche, como si el mundo luchara a su alrededor y ellas fueran inmunes a su efecto, permanecieron juntas, ancladas por sus ojos y por sus brazos... /ailaron en silencio, se besaron, ni siquiera la cercanía de &aura y Eva pudo quebrantar el lazo necesitado que las uni aquella noche. Al llegar a casa hicieron el amor, no con aquella lujuria desenfrenada que la mayoría de las veces se apoderaba de ellas cuando sus juegos las vencían, sino con la certeza de tenerse y entenderse, que habían ganado en aquel escaso mes que habían pasado juntas, aisladas del mundo. =abía tanto que dar, y tan poco tiempo... y con aquel pensamiento Esther se comprometi a entregarle todo a #aca aquella noche, con un nudo en la garganta que amenazaba con hacerla llorar de un momento a otro, y destilando en cada gota de aquel dulce sudor el amor que le profesaba, recorri su piel durante horas, hasta que el cansancio las arrastr a un profundo sue!o A la ma!ana siguiente, #aca abri los ojos y se desperez en la cama como siempre, pero pronto se percat de que Esther no estaba a su lado. Aquel hecho, sin poder e6plicar el motivo, la azor... +Estará en el ba!o se dijo, tratando de ser racional. -ero lo cierto era que Esther en un largo mes, jamás había salido de la cama sin darse antes los buenos días. 2e visti y sali de la habitacin. #ientras caminaba por el pasillo, escuch la voz de Esther y volvi a sonreír, la voz de &aura susurrante se mezcl con la de ella... estaban discutiendo algo a media voz. 2in darse cuenta #aca ralentiz el paso, y el corazn empez a latir más rápido

E: &o sé... %crees que no lo sé'... (Esther parecía enfadada en su todo) =e dicho que yo me encargo de esto. < no quiero que te entrometas, %estamos' L: %Es una orden mi comandante' (&aura se pudo seria y distante)


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Esther suspir, claro que no era una orden... no podía ordenar nada y menos a ella, que había sido la nica amiga con la que había contado siempre. Agach la mirada ante &aura, y esta se acerc a consolarla

L: &o entenderá, tiene que entenderlo... haz que lo entienda Esther, pero díselo (le aconsej &aura en un susurro, y Esther asinti con resignacin, pero ya era tarde. #aca estaba en el quicio de la puerta, esperando) Esther alz la mirada para corresponder el apoyo de &aura, y de pronto la vio, vio sus ojos llenos de mil y una preguntas sin respuestas, brillantes por el desconcierto... su rostro desfigurado por el miedo, pero por algo más... la desilusin

E: 8#aca: (su nombre escap de los labios de Esther como un jadeo) &aura se volvi sobresaltada. Estaba claro que también ella podía leer en el rostro de la joven aquellos sentimientos. Apret un hombro a Esther y las dej a solas. 1urante un eterno instante ninguna de las dos dijo nada, ninguna de las dos se atrevi a dar un paso, hasta que el silencio se convirti en algo peor a una tortura

M: %Cué está pasando Esther' (le pregunt #aca al fin) Esther agach la mirada tratando de tomar fuerzas, #aca mir como retorcía un trapo de cocina entre sus manos, y el miedo trep con mayor fuerza por su vientre. + >lgo va mal, muy mal  pens. 5inalmente Esther dej el trapo sobre el banco de cocina, y se acerc hasta ella. &os ojos de #aca la interrogaban, pero sobre todo, estaban llenos de miedo... Esther no podía verla así, y sin darse cuenta, su necesidad de calmarla y de desear alejarla de todas aquellas preocupaciones que ella misma estaba sintiendo, hicieron que aquella consabida coraza de control se alzara entre las dos

E: Anda ven... (le dijo dulcemente Esther tomándola de la mano para llevarla al saln, #aca sin embargo no parecía querer moverse hasta que Esther a!adi)... te lo contaré todo, no es tan grave, no te asustes < Esther, sentada en el sofá junto a #aca, se lo cont todo. &e cont cmo había puesto a Uate al frente para mover papeles burocráticos de suma importancia, de cmo habían conseguido obtener e6pedientes y datos incriminatorios sobre acciones anticonstitucionales de los que ni siquiera la 1#B4 saldría impune en caso de salir a la luz pblica, de cmo había estado presionando a fin de conseguir un acuerdo con ellos para que la sentencia del consejo no tuviera que llevarse a cabo, y lo más importante de todo... le cont que el día anterior habían recibido un comunicado donde se fijaba la vista a puerta cerrada para tener una reunin de consenso que +jamás tendría lugar de cara a efectos oficiales, es decir, una reunin secreta con el mando principal de la organizacin... su padre

M: %-or qué no me lo dijiste anoche' (le recrimin #aca algo más tranquila) E: *o quería preocuparte (le contest Esther tomándole las manos) M:

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Esther no pudo evitar sonreír con el recuerdo de aquella #aca que parecía ya tan lejana

E: 1e eso no tengo dudas (le contest y la bes en los labios) M: 2i crees que me vas a distraer con un par de besos, vas lista (le advirti #aca an centrada en lo que habían hablado) Cuiero ir contigo E: 8*L: (Esther se puso seria de pronto, aquello no sería negociable) M: %-ero por qué no' 2i tanto te preocupa verte con tu padre, yo quiero estar allí... (dijo #aca) E: *o vas a venir conmigo, y es algo innegociable. %4ienes idea de lo que pasaría si es una trampa' %&a tienes' (Esther la cogi por los brazos, presa del miedo que le inspiraba aquella sola idea que podría significar perderla) #aca abri mucho los ojos. Esther se dio cuenta que la estaba apretando con demasiada fuerza y afloj sus manos

M: %7rees que puede ser una trampa' (pregunt a media voz de pronto #aca, que no se había quedado parada por la reaccin sbita de Esther sino por aquella sola idea. 2i Esther tenía en mente que pudiera ser una trampa, es que la cosa era mucho más seria de lo que le había hecho creer) Esther ley en sus ojos aquel interrogante oculto y suspir

E: *o, no creo que sea una trampa mi padre no se ofrecería a ello, pero no voy a arriesgarme en nada con esto, así que tengo que contemplar todas las posibilidades y eso significa que seguiremos el plan original previsto (le dijo Esther) M: %Cue es' (quiso saber #aca) E: Cue es que &aura y yo trazaremos un nuevo destino por si algo saliera mal y fuera una estratagema para hacernos salir de nuestro escondite. Eva, t y ella os desplazaréis hasta él antes de que yo salga hacia Espa!a, si todo sale bien y hay acuerdo, me pondré en contacto con vosotras, si no hay acuerdo entonces me reuniré con vosotras en el nuevo destino en cuanto esté segura de que no pueden rastrearme... no voy a enga!arte #aca, si eso ocurre, tendrás que dejar mucho tras de ti, no podrás volver a Espa!a. %&o entiendes' (le pregunt Esther, y ahora todo su rostro e6presaba la preocupacin que sentía por aquella posibilidad, pues iban a jugar su ltima baza, y ella no estaba tan segura de que #aca pudiera asimilar una verdad tan dura como renunciar a su padre, al menos en unos largos a!os hasta que pudieran controlar los mensajes o poder hacer que se reunieran en algn punto neutro) M: 2í, lo entiendo. -ero quiero ir contigo E: -ues 8*L ;E*10X2...: (le grit Esther y sali de un salto del sofá, porque no estaba dispuesta a ceder con aquello y sabía muy bien que si trataba de razonar con #aca cuando se ponía tan cabezota, acabaría mintiéndose a sí misma y autoconvenciéndose de que podía trazar un plan en el que #aca podía acompa!arla, y no estaba dispuesta a que lo que sentía por ella la pusiera una vez más en peligro, aquella vez no) &as siguientes dos semanas fueron un hervidero de actividad en la casa. &aura y Esther hablaban hasta altas horas de la ma!ana, discutían, hacían escapadas secretas dejando a Eva y a #aca al margen, esperando su vuelta en casa. Al principio trataron de


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permanecer juntas, #aca se contenía para no sacar el tema, y Esther se convencía de que podían separar el deber de lo personal, pero una palabra y todo saltaba por los aires en apenas un segundo. #aca se enfurecía porque la mantuviera al margen en algo que afectaba de lleno a su vida, y Esther se vestía de gris poniendo una barrera insondable entre las dos antes de que fuera demasiado tarde y las fuerzas que le quedaban no fueran suficientes para hacer lo que tenía que hacer. 1ejaron de dormir juntas. Esther la observaba en la distancia y sabía que la estaba traicionando en cierto modo, #aca había confiado en ella, le había abierto puertas fuertemente cerradas y ahora ella no le permitía el mismo acceso a sus planes. + /o entenderá, cuando termine todo... lo entenderá se decía en aquellos momentos tan duros de digerir, y volvía a sumirse en el plan, que repasaba una y otra vez, incansablemente. *ada podía salir mal, todo tenía que ser perfecto =acía calor, y Eva se despert para buscar un poco de agua. 7uando abri los ojos comprob que &aura no estaba en la cama, sali al pasillo y la busc por la casa. Al mirar el reloj se dio cuenta de que tan solo eran las siete de la ma!ana, no podía haber salido de casa tan pronto. El corazn se le dispar de pronto, sali en busca de #aca y entr en su cuarto

Eva: #aca, despierta... vamos despierta (le pidi) M: %Cué pasa' (le pregunt #aca nada más abrir los ojos) Eva: &aura no está (le dijo) M: %Esther' (#aca se puso en pie como un resorte) Eva: *o lo sé, no me he atrevido a mirar en su habitacin... (Eva tenía miedo, y este apareci sin tapujos en sus ojos) %< si ya se han ido' #aca sinti como si le hubieran espoleado con un hierro al rojo vivo, apart a Eva de su camino, y sali corriendo hacia la habitacin de Esther la cual abri de golpe. 2in tan siquiera mirar, algo en su interior ya le había dado la respuesta antes ni siquiera de que fuera a comprobarla. 82e había ido: 4odo empez a darle vueltas... + 0o puede ser... no, no puede ser... e supona que nos tenamos que ir antes nosotras, no puede haber adelantado su viaje, no puede haberse ido sin despedirse... el aire empez a faltarle justo cuando Eva apareci tras ella y pudo sujetarla para que no cayera

Eva: 8#aca:... %estás bien'... #aca... (le grit Eva, pero ella ya estaba muy lejos de allí. 2umida en el recuerdo de la sonrisa y los ojos casta!os de Esther, arrepintiéndose de que su carácter y cabezonería la hubieran alejado de ella por puro orgullo, cuando debería haber estado aprovechando aquellas dos ltimas semanas a su lado, entendiendo las razones que le había dado mil veces, no complicando más an las cosas. -ero no, ella había hecho justo lo contrario y ahora... %< si algo salía mal' %< si no volvían a estar juntas'... 5ue entonces, sumida en la posibilidad de perderla, cuando #aca termin desmayándose incapaz de aceptar aquella realidad) 5ueron apenas unos minutos, pero bast para que el corazn de Eva diera un vuelco atroz que la empuj a actuar de forma desesperada. 7uando #aca reaccion a su bofetada, el aire inund los pulmones de Eva como inyectado a presin. &os ojos se le llenaron de lágrimas


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Eva: *L... *L ;"E&;A2 A =A7E0#E E24L... %#E L
M: 2hhh... está bien... ya ha pasado. 4odo va a ir bien %de acuerdo' (la trat de tranquilizar #aca, aunque ella misma no se sentía nada tranquila. 5inalmente consigui que Eva dejara de llorar) Eva: %< qué hacemos ahora' (le pregunt Eva, en sus ojos an se leía la esperanza que depositaba en que #aca sabría que hacer) M: *o lo sé... pero ni Esther ni &aura nos dejarían sin una e6plicacin (aquel sentimiento hizo que #aca se pusiera en pie y empezara a recorrer la habitacin con la mirada) Eva la observ

Eva: %Cué buscas' (le pregunt poniéndose de pie también) M: 4ienen que haber dejado alguna nota, algo que lo e6plique... (dijo #aca) < de pronto algo llam su atencin, en la parte de la cama donde siempre dormía #aca cuando se quedaba con Esther había algo que antes nunca había estado, un jarrn con una flor silvestre que a #aca le había gustado especialmente cuando an se veían a escondidas. 9unto a la flor había una peque!a llave. #aca corri hacia la mesita de noche y cogi la llave, parecía la típica de una maleta de viaje. 2in pensarlo mir hacia el armario, en lo alto estaba la maleta de Esther. 7ogi una silla ante la mirada desconcertada de Eva y se subi en lo alto, baj la maleta e introdujo la llave. 7oincidía. Bntercambi una mirada con Eva, y luego la abri. Ambas se asomaron a ver el contenido, parecía estar vacía hasta que #aca tante el fondo

M: Aquí hay algo (anunci #aca algo e6citada, y Eva se arrim más a ella. 5orz el fondo hasta que cedi y apareci ante sus ojos un peque!o portátil que #aca reconoci nada más tener en sus manos) &o utilizan los militares, está equipado con cone6iones satélites... 2e sent en la silla y abri el portátil. En la pantalla apareci el mensaje que le solicitaba una clave

Eva: Está codificado (e6clam Eva en un lamento) &a cabeza de #aca empez a rugir, tratando de encontrar el equilibrio hasta afinar los hilos de una habilidad que llevaba meses sin poder aplicar. + 7amos, vamos... no habra dejado esa llave si no quisiera que lo encontrara... la clave tiene que ser fácil...


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vamos... y entonces lo supo, sin más, la clave tenía que ver con ella + tú eres lo más importante para m , las palabras de Esther retumbaron en su cabeza como si de un credo se tratara. -rob con su nombre, con su apellido, con sus siglas, con su fecha de nacimiento... todo... y luego... ahí estaba, la fecha en que se conocieron. El ordenador abri sus ventanas, tenía acceso. En pleno centro del escritorio un icono decía... +-B*7=A AC"Y, tan fácil y simple como eso, y #aca obedeci. &a pantalla se llen con la imagen de Esther, era un videomensaje +Esto no es fácil, pero... (Esther parecía un poco derrumbada por la situacin), pero espero que lo entiendas. =ubiera deseado que las ltimas dos semanas que hubiéramos pasado juntas antes de esta e6cursin, hubieran transcurrido de otro modo, pero entiendo tu enfado y no lo juzgo, slo espero que t también trates de comprenderme a mí (en aquel punto Esther clav la mirada en la cámara) #aca, te quiero... (a #aca se le puso un nudo en la garganta, ella también la quería, y por eso no podía entender porqué no había dejado que la acompa!ara, porqué asumía el peligro sola)... El plan del que te hablé, se ha puesto en marcha... lo he tenido que modificar, porque sé que jamás te hubieras marchado con &aura y Eva dejándome atrás, así que era mejor que yo fuera la primera en empezar el viaje. &o siento, te compensaré a mi vuelta... lo prometo (Esther trat de esbozar una sonrisa, pero se le notaba triste y acto seguido entendi el porqué) #e hubiera encantado despedirme con un beso, pero... así son las cosas. /ueno... (Esther hizo de tripas corazn)... vayamos a lo importante... (entonces la imagen de Esther cambi a aquella mujer resuelta que conoci la primera vez) &aura volverá ma!ana. =asta ese momento, Eva y t tendréis que preparar algunas cosas, en el ordenador encontrarás un archivo con lo que necesito que hagas, ante todo nadie debe seguir vuestro rastro, confío en ti, nadie mejor que t podría hacerlo (Esther sonri, y #aca sinti cuánto la echaba de menos)... Eva y #aca escucharon el resto del mensaje que hablaba de algunas pautas y las tranquilizaba en cierto modo. -or lo visto &aura había ido con ella para dejarla en zona segura desde la que viajaría hasta Espa!a, luego volvería a por ellas dos y las tres partirían hacia Xmsterdam. En el archivo que mencionaba Esther en el video, encontr una serie de itinerarios aéreos, que #aca no tard en descubrir para qué servirían. 0ápidamente empez a calcular estadísticas, y combinaciones infinitagesimales de rutas imaginarias, que introdujo en la compa!ía aérea en la que viajarían creando así un rastro imposible de detectar para quien tratara de seguirlas. &uego prepararon el equipaje con las cosas que les pedía, borrando de la casa cualquier rastro que las ligara a ellas, minuciosamente. *ada podía quedar en la casa, nada que las atara aquel sitio. A la ma!ana siguiente, &aura apareci como había sido predicho. Eva se lanz a sus brazos, primero la aporre echándole en cara el susto de muerte que le había dado, luego la bes hasta que casi se ahogaron. #aca apart la mirada... se alegraba por ellas, pero no podía dejar de pensar en Esther

L: 4enemos que irnos (dijo &aura, y tras revisar que todo estuviera listo, cogi parte del equipaje y lo introdujo en el coche) Eva la sigui, #aca se tom apenas un instante para despedirse de aquella casa que siempre llevaría en su memoria por ser el inicio de algo tan importante. 4ras meter todo el equipaje en el coche, &aura la cogi del brazo...

L: Esto es para ti... (le dijo &aura y le tendi una carta que estaba sellada)


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#aca la cogi y se dio cuenta de que le temblaban las manos, luego mir a &aura que le sonri

L: 4odo va a ir bien, ella es la mejor, tranquila (le dijo, y se subi al coche donde Eva ya estaba sentada) #aca mir de nuevo el sobre y luego se subi también al coche. En cuanto se pusieron en marcha lo abri y ley su contenido. 1esde aquel momento nada que no fueran las palabras y promesas que Esther escribi en aquella carta por sorpresa, ocup ya su pensamiento. < se prometi a si misma, que cuando volviera a tenerla entre sus brazos, ya nunca la soltaría Esther tom todas las precauciones posibles en llegar al lugar de encuentro. 1urante cuatro días había cruzado diferentes rutas, se había trasportado en coche, en tren, en avin, a pie... todo con la finalidad de que cuando llegara a Espa!a nadie pudiera saber desde donde había partido. *ada más pasar la frontera se pusieron en contacto con ella, tal y como esperaba. "n sobre annimo le indicaba hora, día y lugar de encuentro, y para que no hubiera ninguna duda allí estaba... la letra de su padre. *o, no podía ser una trampa. 2in embargo su tensin no disminuy ni un ápice, aquel procedimiento no era el estándar, nunca enviarían al cargo más alto a hacer aquella negociacin, %lo habría solicitado e6presamente su padre' < lo más importante, si así había sido %por qué' Esther no dejaba de darle vueltas en su cabeza, pero ya no importaba, estaba a punto de averiguarlo. Aparc el coche y contempl la casa. Aquella misma casa que él había comprado para ellas hacía tantísimo tiempo. A Esther los recuerdos de aquella breve estancia en familia, en aquella peque!a casita de sierra, le encogieron el corazn. Tl an le llamaba princesa, para ella an era su héroe... luego todo cambi, su cargo cambi y con él su destino, su madre y ella fueron arrastradas al mundo militar de forma mucho más estrecha, y sin darse cuenta creci, como lo hicieron sus habilidades, como lo hizo el ego y el orgullo de su padre... nunca supo que fue mayor, si sus ganas de complacerle o el orgullo de él por que aquella fuera su hija, ya no importaba. Ahora sabía quien era ella, y lo que era lo primero en su vida 1e pronto la figura de su padre sali al porche. A Esther le sorprendi que no fuera de uniforme, en su lugar lucía unos vaqueros y polo impecables, su cabello plateado hablaba de su edad, su porte decía todo lo contrario. En su rostro se dibuj una tímida sonrisa, y luego agit la mano invitándola a acercarse. Esther respir hondo, y sali del coche. 7uanto antes terminaran aquello, antes podría reencontrarse con #aca

Padre E: 8#e alegro de verte: (le dijo su padre cuando la tuvo frente a ella y sin previo aviso la abraz) Esther se qued desconcertada, pero al cabo de un instante, le devolvi el abrazo

Padre E: #e has tenido muy preocupado. En qué estabas pensando Esther, raptar a una procesada tras un consejo militar... en qué estabas pensando... (le susurr su padre sin soltarla. 0ealmente parecía... parecía preocupado)


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Al mirarlo a los ojos tras aquella inusitada muestra de afecto, Esther pudo ver los a!os reales en su padre, slo aquello podía haber ocasionado la muestra de aquella debilidad en él

Padre E: Entremos, estamos solos, nadie se atrevería a molestarnos (le dijo su padre con autoridad, y Esther supo que llevaba razn. *adie desobedecería una orden directa de su padre. Entr tras él) A pesar del propsito de terminar lo antes posible con aquello, Esther se encontr con que su padre no tenía ninguna prisa en abordarlo. En su lugar, y dado que se acercaba la hora de la comida, la invit a ayudarlo en la cocina, una aficin que también compartían. Así que entre los dos prepararon el almuerzo, simulando una familia que hacía mucho tiempo ambos habían descuidado y abandonado 4res horas más tarde, tiempo que emplearon para comer y ponerse estrictamente al día, lleg la hora del café y Esther no pudo esperar por más tiempo

E: 7reo que es hora de que abordemos el tema para el cual me has invitado, %no te parece' (le dijo Esther sin más) 2u padre dej su taza a medio camino, y la mir. 2abía que no podía seguir alargando aquel encuentro, así que dej la taza en la mesa y se enfrent a su hija

Padre E: Esta bien. %Cué es lo que pides para #acarena $ilson' (le pregunt su padre) Esther estuvo a punto de poner los ojos en blanco, estaba clarísimo lo que pedía

E: Cue borréis su e6pediente, que la dejéis volver a su vida y hagáis como que nada ha pasado, a cambio tendréis el proyecto por completo, sin limitaciones, con todo su potencial. -odéis hacer lo que queráis con él, convertirlo en armamento, lo que queráis, os daremos el proyecto sin censura (le dijo Esther) 2u padre se tom un instante antes de contestarle

Padre E: 2abes que lo que me pides no es posible. *o podemos hacer como si no hubiera pasado nada, no podemos borrar que ya ha sido procesado su caso. &o sabes muy bien (le dijo su padre, y era cierto, Esther lo sabía pero an tenía aquella baza guardada) E: Entonces no la tendréis a ella, ni tampoco al proyecto... en su lugar os encontraréis con un escándalo y con tener que dar e6plicaciones no slo ante el consejo, sino en los tribunales (le dijo Esther fríamente e hizo ademán de levantarse) Padre E: %A dnde vas' 8Espera: (le pidi su padre, y Esther se sorprendi de que no hubiera autoridad ni ira en su tono tras haberlo amenazado. ;olvi a sentarse) %4an importante es ella para ti' Esther se removi ante aquella pregunta tan íntima, pero no lo dud, clav su mirada en él

E: Es lo Z*B7L importante para mí (recalc Esther con decisin)


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2u padre la observ un instante, luego agach la mirada

Padre E: Entiendo (susurr antes de volverse a enfrentar a ella) Esther, escchame, y trata de entender lo que voy a decirte porque es la nica posibilidad de salida que puedo servirte en la situacin en la que te has metido Esther se inquiet tras aquellas palabras. %Acaso algo se le había escapado'

E: 4e escucho (le dijo, apremiándolo por querer conocer cuanto antes que estaba pasando) Padre E: *o van a borrar su e6pediente, te lo dije, la quieren a ella... no importa lo que tengas entre manos, han baremado el escándalo y han hecho pactos, las comunicaciones están cerradas y censadas, retirarán el material que tienes nada más pise la calle. =an decretado un 5GGG %Entiendes de lo que estoy hablando' (y Esther asinti, aquello no se hacía desde... desde... %el franquismo', su padre slo podía haber escogido aquellas palabras para insinuarle algo como aquello) 2lo hay una forma de que #aca pase de nuevo al anonimato, slo una E: %7ual' (pregunt Esther, estaba harta de rodeos, necesitaba tener toda la informacin para tomar decisiones, los planes habían cambiado tras aquello) Padre E: Cue t estés dentro (le dijo tu padre) < Esther abri tanto los ojos que casi se le salieron de las rbitas... + 1uiere que vuelva... pens. -or eso era él en persona quien había concertado la reunin, por eso aquella casa, por eso toda aquella pantomima de simular de nuevo ser parte de una familia. &o nico que él quería era que ella volviera, o ella o #aca, ese era el trato que le estaba ofreciendo Enfurecida se puso en pie, su padre la sigui y la tom del brazo

Padre E: Escchame Esther (le pidi) E: *o puedo creer que hayas montado todo esto pensando que aceptaría un chantaje como este (le espet ella, pero no pudo zafarse de sus manos, pues para ello tendría que hacerle da!o y no quería) Padre E: Escchame... me estás mal interpretando. *o es ningn chantaje... te ofrezco la nica posibilidad limpia y segura de poder mantenerla a salvo. %4e crees que esto es fácil para mí' 8Eres mi hija, por el amor de dios: (le espet su padre y Esther volvi a mirarlo) 2u padre la solt en cuanto obtuvo su atencin

Padre E: #e han nombrado alto mando del departamento, y estoy haciendo limpieza. 1esde que dejaste la unidad han habido muchas irregularidades, cosas que hacen que me avergSence de oficiales que antes consideraba amigos míos. 4ienes que volver, no slo porque te convertirías en la segunda al mando y harías desaparecer su e6pediente t misma, sino porque hay mucha gente como ella que te necesita. *ecesito que hagas desde dentro el trabajo que estabas haciendo fuera, aunque te lo niegues a ti misma, en el fondo sabes cuál es tu deber. &a unidad no siempre fue así, no tiene que ser así, y lo sabes. *adie tiene porque ser prisionero de su propio país, t y yo podemos conseguirlo, pero no si no estás dentro, no si no te tengo a ti para entregar al consejo a la comandante #endoza


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A Esther se le aceler el corazn. %Elisa estaba al mando' *o podía creerlo, %cuándo' %cmo' Aquella mujer era una vergSenza no solo para el cuerpo, sino para el país entero. 0uin, manipuladora, despiadada y carente de ética. En parte, por ella, había salido del cuerpo

Padre E: =e recopilado suficiente informacin para no slo cesarla sino también para e6pulsarla del cuerpo, pero no puedo hacerlo sin tener una candidata que ellos aceptaran en su lugar. &as cosas están bastante tensas a nivel político dentro de nuestras filas, y la unidad del 1#B4 se ha vuelto +imprescindible, ni te imaginas la presin que hay dentro. -or eso me han dado el cargo, por eso no van a soltar la presa sobre #acarena, y menos ahora que es una fugitiva, por eso te pido... te ruego, que consideres volver. -iénsalo Esther, sé que puedes ocultarla indefinidamente, que podéis huir sin dejar rastro... en eso, superaste con creces al maestro (y su padre esboz una triste sonrisa, él había sido su maestro pens ella mientras lo escuchaba), pero %de verdad quieres eso para ella' %qué renuncie a los suyos' %qué viva tan aislada como lo haría entrando en el programa de la 1#B4' %para eso tanto esfuerzo, para darle una vida a medias' < allí, su padre, la oblig a enfrentarse a aquellas dudas, a aquellos miedos atroces que llevaban atormentándola desde que habían puesto fecha a ese encuentro. 4odas las preguntas que ella mil veces se había hecho y apartado apresuradamente de su cabeza cada vez que tenía a #aca frente a sí, porque egoístamente la quería a su lado, y si no quería pensar en que un día, tal vez, después de mucho tiempo quizá, le reprochara que la hubiera arrastrado a aquel e6ilio, a aquella situacin ilegal que le impediría volver a su país sin enfrentarse de nuevo a su condena

E: *o me dejarían volver (dijo Esther sin pensar lo que aquel pensamiento en voz alta ya de por sí significaba) 2u padre sin embargo esboz una sonrisa esperanzada

Padre E: 4e equivocas, ya lo han hecho. 1esean que estés dentro, tanto que han entregado esto para que vieras que van en serio (le dijo de pronto su padre y sobre la mesa coloc un pendrive) Esther lo mir sin atreverse a cogerlo. &uego mir a su padre

E: %Cué es' (le pregunt, aunque las rodillas empezaron a flaquearle ante la presin que veía avecinarse tras su respuesta) Padre E: 4odo lo referente a #acarena $ilson, su e6pediente, los videos de sus seguimientos, su identidad, la resolucin del caso, absolutamente todo... no hay copias, no hay nada, slo ese pendrive y el archivo que guarda el propio 1#B4, un archivo que slo t podrías destruir, desde dentro, como jefa al mando del departamento (le contest su padre) < todo empez a darle vueltas, y por primera vez le import un bledo no mantenerse entera y erguida, se dej caer en el sofá abrumada por el giro inesperado que había dado todo. 9amás se le hubiera ocurrido pensar que querrían su regreso, las veces que había habido una readmisin se podían contar con los dedos de las manos, al menos las que ella sabía. 2in embargo, hablaban en serio. Aquello no podía ser un farol, de pronto


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sinti la necesidad de comprobarlo... se levant sbitamente y cogi el pendrive, había visto un portátil en el escritorio del saln. 2e encamin a él sin decir nada, su padre la sigui y le dijo la clave antes incluso de que ella la preguntara... entonces se volcaron los datos... allí estaba. 4odo estaba en aquel archivo, estuvo tentada de formatearlo y que desapareciera allí mismo, pero entonces se dio cuenta de que el portátil podía estar pinchado, no iba a arriesgarse, sac el pendrive y luego se meti en la programacin del sistema borrando todo seguimiento de aquella accin bajo la atenta mirada de su padre. 7uando se gir, en sus ojos no vio ira ni rencor por su desconfianza hacia la posibilidad de que él la traicionara, slo orgullo y silencio. "n silencio que compartirían durante las dos pr6imas horas que Esther necesit para procesar todo en su cabeza

1)terda) "n mes. =abía pasado todo un mes y la nica noticia que habían recibido de Esther era un telegrama anunciando que todo iba bien y que pronto podrían regresar a Espa!a. Al principio, a #aca le result tan e6tra!o que Esther simplemente enviara aquel mensaje que hizo remover a &aura todos sus contactos en busca de algn cabo suelto, de aquello hacía ya dos semanas y ninguna fuente parecía indicar que hubiera algn peligro. *o había habido trampa, no era un telegrama que Esther hubiera escrito bajo presin por la 1#B4 para localizarlas... era tal cual eraO +todo está bien. -ronto regresareis a Espa!a.
Madrid E: Eso es todo. -ueden irse (acuci Esther a los oficiales que estaban reunidos con ella) 4odos se pusieron en pie, la saludaron y pusieron firmes, y luego salieron de la sala. 4odos e6cepto Esther que necesitaba estar a solas aunque fuera unos minutos, todo estaba yendo tan rápido. &a destitucin y e6pulsin de Elisa, su propia incorporacin al cuerpo, las reuniones, las monta!as de descontrol e irregularidades sobre su mesa. &os problemas legales que estaba afrontando el cuerpo. *o, su padre no había mentido, alguien tenía que reconducir todo aquello, y ahora entendía porqué la comitiva había aprobado en pleno aquel pacto tal inusualO renunciar a una pieza tan valiosa como #acarena $ilson, a cambio de obtener otra mucho más valiosa en aquellos momentos para ellos, ella misma. Aquella misma noche saldría hacía Alemania en asunto oficial, había tanto trabajo que hacer que el tiempo era escaso, al igual que sus horas de sue!o, pero nada de eso importaba. &o nico que ella quería era resolver las cosas cuanto antes para que &aura, Eva y sobretodo #aca pudieran quedar libres de todo aquello. El precio le parecía insignificante cuando pensaba en regresarles sus vidas. 7on aquel


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pensamiento se puso en pie, el trabajo era mucho mejor que pararse a pensar en lo que tendría que decirle a #aca cuando consiguiera atar legalmente toda cuestin referente a su caso y a su vida, pues había creado un contrato blindado que alejaría al cuerpo de ella para siempre, y pronto todo quedaría firmado y sellado. Aquel era el nico consuelo que hallaba Esther cuando volvía a casa y se dejaba caer en la cama, sola. =asta que de pronto el recuerdo de #aca en sus brazos reaparecía recordándole a lo que había renunciado y el llanto era el nico que conseguía vencerla hora tras hora hasta dejarla dormida

Do )ee de."/ #aca estaba como loca porque la se!al de desabrocharse los cinturones de seguridad del avin se encendiera y aquellas puertas se abrieran de una vez por todas. =acía algo más de una semana que Esther les había enviado la documentacin de la resolucin, la cual anulaba no slo su incorporacin a la 1#B4 y la condena por su desercin, sino que le concedía libertad de investigacin sin llamamiento, algo que antes de conocer la e6istencia del 1#B4 creía tener por derecho y que después de lo vivido sabía que era mejor tener por escrito para poseerlo realmente. 9unto a aquella documentacin había adjuntado tres billetes de avin con una fecha ya cerrada, una carta e6plicando que las recogerían en el aeropuerto y un mvil con una nota para #aca. 7uando #aca ley lo que decía no podía creérselo, abri el mvil cuya batería venía cargada y puls la tecla que se le indicaba. Al tercer tono la voz de su padre inund cada parte de su cuerpo... estuvieron hablando durante horas, aquello era real, volvería a casa, volvería a verlo a él pero también volvería a estar con Esther, esa era la razn por la que le martirizaba aquella espera 2ali de la cabina seguida de &aura y Eva, se detuvo en las cintas a esperar el equipaje con tal tic nervioso en las piernas, que ambas le sonrieron y le dijeron que fuera saliendo que ellas se ocuparían de recoger las maletas, a lo que #aca no opuso resistencia. 2ali de la terminal y empez a buscar entre las familias que esperaba a los recién llegados, había mucha gente, pero entonces vio el pelo cano de su padre y empez a dirigir sus pasos hacia él con prisa, hasta que divis junto a él a 7ruz y a *ando, y la culpabilidad de pensar que ni siquiera se le había pasado por la cabeza que él fuera a recogerla la atiz como un gran mazo ralentizando sus pies En cuanto la vieron, los tres se apresuraron hasta ella. -edro $ilson atrajo hacia sí a su hija y la envolvi en un abrazo posesivo y desesperado. Aquella separacin, aquel desasosiego por temor a perderla había sido una verdadera tortura, algo que su aspecto físico, más delgado y de repente más mayor, reflejaba claramente

Pedro: Lhhh 1ios mío, estás bien, estás bien... (repetía mientras seguía abrazándola y besándola) 7reí que te perdería, y no hubiera podido soportarlo... a tu madre y a ti, no, no podría M: Estoy aquí papá... todo ha ido bien (le susurr #aca mientras ambos lloraban abrazados sin que nadie se atreviera a irrumpir aquel momento) Pedro: 2í... ya ha pasado (se record -edro tratando de recomponerse, y al mirar a su hija devolverle una sonrisa, se tranquiliz al fin) C: 7ari!o, cmo me alegro de verte (le dijo 7ruz cuando lleg su turno para abrazarla) M: < yo 7ruz, y yo... (le respondi ella)


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Eva y &aura aparecieron en aquel instante, y -edro acuch a Eva como si de su propia hija se tratara, también a &aura le dio un gran abrazo y le agradeci repetidas veces que hubiera cuidado de ellas. < mientras 7ruz recibía a Eva y a &aura, #aca se qued quieta frente a *ando que no podía dejar de mirarla con cara de no poder creérselo

Fernando: #e has dado un susto de muerte... (pronunci él y antes de que #aca pudiera decir nada, sinti como sus brazos tiraban de ella y como sus labios la besaban) #aca no pudo reaccionar, y se qued allí tiesa recibiendo aquel beso que despertaba toda la culpabilidad que racionalmente ella misma había reprimido sentir cuando escogi que su vida tomaría un rumbo distinto a la de él Esther estaba en su despacho, descolg el auricular y una voz le dijo +han llegado, no hizo falta más, un temblor en las piernas le hizo volver a sentarse

-: %*ecesita algo más, comandante' (le pregunt aquella voz) E: *o, eso era todo... retírense, déjenles solos (les orden ella mientras su cabeza luchaba por mantenerse centrada) -: 7omo usted mande, comandante < acto seguido colgaron el teléfono. 7err los ojos, y trat de serenarse... pronto tendría que hacer algo que no sabía si podría -edro $ilson entr al saln, y se encontr de nuevo a su hija sentada junto a la ventana, mirando. &a tarde había transcurrido agitada con tanta gente revoloteando alrededor de ellos, deseando verla y saber de primera mano que estaba bien, pero #aca se había mostrado ansiosa y no dejaba de mirar el reloj como si esperar a alguien... de hecho eso era lo que hacía, esperar. 2e qued mirándola apenas un momento, aun le parecía increíble que estuviera allí, con él... sin embargo algo le decía que algo en ella había cambiado irrevocablemente. 5inalmente decidi interrumpir su soledad tras verla bostezar un par de veces

Pedro: %-or qué no te echas un rato' 2e te ve agotada (le sugiri su padre acercándose a ella) M: *o tengo sue!o (minti, pues no tenía ninguna intencin de acostarse antes de ver a Esther) Pedro: -ues lo disimulas fatal cari!o (le sonri su padre cuando #aca se gir para mirarlo por su respuesta) M: Cuiero esperar a Esther (fue más sincera #aca esta vez) %2eguro que no te dijo una hora' Pedro: *o cari!o, slo dijo que se pasaría más tarde... quizá no ha podido venir, quizá venga ma!ana pensando que ya es muy tarde (le sugiri -edro viendo que ya eran cerca de las nueve de la noche) #aca no le contest, pero sabía que aquello no podía ser. Esther había dicho que iría, así que volvi a dirigir la mirada a la ventana sin hacer caso a su padre


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Esther lleg por fin a su destino. 1etuvo el vehículo frente a la casa y se qued allí sentada, tamborileando nerviosamente el volante sin decidirse a apagar el motor. *o quería tener que enfrentarse a aquello, quizá an estaba a tiempo de dar marcha atrás, desaparecer de la faz de la tierra sin dar e6plicaciones...

E: 8A quien quiero enga!ar: (suspir Esther atajando las descabelladas ideas que se le pasaban por la cabeza) 8Acabemos con esto: 2e orden a sí misma y apag el motor, an sin tener las fuerzas necesarias para salir del coche pues las piernas le temblaban. Ech la cabeza hacia atrás y cerr los ojos, tratando de enumerar en su mente todos los motivos por los que no podía desaparecer sin más, todas aquellas razones que le rompían el corazn ine6orablemente. &as recit una y otra vez, hasta que casi las crey con fe ciega... abri los ojos, y cogi fuerzas. 2in más, sali del coche, y al mirar hacia la casa la puerta se abri de golpe, ante ella, la imagen de #aca y su inmensa sonrisa, afligieron la mayor agonía que Esther sintiera nunca. =oy empezaba su infierno y #aca estaba preciosa -or un segundo el tiempo, y todo lo que altera a su paso, se detuvo. &a mir a los ojos y no se dio cuenta de que aguantaba el aire hasta que en el rostro de Esther se esboz una tímida sonrisa. &a suya propia se ensanch, seguida de sus piernas que empezaban a recordar cual era su funcin, y corrieron hacia ella. Esther esquiv el coche y también emprendi el camino en direccin a la casa. #aca no supo qué era aquello que la estaba ahogando hasta que se abalanz hacia sus brazos bruscamente, en cuanto sinti el calor del cuerpo de Esther abrazando al suyo empez a llorar... los nervios, el miedo y la incertidumbre que la habían perseguido durante aquellos ltimos meses escaparon de su garganta en forma de sollozos

E: 2hhh... #aca, no llores... -or favor, no llores... (trataba de aplacar su llanto Esther, con un nudo en la garganta que pugnaba por derrumbarla a ella también allí mismo) M: *o, no lloro... Es slo... son slo los nervios... (le contest #aca entre sollozos que poco a poco se iban apagando) Es que, aun no me puedo creer todo haya terminado... que todo haya salido bien... que estés aquí, conmigo. 8Estaba tan preocupada por ti: #aca se separ de ella para mirarla. 2us ojos brillaban con una adoracin que Esther jamás hubiera creído que #aca le profesara, las rodillas le fallaron apenas un instante, pero #aca no se dio cuenta del dolor que aquel amor le estaba causando, pues atrap la cara de Esther entre sus manos y la bes dulce y apasionadamente haciendo caer a Esther en un agujero negro de emociones. 4odo empez a temblar, las puertas firmemente selladas estallaron como si alguien las hubiera reventado de una patada, y tuvo miedo... miedo de flaquear, miedo de no ser capaz, miedo de cometer el error de dejar que #aca la siguiera amando, arruinando así su vida. 7on el aliento roto y sintiéndose como si una apisonadora le pasara por encima, consigui separar los labios de los de #aca

E: #aca... (la nombr Esther sin apenas reconocer su propia voz. &os ojos de #aca se abrieron para prestarle atencin) 4enemos que hablar, en realidad soy yo la que tiene algo que decirte M: 1ime, %qué pasa' (le contest #aca con el interrogante en los ojos)


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Esther ech un vistazo hacia la casa. 2eguramente -edro $ilson estaría dentro, y la calle no era precisamente el lugar más apropiado para aquello ahora que empezaba a anochecer, sin embargo, la turbacin y la debilidad que sentía slo estando cerca de ella le dijo que no era buena idea quedarse en un sitio privado y a solas junto a #aca como en principio había pretendido.
E: Aquí no... vayamos al parque (le sugiri Esther y #aca la mir e6tra!ada pero acept) M: 2í, claro 1esde la ventana -edro $ilson vio como su hija se montaba en el coche con Esther, petrificado ante lo que acababa de presenciar sin esperárselo. 2abía hace mucho que lo que su hija sentía por *ando no era lo mismo ni se acercaba a lo que él mismo había sentido por su esposa, pero jamás imagin que su hija fuera gay. 8Iay: &a sola idea le hizo tomar asiento en el acto. < en su cabeza, el rechazo de #aca a casarse con *ando aquella misma tarde cobraba sentido a pesar de no haber mencionado a otro hombre cuando él le había preguntado si era el motivo por el que quería dejarlo El parque estaba tan slo a un par de calles, sin embargo fueron en el coche. El silencio que se instaur de pronto entre ellas al cerrar las puertas del vehículo cre un temor en #aca inevitable, los fantasmas volvieron a hacer acto de presencia en aquel trayecto que le pareci eterno. Esther detuvo el coche, y se dio cuenta de que había apretado con tanta fuerza el volante para serenarse que cuando estuvo obligada a soltarlo las palmas de sus manos estaban blancas, las frot contra sus vaqueros en un acto nervioso, se notaba la garganta seca y el aire parecía más denso que hace apenas un instante, an así sabía lo que tenía que hacer #aca se gir hacia ella, la espera estaba a punto de hacerla chillar histéricamente, pero el miedo ponía barreras a su voz... no quería saber, no quería escuchar lo que Esther quería decirle, algo iba mal. Aun así...

M: Esther (la nombr) < Esther se gir hacia ella con unas facciones rotas que pronto recompuso con aquella frialdad autmata que confirm sus temores

E: #aca, no he sido del todo sincera contigo... (empez a hablar Esther, y a #aca se le cort la respiracin) 7uando acepté tu caso, no fue slo por echar una mano a 7ruz, tenía intereses personales y profesionales para hacerlo, quería conseguir de nuevo el reingreso en la 1#B4 M: -ero... %qué estás diciendo' (#aca se ri nerviosa, no lograba procesar aquel mensaje) E: #e fui del departamento por un motivo personal en realidad, y siempre quise volver pero las cosas eran muy complejas desde dentro, y sabía que necesitaba un caso que fuera lo suficientemente importante para que me ayudara a conseguir poner a prueba sus vulnerabilidades... el plan era demostrar que an me necesitaban, que desearan mi regreso... (continu Esther su estudiado papel, sin atender a las preguntas y a las emociones que iban surcando el rostro de #aca, pues sabía que si se detenía, si dejaba


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que ella se le acercara con aquel don suspicaz que tanto admiraba, ya no podría hacerlo, así que continu atacando a aquella inseguridad, a aquel dolor, que iba forjando en #aca con sus palabras, con la duda, aprovechando que tenía de su parte el mejor ataque, la sorpresa) M: 8Estás de broma:... (a #aca se le congel la sonrisa en el rostro, al ver los ojos ine6presivos de Esther sobre los suyos) 8*o... no puedes estar hablando en serio: (se agit ante el silencio de Esther que no desmentía lo dicho) #aca se llev una mano a la boca, mientras lo que acaba de decirle Esther se repetía en su cabeza y esta vez ella trataba de asimilarlo

M: %Estás insinuando que todo esto' %El proyecto, llegar al consejo... *uestra huída... ha sido todo un montaje' %"n plan preconcebido para que' %-ara que t regreses a la 1#B4' (#aca no podía creer ni una sola de sus conclusiones, sin embargo su tono empez a elevarse herida) E: 9amás imaginé que las cosas llegarían a ese e6tremo. 4odo debería haberse resuelto en el consejo, pero lo estropeé todo al besarte... lo que vino después fueron las consecuencias de mi +chapuza y de tu talento (le dijo Esther lanzando el primer cohete de destruccin hacia su corazn, que era el suyo propio) #aca se gir de golpe, en su cara había incredulidad, dolor. En sus ojos sin embargo, fuego volcánico que empezaba a recalentarse en su interior a pasos agigantados

M: %7hapuza' (repiti #aca la palabra sin apenas voz ) %Cué me procesaran y tuviéramos que huir, o debería decir secuestrarme... 882E7"E240A0#E:: (grit #aca ya fuera de sí, tenía ganas de matarla), alejarme de mi casa, de mi vida... %#e estás diciendo que todo lo que ha pasado, ha sido consecuencia de una... de tu...+tu chapuza' %#E 4L#A2 E& -E&LLL' E: 8&o siento: < con aquellas palabras de disculpa, Esther se oblig a no negar las conclusiones a las que #aca quisiera llegar

M: %C"T &L 2BE*4E2' 888C"T &L 2BE*4E2:::... (#aca la mir, y sinti tanto dolor y tanta irá contra ella que estuvo a punto de agarrarla por el cuello y obligarla a borrar cada una de sus palabras. 2in embargo, luch con la manilla de la puerta hasta que logr salir del coche a trompicones) Esther se pas la mano por el rostro, las manos le temblaban, sin embargo sabía que an no había acabado

E: 4ienes que hacerlo... 81ios mío: (Esther estuvo a punto de echarse a llorar, pero sabía que no podía) Abri la puerta del vehículo. En cuanto #aca escuch la puerta empez a correr, no quería que Esther la viera llorar, ya no. Esther empez a correr tras ellas... %y si le pasaba algo' %y si cometía alguna de sus locuras' El desasosiego le hizo correr más rápido hasta que la alcanz y la detuvo cogiéndola por ambos brazos. #aca forceje con ella, y Esther recibi cada uno de sus pu!etazos y patadas como merecido castigo, el


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dolor físico no era nada comparado con lo que llevaba dentro. 5inalmente #aca se derrumb en sollozos hacia el suelo

M: %< lo que hemos vivido' %4ambién eso es una mentira' %"na más de tus chapuzas' (empez a preguntar #aca entre hipidos, con la esperanza de que Esther dijera algo a lo que ella pudiera aferrarse, una e6plicacin de esas que slo de ella se creería olvidándose de todo lo demás) A Esther las lágrimas contenidas le ahogaron la garganta impidiéndole pronunciar palabra. El silencio ante sus preguntas hicieron que a #aca se le helara la mirada y el llanto. El dolor nunca había sido tan claro en su rostro, ni tampoco el odio en el que poco a poco se iba transformando su mirada

M: 8Entiendo: (susurr #aca, que luch por ponerse de nuevo en pie) Esther no podía soportarlo, volvi a ir tras ella

E: Escchame... (le pidi) M: 7reo que ya lo has dejado bastante claro... 81ioss: 8-ero qué estpida he sido: -ensar que t... que t y yo... (#aca ni siquiera podía asimilar lo que se le pasaba por la cabeza con aquellas revelaciones que acababa de hacerle Esther) E: #aca, escchame... (volvi a pedirle deteniéndola) &o que ha pasado entre t y yo, era real. 4e aseguro que jamás imaginé que algo así ocurriría, pero de un modo irracional se instaur entre nosotras una atraccin que no supimos... (Esther lo pens mejor y se corrigi)... que yo no supe refrenar (los ojos de ambas se encontraron, y Esther no pudo evitar que palabras a media verdad, se escaparan de sus labios) &o que vivimos, ha sido para mí un regalo, algo que ni en sue!os hubiera imaginado... y aunque no me arrepiento, ahora sé que jamás debí dejar que ocurriera, porque durante esos meses en los que hemos estado aisladas hemos estado viviendo en un sue!o, un sue!o que quisiera que fuera real, pero no lo es, y ya no podemos seguir viviendo en él M: 2í, sí podemos... será tan real como queramos que sea, podemos volver a marcharnos, alejarnos t y yo... podemos... (#aca se aferr a aquella puerta pese a todo, haciendo oídos sordos al principio que había desencadenado aquella discusin) E: #aca, no podemos... (la ataj Esther, la esperanza que vio en los ojos de #aca fue como un latigazo en sus maltrechas heridas... algo que le hizo recordar por qué no podía hacer aquello a medias) M: -ero %por qué' %por qué no' (quiso saber #aca cogiéndole siendo ahora ella la que la cogía por los brazos) Esther se puso rígida, slo necesitaba un dardo, el definitivo... lo suficientemente envenenado para infligir el odio devastador que haría que #aca con el tiempo la borrara para siempre de su vida, el odio que mataría todo aquello que hubo hermoso y esperanzador en lo que habían vivido juntas, allanando un terreno futuro para otra persona, alguien que la pudiera hacer todo lo feliz que ella ya no podría

E: 8-orque no quiero: (#aca retir sus manos de ella como si le hubiera dado calambre, aun así Esther decidi seguir clavando la daga, debía hacerlo) *o es lo que he decidido, quiero volver al mundo real, al que pertenezco... (#aca la miraba como si no la conociera en absoluto y entonces Esther se lo dijo) #aca, lo que quería decirte es que


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vuelvo a ser el mando principal de la 1#B4. &o siento, pero es lo que soy, es lo que deseo "na sensacin de vacío absoluto inund cada partícula del cuerpo de #aca tras escuchar sus palabras. 1e repente ya no había frío, f río, ni calor... no había luz y todo era ine6presivo a su alrededor. 2inti un inmenso dolor en mitad del pecho y de pronto, nada... simple mecánica biolgica, sangre bombeando bombeando por su cuerpo y partículas de aire haciéndola subsistir. subsistir. *ada. Absoluto y rotundo vacío, como el apagado de emergencia emergencia de un ordenador, unos segundos de agitacin catica y luego, la oscuridad y el silencio. #aca dirigi un instante sus ojos hacia Esther, y no supo que sentir, así que se puso a andar de regreso al coche Esther estuvo a punto de derrumbarse, el rostro ine6presivo de #aca ara! su dolor hasta lo más e6tremo, pero cuando ya creía que no iba a poder soportarlo, cuando las ansias de abrazarla se convirtieron en una necesidad tan vital como respirar, #aca clav sus ojos en ella matándola por completo por su vacío, y empez a alejarse de ella. Esther se qued clavada tratando de mantenerse de pie tras aquello, hasta que una voz desconocida le dijoO +&lévame a casa. < Esther comprendi que aquella voz antinatural provenía de #aca. #aca. 4odo 4odo estaba estaba roto... %no era eso lo que había pretendido con aquella actuacin de gran hija puta egoísta' -ues parecía que lo había conseguido, y 1ios, cmo dolía *o quedaban quedaban palabras, la noche noche pareci caer caer de golpe sobre ambas ambas mientras Esther Esther trataba en un acto desesperado y subconsciente de retardar la llegar a casa de #aca. El silencio le pareci devastador, pero no se atrevi a romperlo, %acaso no habían sido sus palabras igual de devastadoras' devastadoras'

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la había perdido luchando por su bienestar, por una felicidad que ya no sería compartida... aquello era un adis #aca se gir hacia ella en ese instante. Esther tembl al encontrarse inmersa en el vacío de sus ojos, antes tan vivos, pero se recompuso... no sería justo mostrarse débil, tenía que asumir la culpa y la responsabilidad de aquello por las dos

M: *ando me ha pedido esta tarde que me case con él... (#aca habl de repente lanzando aquella bomba contra ella) Esther pudo sentir como se le paralizaba el corazn en un instante ante la sola idea de...

M: &e dije que no podía... (continu #aca para alivio de Esther, y luego su mirada volvi a perderse un segundo en el horizonte mientras continuaba hablando) &e dije que no estaba enamorada de él, quizá fui dura, pero fui sincera... esa es mi forma de ser (sentenci #aca encogiéndose encogiéndose de hombros. &uego volvi a mirar a Esther a los ojos) Así que voy a preguntártelo slo una vez, y slo quiero que seas sincera conmigo, slo eso... A Esther un pu!o le estruj el corazn, sabía lo que...

M: %Estás enamorada de mí' (le pregunt finalmente #aca mirándola a la cara, en su pregunta no había había esperanza, esperanza, ni splica, simplemente simplemente aquel rasgo suyo de necesidad necesidad de la verdad que tantos contratiempos les habían causado) %Alguna vez lo has estado' E: 8#aca: (Esther quería gritar que 2BBB... %es que acaso no lo veía' %es que acaso no veía que estaba muriéndose' 2in embargo agach la mirada y cerr los ojos tratando de encontrar el modo de decidir... una vez más tenía que ser ella la que saber qué hacer, y todo volvía a recaer sobre sí) #aca esperaba en silencio, hasta que Esther volvi a mirarla

E: 2í, he estado enamorada de ti, y no hubo falsedad en lo que vivimos en Btalia, pero aunque no lo comprendas, y por mucho que me duela tener que hacerte más da!o, el amor como en todo, no es lo nico, no es suficiente y se termina. t ermina. Ljalá pudiera decir lo contrario, pero la verdad es que ahora mismo una relacin es lo ltimo que quiero en mi vida... mi carrera es lo más importante para mí, y por eso he de decirte que sí, estuve enamorada de ti, te quiero a mi modo, pero no lo suficiente para que intentemos esto a cualquier precio. *o sería justo, para ninguna de las dos. &o siento #aca la escuch con atencin, firme como slo un ni!o curioso puede mantenerse cuando le responden a una pregunta que para él es de vital importancia. 7uando Esther termin de hablar, en el rostro de #aca se esboz una fría y sarcástica sonrisa de resignacin, mientras sus ojos se apartaban de ella

M: Entiendo (susurr #aca con un chasquido de lengua y luego volvi a mirarla, pero un dolor en el pecho amenaz con derrumbarla si se quedaba, y con prisas y sin a!adir más palabras, sali del coche corriendo en direccin a la casa antes que ni tan siquiera Esther pudiera reaccionar ni detenerla)


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Catorce )ee de."/ del adi2 Esther baj del avin y al poner los pies en el suelo de barajas, aquel vértigo no atenuado con el tiempo, volvi a revolverle el estmago como siempre lo hacía cuando se sentía tan cerca de ella. Estando en #adrid, la tortura era mucho más intensa a tan escasa distancia, pero no importaba pues aquella noche volvería a verla

E).rea 3ilon0 Tre de la tarde &as oficinas estaban casi vacías. 2lo unos pocos habían quedado rezagados finalizando alguna tarea que no querían posponer todo el fin de semana. Eva sali del ba!o y al pasar por el pasillo pasillo vio como &aura &aura hablaba con 7ruz. 7ruz. 2e qued mirándola mirándola embobada embobada una vez más, sorprendiéndose de lo rápido e intenso que estaba siendo todo entre ellas. &a amaba, y ese sentimiento debía escapar cual flecha de sus ojos pues &aura se gir en un acto reflejo y clav su mirada en ella con una amplia sonrisa. &aura se despidi de 7ruz y fue hacia ella. -arecía mentira que aquel caminar relajado le perteneciera con aquel historial militar pesando a sus espaldas, pero le pertenecía, y Eva se mordi instintivamente el labio cuando su mirada se recre en lo bien que le quedaban los vaqueros

L: %4e gusta lo que ves' (le pregunt &aura en cuanto estuvo frente a ella) Eva: #ucho, %no se nota' (le contest Eva cogiéndola de la cintura) L: 9ajaja... la verdad es que sí (&aura se ri y la bes en los labios hasta que su sentido del decoro le hizo separarse suavemente suavemente de ella para no cometer una locura) 7reo que será mejor que vayamos a comer algo Eva: En eso mismo estaba yo pensando... (le contest pícaramente Eva) L: *o me tientes... no me tientes (brome &aura regalándole una mirada abrasiva que puso los pelos pelos de punta a Eva, Eva, luego la liber) 7ruz dice que #aca irá con ellos, por lo visto habrá una peque!a rueda de prensa antes de la cena Eva se enganch a su cintura y anduvo con ella hacia el ascensor mientras la escuchaba

Eva: %Entonces no tienes que acompa!arla' (le pregunt Eva sorprendida, pues desde que regresaron, &aura había pasado a ser la jefa de seguridad de la empresa, y en actos oficiales como el de aquella noche, el cerco sobre la personalidad de #acarena $ilson $ilson solía ser mucho más estrecho) L: *o, esta noche no (&aura sonri tranquilizadora) Esta noche solo te escolto a ti, %vale' Eva: ;ale (sonri Eva dándole un beso, que se prolong durante todo el descenso en el ascensor) 4ei de la tarde0 t arde0 $.arta)ento $.arta)ento de Maca #aca sali precipitadamente de la ducha. El piso que se había comprado era mucho más peque!o que la casa familiar de su su padre, an así así le cost alcanzar alcanzar el teléfono antes antes de que dejara de sonar


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M: %%1iga'' (contest algo agitada por la carrera) Pedro: 7ari!o, soy yo... (la voz de su padre son al otro lado de la línea) M: 1ime papá (le anim a seguir #aca mientras ella tomaba asiento en una de sus sillas de cuero rojo y se secaba el pelo con la toalla mientras pulsaba el botn de manos libres para poder hacerlo) hacerlo) Pedro: 2lo era para confirmarte que 7ruz y yo pasaremos sobre las ocho y cuarto a recogerte. -rimero harán una peque!a rueda de prensa y luego entraremos al saln (le record su padre) M: 8Ldio estas cosas: (suspir #aca que estaba un poco harta de todos aquellos acontecimientos. acontecimientos. 1esde que el láser había llegado al área de la cirugía, su vida había dado un vuelco vertiginoso en cuanto actos sociales se refería, pues cuando no querían entregarle algn premio, se trataba de alguna entrevista, o de algn acto benéfico... toda e6cusa era buena si podían codearse con la que se rumoreaba sería la nueva premio *bel de aquel aquel a!o) Pedro:
M: &o haré, no te preocupes (le tranquiliz ella y su padre empez a parlotear relajado unos minutos más, hasta que #aca se disculp con él para seguir vistiéndose) 2e dirigi a su dormitorio, y se tumb boca arriba en la cama cansada de pronto. -or un momento estuvo tentada de cerrar los ojos y dejarse llevar, pero pronto se record lo mal que lo pasaba cuando eso ocurría, pues a pesar de haber pasado más de un a!o, algunas imágenes de Esther habitaban nítidas en su interior y revivían dejándola hecha polvo una y otra vez. Así Así que se volvi a incorporar, e hizo lo que mejor sabía, no detenerse

,5:6 de la noche Esther pag al ta6ista y se qued mirando la fachada del edificio desde el otro lado de la calle. "na enorme pancarta colgaba de la fachada anunciando anunciando el acto benéfico del cuál llevaba una entrada, y junto a ella, la fotografía de los tres homenajeados especiales de aquella noche que sonreían. Esther no pudo refrenar la aceleracin de su corazn cuando sus ojos toparon con la fotografía de #aca, y una flojera que casi había olvidado amenaz con derrumbar sus rodillas. 7err los ojos y tom aire. &a ansiedad que sentía no era equiparable a nada de lo que había sentido durante el ltimo a!o. "na sonrisa cínica se dibuj con tristeza en su rostro... que absurdo pensamiento, 8absolutamente nada podía igualarse a lo que sentía por ella: #ir a ambos lados de la calle y se apresur a cruzarla aminorando el paso al llegar a la entrada del edificio. "n agente de seguridad le pidi la invitacin y ella se la tendi sin apenas mirarlo, cuando el agente se dirigi a ella de nuevo para invitarla a pasar, Esther tuvo que hacer un esfuerzo por escucharlo, escucharlo, pues sus propios latidos retumbaban enormes dentro de ella. + Debo + Debo tranquili*arme... esto es absurdo absurdo se dijo para sí, pero no podía al pensar pensar que la ltima vez que que había visto a #aca había sido sido ocho meses meses atrás, a


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escondidas y por unos escasos veinte minutos, el nico tiempo ti empo del que había dispuesto antes de que sus obligaciones la sacaran del país por tiempo indefinido. Cue duras habían sido las noches lejos de ella, sin poder escaparse de la oficina slo para espiarla comprando la comida china de la semana o acompa!arla a prudente distancia en su recorrido en moto hasta casa de su padre, una casa, por lo que se había informado, que ya no era la suya. -or supuesto que estaba nerviosa, histérica sería la palabra, y ni la multitud que la engull nada más entrar en la inmensa sala consigui apaciguar ni un ápice la ansiedad ante la idea de volver a verla

Eva: %Cuieres dejar de mover la piernecita' 8me estás poniendo histérica: (le dijo Eva poniéndole una mano en el muslo muslo a #aca para que que parara) M: Ldio esto... te juro que lo odio (refunfu!aba #aca una vez liberada de la carga de tener que poner buena cara delante de su padre) Eva:
Eva: *o sabía que /ea y Uate fueran a venir, las podían haber puesto con nosotras (pregunt Eva) M: -or lo visto el tal 2amuel 2an -edro es compa!ero y amigo de Uate (le dijo #aca) Eva: %El juez al que también van a premiar por lo del caso ese de narcotráfico tan gordo que ha habido' (le pregunt con sorpresa Eva) M: 2í, creo que ese mismo, así que las han puesto cerca de él (le termin de e6plicar #aca) Eva: -ues antes de irnos habría que hablar con ellas para lo de la fiesta... M: %Cué fiesta' (le pregunt #aca sin prestarle demasiada atencin) Eva: 8&a de solteras: 2e casan el mes que viene, digo yo que habrá que hacerles una despedida de solteras como toca %no' (se e6asper Eva por el poco entusiasmo de su amiga) M: 8Ah: Eso... sí claro, si ellas quieren (le contest #aca) Eva: < si no quieren también... que para una juerga que nos podemos meter. ;a a ser genial, tengo mirado un par de locales para chicas que por lo visto lo pasas bomba... (se empez a entusiasmar Eva con la idea) L: 7ari!o, relaja... que te emocionas. -rimero habrá que ver que quieren las novias, %no te parece' (la interrumpi en ese momento &aura que la veía venir) Eva: 1esde luego sois un atajo de aguafiestas (sentenci Eva obligada a reprimirse no sin antes a!adir)... pero que sepáis que a Uate le va a encantar la idea, estoy convencida #aca y &aura se dirigieron una mirada y sonrieron. Ellas también estaban convencidas convencidas de que a Uate la sola idea de correrse una fiesta por todo lo alto le encantaría. < es que Uate era increíble, #aca nunca sería capaz de agradecerle todo lo que había hecho por ella, no slo a nivel profesional atando los cabos legales que la habían permitido volver


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a casa y quedarse con su proyecto, sino sobretodo a nivel personal cuando pas... aquello. #aca dej de comer en ese instante y solt un suspiro, era increíble que pese a todo, an no pudiera odiarla. 8Esther siempre estaba en su cabeza: Esther no se molest en entrar al saln donde los comensales iban a cenar, en su lugar se escabull hasta la planta superior sin despertar sospechas. &a invitacin se la había enviado una gran amiga, y a pesar de las reticencias que había tenido en un principio en asistir a un acto tan pr6imo a #aca, en cuanto supo que volvía a Espa!a la sola idea de poder verla de cerca cerca había actuado actuado como una droga droga despiadada despiadada sobre ella que la había conducido hasta allí esa misma noche. 5orz una de las puertas que encaminaban al saln de celebracin, y recorri la estancia hasta salir al palco que le daría una vista desde arriba de lo que allí pasaba. 2u corazn golpeaba con demasiada fuerza, tanta que crey que no podría resistirlo... pero tom aire y empez a buscarla con unos peque!os prismáticos por las mesas. mesas. +#esa G, G, mesa G... se repetía mientras barría la estancia con prisas, pues había había preparado aquella aquella noche minuciosamente minuciosamente y sabía sabía que Eva, Eva, &aura y #aca estarían en aquella mesa. En los cristales de sus prismáticos, &aura apareci sonriendo mientras le daba un poco de postre a Eva con su cuchara, Esther se dej recostar contra el pilar desde el que se ocultaba. 2e las veía tan felices juntas... el corazn le dio un vuelco de felicidad contemplándolas, aquello le recordaba lo mucho que había merecido la pena aquellos dos meses de infierno que había pasado cuando &aura había tratado de dar con ella en la 1#B4. 0estringir 0estringir todo acceso a &aura, era algo de lo que no se arrepentía... nunca se hubiera perdonado que &aura la siguiera en aquello, y el lazo de Eva con ella era tan fuerte, f uerte, que no podía estar segura de que #aca no terminara descubriendo la verdad. *o, no se arrepentía y menos después de ver la vida que hoy por hoy llevaba &aura, una vida llena de amor, felicidad y grandes e6pectativas. 4om 4om aire tras aquel paréntesis de pensamiento y al mover los prismáticos y dar con ella un temblor repentino lleg hasta sus manos

E: 8#aca: (pronunci en un sin aliento) Era imposible que la escucharan, pero #aca alz la cabeza de su plato en ese momento y Esther pens que estaba más guapa que nunca. 2u cabello estaba más largo de lo habitual en ella, y caía por su espalda descubierta como un manto delicado y fluido. Algo que no debía de resultarle demasiado cmodo, pues no tard en hacer aquel gesto suyo característico que hizo que se lo apartara colocándolo sobre uno de sus hombros simulando una coleta. Esther no pudo evitar sonreír ante aquel gesto nervioso e impaciente, siempre le había parecido adorable y con el corazn latiéndole desbocadamente desbocadamente empez a recorrer cada detalle de aquel rostro con los prismáticos. 2us ojos color miel, tan distantes ahora pero tan hermosos y vivos como siempre, su nariz, sus labios... Esther apart la mirada un segundo pues el pulso empez a fallarle. f allarle. 4rat de serenarse y volvi a buscarla con la mirada, #aca dej los cubiertos sobre la mesa y se quit la servilleta del regazo, por el altavoz la voz del encargado de ceremonias empez a dar las gracias a los asistentes. El acto de entrega de premios iba a dar comienzo, pero ella no pudo apartar ni un solo instante los ojos de #aca, ya no #aca subi a recoger el premio y como era habitual en aquellos acontecimientos tuvo que decir algunas palabras. Uate se había pasado la velada inquieta tratando de localizar a Esther. A pesar del rechazo de asistir que le había dado su amiga hacía unas semanas,


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una esperanza ciega le decía que contra todo pronstico asistiría. El hecho de que hubieran retirado la invitacin que había dejado a su nombre apenas tres días antes, también ayudaba a que sus esperanzas se hicieran realidad. #aca agradeci el premio a su padre, a su equipo colaborador y entonces hizo algo que no había hecho antes...

M:... < también quisiera agradecérselo a la persona que hace que hoy por hoy yo pueda estar aquí recogiendo este premio. Ella me hizo conocer que la ciencia y el ser humano tienen un lado oscuro, y que ni el mejor de los propsitos está a salvo cuando trabajamos con tan avanzada tecnología, gracias a ella aprendí a contener la euforia que todo investigador siente ante su creacin y aprendí a concentrar mis conocimientos en crear e6actamente y al milímetro aquello que concebía sin dejar espacio a la manipulacin y malos propsitos. #e mostr la cara más bella y la más dura de la vida en momentos que fueron cruciales para mí, así que pese a todo, gracias a Esther por hacer cosas que muy poca gente hubiera sido capaz de hacer... Iracias a todos. /uenas noches (se despidi #aca entre aplausos) Eva y &aura se miraron atnitas tras aquellas palabras, pero también aplaudieron. -edro y 7ruz también hicieron lo mismo, confusos pues era la primera vez en demasiado tiempo que el nombre de Esther salía de los labios de #aca, pero allí estaba y no sabían si ponerse de nuevo a temblar por las consecuencias que en el ánimo de #aca tendría o tranquilizarse porque parecía que #aca empezaba a superar aquel tab. 2in embargo, una persona en la sala no miraba a #aca en aquellos momentos de gloria, era Uate pues por fin había conseguido localizar a una Esther que se había quedado clavada y petrificada ante su mencin, bajando por un momento la guardia de su escondite

Kate: Ahora vuelvo... (se apresur a decirle Uate a /ea que no pudo ni tan siquiera preguntarle a donde iba) En cuanto pudo volver en sí, se escondi tras la columna. &a angustia se materializ en ella como una daga afilada que le atravesaba el corazn. *o podía soportarlo más, guard los prismáticos y se apresur a desaparecer por la habitacin que había forzado para marcharse de allí antes de terminar derrumbándose del todo. Apresur el paso y tom el pomo de la puerta y entonces se top de frente contra Uate... con sobresalto solt el pomo y sus pies dieron varios pasos hacia atrás

Kate: -or fin te encuentro, sabía que vendrías (la salud Uate tapando el paso de salida) E: =ola Uate, me alegro de verte (le contest Esther tratando de recomponerse) Kate: %2eguro que te alegras' -orque yo diría que hubieras preferido escabullirte sin más. -arece que viene siendo tu aficin desde que has vuelto a las filas (le solt sin ningn pelo en la lengua Uate) Esther se la qued mirando un instante a los ojos, no podía reprocharle que estuviera molesta con ella, dado que salvo para unas cuantas llamadas de teléfono tampoco a Uate le había dejado acercarse a ella. Esther suspir, estaba claro que de aquella no podría librarse

E: #e alegro mucho de verte Uate, y lo sabes (volvi a decirle Esther con sinceridad esta vez)


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Uate sonri y abri los brazos, luego le hizo un gesto con la cabeza para que se acercara y ambas se abrazaron

Kate: Cue conste que sigo enfadada contigo... ni se te ocurra volver a aplicarme las técnicas de restriccin de acceso, estuve a un pelo escaso de pringar a tu departamento de relaciones pblicas en un caso judicial, así que no vuelvas a hacerlo o te las verás conmigo (le advirti Uate mientras se resistía a querer soltarla. &a había echado mucho de menos) E: *o volveré a hacerlo, lo siento (se disculp Esther agradecida de que con Uate todo fuera así de fácil) Kate: /ueno, ya está bien de sensiblerías... %cmo estás' (le pregunt soltándola) Esther slo pudo encogerse de hombros

Kate: Así que esas tenemos, %eh' (frunci la nariz Uate tras confirmar que su amiga estaba pasándolo de +puto culo) 2i tan mal lo estás pasando, porque no renuncias... está claro que an la quieres, vuelve a casa E: Uate, sabes que no puedo (Esther se puso fría de pronto. &o ltimo que necesitaba era que minaran más todavía las pocas fuerzas que le quedaban para mantenerse firme en sus propsitos) Kate: *o, realmente no lo sé. -or 1ios, mírate... #iraosss, salta a la vista que ninguna de las dos lo ha superado (le grit Uate a la cara y a Esther le dio un vuelco el corazn slo de pensar que #aca aun sintiera algo por ella después de lo que le había hecho, después de lo que le había dicho aquel devastador día) -uedes seguir huyendo si quieres, pero de esto no vas a poder librarte por mucho que corras... E: %7rees que no lo sé' 8-or 1ios, Uate: (salt Esther desesperada ante la atenta mirada de Uate) %1e verdad crees que no lo sé' 8#e estoy muriendo, Uate: ;ivo en una eterna agonía día tras días, y no necesito que vengas ni t ni nadie a recordármelo... =uyendo dices... %es que acaso tenía una alternativa' (termin soltando Esther con dolor sarcástico) Kate: -odías haberte quedado, deberías haberte quedado, haber luchado por ella en lugar de soltarle aquella bazofia de que no la querías y que lo primero para ti era tu trabajo... %4u trabajo', 8vamos no me jodas, Esther:, ambas sabemos lo que a ti te importaba volver a la 1#B4 después de que renunciaras. 7uando #aca me lo cont, supe que habías mentido como una cosaca, pero cuando fui a hablar contigo ya habías cerrado todas las puertas, huiste... %te haces una idea de lo jodido que fue recomponer a #aca sabiendo que la amabas' Esther se acerc a ella y la cogi por los brazos

E: 4 no le dirías que yo... Uate, dime que no le dijiste que había mentido, que la quería (le pidi Esther con ansiedad) Kate: *o, no lo hice... pero eso no evita que me arrepienta por no haberlo hecho. Esa ni!a estaba destrozada Esther, %en qué estabas pensando' 2é que t padre te pidi que volvieras, me enteré en el mismo momento que me hiciste llegar la documentacin de #aca, pero todo iba bien Esther, hubiéramos podido ganar el caso sin necesidad de que os separarais E: *o hubiéramos podido (susurr Esther apartándose de ella) Kate: -or supuesto que sí... (empez a debatirle Uate, aquella conversacin había quedado pendiente desde hacía demasiado tiempo)


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E: *o, esta vez no, Uate (le volvi a repetir Esther mirándola con firmeza a los ojos) *unca hubiera renunciado a ella de no saber que era necesario, y lo sabes Kate: %1e qué co!o estás hablando' (le pregunt Uate sorprendida) E: Era ella o yo, así de simple. -usieron sobre la mesa dos cartas muy claras, su fichaje o el mío... había intereses internos que no puedo debatir contigo, pero créeme, los informes que te hice llegar, los pactos que permiten que #aca esté aquí, no hubieran sido posibles de no estar yo dentro (le dijo Esther dejando a Uate con la boca abierta y sin nada que decir durante unos segundos) Kate: 1ebiste hablarlo con ella (habl por fin Uate) E: *o vayas por ahí (le advirti Esther viendo que Uate volvía a insistir en despertar a sus demonios más ocultos) Kate: 1ebiste contárselo, debiste dejar que decidiera en lugar de tomar la decisin t de arrancaros el corazn a las dos... (le dijo Uate pero Esther la detuvo) E: 8

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si Esther no la hubiera dejado sin la opcin de volver a aquella otra vida que juntas habían abandonado &a entrega de premios lleg a su fin, y los comensales fueron invitados a pasar a otra sala para tomar una copa y disfrutar de algunas actuaciones. El ajetreo se hizo patente y la gente empez a entablar conversaciones con asistentes de otras mesas

Eva: %-or qué no vamos a reunirnos con Uate y /ea' 87reo que necesito una buena copa: (sugiri Eva que se sentía bastante tensa con el silencio de las dos mujeres que la cercaban) L: -or mí vale (respondi &aura volviendo al presente) #aca simplemente se encogi de hombros y las sigui. A una distancia de cuatro mesas se encontraron con /ea sentada sola en su sitio

Eva: /ea, venimos a raptaros y tomarnos una copa juntas... %dnde está Uate' (la salud Eva dándole dos besos y sentándose con ella) !ea: =ola chicas, enhorabuena por el premio #aca (le dijo /ea mientras también besaba a &aura y a #aca) M: Iracias (le contest #aca) !ea: &a verdad es que no sé donde se ha metido Uate, me dijo que esperara un momento y sali disparada. &a verdad es que está tardando bastante, %por qué no salimos a ver si la pillamos por el camino' 2eguro que está colgada al mvil con algn caso, creo que a eso es a lo nico a lo que no me voy a acostumbrar, a que la llamen a cualquier hora (les dijo /ea con una sonrisa afable) Eva:
E: 88Uate:: (le dijo con tono de reprimenda) Kate: %Cuéee' (se hizo la inocente Uate) E: 2é lo que pretendes, pero no puede funcionar, no sin volver a hacerle más da!o. Es mejor que dejemos las cosas como están, no quisiera tener que abrir otra vez esa herida ahora que comienza a cicatrizar (le dijo Esther con malestar) Kate: -ues vais a tener que encontrar un punto medio, porque como dejes de asistir a mi boda te mataré con mis propias manos... %me has entendido' (le advirti Uate) E: %&a has invitado' (le pregunt con el corazn palpitándole nuevamente con intensidad ante la idea de volver a verla y cierto temor por no poder escabullirse de la posibilidad de encontrarse) Kate: 7laro que la he invitado, Esther. Es amiga de /ea y mía también... y espero que vengáis las dos, aunque os tenga que sentar a Kilmetros la una de la otra si hace falta %de acuerdo' (le respondi Uate)


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Esther asinti con la cabeza, de pronto un nudo se había instalado en su garganta ante la noticia. %7mo no se le había pasado por la cabeza que invitarían a #aca' 8-or 1ios, en qué estaba pensando:

Kate: Esther, ni se te ocurra pensarlo (la interrumpi Uate en sus pensamientos de encontrar una alternativa para escaparse de aquel compromiso) E: %El qué' (se sobresalt Esther al escucharla, por un momento se había sumergido en su mundo de posibilidades) Kate: En lo que estás pensando, vas a venir, te guste o no, %y sabes por qué' (le pregunt Uate cogiéndola por los hombros) E: %-or qué' (le pregunt Esther relajándose un poco ante la mirada azul de su amiga y su sonrisa confiada y dulce) Kate: -orque eres una de las personas más importantes de mi vida, y necesito que estés allí conmigo. 4e necesito a mi lado ese día, %de acuerdo' %&o harás por mí' (le dijo Uate y en su rostro no había esa estela burlona que su amiga solía tener, sino una sincera peticin a la que Esther supo que no podría negarse) E: Está bien, Uate (asinti Esther y Uate empez a sonreír abiertamente) Kate: Iracias comandante... es importante para mí que estés, lo sabes %verdad' (le dijo Uate mientras la abrazaba) E: 2í, también es importante para mí. #e alegro tanto por ti, Uate... quien nos lo iba a decir %eh' 84, casándote: (le contest Esther también abrazándola) Kate: 4e juro que cuando lo pienso me tiemblan hasta las pesta!as... jajaja... (le confes Uate con una carcajada de las suyas) -ero luego me veo a través de sus ojos, y todo tiene sentido para mí, %sabes lo que te digo' E: 7reo que sí (le contest Esther sonriendo) Estáis hechas la una para la otra Kate: 7mo t y #aca (le respondi entonces Uate en un susurro) < Esther tuvo que guardar silencio mientras ambas se miraban, pues ella también sentía que #aca era la otra mitad que le faltaba -ero todo se precipit de pronto

!ea: 8Uate: %dnde estabas' (la nombr /ea y al darse cuenta de quien era la figura a la que había tapado parcialmente con su silueta se detuvo) 8Esther: 4odo el pelotn se detuvo tras /ea. &aura y Eva que iban hablando se giraron de golpe y sorprendidas tras escuchar aquel nombre, pero la más paralizada sin lugar a dudas fue #aca, que se qued clavada con un sudor frío cuando sus ojos imantados se encontraron con su polo opuesto, los de Esther El mundo se desvaneci en un instante, la luz, la gente... como en una película donde el foco principal se centra en las protagonistas, no había nadie más que ellas dos y aquel palpitar que amenazaba con salírseles del pecho a ambas. "n segundo perfecto donde sus ojos revivieron momentos nicos, y una corriente eléctrica y e6pectante amenazaba con aplastarlas una contra a la otra. Ambas se olvidaron de respirar en el mismo momento en que se divisaron Eva se repuso de la sorpresa y las mir a ambas, instintivamente se peg a #aca en se!al defensiva y amenazante, Esther lo vio en sus ojos, que le se!alaban a ella como una amenaza. %< cmo iba a reprochárselo' 2eguramente había sido Eva la que había


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tenido que recoger los pedazos de aquel naufragio. &a pesadez de su carga ti! los ojos de Esther de una antigua tristeza, pero no dijo nada, simplemente apart la mirada de #aca que ahora parecía un poco perdida, y trat de encontrar una digna salida

E: =ola a todas (dijo al fin Esther) /ea mir a su futura mujer, y entendi que haría falta ayuda. Así que se acerc a Esther pese a que su lealtad estaba con #aca y le dio dos besos

!ea: =ola Esther, %cuánto tiempo' %7mo estás' (la salud /ea con sinceridad, y Uate le tom la mano con gratitud) E: =ola /ea, me alegro de verte. Estoy bien, gracias por preguntar (aunque a /ea no le pareci que estuviera bien en absoluto no la interrumpi) Uate me ha estado contando que os casáis... enhorabuena !ea: Iracias, la verdad es que ha sido una sorpresa, no pensé que ésta anguila tan escurridiza me lo pediría en serio alguna vez (aprovech /ea para distender un poco la tensin que se había creado en aquel encuentro) Kate: %=a quien llamas anguila' (se quej Uate ante el nuevo apelativo para dirigirse a ella) E: 9ajaja... ya somos dos (reconoci también Esther con una sonrisa) #e alegro muchísimo por vosotras !ea: 8Iracias: (respondi nuevamente /ea mientras Uate le daba un beso en la cabeza) *o sabíamos que vendrías E: *o, yo tampoco. =a sido una decisin de ltima hora, trabajo, ya sabéis (puntualiz Esther viendo que las miradas volvían a centrarse en ella en busca de e6plicaciones que no podría dar sin delatar los verdaderos motivos de su presencia allí) L: #uy típico de la 1#B4 (e6clam &aura secamente, sin darse apenas cuenta) Esther se gir hacia ella, sabía que estaba dolida pero...

E: =ola &aura. #e alegro de verte (la salud con aplomo y candidez Esther, a pesar de que no le pasaba desapercibida la dureza con la que &aura la miraba franqueando también a #aca y a Eva en actitud defensiva) L:
E: /ueno, tengo que irme (tom Esther la decisin de marcharse) Kate: %Estás segura' (le susurr Uate que no podía reprocharle que quisiera salir corriendo en vista de lo tensas que estaban las cosas) Esther asinti con la cabeza


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E: A pesar de todo, me alegro de veros... (les dijo Esther mirándolas a todas en un rápido y nervioso reconocimiento) #e marcho, gracias por todo Uate, nos vemos Kate: 2í, nos vemos... llámame (le dijo Uate dándole un ltimo abrazo antes de dejarla marchar) El resto se qued en silencio y Esther empez a emprender el camino de vuelta, pero entonces una voz que había estado callada se pronunci dirigiéndose a ella

M: %4e apetece tomar algo' (le pregunt #aca fijando la mirada en su espalda) 4odas se volvieron hacia ella, e6cepto Esther que crey que sus piernas se convertían en gelatina en cuestin de un segundo. El llanto amenaz estrangulando su garganta, y tuvo que tomarse unos eternos instantes para poder recobrarse

M: 84omemos una copa: (le volvi a pedir #aca esta vez con la voz más clara. El temor de perderla otra vez la precipitaba desesperadamente a sacar una fuerza que no poseía. &levaba más de un a!o sin verla... más de un a!o so!ando con ella, %qué importaba lo destrozada que se quedara', el dolor seguía latente día y noche sin ella. Al menos en esa noche la tendría cerca) 8Cuédate un poco más: El silencio era abrumador, pero #aca no se daba cuenta pues los latidos apresurados de su corazn batían una melodía frenética entre el miedo y la e6pectativa, que la ensordecía. 5inalmente Esther se dio la vuelta y la mir de frente como slo ella podía hacer, como si nadie más e6istiera en el mundo a parte de #aca

E: #e encantaría (acept Esther esbozando una sonrisa que #aca mimetiz sin darse a penas cuenta) Kate: Ieniallll... ;amos a por esa copa, me muero de sed (solt Uate antes de que volviera a producirse el silencio, y tirando de ellas para ir a una sala donde la multitud y la msica pudieran calmar aquel estado de tensiones, empez su parloteo entretenido y disperso, mientras Esther iba a su lado con /ea, y #aca las seguía franqueada por Eva y &aura que no se separaban de ella) Uate y Esther fueron a por las copas para el resto tratando en el camino de serenarse

Kate: 7reí que iban a descuartizarte allí mismo, por dios que tensin (se descargaba Uate algo más tranquila) E: #e lo merezco, es igual... están en su derecho (le contest Esther resignada) Kate: *o, no lo están. &a nica a la que le dejaría partirte la cara es a #aca, y en cambio es ella la que te ha tendido la mano... %qué nos dice eso' (le dijo Uate) E: %1e verdad piensas que estoy en condiciones de pensar en estos momentos' %;es esto' (le ense! Esther las manos que le temblaban ligeramente) 8-ues no es lo nico que me tiembla: Kate: Está bien, te lo diré yo... (se compadeci Uate de ella, y con una sonrisa pícara le pas un brazo por los hombros) Amiga mía, eso nos dice que tu táctica desamorHodio con huída estrepitosa ha sido un completo y descomunal fracaso... 8-or 1ios, si se podía hervir un huevo en el campo donde confluían vuestras miradas: E: 8Uate: (Esther no necesitaba oír aquello justo ahora, cuando verse desbordada por la presencia de #aca ya era más que suficiente para mantenerla en un sin vivir constante)


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Kate: 8Está bien me callo: 2lo una cosa... (sonri Uate) E: %El qué' (le pregunt Esther mientras cogía una peque!a bandeja para recoger todas las bebidas del grupo) Kate: %Cué piensas decirle ahora' -orque digo yo, que de algo tendréis que hablar (quiso saber Uate) Esther intent coger la bandeja, pero al primer signo de posible +precipitacin la dej de nuevo en la barra

E: 8*o tengo ni idea: Así que deja de ponerme más nerviosa y coge la puta bandeja antes de que se me caigan las bebidas (le espet Esther en un manojo de nervios) Eva: %Cué estás haciendo' (le pregunt Eva nada más se alejaron Uate y Esther hacia la barra) M: %Cué estoy haciendo de qué' (se hizo la sueca #aca, mientras veía perderse a Esther entre la multitud) Eva la cogi del mentn obligándola a que la mirara. #ientras &aura y /ea se mantenían al margen de aquello

Eva:

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Eva: *o quiero que te haga da!o (dijo Eva bajando la guardia) #aca la mir a los ojos, no quería hacerle pasar por colchn parachoques otra vez, %pero qué otra cosa podía hacer' *o se sentía capaz de renunciar a Esther de nuevo

M: %Cuién dice que no me lo estoy haciendo yo sola' (le contest #aca como respuesta) < Eva supo que no habría nada más que a!adir, pues la tristeza suplicante de su mirada no daba opcin a réplica Uate divis a las chicas que habían conseguido mesa y taburetes para todas. Esther la sigui tímidamente, tratando de poner en claro aquella nube descontrolada de pensamientos que discernían entre si habría sido mejor marcharse que quedarse. Esther slo veía un problema a aquella vocecita molesta que le gritaba +debiste irte... luego todo será peor, cuando vuelvas a estar sola, será peor, y es que hubiera sido incapaz, absoluta y rotundamente incapaz, de negarse a aquella peticin e invitacin que le había hecho #aca como caída del cielo para sacarla del infierno que estaba viviendo

Kate: /ueno, aquí están las bebidas... < más vale que las apuréis despacio, porque la barra ahora mismo es una jungla a la que no recomiendo regresar en breve (anunci Uate dejando la bandeja sobre la mesa) Esther se dio cuenta de que había estado ensimismada todo el camino, y al levantar la mirada para volver a la realidad, fue cazada por los ojos insistentes y brillantes de #aca, por arte de magia volvi a sentir que el pulso se le aceleraba y que el ritmo de sus inspiraciones dejaba de ser natural y acompasado. 4ras unos segundos donde todo parecía quieto, #aca la liber concentrándose en su bebida y Esther se dispuso a hacer lo mismo, solo que al coger su vaso el líquido de su interior se balance como una cama de agua. /ea mir a Uate en cuanto percibi el temblor de Esther, y Uate se aventur en una charla de las suyas trivial y alocada, a fin de que el silencio no terminara por causar un verdadero desastre. 2in embargo &aura también se había dado cuenta de lo mal que lo debía estar pasando Esther en aquella situacin, y se sinti algo culpable por no haberse puesto en el lugar de quien había sido no slo su superiora, sino también su mentora, su compa!era y sobretodo su amiga. Aquella actitud no era típica de la mujer que conocía, siempre firme e impertérrita ante la presin, y con ello record que no habían sido pocas las veces que Esther la había protegido cuando las cosas se habían puestos feas... quizá era hora de devolverle el favor, pues a pesar de la imagen deformada que se había creado de Esther cuando sinti que la había apartado de su lado sin darle opcin a e6plicacin, distaba mucho de la persona que tenía en frente suyo, de la persona que en realidad sabía que conocía

L: 8Esther: Esther levant la vista del vaso en cuanto reconoci que era &aura quien se dirigía a ella


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L: Cuisiera disculparme por lo de antes, no debí hablarte de ese modo. 2upongo que an me siento algo dolida por el modo en que desapareciste (le dijo &aura creando un gran silencio alrededor de la mesa) 4odas miraron primero a &aura y luego a Esther, que tuvo que dejar el vaso sobre la mesa antes de que se le fuera de las manos

E: *o te preocupes, me lo merecía. *o se puede decir que esté orgullosa de cmo hice las cosas, pero creí que era lo mejor en aquel momento, 8lo siento:... (respondi Esther, sintiendo como sus manos y su lengua se sentían atadas, habiendo tanto que e6plicar, y sin embargo, debía guardar silencio) &aura y ella se miraron a los ojos en un momento de disculpa sincera, y al final &aura la recompens con un leve asentimiento con la cabeza y un esbozo de sonrisa. Esther se sinti menos agobiada de pronto, quizá algn día pudieran volver a ganarse su confianza, su amistad

Kate: /ueno, pues el ambiente parece que está bastante +rarito... (no pudo evitar hacer el comentario Uate, que pensaba que si volvía a sentir el fino silencio cual cuchilla de acero, acabaría siendo ella la que se tiraría de los pelos) -or que no hablamos de algo un poco más constructivo, por ejemplo... %sabías que #aca es uno de los nombres que se barajan para el premio *bel de este a!o' (pregunt Uate a sabiendas de que estaba completamente convencida de que sí lo sabía, pero no quería perder la oportunidad de girar la conversacin en torno a aquellas dos mujeres) E: 8Enhorabuena: (le dijo Esther con una tímida sonrisa) M: Iracias, pero an no es seguro... (contest #aca) Eva: %Cué no es seguro':: (Eva no pudo evitar entrar al trapo.

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escaparon del grupo para reunirse con las personas que habían llegado a la fiesta y poder bailar en la pista. &aura trat en vano de que Eva la siguiera en aquel claro movimiento de dejar a #aca y a Esther a solas para que pudieran hablar, pues Eva se resistía a esa iniciativa de todas de volver a unirlas. Esther podía ver el recelo en los ojos de Eva, y aunque no podía reprochárselo, no significaba que no le doliera, pues el grado de su proteccin medía sin duda para ella el tipo de dolor por el que debía haber visto pasar a #aca cuando la dej... y eso, la destrozaba. 7on la intencin de descansar un poco del nudo que tenía en el estmago, Esther se ofreci a ir a por bebidas, pues ya que &aura se había ido con Uate y /ea a la pista, se le hacía muy cuesta arriba mantenerse enfrente de aquellas dos mujeres a solas. En cuanto #aca se qued a solas con Eva...

M: 8-or dios Eva: (suspir #aca) Eva: %Cuée' (Eva sabía que le esperaba una queja) M: %-or qué estás así' 4an a la defensiva (quiso saber #aca) Entiendo que estés preocupada por mí, pero no va a pasar nada, %por qué no puedes darle una tregua' 8Esto es demasiado: Eva: 1a igual lo que digas, me equivoqué una vez con ella, y no pienso equivocarme dos veces, no después de ver lo mal que lo pasaste, no sabiendo que en parte tuve la culpa... (le solt Eva) M: Espera, espera un segundo... %Cué en parte tuviste culpa' %de qué estás hablando Eva' (a #aca le sorprendi aquella respuesta, Eva nunca había mencionado aquel sentimiento) Eva: 5ui yo la que se pas empujándote a sus brazos constantemente, fui yo la que se ceg creyendo que Esther guardaba para ti lo que &aura guarda para mí... %cmo pude equivocarme tanto' *o dejo de pensar que si no hubiera sido tan cabezota, si no hubiera hecho de celestina y llenado tu cabeza de... (Eva llevaba guardando tanto tiempo aquellos sentimientos que la voz se le estrangul) M: 8Eiii: (#aca la atrajo para sí y la abraz) Eva, t no tuviste nada que ver... (Eva se separ un momento de ella y la mir con incredulidad)... bueno, quizá sí, pero no en lo importante. #e refiero a que si no hubiera albergado sentimientos por Esther jamás habría pasado lo que pas entre ella y yo. 4ardé mucho en ponerle nombre, pero los sentimientos ya estaban allí hacía mucho, mucho antes de que huyéramos a Btalia, así que deja de atormentarte, porque en absoluto tienes ni un ápice de culpa. &o de Esther y yo no sali bien, pero lo que vivimos fue perfecto, ahora lo comprendo y t deberías dejar de estar resentida con ella, porque yo no lo estoy, ya no Eva: %&o dices en serio' (le pregunt Eva algo aturdida por darse cuenta lo lejos que había estado ella de #aca para que hubiera sufrido aquel cambio sin que ella se diera cuenta) M: *o te voy a enga!ar, an duele, mucho... pero duele más por lo que sigo sintiendo por ella y saber que no me corresponde, que porque me dejara. %Cuién soy yo para obligarla' 2ería tan hipcrita que estuviera enfadada con ella por no corresponderme, cuando yo hice y sentí lo mismo con *ando... (#aca se entristeci de pronto) 4e aseguro que no debe ser nada fácil para ella estar aquí ahora delante de nosotras, an recuerdo cmo es intentar recuperar al menos la amistad de alguien a quien has querido y que todo sean murallas #aca guard silencio y Eva entendi que era lo que estaba pensando

Eva: %An no te habla' (le pregunt Eva por *ando)


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M: *o, y %quién puede reprochárselo' 1esde luego si crees que Esther no se merece una oportunidad, yo no me merezco ni la milésima de las oportunidades %no crees' (le dijo #aca con una sonrisa amarga) Eva: *adie puede controlar de quien se enamora... (le dijo Eva, que aunque entendía que su amiga era culpable de haber hecho mal las cosas con *ando, no podía verla acribillarse por sus errores) M: *o, pero si puede controlar el hacer bien las cosas, y yo no lo hice, lo sabes (resopl #aca asimilando aquella realidad que sin duda había sido una parte importante en su camino hacia tratar de no guardar resentimiento a Esther por lo que había pasado) -ero bueno, dejemos de hablar de ello, lo hecho, hecho está... < yo ahora mismo lo nico que quiero es que aquella mujer no vuelva a desaparecer del mapa slo porque sienta que la odiamos %entiendes' Eva mir en direccin a la barra, donde Esther esperaba con la mirada cabizbaja a que sirvieran sus copas

Eva: 7reo que sí... (tuvo que reconocer Eva) %-ero hazme un favor...' M: %7uál' (le pregunt #aca) Eva: -rométeme que no volveré a tener que recogerte hecha pedazos si ella al final desaparece (le pidi Eva) #aca la mir un segundo entendiendo sus temores, realmente era su mejor amiga

M: *o sé si puedo prometerte eso... (le dijo con sinceridad cogiéndola de los hombros), pero sí te prometo que pase lo que pase, volveré a levantarme %de acuerdo' Eva: 1e acuerdo... Esther no lo vio venir, %cmo iba a hacerlo' En un segundo estaba nadando contra la vorágine de sentimientos encontrados, de decisiones tomadas que no eran las que ella hubiera deseado, y al siguiente una mano tibia se pos en su hombro dejándola sin aliento

M: 8=ola: 5ue todo lo que dijo #aca, y con solo aquella palabra Esther se hubiera caído de la silla sino fuera porque su mano estaba fuertemente aferrada a la barra

E: 8=ola: (contest Esther con una voz distorsionada entre la ansiedad, el miedo y los puros nervios de verse de pronto a solas con ella) M: -ensé que no te vendría mal un poco de compa!ía con tanta espera (le dijo #aca que aunque igual de nerviosa que Esther, tenía cierta ventaja sin tener que luchar con la culpa que sin duda sentiría la mujer con la que trataba de dialogar) E: 2í, bueno... el chico me ha tomado nota, pero se les ha terminado el hielo, así que hay que esperar (justific innecesariamente Esther el motivo de su tardanza, pues no quería que #aca pensaba que estaba refugiándose en la barra para no tener que afrontarse a ella, aunque no por ello era menos cierto) M: Esperaremos juntas, entonces (le dijo #aca apoyándose en la barra a una prudente pero corta distancia de dnde estaba Esther)


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2in darse cuenta se quedaron un instante sin palabras. 1e pronto Esther cay en la cuenta de que quizá debería ofrecerle el taburete a #aca mientras esperaban. 7omo si tuviera un resorte se levant rápidamente de su asiento

E: Lh... %quieres sentarte' Cuizá tarden un poco y yo... bueno yo no estoy cansada, así que siéntate t... (dijo Esther de un modo muy poco habitual en ella, pues su voz daba altibajos en la escala vocal y sus palabras eran rápidas y atropelladas, por no decir lo nerviosos que eran los gestos de sus manos mientras las decía) #aca no pudo evitar sonreírse, aquella era una Esther bastante distinta a la que conocía, se le notaba demasiado que la situacin la desbordaba, acept para tranquilizarla

M: %2egura' (le pregunt antes de sentarse) E: 2í, sí... claro (corrobor Esther su ofrecimiento y #aca tom el asiento que apenas un segundo ocupaba su trasero) 4ratando de tranquilizarse y reprendiéndose mentalmente por su patético comportamiento, cerr los ojos apenas un segundo antes de proceder a disculparse...

E: 8#ac...: M: 8Esth...: Ambas pronunciaron el nombre de la otra justo en el mismo momento, atropellándose en su lenguaje

M y E: %2í' (contestaron a la vez de nuevo) < no pudieron evitar reírse, Esther nerviosamente y #aca dulcemente, sobre la situacin

M: 4 primero (le dijo #aca desempatando así aquella disputa) E: /ueno, yo slo quería disculparme por... (Esther no sabía cmo unas simples frases podrían e6presar verdaderamente todo lo que en realidad sentía por lo ocurrido, pero %qué otra cosa podía decir'...) 8&o siento: *unca quise hacerte da!o &os ojos de Esther se clavaron en los suyos suplicantes, y #aca tard un segundo en darse cuenta lo profundamente arraigados que estaban aquellos ojos en su interior. El pulso se le aceler, como dolía aquel amargo recuerdo y sin embargo... como la amaba

M: 8&o sé: (le dijo con sencillez, y el silencio volvi a instalarse entre ellas porque habían demasiadas cosas que se gritaban sin necesidad de articular palabra) Ca)arero: -erdonen la tardanza... eran dos PhisKys y cuatro mojitos, %no' (por suerte para ellas el barman apareci para introducir algo de diálogo entre las dos) E: 2í (le contest Esther, luego se gir hacia #aca y le pregunt) %< t, qué ibas a decirme' M: Lh, yo slo quería que supieras que en realidad nos alegramos mucho de verte. =a pasado mucho tiempo sin saber nada de ti (le dijo #aca) E: Eh... lo siento (volvi a tener Esther la necesidad de disculparse también por ello), yo slo pensé que sería más fácil si... yo... en fin... si yo...


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M: %1esaparecías de nuestras vidas' (termin la frase #aca por ella, sin que en sus palabras hubiera rencor sino más bien lo opuesto, comprensin) E:
E: #aca... M: *o importa, no tienes por qué contestar a eso... era curiosidad, nada más (#aca cambi de actitud en cuanto se dio cuenta que aquel momento de debilidad podría asustar a Esther haciéndola huir de nuevo al ver que an esperaba algo más de ella) Esther la mir a los ojos tratando de ver sus verdaderos sentimientos, con dudas, contest a la pregunta...

E: &a verdad es que estuve a punto de ir a veros hace unos ocho meses, pero entonces tuve que salir del país y no he regresado hasta hoy (le confes Esther) &o que trato de decir, es que, 8os echo de menos:, a todas... (Esther la mir a los ojos), pero tampoco voy a mentirte, si no hubiera sido por este encuentro fortuito, no sé si hubiera tenido el coraje suficiente de acercarme a vosotras esta noche... L cualquier otra. *o lo sé. *o sé si esto es buena idea &a ltima frase de Esther apenas había sido un susurro mientras apartaba la mirada de #aca y la concentraba en la bandeja que el barman les tendía con las bebidas ya preparadas. #aca tuvo que procesar todo aquello con rapidez, pues los gestos y la e6presin de Esther decían mucho más que sus esclarecedoras palabras. 1e pronto entendi que Esther seguía siendo la misma, seguía protegiéndolas. 7on un gesto espontáneo coloc su mano sobre la de Esther deteniéndola de la accin de coger la bandeja. El estremecedor temblor que sinti bajo su tacto procedente del cuerpo de aquella mujer, afil sus sentidos y confirm lo que su corazn le decía desde que sus ojos se habían encontrado... 8an sentían algo: &a idea, la hizo marearse de pronto. 8Esther an sentía algo por ella: Esther sinti como todo su interior se removía, como si de pronto alguien la hubiera introducido en una lavadora y se hubiera divertido con el programa de centrifugar dejándola mareada y completamente desorientada por unos instantes

M: 8Esther:... Esther dirigi su visin borrosa hacia el foco de voz que había pronunciado su nombre, y poco a poco la imagen de #aca se mostr nítida ante ella. El corazn se le subi a la garganta con su martilleante latido a punto de reventarle en la yugular...

M: Esther, %estás bien' Aquella voz aterciopelada volvi a pronunciar su nombre mientras ella estaba presa de algn encantamiento paralizador que no lograba a comprender. &os receptores nerviosos


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del dorso de su mano identificaron unas caricias, Esther condujo sus ojos lentamente hacia aquel foco de informacin descubriendo no slo de dnde provenía el calor que tan rápidamente se había instalado en su cuerpo, sino también la causa de que la piel se le hubiera puesto de gallina sin previo aviso. &os ojos de #aca pasaron de la preocupacin a la sorpresa tras observar la nueva respuesta a su mero contacto. 1e pronto sus ojos volvieron a encontrarse llenos de palabras... Esther podía notar en los ojos de #aca como la sorpresa dejaba paso a los interrogantes, y de pronto aquel destello... 2i no hacía algo pronto, se encontraría en una situacin de la que no podría salir

E: 2erá mejor que volvamos... (se apresur a sugerir Esther, mientras sin previo aviso recuperaba la mano que descansaba bajo la de #aca, cogía la bandeja con torpeza y se encaminaba hacia la mesa a toda prisa) #aca apenas pudo reaccionar. En un segundo estaba a punto de hablar y al otro, la nica mujer que podía responder a sus preguntas huía de ella torpemente. #aca la mir, Esther estaba a punto de perder el equilibrio de la bandeja cuando Uate y &aura la atraparon salvándola de dar un espectáculo. 5ue procesar el conjunto de aquella escena lo que provoc que en el rostro de #aca aflorara una sonrisa magnánima... Esther no sentía algo por ella, no... estaba loca por ella, y por alguna razn, esa noche, ni todo su autocontrol ni sus barreras más acérrimas parecían tener efecto si se encontraban lo suficientemente cerca

Kate: %7mo que te vas' (se sorprendi Uate, pues la noche parecía irse solucionando poco a poco) E: #e voy, y punto... (respondi Esther nerviosa viendo por encima del hombro de Uate que #aca emprendía el paso hacia la mesa) Kate: -ero, %qué ha pasado' (Uate mir hacia donde los ojos de Esther se dirigían con nerviosismo muy mal disimulado, y al ver a #aca dirigiéndose hacia ellas at cabos) %Es por #aca' %qué te ha dicho' %os habéis vuelto a pelear' E: *o, no nos hemos peleado... Uate me tengo que ir, ya te lo contaré... %vale' (le dijo Esther sin más, y volvi junto a la mesa para despedirse brevemente de las chicas) #aca vio como /ea le daba dos besos a Esther, luego la sigui &aura... se estaba despidiendo de las chicas. + "sther... ni se te ocurra hacerlo... "sta ve* no pienso quedarme en shocG y as pon'rtelo fácil para que puedas salir corriendo, pens #aca ya barriendo la distancia que le quedaba hasta ellas. 7uando lleg Esther acababa de despedirse de Eva...

Kate: &a boda es el 3J, y no quiero e6cusas %vale' (le estaba recordando y advirtiendo Uate en ese momento) E: ;ale (contest Esther completamente consciente de que slo le faltaba despedirse de #aca, la cual acababa de llegar junto a ellas y no dejaba de mirarla fijamente) /ueno, tengo que irme... me estaba despidiendo de las chicas M: 8

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la enredasen. #aca no dej de mirarla a los ojos, más consciente que nunca de todas sus reacciones, casi le parecía un mal chiste que alguna vez hubiera estado ciega a ellas. Esther tenía los ojos chispeantes, su tez tenía un color sonrosado como aquel que se toma un par de copas y empieza a tener conciencia del calor que hace, y no sabía que hacer con sus propias manos...

E: #e... me ha gustado volver a verte (pronunci Esther en un vano intento de concluir por fin con aquel encuentro, y torpemente tendi una mano hacia #aca) #aca se qued mirando la mano que le tendía, todas las miraban siendo conscientes de la tensin que emanaban ambas. Entonces #aca le tendi también la mano, cogi la de Esther y al levantar la mirada para centrarla en los ojos de aquella mujer que casi parecía haber dejado de respirar por el contacto, su rostro dibuj una sonrisa pícara que qued acentuada por la leve inclinacin de la cabeza de #aca

M: 7reo que t no te vas a ninguna parte... (pronunci serena y lentamente #aca) < entonces tir de ella aprovechando que ya la tenía cogida de la mano haciéndola atravesar la sala en la que estaban

E: #aca... #aca... %qué estás haciendo' (le pregunt Esther en un vano intento de que #aca se detuviera, pero no lo hizo) M: &o que debería haber hecho hace mucho... vamos a aclarar esto (le contest justo cuando consiguieron salir del ruidoso saln. #aca se detuvo para mirar dnde podrían meterse para mantener la conversacin que sin duda iban a tener, y al final se decidi por uno de los servicios que estaban más apartados) 8;amos: Esther agarr fuertemente el brazo de #aca negándose a que la arrastrara de nuevo. El corazn le iba a estallar y ya no sabía si era de la turbacin que le causaba el estar tan cerca de ella o de puro miedo. #aca sinti como Esther la anclaba en el sitio, se gir para mirarla

E: #aca, no sé que es lo que esperas, o si he hecho o dicho algo que te haya podido dar una impresin equivocada, pero no creo que haya nada más que aclarar entre nosotras... (le dijo Esther haciendo acopio de un momento de autocontrol) #aca dio un paso hacia ella, Esther tuvo que hacer un gran esfuerzo por no retrocederlo al límite del precipicio como se encontraba de perder toda razn y voluntad

M: Esther... (su nombre fue como una caricia acentuada por el tono más grave que tom la voz de #aca de repente, Esther se vio conteniendo el aliento bajo su escrutadora mirada)... acompá!ame, tenemos que hablar y no quiero hacerlo delante de toda esta gente, %de acuerdo' (#aca acarici con su mano el brazo de Esther hasta que alcanz la mano que la tenía an presa para detenerla, Esther sinti que el cuerpo le pesaba mil Kilos de golpe cuando sinti por su piel el calor y la suavidad que desprendía la mano de aquella mujer a la que no había dejado de amar ni un solo instante, los dedos de #aca se enlazaron entre los suyos como un recuerdo lejano. #aca sonri tímidamente, el deseo también danzaba pesadamente en su rostro) 8;amos:


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< Esther volvi a dejarse arrastrar pese a aquella sirena roja que gritaba en su interior advirtiéndole del peligro. En menos de lo que esperaban, ambas se vieron encerradas en aquel cuarto de aseo. #aca ech el pestillo. Esther se situ lo más lejos de ella que pudo. < ambas se quedaron en silencio cuando sus ojos se encontraron en aquella intimista estancia

E: /ueno... %de qué querías que habláramos' (se atrevi Esther a romper el silencio antes de que su corazn ruidoso y alborotado la delatase) M: 1e nosotras, de lo que pas... (le dijo #aca anclada an a la reconfortante seguridad que le tendía la puerta en la que se apoyaba. -ues pese a la fuerza que la había impulsado a cometer aquel acto de arrastrar a Esther con ella, ahora que se encontraban a solas, la duda a equivocarse de nuevo hizo despertar aquel temor que hablaba de sus inseguridades) E: 4e escucho... (le dijo Esther incapacidad de ser ella la que articulara las palabras, apenas podía pensar con todo ese amasijo de sensaciones traspasándole el cuerpo. #aca estaba guapísima... y ella, la amaba de un modo tan sobrehumano que ya no le quedaban fuerzas... tanto que ya dudaba de todo, de lo que era bueno o malo, del bien, del mal... de sus decisiones, de sí misma. Así se sentía Esther cuando estaba con ella, tan perdida e insegura que apenas podía encontrarse a sí misma. Era aterrador) #aca apart la mirada de ella... +no me lo vas a poner fácil , pens tras escuchar como Esther dejaba la pelota en su tejado. 2i quería que hablaran, estaba claro que sería ella la que tendría que hacerlo, pues Esther parecía no tener nada que a!adir a lo ya dicho en su momento. + "stá bien... entonces ser' yo, se dijo #aca tomando aire y aparcando sus miedos, o se atrevía a jugar sus bazas o Esther volvería a desaparecer, aquella idea an le aterraba más que cualquier otra posibilidad que se le planteara

M: *ecesito que me e6pliques qué es lo que pas, necesito saber por qué te fuiste... (le pidi #aca) E:

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E: &o... lo siento... (pronunci Esther, disculpándose por el dolor que le caus aquella vez) M: *o importa (se recuper #aca) Aquello pas, y he tenido mucho tiempo, quizá demasiado, para pensar en lo que ocurri, pero por más que le doy vueltas no consigo que las piezas encajen &os ojos de #aca atraparon a los de Esther llenos de intensidad. Esther tembl

M: *o consigo que encajen, porque pese a tus palabras yo sé que me amabas... (#aca pudo ver como Esther se esforzaba por no e6presar nada, pero el brillo en sus ojos no mentía) y eso hace que me platee nuevas hiptesis que en su momento ni siquiera pude concebir. En realidad me encontré completamente a oscuras durante mucho tiempo como para ver nada, pero ya no (#aca avanz lentamente hacia ella, Esther esta vez si recul hasta que su cadera dio contra el lavamanos) 8Esther...: (#aca susurr su nombre con voz ronca y a Esther le flaquearon las rodillas paralizada como estaba ante la belleza de su pro6imidad) 84odavía me amas: 2entenci #aca sin darle opcin a réplica, y acariciando la mejilla de Esther con la mano se acerc hasta ella y la bes %7mo había podido olvidarlo' "n segundo y al otro la tierra temblaba a sus pies. "na descarga eléctrica reactiv cada partícula de su cuerpo como si hubiera permanecido en hibernacin hasta ese justo y preciso instante. &a calidez de aquellos labios se e6pandi en su interior como una bomba, pero su suavidad, su sabor, era sin lugar a dudas lo que causaba en ella esa sensacin tan abrumadora. Esther se encontraba hipnotizada, casi ausente del hecho real de que era #aca quien la besaba, hasta que aquella mano de dedos gráciles pas de su mejilla a su garganta erizándole la piel, y luego a su nuca atrapándola con una fuerza engullidora que ya no pudo obviar cuando la lengua de #aca empez a llamar a la puerta de sus labios. "n gemido le dio la bienvenida sin previo aviso, #aca se estrech con más fuerza contra Esther como si la separacin minscula entre ellas le resultara insoportable, y ya no pudo contenerse. &as manos de Esther se aferraron con ansiedad a las caderas de #aca estrechándola a su vez, y su boca reclam cada uno de los besos a los que dolorosamente había renunciado. %-or qué diablos lo había hecho' *i siquiera podía pensar en sus motivos, mientras su encuentro se hacía frenético y la besaba desesperadamente. #aca se sum a la pasin que Esther empez a imprimir no slo a sus besos sino también a sus manos que parecían luchar entre lo correcto y lo indecente mientras hacía jirones la blusa de #aca y se esforzaba por no escabullirse hasta su piel

M: =azlo... (le susurr #aca en ese justo instante, y Esther sinti que casi perdía el conocimiento presa de un deseo que el aliento cálido de #aca en su oído espole hasta lo infinito) Cue #aca apresara entre sus labios el lbulo de su oreja no le ayud precisamente a regresar a su lado más racional, y sin moderacin volvi a reclamar la boca de #aca, tom la iniciativa y la apres contra la pared de la peque!a estancia mientras sus manos empezaban a buscar una piel que recordaba a la perfeccin entre sus manos. El jadeo se hizo cadencia cuando Esther alcanz los pechos de #aca entre sus manos y ésta tuvo que aferrarse a sus hombros para no caer en aquel abismo que se abría ante sí. &as manos de Esther habían dejado de temblar, y los dedos recordaron con apremio los


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juegos íntimos que habían mantenido sobre aquellos pezones rodeados de carne sensible que jadeaban bajo sus suaves caricias y arrebatados cercamientos. #aca gimi a escasos centímetros de su oído, Esther sucumbi ante el perfume de su cuello y empez a besar cada centímetro de carne que quedaba al descubierto. En menos de lo que esperaban, ambas reclamaban con prisas caricias más profundas que la ropa no hacía más que cohibir y retener. #aca fue la primera en darse cuenta de que no podía esperar, y empez a desabrochar con prisas el pantaln de Esther sin dejar de besarla... Esther sentía que todo a su alrededor daba vueltas a una velocidad que no podía manejar, y entonces sinti el calor y el dolor dulcemente punzante que los dedos de #aca imprimieron bajo sus bragas. 2in apenas aire cay contra el cuerpo de #aca aplastándola contra la pared... %qué estaban haciendo' logr preguntarse Esther mientras los ojos se le cerraban y la tortura más dulce del mundo seguía allí, imprimiendo caricias certeras en el henchido centro de su deseo... + no está bien, pens... pero #aca busc su boca como si pudiera escuchar el peque!ito ejército que an luchaba por mantenerse en pie en ella, y lo abati con besos que hablaban de la humedad que sentía, de la pasin que despertaba, de la necesidad de algo que sin duda les pertenecía...y sumergida en la inmensidad de aquel placer divino que sabía no merecía después de todo, se dej arrastrar hasta el mismo fondo entre jadeos que aquella boca le impedía emitir, sabiendo que si no fuera por aquella mujer que la sujetaba mientras la follaba brutalmente con sus dedos y con la prisin de sus brazos y sus besos, se caería al suelo como el ser inerte en el que se había convertido desde que había renunciado a ella El ritmo agitado pero progresivamente más acompasado de la respiracin de Esther marc el fin de una escalada hasta el mismísimo cielo. #aca no dej de sostenerla ni de acariciarla ni un segundo, reteniéndola entre sus brazos. -oder haberla hecho suya en aquel instante, no podía compararse con nada salvo con volver a hacerlo. 1ej que se repusiera aun consciente de que cuando lo hiciera volvería también su razn, la cual no le cabía ninguna duda estaba empe!ada en oponerse a la idea de ellas dos juntas, pero esta vez estaba decidida a no ponérselo fácil, esta vez ya no sería la joven insegura en estado de shocK tras la ruptura de su primer amor... esta vez, lo más importante, estaba a su favor y se agarraría a él aunque ardiera despellejando sus manos

E: #aca... (pronunci Esther su nombre con temor, aun no se atrevía a separarse de ella) #aca cerr los ojos ante la caricia de su nombre, sabía que pronto llegaría el jarro de agua fría y quiso adelantarse a él

M: %Cué' %ya tienes fuerzas para salir huyendo' (le susurr con miedo #aca, pero también tratando de imprimir una mezcla de humor mal conseguido a su voz) Esther se separ ligeramente de ella, aun estaba entre sus brazos y la mir a la cara tratando de descifrar sus pensamientos. #aca sonri tímidamente, Esther sin embargo permaneci seria... no quería volver a hacerle da!o, pero sabía que tarde o temprano se lo haría, se lo harían las dos. &o que había pasado entre aquellas cuatro paredes, no debía haberlo permitirlo... había sido un grave error que Esther posiblemente no se perdonaría, pero estar junto a ella, aunque fuera un slo instante bien merecía el infierno con todas sus consecuencias. Acarici con ternura la cara de #aca, y ésta no pudo evitar que los ojos se le cerraran pesadamente ante el calor de aquella mano, Esther casi había podido escuchar el gemido ahogado que había provocado con su caricia... %-or qué el


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destino les había jugado esa mala pasada' %-or qué las había acercado para luego dejarlas cada una en el e6tremo opuesto de aquella injusta balanza' 2i hubiera imaginado que toda aquella historia podía terminar sacrificando a una de ambas, jamás hubiera permitido que aquellos sentimientos crecieran, jamás la hubiera besado, jamás... #aca abri los ojos, y con un gesto casi imperceptible, casi como un resorte instintivo, también se entreabrieron sus labios, Esther no pudo evitar quedar hipnotizada por ellos... y entonces se dio cuenta de que se autoHenga!aba, porque lo que no había tenido jamás era la fuerza ni la voluntad necesarias para resistirse a aquellos hilos invisibles que parecían arrastrarla hacia #aca más allá de toda lgica y sufrimiento

E: #aca, no es eso... yo, nosotras... (Esther trat de hacer lo correcto, prolongar aquello sin hablarlo no sería justo, pero #aca coloc un dedo sobre sus labios y la interrumpi, an con toda la turbacin que eso le producía, Esther trat de seguir hablando)... #aca, tenemos que hablar de... esto -ero #aca no quería hablar de nada, repas los labios de Esther con su dedo y viendo que no callaba la volvi a besar introduciéndola en la misma espiral de sensaciones en la que ella se encontraba

M: *o quiero hablar, no ahora, no esta noche... por favor (le suplic #aca mientras seguía besándola y sus respiraciones volvían a prenderse, agitadas) Esther encontr el modo de separarse de aquellos labios, el pulso le temblaba y su cabeza estaba completamente nublada. En aquel momento se sinti tremendamente culpable, porque no iba a ser capaz de resistirse, porque la deseaba y la quería con una brutalidad que la asustaba, porque no quería renunciar a ella

E: #aca... (lo intent de nuevo con un ltimo aliento) M: 8;en conmigo: (le pidi de pronto #aca) E: %A dnde' (se sobresalt Esther por la energía con lo que lo había dicho) M: ;en a mi casa... (#aca la estrech con fuerza contra sí, no iba a soltarla), t y yo, esta noche, solas... ma!ana será ma!ana E: #aca esto no está bien... (dijo Esther asustada realmente, trat de zafarse de sus brazos) M: 8*o me importa: (la retuvo #aca, y le cogi la barbilla para que la mirara) *o puedes prometerme nada, y sé que te mueres de ganas de salir corriendo... está bien, te dejaré, pero esta noche no... esta noche ven conmigo, slo y simplemente ven conmigo Esther se qued paralizada, #aca pensaba que quería salir corriendo, pero no era cierto, ansiaba tanto olvidarse de todo y quedarse a su lado que apenas podía respirar. *o se daba cuenta de lo que le pedía, y ella no se atrevi a decírselo cuando los labios de #aca sonrieron y se aventuraron de nuevo a devorar los suyos #aca se qued mirándola. Apenas había podido dormir un par de horas en toda la noche, pero el cosquilleo y el cansancio que sentía por todo su cuerpo bien habían merecido la pena. Esther dormía plácidamente sobre la almohada, los mechones de pelo ondulado le caían por la cara, y #aca se sinti invadida por la dulzura que respiraba aquel rostro que no se cansaría de mirar y de besar nunca. 87uánto había so!ado con


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tenerla así: 2in una arruga de preocupacin en su frente, desnuda en su cama después de haber hecho el amor una y otra vez, hasta quedar rendidas... quizá eso es precisamente lo que era, un sue!o, aunque sabía que de ser cierto no sentiría esa angustia en mitad del pecho de saber que ya era ma!ana. 2e pas las manos por el pelo y dej recostar su cabeza contra el cabecero de la cama... %cmo iba a retenerla ahora' Aquella pregunta era la que no le dejaba cerrar los ojos más de lo estrictamente necesario. En cuanto habían llegado al apartamento, Esther había tratado de hablar con ella, pero #aca había echado los cerrojos y las persianas de su cordura, había puesto toda la carne al asador, y la había arrinconado hasta que Esther había olvidado hasta su propio nombre. Ahora se sentía culpable por ello, sí, Esther la deseaba, pero %y si slo había sido eso'... a la luz del día dudaba hasta de la clara conviccin que había sentido aquella noche de que Esther la amaba, esa conviccin que la había hecho arriesgarse hasta el punto de volver a tenerla entre sus brazos, hasta el punto de volverse a poner ella en los de Esther, quizás había sido un error, o quizá no y su instinto estaba en lo cierto, porque mientras habían estado una en brazos de la otra una voz profunda y clara le gritaba que Esther la quería con toda su alma y que algo no encajaba. #aca volvi a mirarla... %por qué la había dejado Esther' %por qué le había mentido diciéndole que amaba más a su trabajo, cuando era evidente que no era así' #aca no la creía, no después de haber hecho el amor con ella aquella noche, pues cada poro de la piel de Esther, cada caricia y cada mirada que le había entregado en aquella misma cama, hablaban de amor y no de estricto deseo, eso era algo que #aca sabía diferenciar demasiado bien, pues se6o por deseo había tenido mucho, pero además con amor, slo con una persona y estaba justo a su lado. 2í, tendrían que hablar, pero no slo sería Esther quien lo haría Abri los ojos y ya no estaba. 2e incorpor en la cama desconcertada, y escuch ruido al fondo del pasillo. #aca estaba en la casa, y Esther se dej caer de nuevo en la cama sintiendo un alivio que dur más bien poco al darse cuenta de que tendrían que hablar de lo ocurrido. El estmago se le revolvi de pronto, lo que habían vivido aquella noche era un sue!o hecho realidad, algo que creía no merecerse, algo por lo que tendría que pagar un alto precio, pero que an así, los saltos que an brincaban en su corazn no permitían que se arrepintiera de nada. Ella era todo lo que Esther quería, y haber podido entregarle cada caricia a #aca aquella noche, era algo que habitaría en ella por muchos a!os que viviera, pasara lo que pasara #aca se sent en el saln con una taza de café en la mano. &as vistas de aquel parque con abundante vegetacin que se divisaban por su ventanal eran una de las razones por la que se había decidido a comprar aquel apartamento, y ahora sabía por qué, en cierta forma le recordaban a Btalia. 4omo un sorbo de su taza y se acomod aun más en el silln, todo parecía cobrar un nuevo significado ahora. Esther carraspe en ese instante. #aca gir con lentitud la cabeza hacia ella, Esther se había puesto una camiseta y un vaquero algo gastado, y la contemplaba con cierta timidez y nerviosismo desde el quicio de la puerta. Aquella imagen despert bellos recuerdos en #aca, así que sonri

M: 8=ola: (le dijo #aca a modo de saludo matutino) E: 8=ola: (le contest Esther con una tímida sonrisa) 1urante un segundo perfecto, sus ojos brillaron y hablaron sin necesidad de palabras. &uego Esther apart la mirada dubitativamente y #aca supo que debía rescatarla


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M: %Cuieres una taza de café' Está recién hecho (le pregunt #aca con tranquilidad) E: Estaría bien, sí, gracias (le contest Esther sin saber muy bien como comportarse después de lo que había ocurrido entre ellas) #aca se levant del silln. An llevaba el pijama puesto, y Esther no pudo evitar contemplar lo hermosa que era. 7uando pas a su lado, Esther tuvo que apartarse para contener el impulso de acariciarla... su fragancia era una de las cosas que an la atormentaban algunas noches, y volver a olerla era mágico. #ientras #aca servía otra taza de café Esther no pudo dejar de mirarla, había algo en ella que había cambiado indudablemente, siempre había desprendido una energía radiante y perturbadora con su personalidad independiente, rebelde e impulsiva, pero ahora estaba rodeada de una tranquilidad y una seguridad que la volvían an más irresistibles... era como si... hubiera madurado. *o desde un punto de vista entre la adolescencia y ser adulto, sino desde aquel otro que imprimía un nivel de sabiduría difícil de alcanzar si uno no alcanza a estar en paz consigo mismo. #aca había conseguido estar en equilibrio consigo misma, ahora lo veía

M: %1os de azcar' (le pregunt #aca sin volverse, pues aquella sensacin de tener los ojos de Esther pegados a su espalda la ponía un poco nerviosa) E: 2í, dos... (contest Esther, y #aca se qued con la cuchara de azcar a mitad de camino al percibir el tono de su voz más grave esta vez) Esther cruz la estancia y se coloc a su espalda, porque no hacerlo la enloquecía más que cualquier tortura a la que pudieran someterla. #aca cerr los ojos cuando sinti el calor que desprendía el cuerpo de Esther tan cerca del suyo. 4om aire y los abri para girarse

M: Aquí tienes (le dijo tendiéndole la taza, y se la hubiera echado encima si no fuera porque Esther la cogi a tiempo, pues #aca no había calculado la distancia a la que se encontraba Esther de ella y casi la golpea al e6tender el brazo para dársela) &o siento... 2e disculp #aca aturdida, Esther dej la taza en la encimera despacio, tan despacio que #aca tuvo la impresin de que todo pasaba frente a ella a cámara lenta. Esther se volvi para mirarla, y recogi uno de los mechones de #aca detrás de su oreja

E: #aca... (Esther pronunci su nombre casi como un susurro roto entre el anhelo y el miedo) tenemos que hablar de lo que pas anoche M: &o que pas anoche es que nos queremos (le contest #aca como si eso zanjara cualquier conversacin, duda o e6cusa que Esther quisiera darle) %L es que vas a negármelo también esta vez' #aca esperaba que Esther apartara su mirada de ella, pero no lo hizo, la mantuvo en sus ojos sin dejar de calentarla con una intensidad y una mezcla de tristeza que a #aca la pill completamente desprevenida

E: *o, no puedo... (pronunci Esther) Eso no puedo negarlo. 4e quiero A #aca se le aceler el corazn de golpe, aquello no podía ser tan fácil, Esther no podía ponerlo tan fácil


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E: *o he dejado de quererte nunca, pero... M: %-ero' (la interrumpi #aca, allí estaba su e6cusa, y no lo consentiría) %Cué pero'... 4 me quieres y yo te amo (#aca cogi su cara entre las manos), no hace falta más, todo lo demás puede solventarse E: #aca... (Esther quería creerlo pero sabía que no era cierto, la angustia se apoderaba de ella)... no es tan fácil, 1ios... no es tan fácil, %no lo entiendes' Esther se separ, parecía desesperada de pronto

M: %Cué no entiendo' 81ímelo:... =ubo un tiempo en que podíamos hablar de todo... (#aca se acerc de nuevo a ella y volvi a obligarla a mirarla a la cara) %-or qué no me dices eso que callas' 8no puede ser tan difícil: 82e sincera conmigo:... %por qué no me dices de una vez porqué me dejaste hace un a!o si nos queríamos' 81ime la verdad Esther: 8-or 1ios, dímelo de una vez: (le pidi encarecidamente #aca contagiándose de su misma desesperacin y la cogi por ambos brazos sacudiéndola para que reaccionara) E: 84enía que hacerlo:... 1iosss... no iban a dejarte en paz, tenía que hacerlo... (dej escapar Esther de su boca aquellas palabras antes de que pudiera racionalizar lo que decía) #aca la solt despacio, aturdida

M: %Cuién no me iba a dejar en paz, Esther' (formul lentamente la pregunta #aca aunque una nube negra en su recuerdo iba siendo el preludio de sus sospechas) E: 8Esto no está bien: 8*o, debí...: Esto no debería... (Esther hablaba como si mantuviera una pelea internamente) M: %Esther' %quién no iba a dejarme en paz' (volvi a preguntarle #aca esta vez más enérgicamente) E:

@??

M: 0ecuperar mi vida a cambio de subyugar la tuya... (murmur #aca procesándolo) %En qué clase de país estamos viviendo' Esther se acerc a ella y se sent a su lado. #aca la mir a la cara

M: 1ímelo Esther, porque no lo entiendo. *o entiendo que burda mentira es ésta, donde de la noche a la ma!ana alguien decide que quiere algo tuyo y emplea la tapadera de la ley para apoderarse de tus deseos, de tu vida... 8esto es de locos: (aquello había sido otro duro golpe para sus ideas) E: 2í lo es, pero la 1#B4 no siempre fue así y yo trato de cambiar también eso. A diferencia de lo que crees en estos momentos, la 1#B4 fue un refugio y una oportunidad para investigadores de talento como t (le dijo Esther) #aca la mir incrédula

E: *o me mires así. &a 1#B4 se creo en los a!os @?, como una especie de programa de proteccin de testigos, pero para investigadores que habían dado o conseguido crear inventos que supondrían un gran avance científico pero que en malas manos podrían convertirse en un peligro potencial. &a 1#B4 les daba una nueva identidad, les ponía los medios para desarrollarlo y les daba proteccin. 7on el tiempo su funcin se fue degenerando, la tecnología evolucion demasiado rápido y con ella también el desarrollo de todo tipo de armas que hicieron cundir un poco el pánico. &a 1#B4 empez a querer controlar todo aquello y empez a crear presiones para el ingreso de los científicos, una vez dentro muchos veían una oportunidad, otros una esclavitud y es ahí donde fallamos, porque empezamos a decidir por ellos cual tenía que ser su vida. -or eso salí de la 1#B4, y por eso me pasé los siguientes a!os aprovechando las lagunas legales de su manual de actuacin para luchar contra prácticas totalmente en contra de la libertad del ser humano... como te pas a ti (le dijo Esther y ambas se quedaron mirándose) 7uando llegué a Espa!a tras Btalia, jamás pensé que las cosas sucederían de este modo. A mi padre lo llamaron al cargo, había un movimiento interno en la organizacin que estaba haciendo presin para derrocar algunas de las prácticas más anticonstitucionales de la 1#B4 y querían +limpiar errores que hoy por hoy ya no se podían permitir cometer. #e pusieron al alcance de la mano esa funcin, devolver la 1#B4 al origen para lo que fue creada, pero sobretodo me pusieron al alcance asegurarme de que t volverías a tu vida, con los tuyos... (Esther solt una sonrisa sarcástica y triste) *o creas que se me pas por alto lo irnico de la situacin, decirme que iban a poner en mi mano el cambio de la 1#B4 pero ejerciendo para ello un chantaje que ellos sabían que aceptaría, tu libertad M: Esther, no debiste aceptar (le dijo #aca) E: 2í, sí debí. -orque si no lo hubiera hecho, hubieras sido t la que estaría dentro y no como una investigadora libre y de colaboracin, como pretendo conseguir que sea en el futuro para quienes decidan recibir la ayuda de la 1#B4, sino como una delincuente cuyo cargo por huida ante la ley había sido por mi culpa (Esther cogi la cara de #aca entre sus manos, en sus ojos había un dolor y una desesperacin que sobrecogi a #aca) 8%*o lo entiendes': Bba a perderte de todos modos, una vez dentro iban a cambiarte de identidad, iban a incomunicarte con tu pasado... la sola idea de no poder encontrarte me aterraba, de no verte, de no saber que estarías bien. Aceptar el cargo no slo me permitía devolverte tu libertad, sino que también asegurarme de que estuvieras bien aunque fuera slo observando a distancia...


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#aca abri los ojos como platos. Así que era cierto... esa sensacin de que Esther no había desaparecido de su alrededor durante todo ese tiempo había sido cierta, Esther la había estado observando, cuidando a distancia

M: =as estado a mi lado... (pronunci #aca despacio, más como una afirmacin que como una pregunta, pero Esther asinti con la cabeza de todos modos para verificárselo) 4odo este tiempo, has estado observando... E: 2í, pero no quiero que pienses que te vigilaba, simplemente quería... M: Asegurarte de que estaba bien... (termin la frase #aca por ella) E: 2í (dijo Esther) M:
M: %Cué va a pasar ahora' E: 4engo que regresar a la 1#B4 (le dijo Esther) M: -ero podremos seguir viéndonos, eso no impide que t y yo sigamos juntas... (e6pres #aca de repente agitada), %no' %Esther' Esther se qued callada unos instantes, pero le mantuvo la mirada

E: Ljalá fuera tan fácil (finalmente hablo Esther) M: 8&o es: 8*os queremos:, por el amor de 1ios, 8claro que es así de fácil: (la ataj #aca nerviosa) E: #aca, escchame, por favor y trata de entender más allá de lo que sentimos en estos momentos. -or mucho que yo te quiera, estar dentro de la 1#B4 significa que no puedo tener lazos fuera de ella, mantener esta relacin sería un grave error que nos causaría a la larga mucho da!o. Ahora estoy aquí, pero ma!ana puede que no y no te podría comunicar ni dnde estoy ni cuándo regresaré, así de simple. *o sería como una relacin a distancia si es lo que te imaginas, porque cuando entramos en un caso tenemos prohibida la comunicacin con el e6terior por motivos de seguridad. *o habría llamadas, ni email... desaparecería sin más... (trat de e6plicarle Esther) M: -ero regresarías... (la ataj #aca empezando a comprender lo que Esther trataba de e6plicarle, aun así se resistía a no encontrar una solucin que las anclara al suelo, juntas) E: Esa no es la cuestin, %qué clase de vida sería' 2in proyectos de futuro... (neg Esther con la cabeza, aquello era demasiado duro) M: 8Esther:, %regresarías' 7uando terminaras las misiones esas, o lo que sea que tengas que hacer para ellos, %regresarías' %dispondrías de tiempo en el que estaríamos juntas' (se amarr a aquella posibilidad #aca) Esther se la qued mirando. #aca no se daba cuenta de lo duro que había sido tomar aquel camino para ella, de lo contrario no le haría albergar aquella ilusin de que podía tenerlo todo, estar en la 1#B4 y esperar que #aca estuviera esperándola en aquel puerto para amarla


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E: 8#aca, no lo hagas: (le dijo Esther con un nudo en la garganta) *o quiero esa clase de vida para ti, incompleta. 4arde o temprano te darás cuenta de que no es modo de vivir, así no... #aca se baj del taburete y se arrim a ella. 7ogi la cara de Esther entre sus manos y la bes con dulzura y un sentimiento de promesa

M: ;olverías, %no es cierto' (le susurr #aca cuando por fin la liber) E: 2í, sabes que sí (tuvo que reconocer Esther sin fuerzas) M: Entonces te esperaré, y t cumplirás la promesa de volver siempre a mí después de cada caso 8Esto es un pacto: (le dijo #aca mientras sus frentes quedaban unidas en un momento nico y sus respiraciones bailaban a escasos centímetros de sus labios entreabiertos y anhelantes) &a gente fue llegando y sentándose en las sillas blancas de madera que habían acomodado y adornado en el jardín para la ceremonia. #aca se qued junto a la puerta acristalada mientras veía como la hermana de /ea saludaba alegre a los invitados y les orientaba sobre donde podían sentarse. El jardín de la casa que a partir de ahora sería de Uate y /ea, había quedado precioso con aquel altar blanco y floralmente adornado en pleno centro. &a gente que se conocía hablaba alegre mientras esperaba que la ceremonia empezara, y la familia de /ea parecía encantada a pesar de que veía algn que otro correteo de nervios por detalles seguramente de ltima hora de la boda. 8Cuién lo diría:
Eva: -areces en /abia (atrajo su atencin Eva situándose al lado de #aca) M: &o estoy (confes #aca con una inmensa sonrisa) Eva:

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< #aca simplemente sonri, pues a pesar de que Esther y ella llevaban poco tiempo estando juntas de nuevo, tenía que reconocer que no le importaría firmar un +para toda la vida, y menos escucharlo de los labios de Esther, eso sin duda le bastaría

Eva: Anda, vamos a sentarnos o &aura no tardará en ceder nuestros asientos a esa rubia que le lleva insistiendo (le dijo Eva y juntas fueron a sentarse) &a ceremonia fue preciosa, al igual que la llegada de la noche y el mágico encendido de los farolillos sobre las mesas del convite, mientras el aire se llenaba de olor a +dama de noche entre murmullos de gente que reía, hablaba y compartía la felicidad que las novias trasmitían desde su mesa principal. &aura, Eva, #aca y Esther vitorearon junto a los demás invitados para que las novias se besaran, aplaudieron cuando cortaron la tarta, y se abrazaron en pareja cuando Uate y /ea saltaron a la pista para bailar su cancin

E: %En qué piensas' (le susurr Esther a #aca mientras a su espalda la abrazaba por la cintura) M: En ellas, en lo felices que parecen (le contest #aca dejándose acunar por aquellos brazos que día a día se hacían más necesarios en su vida) E: 2i, parece que lo son, y mucho. -ero %y t' (quiso saber Esther, pues a pesar del maravilloso ltimo mes que habían vivido juntas, se esforzaba cada día por no perder de vista tampoco la otra realidad que las acompa!aría en aquella decisin que habían tomado al retomar su relacin) #aca se gir aun entre sus brazos, pues no perder de vista sus ojos cuando el atisbo de las dudas parecían asaltar a Esther sin previo aviso parecía funcionarles hasta el momento

M: #ucho (le dijo, y la bes hasta que sinti como la tensin en Esther desaparecía abandonándose a ella) E: 8Es demasiado: (susurr Esther con apenas voz cuando los labios de #aca la abandonaron) M: %El qué' (le pregunt #aca con dulzura) E: 8Esto: 8El nosotras:... ha pasado un mes y an me despierto en la noche para verificar que no estoy so!ando, que te tengo a mi lado (le contest Esther envolviéndola con sus brazos mientras empezaban a bailar sumándose a las parejas que habían rodeado a Uate y /ea en la pista) M: *o me voy a ir a ningn lado (le susurr #aca mientras hundía la nariz entre su pelo) E: -ero yo sí, y no quiero... no quiero (la voz de Esther se apag en el cuello de #aca, ésta la apret con fuerza contra sí, esta vez era ella la que tendría que resistir) A pesar de que llevaban días hablando de que en la 1#B4 volvían a moverse algunos proyectos internacionales y que pronto tendría que salir de viaje, Esther no terminaba de apaciguarse con las palabras tranquilizadoras de #aca de que lo sobrellevarían. =asta el momento slo había tenido que ausentarse en tres ocasiones y apenas por un par de días, pero el tener que salir del país iba a ser otra cosa, y alejarse de ella la atormentaba. *o quería poner a prueba el amor de #aca, no quería que las cosas tuvieran que ser así


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M: Eh... %sabes una cosa' (llam su atencin #aca para alejar al mismo fantasma que atormentaba a las dos) E: %Cué' (pregunt Esther volviendo a mirarla) M: 7reo que ya va siendo hora de que vivamos juntas (le solt de pronto #aca con una enorme sonrisa) Esther se qued por un segundo atnita, luego frunci el entrecejo de repente

E: 8#aca, esto no es un juego: (le dijo a modo de rega!o deteniendo el baile) M: %Cuién ha dicho que lo sea' (le contest #aca con dulzura y cierta sonrisa picarona, pues empezaba a conocerla) Estoy harta de tener que prestarte mi ropa cuando llegas como una loca a mi casa después de trabajar sin intencin de quedarte a dormir, y amaneces a mi lado al día siguiente. Bnvades #B cocina haciéndome comidas sorpresa día sí, y día también, hace por lo menos dos semanas que no saco la moto del garaje porque siempre te empe!as en llevarme, y las pocas veces que no has podido venir a mi casa, me he arrastrado yo hasta la tuya porque soy incapaz de quedarme sin beso de buenas noches. 8-or supuesto que no es un juego: 8-L0 1BL2... soy E24=E0H A1B74A: (puso ojos en blanco de forma muy teatral #aca para terminar su alegato, consiguiendo que Esther no pudiera disimular una sonrisa) 8;en a vivir conmigo: (volvi a pedirle #aca atrayéndola de nuevo hasta su cuerpo) E: #e da miedo, es demasiado pronto (le contest Esther pero para #aca saltaba a la vista que le fallaban las defensas) M: Cuizá esta relacin en pareja no lleve mucho tiempo, pero no creo que se pueda pasar por tanto en tan poco tiempo y que se consiga llegar a lo que sin duda t y yo tenemos en este momento. 7asi estamos viviendo juntas, hagámoslo definitivo... (#aca le acarici la cara, la amaba tanto y Esther se había transformado en tan poco tiempo en un ser tan vulnerable ante sus ojos, que ahora era ella la que deseaba permanentemente velarla, protegerla de todo sufrimiento, de todo mal) 87omandante, va siendo hora de que asuma que la quiero y la necesito plenamente en mi vida: E: 8Eso es lo que me asusta: (suspir Esther mientras sus ojos se cerraban, porque hacía mucho que no le quedaban fuerzas, no con ella) M: 8-ero a mi no: (le contest #aca y volvi a arrollarla con un beso que se eterniz hasta transportarlas de nuevo a casa una vez terminado el festejo, envolviéndolas en una noche más de lujuria, tiernas caricias y un nuevo proyecto de convivencia) El tiempo fue pasando. &a mudanza a casa de #aca estuvo llena de días de ilusin, encuentros apasionados y arrebatados provocados por aquella nueva etapa que se abría ante ellas, y de semanas de pleno jbilo cuando al llegar a casa una de las dos esperaba a la otra. A pesar de que los viajes de Esther se hicieron cada vez más frecuentes, no mengu para ellas ni la desesperacin por separarse ni tampoco la intensidad con que volvían a encontrarse cuando Esther regresaba. 7omo se predijo, a #aca se le hizo entrega del premio *bel de aquel a!o, y nuevas proyectos fueron cayendo sobre su mesa a la espera de que ella se decidiera a colaborar en alguno. Esther sin embargo trataba de centrar todo su esfuerzo en conseguir que la reforma se impusiera lo antes posible, aunque era consciente de que les llevarían a!os. -aso que avanzaba, trampa que se le alzaba, pero an así la esperanza de poder un día dirigir todo desde #adrid le hacía trabajar con ahínco pues los meses instauraban lentamente en ella aquel sentimiento de hogar que #aca y Esther estaban forjando contra todo pronstico


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2in darse a penas cuenta pas otro a!o. Eva y &aura hablaron de boda, mientras /ea y Uate se sumergieron en un nuevo proyecto, pues finalmente Uate había terminado convenciendo a /ea para dirigir su propio negocio. &as ausencias de Esther se prolongaron a meses. Eva observaba a #aca a corta distancia, y se daba cuenta de que aunque aparentara que lo llevaba bien, la realidad era que aceptaba cada vez más investigaciones de las que podía abarcar en cuanto Esther partía de la ciudad por tiempo indefinido, era obvio que le resultaba insoportable no poder contar con Esther, no poder estar ni saber apenas de ella pese a que Esther se saltaba el protocolo en cuanto podía y la llamaba para tranquilizarla. &as cuatro amigas siempre trataban de ocupar por turnos el tiempo libre de #aca para evitar que echara de menos a Esther, pero de lo que no se daban cuenta es de que #aca an echaba más de menos a Esther en cuanto las veía a las cuatro juntas, echaba de menos la complicidad que tenían, el compartir sus comidas que terminaban a altas horas ya de la noche, y sobretodo echaba de menos llegar a casa y no acurrucarse a su lado. &as noches sin duda eran lo peor &a alarma definitiva salt seis meses más tarde. Uate y /ea invitaron a todas a una cena tras la inauguracin de su nuevo negocio. 1urante la cena, todo pareci ser como antes, reían, bebían, comían y conversaban de todo y de nada sin importar a que conclusiones se llegaran pues estaban en familia. Eva anunci en el postre que &aura y ella ya tenían fecha para la boda, todas las felicitaron aunque an tendrían que esperar ocho meses hasta el enlace. #aca por supuesto ya lo sabía, Eva la había llamado el día en que &aura le había entregado el anillo y en menos de una hora se habían encontrado para contarse los detalles de la peticin formal, llorando y riendo por la emocin del momentoR y por supuesto Eva también la había llamando aquella misma ma!ana para contarle que por fin le habían confirmado que el saln del festejo iba a estar libre para una de las fechas que el juzgado les había dado y que se habían decidido por el  de mayo. 2entada a la mesa, #aca pens en lo contenta que se había sentido por Eva, pero también en aquel frío que la había atrapado cuando estaba a apenas cuatro horas de recoger a Esther en el aeropuerto. 2in embargo lo desech de su cabeza incorporándose de nuevo a la conversacin de la mesa

!ea: %Entonces ya lo habéis reservado' (les pregunt /ea refiriéndose al saln) Eva: 2í, esta misma tarde. =emos tenido suerte, porque es el nico que nos gustaba a las dos (le contest Eva) !ea: Uate y yo lo miramos, pero como nos entregaron la casa y el arreglo de jardín iba a estar a tiempo, preferimos hacerlo así (coment /ea dándole un bocado a su postre) Eva:

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conversaciones que surgieron en la mesa y en el paseo que hubo posteriormente hasta que las seis amigas se despidieron &aura observ como Eva había permanecido callada en el trayecto en coche hasta casa, pero respet sus pensamientos y no quiso decir nada. 7uando entraron en casa se separaron como siempre, &aura fue a revisar las rejas de la terraza, hizo su parada en la nevera para preparar un vaso de leche y se cercior de que los enchufes estuvieran desconectados. Eva conocía sus manías acerca de la seguridad y se dirigi al cuarto de ba!o para desmaquillarse. &aura se le uni frente al espejo en cuanto hubo terminado, entonces sus ojos se encontraron y Eva por fin sonri de nuevo, &aura le devolvi la sonrisa contenta de que volviera a estar con ella

Eva: Estoy preocupada (le dijo Eva a modo de e6cusa por su silencio, a pesar de saber que &aura no se lo reprocharía nunca) L: %-or qué' (le pregunt plenamente abierta a escucharla como siempre, mientras se desmaquillaba a su lado) Eva se gir y se apoy contra el lavamanos

Eva: -or #aca (le dijo Eva, &aura detuvo lo que estaba haciendo para mirarla, pero no dijo nada porque sabía que Eva seguiría hablando) =ace un par de semanas lleg un nuevo proyecto al gabinete.
Eva: *o me mires así, es mi amiga y me preocupa. 2lo quería saber que estaba bien, así que busque en la base de datos los proyectos que habían sido aceptados en los ltimos meses por la empresa, y curiosamente de los 3>? que hemos englobado, #aca a aceptado cuarenta y tres en los ltimos tres meses y todos ellos tienen que ver con desarrollo informático de alta seguridad Eva hizo una pausa, en realidad no sabía como ligar la informacin que había conseguido sobre las ltimas líneas de investigacin de #aca, pero de lo que no tenía


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ninguna duda es de que #aca estaba volviendo a un patrn de comportamiento obsesivo respecto a su trabajo y eso solo podía ir encaminado a una cosa, un objetivo, %pero cual'

L: Eva, %en qué estas pensando' (&aura hacía mucho que se había rendido a la evidencia de que entre Eva y #aca e6istía un lazo más allá de lo visible, si Eva estaba preocupada, es que tendrían que preocuparse) Eva: An no lo sé, pero creo... (Eva se tom unos segundos, en realidad no quería pensar en lo que su cabeza le decía)... creo que está invirtiendo esos proyectos para potenciar a E&B2A L: %A E&B2A' %< para qué iba a querer potenciar a E&B2A' (formul la pregunta &aura sin entender, pero el brillo en los ojos de Eva y luego que bajara la mirada sin a!adir nada, hizo que a &aura se le pusieran todas las terminaciones nerviosas en alerta + Otra ve* no pens &aura mientras Eva empez a salir del ba!o) E: %Estás bien' (le pregunt Esther nada más entrar en el coche) M: 2í, slo un poco cansada (le respondi #aca) E: %#ucho trabajo en estos dos meses' (le pregunt Esther aunque sabía que aquella respuesta no era la verdadera razn de lo que pasaba por la cabeza de #aca) A #aca le dio un escalofrío, si habían pasado dos meses desde que no se veían, apenas seis cortas llamadas de teléfono y F3 noches frías a!orándola, pero... %cmo decirle que las separaciones cada vez se le hacían más insoportables' &a destrozaría, la conocía y Esther no soportaría saber que sus ausencias le hacían sufrir, se sentiría culpable, porque ella era así... siempre se sentía responsable de todo, aunque aquello fuera responsabilidad de las dos. *o, no iba a angustiarla. *o ahora que la tenía por fin en casa #aca se quit el cinturn de seguridad y se acerc a ella, le pas los brazos por el cuello mientras Esther conducía y apoy la cabeza en su hombro

M: 1emasiado, pero ya no importa, porque ya estás aquí (Esther not como #aca depositaba un beso y un suspiro en su cuello, la piel se le puso de gallina mientras trataba de concentrarse en llegar a casa) 2é que hacía tiempo que no cenábamos todas juntas, pero me moría porque terminara la velada y nos quedáramos a solas. %2oy mala amiga' (sigui hablando #aca) E: *o, claro que no (le contest Esther besándola en la cabeza) 4ambién yo me moría de ganas de estar contigo cari!o. 84e he echado mucho de menos: &o sabes, %verdad' M: 2í (respondi #aca, pero no a!adi nada más, simplemente enterr la cara en el hueco del cuello de Esther hasta que llegaron a casa. *ingn fantasma enturbiaría los momentos que tendrían juntas, se prometi) Esther sinti el interminable cosquilleo de la respiracin de #aca sobre su piel mientras dur el trayecto, y sin embargo a pesar del inmenso deseo que respiraban no fue capaz de alejar del todo aquella nube de preocupacin que se pos en lo alto de ellas. #aca volvi a darle un beso en el cuello, Esther cerr los ojos apenas un segundo y volvi a centrarse en la carretera... dentro de tres semanas tenía que volver a marcharse, %cmo decírselo' %habría llegado ya el temido principio del final' *i siquiera quería pensar en ello, lo nico que sabía es que cuando #aca le dijera +basta haría todo lo posible por ponérselo fácil, no volvería a dejar que sufriera por ella ni dejaría que se sintiera


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culpable por no aguantar la presin de aquel tipo de relacin en la que ambas se habían embarcado Esther volvi a marcharse tras un mes. #aca se encerr en casa toda una semana sin ganas de nada. -ronto harían dos a!os juntas, sin embargo todo a su alrededor evolucionaba y una especie de demoníaco reloj biolgico se empe!aba en torturarla cuando se quedaba a solas y slo sentía deseos de estar con Esther. A veces esa misma idea le hacía reír con ironía, %dnde había quedado aquella rebeldía por su independencia' 4enía mucho trabajo, tenía a sus amigos, su padre había empezado a salir con una mujer que a #aca le gustaba para él, y ella en lo nico que podía pensar era en que Esther regresara a casa, en atarse a ella de pies y manos y no soltarse nunca. 4enía tantas cosas que contarle, tenían tantas cosas que hacer juntas, que los días pasaban veloces como si alguien rebobinara sus vidas hacia delante sin previo aviso &leg el siguiente lunes y #aca decidi que era hora de salir de la cama, se duch, cambi y cogi la moto para ir al trabajo. 1urante todo el trayecto no dej de darle vueltas a las nuevas ideas que la necesidad de permanecer al lado de Esther gestaban cada vez con más fuerza en su cabeza. *o hizo falta que hablara con nadie, desde que los fondos habían aumentado, #aca tenía casi una planta del edificio para ella sola, su despacho se había adjuntado a un laboratorio de robtica y nadie salvo ella tenía acceso pues había trasladado a E&B2A a toda su planta. *o fue hasta las doce del medio día, cuando Eva sali a la sala comn para tomar un café, que descubri que #aca estaba en el edificio. 1ej el café a medio hacer y se dirigi al ascensor, introdujo su llave de acceso y puls la planta del despacho de #aca, Eva se lament de lo mucho que habían cambiado las cosas a raíz de la 1#B4, #aca se había vuelto mucho más precavida y lo peor es que &aura la había apoyado reforzando cambios que ampliaban su seguridad y en opinin de Eva, también su paranoia. El ascensor anunci la planta y se abrieron las puertas, un discreto recibidor le dio la bienvenida y a continuacin un panel junto a una puerta le solicitaba que acercara los ojos al visor. E&B2A comprob sus retinas, y abri la puerta al instante dándole la bienvenida. Eva cabece, aquello era demasiado. #ir a su alrededor, pero no vio a #aca a simple vista

Eva: %#aca' (la llam) M: En la sala de pruebas (le grit su amiga) < Eva se dirigi al tercer bo6 de cristal blindado, donde una réplica de monitores e6ponían datos que slo E&B2A podía estar procesando por la velocidad a la que iban. #aca sin embargo estaba manejando soldadura de ltima generacin en un banco de pruebas

Eva: 88%Cué estás haciendo':: (Eva obvi los saludos de cortesía ensimismada en ver a #aca manejar aquel robot de precisin milimétrica sobre una placa base del tama!o de una mesa de pinHpon) M: 2hhhh... un segundo (pidi #aca plenamente concentrada en soldar el procesador y terminar de realizar los enlaces de cone6in) E&B2A, %el F>@J' Ordenador: 7one6in al 0@D, puente en el U> (le contest) M: %7mo va la temperatura' (le pregunt #aca otra vez) Ordenador: 2in cambios (respondi E&B2A)


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M: Estupendo (murmur #aca para sí, y termin de anclar las piezas que le quedaban) Eva la vio soltar los controles y quitarse unas gafas de ampliacin en realidad virtual de los ojos. En su cara había una amplia sonrisa cuando se volvi hacia su amiga

M: 8&isto: (dijo) %Cué me decías' Eva: %Cué, que te decía' (Eva empez a poner cara de pocos amigos) 2e puede saber %dnde te has metido en la ltima semana' *o has respondido a una sola de mis llamadas #aca baj de un salto del banco de control para encontrarse con Eva, parecía e6tra!amente relajada en comparacin a cmo la había visto hacía un par de semanas antes de que Esther volviera a tener que irse. %Esther volvería pronto' -ens Eva, pues no se le ocurría nada más para e6plicar el buen humor que parecía invadir a #aca

M: 1escansando (le contest #aca) ;en, quiero que veas una cosa, aydame con esto... Eva sigui las instrucciones de #aca y entre las dos anclaron la placa base en uno de los paneles e6tensibles que creaban la central de E&B2A después de apagarla por completo. "na vez #aca se hubo asegurado de los cambios, reinici la computadora y aunque Eva le pregunt qué iban a ver, #aca simplemente sonri y le dijo que esperara. 7uando E&B2A volvi a estar en funcionamiento, #aca se sent en su mando de control y le pidi a Eva que se sentara a su lado

M: -onte esto (le dijo #aca con un gui!o mientras le tendía unas gafas virtuales de las que empleaban para la simulacin) Eva se la qued mirando con el interrogante en los ojos, pero copi a #aca poniéndose las gafas que ésta le había tendido. Enseguida not los cambios

E: ;enga -ablo, no me puedes estar hablando en serio (Esther trataba de mantener la calma, pero el informe que acababa de leer la había cogido tan desprevenida que no sabía si ponerse a llorar o coger su pistola y cargarse a alguien sin más) 8%7uatro meses': 8%Estás de broma':... (la confirmacin termin por decantarla por lo segundo y tuvo que estallar su pu!o izquierdo contra la mesa para no perder el control) El 1r. 9ohan 2Pert ya había aprobado su incorporacin, el proyecto 2P@J estaba en su fase final cuando estuvimos en el reconocimiento, y de eso hace ya cerca de seis meses, no puedo creerme que tengamos que esperar cuatro meses más para... (por mucho que se resistiera sabía lo que iba a pasar, maldito protocolo)... 8-ues joder con las complicaciones: (estall Esther y en cuanto se dio cuenta, se frot las sienes para tranquilizarse) -erdona -ablo, es que viajar ahora a 2uiza rompe bastante el programa, no contábamos con tener que entrar otra vez en fase de monitorizacin cuatro meses más... 2í, claro... revisa las aerolíneas y llámame cuando tengas mi pasaje... (cuatro meses más fuera de casa por un puto maniático chiflado, que no consentía terminar el proyecto dentro del programa de proteccin de la 1#B4 porque tenía la supersticin de que si cambiaba de laboratorio no conseguiría terminar con é6ito su proyecto de investigacin) *o, tiene que ser para la semana que viene, estamos terminando de +devolver al nido al +;al3?, haremos escala en #adrid y luego iré a supervisar la monitorizacin. 2í... de acuerdo


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Esther colg el teléfono abatida, pero pronto le volvieron las ganas de gritar. Aquellas eran las cosas que la sacaban completamente de quicio. -or lo general podía zafarse de todo el protocolo inicial, pero una vez llegaban a la ltima etapa tenía que ser ella la que coordinara y supervisara personalmente la seguridad del investigador y que llegara dentro de las líneas de la 1#B4 sano y salvo. =abía estudiado la posibilidad de crear un nuevo puesto que supusiera su mano derecha o segundo directivo para poder zafarse de aquellas idas y venidas al e6tranjero, los acuerdos internacionales sin duda eran los que más quebraderos de cabeza les creaban. 7uando no eran espa!oles e6iliados o emigrados, eran investigadores que querían acogerse bajo el acuerdo de cambio de nacionalidad porque se veían en peligro por sus investigaciones en su propio país, y la limpieza que habían tenido que realizar en los nuevos integrantes de la 1#B4 había causado grandes resultados, pero lentos y sus nuevos integrantes estaban aun demasiado verdes para llevar a buen término aquella etapa del proyecto. *o, tendría que volver a ir personalmente... tendría que volver a tener a #aca entre sus brazos un par de días, para volver a soltarla luego para marcharse durante cuatro meses. Esther se dej caer en la silla tapándose la cara con las manos para no llorar, la idea de que an le quedaban seis a!os para terminar el acuerdo que determinaba su libertad sin que fuera causa agravante por desercin del ejército pesaba sobre sus hombros como más de mil losas juntas... 8ya no podía soportar estar lejos así de #aca: 8ya no: Esther se par un segundo frente a la puerta de su casa, suspir. *o le había anunciado a #aca la hora de su llegada para que no tuviera que pasar de nuevo por la espera del aeropuerto. En cuanto meti la llave en la cerradura, la sensacin de volver a casa la inund de nuevo, abri la puerta y cerr los ojos, el olor del hogar que #aca y ella estaban creando era mucho más profundo cuánto más tiempo pasaba lejos de él. 87mo deseaba permanecer allí: Esther abri los ojos en cuanto escuch a #aca asomar por la puerta de la cocina. ;io la sorpresa en sus ojos, la incredulidad y después esa inmensa felicidad que la contagiaba a ella por completo

M: 8Cué haces aquíii:... (grit #aca, ya corriendo literalmente hacia sus brazos) Esther solt el equipaje justo antes de que #aca de un salto le rodeara la cintura con las piernas y se la comiera a besos

M: 7reí que no llegabas hasta la tarde... (decía #aca sin parar de robarle besos rápidos)... %por qué no me has llamado' 4enía que ir a recogerte... (ahora se lo reprochaba con el ce!o a medio fruncir, y una sonrisa que no podía borrársele) E: 9ajjaja... al final nos vamos a caer (se ri Esther por los arrebatados encuentros que #aca siempre le regalaba) M: 8-ues nos caemos: 8&a horizontal no se nos da nada mal tampoco: (le solt #aca pícaramente) E: 9ajajjaa... Esther se ri, #aca era la nica persona en el mundo que era capaz de convertir su eterna carga en un saco de plumas y teniéndola entre sus brazos se olvid de todo. &a solt para bajarle los pies al suelo, y le acarici la cara


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E: 4e amo... 8*o sabes como te eché de menos: (le dijo en un momento de franca sinceridad) A #aca le brillaron los ojos al escucharlo, pero no pudo responder que sentía lo mismo porque esta vez fue Esther quien la bes de forma profunda y con la sabiduría que slo da el conocer la intimidad de tu pareja, un beso que se prolong y cambi durante el recorrido atropellado hasta el dormitorio y que no ces hasta que las tripas les rugieron por el hambre que sentían tras hacer el amor durante horas #aca termin de secarse el pelo en el cuarto de ba!o mientras Esther preparaba algo rápido en la cocina. &a ducha juntas se había prolongado, como siempre, más de lo debido. #ientras guardaba el secador, #aca se pregunt si aquel deseo algn día desaparecería, su racionalidad le confirm que era probable aunque algo le decía que más que desaparecer por completo mutaría, y aquel pensamiento no disminuy su sonrisa. 7ambiar, crecer al lado de Esther le parecía a aquella alturas una aventura maravillosa. Abandon el cuarto de ba!o con aquel pensamiento rondándole por la cabeza, el olor de los fogones se fue incrementando a medida que se acerc a la cocina. Allí estaba ella, con su pelo casta!o empezando a rizarse a medida que se secaba al aire, un pantaln de pijama a rallas y una sudadera negra de los Xngeles &aKers que le encantaba ponerse a pesar de lo ancha que le quedaba. &a imagen a #aca se le antoj entra!ablemente familiar, se acerc hasta ella mientras Esther le anunciabaO

E: &legas justo a tiempo, prueba esto #aca vio con diversin como Esther soplaba el contenido de una cuchara mientras se giraba hacia ella, +$por qu' no es consciente de lo irremediablemente atrayente que es para m& se pregunt #aca mientras se fijaba en sus labios, en el mechn rebelde y serpenteante que cubri por un momento su cara... su cara, #aca no sabía porque había tenido que ser justamente de ella de quien se enamorara, había tenido a su alrededor, a su alcance, a muchas otras mujeres, seguramente para muchos, más guapas, más atractivas que Esther, pero... a #aca le gustaba su cara, esa cara cambiante que reflejaba la fortaleza con la que había tenido que vivir, que tenía surcos del sufrimientos, pero que se volvía de una dulzura y una felicidad e6trema y casi ani!ada cuando estaba relajada y tranquila. 7uántas veces le había dicho que era +hermosa, tantas y las mismas que Esther había cambiado de tema, agachado la cara o diciendo +no tanto como t, como si no pudiera creer aquella verdad tan profunda para #aca. -ero no importaba, cuando estaban juntas las palabras no importaban salvo para atizar las llamas. 1e buenas o de malas, sus caracteres complementarios las atizaban y empujaban hacia un cuerpo a cuerpo irrevocable. 2í, disfrutaría mutando al lado de Esther, estaba segura... y con aquel pensamiento, prob la sopa que Esther le tendi con cuidado

M: Está riquísima, cari!o (le dijo #aca) E: -ues entonces, listo... (dijo Esther ajena a los pensamientos de #aca. Apag el fuego y cogi los platos y el cucharn para servir la sopa) &os dedos finos de #aca rozaron su cuello cuando retir el cabello an hmedo que le caía por la espalda, pero fue sentir el roce de su nariz en la nuca la que la hizo estremecer y parar en seco


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E: -ensé que teníamos hambre (dijo Esther) #aca bes su cuello y luego lo mordisque

M: < la tenemos (le confirm tras jugar con ella, volvi a depositar un tierno beso en su cuello y se apart) Esther la caz antes de que se zafara. #aca se ri mientras se dejaba apresar entre los brazos de Esther

E: %Es que nunca vas a dejar de jugar conmigo' (le pregunt burlonamente Esther) M: *unca, %por' %no me dirá que se siente ya algo mayor para esto, no comandante' (la desafi #aca rodeando el cuello de Esther con los brazos) E: 8Eres un demonio: (le espet Esther dándole un azote) M: Auhh... jajajaj... (#aca se quej y se ri a la vez por el cachete, pero Esther la estrech con fuerza contra su cuerpo y la bes otra vez) 8-ensé que era un demonio: E: 8< lo eres, pero me vuelves loca: (le confirm Esther, y la solt antes de volver a perder la cabeza) 8< ya...: ;amos a comer, porque aunque con gusto cambiaría esta sopa por otro... (Esther recorri lascivamente el cuerpo de #aca con la mirada antes de terminar la frase)... +manjar (#aca solt una carcajada), no he comido nada desde el desayuno, y no creo que mi estmago aguante más. 2e nos va a juntar con la cena a este paso M: ;ale, una tregua... pero no prometo hasta cuando (consinti #aca se!alándola con el dedo) E: 8Ay 1ios, ni yo... ni yo: (musit Esther con resignacin por debajo, y #aca volvi a reírse para su placer) A pesar de sus continuos coqueteos en la cocina, la realidad fue que en cuanto se acomodaron en el sofá para ver una película se quedaron abrazadas y dormidas. &a primera en despertarse fue Esther, pues el brazo se le había quedado dormido rodeando a #aca, le acarici el cabello y luego la bes en la frente antes de moverse para cambiar la postura. #aca se despert algo sobresaltada, en cuanto vio que era cierto que Esther estaba con ella se tranquiliz

E: 8=ola: (le dijo Esther con una sonrisa) M: 8=ola: (le contest #aca y la bes) Al final nos hemos quedado fritas E: %< te sorprende' Cuemo más calorías contigo que cuando hacía los entrenamientos militares, 8me destrozas: (la pinch Esther divertida) M: Lhhh... usted perdone (#aca se alz un poco para poder mirarla a la cara) E: 2i al menos no fueras como una yegua desbocada cuando lo hacemos... (termin de pincharla Esther, viendo que no obtenía el resultado que esperaba) -ero esta vez no pudo terminar la frase, porque #aca ya entrando al trapo, y simulando una e6presin de indignacin e incredulidad, se le ech encima, montándose sobre ella a horcajadas

M: 82erásss...: (le contest #aca abatiéndola bajo ella) 7omo que t eres una mosquita muerta, que se queda muda y quieta, 8vamos:... Además, %qué quejas tienes t de que disfrute del se6o, a ver'


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E: *inguna, siempre que sea conmigo, ninguna (le contest Esther con una sonrisa, y se incorpor moviendo a #aca con ella) %=ay algn problema de que sea así' M: 2abes que no (le contest #aca acariciándole la cara) E: %A pesar de que te deje tanto tiempo sola' -orque entendería que... (Esther se puso seria de repente, pero no pudo terminar una frase que ni siquiera sabía que tenía guardada dentro de ella) #aca tom la cara de Esther con firmeza entre sus manos y la oblig a mirarla

M: %Cué me acostara con otras' %eso ibas a decir' (#aca se lo pregunt con incredulidad y sorpresa) E: *o, 8claro que no:... bueno... no sé... %querrías' %lo necesitarías' (pregunt Esther aun con toda la duda y la sorpresa que aquel repentino camino de conversacin le había causado, ya que había sacado el tema era mejor zanjarlo) #aca evalu la e6presin de Esther, porque en un primer impulso había sentido el deseo de abofetearla ante aquella pregunta, pero como todo en Esther no era simple y se dio cuenta de que aquel tema había aparecido sin más, pero no dejaba de estar rondando por el interior de Esther. &a distancia les estaba jugando una más de sus pasadas

M: 8*o, ni quiero ni lo necesito: (le contest directamente #aca para zanjarlo, Esther cogi aire, #aca la mir con asombro porque a veces aquellas inseguridades de Esther la cogían completamente desprevenidas, no lograba entenderlas) %< t' %sientes la necesidad de acostarte con otras cuando estamos separadas' Esther abri los ojos como platos, la pregunta le parecía tan absurda que casi era imposible tomársela en serio... de pronto se dio cuenta de a #aca seguramente le había causado el mismo efecto que ella se lo preguntara. 2e movi hasta conseguir tumbar a #aca de espaldas contra el sofá y se acopl encima suya, sujetándose con sus brazos para poder mirarla a la cara sin aplastarla. #aca guardaba silencio, esperaba la respuesta y el silencio por un momento le dio miedo

E: 89amás: (le dijo Esther seria) #e muero un poco cada vez que me marcho y slo sue!o con volver a ti para volver a respirar. 8Eres más de lo que jamás pedí: (le susurr con dulzura y deseo Esther mientras le acariciaba la cara) *o sé porque pregunté tal estupidez, perdona... siento que enfermo cuando estoy lejos de ti, y slo pensar en que sufras por mí culpa... *o sé... (Esther agach la mirada, no quería pensar en ello ahora) #aca se alz un poco y la tom del cuello, luego la arrastr junto a ella envolviéndola en besos que hablaban del anhelo mutuo que sentían. 2e entregaron a aquel sentimiento de a!oranza y frustracin que estar separadas les creabaR había tantas cosas que contarse, que compartir... que las horas del día se desvanecieron en la diversidad que constituía la unin de sus dos personalidades, de sus dos mundos

E: #e voy ma!ana (le anunci dubitativa Esther durante el desayuno) A #aca se le cerr el estmago de golpe y no pudo alzar la tostada que estaba a punto de comerse. &a lucha interna entre sacar la rabia que sentía por aquel maldito trabajo, la frustracin y la impotencia que se anclaba a sus huesos en cada despedida, y aquella voz


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en su interior que le pedía +calma y un +t lo aceptaste así para no demostrar a Esther lo mucho que le desesperaba no poder pasar más tiempo juntas, se apoder de ella una vez más paralizándola por unos instantes. 7omo pudo, trat de encajar la realidad

M: %4an pronto' (le pregunt) Esther casi no se atrevía a mirarla, no quería ver aquel apagn que sin lugar a dudas habría en los ojos de #aca de golpe. 1ej los cubiertos en la mesa y retir su silla

E: ;en aquí (le pidi Esther con dulzura e6trema, aunque la voz estaba a punto de atragantársele por la impotencia que sentía ante aquella situacin) #aca no tard en acudir a su lado y sentarse en su regazo cuando Esther abri los brazos para que lo hiciera. 1urante unos minutos, la cara de #aca se sumergi en el cuello de Esther, y ésta la estrech con firmeza mientras le acariciaba la espalda. 2inti el silencioso sollozo de #aca en su piel mucho antes de que una muda lágrima le mojara el cuello, y aunque quiso gritar y pelearse con el mundo entero por aquello, se limit a abrazarla con la mayor de sus fuerzas susurrándole cuánto la quería y que trataría de regresar pronto. -or fin #aca se desahog lo suficiente para volver a poder mirar a Esther a la cara sin sentir aquella angustia de pérdida

M: %7uándo' %7uánto tiempo vas a estar fuera' (le pregunt #aca aun a sabiendas de que no debía preguntarlo, pues Esther ya la había adiestrado en lo incierto de los entresijos del protocolo que seguía la 1#B4, y en lo peligroso que era no solo la informacin que Esther manejaba, sino el slo hecho de que mantuvieran una relacin entre las dos. A Esther se le ponían los pelos de punta cada vez que pensaba en la posicin tan peligrosa en la que había colocado a #aca al formalizar su relacin e irse a vivir con ella, pensar que alguien pudiera llegar a utilizarla, a atacarla para llegar a la 1#B4, para llegar hasta Esther, la consumía, y #aca lo sabía... an así, necesitaba saber) E: #aca... (trat de negarse Esther) M: %7uánto' (le pregunt más enérgica #aca sujetando firmemente la cara de Esther entre sus manos para que no pudiera mentirle. 2us ojos hablaban por si solos) E: J meses, de momento (contest Esther a la pregunta, por más que quiso disimularlo a #aca se le not el pinchazo de aguijn que había sentido al escucharlo) M: %1nde' (pregunt con menos voz) E: #aca, esto no... (Esther trat de zafarse. %-or qué pasar siempre por lo mismo') M: 8A la mierda la 1#B4:, %dnde vas a estar' 8Esther: (#aca esta vez alz la voz, la rabia era muy difícil de contener cuando iba a perder de vista a lo que más quería) E: 84e das cuenta de la posicin en que me pones: 2i alguien llegara a ti... 1ios... 8*L debes saber nada #aca: &as cosas se hacen así por una razn muy específica, no es un capricho... no... (Esther ya se había puesto en pie, no era capricho suyo el no contarle a #aca todo sobre su trabajo. =abían antecedentes en los arsenales de la 1#B4, secuestros de familiares, amenazas de e6plosivos por agencias internacionales y nacionales... las investigaciones que atesoraban eran codiciosas, tan brillantes algunas de ellas como peligrosas. -or eso eran un grupo tan reducido de agentes, por eso todo era tan clandestino y tan silencioso, por eso no se hablaba de aquel departamento ni había registro fuera de los límites que establecía la 1#B4. *o, el conocimiento en aquel caso, no era la salvacin, era el má6imo peligro)


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#aca la cogi del brazo con tanta fuerza que Esther no tuvo más remedio que detenerse en su huida de la estancia. 7uando se gir, los ojos de ambas se enfrentaron... allí estaba, aquella furia tan distinta, pero tan tenaz y fuerte, que era imposible que el pulso que mantenían terminara si una de las dos o ambas cedían en su empe!o. Esa determinacin que puesta en objetivos opuestos las enfrentaba, convirtiéndolas en el contrincante más fuerte que pudieran encontrarse, y sin embargo, la misma determinacin y fortaleza que las hacía a ambas tan iguales, tan especiales, tan necesarias

M: Estoy esperando (le anunci #aca, no iba a ceder, Esther lo sabía... muchas otras veces lo había hecho, pero algo en la rudeza de sus facciones le dijo que esta vez no sería así) E: 2uiza (cedi Esther) M: %-or qué' (pregunt #aca sin soltarla) E: El investigador entra en la ltima fase, no puedo zafarme (se resign Esther. #aca sabía demasiado, sabía demasiado... se repetía, pero %qué otra cosa podía hacer') #aca la liber entendiendo sus palabras. &levaban demasiado juntas, se habían enfrentado ya demasiadas veces a aquella situacin para conocer lo suficiente en qué consistía el trabajo de Esther llegado el momento. &o que le hizo soltarla no fue salirse con la suya, sino darse cuenta de que Esther volvería a ponerse en peligro, volvía a encargarse de ser el chaleco antibalas de un completo desconocido, y por mucho que Esther lo disfrazara con palabras como +protocolo de seguridad, ella misma había vivido lo que era tener a Esther de guardaespaldas llegado el momento

E: #aca, todo está muy mecanizado, no hay ningn peligro. 2lo tenemos que asegurarnos de que llegue bien, solo eso (le dijo Esther leyendo los temores en su cara) M: 2í, está bien (contest #aca, aquello no la tranquilizaba. 2u cabeza de pronto había cambiado de registro y se había puesto a funcionar muy lejos de aquella cocina) Esther la atrajo contra sí, y le tom la cara para que la mirara

E: *o va a pasar nada... te llamaré, te lo prometo... volveré lo antes posible (la desesperacin en la voz de Esther fue lo nico que hizo reaccionar a #aca llegado aquel momento. +$5endra tanto miedo de perderla, como ella& se pregunt #aca, y ley claramente en los ojos de Esther lo aterrador que le parecía que e6istiera la posibilidad de que #aca se rindiera, de que ya no soportara aquella eterna espera) M: %#e llamarás' (le pregunt #aca reaccionando, simulando animarse cuando lo que quería era reventar de una patada a cualquiera que se acercara para querer separarlas) E: 2í, te llamaré (suspir Esther aliviada al ver que #aca estaba con ella. < dej que sus frentes se apoyaran una en la otra) *o sé como ni cuando, pero te llamaré, lo prometo cari!o < empezaron a besarse, porque el tiempo de estar juntas era demasiado valioso como para desperdiciarlo en una batalla que de por si estaba perdida

7n )e )* tarde


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#aca se mir el reloj, había llegado pronto e iba por su segundo café, pero an así, cualquier cosa le parecía mejor que quedarse quieta. Uate le había sugerido que pasara por el juzgado cuando quisiera para atenderla, pero lo que tenía que tratar con ella no era algo que se pudiera hablar dentro de muros tan vigilados como ahora que conocía a Esther sabía que eran. Así que se citaron en un café bastante concurrido del barrio antiguo, en el que a aquellas horas an se podía dialogar con tranquilidad. ;olvi a mirarse el reloj, tenía que estar a punto de llegar, Uate solía ser bastante puntual. 4amborile sobre el dossier que había preparado mientras tomaba otro sorbo de café, y no hizo falta que pasaran más de cinco minutos para ver la figura de Uate por la ventana en direccin a la puerta. En cuanto entr, #aca le hizo una se!al con la mano. Uate se acerc hasta la mesa y la salud con una sonrisa, pero se le notaba que aquella +cita clandestina le formulaba muchas preguntas y algunas dudas que estaba ansiosa por resolver

Kate: /ueno, t dirás... -or qué supongo que debe ser algo importante para que no me lo comentaras el fin de semana pasado cuando estuvisteis en casa (le dijo Uate en cuanto acabaron los consabidos diálogos y preguntas de cortesía sobre como les iba la vida) #aca e6tendi la carpeta hacia Uate, ésta la mir con un interrogante que se traslado de la tapa en blanco del dossier hacia #aca, y luego volvi a perderse en la carpeta que ya estaba a su alcance

M: 8Xbrela: (le pidi #aca) Uate volvi a mirarla antes de hacer lo que le pedía, pero en cuanto abri el dossier y empez a leer la primera página, la incredulidad fue en aumento en su rostro...

Kate: Esto... (Uate pas algunas páginas con rapidez, la jerga legal le era demasiado familiar y fue saltando párrafos mientras lo que se planteaba hacer #aca se materializaba claramente en la mente de Uate)... 8#aca, no puedes hacer esto: %4ienes idea de dnde te metes' (Uate baj la voz al formular aquella pregunta. #aca pudo ver como su amiga alegre y desbocada, se transformaba en la juez profesional y seria que sabía que era) M: 2í, y sí... a ambas preguntas, pero te falta formularme una (le contest #aca y ambas se miraron de frente) Kate: %&o sabe Esther' (la formul Uate finalmente) #aca sonri y luego neg con la cabeza. Uate cerr de golpe la carpeta y se ech atrás en la silla, la camarera apareci con el café que Uate le había solicitado cuando se había sentado a la mesa, y ambas esperaron a quedarse de nuevo a solas

Kate: %-or qué me has llamado para esto #aca' 82abes que no haré nada sin el consentimiento de Esther: (le dijo Uate) #aca tom un sorbo de su taza tranquilamente, y con serenidad le contest...

M: -orque no puedo confiar esto a nadie más, eres la nica que conoce tanto la 1#B4 como Esther, y la nica que es capaz de revisar ese contrato punto por punto para que nada salga mal... y con respecto a lo de si lo harás o no sin contar con Esther... 8&o


@3N

harás: (afirm con conviccin #aca mirándole a los ojos) 82abes que no hay otra forma para Esther y para mí: Uate se qued en silencio mientras procesaba todo lo que el callar de #aca decía. 4ras unos minutos que a #aca le parecieron horas, Uate dej la taza de café sobre la mesa y volvi a abrir el dossier, esta vez sin tanta sorpresa ni sobresalto, sino con el detenimiento que la decisin que acababa de tomar necesitaría para que lo que se proponía hacer #aca no se convirtiera en la cárcel de su mejor amiga y de la mujer a la que amaba

Do )ee de."/ Eva se sent en el mando de control junto a #aca. -or más que había tratado de convencer a #aca de que lo pensara una vez más, las razones de #aca habían terminando aplastado por completo sus argumentos para que no lo hiciera. Antes de empezar se miraron, y Eva sinti tristeza por lo que iban a perder, pero ella ya había tomado su camino junto a &aura, y quería la misma felicidad para su amiga, así que trag saliva y sonri. 81ebía dejarla marchar: #aca también le sonri antes de que ambas se pusieran las gafas de realidad virtual y luego todo empez... durante horas se sumergieron en E&B2A hasta terminar el trabajo que cambiaría no slo sus vidas, sino la de mucha gente 1iez días más tarde #aca recibi la llamada que había estado esperando desde su incursin. El mensaje que había dejado en los arsenales de la 1#B4 había sido concreto y específico, Uate había sido muy tajante en cuál debía ser el mensaje, y #aca copi literalmente lo que ella le dijo

Vo%: %#acarena $ilson' (pregunt aquella voz masculina de forma serena pero enérgica) M: 2í, soy yo (contest ella mientras an seguía abstraída entre informes) Padre E: 7reo que tiene algo que decirme... soy el padre de Esther (le dijo él y #aca se qued quieta durante un instante mientras el corazn le bombeaba con tanta violencia que apenas le dejaba procesar la informacin a su cerebro) %#e he equivocado' (pregunt él viendo que el silencio se alargaba) M: *o, no lo ha hecho, perdone... (reaccion #aca de golpe) Padre E: -ues usted dirá... (le dijo él) M: -or teléfono no... (le contest #aca) Padre E: Entonces pásese por mi despa... (empez a decir el padre de Esther, pero Uate también había sido muy clara en ese punto) M: *o, lo que tenemos que hablar debe quedar de momento entre usted y yo, %tiene para tomar nota' (tom el control de la conversacin de nuevo #aca) Padre E: 2í (le dijo él) < #aca mencion el lugar, la hora, el día, las condiciones en que se encontrarían y para asegurarse de que aquel hombre e6tra!amente tan desconocido para ella, no tuviera la tentacin de cumplir más con su deber como oficial que con la obligacin que tenía como padre, mencion las ltimas palabras de su mensaje


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M: 2i de verdad le importa la felicidad de su hija, confiará en mí como yo estoy confiando ahora mismo en usted, y vendrá solo. 2u futuro depende de que usted y yo hablemos, y no es una amenaza, es una suplica. -or favor, cumpla con su parte, y le aseguro que no se arrepentirá de concederme ese tiempo, yo por supuesto cumpliré con la mía (le dijo #aca y casi pudo escuchar el suspiro de aquel hombre que se despidi de ella tranquilizándola asegurándole que así sería) #aca mir el panel del aeropuerto, el vuelo de Esther llegaría a su hora. Aquellos cuatro meses habían sido una tortura sin ella, pero gracias a lo fructífero de su plan, el tiempo se había acortado enormemente durante los días, aunque no en las noches. Ahora sus ansias por encontrarse con Esther se veían te!idas por una nueva preocupacin y era poder mantener a Esther lejos de sus planes. -or fin Uate había finalizado el acuerdo legal que sería su almohadn contra posibles golpes, el padre de Esther se había mostrado impactado durante su encuentro por lo que #aca le proponía, pero sobretodo sus ojos se habían mostrado eternamente agradecidos por lo que significaría para su hija que entre los dos consiguieran llevar a buen término los planes de #aca. -or fin, después de cuatro a!os y medio desde que los caminos de Esther y #aca se cruzaron, se vislumbraba una luz al final del tnel, y #aca tenía la sensacin de que su cara y la ansiedad que sentía por salir corriendo hacia aquella luz, se notaba en cada poro de su piel. #ir nerviosa su reloj, y luego la pantalla que decía que estaban desembarcando. *o podía fallar ahora, el 2r. Iarcía le había llamado hacía una semana para comentarle los progresos y que la ltima palabra la tendría ella, pero #aca le había prometido a Eva que esperaría hasta su boda para dar aquel paso, algo que no hubiera hecho falta que le pidiera pues jamás se hubiera perdido estar ese día junto a su amiga. Así que an tendrían que esperar dos meses, dos meses en los que tendría que convertirse en la mejor actriz del mundo si no quería que Esther lo descubriera e hiciera algo para frenar lo que con tanto esfuerzo había puesto en funcionamiento &os pasajeros empezaron a salir por la puerta, en cuanto se vieron, la cara les cambi a las dos. &a mirada se les ilumin y en su encuentro los besos rodaron por sus caras y sus labios

E: 81ios, que bien hueles: (le susurr Esther enterrando la cara en su pelo. Aquel aroma la anclaba más que cualquier cosa en el mundo. 8;olvía a estar en casa:) M: %2í' -ues a mí me está entrando un hambre nada más de verte... (musit #aca coquetamente) Ambas rieron, luego se besaron de nuevo sin importar el lugar ni la gente

E: Anda vamos... me muero por una buena ducha (le dijo finalmente Esther con un gui!o) < las dos salieron del aeropuerto hacia casa Esther no volvi a marcharse. 2u padre, como había prometido, la mantuvo realmente ocupada realizando balances e informes que en realidad no hacían falta hasta finalizar el a!o. #aca por su parte, ocupaba la mayor parte del día finalizando proyectos y papeleo burocrático que no quería dejar colgado a medias en la empresa. 7ada vez que 7ruz o su


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padre la sorprendían a altas horas an encerrada entre informes, se miraban preocupados... C: Parece

que por fin está sentando la cabe*a con respecto a la empresa (le sugiri! un da )ru* a Pedro para quitarle hierro al asunto+ Pedro: $5ú crees& (pregunt! con muchas dudas y preocupaci!n Pedro+ 2Pues a mi me parece, que esa de ah, no tiene nada que ver con mi hija3 =abía dicho él, y #aca los había escuchado, pero an no podía enfrentarse a ellos, an no podía contarles que más pronto de lo que esperaban sus caminos se separarían. Así que dividi su tiempo y sus tardes entre los preparativos y compras de ltima hora de Eva para la boda, y en realizar alguna que otra salida familiar tratando de no levantar demasiadas sospechas &os temores de #aca porque Esther descubriera todo, se fueron esfumando a medida que pasaban los días. 4enían mucho que hacer, y cuando se encontraban a solas, todo volvía a ser tan familiar y tan e6plosivo como siempre. 2e sorprendían hablando de viajes, de nanotecnología, de cine o msica hasta altas horas de la ma!ana, la boda entre Eva y &aura también era un pilar importante del monopolio de las conversaciones que tenían cuando sus deseos se daban tregua, pues ambas serían las madrinas de la boda, y Eva y &aura las llevaban de cabeza cada una por su lado

E: %2abes una cosa' (le dijo Esther en mitad de una película mientras #aca permanecía apoyada contra ella en el sofá con el bol de palomitas en su regazo) M: %Cué' (pregunt #aca sin dejar de mirar a la pantalla) E: Cue me encantaría casarme contigo (le solt de pronto Esther) #aca se atragant por un momento con las palomitas. Esther le dio golpecitos en la espalda y se ri cuando vio que no había peligro

M: 88%-ero t te crees que se puede soltar una cosa así, alaaa... como si nada':: (la reprendi #aca an un poco colorada por el atragantamiento que había sufrido) 87asi me matas: Esther no dej de reírse ante su reaccin, y subi los hombros en un gesto inocente y despreocupado que se asemejaba mucho al que tenía plasmado en el rostro de repente

E: /ueno, no supuse que te causaría tal conmocin (trat de burlarse Esther del asunto, aunque no dejaba de ponerle algo nerviosa el que #aca an no se hubiera pronunciado al respecto) #aca dej el bol de palomitas sobre la mesa, y puls pause en el 1;1, luego se sent de cara a Esther

E: %Cué' (pregunt Esther ahora ya, sí más nerviosa, se avecinaba la +gran conversacin) M: #e sueltas que te gustaría que nos casásemos y me preguntas %qué' (#aca puso los ojos en blanco, hablar con Esther a veces era como hablar con un boomerang de una sola aspa, nunca volvía) %a qué ha venido eso'


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E: *o lo sé, bueno... digo sí (se corrigi al ver la cara de pocos amigos que empezaba a poner #aca ante su evasiva, sonri, le gustaba verla así, tan peleona) 4e quiero, y siento que siempre te querré, y supongo que pasar estos días tan cerca de Eva y &aura me han dejado ahí una espinita clavada de saber que de momento t y yo no podríamos hacerlo, bueno siempre suponiendo que t quisieras casarte conmigo, que nos casemos, claro... (se apresur a aclarar Esther) M: %< por qué no podríamos' 1igo, suponiendo que yo esté de acuerdo en esto del matrimonio (pregunt #aca con el ce!o an fruncido, aunque se sonreía por dentro viendo que Esther se azoraba al no obtener una respuesta clara de #aca ante la pregunta de querer casarse o no con ella, la conocía tan bien) E: #aca, ya lo sabes (le dijo Esther) M: *o, no lo sé... que yo sepa el matrimonio entre personas del mismo se6o es legal en Espa!a, así que a ver, %por qué no podríamos' (la ret #aca a e6plicarse, aunque entendía la postura que Esther sin duda le ofrecería) E: /ueno, sí, es legal... pero el ejercito se rige por sus propias normas, y sería como un nadar contra corriente constante. #e harían la vida imposible, por no hablar de mi padre que le daría un patatus al ser su hija la comidilla de todo el mundo. Cue un oficial de mi rango se casara legalmente en un matrimonio gay sería algo así como ser la portada del +hola durante no un mes, sino durante a!os, por no hablar de los temas de seguridad que entra!aría (le dijo Esther, y mientras hablaba se daba cuenta de la cobardía que parecían tener sus palabras, pero se record que no es más fuerte quien pelea con pu!o de acero, sino quien también sabe donde y cuándo elegir sus batallas) =e dicho que me encantaría casarme contigo, y es totalmente cierto. &o nico que espero es que cuando termine el acuerdo con la 1#B4, y pueda ofrecerte una vida plenamente normal, sigas queriéndome lo suficiente para darme como respuesta un +sí cuando te lo pida formalmente, porque ten por seguro que te lo pediré (a!adi Esther con voz más profunda) A #aca le corri un escalofrío ante aquella declaracin no formulada +formalmente

E: %#e esperarás' (le pregunt Esther acercándose ya a ella) M: 2í (pronunci #aca con voz ya tomada) E: %< qué responderás cuando me arrastre a tus pies cual sierva tuya fiel que soy' (le pregunt Esther ya tumbando a #aca de espaldas contra el sofá. 2us dedos comenzaron a trazar el camino hacia el primer botn de la camisa del pijama que #aca llevaba puesta) M: Cue +2í (pronunci #aca con un jadeo al notar los labios de Esther sobre el hueco de su clavícula, pues los dedos de su amante empezaban a desnudarle) E: %4e casarás conmigo' (le pregunt Esther directamente con la voz ronca, tan profunda como la inmensidad del deseo que empezaba a abrirse paso en ella al sentir bajo su cuerpo el calor del cuerpo de #aca) M: 2í, me casaré contigo (le respondi #aca mientras Esther jugaba cerca de su boca) E: %-or qué' (la sigui torturando Esther sin dejar de hundir sus manos por debajo de su camisa, mientras las costillas de #aca temblaban al paso de sus caricias inflando tosca y desbocadamente su tra6. &os labios de Esther empezaron a dejar hmedos y e6pectantes besos en la barbilla, en la comisura de sus labios, en las mejillas de #aca) #aca no soport más aquel dulce tormento, cogi la cara de Esther entre sus manos para detenerla


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M: -orque te quiero, porque te amo más que a mi propia vida... (le contest, y acto seguido se abalanzaron una hacia la otra, entremezclando sus salivas hasta crear la pocin perfecta de aquel eli6ir de amor que tendría que resistir una espera que a cada una, por distintas razones, se les antojaba eterna El gran día lleg. #aca se encerr con Eva para ayudarla a vestirse, estaba tan nerviosa que parecía que le había dado un tabardillo

Eva: %Algo azul' (preguntaba) M: Aquí, y también lo viejo, lo prestado... todo cari!o, lo tienes todo. 84ranquila: Es &aura, %recuerdas' (la ataj #aca con una sonrisa) Eva: *o, si no es por ella... es por toda esa gente, nunca pensé que diría esto, pero por primera vez tengo algo de vergSenza slo de pensar que esos ojos estarán puestos en mí (dijo Eva con una mueca de acojone) M: /ueno, t solo mira a &aura y verás como el resto desaparece... además ya viste en la boda de Uate y /ea que la ceremonia civil es bastante rápida, antes de que te des cuenta estarás besando a &aura y nos estaremos dando un banquetazo de +aupa (le dijo #aca y Eva sonri tranquilizándose) Eva: 8Es cierto: %7mo estoy' (le pregunt Eva dando una vuelta para que #aca la viera por todos los ángulos) M: -reciosa (le dijo #aca y era cierto) 82e va a caer de culo: Eva: 9ajaja (Eva se ri por el comentario) Espero que no. 2i yo estoy nerviosa no quiero ni pensar en cmo estará ella. Anoche me llam como diez veces... jajaja... creo que lo de no dejar que durmiera en casa la trastorn por completo M: %2í', pues que se aguante, que por tu culpa de mantener las costumbres Esther y yo también tuvimos que dormir separadas. Esther dice que al final tuvo que darle un par de tragos a &aura para que se durmiera (le coment #aca) Eva: /ueno, pues esperemos que hoy no se haya levantado con resaca (de pronto Eva se acerc a #aca y le cogi las manos, se puso seria) -ara mí era muy importante pasar contigo nuestra ltima noche de chicas M: Eva, no va a ser la ltima (trat #aca de quitar hierro al asunto) Eva: Eso no lo sabes (Eva empezaba a apenarse) #aca le cogi el mentn con una mano

M: Ei, mírame. %Alguna vez te he fallado' 8*o, verdad: -ues no será la ltima, además, deja de pensar en eso... 8hoy te casas:, y la mujer que te espera ahí fuera se muere por que la tranquilices apareciendo por esa puerta (Eva asinti, y se dej contagiar por la sonrisa de #aca) Estás preciosa así que, vamos allá... dejémosles con la boca abierta Eva: 8=echo: (acept Eva y las dos se encaminaron hacia la puerta. El futuro les esperaba al otro lado) &a ceremonia como predijo #aca, fue corta pero bonita. &aura había pasado tantos nervios que en cuanto vio lo bonita que estaba Eva sonri y los ojos le brillaron como si llevaran agua. En cuanto la tuvo a su lado no pudo soltar su mano ni un segundo. #aca y Esther se miraron, tan emocionadas como si de su compromiso se tratara y contagiadas por el ambiente de ver a dos personas que se comprometen libre y felizmente ante sus seres queridos, la boda sigui su curso, con sus fuegos artificiales al entrar las novias al banquete, con sus entrantes, con sus +vítores y +que se besen, con


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los platos que las novias habían escogido para sus invitados, el champán y la gran tarta... y por supuesto con su propio baile, que hizo contener el aliento hasta el más duro de la sala. En cuanto &aura y Eva bailaron su propia cancin y la gente se anim a compartir la pista con ellas, Eva le pidi a &aura que le dejara bailar con su amiga

L: 7reo que las chicas quieren prescindir de nosotras al menos un momento (le anunci &aura a Esther apoyando una mano en su hombro) Esther mir a &aura y luego vio como Eva miraba a #aca, la solt

E: Entonces será mejor que se lo concedamos (le contest Esther a la mujer que más fielmente la había servido mientras, en el rostro de las cuatro, surgía una gran sonrisa que e6presaba todo por lo que habían pasado hasta llegar a ese día) L: %*os tomamos mientras algo' (le pregunt &aura a Esther) E: #e parece una estupenda idea, estoy sedienta (respondi Esther alejándose con &aura de la pista) Eva tendi una mano hacia #aca, y ésta se la apret. 7omo muchas veces, los brazos de ambas se abrieron para acoger a la otra. Eva apoy su cabeza en el hombro de su amiga

Eva: Ljalá no tuvieras que hacerlo (le susurr Eva) M: Eva... (#aca no quería estropear el día de Eva hablando una vez más de ello) Eva: &o sé, tienes que hacerlo, es solo que... (Eva alz la cabeza para ver a #aca) que te quiero, %lo sabes verdad' M: 7laro que lo sé, yo también te quiero, eso nunca cambiará (le asegur #aca dejando de bailar) Eva, no vamos a desaparecer... quizá por un tiempo haya que pasar por un periodo para normalizar las cosas, pero esta vez no será como antes, no me van a enviar a ninguna cárcel o algo parecido %vale'... jajaja... #aca se ri, necesitaba urgentemente quitar aquella e6presin de melancolía de Eva) Eva: *o me fío ni un pelo de ellos #aca, no me quedaré tranquila hasta que lo vea (Eva no se ri) M: /ueno, la mujer que quiero es la que dirige la 1#B4, así que tendremos que empezar a fiarnos un poco... además, Uate a hecho un magnífico trabajo. 1e verdad, no debes preocuparte (le dijo #aca y de nuevo la abraz con fuerza empezando a balancearse nuevamente con ella al son de la msica) Eva, es lo que quiero, lo necesito... sabes que he tratado de ser fuerte, pero... ya no lo soporto más, la necesito junto a mí... por favor, entiéndelo. 82oy feliz así: Eva asinti mudamente, enterr la cara en el cuello de #aca para ocultar algunas de las lágrimas que an no se había atrevido a derramar, y luego se repuso mirándola sonriente a la cara

Eva: 2i t eres feliz, yo también lo soy... %siempre juntas' (le dijo Eva recordando un peque!o juego que hacían en la facultad) M: 2iempre juntas (respondi #aca y las dos se dieron un beso que las detuvo en el tiempo) #aca fue a buscar a Esther a la barra del bar, había llegado la hora, el plazo concluía como en un cuento de hadas, eran las doce de la noche


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M: 7reo que tienes que salvar a tu mujer, hay alguna que otra loba que la encuentra irresistible (brome #aca con &aura, pues sabía que se pondría algo nerviosa con el comentario) L: Es increíble, llevamos horas casadas y ya se le lanzan como buitres... bueno, os dejo... (abraz a Esther con fuerza, lo cual la cogi totalmente desprevenida pero se lo devolvi afectuosamente y agradecida. &uego &aura mir a #aca, los ojos le brillaban, ella conocía sus planes, Eva jamás se lo hubiera podido ocultar pero &aura ahora era fiel a su mujer, y no se interpuso entre #aca y Esther aunque albergara sus dudas) 7uidaros, cuidaros mucho (le dijo a #aca en un susurro y la bes y abraz con la misma intensidad con que lo había hecho con Esther) 7uando &aura se alej, Esther mir a #aca con e6presin de +qué co!o le pasa a &aura, #aca sonri y se encogi de hombros

M:
E: %Adnde vamos' (le pregunt Esther) M: 8Es una sorpresa: (le dijo #aca, que empezaba a ponerse nerviosa, por suerte Esther an iba a rastras de ella y no podía leer en su cara) E: %< nos vamos así, sin más... sin despedirnos de las chicas' (le pregunt Esther algo intrigada, pero tranquila) M: *o nos vamos muy lejos (le dijo #aca girándose hacia ella cuando encontr la puerta que estaba buscando) 4engo algo que decirte, y ya he esperado demasiado para hacerlo Esther la mir con el interrogante en los ojos, pero an sin imaginarse lo que aquel cambio de escenario le depararía. 1e pronto se vio en mitad del jardín interior donde había tenido lugar la ceremonia civil. &os farolillos lo alumbraban dándole un aire mágico, de en sue!o, ni en mil a!os hubiera imaginado lo que #aca le anunciaría #aca sigui arrastrando suavemente a Esther por el camino de piedra iluminado. &os ojos de ambas estaban anclados en la otra con gran intensidad, y a pesar de que #aca andaba de espaldas, la calidez que trasmitían las manos de Esther le aseguraban que no dejaría que tropezara. Apartadas del mundanal ruido, #aca lleg hasta el peque!o escenario donde Eva y &aura se habían casado, a los lados del palco había cuatro bancos de piedra blanca y sin soltar las manos de Esther se sent en uno de ellos. Esther hizo lo mismo, sin preguntar, sin rechistar... %cmo hacerlo, si estaba hipnotizada por la belleza de #aca, que bajo aquella luz, y seguramente con alguna ayuda del par de cubatas que se había tomado, parecía una auténtica ninfa' Esther vio como #aca se mojaba el labio inferior y agachaba la mirada un segundo, aquel tic nervioso suyo no fue el nico que le dio la pista, también lo hizo que #aca cogiera de pronto una gran bocanada de aire. 2us ojos se volvieron a encontrar, ahora más atentos

M: Esther, tenemos que hablar de algo muy importante (#aca trat de mantenerse firme, porque sino Esther jamás consentiría la decisin que había tomado) Es algo que


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t no quieres oír, y una oportunidad que yo sin embargo no puedo dejar marchar, así que tendrás que dejarme hablar antes de esgrimir tu negativa Esther se puso tensa de pronto, aquello sería más grave de lo que el reciente nerviosismo de #aca había anunciado. #aca se acerc más a ella y volvi a cogerle las manos. -or un momento, #aca se qued embelesada por el trazo tan distinto que escribían sus dedos entrelazados, no tenía sentido darle más vueltas, ella ya había tomado su decisin y estaba feliz con ella, Esther tendría que comprenderlo, además se les acababa el tiempo. Ante su silencio se atrevi a continuar

M: =e llegado a un acuerdo con la 1#B4 (le anunci #aca, las manos de Esther se tensaron y helaron entra las suyas) E: %Cué has hecho, qué' (a Esther se le estrangul la voz. #ir a #aca y sus ojos eran firmes, estaba diciendo la verdad. *erviosa se puso de un salto en pie) Eso, eso es imposible... todo lo que ata!e a la 1#B4 pasa por mí, me hubiera enterado si... #aca se puso en pie y fue hasta ella para detener su divagar. 7on suavidad la cogi de los brazos

M: &o siento, mi amor, no te enfades conmigo, pero tuve que saltar un escalafn más... (le anunci #aca y Esther entonces comprendi que sobre ella slo e6istía una persona con más poder dentro de la 1#B4) E: 8#i padre: (e6clam con los ojos abiertos) %=as hecho un acuerdo con mi padre' (la furia empezaba a calentar cada terminacin nerviosa de su cuerpo) M: Esther, t nunca me lo hubieras permitido, y ésta era la nica solucin (Esther ya no oía nada, el miedo ante lo que aquello significaba y la ira de saber que su padre había llegado hasta #aca saltándose la opinin y los sentimientos de su propia hija, clamaban por apoderarse de ella de un momento a otro. #aca sujet su cara entre las manos) 8Escchame: =ace más de tres a!os, creíste encontrar una solucin para nosotras, y me dejaste... 8me dejaste: < no supe nada de ti... E: #aca yo... (Esther consigui reaccionar ante aquellas palabras que la invadían de culpa por el sufrimiento que su decisin había acarreado para ambas, pero sobretodo porque no se perdonaba haberle causado tanto dolor a #aca) M: 8&o sé: 8&o sé: 7reíste que era la nica salida, que no podríamos estar juntas y que era mejor que yo pudiera rehacer mi vida con otra persona, pero llevamos dos a!os y medio desde que volvimos a cruzarnos, y yo no he dejado de querer nada más que no sea estar contigo, no he dejado de desearlo ni un segundo... 8tenía que encontrarla:, %entiendes' 4 no encontraste la solucin, pero yo tenía que encontrarla, y lo he hecho. *o podía dejarla pasar, así que te suplico que me escuches hasta el final (le pidi #aca acercándose tanto a ella, que el aliento agitado de ambas golpe sus labios contrarios. Esther trat de hacer lo que le pedía, cogi las mu!ecas de #aca con firmeza, sus manos an le sujetaban el rostro, y cerr los ojos con fuerza... el pánico que sentía rugía internamente en ella, pero se lo debía) Esther alz la mirada ya sin ira, dispuesta a escucharla +%qué has hecho #aca, por 1ios que has hecho' se pregunt internamente

M: Está bien, iré al grano (suspir #aca viendo que Esther volvía a prestarle su atencin) 2abes que desde lo del *bel las cosas en la empresa han cambiado mucho, me dedico más a temas burocráticos y otros proyectos que a los míos propios, pero hay


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algo que he guardado con recelo en estos ltimos 3 meses (el brillo que los ojos de #aca adquirieron, dict el latido ansioso que el corazn de Esther empez a sentir) "n día lleg a mi mesa un proyecto del departamento de inteligencia, en principio no parecía nada especial, pero ese día, no sé por qué razn, decidí prestarle atencin y lo leí con detenimiento... 2in pretenderlo, aquel proyecto me abri una puerta que yo no esperaba. %4e acuerdas de cuando Eva y yo entramos en la base de datos de la 1#B4'... (#aca hablaba emocionada. 4enía tantas cosas que contarle que sin darse cuenta empezaba a dar rodeos) E: 88%7mo no voy a acordarme':: (Esther sin embargo estaba aterrada por lo que la cabeza de #aca era capaz de albergar) M: /ueno, no me refiero a eso... (#aca pudo leer en el rostro de Esther el encadenamiento de sucesos que habían hecho que la 1#B4 consiguiera ganar la vista y hubieran tenido que huir del país. Bnesperadamente sonri para total incredulidad de Esther) %4e acuerdas del apagn' E&B2A necesit tanta potencia que absorbi la energía de aquellas manzanas, %lo recuerdas' E: #aca, %a dnde quieres llegar' (Esther se estaba impacientando. %Cué tenía que ver todo aquello con la 1#B4') Al mismo tiempo que se formulaba ella misma la pregunta, el chispear de los ojos de #aca le confirm la respuesta

E: %E&B2A' (pregunt Esther abriendo los ojos como platos) #aca asinti

M: Encontré una fuente de energía lo suficientemente potente para mantenerla... que digo mantenerla... jaja (#aca estaba pletrica) =e ampliado su rendimiento casi en un J?W, y quien sabe lo que puedo llegar a conseguir si tengo los recursos necesarios para hacerla avanzar... Esther se tambale de pronto. #aca la cogi al vuelo

M: 8Esther: (grit) E: *ecesito sentarme... un segundo (musit sin energía Esther) #aca la ayud a sentarse y se agach de cuclillas

M: %7ari!o estás bien' (le pregunt #aca preocupada, Esther estaba blanca como la nieve) E: #aca... (musit sin fuerzas pero con la necesidad de verificar lo que su cabeza le decía) #e estás diciendo... %me estás diciendo que has mostrado a E&B2A a la 1#B4' M: =e hecho más que eso, hice una demostracin del control de E&B2A sobre cualquier base nacional o e6tranjera que quiera penetrar informáticamente en nuestra red nacional de seguridad. =e convertido a E&B2A en un escudo casi perfecto, impenetrable, y con capacidad de administrar más de 3 billn de redes al mismo tiempo (le anunci #aca, orgullosa, pero al mismo tiempo preocupada por la cara de Esther) Esther se tap la cara con las manos. *o podía ser cierto. #aca se sent a su lado y le retir las manos de la cara para que se miraran


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M: *o lo entiendes cari!o... (#aca deseaba tranquilizar a Esther pero lo estaba haciendo mal, obviamente) E: 8*L: (e6clam Esther tajante y enérgicamente, luego la voz le tembl) &a que no lo entiendes eres t... ahora ni siquiera yo puedo apartarte de ellos. %Cué es lo que pretendías #aca' %Cué es lo que te prometieron' (Esther nerviosa empez a zarandearla, el miedo a que la separaran de ella la tenía presa de una forma angustiosa y enfermiza. 1e pronto se ech a llorar) #aca la estrech con fuerza contra su cuerpo, no tenía que estar pasando aquello, no estaba trasmitiéndoselo como debía... aquello era una gran noticia

M: 7ari!o, no llores, no... no me he e6plicado bien, es algo bueno... (le dijo #aca, y justo en ese momento la puerta del jardín volvi a abrirse) Esther trat de recomponerse pensando que era algn invitado de la boda, no quería que nadie la viera llorar, que preocuparan a Eva o a &aura, pero en cuanto aquella voz son en el vacío de la noche, la furia se apoder de nuevo de ella

Padre E: =ola hija... Esther se levant con tanta rapidez que #aca no pudo retenerla, de pronto Esther envisti contra su propio padre cogiéndolo por las solapas

E: 4"""""... 4Z"""""... %7\#L =A2 -L1B1L' %7\#L =A2 -L1B1L 2A/BE*1L &L C"E
M: 7ari!o, suéltale... 82"T&4A&E: 8&E E24A2 =A7BE*1L 1A[L: (termin por alzar la voz #aca para que Esther se diera cuenta de lo que le decía) Esther reaccion y se mir las manos que an sujetaban con fuerza a su padre mientras lo mantenía acorralado contra una de las columnas del palco. 1e pronto se dio cuenta de que su padre no se defendía, sus brazos no se habían movido ni un solo milímetro de sus costados, inertes, mientras que ella lo había estampado contra la columna. 2u padre era mayor, pero an tenía la fuerza de un toro, podría haberla tumbado si hubiera querido presentar batalla pero no lo hizo. Aquella idea tan desconcertante como todo lo que su cabeza rumiaba desde que había entrado en aquel jardín con #aca, hizo que Esther lo soltara y se apartara de él, mientras #aca se ponía en medio de ambos por prevencin

M: &o siento, lo siento... creo que no he sabido e6plicárselo


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Ly Esther que #aca le decía a su padre. %-or qué se disculpaba con él' 8él no era la víctima: 8A él no le estaban arrancando su vida: 2e volvi otra vez hacia ellos. El padre de Esther apoy las manos en los hombros de #aca, como otras veces había hecho sobre los suyos propios, reconfortantes, apaciguadores

Padre E: 1éjame a mí... (le escuch decir y Esther se puso en guardia, si aquel hombre pensaba que iba a +venderle la moto una vez más, es que no la conocía) Padre E: Esther, creo que no has entendido nada (le dijo con rotundidad, como cuando era una ni!a y sin desesperarse ni castigarla la rega!aba) Esther plant cara, ya no era una ni!a. 2u mirada le desafiaba

Padre E: *o sé hasta que parte te ha contado #aca, pero conociéndote sé que no la habrás dejado contarte quizá la más importante, eres tan testaruda (musit su padre pacientemente) A Esther estaban a punto de estallarle de nuevo los nervios

E: %=as hecho un acuerdo con ella a mis espaldas' (pregunt Esther) Padre E: 2í, lo he hecho (respondi su padre) E: < deja que adivine (prosigui Esther con cinismo) %En ese acuerdo dice que #aca ingresa en la 1#B4 por el proyecto de E&B2A' %no es cierto' Padre E: 2í, lo es (volvi a responder su padre) E: %E*4L*7E2 C"E L40A 7L2A *E7E2B4L 2A/E0' (grit Esther de nuevo) %E2 C"E A7A2L #E ;A2 A 7L*;E*7E0 A=L0A 1E C"E ;AB2 A 2EI"B0 0E2-E4A*1L E& A7"E01L C"E 5B0#A24EB2 2L/0E #A7A' 82abes tan bien como yo que E&B2A es un proyecto de nivel 3: 8E2 &A Z*B7A EM7E-7B\* C"E -L1YA 0L#-E0 E2E 7L*40A4L < 4Z &L 2A/YA2, #A&1B4A 2EA, < A"* A2Y 2E &L =A2 -E0#B4B1L: 8=A2 -E0#B4B1L C"E &A 1#B4 2E-A 1E E&&L: El padre de Esther suspir, todo lo que decía su hija era cierto, pero faltaban unos matices muy importantes

Padre E: Está bien, deja de gritar... aun no estoy sordo (le pidi su padre. Esther buf, era lo ltimo que le faltaba, que su padre se dirigiera a ella como si estuviera creando de un granito de arena una monta!a) 4odo lo que dices es cierto, #aca entra en la 1#B4, pero no como t piensas. 7reo que ya sé la parte que no ha podido e6plicarte y si te calmas un solo segundo, seré yo quien la aclare Esther guard silencio pero no baj la guardia ni un segundo, los ojos le ardían por mucho que #aca asintiera con la cabeza para e6presarle a Esther que le dejara hablar. El padre de Esther se abri la chaqueta y sac una cosa del bolsillo interior, luego lo e6tendi hacia su hija

E: %Cué es esto' (pregunt Esther con cara de pocos amigos) Padre E: Xbrelo y lo sabrás (le dijo su padre) Esther lo abri y sus ojos se abrieron como platos de nuevo, lo volvi a mirar sin dar crédito


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E: %Cué significa esto' (le pidi e6plicaciones Esther, pero las manos empezaron a sudarle de pronto) Padre E: %Es que acaso has olvidado la calificacin de rangos' (se permiti ironizar su padre, aunque el cambio en la cara de su hija no había pasado desapercibido para ninguna de las dos personas que, a su forma y manera, más la querían, él y #aca) Esther se sent de golpe en el banco, el desconcierto volvía a cubrir su rostro

E: *o... no lo entiendo (titube Esther. %Acaso significaba lo que ella creía que significaba') #aca se permiti sonreír de nuevo, parecía que la cosa se iba enmendando

Padre E: 8#e jubilo: (le anunci su padre) #aca ha firmado un nuevo contrato con la 1#B4, y créeme, Uate no ha dejado ni un cabo suelto, de otro modo ten por seguro que no estaríamos hablando de esto ahora mismo... E: Espera, espera un segundo... %Uate también está metida en esto' (le interrumpi Esther cada vez más desconcertada) M: Es que no me dejaste llegar a ese punto cari!o... (trat de disculparse #aca) Padre E: *o te disculpes #aca, seguro que ya tenía el +no en la boca incluso antes de que comenzaras a e6plicarte... (ironiz de nuevo su padre con un suspiro) -ero vamos a lo que hemos venido. #i cargo es tuyo, esa insignia que tienes en la mano lo demuestra. En cuanto hagan tu nombramiento y esté todo en regla, t misma terminarás de firmar el contrato que #aca debe registrar para tomar el suyo E: %Entonces... entonces, #aca an no está dentro' (la cara de Esther se ilumin, y la de #aca en cambio adquiri cara de pocos amigos viéndosela venir) Padre E: *o... (iba a aclararle su padre, pero Esther se encamin a #aca rápidamente) E: #e has dado un susto de muerte %lo sabes' -ensé que ya habías firmado, que formabas parte del programa de la 1#B4... (Esther la estrech entre sus brazos aliviada) 4odavía podemos hacer algo, aunque que hicieras una prueba para ellos de E&B2A complica algo las cosas, pero puedo presentar algn falso informen de fallos... sí, eso haremos (la cabeza de Esther trabaja a mil por mil) M: Esther, voy a entrar en la 1#B4, te guste o no... eso no tiene vuelta atrás (le dijo #aca con tranquilidad) Esther se apart un poco de ella

E: *o sabes lo que estás diciendo... (le asegur Esther, viendo la mirada penetrante y decidida de #aca, que al ver el temor en la mujer que amaba, trat de suavizar) M: 2r. Iarcía, podría terminar de e6plicarle a esta cabezota lo que quiero... porque es capaz de salir de nuevo por patas creyendo que así me protege (le dijo #aca al padre de Esther) Esther mir de nuevo a su padre, %había más'

Padre E: Esther, deja de luchar, la guerra ha concluido, pero estás tan a la defensiva que an no te has dado ni cuenta (le dijo su padre y se acerc hasta ella, la tom por los hombros y sus ojos se encontraron) 8Estás al mando, ocupas mi sitio:

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a sonreír) 2í, es así. #aca no va a entrar como investigadora en la 1#B4, sino que se ha creado un nuevo puesto para ella, será la encargada de coordinar y controlar todo lo referente a redes y sistema de inteligencia informática que ata!e a nuestro mando de control nacional de seguridad E: -ero... pero entonces, %no es un nivel 3' (pregunt Esther sin poder aceptar lo que su padre le decía, las piernas le temblaban a aquellas alturas) Padre E: < dale con el protocolo... lo que #aca es capaz de hacer con su maquina esa... M: E&B2A... se llama E&B2A (apunt #aca) Padre E: Eso, lo que es capaz de hacer con E&B2A es algo que ni se nos pasaba por la cabeza que pudiera hacerse. #aca no es un nivel 3, si hubiera un nmero para describirlo sería el ? o el menos 3?... porque esta ni!a es capaz de hacer cosas increíbles... (decía emocionado el padre de Esther) M: Iracias (le agradeci no sin un poco de vergSenza #aca) Padre E: 1e nada criatura, es cierto. *o slo va a conseguir hacer grandes cosas por nuestro país, por todos nosotros, sino que además ha encontrado el modo de hacerte feliz a ti, a ambas. #aca será tu má6ima prioridad en cuanto se incorpore, seréis juntas el mando y cerebro de la 1#B4, eso sí, tendrá que cambiar de residencia, tendréis que iros a vivir a la base, ya sabes, por seguridad, y tendrás que acompa!arla cuando salga como civil... t deber será protegerla, puesto que es lo más valioso que tendrá nuestro gobierno como escudo antiespionaje. %Es acaso alguna de estas cosas, algn problema para ti' (el padre de Esther no la dej ni responder) 8-or supuesto que no: 1esde que la conociste la convertiste en tu má6ima prioridad, y así va a seguir siendo hasta que cumpláis al menos otros diez a!os más, aunque para entonces puede que ya no queráis cambiar de trabajo (dijo por ltimo su padre) E: %Cuieres decir, que es por diez a!os' %qué podremos luego irnos' (pregunt Esther tras escuchar atentamente las palabras de su padre) Padre E: 2egn lo que ha detallado Uate como cláusula irrevocable sí (le contest su padre) E: -ero entonces... %quién se ocupará de la 1#B4' %1e E&B2A' (la cabeza de Esther ya más calmada en su ámbito sentimental, se puso a funcional en lo profesional) Padre E: Eso ya depende de vosotras, tenéis diez a!os por delante para buscar a vuestros justos sucesores o bien, conservar por voluntad propia vuestros puestos (le contest con una sonrisa su padre) E: *o puedo creerlo (susurr Esther en shocK) #aca se acerc hasta ella y le cogi la mano

M: Era el nico modo de que no salieras disparada cada dos por tres a socorrer a cualquier otro investigador. 4e necesito a mi lado, siempre (le dijo #aca con la mejor de sus sonrisas) Esther le acarici la cara con la mano que le quedaba libre, sin llegar a entender qué había hecho para merecer a alguien así a su lado, capaz de hacer y crear mundos alternativos, posibilidades donde slo había asfalto

Padre E: /ueno, prometí a #aca que vendría para apoyarla, y creo que he cumplido con mi cometido (anunci su padre un poco incmodo por tener que estar en medio de una relacin de pareja que no debía)


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Esther se levant de pronto viendo sus intenciones de marcharse, pero antes de que diera un paso se abraz a él con fuerza. 2u padre se qued petrificado un segundo, luego la envolvi como si an fuera su ni!a peque!a, esa que correteaba alrededor de sus piernas

Padre E: *unca quise nada malo para ti, quiero que lo sepas (le dijo su padre, de pronto su voz sonaba todo lo mayor que era) E: &o sé, es slo que... (Esther luchaba contra el impulso de llorar, había pasado del estado más aterrador al más feliz que había sentido nunca, pero an no sabía si creérselo) Padre E: 2omos iguales (termin la frase su padre por ella) Esther lo liber finalmente

E: -erdona por lo de antes, espero no haberte hecho da!o (se disculp Esther por haberlo zarandeado) Padre E: 9ajaja... Estás hecha una buena mula, y tu envestida me ha confirmado que hago bien jubilándome, estoy demasiado mayor y demasiado cansado para seguir en la brecha (le dijo su padre, y luego le acarici la cara) 4e espera un arduo trabajo cari!o, pero sé que podrás hacerlo... slo t puedes Esther lo acept con un movimiento de cabeza y luego sinti los labios de su padre en su pelo antes de marcharse

Padre E: Ls espero a las dos el domingo en casa... llevaré toda la documentacin para que te quedes tranquila del todo, cari!o (alz la voz por ltima vez el padre de Esther antes de perderse por la puerta por la que había entrado) Esther se sonri, al final resultaba que su padre la conocía mejor de lo que ella pensaba. 7on tranquilidad se gir hacia #aca que an la esperaba sentada en el banco y con aquella preciosa sonrisa en la cara

M: Entonces... %lo aceptas' (le pregunt #aca con esperanza) Esther se sent a su lado

E: %Acaso aceptarías un +no por respuesta' (le pregunt Esther a su vez) #aca neg con la cabeza, sabía que Esther ahora mismo sentía lo mismo que sentía ella... Esperanza, felicidad, también algunas dudas y temores, pero esas habían estado siempre entre ellas, así que no importaban demasiado. =abía llegado el momento que tanto se merecían, e iban a permitirse disfrutarlo

M: 4e quiero (le dijo #aca) E:

De Blanco y Negro a Color - Angeles

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