Catalina Marconi Cine desde la literatura, LET 243E-1
“Bajo el signo del cine” , Arnold Hauser.
En el texto de Arnold Hauser
bajo el signo del cine
“
”
se presentan distintas ideas
respecto de cómo ha influido el cine en la sociedad a lo largo del siglo XX y su relación con las distintas manifestaciones artísticas que rompieron todo el esquema que se tenía en la consciencia social en distintos ámbitos de la vida del ser humano.
En el comienzo del texto, Hauser contextualiza la época en que se desarrollaron las famosas vanguardias artísticas. En este punto vemos un hecho de suma importancia, el hecho de que la humanidad se encontraba en un período de crisis económica, social, cultural, con una dicotomía entre ideologías muy distintas que luchaban por prevalecer. Ante este fenómeno social y político los artistas fueron aquellos hombres valientes, quienes manifestaron su rebelión a través de un nuevo arte, este nuevo modo de ver la realidad. El impresionismo fue rechazado con ímpetu y el arte posimpresionista que comprende los movimientos del cubismo, surrealismo, dadaísmo, entre otros, fue lo que rompió el hielo y los artistas comenzaron a reestructurar la realidad, a hacer libremente lo que querían con las impresiones de la naturaleza. Lograron así la ruptura con lo establecido. Junto con lo anterior, el autor explica las maneras en que los nuevos artistas fueron desplegando su originalidad y renovación, haciendo hincapié en el método psicoanalítico, es decir, en la falta de asociaciones coherentes. Los artistas dieron rienda suelta a su imaginación, tratando de
recuperar la inspiración romántica de antaño. Sin embargo,
algunos críticos afirman que toda esa supuesta consciente
inconsciencia
“
”
era
demasiado
“
, muy premeditada.
”
Siguiendo con el tema de la psicología, Hauser nos recalca un fenómeno particular, el de la despsicologizacion
“
”
de la novela consistente en que ya no hay un héroe de manera
psicológica, es decir, no se observan luchas entre el
yo y el no yo
“
. Esta nueva visión de
”
la psicología comenzó con Proust, quien se preocupó más de la psicología en sí como fenómeno que de lo anterior.
En relación con Proust, Hauser prosigue abordando sobre los escritores que le siguieron a éste, es decir Joyce y Kafka, haciendo énfasis en el primero, quien en su singular obra Ulises
“
”
utiliza una particular técnica literaria: la corriente de la consciencia. Joyce
realiza, de este modo, algo así como un juego en el que el lector debe participar, una simultaneidad, una alteración literaria de la realidad como ninguna otra conocida, y es este mismo concepto de alteración temporal el que se adentra en las profundidades del cine para crear una revolución en éste, con el montaje técnico y la mezcla de espacio-tiempo. Vemos así una característica esencial del cine, su capacidad de alterar el tiempo, de crear situaciones de diversa intensidad emocional para el público gracias a la interposición de imágenes en distintos planos, entre otras técnicas que logran una cuasi bidimensionalidad del tiempo y situaciones de tensión en las que el público ve reflejada la cotidianeidad de la vida, con sus múltiples sucesos. Por otro lado, el autor nos habla de la incapacidad de realizar este fenómeno tan vívido en el arte del teatro, en el que la realidad es estática, la temporalidad es lineal, los acontecimientos ocurren en su cronología debida, cosa que el cine logra romper con sus nuevas técnicas.
Hauser continúa el texto ahora expresando lo que él piensa que es la crisis del cine, explicando que se debe a que los escritores de alguna manera no encuentran su lugar en el cine, esto por su deseo de hacer cumplir su voluntad y traer a la vida una producción
cinematográfica desde su perspectiva personal, no grupal. He ahí el meollo del asunto, la cantidad de personas que participan en la obra de arte que tiene que tener en cuenta el escritor. Por otra parte, dice Hauser que el problema del cine se relaciona también con el público en sí, pues es difícil clasificar en una sola categoría uniforme a la gran cantidad de personas que asisten a un espectáculo de cine, especialmente si son todos de distintas procedencias y clases sociales. En efecto, se puede hablar de un grupo enormemente heterogéneo de personas que concurren a la función, los cuales no tienen preparación intelectual previa a la exhibición de la película, que a su vez provoca un no acuerdo en la crítica de ésta. De este modo, nos damos cuenta también de la acción democratizadora del cine, en donde en conjunto con el teatro, dejaron de tener el carácter festivo que alguna vez tuvieron al ampliar su gama de espectadores. Lo que sí es claro es que el público, a pesar de las diferencias entre sus miembros, estará de acuerdo en que su asistencia a una obra de arte se debe a que el tema de ésta les atrae. Justamente, de este tema se aferra el autor, para explicar que el arte joven es el que alcanza la popularidad, pues las viejas técnicas requieren una familiarización con el tema, la que claramente no posee todo el repertorio que acude al espectáculo cinematográfico. Así, las nuevas técnicas y producciones van ganando adeptos y las antiguas técnicas van quedando en la memoria.
Con respecto a situación política, Hauser hace énfasis también en cómo, gracias al cine, se propagaron ideas políticas. En la Rusia soviética, Lenin utilizó como medio de propaganda el material cinematográfico de la época. Además, fue posible recurrir a una serie de
metáforas utilizadas para la reflexión, utilizadas por ejemplo en Potemkin
”
el acorazado de
“
de Eisenstein. En este aspecto, vemos cómo el cine fue utilizado como un
medio para un fin, en este caso propagar las ideas comunistas a la población. Finalmente, el autor hace una reflexión sobre cuán
democrático
“
”
es efectivamente el
cine, pues nos invita a ampliar el horizonte, a hacer posible que el cine no sea un monopolio cultural, para que así, mediante la educación, éste arte sea un goce y disfrute de una amplia mayoría.
A modo de reflexión personal, sostengo que este texto brinda una riqueza histórica, cultural y crítica como muy pocos. El autor del texto introduce variadas problemáticas que son de índole actual y contingente, como la democratización real del cine, y que son claramente un hecho que hay que tomar en cuenta en la sociedad de hoy. Como estudiante de sociología me llamó particularmente la atención este tema, pues si en la época actual de las comunicaciones instantáneas y la rapidez informática, los progresos materiales y económicos, no luchamos por la integración de las personas a la cultura y no logramos un arte para todos, estaremos ante una patología social. Vale la pena luchar por una cultura más integradora, para así tener una sociedad más fraterna y unida en la cultura.
