Acerca de la entrevista Miriam Rodríguez Betancourt
Tomado de Editorial Félix Varela, La Habana, 1999. © 2002 Miriam Rodríguez Betancourt © 2002 Pablo de la Torriente, Editorial Unión de Periodistas de Cuba Calle 11 no. 160 e/ K y L, Vedado, La Habana Diagramación: Gladys Armas Sánchez ISBN: 959-259-099-0
A CARLOS MARÍA GUTIÉRREZ, IN MEMORIAM
AGRADECIMIENTOS Acercaa de la en A los lectores que generosa, y espero que sinceramente, me aseguraron que Acerc trevista periodística le less ha habí bíaa ay ayud udad adoo en su tr trab abaj ajo. o. El Ello loss ha hann si sido do la mo motitiva vaci ción ón má máss im impo port rtan ante te para que decidiera preparar esta segunda edición. A Berta y Leovigildo Díaz de la Nuez, Rita Abreu y Minerva Salado, quienes desde México aportaron ideas, materiales y, sobre todo, su amistad. A mis colegas de la Facultad de Comunicación y en especial de mi cátedra, por su decidido apoyo. Doy las gracias a la profesora Ana Cairo por sus acertadas recomendaciones. Reconocida estoy a Isidro Cantero, que supo siempre entender mis enrevesados manuscritos sin una sola queja. Quedo agradecida a los buenos entrevistadores por sus enseñanzas.
L A AUTORA
ÍNDICE INTRODUCCIÓN/ 9 PRESENTACIÓN/ 11 CAPÍTULO I. ¿Qué es la entrevista periodística?/ 13 Su poder de atracción/ 16 Una charla profesional/ 16 Funciones y características/ 18 Nacimiento de un género/ 19 Los entrevistadores: ¿indeseables o imprescindibles?/ 20 CAPÍTULO II. Hacia una tipolo tipología/ gía/ 25 Algunas precisiones/ 28 CAPÍTULO III. Preparando el encuentro/ 31 El arte y la técnica de preguntar/ 36 El cuestionario para enviar/ 37 Pequeños pero importantes detalles/ 40 Frente a frente/ 41 Otros casos, otros recursos/ 43 CAPÍTULO IV. Redacción: aspectos principales/ 47 El diálogo/ 49 Describir y narrar/ 51 El sacrificio de información/ 52 De la presentación/ 53 organización zación// 55 CAPÍTULO V. Un problema de organi Tipos de introducciones/ 57 De resumen o típica/ 58 De cita textual o declarativa/ 58 Llamativa o espectacular/ 59 Biográfica/ 59 Narrativa/ 59 De anécdota (o anecdótica)/ 60 Evocativa o retrospectiva/ 61
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Referencial/ 61 De incidencia o peripecia/ 61 Noticiosa/ 62 Literaria/ 62 Dramática (o de suspense )/ 63 Directa (o de presentación)/ 63 Dialogística/ 63 Original/ 64 De retrato/ 64 El cuerpo o desarrollo/ 65 Tipos de conclusiones/ 65 De opinión o comentario (del entrevistado)/ 66 De opinión o comentario (del entrevistador)/ 66 De relato curioso o significativo/ 67 De información (o noticiosa)/ 67 Sorpresiva (o de impacto)/ 67 CAPÍTULO VI. Titulación e ilustración gráfica/ 69 De cita textual/ 72 De referencia al tema o entrevistado/ 72 Con el nombre del entrevistado/ 72 De interrogación/ 73 De admiración/ 73 De juego de palabras/ 73 De alusión a frase literaria/ 73 Formas de presentación/ 74 La ilustración gráfica/ 75 CAPÍTULO VII. Cuando aparecen el sonido y la imagen/ 79 La entrevista radiofónica/ 82 La entrevista en televisión/ 84 Entrevista ista a entrevi entrevistadore stadoress sobre la entrevista / 87 ANEXO 1. Entrev Selección ón de entrevi entrevistas stas / 123 ANEXO 2. Selecci BIBLIOGRAFÍA/ 173
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INTRODUCCIÓN Se afirma con frecuencia que la entrevista es uno de los géneros más difíciles del Periodismo. Pero lo mismo, en realidad, pudiera decirse del reportaje, del artículo, del comentario, pues todos tienen sus complejidades y requieren de sus hacedores talento, capacidad profesional y ese extra del periodista que Juan Marinello daba en llamar “gracia natural”. Sin embargo, nadie negaría que la entrevista reúne varios elementos de muy peculiar brillo, entre ellos y en primer lugar, su carácter testimonial. Esa posibilidad de recoger y trasladar al público lo que alguien autorizado expresa, tiende un puente comunicativo hacia el lector que es, a la ve vez, z, si sico coló lógi gico co y pe peri riod odís ístitico co.. El le lect ctor or “s “sie ient nte” e” qu quee se le ha habl blaa di dire rect ctam amen ente te y cr cree ee en la ililus usió iónn de asistir a una conversación gracias a la interacción mutua establecida por el diálogo. Porr ot Po otra ra pa part rte, e, co como mo la se sele lecc cció iónn de dell en entr trev evis ista tado do pa part rtee de un pr prin inci cipi pioo de au auto tori rida dad, d, bi bien en po porr su capacidad sobre el tema en cuestión, bien porque sea protagonist protagonistaa de él, y en todos los casos por el aporte de primera mano que ofrece, la entrevista logra una dosis de confiabilidad a cuyo inflfluj in ujoo es está tá su suje jeto to el le lect ctor or.. As Asíí lo re reco cono noce cenn to todo doss lo loss es estu tudi dios osos os de dell gé géne nero ro cu cuan ando do af afir irma mann qu quee “posee una fuerza especial de convicción”, por lo que “desempeña un papel no poco importante en la formación de la opinión pública”. Se suma a esta cualidad otra muy significativa, como es la de presentar –mediante descripciodescripcioness de am ne ambi bien ente tes, s, lu luga gare ress y pe pers rson onas as–– la má máss co comp mple leta ta ap apro roxi xima maci ción ón a la re real alid idad ad en qu quee se in insscribe la conversación. El im impa pact ctoo si sico coló lógi gico co in inhe here rent ntee a la en entr trev evis ista ta se ba basa sa en es esta tass ca cara ract cter erís ístitica cass qu quee titien ende denn a do do-tarlrlaa de un mu ta muyy pr prop opio io ca calo lorr hu huma mano no en gr grad adoo só sólo lo se seme meja jant ntee al re repo port rtaj ajee y la cr crón ónic ica, a, po porr cu cuan an-to los restantes géneros están más vinculados con la investigación documental documental o a la ocurrencia directa de los hechos.
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PRESENTACIÓN Las páginas siguientes intentan ofrecer algunas pautas recomendables; no agotan –ni lo pretenden, ni lo conseguirían– las diversas situaciones que pueden presentarse en una entrevista y que sólo pueden ser resueltas, generando así nuevas variantes, con la inteligencia, oficio y tacto de cada periodista. También encontrará el lector referencias al empleo del género en radio y televisión –Capítulo VII–, una de las carencias de la edición anterior que me propuse rectificar ahora. Se han actualizado muchos ejemplos, tratando de ilustrar lo más puntualmente posible con entrevistas y datos tomados de la prensa cubana y extranjera. Como Co mo an anex exos os se in incl cluy uyee un gr grup upoo de en entr trev evis ista tass se sele lecc ccio iona nada dass po porr al algú gúnn mo motitivo vo de in inte teré rés, s, ya sea histórico o profesional, y una encuesta realizada a reporteros destacados en la realización de entrevistas, esta vez tanto de prensa escrita como de la radio y la televisión. Sus opiniones enriquec qu ecen en el te text xtoo y br brin inda dann in inte tere resa sant ntes es án ángu gulo loss pa para ra un unaa re reflflex exió iónn de ma mayo yorr al alca canc ncee so sobr bree el ap apaasionante, difícil y siempre nuevo arte de entrevistar. LA AUTORA
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Capítulo I ¿Qué es la entrevista periodística? periodística? Juzga a un hombre por sus preguntas mejor que por sus respuestas
VOLTAIRE
La definición más común de la entrevista es la siguiente: una conversación entre dos o más pers pe rson onas as en la qu quee pr pred edom omin inaa el di diál álog ogo, o, ba base se in info form rmat ativ ivaa qu quee co cons nstititu tuir iráá la es esen enci ciaa de lo qu quee se traslada al lector. Como toda definición, esta generaliza y no puede aprehender un conjunto de elementos que por la índole de la profesión periodística resultan determinantes en un momento dado. Por ejemplo, la entrevista no es privativa de la profesión periodística desde el punto de vista del método, puesto que en otras especialidades se emplea en gran escala, por ejemplo, en la Sicología, en la Sociología, e incluso en la vida cotidiana, con el fin de obtener información específica.1 Para seleccionar un personal idóneo, para indicar un tratamiento médico, para recabar datos que conduzcan a la claridad de un hecho delictivo, es indispensable entrevistar, preguntar, dialogar. Pued Pu edee de deci cirs rsee qu quee no ha hayy ac actitivi vida dadd en la qu quee de un unaa fo form rmaa u ot otra ra no es esté té in invo volu lucr crad adaa la en entr treevista, la conversación que persigue un fin y en la que se pone en marcha un proceso de comunicación decisivo para el fracaso o éxito de ese propósito. Quiz Qu izás ás la ún únic icaa ex exce cepc pció iónn en cu cuan anto to a al alca canz nzar ar un ob obje jetitivo vo a pr prio iori ri es esté té en la co conv nver ersa saci ción ón co co-tidiana, espontánea, la que no está exenta, sin embargo, en un momento de su dinámica, de conver con vertir tirse se en diá diálog logoo int intenc encion ional, al, aun aunqu quee no del deline ineado ado pre previa viamen mente te com comoo ocu ocurre rre en la inm inmenensa mayoría de las otras manifestaciones de la entrevista. Así concebida, concebida, la entrevista entrevista resulta resulta un método al que calificamos de método indagatorio y que surg su rgee pr prác áctitica came ment ntee co conn el le leng ngua uaje je ar artiticu cula lado do,, co como mo ne nece cesi sida dadd so soci cial al de re rela laci ción ón hu huma mana na en el proceso de producción de bienes materiales, y que se utiliza en casi todos los géneros periodísticos para la obtención de determinada información. Desde Des de el mom moment entoo en qu quee do doss per person sonas as sos sostie tienen nen una con conver versac sación ión,, rea realiz lizan an pre pregun guntas tas,, of ofrerecen respuestas y las intercambian, podemos decir que se emplea la entrevista en su función de método indagatorio, aunque en embrión, porque para que ese diálogo sea empleado como método indagatorio intencional requiere una preparación previa –gestión solicitada casi siempre de antemano– y que siempre las preguntas las formulen una o más personas y las respuestas las ofrezcan una o más personas también. Como Co mo se seña ñala la el es espe peci cial alis ista ta ch chec ecoo Ka Kare rell St Stor orká kán, n, “l “los os ca camb mbio ioss de desd sdee el pu punt ntoo de vi vist staa cr crea eatitivo vo experimentados en los últimos años por la entrevista, la han convertido en un importante método de investigación (...) fundamental fundamentalmente mente el hecho de que ha pasado a ser (...) una indagación en el modo de ser y pensar del hombre, y no una simple información de lo escuchado”. 2 La ent entrev revist ista, a, en tan tanto to gén género ero per period iodíst ístico ico esp especí ecífic fico, o, tie tiene ne la par partic ticula ularid ridad ad de ser el res result ultado ado de la colaboración entre entrevistador (periodista) y entrevistado, característica sui generis. 15
Posee, además, un atributo especial de autenticidad porque trasmite opiniones o informaciones de quien conoce, o está más cercano, o es protagonista de un hecho. Aunque la entrevista como género ha logrado un margen de independencia muy amplio, debe recordarse que ella es también un componente orgánico de géneros tales como el reporta je y el testimonio, y que a menudo las informaciones recopiladas a través de las entrevistas sirven de base para el resto de los trabajos periodísticos. Otra de sus características es la influencia emocional que provoca, a partir de las muy diversas formas que adopta para reflejar y trasmitir un asunto, centradas en el protagonismo de los portadores de la información.
Su poder de atracción A menudo se pregunta por qué la la entrevista es tan utilizada utilizada en el Periodismo. ¿Por ¿Por qué ha devenido género entre los fundamentales? ¿Por qué resulta tan atractiva? Y también, ¿por qué es tan temida y hasta repudiada? La primera interrogante puede comportar varias respuestas. Una de las más rotundas la ha dado el periodista Alberto Pozo: “Sin la entrevista es prácticamente imposible imposible ejercitar el oficio 3 de periodista”. De inmediato habría que referirse también a esa apariencia de calor humano, nacida de la sensación de inmediatez que se establece mediante las palabras textuales del entrevistado, y de donde deriva su impacto sicológico. Después hay que aludir a la impresión de veracidad, capacidad de testimonio, sensación de que se está asistiendo a una conversación, a un diálogo muy personal, íntimo. En la primera edición de este libro, los doce periodistas que respondieron un cuestionario sobre la entrevista, la consideraron uno de los géneros más apasionantes, superiores, útiles, difíciles, fundamentales, auténticos y nobles. 4 Pero no todos son elogios. Existe un muy generalizado rechazo de quienes en razón de sus func fu ncio ione ness o no noto tori ried edad ad,, so sonn as ased edia iado doss po porr lo loss re repo port rter eros os.. El mo motitivo vo pr prin inci cipa pall de dell re rech chaz azoo se ba basa sa en la te terg rgiv iver ersa saci ción ón,, om omis isió iónn o de defo form rmac ació iónn qu que, e, al aleg egan an,, ha hace ce la pr pren ensa sa de su suss de decl clar arac acio ione nes; s; en otros casos, por la rutina de los cuestionarios. Mario Vargas Llosa califica de sutiles o brutales las alteraciones de que es víctima al conceder entrevistas;5 el escritor mexicano Rafael Cadenas las considera, al igual que al Periodismo, parte de la locura moderna;6 para el musicólogo cubano Argheliers León eran “algo más pavoroso que el sillón del dentista”; 7 Federico Fellini no entendió nunca “por qué nos sometemos al ritual sin sentido de la entrevista”; 8 Gary Grant declaró una vez que “los entrevistadores son como una plaga”,9 y García Márquez ha manifestado sin ambages que las detesta. 10 Con semejante muestrario a la vista, sería cuando menos ingenuo subestimar el problema...
Una charla profesional Aun cuando algunos autores lo afirmen tajantemente, la conversación o diálogo periodístico no debe ser valorado como una plática común. 11
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La relación entrevista periodística-conversación común no supone una equivalencia total, y sus puntos de contacto se refieren en gran medida al efecto que puedan trasmitir, ya que estas actividades tienen funciones y naturaleza específicas. Entre otras, que los interlocutores en una entrevista periodística asumen diferentes roles que en la co conv nver ersa saci ción ón,, y qu quee el co cont nten enid idoo de aq aque uellllaa se di difu fund nde, e, ap apar arte te de qu quee si sigu guee un pl plan an pr pred edeeterminado. Muy importante resulta en esta asunción de funciones, el papel activo del entrevistado, interlocutor sobre cuyas acciones y expresiones gira el eje fundamental de la entrevista. La cl clav avee de la re rela laci ción ón ap apun unta tada da es está tá en lo logr grar ar tr tras asmi mititirr el di diál álog ogoo pe peri riod odís ístitico co lo má máss ce cerc rcaa po po-sible de la naturalidad, dinámica y espontaneidad que caracterizan una conversación (una buena conversación). En consecuencia, una entrevista periodística pudiera ser definida como el diálogo que se establece entre una persona o varias (entrevistadores) y otra persona o varias (entrevistados) con el ob jetivo, por parte de las primeras y con conocimiento y disposición de las segundas, de difundir públicamente, en un medio masivo de comunicación, el contenido de lo conversado por su interés, actualidad y relevancia .
Corresponderá en lo adelante ampliar las características y alcance de esta definición, no obstante, tan te, inc incluy luyoo una rel relaci ación ón de con concep ceptos tos que que,, me pa parec rece, e, enr enriqu iquece ece las apr aproxi oxima macio ciones nes teó teóric ricas as a este género considerado por muchos anglosajones una variante del llamado reportaje de citas (quote story ),), en tanto la mayoría de los latinoamericanos y españoles españoles afirman que es un género con características propias. Es cierto que ambos se relacionan estrechamente, estrechamente, al extremo de que en algunas prácticas periodísticas hispanoamericanas “reportear” equivale a entrevistar. La entrevista y el reportaje, además, tienen características y rasgos comunes: semejante libertad expositiva, presentación, objetivos, pero tales entrecruzamientos se observan también, 12 y desde hace mucho, en el resto de los gén género eross per period iodíst ístico icoss com comoo res result ultado ado de la inc incesa esante nte evo evoluc lución ión de len lengua guajes jes y téc técnic nicas. as. 13 Creemos, con Karel Storkán, que en el curso de su desarrollo la entrevista ha pasado por una multltititud mu ud de ca camb mbio ioss qu quee tr tras asfo form rman an su ca cará ráct cter er,, y qu quee la fo form rmaa de lllleg egar ar al es escl clar arec ecim imie ient ntoo de la verdad de un hecho la distingue –entre otros factores– del reportaje y de los demás géneros periodísticos.
La entrevista, según varios autores “La entrevista es un diálogo entre un personaje y un reportero”. 14 “La entrevista es la piedra angular del Periodismo”. 15 “La entrevista periodística es un diálogo donde un interlocutor formula pocas o muchas preguntas, sobre uno o varios temas, en busca de informaciones informaciones,, para conocer opiniones o revelar una personalidad a través de las respuestas, mientras el otro interlocutor las responde o las elude parcialmente”.16 “Diá “D iálo logo go en entr tree do doss pe pers rson onas as en el qu quee un unoo ha habl blaa má máss qu quee la ot otra ra,, pu pues es se tr trat ataa de qu quee el en entr tree17 vistador obtenga del entrevistado el mayor número de respuestas de interés público”. “Género mediante el cual el periodista (o grupo de periodistas) obtiene respuestas, testimonios o impresiones de una o varias personas”. 18 “Una entrevista es un juego no necesariamente plácido entre dos personas”. 19 “Género periodístico al que algunos llaman interview usando un anglicismo innecesario. Es también una forma, medio o instrumento que se usa en Periodismo para obtener datos o materiales para el reportaje, la información u otro género”. 20 17
“Conversación periodística con personalidades bien informadas y dignas de interés”. 21 ”Conversación entre un reportero y una persona de interés periodístico”. 22 “Comunicación entre uno o varios personajes y el sujeto receptor en el proceso de información”. 23 “Unoo de los pri “Un princi ncipal pales es gén género eross per period iodíst ístico icos, s, tam tambié biénn lla llamad madoo de rep report ortaje aje pro provo vocad cado(. o(...). ..). Es 24 la base del noticiero periodístico”. “Una entrevista es una comunicación personal que tiene como fin un objetivo de información”. 25 “La entrevista es, vamos a decir técnicamente, una conversación entre un tipo que pregunta y otro que responde, y es también periodismo interpretativo si tiene que ser entrevista y no una mera conversación”.26 “La entrevista es la principal fuente de noticias de carácter fundamentalmente individual”. 27 “La entrevista es una radiografía de urgencia”. 28 “Contacto personal entre dos individuos: el reportero y el entrevistado”. 29 “(...) Comunicación oral entre el sujeto entrevistador y el entrevistado”. 30 “Tra “T rans nscr crip ipci ción ón te text xtua uall de un di diál álog ogoo en entr tree un pe peri riod odis ista ta y un pe pers rson onaj ajee re real al,, co conn el ob obje jetitivo vo de que las respuestas de este sean conocidas por el lector”. 31 Con mayor o menor acierto, brillantez o profundidad, estas definiciones tienen en cuenta dos elementos ineludibles: la comunicación interpersonal basada en la conversación periodística y cierto cie rto mat matiz iz de ant antago agonis nismo mo que con conser serva vann los orí orígen genes es pla platón tónico icoss del diá diálog logo. o. Com Comoo ref reflex lexion ionaa Javier Ibarrola, “la entrevista entrevista conforma un campo de batalla donde las opiniones y los hechos hechos lu32 chan entre sí para dar al hombre la clave de su propia existencia”.
Funciones y características La primera función que cumple una entrevista es la de obtener información, y me refiero a este término en su sentido más amplio. El pro proces cesoo de com comun unica icació ciónn má máss gen genera erall tie tiene ne dos ele elemen mentos tos fun fundam dament entale ales: s: el emisor y el receptor, entre quienes debe realizarse un intercambio permanente, una retroalimentación constante. El proceso de comunicación que se produce en una entrevista se denomina comunicación cara a cara, el cual, según las investigaciones realizadas, realizadas, resulta el más efectivo, pues obtiene las respuestas de forma inmediata. Claro que en ese traspaso o intercambio de información, la que ofrece el entrevistado constituye la esencia misma de la entrevista, tanto para el periodista como para el lector, sin detrimento de la que aporta el entrevistador por lo que ella significa en el diálogo. La pri primer meraa fun funció ción, n, que es la pri princi ncipal pal,, con condic dicion ionaa las res restan tantes tes y est estáá dir direct ectame amente nte rel relaci aciona ona-da con el interés del lector. Lasegundaeslade profundización, análisis, esclarecimiento de un asunto que en det determ ermina inado do contexto puede constituir su objetivo principal. Esta función permite que se desarrolle con amplitud la posibilidad de convencimiento o persuasión, puesto que la noticia a la que muchas veces “sigue” la entrevista necesita ser comentada y completada mediante la profundización en el tema, el análisis y su esclarecimiento totales. En este sentido Gianni Miná ha dicho que su libro Un encuentro con Fidel –como se sabe una extensa entrevista con el máximo líder cubano– constituye una “singular contribución”, porque 18
en ella “no sólo se esclarecen los problemas de los derechos humanos, sino también las relaciones de Fidel Castro con la Iglesia, el problema de la deuda externa y la economía latinoamericana, la situación positiva de la Medicina, de la Cultura, la Educación, la Religión y el Deporte en Cuba”.33 Como Co mo te terc rcer eraa fu func nció iónn es esta tará rá la de establecer y(o) reafirmar un criterio , ta tant ntoo de dessde el punt ntoo de vist vi staa de dell en entr trev evis ista tado do co como mo de dell en entr trev evis ista tado dor. r. (Co (Como mo se sa sabe be,, el in inte teré réss in info form rmat ativ ivoo de am ambo boss in in-terlocutores muchísimas veces coincide). El criterio en cuestión puede también basarse en la necesidad de desmentir un infundio o una información incorrecta, o hacer frente a un estado de opinión determinado. Hace algunos años la revista Correo de la OIP (Organización Internacional Internacional de Periodistas), en su número 5 de 1987, publ pu blic icóó un unaa en entr trev evis ista ta co conn Ba Bass ssam am Ab Abaa Sh Shar arifif,, vi vice cepr pres esid iden ente te de es esaa or orga gani niza zaci ción ón,, co conn el pr prop opóósito si to ev evid iden ente te de re refu futa tarr un unaa in info form rmac ació iónn pe perj rjud udic icia iall pa para ra di dich choo fu func ncio iona nari rio, o, a qu quie ienn se vi vinc ncul ulab abaa con un complot terrorista. Todas las preguntas se dirigían a brindarle al entrevistado la posibilidad de aclarar declaraciones en su contra; obsérvese el cuestionario: – La re revi vist staa fr fran ance cesa sa Le Point mencionó su nombre en uno de sus artículos como alguien que dirige las riendas de las acciones en el Líbano. ¿Qué nos puede decir sobre esto? – En se segu gund ndoo lu luga gar, r, Le Point escribe que usted se entrevistó personalmente con un enviado francés. – Se ha dicho que usted usted desem desempeñó peñó un papel papel clave clave en la liberac liberación ión de de Laurel Laurel Cornea Cornea de la cadena 2 de la televisión francesa. – Se dijo dijo que uste ustedd tiene tiene estrecho estrechoss contacto contactoss con los los grupos grupos terro terrorista ristass en el Líba Líbano. no. trae aerr a co cola laci ción ón un te tema ma o as asun unto to de ac actu tual alid idad ad. Puede Pue de ser tam tambié biénn fun funció ciónn de una ent entrev revist istaa tr Por último mencionemos la función de obtener testimonio de un aspecto de la realidad , casi consustancial al género entrevista, y de la cual se han derivado trabajos periodísticos de excepcional calidad como los que integran la obra reporteril de Elena Poniatowska. (Un propósito testimonial animó también a la periodista cubana Minerva Salado cuando, a treinta años de los hechos, entrevistó en tierra mexicana a quienes ayudaron en ese país al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en los preparativos de su viaje a Cuba, a bordo del yate Granma. Así surgió su libro El Granma en la memoria de México , obra finalista del Premio Casa de las Américas, 1990, publicada recientemente en México). Como resumen de estas funciones, quiero señalar un interesante criterio de la periodista y profesora Mirta Rodríguez Calderón: “Laa en “L entr trev evis ista ta si sirv rvee pa para ra ob obte tene nerr in info form rmac ació ión, n, ex exal alta tarr un unaa pe pers rson onal alid idad ad,, un unaa vi vida da o un unaa ob obra ra;; y también para estimular una acción o promoverla; sustentar una opinión; prestigiar un criterio, un trabajo, una necesidad del país o de un colectivo humano, y para complementar un argumento”.
Nacimiento de un género Los antecedentes históricos del género entrevista –según señala la mayoría de los autores– se remontan al 16 de abril de 1836, fecha en que el periodista norteamericano Gordon Bennet la empleó por primera vez en la versión más aproximada a la que hoy se conoce y utiliza como tal, y tiene sus orígenes más remotos en el empleo del diálogo. Bennet empleó el método de preguntas y respuestas, la forma dialogada, como se estilaba entonc to nces es en la lass au audi dien enci cias as ju judi dici cial ales es,, po porr lo qu quee se le re reco cono noce ce ta tamb mbié iénn co como mo el cr crea eado dorr de dell llllam amaa-
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do reportaje judicial. Se cuenta que entrevistó a Rosina Towsend, administradora de un burdel neoyorquino donde ocurrió un crimen; esta conversación, a la que tituló “El asesinato más atroz”, apareció publicada en el periódico The New York Herald , el sábado 16 de abril de 1836. Así se dice que nació la entrevista periodística moderna. El método sufrió fuertes críticas durante varios años; se acusaba de impostor y frívolo a todo el que lo utilizaba, debido seguramente, entre otros motivos, a la ruptura que imponía en las formas tradicionales de presentar las informaciones y a la época de su desarrollo caracterizada por el periodismo sensacionalist sensacionalista. a. 34 Fuee en es Fu esaa ép époc oca, a, en 18 1860 60,, cu cuan ando do se co conv nvoc ocóó la pr prim imer eraa co conf nfer eren enci ciaa de pr pren ensa sa en el mu mund ndo. o. La entrevista periodística cobró mucho auge luego de la Segunda Guerra Mundial y en la medida di da en qu quee se ag agud udiz izab aban an la lass co cont ntra radi dicc ccio ione ness en entr tree el ca capi pita talilism smoo y el so soci cial alis ismo mo;; pe pero ro ya de desd sdee la ant anteri erior or con confla flagra gració ciónn glo global bal,, las pes pesqui quisas sas y nue nueva vass met metod odolo ología gíass par paraa rec recogi ogidas das de opi opinio niones nes destinadas a impresos, partidos políticos y gobiernos, habían sentado las bases científicas del género. Se sabe que la entrevista, por sus características, resulta idónea para testimoniar criterios, y puede operar como cauce de los estados de opinión de grupos o sectores de la población, por ello proliferó en la prensa capitalista. El sistema necesitaba propagar sus valores, y difundir una imagen de libertad, participación individual e intercambio democrático de opiniones. 35 En el capitalismo, el carácter mercantil de la prensa permea prácticamente todas sus manifestaciones y valida que con frecuencia la entrevista sea considerada un medio ideal para revelar la intimidad de las personas. Aunque ello conduzca a la difamación y el escándalo, será tolerado porque sirve, en definitiva, a los intereses, sobre todo económicos, de la publicación, del periodista y del sistema en su conjunto. Muyy di Mu dist stin inta tas, s, an anta tagó góni nica cas, s, de debe benn se serr la lass fu func ncio ione ness de la en entr trev evis ista ta,, y su em empl pleo eo,, en un unaa so soci cieedad socialista, para que respondan a las exigencias de un periodismo cuyo objetivo, por definición, es elevar el nivel cultural del público. Dent De ntro ro de lo loss gé géne nero ross pe peri riod odís ístitico cos, s, la en entr trev evis ista ta oc ocup upaa un lu luga garr ex exce cepc pcio iona nall en el em empe peño ño de presentar a los hombres que se desarrollan en una sociedad socialista. ¿Cómo piensan? ¿Qué motivaciones les guían? ¿Cómo logran vencer las dificultades? ¿Qué aspiraciones y problemas tienen? ¿Cómo avizoran el futuro? Trasladar la imagen de esos protagonistas, destacar sus cualidades individuales como ejemplo a seguir por la colectividad, revelar sus contradicciones, constituyen objetivos de primer orden para pa ra la ent entrev revist istaa per period iodíst ística ica.. Qui Quizás zás nin ningún gún ot otro ro gén género ero pue pueda da cum cumpli plirla rlass con ma mayor yor efi eficac cacia. ia.
Los entrevistadores: ¿indeseables o imprescindibles? En la entrevista entrevista se pone en marcha un proceso de comunicación comunicación interpersonal interpersonal para el que que hay que estar especialmente dotado y entrenado. Como bien apunta Hugh Sherwood, es necesario un sentido de la proporción y el equilibrio al entrevistar a la gente. 36 Determinados aspectos de carácter sicológico deben ser del dominio del entrevistador si acep ac epta tamo moss qu que: e: “. “..... no ha hayy co cosa sa má máss pa pare reci cida da en el mu mund ndoo qu quee un pe peri riod odis ista ta y un si sicó cólo logo go”. ”. 37 El “p “pro robl blem ema” a” de un unaa en entr trev evis ista ta no se re resu suel elve ve ún únic icam amen ente te co conn qu quee el pe peri riod odis ista ta se sepa pa pr preg egun un-tar, ta r, co cosa sa po porr ci cier erto to ba bast stan ante te má máss di difífíci cill de lo qu quee pa pare rece ce a si simp mple le vi vist staa y qu quee tr trat atar arem emos os má máss ad adeelante. lant e. Hay que lograr el desarrollo desarrollo del sentido sentido de la observación observación,, porque como apunta apunta el sicólogo Smirnov: “El entrenamiento entrenamiento prolongado de la observación observación conduce al desarrollo de la 20
capacidad de observar que consiste en señalar particularidades o caracteres”, tarea que para el periodista constituye función esencial. El entrevistador no puede contentarse con la perspicacia y agilidad mental comunes, cualidades que permiten dar solución a los problemas imprevistos. Él tiene que “saber leer en el rostro humano el enojo, la angustia, el miedo, la sorpresa, el disgusto, la felicidad que son las emociones más reconocibles en ese espejo del alma que es el rostro humano”. 38 Los conocimientos de carácter sicológico son importantes no sólo para tratar de determinar con un cierto grado de exactitud los sentimientos del entrevistado hacia la propia entrevista, hacia nosotros, sino muy en particular porque ello nos servirá en el inevitable proceso de indagación ci ón de su pe pers rson onal alid idad ad,, pa para ra tr trat atar ar de de dete term rmin inar ar lo loss ra rasg sgos os es esen enci cial ales es de el ella la qu quee le ha hann llllev evad adoo a un unaa ha haza zaña ña,, a un unaa pr prom omin inen enci ciaa en su suss ac actitivi vida dade des, s, o a em emititir ir de dete term rmin inad adoo ju juic icio io o to toma ma de po po-sición, y reflejarlo adecuadamente. Porque el entrevistador es, por definición, alguien capaz de descubrir personalidades, “porque una entrevista, por más formal y dirigida que sea, no se agota en las preguntas y respuestas. Ella debe reflejar una interacción entre dos o más individuos que se ejercen recíprocas influencias”.39 En el género entrevista adquiere particular connotación lo que se conoce como capacidad de trato sicológico . Al respecto, el periodista uruguayo Carlos María Gutiérrez decía en una conferencia a los estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Habana: “Entre dos seres humanoss no ha no hayy co comu muni nica caci ción ón po posi sibl blee si no ha hayy se sens nsac ació iónn de qu quee se en entitien ende denn mu mutu tuam amen ente te,, de qu quee uno preocupa al otro como ser humano”. A este principio se refería Isabel Boucher, reportera canadiense de crónica roja, cuando me decía que la experiencia vital más importante que tenía de sus más de diez años de entrevistar a criminales, era la compasión que sentía hacia ellos. El entrevistador tiene que conocer conocer con exactitud qué son las actitudes, motivaciones, motivaciones, preferencias, opiniones y estados de ánimo: ellos expresan, explican y modifican en un sentido u otro la conducta humana. No se pu pued edee ol olvi vida darr qu quee es este te gé géne nero ro se ca cara ract cter eriz izaa po porr se serr el re resu sultltad adoo de la co cola labo bora raci ción ón en en-trevistado-entrevistador; trevistado-ent revistador; es el único que se distingue por esa particularidad. El periodista, como necesidad neces idad prof profesion esional, al, tiene qu quee co comp mpro rome mete terr de al algú gúnn mo modo do a su pe pers rson onaj ajee me medi dian ante te re recu curs rsos os y técnicas sicológicos pues, de hecho, al hacer al entrevistado copartícipe de la gestión, en una medida se está halagando su vanidad. Como conductor y “creador” de la conversación periodística, el reportero debe estar dispuesto a intervenir cuando el entrevistado responda con demasiada extensión, o con cierto grado de conf co nfus usió iónn o di difificu cultltad ad,, y titien enee qu quee ha hace cerlrloo po poni nien endo do a pr prue ueba ba,, so sobr bree to todo do,, es esaa ca capa paci cida dadd de tr traato sicológico a la que aludía Carlos María Gutiérrez. Para Pa ra Ju Juár árez ez Ba Bahí hía, a, la at atmó mósf sfer eraa si sico coló lógi gica ca es es esen enci cial al po porq rque ue mu much chas as ve vece ces: s: “l “loo má máss im impo port rtan an-te en un unaa en entr trev evis ista ta no es está tá en la lass re resp spue uest stas as fo form rmal alme ment ntee ex expr pres esad adas as si sino no en aq aque uelllloo qu quee af afec ecta ta los sentidos del reportero y las reacciones del entrevistado, en lo que insinúa, no en lo que dice claramente, en la duda(...) en lo inesperado”. 40 El entrevistador, pues, debe saber huir de las primeras impresiones, sin subestimarlas desde luego, y ser ponderado al “adornar” con cualidades a su entrevistado a quien, prácticamente, muy a menudo acaba de conocer. Pero el periodista-entrevistador periodista-entrevistador necesita otros conocimientos conocimientos y habilidades, no sólo los de ordenn si de sico coló lógi gico co.. Es Está tá ob obliliga gado do a po pose seer er un unaa cu cultltur uraa ge gene nera rall po porq rque ue el ello lo le fa faci cililita tará rá pr prof ofun undi diza zarr en los temas que aborde y establecer relaciones y juicios certeros. 21
La intuición en la entrevista es fundamental, dice la periodista española Concha García Campoy para quien, además, el entrevistador con mayor cultura es el que logrará los mejores resultados. 41 Una habilidad esencial a la que me referí inicialmente como condición inseparable del entrevist vi stad ador or es la de sa sabe berr pr preg egun unta tar, r, té técn cnic icaa ta tant ntoo co como mo in intu tuic ició iónn qu quee se ca cara ract cter eriz izaa po porr fo form rmul ular ar la lass preguntas de manera concreta y completa a fin de que el entrevistado responda directamente. Y saber preguntar tanto como saber escuchar. En términos de entrevista ello quiere decir mantener un verdadero interés en lo que expresa el entrevistado para recordar, hasta horas después, qué dijo; para saber cuándo y cómo hay que volver a preguntar y para que el entrevistado hable más que uno.42 La función del periodista es provocar que el entrevistado hable, se pronuncie. Si no lo logra, fracasa en toda la línea. Un entrevistador que sepa preguntar va sin rodeos al tema central objeto de su interés informatitivo ma vo;; no di diva vaga ga,, y no ha hace ce ta tamp mpoc ocoo la larg rgas as in intr trod oduc ucci cion ones es co conn el su supu pues esto to ob obje jetitivo vo de pr prec ecis isar ar o aclarar bien su propósito. Dicho con otras palabras: un buen entrevistador tiene desde el principio correctamente delimitados sus objetivos objetivos de información, información, los cuales le sirven de brújula en el proceso de su gestión. Por supuesto, un buen entrevistador no hará decir lo que él quiere a su entrevistado, sino que le facilitará las vías para que exprese lo que quiera acerca de lo que uno desea. Del primero se espe es pera ra qu quee lllleg egue ue prepa prepara rado do a la co conv nver ersa saci ción ón,, se segu guro ro de lo qu quee va a pr preg egun unta tar, r, de deci cidi dido do a co connducir la conversación. Jamás tergiversará las informaciones de su interlocutor, sino que las refle jará fielmente. Para ello precisa del dominio de la síntesis periodística, y de un método adecuado para la toma y transcripción de notas en el caso que no emplee grabadora. Y, sobre todo, tod o, ser seráá alg alguie uienn con sól sólido idoss pri princi ncipio pioss éti éticos cos,, inc incapa apazz de tra traici icion onar ar la con confia fianza nza de su ent entrev revisistado si este le pidiera mantener su conversación off the record .
Notas Debe recordarse que en la entrevista, como en otros géneros periodísticos, se emplean técnicas del trabajo de campo procedentes de la Sociología; entre otras, la observación, la participación en actividades de la vida diaria, recogida de historias orales y análisis documental. 2 “La ent entrev revist istaa en el per period iodism ismoo de nue nuestr stroo tie tiempo mpo”, ”, en: rev rev.. El Periodista Demócrata, No.6,Praga,6dejuniode 1983. 3 Revista UPEC No. 2 de 1980. 4 Hay quienes opinan –como el periodista Jorge Timossi– que la entrevista es un género puro, el más delicado de todos. 5 Contra viento y marea, Seix Barral, Biblioteca Breve, t. I, España, 1986. 6 Revista La Jornada Semanal, México, 31 de enero de 1993. 7 Entrevista de Ciro Bianchi, en: Cuba Internacional No. 5, p. 83, La Habana. 8 “Mis mejores películas fueron las que nunca filmé”, en: Semanario Oiga, Lima, 16 de enero de 1989. 9 Revista Tiempo, No. 240, pp. 15-21, España, dic. de 1986. 10 Gabriel García Márquez: El olor de la guayaba: Conversaciones con Plinio Apuleyo Mendoza, Ed. Oveja Negra, Bogotá, 1982. No es para menos: Según se dice, a García Márquez le solicitaron entrevistas 68 medios de comunicación durante los días del Encuentro sobre la Deuda Externa en La Habana, en 1985. 11 José Luis Martínez Albertos: Curso general de redacción periodística, Ed. Paraninfo, Madrid, 1992. M. del Arco, citado en la obra, dice que “una entrevista ( interview ) no es más ni menos que una conversación llevada a la letra impresa”. 1
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Miriam Rodríguez Betancourt: Selección de crónicas, folleto en biblioteca de la Facultad de Comunicación. Ciro Bianchi: Un hombre en la noticia, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1989. Escribe Bianchi al respecto: “Con Wilfred Burchett aprendí que los géneros periodísticos no se respetan, se violentan y se mezclan a voluntad”. 14 Carlos Marín y Vicente Leñero: Manual de Periodismo, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1990. 15 Hugh Sherwood: La entrevista, Prisma y Ate, México, 1976. 16 Eleazar Díaz Rangel: Acerca de la entrevi entrevista sta, Escuela de Comunicación Social, Venezuela, Venezuela, s/f. 17 Manuel Pérez Miranda: La entrevista en prensa, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1989. 18 Juan Gargurevich: Géneros periodísticos, Ed. Orbe, La Habana, 1979. 19 Ciro Bianchi: Voces de América Latina, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1988. 20 Evelio Tellería: Diccionario periodístico, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1986. 21 Emil Dovifat: Periodismo, Uteha, 1959. 22 Phillip W. W. Porter y Neil Luxon: Manual del periodista, Ed. Cultural, S.A., La Habana, 1943. 23 José Antonio Benítez: Técnica periodística, Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1983. 24 Juárez Bahía: “As Técnicas do Jornalismo”, en: Journal: Historia o Técnica, Ed. Ateca, Ateca, Brasil, Brasil, 1990. 1990. 25 Ibídem. El autor atribuye esta definición a Edgar Morin. 26 Carlos María Gutiérrez: Charla ofrecida a estudiantes de Periodismo de La Habana, el 13 de febrero de 1990 (versión no publicada). 27 John Hohenberg: The Professional Journalist, Ed. Holts, Richard and Winston, 2a edition, New York, 1969. 28 Miriam Rodríguez Betancourt: Acerca de la entrevista periodística, 1ra edición, Universidad de La Habana, MES, 1984. Luis Báez, respondiendo un cuestionario de la autora, define así a la entrevista periodística. 29 F. Fraser Bond: Introducción al Periodismo, Ed. Limusa, México, 1974. 30 Juan Gargurevich: Ob. cit. 31 Raúl Rivadeneira Prado: La teoría general de los sistemas y la ciencia de la Comunicación , Ed. Trillas, México, 1983. 32 Javier Ibarrola: La entrevista, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1988. 33 “Para mí el libro representa un particular sentimiento de felicidad humana”, en: Granma, La Habana, 15 de marzo de 1988. 34 El Elea eaza zarr Dí Díaz az Ra Rang ngel el:: Ob Ob.. ci cit. t. En es esta ta ob obra, ra, Dí Díaz az Ra Rang ngel el af afir irma ma qu quee en 18 1869 69 el pe peri riód ódic icoo no nort rtea eame meri rica cano no The Nation calificaba a la entrevista como “el producto combinado de algún farsante de politicastro y de otro farsante de reportero periodístico”. 35 En Cuba, cabe destacar que la entrevista alcanza su etapa de ascenso a partir de los años cincuenta, especialmente en la revista Bohemia que, siguiendo su perfil editorial marcado por el pluralismo de opiniones, publica entrevistas con muy variadas figuras, especialmente políticas, representantes de las diversas corrientes, tendencias y partidos. Según se afirma, corresponde a Justo de Lara la autoría de una de las primeras entrevistas realizadas por un cubano. 36 Hugh Sherwood: Ob. cit. 37 “Juantorena, más allá de la pista”, entrevista al bicampeón olímpico cubano Alberto Juantorena, en: rev rev.. Somos Jóvenes, No. 1, La Habana, 1977. 38 “El rostro human humano, o, ¿por qué qué tanto tanto desprecio? desprecio?”, ”, cable cable de PL, Granma, Granma, 1986. 1986. 39 Juárez Bahía: Ob. cit. 40 Ibídem. 41 Juan Gargurevich: Ob. cit. 42 Pabl Pabloo L. Monasor: Monasor: “La radio radio neces necesita ita cultu cultura ra y sensatez”, sensatez”, en: en: rev. rev. Carta de España No. 480, abril de 1994. 12 13
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Capítuloo II Capítul Hacia una tipología La entrevista periodística, en lo que se supone intercambio de ideas e informaciones entre dos personas que conversan en un determinado contexto, es, por definición, inclasificable.
MONSERRAT QUESADA
La cla clasif sifica icació ciónn tip tipoló ológic gicaa má máss com común ún de ent entrev revist istas as se res resume ume en: inf inform ormati ativa va (o not notici iciosa osa), ), de opinión, de personalidad o biográfica y de retrato en at aten enci ción ón a su suss ob obje jetitivo vos, s, en ta tant nto, o, po porr el nú nú-mero de participantes que en ellas intervienen, suelen dividirse en dos grandes grupos: individuales y colectivas. Al primer grupo corresponden las entrevistas en las cuales participan el entrevistado y el entrevistador; al segundo pertenecen aquellas en que son entrevistadas varias personas por un periodista o más, o cuando una persona responde al interrogatorio de varios entrevistadores. Las entrevistas colectivas (o de grupos, como también se les denomina) abarcan las conferencias o ruedas de prensa, conversatorios, encuestas, mesas redondas y otras modalidades. Es obvio que a esta clasificación escapa una gama muy diversa de matices, en algunos casos tan singulares que devienen nuevos modelos: la entrevista es uno de los géneros que se caracterizan por la mayor diversidad tipológica. La determinación esquemática supondría la existencia de entrevistas con objetivos únicos como si fueran posible informaciones y opiniones químicamente puras, o que el sujeto de la entrev tr evis ista ta no tu tuvi vier eraa en mu much chas as oc ocas asio ione ness su suss pr prop opio ioss in inte tere rese sess y no fu fuer eraa ca capa pazz de ha hace cerlrlos os pr prev evaalecer (o de intentarlo cuando menos). Si bien es cierto que toda entrevista puede responder en última instancia a fines de información-o ció n-opin pinión ión o a los de pre presen sentac tación ión de ima imagen gen,, int intent entar ar una cla clasif sifica icació ciónn en tér términ minos os exc excluy luyenentes negaría la riqueza formal que el género muestra en la actualidad, la diversidad de estilos y métodos que caracteriza a los entrevistadores, y la misma existencia de super-objetivos. Estos elementos conceptuales determinan verdaderos tipos de entrevistas por la regularidad de sus características, frecuencia de empleo y eficacia de comunicación. Entre ellos destaca la entrevista agresiva, cuyo reinado ostenta desde hace varias décadas, la famosa periodista y escritora to ra itital alia iana na Or Oria iana na Fa Fallllac aci,i, cr crititic icad adaa po porr un unos os,, ad ador orad adaa po porr ot otro ros, s, me menc ncio iona nada da po porr to todo dos: s: un unaa re re-ferencia obligada del Periodismo contemporáneo y una de sus leyendas vivas. Las formas o métodos que se emplean para elaborar y, posteriormente, presentar (publicar o divulgar) las entrevistas, conforman también otros tantos tipos –la entrevista de preguntas y respues pu esta tas, s, la en entr trev evis ista ta mo monó nólo logo go,, en entr tree ot otra ras– s–,, de mo modo do qu quee no só sólo lo po porr lo loss ob obje jetitivo voss de in info form rmaación y temas se originan los modelos, sino también –y bastante a menudo– por su estructura formal.43 La lista que sigue es amplia, pero ¿quién puede asegurar que en ella están todas las que son?: entrevista-monológo; entrevista-mo nológo; de debate o polémica; telefónica; de actualidad; imaginaria o de ficción; creativa; autoentrevista; testimonial o de testimonio; retrato; exclusiva; investigativa; histórica; sicológica...44
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Algunas precisiones La entrevista informativa, también llamada noticiosa, se caracteriza porque en ella predomina el dato informativo, ya sea este como conocimiento o como noticia propiamente dicha, proporcionado por la persona entrevistada, que suele ser un especialista en la materia tratada, protagonista principal del asunto o figura muy cercana. Con respecto a la entrevista de opinión –de ideas– lo que se dice, y sobre todo lo que dice el entrevistado, tiene un marcado carácter evaluativo: su objetivo es trasmitir juicios, criterios, opiniones del entrevistado, cuya relación con el tema también se establece en virtud de su conocimiento, autoridad o vivencia personal. Frecuentemente, como la informativa, esta entrevista está muy ligada con el acontecer noticioso y (o) de actualidad. La clasificación informativa y de opinión debe estudiarse considerando el predominio que se obser ob serve ve de los asp aspect ectos os apu apunta ntados dos.. Es dif difíci ícill enc encon ontra trarr una ent entrev revist istaa qu quee só sólo lo apo aporte rte dat datos os inf inforormativos sin juicios personales de valor y viceversa, así que resulta poco apropiada una clasificación esquemática para estos dos tipos de entrevistas cuya característica más común es la fusión de la información y la opinión. En la bi biog ográ ráfifica ca,, ig igua ualm lmen ente te de deno nomi mina nada da de pe pers rson onal alid idad ad,, se of ofre rece ce un unaa vi visi sión ón in inte tegr gral al de dell en en-trevistado, de su vida y obra, intentándose dar, al mismo tiempo, su imagen sicofísica. Algunos autores llaman retrato a este tipo de entrevista que, sin duda, constituye un desafío para el reportero por la visión de conjunto que está obligado a captar y trasmitir. Varios estudiosos, entre ellos José Antonio Benítez, distinguen la entrevista de personalidad de la biográfica, subrayando en esta última el “modo cronológico de narración”. 45 La entrevista de actualidad –por lo general una combinación de informativa y de opinión–, es la que se produce en el contexto de la máxima tensión noticiosa. Se le considera un tipo especial, una modalidad de la informativa o de la opinática. La entrevista agresiva destaca por el papel inquisitivo, directo y en ocasiones descortés, que el reportero asume como método interrogativo. Se caracteriza por un lenguaje áspero, sarcástico incluso, tanto para presentar al entrevistado como para formularle las preguntas y describir el ambiente y las situaciones. Buster Lions, en una entrevista que reprodujo Nueva Gaceta Ilustrada (España, 1-6-83), presenta así a su entrevistada, la actriz norteamericana Joan Collins: Es una señora bella, sí. Alta, elegante, ojos felinos, sensualidad sabiamente dosificada. Pero titien enee me medi dioo si sigl gloo de vi vida da.. Po Porr lo me meno noss es esaa es la ed edad ad qu quee Jo Joan an Co Collllin inss re repi pite te co conn so sosp spec echo hosa sa in in-sistencia. Sus enemigos –que son muchos– aseguran que la bella señora suma unos cuantos meses más de vida. No titien enee mu much chaa im impo port rtan anci cia, a, es ci cier erto to:: en el llllam amad adoo mu mund ndoo de dell es espe pect ctác ácul uloo es fr frec ecue uent ntís ísim imoo que las estrellas “olviden” algunos años. No debe confundirse la entrevista de debate o polémica con la agresiva, aunque ambas se basen en la controversia para lograr sus objetivos. La primera no rebasa los términos tradicionales de la rel relaci ación ón ent entrev revist istado ado-en -entre trevis vistad tador, or, aun cua cuando ndo hay hayaa “en “enfre frent ntami amient ento” o” ent entre re amb ambos; os; la segund gu ndaa pu pued edee pr pres esci cind ndir ir de es esaa co conv nven enci ción ón té técn cnic icaa y ca cami mina narr pe peliligr gros osam amen ente te al bo bord rdee de la lílíne neaa divisoria. Una opinión digna de atender es la de la famosa periodista norteamericana Barbara Walter, quien recomienda a los entrevistadores: “Si usted siente la necesidad de lanzar contra el político un ataque verbal, hágalo. Pero en este caso jamás logrará algo, ya que le será imposible conven28
cerlo, mientras que usted desperdiciará la oportunidad de penetrar en lo hondo de su mentalidad”.46 Por sup supues uesto, to, est estas as esp especi ecialí alísim simas as ent entrev revist istas as exi exigen gen esp especi ecialí alísim simas as con condic dicion iones: es: un tem temaa ade ade-cuad cu ado, o, un ca cana nall de di difu fusi sión ón qu quee la lass ad admi mita ta,, un en entr trev evis ista tado do pr prop opic icio io –q –qui uizá záss qu quee lo me mere rezc zca– a– y, por supuesto, un estilo y un método muy profesionales. Otro Ot ro titipo po de en entr trev evis ista ta em empl plea eada da en oc ocas asio ione ness –t –tal al ve vezz de dema masi siad adoo a me menu nudo do–– es la im imag agin inar aria ia o de ficción que puede ir desde “poner a hablar” a un objeto inanimado, hasta “conversar” con un personaje histórico. En revistas y espacios similares, elaboradas con gusto y ponderación, pueden resultar atractivas. Sin embargo, cuando se les emplea como recurso facilista, en un géneroo com ner comoo est estee car caract acteri erizad zadoo por su din dinami amismo smo,, los res result ultado adoss seg segura uramen mente te dej dejará aránn que des desear ear.. Pert Pe rten enec ecee a la mi mism smaa fa fami mililia, a, pe pero ro co conn un gr grad adoo ma mayo yorr de el elab abor orac ació ión, n, la en entr trev evis ista ta cr crea eatitiva va o de creación, que entra de lleno en el grupo de las clasificadas literarias y su origen pudiera atribuir bu irse se a la lass in inflflue uenc ncia iass de dell Nu Nuev evoo Pe Peri riod odis ismo mo de desa sarr rrol olla lado do en Es Esta tado doss Un Unid idos os en la dé déca cada da de lo loss sesenta. Como explica Nelson Hypolite, en este tipo “el periodista trabaja sobre la base de un personaje real y en ciertos momentos lo crea o recrea como lo podría hacer un novelista”. 47 La esp españo añola la Mon Montse tserra rratt Que Quesad sada, a, aut autora ora de La entrevista: obra creativa, pr prec ecis isaa en di dich choo te text xtoo que la entrevista de creación tiene como propósito “no sólo presentar unas declaraciones sin más pretensión que interferir el mínimo en ellas, sino ofrecer además una nueva dimensión que dote de sentido global al texto como obra”, y que en la narración de esa entrevista “va implícita una mayor capacidad creativa o literaria”. 48 En la denominada autoentrevista, autoentrevista, entrevistado y entrevistador son la misma persona. Aunque periodistas tan brillantes como el cubano Ciro Bianchi la consideran hasta “una aberración”, tal vezz po ve porq rque ue el ella la at aten enta ta co cont ntra ra lo loss pr prin inci cipi pios os es esen enci cial ales es de dell gé géne nero ro,, cr creo eo qu que, e, en de dete term rmin inad adas as ci cirrcunstancias y con objetivos de información muy precisos, pudiera elaborarse con éxito. En relación con una entrevista clasificada de colectiva como la encuesta, debe subrayarse que sólo cuando el tema objeto de este tipo de trabajo lo requiera –por controvertible o especializado– se acude a métodos científicos para realizarla. No obstante, algunas encuestas periodísticas reflejan, con un apreciable grado de representación, las opiniones de grupos significativos. Es interesante observar que en la mayoría de las entrevistas colectivas, con notable excepción de las con confer ferenc encias ias de pre prensa nsa,, los per period iodist istas as cum cumple plenn fun funcio ciones nes de mod modera erado dores res,, de con conduc ducto to-res,, pre res precis cisame amente nte al fo formu rmular lar las pre pregun guntas tas bás básica icass con el obj objeti etivo vo de gui guiar ar dic dichos hos enc encuen uentro tross ha ha-49 cia los temas y asuntos que más interesen. Héctor Borrat, que denomina las entrevistas “recurso estratégico textual del periódico” 50 por la variada presentación de estas y sus diversos usos, apunta dos tipos colectivos (en atención al número de entrevistados): la entrevista sinopsis y la entrevista debate. En la primera, “el entrevistador dirige las mismas preguntas a dos o más actores y publica sus resp re spue uest stas as en un mi mism smoo es espa paci cioo gr gráf áfic ico, o, de ta tall ma mane nera ra qu quee el le lect ctor or pu pued edaa ha hace cerr la lass co comp mpar arac acio io-nes pertinentes e inferir, de esa comparación, sus propias conclusiones”. Borat subraya que de esta forma se puede alcanzar un alto nivel de eficacia. En la entrevista debate, también con la presencia de dos o más entrevistados, el periodista actúa con un cuestionario abierto que irá reformulando a medida que avance la discusión. Es evidente que ya sea desde el punto de vista de su producción, factura, formato, temática, estructura numérica y objetivos, las variantes y matices comprometen todas los casilleros, tanto para definir un género como para clasificar sus distintos tipos. En resumen, como certeramente comenta Julio García Luis, las fórmulas clasificatorias sólo pueden ser útiles “como marco convencional para organizar las ideas”, aludiendo a la frase de 29
Goethe en contra de todos los esquemas: “Gris, amigo, es toda teoría; mas el árbol de la vida es eternamente verde”.51
Notas Juan Gargurevich: Ob. cit. Ver en el Capítulo II, pp. 37-38, los tipos de entrevista. John Hohenberg: Ob. Cit. En su importante libro, Hohenberg menciona también las entrevistas casuales o accidentales y las que llama Man in the street, en entr trev evis ista tass de dell ho homb mbre re en la ca calllle. e. Op Opin inaa qu quee ”n ”noo se ha hann he hech choo aú aúnn re regl glas as pa para ra un unaa en entr trev evis ista ta modelo (...) porque pueden ser tan banales y pintorescas como son las personas que en ellas intervienen.” 45 José Antonio Benítez: Ob. cit. 46 Vladímir Simonov: “Cómo pintaron las rosas de otro color”, en: Novedades de Moscú, No. 15, 1987. 47 Nel entrevi evista sta y el repo reporta rtaje: je: dos gén géneros eros del per periodi iodismo smo, Cu Nelson son Hyp Hypoli olite te y Car Carlos los Abr Abreu: eu: La entr Cuad ader erno noss de la Es Escu cueela de Comunicación Social de Venezuela, No. 24, octubre de 1991. No siempre la entrevista creativa se centra en torno a un personaje histórico, desaparecido o prescinde de la actual act ualida idadd com comoo req requis uisito ito.. Trab rabaja ajando ndo la ent entrev revist istaa clá clásic sicaa o tra tradic dicion ional, al, se uti utiliz lizan an rec recurs ursos os de fic ficció ciónn par paraa ambientar con mayor fuerza una descripción o relato, y lo mismo se hace con los diálogos y otras partes de la entrevista. Dice Nelson Hypolite: “Nadie le puede impedir a un periodista, trabajar con su mundo de ficción como lo hace el poeta o el novelista”. 48 Montserrat Quesada: La entrevista, obra creativa, Ed. Mitre, Barcelona, 1984. 49 Suplemento cultural El Búho, Excelsior, México, 28 de abril de 1991. La célebre Elena Poniatowska confiesa que su mayor reto es hacer entrevistas en las conferencias de prensa: “Es difícil cuando un personaje sólo te da una entrevista si es en la misma conferencia, y si después le dices: “¿No me concede otros 15 minutos?” 50 Héctor Borrat: El periódico, actor político, G.G. Mass Media, Barcelona, 1989. 51 Julio García Luis: Géneros de opinión, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1989. 43 44
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Capítulo III Preparando el encuentro El arte de la entrevista no tiene secretos: es cuestión de estudio y práctica, y sobre todo de documentación.
JUAN GARGUREVICH
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Uno de los aspectos en que todos los teóricos, estudiosos y profesionales están perfectamente de acuerdo es en la importancia de la preparación previa durante el proceso de realización de la entrevista. También sobre la metodología que debe seguirse hay consenso, por lo menos en sus pasos esenciales. El primero de ellos, la definición de los objetivos de información. 52 Toda entrevista, aun la más común, la de la diaria rutina, ha de tener claramente delimitados delimitados sus objetivos de información central y sus objetivos colaterales. Por objetivo de información central se entiende aquel propósito o idea concreta y específica quee de qu dete term rmin inaa la re real aliz izac ació iónn de un tr trab abaj ajoo pe peri riod odís ístitico co (c (cua ualq lqui uier eraa qu quee se seaa su gé géne nero ro)) y qu quee es está tá definido, en el caso de la entrevista, por los siguientes factores: a) Coyun Coyuntura tura noti noticiosa ciosa-inf -informa ormativa. tiva. b) Ent Entrev revist istado ado y tem tema. a. c) Tip Tipoo de ent entrev revist ista. a. d) Perfi Perfill edito editorial rial de la publ publicació icación. n. e) Espac Espacio io y recur recursos sos de pres presentac entación. ión. Los objetivos colaterales de información constituyen los propósitos o ideas que contribuyen a particularizar, enriquecer y ampliar el objetivo de información central. Junto con la determinación determinación del objetivo, objetivo, debe valorarse el tema o temática escogidos. escogidos. InterroInterrogars ga rsee en cu cuan anto to al in inte teré réss qu quee pu pued edaa de desp sper erta tarr en el re rece cept ptor or,, pe pens nsar ar so sobr bree su ac actu tual alid idad ad,, in inte teré réss permanente mejor que coyuntural, el factor humano que suponga, cómo ha sido abordado anteriormente, qué beneficio –en términos de gratificación humana– aportará, qué problemas pued pu edee co cont ntri ribu buir ir a re reso solv lver er,, in incl clus usoo co conn só sólo lo tr trat atar arlo lo.. Si el te tema ma re resi sist stee es esta ta in inda daga gaci ción ón,, de se segu guro ro habremos acertado en su elección. En cuanto a los objetivos será conveniente también contestarnos las siguientes preguntas: 1. ¿Qué info informac rmación ión bási básica ca quier quieroo obte obtener? ner? 2. ¿Qué deta detalles lles sería buen buenoo preci precisar? sar? 3. ¿Sobre qué qué aspectos, aspectos, situaciones o hechos hechos quiero quiero que que se pronuncie el entrevistado? entrevistado? 4. ¿Qué aspect aspectos os de su su vida, vida, obra y labor labor necesito necesito cono conocer cer previam previamente? ente? La satisfacción de estas preguntas obligará a recurrir a las fuentes, determinar qué elementos resultan indispensables extraer en la conversación con el entrevistado, y formular el plan de la entr en trev evis ista ta en lo qu quee re resp spec ecta ta a la lass pr preg egun unta tass o cu cues estition onar ario io y, en co conc nclu lusi sión ón,, ha hará rá qu quee se le im impr priima coherencia a todos los pasos de la misma. La clara definición del objetivo de información central y de los colaterales, además, será de gran utilidad durante el encuentro cara a cara con el entrevistado, pues impedirá desviarse del rumbo adecuado y redundará en aprovechar al máximo el tiempo y las circunstancias de la entrevista. 33
Especial importancia tiene esta definición en el caso de cuestionarios que serán enviados, debido bi do a la pr prec ecis isió iónn qu quee de debe be al alca canz nzar arse se en la re reda dacc cció iónn de la lass pr preg egun unta tass pa para ra qu quee el en entr trev evis ista tado do comprenda nuestros propósitos y responda en consecuencia. En no pocas ocasiones la imprecisión en los objetivos de información puede hacer aparecer una entrevista como una conversación caótica o vaga, en la que se va de una pregunta a otra sin orden ni jerarquía, aunque el asunto sea interesante y se hayan conseguido buenos datos. Puede darse el caso que uno se proponga determinados objetivos, y en el transcurso de la entrev tr evis ista ta se pe perc rcat atee de qu quee la in info form rmac ació iónn of ofre reci cida da su supe pera ra lo loss cá cálc lcul ulos os po porr in ines espe pera rado doss o má máss in inte te-resantes, o por el contrario, es inferior a lo que se necesitaba y esperaba. En estas circunstancias el en entr trev evis ista tado dorr de debe be mo modi dififica carr su suss ob obje jetitivo voss so sobr bree la ma marc rcha ha y ad adec ecua uars rsee al gi giro ro de lo loss ac acon onte teci ci-mientos, enrumbando la conversación por el camino más conveniente desde el punto de vista periodístico. Recuerdo cuando la revista Mujeres me encargó entrevistar a la doctora Panchita Rivero, a quien la Federación de Mujeres Cubanas había otorgado su máxima condecoración, condecoración, la medalla Ana Betancourt. Luego de un rato de conversación, Panchita apenas se refería a sí misma, a pesar de lo loss mu much chos os mé méri rito toss de su vi vida da;; co cons nsta tant ntem emen ente te re reco cord rdab abaa a su hi hijo jo,, el Co Coma mand ndan ante te “P “Pitity” y” Fa Fa- jardo. Me percaté entonces de que debía dirigir mis preguntas sobre esa relación madre-hijo, que era, sin duda, la esencia de la vida y obra de aquella gran mujer. Después, en una carta suya muyy ge mu gene nero rosa sa,, co conf nfir irma maba ba mi ac acie iert rto: o: “( “(.....).) en la en entr trev evis ista ta qu quee Ud Ud.. me hi hizo zo re resa saltltaa as aspe pect ctos os qu quee no sospechaba. Quizás yo tenga algunos méritos: el de la constancia en el trabajo y el de haber tenido un hijo bueno”. Acudirr a una entre Acudi entrevista vista sin prepa preparació raciónn previ previaa adecu adecuada ada sería algo así como ir a la guerr guerraa sin entrenamiento militar o, para decirlo en términos menos dramáticos, competir sin estar en forma. Hoy por hoy ningún periodista que se respete entrevistaría siquiera a un portero, como afirma Vladímir Smirnov, fiándose tan sólo de la improvisación. 53 El rigor en la preparación previa varía de un tipo a otro de entrevista. Un reportero que cubra su sector con oficio y seriedad, suele estar actualizado y, por eso, aunque no siempre conozca a lass pe la pers rson onas as qu quee ha de en entr trev evis ista tar, r, sí do domi mina nará rá la te temá mátitica ca y el co cont ntex exto to no notitici cios osoo-in info form rmat ativ ivoo de ella. Por otra parte, no requiere la misma tensión una entrevista informativa informativa o de actualidad que una de personalidad. En la primera, este paso de la preparación previa muchas veces se efectúa paralelamentee con el trabajo reporteril, se puede decir que está insertado en él y condiciona esa paralelament facultad inherente al reportero de preguntar en el momento con oportunidad, precisión y conocimiento del asunto. Me pa pare rece ce qu quee re resu sultltaa má máss út útilil es estu tudi diar ar el pr proc oces esoo de pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia qu quee po porr lo ge gene nera rall se recorre en entrevistas de personalidad o biográficas, aquellas en que el periodista dispone de mayo ma yorr titiem empo po pa para ra su re real aliz izac ació iónn y ca casi si si siem empr pree de ma mayo yorr es espa paci cioo pa para ra su pu publ blic icac ació ión. n. Co Como mo in in-dica Sherwood, dominar primero el arte de realizar este tipo de entrevista hace que la entrevista rápida e inesperada se convierta en una especie de segunda naturaleza. 54 No se puede obviar que toda entrevista, sobre todo las de personalidad o retrato, supone una especie de enfrentamiento, un pedir permiso para vulnerar si no siempre la intimidad, sí el tiempo, muchas veces precioso, de alguien que espera se le presente al público lo mejor posible y que se transcriba su pensamiento, su obra o su acción fielmente. Para Pa ra es este te titipo po de en entr trev evis ista ta ha hayy qu quee pr prep epar arar arse se de ma mane nera ra ri rigu guro rosa sa,, co conn to todo do ce celo lo pr prof ofes esio iona nal,l, por dos razones de pareja importancia: primero, porque la preparación acerca del entrevistado asegurará en buena medida presentar un trabajo completo; y segundo, porque a él le agradará que lo conozcamos y se lo demostremos, además. Pero si se percata de que el periodista no co34
noce cuestiones básicas de su hacer o parecer, necesariamente pensará, entre otras cosas, que dell ór de órga gano no de pr pren ensa sa le ha hann en envi viad adoo un ad adve vene nedi dizo zo o un ig igno nora rant nte, e, y po poco co in inte teré réss te tend ndrá rá en re ressponder a semejante “profesional”. (Esto en el caso de que no sea un mal intencionado y aproveche la circunstancia para manejar la información según su conveniencia). No se trata de agotar todas las facetas de la personalidad, vida y trayectoria del entrevistado, en el ca caso so de qu quee el ello lo fu fuer eraa po posi sibl ble. e. Pe Pero ro ha hayy as aspe pect ctos os cu cuyo yo co cono noci cimi mien ento to pr prev evio io re resu sultltaa im impr pres es-cindib cin dible, le, aq aquel uellos los dat datos os que no se pueden av aver erig igua uarr co conn él él.. Po Porr ej ejem empl plo: o: of ofic icio io o pr prof ofes esió ión, n, lu luga garr de nacimiento.55 Se recomienda que el periodista, si no conoce al entrevistado, lo observe en alguna fotografía puesto que no es fantástico el hecho de que con la sola posesión de nombre y lugar, no encuentre a su personaje... o lo confunda con otra persona. (Parecerá una exageración, pero la dinámica de la pr prof ofes esió iónn es ca capa pazz de re rese serv rvar ar es esto toss y ot otro ross ac acci cide dent ntes es de dell titipo po ¡In ¡Incr creí eíbl ble, e, pe pero ro ci cier erto to!) !).. Hay quienes incluso aconsejan conversar con algún enemigo del entrevistado para conocerlo con mayor plenitud. Claro, el consejo no es de despreciar en algunos casos, pero con quienes sí se debe conversar es con amigos del entrevistado y periodistas que hayan hablado recientemente co conn él pa para ra en enri riqu quec ecer er nu nues estr traa vi visi sión ón in info form rmat ativ iva. a. No so sonn po poca cass la lass ve vece cess qu quee un unaa ad adve vert rten enci ciaa del tipo “no se te ocurra preguntarle...”, ha salvado una conversación periodística. Después de haber entrevistado a Fidel Castro, el famoso periodista italiano Giani Miná se sintitióó en el de debe berr de pr prev even enir ir a su suss co cole lega gas: s: “F “Fid idel el es un unoo de lo loss po poco coss ho homb mbre ress po polílítitico coss en el mu munndo que gusta de argumentar sus respuestas, los datos, referencias, etc. (...). Quien lo quiera entrevistar debe tener en cuenta estas cifras (verificables en todos los organismos internacionales) y no debe esperar encontrarse con lugares comunes, retórica o con la simple contraposición de ideas”.56 Una de las fuentes más fecundas para la preparación previa es, precisamente, la prensa... y a veces se olvida. Leer Le er,, o ve verr y es escu cuch char ar lo qu quee en lo loss úl últitimo moss titiem empo poss se ha haya ya di divu vulg lgad adoo so sobr bree te tema ma y en entr trev evis ista ta-do, dará la posibilidad de elaborar un cuestionario o guía temática que evada lo trillado, ofrezca ángulos nuevos y destaque lo más importante. 57 La pre prepar paraci ación ón del ent entrev revist istado adorr la adv advier ierten ten tan tanto to el ent entrev revist istado ado com comoo el lec lector tor,, aun aunque que est estee no se lo plantee en términos teóricos. En una entrevista buena por rigurosa y amena, por interesante y dinámica, destaca no sólo la información brindada por el entrevistado, sino también lo que aporta, mucho mejor si de manera indirecta, el entrevistador. Es conveniente reiterar que la magnitud de la preparación previa es variable. En ocasiones –muchas– no hay tal preparación: casos de entrevistas inesperadas o de importancia muy relativa o cu cuyo yo ob obje jetitivo vo de in info form rmac ació iónn re redu duci cido do mi mini nimi miza za es este te as aspe pect cto, o, o aq aque uellllas as de la ru rutitina na re repo porrteril en busca de información ampliada sobre un tema. En tales circunstancias entrarían en juego el oficio del periodista, su capacidad de adaptación a lo nuevo –que es una premisa para la profesión–, su conocimiento general de la temática en tanto especialista, su cultura general y nivel de actualización. Concha Con cha Gar García cía Cam Campoy poy,, rec recono onocid cidaa en la act actual ualida idadd com comoo una de las mej mejore oress ent entrev revist istado adoras ras del periodismo español, revela que le gusta “documentarse a conciencia sobre el personaje (...) aunque no me interesa conocerlos demasiado personalmente”. Y añade: “Lo fundamental es sabe sa berr mu mucho choso sobr bree la lape pers rson onaa en entr trev evist istad adaa y co cons nseg eguir uirse sedu ducir cirla lapa para ra qu quee se seab abra ra y pu pued edaa co comu muni nicar car”. ”. 58 Todo el proceso de preparación previa no tiene más que un objetivo: capacitar al periodista para el encuentro con el entrevistado, paso decisivo del género, y dotarlo del plan de entrevista en el que la guía temática o el cuestionario desempeñan uno de los puntos clave. 35
Para elaborar la guía temática o el cuestionario hay que estar en posesión de todos los conocimientos necesarios sobre entrevistado y tema, adquiridos en las fuentes subsidiarias, y que serán útiles úti les,, además además,, en el mom moment entoo de la con conver versac sación ión y des despué pués, s, en el últ último imo paso paso qu quee con consti stituy tuyee la redacción del trabajo. Si se decide trabajar con un cuestionario, este no puede ser una simple relación de preguntas sin cierto orden, lógico, cronológico o temático, y que no cuide los aspectos sicológicos. Lo mismo habrá que observar respecto a la guía de temas o asuntos. Conn in Co inde depe pend nden enci ciaa de qu quee en la co conv nver ersa saci ción ón co conn el en entr trev evis ista tado do,, y de ac acue uerd rdoo co conn la flflex exib ibiilidad que la misma entraña, no se siga al pie de la letra el orden preestablecido, es aconsejable elab el abor orar ar el pl plan an co como mo si fu fuer eraa a op oper erar ar as asíí en la re real alid idad ad.. El Ello lo or orga gani niza zará rá al re repo port rter eroo me ment ntal alme mennte, y lo capacitará para las violaciones necesarias. Un método recomendable es ordenar las preguntas o temas en orden de importancia, de lo simple a lo complejo, o combinar alternada y de forma sucesiva estas categorías; es decir, de lo simp si mple le a lo co comp mple lejo jo,, de nu nuev evoo a lo si simp mple le,, ot otra ra ve vezz a lo co comp mple lejo jo y as asíí ha hast staa el fifina nal.l. (E (Ellllo, o, re repi pito to,, constituye un método, no una camisa de fuerza que obligue a “lanzar” la primera pregunta, trivial, si en el encuentro se producen factores que aconsejan lo contrario). El pl plan an de debe berá rá,, pu pues es,, el elab abor orar arse se at aten endi dien endo do a la ló lógi gica ca o se sent ntid idoo co comú múnn qu quee in indi dica cann la co conv nveeniencia de iniciar un diálogo con preguntas simples, fáciles, que no requieran demasiado esfuer zo del interlocutor para ir ganando su confianza de manera paulatina. Sólo en casos excepcionales –inexperiencia del periodista, extraordinario relieve del entrevistado ta do,, co comp mple lejijida dadd de dell te tema ma–, –, el pl plan an co cont ntem empl plar aráá to todo doss lo loss as aspe pect ctos os qu quee se de debe berá ránn tr trat atar ar.. En él sí tendrán que aparecer los más importantes, los que no pueden ser olvidados, salvo causas mayores. Algunos autores recomiendan llevar siempre un cuestionario escrito en una libreta, discretamente. Es posible que ello sea necesario en algunos casos; tal vez lo único que podría establecer si ese método es correcto o no, sería conocer de antemano las características de la persona a quien se entrevistará. En entrevistas de cierta importancia, lo más usual es que el periodista lleve su cuestionario o guía gu ía en ho hoja ja ap apar arte te pa para ra or orie ient ntar arse se du dura rant ntee el di diál álog ogo, o, y di disp spon onga ga de un unaa co copi piaa po porr si el en entr trev evis is-tado se la pide para contestarla con posterioridad. Lo que sí puede suceder sin previo aviso es que el entrevistado quiera conocer, durante la entrevista, el contenido general de los temas o las preguntas para autoguiarse. En ambos casos es necesa nec esario rio qu quee el cue cuesti stion onari arioo o guí guíaa pre prepar parada ada con ese fin se hay hayaa ela elabor borado ado cui cuidad dadosa osamen mente. te.
El arte y la técnica de preguntar La pregunta, la indagación para obtener información, representa un punto clave de la entrevista periodística. Si no se domina el arte y la técnica del interrogatorio, no es posible avanzar ni medianamente en este género ni en el periodismo en general. Cuando García Márquez critica las entrevistas (realmente critica a los entrevistadores) atribuye los fracasos en ellas al hecho de que “las preguntas son las de siempre”. 59 Abundan los periodistas periodistas que consideran este aspecto el más importante importante y difícil. Mirta Rodríguez Calderón me decía que siempre hay dificultades para hacer hablar a los entrevistados, y que su principal preocupación cuando entrevista es descubrir en qué terreno de la sensibilidad del entrevistado puede “meterse” para empezar a preguntar. 36
Otro reportero cubano de mucho oficio, Manuel González Bello, afirma: “Sumemos las veces que hemos leído que a un actor se le pregunta qué personaje le gustaría interpretar(...) Las pregunt gu ntas as cu cuál ál es su dí díaa pr pref efer erid idoo y qu quéé co colo lorr le gu gust staa má más, s, la lass va vamo moss su sust stitituy uyen endo do po porr ot otra rass co cons nsta tanntes poco imaginativas y que a nada conducen”. 60 Desde su vasta experiencia, Elena Poniatowska se angustia: “Yo, “Y o, an ante tess de ha hace cerr un unaa en entr trev evis ista ta,, pi pien enso so:: Ay Ay,, ¿s ¿ser eráá un vi viej ejoo ch choc ocan ante te?? ¿S ¿Ser eráá un vi viej ejoo si simp mpát átiico? ¿Me recibirá bien? ¿Estará de buenas? Todo eso lo pienso. O después pienso: Ay, ¿qué preguntas? ¡A lo mejor es pura estupidez! A lo mejor me dice que eso se lo han preguntado diez mil veces”.61 ¿Quéé pre ¿Qu pregun guntar tar?? ¿Qu ¿Quéé no rep repeti etir? r? Tal Tales es son los pro proble blemas mas cru crucia ciales les del ent entrev revist istado ador, r, tan tanto to en la conversación cara a cara como en el cuestionario para enviar. Los peores enemigos del interrogatorio periodístico, en cualquier forma que adopte, son la uniformidad temática, la poca variedad, y luego, la inoportunidad y el simplismo. En definitiva, si toda entrevista debe ser lo más parecida posible a una conversación, no se concibe como buena aquella presidida por la monotonía inquisitiva. inquisitiva. Las preguntas variadas son lass di la dist stin inta tass ví vías as qu quee titien enee el pe peri riod odis ista ta pa para ra ab abor orda darr al en entr trev evis ista tado do,, o co como mo di dirí ríaa la co cole lega ga Ro Rodr drííguez Calderón, las distintas vías para poder introducirse en la sensibilidad del entrevistado. Existe, en consecuencia, una gama muy amplia de tipos de preguntas, como las informativas, las directas o abiertas,las polémicas,las agresivas,las dicotómicas,lasde control o recapitulación, las alternativas y las de exploración.62
El cuestionario para enviar Para el cu Para cues estition onar ario io qu quee se pi pide de en envi viar ar en su sust stitituc ució iónn de la en entr trev evis ista ta co como mo ta tal,l, ha hayy qu quee ob obse serrvar el mayor rigor, ya que no se tendrá la posibilidad de insistir en una pregunta o de hacer adicionales. Lo ideal en una entrevista es, desde luego, el diálogo cara a cara. El cuestionario tiene limitaciones: por muy bien previsto que esté, por mucho que nos hayamos esforzado en plantear las preguntas imprescindibles, imprescindibles, siempre le faltará esa ilusión de realidad que confiere a la entrevista personal su peculiar encanto y fuerza persuasiva. Son muchos los periodistas a quienes desagrada enviar el cuestionario, así como los que rehúsann qu sa quee la en entr trev evis ista ta se seaa re revi visa sada da po porr el en entr trev evis ista tado do an ante tess de su pu publ blic icac ació ión. n. Cr Creo eo qu quee la co conv nveeniencia de hacerlo o no depende en cada caso del grado de comunicación o de colaboración incluso, que se haya logrado; del tipo y tema de la entrevista. Cuando entrevisté al ilustre escritor y político Juan Marinello, se estableció entre nosotros una corriente de simpatía, debido sobre todo a que Marinello era una de esas personas que le hacen sentir a uno confianza y familiaridad. Creo que esas características suyas propiciaron el que yo le enviara con agrado el texto de nuestra entrevista para que lo revisara. Sinn em Si emba barg rgo, o, co como mo re regl glaa ge gene nera ral,l, ab abog ogar aría ía si siem empr pree po porr tr trat atar ar de lo logr grar ar la en entr trev evis ista ta ca cara ra a ca cara ra y publicar el trabajo sin revisión alguna del entrevistado. En la ela elabor boraci ación ón del cue cuesti stion onari arioo par paraa env enviar iar,, se deb deberá eránn con contem templa plarr los sig siguie uiente ntess fac factor tores: es: 1. Form Formular ular una una pregunt preguntaa para cada asun asunto to o aspect aspecto, o, por sepa separado rado.. 2. Confe Confeccion ccionar ar las pregunt preguntas as o enunciados enunciados de de tal manera manera que no puedan puedan ser ser contestacontestados con un sí o un no, salvo si esto es precisamente lo que se persigue. 37
3. Cuida Cuidarr que en la pregu pregunta nta no no vaya vaya implícit implícitaa la respu respuesta. esta. 4. No dejar ningún aspecto a la libre interpretación interpretación del entrevistado; entrevistado; por ello ello la redacción tendrá que ser clara y concreta. 5. Orden Ordenar ar las pregun preguntas tas de lo lo simple simple a lo más más complejo complejo,, de forma forma gradual. gradual. 6. Cerci Cerciorars orarsee de que el contenid contenidoo del cuestion cuestionario ario cubra cubra el objetivo objetivo de inform información ación propropuesto. 7. Evit Evitar ar calificaci calificaciones ones y definici definiciones ones que que más bien corresp corresponda ondann a las respuesta respuestass del entrevistado. 8. Vig Vigila ilarr la coh cohere erenci nciaa tem temáti ática ca del cuestion cuestionari ario. o. Pen Pensar sar si es con conven venien iente te for formul mular ar como última pregunta si el entrevistado desea añadir algún aspecto o tema no contemplado (en dependencia del tipo de entrevista, tema, etcétera). La extensión del cuestionario para enviar estará determinada por el espacio de que dispongamos, lo cual deberá conocer también el entrevistado que debe autorizar previamente la reproducción íntegra o parcial de sus respuestas en función de aquella necesidad. El te text xto, o, ta tant ntoo de la lass pr preg egun unta tass co como mo de la lass re resp spue uest stas as,, es in inca camb mbia iabl blee en es este te titipo po de cu cues estition onaario, ri o, no as asíí el or orde dena nami mien ento to y su ex exte tens nsió ión, n, si siem empr pree qu quee no se af afec ecte te la es esen enci ciaa de su co cont nten enid ido. o. Generalmente, las entrevistas de cuestionario previo se reproducen con una introducción en la qu quee se pr pres esen enta ta al en entr trev evis ista tado do y la ra razó zónn de dell di diál álog ogo, o, as asíí co como mo cu cual alqu quie ierr ot otro ro de deta tallllee qu quee ay ayuuda a comprender el texto. Si hablamos de cuestionarios elaborados previamente es imprescindible recordar el famoso Cuestionario de Marcel Proust , llamado así porque fue este célebre escritor quien por primera vez respondió tan original relación de preguntas. 63 Es un modelo de cuestionario muy válido para pa ra pe pers rson onal alid idad ades es ca capa pace cess de ac acep epta tarr –y de desa sarr rrol olla larr co conn éx éxitito– o– el ju jueg egoo in inte tele lect ctua uall qu quee la lass pr preeguntas proponen. Si fa famo moso so es el cu cues estition onar ario io,, no lo so sonn me meno noss al algu guna nass de la lass re resp spue uest stas as qu quee ha ob obte teni nido do,, co como mo las de Truman Capote que aquí se reproducen: Hostigado constantemente por las preguntas de los periodistas, viejo periodista él mismo (17 años trabajando en New Yorker) Truman Capote, autor de A sangre fría, es un traumatizado por las entrevistas. “Dénme algo extravagante y gustosamente contestaré”. El célebre cuestionario de Marcel Proust ha sido el primero en seducirlo. He aquí sus respuestas. P) ¿Cuál es, en su opinión, el colmo de la miseria? R) La ma mala la sa salu lud. d. P) ¿Dónde le gustaría a Ud. vivir? R) Dond Dondee mi trabajo trabajo me me llame, llame, puesto puesto que que allí es es donde donde me siento siento feliz. feliz. P) ¿Cuál es su ideal de felicidad terrestre? R) En un unaa be bellllaa ma maña ñana na,, na nada darr en un ma marr lílímp mpid ido, o, lu lueg egoo un de delilici cios osoo al almu muer erzo zo,, y un unaa si sies esta ta con alguien de quien esté enamorado. P) ¿Cuál es la falta por la que tiene usted mayor indulgencia? R) Po Porr el te tedi dio. o. P) ¿Cuáles son los héroes de novela que usted prefiere? R) Flau Flaubert, bert, puest puestoo que que es Mada Madame me Bova Bovary. ry. P) ¿Cuál es su personaje histórico preferido? R) Ju Juda dass Isc Iscar ario iote te,, po porq rque ue no era eraun un hi hipó pócri crita ta,, y sí era eraun un al alma ma co comp mplilica cada da,, in inte tele lect ctua ualm lmen ente te interesante. P) ¿Sus heroínas en la vida real?
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R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R) P) R)
Cualquier mujer negra que haya educado honestamen honestamente te a su familia. ¿Sus heroínas en la ficción? Becky Bec ky Tha Thatch tcher, er, en Vanity Fair, porque es realista. ¿Su pintor favorito?
Por razo razones nes decor decorativ ativas as Fant Fantin-L in-Latou atour. r.
¿Su músico preferido?
Mozart Moz art,, Har Harold old Arl Arlin. in.
¿Cuál es la cualidad que más estima en el hombre?
La si sinc ncer erid idad ad..
¿Y en la mujer?
A una una mujer mujer espiri espiritual tual se le le puede puede perdon perdonar ar todo. todo.
¿Su virtud preferida?
La gen genero erosid sidad. ad.
¿Su ocupación?
La le lect ctur ura. a.
¿Quién hubiese querido ser?
Yo, con con unos kilos meno menoss y un sueño sueño mejo mejor. r. ¿El rasgo principal de su carácter?
Lealtad Lealt ad para para quien he elegid elegido, o, y la extrav extravagan agancia. cia.
¿Qué es lo que más aprecia usted entre sus amigos?
La pa paci cien enci cia. a.
¿Su defecto principal?
La ind indisc iscrec reción ión..
¿Su sueño dorado?
Tener la capac capacidad idad de hacerm hacermee invisibl invisible, e, a capri capricho. cho.
¿Cuál sería su mayor desgracia?
Encontrarm Encon trarmee solo solo despu después és de de una una guerra guerra atóm atómica. ica.
¿Qué desearía usted ser?
Una ma Una mariripo posa sa:: mu muer erta ta co cons nser erva va su suss co colo lore ress de la mi mism smaa ma mane nera ra qu quee me gu gust star aría ía co cons nser erva varr el color de mi trabajo. ¿Cuál es su color preferido?
El bl blan anco co..
¿Su flor preferida?
El lir lirio io de lo loss val valles les..
¿Su pájaro preferido?
El buha buharro, rro, porq porque ue nadie lo quie quiere. re.
¿Cuáles son los autores, en prosa, que usted prefiere?
Proust,t, Turguen Prous Turguenev, ev, Flaube Flaubert, rt, Henry Henry James James,, Jane Aust Austen. en.
¿Sus poetas preferidos?
Shakespea Shake speare, re, Rimb Rimbaud, aud, Sain Saint-Joh t-Johnn Pers Perse. e.
¿Sus héroes en la vida real?
Los hombres universales, que han han dado dado algo algo a la humanidad, humanidad, como el doctor doctor Kinsey, Kinsey, Fleming, Salk.
P) ¿Sus heroínas en la historia? R) María Antonieta Antonieta y Lucre Lucrecia cia Borgi Borgia. a. P) ¿Qu ¿Quéé no nombr mbres es pre prefie fiere? re?
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R) Mary: no conozco a ninguna “Mary” “Mary” a la que no haya amado. No conozco a ningún SilSilvestre, pero si conociera a alguno seguro que me gustaría. P) ¿Qué es lo que más detesta usted? R) La cru crueld eldad ad gra gratui tuita. ta. P) ¿Cuáles son los caracteres históricos que usted desprecia? R) Stal Stalin, in, un burg burgués, ués, que que pretendí pretendíaa ser revol revolucion ucionario; ario; Abrah Abraham am Lincoln Lincoln,, porque porque es demasiado bello para ser verdad; Juana de Arco, que debía ser loca y lesbiana, y Mussolini, cantante de ópera sentimental y completamente bruto. P) ¿Cuál es el hecho militar que usted más admira? R) La carga carga de la la Brigada Brigada Liger Ligera, a, por por lo lo absurdo absurdo.. P) ¿Cuál es la reforma que más admira? R) To Toda dass la lass qu quee co cond nduz uzca cann a am amin inor orar ar la lass ce cens nsur uras as,, la lass pe pena nalilida dade des, s, la lass pr proh ohib ibic icio ione nes, s, la lass coacciones sexuales. P) ¿Qué don de la naturaleza le gustaría poseer? R) La bel bellez lezaa dur durade adera. ra. P) ¿Cómo le gustaría morir? R) Dur Durant antee el sue sueño. ño. P) ¿Cuál es su lema? R) Exc Excele elenci nciaa en to todo. do. (Revista Paris Match, París, 30 de marzo de 1968). Otro curioso cuestionario fue el respondido por Azorín y que se dice es una de las entrevistas máss bre má breves ves qu quee se hay hayan an pub public licado ado.. Pos Posibl ibleme emente nte deb debee fig figura urarr ent entre re las más ori origin ginale aless tam tambié bién: n:
Responde Azorín con 17 palabras a 5 preguntas Don José Martínez Ruíz, conocido universalmente como “Azorín”, se acerca a los 93 años de edad ed ad.. En 19 1903 03 pu publ blic icóó su pr prim imer er lilibr broo La Vol Volunt untad ad y de desd sdee en ento tonc nces es no ha pa para rado do de es escr crib ibir ir.. – ¿Cu ¿Cuál ál cre creee que es su may mayor or vir virtud tud?? – Sa Sabe berr es escu cuch char ar.. – ¿Qu ¿Quéé obr obraa suy suyaa lo eno enorgu rgulle llece ce más más?? – La que no esc escrib ribiré iré nun nunca. ca. – ¿D ¿Dee qu quéé se ar arre repi pien ente te?? – De ha habe berr si sido do lo locu cuaz az.. – ¿Ha escri escrito to algu alguien ien más corto y mejo mejorr que usted usted?? – Tácito. – ¿L ¿Lee ha habr bría ía gu gust stad adoo se serr ún únic icam amen ente te au auto torr te teat atra rall en la me medi dida da qu quee ha co cono noci cido do la gl glor oria ia lili-teraria? – La vi vida da no se re repi pite te.. ( ABC ABC, Madrid, 9 de enero de 1967).
Pequeños pero importantes detalles Cuando Cuan do se re reci cibe be la en enco comi mien enda da de re real aliz izar ar un unaa en entr trev evis ista ta o se de dete term rmin inaa ha hace cerlrlaa po porr in inic icia iatiti-va propia, habrá que decidir si la solicitamos sin haber iniciado la preparación para ella, o por el contrario, cuando ya conozcamos lo suficiente sobre el entrevistado y el asunto. 40
En un caso u otro, al solicitarla resulta conveniente contar por lo menos con los datos elementales sobre el entrevistado, tales como nombre completo, cargo o puesto de trabajo, lugar y forma de localizarlo, etcétera. Al contactar con el futuro entrevistado (la mayoría de las veces por teléfono) es necesario explic pl icar arle le br brev evee y co conc ncre reta tame ment ntee el mo motitivo vo de la so solilici citu tudd y ve venc ncer er,, si se pr pres esen enta ta al algu guna na re retitice cenc ncia ia,, su posible negativa, explicándole la utilidad que la entrevista puede tener. (Aunque en general lass pe la pers rson onas as ac acce cede denn a se serr en entr trev evis ista tada das, s, no so sonn po poca cass la lass qu quee po porr titimi mide dez, z, mo mode dest stia ia o po poca ca re rela la-ción con la prensa rechazan tal ofrecimiento). Es en es este te mo mome ment ntoo ta tamb mbié iénn cu cuan ando do se pr prec ecis isaa co conn el en entr trev evis ista tado do si qu quie iere re qu quee se le en enví víee un cuestionario –salvo excepciones, este detalle lo debe indicar el entrevistado–, si acepta la grabadora o no, hora y lugar que le conviene y otros detalles. Este primer contacto puede parecer asunto de pura rutina. Sin embargo, tras esta aparente nimiedad se puede esconder el fracaso futuro: aparecerse con la grabadora desconociendo que el entrevistado la repudia; abusar del tiempo por no saber que él dispone de un límite. Porr to Po todo do es esto to co cons nsid ider eroo qu quee el co cont ntac acto to in inic icia ial,l, si siem empr pree qu quee se seaa po posi sibl ble, e, de debe be re real aliz izar arse se cu cuan an-do se ha haya ya av avan anza zado do en el pr proc oces esoo de pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia y se te teng ngaa al algú gúnn co cono noci cimi mien ento to so sobr bree el entrevistado.
Frente a frente Definidos los temas, el carácter y el objetivo de la entrevista, reunidos los datos suficientes durant ra ntee la pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia,, co corr rres espo pond ndee el en encu cuen entr tro, o, si sinn du duda da pa paso so de deci cisi sivo vo en el qu quee to todo doss lo loss aspectos resultan importantes, aunque, claro está, algunos lo sean más que otros. El entrevistador debe esforzarse por lograr desenvolverse con naturalidad y pensar siempre en el papel que asume: conductor de la entrevista. Ningún entrevistado, ninguna entrevista, deben ser subvalorados. A los efectos de la gestión periodística cobran igual importancia el político relevante y el innovador de una industria, el deport po rtis ista ta o ar artitist staa má máss co cono noci cido do y es esee an anón ónim imoo ob obre rero ro qu quee di diar aria iame ment nte, e, fr fren ente te a su má máqu quin ina, a, pr prooduce bienes materiales. Las normas de conducta y recursos que un entrevistador debe observar integran tanto aspectos éticos como profesionales, en el estricto sentido de la palabra. Se relacionan mutuamente y es difícil delimitar cuál es de única naturaleza. 1. El periodis periodista ta debe debe tener tener un aspecto aspecto corre correcto, cto, ser ser cortés cortés y natura natural.l. La co corr rrec ecci ción ón en el ve vest stir ir y en el ac actu tuar ar no ne nece cesi sita tann mu much choo co come ment ntar ario io.. Es el elem emen enta tall qu quee el ello lo resulta favorable y constituye un reflejo de la personalidad y de la consideración que merece el entrevistado. Si normalmente, en cualquier actividad interpersonal, se desea causar buena impresión, en una profesional estos detalles adquieren relieve específico. La cortesía no debe confundirse con una actitud de pleitesía que impida disentir de algún juicio del ent entrev revist istado ado;; ell ellaa deb debee est estar ar sub subord ordina inada, da, en to todas das las cir circun cunsta stanci ncias, as, al obj objeti etivo vo de inf inforormación. (“Cualquier cosa que pueda hacer para indicar al entrevistado que Ud. es una persona amiga y bien dispuesta, le ayudará”, dice Hugh Sherwood en la obra citada). 2. El periodista periodista debe debe llamar llamar al entrevi entrevistad stadoo por su nombre, nombre, o título título si lo lo tuviera: tuviera: doctor, doctor, profesor, ingeniero. (En caso de que el periodista y el entrevistado sean amigos, la relación amistosa presidiría el diálogo sin que, necesariamente, ello tenga que trascender al lector). 41
3. El periodista periodista debe debe mantene mantenerr el interés interés por la informac información ión brindada brindada,, aun cuando cuando no le prop pr opor orci cion onee lo loss da dato toss es espe pera rado dos. s. En es este te ca caso so,, te tend ndrá rá qu que, e, co conn su suma ma ha habi bililida dad, d, llllev evar ar al en entr trev evis is-tado al terreno que le interesa sin cortarlo bruscamente. Un mé méto todo do so soco corr rrid idoo y ef efec ectitivo vo es in intr trod oduc ucir ir el te tema ma pa part rtie iend ndoo de la lass mi mism smas as pa pala labr bras as de dell en en-trevistado. También otro, más sutil, es no tomar nota de aquellos pasajes que no nos interesan; un entrevistado de mediana inteligencia comprenderá entonces en lo que debe internarse. 4. El periodista periodista debe debe entrar en el tema sin muchas dilaciones. Este es uno de los pasos pasos más delicados de la entrevista: ¿ir al grano?; ¿desarrollar un preámbulo de ambientación?; ¿descubrir otra área de los intereses del entrevistado y entonces abordar el objetivo central? En mi op opin inió ión, n, lo má máss na natu tura rall se será rá in intr trod oduc ucir irse se di dire rect ctam amen ente te en el te tema ma:: en de defifini nititiva va es esoo es lo que el entrevistado espera, por ello se ha requerido su atención. La “declaración inicial de propósitos”, como recomienda Sherwood, ganará al entrevistado. 5. El periodist periodistaa debe anotar anotar en el momento momento y con con sumo cuidado cuidado,, nombres, nombres, cargos, cargos, cifras cifras o cu cual alqu quie ierr ot otro ro da dato to no co conf nfia iabl blee a la me memo mori ria. a. Ta Tamb mbié iénn ha hace cerlrloo cu cuan ando do qu quie iere re re repr prod oduc ucir ir un unaa cita textual. Este consejo es muy recomendable para el periodista no experimentado. Sólo cuando se adquiere el debido entrenamiento en la recogida de notas, puede confiarse en la memoria (y aun así es aconsejable que se lleve a blanco y negro en la primera oportunidad lo que registre la nemotecnia). Si un unoo se ma mant ntie iene ne in inte tere resa sado do en la co conv nver ersa saci ción ón es mu muyy pr prob obab able le qu quee lo logr gree re reco cord rdar ar un co connsiderable porcentaje; pero determinados datos cuya exactitud pueda comprometer la fidelidad de lo expresado, hay que escribirlos sin remedio. 64 Además, al entrevistado seguramente le halagará (y tranquilizará) ver que el periodista tiene cuidado en anotar los datos importantes. 65 Si no es bueno fiarse por completo de la memoria, tampoco lo es conversar “impunemente” porque se disponga de grabadora. Puede irse la corriente, acabarse la batería, enredarse la cinta o “trabarse” el casete. Lo me mejo jorr es to toma marr lo loss da dato toss im impo port rtan ante tess po porr es escr critito, o, au aunq nque ue se ha haya yann re regi gist stra rado do en la gr grab abad adoora. Asegúrese por todos los medios de que no habrá necesidad de localizar de nuevo al entrevistado para preguntarle algo que ya dijo o para confirmarlo. Emplee con discreción la libreta de notas, tanto si la utiliza como único método o combinado con la grabadora. Es imposible atender con agrado una conversación y anotarlo todo al mismo tiempo. Paradójicamente, el periodista que no le pierde pie ni pisada a su interlocutor, escribiendo sus palabras al pie de la letra, da una impresión de inseguridad. Anote, eso sí, frases significativas que luego puedan contribuir a la redacción cuando intente reproducir el espíritu, el tono de la conversación. 66 Aunque se dice dice mucho, y con razón sin sin duda, que el entrevistado entrevistado es el principal principal protagonista, protagonista, no debe olvidar que hay un protagonista del acto de comunicación más importante aún: el lector, para quien se escribe. El tiempo es oro en el Periodismo. Hágaselo saber con claridad a su entrevistado. No permita que él tome las riendas de una actividad que usted conduce y de la cual es el máximo responsable. Es conveniente que su entrevistado conozca cuándo se va a publicar la entrevista e, incluso, si hayy al ha algu guna na po posi sibi bililida dadd de qu quee pu pued edaa no se serr pu publ blic icad adaa en br brev eve, e, as asíí co como mo la pr prob obab able le ex exte tens nsió ión. n. Ello evitará falsas expectativas. 6. El period periodista ista deber deberáá interrum interrumpir pir sólo sólo en casos casos neces necesario arios. s. Esta recomendación no limita el diálogo, por el contrario, lo mantiene en su justo carácter. Esfuércese por mantener una conversación, sin olvidar un momento que esta es una peculiar: la conversación periodística. 42
Sólo com Sólo comoo nec necesi esidad dad del obj objeti etivo vo de inf inform ormaci ación ón pod podemo emoss per permit mitirn irnos os com coment entar ar las res respue puesstas obtenidas e interrumpir a nuestro interlocutor para solicitar aclaraciones o plantear nuestras opin op inio ione nes. s. Mu Much choo me meno noss si el di disc scur urso so flfluy uyee br brililla lant nte, e, ri rico co.. Só Sólo lo,, ta tall ve vez, z, al algu guna na in inte terr rrog ogac ació ión, n, al al-gunos hábiles golpes de timón en el rumbo deseado para estimular al expositor. En estos casos, se trata de interrupciones profesionales, necesarias en tanto avivan el diálogo, mantienen su tensión y dinamismo, como cuando se contrapregunta o comenta. El di diál álog ogoo pe peri riod odís ístitico co no es un unaa ch char arla la cu cual alqu quie iera ra,, si sino no un tr trab abaj ajoo pr prof ofes esio iona nal.l. Es Esto to no ad admi mite te excepciones. Si conoce tanto o más que el entrevistado del asunto que tratan, lo puede expresar para ponerl ne rloo en un ap apri riet etoo si el ello lo en al algo go co cont ntri ribu buye ye al ob obje jetitivo vo de in info form rmac ació ión, n, y no só sólo lo po porr el gu gust stoo de demostrárselo. En definitiva, al lector le interesa lo que dice el entrevistado, lo que opina, lo que sabe, y no nuestra erudición.67 7. El period periodista ista no debe debe discu discutir tir con el entrevi entrevistad stado. o. He aquí una regla casi absoluta, como principio profesional. No obstante, hay entrevistas en lass qu la quee sí es vá válilida da la po polé lémi mica ca co conn el fifinn de co cons nseg egui uirr ma mayo yorr in info form rmac ació ión, n, am ampl plia iar, r, o ri ridi dicu culiliza zarr y comprometer la imagen pública del entrevistado. Se puede y se debe polemizar con el entrevistado en temas en los cuales el periodista sea un conocedor y la polémica, la discusión, sirvan para esclarecer criterios. De lo contrario, no tiene sentido convertir la entrevista en una especie de ring porque no se compartan las opiniones del entrevistado. 68 Hay que saber para qué, en función de qué objetivo, va a servir la polémica, la contradicción entrevistado-entrevistador; entrevistado-en trevistador; si se va a utilizar como método o como recurso ocasional, pues agresividad y contradicción no son, profesionalmente, términos equivalentes. El entrevistador debe estar presto a intervenir para aclarar, sugerir, comentar y mantener por todos los medios la dinámica de la conversación periodística en la que la discrepancia, como método incluso, puede ser un factor desencadenante de mayores y mejores datos de todo tipo. Como Co mo de decí cíaa el de dest stac acad adoo pe peri riod odis ista ta Fu Fulv lvio io Fu Fuen ente tes, s, en un unaa co conf nfer eren enci ciaa qu quee im impa part rtió ió a es estu tudi dian an-tes de Periodismo de la Universidad habanera, “la entrevista se hace mejor todavía cuando asoman, con elegancia, pero con profundidad, aristas polémicas y situaciones antagónicas. El peri pe riod odis ista ta de debe be,, en ta tant ntoo le se seaa po posi sibl blee y lo pe perm rmititaa la re rece cept ptiv ivid idad ad de dell en entr trev evis ista tado do,, no lilimi mita tars rsee al papel pasivo del notario que recoge y da fe, sino llegado el caso, azuzarlo y contradecirlo”.
Otros casos, otros recursos En la entrevista cara a cara se pueden presentar las más disímiles situaciones; una de las más difíciles, romper la indiferencia, reticencia o animosidad del entrevistado. Es entonces cuando la imaginación y habilidad del periodista tienen que aparecer en escena. Recordaba Manuel Pereira un encuentro con Antonioni que pudo realizar exitosamente gracias a su feliz sentido de observación: “En Roma, cuando llegué a la casa del cineasta Antonioni para entrevistarlo, me encontré con un hombre mayor, sumamente tímido y corto de palabras. Sentí que iba a fracasar estrepitosamente en mi conversación con él. Entonces descubrí, con el rabillo del ojo, una montaña de ca jas de tabacos cubanos arrumbadas en un rincón de la pieza. Abandoné mis preguntas y empecé a co cont ntar arle le có cómo mo se ha hací cían an en Cu Cuba ba es esos os ta taba baco cos, s, le ha habl bléé de lo loss le lect ctor ores es de ta taba baqu quer ería ía,, de la ma ma-gia del tabaco. Y de repente, el rostro de Antonioni se empezó a iluminar y el diálogo –que yo 43
veía fenecer minuto a minuto– se reavivó y cobró una vitalidad inusitada: entonces, poco a poco, empecé a deslizar mis preguntas. La entrevista estaba salvada”. 69 Luis Báez también tuvo que desarrollar al máximo su capacidad de observación en pleno vuelo con Fidel Castro: “Una plaza situada a la derecha de un avión IL-18 de Cubana de Aviación muestra la efigie de Fide Fi dell y un ma mapa pa de su hi hist stór óric icoo re reco corr rrid idoo po porr Am Amér éric icaa de dell Su Sur. r. De Desd sdee la ca cabi bina na de es esaa mi mism smaa ae ae-rona ro nave ve nu nues estr troo Co Coma mand ndan ante te en Je Jefe fe ha habl blóó co conn el pr pres esid iden ente te Sa Salv lvad ador or Al Alle lend nde, e, qu quie ienn en es esos os in insstantes se encontraba en viaje al sur del país. Fue una conversación de avión a avión sobre los cielos de Chile. Iba con Fidel en ese viaje y al observar que él se levantó de su asiento y se dirigió a la cabina, hice lo mismo. Al llegar comenzaba el histórico diálogo. Y lo grabé. Así pudo quedar para la historia”.70 Para Pa ra co corr rrob obor orar ar la im impo port rtan anci ciaa de la pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia en el mo mome ment ntoo de la en entr trev evis ista ta pe pers rsoonal, el veterano reportero Reinaldo Peñalver Moral resaltaba detalles de su segunda entrevista con el genial “Bobby” Fisher: “Él rehusaba ser entrevistado –a menos que se le pagase en dólares– y logré entrevistarlo en dos ocasiones, gracias a que durante la entrevista no le mencioné, en ningún instante, una sola pala pa labr braa so sobr bree el ju jueg egoo ci cien enci cia. a. To Toda da la en entr trev evis ista ta la ba basé sé en pr preg egun unta tarlrlee so sobr bree su ni niñe ñezz tr tran ansc scur urri ri-da en el ghetto judío de Nueva York. Claro está que yo sabía de antemano que el tema producía unaa es un espe peci ciee de ablandamiento en la ir iras asci cibl blee pe pers rson onal alid idad ad de dell cé céle lebr bree ju juga gado dorr y qu quee mu muyy po poco coss peri pe riod odis ista tass en el mu mund ndoo ha habí bían an hu hurg rgad adoo en es este te pa pasa saje je de su vi vida da”. ”. (E (Ell su subr bray ayad adoo es de dell au auto tor). r). 71
Notas Juan Gargurevich: Ob. cit. Vladímir Simonov: Ob. cit. 54 Hugh Sherwood: Ob. cit. 55 Insisto en que estas recomendaciones se refieren a las entrevistas de retrato, de personalidad o biográfica. Las informativas, de opinión, de actualidad, que suelen ser de la mayor urgencia noticiosa, no requieren tal nivel de precisiones. 56 Giani Miná: Un encuentro con Fidel, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1988. 57 Re Repá pára rase se en la ve vent ntaj ajaa de qu quie ienn ha haya ya le leíd ídoo El olor de la guayaba, lilibr broo en el qu quee Ga Gabr brie iell Ga Garc rcía ía Má Márq rque uezz co conf nfie iesa sa que su “manía” más antigua es... la puntualidad. 58 Pablo L. Monasor: Ob. cit. 59 “¿Una entrevista? No, gracias”, en: periódico Granma, La Habana, 18 de junio de 1989. 60 “No hay preguntas indiscretas”, en: Revista UPEC , nov.-dic., 1984. 61 “Eternamente, Elena”, Suplemento cultural El Búho, Excelsior, México, 5 de mayo de 1991. 62 No me interesa, obviamente, clasificación tipológica alguna con la relación apuntada, la cual sólo resume algunas preguntas que se hacen con mucha frecuencia, y se basa en los tipos señalados por Hugh Sherwood, Juan Gargurevich, Juárez Bahía y W. Walter (citado en: Acerca de la entrevista periodística, 1ra edición, Universidad de La Habana, MES, 1984). 63 El cuestionario original ha sufrido muchas variantes; en ocasiones no se le utiliza íntegramente dada su extensión, o por no convenir al objetivo de información. Algunas veces se le emplea de manera parcial, para completar la imagen del protagonista protagonista dentro de una entrevista de las llamadas llamadas convencionales. convencionales. 64 Roberto Fernández Retamar reprodujo absolutamente de memoria la conversación –la única– que sostuvo con Jorge Luis Borges en 1985. Ver prólogo de Páginas Escogidas, Ed. Casa de las Américas, La Habana, 1988. 65 Sherwood recomienda hasta fingir interés para “impresionar al entrevistado con su sentido de responsabilidad (...) de vez en cuando puede pedirle que repita algún hecho u observación a fin de asegurarse de que está tomando correctamente sus notas”. 52 53
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Pero en cuestión de métodos para entrevistar, entrevistar, todo es válido... en dependencia del oficio profesional. Félix Guerra, Gue rra, por eje ejempl mplo, o, qui quien en ent entrev revist istóó a Jos Joséé Lez Lezama ama Lim Limaa en vari varias as oca ocasio siones nes,, dur durant antee sus con convers versaci acione oness con el gr gran an es escr crit itor or pr pres esci cind ndía ía de su lilibr bret etaa de no nota tas, s, y se en entr treg egab abaa a la ch char arla la.. “P “Por or su supu pues esto to –e –esc scri ribí bíaa Fé Félilix– x– to toma marr notas mentales siempre es un ejercicio fatigoso, fatigoso, pero más cuando el interlocutor es dueño de un mundo amplio de experiencias y conceptos, y por añadidura, un conversador incansable. Más tarde, con las notas lo más ampliadas posible de los diálogos, yo volvía a presentarme a Lezama y le hacía preguntas que estaban ya o no respondidas, para atizar fuegos anteriores. Sin ingenuidad aunque tampoco sin incomodidades o reticencias, Lezama se prestaba al juego-recurso y volvía dos o más veces sobre el mismo tema, tomando cada plática como un reto a su propia imaginación y capacidad de formular y reformular conceptos”. (“Entrevista con Lezama Lima”, Bohemia, 1ro de abril de 1994). 67 “Una entrevista no debe hacerse para que el entrevistador luzca su facilidad interrogadora y el entrevistado su habilidad para ‘devolver ‘devolver la pelota’. Lo que se debe intentar es la búsqueda búsqueda de una personalidad”. personalidad”. (Gonzalo Martín Vivaldi: Curso general de redacción, Ed. Paraninfo, Madrid, 1963). 68 Las opiniones al respecto son diversas y encontradas, como se podrá advertir en la lectura de las respuestas al cues cu esti tion onar ario io en envi viad adoo a pe peri riod odis ista tass ex expe peri rime ment ntad ados os en el gé géne nero ro y qu quee se in incl cluy uyen en en el An Anex exoo 1 de es este te te text xto. o. 69 Miriam Rodríguez Betancourt: Acerca de la entrevista periodística, 1ra edición, Universidad de La Habana, MES, 1984. 70 Ibídem. 71 Ibídem. 66
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Capítulo IV Redacción: aspectos principales El leer hace completo al hombre, el hablar lo hace expeditivo, el escribir lo hace exacto.
FRANCIS B ACON
Escrib Escr ibir ir la en entr trev evis ista ta re resu sume me un unaa et etap apaa vi vita tall de dell pr proc oces esoo de pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia.. De có cómo mo se or or-ganice gan icenn lo loss mat materi eriale ales, s, se sel selecc eccion ionee y dis discri crimin minee la inf inform ormaci ación, ón, dep depend enderá erá en bue buena na med medida ida el éxititoo fifina éx nall de dell tr trab abaj ajo. o. Cl Clar aroo qu quee no es só sólo lo un unaa la labo borr de or orga gani niza zaci ción ón,, de en ensa samb mbla laje je;; aq aquí uí ne nece ce-sari sa riam amen ente te en entr trar aráá en ju jueg egoo la ca capa paci cida dadd ex expr pres esiv iva, a, lo qu quee se llllam amaa el ta tale lent ntoo na narr rrat ativ ivo, o, el do domi mi-nio del arte de escribir. Vivaldi llega a exigir del periodista no sólo conocimiento cabal del lenguaje, sino un dominio tal que lo haga un artífice. 72 Se ha afirmado en innumerables ocasiones que si el redactor no tiene tal facultad, nada existe que pueda sustituirlo, ni hay reglas que puedan ayudarlo. No voy a negar tal afirmación, pero sí me gustaría advertir que el talento narrativo también requiere cultivo. Si existe debe ser objeto de cuidado especial para enriquecerlo y mantenerlo en forma. Muchos periodistas, sin estar dotados especialmente para una brillante redacción, logran trabajos aceptables, interesantes y amenos. Cuando uno se pregunta cómo lo logran, advierte siempre que parten de reconocer sus deficiencias, son por lo general lectores sistemáticos, se preocupan de su superación en el orden gramatical, prestan atención a las críticas, disponen de un archivo personal y elevan, en fin, por todos los medios, su nivel cultural y técnico-profesional.73
El diálogo Si un unaa en entr trev evis ista ta es está tá bi bien en re reda dact ctad adaa tr tras asmi mititirá rá al le lect ctor or co conn cl clar arid idad ad,, fu fuer erza za y am amen enid idad ad el di diáálogo sostenido, o su tono esencial según el tipo de trabajo realizado. El entrevistador, el periodista, tiene que conocer y más aún, dominar lo que se llama la personalidad del lenguaje periodístico y respetar en este género el estilo particular que le conviene. Reco Re comi mien enda da He Hern rnán án R. Ca Cast stel eloo en entr tree lo loss va valo lore ress qu quee el re repo port rter eroo titien enee qu quee pr proc ocur urar ar en su en en-trevista, “las grandes cualidades del estilo periodístico: claridad, amenidad, concisión, dramatismo(...) que haya un clima de duelo intelectual(...) que el lector sienta la entrevista como una ocasión privilegiada para describir secretos que sólo ese personaje posee”. 74 Para conseguir este propósito el entrevistador debe ser un experto del diálogo, una de las column lu mnas as ve vert rteb ebra rale less de su tr trab abaj ajo. o. Ti Tien enee qu quee co cono noce cerr su co cons nstr truc ucci ción ón y ri ritm tmoo in inte tern rno, o, su suss po posi sibi bilili-dades y empleo en cada caso. La peculiaridad en la entrevista es el esclarecimiento de un hecho, y ello sólo se logra mediante el diálogo periodístico.
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El ve vene nezo zola lano no Al Alex exis is Má Márq rque uezz ap apun unta ta un unaa se seri riee de re regl glas as fu fund ndam amen enta tale less en to torn rnoo al di diál álog ogo, o, al quee si qu sitú túa, a, en pr prim imer er lu luga gar, r, co como mo pa part rtee de un re rela lato to en el qu quee el na narr rrad ador or ac actú túaa co como mo un in inte term rmeediario entre los personajes y el lector. 75 Al precisar que el diálogo es, por definición, lenguaje oral, Márquez llama la atención acerca de las diferencias entre lengua oral y lengua escrita, contradicción, como él dice, permanente e inevitable. Refiriéndose al diálogo dentro del campo periodístico, destaca que no se da aisladamente, sino como parte de otro texto de diferente naturaleza: puede estar integrado dentro de una narración,, den narración dentro tro de una des descri cripci pción ón,, den dentro tro de una ent entrev revist ista, a, aun aunque que sie siempr mpre, e, po porr def defini inició ción, n, será narrativo porque el diálogo es acción transcurrida. Uno de los problemas técnicos más importantes que nos plantea el diálogo periodístico –continúa Márquez– es el relativo a la matización. ¿Qué quiere decir matización según el autor? Aquel elemento que sirve para provocar en el lector una sensación de vida, una impresión estética. Evidentemente, no se trata de un diálogo “hecho” sólo de preguntas y respuestas (aunque puede darse el caso), sino de diálogo en el que se re repl plic ica, a, co come ment nta, a, ac acot ota, a, en fifin, n, se ut utililiz izan an to todo doss lo loss re recu curs rsos os qu quee pe perm rmititen en an anim imar ar un unaa co conv nver er-sación. Retom Ret omand andoo el diá diálog logoo per period iodíst ístico ico com comoo pro proble blema ma de len lengua guaje, je, Már Márque quezz rec recom omien ienda da no per per-derr de vi de vist staa la co cont ntra radi dicc cció iónn ap apun unta tada da en entr tree le leng ngua uaje je or oral al y es escr critito, o, no pe perd rder er de vi vist staa en de defifini nititi-va que el periodista debe trabajar en esta materia con lengua oral reproducida por escrito: “Si perdemos de vista dicha contradicción, seguramente tendremos grandes dificultades para lograr trasmitirle a la escritura dialogal los rasgos de vivacidad y animación que, junto con otros, reclama el lenguaje periodístico”. Para Pa ra tr tras asmi mititirr es esos os ra rasg sgos os de vi viva vaci cida dadd y an anim imac ació ión, n, el pe peri riod odis ista ta ha de va vale lers rsee de lo loss si sign gnos os de punt pu ntua uaci ción ón;; co cono noce cerr mu muyy bi bien en su suss fu func ncio ione ness qu quee no so sonn só sólo lo,, co como mo se sa sabe be,, si sint ntác áctitica cass y fo fono noló ló-gicas sino también sicológicas. Estas líneas de diálogo, tomadas de una entrevista que Elio Menéndez hizo al ex pelotero Manuel Alarcón, publicada en Juventud Rebelde, no sólo demuestra agilidad reporteril sino conocimiento cabal de las funciones de la puntuación: P.- ¿Fren ¿Frente te a qué batead bateador or te preocup preocupabas abas más? más? R.- Frente a Urbano. P.- ¿Lo cons considera iderass el mejo mejor? r? R.- No he dicho tal cosa. P.- Ent Entonc onces. es..... R.- Urbano fue difícil para mí, pero no el mejor. ¿Cómo olvidar a Cuevas? P.- ¿Con qué equip equipos os simpat simpatizas izas ahora ahora?? R.- Con Serranos. P.- Por orien oriental.. tal.... R.- Bueno... P.- Y cuando cuando lanzabas lanzabas,, ¿a cuál te te gustaba gustaba ganarl ganarle? e? R.- A Industriales. P.- ¿Porque eran de La Habana? R.- Porque eran los mejores. Refiriéndose al lenguaje del diálogo, el escritor venezolano plantea el uso que dentro de él se le debe dar al lenguaje coloquial, previniendo de que este último en la literatura “tiene muchas más posibilidades y de hecho mucha más libertad que en el periodismo”. 50
Sin negar de plano esta opinión, debe reconocerse, sin embargo, que las influencias del Nuevo Per Period iodism ismoo no norte rteam ameri erican canoo y de la pro propia pia lit litera eratur tura, a, lo loss int interc ercamb ambios ios fru fructí ctífer feros os ent entre re los len len-guajes literario y periodístico, han aportado un enriquecimiento recíproco que hacen más relativas las posibilidades y libertades, es decir, que no las hacen tan excluyentes. No importa si se trata de la reproducción de un diálogo en el que se emplea un cuestionario enviado, o si se elabora sobre la base de la conversación sostenida: las reglas de su escritura deben dominarse en ambas circunstancias para lograr que sea natural y verosímil. Para que un diálogo resulte “natural y verosímil” –sus dos cualidades más apreciadas–, es ineludible respetar el modo de expresarse del entrevistado. Cada persona tiene su propia forma de manifestarse, su personalidad oral, su sintaxis, y un determinado vocabulario de acuerdo con su nivel cultural y formación. Al escribir las respuestas de un machetero, por ejemplo, lo mismo que las de un médico, escritorr o de to depo port rtis ista ta,, el en entr trev evis ista tado dorr titien enee qu quee at aten ende derr a es esee co conj njun unto to ex expr pres esiv ivoo si sinn lllleg egar ar a es este tere reot otiipos que conduzcan a forzar el lenguaje. “El diálogo –expresa Martín Alonso– no puede llevar el sello de la verdad hasta el punto de ser una fotografía de la conversación callejera”. 76 En la entrevista “Sadismo sofisticado”, 77 las declaraciones del patriota puertorriqueño Rafael Cancel Miranda, corresponden a su personalísimo modo de hablar; la periodista ha sabido, con mano maestra, captar el modo de expresarse de su entrevistado. Ahí están los giros idiomáticos, la entonación, el ritmo expositivo, el sentido del humor, la entereza del indoblegable revolucionario: Unaa ve Un vezz ve vení níam amos os An Andr drés és,, Ir Irvi ving ng y yo yo.. Es Está tába bamo moss ju junt ntos os en un unaa ce celd ldaa gr gran ande de de do dond ndee no noss sa sa-caban uno a uno. Una vez yo salí primero y cuando levanto los brazos, un guardia yanqui que pesaba como 220 libras, uno grandote, me tira un golpe cuando yo tengo los brazos arriba. Yo veo venir el golpe, lo esquivo y le pego, tú sabes, le pego un cantazo en la nariz. Me tira otro golpe y pam, pam, le tiro otro golpe. Vienen otros guardias y yo creo que me van a llevar al calabo zo, cuando doy la espalda, me agarran y para qué fue eso. Me dieron patadas en la cara, patadas entodoelcuerpoycuandoyaestabaenelpisoynopodíamoverlacara,veíavenirlasbotas.Me partieron los dientes, me dejaron dientes metidos dentro de la encía. Al otro día fui a la Corte con la boca y la cara hinchada, me habían llevado al hospital y me encontraron lastimaduras interi te rior ores es.. ¡P ¡Per eroo el ju juez ez ya yanq nqui ui di dijo jo qu quee no er eraa na nada da!! (S (See rí ríe, e, se ec echa ha ha haci ciaa at atrá ráss en la bu buta taca ca y añ añaade): Parece que él necesita algo así para saber lo que era. Porr sup Po supues uesto, to, no sól sóloo se tra trata ta de res respet petar ar las exp expres resion iones es car caract acterí erísti sticas cas del ent entrev revist istado ado sin sinoo la esencia de sus palabras, primer principio que debe tener en cuenta el redactor: el de la fidelidad a la lass id idea eass ex expu pues esta tass po porr el en entr trev evis ista tado do,, lo cu cual al no si sign gnifific icaa ab abso solu luta ta te text xtua ualilida dadd en to todo doss lo loss casos.
Describir y narrar En la entrevista tienen particular importancia la descripción y la narración. Mediante la primera ha de lo logr grar arse se qu quee pr prim imen en la lass se sens nsac acio ione ness vi visu sual ales es co conn la pi pint ntur uraa ví vívi vida da de lo loss ra rasg sgos os si sign gnifific icat atiivos, y no por la pormenorización y el detalle excesivos. A veces sólo es necesario apuntar un gesto, bosquejar cierto ambiente o atmósfera, para que el lector entienda la idea que se quiere trasmitir.78 En ot otra rass oc ocas asio ione nes, s, cu cuan ando do se in inte tent ntaa un re retr trat atoo si sico cofífísi sico co ha hayy qu quee ac acud udir ir a un unaa ma mayo yorr pormenorización y comentario. 51
En la entrevista no sólo se describe al entrevistado, ya sea de una vez empleando párrafos completos, o gradualmente mediante acotaciones diseminadas diseminadas por el texto, sino también el ambiente, el lugar, el entorno en el que trabaja y(o) vive. Ello también puede conformar la imagen del personaje o subrayar aspectos de lo que dice, recuerda o sucede en el momento. Conn re Co resp spec ecto to a la na narr rrac ació iónn –c –com omoo se sent nten enci ciaa Ma Mart rtín ín Al Alon onso so,, “e “ell ta tale lent ntoo de na narr rrar ar es la ba base se de dell arte ar te lilite tera rari rio” o”–, –, el en entr trev evis ista tado dorr es está tá ob obliliga gado do ta tamb mbié iénn a co cono noce cerr y do domi mina narr su té técn cnic icaa cl clav ave, e, qu quee consiste en despertar la curiosidad del lector desde el inicio mismo de la exposición gradual de las acciones hasta su natural y coherente desenlace. Este Es te “s “sex exto to se sent ntid ido” o” de la na narr rrac ació iónn es mu muyy út útilil en cu cual alqu quie ierr en entr trev evis ista ta,, no só sólo lo en la lass qu quee ap apaarece un relato propiamente dicho, expuesto por el entrevistado o por el periodista. Ateniéndonos estrictamente estrictamente a la esencia, función y característica de los géneros, es en el reportaje en el que predomina el hecho narrativo, mientras que la descripción está más presente en la entrevista. Por otra parte parte,, el entr entrevist evistador ador –en tant tantoo redacto redactor– r– debe debe evita evitarr la anfi anfibolo bología, gía, la dupl duplicida icidadd de adjetivos, y el uso incorrecto de los oficios del gerundio. Y, siempre, muy atento a la lectura de buen bu enos os es escr crititor ores es,, de bu buen enas as en entr trev evis ista tas. s. Y, si siem empr pre, e, un bu buen en di dicc ccio iona nari rioo a ma mano no,, y ot otro ro de si sinó nó-nimos y antónimos, como instrumentos indispensables indispensables de su hacer profesional. En la re reda dacc cció ión, n, la ha habi bililida dadd de recrear –sa –salvo lvo cas casos os exc excepc epcion ionale ales, s, una ent entrev revist istaa no se rep reproroduce como fue exactamente en la realidad– puede salvar insuficiencias de diversa índole registrad tr adas as du dura rant ntee el pr proc oces esoo an ante teri rior or.. Al es escr crib ibir irla la lo qu quee se re repr prod oduc ucee es su es espí píri ritu tu,, la sí sínt ntes esis is de lo que expresó el entrevistado, el ambiente en que transcurrió el encuentro –siempre que haya sido si do de al algú gúnn mo modo do in inte tere resa sant nte– e– re reflflej eján ándo dose se co conn pr prec ecis isió iónn lo loss da dato toss in info form rmat ativ ivos os y la lass id idea eass qu quee una versión pudiera traicionar. Se vu vuel elve ve a cr crea earr aq aque uellllaa re real alid idad ad en lo loss té térm rmin inos os,, es estitilo lo y es estr truc uctu tura ra in inhe here rent ntes es al re rela lato to lilite tera ra-rio-pe rio -perio riodís dístic tico. o. Es ent entonc onces es cua cuand ndoo se inc incorp orpora orann imp impres resion iones es sur surgid gidas as al con conoce ocerr al ent entrev revist istaado o las reflexiones posteriores a la entrevista misma; las descripciones y las citas textuales sugerentes para completar el retrato del personaje; las informaciones más importantes; el comentario ilustrativo; la discrepancia insinuada que enriquece el diálogo; el detalle elocuente, más revelador que extensos panoramas descriptivos.
El sacrificio de información En el contexto de la problemática de la redacción, reviste importancia el ordenamiento, selecció lec ciónn y pre presen sentac tación ión esc escrit ritaa de la mat materi eriaa pri prima ma inf inform ormati ativa va acu acumu mulad ladaa du duran rante te la eta etapa pa pre pre-liminar. Lo primero que se nos plantea como un problema es qué seleccionar, qué desechar, de los apuntes. Constituye este un problema metodológico serio. ¿Cómo se desbroza la “montaña” de datos que en el inevitable afán colector se ha acumulado y que, de pronto, se alza ante la vista con el riesgo del alud? Si en el proceso previo se ha trabajado con un criterio selectivo en atención al objetivo de inform fo rmac ació ión, n, ay ayud udad ados os po porr ci cier erta ta ex expe peri rien enci ciaa en el of ofic icio io,, el pr prob oble lema ma se re redu duci cirá rá cu cuan ando do no noss di disspongamos a redactar la entrevista. La fase de organización de los datos (selección y discriminación) debe estar presidida por un criterio rector: las exigencias del objetivo de información. Pero, repito, este no existe desligado de otros factores: el espacio, la publicación de que se trate, el público destinatario, el conocimiento existente acerca del entrevistado, el contexto de actualidad en el que será publicada la entrevista. 52
Cada fa Cada fact ctor or po porr se sepa para rado do,, y en mo mome ment ntos os es espe pecí cífifico coss vi vinc ncul ulad ados os en entr tree sí sí,, te tend ndrá rá qu quee so some mete terrse al análisis para llegar a conclusiones valederas. Si se dispone de poco espacio, lógicamente hay que “cortar” y sacrificar información. Si la publicación no es especializada, los datos técnicos pueden reducirse e incluso, tal vez, eliminarse; si se trata de un entrevistado con frecuencia interrogado por la prensa, evitar las reiteraciones, lo ya conocido sobre su vida, y buscar los elementos nuevos. Si en este momento lo “noticioso” en el ambiente deportivo es una próxima competencia internacional que ha motivado la entrevista en cuestión, se trabajará fundamentalmente con los datos sobre su entrenamiento actual, aquello que gire en torno a esa competencia, obviando o reduciendo lo que se refiera a su nacimiento, vocación, etcétera. Este “sacrificio” de información, inherente a todo proceso de redacción y que se presenta en casi todos los géneros periodísticos, es un ejercicio doloroso e inevitable, cualquier periodista lo sabe. Y debe ser realizado rigurosamente, sin concesiones. Al principio parecerá que hemos discriminado informaciones importantes, interesantes, que hubieran agradado al lector, que hubieran enriquecido el texto desde algún punto de vista. Sin embarg emb argo, o, la rep repeti etició ciónn ine inevit vitabl ablee de las “ti “tijer jeras” as” pro pronto nto dev devend endrá rá cos costum tumbre bre,, rev revelá elándo ndose se su valor como técnica y como método normal de análisis de información.
De la presentación En estrecha vinculación con los tipos de entrevistas y sus objetivos, son bastante variados los métodos para conformarlas y presentarlas. Entre ellos, los más usuales: el método directo (reproducc du cció iónn de lo co conv nver ersa sado do en fo form rmaa de di diál álog ogo, o, la lass mu muyy fr frec ecue uent ntes es en entr trev evis ista tass de pr preg egun unta tass y re ress79 puestas), el método indirecto (versión, relato de la conversación), el método mixto (combina preguntas y respuestas con versión) y el método testimonial o de monólogo (sólo aparece lo que dice el entrevistado; las preguntas se hallan implícitas en sus respuestas). Desde luego, estos métodos pueden presentarse mezclados entre sí y dar lugar a nuevas formas, en dependencia de la capacidad creadora y otras condicionantes tan frecuentes en esta profesión. La entrevista de preguntas y respuestas sigue primando a nivel internacional. Cuando su uso responde a decisiones festinadas, aparecen trabajos aburridos, vacíos, y el método entonces es víctima propicia para el rechazo. 80 Cuando el entrevistado aporta noticias e informaciones de actualidad o repercusión, lo más recomendable es reproducir el diálogo fielmente, utilizar preguntas y respuestas sin acotaciones ni comentarios del periodista para evitar el menor margen de subjetividad. 81 La na natu tura rale leza za y pr proy oyec ecci ción ón de ca cada da tr trab abaj ajoo y el pe perf rfilil ed edititor oria iall de debe benn se serr lo loss me mejo jore ress in indi dica cado do-res; re s; en cu cual alqu quie ierr ca caso so,, ni ning ngún ún mé méto todo do se será rá el ad adec ecua uado do si no es so some metitido do a un an anál ális isis is,, ta tant ntoo má máss riguroso cuanto compleja y trascendente sea la entrevista en cuestión.
Notas Gonzalo Martín Vivaldi: Géneros periodísticos, Ed. Paraninfo, Madrid, 1973. José Luis Martínez Martínez Albertos: Redacción periodística, los estilos y los géneros en la prensa escrita, Ed. ATE, Barcelona, 1974.
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“El arte de escribir –señala el autor– es algo difícilmente enseñable. Pero sí hay algo, respecto a este arte, que puede pue de apr aprend enders ersee y que es nec necesa esario rio apr aprend ender: er: el emp empleo leo cor correc recto to y ext extens ensoo del cód código igo lin lingüí güísti stico, co, es dec decir, ir, de las palabras y las construcciones sintácticas permisibles”. 74 Hernán Castelo: Redacción periodística, Ed. Quipus, Quito, 1988. 75 Alexis Márquez Rodríguez: La comunicación impresa. Teoría y práctica del lenguaje periodístico, Síntesis Dos Mil, Centauro, Caracas, 1975. 76 Martín Alonso: Redacción, análisis y ortografía, Ed. Aguilar Aguilar,, Madrid, 1969. 77 Esta entrevista de Juana Carrasco fue premio en ese género en el Concurso 13 de marzo de 1980, de la Universidad de La Habana. 78 José Antonio Benítez: Ob. Cit. Dice Benítez: “La entrevista periodística, naturalmente, ha evolucionado. Para la descripción del personaje y el tratam tra tamien iento to de la mat materi eriaa pro propue puesta sta,, han que quedad dadoo com comoo asp aspect ectos os ana anacró crónic nicos os aqu aquell ellas as min minuci uciosa osass res reseña eñass del mobiliario y del paisaje, aquellas inevitables ceremonias del ofrecimiento de cigarros, aquella misteriosa pregunta sin respuesta(...); aquellas interpretaciones mecánicas y rutinarias sobre ‘su flor preferida’, ‘su autor predilecto’.” 79 Se le denomina comúnmente “entrevista de citas o reportaje” ( quote story ). ). 80 En esta edición, ver en el Anexo 1 las opiniones al respecto de los reporteros interrogados. 81 Ibídem.
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Capítulo Capítu lo V Un problema de organización Yo no me siento, ni lograré jamás sentirme, un frío registrador de lo que escucho y veo.
ORIANA F ALLACI
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A simple vista podría parecer obvio decir que la estructura de la entrevista se divide en tres partes: introducción, cuerpo y conclusión. Cualquier texto, por lo general, tiene ese mismo esquema, y sólo razones de orden metodológico obligan a descomponerlo cuando, se sabe, constituye un todo indivisible. 82 La primera parte es la introducción, también llamada apertura o entrada en términos periodísticos. Una definición clásica, del Diccionario, sería: “Preparación, disposición para llegar a un fin” (Peque Pequeño ño Larousse Larousse Ilust Ilustrado rado). A partir de ella, se pueden derivar las funciones principales en el caso de la entrevista: a) Ident Identifica ificarr al entre entrevist vistado. ado. b) Plant Plantear ear el tema o asun asunto to centr central. al. c) Esboz Esbozar ar o defini definirr el el objet objetivo ivo de info informac rmación. ión. d) Establecer trascendencia y significado del tema, entrevista y entrevistado. e) Despe Despertar rtar el el interés interés del del lector lector por por el tema, tema, entre entrevista vista y entrevis entrevistado tado.. f) Motiv Motivar ar al al recept receptor or de tal tal maner maneraa que que continú continúee la lectu lectura. ra. Antes de comentar brevemente cada una de estas funciones, debe repararse en esta “sencillez”: la introducción constituye el primero o los primeros párrafos de la entrevista. No tenerlo presente, no saber delimitar hasta dónde debe alcanzar la introducción, puede originar otra “sencillez”: que la entrevista no sea leída. 83 En la int introd roducc ucción ión sue suelen len col coloca ocarse rse los dat datos os que ide identi ntific fican an al ent entrev revist istado ado,, tal tales es com comoo car cargo go,, nombre, ocupación, relevancia de su trabajo, motivo por el que se le entrevista y algún dato o frase que despierte, que estimule el interés del lector hacia la entrevista en sí. 84 El más elemental “olfato” periodístico dice que esta primera parte ya está poniendo a prueba la ca capa paci cida dadd de dell pe peri riod odis ista ta pa para ra co comu muni nica cars rsee co conn el le lect ctor or,, su si sico colo logí gíaa de en entr trev evis ista tado dor, r, su ha habi bi-lidad y vuelo creativo. No se trata de cumplir las reglas sin trascender su carácter esquemático, única forma profesional de hacer un Periodismo eficaz. Cualquiera de las funciones de la introducción supone para el periodista una forma peculiar de ab abor orda daje je,, de tr trat atam amie ient ntoo de la in info form rmac ació ión, n, vi vinc ncul ulad adaa co conn su es estitilo lo,, of ofic icio io,, ex expe peri rien enci cia, a, ob obje je-tivo de información, tipo de entrevista y(o) entrevistado, publicación y otros detalles tan importantes como estos.
Tipos de introducciones No todas las introducciones cumplen de la misma forma las funciones que ellas tienen, ni todas las cumplen eficazmente, por supuesto. 57
En la técnica periodística hay muy pocos absolutos, aunque es bueno precisar que todas las excepciones de las reglas didácticas o más comúnmen comúnmente te establecidas por su frecuencia, utilidad o rutina, se justifican (se tienen que justificar, de lo contrario estarían mal concebidas y aplicadas). En dependencia de algunos factores, entre ellos de manera decisiva el objetivo de información, variarán los tipos de introducción. No intentamos una catalogación exhaustiva; en este campo la variedad es infinita. Así como no existen, en esencia, dos entrevistas iguales, no pueden existir dos introducciones iguales. La siguiente tipología debe aceptarse sólo como una relación de aquellas más frecuentes en las entrevistas de tipo informativo, de opinión, y en muchas de las de personalidad o biográfica que es donde la variedad impone limitaciones a cualquier clasificación.
De resumen o típica Como su título lo sugiere, en esta introducción se hace un resumen de los temas fundamentales de que trata la entrevista, se presenta e identifica al entrevistado. (En ocasiones recoge algún detalle descriptivo, de ambientación o informativo extra sobre el tema y(o) entrevistado). Un ejem ej empl ploo es la si sigu guie ient ntee ap apar arec ecid idaa en un unaa en entr trev evis ista ta en la re revi vist staa FELAP (e (edi dita tada da en Mé Méxi xico co)) de oc oc-tubre de 1993: El periodista chileno Francisco Martorell, director general de la revista Análisis, realizó una investigación periodística que se transformó en el libro Impunidad diplomática, editado en Buenos Aires en mayo de este año. La publicación, publicación, en la que se describen describen actos de corrup corrupción ción consumados por el entonces embajador argentino en Santiago, Oscar Spinosa Melo, fue best seller durante varias semanas en Argentina, pero jamás pudo distribuirse en Chile debido a que una serie de fallos judiciales, entre ellos uno de la propia Corte Suprema, y otro resuelto en sólo veinte minutos, lo censuraron antes de su ingreso al país. Miles de ejemplares de circulan an hoy en Chile a travé travéss de fotoc fotocopias opias supuestament supuestamentee fiele fieles, s, Impunidad diplomática circul mientras Martorell vive autoexiliado en Buenos Aires y enfrenta en su país cinco causas penales en su contra caratuladas “injurias graves con publicidad”.
Este tipo de introducción se emplea frecuentemente en las entrevistas de opinión e informativas. Presenta, como las restantes, muchas variantes: el resumen puede ser más o menos amplio, así como también los datos acerca del entrevistado, ambiente, etcétera. El orden en que se colocan dichos elementos es muy diverso. No siempre se integran todas las mencionadas. La extensión oscila también, pero lo más general es que abarque de uno a tres párrafos.
De cita textual o declarativa Incluye como elemento principal la reproducción textual de una frase o fragmento expresado por el entrevistado, acompañado de su presentación e identificación. Puede ofrecer también otro ot ross da dato toss in info form rmat ativ ivos os,, de desc scri ript ptiv ivos os,, cu cuid idan ando do si siem empr pree de qu quee no me merm rmen en el im impa pact ctoo de la ci cita ta textual, sino que la expliquen, esclarezcan o completen. Es típica de la entrevista informativa y de opinión. Lo más frecuente es que no exceda los dos párrafos, muchas veces se resuelve en uno. De esta entrada suele abusarse demasiado por el atractivo intrínseco que supone comenzar una entrevista con las palabras textuales del entrevistado. Si la ci cita ta es esco cogi gida da no es im impo port rtan ante te po porr su ca cará ráct cter er em emot otiv ivo, o, co conc ncep eptu tual al o tr tras asce cend nden ente te,, el le lecctor puede, por ello, perder interés desde el mismo inicio del trabajo, ya que la cita opera como una motivación. 58
Para destacarla y evidenciar su textualidad puede entrecomillarse, subrayarse (negritas), escribir en altas o indicar a continuación a quién pertenece. Muy a menudo la cita encabeza el párrafo; en otras ocasiones los elementos antes apuntados la preceden.
Llamativa o espectacular Esta int Esta introd roducc ucción ión se fun fundam dament entaa en asu asunto ntoss o dat datos os sin singul gulare ares, s, des destac tacado ados, s, ext extrao raordi rdinar narios ios de cualquier tipo (ambiente, lugar, personas presentes) que llamen fuertemente la atención. Ese es el titipo po de in intr trod oduc ucci ción ón qu quee Ju Julilioo A. Ma Mart rtíí pr pref efir irió ió pa para ra su en entr trev evis ista ta co conn el mi mililita tarr qu quee se en enfr fren entó tó al Che Guevara durante la guerra contra el régimen batistiano: Presuroso por lo que acababa de conocer disqué seis números en el teléfono. Dos timbrazos bastaron para que del otro lado me respondiera el hombre que buscaba. Tras l a presentación de rutina le formulé una pregunta que respondió sin rodeos: Sí, compañero. Yo opuse mis fuerzas a las del Che Guevara. (“Saber al Che frente a nosotros”, Julio A. Martí, Revista Moncada, octubre/82).
Biográfica Contiene los datos más relevantes acerca de la vida y obra del entrevistado, a manera de “tar jeta de presentación”, presentación”, como la de la entrevista entrevista que publicó El Correo de la UNESCO con Federico Mayor, en su número de noviembre de 1989: Federico Mayor fue rector de la Universidad de Granada, presidente de la Sociedad Española de Bioquímica, fundador y director del Centro de Biología Molecular de Madrid, ministro de Educación y Ciencia de España, y diputado en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, antes de ser elegido por seis años, en noviembre de 1987, Director General de la UNESCO. En ocasión de la 25a. reunión de la Conferencia General de la UNESCO, Federico Mayor formula algunass ref na refle lexi xion ones es so sobr bree el pa pape pell cl clav avee de dell sis siste tema ma de la lass Na Nacio cione ness Un Unid idas as en el mu mund ndoo de ho hoy. y.
No siempre la biográfica contiene tantos elementos, se puede partir de una anédocta o pasaje de la vida del entrevistado y ampliarla en el transcurso de la entrevista.
Narrativa Lo sobresaliente en este tipo de introducción es que inserta un relato para ambientar y, sobre todo,, at todo atra raer er al le lect ctor or ha haci ciaa la en entr trev evis ista ta y el en entr trev evis ista tado do.. En de depe pend nden enci ciaa de el ello lo pu pued edee es estr truc uctu tu-rarse en varios párrafos; comúnmente incluye algún diálogo o lo narra de manera indirecta, ejemplo de ello es esta de Olga Fernández: Aquella tarde de junio de 1957, un hombre muy muy delgado y de ademanes resueltos resueltos se sumaba a la entonces exigua guerrilla del Ejército Rebelde. Después de un riesgoso trayecto de La Habana a Santiago de Cuba y de allí a Manzanillo Manzanillo –ciudad de la costa sur de Oriente y pórtico de la Sierra Maestra–, llegaba a Palma Mocha, lugar donde acampaba la tropa, el médico solicit ado por el Comandante en Jefe. El recién llegado no aparentaba más de treinta años. Acentuaban su aspecto juvenil los rebeldes cabellos pelados a cepillo, el rostro lampiño y simpático. Vestía un pantalón kaki y un puló pu lóve verr co corr rrie ient nte, e, y co como mo ún único ico eq equi uipa paje je,, un unaa mo mochi chila la co conn un ny nylo lon, n, un unaa ha hama maca ca,, un unaa co colc lcha ha,,
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un ab abrig rigoo y un in inst stru rume ment ntal al co comp mple leto to de ci ciru rugí gía. a. Lo im impr pres esci cind ndibl iblee pa para ra la vi vida da en ca camp mpañ aña. a. Ya a punto de coronar la elevación donde estaba situado el el campamento en la semipenumbra semipenumbra del bosque, el hoy Doctor en Ciencias Médicas Julio Martínez Páez recuerda que al primero que divisó fue a Fidel y luego a Raúl. Después de un cordial saludo fue presentado a cada uno de los hombres de la tropa. El último al que dio la mano para su sorpresa, era Camilo Cienfuegos, un viejo amigo al que había dejado de ver hacía mucho tiempo. La acogida al nuevo integrante de la guerrilla fue afectuosa. Y su posterior conversación con Fidel, minuciosa y dilatada. Traía noticias frescas y un mensaje de Haydée Santamaría y Armando Hart, los dirigentes del Movimiento 26 de Julio en la capital. Había llegado el primer médico que se incorporaba al Ejército Rebelde. (“Cara a cara con Julio Martínez Páez”, rev. Cuba Internacional).
Muy detallado también el relato que escribió el experimentado reportero Santiago Cardosa Arias para presentar a sus entrevistados: Al segundo timbrazo se oyó un suave, dulce: – Patria o Muerte. Hotel “Habana Libre”, buenas tardes. Diga... – Mire señorita, quisiéramos agradecerle que nos comunicara con la habitación de los campesinos que capturaron a Beatón. Hay una pausa. Al otro lado del hilo hi lo telefónico se oye un ligero murmullo. Otras voces, al parecer, se interesan por otros inquilinos del antiguo “Hilton”. Y se oye nuevamente el acento agradable de la telefonista: – Señor: los campesinos no se encuentran aquí. Llámelos al “Havana Riviera”, por favor. En otra oportunidad me hubiera sorprendido de la seguridad que tenía la recepcionista sobre el paradero cierto de los cuatro héroes campesinos. campesinos. Pero ahora no. La valie valiente nte hazaña por ellos realizada al capturar, sin armas algunas, al jefe y al hermano de una pandilla de criminales desertados de las filas rebeldes después d espués de dar muerte a cuatro compañeros, les ganaron a estos hombres de tierra adentro el título de Héroes(...). (“Yo hablé con los campesinos que capturaron a Beatón”, Beatón”, Santiago Cardosa Arias, Ediciones R, La Habana, 1963).
De anécdota (o anecdótica) Son las que incluyen algún pasaje curioso, interesante, motivo, relacionado con la entrevista, el entrevistado o con el propio entrevistador. He aquí una buena muestra redactada por Pedro de la Hoz: Cuando en una diáfana mañana de este marzo apenas interrumpido por dos frentes fríos, un grupo de escritores de cine norteamericanos, llevados a recorrer una tabaquería en la ciudad oriental de Bayamo, fue presentado a sus trabajadores, estos, como es costumbre, sin desentenderse de sus instrumentos de labor, hicieron hi cieron resonar sus chavetas contra las mesas de torcer ante la mención de uno de los visitantes. Por sí mismo el nombre de Budd Schulberg no les decía. Pero la acotación del lector de tabaquería fue capaz de promover el entusiasmo: “Es el autor de las películas Nido de ratas y Un rostro en la muchedumbre ”. A punto de regresar a los Estados Unidos, a Schulberg no se le ha borrado la emoción de ese momento cubano. (“El Oscar Cubano de Budd Schulberg”, Granma, 1ro de abril de 1989).
Para la entrevista que Minerva Salado y yo hicimos a la ilustre profesora Camila Henríquez Ureña, nos pareció que la anécdota de cómo ella leía en clases era idónea para introducción porque reflejaba carácter y personalidad de nuestra entrevistada:
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Desdee su me Desd mesa sa de pr prof ofes esor oraa Ca Cami mila la le lee. e. Se tr trat ataa de un unaa ob obra ra de dell te teat atro ro gr grie iego go.. Só Sólo lo se es escu cucha cha su voz. Clara. Timbrada. Inflexiones para cada personaje. No hay alteración. La voz no se dice, sale. Perfecto español. Interrumpe el timbre. Camila se levanta: “Continuaremos en la próxima clase. Espero que puedan perdonarme si he cometido algún error al leer, lo estaba haciendo directamente de la edición griega”. (“Camila, maestra”, Revista Vida Universitaria, No. 210, marzo-abril de 1968).
Evocativa o retrospectiva Se destaca por la alusión al pasado, por los recuerdos, casi siempre con el propósito de destacar algún rasgo o situación del entrevistado. Mayra Martínez, de Revolución y Cultura, gusta mucho de este tipo de introducción que se justifica plenamente en la entrevista, la última que se le hizo al músico cubano Jorrín: Sonreía mientras pulsaba el violín. Sonreía en las fotos, en los carteles, en las portadas de sus discos. Así quedará, en la memoria de sus amigos y de sus admiradores, Enrique Jorrín, a quien el mundo agradece con alegría el haber creado un ritmo, el cha cha chá, bailado por disímiles generaciones en cualquier punto del planeta. El 12 de diciembre de 1987, con sólo sesenta años y en la plenitud de su carrera artística, el compositor e intérprete fallecía en nuestra capital. Aquella mañana, cuando La Habana despertaba en la vorágine de la fiesta cinematográfica que centraba el interés popular, la triste e irreversible noticia ocupó su espacio en los teletipos. Habíamos perdido a un músico de incalculable importancia. Habíamos perdido su perenne sonrisa. (“Jorrín”, Revista Revolución y Cultura).
Referencial Expone vivencias, sucesos, impresiones del reportero vinculados con el personaje entrevistado: diría que este se presenta a través de aquel. Una introducción semejante empleó el colombiano José Luis Díaz Granados para su entrevista con Luis Vidales: con ella obtuvo en su país el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar de 1990. Yo visito a Luis Vidales como otros van al cine, al teatro o a la ópera: con el el objeto de asistir a un espectáculo estético, en este caso, de la inteligencia. Hace muchos años –ya no recuerdo cuántos, veinticinco o más– vengo haciéndolo con regular frecuencia, cada vez más asombrado de su lucidez y resistencia física, admirado al observarlo fumando un cigarrillo tras otro y bebiendo aguardiente en unas cómodas copas rusas de madera, sin que le produzcan mayores daños en un cuerpo que ha soportado durante 86 años la centuria más accidentada y tormentosa de la historia y una procelosa trayectoria colombiana sin paralelo en el mapamundi contemporáneo. (“El machismo comenzó cuando inventamos que Dios era hombre”, revista literaria Gato Encerrado, año 3, No. 11 abril-mayo 1990).
De incidencia o peripecia En es esta ta ap aper ertu tura ra el pe peri riod odis ista ta cu cuen enta ta al algú gúnn pa pasa saje je en to torn rnoo a la en entr trev evis ista ta,, ca casi si si siem empr pree re rela laci cioonado con las dificultades para conseguirla, pero con frecuencia esto no resulta acertado. 61
Se leen repetidas historias sobre los tropiezos que el periodista afrontó en la consecución de unaa en un entr trev evis ista ta,, co como mo si fu fuer eran an al algo go ex extr trao aord rdin inar ario io cu cuan ando do,, en re real alid idad ad,, no pa pasa saro ronn de se serr si sino no lo loss típicos gajes del oficio. Puede aludirse, claro está, a la gestión profesional, pero de manera discreta, escogiendo los elementos verdaderamente verdaderamente significativos. Ejemplo de introducción que hábilmente despierta la atención sin caer en exageraciones es la elaborada por María Elvira Samper, de la revista colombiana Semana, en su entrevista con Gabriel García Márquez reproducida por Juventud Rebelde el 22 de marzo de 1989: Después de varias llamadas a su casa c asa en Ciudad de México, aceptó darme una entrevista. Con una condición. Con una restricción: No hablar de política. “Decidí no hablar de política –me dijo– desde que me di cuenta que uno no sabe a quién creerle, que uno no sabe quién dice la verd ve rdad ad y qu quié iénn mi mien ente te”. ”. No qu quie iere re ha habla blarr de po polílític tica. a. Ac Acep epto to.. Es un unoo de lo loss de dere rech chos os sa sagr grad ados os del entrevistado: decir sí y poner “peros”. Acepto, porque me interesa saber qué piensa ahora quee ha pu qu pues esto to pu punt ntoo fifina nall a su úl últitima ma no nove vela la,, El general en su laberinto . De Desd sdee ya ya,, au aunn an ante tess de ser publicada, ha generado una polémica. No propiamente histórica, sino ética.
Noticiosa Como su pr Como prop opia ia de deno nomi mina naci ción ón su supo pone ne,, es aq aque uellllaa en la qu quee se tr tras asmi mite te un unaa no notitici ciaa ac acer erca ca de dell entrevistado, generalmente en el primer párrafo, en el mismo que obra como entrada. Jorge Luis Massó, el futbolista cubano más popular de los últimos tiempos, se va a retirar jugand ga ndoo y lo ha hará rá es este te mi miér érco cole less cu cuan ando do al alin inee ee po porr úl últitima ma ve vezz co conn Ci Ciud udad ad de La Ha Haba bana na du dura rant ntee la Copa Tele Rebelde. (“Massó se jubila jugando”, entrevista de Miguel Hernández, Granma, 3 de junio de 1989).
Literaria Se ca cara ract cter eriz izaa po porr su le leng ngua uaje je:: el elab abor orad ado, o, im imag agin inat ativ ivo, o, cu cuid idad ado. o. Es pr prop opia ia de en entr trev evis ista tass co conn es es-crititor cr ores es y en te tema mass de ca cará ráct cter er lilite tera raririoo y ar artítíst stic ico, o, au aunq nque ue pu pudi dier eraa ta tamb mbié iénn ap apar arec ecer er en ot otro ro titipo po.. Dos jóvenes periodistas, Eduardo Jiménez García y Orlando Pérez, las emplearon en los siguientes ejemplos: Silvio tiene un extraño tatuaje en la mano derecha. Su poesía le llena la ropa para recaer como una gran responsabilidad sobre esos tenis de infinito andarín. A los cuarenta y tantos años el pueblo decide que recueste la guitarra al brazo de su butaca de parlamentario. (“La calavera y la flor”, entrevista de Eduardo Jiménez García, Juventud Rebelde, 21 de marzo de 1993). Eliseo Diego dice que un sabio encantador lo ha convertido en un viejo de 73 años, pero él sostiene que tiene 24. Si uno lo mira de frente parece que de sus barbas cuelgan todos los duendecillos del universo. Y el más pequeño de ellos no deja de vigilar sus pícaros ojos negros. Se cubren muy bien con el humo de la inseparable pipa. Ellos lo han visto ponerse viejo a costa de versos. Son los culpantes de encanecerle los bigotes y reposarle los pasos. Lo comparten los eternos temas del hombre. Le piden la nicotina diaria. Los tres lunares de su ancha cara son los puntos de con-
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fluencia de estos duendecillos que desde En la Calzada de Jesús del Monte hasta el poema de hoy le han dado vida sin freno. (Entrevista inédita de Orlando Pérez, 1994).
Dramática (o de suspense) Suele utilizarse para entrevistas de un contenido altamente emocional como la que Juan José Dalton realizó, en julio de 1993, a uno de los que ejecutaron a su propio padre: La muerte estaba en la mano de naipes que el poeta p oeta Roque Dalton se jugó al volver a El Salvador para sumarse a la Revolución Armada. Él lo sabía, pero lo que ignoraba era que quienes habrían de matarlo eran sus propios compañeros. Uno de estos reconoce ahora su culpa. (“La muerte de Roque Dalton, tragedia de equivocaciones”, revista Liberación, 2 de julio de 1993).
Directa (o de presentación) Es muy común. La caracterizan breves datos sobre el entrevistado y presentación inmediata del objetivo de información; empleada sobre todo en entrevistas de opinión e informativas. Así la preferí para mi entrevista con el colega Héctor Hernández Pardo sobre sus experiencias docentes en Colombia: Dedicado al periodismo desde hace más de veinte años, Héctor Hernández Pardo ha vivido importantes hechos, muchas veces en calidad de testigo presencial y otras, de acucioso cronista. Por eso tiene particular interés que él acepte la calificación de “acontecimiento” para el curso que impartió durante una semana en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, institución que ya sobrepasó los doscientos años de fundada y que históricamente ha preparado a los políticos fundamentales del país. (“Un camino que abrió la cultura”, revista Revolución y Cultura, 10/87).
Dialogística Comienza justamente por una conversación para ir entrando en materia, identificar al entrevistado y temática que se abordará. Para elaborar bien esta introducción se requiere oficio e imaginación; ambos, indudablemenindudablemente, no faltan a María Ester Gilio, la destacada periodista uruguaya: de ello da fe el modo con que comenzó la entrevista con Augusto Roa Bastos que Brecha publicó el 10 de febrero de 1989: No estoy bien –dice Augusto Roa Bastos entrecerrando los ojos, mientras acaricia su garganta con la mano derecha–. Salí de Salta con treinta grados y cuando bajé en Buenos Aires, en camisa, hacía cuatro. – Esto es todo una prueba. Podría estar peor. – Soy un lagarto de piel muy dura. Desciendo de los dinosaurios. Espere, espere. No pregunte todavía. Déjeme bajar el nudo de la garganta con un poquito de agua. – ¿Le duele? – No, las entrevistas me hacen un nudo.
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– No le creo. – Es sabido que siempre miento. Pero es verdad. ¿Sobre qué vamos a hablar? – Empecemos con el Paraguay de su infancia. Los colores, el calor.
Original Este tip Este tipoo de ape apertu rtura ra emp emplea lea ele elemen mentos tos inu inusua suales les,, ind indire irecto ctos, s, so sorpr rprend endent entes es inc inclus luso. o. Un lig ligero ero toque de humor se hace presente. Obsérvese la que Mirta Yáñez elaboró para una conversación con Roberto Fernández Retamar, lograda con su habitual ingenio: En la Escuela de Letras hay un banco célebre. Según se entra en el vestíbulo a mano derecha, se han sentado sucesivas oleadas de estudiantes a, dicho en cubano, deschavar. Así, el banco se convirtió en símbolo del ojo crítico críti co y en el sitio en que mejor se está para esas (abigarradas y a menudo vitupereadas) conversaciones de pasillo. Por supuesto, el banco ha pasado por distintos avatares, incluso sufrió los rigores del destierro del cual retornó triunfante y reivindicado. cad o. ¡Cu ¡Cuánt ántas as sab sabros rosas as con conver versac sacion iones es de pas pasill illoo se han cel celebr ebrado ado sob sobre re sus ven venera erable bless ma ma-deras! Como yo no encuentro mal ese ejercicio intelectual que evita la acumulación de bilis y desalmidona el ingenio, le he pedido a Roberto Fernández Retamar que llevemos una de esas privadísimas conversaciones de pasillo, al estilo del Banco de la Escuela de Letras, conversaciones que casi siempre quieren arreglar el mundo y a veces hasta lo arreglan su poquito... (“Conversación de pasillo con Roberto Fernández Retamar”, revista Revolución y Cultura, 1/88).
De retrato En el ella la pr prim imaa el pr prop opós ósititoo de de desc scri ribi bir, r, de da darr la im imag agen en,, bi bien en fífísi sica ca o sí síqu quic ica, a, o am amba bas, s, de dell en en-trevis tre vistad tado. o. Pue Puede de pre presen sentar tarse se en fo forma rma pur puraa –de –descr scripc ipción ión–– o com combin binada ada con dat datos os bio biográ gráfic ficos os u otros elementos. Muyy fr Mu frec ecue uent nte, e, po porr su supu pues esto to,, en en entr trev evis ista tass de pe pers rson onal alid idad ad o bi biog ográ ráfifica ca,, co como mo es esta ta de dell ex exce ce-lente periodista uruguayo Ernesto González Bermejo con Fania Davis: En un café céntrico de Helsinki charlamos c harlamos con Fania, la hermana de Angela Davis. Se le parece mucho, es alta, mulata, con cabellos muy rizados, “peinado natural” (“los negros somos bellos”), sujeto con un pañuelo verde; de gestos armoniosos, despreocupadamente elegante. Habla sin alterarse, aunque diga las cosas más duras. (“Salvar a Angela”, Boletín Tricontinental,1977).
Otra cu Otra cues estitión ón co cont ntro rove vert rtib ible le en la in intr trod oduc ucci ción ón es su de debi bida da ex exte tens nsió ión. n. Ha Hayy qu quee ac acla lara rar, r, de in in-mediato, que aunque la “regla de oro” del Periodismo es la brevedad, en ocasiones una introducción tiene que ser necesariamente larga. Existen temas complejos o asuntos en los que está involu inv olucra crado do el ent entrev revist istado ado y cuy cuyaa tra trasce scende ndenci nciaa y est estado ado act actual ual req requie uieren ren ant antece eceden dentes tes de pro pro-lija explicación. Ser breve, qué más quisiera un periodista, sin embargo, también quiere ser claro, y, puesto en la disyuntiva, habrá de preferir esto último. Claro que el principio de la brevedad guía, tiene que guiar el trabajo periodístico (cuando hablo de brevedad más bien pienso en síntesis y no en longitud). En general, las introducciones extensas no son las más adecuadas y frecuentes, pero valga la salvedad tratándose del dialéctico quehacer periodístico. 64
El cuerpo o desarrollo El cuerpo de la entrevista, que es la parte dedicada a exponer las informaciones ampliadas del trabajo y en la cual debe cumplirse en medida considerable el objetivo de información, se presenta inmediatamente después de la introducción. Admite el cuerpo cuerpo amplitud de de recursos; aquí se comenta, se describe, se ofrecen los datos esestadísticos, si los hubiera, dado que sus funciones son precisamente: a) Ampl Ampliar, iar, enriq enriquecer uecer,, lo expu expuesto esto en la intro introducci ducción. ón. b) Integ Integrar rar todos todos aquellos aquellos datos, datos, opinion opiniones, es, elemento elementos, s, sobre el entrev entrevistad istado, o, el tema y el entorno de la entrevista que no se pueden abarcar en la introducción. c) Cumpl Cumplirir el obje objetivo tivo de info informaci rmación. ón. Para elaborar el cuerpo de la entrevista hay que tener siempre en mente la necesidad de dosificar, de equilibrar, los elementos informativos con el fin de mantener permanente el interés. Un buen cuerpo o desarrollo es un ejercicio de “picardía” periodística, de saber mantener cierto cie rto rit ritmo mo,, cie cierto rto sus suspen penso so en la pre presen sentac tación ión del ma mater terial ial,, sea est estee des desarr arroll ollado ado com comoo diá diálog logo, o, narrado, o en forma mixta.
Tipos de conclusiones La última parte de la estructura, es decir, la conclusión (final, cierre o despedida), se elabora cuando ya en el cuerpo se han agotado los elementos que sirven para cumplir el objetivo central de la información. La conclusión, lógicamente, se halla al final, en uno, dos o tres párrafos. Tiene como funciones las siguientes: a) Indica Indicarr que la entr entrevist evistaa ha fina finalizad lizado. o. b) Resum Resumirir lo lo plant planteado eado en el cuerpo cuerpo o desarr desarrollo ollo.. c) Orien Orientar tar al lector lector en un sentido sentido genera generall o en algún algún aspecto aspecto partic particular ular del del tema y(o) y(o) del entrevistado. d) Comp Completar letar el obje objetivo tivo de info informac rmación. ión. Variadas son las formas en que se presenta la conclusión en una entrevista: hay quien prefiere hacer un resumen de lo expuesto por el entrevistado; otros retoman alguna idea expresada en la introducción; muchos escogen una frase de impacto o que evidencia el final. En las entrevistas que utilizan la forma clásica de ofrecer lo conversado mediante la reproducción de las preguntas y respuestas, la conclusión es más fácil de identificar y elaborar. Generalmente, se “cierran” estas entrevistas con una respuesta-resumen de alguna trascendencia. Se debe tener especial cuidado con la conclusión que elige el camino más fácil: señalar que la entrevista finaliza. El socorrido recurso que presenta al entrevistado mirando de soslayo su reloj ha devenido prehistórico. Frases hechas como “Nuestra entrevista llega a su fin”, “El tiempo apremia...”, “Se impone la despedida” y otras de semejante corte, más parecen el tiro de gracia que el propio periodista da a su trabajo que un recurso técnico. La conclusión hay que trabajarla con el mismo celo que los anteriores pasos, y velar porque cumpla sus funciones que no son menos importantes porque se haya finalizado la entrevista. 65
Muchas veces el cierre produce terribles dolores de cabeza al periodista porque, de pronto, uno se encuentra como cuando, frente a la cuartilla en blanco, no sabe con qué empezar; da la sens se nsac ació iónn de qu quee ya no ha hayy na nada da má máss qu quee de deci cir, r, y de qu quee es escr crib ibir ir un unaa or orac ació iónn má máss (¿ (¿cu cuál ál?) ?) re reca carrgaría el trabajo o lo repetiría en alguna forma. En esa situación lo único aconsejable sería volver sobre lo escrito, buscar qué aspecto pudo haber quedado a medias acerca de lo tratado o de la propia persona entrevistada. A tal punto creo importante la conclusión, conclusión, que no me parece exagerado exagerado afirmar que ella revela en muy considerable grado la maestría del periodista, su sentido creador. Con los siguientes ejemplos de conclusiones, al igual que con la clasificación de introducciones, intento ofrecer algunas pautas y no un inventario puntual, mucho menos totalizador.
De opinión o comentario (del entrevistado) – ¿Usted es creyente? – No. No soy creyente ni me preocupa la muerte. Tampoco creo que Jesucristo sea el Hij o de Dios. Como personaje histórico me parece un hombre bueno. Yo trataré de hacer su versión del Evangelio y será muy heterodoxa, comparada con las que se conocen de Juan, Lucas y Mateo. – Pese a su ateísmo, la religión está muy presente en sus obras. – Es cierto, utilizo mucho la religión y las iglesias porque me preocupa que la fe de las personas se haya convertido en producto de administración. Las iglesias se han convertido en multinacionales administrando la fe, gracias a que se han inventado la cosa más extrordinaria del mundo, mucho más que la rueda y la energía nuclear: el pecado. Con un peso en las conciencias es la manera más fácil de gobernar a la gente. Pero han convertido a la gente en algo atormentado, poco natural, seres retenidos en su expresión vital. (“Machado condenaría hoy públicamente a los Guerra”, entrevista de Sebastián Moreno con José Saramago, revista Tiempo, España, 9 de abril de 1990).
En es esta ta ot otra ra,, un unaa en entr trev evis ista ta de dell es escr crititor or y pe perio riodi dist staa Ed Edua uard rdoo He Hera rass co conn Si Silv lvio io Ro Rodr dríg ígue uez, z, pa para ra Revoluci vol ución ón y Cul Cultur turaa, el co cono noci cido do ca cant ntau auto torr re reflflex exio iona na so sobr bree el si sign gnififica icado do qu quee la fa fama ma titien enee pa para ra él él:: No queda otra alternativa que terminar así que mientras recogemos cintas, papeles y unos minutos antes de que me despida, lo sorprendo con la última pregunta: – Bueno, dime que es para ti la fama, ¿te molesta ser famoso? Y después de pensarlo un poco, mientras me lleva ll eva hacia la puerta, responde: – Chino, la fama no debe ser cómoda ni para los que se la propusieron como meta. Ser noticia no es cómodo. Pero confort aparte, yo he puesto en práctica cierta ci erta tesis y la he visto tener éxito junto con un rescate y una propuesta. La tesis ha sido la del rigor, que para nada tiene que divorciarse de lo masivo; todo lo contrario, porque el pueblo merece ese rigor. El rescate es el de la ca canc nció ión, n, qu quee de la lass ar arte tess ha si sido do la má máss pr pros osti titu tuid ida, a, no po porr el ella la mi mism sma, a, si sino no po porr el co come merrcio. La propuesta, por supuesto, son las ideas, humanas, culturales, sociales. Y eso ha tenido un precio: la fama. ¿Qué se le va a hacer?
De opinión o comentario (del entrevistador) Obrero. Sí. ¿Será presidente? Difícil afirmar en 1990 lo que va a acontecer en 1994, como él mismo dice. Tiene mucho dinamismo y buen humor. Cuando esperábamos en el patio de la residencia para hacerle la entrevista apareció de pronto y nos gritó: “¡A trabajar!”. Eso es lo que hace Lula. Para él no hay descanso.
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(“Vuelta con Lula por este mundo”, entrevista de Joaquín Rivery con el político brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, Granma, 24 de abril de 1990).
De relato curioso o significativo – De en entr tree tu tuss pr pres esen enta taci cion ones es,, ¿h ¿haa sid sidoo la de dell Bo Bols lsho hoii la má máss im impo port rtan ante te de desd sdee el pu punt ntoo de vis vis-ta sentimental? – No, mi mayor experiencia la tuve en Angola. A mí, en más de una ocasión se me han salido las lágrimas. Y lo digo di go aunque parezca ridículo. Pero que estas me tumben, sólo una vez. Fue cuando canté en Luanda, en la misión militar, donde se reponía parte del contingente cubano, después de meses de combates, de ser heridos o de ver morir a sus compañeros. Al entonar Su nombre es pueblo y decir “a los héroes se les recuerda sin llanto” vi a esos hombres, callados, inmóviles en sus asientos, como si pensaran en miles de cosas tremendas a la vez, llorar, sollozar frente a mí, sin falsos pudores. Y allí, a cientos y cientos de kilómetros de Cuba mientras seguía diciendo la canción con frases entrecortadas, comprendí que estaba cantándole a esos mismos héroes. (“Sa (“ Sara ra Go Gonz nzál ález ez,, el ca cant ntoo de su tie tiemp mpo” o”,, en entr trev evist istaa de Ma Mayr yraa A. Ma Mart rtín ínez ez,, re revi vist staa Revolución y Cultura, No. 97/80).
De información (o noticiosa) – Cortázar me decía que le parece formidable que usted haya hecho su obra sin salir de Ciudad México, pero que para él la experiencia europea fue fundamental. – Pero para mí Ciudad México ¡es completamente extraña! – ¿Usted vivió una especie de exilio allí? – En la soledad más absoluta, por eso tendía a renovar los hechos del pasado. – También tenía una distancia. – Como si hubiese estado en Europa. Yo, como le decía, andaba con Pedro Páramo en mi cabeza buscando darle forma, ajeno por completo a ese contexto urbano. Escribiendo mis cuentos. Hasta que aquel profesor profesor que se va del pueblo abandonado abandonado le cuenta al otro, que va a susti su stitu tuir irlo lo,, lo qu quee es aq aque uello llo;; se lo cu cuen enta ta to toma mand ndoo ce cerv rvez ezaa –e –ell ot otro ro no to toma ma na nada da–– ha hasta sta ca caer er-se borracho. Aquella, por fin, era la atmósfera que andaba buscando; ese cuento, “Luvina”, me dió la clave de Pedro Páramo. (“La literatura es una mentira que dice la verdad”, entrevista de Ernesto González Bermejo con Juan Rulfo, Servicio Especial de Prensa Latina, reproducido en el Boletín Síntesis Latinoamericana, No. 1439, enero 21 de 1986).
Sorpresiva (o de impacto) No po podí díam amos os sa salir lirno noss de es esee cír círcu culo lo fú fúne nebr bre, e, co como mo si la vi vida da es estu tuvi vier eraa he hech chaa ún únic icam amen ente te pa para ra hablar de la muerte. Uno piensa que todo hombre le gustaría colocar un epitafio en su tumba. Bernardo, ¿qué pondrías tú? Te reíste con muchas ganas. Es tu humor negro para terminar una entrevista. Realmente nunca se me había ocurrido pensar en eso. Pero podría ser así: Aquí yace una de las personas más optimistas y alegres del mundo...
(“El hombre más optimista del mundo”, entrevista de Arturo Alape con el político brasileño Bernardo Bern ardo Jara Jaramillo, millo, Juventud Rebelde,26deabrilde1990,laúltimaqueselehicieraenvida).
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P.- Su pasión cinéfila inconfesable R.- Tener una escena de amor con Harrison Ford (a ser posible, fuera de la pantalla). (“El cuestionario”, entrevista con Ana Belén, Cinelandia, España, 19 de junio de 1993).
Notas No pue puede de olv olvida idarse rse,, ade además más,, que la est estruc ructur turaa pos posibi ibilit litaa la org organi anizac zación ión y des desarr arroll olloo de la red redacc acción ión de la ent entrerevista, siendo esta su función más relevante. 83 En numerosas ocasiones es muy difícil precisar hasta dónde llega la introducción. Puede depender de factores tales como el interés del receptor. 84 Me refiero aquí a los aspectos de redacción con los cuales será posible cumplir las funciones que integran la introducción. 82
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Capítulo VI Titulación e ilustración gráfica Es difícil idear un título, y difícil es también idear las primeras líneas.
ANTÓN CHEJOV
Como en cualquier otro género, la elaboración de títulos, epígrafes, sumarios e intertítulos en la entrevista requiere dedicación, técnica y talento periodístico, aunque al redactor (entrevistador) sólo le corresponda la sugerencia en las diversas formas de titulación. En ocasiones, el periodista tiene el título desde el mismo instante en que prepara la entrevista; en ot otra ras, s, no lo en enco cont ntra rará rá ha hast staa qu quee la te term rmin ine. e. No se será ránn po poca cass la lass ve vece cess qu quee de demo mora rará rá má máss de la cuenta en encontrar el título adecuado; como se dice, se trata de un problema de inspiración, pero de aquella que quería Hemingway: la que lo encontrara trabajando. De los tipos o géneros de títulos a los que Tomás Lapique alude en su texto El titulaje periodístico85 –genérico, llamativo, informativo– puede emplearse cualquiera de ellos siempre que se adecue al objetivo de información y tipo de entrevista. Por las características de este género, los más utilizados son los llamativos e informativos. Los principios recomendados para la titulación general se observarán igualmente en la entrevista: relación con el tema, captación del interés del lector, brevedad, claridad y precisión, entre los más importantes. (Y si fuera necesario elegir los definitivos, estos serían la claridad, la atracción y la precisión). El título genérico, que como su nombre lo indica da una idea general, panorámica, del tema tratado, se emplea por lo común en la entrevista cuyo objetivo es ofrecer aspectos integrales de la vida y obra del entrevistado, y del tema que este aborda. El informativo se empleará para entrevistas directamente noticiosas, de considerable carga de informaciones y opiniones, ligadas al acontecer de actualidad: NO JUGARÁ EN MÉXICO NINGÚN EQUIPO DE ESTADOS UNIDOS (Entrevista con el presidente de la Federación de Fútbol de EE.UU., Alan Rotemberght, cable de Notimex, periódico SUR, Veracruz, 19 de junio de 1994).
El llamativo puede utilizarse en cualquier tipo de entrevista, especialmente en las de personalidad o biográficas. SUPERIOR A CUALQUIER MITO (Entrevista de Ibis Rosquete y José A. Ebro con Carilda Oliver Labra, Juventud Rebelde, 14 de agosto de 1994).
EL ESCRITOR ES UN LADRÓN86 (Entrevista de Manuel González Bello con José Soler Puig, Bohemia , octubre 17 de 1980). 86
¡POR FIN ALCALDE MAYOR! (Entrevista exclusiva concedida por Jaime Castro Castro, candidato único del liberalismo a la Alcaldía Mayor de Santafé Santafé de Bogotá, a Hollman Hollman Felipe Morris, revista Consigna , Bogotá, edición No. 423-Enero/92).
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Por supuesto, la variedad en el empleo de los títulos supone relaciones entre ellos, por lo que no es difícil observar que en una entrevista noticiosa se use un título francamente llamativo y que, a su vez, puede contener o esbozar el elemento o elementos noticiosos más destacados. Entre otros ejemplos de títulos, una sucinta relación:
De cita textual “A UN HOMBRE NO SE LE MATA DE FRENTE”87 Después de una vida en la guerrilla, el “Comandante Cero” se dedicó a la pesca. Ahora, tras años de silencio, vuelve a la política y se confiesa con Cambio 16. (Entrevista de Lola Díaz, Cambio 16, España, 18 de noviembre de 1991).
ROLDÁN: “TENGO DOS ALTERNATIVAS, O PEGARME UN TIRO O TIRAR DE LA MANTA”
(Periódico El Mundo, Madrid, 2 de mayo de 1994).
A menudo el título de las entrevistas –sobre –sobre todo informativas informativas y de personalidad personalidad o biográfica– se elabora con una declaración o frase significativa del entrevistado, entrecomillándose entrecomillándose o señalando por medio de guiones o de un bajante que se trata de una expresión textual. (Para indicar textualidad también se coloca el nombre del entrevistado a modo de epígrafe o como tal). De la cita textual se usa y abusa mucho; evidentemente resulta muy atractivo acceder, “de golpe”, al pensamiento, aunque sea resumido en una frase, del entrevistado. Se debe titular con la cita cuando ella sea portadora de una expresión nueva, interesante, ingeniosa; de lo contrario, el lector puede defraudarse.
De referencia al tema o entrevistado EL BIBLIOTECARIO DE ILLINOIS (Diálogo con Robert Wedgeworth, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias, entrevista de Toni Piñera, Granma, 24 de agosto de 1994).
Con el nombre del entrevistado ENCUENTRO CON BARDEM (Entrevista de Luis Suardíaz, Granma, 3 de diciembre de 1990).
CARA A CARA CON PEDRO MARTÍNEZ PÍREZ (Entrevista de Patricia Grogg, revista Cuba Internacional, enero 1992).
Con muchas variedades se utiliza en el título el nombre del entrevistado, sobre todo cuando es conocido. Generalmente le sigue su identificación completa en un bajante o sumario. También puede añadírsele una definición que lo caracterice de acuerdo con sus rasgos personales, biográficos, trabajo, obra o aspecto concreto de su situación actual. Otros presentan una composición tipográfica con antetítulo, como el siguiente: 72
Uste Us tedd se segu gura rame ment ntee co cono noce ce su ob obra ra po porq rque ue vi vioo en la te tele levi visió siónn Niño Niñoss deud deudores ores, Lo Loss qu quee se fu fueeron, Los Marielitos y otros. En el último Festival de Cine de La Habana fue llamada de un modo especial:
“DE CUBA... ESTELA BRAVO”88
De interrogación ¿EL LOBO SE HACE A LA MAR? (Entrevista de Hilario Rosete Silva con Luis Bombina, Juventud Rebelde, 21 de agosto de 1994).
De admiración “¡... ME GUSTA ESTAR EN LOS LUGARES DONDE SE HACE HISTORIA!” (Entrevista de Miguel de la Guardia y Luis Camejo con Wilfredo Burchett, Bohemia ).
De juego de palabras ESE CORONEL DE NOMBRE URTECHO (Entrevista de Mariano Rodríguez Herrera con el poeta nicaragüense Coronel Urtecho, Bohemia, sept. 10 de 1982).
CECILIA A VECES MIRA SU VIDA (Entrevista de Mayra Vilasis con Orlando Rojas, Cine Cubano, No. 102).
(El título de esta entrevista al cineasta Orlando Rojas se basa en dos hechos relacionados entre sí:: Ro sí Roja jass es el di dire rect ctor or de lo loss do docu cume ment ntal ales es A veces miro mi vida, y d e Un Unaa y ot otrra ve vezz,entornoala filmación del largometraje Cecilia. Es fácil deducir la combinación que ha hecho la autora para elaborar su sugestivo título). El título con juego de palabras requiere una elaboración cuidadosa para que quede claro y atractivo. Demanda imaginación por parte del periodista y cierta referencia del lector acerca del asunto, por ello es recomendable en publicaciones especializadas o cuando se tratan asuntos que por determinadas razones se han hecho notorios.
De alusión a frase literaria LA VOZ ENTERA DEL SON (Entrevista de Joaquín G. Santana con el Poeta Nacional Nicolás Guillén. En el título principal es evidente la alusión a su famoso libro de poemas, El son entero ).
Las recomendaciones en cuanto al título de juego de palabras son válidas también respecto a este.
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Formas de presentación De mod modoo gen genera eral,l, las ent entrev revist istas as apa aparec recen en con un tít título ulo cen centra trall y un baj bajant antee par paraa ide identi ntific ficar ar al entrevistado y (o) tema del trabajo. Una de las formas más comunes de presentación es la de anun an unci ciar ar al re rece cept ptor or,, de mo modo do di dire rect ctoo y cl clar aro, o, qu quee se le of ofre rece ce un unaa en entr trev evis ista ta.. Se em empl plea ea un ró rótu tu-lo con la pal palabr abraa ent entrev revist istaa o con voc vocabl ablos os sim simila ilares res com comoo con conver versac sación ión,, diá diálog logo, o, interview .Enla . Enla port po rtad adaa de la pu publ blic icac ació iónn en la qu quee se in inse sert rtaa el tr trab abaj ajo, o, ta tamb mbié iénn su suel elee ap apar arec ecer er es este te ró rótu tulo lo,, en el espacio dedicado a destacar los artículos más interesantes que incluye el número. La pre presen sentac tación ión de una ent entrev revist istaa pue puede de emp emplea learr prá prácti cticam cament entee tod todas as las for forma mass de tit titula ulació ciónn de acuerdo con la complejidad complejidad,, extensión o relevancia del asunto y (o) del entrevistado, y en correspondencia con una concepción del formato dentro de ciertas páginas o secciones. Determ Det ermina inadas das ent entrev revist istas as no nec necesi esitan tan un tra tratam tamien iento to muy ela elabo borad radoo de la tit titula ulació ción: n: el no nommbre del entrevistado resulta suficiente para llamar la atención. Sin embargo, como norma profesional, aun en estos casos, se debe trabajar el título. Los int intert ertítu ítulos los o sub subtít título ulos, s, col coloca ocados dos ent entre re pár párraf rafos os que aba abarca rcann tem temáti áticas cas dif difere erenci nciada adas, s, deben corresponderse con la extensión y complejidad de dichos asuntos. Se comete mucho el error de elaborar párrafos muy breves precedidos de un subtítulo. Ello no se justifica a menos que el asunto sea muy importante y el redactor quiera destacarlo así, o por una línea especial de diagramación y diseño. Puede aceptarse, sin duda, que esta sea una actividad relacionada con la llamada inspiración, es decir, con cierto don de creación artística, y no sólo resultado de técnica y oficio. Es innegable que un buen título perdura en la memoria y puede provocar un efecto que alguien quizás lo aproximara al que suscita una obra artística, incluso cuando el trabajo periodístico que le dio origen no pueda recordarse en todos sus aspectos. Yo sería incapaz de precisar los argu ar gume ment ntos os y da dato toss qu quee el pe peri riod odis ista ta El Elis iseo eo Al Albe bert rtoo em empl pleó eó en un re repo port rtaj ajee so sobr bree la Si Sier erra ra Ma Maes es-tra que escribió en la década de los setenta, pero el título que acompañó sí lo recuerdo fielmente: “Maestra de Sierras”. Breve, elocuente, simbólico. Pero Pe ro la id idea ea tititu tula larr en sí no es el ún únic icoo el elem emen ento to qu quee ap apor orta ta at atra ract ctiv ivoo a la le lect ctur uraa de la en entr trev evis is-ta. El confeccionador de las páginas cuenta también con el hábil y creativo manejo de los diferentes elementos tipográficos (espacios blancos, filetes, corondeles, recuadros) que en la actualidad, con los nuevos avances técnicos, abren posibilidades prácticamente infinitas. Cuan Cu ando do la en entr trev evis ista ta se in inse sert rtaa en se secc ccio ione ness fifija jass qu quee titien enen en a su ve vezz títítu tulo loss fifijo jos, s, ha hayy qu quee pr pres es-tar particular atención a los factores característicos de su confección, pues ellos son “para el lectorr ha to habi bitu tual al (.(...) ..) hi hito toss qu quee le si sirv rven en pa para ra vi viaj ajar ar po porr su pe peri riód ódic icoo co conn fa faci cililida dadd y ra rapi pide dez, z, de ar artítícu culo lo 89 en artículo a lo largo de las páginas”. Las estrategias de lo gráfico integran elementos variables tales como el color, el tamaño de las letras, de las “fotos” y de los titulares, además de la significación de los contenidos expresivos de carácter lingüístico. Un buen título desde el ángulo de su gramática se complementa con la colocación que reciba dentro de la página, determinación que hoy presenta muchas alternativas: títulos en el margen, estructura holandesa, estructura en U, entre otras. Por otr otraa par parte, te, tan tanto to en per periód iódico icoss com comoo en rev revist istas, as, no se con concib cibee y con confec feccio ciona na igu igual al la tit tituulación para primera página que para las interiores donde el contenido de los textos y la colocación del contenido publicitario determinan una buena cantidad de decisiones. Creo, como el profesor Mario R. García, que “(...) es necesario mejorar el contenido (de los peri pe riód ódic icos os),), ha hace cerr hi hinc ncap apié ié en un unaa re reda dacc cció iónn cl clar araa de lo qu quee se es escr crib ibe, e, co comb mbin inan ando do es esto toss fa fact ctoo74
res con una innovación gráfica eficaz. Las dos vertientes constituidas por el contenido y la redacción han de rejuvenecerse simultáneamente”. simultáneamente”.
La ilustración gráfica De una entrevista sin fotografías puede decirse que está incompleta, ya que el lector necesita identificar, conocer, ver a la persona que ha merecido esa indudable distinción que significa ser entr en trev evis ista tado do;; ve verl rloo en su tr trab abaj ajo, o, o en su ca casa sa,, o en el mo mome ment ntoo ju just stoo qu quee of ofre rece ce un ju juic icio io in inte tere re-sante, o en sus relaciones con otras personas, o en el hecho del que ha sido protagonista. Si se requiere ofrecer la imagen en cuerpo y alma del entrevistado son ineludibles las fotografotografías, y salvo casos excepcionales y motivados por factores extraperiodístico extraperiodísticos, s, toda entrevista necesita de las fotografías, pues ellas constituyen un elemento integral de esta manifestación periodística. Las fotografías, vinculadas también con el objetivo de información y con los recursos de titulación y diseño, deben presentar al entrevistado –siempre que sea posible– en su hábitat natural, en el am ambi bien ente te y lu luga garr do dond ndee de desa sarr rrol olla la su tr trab abaj ajoo co cotitidi dian ano. o. Pe Pero ro si se tr trat ataa de un unaa en entr trev evis ista ta de retrato, al entrevistado habrá que presentarlo en la función que ha estado realizando en ella que es, lógicamente, hablar, conversar, de ahí lo inadecuado de esas fotografías tipo carné o de estudio que a veces acompañan los diálogos. No quiere esto decir que el entrevistado siempre tiene que aparecer en “actitud parlante”; ello dependerá en primera instancia, del tipo de entrevista, objetivos, cantidad de fotografías que acompañen el texto, publicación. El tipo de entrevista puede determinar la cantidad de fotografías (y el espacio a nuestra disposición, por supuesto). Una entrevista biográfica o de personalidad supone mayor despliegue gráfico porque en ella se recorrerán distintos aspectos de la vida del entrevistado, etapas de su niñez, incluso. Una de carácter informativo quizás sólo necesite una o dos imágenes; y si se trata de una entrevista de mucha actualidad, una del tipo instantánea podría redondear el trabajo. Mucho cuidado habrá que tener con la utilización de “fotos” de archivo cuando se trate de imágenes del propio entrevistado. Presentarlo en un retrato suyo de muchos años atrás él quizás lo agradecerá, pero el público pudiera no perdonarlo. Salv Sa lvoo qu quee se pr pret eten enda da es esee ob obje jetitivo vo,, de debe be ev evititar arse se qu quee la fo foto to de dell en entr trev evis ista tado do pr pres esen ente te án ángu gulo loss desfavorables del rostro, o que desfiguren su expresión o rasgos. El entrevistador casi siempre trabaja con un fotógrafo, periodista él también, y por ello puede “despreocuparse”, “despreocuparse ”, hasta cierto punto, del aspecto técnico. Lo ideal es que entrevistador y fotógrafo trabajen en conjunto, formen un equipo, aunque generalmente el primero conozca de modo más integral al entrevistado y el tema. Además de sugerir sugerir tomas y contribuir contribuir en la selección selección de las imágenes imágenes que en definitiva definitiva acompañarán la entrevista, el entrevistador participa activamente en las sugerencias de pies de foto pues él es quien suele redactarlas. La redacción de pies de foto es una labor relativamente sencilla, pero, desde luego, también hay que conocer sus funciones y observar algunos principios fundamentales. Entre las funciones de los pies de foto las siguientes son las más importantes: 1. Ident Identifica ificarr luga lugares res y perso personas. nas.
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2. Dest Destacar acar fras frases es signi significa ficativas tivas e impor important tantes. es. 3. Comp Completa letarr informa informacion ciones es dadas dadas parcia parcialmen lmente te en el texto. texto. 4. Ofrecer informaciones informaciones que no aparecen en el texto y que resultan resultan importantes importantes o interesantes, aunque no de primer orden. 5. Dest Destacar acar algún algún eleme elemento nto llama llamativo tivo del del tema tema y(o) entre entrevist vistado. ado. En cuanto a su redacción, lo primero será evitar que el pie describa la ilustración: el lenguaje fotográfico tiene su propia sintaxis y en muchas ocasiones se expresa por sí mismo. También es necesario cuidar la correspondencia con el objetivo de información. En las entrevistas con grupos se hace casi obligatorio que el propio entrevistador escriba los pies de foto para identificar adecuadamente a los protagonistas, así como las declaraciones y referencias a ellos que se hagan en el texto. En algunas publicaciones se coloca, junto a la foto del entrevistado, una caricatura. En ocasiones, ne s, bi bien en po porq rque ue se ca care rezc zcaa de la ad adec ecua uada da o po porr un pr prop opós ósititoo de delilibe bera rado do mu much chas as ve vece cess re rela laci cioonado con criterios de formato y diseño, la caricatura aparece en lugar de la fotografía y generalmente no se acompaña de texto alguno. Cuando en cualquiera de las formas de titulación se identifica claramente al entrevistado, no es necesario que su foto lleve un pie con su nombre. Es im impo port rtan ante te pu punt ntua ualiliza zarr qu quee ta tant ntoo en la tititu tula laci ción ón co como mo en la ililus ustr trac ació iónn gr gráf áfic ica, a, el pe peri riod odis ista ta debe guiarse por las normas editoriales de su publicación. Para Pa ra co conc nclu luir ir es este te ac acáp ápitite, e, so solilici cité té la op opin inió iónn de un ex expe peri rime ment ntad adoo pr prof ofes esor or y fo fotó tógr graf afo, o, Pe Pedr droo Rodríguez García (PEROGA), quien accedió a responder el siguiente cuestionario: P: ¿Qué es la fotografía en la entrevista? R: Sobre todo es un documento probatorio de la personalidad del entrevistado, cuando se le retrata correctamente (de acuerdo con los objetivos de información). Pero cuando la fotografía resultante no es la construcción de la imagen caracterizada en el texto, tergiversa los objetivos y, en vez de ayudar, daña la imagen del entrevistado. P: ¿Considera indispensable el trabajo conjunto redactor-fotógrafo para este género? R: El trabajo en equipo es la base del trabajo periodístico, es la base del lenguaje periodístico. El lenguaje periodístico es la combinación de tres discursos: redacción-fotografía-diseño; redacción-fotografía-diseño; la perfecta integración de los tres hacen las excelencias del periodismo actual. El trabajo no combinado de es esto toss tr tres es pr prof ofes esio iona nale less en un mi mism smoo ob obje jetitivo vo,, es el re resu sultltad adoo de dell ma mall pe peri riod odis ismo mo qu quee ta tant ntoo nos disgusta. ¿Cuále áless dir diría ía que son las may mayore oress def defici icienc encias ias o lim limita itacio ciones nes de las ent entrev revist istas as per period iodíst ística icas? s? P: ¿Cu R: La falta de trabajo en equipo. Para que este exista, es necesario que cada uno de los miembros br os de la tr tria iada da (r (red edac acto torr-fo fotó tógr graf afoo-di dise seña ñado dor) r) co cono nozc zcaa y do domi mine ne,, po porr lo me meno noss en el pl plan anoo me me-todológico y teórico, el lenguaje de los otros dos. Cuando esto no ocurre, se trabaja en grupo (conjunto de personas o cosas reunidas en un lugar), no en equipo. P: ¿Comparte usted el criterio de que una entrevista sin fotos está incompleta? R: Un Unaa en entr trev evis ista ta si sinn fo foto toss es co como mo le leer er co conn lo loss oj ojos os ce cerr rrad ados os.. La fo foto togr graf afía ía ya es in indi disp spen ensa sabl blee en las entrevistas. En el periodismo moderno, la fotografía nos permite: acercamiento, reconocimiento, participación, identificación, valoración y conceptualización del sujeto sobre el que el texto nos cuenta. Es imposible privarse de esta posibilidad. P: ¿Siempre debe presentarse al entrevistado en su ambiente más cercano? R: Relacionar al entrevistado con su marco de referencia es muy lógico, y muy practicado. En mi opinión, estas circunstancias deben variar sólo si el objetivo de información lo exige. P: ¿Cuáles son, en su opinión, las publicaciones (cubanas y extranjeras) en las que se trabaja mejor la ilustración gráfica en la entrevista?
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R: A ni nive vell na naci cion onal al cr creo eo qu quee to toda daví víaa no he hemo moss re resu suel elto to el pr prob oble lema ma co conn la lass en entr trev evis ista tas, s, ha hayy lo lo-gros aislados, pero no una escuela, una forma de hacer propia que identifique nuestras entrevistas en toda la prensa. A nivel internacional vale citar un ejemplo: la revista Paris Match. El tratamiento visual de los entrevistados, el medio donde se les presenta, la perfecta aplicación de toda to dass la lass po posi sibi bililida dade dess de dell le leng ngua uaje je de la té técn cnic icaa fo foto togr gráf áfic icaa y el le leng ngua uaje je pe peri riod odís ístitico co,, ju junt ntoo al es es-pacio que se le asigna a las fotografías en las páginas y la correcta relación entre las fotos y el texto, son un ejemplo de buen trabajo. P: ¿Qué opinión le merece el empleo de la caricatura en la entrevista? R: La caricatura, siempre, satiriza (critica con gracia o trata de herir, pero nunca exalta la personalidad en un plano positivo). Cuando se quiera utilizar con una intención satírica, vale. Pero no confundir la caricatura con los valores positivos que puede alcanzar la fotografía cuando se le hace bien.
Notas Tomás Lapique: Arte y técnica del titulaje periodístico, Cuadernos H, Periodismo 2, Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1973. 86 Esta entrevista tiene una curiosa conclusión, pues en ella se explica el porqué del título escogido: “El escritor es un la ladró drón” n”.. As Asíí ti titu tulo lo es esta ta en entr trev evis ista ta.. Un co cole lega ga me ad advi virt rtió ió qu quee er eraa un tí títu tulo lo ef efec ecti tist staa y po podrí dríaa no gu gust star ar.. Pe Pero ro mientras conversábamos en la Casa del Té, Soler echó su figura sobre la mesita y me dijo en esta manera confidencial: 85
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escritores. – El escritor es un ladrón. Le roba los personajes al pueblo, y le roba a los libros de los demás escritores.
Este título también pudiera clasificar entre los llamativos. La rotunda y negativa declaración sorprende. Hay que leer la entrevista para entender cómo se puede afirmar esto, y admirar la habilidad de la periodista. La explicación se encontrará hacia la parte final del trabajo, cuando el entrevistado –el “Comandante Cero”– narra el juicio que se le hizo, en el monte, a un jefe del Escuadrón de la Muerte del tirano Anastasio Somoza: “(...) tras la votación todos estuvimos de acuerdo en que había que fusilar a aquel hijo de puta y a los dos com pinches que agarramos con él. El problema era cómo lo matábamos. Unos decían que había que fusilarlo. Y yo dije: ‘Ni hablar, hay que pegarle un tiro y por detrás’. –¿Por qué por detrás? –Por lo mismo que les dije a ellos. Yo sabía, por experiencia, que si a un hombre así lo matas por la cara, se te tira al suelo, te llora, te patalea, se te agarra de los pantalones, y te suplica que no le mates, lo cual es un cuadro lastimero que te deja un sabor amargo. ¿Y para qué? Mejor pegarle un tiro sin que él se dé ni cuenta (...)”.
Obsérvese que la periodista hizo una “ligera” trampa en aras del impacto de la frase, pues el entrevistado dice que no se mata de frente a “un hombre así”, no dice que a cualquier hombre, como se desprende del título. 88 Esta composición obra como una especie de anuncio, anuncio, con el evidente propósito de llamar llamar la atención. Su elaboraci bor ación ón con contri tribuy buyee a ace acentu ntuar ar el rel reliev ievee del hec hecho ho con rec recurs ursos os vis visual uales es equ equiva ivalen lentes tes a lo que ser sería ía un big clo se up del entrevistado. 89 Mario R. García: Diseño y remodelación de periódicos, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1989.
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Capítuloo VII Capítul Cuando aparecen el sonido y la imagen Se abrirán los ojos de los ciegos, y serán destapados los oídos de los sordos; y entonces el cojo saltará cual ciervo, y exultará la lengua al mudo.
ISAÍAS 35:5-6
A las características y condiciones que hacen de la entrevista en prensa impresa un género difícil,l, se añ ci añad aden en la lass mu muyy pa part rtic icul ular ares es de lo loss me medi dios os au audi diov ovis isua uale less pa para ra au aume ment ntar ar lo loss de desa safífíos os de dell gé gé-nero. En radio y televisión cobran especial importancia determinados aspectos como voz, dicción, naturalidad, presencia, y factores técnicos y tecnológicos prescindibles en prensa impresa. Todo este “andamiaje” resulta externo al entrevistado, y hasta algo contradictorio si se quiere con la naturaleza del género, basado en la conversación personal. En el co cont ntex exto to de ac actu tual alid idad ad,, ra rapi pide dezz y fu fuga gaci cida dadd in inhe here rent ntee a la ra radi dioo y la te tele levi visi sión ón,, su suss re repo porrteros no pueden contentarse con una información superficial de aparatos y equipos: ese conocimiento ha de abarcar, además, y cada vez con mayor plenitud, las características, ventajas, limitaciones y posibilidades del lenguaje audiovisual, hoy por hoy dominante en la esfera de la comunicación, tanto por su alcance como por su influencia. El periodista que se conforme con el repetido criterio de que los presupuestos teóricos de la entrevista en prensa escrita son los básicos, y que a partir de ellos lo que se requiere es una “adaptación” a los medios audiovisuales, transita por el peor camino para realizar trabajos que merezcan la pena. Al respecto, afirma Mijail Minkov: “Un radioperiodista nace el día en que abandona abandona las técnicas periodísticas tradicionales, el día en que ha dejado un lado la pluma y la libreta de apuntes o les concede un papel secundario y subordinado: como recompensa recompensa de todo esto, el micrófono se hace suyo”.90 Martínez Albertos lo explica muy claramente al decir que la radio y la televisión son “formas comu co muni nica catitiva vass qu quee se es esca capa pann a la le leng ngua ua y pe pert rten enec ecen en po porr de dere rech choo y tr trad adic ició iónn a ot otro ro le leng ngua uaje je,, a 91 otro sistema de signos”. Cierta Cie rtamen mente, te, en rig riguro uroso so ord orden en his histór tórico ico-cr -cron onoló ológic gico, o, la ent entrev revist istaa nac nació ió en la pre prens nsaa esc escrit ritaa y su preceptiva más general –como la de la mayoría de los géneros periodísticos–, y a ellas rindieron tributo durante mucho tiempo la que se hacía en radio y televisión. Sin embargo, el rápido desarr des arroll olloo de eso esoss med medios ios,, su int intern ernaci aciona onaliz lizaci ación ón y cre crecie ciente nte pod poderí erío, o, su esp espect ectacu acular lar sal salto to tec tec-nológico, especialmente especialmente la televisión, impusieron y demandaron a la vez, en la teoría y la práctica, códigos específicos que no pueden ser soslayados ni traspolados festinadamente. Muchos presupuestos teóricos-conceptuales teóricos-conceptuales de la entrevista en prensa escrita tienen carácter universal, son comunes para las de cualquier otro medio, digamos la necesidad de preparación previa, la intuición sicológica que debe tener el entrevistador, su habilidad para conducir el diálogo, la ética, entre otros. Pero aun estos requisitos y exigencias asumen en los medios audiovisuales peculiaridades que prácticamente devienen específicas.
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El sentido múltiple y colectivo de la realización en radio y televisión demandan un particular sent se ntid idoo de dell es espe pect ctác ácul ulo, o, tr trad aduc ucid idoo en el ca caso so de la en entr trev evis ista ta,, en co cono noci cimi mien ento to pu punt ntua uall de la lass le le-yes de la dramaturgia informativa y, muy especialmente, el dominio del discurso coloquial porque, qu e, no ob obst stan ante te el ro roll tr tran ansf sfor orma mado dorr de la ed edic ició ión, n, ha hayy al algo go in inca camb mbia iabl ble, e, y es el he hech choo de qu quee la palabra del entrevistado debe llegar directamente al receptor: “La palabra hablada –sentencian Bore Bo rets tsky ky y Yu Yuro rovs vsky ky–– lllleg egaa al te tele levi vide dent ntee o al ra radi dioy oyen ente te en el mo mome ment ntoo de se serr pr pron onun unci ciad ada” a”.. 92 Añádase a esta importante singularidad, singularidad, esta otra tan decisiva: que los periodistas de radio y televisión “crearon un estilo de conversación destinado al oído más que al ojo”. 93 En est estos os med medios ios don donde de la rap rapide idez, z, vol volum umen, en, div divers ersida idadd y sim simult ultane aneida idadd de los men mensaj sajes es alc alcan an- zan el mayor nivel, se hace absolutamente absolutamente necesaria una voluntad voluntad permanente de creación, de innovación constante. constante. Sólo así los profesionales serán capaces de enfrentar con éxito los grandes retos a lo que aludíamos, y que en el caso de la entrevista significan para sus autores representar en todo instante, aquí y ahora, a un receptor único diluido entre millones.
La entrevista radiofónica Conocer que el estilo del medio radial es distinto del de la comunicación cara a cara o por vía telefónica, y por supuesto diferente al de los estilos literarios, es uno de los primeros elementos que el reportero del medio radiofónico debe tener en cuenta. Otro, ser consciente del poder informativo de la radio, el medio principal que utiliza la gente para conocer los hechos, con excepción de Estados Unidos y de otros países desarrollados donde,, no ob de obst stan ante te,, la ra radi dioo titien enee un unaa gr gran an in inflflue uenc ncia ia en at aten enci ción ón a la va vari ried edad ad de pú públ blic icos os a lo loss qu quee se dirige. Baste decir que las estaciones de radio (y de televisión) de Estados Unidos constituyen el principal destino de las noticias difundidas por la AP y la UPI. 94 En los últimos años, la radio amenaza con saltar hacia los primeros planos de la revolución en las comunicaciones; ya se habla de una tecnología conocida como RBDS ( Radio Broadcast Data System) que permitiría emitir mensajes escritos a través de las ondas radiofónicas, en tanto para nadie es un secreto que también está en marcha un proceso de globalización en este medio gracias a la programación vía satélite. 95 Porr ta Po tant nto, o, la en entr trev evis ista ta se in inse sert rtaa ho hoyy en un me medi dioo pu puja jant ntee de desd sdee el pu punt ntoo de vi vist staa te tecn cnol ológ ógic ico, o, el cu cual al du dura rant ntee dé déca cada das, s, as asis istitióó re resi sign gnad adam amen ente te a un pr proc oces esoo de ca camb mbio ioss qu quee pa pare recí cíaa se serlrlee aj ajen enoo 96 después de un extenso período de supremacía en el espectro comunicacional. El reportero radial ha de tener como meta el pensar constantemente en su auditorio para el cual lo que se dice resulta interesante y aprehensible sólo si el cómo se ha dicho es eficaz. En ra radi dio, o, la en entr trev evis ista ta no es un unaa in info form rmac ació iónn ac acer erca ca de un unaa co conv nver ersa saci ción ón,, si sino no la co conv nver ersa saci ción ón en sí sí,, y mu much chas as ve vece cess “e “enn vi vivo vo”, ”, en el mo mome ment ntoo en qu quee el ella la se pr prod oduc uce. e. La fu fuer erza za em emoc ocio iona nall qu quee el efecto de la voz humana añade, confiere a la sintaxis radiofónica un rasgo distintivo único. 97 Como se ha repetido, “el que escribe para la radio escribe para el oído”, produce una imagen sonora con la que el receptor “ve” lo que se le describe y narra gracias al poder evocador de la pala pa labr bra, a, ca cara ract cter erís ístitica ca qu quee al algu guno nos, s, co como mo Mi Mink nkov ov,, cr cree eenn qu quee “e “ele leva va la en entr trev evis ista ta ra radi diof ofón ónic icaa a la categoría de una pieza de arte”. Cuan Cu ando do se pr prep epar araa al en entr trev evis ista tado do pa para ra qu quee ha habl ble, e, pa para ra qu quee “d “dig iga” a” bi bien en,, se es está tá ad admi mititien endo do el efecto de la voz humana como valor expresivo fundamental en la radio.
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En es esee mi mism smoo se sent ntid ido, o, el di diál álog ogoo ad adqu quie iere re la ma mayo yorr im impo port rtan anci cia, a, se to torn rnaa im impr pres esci cind ndib ible le,, pi piee za clave de la dramaturgia informativa. A toda costa, en el el diálogo radiofónico radiofónico tiene que primar primar la naturalidad, naturalidad, quizás hasta la imperimperfecció fec ción. n. Rec Record ordaba aba la des destac tacada ada rea realiz lizado adora ra Gla Gladys dys Pér Pérez ez qu quee Orl Orland andoo Cas Castel tellan lanos, os, “ma “maest estro ro de la entrevista”, conversando con Alicia Alonso, se “traba” en la primera pregunta y entonces la gran gr an ba baililar arin inaa lo ay ayud udaa a te term rmin inar arla la:: “É “Éll pu pudo do re repe petitirr bi bien en la pr preg egun unta ta y ed edititar arla la,, si sinn em emba barg rgo, o, no lo hizo porque entendió que era más real así”. 98 Un diálogo radiofónico que se respete no debía prescindir de la contrapregunta que, además de im impr prim imir ir ma mayo yorr di dina nami mism smoo y, co conn se segu guri rida dad, d, ma mayo yorr ba bala lanc ncee in info form rmat ativ ivo, o, ma mant ntie iene ne en su ju jussto lugar los límites del género entrevista. Ante el micrófono, el periodista es el hacedor y el conductor de ese diálogo, y al igual que para cualquier otro medio, debe haberse preparado acerca del tema y de su interlocutor sin hacerlo notoriamente evidente, pues en radio esto se advierte con mayor facilidad que en la prensa escrita. Antes de la entrevista frente al micrófono, es conveniente conveniente diseñar entre ambos interlocutores interlocutores cuál será el plan y los objetivos centrales, sin que esto suponga que el entrevistado sepa de antemano las preguntas y se aprenda de memoria las respuestas. Pero es justo que también a él se le ofrezca la oportunidad de prepararse, a la vez que libera tensiones para entrar en la “escenografía” de la entrevista. Para el periodista, esa relación previa –que puede ser de minutos– le facilitará conocer con qué tipo de persona tendrá que vérselas ante el micrófono, si locuaz o parco, información que puede ser crucial a los efectos del éxito de la entrevista. En dependencia del tipo de entrevista y de sus objetivos –de carácter o de personalidad, noticiosa, cio sa, inf inform ormati ativa va en pro profun fundid didad, ad, dec declar larati ativa, va, ent entre re ot otros ros–– se for formul mulará aránn las pre pregun guntas tas,, qu quee por las características del lenguaje radial deben ser breves, claras y concisas. Al entrevistado hay que presentarlo lo más sucinta pero vívidamente posible, así como cualquier otro detalle del lugar y ambiente de la entrevista, porque “el radio no tiene imagen y tenemos que darle al oyente una serie de elementos que le enciendan la imaginación”. Pocas entrevistas salen al aire tal como se efectuaron; es en la edición donde se crea un producto de la máxima calidad radiofónica con la edición de efectos sonoros y musicales, incorporación de voces profesionales si fuera necesario, la modificación del orden de las preguntas y respuestas, entre otros recursos. Sinn du Si duda da,, la en entr trev evis ista ta en di dire rect cto, o, “e “enn vi vivo vo”, ”, es la má máss di difífíci cill de re real aliz izar ar,, pe pero ro “l “laa má máss ag agra rade deci ci-99 da por el oyente y la más rica en matices. Un problema que preocupa mucho a los periodistas radiales es el del tiempo: ¿las entrevistas deben ser largas o cortas? Las opiniones al respecto son muy diversas, aunque, por lo general, se afirma que para la radio deben ser breves, no más de tres minutos. Unos Un os cr cree eenn qu quee la ex exte tens nsió iónn te temp mpor oral al de depe pend nder eráá de dell titipo po de es espa paci cioo o pr prog ogra rama ma in info form rmat ativ ivo; o; otros piensan que el interés del tema tratado y la amenidad del diálogo indicarán el punto final, sin que importen los cánones temporales al uso. Creo Cr eo qu quee la ex exte tens nsió iónn de un unaa en entr trev evis ista ta en ra radi dioo no de debe be se serr im impu pues esta ta me mecá cáni nica came ment ntee po porr lo loss format for matos os tra tradic dicion ionale aless (no (notic ticios ioso, o, rev revist ista, a, doc docume ument ntal) al).. Las cat catego egoría ríass exp expres resiva ivass tie tienen nen una rel relaativa autonomía de los espacios o vías para su presentación, y es en su interrelación profesional donde habrá que encontrar la solución adecuada en cada caso. Pero, Per o, obv obviam iament ente, e, los obj objeti etivos vos de inf inform ormaci ación, ón, que abo aborda rdann tam tambié biénn tem temaa y ent entrev revist istado ado,, no pued pu eden en ce cede der, r, so pe pena na de te terg rgiv iver ersa sarr o po porr lo me meno noss de desv svir irtu tuar ar la na natu tura rale leza za de dell gé géne nero ro,, a lo loss im im-perativos que a priori dicten prácticas, métodos o rutinas técnicas y profesionales. 83
La entrevista en televisión Acontecimientos como la llegada del hombre a la luna o el asesinato de un presidente puestos Acontecimientos delante de nuestros ojos y oídos en el momento de su realización, son sólo dos de los más recurr rec urrent entes es o inn innume umerab rables les eje ejemp mplos los que ilu ilustr stran an la afi afirma rmació ciónn –y –yaa gen genera eraliz lizada ada–– de que que,, des desde de la in inve venc nció iónn de la im impr pren enta ta,, la te tele levi visi sión ón ha te teni nido do la má máss pr prof ofun unda da in inflflue uenc ncia ia en el mo modo do en qu quee percibimos la realidad: la ha hecho más cercana y tangible. La imagen y el sonido, las cámaras, el videotape, la televisión por cable, dieron sin duda a los género gén eross per period iodíst ístico icos, s, sob sobre re tod todoo a la ent entrev revist istaa y al rep report ortaje aje,, una nue nueva va dim dimens ensión ión not notici iciosa osa.. 100 La en entr trev evis ista ta en te tele levi visi sión ón es es,, qu quiz izás ás,, el má máss di difífíci cill de lo loss tr trab abaj ajos os pe peri riod odís ístitico coss qu quee se ha hace cenn en esee me es medi dio, o, y, ta tall ve vezz po porr es esoo mi mism smo, o, un gé géne nero ro ba bast stan ante te ma mall tr trat atad adoo (p (por or lo me meno noss si no es el má máss difícil, debe ser en el que más fácilmente se advierten los errores y el que más riesgos comporte para cometerlos). En te tele levi visi sión ón es mu muyy br brev evee el titiem empo po pa para ra la re real aliz izac ació iónn de la en entr trev evis ista ta:: se de depe pend ndee mu much choo de otros –en especial del editor– e intervienen elementos tan complicados y deficitarios como la dramaturgia y la telegenia, respectivamente. Además, si bien la la televisión es por por definición imagen, imagen, en sus producciones producciones –entre ellas ellas la periodística-informativa, y dentro de esta el género entrevista– se valoran en especial el ritmo, la mímica y las expresiones de los protagonistas lo que, como se ha dicho en reiteradas ocasiones, dota a sus fuentes de información de mayor autenticidad y popularidad que la emitida por cualquier otro medio. En televisión se abusa del género, quizás más que en la prensa impresa, precisamente por la fuerza emocional que trasmiten la imagen y la palabra dirigidas al receptor en diálogo único. En muchas ocasiones es innecesario divulgar lo que dice alguien en forma de entrevista: el propio periodista puede ofrecer la información y emplear recursos visuales para completar el produc pro ducto to com comuni unicat cativo ivo;; sin em embar bargo go,, el per period iodist ista, a, o el dir direct ector or del esp espaci acio, o, ced ceden en con fac facili ilidad dad a la fascinación de la imagen. Para que una entrevista en televisión se desarrolle y llegue felizmente a su culminación, el entrevistador requiere, sobre todo, de capacidad de improvisación y de reacción lógica. Ante las cámaras, “en vivo”, no puede acudir sino a los recursos y conocimientos que realmente posea: sentido del humor, nivel cultural, de información y actualización. El entrevistador de televisión nunca está solo: directa o indirectamente, desde la preparación previa, depende de un equipo de trabajo. Cuando está frente a su entrevistado no puede acudir –nin –n ingu guno no de lo loss do dos, s, po porr ci cier erto to–– a bu busc scar ar la in info form rmac ació iónn qu quee en es esee mo mome ment ntoo ol olvi vidó dó o no titien enee a mano. Y encima de todos todos estos problemas, problemas, el entrevistador entrevistador tiene tiene que ayudar a su interlocutor interlocutor (por lo general inhibido ante tanto despliegue de cámaras, luces, técnicas y artificios), y desarrollar una conversación profesional profesional en la que no aparezcan ni asomos de esas “digresiones líricas” que hacen perder el hilo del discurso oral. Si se permite un comentario, debe ser para sintetizar o aclarar lo dicho por su interlocutor, y si se trata de una interrupción sólo tendrá sentido para precisar y profundizar lo que dijo el entrevistado, ya que en estas condiciones generalmente las interrupciones cortan o distraen el discurso del hablante mucho más que cuando se producen en una conversación cuyo destino final es el medio impreso. El reportero debe mostrar respeto y comprensión ante lo que escucha, y no poner énfasis especial en alegría, aprobación, sorpresa, disgusto, consciente del papel protagónico del entrevis84
tado ante las cámaras, y de la misión que él cumple, como periodista de televisión, de servir de puente para la comunicación directa de su interlocutor con el televidente. 101 El entrevistador debe y puede comentar en tanto lo que diga ayude a hacer más viable, segura y rápida la comunicación con el televidente, quien no podrá volver a escuchar y ver la escena, salv sa lvoo si el re real aliz izad ador or lo de deci cide de o si él mi mism smoo la gr grab abar ara, a, am amén én de qu quee la lass im imág ágen enes es re requ quie iere ren, n, po porr 102 lo general, explicaciones verbales. Unoo de lo Un loss ri ries esgo goss má máss pe peliligr gros osos os se co corr rree co conn la en entr trev evis ista ta ag agre resi siva va.. De Desd sdee el pu punt ntoo de vi vist staa si si-coló co lógi gico co,, la im imag agen en su suel elee ju juga garr un unaa ma mala la pa pasa sada da:: si el te tele levi vide dent ntee pe perc rcib ibee al pr prot otag agon onis ista ta en ac actiti-tud defensiva –especialmente si lo nota acosado– suele reaccionar a su favor. Me comentaba el colega Freddy Moros, de larga trayectoria como reportero de la televisión cubana, que cuando el periodista actúa con cierta agresividad ante su entrevistado, muy frecuentemente puede ser identificado “como un ente perturbador que abusa de sus posibilidades de preguntar”. Vlad Vl adím ímir ir Si Simo mono nov, v, qu quee fu fuee an anal alis ista ta po polílítitico co de la AP APN, N, re reco cord rdab abaa la pr prim imer eraa ve vezz qu quee la ex pr preemier británica Margaret Thatcher fue entrevistada por la televisión moscovita. Como entonces –1987– –19 87– lo loss rep report ortero eross com comenz enzaba abann a est estren renar ar tím tímida idamen mente te sus pre pregun guntas tas inc incisi isivas vas,, muc mucho hoss tel teleevide vi dent ntes es op opin inar aron on qu quee la llllam amad adaa Da Dama ma de Hi Hier erro ro ha habí bíaa si sido do un unaa ví víct ctim imaa de lo loss pe peri riod odis ista tas, s, y llllaamaron al estudio para protestar de lo que consideraban un abuso, sin reparar en que la Thatcher no sólo tenía bien ganada fama como “excelente profesional en intervenciones por televisión”, sino que lo había demostrado en todo momento durante su presentación.
Notas Mijail Minkov: Radioperiodismo, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1987. José Luis Martínez Albertos: Curso general de redacción periodística, edición revisada, Ed. Paraninfo, Madrid, 1992. 92 Rudolf Boretsky y Alejandro Yurovski: Periodismo en televisión, Ed. Oriente, Cuba, 1981. 93 George Hills: Los informativos en radio y televisión, Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1990. 94 Arthur Asa Berger: Media, USA, Process and effect, Longman Publishing Group, 2a edition, New York, 1991. 95 En 1994, la agencia EFE y Magic Radio, de Miami, se unieron para constituir el Satélite de Programación Latinoamericano, que podrá ser tomado por las emisoras de FM y onda corta del continente. 96 Soportar el desafío de la TV sin haber perecido, renovándose por el contrario en su estilo y lenguaje, ha sido la mejor demostración del poder de la radio, un tema al que habrá alguna vez que referirse como una de las grandes hazañas de las comunicaciones del siglo xx. 97 Co Como mo se sa sabe be,, la en entr trev evis ista ta en rad radio io se ha hace ce ta tamb mbié iénn co conn el fifinn de pr pres eser erva varr la vo vozz y( y(o) o) la lass id idea eass de fifigu gura rass re rele le-vantes. 98 Gladys Pérez: “La entrevista radial”, en: Revista UPEC , 2/86. 99 Emilio del Prado: Estructura de la información radiofónica, Ed. ATE, México, 1981. 100 José Antonio Benítez: Ob. cit. 101 Esta recomendación, válida en sentido general, se aplica casi sin excepción en la entrevista noticiosa. 102 Evidentemente, no se debe seguir al pie de la letra el conocido apotegma de que una imagen vale por mil palabras. 90
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Anexo 1 Entrevista a entrevistadores sobre la entrevista
CUESTIONARIO
1. ¿POR QUÉ EMPLEA LA ENTREVISTA? 2. ¿CONSIDERA QUE LA ENTREVISTA ES EL GÉNERO PERIODÍSTICO MÁS DIFÍCIL? 3. ¿CUÁL ES, PARA USTED, EL PEOR ENTREVISTADO? ¿Y EL MEJOR? 4. ¿CUÁL ES EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL DE UNA ENTREVISTA? 5. ¿ESTÁ DE ACUERDO EN QUE EL ENTREVISTADOR DEBE MANTENERSE EN UN PLANO SECUNDARIO? 6. ¿QUÉ OPINA DE LAS ENTREVISTAS DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS? 7. ¿CUÁL ES SU MÉTODO DE TRABAJO? ¿QUÉ RECOMENDARÍA AL RESPECTO?
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MIRTA RODRÍGUEZ CALDERÓN Periodista de la revista Bohemia “Para endulzar el alma del lector” 1. Tod Todoo cu cuan anto to la pe perso rsona na es es,, de bu buen enoo y de ma malo, lo, es está tá fot fotog ogra rafifiad adoo en su pen pensa sami mien ento to.. El len lengu guaj ajee es la en envo voltltuura del pe pens nsam amien iento. to. No con conoz ozco co me mejor jor mo modo do de ac acer erca cars rsee y co cono noce cerr a otr otraa pe perso rsona na qu quee ha habl blar ar co conn el ella la.. No co cono nozzco mejor manera de multiplicar sus ideas, i deas, razones, justificaciones, sentimientos y miedos mi edos que ponerla a hablar para muchos. 2. Como género creo que la entrevista mide la capacidad de comunicación del propio comunicador, que se ve obliliga ob gado do a un do dobl blee eje ejerc rcici icioo de al alto to pro profe fesio siona nalilismo smo:: lllleg egar ar a su fu fuen ente te y ha hace cerr qu quee su fu fuen ente te lllleg egue ue a su suss lec lector tores es.. Cuando era una joven periodista creía que la entrevista era el género periodístico más difícil; luego comprendí que no, que era la crónica. Leyendo prensa de otros países (que no la nuestra), me persuadí de que los géneros de opinión eran más difíciles porque exigían, además de plumas e ideas, rapidez e inmediatez. (A veces un editorial que determinará la opinión de miles de personas al día siguiente, deben hacerlo esos colegas en 20 o 25 minutos). Ahora me inclino a creer que el reportaje, sobre todo el reportaje investigativo, es el más más difícil por laborioso y porque demanda el dominio de instrumentos de análisis y de investigación. A esta altura, casi en los finales de mi vida profesional, creo que la dificultad de un género u otro está determinada por la propia madurez del comunicador; por las urgencias o laxitudes de su tiempo histórico histó rico (hay épocas en que no pa pasa sa na nada da:: no me ref refie iero, ro, des desde de lu lueg ego, o, a aq aque uellllas as en la lass qu quee no se com comun unicanada icanada); ); y po porr la lass in indiv divid idua ualilida dades des res res-pectivas de esas personas que se colocan pupila frente a pupila. 3. El pe peor or,, aq aque uell al qu quee te ma mand ndan an a en entr trev evis ista tar. r. El me mejor jor,, el qu quee te en encu cuen entr tras as en la gu guag agua ua,, en la gu guar arda darr rray aya, a, en la es esqu quin inaa de tu ca casa sa;; es esee qu quee ha habl blaa y te llllen enaa lo loss se sent ntid idos os an ante tess de qu quee tú te ha haya yass at atre revi vido do a pr preg egun unta tarl rlee na nada da y qu que, e, por aquello que dice, te revuelve las emociones o las bilis de periodista y te pone en marcha, a veces, el ataque. 4. Cuando el interlocutor te golpea con sus verdades y tú pierdes la capacidad de reacción. Esa mente que se quedó prendida de aquellas palabras y parece que está en blanco es lo peor que puede pasarle al entrevistador. 5. Puede considerarse secundario el plano en que se colocan Elena Poniatowska o Camilo Egaña, por citar dos polos y dos temperamentos. Creo que la entrevista aspira a propiciar que alguien que tiene cosas que decir las diga casi todas. Lo demás es cues cu estió tiónn de pu puls lsoo y de ri rima ma;; de ta tale lent ntoo y se sent ntid idoo com común ún.. Pe Pero ro,, ¡oj ¡ojo! o!,, en la en entr trev evist istaa ta tamb mbién ién titien enee qu quee lu luci cirs rsee el en en-trevistador. 6. Me gustan en el interior de un reportaje. Las uso cuando me mandan a entrevistar a alguien que no me motiva o cuando la persona está tan ocupada que es ese el único modo de alcanzarla de seguro. 7. Si Siemp empre re tom tomoo no nota tass au aunq nque ue us usee gr grab abad adora ora.. A la me memo moria ria le dej dejoo la lass em emoc ocion iones es y es esos os “ti “tiros ros de vi vist sta” a” qu quee oc ocuupan fracciones de segundo y que tal t al vez pueden alcanzar la categoría de ritornellos a la hora de escribir. Claro, esto es en prensa escrita. En vivo las cosas fluyen.
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Me pr prep epar aroo se segú gúnn el pe pers rson onaj aje. e. Si es un unaa pe pers rson onaa qu quee titien enee fa fama ma de di difífíci cill me le en enfr fren ento to “a “all pe pelo lo”” pa para ra no ab abor or-darla llena de prejuicios. (Es obvio que si la voy a entrevistar es porque ya sé muchas cosas de ella). Más que prepararme con bibliografía u otros conocimientos, suelo prepararme con la propia persona que voy a entrevistar; suelo (siempre que haya tiempo) escucharle con mucha atención, seguirla por un tiempo antes, observarlrla, va a, co colim limar arla la.. Al Algu guna nass ve veces ces,, de desp spué uéss de ese eje ejerc rcici icio, o, he des desis istid tido. o. Ot Otra rass ve veces ces me he en enam amora orado do y esa esass ha hann sid sidoo buenas entrevistas. Esto es lo que recomiendo precisamente. No estoy de acuerdo con colegas que se proponen saltar sobre sus entrevistados y convertirles en víctimas, desnudarles, ponerles en aprieto. No veo en ello pruebas mayores de inteligenciaa ni de parte de uno ni del otro. genci Creo que en la entrevista hay un ritmo y una melodía. Me la represento mucho más como una sonata que como un himno. Salvo en los casos en que el entrevistado fuese un personaje a quien se quiera poner en evidencia ante la opinión pública (estoy pensando en los tipos de la Brigada 2506 o espías de la CIA o delincuentes de otra medida), siento y trabajo para que la entrevista deje endulzada el alma del lector.
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CARLOS PIÑEIRO LOREDO Subdirector editorial de la revista Bohemia “Lo que más me molesta” 1. El talento periodístico se pone a prueba en la entrevista. Aquí se calibran la capacidad de síntesis, el poder de observación –y cómo transmitirlo al lector eficazmente–, la concisión y la amenidad. Cualquier narrador con oficio es ca capa pazz de ar arma marr un bu buen en rep repor orta taje je.. Pe Pero ro só sólo lo un pe peri riodi odista sta bi bien en en entre trena nado do pod podrá rá llllev evar ar ad adela elant ntee el tr trab abaj ajoo de un unaa entrevista. 2. No. Tanto como el más difícil no lo es. El reportaje y la crónica requieren más elaboración. Hay que ser más profundo en el artículo. Pero si bien la entrevista no es el género más difícil, es el más periodístico en sí mismo. 3. El peor entrevistado es el que, desgraciadamente, tiene poco que decir. El mejor, quien pueda cabalgar sobre las preguntas y ponga a veces en un apuro al más avezado periodista. 4. Fr Fren ente te al per person sonaj aje, e, los pr prime imero ross mi minu nuto toss so sonn dec decis isiv ivos. os. En poc pocos os in insta stant ntes es se dec decid idee tod todo: o: ah ahíí titien enen en qu quee ju juga garr la intuición y la sicología por ambas partes. Si no hay sinceridad, espíritu de colaborar, entrevistador y entrevistado caen en la monotonía y la rutina. Después, ¡cuántas entrevistas se escriben así! Pero ya es muy tarde, el trabajo se perdió en el momento más difícil. 5. No lo creo. Puede pero no debe. Yo hablaría mejor en este sentido de la necesidad de ser sobrios. Y, por supuesto, no convertirse en el personaje pe rsonaje central, aplastando a su entrevistado: eso, que a veces vece s sucede, es lo que más suele molestarme en las entrevistas que leo. 6. Ni las condeno ni las ensalzo. He leído buenas entrevistas de preguntas y respuestas; aunque, francamente, hann si ha sido do po poca cas. s. Es Esoo sí: a lo loss qu quee co comi mien ence cenn a en entr trev evist istar ar,, de desde sdeñe ñenn ta tall mé métod todoo por da dañi ñino no.. Re Recu cuer erden den si siemp empre re qu quee lo fu fund ndam amen enta tall es pe pens nsar ar en el lec lecto torr y, por lo ge gene nera ral,l, la lass en entre trevi vista stass de pr preg egun unta tass y res respu pues esta tass tie tiend nden en a la mon monot otoonía, ní a, la fa falta lta de am amen enida idad; d; su suel elen en ca caer er en la tri trivi vial alid idad ad y en un unaa ag agota otador doraa po pobr brez ezaa ex expr presi esiva va.. Ab Abur urrenlas renlas pre pregu gunt ntas as y las respuestas que se suceden una tras otra y carecen de brillantez o de la llamada “chispa”. A veces no –ejemplos buenos los hay–, porque el diálogo ha sido fluido y fácil, el personaje es conciso en sus parlamentos, por lo general muy amenos, y las preguntas siguen ese mismo tono. Entonces sí, úsese ese método. Dará resultado. 7. Por lo general tomo notas. No me confío en la grabadora, aunque hay casos donde es necesaria, sobre todo si el per perso sona naje je o la na natu tura rale leza za del te tema ma va vann a ex exig igir ir un unaa tra trans nscr crip ipció ciónn ca casi si lit litera eral.l. Re Reco comie miend ndoo ut utililiza izarr la gr grab abad ador oraa co conn moderación, sólo en casos especiales. Me he percatado que tomar notas aviva a veces el interés del entrevistado y después es más fácil redactar directamente desde el block o la libreta. Además, se ahorra tiempo. Y ejercitar la memoria es importantísimo. Habrá ocasiones donde no se podrá ni escribir ni grabar: una memoria no ejercitada perderá entonces la oportunidad de reproducir al vuelo una buena entrevista.
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REINALDO PEÑALVER MORAL Periodista de la revista Bohemia “El entrevistador: un intermediario del lector” 1. A simple vista la entrevista se nos presenta como el registro o grabación de una conversación entre dos personas donde una de ellas pregunta y la otra responde. Sin embargo, el interés o la calidad de esta conversación reside en la habilidad del que pregunta para obtener respuestas que tengan interés para el que escucha, que en nuestro caso es el lector. La entrevista no es siempre aconsejable utilizarla porque puede darse el caso de que el entrevistado no aporte una información información o dato que pueda interes interesar ar al lector. Es aquí cuando debe entrar a desempeñar un importante papel la habilidad del periodista para trasladar al lector los hechos tal como ocurrieron en forma de un relato impersonal. En toda mi trayectoria como periodista siempre he apelado a la entrevista, cuando del interrogatorio al cual yo someto al entrevistado pueden surgir respuestas o declaraciones que aclaren o satisfagan el interés del lector. También es muy importante tener en cuenta la personalidad o prominencia del entrevistado. El entrevistador, en mi opinión, debe ser un intermediario del lector. Es decir, formular las preguntas que este le haría al entrevistado si tuviera esa oportunidad. Nunca debe el entrevistador expresar su opinión o conceptos. Este es un pr priv ivile ilegi gioo qu quee co comp mpete ete al le lecto ctor, r, qu quien ien de debe be sa saca carr po porr sí mi mism smoo la lass con concl clus usio ione nes. s. Cr Creo eo qu quee ah ahíí est estáá el ve verd rdad adeero quid de la entrevista. 2. Cr Creo eo qu quee es un unoo de lo loss má máss di difífíci cile less po porq rque ue si siem empr pree se ha di dich choo –e in incl clus usoo se ha es escr critito– o– qu quee “s “sól óloo a lo loss ju juec eces es,, polilicía po cíass y per perio iodis dista tass les es lílíci cito to pr preg egun unta tarlrloo to todo” do”,, per peroo ha hayy qu quee en entr trar ar a an anal aliza izarr qu quee ta tant ntoo los ju juec eces es co como mo los po polilicías tienen autoridad para exigir las respuestas y el periodista, sin embargo, ha de obtener las que desea por medio de la sagacidad y la habilidad que utilice al preguntar. 3. Pa Para ra mí el pe peor or en entre trevi vist stad adoo es aq aque uell qu quee no qu quier ieree o no pu pued edee ex expre presa sarr co conn cl clar arida idadd su suss id idea eass po porr pro probl blema emass de personalidad (introvertido), de formación cultural o simplemente si mplemente porque no quiere decir lo que piensa. Y el me jor entrevistado, obviamente, el polo opuesto. 4. Cuando el entrevistado aborda un tema que el periodista desconoce. Es recomendable que siempre el reportero vaya debidamente preparado sobre el tema o el asunto que debe tratar en el curso de la entrevista. 5. Absolutamente. 6. Que deben hacerse cuando el entrevistado “produce” noticia en cada respuesta. 7. Recomendaría que sólo se use la grabadora cuando se hacen entrevistas a dest acadas personalidades políticas o científicas, y a personas cuya manera de decir o de hablar resulta interesante presentársela al lector. le ctor. Las notas son aconsejables en caso de datos de temas que el periodista conoce perfectamente. Mi método de trabajo abarca ambos auxiliares, la grabadora y la libreta de notas, según el caso.
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ROLANDO PÉREZ BETANCOURT Periodista del periódico Granma “El micrófono suele espantar” 1. Ha Hayy hec hecho hos, s, ac acon onte tecim cimien ientos tos,, qu quee pu puede edenn ser tr tras asla lada dados dos co conn má máss ef efect ectiv ivid idad ad al lec lecto torr a tr trav avés és de la en entr trev evisista.. De ta Depen pende de del pe perio riodis dista ta det detec ecta tarr qu quéé as asun untos tos y pe perso rsona naje jess de debe benn se serr en enfoc focad ados os me medi dian ante te est estee gé géne nero ro.. Em Emple pleoo la entrevista cuando pienso que es la mejor manera de expresarme (aunque sea otro quien hable). 2. De ninguna manera. Moriré diciendo que la crónica es el género más difícil. Un estudiante de primer año es capaz de hacer una entrevista rudimentaria si conoce las aguas en que nada. Pero difícilmente logrará una crónica. ¿Por qué? Pues la entrevista es capaz de expresarse por sí sola, pero la crónica necesita un “traductor”, alguien que “atrape” y exponga circunstancias y colores, para lo cual es necesario tener domada la palabra. 3. El pe peor or en entr trev evis ista tado do no es aq aque uell qu quee ca calllla, a, si sino no el qu quee co conf nfun unde de lo qu quee qu quie iere re de deci cir. r. Ta Tamb mbié iénn el qu quee ha habl blaa de de-masiado, sin tener en cuenta juicios valorativos. El mejor es el que responde lo que se le pregunta y además rellena inteligentemente los baches que se les escapan al periodista. 4. El momento más difícil es cuando el entrevistado espera con expectación que le formulen más preguntas y el entrevistador no tiene ninguna otra. Siempre hay que tener dos o tres interrogantes prefabricadas para utilizarlas en cualquier situación de esta índole (lo que no equivale a decir que se pregunten boberías. Antes que esto es preferible callar). 5. To Tota talm lmen ente te de ac acue uerdo rdo.. Qu Quie ienn no se seaa ca capa pazz de log logra rarlrloo no es un bu buen en per perio iodis dista ta.. Es Esee pl plan anoo sec secun unda dario rio del en en-trevistador es una imposición del de l género que hay que cumplir. Cuando no se hace h ace así, el entrevistador se gana fácilmente el calificativo de pedante. ¿Y que otro estigma mayor en esta profesión? 6. A veces son las mejores. Cuando uno comienza a hacer periodismo las odia, porque piensa que no dan oportuni tu nida dadd de lu luci cimie mient nto. o. Se ol olvi vida da qu quee un unaa de la lass ne nece cesid sidad ades es vi vita tales les del le lecto ctorr es rec recib ibir ir in info form rmac ación ión ur urge gent nte, e, im impor por-tante y de primera mano. Hay hechos y personajes que requieren esas entrevistas de preguntas y respuestas. 7. El método de trabajo lo impone el entrevistado. Hay personas a las que si uno le saca una libreta de notas se creen en la obligación de dictar sus palabras con puntos y comas. Es necesario ofrecerles confianza. A veces es bueno dejar que hablen cosas importantes sin anotarlas en ese momento, que nos miren a los ojos, que vean en nosotros no a un profesional de la palabra, sino a un amigo. El micrófono suele espantar. Siempre que puedo lo evito. La memoria mem oria pue puede de ser tra traicio icioner nera. a. Si se recu recurre rre a ella es imp importa ortante nte hab haberla erla ejer ejercit citado ado ant antes, es, crea crearr recu recursos rsos aso asocia ciativo tivos. s. Y ante la duda de un hecho determinado, deter minado, no escribirlo.
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MARTA ROJAS Periodista del periódico Granma “Para entrevistar hay que entrenarse muy bien” 1. Empleo la entrevista porque sin ella es prácticamente imposible hacer periodismo. Considero que para desarrollar cualquier género periodístico, o forma, como queramos llamarlo, es necesario que entrevistemo s a alguna o al algu guna nass per perso sona nass qu quee no noss da dará ránn in info forma rmaci ción ón so sobr bree el as asun unto to de qu quee se tra trate, te, y ya eso es en entre trevi vist sta. a. Ha Hayy pr preg egun un-tas y hay respuestas, indagación. En cuanto a la entrevista como género, para publicarla bajo ese epígrafe la empleo, s obre todo, cuando la persona en entr trev evist istad adaa titien enee al algo go qu quee de decir cir po porr el lu luga garr qu quee ocu ocupa pa en la soc socie ieda dadd o po porq rque ue ha sid sidoo tes testig tigoo o pr prota otago goni nist staa de un hec hecho ho qu quee me mere rece ce la pe pena na di divu vulg lgar ar;; cu cuan ando do con consi sider deroo qu quee la opi opini nión ón del en entr trev evist istad adoo va a se serr ne neces cesar aria ia pa para ra es es-clarecer algo o polemizar sobre algo, o difundir determinado asunto ya sea político, económico, artístico, científico o de cualquiera otra materia. En mi vida profesional no he empleado mucho el género o forma mencionada; he preferido realizar reportajes y crónicas. Aunque, reitero, entrevistar es necesario, fundamentalmente para el reportaje, la investigación histórica e incluso el artículo. Creo que todo profesional del periodismo debe entrenarse muy bien en la entrevista, tanto el periodista de medios di os im impr preso esoss com comoo el qu quee se des desem empeñ peñaa en la ra radi dioo o la tel telev evis isión ión.. Es de pé pésim simoo gu gusto sto y po poca ca pr profe ofesio siona nalilida dadd ha hace cerr una mala entrevista para los dos últimos medios mencionados, casi catastrófico y, desgraciadamente, las malas entrevistas en esos medios son las que más abundan. 2. No creo que la entrevista sea el género periodístico más difícil. Pienso que es mucho más difícil la crónica, el reportaje y el artículo de fondo. Pero, insisto, la entrevista impone entrenamiento, conocimiento previo del asunto sobre el cual se entrevista o sobre la persona y bastante sicología por parte del entrevistador, de modo que el entrevistado responda sus expectativas, no las defraude. Aunque el hilo del diálogo –ya roto el hielo– puede conducir y de hecho conduce a preguntas inusitadas, el entrevistador debe tener en mente un grupo de preguntas clave y sus posi po sibl bles es su sust stitu itucio cione ness po porr otr otras as pa para ra el ca caso so en qu quee el in inter terloc locut utor or la lass res respon ponda da an ante tess de qu quee ell ellas as fu fuer eran an en enun unci ciad adas as por el periodista. La cultura general y el conocimiento del tema son recursos básicos para lograr una buena entrevista, sea quien sea el entrevistado. A ello debemos añadir la observación personal, el estudio de las reacciones del entrevistado. 3. El peor entrevistado es el que no tiene nada que decir, el inocuo. i nocuo. No digo el poco locuaz, sino si no el que no tiene nada na da qu quee dec decir ir y po porr co conv nven enie ienc ncia ia qu quere eremo moss qu quee dig digaa al algo go.. El me mejor jor es el qu quee tie tiene ne co cosa sass in inte teres resan ante tess qu quee de decir cir.. 4. Para mí, y creo que para muchos periodistas, el momento más difícil de una entrevista es su introducción, el primer contacto con el entrevistado, no importa qué persona sea. A veces resulta bueno comenzar hablando de generalidades o de cosas que observamos en ese momento o dándole la palabra a una tercera persona, pero este pe-
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ríodo debe ser corto, rápido. No obstante, cuando vamos bien preparados preparados se reduce ese malestar o ese bache a priori. 5. Ade Además más de est estar ar de acu acuerdo erdo,, me par parece ece fun fundam dament ental. al. Muy exc excepc epcion ionalm alment entee el ent entrev revista istador dor pue puede de mete meterse rse en pr prim imer er pla plano no.. Pi Pien enso so qu quee es un unaa sob sober eran anaa ped pedan ante tería ría qu quer erer er ma marc rcha harr a la pa parr qu quee el en entre trevi vista stado do.. Y si es ne nece cesa sa-rio hacerlo para hurgar mejor en un tema debemos obviar esa participación a la hora de escr ibir o editar la entrevista. Reitero que, como en todo, puede haber excepciones, pero muy pocas son válidas. La modestia es lo más efectivo y convincente en cuanto a la participación del periodista entrevistador. 6. Opino que eso lo puede hacer cualquiera, ya sea o no periodista. En todo caso tiene validez profesional cuando las preguntas formuladas están muy bien estructuradas, son “muy buenas preguntas”, como se dice, profundas y hasta atrevidas. De otra manera es una rutina. 7. Prepararme lo mejor posible y cuando las circunstancias no lo permitan porque se trate de una entrevista de emerg em ergen encia cia an ante te el de desa sarr rroll olloo de un unaa no notiticia cia no an antiticip cipad ada, a, en entr trar ar a “b “boc ocaa de ja jarro rro”” al en entr trev evist istad ado, o, di direc recta tame ment ntee al hecho y no al “cómo se siente”. Depende del momento, de dónde, cómo y en qué momento haga la entrevista si tomo not notaa o uso la gra grabad badora ora.. Per Pero, o, en rea realid lidad, ad, aun aunque que llev llevee la mej mejor or gra grabad badora ora del mun mundo, do, yo sue suelo lo tom tomar ar not notaa y memorizar lo más que pueda. En corresponsalía de guerra, por ejemplo, lo más seguro es la memoria e igualmente en catástrofes; pero ello no quiere decir que desprecie la nota, al contrario, me estoy refiriendo a situaciones extremas. En situación normal mi método es: nota y grabadora. La preparación puede ser de muchas maneras: en la biblioteca, preguntando a personas que conocen al entrevistado o buscando datos en mi archivo personal sobre los antecedentes del hecho en que el cual se ve involucrado mi entrevistado, o sobre la persona misma.
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OLGA FERNÁNDEZ Periodista y escritora “También grabo en mi memoria” 1. Después del reportaje, la entrevista es uno de los escalones más altos del periodismo. Igual que no se concibe un buen reportaje que no incluya la entrevista, tampoco se piensa en una entrevista que no incluya una interpretación de la realidad que circunda al entrevistado. Ambos géneros deben aspirar a dar esa visión de la realidad, aunque el reportaje es más totalizador. 2. Técnicamente, la entrevista es una conversación en la que el entrevistador debe conducir inteligentemente al entrevistado hasta donde él quiere, por medio de preguntas que resulten importantes y atractivas para el lector. 3. No se pu pued edee dec decir ir qu quee ha hayy pe peor or o me mejor jor en entre trevi vist stad ado. o. Tod Todoo dep depen ende de de dos fa fact ctore ores: s: de la co comu muni nica caci ción ón qu quee logr lo gree el en entre trevi vista stador dor,, de su pr prep epar arac ació iónn pr prev evia ia pa para ra ab abor orda darr al pe perso rsona naje je en cu cues estió tión, n, y de qu quee el en entre trevi vista stado do te teng ngaa algo que decir. Para la conjunción exitosa de ambos no serviría de nada que el periodista conociera la vida y obra del entrevistado, si este no sabe volcar sus vivencias a través de una rememoración donde deben estar presentes el ingenio y la vitalidad. 4. El momento más difícil de la entrevista es el comienzo cuando se enfrentan periodista y entrevistado, cuando virtualmente se miden para enfrentarse a una suerte de duelo del que saldrá victorio so el más hábil para encauzarla por los vericuetos más apasionantes. En este caso, el más hábil debe ser el periodista. Hábil para ganar la confianza del entrevistado, y lograr el fin último de su contenido. 5. Estoy de acuerdo en que no brille el periodista, si de por sí no brilla en el campo de la cultura. Lo mejor que hace es esconderse modestamente y no robar cámara. Pero si el que entrevista es una figura relevante como él, la hace atrayente y enjundiosa. 6. Creo que son las peores para aquel periodista que no domina el tema y desconoce la personalidad del entrevista vi stado. do. Ta Tamb mbié iénn cr creo eo qu quee son má máss ab abur urrid ridas as y ca care rece cenn de at atmó mósfe sfera ra.. Es Esaa at atmó mósf sfera era se lo logr graa en pa parte rte co conn un unaa bu buen enaa introducción, es cierto, pero no se mantiene a todo lo largo de la entrevista si sólo aparecen preguntas y respuestas, aunque las preguntas sean interesantes para el lector; existe con ese método un distanciamiento entre el lector y el entrevistado. 7. Mi mé métod todoo de tr trab abaj ajoo es es estu tudia diarr pr prev evia iame ment ntee to todo do lo qu quee se ha dic dicho ho o es escri crito to sob sobre re el en entr trev evist istad ado; o; co cono noce cerr sus gustos y sus puntos de vista sobre la vida, sobre el arte y la literatura (si es artista), sus más caros anhelos. Cuando me ad aden entr troo en él co como mo si lo co cono noci cier eraa des desde de peq peque ueño ño,, en enton tonce cess con conce certo rto la en entre trevi vist sta. a. De Debo bo co conf nfes esar ar qu quee mi miss me jores entrevistas, si hay algunas algunas que merezcan ese calificativo, son las que he hecho a personas de toda mi simpatía, a quienes admiro profundamente por sus virtudes como científico, revolucionario, artista, en general, por su condición humana. Con ese, irremisiblemente, se produce una comunicación impresionante que muchas veces culmina en amistad.
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Durant Dura ntee la en entr trev evist istaa gr grab aboo tod todo, o, au aunq nque ue ta tamb mbié iénn gr grab aboo en mi mem memor oria ia lo qu quee ve veoo y oi oigo go.. Cu Cuan ando do ya si sien ento to qu quee el en entr trev evis ista tado, do, cóm cómpl plic icee-am amig igo, o, me cu cuen enta ta su suss cu cuititas as,, se pr proy oyect ectaa ta tall cu cual al es, sie sient ntoo la con convi vicc cciónde iónde qu quee he tr triu iunf nfaado y que esa entrevista, entrevista, si sale mala, es porque yo no he sabido conformarla conformarla tal como lo pensé. Al llegar el momento de su redacción, debo haberme encariñado con el entrevistado para contar su vida desde lass fa la facet cetas as qu quee re resu sultlten en má máss at atra raye yent ntes es pa para ra el lec lecto tor. r. De Debo bo des descu cubr brirl irlas as pri prime mero ro,, pa para ra re redes descu cubr brirl irloo an ante te el le lecto ctor. r. Y para eso, necesito tener la mente muy clara, limpia de todas las preocupaciones del día. Por eso trabajo por la madruga dru gada da,, a pa part rtir ir de la lass ci cinc ncoo de la ma maña ñana na,, nu nunc ncaa an ante tes. s. A esahora es cu cuan ando do esc escri ribo bo lo má máss dif difíci ícil.l. Y pa para ra mí, dib dibuu jar fielmente la personalidad de un entrevistado, y lograr con ello e llo una entrevista cabal, es lo más difícil del mundo. Porque en ese momento, el entrevistado, su imagen pública, está en mis manos.
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AGENOR MARTÍ Periodista y escritor “La entrevista es una confesión” 2. Sé que debiera responder que sí. Pero en realidad, todavía no he conseguido precisar cuál es el género periodístico más difícil, excepto la información noticiosa –o si se prefiere, la noticia–, que considero decididamente lo más fácil y lo que menos necesita de un acopio de recursos técnicos y culturales del periodista. Por lo pronto, de lo que sí estoy seguro es de que la l a entrevista es –junto con el reportaje– uno de los lo s más nobles. Si tuviera que resumir, diría que no creo que hayan géneros más o menos difíciles, sino géneros con más o menos posibilidades expresivas. De la misma manera que los plásticos consideran el óleo la más noble de las pinturas y el lienzo la más noble de las superficies sobre las cuales ejercen su arte, creo que todo periodista sensato, ávido de expresión y admirador de la fasci fa scina naci ción ón qu quee ej ejer erce ce la pa pala labr braa esc escri rita ta –q –que ue es co como mo dec decir ir la pa pala labr braa ha habl blad ada– a–,, si sien ente te po porr la en entr trev evist istaa –r –rep epito ito:: po porr la entrevista– una atracción difícil de vencer. Sin embargo, creo por otra o tra parte que nadie puede considerarse periodista di sta –e –enn el sen sentitido do má máss ca caba ball del tér térmi mino no–– si no ha at atra rave vesa sado do co conn éx éxito ito y sa satis tisfa facc cción ión ese su sutitill ta tami mizz de la pr profe ofesió siónn que es la entrevista. 3. De Deci cidid didam amen ente, te, el peo peorr en entre trevi vist stad adoo no es aq aque uell qu quee no ha habl bla, a, sin sinoo es esee qu quee no tie tiene ne na nada da qu quee de deci cir. r. Di Dicho cho en otras palabras, son aquellos a quienes la vida les ha pasado por arriba, como un barniz incoloro pero no indeleble, y sinn em si emba barg rgo, o, no le less ha de deja jado do ma marc rca. a. Ob Obvi viam amen ente te,, qu quee la vi vida da ma marq rque ue o no a al algu guie ienn no es cu culp lpaa má máss qu quee de él mi missmo; o mejor: de su inherente incapacidad para ver la vida, para distinguirla disti nguirla en toda su diversidad y multiplicidad, y por tanto de transmitir eso que la gente, desde hace mucho, se obstina en llamar experiencia vital. Quien no tenga ojos para ver –o lo que es lo mismo, sensibilidad para vivir– mal entrevistado será, aun cuando quien lo interrogue seaa há se hábi bil,l, in incis cisiv ivoo y ce certe rtero, ro, y au aunn cu cuan ando do ese en entre trevi vista stador dor va vaya ya ca carg rgad adoo de bu buen enas as in inten tenci cion ones es.. El pr prob oble lema ma,, en mi opinión, radica más en los entrevistados que en los entrevistadores. Desde luego, entre ambos extremos hay una gama casi infinita de matices, y a menudo una entrevista es mala no porque el que responde las preguntas no tenga nada na da qu quee dec decir ir,, si sino no po porqu rquee qu quiense iense la lass for formu mula la lo ha hace ce ma mall y no sa sabe be ar arra ranc ncar arle le a su en entre trevi vist stad adoo es esaa fifibr braa pr prec ecios iosaa que debe ser signo característico de toda entrevista. entrevist a. Al fin y al cabo, nadie tiene por qué responder a lo que no se le pregunta. Yo mismo, por ejemplo, ahora podría decir muchas cosas que usted no me ha preguntado. 4. El mo mome ment ntoo má máss di difíc fícilil es aq aque uell en qu quee el pe perio riodi dista sta em empi pieza eza a fo formu rmula larr la lass mi mism smas as pre pregu gunt ntas as y el en entre trevi vista stado do a dar las mismas respuestas. Suele formarse un lamentable y embarazoso círculo vicioso en que cada uno tiene ganas de acabar. Y generalmente lo mejor es hacerlo y continuar otra vez que se tenga más deseos y mejores preguntas. ta s. Pe Pero ro no ha hayy qu quee de desa sani nima mars rse: e: es esoo oc ocur urre re en tod todaa en entre trevi vista sta.. Es Esee in insta stant ntee ta tarda rda má máss o me meno noss en lllleg egar ar,, seg según ún sea el lugar en que se desarrolla la entrevista, la temperatura de la atmósfera y el ánimo con que cada uno se haya despertado ese día. Pero siempre, inevitablemente, sobreviene. Salvo, desde luego, aquellas entrevistas que están dirigidas a figuras excepcionales.
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5. Según. Si el entrevistador no es una figura conocida, y en la práctica –que es la norma valorativa de la verd ad– ocupa ocu pa un pl plan anoo sec secun unda dario rio o ter terci ciar ario io u otr otroo má máss ab abaj ajo, o, deb debee ma mant nten ener erse se lo má máss ocu oculto lto pos posib ible le.. Pe Pero ro si se tra trata ta,, po porr ejemplo, de un escritor que entrevista a otro, o de un periodista reconocido que aborda la entrevista de un colega suyo más conocido aún, no veo por qué no deba d eba hacerlo. Después de todo, si la entrevista es buena, saldrá algo interesante de esa confrontación. Pongo por ejemplo la larga y enjundiosa entrevista que le hizo hace años George Charbonnier a Claude Levi–Strauss. 6. Creo que pueden ser buenas si se cumplen dos requisitos que considero fundamentales: si las preguntas son interesantes, y si el periodista hace una introducción que –valga la redundancia– introduzca brusca y apasionantement me ntee en la en entre trevi vista sta.. Es Esta tass en entre trevi vist stas as ma mall lla llama mada dass “d “dee pr preg egun unta tass y res respu pues esta tas” s” –t –toda odass la lass en entre trevi vista stass son as así– í– su sueelen salir muy aburridas. Y esto es algo que, si el jefe de redacción es demasiado indulgente, el lector en cambio se obstina en aborrecer. Por eso hay que tener especial cuidado con este tipo de entrevistas. Ya vienen marcadas, de nacimiento, con el signo del tedio, principal elemento que conspira contra el periodista o el escritor. Es preciso hacerla cer lass pot potab able les, s, co conv nver ertir tirla lass en al algo go ta tann am amen enoo co como mo si el en entre trevi vist stad adoo est estuv uvier ieraa ah ahí,í, ah ahíí mi mism smo, o, ju justo sto do dond ndee es está tá us us-ted ahora. 7. Hace algunos años Soler Puig me dijo que un escritor nunca revela su verdadero método de trabajo. Aquello no me sorprendió. Pero desde entonces pienso que el escritor –y el periodista– no lo revelan porque a menudo no lo saben. Tienen un método, sin duda, y lo aplican rigurosamente. Pero como ese método se ha convertido en una segun seg unda da na natu tura ralez lezaa –s –sii no no,, no se sería ría en re real alida idadd un mét métod odo– o– es eje ejerci rcido do in inad adve vert rtida idame ment nte. e. Yo Yo,, co como mo es ob obvi vio, o, te teng ngoo el mío, que va desde escribir –en mi casa– en chancletas hasta tomar mucho café. No podría precisarlo con exactitud. Lo más que puedo declarar –a sabiendas que puede utilizarse como elemento en mi contra– es que cuando hago ha go per perio iodis dismo mo pr prefi efier eroo esc escri ribi birr por la ma maña ñana na,, bi bien en te temp mpra rano no,, a ve vece cess si sinn ha habe berme rme la lava vado do aú aúnn la ca cara ra y co conn el úl úl-timo sorbo de café recién colado en la boca, soñoliento y paulatinamente abrumado por el terror que cada vez más me inspira la cuartilla en blanco. Cuand Cu andoo rea realizo lizo un unaa ent entrev revista ista hag hagoo lo sigu siguien iente: te: en prim primer er lug lugar ar proc procuro uro inf informa ormarme rme has hasta ta la sac sacied iedad ad ace acerca rca del entrevistado con que voy a enfrentarme. Si se trata de alguien a quien no conozco, voy dispuesto a recibir a cualquier persona: eso es bueno para el trabajo y después va a serlo para el lector, porque si ese entrevistado me deslumb lu mbra ra,, me as asom ombr braa o me cr crisp ispa, a, es esaa se sens nsac ació iónn –si so soyy bu buen en en entre trevi vist stad ador– or– vo voyy a tra trata tarr de tra trasm smiti itirlrlaa co conn fifidel delida idadd y belleza literarias. Suelo usar grabadora, y por lo común llevo preparado un cuestionario. Pero cuando me siento frente a quien voy a entrevistar, a menudo me olvido deliberadamente del orden de las preguntas mismas, y sigo el curs cu rsoo no norm rmal al de la co conv nver ersa saci ción ón qu que, e, ad adem emás ás de ser servi virm rmee pa para ra in intro trodu duci cirm rmee en su si sicol colog ogía ía y su ám ámbi bito to,, en su ri ritmo tmo de ex expr pres esión ión y en su suss ge gest stos os de desen senfa fada dada dame ment ntee ha habi bitu tual ales es,, me pe perm rmite ite es esta tabl blec ecer er el cl clim imaa de sim simpa patía tía qu quee ne neces cesito ito para transformar la rigidez de toda entrevista en una conversación amigable. Procu Pr ocuro ro for forma marr un unaa at atmó mósfe sfera ra cóm cómpl plic icee en entr tree el en entre trevi vista stado do y yo yo,, y cu cuan ando do ya él me es está tá co cont ntan ando do su suss gu gust stos os –y disgustos– personales, cuando ya me habla de sus amigos –y de sus enemigos íntimos– entonces me siento que voy pisan pis ando do ter terren renoo fifirm rme. e. Es Esee cl clim imaa de co comp mplic licid idad ad,, es esaa at atmó mósf sfera era de re reve vela laci ción ón qu quee se cre creaa en entre tre en entr trev evist istad adoo y en entr treevistador, es la que voy a trasmitir en mi entrevista para producir en el lector esa ilusión de que hablaba antes. Porque, al fin y al cabo, toda entrevista es en muchos sentidos una revelación personal, una larga confesión inusitada –aun –a unqu quee se ha habl blee de co cosa sass tr triv ivia iales les y tr trililla lada das– s– qu quee est estab able lece ce co cont ntac acto to dir direc ecto to co conn el lec lector tor.. Es Esoo es ta tamb mbién ién un unaa bu bueena novela. Eso es, visto en un sentido muy general, el e l arte en su conjunto. El destinatario de todo arte agradece que el ar artitista sta ha haya ya esc escrit ritoo o pi pint ntad adoo sól sóloo pa para ra él: esailus esailusió iónn ún única ica,, in insu susti stitu tuib ible le e in intr tran ansf sferi eribl ble, e, es la qu quee qu quier ieroo pr prod oduc ucir ir,, entre otras cosas, en todo lo que escribo. Desde luego, también en una entrevista. Por otro lado, confío gran parte de mi tr trab abaj ajoo en un unaa en entr trev evist istaa a la me memo moria ria,, qu quee es el ar arch chiv ivoo po porr ex exce cele lenc ncia ia,, sob sobre re tod todoo el mej mejor or ar archi chivo vo de sen sensa sa-ciones. Porque lo que dice el entrevistado voy recogiéndolo en la grabadora sin ocuparme mucho, confiado en que ese diabólico y utilísimo instrumento me lo reproducirá en la intimidad de mi biblioteca, mientras elaboro –¿artísticamente?– esa entrevista.
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ORLANDO CASTELLANOS Periodista de Radio Habana Cuba “Una conversación entre amigos” 1. Desde los nueve años en adelante he trabajado en la radio como locutor, realizador de programas, vendedor de publicidad, director de programación, director de emisoras y durante todo este tiempo fui una de las voces en muchos noticieros radiales, pero nunca me dediqué al periodismo. El 3 de en ener eroo de 19 1959 59,, si sinn pr prop opon onér érme melo lo,, en entr tréé en el pe peri riod odis ismo mo ra radi dial al;; de desd sdee es esee dí díaa y ha hast staa ho hoyy me he de dedi dica ca-do, sobre todo, a la entrevista para la radio. En esa fecha me entregaron una gigantesca grabadora y me pidieron que entrevistara a un grupo de esbirros de Batista, ya que la persona que se dedicaba a estas labores se encontraba indispuesta. Esto era en la CMJO de Ciego de Ávila. Entrevisté a los cinco o seis más connotados criminales batistianos de mi pueblo. Llevé las cintas para la emisora y se trasmitieron tal y como fueron grabadas. Naturalmente que yo sabía quiénes eran y conocía gran parte de los crímenes que habían cometido; tenía, por tanto, cosas que preguntar. A las siete de d e aquella noche caminaba por la ciudad con rumbo a mi casa y me escuchaba como si fuera en un amplificador gigantesco. Tenían sintonizada la radio en todas partes y grupos de personas se aglomeraban frente a las ventanas de las casas, en los establecimientos públicos, y alrededor de los autos con radio. Prácticamente toda la ciudad estaba escuchando aquellas que fueron mis primeras entrevistas. Esto de entrevista aquí se convierte en un eufemismo, porque aquello era un interrogatorio policíaco de la peor especie. Repito que conocía bien las barbaridades que habían cometido aquellos individuos y las preguntas las formulaba como si yo fuera un fiscal acusador. Como he dicho muchas veces, aquel 3 de enero me cayó la grabadora arriba y no me la he querido quitar. Continué realizando entrevistas para la radio avileña y después para la radio nacional e internacional cubana. Pued Pu edoo de decir cir qu quee em emple pleoo la en entr trev evist istaa ra radia diall por dos ra razo zone nes: s: po porqu rquee la gr grab abad ador oraa me ca cayó yó del cie cielo lo y po porqu rquee me gusta hacerla. 2. Como apenas conozco conozco los otros género géneros, s, realmente no sé si es el más difícil. 3. El pe peor or o me mejor jor en entre trevi vista stado do dep depen ende de del en entre trevi vist stad ador; or; si lo logr graa o no com comun unica icació ción; n; si log logra ra o no un unaa co corri rrien ente te de confianza, de sinceridad, de empatía, de diálogo. 4. Cu Cuan ando do el en entr trev evist istad ador or o el en entr trev evist istad adoo se qu qued edan an en bl blan anco co y se pi pierd erdee el hi hilo lo de dell diá diálog logo. o. Ta Tamb mbié iénn cu cuan ando do se encuentra un entrevistado que responde con monosílabos: sí, no, es posible, tal vez, etcétera. Si la entrevista es para la radio y se daña el equipo grabador, o cuando toda ella es interesante pero dura treinta minutos, y por razones de tiempo de emisión emi sión debes llevarla a cinco o diez die z minutos. Además, en mi caso personal, pers onal, cuando hay una tercera persona ajena al diálogo, y si más de una, peor. 5. El entrevistador debe saber escuchar, dejar hablar, pensar siempre que el personaje es el entrevistado y no el entrevistador. Que no dé clases de conocimientos personales sobre el tema que trata su entrevistado. Que durante
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la entrevista, aunque sea a su hermano, aunque pueda tratarlo de tú, no le dé la impresión al oyente de que se las sabe sa be tod todas as so sobr bree el per person sonaj ajee y qu quee es su so somb mbra ra,, qu quee lo ac acom ompa paña ña a to toda dass pa part rtes. es. De Debe be ser el tra trans nsmi miso sorr de dell pen pensa sa-miento o las ideas de otra persona y respetar ese pensamiento y esas ideas aunque no las comparta. 6. Si no hay preguntas y respuestas no es entrevista. Puede ser un magnífico trabajo periodístico, pero no será nunca una entrevista. 7. Trato siempre, aun cuando el entrevistado sea mi amigo, de refrescar los conocimientos sobre él, de ponerme lo más al día posible sobre su vida, su trabajo, lo que se haya publicado y comentado (bueno o malo) acerca de esa perso per sona na.. Re Rebu busco sco opi opini nion ones es,, id idea eas, s, ex expr pres esion iones, es, cos cosas as de la lass qu quee ha haya ya ha habl blad adoo en al algú gúnn mom momen ento. to. To Todo do est estoo ap apor or-ta o pu pued edee ap aport ortar ar in inte terés rés a un cu cues estio tiona nari rio. o. Mu Muyy poc pocas as ve vece cess to tomo mo no nota tas. s. Tr Trat atoo de no te tene nerr en la ma mano no la es estil tilog ográ rá-fica o el bolígrafo, alguna libreta de notas o papel delante del entrevistado. No y sí pr prepa eparo ro al en entre trevi vista stado do y al en entre trevi vista stado dor, r, en est estee ca caso so yo mi mism smo. o. Di Digo go no y sí po porqu rquee si siemp empre re el ma magn gnet etóófono está listo, comprobadas las baterías, el casete montado, otro de repuesto por si fuera necesario y el micrófono sobr so bree un unaa me mesa sa si es qu quee lo us uso. o. Pr Pref efie iero ro la gr grab abad ador oraa co conn mi micr cróf ófon onoo in inte tegr grad adoo y la si sitú túoo de ma mane nera ra ta tall qu quee es esté té ce cerrca de ob obje jetos tos ta tales les com comoo ca caja ja de ci ciga garr rros, os, va vaso sos, s, flflore orero ros, s, pa para ra qu quee la má máqu quin inaa pa pase se lo má máss in inad adve vert rtida ida qu quee se pu pueda eda.. Previamente establezco una conversación durante un rato, preferentemente no sobre el tema de la entrevista. Esto es pa para ra el elim imin inar ar po posib sibles les ten tensio sione nes. s. Mo Momen mento toss an ante tess de en entr trar ar de llllen enoo en la en entre trevi vist staa y tra trata tand ndoo de qu quee él no se dé cuen cu enta ta,, “p “pon onch cho” o” la tec tecla la de gr grab abac ació ión, n, sig sigoo ha habl blan ando do no norm rmal alme ment ntee ha hasta sta el mo mome ment ntoo en qu quee le di digo go “V “Vam amos os a co co-menz me nzar ar”, ”, y la lanz nzoo la pr prim imerapreg erapregun unta ta co como mo se le pu pued edee pr preg egun unta tarr a cu cual alqu quie ierr pe perso rsona na “¿ “¿có cómo mo es está tá su fa fami milia lia?” ?”,, y as así í seguimos en una conversación entre amigos. Mientras habla, mientras responde, le presto toda la atención, de manera tal que sienta en cada momento que las cosas cos as que él dice son, para mí, las más importantes que he escuchado en mi vida.
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FREDDY MOROS Periodista de la Televisión Cubana “En televisión, es la reina de los géneros” 1. La entrevista en televisión es el género más utilizado. Desde sus inicios, la entrevista entrevist a se convirtió en la reina de los géneros televisivos. Hoy no se concibe la realización de casi ningún programa televisivo –incluyendo no solamente los informativos– sin la presencia activa de la entrevista y el entrevistador. Por ello, hay excelentes entrevistadores en la TV de cualquier país del d el mundo. Incluso por su volumen de presencia pres encia de materiales de TV, la entrevista entre vista aventaja a otros géneros, como son la crónica, el reportaje, el comentario y otros. Ella sólo es superada en cantidad en pantalla por la nota informativa o noticia en el mejor sentido de la palabra. 2. Creo que sí, la entrevista en TV es más difícil de realizar que en la prensa plana e incluso en la radio. A mi entend te nder er por la lass ra razon zones es si sigu guien ientes tes:: pri prime mero ro,, la ne nece cesid sidad ad de de depen pender der de ot otra ra pe perso rsona na –e –ell edi edito tor– r– pa para ra qu quee el tra traba bajo jo de un unoo qu quede ede bi bien en;; se segu gund ndo, o, el al alto to sen sentid tidoo de la br brev eved edad ad,, don donde de no ha hayy po posib sibili ilida dade dess de ret retóri órica ca y gi giro ross liliter terar ario ioss permisibles en la prensa plana e incluso en ocasiones en la radio; tercero, la posibilidad de que los equipos técnicos que la realicen hagan las “tomas” adecuadas o ángulos de cámara; cuarto, la necesidad imperiosa de co ntar con un sonido de excelente calidad y que los parlamentos grabados se ajusten a la necesidad informativa que persigue el periodista entrevistador y por último, algunos principios imprescindibles impres cindibles en toda entrevista: personaje o temas interesantes; buena preparación del cuestionario; preguntas concisas y precisas; y en este grupo de aspectos, la selección correcta del sitio donde se hará la entrevista. 3. En el caso específico de la televisión, es el que mejor se exprese verbalmente y se muestre con mayor naturalidad en la pantalla. Recordemos que la TV es un complejo audio-visual, por lo que la conjunción de la imagen del entrevistado y su léxico es de suma importancia para dar credibilidad a lo que está respondiendo. El aspecto del interé te réss va in indi diso solu lubl blem emen ente te un unid idoo al de la pr pres esen enci ciaa y al de ha habl blar ar bi bien en.. Po Porr lo ta tant nto, o, el me mejo jorr es el qu quee re reún únee es esto toss as as-pect pe ctos. os. Po Porr ej ejemp emplo lo,, pu puede ede da darse rse el ca caso so de un en entr trev evist istad adoo qu quee ha habl blee bi bien en,, qu quee su tem temaa sea de in inter terés, és, per peroo qu quee su presencia sea repulsiva. Eso influirá, sin duda, en la calidad del mensaje televisivo y podrá afectar la recepción del mens me nsaj ajee po porr pa parte rte de dell te telev levide ident nte. e. Pa Para ra mí el pe peor or en entre trevi vista stado do es el qu quee no es coh coher eren ente te en su pen pensa sami mien ento to,, el qu quee tartamudea, es indeciso o se pone muy nervioso ante las cámaras de televisión. El mejor, el que se conduzca con coherencia, inteligentemente, sencillo y natural ante las cámaras. 4. Cu Cuan ando do pr proce ocedo do al pr proc oceso eso de edi edici ción ón de la en entr trev evist istaa y me ha hago go la mo morta rtall pr preg egun unta ta:: ¿q ¿qué ué de dejo jo y qu quéé qu quitito? o? El proceso de edición es lo más difícil a la hora del montaje definitivo de cualquier material televisivo. Para mí se conviert vi ertee en un unaa jo jorn rnad adaa ag agot otad ador ora, a, cu cuan ando do de ve verd rdad ad des desea eamo moss ha hace cerr al algo go pr profe ofesi sion onal al y bi bien en he hecho cho.. En la TV la en entre tre-vista va indisolublemente ligada al proceso de edición y montaje de los materiales filmados. Es lo más importante. Ante una buena buena edición, un buen resultado informativo; ante ante un proceso de edición deficiente y de mala selección de los parlamentos, resultados inocuos o deficientes en su contenido. Eso es así en la TV y no hay nadie que se salve de esa ley.
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5. El entrevistador no debe ser centro de la entrevista, sino el entrevistado y lo que él dice. Hay entrevistadores, principalmente periodistas, que utilizan el género para destacarse ellos por encima de aquel al que le formulan sus preguntas. pregun tas. Y creo que eso no es bueno ni ético. 6. Es un estilo lícito, correcto y efectivo en TV. En el caso específico de la televisión “ameniza” el diálogo, provocando un intercambio de opiniones ágil y consecuente con los objetivos que se persiguen. Las preguntas y respuestas deben ser precisas, breves y enfáticas, para buscar, en el breve tiempo que nos brinda un informativo televisado, que el mensaje llegue al televidente lo más ameno posible; recordemos que la TV es eso, imagen, sonido y amenidad. Es un espectáculo. Hay otros tipos de entrevistas, que son so n las utilizadas en programas informativos de larga duración,, en las cuales las preguntas y respue ración respuestas stas se pueden suceder suceder más abun abundante dantemente mente y son más efectivos los diálogos ágiles. Por ejemplo, en un programa informativo de 27 minutos televisivos, pueden hacerse decenas de preguntas con respuestas rápidas o largas, incluso muchas de d e ellas con monosílabos tales como: no, sí, exacto, puede ser, lo conside consideré ré así, es justo, y otras muchas. 7. Considero que el periodista de televisión t elevisión debe tener en cuenta los cinco aspectos considerados internacionalmente lícitos para hacer una entrevista televisada. Deseo utilizar otros términos en este caso, a mi entender son los míos: • Documentación personal sobre el entrevistado, incluyendo papelería sobre él. • Ha Hacer cer cit citas as pa para ra fo formu rmula larr la en entr trev evist ista. a. An Anal aliz izar ar los as aspe pecto ctoss qu quee pu pued eden en res resul ulta tarr má máss in inte teres resan ante tes, s, am amen enos os y de mayor proyección para mi interlocutor. • Or Orga gani niza zarr mi hor horar ario io de tra traba bajo jo pa para ra la fil filma mació ciónn y se selec lecci cion onar ar la es escen cenog ogra rafía fía me mejor jor.. Pu Pued edee ser de es estu tudio dio o en exteriores, o la propia casa del entrevistado. • Ha Habl blar ar co conn otr otras as pe perso rsona nass sob sobre re mi po posib sible le en entr trev evis ista tado. do. Co Cono nocer cer as aspe pect ctos os de su vi vida da qu quee pu pueda edann ser serles les in inte tereresantes al televidente. Dar a entender a mi entrevistado que lo conozco, que estoy al tanto de su trabajo, y que para mí es un conocido de mucho tiempo. • Seleccionar justa y adecuadamente el cuestionario, y lo que es más importante, aprenderlo de memoria, para dar al televidente imagen de seguridad en lo que le planteo al entrevistado y que lo conozco, y por ende, sé lo que hay que preguntar y cómo hacerlo. • Por lo demás, eventualmente tomo nota si el entrevistado plantea alguna formulación que me da pie para entrar en un tema que me resulta interesante. intere sante. Esto puede suceder a través de la conversación con mi interlocutor, por lo que es lícito cambiar algunas preguntas de mi cuestionario cuando es necesario.
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VICENTE GONZÁLEZ CASTRO Realizador de la Televisión Cubana “Descubrir al ser humano” 1. Em Empl pleo eo la en entre trevi vista sta por porqu quee es la qu quee má máss se aj ajus usta ta a la lass ex exig igen enci cias as de dell pr prog ogra rama ma qu quee re real aliz izo.* o.* Ademá Además, s, con consisidero la entrevista como la forma esencial para obtener información i nformación y por esa razón la he trabajado en casi todos los documentales que he realizado, como en La tierra de nadie donde entrevistamos a más de 400 adolescentes cubanos. 2. Siempre he considerado que la entrevista es el género periodístico más difícil, porque es como una corrida de toros, donde ni el toro ni el torero quieren perder su dignidad. dignidad. El pe perio riodi dista sta no pu puede ede dej dejar arse se ar arre reba bata tarr su pro prota tago goni nism smoo pr profe ofesio siona nal,l, sin em emba barg rgo, o, su ma maest estría ría est estáá en qu quee na nadie die se dé cuenta de eso y que pueda aparecer que el protagonista es siempre su invitado. Es difícil porque requiere una gran preparación sicológica del periodista para saber qué esperar de su entrevistado, qué preguntar, cómo preguntar, cómo crear una atmósfera propicia, en qué momento debe preguntar. Debee tam Deb tambié biénn con conduc ducirir las resp respues uestas tas hac hacia ia el fin final al espe esperad rado, o, pero sin ind induci ucirla rlas. s. Deb Debee sab saber er “tor “torear ear”” al ent entrev revisistado para que no se escape por la tangente, y también preguntar lo mismo de mil maneras diferentes cuando se nos quiere escapar. Lo más importante es, sin duda, la necesaria preparación profesional y ética, para que sepamos usar los resultados sin traicionar al sujeto y sin manipularlo. 3. El peor entrevistado es, a mi juicio, aquel que no oye lo que se le pregunta, sino que viene con respuestas preparadas (conscientes o inconscientes) y tiene necesidad de decirlas a cualquier precio. También lo es quien carece de facilidades de expresión y responde todo con monosílabos y frases cortas que no permiten, siquiera, prepararse adecuadamente para la próxima pregunta. En estos casos hay que tener a la mano decenas de preguntas para no quedarnos en blanco cuando la respuesta sea muy corta. El mejor entrevistado es quien se limita limit a a responder lo que se le pregunta y además, emplaza, polemiza, polemiz a, discute; eso le da colorido y enriquece el trabajo. 4. Para mí el momento más difícil dif ícil de una entrevista es el inicio. Igual que en una clase o en e n una relación de pare ja, el inicio marca el derrotero posterior y el tono. Si la entrevista se encamina hacia un tema, es difícil reencaminarla, pero más difícil es tornarla amable si se inicia de forma agresiva u hostil; también cambiar el tempo en busca de un rit ritmo mo má máss ric rico. o. El in inic icio io de deter termi mina na la at atmó mósf sfera era de con confia fianz nzaa o des descon confifian anza za,, ha hace ce qu quee cre crean an o no en no nosot sotro ros. s. Otro Ot ro mo mome ment ntoo mu muyy di difíc fícilil es lo logr grar ar el cl clím ímax ax emo emoci cion onal al (es (espe pecia cialm lmen ente te en la lass en entre trevi vista stass de re retr trat atoo o sem sembl blan anza za)) y luego saberlo aprovechar al máximo. * Se refiere al programa TV en TV que dirigió a inicios del año 1996.
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5. El en entre trevi vist stad adoo de debe be ap apar arece ecerr en pr prim imer er pl plan ano, o, al fifinn y al ca cabo bo,, él es la no notitici cia. a. Sin emb embar argo go,, la ha habi bililida dadd pro profe fe-sional del periodista está en que a pesar de eso, no se deje arrebatar el papel rector de la conducción temática. En mi pr prog ogra rama ma,, de desd sdee el pu punt ntoo de vi vist staa de la im imag agen en,, pu pued edee ha habe berr un ej ejem empl ploo de es eso: o: el in invi vita tado do es está tá de fr fren ente te,, yo de espaldas o de completo perfil, p erfil, sin embargo, mi figura aparece en primer plano, por ende, de d e mayor tamaño y eso co comp mpen ensa sa la pr prior iorid idad ad vi visu sual al de am ambo bos. s. No ob obst stan ante, te, cu cuan ando do yo deb deboo dir dirig igir irme me al pú públ blic icoo te teng ngoo qu quee vo voltltea earm rme, e, girar en la silla y hablar a la cámara, luego entonces paso a ser protagónico en el proceso de obtención de información, mientras que el sujeto no puede variar su posición ni su tamaño relativo en pantalla. El centro de atención visual lo ocupa el rostro del entrevistado, que queda exactamente ubicado en el foco de la parábola que se crea con mi torso y piernas. 6. Las entrevistas de preguntas y respuestas pueden ser de gran utilidad cuando se busca simplemente información utilitaria o cognoscitiva sobre ciertos asuntos, pero ellas no permiten al sujeto “transparentar” su personalidad, son fr fría íass y ab abur urrid ridas as,, a me meno noss qu quee se tra trate te de en encon contra trarr ún únic icam amen ente te res respu pues esta tass pr prác áctitica cas. s. Po Porr ej ejem emplo plo,, a un min minis istro tro o a un experto para hablar de regulaciones laborales o de huracanes. Prefiero las entrevistas en las que se emplean métodos sicológicos proyectivos, lo s cuales obligan al sujeto a dejar un pe peda dazo zo de sí mi mismo smo en la lass res respu pues esta tas, s, au aunn cu cuan ando do el con conten tenido ido sea est estri ricta ctame ment ntee ut utililita itario rio.. Po Porr eje ejemp mplo, lo, en lu luga garr de preguntar “¿Cuántos libros ha escrito?”, prefiero “¿Cuál es el porqué de cada uno de sus libros?” y así tengo las dos cosas en la respuesta. 7. Mi mé métod todoo de tr trab abaj ajoo es mu muyy si sing ngul ular ar,, pu pues esto to qu quee poc pocas as pe perso rsona nass ac actú túan an as así,í, pe pero ro le do doyy mu much chaa im impo porta rtanc ncia ia a la empatía. No tom tomoo no nota tass mi mien entr tras as la per perso sona na me ha habl bla, a, eso lo po pone ne ne nerv rvio ioso so y se si sien ente te co como mo an anima imall en mic micro rosco scopi pio, o, sa sabe be (o le rei reite tero) ro) qu quee cu cuan anto to dig digaa qu queda edará rá reg regist istra rado do;; en ca caso soss im impr presc escin indi dibl bles es,, cu cuan ando do com compi pilo lo pa para ra ha hacer cer un lilibr bro, o, us usoo unaa gr un grab abad adorade orade bo bols lsill illoo y tra trato to de qu quee pa pase se in inad adve verti rtida da,, tra trato to de ha hace cerr la lass ma mani niob obra rass de ca camb mbio ioss de ca caset setes es y ba bate te-rías como el mago o el prestidigitador, para que no distraiga al entrevistado. En el caso de mi programa de TV hago una lista de las preguntas que no se me pueden olvidar, las escribo en un pape pa pell co conn let letra ra gr gran ande de,, ya qu quee no ha hayy tel telep eprom rompt pter er en mi est estud udio io,, y la lass cu cuel elgo go en un at atril ril det detrá ráss del en entr trev evist istad ado, o, de modo que sin apartar la vista de él puedo leerlas. Eso me asegura que si me entretengo demasiado oyendo lo que me dice o termina la respuesta abruptamente con un monosílabo, no me quede en blanco en el aire, sino que echo unaa oj un ojea eada da rá rápid pidaa y pe pesco sco al algu guna na de la lass qu quee te teng ngoo pr prep epar arad adas as.. El ord orden en no imp impor orta ta,, lo de deter termi mino no sob sobre re la ma marc rcha ha.. Cuando se trata de un libro (como Cinco noches con Carilda o La hija del General) no hago ni siquiera un guión prev pr evio, io, si simp mplem lemen ente te lllleg egoo al lu luga garr y pe perc rcib iboo tod todoo cu cuan anto to pu pued edaa de la ma mane nera ra má máss ap apreh rehen ensiv sivaa po posib sible le.. Me fij fijoo en la ropa, los cuadros, la suciedad del piso, la meticulosidad meticulosi dad de una decoración, las incongruencias de un vestuario, una uña sucia, un botón perdido, un objeto de arte, un cenicero sucio, una arruga en el rostro... y así me hago una imagenn in ge inic icia iall y pre premo moni nito toria ria de dell su suje jeto. to. De Desp spué uéss me doy a la ta tare reaa de co corr rrob obor orar arla la.. Po Porr ah ahíí emp empie iezo zo a in inda daga gar, r, me de dejo jo arra ar rastr strar ar in inici icial almen mente te po porr el en entre trevi vist stad ado, o, por su suss pa pasio sione nes. s..... lo de dejo jo qu quee in inici iciee el ju jueg ego; o; si me res resul ulta tann fa falsa lsass o in inco conngrue gr uent ntes, es, en ento tonc nces es lo de desen senma masc scar aroo co conn mu much chaa el eleg egan ancia cia pa para ra qu quee com compr pren enda da qu quee me de debe be ju juga garr lim limpi pio. o. Aj Ajus usto to la pregunta al estado de ánimo emocional del entrevistado (según sea de euforia o d epresión) y siempre trato de acercarme a su verdad, para lo cual me pregunto: qué trata de ocultarme para que yo no me dé cuenta de que no es como hubiera querido ser. Sobre esa base lo ayudo a encontrarse a sí mismo y evoco la reflexión profunda. Hago Ha go un unaa su suge geren rencia cia ún única ica a mi miss al alum umno nos: s: no ol olvi vida darr qu quee an ante te no nosot sotros ros ha hayy un se serr hu huma mano no,, con to toda da su in insig signi nifificancia y con toda su grandeza. Nuestro problema es descubrirlo.
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LUIS BÁEZ Periodista de la Agencia Prensa Latina “La entrevista es una radiografía de urgencia” 1. Aunque la respuesta sea un tanto perogrullesca, debemos decir que empleamos con frecuencia la entrevista porque es el género periodístico que nos permite dar a conocer las opiniones del entrevistado sobre importantes acontecimientos de la actualidad nacional o extranjera, que convenga destacar y analizar por medio del juicio de personajes de reconocida jerarquía en la materia de que se trate. La en entr trev evist istaa es un unaa ra radi diog ogra rafífíaa de ur urge genc ncia ia.. In Inqu quier ieree de un in indi divi vidu duoo da dato tos, s, opi opini nion ones, es, ju juic icios ios de va valo lorr y res respu puesestas precisas. Es necesario rebuscar en las personalidades del entrevistado con ahínco y minuciosidad. A veces hay que ser un tanto sicoanalistas, tenaces en horquillar el objetivo buscado y listos para perseguir la liebre que salta de pronto, en el curso de la conversación. No ha hayy hom hombr bree o mu mujer jerqu quee deb debida idamen mente te in inter terrog rogad adoo no ofr ofrezc ezcaa fac faceta etass in inédi éditas tasqu quee mer merezc ezcan an la pen penaa con conta tarse rse.. Una entrevista contiene casi siempre un mensaje y en ocasiones alguna profunda revelación. 2. Aunque la entrevista es un género espinoso, no creo que sea el más difícil. dif ícil. La experiencia demuestra que si se tiene un amplio conocimiento del tema que se va a tratar, habilidad para formular las preguntas y dominio expositivo, se podrá lograr buena calidad. Completamente indispensable debe ser conducir bien el diálogo y darle los matices necesarios para lograr la amenidad necesaria. Considero que cada género periodístico tiene sus complejidades y características propias y quee no est qu están án su suje jeta tass a re regl glas as in inflflex exib ibes es,, au aunq nque ue sí a no norm rmas as ge gene nera rales les qu quee deb debem emos os ob obse serv rvar ar.. No ha hayy gé géne neros ros fá fáci ciles les ni difíciles. Al momento de escribir un comentario, un reportaje, una crónica o una entrevista, lo importante es la calid ca lidad, ad,lo lo cu cual al dep depend enderá erádel del niv nivel el pro profes fesion ional al del per period iodist istaa y de los mét método odoss más másad adecu ecuado adoss que queuti utilic licee en el tra traba bajo. jo. 3. Sin duda, el peor entrevistado es aquel que rehusa el contacto con la prensa y que cuando lo acepta por circunsta cun stanci ncias as espe especia ciales les,, rec rechaz hazaa un vín víncul culoo arm armoni onioso oso con el per periodi iodista sta y se lim limita ita a exi exigir gir un cue cuestio stionar nario io pre previo. vio. A veces tenemos que entrevistar a personajes poco poc o amigos o hasta enemigos de nuestra Revolución Socialista y en est estos os ca caso soss se re requ quie iere, re, po porr su supu pues esto, to, mu much choo ma mayo yorr ta tacto cto y ha habi bililida dadd pa para ra for formu mula larr pr preg egun unta tass ad adecu ecuad adas as a fin de obtener las respuestas que buscamos. Creo que el mejor entrevistado es el que permite el diálogo en todas las preguntas, las cuales debemos hacer en forma oportuna y hábil para conducir la entrevista en el rumbo que nos interesa. 4. Considero que el momento más difícil de la entrevista es su comienzo, en el que se trata de conocer al personaje, de penetrar en él y ganar su confianza. También es difícil el momento en que el entrevistado se desvía del diálogo para evadir respuestas que resultan vitales para el periodista.
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5. En ni ning ngún ún ca caso so el per perio iodis dista ta deb debee ap aprov rovec echa harr la en entr trev evist istaa pa para ra dem demos ostra trarr su ha habi bililida dadd de in inter terro roga gador dor,, pu pues es el objetivo no es ese, sino a dar a conocer los criterios de la persona entrevistada, quien debe estar siempre en primer plano. La modestia es cualidad indispensable en el entrevistador, pero, además, obviamente lo que interesa al lector, al oyente o al televidente, no es la forma en que se pregunta sino las respuestas que se ofrecen. Desde Des de lue luego go que el per periodi iodista sta deb debee evit evitar ar la mon monoton otonía ía en la ent entrev revist istaa int interc ercala alando ndo alg alguna unass obs observ ervaci acione ones, s, pero estas deben ser discretas, dirigidas a darle agilidad y amenidad al diálogo. 6. El cuestionario previo sólo debe utilizarse en algunos casos de dirigentes de alto nivel cuyas opiniones demandan conocer el tema con anticipación. A mí no me gusta utilizar la entrevista entrevist a de cuestionario previo. Muchas veces se convierten en auto-recitales que pare pa recen cen or orig igin inar arse se en ca caset setes es pr proce ocede dent ntes es de un ar arch chiv ivoo co cong ngel elad ado. o. La en entr trev evist istaa au auté tént ntic icaa es la qu quee pr proce ocede de de un diálogo directo, cuanto más espontáneo, mejor. 7. El tr trab abaj ajoo del en entr trev evist istad ador or com comie ienz nzaa mu much choo an ante tess de pr produ oduci cirse rse el con conta tact ctoo de decis cisiv ivo. o. La bi biog ogra rafífíaa del en encu cuesestado ta do es el ma mapa pa qu quee pe perm rmite ite la ad adec ecua uada da na nave vega gaci ción ón de la lass pr preg egun unta tass y ev evita ita el rie riesg sgoo de en enca calla llarr en lo loss es escol collo los. s. La conveniencia de tomar nota o usar la grabadora depende de las características de l personaje; en casos excepcionales, confiarlo todo a la memoria. No pueden establecerse reglas inflexibles. Todo dependerá de un conjunto de circunstancias que el periodista debe estudiar previamente.
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LÍDICE VALENZUELA Periodista de la Agencia Prensa Latina “Dos momentos básicos” 1. La en entre trevi vista sta es es,, pa para ra mi gu gust stoo pro profe fesio siona nal,l, el gé géne nero ro qu quee me pe perm rmite ite in intr trodu oduci cirme rme en un unaa pe perso rsona nalilida dad, d, sa saca carrle todo el jugo y después darlo a conocer a mis lectores. No hay otro medio en el periodismo que permita tal juego-diálogo intelectual entre dos individuos como la entrevista. Hay entrevistados fáciles, abiertos, y otros más comp co mple lejos jos,, de dif difíci ícill pe pene netr trac ació ión. n. Pe Pero ro am ambo boss son ret retos os.. El pr prim imero ero por porqu quee con ta tant ntaa pa pala labr bra, a, se te de desv svía ía;; el seg segun un-do, porque hay que meterse en su mundo para tratar de entenderlo. 2. Absolutamente no. Cada género tiene sus reglas, sus complejidades. Creo que en Cuba muchos periodistas subestiman los géneros y se creen que una información es sencilla, una crónica compleja, un artículo complicadísimo, etcétera. Exist Ex isten en reg regla lass de oro pa para ra lo loss gé géne nero ros. s.Ca Cada da un unoo de el ellos los es un re reto, to, un unaa ex exper perien ienci cia, a, un unaa hi histo stori riaa qu quee dec decir ir,, y de de-cir por supuesto de la forma más atractiva, siendo siempre el intermediario entre el hecho y el lector. Pero Pe ro los gé géne nero ros, s, ad ademá emás, s, es está tánn ca cada da día má máss me mezc zcla lados dos.. No ha hayy gé géne nero ro pu puro ro.. Po Porr ta tant nto, o, un unaa en entre trevi vista sta con contitien enee información, opinión, estado subjetivo propio de la crónica, elementos básicos del articulo, etcétera. Ahora bien, la entrevista es difícil porque requiere preparación previa; excelente estado de ánimo del entrevistador; capacidad de interpretación de las opiniones del entrevistado; y ser buen redactor. 3. El que tú, como entrevistador, haces más difícil. No se trata de que tu entrevistado tenga mayor o menor nivel cultural y pueda dar respuestas o no más adecuadas. Alguien dijo una vez que Teófilo Stevenson no hablaba, e hicimos una apuesta. El resultado fue una entrevista de ocho páginas en una publicación. Conn est Co estoo te qu quier ieroo de deci cirr qu quee a ve vece cess no se pu puede ede ha hacer cer un unaa bu buen enísi ísima ma en entr trev evis ista ta en do doss ho hora ras. s. Ha Hayy per perso sona nass a la lass cuales tienes que dedicarle días. Otras, en cambio, te dicen todo lo que pueden decir en cuatro horas. Depende de tu interés, de cómo conduzcas al entrevistado sin facilitarle respuestas, sino llevándolo a donde tú sabes que él puede llegar. 4. Pueden ser dos básicamente: empezar y terminar. Empezar, porque tienes que demostrarle al entrevistado quee con qu conve versa rsarr con contitigo go se será rá un pl plac acer, er, qu quee ere eress in inte telig ligen ente, te, qu quee va vass bi bien en pr prepa epara rado do y qu quee no per perder deráá su tie tiemp mpo. o. Te Terrmina mi nar, r, por porqu quee ha hayy qu quee sa sabe berr pa para rar, r, si no no,, la con conve vers rsac ació iónn la lang ngui uidec decee de ta tall ma mane nera ra,, qu quee am ambo boss te term rmin inan an ag agota otados dos y deprimidos. Además, en una entrevista no puedes absorber toda una vida. Es decir, hay que llevar bien pensado qué te interesa de esa personalidad y entonces ir en su búsqueda de una manera seria, profesional. 5. La entrevista tiene dos momentos básicos: entrevistar y escribir la entrevista. Para entrevistar hay que ser activo,, di vo direc recto to,, con la me ment ntee ab abier ierta ta a la lass pre pregu gunt ntas as no pl plan anififica icada dass qu quee va vann su surg rgie iend ndoo y qu quee pe perm rmite itenn am ampl plia iar, r, cor corre regi gir, r, aclarar una idea del expositor. El periodista peri odista tiene que estar en un plano de d e tú a tú con el entrevistado. entrevist ado. Es un diálogo
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en que ambos deben estar en igualdad, pero cada uno desde su posición: tú preguntas, no contestas. Pero esas preguntas deben denotar que tú sabes lo que te traes entre manos. No puedes sustituir al entrevistado, pero tampoco que él se dé cuenta que eres un ser pasivo pasivo.. 6. Cr Creo eo qu quee es opc opcio iona nall la fo form rmaa de pr prese esent ntar ar un unaa en entre trevi vist sta, a, per peroo pr pref efier ieroo –a –aun unqu quee he ela elabo bora rado do al algu guna nass a ba base se de preguntas y respuestas, más que todo por incursionar en una forma de escribir–, la entrevista en la cual regodeas todo: describes el lugar, al personaje –objetiva y subjetivamente–, das opiniones, etcétera. Tamb Ta mbié iénn ha hayy qu quee ten tener er en cu cuen enta ta qu quee ex exis iste te un unaa for forma ma mi mixt xtaa de pre prese sent ntac ació iónn de un unaa en entre trevi vista sta en la cu cual al ju jueg egas as con la pregunta y la respuesta en medio de párrafos descriptivos. Y también, si se trata –y creo que esto es fundamental al decidir la pregunta y la respuesta como medio de redacción– de una personalidad muy importante, en la cual te sacrificas como periodista y la validez de la entrevista está en el juego-diálogo tuyo y de tu personaje. 7. An Ante te to todo, do, me pr prep epar aro. o. Si no pu puedo edo de ma mane nera ra ab abar arca cador dora, a, po porr lo me meno noss co cono noci cien endo do de an antem teman anoo conquié conquiénn me voy a enfrentar. Lo básico. Aunque prefiero prepararme muy bien. Busco antecedentes, otras entrevistas, para entonces no repetir lo que otros o tros han dicho. Si se trata t rata de una personalidad extranjera, busco en los archivos todo lo que haya. Empleo grabadora, pero siempre tomo mis notas, lo más exactas posibles. Las grabadoras suelen jugar muy malas pasadas. Recojo además, todo el ambiente espiritual del entrevistado. Sus datos personales. La descripciónn del lu ció luga garr do dond ndee se sos sostitien enee el diá diálog logo. o. De Desp spué uéss sa saco co tod todas as la lass no nota tass en lilimp mpio, io, la lass por mi to toma mada dass y la lass de la gr graabadora. Y por fin, a escribir.
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HUGO RIUS Periodista de la Agencia Prensa Latina “Uno de los géneros más periodísticos” 1. Porque entre los géneros periodísticos es de los más periodísticos. En la entrevista el ser humano ocupa todos loss pl lo plan anos os,, y en úl últim timaa in insta stanc ncia ia al le lecto ctor, r, te telev levid iden ente te o ra radio dioes escu cuch chaa lo qu quee má máss le in inte teres resaa es co cono noce cerr qu quéé es lo qu quee piensan sus semejantes. La entrevista constituye además un instrumento eficaz para la indagación y la polémica. La empl em pleo eo ca cada da ve vezz qu quee con consid sider eroo qu quee es el gé géne nero ro má máss ap apro ropia piado do pa para ra al alca canz nzar ar un ob objet jetiv ivoo ed edito itoria riall qu quee me pr propo oponngo. No siento predilección alguna por ese u otro género; cada cual vale tanto en función de lo que requiera para la más eficaz transmisión del asunto que tengamos entre manos. 2. No creo que sea el género periodístico más difícil. Sencillamente porque la materia prima para el trabajo final estáá sien est siendo do sum sumini inistra strada da por el ent entrevi revista stado. do. La fae faena na del ent entrev revista istador dor con consist sistee en enc encauz auzar ar el mat materia eriall que bro brota. ta. No soy partidario de encasillar los géneros en lugares y establecer jerarquías rígidas. En todo caso admitiría que hay géneros bien o mal empleados y manejados en función de las necesidades concretas y específicas. Pero, a mi juicio, no tengo duda alguna, el género más difícil es el artículo. 3. ¿El peor entrevistado? El que no es e s ni podrá ser noticia por mucho esfuerzo que hagamos. ¿El mejor? El que es noticia, por donde quiera que se le contemple. 4. De Desd sdee qu quee la en entre trevi vistaarra staarranc ncaa ha hastaque staque se da por ter termi mina nada da.. En es este te mo momen mento to se ag agar arra ra la es esen enci ciaa del pe perso rso-naje y sus ideas o se fracasa. Tenemos que escuchar y observar atentamente, con la mente alerta y los reflejos bien engr en gras asad ados os pa para ra qu quee no se no noss esc escur urra ra la en entre trevi vista sta.. Te Tene nemo moss qu quee ad aden entra trarn rnos os en los res resor ortes tes de la pe perso rsona nalilida dadd de dell entre en trevi vist stad adoo pa para ra co cond nduc ucir ir y co corre rregi girr el ru rumb mboo de la in inda daga gaci ción ón qu quee no noss pr prop opus usim imos os y a la ve vezz sa saca carr de dell en entr trev evist istad adoo cuanto necesitamos. Con mucha frecuencia la entrevista se convierte en un duelo de inteligencia y habilidades, a veces es una partida de ajedrez. Al propio tiempo que se va asimilando lo que es respondido, hay que planificar el siguien gu iente te la lanc nce. e. Por Porotr otraa pa parte rte,, deb debem emos os ser serca capa paces ces de at atrap rapar ar la at atmós mósfer feraa y el ent entorn ornoo en qu quee se pr produ oduce ce el diá diálog logo. o. 5. El entrevistador debe mantenerse en segundo plano, so pena de caer en la pedantería más abominable. 6. Es un mé métod todoo vá válilido, do, si siem empre pre qu quee se emp emple leaa en sit situa uacio cione ness mu muyy es espec pecífífica icas. s. Cr Creo eo qu quee es con conve veni nien ente te cu cuan ando do se trate de una entrevista con jefes de estados y grandes personalidades, o cuando estemos en presencia de un entrevistado que se preste a la polémica y a las respuestas rápidas, vivas y ricas. Por ejemplo, lo habría empleado con Roa y lo emplearía con García Márquez. 7. Siempre que puedo utilizo la grabadora, pero a la vez tomo notas y ejercito la memoria, fijando las ideas en síntesis. Recomiendo el método, en este orden de confianza: las notas, la memoria y la grabadora.
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CIRO BIANCHI ROSS Periodista de la revista Cuba Internacional “Yo hago entrevistas por envidia” 1. Mi segunda entrevista con René Portocarrero (1978) ( 1978) marca un hito significativo en mi trayectoria como entrevistador. Fue ahí donde yo por primera vez apliqué el consejo sabio que me diera Loló de la Torriente, y que era el mismo que muchos años atrás diera a ella Ramón Gómez de la Serna. Una noche, entre tragos de tequila y un aluvión de recuerdos, la autora de Mi casa en la tierra me dijo: “Suelta la mano”. Y de verdad que la solté en esa entrevista que salió así, de un tirón, para demostrarme demostrarme que un género tan manoseado y del que tanto se abusa y que muchos ven como cosa de jóvenes que no quieren pensar –tal como dijera Jorge Luis Borges– puede ser tan rico y creador como la crónica y el reportaje. Vendría Ven dríann más tar tarde de mis ent entrev revista istass con Jul Julio io Cor Cortáz tázar, ar, Mig Miguel uel Ote Otero ro Silv Silva, a, Jos Joséé Agu Agustín stín,, Aug August ustoo Mon Monter terroso roso,, Miguel Barnet, Mario Benedetti, Nélida Piñón, Abel Posse, Julio Le Parc, Oswaldo Guayasamín, Jorge Amado, Gabriel García Márquez y las motivaciones siguieron siendo las de antes: el interés de embocarme con esas figuras, ser el hilo hi lo co cond nduc ucto torr en entr tree el ella lass y el le lect ctor or,, ha hace cerl rles es de deci cirr lo qu quee mu much chaa ge gent ntee qu quer ería ía sa sabe berr ac acer erca ca de su vi vida da y, a la po post stre re,, estar est ar en su bi bibl bliog iogra rafía fía po porq rque ue si le dig digoo la ve verd rdad ad,, y ta tall ve vezz us uste tedd ya se ha haya ya per perca cata tado do,, yo co comen mencé cé a ha hacer cer en entr trev evisistas por envidia. Lo curioso es que tanto tiempo después sea el mismo motivo el que me haga persistir en un género tan ingrato y comprometedor. 2. Reit Reitero: ero: ing ingrat ratoo y com comprom prometed etedor. or. Sut Sutil. il. Deli Delicad cado. o. Per Peroo no difí difícil, cil, tan tanto to en térm término inoss abs absolu olutos tos com comoo rela relativo tivos. s. Si el ent entrev revista istador dor se pre prepar paróó ade adecua cuadam dament entee par paraa hilv hilvan anar ar cua cuatro tro o cin cinco co pre pregun guntas tas medi mediana anamen mente te int intelig eligent entes, es, cuyas respuestas supo recoger con habilidad más o menos notarial a fin de colocarlas después una detrás de la otra con un mayor o menor sentido del idioma, la entrevista no resultará difícil, aunque no consiga que nadie al leerla sienta “los penachos del viento junto a las sienes”, de los que habló Rimbaud. Lo qu quee qu quier ieroo dec decir ir es qu quee la en entre trevi vist sta, a, com comoo el re repor porta taje je,, es un unaa téc técni nica ca qu quee si se co cono noce ce y dom domin ina, a, da un res resul ul-tado más o menos aceptable. De esas entrevistas está empedrado el camino de la prensa, a veces con sus preguntas boba bo bass y re respu spuest estas as co cons nsab abid idas as qu quee un unoo le lee, e, o no no,, co conn la ce cert rteza eza de qu quee na nada da tra trasce scend nden ente te o si siqu quie iera ra me memor morab able le ha ha-llllar aráá en el ella las. s. So Sonn es esos os te text xtos os en lo loss qu quee el au auto torr pr preg egun unta ta a su en entr trev evis ista tado do dó dónd ndee y cu cuan ando do na naci ció, ó, en qu quéé fe fech chaa pu pu-blicó tal o más cual título o cualquier otro dato que él, como entrevistador, está obligado a saber. Ahora me viene a la mente la aseveración aseveración de Oriana Fallaci: una pregunta pregunta tonta a un hombre inteligente, motiva una respuesta inteligente; la pregunta inteligente a un tonto, produce una contestación tonta. Si un entrevistador tonto ton to se ju junt ntaa co conn un en entr trev evist istad adoo ton tonto, to, lo qu quee su suced cedee mu muyy a me menu nudo do,, es la ca catá tást strof rofe. e. Y pe peor or aú aúnn cu cuan ando do la ton tontetería quiere enmascararse con la erudición falsa o traída por los pelos. Si un entrevistador tartamudea o da vueltas innecesarias a una pregunta, es porque no está seguro de su eficacia. Por otra parte, muchas entrevistas se frustan porque el entrevistador se cohíbe de preguntar aquello que se supone
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debía saber. Aun a riesgo de pasar por tonto o ignorante, un entrevistador, sin ningún sonrojo, inquirirá incluso sobre lo obvio si no tiene otra forma de agenciarse el dato, y tendrá luego, a la hora de escribir o editar, la malicia suficiente para encubrir su ignorancia, sin contar que en toda entrevista, como en todo diálogo, hay una especie de tierra de nadie que puede ser muy bien aprovechada por el periodista. Con la técnica y sólo con ella se logra una entrevista pasable, o buena; excelente incluso. Pero no la entrevista con may mayúsc úscula ula.. Par Paraa ell elloo se req requie uiere re de cie cierta rta gra gracia cia,, y de muc muchos hos otro otross fac factor tores: es: prep prepara aración ciónade adecua cuada, da, arr arrojo, ojo, sus sus-picacia, inteligencia, astucia para saber cuándo y cómo deslizar una pregunta molesta a fin de colocar en una posición ci ón in incóm cómoda oda al en entr trev evist istad ador or,, y, a la hor horaa de esc escri ribi bir, r, cu cuida idarr de qu quee la pr prosa osa no se en enca cart rton onee y co cons nserv ervee la fr fresc escur uraa de lo hablado. Claro que nada de eso basta si usted se embocó con un personaje que no quiere conversar, por muchas formas que existan de obligarlo a hacerlo. Aun así, tocar el fondo de d e una situación o de un personaje es menos frecuente de lo que habitualmente se piensa. Sólo el entrevistador sabe cuánto hay de uno mismo en una entrevista. Uno pule, retoca, omite, destaca, lleva a un pr prim imer er pl plan anoo es esto to o aq aque uelllloo pa para ra qu quee en el te text xtoo el en entre trevi vista stado do ofr ofrez ezca ca su “de “defin finic ición ión me mejo jor”. r”. Pe Pero ro eso no se conoce no ce,, se olv olvida ida,, lo pa pasa sa po porr al alto to in incl clus usoo el pr propi opioo en entr trev evist istad ado. o. De ah ahíí la in ingr grat atitu itudd de dell gé géne nero ro a la cu cual al al alud udíí an ante tes. s. El comp co mpro romis misoo qu quee en entr trañ añaa as asum umir ir la lass pa pala labr bras as de otr otro, o, y la su sutitilez lezaa con qu quee ha hayy qu quee ha hace cerlo rlo pa para ra qu quee nu nuest estro ro in inter terlo lo-cutor se reconozca en el texto. 3. No ha hayy “p “peor eor”” ni “m “mej ejor or en entre trevi vist stad ado” o”;; ha hayy bu buen enos os y ma malo loss en entr trev evist istad ador ores. es. Y lo loss del me medi dio. o. Tod Todoo ho homb mbre re tie tie-ne un unaa hi histo stori riaa in inte teres resan ante te qu quee co cont ntar ar –q –que ue esa hi histo stori riaa seatras seatrascen cenden dente te o no no,, es ya otr otraa cos cosa– a– y, por ta tant nto, o, su susc scept eptiible de ser contada, y toca al entrevistador rastrearla y darla a conocer. Exist Ex iste, e, es esoo sí, el en entr trev evist istad adoo di difíc fícilil,, aq aque uell qu quee pon ponee re repa paro ros, s, se ha hace ce de ro roga gar, r, in inter terru rump mpee o pr prete etend ndee de deja jarr el diá diá-logo inconcluso o quiere llevar la entrevista por la senda que le sea más conveniente. Cada uno de esos casos tiene su antídoto específico e intransferible, sólo que se requiere de mucha experiencia para conocer la medicina apropiada. No basta a veces con halagar la vanidad vanidad de un entrevistado entrevistado posible posible,, hacerlo sentir tan o más importante importante de lo que es. No conviene apabullarlo con todo aquello que sabemos sobre él cuando basta con darle a entender que no nos deja dejarem remos os meter meter gat gatoo por lieb liebre. re. En oca ocasion siones es es sab sabio io mos mostra trarse rse humil humilde de y en otra otras, s, arr arroga ogante nte,, insinua insinuarse rse al ritmo de violines o hacerse sentir con el fragor de los cañones. Siempre darse a respetar. La indiferencia, a ratos, es huyes y te persigue. Hay oportuna. Dice un proverbio árabe: La mujer es como la sombra: la persigues y te huye, le huyes entrevistados que son iguales. 4. Todos los momentos y ningún momento. Suele decirse que el comienzo, ese “romper el hielo” entre el entrevista vi stador dor y el en entr trev evist istad ado. o. Me Mete terse rse en la in intitimid midad ad de ot otro ro,, ag agred redirl irloo a ve vece cess y qu quee es esee otr otroo lo tol toler eree y en oc ocas asio ione ness lo agradezca, no es fácil. ¿Cómo se logra? Nadie lo sabe a ciencia cierta. ci erta. Lo que funciona con este resulta re sulta inoperante con aquel, y al revés. Decía De cía Ka Kant nt qu quee cu cuan ando do un unoo lle llega gaba ba a un lu luga garr y no sa sabí bíaa sob sobre re qu quéé ha habl blar ar,, lo re recom comen enda dabl blee er eraa co come menz nzar ar a ha hace cerlrloo acerca del estado del tiempo. He us usad adoo es esee re recu curs rsoo mu much chas as ve vece ces. s. Ha Habl bloo de dell titiem empo po o de lo qu quee se me oc ocur urra ra,, ha hago go un ch chis iste te,, re rela lato to un unaa an anéc éc-dota, dot a, com comen ento to un he hecho cho qu quee ac acab aboo de pr prese esenc ncia iarr o qu quee vi ha hace ce tie tiemp mpoo y ac actu tual alizo izo.. Lo imp impor orta tant ntee es al alig igera erarr la te tennsión porque si el entrevistado está tenso, yo no lo estoy menos. Después explico de la mejor manera posible el motiv mot ivoo de mi vi visit sita, a, am ampl plío ío el pro propó pósit sitoo de mi en entr trev evist ista, a, so sobr bree el qu quee ya ha habl bléé en el mo mome ment ntoo de sol solic icita itarla rla,, ofr ofrez ezco co detal det alle less so sobr bree la rev revist istaa do dond ndee se pu publ blic icar aráá y, sinmás tra trans nsic ició ión, n, ha hago go la pr preg egun unta ta in inici icial al.. Ab Abro ro as asíí la lass hos hostil tilid idad ades. es. Una pregunta suave, cómoda para el comienzo, es lo ideal ya que posibilita que el entrevistado se explaye, se proyecte. La segunda interrogante me permite afinar la puntería y medir posibilidades propias y ajenas; saber hasta dónde dón de lllleg egar aráá mi in inter terlo locu cuto torr y ha hasta sta dón dónde de yo pu pued edoo lllleg egar ar co conn él. Su Subo bo la pa para rada da en la te terce rcera ra pr preg egun unta ta y af afloj lojoo en la cu cuar arta ta,, si es ne nece cesa sari rio, o, do doyy un res respi piro ro co conn un unaa pre pregu gunt ntaa su suav avee o in intr trodu oduzco zco un te tema ma aj ajen enoo a la en entr trev evist ista, a, y vu vuel elvo vo a la carga. El asunto es propiciar un diálogo sin desmayos, en el que la palabra se mantenga constantemente en el aire como la pelotica de pin pon cuando es batida por dos buenos jugadores, sin caídas, sin reiteraciones, sin evasie vasivas intolerables, sin digresiones más allá de lo permisible.
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Por eso, si el momento inicial i nicial es difícil, lo que sigue es más encarnizado, hasta el final. Cuando uno elaboró bien su temario, sabe el momento exacto en que debe largarse. 5 . Depende. Si se trata de una entrevista de opinión o de personalidad, no veo por qué el entrevistador debe manten man teners ersee en un pla plano no secu secunda ndario. rio. Ust Usted ed man maneja eja idea ideas, s, dat datos, os, fech fechas, as, crit criterio erioss pro propios pios y aje ajenos nos,, tra trasmu smuta ta todo eso en interrogantes y esa entrevista no tendría lugar si usted no la suscitara. Pero sucede que muchos periodistas insisten en presentar como entrevistas lo que pueden reportar en una nota. Ya se sabe que al menos siete de cada diez informaciones que aparecen en la prensa, son fruto de una entrevista. No todas ellas merecen que se den como tales. El periodista conversa con determinada persona, formal o informalmente, obtiene de ella una información equis y la difunde, dándole crédito o no a la fuente. Aquí lo que debe pasar a segundo plano no es el entrevistador, sino la entrevista misma. Entrevistadores hay que son superiores a sus entrevistados, o a algunos de ellos. Es así, aunque mucha gente lo desconozca. Usted convendrá conmigo, sin embargo, que nada hay más pedante y molesto que un entrevistador quee qu qu quier ieree o tr trat ataa a to toda da cos costa ta de ro roba barlrlee el se sett a su en entre trevi vista stado, do, ol olvi vida dand ndoo un unaa pr prem emisa isa es esen enci cial al:: la ma mayo yorr pa parte rte de loss le lo lect ctor ores es,, en la ma mayo yorí ríaa de lo loss ca caso sos, s, le leee un unaa en entr trev evis ista ta po porr su te tema ma o po porr la pe pers rson onaa qu quee la co conc nced ede, e, no po porr qu quie ienn la escribe. Excepciones hay, por supuesto; entrevistadores cuyos textos la gente busca, como los de Oriana Fallaci quien, por cierto, comienza y termina creyéndose más importante que cualquiera de sus entrevistados. Ni un seg segun undo do pla plano no ni un pr prime imero ro.. Se Senc ncililla lame ment nte, e, el en entr trev evist istad ador or de debe be da darse rse el lu luga garr ju justo sto.. Ap Apar arec ecer, er, y ha hace cerlo rlo con autoridad, siempre que tenga que hacerlo, y ocultarse cuando las circunstancias lo aconsejen. ¿Me permite un ejemplo personal? Un día me tocó entrevistar a Eleuterio Fernández, un líder líde r tupamaro que había estado preso e incomunicado durante quince años consecutivos. El relato de su captura, de sus días de presidio, de su lilibe bera raci ción ón era ta tann ap apas asion ionan ante te y coh coher eren ente te qu quee dec decid idíí con conta tarlrloo en pri prime mera ra pe pers rson ona, a, sin in inte terr rrup upci cion ones es de ni ninngún tipo, con una brevísima introducción y punto. Yo no estaba y sí estaba en esa entrevista. Porque si bien a mí no se me “oye” en el texto, yo con mis preguntas en el ca cara ra a ca cara ra ha habí bíaa mo movi vido do el di diál álog ogo, o, má máss ta tard rdee ha habí bíaa hec hecho ho la sel selec ecció ciónn de su suss pa pasa saje jess má máss emo emotitivo voss y hu huma mano noss y, ya ante la máquina de escribir, había procedido a realizar re alizar un acucioso trabajo de síntesis y de elaboración técnica y literaria. 6. Todas las entrevistas son de preguntas y respuestas. Todas las entrevistas que conozco hasta ahora lo son, porquee ha qu hayy un unaa pe pers rson onaa qu quee pr preg egun unta ta y otr otraa qu quee re respo spond nde. e. No ha hayy ot otra ra ma mane nera ra de ha hace cerlrlas as.. Lo qu quee su suce cede de es qu quee des des-pués pu és ese diá diálog logoo ad adop opta ta la fo form rmaa y tom tomaa el vu vuelo elo qu quee el au auto torr sea ca capa pazz de da darle rle y qu quee la pr prop opia ia en entr trev evist istaa re resi sista sta.. No pu pued edoo pr prede edeci cirr de an ante tema mano no qu quee la en entre trevi vist staa qu quee esc escri ribi biré ré tr tras as el ca cara ra a ca cara ra co conn mi en entr trev evist istad ado, o, re repr produ oducicirá el diá diálog logoo de ma mane nera ra di direc recta ta o in indi direc recta ta o ser seráá un unaa me mezc zcla la de am ambo boss mé méto todos dos.. Es Esoo me lo dic dicta ta la pr prop opia ia en entre trevi vist staa no en el momento en que la hago, sino en el momento en que me dispongo a escribirla. Las de preguntas y respuestas –bien hechas– son muy ágiles y cómodas de escribir. Esa es su principal ventaja. Pero no todos los diálogos aguantan ser reproducidos así. Para ello el diálogo debe tener un dinamismo, un interés sostenido y una chispa que lo haga renovarse en atractivos en cada interrogante y en cada respuesta. Por lo general, un entrevistador comienza con entrevistas de preguntas y respuestas. Después hace más comple jos sus textos y la emprende con cosas más elaboradas y creativas, que no siempre son términos sinónimos de eficacia. Pero por comodidad o por la prisa con que debe presentar su trabajo o porque la propia entrevista así lo deman dem anda da,, vu vuelv elvee sie siemp mpre re al mét métod odoo dir direc ecto. to. Cu Cuan ando do un unoo lo as asum umee ac acep epta ta tá tácit citam amen ente te el co compr mprom omis isoo de rep repro rodu du-cir de manera textual las respuestas respuest as que recibió, y si en ellas se desliza alguna que otra barbaridad es asunto del entrevistado, allá él, que se eduque para la próxima. La entrevista mixta admite más el retoque. A mi juicio, la entrevista de opinión debe ser siempre de preguntas y respuestas, y más si el entrevistado es una personalidad de mucho relieve y resonancia. Hace poco una aguda colega me decía que yo andaba ahora por un “tercer estilo”. Yo había comenzado, según ella, ell a, co conn la en entre trevi vist staa de pr preg egun unta tass y res respu puest estas as,, pr pros oseg eguí uí co conn un unaa es espec pecie ie de en entr trev evist istaa mi mixt xtaa qu quee no ex excl cluí uíaa la lass pre pre-gunt gu ntas as y en la qu quee la re resp spue uestatext statextua uall al alte tern rnab abaa conla gl glos osaa de lo qu quee dec decía ía el en entr trev evist istad ado, o, y qu quee ah ahor ora, a, “t “terc ercer er momento” en su opinión yo asumía la voz del entrevistado que a través mío decía lo que se le antojaba.
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Mi joven colega tiene razón, pero sólo en parte. Pienso que esos tres “estilos”, como ella los llama, coexistieron siempre, lo que en cada etapa hubo uno que predominó sobre los otros. Eso de asumir la voz del entrevistado –que no equivale a escribir invariablemente en primera persona, sino más bien contar lo que me contaron– posibilita a la entre en trevi vist staa un unaa lilibe bert rtad ad ca casi si sin lím límitites es y ha hace ce qu quee el tex texto to ga gane ne en lilige gerez reza. a. Ti Tien enee un in inco conv nven enie ient nte: e: no es da dabl blee ac acoomete me terlo rlo con tod todos os lo loss en entre trevi vist stad ados; os; a ve veces ces la pro propi piaa pe perso rsona nalilida dadd o el to tono no en qu quee se di dioo la en entre trevi vist staa dic dicta ta un em em-paque más formal. Esos Es os tr tres es “e “esti stilos los”” tie tiene nenn un unaa ca caus usa: a: esc escrib ribir ir si siemp empre re en pl plan an de pre pregu gunt ntas as y re resp spue uesta stass ab abur urre, re, com comoo ab abur urre re la en en-trevista “cronicada”; uno, que es un entrevistador profesional y entrevista por encargo, se aburre de una forma y de otra, y busca la variedad. Me gusta variar, no encasillarme en un método, darle al lector que me sigue otra opción. Así fue siempre y así es hoy en que, a pesar de, sigo prefiriendo la entrevista como género por la pasión y el reto que lleva implícitos y porque no hay en la profesión un instante más privilegiado que ese de sentarse cara a cara con el personaje con quien todos quisieran conversar y obligarlo a desnudarse para los demás. 7. Utilicé la grabadora una vez, con Carlos Rafael Rodríguez, y no funcionó. Cuando quise transcribirla, la cinta esta es taba ba en bl blan anco co.. Po Porr su suer erte, te, ha habí bíaa tom tomad adoo al algu guna nass no nota tass dis discr creta etass y co conn la ay ayud udaa de la me memor moria ia pu pude de sa salir lir del pa paso. so. Tomoo not Tom notas as dur durant antee la ent entrev revist ista, a, abu abunda ndante ntess not notas; as; lo ano anoto to tod todo, o, desd desdee las resp respues uestas tas que reci recibo bo has hasta ta la rea reacci cción ón quee mi qu miss pr preg egun unta tass pro produ duce cenn en mi in inter terlo locu cuto tor, r, as asíí co como mo lo loss det detal alle less má máss so sobr bres esal alie ient ntes es de dell en entor torno no de dell diá diálog logo. o. Lo Loss largos años en el oficio me permiten hacerlo con mucha rapidez. Comencé a hacer entrevistas en una época en que agenciarse de una grabadora en Cuba era tan difícil como un viaj vi ajee al co cosm smos, os, y no sie siemp mpre re la lass dis dispo poni nibl bles, es, en ca caso so de ap apar arec ecer, er, er eran an por portá tátitiles les,, sin sinoo aq aque uellllos os mo mons nstr truo uoss an anted tedilu ilu-vian vi anos os de ci cint ntaa y qu quee po porr su pe peso so llllen enar aría íann de pa pavo vorr al mi mismo smo Dr Drác ácul ula. a. Re Recu cuer erdo do a un col coleg egaa qu quee co cons nsig igui uióó un unaa pa para ra un reportaje en el Barrio Chino, y tuvo que buscarse un auxiliar para transportarla. Además, la grabadora grabadora es muy trabajosa trabajosa y no siempre es sinónimo de fidelidad. El lenguaje hablado tiene particularid la ridad ades es qu quee no tol toler eraa a ve vece cess la tr tran ansc scrip ripci ción ón liliter teral al y no sie siemp mpre re se sa sabe be tra trans nscr crib ibir ir po porq rque ue no se sa sabe be es escu cuch char ar.. Si se graba, a la hora de escribir se impone escuchar la entrevista completa y el trabajo es doble: la misma entrevista dos veces. Las notas son más fáciles de manejar, más nobles. Uno las lee, las relee, repara en lo que le conviene, hace marcas aquí y allá y enseguida trabaja sobre eso. Sin contar que desde el mismo momento en que se toman permiten ir haciendo ya la edición del texto. Edición apresurada y rudimentaria, pero edición al fin. Me gusta preparar mis entrevistas. Lo hago siempre que puedo. Soy muy cuidadoso en eso. Antes de encontrarme con algu alguien ien para entrevistarlo entrevistarlo –entrevista de personalidad, personalidad, desde luego– procuro procuro conocer de su vida y de su quehacer tanto como él mismo. Todo me interesa –sus éxitos, sus fracasos, sus matrimonios, sus decepciones...–, pues nunca se sabe por dónde se va a agarrar al personaje ni desde qué lado puede uno encajarle la banderilla. Tengo una muy extensa colección de recortes, clasificados y archivados, y varios ficheros en los que acumulo toda la información que puedo acopiar sobre una persona célebre sin que sepa a ciencia cierta si algún día llegaré a entrevistarla. No es raro que en ese acopio de datos me valga también de fuentes vivas, amigos y enemigos del personaje que me darán una visión amplia, diversa y contradictoria. Los “pecaditos” también quedan anotados, y los utilizo eventualmente. Aun así, no es raro, ya cuando tengo la entrevista concertada, que acuda a hemerotecas en procura de una información más vasta. Por lo común, preparo el cuestionario de antemano, que no es, por supuesto, una camisa de fuerza, sino una pauta, una guía. Las cuatro o cinco preguntas iniciales, sin embargo, las hago de memoria, con el cuesti onario oculto.. Pu to Puedo edo mo most stra rarlrlo, o, de ma mane nera ra má máss o me meno noss dis discr creta eta,, ya en el ca calo lorr de dell di diál álog ogo. o. Po Porqu rquee me ha su suce cedid didoo est esto: o: al algu gu-nos, al verlo en el comienzo de la entrevista, insisten en contestar entonces por escrito o se asustan por la extensión. En el primer caso, me niego por principio, pero acepto si se me da la oportunidad de repreguntar. Nunca someto una entrevista escrita a revisión. Lo dicho, dicho está, yo lo escribo y asumo la responsabilidad que eso acarrea. Antes me apegaba apegaba a la cita. No podía redactar la entrevista si no tenía delante la libreta de notas. notas. Ya no es tan así. Cuando escribo un reportaje, más que sobre los apuntes –imprescindibles, eso sí, en cuanto a datos, cifras, fechas...– chas.. .– me vuelvo sobre el recuer recuerdo do de lo que vi y la impresión que ello me causó causó..
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Un buen día empecé a hacer lo mismo con las entrevistas. Tenía mi sesión de cara a cara con el entrevistado –o varias sesiones, como en algunos de los últimos casos– y cuando transcurrían dos o tres días retomaba mis apuntes y con un lápiz rojo, siempre rojo, marcaba al margen para lo importante, dos, para p ara lo más importante aún, tres... Luego me ol olvi vida daba ba del re rest sto, o, qu quee no era má máss qu quee tr tras asfon fondo do,, y re repa pasa saba ba me ment ntal almen mente te lo ma marc rcad adoo ha hasta sta qu quee se ha hacía cía in ineevitable sentarme ante la máquina de escribir, lo que podía ocurrir semanas después. Eso es lo que hago ahora siempre que puedo y la entrevista lo resista. Memoriz ar lo trascendente y dárselo al lector, asumiendo la palabra de otro, suplantando su voz.
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MANUEL PEREIRA Periodista y escritor “Pocas veces se suscitan diálogos interesantes” 1. Hay dos tipos de entrevistas, hablando en términos muy generales: la que se publica luego como tal, y aquella que se emplea en el terreno para obtener información y que luego, sobre el papel, no aparece como entrevista sino como datos en boca del autor o periodista. Desde luego, presumo que se quiere hablar de la primera categoría. En ese caso, considero que es un recurso formidable para captar personajes y personalidades y para, a través de ellos, expresar una atmósfera, una cierta historia, o un fragmento de la realidad. 2. Pa Para ra mí –e –esto stoyy ha habl blan ando do ún única ica y ex excl clus usiv ivam amen ente te de mi ex expe perie rienc ncia ia pe pers rson onal al–– la en entr trev evist istaa no es di difíc fícilil,, en tod todoo caso es apasionante, como todo lo que causa placer. Me gusta mucho la entrevista, casi me atrevería a afirmar que es el gé géne nero ro qu quee má máss me gu gust sta, a, au aunq nque ue ta tamb mbién ién la cr crón ónic icaa –s –sob obre re tod todoo la cr crón ónic icaa de vi viaj ajes– es– me fa fasc scin ina. a. Si hi hicie ciera ra un para pa rale lelis lismo mo –q –qui uizá záss un po poco co fo forz rzad ado– o– con la pin pintu tura ra,, dir diría ía qu quee un unaa cr crón ónica ica es un pa pais isaj aje, e, mi mien entra trass qu quee un unaa en entr trev evisista equ equiv ival alee a un re retra trato to do dond ndee es po posib sible le ve verlrloo tod todo, o, en est estee ca caso, so, la lass id idea eass del en entr trev evist istad ado. o. No cr creo eo qu quee la en entr trev evisista ocupa ningún lugar con respecto a los otros géneros periodísticos. Creo que todos lo géneros son igualmente impo im porta rtant ntes es y pod poder eroso osos, s, sie siemp mpre re qu quee sea seann ej ejerc ercid idos os co conn ta tale lent nto. o. Es el ta tale lent nto, o, el of ofici icio, o, la ha habi bilid lidad ad,, lo qu quee es esta tabl bleece jerarquías, y nunca la naturaleza intrínseca de los géneros. 3. El pe peor or en entr trev evist istad adoo es el qu quee no tie tiene ne na nada da qu quee dec decir ir.. Se ded deduc uce, e, po porr ta tant nto, o, qu quee pa para ra mí el mej mejor or en entr trev evist istad adoo es el que mueve ideas, obligándome a reflexionar y a provocarlo con nuevas ideas. 4. El inicio. 5. Me niego absolutamente a aceptar la idea –al parecer bastante difundida entre nosotros– de que el entrevistador debe ser una especie de fantasma sin voz ni voto, algo así como el simple operador de la grabadora que poncha teclas y escucha admirado al entrevistador y que luego transcribe todo lo escuchado en sus cuartillas. Grave error que conduce, por una parte, a la pereza profesional y, por otra, al desvanecimiento casi total de la personalidad intelec te lectu tual al del pe peri riodi odista sta.. De Desd sdee lu lueg ego, o, el en entr trev evist istad adoo es el en entr trev evist istad adoo y el en entr trev evist istad ador or es el en entr trev evist istad ador or,, y no ha hayy que llegar a extremos, ni en una dirección ni en otra. Pero el entrevistador, si de veras lo es, debe darse su lugar. No se trata de un capricho, es una necesidad, una ley del género. Nunca la voz del entrevistador debe sobrepasar so brepasar a la del entrevistado, pues se supone, obviamente, que este último es el más importante, sin duda. Pero también el entrevistador es importante, debe tener sus opiniones, y debe expresarlas en la medida de lo posible, incluso, debe –según los casos, naturalmente– discrepar (aunque sólo sea como co mo un rec recur urso so téc técni nico co)) de al algo go qu quee dig digaa el en entre trevi vist stad ado, o, pa para ra as asíí co cond nduc ucirl irloo ha hacia cia nu nuev evas as id idea eas, s, qu quiz izás ás má máss pr profu ofu-sas o iluminadoras. Claro, todo esto que digo, tendrá lugar o no en dependencia de quién sea el entrevistado. No es lo mi mism smoo en entre trevi vista starr a un dep depor ortis tista ta,, qu quee a un ob obrer reroo de desta staca cado; do; no es ig igua uall en entr trev evist istar ar al ad admi mini nistr strad ador or de un unaa empres pr esaa qu quee a unesc unescri rito torr o unpol unpolítític ico, o, et etcé céte tera ra.. Pe Pero ro au aunn as así,í, en to todo doss lo loss ca caso sos, s, to todo doss titien enen en al algo go qu quee de deci cir, r, y es ju just stoo
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que expresen siempre lo mejor de sí mismos, y eso sólo se puede lograr si, a su vez, el entrevistador da también lo mejo me jorr de sí en un ju jueg egoo de re reci cipr proc ocid idad ad al qu quee no ha hayy qu quee te tene nerl rlee ni ning ngún ún mi mied edo. o. De no se serr as así,í, el pe peri riod odis ista ta se co connvierte en la mera prolongación mecánica de la grabadora, y entonces cualquiera hace una entrevista. Ejemplos: si entrevisto a un atleta, debo conocer previamente su currículum, sus records, algo de su técnica, sus rivale riv aless o ému émulos los hist históric óricos, os, etc etcéter étera.. a.... Si ent entrev revisto isto a un obr obrero ero dest destaca acado, do, esto estoyy en la obl obliga igación ción pro profesi fesiona onall de ave ave-rigua rig uarr an ante tess la lass pa part rticu icula lari rida dade dess de su ofi ofici cio, o, los rie riesg sgos, os, y –e –enn el ca caso so de Cu Cuba ba–– cóm cómoo era an ante tess de 19 1959 59 ese tra traba bajo, jo, en cuáles condiciones materiales y morales se desarrollaba, etcétera. Si entrevisto al administrador de una empresa debo conocer antes las cifras de producción históricas y actuales de ese establecimiento, las dificultades, los logros, etcétera... Si entrevisto a un escritor debo conocer, lo más a fondo posible, su obra, sus declaraciones anteriores a otros periodistas, y algún que otro dato significativo de su biografía. Si estoy ante un político tampoco puedo darme el lu lujo jo de ig igno nora rarr su pa pasa sado do,, su suss or oríg ígen enes es,, su suss lu lucha chas, s, su suss id idea eas, s, et etcét cétera era.. En un unaa pa pala labr bra, a, un pe peri riodi odistaque staque va a la en en-trevista con su grabadora pero sin la más vaga idea del personaje que va a enfrentar, es como el soldado que va a la guerra con un fusil, pero sin municiones. Las municiones son las preguntas. ¿Y cómo hacer preguntas si antes no existe en la cabeza del periodista un cúmulo de ideas más o menos organizadas, más o menos encontradas? 6. Me gustan, aunque pueden parecer demasiado académicas en su aspecto formal. En ese sentido tengo un recurso –no se hasta qué punto personal, seguramente que muchos lo usan–: si el entrevistado me frustra, es decir, si no logro sacarle todo lo que pensaba, entonces envuelvo la entrevista en atmósferas descriptiva, anecdóticas, colocand ca ndoo aq aquí uí y al allá lá la lass me mejo jore ress fr fras ases es qu quee ha haya ya di dich cho. o. Al fifina nal,l, el re resu sultltad adoo de es este te mo mont ntaj ajee no es el de pr preg egun unta tass y re resspuestas. Envuelvo al entrevistado en una nube de humo para apoyarlo y proteger la pobreza del material obtenido. En ca camb mbio io,, si el en entr trev evist istad adoo me di dice ce co cosa sass in inte teres resan ante tess y si sien ento to qu quee te teng ngoo en la ma mano no un ma mater teria iall lu lumi mino noso, so, me pa pa-rece un crimen no elaborarlo con el montaje clásico de las preguntas y las respuestas. Entonces tengo un diálogo de elevada temperatura a mi disposición, un tesoro conversacional: ¿cómo despreciarlo dándole otra forma, ensamblándolo de otra manera? Pocas veces se suscitan diálogos interesantes. Cuando eso ocu ocurr rree –¡ –¡ca casi si un mi mila lagr gro! o!–– soy de la opi opini nión ón de qu quee ha hayy qu quee re repr produ oducir cirlo lo ta tall cu cual al fu fue, e, au aunq nque ue,, cl clar aro, o, si siem empre pre en la edición se machetea un poco aquí y allá. 7. Uso grabadora, pero también tomo notas durante la entrevista: esos apuntes son lo que no puede recoger el aparato de grabar ni la cámara del fotógrafo; algún gesto del entrevistado, algún detalle e n su indumentaria, o en su habitación. Hago notas como un loco, sobre todo acerca de si hace frío o calor, qué se ve desde la ventana o el balcóncercan cóncerc anoo al lu luga garr de la en entre trevi vist sta. a. Lu Lueg egoo pu puedo edo o no us usar ar esa esass no nota tas, s, eso dep depen ende de.. Si la lass us uso, o, la lass in inco corpo rporo ro en un unaa suerte de introducción destinada a situar al lector, acomodándolo para lo que va a leer a continuación, es decir, la entrevista. No confío en la memoria: la memoria me moria es un instrumento utilísimo para la literatura, pero desastroso para el periodismo. Creo Cr eo qu quee no pu puedo edo ha hace cerr mu much chas as má máss re recom comen enda daci cion ones es qu quee la lass qu quee se des despr pren ende denn de mi miss an anter terio iores res re respu spuest estas as al cuestionario. La entrevista es un género de difícil reglamentación. Cuando se trata de encasillarlo entre moldes rígidos, se entristece y muere. Es un género vivo, cordial, dialéctico: quizás el más dialéctico de todos, seguramente. Casi todo depende del entrevistado, con el que hay que establecer desde el primer momento una relación de simpatítía. pa a. Es Esto to es lo má máss ar ardu duo, o, en mi op opin inió ión. n. Es Esaa sim simpa patía tía co cons nsis iste te en un equ equili ilibr brio io en entre tre est estos os dos pol polos os:: el res respet petoo in in-dispensable dispens able al entrevistado, entrevistado, de una parte; y de la otra, una sensación de que lo conocemos de toda la vida: esa sensa sen sació ciónn sól sóloo pu puede ede al alca canz nzar arse se si se cu cumpl mplen en los req requis uisito itoss de con conoci ocimi mien ento to pr previ evioo qu quee en enum umeré eré en la res respu puest estaa 5.
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MANUEL GONZÁLEZ BELLO Periodista del periódico Juventud Rebelde “En el mismo plano del entrevistado” 1. La en entre trevi vista sta es mi gé géne nero ro pr prefe eferi rido, do, en el qu quee me si sien ento to a gu gust sto, o, por va vari rias as ra razon zones es pr profe ofesio siona nale less y per perso sona nales les.. Pero tal vez por eso pienso mucho antes de decidirme a emplearla. Ocurre que yo sí creo en la existencia de los géneros periodísticos. No se debe vestir a un carpintero con hábitos de cu cura ra ni a un pe pesc scad ador or su subm bmar arin inoo co conn la ro ropa pa de un bo bomb mber ero. o. A pa part rtir ir de es esaa ló lógi gica ca y de mi re resp spet etoo a lo loss gé géne nero ros, s, considero que deben utilizarse según el tema. No respetar ese principio dificulta la comunicación, atenta contra la eficacia del decir. A veces se entrevista a alguien para expresar un contenido que mejor hubiera quedado en una nota; o se escribe un comentario acerca de algo que merece una crónica, que requiere una crónica. De mo modo do qu quee em empl pleo eo la en entr trev evist istaa cu cuan ando do el te tema ma lo ex exig ige, e, o cu cuan ando do tro tropie piezo zo co conn un unaa per perso sona nalid lidad ad ma mara ravi villllosa osa que intuyo me proporcionará un material de interés para el lector. Todo el periodismo debe tener y trasmitir una carga humana, aunque se hable de hierros o de rocas. Pero tal vez sea la entrevista el género que pe rmite un mayor acercamiento y disfrute de lo humano, incluso más que la crónica. Esa es una de las razones para inclinarme por la entrevista. Pero, Pe ro, ade ademá más, s, est estee gé géne nero ro ob oblig ligaa al rep report ortero ero a con conve verti rtirse rse en sic sicólo ólogo go,, soc sociól iólogo ogo,, inv invest estiga igador dor.. Tie Tiene ne qu quee pen penetr etrar ar en la in intitimid midad ad de un unaa per perso sona na,, lo cu cual al es bi bien en dif difíci ícill y ap apas asion ionan ante te.. Ni Ning ngun unaa ta tarea rea pr prof ofesi esion onal al me est estim imul ula, a, in inqu quiet ietaa y mo motiv tivaa ta tant ntoo com comoo ha hace cerr un unaa en entr trev evist ista. a. Re Respe speto to mu much choo es esaa mo moda dalid lidad ad de dell pe perio riodis dismo mo y mu mucho cho má máss a lo loss gr gran ande dess entrevistadores; por eso medito mucho antes de decidirme a entrevistar a alguien. Teng Te ngoo otr otras as ra razo zone ness pa para ra em emple plear ar la en entr trev evist ista. a. El ser hu huma mano no ne neces cesitade itade fo form rmaa vi vita tall de la in infor forma maci ción ón.. Pe Pero ro ten ten-go la cer certe teza za de qu quee la in infor forma mació ciónn qu quee má máss pre prefie fiere re es la qu quee se re refie fiere re a su suss se seme meja jant ntes es,, y na nada da me mejor jor pa para ra ofr ofrec ecérérsela que la entrevista. Es muy seguro que este sea el género que mayores satisfacciones personales me ha dado. Mi poca vanidad se ha visto estimulada por las entrevistas... bueno, es fascinante escuchar a gentes comunes que no te conocen conversar sobre una entrevista que tú hiciste. Y eso no me ha pasado con reportajes, informaciones, crónicas. Ello confirma, quizás, una preferencia generalizada por el género. 2. No No,, dec decidi idida dame ment ntee no es el gé géne nero ro má máss di difíc fícilil.. Y te ex expl plico ico mi cr crititeri erioo de for forma ma br brev eve. e. Co Conn un unaa bu buen enaa pre prepa para ra-ción ci ón co comú mún, n, te pu pued edee sa salir lir bi bien en (s (sii es qu quee un unaa en entr trev evist istaa sa sale) le) un unaa en entre trevi vistadeco stadecoros rosa. a. Pe Pero ro yo cr creo eo qu quee lo má máss di difíc fícilil en el periodismo es la crónica; requiere de una cultura de gigantes, de una sensibilidad innata, de una visión muy amplia del mundo, de un ojo observador muy especial, de una inteligencia para entender lo que se ve. Claro que te esto es toyy ha habl blan ando do de un unaa cr crón ónic icaa de ve verd rdad ad,, de un He Hemi ming ngwa way, y, de un Jo José sé Ma Mart rtí; í; no de es esoo qu quee a ve vece cess le lees es en pe peri rióódicos y revistas y le llaman crónica porque habla del sol, de la luna, de una muñeca rota y un par de lágrimas ... eso
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puedee se pued serr un ac acto to de se sens nsib ible lerí ría, a, pe pero ro no un unaa cr crón ónic ica, a, ja jamá más. s. Fí Fíja jate te qu quee en el mu mund ndoo ha hayy mu muyy po poco coss cr cron onis ista tas. s. Y lo loss hay, por supuesto. Hace muchos años, en el Ulster hubo una huelga de hambre de militantes del IRA. Un anónimo corre cor respo spons nsal al de la ag agen enci ciaa AF AFPP esc escri ribi bióó un unaa cr crón ónic icaa de ve vein inte te lín línea eas. s. Po Porr mu mucho cho tie tiemp mpoo gu guar ardé dé es esee te text xto, o, conla cer cer-teza de que después de esa crónica, era imposible escribir algo más sobre el tema. Ese tipo era un profesional. Pero estaba dotado por los dioses para cronicar. 3. El mej mejor or en entre trevi vist stad adoo es el qu quee tie tiene ne sin since cerid ridad ad,, va valen lentía tía y sen sentid tidoo com común ún pa para ra res respo pond nder er a tod todas as la lass pre pregu gunt ntas as,, y si lo ha hace ce co conn el elocu ocuen enci cia, a, gr grac acia ia y be belle lleza za,, me mejor jor.. ¿E ¿Ell peo peor? r? El peo peorr en entr trev evist istad adoo lo he hemo moss fa fabr bric icad adoo los per perio iodis dista tas. s. Me refiero al entrevistado que tiene respuestas preelaboradas, esquematizadas, copiadas de lecturas. A mí la entrevista me ha dado las mayores satisfacciones en el periodismo. Y también momentos ingratos. No sé si lo co cont ntéé ya al algu guna na ve vez. z. Fu Fuii ha hasta sta la Ci Cién énag agaa de Za Zapa pata ta a bu busc scar ar tes testim timon onios ios sob sobre re la ba bata tallllaa de Pl Play ayaa Gi Girón rón.. En Entre trevi visté sté a una señora durante toda una mañana (he hecho entrevistas que me han llevado cinco y seis días) y cuando ya me ibaa a des ib desped pedir ir aq aque uellllaa hu humi mild ldee mu mujer jer me di dijo jo co conn ev evid iden ente te mo mole lesti stia: a: Oi Oiga ga,, qu quéé per perio iodis dista ta má máss ra raro ro es us uste ted. d. ¿U ¿Ust sted ed es periodista? Porque no me ha preguntado nada de lo que me han preguntado otros. . . y me dijo un montón de preg pr egun unta tass qu quee yo de debí bíaa ha hacer cerle le.. Pa Para ra mí aq aque uello llo fu fuee de depri prime ment ntee y no re reda dact ctéé el te text xto. o. Sí Sí,, la cu culp lpaa no fu fuee de ell ella, a, si sino no de los periodistas que siempre preguntan lo mismo. He encontrado otros entrevistados así, y peores. Yo quiero decir que a veces tú haces una buena entrevista y alguien “te pone la podría“, te dice que, claro, con un entrev ent revista istado do así así,, cua cualqu lquier ieraa hac hacee una obr obraa mae maestr stra. a. Adm Admito ito que hay bue buenos nos ent entrev revista istados, dos, pero sin bue buenn ent entrev revista ista-dor no hay buena entrevista. Aunque hay entrevistados que no funcionan ni con todos los genios del periodismo universal... También hay un entrevistado terrible: el que decididamente no quiere dejarse entrevistar. Con Violeta Casals tuve esa experiencia. Me aparecí en su casa y me dijo que ni le hablara del tema. Pasé una tarde con ella y siempre que sospechaba que le hablaba como entrevistador, se molestaba o evadía la respuesta. Tengo la suerte de la memoria mo ria.. Al día sig sigui uien ente te vo volv lvíí a su ca casa sa co conn la en entre trevi vist staa red redac acta tada da.. La le leyó yó.. Me dio un be beso so y me di dijo: jo: Ga Gana nast ste, e, pu publ blíícala así mismo. Esa fue una victoria. De las derrotas que he tenido de entrevistados negados, ni hablar. 4. Dije que la entrevista no es el género más difícil, ¡pero qué difícil es! No puedo precisar un momento particularmente difícil. La preparacion es difícil porque requiere días, semanas de investigación, de estudio. El acto de comenzar, las tres primeras preguntas... son la muerte... es como un juego de ajedrez que se decide en la apertura. Si no haces tres preguntas que motiven al entrevistado, que lo hagan sentirse cómodo, que rompa ro mpa el hielo y dé paso a la flflui uide dez, z, per perdis diste te el ju jueg ego. o. ¿Y qu quéé me di dice cess de la red redac acció ción? n? Es Esee mom momen ento to se la lass tra trae. e. Un Unaa bu buen enaa co conv nvers ersac ació ión, n, un buen diálogo, puede aniquilarse si no redactas con maestría. Para mí todas esas respuestas son piezas de un rompecabezas difícil de armar. Ese momento es decisivo. 5. No No,, el en entr trev evist istad ador or no deb debe, e, ni pu puede ede,, pe perma rmane nece cerr en un pl plan anoo se secu cund ndar ario. io. Pe Pero ro oj ojo: o: el lec lecto torr (en (entre trevi vist stam amos os para pa ra el le lecto ctor, r, ¿n ¿no? o?)) qu quier ieree sa sabe berr de dell en entre trevi vista stado, do, esc escuc ucha harlo rlo,, con conoc ocerl erlo, o, y si el pe perio riodi dista sta se po pone ne en un gr gran an pri prime merr plano, molesta. Sé que hay en algunos periodistas un cierto vedettismo, un afán de sobresaiir, de demostrar (al lector) que es un sabio. Y comienza la entrevista hablando de sí mismo, por el medio hace preguntas-discursos para que la gente vea que él sí, que él sí sabe; y termina hablando de sí mismo. Hace desaparecer al entrevistado. Eso no debe hacerse, es poco elegante, es mediocre, es de pobreza po breza profesional. Pero no significa que el entrevistado ta dorr de debe be lim limititar arse se en ex extre tremo mo a for formu mula larr pr preg egun unta tas. s. La en entr trev evist istaa es un unaa co conv nvers ersac ación ión,, a ve veces ces un du duel elo, o, en entr tree do doss perso per sona nas. s. El ar arte te de dell pe perio riodi dista sta ra radic dicaa en est estar ar en el mi mismo smo pl plan anoo de dell en entr trev evist istad ado, o, pe pero ro de un mo modo do qu quee no mo moles leste te ni a su interlocutor ni al potencial lector. Si el en entr trev evist istad ador or pa pasa sa a un pla plano no sec secun unda dario rio,, su rol es mu muyy pa pasi sivo vo.. Y eso pu pued edee pe perju rjudic dicar ar no só sólo lo la fo form rma, a, sin sinoo también el contenido de la obra periodística. Para resumir ese tema: mucha mesura, no pasarse nunca,pero evitar no llegar. 6. Preguntas y respuestas. Ese es un tema polémico. Esa técnica tiene detractores. He hecho entrevistas con las más var variad iadas as estr estruct uctura uras. s. Per Pero, o, sin sincera ceramen mente, te, pref prefiero iero las pre pregun guntas tas y resp respues uestas tas.. Tal vez por porque que sea lo más dif difícil ícil.. Te ha habl bloo de un unaa en entr trev evist istaa de ve verd rdad ad,, cl clar aro. o. Si sonpreg sonpregun unta tass y res respu puest estas as sim simpl plem emen ente te si sinn co cohe heren rencia cia,, sinuna ló ló-gica discursiva, si es un diálogo forzado... es un desastre. Pero yo disfruto mucho esas entrevistas que parecen una conversación de vecinos, que las lees con placer porque tanto las preguntas como las respuestas son interesantes,
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amenas amen as,, flflui uida das. s. Yo di digo go qu quee en la vi vida da no pu pued edee ha habe berr esq esque uema mas. s. Pe Pero ro un unaa en entre trevi vista sta co conn un unaa pr prese esent ntac ación ión in inter tereesante, sabrosa, y después el periodista conversando con el entrevistado, sin descripciones ni comentarios ni ruidos, es una delicia. Tengo dos ejemplos buenos y muy distintos entre sí: las entrevistas de Oriana Fallaci y las que el argentino Carlitos Bonelli le hizo a Maradona y a Fito Páez. En el primer caso por la agresividad, por la audacia. En el segundo, por la habilidad de Bonelli para con preguntas muy sencillas, simples, pero bien y oportunamente colocadas, lograr que los entrevistados dijeran frases geniales y expresaran su personalidad, ideología, modo de ver el mundo. Genial. Yo recomendaría estudiar esas entrevistas... de preguntas y respuestas. 7. Mi método de trabajo es bastante variable. Depende de la entrevista que vaya a realizar. Es el entrevistado quien qu ien en úl últim timaa in insta stanc ncia ia me ha hace ce el eleg egir ir un mét métod odo. o. Cl Clar aroo qu quee ten tengo go no norm rmas as y pri princ ncipi ipios os ge gene nera rale les, s, per peroo al ap aplic licar ar-los tengo muy en cuenta a la persona. Un error de método puede aniquilar una entrevista. Lo primero que hago es prepararme al máximo posible antes de realizar la entrevista. Trato de investigar lo más que pueda sobre el tema o los posibles temas. Y también sobre el entrevistado. Si es una personalidad, estudio su vida, su carácter. Es muy importante conversar con personas que conozcan a mi futuro interlocutor, pues suelen ofrecer información que luego resulta útil, tanto para profundizar en el tema como para buscar ángulos novedosos, aspectos sensibles a convertirse en elementos importantes. Cuando Robert de Niro estuvo en La Habana, me informé de to todo do cu cuan anto to ha habí bíaa hec hecho ho en Cu Cuba ba,, qu quéé er eraa lo qu quee má máss le ha habí bíaa im impr presi esion onad ado, o, qu quéé ha habí bíaa co conv nvers ersad ado. o. A pa part rtir ir de ahí, pude dialogar con él con informaciones i nformaciones que sólo yo tenía, y de las l as cuales carecían los colegas. Ellos tuvieron que limitarse a conversar sobre cine, yo pude preguntarle de temas que se basaban en los datos íntimos de su visita. Así me ha ocurrido en muchas ocasiones. Sin una preparacion previa, la entrevista es muy limitada, pobre. Con un poco de experiencia se puede suplir la falta de preparación, pero nunca se hará un buen trabajo.Por supuesto, he hecho entrevistas improvisadas. Un día llegué a la Casa de las Américas y allí estaba un escritor latinoamericano l atinoamericano esperando por un periodista que nunca llegó. Me pidieron que, por favor, hiciera yo la entrevista. No conocía ni el nombre del novelista, ni tuve un minuto para saber nada de él. Le hice las preguntas más generales del mundo. Cuento estas anécdotas para que se vea que la pr prác áctitica ca pe peri riodí odísti stica ca es sor sorpr pren enden dente te,, qu quee no tod todoo es pe perfe rfecto cto,, qu quee no si siem empre pre se tr trab abaj ajaa a tem tempe pera ratu tura ra y pr presi esión ón normales. Otro aspecto de mi método es conversar de temas generales con el entrevistado antes de comenzar el interrogatorio. Lo hago para tomarnos confianza, para saber el ritmo con que habla, para tener una idea más exacta de su personalidad. Y porque a veces de la conversación informal surgen preguntas o elementos para la redacción. En la medida de lo posible trato de no grabar. Prefiero tomar apuntes. Preg Pr egun unta tarr ta tamb mbié iénn re requ quier ieree de un mét métod odo. o. Y va varía ría con el en entr trev evist istad ado. o. Tra Trato to sie siemp mpre re de mi mira rarle rle a la ca cara ra y qu quee él me mire, pues a veces un gesto mío, una afirmación, una expresión del rostro, sugiere una respuesta, induce a un comentario útil. En ocasiones esos elementos son más efectivos que una pregunta. Mientras hago la entrevista me vigilo a mí mismo y al entrevistado, para saber justamente cuándo debe cambiar de tem temaa o fin final aliz izar ar el diá diálog logo. o. Un Unoo tie tiene ne qu quee sa sabe berr cu cuán ándo do lllleg egaa el mo mome ment ntoo de la fa fatig tigaa qu quee su surg rgee en un unaa con conve versa rsa-ción. O cambias bruscamente o terminas, pues si no, es una agonía. A la hora de redactar paso a máquina todas las notas tal cual las tomé. Busco el principio de la entrevista en esas notas, por dónde empezar. Si no hay un buen comienzo, el lector no sigue, abandona. Después ordeno las notas conn nú co núme mero ros, s, ar armo mo bl bloqu oques; es; tod todoo el nú núme mero ro un unoo va en un bl bloqu oque, e, y lu lueg egoo el bl bloqu oquee dos dos,, y as asíí ha hast staa el fin final al.. Ac Acomo omo-do eso esoss bl bloq oque uess en un ord orden en qu quee me pe permi rmita ta ma mant nten ener er el in inter terés. és. Fí Fíja jate te qu quee pu pued edee ha habe berr al algo go im impor porta tant nte, e, pe pero ro qu quee no sea atractivo, entonces ese momento lo ubico entre bloques interesantes. Es un rompecabezas. Cuan Cu ando do ya ten tengo go red redac acta tada da la en entr trev evist ista, a, la le leoo de decen cenas as de ve vece ces, s, y de ah ahíí sa sale le el títítu tulo lo.. Au Aunq nque ue a ve vece cess de la con con-versación misma surge el título, que encierro en un recuadro en la libreta de notas. Yo recomendaría preparar bien la entrevista. entrevista. Y que cada uno invente invente su método. Eso depende de la experiencia, de la personalidad del periodista. Pero sea cual sea, tiene que haber un método bien pensado, so peligro de ser un improvisador, y así no se es profesional.
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Anexo 2 Selección de entrevistas
LA ÚLTIMA ENTREVISTA CON ANTONIO GUITERAS Enrique de la Osa Porque Porq ue so somo moss ta tamb mbié ién n lo qu quee qu quer ería ía Gu Guit iter eras as,, so somo moss el ej ejem empl plo o qu quee él so soñó ñó pa para ra la Am Amér éric icaa en ente tera ra,, so somo moss ese faro que alumbra a todos los pueblos en el camino del desarrollo de las revoluciones libertadoras, y está mostrando el camino que se puede abrir, a fuerza de pujanza, a fuerza de trabajo, de fe en el futuro, y a fuerza fue rza de una con conduc ducció ción n ace acerta rtada da de las mas masas as pop popula ulares res,, hac hacia ia un cam camino ino,, hac hacia ia don donde de se sab sabee con conduc ducir ir ese pueblo.
Ernesto Che Guevara Diciembre de 1934. La contrarrevolución en el poder: el gobierno de Mendieta-Caffery-Batista. Antonio Guiteras perseguido con saña por los sicarios de la oligarquía. La casa de su compañero de Joven Cuba, Rafael Giraud, interventor del monopolio eléctrico bajo el derrocado presidente Grau, es, por esos días, refugio clandestino del luchad luc hador or rev revolu olucion cionari ario. o. Has Hasta ta all allí,í, en la esqu esquina ina de Nep Neptun tunoo y Oqu Oquend endo, o, lleg llegaa el dire directo ctorr del sem semana anario rio izq izquie uierdis rdis-ta Futuro. Br Brev evee cha charlrlaa con el re recio cio con condu duct ctor or an antim timper peria ialilista sta.. En su suss pá pági gina nass qu qued edaa pa para ra la his histo toria ria la po postr strera era en entre tre-vista de Guiteras con un periodista. ¿Cuáles fueron en su opinión las causas que determinaron la caída del Gobierno del doctor Grau San Martín?
Es difícil analizar en pocas palabras las causas que provocaron la caída del Gobierno que encabezara el doctor Grau San Martín, pues intervinieron factores diversos. Trataré, sin embargo, de señalar las causas fundamentales en mi criterio. Basta Bas ta reco recorda rdarr las circ circun unsta stanci ncias as que die dieron ron na nacimi cimient entoo a ese Gob Gobiern iernoo par paraa com compre prende nderr que car carecía ecíatota totalme lmente nte de las condiciones indispensables para realizar una verdadera obra revolucionaria. Primero: la ausencia completa del plan de acción gubernamental previamente estructurado y, segundo: la falta de una fuerza política organizada capaz cap az de resp respald aldarl arlo. o. La obr obraa de un gob gobiern iernoo rev revolu olucion cionari arioo no pue puede de impr improvi ovisar sarse se fest festina inadam dament entee des desde de el pod poder. er. Ella El la su supon ponee un unaa la labo borr pr prepa epara rato toria ria qu quee aq aque uell go gobi bier erno no no te tení níaa ni po podí díaa ten tener er re real aliz izad ada. a. Pr Prod oduc ucto to de un go golp lpee de la tropa y frente al vacío que le hicieron los sectores políticos (y las clases económicas), el gobierno tuvo como único sostén organizado el propio Ejército. Y ese Ejército que creía haber obtenido con el desplazamiento de los oficiales maculados la última conquista revoluci vol uciona onaria ria,, inc incapa apazz de sen sentir tir la Rev Revolu olución ción,, no pod podía ía sop soporta ortarr el sac sacrif rificio icio que sig signif nifica icaba ba el sos sosten tenimie imiento nto del Gobierno. De ahí que sus propios elementos dirigentes se opusieran en muchas ocasiones a la promulgación de decretos revolucionarios. Otro Ot ro de los fa fact ctore oress qu quee tu tuvo vo un unaa in inflflue uenc ncia ia dec decis isiv ivaa en el de derro rroca cami mien ento to de dell Go Gobi biern ernoo de Gr Grau au,, fu fue, e, de un unaa pa parrte, la falta de unidad ideológica aún en los puestos ejecutivos del Gobierno, y de otra, la imposibilidad de seleccionar en el complejo revolucionario, por lo que antes anotara, los hombres que pudieran ser en la provincia y en el
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municipio fieles intérpretes de la obra nacionalista del Poder Central. Por eso se entronizó el arribismo, esto es, la ocupación ocupa ción de los cargos públicos por improvi improvisados sados y seudorr seudorrevoluc evolucionari ionarios. os. Yo mismo, por razón del cargo que ocupaba, tropecé con grandes dificultades para encontrar el hombre en cada oportunidad, capaz de interpretar el sentido y la naturaleza del movimiento. Con estos antecedentes se comprende y justifica la política zigzagueante del Gobierno, su turbación frente a los problemas que surgían a cada paso, perfectamente previsibles previsi bles cuando con tiempo se prepara un plan de acción gubernamental; su incapacidad en fin para seguir una línea táctica antimperialista. ¿Cree usted que existan las condiciones objetivas y subjetivas para una revolución?
No cabe duda que existen las condiciones objetivas. Basta observar ligeramente la realidad económica de Cuba para comprender que está en el momento crítico del proceso imperialista. Cuba es hoy, casi una factoría yanqui. Es inútil inú til ins insist istirir en esto esto.. En cua cuanto nto a las con condici dicione oness sub subjeti jetivas vas exi existen sten en un pue pueblo blo cua cuando ndo sus may mayorí orías as exp experim eriment entan an la necesidad del cambio. Ahora bien, el hecho de d e haber estado Cuba durante más de treinta años sometida al coloniaje económico económico y polític políticoo de los Estados Unidos, ha creado en la conciencia colectiva colectiva una suerte de misticis misticismo mo frente al yanqui. Mucho han contribuido a ello los alardes de fuerza del Coloso del Norte. Es el mismo misticismo palatino de los propios socialistas ingleses cuando se descubren respetuosamente al paso de la carroza real. Yo creo sinceramente que si en Cuba se corriera un plebiscito para decidir la suerte del país, las mayorías nacionales na les se de decid cidir iría íann a est estee res respec pecto to por el co cont ntin inui uism smo. o. Es Esoo no im impi pide de qu quee cu cuan ando do –c –com omoo en los dí días as del Go Gobi bier erno no de Grau San Martín– se inicia una política nacionalista, esas mismas mayorías la reciben y apoyan entusiasmadas. La obra de la Revolución tiene que ser s er encabezada por una minoría penetrada de sus principios, con plena conciencia revolucionaria. La conciencia antimperialista sólo puede ser completamente formada desde el poder a través de una política de reivindicaciones nacionales. Es preciso reconocer que mucho han contribuido a crear ese espíritu antimperialista las organizaciones que como el APRA mantienen ese propósito fundamental. ¿No cree cree usted usted en la nece necesidad sidad de de formar formar el bloque bloque de las las izquierdas izquierdas en en Cuba, y cuáles cuáles serían en su ente entender nder las las or ganizaciones que podrían integrarlo?
Desdee lu Desd lueg egoo qu quee sí. Pr Prec ecisa isame ment nte, e, la [Jo [Jove venn Cu Cuba ba]] org organ aniza izació ciónn a qu quee pe pert rten enez ezco, co, ha in invi vita tado do a ele eleme ment ntos os y gr gruuposs ge po genu nuin inam amen ente te de iz izqu quie ierda rda a in inte tegr grar ar es esee bl bloq oque ue.. Cl Clar aroo qu quee es esta tará ránn ex excl clui uido doss de él en tod todoo mo mome ment ntoo lo loss pa part rtiidos y org organi anizac zacion iones es que com comoo la Un Unión ión Nac Nacion ionali alista sta,, ABC ABC,, mar marian ianista ista,, etc etc.,., par partici ticipar paron on en la Med Mediac iación ión y está estánn ya perfectamente definidos como grupos reaccionarios. Yo me siento en realidad satisfecho de observar cómo, quizás porr pr po prime imera ra ve vezz en Cu Cuba ba,, se aú aúna nann ele eleme ment ntos os y gr grup upos os qu quee den dentro tro de un unaa mi mism smaa ide ideolo ologí gíaa rep repre resen senta tann ma matic tices es di disstintos, en un verdadero frente único de lucha. Esa desunión existente hasta ahora había sido una de las causas c ausas principales de la debilidad de las izquierdas en nuestro país. ¿Sobre qué líneas generales cree usted que debe estructurarse el nuevo Estado?
El pr prog ogra rama ma de la Jo Jove venn Cu Cuba ba rec recie ient ntem emen ente te da dado do a la pu publ blic icid idad ad es esta tabl blec ecee en de deta tallllee los lin linea eami mien entos tos de dell nu nuev evoo Estado que propugnamos. En síntesis, la realidad cubana nos fuerza a reconocer de una parte el fracaso del sistema democrático representativo y, de otra parte, la necesidad de vigorizar nuestra economía nacional descansando sobre ella la nueva estructura política. Estableceremos la democracia democr acia funcional fundada en la participación que como trabajador manual o intelectual toma el ciudadano en la vida del Estado. Así dentro del nuevo régimen obtendrán posiciones en representación de sus intereses de clase, profesionales, obreros, campesinos, comerciantes e industriales, estos dos últimos no precisamente por su condición de capitalistas sino por el rol que realiza el primero primer o en la distribución de la riqueza y el segundo en la aplicación de la técnica a la transformación de la naturaleza. (Semanario Futuro, diciembre 1934).
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EL GENERAL GIAP Oriana Fallaci ORIANA FALLACI.– General Giap, en muchos escritos usted se pregunta: en definitiva, ¿quién ganará la guerra de Vietnam? Y ahora yo le pregunto: hoy, en los primeros meses de 1969, ¿cree poder afirmar que los norteamericanos han perdido la guerra de Vietnam, que están militarmente derrotados?
NUGYEN VAN GIAP.– Así mismo lo reconozco. Pero ahora le demostraré por qué los norteamericanos están ya derrotados: militar y políticamente. Y para demostrarle su derrota militar me referiré a su derrota política, que es la base de todo. Los norteamericanos han cometido un error gravísimo: elegir como campo de batalla el Vietnam del Sur. Los reaccionarios de Saigón son demasiado débiles; dé biles; esto ya lo sabían Taylor, Mac Namara y Westmoreland. Lo que no sabían es que, dada su debilidad, debili dad, no sabrían aprovechar la ayuda norteamericana. Porque ¿cuál es el objetio bjetivo de la agresión norteamericana en Vietnam? Está claro: crear una neocolonia basada en un gobierno fantoche. Pero una neocolonia necesita un gobierno estable, y el gobierno de Saigón es un gobierno extremadamente inestable. No tiene ningún efecto sobre la población, la gente no le cree. Y, por tanto, ¿en qué paradoja se encuentran los nort no rtea eame meric rican anos? os? En la pa para radoj dojaa de no pod poder er re retir tirar arse se del Vi Viet etna nam m del Su Sur, r, in incl clus usoo si lo de desea seann po porq rque ue,, pa para ra re retir tirar ar-se, deberían dejar una situación política estable. Es decir: algunos siervos que les sustituyan bien. Siervos sí, pero fuertes. Siervos sí, pero serios. El gobierno fantoche de Saigón no es fuerte ni serio; ni siquiera vale como siervo, no se mantiene en pie ni siquiera apuntalándole con carros armados. Y entonces ¿cómo se las arreglan los norteamericanos para irse? Y, sin embargo, tienen que irse. No pueden mantener 600 000 hombres en Vietnam por otros diez o quince años. He aquí la derrota política: política: no haber obtenido nada desde un punto de vista político político a pesar del enorme aparato militar del que disponen. Esto, general, no significa que militarmente hayan perdido la guerra.
Tenga paciencia, no me interrumpa. Claro que lo significa; si no se sintiesen vencidos, la Casa Blanca no hablaría de pa pazz co conn hon honor. or. Pe Pero ro dem demos os un pa paso so at atrá rás, s, a lo loss titiem empos pos de Gi Gine nebr braa y de Ei Eise senh nhow ower. er. ¿C ¿Cóm ómoo emp empez ezar aron on los no norrteamericanos en el Vietnam? Con los métodos convencionales que siempre usan, o sea con ayuda militar y económica al gobierno fantoche. En resumen, con el dólar. Incluso un gobierno libre independiente creían que se podía implantar con el dólar, con treinta mil consejeros pagados con dólares, con la invención de los hamlets estratégicos construidos con dólares. Pero interviene el pueblo, y el plan de los norteamericanos falla. Fallaron los hamlets estratégicos tég icos,, fal fallar laron on los con consej sejeros eros,, fal falló ló el ejér ejército cito de títe títeres res.. Y los nor nortea teamer merica icanos nos se vier vieron on obl obliga igados dos a la int interv ervenc ención ión militar que ya había recomendado el embajador Taylor. Así empezó la segunda fase de su agresión: la guerra especial. Estaban seguros de poder acabarla en 1965, como máximo en 1966. Con 150 000 hombres y 18 millones de dólar dól ares. es. Pe Pero ro en 19 1966 66,, la gu guer erra ra no lle lleva vaba ba tr traz azas as de ter termi mina nar. r. Ha Habí bían an añ añad adido ido 20 2000 00 0000 hom hombr bres es y ha habl blab aban an de un unaa tercera fase: la guerra limitada. La famosa política de tenaza de Westmoreland: por una parte ganarse a la pobla-
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ción,, y po ción porr otr otra, a, ex exter termi mina narr a la lass fu fuerz erzas as de lilibe bera ració ción. n. Pe Pero ro la lass dos pi pieza ezass de la ten tenaz azaa no aj ajus usta taro ronn y We Westm stmor orela eland nd perd pe rdió ió la gu guer erra ra.. Co Como mo ge gene nera rall ya la ha habí bíaa pe perd rdido ido en 19 1967 67,, cu cuan ando do pid pidió ió el des desem emba barc rcoo de nu nuev evas as tr tropa opass y en envi vióó a Washington un informe de color de rosa; afirmando que 1968 sería un buen año para la guerra de Vietnam, lo que perm pe rmiti itirí ríaa a Joh Johns nson on ga gana narr la lass el elecc eccio ione nes. s. En Wa Washi shing ngto ton, n, We Westm stmor orel elan andd fu fuee re recib cibido ido com comoo un hé héroe roe pe pero ro ya se sa sa-bía que esta guerra empezaba a costar demasiado. Taylor lo había comprendido desde el principio. Pero ¡adelante! Corea costó a los norteamericanos veinte mil millones de dólares; dólares; Vietnam Vietnam les está costando costando ya cien mil millones millones de dólares. Corea les costó más de 54 000 muertos, Vietnam ha superado ya esta cifra... Los norteamericanos hablan de 34 000 muertos, general.
Hum.... Yo dir Hum.. diría ía,, po porr lo men menos, os, el dob doble. le. Los no norte rteam ameri erica canos nos da dann sie siemp mpre re cif cifra rass mu muyy por deb debaj ajoo de la lass ve verda rdader deras as:: cuan cu ando do va bi bien en,, tr tres es en lu luga garr de ci cinc nco. o. No pu pued eden en ha habe berr te teni nido do só sólo lo 34 00 0000 mu muer erto tos. s. ¡S ¡Sii le less he hemo moss de derr rrib ibad adoo má máss de 3 20 2000 av avio ione nes! s! ¡S ¡Sii ad admi mite tenn qu quee de ca cada da ci cinc ncoo av avio ione ness su suyo yoss un unoo ha si sido do de derr rrib ibad ado! o! Mi Mire re:: en ci cinc ncoo añ años os de gu guer erra ra no han perdido menos de 70 000 hombres. Y tal vez digo pocos. General, los norteamericanos dicen que usted ha perdido medio millón.
Un número exacto. ¿Exacto?
Exacto. Pero sigamos con el tema. Llegó 1968 y aquel año los norteamericanos estaban realmente seguros de venc ve ncer er.. Lu Lueg ego, o, de pro pront nto, o, lle llega ga la ofe ofens nsiv ivaa de dell Tet y el Fr Fren ente te de Li Libe bera ració ciónn dem demue uestr straa qu quee le less pu pued edee at atac acar ar cu cuan ando do quiera y donde quiera. Incluso las ciudades mejor defendidas, incluidas Saigón. Y los norteamericanos admiten finalmente que esta guerra es un error estratégico. Lo admite Johnson, lo admite Mac Namara. Reconocen que han equivocado el lugar, que han equivocado el momento, que tenía razón Montgomery cuando decía: no hay que llevar el ejército al continente asiático. La victoriosa ofensiva del Tet... Genera Gene ral, l, to todo doss es está tán n de ac acue uerd rdo o en co cons nsid ider erar ar la of ofen ensi siva va de dell Te Tett co como mo un unaa gr gran an vi vict ctor oria ia ps psic icol ológ ógic ica. a. Pe Pero ro de desd sdee el punto de vista militar, ¿no cree que falló?
¿Falló? Yo diría que sí, general.
Esto dígaselo, o mejor pregúnteselo al Frente de Liberación. Antes quisiera preguntárselo a usted, general.
Debe co Debe comp mpren render der qu quee es esta ta es un unaa pr preg egun unta ta del delic icad ada, a, qu quee yo no pu pued edoo da darr opi opini nion ones es de es este te est estilo ilo,, qu quee no pu pueedo entrar en los asuntos del Frente. Es una cuestión delicada..., muy delicada... De todas formas me sorprende porque todo el mundo ha reconocido que, desde un punto de vista militar y político, la ofensiva del Tet... General, tampoco desde el punto de vista político fue una gran victoria. No hubo sublevación popular y dos semanas más tarde los norteamericanos recuperaron el control. Sólo en Hué asistimos a una epopeya que duró meses. En Hué, donde estaban los norvietnamitas.
Yo no sé si el Frente preveía o deseaba la sublevación popular, pero piense que sin la ayuda de la población las fuerz fu erzas as de dell Fr Fren ente te no hu hubi bier eran an pod podido ido en entr trar ar en la ci ciud udad ad.. Y no dis discu cutitiré ré la of ofen ensi siva va de dell Te Tett qu quee no dep depen endi dióó de mí, no dependió de nosotros; fue iniciativa del Frente. Pero es un hecho que después de d e la ofensiva del Tet, los norteamericanos pasaron del ataque a la defensa, y la defensa es siempre el principio de la derrota. Digo principio de la derr de rrota ota si sinn co cont ntra radec decir irme; me; de he hech choo nu nues estravict travictor oria ia fin final al es está tá aú aúnn le lejos jos y aú aúnn no se pu puede ede ha habl blar ar de der derro rota ta def defin inititiiva de los no nort rtea eame meric rican anos os.. Co Como mo efe efect ctiv ivos os los no nort rtea eame meric rican anos os so sonn aú aúnn fu fuert ertes, es, ¿q ¿qui uién én po podr dría ía ne nega garlo rlo?? Y se ne neces cesiita mucho esfuerzo por nuestra parte para derrotarlos completamente. El problema militar..., ahora hablo como
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militar... sí, los norteamericanos son fuertes, su armamento es fuerte. Pero no sirve para nada porque la guerra en Vietnam no es sólo una guerra militar y, por tanto, la fuerza militar y la estrategia militar no bastan ni para ganarla ni para comprenderla. Sí general. Pero...
No me int interru errumpa mpa.. Los Est Estado adoss Uni Unidos dos hac hacen en la gue guerra rra con estr estrate ategia gia ari aritmé tmética tica.. Int Interro errogan gan a sus comp computa utadora doras, s, hace ha cenn su suma mass y re resta stas, s, ex extr trae aenn ra raíc íces es cu cuad adra rada dass y, so sobr bree est esto, o, ac actú túan an.. Pe Pero ro la est estra rate tegi giaa ar aritm itméti ética ca no es vá válid lidaa aq aquí uí:: si lo fu fues esee ya no noss ha habr bría íann ex exte term rmin inad ado. o. Co Conn su suss av avio ione nes, s, po porr ej ejemp emplo lo.. No por ca caus usal alida idad, d, cre creía íann do dobl bleg egar arno noss en po poca cass semanas cargándonos a la espalda miles de millones de explosivos. Porque ya se lo he dicho: ellos lo calculan todo en miles de millones, en dólares. Y subvaloran el espíritu de un pueblo que sabe batirse por una causa justa: salvar a la pa patri triaa del in inva vasor sor.. No qu quie ieren ren me meter terse se en la ca cabe beza za qu quee la gu guer erra ra de dell Vi Vietn etnam am se co comp mpren rende de sól sóloo co conn la es estra trateg tegia ia de la guerra del pueblo, que la guerra del Vietnam no es una cuestión de efectivos y de números, que todo esto no resuelve el problema. Por ejemplo: ellos decían que para ganar era necesario una relación de veinticinco a uno. Después se dieron cuenta que esta cifra era imposible y la redujeron: seis a uno. Luego bajaron a tres, sosteniendo quee er qu eraa un unaa re rela laci ción ón pe peliligr gros osa. a. No No,, aq aquí uí se ne nece cesi sita ta al algo go má máss qu quee un unaa re rela laci ción ón de tr tres es a un uno, o, de se seis is a un unoo o de ve vein in-ticinco a uno; y este algo es un pueblo en contra suya. Cuando todo un pueblo se subleva no hay nada que hacer. Y no hay dinero en el mundo que pueda liquidarlo. De aquí viene nuestra estrategia, nuestra táctica que los norteamericanos no saben comprender. Si usted está tan seguro, general, de que serán definitivamente derrotados, ¿cuándo cree que sucederá esto?
Oh, esta es una guerra que no se resuelve en pocos años. La guerra contra los Estados Unidos requiere tiempo, tiemp tie mpo.. o.... A lo loss no nort rtea eame meric rican anos os le less est estáá der derro rota tand ndoo el titiem empo, po, le less est estáá ca cans nsan ando do.. Pa Para ra ca cans nsar arlos los te tene nemo moss qu quee co cont ntiinuar, durar... mucho tiempo... Siempre lo hemos hecho así. Porque nosotros, sabe, somos un pueblo pequeño. Somos apenas treinta millones, la mitad de Italia, y éramos apenas un millón al principio de la era cristiana cuando vinieron los mongoles. Después de haber conquistado Europa y Asia, los mongoles vinieron aquí tres veces y los derrotamos. No disponíamos de sus medios. Pero resistimos y duramos y repetimos: es necesario que todo el puebloo se ba bl bata ta.. Lo qu quee er eraa vá válilido do en el 1200 1200 es aú aúnn vá válilido do en el si sigl gloo xx xx.. El pr prob oble lema ma es el mi mism smo. o. So Somo moss bu buen enos os so sold ldaados porque somos vietnamitas. General, también los vietnamitas del Sur que combaten con los norteamericanos son vietnamitas. ¿Qué piensa realmente de ellos como soldados?
No pueden ser buenos soldados. No son buenos soldados. Porque no creen en lo que hacen y por esto les falta espíritu combativo. Esto lo saben hasta los norteamericanos que son infinitamente mejores que ellos. Si los norteamericanos no hubiesen sabido que los soldados fantoches son malos soldados, no hubieran tenido necesidad de traer tantas tropas a Vietnam. General, hablemos de la conferencia de París. ¿Cree que la paz puede salir de la conferencia de París, o de una victoria militar como la de Dien Bien Phu?
Dien Bi Dien Bien en Ph Phu. u..... Di Dien en Bie Bienn Ph Phu. u..... El hec hecho ho de qu quee est estem emos os en Pa Parí ríss dem demue uest stra ra nu nuest estra rass bu buen enas as in inten tencio cione nes. s. Y no se pu puede ede de decir cir qu quee Pa Parí ríss sea in inút útilil de desde sde el mo momen mento to qu quee no só sólo lo no noso sotro tross sin sinoo ta tamb mbién ién el Fr Fren ente te de Lib Libera eració ciónn est estáá en París. En París hay que traducir al plano diplomático lo que sucede en Vietnam y... ¡Madame! París, madame, sabe, es una cosa para diplomáticos. ¿Está diciendo, general, que la guerra no se resolverá en París, que puede resolverse sólo militarmente, nunca di plomáticamente, que el Dien Bien Phu de los norteamericanos está aún por llegar, y que llegará?
Dien Bien Phu, madame, su Dien Bien Phu está aún por llegar. Y llegará. Los norteamericanos perderán definitivamente la guerra en el momento en que sus efectivos alcancen su máximo, y la gran máquina que han puesto en marcha no conseguirá ya moverse. Los derrotaremos en el momento en que tengan más hombres, más armas, más esperanzas de vencer. Porque toda su riqueza, su fuerza, se convertirá en su piedra al cuello. Es inevitable.
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¿Me equivoco, general, o el segundo Dien Bien Phu lo ha intentado ya en Khe San?
Oh, no. Khe San no podía ni quería ser un Dien Bien Phu. Khe San no era tan importante para nosotros. O lo era en la me medi dida da en qu quee era imp impor orta tant ntee pa para ra lo loss no nort rtea eame meric rican anos; os; po porq rque ue en Kh Khee Sa Sann es esta taba ba en ju jueg egoo su pr prest estig igio io.. Po Porrque fíjese en la acostumbrada paradoja que se da siempre con los norteamericanos: hasta que se quedaron en Khe San para defender su prestigio, dijeron que Khe San era importante. Cuando abandonaron Khe San, dijeron que Khe San nunca había sido importante. Por otra parte, ¿usted no cree que vencimos en Khe San? Yo digo que sí y... pero pe ro ¿s ¿sab abee qu quee lo loss pe perio riodi dista stass so sonn mu muyy cu curi rioso osos? s? De Dema masia siado do cu curio riosos sos.. Y pu pues esto to qu quee yo ta tamb mbiénsoy iénsoy pe peri riodi odista sta,, qu quieiero invertir los papeles y hacerle un par de preguntas. Primera pregunta: ¿Está de acuerdo en que los norteamericanos han perdido la guerra en el Norte? Yo diría que sí, general. Si por guerra del Norte entendemos los bombardeos, creo que los norteamericanos han perdido, porque no han obtenido nada sustancial y luego han tenido que suspenderlos.
Segunda pregunta: ¿Está de acuerdo en que los norteamericanos han perdido la guerra en el Sur? No, general. No la han perdido. O todavía no. No los han echado. Aún están allí. Y siguen estando.
Se equivoca. Aún están allí, pero ¿en qué condiciones? Arredrados, paralizados, en espera de nuevas derrotas que intentan evitar sin saber cómo. Derrotas que han tenido y tendrán consecuencias desastrosas para ellos, desde un punto de vista económico, político e histórico. Están allí con las manos atadas, cerrados con llave en su propia fuerza, no pueden más que esperar en la conferencia de París. Pero también allí son testarudos: no abandonan sus posiciones. General, usted dice que en París los norteamericanos se muestran obstinados. Pero los norteamericanos dicen lo mismo de ustedes. Entonces ¿para qué sirve esta conferencia de París?
Madame, vouz savez... General, no se hace más que hablar de paz, pero parece que, en realidad, nadie la quiere. De todos modos, ¿cuánto durará esta conferencia de París?
¡Mucho! Especialmente si los Estados Unidos no abandonan sus posiciones. Mucho. Tanto más cuanto que no abandonaremos las nuestras; nosotros no tenemos prisa, tenemos mucha paciencia. Porque mientras las delegaciones discuten, nosotros continuamos la guerra. Amamos la paz, pero no la paz con cualquier condición, no la paz de compro com promiso miso.. La paz paz,, par paraa nos nosotr otros, os, sólo pue puede de sig signif nifica icarr vict victoria oria tota total,l, la mar marcha cha de los nor nortea teamer merica icanos nos.. Cu Cualq alquie uierr compromiso sería una amenaza de esclavitud. Y nosotros preferimos la muerte a la esclavitud. Entonces, general, ¿cuánto durará la guerra? ¿Por cuánto tiempo se pedirá a este pobre pueblo que se sacrifique, que sufra, que muera?
Por el tiempo que sea necesario: diez, quince, veinte, cincuenta años. Hasta que hayamos conseguido la victoria total, como ha dicho nuestro presidente Ho Chi Minh. ¡Sí! ¡Incluso veinte, incluso cincuenta años! Nosotros no tenemos prisa, no tenemos miedo. Hanoi, febrero 1969. (Encuentro con la Historia , Ed. Pablo de la Torriente, La Habana, 1991)
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CAMILA, MAESTRA Minerva Salado y Miriam Rodríguez Desdee su me Desd mesa sa de pr profe ofeso sora ra Ca Camil milaa le lee. e. Se tra trata ta de un unaa ob obra ra de dell te teat atro ro gr grieg iego. o. Sól Sóloo se es escu cuch chaa su vo voz. z. Cl Clar ara. a. Ti Timmbrada. Inflexiones para cada personaje. No hay alteración. La voz no se da, sale. Perfecto español. Interrumpe el timbre. Camila se levanta: “Continuaremos en la próxima clase. Espero que puedan perdonarme si he come tido algún error al leer, lo estaba haciendo directamente de la edición griega”. Loss He Lo Henr nríq íque uezz Ur Ureñ eñaa est están án hec hecho hoss de la ma mate teria ria es espec pecia iall de dell ma maest estro ro.. Pe Pedr droo y Ma Maxx ha hann pa pasa sado do a la his histor toria ia de la lass letras letr as hisp hispano anoame americ ricana anass como mae maestro stross en las dis discipl ciplina inass lite literar rarias ias.. Cam Camila ila,, su her herman manaa men menor, or, hac hacee ya tiem tiempo po posee un lugar en América como especialista en literatura general, como educadora. Durante años fue profesora en Esta Es tado doss Un Unid idos os.. De re regr gres esoo a Cu Cuba ba im impa part rtió ió de desd sdee la lass au aula lass de la Es Escu cuel elaa de Le Letr tras as y de Ar Arte te de la Un Univ iver ersi sida dadd de La Habana la asignatura de Literatura General. De una manera y de otra –saber y personalidad– Camila Henríquez Ureña contribuye a la formación del intelectual dotado, en exactas cantidades, de humanidad y cultura. Se la encuentra en su apartamento. Homero. Tomos de Aguilar. Escritorio mínimo. Mar. “No sé po r qué van a hacer un trabajo ba jo sob sobre re mi vi vida da.. No tie tiene ne na nada da im impor porta tant nte” e”.. El lu luga garr es am amab able, le, la lass co corti rtina nass se mu muev even en.. En Entra tra la lu luz. z. “P “Pud udié iéra ramo moss comenzar hablando de su infancia en Santiago de Cuba, sus estudios...” – En 19 1904 04 lllleg egué ué a Cu Cuba ba si sien endo do ni niña ña y es estu tudié dié la es escu cuel elaa pri prima maria ria en la Es Escu cuel elaa Mo Model deloo de Sa Sant ntia iago go.. En es esee pe perío río-do también recibí clases de una profesora francesa y perfeccioné la gramática del francés que había aprendido con mi padre. En 1911 marché a la capital para hacer el bachillerato en el Instituto de La Habana. Lo terminé en dos años con muy poca asistencia a clases. Después matriculé en la Universidad. Esto coincidió con una estancia de mi herma her mano no Pe Pedr droo aq aquí uí y él me pre prepa paró ró en lo loss est estud udios ios liliter terar ario ios. s. En 19 1917 17,, en feb febre rero ro,, ob obtu tuve ve el do docto ctora rado do en Fi Filos losofí ofíaa y Letras. Más tarde obtuve el doctorado en Pedagogía. Fui a los Estados Unidos. Allí tuve oportunidad de tomar cursos de liliter terat atur uraa co comp mpar arad adaa de len lengu guas as ro roma manc nces es en la Un Univ iver ersi sida dadd de Mi Minn nnes esota ota.. Es Estu tudi diéé du dura rant ntee tr tres es añ años osLa Divina Comedia. Obtuve allí un nuevo título universitario. Ya en aquel aquel momento Camila sentía devoción por Dante. Lo había leído inicialmente en su niñez en el idilio original que estudió prácticamente sola. Actualmente conoce varios idiomas. El último –el ruso– lo aprendió en 1957 con la esposa de un ex príncipe blanco, un Wolkonsky. A través de ella conoció a Alejandra Tolstoi, la hija de León Tolstoi. Si Camila fuera un sonido, probablemente sería la voz humana. – ¿Qué es un escritor?
– Es un unaa pe pers rson onaa co cons nsag agra rada da a es escr crib ibir ir y en la ma mayo yorr pa part rtee de lo loss ca caso soss es uncre uncread ador or.. Po Porr es esoo no me co cons nsid ider eroo es es-critora, porque no he hecho nada de creación. – ¿Se siente si ente usted crítico?
– Hasta cierto punto, yo no me creo un crítico especializado.
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– ¿A quién considera usted un buen crítico cubano?
– Enrique Piñeyro es un ejemplo dentro de su época. – ¿Y Martí?
– Martí sí, pero Martí es el genio, y no se puede tomar un genio como regla porque escapa a todas las reglas. – Si Camila fuera una flor, fl or, ¿qué flor sería?
– Un lirio. – ¿Si fuera un libro? l ibro?
– Un diario. – ¿Si un ave?
– La paloma. – ¿Si un poeta?
– Juan Ramón Jiménez. – ¿Si una virtud?
– La sencillez. – ¿Si un defecto?
– La modestia excesiva. – ¿Si fuera un árbol?
– El pino. – ¿Si un sentido?
– La voz humana. – ¿Si un efecto de la naturaleza?
– La brisa. – ¿Si una luz?
– La mirada. – ¿Si una ciudad?
– La Habana Vieja al amanecer. – ¿Si un sentimiento?
– La ternura. En 1924 Camila volvió a Santiago de Cuba como profesora de la Academia Herbart y más tarde de la Escuela Normal de Maestros, donde ejerció desde 1927 a 1945 aproximadamente. En ese período también dio clases durante un año para enseñar en el Vassar College. Entonces venía casi todos los años a Cuba y en varios veranos dio cursos de seis semanas se manas en la Universidad de La Habana. Cuando se quedaba en Estados Unidos impartía i mpartía clases durante el verano en la Escuela Española de Middlebury, donde se ofrecen cursos de especialización en dete rminados idiomas.
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Durante esos años pasó en México un año como Editor Consejero del Fondo de Cultura Económica. Luego realir eali zó trabajos de investigación en el Archivo de Indias en Sevilla, sobre las mujeres que se habían destacado en la colonia. “Me llamó la atención que en la colonia existieran mujeres no sólo con una gran cultura, sino a veces con funciones políticas, hecho insólito”. “Algunas conferencias ofreció sobre este tema. Si le preguntamos por qué no divulga sus trabajos, dirá: “No me gusta gu sta pu publ blic icar ar po porqu rquee me con consi sider deroo pr prof ofeso esora ra,, no esc escri ritor tora. a. Yo di dicto cto la lass cla clases ses y de despu spués és no me pr preoc eocup upoo de qu quee se publiquen”. Si Camila fuera un defecto de seguro sería la modestia excesiva. Cuando en 1917 fue a Estados Unidos por primera vez, sólo había visitado Cuba y Haití, además de su original Santo Domingo. Después vivió largos años en Norteamérica. Ahora se detiene, responde: “Estaba allí porque tenía traba tra bajo jo in inte teres resan ante te.. Pe Pero ro nu nunc ncaa me ad adap apté té a ot otros ros as aspec pecto toss de la vi vida da no nort rtea eame meric rican ana. a. Si Siemp empre re qu quise ise vo volv lver er a Cu Cuba ba.. Estaba impaciente por volver”. En est estee mo mome ment ntoo un si silen lenci cio. o. La ta tard rdee en la ha habi bita taci ción ón.. Qu Quie ieta ta.. Si Ca Cami mila la fu fuera era un unaa ciu ciuda dadd se sería ría la Ha Haba bana na Vi Viej ejaa al amanecer. De nuevo la palabra. Ademanes precisos. Respuesta total. – ¿Por qué vive en Cuba?
– Nunca he querido vivir más que en Cuba. Soy cubana. Santo Domingo es la patria de mis padres y de mis hermanos mayores. Gabriel Gabr ielaa Mi Mistr stral al vi visit sitóó La Ha Haba bana na en la déc décad adaa de dell 30 al 40 40.. Ca Cami mila la es esta taba ba aq aquí uí en ese mo mome ment ntoo y se con conoc ocier ieron on.. Fuee el Fu ella la qu quien ien pr prese esent ntóó a la Mi Mist stra rall en la lass con confer feren enci cias as qu quee of ofrec reció ió en Cu Cuba ba en la Soc Socie ieda dadd Hi Hisp span anoo-Cu Cuba bana na de Cu Culltura. De la chilena guarda múltiples anécdotas y una impresión: “Parecía de piedra. Tenía una especie de inmovilidad indígena. indígena. Hacía lo que quería quería,, siempre siempre... ... Cuando estuvo acá, Dulce María Loynaz Loynaz organ organizó izó en su casa una recepción de intelectuales en su honor. El día de la recepción Gabriela no apareció por allí. Al cabo de dos horas de haber empezado aquello, llamó y le dijo a Dulce María: – Oye, no he podido ir, sabes, porque estoy aquí, mirando mirando el mar. Después le tocó a Camila ir a Vasar College, donde Gabriela había impartido clases. “Hablaba siempre como en un mo monó nólo logo go.. Co Como mo si ha habl blar araa co cons nsig igoo mi mism sma. a. Te Tení níaa el do donn de la fr fras asee de re resp spue uest staa y a ve vece cess no se re refe ferí ríaa ca casi si na nada da a él, pero siempre absorbía la atención. Al día siguiente preguntaba invariablemente: – A ver niña, ¿qué dije yo ayer? – Bueno, profesora, dijo que la sencillez siempre es bella. – Yo no he dicho eso, niña. Porque hay la sencillez de la paloma y la sencillez de la gallina. HABLAN DE CAMILA ESTUDIANTES QUE HACE MUY POCO SON SUS ALUMNOS; OTROS, QUE LA CONOCEN MÁS; PROFESORES QUE LA RECUERDAN DESDE SANTIAGO CUANDO YA ERA UNA HENRÍQUEZ UREÑA Y TENÍA –TAMBIÉN ENTONCES– LA MIRADA SERENA DEL QUE SE ACERCA AL FUTURO SIN SOBRESALTOS. “¡QUÉ DISGUSTADA ESTOY CON USTED!” Y yo que creí que no me conocía, que no recordaría mi nombre entre tantos, porque, ¿quién era yo sentada allí y escuchando sus explicaciones? Y de buenas a primeras dulcemente y por mi nombre de pila, me dice: Diony, ¡qué disgustada estoy con usted! Una muchacha tan inteligente, tan “literaria”... ¡con tan mala ortografía! Buen Bu eno, o, el pri prime merr dí díaa de cl clas ases es conella no nosot sotro ross hem hemos os oí oído do la cl clas asee de pr profe ofeso sora ra qu quee es es;; un unoo est estáá a la ex expe pecta ctativ tivaa ysesientadelantedeestagranmujerquedicenessevera,tierna,dulce.Yunovaaverquépasa.Yyanolopodráolvidar jamás. (Diony Durán, 4to año de Letras).
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CULTURA PARA LA VIDA La conocí en Santiago de Cuba. Yo tenía quince años y recuerdo que q ue aquel día tenía una sensación de importanciaa po ci porq rque ue ib ibaa a con conoc ocer er a Ca Cami mila la He Henr nríq íque uezz Ur Ureñ eña. a. Ha Hayy mu mucho cho qu quee dec decir ir:: có cómo mo el ella la nu nunc ncaa ha hace ce sen sentir tir qu quee ell ellaa es la personalidad intelectual, el pozo de saber... y que uno no lo es. A mí me da la impresión de que ha arribado a un equilibrio espiritual completo. Nunca está amargada; amargada; se irrita y parece humor o comicidad. A pesar de su edad y de sus sus dolencias físicas, ella es la primera en ir a dar conferencias en las fábricas, y no no sólo la prim pr imer eraa en ir ir,, si sino no la pr prim imera era en va valo lora rarr el tr trab abaj ajoo qu quee se re real aliz iza. a. Ll Llue ueve ve o tr true uene ne,, al allílí est estáá Ca Cami mila la,, por en enci cima ma de todas las dif dificu iculta ltades, des, sin una que queja, ja, sie siempre mpre con una unason sonrisa risa,, con una pal palabr abraa de com compren prensión siónhac hacia ia las difi dificul cultad tades. es. A Camila Henríqu Henríquez ez Ureña la cultura le ha servido para la vida, le ha pasado a la sangre sangre,, a los poros. Es una demostració tra ciónn de qu quee cu cuan ando do no es así así,, la cu cultu ltura ra se con convi viert ertee en un edi edific ficio io in inme menso nsodon donde de no da dann mu mucha chass ga gana nass de en entra trar. r. (Beatriz Maggi, profesora de Literatura).
UN TODO Como pro Como profeso fesora, ra, ¿qu ¿quéé deci decir? r? Ext Extrao raordin rdinari ariaa pod podría ría ser la pal palabr abra. a. Una Unamuj mujer er y una pro profeso fesora ra ext extrao raordin rdinari arias. as. Hay en ella esa combinación –más armonía que combinación– de valores humanos e intelectuales: un todo. Su influencia sobre el alumnado se siente inmediatamente; ese sentido del humor tan especial, esa sensación que transmite como de haber vivido cualquier momento de la cultura humana, esa disposición de ánimo, esa seriedad ante todos los problemas que jamás entraña indiferencia, sino energía, majestad. (Rogelio Rodríguez, 5to año de Letras).
ESTABA LLORANDO No le puedo tomar notas, lo importante es oírla. ¡Cómo disfruta leyendo! ¡Cómo habla de cine! Está al tanto de todo lo que pasa. Disf Di sfru ruta ta mu much choo co conn la lass ma malda ldades des de los de demá más, s, co conn el hu humo morr de los es escri crito tores res,, con Ba Baroj roja, a, por ej ejem emplo plo.. Y ríe co conn un gusto tremendo. Pero un día, en el aula, nos leía “Adiós, Cordera” de Clarín, y todos nos impresionamos mucho porque sin detener la lectura, con las inflexiones de voz necesarias, vimos que estaba llorando. Es la mejor profesora que hemos hemo s tenido; yo “entré” en el Quijote gracias a ella. Soy del grupo último al que q ue Camila ha dado clases, y eso hace que uno se sienta triste y orgulloso, al mismo tiempo. Mira, si yo pudiera ser “chicharrona” con alguien, lo sería con ella. (Mirta Yañez, 4to año de Letras).
NOS SEÑALÓ EL CAMINO Hace cu Hace cuar aren enta ta añ años os fu fuii su al alum umna na en el Ba Bach chililler lerat ato, o, en la Ac Acad adem emia ia He Herb rbar art, t, de Sa Sant ntia iago go de Cu Cuba ba.. La re recu cuer erdo, do, caminando por aquellos pasillos: joven, alta, muy clásica en el vestir. Era nuestro modelo. Segura en las explicaciones, delicada en sus orientaciones, con una forma especial para corregir los errores que jamás hirió a nadie. Creo que no se ha destacado la influencia que Camila Henríquez Ureña ha tenido en la Educación en Cuba. Después de la Revolución, el MINED le encargó los programas de Español; es la primera que inicia la formación técnica de un cuerpo de inspectores. En Cuba no se enseñaba Lengua Española, sino Gramática. Camila le da una nueva orientación a la enseñanza del idioma español. Nos señaló el camino. (María Luisa Ródriguez Columbie, profesora de Literatura.) Admiran una actitud ante la vida. Cada palabra evoca al maestro; se va armando con co n estos recuerdos la figura –como de un héroe– y su alegría profunda. (Revista Vida Universitaria, No. 210, marzo-abril de 1968).
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“Mis raíces son campesinas”, dice a veces. O:”En mis venas hay dos gotas de sangre india”. Y si no lo dijera igual se sabría. Tiene del campesino la lentitud de los gestos y cierta actitud de contención en el cuerpo. Del indio, su color y la melancolía. Nació en el Paraguay en 1917 y allí vivió hasta que, perseguido en 1947 por sus ideas, tuvo que abandonarlo. Eligió como país de exilio la Argentina, “vertiente cultural natural del Paraguay”. Allí vivió treinta años en los que hizo amigos, escribió libros y tuvo hijos. En 1976 otra infeliz coincidencia entre sus ideas y las del pode po der, r, lo llllev evar aron on a su seg segun undo do ex exili ilio, o, Fr Fran anci cia, a, don donde de vi vive ve des desde de ha hace ce doc docee añ años os añ añor oran ando do el rí ríoo ba barr rros oso, o, loss ca lo camb mbios ios br brus usco coss de tem tempe pera ratu tura ra y la im impro provi visa sació ciónn co como mo es estil tiloo de vi vida da.. Mi Mien entr tras as ta tant nto, o, un unaa id idea ea gi gira ra y zumba en torno tor no a su corazón coraz ón y su cabeza: cabez a: volver a su tierra, tierr a, donde nacieron nac ieron todos to dos sus libros: l ibros: El trueno entre las hojas (1953), Hijo de hombre (1960), Moriencia (1969), Madera quemada (1972), Yo el Supremo (1974).
“EN CADA PARAGUAYO HAY UN DUELO ENTRE DOS LENGUAS” Entrevista de María Esther Gilio entrecerrando los ojos, mientras acaricia su garganta con la mano derecha– derecha–.. – No es esttoy bie ienn –dice Augusto Roa Bastos entrecerrando Salí de Salta con 30 grados y cuando bajé en Buenos Aires, en camisa, hacía 4. – Eso es toda una prueba. Podría estar peor.
– Soy un lagarto de piel muy dura. Desciendo de los dinosaurios. Espere, espere. No pregunte todavía. Déjeme bajar el nudo de la garganta con un poquito de agua. – ¿Le duele?
– No, las entrevistas me hacen un nudo. – No le creo.
– Es sabido que siempre miento. Pero es verdad. ¿Sobre qué vamos a hablar? – Empecemos con el Paraguay de su infancia. Los L os colores, el calor.
– Me gustaría volver por un rato a aquel chico que recorría los arroyos buscando orquídeas. – Descalzo por el agua.
– No, en una canoa cavada en un tronco. Recorría kilómetros. Luego le llevaba las orquídeas a mi madre. Así me hacía perdonar por aquellas excursiones hasta el fin del mundo. No podía cazar monos, juntaba orquídeas. – Era el paraíso.
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– Pe Pero ro lo loss pa para raíso ísoss nu nunc ncaa du dura rann mu much cho. o. La vi vida da es sie siemp mpre re as así.í. Al Aleg egría ría,, tr trag agedi edia. a. Óp Óper era, a, ca cari rica catu tura ra.. In Insta stala laro ronn al allí lí un ingenio de azúcar. Yo lo vi crecer a lo largo de mi infancia. Vi la transformación casi mágica de la gente. Gente que comenzó a salir del Neolítico. – ¿Cómo percibía un niño esos cambios?
– Yo no percibía esos cambios. Eso viene después. Cuando uno puede modificar el pasado. – ¿Cómo modificar el pasado? ¿Mentirlo, mezclarlo, rearmarlo?
– La memoria es un alambique que trabaja con esa materia prima que el pasado le da. Ve desde otro lugar, descubre relaciones. Y modifica. – Hasta que entiende.
– Es tan frágil, tan indecisa esa raya que separa s epara el presente del pasado. ¿De qué lado estamos de la raya? ¿De qué lado de la raya están los hechos? ¿De aquí? ¿De ahí? – Alguna vez oí decir que cuando estalló la guerra del Chaco las mujeres se acostaron sobre los durmientes de los trenes para evitar que se llevaran a sus hijos a la guerra. Nunca pude olvidar a esas mujeres inmóviles, mientras el tren avanzaba.
– Creo que se trata de una exageración muy cortés, diría di ría Borges. Recuerdo, sí, la llegada ll egada de miles y miles de perpe rsonas que se automovilizaron voluntariamente, sin que nadie los llamara. Llegaban a una guerra, pero no sabían contra quién ni por qué. Era en noviembre de 1928. Yo tenía once años y veía pasar las inmensas caravanas de los quee ib qu iban an a da darr su vi vida da po porr la pa patr tria ia.. Pe Pero ro no pa pasó só na nada da.. Na Nadi diee le less pe pedí díaa la vi vida da ni pa para ra la pa patr tria ia ni pa para ra ni ning ngun unaa co cosa sa.. Con algunas negociaciones se acabó el problema. Sin embargo, ¡que mortandad! – ¿Cómo? ¿Sin guerra?
– Sí, sin un tiro. Todos esos miles y miles, llegados sin que nadie los convocara, morían de hambre, de sed, de pestes. Mis padres se habían metido en una comisión para tratar de auxiliar a esa pobre gente. Porque, además, venían con sus familias. – No sabían que en una guerra a las familias no hay dónde ponerlas.
– No lo sabían ni lo aprendieron, pues no hubo guerra. Lo curioso fue que cuando la guerra estalló realmente la gente no quería ir, hubo que arrearlos. – ¿En qué momento vino a dar a la Argentina?
– En el 47 47,, des despu pués és de un unaa rev revue ueltltaa civ civil. il. Yo era se secr creta etario rio del ún único ico dia diario rio in inde depen pendie dient nte. e. El dia diario rio fu fuee as asal alta tado do y tuve que venirme. Aquí quedé. – Hasta el 77. Treinta años es mucho tiempo. Escribió en ellos toda su obra. ¿Qué lo impulsó a escribir? ¿Fue una forma de enfrentar el dolor del exilio?
– Yo no lo viví como exilio. Porque, además, la Argentina se llenó ll enó de paraguayos. Fueron miles y miles los que vinieron. – De cualquier manera fue en Argentina que usted comenzó a escribir. A escribir lo que lo hizo famoso: cuentos, novelas. Poesía ya escribía... – Us Usted ted est estáá toc tocan ando do un fen fenóme ómeno no qu quee es mu muyy com comple plejo. jo. Ha Hasta sta 19 1940 40 no ha habí bíaa en el Pa Para ragu guay ay un unaa lit litera eratur turaa na narra rra-tiva. Sólo poesía. Y también historia, pero no novela. La novela comienza en el Paraguay con un siglo de retardo. – ¿Quiere decir que si usted no hubiera venido a la Argentina tal vez no habría escrito?
– Estoy casi seguro que no habría escrito. En Paraguay la literatura narrativa comienza muy tarde, no se escribía fificc cción ión,, no se ac acep epta taba ba la fic ficci ción ón.. Lo qu quee se esc escri ribí bíaa deb debía ía ser rea real,l, no in inve vent ntad ado. o. As Asíí fu fuee qu quee cu cuan ando do hi hice ce mi miss pr prim imee-
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ros cuentos tuve que acumular muchos hechos, no reales, para que se viera que no intentaba pasar la ficción por realidad. – ¿Lo aceptaron? – Igual me cayeron encima. Me señalaban y decían: “Este hombre escribe mentiras”. – ¿Y usted?
– ”Por fin me comprenden”, me dije. – Pienso en Rafael Barret, que escribía cosas cercanas a la ficción.
– Rafael Barret escribía crónicas. Fue el e l gran maestro, por lo menos para mí. En el Paraguay pocos lo admiraban. Muyy po Mu pocos cos lo qu querí erían an.. Er Eraa un hu hués ésped ped fa fast stidi idioso oso al qu quee er eraa me mejor jor ol olvi vida dar. r. Yo lo le leía ía conplac conplacer er.. Ta Tamb mbié iénn a Qu Quiro iroga ga.. – Cada uno escribiendo fuera de su tierra. Rafael en Montevideo, Quiroga en Misiones, usted en Buenos Aires. Daría la impresión de que precisan salir de su tierra para poder expresarse. Pienso en Conrad, que incluso escribió en otra lengua.
– El mérito enorme de Conrad es haber mostrado que los escritores que pertenecemos a una cultura periférica podemos apropiarnos apropiarnos de una cultura central. central. Él, como polaco, pertenecía a una cultur culturaa de fronte fronteras, ras, que crecía ahogad aho gadaa ent entre re otr otras. as. Per Pero, o, com comoo en los mit mitos os pri primit mitivo ivos, s, log logra ra apo apoder derars arsee del mun mundo do nom nombrá brándo ndolo lo –di –dijo, jo, y ent entrerecerró los ojos para mirar al fotógrafo que, interponiéndose entre él y la luz que entraba por la ventana, manipulaba su máquina–. Este es el momento en que uno querría cambiar de cara. Aunque es la que merezco. Ya, después de los cuarenta, cada uno es responsable de su cara. – ¿Qué edad tenía cuando se le hizo claro que el mundo era injusto?
– Fu Fuee en mi miss pr prim imero eross añ años os;; un ac acon ontec tecim imien iento to fa fami milia liarr des desen enca caden denóó es este te as aspec pecto to cr crue uell de dell mu mund ndo. o. Mi ma madre dre se desan des angr grab abaa en un unaa he hemo morra rragi giaa ter terrib rible le y só sólo lo ha habí bíaa un unaa ma mane nera ra de sa salv lvar arla la.. Al Alqu quila ilarr un unaa loc locom omoto otora ra y llllev evar arla la a ot otro ro pueb pu eblo lo.. Mi pa padre dre,, en med medio io de la des desesp esper erac ació ión, n, fu fuee a ve verr al ad admin minis istra trador dor.. Él le dij dijo: o: “A “Ah, h, do donn Lu Luci cio. o. Lo Loss po pobr bres es no tenem ten emos os der derec echo ho a en enfer ferma marn rnos os”. ”. Al Allílí des descu cubr bríí es esoo qu quee me ac acom ompa paña ñaría ría sie siemp mpre: re: el se serr hu huma mano no vi vive ve en un mu mund ndoo cruel. También descubrí a qué cosas puede llevar la desesperación. Mi padre tomó una zorra de mano. Sobre la zorra puso a mi madre, a mí y una vasija de barro. Eran veinte kilóme kilómetros. tros. Allí aprendí que las lágrimas son difere diferenntes del sudor. Que no se mezclan. Hoy todavía me sorprende la naturalidad con que yo tomé todo. Para mí, ese gesto de extrema desesperación era tan normal como el de enseñarme a nadar en el río o el de darme clases de griego y latín. griego? o? – ¿Por qué latín y grieg
– Para que no aprendiera guaraní. En el Paraguay hay una tradición de desprecio por el indio y por su lengua. Pero yo no aceptaba eso. Yo pensaba que debía ir hacia el guaraní. – ¿Sus padres en qué hablaban?
– En guaraní. Entonces yo empecé a adoptarlo como una lengua secreta. Y mis padres, que en el fondo f ondo eran candoro do roso sos, s, no se da daba bann cu cuen enta ta.. Yo me es esca capa paba ba a la ho hora ra en qu quee el dí díaa se vu vuel elve ve ililim imititad ado. o. La si sies esta ta.. A es esaa ho hora ra me ib ibaa a nadar, a recoger orquídeas. – Y a hablar guaraní.
– Es Esaa lib libert ertad ad qu quee log logra ra el chi chico co cu cuan ando do tr tras aspo pone ne los ta tabú búes es,, la lass pro prohi hibi bici cion ones es,, y se me mete te de ca cabe beza za en el mi miste steri rio. o. El sentimiento es tan intenso en ese momento que pienso que podríamos luchar contra la muerte si nos fuera posible experimentarlo en la adultez. – Es tan rico ese mundo que describe que no me imagino cómo pudo no sufrir al venirse a Buenos Aires.
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– Para un paraguayo con inquietudes, Argentina era la vertiente cultural natural. Sufrí, en cambio, cuando tuve que salir luego de una visita que hice al Paraguay en el 82. Allí, allí sufrí. – ¿Sufrió porque había pensado quedarse a vivir?
– No, no fue por eso. Sufrí por este pueblo mío, tan castigado. castigado. – ¿Más que en Europa?
– En Europa nunca pude hacer nada. Mis raíces son campesinas... Europa. No sé. – ¿Qué debe darse para que pueda crear? – Yo cr creo eo qu quee el es esta tado do óp óptitimo mo pa para ra la cr crea eatitivi vida dadd es se sent ntir irse se bi bien en.. Bi Bien en de desd sdee to todo doss lo loss pu punt ntos os de vi vist sta. a. ¿Y qu quié iénn podr po dría ía def defin inir ir esa ma magn gnititud ud de sen sentitirse rse bi bien en?? Me sen sentítí bi bien en en el 47 47,, cu cuan ando do lllleg egué ué.. Qu Quemé emé tod todas as mi miss poe poesía síass y em em-pecé a escribir relatos. Allí descubrí algo muy importante. Que no era un poeta. – Mucho más importante que saber que no era un poeta fue saber que era un un narrador. ¿Está seguro de que que hoy no puede escribir poesía?
– El qu quee es escri cribe be poe poesía sía y pr prosa osa se met metee en dos esp espec ecies ies de vé vért rtig igos. os. La poe poesí síaa es ve vert rtica icall-ve vert rtica ical.l. La pr prosa osa es ve verti rti-calca l-ho horiz rizon onta tal.l. ¿S ¿Sab abe? e? El ve verd rdad ader eroo pec pecad adoo de Ad Adán án y Ev Evaa es qu quee no se ac acost ostar aron on pa para ra ha hacer cer el am amor or.. Le Less fa faltltóó el vé vérrtigo horizontal del yacer. – ¿Está seguro que no se acostaron? – Supongamos, para disculparnos de alguna manera por ese descuido, que no querían dejar caer la manzana. Montaigne tiene una frase muy significativa sobre esto: “La pareja en el amor yacente hace la bestia de dos espaldas”. La pareja humana es una unidad tan compacta que ese puro instinto los vuelve a la animalidad original. – Hablemos un poco de Europa. ¿Qué le dio Europa?
– Aunque en apariencia negativa, la experiencia europea fue enormemente reveladora. Me posibili tó incluso un mejor conocimiento de nuestra realidad desde el momento que gran parte de los ingredientes de nuestra cultura son de origen europeo. Para nuestro modo de ser, que tiende al barroco y a la proliferación formal, el rigor nacional europeo hace de revelador y estabilizador. – ¿Qué lo impulsó a tomar a José Rodríguez de Francia como personaje de Yo el Supremo?
– Francia realizó en Paraguay la primera expresión de autodeterminación y soberanía política y de defensa de la integridad territorial. Dispone de poder absoluto y lo destina a realizar eso que constituye el objetivo central de los libertadores. – ¿Cómo llegó ll egó hasta ese personaje real que es Francia? ¿Cómo lo fue conociendo?
– No se trata de un personaje real. Es un personaje de d e ficción, concebido a partir de un personaje perso naje histórico. Pero no es una novela histórica. El hecho de jugar con un personaje de ficción y disponer de toda la libertad, quizás haya sido la única manera, para mí, de leer una historia que no fue escrita. – Usted ha dicho que la identidad de un hombre está, más que en su nombre o en cómo lo nombran, en lo que ha hecho.
– Sí, el hombre es también lo que hace. Y eso me fue dado aquí, en la Argentina. Aquí mi prosa me rehizo. – ¿Le permitió saber quién era?
– La es escr crititur uraa es la ún únic icaa ma mane nera ra en qu quee unser hu huma mano no va de desc scub ubri rien endo do lo qu quee es es.. Lo qu quee ta tall ve vezz titien enee de te terr rrib ible le es que nos descubre cómo somos demasiado tarde. Sí, demasiado tarde.
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– ¿No nos transforma también?
– Nos descubre, nos descubre. – Usted no pertenece al boom, sin embargo Hijo de hombre hombre podría ser un legítimo antecedente de lo más característico del boom.
– Yo rei reivin vindic dicoo otr otras as cos cosas. as. Rei Reivin vindic dicoo la ten tenta tativ tiva, a, la pr prime imera ra,, pa para ra inc incorp orpora orarr a la lit litera eratur turaa ese hem hemisf isferi erioo su sumer mergigido que es nuestra cultura oral, el guaran guaraní.í. Los paragu paraguayos ayos somos bilingües. – Pare Parece ce más bien estar refir refiriéndo iéndose se a una trage tragedia dia que a un hecho que puede ser basta bastante nte corri corriente. ente.
– En lo hon hondo do de ca cada da pa para ragu guay ayoo el du duel eloo en entr tree es esas as dos len lengu guas as es al algo go mu muyy dra dramá mátic tico. o. Un du duelo elo co cons nsta tant nte. e. – Esto le produce dolorosas contradicciones.
– Estamos escindidos. Por un lado la cultura española. Rica, muy afinada. Y por otro lado la cultura guaraní, eminentemente oral. Yo escribo en español, esp añol, sin embargo necesito de una manera a veces angustiante incorporar las vivencias, la visión del mundo que se da a través de la cultura y la lengua guaraní. – ¿Usted habla de un duelo entre dos lenguas? ¿Cuál sería su tarea frente a ese duelo?
– Lograr reunir esos dos mundos. No sólo diversos sino inversos. Y esto nos lleva a un trabajo de excavación. – ¿En uno mismo?
– En uno mismo. Pero esos dos mundos no son mundos congelados. Son nudos que cambiaron y cambian. – ¿Cuál es su tarea entonces, concretamente?
– En Enco cont ntra rarr un mo modo do de ex expr presi esión ón qu quee se seaa un unaa res resem eman antitiza zaci ción ón,, es de decir cir,, un unaa bú búsq sque ueda da de la sem semán ántitica ca de ca cada da idiom idi oma. a. Ya no es po posib sible le us usar ar un tér térmi mino no gu guar aran aníí y po pone nerr un nu numer merititoo ex expl plic icat ativ ivoo al fin final al de dell tex texto to.. Ha Hayy qu quee lo logr grar ar la exacta equivalencia del guaraní en el castellano. Este trabajo complejo y prolongado apuntaría a terminar con esa especie de esquizofrenia cultural y lingüística a través de la catarsis de la exposición literaria. – ¿Podría en ese caso desaparecer el guaraní?
– Cr Creo eo qu quee el gu guar aran aníí no pod podrí ríaa de desa sapa parec recer er.. Cr Creo eo qu quee es un unaa le leng ngua ua mu muyy lig ligad adaa a la na natu tura rale leza za,, a lo loss sen sentim timie ienntos, a todo lo que tiene que ver con la sensibilidad, con las relaciones en el mundo, con el tiempo. – Usted dejó de publicar a partir de que salió de la Argentina, en 1976. ¿No escribió más? ¿No intenta escribir?
– Dejo que las decisiones sean resultado de impulsos naturales. No digo no. – Pero no dice sí.
– Es Escr crib ibí,í, esc escrib ribí,í, pe pero ro no he ter termi mina nado do lo qu quee es escri cribí bí.. A pa part rtir ir deYo el supremo es escr crib ibíí un unaa pie pieza za de tea teatr troo co conn el mismo mi smo per perso sona naje je per peroo con un te text xtoo tot total almen mente te div divers erso. o. As Asíí co como moYo el supremo lo escr escribí ibí con contra tra la hist historia oria (con (constru struí í una historia negando la escrita), en la obra de teatro escribí contra la novela. – ¿Es más parecida a historia real?
– La única historia real, no es la escrita, es la realmente vivida. Pero, ¿quién puede meterse en ese laberinto? – ¿Quién puede o quién quiere? ¿Le gusta este nuevo Yo el supremo?
– Creo que está. Sí, me conforma.
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– ¿Por qué cree que los países europeos se prenden a la magia, lo exótico, lo poético de nuestra literatura y recha zan aquellas historias que hablan de nosotros de una manera más profunda? Como si hubieran hecho una distribución de roles. Nosotros lo colorido y gracioso, ellos lo esencial y profundo.
– Esto se está modificando y van entendiendo que lo poético, lo exótico, etcétera, son ingredientes de una realidad más compleja. Las presencias vivas de Cortázar, de Borges, ayudan. – Usted no es un profesional como García Márquez o Vargas Llosa. Con horarios para escribir, contratos que cum plir. ¿No puede o no quiere?
– No puedo. Yo no puedo escribir cuando quiero. Sólo escribo para aclarar mis propios enigmas, por eso no soy un escritor profesional. Un escritor que publica un libro por año. ¿Cómo podría? La literatura es una actividad anormal, casi patológica. Y no puedo periodizar esa enfermedad. Sé que a veces viene, sé que a veces se va. No sé más nada.Nosésiyahedichotodoloqueteníaquedecir,osinisiquieraheempezadoadecirlo.Poresolavidaesparecida a la actividad artística. artística. Por eso, tal vez, nunca se sabe si la vida es lo que se vive o lo que se muere. (BRECHA, 10 de febrero de 1989, Uruguay).
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ENTREVISTA CON AUGUSTO ROA BASTOS María Esther Gilio – Hola Augusto, habla María Esther Gilio, de BRECHA. Queremos saber cómo se siente y qué opina sobre lo que está pasando en Paraguay.
– Primero, claro, una gran alegría. Qué se puede decir cuando finalmente el mito cae. El falso mito. Antes que nada festejarlo. – No creo que lo hayan dejado festejar mucho. Todos los medios en América Latina deben haber querido escuchar escuchar su opinión sobre los hechos.
– Exageraciones paraguayas..., pero otra cosa, no tengo aún opinión definitiva. Los acontecimientos son ambiguos. Creo que debemos esperar, ver qué pasa en los días sucesivos. Hay algo que es ya positivo. Creo que se ha creado la oportunidad para que la oposición democrática profundice su lucha. – ¿Le permite tener esperanzas la gente que aparece girando en torno al gobierno? – La gente en sí no me inspira confianza, pero pongo esperanzas en algunas circunstancias que pueden empujar el pr proc oceso eso.. Ha Hayy de decla clara raci cion ones es de es este te gr grup upo, o, qu quee lo com compr prom omete eten. n. Es Esper peroo qu quee la lass pr presi esion ones es in inte tern rnac acion ional ales es se eje ejerr zan, que enfrenten a esta gente con sus promesas de los últimos días. La presión internacional puede ser importante. – Han hablado de noventa días para realizar reali zar elecciones libres.
– Sí..., esperem esperemos os que estén realmente realmente decididos a hacerl hacerlo. o. Aunque no alcan alcanza za con eso solamente. Hay que arreglar unas cuantas cosas antes. – ¿Qué tipo de cosas?
– En la Constitución no hay disposiciones que garanticen una elección realmente libres, sin excluidos. Son muchos los pasos que hay que dar en este sentido. Faltan en la ley elementos vitales. – ¿Lo sorprendió el hecho?
– No, no me sorprendió. Yo había pronosticado, hace muy poco, la caída de Stroessner en El País de Madrid y en diarios latinoamericanos donde colaboro. – ¿Cómo está, cómo se siente? si ente?
– Pasé un momento difícil. Me operaron. Fue una operación compleja. Pero ya estoy bien.
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– ¿Ha vuelto a escribir?
– Sí, estoy escribiendo. – Finalmente pudo.
– Estoy pudiendo. – ¿Feliz, entonces?
– Todo lo feliz que es posible en el exilio. Rodeado de aquellas personas que le hacen posible a uno no morir de tristeza. La familia, los amigos. Abrace a todos allí, recibo BRECHA. Salude a todos de mi parte. (Entrevista publicada en BRECHA al producirse la caída del dictador Stroessner)
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ENTREVISTA CON FERNANDO BENÍTEZ Cristina Pacheco Promotor Promot or y cre creado adorr de cul cultur tura, a, Fern Fernand andoo Ben Beníte ítezz es ya una ref refere erenci nciaa obl obliga igada da par paraa ent entend ender er el pan panora ora-ma intelectual y artístico de nuestro país. En esta conversación con Cristina Pacheco, Benítez habla de su obra, su obsesión por el tabaco y la escritura, sus viajes, en fin, de su vida llena de experiencias, e incluso de la muerte. La penumbra y el silencio están posesionados de la gran biblioteca olorosa a papel y a tabaco. De un muro a otro distintas expresiones del arte renuevan su inagotable diálogo de formas y colores. En los anaqueles, perfectamente ordenados, hay infinidad de volúmenes. Sus tapas marcan las fronteras entre la sabiduría y el genio que han ennoblec bl ecido ido lo loss si sigl glos os de la Hi Histo stori ria. a. Ca Cada da lilibr broo ag agua uarda rda el mo mome ment ntoo de se serr toc tocad ado, o, ab abier ierto, to, leí leído, do, pa para ra en entr treg egar ar su suss te tesosoros a quien es uno de sus más fieles amantes: Fernando Benítez. Lo encuentro tendido en un diván. Lee auxiliado por una lámpara de halógeno. Concentrada la luz marca el trayect ye ctoo de la av avid idez ez qu quee él si sien ente te por ig igua uall ha haci ciaa lec lectu tura ra y es escri critu tura ra.. El res respl plan andor dor ca caee so sobr bree la ser serie ie de her hermo mosís sísim imas as figuras prehispánicas colocadas sobre un muro divisorio. Son dioses y diosas de las tumbas indias. Cada uno de ellos ha proyectado su poder y su magia sobre algunas de las más bellas páginas escritas escri tas por Fernando Benítez y concentradas tra das en cin cinco co vol volúme úmenes nes que son nue nuestra stra más ínt íntima ima hist historia oria fam familia iliar: r: Los indios de México. De pr pron onto to el si sile lenc ncio io y la quietud saltan hechos pedazos al impacto de la voz formidable de un hombre que entre sus infinitos prest igios ha conservado el de ser notable conversador. – Más allá de su belleza o de las circunstancias en que encontraste encontraste estas figuras prehispánicas, ¿cuál es la más significativa para ti?
– La Diosa Cihuateteo. Representa a las mujeres jóvenes que mueren de parto, es decir a las que debemos tener prese pr esent ntes es po porq rque ue mu muri riero eronn pa para ra cu cumpl mplir ir su des destin tino: o: da darr vi vida da.. Pa Para ra lo loss in indio dioss tod todoo pr prin inci cipi pioo titien enee un fifinn y tod todoo fifinn –l –laa muerte– tiene un principio. La representación más clara de esta idea es el maíz: un grano muerto se entierra para que renazca multiplicado con una generosidad extraordinaria. “Cihuateteo es la diosa que acompaña al sol desde el cenit hasta el poniente. Tiene los ojos cerrados, pero está cantando himnos al sol. Se dice que q ue esta diosa era colocada en el cruce de los caminos. Allí espantaba esp antaba a los viajeros conn un gr co grito ito at ater erra rado dor: r: ‘A ‘Ay, y, mi miss hij hijos os... ...’’ A lo la larg rgoo de lo loss si sigl glos os esaexcl esaexclam amac ación ión ha so sobr brev eviv ivid idoo en la labi bios os de un unaa fig figur uraa de leyenda: ‘La Llorona’. ”Cihuateteo es una de mis deidades predilectas porque es la que explica la filosofía de nuestros indígenas. Si no entiendes la relación entre vida y muerte, o el morir y el renacimiento, no podrás adentrarte jamás en el arte indio. Posiblemente en dos mil años nosotros hemos heredado entre cuatro y cinco millones de tumbas llenas de objetos preciosos. Suponiendo que hayamos explorado dos millones de tumbas, aún quedan muchísimas más por abrir. Algunas de esas e sas reliquias han sido descubiertas por los campesinos más pobres y olvidados”.
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– Quizá es por ellos por quienes la madre Cihuateteo lanza ahora su grito desgarrado: “Ay, mis hijos...” – Ese sector de la población mexicana representa un gravísimo problema. Imagínate que desde antes de nacer, los niños indios, los hijos de los campesinos, heredan la desnutrición de sus madres. Créeme que me inquieta y me entristece pensar en su futuro. A veces me pregunto si realmente lo tienen. Sobre la gran mesa transversal veo las clásicas libretas de espirales que son los cuadernos de trabajo de Fernando Benítez. Abiertas, permiten ver columnas, cada vez más estrechas, de letras apretadas. De tan pequeñas semejan ejércitos ejércit os de hormiga hormigass que esperan el momento de asaltarnos, asaltarnos, de sacudi sacudirnos, rnos, de iluminarnos iluminarnos con las ideas de un hombre que ha dedicado sus mayores esfuerzos como periodista, investigador, escritor, a fortalecer a este país que ya le debe tanto. Muy cerca de las libretas están los alteros de páginas impecablemente mecanografiadas por una mujer que, más que excelente secretaria, merece el título de excelente miniaturista. – ¿En qué estás trabajando ahora?
– Veinte años muy importantes de mi actividad los dediqué al estudio de los indios de México. Hoy he vuelto al tema el que quizá sea mi último trabajo importante. La diferencia es que ahora abordo el tema desde la perspectiva de qu quie iene ness fu fuero eronn los def defen enso sores res de lo loss in indio dios, s, los hom hombr bres es qu quee tr trat atar aron on de im impon poner er la ju justi stici ciaa en el Nu Nuev evoo Mu Mund ndo. o. – Se aproxima el Quinto Centenario de la Conquista. Al abordar el tema desde la perspectiva de los evangelizadores, ¿cuál es tu propósito?
– Trabajo en torno a los evangelizadores porque creo que su labor es lo único rescatable de la Conquista. No hay otra ot ra cos cosa. a. Pi Pien ensa sa qu quee ve vein inte te añ años os des despu pués és de su lllleg egad adaa a Am Amér éric icaa no qu queda edaba ba un in indio dio vi vivo vo ni en la lass An Antil tilla lass ni en el Caribe. ¿Cómo celebrar la conquista que fue brutal y sanguinaria? O bien, ¿vamos a celebrar los tres siglos de Colonia, cuya atroz desigualdad seguimos resistiendo? Evidentemente no. Pero sí creo que hay algo digno de señalarse: la corriente humanística que insinúa Las Casas, que prosiguen en México Fray Juan de Zumárraga y los doce primeros franciscanos, y termina con don Vasco de Quiroga, quien tuvo la audacia de traer al Nuevo Mundo la utopía de de Tomas Moro con el propósito de hacerla realidad. Así que abordó el tema de la Conquista desde una perspectiva completamente humanística. – Es difícil aceptar sin reservas el humanismo de individuos que, suponiéndose dueños absolutos de la verdad, obli garon a los indios a sustituir a sus dioses y que les enseñaron la resignación en aras de su futuro paraíso.
– Sobre la evangelización deberíamos decir muchas cosas. Aceptemos simplemente que ha sido defectuosa. Los doce primeros franciscanos, que han sido considerados como los doce apóstoles y fundadores de la iglesia mexicana, enfrentados a millones de indios, los bautizaron rociándolos con agua bendita y repitiéndoles formidables letanías. Pero, ¿esto significa que los hayan evangelizado realmente? “No sabemos bien hasta qué punto los mexicanos son cristianos. Los dioses prehispánicos nunca han sido desterrados. En cada pueblo hay un santo patrono que bien podría equivaler a una deidad prehispánica. Llevando este fenómeno de sustitución de deidades religiosas, desde el principio Sahagún alertó a las autoridades eclesiásticas diciéndoles que los indios no acudían al Tepeyac para venerar a la virgen de Guadalupe, sino a su antigua diosa Tonantzin”. – En resumen, ¿qué significa la virgen de Guadalupe para el pueblo mexicano? – Tanto para católicos como para quienes no son creyentes, ella es la madre generosa que se ha inventado un pueblo huérfano desde siempre. – ¿Tú libro abarca únicamente el siglo XVI? – Llega hasta nuestros días. Para eso he escrito más de mil páginas y he consultado una bibliografía gigantesca. Considero que somos nosotros, los latinoamericanos, los más calificados para analizar, por ejemplo la obra de Las
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Casas. Casa s. Su fra fraca caso so no so sola lame ment ntee ha sid sidoo el de los in indio dios, s, si sino no el de to toda da Am Amér érica ica La Latin tina. a. Me ref refier ieroo a un fr frac acas asoo so socia cial,l, a un fracaso económico que se resume en las dos grandes condenas que pesan sobre nosotros: ser atrasados y deficient cie ntes. es. Som Somos os lo loss co cond nden enad ados os de la titierr erraa de lo loss qu quee ha habl blaa Fr Fran antz tz Fa Fann nnon on.. Pa Para ra qu quee ve veas as qu quee no ex exag ager eroo te da daré ré un ejemplo: en 1910 México tenía quince millones de habitantes. El noventa y cinco por ciento de esa población est aba ma marg rgin inad ada. a. Ho Hoy, y, en los um umbr bral ales es del sig siglo lo XXI, Mé Méxi xico co tie tiene ne oc ochen henta ta y cin cinco co mi millllon ones es de ha habi bita tant ntes es y po poco co me meno noss de la mitad de la población vive marginada. – Dentro del cuarenta por ciento de marginados que hay en México, ¿qué proporción corresponde a los indios?
– La mí míni nima ma.. Los in indi dios os se ha hann red reduc ucido ido mu much cho. o. En la ac actu tual alid idad ad ha habi bita tann en nu nues estro tro pa país ís ap apro roxi xima mada dame ment ntee un unos os seis millones de indios. Ellos son los marginados de los marginados. Y aquí entramos al problema de la educación. Desde el principio, los señores prefirieron darles limosna a los indios en vez de instruirlos para que con el tiempo fueran fue ran aut autosu osufici ficient entes es e ind indepen ependien dientes tes.. A esta estass alt altura urass aún esta estamos mos pag pagand andoo las con consecu secuenc encias ias de esa nef nefast astaa idea idea.. – ¿Cuál será s erá el destino de esos seis millones de indígenas?
– Se Segu gura rame ment ntee des desap apar arece ecerá ránn co como mo in indio dioss y en engr gros osar arán án la lass fifila lass de los má máss po pobr bres es,, de dell má máss ba bajo jo pr prole oleta tari riad ado. o. No deberí deb eríaa ser as así.í. En Mé Méxi xico co se ha habl blan an cin cincu cuen enta ta y do doss len lengu guas as in indíg dígen enas as.. Los in indio dioss tie tiene nenn un unaa cu cultltur uraa pr propi opia; a; per peroo es una cultura mágico-religiosa que los entrega atados de pies y manos a los que podríamos llamar “hombres civilizados”. Te daré un ejemplo clásico. Los Lo s indios son propietarios de todos tod os los bosques de la república desde la Colonia, pero como nadie los enseñ enseñóó a explota explotarlos rlos en su propio beneficio, beneficio, son los talamo talamontes ntes y los burócr burócratas atas quienes quienes se aprovechan de esa gigantesca riqueza mientras los indios perecen de hambre. – ¿El indio se siente identificado con el país?
– Creo que no. Rara vez los oyes decir “soy mexicano”, en cambio dicen “soy tepehuano”, “soy huichol”, “soy cora” cor a”,, “s “soy oy ma maya ya”. ”. Es Esaa es su ma mane nera ra de opo opone nerr re resis sisten tenci ciaa a la av avan anza zada da de lo qu quee llllam améé “m “mun undo do civ civili iliza zado do”. ”. Lo Loss in in-dios tratan por todos los medios de defender su territorio, pero irremisiblemente son invadidos, saqueados y minados por medio del alcohol –que como sabes está muy estrechamente ligado al colonialismo. – Los indios bebían pulque desde antes de la l a llegada de los l os españoles.
–Sí, pero sólo al cumplir sesenta años –edad en que se suponía a un hombre capaz de controlar sus instintos y emociones. De todas formas, a aquel individuo que llegara a embriagarse se le castigaba con la muerte. Esto lo consigna sig na el Cód Códice ice Men Mendoci docino. no. Cua Cuando ndo lleg llegaro aronn los esp españo añoles les semb sembrar raron on en las par partes tes desé desérti rticas cas eno enormes rmes pla planta ntacio ciones nes de magueyes destinados a embriagar a los indios. Comprendieron que de esa manera los someterían. En ese moment me ntoo na nació ció nu nuest estra ra ar arist istocr ocrac acia ia pu pulq lque uera ra qu quee hoy en enso somb mbre rece ce a Mé Méxi xico co,, es este te Mé Méxi xico co qu quee ta tant ntoo me ap apas asion ionaa y me preocupa. El timbre del teléfono nos devuelve de vuelve al presente, a una realidad que Fernando Benítez ha estudiado y esclarecido a través de un ejercicio periodístico que rebasa el medio siglo y que ha enriquecido las páginas de nuestras mejores publicaciones: Revista de Revistas, El Nacional, Novedades, Siempre, Uno más Uno y La Jornada, donde hasta la fecha Benítez es colaborador permanente. – Los informes oficiales aseguran que hemos empezado a salir de la crisis económica que nos agobia desde hace más de diez años. ¿Ves la hora actual con optimismo?
– No No.. La rea realid lidad ad me pa parec recee tri triste ste,, el fu futu turo ro in incie cierto rto y dif difíci ícil.l. En tér términ minos os in indiv dividu idual ales es la sit situa uació ciónn me in inqu quiet ietaa ter terririblemente y no por mí –que podría vivir de cualquier modo– modo – sino por mi familia. Tengo Te ngo una esposa treinta años menor que yo y un hijo que acaba de cumplir los diecisiete. Por ellos y por mí debo inventar salidas o trincheras donde pueda vivir siendo útil y donde pueda morir combatiendo por lo que siempre he creído. – ¿Por qué hablas de la muerte?
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– Por razon razones es obvias. He hablado con mi médico y le he dicho: “No quiero que mi muerte te pertenezca; pertenezca; no quiero ser un viejo babeante sentado en un sillón y convertido en un estorbo”. Mi médico, que además de sabio es un hombre honesto, hizo una reflexión que considero una promesa: “Soy partidario de la vida digna y también de unaa mu un muer erte te dig digna na”. ”. Me re refie fiero ro a la mu muert ertee po porqu rquee es al algo go qu quee de debo bo ten tener er pre prese sent nte. e. Ya no qu quier ieroo ha habl blar ar del pa pasa sado do.. Loss vi Lo viejo ejoss no noss re refer ferim imos os mu much choo a él él.. No qu quier ieroo qu quee me at atra rape pe.. Qu Quier ieroo vi vivi virr en el pre prese sent ntee –c –con on tod todas as la lass co cons nsec ecue uenncias que esto implica– y mirar hacia el futuro. Creo que por eso me gusta tanto dar clases y verme rodeado de jóvenes. Ellos son la esperanza. – Tienes un hijo de diecisiete años. ¿Cómo eras tú, que hacías, a su edad? – Era un hombre hecho y derecho porque comencé a trabajar desde los doce años. Cuando cumplí diecisiete ingresé en la escuela de Derecho, lo que me permitió conseguir un empleo en el departamento legal de la Light and Power Company . – ¿Querías ejercer la abogacía?
– No. Mi anhelo más profundo era convertirme en periodista, en escritor. Gracias a eso, en 1934 empecé a colaborar en Revista de Revistas, considerada la mejor publicación en su género. – ¿Fue lo más importante que te sucedió s ucedió ese año?
–Sí, per –Sí, peroo no me par parece ece dele delezna znable ble el hech hechoo de que en ese año hay hayaa emp empeza ezado do a rec recibi ibirr la edu educac cación ión sen sentim timenental que debo a Agustín Lara. Recuerdo que tomaba clases de Derecho Romano con un gran maestro. Una mañana que estábamos en clase me pidió que definiera el e l hastío. Comprenderás que intenté una respuesta a la altura de mi profesor: sesuda. De pronto él me interrumpió y me dijo: “Se equivoca. Hastío es pavorreal que se aburre de sol en la ta tard rde” e”.. Ima Imagí gína nate te qu quee ci citó tó do doss lílíne neas as de un unaa ca canc nció iónn de Ag Agus ustítínn La Lara ra.. Yo en eso esoss mo momen mento toss no lo ha habí bíaa as asimi imila lado do del todo ni imaginé que su música sería el fondo musical de mi juventud. – ¿Fernando Benítez melómano?
– De Desd sdee pe pequ queñ eñoo me in inic icia iaro ronn en la gr gran an mú músic sica, a, des despu pués és la ab aban ando doné né o la fre frecu cuen enté té po poco co.. Es ah ahora ora,, cu cuan ando do estoy medio ciego, cuando he vuelto a gozar inmensamente de la música. – ¿Escuchas música mientras escribes?
– No. Admiro a quien pueda hacer eso. Carlos Fuentes, por ejemplo, escribe oyendo música sin perder la concentración. – ¿Cuándo empezaste a escribir?
– Regul Regular, ar, inint ininterrump errumpidamen idamente, te, desde 1934. Jamás Jamás,, bajo ninguna circunstancia circunstancia,, he dejado de hacerlo hacerlo.. Esté donde esté, escribo. Lo único que necesito es tener silencio. ¿Escribes ibes a mano para evitar el estru estruendo endo o los rumores de las máquin máquinas? as? – ¿Escr
–Tal vez. Yo trabajé muchos años en redacciones de periódicos. Allí escribía siempre a máquina; pero curiosamente, cuando empecé a publicar los suplementos culturales (desde El Nacional, en 1936) adopté la costumbre de escrib esc ribir irlo lo to todo do a ma mano no.. En est estos os mo mome ment ntos os con confie fieso so qu quee soy in inca capa pazz de ac acerc ercar arme me a un unaa má máqu quin ina, a, ya se seaa me mecá cáni nica ca o eléctrica. – Tu caligrafía es muy singular, tan pequeña que sella el secreto entre tus pensamientos y tu mano.
– Al pa paso so de lo loss añ años os mi le letr traa se ha id idoo em empe pequ queñ eñec ecie iend ndo, o, se ha vu vuel elto to ilileg egib ible le pa para ra al algu guie ienn má máss ap apar arte te de mi se se-cretaria y yo –a quien ahora doy un reconocimiento especial por su habilidad para descifrar mi escritura. – Cuando abandonaste la máquina de escribir, ¿no extrañaste su ruido?
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– No. Me pareció que sin su presencia expresaba mis pensamientos de una manera más directa e íntima. Escribo con plu plumon mones es de pun punto to fin fino, o, pre precisa cisamen mente te porq porque ue son herr herrami amient entas as sile silenci nciosa osas. s. El sil silenc encio io de mi escr escritu itura ra coin coincide cide con los hábitos de pájaro nocturno que he adquirido. En la actualidad sólo escribo de noche. Estoy acostado y de pronto se me ocurre una idea que, según yo, es genial. Ansioso de no perderla, bajo volando a mi biblioteca. En cuanto llego allí me doy cuenta de que el impulso que me guió no era el de una idea sino un inmenso deseo de fumar. ma r. No pu puedo edo esc escri ribi birr tre tress lín línea eass si no fu fumo mo.. As Asoc ocio io ín íntim timam amen ente te la esc escri ritu tura ra al ta taba baco. co. Co Conf nfies iesoo qu quee lle llevo vo mi ser servi vi-dumbre con cierto heroísmo. Estoy perfectamente consciente de que el tabaco es asesino. – ¿Quién te enseñó a fumar y quién te enseñó a escribir?
– Cuando yo era niño casi todos mis amigos y compañeros de escuela fumaban, así que tomé mi primer cigarro a los sie siete te añ años os.. “C “Car arme melit litas as”” y “D “Del elic icad ados” os” o “F “Far aros os”” fu fuer eron on la lass pr prime imera rass ma marc rcas as qu quee dis disfr frut uté.. é.... o qu quee ap apre rend ndíí a dis disfru fru-tar. ta r. Co Conf nfie ieso so qu quee lo loss pr prim imero eross cig cigar arri rillo lloss me ma mare reab aban an hor horri ribl blem emen ente te,, pe pero ro me hi hice ce el pr prop opósi ósito to de ve venc ncer er el ma males les-tar para conseguir sólo el placer. “Enn cu “E cuan anto to a es escr crib ibir, ir, na nadie die me en ense señó ñó.. Ta Tall ve vezz mi vo voca cació ciónn na naci cióó ju junt ntoo co conn mi en entu tusi sias asmo mo por la lec lectu tura ra.. Ap Apren ren-dí a leer a los cuatro años. Lo recuerdo porque una tarde que iba yo con mi hermosísima madre por el centro pasamos frente a un teatro y la detuve para explicarle: ‘Mira, allí en la cartelera dice Fausto’. Era la obra que estaban presentando. “Las dos cosas que aprendí de niño –fumar y escribir– garantizaron mi supervivencia. La escritura me permite participar, esclarecer y esclarecerme las cosas, sentirme útil. El cigarrillo me da, aparte de placer, seguridad. Siento quee el hu qu humo mo tie tiend ndee un unaa co corti rtina na qu quee me aí aísl sla, a, qu quee me pr prote otege ge de cos cosas as qu quee tem temoo po porqu rquee me re resu sultltan an de desco scono noci cida das, s, por ejemplo”. – Es difícil imaginar que un hombre que ha tenido una vida tan rica y tan intensa desconozca algo.
– Hay muchas cosas que, por desgracia, desconozco; sin embargo, nada de lo desconocido me seduce de masiado. No tengo tiempo para incursionar en las cosas nuevas. Lamento, por ejemplo, no acercarme a los escritores que están est án su surg rgie iend ndo. o. No es po porr in indi difer feren enci ciaa o po porqu rquee no les con conced cedaa va valo lor, r, sin sinoo po porqu rquee no ten tengo go titiem empo po pa para ra ell ellos os.. Im Imaagínate, son tantos los libros que quiero releer... – ¿A qué autores permaneces fiel?
– A Dostoievski en primer lugar porque considero que es él quien ha penetrado más hondo en el alma humana. Soy fifiel el a tod todos os mi miss au autor tores es pr predi edile lecto ctos. s. So Sonn ru ruso sos: s: Pu Pushk shkin in,, Go Gogo gol,l, Go Gork rki,i, Ch Chej ejov ov...... Es Esto to no sig signi nififica ca qu quee ig igno nore re ot otra rass literaturas. Me fascinan la francesa, la italiana, la inglesa. – ¿Te relees?
– No No,, por porqu quee no qu quier ieroo dep depri rimi mirm rme. e. El hec hecho ho de qu quee al algu guna nass ob obra rass mí mías as –p –pien ienso so enEl rey o El agua envenenada – se ha haya yann ree reedit ditad adoo mu much chas as ve vece cess y en va vario rioss idi idiom omas as no me ofu ofusca sca.. Tu Tuve ve éx éxititoo con el ella lass pe pero ro es esoo no si sign gnifi ifica ca qu quee yo sea un buen novelista. Abandoné el género cuando me di cuenta de que estaba muy lejos de poder convertirme en un García Márquez, en un Vargas Llosa, en un Rulfo, en un Carpentier o en un Carlos Fuentes. “Estoy consciente de mis capacidades. Carezco de imaginación pero en cambio creo ser capaz de acercarme a los hechos reales y describirlos. Estos se me imponen: soy periodista”. – ¿Escribes con dolor?
– Con dificultad. Antes era distinto. – ¿A qué atribuyes este cambio?
– A la marca que dejó en mí la práctica periodística. Uno de los más grandes méritos de un periodi sta es su capacidad de síntesis. Yo la tengo, pero la pagué muy caro porque porq ue cuando he querido hacer un relato novelado no logro hacerlo, no puedo ir más allá de párrafos demasiado cortos.
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– Tus repo reportaj rtajes es son un mate material rial inva invaluab luable, le, apas apasiona ionante nte.. El tiem tiempo po no pare parece ce habe haberr obra obrado do ning ningún ún efec efecto to sobr sobree ello ellos. s.
– Muchos tienen absoluta vigencia, es cierto; pero otros no. Te voy a poner el ejemplo de La ruta de Hernán Cortés. Pa Para ra es escr crib ibir ir es esee lilibr broo yo im imag agin inéé se serr un unoo de lo loss so sold ldad ados os de Co Cort rtés és y se segu guíí pa paso so a pa paso so su ititin iner erar ario io ha hast staa lllleg egar ar a la ciudad de México. Era muy emocionante ver que, en 1947 o 48, los paisajes y ciudades seguían siendo muy semejantes a los vistos por Hernán Cortés. Pero mi libro empezó a perder vigencia en el momento en que todos esos lugares se contaminaron, o simplemente desaparecieron. Ninguna de las ciudades que visité para hacer mi libro es como yo las vi en aquel tiempo. Hoy nada es igual. Y mucho menos la ciudad de México. “Ell Di “E Distr strititoo Fe Fede dera rall en el qu quee yo fu fuii jo jove venn er eraa un lu luga garr pe pequ queñ eñoo don donde de to todos dos no noss co cono nocí cíam amos os.. Ab Abun unda daba bann lo loss ca ca-fés y las tertulias. En el día disfrutabas de una claridad prodigiosa y en la noche uno se sentía maravillado con aquel ciel ci eloo ta tach chon onad adoo de es estre trella llas. s. To Todo do eso des desap apar areci eció. ó. Ah Ahor oraa vi vivi vimo moss en la ci ciud udad ad má máss gr gran ande de,, co conf nflilicti ctiva va y en enve vene nena na-da de dell mu mund ndo. o. La mu muche chedu dumb mbre re de la qu quee so somo moss pa part rtee no noss aí aísl sla, a, no noss co cond nden enaa a la so sole leda dad, d, no no noss pe perm rmite ite fre frecu cuen en-tar a nuestros amigos. Esto lo resiento muchísimo porque concedo enorme importancia a la amistad”. – Hay algo al go que permanece igual que antes: tu amor al trabajo.
– Eso no ha cambiado, es cierto; sin s in embargo, sí se ha modificado mi visión del mundo. Es natural. Todo el tiemtie mpo de mi vida corresponde corr esponde a una época absolutamente maligna y trágica. Recuerdo a mi padre leyéndonos las noticias de la primera guerra mundial. Después, como joven, asistí de alguna manera a la segunda guerra, indudablemente la más cruel. Hoy vivimos un período trágico. Imagínate que las grandes potencias destinan la mayor parte de su presupuesto a comprar armas y otra proporción importante a comprar drogas. – Como periodista, ¿hoy quieres decir lo l o mismo que antes?
– Creo no haberme desviado mucho de mi línea: contribuir a que mi patria mejore, a que se den las condiciones para pa ra qu quee ha haya ya un unaa ve verda rdader deraa dem democr ocrac acia ia,, a qu quee sea seamen menos os drá drásti stica ca la des desigu igual aldad dadqu quee her hereda edamos mos des desde de la Co Colon lonia ia.. – No modificaste tu proyecto periodístico, ¿cambiaron tus lectores?
– No lo sé porque nunca he escrito pensando en ellos. Uno escribe para alguien, es cierto, pero sobre todo uno escribe para algo. Yo escribí porque pensé que era mi destino. Lo asumiré hasta el fin. – Gracias a tu generosidad y a tu paciencia hoy hemos podido apropiarnos de algunos espacios de tu vida riquísima, fructífera, venturosamente larga.
– Creo que habría muerto muchas veces si la ciencia médica no hubiera avanzado tanto. Por desgracia avanzó, me convertí en uno más de los muchos viejos que son un problema en el mundo. – Podríamos ver las cosas de otra manera: más años, más experiencia, una visión más clara de las cosas.
– Nu Nunc ncaa la tie tiene ness rea realm lmen ente. te. Cu Cuan ando do lle llega gass a ci ciert ertaa ed edad ad tie tiene ness vi visio sione ness de co conj njun unto. to. Te da dass cu cuen enta ta de qu quee la an aniimalidad es imbatible y que se agiganta en la medida en que un hombre es parte de un gran imperio. – ¿No hablas de la serenidad? – Porque no la conozco. Mi carácter es vehemente. Siempre he vivido en una gran tensión, afrontando riesgos que muchas veces son ridículas invenciones. – Creo que esa vehemencia ilumina dos de tus mayores cualidades: la curiosidad y el espíritu de aventura que de sahogaste viajando.
– He recorrido casi todo el mundo y hoy me invade una inmensa nostalgia por ciertos lugares: Roma, Venecia, sobre todo Florencia. Recuerdo el primer viaje que hice allá. Quería verlo todo y el primer día fue exhaustivo. Lleguéé a mi ho gu hote tell di disp spue uest stoo a de desc scan ansa sarr pe pero ro de pr pron onto to me di cu cuen enta ta de qu quee aú aúnn no ha habí bíaa vi vist stoo la tu tumb mbaa de Lo Lore renz nzoo de Medicis. Entonces valió la pena porque es la tumba más hermosa hermo sa que existe, y te lo digo di go yo, que soy un especialista en tumbas.
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“En China las hay extraordinarias. Recuerdo la del emperador que fue sepultado con todo su ejército... Ver eso o hallarte en la Ciudad Prohibida o en el Cielo del Mundo te produce una felicidad inmensa, que anhelo”. – Estuviste tres veces en China.
– Allá estuve por primera vez en 1952, después en el 67 y por fin en el 88, pero esta vez no sólo como periodista sino como ministro consejero. Mi propósito fundamental era escribir un libro acerca de mi experiencia. Puedo asegurarte que me costó menos trabajo hablar de los cambios políticos que iba descubriendo que de la belleza que me asaltaba a diario. China es el único país que construye torres altísimas que no sirven para nada. Son de ladrillo rojo, tiene tie nenn cor corni nisa sass y un unaa es esbe belte ltezz pro prodig digios iosa. a. En su in inte terio riorr ha hayy un unaa esc escal aler erita ita.. Te con condu duce ce a un ni nive vell des desde de don donde de pu pueedes tener una visión formidable del paisaje. Me encantaría remontarlas otra vez, son fascinantes. – ¿Por qué te fascinan tanto esas torres?
– Quizá porque no conducen a ninguna parte, porque son los ejes del mundo, porque simbolizan el anhelo del hombre por remontarse a las alturas, por rebasar su condición... Pero así como anhelo volver a China desearía encontrarme nuevamente en la India. Cuando conocí Benarés sentí una impresión tan grande que sin proponérmelo empecé a escribirlo todo en verso: tan hondamente me tocó su belleza. “Todas mis experiencias de viajero puedes resumirlas en una sola frase: sueño maravilloso. Al internarme por el mundo de los indios de México descubrí paisajes, dioses, mitos, historias, hombres y mujeres extraordinarios, ceremoni mo nias as,, ch cham aman anes es –q –que ue so sonn lo loss ma maest estro ross de dell éx éxta tasis sis–– pe pero ro so sobr bree to todo do me ac acer erqu quéé a fu fuen entes tes de pr profu ofund ndaa sa sabi bidu duría ría”. ”. – ¿Cuál es la mayor enseñanza que te han dado los indios de México?
– Me enseñaron a no creerme importante, a llevar una conducta impecable, a considerar a todos los seres de la natu na tura ralez leza, a, a sa sabe berr en qu quéé co cons nsis iste te la de demo mocra craci cia, a, a re respe speta tarr la dig digni nida dadd hu huma mana na,, a ir de lo co cotid tidia iano no a lo sa sagr grad ado, o, a liberarme de las culpas, a disfrutar del éxtasis. – ¿Qué es el éxtasis?
– Sentirse un átomo pensante fundido en el espacio eterno del universo. – Tú, ¿qué les enseñaste a los indios?
– Nada, nada. Ellos fueron y serán para siempre mis maestros... (La Jornada Semanal, 11 de octubre de 1990, México).
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TIENE LA PALABRA EL CAMARADA ROA Ambrosio Fornet En 1925 Machado sube al poder, se funda el primer Partido Comunista de Cuba y la Confederación Nacional Obrera, Cuba es sacudida por la huelga de hambre de Julio Antonio Mella, es asesinado Armando André... Un año antes, en Rusia, ha muerto Lenin; dos antes, en Cuba, se ha producido la Protesta de los Trece; tres antes, en Italia, Mussolini ha tomado el poder... ¿Qué edad tenía usted entonces, es decir en 1925? ¿Qué hacía?
Teníaa yo 16 añ Tení años os ta tann la larg rgos os com comoo mi miss pa pant ntal alon ones es y poc pocos os me meses ses me fa falta ltaba bann pa para ra qu quee me “t “titu itula lara ran” n” ba bachi chillller er en letras y ciencias. Era larguirullo, flaco, intranquilo, boquigrande, orejudo, ojillos soñadores con relumbres de ardilla, a veces melancólico, jocundo casi siempre, siempr e, lenguaraz a toda hora y con más pelo que un hippie, aunque ya antihip pie por naturaleza. Efectivamente, ese año Machado se mangó el poder, se fundó el primer Partido Comunista y la Confederación Nacional Obrera de Cuba sin haberme enterado, y fue escopeteado alevosamente el periodista Armando André. Si bien los resplandores de la rebelión estudiantil de 1923 se habían filtrado en los silenciosos y apacibles corredores del colegio en que yo estudiaba, nada supe de la Protesta de los Trece, pero me jorobaban ya el histrionismo cesáreoo de Mu re Muss ssoli olini ni y du dura rant ntee la lass va vaca caci cion ones es ha habí bíaa leí leído do el pri prime merr lib libro ro de Len Lenin in qu quee ca cayó yó en mis ma mano nos: s:El capitalismo de Estado y El impuesto en especie . Y, a seguidas, me prendí a Los tiempos nuevos, de José Ingenieros, contagiándoDiar ario io de la Ma Mari rina na,miprime su en entu tusi sias asmo mo por la rev revolu olució ciónn ru rusa sa.. En 19 1925 25 pu publ bliq iqué ué en el su supl pleme ement ntoo liliter terar ario io de dell Di mer artículo, pomposamente titulado “Ensayo sobre Rubén Darío”: visto desde hoy me da risa tanta emperifollada vacu va cuida idadd y le pid pidoo pe perdó rdónn a los ma mane ness de dell pa pani nida da ni nica cara ragü güen ense. se. Si Sinn em emba barg rgo, o, rec recla lamo mo el mé mérit ritoo de ha habe berr sa salilido do a la palestra con Rubén Darío y no con Juan de Dios Peza, Hilarión Cabrisas, Vargas Vila o José Manuel Carbonell. Pero la impronta indeleble de ese año me la dejó Mella. Atraído por la mágica resonancia de sus hazañas estudiantiles, me colé en el Patio de los Laureles la mañana en que, expulsado ya de la Universidad, habló por postrera vez a la juventud cubana y su oratoria oratori a desmelenada, en que cruzaban relampagueante los anatemas y las profecías, me llenó la imaginación de ardientes visiones y advertí, estupefacto, que el corazón me latía a la izquierda del pecho. ch o. Do Doss día díass des despu pués, és, ac acus usad adoo de ha habe berr pu puest estoo un unaa bo bomb mbaa en el te teat atro ro Pa Payr yret et,, aq aque uell mo moce cetón tón ir irac acun undo do y res respl plan an-deciente –personificación del Angel Rebelde de Anatole France para mi lírica sensibilidad política de entonces– se negó a tomar alimentos como protesta contra su arbitraria prisión. Seguí luego por la prensa, durante diecinueve días, hasta su excarcelamiento, aquella agonía clamoreante que sólo su espíritu de acero podía coronar victoriosament me nte. e. Y, as así,í, Ju Julio lio An Anto toni nioo Me Mellllaa –l –líde íderr ya de la in inci cipi pien ente te ju juve vent ntud ud rev revolu olucio ciona nari ria– a– fu fuee ta tamb mbién ién mi ído ídolo lo vi vivo vo,, ad adoorado aún en secreto entre rosarios y letanías a imágenes muertas.
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¿Vivía usted con su familia? ¿Dónde? ¿En qué colegio estudiaba?
En 1925 cursaba yo el último año de bachillerato en el Colegio Champagnat, sito en La Víbora, barriada en que viví vi víaa co conn mi miss pa padr dres es y mi her herma mana na,, en la ca callllee Ge Gert rtru rudi dis, s, en entr tree Se Segu gund ndaa y Te Terce rcera ra,, en un unaa ca casa sa qu quee la ap apoda odaba bann “L “Los os Mameyes” por remedar su fachada a esa deliciosa fruta. En La Víbora, casi despoblada entonces, discurrió mi vida desde la niñez hasta que ingresé en la Universidad. Loss pr Lo profe ofesor sores es de dell col coleg egio io Ch Cham ampa pagn gnat at –h –her erma mano noss Ma Maris rista tas, s, po porr má máss señ señas as–– diq dique ue me en ense seña ñaron ron,, y de ve vera rass má máss de uno uno,, geo geogra grafía fía,, hist historia oria,, lite literat ratura ura,, mat matemá emática tica,, lóg lógica ica,, cív cívica ica,, físi física ca y qui quimic mica. a. Y, des desde de lue luego, go, cad cadaa mañ mañana ana,, apo apo-logética de FTD. Pasé, ni más ni menos, por las mismas horcas caudinas que pasarían Osvaldo Dorticós y Carlos Rafael Rodríguez en la sucursal cienfueguera de la casa matriz. Pero mi verdadera formación me la deparó el uso y abuso con los mataperros de la vecindad, del papalote, la quimbumbia, el patín y la bicicleta –disolventes magníficos de las ataduras sociales y de los prejuicios raciales– que alternaba, sucesivamente, con la lectura desenfrenada de Salgari, Nick Carter, Sherlock Holmes –el de Callejas, no el de Conan Doyle– Julio Verne, Daniel De Foe, Fenimore Cooper, Alejandro Dumas, Paul Feval, Eugenio Sué, Víctor Hugo, Lamartine, Mark Twain, Emilio Zola, y de las aventuras de Rafles, Rocambole y Fantomas, cuyos autores he olvidado no obstante mi memoria de papel de mosca. La pelota marca una etapa superior en ese desarrollo: aprendí a raspar magistralmente en la primera base mientras deshojaba a José Martí, José María Heredia, Juan Clemente Zenea, Cervantes, Rubén Darío, Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal, Vicente Blasco Ibáñez, Sarmiento, González Prada, Rufino Blanco Fombona, Enrique Piñeyri, Manuel Sanguily, Enrique José Varona y José Enrique Rodó. Ya había tirado al cesto, tras el deslumbramiento ritual, a Vargas Vila con sus flores de fango, sus ibis de trapo y sus minotauros mi notauros de crocante. Martí me estrujó los huesos y me dio la preparación espiritual que me puso en el camino de Mella. La tersura y serenidad de Varona me sirvióó de an vi antíd tídoto oto al est estilo ilo fu fulg lgur uran ante te y pe pega gajos josoo de Ma Martí rtí.. Los di discu scurso rsoss de Sa Sang ngui uily ly –s –sob obre re tod todoo el qu quee pro pronu nunc nció ió en el Senado Sen ado con contra tra el Tra Tratad tadoo de Rec Recipro iprocida cidad, d, var varian iante te imp imperia erialist listaa del Tra Trato to del Esq Esquel ueleto– eto– me rest restall allaro aronn en el crá cráneo neo comoo in com invi visi sibl bles es la latitiga gazos zos.. Y no ten tengo go po porr qu quéé ocu oculta ltarlrlo: o: su sucu cumb mbíí al en enca cant ntoo ve verb rbal al de lo loss Motivos de Proteo ymesedujo el sermón laico de Ariel. Como tampoco eludo la ufanía de consignar que, conjuntamente con Rodó, sorbí a Poe,, Ver Poe Verlai laine, ne, Bau Baudela delaire ire,, Rode Rodemba mbach, ch, Una Unamun muno, o, Mac Machad hado, o, Val Valle le Inc Inclán lán y Azo Azorín rín.. A Gab Gabriel riel Mir Miróó lo “pl “planc anché” hé” rápidamente porque en su prosa, en vez de espolvorear queso, incrustaba mármol. Y nunca pude zamparme, sin recurrir al bicarbonato mambí, las fabadas eruditas de Don Marcelino Menéndez Pelayo. Pero Pe ro ap apar areci ecióó la no novi vieci ecita ta fu furti rtiva va a la vu vuelt eltaa de la esq esqui uina na y en lo loss at atar ardec decer eres es dem demor orad ados os de dell es estío tío me di a lee leerr la lass Reflexiones de un paseante solitario, de Juan Jacobo Rousseau, bajo las arboledas cuajadas de mangos de una finca aled al edañ aña. a. Y, co como mo en esa sa sazó zónn al algu guie ienn me pr prest estóó el Diario íntimo de Amiel,niquedecirtengoquejaléporunalibreta de bo bodeg degaa y me pu puse se a es escri cribi birr el mí mío, o, ca calco lco pu pueri erill rep reple leto to de qu quej ejido idoss y de desol solac acio ione ness in inve vent ntad adas as.. De ese org organ anisismo espiritual me sacó a tiempo la manzana que salvó a Eva, y sin pagar alcabala. Siempre me repugnó el bebedero tari ta rifa fado. do. Co Como mo no ac acep epto to ni ad admi mito to la so socia cializ lizac ación ión de dell ce cepil pillo lo de die dient ntes es.. Al en entr trar ar en la Un Univ iver ersid sidad ad,, pa para ra est estud udia iarr derec der echo ho y fil filos osofí ofíaa y let letra ras, s, ya ha habí bíaa leí leído do y rel releí eído do elManifiesto Comunista, de Ma Marx rx y En Enge gels ls,, y ba bajo jo mi so soba baco co pe penndían, indisti indistintamen ntamente, te, La interpretación de los sueños ,deFreud; La decadencia de occidente, de Spe Speng ngle ler; r; La deshumanización del arte, de Ortega Gaset y la Crítica de la economía política, de Marx. Mis compañeros de curso –salvo excepciones– me tildaron de extravagante. Y yo les replicaba llamándoles por sus nombres: cretinos. ¿Y qué hacía por las noches: ir al cine, a ver películas de la Garbo? ¿Reunirse en un café con sus amigos? ¿Pasear por el malecón?
En ese tie tiemp mpo, o, in inve vertí rtíaa la pr primanoch imanochee en la bo bode dega ga de la esq esqui uina na,, seg seguí uíaa en el Gr Gran an Ci Cine nema ma o en Tos Tosca ca lo loss ep episo iso-dios de La máscara de los dientes blancos, La moneda rota, El buque fantasma y La casa del odio y me fascinaban los oestes de Ton Mix, William S. Hart, Harry Carey y James Cruze. Y eran mi solaz las comedias de Charles Chaplin, Maxx Li Ma Lind nder er y Ha Haro rold ld Ll Lloy oyd. d. La pri prime mera ra pel pelíc ícul ulaa de “a “amo mor” r” qu quee vi fu fuee Macho y hembra, de Gl Glor oria ia Sw Swan anson son y Th Thoma omass Meighan. El Chaplin de El chicuelo abrió un mundo nuevo a mi sensibilidad y sentí un calofrío en la quinta vértebra
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dorsal –renovado mil veces y la última no hace mucho– con la danza de los panecillos de La quimera de oro. Después, advinieron John Barrymore y Greta Garbo –un prodigio nórdico de ángulos incitantes– y tantas y tantos más, pero siguió y sigue Chaplin destellando señeros efluvios. ¿No vio en esa época El acorazado Potemkin? No, no la vi ha No, hast staa des despu pués és de la ca caíd ídaa de Ma Macha chado do,, en qu quee se pe perm rmiti itióó pr proy oyec ecta tarr es esee fil film: m: su suss vi vive venc ncia iass me cor corta tann todavía el resuello. ¿Y era tan “apasionado lector de libros de aventuras y de novelas policíacas” como Pablo?
Como Pablo de la Torriente Brau, amigo y compañero perdido cuya presencia me acompaña siempre, era como le dije y soy un fanático del d el cine, como era y soy so y un apasionado lector de libros de aventuras y de novelas policíacas y ah ahora ora,, as asim imism ismo, o, de liliter terat atur uraa de cie cienc ncia ia-f -fic icció ción. n. Pe Pero ro au aunq nque ue pa pare rezc zcaa un unaa mon monstr struo uosid sidad ad lo pr proc ocla lamo mo a gr grito ito pe pe-lado: me gusta más Emilio Salgari que Truman Capote. Además de la pelota, ¿practicaba algún deporte? ¿Y prefería, por ejemplo, la pelota al ajedrez o viceversa?
Mi deporte por antonomasia fue y es la pelota. Pero, hace algunos años dejé de jugarla. Y no porque me sintiera ya tullido o valetudinario para esos desfogues. Para mí, la juventud perdura en e n tanto se mantengan flexibles las arterias, ria s, ág ágilil la me ment nte, e, te tens nsaa la vo volu lunt ntad ad,, imp impet etuo uoso so el mi mioca ocardi rdioo y re retoz tozón ón el mú músc scul uloo pr primo imo.. Di Dich choo se seaa hu humil milde demen mente: te: aún mi juventud sobrevive engalanada con algún que otro celaje otoñal. Cuando perciba el primer síntoma de ve jez, antes que nadie me lo diga, compraré un ropón morado y un gorro rojo con una estrella rutilante y me recluiré en mi biblioteca a leer los miles de libros que me aguardan y a escribir mis memorias impublicables. Doctor Roa, ¿cómo definiría usted a la generación del 30?
La generación del 30 –bautizada así, cuando muchos de sus integrantes se habían ya defecado cínicamente en sus ideales y amasaban millones de pesos a su costa– es, por esencia, una generación orgánicamente escindida desde que surge a la vida política. políti ca. Está compuesta, en rigor, por tres tre s hornadas: la que aflora en 1923, que simbolizo en Mella y Rubén Martínez Villena, la que irrumpe entre 1927 y 1930 que personifico en Rafael Trejo, Trejo , Antonio Guiteras y Pablo de la Torriente Brau, y la que se empina, incorporándose a la lucha revolucionaria en 1933, y que sigue personificada por esos tres ejemplares combatientes. En esas tres hornadas, los genuinos revolucionarios constituyen minoría, la mayoría está cundida de oportunistas, farsantes, politiqueros, mediocres, reaccionarios, ambiciosos y tránsfugas. Incluso hubo un delator, que fue fusilado el 3 de septiembre de 1933. La minoría revolucionaria de esas hornadas, que toma posición definida en las batallas de clase contra el imperialismo y sus servidores, es la que le infundió su tónica y fisonomía a la generación del 30, y le da su lugar en nuestro proceso de liberación nacional y social. La condenación histórica del resto de sus componentes es corolario de su también definida posició n de clase en fa favo vorr del im imper peria ialilism smoo y su suss se serv rvido idore res. s. Fu Fuer eraa de es esee co cont ntex exto to so socia cial,l, no ca cabe be ha habl blar ar de es esaa ge gene nera ració ciónn ni de ni ninnguna otra. Es indudable que la minoría revolucionaria de la generación del de l 30 quiso más de lo que pudo: planteó el problema de Cuba a la altura del tiempo, pero no supo resolverlo. La situación concreta en que le tocó actuar estaba suficientemente madura para el salto cualitativo, pero faltó la vanguardia, la unidad de pensamiento y acción, la claridad en los objetivos, el aprovechamiento dialéctico de las circunstancias y factores operantes y, sobre todo, independencia de enfoque y perspectiva. perspect iva. El impulso revolucionario no tuvo cauce ni dirección, di rección, congruentes en su ulterior desarrollo y, por eso, se despilfarró en una lucha desconcertada que propicia la revancha del imperialismo y las fuerzas a su servicio, especialmente las gavillas uniformadas de Batista, el ABC, partido político fascistizante, y el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), aluvión amorfo de pueblo políticamente subdesarrollado que puso su esperanza en Grau San Martín, el Mesías de la desconflautación. La Convención Constituyente de 1940 representa el compromiso entre dos impotencias intrínsecamente similares: la contrarrevolución y la pseudorrevolución. Guiteras fue quien vio más claro, más hondo y más lejos. Aún Machado en el poder, empuñó el fusil en San Luis con la
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firme convicción de que era ése el camino revolucionario y Batista tronchó arteramente su vida cuando se aprestabaa a des tab desata atarr la ins insurr urreci eción ón pop popula ular. r. De ahí su int integr egraci ación ón com comoo sím símbol boloo viv vivoo y act actua uante nte en la ba batal talla la sub subsig siguie uiennte hasta hoy. Unos cuantos militantes de la generación del 30 dejamos constancia de nuestra actitud de protesta contra aquel compromiso de la Constituyente intentando organizar un nuevo partido revolucionario y la fundación de Baraguá, quin qu incen cenar ario io de com comba bate te dir dirig igido ido po porr Jo José sé An Anton tonio io Po Portu rtuon ondo do y en qu quee col colab abor oróó el po poet etaa esp españ añol ol Ju Juan an Ra Ramó mónn Jim Jiméénez y publicó su Oda a Madrid Gastón Baquero, quien no demoraría, traicionando a su raza, en “convertirse” al fascismo y ofrecer el insólito espectáculo de un negro requeté. Dicho sea de paso, la gesta impar del pueblo español ensanchó y profundizó la conciencia revolucionaria del pueb pu eblo lo cu cuba bano no,, pu puso so a mu mucho choss izq izqui uier erdis dista tass de bo boqu quill illaa en tr tres es y do doss y co coad adyu yuvó vó a re reco conq nqui uist star ar la pl plaz azaa pú públ blic icaa secuestrada por la dictadura militar de Batista, zarandeada en las enormes y enardecidas movilizaciones de solidaridadd co da conn los cor coraj ajud udos os def defen enso sores res de Ma Madri drid, d, ca capi pita tall sim simbó bólilica ca a la sa sazón zón de tod todos os lo loss rev revolu olucio ciona nari rios os del mu mund ndo. o. Se rompió el fuego con los homenajes rendidos a Federico García Lorca y Pablo de la Torriente Brau. En el la larg rgo, o, en enma mara raña ñado do y tu turb rbio io pr proc oces esoo qu quee va de desd sdee 19 1940 40 ha hast staa el ta taim imad adoo go golp lpee mi mililita tarr de dell 10 de ma marz rzoo de 19 1952 52,, mantuve, consecuente con lo que juzgué mi deber revolucionario, la difícil posición del francotirador hostilizado por tirios y troyanos. ¿No pertenecía a ningún partido?
El ún únic icoo pa parti rtido do del qu quee he si sido do mie miemb mbro ro es el ac actu tual al Pa Part rtido ido Co Comu muni nista sta de Cu Cuba ba.. Hu Huelg elgaa añ añad adir ir qu quee ese es ta tammbién el más alto honor de mi vida revolucionaria. ¿Diría usted que en los mejores de su generación “estaba viva” la tradición mambisa, o se consideraba como “pasado”?
Aunque no faltaban los mancos y miopes –dogmáticos o sectarios sec tarios constitutivamente incapaces de entender la dialéctica de la historia– que establecían un artificial hiato entre la lucha contra la dominación española y la que se libra contra la dominación imperialista, los mejores mejore s de la generación –es decir, los lo s que habían abarcado en su comprensión teórica el conjunto del proceso– proce so– vivían, como propia, la tradición mambisa. Se consideraban sus legítimos legat leg atar ario ios. s. En eso Me Mellllaa fu fuee pre precu curso rsor. r. Ba Basta sta le leer er su suss Glosas al pensamiento de José Martí . Fu Fuee la mi mism smaa po posi sici ción ón qu quee mantuvimos en América Libre, revista antimperialista dirigida por Rubén Martínez Villena. ¿Cuál es a su juicio, el primer gesto que señala la presencia de la generación del 30 en la vida pública?
Ese primer gesto fue, desde el punto de vista obrero, la l a huelga general de 1930, organizada por el primer Partido Comunista y, desde el punto de vista estudiantil, la tángana del 30 de septiembre de 1930. ¿De dónde les venía a ustedes su conciencia antimperialista?
El proceso de formación de nuestra conciencia antimperialista se nutrió de varias fuentes: la revelación de la realidad semicolonial en los hechos inmediatos y en el conocimiento de la historia republicana, jalonada sombríamente por la Enmienda Platt, la penetración económica e conómica y financiera y las intervenciones yanquis directas o indirectas i ndirectas en Cuba Cu ba y en Am Améri érica ca La Latin tina, a, el re redes descu cubr brim imien iento to de Ma Mart rtíí a pa parti rtirr de la lass “g “glo losa sas” s” de Me Mella lla,, el bl bloq oque ueoo no norte rteam ameri erica cano no a la rev revolu olución ción mex mexica icana, na, las lect lectura urass de Ing Ingeni enieros eros,, San Sangui guily, ly, Var Varona ona,, Mar Mariát iátegu egui,i, Mar Marxx y Len Lenin, in, y, sin singul gularm arment ente, e, la epope epo peya ya de Sa Sand ndin inoo en Ni Nica cara ragu gua. a. La pr prim imera era ve vezz qu quee co cono nocí cí un ca cala labo bozo zo de la pol polic icía ía fu fuee pr preci ecisa same ment ntee po porr ha habe berr suscrito, recién llegado a la Universidad, un manifiesto contra la invasión imperialista en la patria de Darío. ¿En qué se sentía usted –ustedes– de otra generación? Es decir, ¿en qué se sentía distinto de sus padres, de sus ma yores?
Es ind induda udable ble que muc muchos hos com compon ponent entes es de nue nuestra stra gen genera eración ción se sen sentirí tirían an vag vagame amente nte prim primero, ero, nít nítida idamen mente te después pu és,, di disti stint ntos os a los de la lass an anter terior iores es ge gene nera raci cion ones es.. No sól sóloo te tení níam amos os un unaa co conc ncepc epció iónn del mu mund ndoo di difer feren ente te y en enfoc focáá-
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bamos los problemas de Cuba desde una perspectiva diversa, sino que disentíamos también en la tabla de valores, en los gustos personales y en las actitudes privadas. Poseíamos, en suma, una sensibilidad y una pupila propias. Y en cuanto a esos gustos personales, a sus actitudes privadas, ¿prefería usted el jazz al danzón o al son? ¿Usaba siempre cuello y corbata, o salía a veces a la calle en mangas de camisa?
Puedoo da Pued darle rle al algu guno noss ej ejem emplo ploss ilu ilustr strat ativ ivos os:: pr prefe efería ríamo moss la gu guag agua ua al tra tranv nvía ía,, la as aspir pirin inaa a la la lava vatitiva va,, el son y el ja jazz zz al danzón, la pelambre libre al sombrero de pajilla, la camisa remangada al saco embutido, la radio a la vitrola, el cine al teatro y deambular por el malecón a las cursis fiestas hogareñas. ¿Había viajado al extranjero antes de 1930? ¿Dónde había estado? ¿De qué le sirvió ese viaje?
Antes de 1930 sólo una vez traspuse t raspuse el Morro: cuando tenía doce años, estuve tres meses en las montañas de Castkill, Estados Unidos, para reponer mi salud quebrantada. Ese viaje me sirvió para montar en barco, ganar unas onzas de peso, añorar el pan con timba y visitar, entre sobrecogido y aterrorizado, las l as cataratas del Niágara. Aún no se había apoderado de mí la sed de horizontes, paisajes, gentes y mares remotos. Pero muy pronto me obsedió el afán de navegar el Ganges en una chalupa tripulada por thugs. ¿Quéé pen ¿Qu pensó só ust usted ed –có –cómo mo rea reacci ccionó onó–– ant antee est estos os hec hechos hos de 192 1927 7 y 192 1928? 8? La con constr strucc ucción ión de la Car Carret retera era Cen Centra tral. l.
La cal califiq ifiqué ué ent entonc onces es y la sig sigoo cal calific ificand andoo de obr obraa típ típica icamen mente te far faraón aónica ica,, de rel relati ativo vo prov provecho echo cole colectiv ctivoo y opo oportu rtu-no pre pretex texto to pa para ra re rebo bosa sarr la lass fa faltr ltriq ique uera rass de los ma mang ngan antes tes y ma mang ngan anzo zone ness de tu turn rno: o: se tr traz azóó a la co conv nven enie ienc ncia ia y medro de intereses particulares. Su angostura es un reto a la seguridad de los que la transitan. Y, sea como fuese, me jeringa por haberla construido Machado. La aparición de Azúcar y población en las Antillas.
La publicación de Azúcar y población en las Antillas , de Ramiro Guerra, señala un hito en la literatura política de la épo época ca:: su au autor tor pu pued edee va vana nagl glor oria iars rsee de ha habe berr co cont ntri ribu buido ido a la fo forjade rjade la co conc ncien ienciaanti ciaantimp mper eria ialilistade stade la ju juve vent ntud ud cubana de aquellos años. Fue uno de los libros más leídos y comentados en las cárceles machadistas. Yo escribí un articulejo saludando su aparición y lo llevé al Presidio Modelo con La diplomacia del dólar, de Freeman y Nearing, Nuestra colonia de Cuba, de Jenks, Siete Ensayos de Mariátegui e Indología, del insigne tartufo José Vasconcelos. El vuelo de Lindbergh a través del Atlántico.
El vuelo de Lindbergh me convenció de que Keyserling era ya un ser anacrónico del cuadro histórico: el aviador había suplantado al chofer. Su “mundo que nace” había muerto. La aparición de Indagación del choteo. Indagación gación del chot choteo eo es un en Lo mi mism smoo qu quee pie piens nsoo ah ahor ora. a. La Inda ensa sayo yo qu quee def defin inee y ca cara ract cteri eriza za a Jor Jorge ge Ma Maña ñach ch:: est estiilo pulcro, óptica astigmática y sensibilidad de cuello duro. Mañach se abalanzó contra el choteo cuando más falta hacía, tomando el rábano por las hojas. ¿Qué válvula de escape hubiera tenido este pueblo para taladrar de cuchuc uchufletas aquella costra de circunspecciones y solemnidades postizas si, para darse pisto de serio, riguroso y responsable, bl e, re renu nunc ncia ia a la co coña ña y a la tr trom ompe petitilllla? a? De ah ahíí el de desp spis iste te de la in inda daga gaci ción ón y el au auto torr rret etra rato to a qu quee qu qued edaa re redu duci cida da.. Su constitucional horror al cambio explica el triste epílogo de Mañach. ¿Cree usted que en 1925 podía hablarse en Cuba de un estudiantado revolucionario? ¿Y en 1927?
En 192 1925, 5, no cab cabee hab hablar lar prop propiam iament entee en Cub Cubaa de un estu estudia dianta ntado do rev revolu olucion cionari ario, o, sin sinoo de est estudi udiant antes es revo revoluc lucioionarios. Ya en 1927 puede hablarse de una vanguardia revolucionaria en agraz: sus principales exponentes fueron el Directorio Estudiantil Universitario contra la prórroga de poderes y los numerosos estudiantes expulsados de la Universidad por seguir su línea beligerante. De aquella miríada de jóvenes combativos, surgió Eduardo Chibás.
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El manifiesto sobre la situación del país, que ustedes redactaron el 30 de marzo de 1927, ¿por qué lo entregaron a Varona y no, digamos, a Eusebio Hernández?
Ese ma Ese mani nififiest esto, o, en qu quee se ce cens nsur urab abaa vi viol olen enta tame ment ntee al in inte tent ntoo de pr prórr órrog ogaa de po pode deres res ur urdid didoo por Ma Macha chado, do, lo de de-posititam pos amos os en la lass ma mano noss de En Enri riqu quee Jos Joséé Va Varon rona, a, no sól sóloo por lo qu quee és éste te re repre prese sent ntab abaa en la hi histo storia ria po polít lítica ica y cu cultu ltura rall de Cuba, sino, asimismo, por la valerosa actitud que mantenía ante los atropellos, crímenes y robos de Machado y por su lú lúci cida da pe perce rcepc pción ión de la lass señ señal ales es de lo loss tie tiemp mpos. os. Eu Euse sebi bioo He Hern rnán ández dez,, gr gran an fifigu gura ra pr prog ogres resis ista ta,, est estab abaa ha hacía cía ra rato to fuera de la circulación: vivía recluido en su casa, al margen de la tormenta que se avecinaba. ¿Qué eficacia política tuvo ese gesto?
La ef efica icacia cia de es esee ge gesto sto es estri triba ba en qu quee co cons nstititu tuye ye un unaa mu mues estra tra de re respe speto to y ad admi mira raci ción ón de los jó jóve vene ness com comba batitien en-tes a qu quie ienn a su suss oc ochen henta ta añ años os pe perm rman anec ecía ía erg ergui uido do y vi vigi gila lant ntee y un unaa ex expr presi esión ón de re repu pudi dioo a la se serv rvilil ad adul ulac ació iónn a Ma Ma-chado de los politicastros de levita y de algunas “eminentes” figuras del profesorado y de la intelectualidad. ¿Usted diría que el 30 de septiembre, con el Directorio en la call e, con la muerte de Trejo, se inicia realmente la lucha estudiantil contra Machado?
Sin du Sin duda da,, el 30 de sep septie tiemb mbre re de 19 1930 30,, en qu quee ca caee Ra Rafa fael el Tr Trejo ejo mor morta talme lment ntee her herido ido pa para ra le leva vant ntar arse se en br braz azos os de todo un pueblo y convertirse en bandera, se inicia realmente la l a lucha estudiantil sin cuartel contra la tiranía machadista. La insurgencia de 1927 es el ensayo general de esa sublevación, que muy pronto incendiaría la isla de punta a punta. ¿Por qué abandonó usted el Directorio por el Ala Izquierda Estudiantil? ¿No era el Directorio suficientemente revolucionario?
Fui fundador fundador del Directo Directorio rio Estudiantil Estudiantil Universitario Universitario en las vísperas del 30 de septiembre y lo abandoné para constituir el Ala Izquierda en diciembre de ese propio año, con Pablo de la Torriente Brau y otros compañeros, por ya ex extr trav avas asar ar nu nuest estra ra con conce cepc pción ión de los pr prob oble lema mass cu cuba bano noss la ór órbi bita ta pol polítítica ica e id ideol eológ ógic icaa en qu quee se mo moví víaa es esee org orgaanism ni smo. o. Au Aunq nque ue en el ma mani nifie fiesto sto dis distri tribu buid idoo en la ma mani nifes festa taci ción ón de dell 30 de sep septie tiemb mbre re –r –reda edacta ctado do po porr mí mí–– se al alud udee a la situación de dependencia política y económica de Cuba al imperialismo yanqui, en la práctica el Directorio se contraía a enmarcar sus objetivos dentro de la concepción democrático-burguesa, propugnando un “cambio de régimen” que sólo afectaba a sus formas y no a su contenido. co ntenido. En su firme y denodado empeño de derrocar por la violencia el machadato, el Directorio, que aglutinó hasta la aparición del ABC, la mayoría del pueblo cubano, cumplió un pap papel el rev revolu olucio cionar nario, io, que rad radica icalizá lizándo ndose se a med medida ida que se prof profund undiza izaba ba la con contien tienda da y la par partic ticipa ipación ción cad cadaa vez más decisiva de la clase obrera y del campesinado, vertebrados en la Confederación Nacional Obrera de Cuba y en el Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera y bajo la influencia de la dirección comunista de entonces, alcanza su máximo nivel en su actitud antimediacionista y en el manifiesto-programa que lanza a la caída de Macha Ma chado, do, de mo mode dera rado do ma matitizz na nacio ciona nall-re revo volu luci cion onar ario. io. Pe Pero ro ah ahíí se co cong ngeló eló su al alie ient ntoo tra trans nsfo form rmad ador or.. Y yo er eraa ya un antimperialista marxista y el Directorio se quedaba más acá de nuestra “filiación y fe”. Eso explica la escisión y casi simultáneamente, la constitución del Ala Izquierda, que aspiraba a ser la vanguardia revolucionaria de los estudiantes medi medios os y pob pobres. res. Su impo importa rtante nte apo aporte rte al desa desarrol rrollo lo y ext extens ensión ión de la con concien ciencia cia ant antimp imperia erialis lista ta en el estu estudia dianta nta-do no puede desconocerse. Ni tampoco su generosa contribución de sangre a la causa revolucionaria. ¿Podría decir en tres palabras qué diferenciaba a Alma Mater de Línea? Alma Mater den denun unci cióó in inca cans nsab able leme ment ntee los cr crím ímen enes es del ma macha chada dato to y ma mant ntuv uvoo vi vivo vo el fu fueg egoo de la re rebe beld ldía ía po popu pu--
lar. Per lar. Peroo sus posi posicio ciones nes ideo ideológ lógica icass y pol polític íticas as era eran, n, por lo com común, ún, más bie bienn opo oposici sicioni onista stass que rev revolu olucio cionar narias ias,, con con-trastando a veces con las del Directorio, no obstante ser su órgano de propaganda. Línea, órgano del Ala Izquierda, pasó también por diversas vicisitudes. vicisitudes . Aunque respondía a una línea ideológica y política coherente, sin embargo, a veces semejaba un periódico sublunar por su distanciamiento de la vida real y de sus inapelables requerimientos;
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otras, pregonaba consignas utópicas de la dirección comunista, que si luchó con heroísmo y abnegación admirables acelerando el ritmo revolucionario del movimiento obrero y campesino, en lo que a la conducción del movimiento estudiantil se refiere no bogó con idéntica fortuna. Una vez, aprehendidos los responsables de Línea, Pablo de la Torriente Brau y yo, por cuenta propia, o sea por la libreta, botamos casi todo tod o el material ya parado, reescribimos el peri pe riódi ódico co y le pu pusim simos os co como mo di divi visa sa en la pri prime mera ra pá pági gina na el títítu tulo lo de mi ar artítícu culo lo:: “T “Tien ienee la pa pala labr braa el ca cama mara rada da má máuuser”. Era lo que se imponía, en verdad, en aquella coyuntura, en que otras organizaciones y partidos llamaban al pueblo a la insurrección armada. “Tiene la palabra el camarada máuser” se publicó en julio de 1931, ¿no? Es un ensayo maduro, literario e ideológicamente. ¿Había escrito otros artículos y ensayos antes?
Antes de julio de 1931 había había ya escrito artículos y crónicas. Mi debut, como ya dije, fue con un supuesto supuesto “Ensayo sobre Rubén Darío” . A éste siguieron, en el propio Diario de la Marina, “ensayos” sobre Julián del Casal, Manuel de la Cr Cruz uz,, Ma Maria riano no Jos Joséé de La Larra rra y Jos Joséé Ma Mart rtí.í. En la épo época ca en qu quee dir dirig igió ió el su suple pleme ment ntoo Fe Fern rnán ández dez de Ca Castr stro, o, pu publ bliq iqué ué artículos sobre Alejandro Block, Rubén Martínez Villena, José Zacarías Tallet y notas sobre libros. Orto, la revista manzanillera del generoso Juan Francisco Sariol, recientemente fallecido, recogió artículos míos y uno –el mejor de los allí publicados– sobre José Manuel Poveda. En Social publiqué “Close–up campesino” y en Revista de Avance un artículo titulado “Martí, poeta nuevo”, que provocó iracunda réplica del poeta mexicano Xavier Villaurrutia, y numerosas notas bibliográficas. A “Tiene la palabra el camarada máuser”, que vio la luz estando yo en la prisión de La Cabaña, subsiguieron unas palabras leídas en el primer aniversario de la muerte de Tre jo, publicadas en el Repertorio Americano, y mi “Carta a Jorge Mañach (Reacción versus Revolución)” editada clandestinamente. En enero de 1933 difundí en El Mundo parte de mis memorias de presidio y en febrero publiqué en hoja suelta “Carta pública a Raúl Maestri”. Escenario del más virulento episodio de mi polémica con Mañach fue la revista Mediodía, que dirigían Nicolás Guillén y Carlos Rafael Rodríguez, joven escritor cienfueguero que se había calzado las espuelas del marxismo. Desperdigados andan ahí artículos de combate publicados en revistas y periódicos revolucionarios de la época. époc a. Caí Caído do Mac Machad hado, o, edit editéé el foll folleto eto La jornada revolucionaria del 30 de septiembre y, coi coinci ncidien diendo do con el esta estalli lli-do de la hu huel elga ga ge gene nera rall de 19 1935 35,, sa salió lió Bufa subversiva, qu quee re reco coge ge mu much choo de lo qu quee es escr crib ibíí en es esee titiem empo po.. Es el lilibr broo mío que más aprecio y más me gusta. Usted escribía mucho y muy rápido, a veces sin dejar que los acontecimientos “se enfriaran”; era un ensayista que escribía escrib ía con el ritmo de un periodista. periodista. ¿Por qué?
Escribí siempre aprisa porque no podía ni puedo escribir despacio. Pero, ¿cuándo escribía? ¿A qué horas? ¿Dónde? ¿En su casa, en su oficina, en la biblioteca?
Escribía donde podía y a cualquier hora, aunque de preferencia en mi cuarto, mientras mi madre me afilaba la punta de los lápices y mi hermana interpretaba al piano a Beethoven, Liszt y Chopin. He emborronado cuartillas en la re reda dacc cció iónn de Ahora y de El Mundo, en la As Asoc ocia iaci ción ón de Es Estu tudi dian ante tess de De Dere rech cho, o, en la cá cárc rcel el y en el ca cafe fetítínn ve veci cino no al antiguo domicilio de Bohemia, donde he publicado centenares de artículos. Mis libros –salvo Historia de las Doctrinas Sociales– son todos artículos cosidos por el lomo y el estilo. Nunca he escrito por escribir: he escrito siempre acicateado por algo que requería expresarse para algo. ¿Se propuso hacer “la crónica testimonial” y el balance de esa época?
No, no me pr No, propu opuse se ha hace cerlo rlo:: si lo hi hice, ce, en cie ciert rtaa med medid ida, a, fu fuee po porr ur urge genc ncia ia y re requ quer erim imien ientos tos de la pol polém émic icaa qu quee ha sido mi forma habitual de existencia. Ni escritor ni escribano: simplemente flamígero de palabras en puro afán de servicio. Usted introdujo en sus ensayos –fue el primero en hacerlo sistemáticamente– una terminología muy criolla, muy popular, que incluía hasta las “malas palabras”. ¿Fue un recurso literario deliberado o una manifestación espontánea de su personalidad?
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Soy criollo de cepa y, por eso, escribo tan espontáneamente como hablo, saliéndoseme las expresiones populares y las “palabrotas” sin que intervenga mi sistema sis tema nervioso central. Mi “estilo” se parece a mí como yo a él. No; no se trata de un recurso literario deliberado. Usted ha dicho alguna vez, hablando de las obras de Dante, que la Divina Comedia lo “ahuyenta” mientras que el tratado De la monarquía lo deleita. ¿Quiere decir que se siente más atraído hacia las obras de reflexión, y hacia la literatura política, que hacia las obras de la imaginación? ¿Quiere decir que le disgusta “evadirse”, “soñar”?
Dije, en efecto, alguna vez, que Dante, el poeta, no me jode, como al conde Cheste, sino me sobrecoge y ahuyent ye ntaa po porr en enor orme me y pl plúm úmbe beo, o, y qu quee pr prefe efería ría pa pala ladea dearr su tr trat atad adoo De la monarquía,loquehehechoamenudoconla delectación del que se bebiera una alborada en la noche tormentosa de la baja Edad Media, en un café al aire libre de Florencia. Es un infolio desbordante de vida. Pero Pe ro es esee di dicho cho no pu punt ntua ualiliza za,, ni si siqu quie iera ra in insin sinúa úa,, qu quee me si sien enta ta má máss at atra raíd ídoo po porr la lass ob obra rass de ref refle lexi xión ón qu quee po porr la lass obras obr as de ima imagin ginaci ación, ón, ni que me disg disgust ustee “eva “evadirm dirme” e” o “soñ “soñar” ar”.. Me Me atr atraen aen por igu igual. al. Cie Cierto rto es que que,, prim primari ariame amente nte,, soyun zoom politikom. Pe Pero ro ma mall se pu puede ede se serlo rlo,, y mu much choo me meno noss re revo volu luci cion onar ario io,, si no se as asoc ocia iann ref reflex lexión ión,, im imag agin inaación ci ón y se sens nsib ibililid idad ad.. Me “e “eva vadí” dí” mu much chas as ve veces ces pa para ra re reto torn rnar ar en seg segui uida da al co cont ntac acto to de dell en ensu sueñ eño, o, re repa part rtien iendo do est estoca oca-das a diestra y siniestra: la l a ida por la vuelta y no la ida sin vuelta. ¿Soñar? ¡He soñado más que Segismundo! Y sigo y seguiré soñando. En 1930, ¿estaban “maduras” las condiciones para una revolución agraria y antimperialista en Cuba?
En 1930, las condiciones objetivas estaban, si no maduras, cuando menos pintonas para lanzar el movimiento popular a una lucha antimperialista por el poder, que entrañara, a la vez, el derrocamiento de la tiranía y el rescate de las riquezas nacionales en manos extranjeras: el machadato representaba la bancarrota de la república mediati zada y, por ende, la contradicción máxima entre la nación cubana y el imperialismo yanqui. Pero era igualmente ostensible la inmadurez de las condiciones subjetivas: de ahí la dramática frustración del movimiento popular más pujante y audaz de que se tuvo hasta entonces. Sobre esto habría mucho que decir. Pero no es esta la oportunidad de adentrarse en el análisis de tan compleja situación. ¿Podría usted retratar o definir con una frase a hombres tan distintos como: Mella, Martínez Villena, Pablo de la Torriente Brau, Trejo, Guiteras, Aureliano Sánchez Arango, Carlos Prío Socarrás?
Julio Antonio Mella fue el primer atleta olímpico del movimiento comunista en Cuba. Rubén Martínez Villena era una semilla en un surco de fuego. Pablo de la Torriente Brau murió en España pluma en ristre y rifle al hombro peleando por la revolución cubana: no en balde fue el más impetuoso, noble, arrestado y talentudo mozo de nuestra generación. Clar Cl araa in intel telig igen enci ciaa den denot otab abaa la an ancha cha fr fren ente te de Ra Rafa fael el Tr Trej ejo, o, pu pure reza za de es espír píritu itu su cá cánd ndida ida jo jovi vial alid idad ad,, ca cará ráct cter er en en-teroo su en ter enér érgi gico co me ment ntón ón,, fin finaa se sens nsib ibililida idadd su qu quijijote otesco sco se sent ntido ido de la vi vida da:: mu muri rióó en pie conla so sonr nris isaa en lo loss la labi bios os.. Temerario, indoblegable, austero, lúcido, apasionado, generoso, taladrante, Antonio Guiteras nació para morir combatiendo de cara al enemigo. Aureliano Sánchez Arango es el más consumado histrión h istrión de la generación del d el 30. Carlos Prío es un Caco que jamás trascendió la categoría de caca. ¿Quién diría usted que es: el “héroe olvidado” de su generación; el mayor talento frustrado; el más imaginativo; el más completo “hombre de acción”; el mayor farsante; el tipo más simpático?
El “héroe olvidado” de nuestra generación es, sin duda, Gabriel Barceló. Fue uno de los conductores de la insurgerc ge rcia ia es estu tudi dian antil til de 19 1927 27.. Ex Expu puls lsad adoo die diezz añ años os de la Un Univ iver ersid sidad ad y co compe mpelilido do a sa salilirr de dell pa país, ís, ro romp mpió ió co conn su cla clase se y se abrazó a la causa de los pobres y oprimidos. Inteligencia clara, visión política certera, pluma diestra, palabra demoledor mol edora, a, val valor or sin tas tasa, a, aco acomet metivid ividad ad ina inaudi udita, ta, lea lealta ltadd irr irredu eductib ctible le a los pri princi ncipios pios.. Suf Sufrió rió per persecu secucion ciones, es, cár cárcel celes es y destitierr des erros. os. Se ba batitióó má máss de un unaa ve vez, z, a tir tiroo lilimp mpio, io, co conn lo loss ma mato tone ness de la titira raní nía. a. Ma Mant ntuv uvoo en el mo movi vimi mien ento to est estud udia iann-
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til y en el Partido Comunista de entonces posiciones intransigentemente intransigentemente revolucionarias. Sobremanera frágil de cuerpo, el hambre y el frío del último exilio le deterioraron la salud y retornó ya herido de muerte. Expiró unos días después que Rubén Martínez Villena. Una muchedumbre enfebrecida de estudiantes y obreros escoltó su cadáver entre banderas rojas y canciones. ¿Qui ¿Q uién én re recu cuer erda da ya su suss di dich chos os y he hech chos os?? Ca Carlrlos os Ra Rafa fael el Ro Rodr dríg ígue uezz qu quis isoo re repa para rarr es esta ta in inju just stic icia ia su su-giriendo su nombre para una fábrica, una escuela o una granja. El mayor talento frustrado de nuestra generación es Pablo de la Torriente Brau, pero bien entendido: frustrado por la muerte. Justamente se extinguió cuando su talento empezaba a desplegarse en vuelo arrebatado hacia cumbres insospechadas. Escribió torrencialmente y de innumerables cosas, sin otro esfuerzo que teclear la maquinita. Escribía naturalmente, como saludaba o respiraba. Su imaginación era un bosque incendiado y su sensibilidad más vibr vi bran ante te qu quee un sis sismó mógr graf afo. o. Pe Pero ro fu fuee ta tann ple plena na su vi vida da y ta tann her hermo mosa sa su mu muert ertee qu quee ha habl blar ar de su “t “tal alen ento to fr frus ustra trado” do” es pura retórica. El talento puramente literario más exuberante, pulposo y encarcolado de esa generación es José Lezama Lima, quien –dato casi desconocido– participó, jadeante y resuelto, en la manifestación del 30 de septiembre. El más completo “hombre de acción” fue Antonio Guiteras. Más que palabras, basta y sobra con recordar r ecordar que vivió y mur murió ió en la pri primer meraa lín línea ea de bat batall alla, a, opo oponie niendo ndo la vio violen lencia cia rev revolu olucion cionari ariaa a la vio violen lencia cia con contra trarrev rrevolu olucio cionar naria. ia. Inspiraba pavura a sus enemigos. El mayor farsante de la generación del 30 es Aureliano Sánchez Arango. ¿Puede alguien dudarlo?... ¿Y el tipo más simpático?
No me queda otra alternativa que reconocerlo: el tipo más simpático soy yo. Usted mismo, ¿cuándo descubrió que era un intelectual revolucionario o simplemente un revolucionario?
Descubrí que era revolucionario el día que me sentí disconforme con c on el mundo estante y anhelé uno más justo y bello be llo:: Me Mellllaa co cont ntri ribu buyó yó de decis cisiv ivam amen ente te y ac acas asoo ta tamb mbién ién el sed sedim imen ento to in incon consc scien iente te de mi pr prog ogen enie ie ma mamb mbí.í. A la som som-bra iluminada de mi abuelo, Ramón Roa, hice yo mi primera vela de armas. Cómo Có mo de desc scub ubrió rió a Ma Marx rx,, a Len Lenin in?? ¿S ¿See lo loss pr prest estaro aron, n, los co comp mpró ró?? ¿E ¿En n qu quéé ed edici icion ones es?? ¿L ¿Los os di disc scut utía ía co con n alg algún ún am amig igo? o?
Como ya dije, el primer libro de Lenin que leí fue El capitalismo de Estado y El impuesto en especie; lo tomé de la Esta tado do y la re revo volu luci ció ón; El imp imperi erialis alismo, mo, eta eta-bibl bi blio iotec tecaa de un tío mí mío. o. Me im impre presi sion onóó bo boba bame ment ntee y de despu spués és bu busq squé uéEl Es pa superior del capitalismo; El extremismo de izquierda, enfermedad infantil del comunismo . En el presidio intenté leer Materialismo y empiriocriticismo, pero se me atragantó. Lo pude deglutir muchos años después. Entré en Marx por el Manifiesto Comunista y aquella clarinada me estremeció como el reventar de la primavera pri mavera y, a continuación, leíí la Crítica a la economía política. De le Desp spué ués, s, au aunq nque ue qu qued edán ándom domee a med media ias, s, in inten tenté té lee leerr el pr prim imer er tom tomoo deEl Capital; má máss ad adel elan ante te,, lo ve venc ncíí co conn me meno noss fa fatig tigaa qu quee La montaña mágica. Pe Pero ro de desd sdee un pr prin inci cipi pioo le leíí y re rele leí,í, co conn re reno nova va-Críticaa a la filosofía del do goce y provecho, El 18 Brumario, Crítica al Programa de Gotha , La revolución española, Crític estado de Hegel , La sagrada familia y La ideología alemana, y ah ahor oraa lo loss he rep repas asad adoo co conn ma mayo yorr fru fruto, to, co comp mplet letan ando do el periplo con los Manuscritos del joven Marx. También leí, por supuesto, el AntiDühring, El origen de la familia, la pro piedad privada y el Estado, La violencia y Las guerras campesinas en Alemania, de Federico Engels. Esos libros los publicaba y difundía en español una editorial soviética y se adquirían por dos o tres pesetas, con la consiguiente precaución, en librerías segundonas. En aquel tiempo discutía esas lecturas con algunos amigos mayores, como el poeta po eta Jos Joséé Za Zaca carí rías as Ta Tallllet, et, el es escri critor tor Jos Joséé An Anton tonio io Fe Fern rnán ánde dezz de Ca Castr stroo y el cr críti ítico co ci cine nema matog tográ ráfifico co Jos Joséé Ma Manu nuel el Va Valldés Rodríguez, y las comentaba con algunos compañeros de curso, entre ellos Raúl Maestri, el primer réprobo de nuestr nu estraa gen genera eración ción.. Rec Recuer uerdo do que en la post postrim rimería eríass del mac machad hadato ato,, le met metíí un unaa car carta ta púb públic lica, a, dese desenma nmasca scarán rándol dolo, o, que lo espantó como si fuese una cucaracha de albañal. A propósito, un día me aparecí en el Diario de la Marina y ante la redacción atónita le descargué una pistola de agua llena de orina. No se murió del susto de chiripa. A Martínez Villena, ¿cuándo lo conoció?
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En 1927 ingresé en la Liga Antimperialista y en la Universidad Popular José Martí: había conocido a Rubén un poco po co an ante tess y al pu punt ntoo me re recl clut utó. ó. Lo fr frec ecue uent ntab abaa en su of ofic icin inaa y en su ca casa sa y, má máss ta tard rde, e, en la Qu Quin inta ta de De Depe pend ndie ienntes,, do tes dond ndee se res resta tabl blecí ecíaa de un unaa con conge gest stión ión pu pulm lmon onar ar co conn un po polic licía ía a la pu puert erta. a. Va Vario rioss día díass des despu pués és de su rec reclu lusió siónn en la Qu Quin inta ta,, se ha habí bíaa in incoa coado do el pr prim imer er pr proc oceso eso an antic ticom omun unis ista ta y en entr tree lo loss ma mand ndad ados os a de deten tener er est estab aban an,, ad adem emás ás de Rubén y de algunos estudiantes y líderes obreros, Alejo Carpentier, Martín Casanovas, José Antonio Fernández de Castro, Alfonso Bernal, Sarah Pascual, Gustavo Aldereguía, José Zacaría Tallet, los apristas peruanos Luis F. Bustamante, Estaban Pavletich y Serafín del Mar y los comunistas venezolanos Salvador de la Plaza y Gustavo Machado –el primero no tardaría en desertar y el segundo es hoy el santón arterioesclerótico de la dirección derechista del Partido Comunista de Venezuela. Y, aunque yo estaba entre los procesados, proces ados, como mi cara y mi domicilio domicil io eran desconocidos por los esbirros podía pod ía permitirme el lujo de visitar a Rubén y esconderme al lado de mi propia casa, cuya azotea lindaba con la de la Quinta Estación de Policía. ¿Se era marxista en Cuba, por esa época, de una forma distinta de como sería diez, veinte años después? ¿En qué consistía la diferencia: en un problema de fondo o en una cuestión de “estilo”?
Esa pregunta se las trae, pero voy a satisfacer su curiosidad luciferina de preguntón que intenta ponerme a bailar la suiza, hostigándome sin miramientos. Hacia 1930 se era y no se era en Cuba marxista como se sería diez, veinte años después. El marxismo no es una doctrina eclesiástica y, por tanto, vive en perpetua mutación y enriqueciéndose sin sufrir alteración sustancial en tanto sus concepciones se apliquen dialécticamente. Más que un problema de fondo o de estilo, es problema de métod mé todo. o. En Ento tonc nces es se con conci cibi bióó y ap aplilicó có a us usan anza za de la ép época oca,, co conn to toda dass su suss im impl plic icac acion iones es te teóri órica cass y pr prác áctitica cas. s. Ho Hoy, y, el marxismo, bajo la égida de Fidel Castro, se concibe y aplica con un ímpetu creador c reador y una independencia de criterio que jamás antes tuvo, sin que se altere su sustancia, se soslaye su carácter internacionalista, ni se detenga su expansión. sió n. De es esoo le vi vien enee su fre fresc scur ura, a, su vi vita talid lidad ad,, su au auda daci cia, a, su fifirm rmeza eza,, su au auto toct cton onía ía y su un univ ivers ersal alida idadd a la rev revolu olució ciónn cubana. Por eso, ahora se es y no se es marxista como se era diez años, veinte años atrás. Siendo Sie ndo int intelec electua tuall marx marxista ista,, ¿qu ¿quéé adm admirab irabaa en ideó ideólogo logoss com como o Ing Ingeni eniero eross y, esp especia ecialme lmente nte,, com como o Ort Ortega ega y Gas Gasset set?? El hombre mediocre, de Jos Verá. Ver á. Leí El Joséé In Inge geni niero eros, s, an antes tes de sen sentitirme rme o se serr ma marx rxist ista. a. Y, as asim imism ismo, o, su suss de demá máss lilibr bros os:: La simulación en la lucha por la vida , Hacia una moral sin dogmas, La evolución de las ideas políticas en Argentina, La Universidad del porvenir y Los tiempos nuevos. Fuee és Fu éste te el qu quee en ence cend ndió ió mi cu curi rios osid idad ad y si simp mpat atía ía po porr la re revo volu luci ción ón ru rusa sa.. Pe Pero ro no só sólo lo es eso. o. Si ho hoyy su ob obra ra “c “cie ient ntíífica” y “filosófica” es en gran parte pura paja, sobrevive, en cambio, intacta, su actitud inquisitiva ante la ciencia y la filoso fil osofífíaa y, sob sobre re tod todo, o, aq aque uella lla le leal alta tadd su suya ya a lo loss pr prin inci cipio pioss qu quee le llllev evar aron on in incl clus usoo a ar arro rostr strar ar la in inju juria ria,, la so soled ledad ad y la pobreza. Le agradecí entonces y aún le agradezco su supersticiosa fe en los jóvenes, “levadura moral de los pueblos”. La admiración que sentí y todavía siento por el hombre que, en el orto de una vida mimada, prefirió el ostracismo cis mo en su pr propi opiaa pa patri triaa a tr trai aicio ciona narr su suss id idea eass o de desho shonr nrar ar su co conc ncien iencia cia,, la co comp mpar artítí co conn Me Mellay llay Ma Mart rtín ínez ez Vi Ville llena na y con la porción más sensible y aguerrida de la juventud latinoamericana. A José Ortega y Gasset Gasset siempre lo admiré y admiro como escritor egregio; pero también también siempre discrepé de sus ideas ide as tro tronc ncal ales es y, es espec pecia ialm lmen ente, te, de su con condu duct ctaa po polít lític icaa fu fula last stre. re. Me pa parec reció ió la an antíp típoda oda de Sóc Sócra rates tes.. Po Porr eso eso,, lo he releído después con el oído. Creo que q ue deslindé, rigurosamente, mi admiración por el escritor de mis disentimientos políticos y filosóficos en dos artículos que publiqué a raíz de su muerte. Estimo que se puede ser marxista y admirar a un escritor no marxista. ¿No admiraba Marx a Aristóteles, Epicuro, Demócrito, Heráclito, Heine, Schiller, Shakespeare, Shakespe are, Diderot y Balzac? ¿Y Lenin no se deleitaba con Tolstoi? Si Marx propugnó la transformación del mundo, éste no empieza ni acaba con él. Nadie tuvo más clara conciencia de eso que el genial tudesco. ¿Cuál cree usted que haya sido el problema nacional que más “descuidó”, que menos analizó, el intelectual revoluci lu cion onar ario io de la ép époc oca? a? ¿E ¿Ell de dell mo movi vimi mien ento to ob obre rero ro,, el de dell ca camp mpes esin inad ado, o, el de la ed educ ucac ació ión n po polít lític icaa de la lass ma masas sas?. ?... ..
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El problema nacional que más “descuidó” o menos analizó el intelectual revolucionario de la época fue el que plante pla nteaba aba,, en un paí paíss semi semicolo colonia niall o sub subdesa desarrol rrollad lado, o, la situ situaci ación ón del mov movimie imiento nto cam campesi pesino. no. En cam cambio bio,, el Par Partido tido Comunista de entonces trabajó intensamente en la movilización del campesinado para acciones concretas ligadas a sus intereses y necesidades. Sirva de ejemplo la gran huelga azucarera de 1932. Pero se reflexionó muy poco sobre el problema. Bueno, pero ustedes, los intelectuales revolucionarios de su generación, ¿conocían realmente a los obreros y cam pesinos?
Algunos como Martínez Villena, sí; y más a los obreros que a los campesinos. No sólo dirigió la lucha de aquéllos; conv co nviv ivió ió ta tamb mbién ién co conn el ellos los en el sin sindic dicat ato, o, en el es esco cond ndite ite y en la co cons nspi pira raci ción ón.. Su no nomb mbre re les er eraa fa fami mililiar ar en tod todaa la isla. Mi ligazón con la clase obrera fue, al principio, en la Universidad Popular José Martí y en los sindicatos en que “discurseaba”, y, después, en las cárceles. A propósito, parece que esa experiencia de presidio lo transformó a usted en más de un aspecto: en su Diario usted afirma que “antes” se conmovía hasta con una puesta de sol, que La amada inmóvil, de Nervo, casi le arrancaba lá grimas; mientras m ientras que q ue “ahora” lo disgustaba. disgus taba. “Ya “Y a no soy un sentimental”, sentiment al”, dice. dic e. ¿Cuándo dejó usted de ser un “sentimental”?
La ex expe perie rienc ncia ia de pre presid sidio io,, si sinn du duda da,, me en endu dure reció ció el esp espír íritu itu y el cu cuer erpo po pa para ra lo loss tr traj ajin ines es y ga gajes jes del rev revol oluc ucio iona na-rio; ri o; per peroo no me en entu tume meció ció.. De Deja jaro ronn de co conm nmov overm ermee la lass pu pues esta tass de sol sol;; per peroo la lass seg seguí uí con contem templ plan ando do.. Ni a fu fuer erza za de palos, pal os, derr derrama amaría ría un con conato ato de lág lágrim rimas as por La amada inmóvil; pe pero ro al de deja jarr de se serr un “s “sen entitime ment ntal al”” se me ac acen endr draaron los sentimientos y gané en sensibilidad lo que perdí en retórica. Pero, por lo visto, lo que “antes”, “después” y siempre le ha irritado son cosas como el Grupo Minorista y la Revista de Avance ¿no es cierto?
Más que “irritación”, se trataba de insatisfacción. Claro que ésta se tradujo, más de una vez, en ríspida polémica con algunos de los miembros del Grupo Minorista. Aunque yo carecía de flus para codearme con gente ya “consagrada”, sostuve excelentes relaciones de amistad con Emilio Roig –su admirador infatigable y anfitrión sabarino de plácidas sobremesas– y, asimismo, con Rubén, Tallet, Fernández de Castro, Carpentier, Regino Pedroso, Juan Marinello, Andrés Núñez Olano, Enrique Serpa, Carlos Henríquez, Eduardo Abela y Juan José Sicre. Nunca crucé una palabra con Alberto Lamar Schweyer. A Mañach lo veía “de lejos”. Y a Félix Lizaso, por incoloro, ni de cerca. Enla Revista de Avance, en enco cont ntré ré ef efus usiv ivaa ac acog ogid idaa pa para ra mi miss en enge gend ndros ros.. En Ento tonc nces es co cono nocí cí y tra traté té a Ma Maña ñach, ch, Liz Lizas aso, o, Franci Fra ncisco sco Ich Ichaso aso y Mar Martín tín Cas Casano anovas vas.. Mañ Mañach ach e Icha Ichaso so com comían ían mie mierda rda a gra granel nel cav cavila ilando ndo sob sobre re “lo esen esencia ciall cas castel tellalano”. Puede corroborarlo Marinello. Lizaso hablaba poco y en sordina y concentraba su tiempo en glosar a Don Se gundo Sombra, preparar con Fernández de Castro la antología de la poesía moderna en Cuba –más de otros que de ambos– y recoger las cartas de Martí, Ichaso era más paquete que Paco. Escribía con fluidez y buen gusto. Pero ya desde entonces asomaba en su hocico grasiento el puerco letrado que sería después. Con Mañach, que era un prosista de ley, sostuve tremendas broncas literarias y políticas. Cuando publicó su obra teatral Tiempo muerto, le dije en una reseña bibliográfica, que su verdadero título era Tiempo perdido. Emili Em ilito to má máss qu quee es escr crito itorr er eraa esc escri riba bano no (só (sólo lo mí míste sterr He Herm rmin inio io Po Port rtel el Vi Vilá lá le ga gana na en des desap apre rens nsió iónn lit liter erar aria ia),), pe pero ro lo salva, sal va, por úti útil,l, su cua cuanti ntiosa osa obr obraa pat patriót riótica ica,, ant antimp imperia erialis lista ta y ant anticle iclerica rical,l, de reco recopil pilaci ación ón y div divulg ulgaci ación ón de doc docume umenntos, hechos y juicios indispensables para la reconstrucción de la historia de Cuba y de sus relaciones con Estados Unidos. Fernández de Castro era un tipo siempre cargado de inquietudes, libros, picardías y bondades. Escritor desaliñ sa liñad adoo y vi viva vaz; z; pe pero ro pa pacie cient ntee in inve vesti stiga gador dor,, per persp spica icazz per period iodis ista ta y ta tann se col colab abaa por el ojo de un unaa ag aguj ujaa qu quee hiz hizoo un suplemento literario “vanguardista” en el Diario de la Marina, en el que desfilaron Mayakowsky y Alejandro Block, Picasso y Diego Rivera, Cocteau y Proust, Langston Hughes y Joyce, amén de los jóvenes plumíferos criollos de
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“avanzada” como Félix Pita Rodríguez, Emilio Ballagas, Nicolás Guillén y Eugenio Florit, alma de ferretero con el ampo am polé létic tico. o. De otr otroo ca capi pitos toste te de dell gr grup upoo qu quee ha hace ce poc pocoo hiz hizoo lo mis mismo mo con conmi migo go,, le rin rindo do el tr trib ibut utoo de ig igno nora rarlrlo. o. Pe Pero ro a quienes admiré y admiro profundamente es a Rubén, a Tallet y a Regino Pedroso, que pronto cumplirá 150 años de vi vida da.. Fu Fuee am amig igoo de Ar Aran ango go y Pa Parre rreño ño,, de Fé Félilixx Va Varel rela, a, Jos Joséé An Anton tonio io Sa Saco co y Do Domi ming ngoo del Mo Mont nte. e. En su ad adole olesce scenncia dio un recital, a dos voces, con Gertrudis Gómez de Avellaneda. Tallet lleva airosamente a cuestas sus versos y sus años. A algunos “nuevos” de hoy, no sólo les puede regalar gracia poética, sino también, les da punto y raya en más de cuatro cosas. Rubén Martínez Villena continúa siendo el arquetipo del intelectual revolucionario. En la lucha ideológica, usted repartió muchos golpes entre 1931 y 1935... ¿Cuál cree que haya sido el más justo, es decir, cuál volvería a dar hoy con la misma violencia y la misma satisfacción?
El más justo, el que volvería a dar hoy con pareja violencia y satisfacción, es el que por tres bandas le propiné a Mañach. ¿Y cuál preferiría no haber dado, de cuál le gustaría disculparse?
No me dis discu culp lpoo ni me ar arrep repie ient ntoo hoyde ni ning ngun unoo de eso esoss go golpe lpes: s: los di a co conc ncien ienci ciaa y a co conc ncie ienc ncia ia lo loss re reite itero ro.. De los vie viejos jos int intele electu ctuale aless cub cubano anoss de la épo época ca –Sa –Sangu nguily ily,, Var Varona ona,, Eus Eusebi ebio o Her Hernán nández dez–– ¿a qui quién én adm admira iraba ba más más??
Repartí mi admiración, en iguales dosis, entre Sanguily y Varona: la explicación es obvia. Y entre los latinoamericanos: ¿Ingenieros, Vasconcelos, Mariátegui?...
Entre los latinoamericanos de la época admiré más a Mariátegui que a Ingenieros: estaba mucho más cerca de noso no sotro tross qu quee és éste te y lo ve veía íamos mos co como mo un her heral aldo do de nu nues estra trass lu luch chas as,, ta tant ntoo pol polítítica icass com comoo liliter terar aria ias. s. A Va Vasc scon once celo loss lo apeé del altarito de mis devociones apenas terminaba de leerlo: en 1928 se pasó a la otra orilla, abjurando escocadamente de cuanto lo había ennoblecido y exaltado. De los europeos: ¿Rolland? ¿Barbusse?
Entre los intelectuales europeos de ese tiempo, me interesó literariamente más Romain Rolland que Henri Barbusse bu sse y po polít lític icam amen ente te má máss ést éstee qu quee aq aqué uél.l. Pe Pero ro ta tamb mbién ién ad admi mirá rába bamo moss a lo loss ru ruso soss Gl Glad adko kov, v, Sa Sami miat atin in.. Bl Bloc ockk y Ma Maya ya-kowsky kow sky,, a los nor nortea teamer merica icanos nos Sher Sherwoo woodd And Anders erson, on, Theo Theodore dore Dre Dreiss isser er y Joh Johnn Dos Pas Pasos, os, al nor norueg uegoo Knu Knutt Ham Hamsen sen,, al inglés James Joyce, a los españoles Unamuno y García Lorca –a quien conocí cuando estuvo en Cuba– y al hindú Rabindranat Tagore. Buen eno, o, vo volv lvie iend ndo o a Cu Cuba ba y a lo loss 30 ¿q ¿que ue pe pens nsó ó us uste ted, d, qu quéé sin sinti tió, ó, qu quéé hi hizo zo cu cuan ando do se en ente teró ró de qu quee Ma Mach chad ado o ha ha-– Bu bía huido del país?
El pro proce ceso so de la ca caída ída de Ma Macha chado do lo vi viví ví co como mo ac activ tivoo pa parti rtici cipa pant ntee en la hu huelg elgaa ge gene nera rall qu quee ac acele eleró ró el in inelu eluct ctab able le derrumbe. Cuando estaba aún en el país, y, a la vez, que preparaba su fuga y se cocinaba su sustitución por el jefe del ejé ejérc rcito ito,, oc ocup upéé la Un Univ ivers ersida idadd co conn lo loss est estud udia iant ntes es Ma Manu nuel el Gu Guill illot ot –h –hoy oy en su pu puest estoo de si siem empre pre–– y Jor Jorge ge Qu Quin inta ta-na,, un go na gord rdoo fa fanf nfar arrón rón y ac acom omod odat atic icio io qu quee se pa pasó só a la gu gusa sane nera ra.. In Inme medi diat atam amen ente te de despu spués és as asal alta tamos mos la em emiso isora ra “L “Laa Voz del Aire” y espeté una arenga denunciando la estratagema en marcha e incitando i ncitando al pueblo a apoderarse de las calles e imponer sus fueros. La resultante traspuso mis cálculos: la muchedumbre se lanzó a la calle prendiéndole fueg fu egoo a la lass ca casa sass de lo loss ma macha chadis dista tass má máss con consp spicu icuos os y aj ajus ustic ticia iamo moss a cu cuan anto to es esbi birro rro,, por porri rista sta o ap apap apip ipio io se top topas ase. e. La mani ma niob obra ra fu fuee de destr strui uida da y Ma Macha chado do fu fuee re reemp empla laza zado do po porr un go gobi biern ernoo ad hoc con confecc feccion ionado ado en la emb embaja ajada da yan yanqui qui con la anuencia de la mayoría de los jefes militares, del ABC y de los viejos y nuevos caudillos. Cuando me enteré que Machado había espantado la mula, dije millón y medio de “malas palabras” y me apercibí a enfilarle los cañones al gobierno sietemesino que había parido el embajador Welles.
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¿Cuál diría usted que es el momento preciso en que fracasa la revolución del 33?
Ese momento es, a mi juicio, la sangrienta derrota de la huelga general de 1935. Pero esa derrota está potencialmente contenida en el proceso anterior y posterior a la caída de Machado. ¿En qué medida el 33 supone el 68 y el 95, en qué medida los desborda? Y el 33, ¿en qué medida está en el 59? ¿Hay una verdadera continuidad en estas revoluciones?
El 33 supone el 68 y el 1895 en la medida en que el movimiento movimi ento popular se planteó la reconquista r econquista de la soberanía y autodeterminación de Cuba, uncidas desde 1902 a la dominación yanqui, y lo desborda en la medida que prop pr opug ugna na ca camb mbios ios de est estru ruct ctur uraa y su supe peres restr truc uctu tura ra qu que, e, po porr ra razon zones es de épo época ca,, no se fo form rmul ular aron on ni pod podía íann for formu mula larrse en 1868 y en 1895, con excepción de Martí, cuyo genio político posibilitó su época. El 33 está en el 59 en la medida en que sus objetivos frustrados se alcanzaron plena y efectivamente en el proceso subsecuente al triunfo de la insurrección armada, organizada y dirigida por Fidel Castro. Es a éste a quien cupo la honra de culminar, al frente del pueblo cubano, la lucha revolucionaria de cien años que estamos conmemorando, y hacer marchar a nuestro país en la vanguardia antimperialista, socialista y comunista del mundo subdesarrollado. Por ser esas revoluciones una sola, con múltiples etapas, Fidel Castro pudo decir, refiriéndose a los prócere próceress del pasado, y alumb alumbrando rando el largo, abnegado y heroico camino: “nosotros entonces habríamos sido como ellos; ellos hoy habrían sido como nosotros”. (Revista Cuba, octubre de 1968, La Habana).
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LA MUERTE DE ROQUE DALTON, TRAGEDIA DE EQUIVOCACIONES Juan José Dalton La muerte estaba en la mano de naipes que el poeta Roque Dalton se jugó al volver a El Salvador para sumarse a la re revo volu luci ción ón ar arma mada da.. Él lo sa sabí bía, a, per peroo lo qu quee ig igno nora raba ba er eraa qu quee qu quien ienes es ha habr bría íann de ma mata tarlo rlo er eran an su suss pro propi pios os com compa pa-ñeros. Uno de estos reconoce ahora su culpa. “Fue nuestro más grande error”, dijo Joaquín Jo aquín Villalobos, ex comandante guerrillero y uno de los más importantes líderes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Villalobos fue uno de los dirigentes del grupo armado que “condenó a muerte” a Dalton. Dalton fue “fusilado” el 10 de mayo de 1975, cinco años antes de desatarse la guerra civil salvadoreña, en una época en la que como reconoce hoy Villalobos, el dogmatismo político y la inmadurez personal predominaban en los pequeños grupos clandestinos que organizaban guerrillas. A Dalton lo acusaron de “sedición”: supuestas intenciones de dividir el grupo en el cual militaba, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). En el fondo, lo que se debatían eran diferencias entre f ormas de librar la lucha armada. Esos cargos nunca fueron probados, reconoce Villalobos, y menos lo fueron sospechas de convivencia entre Dalton y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. La his histor toria ia de est estaa tr trag agedi ediaa de equ equiv ivoc ocac acion iones es com comen enzó zó en 19 1973 73,, cu cuan ando do Da Daltlton on vi viaj ajóó cl clan ande desti stina name ment ntee a El Sa Sallvador va dor des desde de Cu Cuba ba,, don donde de res resid idía ía y se pre prepa para raba ba pa para ra in inte tegr grar arse se a un unaa re revo volu luci ción ón ar arma mada da qu quee da daba ba lo loss pr prim imero eross pa pa-sos en su país. Para entonces, Dalton ya era uno de los más importantes escritores y poetas centroamericanos surgidos en la década de 1950, tenía publicados más de 15 libros y ganados numerosos premios literarios y periodísticos. Sin embargo, Dalton no consideró suficiente esa obra o bra intelectual y decidió sumarse a la lucha organizada. En El Salvador pasó a integrar el ERP, uno de los grupos que con el tiempo, formarían el FMLN. En 19 1975 75,, el am ambi bien ente te po polít lític icoo sa salv lvad ador oreñ eñoo er eraa mu muyy ten tenso. so. Un Unaa di dicta ctadu dura ra mi milit litar ar ma mand ndab aba, a, y ha hasta sta pa parti rtidos dos no socialilista cia stass com comoo el De Demó mócr crat ataa Cr Cris istia tiano no,, su sufr fría íann un unaa du dura ra re repre presió sión. n. Un gr grup upoo ar arma mado do,, la lass Fu Fuer erza zass Po Popu pula lare ress de Li Libe be-ración (FPL), “Farabundo Martí”, había surgido en 1970, tras un intenso debate en el Partido Comunista, la única organización de izquierda –ilegal por supuesto– que existía en El Salvador. En 19 1973 73 ap apar arec eció ió otr otroo gr grup upo, o, el Ej Ejér ércit citoo Re Revo volu luci cion onar ario io del Pu Pueb eblo lo (E (ERP RP)) fo form rmad adoo po porr an antitigu guos os izq izqui uier erdis dista tass y al al-gunos más jóvenes. Uno de los menores era Joaquín Villalobos. La clandestinidad de estos grupos era rigurosa. Sus militantes eran acosados por las fuerzas de d e seguridad estatales, lo cual generaba una respuesta igualmente dura: severas autoexigencias y aguda desconfianza dentro de las propias organizaciones. En el ERP, Dalton fue un dirigente nacional. Sin embargo, por su capacidad teórica y su manejo del lenguaje fue encargado de elaborar documentos internos y un boletín clandestino. No obstante, o bstante, poco a poco, Dalton fue expre-
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sando críticas sobre la línea política del ERP. Aunque también defendía la lucha armada, postulaba que el ERP estableciera lazos con organismos populares y sindicales, de modo que la guerra futura encontrase bases sociales más amplias. En todo caso, las diferencias habidas entre Dalton y los líderes del ERP nunca se han aclarado. Sobre ellas pesa unaa som un sombr braa de tie tiemp mpo, o, cl clan andes destitini nida dad, d, se seud udón ónimo imos, s, do docu cume ment ntos os pe perdi rdido doss en la gu guerr erraa y de mu muert ertee en co comb mbat atee de testigos. Aún así, el hecho es que las diferencias fueron ahondándose. Dalton trató de ganar, para sus críticas, a otros compañeros como Pancho, primer especialista en explosivos en el ERP. A su vez, los dirigentes del ERP rechazaron las crítítica cr icass de Da Dalto ltonn y fu fuer eron on tem temie iend ndoo qu quee esa di disid siden encia cia pol políti ítica ca se con convi virt rtier ieraa en un unaa es escis cisión ión or orgá gáni nica ca,, co conn lo loss co connsiguientes riesgos de debilidad del grupo y de pérdida de seguridad. El resto fue hecho por la represión estatal, las tens te nsio ione ness de la cla cland ndes estin tinida idad, d, el dog dogma matitism smoo ide ideol ológ ógico ico (er (eran an épo época cass de pr proo so sovi viéti éticos cos y pr proo chi chino nos, s, de tro trots tskis kista tass y de pro cubanos), y hasta por la inmadurez personal: los líderes del ERP no llegaban a 30 años de edad. De los deb debat ates es in inter terno nos, s, los dir dirig igen entes tes pa pasa saron ron a in inici iciar ar un “ju “juici icio” o” a Da Dalto lton, n, qu quien ien as asist istió ió a al algu guna nass de su suss ses sesion iones. es. Se le for forma maliz lizaro aronn ca carg rgos os de “in “insu subor bordin dinac ación ión”” den dentro tro de la est estru ructu ctura ra mil milita itarr del ER ERP, P, y de esc escisi ision onism ismo. o. A esa esass acu acusasacion ci ones, es, al algu guiensumó iensumó un vi viej ejoo ru rumor mor:: qu quee el po poetahabí etahabíaa col colab abor orad adoo co conn la CI CIA, A, per peroo lo ci ciert ertoo ocu ocurr rrió ió co como mo si sigu gue. e. En 1964, Dalton había escapado de la cárcel de Cojutepeque cuando un terremoto destruyó sus paredes, luego, él de denu nunc nció ió qu quee los ag agen ente tess de la CI CIA A lo ha habí bían an in inte terr rrog ogad adoo y am amen enaz azad adoo con con as ases esin inar arlo lo y de decir cir qu quee ha habí bíaa del delat atad adoo a sus compañeros, para hacerlo aparecer como un traidor. El “ju “juic icio” io” te termi rminó nó co conn un unaa sen senten tenci ciaa de mu muert ertee co cont ntra ra Da Dalto ltonn y Pa Panc ncho ho.. En tod todoo mo momen mento to,, el pri prime mero ro se op opus usoo abiertamente a las acusaciones, y a la propia “ejecución”. Ambos fueron “ejecutados” en una casa de las cercanías de San Salvador, el 10 de mayo de 1975. Era el día de las madres. FUE NUESTRO MÁS GRANDE ERROR La muerte de Roque Dalton fue “el más grande error” de quienes la ordenaron, dice el ex comandante rebelde salvadoreño Joaquín Villalobos, uno de los responsables de ese hecho, pero, añade, también fue una lección que cambió sus vidas y les enseñó formas humanas de luchar por la justicia. “No puede hacerse política teniendo una cuen cu enta ta pen pendi dien ente te con la hi histo storia ria.. El de Ro Roqu quee Da Dalto ltonn es un unoo de eso esoss ca casos sos”, ”, ex expr presó esó Vi Villllal alob obos, os, qu quien ien,, en 19 1975 75 pa parrticipó en la decisión de “ejecutar” a su compañero de partido, el revolucionario y escritor Roque Dalton. Villal Vil lalobo oboss reco reconoc nocee que son ins insoste ostenib nibles les los car cargos gos que se for formul mularo aronn con contra tra Dal Dalton ton en un “ju “juicio icio”” rea realiza lizado do entonc to nces es en el Ej Ejérc ército ito Re Revo volu luci cion onar ario io de dell Pu Pueb eblo lo (E (ERP RP)) do dond ndee él y Da Daltlton on mi milit litab aban an,, es este te fu fuee en encon contra trado do “c “cul ulpa pabl ble” e” y “fusilado”. Asevera también que “no puede hablarse seriamente ser iamente de que haya habido un juicio entonces”, pues p ues predominaron la pasión por las ideas y no era e ra posible efectuar, en la clandestinidad, “un proceso ordenado, largo, con pruebas y documentos”. – ¿Cree que este ha sido su más grande error?
– Sí. Sin embargo, sirvió al ERP para no cometer otro error como ese. Fue de tal dimensión que nos ayudó a no equivocarnos más así. Luego nunca resolvimos una diferencia interna con una medida de aquel tipo. – ¿Qué siente cuando oye hablar de Roque Dalton?
– Un sentimiento de responsabilidad. Siempre me recuerda nuestro error. También pienso en lo que Roque hubiese significado si hubiera estado vivo ahora... Esto nunca lo dejo de pensar. El ex líder guerrillero recordó que, tiempo después de la muerte de Dalton, ya el ERP reconoció su error por aquella “ejecución”. “En 1977 hicimos la primera autocrítica pública por la muerte de Roque, pero entonces era limitada nuestra capacidad de difundir nuestras opiniones en el país”, explicó. El jefe guerrillero negó también toda posibilidad de que Dalton hubiese colaborado con la Agencia Central de Intel In telig igen encia cia (C (CIA IA)) de lo loss EE EE.U .UU. U. Es Esaa sos sospec pecha ha fu fuee só sólo lo un “c “chis hisme me”” qu quee cir circu culó ló pa para ra da daña ñarr la im imag agen en de Da Dalto lton, n, as aseeguró.
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“Roque no necesita reivindicación. Nunca hizo algo que ameritara semejante destino. Le perdimos físicamente, pero su imagen no ha perdido nada. Más bien, es lo contrario”, dijo. “En América Latina hay muchos revolucionarios muertos, y muchos de ellos han tenido más razón que los que quedaban vivos. La cuestión es cómo nos reivindicamos nosotros por el error cometido”, manifestó Villalobos. “Quizás con nuestras acciones el peso de nuestro error se reduzca, pero librarnos de su carga será muy difícil. Hay páginas en la historia de uno que uno quisiera borrar y escribirlas de otro modo, pero no se puede”, agregó. “Sin embargo, hay errores que pueden marcarte positivamente, si los reconoces. El que cometimos con Roque nos enseñó a no repetirlo y a dejar paso a la verdad”, finalizó Villalobos. LA ESPINA EN LA GARGANTA Roquee Da Roqu Dalto ltonn mu murió rió en 19 1975 75.. Di Diec ecioc iocho ho añ años os de despu spués, és, lu lueg egoo de un de decen cenio io de gu guer erra ra,, tr tras as 75 mi mill mu muer ertos tos,, má máss allá al lá de un unaa ar ardu duaa pa pazz qu quee se con const stru ruye ye,, el ca caso so del po poet etaa y re revo volu luci cion onar ario io aú aúnn si sigu guee co como mo un unaa esp espin inaa en la ga garg rgan anta ta.. Pero, para otros, este es el mejor momento de hablar. Es el caso de Joaquín Villalobos, ex líder guerrillero y uno de los dirigentes que ordenaron la muerte de Dalton. Ambos militaban en el Ejército Revolucionario del Pueblo, luego parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El ER ERPP y el pro propi pioo Vi Villllal alob obos os ya ha hann ex expr pres esad adoo an antes tes qu quee la “e “ejec jecuc ución ión”” de Da Daltlton on fu fuee un gr grav avísi ísimo mo er error ror.. Sin em em-bargo, ahora, por primera vez, ese líder guerrillero narra detalles esenciales de aquella historia. “La muerte de Dalton fue decisión de la dirección de 1975. Recuerdo que en ella estábamos Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez, Vladimir Rogel, Alberto Sandoval, y un compañero de seudónimo Mateo y yo”, dijo Villalobos. “Revelaré algo que no he contado a nadie: en un primer momento del juicio hubo compañeros que nos decían ento en tonc nces es qu quee al ju juzg zgar ar a Ro Roqu quee est estáb ábam amos os com comet etien iendo do un gr grav avee er error ror.. Fe Felip lipee Pe Peña ña,, un unoo de lo loss co comp mpañ añer eros os qu quee má máss admiro, me dijo: ’lo que están haciendo ustedes está amañado’.” Villalobos se refiere a Peña, un dirigente, ya fallecido, de las Fuerzas Populares de Liberación, un grupo guerrillero paralelo al ERP. ¿Cuá ¿C uáles les fu fuer eron on lo loss ca carg rgos os qu quee se le fo formu rmula laro ronn a Da Daton ton?? Fu Fuero eronn dos dos.. El má máss im impo porta rtant ntee le im impu puta taba ba pro promo move verr in in-subo su bord rdin inac ación ión.. El seg segun undo do fu fuee só sólo lo un unaa sos sospe pecha cha,, qu quee no lllleg egóó a doc docum umen enta tars rse: e: qu quee Ro Roqu quee ha habí bíaa col colab abor orad adoo co conn la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. “Si Roque viviese, el aporte que daría a nuestro proceso de paz sería s ería descomunal. Tenía una imaginación increíble, una enorme capacidad de interpretación de los hechos. “Roque era el compañero más ameno que teníamos. Ni en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ni en El Salvador, he encontrado su sentido de comunicación hacia abajo. Él fue una poderosa arma de comunicación perdida por el más desgraciado error que cometimos”. Villalobos reseñó el ambiente político casi irrespirable que se vivía en El Salvador a mediados del decenio de 1970, cuando grupos como el ERP existían en la clandestinidad c landestinidad y preparaban una lucha armada contra las dictaduras militares de entonces. “En 1975 éramos un grupo de jóvenes que habíamos tomado las armas y que no entendíamos quién er a Roque: lo su supi pimos mos de desp spué ués”. s”. Re Reco cord rdóó qu quee Da Dalto ltonn cr criti itica caba ba la lílíne neaa po polít lític icaa del ER ERP, P, pe pero ro qu quee la res respu pues esta ta qu quee rec recib ibió ió de lo loss dirigentes fue errónea: en vez de iniciar un profundo debate político, acusaron a Dalton de intentar una división orgánica, la cual –creían– implicaría graves riesgos de seguridad. Para Villalobos, en la base de esa actitud equivocada estaba la inmadurez personal de los dirigentes. Él mismo tenía entonces 23 años, y casi todos los demás eran menores de 30. Añadió que otras otras explicaciones explicaciones de un mal trato trato político político dado, fueron la dura represión gubern gubernamental amental que sufrían, sufrían, las severas exigencias de la organización clandestina clandestina militarizada, militarizada, y el dogmatismo ideológico de aquellos años. Las luchas que había entre seguidores de d e la URSS, China o Cuba “me parecen ridículas ahora, ahor a, pero fueron parte de la infancia dogmática de nuestras organizaciones”, señaló.
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“En el primer caso había tratado de convencer a Pancho, nuestro primer experto en explosivos. Pancho también fue juzgado y fusilado. La deserción era considerada una falta gravísima, porque atentaba contra la cohesión interna, la seguridad, la clandestinidad. Eso pensábamos entonces. El segundo se gundo cargo fue formulado a raíz de una fuga de Roqu Ro quee des desde de la cá cárc rcel el de Co Coju jutep tepequ eque, e, en 19 1964 64.. De al allílí su surg rgió ió el ch chism ismee de qu quee ha habí bíaa es esca capa pado do por porqu quee era co cola labo bo-rador de la CIA. Pero nadie pudo probar esto. “A Ro Roqu quee se le in infor formó mó de qu quéé se le ac acus usab aba. a. Él as asist istió ió a reu reuni nion ones es al res respe pecto cto,, pe pero ro no tu tuvo vo un unaa opo oport rtun unida idadd re real al de de defen fender derse se.. La con conden denaa se dic dictó tó ba basa sada da en el eleme ement ntos os su subj bjeti etivo vos. s. En esa esass ci circu rcuns nsta tanc ncia ias, s, la te tend nden encia cia es a co cond ndeenar al acusado. Aún así, en una ocasión se discutió la posibilidad de sacar a Dalton de El Salvador. ¿Pero cómo hacerlo? No se podía. Frente al cúmulo de problemas de seguridad de esa es a salida, se llegó a la conclusión de que había que ejecutar a Dalton”. – ¿Cuál fue la l a actitud de Dalton en el juicio y a la hora de su ejecución?
– Durante el juicio, Roque señaló siempre que ese proceso era un error, que los cargos debían investigarse más. Su ac actititu tudd du dura rant ntee la ej ejecu ecuci ción ón fu fuee de op opon oner erse se a el ella la,, al se seña ñala larr qu quee eso ib ibaa a se serr un gr grav avís ísim imoo er error ror y un unaa in inju justi stici cia. a. “El ERP publicó un comunicado en el que afirmaba que, en el momento de su ejecución, Pancho había tenido una actitud proletaria, pero Dalton una pequeñoburguesa. Es que Pancho no tenía la formación política de Roque. No podía refutar, como él, los cargos que se le imputaban. “Yo devalúo totalmente lo que dijimos en ese comunicado: fue un argumento de tipo fundamentalista: lo que pesa pe saba ba má máss era la ac acep epta taci ción ón si simp mple le de la lass co cosa sas. s. Pe Pero ro cu cuan ando do ve vemo moss lo loss co costo stoss de nu nues estro tro er error ror,, te tene nemo moss qu quee da darle rle la razón a Roque”. – ¿Dónde está el cadáver de Roque Dalton? ¿Lo entregaron a su familia? – Un equipo nuestro está trabajando en eso, pero no ha obtenido éxito: 18 años es mucho tiempo. Esperamos formar un equipo más amplio ahora, pero tampoco podemos prever los resultados. De todas maneras buscaremos un momento propicio para dar una explicación más profunda del caso, como organización; queremos que se sepa que, efectivamente, reconocemos el error que cometimos y que cambiamos –sostuvo Villalobos. Versiones recogidas suponen que Dalton y Pancho no murieron juntos, aunque sí el mismo día y en la misma casa. Primero mataron a Pancho, y luego a Dalton. No se sabe dónde fueron enterrados, aunque algunos aseguran que están en Quezaltepeque, en la periferia de la capital. Villalobos continúa recordando: “Entonces no había la posibilidad de efectuar procesos ordenados, serios y largos. go s. No cr creo eo qu quee re real alme ment ntee pu pued edee ha habl blar arse se de qu quee ha haya ya ha habi bido do un pr proc oceso eso,, en nu nuest estra rass co cond ndic icion iones es de in inma madu durez rez política y personal, y de represión oficial. “No es cierto, que, como dijeron, ese juicio haya sido una manipulación de la CIA, la que supuestamente se había infiltrado en el ERP. Si lo hubiera hecho nos habría acabado. No fue ardid de nadie, fue error nuestro. “El caso de Roque nos hizo cambiar porque, en 1976, Rivas se fue de nuestro grupo, lo cual entonces consideramoss sól mo sóloo un unaa di disid siden enci ciaa po polít lític ica. a. Lu Lueg egoo de 19 1980 80,, cu cuan ando do ya in integ tegrá rába bamo moss el FM FMLN LN,, pr prefe eferi rimos mos la re reten tenci ción ón pro prolo lonngada de militantes acusados de alguna falta grave en las zonas zo nas de guerra. Eso nos permitía investigar mejor los casos, y algunas veces descubrimos que no había problemas”. LA VÍCTIMA DE UNA ENORME INJUSTICIA Testimonio de Juan José Dalton En 1973, no recuerdo en qué mes, vi por última vez a mi padre, el escritor salvadoreño Roque Dalton García, quie qu ien, n, en un unaa ca casi sita ta de la ba barr rria iada da ha haba bane nera ra de La Ví Víbo bora ra,, se de desp sped edía ía de mi ma madr dre, e, de mi miss he herm rman anos os y de mí mí,, an ante te la proximidad de su regreso a luchar a El Salvador.
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Parecía distinto: la cirugía plástica le había modificado las orejas o rejas y nariz, la original lo hubiera evidenciado inmediatamente. Tenía el pelo ondulado y llevaba bigote. No di dijo jo na nada da.. Só Sólo lo no noss ab abra razó zó y no noss be besó só,, mi mien entr tras as un hil hilito ito de lá lágr grima imass su surc rcab abaa su ca cara ra.. Es Esta tass lá lágr grim imas as se con confu funndíann co día conn la lass nu nues estra tras. s. “Q “Qui uiero ero qu quee est estud udie ien, n, qu quee le lean an y qu quee con conoz ozca cann so sobr bree El Sa Salv lvad ador, or, qu quee es nu nues estro tro pa país” ís”,, re repepetía y repetía. Yo tenía 16 años años entonces. Mientras mi padre estuvo vivo, breves cartas llegaron a nuestras manos: menudos menudos recados y mensajes en clave. En todos reflejaba el optimismo por lo que hacía. Se había incorporado a la naciente guerrilla, concretamente al Ejército Revolucionario del Pueblo, en el que se dedicaba a elaborar materiales políticos para su discusión entre la militancia. Pero su lucha y valiosa obra literaria fueron truncadas tr uncadas por su asesinato en mayo de 1975. Ni siquiera había cumplido pl ido lo loss 40 añ años os de eda edad. d. Lo ma mata taron ron co comp mpañ añero eross de su pa part rtido ido,, po porr ca carg rgos os cu cuya ya fa fals lseda edadd es rec recon onoci ocida da ah ahora ora po porr respo res pons nsab able less de la mu muert ertee de Da Dalto lton. n. La an ante terio riorr en entre trevi vista sta fu fuee qu quiz izás ás el tra traba bajo jo per perio iodís dístic ticoo má máss di difíc fícilil qu quee se me ha presentado. Es una conversación con el comandante guerrillero Joaquín Villalobos, máximo dirigente del ERP y uno de los involucrados en el asesinato de mi padre. En este trabajo puse mi deber periodístico por encima de consideraciones personales. No es, pues, la conversación entre el victimario y el hijo de la víctima. Nuestro primer encuentro fue una entrevista periodística con Villalobos, quien se encontraba allí participando en las negociaciones de paz. Villalobos accedió inmediatamente, a la vez, me hizo saber que quería hablar conmigo. Conversamos sobre la política salvadoreña y sobre el caso de Roque Dalton. El diálogo se desarrolló en e n tres ocasiones: primero en México y luego, en dos encuentros, en marzo y abril, en su oficina de San Salvador. Hablamos a solas, contestó a todas las preguntas, nunca me dijo que apagara la grabadora para decir algo reservado. En las tres entrevistas Villalobos se condujo con tranquilidad, con su habitual expresión fluida y de clara síntesis, peroo al toc per tocar ar el ca caso so de Da Dalto ltonn no pu pudo do ocu oculta ltarr su em emoc oción ión:: su ha habl blar ar se en entre trecor corta taba ba a ve vece cess y su suss ma mano noss se mov movía íann inquietas. Miré siempre a los ojos de Villalobos para tratar de adivinar si era sincero y decía la verdad. ver dad. Él no me evadió la mirada y en algunos momentos sus ojos se humedecieron. La entrega de los restos de Roque Dalton a su familia y la divulgación de su obra confirmarían la intención de e xpresar pres ar los nu nuevos evos age agente ntess de la rea realida lidadd sal salvad vadoreñ oreña, a, de inc incent entiva ivarr una nue nueva va étic éticaa pol polític ítica, a, una cul cultur turaa dem democrá ocrática tica y una convivencia pacífica. De lo contrario, quedará la duda en gran parte de la sociedad salvadoreña, que como decía Roque Dalton “se levanta desde la pequeñez y el olvido”. (Revista Liberación, 12 de julio de 1993, El Salvador).
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“LA LITERATURA ES UNA MENTIRA QUE DICE LA VERDAD” Ernesto González Bermejo Tono bajo de voz, lacónico y preciso como lo que escribe; un cuerpo menudo, de apariencia frágil; un traje sencillo, camisa abotonada, sin corbata; bebe agua mineral; fuma sin apuro. Tiene toda la fuerza concentrada en los ojos, unos ojos indagadores aunque discretos, que se pueden dejar llevar por la ternura o decidirse por la determinació na ción. n. Un Unoo se si sien ente te a gu gust sto, o, am amig igoo de si siemp empre re,, con Ju Juan an Ru Rulflfo, o, lilind ndoo qu quee el au auto torr de dos lilibr brititos os ca cardi rdina nale less de la lili-teratura universal sea también este hombre de maravilla. – Ten Tenía ía lo loss pe perso rsona naje jess co comp mplet letos os de Pe Pedro dro Pá Pára ramo mo,, sa sabí bíaa qu quee ib ibaa a ub ubic icar arlo loss en un pu pueb eblo lo ab aban ando dona nado, do, des desért értiico; tenía totalmente elaborada la novela pero me faltaban ciertas formas para poder decirla. Y para eso escribí los cuentos, para soltar la mano. – ¿La idea venía de muy atrás?
– De lo me mejo jorr de mi in infa fanc ncia ia,, qu quee es lo má máss pe perm rman anen ente te en la vi vida da de dell ho homb mbre re.. Na Nací cí en Ja Jalilisc scoo y gu guar arda daba ba un unaa vi vi-sión polvorienta y lejana de los pueblos abandonados. – ¿Después volvió?
– Nunca he vuelto. – Entonces, ¿no hay base testimonial?
– Nu Nunc ncaa pu pude de tra traba baja jarr co conn con conoc ocido idos; s; cr creo eo qu quee ese fu fuee el pr prob oble lema ma qu quee tu tuve ve conLa Cordillera, la no nove vela la qu quee titiré ré al fuego. – ¿Cómo le nace, entonces, un personaje?
– Tengo que imaginarlo entero, gastar sus características, su forma de expresarse y luego ubicarlo en una región determinada. – Y el esqueleto de Pedro Páramo, ¿cómo surge? – Pedro Páramo es un cacique, propio de México. La estabilidad política de México tiene mucho que ver con el caciquismo. El cacique domina y gobierna una región y el Estado se lava las manos. Eso es Pedro Páramo, piedra en un páramo. – Dueño y señor de un desierto.
– El sur de Jalisco: miles mi les de hectáreas que un día fueron productivas y en las que hoy sólo sól o quedan pueblos abandonados; su gente fue a ganarse la vida a los Estados Unidos como braceros.
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– No es extraño que la muerte sea la protagonista de la novela.
– Todos los personajes están muertos; la narración es empezada por un muerto que le cuenta a otro muerto; un diálogo entre muertos en un pueblo muerto. – El pueblo habla con voces de ultratumba, la muerte impregna las piedras; el pueblo mismo es un personaje.
– La atmósfera, la luz, el silencio forman parte de ese personaje. – Impresiona la concisión del libro.
– Qui Quité té cien ciento to cin cincue cuenta nta pág página inass a Pedr Pedroo Pár Páramo amo;; hab había ía div divaga agacion ciones, es, luc lucubr ubraci acione oness mía mías, s, más prop propias ias del ens ensaayo que de la novela. – Hay críticos que pretenden que la novela no está bien estructurada.
– Le recomiendo tres lecturas; termina resultando sencilla. – El lenguaje; hay una recreación fabulosa del lenguaje popular.
– Es muy difícil tratar con esa gente; usted les habla y no le responden: simplemente, no hablan. El lenguaje de Pedro Páramo no es un retrato, es un lenguaje recuperado. Hay arcaísmos, según el dicci onario; expresiones del siglo XVI que ellos usan todavía. – ¿Qué pasó con La Cordillera?
– Con el impulso que traía de Pedro Páramo, casi inmediatamente, escribí 259 páginas de una novela, hasta que me encallejoné. – ¿Qué era lo que no marchaba?
– Los personajes; eran de cartón. – ¿Cuál era el tema?
– La cuerda en una cordillera de montaña. – ¿Qué es una “cuerda”?
– Las postas de los españoles. Era una cuerda de treinta kilómetros kilóme tros que traía los productos de la l a costa hasta la cabecera de la cordillera. – ¿Y usted contaba...?
– La his histor toria ia de va vari rias as fa fami mililias as cu cuyo yoss je jefes fes ten tenía íann a su ca carg rgoo la cu cuer erda da.. Pe Pero ro le rep repito ito:: lo loss pe perso rsona naje jess no res respi pira raba ban. n. EL SILENCIO Y EL TIEMPO silenci ncio, o, Rul Rulfo, fo, ¿có ¿cómo mo se exp explic licaa su sile silenci ncio o lit litera erario rio des desde de 195 1955, 5, fec fecha ha de la pub public licaci ación ón de Ped Pedro ro Pár Páramo amo?? – Ese sile
– No es silencio; no he tenido tiempo; he tenido que ganarme la vida. – ¿Cómo? – Trabajando en el Instituto Nacional Indigenista. – ¿Le toma muchas horas, ese empleo?
– De la lass nu nuev evee dela ma maññan anaa a la lass tr tres es de lata latard rdee y de la lass ci cinnco a la lass oc ocho ho de lano lanoch che.La e.La cu cues esti tiónlit ónliter erar ariano iano ti tieene absolutamente nada que ver con este trabajo.
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– Escribir, ¿le angustia o le da placer?
– Me produce mucha angustia; el papel en blanco es algo tremendo. – ¿Cuál es su método?
– Me pongo a escribir. Puedo escribir cinco, ci nco, seis páginas que no dicen gran cosa hasta que aparece el personaje; pe rsonaje; sigo con él y tiro las páginas inservibles. –¿Qué es para usted la literatura?
– Una mentira que dice la verdad. Pero hay una diferencia importante entre mentira y falsedad. Cuando se falsean los hechos se nota enseguida lo artificial de una situación. Pero un libro es una realidad en sí, aunque mienta respecto a la otra realidad. – Me dicen que hay profesores que andan buscando a Comala. – Y no la encuentran. – ¿Cómo se llevan sus dos vidas, la cotidiana y la de la creación? – No sé hacer dos cosas al mismo tiempo; el Instituto Indigenista me lleva el día. – Me parece casi imperdonable. – La culpa no la tiene nadie; es simplemente la necesidad económica de mantener una familia. – Lamentable que no haya aparecido una solución de otro tipo. – Yo no lo considero ni tan grave ni tan importante. – Tengo que insistir, Rulfo: usted, con los dos libros que escribió, cumplió holgadamente con el siglo. ¿No ocurrirá que ya dijo –extraordinariamente bien– lo que tenía que decir? – Ni yo mismo lo sé. Creo que tengo todavía algunas otras cosas que contar pero lo que me falta es tiempo. PROUST NO NACE TODOS LOS DÍAS – ¿Qué es para usted la palabra?
– Un instrumento para construir un lenguaje y contar una historia. La novela, su nombre lo dice: “señores, yo les traigo a contar esto”. Nada que ver con los que escriben la palabra por la palabra misma. – La novela objetivista francesa.
– La moda vino de ahí. Los antinovelistas anulan lo humano y tienen miles de imitadores en el mundo. Escriben un lilibr brito ito y ha hayy ve vein inte te lib libros ros sob sobre re es este te lib librit ritoo es estu tudiá diánd ndol oloo des desde de el pu punt ntoo de vi vist staa de la se semá mánt ntica ica,, de la lass co conj njun uncio cio-nes, de la puntuación. – ¿Usted cree que la l a influencia del “Nouveau roman” ha sido muy seria?
– Como moda, sí. En Argentina apareció una cantidad asombrosa de estructuralistas; en Brasil también, pero los brasileños dieron un giro completo y hoy tienen una literatura de primerísima calidad. – ¿Qué autores mencionaría? – Cl Clar aric icee Li Lispe spect ctor, or, Nél Nélid idaa Pi Piñó ñón, n, Gu Guin inho ho de Re Rego go,, pa para ra no ha habl blar arle le de Gu Guim imar arae aess Ro Rosa sa,, cu cuya ya im impor porta tanc ncia ia co cono no-cemos todos. – Una especie de Rulfo brasileño.
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– El inventor de un lenguaje. Lo curioso es que casi todos son de Minas Gerais. Últimamente se produce una corriente de escritores que cuentan cosas maravillosas como Dalton Trevison, Adonais Filho, Rubén Fonseca y Rachel Queiroz, que ha vuelto a escribir, después de mucho tiempo, novelas de ciencia ficción, formidables. – ¿Y Jorge Amado?
– Un escritor populista. También tiene un escritor como Luis L uis Spota, al que cualquier noticia que sale en el periódico le sirve para hacer una historia. Yo les llamo “novela-periódico”; cada vez que cambia la situación hay que escribir otra. – ¿Qué hito señalaría usted como punto de ruptura entre el “criollismo” y la nueva literatura l iteratura latinoamericana?
– Marechal y Cortázar. – ¿Onetti es un caso aparte? – Sí, porque ya empezó haciendo literatura fuera de serie. Por fortuna, contra la invasión de la antinovela, siempre hemos tenido un ancla como Onetti. – Usted no hizo escuela, como escritor. – No; bueno, con Fernando del Paso, quizás. – ¿Por qué será que no hizo escuela?
– Quizás porque cambiaron los vientos y se puso de moda la literatura urbana. He vivido cuarenta y cinco años en Ciudad México y a mí no me dice nada. – ¿Para usted, la literatura es una forma de conflicto con la realidad real; piensa –como alguna vez me dijo Vargas Llosa– que cuanto peor está un país, mejores escritores tiene?
– Claro; creo que es la insatisfacción la mejor lanza a un escritor. En México la mejor literatura se dio cuando el país no sabía para dónde iba, por los años treinta y cuarenta, con Cárdenas y después. de spués. Y dejaron de hacerse buenos libros cuando el país se estabilizó. – ¿A quién mencionaría?
– Teníamos a Martín Luis Guzmán, a Rafael Espinosa – Se llevaron el cañón para Machimba, excelente novela–, a Jorge Ferrettis. Ferrettis . Fue la novela de d e la revolución. – El primer Carlos Fuentes.
– Si, La muerte de Artemio Cruz cierra la novela de la revolución. Después Des pués de eso surgió una generación –ahí tieti ene lo cu curio rioso so–, –, la de dell 68 68,, la de Tl Tlat atelo elolc lco, o, mu muyy dol dolid idaa y qu que, e, sin emb embar argo go,, no pr produ odujo jo la no nove vela la ne nece cesa sari ria. a. Pr Proc ocla lama ma-ron un unaa no nove vela la ur urba bana na pe pero ro no ha habl blar aron on de la ci ciud udad ad,, ni de dell edi edific ficio io,, sin sinoo de su cu cuar arto to;; un unaa no nove vela la per perso sona nalis lista ta qu quee rozóó el in roz intim timis ismo. mo. Y ah ahíí ap apar arec ecen en la lass ore oreja jass de Ro Robb bbee-Gr Grill illet. et. Su Suss ob obra rass no no noss dic dicen en na nada da y lo di dicen cen ma mal,l, ni si siqu quier ieraa tienen calidad formal. – Proust no nace todos los días.
– Y Kafka tampoco. – Entonces la literatura urbana... – ¿Dónde está? Tenemos ciudades como Guadalajara con dos millones de habitantes, donde no se produce literatu ra tura ra.. Vi Vien enen en del in inte terio riorr a Ci Ciud udad ad Mé Méxi xico co,, y lo loss qu quee na naci ciero eronn en Ci Ciud udad ad Mé Méxi xico co se va vann al ex extra tranj njer ero, o, co como mo Ca Carlrlos os Fuentes, para tener una perspectiva más lejana de los hechos.
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– Cortázar me decía que le parece formidable formidable que usted haya hecho sus obras sin salir de Ciudad Ciudad México, pero que para él la experiencia europea fue fundamental.
– Pero para mí, Ciudad México es completamente extraña. – ¿Usted vivió una especie de exilio allí? – En la soledad más absoluta, por eso tendía a renovar los hechos del pasado. – También tenía una distancia. – Co Como mo si hu hubi biese ese est estad adoo en Eu Europ ropa. a. Yo Yo,, com comoo le dec decía ía,, an anda daba ba con Pe Pedr droo Pá Pára ramo mo en mi ca cabe beza za bu busc scan ando do da darlrlee forma, ajeno por completo a ese contexto urbano. Escribiendo mis cuentos. Hasta que aquel profesor que se va del pueb pu eblo lo ab aban andon donad adoo le cu cuen enta ta al ot otro, ro, qu quee va a su sust stitu ituirl irlo, o, lo qu quee es aq aque uello llo,, se lo cu cuen enta ta to toma mand ndoo ce cerv rveza eza... ... –e –ell ot otro ro no toma nada– hasta caerse borracho. Aquella, por fin, era la atmósfera que andaba buscando; ese cuento, “Luvina”, me dio la clave de Pedro Páramo. (Servicio Especial de Prensa Latina, reproducido en el Boletín Síntesis Latinoamericana No. 1439, enero 21/86).
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