"el negro blanco" por Norman Mailer
1957. Traducción : Martín Abadía
I
Probabl Probableme emente nte nun nunca ca seremos seremos capace capacess de determ determina inarr el deteri deterioro oro psíquico que los campos de concentración la bomba atómica !an ocasionado ocasionado en el inconscien inconsciente te de casi todos los que estamos estamos ios en estos a#os. Por primera e$ en la !istoria de la ciili$ación %tal e$ por primera e$ en toda nuestra !istoria%& nos !emos isto 'or$ados a iir ba(o la in!ibición de las m)s peque#as 'acetas de nuestras personalidades con la menor proección de nuestras ideas& o erdaderamente& en un aciamiento tal con respecto a nuestras ideas personalidades que qui$)s acabe conden)ndonos a morir como una ci'ra en una asta operación estadística en la cual todos nuestros dientes est)n contados& nuestro pelo a salo& pero nuestra muerte es anón an ónim ima& a& de des! s!on onros rosa& a& irre irrele lea ant nte* e* a no un unaa muert muertee qu quee po podrí dríaa esperarse con dignidad como posible consecuencia de las acciones que !emos cometido& sino una muerte deux ex maquina en una c)mara de gas o en una ciudad radioactia. Así& en el centro mismo de la ciili$ación& la ciili$ación 'undada sobre la urgencia 'austiana de domi do mina narr a la na natu tura rale le$a $a al ad adue ue#a #arn rnos os de dell tiem tiempo po po porr en ende de&& adue#arnos de los ínculos de causa e'ecto& en el medio de una ciili$ación económica 'undada en la con'ian$a de que el tiempo podría erdaderamente ser sometido a nuestra oluntad& nuestra psiquis 'ue a su e$ sometida a la ansiedad intolerable que sostiene que si no !a ra$ón para morir& tampoco la !a para iir& que el tiempo& priado de relaciones de causa e'ecto& 'inalmente a a llegar a su 'in. +a ,egunda -uerra Mundial puso un espe(o 'rente a la condición !umana que cegó a todo aquel que se mirase en l. Por cada die$
millones de ba(as en los campos de concentración ba(o la ine/orable agonía las contracciones de super estados basados en la siempre insoluble contradicción de la (usticia& uno se io obligado a0n a er que no importaba qu tan derruido perertido pudiera deenir& a imagen del !ombre& la sociedad que ste !abía creado& que de manera alguna se asustaba de su creación& de su creación colectia al menos su creación colectia pasada2* que en suma& si la sociedad era tan criminal& 3quin podría ignorar entonces las cuestiones m)s ocultas de su naturale$a4 s peor. 6no apenas puede mantener su alor en tanto indiiduo !ablar con o$ propia* los a#os en los que uno podía aceptarse complacientemente como parte de una elite al ser radical se !an ido para siempre. l !ombre intuó que cada e$ que disentía& se le eniaría una noti'icación de que sería conocado en cualquier a#o de crisis. o te preguntes luego qu 'ueron los a#os de la con'ormidad la depresión. l miedo 'tido !a salido de cada poro de la ida norteamericana su'rimos una crisis colectia de alor. l 0nico alor& con raras e/cepciones& que !emos atestiguado 'ue el alor aislado de la gente aislada. II
s en esta esta de deso sola lada da esce escena na qu quee el 'enó 'enóme meno no tuo tuo ap apari arici ción ón:: el e/istencia e/istencialist listaa norteameri norteamericano cano&& el hipster & el !ombre que sabe que si nuestra condición colectia es iir ba(o el miedo de una muerte instant)nea a causa de la guerra atómica& muerte relatiamente r)pida desd de sdee un sta stado do ist istoo co com mo univers concentrationnaire concentrationnaire & o muerte lenta por la con'ormidad que so'oca todo instinto rebelde creatio& si el destino del !ombre del siglo 88 es iir con la muerte desde la adolescencia !asta la madure$& por qu entonces no iba a ser la 0nica respuesta esperan$adora aceptar los trminos de la muerte& iir en su inmine inminente nte peligr peligro& o& diorc diorciar iarse se de la socied sociedad& ad& e/isti e/istirr sin raíces raíces e iniciarse en el ia(e no ordinario de los imperatias rebeliones del ser. n suma& tanto si la ida es criminal como si no lo es& la decisión es despertar despertar al psicópata psicópata dentro de uno mismo& e/plorar ese dominio dominio de la e/periencia donde la seguridad es aburrimiento consecuentemente& en'ermedad& al uno e/istir sólo en el presente& en ese enorme presente sin pasado ni 'uturo& recuerdos o planes& la ida
es la de un !ombre que debe seguir !asta ser abatido "beat"2& ida en la que apostar sus energías 'rente a las grandes peque#as crisis de alor en la que las inesperadas situaciones que !ostigan cada uno de sus días todo se reduce a estar en ello "it! it"2 o a erse condenado a no moverse "to sing"2. +a esencia impermanente del ip& su brillante$ psicop)tica& se estremece con el conocimiento de que las nueas ictorias que incrementan su poder son consecuentemente nueas 'ormas de percepción* así& las derrotas& las nueas derrotas& atacan su cuerpo aprisionan su energía !asta encarcelarlo en la atmós'era de los !)bitos que no le son propios& en las derrotas a(enas& en el aburrimiento& la desesperación tranquila la 'uria !elada muda de la autodestrucción. 6no !a de ser "ip" o ",quare" %alternatia que cada nuea generación que se adentra en la ida americana est) empe$ando a sentir%& uno es rebelde o uno se con'orma& uno es un 'ronteri$o en el lado m)s sala(e de la noc!e norteamericana o es una celda cuadrada "square"2& atrapado en el te(ido totalitario de la sociedad& condenado a la 'uer$a del con'ormismo que lo catapulte al /ito. 6na sociedad totalitaria e(erce demandas enormes en el )nimo de los !ombres& una parcialmente totalitaria e(erce a0n m)s grandes demandas con el 'in de que la ansiedad general cre$ca. ;erdaderamente& si uno se persigna en ser un !ombre& es 'recuente que todas las acciones conencionales precisen de un )nimo desproporcional& de modo que no es accidental que la 'uente del ip sea el Negro a que ste !a iido en la 'rontera lindera entre totalitarismo la democracia durante dos siglos. o obstante& la presencia del ip en tanto 'iloso'ía proletaria de los submundos de la ida norteamericana se debe al (a$$ su aguda entrada en la cultura& su subliminal pero penetrante in'luencia en algunos casos consciente& en otros por ósmosis2 sobre la generación de la anguardia& aquella generación de aentureros de la post%guerra que absorbiera la lección de disgusto desilusión que tra(eron los a#os einte& la
enr Miller !asta =il!elm >eic!% 'ue la 'iloso'ía de eminga la que se creó m)s iable: en un mundo 'atal %como eminga lo di(era una otra e$% no existe amor ni caridad ni piedad ni justicia a menos que un hombre sepa mantener su valor . Pero a0n m)s precisamente& sería el imperatio categorial !emingaano de que aquello que te hace sentir bien es, consecuentemente, El Bien & lo que enca(ara me(or en la necesidad del nueo aenturero. Así que no !a duda de que en ciertas ciudades de orteamrica& como e ?or@& e rleans& B!icago& ,an Crancisco +os Dngeles& como en otras ciudades "norteamericanas" como París M/ico <.C& iba con'orm)ndose una nuea generación atraída por lo que el egro tenía para o'recer. ? en lugares como -reenic! ;illage se completaba este mnage%a%trois: el bo!emio el delincuente (uenil se encontraban cara a cara con el egro. Así el !ipster se !i$o realidad en la ida norteamericana. ,i la mari!uana era el anillo de bodas& el primognito era el lengua(e del ip& cuo argot daba 'orma a estados sentimientos abstractos que todos eran capaces de compartir& o al menos todos aquellos que 'ueran ip& en esta boda del blanco con el egro& era ste 0ltimo quien aportaba la dote cultural. Todo egro que se persigne en sobreiir !a de !acerlo ba(o el peligro desde sus primeros días ninguna e/periencia se le anto(a casual* de !ec!o& ning0n egro puede pasearse tranquilamente por la calle sin la certe$a real de que la iolencia no !abr) de isitarlo en su paseo. +os cameos de seguridad del blanco promedio %la madre& el !ogar& la 'amilia& la posición% no constituen de ninguna 'orma una broma para el egro* solamente le son imposibles. l egro& en suma& tiene la m)s simple de las alternatias: o bien iir una ida de !umillación permanente o bien o'recerse al peligro de por ida. n un momento en que la paranoia es tan ital para la superiencia como la sangre& el egro debe sobreiir crecer siguiendo la necesidad de su cuerpo allí donde le es posible. Al saber en la c)rcel de la e/istencia que la ida es la guerra nada m)s que la guerra& el egro %salo e/cepciones% raramente puede costearse las so'isticas in!ibiciones de la ciili$ación& de modo que dirige su superiiencia !acia el arte de lo primitio& ie en el inmenso presente& subsiste por la emoción de otro s)bado por la noc!e& abandona los placeres de la mente por los obligatorios placeres del cuerpo& en su m0sica le da o$ al car)cter
a la calidad de su e/istencia& a su 'uria a las in'initas ariaciones de alegría& lu(uria& languide$& contracción& estremecimiento desesperación del orgasmo. ,i el (a$$ es el orgasmo& la m0sica del orgasmo& del buen del mal orgasmo& si se e/presa a tras de toda la nación tiene el poder de comunicar incluso allí donde se lo corrompe& se lo perturba !asta se lo suprime& si !abla sin importarle en qu registros populares para describir estados de e/istencia instant)nea a los que algunos blancos puedan responder& "o lo siento& así que t0 lo sientes tambin"& se trata de'initiamente de un arte de la comunicación.
cu)n e/tra#o desesperado pueda esto parecer* su orgullo se a'inca en no trasponer su debilidad su 'atiga espiritual en un an!elo rom)ntico para con la muerte& a que el aprecio por la muerte lo conduciría a elaborar en su imaginación un unierso 'undado en una estructura de sentido & consecuentemente& de cierta orquestación moral. o obstante& la irilidad de este argumento puede signi'icar bastante poco para el místico. l místico puede aceptar la descripción del ateo en su debilidad& puede estar de acuerdo en que su misticismo es una respuesta a la desesperación& pero en 0ltima instancia& l& el místico& reelaría que !a escogido iir con la muerte& que la muerte es su e/periencia& mientras que el ateo& al eitar la ilimitada dimensión de un pro'undo desamparo& se io incapa$ de (u$garla de esta manera. +a erdadera discusión que el místico debe siempre a'rontar es la intensidad de su isión particular el alor de su argumento depende precisamente de la intensidad de esta isión a que le !a sido tan e/traordinaria que lo prió de toda racionalidad& de todo "ocano de sentimientos"& ciertamente& supo ale(arlo de cualquier reducción escpctica que pudiera e/plicar lo que para l se !a conertido en una realidad a0n m)s real que aquella que sostiene la ra$ón lógica. ,u e/periencia interior con respecto a las posibilidades de la muerte es su propia ra$ón lógica al igual que para el e/istencialista& el psicópata& el santo& el torero el amante& el denominador com0n es la ardiente consciencia del presente& o m)s e/actamente& la incandescente consciencia 'rente a las posibilidades que la muerte !a despertado en todos ellos. /iste ciertamente un agraante de desesperación en aquella condición que descapacita al ser al resistirse al compromiso de la muerte& pero su consuelo no es sino el conocimiento de que aquello que ocurre en cada momento del presente elctrico pueda ser bueno o malo& bueno malo para su causa& para su amor& su acción& su necesidad. ste conocimiento es el que alimenta el sentimiento curioso de estar en el mundo del !ipster& un callado especial despertar religioso& sin duda. Pero el elemento que se nos aparece e/citante& perturbador atemori$ante qui$)s& es que los incompatibles !an quedado atr)s& se !an ido a dormir& que la ida interior la ida iolenta& la orgía el sue#o del amor& el deseo de matar el deseo de crear& toda una nuea concepción dialctica de la e/istencia con cierto gusto por el poder& una oscura& rom)ntica e innegablemente din)mica postura 'rente a la
e/istencia se abre paso concibiendo a cada !ombre a cada mu(er en tanto indiiduos en moimiento en cada momento de la ida !acia la eolución o bien !acia a la muerte.
III
Tal e$ nos resultaría 'ructí'ero considerar al !ipster como un psicópata 'ilosó'ico& un !ombre interesado no sólo en los riesgosos imperatios de su psicopatía& sino tambin en codi'icar& al menos para sí mismo& los supuestos en los que se construe su propio unierso interior. ,iguiendo esta premisa& el !ipster es un psicópata & a la e$& la negación del psicópata a que posee el de(o narcisista del 'ilóso'o& esa propensión por a!ondar en sus motiaciones personales& la cual es a(ena al mane(o irracional del psicópata. n un país que 'or(a unos nuee millones de psicópatas por a#o& moldeados en el acu#arse de nuestra contradictoria cultura popular %en la que el se/o es el pecado el paraíso a la e$%& pareciera que !ubiese a lugar para el desarrollo de un psicópata antittico que e/trapolara desde su propia identidad& desde la certe$a íntima de sentir (usta su rebelión& una isión radical del unierso que lo separase consecuentemente de la ignorancia general& de los pre(uicios reaccionarios del dubitar del psicópata conencional. !abiendo conertido la e/periencia inconsciente en conocimiento consciente& el !ipster trasladó el 'oco de su deseo de un grati'icación inmediata !acia una amplia pasión en 'aor de un poder 'uturo& poder que es la marca del !ombre ciili$ado. >esiste& no obstante& una di'erencia irreductible. +a clae& para el ip& reside en la so'isti'icación de una cultura primitia en una (ungla gigante& en su atractio& lo cual est) m)s all) del !ombre ciili$ado. ,i !a unos die$ millones de norteamericanos que son m)s o menos psicop)ticos la 'igura es apenas modesta2& probablemente !aa muc!os m)s de cien mil !ombres mu(eres que se ean conscientemente como !ipsters* pero su importancia reside en su potencial implacable en tanto elite en un lengua(e que la maoría de los adolescentes pueden entender instintiamente a que la intensa isión de la e/istencia del !ipster apunta a la e/periencia al deseo de rebelarse. Antes que digamos algo m)s sobre !ipster& obiamente !a bastante que decir acerca del estado psíquico del psicópata %clínicamente& la
personalidad psicop)tica. Por ra$ones que sean a0n m)s curiosas que el parecido de las palabras& muc!as personas de orientación psicop)tica con'unden a menudo al psicópata con el psicótico. +os trminos& sin embargo& son polos opuestos. l psicópito es legalmente insano& el psicópata no lo es* el psicótico es casi incapa$ de descargar mediante un acto 'ísico la rabia de su 'rustración mientras que el psicópata& lleado a su e/tremo& es irtualmente incapa$ de reprimir su iolencia. l psicótico !abita en un mundo tan brumoso que aquello que est) sucediendo en cada momento de su ida no le parece real& en tanto que el psicópata rara e$ conoce alg0n otro tipo de realidad m)s que el rostro& la o$& el ser mismo de la gente entre la que se encuentra en todo momento. ,!eldom leanor -luec@ lo describen de la siguiente manera: . 2 el psicópata puede ser distinguido de la persona que se desliza o que escala hacia un estado verdaderamente psicopático por la larga y dura persistencia de su actitud antisocial, su comportamiento y la ausencia de alucinaciones, desilusiones, ráfagas de manas, confusión, desorientación y otros dramáticos signos de psicósis!
>obert +indner& uno de los e/pertos en la materia& en su libro >ebelde sin causa % ipnoan)lisis del psicópata criminal& presente parte de su de'inición así: .2 el psicópata es un rebelde sin causa, un agitador sin slogan, un revolucionario sin programa" en otras palabras, su rebelda se dirige a lograr metas que le sean satisfactoriamente personales" es incapaz de esforzarse por el bien de los demás! #odos sus esfuerzos se ocultan detrás de cualquier disfraz para satisfacer sus deseos y anhelos inmediatos! El psicópata, como un ni$o, no puede postergar los placeres que lo gratifican" %ste es uno de los rasgos más caractersticos que lo describen! &o puede esperar la gratificación erótica que convencionalmente se cree que debera preceder al acto de matar' %l debe violar! &o espera obtener prestigio alguno en la sociedad' sus ambiciones egostas lo conducen a saltar a los titulares mediante actos atrevidos! (omo un hilo rojo, este predominio en el mecanismo de la satisfacción inmediata corre a lo largo del historial de todo psicópata y explica no sólo su comportamiento, sino tambi%n la naturaleza violenta de sus actos .
Pero incluso +indner& quien 'uera el m)s imaginatio a0n el m)s compasio de los psicoanalistas que estudiaran la personalidad psicop)tica& no estaba listo para proectarse a sí mismo en lo m)s pro'undo de la compasión % la cual designaría al psicópata era$mente como a un perertido peligroso enclae de este nueo tipo de personalidad que pudiese conertirse en la e/presión central de la naturale$a !umana antes del 'in del siglo 88. Para que el psicópata pueda poner por encima de la iolencia el amor que la ciili$ación nos !a demandado las in!ibiciones contradictorias que lo a'ectan& a su e$ recordar que no todo psicópata constitue un caso e/tremo& que la condición psicop)tica se presenta en un sin'ín de personas incluendo políticos& soldados& columnistas de diarios& presentadores& artistas& m0sicos de (a$$& prostitutas& !omose/uales promiscuos la mitad de los e(ecutios de ollood& la teleisión la publicidad& debe considerarse que !a aspectos de la psicopatía que son producto de una determinada in'luencia cultural. +o que caracteri$a casi a la totalidad de los psicópatas es que intentan crear en sí mismos un nueo sistema nerioso. -eneralmente& nos obligamos a actuar dentro de un sistema nerioso que 'ue con'orm)ndose desde la in'ancia que acarrea& en el interior de su circuito& las contradicciones de nuestros padres de nuestro medio. Por tanto& muc!os de nosotros& somos obligados a compaginar el tempo del presente el del 'uturo con los re'le(os ritmos que recibimos del pasado. o se trata solamente del "peso muerto de las instituciones del pasado"& sino erdaderamente del ine'iciente a menudo anticuado circuito nerioso del pasado que as'i/ia todo nuestro potencial de respuesta 'rente a las nueas posibilidades que podrían estimular nuestro crecimiento personal. A lo largo de la !istoria moderna& la "sublimación" 'ue posible: a e/pensas de e/presar sólo una peque#a parte de nuestro ser& ste podía e/presarse con intensidad. Pero la sublimación depende de un ra$onable tempo !istórico. ,i la ida colectia de toda una generación se !a moido demasiado r)pidamente& el "pasado" por el que los !ombres las mu(eres de esa generación 'uncionan no es& digamos& de una e/tensión de treinta a#os& sino de unos cien o doscientos a#os estimatiamente. s así que el sistema nerioso se tensiona ba(o la posibilidad de ciertos compromisos de sublimación& especialmente
desde que los requisitos para la sublimación de los alores de clase media !an sido destruídos en nuestro tiempo& al menos en tanto alores que nos con'ormen libres de dudas o con'usiones. Crente a tal crisis de aceleración de los tiempos !istóricos el deterioro de alores& la neurosis tiende a ser reempla$ada por la psicopatía el ascenso del psicoan)lisis que sólo unos die$ a#os atr)s a prometía conertirse en una 'uer$a directa superior2 !a disminuido dada su incapacidad congnita para lidiar con pacientes m)s comple(os& m)s e/perimentales m)s atreidos que los que suponía el an)lisis mismo. n la pr)ctica& el psicoan)lisis al día de !o no !a deenido m)s que una suerte de !emorragia. l paciente no cambia con el tiempo las 'antasías in'antiles que se le piden e/teriori$ar& est)n condenadas a agotarse 'rente a la reacción sin respuesta del analista. l resultado para muc!os pacientes es una disminución& un apesadumbramiento de sus icios sus cualidades m)s interesantes. l paciente& de !ec!o& no percibe un cambio sino una preención %logra ser menos bueno& menos malo& menos brillante& menos oluntarioso& menos destructio& menos creatio.