REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD GRAN MARISCAL DE AYACUCHO COORDINACIÓN DE POSTGRADO CRIMINOLOGIA MODERNA NUCLEO PUERTO ORDAZ
PROFESOR: Abog. Luis Arai
AUTORES: Abog. Ángel Guzmán Abog. Isaías Itero Abog. Nelsy Núñez Abog. Elimer Molina Abog. Carlos Narváez Abog. Esmerwin Peña
Ciudad Guayana, Octubre de 2014.
INDICE GENERAL Pág. INTRODUCCIÓN…………………………………………… INTRODUCCIÓN……………… ……………………………………………………. ………………………...
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DESARROLLO DEL TRABAJO Crisis Económica y Delincuencia…………………………… Delincuencia……………………………………………… …………………
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El Poder y la Criminalidad……………………………………………………… Criminalidad ………………………………………………………
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Agentes de Socialización………………………………………………………. Socialización……………………………………………………….
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Factores Familiares……………………………………………………………… Familiares………………………………………………………………
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Familia Integral……………………… Integral………………………………………………… …………………………………………… …………………
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Hogares Insuficientes…………………… Insuficientes……………………………………………… ……………………………………… ……………
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Hogares Divorciados………………………… Divorciados…………………………………………………… …………………………………. ……….
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La Escuela y La Conducta Delictiva…………………………………………… Delictiva ……………………………………………
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Medios de Comunicación y La Criminalidad…………………………………
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Cr iminología iminología de la Reacción Social…………………………………………… Social……………………………………………
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Proceso de Criminalización…………………… Criminalización……………………………………………… ………………………………. …….
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Etiquetamiento y Estigmatización…………………… Estigmatización……………………………………………. ……………………….
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Críticas a la Reacción Social………………………………………………… Social………………………………………………….. ..
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Conclusión………………………………………………………………………..
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Bibliografía………………………………………………………………………..
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INTRODUCCIÓN La delincuencia es un problema reflejado a nivel mundial, en la presente investigación veremos como las crisis económicas pueden generar delincuencia y los distintos factores que influyen para que las personas lleguen a delinquir. Delgado (1987) sostuvo que la la inseguridad ciudadana en el país viene dada gracias a la extralimitación de las facultades punitivas del Estado, en cuanto al uso excesivo de la violencia extralegal para resolver los conflictos políticos y sociales. “ La crisis económica económica en términos objetivos objetivos y las políticas políticas restrictivas restrictivas puestas puestas en funcionamiento, pueden conducir al surgimiento o agudización de conflictos y tensiones provenientes de la sociedad civil; y en la medida que estos problemas afectan a la población, los individuos tomarán distintos medios para manifestar el disenso, incluyéndose dentro de estos medios las formas más extremas de violencia, siendo la violencia estatal, en respuesta o reacción, la otra cara de la moneda. En este mismo orden de ideas, para Santos (1992) al incremento de la delincuencia delincuencia “ corresponde corresponde una actividad actividad de policía reactiva, reactiva, y violenta, violenta, que no se expresa en acciones y resultados eficaces y efectivos sino que por el contrario intensifica el problema, comportando entre la ciudadanía una mayor inseguridad y un profundo sentimiento de indefensión. Los autores de esta investigación, consideran que son diversos factores los que influyen en la delincuencia, tales como; la falta de supervisión de los padres, lo conflictos familiares, la deserción escolar, malos ejemplos conductuales, entre otros, que son explicado detalladamente en el desarrollo del trabajo.
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Crisis económica y Delincuencia. Para empezar con este tema vamos a definir lo que es economía y delincuencia
Economía: la Economía del Bienestar se refiere a la economía como el estudio de las condiciones bajo las cuales se puede maximizar el bienestar de una comunidad, y la elección de las acciones necesarias para llevarlo a cabo.
Delincuencia: es un conjunto de infracciones cometidas contra las normas jurídicas, el Estado, los bienes materiales y las personas. Ya con estas definiciones veremos ahora como la crisis económica puede generar la delincuencia. Garofalo menciona, que ciertas perturbaciones anormales, producidas por el hambre, las inundaciones, las crisis económicas, las revoluciones y las guerras, varían las condiciones habituales de la vida y pueden ser causas ocasionales de delito. Sin ellas, agrega Garofalo, podrían no existir en el medio ambiente las presiones suficientes para determinar al individuo inmoral a cometer una acción antisocial. Las crisis sociales, políticas o económicas, solo tienen la consecuencia inmediata, según la opinión de Garofalo, de hacer más viva en todos sus aspectos la lucha por la existencia, con su poder criminógeno. Wright asegura que aumenta el número de todos los delitos en los periodos de depresión Industrial. Richmond, May y Smith sostienen que crecen especialmente los atentados contra la propiedad. Y Bieklam, que el desempleo lanza a consumar delitos con fines de lucro. Como consecuencia de la crisis, suele presentarse un proceso de inflación, frecuentemente exagerada, lo cual contribuye a la inestabilidad general; se produce la ruina de los que tenían ahorros, de los jubilados, de los tenedores de bonos de bonos o títulos de valor fijo, públicos o privados. 3
Es natural y explicable que las necesidades primarias urgentes conduzcan a muchos a cometer delitos de los cuales, de otro modo, se hubieran mantenido alejados. En relación con estos fenómenos y tentaciones, hay que observar que parece más peligrosa que la pobreza continuada, la que se presenta como consecuencia de cambios bruscos, sobre todo en sectores sociales enteros que estaban acostumbrados a ciertos bienestares. Lugar preferente merecen las repercusiones psicológicas de la crisis. Los obreros o trabajadores parados se vuelven nerviosos, irritables, prontos a la reacción violenta o totalmente abatidos; pero aún en el abatimiento, y a través de mecanismos fáciles de comprender, suelen presentarse momentos explosivos; se despiertan sentimientos de repudio hacia la sociedad; el padre y el marido pierden su autoridad de tales, toda vez que no pueden cumplir sus funciones de mantener el hogar; suelen separarse, mientras uno busca trabajo lejos del hogar; éste se coloca en vías de deshacerse, porque los hijos se lanzan a la calle, donde integran bandas infantiles y juveniles dedicadas a robar para obtener lo que el hogar no les da.
El Poder y la Criminalidad. El jurista italiano Luigi Ferrajoli ha tenido la misma percepción de muchos otros habitantes del planeta Tierra: que nunca como ahora (principios del siglo XXI), entramos en una fase de la historia que bien podríamos reconocer como la era de la criminalidad, tal y como ancestralmente hubo una edad de piedra o una de bronce. La nuestra más que de la información hace honor a su tiempo y asume que el poder criminal se ha instalado ya en la política, en los consorcios mediáticos, en las instituciones financieras y en la conformación misma del Estado. Uno de los efectos más perversos de la globalización, dice Ferrajoli, es el desarrollo de esta criminalidad internacional. Dice “criminalidad global” como cuando hablamos de globalización de la economía.
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Nacido en Florencia en 1941, Luigi Ferrajoli trabajó como juez entre 1967 y 1975, y es profesor de filosofía del derecho en la Universidad degli Studi de Roma. La criminalidad que le preocupa es la que se ha beneficiado de los adelantos tecnológicos. Un sistema de comunicación militar, el internet que antes era un arma secreta de varios ejércitos (como el de Estados Unidos), está en todos los hogares y sirve también a las organizaciones criminales. Ferrajoli distingue tres formas de criminalidad del poder: 1. La del crimen organizado (de delincuencia común, no de motivación política) como la mafia, y los grandes consorcios delincuenciales de Rusia y Japón. Y también la del terrorismo transnacional. La novedad es que esa criminalidad, que siempre ha existido, ha alcanzado un desarrollo transnacional y tiene ahora un peso financiero sin precedentes. 2. La de los grandes poderes económicos: empresas trasnacionales, consorcios de televisión, corporaciones industriales, casas de servicios financieros, paraísos fiscales, transporte de mercancías mercan cías por barco y avión, petróleo, “bancos globales del mundo” y casas de cambio, implicados en el lavado de dinero procedente de la economía criminal. 3. La criminalidad de los poderes públicos, el crimen de Estado, el abuso de poder de los policías, la malversación de fondos públicos y la “subversión desde arriba”. El hampa en el poder. En los últimos años la sociedad venezolana ha experimentado un incremento alarmante del índice de criminalidad, destacándose delitos como el robo, el homicidio y el secuestro, en sus diferentes modalidades. Uno de los factores que ha desencadenado este incremento en el nivel de criminalidad es la IMPUNIDAD, entendida como la falta de sanción o castigo en contra de una persona que ha perpetrado un delito, principalmente se origina por una crisis de institucionalidad en la cual se encuentran sumergidos los diferentes órganos que integran la administración de justicia penal. 5
Carlos Tablante considera que en Venezuela el Estado de Derecho ha sido reemplazado por la impunidad y la corrupción, las cuales se han ido adueñando del país. El problema con instituciones como el Poder Judicial, donde el 80% de los jueces son provisionales y apenas a penas el 15% son titulares y el 5% están a la espera e spera de ser destituidos, sería uno de los caldos de cultivo para la corrupción. "Es un Poder Judicial altamente corrompido, que no es capaz de frenar la corrupción y que se ha convertido más bien en un promotor de la impunidad”,
Agentes de Socialización. La socialización es el proceso que consiste en la interiorización de los valores, normas, de la cultura a la cual pertenecemos. Esto permitirá que se desarrolle como ser humano y que pueda ser socialmente competente. Los agentes de socialización son muy importantes para este proceso, son los siguientes:
1. La familia, es el principal principal agente de socialización pues los primeros años de vida de una persona giran en torno a ésta. Un ejemplo sería un niño que no recibiera el afecto adecuado en su infancia, probablemente cuando crezca será poco cariñoso y seguramente le afectaría a la hora de relacionarse. 2. La escuela, donde los niños entran en contacto con personas de distinto origen social. Un niño que no tuviera ningún tipo de relación con la sociedad le sería imposible aprender algún tipo de valor y no sabría desenvolverse en determinadas situaciones como uno que haya estado más tiempo en contacto con la sociedad. 3. El grupo de iguales, donde se adquiere una cierta independencia personal que va a ser la clave para establecer sus propias relaciones personales y formarse una imagen de sí mismos distinta a la que reciben de sus padres. Por ejemplo
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cuando los jóvenes se reúnen en grupos según sus valores como los hippies o punks. 4. Los medios de comunicación de masa, los cuales tienen gran influencia sobre la vida de las personas. Si un niño pasa mucho tiempo delante de la televisión le afectara a su capacidad de relacionarse pues terminara solo por querer ver la televisión y no salir a jugar con sus amigos.
En conclusión para que se produzca un bueno proceso de socialización es necesario que haya un equilibrio entre los diferentes agentes. Está comprobado que si se produce un desequilibrio en alguno de estos agente, por medio de diferentes procesos, las personas se pueden adaptar si el desequilibrio causado no es muy grande.
Factores Familiares. La Familia, la cultura y el entorno son componentes relevantes para el hombre desde que nace, donde crece, se desenvuelve y donde tiene sus primeras experiencias y aprendizajes. No existe una teoría absoluta, ni afirmaciones definitivas responsables en la incidencia delictiva que haga manifestar una conducta conducta desviada en el sujeto, sujeto, como para catalogarlo catalogarlo como un “ delincuente; delincuente; pero antes de dar un juicio valorativo se debe comprender el contexto social en el que se encuentra inmersa la familia venezolana.
La Familia Integral. La familia se convierte en un campo de entrenamiento de habilidades sociales y personales en el contexto de la reciprocidad; la persona es amada tal cual es y, de este modo, la escuela de entrega y servicio en que se constituye la realidad familiar es pilar fundamental de la salud social. Por lo tanto, en la institución familiar, por tratarse de un ámbito de servicio casi incondicional y de corrección acompañada de buenas dosis de solidaridad, se evita o reduce sensiblemente la
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proliferación de conductas socialmente desviadas tales como la drogadicción, la violencia juvenil y la deserción escolar.
Hogares Insuficientes. Para que el hogar cumpla su función socializadora, el mismo debe contar con el padre y la madre, el primero, al menos idealmente como factor disciplinario y como sostén económico; la madre como elemento conservador, esencialmente hogareño, al que los hijos pueden acogerse en busca de cariño y de comprensión. Si alguno de los padres falta, la capacidad educativa del hogar queda insuficiente. El hogar para cumplir su función socializadora no debe estar formado solamente en el aspecto material, sino fundamentalmente en el aspecto espiritual. Cuando esto no sucede la situación que se presenta puede ser conflictos de cultura que dificultan la comprensión entre los miembros de la familia, puesto que los hijos tienen mayor cultura que los padres, y por eso desprecian o desobedecen. Del hogar no bien integrado a causa del divorcio, se llega al hogar criminal, en la familia criminal en la cual hay un gran ambiente delictivo.
Hogares Divorciados. Esta separación legal en vida de los cónyuges ha sido justamente causa de provocar gran cantidad de delitos, ya que la percepción común de los hijos es que significan poco para los padres. El divorcio se ha convertido en un extremo problema social, dando como consecuencia índices de criminalidad. Cuando los hijos no cuentan con uno de los padres, se abre un abanico de posibilidades que permiten la inserción de él en el mundo criminal. La importancia de la familia en cuanto al normal desarrollo de los niños y jóvenes, juega un papel relevante en el proceso de socialización, el cual es definitivo en la primera etapa de la juventud. 8
Como factores que interrelacionan a la familia con comportamientos desviados, influyendo definitivamente en futuras conductas delincuenciales, se citan los siguientes:
a. Falta de supervisión, o falta de control de los padres. Supervisar consiste en saber qué hace el menor dentro y fuera de la casa. A medida que los niños van creciendo es necesario que los padres ejerzan un cierto grado de control sobre sus actividades, modificándolo en relación con las experiencias, las capacidades y el grado de madurez de los mismos, de tal forma que aprendan a asumir responsabilidades, pero sin correr riesgos ni sufrir daños. En un estudio realizado se puso de manifiesto que de todas las variables examinadas, la escasa supervisión de los padres era la más fuertemente relacionada con la delincuencia. Esta escasa supervisión se caracteriza por una serie de evidencias, entre las cuales destacan: desconocimiento por parte de los padres de qué hace el niño, o en dónde está; la ausencia de preocupación, o intervención cuando el niño se encuentra en situaciones de riesgo o peligro; entre otras.
b. Actitudes crueles, pasivas y negligentes de los padres hacia los hijos. Violencia de padres contra hijos. En estos supuestos, los padres muestran unos sentimientos negativos, hostiles o crueles hacia el niño, llevando al abuso psicológico del niño, a través del cual éste es humillado, atormentado y denigrado sistemáticamente. Sucede también cuando los padres tienen un comportamiento violento, mediante frecuentes y duros castigos físicos.
c. Disciplinas férreas. El exceso en la disciplina y la rigidez en las relaciones familiares, junto al excesivo uso del castigo, incluido el físico, en la educación de los niños y adolescentes, suele llevar a una situación de tensión dentro de la
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familia en la que los niños desarrollan una agresividad latente contra sus progenitores, que un futuro, desarrollarán con sus propios hijos.
d. Conflictos familiares . La ruptura de la familia tradicional, sobre todo por el aumento de separaciones y divorcios, dejando, con frecuencia, el cuidado de los hijos con uno de los padres, ha sido esgrimida como una de las causas generadoras de la delincuencia juvenil.
e. Familia numerosa. Farrington y West establecieron que cuando un niño tenía más de cinco hermanos antes de cumplir los diez años de edad, la probabilidad de llevar una conducta delictiva en un futuro no muy lejano aumentaba casi el doble. Para que el tamaño de la familia pueda influir en la conducta del hijo, es necesario, además, que se den los siguientes factores concurrentes: una mala posición económica de la familia; un bajo status social que lleva a que los padres no puedan dedicar a sus hijos los cuidados y atenciones necesarios, produciéndose una desatención y falta de control de los hijos por parte de los padres; y la falta de escolaridad en los padres. En estrecha relación, algunas evidencias apoyan la significación que en el comportamiento delincuente de los jóvenes adquiere el orden de nacimiento, señalando que los hijos medianos tienen más posibilidades de delinquir que los mayores o los pequeños, ya que los primeros reciben la total atención y afecto de sus padres, y los pequeños se benefician de la experiencia adquirida por sus padres así como de la presencia de otros hermanos que sirven de modelos.
La Escuela y la Conducta Delictiva. La escuela es junto a la familia el otro gran agente de socialización de nuestra sociedad, en la que los niños y adolescentes aprenden a tener un comportamiento socialmente correcto acorde con las más elementales normas de una convivencia pacífica en sociedad. No se debe olvidar que la época escolar es un tramo en la vida de las personas por el que todos los niños deben de pasar y que incide profundamente en su desarrollo personal. 10
En la escuela, además de aprender una serie de materias que conformarán una base cultural, se enseña (o más correctamente se debería enseñar), sobre todo, a los niños como deben comportarse, cuál debe ser la relación con sus compañeros, con los profesores y con el resto de la comunidad, de tal forma que se realice la socialización del individuo, con el objetivo de convertirlo en un “buen ciudadano”.
El fracaso escolar Se viene reconociendo que el éxito escolar es uno de los mejores preventivos
de la delincuencia, ya BECCARIA señalaba que “el más seguro, pero más difícil medio de evitar los delitos es perfeccionar la educación” ya que ésta suele ir asociada a negativas experiencias escolares50 (fracaso escolar y abandono temprano de los estudios). Así, MAGUIN y LOEBER (1996) a la vista de los resultados ofrecidos por un estudio experimental de carácter longitudinal, manifiestan que “un pobre rendimiento académico se relaciona no sólo con el comienzo y la prevalencia de la delincuencia, sino también con la escalada en la frecuencia y en la gravedad de las ofensas”. También puede ser que la explicación sea otra. Puede ocurrir que al joven delincuente menos capaz se le detenga más fácilmente, y al carecer de un brillante expediente académico, las autoridades se preocupan menos de que su educación se interrumpa si pasa una temporada en una institución.
El problema reside en que la escuela que en principio debía de ser junto a la familia uno de los principales apoyos en la educación y socialización de los niños y jóvenes, resulta que es también uno de los principales factores criminógenos de la delincuencia infantil y juvenil.
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Uno de estos factores reside a juicio de BANDINI y GATTI en que, en la escuela, con el fin de socializar al individuo, según los valores de la sociedad en la que se encuentra, se estimula un fuerte sentido de individualismo y competitividad (teoría de la tensión o frustración), además, las exigencias educativas son cada vez mayores. Este espíritu competitivo impregna la vida del niño y le condiciona en su comportamiento frente a la escuela y sus compañeros. En la mayoría de los casos, el niño procurará afrontar esa “competición”, para con la ayuda de los maestros superarla, superándose entonces a sí mismo, mejorando, en una palabra. Pero habrá casos, de estudiantes menos brillantes o dotados, en los que el niño se verá superado por ese espíritu competitivo y, entonces comenzará a mostrarse indiferente, abúlico, irrespetuoso y violento, empezará a faltar a la escuela y renunciará a lo que ella representa. La escuela comenzará entonces a seleccionar un pequeño grupo de niños a los que considerará desadaptados, creando desde tan temprana edad un etiquetamiento social, del que les será difícil salir (teoría del etiquetamiento). Esta inadaptación escolar no podrá ser superada, (a juicio de los autores), en todos aquellos casos en los que la familia no se encuentre capacitada para sostener adecuadamente al niño, compensando eficazmente las carencias escolares del mismo.
Vandalismo escolar Otro factor que está alcanzando un gran auge en nuestros días y, que por ello
preocupa en gran manera al conjunto de la sociedad (principalmente a padres y educadores), es el considerable aumento de la violencia en la escuela. Esta violencia en la escuela, también denominada vandalismo escolar, se puede producir de varias maneras: puede consistir en agresiones físicas por parte de los alumnos contra profesores o contra sus compañeros.69 Es frecuente también la violencia contra objetos y cosas de la escuela.70 Dicha violencia se puede cometer dentro de la escuela o fuera de ella, en los alrededores de la misma. Además, hay que mencionar otro tipo de agresión, más extendida y mucho 12
más difícil de detectar, la que se manifiesta en amenazas, insultos, intimidación, aislamiento o acoso, entre los propios escolares un fenómeno que en el mundo anglosajón se conoce como Bullying (el término inglés bully significa abusón, matón).
Malos ejemplos Conductuales Los padres son responsables de garantizar que sus hijos tengan unas experiencias de aprendizaje apropiadas y adecuadas. Está demostrado que los niños tienen una tendencia natural a imitar el comportamiento que observan en casa, como modelo a seguir, por lo que los hijos con padres o hermanos mayores delincuentes poseen una más alta posibilidad de llegar a delinquir.
Medio de Comunicación y Criminalidad. En la sociedad globalizada los Medios de Comunicación de Comunicación se han convertido en uno de los principales instrumentos de poder, de poder, gracias gracias al manejo de la información. la información. Dicho manejo ha generado importantes cambios en la estructura de la sociedad puesto que no solo se utiliza como un ente informativo, sino que también ha tenido un papel de instrucción yy enseñanza enseñanza para todas las audiencias. Es notoria la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre las diferentes esferas de la sociedad; así en el ámbito político los Gobiernos utilizan los medios de comunicación para divulgar las las políticas públicas que convienen a quienes preservan el poder y se propende por el statu quo y a través de las cuales se controla uno de los elementos del Estado: del Estado: El El elemento humano. El fácil acceso a los medios de comunicación, así como su constante y necesaria utilización les han dado un lugar privilegiado en la vida de las personas; este privilegio se evidencia en los altos niveles de credibilidad y aceptación de la información que emiten, pero así como pueden ser una posibilidad, una ventaja para el desarrollo humano y social, también se han convertido en un instrumento de dominación, haciendo esto referencia a la influencia que tienen en la 13
criminalidad, vista esta como aquel conjunto de acciones delictivas originadas en gran medida por la información proporcionada por los medios los medios de comunicación, la comunicación, la cual llega a mecanizarse y a desarrollarse en el seno de las actividades cotidianas del ser humano, y que se concretan en un lugar, un tiempo y un espacio determinado.
Criminología de la Reacción Social. En cuanto a las opciones preferidas por los diversos estratos sociales para el control de la delincuencia, una revisión general muestra que la generación de empleo es vista por la tercera parte de la población, seguida por el mejoramiento de la educación, por la séptima parte y por la depuración de las policías, por la décima parte, como las medidas más apropiadas para el control delictivo. Las menos favorecidas son la restricción de las garantías constitucionales, la construcción de más cárceles y la aplicación de la pena de muerte. Si observamos las preferencias por estratos socioeconómicos, los estratos I y II se inclinan, proporcionalmente más que su representación poblacional, a la construcción de más cárceles, a fortalecer a la familia y a mejorar la educación y cambiar las leyes penales.
El estrato III, muestra sus mayores preferencias por dotar mejor a las policías, por fortalecer la familia, por cambiar las leyes penales y por construir más cárceles y mejorar el funcionamiento del poder judicial. El estrato IV , se inclina proporcionalmente más, en comparación con su representación poblacional, a militarizar la lucha contra la delincuencia, a permitir la pena de muerte y a generar fuentes de empleo, combatir la pobreza y depurar a las policías. Finalmente, el
estrato V se inclina, proporcionalmente más en comparación con representación poblacional, a restringir las garantías constitucionales, a aumentar el número de policías y a generar fuentes de empleo. Los resultados indican que, mientras las opciones sociales genéricas, como mejoramiento familiar, predominan en los sectores más aventajados, las opciones económicas como el mejoramiento del 14
empleo predominan entre los menos aventajados, lo cual no es sorprendente, considerando el nivel de apremio de las necesidades de éstos últimos. Por otro lado, si bien medidas de represión son sugeridas por todos los sectores sociales, los más aventajados parecen inclinarse por aquéllas más moderadas, que guardan relación con la efectividad del sistema de justicia, dentro del marco de su operación ordinaria, mientras los menos aventajados parecen inclinarse por aquéllas más extremas, fuera del marco del sistema constitucional y legal ordinario. Estos resultados son indicativos, basados en frecuencias simples sin pruebas de significación estadística, y deberán ser revisados con cautela al momento de establecer políticas públicas en materia de seguridad y control del delito.
Proceso de Criminalización. La criminalización, descriminalización, despenalización, y de judicialización forma parte de un sistema: del sistema penal, el cual se estructura a través de diversas etapas que enlazadas entre sí garantizan a los hombres un mínimo de seguridad social y jurídica que permita el normal desarrollo de sus actividades en progreso constante hacia la ansiada civilización. El problema fundamental radica en saber si el sistema penal de hoy está cumpliendo con la finalidad de garantizar a los hombres un mínimo de seguridad socio-jurídica; y si no es así hay que revisar íntegramente el sistema, para fortalecerlo y garantizar a la sociedad, al Estado y al individuo. Para la generalidad de las personas la criminalización es una tarea no muy compleja que se perfecciona, sin antecedente alguno, en el momento en que surge la ley que describe la conducta que se considera pasible de pena. Y este concepto a todas luces equivocado no solo lo adoptan quienes poco o ninguna relación tiene con los aspectos del delito, o de sus consecuencias, sino que 15
también es compartido por muchas personas que, por su profesión, o por su trabajo, se trabajo, se encuentran de manera directa o indirecta relacionadas con el fenómeno de la criminalidad.
Etiquetamiento y Estigmatización. El etiquetamiento Viene a ser el proceso por el cual se crea un rol desviado que se mantiene a través de la imposición de etiquetas delictivas. Una “Etiqueta Social” consiste en la designación o nombre que se imputa a una persona sobre la base de alguna información que se tenga de ella. Pueden ser positivas (Padre de Familia, Estudiante o Joven Trabajador) o negativas (Malandro, Ex-presidiario, Homosexual). Por lo general son calificaciones apriorísticas que pueden terminar induciendo un comportamiento acorde con su contenido. Algunos autores las ven como “pasillos” que conducen a una persona a pasar de un rol a uno nuevo para bien o para mal. Puede pasar que sin ser delincuentes se le induzca a una persona a serlo, o que habiendo sido delincuente, este deje de serlo por cualquier razón. La estigmatización social; resulta ser un término de orden médico relativo tanto a lesiones orgánicas como a trastornos funcionales que denotan una constitución anormal, posiblemente hereditaria; recordemos a Lombrosso con su teoría del” Delincuente Nato”, que refería que se tratab a de características psicológicas, fisiológicas, con influencia en la conducta delictiva. Para un mejor entender, se trata de la “Huella” perenne que el etiquetamiento deja en la persona como una especie de subrayado social negativo que alimenta la reacción de rechazo contra él. En conclusión pudiéramos sostener, que una persona llega a ser delincuente en la medida en que sea etiquetado como tal; como resultado de un proceso social (policial y judicial) de selección, orientado en detrimento de las clases sociales
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económicamente desfavorecidas. En esta relación de interacción entre grupos, la sociedad misma, puede llegar a producir desviación y delincuencia.
Critica de la Reacción Social. El control social es un concepto problemático, cuyo significado puede abarcar ámbitos tan dispares como la política y la sicología; por lo cual resulta difícil determinar las dimensiones en las que se restringe el concepto y por lo tanto, otorgarle un sentido específico. La complejidad de sus referentes tiene una correlativa incidencia en la delimitación epistemológica de la Criminología, tanto en lo que refiere al objeto de estudio propiamente dicho, como en relación con las interpretaciones que del mismo puedan verificarse al interior de sus planteamientos. El problema de la elaboración de una teoría sobre el control social pareciera haber dado lugar a un agotamiento del discurso crítico en los momentos en que se ha intentado delinear propuestas para el ejercicio del control social, en el sentido de que lo que está al centro de la discusión criminológica es básicamente la problemática de la fundamentación y la estructuración de mecanismos alternativos para la resolución de los conflictos. Así, algunos autores afirman que la Criminología Crítica no ha logrado superar los postulados cognitivo-instrumentales que conducen al positivismo científico: “ Un cierto cierto retorno retorno positiv positivista ista lo lo constituye constituye el garantimos garantimos y las posiciones posiciones que desde el derecho penal revalorizan los principios primigenios del liberalismo y que, por la crisis de
los grandes relatos, acaparan la atención de la llamada
Criminología Crítica. En este sentido, se cuestiona la idea del interés general seguida por los enfoques progresistas de política criminal, donde se destaca la teoría garantista de Ferrajoli, Ferrajoli, a los cuales se adscribe adscribe la Criminología Criminología Crítica, Crítica, como “ una idea incestuosa” incestuosa” del consenso consenso derivada del contrato contrato social. social. La aparente contradicción contradicción 17
que suscita el haber tomado los principios demo liberales del derecho penal (que constituyen las premisas del garantimo penal) como estrategias de racionalización del control social puede fundamentarse en los siguientes aspectos: 1. La consideración de que la visión del contrato social como producto del consenso supone la aceptación de la violencia burocrática. El control social formal, materializa la burocracia estatal a través de la violencia, materializando el mandato autoritariamente. Así, el asentimiento social sólo es posible ante el peligro de la exclusión, lo que convierte al sistema y a sus postulados en un sistema terrorista. 2. El principio de legalidad, entendido como el principio de la unidad de la razón jurídica, sería inadmisible para un modelo alternativo de control social por cuanto parte de la abstracción del ser humano como individuo portador de conductas catalogadas arbitrariamente como desviadas o criminales, sin entrar a considerar las situaciones de vulnerabilidad de los individuos concretos o la propia fenomenología social que incide en ciertas situaciones problemáticas como, por ejemplo, el caso del narcotráfico. 3. La referencia al derecho penal, a sus limitaciones y a la posibilidad de darle un nuevo significado, pareciera agotar el tema de la regulación social en el plano estrictamente jurídico penal, a pesar de estar al corriente de que el ejercicio del poder penal no se agota en los sistemas punitivos formales. Es importante recordar que la tendencia crítica latinoamericana, desarrolla su análisis principalmente en las consecuencias de la violencia institucional, en cuanto éstas se dirigen a la fractura entre los mecanismos de control social y los valores éticos y jurídicos, que sustentan la legitimidad del control dentro de una sociedad organizada políticamente en el modelo democrático, y que origina en gran medida la irracionalidad del sistema penal; lo que permitió aclarar la recurrente contradicción entre los supuestos jurídicos constitucionales (que consagran las garantías individuales e informan la seguridad jurídica de los ciudadanos) y las prácticas concretas de política criminal violatorias de tales principios.
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CONCLUSION Según lo investigado, investigado, podemos concluir que la criminalidad es un fenómeno que se atribuye casi por sentido común a la crisis, la cual no es más que producto del mal funcionamiento de las instituciones. En otras palabras, el surgimiento de altas tendencias delictivas normalmente se considera como una consecuencia del mal funcionamiento de las instituciones, ya sea para controlarla o bien para facilitar los medios que impliquen que un individuo no considere al delito como su mejor alternativa para subsistir. Que las crisis económicas, las cuales generan inflación, desempleo, escasez, y estos a su vez, influyen en los ciudadanos, que al no encontrar los alimentos, no tener empleo, o no alcanzarles el salario para satisfacer sus necesidades, se tornen violentos, y estén más propensos a cometer crímenes, no solo contra la propiedad para obtener bienes lucrativos, también contra las personas, debido a las conductas criminales que pueden derivarse de la violencia. La familia, la escuela y los medios de comunicación, juegan un papel muy importante como agentes de socialización, en el desarrollo de los niños y la juventud, para prevenir futuras conductas delincuenciales.
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BIBLIOGRAFIA Carlos Vázquez González (2003), Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y Criminologías. Madrid. Criminologías. Madrid. Francisco, Verde Aponte y Yolanda, Alvarado Palacios. (2006), Psiquiatría forense, penitenciaria y criminología. Caracas criminología. Caracas – – Venezuela. Venezuela. Germán Silva García (2011), CRIMINOLOGÍA. TEORÍA SOCIOLÓGICA DEL DELITO. Colombia DELITO. Colombia Miguel Ortega Medina (1986), El cuestionamiento de una sociedad que se desintegra hacia el crimen. Valencia - Venezuela. Mariano Ruiz (2005), Las Crisis Económicas y la Delincuencia. Delincuencia . México.
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