Conocimiento pre-científico pre-científico En la antigüedad griega, Platón reconocía grados de conocimiento: conocimiento: distinguía el nivel de la doxa o simple opinión y el nivel de la episteme o conocimiento propiamente dicho. Hoy en día quienes estudian la evolución del pensamiento científico identifican en su génesis saberes o explicaciones pre-científicas que constituyeron la matriz en la que se gestó y desarrollo el pensamiento científico.
Conocimiento pre-científico pre-científico Como señala Wartofsky cuando el niño comienza a adquirir un lenguaje inicial su formación de conceptos se pregunta sobre el significado de los mismos ¿Cómo puede ser abuela una mama, si es una abuela?. En estos ordenamientos se produce ya una reflexión sobre los conceptos, la cual constituye un requisito para el desarrollo del pensamiento del niño. A nivel comunitario o social también se distinguen formas pre-científicas o no científicas de saber: a) Saber de sentido común b) Saber mítico-religioso c) Animismo y antropomorfismo Sentido común Antes de que comenzara la civilización moderna, los hombres obtuvieron una gran cantidad de información acerca de su medio ambiente. El hombre adquirió este tipo de saberes mucho antes del advenimiento de la ciencia moderna, a este conocimiento generado al interior de cada cultura y que ha sido productor de experiencias pasadas, de tradiciones y hábitos rutinarios que nos permiten actuar con cierta inmediatez se le conoce como conocimiento de sentido común. Algunos refranes populares: la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Algunos refranes o saberes se contraponen entonces se muestran insuficientes como guías de acción por ejemplo: a) Lo que al tiempo se le deja, al tiempo se le queda b) Hay que darle tiempo al tiempo
a) Árbol que nace torcido nunca su rama endereza b) Nunca es tarde para volver a empezar
El sentido común ha sido insuficiente para proporcionar alternativas a algunos problemas que los hombres han afrontado. Por ejemplo analicemos el caso de la comunidad que actúa de acuerdo 1
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con la regla de que el uso intensivo del abono conserva la fertilidad del suelo. En algunos casos se puede continuar con éxito este tipo de agricultura. Pero también puede seguir la regla ciegamente, a pesar del manifiesto empobrecimiento de la tierra, y por tanto, puede hallarse desvalida frente a un problema crítico de suministro de alimentos. Es probable que el sentido común sea ignorante de las razones de la eficacia del abono como fertilizante en relación con la química del suelo. Este ejemplo ilustra que el sentido común es un conocimiento que raramente es consciente de los límites dentro de los cuales sus creencias son válidas o sus prácticas exitosas. Conocimiento mítico-religioso El hombre, en su afán de dar cuenta del mundo y de si mismo, ha elaborado explicaciones que lo satisfacen psicológicamente al recudir sus temores y la incomodidad ante lo desconocido que hay en la naturaleza y en el mismo. A través de reconstrucciones mítico-poéticas, el hombre ha ofrecido explicaciones de su realidad, muchos pueblos fabularon sus orígenes y definieron sus ideas sobre el espacio y el tiempo a través de mitos. Mediante un lenguaje sencillo el mito transmite a otros grupos experiencias humanas y versiones sobre los acontecimientos referentes al origen del cosmos y a las primeras fundaciones. Los mitos, como saber comunitario y anónimo, contienen elementos simbólicos que sugieren lo que se ha de pensar al enfrentarse con las grandes cuestiones en torno al mundo y a la vida, a los dioses y a los hombres. Abordan los comienzos de todas las cosas, el problema de la responsabilidad y la culpa, del destino y la necesidad, de la vida después de la muerte y otros problemas parecidos. Aristóteles dijo, con justicia, que también el mito filosofa a su manera ¨el mito revela, con el lenguaje maravilloso de la simplicidad, los misterios del mundo sobrenatural y los actos de los seres humanos1 En la Grecia antigua encontramos diferentes reconstrucciones mítico -poéticas sobre el origen del mundo; ¨el mundo nació de las lágrimas de un dios¨¨el principio del cosmos fue un dragón que desprendió una sustancia húmeda que era el abismo y la oscuridad y luego se desprendido el huevo del mundo. Como se percibe, cada mito tiene una herencia formal interna, si bien, su lógica no describe directamente la realidad nombrada. Por otro lado, algunas expresiones mítico-religiosas han poblado el universo de dioses y demonios, de espíritus buenos y malignos y hechizos. Estas manifestaciones deben entenderse como intentos de explicar y gobernar la naturaleza.
Conocimiento animista y antropomorfista En algunos casos, las personas han dado cuenta de los fenómenos de la naturaleza sobre la base de acciones y propósitos humanos y personales; puede decirse que el hombre ha dado explicaciones antropomórficas. 1
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Por estas explicaciones se establece cierta intimidad entre el sujeto y la naturaleza. Muchos pueblos han antropomorfizado sus imágenes divinas. La palabra antropomórfico viene de antropos: hombre y morfe: forma, es decir, los pueblos representaron a sus dioses de acuerdo con características humanas. Los griegos profesaban un politeísmo en el cual imaginaban a sus dioses realizando acciones humanas como robar, envidiar, castigar, amar, odiar. También la representación cristiana de dios en la imagen del padre y el hijo es antropomórfico. Por otro lado encontraremos las explicaciones animistas de los fenómenos naturales. En este tipo de explicaciones el hombre se imagina las fuerzas naturales como vivas e intencionales. Tal es el caso de la gravitación: ¨La atracción gravitatoria pone de manifiesto una tendencia natural afín al amor¨ (C. Hempel, filosofía de la ciencia natural). Como se percibe en el ejemplo anterior, un fenómeno natural como lo es la fuerza de gravedad es explicado a partir de elementos humanos psíquicos o anímicos: una tendencia amorosa. Se afirma que los cuerpos caen por atracción de amor. En muchos casos, las explicaciones no científicas, a las que nos hemos referido, no han sido suficientes para ofrecernos una imagen entendible de los fenómenos problemáticos que se presentan como tales al hombre en su estancia en el mundo. A continuación se presentan de manera sumaria algunas limitaciones: 1. El conocimiento pre científico tiende a ser fragmentario; es decir, simplemente se acumula en relaciones lógicas entre los datos. Por ejemplo las contradicciones que existen en algunos refranes. 2. Es utilitario algunos saberes inciden directamente sobre intereses prácticos e inmediatos. Tal es el caso de los saberes sobre plantas y hiervas medicinales. 3. Funciona dentro de áreas de experiencia rutinaria; en tratamientos de situaciones nuevas no son guías confiables, pues no conllevan una fundamentación. Si bien, experiencia ha llevado a algunos hombres a reconocer, por ejemplo, hongos comestibles de los no comestibles, se desconoce las causas químicas del que sean no comestibles. 4. Algunos saberes comunes son mutuamente inconscientes: la falta de análisis y reflexión sobre los datos acumulados nos lleva sostener, a veces creencias cuyos contenidos son contradictorios. 5. De muchas creencias supersticiosas no puede deducirse ninguna preposición directamente verificable; por ejemplo, la creencia popular de proteger a los niños más pequeños mediante los ojos de venado.
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Medios para adquirir el conocimiento pre-científico Autoridad La aceptación continuada de las creencias pre científicas se basa en la autoridad no criticada, en las costumbres y tradiciones, en la popularidad o en la revelación. La justificación de tales creencias se expresa en frases como ¨por que me lo dijeron¨¨por que lo vi¨¨por que todo el mundo lo sabe¨. Se trata, en ocasiones, de una aceptación ciega acrítica por que se asume sin reflexión. En el medievo, Aristóteles se constituyó en una autoridad para algunos hombres sabios y religioso que aceptaron como cosa absolutamente cierta la conjetura aristotélica de que las mujeres tenían más diente que los hombres aunque la siempre observación y un mero calculo hubiesen probado lo contario. Por este ejemplo, nos percatamos de la manera ciega en que algu8nos hombres se aferraron a ciertas creencias erróneas apoyándose en la autoridad establecida de Aristóteles, quien por cierto siempre tuvo una actitud receptiva sobre los descubrimientos. La experiencia El conocimiento pre científico responde de manera superficial al ¨como¨ para tal o cual acontecimiento. Es decir, permanece en el nivel de la certeza sensorial. Si bien, la experiencia o el contacto empírico con el objeto de estudio es punto de partida para algunas disciplinas para explicar la realidad, a veces se debe trascender la mera apariencia de los hechos percibidos. El investigador lo hace para obtener un conocimiento científico.
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