Índice
Pagina Indice. Introducción. I. Marco Conceptual. 1.1 Antecedentes. 1.2 Justificación. 1.3 Planteamiento del problema. 1.4 Alcances y Limites. 1.4.1 Ámbito Geográfico. 1.4.2 Ámbito Institucional. 1.4.3 Ámbito Personal. 1.4.4 Ámbito Temporal. 1.4.5 Ámbito Temático.
1-3 4 5 5-6 7 7 8 8 8 8 8 8
II. Marco Teórico. 2.1 Historia. 2.2 Concepto de Depresión. 2.3 Etiología. 2.4 Causas de la Depresión. 2.5 Síntomas de la Depresión. 2.5.1 Tristeza Patológica. 2.5.2 Desgano. 2.5.3 Ansiedad. 2.5.4 Insomnio. 2.5.5 Alteraciones del Pensamiento. 2.5.6 Alteraciones Somáticas. 2.5.7 Alteraciones del Comportamiento. 2.5.8 Modificaciones del apetito y del peso. 2.5.9 Perdida del Placer. 2.5.10 Culpa Excesiva.
9 9 9-10 11-12 13 13 13 13 14 14 14 14 14 14 14 14
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Pagina 2.5.11 Pensamiento Suicida. 2.5.12 Disminución de la Energía. 2.6 Clasificación de la Depresión. 2.6.1 Trastorno Depresivo Mayor. 2.6.2 Trastorno Distímico. 2.6.3 Trastorno Adaptativo. 2.6.4 Trastorno Depresivo no Especificado. 2.7 Tratamiento. 2.7.1 Farmacológico. 2.7.2 Psicoterapia. 2.7.3 Psicoterapia Interpersonal. 2.7.4 Terapia Cognitiva. 2.7.5 Terapia Conductual. 2.7.6 Psicoterapias Psicodinámicas Breves. III. Marco Metodológico Metodológico 3.1 Objetivo General. 3.2 Objetivos Específicos. 3.2.1 Identificar el estado y avance de la Depresión 3.2.2 Determinar si esta epidemia esta avanzando en la Población Estudiantil. 3.2.3 Establecer las herramientas y métodos para Combatir esta enfermedad. 3.3 Variables de Estudio. 3.3.1 Variable Independiente. Independiente. 3.3.2 Variable Dependiente. Dependiente. 3.4 Definición Conceptual de Variables. 3.4.1 Situación Psicológica. 3.4.2 Definición Operacional de Variables 3.5 Sujetos
14 14 15 15 16 17 17 18 19-20 20 21 21 21 21 22 22 22 22 22 22 22 22 22 23 23 23 23
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Pagina 3.6 Instrumentos. 3.7 Población
23 23
IV. Resultados Pregunta No. 1 Pregunta No. 2 Pregunta No. 3 Pregunta No. 4 Pregunta No. 5 Pregunta No. 6 Pregunta No. 7
24 24 25 26 27 28 29 30
V. Análisis y Discusión de de Resultados
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VI. Conclusiones
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VII. Recomendaciones Recomendaciones
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VIII. Referencias Bibliográficas
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IX. Anexos 9.1 Anexo 1
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Introducción La depresión, es la enfermedad más difundida de nuestra época y es el trastorno que genera, incapacidad a nivel del mundo entero, siendo también causa relevante en los jóvenes. Estableciendo que el origen de esta enfermedad es compleja ya que constituyen factores genéticos, biológicos y psicosociales, este problema se caracteriza por una alteración del estado de ánimo, siendo producida por el estrés o una baja autoestima afectando tanto la vida estudiantil del adolescente como sus actividades diarias. Tomando en cuenta que según los resultados de investigaciones esta problemática afecta en un mayor porcentaje a mujeres.
I. Marco Conceptual 4
En el trabajo de la Epidemiologia de la Depresión en adolescentes guatemaltecos hecha por Berganza y Aguilar (1989,1992) dio como resultado que un 35% de ellos pre3sentaban depresión. Entre ellos 20.9% eran varones y 48.8% eran mujeres. En un estudio posterior, en el que se buscaba replicar el estudio anterior y en el que se investigo acerca de la correlación existente entre AUTOESTIMA Y DEPRESION en adolescentes guatemaltecos. (Aguilar,Eduardo y Berganza 1996) también se encontraron niveles significativos de depresión en los adolescentes en un 28.8% la cual resulto ser equivalente al estudio anterior las diferencias de genero persistieron igualmente presentado los varones un 21.6% versus las mujeres con un 36.6%. También se encontró una correlación negativa significativa entre depresión y autoestima (r=.612,p<.05). En ambos estudios se definió la depresión de acuerdo al DSM-III-R (American psychiatry Association 1987) como un trastorno en el estado de ánimo, con una duración de por lo menos 2 semanas, caracterizado por sentimientos de tristeza, variaciones en el apetito, disminución en el grado de actividad, perdida de interés en actividades que antes proporcionaban placer y alteraciones en el sueño. Utilizando la escala (CES-DC-M) center for epidemiological Studies- Depresión scale for children-Modicada), para medir el grado de depresión. Esta escala en su versión modificada y válida para Guatemala por Aguilar y Berganza. En ambos estudios las adolescentes mujeres guatemaltecas presentan significativamente tasas de depresión mas altas que los hombres. Valiendo la pena mencionar que la muestra poblacional de la segunda investigación triplico el número de adolescentes del estudio original de Berganza y Aguilar (1992) y aun si la similitud en cuanto a los datos epidemiológicos se mantuvo, lo cual fortalece la hipótesis establecida. Adicionalmente los resultados obtenidos son similares a las tasas de depresión clínica del 30% observada por Rutter (1986). La depresión unipolar en los adolescentes guatemaltecos muestra ser un problema psicológico con importancia teórica, practica y clínica, que tiene relevancia epidemiológica que merece atención. Aun cuando no existen datos epidemiológicos de la depresión clínica en adultos guatemaltecos, es de esperar que las tasas de depresión sean similares. Es importante notar que en Guatemala, al igual que en otros países, las mujeres son quienes tienden a presentar tasas de depresión mas altas que los 5
hombres de su edad. Posiblemente, este resultado podría estar relacionado según Berganza, Aguilar, Urdiales y Kriete (1987), y Berganza, Peyre y Aguilar (1989) al hecho de que las adolescentes mujeres cuentan con un numero más limitado de medios sociales aceptados para canalizar los impulsos agresivos y sexuales en nuestra sociedad. Pudiéndose predecir que los factores sociales que precipitan y mantiene el síndrome depresivo en adolescentes también es distinto para mujeres que para hombres (Aguilar de Eduardo y Berganza 1996). Los resultados de la investigación acerca de Autoestima y depresión hecha por Aguilar de Eduardo y Berganza, (1996) sugirieren que la autoestima baja o negativa es uno de los elementos centrales en la estructura de la personalidad depresiva, por lo que se debe de tener en cuenta que su identificación a temprana edad puede ayudar a prevenir desordenes depresivos en la edad adulta. Así mismo la autoestima baja o alta, parece ser un factor predisponente en el desarrollo de la depresión y un predictor de la misma, en estudiantes adolescentes, como ha sido repetidamente señalado en investigaciones realizadas en otros países. Viendo esta problemática es por eso que este trabajo lleva el objetivo de recaudar información que sea de utilidad para que se puedan tomar medidas para cambiar este problema en el área estudiantil comprendiendo a todos los adolecentes entre 13 a 16 años.
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El objetivo general de la información recaudada en esta investigación es contribuir a la reducción de la depresión en los adolescentes ya que la propagación de esta es grande. Los adolescentes corren un alto riesgo de adquirir la depresiòn, ya dicha problemática empieza con problemas simples que van frustrando al adolecente y lo van consumiendo poco a poco, las mujeres son las más propensas a adquirirla. Es por eso que la investigación lleva como objetivo prevenir y evitar que los estudiantes del Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa sean afectados por la depresión. Debido a la importancia de la informacion recaudad por esta investigación se le dará el seguimiento teniendo en cuenta el apoyo que se le pedirá a diferentes instituciones en pro de la juventud.
Debido a la problemática que están viviendo los adolescentes las diferentes modas que se les presenta (los llamados emos). Problemas familiares, problemas de aceptación, problemas de desenvolvimiento etc. Van encaminándolos a caer el problema de la depresiòn. Es por eso que se pretende recaudar la información para ayudar reconoer los sigonos y sintomas, teniendo en cuenta los problemas actuales.
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La investigación se realizara en el Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa del Municipio de Santa Catarina Mita. Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa. Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa. Adolescentes entre 13 a 16 años Del 11 de julio al 27 de septiembre. La depresión en adolescentes del Instituto Nacional Basica Dr. Frarncisco A. Figueroa.
II.
Marco Teórico
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Conocida en sus inicios con el nombre de melancolía (del griego clásico μέλας, "negro" y χολή, "bilis"), la depresión aparece descrita o referenciada en numerosos escritos y tratados médicos de la Antigüedad. El origen del término se encuentra, de hecho, en Hipócrates, aunque hay que esperar hasta el año 1725, cuando el británico Sir Richard Blackmore rebautiza el cuadro con el término actual de depresión.[2] Hasta el nacimiento de la psiquiatría moderna, su origen y sus tratamientos alternan entre la magia y una terapia ambientalista de carácter empírico (dietas, paseos, música, etc.) pero, con el advenimiento de la Controversia de la biopsiquiatría y el despegue de la psicofarmacología, pasa a ser descrita como acaso una enfermedad más. Su alta prevalencia y su relación con la esfera emocional la han convertido, a lo largo de la historia, en frecuente recurso artístico e incluso en bandera de movimientos culturales como el romanticismo.
La (del latín depressu , que significaba «abatido» o «derribado») es un trastorno del estado de ánimo, ya sea desde el punto de vista de la psicología o desde el punto de vista de la psiquiatría, pero siempre dentro del ámbito de la psicopatología. Según el modelo médico, la psiquiatría la describe como un trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente. El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático. En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena, y el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte). También hay otros orígenes, como una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento educativo. La depresión puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral hasta el suicidio. 9
Desde la biopsiquiatría, a través de un enfoque farmacológico, se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, los antidepresivos sólo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor/grave (en el sentido clínico del término, no coloquial). El término (ver terapia de conducta o modificación de conducta) hace referencia a la descripción de una situación individual mediante síntomas. La diferencia radica en que la suma de estos síntomas no implica en este caso un síndrome, sino conductas aisladas que pudieran si acaso establecer relaciones entre sí (pero no cualidades emergentes e independientes a estas respuestas). Así, la depresión no sería causa de la tristeza ni del suicidio, sino una mera descripción de la situación del sujeto. Pudiera acaso establecerse una relación con el suicidio en un sentido estadístico, pero tan sólo como una relación entre conductas (la del suicidio y las que compongan el cuadro clínico de la depresión). Es decir, en este sentido la depresión tiene una explicación basada en el ambiente o contexto, como un aprendizaje desadaptativo.
El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores genéticos, biológicos y psicosociales. Hay evidencias de alteraciones de los neurotransmisores, citoquinas y hormonas que 10
parecen modular o influir de forma importante sobre la aparición y el curso de la enfermedad.[3] [4] La psiconeuroinmunología ha evidenciado trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal relacionados con los neurotransmisores, así como alteraciones inmunológicas asociadas a citoquinas en el trastorno depresivo mayor (por ejemplo, se reducen el número de transportadores de serotonina en linfocitos de sangre periférica de pacientes deprimidos).[5] Esto parece apuntar a una fuerte relación entre la serotonina y el sistema inmune en esta psicopatología. Sin embargo, es destacable que aún no se ha descubierto ninguna alteración biológica estable y común a todas las personas con depresión, es decir, ningún marcador biológico, por lo que no podemos hablar de enfermedad en su sentido literal. Por esta razón se establecen otros términos que no implican "enfermedad" en su sentido más clásico, sino hablamos de un trastorno mental, enfermedad mental o una psicopatología. Por ejemplo, la alteración en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal puede ser interpretada como un correlato biológico (correlación), pero no implica necesariamente una explicación del hipotético síndrome. La alteración funcional en el eje puede o no aparecer en una persona deprimida; antes, durante o después. La relación correlacional supone que "tener depresión" es más probable durante la alteración en dicho eje, pero esta diferencia orgánica es estadística y no sirve para diagnosticar. Es decir, no puede ser considerada un marcador biológico de enfermedad. Algunos tipos de depresión tienden a afectar a miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica .[6] [7] En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad. Desde la psicología de conducta, se entendería que la autoestima y la depresión suponen ambas descripciones de aprendizajes adquiridos, siendo la causa de la depresión principalmente social, es decir, aprendida. Por ejemplo, la evitación y el condicionamiento han demostrado tener un papel fundamental en la adquisición y mantenimiento de este problema. En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas 11
enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales pueden llevar a una enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender sus propias necesidades físicas, lo cual prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los problemas en una o en muchas de sus relaciones interpersonales, los problemas económicos o cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo. Las causas de los trastornos depresivos generalmente incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales. Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés. En todo caso, la depresión es descrita desde la medicina con una serie de síntomas. Así, cualquier problema psicológico que cumpla esos criterios pudiera ser diagnosticable como depresión. Ya sea un problema de neurodegeneración, ya sea aprendida, en todos los casos hablaríamos del síndrome. Si bien, el diagnóstico médico debe indicar si es de origen neuroanatómico, hormonal o psicológico. Debe aclararse a este aspecto que las hipótesis biológicas anteriormente mencionadas se referían al psicológico; muy distinto al párrafo anterior, que se refería a problemas neuroanatómicos o endocrinos mejor conocidos, como por ejemplo alteraciones en la glándula tiroides. Es decir, aún no se ha encontrado ningún marcador biológico de la depresión, de modo que ninguna de las alteraciones biológicas atribuidas a la depresión puede ser usada para el diagnóstico de enfermedad. Se habla por tanto de psicopatología, que puede ser descrita en un cuadro clínico (nosología).
Según la Asociación de Psiquiatría Americana considera que una persona (no drogada ni que acabe de perder a algún ser querido) presenta formas mayores de depresión si presenta ininterrumpidamente durante mas de 14 días al menos 5 de los siguientes síntomas (al menos 3 para las menores): 12
a. Pesar, tristeza o ánimo deprimido la mayor parte del día (a veces irritabilidad en niños o adolescentes); b. Disminución importante del interés en la mayoría de las actividades diarias; c. Aumento o disminución importante del apetito; d. Insomnio o sueño excesivo; e. Agitación (evidente por el modo de frotarse las manos) o lentitud de movimientos; f. Cansancio inexplicable o pérdida de energía; g. Sentimientos de inutilidad o culpabilidad; h. Indecisión o capacidad disminuida para pensar o concentrarse; i. Pensamientos recurrentes de muerte, abandono o suicidio.
Se diferencia de la tristeza, que puede ser un estado de ánimo normal como la alegría, cuando alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Carece sin motivos o tras un acontecimiento significativo. Es una sensación muy profunda, arrasadora. Tanto, que el paciente se siente "en baja", tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa. Un dato tremendo: el 15% de los deprimidos termina suicidándose. El sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada le procura placer. Es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas. Al paciente le cuesta conciliar el sueño y, además, se despierta temprano y de mal talante. En algunos casos, que constituyen minoría, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño). Imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.
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Por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio. El paciente tiene la sensación de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores. Puede estar quieto, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el trabajo. La mayoría de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso. En lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes. Siente con exceso la carga de culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios. Los pacientes presentas una preocupación exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos. Se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde.
También conocida como depresión mayor, depresión unipolar o depresión clínica, se da en el paciente que tiene uno o más episodios depresivos mayores. Si el episodio es único, el diagnóstico es trastorno depresivo mayor de episodio único , mientras si ha habido más de un episodio, se diagnostiva trastorno depresivo mayor recurrente . El término depresión unipolar se opone al de depresión bipolar o trastorno maníaco-depresivo, e indica que el estado de ánimo se mantiene en un solo polo emocional, sin existencia de períodos de manía. Los criterios que establecen 14
tanto el DSM-IV como el CIE-10 para el trastorno depresivo mayor son:
: La presencia de por lo menos cinco de los síntomas siguientes, durante al menos dos semanas: o
o
o o
o o o o o
Estado de ánimo triste, disfórico o irritable durante la mayor parte del día y durante la mayor parte de los días Anhedonia o disminución de la capacidad para disfrutar o mostrar interés y/o placer en las actividades habituales Disminución o aumento del peso o del apetito Insomnio o hipersomnio (es decir, dificultades para descansar, ya sea porque se duerme menos de lo que se acostumbraba o porque se duerme más; véanse los trastornos en el sueño) Enlentecimiento o agitación psicomotriz Astenia (sensación de debilidad física) Sentimientos recurrentes de inutilidad o culpa Disminución de la capacidad intelectual Pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas
: No deben existir signos o criterios de trastornos afectivos mixtos (síntomas maníacos y depresivos), trastornos esquizoafectivos o trastornos esquizofrénicos. : El cuadro repercute negativamente en la esfera social, laboral o en otras áreas vitales del paciente. : Los síntomas no se explican por el consumo de sustancias tóxicas o medicamentos, ni tampoco por una patología orgánica. : No se explica por una reacción de duelo ante la pérdida de una persona importante para el paciente.
Los criterios para este tipo de trastorno depresivo son:
: Situación anímica crónicamente depresiva o triste durante la mayor parte del día y durante la mayor parte de los días, durante un mínimo de dos años. : Deben aparecer dos o más de estos síntomas:
o
Variaciones del apetito (trastornos en la alimentación) 15
o
o o o o
Insomnio o hipersomnio (es decir, dificultades para descansar, ya sea porque se duerme menos de lo que se acostumbraba o porque se duerme más; véanse los trastornos en el dormir) Astenia Baja autoestima Pérdida de la capacidad de concentración Sentimiento recurrente de desánimo o desesperanza
: Si hay periodos libres de los síntomas señalados en A y B durante los dos años requeridos, no constituyen más de dos meses seguidos. : No existen antecedentes de episodios depresivos mayores durante los dos primeros años de la enfermedad. Si antes de la aparición de la distimia se dio un episodio depresivo mayor, éste tendría que haber remitido por completo, con un periodo posterior al mismo, mayor de dos meses, libre de síntomas, antes del inicio de la distimia propiamente dicha. : No existen antecedentes de episodios maníacos, hipomaniacos o mixtos, ni se presentan tampoco los criterios para un trastorno bipolar. : No hay criterios de esquizofrenia, de trastorno delirante o consumo de sustancias tóxicas (véase adicción). : No hay criterios de enfermedades orgánicas.
: Los síntomas originan malestar y deterioro de las capacidades sociales, laborales o en otras áreas del funcionamiento del paciente.
Por o depresión reactiva, se acepta la aparición de síntomas cuando ésta ocurre en respuesta a un acontecimiento vital estresante, y no más allá de los tres meses siguientes a su aparición. Se habla de depresión reactiva cuando el cuadro es más grave de lo esperable o tiene mayor repercusión funcional de la que cabría esperar para ese factor estresante. Debe existir, entonces, un criterio de "desproporción" para su diagnóstico. Se denomina a aquella situación en la que aparecen algunos síntomas depresivos, pero no son suficientes para el diagnóstico de alguno de los trastornos previos. Esta situación puede darse cuando 16
existe un solapamiento de síntomas depresivos con un trastorno por ansiedad (síndrome ansioso-depresivo), en el contexto de un trastorno disfórico premenstrual o en cuadros de trastorno depresivo post-psicótico (residual) en la esquizofrenia.
Independientemente de que se llegue a un diagnóstico fino del tipo de trastorno depresivo, si la situación anímica supone una limitación en las actividades habituales del paciente, o una disminución de su capacidad funcional en cualquiera de sus esferas (social, laboral, etc.) se considera adecuada la instauración de un tratamiento. El fin del tratamiento es el de mejorar la situación anímica, así como restaurar un adecuado funcionamiento de las capacidades socio-laborales y mejorar, en general, la calidad de vida del paciente, disminuyendo la morbilidad y mortalidad, y evitando en lo posible las recaídas. La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una 17
gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. Los psiquiatras tienen competencias en recetar medicamentos. Los psicólogos (y la persona específicamente formada en ello, por ejemplo mediante un máster) tienen competencias en psicoterapia u otras formas de intervención psicoterapeuta desde la modificación de conducta y terapia de conducta (véase psiquiatría y psicología). En ámbos casos, dependiendo del diagnóstico del paciente (según el modelo médico) y de la gravedad de los síntomas (muy especialmente el la terapia de conducta) Según la revista científica Psicothema , que realizó una revisión en el año 2001, concluyó que tan sólo en el trastorno bipolar y esquizofrenia resultaba mejor tratamiento el farmacológico que el psicológico. Es decir, para el resto de trastornos revisados en este artículo algunas psicoterapias muestran experimentalmente mejores resultados que el psicofarmacológico. No hay datos tan claros sobre la combinación de ambos tratamientos.
El tratamiento con antidepresivos es el único que ha demostrado una evidencia significativa de efectividad en depresiones mayores (graves) y en depresiones psicóticas (solos o en combinación con psicoterapia. Recuérdese que "grave" refiere a un diagnóstico clínico, no al uso coloquial del término). Para el resto de depresiones, la psicoterapia se ha mostrado más eficaz que el tratamiento farmacológico. De hecho, cuando determinados problemas personales como aislamiento, falta de apoyo, déficits en habilidades sociales, determinadas creencias... están relacionadas con la depresión, su tratamiento con antidepresivos tiene una alta tasa de recaída a los pocos años. No se han evidenciado diferencias entre la eficacia de los diferentes tipos de antidepresivos, cuyas principales diferencias estriban más en el tipo de efectos secundarios que pueden provocar. En general, los pacientes presentan 18
mejor tolerancia a los modernos inhibidores selectivos de recaptación de serotonina que los clásicos antidepresivos tricíclicos y heterocíclicos. La decisión de emplear uno u otro se basa en criterios como la buena respuesta a un fármaco determinado en episodios previos o en familiares de primer grado, la tolerancia a los posibles efectos secundarios, las interacciones posibles con el tratamiento habitual del paciente, el precio o la existencia de alguna contraindicación relativa, por la presencia de otra enfermedad. Hay que tener en cuenta que el efecto antidepresivo tarda unas dos semanas en aparecer, aumentando progresivamente hasta su pico de máxima eficacia en torno a los dos meses. Aún no es conocido del todo porqué tarda este periodo. Los principales grupos de fármacos antidepresivos son los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la enzima monoamino-oxidasa (IMAO), aunque se están incorporando nuevos grupos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (como la venlafaxina) o los inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (reboxetina). En mayor o menor grado, todos ellos pueden presentar algunos efectos secundarios, principalmente sequedad de boca, estreñimiento, mareos, náuseas, insomnio o cefalea, siendo los de las últimas generaciones los mejor tolerados. El tratamiento con antidepresivos debe mantenerse durante seis a doce meses, para evitar el riesgo de recaídas, aunque el efecto completo puede conseguirse al mes del inicio del tratamiento. Hay que tener en cuenta que la causa más frecuente de respuesta terapéutica débil es una mala cumplimentación del tratamiento indicado (abandonos, olvidos, etc.). En torno al 25 por ciento de los pacientes abandonan el tratamiento en el primer mes, un 44 por ciento en el primer trimestre, y un 60 por ciento de los pacientes dentro de los seis meses iniciales. Recientemente se han publicado resultados que hacen pensar que la fluoxetina (Prozac) no es en realidad un medicamento tan efectivo contra la depresión como se había anunciado y creído (debido a lo que parece haber sido una manipulación comercial de los datos científicos presentados inicialmente). Muchas formas de psicoterapia, incluso algunas terapias a corto plazo (10-20 semanas), pueden ser útiles para los pacientes deprimidos. Ayudan a los pacientes a analizar sus problemas y a resolverlos, a través de un intercambio verbal con el terapeuta. Algunas veces estos diálogos se combinan con "tareas para hacer en casa" entre una sesión y otra. Los profesionales de la psicoterapia que utilizan una terapia "de comportamiento" procuran ayudar a que el paciente encuentre la forma de obtener más satisfacción a través de sus propias acciones. También guían al paciente para que abandone patrones de conducta que contribuyen a su depresión como causa y consecuencia (mantenedores). 19
La última revisión sistemática sobre el tema, de Hollon y Ponniah (2010), indica que existen tres psicoterapias que han demostrado ser eficaces y específicas para el tratamiento de la depresión, que son la psicoterapia interpersonal, la psicoterapia cognitiva y la psicoterapia conductual. Otros formas de psicoterapia como la psicoterapia dinámica breve y la focalizada en la emoción, se consideran posiblemente eficaces, aunque necesitan más estudio. En los cuadros depresivos severos, para obtener mejores resultados (en especial los que son recurrentes) por lo general se requieren medicamentos, y ocasionalmente se indica terapia electroconvulsiva (TEC) en condiciones especiales, al lado de una psicoterapia, o antes de ella. No obstante, la terapia electroconvulsiva es cada vez menos practicada en el mundo.
La psicoterapia interpersonal parte de la idea de que la depresión está provocada por muchas causas pero que se da en un contexto interpersonal, y entender ese contexto es básico para poder recuperarse de la depresión y evitar recaídas futuras. Este tratamiento se hace en 16 sesiones de 1 hora, que comprenden tres fases. En la primera fase (1ª-3ª), el terapeuta explica en qué consiste la depresión y estudia con el paciente el entorno y el momento en que apareció. En la segunda fase (4ª-12ª), se establece un tema de conversación (o área problema) que está relacionada con el inicio o el mantenimiento de la depresión. Hay 4 temas: la no superación de la muerte de un ser querido (duelo complicado), el conflicto con un ser querido (disputa de rol), el bloqueo para adaptarse a un cambio vital (transición de rol) o la carencia de relaciones con los demás (déficit interpersonal). Durante esta fase se dialoga con el terapeuta para llegar a superar la pérdida del ser querido, resolver el conflicto, adaptarse al cambio o mejorar las relaciones con los demás. En la tercer fase (13ª-16ª), se revisan los logros y se despiden terapeuta y paciente. Esta psicoterapia se basa en los estudios de Gerald Klerman y Myrna Weissman. Existe un libro para terapeutas muy completo llamado " Comprehensive guide to interpersonal psychotherapy ", de Myrna Weissman, publicado en 2000. Para pacientes y el público en general, existe un libro de autoayuda en español llamado " Afronta tu depresión con psicoterapia interpersonal ", de Juan García y Pepa Palazón, publicado en 2010 y prologado por Myrna Weissman.
La terapia cognitiva parte de la idea de que la depresión se produce por una alteración en la forma de pensar, que a su vez afecta a la forma de sentir y de comportarse. El terapeuta ayuda al paciente a analizar los errores que hay en su pensamiento (lo que se llaman distorsiones cognitivas) para que el 20
paciente piense de una forma más realista, que le ayude a sentirse mejor y a tomar decisiones para resolver sus problemas. El terapeuta suele mandar tareas para casa y experimentos para que el paciente ponga a prueba su forma de pensar. Esta forma de psicoterapia se basa en los estudios de Aaron Beck. En español existe un libro para terapeutas publicado por Judith Beck (su hija), que se llama " Terapia cognitiva ". Para pacientes y público en general, existen muchos libros basados en este método como "Sentirse bien ", de David Burns. Bajo el término de terapia conductual, se incluyen distintas formas de tratamiento que tienen en común el análisis de la conducta del paciente. Se le ayuda al paciente a programar actividades gratificantes y a organizar su tiempo. También se le ayuda a ser más asertivo y más sociable, utilizando para ello el juego de rol y ayudándole a exponerse a situaciones sociales que suele evitar por miedos diversos. Para terapeutas existe un libro sobre este método llamado " Behavioral activation for depression: a clinican's guide " de Christopher Martell publicado en 2010. La psicoterapia psicoanalítica elabora estrategias de afloramiento del yo intrapsíquico, oculto en el inconsciente del paciente, y origen de la sintomatología. El trastorno depresivo se expresaría como resultado de la pugna entre los mecanismos de defensa del paciente y sus impulsos. Las técnicas de psicoterapia psicodinámica breve pretenden investigar y alumbrar esos conflictos para su resolución en la esfera consciente, a través de un número limitado de sesiones.
III.
Marco Metodológico
Determinar el método de ofrecer ayuda a los adolescentes que están pasando y enfrentan síntomas de depresión.
3.2.1 Identificar las causas que provocan depresión en adolescentes. 3.2.2 Determinar casos en la población estudiantil. 21
3.2.3 Establecer las herramientas y métodos para combatir esta enfermedad.
: falta de comunicación : Depresión en adolecentes
Según Berganza y Aguilar en Guatemala desde 1989 el 39% de los adolecentes sufren de depresión. DEPRESION. Es un trastorno del estado de animo ya sea desde el punto de vista de la psicología o desde el punto de vista de la psiquiatría pero siempre dentro del ámbito de la psicopatología.
con el objetivo de asegurar que los padres de familia, la institución educativa tomara las medidas adecuadas para evitar que los estudiantes puedan adquirir esta enfermedad, y así contribuir al tratamiento de los adolecentes ya que esta situación afecta, es necesario que a estos se les brinde un proceso de preparación y capacitación de lo que es la depresión, los síntomas, las consecuencias de tener esta enfermedad los tratamientos y la ayuda que se le debe brindar a estos adolecentes de 13 a 16 años. La ayuda brindada por los padres, maestros y personas capacitadas en esto contribuirá para disminuir el riesgo de contraer esta enfermedad en los estudiantes.
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Se realizara la investigación sobre el impacto y contagio que tiene la depresión en los alumnos que comprende las edades de 13 a 16 años del Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa del Municipio de Santa Catarina Mita.
Los instrumentos a utilizar en la investigación serán: Cuestionario: Dirigido a estudiantes adolescentes, el cual consta de 7 interrogantes, las cuales se distribuyen de tipo dicotómicas 2 (dos opciones de respuestas SI y NO).
En la realización de la presente investigación se toma en cuenta la cantidad de 100 estudiantes entre las edades de 13 a 16 años del Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa.
Resultados A continuación se presentan los resultados de la encuesta realizada a 100 adolescentes comprendidos en las edades de 13 a 16, del Instituto Nacional de Educación Básica Dr. Francisco A. Figueroa de Santa Catarina Mita.
1. ¿Está usted básicamente satisfecho con su vida? Sexo
Si
No
Total
Masculino
36
9
45
23
Femenino
40
15
55
Total
76
24
100
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
El 76% de los adolescentes están satisfechos con su vida (36 hombres y 40 mujeres) y 24% no (9 hombres y 15 mujeres)
Sexo
Si
No
Total
Masculino
14
31
45
Femenino
22
33
55
Total
36
64
100
24
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
El 36% de los adolescente dice sentirse aburrido a menudo (14 hombres y 22 mujeres) y el 64% dice no sentirse aburrido (31 hombres y 33 mujeres).
3. ¿Se siente con buen ánimo la mayor parte del tiempo?
Sexo
Si
No
Total
Masculino
37
8
45
Femenino
42
13
55
Total
79
21
100
25
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
El 79% de los adolescentes se siente con buen ánimo la mayor parte del tiempo.
4. ¿Está desanimado y triste muchas veces?
Sexo
Si
No
Total
Masculino
8
37
45
Femenino
15
40
55
Total
23
77
100
26
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
El 23% de los jóvenes se siente triste y desanimado muchas veces.
Sexo
Si
No
Total
Masculino
6
39
45
Femenino
11
44
55
Total
17
83
100
27
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
El 17% de los adolescentes encuestado respondió que se siente en una situación desesperada.
Sexo
Si
No
Total
Masculino
3
42
45
Femenino
12
43
55
Total
15
85
100
28
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
15%.
Femenino
Total
Los adolescentes sienten que sienten con frecuencia ganas de llorar son el
7. ¿Siente usted que su vida está vacía? Sexo
Si
No
Total
Masculino
14
31
45
Femenino
21
34
55
Total
35
65
100
29
100 90 80 70 60
No
50
Si
40 30 20 10 0 Masculino
Femenino
Total
Un 35% de los adolescentes admite que siente que su vida esta vacía.
Discusión de Resultados 30
El grupo de adolescentes encuestados es un número considerable para la evaluación de que tan probable es que sea afectado por la depresión. Tomando en cuenta el estudio realizado (marco teórico) y los resultados obtenidos se confirma que las jovencitas son las más propensas a ser afectadas por la depresión no obstante que no es mucha la diferencia entre los adolescentes hombres. Es preciso tomar cartas en el asunto (depresión) ya que vemos la necesidad de que los maestros y padres de familia colaboren en la prevención de esta enfermedad poniéndose al tanto del comportamiento de los adolescentes y buscando las posibles soluciones; ayuda psicológica, apoyo moral, amistad etc.
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Conclusiones
Se ha determinado que un buen número de jóvenes esta propenso a padecer de depresión. Según la investigación realizada se ha comprobado que el mayor porcentaje de jóvenes que padecen de depresión son mujeres. La ayuda de los padres y maestros a conocer sobre la depresión ya que afecta para el rendimiento académico en los estudiantes.
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Recomendaciones
Capacitar a padres de familia y maestros de cómo detectar los síntomas y signos de la depresión. Fomentar la comunicación entre padres e hijos para que este pueda estar a la expectativa de posibles síntomas de depresión. Que los padres supervisen las actividades diarias de sus hijos. Fortalecer e intensificar la ayuda a adolescentes afectados por una baja autoestima que puede llevar a la depresión.
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Referencias Bibliográficas
www.es.wikipedia.org/wiki/Depresión DSM-II-R (American Psychiatry Association, 1987).
Resultados de la investigación acerca de la autoestima y depression por Aguilar, de Eduardo y Verganza, (1996).
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Anexos
I.
Anexo
dar respuesta a las siguientes interrogantes, encerrando con un circulo la respuesta de su preferencia, con el compromiso que los datos que usted proporcione, serán tratados 35