¿Cómo se puede sanar su árbol genealógico? [Imprimir] [Enviar x Email]
Sanidad espiritual de la familia a través de generaciones. Healing the Family Tree (Sanando el Árbol Familiar) es un libro innovador del psiquiatra británico Kenneth McCall. Sacerdote anglicano, anglicano, el Dr. McCall fue criado en China como hijo de misioneros cristianos. cristianos. Allí experimentó exorcismos y la influencia de las maldiciones generacionales generacionales en las familias.
Al madurar estudió para ejercer la medicina y se especializó en psiquiatría. Él descubrió que algunos pacientes psiquiátricos incurables tenían, como parte de su problema, muertes no resueltas dentro de su círculo familiar. f amiliar. Él experimentó con una nueva terapia en la que se invitaba al pastor o rabino del paciente a llevar a cabo un servicio funeral para el pariente muerto. En muchos casos, se encontró con una notable mejora en su paciente, y en el libro cuenta historias sorprendentes de algunas recuperaciones completas notables. Él llegó a descubrir que a veces el problema en la historia de la familia no era simplemente una muerte sin resolver, sino un trauma no resuelto, y el problema de la adicción o incluso una maldición oculta que había sido colocada en la familia. La teoría de McCall es que, en algunos casos de trastorno emocional o mental también hay una dimensión espiritual. Uno puede discutir esto en un lenguaje sensacionalista diciendo que la persona está “embrujada” o “maldita”. Sin embargo, se podría utilizar con la misma facilidad un lenguaje menos dramático y decir que hay una perturbación espiritual dentro de la memoria familiar heredada. El lenguaje utilizado para describir el problema es secundario. La solución es lo que parece interesante.
Como protestante, McCall simplemente empezó a tener servicios funerarios para los muertos con el fin de ayudar a los vivos a encontrar sanación y reconciliación. Entonces McCall comenzó a descubrir la tradición católica de orar por los muertos. Habló a un católico que le explicó la lógica detrás de las misas de réquiem – misas por el descanso del alma del difunto. McCall descubrió la fe católica en el purgatorio y comenzó a entender que siempre ha sido parte de la enseñanza católica que se podía orar por los muertos, y que las oraciones ofrecidas por ellos – especialmente las oraciones de la Misa – les ayudarían en su viaje y a reconciliarse. El gran descubrimiento de McCall es que esta práctica tradicional católica no sólo es beneficiosa para los muertos, sino también para los vivos. Esta es la razón, por lo tanto, por la que algunos sacerdotes católicos alientan las costumbres tradicionales de ofrecer misas por nuestros muertos, encendiendo velas y diciendo una oración por los muertos y asegurarse de que ofrecemos misas funerales apropiadas para los muertos. Esta práctica es beneficiosa, porque existen vínculos espirituales reales entre miembros de la familia, tan reales como los lazos biológicos y genéticos que existen entre nosotros y nuestros hijos, y entre nosotros y nuestros antepasados. Algunos dicen que “el tiempo cura todas las heridas”. Esto no es cierto. Cristo cura todas las heridas. Si hay pecado persistente en la familia, trauma, adicción, violencia o m uerte sin resolver, tiene que ser tratado a través de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. Esto debe ser lo más natural para los católicos como ir al médico cuando algo está mal físicamente. Por supuesto, en el ministerio de sanación cristiana no se buscan respuestas mágicas o respuestas instantáneas. A veces hay respuestas notables, aparentemente milagrosos. Más a menudo la curación es gradual, profunda y real. En el ámbito de los problemas emocionales, mentales y relacionales, la dimensión espiritual es a menudo sólo un factor en una complicada red de problemas. Cada uno tiene que ser desmontado cuidadosa y gradualmente para la sanación total de su mente, cuerpo y espíritu. Esto debe llevarse a cabo dentro de una comunidad que se preocupa de la fe, con una sólida disciplina de oración y la orientación profesional, en el ministerio de día a día y la disciplina de la oración. Si usted tiene problemas familiares del pasado llévelos a la confesión, llévelos a misa, ofrezca misas por el eterno descanso de las almas de sus seres queridos. Recuerde en cada misa orar por sus muertos. Traerá salud a su familia, sanación, y le acercará a la vida abundante que Cristo promete. Puede consultar aquí dos rosarios: Rosario de Sanación Rosario de Sanación del Padre Jamut Fuentes: Fr. Dwight Longenecker, Signos de estos Tiempos
Rosario de Sanación [Imprimir] [Enviar x Email]
Para implorar Sanación, Salvación, Protección y Ayuda. Para rezar en familia o en comunidad y encomendar al Padre Todopoderoso la solución a todos nuestros problemas, pero en especial, la salvación personal. Es conveniente observar una vida ejemplar acompañada de prácticas piadosas y oración. …VER VIDEOS…
Un factor importantísimo en toda petición es la fe, Cristo censuró a los hombres que carecían de ella diciendo: “hombres de poca fe” Lucas 12, 28, y muchas veces realizó sus prodigios expresando “tu fe te ha salvado” Marcos 10, 52, o “Hágase en vosotros según vuestra fe” Mateo 9, 29. Sin fe no hay milagros. Cada Misterio del Rosario de Sanación, corresponde a una orden poderosa y milagrosa, con la cual el Amado Maestro Jesús en su infinito amor, lleno de autoridad, perdonó los pecados (1º Misterio), retiró al demonio que lo tentaba (2º Misterio), curó enfermedades (3º Misterio), pidió al Padre Celestial lo librara de la mala hora (4º Misterio) y concedió la Paz a sus discípulos que le amaban (5º Misterio). Entre cada Misterio, se repite 10 veces con cada cuenta del Rosario la jaculatoria de la Oración final del Rosario: ¡Cristo Jesús!, convierte nuestra almas para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. Con cada Misterio se reza también un Gloriapatri, dedicado a las tres Divinas Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, para adorar y glorificar a nuestro Soberano Creador. Se inicia el rezo del Rosario de Sanación con la lectura de algunos Evangelios (uno para cada día, siete en total) que se refieren en especial a las enseñanzas dadas por el Maestro Jesús sobre el comportamiento que debemos observar con nuestro prójimo. En mi manera de sentir, debemos aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes y esforzarnos por servir a los más necesitados, si queremos hallar prontamente la gracia, la salud, el perdón y la misericordia de nuestro Padre Celestial. Para Jesús, todos las acciones que tengamos con nuestros semejantes, principalmente con los más necesitados, se las estamos dirigiendo, a Él mismo en
persona. Por esta razón quién reza el Rosario de Sanación debe tener muy en cuenta su relación con los Seres creados por Dios. También hay que tener en cuenta el desenvolvimiento en nuestros quehaceres habituales, porque siempre debemos obrar con rectitud, aunque nos cueste la estabilidad en nuestros trabajos o tengamos que recibir el desprecio de los deshonestos, como también la crítica sobre nuestro proceder, el cual es incomprendido, cuando solo se busca el bien común y no el satisfacer los apetitos personales y de enriquecimiento ilícito de terceros. El consuelo que tenemos en la vida los que creemos en Cristo y participamos de sus enseñanzas es la fe de que se cumplirán las promesas que se encuentran escritas en los Evangelios y que nos hiciera Nuestro Señor Jesucristo. Hay que perseverar aunque nos resulte doloroso. Por la señal de la Santa Cruz…, Padre Nuestro.., Avemaría…
“Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo 18, 20
DÍA PRIMERO Lectura del Evangelio Amor a los Enemigos, Lucas 6, 27-36: “Yo os digo a vosotros que escucháis: Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. Al que te hiere en una mejilla, ofrécele también la otra; a quien te quita el manto, no le niegues la túnica. Da a quien te pida, y no reclames a quien te roba lo tuyo. Tratad a los hombres como queréis que ellos os traten a vosotros. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores aman a quienes los aman. Y si hacéis el bien a los que os lo hacen, ¿qué mérito tendréis? Los pecadores también lo hacen. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos otro tanto. Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno para los ingratos y perversos. Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso”. P: Palabra del Señor. R: Gloria a ti, Señor Jesús.
MISTERIOS DE LA SANACIÓN 1. R: ¡Cristo Jesús!, tu que tienes el poder de perdonar los pecados, te suplico con toda mi alma y mi corazón, porque estoy arrepentido, perdones todas mis culpas y el mal que he provocado con mi proceder. P: “Hombre, tus pecados te son perdonados” Lucas 5,20 Rezar 10 veces entre cada Misterio la siguiente Jaculatoria: P: ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. R: Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades*, podamos ser salvos. Gloriapatri. (Una vez entre cada Misterio). *la humanidad entera incluyendo los ya fallecidos. 2. R: ¡Cristo Jesús!, quiero ser fiel a un Dios tan bueno y justo, te imploro me liberes del acoso continuo del demonio y sus huestes, para que no caiga en la tentación y en el pecado. P: “Retírate Satanás porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a El solo servirás”.Mateo
4,10 Rezar 10 veces la Jaculatoria y Gloriapatri
3. R: ¡Cristo Jesús!, te pido con todo mi ser restablezcas la salud de mi cuerpo y alma, cures mis dolencias, para poder servirte y adorarte todos los días de mi vida. P: “Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz, y queda curada de tu enfermedad”. Marcos 5, 34 Rezar 10 veces la Jaculatoria y Gloriapatri 4. R: ¡Cristo Jesús!, pongo en tus manos el peso de los problemas y preocupaciones que me angustian, en tí confío, permíteme Divino Redentor verme pronto libre de ellos para cantarte alabanzas. P: “¡Abba! ¡Padre!¡Todo te es posible!¡Aparta de mí este cáliz! Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú”. Marcos 14,36 Rezar 10 veces la Jaculatoria y Gloriapatri 5. R: ¡Cristo Jesús!, sufriendo voy por el sendero de la vida, agobiado y cansado de tanto soportar, Amoroso Cristo colma mis días de alegría y bonanza, abre mi espíritu para lo Eterno, para glorificarte noche y día. P: “La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, os la doy yo. No se turbe vuestro corazón ni tengáis miedo”.Juan 14,27. Rezar 10 veces la Jaculatoria y Gloriapatri
ORACIÓN FINAL: REFLEXIÓN SOBRE EL REGRESO DE JESÚS ¡Mi Buen Jesús! ¡Hijo Amantísimo del Padre Celestial!, que ofreciste tu vida para salvar a todos los hombres, al estar frente a ti, mira mi corazón contrito, avergonzado por el peso de mis culpas. Te pido Señor en este momento, con toda mi alma, el perdón para todos mis pecados y me concedas tu protección, sanación y ayuda. ¡Oh Señor de infinita misericordia y bondad!, mantén hacia mí la faz de tu rostro y así como tus sagrados pies se posan firmes sin resbalar, acrecienta mis fuerzas para no flaquear y resistir la tentación. ¡Amado Maestro!, con tu mano izquierda, apacigua y aleja de mi lado la vi olencia que nos agobia y amenaza con destruir a todas las naciones de la tierra, mientras que con tu mano derecha, bendícenos y muéstranos el camino de la Redención. Señor! hazte presente en nuestras vidas, acude a esta súplica y detén la maldad, la mentira, la fatalidad y a todo aquel que sea instrumento del mal. ¡Si, Divino Salvador!, ruega al Padre Eterno por nosotros, para que nos liberte de las ataduras del príncipe de este mundo, derrama sobre todos tus seguidores la gracia, la salud y el perdón; señálanos el camino, para encontrar muy pronto la solución a todos los problemas que nos angustian y amenazan con destruir nuestras vidas y la paz interior. Asimismo, como en la boda de Caná de Galilea transformaste el agua en vino, y en la celebración de la última cena con tus apóstoles transubstancializaste el pan y el vino en tu cuerpo y sangre, ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. Así sea. ¡Padre Nuestro, que estás en los cielos!, concédenos las peticiones que te hacemos con fe todas las personas que rezamos este Rosario, devuélvenos tu amistad y colma de gracia nuestra existencia con la presencia viva en nuestras vidas del Espíritu Santo, te lo suplicamos humildemente por los méritos de tu Hijo Santo, Nuestro Señor Jesucristo. Así sea ….….
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia….. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO Lectura del Evangelio Las Bienaventuranzas, según San Mateo 5, 1-12: “Al ver a las multitudes, subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos, abriendo entonces su boca, se puso a enseñarles diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los dulces, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por ser justos, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, persigan y, mintiendo, digan todo mal contra vosotros por causa mía. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos. Pues también persiguieron a los profetas antes que a vosotros”.
DÍA TERCERO Lectura del Evangelio Exhortación a la vigilancia, según San Lucas 12, 35-48: “Tened ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas. Sed como los criados que esperan a su amo de retorno de las bodas, para abrirle apenas llegue y llame. Dichosos los siervos a quienes el amo encuentra vigilantes a su llegada! En verdad os digo que se ceñirá y los hará sentar a la mesa, y se pondrá a servirles él mismo. Tanto si viniere en la segunda como en la tercera vigilia; si los encuentra así, ¿dichosos ellos! Tened en cuenta que, si el amo de casa supiera a qué hora ha de venir el ladrón, vigilaría y no dejaría horadar su casa. Estad preparados también vosotros, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre”. Entonces Pedr o le dijo: “Señor, esta parábola, ¿la dices por nosotros o por todos? El Señor contestó, “¿Quién es entonces el administrador fiel y prudente, para que les distribuya oportunamente la ración de trigo? ¡Dichoso el siervo ese sí, al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo su deber! En verdad les digo que le pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si ese siervo dijere en su corazón: Mi amo tarda, y comenzase a golpear a los siervos y a las siervas, y a comer, beber y embriagarse, llegará el amo del siervo ese el día que menos lo espere y a la hora menos pensada y lo azotará y lo colocará entre los infieles. El siervo que, conociendo la voluntad de su dueño, no está preparado ni cumple su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas al que no conociéndola, hace cosas que merecen azotes, recibirá pocos. A quien mucho se la da, mucho se le reclamará; y a quien se le entregó más, más se le pedirá”.
DÍA CUARTO Lectura del Evangelio Confianza en la Providencia, según San Lucas 12, 22-34: “Dijo después a sus discípulos: “Por esto os digo: No os inquietéis por vuestra vida, por lo que comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué vestiréis. Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido. Mirad los cuervos: No siembran, ni siegan, no tienen despensas ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que los pájaros! ¿Quién de vosotros a fuerza de cavilar, puede añadir un codo a su estatura? Si no podéis ni las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparse de las demás? Mirad los lirios del campo cómo crecen; no
trabajan, ni hilan, y os aseguro que ni Salomón con todo su esplendor, se vistió como ninguno de ellos. Pues si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana se la arroja al fuego, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?. No andéis buscando que comeréis ni que beberéis, ni estéis ansiosos. Porque son los paganos quienes buscan estas cosas con afán. Como vuestro Padre ya sabe que las necesitáis, buscad su Reino y se os darán por añadidura. No temáis, pequeño rebaño; porque vuestro Padre se ha complacido en daros el Reino. Vended lo que tengáis y dad limosna con ello. Haceos con bolsas que no se gasten y tesoros inagotables en el cielo, donde no se acerca ningún ladrón, ni roe la polilla, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón”
DÍA QUINTO Lectura del Evangelio Jesús, La Vid Verdadera, según San Juan 15, 1-17: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. El quita todo sarmiento que no da fruto en mí y limpia el que da fruto para que dé más. Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho. Seguid unidos a mí y yo a vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no está unido a la vid, así tampoco vosotros, si no estáis unidos a mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto; pero sin mí nada podéis hacer. Al que no está unido a mí, se le arrojará, como el sarmiento que se seca, que lo recogen, lo echan al fuego y arde. Si estáis en mí y mis enseñanzas permanecen en vosotros, pedid cuanto queráis, y se os concederá. Mi Padre es glorificado si dáis mucho fruto y sois mis discípulos. Como el Padre me amó, así os amé yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he observado los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho estas cosas, para que mi alegría esté dentro de vosotros, y vuestra alegría sea completa. Este es mi mandamiento: Amaos unos a otros como yo os amé. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, pues el siervo no sabe qué hace su señor; yo os he llamado amigos, porque os manifesté todas las cosas que oí de mi Padre. No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, a fin de que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Esto os mando: Amaos unos a otros”.
DÍA SEXTO Lectura del Evangelio El Juicio Final , según San Mateo 25, 31-46: “Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles, se sentará sobre el trono de su gloria. Todos los pueblos serán conducidos a su presencia y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde el principio del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui peregrino y me acogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; preso y vinisteis a mí. Entonces le responderán los justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos peregrino y te acogimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?. Y el Rey les dirá. En verdad os digo que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. Luego dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno,
preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui peregrino, y no me acogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis: Entonces responderán también ellos diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o peregrino o enfermo o en prisión, y no te asistimos?. Y El les contestará: En verdad os digo que cuando no lo hicisteis con uno de esos pequeñuelos, tampoco conmigo lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”.
DÍA SÉPTIMO Lectura del Evangelio Promesa de la Eucaristía, según San Juan 6, 51-59: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si alguien come de este pan, vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo. Discutían los judíos entre ellos, diciendo: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” Jesús les dijo: “En verdad, en verdad os digo que si no comiereis la carne del Hijo del hombre y no bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así el que me come, vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo, no como el que comieron los padres y murieron. El que come este pan, vivirá eternamente”. Di jo esto enseñando en la sinagoga de Cafarnaum”. Creado por Jairo Donado Pinto Aprobación Eclesiástica otorgada por Monseñor Ugo Puccini Banfi, Obispo de Santa Marta el 14 de Mayo del 2001.
Rosario de Sanación del Padre Jamut [Imprimir] [Enviar x Email]
Querido hermano que sufres a causa de tu enfermedad, o por la enfermedad de un ser querido, o que quizás estas afligido y preocupado por alguna herida en tu corazón. o que oras para unirte a Jesús y a María e interceder por el mundo entero.
Te invito a que nos unamos para pedir a Dios, por mediación de la virgen María, madre de Jesús y madre nuestra, para que recibas en tu vida la acción del Espíritu Santo, que con su amor por ti y su poder, quiere sanar todas tus dolencias. Toda sanación se da en un proceso gradual que requiere confianza en Dios, conversión para hacer su voluntad, crecimiento en la vida espiritual, paciencia y perseverancia. Si Jesús vino a través de María, todas las gracias y bendiciones que Dios nos da en su Hijo, pasan de algún modo a través de ella. María, al igual que su Hijo; quiere la sanación de toda la humanidad. Padre Gustavo E. Jamut Oblato de la virgen María.
LOS MISTERIOS DEL ROSARIO DE SANACIÓN Cada Misterio del Rosario de Sanación, corresponde a una orden poderosa y milagrosa, con la cual el Amado Maestro Jesús en su infinito amor, bajo la figura del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, lleno de compasión y autoridad, perdonó los pecados (1º Misterio), retiró al demonio que insistentemente lo tentaba (2º Misterio), curó las enfermedades (3º Misterio), pidió al Padre Celestial lo librara de la mala hora y aceptó hacer su voluntad (4º Misterio), y consolándolos, le concedió la Paz a sus discípulos que le seguían y amaban (5º Misterio). Aunque se denomina Rosario porque sus oraciones son reiterativas, no se debe confundir con el tradicional Rosario dirigido a la Santísima Virgen. El Rosario de Sanación se p uede realizar ante Jesús expuesto en la Eucaristía para resaltar su amor misericordioso que ama y sufre. Al igual se puede hacer individualmente, en familia o en grupos de oración, acompañado si lo desea con los Salmos sugeridos o canciones religiosas suaves cuyas letras sean acordes con los misterios.
EL REZO DEL ROSARIO Y LA ACTITUD ANTE LA DEVOCIÓN El Rosario de Sanación se inicia con la señal de la Santa Cruz seguida por un Padrenuestro y un Avemaría en honor a la Santísima Virgen. El Rosario se concluye además con una Salve. Continua el Rosario de Sanación con la lectura de algunos Evangelios (uno para cada día, siete en total) que se refieren en especial a las enseñanzas dadas por el Maestro Jesús sobre el comportamiento que debemos observar con nuestro prójimo. Debemos aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes y esforzarnos por servir a los más necesitados, si queremos hallar prontamente la gracia, la salud, el perdón y la misericordia de nuestro Padre Celestial. Para Jesús, todos las acciones que tengamos con nuestros semejantes, principalmente con los más necesitados, se las estamos dirigiendo a Él mismo en persona. Por esta razón quién reza el Rosario de Sanación debe tener muy en cuenta su relación con Dios y las criaturas creadas por Él. Entre cada Misterio, se repite 10 veces con cada cuenta del Rosario la jaculatoria de la Oración final del Rosario: ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos . Al final de cada Misterio se reza también un Gloria al Padre.. En varias oportunidades Jesús recomienda en los evangelios vigilarnos permanentemente. Una de estas citas es: “Velad y orad, para que no caigáis en tentación” Marcos 14, 38. Cuántas
veces oramos? Seguramente muchas veces…, pero nunca velamos, no nos vigilamos; hacerlo demanda un esfuerzo continuo. Hay que orar con devoción y también observarnos íntimamente con atención y sin interrupción en cada momento de nuestra vida, para no ser sorprendidos por el maligno que nos tienta. Orad!, Vigilad!, Velad!, porque siempre debemos obrar con rectitud, aunque nos cueste trabajo. El que quiera realmente contribuir para conservar su estado de gracia, debe mantenerse en ese estado de velación. “¡Dichosos los siervos a quienes el amo encuentra vigilantes a su llegada!” Lucas 12, 37. Estén a cada momento en la presencia de Dios, vigilando cada quién su morada interior y no distraído. No lo olviden “Permaneced atentos”. Quien reza el Rosario de Sanación ante todo debe ser honesto y sincero consigo mismo. Un factor importantísimo en toda petición es la fe, Cristo censuró a los hombres que carecían de ella diciendo: “Hombres de poca fe” Lucas 12, 28, y muchas veces realizó sus prodigios expresando “Tu fe te ha salvado” Marcos 10, 52, o “Hágase en vosotros según vuestra fe” Mateo 9, 29. Sin fe no hay milagros. El Rosario de Sanación se puede rezar cualquier día del año, pero considero que especialmente el Jueves Santo o en la festividad de Corpus Christi. La conversión del pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo, evento especial de la vida de Nuestro Señor en su última cena, da significado al fondo mismo de la jaculatoria del Rosario, cual es la conversión de nuestras almas. Cristo tiene el poder para sanarnos y salvarnos, a El se lo suplicamos humildemente en este rosario. Transcurridos cinco años de la aprobación del Rosario de Sanación puedo decir que ha sido una gratísima experiencia para mi y mi familia, ya sea si se realiza individualmente, en familia o en grupos de oración, pero sin lugar a dudas he podido observar que una de las formas que inspira mayor recogimiento y devoción, a todos en general, es su realización en el Altar por parte de un sacerdote con la Exposición del Santísimo, acompañado con los Salmos o de cantos suaves con temas alusivos a la sanación, que ayuden al recogimiento espiritual. Como resultado se logra sentir una verdadera paz interior y la certeza de haber compartido esos momentos con Cristo, que no nos olvida, perdona todo y acompaña siempre en el peregrinar de la vida.
PLEGARIA Digno eres de eterna adoración y gloria, alabanzas al Padre Celestial por este medio de oración que nos has dado para dirigirnos a Ti, de lo cual ahora doy testimonio, humildemente te suplicamos que nuestro propósito no solo sea el hacerlo únicamente para que nos alivies en las necesidades que padecemos, sino también, el de pedirte que nos concedas la gracia de hacer tu voluntad y observar una vida acorde con las enseñanzas de tu bien amado hijo Jesús, Nuestro Señor, que contigo vive y reina en unión del Espíritu Santo. Amén Gracias Dios mio!
COMIENZO Se hace la señal de la cruz. Señor abre mis labios, y mi boca proclamara tu alabanza.
Pidiendo perdón y perdonando Hoy señor nuevamente te pido perdón, no solo por mis pecados, sino también por los de toda
la humanidad. Yo también quiero renovar mi perdón. y te pido la gracia necesaria. Me perdono a mi mismo por todos los errores del pasado remoto y del pasado próximo. Perdono a todos aquellos que de algún modo me ofendieron o hirieron, perdono las circunstancias de la vida, en las cuales te culpé o responsabilicé. Líbranos señor de todo rencor y danos tu perdón. Dame tu paz y tu gracia y ellas me alcanzan. que así sea. g. Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles. r. Y enciende en ellos el fuego de tu amor. g. Envía tu espíritu creador. r. Y renueva la faz de la tierra. g. ¡Oh! Dios que has iluminado los corazones de tus hijos, con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus aspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. por Cristo nuestro señor. Amen.
Peticiones Ofrecemos este rosario por…….[ponga en manos de mamá María, sus intenciones] Las oraciones de cada decena Cada misterio, incluye un Padre Nuestro, diez Avemarías, un Gloria, y alguna oración que se hace al final de una decena, como se acostumbra y alguna de las siguientes oraciones para pedir protección y sanación : 1. Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen a lo largo del camino. Amén. o también: por el poder de tus santas llagas, libérame y sáname, señor.
LUNES Y SÁBADOS MISTERIOS GOZOSOS A través de los misterios gozosos, pediremos a María, la sanación emocional, para poder tener nueva paz y permitir a Dios que realice su obra en nosotros. 1. En el primer misterio, contemplamos el anuncio del arcángel Gabriel a la virgen María y la encarnación del Hijo de Dios. A través de este misterio, te pido mama del cielo, que liberes mi memoria del miedo que se produjo en mi mientras esperaba el diagnostico medico, libérame también de pensamientos fantasiosos y opresores. “Tendras confianza porque hay esperanza” {jb 11, 18] 2. En el segundo misterio, contemplamos a María que, a pesar de su embarazo, se pone en camino para ayudar a su pariente Isabel. A través de este misterio, te entrego mis miedos a la soledad, a la incomprensión o a el abandono. A pesar de nuestras dolencias, podemos ayudar a quienes sufren mas que nosotros, porque consolando seremos consolados.
3. En el tercer misterio contemplamos el nacimiento del hijo de Dios en la pobreza de una gruta. A través de este misterio, entrego a la sagrada familia, la imposibilidad de recurrir a algún tratamiento por lo costoso, la preocupación por tener que pagar tantos medicamentos, el desamparo que experimento ante la fría burocracia de muchas obras sociales. “Depositen en el todas sus preocupaciones, pues el cuida de ustedes” [pe 5,7] 4. En el cuarto misterio, contemplamos al Niño Jesús, que es presentado en el templo por sus padres. A través de este misterio, le pido perdón y liberación a Dios por haberme apartado de la iglesia, por descuidar mi vida espiritual y por enojarme con Él, a causa de la enfermedad o de cualquier sufrimiento. “Todo lo que han aprendido, recibido y oído de Dios háganlo…..y el Dios de la Paz estará con ustedes”[ flp 4,9] 5. En el quinto y último misterio, de gozo contemplamos al Niño Jesús que es encontrado en el templo (después de tres días de búsqueda de José y María), escuchando a los maestros. En este misterio pedimos a María sentirnos cobijados por ella y por la iglesia, como comunidad para ser sanados del sentimiento de desamparo y depresión, y liberados del temor a cualquier tratamiento y al dolor. “Si oyen a Dios y le sirven, acabaran felices sus días y sus años con toda tranquilidad” [jb 36,11]
JUEVES MISTERIOS LUMINOSOS A través de los misterios luminosos, pediremos a Dios por intercesión de María, la sanación en las relaciones con los demás, y con la liberación de toda atadura que no nos dejo ser libres. 1. En el primer misterio luminoso, contemplamos el bautismo de Jesús en el rió Jordán. A través de este misterio vamos a renovar el sacramento del bautismo. Por el poder de tu bautismo y el nuestro, danos Señor, una nueva efusión del Espíritu Santo, y libéranos de toda influencia que el maligno haya tenido o tenga sobre nuestras vidas. Libéranos de las tentaciones de desaliento, búsqueda de poder, celos o rivalidad. Dales a todos los laicos que te sirven en la iglesia, el deseo de renovarse cada día, para que, guiados por ti, sean constructores de la civilización del amor. Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne, lo que nace del espíritu, es espíritu. [jn3,5-6] 2. En el segundo misterio, contemplamos a Jesús que en Caná de Galilea transforma, ante el pedido de María, el agua en vino. Te pedimos Jesús, a través de este misterio, que así como transformaste el agua en vino, transformes también en nuestros hogares, comunidades, iglesia y país, aquellos vínculos afectivos que están rotos, enfermos o heridos. muéstranos las heridas de nuestros corazones que ya están maduras para ser sanadas; danos la fuerza para perdonar las ofensas recibidas,
de manera que así traigas sanación y, aquello que en nosotros había perdido su sabor y fuerza, sea transformado como el agua en vino de excelente calidad. “María dijo a los que estaban sirviendo :hagan todo lo que él les diga” [jn 2,5] 3. En el tercer misterio, contemplamos a Jesús, que anuncia la venida del Reino, invitando a la conversión. Por el poder de este misterio, te pedimos señor, nos concedas a todos los cristianos, el don de discernimiento, para darnos cuenta de cuales son las tentaciones que con mayor frecuencia nos roban tu alegría, y nos privan de experimentar en nosotros tu divina presencia, quita de nuestro caminar diario, todo aquello que no nos deja proclamar con el poder de tu espíritu, la venida de tu Reino, haciendo así que nuestra tarea evangelizadora se vea diluida. en este misterio, también te entregamos la convivencia en nuestros hogares y la economía familiar, para que tu las ordenes, de modo que podamos llevar tu palabra y tu amor como constructores de unidad. “Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: “vuelvan a Dios, porque el Reino de los Cielos esta cerca” [mt 4, 17] 4. En el cuarto misterio, contemplamos la transfiguración de Jesús. Te pedimos Señor, que así como llamabas con frecuencia a tus discípulos, a ir a un lugar apartado para orar al padre, también suscites en cada uno de nosotros el anhelo de crear cada día momentos de desierto para contemplar tu rostro, quita de nuestras vidas toda atadura de indiferencia, pereza o tibieza espiritual, que provenga de nuestra herencia familiar, o que nosotros mismos hayamos provocado por pecar, al no valorar y olvidar las bendiciones y las gracias que nos has dado en el transcurso de nuestras vidas. Libera nuestros pies y nuestros corazones de las trabas que pone el maligno, con el propósito de que no participemos con frecuencia en la santa misa y en los grupos de oración. enséñanos con tu santo espíritu a orar con poder, por las necesidades de la iglesia y del mundo entero. “De la nube salio una voz, que dijo: este es mi hijo amado, a quien he elegido, escúchenlo”[ mt 17,5] 5. En el quinto misterio, contemplamos la institución de la sagrada eucaristía. Por el poder de tu cuerpo y de tu sangre, te pedimos Jesús, en este misterio, que sigas liberando, protegiendo y bendiciendo, a todas las comunidades cristianas en nuestro país y en el mundo entero. a ti, que eres alfa y omega, principio y fin, te rogamos que hagas fluir la gracia presente en cada misa celebrada desde la institución de la eucaristía en la ultima cena, hasta el día de hoy, así también como el poder de tu gracia en cada misa, que en este momento se este celebrando en cualquier rincón del mundo, despierta, sana y fortalece el corazón de aquellos jóvenes a quienes estas llamando al servicio de tu altar y de tu pueblo, fortalécelos en las luchas, que sostiene y que sostendrán. dales, por nuestra oración, la fuerza para que te digan: aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad. “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. luego ven y sígueme.[mt 19,21].
“Jesús les dijo; yo soy el pan que da vida. el que viene a mi, nunca tendrá hambre y el que cree en mi, nunca tendrá sed” [jn6, 35]
MIÉRCOLES Y DOMINGO MISTERIOS GLORIOSOS Por la contemplación de los misterios gloriosos pediremos a María, la sanación de la memoria, herida por el pecado y la liberación de las herencias genéticas negativas. 1. En el primer misterio glorioso contemplamos con nuestra imaginación a Jesús que, después de haber estado tres días en el sepulcro, resucita, y se presenta a María y a los discípulos. En este misterio pedimos a Jesús por la curación intergeneracional. le entregamos a María nuestros antepasados, familiares y miembros de congregaciones que murieron con ataduras de rencores generacionales, adicciones, ocultismo y todo mal con el que hayan muerto, y que nosotros hayamos recibido, como herencia negativa. “Si el hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres” [jn 8,36] 2. En el segundo misterio, Jesús sube a los cielos en presencia de su madre y de sus discípulos. Pedimos a María en este misterio, ser sanados de las heridas desde la concepción, pasando por los meses que estuvimos en el vientre materno, y los traumas que pudieron producirse en el momento de nacer y las primeras horas fuera de la seguridad del vientre materno. “Tu señor, formaste mis entrañas, me tejiste en el seno de mi madre” [sal 139]. 3. En el tercer misterio, contemplamos la venida del Espíritu Santo, que se derrama en María y los apóstoles. En este misterio entregamos a María la sanación de la primera infancia y de la niñez. especialmente le entregamos la memoria auditiva herida por gritos, palabras de desprecio, comparaciones traumáticas, etcétera. “El amado por Dios habitara confiado cerca de Él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morara” [deut 33,12] 4. En el cuarto misterio, contemplamos a María que es llevada en cuerpo y alma a los cielos. Te entrego Madre, mi adolescencia y juventud. te pido que sanes toda esta etapa de mi vida, de modo especial mi memoria visual y mi memoria afectiva. ordena mi sexualidad, y lléname del amor que me pudo haber faltado en esta etapa de mi existencia. “Confiesen unos a otros sus ofensas y oren los unos por los otros, para que sean sanados. la oración del justo tiene mucho poder, con tal de que sea perseverante” [sant 5,16] 5. En el quinto y ultimo Misterio, contemplamos a María que es coronada por la Santísima Trinidad, como Reina de toda la creación. Te pido madre que sanes las dolencias espirituales, psicológicas y físicas, que pude haber recibido a lo largo de mi vida adulta. Libérame de las ataduras del pecado, de la sensación de frustración o fracaso, a causa de los problemas afectivos, laborales y de cualquier otra índole,
dame mi verdadera identidad y una personalidad en proceso de constante maduración, sana mi cuerpo para el servicio de Dios; y llévate de mi corazón el miedo al futuro. “Yahvé irá delante de ti., Él estará contigo; no te dejara ni te abandonara., no temas pues, ni te desanimes” {deut 31,8]
MARTES Y VIERNES, MISTERIOS DOLOROSOS A través de los Misterios Dolorosos, pediremos a Dios por María, la sanación física para poder servirlo a Él en los demás, y hacer en todo su santa voluntad. 1. En el primer misterio doloroso, contemplamos la agonía que Jesús experimentó en el huerto de los olivos. Te pedimos Jesús, que así como con la oración venciste a Satanás, que quería hacerte caer en el desanimo, la angustia y la desesperanza, también me des a mí el poder de orar con perseverancia y ser así vencedor. En este misterio te pedimos la salud para los enfermos de cáncer. “La oración de fe, salvará al enfermo y el Señor lo levantará” [sant 5,15] 2. En el segundo misterio contemplamos a Jesús que, atado en la columna, es azotado con látigos. Señor que sin poder moverte por estar atado, sentías tan agudos dolores, te pedimos consueles y sanes a quienes a causa de reuma, artritis, accidentes o parálisis, no tienen la libertad de movimiento que quisieran. bendice las manos, los brazos, las piernas, los pies, la columna, las vértebras, y todas las articulaciones, músculos y huesos. Pídele, si es el caso, que corte todas las ataduras que pudo crear el maligno, por recurrir a la superstición, al curanderismo o a la magia, y rechaza en el nombre de Cristo todas esas cosas. “Yo haré venir sanidad sobre ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor” [jer 30,17] 3. En el tercer misterio, contemplamos a Jesús, coronado de espinas. En este misterio le pedimos a María que toque nuestra cabeza, como hubiera querido poder tocar la de su hijo, y poder curarlo. que nos libere de todo pensamiento de autodestrucción, de pesimismo, y de todo complejo por las consecuencias que la enfermedad pueda causar a nuestra imagen, también le entregamos a quienes sufren de problemas psíquicos, o de alguna dolencia en su cabeza, cerebro, ojos, oídos, boca, garganta, vías respiratorias y pulmones. “Fue tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados, Él soportó en castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados” [is 53,5] . 4. En el cuarto misterio contemplamos, a Jesús que carga con la cruz, y que es acompañado por su madre. Señor, que al caer una y otra vez, te ibas golpeando con las piedras del camino, pero a pesar de todo, seguías adelante, sana las dolencias de quienes sufren a causa de alguna enfermedad o accidente, el deterioro de sus órganos interiores : corazón, riñones, estomago,
intestinos, páncreas o ganglios, toca con tus benditas manos, cualquier órgano que deba ser sanado. “Y estas señales seguirán a los que crean : pondrán las manos sobre los enfermos y sanarán” [mc16,17] 5. En el quinto misterio, contemplamos el amor de Jesús que se derrama desde la cruz. Te pedimos Jesús que, con el poder de tus Santas Llagas, nos libres de toda enfermedad en la sangre, sana a los enfermos de sida, renueva nuestras venas y arterias, toca a los hermanos que necesitan diálisis. cúbrenos con tu preciosísima sangre y seremos salvados, ayúdanos a estar de pie, como María lo estuvo al pie de la cruz, siendo tu consuelo. “Dios mismo, subiendo a la cruz, cargo con nuestros pecados, empecemos una vida santa. y por sus llagas fueron ustedes sanados” [Ped 2, 24] Hecho por el Padre Gustavo E. Jamut Oblato de la Virgen María. Aprobación Eclesiástica otorgada por Monseñor Ugo Puccini Banfi Obispo de la Diócesis de Santa Marta, el 14 de Mayo del 2001.