Capítulo 1 Discapacidad. ¿De quién? ¿Mía, tuya, n uestra?
C
OMENZARÉ ESTE LIBRO, CONTÁNDOLES UN CUENTO. Segura-
mente a todos, alguna vez nos ha gustado que alguien nos contara cuentos. Cuentos de niños, de hadas, de monstruos, de animales. Este cuento habla de Tico, el pajarito de las alas do radas de L E O L E O N N I . Como todo cuento, comienza así... "Conocí hace muchos años un pajarito llamado l lamado Tico. El se sentaba sobre mis hombros y me hablaba de las l as flores, de los heléchos, de las altas montañas, montañas, hasta que un día me contó la historia de su s u vida. Y me dijo.. .No sé cómo pudo suceder pero cuando era joven, no tenía alas. Cantaba igual que los otros pá jaros y saltaba como ellos, pero no podía volar. A veces yo me preguntaba ¿por qué no puedo volar como los otros pájaros?, ¿por qué no puedo atravesar el gran cielo azul y volar sobre pueblos y caminos? Un día se me apareció el pájaro de los deseos y me dijo: 'Dime un deseo y se convertirá convertir á en realidad'. real idad'. Recordé mis sueños y mi de seo de volar y con toda, mi fuerza, deseé un par de alas de oro. De pronto, sobre mi espalda, espalda, aparecieron dos alas doradas. Yo era muy feliz. Volé un día entero. Pero cuando cuando mis amigos me me vieron vi eron bajar del cielo, fruncieron el ceño y dijeron: Tú te crees que eres mejor a nosotros con esas alas de oro. ¡Pero no lo eres! Tú eres diferente. Y remontaron vuelo sin agre gar palabra. Yo me preguntaba, preguntaba, ¿por qué se enojaron? ¿Qué tiene de ma lo ser diferente? Mis alas eran las alas más bellas del mundo. Pero mis amigos me habían abandonado abandonado y me sentía muy solo.
Con el correr del tiempo fui dando cada, una de mis plumas de oro a quien lo necesitaba y en su lugar aparecía una pluma de verdad. Hasta que un día mi plumaje fue igual igual al de los otros. otros . Decidí entonces volar hacia el gran árbol donde esta ban mis amigos. ¿Cómo me recibirían? recibirían? Pensaba. Cantaron alegremente al verme. Ahora tú eres igual a nosotros. Me dijeron. Era cierto, yo era igual a ellos, pero no me sentía como ellos. Y pensaba: ahora mis alas son negras, negras , pero aun aun no soy como mis amigos. Todos somos diferentes. diferentes . Por qué qué cada uno tiene sus propios recuerdos y sus propios sueños dorados invisible i nvisibles". s".
Este hermoso cuento me sirve de introducción para hablar sobre el tema de la discapacidad. Me pregunto entonces: ¿qué piensan ustedes los que van a leer este libro acerca de la discapacidad? ¿cuáles son sus ideas al respec to, sus fantasías, sus prejuicios, sus mitos? ¿cuál será vuestro recorri do en la lectura de estas páginas? Podremos llegar a pensar al cabo de cierto tiempo como el pajarito Tico, que todos somos diferentes. Ve remos. Pero creo que lo importante es que juntos podamos reflexionar y compartir esta aventura acerca de este tema tan delicado y comple jo como es la discapacidad. La discapacidad fue abordada desde distintos puntos de vista con el correr de los años. Primero fue objeto de estudio de la medicina. El tena en cuestión era el cuerpo. Luego, la educación se fue interesando por estas personas, para que ellas no quedaran marginadas ni segrega das del resto de la humanidad. Pero en los últimos años, se empezó a conceptualizar y a pensar a este niño, adolescente o adulto como un su jeto. Sujeto pensante, deseante o sufriente, formando parte de una fa milia, de una escuela o de la sociedad. Es decir, se fue dando un profun do viraje en la mirada y en la escucha acerca de este tema. Sabemos que la discapacidad, no es una enfermedad. Aunque puede ser, la secuela de la misma. Tampoco es un síntoma que al ca bo de cierto tiempo va a desaparecer. Es una marca real, que va a acompañar a este niño, adolescente u adulto, a lo largo de la vida. Pensar que esta temática no debe ser estudiada por la medicina es erróneo. Lo fundamental es que podamos comprenderla en el sentido más amplio, para que este sujeto no se pierda o no se confunda con una pieza de un mecano que deba ser ajustado o simplemente alguien 10
e quien hay que quitarle o ponerle algunas tuercas. Como psicoanalista pienso que solamente considerando al sujeto es su totalidad, no lo discapacitaremos más, ni nos discapacitaremos uosotros. "El individuo de la especie humana es un deficiente instin tivo. Nada en su sistema genético-neurológico, le define el obje to capaz de calmar su malestar (sin la presencia de los otros). A diferencia de las otras especies, el bebé humano queda ex puesto a sus necesidades sin recursos biológicos suficientes pa ra definir ni con qué ni cómo satisfacerlas" (JERUSALINSKY). 1
El animal sabe casi instintivamente cómo calmar o buscar la res puesta a ella. El bebé en cambio necesita de un adulto que pueda res ponder a sus demandas y necesidades. Deseos y demandas se inseri ré- aún antes del nacimiento y por ello, desde el va mos ocupa un bu zar en la cadena de significantes de los padres. Si bien en la Antigua Grecia, a los niños con discapacidad se los araba de las alturas del monte Taigeto, medida acorde para la cultu ra de esa época, nuestra civilización a veces, arroja al niño con una raarca indeleble a un vacío, al vacío de la indiferencia o de la super:,e:nología. Estudios médicos inter minables o técnicas divers as de tra ía miento van alejando a ese niño de su lugar de goce de los padres, llegando los padres más de una vez, a no saber realmente cómo es ese niño, qué quiere, qué necesita, qué piensa o qué siente y hasta por :ue hace ciertos gestos o contorsiones. Sólo saben que deben estimu larlo, llevarlo de médico en médico, de profesional en profesional pa ra "su bien". Pero ese supuesto "bien" ¿cuál es?, ¿para quién es?, ¿pa re el niño o para los padres? El niño puede nacer sordo, ciego, con parálisis cerebral o con de nudad mental o bien una enfermedad insidiosa como la meningitis rudo haber dejado secuelas importantes en el plano neurológico, pe ra para los padres y la familia toda, este suceso pudo haber causado ra efecto enloquecedor. El diagnóstico médico es preciso. "Su hijo es ra discapacitado sensorial, motriz, o mental". Informe exacto y sin equívoco, pero cae el psiquismo de los padres como un balde de agua
1
JERUSALINSKY, ALFREDO
-.-'zntil.
y col.: Psicoanálisis en problemas del desarrollo
Nueva Visión, Buenos Aires (1988), pág. 25.
fría siendo el tiempo de recuperación, en ocasiones, demasiado largo. Ningún padre está preparado para recibir a un niño con "una marca". Esta es una realidad que ellos no esperaban. La discapacidad marca. Pero marca no solamente con su marca al niño, sino a la familia toda. Así como no hay dos familias iguales, tampoco hay dos padres iguales. Ellos tienen sus propias historias, su propio pasado, algunos felices, otros no tanto. Una psicoanalista francesa, PIERA AULAGNIER, decía: "El naci miento de un niño implica un riesgo relaciona!"? y si nos detenemos a pensarlo, ésta es una gran verdad. Nunca nadie sabe a ciencia cier ta cómo será ese encuentro con ese niño que va a nacer. La madre ante de encontrarse con un hijo encuentra un cuerpo. Y ese cuerpo podrá ser el esperado, soñado o no, pero es recién a par tir de la libidinización que se podrá tornar en hijo. Recuerdo el caso de Juan, un niño que nació con un síndrome de sordera asociado a ojos de distinto color. La madre de Juan durante años no pudo reponerse a semejante impacto. Siendo éste pequeño, un intento de suicidio de ella en presencia de él, busca poner fin a tal sufrimiento. Juan, actualmente con sus trece años es sordo, como siempre lo fue, pero lo más grave en él no era su sordera,, sino su de ficiencia psíquica. Un cuadro emocional severo se instaura temprana mente asociado con trastornos biperquinéticos, lo que dificulta su escolarización más que la sordera misma. Sería una imprudencia y has ta un sin sentido responsabilizar solamente a esa madre de lo acon tecido a ese hijo. Pero no podemos negar que esa discapacidad senso rial de él, más el daño neurológico, la discapacita a ella desde el va mos en su lugar de madre. Injuria narcisista que no puede elaborar. La deja sin capacidad ni recursos para poder sostener y contener a ese bebé inmerso en un profundo silencio. Ese niño no era lo que ella esperaba. El encuentro con lo impen sable la desestabiliza. Su psiquismo no tolera la muerte simbólica de ese bebé largamente soñado. Muerte también de una imagen de ma dre que ella debió desear ser y que impulsivamente recreará con el in tento de suicidio delante de él. Por eso sostengo que las marcas orgánicas de un niño, marcan so-
AULAGNIER, PlERA.: Cuerpo, historia e interpretación. Editorial Paidós, Buenos Aires (1991), pág. 151.
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- :: io a las madres, y a la pareja parental, más que al mismo niño. Todos sabemos del continuo peregrinar y sufrimiento de los ires. en busca de orientación, prevención y tratamiento. Algu- ¿e ellos encuentran rápidamente las respuestas adecuadas, - ~ :ambio otros por cuestiones cult urales, soci ales o económica s : _e: en desprotegidos, bajan sus brazos y ese niño con posibilida des de reeducación o educación pasa a ingresar el submundo de i margi nados . Los prof esionales que trabaj an en las graneles arres posiblemente no estén tan en contacto con esta realidad • :acitante, pero profesionales del interior saben de esta dolorasa verdad. Parece un contrasentido, pero la presencia de un ni: : a una marc a en el cuerpo repres enta algo tan difícil para ..arar que muchos en cierta manera contribuimos sin querer la, obstaculizando más que resolviendo los problemas. Los que abordamos psicoanáliticamente estas cuestiones saruars del lugar que ocupan la resistencia y la compulsión a la re• - en los abordajes de los conflict os indivi dual es. Resistencia es el mecanismo por el cual un sujeto coloca obsrlos para no conectarse con aspectos dolorosos de una realiLa compulsión a la repetición es la reiteración de manera in• a ente de conduc tas, ideas y pensamientos que sur gen en for- -- repetitiva en un int ento de elabora r o toler ar situac iones que •si otra forma serían rechazadas por el yo. La sociedad, al ser formada por los hombres no está exenta de estas mecanismos psíquicos. La resistencia al cambio y la com pulsión a la repetición lleva a que la sociedad promueva por ejem: : la modalidad del peregr inar en vez de orientar rápi dament e. es lo mismo hacer estimulación temprana que estimulación tardía. No es igual un niño asistido en su reeducación a los 3 años rae a los 8 o a los 10 años. No es verdad que "hay tiempo para todo". Eso es una simple rxrresión de deseos, para calmar, nuestros sentimientos de falta - responsabilidad o de operatividad. Un niño sin una asistencia :eaaada y apropiada no sólo se discapacita, también discapaciae aadirectamente a su familia. Si no colaboramos rápidamente, la familia, inconscientemen te, reorganiza su propia economía psíquica sustentando la ilusión de que el tiempo no pasa y ese hijo puede comenzar a funcionar como el eterno bebé o "el pobrecito" a quien los padres y los her13
manos están obligados a atender por el resto de sus vidas promo viendo fantasías de que a esa persona es necesario cuidarla siempre. Este lugar tan especial que ocupa la persona con discapacidad moviliza sentimientos ambivalentes en la familia, en las escuelas y en otras instituciones de la sociedad. En lo manifiesto muchas de estas familias se presentan con el discurso de estar dando la vida por sus hijos, otros en cambio se automarginan y dejan de compartir su vida con familiares, amigos u otros hijos, pero en lo latente sentimientos de remordimiento, culpa o resentimiento se fortalecen . "La palabra resentimiento se define como el amargo y el enraiza do recuerdo de una injuria particular. Su sinónimo es el rencor. El su jeto resentido puede dejar de recordar, no puede olvidar... y lo traumá tico permanece como cuerpo extraño, que quedará aislado del curso asociativo con el resto del yo". La sociedad indiferente a veces acentúa estos dolores. Ella se siente cómoda con hombres y mujeres perfectos y la presencia del hombre "no del todo perfecto" la desorienta. La sociedad anhela algo así como la ilusión de una unidad espa cial y temporal sin fracturas. La existencia de la discapacidad quie bra la idea mítica de completud o de perfección narcisista. El resen timiento y el remordimiento son pues los sentimientos que promue ven ciertas reacciones observadas en los padres como en la sociedad tales como: 3
L Falso protecc ionis mo que indu ce inmovilizaci ón al sujeto supues tamente fallado debiendo este miembro con discapacidad evitar el hacer cambios con el fin de mantener cierta homeostasis fami liar o social, 2.
o se lo intenta preservar promoviendo en él una alta dependen cia vincular.
Todos somos conscientes de que la modalidad vincular de sobreprotección esconde la no protección y remite a una culpa. No hay na da peor que proteger excesivamente a alguien, no permitiéndole ha cer uso de sus verdaderas capacidades. En realidad deberíamos reflexionar si no somos nosotros los
KANCIPER,
LUIS.:
Aires (1992), pág. 17.
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Resentimiento y
repetición.
Editorial Paidós, Buenos
verdaderos discapacitados que vivimos sujetados y no haciendo iso de nuestras creatividades para colaborar en forma eficiente y •:::va con la persona con necesidades especiales. Debemos terminar por disolver las dicotomías entre lo somá tico y lo psíquico, entre lo familiar y lo extrafamiliar, entre lo que : :rresponde a ellos o lo que nos corresponde a nosotros. Debemos pensar al niño y al adulto disminuido simplemente como una per;:r_a con más o menos limitaciones, donde su cuerpo habla del i siquismo y el psiquismo se expresa en el cuerpo. Lo que nosotros trofesionales de la salud y de la educación debemos profundizar cuestionarnos es solamente porque "ese niño débil o no, presen ta un lenguaje relacional perturbado y el mismo se expresa por ir. camino extraviado". 4
"Si para todo niño transformarse en un sujeto abierto al deseo, es
- r trámite difícil y costoso", para estos niños y para estos padres ríe desde el nacimiento cargan con un trastorno del desarrollo, el trámite se dificulta más aún. Este trastorno se constituye en un ele mento más resistente a la simbolización. No da lo mismo nacer por ejemplo con una mala formación, que implica intervenciones quirúr gicas tempranas, que no nacer con ellas. Todo esto es algo más a sim bolizar y se irá resolviendo de acuerdo a las posibilidades familiares a la gravedad de los trastornos en jue go. Es necesario que nosotros los profesionales posibilitemos que ese i:ño ingrese a un espacio de deseo de los padres, pues sino estará soemente formando parte del mundo físico-químico que nos rodea. Sabemos que la marca real va a dejar su efecto no solamente en '. :- constitución del esquema corporal sino en la imagen inconsciente te cuerpo. Concepto aportado por F. D O LT O quien dijo que la imagen inconsciente de nuestro cuerpo es una imagen relacional, construida e partir de las vinculaciones con el gran Otro (los adultos relevantes) ríe a partir de la mirada, de las caricias y de las palabras aportarán elementos para nuestra integración como sujetos. Un niño con problemas en su desarrollo puede ser un niño sano : enfermo psíquicamente como cualquier otro niño, pero eso depende0
4
Aires
MANNONI, MAUD.: El niño retardado y su madre. (1964),
Editorial Paidós, Buenos
pág. 28.
RODULFO, RICARDO: Pagar de más.
Nueva Visión, Buenos Aires
(1986),
pág.
156.
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rá exclusivamente de la estructura familiar que lo sostiene y de la trama mítica que lo envuelve. Las huellas de lo no estructurado van a indicar que en algún lugar del trípode edípica estuvo la falla y no en la marca del cuerpo. Si nosotros los profesionales de la salud y de la educación sola mente priorizamos la rehabilitación, lo psicológico, o lo médico y no podemos pensar a ese sujeto como una persona, contribuiremos nue vamente a discapacitar más a esa familia y nos ubicaremos en el lu gar de los poseedores del saber, que es lo peor que nos puede suceder Hay un viejo refrán que dice "Solo sé que no sé nada". Creo que esa debiera ser nuestra ubicación en este delicado tema. Tratemos de recordar la conjugación del verbo Saber, aprendida cuando éramos niños. • • • • • •
Yo sé Tú sabes El sabe Nosotros sabemos Vosotros sabéis Ellos saben
Si solamente YO SE, discapacito a las personas con discapacidad y discapacito a la familia que es quien tiene generalmente un saber que no lo puede exteriorizar.Y fomentamos inc onscient emente en los padres "el no sé" o Usted sabe. Desde ese lugar se rigidizan los saberes. Aprendamos a reconocer el tú sabes o nosotros sabemos o todos sabemos. Cada uno en el lugar que le corresponde. Aceptemos las diferencias pues como decía Tico: "Todos somos diferentes porque sueños
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dorados
invisibles".
todos
tenemos nuestros propios
Tapítulo 2 Lo esencial es invisible a los ojos. Entre obstáculos e instrumentos ALICI A AREN AZA - ROS A CARRANZA ALICIA MALIK - MARTA SCHORN
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Caminante no hay camino se hace camino al andar y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
E
STOS CONOCIDOS VERSOS DE ANTONIO MACHADO tienen la pro-
fundidad poética de sugerirnos la enorme cantidad de obs- que el Hombre ha ido encontrando a su paso por la Historia ie la Cultura, logrando la genialidad de transformar muchos de ellos en instrumentos que posibilitaron continuar su avance. El psicoanalista no ha sido la excepción, abriéndose camino en raía tierra fértil pero muchas veces plagada de dificultades que in centivaban su curiosidad intelectual, encontró en el propio obstácuJI muchas veces la salida del laberinto. Xo hace demasiado tiempo se cuestionaba la analizabilidad de -.¿tientes psicóticos, narcisistas, niños, familias, considerándolo sin luí acidad de transferencias, o porque técnicamente resultaba difícil ;u abordaje. Actualmente nadie niega para estos pacientes su pertenencia al
Trabajo presentado en la Escuela Argentina de Psicoterapia para
Graduados, año 1995.
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ámbito psicoanalítico, aunque de acuerdo a las líneas teóricas que se sigan, serán abordados de una u otra forma. Pero no parece haber corrido igual suerte la atención de pacientes con marcas orgánicas, a quienes y desde su estructura psíquica, los po demos encontrar neuróticos, psicóticos, psicosomáticos, perversos, et cétera que, con las mismas características desplegarían fenómenos transferenciales y contratransferenciales. Entonces ¿por qué los esca sos trabajos sobre el tema? ¿Existiría algo desde la estructura psíqui ca que los torna tan distintos que casi parecerían innombrables? Es verdad que la discapacidad es considerada en muchos casos como una intervención divina, en donde el ser discapacitado es enten dido como una suerte de castigo o privilegio, lo que puede operar co mo defensa en dicho sujeto y algunos de los que los rodean, pero que se plasma en un justificativo para la poca estima que existe hacia la persona discapacitada y su familia. En tanto uno no es el agente discapacitante, quedamos eximidos de la responsabilidad de considerar a dichas personas, no interesán donos en la prevención de la discapacidad y no promoviendo o facili tando los servicios de atención necesarios. En nuestro lenguaje habitual solemos referirnos a dichas perso nas como "el hombre enfermo", y, de hecho, es tratado como tal. Dicho término tiene una connotación inadecuada de caridad, pena y lásti ma. Naturalmente como resultado de esto, en muchos casos dichas personas se ven a sí misma como un objeto que merece poco respeto y reaccionan en concordancia a ello, afectando su autoestima al dis minuir el desarrollo de su propia imagen y la confianza que tiene en sí misma. Así el encuentro con un hijo vivido como "no perfecto" y la desilu sión de esta vivencia conlleva, deja una inscripción especial que al pa ciente con marcas visibles que luego desplegará en la transferencia. La marca en el trabajo analítico, aparece entonces como un ter cero que está presente y es hablante. Pero: ¿realmente se nomina, o se la ignora? Seguramente que para que esta marca deje de ocupar ese lugar de tercero, deberá necesariamente ser nominada por el te rapeuta, como debió ser nominada antes por la madre. Pero en algu nos casos observamos que en el lugar de ello se la silenció. Podríamos pensar que al actuar de esta forma, la marca debería dejar de operar únicamente desde lo físico visible y se instalaría en un espacio men tal, un espacio de simbolización. 18
Aquí es válido analizar la diferencia que F R A N C O I S E D O L T O hace are imagen corporal y esquema corporal. Este último es un dato :: mico en el que el cuerpo puede estar sano o lesionado, mientras Une la imagen corporal es un dato histórico que se va construyendo c. .:- ayuda del medio y de esta forma "un esquema corporal muy lez do puede estar habitado por una imagen del cuerpo integrada",'
7 : tar a que esto ocurra, será necesario que la madre nomine esta iulua. a la vez que le signifique otras partes del cuerpo no lesionadas, '•-riendo por ejemplo: "Si tú tuvieras brazos podrías abrazar como yo te abrazo, pero yo siento tu mirada como un abrazo". "Cuando el niño se ve afectado por una invalidez, es indispen sable que su déficit físico le sea explicado referenciándolo a su pa sado no-inválido. O, si este no es el caso, a la diferencia congénita entre él y los demás niños. Asimismo tendrá que poder, con el len guaje mímico y la palabra, expresar y fantasmatizar sus deseos, sean éstos realizables o no, según este esquema corporal lisiado". "La imagen del cuerpo es aquello en lo cual se inscriben las expe riencias relaciónales de la necesidad y el deseo, valorizantes o desvalo rizantes, es decir narcisisantes o desnarcisisantes", FRANCOISE DOLTO. 8
WiNNICOTT también nos dice que "no es el niño el que se percibe coactuoso sirio que es su madre la que lo mira como defectuoso o no".
La mirada es un tema abordado por muchos psicoanalistas: LA<¿ en el Estadio del Espejo; D O L T O en el Niño que es hablado frente - a r i o y la importancia de este SER H A B L A D O . WiNNICOTT teori: : terca del lugar de la madr e como espejo del hijo, posibilitando que e¿ ruño se mire en ella. Pero cuando esto no ocurre (por ejemplo con . ¿res depresivas) ¿qué sucede? El niño mira a su madre intentan: rescifrar sus estados de ánimo y no se ve a sí mismo. Esto atenta ara sus posibilidades de creatividad y favorece la construcción de En falso self. Nos preguntamos entonces ¿qué pasa en el terapeuta con la mi re ia en este posible encuentro con alguien que deja ver sus marcas _ -. • rales?
' D O L T O , FRANCOISE: Buenos Aires 5
La
imagen inconsciente
del
cuerpo.
Editorial Paidós,
( 1 9 8 6 ) , pág.20.
DOLTO, FRANCOISE: ídem, pág. 18.
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Podemos arriesgar como primera hipótesis la aparición en el te rapeuta del temor a ser envidiado por ser distinto, entre comillas "completo". Puede ser que no se pueda hablar de esto, porque alude en él a aspecto ligados a lo no resuelto, en tanto la marca, la carencia, da cuenta de la castración que se presentifica desde un primer mo mento cobrando las características de lo siniestro. Para FREÜD lo angustioso se torno siniestro cada vez que se des vanecen los límites entre realidad y fantasía. "Siniestro sería enton ces aquella suerte de espanto que afecta las cosas conocidas y familia res desde tiempo atrás".
Podemos pensar que el encuentro con una persona con marcas vi sibles infaliblemente producirá en nosotros el efecto de lo siniestro, pero el mismo F R E U D nos plantea más adelante en dicho artículo "cuando más orientado esté el hombre en el mundo, tanto menos fácil mente las cosas y los sucesos de éste le producirán la impresión de lo
Este manuscrito del año 1 9 1 3 , publicado en el año 1 9 1 9 , es tuvo archivado en un cajón seis años antes de salir a la luz. "Qué si
siniestro".
niestro destino freudiano éste del manuscrito de 'lo ominoso' de perma necer oculto seis años en un cajón, receptáculo significante a la vez del ocultamiento y de la muerte",
comenta
NÉSTOR PROPATO
al hacer la re
visión de lo Siniestro en FREUD. B L E G E R señala que para que lo familiar se torne ambiguo en for ma brusca, insólita o inesperada, produciendo el efecto de lo siniestro, es necesario que se encuentre con un yo ambiguo e inmaduro. Pero también estos hechos pueden producir simplemente la vivencia de extrañeza conectada al misterio cuando hay un Yo más integrado que resulte capaz de enfrentarse a lo ambiguo. Este autor considera que un Yo que haya logrado la madurez puede transitar por momentos re gresivos que haga vivenciar como siniestras experiencias que en otro momento no habrían sido sentidas como tales. Por lo tanto, como per sona, nadie está exento de caer en la renegación y el repudio de lo que se le aparece ant e sus ojos. Y los psicoter apeutas tampoco. Algo de es te orden se debe articular en muchas de las dificultades para la aten ción de personas que portan discapacidades. Repudio y renegación en tanto mecanismo que opera psíquica mente desconociendo o rechazando lo que está presente. 9
9
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PROPATO, NÉSTOR.
Cuando renegamos nos defendemos de reconocer una percepción atizante, que viene desde la realidad. En tal sentido la visión la falta de alguna parte o función en el cuerpo del otro puede vivirxmo la emergencia desde lo real, de lo posible y temido ligado a la ción y en último término a la muerte. De este modo rehusando mención psicoanalítica del paciente con déficit intelectual, motriz o Knsorial, se crea una suerte de ilusión en donde lo temido vivido co: terrorífico y siniestro no existe y por lo tanto no nos ocurrirá. II daño físico en el otro suele percibirse como la muestra vivien te nuestra propia finitud. Muerte que se puede negar para poder Eguir viviendo pero aceptar y reconocer para poder crear y producir. Sobrevivientes Cuando en un accidente \¿na explosión un
terremoto
un
atentado
?e salvan cuatro o cinco creemos y-.sensatos
jue derrotamos a la muerte pero la muerte nunca :s
impaciente
seguramente
porque
sabe mejor que nadie que los sobrevivientes cambien
mueren. "Inventario
Dos", MARIO BENEDETTI.
Cuando tratamos personas con marcas visibles en el cuerpo, inetabléntente seremos conectados con la posibilidad de nuestro propio reaparecer o con el desaparecer de alguna capacidad corporal o inlectual. Algo semejante se observa en el poco interés existente en la forón y asistencia de gerentes. A viejos todos llegaremos y los que será porque hemos muerto en el intento... WLNNICOTT nos dice: "El analista debe creer en la naturaleza humana y en el proceso de desarrollo. El analista no debe refugiarse en la teoría ni en la técnica".
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En tal sentido opinamos que muchos terapeutas podrían no inte resarse en la atención e investigación de sujetos con discapacidades, pero podrían operar sobre el medio o atenderlos mirándolos principal mente como sujetos sufrientes. En el caso Liro, W INN IC O TT nos enseña cómo un niño nacido con sindactilia (dedos pegados) manifestó el deseo de ser amado tal cual era, para recién luego dejarse operar y poder trabajar mejor con sus manos, dejando ver claramente que lo traumático no sería lo quirúr gico, sino el no ser deseado como se es. Otro joven con un grado muy importante de espasticidad le dijo en una ocasión a su terapeuta cuando se realizaba los preparativos para una intervención quirúrgica muy difícil y traumática con la que se podían obtener resultados muy limitados: "si me aceptaran como soy no harían tanta historia con esta operación. No estoy en contra de que me operen, pero lo que me duele es que siempre me están arreglan do como si no les gustara como soy".
nos permite encontrar en su obra casos de personas que más acá o más allá de su discapacidad son presentados como sujetos cuyo padecimiento está determinado más por su historia individual o familiar que por la discapacidad misma. Quizás sea éste un modelo de persona que podemos imitar, alguien que logró una atención más inte grada del sujeto humano, suponemos debido a que su formación inter disciplinaria pudo operar permanentemente en su cabeza. Lo que el psicoanalista debe y puede ofrecer es un lugar donde la persona aquejada con alguna discapacidad llegue a pensarse como sujeto, hablar en nombre propio y decidir en función de sí mismo y no en el de la ciencia como portadora de un saber absoluto. Por lo tanto nuestra tarea no está dirigida a reparar lo irreparable, a marca visi ble de la discapacidad operando desde el daño real. Daño que se ins cribirá y será vivido en el mundo interno de acuerdo con las estructu ras psíquicas del sujeto. Pero para que esto sea posible será necesario brindarle ese espacio como a cualquier otro sujeto que demande tra tamiento. Una joven discapacitada, portadora de una distrofia muscular progresiva de un mal pronóstico, en una sesión dijo, refiriéndose a un chico que le gustaba: "quisiera ser grande para haber pasado por es W INNICQ TT
to, o chica para no pensar. Pero... como sé que a grande no voy a lle
La paciente vivió mucho más de lo que la ciencia suponía, tal vez por su capacidad de nominar
gar, tengo que vivirlo ahora como pueda".
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íauíasmatizar la muerte y conectarse con su deseo. No lo sabemos. ! sí podemos saber es que este camino, en algunos casos lo deposibilitar nosotros escuchando y dejando hablar, conociendo . historia y sus proyectos. Laura, una niñita con sindactilia, de cinco años, cuando sus pa lé sugerían una nueva operación dijo en una sesión (después de . ¿ño y medi o de tratamiento): "todavía no quiero operarme, soy chi pias adelante cuando sea grande puede se?; Ahora puedo escribir, dibujar, puedo usar la tijera".
a ira planteó:
A los dos años de tratamiento,
no quiero venir más, no quiero más hablar. Quiero ir
El analista es mediador que ha posibilitado la representatividad y significado a aaerpo biológico reconstruyendo su historia e insertándolo en la
-.zcer natación. Quiero ser igual que las otras nenas".
Pero volvamos a nuestro primer interrogante. Por qué somos tan [pacos los profesionales que atendemos a este tipo de pacientes. La eaadad es que muchas veces no nos conocemos entre nosotros. Pero 7 una simple verdad que nos alienta: cuando el encuentro se torna ae las dificultades disminuyen. A la vez el poder actuar interdisciplinariamente alivia y al mismo ipo nos muestra frente a estos pacientes en nuestra incompletud. A veces los que atendemos a personas con alguna discapacidad enecemos a una misma institución. En estos casos los obstáculos teñen de las dificultades internas para relacionarnos, miedo a er nuestro estatus profesional al mezclarnos con otras líneas de niento, temor de perder autoridad frente al paciente (no lo potodo, lo cual es una herida narcisista a nuestra omnipotencia), ttros casos, los profesionales que atienden a una misma persona -alian dispersos en consultorios médicos diferentes, públicos y prio pertenecen a distintas instituciones Qué hacer entonces? Creemos que el trabajo interdisciplinario aa excelente modelo de abordaje y una modalidad de funciona•íeiito mental. Es allí, más allá de las distancias concretas desde lo : aal donde se debe crear un ámbito de encuentro e intercambio. Pero volvamos a dirigirnos a todos aquellos que por una supueselección, por temor, desconocimiento o por otras circunstancias no luán podido contactar con las personas portadoras de una discapaaad. Es importante remarcar que el trabajo con este tipo de pacien tes es una vivida forma de conectarse con las propias carencias y li23
irritaciones, con lo que ha quedado escindido de uno mismo, con la cas tración. Es decir, con lo que no se es, lo que no se será, lo que no se tiene ni se tendrá. Sin embargo y paradojalmente, sólo integrando ese doloroso reconocimiento podemos trabajar maduramente en nuestra profesión. Pero volvamos a nuestros versos del comienzo "Caminante, no hay camino". Trabajemos en una tarea mancomunada, y aceptándo nos enriqueciéndonos con las diferencias. "Cuando el individuo ya no tiene miedo de perderse es cuando tienen más posibilidades de alcan zar realmente lo que uno es".
No olvidemos nunca que lo esencial es invisible a los ojos. La in validez le ocurre a los inválidos pero incide en todo ser humano, pues se trata de algo originario en cada uno de nosotros. En nuestros orí genes todos necesitamos del otro. Hagamos un puente para encon trarnos.
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Tapítulo 3 Habrá un lugar en el psicoanálisis de nes del milenio para niños y padres alto riesgo? :
:ULOS TEMPRANOS. NECESIDAD DE EQUIPOS INTERDISCIPLINARIOS
P
ROFUNDIZAR ACERCA DE LA EXISTENCIA
de bebés, niños y padres
de alto riesgo, no es un tema que habitualmente nos hemos :eaido a pensar, porque no se presenta habitualmente en nuestra [poética privada o institucional. Nuestro quehacer como psicólogos o malistas está más centrado en la atención de niños neuróticos, seóticos o psicosomáticos. Mi interés es pues reflexionar conjunta re con ustedes acerca de las vicisitudes de los vínculos primarios us niños que han sufrido enfermedades pre y post natales, opera :: ues traumáticas después del nacimient o, niños prematuros con y.^"formaciones, o con problemas neurológicos que han dejado como tela discapacidades intelectuales y sensoriales, sostenidos todos en sus primeros meses, por una alta complejidad técnica que les posibilitado la vida. Ante ésto, surge en mí el interrogante acerca la incidencia o no que estas marcas podrán tener en la estructuradel psiquismo. Si las mismas podrán ser significadas o simpleite quedarán encapsuladas como todo aquello que no puede ser atizado. Es por ello importante que prontamente podamos ayudar a estos y padres de alto riesgo, durante ese primer año vida para po• encontrar vías de resolución a las dificultades del vínculo y evitar :unsecuencias patológicas en un sujeto en estructuración. 25
La vida transcurre en una íntima relación entre un pequeño nú mero de personas, padre, madre, hermanos, esposos, hijos y un gru po reducido de amigos íntimos. Gran parte de los momentos de felici dad o de tristeza se comparte con ellos y todo a partir de un momen to común e inicial que es el nacimiento, momen to de encuentro, de ilu siones, de proyectos, y porque no de duelos y de pesares. Tan impor tante es este momento que fue y es uno de los temas de estudio y de investigación propuesto por la Organización Mundial de la Salud co mo ser 'la incidencia de los vínculos tempranos en el desarrollo de la personalidad". B O W L Y , S P I T Z , hablaron desde ya hace tiempo de la necesidad de apego del bebé hacia su madre o hacia una figura sustituta. Esta fi gura de apego dice BOWLY: no sólo debe ser accesible, sino que debe es tar dispuesta a
responder de
consuelo o protegerlo".
manera apropiada para
brindarle su
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Pero esta relación no comienza a partir del momento del naci miento, sino mucho antes, cuando a esa pareja se le confirma la ges tación del hijo o incluso más tempranamente aún, a través de las fan tasías que cada uno de ellos como hombre o mujer ha tenido respecto de la paternidad o en su condición de hijos con sus respectivos padres. Este bebé, por consecuencia, no es solamente la unión de un esperma tozoide y un óvulo, su espera de nueve meses y su nacimiento, sino que es la gran creación de todo ser humano, pero no necesariamente transcurre igual para todos. Durante meses la madre y por qué no, el padre, han construido una imagen del niño que va a nacer. Imagen procedente de sus pro pias identificaciones, de sus aspiraciones, de sus frustraciones y lue go acontece el nacimiento. Revelación, descubrimiento. La madre se topa con el cuerpo del niño y surge el riesgo. Ese cuerpo, ese ser ¿es el que se ha esperado o es un real desconocido? La madre se refleja en el niño y el niño en su madre. El feedback permanente los ayuda a retroalimentarse. Los vínculos de apego se solidifican. En esta situación diádica, el bebé no es un compañero pa sivo. Todo lo contrario es sumamente activo. Está en interacción cons tante con el entorno en general y con el entorno maternal en particu lar. El bebé no solo recibe cuidados, sino que emite señales que lenta-
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B O W L Y , J O H N : La separación afectiva.
Edit. Paidós, Buenos Aires (1985).
su madre aprenderá a decodificar para recibir lo que él necesi ta, alimento, aseo, cariño. AJURIAGUERRA decía: "El niño es un creador de madre". La madre 5E¿-aramente también será una creadora de hijo. Un vínculo armoni oso desde el comienzo, hace que el entorno con-i al niño como una persona, poseedor de un yo-individual. "/a vínculo perturbado, vivencias de desapego, separaciones, hosazaciones prematuras, un cuerpo no esperado produce fracturas rirge un ser herido, marcado.Este vínculo original, primario entre nnadre e hijo es el modelo en el que se asentarán todos los otros vín^:; que habrá de entablar el niño para la constitución de su sí-mise su identidad. El hecho de nacer humano no lo constituye al bebé como sujeto, •ciatos de niños criados por animales, los famosos niños lobos, nos untan con la realidad, que para constituirse como sujeto humano - -ate y pensante, el niño requiere de un entorno, madre, padre o feúras sustitutas que le aportan afectos, palabras, cultura. DlDIER ANZIEU refiere que "el bebé adquiere la percepción de su - r-
• través de las experiencias de contacto entre su cuerpo y el cuer-
Lo que i-aui se juega, dice, no es la incorporación fantasmática del pecho ma• H T I O sino la identificación primaria con un objeto soporte contra el « 3 2 ! el niño se abraza y que lo tiene en brazos, es la pulsión de agaamiento o de apego la que encuentra mayor satisfacción. Este YO-PIEL que el bebé va estructurando surge de los juegos enatadre e hijo. La madre da respuestas gestuales y viscerales a las =aciones y a las emociones del bebé que refuerza la envoltura táctil. WiNNICOTT nos habla también del papel estructurante de la maen el desarrollo de la personalidad. La integración comienza seél desde el mismo principio de la vida. -: su madre. Aparece el reconocimiento de un YO-PIEL".
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"El pequeño necesita de que haya una persona que recoja sus pe cios. La tendencia a integrarse en el bebé dependerá de dos series : experiencias: de la técnica de los cuidados infantiles y de sus agu-
u; experiencias instintivas"l El comenta que hay niños que a las 12
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ANZIEU, DIDIER: El Yo-piel.
WiNNICOTT,
DONALD:
Edit. Biblioteca Nueva, Madrid (1987).
Escritos de pediatría y psicoanálisis.
Edit. Laia,
larcelona (1979), pág. 210.
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veinticuatro horas de haber nacido se los observa bien metidos con la vida, en cambio otros sufren un retraso o tienen contratiempos. Siendo la madre madura y comprensiva y físicamente capaz de berá ser tolerante para poder convertirse en el primer lazo entre el pequeño y un objeto externo. Una falla en esa objetividad de la reali dad externa se presentará como falla en esta etapa del desarrolle emocional primitivo. La madre es la que lo llevará al encuentro con esa realidad y le ayudará a crear la ilusión de omnipotencia que el be bé necesita. Luego cuando el bebé llega a adquirir confianza en su ca pacidad para crear objetos y creer en el mundo real, ella lentamente lo irá desilusionando. El nacimiento es una revelación, es un descubrimiento. La madre se topa con el cuerpo del niño y emerge el encuentro. Una madre rela taba ese encuentro como trágico. "Este no es mi niño, me lo han cam biado. Yo no lo reconozco". Otros padres en cambio, inmediatamente tratan de asimilar a ese niño a su condición de hijo y miembro de la pe queña comunidad familiar. "Es hermoso, es tierno, se parece a..."
NACI MIENT O DE UN NIÑO DISTINTO El encuentro con un niño con malformaciones, con deficiencias sensoriales, motrices o mentales, con daño neurológico no es un en cuentro al cual padre o madre se haya preparado. La madre está con vulsionada en sus fueros más íntimos, por sentimientos y fantasías de presivas, terroríficas que la atrapan y ponen a prueba su psiquismo. En algunos casos esto produce fallas en la narcisización, y en la madre aparece la sensación de estar frente a un extraño, frente a un pedazo de sí mismo que no se sabe cómo soltar (SlLVTA B L E IC H M A R ) . Ese día, el del nacimiento, o el de la enfermedad, los padres lo describen como que "el mundo tambaleó a sus pies", "como el agujero 13
negro que se instaló en la cabeza, el no poder pensar, el no saber qué
etcétera. En general, aparece el rechazo, el miedo o la búsque da de protección. Todos pasan por un período de vivencias fuertemen te emotivas, tales como: hacer",
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BLEICHMAR, SILVIA: La fundación del inconsciente.
Buenos Aires (1993), pág. 28. 28
Amorrortu Editores,
1 Conmoción: abrupta alteración de los estados anímicos. Deseos de muerte para sí o para el bebé, sensación de impotencia, llanto, de seos de huir. . Descreimiento o negación. Los padres dicen no puede ser, no me puede suceder esto
a mf.
Tristeza, ira o ansiedad. Aparecen sentimientos de depresión, busrueda de un culpable, la furia hacia Dios o hacia la vida, desplie gue de una ansiedad abrumadora. - Gradual atenuación de la tristeza y de la ansiedad. reorganización. Los padres comienzan a aceptar los problemas ¿el hijo, y asumen que no es el hijo largamente soñado y descu bren al niño real. I. sufrimiento de un niño, rara vez deja indiferente a los padres, e mayoría despierta el recuerdo de la fragilidad, de la dependenn : e la necesidad de ayuda, del recuerdo que el adulto conserva re de sí del niño que él fue. En esos momentos, los padres necez también crear vínculos de apego, para poder ellos sostener a ese ea :¡ cuerpecito. En esto dependerá mucho la historia personal de .: ano de ellos, la historia previa de la pareja y la elaboración o no -lelos preexistentes, lué es lo que ve el bebé distinto, cuando mira el rostro de su
mere? 3 ¡ la madre puede sobreponerse a la profunda herida narcisista _ • r ate ese hijo, seguramente que cuando el bebé la mira enconr u alguien que le devolverá la sensación de que todo está bien. Si rabio, al descubrir el rostro de la madre, encuentra la rigidez, o retado de ánimo depresivo, se le devolverá una imagen incierta de erturbada y esto le producirá una angustia inconcebible, lite sentimiento de angustia, también lo refieren las madres, uio al nacer sus hijos, son separadas de ellos. La angustia y el a lo desconocido y las fantasías que se entremezclan son mupeores que la realidad. De esto, se deduce la importancia que tiene el mirar y ser mirartores en sí, cohesionantes del vínculo de apego. La madre necesita mirar y ver a su hijo con todas sus dificulta'.: más tempranamente posible, así como el bebé debe conectarse rearada de su madre para poder sobreponerse a la violencia que n . as reces ese cuerpecito sufre tempranamente.
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Uno de los objetivos para un proceso de prevención temprana se rá pues abrir las vías para el logro de una simbolización, evitando los anudamientos patológicos y propiciando los desanudamientos a partir de las asociaciones que acompañan nuestro intercambio discursivo. La confusión es lo que más prepondera en estos tiempos y lo que más daña. Los padres sólo escuchan las palabras de los otros, de los profesionales de las más diversas índoles, de la familia, de los amigos, pero no pueden escuchar sus propias voces o hacer uso de su propio sentido común. Muchos de ellos han sido buenos padres con otros hi jos, padres sostenedores, cariñosos y en cambio con este hijo se sien ten paralizados. Pero el niño que nace diferente, requiere igual que cualquier otro, de estímulos cotidianos para vivir, para reaccionar an te el mundo exterior.
AL ENCU ENTR O DE UN EQUIPO INTERDISCIPLI NARIO Un niño ha nacido. Pero este es un niño diferente, no solamente por su aspecto físico, o por sus anomalías orgánicas, su deficiencia sensorial o intelectual, sino porque posiblemente requerirá una aten ción muchas veces mayor que otros niños y no solamente ellos, sino también la familia. Los padres salen con su pequeño hijo en brazos del sanatorio, del hospital y la pregunta que ellos se hacen es ¿y ahora qué? ¿cómo en frentamos la familia, los amigos, los otros hijos?, ¿qué debemos ha cer?, ¿cómo debemos atenderlo? Es necesario que haya equipos conformados por varios especialis tas, pediatras, psicoanalistas, psicólogos, estimuladores tempranos, asistentes sociales que en forma conjunta y cohesionada acompañen y trabajen preventivamente para orientar a las familias. Es necesa rio hablarle a esa madre y a ese padre a cerca de todo lo que ese niño puede o podrá hacer en lugar de enunciar y repetir sistemáticamen te lo que no puede o no podrá hacer. Hay que darles confianza a esos padres, hay que evitar en la madre conductas que la subordinen a una palabra ajena, que "la capture en una pasividad traumatizante" ( S I L V I A B L E I C H M A R ) , ellas difícilmente se equivocan, ellas saben lo que está bien y lo que está mal. Son los padres quienes deben tener al ni ño en los brazos, los que los deben acariciar, los que les deben hablar. Hay que ayudarlos para que tengan una participación activa a fin de 30
encuentren la actitud más adecuada para el despertar del niño. El niño es un todo, los padres son un todo, la familia es un todo. S": se los puede ver al niño fragmentariamente. No se puede atender u pequeño sin ocuparse de los padres, sin escucharlos, sin compartir a a ellos sus vivencias. Hubo una época no muy lejana, que los niños írun atendidos exclusivamente desde el punto de vista médico siendo eteutuadas las reeducaciones sin la presencia de los padres, relegados T.-.S de una vez a una sala de espera, a fin de evitar perturbaciones. Bce
FUNCIÓN DEL PSICOANALISTA O DEL PSICÓLOGO ILÍXICO ENUNEQUIPO INTERDISCIPLINARIO Estos profesionales colaboran dentro de un equipo para que los . . - puedan durante los primeros meses. tevelar las fantasías inconscientes, generalmente persecutorias, tue interfieren la relación con ese hijo, "tenemos un hijo raro, un hijo diferente",
- Les ayudan a comprender que las mismas no son más que la pro yección masiva del ataque que nuestro superyó hace a nuestro yo tur la profunda herida narcisista al no tener el hijo perfecto, us acompañan a elaborar los sentimientos de culpabilidad por el taño que ellos consideran haber causado al hijo, - :: atribuyen a que ellos descubran sus reales posibilidades como padres, reconociendo a ese hijo invalidado como objeto de deseo, rutando que ese niño pase a ser para, esa pareja de padres, el per manente objeto bebé negando su crecimiento o retrasando su maauración.
• L R O L DEL ESTIMULADOR TEMPRANO El otro pilar de este equipo es indudablemente el estimulador. Mi ; ta: que no es hablar de la faz técnica, sino de hablar de lo que - aabla, de cómo el estimulador temprano interviene o aporta al tal: Amén de estimular las funciones lentificadas del niño o de r en aquello que no se da espontáneamente, el estimulador tem es el mediador, entre esa madre, ese niño y ese cuerpo. 3]
Sabemos que muchas madres con niños disminuidos no se atre ven a ese contacto corporal, a ese juego de miradas, de caricias, por que no lo pueden hacer o porque lo consideran innecesarias. La re tracción narcisista de los padres impide el descubrimiento de ese pla cer. Consideran que no hacen las cosas bien o temen incluso dañar los. La falta, una ausencia, una falla en ese encuentro contribuiría sin que se lo proponga a un resquebrajamiento de esta envoltura madreniño-piel común. ¿Qué es lo que conjuntamente el psicoanalista y el estimulador posibilitarían en una tarea mancomunada? Seguramente la idea será la de ayudar a armar una red entre ni ño y madre, que con sus finos hilos permita el entrecruzamiento de fantasías. Y en los casos que no hay que armar red, seguramente ha brá que coser, para que el agujero no sea mayor y luego sea imposible reparar. En niños muy pequeños, esta tarea conjunta colaboraría a la instauración de vínculos simbióticos necesarios (M A LH E R ) para que en un futuro no demasiado lejano pueden ir separándose. Esta unión simbiótica debiera quedar representada en esa ima gen táctil y olfativa en que los dos cuerpos, el del niño y la madre tie nen una superficie común. Las técnicas del despertar permiten poner de manifiesto las ex ploraciones motrices, la búsqueda del equilibrio, las reacciones senso riales. Ayudados por los profesionales, los padres empezarían a des cubrir los movimientos espontáneos, el mirar, el sonreír, reconocerían su carácter, sus deseos, sus rechazos. Así, sintetizando, la tarea entre el estimulador y el psicoanalista posibilitarían:
1) Que la madre encuentre y estructure su lugar de sujeto-continen te. Lugar que permitirá al bebé poder descansar en alguien con fiable. Apartir del juego entre su cuerpo y el cuerpo del niño, des cubrirá las sensaciones y las emociones y dará respuestas gestuales y vocales que refuerzan la envoltura táctil. 2) Ayudaría a recrear o crear las conductas del apego bueno, nece sarias para la estructuración de un psiquismo sano. Este debe discriminarse del apego ansioso o de la sobredependencia, que la madre inconscientemente fomenta en el niño, impidiendo o dete niendo el uso que éste puede hacer de sus reales posibilidades fí sicas o psíquicas. Las madres llamadas comúnmente sobrepro-
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rectoras, son aquellas que alimentan excesivas gratificaciones, muchas veces como defensas frente a sus heridas narcisistas, siendo los niños considerados casi como partes del cuerpo de ellas. : Acompaña rían a la madre para que pueda llegar a ser "suficien: emente buena", es deci r que pue da actuar co mo un ser adulto, me posibilite al bebé el descubrimiento del afuera y no el mantemmiento de una situación de envoltura narcisista, o de encapsulamiento que la misma discapacidad favorece. 4 Contribuirían al logro del juego espontáneo gozoso y no exclusi"emente favorecedor de adquisiciones postulares o hábitos. Los padres reconocerían y valorizarían los pequeños objetos transicionales que el niño descubre a su alrededor, como ser la sabanita, el sonajero, que le producen al niño intenso placer. 7 evorecerían a esa madre para que sea capaz de ilusionar a su bebé, adaptándose a las necesidades de él. Para que pueda él - uttirse con la suficientemente omnipotencia para tener la ilu sión que él crea el mundo que lo rodea, y así luego poder lenta mente desilusionarlo. Iste equipo primario crearía un espacio potencial entre el bebé y su madre. Espacio potencial que la madre debiera usar para que s dé el jugar. Es necesario a partir de lo anteriormente expuesto, remarcar erras condiciones que favorecerían que se estructure o no una per ra: d fuerte: 3 aber que la adquisición de habilidades o el desarrollo de funcio nes motoras, o sensoriales, no implica necesariamente el desarroEo de un sujeto. Estos logros pueden ser adquisiciones valiosas siempre y cuando están acompañadas con un crecimiento de la personalidad, de la diferenciación con los otros, de un proceso de discriminación de la madre respecto del hijo. 1 Muchos niños que de bebés han estado en tratamiento de estimu lación temprana, exclusivamente, y no se ha trabajado el víncu lo, han estructurado un falso-se/ f (falso-yo). Entendiéndose por ello, aquella estructuración subjetiva que implica una estructura ron psíquica fallida, solamente una acomodación a lo esperable, una sumisión a las exigencias del medio ambiente. "Con este 'fedso33
self'el niño se construye un juego de relaciones falsas y no son más que la copia de lo que se supone que se espera de él".
(WiNNICOTT).
3) El
estimulador temprano, como el psicoanalista deben apuntar al desarrollo de la función materna que es en sí, la estructurante del sujeto-bebé.
4) El juego entre madre-hijo es el eje de la estructuración subjetiva. La madre aportará significantes, que le permitirán al niño asir se. Los profesionales simplemente serán colaboradores para que esto pueda emerger. El juego es el trabajo del niño. Hay que res petarlo, y fomentarlo. El juego no es algo pasivo, ni debe ser algo impuesto, todo lo contrario. RODOLFO RODULFO dice: "El bebé es un agujereador nato, chupa, pellizca, agarra. El bebé debe poder agu jerear a su madre, sino
será él, el que será agujereado".
1:>
La idea de crear un espacio y tiempo para que los padres puedan entender que les pasa a su hijo y que les pasa a ellos con su hijo, lle va ya implícito un cambio en la mirada. No hay nada peor que no ser mirado o no ser pensado por "el otro". No hay algo más frustrante pa ra una madre que un niño que no responde. Bebés con déficit en el sistema nervioso, por fallas en el desarrollo madurativo, son bebés apáticos, indiferentes, que causan incertidumbre y desconcierto en la madre. M. SOULÉ hablaba ya de niños que con su pasividad son capaces de enloquecer a la madre. A partir de la posibilidad de encontrar una manera diferente de relación con el hijo los padres descubren los mo vimientos espontáneos, el mirar, el sonreír, reconocerán su carácter, sus deseos, sus rechazos. Es un observable, que muchas madres cuyos hijos tienen daño or gánico, no pueden tocar a sus hijos. DlDIER ANZIEU decía que "el bebé adquiere la percepción de su piel a través de las experiencias de contac to entre su cuerpo y el cuerpo de su madre. Así descubre la noción de un límite entre el exterior y el interior, elementos incipientes de su es
La madre debe actuar, pues, como objeto soporte con el cual el niño deberá abrazarse, solidificando sus vínculos de apego. Pero para que todo esto se pueda llevar a cabo, hay que cambiar tructuración" .
I!
' RODULFO, RODOLFO: El niño y el significante. Edit. Paidós, Buenos Aires (1991).
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w
ANZIEU, DIDIER: El Yo-piel.
Biblioteca Nueva, Madrid (1987), pág. 49.
dirireccionalidad y la intencionalidad de la mirada. Una distinta mirada es lo que ha permitido que en los últimos . los niños dejen de ser vistos solamente por la medicina, para ser y mirados por el psicoanálisis y por otras ciencias de la salud, arpo deja de ser el único objeto de estudio. Durante años el me te arrojó el poder de dar diagnósticos precisos y pronósticos que al padre una visión de su hijo casi desde el nacimiento hasmuerte. Un diagnóstico por preciso que sea no basta para deter-r el futuro de un niño pequeño y de su familia, i veces uno se pregunta ¿qué hacen los padres con uña informaTan perfecta? En realidad poco y nada. Los médicos, tan ocupa ción el cuerpo no se preocupan de la desesperación de los padres nauta información. Lo que en realidad los padres necesitan es que t tu cuchados y ayudados. :
Z arante
décadas hubo una comprensión fragmentaria del ser hu: que desembocaba en una atención parcializada y tardía. Esto z a que médicos y padres frente al niño con marcas orgánicas se i taran a la reeducación o a la sobre-estimulación. Actitud que to ta realiza. Últimamente la manera de mirar y de cuidar a los de alto riesgo y a sus padres es cada vez más tolerante, pero sin a las dificultades no por eso desaparecen, recuerdo haber leído que hasta la década del 196 0, los niños pre; tenían contactos con sus padres recién al mes y medio o dos debiendo cumplirse una serie de prescripciones, según un in tuí doctor G L U C H de 1 9 4 2 , tales como: 1) no tocar sin necesidad tto prematuro, 2) no permitir que nadie entre en la habitación alón de la enfermera y el médico, 3) no dejar que el niño preduerma en la habitación de los padres, 4) no apartarse del hopara alimento, baño y vestido. Pero a pesar de tantos cuidados los bebés morían por causas inexplicables. Entre 1 9 5 0 y m produjeron cambios revolucionarios para el tratamiento de ros. La fortaleza inexpugnable de la sala de neonatología em. resquebrajarse. Profundas investigaciones y estudios consideu conveniencia de permitir que las madres entren a la sala de tt logia poco después del nacimiento para acariciarlos y después aumentarlos cuando todavía estaban en la incubadora para eviJUS consabidos estados depresivos en la madre y las dificultades u.aculos de apego entre madre y bebé. Arnaalmente la situación es otra, pero las dificultades no del to35
do han desaparecido. Es por ello necesario armar equipos interdisci plinarios para la atención de bebés y padres de alto riesgo Retomo por último la pregunta que me he hecho al comienzo, ¿habrá un lugar en el psicoanálisis de fin del siglo XX para niños y pa dres de alto riesgo? Respondo afirmativamente y lo considero impres cindible. Pues es necesario que demos respuestas, aclaremos interro gantes, se elaboren las fantasías de muerte, los sentimientos de cul pabilidad y extrañeza que los padres tienen frente a estos hijos. Sen timientos que en sí mismo dificultan la calidad del vínculo. La ciencia y la tecnología moderna salvan actualmente muchas vidas. Niños que hasta hace pocos años morían al nacer, actualmen te viven. Pero ¿quién se ocupa de esos padres y esos niños? Creo que esto debiera ser un tema de interés para el psicoanálisis actual y del próximo milenio.
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