SINTESIS LA RAZÓN POPULISTA
Hijita, ser esta sintésis organizar así: 1. 2. 3.
Vocabulario de los términos más importante que tú deber comprender. Luego los planteamientos del autor, que ser explicación de lo que que él decir en el texto. Una síntesis por capítulos del libro (ser tomada de un crítico).
Leer y si tener preguntar me decir.
Vocabulario: 1. Populismo bien de izquierda de derecha, es intrínsecamente antidemocrático, pues cómo sin ser sinónimos operativos, lo s términos demo cracia y Populismo han sido aparejados históricamente, e incluso filosóficamente, aludiendo que de la democracia más fácilmente germina el “Populismo” o el manejo y manipulación de masas, lo cual mueve más la parte sentimental que la racional del colectivo por parte de intereses individuales o sectarios. Populismo es un término político usado para designar corrientes heterogéneas pero caracterizadas por su aversión discursiva o real a las élites económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales (institucionales e ideológicos), su denuncia de la corrupción política por pa rte de las clases privilegiadas y su constante apelación al "pueblo" como fuente del poder. La aparición del populismo como fenómeno social se liga a procesos de rápida modernización o cambio como una postura crítica ante los distintos grados de desarrollo que estos procesos pueden generar en las diversas clases o regiones de un país y en consecuencia una desigualdad en varios ámbitos de la sociedad. E l término populismo se ha usado en política con dos acepciones diferentes, una de ellas tiene un significado positivo, pero principalmente se usa aquella con una connotación peyorativa. Características 1. Un movimiento social y político de masas que busca soluciones soluciones económicas, sociales políticas; un movimiento democrático con formas autoritarias autoritarias de gobierno, donde el pueblo es el referente principal y centro de la acción acción política. Frente al comportamiento institucionalizado, se ofrece la participación directa, inmediata y activa a las masas. Esta acción y participación de las masas, aparte aparte de tener un alto componente irracional, irracional, tiene un carácter emancipador y catártico. Y si importante es el concepto de pueblo, no lo es menos el de Nación e Identidad nacional. Son términos que nos remiten a las raíces (del pueblo), y que en su origen se encuentran en el hombre del campo o el indígena. No debemos olvidar que el primer populismo fue el populismo rural. Eso no quita que a lo largo del siglo XX fuera apareciendo un populismo urbano e industrial, unido a la burguesía y el proletariado, frente a las fuerzas oligárquicas. Será policlasista, pero sin incluir a todas las clases; dominará el proletariado o la burguesía, según los casos, y siempre con un dirigente carismático a la cabeza. Si el pueblo no ha alcanzado los derechos y las libertades que, según él, le pertenecen, es porque en el camino se ha interpuesto el enemigo, el extranjero, la oligarquía o cualquier otro poder opresor y acaparador. Todo esto traerá una visión maniqueísta de la sociedad - de buenos y malos o de amigos y enemigos - y en los discursos de los líderes aparecerá una imagen moralizante cargada de frases mesiánicas, insultos, prejuicios, promesas y rituales de seguimiento y descarga emocional. Si al principio decíamos que el populismo podía entenderse como un movimiento social y político de masas, también podemos añadir que puede entenderse como una forma de gobierno, al que se ll ega por la vía democrática del voto (elecciones o plebiscito). El Gobierno o el caudillo caudillo arbitra por encima encima de las clases e instituciones, parte y reparte reparte
entre el pueblo y hace todo lo posible para que los poderes legislativo y judicial se subordinen al poder ejecutivo. Su existencia se apoya en un liderazgo personalizado y “carismático”; entre (el) gobernante(s) y (los) gobernados abunda la comunicación, el discurso y la retórica, la grandilocuencia y el maniqueísmo, y, sobre proyectos y programas, o no existen o no se cumplen. Esto último es lo que sucede ante tanta abundancia de promesas. Desde el poder se practica el clientelismo, el patronazgo y el paternalismo, y, en el supuesto de que hubiere alguna ideología o doctrina en un gobierno o movimiento populismo, estarían al servicio del poder personalizado.
2. Estrategias Discursivas: una estrategia discursiva es un plan que un hablante lleva a cabo con un fin determinado en función de la situación interactiva en la que encuentra. Su conformación depende de la combinación de recursos gramaticales y pragmáticos. El estudio de los recursos gramaticales depende del análisis textual. El de los pragmáticos, de cómo se inscribe el sujeto en una situación particular, es decir, del análisis discursivo. Describir esta combinación de recursos es dar cuenta de una planificación discursiva particular. (Menéndez, 2000: 923-946). 3. Psicología social: Al recopilar información sobre la denominada psicología social, uno puede advertir que esta disciplina comenzó a ser desarrollada a principios del siglo XX en territorio estadounidense. Se trata de una rama de la psicología que gira en torno al supuesto de que hay procesos de índole psicológica que determinan el modo en que funciona la sociedad y la manera en la que tiene lugar la interacción social. Estos procesos sociales son los que delinean las características de la psicología humana. La psicología social examina la determinación mutua entre un individuo y su entorno social. Así, esta ciencia investiga los rasgos sociales del comportamiento y el funcionamiento mental.
Planteamientos de Laclau: Influenciado por el post estructuralismo y la teoría del psicoanálisis. (Freud y Lacan). Define el POPULISMO como una práctica política específica, una lógica de lo social y un modo específico de construir lo político (que se caracteriza por si indeterminación de lenguaje, su retórica, la pasión que despierta y sus símbolos). El foco de análisis de la razón populista es el conjunto de estrategias discursivas, condiciones en las que ha surgido el discurso populista y la identidad colectiva del pueblo.
Laclua pretende: 1.
Dar a conocer un análisis crítico sobre las teorías populismo, para demostrar su dependencia de la psicología social y la psicología de masas (desde Taine, Le Bon, Tarde, Freud).
Es importante destacar que Laclua determinó que el proceso fundamental de la formación de la Identidad Colectiva: Cosiste en la IDENTIFICACIÖN, (alternativa socio política de identificación; Establecer un lazo emocional que une socialmente a los miembros de un grupo, entre ellos y el líder). 2.
Aborda estrategias y teorías para explicar la formación de Identidad colectiva
pueblo”, señala que el
populismo establece una “frontera” entre el campo del poder y el campo de popular, frontera que se basa en una relación antagónica fundamental. El pueblo (amigos) y sus enemigos. 3.
Señala los pasos que contiene la operación discursiva del populismo: a)
Momento Inicial: Dominado por la heterogeneidad social (diversos grupos, individuos e intereses).
b) Demandas al Poder: que son representativas cada una de intereses particulares.
c)
Equivalencia de demandas: se da cuando las demandas iniciales no son satisfechas y se acumulan, entonces surgen otras demandas opuestas al poder, de ahí emerge la equivalencia.
d) Condensación de las demandas: aparece algún elemento que representa simbólicamente los demandas, las condensa como conjunto, pero no elimina la singularidad de las demanda equivalentes, (Ejemplo. Hay demandas iniciales, como falta de vivienda, educación, alimentación, v ías,…. Son insatisfechas por quienes tiene el poder, surgen una equivalencia de demandas: corrupción, robo, engaño,… e quienes tiene el poder, surge la Condensación de las demandas. POBREZA, representa las
demandas en conjunto, pero al explicar esa demanda principal, se debe volver a las iniciales y las equivalentes, es decir, falta de vivienda…) e)
El elemento que se usa para la representación simbólica, se caracteriza por ser investido, es una significación afectiva que sobre pasa las posibilidades conceptuales y lógicas de representación de la totalidad y la plenitud social. Ese elemento u objeto generalmente nombra un vacío, una necesidad, una carencia social, a la que le corresponde la construcción retrospectiva (un mirar hacia el pasado) que luego es proyectada. Ejemplo: los proyectos denominados como populares, aspiran a representar simbólicamente la totalidad de lo social. Esa es una tarea imposible por la variedad y la heterogeneidad social y por otra parte la carencia de medios conceptuales para aprehender y representar la totalidad y plenitud social, (que es inexistente).
Dificultades: El vacío conceptual del término pueblo, carece de un contenido particular (todos son el pueblo y a la vez no hay algo que sea un interés común esencial), dicha carencia de un contenido conceptual del término pueblo, conlleva a que lo utilicen para proyectar en él la representación de la totalidad social, lo que permite Construir una identidad colectiva nueva, que engloba y es capaz de representar a la sociedad en su conjunto, sin que las singularidades desaparezcan en su totalidad. Entonces el POPULISMO construye la identidad popular como “comunidad imaginaria”, esta es la Razón populista que plantea el autor.
(EL CAPÍTULO 1 -“POPULISMO: AMBIGÜEDADES Y PARADOJAS” - ANALIZA UNA SELECCIÓN DE DISCURSOS OFRECIDOS POR LAS CIENCIAS SOCIALES QUE CONDENAN ÉTICAMENTE AL POPULISMO Y LO CONCIBEN COMO UN FENÓMENO ABERRANTE)
En contraposición a dicho modelo, Laclau sostiene que el populismo no es un fenómeno político transitorio, sino un fenómeno siempre presente de estructuración de la vida política .
(EL CAPÍTULO 2 -“LE BON: SUGESTIÓN Y REPRESENTACIONES DISTORSIONADAS” - ANALIZA LA ESCISIÓN QUE SEGÚN LE BON SE ESTABLECE ENTRE LAS PALABRAS Y SUS SIGNIFICADOS Y CÓMO ESTOS ÚLTIMOS PUEDEN DISTORSIONARSE EN BASE A RECURSOS RETÓRICOS: LA AFIRMACIÓN, LA REPETICIÓN Y EL CONTAGIO DE LAS MASAS) Laclau señala que, para Taine, por ejemplo, el populismo supone una igualdad de condiciones que entraña la ruptura
de las jerarquías y el orden social. Tarde, por su parte, establece una distinción entre multitudes (homogeneizadas, conforme la noción de “imitación”) y públicos (compatibles con el funcionamiento de la sociedad, aunque basados en
la lógica homogenizante de la “similitud ”). En McDougall, la distinción entre multitud y grupo organizado se establece conforme la noción de “voluntad colectiva” basada en la identificación común con un objeto. De esta forma, advierte Laclau, McDougall introduce el “principio de equivalencia” como condición de un grupo organizado.
Finalmente, Laclau afirma que en Freud el dualismo (diferenciación /indiferenciación social) desaparece. Sostiene que en Psicología de las masas y análisis el yo (1921), el análisis de Freud gira en torno a la noción de “identificación”, que permite comprender una pluralidad de alternativas sociopolíticas verificables en las sociedades.
Dicha noción se sustenta en el grado de distancia entre el yo existente y el yo-ideal. a)
A mayor distancia entre el yo existente y el yo-ideal, mayor presencia de identificación entre los
miembros del grupo y transferencia al líder del rol del yo-ideal b)
A menor distancia entre el yo existente y el yo-ideal, el líder es el objeto elegido de los miembros del
grupo, pero también es parte de éstos últimos, participando en el proceso general de identificación mutua. c)
Finalmente, en el caso imaginario en el que la brecha entre el yo existente y el yo-ideal estuviera
totalmente cerrada, estaríamos en una situación de transferencia total de las funciones del individuo a la comunidad. Estas variaciones problematizan el modelo “dualista” (sociedad diferenciada/ sociedad de masas), pues en verdad no existe ninguna “dualidad” en la sociedad, sino un conjunto de situaciones indeterminas, posib ilitan la existencia del
populismo.
(EL CAPÍTULO 3 -“SUGESTIÓN, IMITACIÓN, IDENTIFICACIÓN” - ANALIZA DETALLADAMENTE LAS POSTURAS ANTERIORMENTE INDICADAS) (LOS CAPÍTULOS 4 Y 5 – “EL PUEBLO Y LA PRODUCCIÓN DEL VACÍO” Y “SIGNIFICANTES FLOTANTES Y HETEROGENEI DAD SOCIAL” CONFORMAN EL NÚCLEO DURO DE LA TEORÍA DE LACLAU). Según Laclau, el populismo es una forma de constituir la unidad de un grupo. A esta constitución lo denomina “práctica articulatoria populista”.
La unidad más pequeña para dicha articulación la constituyen las demandas democráticas. La emergencia de una demanda democrática supone algún tipo de exclusión o privación, ya que es formulada por un actor excluido del sistema sobre la base de un principio de igualdad. La pluralidad de demandas que, a través de su articulación equivalencial , constituyen una subjetividad social más amplia, conforman las demandas populares.
Conforme lo expuesto, el populismo supone: (i) la formación de una frontera antagónica interna que separa al pueblo del poder (se trata de “una división antagónica del campo social”, siendo el pueblo la expresión de una “totalidad ausente”) y (ii) una articulación equivalencial de demandas (que supone, por tratarse de demandas, una pluralidad de
posiciones subjetivas). La división antagónica de la sociedad supone la presencia de algunos significantes privilegiados que condensan en torno a sí mismos la significación de todo un campo antagónico. La noción de hegemonía supone que dichos significantes se constituyan en un terreno en el cual las demandas no obedecen a una lógica determinada a priori . La contingencia se inscribe en dicha lógica. Aquí debe distinguirse el rol ontológico de la construcción discursiva de la división social y el contenido óntico que juega ese rol en ciertas circunstancias. Mientras el rol ontológico es una necesidad de la división social, el contenido óntico puede asumir diversos contenidos. Por condensación, Laclau entiende el denominador común que encarna el vínculo equivalencial entre una serie de demandas particulares. Este denominador común proviene de la misma serie equivalencial y constituye una particularidad y una universalidad al mismo tiempo. La identidad popular debe condensarse entonces en torno a significantes (palabras, imágenes) referidos a la cadena
equivalencial como totalidad. En tal sentido, la identidad popular funciona como un significante vacío que condensa demandas (demandas que comparten entre sí el vínculo negativo inherente al lazo equivalencial) en un terreno social heterogéneo. La heterogeneidad social implica que demandas no pueden ser representadas en una ubicación estructural específica dentro de un campo antagónico. Por ejemplo, la situación de las mujeres respecto a la lucha de clases. Un aspecto central en la argumentación de Laclau es el nombre como fundamento de la identidad popular, que permite hablar de una “productividad social del nombre”. Siguiendo a Zizek, el “punto nodal” cuyo nombre genera la unid ad de una formación discursiva (el objeto a de Lacan)
no tienen una identidad positiva propia, sino que es un significante puro que satisface la función de fijación nodal. Laclau señala dos consecuencias de la unidad de dicho objeto a al ser nombrado: (i) el nombre genera una atracción sobre cualquier demanda vivida como insatisfecha y, como tal, heterogénea respecto al marco simbólico existente; y (ii) el nombre, en tanto significante vacío, es incapaz de determinar qué tipo de demandas entrarán en la cadena
equivalencial . La necesidad de constituir un pueblo surge sólo cuando la plenitud no es alcanzada y objetos parciales ( “objetos a” ) dentro de la sociedad (objetivos, figuras, símbolos) son investidos de tal manera que se convierten en los nombres de su ausencia. De allí la centralidad de la dimensión afectiva en este proceso. El pueblo es el resultado de la sobredeterminación hegemónica de una demanda democrática particular que funciona como significante vacío . Dicho funcionamiento se basa en la representación: (i) la representación de la cadena equivalencial por el significante
vacío constituye la totalidad, añadiendo una nueva dimensión cualitativa y (ii) dicha representación, que permite la identificación para todos los eslabones de la cadena, significa que el significante vacío no puede ser autónomo.
Por otra parte, Laclau distingue entre significantes vacíos y significantes flotantes . Los primeros apuntan a la construcción de una identidad popular en el marco de una frontera estable. Los segundos, a la lógica de los desplazamientos de esa frontera, por ejemplo en tiempos de “crisis orgánica”.
Laclau señala que todas las luchas son por definición políticas. Lo político es la anatomía del mundo social, porque es el momento de institución de lo social. No todo es político en la sociedad, porque muchas formas sedimentadas se han desdibujado respecto a la institución política originaria, pero si la heterogeneidad es constitutiva del lazo social, siempre existirá una dimensión política por la cual la sociedad y el pueblo son constantemente reinventados. Las dimensiones definitorias del populismo son: 1.
La emergencia de un conjunto de fuerzas y demandas heterogéneas que no pueden ser integradas orgánicamente dentro del sistema diferencial/institucional vigente.
2.
Dado que los vínculos entre dichas demandas son diferenciales, sólo pueden ser equivalentes (hay un “aire de familia” entre ellas, porque todas tienen el mismo enemigo).
3.
La cadena de equivalencias alcanza su punto de cristalización en torno a un significante vacío .
4.
Con el fin de desempeñar ese rol, el significante vacío es reducido a un nombre.
5.
Para que el nombre desempeñe su rol, debe estar investido de “afecto”.
(EL CAPÍTULO 6 -“REPRESENTACIÓN Y DEMOCRACIA” - ANALIZA EL FUNCIONAMIENTO DE LOS MECANISMOS DE REPRESENTACIÓN Y EL VÍNCULO ENTRE DEMOCRACIA Y POPULISMO) La lógica edl populismo es históricamente variable. Desde un punto de vista conceptual, puede darse cuenta de esta variabilidad conforme la relación (inestable) entre el movimiento populista y el sistema institucional: (i) un sistema institucional autorregulado que relega cualquier desafío antiinstitucional a una situación marginal; (ii) un sistema institucional menos estructurado, que requiere algún tipo de recomposición política: el sistema puede ser desafiado, pero como mantiene su capacidad de autoestructuración, las fuerzas populistas actúan dentro y fuera del marco institucional; y (iii) un sistema que ha entrado en un período de “crisis orgánica” en el sentido gramsciano: las f uerzas populistas no sólo desafían el sistema, sino que se lanzan a la
reconstrucción de un nuevo núcleo populista.
(LOS CAPÍTULOS 7 Y 8 – “LA SAGA DEL POPULISMO” Y “OBSTÁCULOS Y LÍMITES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PUEBLO” ANALIZAN LA LÓGICA VARIABLE DEL POPULISMO A PARTIR DEL ESTUDIO DE CASOS). Como conclusión, Laclau señala que existe una asimetría entre la comunidad como un todo (el populus) y “los de abajo” (la plebs). Estos últimos son siempre una parcialidad que se identifica a sí misma como un todo. Conforme lo expuesto, estamos en presencia, por una parte, de la “universalidad de lo parcial”. Esto supone que una
demanda popular particular encarna la plenitud ausente de la comunidad, mediante una cadena de equivalencias potencialmente interminable. Por otra parte, la plebs nunca de deja de ser una particularidad, lo que implica que la totalidad siempre es una totalidad fallida. Asimismo, tenemos la “parcialidad de lo universal”, dado que la universalidad sólo puede ser expresada mediante lo
óntico, lo que abre entonces la cuestión de la sucesión discontinua de las formaciones hegemónicas (la “historicidad contingente”).
La unidad del agente social es el resultado de una pluralidad de demandas sociales que constituyen una cadena de
equivalencias, agrupadas conforme el principio de nominación . La nominación es entonces el momento clave de la constitución de un pueblo, cuyos límites y componentes equivalenciales fluctúan permanentemente. El momento equivalencial/articulador no procede por necesidad lógica, sino que se constituye mediante la unificación de una pluralidad de demandas. Cuanto más heterogéneas sean las demandas sociopolíticas, más autónoma se tornará la construcción del pueblo respecto de dichas demandas. El punto nodal investido afectivamen te (el “nombre”) no sólo expresa dicha cadena de
equivalencias, sino que se convierte en su fundamento. Laclau cuestiona tanto las visiones “radicales” que hacen del momento revolucionario la condición sine qua non del
cambio social (Zizek) como la supues ta tendencia a la rebelión de las “multitudes” sin necesidad de una construcción política del sujeto de dicha rebelión (Hardt y Negri). En contraposición a ambas lecturas, Laclau comparte la postura de Rancière, según el cual el comunismo no se define por un tipo de organización política en particular, sino como un conjunto de experiencias (comunistas) que a lo largo de la historia han resistido los abusos del poder.