VIDA COTIDIANA
Las perlas conquistan a las romanas Procedentes de la India o Arabia, las perlas se popularizaron entre las clases altas de la antigua a ntigua Roma a partir del d el siglo I a.C.
H
e visto a Lolia Paulina cubierta de esmeraldas y de perlas entrelazadas; las joyas resplandecían por toda su cabeza, en la cabellera trenzada, las orejas, el cuello y los dedos, sumando cuarenta millones de sestercios». Esto escribía el naturalista Plinio el Viejo, a mediados del siglo I a.C., a propósito de la tercera esposa del emperador Calígula. Aunque pocas mujeres podían igualar su nivel de lujo, el gusto de Lolia Pauli Pa ulina na por porlasperl lasperlas as es estab tabaa mu muy y ge generalizadoenlaRomaimperial.Suuso comoadornoysímbolodeestatuspropició pic ió un int intens enso o com comer erciocon ciocon lasregionesprod giones productor uctoras, as,situadasprincipalsituadasprincipalmenteenOriente.Esteorigensemanifestabaenelnombremismoqueseles dabaenlatín,«margarita»,queatravés del gri grieg ego o pr proce ocedía día en últ último imo té térmi rmino del sán sánscr scrit ito o mangara, «r «ramill amillete ete deflo de florres» es».. En EnlaAntig laAntigüed üedadse adse co cononocíancuatro cíancuatr o re region giones esper perlífe líferras: as:el elmar mar
Rojo, el golfo Pérsico, India y Ceilán, a las que se sumaban algunas zonas de China. A Roma llegaban, a través del comercio, perlas de diversas calidades, tamaños y colores. Las más apreciadas aprec iadas fueron las del mar Rojo y el golfo Pérsico, por su gran calidad y brillantez. Menos valoradas eran las perlas del mar Negro, pequeñas y de tonalidad rojiza, y las de Acarnania, en Grecia, muy bastas, de gran tamaño y tintes marmóreos. Las perlas de río de Britania, más oscuras y con tonalidadesáureas, desáurea s,se se con convirt virtier ieron on en enlas lasmás más cotiz co tizada adass del oc occid cident entee del Imp Imperi erio, o, mientr mie ntras as que las de Mau Maurit ritani aniaa er eran an aprecia apr eciadas das por su peque pequeñez. ñez.
Pesca escadore dores s de perlas
E Z N E R I F , A L A C S / S E G
A M I S ’ E I T S I R H C
DOS MUJERES observan
un collar en la tienda de un comerciante de joyas en Pompeya. Óleo por Ettore Forti. Siglo XIX.
Las fuentes Lasfuent esapor aportan tanpoc pocaa inform información ación sobre sobr e cómo cómose se re realizab alizabaa la larec recolecc olección ión de per perlas las.. Alg Alguno unoss aut autor ores es señ señala alan n que est estaa acti activida vidad, d,muyasociad muyasociadaa a la a resguar resguardo do en las profundidades del pesc pe sca, a, se ha hací cíaa en ver eran ano o, ya qu quee se mar mar.. Claudio Eliano escribía que «sólo creí cr eíaa que la os ostr traa pa pasab sabaa el in invie viern rno o se pescaba cuando hacía hacía buen día y el mar no se movía». movía». Los pescador pescadores es se sum sumer ergía gían n en el ag agua ua y buceab buceaban an hastaa enc hast encontr ontrar ar las ostr ostras, as, que iban iban guardandoenuna red redhasta hasta que salían salían al ex exter terior ior par paraa re espirar,, volviendo a espirar LOS BUSCADOR BUSCADORES ES de pe perl p rlas as se ta tapa paba ban n or orej ejas as y na nari rizz co con n ce cera ra an antes tes repeti re petirr est estaa oper opera ación a varias veces. de sum sumerg ergirs irse. e. Se colo loca caba ban n pe peso soss pa para rall lleg egar ar al fo fondomari ndomarino noy y Dadas Da das las dif dificu iculltades y los riesgos manten man teníanel íanel cue cuerpoa rpoaata atado doal albar barco coconcuerd concuerdas.Cuand as.Cuando o que quería rían n de est estaa acti activida vidad, d,, er eraa habi habitua tuall que la subirr a la subi lasup superf erficie icie,, daaban abanvario varioss tiron tirones. es.Otro Otro método método,, melleva lle varran a ca cabo bo criminales condenanospeligroso,erausar redes de arrastre. dos,contr dos, controlados oladosp por p las autoridades autoridades locales loc ales.. Sin emb embaaarg argo, o, se sabe que en NADADOR. FIGURA DE VIDRIO QUE DECORABA UN MUEBLE. Chinalasperlasse e cultiv cultivaban aban a veces de for forma ma a artifici artificial. al.
UN TR TRAB ABA AJO JO DE DE RIIE IES ESGO
BRIDGEMAN / ACI
Tras recoger las ostras, se mataba al molusco y se dejaba descomponer para que así se desprendiera el nácar que constituye la sustancia de la perla. Según Eliano, «las ostras que capturan, las meten en vasijas y las ponen en salazón […], la carne se corrompe y se consume». A continuación, la perla se limpiaba y se clasificaba en función de su s u blancura, tamaño, reredondez, brillo y peso, para su posterior venta. Cuanto mayor era la calidad calidad de una perla, más elevado era era su precio. En Roma, el comercio de perlas se desarrolló desarr olló a partir de finales del siglo I a.C. y principios del siglo s iglo I d.C.,
El objeto de deseo quee llegó de Oriente qu O riente NUMEROSAS CIVILIZACIONES de la Antigüedad conocieron y
apreciaron las perlas, desde la India hasta Israel, Asiria o el Egipto faraónico. En el mundo griego únicamente se registran a partir de la época de Alejandro Magno, como resultado de sus conquistas en Oriente. En Roma parece que empezaron a popularizarse a principios del siglo I a.C. Las campañas de Pompeyo el Grande en Asia Menor y Armenia (66-63 a.C.) contribuyeron decisivamente a la nueva moda, a juzgar por el triunfo que el general celebró a su vuelta a
Roma, en el que exhibió 33 coronas con perlas engastadas, un templete decorado con perlas y su propio retrato realizado con ellas. También También influyó influ yó el contacto con el Egipto helenístico, y en particular con Cleopatra, que poseía las dos mayores perlas de las que se tuvo noticia.
VIDA COTIDIANA
EL PÓRTICO DE LAS PERLAS
UNA MUJER extrae un collar de perlas de un cofre lleno de joyas. Fresco del
palacio de Constantino en Tréveris. Siglo IV d.C. Museo Episcopal, Tréveris.
los vendedores de perlas ocupaban un recinto llamado Porticus Margaritaria, donde se fabricaban y vendían las joyas. La existencia de este lugar sólo se conoce por inscripciones, y se ignora su localización exacta. Abajo, tienda de joyass en un reliev joya relieve. e. Museo Museo de la Civilización Romana, Roma. EN ROMA,
M U B L A / A E D
SCALA, FIRENZE
cuando se con cuando consol solidó idó la rut rutaa co comer mer- la Indi Indiaa y Occ Occiden idente te.. Las mer mercan cancías cías cial ci al co con n Or Orie ient ntee a tr traavé véss de Eg Egip ipto to.. pa pasa saba ban n a tr traavés de lo loss pu puer erttos de Augusto August o rec recibió ibió var varias ias embaj embajadas adasde de Ar Arabi abiaa has hasta ta Alej Alejand andría ría,, en Egi Egipt pto, o, donde de se gua guarrdab daban an en alm almac acene eness y la Ind India,que ia,que tar tardab daban an cua cuatr tro o añosen don llega lle garr a Rom Romaa y acu acudía dían n ca carg rgada adass de se redi edist strib ribuía uían n por to todo do el Me Medidivalio va liosos sos obj objeto etos, s, ent entrre ell ellos os per perlas las.. ter terrá ráneo neo.. Est Estee itin itiner erario ario come comerc rcial ial queda da at atest estigu iguado ado en obr obras as co como mo el A par partirde tirde est este e mome momento nto,, el com comer er- que text xto o qu quee es es Periplo del mar Eritreo, te ciodelujoatrajoauncrecientenúme- Periplo ro de cli client entes es en Rom Roma, a, int inter eresa esados dos pec pecifi ifica ca qué tip tipo o de per perlas las pr prefe efería rían n en adquirirestos pr productos oductosex exóticos. óticos. los roma romanos. nos. Al par parecer ecer,, las fav favoritas oritas Bajo Baj jo los emp emper perado adore ress Cla Claudi udio o y eranlasdeorigeníndicoylasdelmar Rojo, o, bel bellas las por su bla blancu ncurra. Nerón, Ner ón,el elcome come ercio er ciode deper perlas las Roj En Rom Roma, a, los com comer ercia ciant ntes es esp espeese conc concentr entrró en al algu guno noss puert pue rtos os d e la co sta d e ci cial aliz izad ados os en la ven enta ta de pe perrla lass se margaritariiy y se agr agrupa upaban ban Arabi Ar abia, a, co onvertido onv ertidoss en llamaban margaritarii gremi emios os o co coleg legios ios pa parra def defend ender er interme ediarios ediari os entr entree en gr
Las perlas favoritas de los rromanos, bellas por su blancura, procedían del mar Rojo y la India p PENDIENTE DEL TIPO CROTALIA, HECHO CON ORO, PERLAS, GRANATES Y VIDRIO. SIGLO III. BRIDGEM BRID GEMAN/ AN/ ACI
sus intereses. Muchos eran libertos vinculados a un patrón que se beneficiaba de su trabajo. Algunos propietarios de tiendas pagaban a personas o designaban a esclavos para para que vigilasen sus negocios durante durante el día y la noche, para evitar evitar los robos.
Monopolio comercial En Roma se han localizado dieciocho inscripcioness en las que se cita el ofiinscripcione cio de margaritarius margaritarius,, aunque existe la posibilidad de que esta palabra, que se usaba para definir al vendedor de perlas, se aplicase también a todas las personas ligadas a este comercio, desde los exportadores a los joyeros. La mayoría de las inscripciones se han encontrado cerca de la Vía Sacra, S acra, lo que indica que existió un selecto grupo de margaritarii ubicado en una de las calles más conocidas y transitadas de Roma, que acabó convirtiéndose en el principal eje del comercio de
Toque de distinción disti nción idearon múltiples combinacionesde combinaciones de eperlas LOS JOYEROS romanos idearon con metales y piedras preciosas para seducir a sus exigeentes clientas. Aquí se muestran muestran un collar, collar, un brazalete y un an nillo.
Collar de oro, perlas
E Z N E R I F , A L A C S / A I L G O F A C I F A R G O T O F : S O T O F
y piedras duras procedente de Pompeya. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles.
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lujo de la ciudad. Estos comerciantes no operaban sólo en Roma. En Hispania, por ejemplo, se ha localizad localizado o una lápida dedicada dedi cada a un tal Silvano, un margaritarius que vivía en Augusta Emerita (Mérida).
Perlas-castañuela Los romanos distinguían entre diversos tipos de perlas. Las más bellas y gruesas eran las llamadas uniones; las que tenían forma fo rma de pera se denominaban elenchi elenchi,, y cuando se arraciarracimaban mediante pequeñas cadenas, de modo que al golpearse hacían un pequeño ruido, se llamaban crotalia, o «castañuelas». En cuanto al color, las de un blanco perfecto per fecto eran con gran diferencia las preferidas. Había múltiples formas de lucirlas, ya fuera como pendientes, en collares de hasta tres hileras de cuentas, cosiéndolas a las telas o bien engastándolas en otros objetos. Las damas de
la aristocracia imperial las llevaban de todas las maneras posibles: en el vestido, en las diademas, en las horho rquillas para el pelo e incluso en los zapatos: consta que adornaban con ellas las correas de sus c répidas, las sandalias de moda en la época. No es extraño que los poetas criticasen esta clase de derroches. Marcial, en uno de sus epigramas, decía de una tal Gelia que «no jura [...] por dios o diosa alguna, sino por sus perlas. A éstas abraza y besa; las llama hermanos y hermanas y las quiere mucho más que a sus dos hijos. Dice la desgraciada que si por algún caso las perdiera, no viviría más de una hora». Las perlas se convirtieron también en un símbolo del poder imperial. De Nerón se decía que guarnecía de uniones las camas que se llevaba de viaje, y a partir de Caracalla los emperadores empezaron a llevar diademas de perlas, seguramente combinada combinadass
con diversos tipos de piedras preciosas. También se usaban us aban para decorar las estatuas. Plinio el Viejo cuenta que el gusto por las perlas y las piedras preciosas lo introdujo en Roma Pompeyo Pompey o con la l a procesión triunfal tras su victoria sobre sob re los piratas del Adriático. En ella se incluía una imagen del propio general realizada a base de perlas cuyo recuerdo recuerdo escandalizaba escandaliza ba al escritor: escrito r: «¿Tu rostro, gran gran Pompeyo, hecho de perlas? ¿Perlas, derroche destinado a las mujeres? ¿Aquello que ningún ningún hombre debe llev llevar?». ar?». LUCÍA AVIAL-CHICHARRO HISTORIADORA
Para saber más
ENSAYO
«La venta de perlas en la ciudad de Roma durante el Alto Imperio» J. Pérez. Espacio, tiempo y forma, forma, serie II, Historia Antigua, 27, 2014, pp. 267-282. TEXTOS
Historia Natur Natural al Plinio el Viejo. Gredos, Madrid, 2014.