El húngaro Hans Selye (1907-1982), concibió por mera casualidad la idea del Síndrome de Adaptación General (SAG), sobre el cual escribió por primera vez en el British Journal Nature en el verano de 1936. El SAG, también conocido como síndrome del estrés, es lo que Selye señaló como el proceso bajo el cual el cuerpo confronta -lo que desde un principio designó como: agente
nocivo. El SAG es un proceso en el e l que el cuerpo pasa por tres etapas universales. Primero Primer o hay una señal de alarma, a partir de la cual el cuerpo se prepara para la defensa o la huída. No obstante, ningún organismo puede mantener esta condición de excitación, por ello exi ste la segunda etapa que permite al mismo, sobrevivir a la primera, en ésta se construye una resistencia. Finalmente, si la duración del estrés es suficientemente prolongada, el cuerpo entra a una tercera etapa que es de agotamiento; una forma de envejecimiento debida al deterioro del organismo por mantener constante el desgaste durante la resistencia. El Síndrome de Adaptación General de Selye, aplicado a nuestro tema, se basa en la respuesta del organismo ante una situación de estrés ambiental distribuida en tres fases o etapas:
1. Fase de alarma. Ante la percepción de una posible situación de estrés, el organismo empieza a desarrollar una serie de alteraciones de orden fisiológico y psicológico (ansiedad, inquietud, etc.) que lo predisponen para enfrentarse a la situación estresante. La aparición de estos síntomas está influida por factores como los parámetros físicos del estímulo ambiental (p.e. intensidad del ruido), factores de la persona, el grado de amenaza percibido y otros como el grado de control sobre el estímulo o la presencia de otros estímulos ambientales que influyen sobre la situación.
2. Fase de resistencia. Supone la fase de adaptación a la situación estresante. En ella se desarrollan un conjunto de procesos fisiológicos, cognitivos, emocionales y comportamentales destinados a "negociar" la situación de estrés de la manera menos lesiva para la persona. Si finalmente se produce una adaptación, esta no está exe nta de costos, p.e. disminución de la resistencia general del organismo, disminución del rendimiento de la persona, menor tolerancia a la frustración o presencia de trastornos fisiológicos más o menos permanentes y también de carácter psicosomático.
3. Fase de agotamiento. Si la fase de resistencia fracasa, es decir, si los mecanismos de adaptación ambiental no resultan eficientes se entra en la fase de agotamiento donde los trastornos fisiológicos, psicológicos o psicosociales tienden a ser crónicos o irreversibles.
Las ideas novedosas de Selye acerca del estrés ayudaron a forjar un campo enteramente nuevo de la medicina -el estudio del estrés biológico y sus efectos-, que afloró en la primera mitad del siglo XX, para incluir el trabajo de cientos de investigadores; es una ciencia que continúa avanzando en la actualidad especialmente al demostrar la conexión del estrés con la enfermedad y descubriendo nuevos métodos para ayudar al cuerpo a lidiar con el agotamiento de la vida. Aunque sus esfuerzos encontraron escepticismo en un principio (él no sugirió alguna cuestión radical, como que el estrés tiene una relación causal con gran cantidad de importantes
enfermedades, cardíacas y cáncer entre otras), los métodos impecables de Selye y su investigación respecto a la salud y la ciencia profesional de toda índole, gradualmente ganaron reconocimiento y sus ideas fueron tratadas con respeto. En palabras del propio Selye, su descubrimiento fue suficiente para prevenir que el concepto se nos vaya de las manos, y receptivo a un análisis preciso.
El Sistema: Hipotálamo Pituitaria Adrenal
En breve, este sistema gobierna la clase y la cantidad de respuesta que el cuerpo produce para combatir el agente estresante. Dicho sencillamente, el hipotálamo -puente entre el cerebro y el sistema endocrino-, envía un mensaje a la glándula pituitaria, productora de hormonas, incrustada entre los huesos de la base del cráneo, para liberar HACT (hormona adrenocorticoide) en la corriente sanguínea. Esta señal apresta a la corteza adrenal -localizada encima de los riñones- a crear corticoides, otra hormona, desde el mater ial crudo disponible. Estos corticoides son entonces enviados hacia los lugares del cuerpo donde se necesitan, para utilizarlas en todos los niveles posibles de defensa contra el agente estresante. El legado
Con el conocimiento del SAG y del Sistema hipotálamo-pituitaria-adrenal, súbitamente fue posible comenzar a medir el papel del estrés en nuestras vidas, lo cual es precisamente lo que Selye y una multitud de investigadores han estado haciendo durante la última media centuria.
¿QUÉ ES EL ESTRÉS? Implica un estado corporal o fisiológico de activación o tensión bastante generalizado ocurrido en asociación o como respuesta ante ciertas situaciones o demandas ambientales ¿De qué depende la aparición del estado subjetivo de male star o distrés? Un mismo hecho no resulta igual de estresante para todas las personas, ni siquiera en todas las circunstancias o momentos de la vida para el mismo sujeto. Varios son los factores que lo determinarán: La forma de evaluar el suceso y/o las capacidades para hacerle frente: mientras alguien, por ejemplo puede considerar un ascenso laboral como una amenaza, para otro puede suponer un reto personal. La manera de hacer frente a las dificultades: negar el problema, aplazarlo o poner en marcha conductas de autocontrol, por citar sólo algunas, conlleva distintas consecuencias en la percepción del estrés.
Características personales: las personas tenemos diferentes estilos de reaccionar ante las circunstancias que demandan un esfuerzo de nuestra parte, son rasgos que si bien no pueden considerarse como definitivos, sí es cierto que se van consolidando con la acumulación de experiencias, como por ejemplo la emotividad o la reactividad al estrés. La tensión o el nerviosismo son variables individuales, tanto en su per cepción como en sus consecuencias. Apoyo social: el número y calidad de relaciones que el individuo mantiene puede servir como amortiguadores o amplificadores de los acontecimientos potencialmente estresantes, así como la habilidad para pedir consejo o ayuda.
EFECTOS FISIOLÓG ICOS El estrés constituye ante todo una emoción, su función básica es la de activar, motivar y preparar al sujeto para la acción. En este sentido, el elemento de respuesta más destacable del estrés es el de la activación emocional y fisiológica que inevitablemente acompaña a toda experiencia de estrés. El estrés afecta al sistema nervioso, al funcionamiento general del organismo y en especial al sistema inmunológico. En la actualidad cabe hablar de hasta cinco sistemas biológicos diferentes, aunque integrados y estrechamente relacionados entre sí: el Sistema Nervioso Central; el Sistema Nervioso Autónomo o Neuro-Vegetativo; el Sistema Nervioso Somático o Músculo-Esquelético; el Sistema NeuroEndocrino y el Sistema Inmunológico o Neuro-Inmunológico. El estrés produce cambios químicos en el cuerpo. En una situación de estrés, el cerebro envía señales químicas que activan la secreción de hormonas (catecolaminas y entre ellas, la adrenalina) en la glándula suprarrenal. Las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es desviada de los intestinos a los músculos para huir del peligro; y el nivel de insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía. Estas reacciones permiten evitar el peligro. A corto plazo, no son dañinas. Pero si la situación persiste, la fatiga resultante será nociva para la salud general del individuo. El estrés puede estimular un exceso de ácido estomacal, lo cual dará origen a una úlcera. O puede contraer arterias ya dañadas, aumentando la presión y precipitando una angina o un paro cardiaco. Asimismo, el estrés puede provocar una pérdida o un aumento del apetito con la consecuente variación de peso en la persona. Periodos prolongados de estrés pueden ser la causa de enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, dolores de cabeza, mi grañas calvicie, asma, tic nerviosos, sarpullidos, disfunción sexual, impotencia, irregularidades en la menstruación, colitis, diabetes, dolores de espalda, depresión o ansiedad, insomnio, indigestión, sarpullidos, diarrea o estreñimi ento.
La psiquis y el cuerpo, van emitiendo gradualmente señales de advertencia que nos muestran la aparición del estrés: inquietud, nerviosismo, irritabilidad, dolores de cuello, hombros y parte baja de la espalda, trastornos del sueño, de la presión arterial y alimentarios, dolores sin causas aparentes. El estrés acumulado puede desencadenar arrebatos de ira y conductas violentas. Las exigencias laborales, la exagerada competitividad, la ambición exacerbada, las críticas personales y ajenas hacia nuestro desempeño, el perfeccionismo, nos provocan estrés. Cuando nos estresamos envejecemos más aprisa, física y mentalmente. Desde la psicología se mantiene que cada sujeto puede tener un determinado patrón especializado de respuestas fisiológicas ante el estrés. Este supuesto resulta de gran importancia en la actualidad para poder explicar por qué siendo la r eacción o respuesta de estrés tan generalizada o inespecífica, los sujetos generan, sin embargo, trastornos psicofisiológicos o psicosomáticos muy específicos al verse sometidos a situaciones crónicas de estrés. La clave explicativa puede encontrarse en el sistema orgánico y en las respuestas fisiológicas específicas con las que responde más intensamente y de forma habitual ante el estrés. A continuación adjunto un cuadro de los sistemas biológicos y las respuestas corporales alteradas durante el estrés. CUADRO. Sistemas biológicos y respuestas corporales alteradas durante el estrés.
Sistema Nervioso Central: Aumento de la fluencia de sangre en el cerebro. Facilitación de la actividad mental: sensaciones, percepción, concentración, pensamiento y procesamiento de la información, en general, relacionada con la fuente de estrés. Interrupción de la actividad mental que se estuviera realizando previamente.
Sistema Nervioso Autónomo; Incremento de la tasa cardiaca. Aumento de la presión sanguínea. Alteraciones de la tasa respiratoria: hiperventilación, dilatación bronquial. Aumento de la actividad renal. Glucogénesis hepática: incremento y liberación de glucosa.
Vasoconstricción periférica: manos y pies fríos. Aumento del factor de coagulación de la sangre. Incremento de la actividad electrodermal y de la sudoración. Incremento de secreciones gástricas. Reducción de la salivación y del pH salivar. Reducción de la afluencia de sangre al tracto digestivo: dificultades digestivas. Reducción de la afluencia de sangre al tracto reproductor: dificultades sexuales.
Sistema Nervioso Somático: Aumento de la afluencia de sangre a los grandes grupos musculares: piernas, brazos, espalda. Tensión muscular generalizada. Sistema Neuro-Endocrino y Endocrino: Alteraciones hormonales generalizadas. Incremento de hormonas de efectos catabólicos: catecolaminas (adrenalina y noradrenalina); hormona adrenocorticotrópica (ACTH); cortisol y su metabolito el 17-Hidroxocorticoesteroide (17OHCS); aldosterona; tiroxina; hormona del crecimiento (GH). Reducción inicial e incremento posterior de hormonas de efe ctos anabólicos: andrógenos, estrógenos, insulina. Sistema Inmunológico: Incremento inicial de la actividad y la eficacia inmunológica. Reducción final de la actividad y la competencia inmunológica.