RIESGOS GEOLÓGICOS FALLAS CUATERNARIAS (FALLAS ACTIVAS DE MENDOZA) La finalización austral de Precordillera, se relaciona con tr es importantes sistemas de fallamiento:
sistema de Precordillera oriental (1)
sistema Maradona – Acequión – Cerro La Cal (2)
sistema El Tigre (3)
Los tres presentan evidencia de actividad holocena y probablemente el área de falla Cerro Salinas, extremo austral del sistema de Precordillera Precor dillera oriental, se relacione con el sismo de 1917; y el extremo austral del sistema Maradona – cerro La Cal, se relacione con los sismos de 1861 – 1903 – 1920 y 1927. El dominio morfológico conocido con el nombre de Cerrilladas Pedemontanas con rumbo noroestesudeste, con participación de sedimentitas del Terciario superior- Cuaternario, presenta un importante fallamiento en el occidental del eje anticlinal Lunlunta – Vacas Murtas (5); aparentemente este fallamiento habría tenido desplazamiento durante el terremoto del 25 de enero de 1985. Hacia el sur del río Tunuyán, se han re conocido fallas de rumbo este-oeste y componentes laterales importantes que desplaza a cauces holocenos. Tal es el caso de la falla Manantiales en el borde norte de la meseta del Guadal (7) y falla Huayquerías (6). Otro sistema de importancia por su ubicación tectónica, es el desarrollado desde las cercanías de Potrerillos bordeando el faldeo oriental del Cordón del Plata hacia el río Papagayos y su probable continuación al sur del río Diamante en el piedemonte de la estructura andina hasta la latitud de Malargüe, falla Chalet (8), falla Chupasangral (4) y falla Malargüe (11). Este sistema al que se denominó piedemonte andino fue parcialmente analizado por Polanski (1963). El lineamiento Vacas - Tupungato asociado en parte al límite entre Cordillera Frontal y Cordillera Principal parece tener una prolongación en la planicie de la cuenca surmendocina en las fallas Diamante (10) y Papagayos (9). Estas afectan a unidades cuaternarias del piedemonte, reconociéndose su influencia en los desplazamientos sinistrales del arroyo Yaucha y sus terr azas. El borde occidental del Bloque San Rafael, principalmente al sur del río Atuel, presenta un notorio sistema de fallamiento activo con sucesivas reactivaciones y con una superficie nueva de rotura, producida en un segmento del mismo, durante el terremoto del 30 de mayo de 1929 denominado Villa Atuel – Las Malvinas. Este segmento denominado localmente falla de Malvinas (13) presenta características de un desplazamiento lateral izquierdo y normal, sugiriendo para este borde tectónico una cizalla sinistral en distensión. La conexión del sistema Sanrafaelino con las fallas Diamante y Papagayos es un punto no estudiado en detalle, pero que de verificarse comprobaría movimientos de rumbo para el lineamiento Vacas – Tupungato de gran importancia geotectónica en la estructuración del cordón andino a esta latitud. En el sur mendocino, limitando con la provincia de Neuquén y La Pampa hacia el este, se ubica un extenso campo volcánico comúnmente denominado Payunia. En él se han reconocido dos sistemas de fallamiento cuya actividad cuaternaria no ha sido comprobada pero se los considera basándose en su morfología como fallas potenciales. Uno de ellos de rumbo este-oeste se asocia a la posible
estructura de caldera de colapso del Payun (12) y el otro a emisiones lávicas puntuales y alineadas con un rumbo noroeste paralelo al rumbo del sistema San Rafael. Probablemente este último se relaciona al tren estructural Diamante – Papagayos. La definición de los sistemas de fallamiento se completó con: evaluación de la morfología mediante análisis fotogeológicos, vuelos de bajo ángulo de iluminación y reconocimiento de campo. Trabajos detallados se han efectuado en falla Cerro la Cal, falla Chalet y falla Malvinas. En el presente resumen se detallarán solo algunos de los trabajos desarrollados en falla Cero La Cal que muestran la metodología utilizada.
Las fallas que se consideran como posible riesgo geologico son la falla Papagayos (9) y la falla Diamante (10), debido a que estas cortan de manera transversal la t raza del acueducto subterraneo: • Falla Papagayos: La falla Papagayos posee un rumbo NO-SE y una longitud aproximada de 20 km. El labio hundido se encuentra hacia el suroeste y noreste alternadamente, con escarpas elaboradas
principalmente en el pedimento rocoso y con una serie de pequeños volcanes alineados al sureste.
La estructura habría condicionado la formación de Turbales y Vegas, tal como se observa en el río Papagayos (Paraje Lagunitas) y del Yaucha. No se encontraron evidencias de la cinemática de la falla pero el cambio de posición de la escarpa, su trazado rectilíneo y la presencia de un volcanismo asociado, señalarían una cinemática transtensiva en fallas antiguas que fueron reactivadas por la tectónica cuaternaria. La actividad tectónica durante el Cuaternario se manifestaría por la presencia de pliegues y fallas que afectan depósitos aluviales asignados al Pleistoceno en sentido amplio. Si bien no se han registrado en la región terr emotos destructivos y su sismicidad actual es baja, puede no ser representativa del verdadero potencial sísmico de la región. Los segmentos con actividad tectónica durante el Cuaternario constituyen posibles fuentes sismogénicas para la región. La falta de deformaciones holocenas y la baja sismicidad histórica e instrumental de la región puede no ser representativa de la potencialidad de estas estructuras neotectónicas como generadoras de terremotos destructivos en la región. • Falla Diamante: La zona de fractura Diamante se caracteriza por poseer escarpas subparalelas que afectan el piedemonte muy cerca del frente montañoso con numerosos centros volcánicos
alineados. En general, las escarpas miran al sudoeste. VOLCAN MAIPO A partir del año 1997, desde el SEGEMAR (Servicio Geológico y Minero Argentino) comenzaron a trabajar en la reserva y zonas aledañas con el fin de reconstruir la historia geológica de la región y la actividad eruptiva del volcán Maipo. En aquel momento, se lo quería etiquetar, es decir establecer su status en función de la edad y frecuencia de las erupciones pasadas, así como también del tipo, magnitud y composición química de los productos arrojados en el transcurso de su historia. Actualmente el objetivo es evaluar su peligrosidad a través del monitoreo químico del magma y del inventario de erupciones en tiempos recientes. Así como la identidad de los pueblos es el sombrero del esqueleto histórico y para apreciarla es necesario conocer su pasado, el estado actual de un volcán debe rastrearse en su historia de violencias. El volcán Maipo puede ser categorizado como un "supervolcán" debido a su inconfesable origen catastrófico, y desde esta rama podría r eclamar un parentesco con Yellowstone o Long Valley en Estados Unidos. Así es, la construcción del volcán representa apenas un capítulo más, aunque no el último, de una historia que comenzó 150.000 años atrás. Este dato es muy reciente y conmocionante ya que no sólo difiere del anterior en 300.000 años sino que eleva exponencialmente la eventual amenaza. Más allá de los vaivenes de los resultados analíticos, la evidencia aportada por la memoria inalterable de las rocas relata que donde hoy se espeja el Maipo, tuvieron lugar erupciones explosivas de gran envergadura. Centenares de kilómetros cúbicos de material incandescente fueron arrojados en forma de nube ardiente, provocando el colapso del terreno debido al súbito vaciamiento de una cámara magmática situada a menos de 5 kilómetros de profundidad.
Tremendo cataclismo resulta en la formación de calderas, fenómeno devastador raramente observado en tiempos históricos, salvo si se rescata e l mudo testimonio de las ánforas minoicas que reposan en el fondo del mar Egeo luego de la formación de la caldera Santorini en Grecia. La caldera Diamante no sepultó civilización milenaria alguna pero produjo cambios muy importantes en la antigua geografía, tales como el relleno de profundos valles y la formación de nuevas planicies. Actualmente, la laguna Diamante ocupa la parte más baja de la “palangana” y es posible rastrear los restos de los materiales volcánicos en Argentina y Chile, en un área de 23.000 km2. En Chile se puede hallar pómez con “ADN Diamante” en los valles cordilleranos, en el valle Central, en el aeropuerto de Santiago e incluso a lo largo de la costa pacífica. En Argentina, los límites aproximados de propagación de estos materiales se encuentran entre la latitud de la localidad de Pareditas, al Norte, y el valle del río Diamante, al Sur, y se habrían encauzado como flujos a lo largo de los ríos del Rosario, Yaucha y Papagayos para luego colmatar los valles y generar una vasta planicie de pómez en el piedemonte mendocino. Sin duda, fue un evento eruptivo de muy corta duración y gran magnitud. Un modo de clasificar las erupciones volcánicas es calculando el índice de e xplosividad, con un rango de 1 a 1 0, para este caso particular ha sido estimado un valor de 7. Debido a estas características ha sido considerada como la erupción más violenta que tuvo lugar en Mendoza en los últimos 500.000 años Al amparo de los beneficios que otorga el tiempo y el olvido, el pasado violento se ha reconvertido en presente pacífico y futuro promisorio. En efecto, la pómez en abundancia se ha tornado objeto de explotación minera con aplicaciones en la industria textil, cosmética y como filtro natural Las principales canteras se hallan situadas a lo largo de la ruta nacional 40. La construcción del volcán Maipo comenzó apenas 50.000 años después y a lo largo de su longeva historia de 100.000 años acusa un comportamiento jalonado por cambios severos de temperamento, desde erupciones explosivas hasta otras más tranquilas caracterizadas por la emisión de coladas de lava. Sin embargo, el común denominador es el escaso volumen, como resultado de la baja provisión de magma en profundidad. Todos los estudios realizados y aquellos planificados para el futuro tienen como objetivo fundamental contribuir a predecir el comportamiento del volcán ante una eve ntual reactivación. Echando mano a la cautela y abandonando el terreno fangoso de la especulación, es posible afirmar que la cocina de la tierra continúa encendida, en posición “piloto”, su desplazamiento a “máximo” depende de una compleja y poco predecible inter acción de variables geodinámicas y tiempo.
EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL DE LA OBRA • Agua: Las excavaciones y depósito temporal de materiales sueltos pueden producir modificaciones de los cursos, naturales y artificiales, de escurrimiento de aguas superficiales.
• Aire: Se producirá un aumento de los niveles de partículas en suspensión debido al uso de explosivos, a los movimientos de tierra y extracc ión de materiales en cantera y en áreas operativa y de influencia. La generación de gases de combustión de maquinaria y vehículos modificarán la calidad del aire. • Nivel sonoro: Durante la ejecución de los trabajos se producirán ruidos originados por el movimiento de maquinaria (camiones, retroexcavadoras, topadoras, etc.). También es importante tener en cuenta la posibilidad de ruidos originados por el uso de explosivos destinados a la remoción de rocas ubicadas en la traza de las cañerías o en la zona de implantación de estaciones de bombeo. • Suelos: El impacto que se producirá sobre el suelo durante la etapa de construcción será negativo, particularmente en zonas de excavaciones. Asimismo, se producirá una modificación permanente en cantera y en áreas operativas y de influencia debido a extracción de suelos y movimientos de tierra. Se producirá una compactación motivada por el tránsito de maquinaria pesada, debiendo prohibir la circulación de éstas fuera de caminos previstos. En caso de ser necesaria la apertura de desvíos o trazas provisorias se producirá una modificación en las características de los suelos en estas zonas. Se deberá tener especial cuidado en los impactos que pueden originar en los obradores y campamentos debido a la generación de residuos sólidos y líquidos que pueden impactar sobre la calidad de los suelos. Asimismo, se podrán producir modificaciones en las características de los suelos motivadas por el lavado de hormigoneras, etc. • Flora: Durante la etapa constructiva, las acciones más impactantes sobre la vegetación terrestre son aquellas que implican desmonte y posterior movimiento de suelos. • Fauna: Los trabajos de limpieza y desmonte producirán un impacto directo sobre la fauna local. El trabajo de maquinarias, la mayor circulación de ve hículos pesados y camiones y la posibilidad del uso de explosivos generará un incremento del nivel sonoro que afectará a las poblaciones características de la zona en forma transitoria.
EFECTO DE AGUAS CLARAS El fenómeno de las aguas claras se genera como consecuencia de la construcción de las represas que tienen una doble intención: por un lado embalsar agua para poder equilibrar la provisión en las épocas de escasas precipitaciones níveas y también para la generación de energía eléctrica. Antes de esa construcción de diques, los ríos, en su trayecto, arrastraban consigo sedimentos, los que provocaban una impermeabilización “natural” en los cauces de riego. Sin embargo, el agua embalsada generó un fenómeno atípico, en razón de que los sedimentos quedan en los embalses, mientras aguas abajo se produce una mayor infiltración. Si por un lado llega menor cantidad de agua superficial a las fincas, por el otro se produce un ascenso de las napas freáticas que afectan a grandes sectores productivos. Una de las soluciones pasa por impermeabilizar los canales de riego, ev itando así la infiltración, pero se trata de inversiones importantes, por los miles de kilómetros de canales con que cuenta la provincia.
Por una razón o por la otra, lo cierto es que el fenómeno de las aguas claras persiste en el Sur y amenaza el Norte, sin que se concreten las obras necesarias para solucionarlo. • Efecto mecánico: En los grandes embalses se deposita en el fondo del cuerpo de agua la mayor parte de los materiales finos que se hallan en suspensión. Por eso, aguas abajo del embalse, el agua tiene una menor viscosidad, y esas aguas claras, por ende, tienen mayor fuerza erosiva que acelera la degradación erosiva de los canales de riego. Esto lleva, con el tiempo, a la necesidad del productor agropecuario de emplear fertilizantes que a su vez contaminan. • Disminución de fertilidad: En tre los materiales finos retenidos en los fondos de los embalses, se encuentra gran parte de los nutrientes. De esta manera, las aguas claras llegan a los canales de riegos sumamente empobrecidos, creando en el productor agropecuario la necesidad de emplear fertilizantes que a su vez contaminan y se difunden a lo largo del ecosistema.
BIBLIOGRAFIA http://www.mdzol.com/nota/229569-el-maipo-un-supervolcan-de-pura-cepa/ Geología y recursos naturales de Mendoza, Editor V. A. Ramos, Asociación Geológica del Instituto Argentino del Petróleo Asociación Geológica de Mendoza Apuntes catedra de Ingeniería Civil II http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/Aguas%20Cla.htm http://www.losandes.com.ar/article/aguas-claras-lentitud-635184