TEORÍA DEL ESTADO ABSOLUTO EN THOMAS HOBBES.
Thomas Hobbes elaboró su filosofía filosofía como una “filosofía “filosofía de los cuerpos y de los movimientos (mecánicos) de los cuerpos” en el que se nota una visión mecanicista del mundo, donde lo único que existe son cuerpos en movimien movimiento. to.
Hay dos clases clases fundamen fundamentales tales de cuerpo cuerpos: s: los cuerpos cuerpos
naturales y sociales, y de acuerdo con esto dos ramas de la filosofía, la natural y la civil. De este modo la filosofía como doctrina de los cuerpos se divide en tres partes: doctrina de los cuerpos naturales (de corpore), doctrina de los cuerpos humano (de homine) y doctrina de los cuerpos sociales o sociedades (de cive)1. En este apartado, solo vamos a mirar un poco la tercera parte, es decir, su visión política, pero que guarda estrec estrecha ha rel relaci ación ón con la doctri doctrina na del cuerpo cuerpo natural natural,, pues pues de ell ella a se desprende.
Para Tomas Hobbes, en la base de la sociedad y el estado hay dos pres presup upue uest stos os:: El bien bien rela relati tiv vo ori origina ginall, y la just usticia cia que que es una una convención establecida establecida por los hombres. Este filósofo elaboró su política y su ética desde una base naturalista: mantenía que las personas se 1 FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía tomo II. Editorial Ariel S. A. Barcelona 1999. Pág. 1668
temen unas a otras y por esta razón deben someterse a la supremacía absoluta del Estado tanto en cuestiones seculares como religiosas.
El admite que, aunque todos los bienes son relativos, existe sin embargo, entre ellos, un primer bien original que es la vida y la conservación de la misma. Además niega que existan una justicia o injusticia naturales, puesto que para él no hay valores absolutos. La justicia es solo fruto del acuerdo entre los seres humanos para remediar o apaciguar el estado de guerra en el que nacen2. LA POLÍTICA
Para comprender de forma adecuada la nueva propuesta política de Hobbes, es importante tener presente que con él se da la revolución más radical de la postura clásica de Aristotélica. El Estagirita sostenía que el hombre es por naturaleza “una animal político” y por tanto en su constitución ontológica está hecho para vivir con los demás hombres en una sociedad políticamente estructurada. Ahora bien, Hobbes discute con mucha vivacidad la proposición de Aristóteles, pues para él cada hombre es profundamente distinto de los demás y en consecuencia está separado de ellos (es un átomo de egoísmo). Por tanto el ser humano no 2 REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico tomo II. Del humanismo a Kant. Editorial Herder Pág. 422.
se halla ligado a los demás por un consenso natural como en el caso de los animales, ya que en éste existen envidias , odios, sediciones y disputas que no se dan en los animales; también en el hombre hay una clara división entre el bien particular y el bien común. Los animales no encuentran defectos en sus sociedades mientras que el hombre al descubrirlos y buscar novedades para solucionarlos solo encuentra más disputas. Otro punto en el que se diferencian es en el acto de hablar, pues los animales no pueden acusarse entre sí. Es esta la razón por la que el Filósofo llegará afirmar que el estado no puede ser natural sino que es artificial, es decir, creado por el mismo hombre.3 DOCTRINA DE LOS CUERPOS HUMANOS
Es en esta doctrina donde se encuentra el fundamento del
cuerpo
social. Hobbes concibe el hombre como un ser completamente antisocial y esto gracias a que en todos se dan las mismas capacidades, por tanto, apetecerán los mismos fines y al no poder gozar cada uno de las mismas cosas, entra el problema de la “guerra de todos contra todos” , que en el autor es el estado natural del hombre, de ahí su famosa frase “homo homini lupus” ( el hombre es un lobo para el Hombre ). Según Hobbes
son tres las principales causas de esta querella: la competencia, la desconfianza y el deseo de fama. La primera hace que los hombres
3 Ibíd. Pág. 424-423
quieran la ganancia; la segunda, que quieran la seguridad; la tercera que quieran la reputación. De este modo si se dejase a los hombres seguir su naturaleza, la sociedad resultaría imposible puesto que cada uno lucharía por arrebatar los bienes y la reputación de los demás, que acarrearía con una guerra civil.4
Ciertamente en esta lucha cada uno tiene que luchar por su propia conservación, y como todos tienen derecho a todo, puesto que la naturaleza no ha puesto ningún límite, inevitablemente esta condición conducirá a la guerra.
Miremos lo que Hobbes dice: “Y aunque los
hombres se reprochen mutuamente tal ferocidad, porque debido a una costumbre innata consideran que las propias acciones, en los demás, se hallan reflejadas como un espejo, cambiando la izquierda por la derecha y la derecha por la izquierda; sin embargo no puede ser un vicio aquello que constituye un derecho natural, derivado de la necesidad de la propia conservación” 5
Se entiende pues, que la condición del hombre está completamente determinada por una situación que aunque quiera reprochar, solo se encontrará
con
un
problema
a
un
mayor:
el
sentido
de
autoconservación. En esa lucha violenta se verá en peligro lo más valioso que se posee: la vida. Esta situación lo obliga a permanecer 4 Op. Cit. FERRATER, MORA José. Pág. 1670 5 Citado por: REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío Pág. 423
solitario para no tener que enfrentarse a los demás, que al igual que él, está en continua lucha por sobrevivir. A pesar de todo esto, en el autor el hombre en su dimensión social no está totalmente perdido, pues él propone dos elementos básicos para solucionar este problema: determinados instintos y la razón. Los instintos se entienden como el deseo de evitar la guerra continua para salvar la vida, y la necesidad de procurase lo necesario para la subsistencia; y
la razón como un
instrumento apto para realizar aquellos deseos fundamentales.6 LEYES NATURALES
Si se permitiera esta guerra cada uno de los hombres acabaría por ser destruido por los demás.
Con el fin de evitarlo,
y permitir a los
individuos subsistir sin temor y con seguridad, es preciso que cada quien ceda una parte de lo que le apetece, pues con ello no se destruye ninguna ley natural, pues si es natural que cada uno apetezca lo que apetecen los demás, es también natural que cada uno intente lograr la paz.7 A partir de aquí formula el lo que llamó las leyes de la naturaleza, que no son otra cosa que la racionalización del egoísmo, o visto desde otra perspectiva, las normas que permiten satisfacer el instinto de 6 Ibíd. 7 Op. Cit. FERRATER Mora. Pág. 1670.
conservación. Hobbes escribe: “Una ley de la naturaleza (lex naturalis) es un precepto o una norma general descubierta por la razón, que prohíbe al hombre hacer aquello que resulte lesivo para su vida o que le quite los medios para preservarla, y omitir aquellos que le sirva para conservarla mejor” 8
Son diecinueve las leyes que enumera en el Leviatán, 9
pero por lo
general son las tres primeras las que tienen una mayor relevancia: 1. Esta es la más fundamental de todas, y ordena esforzarse por
buscar la paz. Esto compete a todos los hombres siempre que haya esperanza de obtenerla, y si no es posible, se deben buscar todas las ayudas y ventajas de la guerra. 2. La segunda regla impone renunciar al derecho sobre todo, es
decir, a aquel derecho que se posee en estado de naturaleza y que
a
su
vez
es
causa
preponderante
de
todos
los
enfrentamientos. Un hombre debe estar dispuesto –siempre que los otros lo estén, en lo que consideren necesario para su propia paz y defensa- a deponer este derecho a todas las cosas; y que se contente con poseer tanta libertad en contra de los demás 8 Citado por: REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío. Pág 423 9 Titulo abreviado de su obra principal, que en su versión original es: Leviathan, Or The Matter, Form, and Power of a Commonwealth Eccleasiastical and Civil (Leviatán, o la materia, la forma y el poder de un Estado eclesiástico y civil). Tomado de: Leviatán. “Microsoft® Student 2008 [DVD]. Microsoft Corporation, 2007
hombres, como la que el mismo les concedería a los otros hombres en contra de él. Se puede decir que esta es como la ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente” 3. Esta decreta que una vez que se ha renunciado al derecho sobre
todo, se cumpla con lo pactado. De aquí nace la justicia que es atenerse a lo pactado; y la injusticia que es trasgredir el pacto. 10 Las otras dieciséis leyes tienen un mismo trasfondo, y de cierta forma se desprenden de estas tres, por tanto es importante saber que el resto de las leyes buscan ante todo concientizar al hombre de que la única forma de lograr su anhelada paz es renunciando a los derechos naturales que posee sobre todo. EL CONTRATO SOCIAL
Si bien las leyes que él propone en Leviatán ayudan a mejorar las relaciones con los demás hombres, no es suficiente el hecho de que se cumplan, o que por lo menos se intenten poner en práctica, se hace necesario alguien que las haga cumplir, un alguien que obligue a respetarlas. Es por esto que a partir del análisis efectuado sobre la naturaleza del hombre, Hobbes desarrolla su idea del “contrato social”, que es desarrollado por los hombres como garante de la seguridad individual y 10Op. Cit. REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío. Pág 424
como forma de poner fin a los conflictos que por naturaleza ellos generan. Este contrato social, a través del cual los hombres intentan hacer prevaler la razón y el deseo de paz, implica una cierta alienación de su libertad (y, por consiguiente, de su poder) en favor de una institución política común que podría delegar su poder de decisión y de ejecución en un soberano.11 Si el paso principal es renunciar a los derechos propios, esto no basta, el siguiente paso es el de transferir (los derechos), y cuando hay una mutua transferencia de derechos se puede hablar de “contrato”. Sin embargo, este contrato no puede persistir si no es asegurado por un soberano que concentre el poder en sus manos. La sociedad contractual queda unida en la persona a la cual se ha transferido los derechos, persona que puede ser un soberano o una asamblea. Ahora bien, las asambleas, lejos de asegurar la paz, la perturban por cuanto siguen manifestándose en su seno los intereses particulares. De ahí que solo la monarquía absoluta, o el poder absoluto encarnado en una persona, hagan realizable el contrato social.
El regente de la sociedad debe
tener, sin duda, un poder absoluto, pero no para imponer su voluntad personal, sino para hacer respetar el contrato social. El soberano es la
11 Leviatán . " Microsoft® Student 2008 [DVD]. Microsoft Corporation, 2007.
personificación no simbólica, sino ejecutiva, del derecho natural de los hombres a su “autopreservación”12 Se debe tener en cuenta que el contrato social del que habla el Filosofo, no lo establecen los súbditos con el soberano, sino los súbditos entre sí. El soberano debe permanecer por fuera del pacto, es el único depositario de las renuncias a los derechos que han hecho los súbditos, y por tanto será el único que conserva los derechos originarios.13 Con ello queda claro que el soberano es, en el más alto grado, el poseedor de todos los derechos de los miembros del Estado. Se trata pues en últimas de la teoría del estado absolutista, que no se deduce del derecho natural, sino del contrato social, no se da en el hombre por su constitución ontológica, sino por un acuerdo para preservar su vida frente a la condición de guerra en la que nace.
Ahora bien, como el soberano no entra en el acuerdo social pactado por los súbditos, apenas haya recibido en sus manos el derecho de todos, se adueña de los mismos de manera irrevocable. El monarca se encuentra ahora por encima de la justica, puesto que la tercera regla, al igual que las otras solo se aplica a los ciudadanos y no a él, tiene un poder 12 Op. Cit. FERRATER Mora. Pág. 1670-1671 13Op. Cit. REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío. Pág. 425
absoluto, incluso para juzgar, aprobar o impedir u opinar respecto a diferentes ideas. La Iglesia también estará sometida a él, y el Estado podrá intervenir en materia de religión cuando le plazca, y como él cree en la revelación y en la Biblia, la interpretación de ésta será arbitrada por el Estado. De esta forma, no queda duda que lo que Hobbes propone es el absolutismo del Estado de una manera total.
Es importante recalcar que Hobbes utiliza el nombre de “Leviatán” para designar al Estado. También es el título de su obra principal, en el que sintetiza todo su pensamiento, pues
partiendo de un análisis casi
psicológico y antropológico de la naturaleza humana, su contenido evoluciona para culminar con un estudio del poder político. Al mismo tiempo designa a Leviatán como un dios mortal, porque a él – por debajo del Dios Inmortal- le debemos la paz y la defensa de nuestra vida14. A manera de conclusión podría decir que aunque con su propuesta de Contrato social, como una manera convencional de aplacar la guerra natural en cada hombre, solo deja deficientemente la absolutización de una monarquía que terminará imponiéndose sobre los intereses comunes de los ciudadanos. Sin embargo hay que admitir que su deseo 14 Op. Cit. REALE Giovanni, ANTÍSERI Darío. Pág. 426
de lograr la paz es muy loable, aunque. Lo que comenzó en guerra, de algún modo conducirá a otra guerra, pues el gobierno caería en peligro de volverse una dictadura.
TEORÍA DEL ESTADO ABSOLUTO
ELKIN DARÍO LÓPEZ GIRALDO
Profesor: P. JORGE ENRIQUE MALPICA
SEMINARIO MAYOR DE SAN JOSÉ
FILOSOFÍA MODERNA ZIPAQUIRÁ (CUNDINAMARCA) 2008