MARÍA-MILAGROS
RIVERA GARRETAS TEXTOS Y ESPACIOS DE M U J E R E S
MARÍA MILAGROS RIVERA CARRETAS es Doctora en Historia por la Universidad de Barcelona, y Master of Arts por The University of Chicago. Mantiene permanentemente dos líneas de investigación; Una que resigue la historia social de Castilla la Nueva en la Edad Media. Y una segunda que contempla análisis e interpretación de la vida y obra de las mujeres medievales. Ha publicado en torno a ambas líneas numerosos artículos. En la actualidad es Profesora Titular de Historia Medieval en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona.
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Textos y espacios de mujeres
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TEXTOS Y ESPACIOS DE MUJERES ERES (EUROPA siglos iv-xv)
Ilustración y diseño de la cubierta Helena de la Guardia i.1 edidón 1990 reimpresión octubre 1995 © María Milagros Rivera Garretas © Icaria editorial, s.a, Ausiás Au siás M arc 1 6 ,3r ,3 r 2a / 08010 Barce Ba rcelon lonaa ISBN 84-7426-168-6 Depó sito legal 8-44.449-1995 Impreso en Romanyá/Valls, s.a. Ver V erda dagu guer er 1, Cape Ca pellad llades es (B arcelon arce lona) a) Prohibida la reprod reproducci ucción ón total total o pa rc ia l
Para La Laura Pi Pietsch
AGRA AG RADE DECIM CIM IENTO IEN TOS S
La elabora boració ción n de este libro ha ha sido sido lenta y, con con el tiem tiempo, he ido acu mulando deudas deudas hacia hacia mucha muchas s personas personas y alguna insti instituci tució ón que, en mayor yor o menor menor medida, han han hecho hecho posibl posible e que que el el lib libro ro no se quedara quedara sin sin terminar o sin publicar. Han leído partes partes del del manuscr manuscrit ito o y me han han da dado ideas para mejorarlo ejorarlo;; Mercé Mercé Oter Otero, o, Teresa Gracia, racia, Montser Montserra ratt Cabré, Cabré, Montserra Montserratt Rose Rosett y María Echániz. Me han han ayudado ayudado de dive diversas rsas mane manera ras: s: Montserra Montserratt Carbo Carboíi íiell ell,, Ma ría Anto Antonia nia Cabezudo, Cabezudo, Jo John Connoll Connolly, y, Pe Pete terr y Ursula Dronke ronke, Asu Asunción nción FeliuTorra Torras, Anto Antonio nio Godino Godino,, Anto Antonia nia Gustem ustem,, Montserrat Otero, Otero, Cari Pletsch, Pletsch, Dolors Regua Reguant, nt, Isabel sabel Ricou, María Luisa River Rivera a, Eli Elizabeth zabeth Russe Russell, ll, Isabel sabel Segura egura y Rosa Vidal. idal. La Las s alumnas y alumnos del Curso de Postgra Postgrado en Hi His toria toria de las las Mujeres Mujeres y de los Masters Masters 1 y 2 en en Estudio Estudios s en torno torno a las Muje Muje res res de la Univ Universidad de de Barcelo Barcelona na y de mi asignatura signatura de doctorado doctorado La Lasmu je jeres en ¡asociedad medieval: historiografía e interpretación han sido un público todo lo estimulante estimulante y rece recepti ptivo vo que yo podía podía desea desear cuando Ie Ies he presenta presenta do versio versione nes s anterio anteriores res de de este este libro. El «B «Briti ritish sh Counci Council» l» de Barcelon Barcelona a me dio dio una bolsa bolsa de viaje que m me e permitió permitió pasar un me mes en la Bibl Biblio ioteca teca Uni Uni ve versitaria de Cambridge. La Las responsables de la biblioteca de la Ins Institución «Milá ilá i Fo Fontana ntanals» ls» del Conse Consejo jo Superior de Inves Investiga tigaciones Científ Científicas icas de Barcelona Barcelona han atendido atendido mis mucha muchas s soli solicit citudes udes de compra compra de libros libros de his his toria toria de de las mujer mujeres es.. El Depa Departa rtame mento nto de de Histo Historia ria Mediev Medieval, al, Paleografí Paleografía ay Diplo iplomá mática tica de la la Univ Universidad ersidad de Barcelon Barcelona a me ha concedido un año año sabá sabá tico tico que me ha permitid permitido o terminar terminar la redacció redacción n de este este texto. texto.
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SIGLAS UTILIZADAS AA AASS AASS MGH
Au Auctores Ant Antiquissimi Act Acta Sanctorum Monumenta Germaniae ermaniae Histó Histórica rica
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INTRODUCCIÓN
Este libro es una colecc colecció ión n de lecturas, lecturas, des desde de el el pensamiento femini feminissta contemporáneo, contemporáneo, de textos escrit escrito os por mujere mujeres s en la Europa Europa occid occidental. ental. Se trata de textos textos que fuero ueron escrito escritos s en el largo largo período período que comienz comienza a con las crisis del Bajo Imperio mperio roma romano y concluy concluye e con el Renacimiento.1 to.1 Son lecturas lecturas hecha hechas, s, ademá demás, desde la historia, historia, todo lo cual implica implica que se trate de lecturas lecturas marcadament rcadamente e contempo contemporánea ráneas (com (como o lo son, por por lo demá demás, toda todas las lecturas desde la histo historia). Con Con estas estas lecturas busco genea genealo logía gía a contextos contextos socia sociales y de mental mentalid idad ad que las mujeres ujeres (o algunas nas mujere mujeres) s) de nuestra época pueden iden identi tifficar icar como como propios. propios. Esto no quiere decir que haya haya cultivado cultivado el anacronismo. cronismo. Como medievamedievalista lista de formación ción (e (en principio principio)) muy clásica, clásica, no paso en en abso absoluto de los contextos contextos que marca marcan n irreductib irreductiblement lemente e a una cultura cultura en el el tiem tiempo. Pienso Pienso simplemente simplemente que el el pensamiento pensamiento feminista occidenta occidentall ha construido construido y sistesistemati matizado zado en los últimos últimos veinti veinticinco cinco años un un conjunto conjunto de ca categorí tegoría as y de de momodelos delos de análi análisis sis que son perf perfecta ectame mente nte aplicabl aplicables es a los los textos y a la histo historia ria de mujeres ujeres que viviero vivieron n antes del Renacimiento Renacimiento ita itali lia ano. Pienso, Pienso, en reali reali-dad, que una historia historia de mujer mujeres es no anacróni nacrónica, ca, una historia historia combativ combativa a cercana a la vi vida (como (como propo proponía nía hace hace ya mucho muchos s años ños Lucien Lucien Febvre), Febvre), no se1 1.
Cuando ya había terminado terminado este libro, han sido publicados los de Ferruccio rruccio Bertíni, Bertíni, ed., Me Bari, Late Laterza, 1989; y Sheila Fisher y Janet E. E. Halley, eds., Seeking Medioevo alfemminile, Bari, the Woman in Late LateMe Medie dieval and Renaissanc naissance Writi Writin ngs: Es Essays in Feminist Contextual Cri Criti tic cism, Knoxville, noxville, TN TN, Universit University y of Tenness Tennessee ee Press, Press, 1989.
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puede hacer prescindi prescindiendo endo de la críti crítica ca fem femini inista sta contemporáne contemporánea a.2« .2«Porqu Porque e, una vez vez más más —com — como o ha escrito escrito Aií iíce ce Jardin ardine—, el femini eminism smo o es neces necesa ariamente sobre sobre las las mujeres mujeres:: un grupo de de sere seres s humano humanos s en la lahi histo storia ria cuya identidad tidad está defi definida nida por la repre represe sentac ntació ión n de la sexuali sexualida dad d en esa histo historia,» ria,»3 3 Uno de de los los conceptos conceptos clave clave del pensamiento feminista eminista — desde desde que que Kate Millett publicara Sexual Politic en 1970—4 es el de polí políti tica ca sexua sexual. l. tics en Este concepto concepto es tambi también én clave clave en mis análi nálisis sis de de textos. textos. Por polí políti tica ca sexual enti entiendo endo las relac relacio iones nes de poder poder que se se han establecido y se estaestablecen blecen entre entre hombres y mujeres mujeres en razó razón n de sexo. Estas relaciones relaciones son previas previas a las que supuestamente supuestamente regul regula a el contrato contrato soci social al (y que genera generan, n, por por ej ejemplo, mplo, las las desigualdades dades de clase). clase). En las so sociedades ciedades patri patriarc arca ales, son relacio relaciones nes de poder poder que se establ establecen ecen de entrada en en detrimento detrimento de las mujeres mujeres.. Sexo y po polí líti tica ca están, están, pue pues, íntimam íntimamente ente vinculados. vinculados. Las La s relacio relaciones nes de polí políti tica ca sexua sexuall fijan ijan forma rmas de subordin subordina ación ción de las mujere mujeres en funci funció ón de su sex sexualidad ualidad y de su capacid capacidad ad repro reproducti ductiva va que son previas a los los tipos tipos de relacio relaciones nes sociales de pro producción ducción que defi definen la pertenencia pertenencia de clase de las persona personas. s. Esto no quiere quiere decir decir que estén estén fuera de lo social, social, sino simplem simplemente ente fuera de lo social social tal tal como éste éste es tradicio tradicionalmente entendi entendido do en el patriarca patriarcado, La subordina subordinación ción de las mu je jeres en en razón de sexo toma for formas muy distintas según las culturas y época pocas, s, y sus componente componentes s se se transf transforman orman con el tiem tiempo po en funció función n de su dinám dinámiica interna interna y en función función de las rela relacio ciones nes sociales sociales globa lobales. les. De manera manera que una una revolució revolución n sexual modi modifficará cará proba probablem blemente, ya ya sea sea a corto corto plazo plazo o a medio medio plazo plazo,, las relacio relaciones nes sociales generales; enerales; mientras que una revo revolución lución social social modif modificará quizá quizá las relac relacio iones nes sexua sexuales les esta establecida blecidas. Exisxisten, no obsta obstante, algunas algunas constantes constantes fundamentales que son comunes comunes a toda todas s las sociedade sociedades s patriarcales. patriarcales. Una Una de el ellas es la cancelació cancelación n material y simbólica de de la la ge genealogía ma materna, cancelación que Lu Luce Iri Irigaray ha ha defin definid ido o en términos de matri matricídi cídio o y ha situado a los los orígene orígenes s mismos mismos 2. Un ej ejemplo de resultados resultados cuando se ignora (y cito cito éste éste porque porque descalifica descalif ica abiertaabiertamente mente y sin crític crítica a alguna alguna ese ese pensa pensamiento) miento) es Kdith Kdith Enncn, F Frrauen im Mittelalter. Stuttuart, Beck, 1984. 3. Alice A. Jardine, Gytie Ithaca y Londres, Londres, ytiesk Conftg nftguration urations of Wonmn and Modemity, Ithaca Comelí Comelí Univ University ersity Press, 1985; p. 82 (subraya (subrayado de la autora). autora). Todas Todas las traducciones traducciones en el texto texto son mías si no indico lo lo contrario. contrario. 4. Traducció raducción n castell castellana en México México,, Aguilar, 197.5.
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nuestra nuestra so socieda ciedad, d,5 5 La cancelació cancelación n sistemá sistemática tica de la genea genealo logía gía matermaterne tiene algo algo que ver con la tendencia tendencia a la hosti hostili lidad dad percepti perceptible ble entre l«s mujeres mujeres y que que (acusando (acusando a la víc vícti tima ma)) se sue suelle dar como una una causa causa (iun (iunque que sea efecto) de la subordinació subordinación n social de las mujere mujeres s y de su escasa scasa y anóma anómala la presencia presencia en en lo lo que tra tradici dicio onalmente nalmente se defin define e como como histo historia. En palabras palabras de Suzanne Suzanne Blaise:
de
«La polí políti tica ca sexua sexual es es, en nuestra nuestra opinión, pinión, la polít política ica del del matricimatricidio. Ciertame Ciertamente, nte, conocemos la la doble fa faz de la ideolog ideología patriarcal: cal: ideali dealizaci zació ón y culto a la ma madre por por un lado, lado, menosprec menosprecio io y asesinato sesinato de de una criatura criatura viva iva en el ella, por otro. otro. Lo que nos hace hace falta saber saber es que ese ese ase asesina sinato to,, fruto de la dominació dominación n masculi masculina, na, se perpetúa por y a través de la relación relación entre muj mujeres eres.. Nuestras uestras rivali rivalidades, dades, nuestra nuestras s luchas intestinas intestinas no son muy muy a menudo menudo más que el mimo y la la másca máscara. ra. Tal es es la la estrategia fundamental fundamental del po poder patriarcal, la más arca arcaica, ica, la más compleja, compleja, k más perversa perversa.» .»6 6 La cancelació cancelación de la genea geneallogía materna materna en las las socieda sociedades des patriarca patriarcales les {y la grecorromana recorromana,, judeocri udeocristi stiana ana y germá germáni nicas cas lo son) son) ha tenido tenido conseconsecuencias muy nega negati tiv vas para la escri escrittura de histo historia ria de las mujere mujeres. s. El concepto concepto de polí políti tica ca sexual, sexual, ¿implicaría ¿implicaría que hay hay alguna lguna conexió conexión n entre el sexo sexo femenino emenino y el pens pensa amiento/ los textos textos de las mujere mujeres? s? CiertaCiertamente, nte, no en sentido bio biolog logicista; icista; no porqu porque e «la a anato natomía mía sea sea el destino destino» », como como parece parece que de alguna alguna manera manera quería Freud;7 ni porque yo yo piense que hay algún tipo tipo de correspondencia orgánica rgánica entre entre el cuerpo y el sujeto que escribe. Pero Pero sí, efectiva ectivamente, mente, en senti sentido do cultural: cultural: sí sí hay hay relació relación n entre géne género ro femenino nino y lo que las mujere mujeres s hacem hacemo os y lo lo que pensam pensamo os sobre nosotras nosotras mismas, mismas, ya sea sea para acatar acatar o para para rechazar los los conteni contenido dos s de género énero inculcado inculcados s en la socia socializ lización. ción. Es decir, el tener tener un se sexo feme5. Luce Trig Trigaray, El cuerpo a cuerpo con la madre, tradì. Barcelona, Barcelona, La Sal, 19 1985. 85. 6. Suzanne Suzanne Blaise, Blaise, l e rapt des orig origina ou k meurtre de la mère. De la communkat unkatiion entre ntreffemmes, s. s. )., )., Suzanne Blaise, Blaise, s. s. a.; a.; p. 11. El fina inal del complejo de Edipo, en Obras comple letas as, TI, p. 503 {dt. 7. Sigmund Freud, El {dt. en Luce Luce Irigaray, rigaray, Speculimi, trad. de B. Alb Alberdi, erdi, Madrid, Madrid, Saltés, ltés, 1978, p. 32). 32). Una lectura La sexualidadfemenina redente del tema de la sexualidad femenina emenina en en Freud: Freud: Silv Silvia Tiibert, Tiibert, La y su construcción im imaginaria, Madrid, El Arquero, Arquero, 1988.
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nino nino ha marcado marcado y marca marca la experien experienci cia a histó histórica de las las mujeres ujeres en las sociedades occidentales. Por ello, las las interpr interpreta etacio ciones nes que forman orman este este libro libro no son nunca indi ndi ferentes al al sexo de quien quien ha escrit escrito o el texto, ni al de los los caracte ractere res s vincu vincu lados con con esos esos textos, ni siquiera siquiera al de los los problemas problemas histó históricos ricos que esos textos textos plantean plantean ni al mío com como autora de las propuestas propuestas de interpre interpretación. tación. Me int interesa eresa, pues, sexualiz sexualizar ar mi lectura lectura en el el sentido sentido de mar marca carr difere diferen n cias entre la la experiencia experiencia histó histórica rica de las mujer mujere es y la la experiencia experiencia histó histórica de los hombres. hombres. Porque pienso que, en Occidente, Occidente, la la difere diferenci ncia a que que mar mar ca el sexo es una diferencia diferencia socia socialmente construi construida da pero omniprese omnipresente nte e ineludible. Al to tomar esta postura, so soy consciente de violar críticas ya ya establecidas de verdades verdades tradicio tradicionalmente consi considera deradas inamov namovibl ibles, es, verda verdades como «autono autonomía del del autor», autor», «experienci experiencia a histó históri rica» ca», «real «realidad» idad», o «causal causalidad» idad», críticas críticas establecidas establecidas en en el marco rco fil filosóf osófico ico de la crisis crisis de la modernid modernidad.8 ad.8 No obsta obstante, nte, aunque la crisis de la racio racionali nalidad dad haya haya tenido tenido efec efecto tos s muy beneficio beneficiosos sos para para el pensamiento pensamiento fem femini inista, sta, pienso pienso (con Rosi Braido Braidotti tti)) que deconst deconstrui ruirr la la posibl posible e auto autono nomía mía de las mujere mujeres s como creadora creadoras s de textos antes de qu que e ell ella as hayan tenido la la oportunid oportunida ad de constit constituirse uirse en en sujetas plena plenas s de discurso es es condenarlas condenarlas a una inv invisi isibil bilidad más más dura todaví todavía a que la que que tradic tradicio ionalment nalmente e han tenido tenido (ya casi casi nadie nadie rechaza rechaza esta afirmació irmación) n) en la cultura cultura occidental.9 occidental.9 Sexualizar exualizar el análi análisis sis no quiere decir renunciar renunciar a la iguald igualdad ad social entre hombres hombres y mujeres mujeres.. Más bien al contrario contrario:: sólo es posibl posible e marcar difer diferencias encias no discriminatori discriminatorias as cuando la la igualdad instituci institucio onal es es un ob je jetivo asumido (a (aunque todavía nunca plenamente logrado). Pero la la igual dad instit institucio ucional nal es es un objetivo insuf insuficiente iciente porque porque no trasciende trasciende los lí lí mites del contra contrato to social. Tener ener en en cuenta las difere diferencias ncias que marca marca el sexo comporta, comporta, en cambio, cambio, un cuestionar cuestionar radic radicalmente almente el el contrato contrato sex sexual ual que le precede y que marca desigua desigualldades entre entre hombres y mujeres cuyo cuyo análisis nálisis y cuya cuya cancelació ncelación n desbordan desbordan los límit límites es del del contrato social. social. 8. Entre la mucha bibli biblio ografía sobre sobre el tema, una una buena introducción introducción en la revista revista «Debats» ats» 14 (dici diciembre embre 1985). 9. Rosi Rosi Braidotti, Mo en Patrizia Patrizia Magli, li, ed., ed., L ModelÜ dì di dissonanza: donde e¡in filo ilosofía, en Le e Ancona, na, Tra Transe nseuropa uropa,, 1988, p. p. 23-37; 23-37; también, la la obra obra cuya publicación donne e i segni, ni, Anco está previ prevista para la la primavera primavera de 1990: Pa (Cambridge,, Po Poli lity ty Press). Press). Pattems of Dts Dtssonance (Cambridge
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Sexualizar exualizar el análi análisis sis quiere decir decir buscar buscar un nue nuevo tipo de subjeti subjetiv vi dad, un tipo tipo de de subjetiv subjetividad idad que pres presupone upone que las mujere mujeres s (por nuestro nuestro géner énero, o, que se se const construye ruye sobre la dif diferencia erencia sexua sexual) l) tenemo tenemos algo algo que de cir cir y hemos hemos tenido tenido algo que decir decir en en el pasa pasado. Algo que que,, indudabl indudablemen emen te, te, no ha podido podido eludir eludir nunca del todo lo que los los hombres hombres han tenido que decir sobre sobre las mujeres y sobre sí mi mismos; smos; pero que tampoco poco es un un li limpi mpie e ref reflejo o réplica réplica del discurso discurso masculino. sculino. Es precisame precisament nte e aquí donde donde se sitúan sitúan las lecturas de textos de de muje res res que forman este este libro. En todos todos los textos, sus sus autoras utoras han tenido algo que decir decir sobre lo que signif significaba icaba ser ser mujer mujer en en un contexto contexto histó histórico concreto y, por ta tanto, nto, han han tenido también también algo que deci decirr sobre los los conte conte nidos de lo femenino.1 emenino.10 Y lo que ellas han tenido que decir decir entra fácil mente en en diá diálog logo con contenidos contenidos muy dive diversos y muy atractivo ctivos de la teoría feminista contemporánea. Barcelona, Barcelona, 1989
Sobre este tema, tema, Karen aren Often, Defining Feminism: A Comparative Historical ApSobre la posib posibililiidad de escri escribi birr la la histo historia ria de las mujeres mujeres proach, «Signs*- 14 (1988) 119-157. Sobre hamei en tanto que que grupo antropológico antropológico defin definido ido por por su sexo, Denise Rdey, Rdey, Am l That ha Londres,, Macmil Macmillan, 1988 88,, y la resena resena Fe F eminism and the Category of «Women» in History:, Londres crítica de Karen Of Offen, The Useand Ab «The Women Women's 's Review of Books»VI-7 A buse of History, «T 10.
(abril abril 1989) 15-16.
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I.
EL
MIEDO
A
ESC RIBIR
Al estudiar algunas de de la las teorías má más co corrientes co con las qu que, desde una perspectiv perspectiva a no androcéntrica, ndrocéntrica, se ha intenta intentado do explicar explicar en en términos términos históricos históricos la la subo subordinació rdinación n de las mujer mujeres es,, llama llama la atenció atención n la niti nitidez dez con que dos de esas esas teorías teorías se se contraponen contraponen entre entre sí (aunque (aunque,, una vez tratada la resbala resbaladiz diza a cuestión stión de los los oríge orígenes nes,, describan los los resultados resultados del proceso proceso en término términos s muy similares). similares). Una de ell ellas as so sostiene que la humanid manida ad ha sido sido siempre siempre patriarca patriarcal, l, que no es posible posible loca locali lizar zar ni en la la histo historia ni en la prehistoria prehistoria una etapa de sustitució sustitución del pode poderr fem femenino enino por por el el po poder masculi asculino no,, porqu porque e ese ese sueño de la ginecoc inecocracia racia no se habría habría hecho nunca reali realidad. dad. La otra, otra, en cambio, imagina en en los orígenes rígenes de las relacio relaciones nes sociales humanas una ginecoso ginecosociedad ciedad marcada marcada por el predopredominio numé numérico, cultura cultural, l, socioeconómico y polí políti tico co de las las mujer mujeres es de la especie. especie. Esta Esta ginecoso ginecosociedad ciedad sería, en momentos diver diversos sos según según los lugalugares, res, vio violentam lentamente ente reemplazada reemplazada por por el patri patriar arcado, cado, en cuyo cuyo mundo tanto tanto lo femenin emenino o com como 3a homof homofililia ia pasarían a ocupar cupar unos espac espacio ios s o suborsubordinados o cla clarame ramente nte marginales.1 marginales.1 En estos espa espacio cios s fem feme eninos ninos subordisubordinados y/ y/ o mar marginales, ginales, las las pal palabras de las mujeres mujeres sonarían sonarían débiles débiles y, sobre todo, inconexa inconexas, s, porque porque sería sería importante, importante, en los procesos procesos de consoli consolidadación ción y perpetuación perpetuación del patriar patriarcado, cado, que ella llas no lleg llegara aran nunca a marca marcar sistemáticame sistemáticamente nte con su voz ni a def definir inir con su pensa pensamiento miento territorio territorios s materia materiales les y simbólico simbólicos s propio propios. s. Las teorías en lomo al origen y a ¡as causas de la subordinaResumo estas hipó hipótesis tesis en La ción de las las muje ujeres (e (en preparación) preparación).. 1.
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Sea cual sea la teorí teoría a que más más nos nos atraiga, lo cierto cierto es que, para cuan cuan do ll llega la época poca que estoy stoy trata tratando ndo aquí, las mujeres mujeres europea europeas estaban estaban muy lejo lejos de lleva llevarr la voz cantante en la cultura cultura o de reposar reposar su su imagin imagina a ción ción en en el mito de un un para paraíso femenino emenino perdido perdido.. Como Como es bien bien sabido, las muj mujeres mediev medievales ales (especialmente antes del siglo xn) escribi escribieron mu cho menos que que los los hombres hombres y, cuando lo hici hicieron eron,, par pare ece con con frecue frecuenci ncia a como si necesitara necesitaran hacerse hacerse perdonar perdonar por por su atrevi atrevimiento miento y parecer parecerse se lo más posi posibl ble e a los los hombres hombres de su entorno. ntorno. Al intentar explicar estas anomalías, el el ob observador androcéntrico so solía li limitarse mitarse a describirl describirla as mejor jor diciendo, por ejem ejemplo, plo, que la producción producción escrita escrita feme femeni nina na es escasa escasa porque, porque, durante durante buena buena parte de la Edad Edad Me día, día, la cultura cultura letrada estuvo mono monopo poli lizada zada..por el clero y, y, como como todo el mundo sabe, sabe, las mujeres no tuviero tuvieron n nunca acces acceso o al sacerdocio cerdocio.. Claro Claro que hubo muchas uchas monj monjas as en la la Edad Edad Media, Media, quiz quizá en ocasio ocasiones nes más que monj monjes es,, y que cuando, con la aparici aparició ón de las univer universidades sidades y el desa desarroll rrollo o de la vida vida urbana, urbana, el dominio de la cultura pasó pasó paulati paulatinam namen en te a manos nos de los laicos, laicos, la las mujeres mujeres no escribiero escribieron n tampo tampoco co mucho mucho más que en la la etapa etapa anterio anterior; pero a este este punto del arg argumento umento solemos solemos ya admitir, admitir, aunque sea sea con con marcada marcada irri irritaci tació ón, que después después de tantos tantos sig siglos los de desentreno desentreno ya no sería fácil fácil recupe recupera rarr deprisa deprisa unos unos espacio spacios s cultura culturales les que la memoria memoria fem femenina enina no podía podía ni siquiera identi identifficar como como propio propios s en un pa pasado sado le lejano. jano. El observador observador androcéntrico androcéntrico sugeriría sugeriría adicio adiciona nalmenlmente, te, quiz quizá, que una parte má más o menos menos importante importante de los escrit escritos os de de muje muje res se perdería al quedar quedar releg relega ados, por por mot motiv ivo os de estil estilo, o, de contenido contenido o por por simple miso misogini ginia, a, en los los proce procesos sos mediev medievales ales de transmisi transmisió ón de tex tos y copiado copiado de de manuscrit nuscrito os; a pesar pesar de que el mundo mundo del scñptoñum no fue fue, ni mucho mucho menos, menos, ni descono desconocido cido ni ajeno a las monj monja as de la Edad Media. Ant Ante intentos de de explicación de de este tipo, un una observadora ginecocéntrica trica se se ve en la la necesid necesidad ad de confrotar confrotar una una situació situación n evi evidentem dentemente ente am am bigua. bigua. Está cl claro que no le le preocupa preocupa demasi demasiado ado demostrar demostrar que, que, aunque aunque fuera contra viento viento y mare marea, a, las las mujeres ujeres escrib escribiieron ta tanto y tan tan bien bien como los los hombres, superando hero heroic ica amente mente las restricci restriccion ones es impuestas por por la frecue recuente nte gestació gestación n y ejercicio de la maternidad o por por su precario precario control de instancia instancias s de de poder. poder. Le inter interes esa a má más entender entender cómo cómo lleg llegar aro on a escribir escribir -
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las que lo hicieron hicieron y por por qué, qué, repetida repetidame mente, el contenido de sus sus obras obras no papalece ni recoge recoger ni proyecta proyectarr hacia hacia el futuro elementos de de una tradició tradición, eslabo nes nes de una gene genealo alogía gía que pueda pueda considera considerarse femeni menina. na. Todo ello ello sin olvid lvidar ar que las las escrit escritoras oras formaron una pequeña pequeña minoría minoría entre entre la la elite elite y que no no pa pa rece rece casi casi nunca que pensa pensara ran, n, al crear crear su obra, obra, en un públi público fem femenino enino.2 .2 A la las mujeres que escribieron en la Eda Edad Me Media Ies costo un un esfue fuerzo extraordinario extraordinario el llegar llegar a hacer hacerlo lo.. De ah ahí su macha machacon cona a insistenci insistencia a (un (un poco decepci decepcion ona ante a primera vista vista)) en su ignora ignoranci ncia a, en su debili debilidad dad y en su escasa competencia competencia intelectual. intelectual. Incluso ncluso escrito escritora ras s que lleg llegaron ron a hacers hacerse e muy famosas osas en en su época, época, como Hrot Hrotsvi svitha tha de Ga Gandershe ndersheim, im, Hild Hildeg egar arda da de Ringen gen o Chri Christi stine ne de de Piz Pizan, nos recuerdan recuerdan una o muchas muchas veces veces que ser ser mujer mujer ¡íes repre represe sentó ntó un problem problema a en su vida de escr escrit itoras oras.. Los Los ejemplos ejemplos son nume rosos y significativos. En el siglo siglo vni, ni, la monj monja a angosajo ngosajona na Hugeburc, abadesa abadesa del mona monaste sterio rio Wiüibald de Heidenheím Heidenheím en en Alema Alemani nia a, escribió en el prólogo a la Vidade Wiüiba y Wynnebald un texto texto precioso, que combina combina de forma sorprende sorprendente nte su mie do de de mujer con con su orgullo orgullo de escrito escritora ra:: «A todos todos los que residen residen aquí guiado guiados s por la ley sagra sagrada da,, yo, ind indiigna como soy, soy, de raza raza ang angllosajona osajona,, la últi última en en lleg llegar, no sólo en años años sino también también en co conducta, nducta, yo que soy, oy, por por así así decirlo, decirlo, una criatura endebl endeble en en compara comparació ción n con los los demás demás cristiano cristianos, s, yo no obsta obstante de cidí cidí hacer algu algunos nos comentario comentarios s en form forma a de un preludi preludio o refer referid ido oa los los comien comienzo zos s de la vida vida del ve venera nerable Wiüib Wiüibald, ald, condensa condensado do algu nas cosas para que sean sean efi eficazment cazmente e reco recorda rdadas. das. Y aú aún así yo especialmente, corrompible por la frá frágil simpleza feme nina nina de mi sexo, no apoya poyada da en prerroga prerrogati tiv va alguna alguna de sabi sabidurí duría a ni exaltada por la la energía energía de una gra gran n fuerza, uerza, pero pero impeli impelida da espo espontá ntá neame neamente nte por el ardor ardor de mi voluntad, voluntad, como una criaturill criaturilla a ignora ignorann. te que entresaca unos cua cuanto ntos s pensamiento pensamientos s de la saga sagacid cidad ad del co co razó razón, n, de los muchos muchos frondosos frondosos árboles rboles frutales frutales re repletos de variedad variedad de fl flores, me complace complace arranca rrancar, r, reunir reunir y ex exhibi hibirr unos unos cuanto cuantos, s, reco 2. A pesa pesar, claro, de que se enseñara enseñara a leer a muchas menos niñas niñas que niños. niños. Egeria Egeria es una excepción (véa (véase lueg luego, Capítulo Capítulo II III).
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gidos, con un débil débil arte cualquiera cualquiera,, al menos nos de las ramas más bajas, para que los retengáis retengáis en la memo emoria ria, Y ahora, co con renovada voz, di digo, re repitiendo, sin confia fiar en el de des pertarse pertarse de mi propia propia presunció presunción, n, sin conf confiar iar persistentem persistenteme ente en la audacia de mi temeridad, temeridad, que no (excepto, por por así decirl decirlo o, apenas) me atrevo atrevo a empezar.»3 empezar.»3 En el siglo ix, la noble y culta Dhuoda Dhuoda,, marque rquesa consorte consorte de Se Septimaptimania, nia, se describí describía a a sí misma como «indi ndigna, frág frágil como la sombra» sombra», profun profun dame damente nte necesitada de la la ayuda divi divina, aunque seg segura de que con con ella ella iba iba a escribir escribir para para su su hijo Guillermo uillermo un libro libro intelige inteligente nte y ade adecuado: «Tenemos, hijo, hijo, tú y yo, que buscar a Dios; ios; por por su voluntad voluntad existi existi mos, vivi vivimos, mos, nos movem movemos y somos. Cierta Ciertame mente nte tambi también én yo, yo, aun que indigna, ndigna, frág frágil como la la sombra, sombra, le busco, busco, a él, como puedo, puedo, y también su ayuda, como sé y entiendo, entiendo, le pido sin parar. Efectiva ectiva mente, ente, me resulta resulta muy necesari necesario o para para todo. todo. Suele asi ocurri ocurrirr que al al gunas veces una una perri perrita ino inoportun portuna, a, debajo de la mesa esa de su amo entre entre otros otros cacho cachorro rros, s, puede puede coge cogerr y come comerse las migas que caen. caen. Pues aquél aquél que hizo hizo habl hablar ar a la boca boca de un ani anima mall mudo puede, se gún su ant antiigua clem clemencia, encia, abrirme los los sentidos sentidos y darme darme intel inteligencia; igencia; y quien prepara para sus fie fieles una mesa en el desierto, sa saciándolos en tiem tiempo po de necesidad con una medida medida de trigo, trigo, puede tambi también én realiz lizar mi vo volunta luntad, la de su sirv sirviienta, seg según su deseo; al meno menos s que que pueda yo desde debaj debajo de su mesa mesa,, es decir desde dentro dentro de la la santa iglesia, glesia, observar observar de lejos lejos a los los cachorros, es de decir, los los minist inistro ros s de los los santos altare tares, s, y de las las miga migas de la la inteli intelige gencia ncia espiritual, spiritual, pueda recoge recoger para para mí y para para ti, ti, mi bello bello hij hijo Guill Guille ermo, rmo, un discurs discurso o bell bello, o, lúcido, digno y adecuado decuado.. Pues sé que sus sus misericordias misericordias no falt faltan an nunca.»4 nunca.»4 of tbe tbe Midd Middle Ages, Cambri 3. Citado Citado en Peter Peter Dronke, ronke, Women Wñters of Cambridge dge,, Cambrid Cambridge ge riptons, XV XVI, 86-106 Universit University y Press, ss, 1984, p. 34. El texto latino de la Vitaen MGH, Scrip 86-106 y 106-117. Líber manmlis Dbm Dbmdane quem adfiliu ilium m suum tmnmtsit Wi Wilhelmun, I, 2. 4. Dhuoda, Líb Manuel pour ntonfils ils, Indrod., texto Ediciones diciones con con traducción france francesa sa e italiana en: en: Dhuoda, Ma y no notas por Pierre Ri Riché, tra trad. de de B. Vre Vregille y C. Mon Mond déscrt, Pa París, Dí Día Cerf, 1973 («Sources encl Medioevo. Pe Perk fomazio zionedi miofiglio. Manuak, erad, Chrétiennes» 225); Dhuoda, Educarenc de Gabriclla abriclla anol anole elti, Milán, Milán, Jaca Book. 1982. Tra Traduc ducción ción catalana catalana en: Duoda, Duoda, Dem Demaneafill. Es Escriis duna dona del segleIX, trad. de Mercé Mercé Otero, Otero, Barcelona, Barcelona, La Sal, Sal, 1989. —
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En el siglo siglo x, x, la sorpre sorprendente ndente Ilro Ilrotsv tsvit itha ha de Ga Gandershe ndersheim im se refi refie ere a talento {n {no sin ambigüedad) mbigüedad) con el el diminut diminutiv ivo o ingeniolum; y sola IU propio talento mente cuando el desar desarrol rollo lo de su propi propia a obra le ha pro proporcio porciona nado do seguri seguri dad, se permite el el lujo lujo de reventar el viejo viejo joe joego hum humildad/ ildad/ orgullo, orgullo, derivados imbos mbos de su condi condició ción n de mujer, con las palabras palabras siguientes: «Yo no dudo que se se me me obj objetará por alguno algunos s que la calidad calidad de mis escr escrito itos s es es muy inf inferior erior y muy distin distinta ta de la de los de aquél quél a quien quien me propuse imita imitar. Estoy de acuerdo acuerdo con con ell llo, o, pero pero sin embar embargo go Ies diré diré que no puedo ser en justi usticia cia acusada acusada de haber haber intent intentado, ado, abusiv busivamente, mente, para parangon ngonarme arme con los los que me aventajan en mucho mucho por la sublimid sublimidad ad de su talento: yo no soy tan orgull orgullosa osa que me me atreva atreva a compararme ni siquiera siquiera con con los los últi últimos discípul discípulos os de los los autores autores ant antiguos; iguos; yo he tratado tratado solam solamente, ente, con suplicante suplicante dev devoción oción y aunque mis aptit aptitudes udes sean sean muy reducidas, reducidas, de emplear emplear en la glo gloria ria del Da Dador, el poco ingenio ingenio que de él he rec recibi ibido. do. Y por ta tanto, no soy ta tan fat fatua que, por ev evitar un una posible re repren sió sión, me absteng bstenga a de predicar, allí allí donde donde se me conceda conceda hacerlo hacerlo,, la virtud de Cristo que opera opera en los santos. Si, para para algunos, lgunos, re sulta sulta a ag gradabl radable e mí devoció devoción, n, yo me al alegraré egraré;; pero pero si a causa causa de mi torpeza torpeza o de la incorrección incorrección del leng lengua uajje, no gusta gusta a nadie, yo yo, con todo, estaré satisfe fec cha de de lo lo que hi hice; pues mientras en otra otras s pro producciones ducciones mi ignorancia ignorancia ha cultiv cultivado el el género heroi heroico, co, ahora hora he compu compuesto esto una una serie serie de escenas escenas dramá dramátticas en las que he rehuido rehuido los los pernicio perniciosos sos deleites deleites de los paga paganos.» nos.»5 5 En el el siglo siglo xn, xn, tanto tanto Elo Eloísa ísa como como Hil Hildega degarda rda de Binge Bingen n (dos gra grande ndes s escritora scritoras y pensadoras pensadoras)) vuelven uelven sobre el el mismo tema. tema. Eloísa, loísa, en una una car ta en la que pid pide e a Abelardo Abelardo que reda redacte cte una regla regla para para e ell monasterio monasterio feme emenino que go gobierna bierna como como abadesa, badesa, alude repetidas veces a la la debil debili dad de de las mujere mujeres s en general: general: áticas, trad. 5. Hrotsvitha, Obras dramáti trad. de Julián ulián Femaro Femaron y Fidel Perrino, Barcelo Barcelona na,, Montaner Montaner y Simón, Simón, 19 1959 59, 4545-46. 46. La versión inglesa inglesa de este fragmento mento que da Peter Peter Dronke Dronke fuerza y matices matices del del texto original original que no consigue consigue la (Women Writ iters, 66) mantiene la fuerza castellana, castellana, traducción traducción ésta ésta generalmente eneralmente condescendiente condescendiente y androcéntri androcéntrica. ca.
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«Piensa, pues, qué lejos queda de una razo razonable nable discreción obliga bligar a mujeres y a hombres a la prácti práctica de la misma misma regla, a cargar con con los mi mismos smos pesos a los los débiles débiles y a los fuertes.. fuertes.... Te rue ruego, pues pues imitas imitas no sólo sólo a Cristo sino sino tam tambi bién én al apóstol apóstol Pe Pedr dro, o, cuyo cuyo nombre ll lleva evas, a que también también tu, con igua iguall sabidurí sabiduría, a, moderes oderes los prece preceptos ptos relativos relativos a las acciones, com como conv conviene iene a nuestra débil débil naturalez naturaleza, a, para que que podamos podamos dedicarnos dedicarnos por por encima de todo a la tare tarea a de alabar alabar a Dios.» ios.»6 (mi (mi elipsis) Hildegarda de Bingen Bingen es es quizá quizá la que describe describe con ma mayor dramatisdramatismo su inseguridad y sus sus miedos miedos a expresa expresarse, rse, a pesar del recono reconoci cimiento miento universa universall de sus sus talentos. talentos. Ya muy mayor, escri escribi birí ría a lo siguiente en una carta a un admirad dmirador, or, el monje onje Gui Guibert bert (un personaje personaje que estaba estaba tan fas fas-cinado cinado por ella ella que con consigu siguió ió traslad traslada arse a su su lado y vivir en su monaste onaste-rio rio has hasta ta la muerte muerte de Hild Hildeg egarda arda): ): «¿Mas cómo cómo podrí podría a ser que yo, pobre pobre criaturi criaturillla, no me conociera conociera a mí misma? Di Dios opera opera donde donde quiere, para g glloria ria de su nombre, no del hom hombre, bre, conf confiinado a la ti tierra. erra. Pero yo esto estoy y si siempre dominada por por un miedo tremendo, tremendo, pues no esto estoy y segu segura ra ni de una una sola capacidad capacidad en en mí. Aun así, extiendo extiendo mis ma manos hacia Dios Dios para que, como como la pluma pluma que no tiene tiene ni peso peso ni fuerza y vuela con el viento, viento, pueda ser ser ascendida ascendida hasta hasta él. Y no puedo puedo percibir percibir bien bien la las cosas cosas que que veo en mi mi condi condició ción n humana humana y en mi alma invisi nvisibl ble, e, ya ya que en amba ambas el hombre hombre es imperf imperfec ecto. to. »Sin embarg bargo, desde mi mi inf infancia, cuando cuando toda todaví vía a no era era fuerte ni en los huesos ni en los los nervi nervio os ni en las vena venas, s, he he visto siempre en mi alma esta visión, sión, incluso incluso aun ahora, cuando cuando tengo má más de setenta setenta años. ños. Y, con la voluntad voluntad de Dios, en esta esta visió visión n mi espírit espíritu u se remonta onta a lo alto lto del del fi firmamento mento y hacia hacia el aire que cambia, cambia, y se dil dilata entre las diversa diversas s naciones, naciones, a pesar pesar de que están en re reg giones iones lejalejanas y en luga lugares res muy alejados alejados de mí. Y como veo estas estas cosas cosas de esta manera manera,, por ello también las reteng retengo o en forma ormas cambiantes cambiantes de de nubes 6. Abelardo lardo y Eloísa Eloísa,, Le trad. acaigo caigo de Nada Cítppelletti Cítppelletti Iru I rud d, Turín, Ein Einaudi, audi, Lette?i?, texto y trad. 1979, p. 239 y 267.
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y de otras cosas de la creación. Pe Pero no las oigo con mis oídos sensi bles ni ni con con los pensam pensamiento ientos s de mi corazón, ni la las percibo percibo mediante mediante uno uno de mis mis cinco cinco sentidos, sino solamen solamente te en en mi espí espírit ritu, u, con los los ojos ojos físico físicos s abiertos, abiertos, de modo que no no pade padezco zco nunca una pérdida de conciencia [éxtasis)', no, veo estas estas cosa cosas s despierta despierta de día día y de no no che che. Y estoy constanteme constantemente oprimida oprimida por la enf enferme ermedad, dad, y tan so meti metida a intensos ntensos dolores dolores que me amenazan con acarrearm acarrearme e la muerte; pero pero basta basta ahora hora Dios ios no me ha abando abandonado nado..»' La necesid necesidad ad de referirse referirse a la propia propia ignorancia ignorancia persiste persiste toda todav vía, a prin prin cipios cipios del del siglo xv, xv, en la obra de Christi Christine ne de Fiza Fizan. En el el prólog prólogo a La La como ver verem emos, escrita escrita en apasionada apasionada defensa defensa de las Citédes Dames, obra, com mujeres ujeres,, la autora utora,, turbada por la lectura de un libro libro viol violenta entame mente nte misógi misógi no, escribe: «No po podía día ni comprender comprender ni admitir admitir que su su juicio juicio sobre sobre la naturale naturale za y la la conducta conducta de las las mujeres mujeres estuviera estuviera bien bien funda undado. do. Yb me obsti bsti naba, por otra otra parte, parte, en acusarlas a ell ellas, as, dici diciándo ándome me que que sería muy muy improbable mprobable que tanto tantos s hombres ilustres, ilustres, tantos gra grandes ndes docto doctore res s de entendimiento entendimiento tan elevado y tan tan profun profundo, do, tan clarivident clarividentes es en en todo —pues me pare parece ce que todos lo han sido— hubiera hubieran n podido podido hablar hablar de fo forma tan excesiv excesiva a; y ello ello en tantas tantas obra obras, s, que me resultaba casi casi imposib mposible le enco encontrar ntrar un texto texto moral, moral, fuera cual cual fuer fuera a su autor, utor, en que no fuera fuera a dar con algún algún capítul capítulo o o párraf párrafo vejatorio vejatorio para para las muj mujeres antes de terminar terminar la lectura. lectura. Esta sola ra razón zón me bastaba bastaba para obli bli garme garme a concl concluir uir que todo todo ello debía debía ser cierto, a pesar pesar de que mi espíritu, espíritu, en su su ingenuidad y su ignorancia, ignorancia, no podí podía a decidirse a re re conocer conocer esos esos grandes def defecto ectos s que yo probablemente probablemente comp compartía artía con las demá demás mujere mujeres. s. Así A sí pues, pues, yo me me fiaba má más del juici juicio o de de otro que de lo que sentía sentía y sabía en mi ser de mujer.»8 7 7. Cit. en en Peter Dronke, Women Wrí 168; edició edición crítica crítica de la carta completa, íbid., ríters, 168; 250-256. 250256. Vcas Vcase e tambi también én Mich Michela ela Pereira Pereira,, Levisioni di Udegatda di Bingen, «Memori Memoria» a» 5 (1982) 34-45; 3445; p. 43-44. 43-44. 8. Clrristíne Clrristíne de Piza Pizan, La ntación y trad. de Thérèse Thérèse Moreau Moreau La Ci Cité des Da Dames, presentación y Eri Eric Hi Hieks, Paris, Stock, 1986, p. p. 37. Ins Insiste en en el el te tema en p. p. 47: «Vos Al Altesses on ont-cl -cllcs daigné desce descendre ndre de leur sièges sièges ponti pontifficaux et de leur leur trônes trônes resplendissants plendissants pour pour venir dans dans
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Es cierto cierto que, que, en la literatura literatura medi medieval, eval, no son las escrito escritora ras s las úni úni cas que se sirven sirven de la proclama proclamació ción n de de las propias propias limit limitacio aciones nes com< recur recurso so con que que captar captar la benevolencia benevolencia del público. público. Un ejemplo ejemplo entre mu chos puede ser ser el de Eginardo, Eginardo, quien, quien, como como Dlhuoda Dlhuoda, viv vivió ió en la Franci Franci amc carol carolingia. ingia. Eg Eginardo inardo escribí escribía a en la introducción introducción a la Vita Caroli, su famc sa bio biograf grafía del emper empera ador dor Carloma Carlomag gno: no: «Mas he aquí aquí el li libro que conti contiene ene la memoria memoria del más ilustr< y gr grande de los hombres, en el el qu que salvo su sus gestas, no ha hay na nad: que asombre asombre,, salvo, lvo, tal vez, vez, el hecho de que un bárbaro muy poc< ejercitado ejercitado en el empleo empleo de la la lengua lengua de Roma haya cre creído ído pode pode escribi escribirr de de manera manera decente o conveniente conveniente en latí latín y haya lle llevad« vad« su desvergüenza desvergüenza hasta el punto punto de consi considerar derar despreciable despreciable lo qu< Cicerón Cicerón,, al hablar hablar de los los escrito escritore res s latino latinos s en el primer libro ibro d< sus Tusculanas, ha ha exp expre resa sado do.. .... Sin duda, duda, esta opini opinió ón del egregic orador podrí podría a haberme apartado partado de la idea idea de escribir, escribir, si no hu biera biera ya determinado determinado en mi espíritu espíritu someterm someterme e al al juici juicio o de lo: lo: hombres hombres y poner poner en en peligro la la reputa reputació ción n de mi pobre pobre ingenk por por escribi escribir este este libro libro antes que pasar pasar por alto el recue recuerdo de tar grande rande hombre hombre sólo para evita evitarme este este tipo tipo de de disgusto disgustos.» s.»9 (m elipsis) Las declar declarac acio iones nes de humi humildad ldad de Eginardo tiene tienen, n, en mi opinió opinión, uno; contenidos y un alcance alcance muy distinto distintos s de las las de Dhuoda Dhuoda o Hil Hildeg degar arda. da. En realidad, realidad, a él le sirven sirven incluso para para capi capitaliz talizar ar en su su benef benefici icio o no ya ya la la fa fam ma de de Ca Carlomagno (Eginardo le ha hace al emperador el el favor de de evitar evitar que su su rec recue uerdo rdo desapar desaparezca ezca), ), sino el arte del propio propio Cicerón Cicerón.. Po dría dría de hecho afirmar afirmarse se que Egina Eginardo rdo y los los escrito escritore res s en genera generall reconocct cctæ retraite sombre sombre et obscure, s’abaissant s’abaissant jusqu’ jusqu’à à moi, moi, simple simple écoli écolière ère ignorante! ignorante! ... ... pauvre desprit desprit,, je je n’ai n’ai appris appris ni Iart ni la la géomé géométrie; trie; j’ignore j’ignore toute toute k scienc science e et et la la pratique pratique de la maçonneri maçonnerie e Ht en en admettant qu’il qu’il me soit donné de les apprendre, pprendre, comment trouvera trouverais-je is-je en ce ce faibl faible e corps corps de femme, femme, la la force d'entreprendre une si haute tâche? tâche? ... ... Voici votre votre servante servante prêtre à vous vous suivre suivre.. Commande Commandez, z, j’obéirai. obéirai. Et qu’il qu’il soit fait fait de de moi sélons sélons vos paroles» paroles» (mis elipsis). 9. Eginardo, Vida de del emperad ador Ca Carlo lomagno¡ trad. trad. de Jorge Binag Binaghi, Barcelona, Barcelona, Orbis, Orbis, 1986, p. 30-31. Otra O tra traducción, traducción, a cargo cargo de Alejandra lejandra de Biquer, Vida de Ca Carlo lomagno, Barce lona, Promociones y Publica Publicacio ciones nes Universitaria Universitarias, s, 19 1986 86.
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cen y se preocupan preocupan por sus sus limit limitac acio iones nes de carácter carácter forma formall y por por la im im perf perfecció ección, n, por lo inacabado nacabado de de sus sus conocimientos. conocimientos. Pe Pero ro jamá jamás se les ocu lte decir decir que sus limit limitacio aciones nes tenga tengan algo algo que ver co con su se sexo. Las escri escri toras, toras, en cambio cambio,, nos transmiten reit reiter era adamente damente una inseg insegurid uridad ad especial, especial, una inseguridad inseguridad que es miedo miedo a introducirse introducirse en un mundo mundo ajeno y hostil, hostil, el mundo, mundo, masculi masculino no entonces, ntonces, de la cultura cultura escrita, escrita, cuyos cuyos meca mecanismos nismos de crea creación ción y de dif difusión usión de símbol símbolos os ellas ellas saben saben perf perfec ectam tamente ente que que ni do do minan minan ni, ni, en muc muchos hos casos, conocen conocen bien. bien. Mi hipó hipótesis es es que ellas ellas no no se consid consider eran an a sí misma mismas ni medio mediocre cres s ni endebles endebles ni care carentes ntes de intel intelii genci gencia a y de de talento talento (el org orgull ullo o por por haberse haberse lanzado nzado a escribir escribir despunt despunta a siempre siempre), ), sino simplemen simplemente te despl despla azadas, zadas, excluidas excluidas por la cultura cultura patriarca patriarcall de los los espa espacio cios s sociales en los los que se se produce y se disf disfruta ruta el el texto. texto. Aña Añadiría, ad además, qu que la insistencia de las mujeres en su su propia igno rancia rancia es uña especie especie de conjur conjuro, o, un rito rito de paso paso que las ayuda a cruzar el umbral de la la cultura cultura dominante, dominante, en la la que que,, sin esa frase rase consag consagra rada, da, o no entrarían entrarían o entrarían entrarían seg segurame uramente con mal pie pie. No se puede entender ntender de otra mane manera ra,, en mi opin opinió ión, n, la fi firmeza rmeza con que ase aseg gura Dhuoda huoda que Dios ios va a estar estar de su su lado mientras mientras escribe, escribe, o la sutilez sutileza a con que Hrots vit vitha se se rí ríe de de la ne necesidad de declarar que, por ser mu mujer, es débil e ignorante, cuando es perfecta perfectame mente nte consciente consciente de que en la corte corte otó otónida nida no hay apena apenas s nadi nadie e que sea sea capaz de escri escribi birr como como ell ella. Se trata de una postura postura que recuerda recuerda a aquel aquellas márti mártires res cristi cristianas anas que que, dando mues tras tras de una valentí alentía excepcio excepcional, nal, se liberaban de colo coloniza nizaciones ciones impuestas impuestas ulleres viril riles, en mujere sobre su su cuerpo cuerpo y pasa pasaban ban a convertirse convertirse en mull mujeres s trang trangre resora soras, s, que ni se comportan ni se defi definen como les les mandan. mandan. Una toma toma de conciencia, conciencia, quiz quizá, de de que la exp experiencia eriencia de trato trato desigua desiguall era una exp experiencia eriencia co colectiva lectiva, una experiencia experiencia viv vivid ida a en en tanto tanto que muje mujere res; s; y una experiencia histórica qu que no era imp imposible modific ficar. ¿Quiere ¿Quiere esto esto decir decir que las mujere mujeres que escrib escriben en en la Eda Edad d Media, Media, al trascender trascender barre barrera ras s del género género fe femenino menino,, adoptan doptan un yo masculino masculino,, in tentan prescindir prescindir de su su ident identiidad para introducirse, aunque aunque sea vacilantes vacilantes,, en. el juego juego del género masculino masculino dominante? dominante? Si anal analizam izamo os los textos textos de mujeres mujeres aislada aisladamente mente y fuer fuera a de sus con con textos textos histórico históricos, s, puede resu result lta ar inevi inevitabl table e rendirse rendirse a la apariencia de que sí, de que co con frecu frecuencia encia el ellas parecen parecen haber haber asimi asimillado el discurso discurso pa pa —
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triarca triarcall con más más dureza dureza que los propios propios hombres. hombres. Nos suelen llama llamarr fuerfuertemente temente la atención, atención, al leer a las escrit escrito oras ras medievales medievales,, que resulte resulte prácti prácti-cament camente e imposi imposibl ble e trazar trazar una genea genealo logía gía de tema temas o de acti actittudes propias; propias; y todavía no nos so sorprende má más qu que, muchas veces, sean el ellas las qu que co con mayor conv conviicción cción nos suel suelten tremendas tremendas perorata peroratas s moraliza moralizantes ntes sobre la culpabilidad culpabilidad de Eva, va, el valor de la castidad, castidad, la la humil humilda dad d y la la obediencia, obediencia, o sobre la necesidad necesidad de penali penaliz zar a la mujere mujeres s que no reproduzca reproduzcan n al al pie pie de la letra los modelos modelos de comportam comportamiento iento impu impue estos. Pe Pero ro pienso que la insistencia insistencia misma en la fue fuerza rza de la ideolog ideología patri patria arcal, rcal, insistencia insistencia que unas unas vece veces raya raya en la co contradicció ntradicción, otra otras, en el ridículo ridículo,, puede resulresultar so sospecho spechosa sa y sugerirno sugerirnos s que, que, más que de convi convicció cción, n, se trata trata de necenecesidad de hace hacerse rse perdo perdona narr el sonido sonido de la pro propia voz. Una fo forma rma, quizá quizá, de conj conjurar urar el miedo a que que el mero mero hecho de escribi escribirr fuer fuera a entendido como la fo forma de resistencia que era en reali realidad, dad, un intento intento de salir salir de la reclusió reclusión n y del silencio, y a que ello provo provoca cara la destrucció destrucción n o el el olvilvido del texto creado. Si los los escritos escritos de mujeres mujeres los los estud estudiamos iamos desde la perspectiv perspectiva general eneral del período, período, podemos podemos disti distingui nguirr un mo movimiento vimiento progr progre esivo de rec recre rea ación ción y de de ocupación de espacios si simbólicos po por parce de esas escritoras. Esp Espacios cios que, que, unas vece veces, s, estaban estaban próximo próximos s a las exp experiencias eriencias de vida vida de muchas chas mujer mujeres es (la ma maternidad, el inf infa anticidi nticidio o, la ali lime menta ntació ción, n, por ejemejemplo); plo); otra otras, s, en cambio, cambio, necesitaban ser ser releídos releídos en término términos s fe femenin menino os o reivi reivindicados ndicados como propi propios os también de las las mujere mujeres s (el via viaje, la gloria, loria, la carcajada carcajada,, el po poder...). der...). El proceso proceso pare parece ce,, ya a primera vista, ista, inconexo, pero, pero, no obsta obstante, nte, culmi culmina na en una obra que que demarca con con precisió precisión un espacio espacio simbóli simbólico co excl exclusiv usiva amente mente femenino femenino,, una una ginecoso inecosociedad ciedad simbóli simbólica ca La Citédes Darnos de Christ y qu quimérica, La Christin ine e de Piza Pizan. Una ciudad inexpugnable, pugnable, muy dist distiinta nta y muy distante de la que mil años antes había había descrit descrito o Ag Agustín ustín de Hipo Hipona, na, una ciudad ciudad habitada habitada exclusivam xclusivamente ente por mu je jeres a la las qu que el el matrimonio no separaría de de su sus antepasadas. Un es espacio, por por tanto, tanto, desde el cual, como la autora utora desde su pequeño pequeño estudio estudio, las mujeres mujeres podrán podrán imaginar maginar una una cosmolo cosmolog gía propia. propia. Una auto autora ra,, ademá además, que dio dio un pa paso decisivo decisivo en la la histo historia de de los textos de mujeres ujeres de Europa: porque porque decidió decidió arro arrogarse «auctorit auctoritas» as», autoriz autorizar ar por por sí misma el soni soni-do de su propi propia a voz prescindi prescindiendo endo de la las opinio opiniones nes de los hombres hombres culto cultos s —
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uriosa sa y curio curiosa sa misoginia. isoginia. Christi Christine ne de Fiza Fizan —com —como dice dice ella ella y de su furio Blism Blisma a— decidió decidió, al empeza empezarr La escribirr en nombre nombre pro pro La Citéd-es Dames, escribi opiniones nes de otros otros y má más de lo que ell ella «senpio, fiándose menos de las opinio en [su] ser de mujer.» til y sabía en oceso, deslabazado y dif difíci ícil, de dema demarca rcació ción n de espacio spacios s E s de este proceso, •H término términos s de mujere mujeres s de lo que voy voy a tratar a conti continuació nuación. n. Sin olv olvii por supu supue esto, que el texto escrito repres representa enta tan sólo una parte parte ín ínfi dar, por cultura de las mujere mujeres s de la la época, cultura cultura que que, como como la la música música ma de la cultura de países países no occide occidentale ntales, s, viv vivió ió sin partitura partitura y se transmitió transmitió sin sin notas, notas, flO obstante la gran gran compleji complejidad dad de sus sus mov movimiento imientos s y de sus sus jue jueg gos so propiación, ción, sistemáti sistemática ca o no, no, por por mujer mujeres es del te texto escrito du noros. La apropia Edad Medi Media a me pare parece ce,, sin embarg bargo, o, especialmente importante importante rante la Edad va un unida a la ac acotación, aunque sólo sea so sobre el el pergamino o porque va spacios s materiales materiales y simbóli simbólicos cos en términos términos que ellas lobre el papel, de espacio podían imaginar como propios.
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II. II.
AN TECE TE CED D EN TES: TE S: UNA TRADICIÓN TRADICIÓN HOSTIL HOSTIL
5 Decía ecía que que sue suele le sorpre sorprendernos que las las esc escritora ritoras s medieva medievales les no no parezca rezcan n inte interesa resarse rse ni por traza trazarr una genea genealo logía gía intelectual intelectual feme femeni nina na ni por dirigi dirigirse rse tlpeci tlpecialmen almente te a un público público de mujeres. ¿Teman, sin emba embarg rgo, posibi posibillidades de hacer hacerlo lo? ? Ciertame Ciertamente, nte, no con fa facili cilidad. dad. La tradición tradición gre grecoco-roma romanana-cristia cristiana en que vivían les les habí había a ido ido borra borrando ndo antecedentes (si es que quedaban quedaban muchos muchos cuando tomaron tomaron forma estas stas culturas). culturas).1 1Este proces proceso o de cancelació cancelación n es es pecialmente patente patente en las obras de histo histori ria, a, y expl explica que las pocas auto autora ras s que intenta intentaron ron buscar oríg orígenes enes se vieran eran obli oblig gadas adas a recurrir a la leyenda 0 al mito, mito, recurso que, que, seguramente, uramente, restaba credi credibi billidad a sus argume rgumentos, ntos, Al indagar sobre las causas de esta precariedad y pobreza de tradiciones, ICdist ICdistin ing guen moti motivos vos purame puramente técnicos y motiv motivos os de carác carácter ter polít político ico,, am bos estrecham estrechamente ente relacion relaciona ados entre entre sí. Los técnicos técnicos se refieren refieren al al encade encade namiento namiento de modelo modelos, s, a las auctoritates que que, en la cultura cultura escrita occidenta occidental, l, nos han ido ido enseñando enseñando (a su ma manera nera) a distin distinguir guir entre los los que «verdadera verdadera mente acaeció acaeció» » (como decía Ranke Ranke), ), los los personajes personajes y hechos hechos histó histórico ricos, s, y lo imag imaginado, los los fa fantasma ntasmas del pasa pasado. Los moti motivo vos s de carácte carácterr polít político ico es tán vinculado vinculados s con la necesidad, propia propia de de las socieda sociedades patri patriarc arcales ales,, de Separar y subordi subordinar nar un ámbit ámbito o fem feme enino, nino, sin poder, poder, de de un ámbit ámbito o masculi masculi no, su superio superiorr jerárquico indi indiscutib scutible. le. Ta Tanto nto los moti motivos vos técnicos como como los político políticos s pueden pueden loca locali lizar zarse se fácilme fácilmente nte en en textos textos que funda fundame mentan ntan la cultu cultu ra escrita europea, europea, com como son los grec grecoo-roma romano-cristi no-cristia anos. 1. Sobre el largo largo camino recorrido recorrido entre la creación ción del patriarca patriarcado y el desarrollo rrollo de estas culturas, véase Gercla lemet lemet;; TheC Nueva \ brk, Oxf Oxfot otd d tJraversiry Press, ss, 1986. eCreatio ionof ofPatriarvby, Nue
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En Grecia, en la clásica Grecia Grecia de los los siglos siglos v y iv antes de nuestra era, Ate Atenas y Esp Esparta, con sus respectivos aliados, fueron ciudades que, especial mente entre entre los años 431 431 y 404, estuviero estuvieron n inmersas en en una una guerra, guerra, la la fa famo sa Guerra Guerra del del Pe Pelo lopone poneso, so, cuyo relato relato ha perpetua perpetuado do en nuestros nuestros libros libros de histo historia ria la fama fama de lucí lucídi dides. des. Tanto esta esta guerra uerra como como la Hi Historia dela Guerra de del Peloponeso se convertirían convertirían en modelo modelo de pensa pensadores e historiadore historiadores s del futuro. Se ha dicho que este este hecho hecho contri contribuye buye a explicar explicar por qué las mujere mujeres s hemos desem desempeña peñado do un pa papel insi insignif gnific ica ante nte en los los relatos relatos de histo histo ria ria de toda todas s las épo época cas: Tucídides ucídides dedicó un espac espacio io mínimo a las madre madres, s, esposas, hij hijas y amigas de los los hombros que que protago protagoniza nizaron el siglo siglo más más clási clási co de la la civil civiliz iza ación ción occ occidenta idental.2 l.23 *En reali realidad, dad, la la ma mayor parte de sus sus refe rencias rencias a mujeres mujeres son para para señalar que que las espo esposa sas s de los los guerrer guerrero os vencido vencidos s eran vendidas endidas como esclavas: esclavas: «Los Los ateni atenienses enses.. .... en su su indigna indignació ción n decidieron decidieron matar matar no no solo solo a los los prisioner prisionero os, sino también a todos los mitil mitilemos emos ma mayores yores de edad y vende venderr como como escla esclavo vos s a los los niños niños y a las mujeres... mujeres... »Mataron Mataron un númer número o no inf infer erio iorr a dosciento doscientos s plateense plateenses s y a vein vein ticin ticinco co atenienses tenienses que estaba estaban n siti sitiados ados con ello ellos; a las mujere mujeres s las reduje redujeron ron a esclavi esclavitud. tud... .. »[En [En Corcira] Corcira] a las mujeres mujeres que fueron cog cogidas das en el fuerte, uerte, la las redujeron a esclavitud... »Por Por aquello quellos mismos días días de este verano verano los los ateni ateniense enses s expugna expugna ron Escio Esciona na y mataron mataron a los los hombres, hombres, redu redujjeron a esclavitud esclavitud a los los niños niños y mujeres mujeres y entr entreg ega aron ron su territo territori rio o a los los plateenses plateenses para para que lo habitaran... habitaran... »Y los atenienses ej ejecutar ecutaro on a todos los mell mello os en en edad vi viril ril que cayeron yeron en sus manos manos y redujeron redujeron a la esclavi esclavitud tud a los los niño niños y mujeres. ujeres. Fuero Fueron ellos los mismo quienes, env enviando iando seguidamente qui qui nientos colonos, colonos, poblaron poblaron la ciud ciudad.» ad.»5 5 (mis (mis elipsis) Susan san G. Bell, Bell, eel. eel.,, Women: Fro From the Greeks to the French Revolution ution, An Historic storical An A nthology, Belmont, CA, CA , Wadsworth Wadsworth Publisliing Publisliing Co., Co., 19 197 73, p. 8. 8. 3. lucídides, Hi Rodríguez ez Adra Historia de la Guerra del Peloponeso, trad, de Francisco Rodrígu 2, p. dos, Madri Madrid, d, Hernando, 19 1952 52, 3 vals.; vals.; vol. 2, p. 37, 37, 74, 168, 290, 356 (II (III-36 y 67, 67, IV IV-48 48,, V-3 V-32 y 116). 2.
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La opinió pinión de Tucídide Tucídides s no es es un testimonio testimonio aisla islado. do. Reaparec parece e en el más más célebre discurso de Feríeles, Feríeles, que el el propio Tucídides ucídides nos ha trans mitido: «Y si debo hac hacer er también una menció mención n a la virtu virtud d de las mujere mujeres s que desde aho ahora ra quedarán quedarán viuda viudas, s, con una breve breve indi indicac caciión lo diré diré todo. Vuestra uestra gran ran gloria gloria consist consistirá irá en no ser ser infer inferiiores a vues tra co condició ndición natura natural, l, y en que entre entre los hombres haya sobre vo vo sotra sotras las menores convers conversa aciones ciones posi posibl bles es en buena o mal mala parte.»4 Ari Aristóteles, po por su parte, ll llegó a una especie de for formulación defin finitiva de la imposició imposición n patriarcal patriarcal de de silencio silencio a las mujere mujeres: s: «Por Por eso eso se debe aplicar a todos lo que el el poe poeta dijo dijo de la mujer: “en la la mujer el silencio silencio es un ornato ornato” ”, pero pero no no en el hombre hombre.» .»5 En la la socieda sociedad imperial imperial romana romana,, el cristi cristia anismo nismo eclesiástico eclesiástico recog recogió ió significativ significativa amente mente esta esta tradició tradición n clásica de mude mudez z y difundió difundió por Eur Europa opa una religió religión n que, que, en su secció sección n feme femeni nina, na, exhi exhibi birí ría a desde muy muy pronto, pronto, en palabra palabras de Mary Daly, «un record record de contra contradiccio dicciones nes.» .»6 Es bien bien sa sa bida que el cristiani cristianismo smo (en todas todas sus vertientes) procla proclama ma la igualdad de todas las persona personas s ant ante e la gracia. racia. El Dio Dios s omn omnipo ipotente tente cristia cristiano, no, en cambio, que, que, seg según dice dice el el evange evangeli lio o de Juan, uan, es la la palabra, palabra, la palabra que está al al princip principio io de todas todas las cosas,7 cosas,7 a las mujere mujeres s no nos pertene ce. No nos pertenece pertenece ni su invenció invención n en la profec profecía, ía, ni ni su transmisión nsmisión en la predicación, predicación, ni su manip manipulació ulación n en la teolog teología. Es decir, ese acces cceso o nuestro nuestro a la gracia gracia debe estar estar necesariamente necesariamente mediati mediatiz zado po por hombres. hombres. Pablo Pa blo de Tar Tarso, uno de los los gra grandes ndes impulsores del cristiani cristianismo smo eclesiásti eclesiásti Ibid., vol. 4. Ib vol. 1. p. 263-264 263-264 (H-45 (H-45). ). Política, trad, 5. Aristóteles, Po trad, de Julián ulián Marías Marías,, Madrid, Instituto de Estudios Estudios Políticos Políticos,, La otra «política» deAri Aristóteles, Barcelona, icaria, 1971, p- 25 (1 (1-13). Véase: Amparo Amparo Moreno, Moreno, La 1988. he Church and the Second Sex. With With the Feminist Po Poslchrislk hrislkn n Introd Introduc6. Mary Daly, TheChurc tio tion and New A rchaic A fterwords by the A uthor ; Bosto Boston, n, Bea Beacon Press Press, 1985, cap. 2. 7. Juan uan 1, 1.
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co, nos negó negó, en rea realidad, el acces cceso o al co conocimiento nocimiento mismo ismo de la pal palabra ya ya a me mediadas del siglo i, cuando escribió a la ig iglesia de Co Corinto ese fragmento tantas tantas veces repetido repetido después: después: «Como Como en todas todas las iglesias iglesias de los los sa santos, ntos, las mujeres cál cállense en las asam asambl blea eas, porque porque no les toca toca a ellas ellas habl habla ar, sino sino vi vivir suj sujetas, tas, como como dice dice la Ley. Ley. Si quieren quieren aprender algo, que en en casa pregunten a sus mari marido dos, s, porque porque no es decoro decoroso so pa para la muj mujer er habl hablar en la iglesia.»8 Suele hoy día día suavizars vizarse e el alcance alcance de esta esta declaración ción paulina paulina dici dicien do que fue fue debida debida a la necesi necesidad dad de control controla ar cierto estado stado de agit agita ación ción que div dividía día en aque aquel momento omento al grupo de co convertidos nvertidos de Corinto Corinto.. ¿Sus mujere mujeres s estaban, estaban, quiz quizá, en desacuer desacuerdo do con con la masculíz masculíza ación ción del culto y de la la jerarquí erarquía? a? No lo sabemos. bemos. Pe Pero, ro, inclu incluso so si éste fuera el caso, cuesta cuesta aceptar ceptar que el el éxi éxito milena milenari rio o de la consig consigna de Pablo Pablo se deba poco me nos que al azar de los los procesos procesos de transmisió transmisión de textos. Durante urante la segu segunda nda mitad mitad del siglo i, i, el obispo obispo Clem Clemente ente Roma Romano establ estableció eció con intenció intención n de permanenci permanencia a una genea geneallogía de contacto contacto con la palabra, palabra, genealogía que que se remontaba al mismísimo Dios ios padre, dre, y cu yo yos eslabones es estaban fo formados ún única y ex exclusivamente por hombres. Me suc ccessio ssio aposrefiero refiero a la fa famosa (o famo famosa al menos en la la Eda Edad d Media) su tolomm, principi principio o de la suces sucesió ión n apostólica apostólica,, hecha por una cadena cadena de hombres, hombres, los los obispo obispos, s, que lleg llegaría aría ininterrumpi ininterrumpida da hasta hasta los los apósto apóstoles les y, a través través de ell llos os y de Cristo, Cristo, enlazaría enlazaría con con la la sanció sanción n última última del poder cristiano cristiano,, el Dio Dios s de las tres tres persona personas s masculina sculinas. En este este proceso proceso de fi fija ción ción y de exclusió exclusión, las mujeres quedarí quedarían an def definiti nitiv vamente amente apartada apartadas s de la genea geneallogía del saber cristiano cristiano ortodoxo. ortodoxo. Para conseguirl conseguirlo, o, sus sus teóricos tuviero tuvieron n que desauto desautoriz riza ar y desvirtuar desvirtuar sistemá sistemáticam ticamente ente (a las mujere mujeres s se les aso asociará ciará princi principalmente palmente con con la la aplicació plicación n de ung ungüe üentos) el testimonio testimonio femenino emenino en torno a aconte contecimientos cimientos tan decisi decisivo vos s en la histo histori ria a del del pri pri mer mer cristianismo cristianismo como la resur resurre reció ción n o la la últi última ma cena, cena, en los los cuales la presencia de mujeres mujeres fue fue esencial pero pero cuyas cuyas palabras palabras en torno torno a los los mis mis mos fue fueron ron sacrif sacrificadas en en ara aras a la masculi masculini nizació zación n de la Ig Iglesia. lesia. 8. T Corintios 14, 14, 34-35. 34-35.
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Claro que no toda todas s las mujeres mujeres de la la época poca romana romana acata acataron sin resisten imposición patriarca patriarcall de silencio silencio,, ya fuera de raíces raíces pa paganas o judeocia la imposición Conservam rvamos os el recue recuerdo rdo de voce voces s feme femeni ninas nas disonantes, disonantes, paga paga Cfistianas.9Conse nas nas unas, unas, cristi cristianas anas otras, otras, pequeña pequeña mino minorí ría, a, sin sin emba embargo, rgo, toda todas s ella llas. De a ambi mbiente ente romano pagan pagano o, lla a voz más más fas fascin cinante ante que ha llegado hasta hasta nuestros días días es la de Hortensi Hortensia, a, hi hija del célebre orador orador del del mismo nombre nombre.. E n el año 42 antes antes de nuestra era era,, Hortensia rtensia pronunció pronunció un discur discurso so en el el foro romano en nombr nombre e de un ampl amplio io grupo de de muj mujeres res de la la a arist risto ocracia cracia (unas (unas mil mil cuatrocientas cuatrocientas,, al pare parecer), que se resistí resistían a pagar pagar un un im impuesto puesto es pecial pecial que el gobierno gobierno Ies Ies exigía. El pretexto pretexto del impue impuesto era la guerra guerra civ civil, il, Ar Araíz de la cual hom hombres bres de la fam famil iliia de estas stas mujere mujeres s habían habían sido proscri texto del discu discurso rso de Ho Hortensia rtensia no nos ha llegado llegado más que a través través tos. El te Apiano, un un hi historiador de de si siglo n qu que, según al algunos au autores, no se sería de Api del todo de fiar fiar (aunque (aunque el serio serio Quin Q uinti tili liano ano elo elog gió el discurso discurso de Hortens Hortensia ia scribir, ir, en la Roma del siglo siglo i, sus In fuerza de Institutiones Oratoriae). La fuerza al escrib la formula formulació ción n de Ho Hortensia es, es, sin emba embarg rgo, tan tan patente que pienso que esimprobabl improbable e que su conteni contenido do no sea auténtico téntico,, aunque aunque sus sus pal palabras abras hayan hayan sido reelaboradas por Apiano: «Ya nos habéis privado privado de de nuestros nuestros padres, padres, de de nuestros nuestros hijo hijos, s, de de nuestros nuestros mari maridos dos y de nuestro nuestros s hermanos nos con el pretexto pretexto de que os han agra agraviado; iado; pero si, ademá demás, nos quitái quitáis s nuestra propi propieda edad, nos reduciréis reduciréis a una condi condició ción n impropi impropia a de nuestro nuestro nacimiento, nacimiento, nuestra form forma a de vi vida y nuestro nuestro sexo. »Si os os hemos hemos hecho algún gún daño, como soste sostenéis que os han hecho nuestros nuestros marido maridos, s, proscribidno proscribidnos s como como a ellos. llos. Pe Pero ro si nosotras nosotras la las mujere mujeres s no os hemos hemos votad votado o a ninguno de vosotros vosotros enemigo enemigo pú blico, ni derribado vue vuestra stra casa casa,, ni destruido vuestro vuestro ejér ejército, cito, ni dirigid dirigido o a otro contra vosotros, ni os hemos hemos impedido impedido que obten gáis carg cargos os y honore honores, s, ¿por qué parti particip cipa amos mos en los los castigo castigos s si no hemos hemos particip participado ado en los los crímene crímenes? s? «¿Por ¿Por qué hemos de pagar pagar impue impuestos si no pa partici rticipamos pamos en los cargos, honores, honores, pue puestos milit milita ares res ni, ni, en una una palabra, palabra, en el el gobi gobier er 9. Una descripción descripción y análisis análisis muy bell bellos os de algunos algunos de los mitas con que se envo envolv lvió ió en la Roma clásica la condena de sus sus mujeres mujeres al al silencio, es el libro libro de de Eva Eva Cantarella, Cantarella, Editori ri Riunit Riuniti, i, 1985. Tacita Muta. J m donna nella città ttà antic antica, Roma, Edito
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no, por por el erial erial lucháis entre vo vosotr sotros os con tan dañino ñinos s resultados? resultados? De De cís: cís: “porqu “porque e es tiem tiempo po de de guerra guerra””. Y ¿cuándo no ha ha habido habido guerras uerras? ? ¿Cuánd ¿C uándo o han sido gravadas gravadas con impue impuesto stos s las muj mujer eres, es, cuyo sexo las colo coloca ca aparte de todos todos los hombres? hombres? Nuestras uestras madres madres sobrepasa sobrepasaron ron una vez vez a su sexo sexo e hicieron hicieron una contribuci contribución ón durante durante la la guerr guerra a con tra los cartagineses cartagineses,, cuando cuando todo todo vuestro vuestro imperio y la la propia Roma Roma estaban peli pelig grosamente amenazados. Pero entonces ntonces contri contribuyeron buyeron gus tosa tosam mente, ente, no con su propi propieda edad d fun fundi diaria, aria, sus sus tierra tierras, s, su dote dote o sus sus casas, sin la las cual cuales no no pueden vi vivir las mujeres ujeres libres, ibres, sino solam solamen te con sus sus joyas.. yas.... Que venga venga una guerra cont contra ra los los celt celta as o contra contra los los partos, y no sere seremos mos inferio inferiores res a nuestras madres madres cuando se trate trate de la seg seguridad uridad comú común. n. Pero Pero en las las guerr guerras as civ civil iles, es, que no contri contribu bu ya yamos nu nunca ni os os ay ayudemos a unos co contra otros.»101 De la argum rgumenta entació ción n de Hortensia, Hortensia, compleja compleja y clar clariv ivident idente e como como es es, ll lla man man fuerteme fuertement nte e la atención tención dos temas temas:: 1) la ruptura ruptura de so solidaridades idaridades defi defi nidas nidas por el pare parentes ntesco co y su sustit sustitució ución n por soli solidaridade daridades s defin definid idas as por el el género y la la clase social: 2) la la conciencia conciencia de su marginació marginación n del poder. poder. Su vo voz, si sin em embargo, au aunque representativa de la opinión de de muchas mujeres nobles nobles de su momento, omento, nos queda como como testimoni testimonio o poco menos menos que aislado. aislado. No conozco conozco ref referencias erencias medievales medievales a Hortensia rtensia anter nterio iore res s al Dem Demulieribus Claris, de Gio G iovanni vanni Bocca Boccaccio ccio;1 ;11una ref refer erencia encia femenina, emenina, renacenti renacentista, sta, en en realidad, realidad, como el Bocca Boccaccio, ccio, aparece en la carta que La Laura ura Cereta escrib escribió ió en 1488 en defensa defensa de la la educació educación n liberal liberal de la las mujeres,12 10. Apiano, Guerras civil 32-4; dt. dt. en Mary R. Lefkowitz y Mauree Maureen n B. Fant, Fant, viles, 4, 32-4; Londres, s, Duckwort Duckworth, h, 19 1982 82, Womerís rís Li Life m Greece and Rome. A source book in tmmlali alion, Londre p. 207-208; 207-208; la ref referencia de Quintülano, Ib Ibid., p. 235. 11. Una edidó edidón n latina con traducción traducción italiana italiana dd Dem Demulieribus ckri kris en Tuttel Tuttele opere di Giovanni Boccaccio, ed. de Vit Vitto tore re Branca, Ver Verona 1970 1970,, vol vol.. 10; el cap. cap. 84 es el dedicado Dela as ilustres mujeres a Hortensia. Hortensia. Se tradujo al castell castellano ano en en Za Zaragoza ragoza en 1494 con d títul título o Del Real Acade Academia Española, Española, 1951); el cap. sobre sobre Hortensi Hortensia a es en ro romance (ed. facsímil de la Real aquí aquí el 74. Sobre la versión versión castellana stellana y sus probl problema emas, s, puede puede verse F. Fernández Fernández Murga Murga y J. A. Pa La traducción española de del «D «De mulieribus Claris» de Boc Boccaccio, «Filología Pasc scua ual, La Moder Modern na» 55 (1975) 499-511. 12. Hay versión inglesa de la epísto epístola la de Laura Cereta en M. L. K ing y A. A . Rabil, Rabil,
Iler Immaculate Hand. Selected Works by by an and about tke Women Hu Humanists of of QuattmBinghamto ton, n, NY, NY, Medieval Medieval and Renaissance Texts Texts and Stu¡Fes, Fes, 19 1983 83,, p. 81-84; cento nto Italy, Italy, Bingham p. 83.
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