UNIVERSIDAD PRIVADA NORBERT WIENER
ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE FARMACIA Y BIOQUIMICA
CURSO: QUÍMICA ORGÁNICA III
PRÁCTICA Nº1
“RECRISTALIZACIÓN DE LA GLUCOSA”
INTEGRANTES:
BECERRA MEJÍA, Einstein Román CASTAÑEDA CUADROS, Renzo Gerardo GUTIERREZ SHIMABUKURO, Astrid Carolina HEREDIA LUIS, Lizeth Fiorella REYES JARA, Francisco Nicolás Martín
SECCIÓN: FB5M1 GRUPO: “B” FECHA DE ENTREGA: 13 DE ABRIL DEL 2013
LIMA – PERÚ 2013
REPORTE PRÁCTICA N°1: RECRISTALIZACIÓN DE LA GLUCOSA
Se realizó la recristalización de glucosa con 2 pesos de chancaca siendo el primero de 2g y el segundo de 10g, observándose:
Mayor rendimiento de obtención de cristales de glucosa en la segunda cristalización.
El carbón activado cumple la función de absorbente de impurezas y a su vez decolorador de estas que presentan una coloración intensa.
Es esencial mantener la temperatura de 70 a 80°C para poder mantener la solución en líquido, se debe evitar su solidificación antes del término de la cristalización. Es recomendable tener un recipiente para tapar el beacker con la solución en ebullición, pues existe la posibilidad de que esta combustione, de modo que hay necesidad de quitar el suministro de oxígeno al beacker para evitar que siga combustionando.
La cantidad de solventes usados para la extracción va en función a la cantidad de chancaca utilizada, pues si se usa menor cantidad de solvente por cantidad de chancaca, no se efectúa la extracción.
Es recomendable usar un peso de 10g de chancaca para la mejor observación de los cristales a la luz visible, pues al trabajar con 2g se obtiene menor cantidad de estos. Fundamento de la recristalización
La solubilidad de un compuesto orgánico en un disolvente es una función no solamente de la estructura química de los dos sino también de la temperatura. Normalmente la solubilidad de un sólido en un líquido se incrementa al aumentar la temperatura y en algunos casos el efecto puede ser muy marcado. Este fenómeno es de gran importancia en química orgánica pues es la base para la purificación de un sólido por cristalización. Cuando un sólido se disuelve mediante calentamiento en un disolvente y si la disolución se enfría lentamente, se alcanza la saturación con la cual el sólido puede cristalizar. Si el sólido tiene una impureza este método de cristalización sería el indicado para purificarlo.
Los contaminantes que no son solubles en el solvente pueden separarse por filtración de la solución en caliente y los que son muy solubles en el disolvente permanecerán en solución cuando el soluto ha cristalizado y esté separado por filtración. Ocasionalmente es necesario eliminar impurezas coloridas lo cual se consigue calentando la solución a ebullición con carbón activado (son absorbidas por éste). Posteriormente se elimina el carbón por filtración y se procede a la cristalización. La elección del solvente para la purificación de un sólido deberá basarse en las siguientes características:
El material a purificar deberá ser considerablemente más soluble en el solvente en caliente que en frío.
La impureza deberá ser muy solubles o muy insolubles en el solvente, y eliminarse con carbón activo fácilmente.
El punto de ebullición del solvente deberá ser muy bajo con el fin de que se pueda evaporar fácilmente.
No deberá haber reacción entre soluto y solvente además de considerar el costo, toxicidad y flamabilidad del solvente.
Muchas veces el solvente más eficiente para la cristalización de un compuesto es una mezcla de dos líquidos. Tales mezclas de solventes se usan cuando el sólido es soluble en uno e insoluble en el otro, en estas condiciones puede lograrse una buena cristalización. El material para cristalizarse se disuelve en caliente en el solvente en el cual más soluble y luego se agrega el otro solvente lentamente a la solución caliente hasta que el soluto tienda a separarse (la solución se torna turbia). Se calienta la mezcla de nuevo para disolver todo el material. Mediante un enfriamiento lento se separará el producto cristalino. Función del carbón activado
El carbón activo es un material en forma de polvo muy fino que presenta un área superficial excepcionalmente alta y se caracteriza porque contiene una gran cantidad de microporos (poros inferiores a 2 nm de diámetro). El carbón activo puede tener un área superficial entre 500 y 2500 m2/g (una pista de tenis tiene 260 m2). El carbón activo presenta una capacidad
de adsorción elevada y se utiliza para la purificación de líquidos y gases. Aunque se conoce desde la antigüedad, la primera aplicación industrial del carbón activo tuvo lugar en 1794 en Inglaterra, donde se utilizó como agente decolorante en la industria azucarera. Se utiliza el carbón activo, en forma de polvo negro muy fino, como agente decolorante de disoluciones debido a que retiene pequeñas partículas por adsorción. Se adiciona una pequeña cantidad en el momento en que la disolución llega a la ebullición, se mantiene unos minutos calentando y seguidamente se filtra por gravedad. Precaución: al adicionar el carbón activo es necesario haber retirado la disolución de la
fuente de calor dado que se puede producir una sobreebullición, con el consecuente derramamiento del líquido Eliminación de residuos: Un vez recuperado el sólido, el papel utilizado para filtrar tendrá
que depositarse en el recipiente de residuos sólidos contaminados, y las aguas madre en el bidón correspondiente al disolvente que contiene (acuosas ácidas, acuosas básicas, orgánicas cloradas, orgánicas no cloradas). El carbón activo procedente del filtrado se depositará en el recipiente de residuos sólidos contaminados.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Wade LG, Química Orgánica. España. Ed. Pearson-Prentice Hall. 2010
McMurry J. Química Orgánica. México. Ed. Cengage Learnig. 2008
Solomons TWG. Química Orgánica. México. Ed Limusa. 1996