Sin título (El piano), circa 1948
¿No existe acaso la historia de un hombre que, estando preso, dibujó un teclado sobre un pedazo de cartón, con todas las teclas blancas y negras en su lugar, y luego se pasaba las horas tocando el piano silencioso? Éste es también un piano mágico !iene un cupido con la cara azul y algo que parece una campana eléctrica eléctrica "osee una partitura #algo romántico$ romántico$ pero no teclas %ay también dos cajas de &ós&oros cubiertas con notas musicales, y eso es todo, por el momento 'n su casona junto al mar, (eraphina tocaba el piano silencioso "eque)a m*sica nocturna para los ojos ¿Estás lista, Mary Baker Eddy?
+ndré retón dice en el (egundo -ani&iesto (urrealista. /!odo pareciera indicar que la mente posee un cierto punto donde la 0ida y la muerte, lo real y lo imaginado, el pasado y el por0enir, lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo, cesan de percibirse como contradicciones1 contradicciones1 'se punto se encuentra en alg*n lugar del laberinto, y el laberinto es la ciudad de Nue0a 2or3 ni!ales e"#ticos y di$as
'n aquellos tiempos se hablaba de /la belleza1 y de /la 0erdad1 Nadie estornudaba en el salón de m*sica 4as parejas de enamorados eran de mármol italiano Nuestra /diosa1 ten5a grandes alas blancas de la gasa más le0e !ocaba el piano, pri0ilegiando las teclas negras 4as manos de su amante palpitaban. los suspiros 0olaban hacia el cielo "or todas partes se pod5an 0er ojos en blanco 4as mujeres 0iejas se escond5an tras los abanicos y se 0ol05an altos jarrones 67h atardeceres y c*pulas doradas8 4os sir0ientes de librea entraban y sal5an en puntas de pie, las bocas cosidas con un hilo rojo 'n sus manos, lle0aban máscaras mortuorias de poetas &amosos 9na para cada uno, mientras ser05an el té :e repente, todos se des0anecieron 'l reloj en que el !iempo está sentado como un preso, mo0ió sus sus cadenas %ab5a %ab5a sólo un sillón abandonado abandonado con sus garras de animal sal0aje y un olor a humo en el crep*sculo ;uegos de 0iejas chimeneas, apagados apagados por largas llu0ias de oto)o Esta!pilla con pirá!ide
'l ni)o solitario debe jugar sin hacer ruido porque sus padres duermen la siesta (e arrodilla en el piso entre las camas empujando una caja de &ós&oros e imagina que él 0a sentado adentro %ace calor +l destaparse, dormida, su madre ha dejado los senos al aire, como si &uera la 's&inge 'l auto, pues eso es lo que es, se mue0e muy despacio porque las ruedas ruedas se entierran en la arena +delante +delante nada, sal0o 0iento, cielo y más más arena $/(hhh1$ dice el padre se0eramente al 0iento del desierto
%aude$ille de lu&o
Mi niño tiene un hueso de gato negro. Hop Wilson
9n &etiche, dicen los diccionarios, es un esp5ritu a&errado a un objeto material /7culta a tu :ios Él es tu &uerza1, recomienda "aul
'n cada uno de nosotros existen cuartos secretos 'sos cuartos están saturados de cosas, no hay luz 'n una cama, alguien yace con el rostro 0uelto a la pared 'n su cabeza, hay más cuartos 'n uno, las persianas se agitan con la tempestad esti0al que se a0ecina =ada tanto, un objeto se materializa sobre la mesa. un compás roto, un guijarro del color de la medianoche, una ampliación de una &oto escolar con un rostro enmarcado por un c5rculo, un reloj a resorte #cada uno de estos objetos es un tótem del ser$ 'l arte siempre habla de la a)oranza del 9no por el 7tro %uér&anos que somos, nos hermanamos con lo primero que surge 4a tarea del arte es trans&ormar, lenta, penosamente, el 9no en el 7tro