Características del Cine Negro
El cine negro es fundamentalmente un estilo visual. Poseía también sus sonidos característicos, normalmente una banda sonora realista, llena de sonidos urbanos y de música de jazz, pero lo que realmente define al cine negro son sus imágenes. La lluvia que cae de noche sobre las calles de la ciudad reflejada en las aceras por la débil luz de las farolas, las luces de neón de los antros nocturnos, la oscuridad y el humo que no deja ver nada, las composiciones angulares que dan la sensación de presión y claustrofobia, las marcadas sombras que dotan de un ambiente siniestro a la atmósfera; y la noche omnipresente y amenazadora donde los personajes se mueven y viven como si sus oscuras motivaciones y secretas culpas no re sistieran el examen de la luz del día. La realidad histórica también influye en la temática del cine negro. Las dos guerras mundiales, el crack de 1929, la incorporación de la mujer al trabajo, la emigración a las grandes ciudades, la
paranoia política, el derrumbamiento general de los valores y de los papeles sexuales y económicos aceptados y la Ley Volsted (1919-1933), que prohibe el consumo de bebidas alcohólicas y genera un mercado negro que rápidamente es explotado, con la consiguiente corrupción, violencia y enriquecimiento rápido, por el nuevo self made man, el gangster , como lo reflejan películas como la citada Hampa dorada o The Roaring Twenties [tv/vd: Los violentos años 20, 1939], de Raoul Walsh.
Características La estética de influencia expresionista es un elemento omnipresente en estas películas, y lo podemos apreciar en las luces y las sombras remarcadas, los planos picados y contrapicados, la configuración de los escenarios. También los personajes estereotipados, como los detectives privados, las mujeres fatales, los gangsters, etc., personajes siempre al margen de la ley, con conductas no siempre morales, ambiguos como la propia vida, con diálogos cortantes, cínicos y secos, son típicos de estas películas. Otro característica fundamental es la presencia de la muerte y la violencia como eje dramático, una muerte, además, que perseguirá a los personajes de forma implacable, hasta consumar su destino del que no podrán huir (el fatum), de ahí el frecuente uso del flashback como como elemento narrativo, entre otras cosas, porque lo que menos importa es la resolución de las acciones, ya que lo realmente transcendente son las turbias motivaciones que han llevado al asesinato o a la traición a ese personaje, unas veces impulsado por el contexto social a delinquir y otras simplemente arrastrado de forma involuntaria, por el amor de una mujer araña, al delito con tintes de pesadilla para su hasta entonces tranquila vida ya que en el cine negro los asesinatos no son cometidos por "profesionales" del crimen como en las películas de gangsters, o por motivos económicos, sino que se presentan en la vida de los protagonistas, muchas veces ciudadanos cualesquiera de una anónima ciudad, como única vía de escape o solución, incrementando así la ambigüedad característica de este cine: mató por amor, por error, por poder, pero al final el criminal tendrá que saldar su cuenta con su destino bajo las oscuras calles de la ciudad.