Psicoterapia y relaciones humanas Tomo II Cap. 1 y 2 Más allá de las técnicas Según CR debe esforzarse por portarse totalmente como persona, no no como especialista. Su papel consiste en llevar a la práctica actitudes y concepciones fundamentales relativas al ser humano y no en la aplicación de conocimientos o de habilidades especiales. Estas actitudes tienen que ser comunicadas, en cierta medida, al interesado. La empatia o la capacidad de situarse en el punto de vista de los demás, no es patrimonio del mundo. Poner Poner en práctica esta actitud es particularmente difícil cuando se trata de puntos de vista que pueden ser completamente ajenos al propio o directamente opuestos a la lógica y a la realidad elemental. Lo mismo pasa con la consideración positiva incondicional. Las manifestaciones, incluso limitadas, de esta actitud de tolerancia de aceptación y de respeto a los demás, son raras. En cuanto a su forma incondicional, laque corresponde al mantenimiento de esta actitud, sea cual fuere el comportamiento del sujeto (siempre que tal comportamiento no viole la estructura de la situación terapéutica) es prácticamente desconocida fuera de los círculos rogerianos. En cuanto a la autenticidad, se diría que esta característica de la conducta, e inconcluso de la experiencia, está en vías de perderse. La autenticidad tiende a ser sustituida por el compromiso, la diplomacia, los acercamientos “de lado”. Se trata de un progreso real. Pero todo progreso exige su precio. Y nos parece que, actualmente, ese refinamiento de las relaciones se establece a costa de la autenticidad. Así se va profundizando esta brecha entre lo que el individuo siente y que se presenta, brecha que hemos dado en llamar alineación de si mismo. Pero algunos dirán si esta terapia es es una cuestión de actitudes y no de técnicas, ¿Cómo es posible enseñarla y mucho menos demostrarla? Esta es la finalidad de la parte práctica. Es cierto que la terapia rogeriana no tiene técnicas sino, más bien, formas características, inspiradas y limitadas, al mismo tiempo, por los principios sobre los que se apoya. Estas formas pueden ser muy variadas. La actitud representa el resultado de un aprendizaje. Es decir, el resultado de una interacción entre el individuo y el medio. La reorganización del campo de la percepción es la esencia misma de la psicoterapia rogeriana. Según esta teoría, la respuesta del terapeuta esta determinada: 1. por la capaci capacidad dad empátic empáticaa de este 2. por la medida medida en la que que los datos datos de de su experienc experiencia ia esta disponi disponible ble en su conciencia y por la medida en que su conducta esta guiada por estos datos, es decir la autenticidad del del terapeuta. 3. Por la consideració consideración n positiva positiva incondi incondicional cional que que siente siente hacia el el cliente. cliente. 4. Por su su capacidad capacidad de armonizar armonizar la empatia, empatia, autent autenticidad icidad o congruen congruencia cia y la API y de expresar esta unidad de percepción y sentimiento por medios verbales y no verbales. Es entonces cuando nos adentramos en las actitudes en la práctica. Eliminemos de entrada, la forma directa, explicita, que consiste en decir al cliente que puede sentirse absolutamente libre, que no se piensa en juzgarle, que se le respeta
incondicionalmente, etc. Este tipo de declaración no produce generalmente ningún efecto, al menos, ningún efecto terapéutico, más bien al contrario. El cliente tiende a desconfiar de las frases demasiado manifiestamente tranquilizadoras o edulcorantes. La clasificación de las respuestas, según Porter la concibe, engloba cinco categorías: 1. ESTIMATIVAS: es la respuesta que expresa una cierta opinión relativa a lo que el cliente dice. Indica en forma sutil como debería actuar el cliente. Expresa un juicio a otra persona. Si la estimación es desfavorable puede resultar amenazadora ya que afectaría la libertad de expresión del cliente, el calor la seguridad de la relacion.etc. Indica como podría o debería actuar el cliente. 2. INTERPRETATIVA: respuesta que trata de hacerle tomar conciencia de algo, de demostrarse algo. Tiende a indicar como el cliente podría o debería representarse la situación. 3. TRANQUILIZADORA: respuesta que tiende a tranquilizar al cliente implica que el sentimiento del cliente no está justificado. Que el problema no existe o que no es tan serio como se lo representa el cliente. 4. EXPLORATIVA: esta respuesta tiende a obtener datos suplementarios, a comprobar o a profundizar la discusión. Implica que el cliente podría o debería examinar más de cerca alguno de los aspectos del problema. 5. COMPRENSIVA: respuesta que tiende a comprender desde el interior, a captar el tono afectivo, personal, de la comunicación. Esta categoría corresponde a la empatia. Las respuestas del 1 al 4 proceden del marco de referencia del terapeuta. Para que la respuesta sea terapéutica debe dirigirse al sentimiento que está en la base de los hechos y de los acontecimientos que forman que forman la trama del relato. La noción de sentimiento tal como se emplea aquí, no solo engloba experiencias de naturaleza emocional o afectiva. (Angustia, vergüenza, odio, amor, etc) se extiende también a todo lo que tiende a revelar el ángulo perceptual de la experiencia. Especialmente la que se refiere a la imagen del yo. Las intenciones, impresiones, creencias, entran dentro de la noción de sentimiento. Por el contrario, la noción de hechos se refiere a los elementos secundarios, materiales o sociales, que sirven de vehiculo al sentimiento. El merito de las respuestas es que se dirigen al sentimiento dominante y a partir de allí se centran en la persona no en el problema. Es necesario que las respuestas estén formuladas de tal modo que bastaría ponerlas en segunda persona para hacer con ellas respuestas que el sujeto estaría dispuesto a confirmar. En ciertos casos el uso de una expresión atenuante como “le parece a Ud.”, “un poco”, “casi”, “como si”, “no complementamente”, “en cierto modo”, etc. Contribuirá a la aceptación del contenido de la respuesta.