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historia de la Union Sovietica (1917-1991) se transform6 de mavertiginosa en las ultimas decadas. Los historiadores, hasta hace limitados a usar la escasa informacion oficial, cuentan ahora con lioso auxilio de los archivos, admirablemente conservados, que dia se abren para la investigacion. A la vez, el derrumbe del regisovietico invita a mirar su pasado con una vision menos orientada ;car en el la prefiguracion del mundo futuro que a rastrear, en ese siglo de existencia, el desarrollo acelerado de procesos caracterisde toda la historia occidental: la industrializacion, la urbanizacion, nsformacion agraria, el desarrollo educativo y, sobre todo, la consion de un estado nacional. iila Fitzpatrick, una de las mayores autoridades sobre historia soa, autora de estudios innovadores acerca del periodo estalinista, aborado en LA REVOLUCl6N RUSA una sintesis comprensiva, imente sustentada en los ultimas avances historiograficos, en la :ombina viejas y nuevas preguntas. Una de el las da el titulo a su ;_cuando termin6 la revoluci6n sovietica 7 La historiadora elige el ,uo lapso de visperas de la Segunda Guerra Mundial, cuando el en estalinista proclam6 la victoria de la revolucion y el comienzo normalidad, en momentos en que iniciaba la mas profunda a", que conllevo la matanza de la primera camada de dirigentes JCionarios. 987-1220-01-4
Historia
y cultura Dirigida por: Luis Alberto Romero
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Tradut.:cifm de AGl'STIN PICO ESTRADA
LA REVOLUCION RUSA par
Sheila Fitzpatrick
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wlntiuno edltores
.Argentina
Siglo veintiuno editores Argentina s. a.
ind.ice
TUCUMAN 1$..!1 7'l N (C1C50AAGJ. BUENOS AIRES. REPUBUCA ARGENTlNA
Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGAC!ON COYOACAN, 04310, MtX!CO. 0. F.
Agradecimientos 947.084 l CDD
Fiupa(rick, Sheila. La revolud6n rusa. - l'"e
Edltores Argentina., 2005. NO p.; 2!:-:14 cm. - (Hlstoria y Culmra / dirigida por Luis Alberto Romero; 12) Traducido por: Agustin Pico Estrada. ISB:-: 987-1220-0 I-l
i. Histori;1. 2. RcvoluciOn Ru:s.a. 1. Pko Estrada, Agustin. trad. IL Tltu!o
The Russian Revolution - Second Editi.rm was originally published in English in 1994.
This translation is published by arrangement with Oxford University Press.
La segunda edic:i6n de La revolud6n rusahie originalmente publicada. en ingles en 1994. L;_ presente edi<:iOn ha sido :1.utoriz:ada por Oxford University Press.
Portada: Peter 'ljebbes © 200.'i, Sheila Fitzpatrick © 2005, Siglo XXI Editores Argentina S. A. ISBN 987-1220-Ql-4 Impreso en 4sobre4 S.R.L 1660. Buenos Aires, en el mes
Jose Mirmol
Hecho el dep,Ssiw que marca la ley 11. 723 fmnrt>i;r,
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lntroducci6n
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I. El escenario La sociedad La tradici6n revolucionaria
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La revoluci6n de 1905 y sus consecuencias; la Primera Guerra 'vfundial 2. 1917: Las revoluciones de febrero y octubre L-1. revoluci6n de febrero y el "poder dual" Los bokheviques La revoluci6n popular Las crisis polfticas de! verano La revoluci6n de octubre 3. La guerra civil La guerra civil, el Ejercito Rojo y la Cheka Comunismo de guerra Visiones de! nuevo mundo Los bolcheviques en el poder
4. La NEP y el futuro de la revoluci6n La disciplina de la retirada El problema de la burocracia La lucha por el liderazgo Construyendo el socialismo en un pais
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47 57 62
68 72 77
82 91
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llO 114
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5. La revolucion de Stalin Stalin contra la derecha El programa industrializador Colectivizacion Revoluci6n cultural
153 158 165 171 179
6. Finalizar la revoluci6n "Revoluci6n cumplida" "'Revoluci6n traidonada" Terror
189 192 199 207
Notas
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Bibliografia
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Agradecimientos
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Escribi el primer borrador de este libro en el verano de 1979, cuando visitaba coma becaria la Escuela de Investigaci6n de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Australia (CNA) en Canberra. Quiero expresar mi gratitud hacia el profesor T. H. Rigby quien se ocup6 de mi in,itaci6n a la UNA y posteriormente formul6 comemarios muy utiles con respecto al manuscrito; a Jerry Hough, quien fue constante fuente de estimulo intelectual y aliento; ya los estudiantes de mis cursos en la l:niversidad de Columbia yen la Universidad de Texas en Austin, quienes fueron mi primer publico para buena pane de la presente obra. Par su ayuda en la preparacion de la segunda edici6n quiero agradecer a Jonathan Boney Joshua Sanborne, que me asistieron en la investigaci6n; Colin Lucas, con quien dictamos un curso sobre violencia revolucionaria en 1993; Terry Martin, quien plante6 una pregunta que procure responder en mi revision de! capftulo 6; William Rosenberg y Arch Getty, quienes respondieron con prontitud a preguntas de ultimo momenta; Michael Danos, quien leyo el manuscrito revisado; y a todos !os integrantes del taller de estudios ruso-sovieticos de la Universidad de Chicago.
Introduccion
Esta segunda edici6n de La revoluci6n rusa se da a conocer tras acontecimientos dramaticos: la caida de! regimen comunista y la disoluci6n de la Union Sovie ti ca a fines de 1991. Estos hechos han aparejado consecuencias de todo tipo para los historiadores de la revoluci6n rusa. En primer lugar, abrieron archivos que previamente estaban cerrados, sacaron a la luz recuerdos que estaban escondidos en cajones y liberaron un sinnumero de materiales de todo tipo. En segundo lugar, han cambiado de categoria a la revoluci6n rusa. Hasta diciembre de 1991, la revoluci6n rusa pertenecia a la categoria de las revoluciones que han dado "nacimiento a una naci6n "; es decir, aquellas que, como la revoluci6n noneamericana, dejaron tras ellas una estructura institucional perdurable y fueron foco de un mito nacional. Ahora, la naci6n sovietica nacida de la revoluci6n rusa parece haber muerto y la revoluci6n debe ser reclasificada ( es decir, repensada) como un episodio en el contexto general de la historia rusa. La pregunta es: (que clase de episodio? En Rusia, la revolucion bolchevique de octubre 1 es considerada actualmente con el mismo descredito con que se contempl6 a la revoluci6n francesa en Francia tras la caida de Napoleon. Los periodistas se refieren a ella como a una aberraci6n, una ruptura inexplicable pero fatal con las tradiciones de "la verdadera Rusia", asi como con la corriente principal de la civilizaci6n mundial. Al parecer, para muchos intelectuales rusos, lo mejor que se podria hacer con la revoluci6n rusa, y con las siete di:cadas de la era sovietica, seria borrarlas de la memoria nacional. Pero la historia no esta dispuesta a actuar de esa manera. Todos cargamos con nuestro pasado, nos guste o no. Tarde o temprano, !os rusos deberan volver a aceptar que la revoluci6n es parte de su pasado, aunque, continuando con la analogia con la revoluci6n
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francesa, es de esperar que ello ocurra tras un aca!orado debate sabre su verdadero significado que se prolongue durante al menos un siglo. Para el resto del mundo, el abrupto fin de la Union Sovietica s6lo hace que sus comienzos sean al1n mas interesantes. Ante problemas hist6ricos de la magnitud de la revoluci6n rusa, las preguntas son muchas, pero no tienen respuestas simples. Es uno de esos grandes hitos ambiguos de la historia humana a los que volvemos una y otra vez con af;in de descifrarlos.
J;-,'TRODUCCION
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' E..-..::tension temporal de la revolucion Como las revoluciones son complejas convulsiones sociales y politicas, los historiadores que escriben sabre ellas suelen diferir en las cuestiones mas ba.5icas: causas, objetivos revolucionarios, impacto sabre la sociedad, resultado politico e incluso Ia extension temporal de la revoluci6n misma. En el caso de la revoluci6n rusa, el pun to de partida no presenta problemas: casi todos aceptan que fue la "revoluci6n de febrero" 2 de 1917, que llev6 a Ia abdicaci6n de! emperador Nicolas II y la formaci6n de! gobierno provisional. Pero, (cuando termin6 la revoluci6n rusa? ( Ya habia terminado en octubre de 1917, cuando lo~ bolcheviques tomaron el poder? ,:0 el fin de la revoluci6n ocurri6 cuando los bolcheviques triunfaron en la guerra civil en 1920? La "revoluci6n desde arriba" de Stalin (fue pane de la revoluci6n rusa? (0 debemos aceptar la vision segun la cual la revoluci6n continua durante toda la existencia de! estado sovietico? En su Anatomia de la revoluci6n, Crane Brinton sugiere que las revoluciones tienen un ciclo vital que atraviesa fases de fervor v dedicaci6n a la transformaci6n radical hasta que alcanzan un cli~ax en su intensidad, seguido por una fase "termidoriana" de desilusi6n, decreciente energia revolucionaria y graduales movimientos tendientes a la restauraci6n de] orden y la estabilidad. 3 Los bolcheviques rusos, que tenian en mente el mismo modelo inspirado en la revoluci6n francesa en que se basa el analisis de Brinton, temian una degeneraci6n termidoriana de su propia revoluci6n, y llegaron a sospechar que ta! cosa habia ocurrido con el fin de la
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erra civil, cuando el colapso econ6mico los forz6 a la "retirada ~rategica" marcada por la introducci6n de la Nueva Politica Econ6mica (NEP) en 1921. Sin embargo, a fines de la decada de 1920, Rusia ~e sumi6 en otra convulsion: la "revoluci6n desde arriba" de Stahn, asoc1ada con el impulso industrializador de! p.'."imer pb_n quinque~al: l_a co]ectivizaci6n de \a agricultura y una revo\uc10n cultural dmgida esencialmente contra la vieja inteliguentsia, cuyo impacto sabre la sociedad fue aun mayor que el de las revoluciones de febrero y octubre de 1917 y de la guerra civil de 1917-20. Solo cuando esta convulsion finaliz6 a comienzos de la decada de 1930 se pudieron discernir indicios de un Termidor clasico: el decrecimiento de! fervor y \a beligerancia revolucionarios, nuevas politic~ orien'.adas al restablecimiento de] orden y la estabilidad, la reVItahzac1011 de Jos valores y ]a cultura tradicional, solidificaci6n de una nueva estructura politica y social. Sin embargo, ni siquiera este Term1d?r represent6 el fin de! trastorno revolucionario. En una convuls10n interna, aun mas devastadora que las primeras olas de terror revo!ucionario, las grandes purgas de 1937-8 barrieron con muchos de Jos revolucionarios del antiguo bolchevismo que aun sobrevivian y aparejaron una total renovaci6n de perso~al den~ro de las elit_es politicas, administrativas y militares, al enVIar a mas de un m1llon de personas (segun Jos calculos mas recientes) 4 a la muerte o a la prisi6n en el gulag. A ]a hora de decidir cu.ii es la extension temporal de la revo]uci6n rusa, el primer elemento a tomar en cuenta es la naturaleza de la "retirada estrategica" de la NEP de la decada de 1920. ,:Se . con ese propos!lo. , . trat6 de] fin de la revoluci6n, o fue conceb1da Aunque en 1921 la intenci6n declarada de los bolcheviques fuera emplear ese interludio para recuperar fuerzas para nuevos ~mbates revolucionarios, siempre existi6 la posibilidad de que las mtenciones variaran a medida que las pasiones revolucionarias se aplacaran. Algunos estudiosos opinan que en los ultimas aiio~ de su vida Lenin (quien muri6 en 1924) lleg6 a creer que Rusia solo podia seguir avanzando hacia el socialismo en forma gradual, mediante la elevaci6n de! nivel cultural de la poblaci6n. Aun asi, la sociedad rusa continua siendo altamente volatile inestable durante
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d periodo ck la NEP, y la actitud del panido continu6 sicndo agre-
s1Va ~ revoluc1onana. Los bolchevlques le temlan a la contrarrevo-
luci6n, seguian preocupados por la amenaza de los "enemigos de dase" en. los ~rente_s~ interno y externo y constanten1ente expre-
saban su ms;;nsfacc1on con la NEP y su voluntad de no aceptarla como resultado final de la revolucion. Un segundo tema a considerar es la naturaleza de la "revolucion desde arriba ·• de Stalin, que termin6 con la NEP a fines de la decada _de 1920. Algunos historiadores rechazan la idea de que haya ex1sudo una continuidad entre la revolucion de Stalin y Ia de Lenin. Otros opinan que la "revolucion" de Stalin en realidad no merece ese nombre, pues seg(m ellos nose trato de un levantamiento popular sino mas bien de un asalto a la sociedad por parte de un part,do gobernante cuvo objetivo era la transformad6n radical. En la preseme ohra, trazo lineas de continuidad entre Ia revoluci6n de Stalin y la de Lenin. En cuanto a la inclusion o no de la "revoluci6n desde arriba" de Stalin en la revoluci6n rusa, se trata de una cuesti6n en la que los historiadores pueden diferir legftimameme. Pero aqui nose trata de si 1917 y 1929 se parecieron, s1110 de si fueron parte o no de! mismo proceso. Las guerras revolucionarias de :'-.'apoleon pueden incluirse en nuestro concepto general de la revolucion france~a, aun si no consideramos queencarnan el espiritu de 1789; y un enfoque similar parece legitimo para U"atar la reYo!uci6n rusa. En terminos de sentido comun, una revoluci6n es terminol6gicamente eqt1ivalente al periodo de tra.storno e inestabilidad que media entre la ca(da de un viejo regimen Y la consolidaci6n firme de uno nuevo. A fines de la decada de l 920, los contornos perrmmentes del nuevo regimen de Rusia aun debian emerger. El objeto final de este debate es decidir si las grandes purgas de 1937-3 deben ser consideradas como parte de la revolucion rusa. ~Se trat6 de terror revolucionario ode terror de un tipo basicamente diferente; 2Se trat6 ta! vez de terror totalitario, en el sentido del te:ror puesco al senicio de los prop6sitos sistemicos de un regimen hrmememe establecido; En mi opinion, ninguna de estas dos caracterizacioncs describe por comp le to las grandes purgas. Fueron un fen6meno 1inico, ubicado en el limite entre la revoluci6n y el
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estalinismo posrevolucionario. Se trat6 de terror revolucionario po, su retorica, sus objetivos y su inexorable crecimiento. Pero fue un terror totalitario en el sentido de que destruy6 a personas, no estructuras, y en que no amenaz6 a la persona de! lider. El hecho de que se haya rratado de terror de estado orientado por Stalin no quita que haya sido parte de la revolucion rusa: al fin y al cabo, e) terrorjacobino de 1794 puede ser desctito en terminos similares:' Otra similitud imponante entre ambos episodios es queen ambos casos Jos blancos seleccionados para su destruccion fueron revolucionarios. Aunque s61o sea por razones de estructura drama ti ca, la hisroria de la revoluci6n rusa necesita las grandes purgas, de! mismo modo que la historia de la revoluci6n francesa necesita el terror jacobino. En este libro, la extension de la revoluci6n rusa abarca desde febrero de 1917 hasta las grandes purgas de 1937-8. Las distintas etapas, las revoluciones de febrero y octubre de 191 7, la guerra civil, el interludio de la NEP, la "revolud6n desde arriba" de Stalin, su secuela "Termidoriana" y las grandes purgas son contemplados como episodios discretos en un proceso revolucionario de veinte aiios. Al fin de esos vein re aiios, la energia revolucionaria se habia agotado por cornpleto, la sociedad estaba exhausta y hasta el gobernante partido comunista6 estaba cansado de convulsiones y compartfa el generalizado anhelo de "regresar a la normaiidad". Sin duda, la normalidad aun era inalcanzable, pues la invasion alemana y el comienzo de la participacion sovietica en la Segunda Guerra Mundial se produjo pasados pocos aiios de las grandes purgas. La guerra aporto nuevos trastornos, pero no mas revolucion, al menos en lo que respecta a los territorios pre 1939 de la Union Sovietica. Fue el comienzo de una nueva era, posrevolucionaria, en la historia sovietica.
Escritos sobre la revolucion No hay nada como las revoluciones para provocar enfrentamientos ideol6gicos entre sus interpretes. Por ejemplo, el bicentenario de la revolucion francesa en 1989 se caracterizo por un
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vigoroso in ten to por parte de algunos estudiosos y publicistas para terminar con la Jarga pugna interpretativa enviando a la revoluci6n al basural de la historia. La revoluci6n rusa tiene una historiografia mas breve, pero probablemente ello sea porque hemos tenido un siglo y medio menos para escribirla. En la bibliografia selecta que incluyo aJ fin de la presente obra, me he concentrado en obras academicas recientes que reflejan el enfoque de los ultimos diez o quince anos de la historiografia occidental referida a la revoluci6n rusa. En estas lineas, destacare las mas importantes transformaciones de perspectiva hist6rica a lo largo de! tiernpo y caracterizare algunas de las obras clasicas sobre la revoluci6n rusa y la historia sovietica. Antes de la segunda guerra mundial, los historiadores profesionales ocddentales no escribieron mucho sabre la revoluci6n rusa. Hubo una cantidad de buenos testimonios oculares y memorias, la mas famosa de las cuales es Diez d{as que conmavieron al mundo de John Reed, asf como buenas piezas hist6ricas producidas por periodistas como W. H. Chamberlin y Louis Fischer, cuya historia interna de la diplornacia sovietica, Los sovieticos en las a.suntos mundiales, continua siendo un clasico. Las obras interpretativas que tuvieron mayor impacto a largo lazo fueron la Historia de la re:uolucion rusa de Leon (Lev) Trotsky y la. Revolucion traicionada de! rnismo autor. La primera, escrita tras la expulsion de Trotsky de la Union Sovietica, aunque no como obra de polemica politica, da una vivida descripci6n y un analisis marxista desde la perspectiva de un partidpante. La segunda, una denuncia de Stalin escrita en 1936, describe el regimen de Stalin como termidoriano, basado en el respaldo de la emergente clase burocratica sovietica y reflejo de sus valores esendalmente burgueses, El primer lugar entre las historias escritas en la Union So,ietica antes de la guerra le corresponde a una obra compuesta bajo la estrecha supervision de Stalin, el conocido Breve curso de la histaria del Partido Comunista soviiitico, publicado en 1938. Tai coma supondra el lector, no se trataba de una obra academica, sino de una destinada a establecer la correcta "linea de] partido" --es decir, de la ortodoxia destinada a ser absorbida por todos los comunistas y enseiiada en todas las escuelas-- con respecto a todos los temas de
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la historia sovietica, desde la naturaleza clasista del regimen zarista y los motivos de Ia victoria de! Ejercito Rojo en la guerra ci,il a las, conspiraciones contra el poder sovietico encabezada por "Judas Trotsky" y respaldadas por poderes capitalistas extranjeros, La existencia de una obra como el Breve curso no dejaba mucho espacio para la investigaci6n academica creativa sobre el perfodo sovietico. La orden de! dia para Jos historiadores sovieticos era la mas estricta censura y autocensura. La interpretad6n de la revoluci6n bokhevique que se establecio en la Union Sovietica en la decada de 1930 y domino hasta la mitad de la decada de 1950 puede ser descripta como marxismo formulista. Los puntos clave consistian en afirmar que la revolucion de octubre fue una verdadera revoluci6n proletaria en la cual el Partido Bokhevique actuo como vanguardia del proletariado y que no fue prematura ni accidental, que su aparici6n fue dictaminada por las !eyes de la historia. Las !eyes hist6ricas (zakonomemos11), importantes pero generalmente mal definidas Jo determinaban todo en la historia sovietica, lo cual significaba, en la practica, que toda decision politica de fondo era correcta. No se escribi6 ninguna verdadera historia polftica, ya que todos los lfderes revolucionarios con excepci6n de Lenin, Stalin y unos pocos que murieron j6venes habian sido denunciados como traidores a la revoluci6n, convirtiendose en "no personas", es decir que no se los podia mencionar en tetra impresa. La historia social se escribia en terminos de clase, y la clase obrera, el campesinado y la inteliguentsia eran virtualmente los (micas actores y personajes. En Occidente, la historia sovietica solo fue objeto de marcado interes pasada la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en el contexto de que la guerra fria precisaba conocer al enemigo. Los dos libros que establecieron el tono dominante fueron 1984 de George Orwell y Oscuridad a mediodia de Arthur Koestler (que trataba de los juicios a los antiguos bokheviques durante las grandes purgas de fines de la decada de 1930), pero en ambitos academicos lo que predominaba era la ciencia politica estadounidense. El modelo totalitario, basado en una identificaci6n ligeramente demonizada de la Alemania nazi y la Rusia de Stalin, era el marco de interpretaci6n mas popular. Enfatizaba la omnipotencia de! estado
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totalitario y de sus "mecanismos de control", le prestaba considerable atencion a la ideologia y la propaganda e ignoraba por logeneral el contexto social (que era considerado pasivo y fragmentado por el estado totalitario). La mayor parte de los esrudiosos occidentales coincidia en que la revolucion bolchevique fue un golpe dado por un partido minoritario que carecia de todo apoyo popular o legitimidad. La revolucion y por cierto la historia prerrevolucionaria del Partido Bolchevique se estudiaban ante todo para dilucidar los origenes del totalitarismo sovietico. Antes de la decada de 1970, pocos historiadores occidentales se adentraban en la historia sovietica, incluyendo a la revolucion rusa, en pane, debido al alto contenido politico de] tema yen parte porque el acceso a archivos y fuentes primarias era muy dificil. Dos obras pioneras de historiadores britclnicos merecen ser destacadas: La revoluci6n bolchevique, 1917-1923de E. H. Carr, comienzo de su Histori.a de Rusia soviitica en varies voll1menes, el primero de los cuales aparecio en 1952, y la clasica biografia de Trotsky por Isaac Deutscher, cuyo primer volumen, El profeta armada, se publico en 1954. En la Union Sovietica, la denuncia que Jrushov hizo de Stalin en el Vigesimo Congreso del Partido en 1956 y la subsiguiente desestalinizacion parcial abriero,i la puerta a cierto grado de reevaluacion historica y a una elevacion del nivel de los estudios. Comenzaron a aparecer estudios sabre 19 I 7 y la decada de I 920 basados en archivos, aunque aun habia ![mites y dogmas que debian ser observados, por ejemplo, los que afirmaban que el Partido Bolche,ique era la vanguardia de la clase obrera. Fue posible mencionar a no-personas coma Trotsky y Zinoviev, pero solo en un contexto peyorativo. La gran oportunidad que el "discurso secreto" de Jrushov ofreci6 a los historiados fue separar las figuras de Lenin y Stalin. Historiadores sovieticos de mentalidad reformista produjeron muchos libros que trataban de la decada de 1920, en los que se afirmaba que las "normas leninistas" en muchas Meas "eran mas democr:iticas y tolerantes de la diversidad y menos coercitivas y arbitrarias que las de la era de Stalin". Para los lectores occidentales, la tendencia "leninista" de las decadas de 1960 y 1970 foe ejemplificada por Roy A. Medvedev,
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au tor de La histaria juzgara. Origenes y consecuencias de/ estalinismo, publicado en Occidente en 1971. Pero la obra de Medvedev criticaba en forma demasiado virulenta y abierta a Stalin para la atmosfera reinante durante los aiios de Brezhnev, y no pudo publicarla en la Union Sovietica. Esta foe la era en que se multiplicaron )os samizdat (circulacion extraoficial de manuscritos dentro de la Union So,ietica) y tamizdat (publicacion ilegal de obras en el exterior). El mas famoso de los autores disidentes que emergieron en esa epoca foe Alexander Solyenitsin, el gran novelista y polemista hist6rico cuyo Archipielago Gulagse public6 en ingles en 1973. Mientras la obra de algunos estudiosos disidentes sovieticos comenzaba a llegar a los publicos occidentales en la decada de 1970, las obras academicas occidentales sabre la revolucion rusa a(m eran clasificadas coma "falsificaciones burguesas" y efectivamente proscriptas de la URSS (aunque algunas obras, entre ellas El gran terror de Robert Conquest, circularon clandestinamente junta al Gulag de Solyenitsin). Asi y todo, las condiciones para los academicos occidentales habian mejorado. Ahora podian llevar a cabo investigaciones en la U ni6n Sovie ti ca, y aunque su acceso a los archivos era restringido y cuidadosamente controlado, anteriormente las condiciones habian sido tan dificiles que muchos academicos occiden tales especializados en temas sovieticos nunca visitaron la Union Sovietica, mientras que otros fueron expulsados sumariamente coma espias o sometidos a distintos tipos de acoso. A medida que mejoraba el acceso a los archivos y fuentes primarias en la Uni6n Sovietica, crecientes cantidades de j6venes historiadores occidentales escogieron estudiar la revolucion rusa y la historia sovietica, y la historia comenz6 a desplazar a la ciencia politica coma disciplina dominante de la sovietologia estadounidense. La transici6n comenz6 a fines de la decada de 1970 y presagi6 la mayoria de edad, ocurrida en la decada de 1980, de los estudios academicos occidentales sabre la revolucion rusa. El lector interesado podra evaluar la magnitud del cambio mirando la bibliografia y notar:i cuantas de las obras alli citadas fueron publicadas desde la aparicion de la prim era edicion de este libro en I 982.
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SHEILA FITZPATRJCK
20 Interpretar la revolucion l.f!"-"j.T_)
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bles divisas inscriptas sobre sus banderas. Todos los revoluc10narios SOn fanaticos entusiastaS; todos son utopistas con sueiios de · er~ u.; nuevo mundo en el cual la injusticia, la corrupcion y la apatia de! viejo mundo no vuelvan jamas a ten er lugar. Son intolerantes del disenso; incapaces de terminos medias; _estan hipnotizados por objetivos grandiosos y lejanos; son violentos, suspicaces y destructivos. Los revolucionarios son poco realistas e inexpertos en materia de gobierno; sus instituciones y procedimientos son improvisados. Padecen de la embriagadora ilusion de representar la voluntad del pueblo, lo cual significa que dan por sentado que este es monolitico. Son maniqueos y dividen el mundo en dos bandos: luz y oscuridad, la revolucion y sus enemigos. Desprecian todas las tradiciones, conceptos heredados, iconos y supersticiones. Creen que la sociedad puede ser una talmla rasa sobre la que se escribe la revoluci6n. Terminar en desilusion y decepcion esta en la naturaleza de las revoluciones. El celo decrece; el entusiasmo se vuelve forzado. El momento de locura y euforia pasa. La relacion entre pueblo y revolucionarios se hace complicada: se revela que la voluntad de! pueblo no es necesariamente monolitica ni transparente. Regresan las tentaciones de la riqueza y la posicion, jun to al reconocimiento de que uno no ama a su pr6jimo como a uno mismo, ni quiere hacerlo. Todas las revoluciones destruyen cosas cuya perdida no tardan en lamentar. Loque crean es menos de lo que los revolucionarios esperaban, y distinto. Sin embargo, mas alla de su similitud generica, cada revolucion tiene su propio caracter. Rusia estaba situada en un lugar periferico, y sus clases educadas estaban preocupadas por el atraso de su pais con respecto a Europa. Los revolucionarios eran marxistas, quienes a menudo sustituian "el proletariado" por "el pueblo" y sostenfan que la revoluci6n era hist6ricamente necesaria, no moralmente imperativa. Habia partidos revolucionarios en Rusia antes de la revolucion; y cuando llego el momento, en medio de Ia guerra, estos partidos compitieron por el respaldo de unidades
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preexistentes de revolucion popular (soldados, marineros, obreros de las grandes fabricas de Petrogrado), no por la lealtad de la vertiginosa, espontanea muchedumbre revolucionaria. En este libro, tres temas tienen especial importancia. El primero, es el de la modernizaci6n, la revoluci6n coma media de escapar de! atraso. El segundo es el de la clase, la revolucion como mision de] proletariadoysu "vanguardia", el Partido Bolchevique. El tercero es el de el terror y la violencia revolucionarios, como la revolucion lidio con sus enemigos, y que significo esto para el Partido Bolchevique y el estado sovietico. El termino "modernizacion" comienza a parecer desactualizado en una era que se suele describir como posmoderna. Pero es apropiado a nuestro tema, pues la modernidad industrial y tecnologica que los bolcheviques luchaban por alcanzar ahora resulta desesperadamente inactual: las gigantescas chimeneas que atestan el paisaje de la ex Union Sovietica y de la Europa oriental como un reballo de dinosaurios contaminantes fueron, en su momenta, el cumplimiento de un suello revolucionario. Los marxistas rusos se habian enamorado de la industrializacion de estilo occidental mucho antes de la revolucion; a fines de] siglo XIX, el nudo de sus diferencias con los populistas fue su insistencia sobre lo inevitable de! capitalismo (lo cual significaba ante todo la industrializacion capitalista). En Rusia, como ocurriria mas adelante en el tercer mundo, el marxismo fue tanto una ideologia de la revolucion como una ideologia de] desarrollo economico. En teoria, para los marxistas rusos, la industrializacion y la modernizacion economica solo fueron los medios para alcanzar un fin, que era el socialismo. Pero cuanto mas clara y deliberadamente se enfocaban los bolcheviques en los medios, mas brumoso, distante e irreal se tornaba el fin. Cuando el termino "construir el socialismo" se hizo corriente en la decada de 1930, su significado fue dificil de diferenciar de la construccion concreta de nuevas fabricas y ciudades industriales que estaba teniendo lugar. Para los comunistas de esa generaci6n, las nuevas chimeneas que humeaban sobre la estepa eran la demostracion definitiva de que la revolucion habia triunfado. Como dice Adam Ulam, la industrializacion a marchas forzadas que oriento Stalin, aunque fue dolorosa y
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coercitiva, fue "el complemento J6gico del mar_:"ismo, la 'revoluci6n Cumplida', no la ·revoluci6n traicionada' ".' La cJase, el segundo tema, fue importante en la revoluci6n rusa' pues Jos participantes clave asi lo percibieron, Las categorias analiticas marxistas eran aceptadas en forma generalizada entre la inteliguentsia rusa; y, al interpretar a la revoluci6n en terminos de conflicto de clase y asignarle un papel especial a la clase obrera industrial, Jos bolcheviques no eran una excepci6n, sino que representaban a un sector socialista mucho mas amplio. Una vez que lJegaron al poder, los bolcheviques dieron por sentado que los proletarios y Jos campesinos pobres eran sus aliados naturales, Tambien dieron por sentado el concepto complementario de que Jos integrantes de la "burguesia" -un amplio grupo que abarcaba ex capitalist.:1s, ex terratenientes y funcionarios nobles, pequeiios comerciantes y kulaks (campesinos pr6speros) yen algunos contextos, hasta la inteliguentsia rusa- eran sus antagonistas naturaJes, Denominaron a estas personas "enemigos de clase" y el primer terror revolucionario se dirigi6 en gran medida contra ellas. El aspecto de este tema de la clase debatido con mas acaloramiento en el transcurso de los aiios es si la afirmaci6n bolchevique de que representaban a la clase obrera se justificaba, Esta tal vez sea una pregunta bastante simple si solo miramos el verano y el otoiio de 1917, cuando las clases obreras de Petrogrado y Moscu se radicalizaron y prefirieron claramente Jos bolcheviques a cualquier otro partido politico, Despues de eso, sin embargo, la pregunta ya no es tan simple, El hecho de que los bolcheviques hayan tornado el poder con el respaldo de la clase obrera no significa que haya conservado ese respaldo para siempre, ni, por cierto, que consideraran a su partido, antes o despues de la toma de] poder, como mero portavoz de los trabajadores industriales, La acusaci6n de que los bolcheviques habian traicionado a la clase obrera, que el mundo exterior oy6 por primera vez durante la rebeli6n de Kronstadt en 1921, iba a producirse necesariamente en uno u otro momenta, y posiblemente fuera cierta. Pero, cque tipo de traici6n era' cCuando ocurri6, con quien, con que consecuencias? Durante el periodo de la NEP, los bolcheviques emparcharon el matrimonio con la clase obrera que, hacia el fin
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de Ja guerra civil, parecia a pun to de disolverse, Durante el primer plan quinquenal, las relaciones se vo'.vieron a agriar, debido a I~ caida de Jos salarios reales y de los estandares de Vida urbanos, as1 como de las insistentes exigencias de mayor producci6n por parte del regimen, Una separaci6n efectiva de la clase obrera, ya que no un divorcio formal, tuvo lugar en la decada de 1930. Pero esta no es la historia completa, La situaci6n de los trabajadores en cuan to a trabajadores bajo el pod er sovietico era una cosa; las oportunidades disponibles para que Jos trabapdores mejoraran su situaci6n (devinieran en algo masque trabajadores) era otra, Al reclutar primariamente a sus integrantes entre la clase obrera durante Jos quince aiios que siguieron a la revoluci6n de octubre, Jos bolcheviques hicieron mucho por sustentar su afirmaci6n de que eran un partido de Jos trabajadores, Tambien crearon un amplio canal para la movilidad ascendente de la clase obrera, ya que el reclutamiento de trabajadores que integraran el partido implicaba la promoci6n de Jos comunistas de clase obrera a puestos administrativos y directivos, Durante la revoluci6n cultural de fines de la decada de 1920, el regimen abri6 otro canal de ascenso al permitir el acceso a la educaci6n superior de grandes cantidades de j6venes trabajadores e hijos de trabajadores, Mientras que la politica de alta presi6n de "ascenso proletario" se abandon6 a comienzos de la decada de 1930, sus consecuencias continuaron. Loque importaba en el regimen de Stalin no eran los trabajadores, sino Jos ex trabajadores, el recientemente ascendido "nucleo proletario" en las elites profesionales y administrativas, Desde el punto de vista estrictamente marxista, esta movilidad ascendente de la clase obrera ta! vez tuviera poco interes, Sin embargo, para sus beneficiarios, su estatus de elite bien podia parecer la prueba irrefutable de que la revoluci6n habia cumplido sus promesas a la clase obrera. El ultimo tema que se desarrolla en este Jibro es el tema de la violencia y el terror revolucionarios, La violencia popular es inherente a la revoluci6n; los revolucionarios suelen mirarla con gran aprobaci6n en las etapas tempranas de la revoluci6n pero, de ahi en mas , lo hacen con creciente reserva. El terror, en el sentido de violencia organizada por grupos o regimenes revolucionarios para
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[]''TRODCCCIO:-.
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intimidar y aterrorizar a la poblaci6n general, tambien ha sido caracteristica de las revoluciones modernas, cuyo patron fue f0ado por la revoluci6n francesa. El principal objetivo de! terror, a ojos de! revoludonario, es destruir a los enemigos de la revoluci6n y los obsr.aculos al cambio; pero a menudo existe el proposito secundario de man ten er la pureza y el compromiso revolucionario de los revoludonarios rnismos. Los enernigos y ..contrarrevolucionarios" son extremadamente importantes en toda revolucion. El enemigo no s61o se resiste abierta sino solapadamente; fomenta conjuras y conspiraciones; a menudo lleva mascara de revolucionario. Siguiendo la teoria marxista, los bolcheviques concepmalizaron a los enemigos de la revoluci6n en terminos de clase. Ser noble, capitalista o kulak era evidencia flagrante de inclinadones contrarrevolucionarias. Como la mayor parte de los revolucionarios (ta! vez aCm mas gue la mayor parte de estos, dada su experiencia anterior a la guerra en materia de organizaci6n clandestina del partido y conspiraci6n), los bolchevigues estaban obsesionados con las conjuras contrarrevolucionarias; pero su marxismo le dio una vertien te especial a esta tendenda. Si existfan dases que eran ene':1igas natas de la revoluci6n, toda una clase social podia ser considerada una conspiraci6n enemiga. Los integrantes individuales de tal clase podiau ser consider-ados "objetivamente" coma conspiradores contrarreYolucionarios, aun si subjetirnmente (es decir, para ellos mismos) no supieran de la conspiraci6n v se consideraran partidarios de la rernluci6n. · Los bolchevigues emplearon dos dases de terror en Ia revoluci6n rusa: terror contra los enemigos externos al partido v terror c~ntra los enemigos internos. El primero domino en los primeros anos de la revoluci6n, se extingui6 en Ia decada de 1920 y luego recrudeci6 al fin de ese periodo con la colectivizaci6n y la revoluci6n cultural. El segundo se esboz6 por primera vez como posibilidad durame las luchas de facciones de! partido al finalizar la guerra cinl, pero fue aplastado hasta 1927, momento en que un terror a peqnefia escala se dirigi6 contra la oposici6n de izguierda. A partir de entonces, la tentaci6n de llevar adelante un terror de escala plena contra los enemigos de! partido fue palpable. Uno de los motivos para esto fue que el regimen empleaba el terror en
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una escala considerable contra los "enemigos de clase" de fuera de! partido. Otro de los motivos fue que las peri6dicas purgas (chitski, literalmente "limpiezas") de] partido contra sus propios integrantes mvieron un efecto similar al de rascarse donde pica. Esta.S purgas, que por primera vez se llevaron a cabo a escala nacional a partir de 1921, eran revisiones de! padr6n de! partido en las cuales los comunista.S eran convocados inclividualmente para eva]uaciones pt1blicas de su lealtad, competencia, antecedentes y contactos; y aquellos a quienes se consideraba indignos eran expulsados del partido o degraclados al rango de aspirantes. Hubo una purga nacional de! partido en 1929, otra en 1933-4 y luego -a medida que purgar el partido se convertia en una actividad casi obsesiva- dos nuevas revisiones de los afiliados de! partido en rapida sucesion en 1935 y 1936. Aunque la posibilidad de que la expulsion pudiera acarrear castigos ul teriores, como el arresto o el exilio, aun era comparativamente baja, esta ascendia lentamente con cada purga. El terror y las purgas a pequena escala finalmente se unieron en gran escala durante las grandes purgas de 1937-8. 8 Esta no fue una purga en el sentido habitual, ya que no bubo una revision sistematica de los afiliados de! partido; pero estuvo dirigida en forma directa a los funcionarios del partido, en particular aquellos que ocupaban altos cargos oficiales, aunque los arrestos y el miedo se propagaron rapidamente a la inteliguentsia no perteneciente al partido y, en me nor grado, a la poblaci6n en general. Durante las grandes purgas, que deberian ser llamadas el gran terror en aras de la precisi6n, 9 la sospecha a menudo equivalia a la condena, la evidencia de actos criminales era innecesaria y el castigo por crimenes contrarrevolucionarios era la muerte o la sentencia a trabajos forzados. La analogia con el terror de la revoluci6n francesa ha sido empleada por muchos historiadores y claramente se Jes ocurri6 tambien a los organizadores de las grandes purgas, pues el termino "enemigos del pueblo", que se aplic6 a quienes se consideraba contrarrevolucionarios durante las grandes purgas fue tornado de los terrorista.S jacobinos. El significado de este sugestivo prestamo hist6rico se explora en el ultimo capitulo.
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Notas a Ia segunda edici6n La segunda edicion de este libro se ha beneficiado considerablemente con la apertura de los archivos de! partido y el gobierno sovieticos que ocurrio al finalizar la censura sovietica. Los temas sobre los cuales contamos con mas datos nuevos son aquellos anteriormen te proscriptos en la Union Sovie ti ca: el terror, la represion, el gulag, la censura, la ,ision no canonica de Lenin y Stalin, etcetera. Delos archivos han surgido minutas cla.sificadas de! comite central y protocolos de! politburo, un censo poblacional censurado, datos sobre la hambruna de 1932-3 y las grandes purgas, informes de la policia secreta, petitorios y denuncias de ciudadanos y una miriada de otros materiales que los historiadores aun estan digiriendo. Se han exhumado .iejos escandalos politicos y se han publicado memorias. El cuadro de la politica y la sociedad so.ietica con que contamos, especialmente en lo que hace a la decada de 1930, es mucho mas rico y detallado que el existente hace apenas cinco aiios. Ello se refleja en la nueva edicion, que incorpora todo el material de las fuentes nuevas que se pudo agregar sin alterar el equilibrio de! relato, asi como referencias adicionales al pie de pagina a importantes nuevas fuentes en ingles yen ruso. La bibliografia es nueva en gran pane debido a 'que en la ultima decada se han publicado tantos estudios academicos en idioma ingles sobre la revolucion rusa; incluve las obras de estudiosos rusos de las eras Gorbachov y postso.ietica cuando estas estan disponibles en ingles. Con excepcion de la introduccion, el unico cambio estructural imponante est;\ en el capitulo 6, que finaliza con una nueva seccion sobre las grandes purgas. Como la primera, esta segunda edicion es esencialmente una historia de la revolucion rusa tal como se la experimento en Rusia, no en los territorios no-rusos que fueron parte de! antiguo imperio ruso y de la Union So.ietica.
I. El escenario
. I . lo xx Rus1a . era una cl e Ias grandes poten. A com1enzos de s1g , ·. ·versalmente cons1de-
a gran potenc1a um cias de Europa. Pero era un . G Bretana Alemania y ranon con ran ' rada atrasad~ en compa - . os esto significaba que habia tarFrancia. En termmos econom1cl ' ampesinos dejaron de estar dado en salir de! feudahsma_ ( os c. I tado solo en la decada de . d a sus sen ores o a es legalmente somet:J os . r En terminos politicos, esto !860) y tardado en md:~~r:01:a:~;~n existido partidos politicos significaba que hasta I l l to v que la autocrac1a so. 1 men to centra e ec ; legates m un par a . L s ciudades rusas no teman . , poderes mtactos. a f brev1v1a con sus ., l' . n,· de autogobierno, y, en or. -- d izac10n po ltlca · trad1c1011 e organ - d llado un sentido de umbl o hab1a esarro ma similar, su no eza n. fuerte como para forzar al . I uficientemente . dad corporauva o s l ciudadanos de Rus1a Legalmente, os · trono a hacer conces10nes. " b campesino, clero y noble" tados (ur ano, aun pertenec1an a es ntemplaba a nuevos gru. de estados no co za)' aunque el s1stema . l los trabaiadores urbanos, y . los profes10na es y " . pos social es como .d las caracterisucas de una solo el clero mantenia algo parec1 o a >
casta autocontenida. . la revolucion de I 9 I 7 no , d ue preced1eron a Las tres deca as q . . t sino por un aumento . el empobrec1m1en se caractenzaron por - do que Rusia expenmen. l· y fue en este peno l de la riqueza nac10na ' . - . provocado por as d ecim1ento econom1co, t6 su primerafase e er . 1· ., la inversi6n externa, la mo. I d . dustna ,zac10n, Politicas oficia es em d edito y de un modes.b y la estructura e er . dernizaoon de la anca . utoctona. El cam pes1";idad empresana a , . . l to creom1ento de a act, . de la poblacion cuando _ . , el 80 por c,ento . nado que aun consutrna , . entado una meJora ' I . - no hab1a expenm se prodt~o la revo uc10n, - . Pero contrariamente a algun econom1ca. marcada en su pos1c10 . de afirmar con certeza . ·ones contemporineas, cas1 se pue nas opm1
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que tampoco habia existido un deterioro progresivo en la situaci6n econOmica del campesinado. Como el Ultimo zar de Rusia, Nicol.is II, percibi6 con tristeza, ]a autocracia peleaba una batalla perdida contra las insidiosas influencias liberales de Occidente. La orientaci6n de! cambio politico -hacia algo parecido a una monarquia constitucional de tipo occidental- parecia estar clara, aunque muchos integrantes de las clases educadas se impacientaban ante la lentitud de! cambio y la actitud empecinadamente obstruccionista de la autocracia. Tras la revoluci6n de 1905, Nicolas cedi6 y estableci6 un parlamento elegido a nivel nacional, la Duma, legalizando al mismo tiempo los partidos politicos y sindicatos. Pero las inveteradas costumbres arbitrarias de! gobierno autocratico y la continua actividad de la policfa secreta minaron estas concesiones. Tras la revoluci6n bolchevique de octubre de 1917, muchos emigrados rusos consideraron los allos prerrevolucionarios como una dorada edad de progreso, interrumpida arbitrariamente (segun parecia) por la Primera Guerra Mundial, o la chusma revoltosa o los bolcheviques. Habia progreso, pero este contribuy6 en gran medida a la inestabilidad de la sociedad y a la posibilidad de trastornos politicos: cuanto mas rapidamente cambia una sociedad (sea que. los cambios se perciban como progresivos o regresivos) menos posibilidades tiene de ser estable. Si pensamos en la gran literatura de la Rusia prerrevolucionaria, las imagenes mas vividas son las de la dislocaci6n, alienaci6n y ausencia de control sobre el propio destino. Para Nikolai Gogol, el escritor de! siglo XIX, Rusia era un trineo que atravesaba la oscuridad a toda prisa con destino desconocido. En una denuncia a Nicolas II y sus ministros formulada en 1916 por el politico de la Duma Alexander Guchkov, el pais era un autom6vil que, manejado por un conductor demente, orillaba un precipicio, y cuyos aterrados pasajeros debatian sobre los riesgos de tomar el volante. En 1917 asumieron el riesgo, y el incierto movimiento hacia adelante de Rusia se transform6 en zambullida en la revoluci6n.
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1,asociedad El imperio ruso cubria un amplio territorio que se extendia entre Polonia al oeste hasta el oceano Pacifico al este, llegaba hasta el Artico en el norte y alcanzaba el mar Negro y las fronteras con Turquia y Afganistan al sur. El nucleo de! imperio, la Rusia europea (incluyendo parte de la actual Ucrania) tenia una poblaci6n de 92 millones en 1897, mientras que la poblaci6n total de! imperio era, segun ese mismo censo, de 126 millones. 1 Pero hasta la Rusia europea y las relativamente evolucionadas regiones occidentales de! imperio seguian siendo mayoritariamente rurales y no urbanizadas. Habia un pun.ado de grandes centros industriales, la mayor parte de ellos producto de una reciente y veloz expansion: San Petersburgo, la capital imperial, rebautizada Petrogrado durante la Primera Guerra Mundial y Leningrado en 1924; Moscu, Ja antigua y (desde 1918) futura capital; Kiev,Jarkov y Odessa,junto a los nuevos centros mineros y metalurgicos de la cuenca del Don, en la actual U crania; Varsovia, Lodz y Riga al oeste; Rostov y la ciudad petrolera de Baku al sur. Pero la mayor pane de las ciudades provincianas rusas aun eran sonolientas y atrasadas a comienzos de! siglo Jo:, centros administrativos locales con una pequena poblaci6n de comerciantes, unas pocas escuelas, un mercado campesino y, tal vez, una estaci6n de ferrocarril. En las aldeas, la forma tradicional de vida sobrevivia en buena parte. Los campesinos aun poseian la tierra segun un regimen comunal, que dividia !os campos de la aldea en angostas parcelas que eran laboreadas en forma independiente por los distintos hogares campesinos; yen muchas aldeas, el mir (consejo de la aldea), aun redistribuia peri6dicamente las parcelas de modo de que cada hogar tuviese igual participaci6n. Los arados de madera eran de empleo habitual, las tecnicas modernas de explotaci6n pecuaria eran desconocidas en las aldeas y la agricultura campesina apenas si sobrepasaba el nivel de subsistencia. Las chozas de los campesinos se apinaban a lo largo de la calle de la aldea, los campesinos dormian sobre la cocina, convivian en un mismo clmbito con sus animales y la antigua estructura patriarcal de la familia campesina sobrevivia. Los campesinos estaban a no mas de una
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gencrddtJn de distanC!a de }a ser1.·idun1bre: un can1pesino que hubiera tenido sesenta aii:os af cotnen?.ar el siglo ya hubiese sido un adnltojo\'en en tiempos de la emancipaci6n de 1861. 1· Por supuesto que la emancipaci6n transform6 la vida de los campesinos, pen, fue reglamentada con gran cautela de modo de \ minimizar el cambio y extenderlo en el tiempo. Antes de la eman- ~ cipaci6n, los campesinos explotaban sus parcelas de tierra comunal. pero tamb,en trabajaban en la tierra del amo o le pagaban en dinero el eciuivalente a su trab£~o. Tras 1a en1ancipaci6nr continuaron trabajando su propia tierra. ya veces trabajaban bajo contrato la tierra de su anterior an10 n1ientras efectuaban pagos "de redencion" al eswdo a cuenta de la suma global que se Jes habia dado a los terratenientes a modo de compensacion. Los pagos de redencion se habfan distribuido a lo largo de cuarenta y nueve aiios (aunque, de hecho, el estado los cancel6 unos aiios antes de su vencimiento) y la comunidad de la aldea era colectivamente responsab!e de las deudas de cada uno de sus integrantes. Ello signilicaba guc los campesinos indivic!uales aun estaban ligados a la aldea, aunque ahora por la deuda y por la responsabilidad colectiva de! mir, no por la servidumbre. Los terminos de la emancipacion estaban pre,istos para evitar un afluencia en masa de campesinos a ],Ls ciudades v la creaci6n de un proletariado sin tierra que representam una amenaza al orden p(1blico. Tambien m,ieron el resultado de reforzar al miry al viejo sistema de explotacion de la tierra, y de hacer que para los campesinos fuera casi imposible consolidar sus parcelas, expandir o mejorar sus posesiones o hacer la transici6n a la granjeria independiente en pequena escala. Aungue abandonar las aldeas en forma permanente ern dificil en las decadas que siguieron a la emancipaci6n, era /acil dejarlas en forma temporaria para trabajar como asalariado en la agricultura, la construcci6n, la mineria o las ciudades. De hecho, ta! trabajo era una necesidad para muchas familias campesinas: el dinero era necesario para pagar los impuestos y los pagos de redencion. Los campesinos que se desempeiiaban corno trabajadores golondrina ( oljodnila) solian alejarse durante muchos meses al aiio, dejando que sus familias explotasen la tierra en las aldeas. Si los viajes eran largos --como en el caso de los campesinos de las
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-'e Rusia central que iban a trabajar a las minas de la cuenaldeas ~ I · ·h· o del Don- !os otjodniki ta! vez s6lo regresaban pa~a .a cosec a c:siblemente para la siembra de primavera. La pracu~ade deJar ? - en busc-t de trabajo estacional estaba bten esub!ecida, el terrun 0 ' R · I • es eciahnente en las areas menos fertile~ de llSJa europea, en ~ PJes Jos propietarios exigian que sus s1ervos Jes pagaran con d,~:~o mas bien que con trabajo. Pero se fue difunc!iendo cada vez mas a fines del siglo xrx y comienzos del xx, en pa~te porque habia mas trab,~o disponible en las ciudades. En Jos a~os que precedieron inmediatamente a la Primera Guerra Mun~ial, unos nu.eve ·11 ies de campesinos sacaba pasaportes cada ano para reahzar mi or .. · , ·I ·r d trabajos estaciona!es fuera de su a!de! natal, y, de estos, cas1 a mi .l se empleaba en sectores no agranos.. . Como uno de cada dos hogares campesinos de la Rus,a europea -., un integrante de la familia que habia dejado la aldea en busca tern« • 1 · , de Pe de trabajo -con una proporci6n aun mas alta en a _region.. tersburgo y las regiones inc!ustriales centrales- la n','preston de que la vieja Rusia sobrevivia casi mmutable en las alde<1s b,':n pue de haber sido engafaosa. De hecho, muchos campesmos vJ\oan con un pie en el mundo aldeano tradicional y otro en el mundo muy . d . d · l d na El grado hasta el cual diferente de la cmc!a m ustna mo er . . . los campesinos permanecian den tro -del mundo tradicwnal deendia no solo de su ubicaci6n geografica, smo de su sexo y ed~d. Los j6venes estaban mas predispuestos a desplazarse para trabapr v, ademfl..s1 los varones j6venes entraban en contac~o- con .~n mun~ do mis moderno cuando eran convocados al servicm nnhtar. ~ra mas probable que las mujeres y los ancianos fuesen qutenes. sol~ conocian la aldea y la antigua forma de vida campesma. Estas d1 ferencias en la experiencia cam pesina tuvieron una no~able e1;., en I"" c·,rns de alfabetizacion del censo de 189 I· Los JOpreston = · < · · I s estaban mucho mis alfabetizados que los v1eJOS, os vene. ., , !ta en hombres masque las mujeres, y la alfabetizacton e~a mas a , las areas menos fertiles de la Rusia europea ----es decir, en las areas ' . •, · I ra mis comtm- que en la en las cuales la emigracion estaoona e . .. 3 fertil "region de la uerra negra , . La clase obrera urbana aim estaba muy cerca de! campe,5mado. EI nurnero de obreros industriales permanentes (algo m,is de
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tres n11·1tones en 1914) era inferior a la cantidad de campesinos que abandonaban sus aldeas cada aiio para dedicarse a tareas estacionales no agricolas, y, de hecho, era cas1 1mpos1ble hacer una distincion neta entre los trabajadores que residian en forma permanente en Jos centros urbanos y aquellos que trabajaban en la ciudad durante la mayor parte de! aiio. Aun entre los trabajadores perrnanentes) muchos conservaban tierras en s~1s aldeas: ~onde
habian dejado a sus mujeres e hijos; otros trabapdores ·m~an en las aldeas mismas (un patron especialmente frecuente en la region de Mosc(r) y se trasladaban semanal o diariamente a la fabrica. S6lo en San Petersburgo una parte importante de la fuerza de trabajo industrial habia cortado todo lazo con el campo. La principal raz6n para la estrecha interconexi6n entre la clase ohrera urbana y el campesinado era que la rapida industrializaci6n de Rusia era un fen6meno muv reciente. Hasta la decada de 1890 -mas de medio siglo despues de Gran Bretana- Rusia no experiment6 un crecimiento a gran escala de su industria y una expansion de las ciudades. Pero aun entonces, la creaci6n de una clase obrera urbana permanente qued6 inhibida por los terminos de la emancipaci6n de los campesinos de la decada de 1860, que Jos mantuvo atados a las aldeas. Los trabajadores de primera generaci6n, predominantemente originados en el campesinado, formaban la mayor parte de la clase obrera rusa; y eran pocos los obreros v habitantes urbanos de segunda generacion. Aunque los historiadores sovieticos afirman que en visperas de la Primera Guerra Mundial mas de] 50 por ciento de los obreros industriales eran de segunda generaci6n, este calculo daramente incluye a obreros y campesinos otjodniki cuyos padres tambien habian sido otjodniki. A pesar de estas caracteristicas propias de] subdesarrollo, en algunos aspectos la industria rusa estaba muy avanzada para la epoca de la Primera Guerra Mundial. El sector industrial moderno era pequefio, pero de una concentraci6n inusualmente alta, tanto en terminos geograficos (notablemente en las regiones nudeadas entorno a San Petersburgo y Moscu y la cuenca de! Don en TJcrania) yen terminos de tamaiio de las plantas industriales. Como sei\al6 Gerschenkron, el atraso relativo tenia sus ventajas:
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al industrializarse tardiamente y con la ayuda de la inversion exrranjera de gran escala, Rttsia pudo saltear algunas de las primeras etapas, adoptar tecnologfa relativamente avanzada y dirigirse rapidamente a la producci6n moderna en gran escala. 4 Empresas como los celebres talleres de herreria y de construcci6n de maquinas Putilov en San Petersburgo y las plantas metalurgicas, en su mayor parte en manos extranjeras, de la cuenca del Don, empleaban a muchos miles de obreros. Segun la teoria marxista, un proletariado industrial altamente concentrado en condiciones de producci6n capitalista avanzada muy probablemente sea revolucionario, mientras que una clase obrera premoderna que mantiene fuertes lazos con el campesinado no lo sera. De modo que la clase obrera rusa tenia caracteristicas contradictorias a ojos de un marxista que evaluara su potencial rernlucionario, Sin embargo, la evidencia empirica del periodo 1890-1914 sugiere que de hecho la dase obrera rusa, a pesar de sus estrechos vinculos con el campesinado, era excepcionalmente militante y revolucionaria. Las huelgas de gran escala eran habituales, Jos obreros exhibian considerable solidaridad frente a la autoridad de patrones y estado y sus demandas solian ser politicas ademas de econ6micas. Durante la revoluci6n de 1905, los obreros de San Petersburgo y Mosct'.t organizaron sus propias instimciones revolucionarias, los soviets, y continuaron la lucha despues de las concesiones constitucionales hechas por el Zar en octubre y del colapso del movimiento de los progresistas de dase media contra la autocracia. En el verano de 1914, el movimiento de la huelga de los obreros en Petersburgo y otros lugares tom6 dimensiones tan amenazadoras que algunos observadores supusieron que el gobierno no correria el riesgo de convocar a una movilizaci6n general por la guerra. La fuerza del sentimiento revolucionario de la clase obrera de Rusia puede ser explicada de muchas formas distintas. En primer lugar, la protesta econ6mica limitada contra los empleadores-lo que Lenin llamo sindicalismo- era muy dificil en las condiciones que ofrecia Rusia. El gobierno tenia una importante participaci6n en la industria nacional rusa y en la protecci6n de las inversiones extranjeras, y las autoridades estatales nose demoraban en
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surnini~tra.r .tropas cuando ias huelgas contra ernpresas privadas daban md1c1os de endurecerse. Ello sirrnificaba que au,1 l· l a· , _ . _ ~ _ v ,.15 1 ueJt:Jas por 1 eclamo.s econorn1cos (protest~is sob re sahrios v cond · · nes d t · b · ) b' d' ' · •cio. e_ 'a a10 1en po ,an tomar un sesgo politico; y el difundido resentmuento de los obreros rusos contra los aclm' · I . ,. _ _ ,_ 1n1strac ores v el pe, sonal teem co extranJero tuvo un efecto parecido, Aunque fue ·Le~}n, un 1""!_1arx1sta ruso, quien dijo quej por su cuenta, la d;LSe obrera { solo pod1a desarrollm· una "conciencia sindica]'' no re"o] · · j i - . · ,. , v uc1onana .;; a expenenc1a de Rusia (en comraste con la de Europa occidental) 'J no confinnaba su afirn1 aci6n. 1 En seg,:ndo lu?ar, el componente campesino de la clase obre. ~' ra rnsa _hac1a que esta fuese rr13.s. no raenos, revolucionaria. Los cam~es1n~Js rusos no eran, con10 sus pares franceses, pequeiios prop1etanos _co~servadores con un sen ticlo innato de la propiedad. La_ trad,cwn de! campesinado ruso de reb e J'" · I ~ ~ ron Vlo enta v anarqrnca contra terratenientes y funcionarios, ejemplificada po~ lafra_n re1uelta de Pugachev en la decada de 1770, se volvi6 a manLesrar en lo.s a!zamtentos campesinos de 190",, 1906· l · , ~ • v a emanclpac1on ae 186 l no habfa acallado en forn1a per;naneme el espiritll rebelde de los campesmos, pues estos no la consideraban una ~mancipad6n justa ni adecuada y; cada vez mtls han1brientos de tierras, _afirmaban su redan;o de las tierras que no Jes habfan sido conced'.das. Ademas, los campesinos
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35 no tenia dase rnedia; y de hecho, su clase cotnerciante y de negocios continuaba siendo relativamente debil, y las profesiones s6lo habian adquirido recien temente la jerarquia que se da por sentada en las sociedades industrializadas. A pesar de la creciente profesionalizaci6n de la burocracia estatal, sus niveles superiores continua ban dominados por la nobleza, que tradicionalmente era la dase que servia al estado. Las prerrogativas emanaclas de tal servicio eran aiin mas importantes para la nobleza debiclo a la decadenc.ia econ6mica que el sector terrateniente experiment6 con la abolici6n de la senidumbre: solo una minoria de nobles terratenientes habia logrado hacer una transici6n exitosa a una agricultura capitalista y orientada al mercado. La naturaleza equizoide de la sociedad rusa a comienzos del siglo xx gueda bien ilustrada por la desconcertante variedad de autodesignaciones que ofrecian los listados en la guia de la dudad de San Petersburgo, la mavor y mas moderna de las ciudades rusas. Algunos de !os suscriptores se mantenfan fieles a las formas tradicionales y se identificaban por estado social v rango ("noble hereditario", "comerciante del primer gremio", "dudadano honrado", "consejero de estado"). Otros pertenecian claramente al nuevo mundo y se describian a si mismos en terminos de profesi6n y tipo de empleo ("agente de bolsa ", "ingeniero mecanico", "director de compania", o, como representante de los logros rusos en materia de emancipaci6n femenina, "doctora"). Un tercergrupo estaba conforrnado por personas que no sabian bien a que mundo pertenecian, y que se identificaban por estado en la gu[a de un ano y por profesi6n en la del siguiente, o que hasta daban am bas identificaciones al mismo tiempo, como el suscriptor que, curiosamente, se dice "noble, dentist.a". En contextos menos formal es, los rusos educados solian describirse como integrantes de la inteliguentsia. Sociol6gicamente, se trataba de un concepto muy elusivo, pero, en terminos amplios, la palabra "inteliguentsia" describia una elite educada y occidentalizada, alienada de] resto de la sociedad rusa por su educaci6n y de! regimen autocratico de Rusia por su ideologfa radical. Sin embargo, la inteliguentsia rusa nose veia a sf rnisrna como una elite 1 sino mas bien como un grupo sin pertenencia de clase unido por una
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.. preocupaci6n moral par la mejor de la sociedad, la capacidad de :_ "pensamiento critico" y, en particular, una actitud critica y semi~· •""-' opositora al regimen. El rerm1no se hizo de uso corriente en torno <:.t a mediados de! siglo XIX, pero la genesis de! concepto se encuentra en la ultima pane de! siglo X\~Il, cuando la nobleza fue libera- ·' da de la obligaci6n de! senir al estado y algunos de sus integrantes, educados, pero gue encontraban gue su educaci6n era subutilizada, desarrollaron una etica de obligaci6n alternativa consistente en "servir al pueblo ". 6 ldealmente (aungue no en la practica), pertenecer a la inteliguentsia y al servicio burocratico en forma simultinea era imposible. El movimiento revolucionario ruso de la segunda mitad de] siglo xix, caracterizado par la organizaci6n conspirativa en peguena \ escala para combatir a la autocracia, y ]iberar asi al pueblo, fue en '• buena pane resultado de la ideologia radicalizada y el descontento politico de la inteliguentsia. A fin de! siglo, cuando el desarrollo de las profesiones de alto estatus provey6 a los rusos educados de una gama mas amplia de opciones laborales gue la existence hasta el momenta, gue un individuo se autodefiniera coma inteligente a menudo entranaba actitudes progresistas relativamente pasivas mas bien gue un compromiso revolucionario activo con la transformaci6n poli tica. Aun asi, la nueva clase profesional de Rusia habia heredado lo suficiente de la vieja tradici6rl de la inteliguentsia coma para sentir simpatia y respeto par las revolucionarios comprometidos y falta de simpatia par el regimen, aun cuando las funcionarios de este intentaban llevar adelante politicas reformistas o resultaban asesinados par revolucionarios terroristas. Ademas, algunos tipos de profesi6n eran particularmente dificiles de combinar con un total apoyo a la autocracia. La profesi6n legal, par ejemplo, floreci6 a resultas de la reforma de! sistema legal en la decada de 1860, pero, a largo plaza, las reformas no fueron exitosas en extender el imperio de la ley en la sociedad y la administraci6n rusas, en particular en el periodo de reacci6n gue sigui6 al asesinato, en 1881, de! emperador Alejandro II par un grupo de revo!ucionarios terroristas. Abogados cuya educaci6n las habia llevado a creer en el imperio de la ley tendian a desaprobar las practicas administrativas arbitrarias, el poder irrestricto de Ia
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. . v los intentos gubernamentales por influir en el acc1onar pohc_1a, . d" . I 7 Una relac16n similarmente conflictiva con el e! sistema JU 1C1a . . . d I · d a Jos z.emstvos , cuemos gubernanvos electl, ·men era a asoc1a a ~r regil ales gue insutucionalmente eran totalmente independientes vos 0 c ' • A burocracia estatal y que frecuentemente chocaban con esta. 1 de a de! siglo xx ios zemst:vos empleaban a unos 70.000 profecom1enzos ' , ) . atias . Jes (doctores maestros, agr6nomos, etcetera , cuyas s1mp ona • 51 radicales eran bien conocidas. _ . • . En el caso de Jos ingenieros y otros espec1ahsta5 tecmcos gue tra· ban para el estado O en empresas privadas, los mouvos para gue baJa b · ·a1 · u·eran a!ienados de! regimen eran menos o ,10s, espec1 men· se considera el enero-ico aval de la modermzac10n econom1ca Y rem ~ . · d la industrializaci6n practicado por el Ministeno de Fmanzas urante la gesti6n de Sergei Witte, en la decada de 1890, y, ulte_normente, or el Ministerio de Comercio e Industna. De hecho, Witte hrzo_ to~os los esfuerzos posibles por recabar respaldo p~ra la autocrac1a Y su impulso modernizador entre !os espec,ahsta5 tecmcos Yla ':omunidad de negocios de Rusia; pero el problema ~ra gue el _entus1asmo de Witte por el progreso econ6mico y tecnolog,_c~ obVIame_nte no era compartido por gran parte de Ia elite burocrauca de Rus1a, ademas de resultar poco atractivo en Jo personal para el emperador _Nicolas II. Los profesionales y empresarios orientados a la modern1zaci6n ta! vez no se opusieran en principio a la idea de un gob1erno autocratico (aungue, de hecho, muchos de ellos silo hacian, como resultado de su exposici6n a doctrinas politicas rad1cahzadas en su paso, como estudiantes, por Jos institutos politecmcos). Pero para ellos era muy dificil percibir a la autocraCia zansta como agente ~fectivo de modernizaci6n: los antecedentes de esta eran demas1ado erraticos, y su ideologia politica reflejaba con demasiada clandad nostalgia por el pasado mas gue una vision coherente de! futuro.
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La tradicion revolucionaria La misi6n gue la inteliguentsia rusa se habia a~toasignad_o_era mejorar a Rusia: primero, trazando !os mapas s~c,ales y pohucos de! futuro de! pais y luego, de ser posible, hac1endolos reahdad.
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La medida de! futuro de Rusia era el presente de Europa occidental. Los intelectuales rusos podfan decidir aceptar o rechazar _uno de los fenomenos que ocurrian en Europa, pero todos estos "bl . ! .. estaban en la agenda de discusi6n rusa para su pos1 e inc us1on e~ los planes para el futuro de Rusia._ ?urante el tercer cuarto del s1glo XIX, uno de los temas de d1scus1on centrales era _la 111dustn~l_1zaci6n de Europa occidental y las consecuencias soCia!es y poht1cas de esta. IJna interpretacion afirmaba que la industrializaci6n capitalista habia producido degradacion humana, empobrecimiento de las masa.s y la destruccion de! tejido social de Occidente y que, por lo tanto, Rusia debia evitar!a a toda costa. Los intelectuales radicales que profesaban este punto de vista han sido agrupados retrospectivamente en la categoria de "populistas", aunque el rotulo supone un grado de organizaciOn coherente que, de hecho 1 no existfa (fue empleado originariamente por los marxistas rusos para diferenciarse de los diversos grupos de la inteliguentsia que no estaban de acuerdo con e!los). El populismo era, esencialmente, la corriente principal de! pensamiento radicalizado ruso desde la decada de 1860 hasta la de 1880. Por lo general, la inteliguentsia rusa aceptaba el sodalismo (en el sentido que le daban,Jos socialistas premarxistas europeos, en particular los "utopistas' franceses) como la forma mas deseable de organizacion social, aunque no se consideraba que est.a fuese incompatible con una aceptacion de! liberalismo como idealogia de transformacion polftica. La inteliguentsia tambien respondio a su aislamiento social con un deseo feniente de tender puentes sob re el abismo que la separaba de! "pueblo" ( naroa). La vertiente de pensamiento de la in teliguen tsia conocida como populismo combinaba la oposici6n a la industrializaci6n capitalista con una idealizacion de! campesinado ruso. Los populistas percibiercm que el capitalismo habia tenido un impacto destructivo sobre las comunidades rurales tradicionales de Europa, desarraigaudo a los campesinos de la tierra y forzandolos a asentarse en las ciudades, lo que los transformaba en un proletariado industrial explotado y carente de tierras. Anhelaban salvar la forma tradicional de organizacion aldeana de los campesinos rusos, Ia comuna o 0 U Ott
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mir. de los estragos de! capitalismo, pues creian que el mirera una institucion igualitaria -ta! vez una reliquia de! cornunismo primith'O-- mediante el cual Rusia ta! vez encontrara su propio camino al socialismo. A comienzos de la decada de 1870, Ia idealizacion del campesinado por parte de la inteliguentsia, asi como la frustracion de e,sta con respecto a su propia situacion ya las perspectivas de reforma polftica, llevaron al movimiento de masas espontaneo que mejor ejemplifica los anhelos populistas: el "ir al pueblo., de J873-4. Miles de estudiantes e integrantes de Ia inteliguentsia dejaron las ciudades para ir a las aldeas, algunos de ellos creyendo ser esclarecedores de! campesinado, otros, mas humildes, en busca de la simple sabiduria de! pueblo, a veces con la esperanza de llevar adelante la organizacion y propaganda revoluciona· rias. El movirniento no tenla una conducci6n centralizada ni, en Io que respecta a la mayor parte de los panicipantes, una intencion politica definida: su espiritu era mas bien el de una peregrinaci6n religiosa que el de una campana politica._ Pero este era un matiz dificil de percibir tanto para los campesmos como para la polida zarista. Las autoridades se alarmaron y realizaron arrestos en masa. Los campesinos sentian sospechas, consideraban a sus visitantes no invitaclos como hijos de la nobleza y probables enemigos de clase, ya menudo los entregaban a la polida. Este desastre produjo un hondo desengano entre los populistas. No vacilaron en su decision de servir al pueblo, pero algunos llegaron a Ia conclusion que era su deber hacerlo en el papel de proscriptos, revolucionarios dispuestos a todo cuyas acciones heroicas solo serian valoradas despues de sus muertes. Huba un brote de terrorismo revolucionario a fines de la decada de 1870, motivado en parte por el deseo de los populistas de vengar a sus camaradas encarcelados y destruir toda la supe· restructura de la Rusia autocratica, dejando al pueblo ruso en libertad de elegir su propio destino. En 1881, el grupo de terroristas populistas Voluntad de! Pueblo logro asesinar al emperador Alejandro II. El efecto Iogrado no foe destruir la autocracia, sino asustarla, provocando mis polfticas represivas, mayor arbitrariedad y desprecio de la Jey, asi corno la creaci6n de algo parecido a
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un estado policial moderno. 8 La respuesta popular al asesinato incluv6 pogromos antisemitas en Ucrania, asi coma la difusi6n en las aldeas de rumores que afirmaban que los nobles habian asesinado al Zar porque este habia librado a los campesinos de la servidumbre. En la decada de 1880, como resultado de estos dos desastres populisms, los marxistas surgieron coma grupo definido dentro de la inteliguent.sia rusa, repudiando el utopismo idealista, las tacticas terrorist.as y la orientac?6n campesina que caracterizaban hasta entonces al movimiento revolucionario. Debido al clima politico desfavorable de Rusia, y a su propio rechazo del terrorismo, el impacto inicial de los marxistas se dio en el debate intelectual mas queen la acci6n revolucionaria. Argtiian que la indnstrializaci6n capitalista de Rusia era inevitable, y que el mircampesino ya estaba en un estado de desintegrad6n interna, apenas sustentado por el estado y las responsabilidades de recaudaci6n de impuestos y pagos de redend6n impuestas por este. A.firmaban que el capitalismo constituia la unica via posible al socialismo, y que el proletariado industrial producido por el desarrollo capitalist.'l era la unica dase en condiciones de producir la autentica revoluci6n socialista. Estas premisas, decian, podian ser demostradas cientificamente mediante las !eyes objetivas
. as ' ocurri6 · Es cierto que la industrializaci6n fue tanto proW1tte, 1 to de! aval de! estado y de la inversi6n extranjera como del ded~ sarrollo capitalista esponcineo a.sf queen derto modo, R' usw. torno. una via independiente de la occidental.9 Pero para los contemporaneos, la rapida industrializaci6n de Rusia pareci6 una espectacular demostraci6n de que las predicciones de los marx1st.as eran acertadas y que el marxismo tenia al menos algunas de las respuestaS a ]as "grandes pregunt.as" de la inteliguentsia rusa. El marxismo en Rusia -como en China, India y otros paises en desarrollo-- tenia un significado muy distinto de! que se le daba en los paises industrializados de Europa occidental. Era una ideologia de modernizaci6n adem{lS de una ideologia de revoluci6n. Has ta Lenin, a qui en ma! se puede acusar de pasi,idad en lo revolucionario, se consagr6 como 1narxista con un voluminoso estudio, El desarrollo de/ capitalismo en Rusia, que era tan to analisis como advocaci6n de! proceso de modernizaci6n econ6mica, Virtualmente, el resto de los principales marxistas rusos de su generaci6n produjo obras similares a esa. Por supuesto que la advocaci6n se present.'! en terminos marxistas ("te lo adverti" mas bien que "yo respaldo, .. ") y puede sorprender a las lee tores modernos que conocen a Lenin como a un revolucionario anticapitalista. Pero el capitalismo era un fenomeno "progresista" para los marxistas de la Rusia de fines de! siglo XIX, una sociedad atrasada que, segun la definici6n marxista, a,m era semifeudal. En term1nos ideol6gicos, estaban a favor de! capitalismo porqne lo cons1deraban una etapa necesaria en la via al socialisma. Pero en terminos emocionales, el compromiso era mas profundo: los marxistas rusos admiraban el mundo moderno, industrial, urbano v Jes desacrradaba el atraso de la Rusia rural. Se ha senalado a , " menudo que Lenin -un revolucionario activista deseaso de darle a la historia un empuj6n en la direccion adecuada- era un marxista heterodoxo que exhibia algo de! voluntarismo revolucionario de la vieja tradici6n populista. Esto es asi, pero es relevante ante todo a sn conducta en momentos de verdadera revoluci6n , en torno de 1905 v' en 1917. En la decada de 1890, escogi6 al marxismo mas bien que al populismo porque estaba de! !ado de la modernizaci6n; y esa elecci6n basica explica buena pane del camino 1
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42 seguido por la revoluci6n rusa despues de que Lenin y su partido tomaran el poder en 1917. Los marxistas hicieron otra elecci()n importante en la tempra~ na controversia respecto al capitalisrno que mantuvieron con el populisn10: escogieron la clase obrera urbana como base de sustentaci6n y coma principal fuerza potencial revolucionaria de Ru.sia. Ello los distingui6 de la vieja tradici6n de la inteliguentsia revolucio. na1ia rusa (practicada por los populistas y, ulteriormente, a partir de J_ . su formaci6n a comienzos de! siglo XX, de! partido socialista revolucionario [SR]), con su amor unilateral por el campesinado. Tambien los distingui6 de los liber,1]es (algunos de los cuales habian sido marxisr.as), cuyo n1ovi1niento de liberaci6n emergerfa corno fuerza { politica poco antes de 1905, ya que los liberales contaban con una revoluci6n "burguesa" y obtmieron el respaldo de la nueva clase profesional y de la nobleza progresista enrolada en los zemstvos. lnicialmente, la elecci6n de los marxistas no parecia particu- · larmente promisoria: la clase obrera era pequeiia con relaci6n al campesinado, y, en comparaci6n con las clases altas urbanas carecfa de estatus, educaci6n y recurses financieros. Los prin1 ero's contactos de los marxisL.ts con los obreros fueron esencialmente educativos, y consistieron en cfrculos y grupos de estudio en Ios cu ales intelectua]es !es ofrecian a•los obreros cierto grado de educaci6n generJ.l, asi como elementos de marxismo. Los historiadores difieren respecto de la importancia que tuvo esto en el desarrollo de un rr1ovirniento obrero revolucionario. 10 Pero las autoridades zaristas se tomaron la amenaza politica con bastante seriedad. Segun un mforme policial de 1901, 11
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Los agitadores que pretenden llevar a cabo sus designios han tenido cierto exito en organizar a los obreros para que btos combatan al gobierno. En el transcurso de los liltimos tres o cuatro all.as el apacible joven ruso ha sido transformado en un tipo especial de inteligente semialfabetizado, quien siente la obligaci6n de rechazar familia y religi6n, ignorar la ley y negar y desafiar la autoridad constituida ..-v·orrunadamente, en las f:ibricas no abundan estos j6venes, pero ese minllsculo puri.ado aterroriza a la mayorfa inerte de los obreros, de modo que btos lo siguen.
Estaba daro que los rnarxistas tenian una ventaja sabre otros grupos primitivos de revolucionarios que buscaban contacto con ]as masas: habian dado con un sector de las masas dispuesto a escucharlos. Aunque los obreros rusos no estaban muy lejos de su origenes campesinos, eran mucho mas alfabetizados como grupo y al menos algunos de ellos habian adquirido un sentido moderno, urbano, de que podian "mejorarse". La educaci6n era un media de ascenso social tanto coma una via hacia la revaluci6n a las ojos de los intelectuales revolucionarios como de la policia. Los maestros marxistas, a diferencia de las misianeros papulistas que ]os precedieron, tenian para ofrecerles a sus estudiantes algo mas que acoso policial. A partir de sus campaiias de educaci6n de los obreros, los marxistas --desde 1898 organizados ilegalmente bajo el nombre de Partido Socialdem6crata Ruso de los Trabajadores- progresaron hasta comprorneterse en organizar sindicatos en forma rnas abiertamente politica, huelgas y, en 1905, la revoluci6n. La proporci6n entre las organizaciones partidario-politicas y la verdadera protesta obrera nunca fue pareja y para 1905, a los partidos socialistas !es costaba mantenerse a la par de! movimiento revolucionario obrero. Sin embargo, entre 1898 y 1914, el Partido Socialdem6crata Ruso de los Trabajadores dej6 de ser terreno exclusivo de la inteliguentsia y se transform6, en sentido literal, en un partido obrero. Sus clirigentes aim provenian de la inteliguentsia y pasaban la mayor pane de su tiempo fuera de Rusia, emigrados en Europa, pero en Rusia, la mayor parte de los integrantes y activistas eran obreros ( o, en el caso de los revolucionarios profesionales, ex obreros). 12 En tenninos de su teoria, los marxistas rusos comenzaron con lo que parece una grave desventaja en lo revolucionario: estaban obligados a trabajar no para la pr6xima revoluci6n, sino para la que vendria despues de esa. Segim la predicci6n marxista ortodoxa, el ingreso de Rusia en la fase capitalista (que solo tuvo lugar a fines de! siglo XIX) llevaria inevitablemente al derrocamiento de la autocracia por una revoluci6n liberal burguesa. Tai vez el proletariado respaldara ta! revoluci6n, pero no parecia probable que desempeii.ara m5..s que un papel secundario en esta. Rusia estaria madura
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.,, . En 1903, cuando el Partido Socialdem6crata Ruso de los Trarbajadores ce[ebro SU Segundo congreso, SUS dirigentes chocar~~ :' . run tema aparentemente menor: la compos1c1on de! com!te ,; :itorial del peri6dico de! partido, Iskra. 13 No hubo de _por medi~ verdaderas cuestiones de fondo, aunque, cuando la d1sputa giro teniendo un relativo exito e-n organizar a la clase obrera. Sin emen torno de Lenin, puede decirse que el mismo fue el tema en bargo, un pequeiio grupo -los "marxistas legales" encabezados ,,. cuesti6n, y que sus colegas consideraban que buscaba con demapor Petr Struve- 11eg6 a identificarse marcadamente con los obsiada agresividad una posici6n dominante. La actitud de Lenin en jetivos de la primera revoluci6n (la liberal) de la agenda marxista, el congreso fue avasalladora; y recientemente habia fijado con ya perder interes en el objetivo final de la revoluci6n socialista. gran decision el dogma e_n va~as cuestion~s te6ricas, en, particul~r No era sorprendente que opositores a la autocracia de mentalidad las que hacian a la orgamzacmn y las func1ones de] partido. Hab1a modernizadora como Struve hubieran adherido a los marxistas en tension entre Lenin y Plejanov, el decano de los marxistas rusos; y la decada de 1890, ya que para entonces no habia un movimiento la amistad entre Lenin y su contemporaneo Iuri Martov estaba a liberal al que pudieran unirse; y era igualmente natural queen torpunto de quebrarse. , .. , , no a fin de siglo hayan abandonado a los marxistas para participar 1 El resultado de! segundo congreso fue la d1V1s1on de! Partido en la fundaci6n de! liberal Movimiento de Llberaci6n. Sin embargo, Socialdem6crata Ruso de los Trabajadores en las facciones "bolla herejia de! marxismo legal fue denundada sin atenuantes por j chevique" y "menchevique". Los bolcheviques eran quienes selos lideres socialdemocraticos rusos, en particular Lenin. La vio- i guian la conducci6n de Lenin, y los mencheviques ( que incluian lenta hostilidad de Lenin hacia el "liberalismo burgues" era algo • a Plejanov, Martov y Trotsky) constituian un grupo de integrantes, il6gica en terminos marxistas y caus6 cierta perplejidad entre sus mayor y mas diverse, que consideraba que Lenin se habia excedicolegas. Sin embargo, en terminos revolucionarios, la actitud de do en sus atribuciones. La division no Jes pareci6 significativa a los Lenin era extremadamente, racional. marxistas que estaban en Rusia y, cuando ocurri6, ni siquiera los Maso menos en esa misma epoca, los lideres socialdem6cratas emigrados la creyeron irreversible. Sin embargo, result6 permarusos repudiaron la herejia de! economicismo, es decir la idea de nente; y con el paso de! tiempo, ambas facciones adquirieron caque el mo,imiento obrero deb[a enfatizar los objetivos econ6micos racteristicas individuales mas diferenciadas que las que las caracterimas bien que los politicos, De hecho, habia pocos economistas cozaron en 1903. Ulteriormente Lenin, en oca,iones expres6 orgullo herentes en el movimiento ruso, en parte porque las protestas por haber sido un "disidente", con lo que manifestaba su convicci6n obreras rusas tendian a progresar muv rapidamente de reclamos de que las organizaciones politicas grandes, de afiliaciones poco inpuramente econ6micos, por ejemplo, los referidos a salarios, a tensas, eran menos efectivas que grupos radicalizados mas pequeotros de naturaleza politica. Pero los lideres emigrados, a menudo iios y disciplinados imbuidos de un mayor grado de compromiso y mas perceptivos de las tendendas in tern as de la socialdemocracia uni dad ideol6gica. Pero algunos atribuyeron esta preferencia a su europea que de la situaci6n rusa, temian a las tendendas revisionisdificultad para tolerar el desacuerdo -esa "suspicacia maliciosa" tas y reformistas que se habian desarrollado en el mo,imiento aleque Trotsky llam6 "caricatura de la intoleranciajacobina" en una man. En los debates doctrinarios en torno de! economicismo y al pole mica anterior a la revoluci6n. l4 marxismo legal, los marxistas rusos dejaban claramente asentado En los aiios posteriores a 1903, los mencheviques emergieron que eran revolucionarios, no reformistas y que su causa era la revocomo los representantes mas ortodoxos de! marxismo (sin con tar a luci6n obrera socialista, no la revoluci6n de la burguesia liberal. Trotsky, quien, aunque fue menchevique hasta mediados de 1917, para Ja revoluci6n proletaria socialista solo despues de que el capitalismo llegase a su madurez, y ta! vez faltara mucho para ese momenta. Antes de 1905, este no parecia un problema muy acuciante, ya que no habfa una revoluci6n en marcha, y los marxistas estaban ,
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47 siempre tendio a ser un francotirador), me nos inclinados a forzar . . Este era un. rasgo~ de carac,~.~ redecir que esta ocu1-nna. la mare ha de los sucesos que conducirian a la revolucion y men · ___ -pJernent~n~\udab]emente habria despertado ]a s1mpat1a de 05 interesados en crear un partido revolucionario organizado y disci. que de! hecho de que requeria de alguna rev1s10~ e plinado. Tuvieron mas exito que los bolche,igues en ganar adhe- _ ,:c~MarX, a pesar L "d de que la burguesia liberal deb,a ser . o onodoxo. a , ea - . R . rentes en las regiones no rusas de] imperio, mientras gue los boJ-,l mar:xJSIT1 l d la revoluci6n antiautocrauca de d ictora natura e ~ us1a · chevigues los superaban en su convocatoria entre los obreros J, ·1a con L ace table para Lenin; y en Dos tactzcas rusos. (Sin embargo, en ambos partidos, los judfos y otros no ru- :J _ nunca fue verdadernmente p Jena revoluci6n de 1905, insistio . l lemocracw escnta en p sos eran importantes en la cllpuJa dircctiva, originada en la inteli- · de la soaa, - lenria~o -aliado al revoltoso campesinado rusoguentsia.) En los iiltimos anos de la preguerra, 1910-4, los menche- f. en que el p1_0 ' papel dominante. Estaba claro que vigues perdieron respaldo obrero, gue foe ganado por los J odia Y deb1a desempenar un . intenciones revobolcheviques a medida que el estado de animo de los obreros se ha- 1 ~ra ne~esario para cualquier ma:x1smtaar~~op::,: por alto la doctri. - _ . ·as encontrar una 1.or . cia mas militante: los menche,igues eran percibidos como un parti- ~, ]uoonanas sen . . b vTrotskv hizo un mtento revolucwnano urgues,. . I. l . do mas "respetable" y vinculado a la burguesia, mientras gue a los na de! ,c erazgo - de la "revoluci6n perm al as exitoso con su teona bolcheviques se los consicleraba rr15s obreros y revoluciona1ios. 1s sirnila~ y ta vez_ md 1.90" en los escritos de Lenin aparecen con ' A parur e J, - - ,, ·• A diferencia de los menchevigues, los bolcheviques tenian s6nente . . alabras "dictadura", "insurrecc1on y guelo un lider, y su identidad estaba definida en buena pane por las crec1ente frecuencia las p c . de poder revolucionana . "]" · Concebia la futura trans1.erenc1al" rra CI\1 ideas y la personalidad de Lenin. El primer rasgo dis tin tivo de Leen estos tenninos isperos, violentos y rea istas. nin como ide6logo marxista fue su enfasis en la organizaci6n partidaria. Percibia al partido no solo como la vanguardia de la revoluci6n proletaria sino, en cierto sentido, como creador de esta, . _ de 19 05 y sus consecuencias; Larevo1uc10n dado gue argiiia gue, por su cuenta, el proletariado solo podia acla Prinlera Guerra Mundial ceder a una conciencia sindical no revolucionaria.
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Lenin creia que el niicfeo de] panido debia estar constituido por revolucionarios profesionales de tiempo completo, reclutados tanto entre la inteliguentsia como entre la clase obrera, pero gue se concentraran en la organizacion politica de los trabajadores mas gue en ning{m otro grupo social. En J Qui lzacer? (1902) insistio en la importancia de la centralizacion, la disciplina estricta y la unidad ideologica dentro de! partido. Por supuesto que estas eran conductas logicas para un partido que operaba clandestinamente en un estado policial. Asi y todo, a muchos de los contemporaneos de Lenin (y ulteriormente a muchos estudiosos) !es parecia gue el desagrado de Lenin por las organizaciones de masas amplias gue permitfan mayor diversidad y espon taneidad no era s6Io una cuesti6n pr5.ctica sino gue reflejaba su natural tendencia al autoritarismo. Lenin diferfa de muchos otros marxistas ruses en que parecia desear activamente una revoluci6n proletaria mas bien que sim-
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~ tencia militar en expansi6n, La Rusia zansta tard,a era una po
cias de Europa. Su fuerza fhre~teda moun~r:peso a los problemas inII n logro que ac1a e c ' . de orgu o, u _ . d E palabras gue se le atn. · nom1cos e pa n • 1 15 1 ternos po mcos y eco . cl ·ncipios de] siglo xx, una · · t O del Intenor e pn .. buven a un m1n1s r I . media a la intranqu1h, - toriosa" era e meJor re . I bar o hist6rica1nente, este era un '·pequella guerra vie_ dad in terna de Rusi a. Sm e n g ' de! medio siglo pasadudoso En el transcurso - t· d postula o mas ,en ·_ c1·c1 . a ser exitosas ni a forta0 hab1an ten 1 o l1l do, las guerras rusas n . cl cl I gobierno. La humillacion I fia za de la soCie a en e , . lecer . . . - las radicales reformas m. . aclcon I t n a de Cnmea prec1p1to m1htar e a guerr cl t diplomatica sufrida por . I cl . da de 1860. La erro a ternas de a eca ·1· I Balcanes a fines de la de. . ' nci6n m1 itar en os ~ - ~ Rus1a tras su mten e . . r . .nterna que solo hnahzo cada de 1870 prodttjo una cns1s po mca I
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· nario no sufno cuestto.d 1 ov1n11ento revoIuc10 lit,eral de h erar e rn ·ct l de negociar con el regimen se ba· con el asesinato de Alejandro II. A comienzos de! siglo xx, la ex. , roientos se nos·• v, su capac1 ac , le los nuevos sin d'1catos pansion rusa en el Lejano Oriente la Jlevaba a un choque con otra, 7 na , !do de Jos urnstvos} c , 1 ct· . tarn bi en en las heterogeneas potencia expansionista de la regi6n,Jap6n. Aunque algunos de Jos. - . so no solo en e respa . le de dase me ia smo b de profes1ona s h s estudiantiles, huelgas o reministros de Nicolas II instaron a la cal ma, el sentimiento que pre. resentadas por mare a presiones rep unes en las fuerzas armadas y agivalecia en la cone y los altos circulos burocraticos era que habia fll.5, desordenes carnpesmos, _mod I . mpeno. Por su parte, la autocosas en el Extrema Oriente de las que seria facil adueiiarse y que. ! re
) en e cua . octubre de · ico ,lS , ' Jamento electivo nac10pareda menos tolerable cuanto m{tS claramente demostraba ser inrometta crear un par . ·, una const1mct0n y P. d. ·d', los liberales: \os ocmbristas lo competente e ineficiente; y la nobleza de los zem,tvos y los profesioEl mamfiesto 1V1 10 a d nales se alinearon tras el ilegal mo,imiento llamado "liberacion ", dil d·mo'cratas constitucionales (ca C· nal, Ia D uma. , ·1 1 -queose · aceptaron; m en ft.lS ·,. n hasta tan to nose hirigido desde Europa por Petr Struve y otros activistas liberales. En . f I iente su aceptac10 tes) suspend1eron onna TT 5· embargo, en la practica, \os Jibera· los ultimos meses de 1904, mientras la guerra proseguia, los liberaciesen nuevas concest0n_es.d rdn olucionaria por el momenta y les de Rusia organizaron una campaiia de banquetes (que tuvo coron la acnvt a rev . n Jes a b an d o a . los nuevos part1dos octuma modelo la empleada contra el rey de Francia, Luis Felipe, en , energias en orgamzar concentraron sus . ' . de la Duma. 1847) por medio de la cual la elite social expreso su apoyo a la idea . d las ultenores elecc1ones . bnsta y ca etc para .eron su actividad revo!uctode reforma constitucional. Al mismo tiempo, el gobierno estaba ba go los obreros mantuVl . ., d . V1'sibles que nunca e mtenm em r , bajo otras presiones, incluyendo ataques terroristas contra sus funfi d - o hac1en ose mas naria hasta m e an. , 1 traba· adores de Petersburcionarios, manifestaciones estudiantiles y huelgas obreras. En enesificando su militancta. En octubre, ~s de r:presenrantes de \os ro de 1905, los trabajadores de Petersburgo convocaron a una . "'soviet" o conseJO ' demostracion padfica -no organizada por militantes y revoluciogo orgamzaron un Cb . cas La funcion practica de! soviet I trabajadores elegidos en' as al n c;udad con una suerte de gobier, narios sino por un sacerdote renegado con conexiones policiales, el de Petersburgo era proveer a a riodo en que las otraS padre Gapon- para llamar la atenci6n de! Zar sobre sus redamos . . l d mergencia durante un pe no mumc1pa e e , l =r una huelga general. economicos. El domingo sangriento (9 de enero), las tropas dispar adas y tema lib' instituciones estaban par~ 12 un foro olitico para los trabajadtr raron sobre !os manifestantes que se hallaban frente al Palacio de Pero tambien se conV1rtto en , IP •~s de los partidos revoluInvierno, y la revoluci6n de 1905 cornenzo. d para los socia 1S= res, y, en menor gra o, ra_ menchevique, devino en El espiritu de solidaridad nacional contra la autocracia fue muy , . (1'rotsky que por entonces e c1onanos • fuerte durante los primeros nueve meses de 1905. L, pretension
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uno de los If deres de los soviets). Durante unos n1eses, las autoridades zaristas rrataron al so\'iet con cautela, y surgieron cuerpos similares en :\-Ioscl1 y otras ciudades. Pero a con1ienzos de diciembre, fue dispersado mediante una exitosa operaci6n policial. La noticia del ataque contra el soviet de Petersburgo produio una in~ sun:ccc1on armada dd soviet de Moscu, en el que Jos bolcheviques hab1an ganado considerable influencia. Las tropas la aplastaron, pero los obreros se defendieron y bubo muchas bajas. La rcvoluci6n urbana de 1905 prodt0o los mas serios alzamientos campesinos desde la rernelta de Pugachev a fines del siglo X\-1II. Pero las revoluc1ones urbana y rural no fueron simult3.neas. Las insurrecciones_ campesinas -que consistfan en saquear y quemar las casas solancgas y atacar a terratenientes v funcionariosc011:enzaron en el verano de 1905, alcanzaron u~ pico a fines del otono, a1n::unaron y regresaron en gran escala en 1906. Pero incluso a fines de 1905, el regimen tenia la suficiente fuerza coino para emplear tropas en una campaiia de pacificaci6n aldea por aldea. Para me_d1ados de 1906, todas las tropas habfan regresado de) Lepno Onente v la disciplina habia sido restaurada en las fuerzas armadas. En el invierno de 1906-7, buena pane de la Rusia rural estaba bajo la_ ley marcial y la justicia sumaria (incluyendo mas de mil eJecuc10nes) era administrada por una cone marcial de campaiia.
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La nohleza terrateniente rusa aprendi6 una Iecci6n de Ios episodios de 1905-6: que sus intereses estaban ligados a Jos de la autocracia (que tal vez _pudiera protegerla de! vengativo campesinado) y no a los de los hberales. 1b Pero en terminos urbanos, Ja revolu;i6n de 1905 no prodt0o una concicncia tan clara de la polari7:ac1on de clases: ni siquiera los mas socialistas consideraban que este fuera un 1848 ruso en el que quedaban al descubieno la naturaleza traicionera del liberalismo y el antagonismo esencial de burguesfa y proletariado. Los liberales -quienes representaban una clase media mas bien profesional que capitalist.,- se habfan hecho a un lado en octubre, pero nose habfan unido al regirnen en el at.:tque contra la revoluci6n de los trabajadores. Su actitud hacia los movimientos obrero y socialista fue mucho mas benigna que la de los hberales de la mayor pane de los pafses europeos. Por su pane,
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los trabajadores parecen haber percibido que los liberales eran un aliado mas timorato que traicionero. El resultado politico de la revoluci6n de 1905 fue ambiguo, y, en cieno modo, insatisfactorio para todos los implicados. En las leyes fundamentales de 1906 -lo mas parecido que Rusia hubiera teniclo a una constituci6n- Nicolas dej6 clara su creenc1a de que Rusia al1n era una autocracia. Es cierto que el aut6crata ahora consultaba con un parlamento electo, y que los partidos habfan sido legalizados. Pero la Duma tenfa poderes limitados; los ministros s6lo le respondfan al aut6crata; y, una vez que las dos primeras Dumas de 1nostraron ser insubordinadas y fueron arbitrariamente disueltas, se introdujo un nuevo sistema electoral que les quit6 practica111ente toda autoridad a varios grupos sociales y dio una excesiva representaci6n a la nobleza terrateniente. Tal vez la principal imponancia que tuvo la Duma fue la de proveer un foro pttblico para el debate politico y un cam po de entrenamiento para los politicos. Las reform as politicas de 1905-7 crearon parlamentarios del mismo modo en que las reformas legales de la decada de 1860 habian creado abogados; y ambos grupos tenian una tendencia innata a desarrollar valores y aspiraciones que la autocracia no podia tolerar. Algo que la revoluci6n de 1905 no cambi6 fue el regimen policial que se habia desarrollado plenamente en la decada de 1880. El proceso de justicia ordinaria continuaba suspendido (como lo ejemplifican las cones marciales de campaiia que lidiaron con los campesinos rebeldes en 1906-7) para buena pane de la poblaci6n durante considerables periodos. Por supuesto que habia razones comprensibles para que esto fuese asi: el hecho de que en 1908, un aiio comparativamente tranquilo, 1.800 funcionarios resultaran heridos y 2.083 muenos en ataques de motivaci6n politica 17 indica cuan tumultuosa seguia siendo la sociedad y hasta que punto el re"imen continuaba a la defensiva. Pero esto significaba que, D en muchos puntos, las reformas politicas no eran masque una fachada. Los sindicatos, por ejemplo, habian sido, en principio, legalizados, pero a menudo gremios especfficos eran clausurados por la policia. Los panidos politicos eran legales, y hasta los partidos socialistas revolucionarios podian competir en las elecciones
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de la Duma y ganar algunos escaiios; pero sin embargo los inte._ grantes de los panidos socialistas revolucionarios continuaban siendo arrestados con tan ta frecuencia como en el pasado, y los je. fes partidarios (la mayor pane de los cuales habia regresado a Ru. sia durante la revoluci6n de 1905) fueron forzados a emigrar otra vez para evitar la carcel y el exilio. En retrospectiva, puede parecer que los revolucionarios mar. xistas, con las concesiones obtenidas en 1905, y 1917 que ya se perfilaba en el horizonte, deben de haberse congratulado por el espectacular debut revolucionario de los trabajadores y mirado con confianza hacia el futuro. Pero, de hecho, su estado de animo era muy diferente. Ni los bolcheviques ni los mencheviques tuvieron mas que una participaci6n marginal en la revoluci6n obrera de l -f 1905: no es gue los obreros los hubiesen rechazado, sino bien 1 i que los sobrepasaron, y esto hizo que muchos, y en particular Le- f. nin, mirasen las cosas con cierta frialdad. La revoluci6n habia lle- .r gado, pero el regimen se habia defendido y habia sobrevivido. En la inteliguentsia se hab]6 mucho de abandonar el sueiio revolucionario y las viejas ilusiones de perfectibilidad social. Desde el punto de vista revolucionario, tener una fachada de instituciones politicas legales y una nueva generaci6n de politicos liberales engreidos y parlanchines (para resumir lo que pensaba de ellos Lenin, que no diferia demasiado de la opmi6n de Nicolas II) no representaba ninguna ganancia. Para los lideres revolucionarios tambien era honda, casi insoportablemente decepcionante, regresar a la familiar sordidez de la vida en la emigraci6n. Los emigrados nunca fueron susceptibles y litigiosos que en Ios aiios comprendidos entre 1905 y 1917; de hecho, las continuas riiias mezquinas de los rusos constituian uno de los escandalos de la socialdemocracia europea, y Lenin era uno de los peores en ese sentido.
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Una de las malas noticias que trajeron los aiios de preguerra fue que el regimen se estaba por embarcar en un programa de reform a agraria de fondo. Las insurrecciones campesinas de 1905-7 habian persuadido al gobierno de abandonar su premisa anterior de gue el mir era la mejor garantia de estabilidad rural. Cifraba ahora sus esperanzas en la creaci6n de una nueva clase de pequeiios graajeros independientes, una apuesta por Ios "sobrios y fuer-
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• ·ARIO E[.ESCEN.
. . .. . er ministro de Nicolas, Petr Stoly,. " seg{m la descnb10 el pnm . onsolidar sus posesiotes , b l campesinos ac . ·n. Ahora, se alenta -a a as bl ·eron comisiones de tierras en pi d 1 r v se esta en 1 .. nes y separarse e mz , , . f Ttar el proceso. Se daba por sentado que os ~,· las provinc1as para an, . . las ciudades, mientras gue los , d . u parte v se man a d . '. p0bres ven enan s_ . , ex andirian sus propiedades, a qUI.,-. is pr6speros meJoranan y . p d equeiio burguesa de, !I1 rd d conserva ora y p . fl . endo asi Ia men ta I a . f ce·s Para 1914, aprox1mal · campesmo ran · . Por ejemplo, e granJero d 1 hoaares campesinos de Ia Rus1a 40 or c1ento e os "' d b. d damente un b' p c Ime nte de] mir' aunque, . e I o rado ,orma europea se ha ,an sepa . . de! proceso, solo una canudad re.. d d J gal y pracnca · a la complejl a e iia de ellos ha b',a comp letado los pasos ultenoJativamente. peque tablecerse como propietarios que explotaran res necesanos para es . 1· dadas.18 Las reformas de d . a prop1as y conso I sus porciones e tlerr_ " ~ I t rminoloITTa marxista, ya que . " gres1stas ' segun a e c,· . p II 'talista de ]a agncultura. eStolypm eran pro ara un desarro o cap1 . r b sentaban las ases p II d I capitalismo urbano, las imp icaro en contraste con el desarro o de aso para la revoluci6n rud. 0 plaza e este p ciones de corto y me Ian . d tradicional de Rusia era d . entes El cam pesma o ( epnm. • S1: las re,ormas c de Stolypin funcionaran y sa eran muy . . dado a la msurrecc10n. . d' rn·r) el proletanado ru. qu e asi po 1a ocu . entre otros, tem1a . ., Lenin,
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e aliado revoluc1onano.
so perdena un important f c rzada por un enorme em~ a rusa ue re,1.0 En 1906 la economi . ']Jones de francos) que ·1 d . tos cmcuenta m1 pres ti to ( dos. ~ m1 osc1en . b an car1·0 internacional; y la ind usconsorc10 Witte negoc10 con un . ndi6 velozmente en los . 1extranJero se expa tria nacional y de capita II s·ignific6 que la clase p puesto que e 0 aiios de preguerra. or _5u d" Pero la protesta laboral · 1 b'en se expan 10. obrera industna tam I - s tras el feroz aplas. . te durante algunos ano . . disminuyo abruptamen . . obrero durante el mVIer. . to revoluc1onano tamiento del moVImien d 1910 Las hue!•1 er6 fuerza en torno e . no de 1905-6, y so o recup . frecuentes en los aiios h. · n cada vez mas g lminando con la huelga as de gran escala se ICiero · s a Ia guerra, cu inmediatamente antenore d 1914 que fue lo suficientep do en el verano e , . g eneral de etrogra b ·adores dudaran de s1 Ru. que algunos o sen mente sena como para .. .. . to para ir a la guerra. Las . . a moVIhzar su eJerc1 . . sia podna arnesgarse r . ademas de economICas; demandas de los trabajadores eran po meas
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y sus quejas contra el regimen incluian responsabilizarlo de! dominio extranjero en muchos sectores de la industria rnsa, asi como el empleo de Ia coercion contra los trabajadores mismos. En Rusia, ]os mencheviques percibian que perclian respaldo a medida que Ios obreros se vohian mas violentos y beligerantes, mientras que los bolcheviques lo ganaban. Pero ello no alegro en forma perceptible a los ](deres bolchevigues emigraclos: debic!o a las malas comunicaciones con Rusia, es probable que no tu\ieran plena conciencia de la situaci6n, y su posici6n en la comunidad de rusos emigrados y socialistas europeos era cada vez mas c!ebil y aislac!a. 19 Cuanc!o en agosto de 1914 estallo la guerra en Europa y Rusia se alio con Francia e lnglaterra contra Alemania y Austria-Hungrfa, Ios emigrados politicos quedaron casi completa1nente aislados de Rusia, aclemas de experimentar los problemas habituales para los residentes extraajeros en tiernpos de guerra. En el movimiento socialista europeo en general, muchos que hasta entonces eran internacionalistas se hicieron patriotas de un dfa para otro cuando se declar6 la guerra. Los rusos tenfan menos inclinaci6n que los otros por el patriotismo directo, pero la mayor parte de ellos ac!opt6 la posici6n "defensista" que implicaba respaldar el esfuerzo belico de Rusia en tanto este se realizase en c!efensa de! territorio ruso. Sin embargo, Lenin pertenecfa al minoritario grupo de los "derrotistas", quienes repudiaban de piano la causa de su pais: en lo que respecta a Lenin, consideraba que se trataba de una guerra imperialista, y lo mejor gue se poc!ia esperar era una derrota rusa gue ta! vez provocase la rruerra civil v la revoluci6n. " ' Esta era una postura controvertida, aun en el movimiento socialista, y los bolchevigues se encontraron con que los hacia objeto de muchas miraclas frias. En Rusia, todos los bolcheviques conocidos -incluyendo a los c!iputados de la Duma- fueron arrestados c!urante el transcurso de la guerra. Al igual gue en 1904, la declaraci6n rusa de guerra proc!t0o una oleada p(1blica de entusiasmo patri6tico, mucho agitar de banderas patriotero, una moratoria temporal a los enfrentamientos internos v bienintencionac!os intentos por parte de Ia sociedad respetable y las organizaciones no gubernarnentales de asistir al gobierno en su esfuerzo belico. Pero una vez mis, los ;inimos no
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ruso sufri6 aplastantes,...., derrotas y tar cl aron e n agriarse · El eiercito J . . ~ erdidas (un total de cinco millones de baJas entre 1914-t), y_el eJerP_ cito a1em,a'n penetro profundamente en los terntonos ocCidenta. de! imperio, provocando un ca6tico ingreso de refugiados a Jes · ·I · cen tral · La derrota produce sospechas sobre traic10n en os Rus1a _ ,. altos niveles, y uno de los blancos principales fue la esposa de Nias Ia emperatriz Alejandra, quien, por nac1m1ento, era una co l , . - cl Al . cl princesa alemana. El escandalo rodeaba la relac10_n_ e epn. ra con Rasputin, un personaJe c!udoso pero cansmauco, en_ qmen ella confiaba, por considerarlo un verc!ac!ero hombre de D10s :iue odia controlar la hemofilia de su hijo. Cuando Nicolas asum1O las presponsabilidades de com andante en jef~ d i.,. I e eJercno ruso, que 0 alejaron de la capital c!urante largos penoc!os, AleJanc!ra Y Rasputin comenzaron a ejercer una desastrosa 1nfluenoa sabre las des1gnaciones ministeriales. Las relaciones entre el gobierno y la cuarta Duma se deterioraron drasticamente: el animo en la Dumay en la poblacion ec!ucada en general foe capturac!o po~ la frase con gue el c!irigente de los cadetes Pave: Milyukov puntuo un _d,~~urs~ sob re ]as c!eficiencias de! gob1erno: ,:es estup1dez o tra1c10n. A fi ne S d e 1916 , Rasputin foe asesinado por algunos j6venes nobles . cercanos a Ia corte y por un diputado de la Duma, cuyos mouvos eran salvar el honor de Rusia y de la autocracia. Las presiones de ]a Primera Guerra Mundial induc!ablemente ]as personalidac!es de Nicolas y su esposa, as, como la tragec!ia familiar de la hemofilia de su pequeiio hijo-20 destacaron e_n un marcado relieve las caracteristicas anacr6nicas de la autocrac1a rusa e hicieron que Nicolas pareciera menos un defensor cl: la tradici6n autocratica que un involuntario caricatunsta de esta. El 'Juego de ]as sillas" ministerial de favoritos incompetentes en el gabinete, el curanc!ero campesino y analfabeto en la corte'. las mtngas de ]a alta nobleza que llevaron al asesinato de ~asputm Y hast,, la epica historia de Ia empecinada res1stenCia_de este a la muerte por veneno, balas y ahogamiento; toc!o pareoa pertenecer a una - oca pasada ser un acompaiiamiento grotesco e 1rrelevante a las ep ' . h realidac!es propias de] siglo xx: trenes de tropas, guerra de_t_nnc e· - en masa . Rusia no solo tenia una poblaoon eduras y moVl·1·12ac1on cada que percibia esto, sino ta1nbien instituciones como la Duma,
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los partidos politicos, los zemstvos y el comite de industrias de gue. rra de los industriales, gue eran agentes potenciales de transicion entre el viejo regimen y el nuevo mun do. En visperas de la Primera Guerra Mundial, la situaci6n de la autocracia era precaria. La sodedad estaba profundamente dividida y la estructura burocriitica era fragil y su capacidad estaba excedida. El regimen era tan vulnerable a cualguier tipo de sacudida u obstaculo gue es dificil imaginar que hubiera podido sobrevivir 1 por mucho tiempo, aun sin la guerra, si bien est/i claro gue, bajo ti otras circunstancias, el cambio podia haberse producido menos ·( violentamente y con menos consecuencias radical es gue la forma en que esto ocurrio en 1917. La Primera Guerra Mundial expuso e increment6 la vulnerabilidad de! antiguo regimen ruso. El publico aplaudi6 las victorias, pero no toler6 las derrotas. Cuando estas tenian lugar, la sociedad nose unia tras el gobierno (una reaccion relativamente normal, especialmente si el enemigo invade el suelo patrio, y que fue la de Rus1a en 1812 yen 1941-2) sino gue se volvio violentamente contra este, denunciando su incompetencia y atraso en tono de desP:ecio Ysuperioridad moral. Ello sugiere gue la legitimidad del regimen ya era extremadamente precaria, y gue su supervivencia estaba estrecbamente vinculada a los logros tangibles gue obtuviera y, de no haberlos, a la mera suerte. El viejo regimen fue afortunado en 1904-6, otra ocasi6n en gue las derrotas belicas lo sumieron en la revolucion, pues pudo salir de la guerra con relativa prontitud y honor, obteniendo ademas un importante ernprestito posbelico de Europa, que por entonces estaba en paz. No rnvo tanta suerte en 1914-7. La guerra se prolong6 demasiado, agotando no sol~~ _Rusia, sino a toda Europa. Mas de un aiio antes de que el arm1suc10 se celebrara en Europa, el ~iejo regimen de Rusia habfa muerto.
2. 1917: las revoluciones de febrero yoctubre
En febrero de 1917, la autocracia se derrurnbo ante las manifestaciones populares y el retiro del respaldo de la elite al regimen. En Jaeuforia de la revolucion, las soluciones politicas parecian faciles. La futura forma de gobierno de Rusia seria, por supuesto, democratica. El sentido exacto de ese ambiguo termino y la naturaleza de Ia nueva constituci6n de Rusia serian decididos por una asamblea constituyente, gue seria elegida por el pueblo ruso en cuanto las circunstancias lo permitieran. Entretanto, las revoluciones de elite y popular -politicos liberal es, las clases propietarias y profesionales y la oficialidad en la primera categoria; politicos socialistas la clase obrera urbana v los soldados y marineros rasos en la se~unda- coexistirian, tal ~omo lo hicieran en los gloriosos dtas de la solidaridad nacional revolucionaria en 1905. En terminos institucionales, el nuevo gobierno prmisional representaria la revolucion de elite, mientras que el reciememente revivido smiet de Petrogrado seria el portavoz de la revoluci6n del pueblo. Su relaci6n seria complementaria mis gue cornpetitiva y el "poder dual" (el termino se aplicaba a la coexistencia de! gobierno pro,isional y el soviet) serfa una fuente de fortaleza, no de debilidad. A fin de cuentas, los liberales rusos habian tendido a considerar aliados a los socialistas, cuyo in teres especial en la reforma social era solo comparable -y compatible- con el interes especial de los liberates en la democratizacion politica. En forma similar, la mayor parte de los socialistas rusos estaban dispuestos a ver a los liberales como aliados, ya gue aceptaban la noci6n marxista de que la revoluci6n liberal burguesa tenia el primer lugar en la agenda y gue los socialistas estarian dispuestos a respaldarla en la lucha contra la autocracia, Pero ocho meses mis tarde las esperanzas y expectativas de febrero se habfan derrumbado. El "poder dual" result6 ser una ilusion
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que en'.n:iscaraba algo qne se parecia mucho al ,acio de poder. Lar \ol_uc10:1,. popu]ar se hizo cada vez mas radical, m1entras ue ~ re, olucion de elne se desplaz6 hac1a una ans,osa posici6n cqo a vadora e n d e fensa c1e 1a propiedad. la Iev ' el orden EI • . , nser• l - goo,erno prmis1on,, apenas s1 sobrevivi6 al intento de a-ol d d , h· pe e erec a de l • . " genera l I'-Ormlov lo suficiente como para sucumb l l d I . ir a go pe de iz~ qu1e1 a<,. los bolche\lques, populannente asociado al iema "t do el poder a los soV1ets" La d o. ., . tan espera a Asamblea Constituvente se reumo pero no obtuvo nada , ,v, en enero de J9J8, f ue d'1stte , 1ta .; . ':n ceremomas por los bolcheviques. En la periferia de Ru . fi cn'es de] · .. sia, o 1< i • • antiguo eJercito zarista convocaban a sus fuerzas combatir a los bolcheviques, alo-unos baio la bandera mo , para
.:, ~:.; ~ < narqu1ca que parec1a haber desaparecido para siempre desde 1917 L; ' voluc16n no llev6 la dernocracia liberal a Rusia En camb1· , .t a rle- y Ia guerra Clvil. . · • · o, ra,o ana,,quia , a
, El paso directo de! febrero clemocratico al octubre rojo a.somhro por igua! a vencedores v vencidos Para lo. 1·be I , ·· • s 1 ra es ruso•.,, f, 1e un choq -. ~1e. traui:natt~o. La revoluci6n -su revolucJ6n, tal como Jo demo,tr,1b.1 la h1stona de Europa occidental v I b . • , , com o o acepta an 1 os marx,_stas que ve,an las cosas con objetiviclad- finalmente haocurnclo, solo para serles arrebatada por fuerzas siniestras e inmprens_1b!es. Los mencheviques y otros marxistas no bolcheviques se smueron iQ:ua!mente ultra,iados· el , _ _ u <:;L • momento aun no estab" maduro para una revoluci6n socialist., proletaria v er-1 inexcusable . 'cl . • ' , que un p,1ru o marx1sta romp1era las reglas v se adue-. de! pode I r cl , .nase r. .os a ia os, socios de Rusia en la guerra en Eur . quedaron horrorizados ante la cat:istrofe Y se negaron a opa, . , . , " reconoCe r a I nuevo o-ob1erno q·ie d. , . n ' t se tspon1a a renrar unilateralmente a Rus1a cle la guerra. Los diplomaticos apenas si conocian los nombres de los nuevos regentes de Rusia, pero sospechaban lo peor ~ rogahan por una dpida resurrecci6n de las esperanzas democrat1c;1s a las que habian dado la bienvenida en febrero. Los ocodentales lee tores de diarios se enteraron co h . n orro1- d e l d escenso de Rusm desde la ci,ilizaci6n a las pro"1nd1'dad . b' b . n esararas ell e comunismo ateo.
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Las_ ckatrices_ que dej6 la revoluci6n de octubre fueron hondas e hicieron mas dolorosa v visible para el mundo exterior la
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eIJ1igraci6n de grandes cantidades de rusos educados en el transcurso e inrnediatamente despues de la guerra civil que sigui6 a la victoria bolchevique. Para los emigrados, la revoluci6n bolchevique no fue tan to una tragedia en el sentido griego como un desas-tre inesperado, inmerecido y esencialmente injusto. A la opinion publica occidental yen particular estadounidense, le pareci6 que al pueblo ruso le habfa sido quitacla con enganos la democracia liberal por la que habia combatido por tanto tiempo con tanta nobleza. Teorias conspirativas que explicaban la victoria bolchevique ganaron amplia aceptacion: la mas popular era la de la conspiracion judia internacional, ya que Trotsky, Zinoviev y muchos otros Ifderes bolcheviques eranjudios; pero otra teoria, revivida por Solyenitzin en Lenin en Zurich, representaba a !os bolcheviques como a titeres de los alemanes, parte de un complot victorioso para sacar a Rusia de la guerra. Por supuesto que los historiadores tien· den a considerar las teorias conspirativas con escepticismo. Pero las actitudes que permitieron que tales teorias proliferaran pueden haber influido en los enfoques academicos occidentales de! problema. Hasta muy recientemente, la mayorfa de las explicaciones hist6ricas de la revoluci6n bolchevique enfatizaban de una u otra forma su ilegitimidad, como si buscasen absolver al pueblo ruso de toda responsabilidad por el episodio y sus consecuencias. En la clasica interpretaci6n occidental de la Victoria bolchevique y la subsiguiente evoluci6n de! poder sovietico, el deus ex machina era el arma secreta bolchevique: organizacion y discip!ina partidaria. El panfleto de Lenin iQue hacer? (vease supra, p. 46), en el que se f~aban los requisitos para la organizaci6n exitosa de un partido ilegal y conspirativo, se solia citar como texto basico; y se arguy6 que las ideas de JQui hacer? moldearon al Partido Bokhevique en los anus formativos y siguieron determinando la condm::ta bolchevique aun despues de la salida de la clanclestinidad en febrero de 1917. La polftica abierta, democratica y pluralista que imper6 en Rusia en los meses que siguieron a febrero fue asi subvertida, lo que culmin6 con la toma i!egal de! poder por parte de los bolcheviques en octubre mediante un golpe organizado. La tradici6n bolchevique de organizacion centralizada y estricta disciplina partidaria llev6 al nue\'O regimen sovietico al autoritarismo
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::P;:;:l~:o { echo los cimientos para la ulterior dictadura totalitaria Pero siempre ha habido problemas ara . : aphcar este concerv to general sobre los or,·o-enes de! t t 1· P - ~ D o a itansmo ·~ · . r: cwn historica especffica que se de II. SOVJetico a la snuac de 191 7. En primer Ju ar el . . sarro o en tre febrero y octubr~H. g , Viejo Partido Bolchevique cla d . rec1 io un enorme aporte d . n esuno . todos los de mas par ti dos e ;. n uevos m tegran tes, sobrepasando a · n ermmos de afihacion en las fabricas v las fuer,as arm d p . es, en partlcular ara med1ados de 19]~ h . . . a as. b ia convertido en un partido d . . I, se a. e masas ab1erto v se la ehte discip!inada de re I . . ', parec,a poco a vo uc1onanos de tie cnpta en t Que hacer? En se undo lu ar m!'o _completo desconjun to ni su dirigencia e!tab gd' en 19 I I, n, el partido en . an Um Os en Jas ma b • . twnes de polftica. Por e·em lo en . s asicas cuesseno de la conduccion jel P .'d octubre, los desacuerdos en el 'fi . part, o sobre cuan d bl j'"' insurrecci6n fueron tan d esea e o no era la . agu os que los bolch · d ll el tema en forma pubr I . eVJques ebatieron .i B. ica en a prensa d1aria ien puede ser que la mavor fuerza de. los b . ~ 1917 no consistiera en la . , . .. olcheVJques en • . estncta organ1zac1on pa tid . I . • p I ma ( que apenas si exist1· r ana y a d1sciaparaesemomento) . . . . la posicion partidaria de d. 1· . . 'smo mas b1en en . ra ica ismo intrans1gente I . qu1erda de! espectro pol't· M. , a a extrema IZ1 ico. 1entras qu tas y liberales competian . e otros grupos socialispor cargos en el gobi .. en el soviet de Petrogrado I b I h . erno prons10na! y . ' os o c enques se nega y d enunciaron la polftica de 1· . • ron a trans1gir coa ICion y comp · M· que otros polfticos hast . · rom,so. , 1entras ' a entonces rad,cales b sura ya ejercer el lideraz • , convoca an a la me. go en wrma responsabl . d1stas, los bolcheviques se . e Yprop1a de estamantuv1eron en las call I . ponsable v belicosa much d b . es con a irres' e um re revalue · A . se desintegraba la estructur d " d wnana. med1da que a e po er dual" de d. conduccion de los paru·d d I . .. ' sacre Itando a la os e a coahoon r d gencia de! gobierno prmisio I d I . epresenta os en la dirina Y e SOVJet de Petr d . . b o Ic h eVJques quedaron en . .. d ogra o, solo los pos1c1on e benefi · E dos marxistas, solo los bolch . h b' ioarse. ntre los parti. eVJques a ,an superad I . • . marx1stas, interpretad o os escrupulos . o e 1 ammo de la m I . d d1sposicion a adueiiarse d I d u titu y dec!arado su proletaria. e po er en nombre de la revolucion •
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., La relacion de "poder dual" entre el gobierno provisional y el -;,viet de Petrogrado solia interpretarse en terminos de clase como ,:Ulla alianza entre burguesia y proletariado. Su supervivencia dependia de que continuase la cooperacion entre estas c!ases y los ; paliticos que decian representarlas; pero para el verano de 1917 'quedo claro que el fragil consenso de febrero habia quedado se. riamente comprometido. A medida que la sociedad urbana se po-Jarizaba crecientemente entre la derecha comprometida con la ley yel orden y la izquierda revolucionaria, el campo intermedio de la coalicion democratica comenzo a agrietarse. En julio, multitudes de obreros, soldados y marineros salieron a las call es de Petrogrado, exigiendo que el soviet tomase el poder en nombre de la clase rrabajadora y repudiando a !os "diez ministros capitalistas" del go-bierno provisional. En agosto, mes de! abortado golpe de! general Kornilov, un lider industrial urgio a los liberales a ser mas decididos en la defensa de sus intereses de clase: Deberiamos decir... que la presente revoluci6n es una revoluci6n burguesa, que el orden burgues que existe en este momento es inevitable y que, dado que es ine\.itable, uno debe llegar a la conclusi6n completamente 16gica e insistir en que aquellos que rigen el estado piensen en forma burguesa y actll.en en forma burguesa. 2
El "poder dual" foe concebido como un acuerdo interino que funcionaria hasta la convoca10ria a una asamblea constituyente. Pero su desintegracion bajo el ataque de la izquierda y la derecha y de la creciente polarizacion de la polftica rusa p!anteo preguntas perturbadoras acerca de! futuro y de! presente, a mediados de 1917. (Segufa siendo razonable esperar que los problemas politicos de Rusia fueran resueltos por un asamblea constituyente elegida por el voto popular y por la institucionalizacion formal de una democracia parlamentaria de modelo occidental? La so!ucion de la asamblea constituyente, al igual que el "poder dual" interino, requeria cierto grado de consenso politico y de acuerdo en la necesidad de un compromiso. Las alternativas que se percibian al consenso y al compromiso eran la dictadura y la guerra civil. Asi y todo, pareceria que estas alternativas posiblemente fueran elegidas por
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una sociedad turbulenta y violentamente polarizada que se quit.,do los frenos gubernativos.
La revoluci6n de febrero y el "poder dual" ;}'
En la trltima semana de febrero, la escasez de pan, las huelgas, _ paros y, finalmente, una manifestaci6n en honor de! Dia Interna-.cional de la Mujer realizada por obreras de! distrito de Vyborg Ile- · varon a las calles de Petrogrado una multitud que no pudo ser disuelta por las autoridades. La cuarta Duma, que habia !legado al • fin de su mandato, le pidi6 una vez mas al Emperador un gabine- ft te responsable y solicit6 permanecer en sesiones mientras la crisis se '' prolongase. Ambas solicitudes fueron denegadas; pero un comite de la Duma no autorizado, dominado por los liberales de] partido ~ C cadete y el bloque progresista se mantuvo en sesi6n. Los ministros del Emperador mantuvieron una Ultirna, indecisa reuni6n y luego abandonaron sus puestos. Los mas cautos de entre ellos dejaron la ciudad de inmediato. El propio Nicolas II eswba ausente, ya que estaba visitando el estado mavor del ejercito en :Vloguilev; su respuesta a la crisis fue una lac6nica instrucci6n telegrafiada de que los des6rdenes debian finalizar de inmediato. Pero la policia se desintegraba y las tropas de.la guarnici6n de Petrograclo l!evadas a la ciudad para controlar a la muchedumbre, comenzaron a confraternizar con esta. Para la noche del 28 de febrero, el comandante militar de Petrogrado debi6 informar que la multitud revolucionaria habia tornado todas las estaciones de ferrocarril, todo el parque de artilleria y, por lo que sabia, tocla la ciudad; le quedaban muy pocas tropas confiables y ni siquiera funcionaban los telefonos. El comando supremo del Ejercito tenia dos opciones, o enviar nuevas tropas que podian o no responderle o buscar una soluci6n politica con a,~1da de los politicos de la Duma. Escogi6 la segunda alternativa. En Pskov, el tren que traia a Nicolas de regreso de Moguilev se encontr6 con emisarios de! comando supremo y de la Duma quienes sugirieron respetuosamente que el Emperador abdicara. Tras discutirlo por un tiempo, Nicolas se demostr6 amablemente de
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,__ e tar inicialmente la sugerencia de que abd1,-..cuerdo. Pero tras ac p . . a fondo en la delicada salud a . cl su hiJO penso mas , . d :Ji'-= en favor e . . . . , b' bdicar en nombre prop10 y e • ~=. ) deod!O en cam JO a s· -_del zarevic 1 y . 1 Gran Duque Miguel. tempre c - r de su hermano, e d I . . :; • 'exei en ia, o .. .. l que quedaba e v1aJe '.'.',.... , . h bre de fam1\Ja v paso o (:·. babia s1do un om I - , . ocencia polftica acerca de su ____. do con notable ca n1<1 e in ·- reflexwnan . . o ciudadano pnvado. m futuro co . m·1entras continuaran las hostilidades · ·a al extranJero • fi Dijo que se in • . . ] e aria despues a Rusia, sea intra Alemarna 'regr s < (de la guerra con < xclusivamente a la educacion de v se consagrana e. . C carla en nmea d d de que se le permitiera ha.. de sus asesores u aron su hIJO- Algunos . . guna parte se negaba a los pao pero Nico15.s replica queen nm Cerl , .. 3 dres el derecho a educar a sus htjOS.
. . V fue enviado a reunirse con su (Tras llegar a la capital, N1cod,1S d hi en mas, permanecie. l f as de Petroo-ra o, Y e a . fan1iha a as a uer ,::, cl . ·1· io mientras el rrob1erno . b ·o arresto omic1 iar .-:, ~ ron d1scretamente aJ hacer con el. ]\;o se . . y los a ria d os trataban d e d eel.d.Ird que . rons1onal la familia fue enviada P l ... Ulteriormen te, to a ' . a\canz6 una so uc10n. . 1 u- 1 s siempre bajo arresto dom1.. . s.b ·. despues a os ra e , ~ d·ficiles que NIColas soPrirr1ero a I ena, d. · es cada vez 1nas 1 ciliario, pero en con rcw~ . d 1918 tras el estallido de la guerra orto con entereza. En JU JO e . , , d por orden del soviet P T f on eJecuta os civil. Nicolas y su fam1 ra uer cl 1 omento de su abdicaci6n . cl u \es Des e e m t 6 como un ciudadano bo\chev1que e 1os ra . N' las realmente ac u hasta su muerte, 1 ico' ·ngun papel politico.) . d peiiar absolutamente Ill \' privado, sm esem . . bd. acion de Nicolas, \os po 1· 1 ~ au1eron a a a IC . ~ 1 En los d ias que so d de gran excitac1on y acd taban en un esta o ticos de Petrogra o e_s . .. . . I habia sido deshacerse de ti vi dad frenetica. Su mtenc10npongml aenunciar Nicolas en nom· . 1 quia. ero a r .. Nicolas, no de a monar . ·1·d· d d una regencia mientras este .. I· la pos1 b1 1 a e bre de su h1Jo anu o d '1. uel que era un homd d d · Y el gran uque iv ig ' fuese men or e e a , . . . .. uceder a su hermano. De r . 1 mv1tac10n as bre prudente, d ec mo a narquia. Se decidi6 que R ·a va no era una mo . . 'a determinada a su debt· f acto, por lo tan to, us1b' irno d e 1 pars sen la futura forma cl ego ie . nte v que entre tan to un do tiempo por una asamblea consutuye , T
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"gobierno provisional'' autodesi na ~ : ponsabilidades del antio-uo C . ~ ddo se hana cargo de las r . · , · .. " onseJo e l\hrnstros i · l Cipc Gueoroun I vov tin 1,·b mpena . El pn· ,:, -· · era I rnocler d de zemstvos, fue desiunado al f d ,, o gue encabezaba la Li . • " • rerne cl n llevo gob· S nete mdu,a a Pavel Milvuk h. . ,erno. u gabi d . ov, •stonador v te • · d l ete, dos destacados industriales com ; . onco e partido c~ comercio e industria y al ab d o ,~imstros de finanzas yd~ . . ' oga o soc,ahsta Ale d K . como m1n1stro de justicia, xan er erensky El gobierno provisional no 1 • ·. ba su autoridad de la Y '. . ema mandato electoral, y denva-· . • . • a ext1ngu1da Duma d 1 comando supremo dcl ., . ' e consent1m1ento del . eJerc1to v de acuerd . c mzaciones publicas co I 1· ' os in,ormales con or= · mo a 1"a de zemstv l · o-·, tnas de guerrn. La viei b "' . os Y e comite de indus. ,.· . :.,a urocrac1a zarista p ' .· eJecut1vo pero, debido a la ct· I . • rmeyo su mecanismo . 1so uc1on de l D .,.· cuerpo Iegislativo gue l . a uma, no tenia un q susten tase Dada c . . ·" o d e legitimidad formal .• • · ' 5 su ,rag,hdad y su falta ? , . ' , 1a amnc1on de! pode :-.:: goo,erno pareci6 notabl . . r por pane de! nuevo . emente fact! L·is . . '? conoc1eron de inmed,··11 L . ; • potenc1as ahadas lo re- . ' o. as simpanas · . ;;, b er desaparecido de u ct· . monargmcas parecian ha- l ·. n ,a para otro en R · )! eJercito, s6lo dos oficial us1a: en todo el decimo es se negaron aJ· u I I provisional. Como record. .· rar ea tad al gobierno o mas tarde un politico liberal , ... individuos y organizadon , es expresaron su le It· d J La stavka [cuaneJ,. gen d ., . a a a nuevo poder. eraI e eJercno l e . r todo eI estado mavor: recor, " . l ~ . n su tota idad, seguida por , ' ocm tl gob1ern ·· tros zaristas v alguno5 d l . . ._ o prov1s10naL Los minis" , e os m1mstros
De hecho, desde el comienzo mis • dar de la efectividad d l mo, hab,a razones para du. e a transferenc,a de] d importante para esto era gue el b. po er. La raz6n mas pro,i s10na · I tema . un compet1·dor: la revoluci6n de' f b go 1erno . e rero hab1a producido no una sino dos
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·'wridades autoconstituidas que aspiraban a un papel de akance ·. clonal. La segunda era el soviet de Petrogrado, conformado se, el patron de! smiet de Petersburgo de 1905 por o breros, soldaOS y politicos socialistas. El soviet ya sesionaba en el palacio de Tau···de cuando la creaci6n de! gobierno provisional fue anunciada el demarzo. ., La relaci6n de "poder dual" entre el gobierno provisional y el ·•. soviet de Petrogrado emergi6 en for ma espontanea, y el gobiemo ·c ,Ja acept6 en buena parte porque no tenia mas remedio. En !os ti'rminos practicos mas inmediatos, una docena de ministros sin fuerzas de seguridad a su disposici6n ma! podrian haber desalojado de! palacio (punto de reunion inicial tanto del gobierno como de! soviet) a la desharrapada muchedumbre de obreros, soldados y marineros gue alli entraba y salia, pronunciaba discursos, comia, dormia, debatia y escribia proclamas; y el animo de la multitud, que cada tan to irrumpia en la camara de! soviet con un policia cautivo o ex ministro zarista para depositar a los pies de los diputados, debe de haber disuadido cualguier intento en ese sentido. En terminos mas amplios, ta] como le explic6 a comienzos de marzo el ministro de guerra Guchkov al comandante en jefe de! ejercito, El gobierno provisional no tiene ningUn poder real; y sus directivas son llevadas adelante s6lo en la medida en que s.e lo permite el so,. viet de obreros y de delegados de los soldados, que usufructua todos los elememos reales de! poder, ya que las tropas, ferrocarriles,
correo y telCgrafo est.an todos en sus manos. Para decir1o en dos palabras, el gobierno provisional s6lo existe en tanto el soviet ie pennite hacerlo. 5
Durante los primeros meses, el gobierno provisional estuvo integrado basicamente por liberales, mientras gue el comite ejecutivo del soviet estaba dominado por intelectuales socialistas, sabre todo mencheviques y SR en terminos partidarios. Kerensky. integrante de! gobierno provisional pero tambien socialista, quien habla participado de la organizaci6n de las dos instituciones, actuaba de en lace entre am bas. Los socialistas de! soviet pretendian ser custodios del gobierno provisional, protegiendo los intereses de la
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clase traba;adora h asta e 1 momento en que la rev l . , -:.i ~ ·_, 0 sa concluyese Esta dei , h _ uc10n bur - ··,orma menos practicable de poder dual, es decir, una situaci6n . · erenc1a acia Ia buro-ues' J.' sultado de Ja buena educa . , . ~ ia era en pane;· .~ la cual los reclutados para servir en las fuerzas armadas s61o reCion marx1sta de Jos soc· r1 ell · · te producto de la cautela v l 'd ia stas v en~_- cfan la autondad de] soviet de Petrogrado, m1entras que la S . ~ , a 1ncen1 umbre C : ,. _ ., (;0110 _ , _ _ __ UJanov,_uno de los lideres menchevi ues dei's ~mo noto Nikollil', :oficialidad reconoc1a la autondad del gob1erno prov1s1onaL que hub1ese problemas en elf t g _o\Iet, eia El com1te eJecuuvo de! so;aet hIZo cuanto pudo porno comr-. u uro, v era n1eI l . . - ... rnese responsables v de ser n ,. _ :,Or gue os hberaj -- _ .._,_-prometerse con la postura radical que 1mphcaba la orden num, l, i' ece.s£1no, culpab1 d. . . , ' . . es, e ellos: -· -_,pero en abnl, Stuanov comento acerca de! ·a1slam1ento de las maLa democracia sovietica d b'. -,- -~: sas" producido por la alianza de Jactoc!el comite ejecutivo con el go. . e IO confiarle el pod I0 :· . . , . prop1etanos, sus enemiuos d . er a s element ''"t "' bierno proVIs1onal. Por supuesto que se trataba solo de una ahanza . " e c 1ase, sm cuva pa f . ._ ~ . . _ . . _ . . pod1do aplicar las tecnica d d . . , 'r icipacion no habna--: paroal. Hab1a confhctos recurrentes entre el comite eJecut1vo del . . s ea m1mstraci6n b,. d ·'f _.,_ . . . . -. cond1uones de desintegrac" ___ aio tan esesperat1a,soviet y el gob1erno pro;as1onal en matena de polmca laboral y de ~ Ion m 1idiar con la 5 f . ,,, . . .- . Ia burgues1a, combinadas uerzas de! zansmoy Ios reclamos de t1erras por parte de los campesinos. Tamb1en ha-
so!o
previsij7if -
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. • contra ella. Pero lac . d . . - d . erenc1a era gue se asegura d . on lCzon e esta transI I ' ra a a emocrac1a ct · Peta sobre el enemiao d 1 e una Victoria cornb e c ase en el futuro 6 f,
cercano, Pero los obreros, soldados v mar· -' meros gue constituian las filas de] soviet no eran ta b n caute 1osos El Io cl ta lecimiento forrna] de] gobierno __ e marzo, antes de! esde una "conducci6n responsab] ,, p~ov,s,ona] 0 de la aparici6n orden nC1m, l en nombre d l e en e sm1 et, se propal6 Ja farnosa e sm1et de Petrom- d La era un documento revalue· . t:,· a o. orden nlun. J . ionano v una ·1firm . - d ,,et, Convocaba a ]ad · - '_, ' ' ac,on el poder de! so._ emocrat1zaC1on del e · - . . Clon de comites de sold- d .• _Jercno med,ante la crea. a os, 1a reducc1on de I d nanos de los oficiales v l - os po eres disciplil , , o mas Importante el a autondad de] soviet d l _ ' reconoc1miento de en to as as cuest1on r . ran gue ver con las fu es po 1t1cas que tuvied l erzas armadas· afirmaba _ · gue nmguna orden e gobierno referida a las f d . ' uerzas annadas . a sm la aprobaci6n de] so,,· t _b' ' sena cons1derada vali· b e - 51 1en la ord . a en forma explfcita gue s en num. l no indica1 l fi . e rea izaran eleccione a os o 1c,a]es en sus puestos d h h s para confirmar O gar en las unidades mas reb ' d e ec tales elecciones tenian lu' e 1 es; Y hubo info gue cientos de oficiales navale h 'b, _ rmes gue afirmaban ian s1do arrest cl l . s a P or os manneros de Kronst dt , d a os o muenos 1 dias de febrero, Por lo tant 0 al ) e a fl~ta de] Baltico durante los , a orden num 1 1 - f tac10nes de guerra de 1 - erna uenes connoc ases Y no daba e posibilidad de una coope -,' ' ' speranza alguna sobre la - b ' rac1on entre las distintas clases P - resag1a a
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bia i1nportantes desacuerdos refendos a la parucipac1on rusa en la guerra europea. El gobierno provisional continuaba firmetnente
comprometido con el esfuerzo belico; y la nota del 18 de abril de! rninistro de relaciones exteriores Milyukov implicaba que seguia existiendo un interes en extender el control ruso a Constantinopla y los Estrechos (ta! como se habia acordado en los tratados secretos pactados entre el gobierno zarista y los aliados), Pero el rechazo publico y nuevas manifestaciones callejeras lo forzaron a renunciar.
El co mite ejecutivo del soviet adopt6 la posici6n defensista,
favoreciendo la continuaci6n de la guerra en tanto el territorio ruso fuese atacado, pero oponiendose a los objetivos belicos anexionistas ya los tratados secretos, Pero en el soviet-yen las calles, las fabricas y especialmente en los cuarteles- la actitud hacia la guerra tendia a ser mas simple y drastica: basta de pelear, salir de la guerra, regresar las tropas a casa, La relaci6n que se desarroll6 entre el comite ejecutivo de! so,iet y el gobierno provisional durante la primavera y el verano de 1917 fue intensa, intima y pendenciera. El comite ejecutivo guardaba celosamente su identidad independiente, pero en tiltima instancia ambas instituciones estaban demasiado ligadas como para ser indiferentes a su mutuo destino o para disociarse en la even-
tualidad de un desastre. El vinculo se estrech6 en mayo, cuando el gobierno provisional dej6 de ser exclusivamente liberal y se transform6 en una coalici6n de liberal es y socialistas, atrayendo a representantes de los principales partidos socialistas (mencheviques
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ySR), cuya influencia era predominante en I · - · . . L . 1· e com1te eJecut1vo d os socia 1stas no estaban ansioso · · . s par mgresar en el , b1erno, pero llegaron a la conclusi6n d ' g. . - . e que era su deber afia e I vac1Jante regimen en un momenta d . . . n . e cns1s nacionaJ Co ron cons1derando al soviet como su esfera natural d .·,. n tin especialmente cuando qued6 claro u I e _acc10n politi tas de agricultura y trab . _9 e os nuevos m1mstros social" a10 no podnan 1mplementa . b1do a la oposici6n liberal As' d _ r sus po IUcas d simb61ica: al asociarse m~ e ; y toh o, hab1an realizado una elecci6 . s rec amente con el gob· nal, las socialistas "responsabl ,, ierno provisio,, .es se separaban (v par .b1en lo hacfa el comite . . d . , extens10n, ta e1ecut1vo el SOVIet) de J I ·, "irresponsable ". a revo uc10n popular, s0V1et.
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La hostilidad popular hacia el b. . . creci6 a fines de I . go ierno proVIs10nal "burgues" '< a pnmavera, a medida qu ··"¼ hacia la guerra y la situ . , . e aumentaba el rechazo '°' anon econom1ca se det . b ~,...,a
Los bolcheviques Para el momenta de la revoluci6n de oct . todos los principales bol h . , ubre, VIrtualmente c eVIques habian em. d o es ta ban exiliados en re . igra o al extran iero giones remotas d I · . J habian ido a dar tras ser d e impeno ruso, a donde arresta os en d , masa espues de] estallido
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que siempre molest6 a sus oponentes y parti6 abruptamente para una recepci6n privada y un conciliabulo con sus colegas de! Partido Bolchevique. Estaba daro que Lenin no habia perdido sus viejos babitos sectarios. No demostr6 seiial alguna de las gozosas emociones que a menudo llev.1ban a ,iejos an tagonistas politicos a abrazarse co1no hermanos en honor de la victoria revolucionaria. La evaluaci6n que hizo Lenin de la situaci6n politica, conocida en b historia como las tesis de abril era belicosa, intransigence y decididamente desconcertante para los bolcheviques de Petrogrado, quienes habian aceptado tentativamente la linea de! soviet de unidad socialista y apoyo critico al nuevo gobierno. Apenas deteniendose en los logros de febrero, Lenin ya apuntaba a la segunda etapa de la revoluci6n, el derrocamiento de la burguesia por pane de! proletariado. Nose debia respaldar al gobierno provisional, afirmaba Lenin. Las ilusiones socialistas de unidad y la "confianza ingenua" de las masas en el nue\·o rCgimen debian ser des,. truidas. La actual dirigencia de! smiet hab[a sucumbido a la influencia burguesa y era infail {en un discurso, Lenin emple6 la caracterizacion de Rosa Luxemburgo acerca de la socialdemocracia alemana y la llam6 "un cadaver hediondo"). Asi y todo, Lenin predijo que los soviets -bajo una renovada conducci,m revolucionari'i- serian las instituciones clave en la transferencia de autoridad de la burguesia al proletariado. "iTodo el poder a los smiets!", uno de los lemas de las tesis de abril de Lenin era, en efecto, un llamado a la guerra de c!ases. "Paz, pan y tierra ", otro de los lemas de abril de Lenin, tenia implicaciones igualmente re,·o!ucionarias. "Paz", seg(rn el empleo que le daba Lenin, no solo significaba retirarse de la guerra imperia!ista sino reconocer que ta! retirada "es imposible... sin derrocar al capital". ''Tierra" significaba confiscacion de las fincas de los terratenientes y suredistribuci6n a los propios campesinos, algo muy cercano a las tomas de tierras espontineis. No es sorprendente que un critico haya acusado a Lenin de "plantar la bandera de la guerra civil en medio de la democracia revoludonaria". 8 Los bolcheviques, aunque respetaban la vision y el liderazgo de Lenin se sintieron conmO\idos ante las tesis de abril: algunos se sintieron inclinados a opinar que durante sus anos de emigrado
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habia perdido contacto con las realidades de la vida en Rusia. Pero en los meses siguientes, los bolche,1ques, bajo las exhorr,,ciones v reproches de Lenin, efectivamente adoptaron una postura mas intransigente que los aisl6 de la coalici6n socialista. Sin embargo, sin una mayoria bolchevique en el soviet de Petrogrado, el lema de Lenin "iTodo el poder a los soviets'" no proveia a los bolcheviques de una guia de accion practica. Si la estrategia de Lenin era la de un maestro de la politica o la de un deseqmhbrado extremis-ta -una contrapartida izquierdista al viejo socialista Plejanov, cuvo patriotismo irrestricto en el tema de la guerra lo habia sacado de la coniente principal de la politica socialista rusa- era una cuesti6n abierta. L1 necesidad de unidad socialista pareda evidente a la mayor pane de los politicos asociados al soviet, quienes se enorgullecian de dejar de !ado sus viejos desacuerdos sectarios. En junio, durante el primer congreso nacional de Ios soviets, un orador pre gun to retoricamente si algun partido politico estaba por si solo en condiciones de asumir el poder, dando por sentado que la respuesta seria negativa. "jEse partido existe!", interrumpi6 Lenin. Pero a la may~r pane de los delegados esto ]es son6 mas a bravata que a un desaho serio. Sin embargo, lo era, pues los bolche,iques ganaban apoyo popular, mientras que los socialisras de la coalici6n lo perdian. Los bolcheviques atm estaban en minoria en el congreso de junio de los soviets, y aun debian ganar en alguna e'.eccion en_ las principales ciudades. Pero su creciente fuer_za :ra evidente a mv~l de las bases: en comites de los obreros de fabncas, en los com1tes de soldados y marineros de las fuerzas armadas yen los soviets locales de !os distritos. La afiliaci6n al Partido Bolchevique tambien crecia en forma espectacular, aunque los bolcheviques nunca tomaron una decision formal de lanzar una campaiia de redutamien to en masa y parecieron casi sorprendidos por su propia convocatoria. Las cifras de afi!iacion al partido, por mas que son inciertas y ta! vez exageradas, clan una idea de sus dimensiones: 24.000 afiliados al Partido Bokhevique para el momenta de la revoluci6n de febrero (aunque esta cifra es particularmente sospechosa, ya que la organizaci6n de! partido en Petrogr~do solo pudo identificar a unos 2.000 de sus integrantes en febrero y la de
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Mosci:1. a 600); mas de 100.000 afiliados para fin de abril; y, en octubre de 1917, un total de 350.000 miembros, incluyendo a 60.000 · en Petrogrado y la provincia en torno de este y 70.000 en Moscu y la adyacente region industrial central. 9
La revolucion popular A comienzos de 1917, habia siete millones de hombres bajo f bandera y otros dos mill ones en la reserva. Las fuerzas armadas habian sufrido perdidas tremendas, y el hastio con la guerra se evi- -' denciaba en la creciente tasa de deserci6n yen la respuesta de los soldados a la confraternizaci6n impulsada por los alemanes en el frente. Para los soldados, la revoluci6n de febrero era una promesa implicita de que la guerra no tardaria en concluir y esperaban impacientes a que el gobierno provisional se encargase de que esto ocurriera, si no por iniciativa propia, entonces bajo presi6n de! soviet de Petrogrado. Al comienzo de la primavera de 1917, el ejercito, con su nueva estructura democr.itica de comites electos, sus viejos problemas de suministros inadecuados y su animo inquieto e impredecible era, en el mejor de los casos, una fuerza de com bate dudosa. En el frente, la moral no se habia desintegrado por completo. Pero la situaci6n en los CLlarteles de todo el pais, donde se encontraban estacionadas las tropas de reserva, era mucho mas amenazadora. Tradicionalmente se ha calificado como "proletarios" a los soldados y marineros de 19 I 7, sea cual haya sido su ocupaci6n en la vida civil. De hecho, la mayor parte de los reclutas eran campesinos, aunque habia una cantidad desproporcionada de obreros en la flota de! Baltico yen los ejercitos de los frentes septentrional y occidental, ya que habian sido reclutados en un area relativamente industrializada. En terminos marxistas, puede argumentarse que los integrantes de las fuerzas armadas eran proletarios en virtud de su presente empleo, pero lo mas importante es que asi se veian a si mismos. Como lo indica el estudio de Wildman, 10 en la primavera de 1917, los so!dados de la linea de batalla -aunque estaban dispuestos a colaborar con los oficiales que aceptaban la revoluci6n y
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JgJ7: LAS REVOLCCJO:-;Es DE FEBRERO YOCfL.BRE
uevas Iineas de conducta- percibian que tan to los oficiales coJas nel gobierno provisional pertenec1an · a lac I ase d e I os " amos " , rno mientras que ellos identificaban sus intereses c~n los de obrecon el soviet de Petrogrado. Para mayo, segun reporto alarmaros y fi.l do el com andante el jefe, el "antagonismo de clase" entre o 1c1a es tropas habia socavado hondamente el espiritu de solidaridad
!os
y d I ., . patri6tica e eJercno. , . Los obreros de Petrogrado ya habian demostrado su espmtu
revolucionario en febrero, si bien ni habian sido suficientemente militantes ni estaban preparados en lo psicol6gico para resistirse a la creaci6n de! gobierno provisional "burgues". En los primeros meses despues de la revoluci6n de febrero, los principales reclamos formulados por los obreros de Petrogrado y otros Iugares eran de indole econ6mica, y se centraban en temas tan inmediatos como la ·0 rnada de ocho horas (rechazada por el gobierno provisional, ale~ando Ia situaci6n de emergencia que creaba la guerra), salarios, horas extra y seguro de desempleo. 11 Pero nada garantizaba que esa situaci6n continuase, dada la tradici6n de militancia politica de la clase obrera rusa. Era cierto que la guerra hab[a cambiado la composici6n de Ia clase obrera, aumentando en forma importante el porcentaje de mujeres, ademas de incrementar un poco e_l numero total de trabajadores; y se creia habitualmente que las muJeres eran menos revolucionarias que los hombres. Sin embargo, fue la huelga de las trabajadoras en el dia internacional de la mujer lo que ~recipit6 Ia revoluci6n de febrero; y era de esperar que las que teman maridos en el frente se opusieran con mas vigor a la continuaci6n de la guerra. Petrogrado, como centro de la industria de municio» nes en la cual muchos trabajadores expertos habian sido eximidos de! servicio militar, mantenia una proporci6n comparativamente alta de su c!ase obrera masculina anterior a la guerra. A pesar de las redadas policiales antibolcheviques de! comienzo de la guerra y el siguiente arresto o conscripci6n en las fuerzas armadas de grandes cantidades de otros agitadores politicos, las principales plantas metalurgicas y de producci6n de armas de Petrogrado empleaban a una cantidad sorprendentemente alta de obreros enrolados en Ios bolcheviques u otros partidos revolucionarios, llegados a la capital desde Ucrania y otras partes de! imperio tras el estallido de la
gJ7c LAS REVOLUCIO~ES DE FEBRERO Y OCTCBRE
!I''"': . guerra. Otros obreros revolucionarios regresaron a sus f3.brica-;
1ras.·
Jarevoluci6n de febrero, incrementando asi el potencial de nu evos -- .
des6rdenes politicos.
:. La revoluci6n de febrero habfa dado nacimiento a c • · un 1orm I . dable surtido de organizaciones obreras en todos lo . . . _ S centros 1n~" dustnalcs de Rus1a, espec1alrnente en Petroo-rad NI · L , 0 y '- OSCU. OS S(),.;. VIets de obre10s se creaban no solo ·1 niYel 1· ·.It __ , , _ _c metro po Hano, como ti' en el caso de! sonet de Petrogrado srno en I · . l · c . r,i: . , _. . : e n1\e 1n1enor de dis- ¼. tnto urbano, y alh la d1rwencia soha suro-ir d l · -~ , b. ~ ,-:, e os prop10s obreros :~ mas ien que de la mtehguentsia socia!ista con el l d J_'. ]]' l · · . , resu ta o de ~ gue a I e aI1Imo soha ser mas radical Se est bl . . ·! d. . · a ec1eron nuevos sin , icatos; va Illvel de plantas los trabaiadores . . . d , . ' :1' comenzaron a organizar com1tes e fabnca ( que no eran parte de I . . . . , a estructura sin di cal ya n1enudo coex1st1an con las ramas sindicales locale ) con lo d . . d ' s para tratar s a mm1stra ores. Los comites de f:ibr· .b d" '- ica, mas cercanos a las ases, ten ian a ser las organizaciones obreras mas radicalizad Parafin de mayo de 1917, los bolcheviques tenian una posici:· dommante e~ los comites de fabrica de Petrogrado. n La func1on ongmal de los comites de Cb . - .1 . a nca era actuar como VIg1 antes de los intereses de Ios obreros en los tratos de esto los. ·,dminist · · s con ' ra d ores cap1tahstas de las fabricas El . . do cl . . termmo empleap;ira .es1gnar esta funci6n era "control obrero" (rabochii kontrol)' lo cual denotaba supenisi6n mas bien gue control en el sent1do_adm1I1Istrat1vo de la palabra. Pero en los hechos los co .. de fabnca s r · · II , mites . , .. ' . o Ian mas a a y hacerse cargo de las tareas de admin1s:rac1on. En ~cas1ones, esto se vinculaba a disputas sabre contratac10nes_v desp1dos, o era producto de] tipo de hostilidad de clase que llevo a los obreros de alo-unas plantas a p . . . o ', , oner capataces y admm1stradores 1mpopul . . _ares en carret1llas y arrojarlos al rfo En otras mstanc1as, los comites de fabrica tomaban I . d . I b as nen as para sal , ' 'ar a os o reros de! desempleo cuando el . . · . prop1etano o el admm1strador abandonaban la planta o amenazab . an con cerrarla porgue estaba perd1endo dinero A med·d . . 1 h . · a que estos ep1sod1os se acian mas comunes, la definici6n de "control obrero" . m- · se aprox1o mas a una autogesti6n de los trabajadores. . •
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Este cambio tuvo luga~ mientras los animos politicos de los obres se rnlVJ;in cada vez mas militantes v los bol h . , c engues ganaban
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•.jnf]uencia en los comites de fabrica. Mi!itancia significaba hostili1.dad a ]a burguesfa y afirmaci6n de la primacfa de los obreros en la -; revoluci6n: asf como el significado revisado de "control obrero" _'.era que los obreros debfan ser amos de las plantas en las gue tra,; bajaban, entre la clase trabajadora surgfa una conciencia segun la .cual "poder de! soviet" significaba que los obreros debfan ser los unicos amos de sus distritos, ciudades y, ta! vez, la totalidad de! pais. Como teoria politica, esto se aproxi1naba mas al anarquismo ";, 0 al anarcosindicalismo gue al bolchevismo, y de hecho los If deres bolcheviques no compartian la idea de gue la democracia obrera directa encarnada en los comites de fabrica y los soviets fuesen una alternativa viable ni deseable a su concepto de una "dictadura de! proletariado" conducida desde el partido. De todos modos, los bolcheviques eran realistas y la realidad polftica de Petrogrado en el yerano de 1917 era gue el partido tenia un fuerte apoyo en los comites de fabrica y no guerfa perderlo. Por lo tan to, los bolcheviques estaban a favor de! "control obrero", sin definir con demasiada precision que entendfan por este termino. La creciente militancia obrera alarm6 a los empleadores: una cantidad de plantas cerraron, y un destacado industrial opin6 cautamente que "la huesuda mano de! hambre" podfa ser en ultima instancia el medio gue regresara al orden a los trabajadores urbanos. Pero en el campo, la alarma y el miedo de !os terratenientes ante los campesinos era mucho mayor. Las aldeas estaban tranguilas en febrero y muchos de losj6venes campesinos no estaban allf pues habfan sido reclutados para las fuerzas armadas. Pero para mayo, estaba claro que, al igua! gue en la revoluci6n de 1905, el campo se deslizaba hacia el desorden en respuesta a la revoluci6n urbana. Del mismo modo que en 1905-6, las casas solariegas fueron saqueadas e incendiadas. Ademas, !os campesinos se apoderaban para su propio uso de tierras privadas y estatales. Durante el verano y con el aumento de los disturbios, muchos terratenientes abandonaron sus fincas y huyeron de! cam po. Aunque aun despues de las revueltas de 1905-6 Nicolas II se habfa aferrado a la idea de gue los campesinos rusos amaban al zar, sean cuales fueren sus opiniones sobre los funcionarios locales y los terratenientes nobles, las ca1npesinos demostraron que esto no era
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en absoluto asi con su reacci6n a las noticias de la caida de Ia 111 narquia y la revoluci6n de febrero. En toda la Rusia campes· · parece haberse dado por sentado que esta nueva revo!uci6n si ' ficaba - - 0 se debia hacer que significara- que la antigua pret si6n de posesi6n de las tierras por pane de los nobles quedaba cada. La tierra deberia pertenecer a quien la trabaja, escribieron !OIi campesinos en las muchas peticiones que dirigieron esa primavera ' gobierno pro;isionaL 12 Al parecer, lo que esto significaba para Jos campesinos en terminos concretes era que la tierra que habian ~ bajado para los nobles cuando eran siervos, y que habia sido consej. vada por estos tras el acuerdo emancipador, ahora debia perteni cerles. (En esos mo men tos, buena pane de esa tierra era arrendada. por los terratenientes a los campesinos; en otros casos, quienes la cuJ.' tivaban eran !os terratenientes, empleando a los campesinos como mano de obra paga.)
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·momod o en que habia repartido las viejas tierras. .Ademas, . nudo reafirmaba su autoridad sobre sus ex 111 tegran~a me . . b' d' 1917-8: los "separatistas" de Stolypm, qmenes ha ian eJas enmirpara instalarse como peq~enos - granJeros · · d r t oel m epem 1en e~ ·· 1 nos anteriores a la guerra fueron, en muchos casos, forza n os a . . I 'os a regresar e integrar sus prop1edades a las uerras comuna es
e Ja aldea. . . A pesar de la seriedad de! problema de la t1erra y de los mfor·111es sobre tomas de tierra que comenzaron con el verano de 1917, de la reforma ! b ierno provisional le dt0 Jargas al problema ego . ., -agrana. · En principio , los liberales nose opoman a la expropiac1on. ' de tierras privadas, y, en terminos generales, parecen haber cons1. derado que ]os reclamos campesinos eran just~s- Pero estaba claro que cualquier reforma agraria :adical plan:ea_na problemas for,rm· dables. En primer lugar, el gob1emo debena mstalar un c~mpl1cado mecanismo oficial de expropiaci6n y transferenc1a de t1e'.r45, lo ue casi con certeza estaba mas alla de sus capaodades admm1stra~vas. En segundo Iugar, no podia permitirse pagar las eleva_das compensaciones a los terratenientes que_l_a mayor pane de los es consideraba necesarias. La conclus10n de] gob1erno prov,s10nal nal fue que seria mejor dejar de !ado los problemas has ta que e~tos pudieran ser satisfactoriamente resueltos por la asamblea consutu· yente. En el fnterin, advirti6 al campesmado (aunque con escaso resultado) que de ningun modo tomara !a ley en sus manos. ·.
Dado que los campesinos a(m daban por senrado puntos de' vista referidos a la tierra que se retrotraian mas de medio siglo a Ia epoca de la servidumbre, no es sorprendente que las reformas ,. agrarias llevadas adelante por Stolypin en los aiios que antecedie- 'l'/ ron a la Primera Guerra Mundial hubieran hecho escasa mella en " la conciencia campesina. Aun asi, la evidente ,iralidad de! mircam- " pesino en 1917 sorprendi6,a muchos. Desde la decada de 1880, los marxistas afirmaban que, en lo esencial, el mirse habfa desintegrado internamente y que solo sobrevivia porque era una herramien- ,, ta titi! para el estado. Sobre el papel, el efecto de la reforma de \\ Stolypin habia consistido en disolver el miren una importante cantidad de las a!deas de la Rusia europea. Pero as[ y todo, en 1917, e! -' mirera claramente un factor basico en !a percepcion que Jos campesinos tenian de la tierra. En sus petitorios, los campesinos solicitaban una redistribuci6n igualitaria de la tierra en poder de !a nob!eza, e! estado, la iglesia; es decir, el mismo tipo de reparto 1 equitativo entre hogares aldeanos que el mirhabia organizado tradiciona!mente con los campos de la aldea. Cuando ~n el verano de 1917 comenzaron las tom as de tierra no autorizadas ya gran escala, estas se realizaron en nombre de las comunidades a]deanas, no de .hogares campesinos individnales, y el patron general era que ultenormente el mirdividfa las nuevas tierras entre Ios aldeanos de!
h~e-
f Las crisis politicas del verano
A mediados de junio, Kerensky, en esos momentos ministro de Guerra de! gobierno provisional, alent6 al ejercito rus~ a lanzar una importante ofensiva en el frente de Ga!itzia (Poloma) · ~-ra la primera iniciativa militar seria que se hacfa desde la revoluc,on de febrero, pues ]os alemanes se habian conformado con conten_ip!ar ]a desin tegraci6n de las fuerzas rusas ~in comprometerse mas en el este, y el mando supremo ruso, tem,endo el desastre, se habia resistido hasta el momento a la presi6n aliada para que tomase ]a ofensiva. La ofensiva rusa en Galitzia fracaso y se estima que
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los rusos sufrieron unas 200.000 bajas. Fue un desastre en i sentido. La moral en !as fuerzas armadas se desintegr6 all.n n{ los alemanes comenzaron un exitoso contraataque que conti durante el verano y el otol1.o. Las deserciones rusas, gue ya ere con la respuesta de los soldados a las noticias de las tomas de ' rra, creci6 hasta alcanzar proporcioncs epidt'micas. La credib' dad del gobierno provisional result6 gravemente danada y Ja · si6n entre gobierno y jefes militares aument6. A comienzos ·· julio, una crisis gubernamental se precipit6 con la retirada de·dos los ministros de! partido caclete (liberales) y la renuncia de· cabeza clel gobierno provisional, el principe Lvov. En media de esta crisis, Petrogrado volvi6 a entrar en Uri erupci6n de manifestaciones de masas, violencia callejera y deso . · den popular entre el 3 v el 5 de julio, fase que fue conocida com~ "las jornadas de julio". 13 La multitud, que testigos contempor~ neos calculan en hasta meclio mill6n de personas, inclufa grandes .. contingentes organizados de marineros de Kronstadt, soldadosy,. obreros de las plantas de Petrogrado. Para el gobierno provisional;'; parecia un intento de insurrecci6n bokhevique. Los marineros de·~-Kronstadt, cuya llegacla a Petrogrado precipit6 los des6rdenes, te-1 nfan bolchesiques entre sus Ifderes, !levaban banderas con el lema •: bolchevique "toclo el poder a los soviets" y su destino inicial fue el cuartel general del Partido Bolche,ique en el palacio Kseshinskaya. Pero cuando los manifestantes llegaron al palacio Kseshinskaya, la recepci6n de Lenin fue moderdcla, incluso abrupta. No los alent6 a que realizaran actos de violencia contra el gobierno provisional ni la dirigencia de] soviet; y aunque la multitud se dirigi6 hacia el soviet, en torno del cual se arremolinO a1nenazadoramente, no 11ev6 a cabo ninguna acci6n. Confuncliclos y carentes de direcci6n y de planes especificos, los manifestantes vagaron por la ciudad, se dieron a la bebida y al saqueo y finalmente se dispersaron. En cierto sentido, las jornadas de julio fueron una vindicaci6n de la posici6n intransigente que Lenin habia tornado a partir de abril, pues indicaban la fuerte oposici6n popular al gobierno provisional y al "pocler dual", la impaciencia hacia los socialistas de la coalici6n y la buena disposici6n de los marineros de Kronstadt y otros para la confrontaci6n violenta y probablemente la insurrecci6n.
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. . ornadas de ju]io fueron un desastre para otro senudo las J L . I co mite central bolen . E . ba c\aro que enm ye . !Jev1ques. sta . Ellos hablaban de mIe .d ados por SOI presa. '"que habian s1 o tom 1 o tenfan nada planeado. . d genera , pero n . :_ i6n en un sen t1 o d. do al estado de an1n10 cc d K tadt respon ,en t>olcheviques e ~ons ~do una iniciativa que, en los he''Ios rnarineros, hab1an_ tom l cornice central bolchevique. ,~: habia sido desautonzada plobr el I ·ique v la credibilidad de ' . d·o daii.6 la mora o c 1ev , -;_ 00 el ep1s0 1 . . ou I'd evoluc1onano. d I . n;n como ' er r ,µ ·or porque 1os b o lcheviques ' a pesar e a cl J'der fueron culpados por las ,',,, El daii.o era aun may ! , . . spuesta e su I , . . d .. - ·iante e inoerta re . -. l v los sooahstaS mo e,yac1 . . l u-ob1erno proV1s10na , ; . -atlas de Julio pore " . . l decidi6 reprimir, cance·,JO"' . El b. no prov1s10na _: ~dos del soVIet. go ,er . ,, tenian los politicos de to• ,~ ·c1 cl l mentana que ; 1ando la "inmum a par a . - d febrero. Varios destacados . ·ct d de la revoluc1on e . b' '" d s los partl os es d , d Trotsky qu1en ha ,a f,-;,' 0 f · rrestados, a emas e ' . . . '.'.· 1:,olchev1ques uero_~ a na a la de Lenin en la extrema 1Z~U1er.. doptado una pos1c1on cerca en agosto se afiliana ofia R · n mayovque da desde su regreso a us1a e . s'e emitieron 6rdenes para el ·ct Bolchev1que. d. P ciaJrnente al art! o , nos colaboradores en la ,. de sus mas cerca arresto cle Lemn y uno . .. z· . . 'de mas durante las Jorna. Gnaon1 inonev. rt ' recci6n bolchenque, " . . l h b' afirmado que contaba b. proV1s1ona a ,a das de julio, el go ,erno l . ores que sostenfan que Le. nfirmaba os , urn d con evidencia que co , v los bolcheviques fueron vapulea os nin era un agente aleman,' . , . en la prensa que socavaron d · as pamot1cas , por una ola de enunc1 l .d d en las fuerzas armadas y las fa. te su popu an a . · ternporanamen ( . dudablernente tam t·,en · , 1bolcheVJque em . · bricas. El con11te centra . d L . Paso a la clandesum. - or la ;,da e emn. el propio Lenm) tem1a P . f d de obrero, cruz6 la frond d v a comienzos de agosto, dis raza o
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t:ra se refugi6 en finlanclia. 1 b lche,iques estaban en proble. Pero s1. b.,en es cierto que os o . .sional que a parur . d decirse clel gob1erno pro,1 , rnas, Jo m1smo pue e La 1· ·o· n liberal-socialista estaba en , K ensky coa IC! . de julio encabezo er . . 1· . an impulsados hacia la ,z. .~ ues las soc1a istaS er consw.nte agitac1on, p . I ]"berales se desplazaban . 1 . m-antes del soVIet y os ' . mte". . , d ]os industnales, terraceq merda por os . d b · la pres1on e hacia la izqu1er a aJO ~ . . tPmPnte alarmados nor n
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el derrumbe de la autoridad y los des6rdenes populares. rensky, a pesar de un exaltado sentido de su propia misi6n de var a Rusia era esencialmente un intermediario y negociador, compromisos politicos, a qui en nose consideraba muy confiab!e · respetable. Segun su triste queja: "lucho con los bolcheviques de· izquierda y los bolcheviques de la derecha, pero la gente preten que me apoye en uno u otro de ellos ... quiero tomar un cami intermedio, pero no me lo permiten ". H Cada vez parecia mas posible que el gobierno provisional yera en una u otra direcci6n. La pregunta era: 2en cual? La am naza de la izquierda era una insurrecci6n popular en Petrograd o un golpe bolchevique. Este planteo habia fracasado enjulio, p ro la actividad alemana en los frentes de! noroeste habia agudi zado la tension en las fuerzas armadas que rodeaban Petrogrado hasta un punto gravemente ominoso, y la llegada de desertores r sentidos, armadas y desempleados presumiblemente aumentaba· el peligro de violencia callejera en la ciudad misma. La otra ame-i naza al gobierno provisional era la posibilidad de un go! pe desde:f la derecha para que se estableciese una dictadura empeiiada en la restauraci6n de la ley y el orden. Por supuesto que, para el verano,; esta posibilidad estaba siendo discutida en los altos circulos milita- ," res y contaba con el apoy6 de algunos industriales. Habia indicios . de que incluso el partido cadete, que obviamente debia oponerse a. un episodic de esa naturaleza en sus pronunciamientos publicos y . antes de que ocurriese, podia llegar a aceptar el hecho consumado 1 con considerable alivio. En agosto, el golpe de derecha finalmente fue intentado por el general Lavr Kornikov, a quien Kerensky habia designado recientemente comandante enjefe con la misi6n de restaurar el ordeny la disciplina en el ejercito ruso. Es evidente que Kornilov no actuaba impulsado por el interes personal sino por su sentido de! interes nacional. De hecho, puede haber creido que Kerensky daria su beneplacito a una intervenci6n de! ejercito para crear un gobierno fuerte que !idiara con los agitadores de izquierda, ya que Kerensky, advertido hasta cierto punto de las intenciones de Kornilov, trat6 con el con peculiar ambigt1edad. Los malentendidos entre los dos principales actores complicaron la situaci6n y la inesperada
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. d la intentona de ,~ . en n1anos alemanas la v1spera - e . ·,da de Riga . .· . susp1cac1a Y desespera 6 al amb1ente de pamco, , . L rni!OV sum . . ,-! y militares de Rus1a. a . d'a entre los hderes CI\I es .. ''on que cun 1 d certado pero dec1d1do, el genede agosto escon \1)tima semana . ' del frente a Petrogrado, con el proial I(ornilov despacho tropas d . denes en la capital y salvar , . anifiesto de aplacar los esor pos1to m . . la repubhca. all6 en buena pane debido a lo poco •El intento de golpe f I . . o accionar de los obreros ' eran las tropas Ya energ1c . . .d =,aron v obstruveron los trenes de confiables que ' d Los ferro'1anos eo.. , , . . 1 de Perrogra o. . l· ct· .6n de los d1anos que respa . . res detu¥1eron a e 1c1 . . 1 rropas; los impreso ·1 1 . etalur
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SHEIL~ FlTZPAT .
Korndov, renunci6 sl1bita1nente a . c su car'?o de comandan te fe, ~rologando su ren uncia c n1ot1vos de Kornilov Al , . on un emot1vo tributo a Io l en J · exezev sent~ s e eva ponsable de un eierc·t Ia gue ya no podfa h . CJ I o en el cual l r . . acerse , d " o y cuyos oficiales er . ~ a c 1sc1pl1na se habfa d r an maninzado s ". errumb En un sent·JcIo practJCo - 'en esta hora d. . .' mar con horror que no t e terrible pe/i~To pued .• b enemose·- . '- , Oaft· ras, la voz deJ general tembI6 ~pronunciar estas Pal ·._ tra.s los alemanes sect· ', rramo algunas liarimas) . . -I . isponen de un ,~ rn1e u t1mo y m5.s poderoso oolpe c~nt. momen~o a otro, a lanzar s 1 a nosotros. b n £
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La·. · · Izguierda foe la gue . . . gue este dio sustancia a la h:~ gano con el episodio Kornilov . golpe contrarrevolucI·on-1 . ' da entonces abstracta nocio"n d , ya _< no ere l · e un - · sector obrero y al m. . c lISta, demostro la f - ·, Ismo tiempo _ __ uerza de! • _ d res e gue solo l· . ·1 . , comencio a much . _",,t_. a VIgI ancia armad l . os trab")ado. .ifii· enemigos. Los bolchevigue a sa vana a la revolucion d ·'! encarc l d s, muchos de c . e sus ~"' ea os o escondidos d uyos dirigentes estab -~f en I · , no ese an ~::::"-'· .• a resistencia concreta a KorniJo ;penaron un papel especial ;:f' mon popular hacia ellos va d" v. ero el nuevo giro de la o .. : acelero mucho tras el ab~rtadiscermble a principios de agosto ~I- ;, do practico, cosecharfan b . fio golpe de Kornilov; v en un s , e > · ene icio fi ,,, ent1Cias obreras o "guardias roios" s uturos de la creacion de mili- amenaza d K CJ gue comenzo .e ornilov. La fuerza d l como respuesta a la gue eran el tmico partido g e os bolchevigues radicaba e asociaci6n l ue no estaba com . n con a burguesia v el . . prometido por su ser el mas firmemente identificad~egim~n de febrero, ademas de ; e msurreccion armada. con as Ideas de poder obrero
La revolucion de octubre De abril a agosto el lema d los soviets" tuvo u ., . . e los bolchevigues "tod l na mtencion esen . l o e poder a d afi . . es o dmgido a los moderados uecia mente provocadora; era un grado y se resistian a tomar la to:Jida~o::iolaban el soviet de Petro. poder. Pero la situacion
', J,AS RE\'OLCC!Oc\ES DE FEBRERO Y OCTCBRE
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bio eras el episodio de Kornilov y la perdida de control por e de los moderados. Los bolchevigues ganaron la mayoria en 'soviet de Petrogrado el 31 de agosto y la mayorfa en el soviet de " 05cu el 5 de septiembre. Si el segundo congreso nacional de so··e15, que debfa reunirse en octubre siguiera la tendencia de lo · urrido en las capitales (Cuiles serian las consecuencias? i::Que_·,an los bolchevigues una transferencia de poder cuasi-legal a los t. viets, basada en una decision de] congreso en el sentido de gue ~l gobierno provisional ya no tenia mandato gubernativo? ,:0 su . _~yiejo Iema realmente era un llamado a la insurrecci6n, o una afire. macion de gue los bolchevigues (a diferencia de los demas) tenian el valor de tomar el poder? En septiembre, Lenin escribio desde su escondite en Finlandia urgiendo al Partido Bolchevigue a prepararse para la insurreccion armada. El momento revolucionario habia llegado, dijo, y debia ser aprovechado antes de gue fuera tarde. La demora resultarfa fatal. Los bolche,igues debian actuar antes de la reunion del segundo congreso de los soviets, adelantandose a cualguier decision gue pudiera tomar el congreso. El llamado de Lenin a la inmediata insurreccion armada fue apasionado, pero no de] todo convincente para quienes compartian con el el liderazgo. ,:Para gue los bolchevigues habian de jugarse en una apuesta desesperada cuando ]os acontecimientos claramente evolucionaban como a ellos les convenia? Aden15.s, Lenin no regreso a tomar las riendas ,:actuaria asf si realmente hablara en serio 0 1-
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'~J7, LAS RE\"01.UC!O'.'
SHE!LA FITZPATIU
controlaban el smiet Yque el rno . men to en que L · . · pe!rgro ya habfa pasado. C d · enrn corrfa gra uan o finalmeme r . . pro ba b lemente al final de I . egreso a Petroa,-.,,d. ,, a pnmera se d o•Q nuo escondido, aislado hasta l I mana e octubre, con· c e os bolchevrq I cone comite central a traves d ues, comunic;.ind rracundas can d . El. IO. de octubre, el comitee cen . as e exhortacion en prmcrpio, un alzamiento er~ I trabl lbokhe;ique acord6 que « c esea e Pe b muc h os bolchevigues se . . . . ro esta a claro 9"-' . sentran mclmad "" soviet para lograr una transfere ·. d os a usar su posici6n en el lema. Segi'm recordo· l . ncu e poder cuasi legal y no "' r u tenormente u · ~.iOchevique de Petrogrado: n mtegrame de! comite boJ. Apenas si alguno de nosotros consider6 u . . . - '- _. . q. eel pnncrpro consistirfa :,,.: h d d s as msutuciones de b" ,. ora a a ... Consider.ibamos l l . . go ier~o a una '!; .; m d que e a zam1ento serf &:
en una toma armada de toda. l
a e poder por parte de] sovi d p a una srmple to. -.i;. acatar las Ordenes: de) b' et e. ~trogrado. El SO\iet dejaria de ~go rerno provisional d I "· era la auroridad v sacaria d . ' ec araria que et rnisrno :?· ' e en medto a cuaJ · ...:.
rar que esro fuese asf. 16
qmera que intentara evi~ ;
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Trotsky, recientemente salid d .. , Partido Bolchevique e h o_ e pnsron y ahora afiliado al ' ra a ora el Jefe d J , de/ soviet de Petrogrado .,_ 190· -~ a mayona bolchevique d" . • Lu Q tambr > h b' • mgentes de] soviet. Aunque d" . en a Ja srdo Uno de los · no rscrepab b" nm (y ulteriormeme afi . a a rertamente con Le. , irmara que los . eran identicos) parece prob bl puntos de vista de ambos ' a e que ta b.. -, acerca de la insurrecci6n . m ien e albergara dudas . que oprnara q , , , v b1a ocuparse de] prob! ·d d ue e 1 sm1et podia v deema e errocar I b. , . Dos de los viejos camaradas b a_ go •erno provisional. 17 I Zrno,iev y Lev Kamen o che;iques de Lenin Grigorii ev presemaron ti , b. . ' d e una insurrecci6n bol h . uenes o ~ec10nes a la idea b c e,1que O · b le que los bolcheviques se ad - . pma an que era irresponsa, · uenaran de] d . pe y poco realista creer que P d' po er med1ante un golta . C uando Zinoviev y Ka o ian retener e I po d er por su cuen' fi menev ex · irmandolos con sus propios b pusreron estos argumemos nom res en d. · que ( e I Novaya zhizn de '-f. . G . un iano no bolcheviL . ' iv axrmo ork1) l . enm alcanzaron nuevas Cota Ell ' a ira y la frustraci6n de s. o era comprensible, ya que no
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'lose trataba de un acto de desafio, sino de un anuncio pub Ii co de ue Jos bolcheviques planeaban secretamente una insurrecci6n. Bajo tales circunstancias, puede parecer notable que el golpe 1,o1chevique de octubre hnya sido exitoso. Pero, de hecho, la publi1 jcidad anticipada probable'."ente haya mas bien .ayudado a la causa de Lenin que lo comrano. Puso a los bolchev1ques en una pos1-'·cion en la que habrfa sido dificil no actuar, a no ser que antes bubieran sido arrestados o hubieran percibido fuertes indicios de que Ios obreros, soldados y marineros del area de Petrogrado repudiarian cualquier acci6n revolucionaria. Pero Kerensky no adopt6 medidas prevemivas decisivas contra los bolcheviques, y el control por parte de estos del comite militar-revolucionario del soviet de Petrogrado hizo que organizar un golpe fuese relativamente facil. El prop6sito basico del comite militar-revolucionario era organizar la resistencia de los trabajadores contra la contrarrevoJuci6n encarnada en episodios como el de Kornilov, y Kerensky claramente no cstaba en posici6n de interferir con tal actitud. La simaci6n belica tambien era un factor importante: los alemanes avanzaban y Petrogrado estaba amenazada. Los rrabajadores ya habian rechazado una orden del gobierno pro,isional de evacuar las principales plantas industriales de la ciudad: no confiaban en las intenciones del gobierno para con la revoluci6n y, por cierto, tampoco creian en su voluntad de combatir a los alemanes. (Parad6jicamente, dada la adhesion de los obreros al lema de "paz" de los bolcheviques, tan to ellos como los bolcheviques reaccionaron belicosamente cuando la amenaza alemana se volvi6 inmediata y concreta: tras la caida de Riga, en el otono y el imierno de 1917 apenas si se oyeron los viejos lemas pacifistas.) Si Kerensky hubiese intentado desarmar a los obreros mientras los alemanes se aproximaban, probablemente habria sido linchado por traidor y capitulacionista. La insurrecci6n comenz6 el 24 de octubre, vispera del cornier,. zo de! segundo congreso de los soviets, cuando las fuerzas del comite militar-revolucionario de los soviets _comenzaron a ocupar instalaciones gubernamentales clave, tomando las oficinas de relegrafo y estaciones de ferrocarril, bloqueando los puentes de la ciudad y rodeando el Palacio de Invierno, donde sesionaba el
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·?': t_AS R£YOLL
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·cIO"ES DE FEBRERO YOCrtiBRE ·'
d or p·trte de los bolcheviques).18 ". ·omar la tomdaddel dp_ofu~~i~ por ;as pro-,ncias, la version mas nove ,1 se , I d ndo la s so'1ets habian tornado e po er. ndida afir;"aba qu:~~ totalmente aclarada en el congre_so ~e , "cuesuon no qu. d \ 95 de octubre. Segun ,._ . " en Petroara o e ._ ~ soviets que se maugu,:o I· lo· d;lecrados de! congreso acudto , eta mavona c e s ,., l d r ·-sulto, una n . l laba la tnmsferencia de todo e po e ' . •· ·on unman d a to que respa r po exclusivamente b o Ich ec . p, 'stos no eran un gru . b ]os s0\1ets- ero e~ d bolchev1ques, lo que le da a a. (300 de los 610 delega os eran , 'a) v tal "'que .. , dominante pero no una ma,on ' . parudo una postcton . 1~ la aprobaci6n de la ac"'.,~andato · r ba necesaname n ~ • .. gaba a los integrantes de! gobierno provisional, no habia sido t~-no m1p ,ca . E' sta foe v1olentamente cntt· d l bolche,1ques • mado. El pa!acio cay6 tarde par la noche, en el transcurso de un s· - ,,, don pre,·en t1va e os . or•ante gntpo de Menche. ion por un ,mp u confuso ataque contra un cuerpo de defensores que iba en rapida1 o abandonaron el congreso en senal de ,:.,, cada en la pnmera ses disminuci6n. Fue un episodio menos heroico qr1e lo que preten-; viques v SR, qutenes lueg na's conc1liador por un gru. · ada en un tono 1 dieron 1os ul teriores relatos sovieticos: el acorazado Aurora, amarotesta Fue cuest1on . . le Lenin· pero Trotsky, P M rov el v1eJO amigo< ' rrado en el rio Neva frente al palacio no dispar6 ni un tiro con '.1 po encabezado por ar , . , r'ncas al "basurero de ]a en una frase memorable, constgno estas c I munici6n activa, y las fuerzas atacantes permitieron que Kerensky se escurriera por una puerta lateral y abandonara la ciudad en au- · historia". . llamaron a una transferencia tom6vil. Tambien fue ligeramente insatisfactorio como espectaculo En el congreso, los bolchC\1quesld d s y campesinos en todo · ts de obreros so a 0 politico. ya que el congreso de Jos soviets -que posterg6 su primedel poder a los sov1e . l 'ndudablemente la con\ . , l poder ceutra , 1 ra sesi6n por unas horas a instancias de los bolcheviques- finalel pais. En lo q1 1e 1acia a .d . - gobierno provisional se· . 1, a que el luga1 e1v1eJ 0 mente comenz6 a sesionar antes de la caida de! palacio, frustransecuencia ogica er . , I . t·vo !)ermanente de 1os '.ol . mne centra eJecu ' d do asi el deseo de los b;,,lcheviques de hacer un espectacular ria tornado pore co . cluia a representantes e \ ongreso y que m d anuncio de apertura. Aun asi, el hecho de base era indiscutible: el viets, elegido_ por e ~. Pero esto no fue asi. Para sorpresa e regimen de febrero habia sido derrocado y el pod er habia pasado distintos parndos politicos. . . I funciones del gobierno cense anunc1O que as , . l 5 O d 1 a los triunfadores de octubre. d muchos e ega ' · de com1sanos c1e pue.d tm n uevo conseJO Claro que esto dejaba una pregunta sin respuesta. ~Q;,iines rral serian asum1 as por l h . ue fue leido al congreso . . nte bo c eviq '· eran los triunfadores de octubre? Al instar a los botcheviques a la blo, cuyo padron enteiame , d l Partido Bolchevique, La ca. · d l . por un portavoz e insurrecci6n ante el congreso de los soviets, Lenin claramente hael 26 de octu b ie . Trotskv era comis.m 0 e el nuevo gobierno era Lenm Y ' bia querido que ese tirulo !es correspondiera a los bo!cheviques. b eza d E ·es pueblo (ministro) de Astmtos xteno1 . Pero el hecho es que los bokheviques habian organizado el alzamiento por medio del comite militar-revolucionario del soviet de . u erido que el gobierno unipar· Algunos histonadores han s g l d de un accidente hist6-Petrogrado; e, intencionalmeme o no, el congreso le habia dado h . ues fue el resu ta o . largas al a.sumo hasta la vispera del encuentro de! congreso naciotidista de los bole e'1q . . 1e s decir que los bolchevi, . de una intenc1on, e ' p nal de los soviets. (Ulteriormente, Trotsky describiria esto como rico mas b1en que I der para eUos solos, ero . op6sito de tomar e po una estrategia brillante -presumib!emente de su autoria, ya que ques no teman e1 pr . ., la de Lenin, el argumento . . . , que est.a en cuest1on es esta claro que no !a traz6 Lenin- que emple6 a los soviets para la ntenc1on 1 81 gobierno provisional. Casi no encontraron resistencia violett Las calles permanecieron en calma, y los ciudadanos continuar: con'"' tareas de rutina. Durante la noche de! 24-25 de octubr Lenin sari6 de la clandestinidad y se uni6 a sus carnaradas en'~ instituto Smolny, una ex escueI.a de senoritas devenida en cua , general de! soviet; tam bien el estaba en cal ma, recuperado al pa cer de su acceso de ansiedad nerviosa 1 y retom6 sus fun clones d_ dlrigente con toda nonnalidad. Para Ia tarde del 25, el golpe practicamente habia triunfado, con la irritante salvedad de que el Palacio de !nvierno, que alber:
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parece dudoso; y Lenin aplast6 las objeciones de otros dirigen de su parndo. Parece claro que en septrembre y octubre Le querfa que el poder lo tomaran los bo!cheviques, no los so · multipartidarios. Ni siquiera pretendia usar a los soviets com:e ch~da: smo que aparentemente hubier~ preferido hacer un go! abrertamente bolchevrque. No hav ducta de queen 1~- pr · · . . • = OVJnq el resultado mmedrato de la revoluci6n de octubre fue qu I . e~ vrets tomaron el poder; y los soviets locales no siempre estaban d .; mmados por los bo!che,iques. Aunque la actitud de los bol h ; h · C e ques ~era los s~viets esta abierta a distimas interpretaciones,20 vez sea_Ju~to decir queen principio no tenian objeci6n a que Jos Viets e1erc1eran el poder a nivel local, siempre y cuando fuesen con." fiablemente bolcheviques. Pero este requisito dificilmente fuera· compaubl_e con l~ decciones democraticas en las que participaran . otros parudos polr ncos. : Ciertament'.' Lenin tenfa una postura muy firme en lo que} . respecta a coalrcrones en el nuevo gobierno, el concejo de comisa-} nos de] _puebl~. En noviembre de 1917, cuando el comite central, j bolcheV1que d1scuti6 la posibilidad de pasar de un gobierno total-· "f me~te bolche..~q~re a una coalicion socialista amplia, Lenin se opu-, -~ so ferreamente, mcluso cuando varios bolcheviques renunciaron '~ al gobre:no como protest'!. Ulteriormente, unos pocos "SR de izq~rerda (mtegrantes de una divisi6n del partido SR que habia aceptado el golpe de octubre) fueron admitidos al concejo de comisanos de! pueblo, pero se trataba de politicos que no ten[an una base parudana fuene. Fueron separados de! gobierno en 1918 cuan- \. do los SR de izquierda organizaron un alzamiento en p;otesta contra el tratado de paz recientemente firmado con Alemania Los bokhe:iques no hicieron ningun otro esfuerzo por forma; una coaltc1on con otros panidos. Los bolchevi~ues ,::tenian,_ o creian tener, mandato popular pagobernar solos, En las eleccrones para designar la asamblea constituyenre (que se celebraron, ta! coma estaba pre,isto antes del golpe ~e octubre, en noviembre de 1917) los bolcheviques obtuvieron el 2:, por Clemo de] Voto popular. Esr.o los ubic6 detras de los SR, qwenes obtm1eron el 40 por ciento de los votos (los SR de izquierda, que respaldaban el golpe bokhe,ique, no estaban diferenciados
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• ,o RE\"OLt:CIO:-:£s DE FEBRERO Y OCTLBRE
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· boletas de sufragio). Los bolcheviques esperaban un mejor ~ . . . d Itado y ello tal vez es explicable s1 uno examrna mas e cerc~ •• 21 Los bolcheviques ganaron en Petrogrado y Moscu votacion. ' siblemente en el conjunto de la Rusia urbana. En las fuerzas P';:das, cuyos cinco mill ones de votos se con taron en forma m.. diente los bolcheviques tuvieron la mayoria absoluta en epen ' · I fl ejercitos de los frentes septentrional y occ1~ental yen a ota - I Baltico, los electorados que meJor conocran y donde eran as conocidos. En los frentes meridionales yen la flota del mar Ne 0 , perdieron ante los partidos SR y ucramano. La vrctona \;e!ral de los SR_ s~ debi6 al voto campesino de las aldeas. Pero babia cierta ambrguedad en esto. Es probable que al votar, los · campesinos s61o tomaran en cuenta un te~~· l~s programas Pero agra rios de Jos SR v, los bolcheviques eran casr 1dent1cos. . . los : SR eran mucho mas conocidos para los campesmos, qmenes eran sus votantes tradicionales. En los lugares donde los campesinos conodan el programa bolchevique (generalmente como resultado de su proximidad a ciudades, cuarteles o ferrocarnles, lugares donde la campana bolchevique habfa sido mas intensa) Jos votos se dividian entre los bokheviques y los SR. Como sea, en la politica democratica, una derrota es una derrota. Pero los bolcheviques no adoptaron ese punto de vista en las elecciones a la asamblea constituyente: no abdicaron al no triunfar (y cuando la asamblea se reuni6 y demostr6 hostilidad, la disolvieron sin mas tramite), Sin embargo, en terminos de su mandato para gobernar, argumentaron que no pretendfan representar al total de la poblaci6n. Habfan tornado el poder en nombre de ]a clase obrera. La conclusion que se deduce de las elecciones del segundo congreso de los soviets y la asamblea constituyente es que, en octubre y noviembre de 1917, obtenfan mas votos obreros que ning{m otro partido. . ,:Pero que ocurriria si en algun momento los obreros Jes retrra· ran su apoyo? La pretension bolchevique de representar la volu~:'1d de! proletariado estaba tan basada en la fe coma en la observacron. En terminos de Lenin, era muy posible queen algun momenta de! futuro la conciencia proletaria de los trabajadores fuera menos aguda que la de! Partido Bolche,ique, lo cual no necesariamente
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revocaria el mandato gubernativo de] partido Pr b bl
; emem . h e, opo t d 191,.., . romuc osd nen es e ; si esperaban que fuese asf v d b e . .d • a an por sen q ue e I parti o de Lenin no ced - l d . ena e po er s1 perdfa el a : . l Ia c ase obrera. Engels habia I .d poyo , ac vert1 o que un partido s . . que tomara prematuramente el pode d'· oc1a]i. bl" r po Ia quedar a1sl d verse o igado a convertirse en una dictadura r . a o. claro que los If deres bolchevi . epres1va. Esta d. ques, en particular Lenin est b i ispuestos a correr ese riesgo. ' a b l h . . o a o c e\/Igues no esperaban que esto ocurriese Pe
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La toma de poder de octubre no fue el fin de la revoluci6n :1,o1chevique sino su comienzo. Los bolcheviques tomaron el con\rol de Petrogrado y, despues de una semana de com bates calleje,' ros, de Moscu. Pero los soviets surgidos en la mayor pane de los centros provincia!es aun debfan seguir el ejemplo de la capital en lo que se referfa a derrocar la burguesia (a nivel local, esto a menudo significaba expulsar a un "comite de seguridad publica" constituido por la ciudadania mas s6lida de la ciudad); y, si un so11et local era demasiado debil como para aduenarse de! poder, dificilmente pudiera esperar refuerzos de las capitales. En las provincias, como en el centro, los bolcheviques debian adaptar sus actitudes a los soviets locales que habfan afirmado exitosamente su autoridad pero en los que predominaban los mencheviques y SR. Ademas, la Rusi a rural habia en gran medida descartado la autoridad emanada de las ciudades. Las areas fronterizas y no rusas de! 11ejo imperio exhibian diferentes grados y complejidades de desorden. Si los bolcheviques hab(an tornado el poder con la intenci6n de gobernar en un sentido convencional, los esperaban largos y dificiles enfrentamientos contra las tendencias anarquicas, descenrralizantes y separatistas. De hecho, la futura forma de gobierno de Rusia seguia siendo una pregunta sin respuesta. A juzgar por el golpe de octubre en Petrogrado, los bolcheviques sentian reservas hacia su propio lema "todo el poder a los soviets". Por otro !ado, en el invierno de 1917-8, este lema parecia adecuado al animo imperante en las provincias, aunque tal vez esto no sea masque otra forma de decir que por el momento la autoridad gubernamental central se hab(a derrumbado. Aun quedaba por ver que querian decir exactamente los bolcheviques con su otro lema: "dictadura de! proletariado". Si, ta! coma habia sugerido Lenin en sus escritos recientes, significara
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aplastar los esfuerzos contrarrevolucionarios de las antiguas c propietarias. la nueva dictadura deberfa instalar 6rganos coe '--: vos comparables en su funci6n a Ia policfa secreta zarista· · ~
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, fen6meno aislado, comenzaron a revaluar su posici6n con · to al mundo externo, y, para ese entonces la costumbre de ,, ar Hamados a la revoluci6n con contactos mas convencionaficara una d1ctadura de! Partido Bolchevique, como sospecha _. tre estados se habfa afirmado. _ _ . __ muchos de los oponentes politicos de Lenin, que otros . s If mites territoriales de la nueva repubhca sovaeuca y la poparn . . . po I1ucos contmuaran existiendo planteaba serios problem ,. a seguir con respecto a las nacionalidades no rusas eran otro ro, ~podfa el nuevo regimen permitirse actuar en forma ta as. problema. Antes de la guerra, L_enin h_abia prestado un cauto · I · n rep s1va com~ a VleJ~ a__utocracia zarista, y podfa conservar el respa] al rincipio de autodetermmac10n nac10nal. Sm embargo, papopular SI lo hac1a, Ademas, el concepto de "dictadura de! Ios !arxisras, la cuestion de clase siempre fue mas importante t · d " • · 1· prol ana o _ parec1a Imp Icar poderes amplios e independencia de ··e la nacional; ya los bolcheviques Jes costaba mucho creer que das las mstnuc10nes proletarias, inc!uyendo sindicatos y co - • · vimientos separatistaS nacionales dirigidos contra un estado "cad Cb. m1 e _a nca. cQue ocurriria si las sindicatos y comites de fabrj '·taJista" 0 "autocratico" fuesen comparables en modo alguno a los tuv1eron diferentes conceptos de Ios derechos de Jos trabaiad 'ovimientos separatistaS que repudiaban la causa revolucionaria s·1 e I " contro I obrero" en las fabricas significara Ia autogesti " ore ·· :ternacionalista que representaba la nueva rep(1blica sovietica. obrera cera esto compatible con la planificacion centralizada; Para Jos bolcheviques de Petrogrado era 1gualmente natural desarroHo economico que los bolcheviques percibian coma ob"e ·esperar un poder revolucionario triunf~nte en Azerba'.'in_que en tlVO SOC!ahsta basico? ~ . Hungrfa, aunque dificilmente los azenes, como ex subdnos de] EI_ re_gimen revo!ucionatio de Rusia tambien debfa conside ' :- Petersburgo imperial que eran, apreciaran esto. Tambien era nasu pos1c10n en el escenario mundial. Los bolcheviques se conside--. _ - tural que los bolcheviques respaldaran los soviets obreros en Ucrar~ban pane de un movimiento proletario revolucionario interna-,.,; nia y se opusieran a los ''burgueses" nacionalistas ucranianos, mis c10nal, y esperaban que su exito en Rusia disparase revoluciones si-~ a]la de! hecho de que los soviets ( que reflejaban la clase obrera mil~res en w~a- Europa; originariamente, no concebfan a la nueva ,''.'.) ucraniana) estaban compuestos de rusos,judios y polacos que no repubhca sovaeuca como "un estado-nacion que tendn" J · ·· solo eran "extranjeros" para las nacionalisras, sino tambien para el . ~ . a re aciones d1plomat1cas convencionales con otros estados. Cuando Trotskv fue. campesinado ucraniano. El dilema de las bolcheviques -----
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95 extraqjeras, incluidas algunas de las que fueron aliadas de Rusi la Primera Guerra :Vlundial. Los bolcbeviques la percibieron co
: ]a Dc,uerra civil ' el partido. era una hermandad de combaurante ,_ c
una r.,11.1erra de clases, tanto en tt'.rminos dom6sticos como inte' cion;;i!es: proletariado ruso contra burguesfa rusa; revoluci6n ill' nacional (encarnada por la republica sovietica) contra capitaJi internacional. L, victoria rcrja (bokbe,ique) de 1920 era, por lo ., to, un triunfo prn!etario, pero lo ard,10 de la lucha habia de·· clara_s la fuerza y la determinacion de los enemigos de clase de letariado. Aunque las potencias capitalistas imervencionistas bian retirado, los bolcheviques no creian que tal retirada fu~' . permanente. Esperaban gue cuando el memento Jes resultara opoi,•. t:mo, las fuerz~ de] capit:'lismo internacional regres:uian y aplas~. ' nan la revolucwn obrera mternac1onal en su lugar de origen. ..:·~ Es indudable gue la guerra civil tuvo un inmenso impacto : , : bre los bo!cheviques y sobre lajoven rep(tblica sovietica. Polariz6\\ la sociedad, -~ejando perdurables resentimientos y cicatrices; la mtervencwn extranJera .produjo en los sovieticos, un temo~f permanente, con connotac1ones de paranoia y xenofobia, a serJ "rodeados por el capitalismo". La guerra ci\il devast6 la economra, · paraliz6 casi por completo la industria :· vaci6 las ciudades. Ello tuvo.1· im?licaciones politica.s ademas de econ6micas y sociales, ya que sig-,; rn/Jcaba una desintegracion y dispersion, al menos temporaria, de!. proletariado industrial, la'c!ase en cuyo nombre los bolcheviques ha-. bian tomado el poder. .,
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Los bolcheviques hicieron su primera experiencia de gobierno en el contexto de la guerra civil e indudablemente esto molde6, en muchos aspectos imponantes el desarrollo ulterior de! partido. ~ Mas de media mill6n de comunistas sirvieron en el Ejercito Rojo en un momenta u otro de la guerra civil (y, de este grupo,. aproximadamente la mitad se uni6 al Ejercito Rojo antes de afiliarse al Panjdo Bolchevigue). De todos los integrantes de] Partido Bolchevigue en 1927, el 33 por ciento se habian afiliado en los anos I 9 I 7-20, mientras que solo un 1 por ciento lo habia hecho antes de . 3 1917. De modo que la vida clandestina de! partido prerrevolucionario -la experiencia formativa de la "vi<;ja guardia" de dirigentes bolcheviques-- solo era conocida de oidas por la mayorfa de los integrames del partido. Para la cohorte que se habia uni do al partido
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.ntes en e I mils~ litenl que habtan · de los sent1dos. ,Los comumstas .. , ~ .. ·c1 n el Eiercito Roio llevaron la Jerga m1htar al lenguaJe d,. '1 o e " J ·1· .. olitica partidaria e hicieron gue tas ~otas y la chagueta m1 1tar ·, pue vestfan incluso aquellos que hab1an perrn:nec1do en pu:s· -·!es O eran demasiado ,J·ovenes para combattr- fuesen prac,. 5 Cl\l . te un uniforme para los integrnntes del part,do entre la en -cam .;, da de 1920 v el comienzo de la de 1930 . .,eca • , . . · ·1 '. Segun juzgo un historiador. la expenencta de la. guerra cm • ·1·rariz6 la cultura politica revolucwnana de! mov1m1ento bolnJ!l . , " d' . " : e" , deiando un legado que mclu1a la 1spostc10n .a emev1qu -.., . . _. Ia coercion el gobierno por medw de decretos ( admtnzstnI p ear~ , . . . . ,,-t centralizada [v] lajusttcia sumana . -rorJan !·e) , ' la administnci6n . < , . ~ • • •~ ; · 0• n de [os orirrenes del autoritarismo so\SetJco (y estaltrnsEsta \ISi ;,, . . . . ta) es, en muchos aspectos, mas sat.isfactona que la tradtcJOnal m~ 1erpretaci6n occidental, gue enfatiza el pasad.~ prerrevoluctonano . de! artido y el aval de Lenin a una orgamzac1on parttdana centraliza!a y una disciplina estricta. Sin embargo, otros fac:ores que reforzaron las tendencias autoritarias de! part1do tambten deb:n ":r tomados en cuenta. En primer lugar, la dictadura de una mmona debia ser casi fatalmente autoritaria y aquellos que estuv1eran a su senicio tendrian una extrema propension a desarrollar !a tendencia al autoritarismo y la prepotencia que Lenm cnttco frecuentemente en los aiios que siguieron a 1917. En segundo lugar, el Partido Bolchevique debi6 sus exitos de 1917 al respaldo de !os rrabajadores, sol dados y marineros de Rusia; y tales pe:"?nas sen tl~n mucha menos inclinacion que los intelectuales de! ,oeJo bolche\Ssmo a preocuparse por aplastar a la oposici6n o por 1mponer su autmidad por Ia fuerza mas bien que med1ante una cons1derada L
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persuasion. ., . . Finalmenre, al considerar la relaoon entre la guerra c1:,;1 y el gobierno autoritario, debe recordarse que habfa un~ .relac1on de reciprocidad entre los bolche,iquesyel ambtente polmco de 191820. La guerra civil no fue un imprevisible acto de Dias en el gue los bolchevigues no tenian responsabilidad alguna. Por el cont:ano, Jos bolche,igues se asociaron al enfrentamiento armado y la \SO~~ncia en ]os meses que mediaron entrc febrero y octubre de 1911, Y,
SHEILA FlTlPATRlCK
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como los lideres bolcheviques bien sabian antes de que ocurriera, su golpe de octubre fue percibido por muchos como una provocacion directa a la guerra civil. La guerra civil ciertamente le dio al nuevo regimen su bautisrno de fuego influenciando asi su futuro desarrollo, Pero los bolcheviques se habian arriesgado y tal vez incluso habian buscado un bautismo de esa fndo\e. 5 1
La guerra civil, el Ejercito Rojo y la Cheka Inmediatamente despues de! golpe bolchevique de octubre, los diarios de! Partido Cadete propalaron una convocatoria a las armas para salvar la revolucion, las trop,Ls lea\es de! general Kras-. nov se enfrentaron sin exitq contra fuerzas probolcheviques y gi.iardias r~jos en la batalla de los altos de Pulkovo cerca de Petrogrado, y hubo intensos com bates en MosciL En ese enfrentamiento preliminar, los bolcheviques resultacon victoriosos, Pero existfa la casi certeza de que deberian combatir otra vez, En los gcandes ejercitos rusos de los fren tes mecidionales de la guerra contra Alemania y Austria-Hungria, los bolcheviques fueron mucho menos populaces queen el noroeste, Alemania continuaba en guerra con Rusia y, a pesar de que a los alemanes !es convenia que hubiera paz en el frente oriental, el nuevo regimen ruso no podfa contar con la benevolencia de Alemania, ni con la simpatfa de las potendas aliadas. Como escribi6 en su diario el comandante de las fuer· zas alemanas de! frente oriental a comienzos de febrero de 1918, . en \isperas de la renovada ofensiva alemana que sigui6 a la ruptura de las negociaciones de paz en Brest-Litovsk, No hay otro camino, pues de otra forma estas bestias [los bokheviques 1aniquilar.in a los ucranianos, los fineses y los bahos, luego re-clutarin a la callada un nuevo ejirciw revolucionario y convertinin · al resto de Europa en una pocilga ... toda Rusia no es mas que un _ gran mont6n de gusanos, una miserable rnasa pululante, 6
Durante las negociaciones de paz de enero en Brest, Trotsky habia rechazado los terminos que ofrecieron los alemanes e intentado .l
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una estrategia de "ni guerra, ni paz", lo cual significaba que los cusos ni continuarian la guerra ni firmarian una paz inaceptable. Esto no era masque una bravata, pues el ejercito ruso que estaba en el frente se estaba disgregando, mientras que el aleman, a pesar de Jos llamados bolcheviques a la hecmandad de la clase obrera, no. Los alemanes ignoraron el alarde de Trotsky y ocuparon grandes sectores de Ucrania, Lenin consideraba imprescindible que se firmara la paz cuanto antes. Ello era muy racional, dado el estado de las fueczas com· batientes rusas y la posibilidad de que los bolcheviques pronto se encontrasen comprometidos en una guerra civil; ademas, antes de la revolucion de octubre, los bokheviques afirmaron en repetidas oportunidades que Rusia debia retirarse de inmediato de la guerra imperialista europea, Sin embargo, serfa bastante err6neo considerar que antes de octubre los bokheviques eran algo que pudiera considecarse seriamente un "partido de la paz", Los obreros de Petrogrado que habian estado dispuestos a combatir a Kerensky junto a los bolcheviques en octubre, habian estado igualmente dispuestos a combatir por Petrogrado contra los alemanes, Este animo belicoso se reflej6 fuertemente en el Partido Bolchevique durante ]os primeros meses de 1918, y ulteriormente fue un valioso recurse para el nuevo regimen a la hora de pelear en la guerra civiL Para la epoca de las negociaciones de Brest, Lenin tuvo grandes inconvenientes para persuadir incluso al comite central bolchevique de la necesidad de firmar la paz con Alemania. Los "comunistas de izquierda" de] partido -grupo que incluia aljoven Nikolai Bt\jarin, quien posteriormente ganaria un lugar en la historia como ultimo dirigen te de la oposici6n a Stalin- abogaban por una guerra de guerrillas revolucionaria contra el invasor aleman; y los SR de izquierda, q uienes en ese momento estaban aliados con los bolchevi· ques, adoptaron una postura similar, Lenin finalmente fono la aprobacion de su decision en el Concejo Comite Central bolchevique amenazando con renunciar, pero fue una dura batalla. Lo terminos que Alemania impuso tras su exitosa ofensiva fueron considerable· mente mas duros que los que habian ofrecido en enero. (Pero los bolcheviques tuvieron suerte: posteriormente, Alemania perdi6 la guerra europea, y, por lo tanto sus conquistas en el Este,)
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La paz de Brest-Litovsk solo dio un breve respiro a la amenaz militar. Oficiales del antiguo ejercito ruso concentraban fuerza: en el sur, el territorio cosaco de] Don v el Kuban, mientras que el almirante Kolchak establecia un gobierno antibolchevique en Siberia. Los brit.:inicos desembarcaron tropas en Ios dos puenos mis boreales de Rusia, Arjangelsk y Murmansk, con el proposito declarado de combatir a los alemanes, pero en Jos hechos con intenci6n de apoyar a la oposici6n local al nueYo reginien ruso. Por un extrai10 capricho de la guerra, habia hasta tropas no rusas atravesando el territorio ruso, la legion checa, compuesta de unos 30.000 hombres pretendia alcanzar el frente occidental antes de gue terminase la guerra europea, de modo de reforzar su vieja pretension mdependentista combatiendo junto a Jos aliados contr~a sus antiguos a1nos austriacos. Al encontrarse con gue no p0d1an cruzar las lineas de batalla desde el ]ado ruso, los checos c0menzaron un inverosimil viaje hacia el este por el ferrocarril transiberiano, con la in tencion de llegar a v1adivostok v regresar a Europa_ P_~r mar. Los bolche,iques autorizaron el viaje, pero ello no 1mp1d10 que los so,iets locales reaccionasen con hostilidad al arribo de contingentes de extranjeros armados a las estaciones de ferrocarril que jalonaban el trayecto. En mayo de 1918, Jos checos chocaron por prim era vez con un soviet dominado por los bolcheviques en la ciudad de Chelyabinsk en los Urales. Otras unidades checas respaldaron a los SR rusos en Samara cuando estos se alzaron contra los bolchevigues y establecieron una fugaz reptiblica de! Volga. Los checos practicamente terminaron por abrirse paso peleando para salir de Rusia y pasaron muchos meses hasta que todos fueron evacuados de Vladivostok v enviados de vuelta a Europa por mar. · La guerra civil en si -"rojos" bolchevigues contra "blancos" rusos antibolcheviques- comenzo en el verano de 1918. En ese momento, los bolcheviques tras]adaron su capital a Moscii, pues Petrogrado se habia librado de] peligro de captura por pane de los alemanes solo para ser atacada por un ejercito blanco al man do de! general Iudenich. Pero amplias {treas de! pais nose encontraban bajo el control efectivo de Yfoscu ( entre ellas Siberia Rusi a meridional, el Caucaso, Ucrania e incluso buena pane de ]a
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region de los Urales y del Volga, donde bolcheviques locales_do_min<=lban espor3.dicamente muchos de los soviets urbanos) y <=:Jerc1tos blancos amenazaban a la republica sovietica desde el_ este, el noroeste v el sur. Entre las potencias aliadas, Gran Bretana y Francia eran muy hostiles al nuevo regimen ruso y respaldaban a !os blancos, aunque su intervenci6n militar directa fue en una escala bastante pequeiia. Tanto los Estados Uni dos como Japon emiaron_ tr0pas a Siberia -los japoneses con la esperanza de conqmstas rtitoriales, los estadounidcnses en un fa!hdo esfuerzo de refrenar ~\osjaponeses, garantizar Ia segutidad de! ferrocartil :ransibetiano v ta! vez respaldar al gobierno sibetiano de Kolchak s1 e_ste resultara ' ompatible con ]os escindares democr.iticos estadoumdenses. C 1 Aunque en 1919 Ia situaci6n de los bolcheviques parec1a rea mente desesperada y el territorio gue controlab_an firm_emente eguiva!ia aproximadamente a la de Rusia moscovua de] s1glo XVI, sus oponentes tambien enfrentaban problemas form1dables. En primer Ju gar, Jos ejercitos blancos operaba~ en gran med,da mdependientemente unos de otros, sin direccton central n1 coord1na. - En seuundo Jugar, el control de !os blancos sobre sus bases tec1on. t> . rritotiales era aiin mas tenue que el de !os bo!cheVJques. Don~e instalaba gobiernos regionales, la maquinatia administrativa deb1a ser instalada practicamente desde cero, con resultados extremadamente insatisfactorios. Los sistemas de comunicaciones y na.nsport: de Rusia, hist6ticamente altamente centralizados en torno de Moscu y Petersburgo no facilitaban las operaciones de los blancos en la petifetia. Los fuerzas blancas no solo eran hosagadas por los fOJOS s1no por Jos llamados "ejercitos verdes" -:-b~ndas de campesinos y cosacos que nose comprometian con nmgun ba~do pero que desarro!laban la mayor pane de su actividad en las areas en gue estaban basados los blancos. Los ejercitos blancos, b1en prov1stos de oficia!es de! antiguo ejercito zarista, tenian dificultades para mantener sus filas dotadas de reclutas y conscriptos que obedec1eran a aquellos. ._ . . La fuerza de combate de Ios bolcheviques era el EJerc1to Rojo, organizada bajo el man do de Trotsky; designa_do co1_1:isatio de guerra desde Ia primavera de 1918. El EJercno RoJO deb10 se: orgamzado desde la nada, pues la desintegracion de! anuguo eJercno ruso
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habia llegado demasiado lejos para ser detenida (los bolcheviques. \ anunciaron su total desmovilizacion en cuanto llegaron al poder) . .f El nucleo de! Ejercito Rojo, formado a comienzos de 1918, consis- J ,ofitia en guardias rojos de las fabricas y unidades probolcheviques. ,,, de! ejercito y la armada. Se expandio mediante el reclutamiento, 'f" voluntario y, a partir de[ verano de 1918, la conscripcion selectiva. Obreros y comunistas eran los primeros en ser reclutados, y duran-. te toda la guerra civil proveyeron una '-1lta proporci6n de las tropas ·" de com bate. Pero para el fin de la guerra civil, el Ejercito Rojo era una instituci6n inmensa con un total de cinco millones de inte· grantes, en su mayor pane campesinos conscriptos. Solo aproximadamente una decima pane de estos eran combatientes (las fuerzas desplegadas por rojos o blancos sobre un frente dado rara vez sobrepasaban los 10.000 hombres), mientras que los demas revistaban en las .ireas de suministros, transporte o administraci6n. Ha..sta un punto considerable, el Ejercito Rojo debio salvar la brecha dejada por el derrumbre de la administracion civil: era la mayor burocracia, y la que mejor funcionaba, de las que el regimen so"ietico tuvo en sus comienzos, y tenfa prioridad sabre las recursos disponibles. Aungue muchos bolcheviques sentian una predileccion ideo16gica por unidades de tipo_ miliciano como [os guardias rojos, el Ejercito Rojo estaba organizado desde el principio como un ejercito regular, los soldados estaban sometidos a la disciplina militar y los oficiales no eran elegidos sino designados. Debido a la escasez de militares profesionales entrenados, Trotsky y Lenin insistieron en emplear oficiales de! antiguo ejercito zarista, aunque esta politica era muy criticada en el Partido Bolchevigue y la facci6n llamada "oposicion militar" intento revertirla en dos congresos panidarios consecutivos. Al final de la guerra, el Ejercito Rojo contaba con mas de 50.000 ex oficia!es zaristas, la mayor pane de ellos conscriptos; y la gran mayoria de sus comandantes militares de alta graduacion provenia de este sector. Para a.segurarse de gue los viejos oficiales mantuvieran su lealtad, se le adjudicaba a cada uno un comisario politico, por lo general comunista, quien debia confirmar todas las ordenes y compania la responsabilidad ultima de estas con los co1nandantes militares.
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Ademas de sus fuerza.s militares, el regimen sovietico no tardo na fuerza de seguridad: la Comision Extraordinaria de en ere ar U .~ wdas las Rusia.s para la Iucha contra la contrarrevoluoon, el s~bo. y ]a especulacion, conocida como Cheka. Cuando se fundo estaJ~nstitucion en diciembre de 1917, su mision inmediata fue :ontrolar el brote de bandidismo, saqueos y pillaje de locales de bebidas alcoholicas que siguio a la toma de! poder de o~tubre. Pero tardo en a.sumir las funciones mas am plias de pohcia de segunno I · · dad, a cargo de Jidiar con las conspiraciones contra e regimen y vigilar a Jos grupos de cuya !ealtad se_sospechaba, mduyen~o_a los "enemigos de c[a.se" burgueses, funcwnanos de! _anuguo regimen e integrantes de ]os partidos politicos de oposicwn. Tra.s el estalhdo de ]a guerra civil, la Cheka se convirti6 e~ un organo de terror, dministrando justicia sumaria, lo que inclu1a eJecuoones, hac1enad o arrestos en ma.sa v. tomando rehenes al azar en areas domina, das por ]os blancos o que se sospechaba que simpatizaban con estos. Segun cifras bolcheviques referidas a veinte provmc1as de la Rusia europea en 1918 y la primera mitad de 1919, al menos 8.389 fueron fusilados sinjuicio por la Cheka y 87.000 resultaron arrestados. 7 El terror rojo de los bolcheviques tuvo su equivalente en el terror blanco que practicaron las fuerzas antibolcheviques en las regiones que contro]ababan, y ambos bandos se acusaron mutuamente de! mismo tipo de atrocidades. Sin embargo, los bolchev1ques no ocultaban su emp!eo de! terror (que no solo incluiajusticia sumaria sino tambien castigos aleatonos no relac1onados con rransgresiones especificas, cuyo prop6sito era la intimidaci6n de un grupo especifico o de la poblaci6n en su_ conJunto); Y se enorgullecian de su dura actitud acerca de la vwlenoa, q~e ev1taba ]a melindrosa hipocresia de la burguesia y que adm1na que el gobierno de cualquier clase, incluido el proletariado, implica la coercion sabre otras clases. Lenin y Trotsky se mostraron despectivos hacia Ios socialistas que no comprendian la necesidad de! terror. "Si no estamos dispuestos a fusilar a un saboteador O un guardia blanco (de que revoluci6n estamos hablando?", pregunto Lenin en tono admonitorio a sus colegas de!
nuevo gobierno. 8
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Cuando los bolcheviques buscaban paralelos hist6ricos a las actividades de la Cheka, normalmente se referian al terror revolucionario de 1794 en Francia. No percibian paralelo alguno con la policia secreta de! zar, aunque este ha sido trazado a menudo por historiadores occidentales. De hecho, la Cheka actuaba en forma mucho mas abierta y viol en ta que la antigua policia: por un !ado, su estilo se asemejaba mas a la "venganza de clase" de los marineros de] Baltico contra sus oficia!e; en 1917, por otro a la pacificaci6n armada de] campo conducida por Stolypin en 1906-7. El parale!o con la policia secreta zarista se volvi6 mas apropiado despues de la guerra civil, cuando la Cheka fue reemplazada por la GPU ( el nombre de la policia secreta de Stalin cambi6 varias veces, GPU, OGPU, NKVD. etc. Para simplificar hemos utilizado GPU en todo el texto, hasta el periodo mas reciente, en que se denomina KGB) -una medida asociada con el abandono de] terror y la extensi6n de la legalidad- y Ios 6rganos de seguridad se hicieron m3.s rutinarios, m3.s burocraticos )" discretos en SUS metodos Operativos. En esta perspectiva a largo plazo, se perciben clararnente fuertes elementos de continuidad (aunque al parecer no hubo continuidad de personal) entre las policias secretas zarista y so"ietica; y cuanto mas claros se hacfan estos, mas evasiva e hip6crita era la forma en que Ios sovic§ticos se referfan a sus organismos de seguridad. Tanto el Ejercito Rojo como la Cheka hicieron importantes contribuciones a la victoria bolchevique en la guerra civil. Sin embargo, seria inadecuado describir esa victoria simplemente en terminos de poderio military de terror, especialmente dado que hasta ahora nadie ha dado con una forma de estimar la relaci6n de fuerzas entre rojos y blancos. El respaldo activo y la aceptaci6n pasiva de la sociedad tambien deben ser tomados en cuenta y de hecho es probable que tales factores haya sido cruciales. Los rojos contaban con el respaldo de la clase obrera urbana y el Partido Bolche,ique suministraba su nucleo organizativo. Los blancos contaban con el respaldo de las antiguas clases media y alta, mientras que el principal agente organizativo era un sector de la antigua oficialidad zarist.a. Pero indudablemente fue el campesinado, que constituia la gran mayoria de la poblaci6n, el que defini6 la situaci6n.
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LA GUERRA CIVIL
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Tanto el Ejercito Rojo coma las ejercitos blancos reclutaban ' . territorios que controlaban y ambos ten1an imcarnpesmos en los . - s· embargo • a medida que la guerra , ntes tasas de deserc1on. in . p_ort rogr:saba, las dificultades de los blancos con sus conscnptos on Pesinos se volv1eron . - sen . .as que las de los fOJOS. mas .... Los campeomp t'an resentidos par la politica de requ1s1c10n de granos smos se sen , . - 108) ero los blancos no d ]os bolcheviques (vease mfra pag. ' P . e . . as ecto A los campesinos no las entus1asmaeran chstmtos en '.'ste. - P. . ed6 ampliamente demostrabda seni;.,e:.x;~;~:c~e;:;t;,e~::: r~o en 1917. Sin embargo, las esinos en 1917 estaban estrechameno par ' ~ee:;::~~:~::: 1:s~:n~:c;::erras y su redistribu;i6n por part;:~ las aldeas P ara t-mes de 1918 ' este proceso se hab1a completad · · - de !os c,ran part~ (lo cual redujo considerablemenbte la _opdoes1clo1osnbolcheo ·- · ) n a pro aC1on campesinos a servir en el eJerclto co baban las tomas de tierra vi ues. Por su pane, los blancos no apro . odo q .. - d e los anu·guos terratementes. Dem lei ban h pos1c10n respa e~ cruc:al tema de la tierra, los bolcheviques eran el ma! yqueen menor. 9
Comunismo de guerra
1 os bolcheviques se hicieron cargo d e un a economiadde guerra en un estado pr6ximo al colapso y su pnme r y. abruma . toorJOproEsa
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blema fue c6mo hacer par_a_mandteenlaesrlpao~;i~~:c:~::~:~:as-de ia t Xto P ragmauco l , . te fue e con e. · d "comun1s.0 f on denomma as guerra civil 1::~ contexto ideo16gico. En Lilmo de guerra · . d' n abolir Ja propiedad tima instancia, los bolchenqdu_es pbretenl ,paroducci6n de acuerdo ado y 1stn uir a I l .b privada ye I re mere I ra de esperar que esco"d d y en el corto p azo, e con las necesi a es, ' · · de estos ideaue las acercasen a la consecuc1on . . gieran las poht1cas q . "d olo 'a en el comunismo !es. El equilibria entre pragmausmo y la I e g, h tiempo 11 con . . d debate durante muc o , de guerra ha s1do mo~~~c: como la nacionalizaci6n y la distribuel problema de que P r das plausiblemente ci6n por parte de! estado pueden ser exp ,ca
q~ep~;;:::i::~~:
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tan to como respuesta pragmatica a las exigencias de la guerra 0 como imperativo ideol6gico del comunismo. Se trata de un debate en el cual los estudiosos de ambos bandos pueden citar los pronunciamientos de Lenin ode otros prominentes bolcheviques, ya que los propios bolcheviques no estaban seguros de cual era la respuesta. Desde la perspectiva bolchevique de I 921, cuando el comunismo de guerra fue descartado en favor de la nueva politica econ6mica, esta clam que es preferible la interpretaci6n pragmanca: dado q ue cl co1nunismo de guerra fracas6, cuanto 1nenos se hable. de su sustrato ideol6gico, rnejor. Pero desde la perspectiva marx1sta temprana -por ejemplo, la de Bujarin y Preobravensky en su clasico ARC drl comunismo ( I 919)- lo contrario era ~iert~. Mientras las politicas del comunisrno de "cruerra estaban en ,~gor, era n~tural que los bolcheviques les dieran una justificaci6n 1deol~gica, para afirrnar que el partido, armado de la ideologia c1ent1fica de! marx1smo controlaba por completo la realidad, no que se debatia coma mejor podia para seguirla. La pregunta que subyace tras el debate es ~a que veiocidad creian los bolche~ques que podian avanzar hacia el comunismo? La respuesta de pen de de si se habla de 1918 ode 1920. Los primeros pasos de los bolcheviques fueron cautelosos, como tambien lo eran sus prnnunciamientos acerca de! futuro. Sin embargo, desde el estalhdo de la guerra civil a mediados de 1918 ]a cautela inicial de los bolche,iques comenz6 a desaparecer. Para lidiar con una situaci6n desesperada, se vol~eron hacia politicas mis radicales v, al hacerlo, trataron de extender la esfera de control centralizado, de! gobierno mas lejos ya mas velocidad de lo que era su intenci6n o,riginal. En 1920, mientras los bokhe,iques se dirigian a la victo1:1a_ en la guerra civil y al desastre en lo econ6mico, se impnso un amrn~ de euforia y desesperaci6n. lVlientras el viejo mundo desaparec1a entre las llamas de la revoluci6n y la guerra civil, a muchos bolche~ques les parecia que estaba por alzarse un mundo nuevo co!no un. fenix, ~e entre I'." cenizas. Esta esperanza, ta! vez, Je debi~ mas a la 1deologia anarqtusta que al marxismo, pero aun asi estaba expr'.'sada en tfrm;nos marxistas: con el triunfo de la revoluci6n proletan~, la trans1c1on al comunismo era inminente y posiblemente ocurnera en senmnas o meses.
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Esta secuencia queda claramente ilustrada por una de las areas clave de la politica econ6mica, la nacionalizaci6n. Como buenos marxistas que eran, los bolche,iques nacionalizaron la banca v el credito muy poco tiempo despues de la revoluci6n de octubre. Pero nose embarcaron de inmediato en una total nacionalizaci6n de la industria: los primeros decretos de nacionalizaci6n solo se aplicaron a grandes establecimiencos como !os talleres Putilov, que ya estaban estrecharnente ligados al estado a craves de la producci6n para la defensa y los contratos gubernamentales. Sin embargo, diversas circunstancias extendieron el a!cance de la nacionalizaci6n mucho mas alla de las intenciones de corto plazo de los bolcheviques. Los soviets locales expropiaron plantas por cuenta propia. Algunas plantas fueron abandonadas por sus propietarios y administradores; otras fueron nacionalizadas a pedido de los trabajadores, quienes habian expulsado a los antirruos administradores o incluso a pedido de los administradores, q,~~ requerian protecci6n contra obreros revoltosos. En el verano de 1918, el gobierno promulg6 un decreto que nacionalizaba toda la industria pesada y para el otono de 1919 se estimaba que mas de! 80 por ciento de tales empresas habian sido nacionalizadas. Este excedia ampliamente las capacidades organizativas de! flamance Supremo Consejo Economico: en la practica, si Ins trabajadores mismos no podian mantener las plantas en funcionamiento organizando el suministro de insumos brutos y la distribuci6n de productos manufacturados, a menudo las plantas simplemente eran cerradas. Pero, ya que habian llegado hasta alli, los bolcheviques decidieron ir aun mis lejos. En noviembre de 1920, el gobierno nacionaliz6 aun la industria en pequeiia escala, al menos sobre el papel. Por supuesto queen la pracrica los bolche~ques encontraban dificil poner nombre o identificar sus nuevas adquisiciones, por no hablar de dirigirlas. Pero en teorfa todo el circuito de producci6n ahora estaba en manos de! poder sovietico, e induso los talleres artesanales y los molinos de viento eran parte de la economia centralizada. Hacia el fin de la guerra civil, una secuencia similar llevo a los bolcheviques a una prohibicion casi absoluta de! Jibre comercio v a una econornia ,irtualrnente carente de dinero. De sus predecesores
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SHEIL\ FITZPATRICK
., habian heredado el racionamiento en las dudades (introducido en 1916) y el monopolio esratal del granos queen teoria requeria que los campesinos entregasen todos sus excedentes (introducido en la prima,·era de 1917 por el gobierno provisional). Pero en las ciudades a Un escaseaban el pan y otros alimentos porque los campesinos eran refractarios a venderlos cuando casino habia bienes manufaccurados que comprar en el mercado. Poco despues de la revoluci6n de octubre los bolchedques trataron de aumentar Ia oferta de granos ofreciendoles a los campesinos bienes manufactur.:1dos m,is bien qne dinero a cambio de este, Tambien nacionalizaron el comercio mayorista y. tras el estallido de la guerra civil, prohibieron la venra minorista de hasta los alimentos mas basicos y los productos manufacturados e intentaron transformar las cooperativas de_ consumidores en una red de distribuci6n propiedad del estado. Estas eran rnedidas de ernergencia orientadas a manejar la crisis de alimen tos en las ciudades y los prob!emas de suministros de! ejercito. Pero ob\iamente los bolcheviques podian jnstificarlas en terminos ideol6gicos, y asi lo bicieron. A medida que empeoraba la crisis de los alimentos en las ciudades, el trueque se convirti6 en la forma b,isica de intercambio v el dinero perdi6 su valor. Para 1920, los sueldos y salaries se pag;ban parcialmente en especi'e (comida y mercaderia) y hubo hasta rm intento de diseiiar un presupuesto basado en bienes de consumo mas bien que en el dinero. Los senicios urbanos, en la medida en que foncionaban en !as ciudades en crisis, ya no debian ser pagados por los usuarios individuales. AJgunos b~lcheviques afirmaron que este era un triunfo ideo16gico: una "extinci6n de! dinero" que indicaba cuan cerca se encontraba la sociedad de! comunismo. Sin embargo, para observadores menos optimistas, se parecia mas a una inflaci6n descontrolada. Desgraciadamente para los bolcheviques, la ideologfa y las necesidades pf
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practica estrictamente igualitaria. Para maximizar la producci6n, intentaron mant~ner las_ remuneraciones por cantidad de trabajo producrdo en la mdustna, aunque los trabajadores consideraban que esta base de pago era esencialmente no igualitaria e injusta. Las escasez Yel racionamiento probablemente hayan tendido a reducir las desigualdades urbanas durante el periodo de guerra civil, pero esto ma! podfa computarse como un triunfo bolchevique. De hecho, el sistema de racionamiento bajo el comunismo de guerra favorecia a ciertas categorias de la pob!aci6n, que incluian el personal de! Ejercito Rojo, los obreros especializados de industrias clave, los administradores comunistas y algunos rrrupos de la inteliguentsia. "' Otra cuesti6n delicada era la organizaci6n en las fabricas. ,Las fabricas debian ser administradas por los propios obreros ( c6mo parecfa sugerir el aval dado por los bolcheviques en 1917 al "control obrero") o _por administradores designados por el estado que s1gu1esen _l:'-5 ;,drrectlvas de_ agencias c','ntrales de planificaci6n y coordmacion. Los bolche\1ques prefenan la segunda opci6n, pero el resultado efectrvo en el transcurso de! comunismo de guerra foe un compromis..o. considerables variaciones entre un lugar y o_tro. Algunas fabncas continuaron siendo administradas por co mites obreros electos. Otras lo eran por un director design ado, a menudo un cornunista pero a veces el antiguo administrador, ingeniero Jefe o hasta el propietario de la planta. En otros casos, un trabajador o grupo de trabajadores del comite de la fabrica O el sindicato local era designado para que administrase la planta y este acuerdo de transici6n -a mitad de camino entre el control obrero Yla administraci6n designada- era a menudo el mas exitoso. En sus tratos con los campesinos, el primer problema de Jos bolcheviques era la cuesti6n practica de conseguir comida. La obtenci6n de grano por pane de! estado no mejor6 con la proscripci6n del comercio privado de granos ni ofreciendo productos manufacturados en Ingar de dinero a modo de pago: el esrado a(m tenia demasiados pocos bienes que ofrecer y los campesinos aun se mostraban reticentes a entregar su producci6n. Dada la urgente necesidad de alimen tar a las ciudades y al Ejercito Rojo, al estado no le quedaba mucha mas opci6n que apoderarse de la producci6n de ]os
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.'i-'. ca1npesinos n1ediante la persuasiOn, la astucia, las amenazas o la
que estaba destruyendo la uni dad de la comunidad aldeana y que fuerza. Los bolcheviques adoptaron una politica de requisici6n de en ultima instancia quebraria la autoridad de! mir. 12 Por su parte, ~ granos, y enviaron b1igadas de obreros v de soldados -a menudo los campesinos consideraban al miruna autentica instituci6n cam,.{ armados y, de ser posible, provistos de mercancias para el true~ ,- " pesina, hist6ricamente abusada y explota
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car~pesina tradici<:'nal, sino que trabajaban ]a tierra y comercia]i, - comunismo, que propulso las ultimas politicas economicas del cozab,m la pro
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~ez que se hubiese extinguido el estado, Bujarin y Preobrayens c 'escribieron: La direcd6n central se confiar.i a distirnas oficinas con tables O di · siones esrndistkas. AJli se mantendr.i un control diario de la produc.' d6n y sus necesi
Para nosotros, esto puede tener resonancias siniestras debido al 1984 de Orwell, pero en terminos contemporaneos era un pensan_11ento osado y revolucfonario tan excitantemente moderno (y. aleJado de la realidad cotidiana) como el ane futurista. La guerra ctv1I fue una epoca en que florecieron la experimentaci6n intelectual _Y culniral, yen que una actitud iconoclasta hacia el pasado era de ngor entre los j6venes intelecruales radicales. Las maquinas -incluyendo Ia "maquina bien regulada" de la sociedad futurafascinaban a arristas e intelectuales. Los sentimientos, Ia espirituahdad, la tragedia humana y la psicologfa individual no eran Io qu~ se usaba y sol fan _ser denunciados como "pequeno burgueses". Art,stas de vanguard1a como el poeta \lladimir Maiakovsky y el director teatral Vsevolod Meyerhold percib[an el arte revolucionario vla_politica revolucionaria como pane de la misma protest., contra el \1eJO mundo burgues. Se contaron entre los primeros integrantes de la mtehguents,a que aceptaron la revoluci6n de octubre v ofrecieron sus servidos al nuevo gobierno soYietico, produciend~ caneles propagandisticos en estilo cubista v futurista, pintando
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slgnas revolucionarias en las paredes de los antiguos palacios, . . ca eJe~ oniendo en escena recrea-ciones en rnasa ~e las victo:1as ~ de la revoluci6n, incorporando acrobac1~ y mensaJeS de relevancia polftica al teatro convencional y d1senando monumentos figurativos a los heroes revolucionarios de! pasado. De haber no c d. I urrido las cosas como querian !os anistas de vanguar ,a, e arte :.dicional burgues habrfa sido liquidado a{m mas rapidamente tidos politicos buraueses. Sin embargo, los hderes bolque \Os Par · "' . . _ . cheviques no esraban muy convenodos de que el futunsmo arusuco v el bolchevismo fuesen inseparables aliados natura!es y adoprar~n una actitud mas cauta hacia los clisicos, . La etica de la liberaci6n revolucionaria era aceptada en forma as entusiasta por los bokhe,iques (o al me nos por ·los intelectuarn I f . Jes bolcheviques) en lo que hacia al tema de las mu1eres y a am1lia. Los bolche,iques respaldaban la emancipaci6n de la mujer, coo lo habia hecho la mayor parte de la inteliguentsia radical rusa :esde !a decada de 1860. Como Friederich Engels, quien escribi6 queen la familia moderna el marido es el "burgues" y la esposa la ·proletaria", veian a las mujeres como a un grupo explota_do. Para el fin de la guerra civil, se habian aprobado !eyes que fa;'1htaban el divorcio, anulaban el estigma que hast., enmnces pend1a sobre los hijos ilegitimos, autorizaban el aborto y dictaminaban que las mujeres tenian Jos mismos derechos-incluyendo los salanales- que ~
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]os hombres. Mientra.s que solo los pensadores bolcheviques mas radicales hablaban de destruir la familia, se daba por sentado en forma general que mujeres y ninos eran las ,ktimas potenciales de_la opresi6n en el interior de las familias y que la familia tendia a mculcar valores burgueses, El Partido Bolche,ique estableci6 secciones femeninas independientes ( ienotdeli) para organizar y :ducar a las mttjeres, proteger sus intereses y ayudarla a desempen~r roles 1~dependientes. Losj6venes comunistas tenian sus prop1as_orgarnzaciones independientes: el Komsomol lJuventud Comumsta] para adolescentes y adultos j6',enes, los j6venes pioneros para quienes tenian entre diez y catorce anos, que instaban a sus integrantes a detectar tendencias "burguesas" en sus h_ogares y escuelas e intentaran reeducar a padres y maestros que smtieran nostalgia de!
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pasado, rechazaran a los bolcheviques v a la ., . I "
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Ievo UCIOn o
ran a superstic1ones relicriosas" Auiiq I se afer b ue a al1n·15 d l empleadas durance Ia guerra end "· b .::, . " e as consio-n l , 1a ~o Ia ti · D os padres!", era un poco demasia l " ran1a capitalista d co entusia.sta . I . d
ques e mas eclacl, por lo gene . I . . ' p,ira os bolche . ]' · · ra se aprec1aba I • • ion JU\end v, en Ios prime " e esp1ritu de r b ros anos de! a l e Sm embar"o la hber . . p, rtlc o, se lo respetab . .::, ' ac1on sexual e rd . a. · cornunista.s gue mas bi . · una causa de losJO. - _ D b l en mcomodaba a l cl .· . venes ' e Ic o a la postura d I . a n igenc1a bolch . . . " e part1do con res . eVIguec ' ,,eneralmente se dab· pee to al abono val ct· . . .~ a por sentado I , ' 1vorc1o ;~ ban el "an10r libre" por I .I gue os bolchevigues precon· ·~ , o cua se ente 12a.,. tarnente, ese no er.1 el caso de L . . nc Ia e 1sexo promiscuo. Cier_::~. llloralidad hipocrita de ]a b em_n. su generacion cstaba COntr I ·'; · I · " unrues1a p f: . a a re anones de can1arad -~.::, , ero en at1zaba el valor d I . . end entre Ios 5 • e as . m1snndad era frfvola. Has ta Alex· exos y cons1deraha gue la pr0chev1gue gue mas escribio acerc; c~;~r,1 K.ollontai, la dirigente bol1nenos feminista, ere fa rnis bien e uest1ones sexual es y era mas o xo como "vaso de auua" gue a n edl amor gue en la teorfa de! sep ero e I enfogue" ''vas d , menu o se le atn·b . ,, ' u1a. Ill . o e agua era pop I l~n1stc'l.S, especialn1ente Ios hombre u ~r entre los j6venes cologia en el Ejercito Rojo pa . s gue hab1an aprendido su ide0s1 ,u_n rito de iniciaci6n c~mu:j;~1~nes e~ sexo indiscriminado era cabehca y posbelica de la moral gu ./; u a:tltud reflejaba una relajacion en los l , e ue aun mas m d c en1as pafses europeos L . area a en Rusia que tolerarla --daban . os comumstas de mas edad l b' I por sentado gue el c e 1an y, ~ fin y al cabo, eran revoluciona . sexo era una cuesticSn privada as1 como debian tolerar a lo t· nos, no burgueses hipocritasto I s cu istas los p ·ct . v os nudistas guienes , . art1 anos de! esperanb ' en un acto de afi .. ces a ordaban desnudos los tr . irmac1on ideologica avetal · · anVIas de Mo · p ' es cosas iba en detrimento de la alta . scu. ero !es parecia gue ' senedad de la revolucicSn.
r
Los bolcheviques en el poder Una vez to . cl - ma o el poder, los bolchevi . gobernar. Practicamente n. gues deb1an aprender acJm· · mguno de ello · intstrativa: basta el rnon1e~t I . s ten1a experiencia o, a mavor pane de ell ' os eran a
cUERR.\ Cl\11.
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~volucionarios profesionales, u obreros o periodistas independientes (Lenin daba como profesion la de "hombre de letras" [liurator]). Despreciaban a las burocracias y sabian poco respecto a · forma en que funcionaban. No sabian nada sabre presupuestos. Como Anatolii Lunacharsky, jefe del Comisariato de Ilustracion :popular, escribio sobre su primer funcionario de finanzas: Cuando nos trajo dinero del banco, lucia una expresi6n del asombro mis profundo. AU.n le parecia que la revoluciOn y la organiza-ci6n del nuevo poder eran una suerte de juego m:igico, y que en un juego m5.gico es imposible recibir dinero de verdad. 17
Durante la guerra civil, la mayor parte del talento organizativo de los bolchevigues se volco al Ejercito Rojo, el comisaria10 de alimentos y la Cheka. Los organizadores competentes de los comites partidarios y soviets locales eran continuamente destinados al Ejercito Rojo o enviados a otras misiones de detecci6n de problemas. Los ex ministerios del gobierno central (ahora llamados comisariados populares) eran administrados por un pegueiio grupo de bolcheviques, casi todos intelectuales, bajo guienes se desempeiiaban funcionarios que en su mayor parte habian trabajado anteriormente para los gobiernos zarista y provisional. La autoridad central estaba confusamente dividida entre el gobierno (Consejo de Comisarios del Pueblo), el Comite Ejecutivo Central de los Soviets y el Comite Central del Partido Bolchevique y su secretaria y division para asuntos organizativos y politicos, respectivamente llamados OrgburcS y Politburo. Los bolcheviques describian su gobierno como una "dictadura del proletariado", concepto que, en lo operativo, se parecia mucho a una dictadura de] Partido Bolchevique. Desde el principio estuvo claro que este dejaba poco lugar a otros partidos politicos: los que no fueron proscriptos por apoyar a los blancos o (en el caso de los SR) por organizar una revuelta fueron acosados o intimidados por los arrestos durante la guerra civil y forzados a autodiso!verse a comienzos de la decada de 1920. Pero gue significaba la dictadura en terminos de gobierno estaba mucho menos claro. Parecian haber dado por sentado gue la organizacion de] partido se mantendria
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independiente del gobierno y libre de toda funci6n administrati · tal como habria ocurrido silos bolcheviques hubieran llegado a · · parndo gobernante en un s1stema politico multipartidario. Lo bolcheviques tambien describian su gobierno como" de los. soviets". Pero esta nun ca fue una descripci6n muv, prec · en pnmer lugar porque la revo!uci6n de octubre fue ante todo .;_ golpe de u~ partido, no de Ios soviets yen segundo lugar porque ef nuevo gob1erno central ( design ado por el cornite central bolchevj., que) no tema nada que ver con los smiets. El nuevo gobierno as · ., l u1mo e control de las diversas burocracias ministeriales de! gob·1er•.. . . n~ p~ov1S1onal, que a su vez las habia heH,dado de! consejo de~ m1111stros de! zar. Pero los so,1ets s1 desempenaban un papel a nivel -~local, donde la vieja maquinaria administrativa se habia desintegra- ~'. do por completo. E!los (o mas precisameme sus comites ejecuti-, ~vos) de,1meron en organos locales de! gobierno central, creando '. sus. propios departamentos burocraticos de finanzas, educacion, agncu!tura, etc. Esta funcion administrativa justificaba la existencia de l~s smiets, aun despues de que las elecciones en los soviets se hub1eran ,uelw apenas masque una formalidad. Al comienzo, el gobierno central (el Consejo de Comisarios
c!JERR.-\ Cl\'!L
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b rrro debe recordarse que en los hechos, los integrantes de ' 'sll gobierno eran. en e_fecto,_escogidos por el comite central bol. chevique v su politburo. Lenm encabezaba el gob1erno p~1 o tambii'n era la cabeza de facto de! cornice central y el politburo; y eran : estoS 6rganos partidarios m:is bien que el gob1erno l~s que se . cupaban de las cuestiones centrales mi Ii tares y de polrnca exte;ior durante la guerra civil. Segun la opinion de L~nin, la grn11 taia de! sistema desde el punto de vista gubernauvo probableK n , . . roente fuera que sus burocracias incluian muchos expertos teemcos ( especialistas en finanzas, ingenieria, ley, salud pub Ii ca, etc.), eI ernpleo de cuyos . conocimientos Lenin consideraba esencial. .El Partido Bolchevique estaba desarrollando su propia burocracia, ero no empleaba a quienes no fuesen afiliados al partido. En el partido, particularmente entre los afiliados ooreros, ' . - gran ex1st1a ~uspicacia hacia los "expertos burgueses". Esto ya habia quedado por la fuerte oposici6n bolchevique en 1918-9 al e~pleo por_parte de! ejercito de militares profesionales (los anuguos ofic1ales erna~,
zaristas). La naturaleza de] sistema politico que emergi6 despues de que los bolcheviques tomaran el poder debe explicarse no solo en terminos de eficiencia institucional sino en los que hacen a la naturaleza de\ Partido Bolchevique. Era un partido con t.enclencias autoritarias, y que siempre habia tenido un lider fuerte, incl~so dictatorial, seg(m quienes se oponian a Lenin. Siempre se hab1an enfatizado la uni dad y la disciplina partidaria. Antes de I 917, los bolcheviques que estaban en desacuerdo con Lenin en alguna cuesti6n importante habitualmente abandonaban el partido. En el periodo 1917-20, Lenin debi6 enfrentarse con el disenso y aun con facciones disidentes organizadas dentro de! partido, pero parece haber consideraclo que esta era una situaci6n anormal e irritante, y finalmente tomo pasos decisivos para cambtar!a (vease infra, pp. 130-131). En cuanto a la oposici6n o las criticas que se originaran fuera de! partido, los bolche,~ques no estuvieron dispuestos a tolerarlo con paciencia ni antes ni despues de la revoluci6n. Segun comento admirado aiios mas tarde Vyacheslav Molotov, joven allegado a Lenin v a Stalin, Lenin era aun mas duro que Stalin a comienzos de la decada de J920 y "no
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habrfa tolerado oposici6n alguna, de haber habido ocasi6n de que esca se manifestara ". lv Otra caracreristica clave del Partido Bolche,~gue era su pertenencia a la clase obrera, debido a 1a imagen gue tenfa de sf mismo, a la naruraleza de su respaldo en la sociedad y, en buena pane, de los afiliados al partido. Seg1m la opinion prevaleciente en el partido, los bolchevigues de clase obrera eran "duros", mientras que aquellos que proven[an de la inteliguentsia tendian a ser "blandos". Probablemente esto tenga algo de cierto, aunque Lenin v Trotskv, intelecruales ambos, eran notables excepciones. Bien puede ser que los rasgos autoritarios, antiliberales, duros y represivos del partido havan sido reforzados por el inflt~o de afi!iados obreros y campesinos en 1917 v los aii.os de guerra civil. El pemamiento politico de los bolcheviques se centraba en los temas de clase. Creian gue !a sociedad se dividia en clases antag6nicas, que la lucha politic, reflejaba la lucha social y qne Jos integrantes de! proletariado urbano y de otras clases hasta entonces explotadas, eran aliados narurales de la revoluci6n. Seg(m esa interpretaci6n, los bolcheviques consideraban enemigos naturales a los integrantes de las antiguas clases explotadoras y privilegiadas. Mientra_s que la cercania de los bo!cheviques al proletariado hacia pane de su identidad emociqnal, su odio y su suspicacia hacia los "enemigos de clase", ex nobles, integrantes de la burguesia capitalisra, kulaks (campesinos pr6speros) y otros eran aun m,'is hondo y ta! vez, en ultima instancia, mas significativo. Para los bolcheviques, la_s antigt,as clases pri,ilegiadas no s6lo eran contrarrevolucionarias por definici6n; el solo hecho de qne existieran constitufa una conspiraci6n contrarrevolncionaria. Lo que hacia aun mas an1enazadora a esta conspirad0n interna era que, como demostraban la teoria y la realidad de la intervencion extranjera en la guerra civil, esraba respaldada por las fuerzas de! capitalismo internacional. Los bolche,iques creian que para consolidar la victoria proletaria en Rusia era necesario no s6]o elim!nar las viejas formas de explotaci6n de clase, sino invertirlas. Una forma de hacerlo era aplic:mdo los principios de la ''.justicia de clase":
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L..\ Gl'£RRA Cl\11.
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En los antiguos tribunales, la minof!a de dase de los cxplotad~res juzgaba a la mayoria trabajadoras. Los Lribunaies del pr~!eta~1ado son instituciones en )as que la mayoria obrera juzga a la mmona exptotadora. Han sido establecidos con ese prop6sito. Los j~te~es design.ados provienen exdusivamente de la clase obrera. El umco dere. d ')o cho gue les gueda a los explotadores es el derecho a ser JHzga os. -
Es evidente gne nose trata de principios igualitarios. Pero durante el periodo de la revoluci6n y transicion al socialismo, los bolche,iques nunca prerendieron ser igualitarios. Desde el punto de vista bolchevique, era imposible considerar que todos los cwdadanos eran iguales, dado que algunos de e!los eran enem,_gos de clase de! regimen. De modo que la constituci6n de la :,epubl!ca rns~ de 1918, concedfa el derecho al voto a todos Jos trabapclores (sea cual fuere su nacionalidad y sexo), pero se lo negaba a todo_s los integmntes de las clases explotadoras y otros ene1mgos 1denuficables de! esrado sovietico: patronos, personas que v1V1eran de m, gresos que nose habia ganado ode renras, ktdaks, s~cerdo_tes, ex gendarmes y algunas otras categorias de func,onanos zanstas, Y oficiales del ejercito blanco. , La pregunta ",:quien gobierna?" puede ser planteada enter. os abstractos pero rambien tiene el s1gmficado concreto de mm ' I". b b' "cquien obtendra los puestos de trabajo?". El p~der po ltrco a ,a cambiado de manos y (seg1m creian los bolcbev,ques, como recurso temporal) se debian encontrar nuevos jefes que t~mara_,~ el lugar de los que habia hasta el momento. D~da_la onentac_1~n_del pensamiento bolchevique, la chse era_un cnteno de sekcc,_on ,,itable. Tai vez algunos intelectuales, mcluyendo a Lenm, ,,rguyeran que la educaci6n era tan importame como la dase, m1entras que algunos otros temian qu,'. ]os ~breros que s~ alejaban de su~ puestos fobriles perdieran su 1dent1dad proletana. Pero eu ge"n~ ral, el consenso predominante de] part1do esnpulaba que los umcos a quienes el nuevo regimen podia confiar el poder eran_ l~s · · d e Ia explotad6n del v1e"10 • s1·d o v1ctunas proletarios que hab1an . regi1nen.~ 1 . . Para el fin de la guerra ci,il, decenas de miles de trabaJadores, so Jdados ;v marineros -al principio bolcheviques Y aquellos gue
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SHEit_, FITZPATRICK
pelea:on jun to a estos en 1917, pero m,1s ade!ante Jos que se d' tmgman en el Ejercito Rojo o en los comites de fibr,·ca q urenes · is~ eranJOVenes y comparattvamente bien educados O ,,·mp! · ;._· ll ' emente aque I Os • que demostraban ambici6n de ascender- se h a b'ian to ·cu~c1ros", es decir p~r~onas a cargo de tareas de responsa.:I.1dad, get:eralmente admm1strativas. Estaban en el mando de! EJerc,to R
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4. La NEP y el futuro de la revolucion
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Layictoda...d_,:Jgs l,olcheviques en la guerra civil lo_s enfrent6 a los pr<>b_l',',rnas inte.i:nos del caos administrative y la devastaci6n
;:-~~n6mica de! pais. Lasdudades estabanha.rnbr..e<1d:;1sy_m_edio._vacias. La producci6n de carbon habia caido en forma catastr6fica, ~ ferrocarriles se derrumbaban y la industria estaba casi paralizada. Los_caITipesinos_ expresaban un revoltoso resentimiento_ante las requisiciones de alimento.s. Habia decaido la siembra y dos ; 11 0~-consecntivos de sequia habfan llerndo a la region del Volga, entre otras, al horde de la hambruna. Las muertes_prodtu:id_as_por el hambr_(CJ'._las_!cflid<;!!(lias del 9_21,-2 sobrepasaron a la_toJ:alidad.de las baj,;_,, prodl!ddill'_p_o.r.la Primera Guerra Mundialx la guerra civiL Ademas, la emigraci6n de unos dos millones de personas durante los ano-;-d-.,, g{;~rra y revoluci6n habia privado a Rusia de buena parte de su_ejite edu_cada. Habia mas_de cinco millones de hombres en el Ejercito Rojo, y el fin de la guerra civil signific6 que muchos de ellos fueron dados cfebaja. Para los bolche,iques, esta fue una operaci6n mucho mas dificil de lo pre,~sto: signific6 desman~lar buena pane de lo q_Lie el r!~gimen habia l.9g:ra._g.9_cqnst1:uir.desdelar:evoluci6n <:Ii;_ oc: tubre. El Ej,;r~ci_tc,_Rojo hab_i_a_ s_ido la espina dC>_i:s_al de la admi!'istrao6n bolchevique dur_anteJa Primera Guerra_M_unclial y la economia de! comunism~ de guerra. Adem,\s, los sol dados del Ejercito Rojo constituian el mayor cuerpo de "proletarios" del pa(s. El proletariado era la base c!e sustentacion social escogida por los bolcheviques, y que desde 1917, a todos los fines practicos, definian al proletariado como los obreros, soldados, marineros y campesinos pobres de Rusia. Ahora, un importante sector del grupo de soldados y marineros estaba a punto de desaparecer; y, peor aun, los soldados licenciados -desempleados, hambrientos, a menudo varados lejos de sus hogares por los problemas de transpone-
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SHEIL\ FITZPATRICK
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demostraban su descontento. Con los dos millones de hombres
dados de b,ua en los primeros meses de 1921, los bolcheviques descubrieron que los con1batien tes de la _revolud6;1- pOd1a!-i::r~-~-~forn1arse en bandidos de un dia para otro.
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El_c!estinodel n(1cleo _s!_el proletariaqo de o_brerns_i11_clu_s_rri_<1I_es
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"'era 1gualmente alarn1ante_. El_oerre de 1ndustnas, la conscnpc1on en las fuerzas annadas, el ascenso a tare;:is adn1inistrativas y, ante
todo, el abandono de las ciudades producido por el hambre habia reducido el n(1111ero de trab,uadores industriales de_3,ti_I_I1_i_!_lc)11_<,_s enl917 ;_ 1,5 millones en 1920. Una~ccmsiderable propo_rci_6n de estos trabajadores habia regresado a sus aldeas natales, donde aun tenian familiares, y recibido parcelas de tierra como integrantes de Ia comunidad de la aldea. Los bolcheviques no sabian cuantos trabajadores babia en Ios aldeas ni cuanto tiempo estos permanecerian alli. Tai vez simplementc se hubieran reabsorbido en el can1pesinado y no regresaranjama.5 a las ciudades. Pero, sean cuales fueren las perspectivas a largo plaza, la situaci6n inmediata estaba clara: mas de la mi tad de la "clase dictatorial" de Rusia se habfa esfumado. 1 ~-;:}:,C(' -,_'; ~Originariamente, Ios bolche,i£ues _con tab an c_on que el proletariado europeo -que para el fin de Ia Pnmera Guerra Mundial parecia al horde la rcvolucion- apoyara la revoluci6n rusa. Pero_ Ia ola revolucionaria _euro_pea_de posguerra se_ap_la_c_6, dejando a Ios bolcheviques sin pares europeos a Ios que pudieran considerar aliados pennanentes. Lenin lleg6 a Ia conclusion de que la falta de apoyo externo hacia imprescindible que Josbo!che_viqu_e__s obtmieran el respaldo de! campesinado ruso.-Pero las requisas y el derrumbe de! mercado producidos por el comunismo de guerra habian alejado a Ios campesinos quienes, en algunas zonas, estaban en abierta insurrecci6n. En Ucrania, un ejercito campesino encabezado por :\estor Majno combatia contra Ios bolcheviques. En Tambov, importante region agricola de Rusia central, un alzamiento campesino solo Iogr6 ser reprimido mediante el envio de 50.000 tropas de! Ejercito Rojo. 2 EI peor golpe para el nuevo regimen lleg6 cuando, tras un brote de huelgas obreras en Petrogrado, los marineros de Ia cercana base naval de Kronstadt sc rebelaron. 3 Los hombres de Kronstadt,
L..\ NEP Y EL FCTCRO OE L.-\ REYOLCCJ6:-,;
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heroes de ]as jornadas de julio de 1917, que habian apoyado a los bolcbe,iques en ]a revo]uci6n de octubre, habian devenido en figuras cuasi legendarias de Ia mitologia bolchevique. La prensa sovietica, en Io que parece haber sido su pnmer 1ntento 1n1ponante de esconder verdades desagradables, afirm6 que la revuelta babia sido inspirada por emigrados y conducida por un misterioso general blanco. Pero los rumores que circularon en el decimo congreso de! partido no decian Io mismo. La revuelta de Kronstadt_parefi_6_ u_nasepara_~~6_n_si!Tlb6lica en tre 1;;-;:i-;;:;e obre;; Pa-;tido Bolchevique. Fu~ll_[l",__tragedia, tanto para qu1enesop1nai-o~-q;:;;=-j·os--trabajadores habian sido traicionados como para quienes opinaban que los trabajadores habian traicionado al partido. Por primera vez el regimen sovi_e_tico habia apuntado susarmas ~obre e]_prnletariado re\'olucionario. Kdemas, el t-;.a;:;-;:.,a de Kronstadt ocurri6 en forma simultanea con otro desastre para Ia revoluci6n. Comunistas alemanes, alentados desde Moscu por dirigentes de Ia Internaci.onafCoinunista, hicieron una intentona revolucionaria que fracas6 miserablemente. Su derroiasigiiific6 9 ;:;e ;;;:;n"pa-;.a i~- ~~ opti.:;,istas de los bo!chevi~ues Ia revo]uci6n europea dej6 de parecer inminente. La re_v_o!ucion_n~sa debcria sobrevivir_por su_ cuenta, sin a}uda de nadie. -G,-~e,~;eltas de Kronstadt y de Tambov, alimentadas por reclamos ~con6.;i;_:o~ politicos, hiciernn patente Ia necesi_clad de una nueva pol_iti_ca econ6mica pa~e';;-1plazar al comunismo de guer~a. EI primer paso, tornado en la primavera de 1921, fue finahzar f;-is requis~ d~ p;oductos a Ios campesinos, sustituyen_d~l'1S_Por_un impuest'o'~n ,:;;pec~.' ello significaba en_l_a_practI~a ei:"._ que efestado ,,6)9_tQn:ia.b.1_L1_n _montQ fijo en vez de apoderarse de todo aqucllo ;··lo que pudiera echarle mano (ulteriormente, co~ la reestabilizaci6n de Ia moneda durante la primera mitad de la decada de 1920, el impuesto en especie devino en un mas convencional
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impuesto en dinero). . . Como presumiblemente el impuesto en esp_ec1e !_es _dep1?_a_a Jos campesin~s u~ exc.:denie comerc:ializable, e_l.p_aso l6gicQ2iguiente era permitir una resurrecci6n de! comerc10 pnvado_Iegal y un intento de aplastar el floreciente mercado negro. En la p~1mavera de 1921, Lenin a(m se oponia con energia a la Iegahzac1on
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del comercio, a la que consideraba un repudio a los principios comunistas. pero la ulterior resurrecci6n espontinea de) comercio privado (a menudo avalada por los autoridades locales) enfren. t6 a la dirigencia con un hecho consurnado, que acept6. ~sto~ pasos fueron el cornienzs:,. d!:!Ja nueva politica econ6mica, generalmente conocida p;,;··el acr6nimo NEP:1 Se trat6 de una respuesta improvisa
LA :>;EP Y EL FUTLlRO DEL\ RE\'OLCCIO'.\
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19•
a Ios fieles, prostitutas, pordioseros y carteristas desempeiiando su acth·idad en calles y estadones de ferrocarril. canciones gitanas en Ios clubes nocturnes, gente que asistia al teatro vistiendo abrigos de pieles y medias de seda. En este Mosc(t, los comunistas de chaqueta de cuero aun paredan sombrfos extranjeros y el lugar donde se podia ver a los veteranos del E1erc1to Re>JO era hac1endo cola en la agencia de empleos. Lo§_
La disciplina de la retirada La retirada estrategica que represent6 la NEP fue, d_e_ciaJ::e~ nin, foriadi po,.-conciicYones'economicas rlesesperadas y por la necesictacfae consofidar las vie tori as alcanzadas ·por"ia revoluSu prop6sito ~~a r,;staurar la destrozada economia y cal-;;,;r los ternores de la poblaci6n no proletaria. La "1EP implicaba concesiones al campesinado, la inteliguentsia y la pequei'ia burguesia urbana; relajar los controles sobre la vida economica, social y cultural; la sustituci6n de la coercion por la conciliacion en el trato de los comunistas con el conjunto de la sociedad. Pero Lenin dej6 muy claro que este relajamiento no debia extenderse a la esfera polftica. ~ r o _del_p.1r_tido_s,o.rn~1_n_tst,aL:'.13_m_as !eve violacion de la disciplina debe ser cas~£d.~!!~~ra, estricta, ilEJ'.l~<;.;!blemente ", .. ··
ci6_~:
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E_I_1._\'-?.9llC respecta a Jos demas partidos__e,:i!i ~C';'S, SuJibertad para expresar SUS pUntOS de ;,1s'c1 deb/a ser restringida COD aun mas SC-
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SHEIL\ FITZPATRICK
LA :--;EP YEL Ft'T\.:RO DEL~ R.EVOLL·c16;-,;
veridad !+ue dur;int,0.i.guen:'!__ ~i,il, en especial cuando pretendian hacer propias las nuevas actitudes moderadas de los bolcbe,iques. :
de Shnia, asi como de ... Moscll ... y otros centros espitituales. Cuantos mas represent.antes del dero re:.i,ccionario y la burguesfa reaccionaria logremos fusilar en est.'\ ocasi6n, m~jor. Ha llegado el momento de darks a esos espedrnenes una lecci6n tal que por algunas docen:as de . . \j aiios ni se !es ocurra pensar en rcs1snr.
.!.
Cuando un menchevique dice, "'te retiras; yo .siempre aconscje retiw rarse: estoy de acuerdo contigo, soy de los tuyos. retirCmonos jun~· tos'', I,: respondernos, ..las manffestaciones pUblicas de menchevismo·, son penadas con la muene por nnestros tribtmalesr pues de no ser. asf, no scrfan nuestros tribunal es, sino Dlos sabe que"'.5
La introduccion de la NEP foe acompanada del arresto de un par de miles de mencheviques, induyendo a todos los integrantes dcl comite central menchevique, En 1922. un grupo de SR de de. rec ha foe sometido a juicio p{tblico por crimenes contra el estado: a algnnos se les dieron sentencias de muerte, aunque al parecer estas nose ejecutaron. En 1922 y 1923, algunos dentos de prorninentes cacletes y mencheviques fueron deportados por la fuerza de la rep{tblica sovietica, A partir de este mom en to, todos los partidos que no fueran el gobernante partido cornunista (como aho' ra se llamaba habinm!rnente al Partido Bolche,ique) fueron efec·. tivamente proscriptos, La disposici6n de Lenin a aplastar a !a oposici6n real o poten• ,, ,,,, .!.,. ;;,. ' cial qued6 demostrada en forma alarmante en una carta secreta enviada al politburo el 19 de mayo de 1922, en la que instaba a sus colegas a aprovechar la oportunidad que daba la hambruna de quebrar el poder de la iglesia ortodoxa. "Precisamente ahora, y s& lo ahora, cuando en !as regiones afectadas por la hambruna se corne carne humana y ciento.s, si no miles, de cad
o~ l .,
En form a simultanea, la cues ti on de la disciplina dentro de! partido comunista estaba siendo reexaminada. Por supuesto que los bolche,iques siempre habfan puesto un marcado enfasis te6rico en la disciplina partidaria, que se remontaba al panfleto iQue hacer? publicado por Lenin en 1902. Todos !os bolchevi_ques aceptaban el principio de centralismo democratico, Jo que s1gmficaba q ue los afiliados al partido podian debatir libremente cualqu1er tema hasta que se alcanzara una decision politica al respecto, pero que quedaban comprometidos a aceptar la decision que contara con el voto final en el congreso del partido o en el comite central. Pe~o el principio de centra!ismo democratico no bastaba para det~rmmar las convenciones partidarias referidas al debate rnterno, cuanto de· bate era aceptable, cuan severamente podian ser criticados los Ii deres del partido, si 1os criticos podfan o no organizar "faccionesn o o-rupos de presi6n referidos a cuestiones especfficasj etcetera . 0
Antes de 1917, el debate particlario imerno significaba, a todos ]os fines priicticos, el debate interno de la comunidad de intelectuales bolcheviques emigrados. Debido a la posici6n dominante de Lenin, los emigrados bolcheviques eran un grupo mas unificado y homogeneo que sus pares menche,iques y SR, quienes tendfan a aglutinarse en pequenos grupos, cada uno de los cuales tema sus propios dirio-entes e identidades politicas. Lenin se opuso con fuerza al des~rol!o de cualquier situaci6n como esa en el bolchevis-mo. Cuando otra poderosa persona!idad bolchevique, Alexander Bovdanov, comenz6 a formar un grupo de discipulos que compartia~ su enfoque filos6fico y politico enrre los emigrados pos-1905, Lenin oblig6 a Bogdanov ya su grupo a ahandonar el P~mdo ~-olchevique, aunque el grupo realmente no era una facc1on polmca ni una oposici6n partidaria interna. Li situaci6n cambi6 en forma rndical tras la revoluci6n de febre· ro, con la fusion de los contingentes de bolcheviques emigrados Y
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clanclestinos en una dirigencia del particlo m~ls amplia y diversificacla y el enorme aumento en el nllmero total de afiliados. En 191 i,'los bolcheviques se preocupaban mas por aprovechar la ola de revolucion popular que por la disciplina partidaria. Muchos individuos y grupos dentro
taran ·;~~l~si~;;;;~;ue reVOiUCIDnar1·oiae-aTtO·-~ompromiso y preferentemente formadas a partir de una escision (comparable a la de bolcheviques y mencheviques en 1903) en la cual la izquierda partidaria se hubiera separado en forma demostrable de las "reformistas" alas de centro y de derecha. La unidad, la disciplina, la ·-·--
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intransigencia y _eJ_pr9f~s~onali_sfl!~--~ev?l_:1_~_i_~r:1-~.12_~-~~~1:-c_
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sindicatos sera conducida por Trotsky, el hombre mas importante de! partido despues de Lenin a pesar de su afiliaci6n relativamente reciente. Otra facci6n, la "oposici6n de los trabajadores", conducida por Alexander Shlvapnikov, pretendia tener una relaci6n con los afiliados obreros de! partido, lo que potencialmente podia ser muy daii.ino para el nl1cleo de la antigua dirigencia de emigrados intelectuales encabezados por Lenin. C:;·, J-{_.A ,,,, ,-, Por lo tan to, Lenin se dispuso a ~lesff'c'.i_r~s facciones v el fac;::; t { ,J/'i:i§nali_smp_g,:l].JXQ.ci_,:l__!'a[ti_d9_I\_o_Ichevi_g ue. l'ar;,iJJa.cerlo, emple6 t5.ctiGt5 que no s6lo eran fac~iosas, sino directamente ~C?q~pjrativas. Tantolvf,;lowv-~~~;;o-.~astas Mikoian, unjo;·en ~r~enio perteneciente al grupo de Stalin, describieron posteriormente el entusiasmo y la dedicaci6n con que cornenz6 su operaci6n durante el decin10 congreso de] partido, celebrado a comienzos de 1921, reuniendose en secreto con sus partidarios, dividiendo las grandes delegaciones prO\inciales comprometidas con facciones de oposici6n y elaborando listas de opositores que debian ser excluidos mediante el voto en las elecciones de] comite central. Lenin incluso quiso convocar a "un antirruo camarada comunista de la clandestinidad, quien tiene t, tipos m6viles y una irnprenta n1anual", para impri1nir y distribuir panfletos en forma secreta, sugerencia a la que Stali11 s~ opuso argumen tando que podia ser tildada de faccionalismo.' (Esta no fue la l1nica oGL5~6n en las prirneros aii.os soviericos en que Lenin revertirfa a los habitos conspirativos de! pasado. Seg{m record6 Molotov, durante un momento dificil de la guerra civil, Lenin convoc6 a los diricrentes o ;\' Jes diio :; que la cafda de1 regimen sovietico era inminente. Habia falsos documentos y direcciones secretas preparados para todos: "El partido pasa a la clandestinidad".) 8 Lenin derrot6 a la facci6n de Trotsk':...Y a la oposici6n de los trabajadores en el decimo c9~0, asegurandose una mayoria le~i;i~t;·;:;;-~T nuevo comite central y remplazando dos integrantes trolskistas de la secretaria de! comite central por un leninista, Mo-loto\'. Pero de ninguna man era esto fue todo. En una jugada que paraliz6 a Ios Ji deres facciosos, el grupo de Lenin present6, y el decimo congreso aprob6, una re~<::>J_1:1ci6_~~-'---~-d~_l.a. u_1:_i_da_9 _JJartid~, que ordenabaque las fac_ciones existentes se diso!viera_n_)' prohibia toda acti,idad facciosa en el interior de! _p_ani_
LA ;-iEP Y EL FCTCRO DEL.\ RE\'OLCCIC)i\"
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Lenin dijo que la prohibic;_i.9_11_de las facciones seria temp~~L Es concebil,.[e_q_tw_b_aya_s_i_clo_vn;i_i!f.ir.ma,cion_sincera, pero es mas p-;:;5";bi;;,--que Lenin se haya dado asi espacio para retroceder en el caso de que su prohibici6n resultase inaceptable para la mayoria de] partido, Ocurri6 que esto no fue asi: la totalidad de! partido ~~f_a bien dispuesta a sacrificar las fac~!-~.:!~~-_e_1_1__ ~~a~j~L~~nidad, proba_ble_ment"-___porque las facciones no habian_arraigado enti;e_Jas bases partidarias y muchos las ~ontempla"bancomo prerro-aativa de intelectuales intrigantes, _ " L_;,_re~_oJ 11"i6_n_"_cl_e _l_a_u_nic!ad_panidaria"_ co_n tenia_una clausula s<,_creta q ue permitfa _al panido_e_):'.pulsar_a_lC>_S fa_c_':_i_o~~r_':_ca!':_i_tr_a11_tes y al comite_central_ eJ
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practica de tales "metodos administrativos" para reforzar la uniclad del liclerazo-o fue muy clesarrollacla ulteriormente por Stalin cuando este lle:6 a secretario general de! particlo (es clecir,jefe de la secretaria del comite central) en 1922; ya menudo los estucl10sos han considerado que ese fue el momenta preciso de J.a_rpuerte'. de la democracia en el se_no _cl_el particlo comuni~w so~~i_co. Pero se trat6 de una practica que_n:1ci6-con Lenin y surgi6 de los COQflictos del clecimo congre_sQ.P'1It_i_dario, cuand_c,_l,eni_n aun era el estratega en Jefe y SLl!lin y Molotov sus fieles secuaces~
El problema de la burocracia ~lucionariC>s que eran, todos loLbg_lc:_h_':_vi~ dian logra:; ;;so; objetivos sin un_a maqui_naria b11rocra_tjq, ya que rechaz;b~n de pE,~;; la ict~a de que la sociedad fuese capaz de autogobernarse ode transformarse en forma es_pontanea. De_modo que la pregunta era: <:que clase de maqumana admm1strauva necesitaban? Habian heredado una vasta burocracia gubernamental centralizada, cuyas raices en las prmincia se habian desintegrado. Tenian soviets, que se habian hecho cargo parcialmente de las funciones de los gobiernos locales en 1917. Finalmente, tenian al propio Partido Bolchevique, una instituci6n cuya funci6n previa
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de preparar y llevar a cabo una revoluci6n era claramente inade-, , cuada a la situaci6n posterior a octubre. ,.c ,J-,-' C,JA /c)/ J La antigua burocracia gubernamental, ahora bajo el control de los soviets, aun empleaba a muchos funcionarios y expertos heredaclos del regimen zarista, y los bolcheviques temian la capacidad de estos para socavar y sabotear sus politicas revolucionarias. En 1922, Lenin escribi6 que la "naci6n conquistada" que era la vieja Rusia ya estaba en el proceso de imponerle sus valores a los "conquistadores" comunistas: Si tomamos a Moscll, con sus 4.700 comunistas en puestos de responsabilidad, si tomarnos' esa enorme maquinaria burocr.itica, esa
gigantesca pita, debemos preguntarnos:.~Quien dirige a quien? Dudo mucho de que se pueda decir verazmente que los comunistas la
dirigen. A decir verdad, no dirigen sino que son dirigidos ... [Ia] cultura de la [antigua burocracia] es miserable, insignificante, pero aun asf, est.a en un nivel mas elevado que la nuestra. :Miserable y baja como es, es superior a la de nuestros administradores comunistas responsables, pues a estos les falta capacidad administrativa. 10
Aunque Lenin percibia el peligro de que los val ores comunistas quedaran refundidos en la antigua burocracia, opinaba que los comunistas no tenian mas remedio que trabajar con esta. Necesitaban los conocimientos tecnicos de la antigua burocracia -no s6lo la recnica administrativa, sino sus conocimientos especializado de areas como las finanzas gubernamentales, la administracion ferroviaria, pesos y medidas o relevamiento geol6gico que los comunistas mismos no podian pretender proveer. Para Lenin, cualquier afiliado al partido que no se diera cuenta de la necesidad que el partido tenia de los "expertos burgueses" -incluidos aquellos que habian trabajado como funcionarios o consul tores del antiguo regimen- era culpable de "soberbia comunista", lo cual significaba una creencia ignorante e infantil de que los comunistas podian resolver por si mismos todos los problemas. Pasana mucho tiempo antes de que el partido pudiera abrigar la esperanza de entrenar a una cantidad suficiente de comunistas expertos. Hast;,. entonces, los comunistas debian aprender a trabajar jun to a los
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al ,eses manteniendolos firmemente controlados burg.l . _
mi~- tlempo.
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.. - ·Las-,;piniones de Lenin sobre los expertos eran generalmen. te acepta
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Pero habia un proble111_a. El apar:;;ttQ.Ae.Lpar.tido -una jerarquia de co mites v "cuadros" (en realidad funcionarios designados), encabezados por la secretarfa de! cmnite central de! partido--- era, a_t."dosJ01_fi.n,,;,,;_y_jlIQpQiitos, _un.a burocracia; y _!<\ bn.r_Q.<;;@<;:.i,;:t~;J! __ algo que a los comunistas les des_agrad_aba por principio. En la lucha por la sucesY6n ocurrida a mediados de la decada de 1920 (rease infi'a, pp. 140-141), Trotsky intent6 desacreditar a Stalin, secretario general de! partido, seiialando que este habia construido una burocracia partidaria y la estaba rnanipulando para sus propios fines polfticos. Sin embargo, esta crit.ica parece haber hecho poca mella en el partido en general. L'_na de !as razones de esto era que ]a .ci,2izna.ci6n....(rn;'i._,; que b eleccion) de secretarios ir a sus dirigentes locales. Sin embargo, en terminos mas generales, la mayor parte de los comunista.s simplemente no consideraban el aparato de! partido como una burocracia en sentido peyorativo. Para ellos (igual que para :\fax Weber) una burocracia operaba mediante un conjunto daramente definido de !eyes y precedentes, y tambien se caracterizaba por un alto grado de especia!izaci6n y deferencia ante el conocimiento especializado. Pero el aparato partidario de la decada de 1920 no estaba especializa
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~nini_?y·~_tiv~ que no pudiera o no quisiera ,respon.9.er a,_Q.r_-~enes / volucionanas. Pero. seg(m ese_criterio, querfan, y mucho~ con una estructura aclm1n1strat1va que sirespondiera a o'rd · . . enes v0Iuc1onanas; una que tu\.iese funcionarios dispuestos a · ·, . , . . acep ordenes de los hd';res revoluc1onanos y que esmviera dispuesta:" llevar adelante poht1cas radical es de transformaci6n social. Es ~ la ft~nci6n revolucionari~ que el aparato (o burocracia) de! pa;,r ·. pod,a llevar a cabo, v as, lo reconocian instintivameme la ma ~pane de los comunistas. Y.t
La mavor pane de los comunistas cambien creian que I ; . ~~ ganos de la d1ctadura proletaria" debian ser proletarios c I' ~ , on O .• que quenan d~cir q~e debfan ser ex obreros quienes ocuparan l .·'v puestos adm1mstrat1vos de responsabilidad. Tai vez no fuesp PX O¾, , , ac, ~meme esto lo qu.e Marx tenfa en mente cuando hablaba de una't1 d1ctadura proletan~·.Y tam.poco era exactamente la idea de Lenin. 1 (Los obreros, escnb10 Lemn en 1923, "quieren construir un me·o/ aparato para nosotros, pero no saben c6mo hacerlo. No puedU ·-' · , en ~onstruir1o. Au~ no han desa~rollado la cultura que ello requiere;,1 Y lo que se requ1ere es cultura ). 11 Aun asi, se daba por sentado en Wdos los debates deJ partido que la salud polftica, fervor revolu-' c,~nano y ausencia de ''degeneraci6n burocratica" de una institunon dada estaban en rela';ion directa con el porcentaje de sus cuadros que se ongmara en la clase trabajadora. El criterio de clase se aphcaba a todas las burocracias, incluido el apanuo partidario. Tamb1e_n se aphcaba al reclutamiento de afiliados de] partido, que nece-. san~n_iente afectarfa la composici6n de la futura elite administrativa
sov1et.1ca.
, , En I ~21, la clase obrera industrial estaba en ruinas, y la relacmn ~el regimen con, la mism,a estaba en estado de crisis. Pero para 1924, la react1vac1on economica habia allanado algunas de las d1ficu!tades, y la clase obrera comenzaba a recuperarse y crecer, Ese ano, el part1do reafirm6 su compromiso con una idemidad prol~taria al anunciar la "leva Lenin", una campaiia para afiliar al pan,_d~ a c1entos de miles de obreros. En esta decision estaba 1mphc1to el compromiso de continuar la creaci6n de una "dictadura prolet_aria" al alentar a los obreros a desplazarse a tareas admm1strat1vas.
, Para 1927 y tras tres anos de intenso reclutamiento entre la ; lase obrera, el partido comunista tenia un ,total de '.""s de un mion entre afiliados plenos y aspirantes; el 39 por c1ento de ellos en ese momento, obrero y el 56 por demo habia sido obrero era, . . J9 d·· , 'en el momento de afiharse al part1do. - La 11erencia entre esos .dos porcentajes indica el tamano aproximado de] grupo de corm1nistas obreros que se habia desplazado en forma permanente a · pleos administrativos y otras tareas jeriirquicas. Para los obreros em · d. d d ue se unieron al partido en el transcurso de la pnmera eca a e q d . oder sovietico, las posibilidades de ulterior ascenso a tareas a m,P . , ,,.,,-. . nistrativas (aun s1 se exduyen los ascensos postenores a "-I! eran al menos de] 50 por ciento. El aparato de] partido era mas popular entre los ascendentes comunistas de clase obrera que la burocracia de! gobierno, en parte porque los trabajadores se sentian mas c6modos en un ambience partidario yen parte porque las deficiencias educ~civas eran un problema menor para un secretario de parudo a "'.vel _local que para, digamos, un jefe de departamento en el com,sanato d_e fi. nanzas de! gobierno. En 1927, el 49 por ciento de los comumstas que ocupaban cargos de responsabilidad en el aparato de) parudo eran ex obreros, mientras que la proporci6n de comunistas que ocupaban puestos en el gobierno v en la burocracia de los soviets era del 35 por ciento. Esta discrepancia era aim mas marcada en Jos niveles mas altos de la jerarquia administrativa. Muy pocos de Jos comunistas que ocupaban los puestos gubernativos de miis alto nivel eran de extracci6n obrera, rnientras que casi la mitad de !os secretarios regionales de partido (jefes de organizaciones oblast', guberniya, y krm) eran ex obreros. I" 0
La lucha por el liderazgo Miemras Lenin vivi6, los bokh.eviques lo re_conocieroncomo lfder-del partido. Sin embargo, formalmente el partido no tenfa un jefe, y la idea de que necesariameme necesit,aban ~no reyugnaba a_l()s bolcheyi_que~._Jn momentos de turbulenc,a pohuca, ,;odi;·Jlegar a ocurrir que sus camaradas de] partido reprendieran
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a Lenin por st1 excesivo empleo de la autoridad personal· v . I h .. I , ,, aun. que o aottua era que Lenin inslsticra en que las cosas se· h"!Cte· ran a su rno d o, no requeria adulad6n ni nincrunu de . . . . . ostrac1on ·· en p.1rt1cular_ de respeto. Los b_okhe,iques s6!o sentfan desprecio po, :v.luw,hm v· sus. fasc1stas 1tahanos,, v, Ios consic!eraban p nm1t1vos · ·· _. en lo poht,co deb,do a sus uniformes de opereta y susJ·urament de_ lea! • habtan . aprenc!ido las· lecciones de os , _tac., ·a z·1 Duce. ·"''d " emas, la h1stona ,v no tenian in•enci6n de deiar que la< re vo Iucton "' rusa de~ J generara como lo hizo la revoluci6n francesa cuando Napole6n dee] · se . _ aro· a SI· m1smo emperador. El bonapartismo -Ia transformac10n de un Ii de: guerre~·o revolucionario en dictador- era un pehgro que se soha d1scuur en el Partido Bokhcvique, en general [ f . . r . . en T _erenc1a imp 1c1ta a Trot.sky, creador de! Ejercito Rojo y heroe de la JUVentud comunista durante la guerra civil. Se daba por sentado que cualqrner Bonaparte en potenci;i seria una fi
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Durante la enfermedad de Lenin -y, en realidad. aun despues de su muerte- el politbur6 se comprometi6 a actuar como dirigencia colectiva, y todos sus integrantes negaron vehementernente que alguno de ellos estuviera en condiciones de remplazar a Lenin ni de aspirar a una posici6n de autoridad similar a la de este. Sin embargo, una feroz aunque furtiva lucha por la sucesi6n se desarrollaba en 1923, entre el triunvirato de Zinoviev, Kamenev y Stalin por un !ado y Trotsky por el otro. Trotsky -quien siempre mvo una posici6n independiente en cuestiones de liderazgo, tanto por su ingreso tardio al Partido Bokhevique como por su espectacular desempeflo desde ese momento-- era percibido como un ambicioso aspirante a la posici6n suprema, aunque el lo negaba energicamente. En El nuevo camino, escrito a tines de 1923, Trotsky se defen
.
mantenerse en el poder. Lenin, alejado por su enfermedad de la conducci6n activa, pero que aun estaba en condiciones de observar las maniobras de quienes aspiraban a sucederlo, estaba desarrollando una percepci6n igualmente esceptica de! politburo, al que comenz6 a calificar de "oligarquia". En el llamado "testamento" de diciembre de 1922, Lenin pasaba revista a las cualidades de diversos dirigentes partidarios -incluyendo a los dos que identific6 como los mas destacados, Stalin y Trotsky- en la practica condenandolos a to-dos con sus !eves elogios. Su comentario sobre Sta.Jin fue que este habia acumulado enormes poderes como secretario general de! partido, pero que ta! vez no fuese capaz de emplearlos con la suficiente cautela. Onasemana despues, tras un choque entre Stalin y Ia esposa de Lenin, ;',ladezhda Krupskaya, con respecto al regimen que debia seguir Lenin en su ]echo de enfermo, Lenin agreg6 una posdata a su testamento en la que afirmaba que Stalin era "dema· siado insolente"y que debia ser desplazado de su cargo de secreta· rio general. 14 En esos mementos, muchos bolcheviques se habrian sorpren· dido de haberse enterado de que la estatura politica de Stalin se
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asemejaba a la de Trotskv. Stalin no tenia nin d l ''. ' guno e OS atnbut ',.c · . · que los bolchenques asociaban normalment .d Os _;-; r _ ' e a un 1I erazgo d · ·,, taca d o. 1\o era una f1aura carismitica · b es-.: ·r: . . . , . .:i , ni un uen orador ni · -,:.,· . d1st1ngu1do teonco marxista coma Le · T k . ' un .. ,;..\ nin o rots ·v No era h' :o d e guerra, hijo destacado de la clase obrera v . . '. '. eroe, _·. d· · n1 s1qu1era valia n "como tnte 1ectual. En palabras de :-,;·k 1 ··s . a-. , • , ,, ~ I o a1 UJanov, era "un b rron gnsaceo , buen politico de ba b 1· O-: · . m a inas, expeno en Ios m msmos mternos de! part" d eca1 pero que carecia d · ' personal. Se dab a por sen t·1do en £ ' e atract1vo ' orma general que quien d . na b a en el triumirato de! p J" b . z· . om1lin s· b o It uro era monev mas bien que Sta . In _em argo, Lenin estaba en mejor posici6n ue ,para estunar las capacidades d St J" • 9_ _Ios demas no derecha en I . e a m, pues este hab1a s1do su maas luchas_ mternas de] panido en 1920-1. La batalla entre el tnunvirato v Tr k .. no de 1923-4 A . ' . ors Yse defimo en el invierd . . pesar de la ex1stencia de una prohibic.. £ e las facciones partidarias, la situaciOn era co ion ormal chos aspectos a la de 1920 1 mparable en mu. 1 cho a la empleada po L- , _Y a estrateg1a d'.' Stalin se parecio mur en1n en esa ocas1on E I d. . panidarias y la eleccion de de! d . n as 1scus10nes motercera conferencia del ega os que precedieron a la deci. part1do, los parudanos de Trotsk h" Cleron una campaiia opositora mientras y Ifue movilizado en respaldo de,! "I qu_e el aparato partidario I" . a a mavona del corn it, es d enr, de! triunvirato "L . . . . e cenrra ' bien hub b I . a mayona de! comne central" triunf6 si o o son es de res1s tencia pro T rotsk I , ' darias de la burocracia d l b" v en as celulas paniEiercito Roio 15 Tras I e go_ ie_r~o- central, las universidades y el :.., J · a votac1on 1n1C1 I · las celulas pro Trotsky h" a, una mtensa presion sobre tzo que muchos mtegr d saran a la mavoria Uno antes e estas se pa. . s pocos meses despues cua d r . ron deiegados en la primavera de 1994 a I .' . n o se e ig1eso de! partido, el respaldo a Trotsk - : ra_ e mmmente congrecasi por completo. y p, rec1a haberse evaporado
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Se trato esencialmente d . es decir, de una victoria para ~:a v1ctona del aparato partidario; tario general estaba en d" . cretano general, Stalin. El secrecon !Clones de manipul I dioso ha llamado "un fl . . ar o que un estud . LIJO Circular dei poder" 16 El se . d es1gnaba a los secretarios que encabezaba . c~etana o panidarias locales v ta b. ~ ~ n las organ1zaciones , rn ten pod1a despedirlos si demostraban
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inclinaciones facciosas indeseables. Las organizaciones partidarias locales elegian delegados a las conferencias y congresos naciona]es del partido, y se hizo cada vez mas frecuente que los secretarios fuesen elegidos habitualmente como cabezas de la lista local de delegados. A su vez, los congresos nacionales de! partido elegian a los integrantes del comite central de! partido, el politburo y el orgburo, y, por supuesto, de las secretarias. En sintesis, el secretario general no solo podia castigar a sus oponentes politicos sino manipular los congresos que aseguraban que el continuara en su cargo. Una vez que gano la crucial batalla de 1923-4, Stalin paso a consolidar su ventaja en forma sistematica. En I 925, rompio con Zinoviev y Kamenev, forzandolos a una posicion defensiva que hizo que ellos parecieran los agresores. Posteriormente, Zinmiev y Kamenev se unieron a Trotsky en una oposicion conjunta, que Stalin vencio facilmente: los partidarios de aquellos se encontraron con que los designaban en puestos en provincias !ejanas; y, aunque los lideres opositores aun podian hacer oir su voz en los congresos partidarios, los delegados opositores presentes eran tan pocos que sus jefes quedaban como intrigantes irresponsables que habian perdido todo contacto con el animo que predominaba en el partido. En 1927 los lideres de la oposicion y muchos de quienes los respaldaban fueron finalmente expulsados del partido por violar la regla que prohibia las facciones. A continuacion, Trotsky y muchos otros opositores fueron enviados a un exilio administrativo en provincias distantes. En el debate entre Stalin y Trotsky se invocaron temas de fondo referidos a la estrategia de industrializacion ya la politica hacia los campesinos. Pero Stalin y Trotsky no estaban hondamente di,ididos en estos importantes asuntos (vease infra, pp. 147-149): ambos eran industrializadores que no sentian particular ternura hacia los campesinos, si bien la postura de Stalin a mediados de la decada de 1920 fue mas moderada que la de Trotsky; y, unos aiios despues Stalin fue acusado de plagiar las politicas de Trotsky en su primer plan quinquenal de industrializacion rapida. Para las bases partidarias, el desacuerdo entre los contendientes sobre temas de fondo se percibia con mucha menos claridad que algunas de sus caracteristicas personales. Se sabia generalmente (aunque elio no
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necesariarnente suscitaba aprobaci6n) gue Trotsky era un intelectua], judio gue durante la guerra civil habia demostrado implacabilidad, asl como un estilo de conducci6n pomposo y carism5tico; de Stalin, una figura mas neutra y oscura, se sabfa que no era carismatico ni intelectual ni judio. En cierto sentido, el tema de fondo en un conflicto entre la maquinaria partidaria y guienes la desafian es la maguinaria misma. De modo gue fueran cuales fuesen sus desacuerdos con la facci6n dominante, todas las oposiciones de la decada de 1920 terminaban formulando la rnisma gueja: el partido se habia "burocratizado" y Stalin habia matado la tradici6n de democracia interna partidaria.17 Este punto de vista "oposicionista" se le ha atribuido a Lenin en sus Ultimas arias, 18 tal vez con aiguna raz6n, pues tam bi en el habia sido alejado a la fuerza de! circulo interno de dirigentes, aungue en su caso ello ocurri6 mas bien por enfermedad gue por haber sido clerrotado politicamente. Pero es dificil interpretar a Lenin, mentor politico de Stalin en cantos aspectos, como a un. verdadero converso a Ia causa de la democracia partidaria en tanto oposicion a la maguinaria de! partido. En el pasado, lo gue preocupaba a Lenin no habia sido tanto la concentracion de! poder per se, sino la cuestion de en rnanos de guien se concentraba el poder. En este orden de COS"-'j, en su testarnento de diciembre de 1922 Lenin no proponia reducir los poderes de la secretaria de! partido. Simplemente dijo gue alguien gue no fuera Stalin debia ser designado coma secretario general. Aun asi y sean cuales fueren los elementos de continuidad entre Lenin y el Stalin de la decada de 1920, la muerte de Lenin y la lucha por su sucesion constituyeron un punto de inflexion politico. En su lucha por el poder, Stalin empleo metodos leninistas contra sus oponentes, pero lo hizo con un esmero y una implacabilidad gue Lenin -cuya autoridad personal en el partido estaba bien establecida- nunca alcanz6. Una vez llegado al poder, Stalin comenzo por hacerse cargo de! papel desernpeiiado originariamente por Lenin: el de prirnero entre sus pares de! politburo. Pero, en el transcurso, Lenin habia sido transformado por la rnuerte en el Lider, dotado de cualidades cuasi clivinas, mas alla de! error ode! reproche, y su cuerpo, ernbalsamado, foe depositado reverentemente
. . L q;TCRO DEL-\ REVOLCCI6:-; I..~;-,EPYE ,
. eblo 19 El cul to p6sL . a gue inspirase a 1 pu . emn par I . . ·to bolchevigue de un parn el :Vlausoleo e - d ·do e ,1eJ0 m1 turno a Lenin hab1a estru1 ; ; er mas que el primero . , s· j nueYO )Icier guena S • Udo sin hderes. I e - . bre el cual construlf. ente pares, ahora tenfa un orn1ento so
Construyendo el socialismo en un pais obietivos cob I h vigues resum1eron sus ..J Oescle el poder, los o c . e . ,, p mas vaao gue fuese su . - del sooahsmo . or " 1110 "la construcc1on ,' 1 idea de que las claves pa. r mo ten1an una C ara . concepto del sooa is , . . ,, cl desarro!lo econ6m1co y ra la "construcci6n del soc1ahsmo ~r~n s para el socialism 0, Rusi a l . . - Como prerregws1 o la modern1zaoon. . ·,guinarias v tecno og1a. , Cb . ferrocarn 1es, n1£ , necesitaba mas a_ n~~s, ue la oblaci6n se desplazara del camI\ecesitaba urban1zaoon, q p b a ma's vasta v permanen1 brera ur an, , , po a las ciudades y una c a~e o., o ular n1a5 amplia, m.is escuete. ;,,;ecesitaba una alfabet1zac1on P ~ . genieros. Construir el calificaclos y mas m . . d las mas obreros . R . en una sooeclad m us' '. . . "ficaba transformar a us1a sooahsn10 s1gn1 ' trial moderna. . en clara de esta transformaLos bolchevigues temanuna ,magcl 1 misma transformaci6n b esenc1almente e a ~ ci6n porque se trata a I , ~ses occidentales n1as avan·ralismo en os pa1 . proclucida por e 1 cap1 . b' t maclo el poder en forma . b lch ev19ues ha Jan o zados. Pero Ios o b' prometiclo a reahzar por ,, d . gue se ha ian com . "prematura , es ecir . 1· tas Los menche\1gues . 1 a de los capita is . su cuenta en Rus1a a tare., I 'ctica v altamente dudoso . sgoso en a pra ' ' 1 opinaban gue esto era ne . sabian realmente como o ios bolcheviques no ' b en teoria. L os pro P ~ de la revoluci6n de octu re, . os anos despues . harian. En los pnmer . R . necesitaria de la asistenc1a ntender gue us1a h a menudo clab an a e . . 1· d (una vez gue Europa u.d t 1 industna iza a ' de la Europa occ1 en a . . cl Rusia) para avanzar 1 revoluc1onano e · biera seguido e l eJemp o . . to revolucionario europeo se " . 1· Pero el mo,1m1en . hacia el sooa ismo. . I duda de c6mo segmr . - I bolchev19ues en a clerrumbo y deJO a os - d ·ct·clos a avanzar de alguna maned segman ec1 I 1 ., adelante· as1 v to o, . feridas a la reY0 uoon ' , 1 las discus1ones re '. l ra. En J 923, al reeva uar . . do gue las objeciones de os pren1a t ura , Lenin continuaba op1nan
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mencheviques eran "infinitamente triviales". En una situaci6n re- , , _ volucionaria, coma dijo Napoleon de la guerra, "on s'engage et P,,is ;:·· on voit". Los bolcheviques habfan corrido el riesgo y, segun conclu- /' yo Lenin, ahora -seis aiios despues- no cabia duda de que "en rerminos generales" habfan tenido exito. 20
Tai vez esto fuera hacer de necesidad virtud, pues hasta Ios bolcheviques mas optimistas habfan guedado conmovidos por la situaci6n econ6mica que debieron enfrentar al finalizar la guerra civil. Era como si, burlandose de los anhelos de los bolchevigues, Rusia se hubiese deshecho de! siglo XX v hubiera revertido de un atraso comparativo a un atraso total. Las ciudades se extingufan, las maguinas se herrumbraban en fabricas abandonadas, las minas se habfan inundado y Ia mitad de la clase trabajadora habia sido aparentemente reabsorbida por el campesinado. Como revelaria el censo de 1926, Ia Rusia europea estaba en realidad menos urbanizada en los a!los inmediata1nen te posteriores a Ia guerra civil gue en 1897. Los campesinos habfan regresado a su tradicional agricultura de subsistencia, al parecer con la intencion de recrear Ja edad de oro anterior a Ia institucion de la servidumbre. La introduccion de Ia NEP en 1921 foe una admision de que los bolcheviques ta! vez pudieran hacer el trabajo de los grandes capitalistas pero gue, por el momenta, no podian seguir adelante sin los pequeiios. En las ciudades, se permitio revi,ir al comercio privado ya Ia industria privada en pegueiia escala. En el campo, los bolche,igues ya habfan permitido gue los campesinos hiciesen coma mejor !es pareciese en Io referido a la tierra, y ahora estaban ansiosos de asegurarse de gue desempeiiaran adecuadamente su papeJ de "pequeiios burgueses" proveedores de! mercado urbano asi coma el de consumidores de los bienes de consumo producidos en las ciudades. La politica de asistir a los campesinos para gue consolidasen sus propiedades (comenzada por Stolypin) foe continuada por los autoridades sovieticas en la decada de 1920, aungue sin atagues frontales contra Ia autoridad de! mir. Desde el punto de vista bolchevigue, Ia agricultura capitalista campesina en pegueiia escala era preferible a Ios tradicionales cultivos comunitarios de cuasi subsistencia de la aldea, e hicieron cuanto pudieron por estimularla.
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!,IN'EP y EL FLTLRO DEL\ RE\'OLLCIO~
Pero Ia actitud de los bolchevigues hacia el _sector privado duIa N EP siempre foe ambivalente. L, necesnaban para restaurante · ·1 cl b rar Iae Conomfa ' destrozada despues de. la ~guerra c1v1 'y a an por d o gue probablemente Ia necesnanan para las etapas temb resupranas de! desarrollo econ6mico ultenor. Sin em argo, una I Ccl· on parcial
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SHEIL\ FITZPATRJCK .
· ~tentos a signos de diferenciaci6n ~: clase entre los campesinos, esperando la oportunidad de part1c1par en una lucha de clases, respaldando a los ca1npesinos pobres contra los ricos. _' Pero era la ciudad, no la aldea, lo que los bolcheviques perci~
bian como clave de! desarrollo econ6mico. Cuando hablaban d;· construir el socialismo, el principal proceso que tenian en ment~ era Ia industrializaci6n, que en ltltima instancia transformarfa 00' s61o la economfa urbana sino tambien la rural. En el perfodo que sigui6 inmediatan1ente a la guerra civil, tan s6lo restablecer la pro..
ducci6n industrial a los niveles de 19 I 3 parecia una tarea gigantesca: el plan de electrificaci6n de Lenin fue practicamente el unico esquema de desarrollo de largo alcance de la primera mi tad de Ia decada de I 920 y, a pesar de toda la publicidad que se le dio, sus objetivos originales eran bastante modestos. Pero en 1924-5, una recuperaci6n inesperadamente veloz de la indusuia y la economfa en general provoco una oleada de optimismo entre los lideres bo]che,iqucs, asi como una revaluacion de las posibilidades de un desarrollo indusnial importante en el futuro cercano. Feliks Dzerzhinsky, jefe deb Cheka durante Ia guerra ci,il y uno de los mejores organizadores de! particlo, ocup6 Ia presidencia de] Consejo Econ6mico Supremo (Vesenja) en 1924 y comenz6 a forjar a partir de el un poderoso ministerio de iz'ldustria que, al igual que sus predecesores zaristas, se centraba mayormente en el desarrollo de la inclustria metal(1rgica, metalmecinica y de construccion de maquinas. El nuevo optimismo en materia de rapido desarrollo industrial guedaba reflejado en la confiada afirmaci6n que Dzerzhinsky hizo a fines de 1925: Est:'15 nuevas tareas [de industrializaci6n] no s61o son tareas de aguellas
que consider.ibamos en terminus abstractos hace diez, quince o hasta
i,sNEP YEL Ft:TURO DEL-\ REVOLLCIO:S
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· aunque, ine,itablemente, el tema fue invocado por uno y otro . bando durante los enfrentamientos de facciones de mediados de ]a decada de 1920. A Trotsky, uno de los pocos bolcheviques que apoy6 la planificaci6n econ6mica estatal, aun en los sombrios prirneros aiios de la NEP, le habria gustado defender la causa de la in. dustrializaci6n contra sus adversarios politicos. Pero en 1925 Stalin dej6 claro que la industrializaci6n ahora era su causa, ade1ncls de una de las mas altas prioridades. En el octavo aniversario de la revoluci6n de octubre, Stalin compar6 la reciente decision de! partido de embarcarse en la industrializacion sobre la base de un plan quinquenal con la hist6rica decision de Lenin de tomar el poder en 1917. 22 Era una comparacion audaz, que sugeria no solo ]a importancia a la que Stalin aspiraba para si, sino la importancia que le concedia a la politica de industrializacion. Al parecer, ya estaba reservando su lugar en la historia como sucesor de Lenin: Stalin el Indusuializador. La nueva orientacion de] partido se expresaba en la consigna de Stalin "socialismo en un solo pais ". Con esto queria decir que Rusia se preparaba a industrializarse, a volverse fuerte y poderosa v a crear las condiciones necesarias para el socialismo mediante ~us propios esfuerzos independientes. La modernizaci6n nacio-
nal, no la revoluci6n internacional, era el objetivo prioritario de! partido comunista sovietico. Los bolcheviques no necesitaban revoluciones en Europa como soporte de su propia revoluci6n proletaria. No necesitaban la buena voluntad de los extranjeros-fueran estos revolucionarios o capitalistas- para construir el poder sovietico. Como en octubre de 1917, !es bastaba con sus propias fuerzas para tri unfar. Ante el hecho innegable de! aislamiento sovietico de] resto de! mundo mas la intencion de Stalin de indusuializar a cualquier
veinte all.cs, cuando deciamos que es imposible construir el socialismo
precio, "socialismo en un solo pais" era un lema convocante lltil y
sin f0ar un curso para la industrializaci6n de! pafs. Ahora, no plantea-
una buena estrategia politica. Pero era la clase de estrategia que los antiguos bolcheviques, entrenados en la estricta escuela de la
mos esa cuesti6n en tt'rminos te6ricos gcnerales, sino como objer.ivo definido v concrete de nuestr.1 acrnal acti\idad ccon6mica. 21
No cxistia un \·erdadero desacuerdo entre los dirigentes
teoria rnarxista, a menudo se sentian obligados a discutir aunque
no tmieran objeciones practicas serias al respecto. Al fin y al cabo, habia problemas teon·cos que solucionar, perturbadoras resonancias de chovinismo nacional, coma si el partido hiciese concesiones a las
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SHEIL\ FITZPATRJC!i./
masas poltticamente atrasadas de la poblacion sovietica: Primera. Zinovie,· Uefe de la Internacional Comunista hasta 1920) y luego; Trotsky mordieron el anzuelo, planteando ohjecion~s ideol6gica-. . 1 mente impecables y polfticamente desasrrosas al "sociahsmo en un, solo pais". Las objeciones permitieron a Stalin denigrar a sia., oponentes, senalando al mismo tiempo el hecho politicamente, ventajoso de que Stalin habia tornado una postura favorable a la; construccion de la naci6n v a la fuerza nacional de Rusia. 23 , Cuando Trotsky, un in(electualjudio, sena16 que los bolchevi,'. ques siempre habian sido internacionalistas, los partidarios de Sta., !in Jo tildaron de cosmopolita a quien Rusia le importaba menos' que Europa. Cuando Trotsky afirrn6, correctamente, que el no era· menos industrializador que Stalin, los hombres de Stalin recorda. ron que habfa preconizado el reclutamiento laboral en 1920y que por lo tanto, a diferencia de Stalin, probablemente fuera un indu,tria!ista dispuesto a sacrificar los intereses de la clase obrera rusa. Sin embargo, cuando la forma en que se financiaria la industria!izaci6n se convirti6 en tema de debate y Trotsky arguyo que el comercio exterior y los creditos eran esenciales si no se queria que la poblaci6n rusa sufriera mas alla de lo tolerable, esto no solo se tomo como otra prueba del "internacionalismo" de Trotsky, par no hablar de su falta de ffalismo, ya que cada vez parecia mas lejana la posibilidad de que el comercio exterior en gran escala y los creditos fuesen obtenibles. En contraste, Stalin tomaba una posicion que era simultaneamente patriotica y practica: la Union Sovietica no necesimba ni deseaba rogarle favores al Occidente capitalista. . Sin embargo, el financiamiento de! camino a la industrializa, ci6n era un temu serio, que no seria resuelto mediante alardes ret6ricos, Los bokhe,iques sabian que la acumulacion de capital habia sido un requisito previo para la revoluci6n industrial burguesa y que, como '.\farx habia descripto vividamente, ese proceso habia implicado el sufrimiento de la poblacion. El regimen sovietico tambien debia acumular capital para industrializarse. La antigua bnrguesfa rusa ya habfa sido expropiada, y la nueva burguesia de los "hombres de Ia NEP" y los kulaks no habfa tenido tiempo de acumular demasiado. Si, aislada politicamente como consecuencia
LA SEP YEL n;1TRO DEL.\ RE\'OLCC16:-;
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de la revolucion, Rosia ya no podia seguir el eje"'.'plo de Witte Y obtener capitales de Occidente, el regimen deber1a recurnr a sus propios recursos _Ya los de la poblaci6n,_ que a11~ ':ra p:edom.inantemente campesma. De modo que ~la mdustrrnhzacron soV!etlca significaba ·'oprimir a los campesinos"? Si asi era
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SHEIL\ FlTZPXfR!Cl(.
en retrospectiva, no es dificil ver que conclusion preferia. Como not~ en I 927, la _recuperad6n econ6mica que trajo la NEP, que llevo la producc1on mdustnal y el tamafio de] proletariado industrial casi a las niveles de preguerra, habia cambiado el equilibria; de poder entre ciudad y campo en favor de la ciudad. Stalin tenia' 111 tenc16n de industrializar, y si ello significaba un enfrentamiento politico con el campo, Stalin consideraba que ganaria "la ciudad" · es decir, el proletariado urbano y el regimen snvietico. ' Al presentar la NEP en I 92 I, Lenin la describi6 como una reti. rada estratcgica, un peiiodo para que los bolcheviques reagruparan · sus tropas y recuperaran fuerzas antes de renovar el asalto revolucionario. :Vlcnos de una decada mas tarde, Stalin abandon6 la mavor pane de las polfticas de la NEP e inici6 una nueva fase de transformaci6n revolucionaria con el primer plan quinquenal de industrializaci6n y b colecti,1zaci6n de la agricultura campesina. Stalin afirm6 e indudablemente asf lo creia, gue ese era el ,·erdadero camino le' ninista, b send a que Lenin habria seguido de haber vh~do. Otros dirigentes de] partido, entre ellos Bujarin y Rykov no estuvieron de acuerdo, como se discutira en el slguiente capltulo, pues sellalaron 9ue Lenin habfa dicho que las poHticas moderadas y conciliadoras de la NEP debian ,er seguidas "seriamente y por un largo t1empo" antes de gue el regimen estuviese en condiciones de dar nuevos pasos decisivos hacia el socialismo. Los historiadores est.an dhididos con respecto al Iegado politico de Lenin. Algunos aceptan gue, para bien o para ma!, Stalin fue su verdadero heredero, mientras gue otros ven a Stalin esencialmentc como al que traicion6 la revoluci6n de Lenin. Por SU· puesto 9ue esta t1ltima vision foe la que adopt6 Trotsky, quien se veia como el heredero rival, pero asf y todo no tenia, en principio, desacuerdos con el abandono de Stalin de la NEP y con el impulso de este hacia la transformacion econ6rnica v social mediante el primer plan quinquenal. En la decada de 1970, y luego, brevemente durante la era de Ia perestroika de Gorbachov en la Union Sovieticai los esr.udiosos que vefan una divergencia fundamental entre el leninismo (o ''bolchevismo original") y el estalinismo se sintieron atraidos a Stalin por Ia "alternativa Bt0arin". 25 En efecto, la
LA :SEP Y EL Fcn;Ro DEL·\ REVOLCC16:,,;
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alternativa Bujarin consistia en prolongar en lo inmediato Ia NEP. lo que entra1'iaba la posibilidad de que, una vez alcanzado el poder, los bolcheviques hubieran podido alcanzar sus metas revolu· cionarias econ61nicas y sociales mediante metodos evolutivos. El interrogante de si Lenin habrfa abandonado la NEP para fines de la decada de 1920 o no es una de esas cuestianes de "si ... " de la historia que jamas tendn\n respuesta definitiva. Durante sus iiltimos aiios, 1921-3, era pesimista ante las perspectivas de transformacion radical -como lo eran todos los lideres bolcheviques en esos momentos- y se sentia ansiosa par que el partido dejara de ]ado cualquier aiioranza que quedara sobre las recien descarta· d:is politicas de! comunismo de guerra. Pero el era un pensador y politico excepcionalmente volatil, cnyo punto de vista--camo el de atros lideres bolcheviques- podria haber cambiado radical· mente en respuesta a Ia veloz recuperacion econ6mica de 1924-5. Al fin y al cabo, en enero de 1917. Lenin habrfa crefda posible gue "las batallas decisivas de Ia revoluci6n" no llegarian durante su vida, pero en septiembre de ese rnismo afio, insistia en la necesidad absoluta de tomar el poder en nombre de! prolerariado. A Lenin generalmente no le gustaba ser objeto pasivo de las circunstancias, yen esencia, esta era la vision gue los bolcheviques tenfan de sf mismas en lo que respecta a Ia NEP. Era un revolucionario por temperamento y, en terminos politicos y saciales, la :\iEP no era de ningun modo la realizaci6n de sus objetivos revolucionarios. Sin embargo, mas alla de! debate referido a Lenin queda la cuesti6n mayor de si el conjunta de! Partido Bolchevique estaba dispuesto a aceptar a la NEP coma fin y resulrado de la revoluci6n de octubre. Tras la denuncia por parte de Jrushov de los abusos de Ia era de Stalin en el ~igesirno congreso de! partido en 1956, muchos intelectuales sovieticos de la anrigua generaci6n escribieron memorias sobre sus juventudes en la decada de 1920 en las cuales la NEP casi pareda una edad de oro; ya menudo las histariadores occidental es han adoptado un punto de vista similar. Pero, vistas en retrospectiva, las ,irtudes de la NEP -relativas relajaci6n y diversidacl dentro de la sociedad, actitud comparativamente laissez.faire de pane del regimen- no eran cualidades que los comunis.. ""
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152 comlmista.S de la decada de 1920 tem[an a los enemigos de
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intolerantes hacia la diversidad cultural y se sentfan inc6modos, ante la falta de unidad en la dirigencia partidaria, asi como ante perdida de! sentido de unidad y prop6sito. Querian que su tranit formaci6n transformara al mundo, pero durante la :-SEP qued6_ . claro que mucho de! mundo ,iejo habia sohrevivido. Para Jos comunistas, la NEP olia a Termidor, el periodo de de'. · gene;;-c!.611· de la gran rernluci6~ f~ancesa. En 1926-7, el enfremamiento entre la dirigencia de) partido y la oposici6n alcanz6 nue, vas cotas de encono. Ambos bandos se acusaban de conspiraci6n y ·, de traici6n a la revoluci6n. Se citaban frecuentemente analogias con la revoluci6n francesa, a w~ces con respecto a las acusaciones de "degeneraci6n termidoriana", otras --ominosamente- en referencia a los efectos salutiferos de la guil!otina. (En el pasado, los intelectuales bolcheviques se enorgulledan de su conocimiento de la historia revolucionaria, que les enseii6 c6mo las revoluciones caen cuando con1ienzan a devorar a los suyos.) 26 Tambien habia indicios de que el descontento nose limitaba a la elite de! partido. Muchos comunistas y simpatizantes de las bases, especialmente los_j6venes, comenzaban a desilusionarse, y se indinaban a creer que la revoluci6n no habfa sido mas que una etapa pasajera. Los obreros (induidos los obreros comunistas) sentian resentimiento ante los privilegios de los "expertos burgue, ses" y los funcionarios sovieticos, las ganancias de los astutos hombres de la NEP, el elevado desempleo y la perpetuaci6n de la desigualdad de oportunidades v estiindares de vida. Los agitadores y propagandistas de! partido debian responder frecuentemente a la airada pregunta "~Entonces, por que peleamos 0 ". El animo rei· name en el partido no era de satisfacci6n porque finalmente la joven rep(iblica sovietica hubiera ingresado a un remanso de paz. Era un animo de descontento, insatisfacci6n v beligeranda apenas contenida y, particularmente entre la juventud de! partido, de nostalgia por los viejos dias heroicos de la guerra civil. Para el partido comunista -
5. La revoluci6n de Stalin
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El programa industrializador de! primer pl_an quinquenal (]929-32) y la colectivizaci6n forzada de la agncul;,ma qu~ _lo acompan6 se han descripto a menudo como una re,olucwn desde arriba". Pero la imagineria de la guerra se le p1~ede aphcar en forma igualmente apropiada yen su momento - en el fur~r de la batalla", como )es gustaba decir a los comentanstas sov1eticos-; las metaforas belicas eran aun mas comunes que las revolucionarias. Los comunistas eran "combatientes"; las fuenas sovieticas debian ser "movilizadas" a los "frentes" de la mdustr:,alizaci6n y la colectivizad6n; eran de esperar ''contraataques y "e mboscadas" de Jos enemigos de clase burgueses y. kulak. Era una guerra contra el atraso de Rusia y al mismo uempo, un~ guerra contra Jos enemigos de clase de! p'.olet~nado, den tr~) fuera de! pais. Segun la interpretaci6n de histonadores_postenores este fue, de hecho, el periodo de la "guerra de Stalin contra . . la naci6n ", 1 La imagineria be\ica tenia la clara intenci6n de s1mbohzar un retorno al espiritu de la guerra civil y de! comumsmo de guerra Y un repudio de los poco heroicos compromisos de la NEP. Pero Stalin nose Jimitaba ajugar con s(mbolos, pues, en muchos aspe~tos, la Union Sovietica bajo el Plan Quinquenal realmente pare.:,~ un pais en guerra. La oposici6n politica y la :e_sistenci;. a las polltl· cas de! regimen eran denunciadas como tra1oon y a menudo_ castigadas con severidad propia de tiempos de gue_rra. ~a necesidad de estar atentos a espias y saboteadores se transformo en u~ tema constante en la prensa sovietica. Se exhortaba a la pobboon a \a SOl ~ l·dar'tdad patri6tica ,,v esta debi6 hacer muchos sacnficrns.~ por el "esfuerzo belico" de la industrializaci6n: como una recreac10n mas profunda (aunque no intencio~al) de las condici~nes de tiempos de guerra, se reintrodujo el rac1onam1ento a las cmdades.
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SHEIL\ FITZPATRICK
;\unque la atm6sfera de crisis de epoca de guerra a veces se percibe corno una nu::ra respuesta a las tensiones producidas por Jas forzadas industrializaci6n y colecti\izaciOn, en realidad era anterior a estas. El est.ado psicologico de emergencia belica comenzo con la gran alarn1a de guerra de 1927, rno1nento en que se difundi6 am~ pliamente Ja creencia de que una nueYa intervencl6n rnilit:1.r de Jos
pafses rapitalistas era inminente. La Union Smietica acababa de sufrir una serie de reveses en su politica exteriory en la Internacional Cornt1nista: un alianarniento britanico a la ruisi6n cornercial sovieti~ ca (ARCOS) de Landres, el ataque de! Kuomintang nacionalista contra sus aliados comunistas en China, el asesinato politico de un diplomatico plenipotenciario sovietico en Polonia. Trorskv v otros oposkionistas responsabilizaban a Stalin de los desastres d~ la politica exterior, en particular el de China. Una cantidad de dirigentes soviericos y de la Internacional Comunista interpretaron p(1blicamente estos reproches como evidenda de una conspirad6n antisovietica dirigida por Gran Bretana, que probablemente culminaria con un ataque militar combinado contra la Union Sovietica. La tension en el frente interno aumento cuando la GPU (sucesora de la Cheka) comenzo a detener a presuntos enemigos de! regimen y la prensa informo acerca de incidentes de terrorismo antisovietico y de! descubrimiento de co:1spiraciones internas contra el regimen. En espera de una guerra, los campesinos comenzaron a retacearle grano al mercado; y hubo compras de bienes de consumo impulsadas por el panico por pane de la poblacion rural y urbana. La mayor parte de los historiadores occidemales llegan a la conclusion de que no hahia un peligro de intervencion real e inmediato: esta era tambien la opinion del Comisariato smietico de asuntos exteriores y, casi con certeza, de integrantes del Politburo como Alexei Rykov, poco inclinados a pensar en tcrminos conspirativos. Pero otros integrantes de la dirigencia de! partido se ahtrmaban con mas facilidad. Entre el!os, el excitable Bujarin, por entonces a cargo de la Internacional Comunisr.a, donde rnedraban !os rumores alarmistas y escaseaban Jas informaciones concretas sabre las intenciones de los gobiernos extranjeros. La actitud de Stalin es mas dificll de evaluar. Se mantuvo en silencio duran te los meses de ansiosas discusiones sobre el peligro
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V. R£VOLCCI6:,; DE STA.LI:,;
de guerra. Luego, a mediados de 1927, con ~an habilidad enfoco la discusi6n sabre la oposicion. Aunque nego que la guerra era m· minente, ,ilipendio de todas formas a Trotsky por haber afirmado que, coma Clemenceau durante la Prim.era Guerr~ Mund1al, continuaria la oposici6n activa a la dirigenc,a de s11 pats aun s, el enernigo estuviese a las puertas de la capital. A l.os _comunistas leales y patriotas sovieticos, esto casi !es so.n.aba a tra1.c10n; y probablemente mvo un papel decisivo en permrnrle a Stalin que asestase su gol· pe final a la oposici6n pocos meses despues, cuando Trotsky Y otros dirigentes opositores fueron expulsados de! pa:ndo. . . _ El enfrentamiento entre Stahn y Trotsky en 192 / d10 ocas1on a un ominoso aumento de la ternperatura politica. Quebrando lo que hasta entonces habfa sido un tabit de! P~rtido Bolche,ique., la dirigencia autorizo el arresto y el extl10 admmJStranvo de opos1tores politicos, asi coma otras formas de acoso de la GPU a la op~:t· " (Fl propio Trotskv fue exiliado a AJma-Ata tras su expulsion c1on. ~ de! partido; en enero de 1929, por orden de! politburo, fue d.eportado de la Union Sovietica.) A fines de 1929, en respuesta a mformes de la GPU sohre el peligrn que representaba un golpe de la oposici6n, Stalin presento al politburo una s,:rie de propuestas que solo se pueden comparar a la tristemente celebre ley de sospechosos de la revolucion francesa. 2 Sus propuestas, que se aceptaron, pero nose hicieron p{1blicas eran que 1
... quienes propaguen las opiniones de la orosici6n deben ser considerados c6mpliccs peHgrosos de Ios enemigos externos e internos de la U ni6n SO\,ietica y que tales person as ser.in sentendadas como "'esp[as • por decreto administrativo de la GPLi; que la GPU deb.e organizar una red de agentes vastamente ramificada con la m1s1on de detect.ar elementos hostiles dentro del aparato gubernatlvo, aun en los niveles ma.5 altos de f:ste, y dentro del partido, incluyendo en 6rganos conductivos. "Quienquiera que despierte la mis pequeI1a sospecha debe ser desplazado ", concluyo Stalin .. ?
La atm6sfera de crisis generada por la culminacion del en; frentamiento con la oposicion y el temor a una guerra se exacerbo en Jos primeros meses de 1928 con el estallido de un impartante
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SHEILA FlTZPATRJCl(
enfrentamiemo con el campesinado (vea.se infra P i -s.. 16 formulaci6n de cargos por deslealtad c on tra '1a p. a ~) Y la armgua mt 1. guentsia "burguesa". En marzo de 1998 1 fi ld c el.. . - , e rsca el estado a c10 que un grupo de mgenieros e I .• •. nunn a region de ShaJtl en lac d lD ca_ e on seria juzgado por sabotaje deliberado de la indu ue?. mmera y conspfraci6n con potencias extraajeras.< Este foe Stria mero de una sene de juicios ejemplificad el pnses, en los cuales la pane acusad : :>]res a expertos burgueora asocw a amenaza . los enemirros de clase c rnterna de . .:, on 1a amenaza de ·nterv . "' d cias capitalistas extran·eras lo ., encron e potendad f . . J y s acusados confesaron su cul pabir clanJe~:~:eron pormenorizados testimonios de sus actividade~ Los juicios, amplios extractos de los cuales se d. cer hteralmente en los diarios, implicaban el abien~e:n a c_ono. gue, a pesar de su pretendida lealtad h . ens3Je de inteliguentsia burguesa seguia siendo el poder so,ietico, la enemigo de clase con el cual por def' · · , ' m1c10n, nose podfa c , \-I claramente audible para los ca a Ontar.. _enos abierto, pero nistas que trabaiaban c , p taces y admrmstradores comu, on expertos burgu , , . eses era que tam bren ellos estaban en falta gu . , e eran culpables de estu ide d , dad, sr no de cosas peores I h b p z y ere uh'a a er permitido que los expenos los engaiiaran.s
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La nueva politica recurrfa a lo5 . . semimiemos de suspicacia y hostilidad hacia las antigu 1 cos en la clase obrera rusa ~l:a~es pnnlegradas que eran endemipane una respuesta al esce' ticism":e~ comunistas. Sin duda, era en ros de que los elevados ob·p. e muchos expertos e ingenie' ~etivos que se f1ab I · quenal pudieran alcanzarse, Aun asf fue a e pn1;1~r plan guinenormes costos para un , . ' . una pohuca que tuvo regimen que se d1spon, b un programa de industrial. ., ra a em arcarse en izacmn a marchas fo . d , campaiia de 1928-9 contr 1 . . ' rza as, asr como la a os enemrgos "k I k" d l d u a· e sector agricola, Al pais le faltaban expertos e toda clase . . . , en especial mgenieros, cuyos conocimientos e ran cruciales para el · zador (en 1928 l· . , tmpu 1so moderni' a gr an mavona de !os in . eran "burgueses" y no c , . gemeros rusos calificados omumstas). Las razones de Stalin para lanzar su ca . han desconcertado a los hi t . d mpana anuexpertos s ona ores. Como las acusaciones de
LA REVOLCC!Cl:'i DE STAlJ:,;
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conspiraci6n y sabotaje eran tan inverosimiles, y las confesiones de \os acusados, fraudulentas u obtenidas mediante coercion, a menudose da por sentado que no es posible que Stalin y sus colegas hayan creido en ellas. Sin embargo, a medida que surgen nuevos datos de los archivos, se refuerza cada vez mas la impresion de que Stalin {aunque no necesariamente sus colegas del politburo) realmente creia en estas conspiraciones -o al menos, creia a medias, dandose cuenta al mismo tiempo de que se le podfa dar un venrnjoso empleo politico a esa creencia. Cuando Viacheslav Menyinskii, cabeza de! OGPU (anteriormente GPU) le envi6 a Stalin material 01iginado en el interrogatorio a expertos a quienes se acusaba de penenecer al "partido industrial", cuyos dirigentes supuestameme habian planeado un golpe respaldado por capitalista., emigrados y coordinados con planes para una intervenci6n militar extranjera, Stalin replic6 en terminos que sugieren que acept6 litera!mente las confesiones y que se tomaba muy en serio el peligro de guerra inminente. La evidencia mas interesante, le dijo Stalin a Men~inskii, era la que se referia a la ocasi6n de la planeada intervenci6n militar: Resulta que habfan planeado la intervenci6n para I 930, y qne luego la pospusieron para 1931 o incluso 1932. Eso es muy probable yes importante. Es tan imponante porque es informaci6n que se origina en una fuente primaria, es decir, de! grupo de Riabushinskii, Gukasov, Denisov y ~obel' [capitaJistas qtte tenfan importantes intereses en la Rusia prerrevoiucionaria], que represent.a el m:is poderoso de todos los grupos socioecon6micos en la URSS yen la emigracion, los mis poderosos en terminos de capital y de conexiones con los gobiernos frances e ingles. Ahora que tenia la evidencia en sus manos, concluia Stalin, el regimen so,ietico podria darle intensa publiddad en el frente do. mestico y en el exterior "paralizando y deteniendo asl todo intento de intervenci6n durante los pr6ximos uno o dos aiios, lo cual es de la mayor importancia para nosotros". 6 Mas alla de que, o en que forma, Stalin y los otros dirigentes creyeran con respecto a conspiraciones antisoviCticas y amenazas
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SHEILA FITZPATRJC!(tr' ~·
en~-r.
militares inmediatas, estas ideas se diseminaron ampliamente la Union Sovietica. Ello no solo fue asf por los esfuerzos propagan~ .. dfsticos del regimen, sino porque tales conceptos, al reforzar pre.~,,. juicios y temores ya existences, eran creibles para amplios sectores _ de la opinion p(1blica sovietica. A partir de fines de la decada de 1920, se invocaban regularmente conspiraciones internas y exter~ nas para explicar problemas como la escasez de alimentos y las interrupciones en la industria, el transporte y la energia. En forrna similar, el pe!igro de guerra se incorporo a la men tali dad sovietica de la epoca, y recurrences alarmas de guerra ocuparon la atenci6n de! politburo y de! piiblico lector de periodicos has ta el verdadero estal!ido de la guerra en I 94 I.
Stalin contra la derecha En el invierno de 1927-8, la conduccion de! partido se dividio sobre la polftica a seguir respecto de! campesinado, con Stalin de un !ado y un grupo que ulteriormente se conocio como "la oposicion de derecha" de! otro. El problema inmediato era el suministro de grano. A pesar de una buena cosecha en el otono de 1927, la comercializacion por parte de !os campesinos y el suministro por parte de! estado cayeron muy por debajo de lo que se esperaba. El temor a la guerra era un factor, pero tambien lo era el bajo precio que el estado pagaba por el grano. Ante la inminencia de! programa industrializador, la pregunta era si el regimen debfa correr el riesgo politico de presionar mas a los campesinos o aceptar las consecuencia econ6micas de comprar la buena voluntad de estos. Durante la NEP, parte de la filosofia econ6mica de! regimen consisti6 en aumentar la acumulaci6n de capital de! estado pagando precios relativamente bajos por la producci6n agrfcola de los campesinos, cobrando al mismo tiempo precios re!ativamente altos por los bienes manufacturados que producfa la industria nacionalizada. Pero en los hechos, esta situaci6n siempre habfa estado mitigada por la existencia de un mercado libre de granos, que mantenfa los precios que pagaba el estado cercanos al nivel que seiialaba el mercado. Por entonces, el estado no queria enfrentarse al cam-
• ,,c,·ou:c16C: DE STALi:,;
!P"'
:' h b- hecho concesiones cuando, como • cl or lo tan to a ,a · , esina o v, p , .. " de I 923-4 la discrepanoa entre P ., J· "crisis de las tljeras ' · cl . curflO en a . I demasiado pronunc1a a. o , I ind ustna es era . 1· s precios agnco as e . . te pro"'rama de industna 1. lo I 997 el 1nn11nen o ' . . . Sin embargo, en - ' h f as Que el sum1n1stro ., . - en muc as orm.: . • zaci6n camb10 la ecuac1on , pel1'gro los planes para una r ble poma1en compensaria la importade granos no fuera con ia ., cl en gran esca a que xportacion e grano . U ba de! precio de! grano e. . . anJeras na su ci6n de maq u1nanas extr . .. )- expansion industrial, y tal r cl c1·spo111bles para a , , reducirfa los ,on os ' . I Jan quinquenal. Ademas, co. .impost'ble cumphr cone P ·ez hic1er;J. . , n inuv importante cl e , e una proporoo , 1 nlO se daba por sentac o qu . 1· . ba venia de solo una pequena ·e comerc1a 1za , codo el grano que s . de Rusia, parec1a de es· - cl I rrr·cultorescampesmos "k 1oporcion e os a.:, I . ! I rrrano beneficiaria a los uP t del preoo , e " ' · \ 1 erar que e aumen o - b' que al conJUnto c e I p . l -- . en- mas ien Iaks" -ene1mgos de iegim
campesinado. cl artido celebrado en di. no-reso e 1 P ' En el decimoqumto co " cl discusi6n p(1blica fue- l rincipales temas e .. , . ciembre de 192 /, os P . - de la "opos1c10n de iz1 I excomun10n ron el plan quinquena y a. , p ro entre bambalinas, el tema uierda" (trotsk1sta-z1noV1ev1sta). eb arte de! pensamiento q . . ocupaba uena p I de! summ1stro de granos , . discusiones con los de emanten1an ans1osas , de !os dirigentes, y se . cl ctoras de grano de! pa1s. . . I rernones pro u . 1· es ,,·c1 I de integrantes de! po ltgados de las- pnnopa cl I greso una canu ac . . cl Paco despues e con , . . iones invesugauvas e . , I parueron en mis . bur6 y· de! com1te centra . S 1· en uno de sus mfre. . El prop10 tam, . . urgencia a esas reg1ones. I a civil fue a mvesugar la . . · ia c]esde a guerr ' cuentes VlaJeS a la provinc . , I . lo en Siberia, encabezado . . El om1te de paruc situaci6n en S1bena. c cl I partido, el bien educado y llas ascendentes e . or una de Ias estre . . do evitar enfrentam1enP .S . estaba mtentan eficiente Serguei yrtsov, . . tros y Rvkov Uefe de! go. por los sum1111s , • d I J'tbur6) le habia asegura o cos con los campesmos 1 cl ., · · cegrante de po bierno soviet1co e m . P Stalin opinaba e otra , eta a seguir. ero la hnea corre . de J928 dio a conocer q ue esa era , r de Siberia a com1enzos , ' 7 manera. Al regresa 1· b , y el comite central. . t el po 1t uro , . su pun to de vista an e ., e ue el problema bas1co era que Stalin !leg6 a la conclus10n cl q c1·1das con el prop6sito I cl grano a escon los kulaks estaban acumu an o
161 REVOLLCJO'.'l DE ST.-\.Ll'.'l
160 de tener corno re hen al estado sovietico. Las medidas concilia rias como efevar el precio del grano o increnH:ntar e1 surninistr. de bienes n1anufacturados para el curnpo no tenfan sentido,
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que las dernanda.s de los kulaks no harian masque ir en aumento•. -:: De todas maneras, el es_t~do no podfa pe~mitirse_ceder a tales d"':t;,f' mandas, pues la mvers,on mdusmal tema la pnondad. La solu.;_,f cion de corto plazo (a la que se ha designado corno el metodoJ "U rales-Siberia" de lidiar con el campesinado) era la coercion: loso "especuladores" campesinos debian ser combatidos mediante el: aniculo 107 de! Codigo Penal, designado en origen para lidiar, con especuladores urbanos. .1 Stalin sugirio que la solucion de largo plazo era forzar la co-· lectivizacion agricola, lo que aseguraria un suministro de grano: confiable para las necesidades de las ciudades, el Ejercito Rojo y la·, exportacion, quebrando ademas el dominio de los kulaks en el · mercado de granos. Stalin negaba que esta politica implicara medidas radicales contra los kulaks ("dekulakizacion ") o un regreso a las practicas de requisicion de grano de la guerra civil. Pero la negativa misma tenia una resonancia siniestra: para los comunistas a la busca de lineas orientativas, la referencia a las politicas de la guerra civil unidas a la ausenda de toda referenda a la NEP equivalia a una serial de ataque. La politica de Stalin -
, . a inte rar el politburo) daba conartidaria de Moscu y as~i1~~n::; Volg! inferior, notando de paso ·os 1,arec1dos en la re,, habia llevado a algunos seJ . · , desde el centro · que la exces1va pres1on 'd 1plear indeseables metodos prob rel m-dnO s Accidental c.,,-,cionarios locales de! part! o a en ,~. d ra" para o tene e,-· · jos del "comumsmo e guer - d . d ma! parados a hombres coO - · l' eliberad amente, Stalin hab1a ep. - d . - de ]ado su pracuca od E l politburo, eJO 010 Frumkin y Uglanov. n e ·mplemente hacia aprobar · un consenso v s1 . . 'nicial de constru1r . , d \a forma mas arbitrana y decisiones politicas a la fuerza e
:us
Provocativa. - . - d derecha a S ta1·m c omenzaba a aglutinarse d Una opos1non e . d 1998 a pocos meses e
tido a cormenzos e - ' . d I ,erda La esencia de la posen )a dirigencia . e par . ., d . e: l d la opos1c1on e 1zqu1 . . I la derrota ,ma e l"t· co Ylas politicas soc1a es ue el marco po t l , , rura de la derec h a era q . tables v que estaS re,, .. ' ·p d b- n permanecer mrnu basicas de la NE e ,a 1 . . t de la construcc1on del d d r' enfoque enm1s a J resentaban el ver a e < •• l rcion a los campesinos, e P baseopomaa acoe . d . k I k l"• politicas destinadas a estlsodalismo. La erec pehgro 'U a Y = , f · \ excesivo en as1s en e ue enfrentara a los camde clases en el cam po q ., mular una guerra - . " gumento de que la coercion n los mas ncos. "' ar . . . b . =rantizar el sum1mst1 o Pesinos Po res co . s era necesana para :o. contra los campesmo . , de granos que fmanctato la export.ac,on ' . 1 de gr.mos (y por o tan , . . . - ) la derecha respondia sug1ria el proyecto de indusmaltzdacio_~ , ·1nd us trial del primer plan . t de pro ucc1on . riendo que las me a 5 " 1· " es decir, relat1vamente b' antenerse rea ,stas . , la n ueva poli tica de guerra q uinq uenal de hian m bien se opoma a . . t i·guentsia eJ· emplificada por bajas. La derec a tam . tra la anugua m e I •. de clase agres1va con 1· ar la atrnosfera de cns1s en. . Sh . t e intentaba neutra iz ' el ju1c1O de aJ I, . , _ de la inrninencia de la guerra endr.1da por \a constante d1scus10n g . d - . y saboteadores. y el pe\1gro e esp1as hisr.as del politburo eran Rykov, cabed. en J. efe de Pravda, caLos dos pnnc1pales derec . . ., · BuJann e 1tor zadel gobierno sovienco y . ' d ,scado teorico marxista. . 1 Comumsta v esbeza de la lnternac1ona - . 's . \' subvada la noci6n de d poht1cos con tam ' Tras sus des~cuer o~ ilateralmente las reglas de! juego poque este hab1a cambia~o un d I erte de Lenin, descartan. , aba este des e a mu , litico segun se JUg · . d la conducci6n colecuva Y do abrupt.amen re las convenc1ones e
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aparentcmente abandonando en forn1a simult<.lnea las bases politicas fundamentales de la NEP. Bujarin, ardiente polemista pro Stalin en las batallas con los trotskistas y zinovievistas experimentaba una particular sensaci6n de haber sido traicionado en lo pers0-. nal. Stalin lo habia tratado como a un par politico, asegurandoie que ambos eran Ios dos "Himalayas" de! partido, pero sus acciones sugerfan que sentia poco respeto genuino por Bujarin en lo politico yen lo personal. Bujarin reaccion6 in1petuosamente ante esta decepcion, dando el paso, politicamente desastroso, de iniciar con\·ersaciones secrctas con algunos de los dirigentes de la derrotada oposicion de izquierda en el verano de 1928. Acuso en privado a Stalin de ser un "Gengis Khan" que destruiria a la revolucion, Io cual Ilego rapidamente a oidos de este, pero no contribuy6 a la credibilidad de Bt0arin entre aquellos a Ios que tan recientemente habia atacado en nombre de Stalin. A pesar de esta iniciativa privada de Bt0arin, los derechistas de! politburo no hicieron ningun intento real de organizar una faccion opositora (va que habian observado los castigos por "faccionalismo" 1ue habia recibido la izquierda), y Ilevaron adelante sus discusiones con Stalin y sus partidarios en el poli tbur6 a puertas cerradas. Sin embargo, esta t;ictica tan1bien result6 tener serias desventajas, ya que los derei:histas encubiertos de! Politburo se vieron obligados a participar en ataques piiblicos a un vago y anonimo "peligro derechista" -lo cual significaba la tendencia a la cobardia, la falta de seguridad en el liderazgo y la falta de confianza revolucionaria- en el partido. Para quienes estaban afuera de! circulo cerrado de la dirigencia partidaria quedaba claro que se estaba desarrollando a]guna clase de lucha por el poder, pero pasaron muchos meses hasta que se definio ciaramente cuales eran los temas en discusion y la identidad de ios acusados de derechistas. Los derechistas de! politburo no podian buscar un apoyo en gran escala en el partido, y su plataforma solo fue dada a conocer en forma de distorsionada parafrasis por sus opositores, ademas de a craves de ocasionales sugerencias y referencias propias de las fabulas de Esopo por ios propios derechistas. Las dos principales bases de poder de la derecha eran la organizacion de! partido de Mosc(1, encabezada por Ugianov y el consejo
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central de sindicatos, encabezado por el derechista integrante dei politburo Mijail Tomskv. El primero cayo en manos de ios estalinis-t,"LS en el otoii.o de I 928, tras lo cual fue somet1do a una purga dtngida por el viejo allegado a Stalin, Viacheslav Molotov. El segt~ndo cav6 unos meses despues, esta vez median te una operac1on cond~cida por un ascendente partidario de! estalinismo, Lazar l(aa-anovich, por entonces solo aspirante a integrar el politburo, pero ;a conocido por su dureza y su habiiidad politic_a gracias a su ~ntervenci6n previa en la notoriamente problem'J.ttca organ1za~1on de! partido en Ucrania. Aisiados y sin iniciativa, ios derech1stas dei politburo finalmente fueron identificados por su~ nombres Y llevados ajuicio a comienzos de 1929. Tomsky perd10 la conducci6n de Ios sindicatos y Bujarin fue despiazado de sus puestos de la Internacional Comunista y dei consejo editorial de Pravda. Rykov -el decano de Jos derechistas dei politburo, politico mas cauto Y pragmatico que Bujarin, pero tal vez una fuerza a se~ tomada mas en serio que este en la cupuia dei partido- contmuo al frente de! gobierno so,ietico por casi dos aii.os despues dei derrumbre de la derecha, pero fue remplazado por Molotov en I 930. . La verdadera fuerza de ]a derecha en el seno del parudo Y la elite administrativa es dificil de evaiuar, dada la ausencia de conf1icto abierto o facciones organizadas. La purga intensiva de la burocracia dei partido y el gobierno que siguio a la derrota de la derecha, hace suponer que ta] vez Ia derecha tenia_(o se_creia que tenia) considerable apoyo. 9 Sin embargo, ios func1onanos despl~zados por derechismo no necesariamente eran derech1stas _1deoloo-icos. El rotulo de derechistas se aplicaba tanto a los d1s1dentes ideoiogicos como al "peso muerto" burocratico -es de_cir, aquellos funcionarios a quienes se consideraba demas1ado mcomp~tentes, apaticos y corruptos para estar a la alrnra de los requenmientOS de Ia agresiva revoiucion desde arnba eJectutada por Stalin. Esta claro que estas categorfas no eran identicas: ponerles el mismo r6tulo era simplemente una de las formas de los estalinistas de desacreditar a la derecha ideologica. Del mismo modo que quienes se habian opuesto previamente a Stalin, ]a derecha fue derrotada por Ia maquina partidaria que controiaba Stalin. Pero en contraste con otras luchas por el
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Jiderazgo, esta implicaba temas de discusi{,n de principios y politi. cas daramente definidos. Como tales temas no eran sometidos a voto, solo podemos especular con respecto a la act.itud del conjun. to del partido. La plataforma de la derecha entranaba un menor. riesgo de conmoci6n social y politica, y no requeria que los cua. dros del partido cambiaran los habitos v la orientaci6n de la NEP, Del !ado del debe, la derecha prometia mucho menos que Stalin en materia de logros; y, a fines de la decada de 1920, el partido tenia hambre de logros y no contaba con nuestro conocimiento retrospectivo de cuales seria los costos. A fin de cuentas, lo que proponia la derecha era un prograrna moderado, de poca ganancia y poco conflicto para un partido que era belicosamente revoludonario, se sentia amenazado por una variedad de enemigos internos y externos y continuaba creyendo que la sociedad podia y debfa ser transformada. Lenin habia ganado aceptacion con un programa como ese en 1921. Pero en 1928-9, la derecha no tenia un Lenin que la condujera; y las politicas de retirada de la NEP ya no podfan ser justificadas (como en 1921) por la inminencia de! colapso economico total y la revuelta popular. Si los [[deres de la derecha no buscaron publicitar su plataforma o forzar un debate generalizado en el panido sobre los temas en discusi6n, ello puede haberse debido a que tenian buenas razones que iban mas alla de sus declamados escrupulos sobre la unidad partidaria. La plataforma de la derecha era racional y ta! vez tambien ( como ellos decian) leninista, pero no era una buena plataforma para hacer campana dentro de! partido comunista. En terminos politicos, los derechistas tenian la clase de problemas que, por ejemplo, enfrenta1ian Jos lideres conservadores bricinicos si debieran hacer concesiones importances a los sindicatos o los republicanos estadounidenses si planearan aumentar los controles federales e incrementar la regulaci6n gubernamenral a las empresas privadas. Por razones pragmaticas, tales politicas podian prevalecer en las discusiones a puertas cerradas de! gobierno (en eso consistia la esperanza y la estrategia de la derecha en 1928). Pero no provefan de buenas consignas con las que rnovilizar a los fieles de] partido. tv1ientrd5 que la derecha, como las oposiciones que habian exisrido previamente, tambien enarbolaba la causa de una democracia
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mas amplia denrro de! partido, ello ten faun valor dudoso a la hora de obtener votos comunistas. Los funcionarios partidarios locales se quejaban de que socavaba su autoridad. En una discusion panicularmente aspera ocurrida en los Urales, a Rykov se le dijo que la intencion de la derecha parecia ser la de atacar a "los secretarios [regionales] del partido ", rn es decir, culparlos por cualquier cosa que andm~era mal y, ademas, pretender que no tenian derecho a sus cargos por no haber sido elegidos corno corresponde. Desde el pun to de vista de! funcionario provincial intermedio, Jos derechistas eran mas bien elitista.s que democratas, hombres que, ta! vez por estar demasiado tiempo en Mosd1, habian perdido contacto con las bases partidarias.
El programa industrializador Para Stalin, como para el principal modernizador de! ultimo periodo zarista, el conde Witte, un veloz desarrollo de la industria pesada de Rusia era un requisito previo a la fuerza nacional y el poderio militar. "En el pasado", dijo Stalin en febrero de 1931, ... no teniamos patria, ni podiamos tenerla. Pero ahora que hemos derrocado al capitalismo y el poder est.a en nuestras manos, en manos del pueblo, tenemos una patria y debemos defender su independencia. (Quert:is que nuestra patria socialista sea derrotada y pierda su independencia? Si no quere':is que eso ocurra, debeis terminar con su atraso lo antes posible y construir su economia soclalista con
ritmo, genuinamente.
Este era un asunto de total urgencia, pues el ritmo de la industrializadon determinarfa si la patria socialista sobrevivia o se derrumbaba ante sus enemigos. Aminorar el ritmo significaria quedar por el camino. Y los que quedan por el camino son derrotados, Pero no queremos ser derrotados. ;~o. nos ne:gamos a ser derrotados! Una caractcristica de Ia his-toria de la vieja Rusia fueron las conUnuas derrotas que le hizo sufrir
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SHEIL~ FITZPATR!Cl(
su atraso. Fue derrotada por mogoles. Fue derrotada por beys turcos. Fue derrotc1.da por gobernantes feudales suecos. Fue derrotada por nohles polacos y lituanos. Fue derrotada por capitalistas brilanicos y franceses. Fue derrotada por baron es japoneses. Todos la derrot~tban -debido a su atraso, debido a su atraso militar, atraso cultural, atraso agrfcola ... estamos cincuenta o cien arias por detr:is de los pafses avanzados. Debemos compensar esa brecha en diez afi.os. 0 lo hacemos o nos hundimos. 11
Con la adopcion de! primer plan quinquenal en I 929, la indusu;_alizaci6n se convirtio en la primera prioridad de! regimen soVIet1co. La agencia estatal que encabezaba la marcha a Ia industrializacion, el Comisariato de la Industria Pesada (sucesor de! Supremo Consejo Economico) fue dirigido entre 1930 y 1937 por Se_rgo Orzhonikidze, uno de los integrantes mas poderosos y dinam1cos de la dirigencia estalinista. El primer plan quinquenal se centro en el hierro y el acero, llevando las plantas va establecidas en Ucrania a su maxima capacidad productiva v con,struyendo desde cero nuevos complejos inmensos como Niagnitog~rsk en las Urales meridionales. Las plantas de produccion de tractores tambien tenfan alta prioridad, no solo por las necesidades inmediatas de la agricultura colectivizada (aumentadas por el hecho de que los campesinos habfan sacrificado sus animales de tiro durante el proceso de colectivizacion) sino porque podfan ser reconvertidas para producir tanques con relativa facilidad. La industria de maquinas-herramienta se expandio rapidamente con el fin de Iibrar al pais de !a importacion de maquinarias de! extranjero. La industria textil languidecfa, a pesar de! hecho de que el estado habfa invertido intensamente para desarrollar!a durante la NEP y de que contaba con una fuerza de trabajo amplia y experta. Pero, como se dice que dijo Stalin, el Ejercito Rojo no combatiria con cuero v tela sino con metal. 12 ' La prioridad que se le dio al metal estaba inextricablemente ligada con consideraciones de seguridad nacional v defensa pero en lo que respecta a Stalin, parecfa tener un sig;ificado q~e ib~ mas alla de esto. A fin de cuentas, Stalin era un revolucionario bolchevique que habfa tornado su nombre de la palabra rusa sta/', que
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sio-nifica "acero"; •v, a comienzos de la decada de 1930, el culto a la 0 produccion de acero y hierro de fundicion sobrepasaba incluso al naciente culto a Stalin. Todo se sacrificaba al metal en el primer plan quinquenal. De hecho, la inversion en carbon, energia electrica y ferrocarriles fue tan insuficiente que las escaseces de con1bustibles y energia a n1enudo a1nenazaban con par~lizar a las plantas metalurgicas. Para Gleb Krzhizhanovsky, el antiguo bolchevique que encabez6 la comision de planificacion estatal hasta 1930, Stalin y Molotov estaban tan obsesionados con la produccion de metal que tendian a olvidar que las plant,lS dependfan de Ia materia prima que Jes llegaba por ferrocarril y de! suministro sostenido de combustible, agua y electricidad. Asf y todo, la organizacion de suministros y distribucion fue posiblemente la mas formidable de las tareas de las que se hizo cargo el estado en el transcurso de! primer plan quinquenal. Tai coma lo hizo (sin exito yen forma temporal) una decada antes bajo el comunismo de guerra, el estado tomo el control casi total de la economia, la distribuci6n y el comercio urbanos; y esta vez su participacion fue permanente. La limitacion de las manufacturas y el comercio privado comenzo en los (I!timos a11os de la NEP, y el proceso se acelero con una campaiia contra los hombres de la NEP -que combino la denigracion en la prensa, el acoso legal y financiero con el arresto de muchos hombres de negocios por "especulacion "- en 1928-9. Para comienzos de la decada de 1930, hasta los pequeiios artesanos y tenderos habfan sido forzados a abandonar sus actividades o a in tegrar cooperativas supervisadas por el estado. Con la colectivizacion simultanea de buena pane de la agricultura campesina, la vieja economfa mixta de la NEP desaparecfa rapidamen te. Para los bolcheviques, el principio de planificacion cen tralizada y control estatal de la economfa tenfa gran significado, y la introduccion, en 1929, de! primer plan quinquenal fue un hito en el ca1nino al socialismo. Ciertamente fue en estos aiios que se echaron !os cimientos institucionales de la economfa planificada sovietica, aunque fue un periodo de transici6n y experimentaci6n en el cual el componente "planificador" de! crecimiento econ6mico no siempre puede ser tornado muy literalmente. El primer
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plan quinquenal renfa una relaci6n mucho n1~is tenue con el fun~ cionam:iento real de la econon1ia que los planes quinquenaies pos,.. teriores~ de hecho era un hibrido de planificaci6n econOmica ge~ nuina con exhortacion politica. Una de las paradojas de Ia epoca era queen el memento algido de! plan, los anos 1929-31, las agendas planificadoras estatales estaban siendo tan implacablemente purgadas de derechistas, ex menche\iques y economistas burgueses que apenas si conseguian mantenerse en funcionamiento. Tanto antes como despues de m introducci6n en 1929, el piimer plan quinquenal pas6 por muchas versiones y revisiones, con distintos equipos planificadores que respondian en distinto grado _a la presi6n de los polfticos. 13 La version basica que se adopt6 en 1929 no tomo en cuenta la colectivizacion de la agricultura, sube£. tim6 ampliamente la necesidad de mano de obra de la industria y trato en forma harto difusa temas como la produccion y el come;. cio anesanales, en !os que la politka del regimen seguia siendo ambigua e inarticulada. El plan fijo metas de produccion -aunque en areas clave, como la metalurgica, estas fueron elevadas repetidamente una vez que el plan estuvo en marcha- pero solo dio indicaciones muy vagas con respecto a la obtenci6n de los recursos necesarios para aun1entar Ja producci6n. Ni las sucesivas versiones del plan ni la declaracion final de los logros de! plan tenian mucha relacion con la realidad. lnduso el titulo del plan resulto no ser exacto, pues finalmente se decidi6 completar (o concluir) el primer plan quinquenal en su cuano aiio. 1
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Se insto a la induscria a exceder las metas de! plan mas bien que simplemente cumplir con ellas. En otras palabras, este plan no pretendia adjudicar recurses o equihbrar demandas, sino hacer avanzar la economia a cualquier costo. Por ejemplo, la plan ta de fabricaci6n de tractores de Stalingrado solo podia cumplir con el plan produciendo mas tractores que lo planeado, aun si esto produjera un total desbarajuste en las plantas encargadas de suministrarle metal, panes electricas y neumaticos. Las prioridades de suministro no estaban determinadas por un plan escrito sino por una serie de decisiones ad hoc de! comisariato para la industria pesada, el consejo gubernamental de trabajo y defensa v aun el politburo de! partido. Habfa feroces competencias en t~lrno de
169 la Jista oficial de los proyectos y empresas de maxima prioridad (udamye), ya que ser induido en e!la significaba que los proveedores debian ignorar todos Ins contratos y obhgac10nes prenos hasta que cumplieran con sus obligaciones hacia los udamye. Pero las maximas prioridades cambiaban constantemente en respuesta a la crisis, a inn1inentes desastres_ o a un.a nueva elevacion de las meras en alguno de !os sectores mdustnales clave. Las "rupturas en el frente industrializador" signific~ban que_nue~-as reservas de hombres y materiales debian ser desv1adas haem alh, proveian un elemento de emocion a la cobenura realizada por la prensa sovietica que, de hecho, se extendia a la v'.d_a cotidiana de Jos industrializadores sovieticos. El mdusmal sov1et1co exltoso durante el plan quinquenal probablemente no fuese un funcionario independiente sino mas bien un movedizo empresario, dispuesto a tomar atajos v aprovechar cualquier oportumdad de ganarles de mano a sus competidores. El fin -cumplir con las metas v aun excederlas- era mas importante que los medios; y hubo casos en que plantas desesperadamente necesitadas de sumi~istros emboscaron trenes de carga y requisaron lo que llevaban, sm consecuencias mas graves que una ofendida nota de queja de las autoridades a cargo
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SHEIL~ FITZPATRICK
un pap_el en la polftica interna partidaria, ya que quienes hacian campana en .nombre de. Stalm se habian aseo-urado de que IOS ct·~ . . o ngen tes parndanos reg1onales comprendieran Ios be ne r,Ictos · que los planes 1ndustnahzadores de Cste tr· erfan a stis re · ~ . _ '1 ~ , g1ones. p ero fue en los _ulumos anos de la decada de 1990 . d o Ias d ecisio-· · - , cuan nes ~el pnmer plan quinquenal se hicieron inminentes, cuando los OJOS de los bolcheviques realmente se abrieron a una c1,· ., r. menSIOn po 1t1ca totalmente nueva: la competencia entre regiones ser s_edes de la industrializacion. En la decimosexta conferencia ~~~ partido de 1929, a los oradores !es costo mantenerse concentrad I l h ·c1 1· . OS en a ,uc a I eo ogica con la derecha ya que estaban intensamen~ te preocupados por asuntos mas practicos: como noto con a ·_ I ·· en :uc un v,eJo b~Ichevique: 'Todos los discursos terminan con ... iDennos una fabrica en los Urales y al de1nonio con las derechistas! ;Dennos una usina eICctrica y al den1onio con Ios derechistas!'"l5 · Las organizaciones partidarias de Ucrania v de Jos Urales f . se en rent.:--iron duramente por la distribuci6n de fondos de inversi6n para _Ia construcci6n de ~~tnplejos mineros y metalUrgicos y de planus para _Ia con~trucc,on de m,\quinas; y su rivalidad -que atraio la part1npac1on de import:antes polfticos de nivel naciona] com~ Lazar K..tganovich, ex secretario del partido en Ucrania v Nik,ola1 Shvernik, quien encabez6 la organizacion partidaria e~ los Crales ~ntes de hacerse cargo de la direcci6n de los sindicatos a nive'. nac,onal- continuarfa durante toda Ia decada de 1930. Tamb1en surgieron intensas rivalidades respecto a ]a ubicacion de plan tas especificas cuya construccion estaba pre,ista como part:e de! pnmer plan qumquenal. Media docena de ciudades rusas v ucranianas se postularon para que se radicara en ellas Ia plan ta cl~ tractores que finalmente se instalo enjarkov. Una batalla parecida, probahlemente la pnmera de su tipo, se venfa disputando encarmzadamente desde 1926 en torno de Ia ubicacion de Ia planta de fabncac,on de maquinas de los Urales (Uralmash): Ia ciudad ~ue finahnente triunf6, Sverdlovsk comenz6 Ia construcci6n con fon~os propios v sin autorizacion central de modo de forzar la dec1s1on de :Vloscl1 con respecto al lugar de radicaci6n. l6 _
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, La fuerte, competencia entre regiones (por ejemplo, entre Lcrarna Y lo Lrales) a menudo terminaba con una doble victoria:
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Ia autorizaci6n para construir dos plantas independientes, una en cada region, aun si la intenci6n original de los planificadores habia sido la de construir solo una planta. Este fue uno de los factores que provocaron el continua aumento de las metas y el crecin1iento incontrolable de los costos que caracterizaron al primer plan quinquenal. Pero ese no fue el 1mico factor, pues los politicos y planificadores centrales de Moscu obviamente padecian de "giganto1nania", la obsesi6n con lo enorme. La Uni6n Sovietica debia construiry producir masque ningun otro pafs. Sus plan1<'1.S debian ser las mis nuevas y mayores de! mundo. No solo debia alcanzar el desarrollo economico de Occidente, sino superarlo. Como Stalin no se cansaba de senalar, la tecnologia moderna era esencial para el proceso de alcanzar y sobrepasar. Las nuevas fa.bricas de autom6viles y tractores fueron construidas para producir mediante el sistema de lfnea de montaje, aunque muchos expertos habian aconsejado que este nose adoptara, porque el legendario capitalista Ford debia ser derrotado en su propio juego. En la practica, las nuevas cintas transportadoras a menudo permanecieron ociosas durante el primer plan quinquenal, mientras los obreros armaban trabajosamente los tractores sobre el piso de la fa.brica con el sistema tradicional. Pero incluso una cinta transportadora ociosa cumplia una funcion. En terminos concretos, era part:e de la inversion de! primer plan quinquenal para la produccion futura. En terminus simbolicos, al ser fotografiado por la prensa sovietica y admirado por los visitantes oficiales y extranjeros, transmitia el mensaje que Stalin queria que el pueblo sovietico y el mundo recibieran: la atrasada Rusia no tardaria en convertirse en la '"America sovietica"; su gran paso al desarrollo economico ya estaba siendo dado.
Colectivizacion Los bolcheviques siempre creyeron que la agricultura colectiva era superior a la explotacion agricola campesina individual, pero durante la NEP se dio por sentado que convertir a los campesinos a este punto de vista seria un proceso largo y arduo. En 1928, las granjas colectivas (koljozy) solo ocupaban el 1,2 de la superficie
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sembrada total, el 1,5 de la cual estaba ocupada por explotaciones de! estado y el restante 97,3 cultivada indi,idualmente por campesinos.17 El primer plan quinquenal no preveia ninguna transici6n a gran escala a la agricultura colectivizada durante su desarrollo·' v,,
de hecho, los formidables problemas de la industrializaci6n rapida parecian masque suficientes para mantener ocupado al regimen durante las siguientes arios aun sin agregarles una reorgan:i--
zacion fundamental de la agricultura. Sin embargo, como lo reconocia Stalin -y como tambien lo hideron Preobrayensky y Bt0arin en sus de hates de pocos aiios an. tes (vease supra, pp. I 48-150)- la cues ti on de la industrializaci6n estaba estrechamente vinculada a la cuesti6n de la agricultura campesina. Para que el proyecto de industrializaci6n fuese exitoso, e.l estado necesitaba suministros de grano confiables y bajos prec1Os de! grano. La crisis de suministros de 1927-8 destac6 el hecho de que los campesinos -o al menos la pequeiia minoria de campesinos relativamente pr6speros que suministraban la mavor cantidad de grano del mercado- podian "to mar al estado de, rehen" en tan to existiera un mercado libre y los precios que el estado le adjudicaba al grano fuesen negociables en la practica, ta! como habia ocurrido durante la NEP. Ya en enero de 1928, S,talin habia manifestado que consideraba ~l especulador ku!ak culpable de la crisis de suministros, y que creia que la colectivizaci6n de la agriculmra campesina proveeria el mecanismo de control que el estado necesitaba para garantizar suministros al precio yen el momento que el estado considerase adecuados. Pero el aliento a la colecth'izaci6n voluntaria en 1928 Yla primera mitad de 1929 solo produjo resultados modestos; y los suministros siguieron siendo un problema agudo, que preocupaba al regimen no solo por la carestia de alimentos en las ciudades sino por el compromiso de exportar granos como medio de financiar la compra de bienes industriales en el exterior. A medida que iban en aumento los metodos coercitivos de obtenci6n de suministros preconizador por Stalin, aumento la hostilidad entre el regimen y el campesinado: a pesar de los intensos esfuerzos por desacreditar a los kulaks v estimular el antagonismo de clase en el seno del campesinado, la unidad aldeana mas
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bien parecia fortalecerse que derrumbarse internamente ante las presiones externas. En el vernno de 1929, una vez que elimin6 en buena parte el mercado Jibre de granos, el regimen impuso cuotas de suministro y penas por no cumplir con ellas. En otono, los ataques a .los kulaks se hicieron mas estridentes, y los dmgentes del parudo comenzaron a hablar de un irresistible movimiento campesino hacia Ja colectivizaci6n en masa. Indudablemente, esto re!lejaba su sen· saci6n de que el enfrentamiento del regimen con las campesinos hab[a l!egado ran lejos que ya no le era posible retroceder, ya que pocos pueden haberse enganado con la idea de 1ue el proceso pudiera ser !levado adelante sin una aspera lucha. En palabras de lurii Pyatakok, un ex trotskista que se habia convertido en entusias-ta partidario de! primer plan quinquenal: No hay solucion para el problema de la agricultura en el marco de la explotac.i6n individual. y por lo tan to, estamos obligados a adof>lar una tasa extrema de colectiviz.aci6n de la agricultura. .. En nuestra. tarea, debemos adoptar los riunos de la guerra civil. Claro que no digo que debamos adopt.v los metodos de la guerra civil, sino que cada uno de nosotros ... debe obligarse a trabajar con la misma tensi6n con que trabaj.ibamos en tiempos de la lucha armada contra nuestro enemigo de cla.se. Ha llegado el periodo heroico de nuestra construe· ci6n del socialismo. 18
Para fines de 1929, el partido se habia comprometido en un programa absoluto de colecthizaci6n d" la agricult~,:" campesi~a. Pero los kulaks, enemigos de clase de! regimen sm1et1co, no senan admitidos en las nuevas granjas colectivas. Sus tendencias explotadoras ya no podian ser toleradas, anunci6 Stalin en diciembre. Los kulaks deb[an ser "liquidados como clase". El invierno de I 929-30 fue una epoca de frenesi, en la cual el animo apocaliptico y la ret6rica encendidamente revolucionaria de] partido realmente recordaban a las de] "periodo heroico" previo, la desesperada culminaci6n de !a guerra ci,-il y el comunismo de guerra en 1920. Pero en 1930, lo que los comunistas llevaban a las aldeas no solo era una revolucion ret6rica, y nose \irnitaban a saquear
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s11s alirnentos y despues partir, como hicieron durante la guerra civil. La colecti,izaci6n era un in ten to de reorganizar la vida carnpesina, estableciendo al mismo tiempo controles administrativos que llegaran hasta las aldeas. La naturaleza exacta de la reorganizaci6n requerida no debe haber quedado clara para muchos comunistas de provincia, dado que las instrucciones de] centro eran tan fervientes como imprecisas. Pero sf quedaba claro que el control era uno de los objetivos, y que el m,,todo de la reorganizaci6n era el enfrentamiento beligerante. En terminos practicos, la nueva politica requeria que los funcionarios de! campo forzaran un enfrentamiento inmediato con los kulaks. Ello significaba que los comunistas locales entraban en las aldeas,jun taban una pequeiia banda de campesinos pobres o codiciosos y procedian a intimidar a un punado de familias de "kulaks" (queen general eran los campesino.s mas Iicos pero a veces simpiemente campesinos que no eran que1idos en las aldeas o que habian incurrido en el desagrado de las autoridades locales por alg(m otro motivo), los expulsaban de sus casas y confiscahan sus propiedades. Al mismo tiempo, a los funcionariosse !es ordenaba alentara 1os dern~is campesinos a organizarse voluntariamente en comunas, y guedaba claro por el tono de las instrucciones central es en el invierno de 1929-.30 que es,: movimiento "voluntario" renia que producir resu!tados rapidos y espectaculares. Loque esto signifirnba habitualmente en la practica era gue los funcionarios convocaban a una reunion en la aidea, anunciaban la organizaci6n de un koljoz y sermoneaban y amedrentaban a los aldeanos hasta que un n{1mero suficiente de estos aceptaba inscribir sus nombres como inregrantes voluntarios de! koljoz. l:na vez que esto se lograba. los iniciadores deI nue,·o koijoz debian intentar hacerse de los animales de los aldeanos -el principal bien mueb!e entre los que constituian las propiedades de los aldeanos- y declararlos propiedad de la conrnna. Ademas, los colectivizadores comunistas (y en particular aquellos que pertenecian al Komsomol) solian profanar la iglesia e insultar a los "enemigos de clase" locales, como el sacerdote y el maestro. Estas acciones produjeron inrnediata.men te indignaci6n y caos en el cam po. Antes que entregar sus animaies, muchos campesinos 1
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refirieron sacrificarlos de inmediato, o se apresuraron a venderios en Ja ciudad mas pr6xima. Algunos kulaks expropiados huyeron a las ciudades, pero otros se escondian en los bosques durante el dia y regresaban a aterrorizar la aldea por Ia noc.he. L\orosas carnpesinas, a menudo acompafiadas dei sacerdotet 1nsultaban a los colectivizadores. A menudo los funcionarios eran golpeados, apedreados O victimas de disparos de agre.sores mns1bles cuando llegaban a Jas aldeas O se aley,ban de estas. Muchos nuevos integrantes
entre el l O de mayo y el 12 de junio de 1930. . .. Se dice que algunos colectivizadores comumstas, 1ra1_cion:· COS l Y humillados por la publicaci6n de "Mareados por el. ex1to , vohieron el retrato de Stalin de cara a la pared v se sum1ero·n· en Ia melancolia. Asi y todo, el colapso de! proyecto de .colect1v1zaci6n solo fue temporario. Decenas de miles de comumstas y obreros urbanos (incluidos los conocidos "25.000-ers", reclut:dos ante rodo en las granc1es p lantas d e 'Io·cu' rv , , Lenincrrado ". .v Lcrama) fueron urgentemente movilizados para que traba1asen en el .campo co1no organizadores y presldentes de koljoz. Una vez mas, se
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persuadi6 o forz6 pacientemente a los aldeanos a que se enro ran en Jos koljoz, esta vez conservando sus vacas y pollos. Segu· cifras oficiaks sovieticas, para 1932, el 62 por ciento de !os ho res aldeanos habia sido colecti,izado. Para 1937, la cifra habia ~.", cendido al 93 por ciento. 20 ~-Es indudable que la colectivizaci6n represent6 una verdad~ i "revolucion desde aniba • en el cam po. Pero no foe exactamente la clase de revo!ucion que describi6 la prensa s0vietica de la ep~ ca, que exager6 enormemente el akance de 1os ca1nbios acaeci-,: dos; v. en algunos respectos, fue una reorganizacion de la vida cam~. pesina menos drastica que ta intenrada durante las refo,·mas de Stolypin durante el pe1iodo zarista tardio (vease supra, p. 150). Se. gun la prensa sovietica, el koijoz era una unidad mucho grande que la antigua aldea y sus metodos agricolas se hab[an transfor. mado con la mecanizaci6n y la introducci6n de tractores. De hecho, buena parte de los tractores eran imaginarios para cornienzos de la decada de 1930; y los muy publicitados "koljoz gigantes" de 1930-1 se derrumbaron rapidamente o simplernente fueron eliminados, como habian sido creados, sobre el papel. El tipico koljoz era la antigua aldea, con sus campesinos -ahora en camidad algo menor debido a la emigraci6n, las deportaciones y la considerable merma de los animal,,s de tiro- viviendo en las mismas cabaifas de madera y arando los mismos campos de Ia aldea que antes. Las principales transformaciones ocurridas en la aldea fueron !as vinculadas a su administraci6n ya sus procedimientos de comercializaci6n. El mir aldeano fue abolido en 1930, y la administraci6n del koljoz que lo remplaz6 estaba encabezada por un presidente designado (al comienzo, habitualmente un obrero o un comunista de la ciudad). Dentro de la aldea-koljoz, la dirigencia tradicional campesina habia sido intimidada yen parte eliminada con la deportaci6n de los kulaks. Seg(m el historiador ruso V. P. Dani!ov, 381.000 hogares campesinos-al menos un mill6n y medio de personas- foeron dekulakizados y deportados en 1930-1, sin con tar a aquellos que sufrieron el mismo destino en 1932 y los primeros meses de !933. 21 (Mas de la mitad de los kulaks deportados fueron puestos a trabajar en !a industria y la construcci6n; v, aunq ue la
mas
. . n de )ibertad v no como · · b ~n un reanne avoria de ellos tra b ap a e ct" . l region a la que habian tll , • l s rohibia a ban onar a a sus aldeas nat1les). . onvictos, aun se e. P c dian regresar · . sidO deport.ados y no po b' entregar cantidades fip.s de graLas granjas co\ecuvas de ,an d' ,ct· 6 entre los integran· ·o costo se 1\1 l d v alirnentos al esta o, cuy .• . b ·o Solo el producto no ' tribuoon en tra aJ . tes del koljoz segun su con . d d los campesinos se seguia co. ehs pnva as e r de \as pequena5 pare ' . dividual v esta concesion nose forma ,n,ercializando en forma Ill • d l , vecto colectivizador. Para el . . despues e pro, , hasta muc h os anos . de entrega eran muy 0 z . d· kolJOZ las cuotas roducto general de ca a ' lo que equivalia a dos . · to de la cosec 11'1, P altas -hasta el 40 por cren . os comerdalizaban has. . , que los campesm . b·. ·Los campesinos recurneron o tres veces el porcentaJt. muv a10s. · · •. 105 ta entonces-- y 1OS prec -i{rn V resistencia pasiva. perO el reg1· a todo su repertono de evas , , l pudo inclu,·endo ahfi e v tomo todo o q ue ' . d las principales zonas e rnen se mantuvo ,rm , ·11 E.l resultado fue que mentos y semt as. . . . V lga central, Kas";Jstan lei pats -Ucrama, o roducci6n de granos' ·dos en la hambruna du· P .f 1 quedaron sumi v el Caucaso men< wna b. . de3· 6 un legado de eno.rme , d 1932 3 La ham wna , rante el verano e , • . . 1· ban en la reoion del \olga ~ mores que circu a b . resentimiento: segun ru - .d como un deliberado casngo · 1a cons1 eraron central, los campesmos . .d l colectivizaci6n. Calculos redel regimen por baberse resisn _o a a . -u· os ban demostrado que d de archrvo so,1e c cientes basados en atos ' I 1933 oscilaron entre los ·oducidas por la hambnma' e las muertes pr 29 tres v cuatro millones. , ·as . nme d.1atas de la hambruna fue que Una de las consecuenc,, 1 . d . los pasaportes inter· g'\ el regimen remtro UJO • 9 en diciembre d e l • -, , . la poblaci6n urbana .1 forma automanca a nos, concediendo os en l l crisis se hicieron todos losesd ral· durante toe a a \ aunque no a a ru ' . b dos campesinos no aban o'bl . a que los ham rea . fuerzos pos1 es par f . las radones ofrec,
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ere ii la h:unbruna), va que su objetivo principal durante la decada de 1930 era nna rapida industria!izacion, la que implicaba una r;i. pida expansion de la fuerza de trabajo urbana. Hacia tiempo que se daba por nerto que el campo ruso tenfa un gran exceso de po. blaci6n, :· los dirigentes sovieticos esperaban que la colectivizaci6n Y la mecanizaci6n racionalizaran la producci6n agricola, de ese modo reduciendo aim m:is la cantidad de braz.os requerida por la agncultura. En renninos funcionales, Ia relaci6n entre colectiviza~ ciOn ye] n1ovimiento industrializador soviCtico tenfa mucho en co.. mun con el movimiento de cercamiemo privado de tierras hasta entonces comunales y la n-~voludOn industrial ocurridos en Gran Bretana hacia mas de un sif{lo . . . Claro que probableme~lte esta no fuera una ana!ogfa que los dmgcn tes so,ieticos evocaran: a fin de cuentas, Marx habfa enfatizado el sufrimiento provocado por el cercamieuto y el desarraigo campesino en Gran Bretafla> aunque esc proceso rescat6 a Ios campesinos de "la idiotez de !a vida rural" y, en e! largo plazo, Jos elev6 a un nivel superior de existencia social al transformarlos en proletarios nrbanos. Los comunistas sovieticos pueden haber sentido alguna ambivalencia acerca de la colectivizaci6n v Ia resultante en1igraci6n campesina, que era una desconcert.'1n~e 1nezcla de partida volantaria hacia los redentemente creados empleos industria!es, huida de !os lrnijoz y panida involuntaria por medio de ]a deportaci6n. Pero tambicn est:i c!aro que se sentian a la defensiva Yavergonzados por los desastres provocados por la colectivizacion y trataron de esconder todo el proceso detras de una conina de humo de evasivas, afirmaciones increibles y falso optimismo. A.si, en 193), uu ano en que dos millones y medio de campesinos emigr6 definitivamente a las ciudades, Stalin hizo la increible afirmaci6n de que los koljoz habfan resu!tado tan atractivos para los campesinos que estos ya no sentian la tradicional urgencia de huir de las miserias de la ,ida rural. 23 Pero esto solo fue el preambulo de su agumento principal, que el redutamiento de mano de los koljoz debia sustituir a la espontanea e impredecible panida de los campesinos. Durante el periodo 1928-32, la poblaci6n urbana de la Cnion Sovictica se increment6 en unos doce millones de personas, val
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menos diez millones de personas dejaron la aQ:ricultura v se con. ' • 2'f ~ VJrt1eron en asalanados. Estas eran cifras enormes, un trastorno d:mogr,tfico sin precedentes en la experiencia de Rusia, y, se ha ahrmado, de ningfo, otro pais en un periodo tan corto. Los campesinos j6venes y sanos estaban desproporcionadamente representados en la migraci6n, e indudablemente esto contribuv6 al subsigniente debilitamiemo de la agricultura colectivizada y ]; desmoralizaci6n de! campesinado. Pero, en esos mismos terminos, fa rnigraci6n hizo pane de la dirnimica de la industrializaci6n de Rusia. Por cada tres campesinos que se unian a granjas colectivas dur:mte el pr!mer plan quinquenal, un campesino dejaba la aldea para convenirse en obrero o empleado administrativo en algUn otro lugar. Los desplazamientos fueron una parte tan grande de Ia revoluci6n de Stalin como la colecti,~zaci6n misma. V
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Revoluci6n cultural La lucha contra Ios enemigos de clase fue una gran preocupaci6n de los comunisras durante el primer plan quinquenal. Durante la Campana de colectivizaci6n, la "liquidaci6n de los kulaks como clase" era el punto focal de la actividad comunista. En la reorganizaci6n de la economia urbana, los empresarios privados (hombres de la NEP) eran los enernigos de clase a eliminar. Estas politicas -todas las cuales implicaban el repudio de! enfoque rnas conciliador que habfa prevalecido durante la NEP- tenian su contrapartida en la esfera cultural e intelectual, en la cual el enemigo de clase era la inteliguentsia burguesa. La lucha contra la vieja inteliguentsia, los valores culturales burgueses, el elitismo, el pri,ilegio y la rmina burocratica constituyeron el fen6meno que los comempor:ineos llamaron "revoluci6n cultural". 25 El prop6sito de la revolucion cultural ern establecer la "hegemonia" comunista y proletaria, lo queen terminos pr:icticos significaba tan to afirmar el control de) partido sobre la vida cultural como abrir la elite administrativa y profesional a una nueva cohorte de j6venes comunistas y trabajadores. La revoluci6n cultural fue iniciada por la dirigencia de] partido --o, mas precisamente, por la facci6n de Stalin dent.rode la
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dirigencia- en la primavera de 1928, cuando el anuncio del inminente juicio de Shajti (vease supra, p. 155) se uni6 a un llamado a la vigilancia comunista en la esfera cultural, un nuevo examen de! papel de ]os expertos burgueses v el rechazo de las pretensiones de la antigua inteliguentsia a la superioridad cultural y al liderazgo. Esta campaiia se vinculaba estrechamente a Ia ]ucha de Stalin contra la derecha. Se representaba a los derechistas como a protectores de la inteliguentsia burguesa, demasiado confiados en lo consejos de expertos no pertenecientes al partido, complacientes ante la influencia de los expertos y ex funcionarios zaristas en el seno de la burocracia gubernamenta] y propensos a ser infectados por el "liberalismo corrupto" y los valores burgueses. Se inclinaban a preferir los metodos burocraticos antes que los revolucionarios y favorecfan al aparato del gobierno antes que al partido. Ademas, probablemente fuesen intelectuales europeizados que habian perdido contacto con las bases partidarias. Pero la revoluci6n cultural iba mas alla de una lucha facciosa en el interior de la dirigencia. El combate contra el dominio cultural burgues atraia mucho a lajuventud comunista, asi como a una cantidad de organizaciones militantes comunistas cuvo crecimiento se habia visto frustrado por la dirigencia de] ~artido durante la NEP, y aun a grupos de intelectuales no comunistas pertenecientes a distintos campos que disentian con la dirigencia establecida de sus profesiones. Grupos como la asociaci6n rusa de escritores proletarios (RAPP) y la Liga de ateos militantes se habian agitado durante toda la decada de 1920 en favor de politicas de confrontaci6n cultural mas agresivas. Los j6venes estudiosos de la Academia comunista y de] lnstituto de profesores rojos deseaban a toda costa enfrentarse a los enquistados estudiosos de mas edad, en su mayoria no comunistas que aun dominaban en muchos campos academicos. El comite central de! Komsomol y su secretaria, que siempre tendian al "van~ guardismo" revolucionario y aspiraban a un papel mas importante en Ia definici6n de politica, sospechaba que hacia tiempo las muchas organizaciones con las que el Komsomol tenia divergencias politicas habian sucumbido a la degeneraci6n burocratica. Pa-
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ra los j6venes radicales, la revoluci6n cultural era una 'vindicaci6n y, segU.n lo expres6 un observador, una liberaci6n. Desde esta perspectiva, la revoluci6n cultural fue un movimiento juvenil iconoclasta y beligerante, cuyos activistas, coma las de los guardias rojos de la revoluci6n cultural china de la decada de 1960 no eran de ninguna manera una d6cil herramienta de la dirigencia partidaria. Eran de mentalidad intensamente partidista, y afirmaban que, como comunistas, tenlan derecho a conducir y dar 6rdenes a los demas, pero al mismo tiempo, tenian una hostilidad instintiva hacia la mayor pane de las autoridades y las instituciones existentes, sospechadas de tendencias burocr5.ticas y "objetivamente contrarrevolucionarias". Eran conscientes de su identidad proletaria (aunque la mayor pane de los activistas pertenecian, por origen o por ocupaci6n, a los sec tores medios), desdeiiosos de la burguesia yen particular, de los respetables y maduros "burgueses hip6critas". Su piedra de toque revolucionaria era Ia guerra civil, donde tambien se originaba buena pane de la imagineria de su ret6rica. Eran enemigos jurados del capitalismo, pero tendian a admirar a los Estados Unidos, pues su capitalismo era moderno y en gran escala. La innovaci6n radical en cualquier campo los atrala enormemente. Como muchas de las iniciativas tomadas en nombre de la revoluci6n cultural eran espontaneas, producian algunos efectos inesperados. Los militantes llevaron sus campaiias antirreligiosas a las aldeas durante el momenta algido de la colectivizaci6n, confirmando asi las sospechas de los campesinos de que el koijoz era obra de] Anticristo. Ataques de la "caballeria ligera" de] Komsomol interrumpian el trabajo en las oficinas de! gobierno; y el "ejercito cultural" de! Komsomol (creado con el objetivo principal de combatir al analfabetismo) estuvo a pun to de tener exito en su intenci6n de abolir los departamentos de educaci6n locales -lo cual ciertamente no era un objetivo de la dirigencia de] partidoa los que consideraban burocraticos. J6venes entusiastas interrumpian la representaci6n de obras "burguesas" en ]os teatros de! estado silbando y abucheando. En literatura, los militantes de la RAPP lanzaron una campaiia contra el respetado (aunque no estrictamente proletario) escritor
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M,iximo Gorki en el preciso momento en que Stalin v otros dirigentes de 1 partido trataban de persuadirlo de que regresara de su exilio en !talia. Aun en el dominio de la teoria politica, los radkales segulan su propio c1n1ino. Crefan, como lo habian creido O'lUchos entusiasras comunistas durante la guerra ci,..iL que un cambio apocaliptico era inminen te: que el estado se extinguiria, llevandose consigo a instituciones tales como la Iey y las escuelas. A media.. dos de J930, Stalin afirm6 muy cliJramente que ta! creencia era un error. Pero su pronunciamiento pnicticamente fue ignorado has. ta que, m5s de un ano despues, la dirigencia del partido comenz6 un serio intento de disciplinar a los activistas de la revoluci6n cultural y terminar con sus "estlipidas intrigas". En campos como la ciencia social v la filosoffa, !osj6venes revolucionarios cultural es a veces eran empleados por Stalin y por la dirigencia de! panido para desacreditar teorias asociadas con Trotsky o con Bttjarin, atacar a ex mencheviques o facilitar la subordinaci6n de respetad.rLs instituciones culturales "burguesas al control de! partido. 26 Pero este aspecto de la revoluci6n cultural coexisti6 con un breve florecimiento de utopismo ,isionario que estaba lejos de] mundo de la politica practica y de las intrigas facciosas. Los ,isionarios -a menudo marginal es en sus propias profesiones cums ideas habian Rarecido hasta entonces excentricas e irrealizables-- se ocupaban de planes para nuevas "ciudades socialista.s", provectos para la vida comunitaria, especulaciones sobre la transformaci6n de la naturaleza y la imagen de! "nuevo hombre sovietico ". Se tomaban en serio la consigna de! plan quinquenal gue afirmaba que "estamos construyendo un nuevo mundo"; y, durante unos pocos aiios, entre el fin de la decada de 1920 y el comienzo de la de l 930, sus ideas tambien fueron tomadas seriamente y recibieron amplia publicidad ademas de, en muchos casos, considerable finandaci6n de diversas agencias del gobierno y otros organismos oficiales. Aunque la revo!uci{m cultural se describia como proletaria, e!lo no debe ser tomado Jiteralmente en lo que hace al dominio de la alta cultura y la erudici6n, En literamra, por ejemplo, los j6venes acfr,istas de la RAPP empleaban "pro!etario" como sinonimo de "comunista ": cu:mdo hablaban de establecer la "hegemonia proletaria", 1 '
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. esaban su propio deseo de dominar el cam po literario y de ser expr · d d I ·ct ... -onocidos como Unicos representantes acred1ta os e part1 o ,eL J · comunista en las organizaciones literarias. Sin duda, os arep1stas no eran totalmente cinicos al invocar el nombre de] proletanado, ues hadan cuanto pod fan por alentar actividades cultura!es .en las Pf'bricas v abrir canales de comunicaci6n entre los escntores a ( ~ h profesionales y la clase obrera. Pero todo esto se pareo~ muc o al espiritu de! "ir al pueblo" de los populistas de la decada de 187027 {vease supra, pp. 138-139). Los dirigentes de la n1teho-uentsia de la RAPP eran mas bien partidarios de! proletanado 0
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que parte de este. ., , , Donde el aspecto proletario de la revoluccon cultu~al_ si tema solidez era en la politica de "a.scenso" proletario que _r,egimen estimulaba vigorosamente durante ese periodo. La t_ra,cwn de la cnteliguentsia burguesa, dijo Stalin refiriendose al JU1c10 de Sha3t1, hacia imprescindible entrenar a sus reemplazantes proletanos a la m{ixima vdocidad posible. La vieja dicotomia que enfrentaba a_lo_s rojos con los expertos debia ser abolida. Era ho~a de, qu~ el regimen sovietico adquiriera su propia inteligue.nts1a (termmo que, en la for ma en que lo empleaba Stalin se aphcaba r,mto a !a eltte de especialistas como a la administrativa): y esa nuev_a mteltgu_e_nrsia debia ser reclutada entre las clases baps, en particular la dase
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. . obrera urbana. 23 de "ascender" a !os trabajadores a tareas admu11solitica ., La P trativa.s y de enviar a j6venes trabajadores a recibir educac1on superior no era nueva, pero nunca hab[a sido implementada con ta~.ta tan enorme como durante la revoluc,on · o e n un·i, esc·ala urcrencia . cultural. Enormes cantidades de trabajadores fueron ~s~end1dos directamente a la administracion industrial, se conv1rueron en funcionarios de ]os soviets o de! partido o fueron designados _co· le clase" purgados del gob1ermo reemplazantes d e Ios "enem1gos c , no central O de la burocracia sindical. De las 861.000 person:s ~l,isificadas como "cuadros condvctivos o especialistas" en la Cmon Sovietica a fines de 1933, mas de 140.000 -mas de uno en_ se,shabian estado empleados en u-abajos manuales solo dnco ,mos a~tes. Pero esta era solo la punta de! iceberg. La canudad total de tr,tbajadores que se desplazaron a trabajos administrs1nvos durante el
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primer plan quinquenal fue probablemente de al menos un mi!l6n y medio. Al mismo tiempo, Stalin lanzo una campaiia intensiva para enviar a j6venes obreros y conn1nistas a recibir educad6n superior, produciendo un importance trastorno en las universidades y escuelas tecnicas, indignando a los profesores ··burgueses~ y, mien~ tras dur6 el primer plan quinquenal, haciendo muy dificil que los egresados de la educaci6n secundaria pertenecientes a familias de] sector medio pudieran acceder a la educacion terciaria. Unos 150.000 obreros y comunistas ingresaron en la educacion superior durante el primer plan quinquenal, la mayor parte para estudiar ingenieria, va que por entonces se consideraba que los conocimientos tecnicos, no la ciencia soda] marxista, eran la mejor calificaci6n para el liderazgo en una sociedad en vfas de industrializarse. El grupo,
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abandonado las aldeas, expulsados por la colecti,izacion, la dekulakizacion o la hambruna, o habian sido atraidos por las nuevas oportunidades de trabajo surgidas en las ciudades. Las esposas de Jos hogares urbanos tambien trabajaban, porque con un salario no alcanzaba; las esposas rurales habian sido abandonadas por esposos que desaparecian en las ciudades; los niiios perdidos o abandonados por sus padres merodeaban en bandas de j6venes sin hogar ( bepriwmye), Estudiantes de secundaria "burgueses" que habfan contado con ir a la universidad se encontraban con el carnino bloqueado, mientras
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poblaci6n de Sverdlovsk (Ekaterinburgo), una ciudad industrial de los l'ralcs, aurnent6 un 346 por ciento. 3/J Tambien en la esfera politica habia habido cambios, aunque de tipo mas sutil y graduaL El cuito a Stalin empez6 en serio al fin de 1929 con la celebraci6n de su quincuagesimo cumpleanos. En las conferencias del partido y otras grandes reunlones, se volvi6 habitual recibir la entrada de Stalin con freneticos aplausos. Pero Stalin, quien recordaba el ejemplo de Lenin, pareda no dar!e importancia a tanto entusiasmo; y su posici6n de secretario genera) de! partido no cambi6 en lo formal. Con el recuerdo de! implacable ataque a la oposici6n de quierda, los lideres "derechistas" se cuidaban; y una vez que fueron derrotados, su castigo fue proporcionalmente mesurado. Pero esta fue la ultima oposici6n abierta (o cuasi abierta) en el seno del partido. La prohibici6n a las facciones, que desde 1921 existfa en teorfa_. ahora existla en la prictica, con el result.ado de que las potenciales facciones automaticamente devenian en conspiraciones. Los desacuerdos abiertos en materia de politica ahora eran una rareza en los congresos partidarios. La conducd6n de! partido cada vez tenia una actitud mas secreta acerca de sus deliberacioncs y las minutas de las reuniones de] comite central ya no circulaban rutinariamente ni ehm accesibles a las bases p;;rtidarias. Los lideres --en particular el supremo Lider- comenzaron a cultivar atribtttos di,iuos. haciendose misteriosos e inescrutables. La prensa so,ietica tambien cambi6, volviendose mucho menos vivaz e informativa en materia de asuntos internos queen la decada de 1920. Se pregonaban los logros econ6micos, a menudo de una forma que implicaba una flagrante distorsi6n de la realidad y manipubci6n de las est.adisticas; y la.s noticias referidas a la hambruna de 1932-3 nunca llegaron a los diarios. Las exhortaciones a mayor productividad ya estar atentos a los "saboteadores" eran la o,-den
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1917, pero en la decada de 1920 habia bastante trafico y comunicaci6n. Los intelectuales a(m podian publicar en el exterior; aun se podian leer diarios extranjeros. Pero la suspicacia hacia los extranjeros fue un rasgo prominente en los juicios ejemplificadores de la revoluci6n cultural, que reflejaba una creciente xenofobia de Ia dirigencia e indudablemente t.arnbien de la poblaci6n. La meta de "autarquia econ6mica" de! primer plan quinquenal tambien implicaba alejarse
6. Finalizar la revolucion
En terminos de Crane Brinton, una revoluci6n es como una fiebre que se apodera de un paciente, sube hasta alcanza__r_llnacri·sis y finalmente cede, dejando que el paciente prosiga su vida normal, "ta! vez hasta fortalecido por la experiencia en algunos aspectos, al menos inmunizado por un tiempo contra un ataque similar, pero ciertamente no convertido en una persona totalmente distinta de la que era". 1 Para emplear la met.-\fora de Brinton, la revoluci6n rusa pas6 por varios accesos de fiebre. Las revoluciones de 1917 y la guerra civil fueron el primer acceso, la "revoluciim de Stalin" de! periodo del primer plan quinquenal fue el segundo y las grandes purgas el tercero. En esta esquema, el periodo de la__N_E_Pfuc un periodo de convalcccncia seguido de una recaida, o, segtm algunos, de una nueva inyecci6n de -virus en el desdichado paciente. Un segundo periodo de convalecencia comenz6 a mediados de la decada d~ fa30 con las politicas de estabilizaci6n que Trotsky denomin6 "el Termidor sovietico" yTimasheff "la gran retirada".~ Tras otra recaida durante las grandes purgas de 1937-8, la fiebre pare-ff6-curada y un tembloroso paciente se levant6 de su cama para intentar proseguir con su vida normal. Pero, ,,:era realmente el pacierite Ia misma persona de antes de sus accesos de fiebre revolucionaria? cSeguia alli su vida anterior para que la retomara? Ciertamente, la "convalecencia" de Ia NEP aparej6 en muchos aspectos la continuaci6n de la clase de vida que habia sido interrumpida por el estallido de la guerra en 1914, los trastornos revolucionarios de I 917 y la guerra civil. Pero la "convalecencia" de Ia decada de 1930 fue de otra naturaieza, pues para entonces muches de los vinculos con la vida anterior se habian roto. Nose trataba tanto de retomar la vida anterior coma de comenzar una nueva. Las estructuras de la vida cotidiana en Rusia habian sido transformadas por los trastornos del primer plan quinquenal en
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una forma que no habfa ocurrido con la expe1iencia revolucion · de 1917-20. En 19~4, durante el interludio de la :\/EP, un mosco:': que volnese a su c1udad despues de diez ai10s de ausencia podfa haber ado Ja gufa de teJefonos de SU ciuclad (inmediatamente recollOCJ~le, pues su diseno y formato apenas si habian cambiado desde los anos de la pre 6rt,~rra) y at"m hubiese tenido una buena posibilidad de encontrar alh a sus antiguos doctor, abogado y ham, agente de bolsa, s,, pastelero favonto (que atm publicaba un discreto avi ddf'I. so on e_o rec,a e_ meJor chocolate importado), la taberna local y el cura parroco, as, como las firmas que antes habian reparaclo sus reloJes o le habian suminisu-aclo materiales de construcci6n O cajas reg1stradoras. Diez aiios mas tarde, a mediados de la decada de 1930 casi toclo~ estos nombr:s babrian desaparecido, y el ,iajero que regr: saba hab1a quedado aun mas desorientado ante el cambio de nombre de much as calles y plazas de '.lfoscu y la destrucci6n de iglesias y otros h1tos fam1liares. En pocos anos mas, la propia gufa de telefonos de_ la ciudad desapareceria, para no reaparecer hasta meclio siglo mas tarde. ·
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Como las revoluciones implican una concentraci6n anormal de energia lmmana, idealismo e ira, es natural que su intensiclad com,ence a decree er despues de cierto punto. Pero ,c6mo se finaliza una revoluci6n sin repudiarJa) Este es un problema dificil para los revoluc,onanos qtte permanecen en el poder el tiempo sufiCJente para ver como merma el impulso revolucionario. Quien fue revolucionario dificilmente pueda seguir la metafora de Brinton y afirmar que se ha recuperado de la fiebre revolucionaria. Pero Stalin esmvo a la altura del desafio. Su manera de terminar con la revoluci6n fue declarar la victoria. La ret6rica de la victoria llen6 el aire de b primera mitad de la clecada de 1930. Gn nuevo diario, llamado Nuestros lngros, fundado por el escriwr '.lfaximo Gorki, si11.t,:tizat,a este espiritu. Las batallas de la inclustrializaci6n y la rnlectivizaci6n han sido ganadas, proclamaban los propagandistas smieticos. Los enemigos de clase habian sido liquidados. El dcsempleo habia desaparecido. La educaci6n p_rimaria "'? hab[a vuelto universal y obligatoria y (se afirmaba). el mvel de alfabetizaci6n de los aduitos en la Union Sovietica alcanzaba el 90 por ciento. 3 Con su Plan, la Union Sovietica habia dado un
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gigantesco paso adelante en el dominio humano de! mundo: los hotnbres ya no eran victimas -indefensas de fuerza.s econ61nicas que no podian controiar. Un "nuevo hornbre sovietko"' emergfa con10 resultado de! proceso de construcci6n de] socialismo. Hasta el medio ambiente fisico estaba siendo u-ansformada, v las fabricas se alzaban en la estepa vacia 1nientras los cientificos sovieticos se consagraban a "la conquista de la naturnleza". 4 Decir que la revoluci6n habia triunfado equivalia a decir que .la revoluci6n habia terminado. Era hora de disfrutar de los frutos qe fa victoria, si es que habia alguno, o al menos de descansar del agotador ejercicio revolucionario. A mecliados de la decada de 1930, Stalin decia que la vida se habia hecho mas ligera y prometla "una dfa de fiesta en nuesu-a calle". L,s virtucles de! orden, la moderaci6n. la previsibilidad y la estabilicl" d vo!vieron a gozar de! favor oficial. En la esfera econ6mica, el segundo plan quinquenal ( 1933-7) fue mas sobrio y realista que su clesmedidamente ambicioso predecesor, aunque el enfasis puesto en la construcci6n de una poderosa base industrial no cambi6. En el campo, el regimen tuvo gestos conciliatorios hacia el campesinado, yen el marco de la colectivizaci6n se procur6 que el koljoz funcionara. lJn observador no marxista, Nicholas Timasheff describi6 con aprobaci6n lo que veia como "una gran retirada" de los valores v metodos revolucionarios. En este capitulo, analizare rr~s aspectos de la rransici6n de revoluci6n a posrevoluci6n. La prim era secci6n trata de la naturaleza de la victoria revolucionaria proclamacla por el regimen en la decada de 1930 "Revoluci6n cumplida", La segunda secci6n examina las polfticas y tendencias termiclorianas de ese mismo periodo "Revoluci6n traicionada". El tema de la tercera secci6n, "Terror", son ]as grandes purgas de 1937-8. Este arroja otra luz sobre el "retorno a la nonnalidad" de la segunda secci6n, )' nos recuerda que la normalidad puede ser casi tan elusiva como la ,ictoria. Del mismo modo en que la declaraci6n de victoria revolucionaria por pane del regimen era hueca en buena pane, tam bi en habia mucho de fingimiento v encranifa en las aseveraciones de que la vida volvia a la ' "por masque la poblaci6n quisiera aceptarlas. No es f:inormalidad, cil terminar una revoluci6n. El ,irus revolucionario sigue en el organismo y, en momentos de debilidad, puede recrudecer. Ello
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ocurri6 durante las grandes purgas, un acceso final de fiebre re~ volucionaria que quem6 casi todo lo que qucdaba de la revoluci6n, energia, ldeaHsn10, co1npromiso, ieguaje y, finahnente, a las revo)ucionarios n1is1nos.
"Revoluci6n cumplida" Cuanclo el d~ci_rnoseptimo congreso de] partido se reuni6 a comienzos de 1_934, se lo denomino "Congreso de los triunfadores". El triunfo en cuesti6n era la transformaci6n econ6mica ocurri-· da durante el periodo de! primer plan quinquenal. Laeco1!omfa ur: bana habfa sido completamente nacionalizada con excepci6n de un pequeno sector cooperative; la agricultura habia sido colecti,izada. De modo que la revoluci6n habia cambiado exitosamente los modos de producci6n; como todo marxista sabe, el modo de produccion es la base econ6mica sobre la cual reposan toda la superestructura de la sociedad, la politica y la culmra. Ahora que la Union Sovietica tenia una base socialist.a <'c6mo no iban a adaptarse a ella las superestructuras? Al cambiar la base, los comunistas habian hecho todo lo que habia que hacer-y probablemente todo lo que se podia hacer en tenninos marxistas-- para crear una sociedad socialista. Lo demas era cuesti6n de tiempo. Una economia socialista produciria el socialismo, de] mismo modo que el capitalisino habf': producido la democracia burguesa. ·· -·· Esa era la formulaci6n te6rica. En la practica, la mayor parte de los comunistas entendian la mision revolucionaria y la Victoria en terminos mas simples. La misi6n habia sido la industrializacion y la modernizaci6n economica, anunciada en el primer plan quinquenal. Cada nueva chimenea de fabrica y cada nuevo tractor eran una serial de victoria. Si la revoluci6n habia logrado sentar los cimientos de un poderoso estado industrializado moderno capaz de defenderse de sus enemigos externos en la Union Sovietica, habia cumplido con su misi6n. En estos terminos ,:que habia logrado? Nadie podia dejar de percibir las seiiales visibles de! programa industrializador sovietico. Habia obras en construcci6n en todas panes. Hubo un decidido desarrollo urbane dnrante el primer
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plan quinquenal: !gs_ viejos centros industriales .s.e _expa_n_dieron enormemente, tranquilas. ciudades de provincia se transforrn:~~on con la llegada de grandes fabricas y nuevos asentamientosindus-· triales y mineros brotaron en toda la Union Sovietica. Enormes nuevas plantas metalurgicas y de fabricaci6n de maquinas se truian o ya estaban en funciones Se construyeron el ferrocarril de Truk.sib y la gigantesca represa hidroelectrica de! Dnieper. Tras cuarro anos y medio, se declar6 que el primer plan quinquenal habia alcanzado sus objetivos. Los resultados oficiales, que fueron motivo de intensa propaganda so,ietica en los frentes interno y extemo, deben ser considerados con gran cautela. Aun asi,..Jos economista.s occident.ales por lo general han aceptado que hubo un crecimiento real, que equivali6 a lo que Walter Rostow denomin6 posteriorrnente "despegue" industrial. Al resumir los logros de) primer plan quinquenal, un historiador econ6mico britiinico not.a que "aunque las afirmaciones referidas al conjunto de la operaci6n son dudosas, no cabe duda de que naci6 una poderosa industria ingenieril, y que la produccion de maquinas-herrarnientas, turbinas, tractores, equipos metalurgicos, etc. ascendi6 en porcentajes realmente impresionantes". Aunque la producci6n de acero no alcanzo la meta fijada, de todas formas aumento (segun las cifras sovieticas) en casi un 50 por demo. La producci6n de mineral de hierro casi se duplic6, aunque el incremento planeado era aun mayor, y la hulla y el hierro de fundici6n casi se duplicaron en el periodo 1927-8 a 1932.5 Ello no significa que no hubiera problemas con un programa de industrializacion que enfatizaba la velocidad y la cantidad con tan fanatica implacabilidad. Los accidentes industriales eran comunes; habia un inmenso desperdicio de materiales; la calidad era baja, y el porcentaje de producci6n defectuosa, alto. _La estrategia sovietica era cara en terminos financieros y humanos; y no necesariamente optima siquiera en terminos de tasas de crecimiemo: un economista occidental ha calculado que la Union Sovietica habria podido alcanzar niveles de crecimiento similares para mediados de la decada de 1930 sin abandonar el marco de la NEP. 6 Con demasiada frecuencia, "cumplir y exceder el cumplimiento" del plan significaba ignorar toda planificaci6n racional y limitar el foco a unas pocas metas de producci6n a expensas de
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todo lo demas. Tai vez hubiera nuevas fabricas gue producian bienes tan llenos de atractivo coma tractores y turbinas, pero hubo una decidida escasez de clavos y materiales de embalaje durante todo el primer plan guingucnal, y todas las ramas de la industria resultaron afectadas por el derrumbe de los recursos cainpesinos de tracci6n ;i. sangre que ocurri6 con10 inespcrada consecuencia de Ia colectivizacion. La industria carbonifera de la cuenca de! Don estaba en crisis en ] 932, y una cantidad de otros sectores industriales clave tenfan graves problemas de construccion y producci6n. 7 i.'" >. 7 A pesar de los problemas, la industria era la esfcra en la cual Ia ' '"· .._ diriiencia so\ietica realmente creia estar Iogrando alg0-il-O"t,_'1b1e. Practicamente todos los comunistas opinaban asf, aun agucllos gi.re previamente habfan simpatizado con la oposicion de izguierda ode derecha; y ;ilgo de estos rnisn10s orgullo y excitaci6n se veia en la generacion mas joven, mas alla de afiliaciones partidarias, y hasta cierto punto, en el conjunto de la poblacion urbana. Muchos ex tro~ kistas habfan abandonado su oposici6n porque se entusiasmaron con el primer plan guinguenal, y hasta el propio Trotsky en esencia lo aprobaba. Los comunistaS gue se habian inclinado a la derecha en 1928-9 se habfan retractado, asociandose plenamente al programa industrializador. En la contabilidad interior de muchos gue hasta entonces dudaban, Magnitogosk, la planta de tractores de Stalingrado y los otros grandes proyectos industria1es compensaban los aspectos negativos de la carrera de Stalin, por ejemplo, la pesacla represion y !os excesos en la colectivizaci6n. La colectivizaci6n era el talon de Aguiles de! primer plan guin_9uenal, una fue_nte perm_anente de crisis, enfrentamientos y soluciones improvisadas. En su aspecto positivo, proveyo el deseado meca:_ nismo para la obtcncion de grano por parte de! estado a precios bajos v no negociab!es ya un volumen mayor gue el gue las campesinos estaban dispuestos a vender. Del !ado de! debe, dejo a las campesinos resentidos y poco dispuestos a trabajar, provoco el sacrificio de hacienda a enorme escala, llevo a la hambruna de 1932-3 (gue pro,·oc6 crisis en toda la economia y el sistema administrativo) y forz6 al estaclo a invertir mucho mas en el sector agricola gue lo pre,isto en la estrategia original de "exprimir al campesinado". 8 En teorfa, la co!ectivizacion podia haber significado muchas cosas. Tai
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coma se practicaba en la Union So,ietica de la decada de 1930, era una forma extrema de explotacion econ6mica estatal, gue el campesinado cornprensiblemente percibi6 como "una segunda sen,idun1bre". Ello no solo fue desmoralizador para las campesinos, sino para ]os cuadros de! partido gue lo experimentaron de primera mano. Nadie estaba realmente satisfecho con la colecti,izaci6n; las co- h~- :I., munistas la Yeian como ull.a bat..tlla ganada, pero a un costo muy alto. Ademas, el koijoz gue finalrnente llego a existir era muy diferen- >,_fC te de! koljoz de ]os sueiios comunistaS o al gue representaba la propaganda so,ietica. El verdadero koljoz era pegueiio, basado en las aldeas, y primitivo, mientras gue el koijoz soiiado era una exhibicion a gran escala de agricultura moderna y mecanizada. A.I verdadero no solo le faltaban tractores, gue se concentraban en terminales locales de tractores y maguinaria, sino gue de hecho sufria una grave escasez de traccion debido al sacrificio de caballos ocurrido durante ]a co!ectivizacion. El nivel de vida en la aldea cayo abruptamente con la colectivizacion, yen muchos lugares llego al mas desnudo nivel de subsistencia. La electricidad rural era aun menos frecuente gue en la decada de 1920 debido a la desaparicion de las molineros "kulak" cuvos molinos hidraulicos la generaban. Para desaz6n de n1uchos fu~cionarios comuniscas rurales, la agricultura colecthizada ni siguiera se habfa socializado por completo cuando se permiti6 a ]os campesinos gue conservaran pegueiias parcelas privadas, aungue esto Jes permitia e,itar el rrabajo en los campos colectivos. Como admitio Stalin en 1935, la parcela privada era esencial para la supervivencia de la familia campesina, ya gue proveia la mayor parte de la leche, huevos y hortalizas gue consumfan !os campesinos (y el res to de! pais). Durante buena parte de la decada de 193_0, la {mica paga g~e ]os campesinos recibian par su u·abajo en el koljoz era una peguena 9
parte de la cosecha de granos. .• En gue Jo gue respecta a ]os objetivos politicos de la revoluc10n, apenas se exagerarfa si se dijese gue la supervivencia de! regimen durante las meses de ansiedad de 193 I, 1932 y 1933 !es parecio a muchos comunistas un triunfo en si n1isma, t..11 vez incluso un n1ilagro. Pero no era una \-ictoria coma para celebrarla en pllblico. Se necesitaba alga mas, preferiblemente alga gue tuviera gue ver con el socia!ismo. A comienzos de la decada de 1930, la moda era hablar de
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la "consrrucci6n de! socialismo" y la "construcci6n socialista". Pero esras frases, que nunca se definieron en fonna precisa, sugerian un proceso masque un resultado. Con la introducci6n de la nueva constiruci6n so,ietica de 1936, Stalin indic6 que la fase de "construcci6n" estaba esencialmente terminada. Ello significaba que la instalaci6n del socialismo en la Union Sovietica era una misi6n cumplida. Te6ricamente, era un salto considerable. El significado exacto de "socialismo" siempre fue ,-ago, pero si se consideraba coma gufa el Esuuio y revoluci6n de Lenin (escrito en septiembre de 1917), este apare-jaba una democracia local ("sovietica"), ladesaparici6n del enfrentamiento de clases v la extinci6n de! estado. Este ultimo requerimiento era un problema,' ~e-n'i el mis optimist.a de los marxistas sovieticos . podia sostener que e1 esra.t:L:'."marc~ba la transici6n de la dictadura de! proletariado al socialismo'. -- . Segun la nueva constituci6n, todos los ciudadanos sovieticos nian iguales derechos y gozaban de libertades ci,iles apropiadas al
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socialismo. Ahora que la burguesia capitalista y las kulaks habian sido eliminados, Ia lucba de clases habia desaparecido. A(m existfan clases en ]a sociedad sovietica-la clase obrera, el carnpesinado, y la intdiguentsia (que, en su delinici6n estricta, no co_nstitufa una clase sino un estrato)- pero sus relaciones estaban hbres de antagonismo y explotaci6n. Tenian idemica jerarquia, y tambien eran iguales en su devoci6n al socialismo y al estado so'1etico. io _ Estas afirmaciones han enfurecido a muchos. comentanstas no sovietic~s en· transcurso de los aiios. Los socialistas han negado que el sistema estalinista fuese un verdadero socialismo; otros han s~iialado que las promesas de libertad e igualdad hechas por la consutuci6n eran un engaiio. Aunque hay espacio para discutir acerca de! grado de fraudulencia ode! grado de la intenci6n d_~ def;"udar'. 11 tales reacciones son comprensibles, pues la const1tuc1on solo tema un vfoculo muv tenue con la realidad sovietica. Sin embargo, en el contexto de Ja ~resente discusi6n, no hace falta tom~r demasiado ~n serio a Ja constituci6n: en lo que hace a las afirmac1ones de victona revolucionaria, eran un agregado que tenfa poca carga emocional tanto para el partido comunista como para la sociedad en su conj unto. A la mayor parte de las personas Jes daba igual, a otra.s I~ rnnfundi6. Una conmovedora respuesta a la noticia de que el soc1ahsmo ya existia provino de un joven periodista, verdadero ereyen te_ en el futuro socialista que sabia cuan primitiva y miserable era la vida en su aldea natal. Entonces, ,esto era el socialismo' "Nunca, antes ni des12 . _, pues, experimente ta! decepci6n, ta! desaz6n ". La garantia de igualdad de derechos de la nueva ~ons~tuc1on constituia un verdadero cambio con respecto a la const1tuc1on de la repiiblica de Rusia de 1918. ~-':.'.:'n~titu~i6nde 1918 habia sido explicita en no conceder igualdad de derechos: se pnvaba a los mtegrantes de ii antiguas clases explotadoras del derecho a votar en las elecciones sovieticas, y el voto de los obreros urbanos tenia 1m peso que se negaba al voto campesino. Asociada a este esquema, a p_artir de la revoluci6n regia una elaborada estructura de !eyes de d1scnmmaci6n de clase diseiiada para poner a las obreros en una posici6n privilegiada y perjudicar a la burguesia. Ahora, con la_~oll_sti_tuci6n de J936, todo_s, fuera cual fuere la clase a la que pertenec1anJ_<::_~ian derecho al voto. La categoria estigmatizada de las µpersonas
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sin derecho a voto" (lishentsy) desapareci6. Las politicas y practicas de discrin1inaci6n de clase ya estaban en extinci6n antes de la nueva constituci6n. Por ejernplo, para el ingreso a la sus uniYersidades se habia dejado de laclo haC!a algunos aiios la discri1ninaci6n en favor de los obreros. Asi, el abandono de la discrirninaci6n de chse era real, aunque de ninguna 111anera tan con1plcta con10 pretendia la constituci6n, y tropez6 con considerable resistencia por parte de los con1unistas, acostun1brados a hacer las cosas a la vieja usanza. 13 El significado de! carnbio podia interpretarse de dos rnaneras. Por un ]ado, el abandono de la discrirninacion de clase podia ser considerado un requisito previo a la igualdad socialist., ("rernluci6n curnplida"). Por otro, podia ser interpret.,do como el definitirn alejarniento de] proletariado por pane de regimen ("revoluci6n traicionada"). El estatus de la chsc obrcra y su relacion con el poder sovietico bajo el nuevo regimen no qucdaban darns. >iunca hubo un anuncio oficial directo de que la era de la dictadura de! proletariado hubiese finalizado (aunque esa era la consecuencia l6gica que entrari.aba el que la Uni6n So,ietica hubicra entrado en la era de! socialismo), pero Jos usos cornenzaron a des(artar tern1inos con10 "hegen1onfa proletaria" en favor de formulas miLs blandas como "el papel protag6nico de la clase obrera". Criticos rnarxisl
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fin de cuenLtS, con10 queda implfcito en sus con1entarios al decimo oct,wo congreso de! partido en 1939, la flor de la antigua clase obrera rernlucionaria habia sido trasplantada de hecho a la nueva inteliguentsia so\ietica, y si los obreros que no habian podido a.-;cender eswban envidiosos, t.,nto peor para ellos. Caben pocas dudas de que este punto de ,ist., !es parecia perfecL,mente logico a los "hijos de la cl£LSe obrera" de la nueva elite, quienes, como suelen hacer quienes .. isciendcn' sociahnente en cualquier entorno, estaban sinntltanearnente orgullosos de su modesto origen y f'elices de haberlo dejado muyatr:LS.
"Revoluci6n traicionada" El cornprorniso de liberti, igaliti,Jraterniti es parte de casi todas las revoluciones, pero es un con1promiso del que las revolucionarios que t:1iunfan se desdicen casi inevitablemente. Como habian Jeido a Marx, !o .bolche,iques ya sabian que esto era asi. Hicie_ron cuanto pu9ieron~!?:clL~2._o_e!1~La. -~-ur~r.i-~- d_t; _oct_u_bre, .E.r ._s<:r f!:~·9!_ucio11:a~_ios cientificos y no utoP.istas soiiadores. Acotaron sus promesas de liberti, igalitiy fratemiticon referencias a la guerra de clases ya la dict.7.dura de! proletariado. Pero era tan dificil repudiar las clasicas consignas revolucionarias corno Jo hubiera sido llevar adelante una revoluci6n exitosa sin entusiasmo. Emocionalrnente, los prirneros lideres bolche,iques no podian menos que ser un poco igualit.7.rios y libertarios; y tambien, a pesar de toda su teoria marxista, eran un poco ut6picos. Los nuerns bolche,iques surgidos dur:inte _1_917..Y la guerra civil tenian la n1isma respuest..'l emocional sin l~}~hibiciones intelectuales. Aunque los bolcheviques no tmieron la idea inicial de hacer una re\'oluci6n igualitaria, libertaria y utopica, la revolucion hizo a Jos bolche,iques esporadicamente igualitarios, libertarios y utopicos. La vertiente ultrarrevolucionaria del bolche,ismo posoctubre se destac6 durante la guerra civil y ulteriorrnente en la revoluci6n cultural que acornpaii6 al primer.plan quinquenal. Se rnanifestaba en una n1ilitancia de la guerra entre clases, rechazo agresivo de] priYilegio social, antielitismo, igualitarismo salarial, iconoclasia cultural, hostilidad hacia la farnilia y experimentacion en todos los campos,
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desde los rnetodos organizativos hasta la educaci6n. En tiempos de Lenin, tales tendencias fueron peyorativamente tildadas de "izquierdistas" o "vanguar
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prioridad de! estado respecto de un crecimiento industrial rapido, pero acentuaron el alejamien to de! regimen de la identificaci6n revolucionaria original con la clase obrera. La denuncia que hizo Sta-Jin de! igualirarismo ,ulgar (1Luravnilovka) en la politica salarial en su celebre discurso de las "seis condiciones" de! 23 dejunio de 1931 15 no fue tan notable por su contenido concreto (dado que las tendencias niveladoras dd primer plan quinquenal fueron espont.meas en buena parte) como por su descuidada falta de respeto por una de las vacas sagradas de la remluci6n obrera. El movimiento es~ja.n_oviJ_ta (asi llamado por un minero de carbon que habia roto records en la cuenca de! Don)J.l•e ta_l_vez el ejemplo mas curioso de la etica sovietica posrevolucionaria y de la actitud ambivalente de! regimen hacia los trabajadores. El estajanovista superaba los promedios y era generosamente recompensado por sus logros y celebrado por los medios, pero en el mundo real experimentaba casi inevitablemente el repudio y el resentirmento de sus colegas obreros. Tambien era un innovador y un racionalizador de la producci6n, a quien se instaba a cuestionar la sabiduria conservadora de los expertos y denunciar los tiidtos acuerdos entre los administradores de fabricas, los ingenieros y las ramas sindicales para resistir la constante presi6n desde arriba para que superasen los promedios. El movimiento estajanmista glorificaba a los trabajadores individuales, pero al mismo tiempo era antiobrero y, en ciertos aspectos, antiadministradores, 16 Los modos y estilos de dirigir tambien cambiaron. En la decada de 1920, los modales proletarios eran cultivados induso por los intelectuales bolcbeviques: cuando Stalin le dijo a un publico de! partido que el era un hombre ,.tosco", esto son6 mas a autoglorificaci6n que a modestia, Pero en la decada de 1930, Stalin comenz6 a presentarse ante los comunistas sovieticos y los entrevistadores extranjeros como un hombre de cultura, como Lenin. Entre sus colegas de la dirigencia de! partido, los recientemente ascendidos Jrushov, confiados en sus origenes proletarios, pero temerosos de comportarse como campesinos, comenzaban a sobrepasar a los Bujarin, quienes confiaban en su cultura pero temian comportarse como intelectua!es burgueses. En un nivel mis bajo de! mundo oficial, los comunistas procuraban comprender las reglas de! comportamiento educado
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y clejar de bdo sus botas de! ejercito y gorras de \isera, pues no querfan ser tomados por intcgrantes del proletariado que no ascendfa. Cn nuevo tono del con1placido didactismo propio de una maestra de escuela. que luego seila fan1iliar para generaciones de v:isitantes ,de _In tourist, se podfa detectar en las p,l.ginas de Pravda. ,, - . ' En educacion, la reorientacion de politicas de la decada de ,1_9_30 fue un contraste espectacular con lo hecho hasta entonces, tendencias educativas progresistas de la decada de 1920 se habian dt'SbOcado durance la revoluci6n cultural, v a n1cnudo se habia rernplazado la cnsei'ianza formal en aulas po; "trabajos de utilidad~social" realizados fuera de la escuela, y las lecciones, Ii bros de texto tareas para el hogar y evaluaci6n in~lividual de Ioi-os a~ad_~m~ habian quedado casi totalmente desacreditados. Entre 1934 estas tendencias se invirtieron abruptamente. En una fech; posterior de la decada de I 1930 reaparecieron los unifonnes escolares, que hicieron que las niil.as y nirios de las escuelas secundarias sovieticas se pareciesen n1t1cho a sus predecesores de los liceos zaristas. La reorganizaci6n de Ia educaci6n superior tambien represent6 en 1nuchos respectos un retorno a las nonnas tradicionalcs anteriores a la revoluci6n. Los antiguos profesores recuperaron su autoridad; los requeri1nientos de ingreso volvieron a basarse en criterios acaden1icos mils bien que politicos y sociales; y se re.instauraron los cx<.ln1enes, graduaciones y tftulos acadc§micos. 17 J.a histotia, matena Vft,icla al poco tiempo de la revolucion con el argumento de que era irrelevante para la vida contempora,nea_y habia siclo empleada tradicionalmente para inculcar el pattiotismo y la ideologia de la clase dominante, reapareci6 en los progr~mas de· escuelas y universidades, '.\lijail Pokrovsky, un antiguo bolche,ique y · destacado histotiador marxista cuyos discipulos se habian mostrado muy activos en la rama acacleinica de la revoluci6n cultural, fue criticado en fonna postuma por reducir la historia a un registro abstracto de conflictos de clase sin nombres, fech~L'>, heroes ni en1ociones conrncantes_ Stalin_ordeno_que_se_escribieran nuevosJibros_d_e_,exto _9e h_i_storia, 1nuchos de ellos esc1itos por los antiguos eneinigo~ Pokrovsky, los histotiadorcs "burgueses" convencionales que solo daban un reconoci1niento obligado al marxisn10. l~~~_heroes regresa-: ron a la historia: uno de los primeros exitos fue Napoleon de Tar!e,
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pero la rehabilitaci6n se extendi6 a grandes lideres rus~s como Ivan el Terrible (quien purgo a los boyarclos rusos en el s1glo X\'I) ,:-Pedro el Grande (el "zar transformador", arquitecto de la ptimera ~oder;-;izacion de Rusia a comienzos de! siglo xvm) .18 La maternidad v las virtudes de la familia tambien fueron exaltadas a partir de la ~itad de la clecada de 1930. A pesar de sus reser~-JS acerca de la liberacion sexual, los bolcheviques legahzaron_ el aborto v el divorcio al poco tiempo de la ;e~:olucion, y popularmente se Io; consideraba ene~igos de la familia y de los \'al ores morales tradicionales, En la decada de 1920, la ditigencia habia adhetido al principio de q;_;e la intervencion de! estado en matetia de moralidad sexual pti,'ada era indeseable, aunque siempre dando por sentado que todos los aspectos de la conducta personal de un comunzsta debian estar abiertos al escrutinio de sus camaradas de! paruclo, En la di~;-d; de 1930, Ia "gran retirada" de Stalin no solo implico una afirmaci6n de los valores familiares tradicionales sino una extensi6n del ptincipio de Iegitimo escrutinio de la conducta per:onal que se aplicaba exclusivamente de los comunist.:tS a la poblac1on en general. En ]a era de Stalin, se hizo mas dificil obtener el divorcio, el concubinato p~~;di6~~al,;~-l~gal y las personas que se tomaban a la ligera sus responsabilidades familiares fueron ctiticadas con aspereza (''.;l_n ma! matido y padre no _puede ser un buen ciudadano"), La homosexualidad masculina-se convirtio en deli to; yen 1936, tras una chscusion piiiii~~ de los puntos de ,ista pro y antiaborto, el aborto se p_~osctibio. Los anillos de casamiento de oro reaparecieron en el mercado v Jos tradicionales arboles de aiio nuevo (llamados elki y que son el ~quivalente ruso de los arboles de Na,idad) fueron_ re,ividos "p~ra darles alegria a Jos niiios smieticos" 19 Para los comumstas que hab1an asimilado las actitudes mas emancipadas propias de! petiodo an tenor, todo esto se parecia mucho a la temida hipocresia de! pequeiio burgues, especialmente dado el tono sentimental y santurron que seempleaba ahora para hablar de Ia familia y los niiios, Por supuesto que ]as politicas que mas chocaban a los intelectuales comumstas eran a menudo aquellas que eran recibidas con mas entu:1asmo yor I~ mavoria "hipoctita v pequeiio burguesa" de la poblac1on sonet1ca, ' En este periodo hubo un retroceso en el respaldo ala_ causa ie_la emancipacion femenina, al menos en lo que respecta a las muJ_eres
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f_llS'15 ed_ucadas_y de clase _media, 21 El antiguo estilo de mujer comunista liberada, declaradamente independiente y comprometida ideol6gicamente en temas como el aborto ya no causaba simpatfa. El nuevo mensaje era que primero venia la familia, a pesar de] creciente n~m~ro de mujeres que reciblan educaci6n y tenfan empleos pagos. Nmgun logro superaba al de ser una esposa y madre exitosa. En una campaiia que habria sido inconcebible en la decada de 1920, esposas de las integrantes de la nueva elite smietica fueron destinadas a actividades comunitarias voluntarias que se parecian mucho a las obras de caridad de la clase alta que las feministas rusas comunistas y aun Iiberales siempre despreciaron. En un "encuentro de esposas" nacional en 1936, las esposas de administradores e ingenieros describieron las exitos de! mmimiento voluntario en un encuentro en el Kremlin al que as1s1:Jeron Stalm y el jefe de! ejercito Klim Voroshilov, a quienes las esposas Jes regalaron camisas rusas tradicionales bordadas con sus prop1as manos. Posteriormente, se publicaron las minutas de! encuentro en un bonito volumen forrado en papel estampado de rosas_22 _El aburgue~amiento nose limitaba a las mujeres. En Ia dec;i_~ cle_l930, las pnVJ!egios y un alto mvel de vida devinieron en una consecuencia normal y casi obligatoria de! estatus de las elites, en -c:Qntraste con la situaci6n de la decada de 1920, durante la cual Iosingresos de las comunistas estaban limitados, al menos en teoria, !?_or un "maxima de] partido" que evitaba que sus salarios fueron superiores a la remuneraci6n promedio de un obrero especializado.µ_'::_lite 7 ue incluia a profesionales (comunistas y no afiliados) asi como funcionarios comunistas- ~t~~a separada de Ia masa de la poblaci_c,n_no solo por sus altos salarioS: si110 par su ceso privi]egiado a Servicios y btenes ae -COTlSUmO y a divers~:(eC~mpensas_ material es y honorificas. Los integrantes de la elite podian usar uendas que no estaban abiertas al publico en general, comprar productos que no estaban disponibles para ]os demas consumidores y tomarse vacaciones en centros especiales y confor~bles dachas. A menudo vivian en bloques de apartamentos espeoa_Ies e 1ban a trabajar en autos con chafer. Muchas de esas dispos1oones surgieron de las sistemas de disuibuci6n cerrados que se desar~ollaron durante el plan quinquenal en respuesta a las graves carest1as, para luego perpetuarse,
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Los dirigentes de 1--partido.aiin _eran-un-poco.suscepti_b_l_e_s_~IJJ_a_ cuesti6n de_los pri_\'i½:gios ci~_('.l_ite;_ la_c,J
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antigua inteliguentsia tfcnica habia abandonado sus intentos de saw botear la economb so,ietica al darse cuenta de que los riesgos eran dernasiados y de que el progran1a indnstrializadorya estaba asegurado). Con el regreso. de la antigua inteli 6rt1<:ntsia a las simpatias de] poder, la mteliguents1a comunista --especialrnente los acti,istas de Ja rernluci6n cul rural- cayeron en desgracia ante la conducci6n de] panido. L na de las premisas basicas de la revoluci6n cultural era gue la era rcw)!ucionaria necesitaba una cultura que no fuera la de Pushkin y El Iago de los cisnes. Pero en la era de St.'1.lin, con la inteliguentsia burguesa defendienclo finnemente el legado cultural y un p(1blico recientemente ascendido a la clase media que buscaba cn!tura accesible gue conocer, Pushkin y El Iago dews cisnes triunfaron. Sin embargo, era dernasiado pronto para bablar de un verdadero regreso a la norn1a!idad. Habia tensiones externa.s. que se incre~ mentaron sin cesar a lo largo de la decada de 1930. En el "congreso de los triunfadores" de 1934, uno de \os temas de discusi6n foe la re· ciente llegada al poder de Hitler en Alemania, episodio que dio sjrr. .fi ~ m cado concrete a los hasta entonces inform es temores de intervenci6n militN por pane de potencias capitalistas occidentales. Habia vertientes internas de diversos tipos. Hablar de valores familiares era muy bonito, pero una vez mi.s> co1no en Ia guerr.i chil~ ciudades v estaciones de ferrocarril estaban colmadas de nii\os abandonad~s v h uerfanos. El abur6ruesamie~to solo era posible para una pequen; minoria de habitantes de las ciudades; los demas estaban apinad~ _':11 '?partamemos comunales", donde varias familias cornpartian ttna sola habitaci6n y compartian bano y cocina en lo que habia sido an~· tes una residencia unifamiliar, y el racionamiento de bienes basicos aun estaba ~igente. Stalin podfa decirles a los koljozniks que "la vida rnejora, camaradas", pero en ese momenta --comienzos de 1935-solo dos cosechas los separaban de la hambruna de 1932-3. La precariedad de la "normalidad" posrevolucionaria qued6 demostrada en el imiemo de 1934-5. El rac,onamiento de pan debia levantarse el l 9 de enero de 1935, v el regimen tenia planeada una campana propagandfstica con el tema de "la vida mejora". Los diarios celebraban la abundancia de bienes gue pronto habria disponibles (aun admitiendo que s61o fuera en algunos locales especiales de alto precio) y desc1ibia11 con entmia.smo la alegrfa y la elegancia de los bai-
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Jes de ma5c.:i.ras con que los 1noscovita.S recibian el aflo nuevo. En fe~ brero, un congreso de koljozniks debia endosar el nuevo est,tuto de! koljoz, que garnntizaba la parcela privada y !es hacfa otras concesiones a Jos campesinos. Ta! como se esperaba, todo esto ocurri6 en los primeros rneses de 1935, pero en una at1nOsfera de tensi6n y mnenaza, marcada por el asesinato en diciembre de Serguei Kirov,jefe de! partido de Leningrado. Este episodio puso freneticos al partido ya sus conductores; en Lcnigrado se prod,~eron arrestos en masa. A pesar de todos los indicios y sfmbolos de un "regreso a la normalidad" posrevolucionario, la normalidad a(m estaba muy lejos.
Terror Jmaginen que dijeramos, oh, lectores, que el milenio pugna en el umbra!. pero gue nose consiguen ni hortalizas, debido a los rraidores. De ser asi icon que impetu atacaria uno a los traidores! ... En lo que respecta al ,foimo de hombres y mt~eres, ,:no basta con ver a que punto habia !legado la SOSPECHA? A menu do dedamos que est, llegaba a lo sobren,ttur.il; lo que parece exagerado: pero oigamos al f6o testimonio de los testigos. t: n patriota aficionado a la rr1l1sica no podria tocar unas notas en su cuerno de caza, sent.ado pensativamente en la a.zoreaj sin qne :viercier lo interprete como una se11a_I de que tm comite conspirador le hace a orro, .. Louvet, con sn capac1dad para drscermr los m1ste· rios de\ futuro, ve que volveremos a ser convocados por nna depuraci6n a la sala de la administraci6n; y entonces los anarquistas matar.in a veintid6s de nosotros a la salida. Es cosa de Pitt y Coburgo; de! oro de Pitt ... Detr.is, a los costados, delante, nos rodea un inmenso, sobrenatural juego de conspiraciones, y quien mueve los hilos es Pitt.% El 29 de julio de 1936, el co mite central emi6 una carta secreta a todas ]as organizaciones partidarias locales Hamada "De la acti,idad terrorist, de! blogue contrarrevolucionario rrorskista-zinmie,isrn" en la que se afirmaba gue los anterior,,,; grupos oposid~ni.st"". se habfan convertido en imanes para '"espias, provocadores. dmsromstas, guardias blancos [y] kulaks" que odiaban al poder so,ietico, habian sido responsables de! asesinato de Serguei Kirov, el jefe de! partido de Leningrado. La vigilancia -"la capacidad de reconocer a un enem1go
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del partido por_ bie~- disfrazado que este"- era un atributo esenciaJ de todo comumsta. -' Esta carta fue el preludio al primer juicio eje plificador de las grandes purgas, ocurrido en agosto, en el cuai Kamenev y Grigorii Zinoviev, dos ex lideres de la oposicion, fueron encontrados culpables de complicidad en el asesinato de Kirov y con-denados a muerte.
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En un segundo juicio ejemplificador celebrado a comienzos de 1937 el enfasis se puso en el sabotaje industrial. El principal acus:ado era Iurii Pyatakov, un ex trotskista quien habiasido mano derecha de Orzhonikidze en el comisariato para la industria pesada desde comienzos de la decada de 1930. En junio de ese mismo aiio, el mariscal Tujachevsky y otros jefes militares fueron acusados de espiar para Alemama y e1ecutados inmediatamente tras unjuicio sumario secreto. En el ttltimo de los juidos ejemplificadores, celebrados en marzo de l 938, los acusados inclutan a Bttjarin y Rykov, ex lideres de la derecha ya Guenrij Yagoda, exjefe de la polida secreta. En todos estos juicios, los antiguos bolcheviques acusados confesaron diversos crim'.'nes extraordinarios, que describieron ante el tribunal con gran IUJo de detalles. Casi todos ellos fueron sentenciados a muerte.28 Ade mas de sus crimenes mas flagrantes, entre los q ue se contaban los asesinatos de Kirov y de! escritor Maximo Gorki, los conspiradores confesaron much.as actos de sabotaje realizados con la intencion de provocar descontento p_opular contra el regimen para fac1htar el derrocamiento de este. Estos incluian la organizaci6n de acc1dentes en minas y fabricas en los que murieron muchos trab_ajadore~, provocar demoras en el pago de salarios y entorpecer la circulacion de b1enes de modo que las comercios rural es se vieran privados de aziicar y tabaco y las panade1ias urban as, de pan. Los conspiradores tambien confesaron haber practicado babitualmente el engaiio, fingiendo haber renunciado a sus puntos de vista oposicionistas y proclamando su adhesion a la linea de! partido, sin deJar nunca de disentir, dudar y criticar en piivado. 29 Se afir_,1:6 que agencias de in teligencia extrartjeras -alemana,jap_onesa, bntamca'. francesa, polaca- estaban detras de las conspiraciones, cuyo obJetlvo final era lanzar un ataque militar contra Ja union sovietica, derrocar al regimen comunista y restaurar el capitalismo. Pero el eje de la conspiraci6n era Trotsky, a qui en se acusaba no solo
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de agente de la Gestapo sino adem:is (;desde 1926!) _de_J servicio de inJigencia britiinico, y que actuaba como mtermediano entre las pate cias extrani"eras v, sured de conspiradores en la. Vnion Sovietica. 30 ren . . Las grandes purgas no fueron el primer ep1sod10 de terror de la revolucion rusa. El terror contra los "enemigos de dase" habia sido arte de la guerra civil, asi como de la colecuvizac,on y la revoP fi . - , luci6n cultural. De hecho, en 1937 Molotov a trmo que ex1st1a una continuidad directa entre eljuicio de Shajti y de! "partido indus"a]" de Ia revolucion cultural y el presente--<:on la importante di:rencia de que esta vez quienes llevaban adelante la conspi_racion contra el poder sovietico no eran "especialistas burgueses" smo comunistas, o al menos personas que "se hadan pasar" por tales, logrando asi penetrar posiciones clave e~ el_ gob_ierno y el partido. 31 Los arrestos en masa en los rangos 1erarqU1cos comenzaron durante el fin de 1936, particularmente en la industria. Pero fue en un plenario de! comite central celebrado en febrero-marw de 1937 que Stalin, Molotov y Nikolai Eyov (ahora al frente de la NKVD, nombre q ue recibi6 la policia secreta a partir de 1934) dieron la seiial para - 3"" Du~nte d os anos - enteque la caza de bntjas comenzara en seno. ros, 1937 y 1938, funcionarios jer.irqU1cos comumsta.s en todas las ramas de la burocracia --gobierno, partido, industrial, militar, y, fi_nalmente, policial-fu_eron denunciados y arrestados como_ "enem1gos del pueblo". Algunos fueron fusilados; otros desaparec,eron en el gulag. En su discurso secreto ante el vigesimo congreso de! pamdo, Jrushov revel6 que de los 139 miembros plenos y asp1rantes de! co~1te central elegidos en el "congreso de los triunfadores" de! part1do en 1939, todos menos 41 fueron victimas de las grandes purgas. La continuidad de! lidernzgo qued6 casi tmalmente quebrada: las purgas no solo destruyeron a la mayor parte de los imegrantes ~obrevivientes de la cohorte de antiguos bolcheviques, smo tamb,en gran pane de las cohortes partidarias formadas durante la guerrn civil Y_ periodo de colecti,izacion. Solo veinticuatro mtegrantes de] com,te central elegido en el decimo octavo congreso de! par~do _en 19~9 habian integrado el anterior comite central, elegido hac1a cmco anos. 33 Los comunistas en altos puestos no fueron las unicas victimas de las purgas. La inteliguentsia (tanto la antigua inteliguentsia "burguesa" como la inteliguentsia comunistade ladecadade 1920, en parucu-
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Jar los activistas de la revoluci6n cultural) resultaron duramente go]. peados, Tambien lo fueron los antiguos "enemigos de clase" sospechosos habituales para todo terror revolucionario ruso, aun cuand~, como en 1937, no foeran especificamente designados -y
cualqmer otro que alguna vez hubiese figurado en una Jista negra oficial por cualquier motivo, L1.S personas con familiares en el exterior o conexiones extranjeras corrian especial peligro. Stalin induso: emiti6 una orden secreta especial para arrestar a decenas de miles de "ex kulaks y delincuentes ", lo que incluia a reincidentes, ladrones de caballos }' sectarios religiosos con antecedentes penales, y fusilarloso enviarlos al gulag; ademas, 10.000 delincuentes empedernidos que cumplian penas en el gulag debian ser fusilados. 34 La dimension total de las purgas, que fue motive de especulacion en Occidente durante rnuchos aiios, esta comenzando a emerger con mas daridad a medida que Im estudiosos investigan archives so,ieticos pre,famente inaccesibles. Seg{m los archives de la NK1lD, la cantidad de condenados a los campos de trabajo de! gulag ascendi6 en medio millon en los dos anos que comenzaron el l2 de enero de 1937, llegando al miHon rrescientos mil el 19 de enero de 1939. En este ultimo ano, el ,!2 por ciento de Ios prisioneros de] gulag estaba condenado por delitos "politicos" (conmirrevolucion, espionaje, etc.), el 24 por ciento est:aba clasificado como "elementos •odalmente daiiinos o socialmente peligrosos" y los demi, eran delincuentes comunes. Pero muchas victimas de las purgas fueron ejecutadas en Ia carcel y nunca llegaron al gubg. La NKVD registro 681,692 de estas ejecuciones en 1937-S. 35 /Que sentido tmieron. las grandes purgas? Las _<:xpEcaciones que mvocan la razon de estado ( extirpaci6n de una potencial quint.a columna en tiempos de guerra) no son comincenres; l:i:;_sxpl_icacio.nes en nom_bre de_necs,sidades_t()talitarias solo generan la pregunta de que son las necesidades totalitarias Si analizamos eifeno~enode las i-,,rand~s p~rga:s- en el contexto de la revolucion, Ia pregunta se vuelve menos desconcertante. Sospechar.~ los en"-,n;iigos-a sueldo de paises extranjeros, a menudo ocultos, comprometidos en corn;.. tantes conspiraciones para destruir la revolucion y producirle sufrimiento a! pueblo-- es un rasgo constante de la mentalidad revolu. . que T homa,-Carlyle - - - -capto - - -vfi1clamente ----··-- el .':'_()nana en el·---·---·· pasaje sobre terrorj;1cobTrio de 1794 cit:ado al comienzo de esta secci6n. En cir-
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cunst:ancias normales, las person as rechazan la idea de que es mejor que perezcan diez inocentes a dejar en libertad a un culpable; bajo las circunstancias anomalas de una revoluci6n, a menudo la aceptan. Ser imponante no es garantfa de seguridad en una revolucion; mas bien, todo lo contrario. Que las grandes purgas hayan descubierto tantos "enemigos" disfrazados de dirigentes revolucionarios no deberia sorprender a quienes hayan estudiado la revolucion francesa. N'o es dificil rastrear la genesis revolucionaria de las grandes purgas. Como se dijo, Li,_11in no sen tia escrupu!os sobre el empl~o / de! terror revoh1cionario y no toleraba la oposicion ni dentro ni fue- , ra ,!,lei partido. Aun asi, en tiempos de Lenin se trazaba mia nftida distinci6n entre Ios metodos permisibies de lidiar con Ia oposicion exterior al partido y aquellos que podian usarse contra la disidencia interna. Los antiguos bolchevique adherian al principio de que los desacuerdos internos del partido quedaban fuera de! alcance de la po Iida secreta, ya que los bolcheviques nunca debian seguir el ejemplo de los jacobinos, que habian vuelto el terror contra sus propios camaradas. Aunque ese principio era admirable, debe decirse que el hecho de que los lideres bokheviques debieran formularlo es revelador y con respecto a la atmosfera de la politica interna de! partido. A comienzos de la decada de 1920, cuando la oposici6n organizada fuera de) Partido Bolchevique desapareci6 y las facciones partidarias internas fueron prohibidas formalmente, los grupos disidentes de! partido heredaron el lugar de los viejos partidos de oposicion externos, de modo que no es de extraiiar que fuesen tratados de forma parecida. Como sea, nose eievaron muchas protestas en el partido comunista cuando, a fines de la decada de 1920, Stalin empleo a la policia secreta contra Ios trotskisras y Iuego (siguiendo el ejemplo de la forma en que Lenin trato a los dirigentes cadetes y mencheviques en 1922-3) deporto a Trotsky fuera de! pa(s. Durante la revolucion cultural, Ios comunistas que habian trabajado estrechamente jun to a los caidos en desgracia "expertos burgueses" parecian en peligro de ser acusados de aigo peor que estupidez. Stalin retrocedi6 e incluso permitio que los lideres derechistas siguieran en car" gos de autoridad. Pero esto era actuar a contrapelo: estaba claro que a Stalin le costaba--como a muchos integrantes de las bases comunistas- tolerar a quienes alguna vez habian sido oposicionist:as.
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Una practica revolucionaria que es importance para comprender. la genesis de las grandes purgas es la peri6dica "limpieza" ( chistki, "purgas'' con minuscu]a) de su padr6n que el partido llev6 a cabo a partir de comienzos de la decada de 1920. La frecuencia de las purgas partidarias aument6 desde fines de la decada de 1920: las hubo en 1929, 1933-4, 1935 y 1936. En una purga partidaria, todo afiliado al partido debia presentarse yjustificarse ante una comisi6n de purga, refutando las criticas que se le hicieran alli mismo o que lo acusaran a traves de denuncias secretas. El efecto de las purgas repetidas fue que las viejas contravenciones aparecian una y otra vez, haciendo virtualmente imposible dejarlas de lado. Pariemes indeseables, contactos prerrevolucionarios con otros partidos, haber integrado facciones opositoras en el pasado, incluso confusiones burocraticas y errores de identidad pasados; todas estas cosas pendian
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migos de clase individuales se volvieron min _mas peligrosos cua~do la clase enemiga era destruida. Claro que era as1, pues la destruccion de la clase los habia perjudicado en lo personal; se les habia dado una causa real v concreta para estar resentidos contra el regimen soviet.ico. El volumen de denuncias en los legajos de todos los administradores comunistas creda incesantemente aiio a aiio. Uno de los a.spectos populistas de la revolucion de Stalin consistia en instar a los ciudadanos de! comun a sen tar por escnto sus queJas contra los "abusos de poder" de los funcionarios locales; y las. :onsiguientes investigaciones a menudo terminaban con el remoc.wn de! func10nario en cuesti6n. Pero muchas de las que1a.s se ongmaban tanto en Ja malevolencia como en la busca de justicia. Un resentimiento generalizado, mas bien que las infracciones .que se invocaban, parece haber inspirado muchas de las denuncras contra pres1dentes v on·os fundonarios rurales que airados koljozniks redacd e kolioz :i ss taron en grandes cantidades durante la decada de 1930. , Sin participacion popular, las grandes purgas nunca p~dnan haber experimentado el credmiento exponenc,al que ~uv1eron. Las denuncias originadas en el interes propio desempenaron un papel, asi como las quejas contra autoridades que _se basaban e_n ofensas reales. La mania de ver espias recrudec,o, como hab,a ocurrido tantas veces en el transcurso de los ultimos veinte ar10s: unajoven pionera, Lena Petrenko, captur6 a un espia en el tren a su regreso de! campamento de verano cuando lo oy6 hablar en aleman; otro ciudadano vigilante le tir6 de la barba a un rehg:io~o mendicante y esta se le qued6 en la mano, desenmascara~do as1 a un espia que acababa de cruzar la frontera. En las reumones de "autocritica" en oficinas y celulas del partido, el miedo Y la susprcacia se combinaban para producir la persecuci6n de chivos emi. h'1stencas , . sarios, acusac1ones y atrope 11 os. 39 Sin embargo, esto era algo distinto de! terror popular. Como el terror jacobino de la revoluci6n francesa, se trataba de un ter.r~r de estado en el cual las victimas visibles eran los hasta entonces dmgentes revolucionarios. En contraste con anteriores episodios de terror revolucionario, la ,iolencia popular esponcinea desempeii6 un papel limitado. Ademas, el foco del terror se habia desplazado de los "enemigos de clase" originarios (nobles, sacerdotes y otros verdade#
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ros opositores a la revolucion) a los "enemigos de] pueblo" dentro de las propias filas revolucionarias. De todas maneras, las diferencia'i entre ambos casos son tan intrigantes con10 sus similitudes. En la revoluci6n francesa, Robespierre, instigador del terror, termin6 como victima de este. En contraste, durante el gran terror de la revolucion rusa, el principal terrorista, Stalin, sobrevi,i6 inc6lume. Aunque eventua!mente Stalin sacrifico a su docil herramienta (Eyov,jefe de! NKVD entre septiembre de 1936 y diciembre de 1938 fue arrestado en la primavera de 1939 y posteriorrnente fusilado) nada indica que le haya parecido que las cosas se le iban de las rnanos o que se sintiera en peligro, o que se haya librado de Eyov por otra razon que la prudencia maquiavelica. 40 El repudio de las "purgas en rnasa" y la revelacion de los "excesos" de vigilancia en el decirno octavo congreso de] partido en rnarzo de 1939 fue conducido con calrna; en su discurso, Stalin le presto poca atenci6n al terna, aunque paso un rninuto refutando cornentarios aparecidos en la prensa extranjera que afirmab,m que las purgas habian debilitado a la Union Smietica. 41 Al leer las transcripciones de los juicios ejernplificadores de Moscii, y de los discursos de Stalin y de Molotov en el plenario de febrero-marzo, lo que irnpresiona es no solo la teatralidad de los procedimientos sino su aire de puesta en escena, lo que tienen de forzado y calculado, la ausenci'1 de toda respuesta ernocional cruda por parte de los dirigentes ante la revelacion de la traici6n de sus colegas. Hay una diferencia en este terror revolucionario; se siente en el la mano de un director, si no de un drarnaturgo. En El 18 brmnario de Luis Bonaparte, Marx forrnu]6 su famoso comentario de que los grandes hechos ocurren dos veces, la prirnera como tragedia, la segunda como farsa. Aunque el gran terror de la revoluci6n rusa no fue una farsa, si tuvo las caracteristicas de una reposicion, de una puesta en escena basada en un rnodelo anterior. Es posible que, como sugiere el biografo ruso de Stalin, el terror jacobino realmente le haya senido de modelo a Stalin: ciertarnente el termino "enemigos de! pueblo" que parece haber sido introducido por Stalin en el discurso sovietico con relaci6n a las grandes purgas tenia antecedences revolucionarios franceses. 42 Desde ese punto de vista, se hace mas facil comprender el porque de esa barroca escenografia de denuncias que crecian exponencialmente y galopante suspicacia po___ , _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ :_
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matar enemigos politicos. De hecho, es tentador ir allay sugerir que, al poner en escet1a un terror (que, seg{1n la secuencia revolucionaria clasica debe preceder a Termidor, no seguirlo) Stalin puede haber sentido que refutaba definitivamente la acusacion de Trotskv de que su gobierno habia llevado a un "terrnidor sovietico". 43 cQuien podria decir que Stalin era un revolucionario termidoriano, un traidor a la revoluci6n tras un despliegue de terror revolucionario que sobrepasaba incluso al de la Revoluci6n francesa? cCual fue el legado de la revoluci6n rusa? Hasta el fin de 1991 se podia decir que el sistema sovietico lo era. Las banderas rojas y los estandartes que proclamaban "jLenin vive! jLenin esci con nosotros!" estuvieron alli hasta ultimo rnornento. El gobernante Partido Cornunista era un legado de la revolucion; tambien lo eran las granjas colectivas, los planes quinquenales y septenales, la cr6-nica escasez de bienes de consurno, el aislamiento cultural, el gulag, la division de! mun do en bandos "socialista" y "capitalista" y la aseveraci6n de que la Union Sovietica era la "conductora de las fuerzas progresistas de la hurnanidad". Aunque el regimen y la sociedad ya no eran revolucionarios, la revoluci6n continu6 siendo la piedra fundamental de la tradici6n nacional sovietica, foco de patriotismo, materia a ser aprendida por los nil1.os en las escuelas y motivo de celebracion en el arte piiblico sovietico. La Union Sovietica tambien dej6 un cornplejo legado internacional. Fue la gran revoluci6n de! siglo xx, el sirnbolo de! socialismo, el antiimperialisrno y el rechazo al viejo orden de Europa. Para bien o para ma!, los rnovirnientos socialistas y cornunistas de! siglo xx han vivido a su sornbra, asi como los movimientos de liberaci6n tercerrnundistas de la posguerra. La guerra fria fue parte de] legado de la revoluci6n rusa, asi corno un tributo retrospectivo a su perdurable valor simb61ico. La revolucion rusa represento para algunos la esperanza de liberarse de la opresi6n, para otros la pesadilla de la posibilidad de un triunfo rnundial de! cornunisrno ateo. La revolucion rusa establecio una definici6n de socialisrno basada en la torna del poder de! estado y su ernpleo como herramienta de transformaci6n social y econ6mica. Las revoluciones tienen dos vidas. En la primera, se las conside-
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SHEIL\ FITZPATRICIC
la segunda, dejan de ser pane de! presente y se desplazan a la histo-, ria y la leyenda nacional. Devenir en pane de la historia no significa; el total alejamiento de la politica, como se ve en el ejemplo de la re-• voluci6n francesa que, a dos siglos de ocurrida, alln es piedra de toqueen el debate politico frances. Pero impone cierta distancia; y, en· lo que respecta a los historiadores, permite mayor imparcialidad y desapego en los juicios. Para la decada de 1990, ya hacia tiempo que Ia revolucion rusa debia haber sido transferida de! presente a la historia,. pero la esperada transferencia se demoraba. En Occidente, a pesar de la persistencia de actitudes propias de la guerra fria, los historiadores, aunque no los politicos, habian decidido hasta cierto punto que la revolucion rusa penenecia a la historia. Sin embargo, en la Union Sovietica, la interpretacion de la revolucion rusa siguio siendo un tema cargado de consecuencias politicas hasta la era de Gorbachov y, en cieno modo, incluso mas alla de esta. Con el derrumbe de la Union Sovietica, la revolucion rusa nose hundio gracilmente en la historia. Fue arrojada alli -"al basurero de la historia", segun la frase de Trotsky- con un animo de vehemente repudio nacional. Este repudio, que equivalia a un deseo de olvidar no solo la revoluci6n rusa, sino toda la era sovietica, dej6 un extraflo vacio en la conciencia historica rusa. Pronto, en el tono de la jeremiada de Peter Chaadaev sobre la no entidad /le Rusia un siglo y medio antes, se elevo un coro de lamentos referidos a la fatal inferioridad historica de Rusia, su atraso y su exclusion de la ci,ilizacion. Para los rusos de fines de! siglo xx, ex ciudadanos sovieticos, parecia que lo que se habia perdido con el descredito de! mito de la revolucion no era tanto la creencia en el socialismo como la confianza en el significado de Rusia para el mun do. La revolucion le dio a Rusia un sentido, un destino historico. A traves de la revolucion, Rusia se convirtio en pionera, dirigente internacional, modelo e inspiracion para "las fuerzas progresistas de todo el mundo". Ahora, al parecer de un dia para otro, todo eso desaparecio. L, fiesta habia terminado; tras setenta y cuatro anos, Rusia habia caido desde "la vanguardia de la historia" a su antigua posicion de postrado atraso. Fue un momenta doloroso para Rusia y para la revolucion rusa cuando se revelo que "el futuro de la humaniclacl progresista" era, en realiclad, el pasado.
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Notas
Introducci6n
,, "revo Iuc10n . - rusa " nun case us6 en Rusia.,. La forma adop1 La expresion . tada en la Uni6n Sovietica era "rcvoluci6n de octubre o s1mpl~:11ente "octubre'". El termino postsovietico favorito parece ser ·'Ia revoluc1on bol. chevique"' o a veces "el putsch bolchevique". . 1 b"o de calendario de 1918 se clan en el esu2: Las fechas an ten ores a cam 1 . . . lo anuguo, queen 1917 1·ba trece dias por detr.is del calendano ocCidental que Rusia adopt6 en I 918. . , _ 3 Crane Brinton, The Anatomy of Revolution (ed. rev.; Nuev~ Cork, 196_~) , de la revo lucwn, .. '!' .· o Fondo de Cultura Econom1ca, 196::>]. [Anatomia 1v ex1c , ,...
En la revoluci6n francesa, el 9 de Termidor (27 de julio de 1194) era la fecha del calendario revolucionario en que cay6 Robespierre. La ~alab~a "termidor" seem plea para sintetizar tan to el fin del terror revoluc10nano como el de la fase heroica de la revoluci6n. 4 Vease infra, cap. 6, p. 166. . 5 ~!is opiniones acerca del terror de estado tienen un_a considerable deu- 1o cl e Col,·n Lucas , "Revolutionary V,olence, the People da con e 1 arucu , " ·ncluiclo en K. Baker (ed.), The Political Culture of7error an th e T error, 1
d (Oxford, 1994),
6
. . - . El nombre del partido cambi6 de partido labo~1sta soc1al-democr_atico
bolche,ique) a partido comunista (bolche,1que) ruso (despues, de
ruso ( unista" · " " la Uni6n SoviEtica) en 1918. Los terminos "bole 11eviqu~ Y com _ •. . b'ia bles en la decada de I 920 , pero com urns ta fue el term1eran 1ntercam
no habitual en la de 1930. . . ; Adam B. Ulam, "The Historical Role oO,!arxism ", en su 7 he New Face of Soviet Totalita,ianism (Cambridge, Mass., 1963), P· 35. __ . s "Las randes purgas" es un termino occidental, no sov1euco. Po.r m:1chos a!os no existi6 una forma pllblica aceptable de referirse al_ ep1sod1~ en Rusia, pues oficialmente este nunca ocurri6; ~n la:~onversaoo~_es pn.: vadas se lo mencionaba en foma oblicua como 19_3' . La confus10~ t~~ minol6gica entre "purgas" y "grandes purgas" proVIene del e_mpleo s_o..,1etico de un eufemismo: cuando el terror finaliz6 con un sem1rrepud10 en
218 SHEIL~ FlTZPATRJCl(
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el decimocta\'o congreso del P ·ct am o en 1939 J mente fueron las "pur(Tas en n ,, ' o que se repudi6 nominal b 1asa ( masso , h ·t , ) no habla habido purc,as P ·ct . V)e c ism 'aunque, de hech o~ an1 anas en se r·d . o, fernisrno se cmple - b n I o estncto desde 1936 El . o revernen te en ruso e . eu;1_1entras que pas6 a scr permanente en ;l~d;o no_tar~o en dc.saparecer, The Great Trrror es el tltulo oriuinal o~a- mgles. sobre el tema. t:> de Ia obra clasica de Robert Conquest
I. El escenario 1
Frank Lori mer, Th e p opulatzon . oft"heS . U: . ." A.G. Ra.shin, Formirovanie raboche o k:::et nzon (Gine_bra, _1946), 10, 12. 3 Barbara A. Anderson Int l 'v[g . sa Ross, (Moscu, 19~8)' p. 328. ' erna · zg-,-atwn dunnu jv[ d · . . neternth Century Russia (P . o o en11z.atzon zn Late 1Vi4 • nnceton, NJ, 1980) 3 ":"· Gerschenkron, Economic Backwardnes .' PP: 2-_8. bnclge, Mass. 1969) PP 5-30 [ ,·1 s m H1.Stoncal Perspective (Cam- ' · · 1 ~ atraso econ6 · . -Barcelona, A..riel, 1970]. mzco en su perspectwa histcnica, "Sobre rebeJct· · ia campesma y rebeli6n obre ."The Problem of Soci-d Scab·1· . c· ra, vease Leopold Haimson • < I I ty rn :rban R . l 9 .. ' 23, nro. 4 (1964), pp. 633_7 _ uss,a, 0:,-19! 7", Slavic Re\easc Marc Raeff, Orig,·ns oft, R . . ,.,1. J ,e usszan /ntellwents · T"'-J'" V. : ouz zty (Nueva York, 1966). o za. "" :zgteenth Century ' Richard S W • . . Ortman trata el tema en The Devel . Consczence (Chicago, 1976) 03c . opment of a Russzan I.egal 8 y· • pp. - v-9 V passim ease el argumento en Richard Pi , .. va York, 1974), cap. 10. pes, Russza under the Old Regime (Nue-
?,;QTAS CAPiTULO 2
219
14
Citado de Trotsky, "Our Political tasks" (1904) en Isaac Deutscher, The Prop"het ,1mzed (Landres, 1970), pp. 91-2. [t:l profeta annado, Mexico, Era, 1966]. 15 Haimson, "The Problem of Social Stability", pp. 624-33. 16 Vease Roberta Thompson ~lanning, "Zemstvo and Revolution: The Onset of the Gentry Reaction, 1905-1907", en Leopold Haimson, ed., The Politics oJRuralRzmia, 1905-1914 (Bloomington, Ind., 1979). 17 ~vlary Schaeffer Conroy, Petr Arkad'evich Stol)pin, Practical Politics in Late Tasrist Russia (Boulder, Colo, 1976), p. 98. 18 vease Doroty Atkinson, lhe Statistics of the Russian Land Commune, 1905-1917", Slavic Review, 32, nro. 4 (1973). 19 Para una vivida descripci6n ficticia de lo que ello significaba en terminos psico16gicos, vease Alexander Solyenitsin, Lenin in Zurich ( (Nueva York, 1976) [Lenin en Zurich, Barcelona, Barra!, 1976]. 20 Esta tragedia familiar se describe en forma compasiva y comprensiva en Nicholas and Alexandra de Robert K Massie (Nueva York, 1976) [Nicolas)' Alejandra, el amor y la muerte en la Rusia Imperial, ediciones B, S.A., 2004].
t~·
9 Sobre la previsi6n de los populistas sobre est kron, Economic Backwardness 15- 73 e tema, vease Gerschen10 p 'pp. /- . ara u · -na VIsron negariva, vease Richard Pi , Petersburg Labor :\Jovement 1885-J 89;- (C bp_es, Socz_ al Democracy and t"he St · . . . ' am ndue \fa 19 mas posrr1va, \'ease Allan K \Vild T _o ' . ss., 63 ) ; para una R · man, "he ,vlaillngs ,f W , , usswn Social Democracy 1891-1903 (Ch. O; a ·omers Revolution. ll Cicad . . ' 1cago, 1967). ode Sidney Harcavee, First Blood Th . (:-.lueva York, 1964) p 93 · e Russzan Revolution of J 905 !2 ' . - . 'J - Para tm an.ilisis del padr6n bolchevi . veasc David Lane Tl R ,r . que y mencheVJque hasca 1907 , ze oats 01 Russian C . ' 1969)' pp. 22-3; 26. ommunzsm (Assen, Hoianda, u Pa 1· . ra un ucido an.ilisis de la divisi6n vC sod, How the Soviet Union is Governed ase_Jerry F. Hough y Merle Fain. ambndge, Masss., 1979), pp. 21-6.
(C
2. Las revoluciones de febrero y octubre 1
Para un relevamiento historiogr.ifico critico de este argumento, vease Stephen F. Cohen, "Bolshevism and Stalinism", en Robert C. Tucker, ed., Stalinism (Nueva York, 1977). 2 Citado de W.G. Rosenberg, Liberals in the Russian Revolution (Princeton, NJ, 1974), p. 209. 3 George Katkov, Russia, I 917: The Fe/mzary Revolution (Landres, 1967), p. 444. 4 A. Tyrkova-Williams, From Liberty to Brest Litovsk (Londres, 1919), p. 25. 5 Citado de Allan K Wildman, The End of the Russian Imperial Army (Princeton, NJ, 1980), p. 260. 6 Sujanov, The Russian Revolution, 1917, i, pp. 104-5. ; Citado de Leonard Schapiro, The Origin of the Comunist Autoaacy (Cambridge, Mass., 1955), 42 (nro. 20). 8 V. I. Lenin, Obras Comp/etas (Moscii, El Progreso, 1987), xxiv, pp. 21-6. El crltico que Lenin cita es Goldenberg. 9 Para un minucioso analisis de los datos de afiliaci6n de 1917, vease T. H. Rigby, Communist Party Alembership in the USSR, I 917-1967 (Princeton, NJ, 1968), cap. I.
220 SHEJLA F!TZPATRJCK
"'Wildman, The End of the Russian Impe,iai Arm)', Ademas de su tema central, el ejfrcito en el perido febrero-abri! de 19 l 7, este libro incluye uno de los mejores andlisls que existen sobre la transfcrenda del poder en febrero, " Marc Ferro, The Russian Revolution of Fe&ruary 1917, trad, del frances por J. L. Richards (Londres, 1972), pp. ]] 2-21. 12 Ibid., pp. l 21-30. "' Respecto de las jornadas de julio, vease A. Rabinowitch, Prelude to the Re, vo/ution: The Petwgrad Bolsheviks and the July 1917 Uprising (Bloomington, Ind., l 968). " Citado de A Rabinowitch, 17u Bolshe-.Jiks Come lo Power (Nueva York, 1976), p. 115, 15
Entre,ista de un periodico al general Alexeiev (&ch; 13 sept. 1917, p. 3), en Robert Paul Browder y Alexander F. Kerenskj; ed. The Russian Provisional Government 1917. Documents (Stanford, 1961 ), iii, p. 1622. 16 17 Citado de Robert V. Daniels, P.ed October (Nueva York, 1967), p. 82. La., acciones e intenciones de los principales participantes bolcheviques de Ja revoluciOn de octubre fueron sometidos ulteriormente a muchas revisiones autodogiosas y mitificaci6n politka, no s6lo en las historias estalinistas oficiaJes, sino tambiCn en [a da-Sica historia-y-memoria de Trotsky, Histon'a de la Revoluci6n Rusa [Mexico, Era, 1963]. Vease el analisis en Daniels, Red October, cap, 1 I. 18 L. Trotsky, The History of the Russian Revolution, trad, por Max Eastman (Ann Arbor, Mich., 1960) iii, caps. 4-6, [Historia de la Revo/ucion Rusa, Mexico, Era, 1963]. 19 Vease, por ejemplo, Roy A Medvedev, Let History judge. The Origins and Consequences of Sta/inism ( l ~ edicion; Nueva York, 1973), pp. 381-4. 20 Para una interpretacion, vease John Keep, The Russian Revolution, A Study in Mass Mo&ili:ation (Nueva York, 1976), pp. 306-81, 464-71. 21 EI analisis gue se da a cominuacion estii basado en 0. Radkey, Russia Goes to the Polls. The Election of le All-Russian Constituent Assembly 1917 (Ithaca, .'IY, 1989) .
3. La guerra civil 1 Para un valioso analisis de estos temas, vease Ronald G. Suny, "Nationalism and Class in the Russian Revolution: a Comparative Discussion• en E. Frankel,J Frankel y B. Knei-Paz (eds.), Russia in Revolution: Reassesment of /9/ 7 (Cambridge, 1992).
:--;OT..\5 CAPiTuLO 3
221
civil vease D. Koenker, \V, Rosenberg "Respecto del impacto de la gudeSrra. t . , the Russian Civil War (Bloomingv R. Suny (eds.}. Party, Slate, an ocu yin ;on,lnd.1989). . t Party ·\./em bersh'p· theUSSR,I917-1967(PrinceI in c H Rigby, ommums . ' .. ·aperepis' 1927 goda. Osnavnye ton, NJ' 1968)' P· 242; Vsesoyu~naya part11nay
3T,
itogi perepi.si (Moscu 1927_)._P· ::,2.
-4
. I . form above", en Tucker, StaRobert C. Tucker~ "Stalm1sm as Re,,o uuon
/ini.sm, pp. 91-2. d arroll-a en Sh e1.1a F'itzpatrick . "The Civil War as a Este argumento se es p K ez v R Stites (eds.), Bo/she. formative Experience'", en A. Glea~on, . en ' .
5
vik Culture (Bloomington Ind., 198.o). B I Li/avsk. The Fvrgolten Peace, C't do porjohn W. Vlheeler-Bennett, res 1 a . 243-4. 1971 ,Warch 1918 (Nueva )ork, ), ppi . . The Gulag Archipelago, (Nue; Cifras tomadas de Alexander_ L SoJ:~ts~7:W, & Janes, Barcelona 1974]. p ·, ado vease Mary McAuley, va York, 1973), P· 300. [An:h,p,el.ago 0 Sobre las actividades de Ia Cheka e; er i19J7-1922 (Oxford, 1991), B,ead and ]us/ice, Slate and Soaety ,n etrogra ' 6
PP· 375-93. . d e Le nin sobre el terror, vease W. . 1 d las afirmac1ones k Para eJemp os e ' , ,[ti Civil War (Nueva Yor . ' . I "·d y· t= A ffotory o ie R""sian Bruce L1nco n, .ru: ic -· r k ,. u 1.,,,,_.ari.smo -y comums. · de? Trots ,, v ,ease 5 c.,,, ~ 1989 ), l34-9;paralasop1mones
8
mo. R,.;,/ica al camarada Kaut.sky (19_0).
. "e·"'e Orlando Figes, Pea..-r · d de los campesinos,,.. = Respecto de las actitu es . 'd . Revolution J 917-192 I ( Ox. Civil \Var. Tiu \iolga C
g
ford, 1989). , . S'l Male •-TheEcorwmicOrganisation IO Res ecto de la economm, vease I va.na p . ]918-1921 (Cambridge, 198~). of War Cmnmumsm, _ . lF tiTI"/ ,[the USSR (Landres, 1959), cap. 3. iiveaseAlecNove,AnEamomu: _'is~~ o ... c· lson "Voenn,yikomHay un detallado analisis histonogr.ifico en E. impe ' . 239 282 muni:m"(Mosdi, 1973), PP· • ·• d , luc,'6n" veaseT. Shad hubo segun a rem ' 10 Para el argumento e gue no .I ,r Peasntry in a Developing Society: . The Awkward Class. Po/,tical Socio ogy 01 nm,· ()..1925 (Oxford, 1972), PP· 145· 6 1. Russia 191 . . h k '1'/u ABC of Crnnmunism, trad. por E. y c, ,; N. Bukharin y E. Peobraz__ens 'B ·arin v E. Peobrayensky, ABC de! C,0, Paul (Londres, 1969), P· 3::,o. [N. UJ_ ' munismo, Madrid, Edicionesj(1car, 119,71: do de las reformas de Stolypin
de la continuidad entre e peno , el campo de exper~ - lmente la presencla en Y la decada de 1920, especia l'dacion de la tierra, vease b · b n sobre )a conso 1 tos agricolas que tra aJa a . . . · Rus~ia from the StolyAdm1n1strat1on m , 1; ,, "Acrricultural ,:'.) George L . vanev 14 Acerca
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222
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SHEIL·\ FITZP.URICK
:-IOTAS CAPITULO 4
I
pin Land Reform to Forced Collectivization: An Interpretive Study" en James R. Millar (ed.) The Soviet Rural Community (Urbana, Ill., 1.971) pp. 3-35. 15
Vease Richard Stites, Revolutionary Dreams, [/topian Vision and Experimental Life in the Russian Rn:,olution (Oxford, 1989) y William G. Rosenberg (ed.), BoL~heulk Vz..nons. hrst Phase of the Cultural Revolution in Soviet Russia (2rla edici6n, Ann Arbor, Mich., 1990). 16
Bukharin y Peobrazhensky, The ABC of Communism, 118 [ABC de/ Comunismo, Madrid, Ediciones Jiicar, 1977]. 17
~omado de Sheila Fitzpatrick, The Comissariat of Enlightenment (Londres,
1910), p. 20. 18
T. H. Rigby, I.min s Government. Smmarkorn, 1917-1922 ( Cambridge 1979). ' Sto sarok besed s Molotvvym. fz dvednilwv FI. Chueva (Moscii, 1991), p. 184. 20 Bujarin y Peobrayensky, The ABC of Communism, 272 [ABC del Comunismo, Madrid, Ediciones Jiicar, 1977]. 19
21
Vease Sheila Fitzpatrick, Education and Mobility in the Soviet Union, 19211934 (Cambridge, 1979), cap. I.
4. La NEP y el futuro de la revoluci6n 1
Sohre la desaparici6n de Ia clase obrera, vease D. Koenker, "Urbanization and rleurbanization in the Russian Revolution and Ci\il YVar" en D. Koenker, W. Rosen berg y R. Suny (eds.), Party, State, and Society in the Russian Civil War (Bloomington, Ind., 198')) y Sheila Fitzpatrick, "The Bolsheviks Dilemma: The Class Issue in Part\· Politicis and Culture" en The Cultural Front de Sheila Fitzpatrick (lthac;, NY, 1992). 2 Oliver H. Radkey, The Unknown Civil War in Soviet Russia (Stanford, Calif., 1976), p. 263. 3
Vease Paul A. Avrich, Kronstadt, 1921 (Princeton, NJ, 1970) e Israel Getlzet, Kronstadt, 1917-1921, (Cambridge, 1983). 4 Con respecto a la NEP vease Le,vis H. Siegelbaum, Soviet State and Society between Revolutions, 1918-1929 (Cambridge, 1992) y S. Fitzpatrick, A. Rabinowitch v R. Stites (eds.), Russia in the era ofNEP (Bloomington, Ind. 1991). 5
Lenin, "Informe politico de! comite central al undecimo congreso del partido" (Mar. 1922), en V. I. Lenin, Obms Comp/etas (Mose(,, 1966), xxiii. 282. 6 Tornado de la secci6n anteriormente secreta de los archives centrales de! partido en hvestiia TsK KPSS, 1990, nro. 4, pp. 191-3. 7 A. I. Mikoian, ysli i vospominaniya o Lenine (Mose(,, 1970), 139. Vease tambien Sta sorok besed s ,Wolotovym, p. 181.
8
223
Sto saroh besed s Molotovym, p. 176.
9
Rigby, Communist Party ,\Jemebership, 95-100, 98. Para una vivida recreaci6n de la purga de 1921 a nivel local, H".-ase F. Gladkov, Cement, traducido
por A. S. Arthur y C. Ashleigh (Nueva York, 1989), cap. 16. 10 Lenin, Obras comp/etas, x.xiii, p. 288. 11 "Mejor pocos, pero mejores" (2 de marzo de 1923), en Lenin, O&ras comp/etas, xxiii, p. 488. 12 I. 1'. Yudin, Sotsial'naya baza rosta KPSS (Moscii, 1973), p. 128. 13 Komtnunisty v sostave apparata gosuchre::.hdenii i ohshchestvenn)j organizal~ii. Itogi vesoyuznoi partiinoi perepisi 1927 goda (~loscii, 1929), p. 25; Bol'shevik, 1928, nro. 15, p. 20. H El "Testamento" est.i en V. I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii (Sta edicion; Mose(,, 1964), xiv, pp. 435-6. 15 \'ease Robert V. Daniels, The C,mscience of Revolution (Cambridge, Mass., 1960), pp. 225-30. 15 La frase es de Robert V. Daniels. Para un anilisis claro y conciso, vCase Hough y Fainsod, How the Soviet Union is Governed, pp. 124-33, 144. I 7 Ese cs cl tern a unificador del estudio de las oposiciones comunistas de la dccada de 1920 hecho en The Conscience of Revolution de Robert V. Daniels, si bien, como lo indica el titulo, Daniels intepreta los reclamos de democracia interna en el partido como expresi6n de idealismo revolucionario masque como funci6n intrinseca de la oposici6n. 1s vease Moshe Lewin, Lenin's Last Struggle (Nueva York, 1968) respecto de la idea de que el pensamiento politico de Lenin cambi6 radicalmente durante sus (1ltimos aI1.os. 19 Sobre el surgimiento del culto a Lenin, vCase Nina Tumarkin, Lenin Lives' (Cambrdige, 1983). 20 Lenin, "Nuestra revoluci6n (acerca de notas de N. Sujanov)" en sus Obras compietas, xxiii, p. 480. 2 1 Tornado de Yu. V. Voskresenskii, Perejod Kommunsticheslwi Partii h osushschestv/.eniyu politihi sotsialisticheskoi industrializatsii SSSR ( 1925-192 7) (Moscii, 1954), vii, p. 258. 22j. V. St..1lin, "Octubre, Lenin y nuestras perspectivas de dcsarollo" en sus Obras (Mose(,, 1954), vii, p. 258. :: 3 Acerca de cstas discusiones, vease E. H. Carr, Socialism in One Country, ii. 36-51 [El socialismo en un solo pais, Madrid, Alianza, 1992]. 24 Para un examen pormenorizado del debate, vCasc A. Erlich, The Soviet Industrialization Debate, 1924-1926 (Cambridge, Mass., 1960). ?5Vease Stephen F. Cohen, "Bolshevism and Stalinism", en Tucker (ed.), Stalinism y Bu!..harin and the Bolshevist Revolution (Nueva York, 1973); Y
224
SHEIL\ FITZPATRICK
Moshe Lewin, Political Cndercurrents in Soviet J:,'conomic Debates: From Bukharin to the Modern Reformers (Princeton, NJ, 1974). '.!ti Sohre los debates partidarios sobre Termidor, vt'ase Deutscher, The Prophet Unarmed (Londres 1970), pp. 312-32 [El Profeta Desarmado, Era, :\lexico 1988] y Michal Reiman, The Birth of Stalinism, trad. por George Saunder~ (Bloomington, Ind. 1987), pp. 22-3.
5. La revolucion de Stalin ~ Vease, por ejemplo, Adam B. Ulam, Stalin (Nueva York, 1973), cap. 8. - Con la ley de sospechosos ( 17 de septiembre de 1793), la convenci6n jacobi_na orde~6 el arrcsto inmediato de todas aquellas personas a las que pud1era cons1derarse una amenaza para la revoluci6n debido a sus acciones, contactos, escritos y comportamiento general. Acerca de la admiraci6n de Stalin por esa medida, vease Dmitri Volkogonov, Triumf i trauediia. 0 Politicheskii portret Stalina (Mosc11, 1989), Ii bro I, pane 2, p. 201. 3 Citado de un documento del archivo politico del ministerio de Relaciones Exteriores alem:in por Reiman, Birth of Stalinism, pp. 35-6. 4 Acerca deljuicio de Shajti y del posterior juicio al "partido industria1", vease Kendall E. Bailes, Technology and Society under Lenin and Stalin (Prin-
ceton, 1'/j, 1978), caps. 3-5. Vease Sheila Fitzpatrick, ..Stalin and the making of a New Elite", en Fitzpatrick, The Cultural Front, pp. 153-4, 162-5. 6 Documento de los antiguos archivos centrales de! panido (RTsKhID1VJ, f. 558n, op. I, d. 5276, II, pp. 1-5) citado de la exposicion de la biblioteca de! congreso "Revelaciones de los archivos rusos" (\Vashington DC, 17 de junio-16 dejulio de 1992). 7 Las afirmaciones de Stalin sobre la crisis de suministros (enero-febrero de 1928) estan enj. V. Stalin, Obras (Mosc11, 1954), xi, pp. 3-22. Vease tambien !vloshe Lewin, Russian Peasants and Soviet Power (Londres, 1968), pp. 214-40. 8 El consejo de Frum kin figura en Za chetkuyu klassovuyu liniyu (Novosibirsk, 1929) pp. 73-4; las recomendaciones de Uglanov fueron esbozadas por Cste _en un discurso pronunciado en Moscll a fin de enero, publicado en Vtoroz plenum MK RKP(b), 31 yanv.-2 fev. 1928. Doklady i rewliutsii (Moscii, 1928), pp. 9-11, 38-40. ~ Vease Cohen, Bukharin and the Bolshevik Revolution, pp. 322-3. 0 Este comentano fue formulado por el secretario de! partido en Jos U rales, Ivan Kabakov, en respuesta a un tardio discurso "derechista" que Ryko\· pronunci6 en Sverdlovsk en el verano de 1930. X Ural'sha,·a 5
~OT.-\S C'_..-\PiTULO 5
.0 29-
konferentsiya l/.sesoyu::oni Ko-mmunisticJwshoi Partii (bol'shevikov) (Sverdlovsk,
I 930), Boletin 6, p. 14. 11 J. V. Stalin, Obras (:\losd1, I 955), xiii, pp. 40-1. 12 La afirmaci6n de Stalin esti citada en Puti inriustriali:.atsii, 1928, nro. 4,
PP· 64-5.
13 Vease E. H. Carry R. W. Davies, Foundations of a Planned Econom); 19261929 (Londres, 1969), i, pp. 8-13-97. Acerca de los principales proyectos de construcci6n de! primer plan quinquenal, vease Anne Rassweiler, The Generation of Power: 17-ie History of Dneprostoi (Oxford, 1988) y John Scott, Behind the Urals (Boston, 1942) l4
(acerca de Magnitogorsk). David Ryazanov, en XVI k1mferents!YJa VKP(b), aprel' 1929 g. Stenografiches-
15
kii otchet (Moscii, 1962), p. 214. 16 Acerca de las politicas de industrializaci6n del primer plan quinquenal, vease Sheila Fitzpatrick, "Orkhonikiclze's Takeover ofVesenkha: A Case Study in Soviet Bureaucratic Politics", Soviet Studies 37:2 (abril de 1985). 17 Alec C\ove, An Economic History of the USSR (Londres, 1969), p. 150. 18 Tornado de R. W. Davies, The Socialist Offensive (Cambridge, Mass.,
1980), p. 148. 19 J. V. Stalin, 0/Jras (Moscii, l 955), xii, p. I 97-205. 20 Cifras tomadas de Nove, An Economic History of the USSR, pp. 197 y 238. Acerca de los 25.000-ers, vease Lvnnc Viola, The Best Sans of the Fatherland (Nueva York, 1987). Slavic Review, 50:I (1991), p. 152. 22 Estimaciones de muertes tom.atlas de V. Tsaplin in Voprosy istorii, 1989, nro. 4, pp. 175-81 y E. Osokina in Jstoriya SSSR, 1991, nro. 5, 18-26. Para dos enfoques distintos de la hambruna, vease Robert Conquest, Harvest of Sorrow. Soviet Col/ectivi::.ation and the Terror-Famine (1'ueva York, 1986) y Stalin's peasants de Sheila Fitzpatrick (Nueva York, I 994), pp. 69-76.
21
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Stalin, Obras xiii, pp. 54-5. Vease Sheila Fitzpatrick, "The Great Departure. Rural-Urban Migration in the Soviet Union, 1929-1933", en William R. Roseberg y Lewis H. Siegelbaum (eds.), Social Dimensions of Soviet Jndu.striali=ation (Bloomington,
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Ind., 1993), pp. 21-2. El an.ilisis que sigue esti extraido de Sheila Fitzpatrick (ed.), Cultural Revolution in Russia, 1928-31. (Bloomington, Ind., 1978). 26 Para ejemplos, vCase E.J. Brown, The Proletarian Episode in Russian Literature, 1928-1932 (:-iueva York, 1953); Da,id Joravsky, Swiet Marxism and Natural Science, 1917-1932 (Londres, p. I 96); Loren R. Graham, The Swiet Academy of Sciences and the Communist Party, 1927-1932 (Princeton, NJ, 1967).
25
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SHEIL-\ FITZPATRICK
"Katerina Clark, en Fitzpatrick (ed.), Cultural Revolution, p. 198. '.!S El anilisis que siguc esti extraldo de Fitzpatrick, "Stalin and the i\-Iaking of a ~ew Elite'', en Fitzpatrick, The Cultural Front, y Fitzpatrick, Education and Social 1Hobility, pp. 184-205. 29
Acerca de la cambiante situaci6n de los trabajadores durante el primer
plan quinquenal, vease Hiroaki Kuromiya, Stalin's Industrial Revolution (Cambridge, 1988). Acerc1 de desarrollos ulteriores, vease Donald Filtzer, Soviet lVorkers and Stalinist Industrialization (0iucva York, 1986). 30 fzmeneniia sotsial'noi slnthtury sovetslwgo obshchetsva 1921-seredina 30-hh gr:r do ()..IosCl1, 1979), p. 194; Sotsialisticheslwe slroitel'stvo SSSR. Statischekii ezhegodnik (/,!oscu, 193-f), pp. 356-7. 31 Acerca del aisbmiento so\ietico, vCasejerry F. Hough, Russia and the West: Gm-bacheu and the Politics of Refonn (2'b edici6n, Nueva York, 1990), pp. 44-66.
6. Finalizar la revoluci6n
:-:ons CA.PITULO 6
227
s vease James R. Millar, 'YVhat's \Vrong with the 'Standard Story'?", de James ~1ilbr y Alec ;\ove, '"A Debate on Collecti\·ization ", Problems of Communism, julio-agosto de 1976, pp. 53-5. 9 Para una discusi6n m5.s pormenorizada de! autentico koljoz de la decada de 1930, vease Fitzpatrick, Stalin's Peasants, capltulos 4-5. IO Stalin, "Acerca de la rcdacci6n de la constituci6n de la URSS" (25 de noviembre, 1936), texto ruso en I. Stalin, Sochineniya, i. (14), editado por Rober H. McNeal (Stanford, Calif. 1967), pp. 135-83. Para el texto de la constituciOn, aceptado por el octavo congreso extraordinario de los soviets de Ja URSS el 5 de diciembre de 1936, vease Istoriya sovetslw-i Jwnstitusii (v doiwmentaj) 1917-1956 (Moscu, 1957), pp. 345-59. II Para un postulado de que la genuina intenci6n del regi~en de d~mocratizar las elecciones sovit':ticas fue frustrada por las tens1ones soc1ales asociadas a las grandes purgas, vease J. Arch Getty, "State a~d So_ciet~ under Stalin: Constitutions and Elections in the 1930s", Slavzc Revu:·..v, JO: I (primavera de 1991). . . , Citado en N. L. Rogalina, Kollehtivi:.atsiJa: uroki proulennogo put, (.\loscu,
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1~9). . . 13 vease Sheila Fitzpatrick, '"'Adscribing Class. The Construction of Social Identitv in Soviet Russia",journal of1Wodern HislorJ, 4 (1993), pp. 745-70. N6tesc, que aunque las antiguas formas de discriminac~6n tendi~n a desaparecer, surgian formas nuevas. Los koljozniks no ten1an los m1smos derechos que los demis ciudadanos, porno hablar de los kulaks deportados y otros exiliados administrativos. . . ,., . 14 vease Fitzpatrick, .. Stalin and the Making of a New Elite , en Fnzpatrick, The Cultural Front, pp. 177-8. _ . " 15 "Nuevas condicioncs-nuevas tareas en la construcci6n econom1ca (23 dejunio de 1931), en Stalin, Obras, xiii, pp. 5~2. . . Lewis H. Siegelbaum, Stahhanovism and the Polztzcs of Productivity in the
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1981), pp. 126-41. 10 Timasheff, The Great Retreat, 192-203, 319-21. Acerca de! tema"del aborto, vease \Vendy Goldman, "VVomen, Abortion and the State en Barbara E. Clements, Barbara A. Engel y Christine D. Worobec (eds._), Russia's ·women: Accomodation, Resistance, Transformation (Berkeley, Calif. I 99 I), pp. 243-66.
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botnikov tya:.heloi promyshlennosti. Stenograficheskii olchet, Jl).12 maya 1936 g. (Moscu, 1936). 23 Trotsky, The Revolution Betrayd, 102-5 [La Revoluci6n Traicionada, Fontamara, 1977]; Sto sorok besed s Molotovym, pp. 410-11. "' Milovan Djilas, The New Class. An Analysis oflhe Communist System (Londres, 1966) [La nueva clase, Barcelona, Ariel ,1967]; Robert C. Tucker, Stalin in Power (Nueva York, 1990), pp. 319-24. 25 Para un desarrollo de este punto, vease Sheila Fitzpatrick, "'Becorning Cu!tured: Socialist Realism and the Representation of Privilege and Taste", Fitzpatrick, The Cultural Front, pp. 216-37. 2 " Thomas Carlvle, The French Revolution (Landres, l 906), ii, p. 362. 27 h-uestiia TsK KP.SS, 1989 nro. 8, p. 115. 28 Estos juicios han sido descriptos vividamente por Robert Conquest en The Great Terror. Stalin's Purge of the 11,irties (Londres, 1968), puesto al dia como The Creal Terror: A Reassessment (Nueva York, 1990). 29 Vease, por ejemplo, el di.ilogo entre Rykov y Vyshinsky en Infarme /U los procedimientos de/ lri/nmal en el caso de/ "blaque /U derechistas y trotskista.s" antisoviitico juzgado ante el cuerpo colegiado militar de Ia supre-ma eerie de Ia URSS, Mosctl, ,'v!arzo 2-13, 1938 (Mosc(1, 1938), pp. 161-2. 30 De la acusaci6n, en iltid. pp. 5-6. 31 Molotov en Bol'shevik, 1937, nro. 8 (15 de abril), pp. 21-2. 32 Las actas de este plenario fueron publicadas por primera vez en Voporsy istodi, 1992> nros. 2~3 y subsiguientes. 33 Kliruschev Remembers, trad. y ed. por Strobe Talbott (Boston, 1970); Graeme Gill, The Origins of the Stalinist Political System {Cambridge, t990), p. 278. 34 Resoluci6n de! politburo de! 2 dejulio de 1937 ".-\cerca de los elementos antisovieticos ·, firmada por Stalin y orden operativa
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