Libertad de los esclavos.
SIMÓN BOLÍVAR, Jefe Supremo de la República y Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y de Nueva Granada, etc. Un ejército provisto de artillería y cantidad suficiente de fusiles y m uniciones está hoy a mi disposición para libertaros. Vuestros tiranos serán destruidos, o expelidos del país, y vosotros restituidos a vuestros derechos, a vuestra patria y a la paz. La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles. Los que sirvan la causa de Venezuela serán considerados como amigos, y empleados según su mérito y capacidad. Las tropas pertenecientes al enemigo que se pasen a nosotros, gozarán de todos los beneficios que la patria concede a sus bienhechores. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla. Ningún americano sufrirá el menor perjuicio por haber seguido el partido del rey, o cometido actos de hostilidad contra sus conciudadanos. Esa porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos. Luego que tomemos la capital convocaremos el Congreso General de los representantes del pueblo, y restableceremos el gobierno de la República. Mientras nosotros marchamos hacia Caracas, el general Mariño a la cabeza de un cuerpo numeroso de tropas, debe a Cumaná. El general Piar sostenido por los generales Rojas y Monagas ocupará los Llanos, y avanzará sobre Barcelona, mientras el general Arismendi con su ejército victorioso ocupará la Margarita.
El fin de la esclavitud en Venezuela.
Desde los albores mismos de la Independencia, en 1810, los hombres más liberales de Venezuela pensaron en abolir la esclavitud, esa ignominia que pesa sobre ciertas conciencias humanas. No sólo la nueva Junta de Gobierno había prohibido la trata de negros, sino que el Generalísimo Francisco de Miranda llamó a los esclavos a formar filas en el ejército patriota ofreciéndoles la libertad. Por su parte, Simón Bolívar, aunque mantuano y propietario de haciendas y de esclavos, fue el primero en liberarlos, dando ejemplo de magnanimidad. Tal como se lo prometió a su amigo y protector en Haití, el Presidente Petión, apenas llega a Carúpano, el 2 de junio de 1816 decretó «la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados». El 6 de julio de ese mismo año de 1816, al desembarcar en Ocumare de la Costa dicta una Proclama en que dice, al referirse a los esclavos: «Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos». Pese a estos decretos e intenciones nobles, pasarán todavía muchos años, hasta que en 1854 el Presidente José Gregorio Monagas venció la tenaz oposición de los terratenientes y esclavistas y decretó la definitiva abolición de la esclavitud. Después de varias discusiones en el Congreso, en base a un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados el 3 de marzo de 1854, superadas las objeciones de que la agricultura se quedaría sin mano de obra, se terminó por acallar la voz de Vicente Amengual, uno de los más empecinados opositores, quien sostenía que el proyecto era anticonstitucional y que «conduciría a la República a un abismo espantoso». Así se pudo llegar a una mayoría y el Congreso sancionó la Ley el 23 de marzo. El Presidente José Gregorio Monagas se apresuró a ponerle el «ejecútese» al día siguiente, 24 de marzo de 1854. Y con eso pasó a la historia, porque el resto de su gobierno fue bastante incoloro. Monagas dejaba libres, con su firma, a unos cuarenta mil ciudadanos, que habían cargado por generaciones las cadenas del oprobio. Un artículo de la Ley, tajante, basta para definirla: «Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela».
Protección al indio y al campesino.
Las posiciones de Bolívar frente a la población indígena y esclava. Posición ante la población indígena y esclava: La posición de Bolívar fue tajante en lo que respecta a la esclavitud, y así lo pone de manifiesto cuando escribe: “Me parece una locura que en una revolución de libertad se pretenda mantener la esclavitud”.
Bolívar, desde su viaje a Haití, llega a un acuerdo con el Presidente Alexandre Sabés Petión, de liberar a los negros esclavos de Tierra Firme, y a partir de ese momento no dejó pasar una sola ocasión para expresar su ideal abolicionista. En el caso de los indígenas, por la pureza y sencillez de sus costumbres. Los consideraba la parte más vejada, oprimida y degradada de la población, se interesó en su suerte y tomó medidas como las siguientes: Prohibición de la explotación de los indios. Distribución de tierras entre los indios. Eliminación del tributo indígena. Bolívar, gracias a las grandes influencias del continente viejo, las nuevas ideas independentistas, de libertad, y de igualdad social, fueron las grandes causas para que Bolívar se preocupara muy intensamente de los indígenas y los esclavos, debido a que se consideraban como la clase más baja de la colonia. Para ello tuvo que firmar muchos decretos y manifiestos, con el fin de defender los derechos de todas esas personas, que simplemente lo que servían eran para ser peones y trabajadores de las grandes plantaciones y a favor de los grandes ganaderos. Bolívar tenía la razón, de defender a ese sector de la población, ya que en realidad (en los indígenas, específicamente) son los primeros pobladores que tuvo América, y para ello deben tratarse como seres humanos americanos, pero los españoles en momentos de conquista no hicieron nada de eso. Uno de sus grandes logros fue la proclama de la libertad de todos los esclavos, lo cual lo hizo el 6 de julio.
Creación de escuelas y hospicios. El libertador, alo largo de su carrera como gobernante y estadista, manifestó preocupación e interés por la educación de los ciudadanos. Para Bolívar “El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo”. Refiriéndose a la
importancia de la educación, el libertador señalaba: Cuando el pueblo, por medio de la instrucción, sepa lo que son sus deberes y derechos, habremos consolidado la Republica. En Venezuela, Manifestó varias veces su preocupación por mejorar el sistema educativo, y dictó medidas como estas: Creación de escuelas primarias, basadas en el sistema de enseñanza de José Lancaster, a quien Bolívar conoció en Londres e invitó a Venezuela. Reforma de los estatutos de la Real y Pontificia Universidad de Caracas para adaptarla a la nueva realidad del país y actualizar su funcionamiento tanto académico como administrativo. En los diferentes países Bolivarianos, el libertador dejó su huella como reformador y promotor de la educación. En Colombia, decretó en 1829 la obligatoriedad de la educación primaria e implanto numerosos colegios y centros de enseñanzas. En el Perú, cróela universidad de Cuzco, así como los colegios para varones y hembras. Su interés por mejorar la calidad de la educación en su época, le hizo pensar en la necesidad de enviar varones becados al exterior para perfeccionar sus conocimientos y traer al país nuevas técnicas y aprendizaje. La visión de Bolívar sobre la educación como medio de alcanzar la igualdad democrática de los ciudadanos, se proyecto en el tiempo e influyo en el decreto de instrucción publica de Guzmán Blanco en 1870. El decreto de ilustración publica de Guzmán Blanco constituyó un importante paso hacia un sistema democrático de la enseñanza, que fue evolucionando con las posteriores reformas educativas de octubre de 1945, de 1960 y de 1980. Los logros educativos alcanzados en países como Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá y Venezuela, en su lucha contra el analfabetismo y el atraso, se han apoyado en gran parte en las ideas y proyectos del Libertador, aunque todavía persisten, en buena medida, muchos de esos problemas.