REMEDIOS PARA EL IMPERIO
h istoria n atural y
la
a propiación del n uevo mundo
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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MAURICIO NIETO OLARTE
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES - CESO DEPARTAMENTO DE HISTORIA
Nieto Olarte, Mauricio Remedios para el imperio : historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo / Mauricio Nieto Olarte. – 2ª. ed. — Bogotá : Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, CESO : Ediciones Uniandes, 2006. 248 p. ; 17 x 24 cm. ISBN 978-958-695-253-8 1. Historia natural – América del Sur 2. Expedicionescientíficas– América del Sur 3. América – Descubrimiento y exploraciones – Españoles 4. América del Sur – Descripciones y viajes 5. España – Historia – Reyes Católicos, 1479-1516 I. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Historia II. Universidad de los Andes (Colombia). CESO III. Tít. CDD 980.013
SBUA
Primera edición: 2000. Editado por Instituto Colombianode Antropología e Historia – ICANH. Segunda edición: noviembre de 2006. © Mauricio Nieto Olarte © Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales - CESO Carrera. 1ª No. 18ª- 10 Ed. Franco P. 5 Teléfono: 3 394949 – 3 394999. Ext: 3330 – Directo: 3324519 Bogotá D.C., Colombia http://faciso.uniandes.edu.co/ceso/
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[email protected] ISBN: 978-958-695-253-8 Ilustración de portada: Determinatio specierum gerenis Cinchonae. Lámina 1.Del Tomo XLIV “Quinas de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada”, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Diseño : Juan Pablo Fajardo Andrés Fresneda Diagramación e impresión: Corcas Editores Ltda. Calle 20 No. 3-19 Este Bogotá D.C., Colombia PBX. 3419588 http://www.corcaseditores.com
[email protected] Impreso en Colombia – Printed in Colombia Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o trasmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.
introducción ⁽⁾ CAPÍTULOI
políticas imperiales españolas: llaasapropiación del nuevo mundo
⁽⁾ CAPÍTULO II
dibujar, ensamblar y nombrar especies: desplazamiento y apropiación de lanaturaleza ⁽⁾ CAPÍTULO III
remedios para el imperio español: la búsqueda de plantas medicinales ⁽⁾ CAPÍTULOIV
la condesa, los jesuitas, el cardenal, el demonio, linn eo y sus polvos ⁽⁾ CAPÍTULOV
las expediciones y la creación de una tradición científica en américa ⁽⁾
Un libro nunca se termina realmente pero ya es hora de publicarlo para podérselo regalara Ursula.
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AGRADECIMIENTOS
El material de este libro es, en su mayor parte, resultado de una investigación para obtener mi título de doctorado en el Imperial College de la Universidad de Londres en 1994. El texto srcinal ha sido traducido del inglés y ha sido objeto de algunas adiciones y modificaciones. Con la publicación de este libro quisiera reiterar mis agradecimientos a James A. Secord por su cuidadosa supervisión de la investigación en las universidades de Londres y Cambridge. Debo también expresar mi gratitud a la Wellcome Trust por apoyar esta investigación y hacer posible que pasara tres años de mi vida entre archivos, bibliotecas y seminarios. Años más tarde he comprendido mejor el privilegio de esaoportunidad. En España estoy en deuda con losArchivos del Real Jardín Botánico y de la Real Botica en Madrid; buena parte de las fuentes escritas y gráficas del libro provienen deestas instituciones. En Colombia agradezco a mis estudiantes y colegas de la Universidad de los Andes y de la Universidad Nacional por haber debatido conmigo el contenido de estetrabajo. De manera especial quiero extender mis agradecimientos a Tomás Martín por su colaboraci ón con la traducción y edición del texto. El contenido de esta segunda edición esbásicamente el mismo de la publicada por el ICANH en el año 2000, sin embargo la versión que se publica en el 2006 ha sido objeto de una cuidadosa revisión y de algunas modificaciones menores. En este proceso debo agradecer al meticuloso trabajo de Andrés Barragán.
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INTRODUCCIÓN
Durante el siglo XVIII los viajes deexploración se convirtieron en el centro de intereses públicos, políticos y comerciales de las élites europeas. Ambiciosos proyectos de exploración a países lejanos fueron un esfuerzo común de los imperios europeos. Como veremos, la historia natural constituiría una formade apropiación y jugaría un papel central en las políticas de Estado; el trabajo del naturalista clasificando y nombrando objetos naturales facilitaría el control no sólo de la naturaleza, sino de otras culturas. La historia natural y los viajes de exploración constituyen un elemento central tanto para la historia de laciencia occidental como para la historia cultural y política de Europa. Algunos historiadores que se han ocupado de la relación entre el imperialismo y la historia natural han mostrado cómo la expansión europea y la exploración científica son procesos complementarios y cómo los vínculos entre la política,⁽⁾ el comercio, y la ciencia fueron especialmente estrechos durante el siglo 1XVIII . Éste es un período durante el cual los europeos sintieron que su poder sobre la naturaleza se incrementaba; no sólo habían logrado conquistar buena parte del globo re, terrest sino también habían promulgado el descubrimiento de las leyes físicas que rigen el universo. Desde la llegada de los europeos a América en el siglo XV,España tuvo bajo su control el más grande imperio colonial delmundo. Durante el reinado de Carlos III, fueron implementadas algunas reformas políticas, que buscaban optimizar la explotación de las colonias estimulando laexploración científica de América. Al seguir los parámetros de la Ilustración francesa, el gobierno español basó sus políticas en la creencia de que la adquisición y aplicació n de conocimientos cien-
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Entre los autores más destacados que se han ocupado del tema de ciencia e imperio podríamos mencionar a: Lucile H. Brockway, David Mackay, Mary Louise Pratt, Anthony Pagden, Dirk Stemending, John Gascoigne, Emma Spary, entre otros.
INTRODUCCIÓN
tíficos incrementaría su poder político y económico. La clave de la prosperidad económica del Imperio español parecía yacer en una explotación más eficiente de la riqueza natural de suscolonias. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, el gobierno español diseñó y llevó a cabo un importante número de ambiciosas expediciones a cargo de botánicos que debían investigar los posibles usos medicinales y comerciales de la vegetación tropical. Los proyectos de exploración estaban dirigidos por médicos y patrocinados por instituciones médicas. En España, más que en ninguna nación europea, la familiarización con plantas medicinaleslay promoción de una industria farmacéutica española se convirtieron en compromisos centrales del Estado. La vieja relación entre el reino vegetaly la medicina le permitió a labotánica jugar un papel vital en las políticas económicas imperiales. Con el apoyo de la Corona, los exploradores permanecieronen América por varios años recolectando numerosas especies y llevando a Europa grandes colecciones de plantas disecadas, ilustraciones botánicas, muestras y descripciones de especímenes considerados útiles. Los reportesy diarios de diferentes explorado⁽⁾ res españoles contienen cientos de referencias de plantas medicinales, algunas de las cuales tuvieron un impacto considerable sobre la industria farmacéutica europea. El caso de la quina es, entre muchos otros, un ejemplo notable de la intersección entre factores médicos, científicos ycomerciales. No es el propósito de esta introducción hacer un recuento completo de la literatura que existe sobre la exploración española de América en el siglo XVIII. Sin embargo, un breve comentario sobre las distintas aproximaciones a la botánica y a la medicina del siglo XVIII en España y los problemas historiográficos de éstas, ayudará a situar esta investigación. El caso de España y sus proyectos de investigación científica han despertado muy poco interés entre loshistoriadores de habla inglesa. Los británicos James Cook, Joseph Banks, el prusiano Alexander von Humboldt, los franceses La Condamine y Bonplandnso ya nombres comunes entre los historiadores de la ciencia, pero los españoles sonmuy poco conocidos entre investigadores por fuera de España o de América Latina. Esta omisión se debe en gran parte a la idea convencional de «Ilustración» según la cual lasnaciones católicas no parecen haber tenido una participación real enella.
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Arthur R. Steele en su libro Flowers for the king: The expeditions of Ruiz and Pavón and the flora of Perú (1964) e Iris Engstrand en Spanish Scientist in the New World (1981) ofrecen detallados y útiles recuentos de los hechos, actores y fechas; a pesar de ello para los propósitos de esta investigación sus aportes no son suficientes. Temas tales como las relaciones entreimperialismo y ciencia, las prácticas concretas de los naturalistas y sus consecuencias sobre las naciones americanas son tratadas superficialmente. Mary Louise Pratt y Anthony Pagden han incluido referencias sobre la explora2, pero un estudio sistemático sobre ción española en América y su sentido político el papel de la historia natural en las colonias españolas no existe en habla inglesa. En los últimos años, investigadores españoles y latinoamericano s han mostrado un creciente interés en temas de botánica, farmacia y medicina. La literatura secundaria en español es enorme. La celebración del quinto centenario del des cubrimiento de América tuvo como resultado un buen número de trabajos sobre las expediciones botánicas españolas3 . Sin ánimo de desconocer la validez de muchos de esos trabajos, es posible afir mar que la mayoría de ellos no han dejado de ser una celebración de los logros de sus antepasados compatriotas. Sus análisis ⁽⁾ tienden a ser meramente documentales, faltos decrítica y, con frecuencia, están dedicados a señalar los aportes españoles a la historia de la ciencia. Un grupo de historiadores latinoamericanos también ha publicado trabajos sobre expediciones y ciencia colonial, muchos de los cuales se han ocupado de la influencia de dichas expediciones en Latinoamérica4 . Tanto para los españoles como para los latinoamericanos, los naturalistas europeos del siglo XVIII constitu-
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Mary Louis Pratt, Imperial eyes: Travel writing and transculturation (Londres y Nueva York: Routledge, 1992); Anthony Pagden, The fall of natural man: The American indian
and theSpanish srcins of Imperialism comparative and ethnology (Cambridge: Cambridge University 1982); idem, the political imagination (New Haven: Yale Press, University Press, 1982); idem,European encounters with the New World: from Rennaissance to Romanticism (New Haven: Yale University Press, 1993). Algunos de los estudiosos más relevantes son: Javier Puerto Sarmiento, Antonio Lafuente, Antonio González Bueno, José Luis Peset y Miguel Ángel Puig-Samper. Ver por ejemplo los trabajos de Emilio Quevedo, Luis Carlos Arboleda, Patricia Aceves, Olga Restrepo, Diana Obregón y Eduardo Estrella entre otros.
INTRODUCCIÓN
yen figuras importantes en la historia nacional, que han sido objeto de una permanente y exagerada veneración. Algunos de los naturalistas y médicos españoles que viajaron al Nuevo Mundo, estuvieron involucrados en la enseñanza de la medicina y de la filosofía natural, fueron responsables de reformas universitarias y se convirtieron en figuras centrales en el establecimiento de instituciones tale s como jardines botánicos, museos de historia natural y observatorios astronómicos. Se han convertido en figuras heroicas que trajeron a América la Ilustración, los beneficios de la ciencia moderna, el progreso y, muchas veces, ideales de libertad. Reci entemente, una vertiente de estudio más crítica se ha desar rollado en España y América Latina entre algunos especialistas dedicados al proble ma de imperialismo y ciencia. Sin embargo, la historia de la ciencia en América Latina todavía está dominad a por 5. la historiografía convenciona l, que tiende a idealizar a la ciencia ylos a científicos Este libro ofrece un estudiosobre las prácticas concretas involucradas en la exploración botánica: la elaboración de registros visuales, la movilización y clasificación de plantas y la construcción y certificación del conocimiento botánico y farmacéutico. Algunos aportes recientes de lasociología del conocimiento científico son útiles e, revisión histórica de la historia natural y de la ⁽⁾ incluso, indispensables para la labor de exploración. Las discusiones contemporáneas en historiasociología y de laciencia nos ofrecen herramientas para la elab oración de un nuevo y más crítico estudio de los viajes de exploración y del imperialismo. Nociones convencionales como «descubrimiento», la distinción entre factores internos y externos en la historia de la ciencia, y la idea de que el conocimiento sobre la naturaleza es necesariamente progresivo y políticamente neutral, han sido supuestos comunes en laliteratura secundaria sobre las expediciones españolas. Estas son premisas problemáticas que han atrapado a los hist oriadores en una descripción idealizada de la historial natural de y su papel en la historia de España y las naciones americanas.
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Una reseña del trabajo reciente sobre historia y sociología de laciencia en América Latina se encuentra en Hebe M.C. Vessuri, «The social study of science in Latin America», en Social studies of science, 17 (1987), pp. 516-54.
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En lo que sigue,se pretende mostrar cómo la ciencia del siglo XVIII en América, la historia natural y la medicina, principalmente,hacen parte de intereses políticos, económicos y religiosos; en qué medida las políticas económicas coloniales estimularon el desarrollo de la farmacia y la taxonomía vegetal, y por qué dichas prácticas constituyen importantes formas de control tanto de la naturaleza comosociedad. de la La búsqueda del conocimiento rara vez está aislada de intereses políticos y económicos. De hecho, la dicotomía entre conocimiento y poderlaydistinción misma entre ciencia y política, pueden conducir a malentendidos. El proyecto de un inventario del mundo no se puede separar de suconquista por parte de las naciones más fuertes de Europa. La historia natural es un medio para construir una naturaleza doméstica y una humanidad colonizada. Por lo tanto, la historial natural y la política deben ser consideradas expresiones de la misma estruct ura de poder. Sería un serio error pretender imaginar que el conocimiento de la naturaleza no es parte de un orden social, yes importante que tratemos deevadir contraposiciones entre nociones como «sociedad», «poder», «política», por una parte, y «conocimiento», por6 .otra Conocimiento, descubrimiento, apropiación y poder: estos sondos to conceptos claves que estudiaremos en los capítulos siguientes. «poder», El como ha suge-⁽⁾ rido Barry Barnes, puede ser entendido como «posesión», posesión de territorio, 7 . La idea de «descubrimiento»,como productos comerciales, armas o tecnología veremos, implica un actode apropiación. «Descubrimiento» ha sidotradicionalmente entendido como encontrarlgo a que existía pero quenadie había visto. Veremos con ejemplos concretos cómo, para que cualquier objeto natural puedaser «visto» o «descubierto», debe ser transformado en algo familiar conforme a un sistema ya conocido, y de cierta manera todo objeto «descubierto» tiene que haber 8. pasado por un proceso de construcción.
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Ver Barry Barnes, The nature of power (Cambridge: Polity Press, 1988); Joseph Rouse, Kwoledge and power: toward a political philosophy of science (Londres: Cornell University Press, 1987); y Stanley Aronowitz,Science as power: discuourse and ideology in modern society (Londres: Macmillan Press, 1988).
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Barnes, The nature of power, introducción.
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Para un estudio sociológico de laidea de «descubrimiento», ver Augustine Brannigan, The social basis of scientific discoveries (Cambridge: Cambridge University Press, 1981).
INTRODUCCIÓN
Las habilidades de los naturalistas europeos para clasificar la naturaleza al darle nombres a plantas y animales y sus técnicas de representación, son instrumentos de apropiación9 . Quien por primera vez reconoce un lugar, una planta o una medicina, proclama su derecho de posesión. Para poder identificar el conocimiento con un proceso de apropiación es importante, en primer lugar, recordar que la historia natural no es una empresa de individuos aislados; es una práctica que requiere de una red de cooperación para hacer posible la movilización, clasi10 ficación, codificación, exhibición e, inclusive, la venta de los objetos de estudio . Los viajeros y naturalistas actúan como agentes tanto del Estado como de Dios y sus descubrimientos o actos deapropiación, aunque proclamados individualmente, son presentados en nombre del Rey y con unafuerte justificación religiosa. Los logros de las expediciones fueron muestra de soberaníalosy jardines botánicos y los museos de historia natural se convirtieron en galerías públicas donde los imperios europeos podían exhibir tanto su poder como la obra del Creador. Durante el siglo XVIII cualquier centro cultural que se respetara debería estar en capacidad de mostrar colecciones de especímenes naturales, plant as, animales o minerales de lugares ⁽⁾ remotos. Museos nacionales de historia natural fueron establecidos enLondres (1753) y París (1745); jardines botánicos en Viena (1751), Madrid (1755), Lyons y Nancy (1758), Cambridge (1762) y Versalles (1765). Todas estas instituciones se convirtieron en importantes símbolos depoder. Coleccionistas aristócratas empezaron a satisfacer sus intereses y capacidade s adquisitivas no sólo con obras de arte sino también con fósiles, animales disecados, conchas, minerales y mariposas, muchas veces adquiridos a precios elevados. Como señala Peter Bowler: «El mundo natural fue incorporado a el mundo dela propiedad.»11 Es importante reconocerel carácter institucional y político dela historia natural; ver como la credibilidad de los naturalistas depende en gran medida del poder
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La idea de «descubrimiento» como apropiación es bien expuesta por Anthony Pagden, European encounters with the New World, y también por Stephen Greenblat,Marvelous possesions: the wonder of the New World (Oxford: Clarendon Press, 1991).
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Ver Bruno Latour,Science in action(Milton Keynes: Open University Press, 1987), p. 227.
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Peter Bowler, The Fontana history of the environmental sciences (Londres: Fontana Press, 1992), p. 114.
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de la institución en que trabajan y de la posición social que les otorga el oficio de la historia natural. La popularidad dela historia natural tiene que ver conuna serie de prácticas sociales y proyectos políticos alrededor de colecciones, gabinetes, exhibiciones y jardines, que les dan estatusa sus propietarios. La historia natural era una disciplina cuyos practicantes dependían del patrocinio de la aristocracia o del Estado ya que solamente los más ricos de la sociedad europea estaban en capacidad de adquirir objetos rarosy acumular colecciones exóticas. Los centros de producción de los últimos cono cimientos o avances en historia natural en el siglo XVIII son los gabinetes y los jardines de los aristócratas más poderosos o de la nobleza. Los naturalistas del siglo XVIII hacen del estudio de la naturaleza un elemento esencial de una educación civilizada,a habilidad l de comentar una colección es una muestra de educación. Los naturalistas tienen unamportante i función social en la medida en que hacen de la naturaleza, delo salvaje algo ordenado y placentero. La naturaleza bruta debe ser organizada por el hombre. Los museos y jardines son expresiones y símbolos de poder de Europa sobre lo salvaje y del hombre sobre las bestias. ⁽⁾ Para poder explicar estos procesos, debemos tener en cuenta los papeles desempeñados por los actores que pertenecen a distintos lugares y grupos sociales. Carlos III y sus ministros, los habitantes nativos de América, botánicos, médicos y químicos de la Corte: todos estos son actores claves para la construcción del conocimiento farmacéutico y botánico en España durante los siglos XVIII y XIX. Tanto la historia natural como la cartografía, la minería y la producción de floras y herbarios, fueron la expresión del compromiso europeo por extender y mantener control sobre el mundo con el apoyo directo no sólo del Rey, sino también del Papa y del mismo Dios. Clasificar, dibujar , nombrar y transportar objetos naturales; la legitimación de un nuevo saber botánico y médico; los mecan ismos por medio de los cuales la experiencia popular o indígena era traducida una a ciencia ilustrada; los intereses sociales y políticos, y las negociaciones que hicieron posibles tales procesos: os éstson algunos de los temas que se discutirán alo largo de este libro.
INTRODUCCIÓN
Veamos ahora una breve descripción de los capítulos y temas específicos que se desarrollarán más adelante. El primer capítulo se ocupa de los antecedentes de las expediciones, incluyendo el papel de la botánica, la medicina y la historia natural en Europa durante la segunda mitad del siglo XVIII. También examinaremos la historia social y política de España, prestan do especial atención a sus políticas imperiales y coloniales, y su relación con la historia natural; en este punto nos ocuparemos de instituciones españolas que jugaron un papel importante en la definición de las nuevas políticas coloniales, tales como el RealJardín Botánico y el Protomedicato. Este capítulo también incluye una breve exposición de las diferentes expediciones españolas, prestand o especial atención a sus objetivos y promotores. El propósito central de esta sección es, por lo tanto, localizar las expediciones científicas en un contexto social y político parti cular sin el cual la botánica, la medicina y la exploración no pueden ser explicados de manera satisfactoria. El tema principal del segundo capítulo es la manufactura de las ilustracione s botánicas que incuestionablemente encarnan el principal resultado material de las exploraciones. Aquí se muestra la función clave de la representación visual en la ⁽⁾ exploración científica, particularmente en la clasificación botánica, en la cual el artista jugaba un papel activo y determinante. También se explica la importancia e influencia de Linneo sobre los botánicos españoles y se muestra cómo el botánico-artista simplifica y esquematiza sus objetos de estudio para lograr, de esta manera, apropiarse de y desplazar a los objetos naturales. Siguiendo a los naturalistas desde el campo hasta la casade impresión, se exponen las instancias concretas del proceso de apropiación sugerido anteriormente y así mismo se introducen algunas ideas que serán reforzadas en los capítulos posteriores, a saber: que la taxonomía y los sistemas de clasificación sonel reflejo de estructuras eintereses sociales y que, por lo tanto,las unidades en que se fragmenta lanaturaleza en el sistema linneano (especies y géneros) son el resultado de procesos de construcción más que de simples hallazgos. En el tercer capítulo seestudian un número de plantas medi cinales y comerciales, que despertaron interés entre los negociantes, farmaceutas y la Corona: una especia americana de canela, un té de SantaFé, y algunas plantas con poderes
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contra las enfermedades venéreas, el reumatismo, o con propiedades febrífugas como, por ejemplo, la raíz de Calaguala, Poypodium calaguala; la Aristolochia fragantissima; la Kameria trianda; la raíz Monnina plystachya, entre otras. En este capítulo se argumentaque el concepto de «descubrimiento» entendido como el hallazgo de algo que yaexistía pero no se conocía, es inapropiado para entender el trabajo de los exploradores. Se expondrá, en cambio, que un descubrimiento es un proceso de traducción y legitimación, en el cual estaban involucrados los nativos, viajeros, taxónomos, químicos y médicos. Debido a que los botánicos estaban entrenados para reconocer especies útiles y comerciales, y no tenían ni el tiempo ni los medios para investigar las virtudes de cada uno de los especímenes, su conocimiento de estas nuevas plantas útiles dependía generalmente de tradiciones locales y en el comercio ya establecido de algunas especias que ya eran reconocidas y ya tenían un valor comercial. Aquí destacamos la importancia de la experiencia popular y describimos un proceso de traducción de las tradiciones nativas a la ciencia ilustrada. Por último, nos ocuparemos de la recepciónen España de estas drogas, al examinar el papel que jugaron las instituciones médicas y farmacéuticas españolas en la aprobación y ⁽⁾ comercialización de los remedios tropicales. En este capítulo y el siguiente se describen tres etapas en el proceso de apropiación y certificación del conocimiento: una primera etapa en cual la las historias de un descubrimiento y la experiencia popular son usadas para despertar interés en nuevas plantas valiosas; una etapa subsiguiente en donde las clasificaciones de las plantas de los botánicos se convierten en una segunda e indispensable práctica para la certificación de remedios genuinos; finalmente, una tercera etapa en la que las plantas no sólo son localizadas en una categoría linneana particular, dibujadas y renombradas, sino también son llevadas a los laboratorios de la Corte y reducidas a sus componentes químicos. El cuarto capítulo está dedicado a laplanta americana más importante y controvertida en la historia de la medicina: el árbol de quina. Este capítulo ofrece un estudio detallado que refuerza losargumentos centrales delos capítulos anteriores. Aquí se hace evidente que el reconocimiento de diferentes especies y el esta-
INTRODUCCIÓN
blecimiento de sus usos médicos involucran intereses comunes a la botánica, el comercio, el colonialismo y la medicina. El conocimiento sobre el «árbol de la fiebre» es el resultado de complejas negociaciones en las que toman parte recolectores americanos, comerciantes europeos, botánicos, médicos y químicos así como el Rey y sus ministros. En este punto nos ocuparemos de la disputa entre los botánicos de la expedición a Perú, Ruiz y Pavón, y José Celestino Mutis en la Nueva Granada, acerca de la clasificación de laCinchona. En esta controversia, como se verá, los intereses locales y comerciales estaban clarament e involucrados en el trabajo concreto de los botánicos. El ejemplo de la quina proporciona evidencia adicional que apoya algunos de los argumentos expuestos en el capítulo segundo, enfatizando lanegociabilidad de la taxonomía y la importancia de la representación visual para la construcción del conocimiento botánico. Hasta este punto se habrán descrito la historia natural y la exploración como empresas vinculadas estrechamente a una política colonial particular que tiene como objetivos principales la apropiación y el control de la naturaleza y el ⁽⁾ desarrollo de una explotación más eficiente de las colonias españolas. Sin embargo, poco se ha dicho acercade las naciones en las que estas expediciones se llevaron a cabo. El quinto yúltimo capítulo incluye un análisis de la influencia de los botánicos y médicos españoles en la cultura e historia de América. Para alcanzar el control y la apropiación del Nuevo Mundo una tradición científica debía ser implantada en América. Los científicos europeos del siglo XVIII trajeron y diseminaron nuevas prácticas médicas, introdujeron reformas a las universidades y fundaron jardines botánicos y observatorios satronómicos. Las expediciones españolas involucraron y entrenaron a algunos americanos en historia natural, dibujo botánico, taxonomía ymedicina. Contrario a las expectativas de España al comienzo del siglo XIX, la mayor parte de las colonias españolas lucharon contra el gobierno peninsular y declararon su independencia. Durante el inicio delsiglo XIX, la historianatural, la geografía, lamedicina y, en
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general, los ideales de la Ilustración dejaron de ser una preocupació n exclusiva de viajeros europeos y comenzaron a formar parte de los intereses de la aristocracia americana. Esto ha permitido que algunos historiadores encuentr en una relación directa entre la Ilustración yla independencia americana. Esta idea debe ser revisada con cuidado: un estudio sobre la difusión de las ciencias, particularmente de la botánica, la medicina y la geografía, nos uda ay a una mejor comprensión del imperialismo cultural y surelación con los movimientos de independencia americanos. En América Latina la ciencia y sus practicantes permanecieron fuertemente apegados a una clase y a una cultura que se identificaban y requerían del reconocimiento de los europeos. De manera que el papel político de los americanos involucrados en proyectos científicos fue importante para mantener un orden social que si bien desconoce la autoridad del Rey, sostiene una estructura social profundamente jerarquizada y heredada de España.
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LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
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1. ESPAÑA Y LA ILUSTRACIÓN
A continuación, analizaremos el clima polí tico y el contexto en el que se llevaron a cabo las expediciones de la segunda mitad del siglo XVIII. El estancamiento económico e industrial en que e vio s atrapado el Imperio español justificó un proyecto de modernización que buscaba el fortalecimiento del Estado, lo cual implicaba controlar sus más fuertes rivales: la aristocracia y la Iglesia. En el siglo XVIII, España sufrióuna serie de crisis agrarias en las que lasmalas cosechas causaron escasez de alimentos, aumento de precios y hambre. La producción nacional de cereales no satisfacía las demandas internas del grano. La agricultura por condiciones de estructura y técnicas deficientes no respondía a las necesidades de España. Esta situación generó la urgencia de una reforma y sería una de las razones para la creación de Sociedades Económicas de Amigos del País, que tenían ⁽⁾ como objetivo impulsar la agricultura, el comercio y la industria, mediante el estudio y la experimentación. Dos reformistas en particular se ocuparon del problema de la agricultura: Pedro Rodríguez de Campomanes yGaspar Melchor de Jovellanos. Pero los esfuerzos reformistas serían limitados, ya que la agricultura estaba bloqueada no sólo por susprácticas tradicionales, sino por la concentración de la propiedad en manos de Señores ode la Iglesia sinmayores incentivos de modernizació n para mejorar su productividad. La reforma agraria significaría una redistribución de la tierra, lo que, a su vez, implicaría enfrentar a las clases privil egiadas. Con relación al tema de la industria, Espa ña parecía reconocer su atraso frente a otras naciones europeas. Jovellanos escribe : «Nuestra industria no es inventora, y en el presente estado, la mayor perfección a la que puede llegar es imitar y
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
acercarse a laextranjera»1 . Es el comercio la actividad económica de may or éxito en el siglo XVIII, particularmenteel comercio colonial.Los beneficios económicos estaban fuertemente centralizados. La alta aristocracia mantenía un elevadísimo nivel de vida y sus gastos asombraban a los extranjeros. El estatus nobiliario no corrió ningún riesgo bajo los Borbones y, sin embargo, el siglo de la Ilustración fue una época nefasta para trabajadores y campesinos. España tenía que cambiar para sobreviviry el camino propícioparecía ser la implementación de políticas que otras naciones europeas habían adoptado con aparentes buenos resultados. El gobierno francés, bajo el ministerio de Anne-Robert-Jacques Turgot, al igual que la gran mayoría de los monarcas europeos de la segunda mitad del siglo XVIII, tomó parte en una serie de reformas, que de una u otra forma, expresaron ideales ilustrados. El Rey de Prusia,Federico el Grande (1740-1786); el emperador de Habsburgo, José II (1765-1790); la emperatriz de Rusia, Catalina La Grande (1762-1796); Gustavo III de Suecia (1771-1792); y el monarca español Carlos III (1771-1792) han sido descritos como los gestores de un inten⁽⁾ to por aplicar el mejor y el más reciente conocimiento en sus políticas de gobierno2 . Estas reformas, sobra decir, adoptaron formas variadas de un país a otro. Existen, sin embargo, algunos elementos comunes como, por ejemplo, la modernización de la educación, el mejoramiento de la agricultura, el control estatal sobre la Iglesia católica y un mejor conocimiento de los recursos naturales. La recepción en España de lasnuevas ideologías y políticas económicas europeas es un proceso complicado que va más allá de las reformas propuestas por Carlos III y sus ministros. Nos limitaremos mencionar a algunos aspectos generales que serán relevantes para entender la función política de las expediciones científicas. La Ilustración le dio a los líderes políticos de Españ a una nueva ideolo-
1
Gaspar de Jovellanos, «Dictamensobre embarque de paños extrangeros para nuestras colonias», Obras de Jovellanos, Madrid, 1952, II, p. 71, citado por John Lynch,El siglo XVIII, (Barcelona: Editorial Crítica,1991).
2
H.M. Scott, «The problemof enlightened absolutism», en: H.M.Scott (Ed.)Enlightened absolutism: reform and reformers in later eighteenth-century Europe , (Hong Kong: Macmillan, 1992), p. 1.
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gía para centralizar el poder. A menudo y a través de toda la monarquía, desde los virreyes hasta miembros del clero, se solía eludir el control de Madrid. Para muchos reformadores esta falta de integración era aún más visible en la relación entre 3 Madrid y el imperio ultramarino . Para estudiar la sociedad española del siglo XVIII debemos comenzar por entender la magnitud y el poder de la Iglesia. Por siglos, laIglesia católica permaneció como una institución dominante en España. A finales del siglo XVIII ningún otro país en Europa alcanzó tan altas proporciones de hombres y mujeres vinculados al clero. Cuando el censo de 1768 estableció una población de 9.3 millones de habitantes, España tenía más de 150 mil miembros de la Iglesia. Francia con 4 . La Iglesia una población dos veces mayor tenía un número similar de religiosos constituía una comunidad numerosa, pudiente y poderosa dueña de enormes porciones de tierra. Durante el siglo XVIII unquinto de la tierra española estaba bajo el control de la Iglesia y sus ganancias, eran entre un quinto y un sexto del producto nacional bruto5 . El control clerical de la educación y su autorid ad moral fueron formas aún más significativas del control social que ejercía la Iglesia. Entre 1784 y 1785 un tercio⁽⁾ de los libros y panfletos publicados en España (160 de 469) eran sobre temas religiosos: 6 . El sacerdote de sermones, vida de santos, libros de oración trabajos y de teología provincia era, por lo general, la única persona en unacomunidad rural que podía leer y escribir, lo que lo convertía en abogado, el doctor y líder religioso de la misma. De manera que a pesar de la cooperación mutua entre la Iglesia y el Estado, aquella contaba con el poder suficiente para rivalizar con la autoridad del Rey. Como veremos, las nuevas políticas económicas, el apoyo a la investigación científica y las reformas educativas en España en la segunda mitad del siglo
3 4
5
6
Charles C. Noel, «Charles III of Spain» en: H.M. Scott (Ed.)Enlightened absolutism, p. 120. Richard Herr, The Eighteenth century revolution in Spain, (Princeton University Press, 1985); y David Goodman, «Science and the clergy in the Spanish Enlightenment», en History of science, 21 (1983), p. 112. Laura Rodríguez,Reforma e ilustración en la España del siglo XVIII: Pedro R. Campomanes, (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1975). Herr, The Eighteenth century revolution, p. 113.
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
XVIII pueden ser explicadas en gran parte como una lucha de la Corona por fortalecer la autoridad real y por recuperar y centralizar el poder. Carlos III se mostró decidido a deshacerse de las amenazas de la Iglesia a su autoridad. La expulsión de los jesuitas, la abolición de ol s cargos universitarios asociados con sus doctrinas y la prohibición de sus textos fueron todas medidas para proteger la supremacía de la Corona. Para la mayoría de los reformadores en el gobierno de Carlos III, la Orden de Jesús aparecía como su más poderoso enemigo político. La expulsión de los jesuitas de España se inició el 2 de abril de 1767 y algunas semanas más tarde serían expulsados de la América española. Las políticas de los ministros Pedro Rodríguez de Campomanes y del Conde de Floridablanca buscaron transformar la sociedad española por medio de la introducción de una educación útil y moderna; esto en gran medida implicaba remover los miembros de la Iglesia de las universidades. Campomanes (1723-1803), uno de los más influyentes ponentes de las reformas ilustradas, publicóTratado su de la regalía de amortización (1765), en el cual ataca los latifundios de la Iglesia 7. como un obstáculo para la generación y circulación de la riqueza Sin embargo, la imagen de un gobierno laico, progresivo e ilustrado luchando ⁽⁾ contra una Iglesia reaccionaria no es del todoexacta. Primero, debemos recordar que numerosos e influyentes miembros de la Iglesia constituyeron el principal conducto para la introducción en España de la ciencia y la ilosofía f europea. Un monje benedictino y gran admirador de Francis Bacon, Benito Jerónimo Feijóo (1678-1764), atacó insistentemente el aristotelismo, que aún era visto por muchos como fundamento indispensable del catolicismo: «Es inconcebible el daño que ha sufrido la filosofía por estar bajo el yugo de una autoridad ignorante por tan largo tiempo»8 . Feijóo promovía el estudio del francés en lugar del latín o del griego, al igual que el estudio de la historia natural pues pensaba que era necesaria
7
Ver Colin M. Maclachlan, Spanish empire in the New World, (Berkeley: University of California Press, 1988).
8
Benito Jerónimo Feijóo, citado por Jean Sarrailh, La España ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII, traducción de Antonio Latorre, (México: Fondo de Cultura Económico, 1957), p. 414.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
para el desarrollo económico. Elmonje benedictino suponía que el retrasoespañol en ciencia y en economía estaba directamente relacionado con la suposición de que pensadores como Francis Bacon y Isaac Newton eran herejes. Estaba convencido que no había conflicto entre la ciencia moderna y la fe católica. Por el contrario, insistiría en que la ciencia ofrecía una idea clara del poder y la sabiduría del Creador. Sin embargo, en suTeatro crítico escribe: «Si las sagradas escrituras y la experiencia se contradicen, yo negaría mis ojos y mis manos para defender las sagradas escrituras»9 . Sobre Copérnico, de manera similar, Feeijóo opinaría: Si sólo existieran razones matemáticas y filosóficas al respecto de su sistema, yo sería el primer copernicano del mundo...pero en contra de Copernico hay un argumento de naturaleza superior. ¿Cuál argumento es este? El que proviene de la autoridad de las sagradas escrituras y según el cual es 10 evidente que la tierra es inmóvil y que el sol gira alrededor de ella.
Martín Sarmiento (1695-1772) fue otro monje promotor de la historia natural que apoyaba a Feijóo. Sarmiento insiste en la importancia de una reforma en el sistema educativo español, en el cual, con la ayuda del clero secular yregular, los niños serían introducidos en el conocimiento de la naturaleza. Su pasión por la historia natural también tenía incentivos económi cos: «¿Quién podría dudar que⁽⁾ la historia natural aumenta la riqueza, estimula el comercio y ayuda a sobrellevar la constate escasez? Sobre todo, mucho dinero podríamos ahorrar si los españoles no tuviéramos que importar lo queya tenemos.»11 Estos casos no quieren decir que no existiera resistencia de la Iglesia a las reformas ilustradas, tampoco que la Inquisición no fuera una institución poderosa y activa. Ésta fue temida, castigó individuos hasta mediados del siglo XIX, continuó produciendoÍndices y Edictos y condenó la Enciclopedia francesa y los trabajos de Voltaire, Diderot y Bonnet12 . El Indice de 1790 contaba con 350 páginas en
9
Jerónimo Feijóo, Teatro crítico, citado por Sarrailh,La España ilustrada, p. 500.
10
Feijóo, Cartas eruditas, citado por Sarrailh, La España ilustrada, p. 495.
11
Martín Sarmiento al Duque de Medina Sidonia, 20 de enero de 1757, citado por Goodman, «Science and the clergy», p.118.
12
Ver Marcelin Defourneaux, Inquisición y censura de libros en España del siglo XVIII (Madrid: Taurus, 1973); y Goodman, «Science and clergy», p. 131.
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doble columna. Casi cualquier pensador influyente desde el siglo XVI en adelante aparece en el Índice y términos como «ateo», «hereje» o «afrancesado» aparecen con frecuencia. LaEnciclopedia, con excepción de algunas pocas copias, fue mantenida fuera de España13 . Sin embargo, Buffon, cuya obra fue objeto de acalorad os debates en Francia por oponerse a las Sagradas Escrituras con sus teorías sobre el srcen de la tierra, tendría una interesante recepción en España. Es significativo que Feijóo, comúnmente identificado con la tarea de difusión delas nuevas ciencias en España, no menciona a Buffon en sus influyentesCartas Eruditas, la última de las cuales fue publicada en 1760. La primera aparición pública de los escritos de Buffon en España fue en 1773 cuando laSociedad Vascogonda de Amigos del Paíspublicó textos para la enseñanza 14 . Copias de de las ciencias naturales que incluían apartes de algunos de sus escritos su Histoire Naturelle circularon en España antes de queJosé Clavijo Fajardo comenzara la publicación del libro en1785. Buffon era alabado repetidamente por los naturalistas españoles. Valenti Forondo serefería a élcon los adjetivos «sublime» y 16 , pero la recep«divino»15 , William Bowles escribió acerca del «inmortal Buffon» ⁽⁾ ción española del naturalista francés, así como la de cualquier otro escritor de la Ilustración, estaba mediada por los intelectuales españoles. J.M. Alea, secretario del Real Gabinete de Historia Natural y admira dor de Buffon, tradujo un texto en francés sobre Buffon con el título en castellano Vida del Conde de Buffon. En el prefacio al texto Alea dice que el naturalista francés debería ser leído y disfrut ado por todo el mundo, «incluido el sexo débil». Alea termina con el siguiente consejo para la juventud española: «…conozcan la Historia Natura l del conde Buffon y léanla noche y 17 día.» Sin embargo, también es importante notar que Alea presentaría la figura de
Robert Darnton,The business of enlightenment: A publishing history of the Encyclopédie 17751800, (Cambridge Mass.: Harvard University Press, 1979), p. 313. 14 Para un análisis de la recepción española de la Histoire naturelle de Buffon, ver Sarrailh, La España ilustrada, pp. 460-3, 486-91, 501-3. 13
15
Valenti Forronda, Miscelánea, citado por Sarrailh, La España ilustrada, p. 461.
16
William Bowles,Introducción a la historia natural, citado por Sarrailh, La España ilustrada, p. 461.
17
J.M. Alea, Vida del Conde de Buffon, citado por Sarrailh,La España ilustrada, p. 462.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Buffon como una figura religiosa y que no representaba ninguna menaza a para la fe católica. Sobre su teoría delsrcen de la tierra escribiría: «...debe ser considerada como una fantasía ingeniosa en la cual el autorcombina observaciones y experimentos y explica no la real formación de la tierra y los planetas, sino las leyes bajo las 18 cuales pudieron haber sido formadas sigu iendo la voluntad y acción del creador.» Antes de Darwin, Buffon es el más visible símbolo de la historia natural Jardin y el du Roi, el centro más importante de Europa en el estudio de la naturaleza. Buffon cumple simultáneamente dos misiones complementarias: el desarrollo del conocimiento en historia natural y el crecimiento delJardin du Roi. La literatura sobre la historia de la Ilustración nos ha presentadoBuffon a y a los naturalistas de la Ilustración como un grupo de pensadores dedicados a desacreditar la explicación religiosa de los eventos naturales y esta secularización como evidencia de la batalla entre ciencia y religión, entre conocimiento y fé. Sin embargo, los conflictos entre losphilosophes, la Iglesia y el Estado deben entenderse bajo una espectativa masamplia, como el procesode consolidación de unaautoridad para ordenar la sociedad yla naturaleza. La Iglesia cumplió la función no sólo de filtro, sino también de fuente paralas ⁽⁾ publicaciones de la Ilustración. De manera que encontramos religiosos promotores de la Ilustración europea; ero p la verdad es que no es fácil encontrar individuos que hubiesen cuestionado la fe católica, y es claro que ni la Iglesia ni la monarquía se vieron amenazadas. La Ilustración española siempre mantuvolaamonarquía y al catolicismo por fuera detoda crítica.19 Los propósitos de Carlos III eran retener al catolicismo como pilar de la sociedad, pero con una Iglesia que reconociera y dependiera de laCorona y queaceptara sus políticas de desa rrollo económico. Como David Goodman ha señalado, ésta sería una de las principales razones que motivaron las reformas enlas universidades.20
18 19 20
Ibid., p. 502. Noel, «Charles III of Spain», p. 129. Goodman, «Science and the clergy», p. 125.
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La reforma universitaria en España seguiría un primer plan diseñado para la Universidad de Sevilla, la cual serviría como modelo para otras universidades españolas y coloniales. Pablo Olavide, un peruan o que vivió en Francia por más de ocho años, quien fraternizó con los philosophes y recopiló una valiosa biblioteca personal, es el autor de la reforma para la Universidad de Sevilla. Su plan, que veremos en el capítulo quinto, implicaba remover el escolastisismo y el clero de las universidades. Olavide fue arrestado por la Inquisición a causa de su apoyo a los filósofos franceses y, después de un largojuicio, fue sentenciado a ocho años de prisión en un monasterio. Campomanes, Roda y Olavide, entremuchos otros, apoyaron la reforma universitaria y, sin embargo, los cambios fueron lentos y no siempre exitosos. Era materialmente imposible en la España del siglo XVIII imaginar una sociedad capaz de establecer un sistema de educación secular. La alternativa a los monjes no eran hombres o mujeres laicos sino otros miembros de laglesia. I 21 Además de las reformas universitarias debemos mencionar el establecimiento de «sociedades económicas de amigos del país». Desde 1765 en adelante, sociedades patrióticas fueron organizadas con apoyo del Estado para proveer a ⁽⁾ España con los avances europeos en tecnología y agricultura. Una de las metas del gobierno de Carlos III era la de estimular a la burguesía española para que buscara la producción de ganancias privadas. Las sociedades españolas de amigos del país pretendían crear una élite educada que promoviera la prosperidad regional por medio del desarrollo de la agricultura, la industria y el comercio. Sin embargo, su éxito fue, una vez más, limitado. La burguesía española se limitaba a ciertas ciudades de la costa, Barcelona y Cádiz particularmente. La tierra seguía siendo propiedad de muy pocos, nobles y clero, que, por lo demás, no tenían un interés real o necesidad de promover su producción agrícola. La actividad científica no sólo era promovida por las universida des y las sociedades económicas. Las políticas del gobierno en contra del aislamiento de España del resto de Europa incluían la contratación de científicos yécnicos t extranjeros
21
Derek Beales, «Social forces and enlightened policies» en: H.M. Scott,Enlightened absolutism, p. 53.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
con el fin de que enseñaran e investigaran en España. El químico francés Joseph Louis Proust, el minerólogo irlandés William Bowles y el botánico sueco Pehr Löefling son algunos ejemplos. El gobierno de Carlos III ofrecía nuevas oportunidades para hacer estudios científicos por fuera de España. Aun más, la Corona promovía la creación de nuevas instituciones, algunas de las cualesveremos con mayor detalle másadelante. El Jardín Botánico deMadrid, la Real Academia de Ciencias yArtes de Barcelona, el Gabinete de Historia Natural, observatorios y colegios de técnica minera son todos ejemplos de los esfuerzosde la monarquía para promover la ciencia útil y una nueva fuente de autoridad distinta a la Iglesia. El medio más eficiente para la diseminación del pensamiento contemporáneo fue una serie de publicaciones periódicas que florecieron en Madrid durantelos últimos años del gobierno de Carlos III.Como ya habíamos visto, el resto delas publicaciones españolas habían sido dominadas por temas religiosos. Solamente un 22 Las 7% estaba dedicado a las ciencias, un 3% a la industria y un 9% a la medicina. revistas, por el contrario, representarían un importante canal para la difusión del pensamiento extranjero. Veamos algunas de estas publicaciones: El correo de Madrid ⁽⁾ con una circulación de 216 a 303 ejemplares, hizo su mayor contribución con una serie de artículos de carácter biográfico sobre filósofos modernos. El pensador, fundado por José Clavijo y Fajardo en 1761, quien más tarde traduciría a Buffon y quien no dudaría en hablar de una«nobleza ociosa» y de un «clérigo ignorante» de España. El Censor, fundado por Luis Cañuelo en 1781, quien también sería un decidido crítico de la actitud española frente a la filosofía moderna. Cañuelo insistió en que los españoles, en su afánpor proteger la fe católica, estaban en realidad haciéndole un mal acusando de ateos a filósofos como Descartes «quien se ha esforzado de manera especial por probar la existencia de Dios» o a Newton «cuya filosofía sin la 23
presencia de Dios sería totalmente absurda.» Otras publicaciones similares son:El duende de Madrid, El apologista universal y El semanario erudito.
22
Herr, The eighteenth century revolution, p. 194
23
Joseph Clavijo Fajardo, citado por Herr,The eighteenth century revolution, p. 113.
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Posiblemente el evento que generaría más discusión y polémicas sobre las deficienEspaña escrito por cias culturales de España fue la publicación de un artículo titulado Nicolás Masson y que apareció enEncyclopédie la Méthodique en 1782. Para Masson, España tipificaba todo en contra de lo cual estaban luchando los filósofos ilustrad os y enfáticamente señaló el atraso del pa ís: «¿Pero qué debemos a España, y des de hace dos siglos, desde hace cuatro, desde hace diez, qué ha hecho ella porEuropa?»24 El artículo de Masson se convirtió en un pretexto para airear y hacer pública una acalorada discusión. Todo tipo de reacciones yrespuestas de españoles indignados serían publicadas y Carlos III protestaría oficialmente ante el gobierno francés. Hemos visto una serie de actividades que parecerían contradictorias: el gobierno implanta algunas reformas con ataques direct os a la Iglesia, pero al mismo tiempo necesita conservar su alianza conésta y conla Inquisición. La retórica de la Ilustración, que en aras de ideales de progreso y de crecimiento económico ayudó a legitimar nuevas políticas y a fortalecer el poder de la monarquía, era al mismo tiempo filtrada con prudencia. Si bien es cierto que la lucha por el absolu tismo real y los intentos por subordinar al clero y a la Inquisición a la Corona ⁽⁾ abrieron nuevos canales de comunicación entre España y lafilosofía europea, es importante aclarar que el poder de la monarquía no puede ser completamente apreciado en toda su magnitud si no tenemos en cuenta toda una estructura más amplia de poder basada en la religión. El Rey existe en la tierra por voluntad de Dios. Para la Iglesia él era unprotector de la religión y para el pueblouna imagen de autoridad no sólo social sino divina y moral. Las controversias y reformas del siglo XVIII no condujeron a hacer cuestionamientos fundamentales al catolicismo o a lamonarquía. Por el contrario, como se ha mostrado, en España las innovaciones deben ser vistas más como un esfuerzo por fortalecer la monarquía como un gobierno central tanto en España como en América.
24
Nicolas Masson, citado por Ricardo Pascual, «El botánico José Quer (1695-1764) primer apologista de la ciencia española», enCuadernos Valencianos de Historia de la medicina y la ciencia, (Valencia, 1970); ver también «José Quer y la polémica de la ciencia española», Asclepio, 12 (1965), pp. 215-230.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Los ministros de Carlos III controlarían la entrada de literatura francesa a España. Floridablanca dice: «Nosotros no deseamos aquí tantas luces, ni lo que de ellas resulta: la insolencia de los actos, de las palabras y de los escritos contra los poderes legítimos». 25
Las nuevas políticas tendrían un importante impacto en el Nuevo Mundo. Allí también las universidades se reforman siguiendo planes similares o idénticos a los impuestos en España, se fundan sociedades económicas de amigos del país y los americanos son enviados a estudiar a Europa. El propósito en América ,una vez más, era centralizar y fortalecer el controldel Estado, facilitar y estimular laexplotación de la riqueza natural. Naturalistas europeos, antes y después deIndepenla dencia, fueron contratados para ser profesores en las universidades y para liderar las nuevas instituciones científicas americanas . Aparecen periódicos dedicados a la difusión de la ciencia, que florecerían y se difundiría un mensaje de progreso material a través de la aplicación de la ciencia yla tecnología ilustradas europeas. En España y Portugal, la Ilustración coincidió con la lucha de un viejo poder que trataba de cobrar fuerza de nuevo, adaptando las técnicas que, se creía, habían
⁽⁾
26 usado otras naciones para superarlas. El poder económico y político deEspaña había declinado notoriamente en el siglo XVII afectado por las guerras europeas; sin embargo, aún era el más extenso poder imperial del mundo. No nos debe sorprender que para el gobierno laclave de la prosperidad estaba enAmérica. Una España próspera necesitaba un mercado colonial manejado eficientemente. Las colonias deberían proveer materia prima y crear unmercado cerrado.27 Durante los siglos XVI y XVII, a pesar de importantes importaciones de cacao, tabaco y tintes, el principal interés comercial de España estaba relacionado
25
Citado por John Lynch,El Siglo XVIII, (Barcelona: Editorial Crítica 1991), p. 340.
26
Kenneth Maxwell, «Pombal: the paradox of Enlightenment and despotism», en H.M. Scott (Ed.), Enlightened absolutism, p. 116.
27
Ver John Fisher,Commercial relations between Spain and Spanish America in the era of free trade, 1778-1796 , (Liverpool: Centre for Latin American Studies, University of Liverpool, 1985).
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
con el oro y la plata, «las riquezas del Nuevo Mundo». La Corona está obsesionada con la explotación de la riqueza minera de las colonias como principal medio para costear sus guerras en Europa. La agricultura y la industria en América no fueron de gran interés para la Corona. Las políticas imperiales hasta el siglo XVIII intentaban reforzar la dependencia de las colonias, estimulando la minería en América, y la agricultura y la industria en España, las que, a su vez, encontrarían un mercado en las colonias. En la práctica, sin embargo, este monopolio fue una ilusión: las industrias españolas nunca habían sido suficientemente desarrolladas para atender el mercado nacional y colonial de productos manufacturados. Consecuentemente,el tráfico y contrabando de productos extranjeros se convertirían en prácticas comunes. En la primera mitad del siglo XVIII el comercio entre España y sus colonias estaba dominado por extranjeros y las ganancias iban a parar aInglaterra o Francia. A finales del siglo XVII sóloun octavo de los productos embarcados hacia América eran de srcen español. Además, pequeñas industrias artesanales empezaron a desarrollarse en las colonias en contra de las políticas de la Corona. 28 En la década de los cuarenta, ⁽⁾ algunos ministros y economistas comienzan a señalar la necesidad de una reforma drástica del sistema comercial. José de Carvajal, ministro derelaciones exteriores de Fernando VI (1746-1759), publicaría su trabajo Nuevo sistema de gobierno económico para la América29 . En la década de los sesenta parecía existir un consenso político entre los reformadores en elsentido de que los recursos naturales y el mercado americano representaban una granoportunidad para la recuperación de España.30 Todo esto siguiendo políticas europeas,tales como el mercantilismo inglés, las doctrinas de los fisocrátas franceses y, especialmente, la suposición europea de que la prosperidad dependía de la ciencia y la tecnología.
28 29 30
Walker,Spanish politics and imperialtrade 1700-1789, (London: Macmillan, 1979). Ver Scott, Enlightened absolutism, p. 121. Ver Noel, «Charles III of Spain», p. 121.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Dentro de las doctrinas fisiócratas de los franceses existe la idea de que la riqueza de una nación reside en sus productos nat urales y la propiedad se entiende como una consecuencia del trabajo, la tierra y sus productos son de quien los sabetrabajar. Este argumento podría legitimar la apropiación de tierras habitadas por otros que no las trabajan. «Cultivar» es una atributo de la sociedad y el srcen de la propiedad, y el gobierno de algunamanera es quien debe proteger esa propiedad. Éstas se convirtieron ,entonces, en las bases para las nuevas políticas del Rey de España y susministros Campomanes, Floridablanca, Aranda y Roda. Seintroducirían reformas que le darían prioridad a la histo ria natural, a la medicina y a los viajes de exploración. La botánica y la medicina, en particular, comenzarían a tener un papel central en un granproyecto de sustitución de productos importados. Las doctrinas de los fisiócratas queliteralmente se refieren a laorganización o administración dela naturaleza pretenden fundarse bajo leyes naturales que le dan preponderancia a la agricultura como fuentede riqueza. Los fisiócratas y terratenientes franceses encontraron en la agricultura unmedio para regenerar a Francia. Con el apoyo de lossavants, protegidos delJardin du Roi, se apropiaron de las teorias económicas que basan la riqueza en latierra. ⁽⁾ Buffon, antes de ser nombrado intendente del jardin, como sabio y terrateniente que era, mostró su interés porel desarrollo de la agricultura y fue una gran influencia en el papel que se le concedió a lahistoria natural en la política francesa y europea. Tratar de describir al naturalista como alguien interesado exclusivamente n el e descubrimiento del mejor sistema de clasificación, es olvidar las razones que existen para buscar un orden natural e ignorar las consecuencias sociales de los proyectos de instituciones como los jardines ymuseos de las capitales europeas. Para Linneo el conocimiento de la naturaleza es sólo unmedio: es incompleto si no sabemos como utilizarlo para el uso humano. El conocimiento de historia natural tanto en España como en las colonias era la clave para el mejoramiento del comercio y de las manufacturas. Campomanes en su Discurso sobre el fomento de la industria (1774) argumenta que mientras que exista en cualquier provincia un árbol, una hierba, fruta, mineral o cualquier producto natural, cuyo uso es desconocido, se tendría queadmitir que los habi-
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
tantes carecen de lo básico para una industria bien establecida. Ve como una negligencia imperdonable importar lo que se puede encontrar en el Imperio y se 31 . puede tomar sin mayor costo y sin perjudicar el balance del comercio Para Campomanes, las Indias tendrían un papel primordial en el resurgimiento económico español. En suDiscurso sobre la educación popular (1775), examina los problemas del comercio transatlántico. Las ideas expresadas en este texto tomarían forma tres años después en elReglamento de comercio libre, que terminó con el monopolio de Cádiz y abrió un número amplio deuertos p españoles con contacto directo en las colonias. Sin embargo la figura central en la planeación y ejecución de las expediciones fue Casimiro Gómez Ortega, director del Jardín Botánico, quien escribe: Disimule Vuestra Señoría Ilustrísima si por corolario de este informe aprovecho la ocasión de exponerle, que vivo en la firme persuasión de que si el Rey pacífico y sabio a influjo de su Ministro, letrado e instruido manda examinar las producciones naturales de la Península, y de sus vastos dominios ultramarinos; doce naturalistas con otros tantos chymicos o mineralogistas esparcidos por sus estados, producirían por medios de sus peregrinaciones una utilidad incomparablemente mayor, que cien mil hom-
⁽⁾
bres combatiendo por añadir al Imperio Español algunas provincias, cuyos productos hayan de sepultarse en el olvido, como lo están por la mayor parte los que cría la Naturaleza en las que ya se poseen.32
Pedro Rodríguez de Campomanes,Discurso popular sobre el fomento de la industria, citado por Goodman, «Science and the clergy», p. 128. 32 Casimiro Gómez Ortega, «Informe de C.G.Ortega a Joseph Galvez sobre la pimienta de tabasco», 1777. Archivo General de Indias. Sección Indiferente General, 1544, citado por Francisco Javier Puerto Sarmiento, «Las espectativas metropolitanas respecto a las expediciones botánicas ilustradas», en Alejandro Diez Torre et al., (Eds.) La ciencia española en ultramar, (Madrid: Ateneo de Madrid, 1991), p. 133. 31
2. LAS EXPEDICIONES ESPAÑOLAS AL NUEVO MUNDO
Desde la llegada deeuropeos al NuevoMundo en el siglo XV, las expediciones habían sido una práctica común del imperio español en su intento por mantener y extender el control sobre sus posesiones. Los viajeros imperiales se habían concentrado en hacer mapas, cartas de navegación, fijand o fronteras o buscando oro y plata. Las posesiones españolas en América estuvieron permanentemente amenazadas por la interferencia de otros imperios, el portugués en Suramérica, el inglés en el Pacífico y elruso en Alaska. España enviaría numerosas embarcaciones en misiones geopolíticas con latarea de demarcar fronteras y defendermilitarmente sus territorios.33 Sin embargo, durante el siglo XVIIIno sólo habría un creciente interés enviajes de exploración, sino que también se podía observar elsurgimiento de un nuevo tipo de exploración centrada en la historia natural y la medicina. Esta vez los ⁽⁾ exploradores participarían en un proyecto a gran escala de apropiación de la tierra que incluía no solamente las líneas costeras, ríos, oro y plata, sino también la sistematización de cadaobjeto de la naturaleza.34 Antes del apogeo de la exploración científica durant e la Ilustración, España ya había hecho algunos esfuerzos importan tes por conocer y explotar la riqueza vegetal y sus virtudes medicinales. Una expedición temprana fue la de Francisco Hernández a la Nueva España (1571-1577). Muchos de los botánicos explor adores del siglo XVIII vieron laexpedición de Hernández y sus publicaciones como una empresa que debía ser completada. Hernández había recibido instrucciones de
Una reseña comprensiva de todos los viajes españoles a América durante el reinado de Carlos III se encuentra en: Manuel Lucena Salmoral, «Las expediciones científicas en la época de Carlos III (1759-88)» en: Díez Torre, et al. (Eds)Ciencia Española, pp. 49-64. 34 Mary Louise Pratt,Imperial eyes: Travel writing and transculturation, (London: Routledge, 1992), capítulo dos. 33
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
investigar plantas medicinales e interrogar curanderos, hierbateros, indígenas o cualquiera que conociera sobre plantas y sus posiblesusos medicinales. Para los exploradores del siglo XVIII, como veremos, la medicina también era de gran importancia, pero el proceso de apropiación fue reforzado sobre todo por la aparición de proyectos y sistemasde clasificación globales. Los capítulos posteriores se centran en las Realesiciones Exped Botánicas a Suramérica, en especial la expedición de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de Granada y la de Hipólito Ruiz y José Pavón a los rein os de Perú y Chile. Veamos una breve reseña de los viajes de exploración españoles más ambiciosos durante el siglo XVIII.
a. Jorge Juan, Antonio de Ulloa, La Condamine y la expedición para medir la forma de la tierra. La iniciativa francesa será común en los proyectos científicos españoles del siglo XVIII y el primer viaje del que me ocuparé será la expedición de La Condamine al ecuador.35 Las mediciones de los meridianos hechas por Jacques Cassini (1677-1756) os en contraposición a las conclusio⁽⁾ suponían que la tierra era alargada en los pol nes de Newton. Esto generaría una controversia entre la Academia de Parísy los ingleses –Newton y Huygens– acerca dela forma de la tierra que parecíano tener solución. Los franceses cartesianos se oponían a Newton en un debate que involucraba a dos comunidades científicas, que se identificaban con sus respectivos ideales nacionalistas. Para ponerle fin a la disputa, la Academia Francesa propuso que se hicieran dos mediciones, una cerca del polo norte y la otra cerca del ecuador. El lugar más conveniente para hacer las mediciones ecuatoriales era América del Sur. El proyecto no sólo era demasiado costoso para quelo financiara la Academia Francesa, sino que de todos modos requería permiso de las autoridades español as. De mane-
35
Un estudio comprensivo de la expedición de La Condamine se puede encontrar en: Antonio Lafuente y A.Mazurcos,Los caballeros del punto fijo, ciencia política y aventura en la expedición geodésica hispano-francesa al virreinato del Perú en el siglo XVIII, (Barcelona: Ed. del Serbal-CSIC, 1987).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
ra que esta primera gran expedición del siglo XVIII fue concebida y planeada sin la intervención de España. Los franceses presentaron entonces una petición al gobierno español pidiendo permiso y proponiéndole que se uni era a la expedición. El Rey Felipe V aprobaríal e proyecto, pero no sinantes imponer algunas condiciones. Los españoles, sospechando que la expedición podría tener otros intereses comerciales o de espionaje, pidieron a cambio que los métodos, instrumentos y resultados fueran comparti dos con ellos. Conscientes de que un conocimiento preciso de la forma de la tierra y del desarrollo de la cartografía utilizando medidas de longitud proveerían conocimientos claves para la navegación, solucioneslos a problemas limítrofes y ampliación de las posibilidades de explotación de recursos naturales, los españoles esperaban beneficiarse de la expedición de los franceses. Por lo tanto, dos jóvenes de la marina española fueron escogidos para representarEspaña a en el proyecto. Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron nombrados por Felipe V con el propósito de que aprendieran todo lo posible desus compañeros franceses. Los miembros franceses incluían a Charles-Marie de La Condamine, Louis Godin, Pierre Bouguer y el botánico Joseph de Jussieu. ⁽⁾ Los resultados de las mediciones fueron interpretados como corroboraciones de las predicciones newtonianas de una tierra aplanada en los polos.36 Los españoles publicaron los resultados de la expedición en un reporte completo titulado Relación histórica del viaje a la América Meridional. El texto no solamente se ocupa del problema de la forma de la tierra, sino también de observaciones en historia natural y geografía hechas en más de diez años de viaje. De este viaje debemos destacar las investigaciones en botánica hechas por La Condamine y Jussieu sobre la quina peruana (ver capítulo IV). El libro de Juan y Ulloa fue impreso y distribuido entre la nobleza y las instituciones científicas europeas. La Academia de las Ciencias de París, Berlín,la Real
36
Luis J. Ramos Gómez, «La expedición de la Academia de las Ciencias de París para la medición del grado a la altura del Ecuador y la inclusión de dos sujetos inteligentes españoles en la matemática y la astronomía (1734-1745)», en Asclepio 39 (1987), pp. 49-68.
I. LAS POLÍTICAS IMPERIALES ESPAÑOLAS: LA HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO
Sociedad de Londres, la Academia de San Petesburgo y otras muchas instituciones en España y el resto de Europa recibieron dicha publicación. A pesar de la limitada difusión del libro en España, se hicieron tres ediciones en Francia, cuatro en Inglaterra, una en Alemania y otraen América.37
b. La expedición al Orinoco: Löefling y la botánica española Los historiadores han querido relacio nar el despertar de la botánica en España con un famoso comentario de Linneo: «Laflora española es totalmente desconocida para nosotros y en lugares muy fértiles de su territorio hay muchas plantas que aún no han sido descubiertas. Es en verdad penoso que en los lugares más cultos de Europa aún exista tal barbarismo en botánica.»38 Naturalmente las palabras de Linneo causaron indignación entre los españoles incluyendo al mismo Rey. El papel central que tendrá la botánica en España será mucho más que la simple consecuencia de la indignación de un rey,pero la opinión de Linneo y la reacción de los oficiales españoles son ejemplos ilustrativos de la actitud de España frente a la ciencia europea. Fernando VI, quien ascendió al trono en 1746, invitó al mismo Linneo a estudiar ⁽⁾ la flora y a organizar investigaciones en España en 1751. Linneo, por suparte, tenía planes de enviar a uno desus discípulos a explorar la «desconocida» flora española. El elegido fue Pehr Löefling (1729-1756) quien permanecería en España hasta 1753; se sorprende al encontrar a un grupo de dedicados botánicos trabajando; entre otros se encontraban Juan Minuat, José Quer, Miguel Barnades, Christobal Vélez y José Hortega.39 Sin embargo, como loseñalaría Löefling en sus cartas a Linneo, ellos eran fieles seguidores del sist ema de clasificación de Tournefort, por y lo tanto, no siempre receptivos a las nuevas ideas linneanas. Sin embargo, Löefling le escribe Linneo a en 1751: «Usted no podría creer la buena aceptación de sustrabajos aquí, de los
37
Ver Jorge Juan y Antonio de Ulloa,Relación histórica del viaje a la America Meridional, Introducción de José Merino Navarro y Miguel Rodríguez San Vicente, (Madrid, 1978).
38
Linneo, citado por Ricardo Pascual, «Botánico José Quer», p. 46.
39
Löefling a Linneo, Noviembre 4,1751, Archivo Real JardínBotánico, Div. II, Leg.1,3,6.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
cuales ellos no tenían ningún conocimiento antes de mi llegada. La breve descripción de los caracteres en el sistema les ha compla cido mucho de tal manera que yo, 40 por esta innovación únicamente, habría sido bien recibido.» En 1754 Löefling partiría como botánico en una expedición al norte de Sur América que buscaba aclarar problemas fronterizos entre lascolonias portuguesas y españolas. Los españoles decidieron incluir una sección botánica que debería primero estudiar la región del Orinoco y pasar luego a Santafé de Bogotá, Lima, Buenos Aires y llegar hasta la Patagonia . La magnitud del proyecto deja ver que los europeos no eran conscientes de las dimensiones y lacompleja geografía del continente americano. La misión de Löefling era haceraveriguaciones acerca de varias hierbas medicinales utilizadas en América y estudiar sus posibles usos comerciales, al igual que los medios para explotarlos. Antes de partir, Löefling le había comunicado a Linneo su proyecto de escribir una Materia Médica basada en drogas del Nuevo Mundo. Linneo le había dado instrucciones de investigar los árboles de ina qu y la posibilidad de cultivarlos en Europa. El proyecto se interrumpió cuando Löeflin g murió en el Orinoco a causa de fiebres enebrero f de 1756. ⁽⁾ Sin embargo, alcanzó a recolectar seiscientas especies que incluían 30 géneros nuevos y 250 especies que Linneo no había mencionado. Españarmitió le pe a Linneo acceso a una copia delos manuscritos I Unas 1,700 páginas de las notas y manuscritos sobre botánica de Löefling, los cuales, de Löefling, incluyendo su descripción de la de Guayana, permancen hoy en día junto con su correspondencia, fueron la quinina en los archivos del Real Jardín Botánico de base de una publicación de Linneo de Madrid, II 4,2/4,3. 1758 tituladaInter Hispanicum.I El papel de Löefling como difusor dela filosofía linneana entre los botánicos españoles es más importante que susinvestigaciones botánicas. Gracias a Löefling y al hecho de que elsistema linneano ya había sido aceptado por demasiadas personas e instituciones en Europa, bie n podríamos afirmar que desde el establecimiento
40
Löefling a Linneo, citado por Miguel Ángel Puig Samper, «Löefling y la botánica española. La expedición al Orinoco 1754-1761», Asclepio, 39 (1987), pp. 69-83.
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del Jardín Botánico de Madrid en 1755, Linne o comenzó a ser aceptado por botáni 41 cos españoles. Sin embargo, la aceptación generalizada y oficial del sistema de Linneo en España debió esperar hasta 1772 y 1773, cuando Gómez Ortega y Anto42 nio Palau asumieronlos cargos de profesores en el Real Jardín Botánico.
c. Las Reales Expediciones Botánicas En la segunda mitad del siglo XVIII grandes proyectos fueron puestos en marcha con el directo control y supervisión del Jardín Botánico de Madrid, con total financiación y apoyo del Rey, y con la tarea explí cita de investigar la floraamericana y en particular sus posibles usos medicinales. Hipólito RuízJosé y Pavón fueron enviados a Perú y Chile; José Celestino Mutis fue nombrado en la Nueva Granada y otro grupo de exploradores fueron enviados a Nueva España. El propósito de la expedición tal y como lo especificaría la Corona era: El examen y conocimiento methodico de las producciones Naturales de mis Dominios de América, no solo para promover los progresos de las ciencias Phisicas, sino también para desterrar las dudas, y adulteraciones, que hai en la Medicina, Pintura y otras Artes importantes, y para aumentar
⁽⁾
el Comercio, y que ysedeliniando formen Herbarios, y Colecciones de productos Naturales, descriviendo las Plantas que se encuentren en aquellos mis fertiles Dominios para enriquecer mi Gavinete de Historia Natural y Jardín Botánico de la Corte.43
Veamos ahora una descripción general de estas expediciones y sus protagonistas.44 Parece que los españoles no tenían plane s concretos para investigar la flora
41
Existía alguna oposición al nuevo sistema linneano y ciertos botánicos españoles, como José Quer, por ejemplo, atacaron ferozmente la filosofía de Linneo y permanecieron leales a Tournefort.
42 43
44
Ver Puigh Samper, «Löefling y la botánica española». Citado por Arthur Robert Steele,Flowers for the king. The expedition of Ruiz and Pavon and the Flora of Peru, (Durham: Duke University Press, 1964), p. 57. Una narración cronológica y una descripción detallada de las expediciones se pueden encontrar en la literatura secundaria. Algunas de las introducciones generales al tema son de Arthur Robert Steele, Juan Carlos Arias Divito, Enrique Pérez Arbeláez, Federico Gredilla, Francisco Javier Puerto Sarmiento, Iris H.W. Engstrand y Andrés Galera Gómez.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
del Perú hasta que los francese s tomaron la iniciativa. Anne Rober t Jacques Turgot, un ilustrado sobresaliente que se convirtióen primer ministro deLuis XVI, le hizo ver a España la urgencia de enviar botánicos a América. Joseph Dombey (17421794), un médico que había venido trabajando en recolección de plantas en los Pirineos, se convirtió en unconocido naturalista delJardin du Roi y fue recomendado por Antoine Jussieu para la expedición en el Perú. La propuesta de T urgot fue bien recibida en España, pero una vez más la aceptación depaña Es fue condicional. Dos botánicos españoles debían acompañar a Dombey y éste debía dejar en España un duplicado de todos sus hallazgos y escritos. Los españoles elegidos fueron Hipólito Ruíz y José Pavón, los dos con unconocimiento limitado de botánica, pero con cierta experiencia en farmacia. El 4 de noviembre de 1777 la expedición partiría para América y después de cinco meses de viaje llegó a Lima. Numerosos embarques de plantas y otros objetos naturales fueron enviados a Europa. Dombey regresaría en 1785, tres años antes que sus compañeros españoles. Su arribo a Europa iniciaría una polémica internacional sobre los materiales de la expedición y una disputa por la prioridad de publicación entre Francia y España. Dombey y sus colecciones ⁽⁾ fueron retenidos en Cádiz por más de cuatro meses ylas autoridades españolas exigieron una división de los materiales y una copia de todos sus escritos. En 1787 el Rey ordenó a Ruíz y Pavón regresar a España. Al añosiguiente finalmente viajarían a Europa dejando dos jóvenes botánicos para que continuaran con sus trabajos, particularmente sus estudios sobre la corteza peruana. El médico español José Celestino Mutis había llegado a la Nueva Granada en 1760, 23 años antes de que la expedición a Nueva Granada fuera oficialmente reconocida y recibiera apoyo del Rey. A través de la intervención del virrey Caballero y Góngora, Mutis recibió apoyo oficial para la expedición en 1783. El botánico español nunca regresaría a Europay moriría en Santafé de Bogotá en 1808. Sus manuscritos, colecciones y su gigante producción de ilustraciones fueron embarcadas a España en 1815. La exploración de los territorios españoles en Norte América fue el fruto de dos expediciones. La Real Expedición a Nueva España(1787-1800), organizada bajo
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la dirección de otro médico, Martin de Sesse. El resultado de esta expedición sería no solamente el establecimiento de un jardín botánico en México donde se enseñaba botánica, sino que además proveería científicos que explorarían México, California, el Pacífico, Puerto Rico, Cuba,y América Central. Además, debemos mencionar el viaje de Alessadro Malasp ina (1789-1794) quien se le uniría a Sesse y visitaría no sólo México sino también Alaska, el noreste delPacífico, Filipinas, Australia y algunas islas del Pacífico. La extensión de los territorios españoles del siglo XVIII constituyeron una oportunidad única para exploradores y naturalistas. Como hemos visto, los proyectos de exploración botánica pretendían cubrir todo el territorio español. Estas expediciones durante el reinado de Carlos III fueron el proyecto más ambicioso y costoso en botánica detoda la Ilustración. Losexploradores recolectaron e hicieron dibujos de un enorme número de plantas y tomaron nota sobre aquellas prácticas medicinales locales, que ellos consideraran podrían tener algún valor. La permanecia por tantos años en América, hizo de los viajes de exploración un medio importante para la difusiónde prácticas científicas. Sin embargo, como veremos más adelante, la política de mantener en secreto ⁽⁾ los logros obtenidos, la crisis política después de 1792, la invasión de Napoleón y las guerras de independencia fueron factores que contribuyeron a queslo resultados de una empresa tan ambiciosa no llegaran a las comunidad es intelectuales de la Europa del comienzo del siglo XIX.
3. DIOS, EL REY Y SUS JARDINES
Durante el siglo XVIII la botánica fue una de las ramas del saber que obtuvo mayor apoyo del Estado español. Alexander Von Humbolt reconocía que «Ningún gobierno europeo ha invertido sumas mayores para adelantar el conocimiento de las plantas que el gobierno español.»45 No debemos olvidar, sin embargo, que la botánica es difícilmente separabl e de la medicina. El número de medicinas patentadas se incrementaba, así como también el número de substancias utilizadas en su fabricación, la mayoría de las cuales tien en un srcen vegetal. Botánicos en general, incluyendo a Linneo, tuviero n formación como médicos, y los «cazadores» de plantas del siglo XVIII estaban en su mayoría interesados y entrenados para el reconocimiento de plantas medicinales. Para los principales líderes del Jardín Botánico de Madrid, la farmacia constituiría la primera beneficiaria del estudio de las plantas. Desde su creación, el ⁽⁾ Jardín Botánico dependía tanto del Protomedicato como de la Real Botica y estuvo dominado por intereses médicos yfarmacéuticos.46 Los fisiócratas franceses, con su marcado interés enla agricultura y productos agrícolas de las colonias y la posibilidad de naturalizar (aclimatar) plantas comerciales en Europa, pudieron haber influido para que la botánica fuera vista con interés entre los círculos ministeriales españoles; sin embargo -como ya se dijo- la botánica estaba en gran parte en manos de instituciones de carácter médico con poco interés en la industria o la agricultura.
45
Alexander von Humboldt,Essai politique sur le royaume de la Nouvelle Espagne, (Paris, 1811), citado por Francisco J. Puerto Sarmiento,La ilusión quebrada. Botánica, sanidad y política científica en la España ilustrada, (Barcelona: Ed.Serbal-CSIC, 1988), p. 138.
46
Las instituciones médicas españolas del siglo XVIII y sus relaciones con la botánica y la farmacia han sido estudidadas en algún detalle por Francisco J. Puerto Sarmiento y Antonio González Bueno.
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Como veremos en el capítulo III,las políticas centralizadoras de los Borbones afectarían directamente a las prácticas médicas. El Protomedicato, como institución única, tendría control sobre médicos, cirujanos y farmacéutas. En el siglo XVIII, los médicos gradualmente ganaron un estatus social más alto y un reconocimiento oficial como proveedores de salud. Las ediciones españolas de Farmacopeias oficiales, por ejemplo, serían muestra del interés del gobiernoy su preocupación por proteger la salud pública. De ciertaforma, el Estado restaba poder al Clero y se lo otorgaba a los médicos. Desde luego que la botánica había adquirido cierta independencia y el proyecto de clasificar los objetos naturales era en sí mismo un proyecto de primordial importancia. Para la ciencia ilustrada Linneo se convertiría en una figura central que en muchas formas refleja los intereses y supuestos de la historia natural del siglo XVIII y las aspiraciones europeas de control global. Haciendo uso de algunas ideas expresadas por Lisbet Koerner suen trabajo «Nature 47 and Nation in Linnaean Travel» , mostraremos en qué forma Linneo mismoentendería la historia natural ylos viajes de exploración como herramientas para facilitar una ⁽⁾ nueva política mercantilista de substitución de importaciones. Mostraremos también que la taxonomía misma es una forma apropiación, de y que Linneo y sus discípulos y colaboradores, en especial los exploradores españole s, estaban convencidos de que el éxito de dicha empresa era posible gracias al diseño divino de la naturaleza. Comencemos por examinar la convicción de Linneo de que la historia natural es esencial para la economía, el comercio y la industria, que sin ella ninguna economía puede sobrevivir. Afirma Linneo: «Un economista sin conocimiento de la naturaleza es como un físico que no sabe mat emáticas»48 . En un texto leído frente a la familia real sueca en la Universidad de Upsala en 1759 Linneo dice: Nuestro pobre conocimiento de la ciencia nos obliga a comprarle a extranjeros hierbas medicinales, té, quina, que anualmente nos cuesta una gran-
47
Lisbet Koerner, «Nature and nation in Linnaean travel», en Miller, David Philip y Reil, Peter Hanns (eds.) Visions of empire, (Cambridge: Cambridge University Press, 1996).
48
Carl Linneo, «Skaparens afsik med naturens verk. En promotionsforelasning af Linné 1763», ed. y traducido por Arvid Hj.Uggla, citado por Lisbet Koerner, «Nature and nation in Linnaean travel».
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
diosa cantidad de dinero... Sin ciencia nuestras sardinas serían pescadas por extranjeros, nuestras minas explotadas por extranjeros y nuestras bibliotecas invadidas por los trabajos de extranjeros.
Y como si le hablara a la princesa Sofía Albertina de 6 años, Linneo continua: Sin ciencia los demonios del bosque se esconderían detrás de cada arbusto y fantasmas nos aterrorizarían en cada esquina oscura; duendes, monstruos, espíritus de los ríos, y los demás miembros de la banda de Lucifer vivirían entre nosotros como gatos pardos y la superstición, brujería, magia 49
negra, rondarían entre nosotros como mosquitos.
Los viajes de exploración, según Linneo, le darían la oportunidad a Suecia de obtener de manera directa productos agrícolas e industriales quehasta entonces tenía que importar. El gobierno sueco, como en muchas otras naciones europe as, notablemente España, asumiría que la exploración científica de la naturaleza conduciría a una reforma económica de la sociedad. Al promover el estudio de la naturaleza, la Corona estaba estimulando la expansión comercial yexplotación la sistemática del imperio y sus colonias. Detrás de esta visión utilitaria y comercial está una concepción religiosa de la naturaleza, la cual fue fundamental no sólo para Linneo sino para la historia natu-
⁽⁾
ral del siglo XVIII en general. Todos los viajeros naturalistas pertenecieron a una cultura que estaba absolutamente convencida de que el universo en su totalidad y cada detalle de éste correspondía a unconjunto de leyes ya preestablecidas. Género y especies, tal y como losconcibe Linneo, son las más importantes categorías de este sistema y representan las unidades esenciales de la obra de Dios. El orden de la naturaleza, para Linneo, era unamuestra visible de la sabiduría y generosidad del creador. La tierra para él no es más que un «gabinete de historia natural que contiene las obras maestras del omnisapiente creador»50 y el hombre es la criatura para quien todo lo demás habría sido creado.
49
Carl Linneo, «Tal, vid deras kongl. Majesteters hoga narvaro, hallit uti Upsala, pa Stora Carolinska Larosalen den 25 septemb. 1759», reimpresión, Arvid Hj, Uggla, ed., Fyra Skrifter, citado por Lisbet Koerner, «Linnaean travel».
50
Carl Linneo, «Naturaliesamlingars andamal och nytta» Estocolmo,1754. Reimpreso en Fyra Skrifter, texto editado por Arvid Hj. Uggla, citado por Lisbet Koerner, en « Nature and nation in Linnaean travel».
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Botánica y taxonomía linneanas, ya reconocidas oficialmente en esa época por instituciones españolas, eran vistas como útiles para propósitos de justificación de orden religioso que, a diferencia de otras ramas del conocimiento, no representaba mayores conflictos con la Iglesia católica. Sin lugar a dudas, ésta es otra buena razón para justificar el incondicional apoyo del Estado a la botánica. Otras áreas como la química, la astronomía, o la filosofía natural, se encontraban en frecuente conflicto con la religión. Recordemos que la monarquía y la Iglesia eran inseparables. A pesar de sus diferencias, nunca dejó de existir un fuerte apoyo mutuo y eran, por así decirlo, dos partesde una misma red de autoridad. La religión jugaba un papel central en darle forma y sentido a la manera en quehombres y mujeres veían la naturaleza. Dios había creado un mundo que aparecía racionalmente ordenado para cumplir un propósito: brindarle beneficios materiales al hombre. Este tenía por lo tanto, no sólo el derecho sino el deber de entender y explotar ese orden divino. El Rey, como agente divino, era un intérprete de esasleyes naturales. El conocimiento del orden del mundo reforzaría los fundamentos demonarla quía y sus intereses imperiales. La persona responsable de la organización de los proyectos españoles de ⁽⁾ exploración botánica fue Casimiro Gómez Ortega. Educado en Bolonia, su formación profesional fue en las áreas de medicina y farmacia. Políticamente se identificó con las reformas y políticas de Carlos III y sus ministros Campoma nes y Floridablanca. Tuvo un papel primordial en la planeación y control de las Reales Expediciones Botánicas. En 1775, cuando el Jardín Botánico fuetrasladado al paseo del Prado en Madrid, Gómez Ortega fue enviado a visitar varios jardines europeos para traer ideas para la reconstrucción y diseño del Real Jardín Botánico. Permaneció en París seis meses en elJardin de Roi, asistiendo a las clases del botánico Joseph Jussieu y conoció muchos naturalistas franceses. En febrero de 1776 viaja a Inglaterra y visita Kew Gardens, Chelsea y Oxford, entrando en contacto con figuras tan importantes como Joseph Banks y Daniel Solander. También visitó los jardines de Amsterdam, Leyden y Montpellier. A su regreso a España ya era miembro de varias sociedades científicas europeas y se convertiría en una figura determinante de la botánica española.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
En 1777 el Secretario de Indias lo encarga de manera oficial de las expediciones científicas y lo nombra representante del Ministerio de Indias para el desarrollo de la investigación botánica. Su control sobre la organización de las expediciones a Perú, Chile y Nueva España fue absoluto: seleccionó sus miembros, escribió las instrucciones, escogió los textos y cuidadosamente controló sus resultados. El caso de Mutis y la expedición del Nuevo Reino de Granada fue diferente. Mutis mantuvo su trabajo por fuera del controlde Ortega, lo cual, como se verá más adelante, generará rivalidad entre losdos botánicos. Después de la muerte de Carlos III, Ortega comenzaría a tener problemas políticos y altercados con AntonioCavanilles y Mutis. En 1801 Cavanillesomaría t su lugar. Ortega publicó varios trabajos notables. En primer lugar debemos comentar su Instrucción sobre el método más seguro y económico de transportar plantas vivas51 (1779), que era un manual para los viajeros. Aquí Ortega recoge los trabajos del inglés John Ellis (1770) y un manual francés similar escrito por Duhamel de Monceau (1752). El texto fue diseñado para la instrucción de viajeros y corresponsales del Jardín Botánico y fue enviado a virreyes en Nueva España, Nueva Granada, Perú, gobernadores de Puerto Rico, Santo Domingo yla Habana. ⁽⁾ La introducción del texto de Ortega insiste en el valor político y económico de la exploración botánica. Hace un recuento de cómo todos los grandes imperios, desde los romanos hasta los holandeses pasando por los france ses e ingleses, han tenido éxito en la apropiación y naturalización de plantas de lugares remotos lo que a su vez les dio beneficios comerciales y medicinales. El libro se divideen tres secciones: la primera seocupa de dar instrucciones para extraer y transportar árboles, arbustos, y otras plantas. Aquí podemos encontrar una exposición de diversos métodos para extraer plantas de la tierra sin dañar sus raíces, empacar, transportar en barco y encontrar un lugar adecuado en éste, eger prot a las 52
plantas del clima, de insectos o ratones. La segunda sección está dedicada a la 51
Casimiro Gómez Ortega,Instrucción sobre el método más seguro y económico de transportar plantas vivas, con una presentación de Francisco J. Puerto Sarmiento. (Madrid: Biblioteca de Clásicos de la Farmacia Española, 1992).
52
Ibid., pp. 13 a 29.
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«descripción de cajas en las que árboles y plantas delicadas pueden ser traídas a 53 Por último, el tercer artículo consiste en una Europa desde lugares remotos…». detallada lista de «algunas de las plantas que con preferencia merecen ser raídas t a España de América…». Esteartículo constituye un documento particularmente interesante en el que Ortega menciona más de treinta y cinco plantas americanas, explicando sus posibles usos y las regiones donde podrían encontrarse. La lista está en orden de prioridad por su potencial económiconoy sorprende que la primera en lista sea la Cinchonay en segundo lugar esté la canela. El libro también incluye un 54 apéndice sobre el «Método de recolectar, secar y archivar plantas en un herbario.» Gómez Ortega también publicó textos para la divulgación de la botánica linneana: Curso elemental de Botánica(1785-1795). Éste se convertiría en el texto fig. 1 y 2 estándar no sólo para la botánica española, sino para todo botánico en las colonias. El texto tiene una sección enla que Ortega afirma que «estamos comprometidos a adoptar la totalidad de las publicaciones de Linneo.»55 Esta sección incluye definiciones de todas las estructuras de un plant a y un apéndice con instrucciones sobre métodos para recolectar y ordenar plantas en un herbario, junto con instruc⁽⁾ ciones para el transporte de especímenes vivos. La sección práctica del texto no es más que una traducción literal delSystema Naturaede Linneo.
53
Ibid., pp. 30 a 36.
54
Ibid., pp. 37 a 70.
55
Casimiro Gómez Ortega y Antonio Palau, Curso elemental de botánica, teórico y práctico, dispuesto para la enseñanza de Real Jardín Botanico de Madrid , (Madrid, 1785), Prólogo.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 1.
Cajón para conservar las plantas a bordo.Instrucción sobre el modo más seguro y económico de transportar plantas vivasde Casimiro Gómez Ortega (Madrid 1779).
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figura 2.
Cajón para transportar semillas en germinación y árboles pequeños.
Instrucción sobre el modo más seguro y económico de transportar plantas vivas de Casimiro Gómez Ortega (Madrid 1779).
CONCLUSIONES
Ya hemos descrito algunos de los factores políticos y religiosos que determinaron el diseño de las Reales Expediciones Botánicas, lo que nos permite entender mejor no sólo por qué la botánica es la rama del saber con el mayor apoyo de la Corona española, sino también cómo los museosde historia natural y los jardines botánicos fueron importantes símbolos de poder imperial y prosperidad entre los imperios europeos del siglo XVIII. Los logros de las expediciones fueron considerados como evidencia de soberanía. Los jardines botánicos ylos museos fueron galerías públicas donde losimperios podían mostrar su riqueza ypoder. Esta idea es claramente expresada por el embajador español en Ingla terra en una carta dirigida a Grimaldi en 1776: Sería en extremo útil publicar lo más pronto posible los reportes de nuestros viajeros y sus descubrimientos en aquellos lugares, y publicar los ma-
⁽⁾
pas que tanto nos han prometido, pues para esta nación (Inglaterra) no hay mayores actos de posesión que estas publicaciones...56 .
La historia natural es una disciplina que se construye sob re redes, en la cual las muestras del mundo natural, los objetos de estudio del naturalista,tienen que ser movilizados desde los lugares más remotos hacia el centro; para que esto sea posible es necesario desarrollar técnicas de preservación de los objetos, vivos o disecados, o técnicas de representación que permita su apropiació n «virtual». Son estas redes las que generan la necesidad de sistemas «universales» de códigosreglas y bien definidos para poder acumular información encentros como París, Londres o Madrid.
56
Carta a Grimaldi, Archivo General de Simacas, secc. Estado, leg.6944, citado por F.J. Puerto Sarmiento y A. Gonzalez Bueno, «Política científica y expediciones botánicas en el programa colonial español ilustrado», en A. Lafuente et al. (Eds) Mundialización de la ciencia y la Cultura Nacional (Madrid: Universidad Autonoma de Madrid, Doce Calles, 1993), p. 333.
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Ahora debemos explicar las prácticas concretas que se desarrollan en las expediciones y explicar en detalle cómo sellevó a cabo esa apropiación dela naturaleza. Los sistemas de clasificación, habilidades artísticas en representación visual y técnicas de impresión contribuyeron en gran medida a la movilización de objetos naturales. El proyecto totalizador de catalogar el mundo incluye el difícil trabajo de extraer objetos naturales de sus medios particulares. Para ser transportables los objetos debían ser estables, y al mismo tiempo, móviles. Medios efectivos para la clasificación, transporte, representación y documentación de los especímenes eran necesarios para evitar el deterioro de las plantas en travesías intercontinentales. Esta acumulación y apropiación de objetos naturales fue posible porque fueron solucionados problemas de movilización. La tarea de los naturalistas era convertir y transformar lo inconmensurable en conmensurable, hacer familiar lo desconocido, 57 La variedad y complejidad de la crear un vínculo y, en últimas, poseer lo extraño. naturaleza eran, en palabrasde Louis Daubenton, «abreviadas» y«aplanadas».58 También debemos explicar cómo el proceso de traducción de lo local a lo global se lleva a cabo. El conocimiento que los exploradores buscaban no sólo ⁽⁾ pertenecía a continentes lejanos, sino también a sus habitantes. Instituciones como elJardin du Roi en París, Kew Gardens en Londres o el Real Jardín Botánico en Madrid, se convirtieron en lo que Bruno Latour llama «centros de cálculo». Tales instituciones comprendían redes de colaboradores através de todo el mundo; eran lugares donde un pequeño grupo de naturalistas eran capaces de comparar plantas y animales en una escala completamente distinta de a de l los mismos exploradores o nativos. Los botánicos quese encontraban en tales centros se volvieron más poderosos que loshabitantes locales. De hecho se familiarizaron
57
Los conceptos de «vínculo» y «posesión» en la exploración europea del Nuevo Mundo son desarrollados por Anthony Pagden enEuropean encounters with the New World: from Renaissance to Romanticism, (New Haven: Yale University Press, 1993), p. 27 y por Stephen Greenblatt, Marvelous possessions: the wonder of the New World. (Oxford: Claredon Press, 1991).
58
Louis Daubenton, en:Diderot y d’Alambert, 1765, VIII, pp. 225-230, citado por Dirk Stemerding,Plants, animals and formulae: Natural History in the light of Latour’s Science in action and Foucault’sThe order of things (University of Twente, Enschede, 1991), p. 87.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
con más especímenes que cualquier otro ser humano a medida que más y más objetos provenientes de lugares lejanos eran domesticados. En los capítulos siguientes seguiremos a los naturalistas en acción, y seremos testigos de las prácticas concretas que constituyen a la historia natural como una forma de apropiación.
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II
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DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
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Si consideramos los resultados de lasreales expediciones botánicas de finales del siglo XVIII y examinamos los materiales llevados a Europa, encontramos plantas vivas y secas, semillas, muestras de minerales, animales disecados, reportes escritos, mapas, ilustraciones de animales, gente y paisajes. Pero sobre todo,osl exploradores españoles estaban dedicados a la producción de enormes y elaboradas colecciones de ilustraciones botánicas que, junto con sus descripciones respectivas, serían publicadas en España. Las láminas y sus descripciones deberían formar part e de elegantes y costosas publicaciones, una imagen visible de los logros de las expediciones y de la soberanía de España. En efecto, todos los grandes soberanos desde los Medici y Habsburgo hasta los Borbones, reunieron colecciones iconográficas de objetos naturales. El realismo y la belleza asociados con lailustración botánica hacían de estas⁽⁾ láminas objetos para ser no sólo estudiado s sino también admirados. El producto final tendría que satisfacer a unaaudiencia exigente que incluía al Rey , su corte, un mercado aristocrático y los naturalistas más importantes de Europa. Podría parecer que tenemos que estudiar un grupo de gente heterogéneo con intereses diversos, sin embargo, todos comparten un interés común: laacumulación de posesiones. La ilustración botánica, por su carácter documental, es un género de la pintura independiente que se rige por normas propias de representación, y que, a pesar de ello, sin embargo muchas veces converge con la pintura deco rativa de flores. Los artistas que trabajaban para naturalistas enherbarios, jardines botánicos o expediciones, por lo general provenían de escuelas de arte yeran inicialmente entrenados de acuerdo a las tendencias de la moda en pintura decorativa. Un ilustrador de plantas no sólo requiere un entrenamiento especial, sino también la supervisión de un botánico competente. «De este modo» -nos explica Mutis- «he llegado a conseguir que las suntuosas Láminas que hanedpasar a manos del Rey salgan de
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
manos de mis oficiales con toda la Hermosura y limpieza que pide una obra Regia, sobre el mérito de los Ápices botánicos que sólo percibirán los grandes 1 . De manera que cada lámina requiere una cantidad enorMaestros de la ciencia» me de tiempo y trabajo. La elaboración de unabuena ilustración botánica implicaba un proceso complejo que necesitaba de una gran cantidad de conocimiento y de habilidades especiales. El resultado final tendría que satisfacer el mercado establecido de libros de flores, así como también proveer información adecuada para clasificación la de los especímenes y hacer posible su reconocimiento en términos de género y especie. Los comentaristas de ilustraciones botánicas han concentrado sus análisis en las láminas más acabadas y llamativas 2 . Se ha escrito sobre los artistas, su formación, y sus contribuciones3 , pero no se ha explicado el proceso de manufactura de los dibujos. Hasta ahora, los análisis de las ilustraciones no han explorado con el suficiente cuidado el papel activo del ilustrador en la botánica. La importancia de la representación visual en las expediciones españolas ha sido ignorada o simplemente ⁽⁾ reducida a su función decorativa. Las ilustraciones de historia natural han sido objeto de numerosas investiga4. Y ciones que se ocupan de la estética de la representación visual de la naturaleza
1
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4
José Celestino Mutis, «Informe sobre los Pintores», en Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, vol. I (Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1954) p. 125. En el caso particular de las expediciones botánicas españolas, ver Carmen Soto Serrano, «Aspectos artísticos de la Expedición Botánica de Nueva Granada», en Mutis y la Real Expedición Botánica de Nuevo Reino de Granada , (Bogotá: Villegas Editores, 1992). Ver Lorenzo Uribe Uribe, «La expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada: su obra y sus pintores.», enRevista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 19 (1953), pp. 1-13. Ver por ejemplo, Barbara M. Stafford, Voyage into substance: Art, science and nature and the ilustrated travel account, 1760-1840, (Cambridge Mass.: M.I.T. Press, 1984); Martin Kemp, «Taking it on trust: form and meaning in naturalistic representation», en Archives of Natural History, 17 (1990): 127-188; Sveltana Alpers,The art of describing: Dutch art in the seventeenth century, (London: John Murray, 1983).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
esos estudios de dibujos botánicos, y, en general, de los registros visuales de los naturalistas a la luz de la historia del arte, han sido muy útiles para entender la historia natural y su función social junto con sus relaciones culturales durante el siglo XVIII. Barbara Stafford, Svetana Alpers, David Knight y Martin Kemp, entre otros, han estudiado los contextos religiosos y sociales en los cuales los ilustrad ores practicaban su arte y hananalizado varios aspectos de enorme importancia relacionados con estilo y simbolismo. Sin embargo, si queremos explicar el papel de las ilustraciones en la transformación de la naturaleza en unidades (especies/géneros) que podían ser presentadas como descubrimientos y, por ende, como posesiones, tenemos que investigar no solamente los resultados finales, sino los procesos de manufactura de las láminas. Nuestro interés no es tanto la representación de la naturaleza en la historia dela pintura, sino más bien el papelactivodel artista en la clasificación de plantas y en la 5. construcción y legitimación de «descubrimientos» botánicos Para el viajero botánico del siglo XVIII, la representa ción visual es el medio por el cual la naturaleza se hace transportabl e y accesible a los centros europeos de investigación. Una vez las plantas eran removidasde sus hábitats, secas o dibujadas,se ⁽⁾ convertirían entipos separados que podrían ser fácilmente examinados, comparados y, aún más significativo, reordenados. La representación gráfica permite simplificar la complejidad de la naturaleza, domesticarla, hacerla inteligible. Los especímenes tenían que ser «empacados» y «estabilizados», no solamen te para que permanecieran inalterados en largas travesías, sino también para ser presentados en Europa como nuevos descubrimientos.
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Publicaciones recientes sobre la representación científica dan por primera vez un marco analítico para una mejor comprensión de la función esencial de los modos visuales dethings comunicación prácticaLynch científica. VerWoolgar por ejemplo: Bruno Latour, «Drawing together»,enenlaMichael y Steve (Eds.),Representation in scientific practice, (Cambridge, Mass.: M.I.T. Press 1990), pp. 19-68; Martin J.S. Rudwick, «The emergence of a visual language for geological sciences», enHistory of Science , 14 (1976):pp. 149-195; L.J. Jordanova, «Gender generation and science: William Hunter´s obstetrical atlas», en W.F. Bynum y Roy Porter (Eds.), William Hunter and the eighteenth century medical world, (Cambridge: Cambridge University Press, 1985); Ludwig Fleck, «To look, to see, to know», en R.S. Cohen y T. Schnelle (Eds.), Cognition and Fact, (Dordrecht: D. Reidel, 1986).
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
La selva, el trópico yel Nuevo Mundo eran lugares donde proliferaban las plantas y los animales, pero no el conocimiento. Éste era producido y aprobado en instituciones europeas: laboratorios, museos, jardines e imprentas. Los objetos de la naturaleza debían ser removidos y acumulados dentro deesas instituciones donde el naturalista, el hombre deciencia, podía trabajar en unambiente idóneo y familiar. Dentro del gabinete, herbario o museo, el botánico asumiría una posición central y privilegiada que le permitiría tener una «experiencia directa» de un número de objetos que nadie podría haber examinado en el campo. Aún más, como veremos, los objetos con los cuales tiene contacto en el laboratorio ofrecían una cantidad de información que no es visible enel campo. Es imposible que un individuo, Buffon o Linneo, lo vean todo, y por eso son necesarias las redes, los corresponsales. Pero ¿cómo agrupar, centralizar y organizar las observaciones de personas distintas, de viajeros por el mundo entero? Es necesario ponerle reglas a la observación, estandarizar sistemas, códigos, reglas, lenguajes. Existe, entonces, una buena cantidad de literatura sobre la recolección, ransporte, t aclimatación y desde luego clasificación de especies. El equipo humano lo constituyen ambos casos con visionesdisciplinadas. ⁽⁾ botánicos o jardineros entrenados, en La representación en historia natural de animales, plantas o paisajes tiene un carácter realista y presupone la representación de objetos tal y como son, en directa oposición a las elaboraciones imaginarias del arte y la fantasía. El registro visual de la naturaleza («naturaleza» o «natural» como aquello que la mano del hombre no ha alterado) debía ser representado como realidad sin intervención humana o, para decirlo de otramanera, las imágenes nos muestran hechos, no artefactos. Un fragmento de las instrucciones de Gómez Ortega alos artistas de la expedición dice así: En sus trabajos deben limitarse a copiar la naturaleza con exactitud especial6 mente las plantas sin procurar adornar oaumentar algo con suimaginación...
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Casimiro Gómez Ortega, «Instrucciones que deberán observar los dibujantes que pasan al Perú de orden de S.M. para servir con el ejercicio de su profesión en la expedición botánica. Abril de 1977.», en Jaime Jaramillo Arango (Ed.)Relación histórica del viaje de Hipólito Ruiz a los Reinos de Perú y Chile, (Madrid, 1952), p. 416
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
A pesar del realismo que aquí se proclama, vamos a ver que los resultados finales son cuidadosamente fabricados y deben ser entendidos como artefactos meticulosamente construidos. Algunos párrafos más adelante, en las mismas instrucciones, Gómez Ortega escribe: ... [los artistas] deben únicamente dibujar lo que ha sido precisamente determinado por los botánicos, y trabajar siempre bajo su supervisión, siguiendo obedientemente sus instrucciones, y tener especial cuidado en dibujar aquellas partes que elbotánico pueda considerar importantes para el conocimiento y el reconocimiento de las plantas; y a veces, si es necesario, representar 7 separadamente y en mayor tamaño estas partes.
En su mayoría, losdibujos nunca fueron realizadosen el campo y, generalmente, fueron hechos et niendo como modelo ejemplares recolectados y separados de su hábitat natural. Esto quiere decir que el ilustrador botánico no tenía que ver la planta en su medio natural ni tampoco la planta completa. Un fragmento bien elegido era suficiente. Más aún, las condiciones en las que el artista tenía que trabajar, moviéndose de un lugar a otro, y con demasiados especímenes para dibujar al mismo tiempo, hacían imposible que las láminas fueran terminadas durante los viajes. Por lo tanto el artista trazaba las líneas princip ales de la planta,⁽⁾ marcaba lo colores, y hacía bosquejos de lascaracterísticas que consideraba esenciales para el reconocimiento de la planta. Una vez en casa, una versión más elaborada de la especie podía ser terminada en ungabinete o en la imprenta. Era importante para el naturalista retener tanto como fuera posible la ilusión de un contacto directo y personal con los objetos. La visión directa constituía una forma de posesión; ser un «testigo ocular» aseguraba la credibilidad y la autoridad figs. 3, 4, 8 5y 6 de los reportes visuales o escritos. En las siguientes páginas examinaremos las habilidades quele permitían a los naturalistas apropiarse de los objetos naturales. Estudiaremos elentrenamiento de los artistas y la manufactura de las láminas en América, los procesos de
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Ibid. Anthony Pagden, European encounters with the New World froma Renaissance to Romanticism, (New Haven y London: Yale University Press, 1993), p. 76.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
grabado e impresión en Madrid, y también se explicará la importancia del sistema linneano en todo este proceso de clasificación, represe ntación gráfica y apropiación de plantas.
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REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 3.
Bosquejos y anatomías para laFlora del Nuevo Reino de Granada. Familia Malvaceae. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00453).
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
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figura 4.
Bosquejos y anatomías para la Flora del Nuevo Reino de Granada. Familia Malvaceae. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00452).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 5.
Bosquejos para la Flora del Nuevo Reino de Granada.Familia Passifloraceae. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00578).
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
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figura 6.
Bosquejos para la Flora del Nuevo Reino de Granada. Familia Passifloraceae. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00578).
1. MANUFACTURA DE LÁMINAS
Las autoridades españolas y los expedicionarios fueron particularmente cuidadosos en la selección de los artistas que tomarían parte en las distintas expediciones. El 12 de febrero de 1777, José de Gálvez le pidió a Ignacio Hermosilla, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que recomendara a algunos artistas talentosos para la expedición de Perú yChile. Cuatro de los mejores estudiantes fueron seleccionados para hacer dibujos de flores, frutos y hierbas en presencia de testigos. Éstos incluían profesores de arte y representantes del ministerio de Indias. José Brunete fue nombrado como primer dibujante de la expedición e Isidro Gálvez asumió la segunda posición. Por sugerencia de Hermosilla, se acordó pagar a los 9 ilustradores el mismo salario que recibirían los botánicos. En esta búsqueda de ilustradores para la expedición de Nueva España, Sesse entrevistó al director de la Real Academia de Arte de San Carlos en México y éste ⁽⁾ recomendó dos de sus mejores estudiantes, Vicente de la Cerda y Atanasio Echeverría, cada uno con un salario de 1000 pesos mientras viajaban y 500,en la capital. También contrató a dos hombres más como asistentes10 . En la Nueva Granada, Mutis no sólo pediría artistasEspaña, a sino que también fundó su propia escuela de dibujobotánico en Santafé de Bogotá. Uno de los principales intereses tanto de la Corona como de Mutis era la producción de la flora del Nuevo Reino de Granada. Dos tercios deslomiembros oficiales de la expedición de Mutis eran artistas:38 pintores diferentes contribu-
Arthur R. Steele,Flowers for the king: the expedition of Ruiz and Pavon and the Flora of Peru, (Durham, North Carolina: Duke University Press, 1964), p. 55. 10 Iris H. W. Engstrand, Spanish scientists in the New World: the eighteenth century expeditions , (Seattle and London: University of Washington Press, 1981), p. 25. 9
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
I
yeron en la producción de la Flora de
En el Jardín Botánico de Madrid se conservan 5393 láminas de la Flora del Nuevo Reino de Gra- Nueva Granada11 y el principal resultanada, de las cuales 2945 son en color y 2498 en tinta. Había 2696 especies representadas, con do de 33 años de trabajo fue su produc26 variedades (24 pertenecientes al género ción iconográfica.I Cinchona). De estas especies 1292 estaban representadas en láminas de color, 262 en tinta, y En 1783 Pablo Antonio García, un el resto, 1142, fueron hechas en duplicados de color y tinta. El tamaño de la gran mayoría de reconocido artista en pintura religiosa las ilustraciones es 53 x 34cm.(folio); algunas de y retratos, fue nombrado como primer ellas, 72, tienen el doble de tamaño, y algunas otras ,75, son más pequeñas. Estas cifras no in- pintor oficial de la Expedición. Franciscluyen numerosas láminas que Mutis solía enviar a otros naturalistas en Europa. Más de 100 co Javier Matís, quien en palabras de de las mejores ilustraciones fueron regaladas a Humboldt era «el mejor pintor de flores Humboldt y otras parecen haberse perdido. También se conservan 735 dibujos pequeños del mundo»12 , y quien sería el más prode «anatomías» de la flor y de sus estructuras, y 88 grabados que representan la germinación de lífico de todos los artistas dela expedivarias plantas. ción, fue incorporado el mismo año.
Salvador Rizo, el más cercano de los colaboradores de Mutis y posteriormente director de la escuela de pintura, se unió a la expedición en 1784. Sinembargo, la creciente demanda de trabajo superaba la ⁽⁾ capacidad de los artistas disponibles en Santafé y Mutis tuvo que recurrir a la escuela de pintura de Quitodonde contrataría cinco artistas másen 1786. Desde la fundación de la Expedición, Mutis solicita artistas de reconocido talento de la Corte, argumentando que el número de plantas es tan grande que muchos artistas no encontrarían un rato de ocio por muchos años. Sólo hasta octubre de 1788 fueron enviados de Madrid dos pintores de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La presencia de estos dos artistas españoles fue un total fracaso. Uno de ellosmoriría sin haber hecho una sola contribución y el otro, Sebastián Méndez, quien trabajó con Mutis por un año y medio, sólo terminaría ocho láminas de cuestionable calidad. Mutis tenía preferencia por artistas jóvenes y dóciles que élmismo pudiera entrenar.«Me ha sido más fácil, 11
Lorenzo Uribe, «LaExpedición Botánica del Nuevo Reino deGranada». En: Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exáctas Físicas y Naturales, 34 (1953): p. 12.
12
Humboldt a Willdenow, 1803: «Matis, le prémier peintre de fleurs du monde et un excellent botanist...» Ibid., p.8.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
y siempre me lo será, manejar gente más dócil, aunque menos hábil, porque yo suplo por la instrucción que les doy la habilidad que les falta en los principios, y de este modo compenso la indocilidad de los oficiales españoles que siempre prueban mal en América».13 Los nuevos artistas debían tener entre 20 y30 años, y trabajar ocho horas al día por un salario de 8 a 12 reales por día.14 En 1790 Mutis recibió órdenes de mover la expedición de la ciudad de Mariquita, donde el botánico y sus colaboradores habían estado trabajando desde julio de 1783, a la capital del reino, Santafé de Bogotá. Esta orden se debía a la impaciencia y el temor de que la tan esperadaFlora de la Nueva Granada nunca se concluyera.15 Mutis ya tenía 58 años y no gozaba de buen a salud. Una vez en Bogotá, Mutis no sólo aumentó el número de pintores a diecinueve, sino que fundó una escuela de dibujo para entrenar nuevos ilustradores. En esta escuela, bajo la dirección de SalvadorRizo, se ofrecía entrenamiento gratuito a jóvenes para luego emplearlos como ilustradores botánico s. Además de las láminas terminadas, el Jardín Botánico de Madrid también guarda algunos dibujos y bosquejos de hojas, flores y otras estructuras específicas, en ocasiones acompañadas de instrucciones que debían seguir los artistas ⁽⁾ para una apropiada representación de las plantas. Estos borradores, bosquejos de anatomías con correcciones anotadas, son los únicos registros visuales que tenemos sobre la escuela yel entrenamiento de pintores. Presumiblemente, una buena parte de esas anotaciones y borradores que sirvieron de modelos e instrucciones a nuevos pintores se perdieron, pero las pocas conservadas en Madrid nos dan una buena idea de los conocimientos y de las técnicas que se requerían para el dibujo botánico,al igual que el tipo de entrenamiento que los jóvenes artistas tenían que seguir antes de estar listos para dibujar una lámina.
Mutis a Juan José Villaluenga, Mariquita, julio 10 de 1786. En:Archivo epistolar del Sabio Naturalista Don José C. Mutis, Vol. I, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p 313. 14 Soto Serrano, «Aspectos artísticos de la expedición», p 146. 15 Mutis al virrey José de Ezpeleta, Mariquita, febrero 24 de 1790, en Archivo epistolar, vol II, p. 17. 13
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
figs. 7 y 8
Es importante señalar que los nuevos artistas iniciaban su entrenamiento copiando borradores o ilustraciones más que plantas al natural. Las figuras 7 y 8 corresponden a una serie de anatomías bajo el título de sinanterologías (estudios de la familiaCompositae). Aquí podemos ver borradores de tipos de hojas y órganos defructificación, que pertenecen a géneros de la familia de las compuestas.También vemos anotaciones hechas porMutis quien, como instructor, aprueba o corrige los dibujos. Ena lfigura 7, en la parte superior
derecha, se puede leer «N.4 el vilano un poco más largo. lo demás bueno». Otro de los borradores que seconserva en el RealJardín Botánico de Madrid ilustra doce tipos diferentes de vilanos, que una vez más proveen a los artistas con tipos específicos de estructuras paradibujar. En la figura 8, al lado izquierdo, también vemos una corrección similar: «N.1... esos filamentos que representan anteras. Allí no hay sino unos filamentos llamados [palabra ilegible] y que son comunes en muchas plantas de esta figs. 3 y 4 clase. Los demás buenos». En las figuras 3,4,5 y 6vemos algunas de las láminas sin terminar, que nos permi⁽⁾ ten apreciar la selección de las características en el proceso de elaboración de una ilustración botánica. En los bosquejos de lafamiliaMalvaceae podemos ver queel trabajo del artista se concentra inicial mente en la forma de las hojas y la estructura de la flor. Algunos de los colores eran marcados y alguna explicación ritaesc era también común. En las figuras 5 y 6 vemosgunas al láminas más elaboradas que, sin embargo, figs. 10 y 11 sólo incluyen las características esenciales para una apropiada clasificació n linneana. Igualmente interesantes son un número deanatomías y borradores de hojas y flores, en las cuales las plantas son reducidas a sus caracteres linneanos, dando, así, la información necesaria parala exitosa representación deuna especie. fig. 9
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 7.
Sinanterologías, anatomías de la familia Compositae. ArchivoReal Jardín Botánico de Madrid, (M-00174)
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
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figura 8.
Sinanterologías,anatomías de la familia Compositae. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00174)
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 9.
Doce diferentes tipos de vilanos. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, leg. 4, 10, 4.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 10.
Anatomías. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00330) 1-9.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 11.
Anatomías. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, (M-00330) 1-9.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Tal vez sea correcto afirmar que el artista dibujaba lo que veía, pero solament e una vez había aprendido a ver. El ilustrador teníaque aprender a distinguir las diferentes estructuras de la planta. lEbotánico, parafraseando a Bruno Latour, comienza a ver una vez deja de mirar la naturaleza y observa obsesivamente impresiones en el papel16 . Una lámina bienelaborada hace innecesario viajar a su lugar de srcen. Mutis afirma: «Puedo promet erme que la Lámina que saliese de mis manos no necesitará nuevos retoques de mis sucesores; y que cualquier Botánico en Europa hallará representados los finísimos caracteres de la fructificación, sin necesidad 17 de venir a reconecerlos en su suelo nativo». Después de que los colaboradores de Mutis regresaban de sus excursiones de recolección con material nuevo, unespécimen representativo era seleccionado, generalmente una rama en flor. El dibujo tenía que ser hecho mientras la planta estaba aún fresca y, por lo tanto, la tarea tenía que ser terminada enmenos de 2 días, trabajando desde el amanecer hasta el atardecer; sin embargo, era común que para 18 . la manufactura de una solalámina se utilizaran varios especímenes frescos La planta era entonces delineada, se hacían las anotaciones de su fructificación, os. Mutis también daba instrucciones a los ⁽⁾ y las hojas se dibujaban por los dos lad artistas de dibujar, en la base de la lámina, detalles de lasferentes di estructuras de la flor, fruto y semillas parauna mejor caracterización del espécimen. 19 y, en particular, del diario Del Diario de la expedición que llevaría Eloy Valenzuela del mismo Mutis20 queda claro que losdibujos eran permanentemente mejorados
Ver Latour, «Drawing things together», en Michel Lynch y Steve Woolgar (eds.) Representation in Scientific Practice, (Londres: MIT Press, 1988), pp. 19-68. 17 Mutis, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, tomo 1, ediciones Cultura Hispánica. p. 102. 16
18
Gómez Ortega, «Instrucciones que deben observar los dibujantes», art 11; ver también Soto Serrano, «Aspectos artísticos de la expedición», p. 154.
19
Eloy Valenzuela, Primer diario de la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983).
20
José Celestino Mutis,Diario de observaciones de José Celestino Mutis (1760-1790) transcripción y prólogo por Guillermo Hernández de Alba, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1883).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
con información adicional que faltaba en el primer ejemplar. Diferentes flores y frutos eran traídos más tarde, y la lámina era completada o arreglada. Algunos extractos de las anotaciones de Mutis durante el período en que la expedición estaba en Mariquita nospueden dar una idea del trabajo que díaa día se desarrollaba en la expedición por parte del director mismo y sus colaboradores. Mutis escribiría en uno de sus diarios: Como han llegado los herbolarios Roque y Esteban con muchas y no comunes plantas, he puesto en agua los mejores ejemplares para la sucesiva formación de las láminas, haviendo lo que acostumbro en tales ocaciones: esto es, se delinea toda la planta, se hace la anatomía de la fructificación, y quedan pintadas dos hojas una al derecho y otra al revés; aunque de algunas 21. para ganar tiempo se dejará de hacer esto último conservándolas en agua
En abril 30 de 1784, Mutis escribió: Hoy gasté al principio de la mañana no poco tiempo en reconocer con mucha atención las flores y frutas de laBoymia acuática, haciéndome traer por los herbolarios muchas plantas con sus flores, que hallé en perfectísimo estado, y pude formar la verdadera idea de una planta que a primera vista podía confundirse con las Verónicas22 .
Dos semanas más tarde, el13 de mayo:
⁽⁾
Rizo concluyó a las tres de la tarde laBoymia. En esta lámina falta la división de la corola, que no se hizo por estar ya las flores casi cerradas; aunque la planta se mantenía en agua23 .
Así mismo escribió el 5 de Junio: Me trajo Esteban, del camino de Honda, las flores macho deltachuelo aterciopelado. Me dijo que lo había tomado de árbol diverso del que me había 24 . traído las frutas en el viaje anterior del día 27 de mayo
21
Mutis, Flora del Nuevo Reino de Granada, Vol I, p. 102.
22
José Celestino Mutis,Diario de observaciones de José Celestino Mutis (1760-1790) transcripción y prólogo por Guillermo Hernández de Alba, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1883), p. 161.
23
Ibid., p. 202.
24
Ibid., pp. 175 y 243.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
El diario de Mutis ofrece múltiples referencias similares que describen el proceso de manufactura de las láminas, el cual selleva a cabo en periodos de tiempo prolongados y con base en especímenes diversos. El trabajo del director consistía en coordinar e instruir a los ilustradores y hacer el mejor uso posible de los materiales recogidos por los colectores. Mutis también estaría ocupado con la identificación de los especímenes, comparándolos con especies y géneros ya conocidos. El naturalista español recopiló un número considerable de costosas floras ilustradas que usaría como modelo para su propio proyec to. En particular, encontramos referencias a los trabajos de Linneo y Nicola s Joseph Jacquin. En una carta al Virrey (1783) Mutis explica la forma en que la flora debería publicarse: ... la forma de cada volumen es como suele decirse Atlántica, con la explicación circunstanciada de toda la lámina en ella misma a la izquierda; precediendo al principio con citación a la lámina toda la descripción científica de cada planta.25
La forma de presentación permanecería constante durante los siglos XVIII XIX. y Una planta por página, rara vez visible en su totalidad.Las flores eran por lo eneral g ⁽⁾ prioridad, y cada flor individual era cuidadosamente dibujada para mostrar sus más importantes características de acuerdo con los conceptos linneanos. Veamos una lámina terminada y examinemos tanto la información que incluye como la que omiten las ilustraciones. Si vemos por ejempl o una de las ilustraciones fig. 12 de Mutis del género Cinchona, que representa la especieChinchona cordifolia lo primero que podemos señalar es que la lámina no representa nada parecido a un árbol deCinchona(por lo general de 10 a 20 pies de altura). Lo que podemos ver es la parte terminal de una rama que estáextraordinariamente cargada de flores y frutos. La lámina es visiblemente esquemáticacasi y geométrica en su composición. Las ramas en flor que parecen casi que idénticas en laizquierda y derecha, nos permiten ver flores y frutos en diferentes estadio s de desarrollo, el cáliz, número de pétalos, y la posición relativa de los tallos.
25
Mutis a Antonio Caballero, junio 3, 1783, en:Archivo Epistolar, Vol I, p. 122.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Sin embargo, la característica más evidente del dibujo son las hojas cuya forma y posición son esenciales para una correcta diagnosis de la especie. De hecho la forma de las hojas nos da el nombre de la especie C.(Cordifolia= hojas en forma de corazón). Según Linneo,«las hojas poseen las diferencias más elegantes y más naturales... diferencias tomadas de las hojas son las más fáciles, las más obvias, las 26 más abundantes, y las más ciertas». Fiel a las recomendaciones de Linneo, Mutis tomaría la forma de las hojas como una característica fundamental (espe cífica) de muchos de sus especímenes. En el caso de la Cinchona, Mutis argumentaría que existían cuatro especies distintas, que tal y figs. 12, como aparecen en la figura 13, fueron clasificadas de acuerdo a la forma de sus hojas:13, 14 , y 15, Cinchona Cordifolia (forma de corazón) Cinchona Lanceifolia(forma de espada) Cinchona Oblongifolia(forma oblonga) Cinchona Ovalifolia (forma oval) Estas cuatro especies también podrían diferenciarse, según Mutis, dependiendo del color de la corteza: naranja, amarilla, roja y blanca. El color de la corteza era un criterio común de clasificación de quinas entre colectores y comerciantes. Por medio ⁽⁾ de conceptos linneanos, Mutis lograría traducir un conocimiento local a una clasificación universal, la cual, ya veremos, no sería nunca defin itiva. fig. 17 También vale la pena nota r que un gran número de láminasesentan pr hojas rotas . prasina: Algunas de Al respecto comentaría David Knight refiriéndose aMiconia la las hojas están rotas, aquí elartista ha dibujado lo que vio, más que una dealiza«i 27 ción» . Sin embargo, un gran número de las ilustraciones de Mutis presenta hojas rotas. Éstas no sonimperfecciones accidentales ni una directa representación de lo que vio el artista, sinouna práctica común y deliberada que permitía una representación más clara de los caracteres de la planta con menor trabajo.
26
Carl Linneo, The Critica botanica of Linnaeus, (London: Ray Society, 1938), Art. 277.
27
David Knight, «Scientific theory and visual language», en: Allan Ellenius (Ed.)The Natural sciences and the arts:Aspects of the interaction from the Renaissance to the 20Th century: an international symposium. (Upssala: Almquist and Wiksell Internationa, 1985), p. 109.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
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figura 12.
Cinchona cordifolia. Lámina 16 A, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 13.
Las cuatro especies deCinchona de Mutis de acuerdo a la forma de las hojas. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, leg. 2, 3, 110.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 14.
Cinchona lanceifolia. Lámina 2 A, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 15.
Cinchona oblongifolia. Lámina 21 A, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 16.
Cinchona ovalifolia. Lámina 25 A, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
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figura 17.
Miconia prasina. Lámina 37, Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 18.
Cinchona cordifolia . Herbario de Mutis, Archivo Real Jardín Botánico de Madrid.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Podríamos argumentar que hay una serie de omisiones o «errores» en lacopia de una planta, pero no errores tales como un número equivocado de estambres, representar un ovario inferior cuando es superior, ni errores que tuvieran que ver con características importantes en la clasificación linneana. El color es otro elemento interesante de las ilustraciones que contribu ye con la idea de una representación naturalista y hace de las pinturas objetos más hermosos y llamativos. Sin embargo, el color noera crucial para la identificación y en la opinión de algunos botánicos, su elevado precio y el exigente trabajo de publicar láminas a color no justificaban su uso. Un elemento central de la lámina son las disecciones en la base. A la luz de la botánica del siglo XVIII es allí donde encontra mos las claves fundamentales para la clasificación de la planta, caracteres que debemos entender como naturales y esenciales. Podemos ver detalles y disecciones de los órganos sexuales (linneanos) de la planta: el cáliz y la flor son visibles, y sus pétalos pueden ser contados. Una disección de la flor muestra el número de los órganos masculinos (cinco estam- fig. 12 bres), de donde sabemos que la especie sería clasificada en la clase pentandria. También aparece el único órgano femenino (1pistilo) que determina que la ⁽⁾ especie pertenece al ordenmonogynia. Algunos especímenes disecados que se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid, recolectados por Mutis, nos permiten apreciar un par de ventajas de la ilustración sobre la planta recolectada: la cantidad de información que reúne el fig. 12 dibujo y la claridad con que se muestran sus características. Así como un tratado de anatomía nos ofrece información sistematizada que no vemos en un cadáver, elfig. 18 dibujo de laCinchona Cordifloraposee mayor información que el espécimen disecado. Podemos ver, por ejemplo, cómo la hoja en for ma de corazón es másobvia en la pintura que el espécimen mismo. La Corona y los botánicos en Madrid est aban cada día más impacient es por ver el tan prometido trabajo. Mutis aumentaría el número de láminas y las perfeccionaría incesantemente, pero moriría en 1808 sin terminar sus descripciones. Algunos autores han sugerido que unas de tale s descripciones fueron hechas y se perdieron, pero no hay evidenciade que hubieran sido terminadas; Sinforoso Mutis, Salvador
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Rizo y Francisco José de Caldas, los colaboradores de Mutis, fueron interrogados por las autoridades españolas sobre los trabajos científicos dejados por él. Todos ellos estaban de acuerdo en que Mutis no terminó ninguno de sus trabajos, excepto sus escritos sobre la quina, pero que había dejado varios borradores y descripciones sin acabar. A finales de 1810, seis meses después de la primera declaración de Independencia, la casa de la Expedición fue cerrada por falta de fondos; sin embargo, Sinforoso Mutis, sobrino y sucesor de José Celestino, siguió organizando y clasificando las láminas y los especímenes. Hasta 1817 había seis pintores aún trabajando, pero el 22 de noviembre sus salarios fueronsuspendidos indefinidamente. En 1815 el gobierno español había enviado unamisión militar a cargo de Pablo Morillo con el propósito de recobrar la hegemonía española en La Nueva Granada. Es significativo que una de las órdenes que tenía el «pacificador» Morillo era recuperar y enviar a España los manuscritos y colecciones de la Expedición, que se decía le había costado a la Corona un millón y medio de pesos. Los materiales fueron empacados y enviados a Madrid a bordo de La ⁽⁾ Diana en 1817. Sinforoso Mutis, entonces preso, recibió la orden de organizar y empacar todos los materiales de más de 30 años de trabajo en sólo seis días. Inevitablemente, parte del material se perdió. El cargamento incluía 104 cajas que fueron catalogadas en Madrid así: «14 cajas con 5190 láminas y 711 borradores, una con manuscritos, 38 anatomías de plantas de quina, 15 con minerales, 9 con semillas, 6 con varias curiosidades, 8 con muestra de maderos, una con 28 muestras de canela, 2 con dibujos de animales y otros dibujos.»
28
Ver los siguientes documentos: número 72, «1817, marzo 14. El General Pascual Enrile, Jefepara del Estado Ejército pacificador, de lasbotánica»; gestiones realizadas poner aMayor salvo del el patrimonio científico da de cuenta... la expedición número 79, «1817, noviembre 11, razón sacada del catálogo srcinal... para la entrega de veinte cajones con destino al Real Gabinete de Historia Natural...»; número 79, «1817, noviembre 17, Inventario general de los dibujos , manuscritos, herbario y demás objetos pertenecientes a la Real Expedición...» en Guillermo Hernández de Alba, (Ed.) Historia documental de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada después de la muerte de su director J.C.M. 1808-1952, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1986), pp. 551, 399 y 403.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
El Rey en persona supervisaría el arribo de los materiales dando órdenes de almacenar los objetos minerales y animales en su museo de Historia Natural y la colección botánica en el Real Jardín Botánico de Madrid. 29 También daría órdenes al entonces primer prof esor del Jardín de publicar, no solamente el tratado de Mutis sobre quina, sino también los materiales concernientes a la Flora del Nuevo Reino de Granada. La historia de los árboles de quina de Mutis fue publicada en 1828, pero ni una sola lámina de laFlora sería publicada en España.Sólo hasta 1954 los gobiernos de Colombia y España se unieron para publicar la totalidad de las láminas en 52 volúmenes. Hasta ahora sólo una tercera parte de las láminas han sido publicadas y el proyecto se enfrenta aserias dificultades en su organización de acuerdo con la taxonomía moderna. Sin embargo, parte de la obra de laExpedición de Ruiz y Pavón en Perú y Chile fueron publicadas en Madrid. Para estudiar este proceso de publicación debemos seguir a los botánicos Ruizy Pavón durante la elaboración de esos primeros volúmenes de laFlora Peruviana et Chilensis. ⁽⁾
29
Ver Enrique Pérez Arbeláez, José Celestino Mutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura hispánica, 1983), pp. 198-9.
⁽⁾
2. GRABADOS Y PUBLICACIÓN
Hemos descrito parte del proceso de manufacturación de ilustraciones en la escuela de Mutis, pero aún falta examinar su publicación, sus costos, sus patrones y el público. La capacidad de reproducción y publicación constituye el paso final en el proceso de movilización de la flora americana a Europa. Los primeros libros con ilustraciones a color aparecieron por primera vez en 1700 con grabados de cobre coloreados a mano como técnica de ilustración. A finales del siglo XVIII el mayor medio de publicación de trabajos en historia natural era aún el grabado de cobre. Todo el proceso requería una labor especializada y compleja.30 La gran mayoría de las imágenes hechas por los botánicos españoles eran en color y de gran tamaño, el papel y la cubierta delos libros debían ser de la mejor calidad, lo que hizo de la publicación un proyecto costoso. Estos trabajos sobre⁽⁾ historia natural eran generalmente demasiado costosos para el público. Por lo tanto, su distribución era limitada a algunos nobles, instituciones científicas y algunos pocos aficionados adinerados.31 Los más ricos y aristócratas europeos habían establecido un mercado para libros de flo res, y los dibujos botánicos mantuvieron una relación indisoluble con un público selecto y restringido. Sin embargo, la razón de mayor peso para que se publicaran estas costosas floras fue su significación política como logros imperiales. Para seguir a los botánicos en el proceso de grabado e impresión, vamos a estudiar los trabajos de Ruiz yPavón durante la publicación de lospocos volúmenes que llegarían a imprimirse a comienzos del siglo XIX.
30
Ver Handasyde Buchanan,Nature into art: A treasury of great natural history books,(London: Weindenfeld and Nicolson, 1979). Apéndice sobre técnicas de grabado.
31
David Knight, «A note on sumptuous natural histories», en Annals of science, 34 (1977), pp. 311-14.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Cuando Dombey, el acompañante francés de la expedición de Ruiz y Pavón regresó a Europa, se le permitió a Charles Louis L’Heretier (un adinerado miembro de la Academia de Ciencias) guardar algunos dibujos y hacer algunos grabados de plantas. Las primeras láminas comienzan a aparecer en una publicación como Plantas recién descubiertas. La primicia y propiedad sobre los nuevos descubrimientos significaba mucho para losdos gobiernos. L’Heretier decidió ignorar los reclamos de España, y se llevó los especímenes a Londres para verificar y comparar las clasificaciones de Dombey con el herbario de Joseph Banks. Después de una acalorada disputa internacional las autoridades francesas avisaron a Dombey que debíadetener laspublicaciones de L’Heretier. Finalmente la publicación tendría que esperar 10 años.32 Ruiz y Pavón llevaron de regreso a Europa 2980 plantas secas y 2264 ilustraciones con sus descripciones. La publicación de tal obra (12 volúmenes tamaño folio) nunca se concluyó. Más aún, el gobierno español también planeaba publicar los trabajos de Mutis en la Nueva Granada y de Sesse en la Nueva España , dónde se habían obtenido colecciones similar es o mayores. El proyecto estaba pensado ⁽⁾ para ser ejecutado por los mejores artistas disponibles, con los grabadores más competentes, y en la imprenta de mejor reputación. Isidro Gálvez y José Rubio fueron seleccionados como grabadores e iluminadores para trabajar en la impren33 ta de Gabriel de Sacha. El Rey, una vez más, vería en América la posibilidad de solucionar sus problemas financieros. Pidió contribuciones a los virreyes, arzobispos y universidades americanas para la ejecución de la publicación. Las donaciones en Chile sumaban 4,160 pesos, en Perú 19,067; pero el dinero no era el único obstáculo para una pronta publicación. Un interminable perfeccionamiento de las láminas y múltiples desacuerdos sobre criterios taxonómicos para defi-
32
Para un recuento de la disputa internacional con respecto a la prioridad de la publicación, ver Steele,Flowers for the King, pp. 176-186.
33
Ibid., pp. 225-235.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
nir géneros complicaron el proceso, ya que involucraban problemas de prioridad del descubrimiento y el prestigio mismo de los botánicos españoles.34 Cuando Ruiz y Pavón regresaron a España, la Corona buscaba un botánico para viajar al Perú y organizar un monopol io oficial, mejorar la calidad y métodos de procesamiento en el comercio de quina. En febrero de 1789 Pavón solicitó ese trabajo, pero le fue negado, ya que élera indispensable para la publicación de la Flora Peruviana. Pronto a los botánicos se les facilitaron los materiales y colaboradores necesarios, pero, como ya sabemos, el regreso de los botánicos con sus colecciones, dibujos y descripciones no inició una publicación inmediata. El primer volumen tardaría más de 10 añosen aparecer. Entre los manuscritos que se encuentran en el Real Jardín Botánico hay un diario llevado por los botánicos durante la elaboración de los primeros volúmenes de laFlora después de 1793.35 De ese registrodiario se haceevidente que durante la producción de la Flora Peruviana los botánicos estuvieron ocupados con una detallada e interminable corrección, adición y retoque de cada una de as lláminas. Las monótonas anotaciones repiten una y otra vez afirmaciones como éstas: Los botánicos aún trabajan en la corrección del géneroMagallonia... los
⁽⁾
botánicos siguen arreglando los órganos de fructificación del genero... los dibujantes aumentaron algunas partes de... los botánicos terminaron la descripción de... los botánicos supervisaron a los artistas en reducción y descargar las láminas....36
La mayor parte del trabajo se concentraba en perfeccionar la rep resentación de los órganos de fructificación. Además, es claro que las láminas se perfeccionaban no sólo con la adición de nueva información,ambién t se iban eliminando partes «no esenciales» de la planta. Al hacerlo, los botánicos al mismo tiempo simplificaron la información relevante y, por ende, redujeron el tiempo de trabajo y loscostos.
34
Ibid., pp. 212-224.
35
Hipólito Ruiz, «Diario de los trabajos que van haciendo los botánicos y dibujantes de la expedición del Perú a fin de publicar la Flora Peruviana y Chilense desde el día 21 de febrero de 1793», Archivo Real, Jardín Botánico de Madrid, Div. IV, Legs. 7,4,11 y 7,4, 12.
36
Ibid., entradas numeradas: 15,12,18,20, 21 y 28.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Para poder hacer las rectificaciones pertinentes para garantizar un reconocimiento científico y asegurar la srcinalidad de sus hallazgos, los naturalistas necesitaban de sus propios bosquejos y plantas disecadas, pero, además requerían también información de la literatura contemporánea en botánica y de las floras ya publicadas. En una carta firmada por Ruiz y Pavón,echada f el 26 de julio de 1792, un número de textos fueron solicitados, incluyendo al mismo tiempo las razones que justifican tal solicitud: Para poder perfeccionar nuestros borradores, formalizar y presentar al público nuestro trabajo, debemos consultar, leer y comparar otras publicaciones con las nuestras... De manera que necesitamos tener acceso a las descripciones botánicas y dibujos, de forma que podamos, al mismo tiempo, comparar y revisar los dibujos y contrastarlos con los diferentes herbarios y publicaciones.37
Entre los deberes asignados a los dibujantes durante la elaboración y publicación de los íconos estaban: hacer correcciones sugeridas por los botánicos; adicionar partes de la fructificación al pie o al ladode cada dibujo para que se pudiera ver claramente; indicar qué partes del follaje podrían ser omitida s en los grabados para, ⁽⁾ así, evitar confusiones y ahorrar tiempo y dinero; adicionar flores y frutos a algunas ilustraciones que habían sido srcinalmente hechas en laestación equivocada;adicionar otras partes de las fructificaciones no vistas por los expedicionarios, pero que se han encontrado en dibujos de otros botánicos; dibujar plantas del herbario que por falta detiempo no se pudieron hacer antes. Como podemos aprecia r, el «descu brimiento» de una nueva esp ecie o un nuevo género, lejos de ser un evento fácilmente localizado en el tiempo y el espacio, es un prolongado proceso de fabricación que supone negociaciones y acuerdos, que tienen lugar durante muchos años, y se llevan a cabo a millas de distancia del primer encuentro con la planta. Sólo, entonces, la legitimación y el reconocimiento del objeto descubierto pueden llevarse a cabo.
37
Hipólito Ruiz y José Pavón, «Solicitud de libros, Madrid, julio 26 de 1792». Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. IV, Leg 7,4,4.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 19.
Mutisia y otros géneros. Prodromus de la Flora Peruviana et chilensis.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 20.
Descripción del géneroMutisia, Flora Peruviana et chilensis.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
El primer volumen de la Flora iba a ser unProdromus que tenía el propósito de introducir los géneros nuevos (136 en total). Los ientes sigu volúmenes deberían hacer un cubrimiento sistemático de todas las plan tas halladas en Perú y Chile, y una clasificación de las mismas de acuerdo con lasclases linneanas. Después de una disputa burocrática y científica, las ilustraciones Prodromus del estaban listaspara distribuirse en septiembre de 1794. Setrataba de ilustraciones sin color, que no incluíanplanta la completa sino únicamente los órganos esencialesrapasu reconocimiento genérico: cáliz, corola, estambres, pistilos, pericarposemillas y . Todo esto venía acompañado por una descripción adicional. Este texto acompañante, que era presentado tanto en latín como en español, figs. 19 incluía un Character Differentialis que debía ser una breve y particular caracteriza- y 20 ción del género, y siempre contenía un comentario sobre la estructura del cáliz. fig 20 Finalmente el texto incluía unExplicatio Iconis, una identificación de las diferentes estructuras dibujadas. Las ventas del libro fueron muy limit adas y como lo decía Ruiz: «Estos ambiciosos y costosos trabajos son en verdad para lospoderosos y privilegiados, para universidades, jardines o bibliotecas». El costo de un solovolumen era de más de un⁽⁾ 38 700 copias delProdromus fueron impresas; 600 tercio del salario mensual de Ruiz. en papel «regular» que costaría 120 reales cada uno yotros cien impresos en un papel de mejor calidad, «fino», para vender a 140 reales . A pesar de queRuiz y Pavón decidieron excluirde los dibujos todo el material innecesario, y que llegaron a incluir tres y cuatro diseños en una sola página, el grabado e impresión de este volumen costó 29000 reales. En 40 años sólo 65 copias fueron vendidas.39 Lo cierto es que para un examen justo de la distribución del libro deberíamos tener en cuenta los libros que fueron regalados y que se distribuyeron de la siguiente manera:
38
Hipólito Ruiz, citado por Steele,Flowers for the King, p. 246.
39
Para detalles sobre los costos y las ventas de la Flora Peruvianae et Chilensis, ver Steele, Ibid., pp. 246-265.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
20 al Rey y a varios ministros 12 a Ruiz y Pavón 2 a Isidro Gálvez 2 a Juan José Tafalla 6 a instituciones francesas 2 a bibliotecas españolas 1 al Embajadorde Alemania 1 a la Universidad de Padua 1 al príncipe de Parma 2 a Martin Sesse 8 con láminas encolor a destinatariosdesconocidos 40 Estaban además las copias enviadas a los mayores contribuyentes en América. El volumen I de laFlora Peruviana no aparecería hasta mediados de 1798. Para los grabados los botánicos decidieron reemplazar a Rubio, se le sugirió aceptar otro trabajo en la fábrica de porcelana real en donde los botánicos pensaron se podría desempeñar mejor «porque las tareas que tiene que cumplir en ese estable⁽⁾ cimiento no exigen la exactitud y subordinación que es necesaria en eldibujo de objetos científicos».41 Gálvez, a quien se le había encargado de revisar el trabajo de Rubio, acusó a este de haber hecho alteraciones «en contra de la regla del arte». Una vez más encontramos evidencia de que la directa y exacta copia de la naturaleza es una práctica controlada bajo convenciones precisas. El volumen I contenía un cubrimiento sistemático de 277 especies con 106 láminas correspondientes a las cuatro primeras clases edLinneo. En este volumen los botánicos incluyeron cuatro géneros nuevos ( Jovellana, Alosoa, Anthodon y Ohigginsia). Al final del mismo añootro volumen sin ilustraciones aparecería. El volumen II fue publicado en el verano de 1799 con 116 láminas, 251 especies pertenecientes a la quinta clase de Linneo; los botánicos incluyeron además diez
40
Ibid., p. 246.
41
Ibid., p. 252.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
especies de Cinchona y dos nuevos géneros. El Volumen III, publicado en 1802, contenía 223 descripciones de especies de las clases V, VI y VII de Linneo con 104 láminas. Esta vez reportarían siete nuevos géneros y cuatro especies de quina. Durante todo este tiempo, Ruiz recibía materiales de sus colaboradores en América; en 1804-5 se concentraron en trabajar sobrela quina y para finales de 1805, habían encontrado 38 nuevas especies, además de las 12 ya conocidas por Ruiz y Pavón. Estas especies sólo llegarían a España acomienzos de 1809 y permanecerían guardadas en los archivos de Indias de Sevilla por cuatro años. A pesar de que los volúmenes IV y V estaban casi completos y listos para impresión, nunca llegarían al público. Carlos IV dejaría la Corona en 1808, con lo cual se perdieron las esperanzas de publicación en España. Además de la Flora y sus trabajos sobre quina, Ruiz publicó un número de Memorias sobre plantas medicinales (ver capítulo III) ytrabajó en un buen número de manuscritos que nunca llegaron aimprimirse. Después de la muerte de Ruiz en 1816 a la eda d de 62 años, Pavón se convertiría en el primer botánico del proyecto de la Flora Peruviana, y tuvo la oportunidad de recuperar parte del crédito que creía había sido monopolizado por Ruiz. Pa-⁽⁾ vón le vendería sus coleccionesal botánico británico Aylmer Bourke Lambert y enviaría a Inglaterra los dibujos de los volúmenes IV y V de la Flora, que aún no habían sido publicados. Era, entonces, evidente que los proyectos de publicación de la Corona eran irrealizables y, sin embargo, en 1824 Pavón y otros tres botánicos recibieron órdenes de preparar para su publicación los trabajos de Mutis, que incluían treinta y tres años de labores en la Nueva Granada. No nos debe sorprender que el proyecto fracasara. Ni una sola página más deFlora Peruviana se publicaría hasta que se editó el volumen IV en1957. Las ilustraciones por sí solas no constituyen una obra científica terminada. Las imágenes deben estar claramente enmarcadas dentr o de un lenguaje observacional y un cuerpo teórico que le désentido. La representación visual de una planta incluye una serie de reglas que vamos a examinar a continuación.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
3. EL SISTEMA LINNEANO Y EL ARTE DE NOMBRAR
Estrechamente relacionada con el proceso de representar y descubrir se encuentra la tarea de nombrar los géneros y las especies. Para entender mejor los principios y las reglas de la representación es indispensable explicar cuál era el «filtro» a través del cual los exploradores estaban viendo la naturaleza. Como señalamos anteriormente, los botánicos españoles se habíanconvertido en fieles seguidores de Linneo y de su forma de ver y ordenar el mundo natural. En lasInstrucciones para los botánicos escritas por Casimiro Gómez Ortega se indica que:«la definición y descripción de cada planta seguirá los universalment ya e reconoci42 dos principios y normas linneanos» . Ruiz y Pavón reconocieron en su Flora Peruviana: «En todo hemos seguido puntualmente el sistema sexual de Linneo; no sólo porque en nuestros días este tiene unreconocimiento general de casi cualquier botánico, sino también porque éste es más útil para la distinción de plantasporque y recoge un mayor ⁽⁾ II 43 número de plantas...» De esta manera, II Ruiz y Pavón fueronconocidos como «sexualistas», Linneo (1707-1778) y sus predecesores pro-al ser los primeros botánicos en clasificar y nombrar las plantas peruanas de acuerdo con el sisteveerían las bases de unmarco teórico, que ma linneano. hacía posibles la fragmentación de la naturaleza y la movilización de especies de cualquier lugar del mundo a Europa, y de un lenguaje observacional para identificar, clasificar y nombrar plantas.
Veamos brevemente la estructura y los conceptos claves de la filosofía dominante en la clasificación botánica, que se encuentra compilada en los trabajos de Carlos Linneo.
42
Casimiro Gómez Ortega, «Instrucción a que deberán arreglarse los sujetos destinados por S.M. para pasar a la América Meridional en compañía del médico Josef Dombey a fin de reconocer las plantas y yerbas y de hacer observaciones botánicas en aquellos países», 1779, Archivo Real Jard ín Botánico de Madrid, Div.III, Leg. 2, 6, 17. Art 6.
43
Hipólito Ruiz y José Pavón,Flora Perivianae et Chilensis. Prodromus.(Madrid: Imprenta de Sacha, 1794) , p. 21.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Los siguientes textos: Historia Plantarum (1686-88), de John Ray,Anatomy of
vegetables (1672) de Nehemian Grew,Anatomia Plantarum (1675) de Marcello Malpighi y De sexu plantarum epistola (1694) de Rudolf Jacob Camerarius son, entre otros, publicaciones representativas sobre botánica del siglo XVII que tie nen en común un marcado interés por las estructuras de la flor y comienzan a recibir una atenciónmás detallada. Esto se debe, en parte, al desarrollo de lentes de aumento como la lupa y el microscopio que hicieron posible que estructuras antes desconocidas, fueran vistas y ganaran un valor dentro del estudio botánico. De esta forma, las teorías sobre las funciones de las partes florales y la consecuente aparición de nuevos términos se desarrollarían enlos siglos XVII y XVIII. Grew, Ray y otros reconocieron la función sexual (reproductiva) de las partesinteriores de la flor, pero sería Camerarius, quien en suDe sexu plantarum recogió datos experimentales y llegó a la siguiente conclusión: Parece completamente razonable asignar a los ápices (anteras) un nombre más noble y la función de las partes genitales del sexo masculino, pues sus cápsulas son conductos y contenedores en los cuales el semen mismo, ese polvo, la parte más sutil de la planta es producida, recolectada
⁽⁾
y es ésta su fuente... Las plantas exhiben igualmente esos ápices como la fábrica del semen masculino y los conductos de la semilla con su pequeña pluma o estilo como las partes genitales propias del sexo femenino 44 .
Esta concentración de interés en los órganos florale s, que podían ser examinados por medio de lentes, le daría a Linneo el material para la producción de un sistema de clasificación basado en su designación y diferenciación. Así, la flor se fue convirtiendo cada vez más en el órgano más importante para la clasificación. Linneo y sus contemporáneos no sólo señalarían la importancia de los órganos sexuales deflores: las «Estos (estambres y pistilos) llaman la atención por su función, pues la reproducción de las plantas depende totalmente de ellos», sino que también llegarían conclusión a la de que 45
el sistema reproductivo contendría el «secreto plan de trabajo del creador». 44
R.J. Camerarius, citado por William T. Stearn,Botanical Latin, ver ch. 3, « Develpoment of botanical Latin terminology».
45
Carl Linneo, Systema Naturae, 1735, trans. M.S.J. Engel,(Nieunkoop: B. de Graaf, 1964), p. 23.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Se necesitaba entonces una nueva terminología estandarizada y definitiva. Linneo en su Hortus Cliffortianus (1738) hizo un importante esfuerzo para darles nombresestandarizados a todas las partes de laplanta. A mediados del siglo XVIII, el latín botánico había entonces adquirido un vocabulario basado en los legados de Ray y Turnefort. Con los aportes de Linneo se constituye un idioma común para denominar cualquier planta.46 El «sistema sexual» de Linneo constituyó ellenguaje observacional, el «filtro» a través del cual las explicaciones se aproximan a la naturaleza, ofreciéndole a los viajeros una disciplina y un método común para representar, transportar y apropiarse de objetos naturales. En el sistema de clasificación de Linneo, las plantas no soncritas des de acuerdo a sus propiedades particulares, sino de acuerdocaracterísticas a comunes como clase. En otras palabras, el éxito de la identificación de un nuevo espécimen no depen de tanto de un exhaustivo examen de unindividuo, sino de la verificación de características ya familiares que se pueden reconocer en ese nuevo especímen. El botánico linneano estaba en capacidad detransformar una vegetación extraña en algo familiar, porque estaba convencido de que cualquier planta sobre la tierra pondía res a reglas de un orden preestablecido. Otorgarle nombres familiares a una vegetación ⁽⁾ extraña es una forma de conquistar lo «ajeno». Al igual que los dibujos, los nombres 47 también son unidades simbólicas, que pueden ser transportados fácilmente. Linneo dividió todas las plantas con flor (angio spermas) en 23 clases de acuerdo con sus órganos masculinos y, en particular, con el número de estambres. Siguiendo la secuencia de las clases deLinneo, los botánicos españoles catalogaron y presentaron sus colecciones. A su vez, esas clases fueron divididas en órdefig. 21 nes, basándose en el número de órganos femeninos. Hasta ahora el sistema es básicamente aritmético y claramente artificial. Sin embargo las siguientesagrupaciones en el sistema de Linneo (género y especie) eran vistas como naturales, se consideraban unidades propias de la naturaleza y, por lo tanto, el éxito del explorador residía en encontrar nuevos géneros y nuevas especies. 46
Ver Stearn, Botanical Latin,(Newton Abbot: David and Charles, 1992), cap. 3. Ver también, Phillip Sloan, «John Locke, John Ray, and the problem of the natural system», en Journal of the History of Biology, 5 (1972): pp. 1-53.
47
Pagden, European encounters, p 27.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 21a.
Clases del sistema declasificación deLinneo.Species Plantarum,1736.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 21b.
Clases del sistema declasificación deLinneo.Species Plantarum,1736.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
⁽⁾
figura 21c.
Clases del sistema declasificación deLinneo.Species Plantarum , 1736.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 21d.
Clases del sistema de clasificación de Linneo .Species Plantarum, 1736.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Las categorías de género y especie fueron particularmente importantes en la filosofía linneana y por ello también lo eran para los viajes de exploración. Los descubrimientos y éxitos de las expediciones fueron medidos en términos del número de especies distintas y nuevos géneros recolectados, demanera que los exploradores mostraban un marcado interés por agrupar plantas desconocidas de acuerdo con estas categorías. Para Linneo, tal y como explicaría en Philosophia su botánica (1751), un género de plantas es un grupo de especies que poseen órganos de fructificación (flores y frutos) de construcción similar . Esto quieredecir que el género sedefine por las similitudes entre especies; sin embargo, comúnmente se definían nuevos géneros basados en un solo espécimen. Más aún, cualquier especie necesita un nombre genérico y cada especie nueva, por única que pareciera, debe ser encasillada en un género. Sobra decir que quien descubre un nuevo género solamente podría ser alguien entrenado para verlo como tal. En otras palabras, una planta ya conocida y utilizada por un grupo de personas que desconozca las reglas del sistema linneano de clasificación podría ser «descubierta» y re-nombrada después de años de usode ⁽⁾ acuerdo a tal sistema.De hecho, los exploradores españoles encontraron comunidades y tradiciones con un sofisticado conocimiento de las plantas. Entre los indígenas americanos las plantas erangeneralmente clasificadas de acuerdo con su utilidad culinaria, medicinal, o por su significado religioso y espiritual. Pero desde el punto de vista de los exploradores, esas formas de clasificar no son legítimas, obedecen a prácticas loca les que le son extrañas a los euro peos y,por lo tanto, deberían ser traducidas a términosy clasificaciones familiares. Las tareas de los exploradores linneanos son: hacer una representación visual y una descripción (dos tareas casi inseparables) de las flores y frutos de un espécimen representativo,que generalmente era elespécimen más completo y a veces el único conocido. Luego, darle un nombre genérico de tal manera que el botánico podría proclamar el «descubrimiento» de un nuevo género. En la Crítica Botánica de Linneo leemos: Quien establece un nuevo género le debe dar un nombre... nadie que no sea un botánico le debe dar un nombre a una planta y no es permisible que alguien denomine un nuevo género a menos que entienda los géneros
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
existentes. Pero no hay duda de que quien está en capacidad dereconocer que una planta pertenece a un género absolutamente diferente de los otros debe también saber como nombrarlo.48
Los nombres, las palabras utilizadas para referi rse a un género o a una especie, tienen una función importante que valela pena estudiar con cierto cuidado. Los nombres deben ser cortos y fáciles de memorizar para poder codifica r y manejar el mayor número de especímenes. El idioma utilizado es el latín, el cual presenta una ventaja esencial y, además, el latín es un potente símbol o de cultura estrechamente relacionado con prácticas de poder como la diplomacia, las leyes, la religión, yla historia natural. A través dellatín los botánicos podrían comunicar sus descubrimientos a todo el mundo culto de su época. El nombre de un género es un sustantivo que debecomenzar con mayúscula, debe ser singular y puede ser tomado de cualquier fuente; es decir, que su elección es absolutamente arbitraria. Por ejemplo:Cinchona, Bonapartea, Mutisia. El nombre de la especie es una combinaciónaria bindel nombre genérico seguid o de otra palabra que es unepíteto:Cinchona officinalis. Esta segunda palabra puede tener una función descriptiva, pero muchas veces hace referen cia a personas a las que es conve⁽⁾
niente honrar (reyes, nobles, políticos y botánicos). Esta práctica de conmemorar individuos fue estimulada por Linneofue y acogida por los botánicos españoles. En la Crítica Botánica de Linneo se lee: «El nombre genérico que se da para preservar la memoria de un botánico que le ha servido bien a ciencia la lo mantengo como un principio religioso» y los nombres de reyes y aquellos que han contribuido al avance de la botánica también son legítimos.49 Los españoles hicieron uso extensivo de estapráctica. Flora Peruviana et Chilensis, explican que ésta es una Ruiz y Pavón, en el prólogo de práctica aprobada por Linneo y se disculpan en el caso de que alguienpueda se sentir ofendido por no aparecer, ya que su nombre no ha sido omitido deliberadamente y 50 que sin duda aparecerá en los nuevos géneros enviados del Perú.
48
Carl Linnaeus, The Critica botanica of Linnaeus, Art. 218, p. 15.
49
Ibid., Art. 237.
50
Ruiz y Pavón, Flora Perivianae et Chilensis. Prodromus, 1794. Prólogo.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Durante la publicación delProdromus y del primer volumen de laFlora, Ruiz y Pavón tenían la tarea de hacer una lista completa de todos los personajes relacionados directa o indirectamente con la Expedición. En ocasiones especiales, con la presencia de Gómez Ortega, los botánicos se reunían con el único propósito de discutir qué nombres se le deberían dar alos nuevos géneros.51 En la descripción de cada género también encontra mos una nota a pie de página que explica quién es la persona honra da. De los 149 nuevos géneros presenta dos en el Prodromus, 116 corresponden a nombres de gente influyente. Veamos algunos de las personalidades elegidas por los científicos: El género Carludovica corresponde a la unión entre el Rey Carlos III y la reina Ludovica, la única mujer que aparece en elProdromus. Los géneros Monnina y Floridablanca a José Monino, condede Floridablanca. El géneroGodoya a Manuel Godoy. Tanto Monino como Godoy fueron dos de los más altos ministros y funcionarios del gobierno de Carlos III. Además de las figuras políticas españolas, los botánicos mismos también hicieron parte del proceso de nombrar. Naturalmente, el nombre de Casimiro Gómez Gomortegay Casimiro. Los géneros ⁽⁾ Ortega estuvo presente en dos nuevos géneros: Ruizia y Pavonia honraban a los gestores mismos de la Expedición. Igualmente, algunos colaboradores en América como Juan José Tafalla recibieron su propio género. Un número sustancial de nombres corresponden a personas ligadas al Jardín Botánico y a miembros de otras expediciones. Españoles y naturalistas célebres como Luis Nee, Antonio Pineda y T adeo Haenke recibieron honores semejantes. Jorge Juan y Antonio de Ulloa unieron sus nombres para producir el género Juanulloa. También se hizo uso denombres de autoresclásicos y naturalistaseuropeos bien reconocidos como Humboldt o Bonpland. Esto le diolosa descubrimientos españoles un toque de erudición, ylos vinculó directamente con una comunidad de naturalistas reconocidos. El éxito de Napoleón haría políticamente adecu ado crear un nuevo género llamadoBonapartea.
51
«Diario de los trabajos que van haciendo los botánicos y dibujantes de la expedición peruana a fin de publicar laFlora Peruviana y Chilense desde el día dos de junio de 1793», Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div, IV, Leg 7, 4, 11. Días 22-27.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Podríamos decir que los 116 géneros del Prodromus dedicados a individuos concretos constituyeron una guía completa tanto de la historia de la botánica como de la historia política de España. 52 El historiador Gonzáles Bueno comenta cómo después de 1802 los criterios de s elección de nombres cambiarían de un grupo de patrones a otro, siguiendo cambios en la historia política de España. Nuevos ministros como Jovellanos y el apoyo directo de Zenón Alonso y E.A. León darían pie a nuevos géneros: Jovellana , Alonsoa y Leonia.53 Esta práctica le otorgaría a lasflores una nueva dimensión política que contribuiría con el papel de la historia natural como una herramienta de soberanía y una fuente de orgullo nacional. Después de la muerte de Mutis, los botánicos y otros miembros de la expedición (todos los nacidos en América) continuaron los trabajos. Es significativo quelas nuevas plantas comiencen a recibir nombres que ya no honraban ministros españoles o naturalistas europeos sino ilustres americanos. En 1810, en el año de la primera declaraciónde independencia de la Nueva Granada, Sinforoso Mutis publicaría en el Semanario del Nuevo Reino de Granada seis nuevas especiesAmaria, Pombea, Lozania, 54 Valenzuela, Consuegratodas en honor de miembros americanos de la Expedición. ⁽⁾ También es importanterecordar que unnombre científico completo debe contener un tercer elemento, a saber, el nombre de la persona o personas que descubrieron la planta, es decir, los nombres de aquellos que publicaron unadescripción de la planta; por primera vez. Aún hoy la nomenclatura de un grupo taxonómico está basada en la prioridad de publicaciónlay mayoría de las descripciones publicadas después de mayo de1753, cuando la primera edición de Species Plantarum de Linneo apareció, mantienen suprioridad.
52
A.González Bueno, E. Gonzáles Alonso, P Sánchez y R. Rodríguez «La expedición botánica a los reinos del Perú y ChileSánchez (1777-1831): un análisis Noval, de sus resultados», en Alejandro R. Diez Torre, et al. (Eds)La ciencia española en ultramar, (Madrid: Doce Calles, 1991). 53
Para una lista completa de los nombres genéricos en elProdromus, ver Gonzáles Bueno et al., Ibid.
54
Sinforoso Mutis, «Continuación del seminario del Nuevo Reino de Granada», 1810, en Hernández de Alba, Historia documental, pp. 144-147.
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
Se acepta que cada especie y, en ocasiones, cada nuevo género fueron definidos con base en unúnico «espécimen tipo», que no siempre esun individuo particularmente representativ o, sinoque es simplemente elprimero en haber sidodescubierto y nombrado. De ahí laimportancia de los herbarios, jardines botánicos y editores, como espacios donde el dominio propiedad y de los objetos naturales se legitima. Como podemos ver, el interés ya no es el reconocimiento local de plantasles, úti sino más bien consolidar un único sistema que permita catalogar y acumular todos los objetos de la naturaleza y, al mismo tiempo, hacer posible la apropiación de objetos naturales de cualquier parte del mundo. Los nombres locales de plantas conocidas en América no sólo fueron reemplazados, sino que también los nuevos nombres no tenían nada que vercon criterios locales. De hecho, la localidad es explícitamente negada por el mismo Linneo: el lugar nativo [de una planta] no ofrece ninguna diferenciaespecífica. El lugar ni canoniza ni cambia a na die; como 55 dice el proverbio «ni siquiera un cerdo cambia al ser llevado a Roma.»
⁽⁾
55
Carl Linneo, Critica botanica, art. 264, p. 130.
CONCLUSIÓN
Incluso los más recientes comentaristas e historiadores no se han interesado por esa historia interna que se esconde en la representación visual y que hace parte del producto de las expediciones: los dibujos botánicos. En general, han ignorado las prácticas concretas que hicieron posible el reconocimiento y la apropiación de objetos desconocidos. Hasta ahora hemos comentado algunos aspectos funda mentales del proceso de apropiación: el papel de larepresentación visual, de la denominación y catalogación de las plantas. Nohay necesidad de profundizar demasiado en argumentos filosóficos o psicológicos para darnos cuent a de cómo la representación visual de la naturaleza nunca es un proceso directo y pasivo. Mutis, Ruiz, Pavón, y cualquier botánico de la época,como también muchos historiadores y comentaristas, parecen coincidir en que los ilustradores dibujaban directamente de la naturaleza ⁽⁾ y estaban entrenados para copiar de manera fiel la realidad. Esto tiene sentido, pero sólo si compartimos toda una red de supuestos que hacen esasirmaciones af válidas. Como hemos visto, los ilustradores botánicos estaban entrenado s para ver y seleccionar elementos que hacían posible la diagnosis del espécimen. El artista-científico tenía de antemano un filtro queordenaba y seleccionaba información en términos de suspropios proyectos e intereses. También hemos observado cómo elresultado final era unacolección de ilustraciones, donde la selección de información era no sólo inevitable, sino también deliberada; de otro lado, la «exactitud» de una representación de la naturaleza requiere no solo de observaciones detalla das, sino además de una visión disciplinada, de códigos de representación y de reglas de observación. En una sóla lámina podemos ver más que al observar especímenes vivos, y no sólo esto, sino que la lámina ofrece otras ventajas. En primer lugar, las plantas son objetos frágiles que se dañan con facilidad y por ello presentan serios problemas de
II. DIBUJAR, ENSAMBLAR Y NOMBRAR ESPECIES: DESPLAZAMIENTO Y APROPIACIÓN DE LA NATURALEZA
movilidad y aclimatación. Incluso, hay que tener en cuenta que no todos los especímenes son transportables, mientras que un dibujo no sólo puede ser movilizado con facilidad sino que es, además, inmutable. Una vez pintada, la planta se transforma 56 en un ejemplar ideal, que no cambia ni se deteriora con los viajes de ultramar. Además, en una hoja de papel el botánico puede acumular espacio y tiempo en una sola representación ideal, donde se puede ver la planta con todos sus rasgos esenciales (flor, fruto, hojas,semillas, etc.) para unaclasificación linneana. Algunos de estos rasgos sólo están presentes por cortos períodostiempo, de e incluso algunos no se presentan simultáneament e en un único espécimen. Una ilustración meticulo sa de la flor,el cáliz, los corales, estambres, ypistilos (siempre contables) usualm ente incluía una ampliación, de tal manera que sesimplificaba el proceso de identificación. Es así como en larepresentación bidimension al es posible acumular tiempo y espacio. Resulta aún más significativo que las ilustraciones se hacen con el fin de ser reproducidas y publicadas. Con ello los botánicos ys su patronos estaban en capacidad de presentar sus datos, descubrimientos y posesiones de forma idéntica a personas separadas cultural o geográficamente. Haciendo uso de lenguajes comunes como ⁽⁾ lo es el visual preestablecido, el latín y laterminología linneana, las expediciones garantizaban una comunicación con la comunidad de naturalistas europeos. Debemos recordar que el verboilustrar conserva parte de su antiguo significado latino: iluminar, explicar, aclarar. Aprender a dibujar una planta es, en cierto sentido, aprender a verla. En elproceso de elaboración del dibujo, la planta adquiere una identidad, un nombre y una familia. La posibilidad de distinguir un espécimen del otro gracias a los procesos de nombrar y clasificar era un procedimiento que le permitía a los botánicos la conquista de objetos naturales desconocidos. Una vez dibujada, removida de su hábitat natural, la planta entra a formar parte del mundo europeo. Además, las ilustraciones pueden ser reproducid as de forma idéntica, de tal manera que los botánicos y sus patronos podían replicar sus conocimientos y posesiones.
56
Bruno Latour, «Visualization and cognition: Thinking with eyes and hands», en Knowledge and society: studies in the sociology of culture past and present, 6 (1986), pp. 1-40.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Este capítulo también ha discutido el uso edun conjunto particular de palabras y reglas para nombrar y clasificar plantas. Los nombres nativos parecen perder toda importancia y repetidamente los expedicionarios los señalan como nombres ilegítimos. Para Antonio de Ulloa: «el lenguaje Quechua de los Incas se aproxima más al lenguaje de los niños».57 Al parecer, los nativos no comprendíanlas palabras y los conocimientos propios de cualquier «sociedad civilizada» como «Dios», «virginidad» o «inmaculada concepción». Los indígenas americanos tenían innumerables nombres para plantas pero no una única palabra que se pudiera traducir como «árbol».58 Culturas cuya supervivencia (nutrición, medicina y religión) dependía del conocimiento y usode la vegetación circundante, reconocían numerosas plantas de utilida d, sabían cuáles eran sus usos y les habían dado nombres descriptivos. Sin embargo, es obvio que no entendían, ni tenían el menor interés en conceptos tales como especie, género o clase. Para conquistar plantas extrañas, el europeo se debe deshacer de contingencias 59 locales y fabricar tipos ideales conformes alsistema de clasificación europeo. Los intereses europeos (españoles) antes del siglo XVII I se habían concentrado en productos como oro y plata fácilmente transportables, almacenables e inter⁽⁾ cambiables. Las plantas son delicadas y se dañan con facilidad. Su apropiación requirió de técnicas más sofisticadas. En ocasiones no podíanser transportadas, pero podían ser reemplazadas por dibujos y nombres. Como ya habíamos explicado, la búsqueda de plantas medicinales era de suma importancia para la Real Expedición Botánica. En los siguientes capítulos vamos a seguir a los exploradores en la búsqueda de medicinas, e indagaremos algunas instancias concretas en el proceso de descubrimiento y apropiaciónplantas de útiles.
57
Antonio Ulloa, Relación Histórica del viaje a la América Meridional, 1771, p. 386, citado por Pagden, European encounters, p. 132.
58
Pagden, Ibid., p. 132.
59
Ver Susan L. Starr y James R. Griesemer, «Institutional Ecology, «Translations» and boundary objects: amateurs and professionals in Berkeley´s Museum of Vertebrate Zoology, 1907-39»,Social Studies of Science , 19 (1989), pp. 387-420.
⁽⁾
III
⁽
⁾
REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
⁽⁾
⁽⁾
«Traduttore traditore»
«Traducir es desplazar...», afirma Michel Callon, «Traducir es tambiénexpresar en un lenguaje propio lo que otros dicen o hacen, es hacer de uno mismo el portavoz...». Toda traducción implica remover algo de una persona o cultura, llevar, transportar algo de un lugar a otro. El resultado, diría Callon, «es unauasit 1 ción en la cual ciertas personas controlan a otras.» Para entender los procesos de traducción y movilización que ocurren en la investigación botánica de América, debemos seg uir a los exploradores en el campo, y entender su relación con la naturaleza y en las culturas locales. Sólo así podremos entender el papel de los botánicos enel proceso de apropiación y legitimación del conocimiento médico. Así mismo, debemos estudiar la recepción en Europa de esas plantas y medicamentos, su análisis y aprobación por parte de los laboratorios delRey. ⁽⁾ No se trata de presentar aquí una lista exhaustiva de todas las plantas con alguna posible utilidad medicinal que mencionaron los exploradores españoles; más bien debemos concentrarnos en algunos casos que despertaron suficiente interés entre comerciantes e instituciones científicas, y que llegaron a ser, si no oficialmente reconocidas por la farmacia europea, por lo menos conocidas y vendidas en los mercados españoles y europ eos. El caso de laCinchonaserá estudiado en detalle en el siguiente capítulo. Para una explicación satisfactoria de ese proceso de apropiación y legitimación del conocimiento médico y botánico, es necesario dejar atrás cualquier intento por entender el descubrimiento de una droga específica como el logro de algún individuo que deambulaba los bosques tropicales y repentinamente en-
1
Michael Callon, «Some elements of a sociology of translation: domestication of the scallops and the fishermen of St Brieuc Bay», en John Law (Ed.)Power, action and belief, (London: Routledge and Kegan Paul, 1986), pp. 196-233.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
cuentra un nuevo medicamento. Por el contrario, trataremos de explicar los logros de los botánicos españoles en términos de un proceso de traducción de una tradición local a un estilo más acorde con la cultura europea de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Los botánicos estaban entrenados para reconocer plantas comerciales útiles, pero no tenían el tiempo ni los medios para probar las virtudes de cada espécimen. Su primera fuente de información no era, como ha sido común argumentar, la directa observación de la naturaleza. Por el contrario, las guías de sus investigaciones son las tradiciones locales o el mercado ya establecido de algunas especies que tenían reconocimiento en Europa. No hay necesidad de insistir demasiado en elcarácter utilitario de la historia natural y de la exploración científica durante la Ilustración, pero valepena la recordar que la clasificación taxonómica difícilmente era vista como una empresa en sí misma. La clasificación es una herramienta necesaria para el reconocimiento y diferenciación de plantas útiles. Ruiz afirmaba: «De nada sirve el conocimiento de miles de plantas si ignoramos el estudio de sus usos yvirtudes. Ni tampoco nos sin tener previa⁽⁾ podríamos beneficiar del conocimiento de los usos de las plantas 2 mente una idea clara y distinta de las plantas mismas». El Viret et Usus que acompaña las descripciones de laFlora peruviana era, más 3 que un complemento al trabajo botánico, la verdadera razón de todo el proyecto. La taxonomía fue una condición necesaria para lapropiación a y explotación de la naturaleza que, a su vez, haría posible los proyectos comercialese dlos europeos. Como veremos con algunos ejemplos, las investigaciones de los explor adores se concentraron en aquellas plantas que podrían reemplazar product os medicinales que eran llevados a Europa desde Oriente enun mercado dominado por otros países
2
Hipólito Ruiz, Flora Peruviana et Chilensis. Prodromus, descripciones y láminas de los nuevos géneros de plantas de la Flora del Perú y Chile , (Madrid: Imprenta de Sacha, 1974), prólogo.
3
Ver A. González Bueno, «Hipólito Ruiz López (1754-1816) : Ensayo bio-bibliográfico», en Ruiz, Disertaciones sobre la raíz de la ratánhia... (Madrid: Biblioteca de Clásicos de la Farmacia Española, 1992).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
europeos como lo eran Inglaterra y Holanda. El interés en plantas medicinales durante el siglo XVIII es un claro reflejo de una política de substitución de importaciones. El gobierno español había promovido la incorporación de productos medicinales americanos mucho antes del siglo XVIII. Desde 1570, cuando Felipe II nombró los protomédicos de las Indias, se les asignó la tarea de informar sobre prácticas médicas locales y de tomar nota de cada hierba, árbolo semilla medicinal que se encontrara, para enviarlas a España encaso de que fueran desconocidas. Una Cédula Real firmada por Felipe II en 1570 hace explícito el interés del Estado en plantas medicinales:«Todas las hierbas, árboles, plantas o semillas con cualquier valor medicinal que se pueda encontrar enquellos a lugares serán enviados a este Reino...».4 Sin embargo, el primer proyecto de recoger información de los conocimientos médicos de los nativos de forma sistemática comenzaría en mayo de 1574, cuando una Cédula Real ordenaría la recopilación y traducción de reportes sobre prácticas medicinales indígenas que serían publicados en 1597 con el título deInstrucción y memorias de la descripción de las Indias que su Majestad mandó hacer para el buen gobierno y ennoblecimiento dellas. En esta publicación se recogen los conocimientos de los caciques, hierbateros y curanderos,los cuales⁽⁾ son traducidos y reinterpretados. La concepción de las enfermedades basada en la teoría de los humores sigue sien do importante para la cienciamédica europea, de manera que la medicina nativa era interpretadaa la luz de ideas de Hipócrates y Galeno.5 Se prestaba muy poca atención a las creencias de los indígenas o a sus
4
Frances María del Carmen Causape, «Estudio de la especialidad farmacéutica en España», en Boletín de la Sociedad Española la Farmacia, 94 (1973): p. 49.
5
W.F. Bynum y V. Nutton E( ds.), Theories of fever from antiquity to the Enlightment (London: Welcome Institute for the History of medicine, 1981). Para una exposición general demedicine: la práctica europeacentury durante(Cambridge: el siglo XVIIIHarvard ver Lester S. King, ThePress, philosophy of themédica early eighteenth University 1978); Guenter B. Risse, «Principles of the eighteenth century therapeutics» y «The use of drugs», en Hospital life in Enlightment Scotland , (Cambridge: Cambridge University Press, 1986) pp. 177-82 y 189-202; Andrew Cunningham y Roger French (Eds.),The medical enlightment of the eighteenth century (Cambridge: Cambridge University Press, 1990). Para el caso particular de la práctica médica en España durante la Ilustración, ver Juan Riera, José Masdevall y la medicina española ilustrada: enseñanza, epidemias y guerra a finales del siglo XVIII (Valladolid: Universidad de Valladolid ed., 1980).
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
prácticas religiosas que eran, por principio, vistas como inútilesy supersticiosas. A pesar de esto, estos reportes constituyen un testimonio único de las prácticas médicas de culturas americanas como la inca. Entreotros, los escritores más importantes sobre plantas medicinales americanas antes delas expediciones del siglo XVIII son: Nicolás Bautista Monardes (1493-1588), cuyosDos libros, el uno que trata de todas las cosas que traen de nuestras indias occidentales que sirven al uso de la medicina..., fue traducido al latín, italiano, francés, alemán, holandés y al inglés en 1572 con el títuloJoyful Newes out of the newe Founde Worlde; el sacerdote José de Acosta (1540-1600) quien publicó su Historia Natural de las Indias en 1590; Garcilaso de laVega (1539-1616); Bernabé Cobo(1572-1657); Louis Feuillee (1660-1732) y su trabajoHistoire des Plantes médicinales que sont le plus en usage aux Royaumes du Pérou et Chili dans l’Amérique Méridionale(1714), y Jorge Juan y Antonio Ulloa con suRelación Histórica del viaje a la America Meridional de 1748. Podemos encontrar un típico recuento de las prácticas de losnativos americanos en los trabajos del jesuita Bernarbe Cobo6 , quien dice: Los tratamientos hechos por estos indios Peruanos están acompañados por superstición y magia... ellos son gente bárbara sin ningún conocimiento... Su
⁽⁾
ignorancia es tan grande que ninguno de ellos, excepto algunos que dominan el español, sabe como informar al doctor sobre el mal y qué pudo haberlo causado. Sin embargo, ellos tienen muchas hierbas para curar sus enfermedades. Como remedios, ellos usan hierbas simples y entre ellos encontramos excelentes hierbateros; de ellos hemos aprendido sobre los poderes curativos de muchasplantas que ahorausamos. Ellos no sabende los cuatro humores, excepto la sangre, pues no han estudiado su naturaleza y propiedades. Ellos no tienenconocimiento de las venas,pero practican el 7 sangrado en su propia forma.
6
Los escritos de Bernabé Cobo son considerados una de las principales fuentes sobre la historia de los Incas, sus publicaciones incluyen: History of the Inca Empire, an account of the indians’ customs..., trans. Ronald Hamilton. (Austin: University of Texas Press, 1979); e Inca religion and customs..., trans. Ronald Hamilton. (Austin: University of Texas Press, 1979).
7
Bernabé Cobo, «Of their knowledge and practice of medicine», enInca religion and customs..., pp. 220-22.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Una apreciación real de las tradiciones locales y un claro reconocimiento de las comunidades en las cuales los exploradores encontraron plantas medicinales presentan numerosas dificultades. A pesar deuna extensa literatura sobre lasculturas precolombinas8 , nuestro conocimiento de las prácticas religiosasy medicinales de los nativos americanos antes del arribo de los españoles presenta dificultades enormes y es muy pobre. El conocimiento de esas prácticas depende de estudios arqueológicos o de los reportes de los conquistadores españ oles, con obvias limitaciones para comprender las formas de vida de los nativos y, sus testimonios nos enseñan más sobre la propia cultura europea que sobrelas americanas. Desde el arribo de los españoles, misiones evangelizadoras, políticas y comerciales de los europeos fueron lacausa principal de la eliminación de las tradiciones culturales americanas. Sin embargo, la total erradicación de las creencias y costumbres de las culturas delNuevo Mundo no fue posible. A pesar de siglos de esfuerzos, el cristianismo no lograría acabar con ciertos elementos «paganos», y es común encontrar creencias de srcenamericano coexistiendo con prácticas cristianas.9 Así, cuando las expediciones ilustradas llegaron a América, losexploradores se encontraron con tradiciones que tenían elementos católicos , indígenas y africanos. ⁽⁾ Antes del siglo XVIII, la medicina europea había tenido un impacto limitado sobre los americanos, y los curanderos nativos «charlatanes», «hierbateros» o «parteras» constituían los agentes de salud más importantes de la población americana compuesta por indígenas, mestizos y españoles. Con el siglo XVIII, la medicina ilustrada comenzaría a dominar en las ciudades coloniales, pero las prácticas populares y aborígenes seguirían siendo parte importante de la vida en las colonias. Ya habíamos visto cómo la medicina y la farmacia constituyeron un interés principal del gobierno español durante el período de los Borbones y cómo en la
8
Ver, por ejemplo, Francisco Guerra, The precolumbian mind (London: Seminar Press, 1971); Geoffrey W. Conrad y Arthur A. Demarest,Religion and Empire: the dynamics of Aztec and Inca expansions (Cambridge: Cambridge University Press, 1984).
9
Ver Nancy A. Chávez,La materia médica del Incanato (Lima: Editorial Mejía, 1977).
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
segunda mitad del siglo XVIII el Estado pusoen práctica grandes proyectos con un interés concreto en farmacia y medicina. El Real Jardín Botánico de Madrid puede ser visto como unainstitución sanitaria, y las expediciones fueron diseñadas con un interés primordial:investigación, reconocimiento, eventual y comercialización de plantas terapéuticas. Francia y otras naciones mostraron mayor interés en plantas para usos en agricultura, industria, fabri cación de colorantes, lo cual parece haber tenido un papel secundario para los españoles. Los registros, diari os y la correspondencia de los distintos exploradores españoles tienen cientos de referencias a plantas supuestamente medicinales que llamaron su atención, bien porque eran usadas por nativos o, bien por su semejanza con alguna planta reconocida como útil. En laRelación histórica del viaje a las regiones de Perú y Chile, Ruiz incluye 10 , incluyendo un nuevo un índice de nombres populares y científicos de 170 plantas té, una especie de canela similar a laimportada de Oriente y vendida en Europa, quinas, y muchas otras plantas «nuevas» usadas por indígenas u otras comunidades establecidas en América. Entre las plantas útiles que mencionan los exploradores de Perú y Chile el 50% ⁽⁾ tenía utilidad médica. Entre éstas, vale la pena señalar: 30% eran utilizadas en 11 Así, también contra de enfermedades venéreas otenían propiedades febrífugas. es de anotar que las fiebres epidémicas afectaban enormes sectores de la población y constituían la preocupación principal de la medicina española en el siglo XVIII.12 Para dar una idea de la seriedad deestas epidemias podríamos mencionar algunos reportes médicos. El doctor Antonio Ased dio el siguiente reporte con respecto a
10
Hipólito Ruiz, Relación histórica del viaje que hizo a los reinos del Perú y Chile el botánico D. Hipólito Ruiz en el año 1777 hasta el de 1788, en cuya época regresó a Madrid. Ed. Jaime Jaramillo 1952), pp.Arango 475-6. (Madrid: Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,
11
Ver Antonio González Bueno et al., «La expedición botánica a los reinos del Peru y Chile(1777-1831): Un análisis de sus resultados», enLa Ciencia Española en Ultramar (Madrid: Ateneo de Madrid, 1991).
12
Ver Juan Riera Palermo, «La medicina Hispanoamericana del siglo XVIII», enAnales de las II Jornadas de Historia de la medicina Hispanoamericana (Cádiz: Universidad de Cadiz, 1989), p. 55.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
una epidemia en el pueblo deBarbastro: «en tres meses murieron 60 personas en una población de 180».13 Según Martín Rendón, en Cartagena murieron 2267 personas en 1767 a causa defiebres térciarias, 2481 en 1768; además, ocurrieron epidemias similares en los años de 1771, 1772, 1781, 1782 1785. y 14 Antes de ocuparnos de ejemplos concretos de plantas y remedios es importante describir las instituciones que controlaron y promovieron la farmacia. La Reforma de los Borbones y los esfuerzos del gobierno por tener un control directo y central de la economía tendrían un impacto visible sobre la farmacia española. Y esto no sólo por elcreciente número deproductos terapéuticos que llevarían a España las expediciones,ino s también por una serie de reformas internas que procuraban darle al Estado control absoluto sobre la producción de medicinas. El gobierno buscaba centralizar el manejo de la medicina y la farmacia por medio de una entidad, elProtomedicato15 . En una Cédula Real de 1780, Carlos III ordenó que las facultades de medicina, cir ugía, y farmacia fueran gobernadas por tal entidad. La farmacia estaba bajo el control del Protofarmaceuta, que era el farmaceuta del Rey, acompañado por otros tresexaminadores, dos de los cuales eran farmaceutas de la Corte y untercero, del Real Jardín Botánico de Madrid. ⁽⁾ Otro documento oficial producido por el primer secretario de Estado, el Conde de Floridablanca, especifica las normas para la elección del Comité para la investigación de las virtudes delas plantas, y especialmente las observaciones químicas desarroll adas en la Real Botica . Aquí, el secretario de Estado estableció que: «el Protomedicato no admitirá para examinación candidatos que no puedan acreditar estudios en botánica»16, lo que quería decir que los candidatos tenían que haber atendido los
13
Antonio Ased y Latorre,Historia de la epidemia acaecida en la ciudad de Barbastro en el año de 1784..., citado por Juan Riera, «La medicina Hispanoamericana...», p. 51.
14
Martin Rondon y Bell,Relación de las epidemias que han afligido a la ciudad de Cartagena, sus causas y método curativo., citado porJuan Riera, «La medicina Hispanoamericana.. .», p. 53.
Para un estudio completo del «Protomedicato» ver John Tate Lanning,The Royal Protomedicato: the regulation of the medical professions in the Spanish Empire (Durham: Duke University Press, 1985). 16 «Suministro de medicinas y varios, 1782-1787 », Archivo de Farmacia. Palacio Real de Madrid. Signatura C-3-3. 15
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
cursos del Real Jardín Botánico de Madrid. Esto demuestra que el manejo y control de la farmacia estaba en manos deun círculo cerrado alrededor del mismo Rey. Durante el reinado de Carlos III, lasprerrogativas de los colegios farmacéuticos se suspendieron, a los médicos se lesprohibió ejercer la farmacia, al igual que a sus mujeres y familiares,y se publicó una lista de losdoctores que debían ser consultados antes de hacer una prescripción. La comercializaci ón de remedios sin autorización era una prácticacomún y lucrativa, y otra Cédula Real sería producida en8817 para prevenir especulación y abusos en la venta de medicinas. Esta Cédula también buscaba darle protección a las innovaciones farmacéuticas genui nas. El documento especificaba que cualquier remedio nuevo tendría que incluirsu composición, la cual se mantendría en secreto durante la vida del autor y 10 años después de su muerte para favorecer a sus herederos. La función de la Real Botica consistía enexaminar plantas y efectuar los análisis químicos respectivos para producir informes oficiales sobre la calidady eficacia de nuevas substancias médicas. Además, debía proveer a la Corte y a la nación con remedios confiables. Al ser la única instituci ón donde los productos médicos ⁽⁾ obtenían reconocimiento y aprobación oficial, la Real Botica era de gran importancia para las nuevas políticas estatales. Al igual que para cualquier posición cercana al Rey, sus miembros tenían que dar muestras no sólo de competencia científica, sino también de afinidad política con laCorona. Esta institución tenía como responsabilidad principal ofrecer un servicio de salud para el Rey y su familia. Por ello, no era un lugar para la experimentación o la innovación, y permanecería como una entidad conservadora que se preocupaba por certificar la calidad de los remedios conocidos. La Real Botica muestra poco interés en nuevas tendencias teóricas en laquímica moderna; y losquímicos españoles involucrados en la farmacia, y en particular aquellos de la Real Botica, adoptaron una posición 17
pasiva y ecléctica en respecto a las discusiones teóricas que existían en Europa. El
17
Ver A. González Bueno y F.J. Puerto Sarmiento, «Ciencia y farmacia durante la Ilustración», en Manuel Sellés et al., (Eds.) Carlos II y la ciencia de la Ilustración (Madrid: Alianza Editorial, 1988).
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
examen de las substancias médicas que tenía lugar la enReal Botica pretendía ser un análisis comparativo y cuantitativo de los «químicos» ylos «principios activos» presentes en las plantasque ya tenían unreconocimiento terapéutico y comercial. De 1785 a 1796, cuando los resultados de las reales expediciones botánicas llegaron a España se incrementó el número de especímenes en la Real Botica18. Los reportes y materiales enviados por los explorador es tenían que pasar obligatoriamente por la Real Botica para ser examinados y aprobados. Como veremos con algunos ejemplos, éste era el mecanismo que el Estado utilizó para controlar y expandir el comercio de productos farmacéuticos. Los esfuerzos del gobierno por mejorar la industria farcéutica por medio de un control oficial también se pueden ver en las publicaciones de la época. Primero debemos examinar el Examen farmacéutico (1761, 1776 y 1796) de Francisco Brihuega que constituye el texto básico para la enseñanza y divulgación del conocimiento de farmacia. Se trata de un pequeño texto con instrucciones que pretendían facilitar el aprendizaje de la farmacia moderna. Escrito en formade diálogo, contiene un número de definiciones básicas, por lo general tomadas delSystema naturae (1735) de Linneo. Comienza con la preguntas: «¿Qué es la farmacia?», a⁽⁾ lo cual responde Brihuega: «es el arte que nos enseña el método de preparación y composición de medicamentos». A continuación, el autor introduce definiciones básicas de la química. El texto insiste en la importancia del conocimiento en botánica e Historia Natural para esta disciplina. Recomienda el estudio de los siguientes textos:Curso elemental de botánicade Casimiro Gómez Ortega, (1795), la traducción de Antonio Palau deFilosofía Botánica de Linneo (1778) yPrincipios de Botánicade Miguel Barnades (1767). El texto deBrihuega tiende a enfatizar los aspectos prácticos de la preparación de medicamentos, incluyendo una lista de los remedios más comunes y sus dosis apropiadas, pero sin mayor énfasis en análisis químicos o en explicaciones teóricas de los principios activos. Sin embargo, sí
18
María Esther Alegre Pérez, «La Real Botica y las especies americanas», Boletín de la sociedad Española de Historia de la Farmacia (siglo XVIII) , 140 (diciembre 1984), pp. 225-244.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
hay referencias a libros comoElementos I Pierre Joseph Macquer es más conocido como de química de Pierre Joseph MacquerI autor del famoso texto Éléments de chymie théorique (1749) y el primer diccionario de quími19 (1718-1784) y los textos de Boerhaave ca, Dictionnaire de chymie (1766). para mayor información.20 Otra publicación de gran importancia para el Examen Farmacéutico de Brihuega es Palestra pharmaceutica, que se ocupaba casi exclusivamente, y de manera muy 21 Los textos de química que se mencionalimitada, de la preparación de remedios. ban con frecuencia en los textos de losfarmaceutas españoles eranCours de Chimie de Nicolás Lemery (1675),Elements de chimie théorique (1749) y el Dictionaire de chimie (1766) de Macquer, oElementa chemia de Boerhaave (1732). Otros textos esenciales son las diferentes ediciones de Pharmacopeas que aparecerían en España entre 1739 y 1860. Una Pharmacopea es una lista de drogas y medicamentos con reconocimiento legal, usada como un medio para controlar la práctica de la Farmacia y la medicina. La primeraPharmacopea Matritensis fue publicada en 1739 por el Colegio de farmacia en Madrid, y tuvo que ser aprobada por el real tribunal delProtomedicato y por el Rey. El propósitodel texto era formali22 En otras palabras, era un texto ⁽⁾ zar las drogas expedidas en las farmacias españolas. oficial impuesto por el Estado, que debía ser seguido por doctores y farmaceutas. Originalmente en latín, consistía en 383 páginas conmodus el operandide fórmulas simples, y elmodus facendide remediosquímicos. Describíaademás,las dosis,los usos y las virtudes dediferentes substancias.
19
Para una recuento de los trabajos químicos y botánicos de Boerhaave, ver: F.W. Gibbs, «Boerhaave’s chemical writings»,Ambix 6 (1958), pp.117-135; y «Boerhaave and the botanists», Annals of science 13, (1957), pp. 47-61.
20
Antonio española Gonzálesilustrada: Bueno yElM.C. Frances Causape, de «Divulgación científica en , la farmacia examen farmacéutico... Francisco Brihuega» LLULL 14 (1991), pp. 495-505. 21
F.J. Puerto y L. Sanz Díaz, «Las ideas científicas de Féliz Palacios», enBoletín Sociedad Española de la Ciencia, 32 (1982) : 237-247.
22
Pharmacopea Matritensis Regii, ac ssipremi Hispaniarum Protomedicatus auctorite, iussu atque auspiciis elaborata, (Madrid, 1739). Ver también John Tate Lanning,The Royal Protomedicato, p. 233.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
La primera edición ya contenía algunosremedios americanos como la quina. Una segunda edición con un contenido similar fue publicado en 1762.En 1794 se editaría la primera Pharmacopea Hispana, esta vez a cargo delProtomedicato. Se trataba de un volumen mucho más pequeño, en el cual el número de remedios fue substancialmente reducido. Las siguientes ediciones de 1797, 1803 y 1817 presentaban estructura similar con un creciente número de productos. La quinta edición y 23 El desarrollo la primera en ser publicada en español no aparecen sino hasta 1860. de laPharmacopea española esun claro ejemplo del perm anente empeño del Estado por regular el comercio de drogas tanto en Españacomo en las Américas.24 Gómez Ortega pensó que los resultados de las expediciones se reflejarían en la Pharmacopoea, que, a su vez, serviría para ladiseminación de drogas americanas en Europa. Las expediciones deberían contribuir aPharmacopeas las con un mejor conocimiento taxonómico de las fuentes vegetales lgunas de a medicinas, un mejor conocimiento de la distribución geográfica de plantas medicinales y con nuevos remedios. Como ya hemos anotado, uno de los principales interes es de los exploradores botánicos era la determinación taxon ómica de aquellas plantas ya usadas en medicina, reconocidas por sus nombres vulgares y descripciones «imprecisas». En la⁽⁾ opinión de los naturalistas ilustrados, éstas eran incompletas y con frecuencia se prestaban para confusiones, falsificaciones e imitaciones. Un ejemplo claro es, por supuesto, laCinchona. Las dos primerasediciones hispanasincluían la quina bajo la vaga denominación deCortex Peruvianusacompañada de una corta descripción. Con las múltiples variedades de quina en el comercio se necesitaba un conocimiento taxonómico más preciso. En la Pharmacopea Hispana de 1817 los trabajos de Ruiz y Pavón hicieron una contribución notable. En esta edición sedescribieron tres especies diferentes de Cinchona:C.Calisaya, C.Lanceolata, Ruiz y Pavón; QuiC. na de loja,C.officinialis, L.,C. Condaminea, Humb. Y Bonpl.; y la Quina Peruviana,
23
Rodríguez Noval et al., «La influencia de las expediciones botánicas ilustradas en las farmacopeas españolas» enLa ciencia española en ultramar (Madrid: Ateneo de Madrid, 1991), pp. 235-247.
24
John Tate Lanning, The Royal Protomedicato , p. 233.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
Nitida, Ruiz y Pavón. Otros ejemplos similares de este tipo decontribución a la definición taxonómica de medicamento s que ya estabanen uso, fueron, entre otros, el trabajo de Ruiz sobre la raíz deChina,Symilax china, L; Calaguala,Polypodium calaguala; Quiniquino,Myroxylum peruviferum; Canchalagua,Gentina canchalagua, al igual que los trabajos de Mutis y de otrossobre la canela. Sin embargo, es revelador que relativamente pocas drogas americanas nuevas fueran introducidas en las Pharmacopeas españolas durante este período.Solamente dos especies nuevas aparecieron en las ediciones de 1803 y 1817: la aízr de Agave, Agave americana, L. y la raíz de Ratahia,Krameria triandra, Ruiz y Pavón. Pero España no sería el único receptor de los logros de las expediciones y es interesante señalar que la introducción de las nuevas drogas americanas en las Pharmacopeas españolas sólo llegaría después de su aparición en publicaciones extranjeras. La introducción de hojas de coca, Erythroxylon coca, Lam., como medicamento que Hipólito Ruizdescribió como un«remedio comprobado»,no sería considerado por los editores españoles dePharmacopeas hasta que apareció en publicaciones francesas. «Matico»,Piper agustifolium, Ruiz y Pavón, un reme⁽⁾ dio antivenéreo, sólo fue incluido en la edición de 1860, después de aparecer en 25 Estos ejemplos sugieren que, a pesar delos espublicaciones norteamericanas. fuerzos españoles por controlar el negocio de la farmacia, la ciencia, la medicina y el comercio de España dependían de criterios extranjeros y no alcanzaban la autonomía y el liderazgo necesarios para hacer de losremedios americanos una cura a las debilidades del Imperio. Como hemos venido argumentando, el procesode «descubrimiento» de nuevas especies es el resultado deuna serie de prácticas que hacen posibleel desplazamiento de la naturaleza americana al comercio europeo y,al mismo tiempo, la traducción de las prácticas nativas a la ciencia ilustrada.De manera que la tradicional atribución de descubrimientos a individuos específicos ofrece una visión incompleta del papel de los viajes de exploración.
25
Rodríguez Noval et al., «La influencia de las expediciones botánicas», pp. 243-245.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Todos los casos específicosmencionados anteriormente siguenpatrones similares, que reflejan los intereses comerciales del Estado. Ilustran, además,imporla tancia del conocimiento indígena para cualquier exploración botánica, y muestran el valor de la taxonomía y la química en elproceso de traducción y apropiación de plantas medicinales. Para explicar estos procesos hemos dividido la discusión en dos secciones: un primergrupo de plantas, queincluye la canela americana, el té de Nueva Granada, el bejuco dela estrella, y la RaízChina, y que constituyen ejemplos claros de lapolítica de substitución de importaciones. Aquí examinaremos la labor no sólo de losbotánicos, sino también de los químicos, en la búsqueda de nuevas plantas comerciales. En una segunda sección nos ocuparemos de la Calaguala, Ratanhia, Yallhoy y otras plantas, que nos permitirán reconocer el papel del conocimiento nativo en el proceso de «descubrimiento» europeo de nuevos medicamentos.
⁽⁾
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
⁽⁾
1. BOTÁNICA, QUÍMICA Y LA POLÍTICA DE SUBSTITUCIÓN MERCANTIL
El comercio de especies vegetales con Oriente no representó mayores obstáculos para España hasta la separación de Portugal y España, la independencia de los Países Bajos y el monopolio comercial holandés con el Oriente. Este nuevo escenariopolítico obligaba a España a pagar altos precios por prod uctos orientales, de manera quela explotación de especies americanas, en especial de plantas como la canela o el té, se convirtieron en el objetivo principal de las políticas comerciales del siglo XVIII.
La canela americana En las Instrucciones de Gómez Ortega se le da especial importancia a dos plantas: la quina y los canelos. El interés de Españ a en la canela tiene una historia que vale la pena reseñar brevemente. En la segunda parte del siglo XV, la canela era unproducto importante que los portugueses y luego los holandeses importaban de la Isla de ⁽⁾ Ceylón. Desde 1536 se había reportado la pres encia de una especie americana de 26 canela, que podría reemplazar a la de Oriente. Nicolás Bautista Monardes enHistoria medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias occidentales(1577), le atribuía propiedades medicinales a laespecie americana:«conforta el estómago, resuelve ventosidades, quita el mal olor de la boca, es para dolor de estómago importante remedio». También notó que la única diferencia entre las dos plantas era sulocalización geográfica y que la americana tenía 27 todos los usos culinarios de la canela de Ceylón, además de otras ventajas. Jorge Juan y Antonio de Ulloa, los miembros españoles de la expedición de La Condamine, criticaron la actitud negligente de España al ignorar «las riquezas 26
Ver Marcelo Frías y Andrés Galera (Eds.),Pedro Fernández de Cevallos: La ruta de la canela americana (Madrid: Historia 16, 1992), p. 11.
27
Nicolás Monardes, Herbolario de Indias, E. Denot y N. Satanowsy (Eds.) (Mexico: Turner, 1990) citado por Frías y Galera,Pedro Fernandez de Cevallos , p.13.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
que los bosques peruanos nos ofrecen» y específicamente se refieren a la canela que «es, según el dictamen de losmás hábiles naturalistas que han estado por allí y 28 la han examinado, tan buena como la del Oriente». Sin embargo, la persona responsable de poner en práctica organizar y investigaciones sobre estos árboles sería Gómez Ortega, director del Jardín Botánico y diseñador de las expediciones reales. Su proyecto era hacer de los cultivos de canela una industria nacional, que liberaría a España del monopolio holandés. En sus
Instrucciones a los botánicos de las Reales Expediciones Botánicas les ordena «poner especial atención a los árboles de canelay observar y estudiar cuidadosamente las especies americanas para encontrar los medios para hacerla más dulce y si es 29 Igualmente Domb posible darle las mismas propiedades dedelalos holandeses». ey, el acompañante francés de Ruiz yPavón, tenía instrucciones de París derecolectar especímenes y estudiar la planta. Mutis en Santafé y Cuéllar en las Filipinas también recibieron órdenes de investigar los canelos. En la Relación histórica del viaje hecho a los reinos del Perú y Chile Ruiz explica que ellos sabían que la planta tenía varios usos entre los indios y que el árbol constituía 30 ⁽⁾ un elemento importante de ceremonias religiosas. En 1763 Mutis escribió al Rey Carlos III: «Los montes de América, y en especial los del Perú, hacia las Provincias de Maynas y Quijos, están pobla dos de unos árboles cuyo olor, color y sabor han hecho creer hasta a la gente menos inst ruida, que merecen el nombre decanelos». También señala que apesar de que losárboles pertenecen a una especie diferente de los de Ceylón, las investigaciones de estos árboles podían ser de gran utilidad.31
28
Ver Jorge Juan y Antonio de Ulloa,Noticias secretas de América, en L.J. Ramos (de.), Jorge Juan Santalicia y Antonio Ulloa, Noticias secretas de América ( Madrid: Editorial Historia 16, 1991), p.582, citado por Frías y Galera,Pedro Fernández de Cevallos, p.16.
Casimiro Gómez Ortega, «Suplemento a lasinstrucciones» en Ruiz,Relación histórica del viaje, p. 402. 30 Ruiz, Relación histórica del viaje, pp. 166-167. 31 José Celestino Mutis, Correspondencia y oficios de Mutis. Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, Transcripción en: Hernández de Alba (Ed.)Archivo epistolar del sabio naturalista José Celestino Mutis, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 40. 29
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
José López Ruiz, otro médico en Nueva Granada, estaba investigando los árboles y en 1780 presentó su Memoria que podría servir de auxilio para el cultivo y beneficio de los árboles de canela que se producen en las montañas del virreinato de la Nueva Granada. En este texto, que consta de cuarenta y unartículos o reglas para el crecimiento y uso exitoso de losárboles americanos de canela, sigue las técnicas puestas en práctica enCeylón.32 Entre tanto, el gobierno designó a Pedro Fernández deCevallos a cargo de un ambicioso proyecto para la explotación de lacanela americana en Perú. De algu33 , que Mutis recibió en 1793, sabemos nos documentos recopilados por Cevallos lo difícil que resultaba la tarea. En primer lugar, no era nada fácil llegar a la región donde se encontraban los árboles. «Se encuentran muchos, aunque con el trabajo de estar regados por la montaña y entretejidos con otros de varias especies» y para llegar a el área de los «canelos»II se debía viajar dos días por II «Canelos» también era el nombre que recibió la donde se encontraron los árboles de tierra desde Quito, un día río abajo región canela. por el Río Bonanza y otro día por tierra hasta el puerto de Canelos en el río Cop ataza.34 Otro problema era la falta de⁽⁾ trabajadores para la recolección de corteza. la Cevallos señala: «No hay especímenes en otros lugares», «su fruta es tan dura que ni las aves pue den extraer las semillas, 35 . y por lo tanto no hay propagación como muchas otras especies lo hacen» Como consecuencia, el proyecto de explotación de canela incluía nosólo la construcción de mejores medios de acceso, sino también elestablecimiento de 36 Cevallos siempre poblaciones donde pudie se vivir la fuerza de trabajo requerida. se encargó de mostrar paralelos con el éxito holandés en Ceylón, tratando de demos-
32
Ver Frías y Galera (Ed.) Pedro Fernández de Cevallos, p.34.
33
Esta colección de documentos se encuentra entre los papeles de Mutis en el Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid. Está incluída también en Frías y Galeras, Pedro Fernández de Cevallos.
34
Frías y Galera, Pedro Fernández de Cevallos, p. 112.
35
Ibid., p. 125.
36
Ibid., pp. 127 y 206.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
trar que no había razón alguna para que España no desarrolla ra una industria semejante. Afirmaba, por ejemplo, que la latitud la deprovincia de Canelos y lade Ceylón era casi la misma, y quetodas las desventajas que pudiesen presentar los árboles americanos se podían solucionar conun cultivo adecuado. El establecimiento de la identidad del árbol y sus usos era un a cuestión de gran importancia para los médicos y los bot ánicos. El virrey de Nueva Granada,Caballero y Góngora, tenía grandes expectativas con resp ecto a las plantas americanas y pidió muestras para que Mutis pudiera examinarlas. La respuesta de Mutis en 1783 fue categórica, demostrando, así, que dichas muestras estabanlejos de ser canela y que pertenecían a un género diferente: En efecto este árbol pertenece a un género nuevo, que desde mi llegada a esta capital reconocí, y describí como tal, haciéndolo dibujar el año de 72, muchos años después que logré formar mi diestro dibujante,ely 73 lo remití al caballero Carlos Linneo, quien lo ha dado a conocer en Europa publicándolo en su Sistema de la Naturaleza. Toda la estructura de su flor, pero especialmente el copioso número de sus estambres y gérmenes que frecuentemente llegan a 37 doce, lo distinguieron y separan delLaurel para colocarlo en otra clase.
Sin embargo, Mutis insistió en que la canela de Santafé tenía importantes propie-
⁽⁾
dades medicinales. Más aún, trabajó en un proyecto de transplantar algunos árboles y cultivarlos en Mariquita, sede de la Expedición. En 1786 Mutis recibió 30 semillas para ser plantadas en el Jardín Botánico de la Expedición y su propósito«intentar era: la emigración de aquellos vivientes del reino animal y vegetal, haciéndolos colonos de una provincia menos bárbara y más accesible a las vigorosas providencias del gobier38. no que tanto se interesaba en su propagación» Los envíos de Mutis a Madrid serían bienvenidos y aprobados enReal la Botica. En 1792 el Virrey de Nueva Granada recibiría una orden l,rea en la que se solicitaba hacer todo lo posible para promover el cultivo de la canela de Mutis, cuya buena calidad había sidocorroborada por losfarmaceutas del Rey.39
37
José Celestino Mutis, «Carta al virrey Caballero y Góngora», en Hernández de Alba (Ed.), Archivo epistolar del sabio naturalista José Celestino Mutis, p. 148.
38
Frías y Galera, Pedro Fernández de Ceballos, p. 48.
39
Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, 2, 3, 4.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
La otra fuente de canela que las autoridades españo las habían considerado era la Isla de Manila, ahora parte de Filipinas, donde Francisco Javier Salgadoalhabía estado cultivando. En 1778 Gómez Ortega recibió muestras de Filipinas y su veredicto fue optimista. Opinaba que la canela de Filipinas era de idéntica calidad a la de Ceylón y quepodría terminar definitivamente con el monopolio holandés. El Rey le dio órdenes al gobernador de Filipinas de investigar las plantaciones y buscar la forma de mejorar su calidad.También ordenó que se enviaran muestras a la Real Botica para su análisis. El último paso en el proceso de «descubrimiento» y apropiación tuvo lugara millas de distancia de las fuentesde canela. Debemos desplazarnos desde los bosques del Nuevo Mundo a Madrid, más precisamente los a laboratorios farmacéuticos del Palacio Real. La Real Botica constituía entonces un espacio donde se ponenían en práctica los nuevos criterios y técnicas para el reconocimiento de remedios, donde las ambiguas impresiones de la botánica y la taxonomía podrían revisarse por medio de análisis químicos. La química es la ciencia que nos permite reconocer las propiedades de los productos de la naturaleza por medio de análisis, composiciones, descom-
⁽⁾
posiciones, y combinaciones; y hemos sometido a estas pruebas las distintas especies de canela separando sus principios y aceites esenciales por medio de destilación; estratificando partes salinas por medio de diferentes operaciones y haciendo comparaciones precisas para confirmar sus cualidades... Nuestras operaciones han sido hechas en completo rigor y siguiendo los 40 métodos de los más competentes químicos.
En 1786 laReal Botica recibió canela de Manila.El reporte que produjeron los farmaceutas del Rey, una vez más concluyó que la nueva canela era enverdad tan buena como la cultivada por los holandeses.Aún más, con un cultivo adecuado podría superar las virtudes de las especiesen el comercio41.
40
«Suministro de medicinas y varios 1782-1787», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente. Madrid. Signatura C-3-3.
41
«Informe de Juan Cuéllar, botánico del Rey en Filipinas sobre la canela...», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente. Madrid. Expediente sobre canela, Legajo 4650.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
Un reporte fechado el 24 de noviem- III Juan Díaz fue nombrado primer asistente en la bre de 1786, firmado por Juan Díaz III Farmacia Real en marzo 1783. Debido a la muerte del farmaceuta en jefe, Martínez Toledo, Díaz fue nombrado farmaceta real tres meses después. dice: «a pesar de que no tenemos los órganos de fructificación... no hay duda de que esta canela es la misma cultivada en Ceylón... con toda la autoridad, razones y experiencia es claro que la canela llamada de ‘China’ o de Filipinas, es la misma especie que la de Ceylón... que ésta debería ser igual y tal vez ser preferible a la segunda» 42. El reporte también describe la planta ya conocida y caracterizada por Linneo, Laurus Cinnamomun . La corteza, el color, olor y el «aceite esencial» extraídos de ella parecían ofrecer suficiente evidencia para convencer a los farmaceutas de su eficacia. El reporte presenta los resultados de un análisis químico comparativo que le permitió a los químicos concluir:«Las pequeñas diferencias en la calidad de sus productos, sugieren que pertenecen a una misma especieque y pueden ser usadas indiscriminadamente». Aquellas diferen cias -en opinión de losFarmaceutas Reales- se debían a la edad de los árboles, a la posibilidad de que las cortezas hubieran diferentes formas de cultivo y a«otros ⁽⁾ sido tomadas de diferentes partes del árbol, 43 accidentes». Juan de Cuéllar fue enviado por el Real Jardín Botánico a las Filipinas para unirse a los botánicos de la expedición de Malaspina par a supervisar el cultivo de árboles de canela y para preparar algunos para ser transportados a España. En 1787 Juan de Cuéllar reportó haber encontrado genuinoLaurus Cinnamomun de excelente calidad y en abundancia44 . El Rey le ordenó a él y al gobernador de Filipinas supervisar un cultivo sistemático de los árboles y enviar cargamentos del producto a España. En 1789 Cuéllar envió un reporte sobre la topografía y el
42
«Suministro de medicinas y varios 1782-1787», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente. Madrid. Signatura C-3-3.
43
Ibid.
44
«Informe de Juan de Cuéllar», Archivo General, Palacio Real de Oriente. Madrid. Legajo 4650.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
modo de cultivo. La Real Botica reafirmó la calidad de los árboles, pero señaló que éstos presentan una cantidad excesiva de «substancias mucilaginosas» y recomienda hacer incisiones en los árboles. En 1791 se hicieron nuevos envíos a España que incluían algun os derivados de la canela. Esta vez, los farmaceutas reales se mostraron defraudados y calificaron esas muestras de inferiores de las recibidas en 1789. «Encontramos en la canela de las Filipinas una carencia de esos principios activos y aceites esenciales que se deben presentar para ser de utilidad»45 . El primer farmaceuta, Juan Díaz, pensó que la pérdida de ese aceite esencial había sido el resultado de las incisiones recomendadas previamente y que si se suspendía esa práctica, los árboles volverían a exhibir sus virtudes. A pesar del esfuerzo, tiempo y dinero invertidos en la comercialización de la canela americana, ésta nunca sería una real amenaza para el monopolio holandés. El sueño español de substituir productos importados de otros países nuncahizo se realidad.
Mutis y el té de Nueva Granada Aunque los trabajos más polémicos e importantes de Mutis fueron sobre la ⁽⁾ quina, también escribió ensayos, memorias, y mantuvo una extensa correspondencia en la que hace referencia a otras especies medicinales, comerciales, o de otros usos. Un ejemplo interesante es su investigación sobre las hojas de una planta de la cual suponía podría obteners e un nuevo tipo de té. El té de Santafé no sólo era una bebida «exquisita» que podría reemplazar el té de Oriente, sino también un valioso producto medicinal que: «no lo ha poseído semejante la medicina para perfeccionar las digestiones, mantener libre la transpiración y conservar con igualdad la circulación de todos los humores sin alteración manifies ta.» Mutis explica «Doy en esto a vuestra Excelencia una idea, evitando explicaciones de facultad sobre la declaración de aquel
45
«Análisis de canela de Manila», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente. Madrid. Signatura C-3-5, 1791-1793.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
misterio; pues nadie ignora que tal trastorno de aquellas funciones provienen casi todas las enfermedades»46 . Los escritos de Mutis son siempre una buena muestra de supuestos los religiosos y políticos de los naturalistas.En el primer párrafo de su escrito sobr e el té de Bogotá leemos: «Son innumerables las producciones naturales con que la DivinaProvidencia ha enriquecido a este Nuevo Reino de Granada... Todo lo ha creado el autor de la naturaleza, con relación a la utilidad y bien del hombre».47 El 3 de noviembre de 1785, Mutisle envió al arzobispo yvirrey Antonio Caballero y Góngora, su ensayoTé de Bogotá: sus preciosas virtudes, en el cual presenta este nuevo té como uno de sus más «preciosos descubrimiento s». A diferencia de otras plantas útiles, Mutis dice que sus usos son completamente desconocidos en Bogotá y que fue descubierto «únicamente por principios científicos y acosta de repetidísimas experiencias de su descubrimiento»48 . En otra carta al Conde de Floridablanca, Mutis explica que la nueva planta queél llamó Aistona theiformis, presenta características similares al té de la China. Mutis insiste que es de indiscutible importancia para España explotar esta nueva especie , no sólo por su exquisito ⁽⁾ sabor, sino también por sus virtudesmedicinales, que no sólo podrían competir sino superar a las del téde la China.49 En marzo de 1786, el virrey de Santafé le notifica al Rey eldescubrimiento de Mutis del llamado té de Bogotá, que en opinión del botánico era tan bueno como el de Oriente. Una muestra fue enviada a Madrid para quefuera examinada en la Real Botica. El reporte de losfarmaceutas de la Corte en agosto de 1786 afirma que ellos no pueden identificar la especie, ya que sólo habían recibido hojas. Las hojas -se lee en el reporte- «son muy diferentes a las hojas del té chino
46
José Celestino Mutis, «El té de Bogotá» (Carta al Conde de Floridablanca, 1795) en Escritos científicos de José Celestino Mutis, ed. Guillermo Hernández de Alba (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 175.
47
José Celestino Mutis, «Té de Bogotá», en:Escritos científicos, pp. 177 y 179.
48
José Celestino Mutis, «Té de Bogotá: sus preciosas virtudes. Mariquita, noviembre 3 de 1785» (Carta al virrey Antonio Caballero y Góngora), en: Escritos científicos, pp. 171-173
49
José Celestino Mutis, «Té de Bogotá», pp.174-176.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
y nos permiten concluir que se trata de dosplantas diferentes»50 . Tenían certeza de que no se trataba de una misma especie, pero: «sin los órganos de fructificación es imposible saber si pertenecen al mismo género». Sin embargo, los farmaceutas de la Corte hicieron análisis químicos comparativos, concluyendo que las virtudes de la nueva planta podrían igualar a las del té oriental. «Si las dos plantas coinciden en sus principios químicos deberían servir para los mismos usos y consecuentemente pueden ser reemplazados en el comercio» 51 . El manuscrito concernien te al análisis del IV El farmaceuta toma dos dracmas (1/8 onza) de cada planta a las cuales les añade tres onzas de té de Bogotá que se conserva en los espíritu de vino (alcohol) y espera 24 horas para archivos de la Real Botica en Madrid, extraer sus partes resinosas. Una vez filtrado, las tinturas resultantes fueron diferentes. El té Disertación phisico, chimica, botanica de Oriente presentaba un color oscuro y el americano un tono más claro. Para conocer con del the de Bogotá comparado con el de certeza las substancias en las tinturas tomaron 1/2 onza de cada muestra y añadieron gotas de Levante , firmado por Juan Díaz, nos espíritu de Vitriol. Después de algunos minuofrece un informe completo de los tos la muestra se formó turbia produciendo un coágulo srcinado por la unión del ácido y las IV procedimientos del análisis. partes resinosas. Estas vez el té de Bogotá geA pesar de encontrar diferencias, las neró una mayor cantidad de dicha saturación. La misma tintura fue mezcladacon 2 gramos de conclusiones de la farmacia real fueron Alkali del Tártaro (una sustancia salina ⁽⁾ que se obtenía de cenizas calcinadas de ácido de optimistas. Fue claro que no eran de la potasio conocido como tártaro)y las dos muesmisma especie y que sin los órganos de tras ganaron color. A las onzas restantes se les añadió una doble cantidad de agua para debifructificación era imposible determinar litar el espíritu de vino y precipitar, separar y reconocer la naturaleza de las partes resinosas. su género pero ellostambién concluye- Como resultado la tintura del té de Bogotá se ron que no habían razones para dudar tornó lechosa y después de 12 horas presentó un precipitado de 13 gramos de una resina blanque las virtudes del té de Bogotá po- ca, un producto que no se obtuvo del té chino que apenas tomó un color blanco y ningún drían ser tan buenas comosladel té chi- precipitado. Los farmaceutas también hicieron no52 . El reporte fue firmado por Juan pruebas con agua hirviendo observando que el té de Bogotá presentaba un color dorado y Díaz el 15 de agosto de 1786. el oriental un color verdoso. El té chino presentaba un olor más fuerte.
50
«Disertación phisico chimica botanica del the de Bogotá comparado con el de Levante», Archivo General, Palacio Real de Oriente. Madrid. Leg. 4650.
51
Ibid., p. 2.
52
Ibid., p. 6.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
Otro documento importante entre los papeles de Mutises el Examen del Té de Bogotá de Gómez Ortega53 , fechado el 24de septiembre de 1786.Aquí el botánico español describe el árbol y explica su modo de preparación por medio del tostado de sus hojas como el té oriental. Siguiendo la información de Mutis, Gómez Ortega argumenta que a pesar de algunas diferencias en el sabor y olor con el té asiático, el enviado por Mutis no sólotiene efectos estimulantes como los licores espirituosos, sino que ademas, conforta el espíritu, estimula latranspiración y el sudor, y que puede ser útil a los viajeros como purificador del agua. Gómez Ortega también argumenta que el té asiático cuando es consumido en grandes cantidades, como sucede en Inglaterra, puede ser dañino para la salud, otra razón para considerar lanueva planta como un reemplazo conveniente. En febrero de 1790, dos libras del té de Bogotá, recogidas en Mariquita, fueron enviadas a Madrid para otros exámenes. Los experimentos se repitieron y una vez más, los químicos delRey concluyeron que la planta era diferente a la de China, pero señalaron que el principio resinoso que se encuentra en las hojas, como lo había dicho Mutis, podría tener una virtud activa. Juan Díaz ⁽⁾ concluye, en este segundo reporte, que es muy conveniente para la economía continuar con los envíos para poder reemplazar el costoso té de la China.54 Una vez más, los esfuerzos de Mutis y de España tuvieron resultados limitados y los grandes monopolios de té en manos deEnglish la India Company nunca se vieron amenazados por el Imperio español. Sin embargo, vale la pena mencionar que una pequeña industria del té deSantafé sobrevive aún en Colombia.
Bejuco de la Estrella Un gran número de los trabajos y manuscritos de los exploradores españoles no se publicaron en España, pero algunos de sus escritos y colecciones fueron comprados por extranjeros quienes usaron y, en ocasiones, tradujeron y publicaronmateriales. estos 53
Casimiro Gómez Ortega, «Examen del The de Bogotá», Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, Div. III, 2, 5, 32.
54
«Análisis químico del té de Bogotá», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente. Madrid. Suministro de drogas y varios, 1790.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
El botánico inglés Aymer Bourke Lambert logró comprarle a los españoles un buen número de especímenes y trabajos sobre plantas medicinales. Lambert en su An illustration of the genus Cinchona (1821) incluye la traducción devarios artículos de Hipólito Ruiz sobre diferentes plantas útiles,algunos de los cuales habían sido publicados en Madrid en 1805. Uno de esos trabajos de Ruiz publi cado en Madrid en 1805, y traducido y publicado en Inglaterra por Lambert, es suMemoria sobre las virtudes y usos de la planta
llamada en Perú Bejuco de la Estrella,en el cual el botánico español presenta otra especie notable. Como el mismo Ruiz afirma: «El Bejuco de la Estrella esaun droga del mayor interés para España que crece en abundancia en sus dominios americanos y constituirá una nueva área de comercio nacional.»55 En una nota a pie de página explica sus razones:«... con elpropósito de contrarrestar el comercio exclusivo de los ingleses con laVirginia, raíz de serpienteo por lo menos para que España ahorre el dinero gastado en este artículo». Buena parte de Memoria la de Ruiz es una extensa defensa del Bejuco de la Estrella como una droga preferible a la raíz de serpiente (Snake-root). La primera fuente de información sobre el remedio parece provenir de los ⁽⁾ nativos, los que, como explica Ruiz, usaban laplanta para propósitos medicinales. «La alta estima en que los indígenas tienen esta planta... me despertó el más vivo interés en conocer más sobre ella.» Continúa af irmando que los indígenas la utilizaban «como remedio para la disentería, fiebres malignas inflamatorias,resfriados, dolores reumáticos y las distintas enfermedades a causa de lafatiga».56 Como ya se había mencionado, era común entre los botánicos atribuir a especies semejantes las mismas propiedades médicas, de manera que el «descubrimiento» de una nueva especie perteneciente a un género en demanda era siempre significativo. Por ello, las disputas taxonómicas eran mucho más que simples problemas de clasificación. Generalmente estaban relacionadas con intereses co55
Hipólito Ruiz, «Memoir on the virtues and uses of the plant called in Peru the StarReed (Bejuco de la estrella)», en Aymer Lambert (Ed.), An illustration of the genus Cinchona (London, 1821), p. 149.
56
Ibid., p. 150.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
merciales, de manera que tales controversias implicaban también acaloradas disputas sobre prioridad dedescubrimiento. Tenemos una especie cercana que ya tiene importancia comercial y familiar entre los médicosVirginia ( Snake-root ) como un confiable tonificante. Ruiz concluyó que el Bejuco de la Estrella pertenecía al géneroAristolochia de Linneo y que, por lo tanto, «el parecido de las propiedades y virtudes deplantas, las pertenecientes al mismo género, 57 están fuera de duda», de tal manera que la especie perua na podría reemplazar a la
Aristolochia Serpentaria contra fiebres nerviosas, pútridas e intermitentes. Sin embargo, la taxonomía no es el final de la historia. Como hemos visto, el análisis químico de los componentes de la planta eratambién importante para el reconocimiento de un nuevo remedio. LaMemoria de Ruiz incluye un análisis químico del Bejuco de la Estrella , donde el botánico reconoce que:«hasta el día de hoy no se conoce un método para elapropiado y exacto y completo análisis de substancia vegetales».Sin embargo, explica que pormedio de fuegoo fermentación y algunas alteraciones, los principios que constituyen las plantas sepueden examinar. Haciendo soluciones en alcohol, agua destilada, ácido acético o vinagre ⁽⁾ destilado, agua caliente o hirviendo. Ruiz llega a la siguiente conclusión: «se debe inferir que las virtudes del Bejuco dela Estrella residen en losextractos resinosos y en sus propiedades aromáticas»58 A partir de esos resultados, Ruiz sugiere preparaciones simples para que los médicos utilicen el remedio. Tales preparaciones incluían polvos e infusiones. Finalmente Ruiz incluye una ilustración de la plantada y una descripción botánica que clasifica el vegetal en el sistema de Linneo:Clase XX, Gynandria Hexandria, fig. 22 Aristolochia fragrantissima.
La Raíz China La Raíz China era unremedio para las enfermedades venéreas , también llevado a Europa de Oriente. En su Memoria sobre la Raíz China descubierta en el Perú,
57
Ibid., p. 154.
58
Ibid., p. 165.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Ruiz dice haber descubierto en América la genuina Similax chinae descrita por Linneo y llevada a Europa deAsia. ... desde luego debemos creer que laSmilax China no ha sido conocida en la América hasta el año de 1784 en el que la descubrí á 13 de Julio, caminando á las montañas de Puzuzo, cerca del pueblo de Chaclla y en las inmediaciones del mismo pueblo de Puzuzo, en donde la describí é hice dibuxar.59 Sería importantísimo el que estas plantas se cultivasen en nuestras Américas, con el fin de poderlas acopiar cómodamente, de lograrlas de igual tamaño que aquellas que nos vienen del Imperio de Asia, y de aumentar este ramo mas de comercio á nuestra Nacion.60
Su publicación, una vez más buscaba persuadir a los comerciantes,maceutas far y médicos de que la planta descubierta en Perú era de la misma especie a la que España tenía que comprar a otras naciones. No es sorprendente que Ruiz tamb ién reportara los usos medicinales de esta planta entre los indios Panatahuas. Es claro que en la segunda mitad del siglo XVIII, el gobierno español y sus instituciones científicas insistían en encontrar substitutos para productos que España tenía que importar de otros países. Como resultado encontramos un ejército de-natu ralistas que trataban deencontrar y cultivar,transportar y legitimar especies desus⁽⁾ propias colonias. En seguida pasamos a mostrar cómo los «descubrimientos» de los botánicos no sólo respondían aintereses comerciales concretos, sino que también dependían, en gran medida, de lasprácticas médicas de los nativos americanos.
59
Hipólito Ruiz, «Memoria sobre la Raiz China descubierta en el Perú por don Hip ólito Ruiz», en Disertaciones , p. 58.
60
Ibid., p. 63.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
⁽⁾
figura 22.
Bejuco de la Estrella. Aristolochia
fragantissima,Hipólito Ruiz.
2. DE LOS SABERES LOCALES A LA CIENCIA ILUSTRADA
A partir de los diarios y escritos de los exploradores parece claro que ellos tenían una muy pobre opinión del conocimiento de los nativos americanos. Ruiz se refiere a los nativos como «belicosos», «perezosos», «malvados», «rateros», «supersticiosos» y «enemigos declarados de los europeos»61 . Sin embargo, las culturas americanas dependían en gran medida del cultivo y recolección de plantas útiles y, comolo demuestran diferentes instancias, las prácticas de los nativos fueron una fuente esencial para el conocimiento medicinal y botánico de la flora americana por parte de los europeos. Veamos algunos ejemplos:
Calaguala La Pharmacopea Matritensis de 1762, mucho antes que Ruiz partiera hacia⁽⁾ América en 1777, incluía la Calaguala como un solvente y sudorífico. Además, aparecía también en las Instrucciones de Ortega como una de las plantas que debían ser investigadas por losexploradores. La Memoria sobre la legítima Calaguala y otras raíces que con el mismo nombre nos vienen de la América Meridionalde Hipólito Ruiz, al igual que muchos otros de los escritos de los botánicos europeos, buscaba diferenciar una única especie como el específico genuino entre varias plantas que se vendían bajo el mismo nombre. Como Ruiz explica: La Calaguala, que es uno de los simples usado ya há muchos años en la Medicina, es igualmente uno de aquellos vegetales que no se hallan bastantemente distinguidos por los Profesores de esta Facultad, ni aun por los mismos Botánicos, y mucho ménos por los Traficantes y Droguistas. De esta falta de distinción proviene que en la Medicina se usen en lugar de la legítima y
61
Ver Ruiz, Relación histórica del viaje, pp. 215-225.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
verdadera Calaguala las raices de otras plantas, ó sean Especies del mismo Género ó de otros afines, las quales jamás pueden producir rigurosamente los mismos efectos que experimenta n los Indios y naturales del Perú con el uso de la raíz de la verdaderaCalaguala.62 Entre los Traficantes, Droguistas y Profesores de la Medicina se conocen baxo el nombre deCalaguala las tres especies de raices que nos vienen del Perú, pero los Indios y naturales de aquel reyno distinguen estas tres Especies con nombres muy diferentes derivados con bastante propiedad de sus mismas plantas. A la primera y legítimaCalaguala llaman Ccallahuala, á la segunda Puntu-puntu y á la tercera EspecieHuacsaro.63
Calagualase extendió a todas las raíces de Ruiz también explica cómo el término la familia Filices o helechos. Nota que han pasado en el comercio como especies genuinas de Calaguala, ydescribe cómo los recolectores acostumbraban mezclar raíces de la primera especie con raíces de otras especiesPolypodium de , que son muy similares a primera vista y que Ruiz distinguía comosdo especies diferentes. El propósito de estasDisertaciones es establecer las especies genuinas. Pero ¿qué quiere decir «genuina» o «verdadera» para Ruiz? ¿Con qué criteriosfig. 23 puede argumentar que la planta que él describe es la auténtica Calaguala? Ruiz va ⁽⁾ a utilizar un argumento común entre losbotánicos, a saber, que la especie genuina es la utilizada por los indios en el Perú, quienes «usaban ya de laCalaguala, ántes que los Españoles entrasen en aquellos paises, como de un remedio sudorífico, 64. resolutivo, descoagulante y antireumático» Sobra decir que los aborígenes americanos no compartían con los europeos linneanos del siglo XVIII nociones como género o especie, ni entendían conceptos como antirreumático, sudorífico o solvente. Los españoles, sin embargo, no tuvieron ningún problema en tomar prestado e interpretar historias populares para legitimar sus «descubrimientos». Ruiz también diría que las raíces de la genuina Calaguala del Perú rara vez llegaban a España y que,por lo tanto las raíces comúnmente vendidas en Europa
62
Hipólito Ruiz, «Memoria sobre la legítima calaguala y otras dos raíces que con el mismo nombre nos vienen de la América meridional», enDisertaciones, p. 19.
63
Ibid., p. 20-21.
64
Ibid., p. 20.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
eran de las otras dos especies (Puntupuntu y Huacsaro) que eran responsables por haber desacreditado a la genuina Calaguala y que tal vez por eso había sido excluida de la Materia Médicade Linneo y de la de Peter Jonas Bergius. Al final de su texto Sobre la diferencia entre la genuina Calaguala y otras raíces con las cuáles se le ha confundido , Ruiz insiste una vez más en que Polypodium Calaguala es una especie distinta, y explica que esta planta peruana es muy diferente de cualquier otra Polypodia mencionada por Linneo en su Species
Plantarum , y que no era ni Polypodium Lanceolatum ni Polypodium phylilitidis . Luego da una detallada descripción linnea na de las tres plantas que se vendían en el mercado bajo el nombre de Calaguala, incluyó algunas ilustraciones y un «preciso grabado a partir del dibujo srcinal» argumentando que estaPolypodium calaguala debería ser la única utilizada en medicina; con ello, claramente protegía y promovía el mercado de la especie peruana. Cuando describe sus propiedades parece confiar en lo que él llama «experiencia absrcen». Los Indios y demas naturales del Perú creen que las virtudes descoagulante, sudorífica, antivenerea y febrifuga de esta raiz son reales y verdaderas,
⁽⁾ yseellasdisputárselo pareceria65temeridad quando la experiencia de tantos años tiene comprobadas.
A pesar de que el principal argumento que of rece Ruiz en favor de las virtudes medicinales de la planta parecen ser sus fuentes en la sabiduría popular, que es presentada como confiable por ser el producto de repetidos experimentos, su referencia a la experiencia de los nativos puede ser interpretada como una mera anécdota. La legitimación de su «descubrimiento» no puede basarse en el conocimiento de «salvajes», que por lo general era visto como inútil y supersticioso.
65
Ibid., p. 31.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
⁽⁾
figura 23.
Calaguala. Polypodium ccallahuala,Hipólito Ruiz.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Por esto mismo, era necesario un proceso de traducción y apropiación, y Ruiz tenía que encontrar argumentos que estuviesen más de acuerdo con el estilolay autoridad que prevalecía en la historia natural de los europeos ilustrados. Un principio importante que guiaría la retórica de los exploradores,aera suposil ción de que especies emparentadas tenían virtudes similares; de manera que las plantas que ya tenían un valor comercial eran muchas veces reencontradas, o especies similares que pudieran reemplazar, eran «descubiertas». Ruiz señala que otras especies de la familia de los helechos tenían usos medicinales: «... la virtud antelmintica y emenagoga de la raíz delhelecho,Polypodium Filix mas Linn. con la edulzorante y pectoral del Polipodio,Polypodium vulgare Linn. con la astringente de la Doradilla, Asplenium Ceterach Linn. y con la eperitiva del Culantrillo, Adianthum Capillus veneris.»66. La traducción de laexperiencia popular a un lenguaje ilustra do consiste en una serie de acciones: 1. Referirse a la planta con un nombre latino, 2. clasificarla en el sistema linneano, 3. proveer una representación gráfica de la planta, 4.describirla de acuerdoconocicon los mientos de la botánica contemporánea, explicar 5. sus virtudes en términos de enfermedades conocidas en Europa, y 6. mostrar cómo se pueden preparar remedios con ella, haciendo uso de los métodos de la farmacia del siglo XVIII. ⁽⁾
Ratanhia La raíz de Ratanhia fue uno de los pocos remedios que se sumaron laPharmacopea a Hispanica gracias a los trabajos de losV Un astringente es un agente que produce conbotánicos de las Reales Expediciones tracción o encogimiento de tejidos orgánicos o que detiene hemorragias, diarreas y otras Botánicas. Se incluyó en la cuarta edi- descargas. ción 1817 como «astringente»V. En su Relación de Viaje H. Ruiz presenta la medicina con la siguiente descripción: La raíz deflujo Ratanhia poseetomada la más como eficiente ‘astringente’ cualquier de sangre; unavirtud infusión de media que onzacontrola de raíz seca o un «dracma» (1/8 onza) de sus extractos disueltos en agua, la raíz es
66
Ibid., p. 31.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
útil para limpiar y reafirmar los dientes, propósito para el cual ya se usaba en 67 . Perú cuando descubrí su eficacia contra hemorragias...
Ruiz también publicó en Madrid una descri pción de los usos de la planta en us Disertación de la Ratanhia, específico contra los fluxos de sangre... en 1799. La publicación comienza con una descripción de los lugares y la topografía donde se encontró la planta y con unareseña de sus diferentes nombres populares. «Ratanhia» (planta que yace en la tierra) fue elnombre elegido por Ruiz como la descripción
⁽⁾
más adecuada y el nombre más común en el Perú. Ruiz explica que él no conocía las propiedades de la raíz hasta que vio algu nas mujeres cepillándose los dientes con una planta que eraprecisamente Ratanhia, Krameria Triandia, y que él había descubierto en 1780. Su sabor ácido le hizo suponer que, al igual que otras substancias con características similares, la Ratanhia debería tener características astringentes. Ruiz narra una serie de incidentes enlos cuales la medicina habría tenido éxito. Dice haber visto un herrero que tenía una hemorragia nasal, la cual nose detenía con ningún otro remedio. También dice haber tratado una esclava con una menstruación imparable, y otros casos en que los extractos habían detenido flujos sanguíneos en diferentes pacientes. En su Memoria sobre la Ratanhia, Ruiz explica que: Las primeras virtudes y usos de la raiz de Ratanhia la deben tambien contarse entre los descubrimientos hechos por naciones bárbaras y gentes poco cultas, pues que los Indios del Perú usaban desde tiempo inmemorial de esta 68 raiz como de un remedio y específico poderoso para afirmar la dentadura.
Sin embargo, Ruiz presenta el descubrimiento de las propiedades antihemorrágicas como suyo: «En 1784 yo descubrí su eficacia astringente»69. La Memoria sobre la Ratanhia de Ruiz también se ocupa de diferentes técnicas de colección y secado, empacado y transporte. Ofrece, además, modos de preparación (bebidas, píldoras, polvos) y sus dosis como antihemorrágico y
67
Ver Ruiz, Relación del viaje, p. 230.
68
Hipólito Ruiz, «Memoria sobre la Ratanhia», enDisertaciones, p. 10.
69
Ruiz, Relación del viaje, p. 230.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
como dentífrico. Finalmente, da una descripción botánica de la plantaKrameria
triandra y una ilustración de la misma.
Yallhoy En la Memoria sobre las virtudes y usos de la Raíz de la planta llamada «Yallhoy» en Perú de Hipólito Ruiz, una vez más es evidente que el conocimiento de los doctores europeos se fundamenta en las costumbres de los nativos. fig. 24 En Hanuco, se vio que ningún remedio conocido en la medicina era adecuado para controlar el fatal progreso de una epidemia de disentería que había agotado la ciudad entre los años de 1788 y 1789, y se prescribieron preparados de la corteza de la raíz de Yallhoy. Ellos fueron inducidos a hacer esto observando que los nativos ya usaban la raíz con éxito para limpiar los intestinoscuando los pacientes sufríande diarrea. Observando los buenos efectos resultado de esas preparaciones, se prepararon infusiones en agua caliente...70.
Con esto -señala Ruiz- los doctor es tuvieron éxito en curar la epidem ia. En una nota a pie de página, Ruiz menciona que la droga haosid también probada en Europa por el doctorTomás García Suelto, quienhabía sido comisionado por laReal Acade-
⁽⁾
mia de Madrid para hacer experimentos con este nuevo antidisent érico en el hospital de la ciudad. Suelto dice haber curado dos pacientes con disentería, siguiendo el método indicado por Ruiz en su ensayo. Otrosdos casos de curación exitosa de la 71 disentería por doctores europeos son mencionados. El texto de Ruiz viene acompañado por una descripción detallada de la planta, Descriptio botanica, que le da un lugar al espécimen en el sistema linneano y que incluye los nombres latinos de su clase, género y especie, seguida por una descripción en latín de sus características. En el sistema linneano la planta es clasificada de la siguiente manera: Clase XVII, Diadelphia Octandria , Monnina polystachya . La descripción también viene acompañada
70
Hipólito Ruiz, «Memoir on the virues and uses of the root of the plant called Yallhoy in Peru», en Aymer Lambert (Ed.), An illustration of the genus Cinchona, p. 134.
71
Ibid., p. 138.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
fig. 25
⁽⁾
de hermosas ilustraciones. Se incluyeron, además, un análisis químico similar al que se le efectuó a la Calaguala, y una descripción de formas de preparar infusiones, polvos y píldoras.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 24.
Ratanhia. Krameria triandra, Hipólito Ruiz.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
⁽⁾
figura 25.
Yallhoy. Monnina polystachya, Hipólito Ruiz.
CONCLUSIÓN
Las publicaciones, manuscritos y diarios delos expedicionarios botánicos del siglo XVIII sugieren unospatrones comunes en laintroducción y certificación de remedios vegetales americanos. Primero, es claro que los botánicos españoles participaban de un gran proyecto económico de substitución de productos importados. Con pocas excepciones, las plantas importantes bajo investigación eran presentadas como posibles substitutos y, a veces, como alternativas superiores de medicamentos que ya estaban en uso. Los botánicos asumían que especies emparentadas debían tener virtudessimilares y, como consecuencia, la taxonomía y, en particular, el sistema linneano de clasificación, funcionabancomo importantes herramientas de justificación. También es evidente que las prácticas medicinales localescumplían una función central en las investigaciones europeas de la flora del Nuevo Mundo. El ⁽⁾ conocimiento de los nativos no fue recono cido como válido hasta no ser traducido. Los nuevos portadores eran quienesotorgaban legitimidad. En el proceso no sólo viajeros y botánicos tomaron parte; también los farmaceutas, químicos y médicos en Europa cumplieron una función. El lenguaje utilizado para describir las virtudes de las plantas, el uso de conceptos como «febrífugo», «astringente», «tónico» o «diurético», hicieron de los europeos portavoces y los pusieron en posesión ycontrol de nuevos remedios, que encajan 72 . con los intereses de las prácticas médicas del siglo XVIII En el proceso de certificación de nuevos remedio s se requería una transición de la botánica a la química, del campo al laboratorio. Farmacia y Medici-
72
Para un recuento de las prácticas médicas durante la ilustración, ver Lester S. King, The Medical world of the eighteenth century (New York: Robert E. Krieger, 1971); ver también los trabajos citados en la nota número 5.
III. REMEDIOS PARA EL IMPERIO ESPAÑOL: LA BÚSQUEDA DE PLANTAS MEDICINALES
na nunca fueron disciplinas totalmente independientes del trabajo de los botánicos, pero los análisis químicos que tenían lugar en la Farmacia Real proveían criterios más seguros para la legitimación de remedios vegetales. Como hemos ilustrado, estos análisis consistieron en el estudio comparativo de las propiedades químicas de las plantas. Aun plantas que pertenecían a géneros y especies diferentes, podían servir a los mismos propósitos y ser vistas como poseedoras de los mismos o similares «principios activos». La Farmacia Real, situada dentro del palacio delRey, representaba un espacio donde los europeos (españoles) adquirían total controlposesión y de plantas tropicales. Dentro de las paredes del laboratorio, la complejidad y variedad de las especies vegetales eran finalmente reducidasa principios cuantificables. Para resumir, podríamosidentificar tres etapas en el proceso de traducción.La primera, en la cual tradiciones populares y leyendas de descubrimientos eran reportadas por los exploradores, con lo cual despertaban interés y daban cierta credibilidad a sus propias conclusione s. La segunda, una etapa en la cual los botánicos identificaban taxonómicamente la planta, que en el caso de plantas medici⁽⁾ nales, era una práctica indispensable para la certificación de una especie genuina. Finalmente, una tercera etapa en la cual las plantas no sólo era enmarcadas en una categoría linneana, dibujadas y nombradas, sino también reducidas yanalizadas en sus componentes químicos. El resultado de las prácticas descritasanteriormente consistió en que el conocimiento médico, las substancias medicinales y su comercio se convirtieron en propiedad exclusiva de una comunidad cuyos intereses y poder permanecerían centralizados en Europa. En España, el controlde la farmacia y las prácticas médicas se movilizaban gradualmente ahcía un único centro:Madrid. Sobra decir que los intereses en farmacia y comercio de los españoles eran a su vez la consecuencia de una red más amplia depoderes políticos y científicos, que se encuentran por fuera del enfoque de este trabajo. Algunas de las ideas sugeridas serán examinadas en el capítulo IV en un estudio detallado del más controvertido de los remedios americanos: la quina.
IV
⁽
⁾
LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
⁽⁾
Probablemente la planta más importante en la historia de medicina, la la quina, ha sido descrita por muchos como el más grande descubrimiento médico del siglo XVIII. Sin embargo, la historia de su «descubrimiento» está lejos de ser obvia. Como veremos los anteriores intentos por responder a preguntas tales como quién y en qué momento fue «descubierta» la quina, presentan problemas. Como ya habíamos mencionado, la ideatradicional de «descubrimiento científico» es inapropiada para comprender el trabajo delos exploradores; nos conduce a reconstruir historias que ignoran el contexto real que precedió, motivó e hizo posible la certificación de nuevos remedios. Todo intento por aislar un único momento y un único autor del descubrimiento termina con una recons1 trucción deformada de las verdaderas prácticas de la exploración. A pesar de la extensa literatura que hay sobre la historia y el uso medicinal de la ⁽⁾ quina, no existe un recuento satisfactorio de las prácticas, actores e intereses que hicieron de ésta uno de los más importantes remedi os en la historia de la medicina. Este capítulo cuestiona y explica las versiones tradicionales sobre«descubrimiensu to», y ofrece un análisis de los episodio s centrales en la historia médica y comercial de 2 los árboles deCinchonadurante el fin del siglo XVII y el principio del siglo XIX. El siguiente estudio de caso es una detallada descripción de las tres etapas de traducción y apropiación que hansido presentadas en el capítulo anterior. Veremos cómo el conocimiento se moviliza de un grupo de port avoces a otro. Primero trataremos algunas historias de descubrimiento, que ayudan a despertar inte-
1
Augustine Brannigan, The Social Basis of Scientific Discoveries (Cambridge: Cambridge University Press, 1981); Simon Schaffer, «Scientific discoveries and the end of natural philosophy», en Social Studies of Science, 16 (1986), pp. 387-420.
2
Algunas fuentes secundarias que pueden ser útiles en el estudio de la historia de Cinchona son los trabajos de: Jaime Jaramillo Arango, John Owen Evans,A.W.Haggis, Saúl Jarcho, Norman Taylor, Clements R. Markham, J.A. Wikinski y R.S. Desorwitz.
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
rés sobre la quina y que constituyen el inicio de un proceso de legitimación de la perspectiva del viajero europeo. Luego estudiaremos los trabajos de los botánicos en una disputa sobre la clasificación de las especies de quina donde la taxonomía linneana se hizo indispensable para la certificación de su uso medicinal. Finalmente, enfocaremos nuestra atención hacia el análisis que llevaron a cabo los químicos en la Real Botica en Madrid.
⁽⁾
1. HISTORIAS DE DESCUBRIMIENTOS: DESPERTANDO INTERESES
Empecemos por preguntar si los aborígenes americanos sabían de las propiedades curativas de la quina y sienfermedades como la «malaria» eran conocidas en América antes de la llegada delos europeos. El problema ha interesado avarios historiadores, que presentan puntos de vistadiversos y contradictorios. Algunos han argumentado con documentos y datos elaborados que la malaria era completamente desconocida en América antes de la llegada de los españoles y que ésta fue traída al Nuevo Mundo por los europeospor o los esclavos africanos. Alexander von Humboldt, por ejemplo, dudaba que el des cubrimiento del poder medicinal de la 3 Otros, quina le perteneciera a loque él llamaría las primitivas naciones americanas. con evidencia igualmente razonable, sostienen que la malaria ha existido en América desde la época precolombina, y que la corteza de quina era utilizada con éxito contra fiebres intermitentes por tribus que la administraban macerada en bebidas.
⁽⁾
No hay que profundizar demasiado en este argumento para darnos cuenta que hay que tener cuidado con anacronismos. «Malaria» es una palabra italiana del siglo XIX y sobra decir que los aborígenes americanos no tenían la menor idea de su existencia. Más aún, a pesar del sofisticado conocimiento botánico de los nativos, éste no tenía nada que ver con el razonamiento de los europeos ilustrados. Si nos ocupamos de la pregunta de cómo los indígenas americanos o los europeos supieron de las propiedades medicinales de la corteza de quina, vamos a ver que la idea de «descubrimiento» ha sido mentada ali y justificada por un número de fantasiosas historias populares, que en su mayoría son de srcen europeo. Se dice, por ejemplo, que los indígenas vieron cómo leones (gatos de monte) sufriendo de fiebres masticaban la corteza de un árbol en particular que resultó ser la quina.4 3
Alexander von Humboldt, «On the Cinchona forests of South America», en Aymer B. Lambert (Ed.) An ilustration of the genus Cinchona , (London, 1821).
4
Jaime Jaramillo Arango, « A critical review of the basic facts in the history of Cinchona», Journal of the Linnaean Society, 53 (1949), pp. 272-311.
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
Una historia citada con frecuencia por historiado res cuenta que accidentalmente el viento derribó árboles de quina en un lago y el agua se tornó amarga, de hecho tan amarga que los nativos se negaban a beberla. Un día un nativo ardiendo en fiebres no encontró otra agua que ésta, tuvo que beber de ella y se curó completamente. Luego divulgó la historia a otros habitantes del distrito y, así, las cualidades febrífugas de la Cinchona se hicieron conocidas por primera vez. 5 La concepción europea del árbol de la fiebre y sus propiedades, aunque más accesible, es igualmente compleja y se basa en histori as encantadoras, algunas de tradición popular, otras más académicas, mas no por ello confiables. Existe, por ejemplo, la misma historia de la laguna y los árboles, pero con un soldado español en lugar de un nativo americano. La siguiente historia, aunque no sea del todo cierta, es deinnegable interés. Se dice que entre 1632 y 1638 Francisca Fernández de Ribera, esposa del Conde de Chinchón, el virrey Luis Jerónimo Fernández, fue víctima defiebres intermitentes. Al oír esto el corregidor del virreinato del Perú le envió una porción de corte⁽⁾ za e informó al Virrey que él había sufrido de fiebres y que se había curado con ella, pues le había sido informado que los indios la utilizaban para tal fin. Como resultado la Condesa se recuperó rápidamente y solicitó grand es cantidades para curar a los ciudadanos que sufrían a menudo de fiebres. Por este motivo, la corteza fue llamada «Los polvos de la Condesa». 6 Jaime Jaramillo Arango, A.W. Haggis y otros investigadores han encontrado evidencia para desacreditar la histori a; las fechas y los nombres de los personajes involucrados no coinciden, y el diario oficial del Conde de Chinchón no menciona el episodio.7 Sin embargo los detalles y si la curación de la condesa es real o no, no
5
Ibid., p. 275.
6
La historia de la Condesa aparece en numerosas versiones diferentes en textos de La Condamine, Ruiz, Mutis, Humboldt y otros.
7
Ver Jaramillo Arango, «A critical review»; o A.W. Haggis, «Fundamental errors in early history of Cinchona»,Bulletin for the history of medicine, 19 (1941), pp. 417-459.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
son nuestro mayor interés. Lo realmente relevante de la historia es: primero, que cumple una exitosa función en la certificacióneld remedio para los europeos, que hacen de la quina parte del mundo y la experiencia civilizada, segundo, muestra que la historia fue difundida en Europa, donde lacorteza se conoció y comercializó como «Los polvos de laCondesa», y que Linneo mismo, queriendo inmortalizar el nombre de la Condesa, le dio al género de este árbol el nombre Cinchona de . La escritura «Cinchona» de Linneo no es exacta y el error del naturalista sueco ha sido señalado por varios botánicos como Ruiz en 1792, pero este nombre ha sido reconocido como el nombre oficial delI La omisión de la h parece srcinarse en una vergénero de los árboles de quina.I Sin sión italiana de la historia. En italiano, el sonido ch antes de la i se da por la letra c. Es probaembargo, el error ortográfico de Linneo ble que un italiano, al escuchar «Chinchón» lo no sería ni la primera ni laúltima de una haya transcrito como «Cinchon», dándole un nombre srcinal al árbol de quina serie de ambigüedades, en las cuales se verían involucrados los botánicos, comerciantes, médicos y gobiernos. En lo que sigue, trataremos de explicar cómo algun as comunidades e intereses participaron en la fabricación del negocio de laquina e intentaremos ver cuál fue su relación con la clasificación botánica y elconocimiento médico. ⁽⁾ Para empezar, la palabra «quina» o «quinaquina» era el nombre srcinal que los nativos le habían dado al Bálsamo Peruano del árbol Myroxylon peruviferum y no al árbol de la fiebreCinchona. Más tarde, estos nombres pasaron del bálsamo al árbol de la fiebre, de tal forma, que aún hoy entendemos el nombre «quina» como la designación popular del género Cinchona . Como explicarían varios naturalistas (Ruiz y Mutis), la mayoría de los científicos y comentaristas que se ocuparon del tema en Europa confundieron e intercambiaron la verdadera Cinchona por el Bálsamo Peruano, Myroxylon peruviferum. Las dos plantas no sólo tenían algunas similitudes botánicas, sino que, además, tenían propiedades medicinales. Ruiz publicó en 1821 un trabajo titulado Descripción del árbol conocido en el Reino del Perú con el nombre de quinoquino y de su corteza llamada quinaquina; el cual es diferente de la quina o cascarilla . Sin embargo, la confusión no es del todo gratuita y vale la pena explicarla. Existía un comercioregular del Bálsamo -llamado quinaquina- entre Europa y
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
América antes del éxito de laCinchona. Un rumor sobre las propiedades curativas de la «corteza peruana» se difundió en Europa no y es de extrañarse que los comerciantes aprovecharan la oportunidad para incrementar las ventas y loscios prede su viejo producto, cuya popularidad ya había declina do. De esta manera, se referían a la nueva corteza con el mismo nombre del Bálsamo, «quinaquina». Además, los recolectores en América que se encontraron con una inesperada demanda por la «corteza de la fiebre», aprovecharon las similitudes de los dos árboles y no tuvieron ningún problema en mezclar las dos cortezas deacuerdo a sus intereses. Alrededor de 1630-1640, algún viajero pudo haberllevado muestras o incluso un cargamento de la corteza a España atalia, I pero es generalmente aceptadoque los jesuitas fueron los primeros que deliberadamente enviaron o llevaron quina a Roma, donde un cardenal español, Juan de Lugo, sería una figura central en la propagación de la nueva droga y suspropiedades. Es por esta razón quese hacía referencia a los «polvos delcardenal». Los jesuitas, quienes tenían uncontacto más cercano con los nativos americanos, organizaron la recolección deal corteza, la pulverizaron y la vendieron en beneficio de la Orden de Jesús. Desde 1650 la ⁽⁾ quina empieza a ser identificada con la dichaOrden y se comienza a conocer como «la corteza de los jesuitas». Además de las ya mencionadas dificultades en la identificación de una corteza genuina, también hay otros factores que dificultaron el reconocimiento y comercialización del nuevo remedio tropical. Una fuerte oposición al nuevo remedio se dio en otros países; en particular de parte de protestantes, que se negaban a reconocer los beneficios del remedio de los jesuitas. El caso de Oliver Cromwell es un buen ejemplo, pues él, escéptico con respecto a las virtudes de la corteza de los jesuitas, se refería a la quina como «los polvos del diablo». Esto muestra, sin duda, que las rivalidades políticas y religiosas fueron factor es importantes en una controversia que continuó pormuchos años. Sin embargo, existen otros factores que deben ser expuestos en detalle. En la época en que la quina llega a Europa existía una discusión entre la medicina tradicional y la iatroquímica. Los médicos galénicos argumentaban que la naturaleza del remedio no presentaba una correspondencia con las teorías antiguas de la
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medicina, según las cuales las fiebres se alivian por la expulsión de humores; fenómeno que no causaba la nueva droga y por lo tanto, no se consideraba como un medicamento válido. Así,la medicina tradicionalvio con sospechael nuevo remedio. Las nuevas drogas traídas a Europa del Nuevo Mundo fueron causa de conflicto entre quienes llevaban a cabo prácticas médicas conservadoras. Estos últimos, que ya se encontraban en aprietos por la creciente fuerza de la iatroquímica, encontraron mayores problemas cuando remedios que no eran parte de laMateria Médica tradicional, empezaron a llegar de otras partes del mundo y de otrasculturas. La 8 quina fue vista por muchos como una «innovación impertinente». Este medicamento trajo consigo polémicas sociales, económicas y botánicas que no se podían ignorar y srcinó una intensa batalla por su control entre los diferentes imperios europeos. La adulteración de la corteza por parte de los recolectores en América, las dificultades enla identificación de una única especie, la falta de conocimiento de los médicos con respecto a la forma adecuada de suministrar el remedio, la pobre calidad de lacorteza en el comercio, al igual que controversias religiosas y médicas, hicieron que el establecimiento de criterios botánicos para la identificación del árbol de la quina se convirtiera en un tema ⁽⁾ candente con repercusiones económicas y políticas. Los españoles controlaron las fuentes y el comercio dequina. la En consecuencia, el problema era inevitable para los exploradores espa ñoles del siglo XVIII que dedicaron gran parte de sus investigaciones al árbol dela fiebre. La Corona les había dado instrucciones específicas a los bot ánicos de investigar los árboles de quina y aclarar todas las ambigüedades sobre su srcen y sus propiedades. En las instruccio9 nes de Gómez Ortega a los exploradores, la quina tenía una absoluta prioridad. También es importante tener presenteque las fiebres «intermitentes», «pútridas» y «malignas» constituyeron la mayor preocupación de la medicina en España
8
Ver David L. Cowen,Pharmacy, an illustrated history, (New York, Abrams, 1990), pp. 64-5.
9
Ver Casimiro Gómez Ortega, Instrucción sobre el modo más seguro y económico de transportar plantas vivas. (Madrid: Biblioteca de clásicos de la farmacia española, 1992), pp. 37-38.
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durante el siglo XVIII. La literatura médica sobre fiebres durante la segunda mitad del siglo incluye memorias académicas, monografías sobre epidemias y referencias sobre métodos terapéuticos. Estos textos aparecieron con frecuencia en publicaciones periódicas como laGaceta de Madrid o el Memorial Literario10 . Una característica común de tales publicaciones son los comentarios sobre las virtudes febrífugas de la quina.11
⁽⁾
La literatura médica de la Edad Media española ha sido reseñada por Juan Riera, José Masdevall y la medicina española ilustrada: enseñanza, epidemias y guerra a finales del siglo XVIII (Valladolid: Universidad de Valladolid, 1980). 11 Para una fuente extensa de información sobre la entrada y los usos de la quina en España, ver: F. Arribaz Arraz,Papeles sobre la introducción y distribución de la quina en España (Valladolid, 1937). 10
2.TAXONOMÍA Y CERTIFICACIÓN
La primera descripción del árbol de quina hecha por un hombre de ciencia y enviada a Europa, fue efectuada por el astrónomo francés Charles Marie La Condamine, quien había recibido instrucciones del botánico Joseph de Jussieu de hacer tales observaciones. La Condamine viajó a la región de Loja, recolectó especímenes e hizo una descripción del supuesto árbol de la quina que se pub licó en las Memorias de la Academia en 1738. La intención del explorador francés era recoger y conservar un árbol de quina para llevarlo al Jardín de las Plantas en París. La Condamine opinaba que: El uso de la quina era conocido de los americanos antes de serlo de los españoles, y según una carta manuscrita de Antonio Bolo, mercader genovés, que había comerciado en estas regiones, citada por Don Sebastian Bado, los naturales de aquel país tuvieron por mucho tiempo oculto este específico a los españoles. Lo que es muy creíble en vista de la antipatía que aún conservan a sus conquistadores.12
⁽⁾
La publicación de La Condamine incluye información sobre la localización geográfica de Loja, su longitud, latitud y altitud. También da una descripción física e ilustraciones del árbol.Sin embargo, el astrónomo francés reconocía que figs. 26, carecía del entrenamiento botánico apropiado para un mejorexamen de la plan- 27, 28 y 29 ta.13 El texto de La Condamine fue traducido al español en 1778 por Sebastián López Ruiz, quien publicó una versión en la que incluye su s propios comentarios sobre la quina de Santafé.14
12
Charles M. La Condamine, «Descripción del árbol de la quina...», (1737), Trans. Sebastián López Ruiz (1778), en La Condamine,Viaje a la America Meridional por el río de las Amazonas (Barcelona: Ed. Alta Fulla, 1986) pp. 188-189.
13
Ibid., pp. 175-176.
14
Ibid., pp. 156-222.
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⁽⁾
figura 26.
Dibujos de Cinchona de Charles M. De La Condamine
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 27.
Dibujos de Cinchona de Charles M. De La Condamine
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
⁽⁾
figura 28.
Dibujos de Cinchona de Charles M. De La Condamine
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 29.
Dibujos de Cinchona de Charles M. De La Condamine
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
Linneo clasificó y nombró el género Cinchona,basánsose en las descripciones y los dibujos de las hojas, flores y frutos deLa Condamine, los cuales fueron hechosen febrero de 1737. Apareció en la segunda edición del trabajo de LinneoGenera Plantarum de 1742. En suEspecies Plantarum de 1753, Linneo presentó una descripción de la especieCinchona officinalispor primera vez, pero su clasificación , como veremos, no sería definitiva y era apenasleinicio de una polémica que duró años. Linneo jamás había visto la planta,como señalaron más tarde algunos botánicos como Humboldt, Ruiz y Mutis, quienes tenían familiaridad con las diversas variedades del árbol, y los dibujos de La Condamine carecían de cierto s datos necesarios para el establecimiento de todas las características del género. En otras palabras, a pesar de que la categoría de género en lataxonomía linneana es concebida como una categoría natural y real, seríamás sensato decir que Linneo, más quedescribir un nuevo género, lo fabricó. Además, se trataba de género un que no todo el mundo estaba dispuesto a reconocer como tal. En 1764 Mutis le envío a Linneo un ejemplar disecado, acompañado por un fig. 27 dibujo a color hecho por Miguel de Santiesteban. Dos extractos de la corresponden⁽⁾ cia que mantuvieron Mutis y Linneo muestran la importancia de ese intercambio de ilustraciones y descripciones para el diagnóstico y la clasificación de plantas. En una carta fechada el 24 de septiembre de 1764, Mutis escribe: ...le envío una lámina con algunas de las flores de la corteza de quina peruana. No estoy seguro si el célebre señor De La Condamine acompañó a su descripción la figura correspondiente, ni tampoco si vuesamerced ha tenido la oportunidad de examinar un espécimen disecado, pues no encuentro ningún signo indicativo de ello en la descripción genérica deCinchona la , en 15 su edición de Estokolmo del año 1754.
En su respuesta a Mutis, Linneo agradecido explica que los dibujos de hojas y flores ...que yo nunca había visto anteriormente, me dieron una idea verdadera de este rarísimo género, muy distinta de la que me había formado por las figuras del señor Condamine.16
15
«Mutis a Linneo, septiembre 24, 1764», enArchivo Epistolar del sabio naturalista Don José Celestino Mutis, (Bogotá: Instituto de Cultura Hispana, 1983), vol. 1, p. 46.
16
Linneo a Mutis, en Archivo epistolar, vol. 4, pp. 22-3.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
A partir de la edición de 1767 del Systema Naturae , Linneo incluyó en su descripción de la especie Cinchona Officinalis no sólo los dibujos y la descripción de La Condamine, sino también los envíos de Mutis. Como Ruiz, Humboldt y Bonpland, entre otros, mostraron más tarde, las muestras deMutis eran visiblemente diferentes a las de La Condamine, y consecuentemente la descripción de Linneo de la especie que llamó Cinchona officinalis , y que era supuestamente la verdadera corteza de la fiebre, era en realidad una mezcla entre una especie de Loja que Humboldt llamó C. condaminea y otra especie de Nueva Granada, la C. cordifolia de Mutis. El «error» de Linneo se explica por el hecho de que Mutis le envió muestras de una especie de Santafé, asumiendo que era la misma de Loja. Sin embargo, en la opinión de Ruiz y Pavón, la planta de Mutis no presentaba parecido alguno con la dibujada por La Condamine. Ruiz explica que a pesar de que La Condamine en su memoria describe y dibuja una rama de los árboles de quina observados en las montañas de Caxanuma, no ocupó tiempo suficiente para una descripción botánica apropiada de las especies que vio en sus viajes y las registró como una sola, lo cual ha conducido a errores. 17 ⁽⁾ De manera que en su descripción -como explicó Humboldt en su trabajo sobre la quina- Linneo, sin saberlo, estaba uniendo dos especies diferentes ; la quina Amarilla de Santafé y la srcinalmente descrita por La Condamine. 18 figs. 26 y 30 Como resultado, la descripción de Linneo de este género, basado en dos especies similares, era -según Humboldt y Ruiz- demasiado vaga y cargada de elementos heterogéneos. Como consecuencia, parte de la corteza que se vendía en el comercio como Cinchona no era Cinchona en absoluto, aunque alguna de éstas pudo tener propiedades febrífugas.
17
Hipólito Ruiz, Quinología o tratado del árbol de la quina o cascarilla con su descripción y la de otras especies de quinos nuevamente descubiertos en el Perú, ( Madrid, 1792).
18
Alexander von Humboldt, «On the Cinchona forests», p. 24.
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⁽⁾
figura 30.
Dibujos de
Cinchona de Miguel de Santiesteban
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La disputa taxonómica no terminaría, pero el negocio seguía creciendo y esa aparente falta de precisión taxonómica aceleraba la manipulación por parte de los comerciantes y los botánicos, que buscaban prestigio y reconocimiento. Estos últimos, aprovechando la confusión, quisieron hacer conocer sus propios especímenes de quina con el nombre de Cinchona officinalis para su propio provecho. El problema con II Este término, que en latín significa «de o relativo la palabra officinalisII consistía en que a la oficina», se usa para sugerir que estos especímenes eran los que los médicos utilizaban en sus consultorios, esto es, los que tenían poderes medicinales.
era simultáneamente una clasificación y una evaluación. Hasta 1780 la única corteza reconocida y confiable era la del área de Loja, que tenía mayor demanda y los precios más altos. No era cultivada y los árboles eran destruidos en el proceso de recolección. Después del oro y la plata, la quina era unade los productos americanos más apetecidos y a mediados del siglo XVIII los españoles necesitaban desesperadamente nuevas fuentes de la corteza. En 1782Cinchona la era un producto exclusivamente peruano y todos los barcos que llegaban a Cádiz procedent es de Callao llevaban un cargamento de la plantamedicinal. La variedad de productos americanos impor-
⁽⁾
tados a España a finales del siglo XVII era amplia y numerosa, pero la corteza peruana representaba el 1.4 % detodas las importaciones español as.19 Se suponía que los árboles de Cinchona no crecían al norte del ecuador hasta que Miguel de Santiesteban, Mutis y otros reportaron que el género crecía de manera abundante al norte de la línea ecuatorial, en el Nuevo Reino de Granada. Santiesteban había reconocido el árbol deCinchona en Popayán en 1752, y le mostró un espécimen a Mutis, quien entonces reconoció el descubrimiento de Santiesteban, pero 15 años más tarde lo proclamaría como propio. Este hecho inició una acalorada disputa sobrela prioridad de descubrimiento, la legitimidad de los nuevos árboles ysu utilidad medicinal.
19
Ver John Fisher,Commercial relations between Spain and Spanish America in the era of free trade 1778- 1796 (Liverpool: Centre for Latin American Studies, University of Liverpool, 1985).
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Las primeras observaciones de Mutis sobre la quina fueron publicadas en 1793 en un periódico de Santafé de Bogotá llamado El Diario y después fueron reimpresas en Madrid en 1828 con el título de El arcano de la quina. En este trabajo, Mutis no sólo diferencia siete tipos de quina, sino que explica sus supuestas propiedades medicinales. Cuatro de esos tipos fueron clasificados bajo la etiqueta de Cinchona officinalis: la naranja, la roja, la amarilla y la blanca; las otras tres, aunque consideradas especies genuinas del género Cinchona, no tenían propiedades febrífugas. Tal y como Mutis explicó, la naranja era la más efectiva, pero la roja, la amarilla y la blanca además de tener una propiedad febrífuga menor, presentaban muchos otros atributos medicinales. En contraposición a la idea generalizada de que sólo la quina de Loja era legítima, se suponía que todas estas quinas crecían en los alrededoresde Santafé de Bogotá. Sobra decir que este trabajo era de una importancia comercial indudable, pues, como ya dijimos, los árboles de Loja estaban desaparecien do rápidamente y esto podría generar un nuevo mercado centrado en la Nueva Granada. La clasificación de la quina de acuerdo al color de sus cortezas ya era una ⁽⁾ práctica común entre los recolectores peruanos. El trabajo de Mutis era, entonces, traducir esos criterios populares a sus suyos propios, usando categorías linneanas. No es una sorpresa que la forma de las hojas constituyera una característica distinta y esencial de las cuatro especies de Mutis. La quina naranja tiene hojas en forma de espada y un sabor amargo y aromático. La roja tiene hojas oblongas y un sabor amargo y austero; laamarilla tiene hojas en forma de figs 21 a 26 corazón y un sabor entre amargo y agrio; la blanca tiene hojas ovales y el mismo sabor de la amarilla.20 Las quinas peruanas tuvieron reconocimiento en España mucho antes que las de Santafé y además recibieron mejor aceptación; sin embargo, es interesante que la de Santafé, que fue importada directamente a Norteamérica y a Inglaterra desde
20
José Celestino Mutis,El Arcano de la Quina: Discurso que contiene la parte médica de las cuatro especies de quinas officinialis, sus virtudes eminentes y su legítima preparación, (Madrid: Ibarra, Impresores de Cámara de S.M., 1828).
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Cartagena, parecía tener mejor reputación que la del Perú en Inglaterra, Francia y Alemania, lo que significa que después de 1780 Europa recibió corteza tanto de Loja como de Nueva Granada; la corteza llegaba en gran parte a España y como contrabando, a Inglaterra y aNorteamérica. Los precios variaban dependiendo de los lugares de donde la corteza procedía. A menudo se necesitaba un certificado de su lugar de srcen con un juramento ante un notario para demostrar la legitimidad de ciertas cortezas. Sin embargo, a veces el mismo nombre «corteza de Loja» fue usado para denominar Cinchona de otros lugares, ya que se pensaba que era la misma especie. Un documento enviado por Mutis al Rey de España explica la urgencia de controlar el comercio de quina. El título de este trabajo es: Real Proyecto del estanco de la quina. Con él argumenta que es indispensable establecer un control central en el mercado de quina para evitar manipulaciones por parte de intereses particulares. No es una sorpresa que expusiera un número de razones para establecer ese control en Santafé e insistiera que el mercado de quina en el Perú debería ser suspendido. El documento es una extensa defensa de las quinas de Santafé, demuestra que Mutis conocía en detalle las cifras y pormenores del ⁽⁾ comercio de quina, y da una completa descripción de los beneficios económicos de su propuesta.21 Él mismo y algunos de sus colaboradores estaban involucrados en la exportación 22 Mutis hizo una fortuna considerable en América, y ilegal de quina a otros países. sus intereses personales en la comercialización de la quina de Santafé, al igual que los beneficios financieros que obtenía de la exportación de quina, son factores que debemos considerar cuando estudiamos sus trabajos sobre esta plan ta.
José Celestino Mutis, «Real proyecto del estanco de la quina», enFlora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, vol. 44, (Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1957). 22 Ver por ejemplo, «Don Salvador Rizo, albacea del sabio Mutis y Mayordomo de la expedición botánica, explica las circunstancias del viaje a Cuba de don Sinforoso Mutis y consecuencias del mismo», enHistoria documental de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada 1808-1952, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, (1986) pp. 157-160. 21
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Mutis nunca viajó a la región de Loja. Sinembargo, Francisco José de Caldas, quien se incorporó a la Expedición Botanica en 1801 tuvo la oportunidad de realizar estudios geográficos y botánicos en la región de Loxa. El caso de Caldas será estudiado en el próximo capítulo,pero vale la pena mencionar brevemente sus contribuciones al conocimiento de las quinas . Cómo resultado de sus investigaciones Caldas escribió su Memoria sobre el estado de las quinas en general y en particular sobre las de Loja. Caldas, más que botánico, era astrónomo y geógrafo elaboró una interesante colección de mapas y nivelaciones delas quinas de esta región. Sus investigaciones presentan descripciones e ilustraciones de nuevas especies, que deberían completar los trabajos del médico español.Sin embargo, sus conclusiones eran visiblemente diferentes de las de este último. Caldas opinaba que en toda la América Meridional sólo a 200 leguas alrededor de Loja se podría encontrar la verdaderaCinchona officinalis, la única especie con total reconocimiento de la Farmacia Real de Madrid.23 Su solución al problema también sería diferente, por sus trabajos en geografía, Caldas sabía que en la Nueva Granada había localidades en las cualeslos árboles de Loja podrían sercultivados para ⁽⁾ beneficio de la Corona española. Mutis y los miembros de la Real Expedición a Nueva Granada no eran los únicos médicos o botánicos españoles en América ni tampoco los únicos que propusieron una clasificación de las quinas. También están los trabajos de los botánicos a cargo de la Real Expedición al Virreinato delPerú. En 1777, Hipólito Ruiz y José Pavón fueron elegidos para dirigir una expedición a Perú y Chile, y Ruiz señala que desde el Ministerio de Indias se les ordenó, como una de las tareas principales de la misión, examinar las cascarillas o árboles de quina y todo lo relacionado con éstos.24 En 1788, después de 10 años en el trópico, arribaron a Cadiz y se establecieron en España. De 1789 a 1802 los dos exploradores trabaja -
23
Francisco José de Caldas, « Memoria sobre el estado de las quinas en general y en particular sobre la de Loja», enObras Completas, (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1966), pp. 241-260.
24
Hipólito Ruiz, Quinología, prólogo.
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ron en la publicación y organización de su más importante proyecto: La Flora Peruviana et Chilensis. Por varios motivos, la publicación de esta obra fue demorada y quedó incompleta, pero en 1792 Ruiz publicó suQuinología y, sin lugar a dudas, la importancia de este trabajo para elEstado contribuyó a la pronta publicación de ese pequeño volumen. El trabajo fue dedicado alConde de Floridablanca con las siguientes palabras: «Su Excelencia conoce mejor de lo que puedo explicar lo importante que es para el Estado y para la raza humana, aclarar el conocimiento sobre las diferentes especies de quina, sus virtudes, usos y comercio...»25 . Ruiz, al igual que Mutis, buscaba establecer los fundamentos para un mejor conocimiento botánico de los árboles de quina, al anunciar lo que él había observado, descrito e ilustrado con respecto a siete especies, la primera de las cuales llamó Cinchona officinalis y que fue presentada como la genuina de la región de Loja y, la única con reales virtudes febrífugas. «Me he dedicado -escribe Ruiz- con especial esmero a investigar, observar, recoger, descubrir y hacer dibujos de cada especie que encontré, el número de las cuales llega a siete. Las observaciones y descripciones de ese considerable número de especies facilitará corregir y mejorar más y más⁽⁾ la descripción del género Cinchona hecha por el Inmortal Linneo.»26 Ruiz organizó sus siete especies de la siguiente manera: 1.Cascarillo fina, (C. officinalis) 2. Cascarillo delgado, (C. tenuis) 3. Cascarillo lampiño, (C. glabra) 4. Cascarillo morado (C. purpurea) 5. Cascarillo amarillo, (C. lutesces) 6. Cascarillo pálido (C. paliesces) 7. Cascarillo pardo, (C. fusca)
25
Ibid., p. 2.
26
Ibid., prólogo.
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A pesar del hecho de que las clasificaciones hechas por Ruiz y por Mutis eran visiblemente diferentes, Ruiz encontró, tal vez por última vez en su vida, palabras amables para su colega en Nueva Granada,al hacer el siguiente comentario sobre el manuscrito de Mutis: «Encuentro con gran placer, corroboradas algunas de mis observaciones y reflexiones de mi propio tratado...».27 Sin embargo, como se señalará luego, el debate taxonómico estaba marcado por una polémica aún más importante, que involucraba los intereses comerciales de las dos regiones y que haría cada vez más y más hostil eintenso. En 1800, una defensa anónima de lasespecies de Mutis apareció enEl Diario de Madrid. Ésta incluía el nombre y el domicilio del comerciante donde estascortezas podían adquirirse. La disputa se hizo pública, pues una serie de ataques a Mutis aparecieron en el mismo diario. Su defensor y de los árboles de Nueva Granada se preguntaba si dichos ataques habían sido escritos por «... algún comerciante que quiera vender más caras las [quinas] que tenga del Perú –será algún boticario avaro, que se halle en el mismo caso = será algún botánico que infamando a los demás, quiera quedarse solo para dar la ley en esta ciencia–».28 En el ⁽⁾ mismo periódico, el defensor anónimo de Mutis respondió con el siguiente texto: Y diga vmd. de buena fe, ¿qué razón hay en la física para persuadir, que las quinas de la parte meridional o austral de la línea, son preferibles a las de Santa Fe? En la parte boreal hay los mismos árboles, los mismos terrenos, las mismas exposiciones, el mismo calor, la misma altura o distancia de la línea, y en todo son iguales los vegetales; y siendo esto cierto, cómo puede vmd. 29 creer que sólo los quinos son de distinta virtud?.
Francisco Antonio Zea, uno de los colaboradores americanos de Mutispostey riormente director del Jardín Botánico de Madrid, en suMemoria sobre la quina, según los principios del Señor Mutis,publicada en 1800 en Madrid, no sólo presenta una fuerte defensa de las cortezas de Santafé, sino qu e sugería que todas las espe-
Ibid., prólogo. Diario de Madrid, No. 315 « Martes, 11 de noviembre de 1800», enFlora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, vol. XLIV, p. 42. 29 Ibid., p. 43. 27 28
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cies de Ruiz y Pavón se podrían reducir a meras vari edades de las quinas naranja, 30 roja, y amarilla de Mutis ; si esta idea era aceptada, ello implicaría igualar los árboles de la Nueva Granada con los de Perú. La política de discriminación que hasta el momento favorecía a los comerciantes de quina peruana perdería toda su fuerza. Los botánicos en Madrid parecían divididos en dos grupos con posiciones opuestas sobre la legitimidad de lasdiferentes especies de quina. Gómez Ortega apoyaba a Ruiz y Pavón, y Cavanilles estaba de lado de Mutis. Zea no fue bienvenido por el grupode Gómez Ortega y Ruiz. Sinembargo, Antonio José Cavanilles representaría el nuevo poder de la botánica y en 1801 reemplazaría a Gómez Ortega como cabeza del Real Jardín Botánico. Cavanilles era un duro opositor de Ruiz y había mantenido comunicación y una estrecha relación con Mutisdesde 1786; en 1803 Zea se convirtió en asistenteedCavanilles, y en 1804 después de la muerte del español, asumió ladirección del Real Jardín Botánico. En 1801 Ruiz y Pavón publicaron suSuplemento a la Quinologiael cual incluía un extensa respuesta a laMemoria de las Quinas de Zea. En este trabajo Ruiz y Pavón describen cuatro especies nuevas descubiertas por Juan Tafalla, quien había sido encargado de continuar las investigaciones en Perú cuando ellos volvieron a España ⁽⁾ en 1788. La publicación era en realidad un ataque directo a Mutis, aZea y a las quinas de Santafé. Los botánicos presentan el trabajo afirmando que quedará completamente claro que las quinas naranja, roja, amarilla, y blanca deSantafé son especies notoriamente inferiores a la de Loja y Perú, que a su vez es reconocida en medicina como las más eficientes. También se demostrará, afirman, que la naranja es la única que puede ser incluida dentro de las quinas, mientras que la roja yla 31 Los autores amarilla son de un tipo inferior y la blanca es la menos útil de todas. aseveran además, que la descripción de la quina naranja de Mutis que contiene la
30
Francisco Antonio Zea, « Memorias sobre la quina según los principios del señor Mutis», en Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, vol. XLIV
31
Hipólito Ruiz y José Pavón, Suplemento a la Quinología (Madrid: Imprenta de la viuda e hijo de Marín, 1801).
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
publicación, se hace con el fin de ilustrar las marcadas diferencias que en exist entre 32 ésta y las especies del Perú descritas en suFlora Peruviana. La defensa de las especies peruanas de Ruiz y Pavón incluía también un cuestionamiento a la Real Expedición a Nueva Granada, a las capacidades como botánicos de Mutis y de sus asistentes. Los enemigos de Mutis señalan cómo a pesar de haber tenido una generosa ayuda económica y numerosos colaboradores, la Expedición había producido resultados muy pobres. Ruiz y Pavón comentanequ cuando Mutis fue nombrado como direct or ya era un hombre viejo que no viajaría más allá de los alrededores de Santafé y Mariquita. Así mis mo afirmaron que Mutis había recibido una copia de Quinología la de Ruiz antes de mayo de 1793, cuando su Arcano de la Quina comenzó a aparecer en elpapel periódico de Santafé, hecho que Mutis ni siquiera menciona. Susilencio, en la opinión de Ruiz y Pavón, se debía a los celos de que otra persona, que había llegado a América 17 años más tarde que él, se le hubiera anticipado en publicar un trabajo srcinal y novedoso como la Quinología33 . Insistían en que los nombres «Naranja», «Roja», «Amarilla» y «Blanca» fueron dados srcinalmente por la gente que recole ctaba la quina en Loja, y que ⁽⁾ Mutis había utilizado esos nombres para las quinas de Santafé. Además, afirmaban que el Arcano no era más que una serie de citas de una multitud de autores en medicina, que tomaba toda la información de La Condamine y de otros sin hacer ningún aporte srcinal. Finalme nte, denunciaban que el proyecto de Mutis de establecer un monopolio de quina en Santafé no tenía otra justificación quedefensa la de 34 sus intereses particulares. Los autores del Suplemento también señalan el error de Zea al pensar que la quina «naranja» (C. lancenfolia) era la misma descrita por La Condamine y que Linneo denominó C. officinalis. Es interesante que Ruiz en su Quinología, nueve años antes, había hecho un intento por igualar la C. officinalis de Linneo con
32
Ruiz y Pavón, «Aviso al lector», enSuplemento a la Quinología.
33
Ruiz y Pavón, «Defensa que hacen de las quinas finas peruanas», en:Suplemento a la Quinología.
34
Ibid.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
su C. nitida, argumentando que ésta era la misma que había descrito La Condamine. Tal afirmación había sido corr egida en el Suplemento de 1801, pero, igualmente, muestra cómo el nombre de Linneo, quien jamás vio el árfigs. 31 y 32 bol, era para los botánicos españoles una forma de asegurar su reconocimienfig. 26 to. Linneo era la autoridad que legitimaría su trabajo en Europa, donde la palabra del naturalist a sueco daba solidez y reconocimiento universal en lo referente a Historia Natural. No sólo los españoles vieron a Linneo como la autoridad sobrela cual apoyar sus propias afirmaciones; en otro trabajo importante sobre quina escrito por el botánico inglés Aymer B. Lambert,Una descripción del género Cinchona de 1797, encontramos un razonamiento similar: «Soprella » escribe Lambert: «... es la especie de la cual se extrae la genuina corteza Peruana, y fue la primera en haber sido descubierta: ésta es la especie que le ha dado el carácter de género y es consecuentemente la que Linneo menciona en las primeras ediciones de su Systema Naturae y en la sexta edición de su Genera Plantarum.»35 Como vemos, especies totalmente distintas fueron presentadas comoC. officinalis: C. cordifolia, Mutis; C. macrocarga, Vahl; C. nitida, Ruiz, y la srcinalmente descrita por La ⁽⁾ Condamine, que Humboldt denominóC. Condaminea. Pareciera que la palabra officinalis de Linneo le diera poder medicinal y, consecuentemente, precios más altos y un mayor crédito a sus descubridores. Todos los exploradores estaban más que deseosos de tomar prestado ese nombre mágico. Tanto Ruiz como Mutis representan intereses que deben ser tenidosen cuenta para entender los diferentes intentos de clasificación del género Cinchona. Intereses que, a su vez, forman parte de nuestro estudio de laconstrucción del conocimiento médico del árbol de la fiebre. En más de una ocasiónslobotánicos encontraron buenos argumentos para proclamar el descubrimiento de la especie con mayores virtudes medicinales.
35
Aymer Bourke Lambert, A description of the genus Cinchona (London: 1797), p. 10. Alexander von Humboldt, «On the Cinchona forests of South America», en Aymer B. Lambert (Ed.)An ilustration of the genus Cinchona: Comprising description of all officinal Peruvian barks including several new species, (London, 1821), p. 32.
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⁽⁾
figura 31.
Cinchona nitida . Ruiz y Pavón, Flora Peruviana et chilensis, vol. II, 1799.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
⁽⁾
figura 32.
Descripción del géneroCinchona. Ruiz y Pavón, Flora Peruviana et
chilensis, vol. II, 1799.
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Estas circunstancias, como las describió Humboldt en 1821, darían lugar a una gran cantidad de prejuicios y dificultades en el conocimiento del género. Algunas casas mercantiles en España, las cuales desde hace más de mediosiglo han estado en presión exclusiva de la Corteza de Cinchona, se han empeñado en desprestigiar la de Santafé. Ellos han encontrado botánicos dispuestos a tratar variedades como especies, y a probar que laCinchona del Perú era específicamente diferente de aquellas que crecen alrededor de Santafé... los médicos, como los papas, demarcan líneas sobre el mapa. Ellos insisten que más allá de cierto grado de latitud en el hemisferio norte no podría crecer ninguna quina eficaz. El efecto de los intereses mercantiles ha ido tan lejos, que por órdenes reales, una gran cantidad de la mejor quina naranja de Nueva Granada, que el Sr. Mutis había mandado arreglar para el Rey, fue condenada a las llamas como unremedio decididamente ineficaz, al mismo tiempo quelos hospitales españoles se encontraban necesitados de tan valioso producto. Una parte de la corteza condenada a destrucción fue secretamente comprada 36 por los ingleses en Cadiz ypúblicamente vendida en Londres a altos precios.
Humboldt, vale la pena recordar, estaba en deuda con Mutis de quien había recibido numerosos especímenes e ilustraciones, y parece favorecerlo en toda la polémica de las quinas. «El profesor Zea –escribe Humboldt– piensa, en mi opi⁽⁾ nión con perfecta propiedad, que muchas de las especies de laFlora Peruviana denotan meras variedades de la quina naranja cuyas diferencias dependen de la edad, el clima, y el lugar de crecimiento.»37 A continuación debemos analizar las bases sobre las que se dio la disputa, qué criterios y observaciones se consideraban competentes, y cuáles eran, en opinión de los botánicos, las propiedades que hacían una planta preferible a otra. En 1792 Ruiz admite que, hastaese momento, nadie había podidoestablecer con certeza el principio activo de la quina. De manera similar, en suArcano de la quina, Mutis había reconocido la falta de conocimiento sobre la naturaleza de las virtudes de ésta. Sin embargo, en elSuplemento leemos:
36
Alexander von Humboldt, «On the Cinchona forests of South America», en Aymer B. Lambert (Ed.) An ilustration of the genus Cinchona (London, 1821) p. 32.
37
Ibid.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Las señales que hasta ahora tenemos para preferir unas cortezas de otras son: abundancia de substancia granosa en la corteza; un aroma ácido y amargo, poca estipicidad y ninguno o pocos bellos; caracteres que están todos presentes en las cortezas superiores de Loja y Perú, las cuales durante 160 años han 38 producido más efectivos y confiables efectos.
¿Cuáles eran esos efectos confiables? Las cortezas estaban lejos de ser vistas como una cura específica contra unaenfermedad como la malaria (completamente desconocida entonces). LaCinchonaera presentada más bien como un remedio múltiple para distintas enfermedades. Aún las cortezas que supuestamente no tenían propiedades febrífugas podrían ser útiles como digestivos, supurativos, antipútridos, absorbentes, antiespasmódicos; servían para prevenir dolores de muela, dolores de cabeza, abortos yreumatismo. En el escrito de Ruizencontra39 mos dos páginas con más de veinte diferentes usos medicinales para la corteza. Al igual que Ruiz, Mutis no tenía problemas para atribuirle unagran variedad de funciones a las cortezas de quina. Médicos y botánicos de otros países europeos también participaron en la discusión y, como veremos, a pesar de los esfuerzos de la Corona por incrementar el poder imperial a través de una explotación más eficiente de sus recursos en las ⁽⁾ colonias, los españoles terminarían perdiendo el monopolio dequina. la El botánico inglés Aymer Bourke Lambert, vicepresidente de la sociedad Linneana, compró un herbario muy completo que contenía casi la totalidad de las especies recolectadas por los autores de Flora la Peruviana, con un número aproximado de 5700 especies.La colección también contenía numerosos especímenes en flor y con frutos de las especies del géneroCinchona y sus respectivas descripciones. En 1821 Lambert publicó en Londres un importante trabajo sobrequina, la Una ilustración del genero Cinchona, en el cual menciona y describe 22 especies. El libro incluía un trabajo de Humboldt sobre losBosques de Cinchona en Sur América, un trabajo que, como el autormismo lo describiría, fue escrito con el propósito de examinar los árboles de quina como objeto de geografía física y botánica.
38
Ruiz y Pavón,Suplemento a la Quinología, p. 95.
39
Ver Ruiz, Quinología, p. 39.
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Humboldt presentó 18 especies diferentes, y Lambert agregó seis más que merecen una investigación más detallada. Lapublicación también incluye unaMemoria sobre las diferentes especies de quina, un trabajo de M. Laubert, elmédico principal de la Armada española.Como vemos, el número de especies crecía gradualmente y, según Lambert, «los Botánicoseconocen r unas veinte cortezasdel género Cinchona, pero el número de ellas que está en el comercio es mucho mayor.»40 Después de la muerte de Ruiz a la edad de 62 años en 1816, Pavón asumió el liderazgo en el proyecto de laFlora Peruviana, trabajaba en una nueva publicación sobre quina, Nueva Quinologia publicada en 1826 que incluía las 12 especies que ya se habían descrito en laFlora y 32 especies nuevas descubiertas porTafalla. Este trabajo, que fue publicado en inglés por John Eliot Howard enLondres en 1862, circuló también entre varios grupos de botánicoseuropeos. En 1858 Howard obtuvo 52 especímenes ed cortezas de la colección de Pavón junto con el manuscrito srcinal. Nueve de las nuevas especies de Pavón fueron excluidas del géneroCinchona, como menciona el propio Howard en el texto de 1862. Además, el inglés agregó un buennúmero de especies que consideraba nue⁽⁾ vas. Su Ilustración de la Nueva Quinologia de Pavón con láminas a color por W.Fitch, y observaciones a la corteza descritase conoció entre los círculos científicos y fue traducido a otras lenguas. El volumen contenía material de otro trabajo sin publicar de Ruiz: Compendio Histórico médico comercial de las quinas41 . Howard, a diferencia de Humboldt, no tenía ninguna afinidad con Mutis, y más bien seguía a Ruiz y a Pavón, de quienes había recibido material para sus propias publ icaciones. La quina roja de Mutis,Cinchona oblongifoliaera, en la opinión del naturalista inglés, una planta «completamente inútil, que ni siquiera pertenece algénero Cinchona», e insistió en que los árboles del Perú eran especies diferentes de aquell as deSantafé42 .
M. Laubert, «Memoir on the different species of quinina», en Lambert (Ed.) An ilustration of the genus Cinchona, p. 17. 41 El manuscrito que se conserva en el Museo Británico (Historia Natural)fue impreso por Eduardo Estrella, Compendio histórico-médico-comercial de las quinas, (Burgos: Editorial Caja de Ahorros Municipal de Burgos, 1992). 42 John Eliot Howard , Illustration of the Nueva Quinilogía de Pavón, (London: 1862), pp. 10-11. 40
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Las polémicas sobre taxonomía no fueron el final del proceso de traducción, apropiación y control. Además de los casasmercantiles, de los comerciantes y los botánicos con diferentes intereses personales locales, y las opiniones taxonómicas y los criterios químicos también fueron tomados en cuenta, y los farmacéutas de la Real Botica tendrían un papel definitivo en la polémica. Ahora empazaremos a estudiar una tercera etapa en el proceso de legitimación de la quina, veremos cómo la discusión se trasladó del campo al laboratorio, de tierras americanas a Madrid, y más precisamente al mismo palacio Real. Las plantas no sólo fueron transportadas, secadas, dibujadas y clasificadas; ahora serían pulverizadas y descompuestas en sus«elementos constituyentes», en «principios activos» se aislarían, medirían y evaluarían. En ese proceso la Corona buscaba un control más cercano sobre laCinchona, es decir, un control sobre los comerciantes, los botánicos y los médicos.
⁽⁾
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
⁽⁾
3. DE LOS BOSQUES AMERICANOS A LOS LABORATORIOS DEL REY
Como ya hemos indicado, la discusión sobre la clasificación deCinchona fue central para el reconocimiento y certificación de la quina como un remedio genuino. Sin embargo, no menos importante y con un impacto posiblemente más directo sobre la farmacia, estaban los análisis químicos deal Farmacia Real. Cada uno de los cargamentos de corteza de Cinchona que llegaban a España debían pasar por La Botica Real para ser examinados, clasificados, almacenados y luego distribuidos. Una vez en Cádiz, los cargamentos se depositaban en la Casa de la Contratación esperando ser transportados por órdenes reales a la Real Botica. En los laboratorios de la Corte, el Primer Farmaceuta y sus asistentes procedían a abrir las cajas, a fin de reconocer y clasificar los productos. La apariencia externa y, en particular, el lugar de srcen eran un criterio importante para una clasificación inicial. La quina de Loja, que había estado en elcomer-⁽⁾ cio por más tiempo, eraaún considerada como la de mejor calidad yera clasificada de acuerdo al tamaño y estadode los troncos. Se tenían encuenta características externas tales como el grosor, olor, color, consistencia y sabor. Era una creencia común que las propiedades febrífugas se debían a la amargura de su corteza. La quina de Lojaera entonces clasificada como de primera, segunda,o tercera clase y, respectivamente, destinadas para uso del Rey, hospitales u otros posibles empleos. La quina clasificada como «superior» era para uso restringido de la familia real y para los regalos queperiódicamente se enviaban al Papa, a las cortes de Austria, Nápoles, o de la región toscana, entre otras. Elresto sería utilizada en hospitales, en la Armada o eradonada para la caridad.43
43
Ver M. Esther Alegre Pérez, et al., «Control e informes sanitarios de la Real Botica sobre quina en el período ilustrado», Anales de la Real Academia de Medicina de Cadiz, 23, (1992), p. 1.
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
Las quinas que llegaban de lugares diferentes al Perú eran sometidas a un análisis químico comparati vo. Por medio de destilación y estratificación, sus partes «granosas o resinosas» y sus «principios» eran aislados para comparar los resultados con los obtenidos en procesos similares con la quina del Perú. Si los resultados eran similares el reporte era favorable, en caso contrario, la corteza podía ser considerada de calidad inferior y para su utilización se recomendaban dosis más altas. Las quinas clasificadas como «inferiores» eran simplemente rechazadas, quemadas o utilizadas para otros propósitos no medicinales como, como por ejemplo, tintura. Además de los análisis químicos y la elaboración de los reportes correspondientes, muestras de la corteza eran enviada s a médicos practicantes para poner a prueba su eficacia y los efectos secundarios que podrían hacer daño alos pacientes. Estas pruebas clínicas eran llevadas a cabo en los hospitales con pacientes pobres que sufrían fiebres terciarias. Una vez concluidos los experimentos, los médicos estaban obligados a hacer reportes de dichos resultados para el Primer Farmaceuta delRey.44 ⁽⁾ El archivo de la Real Botica de Madrid contiene una enorme colección de documentos y manuscritos sobre la quina. Éstos incluyen registros de los cargamentos recibidos para su distribución, reportes de hospitales, y evaluaciones sobre las virtudes químicas de las cortezas realizados en el laboratorio de la Farmacia Real. Particularmente relevantes son los reportes de los análisis químicos y los de respectivos aprobación o rechazo de las quinas procedentes de Santaf é u otros lugares distintos de Loja. Como ya se ha dicho, la polémica sobre la virtud de las quinas de Santafé era una preocupación central de la política, del comercio y la ciencia. La autoridad de los farmeceutas del Rey era de central importancia en esta disputa.
44
Ibid., p. 150.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
En 1784 la Farmacia Real recibió el primer cargamento deuina q enviada por el Virrey de Nueva Granada. En diciembre del mismo año un reporte completo fue hecho en la Farmacia Real. El manuscrito de trece páginas contiene información interesante que vale la pena estudiar con cierto cuidado. Una vez más, el lugar de srcen y la identificación taxonómica de las plantas era una preocupación primordial para los farmacéutas. Siguiendo los botánicos que metódicamente han identificado los verdaderos caracteres, y que han determinado un conocimiento preciso para la determinación de las especies, y a pesar de no tener partes de la fructificación necesarias para concluir si esta quina es o no la misma traída de Quito, no tenemos duda... de que se trata de una y la misma especie. 45
El reporte comienza con una breveexposición de las características esenciale s de la quina de Loja, la cual «desde su descubrimiento ha tenido el primer lugar entre todos los febrífugos y, por mucho tiempo, su eficacia ha sido corroborada»46 . Los farmacéutas también señalan quelas nuevas quinas recientemente descubiertas poseen un «olor aromático, un sabor amargo, cortezas amarillas o rojas, aspereza al tacto y una piel de una substancia blanca y mucosa, características ⁽⁾ todas propias y particulares de la corteza Peruana».47 A partir de la evidencia que se había encontrado hasta ese momento, y otras razones que se dieron más tarde, los farmaceutas manifestaron su confianza en Cinchona officinalisde Linneo que ha que «la quina de Santafé es la misma especie 48 sido descubierta en las montañas de Loja» El cargamento de Santafé incluía tres clases diferentes de corteza: roja, amarilla y blanca y, para evitar confusiones, los químicos apelarona la publicación de La Condamine. Allí, el francés dice que los colores de las cortezas no deben conducir a distinciones en términos de especie. El reporte de los farmaceutas cita en ext en-
45
«Reporte de la buena calidad de la quina de Santa Fe, Papeles referentes a Quinas 1771-1786», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente, c-3-16.
46
Ibid., p. 3.
47
Ibid., p. 3.
48
Ibid., p. 3.
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
so a La Condamine cuando afirma que la amarilla y la roja no presentan ninguna visible diferencia en sus flores, hojas y frutos yni siquiera en las cortezas. Sugieren además que dichas diferencias dependen más del suelo, la temperatura y otros accidentes topográficos. Vale la pena recordar que La Condamine también había dicho que no tenía el entrenamiento adecuadoen botánica ni contó con el tiempo necesario para llevar a cabo estos exámenes, y que la distinción entre árboles de acuerdo al color de las cortezas era común entre losrecolectores y comerciantes locales. Como hemos visto, esta misma distinción fue adoptada por Mutis, quien tradujo estos cuatro tipos dequina a especies linneanas. Los químicos del Rey ofrecían otras razones fin a de concluir que las diferentes cortezasroja, amarilla y blanca, y que los árboles que crecen tanto ne Perú como en Nueva Granada, podrían ser una sola especie y quesus diferencias aparentes no serían más que el resultado de las diferentes edades de los árboles, de una diferente exposición al sol, y una altura distinta. Argumentaban que aun del mismo árbol se podían extraer cortezas dedistinto color. Hacia la mitad del reporte, los farmaceutas sólo se concentradon en el problema ⁽⁾ de la clasificación. La segunda parte del documento presenta los resultados de sus experimentos químicos: El propósito de la química es reconocer la naturaleza y propiedades de cualquier objeto por medio de análisis, composiciones, descomposiciones y combinaciones... y hemos puesto las distintas clases de quina a estas pruebas, separando sus principios por medio de destilación seca, estratificando sus partes resinosas y luego haciendo combinaciones y medidas con esos resultados...49
Para poder aislar las sales esenciales, los químicos utilizaron cinco onzas de corteza amarilla en «digestión fría». El resultado, después de filtrar y evaporar, fue III cinco «dracmas» y 24 gramos de una substancia III Una octava parte de una onza. salina «similar a las extracciones obtenidas por el mismo método de la quina oficial del Perú». 50
49
Ibid., p. 8.
50
Ibid.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Cuatro onzas de quina roja enpolvo fueron disueltas en 24onzas de «Espíritu de Vino». Después de filtrado y evaporado res ultaron «Cinco dracmas y cuarenta y ocho gramos de un extracto resinoso muy similar al obtenido de la quina de Loja».51 La destilación seca, «una operaciónque por medio del fuego nos permite extraer las partes componentes de los objetos naturales» produjo substancias que en su opinión eran similares a las obtenidas de la Cinchona Officinalis. «Otras operaciones hechas con las tres clases de la nueva quina, concluye el reporte, mostraron que sus componentes químicos o elementos principales eran los mis52 mos, sin poderlos diferenciar de aquellos obtenidos de la quina de Loja» Al final del documento los químicos reconocieron algunas diferencias en las cantidades y pesos, pero dichas diferencias de acuerdo consus interpretaciones, debían atribuirse a que losejemplares de Santafé eran más frescos.53 También aclaran que sus intenciones no eran la de favorecer ni escribir una apología de la quina de Santafé; querían hacer claridad en que la mala reputación de estos árboles se debía al uso comercial de otras cortezas que no pertenecen al género Cinchona y que se han vendido como si fueran quina. Algunos reportes clínicos expedidos durante el mismo período parecen co- ⁽⁾ rroborar la eficacia de las quinas enviada s por Mutis y el Virrey de Nueva Granada. Entre otros, el doctor Miguel Ambrosio Rivillo entregó a la Real Farmacia un informe fechado en Noviembre de 1784, en el cual se hace una lista del número de pacientes tratados y curados con la nueva quina. «A partir de la información provista», concluía el médico español, he observado que la quina de Santafé tiene virtudes febrífugas tan fuertes y eficaces como la quina peruana.54 Otros informes clínicos del mismo año y de fechas posteriores contienen conclusio nes similares, aunque algunos señalan que serequieren dosis más altas.
51
Ibid., p. 9.
52
Ibid.
53
Ibid.
54
«Papeles referentes a quinas, 1771-1786», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente, C-2-16.
IV. LA CONDESA, LOS JESUITAS, EL CARDENAL, EL DEMONIO, LINNEO Y SUS POLVOS
Otro documento importante es elExtracto de los pareceres de los médicos que han observado la quina de Santafé,55 que recoge datos de 22 médicos diferentes. La mayoría coincidía en pensar que los efectos de la nueva corteza eran idénticos o levemente inferiores a los de la quina delPerú. Durante el gobierno del virrey AntonioCaballero y Góngora, la quina de Nueva Granada parecía competir con éxito con laquina peruana. Entre 1785 y1788, 27.200 arrobas de quina de Nueva Granada fueron embarcadas de Cartagena a España. En el mismo período una cantidad similar de 27.940 arrobas llegaron a España desde Callao.56 Sin embargo, la oposición a los árboles de Mutis era aún fuerte y la controversia duraría todavía muchos años. En 1788 la Real Botica recibió quina de Santa Marta y su análisis concluyó que era la misma de Santafé. Sin embargo, estavez el reporte de la Farmacia Real era diferente. La quina de Loja aúndomina el mercado y loscriterios eran los mismos: «... mientras las partes constituyentes de la nueva quina corresponden a aquella características de la corteza del Perú, podemos concluir que sus usos sonmbién ta 57 los mismos». Sin embargo, algunas diferencias señaladas por los farmaceutas ⁽⁾ fueron suficientes para generar dudas con respecto a la calidad de este cargamento. Aparte de las diferencias en la aparienciaexterna, los análisis químicos comparativos señalaron una proporción menor de sales en la quina de Santafé. Nuevas evidencias en contra de laCinchona de Mutis se empezaron a tener en cuenta. Una prueba clínica que se llevó a cabo en 1786 en el Hospital General de Madrid, en momentos en que la corteza peruana escaseaba y los médicos tuvieron que utilizar quina de Santafé que había estado guardada desde 1785, parecía indicar que esta quina era notablemente inferior.58 Otro informe de 1789 concluía que
«Extracto de los pareceres..., Papeles referentes a quinas, 1771-1786», Archivo de Farmacia, Palacio Real de Oriente, Madrid, C-2-16. 56 Ver Gonzalo Hernández de Alba,Quinas amargas, el sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVII, (Bogotá: Academia de Historia de Bogotá, 1991), p. 170. 55
57
«Suministro de medicinas y varios, 1788-1790», Archivo de Farmacia, Real Palacio de Oriente, Madrid.
58
Ver M. Esther Alegre Pérez, «Drogas Americanas en la Real Botica», enLa ciencia española en ultramar, (Madrid: Ateneo de Madrid, 1991), p. 225.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
«ninguna quina de Santafé tiene uso alguno, y mientras haya quina peruana disponible, las otras cortezas deberían ser prohibidas»59 . Las repetidas reuniones de los médicos de laCorte, y el Primer Farmaceuta de la Farmacia Real nunca produjeron conclusiones definitivas en relación con la quina de Nueva Granada. Como resultado, el Rey mismo tuvo que intentar solucionar la controversia, y en febrero de 1789 ordenó suspender todos los cargamentos de quina de Nueva Granada. Más adelante, en ese mismo año, la Farmacia Real recibió dos botellas que contenían extracto de quina amarilla, enviadas por el Virrey dela Nueva Granada. El primer farmaceuta Juan Díaz afirmó que eraimposible medir sus propiedades febrífugas, porque no había una cantidad suficiente del producto, sin embargo recomendó que las cortezas provenientes de Santafé no se usaran con fines médicos y que los cargamentos de ese país debían ser cancelados. Nuevas muestras llegaron en agosto, septiembre y diciembre del mi smo año.Las cantidades demasiado reducidas, una vez más resultaban insuficientes para permitir los experimentos clínicos; pero, como fue informado por la Farmacia, suolor, color sabor y consistencia indicaban que las muestran recibidas eran en general de buena calidad, aunque no ⁽⁾ igualaban la fortaleza del sabor y el olor de las cortezas de Quito. En 1789, el Virrey envió 52cajas con quina roja y amarilla de Santafé. El mismo cargamento también incluía 60 cajas de quina de Loja. Inicialmente, las cargas se confundieron. Sin embargo, la decisión final de la Farmacia Real consistió en que la corteza de Santafé tenía pocas propiedades febrífugas. partir A de ese informe, la Corona dio órdenes de vender toda la quina de Santafé y decidió suspender la recolección y el transporte de la inútil corteza. La quina de Nueva Granada no tuvo una mejor recepción en Es paña hasta que Cavanilles y Zea reemplazaron a Gómez Ortega en la dirección del Real Jardín Botánico en 1803. Debemos recordar que los botánicos delPerú tenían una relación más cercana con Ortega, no sólo porque Hipólito Ruiz era el esposo de la
59
«Suministro de medicinas y varios, 1788-1790», Archivo de Farmacia, Real Palacio de Oriente, Madrid.
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sobrina de Ortega, sino también porque los exploradores del Perú habían sido directamente escogidos y liderados por Gómez Ortega. Cavanilles, por el contrario, estaba visiblemente del lado de Mutis, con quien se mantenía en contacto desde 1786. Zea, como hemos explicado, era srcinario de Santafé, había sido miembro de la expedición de Mutis, y se convirtió en el mayor defensor de la Cinchona de este último en España.
⁽⁾
CONCLUSIÓN
Por muchos años los árboles de Loja fueron considerados como la especie genuina y srcinalmente descubierta del géneroCinchonadescrita por Linneo. El éxito medicinal y comercial de la corteza peruana fueen repetidas ocasiones certificada por botánicos deseosos de ser autores de sudescripción e identificación de la única y genuinaCinchona officinalisque además de impedir falsificaciones yfraudes, también aseguraría el monopolio. Sin embargo, botánicos y exploradores en otras regiones de América también proclamaron el descubrimiento de cortezas igualmente eficientes, lo que dio lugar a una interminable controversia botánica y química con marcados interesescomerciales. Es evidente que a mediados del siglo XIX nadie estaba en posición para ser juez absoluto en el drama de la clasificación de las quinas. La «quinina» fue aislada de la corteza de quina por primera vez en un laboratorio en París el 11 de ⁽⁾ septiembre de 1820, y a mediados del siglo XIX sería cultivada en India y Java por los ingleses y holandeses respectivamente, de tal forma que España perdería el monopolio de la corteza.60 A pesar de que los taxónomos modernos no se pueden tomar como árbitros en debates del pasado, vale la pena mencionar que el número de variedades conocidas hoy es mucho mayor. El género Cinchona ha sido completamente reclasificado, y la mayoría de las especies a las que nos hemos referido, no son consideradas como parte de este género. Sobra decir que la solución al problema taxonómico no es nuestra preocupación. Lo que debe quedar claro es que en eljuego de la clasificación de quinas y en la legitimación de sus usosmedicinales tuvieron que ver factores e intereses que
60
Ver Norman Taylor,Cinchona in Java: The story of quinine , (New York: Greenberg, 1945); y Pelletier y Caventou,Analyse chimique des quinquina, (Paris: L. Colas, 1821).
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no nos permiten trazar fronteras entre botánica, comercio, medicina y política, y que la complejidad taxonómica del género puede ser explicada históricamente. No podemos pensar en la taxonomía vegetal o en la medicina como actividades propias del terreno de laciencia e inmunes a las demandas del comercio. Por el contrario, el conocimiento del árbol de la fiebre seconsolida dentro de una red de actores e instituciones que comparten intereses y hacen posible la movilización de los árboles de quina de los bosques americanos a la Corte española. La
Cinchona, por su valor comercial es un caso especial pero no el único, como lo hemos ilustrado con ejemplos en los capítulos anteriores. La demanda por la quina era particularmente fuerte en aquellos países con intereses coloniales en lugares de fiebres endémicas, tales como Inglaterra y Holanda. Bajo el liderazgo de Kew Gardens, la Cinchona afectó de manera importante la política y lademografía a través del control de lasfiebres. Algunos historiadores como Lucille H. Brockway han argumentado que la penetración colonial ed Africa en el siglo XIX fue posible solamente después de que una fuent e confiable, 61 y a precios accesibles de quina, estuvo disponible. decidido a encontrar productos ⁽⁾ Habíamos visto cómo el Estado Español estuvo nuevos que liberaran aEspaña de losmonopolios comerciales ingleses, franceses y holandeses. Sin embargo, su éxito en introducción la de productos americanos alternativos fue bastante limitado. Importantes productos americanos comenzaban a ser cultivados por otras naciones en sus colonias. Kew Gardens, por ejemplo, adquiría 62 Como resultado de estos actos de apropiacontrol sobre la quina, el caucho y otros. ción, tanto por parte de Españacomo de otros imperios europeos, las gentes ylas naciones de América perdieron control sobre plantas nativas e industrias autóctonas. Ya es tiempo de volver nuestra atención a esos países e investigar las consecuencias de las expediciones en las colonias españolas y en las nuevas naciones americanas.
61
Lucile H. Brockway,Science and colonial expansion: The role of the British Royal Botanical Gardens, (London: Academic Press, 1979) pp. 103-139.
62
Ibid.
V
LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓN DE UNA TRADICIÓN CIENTÍFICA EN AMÉRICA.
⁽
⁾
⁽⁾
«El punto no es el papel de la ciencia en la historia imperial, sino la ciencia misma como historia imperial». Roy Macleod1
Hasta ahora hemos analizado algunas actividades que formaron parte de la exploración científica de América, hemos examinado la historia natural, la botánica, la medicina y su función como formas de poder inseparables de los intereses imperiales; así mismo, hemos visto que la historia natural y la medicina operaban como herramientas de apropiación y hemos señalado la importancia de estas empresas para los jardines botán icos europeos, los museos de historia natur al y, en general, para los imperios europeos de la Ilustración. Sin embargo, poco hemos dicho hasta ahora sobre el impacto de las expediciones sobre las nacientes nacio nes y culturas americanas. Este capítulo examina algunas de lasconsecuencias de la implantación de las prácticas científicas de la Ilustración en las colonias españolas. Espero que así podamos enriquecer la discusión sobre coloniali smo, imperialismo cultural y so⁽⁾ bre la frecuentemente distorsionada relación entre la ciencia y los movimientos de independencia americanos. Trataré de mostrar que no es deltodo legítimo hablar de la relación entre poder y conocimiento como dos cosas distintas que pueden interactuar. Así lo dice Joseph Rouse, «El poder ya no es externo al conocimiento ni se opone a él, el poder mismo es la esencia del conocimiento».2 Frecuentemente los historiado res han señalado relaciones entre los intereses del Estado y los fines de la exploración científica. Esos análisis pueden ser de gran utilidad, pero el punto aquí es comprender al conocimiento como una forma de poder y
1
Roy Macleod, «On visiting the ‘moving metropolis’: reflections on the architecture of imperial science», en Nathan Reingold y Marc Rothemberg (Eds.) Scientific colonialism: a cross-cultural comparison, (Washington: Smithsonian Institute Press, 1981), p. 219.
2
Joseph Rouse, Knowledge and power, Toward a political philosophy of science, (Ithaca y Londres: Cornell University Press, 1987), p. 19.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
apreciar que la diseminación de disciplina s como la historia natural, la taxonomía y la medicina es la diseminación del poder. Desde esta perspectiva, esperamos ofrecer evidencia para, así, mostrar que después de las guerras de la independencia -comúnmente relacionadas con los ideales progresistas de Ilustraciónla la estructura de poder permaneció en gran medida sin modificación. La soberanía de la Corona española no se reconocía formalmente, pero las colonias ya habían adoptado o estaban adoptando formas de dependencia aún más profundas, aunque no por ello oscuras ni escondidas. Me refiero a la lengua, la religión y la ciencia. Nos ocuparemos en adelante de Mutis y suscolaboradores de la Real Expedición del Nuevo Reino de Granada. Intentaremos describir laidentidad social del director y los otros miembros de la Exped ición y examinar su papel en la histori a política de Colombia. Las enseñanzas de Mutis en filosofía natural y su influencia como médico y director de la Real Expedición Botánica están directamente relacionadas con la introducción de una ideología propia de los imperios de la Ilustración. Los practicantes de medicina, botánica y geografía en la Nueva Granada constituyeron una élite de criollos que se han identificado con el movimiento de ⁽⁾ Independencia y se han convertido en figuras nacionales en la historia de Colombia. Este trabajo pretende revisar interpretaciones tradicionales sobre el papel de la medicina, la filosofía natural, la botánica, la geografía y de la Ilustración en general como causas de la Independencia en América Latina. José Celestino Mutis, el primer botánico de la Real Expedición Botánica de la Nueva Granada, es lo que podemos llamar un «agente de poder». Mutis reune todas las condiciones de la autoridad colonial: es hombre,anco, bl europeo, médico, sacerdote y naturalista. En este últi mo capítulo nos vamos a concentrar en sus actividades como portavoz de la Ilustración y como emisario de las políticas científicas del Imperio español en América. Mutis nació en Cádiz en 1732. Estudió medicina en Sevilla y fue entrenado como botánico en el Jardín Botánico de So to de Migas Calientes por el botánico Miguel Barnades donde se familiarizaría con la filosofía linn eana. Fue nombrado médico oficial del Virrey de Nueva Granada, Pedro Messia de la Zerda, y así tuvo la oportunidad de viajar al Nuevo Mundo a la edad de
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
28 años con muchos más proyectos e ilusiones que cuidar de la salud del Virrey. Mutis llegó a Cartagena en octubre de 1760. Pronto se encontró con gentes y costumbres extrañas y, sobre todo, con la más rica e impresionante variedad de especies naturales. Después de unos días en Cartagena, Mutis y el Virrey viajaron a Santafé de Bogotá por el río Magdalena. Durante un mes de viaje, Mutis conoció la riqueza de la flora y fauna tropicales. El 28 de enero llegaron a Honda y desde allí se vie ron obligados a viajar por tierra a Santafé, una ciudad situada a 2600 metros sobre el nivel del mar. Mutis llevó un diario en el cual revela que sus interese s principales eran la vegetación exótica, las prácticas médicas de los na tivos sobre las cuales tomó nota de forma detallada, y el estado de la fe católica. Pasando por climas cálidos, templados y fríos y por la más exuberante vegetación, Mutis llega a Santafé en febrero de 1761. Antes de sali r de Europa, Mutis ya tenía planes de hacer investigaciones en historia natural, incluyendo un viaje a Loja para investigar los árboles de quina. Sin embargo, una vez instalado en Santafé, trabajando como médico, Mutis se lamenta de su falta de tiemporecury 3 sos para ocuparse de la historia natural.El mismo año de 1761, Mutis le escribe⁽⁾ por primera vez al Rey pidiéndole patrocinio para sus proyectos botánicos. Entre 1763 y 1764 insiste y explica de forma extensa las numerosas ventajas que este proyecto de historia natural tendría para España. En una carta dirigidaRey al el 20 de julio de 1764 Mutis escribe: ... luégo que vuestra Majestad se digne mandar que se me destinen los sueldos y medios proporcionados a los trabajos de una empresa que sólo se dirige a producir honores a la nación, utilidad al público, extensión al comercio, ventajas a las ciencias, nuevos fondos al Erario Real y gloria inmortal a Vuestra Majestad, cuya vida conserve la Divina Providencia para el bien universal de la Monarquía.4
José Celestino Mutis, «Martes 24 de febrero, viernes 17 de julio, 1761.» en Diario de observaciones Vol. 1, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 85. 4 José Celestino Mutis, «Mutis al Rey Carlos III, Santafé, 26 de junio, 1764.»,en Archivo epistolar del sabio naturalista Don José Celestino Mutis, Vol. 1, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 43. 3
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
Sin embargo, el apoyo real tardaría más de 20 años y Mutis tendría que limitar sus ambiciones como naturalista a la colección de plantas en sus ratos libres,anotando los usos medicinales de lasespecies vegetales entre los habitantes de los alrededores de Santafé. También inició su correspondencia con nat uralistas europeos, incluyendo a Linneo, a quien le envió algunos I Un detallado estudio sobre Mutis y su relación especímenes y descripciones de las que él con Linneo la ofrece José Antonio Amaya en su libro Mutis, Apóstol de Linneo, historia de la I. consideraba como especies nuevas botánica en el Virreinato de la Nueva Granada, Instituto El virrey de la Zerda debía regresar a (1760-1783) Antropoligía, (Bogotá, e Historia, 2006). Colombiano de España y Mutis necesitaba recursos para sus proyectos científicos en América. El Rey no había aprobado la expedición y Mutis decidió hacerse sacerdote en 1772, posiblemente para asegurar su estadía en territorio americano. El nuevo Virrey, el arzobispo Caballero y Góngora, se convirtió en unvalioso aliado para Mutis y es a través de éste que la expedición finalmente obtendría apoyo del Rey. Carlos III, quien seis años antes había dadosu aprobación para la expedición de Ruiz y Pavón a Perú y Chile y quien había sido informado de los ⁽⁾ progresos de Mutis, aprobó la expedición a Nueva Granada y nombró aMutis como Primer Botánico. Las noticias de la Corona no arribaron a Santafé sino hasta el año siguiente, cuando Mutis y sus colaboradores ya habían adelantado trabajos bajo los auspicios de Caballero y Góngora. El 1 de abril de1783, Mutis, Valenzuela y García recibieron del Virrey sus primeros salarios como director y asistentes, respectivamente. Pronto la Expedición se trasladó a Mariquita, un pueblo pequeño y apacible que fue escogido por Mutis como base sus actividades. Mariquit a tenía una localización privilegiada: a 535 metros sobre el nivel del mar, la ciudad proveía un clima agradable y un fácil acceso a una variedad de hábitats. Estaba convenie nte-
mente cerca de importantes minas de plat a y a Honda, un puerto terminal del río Magdalena. Allí Mutis fundó un Jardín Botánico y organizó investigaciones en diferentes áreas. La Expedición se dedicaría al estudio de plantas medicinales (quina, canela, té), la domesticación de abejas, la minería, la recolección de aves y
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
de insectos. Sin embargo, el principal proyecto de Mutis era lalaboración e de una de las más grandes colecciones iconográficas de la historia de la botánica. El gobierno español, ávido de ver resultados, temía que el sacerdote, quien cada día estaba más enfermo, nunca completara los tan espera dos trabajos. Desde Madrid Mutis recibió orden de trasladar la Expedición a Santafé. En 1791 Mutis, a los 51 años, inició un nuevo período de trabajo en la capital por otros 17 años. Nuevos naturalistas americanos, artistas y colaboradores se unirían a la Expedición haciendo importantes contribuciones. Entre ellos estaban: Francisco Antonio Zea, más tarde dir ector del Real Jardín Botánico de Madrid, Jorge Tadeo Lozano, el zoólogo de la Expedición, Jos é y Sinforoso Mutis, los sobrinos del director, y Francisco José de Caldas. Todos estos hombres se convertirían en importantes figuras de la vida cultural de Nueva Granada y se han identificado con la campaña independentista. Caldas, Lozano, Rizo y Carbonel fueron ejecutados por los españoles. Sinforoso Mutis sobrevivió, posiblemente gracias a su apellido. El papel de Mutis como diseminador de la Ilustración y de nuevas ideas científicas -que también ha sido exagerado- nos da la imagen de un hombre ⁽⁾ progresista, que lucha contra la tradición y los predicadores escolásticos. Esto ha permitido a historiadores, ansiosos por consolidar su imagen como «padre de la patria», suponer que el médico español debe ser visto como promotor del movimiento de independencia.5 Ha sido fácil, en ocasiones conveniente, ver en Mutis a un sacerdote y científico, a un hombre blanco, letrado y pacífico, quién se convirtió en el forjador de un país católico, cuya clase dominante maneja unos valores que aún coinciden con los de un religioso del siglo XVIII. Sin embargo, estas afirmaciones deben ser revisadas, ya que Mutis siempre se mantuvo fiel, incluso servil, ante la Corona española y su actitud hacia América y su gente no era nada más que paternal. Más aún, como hemos argumen-
5
Ver por ejemplo, José Luis Peset,Ciencia y libertad: El papel del científico ante la independencia americana, (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1987); Federico A. Gredilla, José Celestino Mutis, (Bogotá: Plaza & Janés, 1982).
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tado, la historia natural y todos los proyect os de exploración estaban claramente diseñados para favorecer al Imperio español. Es oportuno mencionar algunos de los problemas historiográficos que debemos enfrentar cuando buscamos entender el establecimiento de la ciencia occidental en otros continentesy, en este casoen particular, el papel de la apariciónde figuras como la de Mutis. La descripción convencional de Mutis como «el oráculo de la Nueva Granada», «el padre de la patria», promotor de la nueva ciencia y de progreso, se puede encontrar ya en el siglo XVIII y en los esfuerzos del mismo Mutis por construir esa imagen. Hay buenas razones para cuestionar la idea común de que Mutis fue el maestro a quien los naturalistas americanos, sus «discípulos» (Zea, Lozano y Caldas, re otros) ent le deben no sólo su educación, sino tambié n sus ideales revolucionarios. El número de personas que recibieron instrucciones de Mutis en las teorías de Copérnico y Newton, matemáticas, historia natural, botánica y medicina por más de 40 años, y la influen cia que pudo haber tenido sobre la gente que trabajó con él, no son fáciles de evaluar. Lo que sí parece claro es que Mutis nunca contempló la posibilidad de ser reemplazado – el científico ⁽⁾ ni de tener un sucesor en América: «Luégo que yo falleciereescribió español– deberá quedar extinguido el empleo de Director de la Real Expedición 6 Botánica de este Reino». No es nuestro propósito a reseñar todos los excesos de la historiografía de la ciencia en la colonia, pero vale lapena mencionar los intereses que promueven el tono de celebración en el que se ha escrito la historia de la ciencia enla América colonial. Para comenzar, la imagen de Mutis como «el oráculo del Reino» es apelativo srcinal del mismo Mutis7 , y su significado literal revela mucho sobre el papel del científico europeo en el Nuevo Mundo.Un oráculo es la agencia o elmedio por el
6
Mutis, «Ultimas disposiciones del director de la expedición botánica relacionadas con el funcionamiento del instituto después de su muerte, septiembre 19 de 1808», en Historia documental de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada después de la muerte de su director don José Celestino Mutis. 1808-1952, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1986), p. 82.
7
José Celestino Mutis, «Mutis a Francisco Martínez, Mariquita, diciembre 19, 1789», Archivo epistolar, p. 503.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
cual un dios puede hablar o hacer co- Florentino Vezga (1833-1890) era un abogado y médico que se convirtió en el primero director nocer su voluntad. Los historiadores de la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, donde fue profesor de zoose han encargado de perpetuar esa logía, cristalografía y mineralogía. También enimagen de la ciencia ilustrada como señó en la Facultad de Medicina y en el Colegio de Jurisprudencia. A lo largo de su carrera manuna benevolente fuente de progreso y tuvo posiciones influyentes en la vida política de Colombia. libertad. Desde el primer historiador de la Expedición Botánica, Florentino VezgaI , hasta algunas de las más recientes I
publicaciones, podemos identificar un interés común en mostrar a la Ilustración como legítima autoridad. Como se ha señalado repetidamente, la ciencia y la medicina se han considerado símbolos de unasuperioridad cultural de los países occidentales sobre llamael do «Nuevo Mundo».8 Esta idea supone que la ciencia y la medicina son fuerzas históricas necesariamente progresivas, que las colonias tienen la fortuna de haber recibido «la luz» de la ciencia y que,por ello, las culturas americanas deben sentirse obligadas y agradecidas con Europa. Los historiadores han celebrado y magnificado los beneficios de dicha herencia, pe ro los intereses y las razones que permitieron ese proceso de transmisión e implantación deasl prácticas científicas⁽⁾ y médicas no han sido expuestos cabalmente. Cuando asumimos que el conocimiento y la ciencia son actividades neutras y moralmente incuestionable s nos es imposible reconocer que estas prácticas conllevan relaciones de poder, que constituyen importantes herramientas de dominación. Tales relaciones determinan y definen conceptos de «superioridad» o «subdesarr ollo» y, subsecuentemente, justifican el control de unas naciones sobre otras. Otro obstáculo para la comprensión de la ciencia en el contexto colonial – como lo señalan David Wade Chambers y otros–laesconvencional periodizació n de la historia política de América, que por lo general no tiene ninguna relación con la historia de la ciencia en esos países. Estos periodos han sido delimitados por historiadores cuyos análisis ven la hegemonía política desde un punto de
8
Ver por ejemplo Teresa Meade y Mark Walker (Eds.)Science, medicine and cultural imperialism, (London: Mac Millan, 1991).
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
vista marcadamente eurocéntrico. La colonización o la independencia son episodios que corresponden razonablemente bien a la historia política europea, pero que a menudo ocultan parte de lahistoria americana. Si incluimos criterios económicos y tomamos en cuenta otras fuerzas históricas como loes la ciencia, se hace necesario extender el período colonial hasta el siglo XX. En otras palabras - como Wesseling sugiere- el fin del imperio no es el fin del imperialismo, sino su continuación por medios diferentes y más difusos.9
⁽⁾
9
Henk Wesseling, «Overseashistory», en PeterBurke, (ed.)New Perspectives on historical writing, (Cambridge: Polity Press, 1991).
1. JOSÉ CELESTINO MUTIS COMO UN AGENTE DEL IMPERIO
Como hemos visto, las actividades de Mutis y sus colaboradores eran variadas y numerosas; en adelante, nos vamos aconcentrar en su papel como educador y diseminador de la cultura europea. Nos aproximaremos a él como un defensor del Imperio español y quien, almismo tiempo ayudó a que unageneración joven de americanos se identificara con los ideales de la Ilustración europea. Los tres héroes intelectuales para Mutis –Newton, Boerhaave y Linneo– representaban la posibilidad de un entendimiento sistemático y racional del universo, del cuerpo humano, y de la naturaleza. Los tres se convirtieron en símbolos y paradigmas del éxito de la ciencia ilustrada en el conocimiento y en el control de la naturaleza.
El mensaje moral de la Filosofía Natural. ⁽⁾ Para empezar, examinaremos el papel de Mutis como maestro en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y sus leccion es sobre historia natural. En vari os escritos que se conservan con relación a sus lecciones de la Universidad del Rosario, Mutis nos da una descripción completa de sus ide as sobre los métodos y fines de la ciencia. Como buen representante de la Ilustración europea, insistía en la importancia de las matemáticas y en el verdadero método de la filosofía natural, que identificaba él con la obra de Copérnico, Descartes, Newton, y por supuesto, con la de Linneo. Uno de los manuscritos más interesantes de Mutis que se conservan en los archivos del Real Jardín Botánico de Madrid, es una versión en español de algunos apartes de Los Principios Matemáticos de Filosofía Natural de Newton. El manuscrito tiene trescientas páginas en la letra de Mutis, escritas entre 1739-1742, y que parecen ser su propia traducción de laobra. Basándose en la versión latina delos padres Leseur y Jacquier, Mutis tradujo los libros I y III. El libro II no aparece y probablemente nunca fue traducido. A pesar de que no hay evidencia de que
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hubiese planeado terminar una traducción formal para publicar, la importancia de una versión en español de la obra de Newton en esa época y en un lugar como Nueva Granada es de innegable interés.10 Sin embargo, las enseñanzas de Mutis sobre Newton parecen limitarse a la retórica y a la metodología de la nueva mecánica newtoniana más que al contenido físico-matemático de losPrincipia. Uno de los pensamientos esenciales de toda la labor didáctica de Mutis es su idea de que el método correcto en filosofía natural condu ce tanto a Dios como al progreso. Uno de sus trabajos presentados en la Universidad del Rosario esElementos de filosofía natural que contienen los principios de la física, demostrados por las matemáticas y confirmado con observaciones y experiencias: Dispuestos para instruir la juventud en la filosofía Newtoniana. En este texto la filosofía natural se presenta como el fundamento de la religión y de la moral: Con todo eso la Filosofía Natural tiene otros fines más nobles, y otros usos más importantes. Su principal mérito consiste en que sirve de fundamento sólido para la religión natural y la filosofía moral, conduciendo al hombre en modo muy agradable al alto conocimiento del Autor de la naturaleza y Creador del Universo.11
⁽⁾
Insiste en que ignorar elverdadero método de la ciencia nos conduce al ateísmo y a la barbarie12 , expresa su ciega admiración por Newton y de manera reiterada nos recuerda la relación entre la ciencia y la religión: «...cada descubrimiento en la filosofía natural es unanueva prueba de la Divinidad».13
10
Luis Carlos Arboleda, «Sobre una traducción inédita de losPrincipia al castellano hecha por Mutis en la Nueva Granada circa 1770»,Quipu 4 (1987), pp. 291-313.
11
José Celestino Mutis, «Elementos de la filosofía natural que contienen los principios de la física demostrados por las matemáticas y confirmados con observaciones y experiencias: paradel instruir a ladejuventud enBogotá la doctrina la filosofía newtoniana en eldispuestas Real Colegio Rosario Santafé de en el de Nuevo Reino de Granada, año 1764», en Escritos científicos de don José Celestino Mutis (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983), p. 51.
12
Ibid., p. 52. Ver también: «Discurso preliminar pronunciado en la apertura del curso de matemáticas el día 13 de marzo de 1762 en el Colegio Mayor del Rosario de Santafé de Bogotá», p. 39.
13
Ibid., p. 69.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Al mismo tiempo, la filosofía natural esfuente de prosperidad, orden y civilización. Este es el mensaje central de otro de sus trabajos: Plan provisional para la enseñanza de las matemáticasde 1787: La enseñanza de las matemáticas, cuyo restablecimiento se debe a los benéficos pensamientos del Excelentísimo señor Arzobispo Virrey, se dirige a propagar entre la juventud americana los conocimientos de unas ciencias necesarias al bien del Estado en el mismo grado supremo en que se consideran por todo el mundo sabio las demás ciencias útiles. A proporción de su abandono o absoluta ignorancia y de su cultura o adelantamiento han experimentado todas las naciones civilizadas al atraso y progreso de su industria, agricultura, artes y comercio, que formando los ramos principales del sustento y comodidad del hombre, deben mirarse como esencialísimo de cualquier 14 sociedad que aspire a su cultura y engrandecimiento.
Mutis no es la única fuente de la mecánica moderna en América; a lo largo del siglo XVIII las colonias recibieron publicaciones europeas, que incluían lasobras más representativas del momento.Sin embargo, no sería sino hasta 1820 cuando Félix Restrepo publicó susLecciones de física para los jóvenes que en la Nueva Granada se tuvo acceso a untexto en español para el estudio de al ciencia newtoniana. Ahora que hemos visto cómo Mutis pensaba que la educaciónfilosofía en natural ⁽⁾ daría las bases para lamoral, el progreso y la civilización, podemos examinar sus actividades como médico y naturalista, y ofrecer instancias más concretas delos papeles del científico europeo como soporte del poder en un contexto colonial.
La enseñanza y la práctica de la medicina Ante todo es necesario recordar el papel central que juega la medicina en el siglo XVIII y su relación con la presencia europea en América. Durante el siglo XVIII los médicos desarrollaron una fuerte autoridad moral y se convirtieron en consejeros del Estado en elmanejo de varias instituciones tanto en España como las colonias. Con frecuencia, siendo miembros de comunidades religiosas, los médicos se convertían en agentes centrales del control estatal.
14
José Celestino Mutis, «Plan provisional para la enseñanza de las matemáticas, 1778», en Escritos Científicos, p. 150.
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Como Foucault y otros han señalado, durante el siglo XVIII salud la de la pobla15 ción era uno de los objetivos esenciales del poder político, no sólo para mantener la fuerza laboral activa, sino también como partedel propósito de mejorar la salud del imperio como un todo. Estos objetivos están en estrecha ación rel con el mantenimiento del orden, la imposición de ciertos valores yla organización y el enriquecimiento de una sociedad. El caso de José Celestino Mutis es un buen ejemplo. En su ensayo de 1801
Estado de la medicina y la cirugía en el Nuevo Reino de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso, escribe: Todas las naciones bárbaras, aunque privadas de las luces de las ciencias útiles, conocen la necesidad de una medicina empírica, que ejercen casi por instinto socorriendo a sus semejantes; pero contentarse con tales socorros una nación civilizada y culta desde su conquista, sería confundirse con aqué16 llas, apartándose del común consentimiento de todo el mundo racional. Un Reino medianamente opulento, que por sus nativas riquezas pudiera ya ser opulentísimo, camina a pasos lentos en su población a causas de las enfermedades endémicas que resultan de la casual y arbitraria elección de los sitios en que se han congregado sus pobladores.
⁽⁾
...los desórdenes de los alimentos, bebidas y mal-régimen: reunidas tantas calamidades que diariamente se presentan a la vista, forman la espantosa imagen de una población generalmente achacosa, que mantiene inutilizada para la sociedad y felicidad pública la mitad de sus individuos, a los 17 unos por mucha parte del año y a otros por todo el resto de su vida
La gran mayoría de los médicos de laépoca coincidían en explicar las enfermedades como consecuencia de las costumbres ylos comportamientos de la gente. Con frecuencia las enfermedades eran directa consecuencia de falta de disciplina o de limpieza, de la putrefacción, lacorrupción y la decadencia.
Michel Foucault, «The politics of health in the eighteenth century», en Power/ Knowledge: selected interviews and other writings 1972-1977, (London: The Harvester Press, 1980), pp. 166-182. 16 José Celestino Mutis, «Estado de la medicina y de la cirugía en el Nuevo Reino de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso. Santafé, 3 de junio de 1801», en Escritos Científicos, p. 35. 17 Ibid. p. 35. 15
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
De manera similar al papel de los sacerdotes que cristianizaban a los nativos, civilizaban a los salvajes, y salvaban susalmas, el médico tenía la misión de salvar sus cuerpos. En ese proceso -sin desconocer sus beneficios- se estaba imponiendo un patrón de dominación y autoridad de los métodos y metas médicas propias de Europa. Este proceso de reeducar los nativos se puede ver como una sistemática forma de control e intervención cultural , de la cual Mutis es unclaro representante. El médico europeo del siglo XVIII en lascolonias adquiría un influyente estatus con múltiples funciones sociales. Con frecuencia los médicos ocupaban cargos administrativos; los doctores y científi cos, como los sacerdotes, se conviertían en personas altamente confiables que servían como consejeros y protectores de la gente. Los médicos tenían la autoridad para instruir individuos o comunidades sobre las reglas básicas de higiene, alimentación y comportamient o, que la gente debería seguir por su propio bien y por el del imperio. Cuando hablamos de plantas medicinales en los capítulos IIIy IV, notamos la influencia e incorporación de algunas prácticas medicinales nativas en la farmacia y medicina europea. Ahora trataremos de ver ese encuentro entre americanos y europeos desde otro punto de vista, buscando entender los efectos de las prácti-
⁽⁾
cas médicas europeas en la gente yen la cultura americana. A primera vista la respuesta parece simple: los métodos europeos tuvieron mejores resultados que las prácticas indígenas, las cuales fueron sistemáticamente suplantadas y gradualmente abolidas con la institucionalización del entrenamie nto médico en las universidades coloniales a finales del siglo XVIIIa ycomienzos del siglo XIX. Sin embargo, el proceso merece una investigación más cuidadosa. Las prácticas locales y populares medicinales comunes entre los indígenas, mestizos y blancos nunca fueron realmente abandonadas. Ciertamente, algunas de estas tradiciones aún sobreviven entre comunidades periféricas en América. La práctica de la medicina popular no desapareció completam ente, ésta fue en parte tolerada o asimilada por doctores blancos. Algunas de estas prácticas, en ocasiones relacionadas con el demonio y la herejía, fueron perseguidas. Pero otras fueron «traducidas», explicadas en términos de la medicina ilustrada, y se hicieron comunes y tuvieron gran demanda. Fueron, a pesar de lo anterior, lentamente transformadas y sistemáticamente reprimidas tanto
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por médicos europeos, quienes imponían sus nociones tradicionales como las únicas válidas, al igual que por miembros de la Iglesia quienes, de manera similar, veían las prácticas indígenas como actividades peligrosas y paganas. Para las autoridades europeas, la medicina indígena era una fuente de superstición y brujería, una práctica por fuera del control europeo. El deplorable estado de la salud y el alto número de muertes se presentaban como dos de los mayores obstáculos para elapropiado desarrollo económi co de las colonias. Pedro Fermín de Vargas, en suMemoria sobre la Salud del Reino afirmaba: ... así pues, para que llegase esta colonia a tener la población que necesita y pueda alimentar, sería preciso que pasasen millares de siglos, y que no hubiese en tiempo alguno enfermedades epidémicas, u otras causas que contrariasen su aumento.18
En 1778 el doctor Sebastián López escribe su Informe contra empíricos y curanderos, en el cual explica el problema como una carencia de médicos entrenados que «deja al pueblo en manos de empíricos y boticarios que venden medicamentos sin estar certificados para hacerlo».19 De igual manera, en 1796, José A. Burdallo envió un reporte al Rey Carlos IV llamado Informe al Rey sobre el ⁽⁾
estado de la medicina en el Nuevo Reino de Granada, en el cual explica el problema en términos similares. A pesar de que Carlos III prohibiese a los doctores que practicaban sin credenciales, la situación no cambiaría. Su sucesor, Carlos IV , tomó aún más severasmedidas y produjo un documento en el cual se lesolicitaba a importantes médicos en la Nueva Granada entregar reportes detallado s sobre el estado de la salud y la práctica de la medicina en el virreinato. López Ruiz y Vila compartían la opinión de que cualquier practicante de medicina sin credenciales debería ser prohib ido; pero en
18
Pedro Fermín de Vargas, Memoria sobre la población del Reino. (Bogotá: Biblioteca popular de cultura, 1944), pp. 89-91; citado por Quevedo, «Antecedentes de las reformas médicas del siglo XVII y XIX en el Nuevo Reino de Granada. Una polémica entre médicos y cirujanos»,Quipu, 3 (1986), pp. 311-334.
19
Sebastián López Ruiz, Informe contra empíricos y curanderos, Biblioteca Nacional, sección libros raros y curiosos, Manuscrito 169, folios 119-127. Ver Emilio Quevedo, «Antecedentes de las reformas médicas del siglo XVIII y XIX en el Nuevo Reino de Granada», Quipu, 3 (1986):p 317.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
ese caso, las leyes de España habrían dejado al reino sin médicos en absoluto. La solución de López Ruiz y Vila era traer médicos españoles a Nueva Granada, no sólo para ofrecer cuidados médicos adecuados, sino también para establecercátedra una de medicina en Santafé. Mutis, a quien se le solicitó un reporte similar, propondría soluciones dist intas. Como ya se había mencionado, las disputas sobre la prioridad de descubrimiento de la quina de Santafé y los desacuerdos sobre los posibles usos medicinales de la canela ya habían creado una interminable rivalidad entre Mutis y López Ruiz. En un reporte de 1801, Mutis estaba de acuerdo con López Ruiz y Vila sobre el lamentable estado de la medicina en Santafé. Pero en lugar de ver la solución en traer nuevos doctores de España con credenciales oficiales, Mutis defendía que la cátedra de medicina podría estable cerse con médicos deSantafé. Específicamente Mutis tenía en mente su discípulo y amigo, Miguel de Isla. A pesar de no tener títulos, Mutis garantizaba lo competente que Isla era en su campo, pues había sido entrenadopor él mismo. Emilio Quevedo ha señalado que las diferencias entre los dos grupos de médicos, López Ruiz y Vila por una parte, y Mutis y de Isla, por otra, reflejan el conflicto⁽⁾ entre una nueva élite local yla autoridad tradicional concentrada en España. El conflicto de la medicina y su enseñanza en los siglos XVIII y XIX hace parte entonces de aquel conjunto de conflictos, que aunados van a conducir lentamente al menoscabo de una estructura jurídico-política que no responde ya a los intereses de la burguesía criolla naciente, en busca de una libertad para su actividad comercial.20
Finalmente, en 1802, una cédula de Carlos IV autoriza a Miguel de Isla para practicar medicina y a Mutis para organizar el Protomedicato. Como resultado, Mutis jugó un papel central en la implantación de prácticas medicinales ilustradas en la Nueva Granada. Él sería una figura líder en el establecimiento de un nuevo
curriculumen la Universidad del Rosario. Su esfuerzo para poner al día el entrenamiento de jóvenes médicos enSantafé, que seguiría reformas dealgunas univer-
20
Quevedo, «Antecedentes de las reformas médicas», p. 332.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
sidades europeas, se puede conocer en eldocumento:Plan general para la educación médica de 1804.21 Antes del siglo XIX cuando las reformas de Mutis comenzaron a tomar forma en la Universidad, la enseñanza deal medicina europea había tenido poco éxito y tuvo únicamente un efecto menor sobre la cultura local. Desde 1603 a 1802, 22 La profesión solamente dos médicos recibieron sus títulos en Santafé de Bogotá. médica no tenía un estatus social demasiado importante y carecía de estudiantes. El interés del Estado en promover y mejorar este tipo de educación, tanto en España como en las colonias, llegaría con las reformas ilustradas del siglo XVIII. Las reformas, tanto en las universidades como en los hospitales, reflejan las políticas de fortalecimiento de la administración estatal para reducir el poder administrativo del clero. Los jesuitas habían sido expulsados de América en 1767, pero las órdenes religiosas todavía tenían más control sobre la educación y la salud de lo que deseaba el gobierno central. Para que el Estado ganara un mayor control directo, los religiosos fueron despo jados de los fondos de los hospitales. Los intentos anteriores para reformar la Universidad incluyen el proyecto de ⁽⁾ Francisco Moreno (1768) para la fundación de una universidad pública con la idea de reemplazar la dominación religiosa y peripatética de los colegios, y un plan elaborado por el virrey Caballero y Góngora. El plan del Vir rey, influenciado por Mutis, incluía el establecimiento de un nuevo programa para la carrera de medicina. Se enseñaría química y botánica, y se fundaría un nuevo anfiteatro para disecciones anatómicas. Ninguno de estos proyectos tuvo éxito alguno hasta 1801, cuando el Rey aprobó y ordenó el restablecimiento delcurriculum en medicina.
21
José Celestino Mutis, «Plan general de los estudios médicos, arreglados según las proporciones del país a la enseñanza de todas sus profesiones subalternas, propuesto al gobierno, en carácter de regente de estudios para el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Santafé, mayo de 1804», enEscritos científicos, pp. 63-95. Para un análisis del documento, ver Emilio Quevedo, «La ilustración y la enseñanza de la medicina en Colombia», en La ciencia moderna y el Nuevo Mundo, (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1985).
22
Emilio Quevedo, «José Celestino Mutis y la medicina», enMutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. ( Bogotá: Villegas ed., 1992), p. 53.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Finalmente los planes para la reforma propuestospor Mutis se comenzaron a realizar en Nueva Granada en 1802, 1804 y 1805. Siguiendo casi literalmente el plan de estudios de Pablo de Olavide para la Universidad de Sevilla de 1768. Una de las principales innovaciones era la introducción de disciplinas complementarias como filosofía natural y botánica. Estos elementos eran vistos como fundamentales para la formación de un médico competente. Mutis insistía en que el conocimiento médico no podría ser separado del conocimiento de la naturaleza y «sería pues imposible llamarse médico el que careciera de la suficiente instruc23 ción de las ciencias matemáticas, física experimental, botánica y química». Otra característica significativa de la reforma era la elección de tratados y autores siguiendo las doctrinas de Hermann Boerhave. El éxito de Boerhave se puede comparar al de Linneo. Los dos puedenser vistos como sistematizadores que trataron de construir doctrinas generales sobre taxonomía o medicina, lo que les permitió publicar numerosas ediciones ybros li de texto que viajaron por todo el mundo. Los escritos de Boerhave se tornaron en la base de varias publicaciones. Institutiones Medicae (1708) y Aphorismi de cognoscendis et curandis (1709) se convirtieron no sólo en los nuevos textos canónicos de la medicina europea, sino ⁽⁾ también en convenientes y prácticos vehículos pa ra la movilización de la medicina occidental en otros continentes. Los nuevos estudios también incluían la enseñanza de «filosofía racional, que incluye lógica y ética», al igual que lenguas como latín y griego. Pero sobre todo, explicaba Mutis, era esencial para losmédicos el conocimiento de lenguas europeas ya que «la inteligenciade las lenguas vivas inglesa, italianay, principalmente, la francesa que sirve deornamento a cualquiera literato, sería incomparablemente más útil al médico por hallarse publicad os en ellas los progresos más reciente s de 24 la medicina y de las otras ciencias naturales, sus auxiliares».
23
José Celestino Mutis, «Plan general de los estudios médicos... Santafé, mayo de 1804». En Escritos científicos, p. 67.
24
Ibid., p.68.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
Así, el entrenamiento de los médicos incluía el estudio de los clásicos y de diferentes lenguas, lo que le daba a estos una cultura universal, una educación moral y, por lo tanto, estatus social y autoridad. Uno de los requisitos paraentrar a la universidad y parapoder ser examinado como doctor era pasar la «prueba de sangre». En España, la prueba de sangre significaba estar libre de ancestros musulmanes o judíos; en América esto significó que los mulatos, negros, indígenas, y todos aquellos que hubieran sido esclavos, se suma25 ban a los que no teníanderecho a estudiar o a recibir títulos. Mutis explica que una de las razones para el «lamentable»estado de la medicina en la Nueva Granada es 26 que esta se halla «envilecida y ejercitada po r Pardos y gente de baja extracción». Como veremos más adelante, el acceso a las universidades coloniales, no sólo para la profesión médica, era un privilegio exclusivo de aquellos que estaban en capacidad de probar la pureza desu sangre. La influencia de Mutis como médico y consejero del Estado fue mucho más allá de estas reformas universitarias. Tanto él como su discípulo Miguel de Isla estaban a cargo delProtomedicato de Santafé. Los protomédicos en España super⁽⁾ visaban la preparación de candidatos para la práctica de profesiones médicas e inspeccionaban las farmacias. En las colonias, se les había asignado la tarea de recolectar cuotas para la inspección de dispensarios de drogas, preservando la prueba de integridad de las mismas y suprimiendo información médica que fuese falsa o peligrosa.27 Las responsabilidades de Mutis incluían el cuidado de la salud de los nobles y poderosos, la prescripción de tratamientos para marineros y soldados y la asesoría para el exitoso transporte de esclavos. Mutis introdujo programas de vacunación contra la viruela28 , era el inspector oficial de las
«Auto del Real Protomedicato, Madrid, 1678», ver John Tate Lanning,The Royal Protomedicato: the regulation of the medical professions in the Spanish Empire, (Durham: Duke University Press, 1985), pp. 175-199. 26 Mutis, «Plan general de los estudios médicos...», p. 56. 27 Lanning, The Royal Protomedicato, pp. 245-51. 28 José Celestino Mutis, «Instrucciones sobre las precauciones que deben observarse en la práctica de la inoculación de viruelas, formada de orden del superior Gobierno (1782)», en Escritos científicos, vol. 1, p. 264. 25
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
farmacias 29 , daba ordenes y consejos sobre la localización y organización de ciudades, cementerios o plantaciones.30 Finalmente, su autoridad también fue influyente en la publicación y censura de nuevos textos.31
Ordenamiento global de la naturaleza Mutis se lamentó repetidamente de queus s deberes como médico lo distraían de sus principales intereses: «...mis excursiones botánicas, objeto único de mi venida a la América».32 Su influencia como maestro, las reformas en la Universidad y su autoridad como consejero del gobierno son innegables; pero tanto Mutis como la Corona tenían un compromiso principal: la producción de laFlora de la Nueva Granada. Como ya habíamos sugerido en elcapítulo II, nombrar, dibujar, clasificar y transportar objetos naturales son prácticas centrales de un proyecto en el cual la historia natural, al revelar el orden de la naturaleza, puede ofrecer nuevos métodos para resolver problemas políticos yeconómicos de los imperios. Pero, una vez más, poco se ha dicho sobre el impacto de estas tareas sobre aslpersonas y las culturas que habitaban los territorios explorados. La exploración botánica era parte del enorme proyecto europeo de reordenar⁽⁾ el mundo. Como muchos otros, Mutis fue–en términos de Mary Louise Pratt- «un embajador imperial», que tomaba parte en un proyecto global de clasificación, cuyo representante más sólido es Linneo. Sólo vamos a mencionar algunos de los más conocidos discípulos de Linneo que fueron enviados a tierras lejanas: Pehr Kalm,
29
José Celestino Mutis, «Presenta renuncia del cargo de visitador oficial de las boticas... Santafé, enero 16, 1808», enEscritos científicos, vol. 1, p. 264.
30
José Celestino Mutis, «Sobre la necesidad de construir los cementerios en las afueras pantanales de las poblaciones. Santafé, noviembre de 27 villas de 1798», y «Problema de los sembrados a inmediaciones y pueblos. Santafé,ecológico septiembre 26 de 1792» en Escritos científicos, Vol. 1, pp. 255-63 y 247-54, respectivamente.
Mutis, «Censura a publicaciones realizadas en Santafé de Bogotá, 1791-1805», en Escritos científicos, vol. 2, pp. 309-19. 32 Mutis, «Estado de la medicina y de la cirugía en el Nuevo Reino de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso. Santafé, 3 de Junio de 1801», en Escritos científicos,, vol. 1, p. 37. 31
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
quien fue a Norteamerica; Frederik Hasselquist, al Medio Oriente; Pehr Löefling a España y Sur América; Daniel C. Solander, quien viajó con Cook y Banks. Mutis siempre estuvo orgulloso de ser uno los «sold ados» de Linneo. Él -al igual que sus biógrafos- guardó con profundoagradecimiento su correspondencia con Botánico Sueco como un tesoro quele daba mayor reconocimiento como naturalista. Pratt sugiere que, la sistematización de la naturaleza fueproyecto un europeo que siguió la circumnavegación del mundo cuando los cartógrafos se concentraban en las líneas costeras de los nuevos continentes. Este nuevo proyecto«conciencia de planetaria» tuvo como foco la exploración del interior de los continentes y fue acompañado por una 33 más fuerte y reforzada imposición de unos valores y una cultura particular. La apropiación no se limitó entonces a las líneas costeras, sino que incluía cada objeto del planeta: plantas, aves, peces, insectos, minerales y gente. No sólo la práctica de medicinas locales fue reemplazada, sino que el orden de la naturaleza propio de las distintas culturas también fue negado. Este proyecto global de ordenar la creación de Dios necesariament e implicó la reincorporación de la naturaleza en un patrón de unidad y orden eurocéntrico y iana de la naturaleza nunca abandonó la idea de ⁽⁾ cristiano. La visión europeo-crist que el fin de la creación y de cada unode sus objetos era el beneficio del hombre. Siempre hubo, como lo ejemplifica la obra de Linneo, una visión teleológica y funcional de la naturaleza, como si ésta hubiese sido creada para el hombre, yen particular para el hombre europeo. La taxonomía es fundamental para la diseminación del poder; es una ciencia que delimita y demarca objetos, organiza dominios y establece fines. Como explica David Mackay: «en la medida en que los recolectores penetran otras culturas se transforman en agentes del imperio en un sentido más profundo. Sus inventarios, clasificaciones y movilizaciones eran la vanguardia y los instru34
mentos de un orden europeo que se imponía en todo el mundo». Ordenar el 33
Mary Louise Pratt,Imperial eyes, Travel, writing and transculturation, (London and New York: Routledge, 1992), ver capítulo 2, «Science, planetary consciousness, interiors», pp. 15-68.
34
David Mackay, «Agents of the empire: The Banksian collectors and evaluation of new lands», en Visions of Empire, (Cambridge: Cambridge University Press)
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
mundo natural es una actividad inseparable del compromiso de controlar e imponer un orden sobre otras culturas. La tarea de la historia natural podría verse como la movilización de objetos 35 , naturales, a lo que sociólogo francés Bruno Latour llama «centros de cálculo» lugares claves en Europa donde lainformación recogida en viajes de exploración era recreada de tal manera que se celebraba y se reconocío la expansión europea. La descontextualización de objetos ysu re-acomodación en estos centros requiere de una serie de técnicas como disecar animales, secar plantas, clasificar especímenes, transportarlos, hacer ilustraciones y dibujos de especies animales y paisajes. Estas técnicas le daban a la naturaleza unnuevo contexto y un nuevo lenguaje que hacia a la naturaleza descifrable para los europeos. Las instituciones científicas europeas como jardines botánicos o museos de historia natural, Kew Gardens en Londres, Jardin des Plantes en París, o el Real Jardín Botánico de Madrid fueron grandes casas de intercambio, que buscaban hacer que cada nación fuera independiente y autosuficiente de los otros poderes imperiales. Sin embargo, lo que Pratt y la mayoría de quienes comentan sobre la ciencia colonial de los siglos XVIIIy XIX parecen ignorar, es que la historia natural tam-⁽⁾ bién comienza a practicarse dentro de los continentes y en manosya no sólo de viajeros, sino de habitantes nativos; que estos proyectos europeos de exploración y de implantación de la ciencia occidental no hubieran sido posibles sin la colaboración de una élite americana interesada en adoptar los métodos y cumplir con las ambiciones de la ciencia europea. La historia natural, la medicina y la astronomía pronto se convertirían en la profesión de hombres no-europeos.Debe tenerse en cuenta que Mutis y muchos otros científicos europeos vivieron buena pa rte de sus vidas o incluso terminaron sus vidas en América. No sóloentrenaron en medicina o historia natural algunos a americanos, sino que fundaron instituciones como jardines botánicos,museos, observatorios astronómicos y cátedras universitarias. Una vez estas institucion es
35
Bruno Latour, Science in action , (Milton Keynes: Open University Press, 1987), capítulo 6.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
fueron creadas y contaron con naturalistas entrenados, se convirtieron en símbolos de poder local, órganos de diseminación de una ideo logía de apropiación, que acompaña la historia natural europea. Se convirtieron en satélites de un gran proyecto de ordenamiento global bajo el control de una nueva élite de hombres nacidos en América, pero de sangre europea. Este nuevo grupo de americanos aristócratas parecía tener un fuerte sentimiento de identidad conla cultura europea y sus valores, y tal sentimiento era alimentado por el propósito común de la ciencia ilustrada de conocer y explotar la riqueza natura l del continente americano, aunque no tuviera eldebido reconocimiento de las cortes europeas.36
⁽⁾
36
Para un estudio completo sobre la identidad social de los criollos ver D.A. Brading, The first America: the Spanish Monarchy, creole patriots and the liberal state, 1492-1867, (Cambridge: Cambridge University Press, 1993), pp. 561-647.
2. CIENCIA E INDEPENDENCIA: APROPIACIÓN AMERICANA DEL NUEVO MUNDO
Alrededor de Mutis y dela Real Expedición Botánica, encontramos una élite de americanos que se convirtieron en practicantes y promotores de actividades científicas. Los miembros y colaboradores de la Expedición constituyeron un grupo de criollos ilustrados en cuyas manos la historia natur al, la medicina, la geografía y la astronomía se tomaron en laexpresión de sus propios intereses políticos. El proceso de apropiación que identifica la exploración europea del Nuevo Mundo comienza a echar raíces a miles de kilómetros de Madrid y se trata de un proceso sobre el cual laCorona perdería control directo. El proyecto deapropiación ya no era una tarea de viajeros y pasó a manos de la élite local. Este grup o de americanos compartía con los europeos la educación, el propósito yel deseo de dominar la naturaleza, pero carecía del respaldo de unimperio. Existe una estre-⁽⁾ cha relación entre los hombres de ciencia, su identidad social y el poder que prácticas como, por ejemplo, la historia nat ural, otorgan. Muchos de ellos se convirtieron en personajes influyentes con altos puestos oficiales y un considerable control político. Sin excepción, todos eran de ascendencia española y tuvieron acceso a educación europea. Algunos de ellos fueron ejecutados por las autoridades españolas, debido a sus vínculos con la Independe ncia y rápidamente fueron convertidos en modelos de orgullo nacional, en héroes de las clases dominantes de las nuevas naciones americanas. Es importante analizar críticamente los valores sobre los cuales se justificaron los proyectos políticos de los criollos letrados. Para poder tener claridad sobre la relación entre la ciencia, la revolución de independencia y la legitimación de un nuevo poder político y social, nos será útil hacer una breve descripción de la est ructura de dominación imperial, el contexto social y los intereses vinculados al movimiento revolucionario. La visión española de las culturas americanas siempre ha sido ambigua. Si los
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
nativos eran considerados como seres irracionales, los europeos simplemente tenían derecho a sus tierras y a sus propiedades. Pero, declararlos irracionales implicaba al mismo tiempo que los indígenas americanos no estaban capacitados para recibir la fe cristiana, lo cual dejaba sin fundamento la conquista religiosa y espiritual del Nuevo Mundo. El derecho a conquistar y el problema de la racionalidad de los nativos parecían basarse en una tesis de Aristóteles. En laPolítica (Libro I, numeral 2, 1252a, 33) el filósofo propone que «aquellos con una inteligencia superior son por naturaleza los amos y dirigentes de otros... los dejuicio deficiente son por naturaleza sirvientes...».37 Desde la primera visita de los europeos a América, la dominación de sus habitantes se había justificado con principios legales y religiosos. Los conquistadores, como cristianos, tenían el derecho y el deber de ocuparse de gentes que aún vivían en estado de «imbecilidad». La conquista de América podía justificarse simplemente demostrando cómo el mismo comportamiento de los nativos la hacía necesaria. La soberanía (imperium )y los derechos de propiedad ⁽⁾ (dominium) fueron otorgados al Rey Fernando directamente por el Papa. 38 El término «indias» pronto se convertiría en el término para describir cualquier ambiente en el cual vivían personas que ignoraban la fe cristiana y las formas adecuadas de vivir como seres humanos. Términos como «civil», «político», «cristiano» se oponían radicalmente a lo bárbaro, es decir, a estos hombres y mujeres que fracasaron en su propósito de progresar. Tanto la religión como la ciencia constituían los símbolos de superioridad sobre los cuales se justifica la conquista. Los sacerdotes, a través del Imperio, habían seguido predicando la obediencia a la monarquía como un mandato divino.
37
Para una discusión del srcen aristotélico de esta postura y su uso durante la conquista, ver Anthony Padgen, The fall of natural man, (Cambridge: Cambridge University Press, 1982), especialmente el capítulo tercero.
38
Anthony Pagden, Spanish imperialism and the political imagination , (New Haven and London: Yale University Press, 1990), p. 53.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Después de la conquista, la variedad deculturas indígenas con características étnicas y culturales definidas fue reducida a un estrato común de «indios» y todas sus jerarquías absorbidas en una única «plebe». Esta homogeneización, más que crear una común identificación, generó una pérdida de identidad y de las diferentes tradiciones americanas.39 Indígenas, mestizos y europeos nacidos en América, sin mencionar a los negros, fueron expropiados de sus culturas. Ello les dejó la única opción de buscar reconocimiento social dentro del sistema de clases europeo. Lejos de eliminar tensiones, el proceso de mestizaje generó la necesidad de nue vos mecanismos de diferenciación social. Los criollos, deseosos por adquirir los privilegios de los miembros de la sociedad europea, hicieron toda clase de esfuerzo s por probar su srcen español. Para garantizar su derecho a pertenecer a laélite de criollos ricos, trataban de evitar ocupaciones manuales «bajas» ysin reconocimiento social, y, sobre todo, buscaban obtener un título universitario. En otras palabras, el «mestizo» utilizó todos los recursos a su alcance para deshacerse de cualquier rastro de srcen no europeo. Por medio de algunos ejemplos, ilustraremos cómo las prácticas científicas se ⁽⁾ constituyeron en formas de fortalecer y legitimar la naciente élite americana.
Francisco José de Caldas y otros colaboradores de la Real Expedición Botánica Caldas ejemplifica muchos de los obstáculos e intereses relacionados con la práctica científica de americanos en la América Española a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Proviene de una familia típica de la élite criolla.La clase dominante se constituía en una mezcla de terratenientes y españoles miembros del gobierno. El padre deCaldas era español yocupó una serie de cargosadministrativos en la ciudad dePopayán. Su madre era americana pero deascendencia europea. Debido a su privilegiada posición, Caldas fue uno de los pocos americanos con acceso a la universidad. Recibió una beca para estudiar leyes, que sólo se
39
Richard M. Morse, «Urban development», en Leslie Bethell (ed.)Colonial Spanish America, (Cambridge: Cambridge University Press, 1987), p. 189.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
ofrecía a personas que pudieran demostrar que sus ancestros eran nobles. El Colegio de Nuestra Señora del Rosario, donde Mutisdaba lecciones en Filosofía natural newtoniana, era una institución diseñada parala educación de españoles en la Nueva Granada donde, como lomanifestó su propio fundador, se admitía 40 Caldas tuvo que «únicamente la más ilustre nobleza de la ciudad y del reino». regresar a su ciudad natal, Popayán, sin terminar sus estudios y se dedicó a actividades comerciales, las cuales lo obligan a viajar a través del reino por variados climas. Leyendo todos los libros a su alcance, Caldas desarrolló una apasionada afición por la historia natural, la geografía y la astronomía. Elaborando sus propios mapas yutilizando sus propios instrumentos,41 el joven americano pronto se convertiría en un competente geógrafo y astrónomo. Aprovechando sus frecuentes viajes, Caldas hizo mediciones de altitud, temperatura, y determinó la posición astronómica de los diferentes lugares quevisitó. Entonces recogió datos topográficosastronómicos y de gran valor. Su talento como astrónomo y su sueño de formar parte de la comunidad científica europea lo llevó a embarcarse en proyectos ambiciosos y srcinales. A finales de 1798 Caldas tenía ⁽⁾ planes para elaborar un mapa mejorado del Nuevo Reino de Granada. Entre sus más célebres logros está el diseño de un instrumento para medir la altura por medio de la temperatura en que elagua alcanzaba su punto de ebullición. Su método para la medición de alturas y la construcción de su correspondiente instrumento requirió de un innegable talento, pero Caldas nunca estuvo en posición para proclamar la prioridad del descubrimiento o para recibir un apropiado reconocimiento.42 Aún más interesantes eran sus investigaciones sobre la geografía de las plantas. Antes de su encuentro con Humboldt y Bonpland en Quito, él había estado recolectando datos sobre la distribución geográfica de
40
Jeanne Chenu, Francisco José de Caldas: un peregrino de las ciencias, (Madrid: Historia 16, 1992), p. 15.
41
Jorge Arias de Greiff, «La historia de la Astronomía en Colombia», enHistoria Social de la Ciencia en Colombia, (Bogotá: Colciencias, 1993), p. 214.
42
Victor S. Albis y Regino Martínez Chavanza, «Las investigaciones meteorológicas de Caldas», Quipu, 4 (1984), pp. 413-32.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
diferentes especies vegetales. Segurament e estimulado por elexplorador prusiano, Caldas aprovechó sus conocimientos en geógrafía ycartógrafía para realizar sus investigaciones botánicas. Su Memoria sobre el estado de las quinas en general y sobre la de Loja en particular nos recuerda el estilo de los exploradores españoles de su tiempo. Caldas argumenta que los árboles de quina que crecen enlos Andes le pueden dar a España los mismos beneficios que la canela le dió a los holandeses. 43 Su Memoria era un elaborado estudio de la distribución geográfica de los diferentes árboles de quina que, como él explica, era de gran importancia para su exitosa explotación. A diferencia de Mutis, Caldas no pensó que la genuina Cinchona officinalis se encontraba en la Nueva Granada: «... lo cierto es que no tenemos un solo árbolde quina de loja en toda la extensión del Virreinato».44 Sus investigaciones geográficas lo llevaron a concluir que los mejores lugares para el cultivo de quina eran algunas regiones de la Nueva Granada quecomparten la misma latitud, altitud y temperatura con Loja. Para Caldas la solución a la escasez de quinas es su transplante a los Andes equinocciales y no a Europa.45 No creo que una planta que ama una presión atmosférica de 23 pulgadas barométricas, cuando más; que perece a una temperatura de 2° y 4° Reaumur; que le es necesaria una lluvia abundante por el espacio de nueve meses, etc., puede prosperar en Vizcaya, Galicia, Cataluña y Andalucía, como pienza Ruiz46 a una presión de 27 pulgadas, un calor de 28° a 30° Reaumur en estío y un frío de 5° a 0° en invierno, etc.47
⁽⁾
No es la nomenclatura, no sonáridas descripciones las que hacen elobjeto de esta obra, interesante al comercio, a la agricultura y a la medicina. Las quinas, consideradas en sí mismas y con relación al globo en que vegetan,
43
Francisco José de Caldas, «Memoria sobre el estado de las quinas en general y sobre la de Loja en particular», enObras Completas, (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1966), pp. 241-260.
44
Ibid., p. 249.
45
Ibid., p. 250.
46
Ver Hipólito Ruiz, Quinología o tratado del árbol de la quina, (Madrid: 1792), p. 21.
47
Caldas, «Memoria», p. 250.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
los espacios que ocupan sobre la tierra, los límites en latitud, o para decirlo así, los trópicos de cada especie, su temperatura, la zona vertical, los términos de ésta, la presión atmosférica, etc. etc., hacen el fondo de esta obra dilatada y difícil.48
Sin embargo todos sus proyectos y sueños parecen habers e frustrado, como el mismo lo diría: ¡Qué triste destino es ser Americano! Después de años de investigación, si 49 encontramos algo nuevo, sólo podemos decir: no está en mis libros.
El aislamiento y acceso limitado a las publicaciones europeas no sólo dificultaron la práctica de la ciencia europea en el Nuevo Mundo, sino que también hicieron crecer la fe en la magnitud y el poder del conocimiento científico europeo. Caldas y otros americanos dedicados a la ciencia comparten un sentimiento de soledad y abandono que en la vida de Caldas tendría matices dramáticos. Humboldt y Bonpland conocieron a Caldas en 1802 y se mostraron impresionados con la calidad de las observaciones astronó micas y geográficas del científi50 co americano. Caldas compartió algunos meses con los viajeros europeos. Había planeado acompañar a Humboldt el resto de su viaje a Europa, pero finalmente ⁽⁾ Humboldt decide no llevarlo. En su lugar, un joven aristócrata ecuatoriano fue escogido como compañero de viaje. Para Caldas, Humboldt era el más ilustre exponente de la cultura y la Ilustración europ ea que él apasionadamente buscaba y admiraba. El hecho de que Humboldt lo hubiera rechazado le causó una profunda frustración: «¡Cuánto aprendería con Humboldt! Pero misuerte, mi destino me ata a este suelo enemigo de las ciencias!».51 Mutis necesitaba un astrónomo competente para su proyecto del observatorio de Santafé, y ya había sido informado por medio de Humboldt del talento de Caldas
48
Caldas, «Informe al virrey del director del observatorio astronómico sobre los trabajos realizados bajo su dirección y respuesta al mandatario. Julio 18, 1809», en Historia Documental, p. 113.
49
Caldas, citado por Albis y Martínez, «Las investigaciones meteorológicas de Caldas», p. 425.
50
Arias de Greiff, «La historia de la Astronomía en Colombia», p 217.
51
«Caldas a Santiago Arroyo, Quito, enero 21 de 1802», en Chenu (ed.)Francisco José de Caldas, p. 144.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
en esta disciplina. El sacerdote español pronto hizo aCaldas miembro de la Real Expedición Botánica, y le ofreció respaldo económico para sus viajes con Humboldt que nunca pudo hacer. Además, lo encargó de recolectar plantas, princi palmente quina, del sur de la Nueva Granada. Defraudado y resignado a permanecer en América, Caldas decide dedicarle su tiempo a la botánica y a su nuevo protector. Viajando bajo los auspicios de la Real Expedición Botánica, Caldas se dedicó a recolectar plantas y a establecer la localización astronómica de distinto s lugares del reino. Los resultados de este periodode su carrera aparecen en tres publicaciones: Ensayos de una memoria sobre un método de medir la altura de las montañas por medio del termómetro y agua hirviendo(1802), en el cual explica su método termométrico para medir la altitud;Memoria sobre la nivelación de las plantas del Ecuador (1803) un estudio geográfico sobre la vegetación en los alrededores deQuito y suMemoria sobre el estado de las quinas en general yen particular sobre la de Loja(1805) en el cual recoge sus investigaciones geográficas y taxonómicas sobre Cinchona. Caldas fue nombrado geógrafo del virreinato ydirector del nuevo observatorio astronómico que había sido terminado en agosto de 1803. Su diseño y construcción, adecuados para latitudes del hemisferio norte siguiendo modelos euro⁽⁾ peos presentaba inconvenientes para las apropiadas observaciones en el Ecuador.52 Mutis nunca se molestó en pedir asesoríapara la construcción del observatorio. A Caldas no se leconsultó y el resultado es un claro ejemplo de transferencia inadecuada de tecnología. Sin embargo, uno de los grandes logros de Mutis, que sus biógrafos suelen mencionar, es la construcción del primer observatorio astronómico que se construyó enla América ecuatorial. Caldas, probablemente el más importante de los miembros de la Expedición, el hombre que se consideró el sucesor de Mutis, ha sido con frecuencia citado por su admiración y gratitud hacia su «maestro». Sin embargo, sus opiniones sobre Mutis no siempre fueron positivas. «Jamás comenzó la confesión prometida, – escribe Caldas– jamás levantó el velo, ni me introdujo en su santuario. Siempre me mantuvo en ignorancia del estado de sus cosas y sólo las he venido a conocer
Arias de Greiff, «La historia de la Astronomía en Colombia», pp. 218-220.
52
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
superficialmente después de su muerte».53 En su Memorial del astrónomo, al igual que en otros escritos,54 Caldas acusa a Mutis, no sólo de nunca haber terminado ningún trabajo, sino también de incompetencia y de no haber escrito nadaque valiera la pena publicar. Aún más, el astrónomo y botán ico americano no quiso que sus trabajos se confundiere n con los de Mutis, temiendo que, como lo sospechaba en el caso de las quinas, éstese llevara el crédito de los trabajos de otraspersonas. Caldas había logrado tener en su posesión un equipo completo de astronomía moderna: un telescopio Dolland, un cuadrante de John Bird; un péndulo Graham, un octante de Hadly, un termómetro y un barómetro;55 cuando llegó a Santafé para asumir su cargo como geógrafo y astrónomo del Virreinato , Caldas tenía un completo dominio de las técnicas de la astronomía europea. Con los conocimientos e intereses propios de un hombre deciencia del siglo XVIII, Caldas se estableció en Santafé, donde pro nto emprendería varios proyectos científicos y políticos. A partir de 1805 comenzó a trabajar en un Atlas del virreinato Semanario del Nuevo Reino de Granay tres años más tarde inició la publicación del da, que continuaría hasta 1812. ElSemanario, una publicación dedicada a la ciencia, de americanos por mejorar sus empresas ⁽⁾ refleja claramente los intereses de una élite económicas locales. En suescrito Nuevo plan para el «Semanario» de 1810, Caldas dice que los temas de este deben ser la agricultura, industria, comercio, caminos, ríos navegables, productos naturales, la ciencias exactas en todas sus ramas, física, elocuencia, historia, poesía, y todo que lo pueda contribuir al mejoramiento, ilustra56 Además, es claro en que quienes no ción y cultura del Nuevo Reino de Granada. sean lo suficientemente ilustrados para comprender estos temas deben abstenerse 57 de suscribirse. Una típica publicación, esta vez del mismo Caldas, tenía el elo-
Francisco José de Caldas, «Memorial del astrónomo don Francisco José de Caldas al secretario del virreinato..., septiembre 30 de 1808», enHistoria documental, p. 99. 54 Ver Historia documental, pp. 92, 96, 98 y 110. 53
55
Ver Arias de Greiff, «La astronomía colonial durante el reinado de los Borbones», en Historia social de la ciencia en Colombia, pp. 197-236.
56
Caldas, «Nuevo Plan del ‘Semanario’ para el año de 1810»,Obras en Completas, pp. 362-3.
57
Ibid., p. 361.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
cuente título de:¿Cuál es el producto que debe preferirse en nuestro clima, y cuál producto extranjero es el más conveniente para aclimatar en nuestro suelo?Los compromisos de la Ilustración europea comenzaban a ser apropiados para lasnecesidades de noeuropeos. En una publicación diferente, Discurso sobre el Calendario rural del Nuevo Reino, Caldas escribe: «Es verdad que los sabios de Europa, principalmente en los tres últimos siglos han escrito mucho sobre agricultura, pero las reglas que se establecen para aquella parte del mundo, no son adaptables para otras regiones, donde se 58 disfruta la teoría y distintos fenómenos de la naturaleza». En muchos otros escritos Caldas revela su interés por estudiar la tierra, naturaleza y gente del continente, al igual que sus climas y estaciones, paracilitar fa la explotación de sus recurso s. Por ejemplo, en Sobre la influencia del clima sobreseres organizados(1808) o enEstado de la geografía del virreinato en relación con su economía y comercio . El mismo año, Caldas escribe: «El conocimiento geográfico es eltermómetro con el cual podemos medir la ilustración, comercio, agricultura y prosperida d de un país, suestupidez y barba59 rie son siempre proporcionales a su ignorancia en esta materia». Sin embargo, el «patriotismo» de Caldas no se puede separar de su propio gupo social y de los intereses de una minoría.En la opinión de Caldas losindios⁽⁾ nativos carecen del conocimiento para mantener elequilibrio natural y considera que la protección de la herencia natural americana debería ponerse en manos de caballeros terratenientes.60 Cuando en Santafé se proclama la independencia en 1810, Caldas secontaba entre los activistas. Estaba a cargo de un periódico revolucionario elDiario Político, formó parte del ejército de liberación como ingeniero, dirigió una escuela de entrenamiento y organizaba el arsenal para fabri car rifles, pólvora y municiones.
58
Caldas, «Discurso sobre el calendario rural del Nuevo Reino», Obras en Completas, p. 122.
59
Caldas, «Estado de la geografía en Santafé de Bogotá con relación a la economía y al comercio». Seminario del Nuevo Reyno de Granada, 1808, p. 1.
60
Caldas, «Memoria sobre la importancia de connaturalizar la vicuña del Perú y Chile», en Obras Completas , p. 332.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
El nuevo gobierno no dudó en retomar las actividades de la Real Expedición Botánica y pronto brindó su apoyo a Caldas con instrumentos y artistas para completar el Atlas de la Nueva Granada. Con la contrarrevolución dirigida por el«pacificador», Pablo Morillo, Caldas fue puesto en prisión y, pesar a de todos sus ruegos por clemenci a y sus declaraciones de devoción a España, fue ejecutado en 1816. Las cartas deCaldas incluyen varias peticiones a las autoridades españolas escritas en prisión yrogándoles su perdón. En estos documentos Caldas pide clemencia y menciona de manera extensa todos los servicios que hizo y podía ofrecer a la Corona española, insistiendoaun vez más en la utilidad de la astronomía y la geografía para el imperio. «Vuestra excelencia sabe mejor que ninguno que una buena geografía es la base de una buena 61 Probablemente los españoles sabían eso política y de la felicidad de un pueblo». demasiado bien para dejarlo vivir. En estos últimosintentos por salvar su vida, Caldas expresaba de forma decidida su leal tad a la madre patria y al Rey de España; desafortunadamente, era demasiado tarde. Cualesquiera que fueran sus verdaderas convicciones políticas, todo el traba jo científico de Caldas le brindaba más poder ⁽⁾ del que debe tener un no-europeo. Los miembros de la élite criolla involucrados en la revolución de la independencia luchaban por sus derechos como comerciantes, terratenientes, mineros, y propietarios de esclavos. Por los mismos derechos de posesión y control de los europeos. En realidad no era relevante si el gobierno era americano o español mientras que su estatus social y sus ventajas económicas no fueran controladas y amenazadas. Las políticas de los gobernantes Borbones creían de antemano que el desarrollo económico y el aumento de los ingresos públicos eran completamente compatibles, pero a los ojos de los americanos, una contradicción empezaba a aparecer. Tanto en agricultura como en minería era imposible reconciliar los intereses de España y los de la élite americana. Era común que los dueños de las tierras fueran al mismo tiempo oficiales públicos, los comerciantes y mineros tenían un importante poder local y es peraban mayores beneficios en las ex-
61
Caldas, «Informe al Virrey», enHistoria Documental, p. 112.
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
portaciones de lo que les era permitido; reclamaban, por ejemplo, la posibilidad de comerciar con otros países. Los ideales de libertad eigualdad de los líderes dela independencia se limitaban a aquellos que eran educados y adinerados. El mismo Bolívar afirmaría que los 62 agentes de la revolución son los blancos, los ricos, y los títulos de Castilla. Es importante señalar que el movimiento de independencia incluía dos tendencias que claramente repre sentaban los diferentes intere ses locales. Los «Federalistas», con quienes Caldas se identificaba, buscaban control local de sus tierras, minas y esclavos, y no querían directa intervención desde Santafé en sus asuntos. La otra tendencia, los «centralistas» dirigidos por Antonio Nariño,interesaban se en un control centralizado de los negocios y del comercio exterior ejercido desde Santafé. Para ellos la separación de España eramucho más urgente. Todos los otrosmiembros dela Real Expedición eran part e de la elite criolla cuyos intereses científicos y políticos los evaron ll a embarcarse en la reposesión de América. Jorge Tadeo Lozano, miembro de una ilustre familia de Bogotá, estudió química, mineralogía y botánica en Madrid. El reemplazaría a Mutis en la cátedra de matemáticas de la Universidad del Rosario y se convertiría en un colaborador ⁽⁾ voluntario de la expedición a quien Mutis le pidió traducir al castell anoLa geogra63 fía de las plantasde Humboldt en 1803. Además, preparó un importante trabajo en zoología: Fauna de Cundinamarca. Lozano, Caldas y los otros naturalistas parecían compartir el sueño de construir su propio imperio americano. Como lo describe Lozano: «un vasto imperio que en pocos siglos será émulo de los más poderosos de Europa».64 Francisco Antonio Zea, otro descendiente deeuropeos nacido en América, se unió a la expedición en 1792 cuando se movilizó a Santafé. Fue enviado a España para ser juzgado por sus vínculos con la revolución. Zea manifestó su fe en la
62
Simón Bolívar,Obras, vol. III, pp. 647, citado por D. A. Bradi ng,The first America, p. 607.
63
Ver «Papeles de Mutis», Archivo Real Jardín Botánico de Madrid, div. III, 4, 11, 44.
64
Jorge Tadeo Lozano, Fauna de Cundinamarca, citado por Gonzalo Hernández de Alba, Quinas Amargas: El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII, (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1991), p. 148.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
Corona y fue declarado inocente. En enero de 1803 fue recomendado por Cavanilles, entonces Director del Real Jardín Botánico de Madrid, y fue nombrado segundo botánico del Jardín; en 1804 se convertiría en su director. Estando a cargo de las publicaciones del Jardín, tuvo un influyente papel en las disputas sobre la clasificación de quina. Después de un periodo de trabajo para José I en España, Zea comenzó sus proyectos científicos en América, y más tarde sería nombrado Vicepresidente de la Gran Colombia. Sinforoso Mutis, sobrino de José Celestino, también tomó parte en el movimiento de Independencia y contribuyó a combatir al Virrey, a quien algunos 65 Como en el caso de los meses antes le había dedicado una nueva especie vegetal. otros colaboradores de la Expedición, la actitud de Sinforoso frentelaaCorona no es muy clara. Una vez establecido el nuevo Estado y sin abandonar sus deberes como botánico de la entidad, se unió al partido cent ralista de Nariño. Después de la reconquista de Pablo Morillo, fue puesto en prisión y se le ordenó empacar todos los materiales de la Expedición. A diferencia de Caldas, Rizo y Carbonel, Sinforoso Mutis no fue ejecutado ni condenado al exilio. ⁽⁾ Tanto para los líderes de las nuevas naciones como paraslaautoridades españolas, la adquisición deconocimiento y las prácticas científicas constituyeron rutas esenciales para proclamar soberanía sobre el continente americano. Pascual Enrile, el General a cargo de la Armada española para recobrar la Nueva Granada le escribió al secretario de Estado: Los insurgentes se ocuparon mucho de la geografía del país y después quisieron enterarse de la topografía. Sacaron de los archivos del Virrey, Audiencia, monasterios y cuanto había lo vendieron a los encargados de la Botánica y teniendo a la vista las muchas observaciones de Caldas, las de Humboldt, las de los marinos y el mapa de Talledo, emprendieron la grande obra de un mapa del Virreinato.66
Ver «Continuación del semanario del Nuevo Reino de Granada», enHistoria documental, pp. 147-148. 66 «El general Pascual Enrile, jefe del estado mayor del ejército pacificador, da cuenta al secretario de estado... 1817», enHistoria documental, p. 353. 65
REMEDIOS PARA EL IMPERIO
Una de las tareas centrales de la Armada española era «re-poseer» los materiales, libros e instrumentos de la casa de la Expedición Botánica y del Observatorio. En 1818 la Gaceta de Madrid publicó una versión del «éxito» de la Armada española, no solamente en restablecer elorden en varios lugares de América, sino en recobrar los numerosos objetos de historia natural delseñor Mutis. Como ya hemos visto, los materiales fueron enviados a Madrid, al palacio del Rey, donde oficialmente él mismo tomaría posesión de los materiales. Orde nó que los especímenes minerales y de zoologí a fueran guardados en el Museo de Historia Natural, y el herbario y las ilust raciones botánicas en el Real Jardín Botánico. Dispuso además la pronta publicación, además de laQuinología de Mutis, también de todos los materiales relacionados conLa Flora de la Nueva Granada. Los libros e instrumentos del Observatorio fueron confiscados y enviados a Madrid. Por su parte, los americanos también hicieron todos los esfuerzos por la reapropiación del continente. A través del siglo XIX la historia de la ciencia en Colombia se puede ver como un continuo esfuerzo por continuar las tareas dela Expedición. Ya para 1811, la Constitución de Cundinamarca incluía elestablecimiento de una sociedad patriótica, en lacual la política española de apropiación se ⁽⁾ transforma en una política local. Deberá establecerse cuanto antes en la capital una Sociedad Patriótica, así para promover y fomentar estos establecimientos en ella y en toda la Provincia, como para hacer otro tanto en razón de los ramos de ciencias, agricultura, industria, oficios, fábricas, artes, comercio, etc... Entre los demás establecimientos, se tendrá presente el de la Expedición Botánica, para extenderlo, además de los trabajos en que hasta ahora se hubiese empleado, a la enseñanza de las ciencias naturales, bajo la inspección de la Sociedad Patriótica.67
Durante las primeras décadas de la República (1822-1850) el gobierno haría todo tipo de esfuerzos por importar ciencia. En 1823, el gobierno de Colombia aprobó la contratación de 5 naturalistas franceses, por medio de Zea, para la
67
«Constitución de Cundinamarca, título undécimo, de la instrucción pública, artículo 1, parágrafos 4 y 5», enHistoria documental, p. 216.
V. LAS EXPEDICIONES Y LA CREACIÓNDE UNA TRADICIÓNCIENTÍFICAEN AMÉRICA
68 fundación de un Museo Histórico Natural y una Escuela de Minería en Santafé. En este proyecto el gobierno termina pagando altos salarios a técnicos extranjeros e importando instrumentos y materiales para promover una investigación que parecía beneficiar más a las mismas instituciones científicas europeas que resolver las necesidades de la nueva nación.69 También es significativo que la primera gran empresa científ ica financiada por el gobierno nacional fue la «Comisión Corográfica» (1850-1859) para una investi-
gación sistemática y la elaboración de mapas del territorio nacional.70
⁽⁾
68
« El senado y cámara de representantes de Colombia aprueban las contratas celebradas en París entre el doctor Francisco Antonio Zea y los profesores Rivero, Boussingault, Roulin, Bourdon y Goudet, para establecer en Bogotá un museo de ciencias naturales y una escuela de minas, 1823», enHistoria documental, p. 470.
Frank Safford, «Acerca de la incorporación de las ciencias naturales en la periferia: el caso de Colombia en el siglo XIX»,Quipu, 2(1985), pp. 423-435. 70 Ver Olga Restrepo, La comisión Corográfica: Permanente actualidad, en Santiago Díaz (ed.), José Triana, su vida, su obra y su época, (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1991), pp. 95-127. 69
CONCLUSIÓN
Este capítulo no pretende explicar el proceso de independencia de las colonias españolas; los numerosos factores políticos, económicos y sociales relacionados con la revolución están por fuera de esta investigació n. Nos conciernen más bien una serie de prácticas científicas y su proceso de diseminación que constituyeron importantes formas de ejercer poder. Entender el conocimient o como un instrumento de liberación puede conducir a contradicciones, ya que una ciencia que supuestamente debía tener un carácter universal, permaneció centralizada y bajo el control de los miembros de un grupo reducido, cuyos intereses nunca se separarían de Europa. La educación de los científicos, europeos o americanos, dependía de instituciones extranjeras y aun si algunos de ellos fueron autodidactas, dependían de publicaciones, instrumentos y equipos europeos. Esas tradiciones intelectuales condujeron a los practicantes de la⁽⁾ ciencia colonial a trabajar siguiendo los métod os, técnicas y problemas de la ciencia del Viejo mundo. Buscaban el reconocimiento que las instituciones, sociedades y academias europeas podían brindar. La élite ilustrada tuvo un efecto importante en la creación de las nuevas naciones, pero más enu esfuerzo s por consolidar tradiciones en América que en darle libertad y autonomía a la pob lación. Más aún, la implantación de dichas prácticas e instituciones en lugares como la Nueva Granada redujo el poder de los nativos para controlar suspropias vidas1. La élite de criollos (comerciantes, propietarios de tierra, mineros) tuvo un papel decisivo en el crecimiento económico durante la época de los Borbones y el creciente éxito de esta oligarquía colonial cuestiona el sentido de su relación con el Imperio español. La élite criolla conoció el poder, descubrió su propia
1
Para un mayor desarrollo del problema planteado en este capítulo ver Mauricio Nieto, Orden Social y Orden Natural: Ciencia y Política en el Semanario del Nuevo Reyno de Granada, (Madrid, CSIC, 2006).
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fuerza y adquirió un nuevo sentido de identidad como clase, lo que la llevaría a tener una posición activa en la política. Naturalmente,se quería deshacer de sus maestros, pero no de sus sirvientes, y opr ello rechazo la intervención europea en la relación entre los blancos y sus esclavos. Los criollos se preocuparon más por fortalecer sus negocios que por darle autono mía a las naciones americanas. Siendo conscientes de la presión social que provenía de abajo y, de acuerdo con su dependencia de los valores europeos, ul charon por mantener a negros, indios y
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mulatos a distancia, conservando marcadas diferencias sociales. Los líderes revolucionarios americanos buscaban descolonizar sus intereses comerciales y, al mismo tiempo, mantener los valores europeos de supremacía blanca. Éstas eran las bases sociales sobre las quefloreció la ciencia europea en la América española. No es legítimo afirmar que los científicos europeos, incluso personajes como Mutis quien consagró toda su vida a América y a su gente, contribuyeron a la liberación americana. Por el contrario, diseminaron una ideología yuna serie de instrumentos de apropiación que fortalecieron mecanismos de control delas colonias por un grupo de criollos privilegiados. La independencia de las colonias españolas fue posible en parte porque los mecanismos europeos de control fueron establecidos dentro del continente y quedaron en manos de un número significativo de no-europeos. La revolución modificó sólo parcialmente la estructura de poder que había sido implantada por el gobierno español. En el siglo XIX, la soberanía de la Corona española fue negada, pero muchas formas profundas de depend encia permanecieron en la cultura del Nuevo Mundo: elidioma, la religión y, como hemos indicado, la ciencia. Desde entonces la historia de laciencia en Colombia ha estado marcada por un continuo esfuerzo local por obtener el reconocimiento internacional, lo cual explica que aún hoy en día no sea posib le reconocer una comunidad científica nacional fuerte con un verdadero impacto sobre las necesidades de la sociedad colombiana.
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