UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO, FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS SUSTENTANTE Daybelis Castillo Mariñez...100221823 Mariñez...100221823
ASIGNATURA Derecho Penal Especial 1 (Der-333)
DOCENTE os! P!rez "ol#$ez
TEMA %ala De $ra&os ('es$en)
SECCIÓN 03
Santo Domingo, RD
Junio/!"#
Introducción Esta obra, escrita por Quentin James Reynols, es un estudio de la técnica utilizada por Samuel S. Leibowitz durante su vida en la sala de jurados, técnica, que lo llevo a convertirse en el bo!ado penalista mas importante en la "istoria de los Estados #nidos. Es también, una serie de "istorias y anécdotas de las vidas de los "ombres y mujeres que de$endi%, la mayora de los cuales, quedaron en libertad& !racias a la maestr'a con la que nuestro prota!onista ejerc'a su de$ensa. Leibowitz, acepto la concepci%n de este libro con la (nica $inalidad de que sirviera, en el $uturo, como !u'a para estudiantes de leyes y abo!ados. Este material, trata de puntualizar los caminos que pueden "acerse para mejorar la administraci%n de la justicia en la rama del derec"o penal.
Capitulo 1. Eso que llaman Justicia. Este es un caso que es m)s com(n de lo que aparenta, en donde una joven de treinta y cinco *+- aos, quien ostentaba el car!o de ayudante de en$ermera en el /ospital de 0roo1lyn, 2ew 3or1, y quien respond'a al nombre de na 0rewer. Esta mujer acuso de conato de estupro a un individuo de treinta *+4- aos llamado 5urray 6oldman, quien ya estaba apre"endido desde el primero de julio de 7899, destinado a cumplir una sentencia de diez *74- aos. na 0rewer ale!aba en su de$ensa, que nunca "ab'a visto antes al presunto delincuente que intento violarla cuando dorm'a en su "abitaci%n en el "ospital y quien al saberse descubierto por 5ar!arita :ini sali% "uyendo del lu!ar de los "ec"os. En cuanto a la de$ensa del presunto violador 5urray 6oldman, cont% una "istoria e;traa y poco convincente, dice que conoci% a la mujer en una estaci%n de subway, ella le "ab'a pre!untado por la ubicaci%n del "ospital, él se o$reci% a llevarla pasando as' por su apartamento, en donde sostuvieron relaciones se;uales, para lue!o, continuar $recuent)ndose. El d'a en que ocurrieron los "ec"os ellos se iban a encontrar en un ca$é y este lle!% tarde cuando ella ya se "ab'a ido por lo tanto $ue a buscarla al "ospital. Los medios de comunicaci%n por su parte se encar!aron de darle el toque de sensacionalismo a la "istoria. El juez Samuel S. Leibowitz acept% que Edmond
nvesti!aciones de la ?orte de @in!s, inda!% el pasado y presente de na 0rewer y se pudo comprender que las circunstancias atenuantes de la mala y desordenada vida se;ual de na "ab'a arrastrado al Seor 6oldman, acusando a 6oldman para prote!er su trabajo de en$ermera del "ospital de 0roo1lyn, 2.3& las inda!aciones de
Capitulo 2. El Novicio. qu' se muestra la $amilia de Samuel Leibowitz y sus comienzos como estudiante de la carrera de Aerec"o en la #niversidad de ?ornwell. #na vez !raduado, Samuel comenz% a trabajar en una o$icina de abo!ados, pero la tediosa tarea de escavar precedentes y atacar un contrato de arrendamiento o impedir la redenci%n de una "ipoteca no era para él, aquello resultaba demasiado ino$ensivo y aburrido. En sus primeros aos consensuaba cualquier tipo de clientes. /ab'a aprendido al!o que muc"os abo!ados m)s e;perimentados nunca lle!an a aprenderB que no se puede per$eccionar la técnica permaneciendo como espectador. 5uc"os juristas le "ab'an recomendado que $recuentara las salas como espectador y que observara a los abo!ados veteranos en acci%n, consider% que no era lo adecuado. La (nica manera de lle!ar al dominio de una pro$esi%n es practic)ndola en $orma activa. Aespués de sus actividades cotidianas en vez de dormir, estudiaba intentando $rustrar los planes del $iscal en la corte, siempre pensaba dos en$oque, el del $iscal y el de la de$ensora as' aprendi% a anticipar cualquier t)ctica que su contrincante pudiera es!rimir, no se sorprend'a ante los e$ectos psicol%!icos de los $iscales, ten'a una destreza sobrenatural para descubrir las celdas de los $iscales. ?uando entraba a la sala de jurado era para combatir con todas las armas le!ales y dram)ticas que "ab'a aprendido a usar. El joven Leibowitz era un actor dispuesto a aceptar cualquier papel con tal de subir a escena. #n juez lo nombr% Ae$ensor de =$icio de un tal Catterson, que estaba acusado de "aber penetrado a una cantina, en las primeras "oras de la madru!ada y "aber e;tra'do siete *D- d%lares de la caja y unas botellas. Leibowitz pas% dos semanas tratando de ima!inar una de$ensa para un individuo que se!(n el $iscal no ten'a de$ensa. Catterson se declar% no culpable, "ab'a entre!ado la llave maestra con la cual "ab'a abierto la puerta de la cantina, los testi!os polic'acos narraron los "ec"os.
El Ae$ensor de =$icio le pidi% al juez, ordenar al jurado ir al lu!ar del robo a comprobar si esa llave abre la puerta de la cantina y si no es as' pediria que la causa contra su cliente sea desec"ada, pero si el juez mandaba al jurado a la escena del robo se tardar'a un d'a entero y el tribunal ten'a m)s casos por conocer. ?oncluy% el ale!ato del $iscal y los doce *7- jurados dieron el veredicto de Fno culpableG. quella llavecita "ab'a abierto la puerta a una $abulosa carrera que no "a sido i!ualada en la "istoria de la jurisprudencia americana.
Capitulo 3. La Mosca teje una tela de araña. En los aos de 788 era el m)s espectacular de los abo!ados penalista de 2ew 3or1, pod'a ya esco!er clientelas, pero luc"% por cada un o de sus representados. /arry /o$$man $ue sentenciado a veinte *4- aos de prisi%n por el asesinato de 5a!da 0auer, de los cuales de apelaci%n en apelaci%n ya "ab'an pasado cinco *- aos. El convicto sabia cuales eran las (nicas dos opciones que tenia con esta (ltima apelaci%n, la silla eléctrica o la libertad, es decir, la muerte o la vida& por lo que decidi% escribirle una carta al abo!ado Leibowitz, diciéndole que era inocente que solicitaba sus servicios pero que no ten'a con qué pa!)rselo. Leibowitz analiz% el e;pediente y qued% incon$orme con al!unas declaraciones "ec"as de por los testi!os, por lo cual decidi% tomar la de$ensa de /o$$man, mejor conocido como el prisionero n(mero D884. En el caso de /o$$man, Leibowitz $orm% una lista de las cosas que estaban en contra de él. Estas eranB la pistola que pose'a, la identi$icaci%n de una muc"ac"a y la polic'a con el testimonio de los ayudantes de proyeccionista, la actitud del propio /o$$man y su aparente FconcienciaG del delito as' como el "ec"o de que no ten'a una coartada. Leibowitz se encaraba con cuatro di$'ciles problemas y ten'a que resolver cada uno de ellos antes de que en la mente del jurado pudiera nacer una Fduda razonableG acerca de la culpabilidad de /o$$man.
Hen'a que demoler la identi$icaci%n "ec"a por 0)rbara
?on estos $eroces interro!atorios, Leibowitz convenci% al $iscal, al jurado y al juez de que el Seor /o$$man era inocente del juicio por asesinato, el jurado "ab'a comprendido qué traicionera puede ser la FCrueba circunstancialG e;pres% ante este caso la si!uiente $rase cuando la prueba es principalmente circunstancial, debe no s%lo ser consistente con la culpabilidad, sin que debe e;cluir, dentro de una certeza moral, toda razonable "ip%tesis de inocencia.
Capitulo . !oole" era un #endarme. En este cap'tulo Leibowitz $rente a un !rupo de estudiantes de derec"o de la universidad de 2ew 3or1, e;pres% que no "ay nin!(n criminal nato, nos dice que los "ombres abrazan la carrera criminal por varias razones, al!unos por pobreza, al!unos porque sienten que trabajan para vivir es de tontos, al!unos por al!una en$ermedad mental, todo de esto le quita el concepto del bien y el mal. El lu!ar de estos (ltimos no es el "ospital, sino la prisi%n. Las circunstancias empujan a muc"o a la carrera criminal. 2os presenta la "istoria de un !endarme llamado Aooley, t'mido con complejo de in$erioridad que al perder unas elecciones internas, con pistola en mano mat% al lcalde e "iri% a quien lo "aba vencido en dic"as elecciones. . Leibowitz acept% ser abo!ado y de$enderle declar% que Aooley estaba loco, lleno de $uria y esclavo de los e$ectos del alco"ol al momento de cometer el "ec"o, y tan abandonado de la raz%n que al cometer el "ec"o no se daba cuenta que obraba mal, que todo lo que "izo presa de una $uerza demon'aca $uriosa y que ante la ley este "ec"o él no pod'a ser acusado de responsable. El juicio se llev% a cabo, Leibowitz lo $undamento con pruebas cient'$icas y técnicas, al $inal, para rematar o$reci% unas conclusiones de cuatro *9- "oras y media, $rente a dos *- "oras y media de las conclusiones del $iscal, en que a resumidas cuentas, ped'a un veredicto de KK2o ?ulpable por alienaci%n mental, veredicto que $ue acuado por el jurado.
Capitulo $. El Loco% qu' se nos presenta a una persona acusado de "omicidio y de ser un "omicidamente loco. E;presa que el individuo "a tenido siempre un !ran temor "acia la locura y como la colectividad reacciona usualmente en la misma $orma que el individuo, este temor se "a e;presado siempre en $orma de odio. Este cap'tulo trata de mostrarnos como "a sido casti!ada la demencia de un individuo en la sociedad con el paso del tiempo y presentarnos como es casti!ado "oy en d'a en al!unos lu!ares de Estados #nidos de 2orteamérica, bajo el siniestro caso de Roberto >rwin. En principio los alienados mentales los mataban, y no $ue sino "asta el si!lo M>M cuando la sociedad comprendi% que la locura era una en$ermedad que le lle!aba al "ombre. El N de 5arzo de 78+D, en 2ueva 3or1 "ubo una matanza, $ueron asesinados una seora de nombre5aria 6ede%n, su "ija :er%nica *Ronnie- 6ede%n y un cantinero llamado rwin, cuyo nombre de pila era rwin. Las investi!aciones arrojaron que Roberto >rwin se "ab'a obsesionado con Estela pero ésta no le correspond'a, y se "ab'a creado un odio en$ermizo a Ronnie y a la madre por oponerse a él. Se supo que >rwin "ab'a tenido una in$ancia pobre y una juventud $rustrada porque vivi% muc"os aos de su vida en di$erentes cl'nicas de en$ermos mentales.
La polic'a "ab'a encontrado muc"as pruebas pero no "ab'a encontrado a >rwin. Lue!o el viernes de junio, tres meses después de los asesinatos, Roberto >rwin, se entre!% "e "izo una con$esi%n completa& Leibowitz no se preocupa muc"o por el caso, no le import% sino "asta dos d'as después& el D de Junio de 78+D.
Capitulo &. %" la Le" Roberto >rwin $ue a la redacci%n del /erald and E;aminer y dijoB Soy Roberto >rwin, $irm% un contrato con ésta compa'a en donde solo le pod'a dar declaraciones y con$esiones a ellos, durante una semana. Ol se entre!% porque las autoridades polic'acas de 2ueva 3or1 "ab'an o$recido una recompensa de cinco mil *,444- d%lares y se!(n él los necesitaba para ayudar a sus dos "ermanos uno de ellos estaba preso y el otro era dro!adicto. Cero uno de los periodistas del /erald and E;aminer le recomend% que usara el dinero para de$enderse, que pudiera conse!uir al mejor abo!ado de 2orteamérica Samuel S. Leibowitz y acept% la su!erencia. >rwin $ue llevado a la central de Colic'a, donde el concejal de polic'a, el $iscal Aod!e y el >nspector Lyons lo esperaban all', el detenido no quiso "ablar porque cre'a que si lo "ac'a se romper'a el contrato y no le dar'an los cinco mil *,444- d%lares. Aespués de un tiempo Roberto >rwin "abl% comenz% diciendo las veces que "ab'a sido recluido en Sanatorios 5entales, cont% c%mo ocurrieron los "ec"os, admiti% que en principio pretendi% matarse a s' mismo, pero después pens% en Estela 6ede%n y quiso matarla a ella, pero cuando $ue a su casa solo estaba su madre y lue!o lle!% el cantinero 0yrnes, discutieron porque la seora no le dijo d%nde estaba Estela, entonces se!(n relata, la a"orque por uno veinte *4minutos, después lle!% Ronnie tampoco me dijo nada sobre Estela, le di un !olpe en la cabeza y la llevé a la "abitaci%n, all' la a"orque y después me dije que el cantinero podr'a reconocerme y también lo maté. El doctor 0laisdell del "ospital Roc1land emiti% una declaraci%n acerca de >rwin& dijo que el acusado su$r'a de psicosis, pero estaba le!almente sano. El trabajo de Leibowitz era demostrar que este "ombre estaba loco tanto medica como le!almente. El $iscal se basaba en la secci%n +9 del c%di!o penal cuyo encabezado diceB FCropensi%n 5%rbida ?riminal no es Ae$ensaG. #na Cropensi%n 5%rbida ?riminal para cometer actos pro"ibidos e;iste en la mente de una persona que no "a demostrado ser incapaz de conocer lo errado de tales actos, no constituye de$ensa en una consi!naci%n. Leibowitz sab'a que >rwin ten'a F?omplejo de AiosGy que se sent'a por encima de las leyes por los m'seros "ombres. >rwin esta médica y le!almente loco se!(n el "ospital Roc1land. 5ientras que el $iscal ase!uraba que durante cometi% el
asesinato a 0yrnes estaba cuerdo porque admiti% que pens% que podr'a ser descubierto por este. El juicio se abri% ser descubierto por este. El juicio se abri% el lunes D de noviembre de 78+N, la de$ensa de Leibowitz estaba preparada, pero loco o no mostrare que no es culpable de asesinato en primer !rado, piensen en esos dos ojos verdes que ordenaban a >rwin se!uir estran!ulando a Ronnie.
Capitulo '. Compasión. En esta parte de la obra, Leibowitz e;plica que "ay muc"as razones por las cuales un ciudadano decente y respetuoso de las leyes, comete repentinamente un acto de violencia, un acto que no tiene relaci%n con su vida normal y que nie!a todos los impulsos e instintos decentes de su car)cter. veces una abrumadora presi%n an!ustiosa, es lo que las personas pro$anan en llamar locura celos. =casionalmente el est'mulo que se ori!ina es el mecanismo mental de con$usi%n, como una caracter'stica $'sica, que lleva personas a cometer delitos al!unas veces ine;plicables. /ay casos que por la ley de la naturaleza "umana a los acusados de violar la ley "ace que tanto el juez, como los abo!ados de$ensores ten!an compasi%n de las personas acusadas. /ay casos de en$ermedades $'sicas que no se perciben por el momento y que solo contribuyen a causar desajustes mentales que conducen a un "omicidio, y que es di$'cil planear una de$ensa. Ser'a muy $)cil convencer a un jurado de psiquiatras que un acusado no es responsable de un acto cometido, mientras su$re una tensi%n mental abrumadora, que e;cluye toda meditaci%n racional, pero lamentablemente los jurados no est)n compuestos por doctores, por lo que "ay que considerar su estado de salud $'sica y mental demostr)ndola para poder condicionar al juez a la absoluci%n de un acusado. La mente "umana es un complejo "ec"o de motivos y mecanismos per$ectamente capaces de torcerse, dice que cualquier individuo medio puede cometer un asesinato y cuenta cuatro casos el primero el de un seor cuya esposa para él era los m)s sa!rado y que adoraba a su $amilia "asta que un d'a descubri% que su mejor ami!o y su esposa ten'an u t%rrido romance este lleno de $uria y $uera de si mata al ami!o, leibowitz $ue el de$ensor y lo!ra que se declare como no culpable. El se!undo caso "abla del Sr. Iente quien se caso con una joven mujer quien lo en!aaba cortantemente con otros "ombres el Sr. Iente un d'a el mata a su esposa y Leibowitz lo ayuda a no ir a la c)rcel, al demostrar con pruebas medicas que el su$re de arterioclerososis y que esta en$ermedad "ace que no
lle!ue su$iciente san!re al cerebro y es por esto que sucedi% el "ec"o de esta manera también se declara al Sr. Iente no culpable. El tercer caso se trata de un individuo li!ado a la pol'tica quien escatimaba muc"o con el dinero y quien $ue asesinado por un Sr. 0arletta, quien le "ab'a pedido ayuda al Sr. 0arc1 y este con su tacanada y al ver que el sr, 0arletta "ab'a apoyado la candidatura opuesta a el siempre le ne!aba la ayuda ,a veces le daba pequeeces y "ubo un tiempo en que la suspendi% al esto pasar el sr.0arletta $ue a reclamar por el dinero para que la $amilia pudiese suscitar y el sr, 0arc1 lo o$endi% y estelo mato, leibowitz de$endi% el caso y aunque todo el mundo estaba de acuerdo con el Sr. 0arletta pues la ciudad repudiaba la actitud de 0arc1 este $ue sentenciado a tan solo aos de prisi%n. La cuarta "istoria "abla de la eutanasia y de c%mo a veces se pre$iere la muerte a vivir sin di!nidad en este caso al aplicador de la eutanasia le dieron un veredicto de no culpable.
Capitulo (. )Este es el *om+re, En este cap'tulo se demuestra como una débil y sencilla mentira da al traste con la acusaci%n de una persona por medio de testi!os que no dicen la verdad real de los "ec"os, pues la constituci%n est) para prote!er al ciudadano com(n, como al criminal y al inocente. ?uando un testi!o cree identi$icar a un acusado la pasi%n puede inducirle a cometer errores Fla identi$icaci%n ne!li!ente es por supuesto m)s $recuente que la des"onesta. Esto "ace que los "ombres estén desde lue!o muc"as veces equivocados. Los ojos de los "ombres son (tiles pero no in$alibles %r!anos. 2o es solamente posible identi$icar a otro en $orma "onesta, pero err%nea, sino que es posible a 4 "ombres identi$icar de manera equivocada a un acusado, por estas razones las debilidades de las apariencias visuales acusamos de manera com(n y equivocada. dem)s "ay que considerar el elemento de la su!esti%n, pues la misma puede ejercer una poderosa in$luencia sobre la mente de presuntos testi!os. ?omo ejemplo de esto, se nos cuenta el caso de :icente ?oll, donde la misma polic'a contrata testi!o pro$esional para traparlo el caso de Juan 0arri ?o!"lin! donde lo con$unden con otro y casi lo meten preso as' como otras "istorias m)s.
Cap-tulo . /sesinato En Los /partamentos 0eeman. Este cap'tulo nos "abla de los $en%menos de las muertes violentas. 5uc"as personas son v'ctimas de "omicidios pasionales, damas, caballeros, esposas, novios, amantes, est)n constantemente mat)ndose con pistola, puales u otros instrumentos. qu' nos damos cuenta de c%mo las noticias li!adas a relaciones sentimentales y asesinatos pasionales llaman la atenci%n del p(blico en !eneral y como personas de personalidades intac"ables pueden cometer un asesinato también revela como en el caso de las mujeres la $orma de ser o de actuar y muy especialmente la manera en que se vean puede a$ectar en un juicio. Leibowitz presenta casos como el del apartamento 0ee1man, en la que 6eb"ardt con un len!uaje sutil y conquistador se enamor% de Laura Carr. La polic'a encontr% las cartas de amor enviadas, y como mayor testi!o acus% a Laura de "aber cometido el crimen. l empezar el juicio la muc"ac"a declar% que el la amaba, "asta proponer el matrimonio, la muc"ac"a lue!o se dio cuenta de que el era casado y le e;i!i% que se casara con ella. Ella no sab'a tanto de su pasado y que el seor 6en"ardt era un s)dico militante nazi de la época. La invit% a su "abitaci%n y la viol% de manera anal y oral, ella se resisti% y ante tanto $orcejeo e intento de estran!ulaci%n no tuvo m)s remedio que de$enderse, tomo la pistola y le dispar% caus)ndole la muerte.
Capitulo 1. !os !amas del ur% . Este cap'tulo "abla de los problemas raciales que muc"as veces las salas de jurados se ven envueltas, como es el caso de al!(n juez de color que se encuentra delante a un acusado o aun abo!ado de test blanca. Leibowitz tuvo que en$rentar muc"os casos parecidos, pues el mismotuvo que su$rir el antisemitismo racial. Esta "istoria nos cuenta el lar!o proceso de un caso en labama, Estados #nidos, en donde nueve *8- "ombres de color $ueron acusados de estuprar a dos damas llamadas :ictoria Crice y Ruby 0ates, el de marzo de 78+7, quienes eran dos obreras blancas, todos los "ec"os ocurrieron en un tren de car!a en donde viajaban estos. Los nueve *8- acusados eran Roy Iri!"t de 7+ aos, ndrés Iri!"t su "ermano de 7D aos& /aywood Catterson de 7D& Eu!enio Iilliams de 7+& ?larence 2orris de78& =lin 5ot!omery de 7D& 6uillermo Robertson de 7D& =zzie Cowell de 7P y ?arlos Ieems de 7. La en$ermedad de uno de ellos le "ubiese impedido sostener relaciones se;uales. =tro estaba totalmente cie!o. =tro padec'a una de$ormaci%n $acial que "ab'a trans$ormado su cara en la de un mono. ?uatro de ellos eran retardados mentales de la m)s baja inteli!encia posible. Solo tres pod'an leer y escribir. :ictoria Crice ase!uraba que estos "ombres la "ab'an violado, Leibowitz como parte de su de$ensa mando a que construyeran un modelo e;acto de aquel tren de car!a y cuando la mujer $ue a la silla de testi!os no pudo identi$icar nada sobre el tren. Este no solo era una caso particular sino que se tratado de un caso jur'dico, social, racial y cultural. qu' se muestras las di$erencias de dos razas "umanas totalmente opuestas, donde prevalec'a m)s su enemistad que lo que "ab'a ocurrido verdaderamente en los "ec"os. >nvesti!aciones realizadas por periodistas publicaron que no se trataba de mujeres no eran muy serias y "onestas, se presum'a que eran prostitutas pero para el pueblo eso paso sin pena y sin !loria, lo que importaba era que a esos ne!ros los deber'an de llevar a la silla eléctrica. Aespués de un tiempo se presento como una testi!o de Leibowitz la misma Ruby 0ates, con$es% que $ue persuadida por su ami!a para corroborar con dic"a "istoria.
En labama e;ist'a una Airecci%n >nternacional de Hrabajo, la cual $ue la que solicito los servicios de Leibowitz quien acepto, sin saber que por primera vez en los quince aos de su carrera, se en$rentaba al odio m)s !rande entre dos razas distintas.
Capitulo 11. % " Nueve Ne4ros !el ur Casaron 9 aos y numerosos problemas, muc"as personas quisieron dar publicidad a este caso, como los comunistas y las seoritas. Sin embar!o, al $inal !ano la Justicia de manera lenta y escondida, pero a la vez se!ura, primero quedaron libres 9 y lue!o los otros de manera paulatina. Leibowitz en este caso pudo darse cuenta lo que estaba sucediendo a su alrededor por una sociedad marcante y de c%mo a través de intereses esto se manejaba.
Capitulo 12. Enemi4os 56+licos.
Siempre se tiene pensado la ima!en del c"ico malo que al!unas personas tienden a caracterizar a otras. #n buen abo!ado no debe prescindir de cooperar en la de$ensa de cualquier persona por m)s culpable o inocente que sea. Los peri%dicos sensacionalistas muc"as veces empaan las im)!enes o crean al!unas nuevas poniendo los acusados semejantes a monstruo y que no merecen nin!una compasi%n "umana o nin!(n perd%n. Reza la m);ima jur'dica toda persona es inocente "asta que no se demuestre lo contrario. Leibowitz lle!% a ser abo!ado de$ensor de alcapones en caso de asesinatos en0roo1lyn, en la cual evidenci% una duda razonable y $ue absuelto. /ay casos en que el abo!ado debe ser justo con su cliente y en caso de no "aber duda razonable que pueda convencer al $iscal, al juez o al abo!ado de la banda contraria& se le debe indicar al cliente que no tiene m)s remedio que decir la verdad para no cometer actos de injurias. Este es el caso de alcapones nunca $ue acusado por nin!(n delito de asesinato ni de e;torsi%n, pero cuando $ue acusado de evadir impuesto Leibowitz le recomend% que ten'a que decir la verdad. Hambién se nos "abla del el $amoso caso de el secuestro del nio que nunca aparare ci% el "ijo de Limbert de$endiendo al acusado responsable del secuestro y el que pidi% el rescate pero del cual nunca se supo la verdadera "istoria y si realmente "ab'an mas c%mplices en este caso pues lo sentenciaron a la silla eléctrica y aunque leibowitz busco una maniobra para "acer cantar a /auptmann no $ue posible practicarla.
Cap-tulo 13. 7no 5ara La illa El8ctrica. Leibowitz nos presenta casos en que el tuvo que ser el abo!ado de$ensor de personas acusadas por la pena m);ima en el estado de 0roo1lyn, 2ew 3or1, aqu' nos ensea diversas técnicas de la importancia de interro!ar. El e;presa que el interro!atorio es como una bomba at%mica en la sala de jurado y que puede destruir a cualquier testi!o o !uerrero abo!ado de la banda contraria. En otras palabras se pierden m)s casos por culpa del interro!atorio de los que se !ana. ?uando tiene uno al $rente un testi!o "ostil, de quien tiene uno la se!uridad que est) mintiendo, la (nica arma para combatir a esos mentirosos es el interro!atorio. El interro!atorio es la mejor alma contra una acusaci%n incierta, si un testi!o "a sido intimidado por la polic'a o el $iscal, o si "a sido prometida la inmunidad en pa!o de testimonio $avorable no se puede sacar esoa luz, sino por medio del interro!atorio. El objeto del interro!atorio es dobleB primero sacar a reducir m)s verdades que $avorezcan el lado que se de$iende& y se!undo, denunciar al testi!o. El interro!atorio como objeto de denunciar a un testi!o puede ser contraproducente si no se lleva con sumo cuidado.
Capitulo 1. La 9o4a Ne4ra En toda sala de jurado "ay dos puertas. #na que lleva a la libertad& y la otra a la prisi%n y a veces a la muerte. Este cap'tulo trata del peso moral que resulta ser un buen juez, pues ante una situaci%n de deliberaci%n el juez es soberano al deplorar sentencia que puede dar con la conducci%n de un inocente a la c)rcel o que se pudra en la pena m);ima. Los d'as de sentencia, los acusados ya convictos permanecen de pie ante el sitial y el juez tiene que decidir que puerta usar) el acusado cuando sal!a de la sala. Es tremendo el poder que le "a sido otor!ado. Solo en raras ocasiones la decisi%n del juez "ace mandataria la sentencia, por lo re!ular el juez dispone de amplia latitud. Se "ace as' mismo una sola pre!untaB Qué es lo justo en este caso, y dicta lo que dispone su soberana conciencia. Las naciones "an considerado el casti!o como la v'a m)s corta "acia la re$orma, prisi%n, tortura y muerte constituyen un tribunal bajo cuya protecci%n la sociedad podr'a sentirse se!ura. Las naciones "an con$iado en los embar!os, la de!radaci%n, las mutilaciones, los azotes ylas marcas candentes. Las cadenas perpetuas tan e;i!idas por la poblaci%n, pero no !arantizada por la constituci%n, parecen ser un instrumento que apa!ar'a la sed de justicia de la poblaci%n, pero es penoso y curioso, el "ec"o de que no importa que tan doloroso y tan penoso sea el casti!o, los cr'menes aumentan. Leibowitz "abla de una manera acertada opinando que el casti!o no disuade al criminal& y lo asume como una !ran verdad. La sociedad "a reconocido esto en pequeo !rado pero lo ve como la mejor v'a de compensaci%n judicial. La to!a ne!ra que representa el s'mbolo de aplicaci%n de justicia y del mejor aliado para !arantizar la armon'a entre los "ombres. FEl juez tiene en sus manos como los abo!ados el poder de la vida y de la muerte de "ombres y mujeres, acusados, inocentes y culpables.G
Capitulo 1$. Conclusiones En este cap'tulo Leibowitz pone en duda la per$ecci%n absoluta de la sociedad y de las instituciones, pues dice que esta est)n en las manos de "ombres imper$ectos e in$alibles, por eso en la sala de jurado, tanto los jueces como los abo!ados pueden cometer errores. El reconoce el caso de que es muy raro ver a !randes abo!ados penalistas "acerse car!o de acusados pobres, pues en !rado de justicia los !randes juristas toman casos !randes con acusados con !rades poderes econ%micos. Leibowitz recomienda tomar caso sin importar su orden social para cualquier abo!ado principiante que desee dedicarse a ser un buen abo!ado penalista, pues en este ambiente puede "acerse car!o de de$ensa de cualquier acusado y poner en pr)ctica todos los conocimientos adquiridos en las escuelas de derec"o y que puede "acer de los abo!ados penalistas, buenos abo!ados de calidad. ?orroboro lo que opina Leibowitz no valdr) la pena ocuparse de la carrera de un abo!ado penalista, sino se le concede importancia a la pro$esi%n. E;presa que la $iloso$'a le!al de un abo!ado de$ensor es ser "onrado, que ni el $iscal, ni el juez, ni el p(blico tienen nin!(n derec"o a prejuz!ar acerca de un acusado. Que ante cualquier situaci%n se deben buscar las circunstancias atenuantes que lleven a un acusado a cometer al!(n delito un "omicidio. El abo!ado debe investi!ar "asta lo m)s pro$undo la situaci%n que llevaron a sus clientes a cometer el "ec"o y que ni siquiera debe uno especular acerca de la inocencia y culpabilidad de un individuo. En las calles de "oy d'a "ay m)s culpables de delito que lo que est)n presos en las c)rceles, muc"os pur!ando condenadas siendo inocentes, mientras que en la calle "ay muc"os sueltos, viviendo su vida en libertad siendo culpables. La condici%n del abo!ado penalista no es demostrar la culpabilidad o inocencia de su cliente, sino aminorar las penas, si es culpable y si es inocente procurar su libertad.
Conclusión Este libro, llamado ?ourtroom en in!les, es un libro e;celente para todo aquel que esté interesado en las leyes, incluso sin ser abo!ado o estudiante de derec"o. qu' se pone de mani$iesto las di$erentes situaciones que pueden darse cita en una corte o sala de jurados. E;pertamente escrita, estudiando pro$undamente muc"as de las e;periencias judiciales de Liebowitz, analizando sus instintos, su atenci%n al detalle y sus técnicas, sin lle!ar nunca. prendemos selecciona y convence a sus jurados con ar!umentos convincentes. :emos como su interro!atorio determinado se convierte en ima!en de que la m)s m'nima $alla en el testimonio de un testi!o en una acusaci%n puede ser utilizada para destrozar la credibilidad del testi!o. El autor también utiliza su trabajo para "acer $rente a al!unos de los principales temas de criminolo!'a y la aplicaci%n de la ley de la era de Liebowitz. Estos incluyen la criminolo!'a antropol%!ica, entre otros. Reynolds "izo un buen trabajo con esta bio!ra$'a de Liebowitz, seal% el abo!ado de de$ensa criminal de la era del !)n!ster y m)s tarde el ?ondado de @in!s. 2ueva 3or1. En mi opini%n Sala de Jurados deber'a ser lectura obli!atoria para todo aquel abo!ado liti!ante. ?oncluyo con una $rase de nuestro prota!onistaB
::;i4o que muc>
