MELANIE KLEIN - TEORÍA DE LAS RELACIONES OBJETALES
BIOGRAFÍA: Nace en Viena, Austria en 1882, su padres fueron, la últia de cuatro !eranos, su !erana uere cuando "elanie ten#a $ a%os de edad& A los 1$ a%os decide estudiar edicina, coo su padre, siendo su !erano 'uien la apo(a en esta iniciati)a, a los diecisiete a%os se coproete con Art!ur *& +lein, por 'uien aandona la idea de estudiar edicina, -n 1.// fallece su padre ( en 1./2 fallece su !erano& -n 1./0 se casa con A& +lein a los 21 a%os de edad, no tu)o una uena relacin con su !ia "elitta& 3esde 1.18 1. 18 en ad adel elan antte "e "ela lani niee +l +lei ein n asi sist stee a nu nu er eros osos os co con n4r 4res esos os de 5sicoan6lisis& A partir de 1.2$, "elanie +lein coien7a una lar4a serie de pulicaciones ore an6lisis en ni%os, asados en sus estudios de casos, ella no terino una carrera uni)ersitaria& "elanie uer en 1./ de c6ncer al colon& 5O*9;A3O*: tiene ( las 'ue siepre )a a antener& ;os ni%os aprren ap ende den n a ca callifi fica carr lo 'u 'uee se ac acer erca ca a el elllos co co o u uen eno o o a allo, dependiendo de co se sientan en relacin a ese oeto& 5or eeplo, si una adre rinda cari%o ( dedicacin al oento de aaantar al e> considerar6 a su pec!o coo ueno, de lo contrario lo calificar6 de alo ( no 'uerr6 'ue se le acer'ue& ?sta enciona enciona 'ue los ees en una priera etapa, la es'ui7o @ paran paranoide, oide, no )e oetos torales, es decir, para >l todo son partes de >l iso, le pertenecen coo por eeplo el pec!o de la adre& -n esta priera etapa los ees sienten 'ue ese pec!o alo, 'ue calificaron anteriorente, los
persi4ue para !acerles da%o ( 4eneran ansiedad ante la presencia de este& ;os ni%os para defenderse del persecutor se )uel)en a4resi)os& ;a adre es calificada coo un oeto parcial por lo 'ue no se est6 incluida en el concepto de alo& ;a se4unda etapa, la depresi)a, se desarrolla cuando el ni%o se da cuenta de 'ue esos oetos no le pertenec#an ( era parte de un todo, al darse cuenta de 'ue ese pec!o 'ue el tildaa de alo era realente su adre la 'ue rindaa cari%o el ni%o se siente culpale ( en sus fantas#as, ideali7a aneras de ser perdonado por la adre, lo 'ue le !ace superar esta etapa& -sto es en cuanto a la foracin de la personalidad (a 'ue los oetos uenos son considerados los núcleos del (o& "elanie +lein ide, tai>n, ecanisos de defensa u( parecidos a los de Freud solo 'ue con ni%os& -ntre estos teneosC la intro(eccin, el ni%o incorpora el pec!o de su adre dentro de su cuerpoC la pro(eccin, los ni%os pro(ectan i64enes uenas o alas sore oetos en especial sus padresC la di)isin Dse di)ide en ecaniso positi)o ( ne4ati)oEC la identificacin pro(ecti)a, separan la partes inaceptales de s# iso ( los pro(ectan en un oeto ( lue4o lo intro(ectan dentro de s# iso pero odificado& Finalente, nos dea cuatro fasesC a4resi)a de succin oral, se da durante el prier a%o, el ni%o fantas#a con lle)ar el pec!o a su interiorC *adiso oral, se e)idencia al final del prier a%o, el ni%o ia4ina 'ue astica, de)ora ( caniali7a el pec!o de su adre, eplea dientes ( and#ulasC transicin s6dica uretral, en esta fase el ni%o usca destruir el cuerpo de su adre ( para lo4rarlo usa su orina ( sus !ecesC sadiso anal, se desarrolla durante el se4undo ( tercer a%o, la eliinacin de !eces si4nifica eliinar el oeto aoroso, )inculado a un ipulso destructi)o& http://es.scribd.com/doc/98389106/RELACIONES-O!E"ALES Resumen
La teoría de las relaciones objetales puede verse, según como la definamos, como un capítulo de la teoría psicoanalítica freudiana o como una de las versiones contrastantes de la teoría psicoanalítica que existen en la actualidad. La posición del autor se ubica en la segunda línea de pensamiento, ya que cuestiona la hipótesis de que las pulsiones impersonales a la búsqueda de descarga tensional constituyen el principal —o tal ve el único— sistema motivacional del ser humano. La teoría de las relaciones objetales plantea la existencia de una necesidad primaria de objetos, que no puede reducirse a la búsqueda del placer. !i uno acepta la existencia de esta búsqueda primaria de relaciones, esto cambia nuestra comprensión del proceso psicoanalítico. "l trabajo describe, brevemente, cómo puede verse este proceso a partir de una concepción que privilegia el vínculo analítico como factor terap#utico fundamental.
La teoría de las relaciones objetales puede verse, según como la definamos, como un capítulo de la teoría psicoanalítica freudiana, o como una de las versiones contrastantes de
la teoría psicoanalítica que existen en la actualidad $%ernberg, &'()*. +i propia perspectiva se ubica en la segunda línea de pensamiento, por lo que dejar# de lado las consideraciones referentes al concepto de objeto en la obra de reud. "n particular, el concepto de -objeto de la pulsión poco o nada tiene que ver con la forma en que se concibe al objeto en la teoría de las relaciones objetales. "l objeto de la pulsión es aquella entidad —ya sea externa al cuerpo del sujeto o parte del mismo— que permite la descarga de tensión pulsional, generadora de placer, a trav#s de una conducta consumatoria que constituye el -fin de la pulsión. "n este contexto, el objeto es el elemento m/s variable de la din/mica pulsional, ya que es infinitamente reemplaable $reud, &'&0*. "n cambio, cuando hablamos de objeto en la teoría de las relaciones objetales nos estamos refiriendo siempre a un -objeto humano, es decir, a una persona, una parte de una persona, o una imagen m/s o menos distorsionada de #stas. 1quí el objeto deja de ser impersonal y reemplaable, para volverse intensamente personal. 2o es el objeto de una pulsión, un mero requisito para la obtención del placer, sino un objeto de amor o de odio, que el yo busca para encontrar respuesta a su necesidad de relación. 3, una ve encontrado, estos sentimientos quedan tan ligados a ese objeto específico, que sólo a trav#s de un duro y difícil trabajo de duelo podr/ abandonarlo y volver a colocarse en las condiciones que permitirían una nueva elección. "sta concepción se origina tambi#n, desde luego, en la obra de reud, particularmente en -4uelo y melancolía $reud, &'&(* y -"l yo y el ello5 $reud, &'67*. 8ecuerdo que un analista brasile9o me dijo, en una ocasión, que -La metapsicología se murió con :4uelo y melancolía;, or otra parte, tambi#n en -Los instintos y sus destinos $reud, &'&0* encontramos un detallado argumento para demostrar que el amor y el odio no son en absoluto pulsiones, sino expresiones de -la relación del yo total con sus objetos. ?na forma de definir la teoría de las relaciones objetales es afirmar que #sta pretende dar cuenta de cómo la experiencia de la relación con los objetos genera organiaciones internas perdurables de la mente. "n otras palabras, se trata del desarrollo, hasta sus últimas consecuencias, de la hipótesis de que las estructuras psíquicas se originan en la internaliación de las experiencias de relación con los objetos. "xiste, desde luego, una interacción entre la internaliación de las experiencias de relación, por una parte, y la actualiación de las estructuras relacionales internaliadas, encarn/ndose en nuevas relaciones, que a su ve ser/n internaliadas. "n consecuencia, la vida de relación toma la forma de un proceso circular, semejante a los descritos por los teóricos de los sistemas generales $@ateson, &'(6A oerster, &''&*. Bomo puede apreciarse, esta teoría permitiría integrar, en forma armoniosa, los elementos -internos y -externos de la experiencia humana, ya que investiga y conceptualia la influencia de las relaciones interpersonales -externas sobre la organiación de las estructuras mentales -internas, así como la forma en que estas últimas determinan las nuevas relaciones interpersonales que se establecen posteriormente.
!in embargo, la antigua discusión sobre lo -interno y lo -externo continúa siendo una importante fuente de conflicto en psicoan/lisis. "n la medida en que nuestra tradición ubica el origen oficial del psicoan/lisis en el abandono de la mal llamada -teoría de la seducción, esto ha sido el origen del prejuicio que afirma que toda muestra de inter#s por los factores -externos simplemente -no es psicoan/lisis $CubertDEFlander, &''G*. Hste fue el principal motivo del violento rechao padecido por !/ndor erenci cuando pretendió reformular el problema teóricoDclínico del efecto estructurante de las experiencias reales de maltrato vividas por los ni9os $+asson, &'IG*. 1 partir de ese momento, el desarrollo de la teoría de las relaciones objetales se bifurcó en dos corrientes. La primera de ellas, iniciada por %arl 1braham $&'6G* y posteriormente desarrollada por +elanie %lein y su escuela $%lein, &'76A %lein, et al., &'06*, enfatia la determinación pulsional de la experiencia de la relación con el objeto y concentra su atención en el objeto interno y su efecto determinante sobre la vida posterior del sujeto. La segunda, que proviene de la obra de !/ndor erenci $&'00, &'I0*, y se continúa con la de +ichael @alint $&')0, &')I*, 4onald J. Jinnicott $&'0I, &')0, &'(&*, +. +asud 8. %han $&'(G, &'(', &'II*, J. 8onald airbairn $&'06*, Karry untrip $&')&, &')I, &'(&*, Bharles 8ycroft $&')), &')I, &'('*, +arjorie @rieley $&'0&* y otros autores de la llamada -escuela brit/nica, así como tambi#n con la de "riF Komburger "riFson $&'0M, &')I, &'I(* y, m/s recientemente, con la -psicología del self de Kein %ohut $&'(&, &'((, &'IG*, enfatia el efecto estructurante que la relación real con el objeto y con el entorno cultural tiene sobre el psiquismo. Etto %ernberg $&'()*, por su parte, intenta integrar ambas versiones en una visión m/s sist#mica de la interacción entre sujeto y objeto, entre lo interno y lo externo. Codo lo anterior determina formas bien diferentes de concebir la naturalea, objetivos y curso del proceso analítico. 4enominar# -teoría de las relaciones de objeto, en el contexto de esta discusión, a aquella línea de pensamiento que proviene de las propuestas originales de reud en -4uelo y melancolía $&'&(* y -"l yo; y el ello $&'67*, pasando a trav#s de las contribuciones pioneras de erenci, para desembocar en las del -grupo intermedio brit/nico, de "riF "riFson y de la -psicología del self de %ohut y su escuela. "sta visión destaca la importancia de la matri interpersonal y social de la que se nutre y en la que crece la organiación de la vida psíquica del individuo. "sto por oposición al -psicoan/lisis freudiano cl/sico —al que considero una versión unilateral y empobrecida del complejo universo abierto por la obra de reud— y la -teoría de la fantasía inconsciente de %lein y sus discípulos, con su #nfasis en los determinantes exclusivamente intrapsíquicos y pulsionales. La teoría de las relaciones objetales rompe desde un comieno con la teoría de las pulsiones al destacar otras motivaciones del ser humano, no relacionadas con la búsqueda del placer impersonal, sino con las necesidades de relación, altamente personales. "s por eso que airbairn afirmó que -la libido es esencialmente buscadora de objetos $p/g. &)7* y no de placer. "n la misma línea, Jinnicott $&')M* distinguió entre las -necesidades del ello, es decir, los deseos pulsionales, y las -necesidades del yo. 4e estas últimas afirmó que no es adecuado decir que se gratifican o se frustran, ya que nada tienen que ver con la búsqueda del placer como descarga, sino que simplemente encuentran respuesta en el objeto, o no la encuentran. "stas necesidades incluyen anhelos tales como el de ser visto,
reconocido o comprendido, o el de compartir la propia experiencia subjetiva con otro ser humano. Buando #stas no encuentran respuesta, la reacción emocional del sujeto no es de frustración, sino de vacío y desesperana. Buando sí la encuentran, lo que surge no es una experiencia de placer sino de armonía y plenitud. "l reconocer la importancia esencial de estas necesidades de relación objetal no supone en absoluto ignorar la vigencia de los deseos pulsionales —sexuales y agresivos. "stos existen, indudablemente, pero en condiciones normales sólo se manifiestan en el contexto de relaciones altamente personales. "n ello, la norma es el deseo sexual como parte del amor objetal, y el deseo agresivo como parte del odio objetal, ambos indisociables de las personas a quienes se dirigen. La lujuria y la ira impersonales sólo se manifiestan en situaciones de descomposición de la integridad de la personalidad, que permiten la operación de esos mecanismos disociados de búsqueda del placer a los que reud denominara -pulsiones $%ohut, &'I&*. 1 partir de estas consideraciones, el proceso analítico ya no puede concebirse como organiado alrededor del -hacer consciente lo inconsciente, sino en t#rminos de una evolución progresiva del vínculo personal que se establece entre el paciente y el analista. La estrategia b/sica del tratamiento consistiría en la resolución de los fenómenos de transferenciaDcontratransferencia y de resistencia que obstaculian el logro de un encuentro humano pleno, novedoso, creativo y mutuamente emp/tico entre ambos participantes en la experiencia. 3 dicho encuentro constituye el principal factor curativo de todo este intercambio $CubertDEFlander, &'I&, &''GA Kern/nde de Cubert, &''0, &'')*. "l vínculo analítico oscila, como todas las relaciones humanas, entre los polos representados por la objetivación del otro, tomado como un -objeto a conocer, explicar, manejar o explotar, y el encuentro intersubjetivo. Los pacientes llegan a tratamiento porque, en su vida emocional, las relaciones se han deshumaniado, objetiv/ndose, al punto de que llegan a tratar a los dem/s seres humanos como -cosas a ser utiliadas para su propia conveniencia o placer. "sta degradación de las relaciones alcana tambi#n al medio ambiente no humano $!earles, &')M*, que pasa a revestir características inanimadas, y al propio ser, que se despersonalia y desvitalia, llegando a tornarse, en algunas de las patologías m/s graves, en una grotesca caricatura mec/nica de un ser humano $Custin, &'(6, &'I&, &'I), &''M*. Lo mismo ocurre con la historia, que pierde su vitalidad, transform/ndose en un pasado muerto, solo susceptible de actuar como una -causa mec/nica e impersonal de un presente absolutamente predeterminado. Hsta es precisamente la situación que debe resolverse en el curso del tratamiento analítico. 1 tal fin, el analista debe maniobrar para resolver las múltiples trampas relacionales que mecanian y estereotipan el vínculo, deshumani/ndolo e impidiendo aquel encuentro que reavivaría ese mundo muerto en el que se debate el paciente. 1 esto lo llamamos el -an/lisis de la transferencia, si bien resultaría mucho m/s adecuado denominarlo -an/lisis de la transferenciaDcontratransferencia $8acFer, &')MA @aranger y @aranger, &')'*. "l di/logo analítico comiena como un encuentro entre dos extra9os, que sólo pueden percibirse como -objetos a conocer y sobre los cuales habr/ que operar, en formas m/s o menos racionales. Hste es el momento de m/xima objetivación del otro, en el cual #ste sólo
puede ser explicado, pero no comprendido $Naspers, &'G)*. "sta situación pronto da lugar al mutuo involucramiento de la transferenciaDcontratransfrencia. "n ese momento, el analista se encuentra con que el paciente, al igual que #l mismo, si bien no son extra9os tampoco le resultan totalmente comprensibles, ya que existen importantes /reas de su experiencia mutua que han sido secuestradas de la relación, operando desde lo inconsciente. 4e esta nueva situación busca rescatarse por medio de la interpretación. "sta última es una operación intelectual —mucho menos objetivante y despersonaliada que la explicación— que media entre estas dos personas que no han podido todavía encontrarse, actuando a la manera de un puente que los une y los separa a la ve, pasando por encima del abismo de su mutuo extra9amiento. "n esta circunstancia, el paciente ya no se nos presenta con un ente impersonal a ser explicado en t#rminos causales, ya que su presencia y su accionar nos han herido en lo m/s profundo de nuestra intimidad, tornando personal la relación. !in embargo nuestras mutuas defensas nos tornan todavía extra9os el uno para el otro. "s en esta paradójica situación de ser a la ve objetos totalmente ajenos y personas intensamente comprometidas en lo emocional que debemos recurrir a la interpretación, como la única forma de reunir estas dos visiones incompatibles en un todo armonioso $CubertDEFlander, &''G*. Buando tenemos #xito, logramos pasar, tal ve sólo por breves momentos, a un nuevo entendimiento intersubjetivo, en el que el otro se torna nuestro semejante y en el que logramos comprenderlo emp/ticamente, sin que medie operación intelectual alguna, ni explicativa ni interpretativa. "sto constituye una nueva vía para el conocimiento del ser humano, a la que %ohut $&'I&* denominara la -inmersión emp/tica total. >ero estos breves encuentros pronto ceden su lugar a nuevos momentos de extra9amiento, en los que tendremos que lidiar, con todos nuestros recursos, para recuperar el contacto con ese desconocido que tenemos enfrente. 3 así volveremos a explicar, hasta que nos encontremos en condiciones de interpretar, e interpretaremos una y otra ve, hasta que la repentina comprensión torne innecesarias todas estas operaciones. "l proceso se desarrolla así como una espiral progresiva, en la cual cada vuelta del ciclo nos acerca un poco m/s a ese intercambio pleno, novedoso y creativo que denominamos la -relación real $reenson, &')(A CubertDEFlander, &''&*. 4e esta forma van cediendo los aspectos repetitivos y estereotipados de la relación, iluminando los rincones m/s oscuros de la experiencia de ambos y revitaliando aquellas /reas muertas e inanimadas que transforman al paciente en una especie de autómata causalmente determinado. "ntonces el pasado y el presente cobran una nueva vida, abriendo el camino para un futuro difícil e indeterminado, pero pleno de esperanas. Hste es el momento en el que paciente y analista comienan, paradójicamente, a pensar en su separación. 1 lo largo de todo este proceso, la relación del paciente con su familia, amigos, enemigos, vecinos y compa9eros de trabajo ha sufrido tambi#n un proceso de reanimación, revitaliación y rehumaniación $!olís ara, &'I&A CubertDEFlander, &'I(, &'')*. Lo mismo ha ocurrido con sus relaciones consigo mismo, con su cuerpo, con la comida, con sus necesidades físicas y emocionales, con el trabajo, con la sociedad y con su entorno físico y ecológico. !i esta evolución ha resultado exitosa, ya no le resultar/ posible deteriorar impunemente el medio ambiente, actuar en formas deshonestas o abusivas con sus semejantes, explotarlos en el terreno sexual, agresivo, económico o narcisista, o aceptar pasivamente unas condiciones de vida inadecuadas o un trabajo enajenante. "n otras palabras, se habr/ convertido en una mejor persona, si bien esto no deja de provocarle
problemas, ya que se encuentra ahora mucho menos adaptado a un medio poco adecuado para la existencia humana. >ero allí donde acaba la adaptación pasiva a la realidad, se inicia el largo y difícil camino de la adaptación activa, a de trav#s acciones transformadoras de ese entorno inhóspito. Bamino que no es f/cil ni agradable, y que implica una larga lucha y un arduo trabajo pero, al fin y al cabo, Ono es #sta, acaso, la esencia de la vida humanaP "spero haber logrado transmitir, en esta breve comunicación, algunos de los aspectos esenciales de la forma en que concibo el desarrollo de un proceso analítico, en el contexto de esa particular concepción del ser humano a la que denominamos -teoría de las relaciones objetales. Bonfío en que esta particular versión de lo que hacemos en nuestro trabajo clínico cotidiano, nos d# la oportunidad de abrir una enriquecedora y vital discusión acerca de cómo concebimos nuestra profesión.
#e$%&ie ($ei& o)rece tres co&ceptos b*sicos p%r% compre&der e$ des%rro$$o i&)%&ti$. +%r% e$$o se b%s% e& $%s et%p%s de ,red co&sider% e $os &ios p%s%& de &% % otr% sit%ci2& e se d% e& )&ci2& de c2mo h%% sido e$ des%rro$$o de $%s posicio&es. +%r% de&ir &% posici2& #e$%&ie ($ei& co&sider% tres e$eme&tos ese&ci%$es: e$ tipo de ob4eto co& e$ e e$ &io i&ter%ct5% ss mec%&ismos de de)e&s% $% )%&t%s7% i&co&scie&te e co&stite $% b%se de $% re$%ci2&. E& es% $7&e% de pe&s%mie&to se d%r7%& e&to&ces dos posicio&es import%&tes e& $os &ios: $% posici2& eiop%r%&oide $% posici2& depresi%. E& $% primer% e$ &io debe e&)re&t%r dos prob$em%s )&d%me&t%$es: de&ir c%$ es e$ ob4eto de s %mor se&do sper%r s %resiid%d destrctor%. E& otr%s p%$%br%s e& e$ ser de$ &io coe;istir7%& & ob4eto be&o 4&to % &o m%$o. C%&do e$ ob4eto be&o se i&ter&%$i% co&stite $% b%se de$ sper o. E$ ob4eto be&o es ide%$ %m%do mie&tr%s e e$ m%$o es persectorio. E$ &io $o p%rci%$i% e$ mec%&ismo de de)e&s% m*s s%$ e prodce es $% escisi2&. C%&do p%s% de est% et%p% e$ &io is%$i% % s m%dre como & ob4eto comp$eto e&tero %$ mismo tiempo e is%$i% t%mbi<& $% re$%ci2& e&tre
establecimiento de una unión o aliana entre los aspectos buenos del objeto y los aspectos buenos del sujeto. "s decir la reintegración progresiva de las partes escindidas.
>ara +elanie %lein, las fantasías de la llamada escena primaria constituyen un papel central en su teoría. $"l ver a la madre como un objeto completo y descubrir las vinculaciones con el padre*. "sto no significa que ella no considera la angustia de la castración como central en el ni9o, o la existencia de una angustia en la ni9a de vivir en el interior de su cuerpo, cuestión que aumenta en ella por el temor de ver atacados y destruidos sus bebes imaginarios. >ara +elanie %lein existiría en el ni9o un super yo preco, capa de tener culpa persecutoria, ya en esa temprana fase. Cambi#n plantea que ya a esa edad los ni9os poseen un conocimiento inconsciente de los órganos sexuales y critica la llamada fase f/lica, donde sólo el órgano masculino sería el importante, como una simplificación utópica de un contexto mucho m/s complejo. 1 partir de ahí se9ala que la ni9a m/s que querer poseer un pene, quisiera interioriar el pene de su padre. +elanie %lein piensa que la estructura f/lica es una defensa ante la realidad intolerable de la diferencia generacional, de genero de la sexualidad parental. 8especto a las innovaciones t#cnicas, +elanie %lein aportó con propuestas claras acerca del funcionamiento del !etting. >or ejemplo definición específica del tiempoQ 0M minutosA cinco veces a la semanaA condiciones claras de trabajo, una piea adaptada a las necesidades del ni9o, con muebles apropiados, etc. Cambi#n consideraba importante que cada ni9o tuviera su propia caja de juguetes. Cambi#n ella aportó en el tema del simbolismo y el juego. !egún su pensamiento la simboliación le permite al ni9o transferir sobre los objetos de su entorno sus intereses, pero tambi#n sus fantasías, angustias y culpabilidades. "l juego del ni9o simbolia para ella fantasías y elaboración de neurosis. Bonstituiría el equivalente a los sue9os de los adultos. La comprensión del juego, entonces, debe ser la base para posibilitar el an/lisis del ni9o. "n otras palabras +elanie %lein pensaba que el juego del ni9o y su comportamiento respecto a #ste, así como sus comunicaciones verbales eran similares a las que se utilian en las asociaciones libres de los adultos.