¿El niño gordo nace o se hace? “La genética por si sola no basta para explicar el desarrollo de la obesidad, el grado de heredabilidad viene modulado por el medio ambiente”
Es hora de reflexionar y darse cuenta que la obesidad infantil infantil es una enfermedad. La obesidad es considerada un problema crónico, lo que quiere decir que se va instalando progresivamente progresivamente en el organismo, y puede venir acompañada de otros problemas como hiperinsulinismo, diabetes, hipertensión arterial, y complicaciones en las articulaciones Existen dos tipos de obesidad de acuerdo con sus causas: obesidad endógena, la cual responde a causas hormonales y la obesidad exógena, condicionada por factores hereditarios, ambientales y psicológicos. La obesidad exógena constituye la principal causa de obesidad en los niños. El futuro de un niño en cuanto a peso se establece a la edad de cinco años, y casi la mitad de los menores que se convierten en obesos ya tenían sobrepeso cuando iniciaron el preescolar . La obesidad puede ser controlada, puede ser vigilada a cualquier edad, pero siempre es mejor empezar a poner los correctivos a temprana edad, porque a medida que pase el tiempo, el riesgo de que se perpetúe conlleva a que la situación se haga más difícil de manejar. Cuando se presenta en niños menores de tres años, la situación es más fácil de controlar, porque recae en los padres la administración del alimento. En la medida en que un niño va creciendo, y llega a los 6 o 7 años con problemas de obesidad, existe un 50 por ciento de posibilidades de que se mantenga esta condición hasta llegar a la adolescencia. A su vez, en este período, existe un 70 u 80 por ciento de posibilidades de que alcancen la edad adulta con problemas de obesidad. A medida que pase el tiempo las probabilidades de éxito disminuyen, porque porque ya existe un condicionamiento, condicionamiento, una imagen corporal internalizada. Lo ideal es que llegue a la adolescencia teniendo conciencia de su cuerpo y de su problema.
Análisis de Atrapado sin salida 1. Signos y síntomas identificados en la película. R.P. McMurphy, es un hombre, adulto, de apariencia normal, con vestuario informal y adecuado para la época en la que se desarrolla la película (1963), y que a pesar de estar en un hospital psiquiátrico, utiliza la mayor parte del tiempo su ropa; tiene una buena apariencia personal y se observa aseado, a diferencia de los demás pacientes, que se tornan descuidados y enfermos. En el trascurso de la película, su aspecto personal se va deteriorando, descuidando su apariencia general y observándose cada vez más cansado y enfermo. enfermo. Se encuentra alerta y es capaz de responder adecuadamente adecuadamente a los estímulos del ambiente (inclusive después de los electrochoques) pudiendo crear sus planes de fuga con todos los recursos que capta de su medio. No obstante y por obvias razones, su alerta se pierde luego de la lobotomía, lobotomía, ya que no responde al llamado ni a los movimientos, y queda en duda si respondería a estímulos dolorosos. Establece un adecuado contacto visual con las demás personas, pero tiende a perderlo en las entrevistas, quizá por desinterés; luego de la lobotomía, pierde dicho contacto, al al perder la conexión con el medio externo. La actitud de McMurphy frente a sus compañeros es de amistad, aunque a veces tiende al egoísmo; con respecto a la enfermera, la actitud es básicamente de odio y agresividad. En cuanto a su conducta motora, se puede decir que es adecuada y no presenta movimientos involuntarios; coordina adecuadamente sus movimientos y tiene una actitud postural normal. Luego de la lobotomía, debido a la pérdida de la función función ejecutiva, no realiza movimientos movimientos voluntarios, aunque su aparato aparato motor esté conservado ya que camina con los enfermeros. R.P. al llegar al hospital se encuentra ubicado en persona, tiempo y espacio; y en cuanto a su afecto, se observa eutímico, aunque su estado en muchas ocasiones es eufórico, expresando é ste afecto a través de su gestos y movimientos corporales más enérgicos y por medio de expresiones verbales; en dichos momentos pareciera vivir una fiesta interior, queriendo celebrarlo todo e intentando contagiar a los demás c on su alegría, aunque ésta empieza a declinar con el paso de los días, días, al darse cuenta de que la situación en la que se encuentra no es un juego, sino una realidad, que además busca aplacar su euforia; por tal motivo, al al final de la película se observa con hipotimia, desesperanza y preocupación. Además, suele tornarse irritable, irritable, especialmente especialmente cuando los demás no hacen hacen las cosas como él desea y tiende también a involucrarse en peleas. Vale resaltar, que dentro de los motivos que lo hicieron encarcelar encarcelar y posteriormente hospitalizar, está está su historia repetitiva de agresividad, que se precipita de manera manera exagerada frente a ciertos actos de la enfermera. Su atención es adecuada (euprosexia), de modo tal que es capaz de establecer una apropiada conexión con el medio ambiente y puede elegir del mismo los estímulos relevantes, relevantes, de hecho, tiene una gran capacidad para seleccionar los elementos que más más le interesan, como ocurre cuando desea escapar. Cabe resaltar que durante las entrevistas con el señor que lleva su caso y durante las terapias, se muestra algo desconcentrado, cambiando el tema de conversación y evitando el contacto contacto visual con los interlocutores, pero más que tratarse de disprosexia considero que es desinterés en los temas desarrollados, a lo que se le suma su tendencia a aburrirse aburrirse con facilidad. Con respecto a éste último punto, punto, McMurphy busca constantemente algo en que distraerse, se aburre en la monotonía y necesita actividades enérgicas para sentirse bien (ver fútbol, ir a pescar, hacer fiestas, etc.) y en ocasiones no le importan las consecuencias, sólo complacer sus deseos. R.P. tiene un pensamiento pensamiento con contenido adecuado adecuado y en cuanto a su curso, se puede decir que maneja maneja un lenguaje fluido, claro y coherente, aunque en ocasiones tiende a la irrelevancia (especialmente al dialogar con las figuras de autoridad), pero se debe más a su egocentrismo, su desinterés y deseos de “disgustar” a ciertas personas que a un trastorno verdadero del lenguaje, ya que si se le p resiona, puede comunicarse adecuadamente, tal como lo hace con sus compañeros. En cuanto a la sensopercepción, R.P. no presenta ninguna alteración evidente y c on respecto a su memoria, tanto anterógrada como retrógrada están conservadas. Por otro lado, se puede decir que es una persona inteligente, lo cual se deduce de su comportamiento e ideas, ya que planeaba sus huidas de manera adecuada, emplea de manera estratégica su lenguaje p ara obtener lo que desea y es capaz de interpretar refranes, entre otros. Su introspección parece ser poca, poca, pues si bien reconoce lo que ha hecho (pelear, violar, etc.) no lo asume como un problema y justifica sus actos con bromas; así mismo, aunque no hace mención explícita de ello, su prospección se encuentra afectada, pues planea su futuro basado en sus pensamientos actuales de libertad y poco cumplimiento de las normas, y pareciera que al s alir del hospital llevará el mismo estilo de vida que hasta ahora ha llevado. Es importante mencionar que R.P. R.P. es un personaje que le gusta llamar la atención, ser quien dirige las actividades que realiza con sus compañero compañero y manipular a los demás demás para obtener beneficios, además además pareciera que no le importara los asuntos de los otros; sin embargo, ésta actitud va cambiando a medida que crea un lazo afectivo con ellos, tornándose más comprensivo, comprensivo, tolerante y preocupándose preocupándose por el bienestar de sus ahora amigos (a pesar de querer lograrlo de manera irresponsable).
Igualmente, se le hace difícil cumplir reglas, seguir las normas y respetar la moral, y aunque conoce las consecuencias de sus actos pareciera que no le importaran y que prevaleciera ante todo su libertad y felicidad. Además, tiende al engaño para conseguir algunos de sus objetivos (conseguir un yate, no tomar la medicina, etc.). Así pues, en ocasiones puede actuar siguiendo las normas, como ocurrió cuando quiso ver el partido en la televisión y pudo solicitarlo de manera adecuada; sin embargo, la tendencia es a que éstas situaciones se le salgan de las manos y termine infringiendo alguna norma, que para la época y en el contexto en el cual se desarrolla, tienden a ser exageradas. 1. Síndromes clínicos identificados a partir de los signos y síntomas. Teniendo en cuenta los signos y síntomas de McMurphy, se puede concluir que él presenta un trastorno antisocial de la personalidad , ya que entre otras cosas, se le hace difícil adaptarse a las normas sociales, evidenciado en continuos arrestos por agresividad y por una violación; recurre frecuentemente al engaño; no cumple con su trabajo en la cárcel; es impulsivo y en la mayoría de ocasiones es incapaz de medir las consecuencias de sus actos y asumirlas; además de otros aspectos anteriormente expuestos. No obstante, es necesario verificar la historia de trastorno disocial de la personalidad, condición necesaria para diagnosticar este trastorno. Así pues, R.P cumple con criterios para el diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad, pero vale la pena resaltar que éste se caracteriza también por falta de remordimiento y sobre todo de empatía, que si bien es algo que McMurphy presenta al inicio de la película, tiende a cambiar durante el desarrollo de la misma, ya que siente afecto por sus compañeros y se ve afectado por sus problemas, se p reocupa por ellos y cuando Billy va a ser juzgado expresa remordimiento por lo hecho y manifiesta tristeza y rabia luego de que aquel muere. Diagnóstico diferencial. 1. El diagnóstico diferencial del trastorno antisocial se debe realizar básicamente con los otros trastornos de la personalidad del grupo B. Así pues, en el trastorno narcisista de la personalidad encontramos también poca empatía, poca sinceridad y manipulación, aunque éste trastorno no incluye la agresividad, la impulsividad y las conductas delictivas del trastorno antisocial. Con el trastorno histriónico de la personalidad comparten la impulsividad, la imprudencia, la necesidad de buscar sensaciones nuevas y la manipulación, aunque las personas que presentan éste trastorno no tiene conductas antisociales y son manipuladores para llamar la atención, mientras que el antisocial lo hace para obtener beneficios materiales, lograr poder, etc; además, estos últimos no muestra autodramatización, teatralidad, exagerada expresión emocional ni son tan sugestionables como los primeros. Y con respecto al trastorno límite de la personalidad, comparte la impulsividad potencialmente dañina, la ira inapropiada y la manipulación, pero las personas con trastorno antisocial no son tan lábiles emocionalemente, no presentan intentos frenéticos para evitar el abandono y tienen una autoimagen menos inestable. 1. Elabore un texto corto que recoja sus reflexiones acerca de la película y su relación con los hallazgos psicopatológicos antes descritos. Analizar el caso de McMurphy me ha parecido algo emocionante pero a la vez complicado, ya que ha sido difícil encasillarlo en un síndrome específico, pues si olvidamos sus antecedentes personales (que son claves) y empezamos a observarlo desde su ingr eso al hospital, me atrevería a pensar que es u n hombre dentro de los límites de lo normal, que no es co nformista y que lucha contra un sistema que dirige la vida de los pacientes de manera injusticia y arbitraria; pues me pregunto ¿una persona normal, viviendo en tales condiciones y asumiendo con impotencia y sumisión lo que aquel sistema le dicta, pudiera conservarse cuerdo, pacífico y no terminaría reaccionando como él lo hizo ante la violación de su dignidad y la de sus amigos?; considero entonces, que si bien tiene trastornos de base, las co ndiciones del hospital precipitan conductas que distan de lo humanamente aceptable. Por otro lado, considero que la película es un llamado a la reflexión, ya que nos muestra ese lado humano del “paciente psiquiátrico” que si bien tiene problemas, sigue siendo una persona, sigue soñando, sigue viviendo;
pues muchas veces en el ejercicio de la medicina olvidamos esto y nos limitamos a tratar enfermedades sin importar el bienestar de las personas y lo que para ellos es la felicidad. Además, nos invita a recordar que más allá del desarrollo de la ciencia, es importante considerar la ética y el respeto por la dignidad humana, y a reconocer el punto a partir del cual dejamos de servir a las personas para servir a la ciencia, como ha ocurrido en la historia de la Medicina, especialmente cuando se habla de procedimientos como la lobotomía. Análisis Atrapado sin salida. La enfermera jefe, miss Ratched El personaje de la enfermera jefe tiene muchos aspectos interesantes desde el punto de vista psicopatológico. A través de la simple observación es posible determinar que está alerta, establece contacto visual con sus interlocutores, no tiene alteraciones de la psicomotricidad ni presencia de movimientos anormales. Desde esta simple mirada también se pueden apreciar 2 elementos que van a ser fundamentales en la aproximación al análisis de su personalidad: su apariencia general y s u afecto. En cuanto a la pri mera, el espectador puede
identificar de inmediato que la señorita Ratched es una enfermera pulcra, organizada e impecable: su uniforme blanco siempre bien puesto, su peinado perfecto, el traje negro que utiliza al finalizar la jornada laboral; todo su físico da la apariencia de que es una mujer extremadamente recta. En lo que respecta al afecto, es absolutamente plana, tanto que su aparente invulnerabilidad a las situaciones y a los estados de los demás la hace blanco de un desprecio casi atávico porque uno como espectador no logra asimilar cómo esta mujer no se conmueve con nada (ni con lo más excitante ni con lo más deprimente). Sus gestos son invariablemente los mismos, y podría decirse que es hipomímica, lo que hace parte del afecto plano. Pero dentro de esta constancia gestual hay varias c osas que impactan: sus ojos parsimoniosos pero seguros; su mirada inquisidora ante una “imprudencia de McMurphy”; la mordacidad de sus ojos durante las terapias, que
trasmite la sensación de que antes del primer pestañeo ya ha corroído hasta el último átomo de humanidad del otro; y en medio de todo esto, una e xtraña luz dulce que irradian sus pupilas, y que si solo nos fijáramos en ella no seria descabellado afirmar que una luz así únicamente puede provenir de una mujer buena. Su lenguaje es claro y fluido; sus palabras pa recen estar medidas a la perfección tanto en producción como en tono, pues la señorita Ratched sólo expresa lo necesario con la tonalidad de una voz firme pero extraordinariamente fina, lo que reafirma, a mi modo de ver, el inmenso poder que tiene sobre los demás, pues no necesita gritar ni hablar demasiado para hacerse sentir, para controlar el funcionamiento del hospital y el curso de la vida de los pacientes. Sorprende su inalterable “buena educación”, sus “ buenos modales”, siempre refiriéndose a los otros como “señor” (“señor McMurphy”, “señor Harding”); aun en las situaciones
más extremas, donde hubiese sido esperable verla despojarse de su rígida cordialidad, la señorita Ratched permaneció insoportablemente bien puesta. No presenta alteraciones en la orientación, memoria ni atención. Y a través de los diálogos que se establecen en la película, nuevamente es posible identificar el aplanamiento afectivo del que hablé anteriormente pero con un componente adicional, y e s que su hermetismo a los problemas del otro deja la sensación de una especie de regocijo frente a la situación de “inferioridad” de los
pacientes, lo que la hace más repugnante. Esto es visible durante una de las terapias, cuando McMurphy propone ver por televisión el mundial y al hacer una votación el protagonista pierde; en este momento Ratched permanece imperturbable, es decir ni se alegra con su triunfo ni se burla de la derrota de McMurphy, pero con esa irritable inmutabilidad trasmite la satisfacción de su “obra”: el entrenamiento de unos sujetos para no pensar por sí mismos, para no atreverse a cuestionar las reglas, para no criticar el ord en impuesto. En cuanto al contenido del pensamiento de la señorita Ratched, predominan las ideas obsesivas, en especial las de perfección u orden, tanto en su estilo de vida (ya mencioné su forma de vestirse, peinarse y relacionarse con los demás) como en su manera de organizar y hacer funcionar el hospital: los horarios la rutinaria toma de las pastillas, la eternidad de los días vac íos intensificada por la melodía proveniente del tocadiscos escuchada una y otra vez, la reducción de los espacios, la salida en el bus, y por supuesto, las repetitivas terapias basadas en el sometimiento del paciente a la autoridad y crítica del evaluador; todo lo anterior es muestra de la perspectiva de “equilibrio” para Ratched, donde al parecer todo tiene que funcionar
igual de perfecto a su peinado o a su uniforme de enfermera; pero además expone la inflexibilidad, el autoritarismo y la maldad de una mujer, dispuesta a conseguir y mantener el “orden” del hospital sin importar
los medios, llegando al punto de necrosar todo ápice de creatividad, raciocinio y autodeterminación de los pacientes, lo que en últimas significa acabar con la humanidad del sujeto y por ende construir objetos con la única capacidad propia de respirar. Luego de un análisis retrospectivo de la película es posible identificar cierto grado de premeditación (perturbadora) en su manera de manejar la si tuación de McMurphy; basta recordar cuando es interrogada por el director del hospital mientras se decide el destino d el protagonista, ella con la plena conciencia de que éste no necesita permanecer en la institución psiquiátrica, responde que considera qu e McMurphy debe continuar hospitalizado porque es posible “ayudarlo” desde allí. Verdaderamente aterra la intención de esa sugerencia,
pues deja tácito su propósito maquiavélico de moldear a su gus to todo lo que considera imperfecto, inadecuado. Para hablar de introspección, entendida esta como conciencia de la enfermedad, es preciso antes intentar definir si la señorita Ratched presenta un trastorno psiquiátrico, y es en este punto cuando volvemos al dilema de normalidad y anormalidad. Es claro que es una mujer malvada, pero esto no necesariamente la encasilla como “enferma mental”. Ahora bien, reúne elementos importantes para decir que tiene rasgos de personalidad
cluster C, específicamente obsesivo-compulsivo, sin embargo, en apariencia, esto no le dificulta su funcionalidad social pues no existen inconvenientes entre ella y el director del hospital o el otro personal encargado del pabellón, y no le genera malestar, ambas características esenciales a la hora de diagnosticar el trastorno. Por tanto es difícil hablar de si existe o no introspección; no obstante como espectadora puedo concluir que la señorita Ratched parece estar plenamente consciente de la dimensión de su obsesión por establecer y hacer cumplir sus reglas, y a pesar de las repercusiones devastadoras de su proceder no denota ningún tipo de arrepentimiento, posiblemente porque para ella esa es la forma “correcta” en que deben
funcionar las cosas.
ETIOLOGÍA: ¿SOCIEDAD? Quiero empezar esta breve reflexión retomando las palabras de Thomas Szasz, fí sico y médico psiquiatra, al referirse a la adicción a las drogas: “el hecho de drogarse no es una enfermedad involuntaria; es una manera totalmente deliberada de afrontar la dificultad de vivir, la enfermedad de vivir; pero como no sabemos curar la enfermedad de vivir, preferimos “tratar” al d rogadicto”. Szasz, considerado parte del movimiento de la antipsiquiatría, nos enuncia un concepto que cada vez toma más fuerza en nuestras sociedades actuales: “la enfermedad de vivir”, que podría ser entendida como el impacto negativo que tienen en el individuo las
crecientes demandas del mundo industrializado y el alto gasto que implica satisfacer las expectativas de los observadores (familia, comunidad, sociedad). Para todos vivir se nos ha convertido en un desafío donde unos superan mejor los obstáculos que otros, y aunque podría s uponerse que ello depende de la dotación con la que emprendemos el reto, epidemiológicamente se ha demostrado que en conductas como la adicción a sustancias de abuso o la tendencia a c omportamientos violentos no hay distinción entre etnia ni status socioeconómico. En el caso de enfermedades como la esquizofrenia y la depresión existe evidencia de una predisposición genética que al interactuar con factores ambientales potencian su desarrollo; vemos entonces que incluso aquellos trastornos con una base biológica conocida son también influenciados por factores externos, donde por supuesto está implícita la sociedad. Pero ¿qué hace esa sociedad (posible agente causal) por sus integrantes “enfermos”?, la respuesta no es aplicable en todas las circunstancias por igual,
pero podría afirmarse que con relativa frecuencia esa que provoca o por lo menos facilita la aparición del “enfermo mental” también censura, rechaza y segrega a sus víctimas. La pre gunta que surge ahora es ¿por qué?, y aunque no es fácil de responder, es posible que haga parte de la poca preparación que tiene la sociedad para entender y responder a la inmensa y dinámica complejidad del ser humano, a ese espectro de manifestaciones de la naturaleza psíquica, algunas hasta hoy desconocidas. Dentro de nuestras mentes todos guardamos una infinita gama de sentimientos, emociones, intenciones y pensamientos que diversas ciencias han tratado de penetrar, desglosar y compartimentalizar, todavía con poco é xito. Desconocemos aún cómo curar la “enfermedad de vivir” y es por eso que recurrimos a la coacción, a la supresión de aquellos sujetos que están “fuera del molde”, que no encajan dentro del rígido marco de las sociedades de hoy. En mi opinió n,
aunque no es la única involucrada, la sociedad juega un papel fundamental en el desarrollo de los padecimientos actuales y como tal debe hacerse responsable, no ocultando a sus enfermos en una institución psiquiátrica ni ideando métodos de “contención”, sino participando activamente de la rehabilitación e inclusión de sus integrantes. ATRAPADO SIN SALIDA Por: Nathalia Córdoba Ramírez “La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.” Heinrich Heine
SINOPSIS La película cuenta la historia de R.P. McMurphy, un hombre que c umple una pena en prisión acusado de haber tenido relaciones sexuales con una menor de edad, con una astucia tal que es capaz de convencer al juez que lleva su caso de que tiene un trastorno mental, por lo cual es llevado a un hospital psiquiátrico con el fin de que sean los especialistas en el tema quienes determinen si Randle en realidad tiene una enfermedad mental y si es apto para estar h ospitalizado. Durante su estancia en el hospital McMurphy conoce varios enfermos mentales, con los cuales establece una amistad, especialmente con Jefe, un indio sordomudo y con el que Randle planea una fuga del psiquiátrico. Se trata de un convicto que se debate entre la locura, la imaginación y la rebelión contra un s istema “carcelario”. Una película con una mir ada crítica a la percepción médica y social de la locura FICHA TÉCNICA Título: Alguien voló sobre el nido del cuco – Atrapado sin salida Título original: One flew over the cuckoo's nest Dirección: Milos Forman País: Estados Unidos Año: 1975 Duración: 133 min. Género: Drama
Reparto: Jack Nicholson, Louise Fletcher, William Redfield, Sydney Lassick, Brad Dourif, Christopher Lloyd, Will Sampson, Danny DeVito, Dean R. Brooks, Scatman Crothers Guión: Bo Goldman, Lawrence Hauben Productora: Fantasy Films, N.V. Zvaluw ANÁLISIS CINEMATOGRÁFICO Personaje principal: Randle Patrick McMurphy es un hombre astuto y suspicaz, que desafía las normas que se le imponen e incumple la ley, además de negar sus límites. Escenario: Transcurre en un hospital psiquiátrico en 1970 en Estados Unidos en un periodo menor a un año. Estructura narrativa: La estructura narrativa de la película es de tipo lineal pues presenta un principio, desarrollo y final. Motivación: La motivación del personaje es obtener su libertad: liberarse de su condena en la cárcel; pero en el fondo lo que realmente quiere es liberarse de los prejuicios morales que la sociedad impone, estigmatizando a ciertos grupos, por ejemplo los enfermos psiquiátricos y los convictos. Él además presenta un grito desesperado para quitar la venda que sus compañeros tienen puesta acerca del mundo exterior, encaminándolos en una revolución, “la revolución de los locos”; una transformación de la sociedad vista a
través de los ojos de unos seres con gran imaginación, seres que día a día navegan por mundos paralelos al monótono, frío y cuadriculado mundo real. Antagonista: En este caso el antagonista es una entidad representada por el gremio médico, especialmente los psiquiatras. Pero teniendo en cuenta que es antagónico todo aquello que se opone a la motivación del personaje, también podrían incluirse las autoridades encargadas de que la ley se cumpla, que se ven principalmente en el inicio de la película pero de manera general en todo su desarrollo. Viéndolo desde otro punto de vista, el mismo personaje también actuó como antagonista, pues choca su p ersonalidad antisocial que tiende a pasar por encima de los demás, a no importarle los derechos de los otros, a ser agresivo y a s er incapaz para mantener relaciones sociales con el entendimiento de que aquellos que están en el psiquiátrico no son más locos que los que están caminando por las calles, se interesa por ellos y establece relaciones de amistad, escapa del hospital pero regresa. Es antagonista dado que su c reatividad le condujo a su fin. Clímax: La escena esperada ocurre cuando Jefe escapa del hospital psiquiátrico, alcanzando su libertad, que más que física es mental, pues él se sentía atrapado por sus miedos y prejuicios. En esta escena Randle también alcanza su libertad, pues luego de la lobotomía, la muerte era la única manera de ser libre, pues su personalidad y raciocinio habían desaparecido. Desenlace: La ventana es un objeto simbólico, jefe atraviesa la ventana y obtiene su libertad. El estímulo que llevó a Jefe se romper la ventana fue la muerte de su amigo, su valentía, su imaginación, su capacidad de cambio, quien de otra manera también era libre. SIGNOS Y SÍNTOMAS Personaje: Enfermera Mildred Ratched Observación Apariencia: Normolínea. A lo largo de la película la enfermera luce su uniforme blanco, impecable, sin arrugas, sin manchas; su higiene es excelente. Sus uñas s e encuentran cortas y limpias, no usa accesorios como aretes, manillas o piercings; solo se aprecia su reloj denotando preocupación por los horarios y la puntualidad. Su edad aparente es de 42 años. Se aprecia con un buen autocuidado. No lleva exceso de maquillaje, conserva un mismo peinado a lo largo del filme. En toda su ap ariencia y asumiendo que ésta es en muchas ocasiones una manifestación de su status interno y personalidad, se puede esbozar su estructura rígida e inflexible.
Actividad motora: El personaje se observa con actividad motora normal, sin movimientos anormales como tics, inquietud, retardo psicomotor o inmovilidad.
Actitud: Su actitud frente al medio es de observación atenta, vigilando que los demás, especialmente los enfermos psiquiátricos conserven su conducta, no desafíen las normas, tomen sus medicinas y se acojan a los horarios preestablecidos. Por ejemplo, cuando la enfermera observa que McMurphy está en el patio jugando basquetbol con los demás enfermos, mira con bastante detenimiento y con una actitud bastante suspicaz. Siempre trata de mostrarse como una persona calmada, pacífica, dulce, pero en ocasiones, especialmente frente a muchas de las conductas desafiantes de Randle, pierde el autocontrol y se observa que su rostro cambia a un tono más rosado, sus ojos se abren más, sus cejas se levantan, su voz adquiere un
tono más fuerte. Tiene una actitud bastante controladora, tanto sobre sí misma, como sobre los demás. Se resalta su inflexibilidad, por ejemplo cuando Randle le propone cambiar la hora de ir a dormir para poder ver los partidos de football. También desprecia el ruido y el desorden, por ejemplo cuando McMurphy, al no poder ver los juegos, se convierte en el narrador de ellos, imaginando lo que está pasando y contándolo con voz fuerte y con gran emoción a sus compañeros, quienes se sienten inquietados y se comportan como si en realidad estuvieran viendo el partido, por lo cual forman un gran alboroto que es acabado por la enfermera. Alertización: La enfermera siempre está alerta, me atrevería a decir que incluso presenta hiperalertización, pues está atenta a cada cosa que ocurre a su alrededor, para no perder el control sobre ella. Siempre se la ve observando cada cosa que los personajes hacen, para que no se pierda el orden del hospital.
Expresión facial: En su expresión facial se observa aparentemente tranquila, pero siempre con los ojos un poco más abiertos de lo n ormal, con una actitud atenta. En otras ocasiones, cuando pierde el control, deja ver su irritabilidad cuando algo se sale de su estructura rígida; y a vec es también se le encuentra con ira. Nunca se le ve riendo o llorando. Solo muestra una sonrisa suspicaz o sarcástica .
Conversación Orientación: EL personaje se encuentra orientado en persona, tiempo y espacio. Siempre conserva su mismo atuendo, adecuado con la profesión que desempeña, además realiza sus labores en hospital psiquiátrico observándosele orientada.
Atención: La enfermera capta estímulos de su exterior con gran atención. En ocasiones pareciere que es omnipresente, pues está en cada lugar, detrás de un personaje, asomada en una ventana, tras un muro inspeccionando su entorno con gran atención.
Memoria: La memoria declarativa, es decir, aquella que le permite evocar la información adquirida por autoprendizaje, se observa intacta. La memoria procedimental se ve en buen estado al poder realizar labores de su vida cotidiana sin es fuerzos. La memoria procedimental se nota adecuada. Su memoria anterógrada y retógrada se aprecian en adecuado estado.
Lenguaje: La enfermera tiene un lenguaje fluido, sin uso de palabras extrañas, sin c ircunstancialidad ni tangencialidad. Usa el lenguaje de manera apropiada.
Exploración Sensoriopercepción: En ningún momento se aprecia que la enfermera tenga algún trastorno de la sensoriopercepción. No presenta alucinaciones de ningún tipo, ilusiones, hiperestesia, hipoestesia, sinestesia.
Introspección: Considero que la enfermera no tiene adecuada introspección, pues ella no es consciente de su trastorno. Se considera como una persona s in alteración alguna y pienso que ella está tan enferma como Randle.
Inteligencia: Según su nivel de escolaridad que es profesional, su lenguaje, su c omportamiento y su nivel social que aparentemente es medio, la enfermera tiene un buen nivel de inteligencia
Contenido del pensamiento: La enfermera Ratched no presenta ideas delirantes, pues estas siempre son compartidas por el gremio médico. Quizás, presenta ideas sobre valoradas de orden excesivo, perfeccionismo y control mental, evidenciadas en su preocupación intensa por las listas, los detalles, las reglas, la organización, los horarios. Además es común que estas ideas no se comenten, pues generan gran malestar en quien las padece.
ANÁLISIS La película representa una crítica a la mirada que la sociedad tiene de muchas personas que son diferentes y que van en contra de las normas establecidas, como aquellas con trastornos mentales, cuya realidad es distinta, por lo cual incluso llegan a configurar un lenguaje diferente. Critica seriamente el papel de la psiquiatría, su manera de proceder ortodoxa, su exceso control sobre los enfermos, su pensamiento rígido y sus terapias que eliminan la individualidad y que b usca configurar entes sin juicio. En la película esta parte rígida está representada por la enfermera Ratched, una mujer con un trastorno de la personalidad obsesivo compulsivo. En el psiquiátrico McMurphy siempre trata de pasar el rato lo más amenamente posible, para lo cual desafía las normas, tiene conductas temerarias, organiza actividades dinámicas como un viaje de pesca con sus compañeros. En el transcurso de su aventura cambian muchas de sus percepciones acerca de lo que significa la locura, la amistad y comienza a c onfrontarse su personalidad antisocial, llegando incluso a apreciar a sus
compañeros. En este sentido, la relación y el respeto que se teje con otros seres humanos es más terapéutico que la terapia electroconvulsiva o la descerebración. “La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.” J ohann
Goethe
Wolfg ang
DIAGNÓSTICO Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo: La enfermera tiene un trastorno de la personalidad obsesivo compulsivo ya que muestra una excesiva dedicación al trabajo, con la exclusión de las posibles actividades de ocio, es muy inflexibles e incluso exhibe gran terquedad en las cuestiones morales o éticas. Es muy rígida, haciendo siempre respetar las autoridades o normas que s e llevan a cabo en el hospital. La enfermera es insistente en que las cosas deben h acerse como ella las dictan e incluso se ofende cuando alguien sugiere cualquier otra alternativa posible para realizar las actividades, por ejemplo en cambiar el horario que ella tiene preestablecido, debido a que está tan inmersa en su propia perspectiva que es incapaces de admitir y ver como buenos otros puntos de vista. Planifica con mucha cautela todo tipo de detalles y así niega la posibilidad de c ambio. Tiene horarios para todo, reglas estrictas que no pueden ser vulneradas. Sería importante sabes si ésta es su conducta de toda la vida, ya que por lo general los trastorno de la personalidad se configuran a través de los años. Trastorno de la personalidad paranoide : Podría configurarse como un diagnóstico diferencial. Estas personas se caracterizan por su desconfianza. La enfermera se muestra suspicaz frente a las actitudes de los demás, especialmente frente a la conducta de Randle, que la desafía constantemente. Tiene tendencia a contraatacar, siempre es rencorosa. Es egocéntrica. Constantemente interpreta las intenciones de los demás como maliciosas. Quienes padecen este trastorno de la personalidad suelen ser personas c on las que generalmente es difícil llevarse bien o tener buenas relaciones interpersonales, debido a la suspicacia y hostilidad que demuestran a menudo. Por su dificultad para relacionarse con los demás tienen la necesidad de ser autosuficientes y autónomos, además de necesitar tener un alto g rado de control sobre los que le rodean. Son capaces, además, de culpar a los demás de sus propios errores. Sería importante analizar este trastorno como uno diferencial para la enfermera “Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuand o tuvo la oportunidad.” H Rowland
se
INTRODUCCIÓN “La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.” Heinrich Heine
A lo largo de las historia, la locura o más bien dicho, los pacientes con algún trastorno psiquiátrico, han sido totalmente estigmatizados y discriminados socialmente, ya que al poseer conductas y normas no aceptadas dentro de la sociedad, eran derivados o encerrados en establecimientos para en cierta forma silenciar a quienes con su manera de pensar, sentir o comportarse cuestionan o transgreden las normas y valores impuestos por la sociedad imperante. Por mucho tiempo, estos lugares, más conocidos como hospitales psiquiátricos, eran verdaderos muros impenetrables donde reinaba el “poder paternalista” del médico o el profesional a cargo, encargados netamente de “curar” la enfermedad, no respetando sus derechos éticos y
universales, siendo sometidos a una serie de abusos de poder, muchas veces encerrados contra su voluntad y sometidos a terapias inhumanas como el electroshock y la lobotomía. La película “Atrapado sin salida” de Milos Forman es un perfecto ejemplo de lo que sucede al interior de un
hospital psiquiátrico durante los años 70 y como los profesionales a cargo del recinto y los pac ientes abusan del poder que tienen sobre estos, sin dejar que ellos mismos sean participes de lo que es mejor para ellos mismos. Este abuso de poder totalmente autoritario y paternalista está representado principalmente por la enfermera jefa del recinto, Mildred Ratched. Sin embargo, pronto este poder se ve confrontando con la llegada de McMurphy (Jack Nicholson-protagonista) al lugar, generando una especie d e conflictos de poder y de personalidad entre ambos, ya que él se da cuenta del trato inhumano que reciben los pacientes y lo sometidos que se encuentran, inclusive, sin derecho a que puedan pensar más allá de las normas establecidas. Gracias a él logran ver que existe una vida más allá de esas paredes impenetrables, que pueden ser libres sin esas normas impuestas. El los trata como personales integras con derechos, con autonomía; todo al contrario de la enfermera Ratched, que en el transcurso de la película es vista como el dictador máximo y la que los c oarta de toda autonomía, justicia, beneficencia, no maleficencia y, a su vez, transgrediendo los constr uctos éticos del cuidar, como por ejemplo la confidencialidad del paciente. ¿Quién decide, el paciente, los familiares, el médico, la/el enfermera/o?; ¿Quién determina las normas?...la respuesta la podemos ver en este film, ya que mediante s u protagonista McMurphy nos deja una percepción
de crítica hacia los profesionales del área de la salud y el mal trato hacia los pacientes psiquiátricos y a la vez a la sociedad y sus normas. SINTESIS DE LA PELICULA La película se centraliza en Randle McMurphy (Jack Nicholson), que es acusado por haber tenido r elaciones sexuales con una menor de edad debiendo entrar en prisión. McMurphy, para evitar su condena a prisión y lograr su libertad, finge tener problemas psiquiátricos, siendo trasladado a una institución psiq uiátrica para ser examinado y evaluado y así determinar si debía ser tratado como una persona con algún trastorno mental o como un prisionero. Una vez en la institución, sigue con su plan de hacerse pasar p or una persona con desequilibrios mentales y logra que lo ingresen a la unidad de cuidados especiales de dicho centro, donde muestra su irreverente personalidad que lo llevará a entablar lazos de amistad con sus compañeros internos mediante juegos y sesiones grupales. A su vez, es sometido a los mismos tratamientos y sesiones grupales que ellos tienen rutinariamente, a cargo de la enfermera jefe del establecimiento Mildred Ratched. Mujer de personalidad autoritaria, estricta, seria y ordenada, encargada de que todo funcione tal cual está planificado y obligando a los pacientes a cumplir metódicamente las normas impuestas, como por ejemplo los horarios de los medicamentos o las sesiones de terapia, sesiones en las cuales los pacientes en vez de olvidarse de los problemas por los cuales estaban en dicho recin to los recordaban. Comenzando un choque de personalidades entre la enfermera y McMurphy, lo que lo lleva a realizar una serie de “actividades” o “locuras” que logran
romper las normas impartidas y la monotonía diaria de sus compañeros, los c uales él cariñosamente apoda como “la pandilla de los locos”. Dentro de las “locuras” de McMurphy estaba apostar cigarrillos a través de
juegos de póker con sus compañeros, logrando interrumpir el ambiente estricto, monótono y cuadriculado del psiquiátrico y sacar de la rutina a sus compañeros y, a su vez, irritando a la enfermera Mildred. Otra de las actividades establecidas a los pacientes es jugar basquetbol durante las tardes, y es aquí donde McMurphy observa de que hay uno de los internos –el Jefe, un indio de gran es tatura que se hace pasar por sordomudo y que durante el transcurso de la película se hace gran amigo de Randell- que no participa del juego, sino que está en un costado mirando pero no muestra mayor s igno de interés en participar, por lo que McMurphy intenta enseñarle a jugar, pero no lo logra. Todo esto ocu rre bajo la mirada atenta de la enfermera jefe desde una de las ventanas del recinto, mientras que él se va familiarizando con el lugar. Durante esos días s e daría inicio al mundial de beisbol americano, evento que Randel no q uería por nada del mundo perdérselo, así que decide plantearlo como tema en una de las sesiones grupales frente a sus compañeros y la enfermera Mildred, pero ella no acepta ya que no está dentro de la planificación establecida por la institución, poniendo fin a la sesión de ese día. Al día siguiente, vuelve a insistir, pero la enfermera le dice que la única forma de salirse de la “norma” y de que puedan ver el mundial, es que todos los pacientes estén de acuerdo mediante
una votación, la cual se lleva a cabo y que por escaso margen no logró ver el mundial. Pero esto hizo que McMurphy recreara el juego con los demás internos, tal cual c omo si lo estuvieran viendo desde la tv del lugar, rompiendo con las reglas establecidas y haciendo e nfadar a la señorita Mildred. Un día, Randel molesto porque la señorita Mildred no dejaba salir a los pacientes del lugar – solo algunos estaban autorizados y los llevaban al mismo lugar bajo vigilancia- se las ingenio y con ayuda del “gran Jefe” sale del luga r y “roba” el autobús, llevando de paseo a sus amigos (la “pandilla de locos” ), donde pasa a buscar a una “amiga” suya
para luego ir todos a una embarcación a pescar y es ahí donde Billy, un joven tartamudo, tímido e interno del hospital, se siente atraído por la amiga que va con ellos. Pasan una agradable y entretenida tarde, por fin hacen algo diferente, pero todo lo bueno llega a su fin ya que de regreso al puerto estaban siendo esperados por las autoridades, llevándolos de regreso a la institución, incluido McMurphy, pues la señorita Mildred considera que aun puede ayudarlo mientras él es te en el recinto. Pasado este episodio, vuelven a jugar basquetbol, donde nuevamente le enseña a Gran Jefe a jugar y esta vez lo logra, ya que éste se incorpora al juego, formándose 2 equipos: los internos v/s el personal que estaba con ellos, donde terminan ganando los internos y la mayoría sorprendido de la participación de Gran Jefe, sobre todo el personal a cargo. Durante una de las sesiones grupales McMurphy se entera de que la mayoría de sus compañeros están ahí voluntariamente y de que el tiempo que él vaya a estar en la institución psiquiátrica depende de la señorita Mildred; esta situación impulsa aun más la idea McMurphy de escapar del lugar y al fin ser lib re, y es aquí donde surge el primer conflicto, ya que paralelamente a esta situación uno d e los pacientes, Cheswick, se altera exigiéndole a la señorita enfermera sus cigarrillos, ésta se los niega diciéndole de que se acabaron debido a las apuestas que realizan durante los juegos de póker. El grupo en s esión se alteran entre ellos, mientras que McMurphy para “tranquilizar” a su compañero y a todos en general, y sin pedirle permiso a la
señorita Mildred, logra dar con el lugar donde ella tiene guardado las cajetillas de cigarrillos. Esto provoca un enfrentamiento entre los pacientes y los asistentes de enfermería del lugar, y es aquí donde Gran Jefe ayuda a su amigo, golpeando a los guardias. Debido a esta situación McMurphy, Gran Jefe y Cheswick son enviado s a un área de castigados donde debido a su conducta agresiva son sometidos a electroshock. Ya en el área, mientras esperan por su turno, McMurphy le habla a gran Jefe y éste le confidencia de que siempre oyó y hablo, y que durante todo el tiempo les a “tomado el pelo a todos”. Randel le guarda el secreto y le promete
que juntos escaparan de ese lugar. Al volver junto con sus compañeros, estos se encontraban en sesión grupal junto con la señorita enfermera y éste finge haber quedado en un estado de verdader o desequilibrio mental, pero solo fue una broma. Siguiendo con su plan de s er libre y escapar, decide organizar u na fiesta durante la noche dentro del psiquiátrico, sobornando al vigilante de turno con una suma de dinero y con una amiga que había invitado al lugar para así distraerlo, tomando por completo el control del lugar en donde todos los pacientes gozan de lo que habían sido privados desde que ingresaron al hospital. Frente a esto, Randel decide marcharse junto a su amiga, pero Billy se pone triste. McMurphy habla con su amiga para que haga feliz a Billy, donde tienen relaciones sexuales, esta decisión hace que McMurphy se quede dormido no logrando escapar. Al día siguiente, llega la señorita Mildred dándose cuenta de todo lo ocurrido, encontrando a Billy con la amiga en una de las habitaciones del hospital, regañandolo frente a todos, mientras que el joven asustado le implora que no le cuente nada a su madre, pero ella hace caso o miso y le dice que le contara todo, por lo que Billy en un a taque de desesperación se suicida. Esta situación hace que Rande l no escape y ataca con furia a Mildred estrangulándola, pero no logra matarla gracias a la intervención de asistentes del recinto. Lamentablemente este fue prácticamente el fin de McMurphy, siendo derivado nuevamente al área de castigo junto a gran jefe ya que también intervino en el último enfrentamiento con Mildred, pero esta vez el castigo fue severo para McMurphy quedando en un c ompleto estado de desequilibrio mental, sin noción alguna de la realidad. Gran jefe ya estaba completamente decidió a escapar con él, pero al darse cuenta del mal estado en que estaba su amigo, decide asfixiarlo para que no padeciera e l sufrimiento que hubiera tenido que vivir de haberlo dejado ahí en el hospital. El escape lo realizo tal cual McMurphy lo intento la primera vez que quiso escapar cuando quería ver el mundial, es decir, moviendo y levantando un lavamanos y lanzándolo contra la ventana, donde finalmente logra escapar y ser libre, al igual que su amigo, solo que éste ahora es libre en alma. ANALISIS DE LOS PRINCIPIOS BIOETICOS Ø AUTONOMIA El principio de autonomía le otorga al paciente la capacidad de pensar, decidir y actuar de manera deliberada y racional lo que es mejor para el mismo, sin presiones o influencias externas. En el área de la salud, sobre todo como futuros profesionales de enfermería, este principio lo podemos manifestar de distintas maneras: dando todo tipo de información relevante de manera clara y comprensible, escuchar activa y cuidadosamente, ser empáticos intentando comprender sus emociones, deseos y expectativas; respetar las decisiones que tome el paciente en lo que respecta a s u tratamiento o enfermedad y respetar la confidencialidad del paciente. Además, el consentimiento informado es un derecho del paciente, el cual debemos hacer valer, ya que constituye el grado máximo del principio de autonomía. De acuerdo a lo dicho anteriormente, este principio fue totalmente transgredido desde el inicio de la película; por ejemplo cuando McMurphy al ser trasladado al recinto psiquiátrico y tener una entrevista de ingreso con el médico, éste no le entrego consentimiento informado alguno, tampoco le explico de manera clara sobre el tipo de tratamiento que tendría allí, el tiempo de permanencia en ese lugar y las complicaciones que podría tener al interior del lugar si no respetaba las reglas. Durante la mayor parte de la película, también podemos mencionar que este principio se vio totalmente transgredido por parte de la enfermera Ratched Mildred. Mujer de c arácter fuerte, autoritaria, que con la arrogancia de sus palabras convence a los enfermos de que no hay otro camino para ellos, solo las ordenes impuestas por ella, llevándola a convertirse en un líder represivo transgrediendo cualquier tipo de autonomía de los pacientes, inclusive si estos pensaban de forma diferente y no acataban las reglas. Ejemplos, dentro de los cuales podemos mencionar: - Suministra a todos sus pacientes, incluyendo a McMurphy (que recordemos solo finge estar “loco” y está bajo evaluación) una cantidad considerable de medicamentos, y si uno de ellos se niega (tal cual sucedió con nuestro personaje principal), se los administra por la fuerza, dejando de lado la autonomía de ellos, abusando de un poder paternalista, sin respetar las decis iones del paciente frente a su tratamiento. - Sus preguntas eran totalmente inquisitorias y normalmente utiliza la manipulación para lograr que los pacientes se comporten de la manera que ella quiere y así acaten “sus” normas
- Durante la sesiones de terapia gru pales, ella con su mirada, palabras y preguntas imponentes prácticamente obligaba a los pacientes a que contaran y compartieran frente a todos los motivos que los llevaron a es tar internos ahí, lo que sienten y lo que piensan, mientras tanto, ella con una enorme frialdad parece “disfrutar” de estas sesiones, ya que les recuerda constantemente sus errores, experiencias vividas, problemas y carencias. En muchas de las sesiones observadas d urante la película, los pacientes no querían hablar o compartir ese tipo de experiencias vividas, sin embargo, ella los obligaba en cierta forma a que fueran tratados como ”tema”
de la sesión, no respetando la autonomía del grupo en general. - Cuando Billy le suplico prácticamente que no le c ontara a su madre sobre lo sucedido en la fiesta con su amiga, ella (Mildred) hizo caso omiso de la “confidencialidad” que le estaba pidiendo el paciente, diciéndole de
que le contaría todo a su madre, reprimiéndolo fuertemente frente a todos sus compañeros, despojándolo de su derecho de autonomía
Ø BENEFICIENCIA El principio esta aplicado e implicado en el personaje principal McMurphy, ya que una vez estando al interior del hospital psiquiátrico él observa y se da cuenta como son tratados los pacientes de una forma irracional e inhumana, descubriendo en realidad la base del problema de la mayoría de los internos, donde la mayoría de s us acciones que realiza en el transcurso de la película son en beneficio de otros, en este caso sus compañeros, ayudándolos a recuperar su autonomía como personas, la confianza y en algunos casos una gran mejoría sin necesidad de recurrir a medicamentos, terapias, reglas estrictas o procedimientos invasivos (electroshock, lobotomía) que eran practicados por el personal del recinto hacia ellos teniendo resultados totalmente invasivos y de no mejoría para la real base de sus problemas. Y es aquí donde podemos mencionar como la señorita Mildred utilizo su poder en beneficio propio ya que si alguno de ellos mostraba signos de agresividad o rebeldía los manda ba a castigar con electroshock o inclusive lobotomía, como lo hizo con McMurphy después de haber intentado ahorcarla; no es que justifiquemos y apoyemos el modo de actuar violento que tuvo e n esa ocasión McMurphy, aunque lo hizo por “vengar” y en un estado de total enojo por el suicidio de su amigo Billy, pero es aquí donde Mildred vio la ocasión perfecta para, en cierta forma, sacarlo de su c amino, dejarlo al mismo nivel que el resto de los paciente y así evitar que su autoridad dentro del recinto siguiese siendo cuestionada al igual que las normas que ella les imponía. Cabe mencionar, como McMurphy en variadas situaciones ayudó a sus c ompañeros, así podemos ver, por ejemplo, en el caso de Gran Jefe, que en un principio se observa totalmente aislado de sus compañeros, pero a McMurphy sin importarle su condición de sordomudo, inicia la tarea de integrarlo al grupo haciéndose su amigo, enseñándole diferentes cosas y juegos, por ejemplo, cuando le enseñó a jugar basquetbol que en un inicio quizás no logro mucho visualmente, pero no se da por vencido y es así como Gran Jefe participa del juego con ellos. McMurphy logra que Gran Jefe se integrara, dándole un lugar en el hospital, dentro de sus compañeros e inclusive en la misma vida de McMurphy. Posteriormente, se observa como Jefe defiende a su amigo y por 1° vez le habla, confesándole de que a pesar de ser alto se siente inferior a los demás, prefiriendo hacerse pasar por sordomudo como mecanismo de defensa para evadir a los demás y la realidad, pero al final de la película vemos que se acepta como es y deja de sentirse inferior al resto, incluso llevándolo a tomar la valentía que no tenía antes, de escapar del recinto y ser libre. Por otro lado, podemos observar como McMurphy benefició a otro de sus compañeros, Billy, joven tartamudo y tímido, quien tiene un gran temor hacia su madre y las mujeres en general. Y es aquí donde se evidencia como nuestro personaje principal, con su manera particular, ayuda a Billy a concretar una cita con su “amiga”;
después de esta cita, a Billy se l e ve feliz, sin tartamudear, pero que luego lamentablemente lo recupera debido a una mala intervención por parte de la enfermera Mildred, volviendo todos sus temores a tal grado que decide quitarse la vida. Ø NO MALE FICIENCIA Este principio se basa en el p rincipio hipocrático "Primum non nocere", es decir, ante todo no se debe hace r daño al otro, en este caso los pacientes; no perjudicarlo innecesariamente, no violar sus derechos, no comerte injusticias o impedir que se lleven actos/intervenciones que causen daño en los pacientes, que nosotros como profesionales de enfermería sobre todo debemos velar. En la película atrapado sin s alida, este principio se transgrede debido al abuso de poder representado mayoritariamente por la enfermera Mildred y el personal a cargo hacia los pacientes; este abuso se puede evidenciar, por ejemplo: - Las terapias grupales de conversación c onducidas por ella solo servían para manipularlos y dañarlos, ya que los lleva a profundizar en sus falsas culpas e inseguridades, en otras ocasiones dividiéndolos, haciéndolos avanzar hacia la sumisión misma. - Otro caso que podemos mencionar es McMurphy, quien no estaba diagnosticado con algún trastorno o desequilibrio mental, sino que estaba en estudio su situación, sin embargo, es sometido al mismo tipo de tratamiento (medicamentos) que el resto de los internos sin importar el tipo de daño que le podía causar; al igual que las terapias de electroshock o inclusive e n casos más extremos lobotomías, que usaban a mo do de “terapia castigo” cada vez que algún paciente se salía de las normas, sin medir el daño que este tipo de
tratamientos podían causar en los pacientes. Es así como McMurphy, por evitar injusticias, rompe las normas rígidas establecidas en beneficio de él y d e sus compañeros, por ejemplo, cuando le solicitó a la señorita Mildred ver el mundial de beisbol y le fue negado porque no estaba dentro de las normas; otra de las “hazañas” de McMurphy para mantener la “tranquilidad del lugar y entre los pacientes” fue cuando intervino desesperadamente en una de las sesiones donde un compañero (Cheswick) le solicito a la enfermera sus cigarrillos, negándoselos, formándose una situación de no seguridad para todos ya que la enfermera no hizo nada para tranquilizar al paciente ansioso y alterado por sus cigarrillos, por lo que McMurphy al percatarse de lo que estaba sucediendo y sabiendo de que los cigarrillos estaban ocultos, decidió intervenir formándose un enfrentamiento entre los pacientes y el personal del hospital. Como consecuencia, fueron enviados a modo de
castigo a electroshock, todo esto siendo permitido y aprobado por la enfermera – jefe, medico y el personal del hospital, sin importar el daño que este tipo de tratamiento puede causar en el paciente. También dentro de las terapias invasivas y lo más impactante de ver fue como a McMurphy se le realizo una lobotomía, a modo de castigo por haber tratado de ahorcar a la enfermera Mildred, despojándolo totalmente de sus facultades mentales y de sus derechos. La Srta. Mildred como enfermera debió haber tenido otro plan de intervención hacia este tipo de pacientes, fomentando la seguridad tanto física como psicológica de ellos, no violando sus derechos, no permitiendo actos de negligencia, impericia e imprudencia, no abusando de s u facultad de poder y no causarles daño alguno, que como pudimos ver McMurphy fue un claro ejemplo de la transgresión de este principio, ya que al realizarle la lobotomía se le causo un daño irreversible hacia su persona y su mente. Ø J US TICIA Tratar a cada uno como corresponde, con la finalidad de disminuir la desigualdad ya sea social, ideológica, cultural, etcétera. En el caso de la película, vemos como McMurphy se convierte al interior del recinto hospitalario, sin quizás pensarlo, en una e specie de “héroe” justiciero para sus compañeros, ya que al llegar se da cuenta inmediatamente del abuso de poder, del trato inhumano y de las injusticias por parte de las autoridades y personal del área de la salud cometidas hacia los pacientes, lo que lo lleva en cierta forma a rebelarse ante el poder y las normas a las cuales estaban sometidos los internos. Por su parte, él nunca los trato con indiferencia o como “locos”, al contrario, los trato a todos por igual como personas íntegras, que
viven, sueñan, con anhelos y deseos que eran totalmente limitados por la sociedad y por sobre todo a l interior del recinto, lugar donde solo los limitaban y controlaban hasta en s u forma de pensar, donde se les trataba la “enfermedad” a través de medicamentos y/o trata mientos totalmente invasivos, injustos e inhumanos, no ayudándoles para nada en su real problema de base, sino que al contrario. Sin embargo, con la llegada de nuestro personaje principal, él, a través de herramientas no farmacológicas, sino que simplemente con actitudes que quizás a veces eran arriesgadas pero que fueron propicias para tratar de generar un cambio, logró que se sintieran como personas integras a las cuales se les debe respetar s us derechos. Pensamos que por parte del personal de enfermería hubiese sido fundamental valorar las necesidades de cada paciente y jerarquizarlas de tal forma para así haberles entregado una atención de calidad, de respeto hacia ellos y sus derechos, de manera justa y de protección. Lamentablemente, esto último no se vio evidenciado en la trama de la película, por lo que fue totalmente transgredido el principio de justicia. ANÁLISIS CONSTRUCTOS ETICOS DEL CUIDAR Ø COMPASIÓN Es el constructo más fundamental de todos en el acto de cuidar y consiste en la capacidad de interiorizar el padecimiento de otra persona y de vivirlo de tal manera como si se tratara de una experiencia propia; todo esto acompañado de un motor de acción, es decir, debemos realizar alguna acción para generar un cambio en la situación angustiante de la persona, requiriendo de u n despertar físico-emocional. Este valor se ve totalmente reflejado en nuestro personaje principal, McMurphy, ya que al observar el abuso, los malos tratos que recibían los internos por parte del personal del recinto, él por medio de distintas acciones trato de generar un cambio en sus vidas, mostrándoles que ellos so n personas iguales que nosotros con derechos y deberes; recordemos que la autentica compasión busca el desarrollo de la autonomía ajena. Por parte de la enfermera Mildred y el personal del recinto nunca hubo interés de interiorizarse realmente en el padecimiento de los pacientes ni de vivir lo que ellos sentían, anhelaban o deseaban realmente. Todo siempre rutinario, homogéneo y en un ambiente deprimente, que les era poco favorable para su recuperación. Por parte de la señorita Mildred, carente de toda compasión, jamás mostro mayor interés por interiorizarse en los reales problemas de los pacientes y gen erar algún cambio en pro beneficio de ellos. Tampoco busco el desarrollo de la autonomía en sus paciente, al contrario, claro ejemplo es cuando los forzaba a tomar los medicamentos (McMurphy) o cuando en las sesiones de terapia grupales l os obligaba a exponer sus miedos o experiencias vividas, en donde en algunas ocasio nes ellos se mostraban no dispuestos a compartirlas. Ø COMPETENCIA Constituye una virtud básica de la deontología, ya que como profesionales del á rea de la salud, sobretodo de enfermería se nos exige tener bases teórico-científico-practico para realizar un cuidado óptimo de nuestros pacientes. Por lo que debemos estar en un c onstante proceso de aprendizaje para poder aplicar el mejor conocimiento y acto del cuidar. En el caso de la película, ya sea el personal de la institución como la enfermera-jefe no se visualizaron las actitudes, los conocimiento teórico-ético ni las habilidades propias de enfermería para el cuidado de pacientes psiquiátricos; por lo que es de suma importancia tener conocimientos de las enfermedades psiquiátricas, valorar al paciente y sus necesidades para así realizar un plan de intervención y cuidados específicos para cada uno de ellos e integrar a la familia, para brindar una atención de calidad. Si el personal de la institución psiquiátrica y la enfermera del recinto hubiesen tenido las competencias necesarias hubieran tenido el rol de protector del cuidado hacia el paciente, pero lamentablemente ya mencionamos quien tomo ese rol (McMurphy). Solo nos queda decir, que como futuros
profesionales es importante tener las competencias necesarias para asi defender los derechos del paciente, si nos damos cuenta de algún error en el tratamiento médico hacerlo saber, si el paciente presenta algún problema buscar soluciones, etc., ya que es la/el enfermera/o quien pasa la mayor parte tiempo junto al paciente, para que asi brindarles una atención y c uidados de calidad; sin embargo, como ya se ha mencionado, enatrapado s in s alida, el rol de protector se identifica en uno de los pacientes (McMurphy), mientras tanto que la señorita Mildred (enfermera) poco se preocupo de desarrollar sus competencias a cabalidad y por ende entregar un cuidado optimo orientado a pacientes ps iquiátricos. Ø CONFIDENCIA El paciente, en determinadas ocasiones de vulnerabilidad, necesita de un confidente que respete su privacidad, su universo interior y guarde silencio. Sin embargo hay profesionales que no respetan ni protegen la i ntimidad del paciente, ni mucho menos cuando ha sido el mismo paciente que les ha pedido e implorado que le guarden sus secretos, nos referimos específicamente a lo sucedido entre la enfermera Mildred y el interno Billy, ya que después de haberlo descubierto de que tuvo relaciones sexuales, lo reprimió fuertemente, diciéndole que le contaría todo a su madre, éste le imploro que no le contara nada a modo de confidencialidad pero ella no mostro ningún atisbo de respetar su intimidad ni menos acceder a “guardar” el secreto del paciente.
Una de las características que debió haber tenido la señorita Mildred con Billy, es la capacidad de escucharlo, de respeto a su intimidad, de discreción, su c apacidad de guardar para sí misma el mensaje o secreto que el paciente vulnerable (Billy) le comunico dentro de una situación límite. Si el trato hubiese sido delicado y confidencial, le da protección al paciente de ser visto como un objeto de exhibición, esto también evita que el paciente tenga vergüenza frente a sus pares. De hecho, tan expuesto a sus temores se vio Billy de que prefirió suicidarse. De haber desarrollado como corresponde esta virtud y haber tenido un manejo adecuado de este paciente psiquiátrico, se hubiese evitado su muerte. Por lo tanto, debemos tener en cuenta que la confidencialidad es una he rramienta importante en nuestro quehacer profesional ya que si disponemos de la confianza plena de nuestros pacientes, podremos acceder a datos que nos ayudaran a realizar un mejor plan de intervenciones y cuidados, y a comprender ciertas situaciones, sobre todo si son vulnerables, de una manera más fácil. Por el contrario, si transgredimos esta virtud obtendremos como efecto secundario la pérdida de confianza por parte de nuestros pacientes, por lo tanto es importante el respeto de la intimidad del paciente y guardar el secreto profesional, sobretodo en situaciones límites como las observadas en la película. Ø CONFIANZA Constituye un elemento importante en el cuidar, ya que confiar en alguien implica creer en esa persona, ponerse en sus manos y disposición, sabiendo que hará hasta lo imposible por salvarme. También el cuidador debe generar un ambiente de confianza personal, ambiental o institucional, siendo mucho más eficaz el proceso del cuidar y curar que en un contexto de desconfianza. En el c aso de la película, podemos observar como la relación cuidador-paciente no se logra la confianza necesaria para crear un ambiente de adaptación y de seguridad, ya que el ambiente que existe es homogéneo, autoritario y totalmente reglamentado a tal grado que los pacientes no se atreven a depositar su fidelidad o confianza en el cuidador (señorita Mildred/personal), sino que todo el contrario, ellos le temen, sobre todo a la enfermera-jefe del lugar, ya que saben que si no cumplen con las reglas impuestas o muestran algún grado de rebeldía, se les castigaba de manera severa. Mientras que en McMurphy, depositaron su fidelidad y confianz a, convirtiéndolo quizás en su “real” cuidador, ya que él sin utilizar métodos invasivos, solo a través de juegos y actividades, logro cambiar el ambiente monótono y deprimente en el que estaban; les hizo sentir que era n personas integrales insertados en u n mundo que ellos antes no visualizaban; los ayudo también a neutralizar o disminuir el gran poder paternalista abordado por la institución psiquiátrica. Ø CONCIENCIA Es el valor integrador del acto del cuidar y ante este valor, debemos ser conscientes de nuestro actuar, estar atentos y saber lo que significa cuidar bien a una persona y las dificultades que ello implica. Todo profesional del cuidar que no logra o transgrede este valor, ve la tarea del cuidar c omo una actividad netamente mecánica y rutinaria, tal cual ocurre en atrapado sin salida, donde podemos ver como los pacientes se encuentran bajo una rutina impuesta y normalizada, donde no hay cabida ni flexibilidad a cambios, por ejemplo cuando no los dejan ver el mundial de beisbol, la administración de medicamentos o las salidas de ciertos paciente al mismo lugar y hora. Tampoco se observa prudencia, conocimiento, reflexión y cautela frente a los verdaderos problemas de los pacientes y sus verdaderas patologías psiquiátricas ya que la mayoría estaba internado de forma voluntaria; tampoco la institución reflexiona sobre el daño que les causan con los tratamiento invasivos que les aplican, olvidando que los pacientes que está bajo sus “cuidados” tienen dignidad como persona
integral.
CONCLUSIÓN La película claramente logra su objetivo, estremecer nuestras conciencias y almas, logrando conmover y generar un estado de reflexión propia, ya que no tan solo nos muestra la vida al interior de un hospital psiquiátrico, sino en la forma en que son tratados los pacientes, los cuales más allá del tipo de problemas que posean, siguen siendo personas, con sueños, con vivencias, co n anhelos de ser aceptados en u na sociedad delimitada por normas que deben cumplirse al pie de la letra, ya que todo aquel que piense diferente es simplemente rechazado o se le arrebata su libertad de una forma bastante inhumana. El profesional de enfermería debe abarcar una atención de autonomía a todas las personas, sin importar cuál sea la edad, familia a la que te pertenece, grupo y/o comunidad, enfermos o no, y ante toda circunstancia, es decir, además de preocuparnos de realizar un buen procedimiento técnico sustentado en conocimientos, debemos entregar un trato holístico e integral a todo paciente que lo ne cesite, ya que se trata d e un cuidado humano y, además, todo paciente tiene los mismos derechos éticos y universales que nosotros. Derechos que a lo largo de la película “atrapado sin salida” se ven totalmente transgredidos, en su mayoría por la enfermera
jefa del lugar (R. Mildred) la cual ejerce una conducta mayoritariamente paternalista frente a los pacientes, ignorando las necesidades básicas que merece un s er humano como tal. Esta película, nos deja una gran enseñanza de lo importante que es aplicar y manejar los principios bi oéticas y del cuidar, los cuales siempre debemos tener presentes ante todo tipo de pacientes, pero sobretodo frente a paciente vulnerables, ya que el hecho de que la sociedad los estigmatice con ciertas etiquetas de “desprotegidos” o en este caso de “locos” no los hace menos persona y con menos derechos. Por lo tanto
debemos exigir lo mejor de nosotros mismos ya s ea en el ámbito personal, social y como profesionales de la salud. La historia que nos narra esta película es una historia que a mi entender es atemporal, ya que si bien nos hace vislumbrar una época en particular, ella trasciende los años 70; entrar a la dimensión de esta película es ver una analogía contra el sistema, contra una sociedad que oprime, en este caso representada por un genial Jack Nicholson como McMurphy, personaje principal de esta adaptación de la obra de Ken Kesey, enfrentado a la enfermera Ratched, símbolo de autoridad interpretada de forma magistral por Louise Fletcher. El orden y las restricciones que operan en el hospital n os recuerdan las líneas de muchas sociedades. La individualidad de cada “enfermo” se vuelve conjunta y representa a aquella que busca por momentos adaptarse y sentirse
parte de la sociedad y que por otros momentos se resiste y solo pide tolerancia. A través de los pasillos de un hospital psiquiátrico esta película cuestiona el sistema psiquiátrico norteamericano en tiempos donde los derechos humanos eran invisibles ante el avance tecnológico de los nuevos aparatos neurológicos. Randall McMurphy cometió ciertos delitos por los que fue enviado a prisión. Una vez dentro, y a través de un comportamiento fuera de lo normal, consigue a cambio que lo envíen por un tiempo a un manicomio. McMurphy sospechaba que un encierro en un loquero sería más leve que el que podría sufrir en la cárcel. Sin embargo, no hay peor prisión que aquella que limita la capacidad de soñar. Su contagioso sentido anárquico pone en peligro la rutina del lugar y les da a los pacientes una bocanada de libertad. Se transforma en una especie de antihéroe que integra a los en fermos mentales y logra que el grupo comparta una causa, más allá de que cada uno parezca pe rdido bailando en su propio mundo. La película tiene bastante que ver con la psiquiatría o más bien con el movimiento que surgió en Inglaterra, en manos del Dr. Cooper, llamado: la anti psiquiatría, la cual quiere romper con el statu quo de los enfermos mentales y, así mismo, con las atrocidades que suceden en los hospitales. Podemos definir la anti psiquiatría como un movimiento que se cuestiona las prácticas psiquiátricas tradicionales y la noción de enfermedad mental que se apoya desde mediados del siglo XIX. La anti psiquiatría es subversiva con respecto al represivo orden social burgués. Quienes se encuentran en este movimiento consideran que la enfermedad mental tiene una génesis fundamentalmente social y que la psiquiatría tradicional ha sido la culpable, a través de su doctrina y de sus actuaciones prácticas, de la perpetuación de un estado de represión ante el paciente psíquico. Una pieza clave en el desarr ollo de este movimiento es la publicación en 1961 de Historia de la locura en la época clásica, de M. Foucault. Historia de la locura es una fuerte y desmitificadora obra contra la psicología y psiquiatría hegemónicas, pero su crítica transciende esta esfera: es un ataque a la racionalidad occidental. Todas las autoridades de la sociedad, comenzaron a predicar desde finales de siglo 19 entorno a nuevos dioses: trabajo, ahorro, disciplina, puntualidad, orden, y salud e higiene del c uerpo. A la vez fueron diabolizados el ocio, el lujo, el juego, la suciedad y la casi ingobernable sexualidad. El trabajo era el único medio de enriquecerse, todo se mide por la fuerza del mismo, había que honrarlo y era considerado la ley de la humanidad en aquella época. En una de las primeras escenas, se nos muestra la llegada de McMurphy al hospital en el que en primer lugar tiene una reunión con el Director del lugar. Allí comienzan a dialogar acerca de los motivos por los que McMurphy fue llevado al hospital. Entre lo
mencionado, vale destacar que uno de los indicadores que podría ser síntoma de su locura es que se lo acusa de vago, esto se corresponde con parte del discurso civilizado de la época que consideraba que no había cosa más miserable que un hombre holgazán. Otros de los motivos por los cuales McMpurphy iba a ser diagnosticado era porque se peleaba, dicho de otra forma: irrumpía contra el orden. En esta misma charla con el Director, mientras que conversaban acerca de la re lación que McMurphy había entablado con una menor, en un tono de broma, el protagonista le pregunta “¿hay que ser piedra para no ser loco?”, lo curioso es que
considero que esta frase, que en cuanto la escuché me hizo esbozar una sonrisa, es la clave de toda la película y de la lógica burguesa. Esta última impulsó la necesidad de una redefinición jurídica del loco para poder justificar su internamiento en un régimen que había proclamado la Declaración de los Derechos del Hombre. Y el discurso médico-psiquiátrico constituye esta justificación, que consiste en decir que se recluye a los locos no como una forma de impedir s us desórdenes y mantener la paz social s ino por su propio bien, esto es, como una medida terapéutica indispensable. La medicina aparece en la película como la solucionadora de los problemas bajo un tratamiento de la enfermedad con mucha cientificidad y estructuración, en vez de permitir que los pacientes hagan lo que les hace feliz. De hecho en un momento dado de la película, cuando un personaje se encuentra mu y inquieto una enfermera le dice:”se trata sólo de medicina, te va a hacer bien”, esta afirmación evidentemente responde a una realidad en la que prima la lógica positivista como forma de entender al mundo, aquello que postula el discurso medicinal se ado pta como las normas válidas ya que es la episteme, la opinión hegemónica existente. Pero McMurphy no estaba loco y los doctores eran conscientes de ello pero no hacían nada al respecto. Por el contrario, cada vez que desobedecía las reglas le aplicaban técnicas médicas en contra de su voluntad. La subjetivación es el proceso por el que, mediante los discursos institucionalizados, se determina lo que debe ser el sujeto, a qué condiciones está sometido, qué estatuto debe tener, qué posición debe ocupar en el complejo de relaciones de poder para llegar a ser sujeto legítimo de algún conocimiento. Es el proceso por el que se determinan las formas aceptadas de entenderse a uno mismo y al mundo, las formas legítimas de conciencia. En la episteme de esta época se c ataloga de enfermo a aquello que al sistema le sirve para preservar el orden. A la vez que se construye la subjetivación del individuo también se califica la anormalidad y se trata de que ella sea visible, ya que si uno sabe que es lo que no debe ser, está más cerca de saber qué es lo que debe ser. Esta visibilidad también va a ser discursiva, el criminal es objeto de debate y será la ciencia la que establecerá un rol fundamental en la construcción del yo normal y el otro anormal: se va a comenzar a medicalizar lo funcional y lo disfuncional. La medicina va a ser aliada del poder, buscando cuestiones fisiológicas para justificar cuestiones sociales, convirtiendo de esa forma al cuerpo como una cuestión que no es inocente. Es así que se entiende al criminal como algo patológico, como que está loco, enfermo y que hay que ayudarlo; como éste se sale de la norma se prefiere c reer que está loco antes que aceptar que hay gente que escapa d e la norma. Si bien la primera imagen que se nos muestra del hospital es hombres de tez negra limpiando, lo cual es una típica construcción social que dictamina que aquellos que son distintos son inferiores, a lo largo de la película vamos a dar cuenta que serán ellos junto con medicas y enfermeras mujeres los cuales van a ejercer autoridad en los pacientes. Considero que este hecho no es menor, lamentablemente las mujeres y las personas de piel oscura han sido colocados socialmente en términos de desprivilegio… y el hecho de q ue sean ellos quienes ejercen poder sobre los “enfermos” connota el grado de importancia social tan pequeño
que se les da a aquellos que están encerrados en aquel hospital. Según la cultura griega, el ámbito privado es aquel en que los individuos viven juntos llevados por sus necesidades y exigencias. Consideraban que los hombres debían c ontrolar las necesidades vitales en el ámbito privado para luego poder adquirir la libertad en el espacio público. Por tanto, “ser pobre o estar enfermo significaba verse sometido a la necesidad física” (Arendt, La condición hum ana, p.44), lo que justificaría este recluimiento que sufren estos “enfermos” en el hospital. Respetando todos los clichés del
modelo panóptico de control del que nos habla Foucault, la institución donde se encuentran internados mantiene la rigidez de las normas con p recisión. El hospital en su funcionamiento puede resultar similar a una cárcel, el hecho de que haya rejas significa que hay una clara limitación de la libertad. Se busca mantenerlos adentro ya que el interior es un l ugar de protección y seguridad, mientras que el afuera podría ser un lugar de amenaza. La enfermera Ratched representa a la médica y a la psicóloga a la vez, posee una mente cristiana y puritana y no permite excesos en su pabellón. Propone como método de redención la terapia de gr upo; “el examen de conciencia y la confesión se presentan como las dos condiciones capitales de la salvación” (Aries, Philippe y Duby, Georges. Historia de la vida privada. “Sociedad burguesa: aspectos concretos de la vida privada”.
p.205), pero si prestamos atención en este mecanismo, habiendo estudiado las críticas que Foucault lanza hacia el psicoanálisis podemos deducir que al exteriorizar sus sentimientos uno los estructura a través del lenguaje por lo tanto es una forma de controlarlos; más aún cuando la terapia es en grupo, estás ante la mirada de TODOS, te están monitoreando y ante esa presión uno culmina por a uto disciplinarse. No es solo el
control que el otro ejerce sobre uno sino el control que uno ejerce sobre sí mismo por reflejo de las voces ajenas. En la terapia ellos se confiesan pero al enunciarlo lo visualizan y se castigan a sí mismos. Arendt entiende que no todo puede ser visto u oído por todos: hacerse público; hay cosas que no deben ser domesticas por el discurso ya que al ser propias del instinto deben quedar en el ámbito privado de cada uno. En la primera oportunidad que la película nos muestra a los personajes haciendo terapia en grupo vemos la resistencia que ellos ponen en hablar, algunos incluso se esfuerzan por hacerlo pero culminan por desistir. El único que sí lo hace es Harding, el paciente que a lo largo de la película se nos muestra como más estructurado, en busca de responder a los pa rámetros que impone la sociedad, y el menos querido por sus compañeros. Al expresarse lo hace con un discurso muy rebuscado, discursivisado, repleto de palabras complejas que parecen embellecer su discurso pero lo único que generan es el rechazo de s us compañeros que no logran captar lo que éste quiere decir. El empleo de palabras sofisticadas por parte de éste puede deberse ya sea a: mostrar superioridad ante sus compañeros o, por el contrario o a c onsecuencia, a no querer asumir que al igual que ellos él tampoco quiere h ablar y esconde detrás de las bellas palabras lo que realmente siente porque una parte de sí mismo no está tan segura de querer hacerlo. En la terapia la enfermera Ratched propone hablar desde el c orazón, estimula a los pacientes a que racionalicen todo aquello que sienten, sin comprender, como bien dice la banda argentina La Renga en su canción: El final es donde partí, “el corazón tiene razones que la pro pia razón nunca entenderá”; quizás no
tiene sentido controlar lo irracional a través del discurso porque la propia persona prefiere permanecer con ello en su interior. De hecho un “enfermo” resulta mucho más coherente que la propia doctora cuando al ver que uno de sus compañeros se encontraba muy incomodo ante las preguntas que ella le lanzaba le p regunta “¿por qué hay que forzarlo a hablar?”. Pero ésta no es la única vez en que un “enfermo” parece reaccionar de
forma más cuerda que la propia doctora; es memorable el momento en que uno de los pacientes reacciona ante la doctora y le cuestiona: “¿es de enfermo querer estar solo?”… por supuesto que no, el problema
consiste en que la privacidad carece de visibilidad, por tanto al estar solo uno se podría librar del control. Como se puede apreciar en la película, el hospital no da cabida a la individualidad, todos los espacios allí son compartidos y de veras dudo mucho que ello sea algo inocente. Con respecto a esto, podemos deducir que tampoco los pacientes tienen la oportunidad de experimentar el placer solitario. Tanto Echeverría como Roman Gubern dan cuenta que cada vez re sulta más irreal pensar al espacio privado y al público en términos oposicionales ya que discursos tales como el tecnológico son territorios públicos que comienzan a inmiscuirse en la esfera privada. Por tanto, el hospital es un espacio con grandes referencias públicas y privadas a la vez, ya que a la vez que desde ese espacio se los mantiene aislados de la sociedad, también son privados de su intimidad que es uno de los atributos por excelencia del espacio privado. Henry Bergson considera que en el siglo 19 se la espacialización o geografización del tiempo: el reloj se relaciona con la visibilidad y nos disciplina ya que al ocupar un espacio y poder ser mirado nos volvemos objeto de él. A lo largo de la película se puede apreciar la estructuración horaria que hay dentro del hospital. La vida allí es una rutina con horarios que deben ser respetados a rajatablas, esto lo podemos apreciar desde un principio cuando marcan la hora de tomar la medicina. Aún así será en las reuniones de terapia cuando la obsesión por el horario va a quedar más traslucida; la enfermera Ratched va a hacer especial hincapié en ello: cuando McMurphy propone hacer un cambio en los horarios para poder ver un partido deportivo en la televisión, la enfermera Ratched se muestra muy resistente porque ello desordenaría los horarios ya establecidos. Así es que los pacientes impulsados por McMurphy comienzan a revelarse con argumentos validos que la enfermera hubiera preferido no escuchar: un poco de cambio no le hace mal a nadie. Finalmente la enfermera Ratched accederá a la posibilidad de cambio, pero no de otra forma que a través de una votación “democrática”. Finalmente, tras diversas trabas que la enfermera intenta ponerle a McMurphy,
éste logra conseguir los votos necesarios, pero a ún así la enfermera Ratched se excusará de permitirlo al argumentar que lo consiguió fuera del horario de la reunión (la reunión había terminado hacía segundos). El hecho de que la enfermera se muestre tan insistente en no permitir que los pacientes miren la televisión responde claramente al rol que Echeverría halla en medios tecnológicos, tales como la televisión: “se está produciendo una revolución doméstica (…) ello da lugar a que los hogares se conviertan en ámbitos de representación de la actividad pública, por una parte, pero también en focos de acción social” (Echever ría,
Cosmopolitas Domésticos, p.62). Este hospital era el hogar de sus pacientes a los que básicamente se los tenía recluidos allí sin tener la menor conexión con el exterior para tenerlos absolutamente controlados, abcentos de cualquier tipo de libertad, ya que como manifiesta Hannah Arendt, basándose en la sociedad griega, es el espacio público en donde el individuo puede ser libre y encontrar la eudaimonia (felicidad) ya que allí, entre otras cosas, uno no está bajo el mando ni manda a nadie… contrariame nte a lo que ocurría en el hospital. La televisión por tanto es un vinculo con el afuera que es reprimido. Ya que no los dejan hacer lo que quieren ellos van a hacerlo a través de su imaginación; así será que McMurphy reproducirá un relato de un partido televisivo imaginario que les da una cuota de alegría a todos. ¿Se puede juzgar esto como anormal? Quizás son aquellos que no creen en los sueños los que no son
realistas. McMurphy al tener una experiencia cercana con los “enfermos”, compartir con ellos, ade ntrarse a su
mundo y ver qué es lo que reciben desde las autoridades del hospital, comprende que no se trata de enfermos ni de locos, simplemente de personas… ya que de cerca nadie es normal y desde lejos (como era el
tratamiento que se les proporcionaba: frío y desarraigado) no s e ve. Es así que en un momento dado de una terapia en grupo el protagonista le dice a sus compañeros: “¡No están más locos que cualquier imbécil que camina por la calle!”
La salida que McMurphy improvisa a los barcos nos hace constatar que ese era realmente el primer día libre que habían tenido sus compañeros. Hasta entonces, sus días libres respondían a la lógica de disciplinamiento: se planificaban, se estructuraban en horarios y los limitaban como personas. McMurphy aparece en esta escena como aquel que le da una dosis de emoción, aventura y credibilidad en sus capacidades a aquellos que siempre eran tratados como incapaces. “El jefe”, un verdadero indígena nativo –cliché de la sociedad norteamericana-, se hace pasar por mudo, hace
décadas que no emite palabra alguna y aparece como un personaje que se encuentra de cierta forma aislado del resto de los compañeros. Considero que el jefe tomó una decisión muy sabia. Para Foucault el discurso existe para establecer control en la s ociedad, en la medida en que uno empieza a hablar de cosas, las convierte en objeto de debate que es controlable. Quizás para resistir al control es conveniente resistir a la visibilidad por lo asociados que están estos conceptos. Cuando algo aparece visible la cultura lo captura por lo que hay poder en el anonimato, si uno se visibiliza su identidad pasa a ser un objeto más del mundo capitalista. Nosotros tendemos a creer que al hablar de nuestros problemas estamos evolucionando pero en realidad el hablar tanto cu lmina por reprimirnos. La enfermedad y la suciedad se incluyeron en la esfera del “mal”. La sensibilidad “civilizada” se horrorizó ante la suciedad corporal y endiosó a la higiene y a la salud. La “higiene” fue mostrada por la ideologizada
Medicina como la condición previa de la salud. La higiene física aparece en esta época como una metáfora de la higiene social: el que es sucio corp oralmente, lo es también moralmente. Con limpieza del cuerpo me refiero tanto a los rituales de limpieza personal, como también a la limpieza del cuerpo a través de la actividad física y la relación con el placer sanitario. Una de las primeras imágenes que McMurphy ve cuando entra en contacto con sus compañeros del hospital es a los mismos imitando a la dura enfermera hacer g imnasia y disciplinar su respiración. El hospital se presenta a lo largo de toda la película como un lugar pulcro, absolutamente limpio, prolijo, blanco. Sin embargo este orden queda desvanecido cuando McMurphy invita a sus dos amigas que vienen acompañadas de bebidas alcohólicas. Las amigas de McMurphy no representan el modelo de mujer proclamado por la burguesía ya que no eran recatadas ni obedientes, por el contrario representaban lo que ellos asocian con las prostitutas: solo cuerpo. En pocos segundos , los “prisioneros” al poder liberarse y excederse, convirtieron el lugar en un caos. Al otro día cuando la enfermera Ratched aparece y da cuenta de lo que ocurrió la noche anterior, simultáneamente las cámaras nos muestran su gorra de enfermera en el suelo pisoteado y sucio, símbolo que explica que fue l o que sucedió la noche anterior: se revelaron a la ley, a la autoridad, al disciplinamiento, al orden, a lo moderado. Por más de que las leyes que operan en el hospital son exitosas porque aparecen naturalizadas, debemos dar cuenta que ellas son absolutamente construidas y forzadas, la demostración de ello queda c onstatada en la imagen del hombre de seguridad que estaba supuestamente controlando el orden del hospital la noche en que McMurphy lo torno en un boliche. Allí vemos como no se puede ser juez y parte, este hombre no se pudo mantener al margen de sus tentaciones (ni sexuales, ni con la bebida), y por ello tiro todo el orden por la borda. McMurphy parece muy sorprendido al enterarse que la mayoría de s us compañeros están allí encerrados por propia voluntad. Pero si lo analizamos lentamente y pensamos en la presentación que nos hace la película de los personajes ello no resulta tan descabellado. Tomemos el caso del personaje de Billy Bibbit, todo indicaría que este joven muchacho optó por estar en el hospital para no ser visible ante su madre y de esa forma evitar su control. Tras haber desobedecido la norma y, en aquella noche de descontrol, tener sexo con aquella mujer que le resultaba tan atractiva, Billy se sentía muy feliz. Sin embargo, abruptamente esa satisfacción desapareció, la amenaza antipedagógica que le hizo la enfermera Ratched acerca de contarle el episodio a su mama va producir en Billy una vuelta a la norma. Pero la conciencia es aquello que duele cuando todas las otras partes de tu cuerpo se s ienten muy bien; Billy no soportó esa carga, si lo que había vivido con esa mujer aquella noche era un sueño, no quería que nadie lo volviera a despertar, así que optó por el suicidio. El centro no hace más que omitir su función: ayudarlos a progresar. En las instituciones psiquiátricas clásicas como lo es esta, el sujeto internado es concebido siempre como “objeto” y no como “sujeto activo”.
El grado de racionalidad de la enfermera Ratched es tan extremo que llega a la irracionalidad misma. Parece increíble que tras el suicidio de Billy y el clima emocionalmente tenso que había en el hospital lo único que se dignara a decir fue: “que los hombres estén limpios y listos para la jornada; lo mejor que po demos hacer es seguir con la rutina normal”. Me pregunto qué se entiende por normal en este punto, qué se entiende por
locura. La película nos permite cuestionarnos realmente qué es lo normal y qué es lo anormal a tal punto que cuando el Jefe mata a McMurphy, lo cual descontextualizadamente podría resultar terrorífico, nos da la sensación de que le está haciendo un favor, le agradecemos internamente por liberarlo de ese mundo. “One flew over the cuckoo’s nest” es el verdadero título de esta gran película de Milos Forman que significa algo así como “Alguien voló sobre el nido del cuco”, frase que solo comprenderemos al ver el final de esta
película. Cuando el Jefe se escapa lo hace arrancando el bebedero del suelo, lo cual parecía prácticamente imposible; el salir de ese lugar en donde parecía atrapado sin salida queda simbolizado con ese suceso. Cuando lo hace, empieza a correr fuertemente un volcán de agu a el cual representa claramente la libertad, finalmente podría escapar de ese encierro, finalmente podría vivir con sus propias reglas. Con todo ese ímpetu el Jefe atravesó esa ventana hacia el exterior que en realidad era una vuelta hacia si mismo. Más que mostrar la locura mental de las personas, ésta película nos permite percibir la normalidad de ellas… considero que nadie es muy diferente a otro, ninguno está enfermo, simplemente no responden modelo de cordura creado por la cultura hegemónica de la época. Evelyn Einhorn Referencias: Arendt, Hannah. (1998). La condición humana. Editorial: Paidós. Barcelona, BS.AS, México. Aries, Philippe y Duby, Georges. (1990). Historia de la vida privada. “Sociedad burguesa: aspectos concretos de la vida privada”. Editorial: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. BS. AS.
Echeverría, Javier. (1995). Cosmopolitas Domésticos. Editorial: Anagrama. Forman, Milos. (1975). Atrapado sin salida. Foucault, Michel. (1961). Historia de la locura en la época clásica. Gubern, Román. (1987). El simio informatizado. “Claustrofilia versus agorafilia en la sociedad postindstrial”.
Editorial: Fundesco, Madrid. Identificación de los trastornos de la personalidad en personaje de la película atrapados sin salida TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD Identificación de los trastornos de la personalidad en personaje de la película atrapados sin salida La conducta desadaptada El ser humano es impredecible, sin embargo desde el punto de vista psicológica existen parámetros para definir cuando una persona actúa conforma las normas y reglas que se han establecido, y cuando esto no sucede decimos que es una persona anormal, ya que su comportamiento difiere de la mayoría de la sociedad. Podemos afirmar que cuando el individuo padece un trastorno de personalidad y este no le permite ser funcional dentro de su contexto social, entonces se está frente a una conducta desadaptada, con un trastorno de personalidad. Los trastornos de la personalidad se clasifican en: a) Conducta extraña o excéntrica b) Comportamiento dramático, emocional o errático c) Comportamiento ansioso. a) Dentro de la conducta extraña o excéntrica encontramos los siguientes trastornos: Paranoide que presenta las siguientes características: Tiene la expectativa, sin bases suficientes, de que los demás lo quieren explotar o dañar. Pone en duda, sin justificación, la lealtad y confianza de sus compañeros y colegas. Busca significados amenazantes en frases o sucesos inofensivos. Guarda rencores o no perdona insultos o descortesías. Se niega a confiar en otras personas por el temor infundado de que la información se emplee en su contra. Percibe ataques contra su carácter o reputación que no son evidentes para otras personas y reac ciona rápidamente con enojo o contraataca. Tiene sospechas recurrentes, sin justificación alguna de la fidelidad de su cónyuge o pareja sexual. Esquizoide el cual se identifica por las siguientes características: No desea ni disfruta las relaciones estrechas, lo qu e incluye formar parte de una familia. Casi siempre elige actividades solitarias. Pocas actividades, si no es que ninguna, le p rovocan placer.
Expresa poco o ningún deseo de tener experiencias sexuales con otra persona. Parece indiferente a la admiración o crítica de los demás. No tiene amigos cercanos ni confidentes ( o sólo tiene uno). Muestra frialdad emocional, alejamiento y poca variación en sus emociones. Esquizotòpico presenta las siguientes características. Ideas de referencia inapropiadas (la creencia de que la conversación, sonrisas u otras acciones de las personas se refieren a ella). Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a asociarse con temores paranoides en lugar de juicios negativos. Creencias extrañas o pensar que tiene poderes mágicos (por ejemplo, "otras personas pueden experimentar mis sentimientos"). . Experiencias preceptúales poco comunes, incluyendo ilusiones corporales. . Lenguaje y pensamiento extraños (muy vago, circunstancial, demasiado elaborado). Ideas paranoides o suspicacia. Comportamiento o apariencia extraños o excéntricos (gesticulaciones poco comunes, hablar consigo mismo, lenguaje extraño) No tiene amigos cercanos ni confidentes ( o quizá solo uno) que no sean familiares, sobre todo debido a la falta de deseo de contacto, la incomodidad constante con los demás o excentricidades. Afecto inapropiado o restringido ( por ejemplo, es frio, distante). b) Dentro de las conductas dramáticas, emocionales o extrañas nos encontramos, Histriónico. Que se caracteriza por: La Expresión de emociones que cambian con rapidez, pero son poco profundas. Se preocupan demasiado por el atractivo físico. Apariencia o comportamiento demasiado seductores. Se siente incomodo cuando no es el centro d e atención. Lenguaje en exceso impresionista, carente de detalles. Es intolerante o se frustra en exceso ante situaciones que no funcionan precisamente como lo desea. Considera que las relaciones tienen más intimidad de la que en realidad tienen (se refieren a un conocido como "querido, amigo"). Expresiones exageradas de emoción con mucha dramatización Narcisista sus principales características son: Sentido exagerado de la importancia de sí mismo, exageración de los logros y talentos personales y necesidad de que los demás reconozcan su superioridad. Preocupación por fantasías de éxito, poder y belleza ilimitados. Sentido de la condición especial y única que pueden apreciar sólo las otras personas o instituciones especiales o de alto nivel. Exige admiración y atención excesivas Sentido de derecho a todo, espera un trato especial, favorable o el cumplimiento automático de las experiencias personales. Explota a otras personas, se aprovecha de ellas. Carece de empatía por las necesidades y s entimientos de otras personas . Con frecuencia siente envidia de los otros o cree que estos lo envidian. Comportamientos o actitudes arrogantes o altaneras. Límite con las siguientes características. Esfuerzos desesperados por evitar un abandono real o imaginario. Relaciones interpersonales inestables e intensas. Sentido del yo persistente y desequilibrado, distorsionado o inestable( ejemplo, un sentimiento de que no existe o representa el mal). Impulsividad en áreas como el sexo, el consumo de s ustancias, el crimen o 5. Pensamientos, gestos y conductas suicidas recurrentes. Inestabilidad emocional con periodos de depresión, irritabilidad o ansiedad extremas. Sentimientos crónicos de vacío. Enojo intenso inapropiado o falta del control del enojo. Pensamientos paranoides pasajeros relacionados con el estrés o severos síntomas dispositivos., la imprudencia al manejar. Trastorno antisocial Incapacidad para cumplir las normas sociales (violar ley). Falsedad; manipulación, impulsividad; no puede planear. Irritabilidad; agresividad. Ignora de manera imprudente la seguridad de él mismo y de otros . Irresponsabilidad consistente.
Falta de remordimiento después de haber herido, maltratado o robado a otra persona. c) Dentro de las conductas ansiosas o temerosas encontramos los siguientes trastornos de la personalidad Evitación el cual presentas las características siguientes Se anticipa y preocupa porque lo rechacen o critiquen en situaciones sociales. Tiene pocos amigos, a pesar de que desea tenerlos. No está dispuesto a involucrarse con las personas a menos de que este seguro de que les va a agradar. Evita las actividades sociales o profesionales que comprenden un c ontacto interpersonal significativo. Inhibe el desarrollo de relaciones íntimas, por el temor a parecer tonto, a hacer el ridículo o a s entirse avergonzado. Posee poco valor personal porque percibe en sí mismo falta de aptitudes sociales y de cualidades de atractivo personal. Por lo general se niega a participar en situaciones o actividades nuevas por el temor a sentirse avergonzado. Trastorno por dependencia Es incapaz de tomar decisiones cotidianas sin asesoría y apoyo excesivos de otras personas. Permite o alienta a los demás para que tomen decisiones importantes en su vida por ella. Tiene dificultad para expresar su desacuerdo por el temor a que se enojen o pierda su apoyo. Tiene dificultad para iniciar actividades en forma independiente debido a la falta de confianza en su juicio o habilidades personales. . Hace cosas excesivas para o btener aceptación y apoyo de los demás. Se siente incómoda o indefensa cuando está sola debido a u n temor exagerado a ser incapaz de cuidarse a sí misma. Cuando termina una relación estrecha busca de manera indiscriminada otra relación que le ofrezca aceptación y apoyo. Frecuente preocupación por el temor de tener que cuidar de sí misma. Trastorno obsesivo compulsivo Perfeccionismo que interfiere en la finalización de las tareas. Preocupación por los detalles, normas, listas y horarios. Renuente a delegar tareas o trabajar con otros a menos que hagan las cosas exactamente como ella lo dice. Devoción excesiva al trabajo y la p roductividad hasta el punto de excluir actividades de desc anso y amistades. Exceso de conciencia e inflexibilidad para asuntos de moral o ética El dinero se considera como algo que representa una seguridad para las catástrofes futuras y el gasto en sí mismo o en otras personas es muy limitado. Incapacidad para desechar objetos desgastados o sin valor ( ni valor sentimental). Comportamiento por lo general rígido y obstinado. De acuerdo con la clasificación anterior se identifican algunos síntomas que presenta e l personaje de la película atrapado sin salida McMurphy, el cual cumple una larga condena en una prisión, pero lo trasladan a una institución psiquiátrica. En la película atrapada sin salida los personajes presentan conductas desadaptadas a tal grado dejan de ser funcionales y por tal motivo esta recluidos en un Hospital Psiquiátrico. Uno de los personajes más polémico y es McMurphy . El es un hombre de aspecto limpio que usa ropa normal a diferencia de sus compañeros que traen el uniforme de pacientes del hospital, tiene una apariencia personal muy buena, que conforme avanza su estancia se va deteriorando, se ve cansado y enfermo. Se ve en buenas condiciones es capaz de responder a los estímulos del ambiente, inclusive después de los electroshock. Las relaciones que mantiene con sus compañeros es de amistad, de ayuda, de comprensión, sin embargo la actitud hacia la enfermera es de egoísmo de coraje, de odio de agresividad. Al llegar el hospital tiene una actitud eufórica expresa afecto, amistad a sus compañeros. Sin embargo va declinando al transcurrir el tiempo y darse cuenta que es una realidad su estancia en ese lugar y que no es un juego. De repente se torna irritable cuando los demás no hacen lo que él dice, se involucra en peleas, y sobre todo ante la enfermera, tiene capacidad para discernir situaciones que le interesan como cuando d esea escapar. Durante las terapias se observa desconcentrado busca constantemente en que distraerse se aburre y necesita actividades fuertes , como fiestas, ver fútbol motivo por el c ual tiene un fuerte altercado con la enfermera, cabe destacar que al pedirle se lo h ace de buena manera y al negarle e ste se irrita y se enfurece demasiado. Se observa que tiene pensamiento adecuado y un leguaje fluido que s e torna irrelevante con las figuras de autoridad. De acuerdo con su comportamiento se deduce que es una persona inteligente, ya que sus planes los realiza de manera adecuada, ejemplo la huida, la fiesta, obtiene lo que se propone. McMurphy es un personaje que le gusta llamar la atención, además de manipular a los demás sin importarle
los otros sin embargo a medida que establece lazos afectivos se torno más comprensivo, tolerante y es evidente que le interesan sus compañeros pero lo h ace de manera irresponsable. Es un personaje que no respeta r eglas le es difícil seguir la normas morales aunque es consciente de ello no le importan las consecuencias, tal parece que lo que le interesa es la libertad y la felicidad, recurre al engaño ejemplo de ello cuando no se toma la medicina y cuando consigue el yate. De acuerdo con la clasificación que se menciona al inicio de este trabajo sobre la c onducta desadaptada se concluye que el personaje de McMurphy por los síntomas que presenta tiene un trastorno antisocial de la personalidad ya que presenta incapacidad para cumplir las leyes es irritable agresivo, manipulador. Imprudente, irresponsable no mide las consecuencias de sus actos, además de no tener ningún remordimiento y carecer de empatía, sin embarco cuando Billy va a ser juzgado expresa remordimiento por lo hecho y manifiesta tristeza y rabia luego de que este muere. También presenta características de otros trastornos de la personalidad en poca escala pero que es importante resaltar en el trastorno narcisista como la carencia de empática, manipulación y sinceridad. Así como también el trastorno histriónico de la personalidad donde es evidente que presenta síntomas de impulsividad de imprudencia, la autodramatizaciòn teatralidad exagerada. También se presenta el trastorno límite de la personalidad, como la impulsividad y manipulación. Finalmente se concluye que en ocasiones en los centros de salud metal se atenta contra los d erechos de los pacientes ya que el trato no es el adecuado, los médicos y enfermeras también presentan trastornos de la personalidad que dista mucho de ser lo idóneos para tratar de ayudar a los pacientes y que estos mejoren por el contrario se agravan mas. y lejos de ir mejorando su salud mental empeoran. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Sarason IRWIN G. & Sarason B. R.(2006). Psicopatología: Psicología anormal: el problema de la conducta inadaptada Autor:, Editorial Pearson Educación Película Atrapada sin salida filmada 1965
LOBOTOMIA Hace 75 años, en Estados Unidos, se llevó a cabo un proceso que un psiquiatra describe como "meter una aguja en el cerebro y agitarla": la lobotomía. ¿Cómo llegó a ser considerada una cura mágica? La idea de abrirle huecos al cráneo para curar enfermedades viene de la noche de los tiempos. En las profundidades de los archivos de la Colección Wellcome de Londres, ese m agnífico tesoro oculto de curiosidades médicas, hay una pequeña caja blanca de cartón. Adentro hay un par de aparatos médicos. Son sencillos. Cada uno consiste en una barra de acero de 8cm, con un mango de madera. "Estas horripilantes cosas son instrumentos de lobotomía. Nada sofisticado", dice el archivista Lesley Hall. Estas barras alguna vez representaron lo más avanzado de l a ciencia psiquiátrica. Eran las herramientas operativas de la lobotomía, también conocida como leucotomía, una operación que era considerada como una cura milagrosa para una variedad de enfermedades mentales. Por miles de años l a humanidad había practicado la trepanación, agujereando el cráneo para dejar salir a los espíritus malvados. La idea de la lobotomía era diferente. El neurólogo portugués Egas Moniz creía que los pacientes con conductas obsesivas sufrían de problemas en los circuitos del cerebro. En 1935, en un hospital de Lisboa, pensó haber encontrado la solución. "Decidí cortar las fibras conectivas de las neuronas activas", escribió en una monografía titulada "Cómo llegué a hacer una leucotomía frontal". Su técnica original fue adaptada por otros, pero la idea básica se mantuvo. Los cirujanos perforaban un par de huecos en el cráneo, ya sea en un lado o en la parte superior, e introducían un instrumento afilado -un leucotomo- en el cerebro. El cirujano luego lo movía de un lado a otro para cortar las conecciones entre los lóbulos frontales y el resto del cerebro. Moniz reportó mejoras dramáticas en sus primeros 20 pacientes. La operación fue acogida con entusiasmo por el neurólogo estadounidense Walter Freeman, quien se convirtió en un evangelista del proceso. Fue él quien hizo la primera lobotomía en Estados Unidos en 1936, y luego la divulgó por el mundo entero. Desde principios de la década de los '40, empezó a ser vista como una cura milagrosa en el Reino Unido, donde los cirujanos ejecutaron proporcionalmente más lobotomías que EE.UU. A pesar de la oposición de algunos doctores -particularmente los psicoanalistas- se convirtió en parte integral de la psiquiatría. La razón de su popularidad era simple: la alternativa era peor. "Cuando visitaba hospitales de salud mental... veía camisas de fuerza, celdas acolchonadas, y era patente que algunos pacientes eran -siento tener que decirlo- sujetos a violencia física", recuerda el neurocirujano retirado Jason Brice. El chance de una cura a través de la lobotomía parecía preferible a una cadena perpetua en una institución. "Esperábamos que ofreciera una salida", dice Brice. "Esperábamos que ayudaría". Miles y miles Al hiperactovo McMurphy, encarnado por Jack Nicholson, le hacen una lobotomía en Atrapados sin Salida. La operación se volvió tan popular que había doctores , como el británico Sir Wylie McKissock, que llegaron a hacer miles. Terry Gould, quien trabajó con McKissock como anestesista, piensa que su antiguo jefe llevó a cabo unas 3.000. "Era un proceso que tomaba cinco m inutos", y McKissock -cuenta Gould- se prestaba para hacerlas hasta en los fines de semana. "Iba a otros hospitales en la mañana de un sábado, hacía tres o cuatro leucotomías, y regresaba". Según Brice, la operación podía tener resultados dramáticos en algunos pacientes, pero cada vez tenía más dudas al respecto, especialmente cuando se trataba de pacientes con esquizofrenia. El psiquiatra John Pippard le hizo seguimiento a varios cientos de pacientes de McKissock y encontró que alrededor de un tercio se benefició, a un tercio no le afectó y el otro tercio empeoró. A pesar de que él mismo había autorizado lobotomías, luego se opuso a su práctica. "No creo que ninguno de nosotros estabamos realmente cómodos poniendo una aguja en el cerebro y agitándola". En 1949, Egas Moniz ganó el premio Nobel por inventarse la lobotomía, y la operación llegó a la cima de su popularidad. Pero a partir de mediados de los '50, rápidamente cayó en desgracia, en parte porque los resultados eran pobres y en parte gracias a la introducción de la primera ola de medicamentos psiquiátricos efectivos.
Décadas más tarde, cuando trabajaba como enfermero psiquiátrico en una institución, Henry Marsh cuidaba pacientes a los que se les hizo lobotomías. "Eran esquizofrénicos crónicos y eran a menudo los más apáticos, lentos y acabados", dice. Marsh, quien hoy en día es un eminente neurocirujano, dice que la operación sencillamente era mala ciencia. "Era muy mala medicina, mala ciencia, pues era claro que nunca se le hizo seguimiento apropiado a los pacientes". "Si uno veía al paciente después de la operación, parecía que estaba bien: hablaba, caminaba y le decía 'gracias' al doctor", observa. "El hecho de que los habían arruinado totalmente como seres humanos sociables probablemente no importaba".