Revista Mexicana de Análisis de la Conducta. 1985, Vol 11, Núm. 3, págs. 255-295
¿Conductismo o marxismo?: Un falso dilema Emilio Ribes Universidad Nacional Autónoma de Mexico- Iztacala “Decir “Decir pues que un objeto objeto es materia materiall es práctic prácticame amente nte no decir decir nada. nada. La materi materialid alidad ad como como tal no especifica sino que, mas bien, es una connotacion generica, un propiedad comun a todas las cosas. Por lo tanto, por muy extraño extraño que pueda parecer, y por lo tanto inducir a la protesta protesta a cualquier cualquier “materialista “materialista”, ”, es necesario decir claramente que la materia como tal es en sí misma una idea, un puro flatus vocis . L. Colleti. 1981. (El Marxismo como Sociología, p. 13) “Karl Marx fue lo bastante bastante sabio para negar que era Marxista” G. Ryle, 1979. (Dilemas, p.16)
Aún cuando no es una tradición uniforme 1, en las últimas dos décadas, por razones que
incluyen desde motivos ideológicos hasta notables errores conceptuales, se ha planteado una una opos oposic ició ión n entr entre e el Cond Conduc ucti tism smo o y el Ma Marx rxis ismo mo como como form formas as virt virtua ualm lmen ente te incom incompat patible ibless de aborda abordarr la compre comprensi nsión ón del compor comportam tamient iento o humano humano.. Por razones razones históricas particulares, esta contraposición, que en ocasiones alcanza niveles semejantes a las de un juicio moral condenatorio, ha tomado carta de naturalización en aquellos medios profesionales y académicos en los que la sola argumentación ideológica —no siempre bien fundada— tiende a sustituir al conocimiento profundo, la discusión tolerante y el análisis riguroso de los conceptos. El silencio ante semejante situación se ha interpretado como prueba de la justeza de tal contraposición, y en ocasiones como aceptación pasiva de una culpabilida culpabilidad d ideológica ideológica inexcusab inexcusable. le. Por ello es indispensa indispensable ble proponer proponer planteamie planteamientos ntos opci opcion onal ales es que que inter interpr pret eten en de mane manera ra dist distin inta ta las rela relacio cione ness entre entre Ma Marx rxism ismo o y Conductismo. Son muchas las respuestas, argumentos y niveles conceptuales en los que se puede mover mover un análi análisis sis crític crítico o de la confron confronta tación ción entre el conduc conductis tismo mo y el marxi marxismo smo.. La discusión acerca de las implicaciones ideológicas del conductismo, vista desde la óptica del marxismo, es quizá la más atrayente, pero es también, sin lugar a dudas, la que ofrece bases menos sólidas por naturaleza en ocasiones doctrinaria y, por desgracia, maniquea. No es un tópico a desdeñarse, pero lo considero de importancia secundaria cuando se le compara con la problemática misma de los supuestos y estructura conceptual de ambas discip disciplina linass que condi condicio cionan nan en gran gran medida medida toda toda la posib posibilid ilidad ad de caract caracter eriza izació ción n ideoló ideológic gica. a. Aunque Aunque la relació relación n entre entre psico psicolog logía ía e ideolog ideología, ía, vista vista ésta ésta como como practi practica ca
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Véase por ejemplo ejemplo la apreciación positiva que hacen del conductismo conductismo diversos pensadores pensadores marxistas marxistas (Neville, 1946; Politzer, 1928; Vygotsky, 1979).
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política tácita o expresa, es de fundamental importancia, y requiere por consiguiente de un análisis profundo de sus formas concretas en que la ideología cobra realidad como práctica individual de la relación social, que será abordada como problema central de este trab trabaj ajo. o. Dos Dos razo razone ness just justif ifica ican n esta esta deci decisió sión. n. Prime Primero, ro, la nece necesi sida dad d de iden identi tifi fica carr históricamente la relación entre la concepción del hombre concreto que aportan diversas “filo “filoso sofía fías” s” o disc discipl iplin inas as y su just justifi ifica cació ción n en los los códig códigos os soci social ales es que que sanc sancion ionan an formaciones concretas a partir de las concepciones de lo moral, lo jurídico, en general. Segundo: Segundo: la necesidad necesidad de concebir concebir lo político político como institución institución intrínseca intrínseca de la vida social social en tanto relación dada por convenciones, es decir, por formas colectivas de interacción que se deslig desligan an de la necesi necesida dad d histó histórica rica como criter criterio io y objet objetivo ivo.. Lo políti político co se da siempr siempre, e, no sólo sólo como como conven convencio ciones nes abstr abstraíd aídas as de las prácti prácticas cas sociale sociales, s, sino sino como como esencia en el sentido aristotélico de dichas prácticas. Y en medida en que dichas prácticas son las de hombres concretos individuales, no puede soslayarse la pertinencia que ellas tienen para la psicología como ciencia y disciplina del conocimiento. Lo político no se supraordina a los psicológico, sino que se manifiesta en lo psicológico. Por ello, la relación de la psicología con la ideología no se da como simple subordinación mecánica, sino que por el contrario, se expresa como una interdependencia inseparable. No se puede juzgar externamente la posición ideológica de una teoría de lo psicológico, a menos que se considere que existe sólo una ideología justa y correcta. El problema consiste, más bien, en desentrañar como las prácticas individuales se constituyen objetivamente en ejercicio de una ideología, y de que manera una concepción psicológica justifica socialmente dichas prácticas y/o permite analizarlas en su concreción, reproducción y consecuencias sociales efectivas. Dado que ésta problemática se abre apenas como horizonte para la psicología, rebasa en mucho nuestras posibilidades y propósitos de momento.
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Enfocaremos nuestro análisis sobre dos cuestiones fundamentales: a) La espeficidad del Conductismo y el Marxismo como concepciones generales de campos distintos del conoc conocimie imient nto, o, y la actitu actitud d reducci reduccioni onista sta implica implicada da en el plante planteami amient ento o mismo mismo de una psicol psicolog ogía ía marxis marxista ta o de un método método dialéct dialéctico ico aplicable a lo psicológico. b)
Las Las distor distorsio sione ness que tuvi tuvier eron on luga lugarr al interio interiorr del marx marxism ismo, o, expre expresa sada dass en la
teoría del reflejo, el materialismo dialéctico las influencias mecanicistas en la explicación de recurrencias al historicismo y el economicismo, la aceptación implícita de una ontología 2
dualist dualista a y otras otras más . Esta Estass distor distorsio siones nes han servido servido como marco marco de refere referenci ncia a para para argumentaciones y prácticas ideológicas cuestionables respecto al objeto y propósitos de la psicología científica. 2
Algunos Algunos de estos estos proble problemas mas se han tratado, tratado, aunque aunque de manera manera puntual puntual,, por A. Dorna Dorna y H. Méndez Méndez (Ideología Barcelona ona:: Fontan Fontanella ella,, 1979) 1979) y E. Ribes Ribes ( Conductismo Ideología y Conductismo Conductismo . Barcel Conductismo:: Reflexiones Reflexiones Críticas Críticas . Barcelona: Fontanella. 1982).
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Deseamos hacer una advertencia inicial respecto a nuestro propio proceder analítico en este trabajo. Emplearemos el término de marxismo para designar una forma particular de abord abordar ar el estu estudi dio o cien cientí tífi fico co de las las form formac acio ione ness socia sociales les y la prác prácti tica ca soci socialalrevoluc revolucion ionar aria ia enmarc enmarcad ada a por ella. ella. Aunqu Aunque e consid consideram eramos os que que esta esta concep concepció ción n de la realidad social no puede —ni su autor lo desearía— restringirse a los escritos de Karl Marx, Ma rx, empleam empleamos os el términ término o de marxis marxismo mo por razone razoness prácti prácticas cas.. Como Como teoría teoría es una anál anális isis is cien cientí tífi fico co de las forma formacio cione ness soci sociale ales, s, y su fund fundam amen ento to conc concep eptu tual al es el Materialismo Histórico, pero el uso dado por los “marxistas” ha incluido bajo su rubro también el materialismo dialéctico, a un método analítico de la economía política, y a una práctica ideológica respecto a lo social. Por ello incluiremos toda esta gama, usando el 3
nombre genérico —aún cuando engañoso— de marxismo . Ciencia, conocimiento y práctica social
Aún cuando no entraremos a examinar en detalle el problema de la relación entre ciencia, conocimiento e ideología, plantearemos en la forma de tesis algunos argumentos generales al respecto que consideramos necesarios como punto de partida general de los puntos de vista a desarrollar posteriormente. TESIS 1. La ciencia es solo uno de los modos de conocimiento social existentes.
Toda práctica humana o social constituye una actividad de conocimiento. La ciencia representa sólo un modo genérico de conocer. La naturaleza del conocimiento científico no exclu xcluye ye la vali valide dezz de otra otrass form forma as de cono conoci cimi mien ento to pues pues ésta ésta depe depend nde e de la especificidad de las condiciones, circunstancias históricas y propósitos sociales bajo los que el conocim conocimien iento to se produc produce. e. Por consig consiguie uiente nte,, cada cada modo modo genera genera conoc conocimie imiento nto específico específico a objetos, objetos, relaciones relaciones y circunstan circunstancias cias distintas, distintas, y en esa medida, medida, cada modo es
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Con el afán de ser precisos, precisos, debemos debemos subrayar que, a diferencia de las interpretacione interpretacioness dogmáticas dogmáticas de los escritos de Marx, podemos, distinguir cuatro aportaciones: a) una concepción general de la ciencia social y los fenóme fenómenos nos histór históricoico-soc sociale ialess (el materi materiali alismo smo histór histórico ico), ), b) el anális análisis is cientí científico fico de una socied sociedad ad particular —la Inglate Inglaterra rra del Siglo Siglo XIX— como ejercicio científico científico concreto concreto de la concepción concepción general general implicada implicada en el materialismo materialismo histórico; c) la participación participación en la organización organización del movimiento movimiento obrero obrero como corolario político inevitable de la concepción científica sostenida respecto al cambio histórico-social; d)sus opiniones políticas respecto a fenómenos sociales coetáneos y a la relación ideológica del materialismo histórico histórico con nuevas nuevas tendencias en otros campos del conocimien conocimiento to – como la teoría de la evolución. En la medida medida en que los conten contenido idoss de los cuatro cuatross nivele niveless pueden pueden contrad contradeci ecirse rse y/o ser relativ relativame amente nte autónomos el uno del otro, no es legítimo englobar a todos ellos bajo un mismo rubro. La contribución fundamental de Marx fue la formulación de un nuevo concepto (o paradigma) de ciencia social. Su análisis del capital capitalism ismo o no puede puede valorar valorarse se más allá allá de las propia propiass limitac limitacion iones es socio-h socio-hist istóric óricas as en que fue realizado. Su participación y opiniones políticas coetáneas no son esenciales, aunque estén relacionadas, para para una aprecia apreciación ción concep conceptua tuall del materia materialism lismo o históri histórico. co. Por ello, ello, consid considera eramos mos que referi referirse rse al Marxismo, como si existiera una doctrina o un sistema terminado no es sólo incorrecto sino también distorsionante del espíritu que animo a Marx como científico.
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diferente uno del otro en cuanto al tipo de conocimiento producido. La verdad como absoluto de conocimiento no es objeto de la ciencia, pues ello significaría suponer una realidad terminada, ajena a toda historia y transformación. La verdad no es una propiedad de la realidad (es decir de lo existente, lo existido y lo por existir, sino es una propiedad 4
atribuida a nuestras descripciones sobre la realidad) . conocimi imien ento to cientí científic fico o es difere diferente nte de otros otros modos modos de conoim conoimien iento: to: el TESIS TESIS 2. El conoc ideológico, el tecnológico, el artístico y el religioso, entre otros. Su caracteristica es ser un modo de conocimiento analítico.
El sentido común, expresado en las prácticas del lenguaje ordinario, reconoce una realidad formada por objetos y acontecimientos concretos que se conocen mediante la expe experie rienc ncia ia inme inmedi diat ata a con con ellos ellos o mediat mediata a a trav través és de la rela relació ción n soci social al con con otros otros individ individuos uos.. La valide validezz del conoc conocimie imiento nto ejerci ejercita tado do mediant mediante e el lengua lenguaje je ordina ordinario rio se fundam fundament enta a en las signif significa icacio ciones nes práctic prácticas as que que los grupo gruposs social sociales es le otorga otorgan n a las 5
convencion convenciones es particula particulares res implicada implicadass . En cambio cambio,, el conoc conocimi imient ento o cient científic ífico o procu procura ra relacionar lo concreto trascendiendo su carácter inmediato y singular como contenido de la experiencia. Este proceso de conocimiento tiene lugar como abstracción analítica. La cien cienci cia a como como modo modo de cono conoci cimi mien ento to,, en la med medida ida en que que anal analiz iza a prop propie ieda dade dess compartidas por los objetos y eventos, trasciende a estos concretos en cuanto tales, y es mediante la desagregación de lo singular que se construye la generalidad abstraída de lo real empírico. Este proceder analítico característico del modo científico de conocimiento no debe confundirse con la metáfora primaria analítico-sintética de las formas lógicas de razonamiento, pues el análisis y síntesis no constituyen procesos de pensamiento sino que son el resultado de procesos de conocimiento. En contra contrapos posició ición n al modo modo cientí científic fico o de conoci conocimie miento nto,, el modo modo tecno tecnológ lógico ico es fundamentalmente sintético. Su naturaleza sintética se deriva de la relación de necesidad que guarda guarda el conoc conocimie imiento nto tecnol tecnológi ógico co con la produc producció ción n de resultad resultados os,, efecto efectoss u objetos concretos. El conocimiento tecnológico se valida por su eficacia y ésta siempre se valora en circunstancias singulares. Por ello, aún cuando el contenido del conocimiento tecnológico puede provenir tanto del sentido común como del conocimiento científico, su transf transform ormac ación ión en conoci conocimie miento nto eficaz eficaz para para produ producir cir cambio cambioss y resulta resultados dos se realiza realiza mediante un proceso de síntesis de otras formas de conocimiento. Es síntesis necesaria para la individualización de la circunstancia que se conoce en la médula en que se le altera.
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La lógica experimental formal, estudia las formas diversas en que podemos constatar la correspondencia entre las proposiciones y la realidad. 5 Desde que autores como Wittgenstein (1953), Ryle (1949) y Austin (1971) sostenían la posibilidad de que la lógica del lenguaje ordinario no corresponde a la lógica del lenguaje formal.
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TESIS TESIS 3. El conocim conocimiento iento científico científico como modo analítico analítico es específic específico o al conjunto conjunto de
relaciones abstraídas respecto a los objetos y eventos concretos. Por consiguiente, las categorías y métodos de un nivel de abstracción analítico no pueden ser generalizadas a diferentes niveles de conocimiento.
En la medida en que el modo de conocimiento científico es analítico, se vincula con los objetos y eventos concretos en la forma de relaciones entre propiedades compartidas por ellos. Las relaciones entre los miembros de un mismo universo de objetos concretos pueden pueden ser ser abstr abstraíd aídas as como como relacio relaciones nes ubica ubicable bless en distin distintos tos niveles niveles,, es decir, decir, como como clases de relaciones, independientes entre si y correspondientes a grupos de propiedades diferentes en los mismos objetos concretos analizados. La especificidad del conocimiento científico como abstracción analítica de relaciones impone impone tres tres limita limitante ntess a las catego categoría ríass emplead empleadas as en este este proces proceso: o: a) los concep conceptos tos formulados para describir y explicar un nivel de relaciones de lo empírico no pueden ser reducidos a los conceptos empleados en un nivel de relaciones distinto; b) los conceptos corres correspon pondie diente ntess a un nivel nivel de relacio relaciones nes empíric empíricas as,, en tanto tanto abst abstrac raccio ciones nes,, no son conmensurables con los conceptos de otro nivel o con aquellos derivados a partir de supuestos generales incompatibles con el criterio empleado para especificar y clasificar dichos niveles de relaciones; y, c) no pueden existir categorías universales que subsuman y determ determine inen n lógica lógicame mente nte la especi especific ficida idad d de los concep concepto toss que implica implica cada cada nivel nivel de relaciones del conocimiento científico. Estas tres limitantes hacen referencia a algunos de los los erro errores res cate catego gori rial ales es más más comu comune ness en la teor teoría ía cien cientí tífic fica; a; el reduc reducci cion onism ismo, o, el eclecticismo y el formalismo. TESIS 4. Las ciencias especiales constituyen su propia filosofía como reflexión sobre su
objeto, categorías y métodos específicos.
El principio de especificidad, que define la naturaleza de las diversas relaciones de lo empírico abstraídas por el modo de conocimiento científico, rige también el carácter de la teoría o filosofía de la ciencia. No puede aceptarse la existencia de un conjunto universal de premisas y supuestos que regulen a priori el modo de conocimiento científico. Toda filosofía de la ciencia surge como reflexión especial sobre un campo finito de relaciones de lo empírico. Históricamente, los momentos de emergencia de las disciplinas científicas ha determinado la vigencia de un filosofía especial como filosofía general (vgr., la Mecánica). Esto no significa que las diversas filosofías especiales de la ciencia no puedan compartir supuestos y criterios generales, y que, por consiguiente, se pueda formular, a posteriori una filosofía general o teoría de la ciencia. Sin embargo, esta teoría nunca podría ser norma normati tiva va e inva invaria riant nte, e, sino sino que, que, por por el cont contra rari rio, o, deri deriva vará rá sus sus enun enuncia ciado doss y los los transformará de acuerdo a los cambios que experimenten las diversas ciencias especiales.
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TESIS 5. Todo contenido de conocimiento es potencial o virtualmente transmodal .
Aún cuando cada modo genera conocimiento relativo a ciertas dimensiones de lo concreto, concreto, el contenido contenido de dicho conocimient conocimiento, o, es decir, decir, lo específico al con concreto concreto y no al modo, puede ser traducido socialmente al lenguaje y regla de correspondencia de los demás modos de conocimiento. Dada la especificidad del conocimiento relativo a su modo de producción, la traducción modal de los contenidos es imperfecta, es decir, no guarda corr corres espo pond nden enci cia a abso absolu luta ta.. No obst obstan ante te,, la tran transm smod odal alid idad ad de los los cont conten enido idoss del del conocimiento constituye el proceso fundamental de apropiación social del conocimiento. Por esta razón, aún cuando los modos del conocimiento son distintos e independientes entre entre sí, sus conte contenido nidoss pueden pueden ser transf transferid eridos os de uno uno a otro, otro, con la consig consiguie uiente nte distorsión de su especificidad. En este proceso descansan las relaciones entre las diversas concep concepcion ciones es de la realida realidad d y su articu articulac lación ión socia sociall en la forma forma de determ determina inacio ciones nes recíprocas de lo ideológico y lo científico, entre otras. MARXISMO Y CONDUCTISMO
Examinaremos críticamente la legitimidad misma de una dialéctica materialista en lo general, la validez de la teoría del reflejo y la problemática inserta en la relación de la concie concienci ncia a individ individua uall y el proces proceso o histór histórico ico-so -socia cial, l, para para proced proceder, er, por por un métod método o de exclusión, a plantear una perspectiva diferente de análisis del Marxismo y el Conductismo. La dialéctica como filosofía y como método
Uno de los tópicos fundamentales que ha regido la discusión respecto a la relación entre el Conductismo y el Marxismo, es el del papel de la dialéctica como marco filosófico y metodológico de las ciencias y su contraposición a las premisas en que se sustenta el Conduc Conductis tismo. mo. Con el triunf triunfo o de la revolu revolució ción n bolche bolcheviq vique ue en 1917, 1917, el materia materialis lismo mo dialéctico se constituyó en norma obligada de referencia y fundamentación del quehacer cien cientí tífic fico o de los los país países es soci social alis ista tass y de los los grup grupos os polí polític ticos os crít crític icos os de la cienc ciencia ia desar desarroll rollada ada en los países países capit capitali alista stass y pre-ca pre-capit pitali alista stas. s. El materi materiali alismo smo dialéc dialéctic tico o o DIAMAT (siguiente la abreviación empleada por Colleti, 1977) se ha propuesto como una filoso filosofía fía genera generall de la cienc ciencia ia por cierta ciertass concep concepcio ciones nes del Marxis Marxismo, mo, comúnm comúnment ente e aquellas que prescriben desde el poder del Partido-Estado las reglas de la validez y pureza ideo ideoló lógi gica ca del del cono conoci cim mient iento o soci socia al. Los Los ante antece cede dent ntes es de esta esta pro propues puesta ta no se fundamentan en los escritos de Karl Marx (quien menciona de referencia en algunos textos la lógica Hegeliana) sino más bien en dos libros de gran influencia histórica, escritos Dialéc écti tica ca de la Natu Natura rale leza za de Fede Federic rico o Enge Engels ls y quizá quizá con diverso diversoss propós propósitos itos:: La Dial Materialismo y Empiriocritismo de Vladimir Ulianov “Lenin”. Ambos textos se convirtieron
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en doctrina filosófica del Marxismo y punto de partida obligado para descubrir filtraciones idealistas en las prácticas de filósofos, artistas y científicos. Con la osific osificac ación ión del materia materialism lismo o dialéct dialéctico ico como como filosof filosofía ía de todas todas las cienci ciencias as propuesta políticamente por Lenin y elevada a rectora del pensamiento por Stalin, se ha planteado, como una premisa indiscutible, la constitución del materialismo dialéctico, en tanto filosofía marxista, como la inversión de la dialéctica del espíritu de Hegel. Esta inve invers rsió ión n se menc mencio iona na en Ma Marx rx cua cuando ndo dice dice:: “Mi “Mi méto método do dia dialéct léctic ico o no sólo sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, un sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y esto la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal no es, por el contrario, más que lo mate materia riall trad traduc ucido ido y tran transp spue uest sto o a la cabe cabeza za del del homb hombre re… … Lo que que ocur ocurre re es que que la dialéctica aparece en él (Hegel) invertida, puesta de cabeza. No hay más que darle la vuelta, mejor dicho ponerla de pie, y en seguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional” (postfacio a la Segunda Edición de El Capital , pp. XXIII-XXIV). La postulación del materialismo dialéctico como filosofía marxista puede analizarse en diversos niveles. 1) Como enunciado enunciado ideológico ideológico respecto respecto a la primacía primacía de lo material, el mundo de las cosas y de los hombre, sobre el pensamiento. 2) Como adopción de la dialéctica Hegeliana, Hegeliana, bajo su supuesta representatividad representatividad de las leyes lógicas del movimiento, y como conjunto de categorías que permiten vincular las formas de movimiento natural y social bajo un solo marco lógico conceptual. En este sentid sentido, o, se concep conceptua tuaría ría el mater material ialism ismo o dialéc dialéctic tico o como como una filoso filosofía fía de todas todas las ciencias, ciencias, es decir como la subordinac subordinación ión del conocimiento conocimiento científico científico a las relaciones relaciones de la lógica dialéctica. 3) La iden identi tific ficac ació ión, n, en la lógi lógica ca hege hegelia liana na,, de la histo histori rici cida dad d intr intrín ínse seca ca de la dialéctica, y por consiguiente, de su utilidad expositiva, más no investigativa, en el análisis de las contra contradic diccio ciones nes reales reales del proces proceso o social. social. Su valor valor queda queda restrin restringid gido o pues pues a la historicidad de la categoría de contradicción, y se aplica como forma conceptual que permite, en tanto reconoce la especificidad histórica de cualquier forma de contradicción en las relaciones sociales de los hombres, el análisis del proceso de dichas relaciones sin hist histor oriza izarr su orige origen. n. La lógi lógica ca dial dialéc éctic tica a qued quedar aría ía,, de este este modo modo,, subo subord rdina inada da a la naturaleza histórica de las relaciones de producción entre los hombres. Examinaremos a continuación los tres aspectos recién mencionados. El primer nivel de enunciación del materialismo dialéctico, aún cuando no separado del segundo nivel señalado, puede encontrarse en algunos de los escritos de Engels, y fundamentalmente en Lenin en Materialismo y Empiriocriticismo. En Ludwig Feuerbach y el Fin de la Filoso Filosofía fía Clásic Clásica a Alema Alemana na, Engels nos dice… “En Hegel, la dialéctica es el
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auto autode desa sarr rrol ollo lo del del conc concep epto to… … en Hege Hegel, l, desa desarr rrol ollo lo dialé dialéct ctico ico que que se revel revela a en la naturaleza y en la historia, es decir, la concatenación causal del progreso que va de lo infe inferi rior or a lo
supe superio rior, r, y que que se impo impone ne a trav través és de todos todos los los zigza zigzags gs y retr retroc oces esos os
mom momentá entáne neo os, no es más que un clic clich hé del auto autom movim vimien iento del del con concept cepto o: automovimiento que existe y se desarrolla desde toda una eternidad, no se sabe donde, pero desde luego con independencia de todo cerebro humano pensante. Esta inversión ideológica (subrayado nuestro) era la que había de eliminar. Nosotros retornamos a las
posic posicio ione ness mate materi rial alist istas as y volv volvimo imoss a ver en los los conc concept eptos os de nues nuestr tro o cereb cerebro ro las las imágenes de los objetos reales… Con esto, la dialéctica quedaba reducida a la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto del mundo exterior como el del pensamiento humano: dos series de leyes idénticas en cuanto a la esencia, pero distintas en cuanto a la expresión, en el sentido de que el cerebro humano no puede aplicarlas conscientemente”. (pp.380 -381). La dialéctica del pensamiento como lógica es isomórfica a las leyes de la naturaleza. Su utilidad como enunciado para principiar el análisis y conocimiento de la realidad concreta es considerar a la realidad formada de procesos cambiantes, con génesis histórica, que caducan y se transforman en vez de un mundo de cosas, estáticas, fijas, inmutables. Este Este punt punto o es subr subray ayad ado o por por Leni Lenin, n, cuan cuando do esta establ blec ece e las las tres tres conc conclu lusi sion ones es importantes del materialismo dialéctico como teoría del conocimiento: “1) Existen cosas independientemente de nuestra conciencia, independientemente de nuestra sensación, fuera de nosotros:… 2) No existe, ni puede existir absolutamente ninguna diferencia de principio entre el fenómeno y la cosa en sí. Existe simplemente diferencia entre lo que es conocido y lo que aún no es conocido… 3) En la teoría del conocimiento, como en todos los otros dominios de la ciencia, hay que razonar dialécticamente, sino analizar el proceso gracias al cual el conocimiento nace de la ignorancia o gracias al cual el conocimiento inco incomp mple leto to e inex inexa acto cto lleg llega a a ser ser el más más comp comple leto to y más más exa exacto” cto” (Materialismo Empiriocriticismo, p. 77). Es evidente la inclusión de una tesis ontológica fundamental,
como en Engels, subrayando la primacía de lo material respecto al pensamiento, de lo objet objeto o respec respecto to a lo subjet subjetivo ivo,, y la dialéc dialéctica tica como un reflejo reflejo de las las propie propieda dades des del mundo real. Esta Esta conf confro ronta ntació ción n ideo ideoló lógic gica, a, filo filosó sófic fica, a, que que in luga lugarr a duda dudass culm culmin inó ó en la ofic oficia ializ lizac ació ión n del del mate materia rialis lismo mo dial dialéc écti tico co como como la filo filoso sofía fía marx marxist ista a (aun (aun cuan cuando do paradójica paradójicamente mente Marx nunca nunca haya formulado tal proposició proposición), n), se expresa expresa también también en Mao Zedong quien en su estudio Sobre la Contradicción, contrasta no ya el materialismo respecto del idealismo, sino a la dialéctica con la metafísica. Dice: “lo largo de la historia del conocimiento humano, siempre han existido dos concepciones acerca de las leyes del desa desarro rroll llo o del del unive univers rso: o: la conc concep epció ción n meta metafís física ica y la conc concep epci ción ón dia dialécti léctica ca,, que que constit constituye uyen n dos dos concep concepcio ciones nes del mundo mundo opuest opuestas as… … En oposici oposición ón a la concep concepció ción n
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metafísica del mundo, la concepción dialéctica materialista del mundo sostiene que, a fin de comp compren rende derr el desa desarr rrol ollo lo de una una cosa cosa,, debe debemo moss estu estudi diar arla la por por dent dentro ro y en sus sus relaciones con otras cosas; dicho de otro modo, debemos considerar que el desarrollo de las cosas es un automovimiento, interno y necesario y que, en su movimiento, cada cosa se encuentra en interconexión con las que lo rodean. La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es externa sino interna, reside en su carácter contradictorio interno. El carácter contradictorio interno de una cosa es la causa fundamental de su desarrollo, en tanto tanto que su interc intercone onexió xión n y su intera interacció cción n con otras otras cosas cosas son causa causass secund secundar arias ias” ”
(sub (subra raya yado do nues nuestr tro) o) (p. (p. 27). 27). De esta esta afirm afirmac ació ión n a post postul ular ar el autom automov ovim imien iento to y autogénesis del concepto, no se requiere más que extender la lógica dialéctica a su última expresión. expresión. El pensamiento, pensamiento, con base en este argumento, argumento, no está causado causado externamente, externamente, sino que aparte de su propia contradicción interna. Para ser materialistas, substituyamos el pensamiento por el cerebro, y asunto resuelto. ¿De qué manera esta enunciació enunciación n ideológica ideológica de la dialéctica dialéctica como forma necesaria necesaria del materialismo, como leyes que describen las formas del movimiento del pensamiento y reflejan o producen (y por qué no, autogeneran) los procesos de las cosas reales, objetivas materiales, lleva necesariamente a formalizar una teoría filosófica que reúne todas las cara caract cter erís ísti tica cass del del pens pensar ar filo filosó sófic fico o nega negado do y supe supera rado do por por Ma Marx rx? ? Repa Repasem semos os las las formulaciones e implicaciones que tiene el materialismo dialéctico, particularmente en Engels, y examinemos si es posible —como lo hicieron Engels, Lenin, Stalin, y Mao— poner de pie pie nueva nuevame ment nte e a la dial dialéc écti tica ca ahor ahora a sobr sobre e su base base mate materi rial alist ista a, sin nega negarr el materialism materialismo o mismo. mismo. Reconocer Reconocer en la lógica dialéctica dialéctica hegeliana su carácter carácter histórico y la capacidad de sus categorías para exponer formalmente la transición de los procesos que se dan como históricos en lo social, no significa elevar la dialéctica a la ley de movimiento de los procesos reales naturales y sociales, ni a la dialéctica en guía teórica indispensable para el conocimiento a una forma especial del pensamiento se convierte en un problema metafísico. Ya lo dice Marx en su Segunda Tesis sobre Feuerbach: “El problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. La disputa en torno a la reali realida dad d o irre irreal alid idad ad del del pens pensam amie ient nto o —ais —aisla lado do de la práct práctica ica— —
es un probl problem ema a
puramente escolástico” (p. 666, en La Ideología Alemana, con Federico Engels). En su crítica de Dühring, Engels se refiere a uno de sus textos como “un nuevo giro del viejo viejo y favo favori rito to méto método do ideol ideológ ógic ico, o, llama llamado do tamb también ién aprio apriorí ríst stico ico,, que que consis consiste te en establecer y probar las propiedades de un objeto, no partiendo del objeto mismo, sino derivándolas del concepto que de él nos formamos” ( Anti-Dühring, p. 102). En su viejo prólogo para el Anti-Dühring, el propio Engels decía que “… toda ciencia, sea natural o histórica, tiene que partir de los hechos dados, y por tanto, tratándose de las Ciencias
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Natu Natura rales les de las las dive diversa rsass forma formass objet objetiva ivass y diná dinámi mica cass de la mate materi ria, a, en que, que, por por consiguiente, en las Ciencias Naturales teóricas las concatenaciones no deben construirse e imponerse a los hechos, sino descubrirse en estos, y, una vez descubiertas, demostrarse por vía experimental, hasta donde sea posible.” ( ibid . p. 362). A partir del examen del estado de las ciencias naturales se conoce la posibilidad de categorizar los cambios en los procesos procesos naturales naturales (así como los históricos históricos señalas señalas por Marx) en término término de “leyes” de la dialéctica. Pero ¿qué tipo de leyes son estas que se superponen a las leyes propias de cada una de las ciencias analizadas? analizadas? ¿no es precisamente precisamente substituir substituir a una filosofía por otra, en el sentid sentido o de impone imponerr a la realida realidad d una forma ideal de comport comportars arse, e, aún aún cuando cuando se sostenga lo contrario? En la Dialéctica de la Naturaleza dice Engels: “La dialéctica llamada objetiva objetiva domina toda la naturaleza naturaleza,, y la que se llama dialéctica dialéctica subjetiva, subjetiva, el pensamien pensamiento to dialéctico, no es sino el reflejo del movimiento a través de las contradicciones que, en su pugna pugna cons consta tant nte e en lo que que acab acaba a siem siempr pre e desa desapa pare reci cien endo do lo uno uno en lo otro otro que que lo contradice o elevándose ambos términos a una forma superior, son precisamente las que condic condicion ionan an la vida vida de la natura naturaleza leza”” (p. (p. 178). 178). Agrega Agrega,, al habla hablarr de dialéct dialéctica ica como como “ciencia de las concatenaciones”, que “las leyes de la dialéctica se abstraen, por tanto de la historia de la naturaleza y de la historia de la sociedad humana. Dichas leyes no son, en efecto, otra cosa que las leyes más generales de estas dos fases del desarrollo histórico y del mismo pensamiento” (p. 41). Es decir, a pesar de la cuestionabilidad de que ciertas categorías de descripción o sistematización lógica de los datos y hallazgos de las ciencias se eleven a la dimensión de leyes, Engels no sólo sostiene eso sino que dichas leyes son mucho más generales que las de las ciencias mismas, en tanto que son comunes a todas ellas. ellas. No es posible aquí dejar de percatar percatarse se lo que logra es dar a una luz un nuevo aborto aborto metafísico: el materialismo dialéctico. La dialéctica no es una forma de exposición sino “la forma más exacta de pensamiento para las modernas ciencias naturales… “ ( Anti-Dühring, p. 359). Las ciencias quedan subordinadas a un método de pensamiento, que aun cuando
supuestamente analógico a los procesos que tienen lugar en la realidad material natural y social, es tomado de Hegel, de su formulación de la idea absoluto, en un intento de ponerlo de pie nuevamente. En este sentido cobra relevancia la crítica de Colleti (1977) al materialismo dialéctico como una transcripción de la dialéctica hegeliana y la negación del materialismo y de la ciencia. La “metafísica” que niega la dialéctica hegeliana es el método del entendimiento que caracteriza a la ciencia newtoniana y la superación de la metafísica de los natural por Kant. Dice Colleti: “el `entendimiento´ consolida lo finito. Al impedirle pasar a lo opuesto (si lo finito —dice Hegel— `fuera afectado por lo infinito´, sería anulado, Enc. 95), el entendimiento hace de lo finito un ser firme, que es y sigue siendo fundamento. En cambio, la dialéctica de la materia, esto es, la concepción dialéctica de lo finito, y por tanto, el idealismo —en cuanto que impulsa a lo finito a destruirse y elimina así todo
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fund fundam amen ento to mate materia rialis lista ta—, —, reali realiza za,, por por vez vez prim primera era,, el ´pri ´princ ncip ipio io`` de la filos filosof ofía ía,, haciéndolo valer coherentemente como lo incondicionado y lo absoluto. Según `la manera habitual de argumentar y razonar, el ser de lo finito se hace `absoluto´, o sea, lo finito es consid considera erado do como como una realid realidad ad que subsis subsiste te indepe independi ndient enteme emente nte o por sí misma misma.. En cambio, según el modo de argumentar de la filosofía o idealismo, la concepción dialéctica de la materia permite afirmar que precisamente `porque lo finito es la oposición que se contradice a sí misma, por que lo finito no es, precisamente por ello, lo absoluto es´ … El sentido que la dialéctica de la materia tiene en Engels y Lenin constituye la forma más madura y elevada de materialismo. De acuerdo con esto podría suponerse que, pese a la identidad del nombre, nos encontramos con dos concepciones distintas. Pero en realidad esa hipótesis debe descartarse… a) todas las proposiciones fundamentales de la `dialéctica de la materia´ fueron formuladas originalmente por Hegel; b) el materialismo dialéctico se ha limita limitado do a transc transcrib ribirla irla a partir partir de los texto textoss de Hegel… Hegel… (porqu (porque) e) entend entendían ían que aquellos enunciados implicaban ya en el texto de Hegel una asunción materialista… Dichos autores incurrieron simplemente en un error de interpretación. Un error que está en la base de casi un siglo de marxismo teórico” ( La Dialéctica de lo Material en Hegel y el Materialismo Dialéctico, pp. 28-29).
Al analizar la interpretación particular que hace Engels de la dialéctica como forma de pensamiento de las ciencias naturales modernas agrega Colleti: “Como se ve, la crítica es sustancialmente la misma de Hegel, pero con una confusión inconsciente que cambia toda su orient orientac ación ión y sus matic matices. es. Para Hegel, Hegel, la vieja vieja metafí metafísic sica a debía debía su dogma dogmatis tismo mo al `entendimiento´, es decir, a la adopción del método de la ciencia y el sentido común (el principio de no-contradicción); la cual quiere decir, que al combatir aquella metafísica misma, no combatía sino los rasgos de lo que él entendía propiamente por dogmatismo: el materialismo y la ciencia. Por el contrario, para Engels— el cual asocia instintivamente (y
just justam ame ente nte por lo demá demás) s) el térm términ ino o “dog “dogma mati tism smo” o” al térm términ ino o “met “meta afísi física ca”” la argumentación toma ese otro significado: la causa de la metafísica es la ciencia, y por tanto, para desenmarcarar el dogmatismo metafísico hay que combatir ante toda la no contradicción científica”. (ibid , p. 46) En apoyo de la dialéctica, Althusser (1973) plantea que Lenin adivina a Hegel a través de su lectura de El Capital , y por ello “… se encuentra tan fascinado por la Idea Absoluta. De esta esta maner manera a descor descortez teza a y depura depura tambié también n esta esta noción noción,, guarda guardando ndo lo absol absoluto uto y desechando la Idea, lo que viene a significar que Lenin extrae de Hegel esta proposición: --
sólo una cosa es absoluta: el método, o el concepto del proceso es sí mismo como absoluto. Y como Hegel mismo invitaba a ello en el comienzo de la Lógica (ser nada), y por el lugar mismo de la Lógica (origen negado como origen, Sujeto negado como Sujeto, Lenin Lenin encuen encuentra tra allí allí la configu configurac ración ión de que es efecti efectivam vament ente e necesa necesario rio (aquel (aquello lo que había aprendido de la simple lectura en profundidad de El Capital ) suprimir todo origen y
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todo sujeto, y decir: lo que es absoluto, es el proceso sin sujeto, tanto en la realidad como en el conocimiento científico”. (p.173) Este hincapié en el método de la Lógica de Hegel, que no es otro que la Dialéctica, es lo que Lenin toma como esencia misma de la filosofía marxista, el materialismo dialéctico. Dice “… el materialis materialismo mo dialéctico dialéctico `no necesita necesita de ninguna ninguna filosofía filosofía entronizad entronizada a sobre las demás ciencias´. Lo único que queda en pie de la filosofía anterior es la `la teoría del pensamiento y sus leyes, la lógica formal y la dialéctica´. Y la dialéctica, tal y como la con concibe cibe Ma Marx rx y como como la form formu ula Heg Hegel, el, engl englob oba a lo que que hoy hoy se llam llama a teor teoría ía del del conocimiento o gnoseología, ciencia que debe enfocar también históricamente su objeto, investigando y sintetizando los orígenes y el desarrollo del conocimiento y el paso del no conocimiento” (Carlos Marx, en Obras Escogidas, vol. 1, 1960, p. 31). Sin embargo, esta afirmación viene precedida por un párrafo que transcribe a Engels cuando expresa que “para la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de reli relie eve lo que tiene iene de pere erecede cedero ro,, y no deja deja en pie más más que que el proce roceso soss ininterrumpido del devenir y del perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior, cuyo cuyo mero mero refle reflejo jo en cere cerebr bro o pens pensan ante te es esta esta mism misma a filos filosof ofía ía”. ”. Y Leni Lenin n conti continú núa a afirmando que de este modo la dialéctica es para Marx “la ciencia de las leyes generales del movimiento tanto en el mundo exterior como el del pensamiento humano”. Sin pasar a las lecturas que inviertan o descortecen lo escrito, nos parece evidente que resaltan tres aspectos que dan continuidad a las dos obras filosóficas de Lenin con Engels. Primero, la dialéctica como una ciencia general de la totalidad, tanto del pensamiento como del mundo exterior, que se contradice con la intención de anular toda filosofía impuesta a las ciencias, incluyendo a la de la historia. Segundo, el isomorfismo necesario de dichas leyes objetivas, dadas en lo que existe, que se manifiestan como reflejo de la exterioridad en el pensamiento. La teoría del reflejo no es ajena a la concepción de la dialéctica como ciencia general de las leyes de movimiento. Y tercero, la identificación de dichas leyes, las de la dialéctica, con el método. La teoría del conocimiento se reduce e identifica con la Lógica Dialéctica. Mencionábamos como la concepción de Engels de dos series de leyes de la dialéctica, una en el exterior y otra en el pensamiento, se resolvía en la forma de reflejo de la primera por este último. La teoría del reflejo sostenida posteriormente por Lenin, con tanto vigor, procede de esta inversión mecánica de la dialéctica hegeliana por Engels. La dialéct dialéctica ica no se inicia inicia en el pensam pensamient iento, o, sino sino que que en tanto tanto pensam pensamient iento, o, es reflejo reflejo espiritual de la dialéctica que está objetivamente en los procesos de la naturaleza y de la histor historia. ia. Es la Idea Idea Absolu Absoluta ta vuelta vuelta Ma Mater teria ia Absolu Absoluta, ta, invers inversión ión desafo desafortu rtuna nada da que atribuye atribuye a esta Materia Absoluta Absoluta las propiedad propiedades es lógicas lógicas de la Idea como propiedades propiedades de lo que existe independientemente del pensamiento. De hecho, esto no significa más que convertir a la Idea Absoluta en Naturaleza y Sociedad, suponiendo que su identificación
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terminológica con lo material anula su origen y propósito idealistas, a la vez que reduce el papel de la ciencia a la de reflejar esas categorías lógicas, ahora, movimiento real de la materia. La naturaleza y la historia adquieren, como formas materiales, la determinación de su movimiento por las categorías de la Lógica de la Materia y ya no de la Idea. Por ello, como corolario último, el materialismo dialéctico, culmina esta labor de conocimiento mediante mediante la síntesis síntesis del quehacer quehacer de las ciencias positivas, positivas, a través través de la identificac identificación ión en ellas de estas supuestas leyes generales del movimiento. Colleti (1977a) señala que en “… la admisión pura y simple de la dialéctica idealista dentro del marxismo, está implicado ya (en) el modo como Engels cree que hay que revisar y corregir a Hegel. En efecto, Engels ve que ‘para Hegel la evolución dialéctica, que se manifie manifiesta sta en la natura naturaleza leza y en la histo historia… ria… constit constituye uye únicam únicament ente e el reflejo reflejo del movimiento del concepto del sí mismo’, y que, por el contrario, se trata de concebir los conceptos conceptos ‘como reflejos de las cosas cosas reales’; reales’; pero cree que para ‘enderezar’ ‘enderezar’ la dialéctica dialéctica hegeliana es suficiente con una simple inversión mecánica, es decir, basta con tomar esa dialéctica tal como es y `aplicarla´ a la materia. Dicho de otro modo: la dialéctica —razona Engels— se reduce a la `ciencia de las leyes generales del movimiento tanto en el mundo exte exterio riorr como como en el pens pensam amien iento to huma humano no,, a dos dos series series de leye leyess sust sustan anci cial alme ment nte e idén idénti tica cas´ s´.. Para Para Hege Hegell la `ser `serie ie´´ del del mund mundo o exte extern rno o es el refl reflej ejo o de la ‘ser ‘serie ie’’ del del pensamiento , y por eso la dialéctica ‘anda de cabeza’; en cambio para el propio Engels y para para Marx, ocurri ocurriría ría lo invers inverso, o, por lo que que la dialécti dialéctica ca ‘se pone sobre sobre sus sus pies’… pies’… No puede dejar de mencionarse”, continúa Colleti, “el verdadero paralelismo psicofísico al que que lleg llega a Enge Engels ls con con esta esta conc concep epci ción ón de las las ‘dos ‘dos serie series’ s’,, de esos esos proce proceso soss que que se desarrollan uno frente al otro, el segundo de los cuales es el ‘espejo’ del primero. La ingenuidad de su crítica resulta clara si se tiene en cuenta que, precisamente al asumir como ‘leyes generales del movimiento’ las mismas leyes de Hegel (paso de la cantidad a cualidad y viceversa, negación de la negación, etc.), Engels se encuentra en las manos — después de ese mecánico poner sobre sus pies— la misma dialéctica de antes. Y eso ocurre —lo subrayamos con fuerza de una vez por todas— precisamente porque Engels no se da cuenta de que el problema no es ‘aplicar’ la dialéctica de Hegel a las cosas (aplicación que Hegel ha sido el primero en hacer), sino ver como la materia, las cosas, contribuyen concretamente a estructurar la nueva dialéctica, o sea, como se configura esta última cuando ya no es dialéctica de pensamientos puros. Desde ese punto de vista resulta resulta obvio que aquellas aquellas leyes generales generales o genéricas a que Hegel llegó precisamente en virt virtud ud de su ideal idealis ismo mo,, esto esto es, es, porq porque ue susti sustitu tuyó yó la relac relació ión n razó razón-m n-mat ater eria ia por por el ‘movim ‘movimien iento to del concep concepto to en sí mismo’ mismo’ o por la relació relación n entre entre puros puros concep conceptos tos,, no pueden extenderse también a la nueva dialéctica materialista y científica.” científica.” (pp.149-150)
Esta Esta inversi inversión ón mecáni mecánica ca de la dialéc dialéctic tica a Hegeli Hegelian ana, a, llevó llevó como como consec consecuen uencia cia,, a formular a la dialéctica como una filosofía de la ciencia natural e histórica es decir, como
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una disciplina sintetizadora del conocimiento de las ciencias especiales. En la medida en que esta esta discip disciplin lina a filosóf filosófica ica,, ahora ahora contra contrapue puesta sta nuevam nuevament ente e al estilo estilo de la filoso filosofía fía tradicional, no consistía más que en una lógica, se identificaba el método, a la lógica como la filosofía. Era función de esa lógica normar que la ciencia especial guiara su búsqueda con base en las categorías de la dialéctica, o en última instancia, superar ese conocimiento especi especial al a través través de su unión unión sintet sintetizad izadora ora por las categorí categorías as de la dialéc dialéctic tica. a. Era Era la dialéctica el marco de interpretación de las justeza de las proposiciones de la ciencia. Pero, además de cuestionar la inversión mecánica de la dialéctica hegeliana, y su constit constituc ución ión en una una teoría teoría de reflejo reflejo y métod método o genera generall del análisi análisiss cientí científic fico, o, cabe cabe preguntarse si la amalgama de materialismo y dialéctica era factible. Colleti Colleti (1977) (1977) examina examina como la dialéctica dialéctica hegeliana hegeliana constituye constituye la culminaci culminación ón del idealismo especulativo absoluto, la superación del dualismo todavía presente en Kant y toda filosofía pre-Kantiana, en tanto el infinito, como personificación objetiva de Dios, era conceb concebido ido como como una finitud finitud distin distinta ta a lo finito finito sensible sensible.. Dice Dice Colleti Colleti que “… la vieja vieja filosofía es mitad idealismo, mitad materialismo. Es idealismo en su substancia, en su contenido (lo infinito, el Espíritu, Dios, pero es materialismo en su forma o en su método.
El principio de identidad y de no contradicción, que es el principio del ‘sentido común’ y del ‘entendimiento ‘entendimiento humano’ humano’ corriente, corriente, la impide impide poner poner fin a lo finito y destruir destruir el mundo. mundo. De ahí también su impotencia por realizarse, es decir, para hacer volver a Dios como la única realidad verdadera… La solución tiene un nombre preciso. El medio con el que Hegel hace coherente a la ‘filosofía’ y realiza el idealismo absoluto es la dialéctica de la materia – la dialéctica de la materia precisamente en la acepción del materialismo dialéctico de Engels, de Plejanov, y de Lenin.” (p.14). Colleti subraya más adelante que la dialéctica de la materia en Hegel sólo se concibe como dialéctica para la negación de la materia, es decir, no como fundamento invertido de un materialismo dialéctico sino como negación de todo materialismo. “… la tesis es que la ‘la materia no posee la verdad tal como aparece fuera y antes del concepto, sino que sólo la posee en su idealidad o en su identidad identidad con el concepto’. concepto’. Por tanto, tanto, al igual, —y aún más— que en la vieja metafísica, también aquí lo finito es excluido o negado. Pero con la diferencia de que —como se ha establecido que ‘algo tiene realidad únicamente en su concepto, y que en la medida de que es distinto de su concepto deja de ser él y es una nulidad’— Hegel puede dar a la exclusión de la materia que él realiza la forma de una inclusión de una afirmación positiva por su parte. La materia no es negada, sino que es afirmada por lo que ella no es… Lo finito, por tanto, ello mismo y lo negativo (lo opuesto) de sí mismo a un tiempo, es la contradicción de sí mismo, se suprime, perece. Lo cual queire decir que —para ser ‘verdaderamente’ ello mismo— lo finito no debe ser ello mismo sino lo otro, debe negarse como finito externo a lo infinito y pasar a lo opuesto, opuesto, es decir, convertirse en ‘finito ideal’ , en momento interior de la Idea.” (pp. 17-18).
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Para Colleti, es en la Ciencia de la Lógica de Hegel en donde se da el nacimiento del mate materia riali lism smo o dial dialéc écti tico co,, y para para él “… hay hay un dato dato inco incont ntro rove verti rtibl ble: e: que que el prim primer er ‘dialéctico de la materia’ ha sido Hegel; el primero y —vale la pena añadirlo— también el único, puesto que después de él no ha habido más que simple transcripción mecánica”. (p.23). Continuando con el análisis de la lógica hegeliana por Lenin, este en sus Cuadernos Fillosóficos (pp. 136-137) cita de Hegel que “… De igual manera el moverse interno, el
verdadero y propio moverse, el instinto en general consiste sólo en que algo en sí mismo el mismo y su ausencia, lo negativo de él mismo, bajo un mismo y único respecto. La
identidad abstracta consigo mismo no es todavía vitalidad, sino que se debe al hecho de que lo positivo es en sí mismo la negatividad el que esto salga fuera de sí misma la contra contradic dicció ción, n, y es propia propiamen mente te esa fuerza fuerza compre comprendi ndiend endo o y manten mantenien iendo do en sí la cont contra radi dicc cció ión” n”.. Leni Lenin n come coment nta a que “… ¿Qui ¿Quién én cree creería ría que que esto esto es la médu médula la del del ‘hegelianismo’, del hegelianismo abstracto y abstruso. Esta médula había que descubrirla, comprenderla… desentrañarla, depurarla, que es precisamente lo que hicieron Marx y Engels”. Pero como señala Colleti, Lenin leyó a Hegel de manera incompleta, o usando sus propias propias palabras, “de manera manera materialist materialista” a” “en donde donde Hegel Hegel precisame precisamente nte anulaba anulaba la materia. Colleti transcribe la parte del párrafo que Lenin no citó “… Las cosas finitas, en su indiferente multiplicidad, consisten por lo general en ser contradictorias en sí mismas, en ser ser rota rotass en sí mism mismas as y reto retorn rnar ar a su fund fundam amen ento to . Como Como se verá verá más más adel adelan ante te,, el
verd verdad ader ero o proc proces eso o que que va de un ser ser fini finito to y acci accide dent nta al para para con conclui cluirr en un ser ser absolutamente necesario no está en concluir este ser absolutamente necesario partiendo de lo finito y accidental como si se tratara de un ser que hace de fundamento de lo necesario y permanece en ello , sino que está (como está implícito ya en la accidentalidad)
en concluir ese ser absolutamente necesario partiendo de un ser sólo-caduco, que se contradice en sí mismo; o, mejor dicho, está en mostrar que el ser accidental vuelve a sí mismo en su fundamento, donde se supera, en mostrar, además, que con dicho retornar ese mismo ser pone el fundamento sólo porque hace de sí mismo lo opuesto. Según la manera habitual de argumentar parece que el fundamento de lo Absoluto sea el ser de los finito: puesto que hay un ser infinito, hay lo Absoluto. La verdad, es, el contrario, que lo Absoluto es porque lo finito es la oposición que se contradice en sí misma, o sea, porque lo finito no es. En el primer sentido la conclusión es esta: el ser de lo finito es el ser de los Absoluto; en cambio, en este otro sentido, la conclusión es esta otra: el no ser de lo finito es el ser de lo Absoluto”. (pp. 26-27) Este Este erro errorr de prin princi cipi pio o en la lect lectura ura que hace hacen n Enge Engels ls y Leni Lenin n de la dial dialéc écti tica ca hegeliana, no sólo no significa un rompimiento con las tesis de la teoría del reflejo y de la confusión confusión dualista subyacente, subyacente, sino que constituyen una continuida continuidad. d. Como lo señala señala Korsch (1971), “… el filósofo Lenin quiere seriamente.. seguir siendo marxista al mismo
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tiem tiempo po que que hege hegelia liano no.. Se imagi imagina na el paso paso de la dialéc dialécti tica ca ideal idealist ista a hege hegeli lian ana a al materiailsmo dialéctico de Marx y Engels realmente como una simple sustitución de la concepción idealista del mundo que es la base del método dialéctico de Hegel, por otra concepción filosófica, y ano ‘idealista’ sino ‘materialista’, y no parece vislumbrar que tal
inversión inversión materialista materialista’’ de la filosofía filosofía idealista de Hegel Hegel conduce, conduce, en el mejor mejor de los casos, casos, sólo a un cambio terminológico que consistiría en denominar lo Absoluto ya no ‘Espíritu’ sino ‘Materia’… No sólo se anula la última inversión materialista de la dialéctica idealista de Hegel, realizada por Marx y Engels, sino que toda la discusión entre materialismo e idealismo se conduce a un grado de desarrollo histórico anterior, que ya no había sido superado por la filosofía idealista alemana desde Kant hasta Hegel .” (p.89). Para Korsch
esta superación de la dialéctica hegeliana – que es muy discutible encontrarla con toda precisión en Engels – consiste en el descubrimiento del movimiento como movimiento de la historia real. Esto nos lleva de la mano a otro punto que no nos planteamos examinar: la concepción de la historia en Lenin, no ya a partir de la lectura interpretada de sus diversos textos políticos, sino en Materialismo y Empiriocriticismo. Colleti argumenta tres puntos fundamentales sobre lo que llama, en forma abreviada, el Diamat (Materialismo Dialéctico): 1) La dialéctica dialéctica constituye constituye una lógica, y por consiguient consiguiente e no puede constitu constituirse irse en descripción del movimiento real de las cosas, y mucho menos en una ciencia general del movimiento: 2) La contradicci contradicción, ón, categoría categoría esencial de la dialéctica dialéctica,, no constituye constituye una oposición oposición real, sino una negación de la negación, como dispositivo lógico que al negar lo finito como negación de lo infinito, recupera el ser para la idea, el pensamiento, a la vez que anula el ser de lo real como finito. En esta medida, la contradicción dialéctica niega el principio de identidad que fundamenta a las ciencias naturales, y por lo tanto, anula la objetividad de la cosa real al margen del pensamiento: 3) La dialéctica dialéctica hegeliana hegeliana en tanto, en su origen mismo constituye constituye un método para legitimar una ontología idealista, no puede ser empleado como método del materialismo, y mucho menos pensar que el marxismo constituye, en este sentido, una simple inversión mecánica de las relaciones dialécticas entre sujeto-objeto y ser-pensamiento. El origen y la naturaleza lógica misma de la contradicción dialéctica, anulan cualquier posibilidad de su empleo para el análisis del movimiento real de las cosas. En el ensayo “Marxismo y Dialéctica”, Colleti profundiza en la contrastación de las catego categoría ríass de oposic oposición ión dialéc dialéctic tica a o contra contradic dicció ción n y oposic oposición ión real real o contra contrarie riedad dad,, tratando de señalar que aún cuando los antagonismos sociales constituyen oposiciones reale reales. s. Ma Marx rx cons consid ider era a que que esta estass opos oposic icion iones es en la medid medida a que que se expr expres esan an como como posibilidad abstracta de la crisis que deviene de la separación del dinero, y la mercancía, son en realidad oposiciones dialécticas, es decir, contradicciones, sin embargo, que nada
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tiene que ver, como posibilidad abstracta, con las pseudocontradicciones enunciadas por el DIAMAT y con la ontologización idealista hegeliana de la contradicción. Revisaremos el hilo conductor de la argumentación de Colleti sobre el particular. Como apunta en la entrevista filosófico-política concedida a Perry Anderson (1974), el marxismo marxismo siguiendo la tradición tradición Engels-Lenin-Ma Engels-Lenin-Mao, o, ha confundido confundido a la oposición oposición real con un caso o ejemplo de la dialéctica, cuando de hecho, la oposición real es una oposición sin contra contradic dicció ción n y, por por tanto, tanto, a-dialé a-dialécti ctica. ca. La oposic oposición ión real real se ajusta ajusta al princi principio pio de la identificación por consiguiente, de no-contradicción. La oposición por contradicción o dialéctica, tiene origen en Platón, en su posición tardía rdía,, en la que el movimie imien nto como suce sucesso se refie fiere a la idea dea misma, independientemente del fenómeno, del acaecer sensible. La contradicción consiste en que un opuesto no puede estar sin el otro y viceversa. La fórmula A-NO A que expresa la contradicción u oposición dialéctica implica que NO-A es la negación A; no es nada en sí y por sí misma, sino que solamente es la negación de lo otro. NO-A es sólo como una negación de A. El sentido de NO-A depende del sentido de A, de aquello que niega para ser, su opuesto. Pero A es también negativa: A es la negación de NO-A, y por consiguiente es NO/NO-A. El sentido de A es sólo en referencia a su opuesto que niega, NO-A. Ambos polos de la oposición son nada en sí y por sí mismos, pues son negativos: pero son negación-relación en la medida en que son negación siempre de su opuesto. Para conocer un polo hay que conocer simultáneamente al otro, pues uno es negación del otro. Por ello. Para ser, cada uno de los polos de oposición, sólo puede darse en la unidad, la unidad de los opuestos, y sólo dentro de esta unidad uno es negación del otro, Hegel (cita de Colleti de las “Lecciones sobre la Historia de la Filosofía”) dice que … “el concepto de la verdadera dialéctica consiste en mostrar el movimiento necesario de los conceptos puros; pero no como si ésta se disolviera con ello en la nada, sino en el sentido de que el result resultado ado,, tan sencil sencillame lamente nte expres expresado ado,, es precis precisame amente nte que los conce concepto ptoss son son este este movimiento y que el universal es la unidad de tales conceptos opuestos”. Los conceptos puros que se compenetrar recíprocamente constituyen como una negación uno del otro en la unidad de oposición, lo que Colleti llama “Oposición-inclusión”. De este ser de los polos de oposición sólo como negación del otro, se desprende, necesariamente que la esencia de cada uno de los polos es exterior a sí mismo, es decir, es el otro polo del cual con su negación, y sólo eso son . Son exclusión uno del otro sólo en la inclusión de la unidad de los opuestos. La oposición oposición real, por otra parte, describe describe polos polos opuestos opuestos positivos, positivos, es decir, decir, reales reales e independiente para ser de su referencia al otro. Por esto, la oposición real se expresa como “A y B”. Cada uno de ellos subsiste por sí mismo, y al contrario de la oposición dial dialéc écti tica ca que que se da como como atra atracc cción ión de los los opue opuest stos os,, la opos oposic ición ión real real se da como como
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repuls repulsión ión de los polos polos,, o usando usando el términ término o Kantia Kantiano, no, como repugn repugnan ancia cia recípro recíproca ca (Realrepugnanz). Marx, en la Crítica de 1843 (como lo cita Colleti), expresa el carácter de la oposición real como diferente de la oposición dialéctica: “… los extremos reales no pueden mediarse entre ellos, precisamente por ser extremos reales. Pero tampoco precisan de mediación algunas, pues son de naturaleza opuesta. No tienen nada en común el uno con el otro, no se requieren ni se integran. El uno no tiene en su seno apetencia, necesidad, anticipación de otro”. Por ello Colleti dice: “que en la medida en que los extremos reales no median, es tiempo perdido (y a veces, incluso peor que eso) hablar de la dialéctica de las cosas”. Las opuestas reales como opuestas concretas, particulares, independientes no tienen nada en común el uno con el otro. Sólo pueden tener los opuestos algo en común, cuando como instancias de un género del concepto. Se atraen como relación necesaria. Aún cuando el origen de la oposición real es aristotélico, la versión moderna de la teoría de la oposición se debe a Kant. Citando a Kant (cita de Colleti), dice que la oposición widerspuch h] o bien real , esto es “o bien ien lógica por contradic contradicción ción [duch den widerspuc esto es, sin sin
contradic contradicción ción [ohne widesrsp ]”… La opos oposic ició ión n real real “es “es aqu aquella ella en la cual cual dos dos widesrspurch urch]”… predic predicado adoss de una cosa cosa se oponen, oponen, pero no, por el principi principio o de contr contrad adicc icción ión… … Una fuerza que imprime un movimiento a un cuerpo en una dirección y otra fuerza igual en dirección contraria no se contradicen sino que son posibles como predicados de un solo cuerpo. La consecuencia de ello es el reposo, lo cual es algo ( representable). Se trata de una oposición verdadera. En efecto, lo opuesto por una de las dos tendencias, si ésta existiera sola, es anulado por la otra y ambas tendencias son predicados verdaderos de una sola cosa y forman parte de ella al mismo tiempo”. De este modo, la negación en la oposición real es anulación del uno por el otro, en la medida en que ambos elementos son reale reales, s, afirma firmati tivo vos, s, posit positiv ivos os.. No se niega niegan n como como forma forma de ser, ser, sino sino en tant tanto o son, son, producen una negación como efectos de su anulación recíproca. Como lo expresa Kant, “en una oposic oposición ión real real una una de las determ determina inacio ciones nes opuest opuestas as no puede puede ser nunca nunca lo contra contrario rio contra contradic dictor torio io de la otra, otra, pues pues en tal caso caso el contra contraste ste seria seria de natura naturaleza leza lógica… En toda oposición real los predicados tienen que ser positivos… de manera que las cosas cosas a las que se consid considera era una negat negativa iva de la otra otra son ambas, ambas, consid considera erada das, s, en si mismas positivas”, Así, por ejemplo, en lo que respecta a las cantidades negativas, Kant afirma afirma que son, en realidad positivas: positivas: “Las cantidades cantidades indicadas indicadas con ‘—‘ llevan este signo signo solamente como término de oposición, porque si desea considerarlos juntamente con los que llevan el signo (+); pero cuando se les relaciona con otras cantidades que tienen igualmente el signo (-) ya no hay oposición, dado que esta es una relación que sólo se produce entre los signos (+) y (-). Y dado que la substracción es una anulación que tiene luga lugarr prec precisa isame ment nte e cuan cuando do se cons conside idera ran n conju conjunt ntam amen ente te las las cant cantid idad ades es de sign signo o contrario, está claro que en realidad el (-) no es un signo de susbtracción, como se cree
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por lo general, sino que la substracción sólo puede indicarse mediante la unión de dos signos ‘+’ y ‘—‘.” De este razonamiento, se deriva que en la oposición real no hay términos negativos de por sí, o sea, que no son, y que sólo son como negación del otro. No existen cosas negativas por sí mismas, no seres en su constitución intrínseca. La negación es siempre causada positivamente. Por ello, en la oposición real, los antagonismos, la anulación, la repulsión repulsión recíproca, recíproca, se da sin contradi contradicción. cción. El movimiento movimiento real no requiere requiere dialéctica dialéctica alguna. El marxismo ha confundido ambos tipos de oposiciones. Ni en Engels, ni en Plejanov, ni en Lukacs, ni en Lenin, ni en Mao, se ha hecho la distinción entre oposición real y oposición dialéctica. Por ello, se descubre como posiciones dialéctica a lo que en realidad constituyen oposiciones reales: la acción y reacción mecánicas, la diferencial e integral matemá matemátic ticas, as, la carga carga eléct eléctric rica a positi positiva va y la negat negativa iva,, etcéte etcétera. ra. Solo Solo Korsh Korsh y Lupori Luporini ni percatan de que hay oposiciones que no sedan como ideas, sino como oposiciones de objetos, pero las interpretan como contradicción dialéctica. Caracterizando esta tradición en el marxismo. Colleti dice que “una colisión automovilística, que es un caso típico de ‘oposición real’ esto es, de dos fuerzas que actúan en dirección contraria, resulta ser la cotidiana verificación del materialismo dialéctico”. La confusión proviene, sin duda alguna de que en Hegel “la dialéctica de las ideas es también, al mismo tiempo una dialéctica de la materia ”. Hegel (cita Colleti la Ciencia de la Lógica) dice que “el idealismo de la filosofía consiste solamente en el no reconocer lo finito finito como un verdad verdadero ero ser… ser… La propo proposic sición ión de que que lo finito finito es ideal ideal constit constituye uye el idea ideali lism smo” o” y para para ello ello es nece necesa sari rio o que que “el “el prin princi cipi pio o se hall halla a en ella ella rea realiza lizado do efectivamente”, que la idea se haga realidad. El finito es un no ser, y es, en la medida en que es ideal; pero la idea, el infinito, no es, y es sólo en la medida medida en que se vuelve real. real. La esencia de uno esta en el exterior en el otro. Por esto Colleti afirma que “de este modo cada cosa se resuelve em la unidad del ‘ser’ y ‘no ser’ juntos. Donde estaba la cosa ha entrado subrepticamente la contradicción lógica; ya no hay ser sino sólo pensamiento (‘idealismo acrítico’ de la filosofía de Hegel, según la filosofía marxiana del 44). Por otra parte e inversamente, al igual que el particular o el finito se ha disuelto en la contradicción lógica así también, a su vez, la contradicción lógica es traspasada al finito, a la objetividad ;
en una palabra, resulta realizada, o sea transferida desde el ‘más allá’ de la idea al ‘acá’ del mundo, de modo que todo lo que existe deviene ahora manifestación o exposición positiva de la idea (según el Marx del 44: ‘positivismo acrítico’ de la filosofía de Hegel)”. La dialéctica dialéctica de la materia materia está formulada formulada en Hegel Hegel como escepticismo escepticismo contra la materia. materia. Al dialectizar las cosas, al mostrar que X es y no es, vulnera al sentido común acerca de la existencia de los objetos. Hegel concluye afirmando que lo finito es no ser y las cosas no tienen realidad verdadera. En la medida en que con Engels se recoge la tradición del
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DIAM DIAMAT AT y se conf confun unde de a la dial dialéc écti tica ca con con una una forma forma supe superio riorr de mate materia rialis lismo mo,, se obscurece también la relación del marxismo no sólo con la ciencia, sino con su propio estatuto como conocimiento científico. Algun Algunos os autor autores es aleman alemanes es orient orientale aless y polaco polacoss visual visualiza izaron ron esta esta proble problemát mática ica como como Harich Ha rich,, Linke Linke y Ajduki Ajdukiewi ewicz, cz, en la medida medida en que que recono reconocie cieron ron que que la contra contradic dicción ción dial dialéc écti tica ca es ajen ajena a a la cien ciencia cia y que que la opos oposici ición ón real real,, es deci decir, r, el prin princi cipi pio o de no contra contradic dicció ción, n, no excluy excluye e precis precisame amente nte los antago antagonis nismo. mo. Dellavo Dellavolpe lpe anticip anticipó ó esta esta situa situació ción, n, manten mantenien iendo do sin embar embargo go la contra contradic dicció ción n dialéc dialéctic tica a “como “como instru instrumen mento to racional para pensar la aparición objetiva o real”. Para Dellavolpe destacan: 1) El principio principio aristotél aristotélico ico de determinac determinación ión como no contradic contradicción ción del objeto objeto de juicio; 2) La crítica crítica de la hipostatizació hipostatización n hegeliana de la materia materia en razón, y de la confusió confusión n entre oposición-inclusión y oposición-exclusión; 3) La reinv reinvid idic icac ació ión n de esto estoss aspec specto toss por por Della Dellavo volpe lpe era era nece necesa saria ria para para el replanteamiento de la relación del marxismo con la ciencia, muy especialmente en su óptica óptica de consid considera erarr a Ma Marx rx el “Galile “Galileo o del mundo moral”. moral”. El marxi marxismo smo en cuanto cuanto a cono conoci cimi mien ento to cien cientí tífic fico o de las las form formac acion iones es soci social ales es,, podí podía a segu seguir ir reco recono noci cien endo do antagonismos y conflictos, oposiciones reales y lucha de clases, sin tener que apelar a una lógica de la no contradicción. La distinción entre contrariedad y contradicción era la clave para prevenir que la dialéctica se constituyera equivocadamente, en una lógica específica del marxismo como ciencia de la sociedad contrapuesta a las ciencias de la naturaleza. El cuestionamiento del materialismo dialéctico como filosofía y método generales de todas las ciencias plantea la necesidad de reconsiderar al marxismo como una filosofía y método especiales de la ciencia, en este caso de la ciencia social, y la forma particular que adop adopta ta esta esta filos filosof ofía ía espe especia cial, l, que que desd desde e nues nuestr tro o punt punto o de vista vista se expr expres esa a en el materialismo histórico. Con el fin de considerar el materialismo histórico como una filosofía especial de la ciencia de la sociedad, se debe partir del concepto de teoría de las formaciones sociales. El concepto de filosofía especial de la ciencia, se concibe como el conjunto de supuestos derivados y congruentes con una ideología de las representaciones sociales enmarcada en la ideología propia del modo de conocimiento científico. Esta ideología, no es más que el pres presup upue uest sto o gene genera rall de la mate materia riali lida dad d de la realid realidad ad,, como como realid realidad ad exist existen ente te independie independienteme ntemente nte de nuestro nuestro conocimien conocimiento, to, realidad realidad susceptib susceptible le de conocimien conocimiento to objetivo, realidad creada históricamente por la evolución que suscitan las contrariedades de los distintos momentos procesuales de sus diversos elementos. Se maneja pues el concepto de filosofía especial en el sentido de las consideraciones generales que subyacen y se derivan del conocimiento científico de un campo especial de la realidad, y no de la
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substit substituc ución ión también también ideoló ideológic gico o de este este modo modo de conoci conocimie miento nto de una realida realidad d por por representaciones sociales ajenas a dicho campo. En síntesis, una filosofía especial de la ciencia implica las categorías generales que hacen posible y/o se derivan del conocimiento científico como conjuntos de conceptos abstraídos de las relaciones reales, materiales, mientras que una filosofía ajena a la ciencia como representación ideológica implica la adecuación de la realidad a una concepción a priori de la realidad material, en la que ésta es deformada, configurada y ajustada a abstracciones generadas a partir de un nivel de relaciones de la realidad diferentes al campo que se intenta analizar y conocer. Delimitemos con mayor claridad dicho argumento. Al distinguir entre una filosofía como especial de la ciencia en contraste con una filosofía ideológica, no nos referimos a la autonomía autonomía ideal ideal de la ciencia como modo modo y contenido contenido de conocimient conocimiento o respecto de las condiciones sociales específicas a un momento histórico, sino a su autonomía relativa a otros modos de conocimiento, todos ellos bajo la determinación y determinando a su vez las condic condicion iones es materia materiales les expresa expresadas das en las relaci relacione oness social sociales es entre entre los hombre hombre.. Plateamos una filosofía de la ciencia, como filosofía especial, en el sentido de formular explícitamente las consideraciones que permiten la construcción de un objeto teórico y su método específico conjuntamente, con el fin de analizar las determinaciones reales de un campo campo de fenóme fenómenos nos.. En el campo campo de lo social social,, esta esta determ determina inació ción n abstra abstracta cta de las relaciones materiales, se da como confrontación directa de las propias representaciones sociales respecto de dichas determinaciones. Es decir, la ciencia de lo social choca, por definición, con las representaciones particulares que privan en un momento histórico, en una una soci socied edad ad espe especí cífic fica a resp respec ecto to de ella ella mism misma, a, es deci decir, r, con su repre represe senta ntació ción n ideoló ideológic gica. a. La cienci ciencia a se contra contrapon pone e no sólo sólo a la repres represent entac ación ión ideoló ideológic gica, a, sino sino que además debe enunciar las consideraciones que le permiten definir a dicha ideología como parte de su propio objeto de estudio. La teo teoría ría resp respec ecto to a la soci socied eda ad y sus sus dive iversos rsos ámb ámbito itos, que se da como representación ideológica de una estructura particular histórica, no sólo tiene existencia como como enti entida dad d teór teóric ica a idea ideall sino sino tamb tambié ién n como como teoría teoría que que forma formaliz liza a un esta estado do de rela relaci cion ones es soci social ales es y las las forma formass que que dicha dichass rela relacio cione ness gene genera ran n para para cons conser erva varr un determinado dominio o hegemonía por una clase social. Es decir, decir, aún aún cuan cuando do la ideolo ideología gía puede puede tener tener una repres represent entac ación ión teóric teórica a esta esta represe representa ntació ción n es sólo sólo la formal formaliza ización ción parcia parciall de un comple complejo jo sistema sistema de relacio relaciones nes sociales sociales entre los hombres concretos, concretos, a cuyas cuyas determinaci determinaciones ones ellos son ajenos, ajenos, y que en la mayor mayor parte parte de las ocasio ocasiones nes puede pueden n contra contradec decir ir incluso incluso como como formas formas concr concreta etass materiales algunas de sus representaciones teóricas. Es pues en este renglón en el que la filosofía especial de una ciencia juega un papel determinante en el sentido de plantear, en la const construc rucció ción n misma misma del del objeto objeto y el método método de conoci conocimie miento nto,, las consid considera eracion ciones es
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necesarias para distinguir al objeto y sus determinaciones reales de las formas ideológicas que aparecen en la red de relaciones sociales tal como ocurren fenoménicamente. Es por esto esto que, que, en el caso caso de la ciencia ciencia de las formacio formaciones nes sociale sociales, s, la filosofía filosofía especial de la ciencia no sólo adopta una actitud metodológica como en otras muchas filosofías especiales, sino que a la vez que reafirma lo que constituye la ontología derivada de su propio carácter de análisis objetivo de las determinaciones reales en contraposición el sist sistem ema a de repr repres esen enta taci cion ones es ideo ideoló lógi gica cass que enma enmasc sca ara y defo deform rma a dicha ichass dete determ rmina inaci cion ones es.. El cará caráct cter er polí políti tico co de la filo filoso sofía fía espe especi cial al de la cien ciencia cia soci social al es condic condición ión necesa necesaria ria de su formula formulació ción n misma misma.. Este Este carác carácter ter políti político co ideológi ideológico co de la filosofía de la ciencia no es exclusivo de la filosofía especial de las formulaciones sociales —recuérdese las vicisitudes de la física galeana, la biología darwinista y muchas otras en la historia de la ciencia—, pero en ella adquiere un realce mayor. Es por por ello ello que, que, aún cuan uando el mate materi ria alism lismo o hist histór óric ico o como como anál anális isis is de las las determinaciones reales de la sociedad capitalista se da en forma de crítica a la economía política, sus consideraciones generales aparecen como filosofía especial, con antelación, especialmente en La Ideología Alemana. En esta obra Marx y Engels, demuestran a partir de la crítica de la filosofía alemana, que no basta la simple descripción diacrónica del desarrollo o evolución social, sino que se requiere señalar las determinaciones materiales en lo económico, que configuran dicha historia. La historia hasta ese momento, ocultaba en la reseña del devenir, como reseña de hechos aislados o de ideas, las determinaciones reale realess mate materia riale less de las las form formac acio ione ness socia sociales les.. Aún Aún más, más, ajus ajusta taba ba la hist histor oria ia real real a categorías ideales no vividas históricamente, y por consiguiente, en diferentes medidas rompía rompía con la histor historici icidad dad real real de las formas formas sociale sociales, s, a idealiz idealizar arlas las como como univer universal sales es inmutables, sin reconocer su especificad de las diversas formas de relaciones sociales en su especificidad histórica particular, como producto de las determinaciones materiales que configuraban dicho momento. Para el no obstante, eran necesarios dos requisitos: 1)Enunciar 1)Enunciar en lo general general proposicion proposiciones es respecto respecto a las determina determinaciones ciones materiales materiales relevantes en el desarrollo histórico, al margen de su especificidad como formación social; y 2) ubicar a las formas ideales de evolución histórica como ideologías que debían ser exp explica licada dass
igua igualm lmen ente te,,
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reconocimiento de la historia ideal como ideología, no sólo implicaba su análisis científico, desde la perspectiva del material histórico, sino su destrucción mediante la acción política. En La Ideología Alemana , Marx y Engels señalan como con la división del trabajo se plan plante tea a en la hist histor oria ia,, el surg surgim imien iento to de las las diver diversa sass cont contrad radicc iccio ione ness socia sociales les que que conduc conducen en a la aparic aparición ión de distin distinta tass forma formacio ciones nes sociale sociales, s, entend entendida idass como como forma formass formas de estructurar las relaciones entre los hombres tanto en lo material como en lo espiritual (la conciencia): “… con la división del trabajo, se da la posibilidad, más aún, la
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realida realidad d de que que las activi actividad dades es espirit espiritua uales les y materi materiale ales, s, el disfrut disfrute e y el traba trabajo, jo, la producción y el consumo, se asignan a diferentes individuos, y la posibilidad de que no caigan en contradicción reside solamente en que vuelve a abandonarse la división del trabajo… Los ‘espectros’, los ‘nexos’, los ‘entes superiores’, los ‘conceptos’, los ‘reparos’ no son mas que la expresión espiritual puramente idealista, la idea aparte del individuo aislado, la representación de trabas y limitaciones muy empíricas dentro de las cuales se mueve el modo de producción de la vida y la forma de intercambio congruente con él… Con la división del trabajo, que lleva implícitas todas estas contradicciones y que descansa, a su vez, sobre la división natural del trabajo en el seno de la familia y en la división de la sociedad en diversas familias contrapuestas, se da, al mismo tiempo, la distribución y, concretamente, la distribución desigual , tanto cuantitativamente como cualitativamente, de trabajo y de sus productos…” (p.53) Asímis Asímismo, mo, esta esta negac negación ión de la filosof filosofía ía de la histor historia ia hegelia hegeliana na (y de las forma formass “científicas” de historia por ‘ella’ amparadas) como repesentación puramente ideólogica, puede rastrearse a los primeros escritos de Marx. En torno a la Crítica de la Filosofía del dice “Así “Así noso nosotr tros os,, los alem aleman anes es,, hemo hemoss vivi vivido do nues nuestr tra a post posthi hist stor oria ia en el Derecho, dice pensamiento, en la filosofía. Somos contemporáneos filosóficos del presente, sin ser sus contemporáneos históricos. La filosofía alemana es la prolongación ideal de Alemania. Lo que en los pueblo puebloss progre progresiv sivos os es la ruptura ruptura práctica práctica con las situac situacion iones es del Estad Estado o moderno, es en Alemania, donde esas situaciones ni siquiera existen, ante todo; la ruptura crítica con el reflejo filosófico de dichas situaciones” (pp. 7-8). Por ello, antes de proceder
a las formas específica específicass de análisis de l as relaciones relaciones sociales, sociales, es fundamental fundamental restituir restituir a la historia en su verdadera dimensión, es decir, formular las consideraciones generales que, al negar la naturaleza ideológica de la historia, la reformulan como una ciencia, y a dichas consideraciones las convierte en su filosofía. “La misión de la historia consiste pues una vez que ha desaparecido el más allá de la verdad , en averiguar la verdad del más acá ” (ibid ., ., p.4). Y este ‘más acá’ no es otra cosa que el análisis histórico, específico, de las formas sociales como formas de relaciones entre los hombres concretos, bajo condiciones materiales representadas por la naturaleza y la naturaleza producida por su trabajo. El materialismo histórico, como filosofía especial que condiciona el análisis científico de la realidad social, y que se deriva a su vez de la desmitificación de dicho conocimiento, no es otra cosa que considerar que “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre libre arbit arbittr trio io,, bajo bajo circ circun unst stan anci cias as eleg elegid idas as por por ello elloss mism mismos os,, sino sino bajo bajo aque aquella llass circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y transmite el pasado”. diecioc iocho ho brum brumar ario io de Luis Luis Bona Bonapa part rte e, p. 408) (El diec 408).. La dete determ rmin inac ació ión n de dicha ichass
circunstancias es una tarea de la economía política, en la que Marx plasma las formas específicas de conocimiento científico de la historia.
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Resumiendo el materialismo histórico, como la filosofía especial de la ciencia de las formaciones sociales, se formula en términos no propios de un conjunto de categorías ideales a priori, sino en enunciados generales que, derivados del análisis de los fenómenos sociale socialess concre concretos tos,, como relacio relaciones nes materi materiale aless entre entre los hombre hombress que varían varían en la historia, historia, establecen las condicione condicioness generales generales que enmarcan enmarcan el estudio estudio sistemátic sistemático o de cada formación social en lo particular. Esta filosofía especial, sigue siendo filosofía, en el sent sentid ido o de cons consti titu tuir ir una una toma toma de pose posesi sión ón ideo ideoló lógi gica ca en el mome moment nto o pres presen ente te (cuale (cualesqu squier iera a sea este) este) de anali analiza zarr una formac formación ión social social histór histórica ica determ determina inada da.. Sin embargo, es una posición ideológica que conlleva una actitud política práctica frente a la situa situació ción n concre concreta: ta: modific modificar ar las repres represent entac acion iones es ideoló ideológic gicas as,, no cientí científic ficas as que produc producida idass por dicha dichass relac relacion iones es social sociales es entre entre los hombre hombres, s, const constitu ituyen yen parte parte de la urdimbre que esconde su verdadera naturaleza. Y por ello, en Marx en particular, esta actitud actitud científica científica de desenmara desenmarañar ñar las apariencia aparienciass para descubri descubrirr las determinac determinaciones iones materiales materiales reales de una formación social, social, se acompaña acompaña de una toma de posición posición política práctica. No sólo sólo se dest destru ruye ye la repr repres esen enta taci ción ón ideol ideológ ógic ica a de la hist histor oria ia,, sino sino que, que,
consecuente con los principios que le permiten llegar a su elucidación, requiere destruir las condic condicion iones es mater materiale ialess que que susten sustentan tan dicha dichass repres represent entac acione iones, s, destru destrucci cción ón que significan necesariamente una lucha política del lado de la clase social, darse cuenta de ella superando las contradicciones materiales, concretas que lo configuran como clase: el proletariado. El materialismo histórico, como filosofía especial de la ciencia de las formaciones sociales, puede formularse en términos de las siguientes consideraciones: 1) Las Las represe representa ntacio ciones nes ideale idealess de los hombre hombress y acerca acerca de los hombres hombres y sus relaciones, están determinadas por las condiciones materiales históricas concretas en que emergen “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” 2) El ser social del hombre, aún cuando construido por los hombres concretos al producir sus condiciones naturales y sociales, al producir su vida social, es independiete de sus sus volun volunta tade des, s, es deci decir, r, la hist histor oria ia del del homb hombre re es una una histo historia ria sin sin sujet sujeto: o: “… en la producción social de su vida, los hombres con traen determinadas relaciones necesarias e indepe independ ndien ientes tes de su volunt voluntad ad,, relaci relacione oness de produ producci cción, ón, que corresp correspond onden en a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales” ( ibid ., ., p. 517). Más aún: “Aunque una sociedad haya encontrado el rastro de la ley natural con arreglo a la cual se mueve… jamás podrá saltar ni descargar por decreto las fases naturales de su desarrollo” (Marx, en el Prólogo de la Primera Edición de El Capital , p. XV). 3) Las Las condic condicion iones es mater materiale ialess que, que, en la forma forma de relac relacione ioness de produ producci cción, ón, se encuentran en la base de toda relación social (sin que ello signifique que se reduce a ellas), es el objeto de estudio de la Economía Política. La Economía Política proporciona el
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conocimiento de las determinaciones materiales de las formaciones sociales, siempre y cuando se le visualice en una perspectiva histórica: “La economía política, cuando es
burgu burgues esa, a, es deci decir, r, cuan cuando do ve en el orde orden n capi capita talis lista ta no una una fase fase hist histór óric icam amen ente te transitoria del desarrollo sino la forma absoluta y definitiva de la producción social, sólo puede mantener su rango de ciencia mientras la lucha de clases permanece latente o se Postfaci acio o a la Segund Segunda a trasluce trasluce simplement simplemente e en manifestac manifestaciones iones aisladas” aisladas” (Marx en Postf Edición de El Capital , p. XVIII). Este encargo a la Economía Política derivada de que las
condiciones materiales que determinan las relaciones sociales entre los hombres no se restri restringe ngen n a las puras puras condic condicion iones es natura naturales les al vivir vivir en socied sociedad, ad, crea crea o produc produce e las condiciones de su vida individual como vida social.”… no ve que el mundo sensible que le rodea no es algo directamente dado desde toda una eternidad y del estado social, en el sentido de que es un producto histórico, el resultado de la actividad de toda una serie de generaciones … Hasta los objetos de la ‘certeza sensorial’ más simple le vienen dados solamente por el desarrollo social, la industria y el intercambio comercial.” (La Ideología Alemana, p. 47)
4)Las leyes de la historia son las leyes que mediante las contracciones nos han sido actualmente dadas, de esta manera, se crean las nuevas necesidades que llevan a una forma formació ción n social social diferen diferente. te. La histo historia ria se da como como histor historia ia de las contra contradic diccio ciones nes,, contradicciones, sin embargo, que no son abstractas como en Hegel, sino contradicciones reales, empíricas, que se identifican en el análisis de las relaciones de producción y las relaci relacione oness sociale socialess de una una socieda sociedad d partic particula ular: r: “Al llegar llegar a una una determ determina inada da fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí… Ningun Ninguna a formac formación ión social social desapa desaparec rece e antes antes de que se desarr desarroll ollen en todas todas las fuerza fuerzass productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en (Prólogo go de la Contri Contribuc bución ión a la Crític Crítica a de la el seno seno de la propia propia socied sociedad ad antig antigua” ua”.. (Prólo Economía Economía Política Política, p. 518). 518). Estas Estas contra contradic diccio ciones nes concr concreta etass en cada cada socieda sociedad d y cada cada
momento histórico no constituyen absolutos, por lo que lo importante es analizar la forma en que que gene genera ran n tendencias histó históri rica cas: s: “Lo “Lo que que de por por sí nos nos inter interes esa, a, aquí aquí,, no es precisamente el grado más o menos alto de desarrollo de las contradicciones sociales que brotan de las leyes naturales de la producción capitalista. Nos interesan estas leyes de por sí, estas tendencias, que actúan y se imponen con férrea necesidad ” (Prólogo a la Primera Edición de El Capital , p. XVI).
5) Las leyes históricas se construyen a partir de las leyes sistemáticas que describen la esencia de un modo de producción y la formación social que le corresponde. La historia no tiene leyes predictivas en el sentido de determinación del pasado al futuro, sino que la
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hist histor oria ia se recon reconst struy ruye e a trav través és del del cono conoci cimie mient nto o de las leyes leyes del del pres presen ente te:: “En “En consecuencia, sería impracticable y erróneo alinear las categorías económicas en el orden en que fueron fueron histór histórica icamen mente te determ determina inante ntes. s. Su orden orden de sucesi sucesión ón está, está, en cambi cambio, o, determinado por las relaciones que existen entre ellas en la moderna sociedad burguesa, y que que es exac exacta tame ment nte e el inve invers rso o del del que que pare parece ce ser ser su orde orden n natu natura rall o del del que que correspondería a su orden de sucesión en el curso del desarrollo histórico.” ( Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse ), pp.28-29). Agrega: “La
soci socied edad ad burg burgue uesa sa es la más más comp comple leja ja y desa desarrolla rrollada da orga organi niza zaci ción ón hist histór óric ica a de la prod produc ucció ción. n. Las Las cate catego goría ríass que que expr expres esan an sus sus cond condic icion iones es y la comp compren rensió sión n de su organización permiten al mismo tiempo comprender la organización y las relaciones de prod produc ucció ción n de toda todass las las form formas as de soci socied edad ad pasa pasada das… s…”” (ibid ., p. 26). 6). Pero Pero esta sta comp compren rensi sión ón,, y por por cons consigu iguien iente te,, cons constr truc ucci ción ón de la hist histor oria ia —ó reco recons nstr truc ucció ción n histórica— a partir de la forma última (presente) más organizada, debe hacerse cuidando la especificidad de las formas históricas pasadas: “… incluso las categorías más abstractas, a pesar de su validez —precisamente debida a su naturaleza abstracta— para todas las épocas, son no obstante, en lo que hay de determinado en esta abstracción, el producto de condiciones históricas y poseen plena validez sólo para estas condiciones y dentro de sus límites.” (ibid ., ., p. 26). El estudio de la política y de la historia como leyes de las representaciones sociales, van de lo simple a lo complejo, y siempre son leyes, que aún cuando formuladas en lo abstracto, parten de los hechos y van hacia los hechos, como en las demás ciencias: “… La crítica tiene que limitarse a comparar y contrastar un hecho no con la idea, sino con otro Postfacio cio a la Segun Segunda da Edició Edición n de El Capit Capital al , p. XXII). Estos hechos se toman hecho” (Postfa
partiendo de lo elemental, lo más simple, que se identifica a partir de la abstracción de los hechos, esto tiene lugar en una sociedad históricamente específica, que permite, a la manera manera del laborator laboratorio io en las ciencias ciencias experiment experimentales ales,, identifica identificarr las relacione relacioness entre entre eventos de la mejor forma posible: “El físico observa los procesos naturales allí donde esto estoss se pres presen enta tan n en la forma forma más más oste ostens nsib ible le y meno menoss vela velado doss por por influ influen enci cias as perturbadoras, o procura realizar, en lo posible, sus experimentos en condiciones que garanticen el desarrollo del proceso investigado en toda su pureza. En la presente obra régimen n capita capitalist lista a de produc producció ción n y las relac relacion iones es de nos nos propon proponemo emoss invest investiga igarr el régime producción y circulación que a él corresponden. El hogar clásico de este régimen es , hasta ahora, Inglaterra”, (Ibid., p. XIV).
En consecuencia, concebimos al materialismo histórico no como una ciencia en sí, sino como los supuestos y consideraciones filosóficas que sustenta, y se derivan de dicha Dialéctic tica a Marxis Marxista ta e Histor Historici icism smo o): “El ‘mater cien cienci cia. a. Como Como dice dice Lupo Luporin rinii (Dialéc ‘material ialism ismo o
histórico’ o ‘concepción materialista de la historia’ no es propiamente una ‘ciencia’, sino una doctrina crítico-científica y más precisamente un canon o criterio de interpretación
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científica de la sociedad humana y de la historia, fundado de manera crítica” (p.48). Los considerando generales arriba expuestos nos parecen resumir esta filosofía especial. La teoría del reflejo como modelo de conocimiento
La teor teoría ía del del refle reflejo jo es la prop propue uesta sta que que surge surge de Leni Lenin n para para trat tratar ar filos filosóf ófica ica y políticamente el problema central de la relación entre el ser y el pensamiento, o en otros términos, entre la materia y el espíritu. En Materialismo y Empiriocriticismo, su primer obra filosófica, parte de las siguientes premisas básicas: 1) Existen Existen cosas cosas independient independientement emente e de nuestra nuestra concienc conciencia, ia, independien independientemen temente te de nuestra sensación, fuera de nosotros…; 2) No existe, ni puede existir absolutamente ninguna ninguna diferencia de principio entre el fenómeno y la cosa en sí. Existe simplemente diferencia entre lo que es conocido y lo que aún no es conocido; y 3) En la teoría teoría del conoc conocimie imiento nto,, como como en todos los otros otros dominios dominios de la cienci ciencia, a, hay hay que razona razonarr dialéct dialéctica icamen mente, te, o sea, sea, no supone suponerr jamás jamás a nuest nuestro ro conoc conocimie imient nto o acabado e invariable, sino analizar el proceso gracias al cual el conocimiento nace de la ignorancia o grac gracia iass al cual cual el conoc conocim imien iento to incom incompl plet eto o e inex inexac acto to llega llega a ser ser más más
completo y exacto” (p. 77). Hasta aquí parece ser que las tesis principales que enuncia Lenin, como postulados básicos de una filosofía marxista, son estrictamente gnoseológicas. Sin embargo, de la lectura cuidadosa de las diversas secciones de Materialismo y Empiriocriticismo, puede desp despre rend nder erse se que que la gnos gnoseo eolo logía gía mate materia rialis lista ta no pued puede e ser ser inde indepe pend ndien iente te de una una ontología, implícita o explícita, respecto a lo que existe, pues dependiendo de la forma en que que se clasi clasific fica a al ser ser (mon (monism ismo o o dual dualism ismo) o),, se tien tiene e que que form formula ularr la relac relación ión de conocimiento con lo que es, especialmente cuando, desde la perspectiva del idealismo, parte fundamental o única del ser es el pensar o el espíritu. En la época moderna, es Descartes quien formaliza la oposición entre materialismo e idealismo. La oposición cartesiana es fundamentalmente una oposición ontológica. En su Discurso del Método expresa: “Examiné atentamente lo que era yo, y viendoque podía
imaginar que carecía de cuerpo y que no existía nada en mi ser que estuviera, pero no podí podía a conc conceb ebir ir mi no exis existe tenc ncia ia,, porqu porque e mi mism mismo o pens pensam amien iento to de duda dudarr de todo todo constituía la prueba más evidente de que yo existía, comprendí que yo era una substancia, cuya naturaleza o esencia esencia era a su vez el pensamiento, substancia substancia que no necesita ningún lugar para ser ni depende de ninguna cosa material; de suerte que este yo —o lo que es lo mismo, el alma— por lo cual soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y más fácil de conocer que él”. (p.21). En las Meditaciones Metafísicas agrega que “y aún cuando tengo un cuerpo al cual estoy estrechamente unido, como por una parte poseo una clara y
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distinta idea de mí mismo, en tanto soy solamente una cosa que piensa y carece de extensión, y por otra parte tengo una idea distinta del cuerpo en tanto es solamente una cosa extensa y que no piensa – es evidente que yo, mi alma por la cual soy lo que soy, es completa y verdaderamente distinta de mi cuerpo por la cual soy lo que soy, es completa y verdaderamente distinta de mi cuerpo, y puede ser o existir sin él”. (p. 84). Estos textos de Desca Descarte rtess formul formulan an sin ocult ocultam amient iento o la distin distinció ción n entre entre materi materiali alismo smo e ideali idealismo smo,, desde una perspectiva dualista: el cuerpo no piensa, el pensamiento es una característica del del alma, alma, y ambas ambas substan substancia ciass son independ independient ientes es una de la otra. otra. Los problema problemass del conocimiento depende por consiguiente, en la forma en que el alma, que es la única que piensa, puede reflexionar sobre si misma, o interactuar con el cuerpo y la materia. El dualismo gnoseológico se fundamenta pues en un dualismo ontológico. El idea idealis lismo mo abso absolu luto to se pres presen enta ta cuan cuando do la expe experie rienc ncia ia y las las sens sensac acion iones es se subordinan al alma y no a contactos con lo material, de modo que la materia se convierte en una catego categoría ría gnoseol gnoseológi ógica ca del espírit espíritu, u, y carece carece de substa substant ntivid ividad ad ontoló ontológic gica. a. La filosofía de Hegel es la culminación de esta formulación idealista absoluta, que reconoce la existencia de una sola substancia o ser, la idea, y lo material no representa más que el devenir accidental, en el conocimiento, de lo espiritual. Marx en su Crítica de la Dialéctica y Filosofía Hegelianas en lo General expresa en relación al concepto de naturaleza en Hegel que “… lo verdadero sigue siendo la idea. La naturaleza es solamente la forma de su ser de otro modo. Y, como el pensamiento abstracto es la esencia, lo exteria a él solo es, en cuanto a su esencia, algo externo. El pesador abstracto reconoce, al mismo tiempo, que que la sensoriedad es la esen esenci cia a de la natu natura rale leza za,, la exterioridad por por oposic oposición ión al pensamiento que opera en sí. Pero, al mismo tiempo, expresa esta antítesis de tal modo, que esta exterioridad de la naturaleza sea la antítesis del pensamiento, su defecto, que, en cuanto se distingue de la abstracción, sea una esencia defectuosa. Por tanto, la naturaleza debe necesariamente superarse a sí misma para el pensador abstracto, desde el momento en que ya él mismo la estatuye como una esencia potencialmente superada. ‘(Citando a Hegel)’ El espíritu tiene para nosotros la naturaleza como su premisa, cuya verdad, y consiguientemente primacía absoluta es aquél. En esta verdad ha desaparecido la naturaleza, y el espíritu ha resultado como la idea que ha arribado a su ser para sí, cuyo objeto, a la par que el sujeto, es el concepto ”. Esta identidad es negatividad absoluta, puesto que en la naturaleza tiene el concepto su perfecta objetividad externa, pero de tal modo esta su exteriorización es superada y aquél ha devenido en esta idéntico a si mismo. El concepto es; por tanto, esta identidad solamente en cuanto retorno de la naturaleza… El relevarse, que es como la idea abstracta, tránsito inmediato, devenir de la naturaleza, es como revelarse del espíritu, que es libre, el estatuir la naturaleza como su mundo, un estatuir que, en cuanto reflexión, presupone al mismo tiempo el mundo como naturaleza independiente. El revelarse en el concepto es la creación de aquella como su ser, en la que
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él se de la afirmación y la verdad de su libertad… Lo absoluto es el espíritu ; es esta la definición más alta de lo absoluto. (termina cita)”. (pp. 668-69). La dialéctica hegeliana, como lógica de la negatividad absoluta, de la superación de la contradicción, significa la superación del dualismo materia-espíritu en la afirmación absoluta del espíritu o idea. En La Sagrada Familia, en la sección consagrada al análisis del materialismo francés e inglés, el interés se centra, no en el problema del conocimiento, sino en el problema de la substancia, del ser, pues este es el módulo de la distinción entre materialismo e idealismo. La disc discus usión ión de la dife difere renc ncia ia entr entre e mate materia rialis lismo mo e ideal idealism ismo o a nive nivell puram puramen ente te gnoseológico, como constituye el argumento leninista (siguiendo a Engels) de la existencia indepe independ ndien iente te de las cosas cosas respec respecto to al pensam pensamient iento, o, no sólo sólo encub encubre re la distin distinció ción n esencial, sino que cae, sin proponérselo, en establecer la problemática de la existencia de la realidad objetiva, externa, independientemente del pensamiento y la sensación, la que, indudablemente se sustenta en un dualismo ontológico. Desde un punto de vista ontológico, la categoría de materia debe ser única, si se sust susten enta ta una una posi posici ción ón mate materia riali list sta. a. La cont contrap rapos osic ición ión de mate materia ria y espí espíri ritu tu es por por defini definició ción n dualis dualista ta y contra contradic dicto toria ria a una filosof filosofía ía materi materiali alista sta propia propiamen mente te dicha. dicha. El problema recae en distinguir la categoría filosófica de materia con la categoría física de materia problema que señala Lenin correctamente (pero que parece confundirlo con el problema gnoseológico). El materialismo tradicional anterior a Marx (incluyendo a Kant) restringe el concepto de materia al de las ciencias naturales, la física y la biología, de ahí que la discusión respecto a la materialidad del pensamiento se centre en su existencia como función del cerebro (vgr., en los materialist materialistas as franceses). franceses). Es con Marx, al identificar identificar la materialidad con todo lo existente, que extiende la categoría filosófica al análisis de las relaciones sociales y por ende de las relaciones formuladas como abstracciones. Lo ideal es identificado como una forma social de lo material. Plant Plantea eada dass así así las las cosa cosas, s, el pens pensam amie iento nto,, las las idea ideas, s, las las ideol ideolog ogía íass tien tienen en una una materi materiali alidad dad equiva equivalen lente te al de las cosas cosas física físicas. s. Por consigu consiguien iente, te, carece carece de sentid sentido o disc discut utir ir la prima primacía cía de uno uno sobr sobre e lo otro otro,, pues pues en tant tanto o exis existe ten n son son mate materia riales les.. La categoría de material comprende diversas formas de existencia, que da su desarrollo o hist histor oric icid idad ad la facu facult ltad ad de ser ser obje objeti tivos vos,, es deci decir, r, indep indepen endi dien ente tess del del proc proces eso o de conoci conocimie miento nto por un sujeto sujeto o por por la determ determina inació ción n de una substa substancia ncia suprao supraordi rdinad nada a como ocurre en el idealismo absoluto o en el idealismo dualista (la Idea Absoluta o Dios). ¿Por qué entonces la insistencia de Lenin en Materialismo y Empiriocriticismo por afirmar la prim primac acía ía del del ser ser sobr sobre e el pens pensam amie ient nto, o, o de la mate materia ria sobr sobre e el espí espírit ritu? u? Como Como materialista estricto esta argumentación llevaría el sinsentido de fortalecer la posición que se quiere afirmar una ontología materialista, Lenin, obviamente, lleva esta discusión al plano gnoseológico, pero la plantea incorrectamente en tanto subordina el argumento ontológico al gnoseológico. Si previamente no aclara que el ser, es decir, todo lo que
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existe, es materia, y que por consiguiente hay una sola substancia con múltiples formas, incluyendo aquellas que tradicionalmente habían sido asignadas a una substancia distinta, entonces el problema se traslada al problema del conocimiento de lo que es, y se ve obligado obligado a formular formular como tesis gnoseológica gnoseológica lo que en realidad realidad constituye constituye un argument argumento o ontológico, el problema de la primacía de la materia sobre el espíritu, y la existencia del ser, o la realidad objetiva, al margen de todo sujeto de conocimiento o ser supraordinado. Pero ¿por qué decimos que la formulación gnoseológica leninista es incorrecta? Así como como Berke Berkeley ley implic implica a una posic posición ión ontoló ontológic gica a idealis idealista ta a partir partir de un argume argumento nto gnoseológico, Lenin actúa de manera semejante, simplemente invirtiendo los términos. Si para Berkeley la realidad en sólo aquella que percibimos, pues carecería de sentido hablar de aquello que no percibimos como real, Lenin plantea que lo que percibimos es reflejo de lo que que exist xiste, e, de lo rea real obje objeti tivo vo,, y que que por por cons consig igui uien ente te,, nues nuestr tro o cono conoce cerr está está subordinado a lo que es. El problema central radica en que cuando se formula una postura materialista en lo gnoseológico previa explicitación de la tesis ontológica correspondiente a la argume argumenta ntació ción n leninis leninista ta parece parecería ría invertir invertir lo que const constitui ituiría ría (LaMet (LaMettri trie). e). Si el pensamiento es material, carece de propósito examinar si el pensamiento es o no primero que la realidad objetiva, pues es tan real, tan objetivo y tan material como cualquier objeto exterior al sujeto que piensa. Sin embargo, si el problema radica en examinar al problema del conocimiento, es decir, no de lo que es, sino de cómo se entra en contacto con lo que es, las limitaciones y las características del proceso, la tesis, leninista del reflejo es pre-marxista. Plantear que en la relación de conocimiento la realidad objetiva conocida está está suprao supraordi rdinad nada a al pensam pensamient iento, o, es negar negar de facto facto un proces proceso o de conoc conocimie imient nto o genuino, y formular, sin adorno teórico alguno, que el conocimiento es un proceso que se da como como refle reflejo jo pasiv pasivo o sobr sobre e el pens pensam amien iento to,, como como una una inver inversi sión ón de la dialéc dialécti tica ca hegeliana en la que la realidad absoluta deviene fenomenológicamente el pensamiento. En la relación de conocimiento, el pensamiento es el elemento de la relación que tiene primacía, pues de lo contrario, no habría conocimiento propiamente dicho, y es quizá por esto que al sostener a Kant, el que como veremos más adelante, intentó cuando meno menoss formu formula larr el prob problem lema a de la relac relació ión n suje sujeto to-ob -objet jeto o en el cono conoci cimie mient nto. o. Una Una verdadera aproximación marxista al problema gnoseológico, a diferencia de Kant que se limitó a analizar el problema del conocimiento individual respeto a la realidad natural , consistiría en examinar el conocimiento como una forma histórico-social supraordinada al conoci conocimie miento nto individ individua ual. l. La gnoseo gnoseolog logía ía marxi marxista sta estaría estaría en la base base del mater material ialism ismo o histórico y del estudio de las formaciones ideológicas y de los modos de conocimiento Materialismo y Empiriocriticismo. social. Lenin ni siquiera menciona esta problemática en Materialismo
Reco Recorr rra amos
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Empiriocriticismo que destacan la limitación señalada en la argumentación leninista. En la discusión acerca de la naturaleza propia al hombre dice “… la materia es lo primario; el
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pensamiento, la conciencia, la sensación son producto de un alto desarrollo. Tal es la teoría teoría mater materiali ialista sta del conoci conocimie miento nto,, adopta adoptada da espont espontán áneam eament ente e por por las Cienci Ciencias as Naturales” (p. 55). Cabe preguntarse de que es la conciencia, el pensamiento, un producto de un alto alto desa desarro rrollo llo.. Si lo es de la mate materia ria,, la prima primacía cía de la mate materi ria a resp respec ecto to al pensamiento es totalmente bizantina. Si por otra parte, el pensamiento es un producto es un producto del alto desarrollo de otra substancia, distinta a la materia. Lenin estaría defendiendo un materialismo mecanicista a la Descartes, con la aceptación implícita de otra substancia independiente a la materia: el alma, el espíritu, la conciencia, etcétera. Nos parece que esta cita de Lenin ilustra una confusión respecto a la materia como categoría filosófica que sirve para designar la realidad objetiva, que es dada al hombre de sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones, que existen independientemente de ellas” (pp. 98-99), esta aseveración parece internamente contradictoria, pues alude por una parte a la materia como categoría filosófica, y por la otra, la reduce a la sensoriedad del conocimiento. Esta necesidad ha sido identificada incl inclus uso o por por aque aquello lloss que que inte intent ntan an salva salvarr la teor teoría ía del del refle reflejo jo leni leninis nista ta como como una una gnoseo gnoseológ lógica ica marxi marxista sta;; por ejemplo ejemplo,, Lecou Lecourt rt (1979) (1979) argum argument enta a que la “metá “metáfora fora del ‘ref ‘refle lejo jo’’ debí debía a ser, ser, en un esti estilo lo bach bachel elar ardi dian ano, o, una una metá metáfo fora ra reducida; debe ser desprendida de la imagen del espejo que parece entrañar lógicamente: por eso dijimos que el ‘reflejo’, tal como Lenin lo entiende, es un ‘reflejo sin espejo’. Estamos ahora en condiciones de dar un contenido positivo a la siguiente fórmula negativa; un reflejo sin espejo es un refle flejo que se real ealiza iza en un proceso hist histór órico ico de adqu adquisi isici ción ón de conocimientos.” (p.60). No entraremos aquí a examinar la justeza (para utilizar el término leninista-a leninista-althus lthusserian seriano) o) de la l a interpretac interpretación ión de Lecourt Lecourt respecto respecto a la teoría del reflejo. reflejo. Es obvio que requiere de una lógica alambicada y altamente interpretativa de lo que Lenin no expresó explícitamente para justificar lo que no expresó, pero debió hacer. La teoría del reflejo, es ilustrativa de esta subordinación de la categoría filosófica de materia, como categoría ontológica, a una gnoseología pre-marxista tomada de las ciencias naturales, prob proble lema ma que que no se inic inicia ia en Leni Lenin, n, sino sino en Enge Engels ls y Plej Plejan ano ov, y culm culmin ina a con con la sacralización del materialismo dialéctico como la ciencia general del movimiento de Stalin. Lenin dice que “… la contradicción entre la materia y la conciencia no tiene significado absoluto más que dentro de los límites de la cuestión gnoseológica fundamental acerca de que es lo que hay que reconocer como lo primario y qué es lo que hay que reconocer como como lo secund secundar ario. io. Más allá allá de estos estos límites límites la relativ relativida idad d de tal contra contrapo posic sición ión no susc suscit ita a duda duda algu alguna na (p.1 (p.114 14). ). Pero Pero ¿en ¿en qué qué cons consis iste te lo prim primar ario io de la mate materi ria a gnoseológicamente respecto de la conciencia? ¿no es acaso la conciencia la forma de la materia? Si el problema se centra centra en el caso del conocimiento conocimiento ¿tiene sentido plantear plantear siquiera siquiera si se pued puede e cono conoce cerr sin cogn cognos oscen cente te o sin sin objet objeto o de cono conocim cimie ient nto? o? La relac relación ión de
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conoci conocimie miento nto implica implica,, por por defini definició ción, n, el par par sujeto sujeto-ob -objeto jeto de conoc conocimie imiento nto.. Pero el problema no radica en darle prioridad a uno sobre el otro, sino en destacar su unidad como par inseparable en el conocimiento, y su determinación en lo individual y lo social por las características del proceso histórico de desarrollo en los modos de conocimiento y la formación de las ideologías en interacción con las propiedades de la naturaleza física y biológica. Tan marcada y explícita es la subordinación ontológica de Lenin a una gnoseología dualista característica del materialismo de la ilustración que dice, en relación a Dietzgen, que “… es una confusión pretender que en la noción de la materia hay que incluir también el pensamiento, como lo repite Dietzgen en sus Excursiones, puesto que con tal inclusión pier pierd de sent sentid ido o la antít ntítes esis is gnos gnoseo eoló lógi gica ca entr entre e la mate materi ria a y el esp espírit íritu, u, entr entre e el materialismo y el idealismo…” (pp.194-195) ¡Claro qué la antítesis se vuelve innecesaria si se parte de una formulación ontológica materialista genuina! El mismo Lenin que percata el dualismo inminente en el que corre el peligro de caer (o que cayó). Lenin en el mismo párrafo agrega que “… esta antítesis no debe ser “excesiva”, exagerada, metafísica… Los límites de la necesidad absoluta y de la verdad absoluta de esa antítesis relativa son precisamente los límites que determinan la dirección de las investigaciones gnoseológicas. Operar fuera de esos límites con la antítesis absoluta, sería un error inmenso” (op.cit). Lenin parece adscribirse a una categoría física más filosófica de materia, de ahí que caiga en posiciones semejantes a las del materialismo de las ciencias naturales, en que la materia se da objetizada como corporeidad. Su crítica a Mach respecto a los cambios que la física moderna mostraba respecto a la concepción de la materia, se encuadraba en esta confusión de categorías. Ningún físico piensa que la materia, como categoría filosófica, esté supeditada a la prueba empírica, o de que la realidad, lo exterior, lo existente, se vuelva nada – en todo caso la nada sería algo para los físicos --. Lo que sostenía Mach, en este contexto, era que la materia a la que los físicos clásicos hacían referencia era una abstracción de la realidad, y que los nuevos descubrimientos de la física llevaban a negar esa abstracción – la categoría física de materia—y a substituirla por otras abstracciones. Lenin parece confundir incluso la abstracción del concepto de materia con la corporeidad de la realidad. La abstracción no es la realidad, sino una representación, reproducción concep conceptua tuall de parte parte de esa realida realidad. d. Subst Substitu ituir ir una abstr abstrac acció ción n por por otra, otra, o plant plantear ear distintos niveles de abstracción de la realidad, no implica negar la realidad. Panneckock (1979) ilustra este punto de manera aguda “… A las concepciones de Mach, Mach, Lenin Lenin opone opone la concep concepció ción n del mater materiali ialimo: mo: la exist existenc encia ia objeti objetiva va del mundo mundo materi material, al, de la mater materia, ia, tal como como las admite admite la cienc ciencia ia natur natural al y la razón razón natura naturall del hombre… Para comprobar con cuenta ingenuidad invoca Lenin estas dos autoridades en apoyo de su tesis— de un modo inexacto por otra parte —puede servir de ejemplo el siguie siguiente nte parrá parráfo fo ‘… para para todo todo materi materiali alista sta,, la sensac sensación ión es, en realida realidad, d, el vehícu vehículo lo
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directo de la conciencia con el mundo exterior, es la transformación de la energía de la excitación exterior en el hecho de conciencia. Esta transformación, todo hombre la ha observado millones de veces y la observa en realidad a cada paso.’ Esto de ‘observar’ es como si dijéramos que diariamente vemos que nuestro ojo ve y que la luz hiere la retina. En realidad, no vemos nuestro ver ni nuestra retina, vemos los objetos. No observamos la energía ni sus transformaciones; observamos fenómenos y a partir de estos fenómenos los físicos elaboran el concepto abstracto de energía. La transformación de la energía es una expresión de la física que resume todas las observaciones en que la magnitud medida decr decrec ece e mien mientr tra as otra otrass crec crece e simu simult ltán ánea eame ment nte. e. Todo Todo esto estoss son son conc concep epto toss y form formul ulac acio ione ness válid válidas as,, cong congru ruen ente tes, s, en los los que que pode podemo moss conf confia iarr trat tratán ándo dose se de la previsión de fenómenos ulteriores; por eso los consideramos verdaderos. Lenin considera esta verdad en forma tan absoluta que cree expresar un hecho de observación (aceptado por “todo materialista”) cuando expresa una teoría física. Pero aparte de eso, ni siquiera expresa con acierto. Un materialista de la vieja escuela podrá tal vez creer que la energía de excitación exterior se transforma en conciencia; pero una fe semejante queda fuera de la ciencia… la conciencia no es considerada una forma de energía por la física”. “Esta confusión entre el mundo realmente observado y los conceptos físicos aparece a lo largo del libro de Lenin… Lenin habla de un ‘materialismo (para el cual lo primero es la naturaleza, la materia)’, y en otra parte dice que ‘la materia es la realidad objetiva, que las sensac sensacion iones es nos transm transmite iten…’ n…’ Para Para Lenin, Lenin, la natura naturaleza leza y la materi materia a son idéntic idénticas as,, la palabra materia significa para el lo mismo que ‘mundo objetivo’. En esto coincide con el materialism materialismo o burgués, burgués, que también considera considera la materia materia como la única sustancia sustancia real del mundo. Esto nos da la clave de su indignada polémica contra Mach. Para Mach la materia es una abstrac abstracción, ción, un concepto concepto,, que se construye construye a partir partir de las sensacione sensaciones…” s…” (pp.101102). Trátese pues de una doble confusión; la materia como mundo exterior, natural, con la abstracciones de la ciencia sobre esa realidad que constituyen una categoría, la materia; y la confusión de las categorías filosófica y física de materia, es decir, entre una afirmación inicial respecto a lo que es y a un conjunto de abstracciones basadas en la observación empírica de una fracción de ese “ser”. En segundo término, destaca un segundo plano en la motivación de la crítica leninista a Mach Mach y Avena Avenariu rius. s. Lenin Lenin los señala señala como como represe representa ntante ntess del “fideis “fideismo” mo”,, de la “fe religiosa”. Aún cuando, como veremos más adelante, Mach —en acuerdo con Kant— no considera que las leyes naturales (y por consiguiente las sociales) sean independientes del hombre que estén ya dadas como normas predeterminadas en la naturaleza y la sociedad sino sino que por por el contra contrario rio,, son formul formulac acion iones es del hombre hombre para abstra abstraer er relaci relacione oness de orden en la realidad, esto no implica que como dice Lenin “El hombre dicta las leyes a la natu natura ralez leza a y no la natu natura ralez leza a al homb hombre re”. ”. (op.cit ,. , . p. 125) 125) sino sino que las las leye leyess como como abstracciones respecto a la realidad, requieren de alguien que las formule. El hombre no
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crea las leyes. Formula las relaciones conceptuales sobre la naturaleza y la sociedad de
aprtir de lo que observa e infiere en ellas, pero ello dista mucho de afirmar que las leyes están en la naturaleza o la sociedad, pues significa nuevamente identificar, erróneamente, las categorías y los enunciados con los fenómenos. Es aún más absurdo que, a partir de esta esta discre discrepan pancia cia de Ma Mach ch con Lenin, Lenin, este este último último salte a identi identific ficar ar a Mach Mach con un fideísta. Negar las leyes como tales en la naturaleza no implica, desde ningún punto de vista, a menos que se quiera prejuiciadamente distorsionarlo, que el hombre o un ente sobrena sobrenatur tural al —la divinida divinidad— d— dicta dicta las leyes a lo real real y natura natural. l. Más bien, la posició posición n leninista, ingenua, de considerar que las leyes están en la naturaleza, conlleva este peligro fideí fideíst sta, a, en dond donde e de una una relig religió ión n sobr sobren enat atur ural al se pasa pasa a una una relig religió ión n natu natura ral, l, al panteismo científico filosófico. Si se examina esto con detenimiento, se verá que una concepción tal puede remontarse a algunas de las posiciones de Engels sobre la dialéctica como leyes de la naturaleza. Sin embarg embargo, o, este este argume argumento nto sobre el “fideis “fideismo” mo” esgrim esgrimido ido por Lenin, Lenin, toma toma en cuenta las condiciones históricas concretas de la Rusia Zarista, y ello torna congruente el que que Lenin Lenin sost sosten enga ga en realid realidad ad posi posici cion ones es filos filosóf ófica icass prem premar arxi xist stas as,, anal analog ogas as al materialismo burgués de la revolución francesa. El materialismo burgués en lucha con la religión procuraba a Lenin un terreno más firme para luchar contra las contradicciones cuasi-feuda cuasi-feudales les de Rusia, Rusia, que una filosofía filosofía materialis materialista ta que superaba superaba las categorías categorías de materia procuradas por las ciencias naturales. Si, como dice Althusser, el texto de Lenin es un texto fundamentalmente político, el materialismo pre-marxista que expone en dicho texto es de mayor utilidad para su lucha política en la Rusia de la época. Su lucha no es contra el idealismo filosófico. Su lucha es contra la religión y contra los que discrepan filosófica y políticamente en el partido. La lucha de clases bien lejana esta de ser una lucha contra el fideismo. A Kant, Lenin lo acusa de postular una cosa en sí incognoscible, y por consiguiente de sostener una filosofía idealista, en la que el pensamiento dicta a la naturaleza sus leyes de forma a priori . El argumento se centra en la “cosa en sí”. Basándose en Engels ( Ludwig Feue Feuerb rbac ach h y el Fin Fin de la Filo Filoso sofía fía Clás Clásic ica a Alem Aleman ana a) Lenin Lenin expre expresa: sa: “…dice “…dice abiert abierta a y
claramente que refuta a la vez a Hume y a Kant… Kant (en cambio) admite la existencia de la ‘cosa ‘cosa en sí’, pero pero la decla declara ra ‘incog ‘incognos noscib cible’, le’, difere diferente nte en princ principio ipio del fenóme fenómeno, no, perten pertenec ecient iente e a una región región distin distinta ta en princi principio pio,, a la región región del ‘más ‘más allá’ allá’ (Jense (Jenseits its), ), inaccesible al saber, pero revelada a la fe.” (p.76). La crítica leninista es que “…para todos los materialistas, materialistas, comprendido comprendidoss los materialis materialistas tas del siglo XVII que el obispo obispo Berkeley pretendía exterminar, ‘los fenómenos’ son ‘cosas para nosotros’ o ‘copias de los objetos en sí’” (p. 78). No entraremos a discutir el concepto de “cosas para nosotros como “copias de los objetos en sí”, pues ya hemos hecho referencia a ello en la crítica de la teoría del reflejo, y no es necesario abundar sobre ello, pero solamente anotemos que si la “cosa
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para nosotros”, es decir la sensación y/o pensamiento, es una copia del “objeto o cosa en sí”, ¿Por qué se crítica a Mach por decir que conocemos sensaciones y no objetos, si ambos son idénticos? Si no lo son, ¿cómo podemos afirmar que podemos conocer el “objeto en sí”? ¿No es esto una discusión metafísica? ¿A qué “objeto en sí” se hace referencia? ¿Al objeto independiente de nuestro conocimiento? La confusión de la tesis ontólo ontólogic gica a con la tesis tesis gnoseo gnoseológ lógica ica reapar reaparece ece contin continuam uament ente e en la argume argumenta ntació ción n leninista. Pasemos a examinar, sin embargo, si en efecto Kant postuló la incognoscibilidad de la cosa en sí en el conocimiento de la naturaleza, o si bien se trata nuevamente de una deformación interpretativa de Kant, que parte desde Engels. En la Crítica de la Razón Pura, Kant dice: “No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. Pues ¿por dónde iba a despertarse la facultad de conocer, para su ejercicio, como no fuera por medio de objetos que hieren nuestros sentid sentidos os y ora provoca provocan n por por si mismos mismos represe representa ntacio ciones nes,, ora ponen ponen en movimi movimient ento o nuestra capacidad intelectual para compararlos, enlazarlos, o separarlos y elaborar así, con con la mate materia ria brut bruta a de las las impr impres esion iones es sensib sensible les, s, un cono conoci cimi mien ento to de los los obje objeto toss llamados experiencia. Según el tiempo, pues, ningún conocimiento precede en nosotros a la expe experie rienc ncia ia y todo todo cono conoci cimi mien ento to comi comien enza za en ella ella… … Má Máss si bien bien todo todo nues nuestr tro o conocimiento comienza con la experiencia, no por eso origínase todo él en la experiencia.” (p. 27). Queda aquí delimitada una separación fundamental. No hay conocimiento que no comience con la experiencia, experiencia de objetos externos, sensibles, pero no todo conocimiento se origina en la expiencia, sino que puede partir de lo que Kant llama conocimientos “a priori ”. ”. Los conocimientos a priori son aquellos en que “necesidad y universalidad estrictas son señales seguras… y están inseparablemente unidas… tienen lugar independiente de todo conocimiento concreto ligado a la experiencia. El a priori se refiere, no al contenido, sino a la forma del conocimiento, es decir, a la facultad del sujeto para conocer. La ciencia, en Kant, se fundamenta en juicios sintéticos a priori, es decir, en forma formass unive universa rsales les cuyos cuyos conten contenido idoss concre concretos tos pueden pueden ser verific verificado adoss como como falsos falsos o verd verdad ade eros ros por la exp experien rienccia. ia. Así por ejem jemplo, lo, dice dice Kant que “en “en toda todass las las transformaciones del mundo corporal la cantidad de materia permanece inalterada, o que en toda toda comun comunica icació ción n del del movimi movimient ento o tienen tienen que ser siempre siempre iguales iguales la acción acción y la reacción. En ambas, no sólo la necesidad y por ende el origen a priori está claro, sino que se ve claramente que son proposiciones sintéticas. Pues en el concepto de materia no pienso la permanencia, sino sólo la presencia de la materia en el espacio, llenándolo. Así, pues, salgo realmente del concepto de materia, para pensar a priori unido a él, algo que no pensaba en él. La proposición proposición no es, por tanto, tanto, analítica, analítica, sino sintética sintética y, sin embargo, embargo, pensaba a priori. Así también en las demás proposiciones, que constituyen la parte pura de la física”. (p. 35).
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La dependencia de la relación sujeto-objeto en el conocimiento se expresa cuando dice que “… la capacidad (receptividad) de recibir representaciones por el modo como somos afectados por objetos, llámase sensibilidad . Así, pues, por medio de la sensibilidad nos nos son son dado dadoss obje objeto toss y ella ella sola sola nos nos pro proporc porcio iona na intuiciones; por medio del entendimiento empero son ellos pensados y en él originan conceptos . Pero todo pensar tiene que referirse, ya directa, ya indirectamente el último término a intuiciones, por lo tanto, en nosotros a la sensibilidad, porque ningún objeto puede sernos dado de otra manera.” (p. 41). Queda pues claro que el concepto, producto del entendimiento, siempre está referido referido a objetos objetos sensibles intuidos intuidos a través través de la experiencia. experiencia. El a priori se refiere a la forma de la intuición o el concepto, pero nunca su contenido específico. Este contenido específico. Este contenido específico es siempre, directa o indirectamente, producto de la experie experiencia ncia sensible sensible.. Así, Así, contin continúa úa Kant, Kant, “…el “…el objeto objeto indete indetermi rminad nado o de una una intuic intuición ión empírica, llámase fenómeno. En el fenómeno llamo materia a lo que corresponde a la sensación sensación;; pero lo que hace que lo múltiple múltiple del fenómeno fenómeno pueda ser ordenado ordenado en ciertas ciertas relaciones, llámalo la forma del fenómeno.” (p. 41). Es la forma la que está dada a priori como como capac capacida idad d de conoc conocimie imiento nto.. El objeto objeto no es compr comprend endido ido en lo especí específico fico sin experiencia. Es la experiencia que se da dentro de ciertas formas, en lo sensible de la experiencia es lo que denominamos conocimiento dependiendo del sujeto. La cosa en sí no aparece nunca mencionada como concepto central en la Estética Trascendental. Es más, si Lenin afirma que la cosa en sí es el fenómeno no replicando a Kant, se trata de una replicación a algo que Kant nunca dijo. Kant dice al tratar la idealidad de los absolutos de tiempo y espacio que “aquí se considera el objeto mismo sólo como fenómeno.” (p. 50). ¿De dónde viene la cosa en sí, o la distinción nóumeno- fenómeno? En la Analítica Trascendental Trascendental es de donde Kant establece la distinción, Kant dice que “el concetp del nóumeno es sólo un concepto-límite, para poner costo a la pretensión de la sensibilidad: tienen por tanto sólo un uso negativo” (p. 149) Señala que “…el concetp de nóumeno… no es nada positivo, ni un conocimiento determinado de cosa alguna, sino significa tan solo el pensamiento de algo en general, en el cual hago abstracción de toda forma de la intuición sensible” (p.149). Pero añade que “…la cuestión es, pues; si fuera de ese uso empírico del entendimiento (aún en la representación newtoniana del sistema del mundo), es posible otro uso trascendental que se refiera al nóumeno como un objeto; y a esta esta cues cuesti tión ón hemo hemoss resp respon ondi dido do nega negati tivam vamen ente te.” .” (p. (p. 152) 152).. Qued Queda a expre expresa same ment nte e enunciado que el nóumeno o cosa en sí no se refiere a los objeto sensibles sino a objetos del entendimiento entendimiento puro, es decir decir a cosas generales generales no intuibles intuibles por lo sensible. ¿Cómo ¿Cómo es posible entonces criticar a Kant de agnóstico respecto al mundo objetivo, sensible, si su “cosa en sí” se refiere al mundo del entendimiento de lo no sensible? En todo caso, la distin distinció ción n kantia kantiana na entre entre nóumen nóumeno o y fenóme fenómeno no destac destacar aría ía la separa separació ción n de cierto ciertoss conceptos universales, empíricamente vacíos, y por lo tanto no cognoscibles mediante lo
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sensible, de los objetos sensibles que pueden ser pensados mediante el entendimiento, y que los conocemos como fenómenos. Kant hace ideales puras en sí del entendimiento, con las representaciones sensibles pensadas. Los objetos se conocen en tanto fenómeno. El nóumeno o cosa en sí no corresponde a objetos, sino a productos del entendimiento que constituyen “objetos que no nos son dados en ninguna intuición y son, por lo tanto, no sensibles.” (p. 143). El nóumeno o cosa en sí constituye constituye el eje rector de la Crítica Crítica de la Razón Práctica Práctica,, y es aquí donde el pensamiento marxista supera a Kant, pues rompe la posibilidad de concebir a la conducta del individuo como el resultado de una normatividad trascendental. Sin embargo, ni la crítica leninista (ni la anterior de Engels) aciertan sobre esta problemática. Critican a Kant un agnosticismo de los objeto que Kant nunca formula. Postulan una cosa en sí que Kant enuncia sólo como categoría ideal no producto producto de la intuición intuición sensible, sensible, y al margen margen de las categoría categoríass a priori priori que dan forma a la intuic intuición ión sensible. sensible. Critic Critican an un agno agnost stic icism ismo o que que en realid realidad ad cons consti titu tuye yen n una una supe supera raci ción ón del del ideal idealism ismo o dual dualis ista ta cartesiano. Critican a Kant por ser materialista en ciencia. No lo critican, sin embargo, cuando se muestra idealista en el tratamiento de la razón práctica de los hombres. Este proble problema ma pasa pasa desape desapercib rcibido ido porqu porque e el argume argumento nto de Engel Engelss y Lenin, Lenin, basado basado en el mate materia riali lism smo o de las las cien ciencia ciass natu natura rale les, s, no inco incorp rpor ora a los los conc concep epto toss gnos gnoseo eoló lógic gicos os marxistas como materialismo histórico. La distorsión es tan grande que llegan a considerar a Kant como un materialista ¡por pretender la “cosa en sí”! Dice Lenin: “…Cuando Kant admite que a nuestras representaciones corresponde algo existente fuera de nosotros, una cierta cosa en sí ” (subrayado nuestro), “entonces Kant es materialista”. 1) Una teoría ingenua e inmanente del conocimiento como develamiento progresivo de una realidad en sí (relacione (relacioness esto con la concepció concepción n fatalista fatalista del “derrumbe “derrumbe”” del capitalismo como algo inevitable y prefijado por la “historia”); 2) La postulación del conocimiento como conocimiento incompleto de una realidad total, conocimiento que se acerca a la totalidad como efecto de un proceso acumulativo que lleva por consiguiente, a cancelar el proceso de conocimiento como algo que se da, omitiendo la dimensión constructiva intrínseca a todo acto de conocer, y 3) La dictomización del conocimiento en la relación sujeto-objeto, que constituye una interacción inseparable por definición. La Relación individuo-formación histórica-social
La naturaleza de la relación entre el individuo y la formación histórico-social de la que forma parte constituye, quizá, el punto crítico para examinar la problemática que subyace a la postulación de una “psicología marxista” contrapuesta a una ciencia fundamentada en las premisas del Conductismo. El análisis crítico de dos de los supuestos (la dialéctica y la teo teoría ría del del refl reflej ejo) o) en los los que que se base base este este dilem ilema a, nos nos ha perm permit itid ido o seña señala larr su
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cuestionabilidad cuando menos, y por ende, que dichos supuestos no constituyen terreno firme para argumentación contraria al Conductismo y la reducción de la psicología a un subcuerpo de la ciencia social. De hecho, hecho, esta esta propue propuesta sta reducc reduccion ionist ista a sobre sobre la psicol psicolog ogía ía se despre desprende nde de una interpretación mecanicista y positivista de la ciencia social. La dialéctica que ejemplifica Engels es una parodia mecánica de la lógica hegeliana, así como la concepción de la materialidad en Lenin se confunde con la corporeidad y una legalidad inmutable intrínseca a los objetos reales. Aún cuando, como ya lo hemos examinado previamente (Ribes, 1982; 1983; 1983; 1986), 1986), el Condu Conducti ctismo smo Histór Histórico ico asumi asumió ó un parad paradigm igma a implíc implícito ito derivad derivado o de la Mecánica Cartesiana, ello no legitima su substitución por otra forma de interpretación mecan mecanici icista sta,, substa substanci nciali alista sta y parad paradóji ójicam cament ente e intern internali alista sta —com —como o es el caso caso de la llamada “regulación psíquica de la conducta”. La superación de esta problemática reside en una ubicación conceptual de la relación individuo sociedad, que trascienda las deformaciones mecánicas. Tanto el conductismo como el marxismo coinciden en un factor central; la naturaleza objetiva de las prácticas concretas de los hombres individuales. Por ello, es indispensable partir de la práctica individual para reconocer la “materialidad” de la concepción social de Marx, a la vez que se vincula a la sociedad como sistema de relaciones con el comportamiento como nivel de existencia de la individual. Si se concibe a la conducta como algo mas que un mero acto biológico, es decir, como la relación misma implicada en toda interacción (Kantor, 1959; Ribes, 1982), se percibe una una doble oble dime dimens nsió ión n rela relattiva iva al com comport portam amie ient nto o human umano. o. Por una parte, rte, la cond condic icion ional alida idad d de las las form formas as part particu icula lares res de prác prácti tica ca indi indivi vidu dual al resp respec ecto to a las las circunstancias (históricas, culturales, económicas, etc) en que dicha práctica se origina y se mantiene como interacción socialmente significativa. Por otra parte, la existencia de la rela relaci ción ón soci social al sólo sólo como como hist histor oriza izaci ción ón de prác prácti tica cass indi individ vidua uales les vinc vincul ulad adas as por por con condici dicion ones es comu comune ness en tiem tiempo po y espe especi cio. o. Del Del mism mismo o modo modo que que no es posi posibl ble e comprender la particularidad de una forma de comportamiento independientemente del sist sistem ema a de prác práctic tica a histo historiz rizad adas as del del que que part partic icipa ipa,, tamp tampoc oco o se pued puede e ente entend nder er la objetividad de este sistema de prácticas sino es concebido como un sistema de individuos en inter interac acci ción ón.. Es así, así, que que lo socia sociall y lo indi individ vidua uall no cons consti titu tuyen yen,, en el caso caso del del comportamiento humano, dimensiones contrapuestas, sino que por el contrario expresan diversos niveles de un mismo conjunto complejo de relaciones. ¿Qué caracteriza a cada uno de estos niveles de las relaciones entre individuos en soci socied edad ad? ?
Merle Merleau au-Po -Pont nty y (1976 (1976)) seña señala la con con agude agudeza za este este entr entrela elaza zami mien ento to de lo
individua individuall y lo social: social: “Mientras un sistema físico se equilibra respecto respecto a las fuerzas dadas del ambiente y el organismo animal se prepara un medio estable correspondiente a los a priori monótonos de la necesidad y del instinto, el trabajo humano inaugura una tercera
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dialéctica, puesto que proyecta, entre el hombre y los estímulos fisicoquímicos, objetos de uso… que constituyen el medio propio del hombre y hacen emerger nuevos ciclos de
comportamiento”. Por ello “… los actos propiamente humanos —el acto de la palabra, del trabajo, trabajo, el acto de vestirse, vestirse, por ejemplo— ejemplo— no tienen significació significación n propia. propia. Se comprende comprenden n por referencia a las intenciones de la vida: la ropa es un pelaje artificial, el instrumento reemplaza a un órgano, el lenguaje es un medio de adaptación de lo sólido inorganizado.” (pp. 228-229). El trabajo, no como uso de instrumentos, sino como condición de interacción entre individ individuos uos que dan dan signific significac ación ión social social a los objeto objetoss creado creadoss o transf transform ormado adoss como como objetos de uso, se constituye en la dimensión esencial de vinculación práctica de los indi individ viduo uos. s. Son Son los los obje objeto toss de uso uso y las las post poster erio iore ress rela relacio cione ness econ económ ómica icass que que se esta establ blec ecen en como como rede redess soci social ales es de prod produc ucció ción-c n-con onsu sumo mo,, las las que que conf config igur uran an las las contingencias socialmente significativas que regulan el comportamiento de los individuos. Pero la incorporación del individuo concreto a estas prácticas y relaciones sociales no se da como resultado automático, sino que requiere de un proceso que, partiendo de la form forma a socia sociall de las las prác prácti tica cas, s, pued pueda a modu modula lars rse e en un siste sistema ma sign signifi ifica cati tivo vo para para el individuo. Sólo en la medida en que éste puede trascender mediante su práctica concreta las circun circunsta stanc ncias ias parti particul culare aress de la misma misma,, estará estará en condic condicione ioness de imprim imprimir ir a su comportamiento intencionalidad social, es decir, participar de las relaciones que en efecto regulan su interacción con los otros y los objetos de uso que conforman su medio. Este proceso de individuación de lo social tiene lugar a través del lenguaje. El lenguaje aparece así como la contraparte individualizadora de la relación social posibilitada por el trabajo como condición vinculatoria de los individuos. El trabajo no consiste en la mera producción de objetos para satisfacer al individuo en una situación. Su significación como núcleo de las relaciones sociales, en tanto relaciones de producción, depende de que la acción concreta de trabajo trascienda la situación inmediata en que tiene lugar, y que en consecuencia, pueda articular la práctica de diversos individuos en circun circunsta stanc ncias ias que que sobrepa sobrepasan san el moment momento o mismo mismo del acto acto de traba trabajo. jo. El traba trabajo, jo, se vuelve relación social en la medida en que es susceptible de ser regulado en su acción y result resultado adoss como como una dimen dimensión sión convencio convencional nal de la prácti práctica ca de los individ individuos uos,, y esta esta dimens dimensión ión conven convencio cional nal sólo sólo es factib factible le establ establece ecerla rla cuando cuando los individ individuo uoss pueden pueden participar de contingencias que no residen en el tiempo y en el espacio particulares en que la acción transformadora de la realidad física tiene lugar. Es el trabajo como acción transformadora de la realidad social, es decir, de las relaciones entre los individuos, lo que posee posee sign signif ific icac ació ión n cole colect ctiva iva,, pero pero ésta ésta se da sólo sólo a travé travéss de la subs substi titu tuci ción ón de circun circunsta stanc ncias ias y consec consecuen uencia ciass mediad mediada a por por los individ individuos uos,, mediac mediación ión que define define al lenguaje como acompañante necesario para otorgar al trabajo su dimensión social en la práctica de los individuos. Las dimensiones psicológica y social, manifestada como trabajo
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y lenguaje, son las que definen al hombre, en la medida en que ambas configuran la acción de substituir el significado para otros y entre otros. El traba trabajo jo como como acto acto económ económico ico-so -socia ciall desliga desliga al objeto objeto trans transform formado ado de su uso inmediato y le otorga uso social en la medida en que es compartido, mientras que el lenguaje como acto psicológico-social permite al individuo desligar su acto de trabajo de la circun circunsta stanc ncia ia en que ocurre ocurre y relacio relacionar narlo lo con la prácti práctica ca de otros otros en circuns circunstan tancia ciass diversas. En la desligabilidad situacional que otorga el lenguaje como comportamiento, lo que hace posible el intercambio de objetos y productos como relación económica básica. El intercambio de objetos con valor de uso implica el acto del individuo que trasciende las condic condicion iones es moment momentáne áneas as de la produc producció ción, n, substi substituy tuyénd éndolo oloss por las del uso que se deriva deriva del del interca intercamb mbio. io. Esto Esto se aplica aplica no sólo sólo al proces proceso o primit primitivo ivo del trueque, trueque, sino sino también a las formas complejas en que se intercambia la fuerza del trabajo por una porción del valor del producto producido. El trabajo, mediante el lenguaje, se expresa como intercambio, y por consiguiente, como actos que se relacionan con base en un valor, ya sea por la significación del objeto inte interc rcam ambi biad ado o o por la rela relaci ción ón o situ situac ació ión n cons constr tru uidas idas en y por por el pro proceso ceso de intercambio. El valor no reside en el acto de intercambio mismo, sino que permea las prácticas sociales e individuales organizadas en su derredor. Por ello, el valor no sólo se expresa en termino económicos sino también se acompaña de la ideología social. La ideología reguladora del significado y por ende del valor de las prácticas sociales se manifie manifiesta sta como como polític política. a. Por ello, ello, no puede puede haber haber relac relación ión económ económica ica sino sino es como como relación política. Pero a la vez, esta ideología se expresa en dimensiones de la práctica social que son exclusivas y propias de cada uno y de todos los individuos. Esta dimensión individual de la ideología es la relación moral. En consecuencia, la relación económicapolítica siempre es en el individuo una relación que se dá como acto moral. Ello configura la dobl doble e inte intenc ncion ional alid idad ad de todo todo acto acto socia social: l: la inte intenc nció ión n polít polític ica a en el nivel nivel de las las relaciones todas, y la intencionalidad en el nivel de la relación del individuo frente a ese conjunto total de relaciones sociales. Política y moral son así dos caras de un mismo proceso. La intencionalidad, como significación política y moral sólo ocurre como actos de hegem hegemon onía ía de un grup grupo o sobr sobre e otro otro.. La inte intenc ncio iona nalid lidad ad no cons consti titu tuye ye más más que las las tendencia tendenciass de grupos grupos o individuos individuos expresadas expresadas como actos históricamen históricamente te vinculados vinculados.. Política y moral son enunciados discursivos. Siempre son en primera y última instancia, comportamiento. Las reflex reflexion iones es aquí aquí plante plantead adas as condu conducen cen a una nueva nueva perspe perspecti ctiva va de la relac relación ión Conductismo-Marxismo. ¿Cuáles son los puntos esenciales de este planteamiento? 1) Conduc Conductis tismo mo y Marxis Marxismo mo son filosof filosofías ías especi especiale aless de diferen diferentes tes cienc ciencias ias,, la psicología y la ciencia de las formaciones sociales, que atienden a niveles distintos de relación de las prácticas de los individuos en sociedad;
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta. 1985, Vol 11, Núm. 3, págs. 255-295
2) Las Las cien ciencia ciass espe especia ciales les ampa ampara rada dass en amba ambass conc concep eptu tual aliza izaci cion ones es no son son redu reduct ctib ibles les la una una a la otra otra,, y en cons consec ecue uenc ncia ia conf configu igura ran n sus sus propi propios os méto método doss y categorías en forma separada; 3) Ambas han sufrido históricamente, distorsiones conceptuales de representaciones ajenas a su objeto;
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4) Ambas Ambas son necesaria necesarias, s, como ciencias complementar complementarias, ias, para el conocimien conocimiento to integrado de las relaciones sociales entre individuos; y 5) La intenc intencion ionali alidad dad o signif significa icació ción n de ciertas ciertas relacio relaciones nes se posibi posibilita lita por por las categorías de trabajo y de lenguaje, y se expresan como las dimensiones política y moral de las prácticas sociales de los individuos. Los Los punt puntos os arrib arriba a seña señala lado doss no sólo sólo canc cancela elan n el viej viejo o dilem dilema a de esco escoge gerr entr entre e Marx Ma rxism ismo o y Cond Conduc ucti tism smo, o, sino sino que que plan plantea tean n horiz horizon onte tess rico ricoss en posi posibi bilid lidad ades es de colaboración analítica entre la psicología y la ciencia social. Por una parte, subraya la necesi necesidad dad de recono reconocer cer las prácti práctica cass de los individ individuos uos como prácti práctica cass inmersa inmersass en relaci relacione oness con una caract caracteri erizac zación ión socialsocial-his histór tórica ica partic particula ular. r. Por la otra, otra, apunta apunta la necesidad de estudiar como dichas relaciones se constituyen en prácticas con significación individual a través de otros individuos. La ideología no sólo se debe ser reconocida, sino también analizada en sus procesos individualizados, y ello no es posible bajo un discurso exclusivamente ideologizado. REFERENCIAS Althusser, L. (1970) Lenin y la Filosofía Filosofía . México: Era. Andersson, P. (1974) Polítical-Philosophical Interview . New Left Review, 85. Austin, J. (1971) How to do things with words . Oxford: Oxford University Press. Colleti, L. (1977) El Marxismo y Hegel . México: Grijalbo. Colleti, L. (1977) La dialéctica de la Materia en Hegel y el Materialismo Dialéctico . México: Grijalbo. Colleti, L. (1977) Marximo y Dialéctica. En L. Colleti, La Cuestión de Stalin y otros Escritos sobre Política y Filosofía . Barcelona: Anagrama. Della Volpe, G. (1969) Lógica come scienza stórica . Roma: Riuniti. Descartes, R. (1971-Traducción española) Discurso del Método . México: Porrúa. Descartes, R. (1971-Traducción española) Meditaciones Metafísicas . México: Porrúa. Engels, Federico (1945-Traducción española) Anti-Dühring . México: Edición Fuente Cultural. Engels, Federico (1961-Traducción española) Dialéctica de la Naturaleza . México: Grijalbo. Engels, Engels, Federico Federico (1973-Traducción (1973-Traducción española) Ludwing Ludwing Feuerbach Feuerbach y el Fin de la Filosofía Filosofía Clásica Alemana. Alemana. En Carlos Marx y Federico Engels; Obras Escogidas . Moscú: Editorial Progreso. Kant, E. (1972-Traducción española) Crítica de la Razón Pura . México: Porrúa. Kantor, J.R. (1959-Traducción española) Interbehavioral Psychology . Chicago: Principal Press. Korsch, K. (1977-Traducción española) Marxismo y Filosofía . México: Era. LeCourt, D. (1979) Ensayo sobre la Posición de Lenin en Filosofía . México: Siglo XXI. Lenin, V.I. (1966-Traducción española) Materialismo y Empiriocriticismo . México: Grijalbo.
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En Ribes y López (1985) se examinan las limitaciones de los presupuestos en teoría de la conducta y se propone un abordaje altamente delimitado.
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