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REFLEXION # 1 EL PODER DE LAS DISTINCIONES “Nuestra lectura de la realidad depende de las distinciones que un observador ace de esa realidad! No se trata sólo de reconocer que el lenguaje es un tipo más de acción dentro de las infinitas modalidades de acción que tenemos los los sere seres s huma humano nos. s. Es un tipo tipo de acci acción ón que, que, segú según n como como la desempeñemo desempeñemos, s, tendrá efectos efectos decisiv decisivos os en nuestras nuestras vidas y en en las vidas de los que tenemos t enemos alrededor. El lenguaje tami!n nos constituye en oservadores distintos. "in disminuir la importancia de los dominios anteriores, e aqu# donde encontramos una de las fuentes más ricas de nuestras diferencias individuales. $uando halamos de cómo el lenguaje nos constituye en ose oserv rvad ador ores es difer diferen ente tes, s, pode podemo mos s apun apunta tarr al meno menos s a tres tres factores% las distinciones, los juicios y las narrativas. E&aminaremos a continuación como opera el tema de las '(")(N$(*NE". No s"lo s"lo percib percibi#o i#os s el #undo #undo con los sentid sentidos$ os$ Ta#bi% a#bi%n n lo observa#os con nuestras distinciones. distinciones . +uchos de los ojetos que puelan nuestros mundos, no son el fruto de la operación perceptual que nuestros sentidos y nuestro sistema nervioso ponen en acción, sino que surgen de la capacidad que nos provee el lenguaje para focaliar algún elemento o entidad del entorno en que nos nos enco encont ntra ramo mos, s, dánd dándol ole e una una sing singul ular arid idad ad por por medio edio de la distinción. $on ella separamos algo de su conte&to y lo convertimos en ojeto de oservación. Esta es una de las capacidades más pode podero rosa sas s que que otorg otorga a el leng lengua uaje je.. - trav! trav!s s de las las dist distin inci cion ones es hacemos un orden en la múltiple invasión de est#mulos, emociones, posiilidades y relaciones% introduci#os orden en el caos$
Los seres u#anos observa#os se&'n las distinciones que que pose posee# e#os os$$ "in dist distiincio ncion nes no pode podem mos ose oserv rvar ar.. )endr#amos e&periencias perceptuales dispersas, no significativas. "in la distinción mesa/ no puedo oservar una mesa.
-hora ien, es importante oservar 8 nuestras distinciones como tales, y no sólo como nomres que damos a las cosas. No halamos de palara/, t!rmino/ o concepto/, pues estos son nomres que sólo directamente remiten a la acción. En camio, la distinción remite inmediatamente a la operación que la genera, que es la de distinguir. -l oservar nuestras distinciones como tales, entonces, estamos destacando la operación de hacer la distinción$ Ella no e(iste
)co#o distinci"n) en el #undo e(terno$ So#os nosotros quienes ace#os las distinciones$ -l distinguir especificamos, identificamos las entidades que puelan nuestro mundo, y ello resulta de una operación ling9#stica que efectuamos, no pode#os observar al&o para lo cual no ten&a#os una distinci"n. * de las diversas distinciones resultan #undos di+erentes , posibilidades de acci"n di+erentes$
-n cielo estrellado 0ara ilustrar el papel que les cae a las distinciones en la configuración lo que oservamos, vamos a contar un cuento. :oy a suponer que estoy en una casa de campo, alejado de la ciudad. Es de noche, y no hay luna ni nues en el cielo. En un determinado momento salgo de la casa, me paro a la intemperie, miro hacia arria y oservo el cielo lleno de estrellas. "e dirá que no hay nada especial en lo que me ha pasado, y que a cualquier persona que se someta a las mismas condiciones que he descrito, le pasar#a lo mismo que me ha pasado a m# y, por tanto, ver#a, como yo, un cielo lleno de estrellas. 0ues ien, eso es falso. No puede ver estrellas quien previa#ente no posea la distinci"n de estrella. ; 7ueno ;podrá alguien argumentarme<, tal ve no las llame estrellas, por cuanto esa persona quiás no hale castellano, pero
no podrá dejar de ver las estrellas, = pues ellas están all#. "ólo que las llamara con otro nomre. ; 0ues no no importa cómo las nomre, importa cómo las llame. "i esa persona no posee la distinción de estrella, cualquiera sea el idioma que hale, no será posile oservar estrellas. ; No puede ser en la medida en que sus sentidos no est!n afectados, esa persona inevitalemente verá las estrellas puesto que ellas están all#. ? yo seguir! insistiendo en que eso no es posile, pues lo que constituye a las estrellas en estrellas es precisamente la distinción de estrella. $onsecuentemente, dir!, quien no posea la distinción de estrella, simplemente no puede oservar estrellas. ;
@0ero qu! oservará entoncesA< me interpelará.
; No lo s!
estrella, y nos preguntamos sore B lo que ve#an cuando viv#an una e&periencia equivalente a la que yo, en la antig9edad, por los ailónicos. Ellos son los fundadores de la astronom#a> ellos enunciaron por primera ve la distinción de estrella. 0regunt!monos, entonces, @cómo ve#an ese cielo los ailónicos, antes de que formularan la distinción de estrellaA @5o saeA ;
No
;?o se lo voy a contar. Esos ailónicos ve#an una inmensa óveda oscura que ten#a una multitud de hoyitos a trav!s de los cuales se filtraa la lu del más allá. ; @Eso significa
@0ero que otra cosa podr#a verseA
; (nfinitas otras cosas. :amos, por ejemplo, a los griegos. 5uego de que los ailónicos introdujeran la distinción de estrella, esta distinción llegó a los griegos, y saemos que ellos hicieron nuevas contriuciones en el campo de la astronom#a. 0ero la pregunta que podemos ahora hacernos es la siguiente% antes de que les llegara la distinción de estrella, @qu! oservaan los griegos cuando miraan al cielo en condiciones como las que he descritoA ;
@? qu! oservaanA
; Esta es una respuesta interesante. Ellos oservaan tami!n, de manera similar a los ailónicos, una gran óveda oscura. "in emargo, a diferencia de ellos, los griegos ve#an que de esa óveda colgaan unas lámparas encendidas. Ninguna referencia, por lo tanto, a la lu del más allá. 0ero, curiosamente, los griegos hacen una diferenciación. Ellos separan estas lámparas en dos grupos. 5as primeras son fijas. No se mueven. 0ero descuren que hay otras que se mueven, que camian de posición. -l descurir esto,
se dicen% "i algunas de estas lámparas C se mueven, alguien dee estarlas moviendo. 0ero no hay ser humano que pueda hacerlo y, por lo tanto, dee tratarse de dioses. 'ee haer distintos dioses a cargo de mover cada una de esas lámparas movedias. ? de esa forma, los distintos dioses que contienen el panteón divino de los griegos son los que se supo que mueven esas lámparas. Day una, por ejemplo, que mueve -frodita los romanos la llamarán :enusF> otra que fue movida por Dermes en lat#n lo llamarán +ercurioF> otra la mueve -res +arteF> a otra, 0oseidón NeptunoF> otra 4eus GúpiterF, a otra, $ronos "aturnoF. ? de esta manera hemos heredado algo de esa mirada de los griegos, y usamos los nomres de sus dioses, traducidos al lat#n, para referirnos a los planetas, esos ojetos movedios del firmamento. 5a cara de mi interlocutor ha camiado. Ello me anima a proseguir con mi relato. )odav#a no he logrado mostrarle caalmente el poder de las distinciones y el papel que les cae a la manera como oservo tanto el mundo como a m# mismo. ; 0ues ien
Dola, @Hu! estás haciendoA
; Dola ;le respondo;. Estoy aqu# conmovido, oservando este cielo único, lleno de estrellas, sintiendo que me conecto con el infinito. ; - ver, a ver
; 0ero @se da cuentaA hay muchos cuerpos que, aunque se ven iluminados, sólo recien la lu de alguna estrella, y !sa es la lu que vemos en ellos. '!jame introducir algunas distinciones adicionales. 5a tierra donde vivimos es un cuerpo sin lu propia. 'e lo contrario no podr#amos vivir en ella, pues nos quemar#amos vivos. Ella pertenece a un sistema de cuerpos sin lu, tales como ella, que giran alrededor de una estrella, el sol. 5o llamamos el sistema solar. 'e noche, el sol se encuentra del lado opuesto de la tierra y por lo tanto no lo vemos y el cielo se nos muestra oscuro. "in emargo, la lu del sol alcana a llegar a estos otros cuerpos sin lu del sistema solar, cuerpos que llamamos planetas, permitiendo que los veamos iluminados. 0ero se trata de planetas. No son estrellas. ;
@? me puedes mostrar algunosA
; 0or supuesto @:e aquel cuerpo luminoso al que estoy apuntandoA Es la primera lu que vemos en la tarde, al caer la noche, y la última lu que vemos en el amanecer. "e trata del planeta :enus. No tiene lu propia.
@Day otrosA
L
+uchos otros. +ira aquel rojio que se encuentra a ese otro lado. Ese es el planeta +arte. )ampoco posee lu propia 5a lu que vemos en !l es la lu del sol reflejada en su superficie. 5o vemos rojio por cuanto contiene gran cantidad de aufre. @:e ese otro a ese ladoA @Ese pequeñitoA <+e indica apuntando nuevamente con el dedo;. 0ues !se es +ercurio. Es otro planeta de nuestro sistema solar. @? ve, ese otro, un poco mayor, alláA 0ues ese tami!n es un planeta. Es el mayor del sistema solar. No lo vemos tan grande, pues está más lejos que los anteriores. Es Gúpiter. @? qu! más puedes mostrarmeA 0ues, dejemos a un lado los planetas que, además de no tener lu propia, giran alrededor del sol y por lo tanto camian de posición en el firmamento. 0asemos ahora a las estrellas. "on aquellos cuerpos que poseen lu propia y que, con e&cepción del sol, al que solemos ver movi!ndose como resultado de los movimientos de la propia tierra, parecieran estar fijos y equidistantes los unos de los otros. 0ues ien, a las estrellas podemos agruparlas en constelaciones, en grupos de estrellas que se mantienen conformando una determinada forma en el firmamento. Ello implica que no sólo podemos ver estrellas, podemos oservar tami!n constelaciones. +ira, esa la llamamos la constelación de *rión> a esa otra, la llamamos la *sa +ayor. 0arecieran formar figuras diferentes. @? hay algo más que pudieras mostrarmeA 0ues mucho más. 0odr#a quedarme con usted toda la noche, mostrándole cosas nuevas que te van a sorprender. 'escurir#as que en ese cielo que tú inicialmente sólo ve#as estrellas, hay muchas otras cosas. @$ómo qu!A $omo, por ejemplo, ese puntito luminoso que se encuentra en esa dirección. @5o vesA Ese pequeñito que se mueve lentamente. "ólo lo verá moverse si se detiene en !l. @"e da cuenta que se mueveA
; Es cierto. 0areciera que seMacerca a esa estrella que tiene al lado. ; 0ues no se acerca a ninguna estrella. En realidad aunque parece que estuviera muy lejos, en rigor está muy cerca. 5o que pasa es que es muy chiquito. Es un sat!lite. 5o hemos construido en la tierra y lo hemos mandado al espacio. Esta girando alrededor de nosotros y lo utiliamos en nuestros sistemas de comunicación. @$ómo cree que logra ver los canales de televisión de otros pa#sesA 5as ondas de transmisión de esos canales son recogidas por esos sat!lites y retransmitidas de manera que puedan llegar a su televisión. 'e lo contrario no ser#a posile. 0or lo tanto, ese cuerpo luminoso que se mueve all# es el más cercano a la tierra, de todos los que ve y lo hemos mandado desde acá. ;
@0uedes mostrarme algo másA
;
@$uánto másA
;
"ólo una cosa más. 0or favor. Enseguida le dejo en pa.
; 7ueno, una última cosa más. @"a#a que hay estrellas que 6sted ve y que no e&istenA ;
0ero, @cómoA "i las veo, tienen que e&istir.
; 0ues, se equivoca. 5o que realmente ve es sólo su lu. 0ero el tiempo que demora en llegar esa lu es muy largo, y desde el momento en que esa lu fuera enviada, esa estrella se e&tinguió. 0or lo tanto está viendo la lu de un cuerpo que, hoy, ya no tiene lu. ;
@? yo la estoy viendoA
; Está viendo la lu que esa estrella tuvo en el pasado, pero no la lu que ella tiene el presente, pues hace ya muchos años que dejó de tener lu. ;
+e parece incre#le.
;
+e imagino.
; @? podr#a decirme una última cosa másA @6na última, últimaA ;
@0ero no era la anterior la últimaA
;
$laro, pero esta ser#a la última, última...
;
0ero as# no vamos a terminar nunca.
;
5e prometo que con esta terminamos.
;
@+e lo prometeA
;
-solutamente.
;
@No va a haer luego una última, última, últimaA
;
5e prometo que no.
; 'e acuerdo. "ólo con esa condición. Escucha% @sa#a qu! las estrellas mayores, las que tienen más lu, están ah# y ni las vesA ; 0ero eso no puede ser. "i están ah#, y si son las mayores y que tienen más lu, @cómo podr#a no verlasA ; Para ello requeri#os de una nueva distinci"n. "e trata, lo que llamamos hoyos negros/. "e trata de estrellas más grandes que por su tamaño tienen tal fuera de gravedad que se tragan su propia lu. "aemos de su e&istencia por el comportamiento de las demás. 'ada la gran fuera de gravedad que poseen crean un campo que afecta todo lo que está a su alrededor. ? dado lo que pasa en su cercan#a hemos descuierto que e&isten. 0ero no podemos verlas. ;
"orprendente.
;
@:erdad que s#A
; @"aeA 3e a ca#biado por co#pleto el #undo$ El #undo que aora lo&ro ver con las distinciones que #e a entre&ado es co#pleta#ente di+erente de aquel que antes observaba$
;
#undo que observa#os lo 0ues no me e&traña. El 1O
construi#os con nuestras distinciones$ ; $reo que he aprendido no sólo algo nuevo y fascinante respecto al universo. $reo que me ha enseñado algo todav#a más inesperado con respecto a m# mismo y al poder poseer mis propias distinciones. ;
+e alegro mucho.
+ientras mi amigo astrónomo se aleja hasta perderse en la oscuridad, constato que ahora oservo un mundo diferente. Pero #e do, cuenta de que no es solo el #undo el que a ca#biado$ Ta#bi%n e ca#biado ,o4 a ca#biado el observador que ,o era$ :uelvo ahora mi mirada hacia mi interlocutor. +e percato que su rostro tiene ahora algo que no ten#a al inicio de nuestra conversación. -lgo nuevo. +e doy cuenta de que posilemente está pensando que a partir de mi relato no sólo ha camiado mi mundo y he camiado yo. )engo la impresión que siente que !l tami!n ha camiado. -hora sonr#e. +e pregunto si algo similar le hará sucedido al lector. Nuestra estructura biol"&ica nos proporciona e(periencias perceptuales que nos esti#ulan a &enerar distinciones. No podemos oservar, una puesta de sol si no tenemos la distinción puesta de sol/. 0odemos ver unos colores en el cielo, podemos ver el sol en una posición determinada, pero a partir de aquello que perciimos sensorialmente, lo que eso sea/ para nosotros, va a depender de nuestras distinciones. E&iste un rango de acontecimientos que serán distinguidos por raones estrictamente iológicas% ruidos, fenómenos luminosos, ostáculos f#sicos. 5as diferentes comunidades humanas compartirán distinciones ling9#sticas para esos fenómenos. En el otro e&tremo, tenemos distinciones que son el resultado e&clusivo de acciones ling9#sticas.
5as produce el lenguaje !se 11 es su poderF generarnos oservaciones y e&periencias que sin !l no podr#amos tener. Es el caso, por ejemplo, de la distinción de cero/. 5as diferentes profesiones y actividades grupales se constituyen por la capacidad de sus miemros de manejar conjuntos diferentes de distinciones. E&iste una suerte de metalenguaje/, constituido por las distinciones que los miemros ; de esos grupos manejan, cuyos códigos son operativos y proveen de econom#a y eficacia a las acciones que emprenden dentro de ese ámito. Es el caso de los profesionales de diferentes especialidades, de grupos como los "couts, los fieles de determinados cultos religiosos, los militares, los futolistas, y demás grupos. 5o que los hace afines y operantes es el conjunto Pdistinciones que comparten, y que, a su ve, marcan la diferencia con aquellos que no participan en ese determina grupo humano. Ello les permite hacer oservaciones que otros no pueden hacer e intervenir de la manera particular que caracteria a esa comunidad. El aprendi5a/e de nuevas distinciones e(pande la #irada del observador. constitu,e #undos di+erentes , lo lleva a e#prender acciones que sin esas distinciones no abr6a e#prendido$ +ientras no las incorporemos, hará cosas que no veremos, y limitaremos nuestras oservaciones y nuestra capacidad de acción.
El len&ua/e es un +en"#eno dial"&ico as6 co#o lo dial"&ico es un +en"#eno social$ 7ace#os distinciones al operar co#o Observadores , opera#os co#o Observadores en el di0lo&o$ * a veces las distinciones que ace#os rei+ican 8cosi+ican9 los procesos de una #anera insana. 'e hecho, muchas veces usamos o en verdad hacemos mal uso deF esas palaras de tamaño m#nimo con que conjugamos el vero QserQ. Q?o soy un perdedorQ. QElla es una fracasadaQ. Q$ualquiera que actúa de esa manera simplemente es perversoQ.
QNo puedo hacer nada ien, Jsoy 18un incompetenteKQ. Este uso es señal inequ#voca de una insania, según -lfred RorysSi, quien acuño el famoso aserto% Qel mapa no es el territorioQ, e ilustra la verdaderamente insana respuesta ling9#stica de identificación. 'e esta manera, le damos a nuestro concepto de identidad un montón de poder. 5o investimos de nuestro verdadero QserQ. 5o hacemos Qla última palara acerca de nosotros mismosQ. No hay que e&trañarse entonces de que nuestro concepto de identidad acarre! tanto peso y poder e influencia en y sore nuestras vidas. No es de e&trañar que afecte todos los aspectos de nuestro verdadero ser% el estado de nuestra salud mental nuestra sanidadF, nuestra salud f#sica, nuestras relaciones, cómo nos adaptamos y adquirimos maestr#a sore diversos aspectos de nuestras vidas, etc$ Nuestro #arco de identidad representa uno de los #eta)niveles , c0psulas de conciencia #0s encu#bradas que deter#inan la estructura de nuestra :realidad:$ "i construimos un concepto de identidad poco útil o tó&ica y luego nos identificamos con !l, desde entonces ni siquiera lo cuestionaremos. 'e ah# en adelante simplemente asumiremos nuestra autodefinición limitadora como QrealQ, QsólidaQ, QestaleQ, e QinmodificaleQ. 5a confundimos con una QrealidadQ. Entonces la usaremos como nuestro mapa de la realidad al movernos por el mundo. "in más y desde ah# en adelante !l goernará nuestras QpercepcionesQ, pensamiento, sensaciones, hala, actuaciones, relaciones, etc. @0or qu! entonces se siente tan real y sólidaA 0orque hemos emutido nuestras representaciones de nuestra QidentidadQ en un marco de referencia mayor. El proceso parte con irnos a una +eta;0osición 0erceptual metaT más allá, más lejos, sore o más arria deF o 0osición de *servador desde la cual distinguimos algo, una unidad contra un fondo perciirTdistinguirF. 5uego decidimos emutir lo demás en esa distinción como si esta fuera nuestro marco de QrealidadQ.
Dacemos esto a trav!s de identificarnos 1= con nuestros pensamientos y sensaciones acerca de los eventos o los procesos y reificarlos, transformarlos en cosas. ? el proceso no termina all#, ya que enseguida actuamos en consecuencia. ? entonces según cómo distinguimos y decidimos, as# actuamos. 6na ve que construimos un marco;de;referencia y lo usamos como nuestro mapa mental emocional para navegar por la vida, se convierte en nuestra estrate&ia de realidad. ? una ve que alcana ese nivel de desarrollo y astracciónF, lo tomamos simplemente por un hecho. "e convierte en nuestra premisa operacional que nunca cuestionamos. ? esa forma puede ser útil y poderosa o inútil e insana. 0ero en este último caso podemos querer camiar y el mismo proceso lo podemos usar para realiar el camio, lo que e&ploramos en ediseñar su (dentidad.
El proceso de distin&uir , resolver proble#as$ 6n teorema central desde la perspectiva constructivista que hemos desarrollado aqu# dice, que toda acción implica e&plicita o impl#citamenteF una decisión, y que cualquier decisión implica una distinción. -s# no puede haer acción si no hay una distinción. 0or tanto por una parte estamos construyendo nuestro mundo a trav!s de hacer distinciones, y al hacerlo, dado que e&iste una lógica de las distinciones, si no nos percatamos de esa lógica niveles lógicosFU podemos crearnos prolemas.
Condiciones para un di0lo&o productivo$ Demos concluido que las distinciones emergen del diálogo entre a lo menos dos oservadores que operan distinguiendo. -hora, para que la conversación entre dos o más personas sea un proceso dialógico útil, o productivo, se deen cumplir las condiciones que lo hagan tal y no un monologo. En un diálogo podemos distinguir la ocurrencia de ciertos actos del lenguaje que contriuyen a que la conversación adquiera el carácter que lo define como diálogo y otros que no. ? aunque esto constituye el tema de otra refle&ión , digamos aqu# sólo que con frecuencia empleamos los actos
ling9#sticos que llamamos QpreguntarQ 1B y QresponderQ> tami!n los actos de QrecapitularQ resumir y hacer e&plicitas las emociones que perciimos en nuestro interlocutorF y el QvalidarQ las respuestas del otro verales y no veralesF genera respuestas, que ampl#an, confirmación, o traen precisión a nuestra comprensión> y el acto de Qinvitar a imaginarQ que lleva a que el otro responda no sin antes representarse imágenes de un mundo a trav!s del lenguaje visual, auditivo, Sinest!sico, y otras formas de lenguaje simólico, como las metáforas, el lenguaje matemático, el musical, coreográfico, etc.. -hora si nuestros prolemas aparecen ajo la forma de una pregunta los oservamos como la no;realiación o el no desempeñoF de una e&pectativa, lo que al mismo tiempo los hace aparecer ajo la forma de una admiración es incre#le que ocurra esto...F o de una decepción que lástima o qu! verg9ena que ocurra esto...F. $omo Punidad distintivaP un prolema aparece, por una parte, a trav!s de las distinciones de preguntas y respuestas, y por otra de prolemas y sus respectivas soluciones. "e trata entonces de una relación entre a lo menos cuatro elementos. 6n prolema es entonces aquello que desarrollamos en un diálogo con otros o en un diálogo interno, con la ayuda de a lo menos las operaciones de preguntar y responder, relacionándolas con una posile solución. Desde el punto de vista de la biolo&6a los seres u#anos sie#pre ace#os aquello que es coerente con nuestra #anera de co#prender lo que ace#os. 5os seres humanos cuando operamos en un dominio determinado, cualquiera que !l sea, lo hacemos desde la comprensión e&plicita o impl#cita que tenemos de ese dominio. Nuestros conceptos, ideas, supuestos, premisas y convicciones determinan las distinciones que hacemos, las decisiones que tomamos y las acciones que realiamos. En el dominio de las conversaciones, el sentido que para nosotros tenga la práctica de conversar determinará cómo emocionamos, imaginamos y refle&ionamos, qu! actos del lenguaje utiliamos, la estrategia que seguimos para conducir la conversación y nuestra interpretación y reacciones frente a sus resultados.
1C e(celencia$ Operando en un do#inio con )odos nosotros operamos de manera sist!mica. "omos todos sistemas e&pertos. E&pertos, claro está, en conseguir los resultados que ahora conseguimos. *peramos como un "(")E+$*DEEN)E en el que todo y sólo aquello que hacemos está relacionado con todo lo demás que hacemos, pensamos, imaginamos y emocionamos, y todo eso tiene un sentido o significado que es congruente con el sentido o significado del todo. 5as distinciones, decisiones y acciones que no hacemos no las hacemos no porque no queramos, por inconsecuentes, por flojos, o por alguna falla intr#nseca, no las hacemos porque para nosotros no tienen sentido. 5a cuadratura del c#rculo. 5as personas que operan en un dominio con fluide, oteniendo los resultados que se proponen en forma consistente, estaleciendo relaciones armoniosas con los demás, comunicándose con encanto, operando de una manera concentrada y a la ve relajada, disfrutando del proceso, terminan su d#a cargados de energ#a, y viven plenamente.
Ellos di+ieren de los de#0s en el sentido que le atribu,en a su traba/o , en la +or#a en que usan su propio siste#a nervioso , el len&ua/e a trav%s del cual codi+ican sus valores. creencias. su identidad. su sentido espiritual , el si&ni+icado que crean para sus vidas$
3aterial preparado por Gerardo Gon5ale5 -ribe , basado en la obra de Ra+ael Eceverr6a$ El observador , su #undo$ ;olu#en I. editorial Granica