Resumen Clase n°11:
El sepultamiento del complejo de Edipo
Nombre: Tania Tania Contreras Díaz - Psicología vespertino El complejo de Edipo se observa como un fenómeno central del período sexual de la primera infancia. Después cae sepultado, sucumbe a la represión, y es seguido por el período de latencia. Esto se daría por las dolorosas desilusiones acontecidas (por ej. la hija ue es retada por su padre padre o el ni!o ue debe compartir la atención de su madre con un recién nacido". #tra concepción dir$ ue el complejo de Edipo tiene ue caer porue ha llegado el tiempo de su disolución, como también est$ determinado por la herencia, por lo ue tiene ue desvanecerse de acuerdo con el programa cuando se inicia la fase evolutiva siguiente, predeterminada. %mbas concepciones tienen sentido y son compatibles entre sí. &a fase f$lica no prosigue su desarrollo hasta la organi'ación genital denitiva, ya ue se hunde y es relevada por el período de latencia. )uando el ni!o (varón" ha volcado su interés a los genitales, lo deja traslucir por su vasta ocupación manual en ellos, y después tiene ue hacer la experiencia de ue los adultos no est$n de acuerdo con ese obrar. %llí surge la amena'a de castración. )on respecto a esto, la tesis es ue la organi'ación genital f$lica del ni!o se va al fundamento a raí' de esta amena'a de castración. El psicoan$lisis ha atribuido valor a dos clases de experiencias por las cuales todo ni!o debería estar preparado para la pérdida de partes muy apreciadas de su cuerpo* el retiro del pecho materno y la separación del contenido de los intestinos. )on la observación de los genitales femeninos, se vuelve representable la pérdida del propio pene, y la amena'a de castración obtiene su efecto. &a masturbación es sólo la descarga genital de la excitación sexual perteneciente al complejo de Edipo, el ue ofrece al ni!o dos posibilidades de satisfacción, una activa y una pasiva (como el comercio amoroso con el padre o madre en donde busca despla'ar al otro". %hora bien, la aceptación de la posibilidad posibilidad de la castración, castración, puso n a las dos posibilidades de satisfacción satisfacción derivadas del complejo de Edipo. &as investiduras de objeto son resignadas resignadas y sustituidas por identicación. &a autoridad del padre, o de ambos progenitores, introyectada en el yo, forma ahí el n+cleo del superyó, perpet+a la prohibición del incesto y, así, asegura al yo contra el retorno de la investidura libidinosa de objeto. &as aspiraciones libidinosas libidinosas pertenecientes al complejo de Edipo son en parte desexuali'adas y sublimadas (inhibidas en su meta y mudadas en mociones tiernas". %sí salvó los genitales del peligro de la pérdida, y adem$s los parali'ó su función. )on ese proceso se inicia el período de latencia, ue viene a interrumpir el desarrollo sexual del ni!o. ero el proceso descrito es m$s ue una represión- euivale, cuando se consuma idealmente, a una destrucción destrucció n y cancelación del complejo. i el yo no ha logrado efectivamente mucho m$s ue una represión del complejo, este subsistir$ inconsciente en el ello y m$s tarde exteriori'ar$ su efecto patógeno. /ambién /ambién el sexo femenino desarrolla desarrolla un complejo de Edipo, un superyó superyó y un período período de latencia. El clítoris de la ni!ita se comporta al comien'o en un todo como un pene, pero ella, por la comparación con un compa!erito de juegos, percibe ue es 0demasiado corto1, y siente este hecho como un perjuicio y ra'ón de inferioridad. &a ni!a no comprende su falta actual como un car$cter sexual, sino ue lo explica mediante el supuesto de ue una ve' poseyó un miembro igualmente grande, y después lo perdió por castración. &a ni!ita acepta la castración como un hecho consumado, mientras ue el varoncito tiene miedo a la posibilidad de su consumación. El complejo de Edipo de la ni!ita es mucho m$s unívoco ue el del ni!o, es raro ue vaya m$s all$ de la sustitución de la madre y de la actitud femenina hacia el padre. u complejo de Edipo culmina en el deseo, alimentado por mucho tiempo, de recibir como regalo un hijo del padre, parirle un hijo. %mbos deseos, el de poseer un pene y el de recibir un hijo permanecen en lo inconsciente, donde se conservan con fuerte investidura y contribuyen a preparar al ser femenino para su posterior papel sexual.