Primera Prueba Europa Contemporánea (Aranda) Imperialismo (1875 – 1914) ¿Qué es el Imperialismo? La definición tradicional del concepto proviene del mundo romano, ya que según el profesor es una potestad militar. Pero ésta no es la única comprensión, porque también existen otras tres definiciones más.
Lenin: Comprendía el imperialismo como ‘la etapa superior del capitalismo’, ya que por medio de ésta las potencias podían obtener la mano de obra que necesitaban para sus procesos. Morgenthau: Siendo uno de los mayores intelectuales en el estudio internacional, él proponía que el imperialismo se generaba cuando los países decidían acabar con el status quo, ya fuera a nivel local, regional o mundial. Así, existían dos tipos de estados: los que mantenían el status quo y quienes querían dominar al quebrar este sistema. Hobsbawm: El autor inglés se inclina por sobre todo a una definición económica. Si bien no descarta factores políticos y culturales, el imperialismo para este autor se genera cuando hay un mundo de tal desarrollo económico, que hay países desarrollados o en vías de desarrollo se consideran ‘superiores’ a otros.
¡No debe olvidarse que existió imperialismo antes de esta época! La diferencia ésta en que desde 1875 empezó a gestarse un nuevo tipo de imperialismo, que Hobsbawm denominó como Imperialismo Colonial. En el siglo XIX, según McKay, no tan sólo hubo modificaciones en la sociedad occidental, sino que también cambios por parte de ésta con el resto del mundo. Aquello se debía a que desde ‘hace tiempo’ (siglos XVI – XVII) que Europa Occidental no tenía un desafío en cuanto a probar su superioridad política, militar y económica. Pero aquello cambia en la segunda mitad del siglo XIX, donde se genera una repartición del mundo donde se instalan gobiernos formales o se genera una dominación política informal en el territorio. Este imperialismo sería nuevo porque adquiere una muy fuerte dimensión económica, sin contar que hay varios motivos que explican por qué el reparto del mundo fue hecho por muy pocos países. ¿Cómo se dio el reparto del mundo? Entre 1875 a 1914, África: Exceptuando Etiopía (que logró imponerse por sobre Italia, que era una de las potencias europeas más débiles de la época), todo este continente fue repartido entre las potencias, que se resumen a ingleses, franceses, belgas, alemanes y, en menos medida, españoles y portugueses. Hobsbawm: para 1914, todo el continente estaba repartido. Pacífico: Similar situación a África; estaba repartido completamente. Acá es importante destacar a USA, debido a que adquiere territorios como Filipinas, Cuba y Puerto Rico. América: No hubo una repartición e intervención del mundo europeo en este continente, ya que estaba en funcionamiento la Doctrina Monroe de 1823 (USA se oponía al colonialismo, por lo que las potencias europeas no podían establecerse en zonas que ya estaban liberadas). Eso sí, esta declaración política no entorpeció lo económico, ya que Inglaterra interactuó con los nuevos estados por medio del comercio. Asía: Esta zona se observaba como independiente de Europa, pero eso no quitaba que las potencias se relacionaran con él gestando e incrementando ‘zonas de influencia’. No es menor destacar la formación de dos nuevos imperios, como el indochino por los franceses durante
el gobierno de Napoleón III y el imperio japonés al pasar por China para dominar Corea. - Caso importante de destacar 1, China. Inglaterra siempre había soñado en poder instalar una colonia británica en la zona, pero era difícil ya que el gobierno local sólo permitía hasta cierto grado relaciones comerciales con la potencia europea. Además, como había varias restricciones sobre qué podían comercializar los ingleses, éstos decidieron ingresar al país un producto que desestabilizó profundamente la economía y salud de los chinos: el opio. Obviamente, al generarse problemas (ej: inflacionarios), el gobierno chino tomó medidas contra los ingleses, donde ellos ya no podrían comercializar con la misma libertad. Esto desencadenó lo que se conocerá después como las ‘Guerras del Opio’, donde la segunda, 1856 – 1860, implicó la victoria de Inglaterra ya que llegaron a ocupar militarmente Beijing y lograron un proteccionismo comercial en la zona (también se adueñaron de Hong Kong). - Caso importante de destacar 2, Japón. La historia de este estado hasta el siglo XIX debe entenderse como de ‘aislamiento’, ya que mantuvieron contactos mínimos con otras potencias (lo más cercano fueron los Países Bajos durante los últimos dos siglos). Pero USA deseaba entrar en contacto, tanto en plano político como económico; por lo que en 1853 presionaron a Japón para que se generara una reunión diplomática en Edo (actual Tokio). Desde ahí se abre el comercio para este estado. Según Hobsbawm, el imperialismo de esta época es novedoso por el aspecto económico. Concordando con McKay, el ‘imperialismo colonial’ fue novedoso porque se sustentó en la idea de desigualdad, ya que existían dos tipos de países:
Países desarrollados: Éstos eran muy pocos, donde se identificaban al ser económicamente superiores en cuanto a tecnología. Como necesitaban nuevos mercados para hacer llegar sus productos, van comunicándose y anexando territorios para así obtener las materias primas que necesitan. Países del Tercer Mundo: Eran inferiores, donde se adaptaron totalmente a las disposiciones que les imponían los países desarrollados. Fueron formados y elaborados para que se dedicasen a la negociación económica de una o dos materias primas, según fuera la necesidad. Además, eran zonas bastante positivas en la adquisición de mano de obra barata.
Como el manejo de estas economías fue hecho por muy pocos países, se generó un proteccionismo: solamente los países desarrollados podían comunicarse y entablar relaciones con sus colonias. Asimismo, como las mismas colonias fueron incluidas en la economía de los países desarrollados, se generó lo que Hobsbawm denominó como economía mundial, ya que hasta los lugares más remotos podían ser partícipes de los núcleos de interacción europea. Pero como se dijo, lo económico no es lo único que explica el imperialismo colonial. A esto debe sumarse el factor cultural, que se remite a las ideas de civilización y superioridad. El europeo se percibe como un hombre blanco que tiene el deber de llevar su civilidad a las partes más remotas, donde es importante destacar que no era relevante la situación social (clase media, pobre, rico) al llegar desde la metrópolis a la colonia: por el mero hecho de ser colono se era dominador, superior a los nativos y se tenían privilegios. Asimismo, el imperialismo permitió una potencialización del nacionalismo, ya que los colonos iban a las zonas para ejercer legitimidad en lo político y social. También hubo un importante interés por lo exótico y religioso (la Iglesia Católica, en su afán de dar a conocer cuál era la auténtica religión, intentó evangelizar en varias zonas. Eso sí, no fue una empresa totalmente exitosa, porque había colonias como India y Medio Oriente donde no se permitía la evangelización o era simplemente imposible). Como fuese, Hobsbawm recalca el hecho de que el imperialismo afectó al imaginario, prácticas, migraciones y costumbres; ya que Europa empezó a percibirse como una zona dominante en el mundo que tenía el deber de cuidar a los países no europeos (que eran inferiores).
Finalmente, en cuanto a los resultados del imperialismo, éstos varían dependiendo del sujeto. Por parte de las potencias; existieron países que intentaron establecerse, pero no tuvieron capitales y obtuvieron resultados económicos bastante mediocres. Podemos citar, por ejemplo, Alemania, que por su unificación y recién surgimiento como estado no obtuvo muchas zonas para su imperio. Hobsbawm presenta, asimismo, a Francia. Por otro lado, Inglaterra fue uno de los más beneficiados, donde su imperialismo se basó en lo económico y el posicionamiento beneficioso geográfico.
Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) Debe tenerse claro que no hay una única respuesta para explicar por qué se dio ‘la Gran Guerra’. Eso sí, la historiografía (Duroselle), está de acuerdo en señalar que esta guerra fue inesperada en tanto su duración (se esperaba que fuera corta, pero al final terminó siendo de más de 4 años), número de muertes (nunca se pensó que la cifra llegaría a 8 millones de almas, donde por lo menos un millón se le asigna sólo a Alemania y Francia) y objetivos (primó más lo militar que lo político; es más, al final lo militar fue lo único que determinó y explicaba la guerra). Fermandois comprende que la ‘Gran Guerra’ se gestó producto del desequilibrio del sistema internacional1 que se creó desde el Congreso de Viena (1815 – 1914), donde se pasó desde un mundo multipolar a un mundo bipolar. Factores como el nacionalismo (formador de nuevos estados en desmedro de otros, desestabilizando el sistema: Alemania, por ejemplo) y el imperialismo (si bien incluyó al resto del mundo en el sistema internacional, trajo problemas al haber disputas coloniales que dificultaron el diálogo entre las potencias) causaron esta bipolaridad, que según el autor genera inestabilidad, es más proclive al conflicto y a la guerra. De esta manera, desde la segunda mitad del siglo XIX se conformaron dos bloques:
Triple Alianza (de las potencias centrales): Alemania, Austro – Hungría e Italia. Triple Entente: Inglaterra, Francia, Serbia, Bélgica y Estados Unidos.
Para este autor, la Primera Guerra Mundial se puede caracterizar desde tres puntos: 1. Generó una imposición de lo militar por sobre lo político. 2. Se produjo una deslegitimación de la relación entre la guerra y paz. Antiguamente, el irse a guerra se veía con mucha normalidad y también se asumía que era algo glorioso, pero esta Gran Guerra modificó esa percepción (no había nada de glorioso y heroico en morir en una trinchera, por ejemplo, donde normalmente era la enfermedad o un bombardeo quién mataba). 3. Desde acá se gestó la ideologización de la guerra, ya fuera con USA y el idealismo (lucha por los derechos de las personas) que trajo Wilson o Rusia (comunismo). Por otro lado, Duroselle destaca cómo fue la estrategia y política militar durante esta guerra. Según él, en las seis primeras semanas se intentó planificar una estrategia, pero finalmente llegó a un punto muerto. Eso impulsó a los dirigentes militares a buscar ‘nuevas formas de guerra’:
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Un sistema internacional se entiende como la interacción que se generan entre distintos estados, produciendo una jerarquía entre ellos que va modificándose según distintas variables. El sistema internacional moderno surgió con la Guerra de los 30 años en Westfalia (1618 – 1648), que asimismo generó el concierto europeo donde distintos Estados aspiraron o fueron sujetos centrales. Después se pasó al sistema después del Congreso de Viena en 1815 y que duró hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914), donde no tan sólo hubo estados, sino que otros actores como la Cruz Roja. Posteriormente está el sistema internacional entre guerras, que duró entre 1918 a 1939 y que vio el nacimiento de movimientos ultranacionalistas y la Gran Depresión. Finalmente, el último sistema internacional es el de la Guerra Fría, que va desde 1945 hasta 1991; que está caracterizado por el definitivo acto de que Europa dejó de ser un sujeto relevante y modificador en el área internacional, siendo reemplazado por USA.
Plan XVII por Francia (Joffre): Duroselle comenta que no era racional, porque el único propósito del ejército francés era dirigirse hacia los puntos más altos de los cerros y atacar a las tropas enemigas hasta que agotasen. Plan Schlieffen (Alemania, 1906): Para el autor fue un plan muchísimo más racional que el Plan XVII, ya que este país sabía de lo desfavorable que era ser atacado por dos frentes (oriental y occidental), por lo que se planteó aniquilar al ejército francés. Para ello, los alemanes debían pasar por Bélgica (que era neutral), dirigirse al sur y obligar a los franceses a irse al frente oriental para así acabar con ellos. El plan habría tenido éxito si no era por los ingleses, que insistieron en lo desfavorable que sería abandonar por completo un frente. - La determinación de la Entente causó que produjera la ‘Batalla de Marne’ entre el 5 al 9 de septiembre de 1914, donde se ocasionó lo que sería la constante del frente occidental: las trincheras. También, no está de más decir que con este plan Bélgica e Inglaterra entraron a la guerra, y por extensión lo hizo además Japón (si bien el tratado que firmó con los ingleses no contemplaba la participación bélica, según Ferró).
Asimismo, los dirigentes militares tuvieron en sus pensamientos tres directrices que aplicaron durante toda la duración de la Primera Guerra Mundial: Ruptura: Esta era el objetivo inicial que se buscaba concretizar por parte de todos los dirigentes pero que nunca se logró. Se necesitaba de una gran cantidad de recursos y de una momentánea superioridad en efectivos (que no se tenía). Desgaste: Planteamiento originalmente de Alemania, esta directriz queda evidencia en la ‘batalla de Verdún’ de 1916, donde los alemanes atacaron con todas sus fuerzas al mundo anglosajón para así lograr un agotamiento de voluntad. Aquello sería mucho más impactante para el enemigo que la ruptura de líneas, conquista o agotamiento de recursos, ya que se estaría atacando el espíritu de las tropas. A esto se suma, en 1917, la guerra submarina a ultranza, que implicaba por parte de los alemanes afectar en cuanto a recursos a la Entente. La aspiración era que se perdieran 600 tonelajes, algo que se logró con creces ya que los submarinos alemanes disparaban a cualquier tipo de barco (fuera amigo o enemigo). Debe recordarse que esto se hizo teniendo presente la consecuencia que conllevaría a Alemania: la incorporación estadounidense a la guerra (se sabía que Wilson, gran defensor de los mares y de la libertad, no permitiría esto. Diversión: Planteado por la Entente, la lógica que imperaba era llevar la guerra a los frentes donde el enemigo no era tan poderoso. Así, se buscaba trasladar la guerra a frentes como el ruso, chino, turco, etc. Acá se gestionó el frente oriental, que con diferencia del occidental fue sumamente dinámico porque el movimiento de las tropas rusas fue muy dinámico desde el comienzo (eso Alemania no se lo esperaba) y también la situación de Medio Oriente. Además, algo importante es que la guerra fue de carácter mundial. Esto se ve en una doble pendiente. Por un lado, está que la guerra se llevó a distintas partes del globo (China, Turquía, Rusia, Medio Oriente desde 1915 con la decisión de hacer desaparecer al Imperio Otomano al provocar el levantamiento de las diferentes tribus árabes). Pero también está cómo la misma población civil se vio perjudicada por la despreocupación inicial de que no se necesitaba de una economía de guerra. Aquello impulsó una situación, según Ferro, de movilización de industrias (antes de la guerra, solamente los ferrocarriles e implementos servían al conflicto) y racionalización de recursos (producto del fin de las relaciones comerciales y de bloqueos, como el submarino, el Estado se tuvo que encargar de administrar y organizar la economía y recursos. Se generaron una especie de autarquías). Finalmente, lo que causó que la guerra terminase no fue ni el desgaste ni la intervención en zonas periféricas. Inclusive, tampoco fue la ruptura, sino una posible ruptura que observó Alemania ante el ingreso de los Estados Unidos en 1917. ¿Por qué? Si bien Ferró destaca el hecho de que este país
no se encontraba preparado para entrar a la guerra, ya que no tenía a la cantidad de personas y recursos que la Entente le solicitó en un comienzo; la flexibilidad de la economía y acceso de recursos permitieron que USA pudiese enseguida contribuir en la finalización de la guerra. Incluso su ingreso modificó la Primera Guerra Mundial hasta planos globales, ya que planteó dificultades en zonas asiáticas como lo fue China y el imperialismo japonés: USA no se mostró de acuerdo con todo el control y facilidad que tuvo Japón en la zona a costa de los transportes y recursos que facilitó a Inglaterra y Francia (las potencias europeas cedieron porque necesitaban del apoyo japonés). Por ello se habla de que la intervención estadounidense fue todo un acto teatral. En primer lugar, está el aporte económico que trajo este país, donde es cierto que Alemania no se esperó que la ayuda estadounidense fuera tan rápida (dirigentes alemanes como Hindenburg y Ludendorff esperaban acabar con la Entente antes de que Estados Unidos interviniese. De hecho, al momento de realizar la guerra submarina, Alemania consideró la reacción del ‘protector de los derechos y de la libertad de mares’, el presidente estadounidense Wilson). En segundo lugar, estuvo la ‘sorpresa’ de que USA ingresara a la guerra. Asumido y promovido en su campaña a la Casa Blanca como un presidente pacifista (1912), Wilson no se planteó durante los primeros años participar, ya que había una preocupación de afectar la cohesión del propio país (si apoyaban, por ejemplo, a Inglaterra, se generaría un descontento por parte de los migrantes alemanes e irlandeses, ocasionando escenarios xenófobos. Pero tampoco era conveniente apoyar a la Alianza porque económica y políticamente era mucho mejor no cortar los lazos con la Entente). Si finalmente USA ingresó a la guerra fue producto de una serie de sucesos, que van desde el hundimiento del Lusitania hasta el telegrama Zimmerman2, que para Ferró fue la chispa que convenció el ingreso. Pero según Ferró, Wilson no era en verdad un pacifista, por lo que no buscaba instaurar la paz en sí misma. Lo que le preocupaba al presidente era imponer su propia idea de paz, que se ligaba a la doctrina de nueva diplomacia (Duroselle): aquí, la paz no dependía del equilibrio de las naciones, sino del respeto a los derechos fundamentales de las personas. Ejemplo claro de ello son los 14 puntos de 1918, la única propuesta de paz que dio confianza a Alemania para pedir un alto a la guerra. Fin de la Primera Guerra Mundial. Como se dijo, Alemania consideró que no podía vencer a la Entente al unirse Estados Unidos, ya que estaba agotado tanto en el plano mental como económico. Pero esto no significaba que deseasen perder: Ludendorff y Hindenburg planearon ganar tiempo mientras negociaban, por lo que recurrieron a Wilson para así ir confeccionando su golpe final. ¿Por qué eligieron a Estados Unidos? Ferró tiene razón cuando decía que este país, si bien participó con la Entente, nunca fue parte de él. Como USA era un asociado, no tenía la misma agenda que Inglaterra y Francia, por lo tanto, podía actuar como árbitro al momento de llegar a las negociaciones. Además, está el hecho de que fue el único país con una propuesta de paz. Es por ello que Alemania creyó que iba a poner a USA a su favor y se cederían en varios aspectos, pero no fue así: Wilson pensaba que Alemania debía ser separado entre lo civil y militar, ya que los segundos fueron lo que lesionaron los derechos de las otras potencias. Por tanto, había que rescatar a los civiles que sí podían estar inclinados por la democracia. Fue así como Alemania quedó amarrada de manos. Con este escenario llegó la Conferencia o Paz de París de 1919, que fue un conjunto de tratados celebrados entre las potencias vencedoras y cada uno de los enemigos. En el caso concreto de Alemania, se celebró el tratado de Versalles en el mismo año, donde el mayor problema que tuvo
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El telegrama Zimmerman fue una propuesta que Alemania le hizo a México durante la Primera Guerra Mundial, donde si el país latinoamericano le declaraba la guerra a Estados Unidos y lo invadía, Alemania se comprometía a recuperar los territorios que éste le había arrebatado a México durante la guerra mexicano-estadounidense de 1846 y 1848. Asimismo, el telegrama pedía que México diera a entender a USA que Japón estaba aliándose con Alemania (cuando en verdad seguía con Inglaterra).
éste era que no involucró en su realización al perdedor. Esta lógica, para Fermandois, equivale a generar un tratado que no iba con las lógicas del sistema ni concierto internacional (cuando fue el Congreso de Viena de 1815, las potencias sí tuvieron la consciencia de incluir a Francia). De esta manera, el tratado logró humillar a Alemania, pero no la aplastó. El tratado era sumamente exigente. En parte fue así porque muchas de las peticiones que hicieron países como Francia fueron suprimidos por Wilson, que no consideraba que se tuviese que confeccionar una paz según la anexión de territorios (esto generó que las propias potencias europeas no tuvieran confianza en la paz que se instauró según el imaginario del presidente estadounidense). Así, por un lado, se tenía a Francia (representado por Clemenceau), que exigía cada punto del tratado, donde lo más duro para Alemania sería el tema de las reparaciones3. Mientras, por el otro lado, estaba Inglaterra con Lloyd George, quien confiaba en que se pudieran reestablecer las negociaciones económicas con Alemania y, por ello, quería que se suavizara el tratado de Versalles. Finalmente, la opinión la tuvo Estados Unidos, quién se inclinó por Clemenceau. Del tratado de Versalles nació también la Sociedad de las Naciones, que bajo las lógicas de la nueva diplomacia se promovió que pudieran garantizar seguridad por medio de medidas económicas. Pero esto no otorgó equilibrio al sistema internacional, ya que el organismo pecó en dos aspectos: primero, ignoró nuevamente a los vencidos, especialmente Alemania. Segundo, permitió que Estados Unidos y URSS mantuvieran, cada uno bajo su situación4, el aislamiento, ocasionando que no fueran parte de la Sociedad de las Naciones. Esto produjo que solamente lideraran ingleses y franceses, que a esas alturas del partido ya no tenían la influencia de antaño.
Revolución Rusa (1917 – 1924) La explicación de la revolución puede venir desde el siglo XIX, pero mi opinión está en sus orígenes surgen desde el planteamiento con Pedro I, el Grande, donde se propuso la ‘occidentalización’ (que a la larga era la modernización del país). Para Hobsbawm, Rusia estaba en el problema de la contradicción, ya que era al mismo tiempo imperialista, pero semi colonial; industrial, pero agrícola. Según Hobsbawm, la Guerra de Crimea (1854 – 1856) marcó el comienzo del fin. El zar, cabecilla de un gobierno autárquico que podía equiparar el sostenimiento del poder con las monarquías europeas occidentales de los siglos XVI y XVII, empezó a preocuparse cada vez más por la occidentalización. Eso sí, era complejo llevarlo a cabo porque el país estaba muy atrasado, era ineficiente y grande: de toda la población, solamente un 1% de las personas eran nobles, el resto eran campesinos. Aún así se hicieron intentos: se abolió la servidumbre en 1861, se intentó plantear una especie de reforma agraria y la industrialización se llevó por medio de altos impuestos y capitales extranjeros. Pero esto no bastó. La población cada vez estaba en una situación más crítica, donde lo que faltaba era por sobre todo comida. De hecho, en 1891 se generó una revuelta de hambruna, lo que evidenció a la población rusa que el zar había descuidado a la población campesina. Se produjo un descontento que, sumado al crecimiento alarmante de la población obrera por la industrialización, evidenció que debía generarse un cambio. Se sabía que debía haber una revolución, pero no se tenía claro cuándo.
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Según Duroselle, el tratado de Versalles era muy malo para Alemania porque en ningún momento se habló de alguna cifra para establecer las negociaciones; generando de base un sistema económico alemán post - guerra muy débil. Asimismo, esto explica todo el proceso inflacionario que vivió el país después (1923 y 1929). 4 El Congreso estadounidense se inclinó una vez más el aislamiento de su país, por lo que no se unieron a la SDN. Mientras, producto de la situación de revolución y también por la Guerra Civil, URSS cortó lazos internacionales con todos hasta 1924 (Fermandois).
El hecho que terminó convenciendo a todos vino en 1881, cuando se asesinó al zar Alejandro II. Esta maniobra terrorista, impulsada por los populistas (narodnicks), ocasionó su disolución y que toda idea de que el campesinado fuera el sujeto de la revolución quedase despachada. Por otro lado, otra organización que surgió del debate revolucionario fue el partido socialdemócrata obrero ruso, donde los bolcheviques (los de la mayoría) eran una facción. Este partido consideraba que era el obrero proletario quién debía ser el sujeto de la revolución. Desde ahí vino la Primera Guerra Mundial, donde Rusia ingresó a la guerra por parte de la Entente. Esto, acorde con el texto de nacionalismo ruso, fue recibido con ímpetu (probablemente se conectaba con el hecho de que este país se veía como ‘protector de los pueblos eslavos’, zona que estuvo amenaza por Alemania). Pero el paso de los años evidenciaba que la guerra no terminaría; es más, el desgaste que sufrió el país era tal que no tenían ni armamento ni municiones. Según McKay, los soldados rusos estaban tan mal equipados que se les ordenaba utilizar cualquier cosa que pillasen en la batalla (ya fuera ropas de otros soldados, sus armas, etc.). Lógicamente, la población también sufrió. Como señala Ferró, Rusia tuvo problemas en la racionalización, ocasionando hambruna. Finalmente, en marzo de 1917, las mujeres realizaron una huelga por la hambruna; llevando que el zar tuviera que abdicar. Con ello llegó al poder Kerensky. Éste era un patriótico que gobernó en el llamado ‘gobierno provisional’, donde junto con un parlamento se dio una dualidad de poderes. Allí fueron vitales los soviets, que eran comités de guerra por parte de los proletarios que generó un asambleísmo que permitió un mayor apoyo a los bolcheviques. Finalmente, a pesar de que la gente pedía salirse de la Primera Guerra Mundial, Kerensky no hizo caso, ya que él encontraba que participar allí era todo un honor (McKay). Ello generó, junto con la falta en el repartimiento de tierras, la revolución de Octubre en el mismo año. Con esta nueva revolución se generó el quiebre. Acá se generó una nueva sociedad, donde había un Estado proletario que se diferenciaba notablemente de los países y regímenes anteriores. Lenin, en conjunto con el partido bolchevique logró imponerse al gobierno provisional, que había demostrado su incompetencia. Pero junto con la llegada de ellos empezó una guerra civil contra los rusos blancos, que eran los que apoyaban al régimen del zar y que fueron respaldados por los miembros de la Entente (hasta 1921). Como debía mantener el poder interno, Rusia cortó relaciones con los otros países y cedió varios territorios (con ellos se hicieron, en 1918, el cordón sanitario de países anti comunistas por los miembros de la Entente, que supuestamente iba a contener a la ideología). En 1918 Lenin acuerda con Alemania salirse de la Primera Guerra Mundial con el tratado Brest – Litovsk.