FACULTAD DE MEDICINA. UNIVERSIDAD DE CARTAGENA. DEPARTAMENTO DE BIOÉTICA 1 SÍNTESIS COGNITIVA: STATUS MORAL Históricamente, en la Grecia clásica, las mujeres, esclavos y bárbaros ocuparon una zona que podría llamársele de crepúsculo moral. Para entonces, su status moral fue debatido, acordándose situarlo por debajo del que se concedía a los ciudadanos libres. Hoy día, los fetos, animales no humanos, especies biológicas y ecosistemas, ocupan una zona crepuscular crepuscular similar 2. Y qué decir del embrión humano. El significado estándar del término embrión, en referencia a los mamíferos, es de un ente resultante de la fertilización de un óvulo por el esperma, creando el cigoto, hasta el tiempo en que empieza la formación de órganos. Una vez los órganos empiezan a formarse, el desarrollo del ente es referido al feto hasta su nacimiento, aunque algunas veces el término embrión es empleado, y feto es entendido meramente como el nombre de un periodo particular en el desarrollo del embrión. Por un tiempo, fue común referirse al embrión previo a la implantación como un embrión preimplantado o pre-embrión. El último término nunca tuvo aceptación general, sin embargo, quizá porque los oponentes de experimentación con embriones pensaron en una especie de intento para negar que el embrión exista desde el momento de la fertilización. fertilizaci ón. De él, algunos autores han expresado que representa una entidad ambigua que se desliza profundamente entre categorías morales y jurídicas, en el marco del actual debate sobre el aborto o por su utilización en investigaciones de células madre 3. Ante esta realidad, diversas voces claman por su status moral. Muchos grupos le atribuirían un status moral pleno al embrión humano y a los otros entes mencionados en cuestión y frecuentemente buscan la protección legal para ellos. Pero en contravía, otros grupos representativos sostienen que esos entes en cuestión no tienen status moral pleno.
Esas posiciones indicarían que cuando se intenta extender la comunidad moral demasiado lejos o en dirección equivocada, podría ponerse en riesgo de peligro el privilegio de un pleno derecho moral para la especie humana. Es de notar que tales disputas no son únicas de nuestra era. Desacuerdos acerca de la permisibilidad moral de sacrificar animales no humanos hacen parte de la tradición filosófica occidental por miles de años. Si el mundo no humano tiene valor intrínseco o solamente instrumental, es también un tema de tan vieja data como el comienzo de la recordada historia humana. Lo que puede ser distinto de nuestra era postmoderna es la intensidad con la cual se debate el tema del status moral de ambos entes: humanos y no humanos. De esos debates, el aborto, tema muy comentado actualmente en nuestro país, es uno de los más amargos. Los oponentes al aborto le atribuyen al embrión humano y al feto un status moral al menos tan fuerte como al de otros miembros integrantes de la especie humana. En sus ojos, las mujeres que abortan voluntariamente, y los médicos que practican abortos, son culpables de homicidio premeditado o algo parecido. En 1
Álvaro Olivera Díaz. Docente de Bioética.
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Status moral…Mary Ann Warren The ambiguity of the embryo…Katrien Devolder and John Harris
respuesta, los defensores de los derechos de las mujeres que eligen abortar, argumentan que embriones y fetos, especialmente durante las etapas tempranas de su desarrollo, no tienen status moral pleno. Ellos afirman, además, que las mujeres no pueden ser iguales y miembros responsables de la comunidad moral humana, si a ellas les son negados los derechos a terminar la gestación no deseada y por los que ellas mismas creen estar con suficientes buenas razones. Entretanto, el movimiento que amplía la comunidad moral ha estado cobrando fuerza. Defensores de los animales, argumentan que algunos animales no humanos tienen status moral, el cual es el mismo o muy cercano al que se confiere a la especie humana. Tanto antiabortistas y proanimalistas, son movimientos individuales que su principal objetivo es elevar el status moral de ciertos individuos y fortalecer la protección legal provista para ellos. Pero, qué entendemos por status moral. Para Mary Warren, tener status moral es ser moralmente considerado y obtener de los agentes morales obligaciones morales. Es cuestión de reciprocidad. Si un ente tiene status moral, estamos obligados en atender sus necesidades, intereses y bienestar; no meramente porque protegerlo puede beneficiarnos, o a otras personas, sino porque es necesario otorgarle importancia moral por derecho propio. Y es que en materia de derechos, hay dos teorías que defienden su significado: la teoría de la selección ve los derechos como seguridad en la protección y promoción de la autonomía o libertad; y la teoría del interés ve los derechos como el fomento del bienestar del individuo. Claramente, sobre la teoría de la selección, los autores Devolder y Harris sostienen que los embriones no pueden poseer derechos porque no son autónomos y por lo tanto sus derechos no pueden analizarse en términos de selección. De acuerdo a la teoría del interés los derechos del embrión son problemáticos, porque no pueden experimentar bienestar. Carecen de un sistema nervioso central y son incapaces de tener experiencias, es decir, carecen de sensibilidad. Se cuestiona por lo tanto, el criterio que debe usarse para atribuir status moral a entes como el embrión. Esa cuestión va más allá del interés académico sobre temas urgentes de nuestro tiempo, en tanto muestra señales de permanecer vigente en la actual centuria e incluye muchos temas, por ejemplo; si las mujeres tienen el derecho moral para acceder al aborto legal y seguro. Interpretando el criterio de la autora Mary Warren, el reconocimiento de status moral es un concepto intuitivo o de sentido común. Es cuestión de obligaciones recíprocas. Se pregunta: ¿es moralmente malo tomar una piedra y pulverizarla hasta convertirla en pólvora? Según ella, muchas personas dirían que no lo es, a menos que haya especiales circunstancias. Quizá la piedra pertenece a alguien que le pueda representar algo especial. Porque tal vez contiene restos fósiles de dinosaurios que representarían conocimientos a importantes científicos, o contener gemas valiosas que podrían venderse para obtener recursos como medio para dar de comer a personas hambrientas. En esos casos se podría decir que sería malo destruirla por no existir buenas razones para hacerlo. Pero la mayoría de nosotros podría considerar que es malo solamente si causa daños al bienestar humano, o los priva de importantes beneficios. La piedra por sí misma no parece ser la clase de cosa hacia la cual debemos tener obligaciones morales. Es
inanimada e insensible. No es capaz de sentir placer o dolor. No tiene deseos, o preferencias. Persiste en estado inalterado. No tiene necesidades, intereses o bienestar, que pudiésemos tomar en cuenta para nuestras deliberaciones morales. Pero también se pregunta la autora en referencia: ¿es malo matar niños indefensos solo por complacernos? Unánime, o por inmensa mayoría de la gente se diría que lo es, y se sorprenderían que la pregunta fuese formulada. Pero se presume, que un niño normalmente para algunas teorías filosóficas no tiene un justo status moral. En contraposición, un status moral pleno ha de tener igual importancia para todo lo que significa existencia humana. (Alrededor de los embriones humanos y fetos, hay, por supuesto, mucho menos acuerdos). En torno a los desacuerdos morales en esta temática, la autora Elizabeth Harman 4 se pregunta, cuán diferente es la ética de la investigación con células madre embrionarias de la ética del aborto. Por supuesto, que en un país como Estados Unidos en donde se invierten fondos federales y privados para ese tipo de investigaciones, las razones a favor de las investigaciones con células madre son mucho más obligantes que las razones a favor del aborto, porque muchas vidas pueden salvarse o transformarse por la terapéutica derivada de esas investigaciones. En contraste, un típico aborto prevendrá ciertas cargas a una mujer, aun si su vida está en riesgo, pero es solamente una vida comparada con las muchas vidas que podrían salvarse por la investigación con células madre. En todo caso, la autora plantea que parece que las objeciones para investigar con células madre, sobre la base del status moral del embrión destruido, son equivalentes a, o menos sustanciales que las del aborto, aunque más obligantes a las razones que se ocupan del mismo. Más allá de los desacuerdos para otorgar status moral al embrión humano, enmarcados en el debate sobre aborto e investigación con células madre embrionarias, está en consideración el status moral para las células madre. La mayoría de las objeciones éticas por el uso de células madre embrionarias humanas, en particular, están relacionadas a la destrucción de embriones humanos para obtener esas células 5 . Para obviar esas objeciones, algunos han propuesto vías para la obtención de células que tienen las propiedades de las células madre embrionarias pero no incluye la destrucción de embriones. Una de esas técnicas toma una simple célula de un embrión para generar una línea celular embrionaria, mientras el embrión puede continuar su desarrollo sin afectarse por la extracción. (Lanza et al. 2006). Otra técnica es tomar células de un embrión que se conoce cesará pronto su desarrollo, y por lo tanto está en una especie de muerte de todas formas (Landry and Zucker 2004). En una tercera, los embriones defectuosos, por ejemplo: que no pueden formar una placenta y nunca se desarrollarían, tomando células de ellos (Hurlbut 2004). Una cuarta es introducir partenogénesis, tanto que un óvulo comienza a desarrollarse sin ser fecundado por el esperma y las células son extraídas (Huanga et al. 2003). Una quinta propuesta es reversar la potencia de maduración celular y revertirlas al mismo estado de células madre embrionarias (Melton et
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How is the ethics of stem cell research different from the ethics of abortion? Elizabeth Harman The Moral Status of Stem Cells. Agata Sagan and Peter Singer
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al. 2005). Por supuesto, que esas propuestas han sido criticadas. Y, últimamente, se ha publicado sobre células madre derivadas de la técnica de clonación. Sagan y Singer formulan un interrogante: ¿Es la destrucción de embriones realmente la clave del tema ético concerniente al uso de células madre embrionaria humanas? Las células madre embrionarias humanas derivan principalmente de la masa de células interiores del embrión, de las cuales más tarde se desarrolla el ser humano. El remanente del embrión contribuye al desarrollo de la placenta. ¿Tienen esas células un status moral por sí mismas, independiente del status del embrión del cual ellas una vez formaron parte? Es claro que aún una sencilla célula madre embrionaria puede por la transferencia de su núcleo en un óvulo enucleado, ser el comienzo de una nueva vida humana (Wakayama 1999). Otras células madre (con posible excepción de células madre germinales) puede también ser el comienzo de una nueva vida humana, pero parece que las células madre embrionarias porque no están diferenciadas, son mejores para clonar que alguna otra célula. Podemos hacer transferencia nuclear de una célula diferenciada como una neurona olfatoria o linfocito, pero es menos eficiente que cuando usamos células madre embrionarias (Jaenisch et al. 2004; Hochedlinger and Jaenisch 2002). Los argumentos de los autores consultados orientan a que el embrión humano carece del status moral que daría derechos a la vida o requiera protegerlo de su destrucción (Singer 1993). Para él, quienes piensan en que el embrión es preciado por su potencial en convertirse en ser humano maduro, a una célula madre embrionaria no parece ser requerible la extensión de esa consideración por la misma razón. Agrega, que puede decirse que no deberíamos interferir para salvar la vida de un ser potencial en el embrión, y que es prohibido asesinar un ser inocente y salvar otros. Sin embargo, podría tomarse algunas células de un embrión sin destruirlo. O podríamos tomar un gran número de células de un adulto sin causarle algún daño. (…) “Es una cuestión interesante, a propósito, de cómo a partir de algunas células que pudimos tomar antes nosotros terminamos destruyendo al adulto 6 ” . Al iniciar un curso de bioética clínica, paralelo a desarrollos académicos en el marco de las especialidades médico-quirúrgicas, las temáticas introducidas serían trascendentes para quien pretende educarse y formarse como médico especialista, en tanto las transformaciones históricas en medicina afrontan el devenir técnico y científico como predictor de un potencial real de posibilidades en investigaciones que visionan en la medicina regenerativa, un espectro de desarrollo a partir de células madre de origen embrionario o no embrionario, extensivo a las múltiples disciplinas médicas. Pero existen fronteras morales que cuestionan y limitan los alcances de los proyectos que involucran células madre de origen embrionario. La discusión afecta las consideraciones sobre el estatus moral de células madre y de embriones. ¿Qué formulaciones teóricas tratan de dar una explicación coherente y razonable para otorgar status moral?
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Ibídem