Las madresposas en: Lagarde, M. (2001) Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNM, M!"ico. pp. #10$##% Madres en m&s, mujeres en menos: los mitos sociales de la maternidad: 'n ern&nde ern&nde . M. (1%%*) La mujer de la ilusi+n. actos y contratos entre -omres y mujeres. aid+s. /uenos ires. . 1% $ 1% Madresposas II. “De veras hijo, ya todas las estrellas han partido, pero nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer.” amanecer.” Isaac Felipe Azofeita La mujer de la modernidad, o ui&s dea decir de la postmodernidad, la cual parece -aer ganado un lugar di3erente en nuestra cultura en relaci+n con las mujeres de -ace muc-os a4os, se encuentra posicionada en un lugar de poder ue le permite ver, ser y vivirse en un mundo mu ndo di3erente5 sin emargo, cuando nos acercamos m&s a esa misma cultura ue con escaparates nos -ala y nos cuenta una realidad con perspectiva de g!nero, nos damos cuenta de ue e l imaginario no camio, simplemente se adecuo a la !poca, tomo lo ue de6a tomar para poder mantenerse, de -ec-o el imaginario lejos de camiar, me atrevo a decir, se volvi+ m&s raioso pues lo ue no era, tal parece ue se mantiene con u4as y dientes por permanecer. permanecer. Me atrever! a ir a7n m&s adentro en mi an&lisis, teniendo la certea de ue la primer parte era la punta del iceerg en contraste con la segunda, pues entre m&s leo m&s terrile me parece la cosa. 8i ien es cierto ue los te"tos est&n escritos e investigados en momentos di3erentes en nuestra cultura, y me re9ero al momento socio -ist+rico en el cual las investigadoras -acen re3erencia, es incre6le como a m&s de 20 a4os en los cuales se anali+ las condiciones de las mujeres en M!"ico, tal parece ue la situaci+n se sigue manteniendo intacto5 como men cione -ay cosas ue -ar&n de ser sido camiadas, pues no todo de la modernidad -ar& de 3uncionar, las practicas -ar&n de ser acordes a la !poca ue vivimos, recordemos ue estamos en la !poca de la inclusi+n, de la igualdad y de la euidad, o al menos desde el cristal en ue miremos. omo siempre la cultura siempre -ar& de tener un peso sumamente importante en la manera en la ue vamos a ser construidos y tami!n en como veremos el mundo. La construcci+n de la realidad nos permitir& 3ormarnos y actuar en esta sociedad, la realidad es ue los grandes camios a nivel macro, de cierta manera opaca los peue4os camios ue al 9n al parece ue se dan por -ec-o. 'n mi opini+n no son s on los grandes camios los ue -ar&n de 3ormar una !poca y momento di3erente en contraste a la manera en la ue perciimos a las mujeres, deer&n de ser los camios peue4os, auellos con los cuales nos permitan pensarlos, repensarlos y evitar la reproducci+n y alimentaci+n de los imaginarios ue vienen 3orm&ndonos generaci+n tras generaci+n. 8in emargo, aun en la de9nici+n de madre, ue ya - a6a comenado l6neas atr&s en otro escrito, tal parece ue sigue, continua, no termina y se torna m&s intensa con el pensamiento de las mujeres ue est&n m&s cerca de nuestra cotidianeidad. on esto me re9ero ue ya no solo est& el contenido de la construcci+n de la mujer para ser madres, la manera en la ue crece y se
Las madresposas en: Lagarde, M. (2001) Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNM, M!"ico. pp. #10$##% Madres en m&s, mujeres en menos: los mitos sociales de la maternidad: 'n ern&nde . M. (1%%*) La mujer de la ilusi+n. actos y contratos entre -omres y mujeres. aid+s. /uenos ires. . 1% $ 1% desarrolla para el cuidado del otro, la manera en la ue signi9ca su ser y su vivir, tampoco el -ec-o de ser la mediadoras culturas de las criaturas, tanto de -omres y mujeres ue -ar&n de seguir continuando con el sistema de valores y creencias, adem&s de los 3actores sociales y iol+gicos ue atraviesan a las mujeres. La posici+n de madre tami!n est& en juego si las condiciones en ue ella es madre, no son las esperadas socialmente. ;omare el ejemplo m&s com7n ue se acerca a mi cotidianeidad5 es el -ec-o de un emarao a una edad no esperada. 8i ien esta situaci+n se est& volviendo un lugar com7n en nuestros d6as, y aunue pareciera ue pol6ticas ue permiten el aorto (no en todos lados, pero -are re3erencia del distrito 3ederal) las salas de maternidad siguen estando repletas de jovencitas menores de 20 a4os ue est&n en espera de su segundo -ijo. Mas son jovencitas ue est&n en compa46a de su madre, con suerte estar& un joven de una edad no muc-o mayor ue ella a su lado, ui&s si -ay suerte, la jovencita -ar& dado seguimiento a su emarao, lo cual le permitir& en la manera de lo posile tener a un -ijo
ayle ?uin, @u! pasa con una mujer cuya prematura aparici+n de la maternidad es un 3actor determinante en un mercado ue no solo pide ciertas e"igencias 36sicas de la mujer sino tami!n
Las madresposas en: Lagarde, M. (2001) Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNM, M!"ico. pp. #10$##% Madres en m&s, mujeres en menos: los mitos sociales de la maternidad: 'n ern&nde . M. (1%%*) La mujer de la ilusi+n. actos y contratos entre -omres y mujeres. aid+s. /uenos ires. . 1% $ 1% socialesA @+mo impacta entonces el vivir ajo una situaci+n de marginaci+n y rec-ao si la pareja desconoce a la criaturaA B las preguntas siguen y siguen, pues las situaciones se vuelven cada ve m&s complejas y m&s entramadas ue al principio, casi casi porue todo es como un domino, ue si no llega en el momento adecuado todo se viene aajo. =ui&s el punto m&s desastroso para una mujer es ue las situaciones se adelanten, si se retrasa la llegada de la maternidad las cuestionen ue oprimen a las mujeres no s on menos, pero tampoco son mejores. Las relaciones pues en la antesala de la construcci+n 3amiliar entonces desatan serias implicaciones ue siguen pesando en el imaginario de los me"icanos. Los c-istes de las suegras o las nueras, los 3ocos o amantes ue sirven para el alivio de los -omres, cansados de las mujeres pero ue no pueden dejar a sus esposas, el mac-ismo perpetuo y -erm!tico ue aun en nuestros d6as sigue siendo un lugar com7n entre las mujeres5 donde est& la modernidad, ue acaso no viv6amos en !pocas di3erentes. Las grandes pol6ticas 8eguimos en una sociedad donde las mujeres no goan de liertad, ui&s pareca ue est&n en una posici+n m&s c+moda en comparaci+n con las mujeres de - ace algunos a4os, pero ui&s esa sea una ilusi+n. un escuc-amos en el -alar de la gente (y me re9ero a toda la gente sea rica o pore) situaciones ue nos remiten a situaciones ue ya no deer6an de ser pensadas y tal ve deieron -aer sido ya superadas. La apropiaci+n del cuerpo de las mujeres y por ende todas las cuestiones iol+gicas y er+ticas ue devienen de ello siguen siendo una cuesti+n aun de ta7, coacci+n y secretismo5 me atrevo a pensar ue si en las mujeres esto es as6, en los -omres dee de ser aun peor. Bo como -omre, pienso entonces ue no estamos a7n capacitados para poder vernos tantos -omres y mujeres como seres completos, insistimos en mantener la alana, en un juego de poder desigual ue ni somos capaces de comprender y ue solamente damos por -ec-o. 8eguimos llevados de la mano de la cultura y la ignorancia, seguros de ue esta posici+n en la ue estamos parados es la correcta, la c+moda y la adecuada, -aciendo de las grandes pol6ticas, la ilusi+n de un camio ue al 9nal resulta parad+jico en nuestro vivir. No es saludale estar adaptado a una sociedad pro3undamente en3erma.