Introducción El problema de la destrucción de la capa de ozono comenzó con el uso de los clorofluorocarbonados clorofluorocarbonados (CFC), pero se volvió más evidente hacia los años 70 cuando se producían más de un millón de toneladas anuales de estas sustancias. Estas sustancias, cuyo impacto inmediato a nivel de la salud y medio ambiente no podía ser previsto, se esparcieron por la atmósfera terrestre produciendo lo que tiempo después haría parte de las primeras evidencias del calentamiento global y el daño de la capa de ozono del planeta. A partir de este problema se intentaron plantear diferentes causas y en consecuencia se dedujeron unas posibles soluciones, la principal de estas fue la prohibición de la producción de estas sustancias agotadoras agotadoras de la capa de ozono. oz ono. Este fue el motivo para la realización del protocolo de Montreal donde se baso en la prohibición de productos que necesiten clorofluorocarbonados clorofluorocarbonados para su producción producción o expulsen estos a la atmosfera terrestre. El Protocolo El Protocolo de Montreal fue suscrito en 1987 y en la actualidad unas actualidad unas 180 naciones se han comprometido a seguir con sus metas de reducción en la producción de gases clorofluorocarbonados clorofluorocarbonados (CFC), halones y bromuro de metilo, cuya presencia en la atmósfera es considerada la principal causa del adelgazamiento en la capa de ozono. El Protocolo de Montreal entró en vigencia en 1989, cuando 29 naciones más la Unión Europea, productores de 89 por ciento de las sustancias nocivas para la capa de ozono, lo habían ratificado.
Efectos de los CFC en la Capa de Ozono La destrucción de la capa de ozono, es una realidad con la que vivimos actualmente y es una situación demasiado peligrosa, peligrosa, este problema consiste en que la capa de ozono pierde su grosor y se destruye debido a la acción de los clorofluorocarbonados, este hueco que se forma en la capa de ozono a causa de estos gases expone a la vida terrestre a un exceso de radiación ultravioleta. La exposición moderada a la radiación UV-B no presenta peligro. De hecho en los seres humanos constituye constituye una parte esencial del proceso de formación de la vitamina D en la piel. Sin embargo, que puede producir cáncer de piel, cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunitario en el cuerpo de los seres vi vos, interferir en el proceso de fotosíntesis f otosíntesis de las plantas y afectar el crecimiento de varias especies marinas como el fitoplancton fi toplancton oceánico. Debido a la creciente amenaza que representan estos peligrosos efectos sobre el medio ambiente, muchos países trabajan en el proyecto de suprimir la fabricación y uso de los clorofluorocarbonados. clorofluorocarbonados. Sin embargo, los clorofluorocarbonados clorofluorocarbonados pueden permanecer en la atmósfera terrestre por más de 100 años, por lo que la destrucción de la capa ozono continuará representando una amenaza durante las próximas décadas si no se hace algo inmediato.
Los clorofluorocarbonos (CFC) son sustancias orgánicas sintéticas derivadas de los hidrocarburos del petróleo de bajo peso, también co nocidos como halo orgánicos. A los cueles se les ha sustituido los átomos de hidrogeno por átomos de flúor, cloro, bromo o yo do. Son ejemplos, los clorofluorocarbonados, bifenilos policlorados y los plaguicidas organoclorados. Son muy estables al calor, químicamente inertes, y pueden permanece r en el ambiente por muchos años. La estructura de los clorofluorocarbonados posee varias relaciones de flúor y cloro, y los más utilizados comercialmente son los freones para producir aerosol. El problema de los clorofluorocarbonados es que no se degradan en la troposfera, permanecen inalterados por largo tiempo (más de 10 años) y se difunden hasta la estratosfera. Cuando llegan a una altura entre los 20 y 50 km se descomponen por una reacc ión fotoquímica, produciendo cloro atómico, que se combina con el ozono (O,) y reduce la capa protectora de la atmósfera contra los temibles rayos ultravioleta provenientes del Sol. Este fenómeno es conocido como "la destrucción de la capa de ozono" o el "hueco de ozono", en aumento sobre la Antártida. Al destruirse o disminuir la capa de ozono, los rayos ultravioleta pueden pasar hasta la superficie de la Tierra y producir alteraciones en los ecosistemas (agua, organismos acuáticos, organismos terrestres) y originar irritaciones en los ojos y cáncer a la piel.
Impacto Global del Protocolo de Montreal Las cantidades de los clorofluorocarbonos en la atmosfera se han reducido. La fabricación y el uso de estas sustancias ha disminuido desde que se comenzó a implementar el protocolo. La concentración de los HCFCs ha aumentado en grandes cantidades, principalmente debido a que estos fueron el remplazo de los CFC (por ejemplo, en el caso de los refrigerantes). En muchos países se realiza el contrabando de productos que contienen estas sustancias por la facilidad de producirlas, en gran parte se producen en
los países en vía de desarrollo. Sin embargo, el protocolo ha sido respetado y se ha cumplido casi por completo, por ello, el protocolo de Montreal ha sido uno de los tratados ambientales más exitosos. A pesar de que se ha demostrado una disminución en las cantidades de las sustancias que afectan a la capa de ozono, en el 2003 el agujero presente en la capa de ozono tomo una de sus mayores extensiones en la historia.
Como la grafica anterior hay claras evidencias de una disminución en las concentraciones de sustancias que destruyen la capa de El Protocolo de Montreal está buscando lograr la eliminación de los HCFCs para el 2030, pero no impone restricciones sobre los HFCs ya que estos no dañan en gran parte a la capa de ozono y por esta razón no son tenidos en cuenta en el protocolo. Debido a que los CFCs también son gases con un fuerte potencial de efecto invernadero, la simple sustitución de los CFCs por los HFCs no significa que el daño se incremente, pero el aumento del uso de estas sustancias y el incremento de las actividades en las que son usadas, si sería peligroso y produciría un mayor deterioro del medio ambiente.
El Protocolo de Montreal en Colombia En Colombia, la columna de ozono presenta variaciones significativas a lo largo del año, caracterizándose los meses de diciembre, enero, y febrero por los valores más bajos y menores variaciones espaciales, es entonces cuando Colombia recibe mayor radiación ultravioleta-,mientras que julio, agosto y septiembre evidencian los más altos.
A pesar de no ser tan grande el problema de la capa de ozono comparando con muchos países desarrollados e industrializados, Colombia ingresó oficialmente como parte del Convenio de Viena mediante la aprobación de la Ley 30 del 5 de marzo de 1990. Por otra parte, comenzó a hacer parte del Protocolo de Montreal a partir de la expedición de la Ley 29 de 1992, expedida por el Congreso de la República. Para la implementación del Protocolo de Montreal, Colombia preparó su Programa País durante los años 1992, 1993 y 1994 con el liderazgo de la industria, lo que garantizó su compromiso en el desarrollo posterior de las metas establecidas. Con el objetivo de facilitar la identificación de proyectos, apoyar al Ministerio de ambiente en todas sus actividades y promover la implementación del Protocolo de Montreal en Colombia, se creó la Unidad Técnica Ozono (UTO) , oficina dependiente de dicho Ministerio, pero financiada integralmente por el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal. Cuenta con un grupo de profesionales al tamente calificado para implementar los proyectos de reconversión y enfrentar los desafíos de la implementación del Protocolo, difundir a nivel nacional la problemática del ozono entre la población, desarrollar un marco normativo que ayude a eliminar la dependencia del país de las Sustancias agotadoras de la capa de Ozono y crear una red con las autoridades ambientales y el estado para proteger la capa de ozono.
Algunas Leyes Realizadas para Cumplir con el Protocolo en Colombia
Decreto 423 de 2005 por el cual se toman medidas para controlar las exportaciones de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono. Resolución 2188 de 2005, modificada por la Resolución 1708 de 2008, por la que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial establece requisitos, términos, condiciones y obligaciones para controlar las exportaciones de Sustancias agotadoras de la capa de Ozono y se adoptan otras determinaciones. Resolución 1652 de 2007 por la que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial prohíbe la fabricación e importación de equipos y productos que contengan o requieran Sustancias agotadoras de la capa de Ozono listadas en los Anexos A y B del Protocolo de Montreal. Resolución 301 de 2008 por la que el Ministerio de la Protección Social adopta medidas tendientes a prohibir el uso de los cloroflurocarbonados. Resolución 1652 de 2007 por la que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial prohíbe la fabricación e importación de equipos y productos que contengan o requieran Sustancias agotadoras de la capa de Ozono listadas en los Anexos A y B del Protocolo de Montreal. Decreto 1609 de 2002 del Ministerio de Transporte, sobre transporte de mercancías peligrosas. Decreto 4741 de 2005 por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, reglamenta parcialmente la prevención y el manejo de los residuos o desechos peligrosos generados en el marco de la gestión integral.
Norma de Competencia Laboral Colombiana “Manejo ambiental de sustancias refrigerantes utilizadas en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado según la normatividad nacional e internacional” (código 280501022). Ley 1252 de 2008 por la cual se dictan normas prohibitivas en materia ambiental, referentes a los residuos y desechos peligrosos.
Resultados del Protocolo De Montreal en Colombia Colombia no es un país productor de Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), luego todas las SAO utilizadas son importadas, siendo el sector de refrigeración el de mayor consumo tanto en la fabricación como en el mantenimiento, seguido por el sector de espumas de poliuretano. Actualmente todas las empresas de fabricación de equipos de refrigeración doméstica y las grandes y medianas empresas de fabricación de equipos de refrigeración comercial, se han cambiado a tecnologías libres de clorofluorocarbonos. De igual forma la gran mayoría de las empresas que fabrican espumas de poliuretano y poliestireno están trabajando con sistemas que no usan clorofluorocarbonos. Hasta la fecha, el país ha reducido su consumo de más de 2.200 toneladas anuales de clorofluorocarbonos a menos de 700 toneladas, lo cual ha significado la gestión de recursos por más de 15 millones de dólares y la ejecución de más de 50 proyectos de reconversión industrial en todo el país.
Conclusiones La eliminación definitiva de los gases HCFC una década antes, permitiría evitar la emisión equivalente de 35.000 millones de toneladas de CO2. Colombia necesita mejorar y enriquecer la investigación y el desarrollo tecnológico en cuanto a equipos y procesos de refrigeración en cuanto al uso de los refrigerantes alternativos, sus alcances y beneficios, para evitar el uso de clorofluorocarbonantes. A la vez se requiere generar una mentalidad responsable y una cultura ambientalista con la recuperación y el reciclaje de refrigerantes en los procesos de mejoramiento de los métodos de refrigeración y aire acondicionado, estos deben realizarse por empresas especializadas y autorizadas en cuanto al manejo de estas sustancias refrigerantes, para evitar que sean liberadas sustancias dañinas para la capa de ozono y contribuyendo a frenar en parte el deterioro de la salud de los seres humanos y los demás seres vivos. El protocolo de Montreal tiene una efectividad 15 veces mayor de lo que pretende el Protocolo de Kioto en sus primeros cinco años de vigencia. Por esta razón y a pesar del
contrabando de productos, el Protocolo de Montreal ha sido considerado el acuerdo ambiental internacional más exitoso del mundo hasta la fecha.