Análisis y Crítica del Cisne Negro No se debería realizar un análisis freudiano a esta película, puesto que según Freud todos los problemas psicológicos tienen que ver con el libido, y si bien hay escenas con este problema y el personaje necesitaba del sexo para cambiar y surgir en el mundo del ballet, esta no es la fuente principal de sus problemas. En este caso Nina desde niña ha sido víctima directa de su madre, quien por su embarazo tuvo que abandonar su sueño de ser bailarina de ballet, y esta pasión y profesión truncada la pasa directamente a su hija, quien además creció sin figura paterna. La madre hace de todo para que su hija sea una de las mejores bailarinas de ballet, a tal nivel que le priva de tener vida propia, de una necesaria privacidad hasta para dormir, de amistades, la aparte de todo el mundo, y la sofoca en solo entrenar ballet. La madre le cortaba hasta las uñas, la presionaba y estresaba con violencia todos los días con que sea lo máximo del ballet, la principal bailarina del Lago de los Cisnes. El resultado final, una hija perfecta en el ballet pero con demasiados problemas psicológicos.
¿Qué era realidad y qué no? Lo siguiente es según mi criterio, es posible que tu saques una conclusión diferente: Nina tenía doble personalidad, y cuando entraba en su otro yo, perdía la noción de la realidad, su mente se desenchufaba y no sabía lo que hacía como si se apagara la luz de su cerebro, al igual como cuando se cortaba la luz de donde entrenaban. Por ejemplo, ella cree que no se acostó con el coreógrafo Thomas en su oficina, pero si lo hizo, nada más que su mente lo bloqueó todo y entró en su segundo yo (el cisne negro), evitando así recordar algo, y por lo tanto como si aceptó ese trato de Thomas, si fue elegida como la Cisne Reina. De la misma manera fue ella misma quien escribió “WHORE” en el espejo del baño y no una compañera, y lo hizo con el lápiz labial que robó a Beth Macintyre. Era su propio subconsciente que sabía lo que ella había hecho hace poco para obtener el papel principal. El hostigamiento de Thomas era real, el necesitaba que Nina cambie su manera de bailar para encarnar al personaje del Cisne Negro. Necesitaba que sea más seductora, más inexacta y en su baile se respire tentación pura, y como la mayoría de los entrenadores de baile, a veces cruzaba demasiado la línea del pudor y respeto personal para conseguir lo que quería ver en las tablas, un cambio radical de personalidad. La primera propuesta indecente por el papel principal, también fue real, como en muchas partes, este coreógrafo era corrupto y durante toda su carrera siempre actuó así, incluso Beth sabía lo que se requería hacer para que el elija a una nueva chica. Todas las chicas del teatro sabían lo que Nina tuvo que hacer. La salida la discoteca con Lily fue real, pero no lo fue el retorno en el Taxi donde se imaginó que Lily le tocaba, era ella misma que hizo eso siguiendo la instrucción que Thomas le dijo antes. De igual manera cuando regresaron a su apartamento y se encerraron en el dormitorio, su madre nunca mencionó ver a otra chica, solo regañaba a Nina y era porque en realidad volvió sola. Lily haya organizó la salida a la discoteca, en busca de que Nina no pueda despertar al día siguiente, que era el estreno de la obra. De ahí que intentó emborracharla y drogarla, para que al día siguiente ella la reemplace y sea la estrella principal, lo que estuvo a punto de pasar.
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Nina se lastimaba a si misma por el estrés de no sentirse capaz de ser la bailarina perfecta, sin darse cuenta se castigaba a si misma, se rasguñaba la espalda, pero en su mente no aceptaba que ella misma se lastimaba e imaginaba que ese rasguño y sarpullido era una forma de metamorfosis kafkiana en un cisne negro. Los ojos rojos del final eran otra parte de su mutación imaginaria, puesto que los cisnes tienen ese color de ojos. Al final ella nunca asesinó a la extrovertida y dura competencia que resultó ser Lily. Toda la pelea estuvo en su mente, pero lo que fue real es que ella misma se metió un pedazo de espejo roto en su estómago, una vez más se castigaba luego de haber caído en escena durante el estreno de la obra.
Simbologías Recordemos como nos cuentan la historia del Lago de los Cisnes. Una princesa es embrujada y queda atrapada en el cuerpo de un Cisne Blanco. Para poder ser libre necesita de amor. Cuando llega el príncipe que la liberaría su hermana gemela, el Cisne Negro, tienta al príncipe y se queda con él. El Cisne Blanco se suicida y al fin consigue su libertad.
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Nina es la princesa, que desde niña quedó atrapada en el cuerpo del Cisne Blanco, por su madre que frustrada la obligó que sea ella quien sea la bailarina perfecta de ballet.
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El príncipe es el público, el coreógrafo y sus compañeras que la amaran al ver su primer baile y la liberen de esta carga impuesta por la madre.
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El Cisne Negro fue Lily, una bailarina que le representó ser una fuerte competencia, que tenía todo lo necesario para ser la bailarina principal. Además rompía todas las reglas, fumaba en la sala de baile, llegaba tarde, tenía tatuajes, tomaba e iba a discotecas para terminar con cualquier hombre, una chica mala y a su vez una gran bailarina.
El Cisne Negro (Análisis Psicológico) Nina es una niña que ha sido víctima directa de su madre, quien a causa de su nacimiento tuvo que abandonar el sueño de ser bailarina de ballet profesional, y este deseo truncado pasa directamente a su hija, quien además creció sin figura paterna. La madre hace de todo para que su hija sea una de las mejores bailarinas de ballet, a tal nivel que le priva de tener vida propia, de una necesaria privacidad hasta para dormir, de amistades, la aparta de todo el mundo, y la sofoca en solo entrenar ballet. La madre le cortaba hasta las uñas, la presionaba y estresaba con violencia todos los días con que sea lo máximo del ballet, la principal bailarina del Lago de los Cisnes. El resultado final, una hija perfecta en el ballet pero con problemas psicológicos de ansiedad desmedida que deriva en alucinaciones de diversos tipos. (A veces las personas muy calladas,
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tímidas, reprimidas, y con bajo tono de voz, llevan dentro muchos problemas, y en cualquier momento puede explotar todo lo que llevan dentro). Nina tenía un problema serio de personalidad al ser tan presionada por las personas a su alrededor y no ser capaz de manejarlo de una manera cabal, su inconsciente toma las riendas de este momento de su vida, jugándole varias pasadas de las cuales no recuerda nada sino hasta el día de su gran presentación. Al entrar en este estado perdía la noción de la realidad, su mente se desenchufaba y no sabía lo que hacía como si se apagara la luz de su cerebro, al igual como cuando se cortaba la luz de donde entrenaban. La autolaceración a era solo una expresión de la ansiedad que derivaba en pequeños episodios aliviados con autoagresión, todo esto ocasionado por no sentirse capaz de ser la bailarina perfecta. Al comenzar sus alucinaciones dejo de percatarse que seguía siendo ella misma quien ocasionaba sus heridas cada vez más graves, en su mente no aceptaba que ella misma se lastimaba e imaginaba que ese rasguño y sarpullido era una forma de metamorfosis kafkiana en un cisne negro. El hostigamiento de Thomas era real, el necesitaba que un cambio en su manera de bailar para encarnar al personaje del Cisne Negro. Necesitaba que fuera seductora, más inexacta y espontanea en su baile, y como la mayoría de los entrenadores de baile, a veces cruzaba demasiado la línea del pudor y respeto personal para conseguir lo que quería ver en las tablas, un cambio radical de personalidad. La primera propuesta indecente por el papel principal, también fue real, como en muchas partes, este coreógrafo era corrupto y durante toda su carrera siempre actuó así, incluso Beth sabía lo que se requería hacer para que el eligiera a una nueva chica para el papel. La salida la discoteca con Lily fue real, pero no lo fue el retorno en el Taxi donde se imaginó que Lily le tocaba, era ella misma que hizo eso siguiendo la instrucción que Thomas le dijo antes. De igual manera cuando regresaron a su apartamento y se encerraron en el dormitorio, su madre nunca mencionó ver a otra chica, solo regañaba a Nina y era porque en realidad volvió sola. Pienso que las alucinaciones de esta escena podrían tomarse como señales de psicosis toxica, ya que al llegar al club Lily le ofreció droga, entonces sabemos que estaba bajo el efecto de esta sustancia. Nina vuelca sobre Lily (una chica con características extrovertidas y totalmente diferentes a ella) el lado oscuro de su personalidad, es por ello que en cada alucinación logra hacer parecer que Lily conspira en su contra porque no quiere que logre su presentación con el argumento que “quiere su papel”. Por ejemplo, que Lily organizó la salida a la discoteca, en busca de que Nina no pueda despertar al día siguiente, que era el estreno de la obra. De ahí que intentó emborracharla y drogarla, para que al día siguiente ella la reemplace y sea la estrella principal, lo que estuvo a punto de pasar. Al final ella nunca asesinó a la extrovertida y dura competencia que resultó ser Lily. Toda la pelea estuvo en su mente cargada de un gran contenido catártico en el que por fin de “deshace” de su parte “mala” que se había dedicado a frenarla en su desarrollo para el gran papel. Sin embargo, una parte que resulto ser real de esta pelea ene l camerino fue que se clavó un pedazo de espejo roto en el estómago, en donde a pesar de haber vencido su miedo, evidentemente una vez más se castigaba luego de haber caído en escena durante el estreno de la obra.
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De lo mejor que he visto este año. Soberbia fotografía, primeros planos de angustioso realismo, identificación con la protagonista y la música... en fin. Altamente recomendable.
El filme el cisne negro, centra su trama en una veterana bailarina (Nina) de ballet de nueva york, cuya vida se ve exigida al máximo por la mamá (personalidad obsesiva) y por el director de la compañía (perfeccionista), que busca a una bailarina para que represente los dos papeles de la obra EL LAGO DE LOS CISNES. Ella es escogida para este papel, pero el director queriendo que ella demostrara lo mejor de si, la presiona para alcanzar la perfección del papel que la encaminaría al estrellato. Llevada al limite de su esfuerzo y hasta tal punto de obsesión con representar a la perfección el papel ella se ve expuesta a múltiples problemas que la convierten poco a poco en una persona con fuertes trastornos psicológicos. Con forme Nina se encamina a la representación del personaje, descubre el director que ella solo tiene la capacidad para representar a la perfección el cisne blanco, dejando limitado el personaje de el cisne negro, entonces llega una nueva alumna que encaja en este, formando asi una rivalidad con Nina, es por ello que la protagonista del filme se obsesiona con este personaje, llevándolo al extremo y terminando obsesionada con este, hasta el punto de enmarcar su vida en la obra el lago de los cisnes. Nina la protagonista del filme, crese en un ambiente familiar disfuncional, al no tener la figura paterna, y una madre que se obsesiona con que su hija sigas los mismos pasos que ella cuando se encontraba ejerciendo la profesión de bailarina de ballet y que no cometa el error que para ella Nina lo representa, ya que si ella no hubiera quedado embarazada posiblemente hubiera sido una gran bailarina famosa. La madre de Nina es posesiva, absorbente y sobre protectora, queriendo siempre que ella agá lo que le indica.
El Cisne Negro Darren Aronofsky dirige este drama donde Natalie Portman comparte protagonismo con Vincent Cassel y Mila Kunis. El director bucea en el lado oscuro del ser humano presentando la historia de una bailarina absorbida por su profesión. Una pasión devoradora que la lleva a vivir una pesadilla donde la traición, la sensualidad, la autodestrucción y el amor forman parte de un cóctel inquietante.
El largometraje comienza cuando Thomas Leroy (Casell), el director artístico de una compañía de ballet de la ciudad de Nueva York, decide sustituir a la bailarina principal del ballet El lago de los cines. La decisión se torna una oportunidad ideal para Nina (Natalie Portman), quien aspira a interpretar un doble papel: el dócil cisne blanco y el sensual cisne negro. La vida de la bailarina está completamente absorbida por la danza. Nina vive con su madre (absorvente y dominante), Erica, también bailarina pero ya retirada que apoya con entusiasmo la ambición profesional de su hija. Sin embargo, en su camino se cruzará Lily (Kunis), cuya actuación pone en peligro el sueño de Nina y la lleva al borde de la perdición. (autolesiones, delirios y alucinaciones)
Analisis sobre el perfil psicologico de la protagonista
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¿Son las autolesiones, delirios y alucinaciones visuales parte de un trastorno psicótico conocido o problema mental? ¿Puede la combinación de estrés, el perfeccionismo y el control de un padre pueda empujar a una persona hasta el límite? La realidad: "La protagonista no padece psicosis en absoluto", dice la Dra. Dolores Malaspina, profesora de psiquiatría y director de iniciativas sociales y Psiquiatría en la New York University Langone Medical Center. De acuerdo con la Dra. Malaspina, la aflicción de Nina es más frecuente en la neurosis, el paciente obsesivo-compulsivo o con las características de un trastorno límite de la personalidad que sufre de "mini-episodios psicóticos." Las alucinaciones visuales retratadas en la película son muy raras y poco realista, dice la Dra. Malaspina. El público debe pensar en que ella sufre realmente de visiones terribles como si fuesen fantasías mas que alucinaciones reales. La Dra. Malaspina si aprecia el simbolismo psicológico en la película. Los dos cisnes representan los conflictos internos de Nina. "Su crecimiento psicológico necesita de la fusión emocional de su cisne blanco y del negro", dice la Dra. Malaspina. Rachel Loewy, profesor asistente adjunto de psiquiatría en la Universidad de California ,San Francisco, está de acuerdo en que los problemas de Nina podían ser compatibles con un trastorno límite de la personalidad (en los que una persona tiene dificultad para establecer límites adecuados entre ella y otros) en lugar de una psicosis en toda regla. Sin embargo, Loewy considera que las alucinaciones y fantasías de Nina también podría sugerir que ella ha perdido la noción de la realidad por completo. Si ella está convencida de que se está convirtiendo en un pájaro, entonces es probable que tenga un trastorno psicótico con ideas delirantes extrañas poniendola en una situación decididamente grave. El estrés puede desencadenar un episodio psicótico en personas que ya son vulnerables, dice Loewy. El estrés en el entorno familiar es un desencadenante común, aunque el estilo de crianza no es generalmente una causa de la psicosis, añade, lo que no podemos culpar de todo a la madre de Nina. La Dra. Malaspina piensa que el pronóstico de Nina es bueno con la psicoterapia, pequeñas dosis de antipsicóticos y antidepresivos quizá. La clave está en una fuerte alianza terapéutica con el terapeuta. Ella sospecha que la escena sangrienta en el final puede ser una fantasía. Loewy cree que Nina tiene una oportunidad para la recuperación psicológica si se tratase. Dado que los efectos secundarios comunes de los antipsicóticos incluyen aumento de peso y letargo dos complicaciones que no son exactamente compatibles con el baile de ballet - Nina si verdaderamente fuese psicótica, debería optar por renunciar a su carrera con el fin de recuperar su mente.
Cisne negro (Black swan). Darren Aronofsky, EUA, 2010 Por Arantxa Acosta "Lo sabes. Lo sabrás". La Fuente de la vida (Darren Aronofsky, 2006) Belleza. Terror. Pasión... y destrucción. O, más bien, autodestrucción. Si tuviésemos que enumerar los elementos que caracterizan y son comunes a todos los films de Darren Aronofsky,
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seguramente estos cuatro serían los más destacables. Evidentemente, en cada film el director los trata de forma muy distinta: en Pi, fe en el caos (1998), la obsesión del protagonista era descubrir el patrón numérico que rige la naturaleza, obsesión que le aboca a la desconfianza en todos los que le rodean hasta el punto que prefiere eliminar su conocimiento para poder ser feliz. Réquiem por un sueño (2000), sin duda su mejor aportación hasta la fecha, consigue adentrarnos en la asfixiante vida de un grupo de jóvenes -y, lo mejor, la madre de uno de ellos-, cuyo poco interés por el futuro que le ofrece la sociedad, o sus propios miedos a enfrentarse a su poco prometedor destino, les llevan a la perdición más absoluta... buscada por ellos mismos. La fuente de la vida (2006) , con un falso tono mucho más esperanzador, nos descubre de lo que podemos ser capaces por conservar la belleza y la pasión del amor verdadero. El luchador (2008), la película más alejada del "estilo Aronofsky", pero en continuidad con el retrato de sus fobias, sigue a un luchador profesional, mostrándonos en qué se han convertido sus días de gloria. Y, ahora, nos llega Cisne Negro (2010). ¿Sigue el director queriendo explotar esa visión autodestructiva a la que nos aboca nuestro entorno y nuestras propias imperfecciones? Sí, por supuesto. Pero, además, vuelve a querer envolverlo del horror más feroz, disfrazado de hermoso cisne. Sobre el escenario, iluminándola exclusivamente a ella, vemos danzar a Natalie Portman el preludio de El lago de los cisnes (en realidad es el 'Nina's Dream' de Clint Mansell, talentoso compositor que ya ha acompañado más de una vez a Aronofsky). Aparece en el baile Rothbart, en el momento que lanza su hechizo, caracterizado como un terrible demonio que acecha a la joven. Poco después nina se despierta en su cálida habitación, explicando, con una sonrisa, que se ha soñado bailando como el cisne blanco... Este espectacular inicio explica de forma sublime, pero sutil, lo que Aronofsky va a querer demostrar con su Cisne Negro: la presión del entorno, la lucha por salvarse, por ser uno mismo, pero también el miedo a demostrar quién se es realmente. El director consigue emplazar en un lugar tan inocente como puede parecer una compañía de ballet en una historia de verdadero terror, haciéndonos ver que la vida, por muy simple y hermosa que pueda parecer, está llena de obstáculos, y que nosotros mismos podemos ser el principal freno para nuestra felicidad. Así, veremos cómo Nina duda de sus propios compañeros, imagina tremendas confabulaciones en contra de ella, se aterroriza al verse capaz de desobedecer a su madre, incluso de hacer volar su imaginación. La tensión, la responsabilidad impuesta por sus maestros y por sí misma, la conducen a un estado que acabará sobrepasándola, sacando a flote lo peor que hay en ella: su propio cisne negro, ese que tanto le reprocha su profesor que no es capaz de interpretar de forma convincente, y transformándose, al pasar, aunque sólo sea momentáneamente, de ser la reprimida y obediente niña buena a la sensual e invencible mujer fatal. Así, la historia de Nina es, entonces, el puro reflejo de la odisea que pasa Odette, el cisne blanco de la famosa pieza. Y, por tanto, desde el inicio sabemos cuál va a ser el destino de la bailarina. Un destino terrible, desesperanzador, pero lógico. Sobre todo para una historia de Darren Aronofsky. El director obtiene de Portman una interpretación tan sublime como a las que ya nos tiene acostumbrados, pero llevada al límite y, sin embargo, de una forma tan contenida, que nos ha deslumbrado (a nosotros, y al mundo entero, no hay que ver la multitud de premios que está cosechando). Y lo consigue porque la persigue en todo momento, no la deja respirar: con el guión, con la cámara, con los ajustados encuadres... la pone entre la espada y la pared, como a la protagonista de la terrible fábula. Y ella sabe responder al acoso siendo, literalmente, la temerosa Nina, sabiendo demostrar, con un gesto, con una simple mirada, que ese temor no es a los que la rodean, sino a sí misma. Y sacando, de una vez por todas, la ambición que la corroe, en la mejor escena de todo el film (nervios a flor de fiel asegurados), y es que se ha visto siempre aplastada tanto por su madre como por su profesor. Cisne Negro es, por encima de todo, Natalie Portman. Y, tras ella, encontramos las otras dos interpretaciones dechapeau: Vincent Cassell desborda
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morboso talento siendo el director que acosa a la bailarina para llevarla al límite de sus posibilidades y crear finalmente una diva, seguramente fiel retrato de su propia frustración; Barbara Hershey está omnipresente en sus segundos planos como madre sobreprotectora que ve también en su hija lo que ella nunca pudo ser. En cuanto al cisne negro, la rival de Nina: Mila Kunis pone el contrapunto erótico al personaje de Portman, un tándem tan equilibrado que, como se desea en el film, acaba confundiendo. Pero, por supuesto, los aciertos del director no se quedan en un tremendo casting. La conseguida fotografía y puesta en escena parecen otros personajes protagonistas. Luz y colores cálidos cuando Nina es niña buena, vestida además de tonos pasteles, blancos y rosas llenan la pantalla. Negro y colores metálicos, fríos, para los "malos" de la película. Espacios abiertos (el gran escenario, la calle y las grandes plazas en las que Nina se sienta), puntos de huida que sólo vemos como fondos lejanos tras el continuo primer plano de la protagonista, atrapada en su propia vida y sin saber cómo escapar. Y, por supuesto, una hermosa pero tensa música, grandiosa mezcla entre las composiciones de Mansell para el thriller psicológico y los muchas veces no menos inquietantes pasajes de Chaikovski. La similitud en los instrumentos escogidos hace que composición original y complemento de Mansell se nos antojen como una misma y acertada banda sonora para esta nueva versión de El lago de los cisnes. Bravo... bravísimo. De obligado visionado para cinéfilos y amantes del buen cine, posiblemente podrá aburrir hasta límites insospechados a espectadores que vayan al cine pensando que van a encontrarse ante un usual film de terror (y, sobre todo, "engañados" con tanto premio). Pero, ¿desde cuando Aronofsky es usual? Quizá se nos despistó un poco con El luchador (y puede que con su siguiente film... ¿qué hace dirigiendo The Wolverine? Esperamos que no nos decepcione y aporte un particular enfoque a la historia del Logan de X-Men), pero seguro que ahora ha vuelto, y por la puerta grande, a ser él mismo.
Saliendo de la realidad ¿Pero cuál podría ser el diagnóstico de Nina? ¿Es una muchacha perturbada por un entorno hostil o solo es alguien que trata de encarnar a la perfección el personaje de Tchaikovski? “Se trata de una personalidad frágil”, comenta la psicóloga clínica Adhara Ampuero. “Tal como lo plantea la película, lo que tiene Nina sería un trastorno de personalidad con episodios psicóticos. En términos sencillos, diríamos que ella tiene el control de las cosas, pero se va de la realidad por momentos”. Esto aumenta con el estrés, por eso tras la llegada a la compañía de ballet de Lily (Mila Kunis), una chica que puede hacerle sombra en su camino a ser la estrella de “El lago de los cisnes”, Nina siente la presión y empieza a perder el equilibrio. Es más, comienza a proyectar en Lily lo que ella quisiera ser o experimentar. Lily es la amiga que la ayuda a escapar del control materno, es la amante de sus fantasías sexuales, pero también es la rival a la que debe vencer o matar. “Nina proyecta hacia fuera todo lo malo, que está representado en la otra chica, aunque en verdad eso forma parte de ella misma”, agrega Adhara Ampuero.
El vuelo 7
“Nina podría ser diagnosticada como ‘borderline’, pues tiene períodos transitorios de locura, de psicosis, por tratar de dominar toda esa parte negra que la agobia”, afirma María Paz de la Puente. Así, vemos cómo ella se arranca la piel de las uñas, cómo se inflige lesiones, cómo se desfoga haciéndose daño y sintiéndose culpable por ello o cómo siente que de verdad le están naciendo plumas debajo de la piel, en un parto triste y doloroso.
La quintaesencia versus la perfidia Protagonizada por Natalie Portman junto a Mila Kunis y Vincent Cassel, El Cisne Negro se desarrolla en la ciudad de Nueva York dentro del ambiente del ballet y cuenta la historia de Nina (Portman), una casi angelical mujer, cuya persistencia por obtener un papel protagónico raya en la obsesión, se ve encerrada en un mundo donde nada es mentira y nada es verdad gracias a que el personaje que tras insistir demasiado consigue le carcome las entrañadas: La Reina Cisne. Con el toque de Darren Aronofsky, la cinta se desenvuelve desde una perspectiva desconocida que logra inquietar a la mente más astuta logrando que la lógica se pierda por un instante y no se tenga certeza de qué es lo que se está viendo en El Cisne Negro. Pero a pesar de esto todo parece indicar que la historia de desenvuelve al ritmo de la mente de Nina, pues a lo largo de la película sufre constantes momentos de ansiedad donde ni siquiera su reflejo en el espejo es lo que parece ser. El personaje de la recién ganadora del premio BAFTA por mejor actriz (gracias a este filme), Natalie Portman, es lo que su rostro deja ver en primera instancia: pura, disciplinada, talentosa, con una inocencia intacta y una obstinación por ser perfecta que le impiden desarrollar el papel de la Reina Cisne que consiste en ser un cisne blanco, como lo es en esencia Nina, pero al mismo tiempo interpretar al Cisne negro. O mejor dicho a Lily (Mila Kunis), quien encierra en su ser todo lo que el personaje implica, es decir todo lo que Nina ha sido incapaz de ser. La encarnación que realiza Kunis es el de una mujer que llega de San Francisco a Nueva York pero que gusta de los placeres nocturnos, de los excesos y la falta de compromiso, misma actitud que le convierte en la ideal para hacer a la contraparte que Nina tiene encomendada. Pero la obra (que es una reinvención del clásico El Lago de los Cisnes) y Thomas, a quien de vida Vincent Cassel, exigen que sea una sola bailarina la que juegue ambos roles que implican una metamorfosis interna casi instantánea para poder pasar de una a otra en determinado momento. Esto (a veces de forma literal) quiebra a Nina llevándola a muchos extremos que van desde la demencia hasta la desesperación, pasando por la culpa y el éxtasis; es decir: todo un mosaico de emociones. Multinominada y multiganadora Esta película, desde su estreno en el Festival de Venecia el día primero de septiembre del año pasado, se ha hecho acreedora de 144 nominaciones por parte de distintos festivales de cine y asociaciones especializadas en la materia cinematográfica, entre ellos los Globos de Oro, los premios BAFTA y los Premios de la Academia. De los cuales ha ganado 46 premios, todos dentro de las mejores categorías como lo son Mejor película, Mejor director, Mejor fotografía, y Mejor actriz. En esta última ha visto mayores premios gracias a la magistral actuación de Natalie Portman quien parece ser ha encontrado en Nina al personaje de su vida, pues es en torno a ella que
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gira El Cisne Negro. Portman se ha hecho de más de 20 premios como mejor actriz estando a la espera del más importante de todos: El Óscar al cual también se encuentra nominada.
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