UNIVERSIDAD METROPOLITANA Programa Ahora
Trabajo Final
Modelo Centrado en la Tarea
Jenny Rivera Alana Santiago SOWO 370
Trabajo Participativo por Objetivos o Modelo Centrado en la Tarea
Base Teórica El modelo centrado en la tarea se sitúa en la corriente del trabajo por objetivos. Este método propone tratar solamente los problemas percibidos por la persona interesada, determinando con ella el objetivo a alcanzar en una fecha determinada. El análisis sistémico resalta la importancia de la circularidad, es decir, de la interacción entre los elementos de un sistema. Es pues el problema más sensible a la motivación del cliente el que constituye la elección de entrada en su sistema. El cliente utilizará, de este modo, plenamente su deseo y su esperanza de cambio. El trabajo participativo se apoya en elementos teóricos, en la experiencia profesional y en diversas investigaciones. La teoría general de sistemas, la teoría de comunicación, la teoría del aprendizaje, la teoría de los roles, la teoría psicoanalítica y, en particular, los estudios recientes sobre la psicología de yo, proporcionan los elementos que subyacen al modelo de “casework” centrado en la
tarea. La hipótesis general es que el problema representa normalmente mantener la intensidad del malestar a un nivel aceptable. Estas fuerzas entran en juego para restablecer el equilibrio y están activas mientras este equilibrio no sea alcanzado; el principal rol del trabajador social consistirá en ser de alguna manera el auxiliar. El trabajo participativo por objetivo toma, del modelo psicosocial, el análisis y la clasificación de las técnicas de tratamiento. Al igual que sucede con el modelo de proceso de resolución de problemas, sitúa el problema del cliente en el centro de la intervención. Explora el problema y elige la solución con el cliente. Se apoya sobre los mismos elementos teóricos y prácticos que la intervención en situación de crisis, con la sola diferencia de que amplía la aplicación a los problemas crónicos y concede más importancia a la formulación precisa del problema, de la tarea del cliente y de los límites de tiempo. Comparte, por el contrario, la importancia acordada a estos últimos puntos con el modelo de modificación de conducta.
El trabajo participativo por objetivos utiliza los conceptos de relieve por la escuela funcional. Se apoya en e l potencial de crecimiento, asi como en la fuerza primitiva presentes en cada individuo y que llamamos voluntad. Privilegia proveso y utilización del tiempo para estimular el crecimiento y el desarrollo y se apoya en el procedimiento siguiente:
El diagnóstico: concede más importancia a los problemas vividos por la persona y a las maneras ineficaces de tratarlos que a los rasgos de la personalidad y al funcionamiento global.
El tratamiento: se propone utilizar un tiempo limitado para ayudar al cliente a alcanzar un objetivo específico con el auxilio de tareas bien determinadas.
Se pone el acento en la tarea mediante un acuerdo explícito o contrato entre cliente y trabajador social.
Problema Como todo tratamiento a corto plazo, la primera exigencia del problema a tratar es que debe ser conciso y limitado. La segunda característica del problema es que el cliente lo reconoce explícitamente como un problema y desea resolverlo. Centrarse en el problema designado por el cliente quiere decir que no se va a comenzar por la dificultad que el trabajador social u otros consideran más importante, sino por aquella que el propio cliente siente como problema por el que desea comenzar. La tercera característica del problema es ser accesible a la acción del cliente, actuando el trabajador social como facilitador de esta acción. Los recursos combinados del trabajador social y del cliente deben permitir resolver los problemas o reducirlos. La primera preocupación del trabajador social consiste pues en ayudar al cliente a identificar un problema que quiera y pueda resolver. El trabajo participativo por objetivos requiere que cada cliente pueda encargarse de una actividad que incida sobre el problema. El éxito de esta actividad estimulará la motivación para resolver el problema; el éxito engendra el éxito y acrecienta los recursos de la persona.
Para que un problema pueda convertirse en el blanco de una intervención debe de cumplir las siguientes exigencias: debe de ser considerado como un problema, debe de ser susceptible de modificación gracias a sus esfuerzos y debe de ser preciso y bien delimitado. Se consideran seis tipos de problemas: los conflictos interpersonales, la intensificación en las relaciones sociales, los problemas con los organismos oficiales, las dificultades en el desempeño de un rol, los problemas ligados al cambio y los recursos insuficientes. Objetivo El objetivo tiene una relación con el problema; es el punto de no existencia del problema y es el cliente quien lo determina. Se trata de un objetivo específico formulado con la relación a un comportamiento observable y verificable, lo que permitirá al cliente evaluar por sí mismo en qué medida ha alcanzado el resultado esperado. El objetivo es preciso y limitado, y es importante para el trabajador social aceptar estos fines limitados y a corto plazo. El objetivo se inscribe en el marco de referencia del cliente y no en el del trabajador social. Tarea La palabra tares designa las respuestas, exigidas por las situaciones corrientes, que va a dar el cliente para alcanzar el objetivo fijado. La tares es una acción precisa a realizar en un futuro inmediato; está muy bien delimitada y ligada al objetivo. Algunos aspectos de la tarea figuran ya en el repertorio del cliente, otros necesitarán un aprendizaje. Si el cliente muestra ciertas dificultades para encontrar las tareas adaptadas al objetivo, el trabajador social le indica las tareas apropiadas. La experiencia demuestra que si la tarea tiende a solucionar la dificultad sentida por el cliente será realizada con éxito, a haya sido establecida por el cliente o indicada por el trabajador social. Tiempo Planificar y limitar el tiempo empleado en la intervención constituye una de las principales características de las terapias breves en general, y el modela
orientado a la tarea. El límite de tiempo parece tener un efecto movilizador de energía sobre el trabajador social y sobre el cliente a la vez. En el momento en que los problemas y los objetivos han sido definidos, se fija con el cliente el tiempo indispensable para las tareas necesarias. Una decisión común tomada sobre la duración de la intervención y sobre el número de entrevistas permite evitar las numerosas dificultades que plantea la terminación del tratamiento. Si el trabajador social se ve en la necesidad de modificar la duración de la intervención y el ritmo de los encuentros, lo discutirá abiertamente con el cliente y establecerá explícitamente un nuevo proyecto. Contrato La noción de contrato está tomada del derecho civil. Cuando dos personas realizan una transacción, las relaciones de fuerza pueden ser evitadas mediante la utilización de un contrato, que permite a los participantes reencontrarse como pares a nivel del trabajo a hacer juntos. El objetivo del contrato debe ser determinado y posible. El objetivo a alcanzar es preciso y limitado; está en directa con la dificultad; es formulado respecto a la conducta observable y verificable. El contrato determinará pues la dificultad a resolver, el objetivo a alcanzar y las tareas y el tiempo necesario para llevarlo a cabo. Indicará quién, cuándo, y donde se hará. Fase Inicial Los puntos más delicados de esta fase son la exploración de las dificultades y la elección del problema. En la entrevista, parece preferible sustituir la palabra problema por la palabra dificultad.
Explorar las dificultades: El trabajador social propone al cliente pasar revista con él a sus diferentes preocupaciones. Al hacer la lista de las dificultades, el trabajador social anota también los puntos fuertes del cliente, sus capacidades y los recursos de su red social.
Elegir la dificultas y fragmentarla: El cliente y el trabajador social verifican verifican la lista de dificultades. El cliente elije la dificultad por la cual quiere comenzar.
Una vez que el cliente ha hecho su elección, trabajador social y cliente se centrarán sobre la dificultad, la situarán de manera más precisa en el espacio y en el tiempo.
Determinar el objetivo: Una vez elegida la dificultad, queda por fijar el objetivo con respecto a las conductos observables y que es posible alcanzar en menos de tres meses. Se pide al cliente que visualice de alguna manera la situación en la que quiere encontrarse, que precise el objetivo específico que quiere obtener.
Planificar las tareas: una vez el objetivo de la intervención, trabajador social y cliente pondrán a punto las tareas que permitan alcanzar este objetivo. El rol del trabajador social consiste aquí en ayudar al cliente a elegir y realizar las actividades necesarias.
Definir el tiempo: Definir la duración de la intervención con el cliente desde el primer encuentro parece difícil para los participantes. Una manera de reducir esta dificultad es fijar, las primeras veces, una duración determinada por las circunstancias.
Establecer el contrato: Al final del primer encuentro se define en común el contrato, en términos claros y comprensibles para ambos. Se explora las dificultades y se elige una.
Fase Intermedia La fase intermedia se caracteriza por la puesta en marcha del contrato establecido en el curso de la primera o segunda entrevista. El trabajador social se centrará, con el cliente, en el encadenamiento de las tareas que permitan alcanzar el objetivo fijado. Una gran parte de las entrevistas se dedicará, pues, a explicar al cliente como se ha desarrollado la ejecución de las tareas, así como los resultados obtenidos. Una vez hecha esta evaluación de los resultados y de los medios utilizados, podrá dedicarse a la preparación de las tareas que el cliente tendrá que realizar la siguiente semana.
Técnicas El modelo participativo por objetivos hace un uso diferenciado de las técnicas utilizadas en trabajo social, adaptándolas a las exigencias de las diferentes fases del proceso. Evaluación El trabajador social acostumbra, en cada entrevista, a evaluar el proceso en curso y a verificar si las técnicas empleadas van en el sentido del fin perseguido. Evalúa igualmente la manera en que el cliente cumple sus tareas y progresa hacia el objetivo fijado. En la fase inicial, la evaluación del malestar, de la esperanza, de las capacidades, de los recursos de la red social permitirán al trabajador social y al cliente fijar unos objetivos realistas. En la segunda entrevistas, la evaluación conjunta tratará sobre la ejecución o la no ejecución de las tareas, índice primordial para saber si la dificultad seleccionada ha sido realmente elegida por el cliente y si las tareas son pertinentes. La evaluación será también el centro del encuentro terminal. Fase Terminal La evaluación de los resultados se efectúa a todo lo largo de la intervención, pero juega un papel particularmente importante en la fase terminal. En cada entrevista el trabajador social examina con el cliente lo que ha sido realizado desde la última vez; esta evaluación permite a este cliente tener conciencia de sus progresos y adquirir confianza en sí y en sus capacidades. Esto aumenta su motivación actual y lo animará en el futuro a resolver las dificultades que se le presenten. Cuando el tratamiento toza a su fin, es habitual evaluar juntos el camino recorrido con relación al problema, al objetivo y a la tarea fijada, y evaluar también los límites de tiempo que se habían establecido como necesarios.
Durante la sesión terminal, se recorren de una forma bastante sistemática los puntos siguientes:
Se examina la situación actual, comparándola con la situación que correspondía a la dificultad elegida en la primera entrevista y con el objetivo determinado.
Se recuerdan las tareas cumplidas y los resultados que han producido; se puede preguntar al cliente lo que ha sentido a lo largo de este periodo y cómo ve las cosas ahora. Esto le ayuda a tomar conciencia de los aprendizajes efectuados y de las nuevas capacidades adquiridas.
El trabajador social concluye señalando que el objetivo ha sido alcanzado, que el contrato ha terminado para esta fecha, como estaba previsto. En ciertos casos, el cliente puede solicitar que se trate otra dificultad de la misma manera, entonces se hace un nuevo contrato. Relación El sistema de valores sobre el que se apoya la relación se centra en torno a la importancia acordada a la demanda expresada por el cliente: lo que dice querer, después de haber tenido ocasión de examinar su situación y sus dificultades. El rol más importante del trabajador social es el de auxiliar, que va a ayudar al cliente a conseguir lo que desea en el marco de su motivación, de sus capacidades, de los recursos del medio, del mandato del servicio y de la legislación vigente. Conclusión
