Resumen de El mito de Sísifo Posted by Henry Andino | 11:53 a. m. En el Club de La Buena Estrella creemos que libros como El mito mi to de S Ssi si!o !o"" m# m#ss al all# l# de dell $a $alo lorr de su co cont nten enid ido o y de la %ro!undidad de sus temas" son de &ran ayuda %ara %ulir nuestra ca%acid ca% acidad ad de an# an#lisi lisis" s" me'o me'orar rar nues nuestra tra lect lectura ura com% com%rens rensi$a" i$a" enri en riqu quec ecer er nu nues estr tro o $o $oca cabu bula lari rio o y ac acre rece cent ntar ar nu nues estr tros os conocimientos de cultura &eneral. Es se&uro que al&unos de sus ar&umentos ar&ume ntos (ar#n sur&ir dudas e inquietudes" y es %er!ectamente com%rensible que la manera en que Albert Camus aborda estos temas de naturale)a e*istencial nos resulte a $eces con!usa e intrincada. +o ol$idemos que sus ensayos !ilos,!icos y no$elas e*istenciales e*istenc iales -des%einaron-des%einaron- las ideas de toda una &eneraci,n y le $alieron un Premio +obel de Literatura en 15/. Sin embar&o" no dudo que (abr#n ca%tado muy bien los temas en que Camus se centra: la sensibilidad y la noci,n del absurdo" el suicidio" el sentido de la e*istencia y la libertad absurda. El ra)onamiento absurdo es" sin dudarlo" el e'e %rinci%al de su ensayo. Camus no es un e*istenci e*istencialista alista en el sentido m#s %uro. Sin embar&o" todas sus re!le*iones y su !iloso!a del absurdo %arten de temas e*istenciales. +o tiene re%aro en indicarnos que su ensayo no es una elucubraci,n %ro%ia. Antes bien" menciona que la sensibilidad sensibilid ad del absurdo est# dis%ersa en muc(os %ensadores del si&lo" a los que cita %ermanent %ermanentemente emente en su obra. Sin embar&o" aclara que su &eneraci,n no (a conocido con %ro%iedad una !iloso!a del absurdo. Es interesante que Camus aborde su ensayo con una %remisa re$olucionaria: +o lle&a al absurdo como se des%rende un $eredicto des%u0s del 'uicio. Por el contrario" toma el absurdo como su %unto de %artida. Camus es" en consecuencia" el !il,so!o del absurdo. El razonamiento absurdo Para desarrollar desarrollar su an#lisis" Camus cuestiona !undamentalmente !undamentalmente si $ale la %ena $i$ir la $ida. Establece que encontrar una ra),n %ara $i$ir es equi$alente a encontrar una ra),n %ara morir. Concluye que %ara la mayora de los (ombres" la $erdad no es una ra),n de %eso %ara sacri!icar la $ida" y e'em%li!ica que alileo ab'ur, de una $erdad cient!ica %orque esa $erdad no $ala la (o&uera. Se des%rende entonces que las cosas obtienen su im%ortancia en !unci,n de a qu0 actos nos obli&an. +o %arece" ademas" que el suicidio ser# la salida que todo indi$iduo buscar# en una situaci,n deses%erada. Se&2n Camus" el suicidio es un mal interior antes que un mal social. Camus %asa a mencionar que el ser (umano tiene la necesidad com%ulsi$a de racionali)ar" entender y e*%licar todo. En su an#lisis identi!ica dos !ormas de %ensamiento" la de Pero&rullo y la de don ui'ote. El mtico %ersona'e de Pero&rullo se $a a la e$idencia e*cesi$a" casi ridcula" como cuando uno dice
4est# llo$iendo. 6on ui'ote $a al lirismo e*tremo" la ima&inaci,n" el sue7o" la !antasa" la uto%a. Se&2n Camus" el e'ercicio de la ra),n oscila entre las $erdades de Pero&rullo y las abstracciones qui'otescas. La combinaci,n de ambas da el equilibrio entre e$idencia y !antasa" entre conocimiento y emoci,n. Hay 3 %osturas que el (ombre %uede ado%tar con res%ecto al absurdo:
1. El suicidio como salida. La !atal con!esi,n de que la $ida nos (a su%erado" que no la entendemos" que no la %odemos e*%licar y que concluimos que no $ale la %ena $i$irla. 8. La e$asi,n" ya sea %or abra)ar los %laceres (edonistas como distracci,n de la realidad" o %or ci!rar toda es%eran)a en el e'ercicio de la !e en credos reli&iosos. En el %rimer caso" se i&nora o se nie&a el absurdo" se soslaya la muerte" se e$ita traer estos temas a colaci,n. En el se&undo caso se e*%lica el absurdo con do&mas: 6onde el (ombre ya no es ca%a) de encontrar e*%licaci,n em%ie)a el conce%to de 6ios. Ese es el !amoso -salto- del que (ablan" entre otros" Leon C(esto$ y Soren 9iere&aard" ambos %ensadores citados %or Camus. 3. La tercera %ostura es la ace%taci,n y la $i$encia del absurdo. Ace%tar el absurdo" renunciar a buscar e*%licaci,n y $i$ir la $ida con la inde%endencia" la autodeterminaci,n y la si&ni!icancia indi$idual que se des%renden del su%uesto de que esto es todo cuanto (ay" de que no (ay 6ios ni $ida !utura en otro tiem%o y lu&ar" %ero sin 'am#s %erder de $ista que" a %esar de todo" la $ida $ale la %ena $i$irla. ;C,mo lle&a el (ombre a esa encruci'ada< La sensibilidad o el sentimiento del absurdo es el %roceso &radual de toma de conciencia del %aso de tiem%o y sus ne!astas consecuencias %ara nosotros: deterioro" en$e'ecimiento y muerte. Ese mismo %roceso ocurre durante los a7os y a7os de rutina re%etiti$a" mismos que anteceden a la noci,n del absurdo" el des%ertar del (ombre" el momento en que tomamos %lena conciencia de la !utilidad y !u&acidad de la e*istencia" de que el mundo y la $ida su%eran %or muc(o nuestra ca%acidad de ra)onamiento" entendimiento y com%rensi,n.
Suele suceder que las decoraciones se derrumban. Levantarse, tomar el tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, la comida, el tranvía, cuatro horas de trabajo, la comida, el sueño y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con el mismo ritmo, es una ruta que se sigue fácilmente la mayor parte del tiempo. Solo que un día, el porqué! y todo se al"a y todo comien"a con esa lasitud teñida de asombro... #simismo, y durante todos los días de una vida sin brillo, el tiempo nos lleva. $ero siempre llega un momento en que hay que llevarlo. %ivimos del porvenir& mañana!, más tarde!, cuando tengas una posici'n!, con el tiempo comprenderás!. (stas inconsecuencias son admirables, pues, al fin y al cabo, se trata de morir. Llega, no obstante, un día en que el hombre hace constar o dice que tiene treinta años. #sí afirma su juventud. $ero, al mismo tiempo, se sit)a en relaci'n con el tiempo. *cupa en él su lugar. +econoce que se halla en cierto momento de una curva que confiesa que debe recorrer. $ertenece al tiempo, y con ese horror que se apodera, reconoce en él a su peor enemigo. (l mañana, anhelaba un mañana, cuando todo él debía recha"arlo. (sa rebeli'n de la carne, esto es lo absurdo.
Es e$idente" entonces" que cuando Camus (abla de los muros absurdos" alude al tiem%o y la rutina" a los decorados con que construimos la realidad a la que nos circunscribimos y limitamos. Cuando lle&an la lasitud y el (arta)&o" la !rustraci,n y el sinsentido= el des%ertar del absurdo derrumba los decorados y nos de'a !rente a la realidad desnuda: La $ida no tiene sentido" la $ida es absurda. El suicidio filosófico Es llamati$o que Camus use la met#!ora de 4el salto %ara identi!icar el momento en que dos de los %ensadores que cita" 9iere&aard y Husserl" dan %aso a al&o eterno e ine*%licable con la ra),n (umana" %ero a la $e)" en ese acto nie&an el absurdo e intentan e*%licarlo. Se&2n 9iere&aard" donde la ra),n se queda corta" entra el conce%to de 6ios. Se&2n Camus" 9iere&aard reem%la)a la !rase correcta: 4>iren" (e aqu el absurdo y en su lu&ar dice: 4>iren" (e aqu 6ios. Husserl y los !enomen,lo&os" en cambio" dan a cada cosa un sentido %ro%io y esencial" que a la $e) e*%lica el todo. +o (ay nada m#s" no se debe buscar si&ni!icado" solo se describe sin e*%licar. Eso %areciera enca'ar en el absurdo. Sin embar&o" en cuanto Husserl reconoce al&o de celestial y eterno en las cosas de este mundo material y les concede 4esencias e*tratem%orales" una esencia %ri$ile&iada que se nutre de la esencia de cada 2nica cosa" %asa a con!erir a la ra),n un alcance muc(o mayor del que le es %ermisi$o. La ra),n tiene lmites" %ero Husserl se los remue$e al %ostular que esa esencia %ri$ile&iada da sentido a cada esencia menor o relati$a. En ambos casos se da el suicidio !ilos,!ico" 4el salto. 9iere&aard (umilla la ra),n y da el salto a 6ios. Husserl (ace triun!ar la ra),n y le atribuye el %oder de e*%licarlo todo. Ese es tambi0n un salto %or cuanto la ra),n no %uede e*%licar las cosas con nada que $aya m#s all# de este mundo y de esta e*istencia. En los dos an#lisis %lanteados el absurdo derrota al (ombre y este salta a una !orma insostenible de e*%licaci,n y es%eran)a. La libertad absurda Lo contrario del salto o suicidio !ilos,!ico es la libertad absurda. Si al contem%lar el absurdo" en lu&ar de buscar e*%licarlo ?saltar@" buscamos asumirlo" ace%tarlo y $i$irlo" entonces encontramos la libertad absurda.
%ivir una eperiencia, un destino, es aceptarlo plenamente. #hora bien, no se vivirá ese destino, sabiendo que es absurdo, si no se hace todo para mantener ante uno mismo ese absurdo puesto de manifiesto por la conciencia. -egar uno de los términos de la oposici'n de que vive es eludirlo. #bolir la rebeli'n consciente es eludir el problema...%ivir es hacer que viva lo absurdo. acerlo vivir es ante todo contemplarlo. #l contrario de (urídice, lo absurdo no muere sino cuando se le da la espalda. /na de las posiciones filos'ficas coherente es la rebeli'n. (s una confrontaci'n perpetua del hombre con su propia oscuridad. (s eigencia de una transparencia imposible. %uele a poner al mundo en duda en cada uno de sus segundos0 -o es aspiraci'n, pues carece de esperan"a. (sta rebeli'n es la seguridad de un destino aplastante, menos la resignaci'n que debería acompañarla0
(sta rebeli'n da precio a su vida0 y esa rebeli'n al día testimonia su )nica verdad, que es el desafío. (sta es la primera consecuencia.
El hombre absurdo El que ace%ta $i$ir el absurdo sin e*%licarlo ni saltar" es el (ombre absurdo. Asume que esto es todo" que no (ay salida ni es%eran)a. lo asume con $alenta. Esta $ida en la que nie&a los dioses y es due7o de sus actos es todo lo que tiene" %ero $ale la %ena $i$irla" a&otarse en el a!#n de a&otarla. Camus ubica en esta cate&ora al 6on uan" al actor y al conquistador. El donjuanismo
(s un grave error tratar de ver en 1on 2uan a un hombre que se alimenta con el (clesiastés. $ues para él no es vanidad sino la esperan"a en otra vida. Lo prueba, puesto que la juega contra el cielo mismo. -o le pertenece el pesar por el deseo perdido en el goce, ese lugar com)n de la impotencia. (so está bien en 3austo, quien cree en 1ios lo bastante para venderse al diablo0 3austo reclamaba los bienes de este mundo& el desdichado s'lo tenía que tender la mano...
6on uan no amaba a una sola mu'er" aunque %udiera decirse que al momento de tenerla" la amaba con todo su ser. +o era que la anterior ya no le &ustara" era m#s bien que ya quera otra" y eso no es lo mismo. 6on uan se e*tin&ue en la !orma menos e&osta de 4amor" m#s 4&enerosa" la que no conlle$a %ro%iedad" e*clusi$idad o anulaci,n. +o si&ni!ica que 6on uan des%reciara la de$oci,n de un (ombre %or una 2nica mu'er" aunque $iera en eso una cosa de santos y no de (ombres. El caso es que 6on uan no teme casti&o ni consecuencia. +o as%ira a otra $ida %or cuanto $i$e en esta todo cuanto %uede. La comedia Camus admira al actor %orque recorre en tres (oras su nacimiento" es%lendor" ocaso y muerte: el ciclo que le tomar# al es%ectador toda una $ida. Para cuando el actor muere en el 2ltimo acto del absurdo que re%resent, tantas $eces en las tablas" ya (a muerto mil $eces. Porque el actor (a ele&ido $i$ir muc(as $idas y no una sola" incluso lle&ando a anular la suya %ro%ia. +o (ay muc(a di!erencia entre 0l y los %ersona'es que re%resenta" %or cuanto los $i$e" los siente y los cree" se mimeti)a. Eso no es m#s absurdo que la $ida" donde 0l es a%enas uno que tambi0n morir#.
4(l espectáculo 5 dice amlet 5 es la trampa donde atraparé la conciencia del rey6. #trapar está bien dicho, pues la conciencia va rápidamente o se repliega. ay que ca"arla al vuelo, en ese lugar apenas sensible donde echa sobre sí misma una mirada fugitiva. #l hombre cotidiano no le gusta retrasarse. 7odo lo apremia, por el contrario. $ero, al mismo tiempo, nada le interesa más que él mismo, sobre todo lo que podría ser. 1e ahí su afici'n al teatro, al espectáculo, donde se le proponen tantos destinos cuya poesía percibe sin sufrir su amargura. (n eso, por lo menos, se reconoce al hombre inconsciente, que contin)a apresurándose hacia no se sabe qué esperan"a. (l hombre absurdo comien"a
donde aquél termina, donde, dejando de admirar el juego, el espíritu quiere intervenir en él.
La conquista
Si, el hombre es su propio fin. 8 es su )nico fin. Si quiere ser algo, tiene que serlo en esta vida0 Los conquistadores son solamente aquellos hombres que sienten su fuer"a lo bastante como para estar seguros de vivir constantemente a esa alturas y con la plena conciencia de su grande"a...
El conquistador reconoce que su tumba %uede ser una !osa com2n" que su muerte %uede ocurrir antes de tiem%o" que su es!uer)o %uede ser en $ano si es derrotado. Pero la conquista $a m#s all# de lo &eo&r#!ico. El (ombre conquista sus temores y sus limitaciones" rom%e obst#culos y barreras y" aun en la derrota" $ence. Esa ace%taci,n de la !atalidad inminente" el ries&o asumido %or la consecuci,n de la &loria y el (onor" lo de (oy" lo 2nico cierto" es otra caracterstica del (ombre absurdo. La creación absurda Camus %asa a indicarnos que el ser m#s absurdo es el creador. Porque el 6on uan" el actor o comediante y el conquistador" solo se nutren de recrear %ersona'es" amores y lo&ros una y otra $e). Pero el creador ca%ta el absurdo y lo co%ia en su obra. Bien sea %or el arte" la ima&en" la m2sica o la no$ela. El creador monta su %ro%io mundo" lo limita %ara la re%resentaci,n" establece sus muros. ;u0 (ay m#s absurdo que co%iar el absurdo< Por su%uesto" Camus (abla de buenas y malas muestras de arte" en tanto m#s cercanas sean al ob'eto real y concreto que co%ian" y m#s se ale'en de con!erirle al&2n elemento abstracto" su%erior o si&ni!icante. Arte sin salto. Filosofía y novela
(ste tema del suicidio en 1ostoievs9i, es, por lo tanto, un tema absurdo. #notemos solamente, antes de seguir adelante, que :irilov rebota en otros personajes que también plantean nuevos temas absurdos. Stravoguin e ;ván :aramá"ov ejercitan en la vida práctica verdades absurdas. # ellos es a quienes libera la muerte de :irilov. 7ratan de ser "ares. Stravoguin lleva una vida 4ir'nica6, ya se sabe cuál. 1espierta el odio a su alrededor. 8, sin embargo, la palabra?ué demuestra eso@
Camus considera que la no$ela es la manera m#s !iel de crear un mundo. Las dem#s !ormas de arte se %arecen m#s al ensayo intelectual. La no$ela" en cambio" contiene %ersonas" lu&ares y situaciones" y esa
ca%acidad de darle cuer%os al arte le %ermite mostrar el absurdo en total %lenitud. Kirilov 6ostoie$si (abla en el 6iario de un escritor de lo que con$ino en llamar 4el suicidio l,&ico: la e*istencia (umana es una %er!ecta absurdidad %ara quien no tiene !e en la inmortalidad" y la deses%eraci,n obli&a al suicidio. 9irilo$" %ersona'e de 4Los %osedos" encarna al&o de esto %ero $a m#s all#. El desea morir %or una idea. Su idea de suicidio su%erior es una %roclama de insubordinaci,n" de terrible libertad. +in&2n dios diri&e su destino. 9irilo$ decide su !in y se $uel$e 6ios. Si 6ios no e*iste 9irilo$ es 6ios" y si 6ios no e*iste 9irilo$ debe matarse %recisamente %ara ser 6ios. Absurdo" %ero es lo que debe ser. Si 9irilo$ est# loco" 6ostoie$si tambi0n lo est#" %ues el %ersona'e es %arte del mundo que el autor (a creado. +,tese que 9irilo$ toma distancia de es2s" el 6ios Hombre. Cree que es2s muere en $ano" %ues no $a al %araso y su tortura es en $ano. En ese sentido" es2s $i$e y muere %or una mentira y eso lo (ace el (ombre %er!ecto" %ues encarna todo el drama (umano" el que (a reali)ado la condici,n m#s absurda. a no es 6ios(ombre sino Hombredios" %uesto que su di$inidad se limita a este mundo terrenal. ;Por qu0 entonces al&uien que $e con tal claridad el absurdo decide suicidarse< 9irilo$ sabe que eso es una contradicci,n" %ero 0l es la anttesis de Cristo. En lu&ar de dis!rutar de su condici,n de (ombre libre de dioses y es%eran)as" quiere mostrar a los dem#s (ombres una $a real y di!cil que ser# el %rimero en recorrer" a manera de dec(ado. El suyo ser# un suicidio %eda&,&ico. Se sacri!icar# como Cristo" %ero aunque se le cruci!ica no se le en&a7a. Se sabe un (ombredios y muere libre" sin es%eran)a ni %or$enir. Pero 6ostoie$si tiene otros %lanes. En las si&uientes entre&as del 6iario concluye esto: 4Si la !e en la inmortalidad le es tan necesaria al ser (umano ?que sin ella lle&a a matarse@ es %orque se trata del estado normal de la (umanidad. Siendo as" la inmortalidad del alma (umana e*iste sin duda al&una. Como se $e" 6ostoie$si da el salto" y entonces de'a sin e!ecto el suicidio l,&ico" el sacri!icio %eda&,&ico de 9irilo$. 4Ciertamente" resucitaremos de entre los muertos" $ol$eremos a $ernos y nos contaremos ale&remente todo lo que (a ocurrido. As" 6ostoie$si entre&a la di$inidad del (ombre en cambio %or la !elicidad. En consecuencia" el %istoleta)o de 9irilo$" su sacri!icio" queda le'os de la com%rensi,n del mundo. Los (ombres si&uen !ieles a sus es%eran)as cie&as en el otro sacri!icio" el del (ombredios que creen 6ios(ombre. La creación sin mañana La creaci,n del (ombre absurdo no tiene ma7ana. El (ombre crea como un acto de rebelda" en una batalla que est# %resu%uesto a %erder. Por eso escul%e en arcilla y traba'a %ara nada. El (ombre absurdo est# solo" se&uro de sus lmites y de su !in %r,*imo. Su obra tambi0n lo est#.
(l )ltimo esfuer"o de estos hombres emparentados, creador o conquistador, consiste en saber liberarse también de sus empresas& en llegar a admitir que la obra misma, bien sea conquista, amor o creaci'n, puede no serA en consumar así la profunda inutilidad de toda su vida individual. (so mismo le da más facilidad para la reali"aci'n de la obra, así como el hecho de que advirtieran lo absurdo de la vida les autori"aba a hundirse en ella con todos los ecesos. Lo que queda es un destino cuya )nica salida es fatal. 3uera de esa )nica fatalidad de la muerte, todo lo demás, goce o dicha, es libertad. ?ueda un mundo cuyo )nico amo es el hombre. Lo que le ligaba era la ilusi'n de otro mundo. -o es la fábula divina que divierte y ciega, sino el rostro, el gesto y el drama terrestres en los que se resumen una difícil sabiduría y una pasi'n sin mañana.
Sísifo Sabio" %rudente" astuto" %caro" bandido" rebelde e irre$erente. Ssi!o es el (0roe absurdo de!initi$o. Se rebela contra los dioses" odia la muerte y ace%ta el absurdo de su e*istencia. Condenado a traba'o !2til y re%etiti$o en el in!ramundo" se %udiera considerar que su destino tr#&ico (abra bastado %ara que diera el %er!il del suicida" %ero no es el caso. Camus re!le*iona sobre la tra&edia de Ssi!o y concluye que su destino s,lo es tr#&ico en cuanto toma conciencia. Su momento m#s l2cido es el retorno" la %ausa" el instante del descenso desde la cima (asta la base de la ele$aci,n donde deber# iniciar el es!uer)o nue$amente. Ssi!o $e de !rente el absurdo y lo asume. Esa es su $ida. Sin sentido" absurda" sin %ro%,sito. Pero el (ombre en su rebelda des%recia su casti&o y en!renta su realidad sin es%eran)a. Su traedia es a la vez su victoria. Es lo que (ay: Ssi!o y la roca. el (ombre nie&a a los dioses y em%u'a la %iedra. Cris%a el cuer%o y %one la me'illa contra la masa rocosa (asta $ol$erse uno con ella. En ese mundo sin dios" Ssi!o no reconoce amo. >il $eces (ar# el mismo recorrido y eso es lo mismo que encontrar mil maneras de (acerlo. (ar# con em%e7o un traba'o in2til e intrascendente una y otra $e)" el es!uer)o %or nada. Con la misma naturalidad con que re&orio Samsa ace%ta su metamor!osis" Ssi!o contem%la su tormento" lo entiende como al&o natural y lo des%recia. La $ida es absurda %ero $ale la %ena $i$irla. Dodo est# bien.
1ejo a Sísifo al pie de la montaña. Siempre vuelve a encontrar su carga. $ero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. Bl también ju"ga que todo está bien. (ste universo por siempre sin amo no le parece estéril ni f)til. =ada uno de los granos de esta piedra, cada tro"o mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. (l esfuer"o mismo para llegar a las cimas basta para llenar un cora"'n de hombre.