Revista
Empresa y Human ismo
1 Vol. V, nº 1/02 1/02
Instituto Empresa y Humanismo U n i v e r s i d a d
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N a v a r r a
Revista Revista Empresa y Humanismo
CONSEJO EDITORIAL Presidente
D. Enrique Enrique de Sendagorta Sendagorta D. Rafael Alvira Domínguez (Universidad de Navarra) Dª Reyes Calderón Cuadrado (Universidad de Navarra) D. Tomás Calleja Canelas (Director General, Iberdrola) D. José Luis Carranza Ortiz (Director General, BBVA) BBVA) D. José Antonio García García Durán (Universidad de Barcelona) D. Santiago García Echevarría (Universidad de Alcalá) D. Agustín González Enciso Enciso (Universidad de Navarra) D. Nicolás Grimaldi (Universidad de de París-Sorbona) París-Sorbona) D. Alejandro Llano Cifuentes (Universidad (Universidad de Navarra) Navarra) D. Enrique Martín López (Universidad (Universidad Complutense de Madrid) D. Miguel Alfonso Martínez-Echevarría (Universidad de Navarra) D. Antonio Millán-Puelles (Universidad (Universidad Complutense de Madrid) D. José Manuel Morán Criado (Consejo Económico y Social de España) D. Leonardo Polo Polo Barrena (Universidad de Navarra) D. Rafael Rubio de Urquía Urquía (Universidad Autónoma Autónoma de Madrid) D. Alfonso Sánchez Tabernero Tabernero (Universidad de Navarra) D. Eugenio Simón Acosta Acosta (Universidad de Navarra) D. Alejo Sison (University of Asia and the Pacific) D. Guido Stein (Universidad de Navarra) D. Luis Mª de Ybarra y Oriol (BBVA) (BBVA) Director
D. Miguel Alfonso Martínez-Echeva Martínez-Echevarría rría Editoras
Dª. Marina Martínez Martínez Dª. Carmen Carmen Erro Erro Dª. Marta Torreg Torregrosa rosa © 2002 los autores © 2002 Instituto Empresa y Humanismo Universidad de Navarra 31080 Pamplona. Pamplona. España España e-mail: e-mail: ieyh@unav
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ÍNDICE
ACTUALIDAD EMPRESARIAL Entrevista a Felipe Prósper, Presidente de IDOM ..................9 ARTÍCULOS Carácter del liderazgo: lecciones desde la adversidad Santiago Álvarez de Mon.........................................................23 El riesgo y la seguridad desde el punto de vista ético Rafael Alvira ..........................................................................47 Management: aprender de los clásicos Javier Fernández Aguado.......................................................... 57
La empresa en la ciudad. Compañías de seguros en Madrid Carmen Giménez Serrano ........................................................77 La globalización en la historia Agustín González Enciso .........................................................95 La ley, el Derecho y la Economía Emilio Sánchez Pintado .........................................................119 Nueva Economía, productividad y capital humano Alejo José G. Sison..................................................................139
El enigma del hombre. Reflexiones antropológicas sobre la dirección Guido Stein ...........................................................................149 Inicio de la comprensión de la marcha histórica del espíritu empresarial en España Juan Velarde Fuertes ...............................................................179 R ECENSIONES Mónica Codina (ed.) (2001), De la ética desprotegida, por Raquel Lázaro................................................................201 Javier Cremades (2001), El paraíso digital. Claves para entender la revolución de Internet y las telecomunicaciones, por Guido Stein...................................................................207 Pierpaolo Donati (2001), Il lavoro che emerge. Prospettive del lavoro come relazione sociale in una economia dopo-moderna, por Pablo García Ruiz..........................................................209 David B. Yoffie y Mary Kwak (2001), Judo Strategy. Turning your Competitor´s Strenght to your Advantage , por Guido Stein...................................................................213 Simon Zadek, Niels Hojensgard y Peter Raynard (eds.) (2001), Perspectives on the New Economy of Corporate Citizenship, por Héctor Ghiretti ..........................................217 PUBLICACIONES DEL INSTITUTO ........................................ 223
ACTUALIDAD EMPRESARIAL
ENTREVISTA A FELIPE PRÓSPER, PRESIDENTE DE IDOM
Este número de la revista Empresa y Humanismo incluye una entrevista a Felipe Prósper, Presidente de Idom. Las preguntas planteadas en este caso abordan aspectos relacionados con el nacimiento de la empresa y la filosofía de la compañía, la formación de su ca pital humano, la innovación y la calidad de servicio, así como con el perfil personal y empresarial del propio Felipe Prósper.
Obras y Montajes), de un encuentro entre Rafael Escolá y Luis Olaortúa. Juntos empezaron a desarrollar la función profesional a la que querían que se dedicara esta nueva firma: la Gestión Integrada de Proyectos, o Project Management . Como fundador de Idom, Rafael Escolá dejó, lógicamente, una gran huella en la compañía. Quizás su aportación más genuina fue el deseo de que Idom fuera una asociación de profesionales y no una
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C ÓMO Y CUÁNDO nació Idom?, ¿qué tipo de empresa era en sus orígenes? ¿Qué huella ha quedado en Idom de la personalidad de su fundador, Rafael Escolá Gil? Idom (Ingeniería y Dirección de Obras y Montajes) nació en septiembre del año 1957, inicialmente con el nombre de Dom (Dirección de
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empresa. El compromiso asociativo que quería que rigiera entre las personas de Idom,entre sus profesionales, convertía a sus miembros en socios en el trabajo, en la participación en el valor de la firma y en los resultados de la actividad. En lo que se refiere a la relación empleado-empleador, Rafael Escolá pensaba algo totalmente diferente a lo que regía, y rige todavía, en muchas sociedades mercantiles. La estrategia institucional de Idom, las asunciones básicas de la empresa, los valores y las creencias de esta compañía, son genuinas aportaciones suyas. Lo estratégico, en términos de negocio, ha cambiado, pero lo esencial es de él: la idea de que somos una asociación de profesionales, de que todos podemos acceder a la propiedad, de que debe buscarse la participación de todas las personas, de que la dirección tiene como razón de ser el servicio, promover la confianza como valor básico que da unidad a la compañía, el sentido de la profesionalidad, el respeto por la persona, el reconocimiento individual o la idea del desarrollo de carreras profesionales son conceptos que yo ya le oí en los años 60.
Todos estos principios quedaron recogidos en la filosofía de Idom , que se escribió en 1975, a lo largo de un proceso en el que participaron unas veinte personas de la empresa. En aquel entonces, veinte personas eran prácticamente todo el equipo directivo. Se les pidió que revisaran todos los documentos que había escritos en Idom y todas las Actas de los Consejos. Debían sintetizar lo que, desde su punto de vista, eran los ejes básicos que habían guiado la actuación de esta empresa, sus principios fundamentales. Se hizo así y, cabría decir, que salió un con junto de unas treinta “filosofías” distintas. Esos documentos los analizó y trabajó un equipo de consultores formado por dos profesores del IESE y un doctorando, Leopoldo Abadía, Miguel Ángel Gallo y Pascual Montañés, que intentaron extraer y sintetizar los aspectos fundamentales más compartidos por el equipo de Idom. El grupo de consultores presentó una primera formulación de la filosofía, que se debatió, se discutió, se revisó y se elaboró. Después de este trabajo quedó un documento final que se presentó a todo el equipo directivo y que volvió a
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discutirse. Tras este proceso de presentación y discusión, se reelaboró y se volvió a presentar. Así se formuló la primera redacción de la Filosofía de la empresa. Posteriormente, que yo recuerde, ha habido hasta cuatro revisiones, que siempre se han hecho de la misma manera: leyendo el documento y contrastando su validez y su realidad en Idom. Queremos una filosofía que se corresponda y coincida lo más posible con la cultura vivida en Idom . La última versión corresponde al año 1995. No creo que tardemos mucho en hacer otra revisión, porque pienso que hay algunos puntos que merece la pena analizar y, si fuera necesario, revisar. La filosofía de la empresa no es, como se ve, algo inalterable; sólo son inalterables las ideas más básicas. DOM ES una compañía que ha crecido mucho en los últimos años, no sólo geográficamente –tiene oficinas abiertas en once países de tres continentes–, sino tam bién en la magnitud de su negocio -en la actualidad abarca la ingeniería, la arquitectura y la consultoría-, ¿qué nuevos horizontes se le abren a Idom
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para continuar con esta marcha ascendente? La idea esencial de lo que Idom pretende hacer, el “producto básico” de Idom, es dar soluciones concretas a problemas concretos de clientes concretos. Idom, decía Rafael Escolá, ha sido, es y será lo que nuestros clientes quieren, aunque no en el sentido de que los clientes nos digan hacia dónde debemos ir, sino que nuestra voluntad de servicio nos lleva a una permanente evolución, como adaptación a las necesidades reales del cliente y de la sociedad, tanto en las dimensiones técnicas de nuestra actuación, conocimientos y modos de aplicación, como a las geográficas y organizativas. Internamente, la última refle xión estratégica, de hace escasamente un mes, nos ha lle vado a considerar el crecimiento como algo natural y necesario para cumplir con nuestra misión. Por supuesto, un crecimiento focalizado, que mantenga el carácter multidisciplinar e integrador de nuestra organización, concebida como instrumento de servicio al cliente, como una institución, y no exclusivamente como una estructura.
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C ÓMO VIVE Idom los retos que plantea el mundo globalizado en el que vivimos? ¿La atención a proyectos en el extranjero requiere algún cambio en la filosofía de Idom ?, ¿cómo se adapta a las distintas culturas? En Idom nos hemos planteado claramente una expansión geográfica hacia una configuración internacional y hacia una organización global de modelo transnacional. Esto no es algo nuevo: la empezó ya el propio Rafael Escolá aproximadamente en el año 1971 ó 1972. Quizás lo más difícil, el mayor reto estratégico, es cómo acometer esta expansión y cuáles son las soluciones organizativas más adecuadas para ello. Las distintas culturas a las que se refiere son parte del enriquecimiento de Idom. Basta considerar que, en nuestra propia evolución interna, la integración de distintas culturas profesionales, a veces tan di versas y tan cambiantes como las de los países (la buena gestión del “choque de culturas” a la que se refiere Raheli) es tal vez una de nuestras mayores riquezas como empresa.
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C ÓMO SE VE desde Idom la inestabilidad económica y la falta de confianza que se vive en los mercados tras el fatídico 11 de septiembre del año 2001? Desde la primera Comisión de Consejo y Consejo que celebramos en septiembre y octubre, respectivamente, hemos intentado prepararnos para afrontar la incertidumbre general. En todo caso, la diversidad, la capacidad de reacción y la flexibilidad organizativa son, tal vez, nuestros mejores instrumentos para dar respuesta a esos retos. C APITAL HUMANO
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N L A I NF OR MAC IÓ N
que aparece en la página web de Idom,así como en sus memorias de actividades, se insiste continuamente en que las personas que trabajan en la empresa constituyen su principal capital. ¿Con qué medidas concretas se potencia la formación del capital humano en Idom? Desde siempre hemos intentado fomentar el desarrollo de nuestros profesionales. Ahora hemos planteado un
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modelo más formalizado a tra vés de un Sistema Estructurado de Desarrollo Profesional, que incluye y considera a todas las personas de la empresa. En esencia, se trata de dar mayor formalización a lo que ya desde hace muchos años se intentaba hacer. Tiene interés considerar que, al presentar el Sistema a distintos grupos de la Compañía, con frecuencia, algún antiguo de Idom suele decir: “bueno, esto es lo que ya veníamos haciendo, ¿no?”. En Idom no ha habido nunca un Director de Recursos Humanos. Lo que ha habido, y lo que hay ahora, es un equipo, una dirección de desarrollo profesional, que no es exactamente lo mismo, cuya misión es catalizar y asegurar que se desarrollan los procesos y actividades más necesarios para lograr el pleno desarrollo profesional y humano de quienes constituimos Idom. Nuestra principal preocupación es lograr que los profesionales se desarrollen. Respecto al mentoring , un término importante, hace años que tenemos implantado en Idom un conjunto de figuras orientadas a esta función, una serie de profesionales que actúan como Asesores de Ca-
rrera Profesional (ACP) para el resto del equipo. Intentamos que a todas las personas que llevan en Idom más de dos o tres años se les asigne un ACP, alguien con cierta antigüedad en la casa que tutela o mentoriza el desarrollo profesional de esa persona, independientemente de sus jefes jerárquicos. Se trata de alguien distinto, que forma parte de otra línea de atención al individuo. En Idom hay otro procedimiento al que damos gran importancia, otro aspecto que nos parece muy claro y significativo: de acuerdo con el Sistema General de Desarrollo Profesional, al que me he referido, se presta gran atención y se hace un gran esfuerzo en todo el proceso de selección de las personas. Durante los dos o tres primeros años se hace un programa de seguimiento individualizado, fundamentalmente tutelado por el jefe de cada persona, a cuyo término se toma la decisión de incorporar o no a la persona en la empresa, pasando a un nuevo nivel de adscripción en la compañía. A partir de ese momento, tiene la doble atención: la de sus jefes y la del ACP, que pretende tutelar la carrera de la persona en un ciclo largo
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de tiempo. Como instrumento de tiempo, puede ascender un complementario para la for- joven licenciado o ingeniero mación y desarrollo de los pro- recién llegado a la empresa? fesionales, en Idom se procura ¿Qué se espera de esta perhacer una asignación rápida de sona? responsabilidades a las perso Tal vez la palabra ascender nas que se incorporan. El no significa en Idom lo mismo punto 1.4 de la filosofía de que en otras empresas. Entre Idom dice expresamente que nosotros, el desarrollo profequeremos asignar responsabili- sional no está ligado necesadades mayores que las que se riamente a los puestos directiconsideran habituales en otras vos, que es donde habitualempresas, entendiendo que la delegación es claramente un mente se utiliza más el térinstrumento de formación. No mino ascender. Textualmente, se trata de “tirar a la gente a el punto 2.1 de nuestra filosoque se ahogue en la piscina”, fía dice: “el éxito profesional pero sí de “tirarla a que en Idom no queda ligado a la aprenda a nadar”, viéndola promoción a cargos dentro de desde la distancia y valorando la estructura directiva de la cómo se le puede ayudar, con firma”. En todo caso, lo que un alto nivel de delegación. esperamos de las personas es Además, pretendemos dar una que alcancen el mayor nivel atención individualizada a las profesional que sus capacidapersonas que trabajan en Idom: des les permitan. Nuestra resla evaluación, la retribución, ponsabilidad es ayudarles a todo lo que tiene que ver con que evolucionen lo más y lo su carrera profesional se mejor posible. Entiendo que adapta a cada caso. También, Idom se compromete a crear como dice nuestra filosofía, las condiciones y a facilitar procuramos atender simultá- medios y oportunidades para neamente a la dimensión pro- fomentar el desarrollo profesional de cada persona. fesional y a la humana. E L HECHO de que Idom Q UÉ VÍAS de promoción sea una empresa tipo personal y profesional partnership, en la que la existen en la compañía? Por ejemplo, ¿hasta dónde, y totalidad de su capital está en qué período aproximado distribuida entre las personas
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que trabajan en ella, contri buye a motivar y a involucrar al personal de la firma en un proyecto común y propio? No cuando las personas son jóvenes. Luego, cuando su ni vel de pertenencia e inclusión se desarrolla, pienso que sí. De hecho, la rotación de las personas de Idom es una clara referencia. Entre los jóvenes, los que llevan en Idom menos de dos o tres años la rotación es alta, entre el 15 o el 20%. Sin embargo, en las personas que llevan más de tres años, la rotación es realmente baja, es menor del 3% anual. En todo caso, consideramos que para generar un deseo claro de pertenencia y, una vez alcanzados lo que podríamos llamar niveles medios de mercado en la retribución, el elemento generador de deseos de permanencia para un profesional es un buen Plan de Carrera, que proporcione un alto nivel de participación e inclusión en la empresa. C UÁL ES EL PERFIL más común en la plantilla de Idom? ¿Qué tipo de profesional encaja mejor en sus objetivos y en su proyecto de empresa?
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Me gustaría insistir en que queremos desarrollar un grupo de profesionales excelentes, entendiendo por excelencia tres cosas: alcanzar una fuerte capacitación técnica, o sea, un conocimiento en profundidad de alguna de las especialidades básicas a las que se dedica Idom , junto al desarrollo de hábitos de pensamiento rigurosos a la hora de aplicar la técnica a la resolución de problemas concretos. En segundo lugar, un intenso desarrollo de la capacidad directiva y de liderazgo, cualidades necesarias para coordinar, sin manipulación, un equipo de personas convencidas del valor de lo que están haciendo. Por último, un profundo espíritu de servicio que llegue a tener como meta principal la resolución del problema real del cliente real y concreto, para lo cual las dos competencias anteriores, la capacitación técnica y la directiva, resultan absolutamente necesarias, pero no suficientes. Se trata de desarrollar una disposición estable a no ahorrar esfuerzos para resolver lo me jor que se pueda el problema real del cliente, considerándolo como propio y “haciéndose cargo” de su complejidad e importancia.
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Comité de I+D aconseja cambiar o decide al respecto. Q UÉ PAPEL REPRESENTA LGUNOS proyectos la investigación en emblemáticos en los Idom ? ¿Cómo se consique ha participado gue ser innovador en un Idom, como la construcción mundo tan cambiante? del Museo Guggenheim de Nosotros hacemos algo de Bilbao, han suscitado muesinvestigación aplicada, no otra tras de elogio en España y en cosa. En ese sentido, hemos el extranjero. En su opinión, puesto en marcha un Comité ¿cuál es el nivel de las emprede I+D que tutela o dirige un sas de ingeniería españolas conjunto de equipos de tra- respecto a sus colegas de bajo. Ese Comité no hace la otros países? Respecto a labor de I+D; su función es Idom, ¿cuáles con los “camiasegurar que se generan y con- nos que le quedan por andar” figuran distintos grupos de in- (si es que le queda alguno) vestigación, dedicados a anali- para convertirse en una emzar y profundizar en proble- presa líder en el plano intermas concretos que de modo nacional? Yo creo que el nivel de las habitual surgen en alguna de las áreas técnicas. Es decir, el empresas de ingeniería espaarranque de cualquier proyecto ñolas es alto, es bueno. Ello no de investigación proviene de quiere decir que, concretaalgún problema detectado en mente, una empresa extranjera un cliente o aparecido en un no sea mejor que una empresa área técnica específica. A par- nacional, sobre todo en un tir de ahí, el Comité de I+D ámbito específico. En España intenta establecer un equipo hay compañías de ingeniería de investigación que actúe so- perfectamente capaces que, de bre ese problema concreto y hecho, están compitiendo en trabajar en él durante algún el mundo. tiempo. Periódicamente se Respecto a Idom , por suevalúa el trabajo desarrollado y puesto que quedan muchos casi se llega a una conclusión; si minos por andar. Una de las pasa mucho tiempo, y no se ve cosas que tenemos que hacer un final razonable, el propio es estar permanentemente
C ALIDAD E INNOVACIÓN
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ocupados en avanzar, en mejo- universitario en todos los sitios rar, en no dormirnos. A veces donde tiene oficinas. Incluso suelo decir que es muy dulce, fuera de aquí; por ejemplo, pero muy lamentable, morir de uno de los directivos de Idom éxito. Es fundamental plantear colabora todos los años con la permanentemente la necesidad Escuela de Diseño de la Unide ser exigentes con lo que ha- versidad de Harvard. Hoy cemos. Por otro lado, esa exi- mismo Idom está impartiendo gencia nace de lo que antes he un seminario sobre Dirección llamado excelencia técnica, di- Integrada de Proyectos en la rectiva y de servicio. Si no se Escuela de Ingenieros de Bilexige una mejora estable, una bao. Aparte de eso, cuando almejora permanente en esos guien de la empresa plantea la campos, uno “se duerme en los posibilidad de participar en allaureles”, no avanza. En nues- guna institución docente, la tra síntesis estratégica apare- reacción siempre es la misma: cen tres palabras: confianza, animarle a ello y facilitarle que compromiso y exigencia. A mí lo haga. Estamos totalmente me gusta añadir el buen hu- convencidos de que esto es mor. De hecho, en Idom, a las muy bueno. personas que ocupan puestos N EL MES DE MARZO directivos siempre se les exige pasado se constituyó optimismo, porque sin él re la Fundación Rafael sulta muy difícil “tirar para Escolá. ¿Responde esta iniadelante” en la empresa. ciativa a la preocupación, C ÓMO SON las relacio- cada vez más presente en las nes de Idom con el ám- empresas, por la responsabi bito universitario? lidad social? ¿Existen vías abiertas de En este momento, la Funtransferencia de conoci- dación Rafael Escolá ya ha miento entre su empresa y la aparecido en el Boletín Oficial Universidad? del País Vasco como inscrita Pienso que sí. De hecho hay en el Registro de Fundaciones: una permanente preocupación ya está perfectamente en regla. para que exista una intensa re- En relación con la pregunta lación con la Universidad. anterior, una de las prioridades Idom ha establecido colabora- de la Fundación es la colabociones estables con el ámbito ración con la Universidad.
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Ello se concreta en la concesión de un premio a la excelencia en la carrera en tres entornos geográficos: el País Vasco-Navarra, Cataluña-Valencia y Madrid-Centro, y de unas becas de doctorado de cuatro años de duración. En el Patronato de la Fundación, por dar una referencia, está el Rector actual de la Universidad de Navarra, D. José Mª Bastero, y también D. Pedro Miguel Echenique, Catedrático de Física de la Universidad del País Vasco. El afán de cooperar con las instituciones docentes es total. De hecho, la Fundación pretende colaborar en la formación de jóvenes profesionales, una preocupación que era muy característica de Rafael Escolá. En este sentido, pienso que la Fundación Rafael Escolá es fruto del deseo de dar continuidad a algunas de las metas que el propio Rafael tuvo siempre en su quehacer profesional y, al mismo tiempo, de la preocupación de Idom por atender a sus propias responsabilidades sociales. Aparte de contribuir a generar riqueza y a distribuirla adecuadamente, creo que las empresas deben velar por el desarrollo de las personas, por ofrecerles opor-
tunidades para superarse. Hay que asegurar que las personas de la empresa tengan tal nivel de desarrollo que sean empleables en cualquier momento o situación de cambio. Entiendo también que una responsabilidad enorme de las empresas está en el terreno del cliente; o sea, en asegurar que lo que se hace resuelve la necesidad real del cliente. Por supuesto, creo también que toda empresa tiene una serie de responsabilidades sociales respecto al entorno y que debe intentar llegar donde no llegan otros agentes.
FELIPE PRÓSPER
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C UÁNDO Y CÓMO se incorporó a Idom? ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional dentro de la empresa hasta llegar a la Presidencia? Yo me incorporé en 1961, año en el que empecé a colaborar con Idom cuando todavía estaba estudiando la carrera. Mi incorporación definitiva fue el 4 de mayo 1963, una vez acabados mis estudios. Pienso que mi trayectoria profesional en Idom ha sido como la de muchas otras personas: intentar hacer bien las cosas en cada
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momento y mantener permanentemente la ilusión por aprender. Si tuviera que añadir algo sería la disponibilidad, un tema que me ha preocupado mucho desde siempre. ¿Q UÉ LE DEBE A I DOM ? Le debo todo lo que soy en el terreno profesional, pero fundamentalmente muchos amigos de dentro y de fuera de Idom. La permanencia en esta empresa me ha permitido desarrollarme profesional y humanamente. Pienso que en mi caso se ha hecho realidad el deseo de Idom de contribuir y colaborar a mi desarrollo profesional y humano. También en este aspecto Idom y, muy especialmente Rafael Escolá, han tenido una influencia enorme y definitiva en mi vida personal. Cuando empezaba a trabajar, mi padre me dijo que le hiciera caso a Rafael Escolá, que me “pegara” a él. Seguir ese consejo me ha dado muy buenos resultados, porque me siento, y me he sentido, muy feliz en Idom y ésta e s una
buena razón para estar en deuda con la empresa. ESPECTO AL FUTURO, ¿qué le queda por hacer en Idom? ¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos? En principio, pretendo seguir desarrollando la organización de Idom y tutelar su expansión y crecimiento. Me gustaría mantener el esfuerzo por consolidar los valores a los que antes me he referido y, al final, cuando llegue la hora, que supongo que no tardará muchos años, me gustaría irme despacio, sin hacer ruido, sin que se note demasiado. Los que me sigan, que hagan lo que les parezca mejor. Pienso que nadie en Idom tiene deudas conmigo. Respecto a mis proyectos, tal vez tenga demasiados: familia, amigos, sociedad. No tengo la sensación de que me vaya a sobrar el tiempo. Me gustaría poder hacer cosas que hasta ahora no he podido hacer.
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ARTÍCULOS
CARÁCTER DEL LIDERAZGO: LECCIONES DESDE LA ADVERSIDAD AREZ Z DE MON* S ANTIAGO ÁLVARE Receloso de las trampas que la abundancia de la sociedad occidental puede tender a sus ciudadanos, el autor se sirve de la crisis como maestra para para investigar investigar algunas de las claves reales de la gestión del talento. talento. La distinción entre Sociedad de la Información y Sociedad del del Conocimiento, Conocimiento, las fuentes fuentes de la creatividad, creatividad, la fortaleza mental mental y carácter de los los buenos líderes, líderes, las posibilidades posibilidades y dificultades dificultades del trabajo trabajo en equipo, el proceso de aprendizaje aprendizaje humano a través de la decisión decisión o acción humanas, el gobierno de uno mismo, la gestión gestión del tiempo, tiempo, el sentido del humor, humor, los conceptos conceptos de misión misión y visión, la administración de la incertidumbre, son ideas analizadas a la la luz de la experiencia de los supervivientes de “V “Viven iven”,”, el accidente aéreo aéreo ocurrido en Los Andes en 1972. Palabras Palabr as clave: fuerza ment mental, al, crisi crisis,s, equip equipo, o, valo valores res..
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occidental de hoy se dan por descontadas cuestiones, posibi posibilidades lidades y valores valores que otras generaciones menos afortunadas mimarían y protegerían gerí an con con esmero esmero y celo. celo. La abundancia de la oferta cultural,l, me ra medi diát átic ica, a, ed educ ucat ativ iva, a, de de-porti por tiva va,, tu turís rísti tica, ca, etc etc.,., bu buena ena en sí misma, misma, pued puedee gradual gradual e inconscientemente contribuir al parto y consolidación de una
ciudadanía débil y plañidera. Desde la feliz normalidad y desparpajo con que reclamamos y ejercitamos nuestros derechos, rech os, tende tendemos mos a olvidar olvidar nuestros nuest ros deberes, deberes, noci noción ón sospechosa y preocupant preocupantemente emente ausente ausen te en tertulias, tertulias, deba debates tes y proyectos proyec tos humanos. humanos. En la naturalidad con que vivimos nuestra nuest ra libertad, libertad, idea ideall pisoteapisoteado en otras otras épocas épocas históricas, históricas, y en otros lares geográfico geográficos, s,
N LA SO C IEDAD
* Santiago Álvarez de Mon es profesor del IESE.
AREZ DE MON SANTIAGO ÁLVAREZ
arrinconamos y soslayamos su eventualidades acaba por coninseparable inseparable anverso anverso,, la responrespon- figurar una carrera donde sólo sabilidad, sabilidad, sin la cual aquélla aquélla se los profesionales más hábiles y resistentes, s, capaces capaces de sacar sacar reduce a un slalom sorteador resistente fuerzas de flaqueza, flaqueza, acaban acaban de compromisos y entregas ge- fuerzas cruzando la meta. meta. Indepen Indepen-nerosas. nerosas. No se trata de mover mover cruzando las agujas del reloj hacia atrás; dientemente del lugar que ocupen en el podio, podio, nadie nadie les éstas nos llevarían al siglo XX, ocupen duro duro y cruel como como pocos, pocos, tes- podrá quitar el legítimo orgutigo y víctima de dos siniestros llo e íntima satisfacción del experimentos experimentos sociales, sociales, fas- que se ha vaciado de todo. cismo y comuni comunismo, smo, que todatodaDe fondo, fondo, subyace subyace a esta in vía esparcen hoy sus terribles troducción mi confianza en secuelas en nuestro solar co- una gran gran maestra maestra.. Ella nos nos mún. Usando Usando un símil auto- saca del del tedio tedio,, del confort y y de movilísti movilístico co,, apreciamo apreciamoss agra- la rutina, rutina, nos espabila espabila con con sus decidos la comodidad, comodidad, seguri- preguntas y exigencias y nos dad y rapidez de nuestros co- urge a responder con celeridad ches. Probados Probados la direcci dirección ón y firmeza. firmeza. También nos proasistida y el aire acondicio- tege de la vanidad y de la aunado, nado, los coches coches antiguos antiguos nos tocomplac tocomplacencia encia,, impidiendo impidiendo gustan como piezas de museo. que nos deslicemos por la fina Su uso voluntario y diario re- y resbaladiza pendie nte del zumaría masoquismo o nostal- aburgue aburguesami samiento ento.. Se llama gia patológ patológica. ica. Se vive como como se crisis, seguro que la conocen. conocen. conduce, conduce, mirando mirando hacia hacia dede- Es una señorita que tarde o lante, lante, echando echando una ojeada fu- temprano temprano,, cuando cuando menos menos la gaz y precisa al espejo retrovi- esperamos, esperamos, nos cursa cursa su visita. visita. sor, sor, para inmediata inmediatamente mente vol- A veces lo hace de la mano de ver los ojos a los requerimien- un acontecimiento sociopolítos de de la próxima próxima curva, pa- tico, tico, trágico trágico y brutal brutal como el rada o incidente. Todo con- de las Torres Torres Gemelas, Gemelas, expreductor veterano sabe que a lo sión insuperable del lado más largo del trayecto habrá etapas oscuro oscuro del ser humano humano,, zaranmás duras, duras, que le esperan esperan rere- deando y minando los cimienpechos empinados y que surgi- tos de la comunidad internarán baches y sustos imprevisi- cional. cional. En otras otras ocasiones ocasiones opta bles. bles. Este cúmul cúmuloo de sucesos sucesos y por la discreción y sigilo de Revista Revista Empres Empresaa y Humanismo Humanismo,, Vol. V, Nº 1/02, 1/02, pp. 23-46 23-46
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nuestra micro-realidad, dejánPor tanto, agradecido de la donos su inquietante tarjeta en normalidad y rutina de mis forma de enfermedad, fractura días -mi familia, mi trabajo, familiar irreparable, despido mis amigos, mi salud-, acosprofesional, traslado geográ- tumbrado a su gozoso arrullo, fico lejano o incierto, pérdida voy a hurgar en su opuesto, la de un ser querido, etc. Sus in- adversidad, despertador que cursiones más o menos dolo- me sobresalta y me recuerda rosas atraviesan eléctricamente las bondades, nunca gratuitas, el cansino transitar de nuestras de los logros alcanzados gra vidas, movilizan energías y re- cias a los avances y errores de cursos latentes o acaban de nuestros mayores. Como endestrozar ánimos y tejidos ex- trenamiento y ejercicio de voy a tensar las haustos. Esa disyuntiva, coro- aprendizaje de la normalidad y colario natural de la secreta li- cuerdas tidianeidad de nuestros días al bertad interior de mujeres y límite, para citarme con la sinhombres, es la escuela donde gularidad y vértigo de lo extodos acabamos examinándo- cepcional. De la adversidad, nos. Recorramos nuestra bio- madre inequívoca de la reciegrafía. Da vértigo pensar que dumbre requerida para andar hubiera sido de nosotros sin la tropezando, espero extraer vainsuperable capacidad instruc- liosas enseñanzas. tiva de la frustración, eterna Éste es mi propósito cuando sombra en el viaje humano. La inicio una incursión más en el frustración del adolescente, re- esquivo y tramposo concepto nuente a soltar la maravillosa de liderazgo. ¡Cuántos libros y infancia, anuncia la llegada de artículos escritos repletos de la juventud. Los miedos y re- lugares manidos, cuántos trasistencias psicológicas del jo- bajos emprendidos sobre el ven avisan del arribo de la ma- tema salpicados de ideas y vodurez. Frustraciones, conflic- cablos a todos familiares! -motos, tensiones, reveses o desen- tivación, comunicación, ingaños nos acompañan siem- fluencia, empowerment , trabajo pre. Sin embargo, esa no es la en equipo, misión, visión, cacuestión a dilucidar, sino nues- risma, cultura, etc.-. Con obtra pericia y lucidez para ges- jeto de soslayar ese riesgo al tionarlos. que no soy ajeno en mi trabajo Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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profesional, e intentar penetrar en palabras sumisas y moldeables a la mano del escribano, aprovecharé la ventaja adicional de la experiencia vital sobre la mera teoría. Para ello me voy a servir como trabajo de campo de la tragedia de “Viven”, el accidente aéreo ocurrido en Los Andes en 1972. Les refresco la memoria. Un feirchild , avión de las Fuerzas Aéreas uruguayas ocupado por los componentes de un equipo de rugby amateur , por sus familiares y amigos, y la tripulación, se estrella en la cordillera andina a más de 3.500 metros de altitud. En la colisión del aparato mueren 13 personas. Durante los más de 70 días de estancia en la montaña fallecieron 16 más. Consiguieron sobrevivir 16 personas de las 45 que habían iniciado el viaje, después de haberse enfrentado a unas condiciones físicas y psíquicas terribles. Me apoyaré en el testimonio de uno de los supervivientes, Gustavo Zerbino, al que tuve el privilegio de conocer este verano en las hermanas tierras uruguayas. Arropado por la autoridad de la experiencia, repasaré partes sustanciales de la literatura sobre liderazgo. Transitaré, en com-
pañía de Zerbino, por terrenos inexplorados, sentiré el mareo de las cimas andinas, me aquejará el mal de altura, para luego disfrutar la paz y tranquilidad del valle en el que vivo. Confío en que me siga, amable lector, en esta apasionante aventura. Vivimos en la sociedad de la información. Ésta, recurso escaso en otras épocas más oscurantistas, sólo al alcance de elites privilegiadas, se populariza y extiende hasta capas de la población antes desinformadas. En una sociedad transida en todos sus poros por las increíbles posibilidades de las nuevas tecnologías, que han hecho añicos límites de tiempo y espacio antes insuperables, las dictaduras políticas encuentran más difícil mantener su férreo control, los jefes autoritarios se ven abandonados por un capital intelectual que reclama otros estilos de dirección, los profesores obsoletos y acomodaticios se ven desbordados por discípulos armados con preguntas incisivas y penetrantes, y los políticos sufren el descrédito de unos representados que ya no compran slogans publicitarios y promesas proferidas a granel. Es la denominada era del ta-
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lento, arma diferencial para estar y competir en un mundo cambiante y convulso. Nada que objetar a esta tendencia imparable felizmente asentada entre nosotros, que transforma para bien los modos de gobierno de empresas, universidades, ONG y demás instituciones. Sólo una puntualización. En esta época de cambio vertiginoso, lo cierto es la cantidad ingente de información de la que vamos a disponer. ¿Vamos a saber buscar, recibir, procesar, filtrar todos los datos de una manera sagaz y selectiva? Lo incierto y la variable clave a despejar es si la capacidad humana de dirección va a estar a tono con las posibilidades que se le ofrecen. Distinguir lo sustantivo al proceso de dirección, casi siempre aferrado a lo corriente y discreto, de lo instrumental, generalmente ruidoso y efectista, es una destreza que el ordenador se muestra incapaz de discernir 1. Como analiza certeramente J.S. Brown en su libro, The Social Life of Information 2, hay que distinguir entre sociedad de la información, término aséptico e indiferente, y sociedad del saber, expresión que incorpora el apasionante y es-
curridizo factor humano. De hecho, preguntamos ¿dónde está la información? y ¿quién tiene el conocimiento? Del dónde al quién media un laberinto de e-mails, chats y móviles que a más de uno tienen perdido y confuso. A lo mejor ese mano a mano real, ese contacto humano franco y noble, sacrificado imprudentemente por la ola virtual, donde silencios, gestos y expresiones guardan verdades evidentes, arroja un rayo de luz entre tanta oscuridad. Obviedades viejas que intento rescatar en tiempos de fugacidad, prisa y desorientación. La intrincada realidad de hombres y mujeres dedicados más a racionalizar que a pensar -“si no vives como piensas, acabas pensando como vives”- 3 decía Marcel Proust, puede suscitar correlaciones aparentemente contradictorias. A saber, más información, menos talento, o si lo prefieren, menos información, más talento. Intentaré explicar una paradoja que desafía la lógica apuesta por la información. “Viven” supone una ilustración contundente. Explica Zerbino: “no tener información, factor determinante para tomar decisiones, nos salvó. Nadie en la cordi-
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llera de Los Andes sobrevive toda una noche a la intemperie. No sabíamos nada de la montaña, no teníamos ni idea de su poder, por consiguiente, no éramos conscientes de que sólo un milagro nos podía sal var. La falta de conocimiento de la realidad hizo que nuestro umbral de racionalidad se estirara, alcanzando unos niveles irracionales. Utilizamos nuestro instinto de supervivencia, toda la energía del inconsciente, y gracias a él, la potencialidad humana tocó su cenit”. La ignorancia es atrevida, máxima que explica el descaro y osadía con que perseveraron en su propia salvación. Si hubieran sido expertos montañeros, si hubieran tomado consciencia desde el primer momento de la imposibilidad de salir con vida, probablemente habrían protagonizado un ejemplo más de lo que se ha venido en llamar self fulfilling prophecy . Cuando eres muy consciente de tus limites, éstos acaban dictando su ley. Cuando el equipo modesto y pequeño respeta y admira en demasía al equipo grande y poderoso, difícilmente le gana. El pronóstico se cumple, el statu quo se mantiene inalterado. La energía que el despar-
pajo y caradura guardan en su interior no aflora a la superficie. Así como el partido fácil hay que afrontarlo como si fuera difícil, actitud necesaria para no caer en la soberbia, el envite difícil, -el de Los Andes era imposible- hay que jugarlo como si fuera fácil. Primera lección, para las organizaciones ultrainformadas. La información no se traduce necesariamente en saber, y lo que es más importante, en iniciativa y acción inteligentes. Todos aquellos datos de que dispongamos, en principio cuantos más mejor, úsense con clarividencia, no vayan a traer apare jados unos grados de prudencia y cautela tan acentuados que bloqueen los mejores y más sorprendentes adelantos. Mucho se ha escrito sobre la creatividad en las organizaciones. Se trata de una dama caprichosa y voluble como pocas; llega de sopetón, y se va en cuanto sospecha que se la quiere encorsetar en teorías y modelos claustrofóbicos. Tratando de investigar en qué terrenos florece y abunda, en El mito del líder 4, denuncié el estrés como factor que embota las neuronas, puse en tela de juicio la prisa histérica y la actividad febril y desordenada
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como ingredientes de su receta. Insistí entonces y reitero ahora que la creatividad solicita paz, mesura y dominio de la situación. Sin embargo, en este artículo quisiera poner el acento en un factor que por obvio y elemental tiende a pasar desapercibido. Zerbino lo rescata de su privilegiada retentiva. “La creatividad te la despierta la necesidad. Si se analizan las sociedades que han evolucionado en el mundo se puede ver que han vivido en el frío y en la adversidad, en contraste con otras. Por ejemplo, los brasileños en Bahía, en medio de una naturaleza prodigiosa, se acomodan y no progresan. La creatividad viene en momentos de crisis”. Sólo hace falta observar el comportamiento de ciertos países en determinados momentos de su historia, Alemania, Japón, Israel… pobres en recursos naturales, para constatar esta evidencia. Muchas organizaciones no son creati vas porque no perciben la necesidad, porque, filosóficamente paternalistas, no son oportunamente agitadas. Prescinda en cualquier proyecto del afán de superación, de la aspiración a hacerlo mejor, de la necesidad sentida que sólo
el hambre -física, profesional, intelectual- es capaz de provocar, y estará expulsando la creatividad y la excelencia de su proyecto o empresa. Las bases de su muerte futura, condescendencia, narcisismo, con fort ... ya se han instalado, sólo queda ponerle fecha concreta. En aras de la creatividad echo de menos en nuestras reuniones y eventos tensión creativa, conflicto constructivo, debate civilizado, controversia amable, heterodoxia oportuna, etc. Repárese en los adjetivos, puestos a conciencia para que los sustantivos no asusten. En un ambiente en el que todos somos avezados gregarios que enseguida aprendemos a comportarnos según las reglas de juego -“se buen chico, adáptate”-, cantinela eterna en las guarderías, infantiles y talluditas, del mundo, en el que nadie rompe un plato porque pocos son los que friegan, en el que sólo los osados desafían sacrosantas tradiciones y costumbres con olor a moho, la creati vidad lo tiene difícil. En su ausencia sufre la libertad, otro valor saboteado por burocracias escleróticas. En Los Andes un grupo de muchachos urgido dramáticamente por las circunstancias discutió, pole-
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mizó, investigó, contrastó pros y contras de cada opinión manejada en una atmósfera tensa y calma a la vez, en un clima de libertad tan exigida y responsable que elevó la creatividad y el ingenio a cumbres insospechables. Ortega y Gasset disertó con frecuencia sobre el hombre y sus circunstancias. En la cultura actual se han enquistado tics y hábitos de compor tamiento que colocan la responsabilidad fuera de la persona. Bien sea por el entorno, el sistema, la empresa, la globalización, los genes, el gobierno o los jefes, la persona en sí misma es literalmente irresponsable. Es una actitud nociva, contagiosa y limitante que impide apropiarnos de nuestras vidas, firmar nuestra biografía y escribir el futuro. Este trabajo quiere detenerse en la respuesta personal a la circunstancia. Ya lo decía Epícteto, “No nos hacen sufrir las cosas, sino las ideas que tenemos de las cosas” 5. Viktor Frankl, en una de sus obras, volvió sobre el mismo tema -la libertad interior- con una precisión de cirujano y una legitimidad moral que sólo su experiencia trágica como prisionero en un campo de concen-
tración nazi le podía conferir. “Sé dueño de tu voluntad y siervo de tu conciencia”6. La inteligencia entonces elige libre, reflexiva y racionalmente la respuesta, que insta distanciar del estímulo. “El poder de autodeterminación es un poder mínimo de hacer una pausa entre el estímulo y la respuesta, entre el deseo y la acción. La gran obra de la libertad va a consistir en ampliar y administrar ese hiato” 7. De la lectura y estudio de los autores anteriores se desprende que el diálogo interior que el ser humano mantiene consigo mismo, especialmente en circunstancias adversas, es una variable crucial a escudriñar. También Pascal, insigne matemático del siglo XVII, caviló sobre el mismo tema: “El hombre es el único animal que habla consigo mismo. El hombre entabla una conversación interior y es importante que sepa llevarla”8. De la calidad y tonalidad de esa conversación dependen muchas cosas. Si es rica y sincera, la paz interior sustituye al ruido y contaminación exterior, el diálogo constructivo al debate maniqueo, la cooperación social al conflicto desgarrador. El ilimitado poder de la mente se
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convierte así en un arcano que varía según la forma anímica merece la pena explorar. Los de afrontarlo. El hombre Andes, a este respecto, es un puede llegar al límite de dolor laboratorio impagable. Las cir- y sufrimiento hasta donde se cunstancias comunes nos son anime a enfrentarlo. Aprendí conocidas, veamos respuestas en Los Andes que con un personales diametralmente cambio de actitud, el dolor distintas. Zerbino era entonces puede convertirse incluso en un estudiante de primero de placer”. Sobre el riesgo de enmedicina con sus 18 años. trar en una espiral de pensaComo tal, había tenido una mientos negativos -no vamos a asignatura de introducción a la salir, estamos solos, vamos a Psicología. En ese curso uni- morir- advierte: “ Es un cír versitario estudió el llamado culo vicioso descendente que efecto placebo, que luego prac- te lleva a la depresión y hay ticó y verificó en Los Andes. que romperlo”. ¿Formas de haEn el dantesco escenario de las cerlo? “Era necesario convenprimeras horas, dado su razo- cerse de la importancia de la nable estado físico y su condi- fortaleza mental. Lo que nos ción de estudiante de medi- rodeaba no dependía de nosocina, practicó primeros auxi- tros, lo teníamos que tomar lios a varios compañeros heri- como un hecho, como un dato. dos. Recuerda a Enrique Pla- Sin embargo, nuestro aspecto tero con el vientre destrozado. mental sí dependía de nosoLe atiende, le venda la herida tros a nivel particular y de y le dice q ue no tiene nada grupo, y se fortalecía sacando a grave, que es superficial. Le da las personas del protagonismo una pastilla y le asegura que no y del victimismo. Les decíatendrá dolor en 6 días. Así su- mos de una manera suave, cede. A los 6 días vuelven los dura o terrorífica que ayudasen dolores, repite entonces la a los demás para que se sintieoperación con los mismos ran útiles. Por qué no ayudas a efectos salvíficos. Explica Zer- fulano que te echó una mano y bino: “La capacidad de sufri- te precisa; haciéndolo se sentía miento del hombre es ilimi- bien y levantaba su autoestada. El umbral del dolor es tima”. Salvadas las distancias convencional, es educado y evidentes del ejemplo, lo veeducable. El límite del dolor mos todos los días en nuestras Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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organizaciones. Aquellas personas generosas, serviciales, volcadas en darse a los demás son las menos proclives a caer en el desánimo y la desesperanza. Insiste Zerbino en una idea clarividente: “En la mente entra un pensamiento a cada instante. Podíamos elegir pasarlo lo mejor posible o ser los más infelices del mundo. Podíamos convertir un pensamiento débil y negativo en otro positivo y fuerte. Dependía de nosotros”. No todos lo consiguieron. Marcelo Pérez, el capitán del equipo, no logró desprenderse de la sobrecarga autoimpuesta de la responsabilidad. “No siéndolo, se sentía culpable. Había organizado el viaje, elegido el avión… y se responsabilizaba de cada muerte. Él decía que no volvería a Montevideo por la culpa que sentía. Estaba psicológicamente muerto, murió el día que conoció la noticia de la suspensión del rescate. Probablemente morirse en el alud fue lo mejor que le pudo pasar”. Si el liderazgo es, en última instancia, una cuestión de carácter, un ejercicio de libertad interior capaz de fabricar una respuesta recia y solvente, ¿por qué unos se crecen y se levantan, y otros se achican y
abaten? Pregunta delicada que sólo la experiencia y la vida pueden contestar, la teoría se revela impotente en esta frontera apasionante de la crisis. La cantidad y enjundia de los desafíos planteados, la tupida red de variables políticas, culturales, sociales y económicas que afectan a los responsables de tomar decisiones, nos muestra con crudeza nuestra creciente vulnerabilidad. Solos no podemos casi nada, la autosuficiencia de los más individualistas se torna inalcanzable. De ahí que florezcan teorías sobre liderazgo compartido que vienen a ser un contrapunto oportuno al sesgo inequívocamente elitista de tantas escuelas de pensamiento. El líder carismático, dotado de unos genes especiales para el gobierno, el culto a la personalidad, cede paso al equipo como realidad más sólida, práctica y duradera. Defensor de un esquema conceptual de liderazgo plural, cotidiano, normal, alejado de la fama y boato de ciertos caudillos del management , celebro sinceramente esta opción tardía pero siempre bienvenida. No obstante, en aras de su futura viabilidad, hemos de constatar la dificultad para verla hecha rea-
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lidad. Nos faltan los hábitos, cohesión de un grupo humano habilidades y actitudes que se que tenía un objetivo claro, la requieren para trabajar en supervivencia de todos. Esta equipo. Tal vez para ello nos claridad contribuyó a darnos limitemos a reunirnos, mal en- unas pautas, unas normas de démico de tantas organizacio- valor que surgían según la nenes que juegan al poder, el sta- cesidad, nadie las imponía. El tus y la estética protocolaria. hecho de no poder cambiar los Tampoco ayuda u na sal ida componentes del equipo, con siempre factible; me explico. los que vivíamos hacinados en Ante la fractura y fracaso de un espacio inhóspito de unos un hipotético equipo, siempre pocos metros cuadrados, los podemos barajar la posibilidad restos de la cabina del avión, de cambiar su confección. nos obligó también a ver el Despidos, traslados o prejubi- lado bueno de cada uno de nolaciones están oportunamente sotros, cambiando así problea mano. Sus vacantes serán cu- mas en oportunidades. Justo lo biertas por savia nueva, que ya contrario de la sociedad en que se encargará la burocracia de vivimos, en la que si no toleras moldear y domar pr imero, a alguien te vas a otra parte”. para envejecer y descalificar Brotó así, de modo natural, después en un proceso vicioso imperativo e indulgente la em y repetitivo. La posibilidad de patía, entendida como capacialternativa, la opción del cam- dad y actitud de ponerse menbio, al margen de que la ejerci- tal y espiritualmente en el lutemos, impide curiosamente gar del otro, contemplando la exprimir las capacidades y po- realidad desde su particular tencial del actual equipo. So- ángulo y visión. El diccionario ñar su opción, siempre mitifi- la describe como “participacada, dificulta vivir su real e ción afectiva, y por lo común infrautilizado vigor. emotiva, de un sujeto en una Los Andes, en su brutalidad realidad ajena” 9. En ese sene irreversibilidad, anegó cual- tido, independientemente de quier otra eventualidad, la- mis primeras impresiones y minó otras opciones, y en esa pulsaciones, escucho empátiencrucijada imparable surgió y camente a otro para intentar cuajó un gran equipo. “Desde comprenderle. Comúnmente, el primer momento hubo una lo llamamos “ponerse en el luRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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gar del otro, meternos en su pellejo”. No “escucho” para contestar, ni interrumpo precipitadamente su exposición, ni le urjo sutilmente a abreviar. Simple y llanamente escucho para conseguir entender la exposición y razonamientos del otro. Empatía viene del griego empatheia que significa sentir dentro. Goleman da un realce añadido al término cuando lo asocia con la moral: “La empatía sostiene las raíces de la moral: la capacidad de ponernos en el lugar del otro es, en última instancia, el fundamento de la actitud ética” 10 . De este modo, los supervivientes de Los Andes, forzados a contemplar empáticamente su realidad común, subieron un peldaño en su escala moral. Potenciales problemas de convi vencia interpersonal se transformaron en oportunidades de crecimiento. Lección extraída de la sabiduría andina para las organizaciones de hoy. ¿Quiere mudar un mero grupo humano, integrado por egos vanidosos en un equipo sólido y cohesionado? Abandone la idea de cambiarlo, entre en sus entretelas y misterios, tropiece con sus miserias y empalizadas, reconozca el callejón sin salida,
digiera, analice y supere sus propios prejuicios y libérese de su vagancia intelectual. Hechos estos primeros deberes, destape el conflicto de personalidades que anida en su interior, coloque a cada uno en su sitio natural, exija y agite al pusilánime insolidario, tense y active al tímido retraído, calle al bocazas narcisista, escuche, diagnostique y rompa el silencio sonoro de los cínicos… y espere resultados. Si estos no se producen en un plazo razonable de tiempo, sólo entonces revise la alineación y estudie la conveniencia de modificarla. Dado que no puede prometer productos infalibles, sí puede comprometer rectitud de intenciones y pelea noble. Las empresas que aciertan a diseñar y desarrollar equipos libremente comprometidos en la consecución de un objetivo común descubren en ellos el mejor vivero de profesionales competentes, cultivan la mejor cantera de líderes capaces de adueñarse de sus vidas y contribuir a una causa que merece la pena. De nuevo, frente al paradigma unipersonal, presidencialista y permanente de líder mesiánico, surge el modelo de la multiplicidad de líderes, condición temporal que se
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asume en función de la fase del proceso en que éste se encuentre. Afirma Zerbino: “Los líderes eran los del momento, no había un líder especial. El mejor pastor es aquel al que el rebaño sigue, y lo hace porque reconoce su voz. Su voz es reconocida porque se reconocen sus hechos. La autoridad se ganaba haciendo cosas. En la montaña el líder era Canessa, que estaba todo el día activo. Inciarte tenía autoridad porque se reía, y hacía reír. También Carlos Páez, porque era el que dirigía el rezo del rosario y nos daba paz en la oscuridad de la noche. Era líder el que tapiaba la pared contra el frío… El liderazgo y la autoridad iban cambiando. Como cada momento que vivíamos podía ser el último, se vivían intensamente, y el que en cada circunstancia tomaba las riendas, era en ese instante el líder. Al final, el día era largo y el trabajo de equipo era importantísimo, por ello la autoridad residía en el grupo, el poder lo tenía el equipo. Las decisiones se tomaban por consenso democrático”. ¡Qué distinto de la dependencia y debilidad de organizaciones cuyo futuro pende de los caprichos de personalidades que se han dejado
seducir por la tentación de la imprescindibilidad! Liderazgo, no líder, sería el primer eslogan de una estructura directiva cualificada. El liderazgo no es un lugar donde se es líder, connotación permanente y vitalicia, sino un proceso que se ejerce a la luz de unas capacidades temporalmente solicitadas. En este sentido, los verbos estar y ser distan mucho de ser sinónimos. La noción estoy, actúo de líder, es mucho más tranquilizante que la de soy líder. Esta última transpira vocación eterna. El segundo mensaje de un programa saludable sobre el arte de liderar reivindicaría el plural, liderazgos, ojo con el singular. En su oportuna y fluida sucesión e imbricación estriba la grandeza del concepto. Como consecuencia del punto anterior, todo director de equipos de alto rendimiento debe estimular y traba jar en un difícil equilibrio. Por un lado, el proyecto común que les convoca y une debe ahogar los egoísmos y protagonismos excesivos de alguno de sus miembros. Sólo desde gestos y comportamientos solidarios y altruistas se acierta a construir una comunidad de personas. Por otro, el equipo
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debe ser una realidad amable y tuvo en la civilización, nos haatenta a la rica y genuina per- blaba como una madre, y consonalidad de cada integrante. siguió que hubiera un clima de La línea divisoria que separa paz, de serenidad y de respeto. un equipo compacto y armó- Realizó un trabajo conciliador nico, colmado por profesiona- muy importante”. Supo dar un les libres e independientes, de toque femenino, -sensibilidad, otro cerrado y uniforme, com- tacto, ternura- a un colectivo puesto por profesionales servi- que, en su ausencia, pudiera les que dimiten de su condi- haber derivado en manada trición personal, es muy fina. El bal. primer marco es ideal para una Generalmente se espera del trayectoria plena y fecunda de líder que coja las riendas, depersonas que se saben sociales. fina la estrategia, asuma los El segundo corre el peligro de riesgos, tome las decisiones y degenerar en secta de clones solucione el problema. De este tirados en serie, donde la res- modo, independientemente ponsabilidad, atributo indivi- del acierto y bondad del sudual e intransferible, se colec- puesto líder, un sinfín de ciutiviza y diseca. La excelencia dadanos se coloca voluntaria e personal que incluye valores inconscientemente en el papel como la amistad, el compañe- de seguidores. Consustancial a rismo y el afán de servicio, es su naturaleza es esperar, obela mejor valedora de un equipo decer dócilmente y seguir cieque aspira a crear un clima gamente. Suele ser una cópropicio para el genio y ta- moda opción, de ahí que tanlento humanos. Los mucha- tas veces sea elegida. Recuerdo chos de “Viven”, unidos física la famosa frase de Kennedy: y moralmente en la angustia “No te preguntes qué puede de la tragedia, supieron preser- hacer tu país por ti, pregúntate var y canalizar hacia el bien qué puedes hacer tú por tu común la personalidad de cada país”. En la cultura de la reiuno. Entre ellos destaco el pa- vindicación constante e irrespel de la única mujer que so- ponsabilidad personal, el probrevivió los primeros días blema se sitúa en la periferia, (desgraciadamente luego mu- nunca se percibe y se vive rió en el alud), Liliana Met- como propio. La responsabilihol. “Nos contuvo, nos man- dad es una idea que se escupe Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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fuera con pasmosa facilidad. Se alimenta así una actitud pasiva y sedentaria de confiar la solución, el maná salvador, a los líderes. Al seguidor, en su modestia e insignificancia, sólo le toca aguardar. Sin darnos cuenta se corta la rebeldía y el espíritu de mejora de personas que si se movilizaran tendrían un futuro mejor. Liderazgo tiene mucho que ver con inic iativa y actitud proactiva, y poco con parsimonia y pasividad. Los Andes fueron testigo de ambas actitudes, una vibrante y crítica que se enrabieta ante el destino y reacciona, y otra timorata que descansa en la solución exterior. Habla Zerbino: “Lo más angustioso fue la espera, porque la espera implicaba expectativas que dependían del exterior y que con el paso del tiempo se podían ver frustradas, como así sucedió. Cuando nos enteramos de que las operaciones de rescate se suspendían se vieron dos tipos de reacción. Para algunos fue un golpe durísimo porque habían depositado sus esperanzas en la ayuda de fuera. Todas sus expectativas se derrumbaron en ese instante y, presos de la desesperación, se fueron muriendo gradualmente. Frente a
esta circunstancia, otras personas lo tomaron como un dato que exigía una respuesta. Para aquellos que desde el principio adoptaron una actitud proactiva y decidieron organizar sus propios sistemas de salvación, la noticia de la cancelación pudo digerirse y superarse. Una lección que aprendí fue que hay que estar preparado para lo peor, esperando siempre lo mejor”. Frente al determinismo imperante que nos reduce al papel de marionetas movidas por hilos invisibles, el destino es un guión cerrado en el que no se puede escribir ningún capítulo o párrafo personalmente seleccionado, Zerbino reivindica la libertad y fortaleza del ser humano para reescribirlo: “Tu eres el Dios de tu futuro”. Liderar es decidir. Resulta una contradicción pretender dirigir, gobernar, influir, sin pasar por el filtro del difícil arte de la decisión humana. Vivir es elegir. Pese a esa relación connatural, todos los analistas y estudiosos del comportamiento humano parecen convenir que no es fácil. A veces porque nos falta información relevante para la toma de decisiones, otras porque se adolece de juicio para discri-
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minar la información esencial dos lo abordaron frontalde la meramente accidental, el mente. Varios componentes caso es que la experiencia pa- del grupo hicieron bastantes rece darle la razón a Kierke- preguntas para evitar tomar gaard, maestro de la angustia. una posición clara. Contesta“Toda decisión es un salto”11 y das, se formaron dos bandos, el miedo a caer puede debilitar uno a favor, y otro en contra. y acalambrar los músculos; el Los primeros empezamos a pánico a equivocarse bloquea y buscar argumentos para conanula mentes preclaras. vencer a todos y también para Observemos la lógica de la darnos fuerzas a nosotros misdecisión más delicada que tu- mos. Uno de ellos era que si vieron que tomar los supervi- Dios nos había puesto ahí era vientes del ac cidente aéreo para sobrevivir, y la única -comer carne de sus propios forma de hacerlo era tomando compañeros-. Pasaban los días la energía de los cadáveres de y en esas delirantes condicio- nuestros amigos. Ellos estaban nes varias personas iban to- en el recuerdo, sus cuerpos mando conciencia de que la eran la cáscara que había queúnica energía que les permiti- dado. Los últimos en ser conría salir con vida estaba en los vencidos fueron el capitán, cuerpos de sus amigos muer- Marcelo Pérez, y el matrimotos. Cuenta Zerbino cómo fue nio Methol. A Marcelo lo mael proceso: “Un día vinieron nipulamos, diciéndole que era Carlos Páez y Adolfo Strauch el capitán, y que si él no co y nos dijeron a Roberto Ca- mía, los demás no comeríanessa y a mí que Parrado es- mos. A Javier y Liliana Mettaba loco, que iba diciendo por hol les dijimos que eran los ahí que uno de aquellos días se primeros que tenían que elegir comía al piloto. La frase da la opción vida porque tenían que hablar. Unos pensaban cuatro hijos esperándoles en que realmente estaba loco y Uruguay. Finalmente llegamos otros, la mayoría, reconocimos a estar todos de acuerdo”. que era lo que estabamos penLa decisión, ejercicio insusando desde hacía tiempo. perable de cualquier liderazgo, Durante un par de días el estaba tomada. Sin embargo, tema se trató en pequeñas ter- faltaba la parte más crítica, tulias hasta que una noche to- ejecutarla. El liderazgo se Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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muestra, prueba y renueva en la acción. En ella verificamos la bondad de nuestros juicios realizados a priori , comprobamos las consecuencias de nuestros actos, analizamos el acierto de los criterios y alternativas contempladas y corregimos el rumbo para futuras acciones. La acción es una escuela impagable. Guiada por la observación, análisis y reflexión previos, sólo ella, celosa guardián de información valiosa, puede dictar sentencias inapelables sobre el proceso de aprendizaje humano. Por sus efectos pedagógicos, Gracián, avisado de tanta indecisión, recomendaba: “La diligencia hace con rapidez lo que la inteligencia ha pensado con calma”12. La diligencia y coraje para actuar, una vez que se han cotejado racionalmente venta jas e inconvenientes y se ha alcanzado un acuerdo, es un valor, por escaso e imprevisible, decisivo para cualquier pro yecto de liderazgo. “Sólo en la acción, en el actuar, pueden encontrar respuestas verdaderas las preguntas vitales” 13, explica y aconseja Frankl. Los hombres de Los Andes entienden mejor que nadie la hondura de esta frase. Sigámosles en su increíble peripe-
cia. “Estabamos todos de acuerdo. Eso fue relativamente sencillo. Lo más difícil fue ejecutarlo. Ante el arsenal de miedos y repugnancia que sentíamos, volvíamos a plantearnos pros y contras, corriendo el riesgo de paralizar el análisis y no ejecutar la acción, porque excusas hay miles. Sin embargo, una vez que Roberto Canessa agarró un pedazo y se lo metió en la boca y yo cogí otro, acompañado de una bola de nieve, y nos los tomamos, en ese momento rompimos formalmente con el tabú. Porque una vez hecho, hecho está. Es como estar en un trampolín: cuando saltas, lo único que te queda es caer en el agua. Primero tuvimos que superar el miedo a lo desconocido, segundo a la repugnancia, pero una vez superado se convirtió en el único medio para sobre vivir, y la adaptación fue inmediata”. Moraleja: todo proceso de liderazgo converge y finaliza en la acción. En la mera reflexión el aprendizaje queda truncado. Sólo haciendo cosas expulsamos los fantasmas que sabotean nuestras mejores iniciativas, destrozamos las neuras inhibidoras y damos un margen a la vida para que hu-
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mildemente imparta su docta locado frente al doble espejo doctrina. de su nimiedad y dignidad, Cuando visito empresas y adquiere nueva perspectiva y demás instituciones, a la hora encuentra una salida de evade emitir un diagnóstico sobre cuación por donde liberar el clima laboral, en una de las energía contenida. “Había mocosas que más me fijo es en la mentos en que lo más imporpredisposición y capacidad tante era el sentido del humor. para sonreír y tomar distancia A veces nos reíamos tanto que de los sucesos que ocurren, en teníamos miedo a morirnos. la alegría para vivir y desafiar Era una forma muy necesaria la rutina, en la frecuencia de de liberar emociones, tensiobromas simpáticas y oportu- nes y energías”, comenta Gusnas, en el cultivo de un sentido tavo Zerbino. Tome nota, del humor imprescindible para pues: cuanto más pronunciada enfrentarse y salir airoso de los resulte la cuesta, cuanto más envites más serios. No asocio aguda y prolongada parezca la necesariamente seriedad y ta- crisis, cuanto más largo y lúgulante hierático con profesiona- bre se divise el túnel, haga lidad y sentido del deber, a lo buen aprovisionamiento de la peor es la expresión visible de sabiduría del humor y ríase de un perfeccionismo intransi- los demás, con los demás y, sogente que se intenta reprimir. bre todo, de usted mismo. Sin el lubricante del humor, “Para dirigir a los demás, es convivir es una actividad pesa- requisito indispensable imperosa, y trabajar, una maldición rar sobre usted mismo” 14 , divina. En este sentido, Los aconsejaba Ortega. Es una de Andes también arroja una lec- las asignaturas pendientes que ción edificante. En la cordi- con más frecuencia se atascan llera, cuando has perdido ami- en el despacho de los directigos y familiares, cuando la vos. En su destreza y aplicamuerte te acecha constante- ción, pocas academias tan insmente, reír puede antojarse tructivas como la crisis. Ella como una frivolidad histérica. nos muestra nuestro verdadero Sin embargo, más bien al con- rostro, descubre las grietas detrario, puede ser la cumbre del jadas por el tiempo, moviliza la genio humano que en un in- inteligencia que relativiza lo tervalo humilde y valeroso, co- secundario y prioriza lo básico, Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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exhibe nuestro carácter y personalidad para gestionar la tormenta. En el fragor de las olas, nuestros conocimientos, habilidades y actitudes adquieren su magnitud exacta. “Yo creo que hay un antes y un después de Los Andes. En cuanto al descubrimiento de mis potencialidades, de mi ser, y de entender lo que es la vida. Antes había una cantidad de cuentos e historias que nos contaban. Por qué estamos en esta vida, qué cosas había que hacer. Yo había aceptado fielmente lo que la sociedad me había impuesto. En esta experiencia descubrí que muchas costumbres no tenían razón de ser, que eran una gran mentira. Por el hecho de haber funcionado hace cuatrocientos años, no tenían por qué hacerlo ahora. Creo que hay que vivir por lo que se siente, decir lo que a uno le parece, y vivir de acuerdo a normas y valores que uno tenga interiorizados. Para mí es importante no asumir las normas, que son el traje que se pone la sociedad para disfrazarse de personajes que representan roles que son ficción, por miedo a ser distintos”. Esta frase de Zerbino describe la brújula interior que tantos profesionales están bus-
cando. Una sociedad inundada de modas, encuestas de opinión y programas de marketing empuja a muchos dirigentes a una obsesión enfermiza por querer agradar a todos. En esa ilusión estadística suele pasar que no se agrada a nadie, empezando con un yo interior que languidece triste y acomplejado. Si se avanza ligero de equipaje en el difícil descubrimiento de uno mismo, aceptando nuestras limitaciones y estirando nuestras facultades “uno no crece saliéndose de sus carriles”15, pondera Guardini- la aventura del aprendizaje se acomete con renovadas fuerzas e ilusiones. Observen la obviedad y sentido común de Zerbino: “A mí me funciona ponerme en el lugar del otro, no hacer a otros lo que no me gusta que me hagan a mí, pedir perdón, decir no sé, explícame… Si viene un acontecimiento difícil, sé que es algo por lo que voy a atravesar, que es una circunstancia, y está en mí el poder para sacar de ello alguna enseñanza. La vida es una escuela de aprendizaje”. Pudiera ser la constitución breve y concisa de una nueva ciudadanía, la declaración de principios de una educación
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humanista asentada sobre pilares firmes y fiables. En el ingente desafío de extraer lo que toda persona atesora en su interior, la mayor resistencia la ofrece ese apartado vasto e insondable de nuestras incompetencias inconscientes -no sé lo que no sé-. Es un enorme ca jón de sastre que alimenta, en el mejor de los casos, la vanidad y afán de aparentar, en el peor de los supuestos, la violencia y agresividad diferencial de los idiotas. El buen liderazgo observa, duda, pregunta, escucha, polemiza, decide, actúa, yerra, corrige... y aprende. El caudillo autoritario dicta, impone, pontifica, reprime, dogmatiza... y aprende negati vamente en la inveterada cerrazón y coherencia de los iluminados. Escoja su modelo, el tiempo le mostrará implacable la importancia de su elección. Pocos profesionales contemporáneos tienen una relación armónica con el recurso más escaso, el tiempo; su viaje siempre es de ida, nunca reservan el regreso. Gracias a los medios de comunicación y transporte, ésta es una sociedad con unas posibilidades inéditas para estirar el tiempo. No obstante, si éste no es de calidad, si no se acompaña de
consciencia y concentración mental, acaba enseñando la peor cara de una civilización pobre en tiempo. El ciudadano actual es un ser disperso que brinca de sitio en sitio sin estar quieto en ninguno. Desea atrapar el futuro sin desprenderse del pasado, y en el ínterin se le escapa un presente repleto de tareas y encargos. La crisis, cuando es fuerte y va en serio, para el loco transcurrir de nuestras cabezas (el tiempo psicológico es mucho más importante que el tiempo real, hay minutos que son horas, hay horas que son segundos), detiene la vorágine y nos de vuelve al aquí y ahora, únicas dimensiones que puedo apro vechar. “En Los Andes vivíamos cada momento como el último, dando lo máximo. En ocasiones no se vive el presente por estar mirando al ayer, teniendo miedo del mañana, y entre tanto se te va la vida. Como presidente de una firma farmacéutica, tengo que hacer planes a corto, medio y largo plazo. Me tengo que ir al futuro, y me molesta muchísimo, porque tengo que elaborar escenarios ficticios. Cuando logro estar en el aquí y ahora, como cuando estuvimos en Los Andes, viviendo
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cada momento como el úl- de magia y encanto. Dicho timo, dando lo máximo, me esto, no ha de confundirse el siento bien. A mí me gusta vi- respeto a la diversidad con un vir el presente con la mayor in- relativismo cultural permisivo tensidad posible. Cuando vie- ante las continuas agresiones nen acontecimientos como el que la dignidad humana sufre nuestro, lo tienes que tomar en muchos sitios del planeta. como un dato, igual que Partiendo de la riqueza y vallueve, sale el sol, hay un terre- riedad de los distintos pueblos moto… Son cosas que pasan y que habitan la tierra, se torna hay que adaptarse a esa reali- crucial alumbrar una feliz padad y tratar de salir adelante. radoja consistente en arropar y Si yo vivo con el pánico de complementar la diversidad todo lo que pasó, y que me con el concepto de unidad. contaron que podía pasar, dejo Más allá de nuestras singularide vivir el presente”. Correlato dades, existe un acervo común, a extraer entonces: el liderazgo un hilo que nos cose en torno es un fenómeno dinámico y a valores universales e intem vivo que ocurre aquí y ahora; porales. Sin necesidad de presólo así se arma la misteriosa dicar la superioridad moral o cadena de acontecimientos y intelectual de ninguna civilizalogros que jalonan nuestras vi- ción, se me antoja nuclear dedas. fender la primacía moral de la La estratégica noción de va- libertad frente a la tiranía, del lor traza la crucial división en- diálogo frente a la violencia, de tre liderazgos negativos -Hi- la honestidad frente a la mentler, Stalin...- y liderazgos en- tira, de la justicia frente a la riquecedores para la humani- discriminación, de la profesiodad -Gandhi, Lincon, King...- nalidad frente al nepotismo, de El concepto diversidad, cultu- la amistad y el amor frente al ral, política, social, es un bien odio y la jauría, de la humildad per se , un valor a proteger. El y sabiduría frente a la soberbia respeto y cultivo de lo dife- y la estupidez. Son principios y rente -lenguas, costumbres, convicciones irrenunciables e creencias, hábitos de con- inspiradores de una convivenducta- nos enriquece y com- cia fecunda que permite el nopleta. En la uniformidad ble desenvolvimiento del espíplena, el arte de vivir se vacía ritu humano. A partir de esos Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 23-46
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valores, asentada la cultura de una determinada institución sobre muros de carga sólidos y resistentes, fluyen naturales ideas como misión -la razón de ser última de la organización- y visión, -la aspiración o sueño que se quiere ver realizado-. Son nociones que permanecen ancladas en la raíz y aguantan la embestida de los acontecimientos que transcurren en la superficie. Sobre la visión y la misión, conceptos resbaladizos, sobran declaraciones grandilocuentes y fotocopiadas, carentes de alma y sentido, y escasean proyectos reales y originales que movilicen los mejores esfuerzos y compromisos. Volvamos a Los Andes. “La misión de la empresa era la supervivencia del grupo como tal. Era un aspecto sin discusión, un objetivo claro que tuvo un momento crítico, el tema de la comida. La super vivencia de la sociedad total fue algo que estuvo implícito desde el primer momento. Nunca fue puesto en duda. Cualquier otra opción dejó de ser opción. La manera de abordar las diferencias fue como grupo. Todos íbamos a tomar la misma decisión, o comíamos todos, o no comía na-
die. La misión iba a seguir siendo común, pero tenía que prevalecer la lógica, y ésta era la de intentar regresar a casa. La supervivencia del conjunto continuó siendo el gran objetivo, y quizás con más fuerza que nunca”. Palabras contundentes y demoledoras de Zerbino, una seria llamada de atención para organizaciones desarraigadas y volubles que modifican su misión como si de una moda pasajera se tratara. “El liderazgo vendía un mañana partiendo de una actitud activa en el ahora. Era un ejercicio de liderazgo que creaba esperanza”. El sueño del grupo, su visión esperanzada se construye despierto en un presente colmado de tareas y funciones que sacar adelante. Apunte final de Zerbino sobre la delicada cuestión de los valores. “Creo que el mundo está totalmente de espaldas a una realidad interior. Busca en el exterior formas para satisfacer necesidades que sólo pueden ser colmadas desde el interior. Estamos mirando en la dirección errónea. Como es un péndulo dialéctico, un día dará la vuelta, y confío que haya una vuelta a la espiritualidad y a los valores”. No son palabras de un monaguillo pacato e in-
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genuo. Son pensamientos de un hombre de 48 años que ha pisado terrenos, conocido experiencias y explorado sentimientos para usted y para mí inimaginables. Desde esa realidad interior cultivada al máximo se pueden afrontar los cambios sin aprensión y temor. “Veo mucho miedo a la incertidumbre, al cambio, observo cómo la gente está obsesionada con la información, con el control de todos los datos, y curiosamente nosotros nos salvamos por desconocer muchos de ellos en la montaña. Creo que hay un libreto por el que tenemos que pasar para lograr un aprendizaje final, y vamos a tener que pasarlo. Lo que depende de nosotros es cómo lo vivamos. Vamos a envejecer, vamos a perder seres queridos, tendremos fracasos y aciertos, lo importante es transitar por todos esos acontecimientos con la sensación de que todo tiene un sentido”. Somos cambio; ésa es nuestra circunstancia y esencia. La sabiduría de la inseguridad es la única plataforma viable de gobierno,
sólo alcanzable para aquellas personas que hayan hecho de la mejor educación -intelectual, profesional y moral- su gran proyecto personal. En esa apasionante empresa vital de permanente renovación interior, el cambio, lejos de asustar, se disfruta y saborea. Vivir deja de ser una carga que se sobrelleva triste y cabizbajo, y se entiende como un regalo a disfrutar y a agradecer mientras dure. Éxitos y fracasos -acuérdese de Kipling, “si tropiezas en el triunfo, y llega la derrota y a los dos impostores los tratas de igual modo, serás hombre, hijo mío” 16 -, trances y aprietos, aciertos y fortunas, vicisitudes de todo tipo se experimentan con la fortaleza del que ha aprendido a relati vizar las constantes mutaciones del caminar humano. La adversidad, vieja y exigente maestra, entendido su significado y magisterio, se encuentra entonces con la paz y la felicidad, misteriosas compañeras de viaje. Paradojas del más noble liderazgo que se pone al servicio de la comunidad.
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NOTAS 1 Álvarez de Mon, Santiago (2001), “Globalización y nuevas tecnologías: retos del liderazgo”, Harvard Deusto Business Review, nº 102, pp. 12-24. 2 Brown, John Seely y Duguid, Paul, (2000), The Social Life of Information, Harvard Business School Press, Boston. 3 Citado en Bennis, Warren; Parikh, Jagdish; Lessem, Ronnie (1996), Be yond Leadership , Blackwell, Oxford. 4 Álvarez de Mon, Santiago, (2001), El mito del líder , Prentice Hall-Price waterhousecoopers, Madrid. 5 Epícteto (1952), Encyclopaedia Britannica , Encyclopaedia Britannica, Chicago. 6 Frankl, Viktor E. (1988), La presencia ignorada de Dios , Herder, Barcelona. 7 Marina, José Antonio (1995), Ética para náufragos, Anagrama, Barcelona.
8 Pascal, Blaise (1995), Pensamientos, Temas de Hoy, Madrid. 9 Real Academia Española (1992), Diccionario de la lengua española, Espasa-Calpe, Madrid. 10 Goleman, Daniel (1996), Inteli gencia emocional , Kairós, Barcelona. 11 Kierkegaard, Sören (1995), Temor y temblor , Tecnos, Madrid. 12 Gracián, Baltasar (1993), El arte de la prudencia , Temas de Hoy, Madrid. 13 Frankl, Viktor E., Op.cit. 14 Ortega y Gasset, José (1997), Obras completas, Aguilar, Madrid. 15Guardini, Romano (1983), La aceptación de sí mismo y las edades de la vida, Cristiandad, Madrid. 16 Kipling, Rudyard (1987), La luz que se apaga, Aguilar, Madrid.
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EL RIESGO Y LA SEGURIDAD DESDE EL PUNTO DE VISTA ÉTICO R AFAEL ALVIRA*
Es un tópico de la economía moderna el afirmar que el riesgo es consustancial a la actividad del empresario, y a la economía de crecimiento en general. El riesgo sirve también para justificar ganancias. La tesis del artículo es que la principal actitud del capital es, por el contrario, buscar su seguridad, y que la influencia de ella daña la economía. Palabras clave: Ética económica, seguridad, riesgo y economía moderna.
S
E CUENTA QUE ,
en el mismo año del final de la Segunda Guerra Mundial, alguien preguntó al conocido pensador alemán Theodor Haecker cómo le iban las cosas. Él, que acababa de tener la noticia médica de su inevitable y pronto fallecimiento, respondió que se encontraba en un estado de absoluta seguridad. Muchos, por el contrario, como nos atesti-
guan tantas historias personales y empresariales, que tienen segura esperanza de larga vida, se encuentran, en realidad, ante múltiples riesgos y están en una incertidumbre mayor de la que piensan. Hölderlin sostenía que allí donde está el peligro se puede atisbar la salvación, pero, igualmente, se puede decir que donde está la salvación allí está el peligro. El mero hecho de
* Rafael Alvira es Catedrático de Filosofía de la Universidad de Navarra.
R AFAEL ALVIRA
creerse seguro y sin dificultades es ya un peligro. El que no espera nada está seguro y en paz, como bien señalan tanto los estoicos como una cierta tradición mística. Por el contrario, el que espera corre siempre riesgo, y tanto más cuanto más seguro y a salvo se crea. Para muchos, no esperar es no desear, y no desear es igual a no vivir. Ya en la antigüedad clásica se afirmaba que vivir es desear y, por tanto, se consideraba normal asumir los riesgos correspondientes. Ahora bien, el riesgo tiene su umbral psicológico y su límite. Un riesgo excesivo produce angustia y mata la vida. Todo el pensamiento de Thomas Hobbes, el principal filósofo político de la época moderna, nace de la experiencia y de la idea del miedo y sus secuelas destructivas. Según relataba, su madre, que residía en un pequeño puerto del sur del Reino Unido, le dio a luz antes de tiempo por el terror que le infundió la cercanía de la Armada Invencible. Dio a luz, escribiría él después, a dos gemelos: al miedo y a él. Toda su filosofía política -que es la base de la actual- va dirigida a marginar el miedo.
Es decir, no queremos sólo el riesgo, sino que queremos también tener una vida segura, en la medida de lo posible. La seguridad forma parte integrante del buen vivir humano. Podemos atrevernos a afirmar que riesgo y seguridad son radicales humanos, que experimentamos psicológicamente y que podemos -de modo refle xivo- enfocar éticamente. Todo ser humano tiene la inclinación a habitar, a tener casa y a convertir, en la medida de lo posible, su entorno en habitable , en su “casa”. Todo ello es seguridad . Pero, al mismo tiempo, nos gusta poder viajar, con la aventura y el riesgo consiguiente. Lo uno no se da sin lo otro. Por ello, lo que siempre buscamos en el fondo es un buen enlace de riesgo y seguridad. Lo vemos en el mundo clásico y también en el moderno. La política moderna pide libertad (riesgo) e igualdad (seguridad); la economía pide libre mercado (riesgo) y reglas del juego junto con la autoridad pertinente (seguridad). De la misma forma que psicológicamente nos gustan y necesitamos las dos dimensiones -aunque, según cada ca-
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rácter, unos se inclinen más al riesgo y otros a la seguridad-, éticamente es alabada la persona que sabe encontrar el punto justo en cada caso. Sabe cuando debe y puede arriesgar, y cuando debe y puede buscar lo seguro. Indudablemente, la dificultad, tanto psicológica como ética, está en encontrar el punto exacto del riesgo y de la seguridad. Pero, sobre todo, está en combinar las dos adecuadamente. Como decíamos antes, hay quienes presumen de jugar a lo seguro, y probablemente, en la mayor parte de los casos, son los que más riesgos corren, pues el que no tiene la tensión de la lucha y la innovación está en permanente riesgo. Según el antiguo adagio de San Agustín, el que no avanza, retrocede. Pero son muchos también, y ésa es una realidad bien clara en nuestros días, los que presumen de arriesgar y, en verdad, están jugando a lo seguro. Lo vemos por doquier pero, sobre todo, en el mundo económico. Ha sido un tópico de cierto capitalismo el justificar las mayores ganancias en nombre del riesgo, pero no es del todo claro que esto sea verdad. Los que dicen arriesgarse
se mueven, por lo general, con todo tipo de seguros y formas de seguridad. . . .
La tesis que voy a sostener a continuación tiene que ver con el dicho popular: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Aplicado al caso: la economía moderna dice construirse en el riesgo y la libertad, pero se basa sobre todo en la seguridad. Es en esto igual a la política moderna. Como bien vio Tocqueville, la gran pasión democrática no es la libertad, sino la igualdad, o sea, la seguridad. El problema es que el exceso de seguridad hay que pagarlo. La economía moderna gasta sumas ingentes en seguridad, y guarda otras tantas en lugar seguro, pero arriesga poco, y eso no puede ser bueno precisamente para la economía. A mi entender, la clave primera de un problema que es, como siempre, a la vez económico y ético, está en el mismo fundador de la economía moderna, o sea, en Adam Smith. Frente a los ataques contra la amoralidad de dicha economía, repetidos en los últimos años, se ha insistido también en que el iniciador de ella era
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un profesor de ética, y que los valores éticos jugaban un papel cierto en sus doctrinas económicas. Esta discusión ya demuestra la aparición de un clima nuevo, pues hace unos cuantos años hubiera sido impensable. Se daba por supuesto -y con no escasa arrogancia ocultaque los temas económicos no eran éticos. Me parece fuera de duda que Smith tuvo más preocupación ética que muchos de sus seguidores. Él se esforzó también en fundamentar filosóficamente lo que otros más tarde dieron simplemente por supuesto. Pero, a pesar de sus indudables cualidades y de su amplitud y profundidad de planteamiento, Smith está condicionado por su forma de empirismo y por su reelaboración particular del jansenismo, que tanto le influyó. La clave del tema está en que Smith quiere desarrollar una ciencia. Por tanto, un discurso de valor universal. Una ciencia del hombre como la economía, sólo puede tener valor universal si existe el “hombre medio”, el “hombre común”, y esto parecen serlo efectivamente todos, o la in-
mensa mayoría. No es sólo que Smith tome en cuenta al hombre medio, sino que piensa, efectivamente, que prácticamente todos lo son y que no hay ni habrá alternativa a ello. Raquel Lázaro ha explicado convincentemente en su reciente libro La sociedad comercial en A. Smith por qué el escocés sostiene esta idea, y por qué sus apelaciones a la bene volencia y a las posibles virtudes morales no tienen consecuencias éticas prácticas. El “hombre común” no es nunca un “héroe” (que pueda llegar a amar el riesgo por encima de la seguridad), ni tampoco un “perverso egoísta” (que busque la seguridad en medio de una guerra general de intereses encontrados). El “hombre común” solamente está dispuesto a arriesgar un poco, siempre que su seguridad mínima esté garantizada. A ese hombre, el sistema económico y político le da libertad a cambio de que respete unas reglas que le dan seguridad. Según el escocés, Dios hizo tan bien las cosas que previó la falta de virtud en los seres humanos. El “mecanismo corrector automático” que Dios presuntamente introdujo fue el interés. Cada individuo,
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guiado por su interés (concepto neutro, que no implica ni virtud ni maldad), trabaja, y trabaja bien para los demás, pues si no lo hace, se daña a sí mismo, ya que la gente le vol vería la espalda. Así pues, si hay un mercado libre, unas reglas y un Estado que las haga cumplir, los problemas sociales se reducirán al mínimo. Hay en Smith una profunda desconfianza, no sólo hacia la posibilidad de contar con hombres virtuosos de verdad, sino también hacia la política. Los políticos crean problemas innecesarios, tienen afán de poder desmedido y, ni tienen virtud, ni se interesan por los problemas reales de la sociedad. Pero, al parecer, no hay problema, pues el sistema del mercado libre es tan bueno que no es de esperar en absoluto que haya muchas disfunciones, es decir, que mucha gente se salte las reglas o que no parezca interesarse por algún trabajo. Para los pocos que se saltan las reglas, y para los pocos “desinteresados” -o sea, pobres- basta, precisamente porque son pocos, un Estado pequeño y que cumpla funciones restringidas.
Esta tesis, tan aparentemente realista y neutra, y que es la tesis de fondo que sigue sosteniendo la economía moderna, tiene ciertamente algo de realista, pero no es en absoluto neutra. Presupone toda una antropología, una filosofía política y una ética determinadas. En concreto, implica una ética despojada, en la práctica, de la virtud, una secundarización de las obligaciones morales, cuyo lugar queda ocupado por unos intereses individuales presuntamente neutros y una subordinación de la política a la economía. Este último punto requiere matices que ahora no vienen al caso, pues, en último extremo, esa subordinación es imposible, pero hasta llegar a ese último extremo hay un extenso camino, totalmente lleno, ahora, por la economía. El resultado final no puede ser otro, como se ha visto históricamente, que el economicismo general. La ética, como la religión, pasa a ser cuestión meramente individual, mientras que la política pasa a ser una actividad al servicio de la economía. Todo el sistema pivota, pues, sobre las nociones de “hombre común” y de “libertad”. El “hombre común” no es
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héroe ni malvado. No se le puede recriminar por lo segundo, ni alabar por lo primero. La libertad, a su vez, está entendida en orden al tener , pues el ser de cada uno ya está dado. Somos libres -así se interpreta- de adquirir y tener cosas, pero no personas, pues esto iría contra la libertad general , o sea, contra la igualdad. Como la libertad se comprende de este modo, entonces también la respuesta del ser libre, o sea, la responsabilidad , se entiende así. Respondemos de cosas y no de personas. Es decir, soy libre con las cosas y de las personas. Es justamente lo contrario de lo que postulaba la ética clásica: ser libre de las cosas y con las personas. En efecto, en esta concepción ética se pensaba que el interés primario por las cosas no era en absoluto malo, pero había que someterlo a una cierta vigilancia para no quedar prendido de las cosas, es decir, de algo inferior al ser humano. Eso me quitaba libertad. Por el contrario, se consideraba que la relación de vínculo con otras personas, bajo apariencia de quitarme libertad -pues los vínculos son obligaciones-, me la daba, pues nadie puede ser libre de verdad más que sa-
liendo fuera de sí mismo y existiendo con otros. El economicismo moderno, aún sin darse cuenta, se ha dirigido cada vez más a la libertad con las cosas (gracias a ellas, gracias a la riqueza, puedo hacer lo que quiero) y de las personas (ausencia de vínculos y obligaciones firmes). Está claro que las cosas no me pueden obligar del mismo modo que las personas. La consecuencia es que, en la sociedad actual, me conviene y es “civilizado” respetar las reglas, pero, en el fondo, no tengo verdaderas obligaciones. Esto es un tópico ya desde el siglo XVIII. Como apuntaba Mme. De Stael, la sociedad moderna se construye, lo que no deja de ser una paradoja, desde el rechazo de los vínculos. . . .
Ahora bien, con un poco de atención es fácil ver que la dimensión de seguridad tiene siempre un mayor peso que la dimensión de riesgo. En efecto, nos arriesgamos con la idea sobreentendida de que eso nos dará una nueva y superior seguridad. Y, además, nos arriesgamos porque, o tenemos una mínima seguridad garantizada, que nos permite hacerlo,
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o no nos queda más solución guerra. Todo lo cual refuerza, a que arriesgar. su vez, el deseo de seguridad, La paradoja actual es que se sobre todo en la gran mayoría rechaza aquello que más segu- de los actores económicos, que ridad podría darnos, o sea, los no son demasiado fuertes. vínculos personales. Esos vínEl resultado final es, como culos se construyen desde la no podía ser de otro modo, un confianza. Es ella la que nos da masivo interés por la seguriseguridad y la que nos empuja dad, interés que caracteriza a la aventura, al riesgo. La so- hoy a la sociedad occidental, ciedad dibujada por Smith se que presume sobre todo, por el basa, claro está, en una cierta contrario, de ser libre y de asuconfianza, pues a nadie le inte- mir riesgos. resa crear un clima contrario a El lugar donde estas últimas ella. Pero se trata de algo muy débil y precario, pues cada afirmaciones parecen compropersona no actúa en favor de barse menos y ser más falsas es los otros, sino que simple- el país moderno por excelenmente no lo hace, en principio, cia: los Estados Unidos de en contra de ellos, lo que no es América. Allí apenas hay Selo mismo. El resultado es que guridad Social, se puede des“el hombre común” ve incre- pedir con toda facilidad y se mentada la tendencia natural cambia de trabajo como de de todo hombre a la seguridad, chaqueta. Pero no hay que de ya que eso es lo normal jarse engañar: la movilidad y la cuando se tiene una cierta des- continua apariencia de vivir confianza. La falta de con- con riesgo son posibles sólo fianza suficiente empuja a bus- cuando el sistema económico general es muy seguro. Cualquier car más cuota de seguridad. está seguro de De otra parte, tanto el inte- norteamericano rés como esa cuota de descon- encontrar con rapidez un trafianza empujan a colorear de bajo, y está convencido tamun cierto toque bélico a la bién de que sus altas ganancias competencia. La competencia le permitirán asegurar su vida ya no es un juego emulativo - futura. Los dirigentes del país satan humano y útil- sino que llega a convertirse, en el mer- ben muy bien que ésa es la cado libre, en una auténtica clave, y por eso no permiten Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 47-56
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que nada amenace el sistema. El crecimiento económico, por ejemplo, consustancial a la economía moderna en cada país, no se puede llevar a cabo sin contar con el resto del mundo. Por ello, si ese resto puede presentar problemas, se pierde seguridad. Hay que asegurarse, pues, de que no los haya. Todo eso explica que en Europa se insista en la seguridad social y en el pacifismo por la sensación aguda de debilidad-, mientras que los norteamericanos no tienen incon veniente alguno en ir a la guerra. Saben muy bien que la necesitan para su seguridad. No sólo física, sino también económica. No se puede ser el primer país económico del mundo sin tener, a la vez, el primer ejército del mundo. El pacifismo de unos intelectuales que no creen en la justificación última y transcendente de la confianza y que piden, a la vez, el desarme, no deja de ser conmovedor. Aunque existe también el pacifismo político oficial, garantizado por los ejércitos, para que, obtenida la paz política, el campo de batalla pueda trasladarse al mercado. El punto está en que, dado que el sistema socioeconómico
y sociopolítico del “hombre común” prescinde de la confianza de fondo, basada en la virtud, en la ética, se desliza inevitablemente -dando la razón a Hobbes- hacia la búsqueda de un equilibrio de fuerzas e intereses que garantice la paz y, por tanto, la seguridad. Ahora bien, acerca de esto me parece que el veredicto de Nietzsche es definitivo: la vida es incompatible con el puro equilibrio mecánico de fuerzas. La vida no es eso. A lo que se llega entonces es a la situación actual: todo el mundo procura de mil maneras la seguridad, al tiempo que el sistema oficial, basado en el equilibrio, el juego de intereses y el pacifismo, esconde una lucha cerrada, astuta e implacable por el poder. Como, además, los propios dirigentes también pertenecen -como todos- al “hombre común”, se hace preciso tener las mejores relaciones con ellos. No hay que olvidar un detalle elemental, a saber, que las reglas de por sí no son nada si no existe el espíritu de respeto hacia ellas. Al final, diga Smith lo que diga, el interés particular, si es primario, se salta las reglas en caso de necesidad. Lo contrario sería po-
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ner la virtud por encima del interés. Se dice que para evitar eso está el poder político. Pero es obvio, como queda dicho, que ese poder lo detenta también el “hombre común”, que se guía igualmente por intereses. El resultado no puede ser otro que el expresado con la palabra hoy más usada en occidente: corrupción. La corrupción es la consecuencia inevitable de una búsqueda incrementada de la seguridad, propia del “hombre común” smithiano. . . .
En los últimos años se han multiplicado los esfuerzos en pro del “relanzamiento” de la ética. En particular, se ha vuelto a descubrir que sin con fianza no hay sistema económico ni político que pueda funcionar satisfactoriamente. Se ha visto también algo que con expresión dudosa- se denomina la rentabilidad de la ética. Esto último es, aunque ambiguo, muy verdadero. Si alguien se porta bien para ganarse voluntades y clientes, merece una confianza que perderá en el mismo momento en que aquéllos se den cuenta de que la acción era sólo aparen-
temente ética. Pero si la actuación es coherente y continuadamente ética, los resultados serán óptimos social y económicamente, en general . Tanto en los individuos como en las sociedades, la ética o la falta de ella no son nunca absolutas. Nadie es en este mundo completamente bueno o completamente malo. Lo que importa, por tanto, es el nivel . No hay que pensar y realizar un sistema socioeconómico y sociopolítico desde la idea de “hombre común”, sino, lo que es muy distinto , desde el esfuerzo real por conseguir un nivel medio aceptable desde el punto de vista ético. Ese nivel ético ahorrará muchos gastos, pues al mejorar el clima de confianza, se dedicará menos dinero a seguridad. Y ese clima impulsará, a su vez, a correr riesgos adecuadamente. Aumentará el movimiento de capitales, hoy muchas veces demasiado guardados por miedo y porque falta deseo de ayudar, lo que proviene de la misma actitud. No sé si se ha hecho alguna investigación acerca de cuánto dinero gasta en múltiples sistemas de seguridad una sociedad que presume de liberal; sin
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olvidar, como se apuntó antes, que el ejército es también una institución para la seguridad. Y cuánto gasta de media cada individuo, sobre todo los más pudientes. Si el poderoso pide más apertura y menos trabas no es, obviamente, porque arriesgue más, sino porque está mucho más seguro de dominar el espacio grande. En ese sentido, la globalización es un instrumento útil para el poderoso. El poder es un radical humano y
es completamente normal, necesario y útil para la sociedad que haya poderosos en todos los campos: económico, político, científico, etc. Sostener lo contrario es demagógico, utópico e incorrecto éticamente. Pero también es verdad que en la mano de los poderosos está usar bien o mal ese poder. Y, en lo que respecta al momento presente, el buen uso implica sobre todo la promoción de un nivel ético mayor que el actualmente en curso.
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MANAGEMENT: APRENDER DE LOS CLÁSICOS J AVIER FERNÁNDEZ AGUADO*
La civilización Occidental encuentra sus fundamentos en la cultura griega. También la mayor parte de las técnicas de gestión que se presentan como novedosas tienen sus orígenes en el pensamiento griego. Redescubrir nuestras fuentes intelectuales puede contribuir a mejorar la comprensión de nosotros mismos y de las organizaciones en las que trabajamos. Palabras clave: liderazgo, fundamentos intelectuales de la ación directiva, mana gement.
1. INTRODUCCIÓN
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a considerar que el mundo nace cuando cada uno de los recién llegados abre sus ojos a la realidad es paralela a la ingenua creencia de que, en las organizaciones, se producen sucesivas y revolucionarias innovaciones. En la mayor parte de las ocasiones, lo A TENDENCIA
único realmente original es el modo de expresar ideas clásicas. Es relevante el mérito de diseñar un lenguaje que se adapte a las circunstancias de lugar y tiempo, pero esa labor resulta insuficiente si no se tiene en cuenta que la mayor parte de los conceptos proceden de las raíces intelectuales de nuestra civilización: la cultura griega.
* Javier Fernández Aguado es profesor de Política y Dirección de Recursos Humanos en la Universidad San Pablo-CEU, de Creación de Empresa en el IADE y ponente habitual en diversas Escuelas de Negocios.
JAVIER F ERNÁNDEZ AGUADO
El día a día de las empresas consume lo mejor de grandes cabezas y de fuertes voluntades. Sucede que todas las situaciones a las que hoy se enfrentan quienes se afanan en el ámbito de las transacciones comerciales han sido ya de algún modo objetivadas . Saber cómo otros resolvieron esas cuestiones ofrece coordenadas para mejorar las decisiones. En medio del agitado periodo que va, en sus trazos principales, desde el siglo V, en plena guerra con Persia y Cartago, hasta el III a.C., la civilización griega forjó paradigmas útiles para mejorar nuestro modo de analizar la realidad. Pensadores y filósofos estudiaron el entorno del hombre, sus relaciones, sus ansias y sus des velos, sus éxitos y sus fracasos... El tiempo empleado en conocer lo que nuestros antecesores intelectuales propusieron, ahorra esfuerzo, y permite a los directivos dirigirse hacia sendas principales obviando intentos errados.
2.¿NUEVA ECONOMÍA?
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antes de introducirnos en el apasionante mundo de la enseñanza de los clásicos N EJ EM PLO
para el gobierno de las organizaciones. La actividad empresarial remite, y necesariamente se adaptará, a unas coordenadas fundamentales, sea en las denominadas bricks-and-mortar o en las .com. Una de ellas es la siguiente: la clave de todo negocio consiste en adquirir ‘algo’ (tangible o intangible), transformarlo, y venderlo a un precio superior. Si la modificación es meramente especulativa, hablaremos de una estafa o de un fraude. Parecería que bastantes no se han dado cuenta de que lo que se califica como Nueva Economía se refiere más a medios que a fines. Con los actuales ‘instrumentos’ resulta viable la comercialización en nuevos ámbitos, pero eso no significa que no hayan de respetarse las ‘normas’. Si no genero un margen, con suficiente rotación, ¡no hay negocio!: ni en la Nueva Economía ni en la Antigua. La Nueva Economía se encuentra en la actualidad en un proceso de redefinición. En la sociedad mercantilizada en la que vivimos, el descubrimiento de El Dorado es la tentación que se presenta a quienes no
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reflexionan. En la medida en en la Antigua economía como que las aguas vuelven a su en la Nueva. cauce, quienes sepan dar una formulación adecuada a su ne- 3. P ARADIGMAS APLICABLES gocio, saldrán fortalecidos. Pero las preguntas esenciales IGUIENDO el estudio no han cambiado. que realicé para la elaboración de ManageSon todavía válidas las que cualquier emprendedor de ment: la enseñanza de los bricks-and-mortars debería for- clásicos, propongo ahora un esmularse y tratar de responder: pigueo de enseñanzas que “¿Qué vendo?, ¿A quién se lo pueden resultar de utilidad vendo?, ¿Cómo se lo vendo?, para los directivos actuales. ¿Por qué me compra?, ¿Cuánto gano?”. Resulta ins- La precipitación en el gobierno tructivo releer lo que se escri- Una característica del lidebía en 1858, al establecerse el razgo es la capacidad de tomar primer cable telefónico trasa- decisiones cuando carece de tlántico: “Es imposible que los todos los datos precisos. viejos prejuicios y hostilidades Quien gobierna no puede essigan existiendo, pues este ins- perar a acumular con exhaustitrumento ha sido creado para vidad las variables sobre un el intercambio de pensamiento problema. En medio de la voentre todas las naciones de la rágine, resulta, sin embargo imprescindible, huir de la pretierra”. Con aquel invento, y más cipitación, evitando el atolonhoy en día, es posible acceder a dramiento por exceso de predatos que ninguno de nuestros sura. Eurípides, uno de los granantepasados hubiese siquiera soñado. Pero sigue faltando en des autores griegos del siglo V gran medida el autogobierno a.C., abordó en una tragedia que proporciona una forma- las funestas consecuencias de ción que nos permita reinter- un juicio irreflexivo. Ésta es la pretarnos a nosotros mismos y historia: del matrimonio de al mundo. En esa línea es radi- Teseo, rey de Atenas, con una calmente importante el cono- “Alta Ejecutiva” (Hipólita), cimiento de los clásicos, tanto nació Hipólito, muchacho fiel
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a sus obligaciones que sobre- zaste las maldiciones contra tu salía por su templanza. hijo y le diste muerte. Fallecida la primera esposa, La precipitación en las de Teseo maridó de nuevo. En su cisiones no es habitualmente segundo intento, el acierto fue signo de agilidad mental, sino menor. Fedra ocupó el puesto de pereza. Es más costoso de madrastra. (¡Cuántas veces profundizar, tener en cuenta la llegada de un nuevo direc- los matices, definir estrategias, tivo poco prudente supone delegar en quienes mejor alimportantes daños para la or- canzarían los objetivos definiganización!). dos... El intuitivo es un Fedra se enamoró del hijas- pseudo-profesional. tro. Hipólito, conocedor de Huyendo de particularisesos sentimientos, se negó a mos empequeñecedores, quien entrar en el juego. Despechada, Fedra se quitó la vida, pero as- ejerce el gobierno ha de oír piró a morir matando, y acusó siempre las dos campanas y, si por escrito a su hijastro de ha- es posible, también al campanero. La visión amplia de la berla seducido. realidad ayuda a superar ese Teseo, sin prestar audiencia virus denominado NIH ( Not a la otra parte, montó en có- Invented Here ), q ue tanto lera y despidió a quien hasta daño causa. ese momento había sido su No es la acumulación de colaborador fiel. Cuando los sufrimientos de Hipólito le decisiones la que enriquece habían llevado al umbral de la una personalidad y su enmuerte, intervino Artemis, torno, sino que los dictámenes que echó en cara a Teseo lo sean los adecuados. Se hace impropio de su conducta: muchas veces preciso que los -Tú (...) te muestras como un directivos cuenten con coaches, malvado (...). No aguardaste personas que, fuera de las urninguna prueba, ni la palabra gencias, pero profundas conode los adivinos, ni lo contras- cedoras del ambiente en que taste, ni diste a la investigación se desenvuelve el directivo, mayor tiempo, sino que más ayuden a reflexionar sobre el aprisa de lo que se debía, lan- futuro. Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 57-76
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Trabajo en equipo
La aparición de los hoplitas -infantería provista de armamento pesado- no fue sólo un episodio de orden militar, tuvo también relevantes connotaciones sociales y económicas. Los primeros que desarrollaron la técnica de disponer de infantería pesada que luchaba como un todo orgánico fueron las tropas asirias. De ellas aprendieron los ejércitos griegos procedentes de Jonia. Pasó algún tiempo hasta que fue posible el incremento sustancial del número de ciudadanos que se encontraban en condiciones de adquirir una coraza, un yelmo y un escudo de bronce. Las corazas fueron incorporando detalles estéticos que completaban las mejoras técnicas. Así, los yelmos de tipo corintio, ilirio, calcídico, etc., ocultaban el rostro de los soldados. Esto no gustó del todo, pues en general los guerreros aspiraban a que se valoraran sus logros, sin confundirlos con los de los demás. Se multiplicaron por eso las divisas heráldicas, para individualizar a los luchadores. Dos siglos después de su aparición, los hoplitas acudían
al combate siguiendo el compás de la música, habituados a respetar el orden y la disciplina. En su orígenes, la táctica habitual fue el choque frontal. La infantería, acostumbrada a esfuerzos individuales descoordinados, nada podía hacer para defenderse del avance de un grupo con ideales comunes y medios predefinidos. La dificultad surgía cuando se enfrentaban entre sí ejércitos de hoplitas: la lucha se hacía más equilibrada, y todo dependía del grado de sacrificio y confianza de unos respecto a otros dentro de cada falange. Para no entretenerse en la propia defensa, el compañero protegía con su escudo al siguiente soldado. De ese modo, éste podía ocuparse en actividades ofensivas, pues alguien cuidaba de su seguridad. En Grecia, los hoplitas se convirtieron en fuerzas esenciales. Sin ellos resultaba prácticamente inviable declarar una guerra o plantear una defensa. Como no era barato adquirir el armamento y preparación precisas, quienes se equipaban eran plenamente conscientes de la relevancia que te-
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nían en la sociedad, y por eso planteaban exigencias económicas elevadas. Quienes se equipaban como hoplitas ascendían socialmente. Así lo reconocieron tanto las leyes de Solón como las de legisladores sucesivos. Durante siglos, nadie contrarrestó su capacidad ofensiva y, cuando era preciso, también defensiva. El caballo tenía entonces un carácter de práctica deportiva para los más adinerados o era un mero instrumento de transporte. Los hoplitas que estaban en condiciones de hacerlo, lo utilizaban para acarrear la impedimenta. En la batalla de Maratón llegó a demostrarse que las flechas y otras armas arrojadizas poco podían contra formaciones cerradas, en las que la principal preocupación era cubrir al compañero. También se aplicó el modelo en batallas navales. Las venta jas principales de este modo de plantear la guerra fueron tanto el trabajo en equipo como el entrenamiento y la disciplina. Durante largo tiempo, a nadie se le ocurrió mejorar la estrategia para enfrentarse con solvencia a quienes aportaban ideas tan novedosas.
Filopemen, líder de la liga aquea, generalizó la estrategia hoplita. Beocia la aceptó, pero con un tipo específico de yelmo. Pequeñas localidades o incluso islas subcontrataron falanges de hoplitas. Para me jorar la eficacia de esta nueva infantería se emplearon grupos de arqueros que se esforzaban por mantener alejado a parte del ejército enemigo mientras los hoplitas desarrollaban su ataque. En la guerra como en la paz, el trabajo en equipo se reveló, y se sigue manifestando ahora, como un medio imprescindible. Si escasea la conjunción de fuerzas, se pierden energías, porque las economías de escala exigen renuncias a favor de nuevas metas. A decir de Aristóteles, los amigos son los miembros a través de los que resulta viable llegar donde a uno solo no le resultaría posible. Todo esto exige rectitud, disposición a colaborar, capacidad de delegar... Quienes no cuentan con los otros se autocondenan a la soledad. Los expedientes inacabados
Pasaba Sísifo por ser astuto y, como sucede en quienes tienen tendencia a las técnicas trapa-
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ceras, también por carecer de escrúpulos. El prudente, por el contrario, tiene algo de explorador: a diferencia de los melindrosos y apocados, busca explotar nuevas oportunidades. Más que actuar adecuadamente, pretende hacer las cosas adecuadas. En la prudencia, tras la fase de comprensión intelectual en la que no faltará nunca la solicitud de consejo, se suceden la deliberación y la decisión. Se llega entonces a una etapa que afecta de manera directa a la voluntad: el imperio. La prudencia abarca dos ámbitos: secundum quod est cognosctiva y secundum quod est praeceptiva. Aunque la primera sea más relevante, no sería completa si se limitase a una mera contemplación inactiva. El prudente es especialmente importante en períodos de inestabilidad, porque ese hábito operativo facilita columbrar soluciones en medio de ese sucederse imparable de incertidumbres, tan propio de cualquier navegación en el proceloso mar mercantil. Hijo de Eolo, pertenecía Sísifo a la estirpe de Deucalión. Fue fundador de Corinto, en su antigua denominación de
Éfira. También fue sucesor de Medea, de quien heredó cuando ésta abandonó la ciudad. Esa huida, magistralmente narrada por Eurípides, comenzó con la pretensión del rey Creonte de casar a su hija con el héroe Jasón, que ya estaba unido a Medea. Ésta consiguió demorar su destierro por un día, período en el que fraguó su cruel venganza. En vió a su feliz rival, como regalo para el esposorio, un vestido y unas joyas, todo impregnado de un veneno. Al ponérselos, falleció la desdichada y también su padre, cuando intentaba ayudarla. Para acabar su faena, Medea asesinó a sus propios hijos en el templo de Hera, para luego escapar en un carro tirado por caballos alados, regalo de su abuelo el Sol. Como hombre avisado , Sísifo había escriturado sus bienes (había grabado su nombre en la pezuña de los animales de su propiedad). Cuando Autólico los hurtó, nuestro protagonista fue a buscarlos. Habida cuenta de que la castidad no es virtud de moda en el mundo de las transacciones mercantiles, Sísifo sedujo a Anticlea, hija de Autólico, precisamente en la víspera de la boda de ésta con Laertes. De aquella adúltera
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unión nació Ulises. Según algunos autores, el padre de la ex-virgen se la había entregado de buena gana pues aspiraba contar con un sucesor preca vido y agudo como Sísifo. Tiempo más tarde, Zeus raptó a Egina, hija de Asopo. Cuando se llevaba a la doncella de Fliunte a Enone, Sísifo los vio pasar por Corinto. Llegó entonces Asopo, que bien sabía quién podía estar al tanto. Sísifo no estaba dispuesto a entregar algo por nada, así que reveló el secreto a cambio de que el dios-río hiciese brotar una fuente en Corinto. Poco gustó al dios incontinente que se diesen a conocer sus miserias. Fulminó Zeus a Sísifo y lo envió a los infiernos, sometiéndolo a la condena de empujar por la eternidad una piedra enorme hasta la cima de cierta ladera. Llegada a la cumbre tras sudoroso esfuerzo, rodaba la roca hasta la base y el reprobado empezaba de nuevo su ascenso. Otras versiones rondan en torno al mismo suceso. Enfadado Zeus por el mismo hecho, envío a Tánato, el genio de la muerte. Sísifo, en su astucia, lo encadenó antes de que
le dañase. Ésta fue la causa de que dejaran de fallecer humanos. Zeus volvió a intervenir ordenando a Sísifo la liberación del portador de la guadaña inmortal. Sísifo fue el primer atacado. Pero la picardía de Sísifo parece no tener fin. Al sospechar que Tánato actuaría de manera inmediata contra él en cuanto le fuese posible, ordenó a Mérope, su mujer, que omitiese el rito fúnebre. Al llegar ante Hades y ser preguntado por el motivo de la ausencia de celebraciones mortuorias, Sísifo mintió acusando de impiedad a su esposa (nada más y nada menos que una de las Pléyades). El encargado de los infiernos permitió la vuelta de Sísifo con el objeto de castigar a quien se negaba a cumplir tan fundamental deber. Una vez libertado, no se le pasó por la cabeza a nuestro personaje regresar a tan ingrato lugar. Cuando falleció de puro anciano, escaldado Hades por lo sucedido en la primera ocasión, le condenó al cumplimiento de la pena descrita. Higinio propone otra causa del castigo: Sísifo odiaba a Salmoneo, su hermano. Acudió nuestro personaje a Apolo para que le ayudara a terminar
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con «su enemigo». La respuesta del Consultor fue sorprendente: le aconsejó unirse a Tiro, su sobrina. De ahí saldrían los vengadores de su causa. Al conocer aquella promesa, la chiquilla tuvo el coraje de matar a sus propios hijos. Narra Higinio que, al cabo, Sísifo se encontraba cumpliendo su castigo en los Infiernos a causa de su demostrada impiedad. La pena a la que alguien es condenado supone un daño para sí mismo, pero si pertenece a una organización, es mortal para ésta. Tener que repetir las cosas porque la gente no cumple los compromisos adquiridos es agotador. Sería una lástima que por carencia de capacidad para motivar hubiera personas que pudieran clamar lo que escribía Ignazio Silone al final de su vida: ¡qué pena darse cuenta de que uno no ha cumplido aquello que podría haber alcanzado! Matar el tiempo es una modalidad de suicidio. La dureza en los juicios
En el mundo de la empresa suele ser culpable el último despedido, o quien abandonó la compañía. Cuando no es así, suele ser un subordinado y, en
ese caso, importa menos que esté o no presente: sobre todo para aquellos directivos que consideran que en su puesto les está permitido pisotear a otros. Con frecuencia se juzga de manera descarnada no sólo sobre los hechos sino también sobre las intenciones. Se contemplan con grandísima indulgencia los propios errores, fallos, equivocaciones ..., y se considera malvado a aquel que... hace lo mismo de lo que uno se autoexculpa. Directivos hay que ganan cifras desmesuradas y que riñen desconsideradamente a alguien porque ha gastado una cifra insignificante y, además, por el bien de la compañía. Cuanta menor es la capacidad intelectual, mayor es la radicalidad en los juicios. Aunque la empresa no puede vivir ajena a la necesidad de incrementar sus ingresos, no debería convertirse en un ámbito donde cualquier atisbo de comprensión se observara con malos ojos. Era Anaxáreta una muchacha chipriota, perteneciente a una familia descendiente de Teucro, fundador de Salamina de Chipre. La chiquita en cuestión no había he-
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cho más que nacer con suerte, pero se le había subido a la cabeza. Anaxáreta no tenía ojos sino para sí misma. Un joven del lugar, capaz de contemplar sólo la belleza externa era, sin embargo, miope para la interna, porque de otra manera hubiera huido de aquella que ocultaba bajo sus atractivas curvas un nido de serpientes venenosas. Respondía el desdichado al nombre de Ifis. Gozaba la cría haciendo sufrir al enamoradizo, despreciándole cuanto podía, y si era a las claras y en público más disfrutaba. Al cabo, desesperado ante tantos e injustos desprecios, decidió aquel hombre poner fin a sus desdichas. Lo hizo ahorcándose ante la casa Anaxáreta. Cualquiera con un poco de sensibilidad hubiera reaccionado con pena. La desdichada -como ciertos directivos que no ven personas sino números-, en vez de preocuparse, se alegró. Sin la menor compunción, decidió Anaxáreta asistir la entierro. El resto de la población se hallaba entristecida por los sucesos, y los llantos de los más compasivos chocaban
inútilmente contra la dura roca del corazón de la vanidosa. Las lamentaciones, más que remo verla, la halagaban. Aquella señorita, al igual que muchos ejecutivos, olvidaba que la persona está formada por un equilibrio inestable entre sentimientos, voluntad y razón. Cuando esa armónica estructura se estropea, nada funciona. En las entidades mercantiles es preciso estar atentos para evitar las rupturas. Tan malo sería que un directivo sufriera hasta el llanto al despedir a un empleado como que por dejar en la calle a una persona no se sintiera lo más mínimamente afectado. Más grave es el caso, si cabe, cuando ejecutivos despóticos reciben infladas remuneraciones mientras los empleados son pagados con mínimos salarios y despedidos por moti vos fútiles. Quien no es capaz de remo verse por los problemas ajenos, se pierde también las mejores alegrías, porque éstas proceden no tanto de éxitos materiales, como del sentirse querido y comprendido. Además, a quienes ignoran lo que no afecta a sus raquíticos intereses, suelen estallarles los sentimientos cuando menos se lo esperan.
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Afrodita no soportó por más tiempo la dureza de aquel patético personaje. Decidió castigarla: la convirtió en estatua de piedra precisamente con la postura que había adoptado al asomarse a la ventana para observar el paso del féretro del apasionado. La mercantilización de las relaciones
Se cuenta que Midas, rey de Frigia, encontró a Sileno en cierto camino. Al parecer, éste poseía una gran sabiduría, pero sólo la transmitía a los humanos cuando era obligado. Era Sileno particularmente feo, con nariz chata, mirar de toro y una espectacular barriga. Se le representaba cabalgando en un asno, al que se sostenía con la poca lucidez que le quedaba en medio de una monumental borrachera. En situación de haber libado en exceso lo encontró Midas. Cuando se le pasó un tanto la melopea y despertó, Midas le rogó que le transmitiera algo de su sabiduría. Ésta fue la respuesta del empedernido borrachín: - Eustebes -la ciudad piadosa y Máquimo -la ciudad guerrerase encontraban fuera del mundo
de los humanos. Los primeros estaban siempre alegres, y al llegar la hora de la muerte la aceptaban entre risas. Los otros eran por naturaleza guerreros y ya desde su nacimiento se encontraban perfectamente armados. Desde ese momento hasta el final de su existencia no hacían otra cosa sino combatir. Ambas poblaciones contaban con inmensos recursos de metales preciosos y nadaban en la abundancia. Un día -prosiguió Silenodecidieron visitar la tierra de los griegos. Navegaron a través de los Océanos y arribaron al país de los Hiperbóreos (eran éstos gentes aparentemente felices, residentes de una región de clima templado, un verdadero territorio para la utopía: dos cosechas anuales, vida sana y al aire libre, extrema longevidad que concluía con contento en una muerte dichosa...), y al contemplarlos y compararse con ellos, pensaron que aquellos personajes vivían en triste condición. Tanto, que decidieron no seguir investigando y regresaron directamente a su punto de procedencia, de donde nunca deberían haber salido, pues sólo merece la pena aprender de aquellos modelos que han alcanzado un equilibrio armónico que mejore las condiciones en las
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que uno personalmente se encuentra. Ovidio, en la Metamorfosis, recoge otra versión de este mismo encuentro entre Midas y Sileno, coincidente sólo en la situación en la que es hallado el segundo. Sileno, siempre de juerga, quedó al fin agotado y dormido lejos del séquito de Dionisio. En medio de la resaca aún no superada fue encadenado por los súbditos de Midas y conducido a la presencia del rey. Éste, gobernante avezado, consciente de que sacaría ventaja de aquella situación, ordenó que fuese liberado. Se dispusieron los dos a salir en busca del cortejo de Dionisio, porque no parecía que Sileno estuviese en condiciones todavía de encontrarlo por su cuenta y riesgo. -Gracias, Majestad , dijo enseguida Sileno. A este gesto generoso (y es lo que esperaba Midas), sólo puedo responder atendiendo a aquello que me pidáis. Carcomido por la codicia, no lo pensó dos veces el monarca: - Desearía -respondió- que aquello que tocase se transformase en oro. Así le fue concedido.
No cabía en sí de contento. ¡Pronto sería la cabeza coronada más rica de la tierra! Se marchitó su alegría en el almuerzo. Al intentar comer algo, y según habían sido sus deseos, aquello se convertía en el noble metal, volviéndose inservible para su fin natural. Sintiendo los pinchazos del hambre, fue en busca de Dionisio: - Ayúdame, Oh dios, y retirad de mí este don que pensé beneficioso y he descubierto profundamente pernicioso. De nuevo fue escuchada su petición. -Vete a lavar cara y manos en la fuente del Pactolo. Así lo hizo el escarmentado ambicioso, y quedó libre de aquel don que había considerado tan fructífero hasta que lo había descubierto mortal. Desde un punto de vista empresarial, el empresario -o el ejecutivo- adquirirá la presencia física de empleados, incluso la sonrisa, si así lo prescribe la cultura de la compañía. Pero la lealtad se merece. Los afanes por gastarse por más de lo que es mercantilmente solicitable no se comercializan: son recibidos sin
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coste cuando el interesado ha sabido previamente entregarse . Quien se empeña en una labor de cuantificación universal nubla su visión. ¿Qué cuesta una flor en una tarde de primavera? ¿Qué ha de pagarse por un tramonto en Roma? ¿Cuál es la contraprestación por una conversación con un amigo que abre horizontes para el propio quehacer? Cuando uno de los principales intereses de un ejecutivo es saber lo que gana su interlocutor; cuando la atención prestada lo es en función de una remuneración -como hacen algunos bancos que han establecido filtros en sus ordenadores para dar prioridad a las cuentas corrientes más orondas con desprecio al resto de los clientes- algo grave pasa. Estamos sustituyendo la contemplación de la Belleza, la búsqueda de la Verdad y el disfrute del Bien por una cuantificación que instrumentaliza. Esa «objetivación» crematística del interlocutor es uno de los peores procesos reductivos. Como el rey Midas, ojalá los obcecados por ese proceso morboso se den pronto cuenta de su patología y pongan los medios para volver a contem-
plar su entorno con mirada limpia, ojos claros y mente serena. Porque una de las consecuencias que tiene el mal de Midas es que es fácil perder el norte, y adquirir más y más bienes (habría que calificarlos como «males»), que obstaculizan el volver a descubrir personas y no sueldos, arte y no millones de pesetas en un cuadro. No deberían olvidar los obsesionados con el dinero que todo yate puede tener siempre un metro más ... La lealtad en las organizaciones
Casó Orfeo con Eurídice. Aquel dúo feliz disfrutaba de su vida hasta que un día en que ella paseaba sola a la orilla de un río en Tracia, Aristeo comenzó a perseguirla con el evidente propósito de satisfacer lujuriosas pulsiones. Estaba dispuesta la mujer a defender su honorabilidad y la de su marido, pero no era Aristeo la única alimaña que convertía en peligroso aquel paraje. Una serpiente atacó a la esposa fiel y murió ésta por el veneno del ofidio. Aunque hoy día, este comportamiento es ejemplar, no debía haberlo sido en épocas precedentes, y
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fue Eurídice condenada al infierno. Su enamorado esposo quedó desconsolado y decidió rescatarla del Hades. Allí se dirigió con su mejor arma: la música. Con las delicadas notas que salían de su lira aplacó a los monstruos del Tártaro y consiguió otros efectos sorprendentes: 1.- La rueda de Ixión dejó de girar. 2.- La roca de Sísifo se mantuvo por unos momentos en equilibrio. 3.- Tántalo olvidó por unos instantes su hambre y su sed ... y 4.- Hasta las mismas Danaides dejaron de llenar su tonel sin fondo. Hades y Perséfone accedieron a restituir a Eurícide a un marido que manifiestaba tal pasión, pero con una condición: que volviera hacia la luz seguido de su esposa sin vol verse a mirarla antes de haber salido del reino de la oscuridad. Orfeo aceptó el reto. Durante tiempo avanzó con tranquilidad, confiado en la promesa. Cerca ya de la claridad, su seguridad comenzó a fla-
quear. ¿Y si todo hubiese sido una ilusión vana?¿Y si en realidad nadie le siguiese? ¿No se habrían burlado de su credulidad? Carcomido por las dudas, miró hacia atrás. Sucedió entonces lo que se le había pronosticado: perdió de vista a Eurícide, que se desvaneció y regresó a lo más profundo de los Infiernos, de donde ya no será posible recuperarla. Mientras desaparece, clama la desdichada con tristeza: -Orfeo, ojalá hubieses sido ca paz de controlar tu impaciencia y tu falta de confianza unos pocos pasos más. Yo habría sido tuya por siempre. Pero ahora, por tu debilidad, debo regresar. Adiós, amor mío, adiós. Cuando Orfeo intente recuperarla de nuevo, Caronte se negará a permitirle el tránsito, inconmovible ya incluso a la música de su lira. Desconsolado, Orfeo tornará al mundo de los humanos. Aquel por quien Perséfone intercedió ante Hades suplicando: -Haz lo que te pide, devuélvele a su querida Eurícide. Apiádate, porque un amor tan grande no debe ser destruido...
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Orfeo se ve ahora reducido a vagar solitario. La lealtad es un hábito difícil porque son muchas las solicitudes que se reciben en la empresa para cambiar decisiones. Al ser la lealtad objeto principal de la voluntad, el hombre se convierte de alguna manera en aquel objeto al que es fiel. La meta no es la inalterabilidad, sino responder a los compromisos adquiridos, dando por supuesto que éstos merecen la pena. En tiempos pasados se entendió como una deslealtad el cambio de empresa a lo largo de un recorrido profesional. Eso conducía a una disminución del necesario espíritu de aventura. Hoy se ha transitado al extremo contrario. Se concede incluso el calificativo de leal a quien rompe vínculos para correr tras su capricho. El espíritu de veleta es aplaudido. Combinar la lealtad con el sentido común es tanto como lograr una correcta imbricación entre los planes institucionales y los de la carrera personal. Son los primeros los que diseña la empresa para sus empleados. Con excesiva frecuencia implican una entrega in-
condicional a los intereses de la entidad mercantil. A cambio, se recibe la promesa de promociones. El plan de carrera personal es, con todo, más relevante. Cada uno debería diseñarlo según sus propias expectativas, aptitudes y actitudes. En ese equilibrio armónico en el que la existencia cumplida ha de consistir, la lealtad a la empresa no deberá ser ciega. Principalmente por dos moti vos: 1.- Las relaciones mercantiles quiebran. 2.- Las pleitesías completas sólo han de serlo al Bien, la Verdad y la Belleza. La fidelidad transita por un sutil sendero que tiene en un extremo la escurridiza ladera del oportunismo, y en el otro el cerrilismo del fanático. Se insiste en la fidelidad que deben los asalariados a sus jefes. Pero también éstos deben lealtad a quienes con ellos colaboran. Abandonar al náufrago es la fácil solución que algunos adoptan para quitarse problemas. Olvidan que, como el literato recuerda: los cadáveres que vosotros despreciáis gozan de muy buena salud.
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Haber dejado un rastro de Teseo se había presentado buen hacer será la mejor tar- voluntario a aquel holocausto, jeta de visita para futuras rela- pero con la ayuda de Ariadna ciones profesionales; la fama gracias a su vez a la de Déde quien ante la dificultad dalo- había conseguido matar abandona a los compañeros, al fruto de aquellos amores desacredita. La lealtad es bestiales y salir del inmenso y siempre una apuesta a medio y embrollado palacio. Todo el largo plazo. truco había consistido en de vanar un hilo para volver a la La audacia del empresario puerta de entrada. Era Ícaro hijo de Dédalo y de La huida de Ariadna con Náucrate. Dédalo enseñó a Teseo se interrumpió en la isla Ariadna cómo Teseo podría de Naxos, pues allí el joven la hallar la salida del Laberinto. abandonó. No le duró mucho La hija de los reyes se había la preocupación a la muchacha enamorado locamente de Te- porque llegó Dionisio y su seo, llegado a la isla para lu- cortejo. Se enamoró el rey de char contra el Minotauro, la juerga de aquella muchacha monstruo con cabeza de hom- y se la llevó al Olimpo en su bre y cuerpo de toro. Su nom- carro tirado por panteras. bre real era Asterio, y era fruto Con todos estos sucesos no de Pasífae y un toro enviado había quedado muy contento por Posidón. quien condenó a DéAvergonzado Minos por lo Minos, desvergonzado de aquella ac- dalo y a su hijo Ícaro a ser enen el Laberinto. Déción y por el fruto de aquélla, cerrados que se la recordaba, había en- dalo encontró solución: escacargado a Dédalo un inmenso par volando. Ícaro no quiso palacio, denominado el Labe- hacer caso de las recomendarinto. En medio de aquellas ciones de su padre, y en vez de complicadísimas estancias, seguirle para aprender, prefirió sólo Dédalo se orientaba. organizarse , pensando que su Cada tres años se daba de co- progenitor era un timorato mer al Minotauro. En con- desconocedor de las posibilicreto, siete jóvenes y siete don- dades de aquel negocio... Pagado de sí mismo, cocellas, tributo que pagaba la ciudad de Atenas. menzó a elevarse hacia el sol. Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 57-76
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En su inconsciente contento, no sintió cómo todo el armatoste inventado para volar iba quebrándose. Cuando quiso poner solución a sus desvaríos era demasiado tarde y se precipitó hacia el mar, cerca de la isla de Samos. Este mismo mito es recogido de manera diversa por otros autores. Dícese que en la huida de la isla de Creta -en esto sí coinciden-, padre e hijo tomaron diferentes embarcaciones: Dédalo había inventado el uso de la vela. El mozo, que había preferido holgar, se encontró al poco superado por vientos y corrientes, y acabó naufragando. Falleció ahogado. Encontrado su cuerpo, Dédalo lo enterró en un cabo del mar Egeo. Erigió dos columnas: una en honor de su hijo; la otra, con su nombre, en las islas del Ámbar. Más tarde, y para seguir recordando la memoria de su hijo, representó en las puertas del tempo de Cumas el lamentable fin de un emprendedor que quiso ir por libre, sin fiarse de opiniones más maduras. No acabaron así las aventuras de Dédalo, pues Minos seguía dispuesto a la venganza. Llegado a Cumas, tuvo que
seguir huyendo, ocultándose en Sicilia, protegido por el rey Cócalo. Sospechando Minos la presencia de Dédalo en aquella tierra, puso medios para descubrirle. Se paseó con una concha de caracol y un hilo, ofreciendo recompensa a quien fuese capaz de hacer pasar el hilo por las espirales del caparazón. Cócalo cayó en la trampa: planteó la dificultad a su huésped, que le sugirió que atase la cuerdecilla a una hormiga. No tardó Minos en sacar a Cócalo la información que deseaba, pues bien sabía que sólo Dédalo, con su ingenio y experiencia, habría resuelto la cuestión. A pesar de haber confesado, no quiso Cócalo entregar a Dédalo y contravenir las sagradas leyes de la hospitalidad. Así pues, encargó a sus hijas que escaldasen a Minos en la bañera, sustituyendo el agua por pez hirviendo.
CONCLUSIONES
F
de Ciencias Empresariales y Escuelas de Negocios, por no mencionar otros cenACULTADES
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tros de enseñanza, deberían Donaldson, G. y Lorsch, incluir en sus planes de estu- J.W. (1983), Decision Making dios alguna asignatura de cul- at the Top, Basic Books. tura general , orientada al MaFernánde z Aguado, J. nagement , que permitiera al (1999), Dirigir personas en la alumnado contemplar su fu- empresa. Enfoque conceptual y tura actividad dentro de un aplicaciones prácticas, Pirámide. marco más amplio. -(2000), 1000 consejos para El pragmatismo decisional un directivo, Dossat. puede tener eficacia a corto -(2001), Mil consejos para un plazo, pero entre sus múltiples deficiencias se incluye la exce- emprendedor , Dossat. -(2001), La ética en los negosiva carga de reductivas filias y fobias con que algunos suelen cios, Ariel. estropear su existencia, y con -Fernández Aguado, J. y Allas que dañan a gente de bien. calá, M. A. (2001), Proverbios Quizá saben todo sobre los có- para la empresa. Sabiduría de mos, pero ignoran los porqués. siempre para los directivos de hoy, Dossat. BIBLIOGRAFÍA Fitz-Enz, J. (1990), Human Value Management , Jossey Alvira, R. (1998), La razón Bass. de ser hombre. Ensayo acerca de Galbraith, J. R. (1973), Dela justificación del ser humano , signing Complex Organizations, Eunsa. Addison Wesley. Covey, S. R. (1989), The SeGarcía Moreno, L.A. ven Habits of Highly Effective (1989), La antigüedad clásica: People , Simon and Schuster. La época helénica y helenística, Crocier, M. (1964), The Bu- Eunsa. reaucratic Phenomenon, TavisGlueck, W.F. (1980), Stratetock Publications y University gic Management and Business of Chicago Press. Policy, McGraw-Hill. Davenport, T. (1992), ProGrant, M. (1989), The Clascess of Innovation: Re-engineering Work Throug Information sical Greeks, Phoenix. Technology, Harvard Business Hamel G. y Prahald, C.K. School Press. (1994), Competing for the FuRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 57-76
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LA EMPRESA EN LA CIUDAD. COMPAÑÍAS DE SEGUROS EN MADRID C ARMEN GIMÉNEZ SERRANO*
En el presente artículo se estudian las sedes en Madrid de importantes compañías aseguradoras. Esta arquitectura refleja y constata el poder económico de las grandes empresas. Aunque no es un estudio exhaustivo, y requiere una investigación mas pausada, ya en esta primera aproximación se advierte el rico patrimonio arquitectónico que desde finales del siglo XIX ha ido acumulando este sector tan potente de la economía española. Palabras clave: empresa, arquitectura, compañía de seguros, ciudad.
INTRODUCCIÓN
L
de seguros tienen su momento de expansión en la segunda mitad del siglo XIX, debido en gran parte a las empresas extranjeras, más organizadas y capitalizadas que las nuestras. Con la Desamortización de Mendizábal y los ensanches apareció una nueva burguesía de propietaAS COMPAÑÍAS
rios adinerados que querían asegurar lo que tanto temían perder1. Hasta esos momentos la actividad aseguradora se había realizado en casas normalmente alquiladas y situadas en lugares céntricos. Sin embargo, el fuerte desarrollo económico llevó consigo la demanda de nuevos edificios que, además de cumplir con las necesidades puramente funcionales, sirvieran de re-
* Carmen Giménez Serrano es Profesora Titular de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense.
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clamo publicitario, entendido éste como escenografía urbana de la apariencia. Con toda seguridad, las grandes empresas son muy conscientes de la capacidad de propaganda que la buena arquitectura puede generar. Si la calidad y el volumen de los proyectos arquitectónicos depende de la capacidad económica del cliente, no hay duda que el sector de las compañías de seguros cuenta con ese atributo primordial que le permite disponer no sólo de los medios financieros para construir edificios significativos, sino también ocupar los espacios metropolitanos más influyentes de la ciudad. Efectivamente, si reflexionamos sobre el ámbito urbano donde se levantan las obras seleccionadas, se comprueba que las sedes y las oficinas centrales de estas empresas buscan siempre el centro histórico, es decir los lugares tradicionales del poder político y religioso. Por eso, a finales del siglo XIX y primeros años del XX, en la Calle de Alcalá y en la Gr an Vía de Madrid se instalaron La Unión y el F énix , La Estrella o La Adriática ... Y en el Paseo de Recoletos, en la actualidad, están el Crédito Suizo , Seguros
Axa, Mapfre o Seguros Lepanto, entre otras. Estas arquitecturas esencialmente eclécticas, como corresponde a su momento histórico, y con vocación monumental, fueron dando a Madrid una imagen cosmopolita y moderna que completaron bancos, hoteles de lujo o casinos y que reflejan un proceso de modernización muy evidente. Pero sin duda todo este proceso de modernización fue unido a un sentimiento de pérdida. Porque ¿qué Madrid desapareció? El Madrid romántico y el Madrid castizo; los cafés, las fondas, las tabernas y los teatros. Pero también desaparecieron el palacio del Marqués de Alcañices, el de la Duquesa de Nájera, el del Marqués de Casa Irujo 2. Con ello, la nueva arquitectura demostró el ocaso de la vieja aristocracia y la aparición de otra nueva, la aristocracia del dinero, es decir, una burguesía elitista que basó su riqueza en los negocios de la banca, en los ferrocarriles y en la propiedad inmobiliaria, esencialmente. Cuando en la década de los años sesenta, coincidiendo con la época del desarrollo, el eje de la Castellana se configuró como el escaparate de bancos, empresas y hoteles, es decir
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como un nuevo eje financiero, sus sedes de Alcalá y Castetambién las compañías de se- llana. En el segundo caso, hay guros levantaron edificios, que destacar que las compacomo La Unión y el Fénix, que ñías de seguros, siguiendo una ejemplificaron el pujante capi- política que llevan a cabo las talismo español3. En la actuali- grandes empresas, se han dad se observa un desplaza- apropiado de inmuebles muy miento hacia la zona norte de significativos, entre los que la ciudad, con una torre de ofi- hemos encontrado ejemplos cinas de Mapfre , próxima a la de palacetes barrocos, palacePlaza de Castilla, la sede de tes decimonónicos, viviendas Seguros La Estrella, en Caste- de lujo, edificios de oficinas y llana 130, o la de Seguros Axa bancos. Si pensamos que denen el complejo Azca, por citar tro de esta rica tipología hay edificios de Pedro de Ribera, sólo algunos ejemplos. Al hilo de estas reflexiones Miguel Aguado de la Sierra, hay que preguntarse si todos Antonio Palacios, Javier Carlos edificios se construyeron vajal y Rafael de la Hoz, condesde el primer momento cluiremos que el patrimonio como compañías aseguradoras. arquitectónico de estas empreLa respuesta es no, ya que las sas es muy relevante. Un capítulo aparte al que compañías aseguradoras adaptan inmuebles muy diversos nos ocupa es la fuerte inverpara sus funciones. Por esta ra- sión que el Consorcio de zón, el artículo se divide en Compensación de Seguros ha dos partes; en la primera se hecho en el sector inmobiliaanalizan los edificios construi- rio, para obtener una alta rendos específicamente para com- tabilidad y canalizar así el ahopañías de seguros y, en la se- rro de sus asegurados4. gunda, los adaptados a posteriori para las funciones asegu- COMPAÑÍAS DE SEGUROS radoras. En el primer caso, figuras tan representativas de N 1887, La Equitativa, nuestra cultura arquitectónica (Lámina 1), que era del siglo XX como López norteamericana, conOtero y Gutiérrez Soto fueron vocó un concurso para conselegidos por una gran compa- truir la sede social de su comñía, La Unión y el Fénix, para pañía en Madrid. El ganador
E
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Lámina 1. Edificio de La Equitativa. Grases Riera (1887-1891).
fue José Grases Riera, un catalán que compartió estudios con Antonio Gaudí, si bien su trayectoria profesional estuvo
ligada a Madrid, donde dejó importantes obras. En un primer momento sus trabajos revelan el eclecticismo domi-
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nante de fin de siglo. Superada esta etapa inicial, estudió la arquitectura francesa. Su obra más importante de aquel momento es el edificio de La Equitativa. Por último, Grases Riera nos dejó uno de los pocos edificios modernistas que existen en Madrid, el Palacio Longoria, que actualmente alberga la Sociedad General de Autores y Editores5. Antes de realizar el trazado de La Equitativa, Grases debió de conocer un proyecto de 1878, publicado en la revista Ilustración Española y Americana6, de los arquitectos franceses Albert Duclós y William Klein, y trabajó sobre él. El resultado fue un espléndido edificio en rotonda, sobre la que elevó una torre. Dotó a las dos primeras plantas de unas magníficas lámparas de hierro de exquisito dibujo e introdujo el tema iconográfico del elefante, símbolo, entre otras cosas, de la fuerza 7. El edificio se terminó en 1891. En el año 1922 fue comprado por Banesto y reformado en su interior por Joaquín Saldaña para convertirlo en entidad bancaria. Uno de los edificios más característicos de la iconografía
madrileña se lo debemos al encargo de una poderosa compañía aseguradora. Se trata de La Unión y el Fénix, (Lámina 2) resultado de la fusión, en 1879, de La Unión, fundada en 1856, y de El Fé nix , que se creó en 1864. El solar del edificio fue el resultado de cinco viejas casas derruidas. El lugar, en el arranque de la Gran Vía, era y sigue siendo realmente privilegiado y de un gran impacto urbano, y esto fue sabiamente aprovechado con un edificio planteado en rotonda, que dignificó la ciudad que la nueva sociedad reclamaba. Dada la importancia del proyecto, se convocó un concurso internacional al que concurrieron, en septiembre de 1905, doce arquitectos españoles y seis franceses. El premio fue para los franceses Jules y Raymond Fevrier, si bien fue el español Luis Esteve quien dirigió las obras8. El resultado fue extraordinario, resolviéndose en un ma jestuoso y grandilocuente estilo francés, derivado del estilo Segundo Imperio de mediados del siglo XIX. El solar, en triángulo agudo y con una marcada esquina, llevó a los
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Lámina 2. Edificio de La Unión y el Fénix, proyectado por Jules y Raymón Fevrier y cuyas obras dirigió Luis Esteve (1905-1910). Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 77-93
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autores a concentrar toda la tensión del proyecto en el chaflán. Dividido en tres secciones, fue ganando en complejidad según subía en altura. La sencillez de los vanos del primer piso se rompía en una rotonda de parejas de columnas corintias de orden gigante, que enmarcaban el balconaje y sostenían un tercer piso sobre cornisa rota neobarroca. Sobre los entablamentos de las columnas se situaron grupos escultóricos de Saint-Marceaux, Benlliure, Landousky y Lambert9. Guirnaldas, óculos, el letrero con el nombre del propietario y un conjunto escultórico daban forma a la base de la cúpula de pizarra, ricamente decorada. El edificio, al que hay que reconocerle gran acierto en la escala y en los alzados, fue vendido en 1975 a otra aseguradora, que retiró el grupo del Ave Fénix y colocó una Victoria de Federico Coullant Valera. Hijo de Lorenzo, autor del Monumento a Cervantes en la Plaza de España madrileña, Federico aprendió el oficio paterno y colaboró en el monumento a los hermanos Álvarez Quintero en los jardines del Retiro. Encargado de la Victoria, el nuevo símbolo
que corona el edificio de Metrópolis , la representó como una mujer desnuda y alada, ejecutada con un gran sabor clásico. Entre 1910 y 1917 se terminó de construir el primer tramo de la Gran Vía, comprendido entre la Calle de Alcalá y la Red de San Luis. Los edificios situados en este primer tramo fueron esencialmente centros recreativos, como la Gran Peña o el Círculo Mercantil e Industrial. Sin embargo, en 1915 y también en esta escenografía urbana inmejorable, la compañía de seguros La Estrella encargó su sede a Eduardo Reynals. Un año mas tarde, en la acera de enfrente y para la misma compañía, Pedro Mathet Rodríguez levantó un soberbio edificio, resuelto en la línea del eclecticismo internacional, con toda la fachada enfoscada en crema, cuerpos que sobresalen y torres de coronamiento monumental10. También en la Gran Vía, con vuelta a la Plaza de Callao, La Adriática levantó entre 1926-28 un edificio realizado por Luis Sáinz de los Terreros (1876-1936). Sáinz de los Terreros fue un arquitecto que
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ejerció una labor crítica desde las páginas de la revista La Construcción Moderna , de la que era codirector junto al ingeniero militar Eduardo Gallego. Además, fue presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana, presidente de la Diputación Provincial de Madrid y decano del Colegio de Arquitectos, a cuyo frente le sorprendió el inicio de la Guerra Civil. Su relevancia se explica no sólo por la obra construida, sino por la influencia que ejerció desde sus cargos públicos. Hombre y arquitecto conser vador realizó para la compañía de seguros La Adriática un edificio a gran escala que culminó con un potente templete circular, que da gran empaque al conjunto11. El hombre que llevó a cabo la ciudad universitaria de Madrid, Modesto López Otero (1885-1962), fue elegido por La Unión y el Fénix para construir su edificio en la calle de Alcalá12. Nacido en Valladolid, fue estudiante y luego catedrático en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde ejerció una importante labor docente. Cuando se graduó, en 1910, viajó a Viena y a EE.UU., lugares en los que conoció de primera mano la arquitectura
de la Seccessión vienesa y de la Escuela de Chicago. De vuelta a Madrid y en un eclecticismo muy depurado, hizo el Hotel Nacional y el Gran Vía. A continuación, recibió el encargo de la compañía aseguradora. Este edificio supuso para el arquitecto, ayudado por su discípulo Miguel de los Santos, una síntesis de su pensamiento. Pocas veces se dan tantas dificultades para llevar a cabo una obra marcada por las condiciones del cliente, las autoridades municipales y la naturaleza del propio solar, contiguo a la iglesia de las Calatravas. López Otero, en un artículo revelador13, expuso cómo el Consejo de Administración de la compañía propietaria quería un edificio que sirviera de reclamo publicitario; para ello, era necesario realzar el Ave Fénix, símbolo de la empresa. Además, la compañía no aceptaba la arquitectura moderna. El programa encargado constaba de locales comerciales, oficinas de la entidad y oficinas de alquiler, con la exigencia de una fachada de piedra y un respeto máximo por la iglesia, sobre todo por su cúpula. El resultado fue de una gran eficacia, al enlazar con la vecina iglesia de las Catalanas
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(1670-1678) y componer con del racionalismo madrileño. ella una unidad urbana. Para Tras la Guerra, fue el principal ello, López Otero proyectó un impulsor de la arquitectura aucuerpo apaisado, que abarca tárquica, con gran influencia todo el solar rectangular, y una en otros arquitectos. Además, torre de oficinas en alquiler, ejerció la docencia desde la desplazada al fondo del edifi- ciudad, sin pisar las aulas, pues cio. Además de esta integra- carecía de esa vocación. Por ción de volúmenes, también último, utilizó un eclecticismo optó por armonizar con la pragmático que no se ajustaba iglesia a través de detalles de- a los criterios de la ortodoxia corativos y ornamentales. dogmática. Fue precisamente Modesto López Otero de- el edificio de La Unión y el Fédicó el resto de su vida a la di- nix el que inició ese tercer y rección de las obras de la Ciu- último tramo de su carrera. dad Universitaria de Madrid. Sobre el solar del palacio de De hecho murió cuando tra- Montellano, en el Paseo de la bajaba en el proyecto de la Fa- Castellana, la compañía asegucultad de Ciencias Políticas y radora convocó un concurso Económicas. restringido que fue ganado, en La obra del arquitecto Luis 1965, por Gutiérrez Soto. Gutiérrez Soto (1900-1977) La propiedad, según el arrepresenta un papel funda- quitecto, se equivocó15 al planmental en la arquitectura espa- tear la división del extraordiñola del siglo XX, ya que supo nario solar en dos partes. En interpretar las aspiraciones y una de ellas haría su edificio las necesidades de la sociedad social, y vendería a buen precio española, y abarcó casi todas el solar sobrante, que se habría las tipologías posibles en todo valorado con el edificio que el territorio nacional. Sin em- iba a construir. Sin embargo, la bargo fue Madrid, y la vi- empresa cambió de idea y en vienda colectiva, lo que mejor cargó finalmente que ambos se caracterizó su labor profesio- dedicaran a oficinas. Lo malo nal. Según M. Ángel Balde- fue que ello se decidió cuando llou, su extensa obra se puede ya estaban hechos los cimienclasificar en tres etapas 14.Du- tos de la torre. Ésta sirvió de rante el periodo 1923-1936 pedestal al grupo del Ave Féfue uno de los protagonistas nix, traído de la sede anterior. Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 77-93
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El Ave Fénix pertenece a la pintura de la cúpula del salón mitología egipcia y, en la ico- de actos, con capacidad para nografía cristiana, simboliza la seiscientas personas, y el mural Resurrección. Cuenta la mito- de la entrada son obra de Valogía que cuando el Ave Fénix quero Turcios. ve que su muerte está próxima, se construye un nido con ma- TIPOLOGÍAS ADAPTADAS A deras impregnadas de resinas, COMPAÑÍAS DE SEGUROS se expone a los rayos del sol y muere, surgiendo de las ceniO N M UC HO S los ejem16 zas otra Ave Fénix . plos de empresas que, después de los trabajos Este rascacielos se convirtió desde su construcción en un de adaptación pertinentes, cuihito en el paisaje de la Caste- dan los edificios históricos con llana. Su revestimiento de pie- gran esmero, contribuyendo a dra negra y pilares de bronce su conservación con el uso. tiene un marcado carácter claEn este sentido, la compañía sicista. El proyecto tenía, y si- de seguros La Atlántida ocupa gue teniendo, una gran capaci- el Palacio de Miraflores dad de convicción como edifi- (1730-1733), construido por el cio-anuncio y como juego de gran arquitecto del barroco volúmenes muy bien articula- madrileño Pedro de Ribera, dos, con una fuerza ascensio- que elaboró un estilo propio, nal provocada por la fachada, influenciado por el talento de estriada en sus huecos, y por Churriguera y la sistematizalos macizos continuos y traba- ción de Teodoro de Ardemans. jados hacia fuera, como si fue- Realizado en la plenitud crearan columnas. Se situó per- dora del artista, cuando tenía pendicular al Paseo de la Cas- cincuenta años de edad, cuenta tellana para que pudiera verse con una fachada de gran exdesde lejos17. Fue inaugurado presividad, con una magnífica en 1971, y todos los detalles de portada y con huecos enmarla obra salieron del estudio de cados por ricas molduras de Gutiérrez Soto, quien al pare- piedra. Hay que tener en cer soportó con dificultad la cuenta que con la llegada de sobrecarga de trabajo. La em- los Borbones (Felipe V, 1700) presa constructora fue Agro- la calidad artística de los palaman. Hay que destacar que la cios aristocráticos mejoró no-
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tablemente, coincidiendo con Real Academia de la Lengua la política de embellecimiento Española. Pensionado en de la ciudad del monarca y de Roma, estudió el arte clásico, sus ministros. El arquitecto impregnándose de valores Roldán García acondicionó el como el orden, la simetría y el interior para el funciona- ritmo, que ya no le abandonamiento de la compañía de se- ron nunca en el ejercicio proguros. Fue declarado monu- fesional. Su obra fue escasa, mento nacional en 1976, tras pues estuvo dedicado a la enun intento de derribo18. señanza de la arquitectura en Además del palacio barroco, la Escuela de Madrid, de la los palacetes decimonónicos que fue director entre 1888 y han sido muy demandados por 1896. En la arquitectura pri vada cabe destacar este palalas empresas. cete, ejemplo de los que en el Mapfre ocupa desde 1934 el siglo XIX flanqueaban el Pabellísimo palacete del Duque seo de Recoletos. De magníde Elduayen, en el inicio del fica traza y ejecución, consta Paseo de Recoletos, cuidán- de cuatro plantas sobre zócalo. dolo con auténtico esmero y De todas ellas destaca la prinhaciendo que su uso burocrá- cipal, a base de frontones y tico no vaya en detrimento de balcones volados en piedra. sus valores artísticos e históri- Los detalles y molduras son cos. José de Elduayen y Go- exquisitos19. rriti, ingeniero de Caminos y Las viviendas de lujo de los casado con la Princesa de Ratibor, fue desde 1863 ministro primeros años del siglo XX, de Ultramar, Estado y Gober- construidas para la aristocracia nación, y presidente del Se- o la alta burguesía, grupos sonado. Su residencia madrileña ciales que demandaban una arera un claro ejemplo de la quitectura refinada y cosmocasa-palacio de la época, en polita con tendencia monudonde se celebraba la vida so- mental, también fueron solicicial. Contaba con comedor de tadas -dada su representabililujo, sala de música y salón de dad- por las compañías de sebaile, adornados ricamente. El guros. arquitecto fue Miguel Aguado Dentro de esta tipología, Joade la Sierra (1842-1896), cuya quín Roji dirigió una casa de obra más importante fue la pisos de alquiler para el MarRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 77-93
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qués de Amboage, que en la actualidad ocupa la compañía de seguros Plus Ultra. Premio a la mejor casa construida en Madrid en el año 1915, ocupa parte del solar del antiguo Palacio de los Duques de Medinaceli. Está situada en la Plaza de las Cortes y posee un gran efecto de dinamismo y sentido urbano20. En la Plaza de Cánovas del Castillo, mirando a la fuente de Neptuno, Sudamérica de Se guros se instaló en un bloque de viviendas que Antonio Palacios construyó para el Conde de Bugallal entre 1913-191721. Como era frecuente en este tipo de edificación de principios del siglo XX, la planta baja se dedicó a tiendas, el piso principal a la vivienda del propietario y el resto se destinó a pisos de alquiler. Debido a su proximidad al Hotel Palace , el arquitecto cuidó establecer una perfecta armonía en las alturas, por considerar que en las grandes plazas monumentales en rotonda tenía que existir una correlación, más que en ningún otro conjunto urbano. Sin embargo, a pesar de buscar esa armonía, Palacios, como cuenta en la memoria del pro yecto 22, añadió un torreón en ángulo coronando el edificio.
Como dato curioso hay que destacar que el arquitecto ensayó aquí por primera vez sus miradores con vidrios curvos. El edificio fue reformado en 1930 por Bernardo Giner de los Ríos. Sobre el solar del antiguo convento-colegio de San José de Cluny, en el Paseo de la Castellana, se levantó un bellísimo edificio para oficinas, que ahora está ocupado por una compañía de seguros. El pro yecto, que data de 1978, lo encargó la empresa Dorasa, S.A. y la Compañía Adriática lo adquirió en fase de construcción, trasladándose al edificio en noviembre de 1980. Actualmente está ocupado por Allianz-Ras Seguros. El proyecto fue diseñado por Javier Carvajal (Barcelona, 1926), otra de las figuras clave de la arquitectura contemporánea y profesional de amplia temática, como demuestran sus grandes edificios (el Pabellón de Nueva York o la Torre de Valencia) o sus obras más modernas, como la decoración de tiendas, la construcción de viviendas unifamiliares, de iglesias, de edificios docentes, oficinas, etc. Hombre con capacidad para desarrollar tareas múltiples, destaca igualmente
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por su labor docente como ca- entrada por la calle de Setedrático de Proyectos en la rrano, y el de Seguros Catalana Escuela de Arquitectura de Occidente (1972), en Castellana Madrid y en la de Navarra. nº 50 (Lámina 3). El edificio que nos ocupa Los arquitectos Rafael de la caracteriza muy adecuada- Hoz y Gerardo Olivares realimente la obra de Carvajal. Es zaron un edificio que parece nítido, cristalino y de armo- suspendido en el espacio. El niosos volúmenes. Los factores solar suponía un gran prodecisivos en la composición blema debido a los desniveles general del inmueble fueron el del terreno, que fueron aprovesolar, que se vió afectado por el chados para minimizar la prePlan General del Paseo de la sencia física del edificio, inteCastellana, con una fuerte li- grando la mayor parte bajo sumitación constructiva de or- perficie. El principal interés den urbanístico, y la altura, del Edificio Castelar , como es restringida a nueve plantas. conocido por su situación en Resultó un solar edificable en esta plaza, reside en la noveforma de triángulo rectangu- dad estructural que incorpora: lar, con el vértice más agudo una estructura colgada y una hacia la calle de Martínez segunda fachada de cristal. De Campos. Por eso, Carvajal di- esta manera se permite el má vidió el inmueble en dos zonas ximo paso de luz a las instalaclaramente definidas: un cilin- ciones interiores. Sin embargo, dro opaco de hormigón en el debido a la climatología de lado derecho, destinado a los nuestro país, los edificios se elementos de servicios, y un recalentaban demasiado. Raprisma cristalino reflectante en fael de la Hoz resolvió este el lado izquierdo, para las ofi- problema introduciendo la cinas. Estos dos lenguajes ex- gran novedad del escudo térpresivos confieren una gran mico, técnica desarrollada en energía al edificio, que fue pre- un proyecto de investigación miado en 1980 por el Colegio financiado por Cristalería Esde Arquitectos de Madrid23. pañola. Además, pensó en las En los terrenos de la antigua molestias que la inflexión del Huerta de Cánovas se levanta- sol provocaría en los vecinos, ron los edificios de la Emba- solucionándolas mediante un jada de EE.UU. (1955), con tratamiento en flou al halo exRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 77-93
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Lámina 3. Edificio de Seguros Catalana Occidente . Rafael de la Hoz (1972).
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terior, que dota al edificio de Mutua Madrileña Automovilísdiferentes tonalidades, depen- tica . Esto hizo que su consdiendo de la luz. trucción durase hasta 1987. El primer destinatario del En la actualidad, la Mutua lo edificio iba a ser el Banco Coca. tiene alquilado a Seguros CataSin embargo, tras su desapari- lana Occidente . El edificio fue ción pasó al Banco Español de premio Dragados y ConstruccioCrédito, a través de su sociedad nes en 1987 por su resolución filial Castelar, S.A., que a su estética y por el avance tecnovez lo vendió, en 1985, a la lógico de su construcción 24.
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NOTAS 1 Sanz García, José María (1976), ”Desarrollo topográfico e histórico del seguro madrileño”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, T. XII, pp. 255-274. 2 Giménez, Carmen (1985), “La implantación de la gran banca en la calle de Alcalá y sus repercusiones urbanas”, II Simposio de Urbanismo e Historia Urbana, pp. 1010-1019. 3 Rueda Laffond, Carlos (1991), ”El eje Prado-Recoletos-Castellana. Espacio social de prestigio de las elites urbanas y espacio de manifestación publica en el Madrid de inicios de siglo”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, T. XXX, pp. 553-576. 4 Castilla, Javier y Ruiz Escribano, Gloria (2001), El patrimonio inmobiliario del Consorcio de Compensación de Seguros, Consorcio de Compensación de Seguros, Madrid. 5 Giménez, Carmen (1998), “Banco Español de Crédito”, en Arquitectura Bancaria en España, Electa, Madrid, pp. 232-233. 6 (1878), Ilustración Española y Americana, p.309. 7 Cirlot, Eduardo (1978), Diccionario de Símbolos, Nueva Colección Labor, Barcelona, p.181. 8 Alonso Pereira, José Ramón (1985), Madrid, 1898-1931. De Corte a Metrópoli, Comunidad de Madrid, Madrid, p. 29. 9 Sanz García, J.M. (1976), “Desarrollo topográfico e histórico del seguro madrileño”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, p. 263.
10 Del Corral, José (1980), “La Gran Vía”, Instituto de Estudios Madrileños , Espasa-Calpe, T. 66. 11 Navascués, Pedro (1993), Arquitectura Española 1808-1914, EspasaCalpe, Madrid, pp 536-537. 12 Incomprensiblemente no existe aún una monografía sobre este importante arquitecto. Remito para su estudio a Urrutia, Ángel (1997), Arquitectura española. Siglo XX, Cátedra, Madrid, pp. 224-228 y (1963), “Homenaje póstumo a López Otero”, Revista Arquitectura, nº 49, pp.6-7. 13 López Otero, Modesto (1933), “El nuevo edificio de la Compañía de Seguros La Unión y el Fénix Español” , Revista Arquitectura, nº 222, pp.327. 14 Baldellou, Miguel Ángel (1997), Gutiérrez Soto, Electa, Madrid. 15 VV.AA. (1983), La obra de Luis Gutiérrez Soto, COAM, Madrid, p.282. 16 Humbert, Juan (1972), Mitología Griega y Romana, Gustavo Gili, Barcelona, pp. 294-295. 17 Gutiérrez Soto, Luis (1971), “Edificio Fénix, Madrid”, Revista Temas de Arquitectura , nº 149, pp. 76-106. Este artículo recoge las plantas y alzados del edificio. 18 VV.AA. (1984), Guía de Madrid, COAM, Madrid, p.199. 19 Azorín, F. y Gea, I. (1990), La Castellana escenario de poder, La Librería, Madrid, pp.87 y Navascués, Pedro (1973), Arquitectura y arquitectos madrileños del siglo XIX, Instituto
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LA EMPRESA EN LA CIUDAD. COMPAÑÍAS DE SEGUROS EN MADRID de Estudios Madrileños, Madrid, pp. 280-281. 20 VV.AA. (1982), Guía de Arquitectura de Madrid, COAM, Madrid, p.192. 21 VV.AA. (2001), Antonio Palacios, constructor de Madrid, Catálogo-Exposición, Ministerio de Fomento, Madrid, pp.83-84. Es numerosísima la bibliografía sobre este arquitecto gallego. El libro citado recoge exhaustivamente los estudios que se han publicado sobre su obra y su figura.
22 Archivo de la Villa de Madrid. 23 VV.AA. (1991), Javier Carvajal, COAM, Madrid. Además de esta monografía, sobre este edificio se puede consultar: (1980), “Edificio de oficinas, Paseo de la Castellana 47”, Revista Arquitectura, nº 222, pp. 48-51. 24 Ceño, Mónica (1986), “Edificio Castelar”, Trazos, nº 9; (1987), “Castelar, edificio singular”, Panorámica de la construcción, nº 45 y (1998), “Banco Coca”, en Arquitectura bancaria española, Madrid, Electa, pp. 171-173.
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LA GLOBALIZACIÓN EN LA HISTORIA AGUSTÍN GONZÁLEZ ENCISO*
La globalización no es un fenómeno nuevo. Por más que hoy se den condiciones di ferentes -sobre todo por las nuevas posibilidades tecnológicas-, la globalización ha acompañado todo el proceso de desarrollo de la economía desde antiguo. Se podría decir que la historia económica es la historia de la globalización. Esta identidad esencial es la que hace posible que enfoquemos la historia desde esta perspectiva y que podamos aprender alguna de sus lecciones que pueden ser pertinentes para conducir el proceso de globalización en nuestros días. El enfoque que aquí se toma tiene en cuenta, sobre todo, las cuestiones éticas de fondo de cara a conseguir un desarrollo armónico. Palabras clave: globalización, Historia, Ética.
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A GLOBALIZACIÓN ,
o mundialización, empieza a ser un tópico demasiado manido; no obstante, es necesario hablar de ello porque en ello estamos hoy más que antes. En puridad, la globalización afecta a todos los aspectos de la vida, pues la comunicación mundial -la famosa aldea globalhace que todas las cuestiones sean compartidas, tanto las
políticas y culturales, como las económicas. Por ello, con viene recordar que reducir la globalización a los factores económicos es un error1. Aquí hablaremos del fenómeno que nos ocupa desde una perspectiva preferentemente económica, pero intentaremos no descuidar su relación con otras cuestiones a la hora de hacer una valoración en cada caso.
* Agustín González Enciso es Catedrático de Historia Moderna y P rofesor Ordinario de Historia Económica de la Universidad de Navarra.
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Otra cuestión previa a con- recuerdan lo difícil que es llesiderar es el hecho de que la gar a todos. globalización no es, a pesar de Esta última consideración todo, completa. Es decir, hay tiene un doble objetivo. Uno muchos mundos fuera de la quiere ser profundo, recordar globalización, bien porque es- que riqueza y pobreza están a tán más aislados de los intere- menudo muy cerca, al otro ses comunes, bien porque, aun lado de la calle -literalmente-, estando relacionados, respon- y no por ello los ricos resuelden a mercados muy protegi- ven los problemas de los podos que les apartan de una di- bres si no se lo proponen. El námica global que intenta mo- otro objetivo es interesado verse en mercados más abier- para la perspectiva histórica: si tos; o sencillamente, porque hoy la globalización no es tono están capacitados para tal, parece lícito hablar de gloadaptarse a ese entorno gene- balización en el pasado y hacer ral. Por comenzar ya con un las comparaciones pertinentes. entonces tales proceapunte histórico podemos re- Aunque fueran más reducidos, no cordar lo que se dice en los li- sos de ser procesos de bros cuando se habla de revo- dejaban globalización en los que se lución industrial: la revolución creaban condiciones económiindustrial comienza en Gran cas más complejas que iban inBretaña a finales del siglo tegrando más países y sectores XVIII. Pues bien ¿cuántas re- sociales. giones de ese país estaban inLa globalización económica tegradas entonces, e incluso suscita, cuando menos, una mucho más adelante, en esa triple reflexión: aceptar el hepequeña economía global que cho, manifestar una actitud y unas condiciones de revolu- vivir de esperanza. Primero, la ción industrial presuponen? aceptación del hecho exige el ¿Cómo se fueron integrando a reconocimiento de que todo las nuevas circunstancias los crecimiento económico ha países que fueron detrás? Por sido y es globalización. La otra parte, las bolsas de po- perspectiva histórica de la que breza o de subdesarrollo que nos vamos a ocupar en este todavía hoy subsisten en los trabajo así intentará mostrarlo. países del «primer mundo» nos La globalización no es, en sí Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 95-117
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misma, nada nuevo, por lo tanto, en segundo lugar, la actitud que hay que manifestar es la de siempre ante el hecho económico: una actitud empresarial activa que afronta un escenario que cambia y que normalmente se amplía. Un segundo aspecto de esta actitud es uno de los que se debe mostrar ante el hecho histórico: intentar aprender de los aciertos y de los errores; aprender también de los cambios, pues lo que en un momento pudo ser acertado, más tarde puede no serlo tanto, y al revés. Finalmente, en tercer lugar, la esperanza que cabe tener es la de que los nuevos modos del capitalismo sean de verdad responsables, no sólo para que hagamos buen uso de las instituciones que nosotros mismos nos demos2 (y la globalización precisa de nuevas instituciones, por cierto3), sino para que en todo momento, a través de la economía, se respete a la persona y se promueva una cultura de la solidaridad, de modo que el crecimiento económico que la globalización augura esté integrado con otro tipo de valores4. Y no sólo por respetar a aquéllos con quienes hacemos negocio. Parece evi-
dente que en las relaciones entre empresas, como entre indi viduos o naciones, «los mejores socios no son personas o instituciones con intereses idénticos, sino los que logran comprender los intereses de la otra parte»5. Está claro que la confianza entre socios favorece la cooperación, pero el interés debe llegar más allá, debe conseguir que «las relaciones basadas en el beneficio mutuo», como se dice en el mismo artículo citado, lleguen efectivamente a todos, no sólo a unos socios iguales. No parece que las cosas estén muy claras al respecto en estos momentos, ni desde la perspectiva internacional, ni siquiera desde la consideración que los efectos de la globalización crea en su mismo epicentro6. La historia demuestra que la expansión económica nunca se ha producido sola, sino que ha ido siempre unida a un paradigma político, social y ético, es decir, a un contexto integral de circunstancias sociales y de ideas. Por lo tanto, las consecuencias de tal expansión no han sido solamente los previsibles beneficios económicos, sino otros efectos perversos, casi siempre generadores de desigualdad social, porque en
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todo proceso de cambio hay ganadores y perdedores.
L AS MULTIN MULTINA ACIONA CIONALE LESS EN LA ANTIGÜEDAD
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libro, Moore y Lewis explican lo que ellos llaman el nacimiento de las multinacionales 7. Se pueden pueden explora explorarr ya en la Antigüedad una serie de factores que plantean unos problemas y unos retos que se convierten en soluciones empresa presaria riales les;; por ejempl ejemplo, o, asunasuntos de integración regional en la Edad Edad del Bronce, Bronce, búsqueda búsqueda permanente de recursos naturales en lugares lejanos como motivo de inversión y de acti vidad mercantil en Mesopotamia; organizaci organización ón de una una ecoeconomía liberal y monetaria en la Grecia Grecia clásica, clásica, que llevó a la sustitución de los fenicios en todo el mundo colonial mediterráneo; o la división división internainternacional del trabajo establecida en el Imperio Imperio Romano Romano.. Para Para conseguir logros mercantiles, fenicios y griegos consiguieron organizar organizar puertos francos, desarrollaron marcas de productos y fomentaron el conocimiento a través de la formación ción profesion profesional, al, tanto tanto en la industria como en el comercio. comercio. N UN ATR TRE EVIDO
Las grandes compañías que se formaron al socaire de esas posibilidades tenían ya sofisticadas formas de organización de su gobierno corporativo y de acuerdos acuerdos de cooperac cooperación. ión. Había una presencia internacional de productos en todos los lugares. En buena buena medida, medida, las difediferencias con nuestro mundo son más de grado que de esencia: cia: básicamen básicamente te se hacían hacían las mismas cosas. cosas. Antes el mundo mundo era más pequeño, pequeño, pero tamtambién los medios técnicos de que se disponía eran menores. En términos proporcionales proporcionales también entonces se cumplía la definición que hoy se da de globali globalizaci zación, ón, a saber saber,, la «ace «ace-lerada integración mundial de las economías a través de la produc producció ción, n, el comerc comercio io,, los flujos financieros, financieros, la difusión difusión tecnológica, tecnológica, las redes redes de inforinformación y las corrientes culturales»8. El término «acelerada» puede parecernos excesivo, pero quizás no lo sea tanto si tenemos en cuenta la realidad tecnológica de aquellas civilizaciones. Tomemos a los fenicios. cios. En el año año 980 antes de Cristo, Cristo, su rey Hiram I se propuso controlar las rutas comerciales de Asia 9. Para ara ello ello
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comenzó los acuerdos con Israel para explotar las rutas marítim rítimas as.. Haci Haciaa el año año 900, 900, menos de un siglo siglo después, después, los fenicios tenían inversiones en Israel, rael, Siria Sir ia y Ana Anato toli lia, a, en el el Mediterrán Mediterráneo eo oriental. oriental. En menos de otro siglo estaban presentes y controlaban todos los tráficos marítimos del Mediterráneo occidental 10 . E n poco más de de siglo y medio, medio, por lo tanto, tanto, con aquellos aquellos medios, medios, los fenicios se convirtieron en los líderes indiscutibles de un territorio que iba desde Persia hasta hasta Portuga ort ugal.l. El mism mismoo tiempo les costó a los Estados Unidos de nuestros días elevarse a la cate goría de líder económico mundial, mundial, si bien bien el territorio afectado era ahora más amplio. Por lo demás, el comercio comercio de asirio asirios, s, fenici fenicios, os, griego griegoss o romanos de la Antigüedad se basaba igualmente en una progresiva integración de los mercados que obligaba a tener constantemente en cuenta nuevos territorios y nuevas posibilida sibilidades, des, también también nuevos competidor competidores: es: se producía producía para esos mercados mercados,, circula circulaba ba el dinero metálico y se practicaba el préstamo préstamo financie financiero ro.. El desarrollo tecnológico fue menor -por eso se pudo llegar a ám-
bitos menos extensos e xtensos que hoy, hoy, pero existió, existió, como lo atestiguan atestiguan algunos avances en infraestructuras turas de comuni comunicaci cacione ones: s: los puertos «uno de los avances más notables de la época clásica griega» 11, o las las conoc conocida idass calzadas calzadas romanas, romanas, que permipermitieron también la mayor integración del interior. interior. Un aspecto interesante de esta globalización es la presencia de varias varias civilizacio civilizaciones, nes, a medio camino entre la competencia y la la cooperación. cooperación. FeniFenicios, cios, cartagi cartagines neses, es, etrusco etruscos, s, griego griegos, s, egipc egipcios ios,, se repar repartí tían an distintos ámbitos del Mediterráneo: rráneo: entre todos todos lo domina domina-ban mejor porque los medios no permitían esa acción a uno solo, solo, aunque aunque,, según según las épocas, épocas, unos dominaran más que otros. otros. Bien es es cierto cierto que la transición de situaciones del mayor dominio de unos al de otros se resolvía con conflictos bélicos, pero en la paz la inteintegración mercantil era intensa. De modo práctico práctico,, se reprodureproducía casi a la letra la consideración de Aristóteles sobre el comercio internacional, a saber, saber, que es algo ligado a la naturaleza, ya que que ésta ha ha dotado dotado a unas tierras de unos productos y a las demás de otros diferentes. Aparte de de la reflexión reflexión filo-
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sófica, sófica, Aristóteles Aristóteles no dejaba dejaba de siguió un alto grado de intedescribi describirr lo que veía, veía, como gración, gración, también también de de mejoras mejoras tantos filósofos y teóricos de la locales al relacionarse los ámeconomía hicieron en los si- bitos provinciales en el conglos posteriores hasta nuestros junto; junto; la contraparti contrapartida da fue el días. control control estatal, estatal, que establecía establecía El desarrollo del Imperio rigideces tanto por las exigenRomano, Romano, con un un Estado Estado más cias del control como por las necesidades, que superaban superaban las las fuerte y poderoso poderoso,, introdujo introdujo en necesidades, la práctica el concepto de cen- posibilidades técnicas de su mantenimiento nto.. Las necesidanecesidatralización y división interna- mantenimie cifraban, n, sobre sobre todo todo,, en cional del trabajo al servicio de des se cifraba exigencias as militares. militares. A parun centro centro dominan dominante, te, Roma y las exigenci sus necesidades en los diferen- tir del siglo II después de tes territori territorios. os. El Imperio Imperio Ro- Cristo se llegó al punto de mano practicaba ya la teoría de unas graves deseconomías de Ricardo sobre la ventaja rela- escala que empezaron a desunidad, por vía vía tanto tanto tiva de cada territorio, territorio, que di- truir la unidad, cho autor observó también en de elevación de precios y de impuestos, como por la debilidebilisu época. época. Seguía existiendo existiendo la la impuestos, que cooperación, cooperación, pero ahora ahora había había dad política y militar también también un árbitro director director,, la acabó apareciendo 12. autoridad autoridad romana romana,, que además además Parece Parece evidente que la glose convertía en poderoso de- balización centralizada tiene mandante cuando había que unos límites, límites, que están están en funfunabastecer a las legiones disper- ción de la capacidad de consas por por el Imperio, Imperio, o a la capicapi- trol. Esa capacid capacidad ad es a su vez vez tal. función tanto de cuestiones políticas, como de posibili posibilidadaLas autoridades romanas políticas, técnicas. Superados Superados aqueaquecontribuyeron a cohesionar la des técnicas. economía imperial mejorando llos límites se impone la descentralización, ón, la subcontrat subcontrataalas comunicaciones terrestres y centralizaci autodeterminación ción legislando en orden a los as- ción, o la autodetermina pectos económicos. económicos. Todo ello de los distintos ámbitos o territorios, según de qué se trate. trate. supuso y favoreció la especiali- rritorios, zación de los diferentes terri- Los romanos no consiguieron torios. torios. Este amplio amplio modelo de completar ese proceso por el globalización globalización económica con- excesivo predominio de los Revista Revista Empresa Empresa y Humanis Humanismo, mo, Vol. V, Nº 1/02, 1/02, pp. 95-117 95-117
GLOBAL ALIZ IZA ACIÓN CIÓN EN LA HIST HISTOR ORIA IA LA GLOB
objetivos objetivos políticos políticos,, y la cohecohesión se rompió. rompió. Algo pareci parecido do les ocurririó a los españoles en el siglo siglo XVII. XVII. La historia historia de de Filipinas, Filipinas, demasiado demasiado alejada alejada de sus centros superiores de decisión, decisión, también también parece parece responder a este esquema13.
micos similares, similares, que ejemplifi ejemplifi-can el alto grado de unidad que, que, a pesar pesar de de todo todo,, tenían tenían las economías occidentales en aquellos momentos14. En esa Europa Europa,, no exenta exenta de conflicto conflictoss militares, militares, floreciero florecieronn los comerciantes internacionales que realizaban todo tipo de operaciones operaciones (comercio, (comercio, indusUROPA MEDIEVAL MEDIEVAL, UNA EUROPA tria tria,, banc banca, a, giro giro,, camb cambio io,, prés prés-REPÚBLICA ICA DE MERCAD MERCADERE ERESS» «REPÚBL tamos) al hilo de unas regulaERO ER O ANT NTE ES de llegar al ciones que permitieron el deImperio Español se da sarrollo de la actividad merotro modelo de globa- cantil. cantil. Se organizaron organizaron en comlización descentralizada y coo- pañías con un núcleo familiar perativa perativa de notable notable interés, interés, el y socios cambiantes cada de la Europa Europa medieval, medieval, sobre sobre cierto tiempo tiempo.. Solían tener tener una todo en occid occidente, ente, una vez que que casa central en una ciudad imse superaron los largos siglos portante y factores por todas de la incertidumbre posterior a partes, partes, desde desde el Báltico Báltico al Mar la desaparición del Imperio Negro. Negro. Desde los extremo extremoss euRomano. ropeos, ropeos, se conectab conectabaa con las las A partir del siglo XI creció terminales de las caravanas la población europea en canti- que atravesaban otros contidel viejo mundo, mundo, singusingudad, en poder poder adquisit adquisitivo ivo y nentes del también en una progresiva larmente de Asia. Venecia fue -aunque lenta- diversidad so- una ciudad fundamental en los cial; cial; se renovó renovó la técnica técnica y la tráficos que enlazaban desde Trebisonda y Tana, en el Mar cultura; se construyeron construyeron cate- Trebisonda Negro, hasta el occiden occidente te eudrales, una apasionante apasionante aven- Negro, ropeo. Génova Génova era era su gran tura no menos empresarial que ropeo. espiritual; espiritual; se colonizaro colonizaronn terri- competidora en este ámbito. lado, Brujas hacía hacía torios vacíos, vacíos, crecieron crecieron las las ciu- Por el otro lado, dades y se formaron los reinos, las conexiones de las rutas del origen de los posteriores Esta- sur con las del Báltico. dos-nación. dos-nación. En todas todas partes partes se Pero la conexión desde de sde los reprodujeron esquemas econó- Países Bajos hasta el norte de
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Italia era, al principio, por tie- pero, sobre todo, y unido a lo rra. La presencia de los reinos anterior, desde 1277 se abrió la musulmanes en el sur de la pe- ruta de navegación por Ginínsula Ibérica dificultaba el braltar, antes cerrada a los crisitinerario marítimo. En este tianos. Esa ruta estaba ya afirsentido, la historia de la globa- mada hacia 132016. lización medieval tiene dos A partir de ese momento se partes cuya división se encuen- modificaron los itinerarios tra entre finales del siglo XIII mercantiles. Si antes se podía y comienzos del siguiente. En trazar una línea Brujas-Troyesla primera parte, el centro norte de Italia, para enlazar neurálgico de los negocios es- con las rutas orientales, desde taba en las ferias de Cham- aquellas fechas el itinerario dio paña, al nordeste de Francia, la vuelta por mar a la Penínun lugar estratégico donde sula Ibérica, con lo que se inconfluían los tráficos de Italia, tegraron mucho mejor todos los Países Bajos, Alemania y la los territorios del Mediterrámisma Francia. Hacia 1300 las neo occidental y de la fachada ferias de Champaña se habían atlántica, desde Sevilla hasta modernizado y llegaron a ser Londres. Toda la geoestrategia un auténtico mercado finan- económica cambió y dio un ciero, más que un simple mer- primer e importante vuelco cado, como lo fueron en sus hacia el Atlántico. inicios15. Eso les permitió ejerDado que no había ningún cer un fuerte predomino sobre Estado fuerte y dominante, sus rivales. Pero el escenario toda Europa fue en realidad fue modificándose con cam- como una «república de merbios políticos y económicos: el caderes», con un impresiocomienzo de la Guerra de los nante desarrollo que culminó, Cien Años afectó profunda- una vez superados los peores mente al territorio de Cham- efectos de la peste negra de paña, el crecimiento de la pro- 1347-1350, con el estableciducción textil en las ciudades miento definitivo «de lo esenitalianas modificó su oferta y cial de la estructura, de las técposibilidades, también las fe- nicas de un audaz capitalismo» rias de Flandes aumentaron su ya en los siglos XIV y XV 17. El capacidad de atracción al mo- comercio marítimo era basdificar su modo de operar; tante libre y las regulaciones Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 95-117
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en este campo aún escasas, nían, o desaparecen determiaunque tendían a aumentar. Es nados obstáculos. Entonces decir, se vivía el capitalismo y parece que el mundo es nuevo, la globalización en amplios te- y en cierto modo lo es. rritorios, mucho antes de que También en la Europa meocurrieran fenómenos como el dieval, como antes, la técnica descubrimiento de América, el imponía unos límites e impenacimiento del protestan- día un control total de los protismo, o la configuración defi- cesos; todo ello exigía la coonitiva de los grandes Estados peración, no exenta de compenacionales. tencia de rivales. El modelo Todo eso vino después. No era entonces algo distinto al de obstante, también entonces el la Antigüedad. Tanto en tiemobjetivo era todo el mundo: pos del Mediterráneo fenicio o recuérdese a Marco Polo, así griego, como en el de los rocomo las monedas europeas manos, su mundo era el más encontradas en China, testigos desarrollado; fuera estaba la de la integración comercial barbarie, aunque había algunos universal. Ese deseo de llegar a productos interesantes que más mercados acabó provo- conseguir en esos extremos. cando, primero, una mayor re- En la Edad Media, sin emlación con el norte de África, bargo, a la civilización crispara atraer hacia Europa el oro tiana se oponía la musulmana del Sudán, y más tarde el des- -barrera prácticamente infrancubrimiento de América. No queable- y más allá, los mones la realidad de un mercado goles, los hindúes y, sobre integrado lo que crea la globa- todo, los chinos. Cada uno de lización, sino que es la propia esos mundos suponía otras dinámica expansiva inherente culturas, algunas de las cuales a la vida económica la que se podrían considerar todavía, acaba integrando nuevos mer- antes de 1500, más avanzadas cados. La globalización no se que la Europa cristiana en munos impone, la creamos. Ocu- chos aspectos materiales y sorre que, en un momento dado, ciales. Es decir, Europa tenía se es consciente de que se está que negociar con civilizaciones dando un paso hacia adelante, iguales o superiores, que a su o aparecen unos medios que vez eran otros tantos modelos poco tiempo atrás no se te- de globalización, otras econoRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 95-117
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mías-mundo, como diría Braudel18. No se trataba de mundos cerrados, sino que tanto por su dinamismo, como porque no podían autoabastecerse en el interior de su totalidad, se relacionaban con el exterior. No obstante, eran mundos poco penetrables entre sí, podríamos decir que se trataba de economías sólo tangentes. Al otro lado de la frontera cristiana, el océano Índico funcionaba como otro elemento aglutinador de una economía -mundo que contaba con regiones tan amplias como África oriental -Mozambique-, Arabia, la India, y la Indochina, las islas de las especias. Al norte estaba toda la cultura china. Entre el mundo cristiano y el mundo musulmán había diferencias de talante. Mientras en el mundo cristiano se avanzó en las técnicas mercantiles y se fue transformando la sociedad, el mundo musulmán mantuvo en todos sus territorios un esquema autocrático que todavía hoy sigue impidiendo el reparto de las riquezas. En cualquier caso, las sedas, perlas y especias orientales llegaron cada vez más a la Europa cristiana que tuvo que
buscar afanosamente el metal precioso que necesitaba, tanto para cubrir los pagos de un comercio deficitario con su civilización vecina, como para engrasar su cada vez más dinámica economía. Si en el modelo de la Antigüedad había una relación entre las diferentes culturas que se entendían en el Mediterráneo, en el modelo medieval se opusieron dos globalizaciones tangentes, que colaboraban entre sí, a través de ellas, con otras más alejadas, pero que se consideraban excluyentes en sus territorios. Por lo tanto, esos mundos llenos de vida eran, por una parte, un complemento a la economía europea, pero a su vez suponían una barrera a su dinamismo, en la medida en que los bloqueos políticos aparecían con frecuencia. Las diferencias culturales llevaron a una dinámica de enfrentamiento militar en distintos frentes. Las cruzadas fueron uno de ellos y supusieron, además de un intento de conquistar los santos lugares para los cristianos, un esfuerzo por romper la barrera económica y situarse dentro de la globalización islámica. La China era un mundo alejado con el que, sin em-
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bargo, se estaba en relación a través de intermediarios. Para muchos europeos era necesario establecer un contacto directo con China, pero para llegar a China era preciso superar a los musulmanes. La situación se tornó mucho más difícil cuando, en 1453, los turcos conquistaron Constantinopla, el último reducto del antiguo Imperio Bizantino, que a duras penas había mantenido los tráficos por el Mar Negro. Europa tuvo que ingeniárselas de un modo diferente, que vino a través del dominio del mar y de la navegación interoceánica.
EL PREDOMINIO DEL A TLÁNTICO
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preparada para la ocasión. Desde la apertura del estrecho de Gibraltar se habían intensificado los tráficos por las costas europeas del Atlántico. Un siglo después, los portugueses estaban abriendo un camino esperanzador, la ruta africana. En 1419 ya estaban en las islas Madeira, más tarde en las Azores. Pero su ruta fue hacia el sur, para llegar a la China por la espalda de los mundos UROPA ESTABA
islámicos. En 1487 Bartolomé Díaz sobrepasó el Cabo de Buena Esperanza, el punto sur de África. Pocos años después, en 1498, Vasco de Gama llegó por esa ruta a la India 19. Por unos años, Portugal consiguió canalizar buena parte del comercio oriental, además de obtener importantes cantidades de oro de diferentes regiones africanas. De Lisboa, los tráficos desembocaron en Amberes, el nuevo emporio que acababa de sustituir a Brujas en el control de los negocios de los Países Bajos. Pero mientras todo esto ocurría, la frontera de la globalización europea terminó por cambiar de modo más drástico aún cuando Colón, seguramente un comerciante geno vés, consiguió llegar a tierras americanas en 1492, con ayuda de la corona española. Aunque las nuevas tierras tardaron aún algo en ofrecer sus riquezas, la ruta atlántica hacia el oeste estaba abierta y, con ella, nuevas e inmensas posibilidades para Europa. De momento, es decir, durante el siglo XVI, la principal beneficiaria de la nueva situación fue España; en cualquier caso, la geopolítica cambió en poco tiempo. Los centros de
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importancia económica se trasladaron a la costa atlántica. Decreció la importancia de las ciudades italianas a favor de lugares como Sevilla, Medina del Campo y Amberes. En el siglo XVII, el protagonismo estuvo en manos de Amsterdam y Londres. En el siglo XVIII cobraron mucha importancia la mayoría de los puertos de la fachada atlántica. Sea lo que fuere, el mundo económico dio un cambio brusco, y fueron unos lugares casi completamente nuevos, en cuanto a su importancia económica, los que entonces se erigieron como centros de la actividad financiera y mercantil, con un peso político cada vez mayor. La política volvió a ser central en las economías atlánticas que se desarrollaron bajo el signo del mercantilismo estatalista. En esos mismos años, las principales potencias europeas consiguieron organizar sus sociedades desde la perspectiva del Estado-nación, una entidad sociopolítica que superó la disgregación de los reinos y particularismos territoriales de la Edad Media, y que se opuso también a los intentos de resucitar el antiguo Imperio Romano. Los Estadosnación parecían ser la entidad
ideal para los tiempos modernos, a igual distancia de lo particular que de lo universal. Desde esa entidad intermedia, la política «nacionalizó» las principales fuerzas económicas para intentar una economía dirigida, una política económica que sirviera a los intereses del nuevo Estado. Ello llevó consigo, como es lógico, una pugna con los otros Estados para definir sus territorios, marcar sus límites de influencia, asegurar su identidad. En una política exclusivista, tendente a un fuerte proteccionismo, donde los recursos existentes ya son conocidos y están explotados, los nuevos recursos necesarios para la expansión tienen que venir de fuera: las posibilidades estaban, como parece lógico, en el Nuevo Mundo aún por explotar. América, sobre todo, se mostró como un continente apto para ofrecer los recursos que Europa necesitaba y el mercantilismo alargó su exclusivismo a los territorios coloniales. El monopolio de las metrópolis sobre sus colonias fue el nuevo dogma. Pero la interrelación siguió, porque cada Estado usó sus productos coloniales para exportarlos a su vecino. En las economías
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atlánticas cobraron importan- de la fortuna del descubricia los tráficos entre Europa y miento americano, fue la conAmérica, pero lo que real- junción de herencias en la permente interesaba después era sona de su nuevo soberano, el comercio de reexportación Carlos, Duque de Borgoña (o dentro de Europa, la posibili- sea, señor de los Países Bajos y dad de que un Estado europeo de su centralidad mercantil), ganase dinero a costa de otro, rey de España en 1516 y emcon una balanza de pagos fa- perador de Alemania en 1519. vorable, sobre la base de ven- La situación de España era derle no sólo sus tradicionales peculiar y comprometida. En productos manufacturados, lo político, tuvo que defender sino sus productos coloniales. una postura en parte necesaria, En estos tráficos es donde re- la defensa del patrimonio hesiden, fundamentalmente, las redado, atacado por casi todos, fortunas de los comerciantes, y en parte ideal, la defensa de entre otras cosas porque su re- la unidad cristiana, tanto torno es más rápido. Su creci- frente a la disgregación de la miento permitió ofrecer tam- revuelta protestante, como bién renovados productos in- frente a la amenaza de los turdustriales, un proceso que está cos. Sólo frente al enemigo coen la base de lo que luego se mún había unidad de la Eullamó la revolución industrial. ropa cristiana, y muy tímida, En cualquier caso, durante como ocurrió ante el sitio de los primeros siglos modernos Viena, en 1529, o en20la batalla se dio una prioridad de lo po- de Lepanto, en 1571 . Ante lo lítico por la consolidación de demás, España estaba casi los nuevos Estados, lo que sola. Tenía aliados, pero tamprovocó un vuelco en la rela- bién demasiados frentes, y la ción de fuerzas. La Edad Me- multiplicación de sus probledia había terminado con una mas le llevó al agotamiento. cierta igualdad entre los reiPor otro lado, la prioridad nos. Ciertamente, la España de lo político obligó a hacer de los Reyes Católicos parecía una política económica sui geun poder muy fuerte, y lo era, neris según la cual no se podía como lo demostró en las gue- ejercer un verdadero protecrras de Italia. Pero lo que le cionismo. Aumentaron expodio fuerza a España, además nencialmente los impuestos y Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 95-117
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se produjo un drenaje de metales preciosos para realizar pagos en los lugares de los conflictos, siempre fuera de España y con el recurso de financieros no españoles. La di visión del trabajo que Carlos V impuso en sus dominios dejó a España la parte menos eficaz económicamente. Felipe II no tuvo más remedio que seguir con la situación heredada. Como se decía ya a comienzos del siglo XVII, la única solución a los problemas económicos era la paz 21, pero la paz parecía imposible de conseguir si había de mantenerse tanto el patrimonio como la reputación. Por así decirlo, España practicó un mercantilismo al revés: los otros Estados, para conseguir su afirmación, necesitaban el apoyo económico y realizaban unas políticas económicas del todo punto necesarias para su subsistencia, para conseguir, en primer lugar, el metal precioso necesario. España, en cambio, ya tenía el metal y podía utilizarlo para su afirmación política. Todos perseguían lo mismo, aunque desde posiciones diferentes. Pero esa política diferente acabó marcando distancias a largo plazo, cuando unos países pusieron a
punto una estructura productiva y otros no, porque al principio no la necesitaban y luego les fue difícil cambiar. Desde una nueva estructura productiva, los países luego emergentes pudieron lanzarse a conquistar un mundo que hasta mediados del siglo XVII no controlaban bien. La paz de Westfalia de 1648 suele interpretarse como un gozne en el que gira la concepción de la historia europea. Hasta entonces se había defendido, sobre todo por España, una política inspirada en la obligatoriedad moral de conseguir unos fines superiores. De ahí, entre otras cosas, la primacía de la defensa de la fe. Desde Westfalia se practicó una política secularizada, dominada por la razón de estado, que trataba de someter a sus dictados a la razón moral. Esta situación se reflejó también en la economía. De una manera definitiva, el mercantilismo pasó a ser dominado por la idea del beneficio mercantil, por la teoría del valor trabajo, que da más importancia a la imperiosidad de las fuerzas productivas rentables. La teoría subjetiva del valor, con lo que implica de defensa del bien común, quedó relegada.
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También la conquista de nue vos mundos se realizó desde entonces -con la flexibilidad que se debe aplicar a los cortes cronológicos-, desde una perspectiva menos moral. Si globalización es convergencia, antes de Westfalia se intentó practicar una convergencia moral; más tarde, con el triunfo definitivo de los Estados-nación y sus políticas económicas particularizadas, se crearon diferencias económicas que, a largo plazo, acabaron siendo grandes y obligaron más tarde a una convergencia económica que casi todos los países europeos tuvieron que afrontar para tratar de alcanzar a los que resultaron más adelantados22. Así pues, en la Época Moderna la nueva globalización atlántica tuvo dos vertientes claras. Por un lado estaba la labor de España, que priorizaba objetivos políticos que consideraba como el bien común general, y por otra la realizada desde otros países, que miraban más exclusivamente al beneficio económico 23. Sin desdeñar éste, pero supeditándolo, España se marcó otros objetivos más ambiciosos.
H ABLEMOS DE AMÉRICA
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ERECE LA PENA
ahora detenerse algo en los procesos colonizadores del Nuevo Mundo. En el caso de la colonización española en América se observa cómo en poco tiempo se consiguió crear en América ámbitos de convivencia completamente nuevos, con un nivel cultural y un desarrollo económico igual y a veces superior, al de Europa, como lo demuestra la importancia de ciudades como Mé xico, Lima, La Habana, Cartagena... o las varias universidades ya establecidas en el siglo XVI. El mestizaje demuestra hasta qué punto los españoles estaban dispuestos a aceptar a los demás. A pesar de los defectos y errores, la experiencia de España en América, en su con junto, ha significado modernidad y progreso en la historia, transformación del mundo, creación de un mundo nuevo. Y esto es así por dos razones: una, porque los gobernantes legislaron con preocupación humanitaria, y otra, porque los colonos llevaron allí lo mejor de sí mismos: iniciativa individual, ganas de trabajar; pero
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también su fe, su cultura, su sabiduría sobre la organización social. Claro que se cometieron abusos y errores, pero los resultados están a la vista. Por comparación podríamos preguntar ¿dónde están los nati vos de la América del Norte? Entre ambos mundos, pues, no hay sólo una diferencia económica. El triunfo económico es relativamente sencillo cuando el objetivo es sencillo. El problema del colono del Norte era sobrevivir y sacar adelante su comunidad con exclusión de unos nativos de difícil trato pero de fácil derrota militar. En el Sur, en cambio, se trató de integrar al nativo en una nueva comunidad, y eso planteó muchos problemas, no sólo la dificultad de impedir los abusos, sino la ralentización de los posibles logros económicos al tener que integrar realidades más complejas y mundos más atrasados económicamente. Como modelo de globalización, la colonización americana presenta una aparente doble cara: elegir entre el éxito económico y la política humanitaria. Me parece que el dilema es falso, porque el fracaso económico de la América española no es tal. Aparte de las
dificultades objetivas del empeño, lo que hay que hacer es comparar los niveles de riqueza alcanzados en los tres siglos de la colonización con los niveles europeos. No parece que aquí el desequilibrio sea excesivo. Si se tienen en cuenta los distintos puntos de partida, sería difícil señalar dónde hay más crecimiento, si en América en lo que va desde la situación neolítica precolombina a las condiciones que observó Humboldt -sorprendido, por ejemplo, por «lo adelantado de la civilización de la Nueva España» 24 -, o en Europa desde 1500 a 1800. Aunque estemos tentados a suponer que Europa creció siempre más deprisa que otros lugares del mundo, la evidencia al respecto muestra lo contrario. Los ensayos estadísticos nos hablan de que en los siglos XVII y XVIII la renta per ca pita creció en Europa occidental a un 0.15 por ciento anual, mientras que en América Latina lo hizo a un 0.19 por ciento. En cualquier caso, y si comparamos con otros continentes, «a largo plazo el crecimiento per capita en América Latina fue mucho más lento que en Norteamérica [donde creció más que en Europa],
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pero mucho más rápido que en Asia o en África»25. Desde este punto de vista, el desfase se produjo precisamente en el siglo XIX, probablemente no porque estos países fueran explotados, pues también tuvieron crecimiento, sino porque Europa multiplicó el suyo al utilizar nuevas fuentes de energía que le permitieron entrar en unos mercados en crecimiento, tanto territorial como demográfico26. En los años coloniales, pues, España volcó su experiencia cultural sobre América y transformó aquellos territorios hasta ponerlos en situación incluso de aspirar a la independencia, como así hicieron. Por otra parte, hay que valorar el retraso producido durante el siglo XIX no sólo como relativo respecto a la mayor eficacia europea, sino por otras razones. En primer lugar, el freno al crecimiento que supusieron los procesos independentistas27, achacables a elevados costes de transacción pro vocados por procesos de cambio institucional que abarcaron períodos de casi medio siglo; luego, en segundo lugar, por la ineficacia de las políticas autocráticas. En general, podemos decir que se frenó el proceso
reformista que los gobernantes españoles habían emprendido en América, un proceso emprendido de manera similar a como se estaba haciendo en la Península, y que en general dio buenos resultados a este lado del Atlántico, donde la reforma institucional y el impulso social consiguieron que España no se retrasara demasiado en un mundo que, al filo de 1800, cambiaba tan deprisa.
DE LA HISTORIA AL PRESENTE: V ALORAR EXPERIENCIAS DE GLOBALIZACIÓN Y MIRAR AL FUTURO
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visto, la globalización económica desde la Antigüedad hasta 1600-1800, aproximadamente, ha supuesto ampliación de mercados y oportunidades para los protagonistas, pero también un esfuerzo civilizador necesario cuando se produce el encuentro entre culturas de muy diferente nivel: quien claramente tiene más debe intentar enseñar a quien tiene menos, sin menospreciar lo bueno que éste pueda tener, sin olvidar lo malo que uno tiene para corregirlo. Es ésta una tendencia OMO HEMOS
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natural que plasmó de manera magistral Daniel Defoe en su Robinson Crusoe , en un momento en el que los intereses políticos y económicos se ale jaban claramente del ideal. Es decir, se ha recibido, pero se ha dado; han entrado en contacto culturas con frecuencia enfrentadas políticamente, pero la acción económica no ha supuesto un obstáculo definitivo para ninguna. Abundó más bien la idea del comercio como una cooperación, con sentido de naturalismo realista (la naturaleza ha repartido sus dones de manera desigual y es necesario intercambiar) e incluso de cooperación entre países. Eso llevó durante mucho tiempo a una espontánea especialización, la que todavía observaba Ricardo y a la que llamó la «ventaja relativa» de los países28. Esta «división internacional del trabajo» fue aplicada también desde el punto de vista del imperio centralista, como ocurrió con el Imperio Romano, o como todavía trató de aplicarla, con menos éxito, Carlos V desde 1519. El mercantilismo, como práctica económica al servicio del Estado, rompió con esa di visión natural y puso al Estado
en el centro. La diferencia desde entonces radicó en las mayores o menores posibilidades de la iniciativa privada, del individualismo. Allí donde el mercantilismo fue más permisivo con los individuos, el éxito fue mayor. Inglaterra y Holanda, dentro de sus imperios marítimos, no tenían monopolios. El inglés era un sistema cerrado a la penetración desde el exterior, pero abierto en su interior a todos sus súbditos. Los holandeses trataron de mantener un sistema más abierto, pero fracasaron militarmente ante Inglaterra. Los Estados continentales, por su parte, incluyeron monopolios en el interior de sus sistemas, que sólo fueron abriendo, lentamente, cuando las circunstancias les pusieron en evidencia. En esto consiste el reformismo del siglo XVIII en materia económica29, en la adopción de un mercantilismo con mayor grado de libertad dentro del sistema. Sea cual fuere el papel del individuo en cada país, el sistema mercantilista puso el Estado en el centro y, por tanto, hizo depender en exceso el éxito económico de la victoria política, pues lo organizaba todo desde la perspectiva de
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Estados en competencia. El liberalismo no ha superado ese vicio. Si acaso, cambió las fobias tradicionales por otras nuevas: las pugnas dinásticas, o de diferencias religiosas por el poder se convirtieron en pugnas económicas, o ideológicas. El último escenario, ya en el siglo XX, ha sido la defensa de la democracia frente a los regímenes totalitarios de todo signo. Eso ha facilitado la cooperación y la integración económica entre los que se consideraban dentro del mismo bloque. Mientras tanto, el nacionalismo estatal se fue acentuando en el terreno colonial. El nuevo colonialismo del siglo XIX fue llamado imperialismo en la medida en que los grandes Estados-nación pretendieron desarrollar un Imperio colonial a su servicio, aplicando cuando era deseable una libertad política entre iguales, pero ejerciendo el predominio frente a los inferiores de manera descarada, sin que se aportara un esfuerzo civilizador adecuado. La libertad de los modelos liberales siguió siendo una libertad hacia dentro del sistema, en este caso un sistema que aceptaba a más Estados que trataban de con-
verger con los niveles económicos de los adelantados, como ya se ha dicho 30 ; pero hacia fuera, esa libertad se aplicó cada vez más políticamente, es decir, selectivamente según los intereses del momento. No creo que las políticas europeas crearan la pobreza de los países pobres, al menos no hay claras evidencias al respecto 31 , pero sí es claro que durante las épocas doradas del imperialismo decimonónico los países europeos sacaron riquezas naturales de muchos países, con el esfuerzo de sus pobladores, a cambio de casi nada. Si en ese momento no potenciaron su pobreza, tampoco favorecieron su desarrollo y pueden haber comprometido parte de su futuro. No parece que el siglo XX haya corregido esas tendencias, más bien lo contrario, si bien los procesos de descolonización han encubierto muchas realidades antes más claras. Desde estas perspectivas imperialistas, el liberalismo es un mito. Actualmente, la globalización se desarrolla en un mundo muy distinto en el que parece que las barreras institucionales son débiles. Es cierto que las facilidades que ofrece
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el ciberespacio permiten entrar en los sistemas económicos de los países casi sin obstáculos. Pero ése e s precisamente el problema, que se entra de modo no institucionalizado. La libertad es buena, pero hay que entenderla. Libertad significa quitar obstáculos al desarrollo, pero no prescindir de la norma. La institucionalización es necesaria porque el desarrollo debe tener unos objetivos concretos, por más que todo ello deba ser permanentemente actualizado. La ausencia de institucionalización es la arbitrariedad, la ley del más fuerte. El imperialismo decimonónico, y buena parte del siglo XX, se hizo así. La perspectiva histórica nos muestra cómo, en presencia de un sistema institucionalizado, el desarrollo conjunto siempre ha sido más armónico. Hasta ahora, los cambios importantes en las instituciones internacionales siempre han ido acompañados de conflictos bélicos; lo deseable sería evolucionar hacia modelos de cambio pacífico, pero eso sólo se podrá conseguir si el desarrollo es realmente global, es decir, para todos, porque entre iguales es más fácil conseguir la paz 32 , una vez que la idea de
competencia exclusiva que antes dominaba parece haber desaparecido. Pero ese desarrollo sólo se alcanzará si se ayuda a los más pobres. La aplicación de la libertad económica tiene que dejar de ser unilateral, tiene que evitar monopolios, tiene que levantar las barreras institucionales que impiden la creación de auténticos mercados unificados donde todos los protagonistas tengan igualdad de oportunidades. Parece extraño, al respecto, que hoy en día los países industrializados sigan manteniendo políticas proteccionistas que impiden el desarrollo de sectores en los países menos desarrollados, en los que éstos podrían ser competitivos33. Tal verdadera libertad exigiría, en cualquier caso, unas reglas del juego claras. Todos los mecanismos económicos están sujetos a «externalidades de red» 34 y cada vez más, en la medida en que más países entran en situación de convergencia. Esto complica las decisiones porque se hace necesaria una negociación colectiva que siempre es lenta; tal ineficacia deja las cosas por hacer y nada cambia. Pero si las decisiones unilaterales del pasado facilitaban la rapidez
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de las medidas, la necesidad de contar ahora con muchos tiene la ventaja de conocer los problemas reales de casi todos. Es de esperar que la nueva situación internacional favorezca un avance en el planteamiento de las cuestiones económicas. Hoy en día parece fácil entender la libertad entre iguales, pero sigue siendo difícil darse cuenta de que es necesario ayudar a los países pobres a estar en condiciones de poder ejercer su libertad, es decir, de que tengan los medios necesarios para acceder a los instrumentos económicos que puedan beneficiarles. Obviamente no es sólo tarea de los países ricos, pero éstos también tendrán que cambiar. Es significativo al respecto que haya tenido que suceder la tragedia del 11 de septiembre de 2001
para que se avance en la conciencia internacional frente al terrorismo o frente a la pobreza de algunos países. Todos los procesos de globalización han ido acompañados de cambios en los Estados dominantes, tanto ideológicos como institucionales. Los de los últimos siglos se centraron en el reforzamiento exclusivista del Estado-nación frente a mayores esfuerzos civilizadores fuera. Seguramente, hoy habrá que apostar por una mayor ayuda hacia el exterior, una especie de «mercantilismo al re vés» que favorezca al pobre, y por conseguir que el crecimiento inducido venga en ma yores porcentajes desde fuera. Occidente será más rico en el futuro si consigue que el Tercer Mundo tenga mucho más que ofrecer y pueda hacerlo.
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AGUSTÍN GONZÁLEZ ENCISO
NOTAS 1 Un buen planteamiento general de la cuestión puede verse en Rodríguez-Arana, J. (2001), «¿Para qué la globalización?», Nuestro Tiempo , nº 565-66, pp. 106 y ss. 2 Savona, P. (1993), Il Terzo capitalismo e la societá aperta , Longanesi, Milán, p. 186. 3 Ver, por ejemplo, Dahrendorf, R. (2000), «Derechos humanos: ¿Retórica política o realidad jurídica?», Nueva Revista , pp. 84-87. 4 Cfr. Juan Pablo II (1991), Centesimus Annus, nº 42. 5 Es una cita de J. Browne, Consejero Delegado de British Petroleum, en un artículo de prensa: ABC , Madrid, 17 de noviembre de 2001, p. 3. 6 Son muy ilustrativas al respecto las reflexiones de Llano, A. (2001), «La otra cara de la globalización», Nuestro Tiempo, nº 562, pp. 13 y ss. 7 M oo re, K . y L e wi s, D. ( 19 99 ), Birth of the Multinational. 2000 Years of Ancient Business History, Copenhagen Business School Press, Copenague. 8 International Monetar y Fund, (1997), World Economic Outlook , Washington, D.C. 9 Aubet, M.A. (1996), The Phoenicians and the West. Politics, Colonies and Trade , Cambridge University Press, Cambridge, p. 35. 10 Moore K. y Lewis D., Op. cit., p. 91. 11 Gille, B. (1978), Histoire des techniques, Gallimard, París, p. 313.
12 Ver los trabajos dedicados a Roma por Bernardi, A. y Finley, M.I. (1973), en C.M. Cipolla y otros, La decadencia económica de los imperios , Alianza Universidad, Madrid, pp. 2792 y 93-100, respectivamente. 13 Una interesante y síntetica historia puede verse en Díaz-Trechuelo, L. (2001), Filipinas. La gran desconocida (1565-1898) , Eunsa, Pamplona. 14 Una visión de «la reconstrucción en todos los sentidos» en López, R. S. (1965), El nacimiento de Europa. Si glos V-XIV , Labor, Barcelona, pp. 115 y ss. 15 Suárez Fernández, L. (1969), Historia social y económica de la Edad Media europea, Espasa-Calpe, Madrid, p. 262. 16 Contamine, Ph. y otros, (1997), L’Économie médiévale , Armand Colin, París, p. 251. 17 Meyer, J. (1981), Les capitalismes , P.U.F., París, p. 57. 18 «Por economía-mundo... entiendo la economía de sólo una porción de nuestro planeta, en la medida en que ésta forma un todo económico». Braudel, F. (1985), La dinámica del capitalismo, Alianza, Madrid, p. 93. 19 Pérez-Embid, F. (1948), Los descubrimientos en el Atlántico y la rivalidad castellano-portuguesa hasta el Tratado de Tordesillas , Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla. 20 Una síntesis reciente sobre Carlos V en Salvador Estaban, E. (2001), Carlos V. Emperador de Imperios , Eunsa, Pamplona.
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LA GLOBALIZACIÓN EN LA HISTORIA 21 Echevarría Bacigalupe, M. A. (1995), Alberto Struzzi. Un precursor barroco del capitalismo liberal , Leuven University Press, Lovaina, pp. 67, 7071. 22 La convergencia y su estudio en el siglo XIX es el tema del interesante trabajo de O’Rourke, K.H. y Williamson, J. G. (1999), Globalization and History. The Evolution of a Nineteenth-Century Atlantic Economy,The M.I.T. Press, Cambridge, Mass. 23 Davies, K. G. (1989), «Europa en ultramar» en Cobban, A. (dir.), El si glo XVIII , vol. 9, Alianza/Labor, Madrid, pp. 192-93. 24 Puig-Samper, M. A. (2000), «Ale jandro de Humboldt en el mundo hispánico: las polémicas abiertas», Debate y Perspectivas, nº 1, p. 22. 25 Maddison, A. (2001), The World Economy. A Millennial Perspective , OCDE, París, pp. 45-46. 26 Una conclusión similar con respecto a China en Pomeranz, K. (2000), The Great Divergence: China, Europe and the Making of the Modern World Economy, Princeton University Press, Princeton. 27 Es el argumento principal de los trabajos recogidos en Prados de la
E sc osu ra , L . y A ma ra l, S. ( eds .) (1993), La independencia americana: consecuencias económicas, Alianza Uni versidad, Madrid. 28 Cfr. Martínez Echevarría, M. A. (1996), “Competitividad en una economía global”, Situación, nº 3, p. 29. 29 Ver González Enciso, A. (2000), «La política industrial en el siglo XVIII», en Ribot García, L. A. y De Rosa, L. (dirs.), Pensamiento y política económica en la Época Moderna, Actas, Madrid, pp. 137-172. 30 Ver el trabajo de O’Rourke y Williamson citado en nota 22. 31 Toribio, J. J. (2001), Globalización, desarrollo y pobreza , Lección inaugural del curso académico 2001-2002, Universidad de Navarra, Pamplona, p. 19. 32 Pablo VI (1967), «El desarrollo es el nuevo nombre de la paz», Populorum Progressio, nº 76. Es muy ilustrativo releer esta encíclica a la luz de los acontecimientos de hoy. 33 Cfr. Toribio, J. J. (2001), p. 36. 34 Eichengreen, B. (2000), La globalización del capital. Historia del Sistema Monetario Internacional , Anto ni Bosch, Barcelona, pp. 7-8.
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LA LEY, EL DERECHO Y LA ECONOMÍA EMILIO S ÁNCHEZ PINTADO* El Derecho y la Economía están estrechamente interrelacionadas en la realidad social y, en particular, en la actividad económica, pero parecen ignorarse en cuanto saberes. Además, la proliferación y la complejidad de las normas que rigen la actividad em presarial generan incertidumbre entre los empresarios. Esta situación puede agravarse por el impacto de las nuevas tecnologías en el desarrollo de la Nueva Economía. Los servicios de las sociedad de la información y la evolución tecnológica reclaman soluciones jurídicas innovadoras que no pueden olvidar las exigencias de una noción del Derecho indisolublemente ligada a la idea de Justicia. De acuerdo con este planteamiento básico, se argumenta a favor del papel que corresponde al Derecho y a los juristas en un mercado libre y globalizado. Palabras clave: Justicia, ley, Derecho, Economía, principios y valores del ordenamiento jurídico, inseguridad jurídica.
Derecho acerca de lo que pueden hacer conjuntamente a fa vor de las personas, en especial de los agentes económicos, y para lograr una justa y efi1.- L A ECONOMÍA Y EL ciente organización de la actiDERECHO, DE ESPALDAS vidad económica. A E XP ERI EN CI A deEl hecho se puede constatar, muestra el distancia- en primer lugar, en el ámbito miento o, más exacta- académico y docente, donde es mente, la ignorancia mutua, notoria la separación entre existente entre Economía y ambas disciplinas. El forma¿Qué pueden hacer las leyes, donde reina únicamente el dinero? Petronio, Satiricon 14,2
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* Emilio Sánchez Pintado es abogado del ICAM, profesor de Derecho Internacional Público en el CES Villanueva y Socio Director del Despacho Sánchez Pintado, Nuñez & Asociados.
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lismo predominante tanto en El estudio del Derecho perlos estudios de Derecho como tenece a las Humanidades, no en los de Economía favorece a las ciencias sociales 3, por ello esta tendencia. Los primeros debería quedar incluido en se enfocan generalmente desde este diálogo interdisciplinar, al una perspectiva jurídico-for- que tanto tiene que aportar. mal de raíz kelseniana, que Las cada vez más frecuentes concibe el Derecho como un invocaciones a la ética en los conjunto de normas, las cuales negocios, hasta el punto de constituyen un ordenamiento permitir sostener que “los nego jurídico e implican un orden cios son negocios si son éticos ”4, de la conducta humana 1.Los deberían llevar a subrayar con segundos, desde una perspec- igual énfasis el papel del otro tiva utilitarista o conductivista, conjunto normativo integrante que toma en cuenta, sobre del orden moral: el Derecho. todo, la optimización del be- Carnelutti consideraba que la neficio o de las preferencias función del Derecho es, preciindividuales. samente, la de someter la EcoEl profesor Fernández Buey nomía a la Ética, la cual, en su ha extendido este diagnóstico sistema, se integra en el Dereal entero campo de las Huma- cho natural, mientras que el nidades y ha preconizado la Derecho positivo se entiende 5 conveniencia de ampliar la di- como un mínimo ético . mensión humanística de los Los estudios jurídicos, a su estudios de Economía, impul- vez, vienen prestando poca o sando, para evitar enfoques ninguna atención a los avances unilaterales y problemáticos, el de la ciencia económica y, lo diálogo entre los tres concep- que es peor, en muchos casos, tos tradicionales de ciencia: - las normas legales parecen como análisis, como crítica so- otorgar un escaso interés a los cial y como cosmovisión-, aspectos económicos de la reacuyo trasfondo teórico filosó- lidad social que, junto con los fico -afirma- lo han formado principios generales en los que el empirismo inglés, la ilustra- descansa la organización juríción francesa y el romanti- dica y las propias normas, son cismo alemán, respectiva- los elementos de los que remente2. sulta el Derecho6. Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 119-137
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Esta desatención tendría re- en el ámbito de la Economía y lación con la constitución de la del comercio en relación con Economía como saber inde- materias tan mercantiles como pendiente en el siglo XVIII los contratos de compra, los con Adam Smith, sin perjuicio cambios y otras cuestiones redel carácter de filosofía social lativas a la banca y a los interque tiene gran parte de su cambios comerciales9. obra. El desarrollo formidable En 1779, tan sólo tres años de la ciencia económica desde después de la aparición de La los siglos posteriores hasta riqueza de las naciones , se punuestros días, y su actual pri- blicaron en Madrid unas Lecmacía jerárquica entre las cien- ciones de Economía civil o de el cias sociales, habrían hecho el comercio cuyo autor era D. Berresto. En este sentido, el pro- nardo Joaquín Danvila y Villafesor Jesús Ballesteros ha iden- rrasa, Abogado, Académico de tificado el avance del econo- la Historia y Catedrático de micismo, en cuanto interpreta- Filosofia Moral y Derecho ción hegemónica de la realidad Público del Real Seminario de humana y social desde catego- Nobles, para cuyos caballerosrías económicas, y la implanta- alumnos se escribieron. El ción del mercado como insti- ilustre escritor justifica su emtución central de la sociedad, presa en la queja que, con justa como rasgos definitorios de la razón, -dice-, hace un “juicioso modernidad7. escritor de nuestros tiempos, Con anterioridad, los pro- que habiendo tantos jurisconblemas de la actividad econó- sultos empleados en interpremica y del comercio eran ob- tar la parte didástica de las le jeto de la Teología Moral, na- yes, sean tan pocos los que se cida como disciplina indepen- han dedicado a la económica; diente en el siglo XVI8. En ese siendo así -añade- que en los marco los estudiaron los teólo- códigos de todas las naciones gos-juristas de la Escuela de ocupan la mayor parte las leyes Salamanca: Domingo de Soto de esta materia”. La ciencia de en el Tratado de Iustitia et Iure la Economía civil quedaba endedica los libros IV, V y VI a cuadrada en la Filosofía práclas cuestiones relacionadas con tica, junto con la Ética y el el Derecho de dominio, es de- Derecho natural y de gentes. cir, de propiedad, que analiza La nueva ciencia “no tanto se Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 119-137
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ocupa en buscar los medios de conservar el Estado y defenderlo de sus enemigos, quanto en los de aumentar sus riquezas, haciendo que florezcan en él la agricultura, las artes y el comercio” 10 . En cuanto a lo que ahora nos interesa, el testimonio reproducido demuestra que el desdén de los juristas por la Economía no es reciente y que tampoco lo es la conciencia del problema.
entorno legal para la eficacia del sistema económico. Entre nosotros, Rafael Termes ha subrayado la dependencia del resultado del proceso de asignación de recursos, desde el punto de vista ético, de la configuración por las le yes y normas del marco político-jurisdiccional12. Dentro de una economía global, refiriéndose a los mercados financieros, a los que no considera inmorales, sino 2. L AS FUERZAS CENTRÍPETAS amorales, George Soros reconoce la importancia de que las STA TENDENCIA separatista de Economía y autoridades formulen adecuaDerecho tiene serios y damente las reglas que los rifundados contrapesos, tanto gen. En este sentido se distandesde un campo como desde el cia de los “fundamentalistas otro. En el lado de la Econo- del mercado”, es decir, de mía existe un consenso bas- quienes consideran que toda tante generalizado acerca de la limitación a la competencia importancia del marco jurí- interfiere con el mecanismo dico-jurisdiccional para el del mercado, el cual, con su buen funcionamiento y el co- tendencia al equilibrio, garanrrecto desarrollo del mercado. tiza la más eficiente asignación por lo que deben En una entrevista que conce- de recursos; 13 rechazarse . dió a la revista Atlántida, en Desde el campo jurídico, la 1993, James M. Buchanan recalcaba que el mercado no es Escuela del Análisis Econóindependiente de las caracte- mico del Derecho, surgida en rísticas del orden político e EE.UU. hacia 1960, trata de institucional y que requiere un explicar el mayor número poorden legal que funcione 11 . sible de fenómenos legales Von Hayek ha insistido no po- mediante la Economía. En su cas veces en la importancia del aspecto positivo, lo que se
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afirma es que muchas áreas jurídicas “tienen el sello del razonamiento económico”; tienen una lógica económica implícita, por lo que se entienden mejor como esfuerzos para promover la asignación eficiente de recursos. Otra formulación de la misma posición teórica, la denominada Teoría de la Eficiencia del Derecho común ( common law ), postula una meta económica específica para cada conjunto o subcon junto de normas e instituciones legales. La tesis es que el common law se explica mejor como un sistema para maximizar la riqueza de la sociedad, lo que también ocurre, aunque en menor medida, con el Derecho estatutario o constitucional 14. La Escuela del Análisis Económico del Derecho ha recibido críticas acerbas de quienes rechazan que la lógica del Derecho pueda ser económica. Sin embargo, su evocación a los efectos de este trabajo no resulta baldía. Asimismo, aunque no existe un Derecho económico, o un Derecho de la empresa, por evidentes razones de especialización y diversificación, son cada vez más frecuentes los
planteamientos metodológicos que reducen el ámbito de estudio a aquellas ramas del Derecho que tienen un mayor contenido económico o que interesan más a la Economía. Los numerosos estudios sobre el modelo económico constitucional y el Derecho público económico, así como la atención creciente a los aspectos patrimoniales del Derecho privado, son buena prueba de ese interés. El constitucionalismo económico se ha ocupado del estudio de las normas constitucionales que regulan la ordenación jurídica de las estructuras y relaciones jurídicas de los ciudadanos y del propio Estado, como protagonista del desarrollo de la vida económica, con especial atención al modelo económico que se deriva de ellas y cuyas líneas maestras han sido desarrolladas por la jurisprudencia constitucional15. En el ámbito del Derecho privado, el profesor Díez Picazo considera el Derecho civil patrimonial como aquella parte del Derecho civil que comprende las normas e instituciones a través de las cuales se ordenan las actividades económicas del hombre16.
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En último término, el aparLa conclusión que puede tamiento disciplinar entre extraerse de lo expuesto es que Economía y Derecho ignora resulta incuestionable que las en primer lugar la íntima rela- mejores intenciones de los leción existente entre ambas en gisladores, de los gobernantes, la realidad. El Estado de De- de los jueces o de los abogados recho, que es el principal en su labor de asesoramiento, agente económico de las ac- actuando cada uno en su restuales sociedades, está sujeto al pectiva esfera de competencia principio de legalidad y, por lo y de actividad, pueden produtanto, actúa necesariamente cir resultados perversos, en con sometimiento al Derecho cuanto no deseados, si desco y al ordenamiento jurídico, y nocen o desprecian las leyes de sus actos deben estar justifica- carácter general que rigen la actividad económica o no dos por una ley previa17. prestan atención a sus costes y Por su parte, en la actividad efectos económicos19. económica del sector privado, las operaciones de los negocios reclaman casi siempre, y más 3. L AS RAZONES DE UN bien pronto que tarde, un ro- RECELO paje jurídico, al mismo tiempo A PRÁCTICA del ejercique los conflictos de intereses, cio de la abogacía troque son el objeto de la expepieza con una expe18 riencia jurídica primaria , tie- riencia similar de apartanen cada vez más un conte- miento entre Economía y Denido económico. La misma recho. El escenario habitual es tendencia de dotar de signifi- el aparente enfrentamiento encado económico a las relacio- tre los intereses del negocio y nes jurídicas, mediante el lla- las exigencias legales, y su sínmado cumplimiento equiva- toma más perceptible es el lente o el recurso a las indem- comprensible recelo hacia esnizaciones, se extiende a todas tas últimas de los hombres de las esferas de la realidad regu- empresa, que las perciben freladas por el Derecho, como la cuentemente como un obstáfamilia, la intimidad y el ho- culo, la mayoría de las veces nor, la integridad física e, in- poco justificado, cuando no cluso, la muerte. totalmente innecesario, para el
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buen fin de sus negocios. Como es sabido, en EE.UU. es habitual calificar a los abogados de dealbreakers, o sea, “estropea negocios”, auténticos aguafiestas que, más a menudo de lo que sería deseable, impiden o deshacen acuerdos que a todas las partes parecen viables y francamente beneficiosos como negocios. En el ámbito de los acuerdos societarios, los problemas que originan los memorandos de intenciones y los acuerdos entre accionistas, concertados al margen de los Estatutos sociales y, en no pocos casos, en clara oposición a ellos y a la legislación aplicable en la materia, son buena muestra de esta cuestión. De igual manera, la aplicación de las normas de protección de datos, de defensa de la competencia, de protección de usuarios y consumidores o las que regulan las condiciones generales de contratación, entre otras, proporcionan también abundantes ejemplos al respecto. La pregunta que suscita de inmediato esta percepción por parte de los empresarios es si está justificada. Los principales argumentos que se aducen en apoyo de esa postura son, en resumen:
1º.- El Derecho va siempre por detrás de la realidad y actúa como freno, como factor retardatorio. Cuando el inter valo entre la realidad social y económica y las normas llega a ser excesivo, se crean situaciones de “alegalidad” en los negocios, que son fuente de serios problemas. La realidad no espera al Derecho. 2º.- Las normas de inter vención de las Administraciones Públicas -Central, Autonómica y Local- son excesivas y, en muchos casos, no obedecen a fines de interés general de la Economía o de regulación de una actividad, sino a pactos políticos a corto plazo o a intereses coyunturales. 3º.- El cambio social, el rápido desarrollo, el acelerado avance tecnológico y la globalización de la finanzas y del comercio hacen que muchas de las normas de intervención hayan dejado de ser útiles y resulten inadecuadas para regular las nuevas formas de hacer negocios. 4º.- Hay normas que nacen ya obsoletas, por haber cambiado radicalmente o haber incluso desaparecido elementos esenciales de los supuestos de hecho que se integran en ellas,
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resultando, en consecuencia, inaplicables. Aún así, al estar vigentes, su cumplimiento puede exigirse en cualquier momento, posibilidad que genera inseguridad. 5º.- La multiplicidad y la complejidad normativas suponen un coste de gestión empresarial para el cumplimiento de las obligaciones legales que grava los costes empresariales y, lo que es peor, entorpece la gestión de la empresa, sumergiéndola en un verdadero laberinto, en el que el empresario acaba siempre perdiéndose. 6º.- El formalismo predominante en muchas áreas del ordenamiento jurídico es contrario a la rapidez y a la flexibilidad, en definitiva, a la competitividad que exige la Economía de mercado globalizada. El formalismo es contrario al management de las empresas globales y altamente tecnificadas. 7º.- La tardanza en la resolución de los expedientes administrativos y la lentitud en la tramitación y resolución de los pleitos y de los recursos jurisdiccionales, resulta cada vez más incompatible con el ritmo acelerado de los negocios y con la agilidad que exige su
gestión. Este retraso puede hacer que la tutela judicial resulte nada o poco operativa para el mundo de los negocios. Todas estas razones y algunas más que, sin duda, podrían añadirse justifican y fundamentan un cierto sentimiento de incertidumbre, pues los empresarios consideran que no disponen de un margen razonable de previsibilidad para sus negocios. Esta incertidumbre puede convertirse en auténtica inseguridad jurídica si se tiene la percepción de que es imposible o muy difícil predecir las consecuencias jurídicas de los actos. Con ello se mina la confianza que los ciudadanos, que ajustan su conducta económica a la legislación vigente, puedan tener frente a cambios normativos que no sean razonablemente previsibles o respecto de la observancia y respeto de las situaciones derivadas de la aplicación de normas válidas y vigentes20.
4. POLÍTICA DE DERECHO
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A RESPUESTA a este re-
pertorio de críticas debe surgir, en primer lugar, de la política y, más concretamente, de un aspecto de
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las relaciones entre política y En cualquier caso, lo que inDerecho que Federico de Cas- teresa es subrayar que el Deretro denomina “política de De- cho está indiscutiblemente recho, o sea la política -modo unido a la idea de Justicia, a la de legislar, gobernar y aplicar vez que constituye la realizalas normas- que impone o ción de la Justicia, siendo las aconseja la misma idea de De- leyes un instrumento para lorecho”. Esta política del res- grarlo24. peto al Derecho, que supone La noción de Derecho es, siempre una tensión constante por lo tanto, más amplia que la entre la realidad social y las de ley positiva, pues incluye exigencias de sus principios, es también principios y valores responsabilidad de todos los sobre los que descansa la orga juristas, a quienes incumbe el nización jurídica, que infordeber de buscar en todo mo- man todo el ordenamiento y mento lo que es justo y la apli- determinan cómo lo jurídico cación de la justicia21. incide sobre la realidad social y El Derecho puede enten- cómo ésta, a su vez, influye soderse como un conjunto de bre las normas jurídicas. normas, positivas y extra-posiLa formulación de esos tivas, como una relación ó principios y valores en las como un orden. Al primero de constituciones y mediante los esos aspectos se ha hecho ya tratados internacionales equireferencia anteriormente; el vale al reconocimiento de la segundo queda recogido en la vigencia de un orden moral, definición de que “Derecho es preexistente a los ordenamienel conjunto de relaciones entre tos jurídicos positivos. En hombres que una cierta socie- concreto, el acatamiento genedad establece como necesa- ral de los derechos humanos y rias”22. Al tercero corresponde fundamentales, aceptados el enfoque del Derecho dentro como directamente ligados a la de los órdenes del ser, dentro dignidad ontológica de la perde los cuales se constituye en sona, constituyen la principal “un orden del deber ser que instancia legitimadora de las regula los comportamientos en normas del Derecho positivo, las relaciones interhumanas y cuya validez queda condicioen las relaciones con la socie- nada por su respeto a esos dedad”23. rechos. El control de ese soRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 119-137
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metimiento corresponde a los mismo, rechaza la idea de que jueces y a los tribunales consti- la ley pueda ser a menudo la tucionales, que pueden decla- resultante de la confrontación rar la invalidez de las normas y la negociación políticas, o de positivas, cualquiera que sea su la transacción entre intereses rango, incluso constitucional, de grupos contrapuestos, lo que se opongan a ellos. que inevitablemente genera Toda la teoría jurídica de desconfianza en ella. Ronald Dworkin se basa en En un ordenamiento jurílos derechos individuales, que dico que reconoce el pluraabarcan tanto derechos legales lismo político como uno de como derechos morales, y cuya sus valores superiores, como garantía es la primera función hace el artículo 1 de la Constidel sistema jurídico. Los dere- tución Española, parece natuchos individuales constituyen ral que las leyes sean casi ineun valladar infranqueable vitable resultado de la transacfrente a la mayoría y a los po- ción política en el Parlamento. deres públicos. Desde esta Sin embargo, nunca deberán postura individualista Dwor- perderse de vista los demás vakin ha criticado el utilitarismo lores superiores como la justi jurídico25. cia, la libertad y la igualdad, En efecto, la primacía del que igualmente consagran el Derecho sobre la ley positiva mismo precepto constituciose opone a su concepción utili- nal. tarista, cuyo único principio Como se ha señalado antes, rector es el de maximizar la utilidad general, que tiende a corresponde a los Tribunales ver en la sociedad un cuerpo preocuparse de que esos prinen el que está permitido legíti- cipios y valores queden protemamente sacrificar a unos en gidos o, en su caso, restablecifavor de otros. Por el contrario dos o salvaguardados. De ahí, -sostiene John Rawls- las ins- el peligro que para la paz jurítituciones básicas de la socie- dica representa la llamada27 “podad no tienen que ser sólo or- litización de la Justicia” . De denadas y eficientes, sino que hecho, la crisis institucional deben ser, sobre todo, justas y más profunda de un Estado es, si no lo son -concluye- deben sin duda, la quiebra de su Adreformarse o abolirse 26 . Asi- ministración de Justicia y la Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 119-137
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pérdida de la confianza ciudadana en su función. El desprecio al Derecho y a la ley y su frecuente vulneración, cuando es conocida y tolerada sin sanción, es decir, sin reacción del propio ordenamiento jurídico a su violación, conduce inexorablemente a la sociedad a una situación de “anomia” que, en cuanto condición general de la estructura social, favorece la separación entre las normas y los objetivos de los individuos. Es lo que Emile Durkheim llamó, en 1897, “el suicidio anómico”28.
5. LEYES Y NEGOCIOS
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de la Política de Derecho, se comprende más plenamente la exigencia de Juan Pablo II de que la Economía de mercado, para no ser “capitalismo”, necesita estar encuadrada en “un sólido contexto jurídico que ponga la libertad económica al servicio de la libertad humana integral”, de la que aquélla es, tan sólo, un elemento más29. Asimismo, desde este enfoque, las funciones del Derecho presentan su verdadera dimenN ESTE CONTEXTO
sión respecto a la actividad económica: — La protección de bienes y de derechos, que se transforman así en bienes jurídicos. — La prevención de posibles controversias jurídicas -litigios- sobre conflictos de intereses protegidos jurídicamente. — La resolución de conflictos de intereses colectivos o individuales mediante la función de pacificación, por la que se restablece la paz jurídica y de acuerdo con la función satisfactoria, que exige que la solución adoptada para restablecerla sea aceptable30. — La posibilidad de traducir los términos de un conflicto a un lenguaje que reúna a los contendientes, integrándoles y dándoles la posibilidad de comunicación, mediante el conocimiento de lo que es justo que corresponda a cada uno, según lo que cada uno es y cada uno hace 31. — Sirven de instrumento de cambios políticos, económicos y sociales, señalando pautas de configuración del futuro. En definitiva, se trata de atribuir a la ley y al Derecho en el mundo de la Economía
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una función institucionalizadora y, por tanto, estabilizadora, a la vez que impulsora del cambio económico y social. Según Dahrendorf, esa misión se cumple con la “construcción de instituciones”, es decir, con “la creación y, a menudo, la recreación de normas llenas de sentido a partir de sus principios. Las instituciones -afirma- nos protegen de la codicia incontrolada de cosas y de poder, por parte de los demás”32.
6. DERECHO Y NUEVA ECONOMÍA
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recorrido ha pretendido apartarnos de una percepción del Derecho como inconveniente para la actividad económica y llevarnos hacia una visión institucionalizadora de esa misma actividad y, por lo tanto, favorecedora del funcionamiento y del equilibrio del sistema de economía de libre mercado. Sin embargo, hay que preguntarse si esta concepción del marco jurídico institucional del mercado no resulta inadecuada, por retrógada, con los cambios derivados de la Nueva Economía y, en especial, de los L CAMIN O
relacionados con la globalización y con las nuevas tecnologías. El impacto de las nuevas tecnologías, en especial las relacionadas con comunicaciones electrónicas -término que abarca las telecomunicaciones, el sector audiovisual e Internet- ha hecho surgir nuevos modos de organización social, como la Sociedad de la Información, en la que, al parecer, ya estaríamos, y la Sociedad del Conocimiento, en cuyos umbrales nos encontramos. En la primera, la generación, el tratamiento y la transmisión de la información, entendida como un conocimiento práctico que opera en el cuerpo social para cambiarlo, se convierten en elementos esenciales de la productividad y del poder, no sólo político, si no también económico33. Desde una perspectiva operativa, Sociedad de la Información sería aquella en la que se prestan determinados servicios, con específicas características de extensión, intensidad y medios tecnológicos. Esos ser vicios incluyen, entre otros, las comunicaciones comerciales, la contratación y el suministro de información por vía electrónica, la transmisión de da-
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tos por redes de telecomunicaciones, las actividades de intermediación para la provisión de acceso a la red y cualesquiera otros que se presten a petición individual de los usuarios34. El catálogo de problemas legales que plantea la sociedad de la información es muy di verso y de gran amplitud. Así, por ejemplo: — El pronunciamiento sobre las alternativas de regulación, autorregulación o ausencia total de regulación de la Red: el modelo europeo se inclina hacia la regulación específica de los servicios; el estadounidense, por lo menos antes del 11 de septiembre, hacia la regulación de algunas áreas, dejando otras a la autorregulación; los usuarios se inclinan en muchos casos hacia la libertad, la carencia de toda regulación. — Los problemas de identidad de las partes, la integridad del contenido, el lugar y el momento del perfeccionamiento de los contratos electrónicos. — La solución de los conflictos, con el problema de determinar la jurisdicción competente, el arbitraje en la Red o los medios alternativos que
puedan determinar los códigos de conducta. — La comunicaciones comerciales electrónicas no solicitadas. — La protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial en la Red. — Los problemas de responsabilidad contractual y extra-contractual y las condiciones para su exigibilidad. — La protección de los derechos de la personalidad y de los datos de carácter personal. — El ejercicio del Derecho de participación política por medios electrónicos. — La tipificación de los denominados “ciberdelitos” y su sanción. La enumeración podría ampliarse a otros aspectos de la ley significativos para la Sociedad de la Información 35, pero lo que es relevante a nuestro propósito es que todas esas materias se presentan con unos rasgos de innovación que exigirían de los juristas soluciones radicalmente novedosas o un enfoque y una interpretación de las normas vigentes muy distinta, de alguna manera, a su tradicional aplicación.
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Las ventajas de la incorporación de las nuevas tecnologías a la vida económica y social, tales como la mejora de la eficiencia empresarial, la ma yor productividad, la creación de nuevas fuentes de empleo y las mayores posibilidades de elección de los usuarios, pueden tropezar con la incertidumbre que genera su rápido desarrollo y para cuya supresión se exige “un marco jurídico adecuado, que genere en todos los actores la confianza necesaria para el uso de los nuevos medios”36. Ciertamente, no se pueden ignorar ni minusvalorar los elementos de innovación que las nuevas tecnologías representan en relación con algunos negocios jurídicos y, en general, con la aplicación del Derecho. El profesor Gómez Segade ha estudiado ese impacto en un área del ordenamiento especialmente sensible a la innovación tecnológica, como es la propiedad industrial y la propiedad intelectual37. Sin embargo, a fin de formar una opinión ponderada, conviene tener en cuenta algunos factores que puedan contribuir a moderar el entusiasmo inicial que despierta
toda innovación. Entre ellos, están los siguientes: 1º.- Los servicios de la Sociedad de la Información y los negocios jurídicos relacionados con ellos siguen sujetos a los principios y normas correspondientes a su naturaleza jurídica; por ejemplo, las normas de los Códigos Civil y Mercantil sobre los contratos 38. 2º.- Las empresas de la Nueva Economía están experimentando un visible acercamiento a formas más tradicionales de la actividad empresarial. Las empresas virtuales son menos virtuales y se asemejan, cada vez más, a las no virtuales, los brick & mortar business en la jerga americana de los negocios. Este proceso es mucho más detectable desde el estallido de la burbuja financiera de los valores tecnológicos, en marzo del año 2000. 3º.- Los requisitos jurídicos de fondo exigibles para la validez y la eficacia de los negocios jurídicos no se han modificado substancialmente, aunque sí revisten nuevas modalidades de realización, a veces muy complejas, como los mecanismos de autentificación e identificación mediante la
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firma electrónica de los usuarios y datos en la red 39. Los elementos más dinámicos de este escenario son: 1º.- La introducción del factor rapidez en los negocios jurídicos, que es inherente a las nuevas tecnologías de la comunicación. En ellas y, por tanto, en la Nueva Economía, se prima la velocidad, por encima de la reflexión. Como ha escrito Michael Lewis, que es buen conocedor de los entresi jos de Wall Street , el progreso consiste, al parecer, en ir más deprisa. La conclusión a la que llega, en un libro pleno de ingenio que acaba de publicar, es que hay que acabar con el progreso antes de que el progreso acabe con nosotros40. 2º.- La globalización, entendida como la construcción de un libre mercado de ámbito mundial, especialmente desarrollado en el sector financiero y, en concreto, respecto a los movimientos de capital. La reciente incorporación de China a la Organización Mundial del Comercio parece consolidar esa tendencia hacia un mercado global para aquellos sectores de la economía abiertos a los intercambios.
3º.- La demanda de nuevos bienes colectivos, como la educación, la salud y el medio ambiente por parte de los ciudadanos de los países de mayor desarrollo, lo que dará lugar, sin duda, a nuevas normas de regulación y control. Es cierto que el Derecho necesita, sobre todo, reflexión y que se compagina mal con las prisas; pero, precisamente, por ser un elemento de consideración ponderada de los casos desde el punto de vista de la Ley y del Derecho, debe jugar un papel insustituible en el mundo de los negocios. Como escribió Piero Calamandrei, en el ejercicio de su profesión, un buen abogado debe contribuir con su experiencia y conocimiento a que sus clientes hagan negocios de acuerdo con las leyes y nunca ingeniarse para encontrar en las leyes preceptos que les permitan violarlas 41. Esa labor requiere tiempo, por lo menos algún tiempo, si se pretende que tenga un buen fundamento en Derecho. La globalización está planteando problemas cuyo tratamiento jurídico desborda las fronteras de los Estados nacionales que, sin embargo, siguen siendo los únicos sujetos pri-
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marios y plenos del Derecho Como ha señalado Adair internacional público. Las Turner, el hecho de que esa normas sobre propiedad inte- demanda proceda de los grulectual y concurrencia, la libre pos de consumidores de mayor circulación de bienes, servicios poder económico no es obstá y capitales no reclaman medi- culo para que genere compledas de unificación legislativa, jos problemas e conómicos, que serían incluso inviables en cuya solución exigirá un diáel momento actual, pero sí de logo franco y abierto entre las coordinación o de armoniza- Administraciones Públicas, las ONG, los organismos internación. y los agentes econóUna respuesta decidida en el cionales micos43. mismo sentido es también necesaria para la regulación de las nuevas tecnologías, no sólo CONCLUSIÓN de la comunicación, sino de la N ESTE ESCENARIO , a biotecnología humana, animal los juristas les corres y ambiental. ponde una responsabiPor último, como se ha lidad de primer orden para apuntado más arriba, es inne- contribuir a buscar soluciones gable la necesidad de nuevas justas a cuestiones tales como regulaciones jurídicas para ha- el alcance de las regulaciones y cer frente a la fuerte y cre- controles, de manera que gaciente demanda de bienes co- ranticen los derechos indivilectivos, como la salud, la edu- duales; la creación de normas cación o el medio ambiente, que ofrezcan a todos una razodirectamente relacionados con nable igualdad de oportunidala calidad de vida, cuya satis- des y que tengan en cuenta las facción exige una respuesta exigencias de la productividad global, que tenga en cuenta los y el empleo; y la ponderación enormes intereses humanos y de las exigencias de la justicia económicos implicados. Estos distributiva respecto a la probienes colectivos, cuya salva- porcionada distribución de guardia no queda asegurada cargas y beneficios, entre otras por los simples mecanismos muchas. del mercado, requieren regulaComo final, parece necesación y control42. rio retomar la pregunta de Pe-
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tronio, en su Satiricon, que encabeza este trabajo. ¿Qué pueden hacer las leyes, donde reina únicamente el dinero?
La respuesta es muy sencilla: realizar la Justicia en donde, sin ella, impera irremediablemente la ley del más fuerte.
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NOTAS 1 Cfr. Kelsen, Hans (1979), Teoría General del Derecho y del Estado , Uni versidad Nacional Autónoma de Mé xico, Méjico, p. 3. 2 Fernández Buey, Francisco (2001), “Economistas y humanistas. Propuestas para un diálogo” en García Tuñon, Angel Marina (coord.) Economía y Derecho ante el Siglo XXI, Valladolid, pp. 134-136. 3 D´Ors, Álvaro (1987), Introducción al Estudio del Derecho , Rialp, Madrid, p. 15. 4 Polo, Leonardo (1997), Ética. Hacia una versión moderna de los temas clásicos, AEDOS, Madrid, p. 19. 5 Carnelutti , Francesco (1940), Metodología del Derecho , Unión Tipográfica-Editorial Hispano-Americana, México, p. 55, y (1941), Teoría General del Derecho, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, pp. 56 y ss. 6 Castro y Bravo, Federico (1949), Derecho Civil de España. Parte General , vol I, IEP, Madrid, pp. 19-53 y ss. 7 Ballesteros, Jesús (1989), Postmodernidad: decadencia o resistencia, Tecnos, Madrid, pp. 12-29. 8 Juan Pablo II ha puesto de relieve en repetidas ocasiones que la Doctrina Social de la Iglesia se integra en la Teología Moral y ha subrayado su papel fundamental ante los retos del mundo contemporáneo y la desorientación ética del hombre. Vid. Encíclíca Centisimus Annus, nº 5 y Encíclica Fides et Ratio, nº 98.
9 Cfr. Belda Plans, Juan (2000), La Escuela de Salamanca, BAC, Madrid, p. 491. 10 Danvila y Villarasa, Joaquín Bernardo (1779), Lecciones de economía civil o de el comercio, Joachin Ibarra, Impresor de Cámara de S.M, Prólogo, pp. I y IV, Edición facsímil no venal, Marcial Pons, Madrid, 1994. 11 Atlántida (1993 ), nº 13, pp. 35 y 42. 12 Termes, Rafael (1992), Antropolo gía del capitalismo. Un debate abierto. Plaza y Janés, Barcelona, p. 198. 13 Soros, George (1999), La crisis del Capitalismo Global , Debate, Madrid, p. 229. 14 Posner, Richard A. (1998), El análisis económico del Derecho , Fondo de Cultura Económica. Méjico, pp. 28-30. 15 Bassols Coma, Martín (1988), Constitución y sistema económico, Tecnos, Madrid, p. 17. 16 Díez -Picazo, Luis (1996), Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial , Civitas, Madrid, p. 38. 17 García de Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás Ramón (1989), Curso de Derecho Administrativo , vol. I, Civitas, Madrid, p. 433. 18 Díez Picazo, Luis (1999), Experiencia jurídica y Teoría del Derecho , Ariel, Barcelona, p. 10 19 En ese sentido, en España, tanto la elaboración de los proyectos de ley por el Gobierno, en uso de su iniciativa legislativa, como de los reglamentos, en ejercicio de la potestad re-
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LA LEY , EL DERECHO Y LA ECONOMÍA glamentaria, deben incorporar una memoria económica que contenga la estimación del coste a que dará lugar (arts. 22.2 y 24.1 de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno). 20 SSTC 147/1986, de 25 de noviembre y 273/2000, de 15 de no viembre, entre otras. 21 Castro y Bravo, Federico (1949), pp. 44-45. 22 Guasp, Jaime (1971), Derecho, Hergón, Madrid, p. 7. 23 Henkel, Heinrich (1968), Introducción a la filosofía del Derecho, Taurus, Madrid, pp. 23 y ss. 24 Castro y Bravo, Federico (1949), pp. 20 y ss. 25 Dworkin, Ronald (1999), Los derechos en serio, Ariel, Barcelona, pp. 276 y ss. 26 Rawls, John (1971), A Theory of Justice, Oxford University Press, Oxford, pp. 5 y ss. 27 Bachof, Otto (1985), Jueces y Constitución, Civitas, Madrid, pp. 54 y 62. 28 Cfr. Dahrendorf, Ralf (1998), Ley y orden, Civitas, Madrid, pp. 36-39. 29 Encíclica Centesimus Annus, nums. 40 y 42. 30 Díez Picazo, Luis, Op. cit., p. 16. 31 D´Agustino, Francesco (1990),“Repensar el Derecho en clave postmoderna”, Atlántida, nº 3, vol. 1,p. 324. 32 Dahrendorf, Ralf (1998), pp. 157158. 33 Cfr. Castells, Manuel (1997), “La era de la información”, Economía, so-
ciedad y cultura. La sociedad real, Alianza, Madrid.
34 Ministerio de Ciencia y Tecnología (10-09-2001) Anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico , Exposición de Motivos, 2. 35 Vid. Lloyd, Ian (2000), Legal As pects of the Information Society, Butter worths, Londres. 36 Ministerio de Ciencia y Tecnología, Exposición de motivos, 1. 37 Gómez Segade, José A. (2001), Tecnología y Derecho, Marcial Pons, Madrid, p. 53 y ss. 38 El art. 23 del Anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico determina que los contratos electrónicos se regirán, además de por lo dispuesto en esa Ley, por los Códigos Civil y de Comercio y por las restantes normas civiles y mercantiles sobre contratos. 39 Directiva 1999/93 del Parlamento y del Consejo de 13 de Diciembre de 1999, por la que se establece un marco comunitario para la firma electrónica, DOCE, 19/1/2000. 40 Lewis, Michael (2001), The Future just Happened, Hodder & Stoughton, Londres, p. 221. 41 Calamandrei, Piero (1936), Elogio de los jueces escrito por un abogado, Góngora, Madrid, p. 89. 42 Encíclica Centesimus Annus, nº 40. 43 Turner, Adair (2001), Just Capital. The liberal Economy, Macmillan, Londres, pp. 97-98.
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NUEVA ECONOMÍA, PRODUCTIVIDAD Y CAPITAL HUMANO ALEJO JOSÉ G. SISON*
Cada época genera su propia versión de la Nueva Economía. A finales de 1990, se entendía por “nueva economía” una economía global en la que las tecnologías digitales habían producido “nuevas formas de trabajar, nuevos medios y maneras de comunicarse, nuevos bienes y servicios, así como nuevas formas de comunidad”. Su materia prima es la información, el conocimiento y las distintas formas de “capital intelectual”. Sus beneficios sólo serán válidos si las tecnologías telemáticas causan realmente un aumento en la productividad de los trabajadores. Palabras clave: Nueva Economía, productividad, capital humano.
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realizado por Jeff Madrick para el Joan Shorenstein Center on the Press, Politics and Public Policy, de la Universidad de Harvard, revela que desde la década de 1970 economistas, empresarios y periodistas ya utilizaban la expresión “nueva economía” (Madrick 2001). Lo que pasa es que la utilizaban para designar cosas diversas que a menudo no N ESTUDIO
guardaban ninguna relación entre sí. Con la crisis del petróleo de los años ´70 la industria automovilística comenzó a comercializar modelos con motores más eficientes en el consumo de combustible: eran los “coches de la nueva economía”. A mediados de los años ´80 revistas especializadas como Fortune y Business Week sacaban en sus portadas titulares que aludían a la “Nueva
* Alejo José G. Sison es profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de Navarra y secretario del Instituto Empresa y Humanismo.
ALEJO JOSÉ G. SISON
Economía de los Estados Uni- nación alemana, sino también dos”, al mismo tiempo que se (y sobre todo) señal de la sepaempezaban a publicar libros ración violenta de dos “munque llevaban por título Doing dos ideológicos” o “visiones de Business in the New Economy la vida” diametralmente (Albrecht & Zemke 1985) y opuestos-. Este final de la Understanding the New Eco- “Guerra Fría”, con el consinomy (Malebre 1989). Un lu- guiente triunfo del liberal-cagar común en estas obras era el pitalismo democrático sobre el mayor protagonismo que los social-comunismo totalitario sectores de servicios y de la fue la llave política que abrió el alta tecnología comenzaban a paso hacia el fenómeno condesempeñar en la vida econó- temporáneo de la “globalizamica de aquel país. ción”. De modo que en la ma Tras la caída de la bolsa de yor parte de la década de los Wall Street en 1987 y el creci- ´90 la expresión “nueva economiento lánguido de la econo- mía” vino a identificarse, en la mía norteamericana por aquel práctica, con la “globalización”: entonces, la “nueva economía” fundamentalmente, con la insignificó para el gran público tegración progresiva de econonada menos que inseguridad mías hasta entonces considelaboral y desempleo, como radas “nacionales”, debido a los consecuencias ineludibles de avances en las tecnologías de unas corrientes de desindus- redes (los sistemas de transtrialización, reconversión y re- porte, las telecomunicaciones y estructuración empresariales. la informática), potenciados Por consiguiente, parece como además por la apuesta de los si cada época generase su pro- gobiernos por la desregulación pia versión de la “nueva econo- comercial y la liberalización fimía”, y que ésta no siempre nanciera (Held, McGrew, apuntase a un desarrollo posi- Goldblatt & Perraton 1999). tivo o esperanzador. Aunque desde 1998 los inEn noviembre de 1989, la formes anuales del Departacomunidad internacional su- mento de Comercio norteafrió los efectos de otro de- mericano ya mencionaban otra rrumbamiento, el del muro de “nueva economía” bajo la guisa Berlín -símbolo no sólo de la de una “economía digital división de esta ciudad y de la emergente”, no fue hasta junio Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
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de 2000 cuando, por fin, pudo pecto a su competencia, de hablarse propiamente y sin acuerdo con las reglas de la ambages de una “economía di- “nueva economía de la inforgital”: a partir de aquel mo- mación”, debido precisamente mento se reconoció que los a factores en los que hasta el desarrollos en las tecnologías momento habían basado su digitales habían producido fortaleza. Todos sus “activos “nuevas formas de trabaj ar, tradicionales” ( legacy assets ), nuevos medios y maneras de consistentes en ordenadores comunicarse, nuevos bienes y centrales (mainframes ), sisteservicios, así como nuevas for- mas de producción, venta y mas de comunidad” (Shapiro distribución, sedes materiales 2000: xiii). “de ladrillo y mortero” (bricks Aparte de la idea de una and mortar ), marcas y hasta sus economía digital y globali- venerables “competencias nuzada, incluso hubo quienes cleares” ( core competencies ) y propusieron una lectura más culturas corporativas se han osada de la “nueva economía convertido ahora en fardo, de la información”, como peso muerto que les impide aquélla en la que las leyes de la competir con eficacia y éxito. “vieja economía” y las directri- Las metáforas actualmente en ces de la estrategia empresarial boga tienen reminiscencias convencional se habían “roto nietzscheanas y schumpeteriaen añicos” (Evans & Wurster nas: la desconstrucción (de la 2000). Las nuevas capacidades organización), la desintermetecnológicas para utilizar y diación (en la cadena de districompartir la información -o bución), la ruptura (en las trasea, Internet- han transfor- diciones y culturas), la “desmado las definiciones de em- trucción creativa” o “reinvenpresas e industrias, así como ción” de las líneas de negocio... los significados de términos Parece como si nada de lo ancomo “ventaja competitiva” o terior siguiese en pie y que lo “empresa dominante”. Según válido ahora fuese justamente Evans y Wurster, consultores todo lo contrario. Aunque ha de la firma Boston Consulting habido reacciones académicas Group, las empresas líderes en que, desde la teoría, han cuesel mercado se encuentran tionado semejante hipérbole y ahora en clara desventaja res- optimismo, el golpe definitivo Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
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contra esta postura lo han dado los correctivos que el propio mercado experimentó primero en los EE.UU. y, luego, prácticamente en todo el mundo- a partir de diciembre de 2000. Sin embargo, la misma persistencia de la expresión “nueva economía” a pesar de los descalabros bursátiles y financieros de la primera parte de 2001 parece indicar que hay otro significado posible, más moderado y ajustado a la realidad. Según esta opinión se habría vencido, si no el mismo ciclo económico, al menos gran parte de los efectos perniciosos de sus descontrolados picos y valles, gracias a la libre circulación de información por las redes de telecomunicaciones e Internet. Desde 1990, la economía estadounidense había entrado en una fase de crecimiento; sin embargo, a partir de 1996 el ritmo de aceleración fue vertiginoso. Lee Price, economista jefe de la Administración Económica y Estadística del gobierno norteamericano, afirmó al respecto en junio de 2000: “Los aumentos de productividad, las tasas de inversión así como el crecimiento real de los salarios son mucho más altos; las
cifras de desempleo y de inflación son mucho más bajas; la expansión (económica) acaba de establecer en EE.UU. un récord de máxima duración. El aumento en la confianza de que el futuro de la economía real se parecerá más a los últimos cuatro años que a los 22 años precedentes ha llevado a que cada vez mayor número de analistas e incluso economistas acepten la etiqueta mediática de la Nueva Economía” (Price 2000: 59). Por tanto, en su formulación estricta, estadísticamente contrastada, la Nueva Economía se refiere a la situación estadounidense de 1996 a 2000, durante la cual este país experimentó una tasa de crecimiento sin precedentes, junto con una inflación baja y el logro de unos mínimos históricos en las cifras de desempleo. Según el Secretario de Comercio, William M. Daley, la clave de este “milagro económico” no fue tanto la introducción de las nuevas tecnologías por sí misma como su impacto en la actividad de los trabajadores o en el aumento de su productividad (Daley 2000: iii). Aunque las estadísticas del Departamento de Trabajo
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norteamericano dan fe de ello, no han faltado quienes han puesto en tela de juicio este “aumento milagroso de productividad” o han propuesto para estos mismos datos una lectura muy desvirtuada. Según Stephen Roach, economista jefe del banco de inversión Morgan Stanley Dean Witter ( MSDW ) , el aumento de productividad experimentado a finales de la década de los ´90 se detectó ante todo en el sector servicios -transporte, comercio, finanzas, seguros, inmobiliarias, etc.- que da empleo al 77% de los trabajadores, 2/3 de los cuales son oficinistas de “cuello blanco” ( white-collar ) , o sea, no son trabajadores manuales; además, de entre éstos, casi la mitad se considera “directivos” o “gerentes” (managers), pertenecientes a la categoría de los “trabajadores del conocimiento” ( knowledge workers) (Roach 2000). Ahora bien, es público y notorio que para este tipo de trabajo las medidas tradicionales de productividad son muy poco fiables. No se mide tanto lo que estos traba jadores teclean con sus dedos como lo que se les pasa por la cabeza.
Entonces Roach se aventura a explicar que, de hecho, no ha aumentado tanto la productividad como las horas que se dedican al trabajo (que no se contabilizan igual que las de los trabajadores manuales). Gracias a las nuevas tecnologías -los ordenadores portátiles, los teléfonos móviles, los fax- que sir ven de “correas electrónicas”, los empleados siguen trabajando estén dónde estén, en sus casas o de viaje, en coche, tren o avión. Por tanto, se sobrevalora la productividad en la medida en que se infravalora el tiempo de trabajo. Roach llega incluso a decir que, con la excepción de algún milagro de la ingeniería genética, es muy poco probable que los “trabajadores del conocimiento” aumenten su productividad por el mero uso de nuevas tecnologías, como sucede con los obreros manuales de planta. Otra voz discordante e incrédula respecto al “milagro de la productividad” auspiciada por las nuevas tecnologías es la de Robert Gordon, profesor de economía de la Universidad de Northwestern (The Economist 2000). Según este autor, cualquier mejora en la productividad debería explicarse por
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una combinación de dos ele- sumidor -la compraventa de mentos: un incremento en la acciones por la red se ha coninversión financiera (“ capital vertido en un pasatiempo muy deepening” ) o un aumento en la popular- es mayor durante las productividad del factor-total horas de oficina que por la no( “total-factor productivity” o che, cuando en principio la “technological progress” ) . Este gente está en sus casas. En desegundo aspecto se divide en finitiva, Internet, como cualel sector informático y en el quier medio o instrumento de no-informático. Ahora bien, trabajo, no mejora por sí la según la investigación de Gor- productividad; depende de don, la contribución del sector cómo se utilice. Desafortunano-informático a la producti- damente, son todavía muchos vidad del factor-total es cero, y los que desaprovechan esta el incremento en la inversión nueva oportunidad que Interfinanciera, por sí solo, puede net les brinda y la emplean dar cuenta holgadamente de más bien para perder el cualquier aumento experimen- tiempo. tado en la productividad duEn octubre de 2001, la conrante estos últimos años. Más sultora McKinsey publicó un sorprendente aún es su descu- informe titulado Productivity brimiento de que, para la ma- in the United States, por ahora yor parte de la economía nor- el estudio más comprehensivo teamericana, el crecimiento de sobre el tema (McKinsey Glola productividad del factor-to- bal Institute 2001). La investital, de hecho, ha decelerado. gación abarca la mejora a largo Finalmente, Gordon echa la plazo de la productividad exculpa de este fenómeno a que perimentada en EE.UU. desde los “trabajadores del conoci- 1972 a 2000. De 1972 a 1995, miento” emplean ahora sus la productividad laboral naciohoras de trabajo en actividades nal aumentaba en un 1,4% de entretenimiento y diversión anuales, pero a partir de 1995 por Internet -antes confinadas hasta 2000 -los años coincia sus “horas privadas”, al dentes con la Nueva Econotiempo que pasaban en sus mía- esta tasa de crecimiento respectivas casas-. No en vano, casi se duplicó, hasta llegar al el volumen de tráfico en las 2,5%. Durante este segundo páginas web dedicadas al con- período, las empresas norteaRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
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mericanas aumentaron en casi parece estar en la “aplicación un 100% su inversión en tec- vertical” de la tecnología infornología informática, y muchos mática a las actividades nucleaexpertos pensaron que ésta fue res de las empresas -máxime si la razón exclusiva de la mejora. el negocio trata de productos Sin embargo, un examen más digitalizables- en lugar de en detenido de los datos reveló su mera utilización en activique la tecnología informática dades auxiliares o de apoyo. sólo fue un factor entre varios; No existe una “nueva econoentre ellos se incluían la inno- mía” si por esta expresión se vación (no necesariamente li- entiende una economía donde mitada a la informática), la las antiguas “leyes” o los princompetencia y algunas cir- cipios generales de buen funcunstancias relacionadas con la cionamiento (aunque sean medemanda cíclica, como la bur- ramente “tendencias estadístibuja bursátil y la alta confianza cas”) han quedado invalidados. de los consumidores. De he- Lo que ha cambiado ha sido la cho, casi todas las mejoras en tecnología; en concreto, por la productividad se centraron primera vez se ha logrado la en sólo seis sectores de la eco- fusión sin solución de continomía -la venta al por menor, nuidad entre la informática y la venta al por mayor, el mer- las telecomunicaciones. Pero cado de valores, las telecomu- tampoco podemos exagerar el nicaciones, los microprocesa- impacto de Internet, positivo o dores y la fabricación de orde- negativo, en el trabajo y en la nadores-; mientras que en el productividad. Para sacar maresto, las pequeñas ganancias y yor rendimiento de las oportupérdidas de productividad aca- nidades que Internet nos baron cancelándose. Paradóji- ofrece como herramienta de camente, en sectores como el trabajo, hemos de dirigir nuesde la hostelería, el de la banca tra atención hacia una mejor al por menor y el de la trans- gestión del “capital humano”, misión de datos a larga distan- específicamente y en primer cia, no se produjeron mejoras lugar, del “capital intelectual en la productividad, a pesar de (humano)”. las grandes inversiones en tecPor “capital” entendemos nología informática. La clave cualquier recurso productivo, del éxito en la productividad acumulable, del que se puede Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
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obtener rendimientos econó- tangibles”. Este hecho se ve micos en el futuro. La formu- reflejado en la gran diferencia lación del concepto de “capital que suele existir entre el valor humano” se atribuye a Gary contable de una empresa seBecker (1975) y a Theodore gún los libros y su valor en el Schultz (1981), galardonados mercado, el precio que un con el premio Nobel de Eco- comprador estaría dispuesto a nomía en 1979 y en 1982, res- pagar por ella. Los contables pectivamente. Schultz lo de- atribuyen esta diferencia al acfine como las “cualidades” o tivo genérico del “fondo de colos “atributos adquiridos” (a mercio” ( goodwill ), a la “buena diferencia de los “innatos”) de reputación” de la empresa y sus una población, que son valio- integrantes, y a la propiedad sos y que aumentan con una intelectual de la que la eminversión apropiada. Becker, presa es titular, ya sea en forma por su parte, explica cómo las de copyrights o derechos de rediferencias de sexo, edad, es- producción, patentes, marcas tado de salud, nivel educativo, registradas y secretos comergrado de formación o desarro- ciales. llo del carácter y experiencia La contribución de Stewart influyen en el “capital hu- consiste en la formalización y mano” y, por consiguiente, en en el “apalancamiento” (leverael rendimiento de los trabaja- ging ) de estos “activos intangidores. bles” bajo el concepto de “capiPor otro lado, la elaboración tal intelectual”. Stewart distinde la noción de “capital inte- gue tres componentes del “calectual” se debe primordial- pital intelectual”: el “capital mente al trabajo pionero del humano”, que es la suma de escritor y columnista de la re- los conocimientos, las destre vista Fortune , Thomas Stewart zas y las actitudes favorables (1997). Este autor parte de la de empleados individuales; el observación de que cada vez se “capital estructural”, formado valoran más los “activos intan- por las capacidades instituciogibles” de una empresa -como nales de la organización, fruto las informaciones que maneja, en gran parte de la sinergia las experiencias y los conoci- entre los profesionales que tramientos de sus trabajadores- bajan en la empresa; y el “capique los tradicionales “activos tal de clientela”, que proviene Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
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de la franquicia o la cuota de mercado fidelizada, una fuente privilegiada de conocimiento sobre los productos demandados. De estos tres componentes, el “capital estructural” es el que más se acerca a una “propiedad exclusiva”, relativamente estable de la empresa, ya que tanto el “capital humano” como el “capital de clientela” -en determinadas condiciones- pueden salir por la puerta y ponerse al servicio de otro patrón o de otro proveedor, respectivamente. Basándose en estas herramientas conceptuales, se pueden elaborar nuevos paradigmas para la medición y la gestión de los recursos y los activos de la empresa, nuevos modelos para la dirección y el gobierno de las personas que en ella trabajan. En definitiva, hablar de “nueva economía” sólo se justifica en la medida en que se registren mejoras considerables en la productividad de los trabajadores. Los aumentos más significativos de productividad derivan del mayor rendimiento del capital humano e intelectual, con ocasión de la tecnología informática. Por tanto, el principal reto de la dirección en la Nueva Economía -más que la coordinación del trabajo
de quienes ocupan lugares y tiempos no-contiguos- consiste en el gobierno de personas cuya contribución al proceso económico no proviene de la fuerza de sus brazos, sino de su inteligencia y creatividad.
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ALEJO JOSÉ G. SISON
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Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 139-148
EL ENIGMA DEL HOMBRE. REFLEXIONES ANTROPOLÓGICAS SOBRE LA DIRECCIÓN GUIDO S TEIN* Este artículo trata de desplegar los rasgos más singulares que han de tenerse en cuenta para acertar en una adecuada dirección de personas. La exposición en escorzo de los fundamentos de esos rasgos pivota sobre la recuperación de la vida privada como sustrato ineludible sobre el que levantar toda la capacidad de mejora y de crecimiento personal. Parece perentorio reclamar abiertamente la necesidad acuciante de recuperar la riqueza que entraña una vida privada consciente de no ser una huida, una autoexclusión social, sino una oportunidad para renovarnos como personas, para enriquecer el espíritu, es decir, la capacidad de proponernos fines que superen los condicionantes que im pone la tiranía de la inmediatez. Paradójicamente, es esta capacidad de trascender la que nos acerca a las otras personas, la que nos facilita el trato justamente personal, del que está tan necesitada la vida empresarial, y especialmente la acción de los directivos. Palabras clave: liderazgo, empatía, amistad, vida personal, proyecto profesional, inmortalidad.
“The correct thing to do with authoritarians is to take them realistically for the bastards they are and then behave toward them as if they were bastards”. “The safest person to give power to is the one who doesn´t en joy power ”. (A. Maslow, Eupsychian Management)
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de la dirección de empresas se pueden rastrear autores y movimientos que, inspirándose en las ciencias experimentales, han aplicado a este campo de la acción humana unos criterios racionalistas y universalistas con el fin de alcanzar una interpretación teóN LA HISTORIA
* Guido Stein es secretario general de la Universidad de Navarra.
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rica que mereciese el calificaEl valor propiamente hutivo de científica. Así, son de mano, por debajo y por encima cita obligada, Frederick W. de la organización racional, se Taylor y Hènri Fayol, y sus presentó de modo patente en obras respectivas, The Princi- los albores de esta nueva disciples of Scientific Management plina. No faltaron entonces (1911) y Administration géné- autores que advirtieron que había algo que se resistía a ser rale et industrielle (1916)1. administrado científicamente: El tiempo ha confirmado la persona humana se presenque la dirección no es cientí- taba como un factor no susfica, aunque, efectivamente, ceptible de racionalización haya una ciencia de la direc- mediante sistemas homogéción. Sólo una aproximación neos y universalistas2. más amplia al fenómeno, que En 1962, Rensis Linkert incluya un punto de vista cul- distinguió en su obra New tural, resistente al corsé cientí- Patterns of Management 3 dos fico-experimental, dará cuenta conceptos de empresa, según satisfactoria de lo que en gene- se enfatizase el trabajo a realiral pasa dentro de las organi- zar o el sujeto que lo iba a dezaciones, incluida la organiza- sempeñar. En el primer caso la ción por antonomasia: la em- sistematización es el criterio a presa. seguir; en el segundo, la motiEl mecanicismo, ayuno de vación. La acción directiva valores y pletórico de modelos bascula entre controlar el de hacer lo que se tiene operativos funcionales, fija su modo hacer, y estimular a quien ideal en la homeóstasis: las or- que lo tiene que llevar a cabo. Para ganizaciones se autorregulan controlar, antes hay que dividir internamente como si fuesen el trabajo, asignarlo y atribuir un organismo. Sin embargo, las correspondientes responsaesta explicación elude la reali- bilidades. Para estimular es dad ante la que todas las reali- necesario haber fijado unos dades, también la empresarial, objetivos claros, motivar a las cobra sentido: el hombre. Sólo personas para que los persigan la referencia al hombre y a la y, por último, hacerles sus promujer dota de sentido a lo de- pios controladores. Es el juego más. creativo que parte de la deleRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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gación en el responsable de la ejecución y se expresa en términos de autocontrol. En este segundo enfoque la voluntad juega un papel insustituible, de forma que dirigir mejor no es sinónimo de dirigir más, sino de dirigir menos; huye del ámbito de la cantidad para encontrar acomodo en el de la calidad. Si la dirección se centra en expandir la capacidad de sus hombres, no se requieren sistemas de organización más complejos. S e requiere el desarrollo de los hombres de la organización, no el desarrollo de la organización de los hombres. Para abordar siquiera sucintamente este aspecto de la dirección es extraordinariamente valiosa la reflexión de la filosofía clásica acerca de las virtudes, y en especial de la prudencia, en cuanto criterio rector que ordena y potencia lo demás, como, por ejemplo, la eficacia y la eficiencia. Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, define la virtud como un hábito selectivo, que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por lo que decidiría un hombre prudente. Pero al referirse a un término medio, no quiere decir en absoluto que sea la media ex-
traída de una muestra estadística, o el fruto de una negociación entre dos extremos, sino la equidistancia entre dos vicios que, desde el punto de vista de lo mejor es, precisamente, un extremo. De manera que no existe término medio virtuoso del exceso o del defecto, ni exceso o defecto del término medio. Con la virtud, que etimológicamente significa fuerza, el hombre adquiere la energía interior para cumplir cabalmente su destino: llegar a ser hombre. A través de la inteligencia captamos cómo es la realidad y conocemos cómo reaccionar ante ella. Justamente, la virtud de la prudencia ayuda a la inteligencia a definir lo que hay que hacer ante cada nueva situación que se le presenta. Frente al riesgo connatural a toda decisión concreta y, especialmente a las decisiones empresariales, la prudencia entraña la capacidad intelectual de acierto. Como suprimir el riesgo es imposible -quizá incluso indeseable antropológicamente-, la prudencia es fundamental. Dirigir con prudencia supone centrarse en lo concreto y asumir el riesgo de que los resultados de la acción direc-
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tiva sean hasta cierto punto inciertos, arriesgados: se decide por aproximación. Por el contrario, si los resultados fuesen absolutamente previsibles, preconfirmados o ciertos, entonces sí cabría hablar de una dirección científica: se decidiría primando la deducción implacable a partir de unos principios. En cualquier caso, Aristóteles se inclina por una dirección orientada por la prudencia, en la que haya espacio para la deducción rigurosa apoyada en unas premisas antropológicas demostrativamente verdaderas, es decir, consistentes con el modo propio de ser hombre y mujer. Además de inteligencia, el hombre está dotado de voluntad, motor de nuestras acciones, del querer o rechazar. Sin la voluntad, la inteligencia es inoperante. La justicia es la virtud que orienta la voluntad con el criterio de darle a cada uno lo que le corresponde. Y como el hombre no es un espíritu puro necesita ejercitarse para vencer las dificultades que él mismo y el exterior le ponen en su camino; en ese lance le ayudan las otras dos virtudes cardinales: la fortaleza y la templanza, esenciales a la hora de ejecutar una decisión.
Lo anterior exige como requisito teórico y práctico previo exponer e l concepto de hombre y mujer, sillar de refle xiones ulteriores. Sin pretender unas profundidades que no son del caso, pero con la sol vencia intelectual que el asunto exige, se proponen la libertad -entendida como la capacidad de autodominio- y el afán de trascenderse -la necesidad de ir más allá de su contorno, que anida en el centro de toda persona- como las notas que definen al ser humano. Carlos Llano las señala como características que se implican mutuamente: “por ser dueño de mí, tengo la capacidad de entregarme y trascender en los otros, sea que los otros se escriban con minúscula o haya algún Otro -y yo creo que lo hay-. Estas dos características del hombre son a la par para él una fuerza centrípeta: el centro de mí no está fuera, sino en mí mismo; y otra fuerza centrífuga: mi plenitud está allende mi propio yo: se encuentra fuera de mí”4. Aunque aparentemente paradójica, es certera la sospecha de que el hombre tiene que salir de sí, arrumbar su egoísmo, para encontrar lo mejor que hay en él.
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La incertidumbr incertidumbre, e, además además perando las meras relaciones de envolvernos en sus concre- comerciale comercialess y mercantiles, mercantiles, con ciones ciones vitales, vitales, política políticas, s, eco- el fin de genera generarr riqueza, riqueza, valor valor nómicas y también morales, añadi añadido do.. La empres empresa, a, entonentonendurece, endurece, ensombrece ensombrece y hasta ces, pasa pasa indefectib indefectiblemen lemente te a puede llegar llegar a imposibilit imposibilitar ar,, a hundir sus raíces en el suelo menudo, menudo, el desarrollo desarrollo personal fructífero y exigente de la vida de la exist e xistenci encia. a. También ambién humana, humana, en el que hablar hablar de arrostramos con aspereza una ética no es un apósito apósito,, un lujo, lujo, imagen amputada del hombre, o un elemento retórico, retórico, sino consecuencia de las concep- algo consustancial al desplieciones materialistas y cienti- gue de la actividad humana y fistas de los pasados siglos. empresari empresarial. al. Este enfoque enfoque Como ya ya afirmó afirmó Ortega, Ortega, lo permite sustraer de la ética de humano se escapa a la razón los negocios ese halo de moda, fisico-matemática como el tan cursi, cursi, como quizá quizá también también agua por por una canas canastilla tilla.. Su- de eficacia eficacia precaria: siempre se mirlo en el determi determinism nismo, o, en han dado conductas empresael gregarismo gregarismo,, significa significa despo- riales y directivas reprobables; seerlo de la responsabilidad responsabilidad de sin emba embargo rgo,, ahora ahora y, y, a pesar pesar su vida vida y, y, en defini definitiv tiva, a, arroarro- de toda la avalancha discursiva jarlo a las fuer zas sociales y sobre sobre la ética, ética, no parecen parecen hahaambienta ambientales les imperan imperantes; tes; im- ber sufrido una disminución plica vaciarlo de la sustancia apreciab apreciable: le: a las noticia noticiass me personal, personal, tan esquiv esquivaa a ser remito. cuantificada cuantificada y subyugada subyugada.. El Los rasgos humanos carachombre entraña un enigma, terísticos de la libertad y del una realidad fatigosa de com- afán de trascendencia cobran prender e intrincada de inter- un significado más inteligible pretar. si se contemplan a la luz de la No es magro el punto de distinción aristotélica entre partida descrito -en el que se producción y acción 5. Seg Seg ú n profundizar profundizaráá más abajo-, abajo-, ya este filósofo filósofo,, el resultado resultado de de la que permite concebir la em- producción, poiesis, se diferenpresa y la vida corporativa a la cia de la actividad misma que luz renovada de una comuni- lo produce, produce, dando dando lugar lugar a una dad de person personas, as, que se vincuvincu- transformación externa al sulan como como tales tales,, por tanto tanto,, su- jeto; jeto; por por ejemplo ejemplo,, la fabric fabricaaRevista Revista Empres Empresaa y Humanis Humanismo, mo, Vol. V, Nº 1/02, 1/02, pp. 149-177 149-177
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ción de cualquier producto. En cambio cambio,, la acción acción entenentendida como praxis no produce un resultado fuera del sujeto que la lleva a cabo, cabo, sino que queda dentro de él de un modo modo inman inmanent ente, e, siendo siendo,, por consiguiente, consiguiente, su fin fin la acción misma; misma; por ejempl ejemploo, el conoconocimiento es praxis, acci acción ón y no no producción. producción. Conocer es haber conocido y seguir conociendo. conociendo. Precisamente en el ámbito de la praxis humana es donde la libertad y el deseo de trascender lo inmediato laten con más intensidad. Todas Todas las virtudes, virtudes, que son hábitos que perfeccionan las acciones acciones humanas, se adquieadquieren con con el ejercici ejercicioo previo: previo: lo que hay que hacer después de haber aprendido lo aprendemos haciéndo haciéndolo. lo. (He aquí aquí un buen fundamento antropológico de la metodología del caso, caso, tan usada usada en los los prograprogramas de dirección de empresas de las escuelas de negocios, con el que se adquiere de modo sistemático y acelerado experiencia teórico-operativa del arte de de dirigir, dirigir, dirigiendo). dirigiendo). Parece evidente que la Sociedad del Conocimiento y su Nueva Economía se apoyan preferentemente en la praxis , en la acción acción y sus herramienherramien-
tas. Las nuevas nuevas técnicas técnicas digidigitales potencian la posesión inmanente de la información y su disfrute, disfrute, propias propias del conoconocimie ci miento nto.. Perfecc erfeccion ionar ar al al hombre supone, supone, por tanto tanto,, mejorar los instrumentos de su praxis, aquéllos aquéllos que que amplia amplia-rán su capacidad operativa y la calidad calidad de sus sus resultad resultados, os, y que, que, en defi defini niti tiva, va, le hará haránn más huma humano no,, es decir decir,, más lilibre: bre : un reto ret o al a l alcan a lcance ce de nuestra sociedad. Después de esta reflexión de la mano de Aristóteles surge espontánea la duda: ¿tienen alguna utilidad unas ideas tan antiguas para un mundo tan radicalmente distinto? tinto? Efectivamen Efectivamente, te, el contexto texto ha cambiad camb iado, o, por lo tanto, tanto, si deseamos deseamos ser ser oportuoportunos en su su comprens comprensión, ión, habrá que expresar las mismas verdades de modo diferente. diferente. La memoria permite un enriquecimiento de la experiencia. Hemos progresado en muchos sentidos, sentidos, en otros otros quizá quizá no; sin embargo embargo,, en cuanto cuanto hombres y mujeres mujeres,, permanece permanecemos mos exactamente iguales que hace dos mil quinientos años. Nuestra naturaleza y dignidad no menguarán ni se acrecentarán tampoco en el futuro.
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veles administrativos, administrativos, achatar las organizaciones, organizaciones, primar el AMISTAD dirigir desde atrás en vez de A ANTROPOLOGÍA desde arriba6, aunqu aunquee sean sean pomuestra una senda ex- líticas acertadas; acertadas; es necesario necesario,, pedita pedita,, sin estorbo estorbos, s, además, además, crear crear un hábito hábito,, una para clarificar las estructuras disposici disposición ón estable, trabajar trabajar tecorporativ corporativas, as, que a menud menudoo niendo verdaderamente en adoptan configuraciones en- cuenta a los otros. diabladamente ineficaces por “Las técnicas aprendidas en complicada complicadas. s. Al adoptar adoptar un un modo de pensar orientado ha- las escuelas de negocios -recia lo esencia esencial,l, hay que que ser sen- cuerda Carlos Llano- son muy cillo y consistente consistente:: decir no no útiles y de gran importancia, todo a todos, todos, pero sí a todos todos lo pero el verdadero core business radica en una mente mente clara, clara, sismismo mismo.. Si se pretend pretendee mani- radica temática y simple. Todo lo de pular a las las personas personas,, utilizando utilizando temática la hipocresí hipocresíaa o la política política,, en más que requiere la empresa es su acepc acepció iónn peyora peyorativ tiva; a; si, en la capacidad de esfuerzo y la creatividad de sus colaboradodefinitiv definitiva, a, se les escamotea escamotea su su creatividad re s. Cuan Cu ando do una u na emp e mpres resaa lugar central, las complicaciocomplicacio- res. nes afloran afloran por doquier doquier.. Es su- cuenta con verdaderos hombres, caracteriol caracteriológica ógicamente mente ficiente recordar las explica- bres, firmes, con sentid sentidoo de perteperteciones presuntamente tranqui- firmes, lizadoras que suelen esgrimirse nencia y con deseos de trabajo asociativo,, la organizació organizaciónn y en los anuncios de las fusiones, asociativo al referirse a las reestructura- las soluciones de negocio se ciones ciones del personal, personal, para saber saber simplifi simplifican. can. La acción acción de diride qué estamos estamos hablando; hablando; o en gir es también también sencilla: sencilla: no se el “puenteo “puenteo”” como manifestamanifesta- necesita necesita dirigir dirigir más, sino diridirición del ego mal encauzado de gir mejor, mejor, porque porque se tiene conlos direct directivos. ivos. La sencillez sencillez fianza en que los gerentes y sus apuesta por la personalización equipos trabajan por convica costa del individualismo de ción propia en bien de la emcorto alcance y elevados cos- presa, aportando su inagotable inagotable tes. creatividad para solucionar los Para alcanzar la sencillez no problemas de una forma simes suficiente con suprimir ni- ple, acertada acertada y veloz” veloz”7.
L A CONFIA NFIAN NZA DE LA
L
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Los clásicos, clásicos, que sabía sabíann más más ros, la imparcia imparcialidad lidad en en la relade la persona que los postmo- ción y el respeto. dernos, dernos, porque porque tenían tenían menos No faltan quienes sostienen prisa, cantaban cantaban a la sencillez sencillez y que las relaciones profesionasimplicidad como contrapun- les pueden desenvolverse en tos del orgullo; orgullo; valgan valgan las palapala- una atmósfera de indiferencia, indiferencia, bras bras de de R.W. R.W. Emerso Emerson: n: “No neutral. neutral. Ése sería sería el resultado resultado hay nada tan simple como la de una organización racional grandeza grandeza;; de hecho hecho,, ser simple simple del trabaj trabajo; o; sin embargo embargo,, no es es ser grande” grande”.. Efectivamen Efectivamente, te, antropológicamente posible. lo más simple no es siempre lo La densidad de la persona sumás fácil. pera siempre el carácter de Como se acaba de explicar, mero ejecutor de una tarea el reverso reverso de la sencillez, sencillez, fruto previamente diseñada y coorcuajado cuajado de de la veracidad, veracidad, es la dinada, dinada, para entablar entablar relaciorelacioconfian confianza: za: el vínculo vínculo más dudu- nes también emocionales y de radero y poderoso para mante- aceptació aceptaciónn y rechazo rechazo.. Los senner unida cualquier tipo de or- timientos nunca restan de ganizaci ganización. ón. Las organizacio organizacio-- puertas puertas a fuera. Precisa Precisamente mente nes son un trasunto de las per- ese intento genera la hipocresonas que las integran; integran; reflejan reflejan sía como racionalización racionalización eduel interior interior de sus miembros miembros,, de cada de la indife indiferenc rencia, ia, e inmodo que para que exista un cluso de la enemistad. enemistad. Valdría clima real real de confian confianza, za, es pre- con expresar expresar,, aunque fuese fuese a ciso que cada uno confíe antes modo de máxima, máxima, la distinció distinciónn en sí mismo mis mo.. La confian confianza, za, entre el amiguismo corporacomo como su contraria, contraria, la descondescon- tivo, tivo, un cáncer cáncer especialment especialmentee fianza, fianza, se contag contagia, ia, no se im- virulento en la empresa famipone; pone; se inspira inspira,, no se predic predica. a. liar, liar, y la empresa empresa como como comuHay quien sostiene que la con- nidad de personas con las que fianza, más que que una relación, relación, se puede entablar una noble es un estado, estado de con- amistad amistad de compañ compañeros: eros: ¿qué fianza, cuyo surtidor es el pro- mejor fundamento para renopio centro personal que mana var las ajadas culturas corporahacia hacia los demás. demás. En un trato trato tivas, para impulsar el trabajo trabajo confiado imperan la credibili- que asocia asocia a las personas, personas, para dad otorgada a los compañe- discriminar en el trabajo en Revista Revista Empr Empresa esa y Humanismo Humanismo,, Vol. V, Nº 1/02, 1/02, pp. 149-177 149-177
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equipo lo que tiene valor de lo paternalismo paternalismo inadecuado, inadecuado, adeque es mera ganga? más de estéril estéril;; basta basta con que que dispongaa los medios. medios. Hacer Hacer “Un compañerismo -ad- dispong vierte Llano- que persigue la mejor a alguien no es efecto acción, sino fruto fruto de la mejora personal de los propios de la acción, reflexión. Para Para mejorar mejorar a los compañero compañeros, s, en todos todos los asas- reflexión. demás, hacerles hacerles crecer crecer como como pectos, pectos, genera genera un sentimie sentimiento nto demás, personas as y, y, por tanto tanto,, como como de afecto también más pro- person miembross de una empresa, empresa, no fundo que aquel que se logra miembro por el mero caerse bien: ahora hay otra herramienta más efique el ejemplo ejemplo,, ni tamtamtal sintonía se resume en s e r caz que poco más ardua: ardua: para para que el mejores. Este ser mejores es un poco interés claramente comple- amigo y el colega sean mejomentario, mentario, con una comple- res, primero debo ser yo mementariedad de jerarquía más jor. alta que cualquier otro objeInfluir en la voluntad de un tivo laboral laboral,, enteramente enteramente comcom- tercero, tercero, mover su su afán por depatible patible con él: porque porque yo no sarrollar sus capacidades perme puedo hacer mejor como sonales sonales y morales, morales, fundamento fundamento persona más que haciendo ineludible sobre el que consmejor a la persona del amigo: truir su desempeño profesioprofesionos encontramos en el bene nal, y humus humus del que se nutr nutree volere , el querer bien, la benevo- la vida cotidiana de una emlencia, el querer el bien para el presa, exige que la relación relación 8 otro” . profesional supere con creces La voluntad es personal e la neutralidad de la indiferencia. Si los miembr miembros os de la emintransferib intransferible, le, es la realidad realidad cia. más íntima e inviolable de la presa no desarrollan relaciones amistad, d, sea cual cual sea sea su persona. persona. Nadie Nadie puede puede querer querer de amista grado; si no se entabla entablann conpor otro. otro. No hay ningu ninguna na ac- grado; tactos ajenos al cálculo cálculo,, al do ut ción, ción, si no no es la la propi propia, a, en virvir- tactos vano el el deseo de que de s, será vano tud de la cual se pueda llegar a des ser mejor si uno mismo no lo allí impere un buen ambiente, teñido por la confianza, confianza, la lealpretende. pretende. Esto explica explica que que teñido diálogo go,, y en el que al al toda formaci formación ón profesiona profesional,l, y tad y el diálo tambi también én mora moral,l, es, en defi definini- corregir un error no surja la desconfianza o el rencor, rencor, sino tiva, tiva, autof autoform ormac ació ión, n, y que que la desconfianza empresa no debe asumir un se fortalezca fortalezca la relaci relación. ón. Puede Revista Revista Empres Empresaa y Humanis Humanismo, mo, Vol. V, Nº 1/02, 1/02, pp. 149-177 149-177
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sonar a música música celestia celestial,l, pero es que la alternativa se encuentra en las pesadillas que configuran el día de cada día de tantas y tantas empresas, donde impera la conquista del poder y del del dinero, dinero, frecuentefrecuentemente frustrada. La experiencia enseña que a menudo los hechos impiden oír las palabras que se dicen, mientras que la fuerza de convicción del ejempl o arrastra poderosamen poderosamente, te, para bien bien y para mal. Para Para inspirar inspirar aqueaquellos deseos de los que hablamos, el único único vehículo vehículo es el propio propio ejemplo ejemplo.. Dirigir Dirigir es, en cierto cierto modo modo, dar ejemplo ejemplo,, encarnar pautas de acción y reflexión que ayuden a los demás en su desempeño. De nuevo las palabras de Carlos Llano permiten profundizar en este principio antropológico básico de la dirección de empresas: empresas: “El direcdirectivo ti vo,, en primer primer lugar lugar,, debe debe mantener a sus integrantes en la permanente tensión de anhelo: debe interesarlos interesarlos en biebienes arduos arduos y valioso valiosos, s, y propoproponerles otros bienes de otra naturaleza cuando los primeros hayan sido alcanzados. alcanzados. En segundo lugar debe mantener a las personas de las que es res-
ponsable alejadas de la tristeza y la desesperación”9. Como uno no puede dar lo que no tiene, tiene, es condición condición necesaria que el propio directivo cultive su interés por mejorar, por acrecentar sus aspiraciones y por motivarse personalmente, men te, pues pues las relac rel acion iones es dentro de una empresa no se sustraen a los aspectos afecti vos y emocionales, emocionales, connaturaconnaturales a todas todas las persona personas. s. El profesor Rafael Alvira en su lib r o El lugar al que se vuelve considera la vida familiar como el entorno más propicio y natural para adquirir las virtudes, hábitos hábitos operativo operativoss que que sustentan las aspiraciones citadas: entre ellas ellas destaca destaca la magnani nanimi mida dadd , g rand randez ezaa d e ánimo, ánimo, con su triple faceta faceta de entusiasmo entusiasmo para comenzar, comenzar, de tenacidad para continuar y de desprendimiento al pensar constantemente en los demás. Frente al ritmo esencialmente competitivo que ha escogido cogido la empresa empresa actual, actual, a tenor del que si alguien alcanza un objetivo es a costa de que otro no no lo haga, haga, y quede quede excluido; cluido; se trataría trataría de introduc introducir ir políticas claras de motivación que primen la cooperación y la complementariedad. complementariedad. Por ejemplo, plo, valorar valorar el conocimiento conocimiento o
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la capacidad de ayudar por encima del poder o del status. A pesar de lo que comúnmente suele decirse, decirse, no existen existen evidencias en las que sustentar la tesis de que la agresividad entraña más rentabilidad económica que la amistad, amistad, o que el el enfrentamiento es más eficiente en términos organizativos que la complemen tariedad.
NECESID ECESIDAD AD DE LA EMP EMPATÍA
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es un combinado de naturaleza le za y lib liber erta tad, d, de cuerpo y espíri espíritu, tu, de exterioriexterioridad al alcance de la percepción de los demás y de interioridad velada velada a tercer terceros. os. El acceso acceso a alguien distinto de uno mismo es una tarea complicada y costosa. tosa. El ser de cada cada person personaa es siempre un proyecto modificable; ble; se reali realiza za en el tiem tiempo po y,y, al tiempo tiempo que se realiza realiza,, se propro yecta. yecta. Realizán Realizándose dose,, empujado empujado por la libertad, libertad, es como se se descubre a sí mismo. A diferencia de lo que acontece con con las cosa cosas, s, no cabe cabe un conocimiento conocimiento exhaustivo exhaustivo,, puramente objetivo, objetivo, de las persopersonas, ya que que éstas nunca son sólo objeto: objeto: se alteran alteran mientras mientras se van conocie conociendo ndo,, pues van A P ER S O NA
siendo y creándose al hilo del tiempo, tiempo, en el vivir vivir activo activo y fecundo cundo.. Cada Cada person personaa es, efecefectivamente, tivamente, un mundo mundo.. “Una relación entre dos personas -escribe García Morente- no es relación entre partes de un m ismo mundo, sino relación entre dos mundos. dos. Cada Cada perso persona, na, puest puestoo que es radicalmente radicalmente sujeto sujeto,, tiene su mundo; mundo; es un un mund mundo. o. Y al al enentrar en relación dos personas, son realmente dos mundos los que entran entran en relación relación;; y yo no puedo adoptar cuando me relaciono con otra persona la misma actitud que cuando me relaciono con una cosa de mi mundo. mundo. Conocer una cosa cosa de mi mundo es saber lo que es, saber su esencia y poderla manejar y tratar a sabiendas, puesto que esa esencia sabida es constan constante, te, inalte inalterab rable, le, invainvariable, riable, fija. fija. Pero en mi mi relaci relación ón con una persona existe una incógnita radicalmente indespe jabl jable; e; a saber saber:: que esa esa pers person onaa constituye constituye un mundo, mundo, es decir, decir, una totalidad totalidad original, original, única. Cuando en mi mundo se ha introducido el otro mundo de esa persona, persona, necesaria necesariament mentee ha tenido que acontecer que mi mundo mundo,, a su su vez, vez, se intr introoduzca en el de esa esa persona persona.. Y ni ella podrá nunca conocer las
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variaciones que en mi mundo haya producido su llegada; ni yo podré nunca conocer las variaciones que en su mundo haya producido mi llegada. Esto justamente es lo que expresábamos diciendo que así como la persona con quien me relaciono existe para mí, también yo existo para la persona con quien trato. Lo cual, empero, no acontece en mi relación con las cosas ni menos en la relación entre las cosas” 10. Conocer es conocerse, es romper la costra de la envoltura en la que late la verdadera personalidad. La amistad, y en general todas las relaciones humanas, descansan en la capacidad que tenemos las personas de acceder en mayor o menor medida a la intimidad de los otros, de hacernos cargo adecuada o inadecuadamente de lo que sienten, les alegra, les apena, les anima o les atenaza. La empatía es más profunda que la simpatía, que significa sentir con, porque supone llegar a sentir dentro de uno mismo lo que siente el otro, dándonos cuenta, objetivando ese sentimiento. En castellano se usa la expresión tener química con alguien, circunstancia que facilita enormemente la comunicación,
por hacerla inmediata, incluso en el caso de mensajes complejos. La empatía permite que la realidad poliédrica de los sentimientos sea captada intuitivamente, de forma que las personas se sientan comprendidas, lo que en muchos casos es suficiente para mejorar una situación, resolver un malentendido o facilitar la asimilación de una mala noticia. ¿Cuántas veces no tiene más valor comprender que resol ver?¿ Cuántas veces no es lo mismo comprender y resolver? El clima laboral no sólo se ve influido por la eficacia de los directivos al enfrentarse a los problemas que surgen en las organizaciones, sino también, y no en menor medida, por la disposición a entender lo que le pasa a quien tiene el problema; acertar aquí es el comienzo más eficaz para tener éxito en la decisión. Aunque haya personas con más facilidad natural, la empatía, como toda disposición de la voluntad, se puede adquirir con la experiencia esforzada. Para ello es preciso dejar de lado la propensión natural que se tiene de entender a los demás desde un punto de vista diverso del suyo, es preciso ol-
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vidar lo que es o no lógico y sin confianza, la vida social y objetivo para uno mismo. Nos empresarial se hace irrespiramovemos en el terreno de las ble. percepciones, ellas son ahora que encamina hael dato relevante. No hay otro ciaLaesasenda integridad, veracidad y camino que escuchar con paciencia y sin ánimo de rebatir credibilidad se extiende por -se trata de comprender, no de los paisajes de la soledad inso vencer dialécticamente y con bornable de cada uno, que razón-, estar abierto sincera- abastece el empuje necesario mente a cambiar de opinión para cumplir el destino vital. -incluso en lo que teníamos La renovación sólo brota del por obvio-, a que nos corrijan interior de la persona. Curioy también a mostr ar lo que samente, cuanto mayor es el sentimos -la empatía, o es bi- peso de lo externo en una perdireccional o no es empatía-. sona, lo socialmente previsiVer sin ser visto, la táctica de ble, es decir, lo menos persolas medias verdades, la opaci- nal y propio, es más fácil de dad y la prepotencia son sen- conocer, pues son tenues las das infalibles para devastar el barreras para acceder a ella. clima de transparencia, lealtad Basta con tomar el atajo de las y sinceridad que caracteriza a relaciones públicas, que es el las organizaciones en las que que conecta la parte no persotrabajar es más que sobrevivir nal de las personas. en condiciones adversas. Los albores del Tercer MiSin generosidad y transpa- lenio son un tiempo oportuno rencia personal, un directivo para volver la mirada de nuesno podrá abordar realmente a sus jefes, colegas y subordina- tros ojos hacia el interior de dos, sino que cercenará su ca- nosotros mismos, sorteando, si pacidad de relación. Esto su- quiera por unos momentos, la pone vivir como se habla (in- invitación intensa que nos imtegridad de vida), decir lo que pele a vivir hacia fuera, a alise piensa (veracidad), cumplir mentarnos de tópicos sociales lo que se promete o no pro- vigentes. Escuchemos la llameter lo que no se sabe si se mada tenue pero inconfundipodrá cumplir (credibilidad). ble que fluye de la vida priSin verdad no hay confianza; vada. Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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ciller de la Universidad de Oxford, que durante la Belle EpoPRIVADA que, en su discurso de recepA VIDA transcurre hoy ción de los nuevos estudiantes, por los cauces que ha les prevenía diciendo: “Miren dispuesto la sociedad ustedes, durante sus estudios hiperinformativa, sobre la que no van a aprender gran cosa; se cierne una suerte de feti- nada, desde luego, que fuera a chismo, cifrado en el triunfo tener aplicación para su futura de las múltiples posibilidades vida profesional”. El vicecancisobre las modestas realidades. ller oxnoniano hacía una exSe valora lo que permite tener cepción, en el fondo lo único y mantener abiertas muchas que los estudiantes iban a opciones, se sueña con el dis- aprender era esto: que cuando frute mental de sentirse más los demás, la gente, se pusiera libre porque se tienen innume- a hablar en cualquier circunsrables posibilidades de elec- tancia de la vida (política o la ción. Efectivamente es un en- que fuera), ellos habrían sueño, pues sólo se pueden re- aprendido por lo menos a disalizar unas pocas, y es que la cernir si aquellas personas te vida da para lo que da. Se trata nían algo que decir o no. Y de un rasgo que remite a la in- concluía modestamente: “desmadurez de una época. Si uno pués de todo, es lo más imporcargase las tintas, podría in- tante que se puede aprender en cluso afirmar que este modo la vida, o para la vida”11. de proceder refleja la confuLa información, las posibilisión de elevar el sinsentido a dades ilimitadas o el exceso de un sistema, en donde la ima- cultura, en vez de ayudar a que gen es todo y la realidad tiende el hombre y la mujer se ena desaparecer, y con ella la dis- cuentren a sí mismos, amenatinción entre lo bueno y lo zan, con su deslumbrante promalo. liferación, con conseguir todo A esa capacidad de discerni- lo contrario: enajenar y no enmiento es a la que se refería riquecer. (Cabe la tentación de Ortega y Gasset para evitar el pensar si no es exactamente peligro de convertirse en un eso lo que se busca: no tener bárbaro erudito o la que reco- realmente que decidir nada gen las palabras de un vicecan- que comprometa nuestra vida
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personal, y dejar que todo siga la vida. A medida que la reladeslizándose por la superficie ción gana en intensidad, se esde nuestro vivir). trecha progresivamente la base La vida del hombre es la de de las personas susceptibles de cada persona y ésta es la que ese trato, ahora menos público, justamente llamamos vida pri- pero más auténtico. Eso no vada, íntima e individual, que significa necesariamente que la se distingue de la vida pública vida pública sea sinónimo de porque la vida pública es de falsa o hipócrita; sin embargo, todos y, por lo tanto, no es el trato es, digamos, naturalpropiamente de nadie. Se trata mente más liviano. de una construcción artificial, La intensificación conlleva fruto de los gustos imperantes, un proceso parejo de autentifide las modas, las corrientes de cación: en la vida privada lleopinión, las encuestas, que re- gamos a darnos nosotros misfleja un modo de ser colectivo mos. El fundamento de la poo gregario. El discurrir de la sibilidad de esta conducta anexistencia humana bascula en- tropológicamente tan vigorosa tre la soledad individual y la reside en la capacidad que la atracción del grupo indefinido, persona posee de encontrarse a que otros identificaron como sí misma en la intimidad de la masa. soledad, espacio de la máxima Para ello es preciso saber verdad y libertad, núcleo de previamente en qué consiste la fecundidad y originalidad. vida privada. Despleguemos Para ser vivida, la vida privada algunos de sus rasgos definito- requiere de ese fondo de insorios, empezando por contem- bornable personalidad, que no plar la vida privada al contra- rehuye mirarse en el espejo de luz de la pública. En esta úl- su conciencia. tima imperan las llamadas reDe la riqueza de la vida prilaciones públicas, a través de las cuales damos lo que tene- vada se alimenta la vida púmos en común. Las relaciones blica, de forma que sin la pripúblicas ayudan a crear un mera, la segunda es una cariambiente que favorece el trato catura sin gracia. “Hay hombres -recuerda de una amplia base de gente, a la vez que delimita ese trato de García Morente- que rehuyen modo nítido a unas esferas de la soledad porque se enfrentan Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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al vacío de una vida asentada ción continuamente amenaen las relaciones públicas, en el zada13. intercambio, por tanto son viPor último, la soledad. Se das mostrencas. Vidas grega- trata de un concepto necesirias, autómatas, masificadas, tado de rehabilitación en una que no alimentan ninguna ilu- sociedad cuyos miembros evisión personal, ninguna convic- tan meditar sobre su conducta ción verdaderamente propia, y sus convicciones. La soledad ninguna valoración y preferen- no consiste en quedarse solo, cia criada en el seno de su vida soledad pasiva, consecuencia personal”12. del abandono de los otros, que El mismo García Morente entraña una condena treclasifica en tres las relaciones menda y radicalmente inhuesencialmente privadas: la mana; estriba, en cambio, en amistad, el amor y la soledad, saber permanecer solo: es la ya mencionada. Considera la soledad activa en la que de una amistad como una colabora- manera fecunda se rejuvenecen ción vital, es una forma de vi- y regeneran los dese os y las vir que trasciende el carácter fuerzas más íntimas de la perde sentimiento bueno. La sona. La riqueza de la soledad amistad se asienta en el res- reside en repasar interiorpeto mutuo y se ejercita con la mente, silenciando el ruido confianza, que es compartir lo ensordecedor de la sociedad que se lleva en el alma. del ocio, lo que somos a la luz El amor es también algo de lo que desearíamos ser. Enmás que un sentimiento, pues traña un ejercicio vital de sinaspira a una compenetración ceridad, es decir, de humildad. perfecta e integral, exclusiva y El valor del fruto a recolectar absorbente. Se ejercita con la no tiene precio: la salvación de confidencia, en el empeño ti- cosificarnos, de esterilizarnos tánico de fusionar dos vidas y, sobre todo, la apertura a ser individuales, dos personas radicalmente quienes somos, esencialmente impenetrables siendo fieles a nuestro destino. -como ya advertimos al refeDe igual modo que hay perrirnos a la empatía-. Los sonas que no tienen apenas amantes luchan contra un im- vida privada, no tienen apenas posible y sufren la deliciosa personalidad propia y se aliansiedad de una compenetra- mentan de tópicos sociales, Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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hay épocas que presencian una invasión de lo público y colectivo en la vida privada, debilitando o casi anulando las formas privadas de vivir. Cuando la publicidad invade relaciones que son esencialmente privadas, las falsifica y subrepticiamente las convierte en inauténticas. “El fin de la amistad -ad vierte García Morente-, que es la colaboración vital de dos personas libres, se falsifica convirtiéndose en tácito contrato; la confianza se transforma en mueca audaz, que mal encubre la exigencia; el respeto se torna disfraz de la adulación, y la amistad en con junto se hace “política”. El fin del amor, que es la fusión de dos vidas en una sola, se falsifica convirtiéndose en velo que oculta el afán de deleite; la confidencia se transforma en cinismo y la dilección en máscara de capricho; y el amor en conjunto se hace “erotismo”. El fin de la soledad, que es la salvación, la realización del yo auténtico, se falsifica convirtiéndose en obstinación vana; la confesión se transforma en despecho y el ensimismamiento en resentimiento; y así la falsificación de la soledad es el “aislamiento”14.
Si nos valemos de este tipo de análisis para escudriñar la relación entre el directivo y sus colaboradores y subordinados, propia del mundo empresarial, cabe apreciar cómo, hoy en día, prevalece el carácter de relación anónima propio de un mero contrato legal, es decir, de relación pública, por encima de los lazos de la comunicación personal que entraña una relación privada. La empresa es una colectividad, efectivamente, pero de personas y, por consiguiente, con la correspondiente densidad individual. Saber reconocerla y actuar en consecuencia a la hora de dirigir comporta muchas exigencias directivas, es decir, éticas. Pretender ignorarla únicamente conduce a incrementar el ya de por sí elevado malestar que reina en demasiadas empresas. Es perentorio recobrar la concepción de la dirección de empresas como el arte de gobernar. Al gobernar se gobierna esencialmente personas: las cosas sólo se transforman. Una tarea sencilla, pero difícil. Después de lo dicho, el primer paso práctico se presenta ahora como evidente: es preciso desterrar la equivocada idea que considera a los hom-
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bres y mujeres de las corporaciones como un recurso o un activo, justamente lo contrario de lo que son.
asesoramiento y ayuda para enfrentarse con éxito a los problemas más complejos que surjan en sus negocios y sectores. La definición de su doble misión reza: “Ayudar a nuesL AS CRISIS DE LOS tros clientes a realizar en su PROYECTOS VITALES desempeño mejoras diferenciadoras, perdurables y sustanOS DIRECTIVOS jóvenes, y no tan jóvenes, ciales y construir una gran emsaben y tienen asu- presa que sea capaz de atraer, mido que las carreras profesio- desarrollar, entusiasmar16 y retenales transcurrirán de forma ner gente excepcional” . muy diferente a como se desaLa primera parte de la mirrollaban hace apenas quince o sión subraya el compromiso de veinte años. No sería extraño aportar un servicio de excelenque un ejecutivo cambiase una cia al cliente, poniendo sus indecena de veces de trabajo tereses por delante de cualprofesional. Según Pedro quier interés de McKinsey . Nueno, es una suerte que la Con objeto de conseguir ese gente joven tenga ahora esta objetivo se utilizan los estánpredisposición, pues es un sín- dares profesionales más elevatoma alentador del deseo de dos; se integra la solución de problemas con la implantación renovación15. y la creación de capacidades; se El caso de McKinsey & establecen relaciones duradeCompany ras a partir de la confianza y se Para enfatizar la relevancia que proporciona un servicio eficaz han alcanzado las carreras pro- y globalizado con las herrafesionales dentro de las com- mientas más avanzadas del pañías, nos parece oportuno management . detenernos en el caso de una La segunda parte de la mide las consultoras más presti- sión, que es la que más nos ingiosas del mundo, Mckinsey & teresa ahora, expresa el comCompany. Esta compañía, fun- promiso corporativo por crear dada por Martin Bower en un entorno que favorezca ver1926, se ha distinguido siem- daderamente que personas expre por ofrecer a sus clientes cepcionales dediquen su
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tiempo, talento y energías a la de servicio más exigentes. Se compañía; en definitiva, se trata de un método eficaz para trata de promover un clima preservar la meritocracia -socorporativo singular en el que bre la que volveremos en crezca el talento diferencial, breve-, para crear un espíritu una atmósfera que combine la de partnership y preservar la responsabilidad individual con necesaria independencia del la atención a cada uno de los consultor. empleados. Los principios que 4. Respetar la responsabiliorientan la implantación de dad individual a la hora de esta parte de la misión son compaginar vida personal y cinco: profesional. 1. El desarrollo y la motiva5. Demostrar interés y atención del personal a través de ción por todos sus miembros, un aprendizaje activo -cada tratándolos como individuos uno es a la v ez estudiante y valiosos. El coaching -especie mentor-, y la ampliación de las de tutoría práctica y cercana oportunidades emprendedoras realizada por alguien con ex-cada uno pone sus propios lí- periencia- es una de las herramites-. mientas más utilizadas para al2. Promover la interdiscipli- canzar este objetivo17. nariedad, tanto de diferentes El hecho de preservar la caprocedencias académicas, pacidad de iniciativa, guiada como de estilos de trabajo o por la responsabilidad e inteexperiencias profesionales, gridad de cada miembro, ha dentro de una atmósfera que conducido a una meritocracia integra la diversidad y premia en la que triunfan los mejores la capacidad. y en la que se quedan por el 3. Defender la obligación de camino los demás: “Mantenecada miembro a disentir de mos una meritocracia promoaquello que cree que no favo- viendo y recompensando a las rece a su cliente o a la compa- personas de acuerdo con su ñía. Si uno puede decir abier- desempeño profesional. En tamente lo que piensa se crea coherencia con nuestra misión un clima de exigencia intelec- y nuestros valores, evaluamos tual que también favorecerá a tres dimensiones del desemlos clientes con los estándares peño. La primera y principal Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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es el liderazgo del cliente proporcionando valor significativo a los clientes y promo viendo la continuidad del cliente. La segunda es el liderazgo de las personas -atra yendo, desarrollando y motivando a colegas y clientes, y fomentando el trabajo en equipo y la colaboración. La tercera es el liderazgo corporativo -realizando contribuciones sustanciales a la elaboración de nuestro capital intelectual, herramientas y expansión de la Firma” 18. En coherencia con estos tres criterios, los mejores ganan más y suben más rápido. Aquellos que no alcanzan los estándares de su posición actual o llegan a desarrollar los objetivos propios del nivel superior de acuerdo con la progresión prevista, o deben abandonar la firma. El desarrollo de la carrera dentro de la compañía es una criba sucesiva; en cierto modo, es el prototipo de la nueva empresa capitalista. Imitado con o más o menos acierto por muchos, en el fondo es una visión de la vida empresarial que se levanta sobre la competitividad exacerbada, en la que sólo hay espacio para el éxito. Consultado uno de los responsa-
bles de la oficina de Madrid, ofreció una clave interpretativa del éxito rotundo de la compañía: “es un ritmo que no aguanta todo el mundo, pero el que lo aguanta se divierte”. Hemos traído a colación el caso de McKinsey como ejemplo -en su lógica muy logradode lo que es una cultura empresarial orientada a la excelencia y coherente hasta el final, compatible con carreras profesionales de exigencia tremenda y habitualmente cortas en el tiempo. A uno le resta preguntarse si en tal atmósfera el trabajo en equipo es posible, si la competitividad exacerbada es compatible con la difusión de la confianza dentro de la empresa y, por último, si una cultura corporativa exclusivamente meritocrática cala más allá de la epidermis de lo rentable a corto plazo. Ya al margen del prestigioso caso mencionado, surge el interrogante: ¿es compatible un clima empresarial que acentúa el corto plazo en las carreras profesionales -donde flexibilidad es sinónimo de estar preparado para saltar a otra compañía en el momento más oportuno- con el modo de desplegar la existencia -también la profesional- connatural al
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modo de ser persona? Aceptado que el inmovilismo físico y mental no presagia nada bueno: ¿a dónde conducirá este modo de proceder cortoplacista que parece chocar con la necesidad antropológica de horizontes personales dilatados en el tiempo? Los horizontes personales
Cada persona encierra un enigma singular, propio y, por tanto, laborioso de descifrar. “Todo intento de formular le yes históricas -apuntaba Ramiro de Maeztu en una situación de crisis histórica, en el período de entreguerras- se basa en la confusión del concepto de causa con el de condición. El lector se librará de ella si concibe la condición como una causalidad necesaria, pero insuficiente, para explicar el individuo, y la verdadera causalidad como aquella que da una explicación suficiente, pero no necesaria del individuo. El lado individual de las cosas es siempre accidental”19. El hombre, aún condicionado e influido, es tozudamente libre. He ahí una explicación suficiente de por qué no es extraño que el horizonte vital de una persona, y tam-
bién de una sociedad o institución, entrañe una sucesión de crisis: ¿no es la vida sinónimo de cambio? La intuición nos enseña que de la dinámica de la vida, -y por analogía, también la de la carrera profesional- es una superación de etapas conforme se van coronando, que lo realizado se ancla en el pasado y es necesario sobrepujarlo en el futuro. La crisis es lo normal. Siempre nos hemos sentido en crisis, pues la vida es ella misma una perpetua crisis. Constantemente deseamos algo distinto de lo que ha acontecido, porque lo acariciamos en nuestra imaginación como si fuera mejor. Sin embargo, no todas las situaciones de ruptura son iguales. La que nos ha tocado en suerte vivir encierra un matiz diverso. Reina la desorientación, abunda la fragmentación, los retazos de vidas dislocadas -el mundo empresarial ofrece una casuística ilimitada-, y estamos menesterosos de fines a los que encaminar nuestras acciones. En un ciclo conferencias, también dictadas durante los años treinta, tituladas De la Metafísica de la Vida, el ya citado García Morente advirtió un peligro que hoy late como
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radicalmente actual: “Esto es tida y vivida con plenitud, se lo que hace a este momento nos escapa entre las manos: crítico de una gravedad extra- ¿por qué? ordinaria. Poseemos hoy una Sin la capacidad de propocantidad extraordinaria de nernos fines, facultad del espímedios proporcionados por ritu según Morente, las personuestro conocimiento de la nas careceríamos de horizonnaturaleza, de técnicas posi- tes vitales. Se impone la tarea bles, pero padecemos una des- insoslayable de mirar y buscar consoladora penuria de fines; allí donde se agazapen los fino sabemos qué hacer con esos nes huidos, de renovar las medios que tenemos; se nos fuentes de creatividad, es decir, ha, por decirlo así, agostado la del espíritu, de modo que se facultad creadora de fines; se disponga de las fuerzas requenos ha agostado la capacidad ridas para trazar proyectos vide entusiasmarnos por un tipo tales que nos entusiasmen. Es de vida que no haya nunca preciso que cada persona resido en la historia y que noso- conquiste su interior si desea tros nos sentimos llamados a tener nuevamente la oportunirealizar. Esa falta de entu- dad de gobernar lo que pasa a siasmo creador de un nuevo su alrededor. No es habitual tipo de vida, es lo que hace esa torsión del espíritu hacia grave la crisis de la cultura dentro de sí mismo, pues nos presente”20. formamos confrontándonos No es exagerado reconocer con el exterior, donde distinen el inicio del Tercer Milenio guimos las cosas con claridad; que, en nuestra cultura, el pre- sin embargo, en esa esforzada dominio de la ciencia y de la reconquista estriba la actitud técnica se ha enfatizado a vital desde la que sentir la costa de relegar el espíritu a un existencia y gobernarla cabaldeambular anoréxico y margi- mente. nal. Es la hora de la ciencia y Se atribuye al poeta románde su aprovechamiento téc- tico Friedrich Schlegel la frase nico. La vida empresarial dis- de que el historiador es un fruta y padece las consecuen- profeta al revés. Efectivacias: nunca se había alcanzado mente, hablar acerca del futuro tanto con tan poco; sin em- entraña el riesgo de que no bargo, la felicidad, la vida sen- acontezca lo que se ha preRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 149-177
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visto; no obstante, la existencia humana está menesterosa de futuro, pues necesita ideales, imanes de lo que todavía no es, que inciten su impetuosidad. Evitar vivir de cara al futuro entraña una patología. El espíritu se alimenta de realidades consumadas y de sueños realizables. La capacidad que tiene la persona de hacer planes sobre lo que va a acontecer en su transcurrir terreno, de adelantar lo que puede tener lugar, constituye el fundamento psicológico del diseño de las carreras profesionales y, por consiguiente, personales. Tal es la atracción de lo que todavía no es, de la nuda posibilidad, que no se exagera cuando se afirma que en nosotros influye más lo que no nos pasa, que lo que nos pasa. De hecho, vivimos una época en la que el relato coherente de una vida hilvanada al ritmo de la historia, por acelerado que este sea, con una figura de contornos progresivamente perfilados, ha sido reemplazado por el desfile de fragmentos secuenciales de uno mismo. Se valora el cambio ininterrumpido de trabajo y circunstancias, incluso no pocas veces el cambiar por cam-
biar . Es un síntoma, se dice, de apertura y libertad21. Se trata de la irrupción en escena de la flexibilidad, rasgo específico de la sociedad del nuevo capitalismo, tan coherente con nuestros días, impulsados por la dictadura del corto plazo. Es la hora de la verdad de la liquidez laboral: horarios flexibles, contratos flexibles, profesiones y carreras flexibles, leyes flexibles, ética flexible y un etcétera flexible. La otra cara de la moneda muestra el estrés, la sobrecarga emocional en el trabajo, la ansiedad de querer ser más sin saber realmente porqué, la depresión y la soledad a la que conduce un pluralismo de fidelidades flexibles, o mejor dicho, de infidelidades. Uno sospecha que este estado de cosas no es el que mejor se compadece con la vida plena a la que aspiramos. “Quien -recuerda el Maestro Eckhart- durante mil años preguntase a la vida: ¿Por qué vives?, y si ésta pudiese responder, diría: Vivo para vivir. Procede esto de que la vida vive de su propio fondo y mana de su mismidad, por eso vive sin porqué, viviéndose sin más a sí misma”. Sin embargo, vivir también entraña un deseo
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natural e irrefrenable de trascender el puro vivir, un anhelo de entender el sentido del deambular terrenal, que sobrepuja los límites del tiempo; un anhelo que anida en la estructura existencial de la persona y no sólo en el consuelo de una vida en el más allá. En este sentido puede resultar útil distinguir entre la esperanza y abrigar esperanzas. La esperanza es la confianza paciente que aspira al futuro. Las esperanzas se fundan, por el contrario, en la impaciencia, anticipando constantemente el futuro, sin conseguir desvanecer nunca sus propias dudas. La primera se alimenta de la verdad; las segundas de la ilusión. Las esperanzas entrañan la temporalidad del mundo y del azar, no escapan de la amenaza de la duda y de la frustración (no es extraño tener experiencia cumplida de la alternancia de ambas en la carrera profesional). La esperanza descansa en otro tipo de temporalidad, la temporalidad propia de la persona y de su libertad. Por eso, la esperanza no es en absoluto una clase indeterminada de “abrigar esperanzas”, o una tendencia del espíritu de hacer reales distintas esperanzas. Consiste, más
bien, en una jerarquía que bascula entre la seguridad y la inseguridad, según el grado de claridad con el que la esperanza se perciba y comprenda a sí misma. Su contrario no es la frustración, sino la desesperación. La esperanza aspira a una actualización permanente y progresiva de la persona. Las esperanzas son anticipaciones que nos representamos. La esperanza proporciona la seguridad que mana de la dinámica arriesgada y creativa de la existencia personal. De acuerdo con el filósofo de origen judío, Paul Ludwig Landsberg: “El hombre no podría existir ni un segundo sin la esperanza. No se trata de la esperanza en esto o en esto otro, sino en la esperanza creadora, que es el fundamento natural de aquella esperanza de la que está escrito que no permitirá que sucumbamos”22. Ortega y Gasset expresa certeramente esta necesidad antropológica: “No cabe predecir los hechos singulares que mañana van a acontecer; pero tampoco sería de verdadero interés pareja predicción. Es, en cambio, perfectamente posible prever el sentido típico del próximo futuro, anticipar
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el perfil general de la época que sobreviene. Dicho de otra manera: acaecen en una época mil azares imprevisibles; pero ella misma no es un azar, posee una contextura fija e inequívoca. Pasa lo mismo que con los destinos individuales: nadie sabe lo que va a acontecer mañana, pero sí sabe cuál es su carácter, sus apetitos, sus energías y, por tanto, cuál será el estilo de sus reacciones ante aquellos accidentes. Toda vida tiene un orbe normal preestablecido, en cuya línea pone el azar, sin desvirtuarlo esencialmente, sus sinuosidades e indentaciones” 23. Saber interpretar esas sinuosidades es un arte indispensable. San Agustín nos proporciona una aportación clásica para afrontar el problema: su reflexión acerca de qué es el tiempo. Los ladrillos con los que edificamos nuestras vidas están hechos de tiempo. A su vez, la comprensión del tiempo remite al espíritu: “Es en ti, espíritu mío, donde yo mido el tiempo... La impresión que las cosas al pasar producen en ti, y que perdura una vez que han pasado, es todo cuanto yo mido presente, no las cosas que han pasado y que produjeron esa impresión” 24 .
Al medir el tiempo, medimos lo que tenemos en la memoria y permanece fijo en ella. Paradójicamente, al hablar del tiempo lo convertimos en algo estable, que es lo que ya no es el tiempo. En este sentido, el pensador de Hipona apunta: “Hay un hecho claro y manifiesto: no existe ni el futuro ni el pasado. Tampoco es exacto afirmar que los tiempos son tres: pretérito, presente y futuro. Quizá sería más exacto decir que los tiempos son tres: presente de lo pretérito, presente de lo presente y presente de lo futuro. Estas tres clases de tiempos existen en cierto modo en el espíritu, y no veo que existan en otra parte: el presente del pasado es la memoria, el presente del presente es la visión y el presente del futuro es la expectación”25. La existencia humana está inapelablemente abocada a su extinción temporal. La estructura temporal de la vida no permite que ningún presente real se constituya. El instante muere al nacer. El futuro es devorado por el pasado sin de jar espacio temporal para que el presente se despliegue. El momento, la única oportunidad que tiene el presente para
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existir verdaderamente, se desliza por el tiempo: “A partir de lo que todavía no es, a través de lo que carece de espacio, hacia lo que ya no es” 26. Las personas nos afanamos incesantemente, presas de la intranquilidad, por el futuro, dejando en nuestra estela vital el pasado, a medida que superamos inmediatamente el presente. Constantemente nos estamos desprendiendo de cosas y de fragmentos biográficos; constantemente nos vemos abocados a nuevas relaciones y transformaciones. Sería muy difícil ofrecer una explicación cabal de esa intranquilidad connatural y dotar de sentido a la inconsistencia del ahora temporal sin contemplarlos en el telón de fondo de un presente que se distendiese sin li-
mitaciones. En la interpretación cristiana, el tiempo es el tiempo del alma, que cumple su existencia en la medida en que busca a Dios27. Toda reflexión, por consiguiente, acerca del futuro de nuestra carrera profesional, algo que todavía no existe, pero que deseamos llegue a plasmarse en la realidad, se lleva a cabo desde el presente. Así, cuando elaboramos expectativas, lo que en realidad hacemos es interpretar signos o causas que existen ahora que no son futuras-, que nos ayudan a predecir el futuro, imaginándolo en nuestro espíritu. Y esas imaginaciones sí existen dentro de cada uno, permitiéndonos leer en las entrañas del porvenir.
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NOTAS 1 Una aproximación atractiva, interesante y sucinta a la historia del mana gement y sus protagonistas téoricos y prácticos es la que ofrecen los historiadores Wren, Daniel A. y Greenwood, Ronald G. (1998), Management Innovators. The People and Ideas that Have Shaped Modern Business, Oxford University Press, Nueva York. 2 Quizá fue Chester Barnard quien en The Function of the Executive planteó por vez primera el papel crucial y difícil de medir de la persona en las empresas comerciales. 3 Likert, Rensis (1966), New Patterns of Managemen, McGraw-Hill, Nueva York, cap.V. 4 Llano, Carlos (2000), La amistad en la empresa, Fondo de Cultura Económica, México, p. 86. 5 Aristóteles, al hablar de los instrumentos de producción ( poiesis) y de uso o acción ( praxis), afirma: “De los instrumentos, unos son inanimados y otros animados; por ejemplo, para un piloto, el timón es inanimado y animado el vigía. Así también, las posesiones son un instrumento para la vida y la propiedad es una multitud de instrumentos... Ahora bien, los llamados instrumentos lo son de producción, mas las posesiones son instrumentos de acción. En efecto, la lanzadera produce algo aparte de su empleo, pero el vestido y el lecho, sólo su uso. Además, ya que la producción y la acción difieren específicamente, y ambas necesitan de instrumentos, necesariamente estos deben mantener la misma diferencia. La vida es acción y no producción”, ( Política I, 1253b 36-38 ). Asimismo, cf.
Aristóteles, Ética a Nicómac o I 1, 1093a 3 y ss. 6 Dos libros excelentes que defienden este útil e incompleto enfoque son los de Ghoshal, Sumantra y Bartlett, Christopher A. (1998), The Individualized Corporation. A Fundamentally New Approach To Management, Harper Collins Publishers, Nueva York, tercera parte; y Hamel, Gary (2000), Leading The Revolution, Har vard Business School Press, Boston, cap. 5. 7 Llano, Carlos, Op. cit., p. 51. 8 Ibídem, p. 137-138. 9 Ibídem, p. 142. 10 García Morente, Manuel (1996), Ensayo sobre la vida privada , Obras completas I , vol. 2, Fundación Caja de Madrid-Anthropos, Madrid, p. 434. 11 Anécdota referida por Inciarte, Fernando (2001), “El estudio de las Humanidades: ¿revolución objetiva o revolución política?”, Nueva Revista, nº 75, p. 102. 12 Op.cit, p. 442. 13 No deseo dejar de ofrecer al lector, si quiera como cita, este hermoso texto del filósofo jienense: “Todo lo que distrae a los amantes de su amor paréceles al momento estorbo, obstáculo, motivo de queja y de dolor. Los celos -que son esenciales al amortienen aquí su fundamento. Como la fusión de las vidas ha de ser total y exclusiva, todo cuanto le ponga trabas es sentido al instante como negación, es decir, como distracción, es decir,
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como traición. El amante tiene celos de todo, de las cosas y de las personas, de las circunstancias y aun de los pensamientos. Por eso el amante está siempre inquieto y temeroso de ver quebrantarse una unión tan exclusiva y completa, tan delicada e inestable. He aquí el inextinguible germen de tragedia que en todo amor reside”. Op. cit., p. 446. 14 Op.cit., p. 455. 15 “El miedo a cambiar hace que algunos trabajadores den prioridad a mantener contento al jefe, aun a costa del propio desarrollo profesional. Evitan cualquier riesgo e incluso se consideran obligados a esconder los errores... La movilidad puede ser una fuente de mejoras. Hay quien contrata a alguien del sector del automóvil para mejorar sus procesos de compras. O a alguien de una empresa auditora para mejorar el control de su compañía. O que busca la capacidad de conceptualizar y comunicar de un consultor. O la habilidad que te enseñan en las multinacionales de productos de consumo para ligar marketing , producción y ventas. Es una suerte que haya head hunters (cazadores de cerebros) mo viendo personas de un sitio a otro”. Nueno, Pedro, “Head hunters”, La Vanguardia, 24 de junio de 2001. 16 “To help our clients make distinctive, lasting, and substantial improvements in their performance and to build a great Firm that is able to attract, develop, excite, and retain exceptional people”. MckKnsey & Company (1999), Mission, Aspirations, and Guiding Principles. 17 El trato de atención y respeto a cada persona debe tener lugar de modo incondicionado, porque ser
persona es ser algo valioso intrínsecamente, no porque ese trato conduzca a obtener resultados extraordinarios, como dice el escrito de Mckinsey. Aunque no fuese así, aunque no tu viese esas consecuencias tan deseables, la dignidad de la persona exige de modo incondicionado ese trato singular. 18 The McKinsey Quarterly es un ejemplo de revista especializada y práctica sobre la dirección y gestión de empresas, de calidad extraordinaria. 19 Maeztu, Ramiro de (1945), La crisis del humanismo, Alhambra, Madrid, p. 82. 20 García Morente, Manuel (1996), “De la Metafísica de la vida”, Obras Completas I , vol. 1, Fundación Caja de Madrid-Anthropos, Madrid, p. 528. 21 Esta es la tesis que despliega Gil Calvo, Enrique (2000), Nacidos para cambiar , Taurus, Madrid, cap. 11. 22 Landsberg, Paul Ludwig (1937), Die Erfahrung des Todes , Vita Nova Verlag, Lucerna, p. 49. El autor remite al texto de San Pablo: “La esperanza no decepciona, porque el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Carta a los Romanos, 5, 5). 23 Ortega y Gasset, José (1987), El tema de nuestro tiempo . Alianza, Madrid, p. 84. 24 San Agustín (2000), Confesiones , BAC, Madrid, Libro XI, 27, 34. 25 Ibídem, Libro XI, 20, 26. 26 Ibídem, Libro XI, 21.
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EL ENIGMA DEL HOMBRE. R EFLEXIONES ANTROPOLÓGICAS… 27 Valga como colofón de las refle xiones al hilo del pensamiento de San Agustín una de sus frases más lapida-
rias: “Quia fecisti nos ad te et inquietum est cor nostrum donec requiescat in te”. Op.cit. I, 1.
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INICIO DE LA COMPRENSIÓN DE LA MARCHA HISTÓRICA DEL ESPÍRITU EMPRESARIAL EN ESPAÑA JUAN V ELARDE FUERTES* El artículo presenta el que podría denominarse flanco empresarial de la economía castiza que desarrolló España desde 1943 -llegada de los moderados al Poder- hasta 1959, con el Plan de Estabilización; así como la reacción hacia una economía libre de mercado que se inicia en el sector del Comercio. A partir de 1986, esta última línea triunfaría plenamente, provocando una liquidación del viejo empresariado. Palabras clave: proteccionismo, librecambio, economía libre de mercado, cartelización, corporativismo, sistema fiscal español, espartaquismo, economía comunitaria.
A
comienzan a publicarse trabajos científicos sobre aspectos concretos de nuestra realidad empresarial que permitirán, de aquí a poco, elaborar una excelente interpretación histórica de sus actividades. Ahora, todo lo que se puede exponer, si es que se pretende trabajar con honestidad, es una especie de prontuario de lo que se inL FIN
tentó en España para impulsar el espíritu empresarial, y el motivo de su fracaso o de su éxito. Como una especie de contraste significativo, aludiré a la evolución del comercio madrileño, a la del empresariado eléctrico en sus inicios y al mundo empresarial público y social como prueba de las disparidades gigantescas que pueden surgir en este terreno.
* Juan Velarde Fuertes es Catedrático Emérito de la Universidad Complutense.
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A lo largo del siglo XIX se tuvo conciencia generalizada de que la separación de los ni veles de bienestar que se lograban en España aumentaban progresivamente en daño nuestro, respecto a los países que en ese siglo se convertían en los adalides de la Revolución Industrial. Se provocó así una reacción que, con facilidad, sumó lo que deseaban los empresarios, lo que consideraba la opinión pública que era necesario, los programas que tenían los políticos y, por supuesto, como cemento que todo lo unía, la llegada a España de una ideología, fundamentalmente nacida en Alemania, que reunía, muchas veces sin saber exactamente el motivo, al neohistoricismo y al
socialismo de cátedra. Por supuesto, contribuyó mucho la admiración por todo lo alemán que, a partir de entonces, enraizó en España, facilitada porque a finales del siglo XIX, a causa de la innovación que suponía la Universidad Humboldt, se producía una obligada atracción de alumnos, de obras científicas, al coincidir con la edad de oro de esa cultura. Este asombro ante el progreso alemán también se podía comprobar en lo económico. En 1820, el PIB por habitante de Alemania y España era prácticamente el mismo: en dólares Geary-Khamis de 1990, 1.112, Alemania y 1.063 -el 96%-, España. A partir de ahí se inició una separación que se muestra en el cuadro 1,
Porcentajes del PIB español respecto del alemán hasta el inicio de la I Guerra Mundial
Años 1820 1850 1870 1890 1900 1901 1902 1903 1904
Porcentajes 95'6 77'7 71'9 72'7 65'1 71'3 67'4 65'9 62'5
Años 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913
Porcentajes 61'3 63'1 61'5 62'4 63'1 59'4 61'7 58'6 58'8
Cuadro 1 Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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que abarca hasta 1913. En 1870, al constituirse el Imperio Alemán, el progreso de este país respecto a 1820 mostraba un incremento de un 72% en el PIB por habitante. En ese mismo medio siglo, el progreso de España había sido de sólo el 29%. Este modelo económico que llamaba tanto la atención se basaba en políticas económicas múltiples y heterodoxas. Alemania lograba este progreso con una mezcla de proteccionismo, de banca mixta, de activa cartelización, de política social de cuño bismarckiano, de un Estado muy beligerante en todo el proceso económico. Con él daba la impresión de que Alemania había soslayado, como nos documenta Åkerman, las crisis económicas de finales del siglo XIX, o bien había logrado que golpeasen a su economía con más suavidad que a la francesa, la inglesa o la norteamericana. Además tenía un atractivo político especial. Albert O. Hirschman ha llamado a esto «el pacto del acero (renano) y el centeno (prusiano). Con ello no se pretendía, en principio, como indica Åkerman, «proteger una industria rica en promesas en su primera fase de desarrollo» -o
sea, no se intentaban establecer derechos educativos como demandaba Federico List- o buscar ante todo el aumento en los ingresos presupuestarios, al establecer derechos con un predominante fin fiscal, sino, sencillamente, proteger, con la ayuda de un muro aduanero continuo, el aumento general del poder adquisitivo contra una competencia extranjera que provocaba pérdidas al empresariado y campesinado alemán y hacía disminuir el conjunto de la renta nacional. Como continúa Åkerman, esta concepción de una protección de solidaridad ha ocupado poco a poco el lugar de todos los demás argumentos proteccionistas». Esta fue la novedad de la propuesta proteccionista de Cánovas del Castillo que, después, fue ampliada y consolidada por Maura y Cambó, como protagonistas principales de la acción política que ha de provocar esa protección de solidaridad . Por supuesto que el mundo empresarial español había aprendido a hurgar en busca de la comprensión de los Gobiernos con argumentos mil desde que los moderados, con Alejandro Mon a la cabeza, inauguraron una política pro-
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teccionista. También es cierto heroínas, o alrededor de Juaque, desde entonces, algunos nito Santa Cruz, la presencia sectores empresariales se desli- de un espíritu empresarial cogaron de esta actitud. Los ex- mercial que se explicaba, sobre portadores andaluces de vino, todo, porque Madrid era la calos relacionados con la venta al pital administrativa y, además, exterior de minerales, el im- la Corte. Había en ella un importante e influyente comercio portante poder adquisitivo, madrileño, comenzaron a di- que los comerciantes intentafundir y apoyar ideas libre- ban aprovechar ampliando el cambistas. En el caso del co- mercado con mercancías baramercio madrileño y su clase tas importadas. Surge así su empresarial, todo esto mostró vinculación beligerante con el la posibilidad de crear talantes librecambio que acaba de crisempresariales muy poco ho- talizar con la constitución del mogéneos, en principio, con, Círculo de la Unión Mercanpor ejemplo, el mundo empre- til. Pronto queda atrás este cosarial catalán. De aquí el inte- mercio, a causa de la integrarés de observar, en este análisis ción vertical, o parcialmente de la evolución histórica del vertical, de la protegida indusmundo empresarial español y tria textil catalana y las tiendas dado que abundan las exposi- madrileñas. Aparece tal enlace, ciones del catalán, como la de a veces, con el nombre de AlMariano Pugés titulada Cómo macenes. Buscan éstos zonas triunfó el proteccionismo en Es- habitadas por una burguesía paña ( Juventud), las diferen- acomodada. Concretamente, cias -y enlaces posteriores- con los vemos proliferar en el bael espíritu empresarial madri- rrio de Salamanca. leño. Conviene aclararlo, aunPero, simultáneamente, apaque sea con una amplia digre- rece otro comercio unido al sión. krausismo, a la Institución LiHabía nacido este concreto bre de Enseñanza. Su impormundo empresarial, en el siglo tancia va a ser tan grande que XIX, dentro del que se podría no sólo es accionista de la Insdenominar comercio galdosiano. titución, sino que crea el CenBasta abrir la inmortal novela tro de Instrucción Comercial, Fortunata y Jacinta de Galdós, y abarca un comercio muy para percibir en torno a ambas nuevo, que va desde perfumeRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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rías como Álvarez Gómez a origina instituciones, e incluso tiendas textiles como los Al- planteamientos políticos, sinmacenes Rodríguez . A veces gulares, como son los de la pertenecen a extranjeros libre- vinculación de Sánchez Hepensadores y masones, como rráez con el PCE. Girod y su relojería. Dentro de Pero estos cuatro estratos estas novedades estaban las que convivían en el panorama Mantequerías Leonesas, relacio- comercial se relacionaban con nadas con los Sierra Pambley y la economía castiza española, los Azcárate, como ha probado la generada por una nación Antonio Lago Carballo, que que se desarrollaba bastante al crean una denominación margen de lo que sucedía en nueva -la de Mantequerías- los países más ricos, más opuque va a acabar borrando la lentos. Tuvo que experimentar veterana de “Ultramarinos”, una honda transformación, que a partir de 1898 había que proporcionó un quinto y perdido toda significación. un sexto estrato a la realidad Estos tres tipos de comer- comercial madrileña. cios se unen a un cuarto que es El quinto viene unido al Esel de las tiendas tradicionales, tado. Al buscar éste el abaratacon empresarios procedentes miento de los productos, la de diversos lugares de España Comisaría de Abastecimientos que llegan como emigrantes a y Transportes y el INI, al crear Madrid, y que poco a poco la Red del Frío y vincularse crean nuevos establecimientos mercantiles. Para entender sus con las nuevas posibilidades de reacciones y sus realizaciones, autoservicios, supermercados e conviene, por ejemplo, estu- hipermercados, hizo aparecer diar lo que sucede con el una realidad radicalmente Grupo de Compras Madrid nueva en el comercio de la ali(Gruma), y en concreto, la in- mentación. El sexto procede de un moteresantísima vida de Gregorio Sánchez Herráez y las conse- delo totalmente diferente. cuencias originadas por las ló- Como la nuestra no era precigicas reacciones de los detallis- samente una sociedad opulenta tas –y de los dependientes- del -para emplear la expresión de comercio de la alimentación Galbraith-, porque se basaba para sobrevivir, todo lo cual en una economía que no nos Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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acercaba a ella, no existían en que tenían en La Habana la España realidades comerciales impronta de las grandes supercomo esas que J.M. Coetzee ficies creadas para atender a acaba de relatarnos, al hilo de una pletórica actividad consuesa monumental y caótica obra midora norteamericana. Una, de Walter Benjamin, Passagen la de Galerías Preciados , que Werk , tan influida por el co- consideraba que las trabas de mercio parisino del Pasaje de nuestra economía castiza la Opera (tal como lo presenta nunca iban a aflojarse. Por Louis Aragon en Un paysan de tanto, los grandes almacenes Paris) y por el de la Kaisersga- para pobres que están detrás lerie berlinesa expuesta por del libro de Myrdal The negro Fran Hessel en Spazieren in problem , eran los adecuados Berlin , hasta llegar a aquello para una España que siempre de Walter Benjamin de que estaría subdesarrollada en rela«las galerías (comerciales) sal- ción con Occidente. La otra pican el paisaje metropolitano escuela consideraba que la lísemejantes a cuevas que alber- nea que iba del Plan de Estagan los restos fósiles de un bilización hacia Europa acabamonstruo desaparecido: el ría por enriquecernos y, así, consumidor de la era preimpe- concluiría por precipitarnos en rial del capitalismo, el último una nueva realidad auténticadinosaurio de Europa», dentro mente revolucionaria, de la de un planteamiento que, téc- que tenemos aún estudios denicamente, exploraba Sraffa a masiado elementales. Me repartir del enlace Ricardo- fiero a El Corte Inglés, obra geMarx1. Todo esto era impensa- nial de Ramón Areces, que ha ble en relación con España, llegado a la impresionante siporque al carecer ésta de un tuación actual bajo la dirección mercado muy amplio, era im- de Isidoro Álvarez. Algo muy posible aplicar las economías nuevo se deriva de esta emde escala a nuestro comercio. presa. La revolución -una más de Cuando André Siegfried vilas aportaciones económicas sitó Norteamérica, y su resulque España debe a esa isla- tado está en el famoso libro vino de Cuba. Dos escuelas Los Estados Unidos de hoy, que llegaron a Madrid procedentes la CIAP publicó en español en de los Almacenes El Encanto , 1931, le asombró que existiese Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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entre los comerciantes una no- Castillo decidió, a través del ción que él no había hallado concierto económico y el pronunca en «la Europa latina y teccionismo, crear en el conmediterránea»; sus trazas más junto de nuestra economía una bien las encontraba «en Ingla- realidad favorable para el terra, en Suiza y en los países mundo empresarial vasco. escandinavos. Tampoco (lo así Efectivamente así fue, pero no generado) es una concepción para todo el empresario, porde intelectuales o artistas acos- que el proteccionismo no afectumbrados al trabajo indivi- taba para nada a los productodual». Se trata del concepto de res de bienes de exportación service , de servicio , porque los muy especialmente los minecomerciantes norteamericanos rales de hierro-, a los de servi«saben que la mejor manera de cios competitivos con los inconservar al cliente es servirle ternacionales -fundamentalconcienzudamente para que mente, los fletes de tráfico de renueve los pedidos». Y agrega mineral- pero también, según Siegfried: «Nadie pone en Flinn, a los dueños de los astiduda la utilidad de esta ética, lleros. Tampoco los conciertos que enseña prácticas de honra- económicos afectaban de dez, de corrección y de buena modo significativo a zonas ru voluntad, expresando a mara- rales muy foralistas y carlistas. villa lo que posee el norteame- Al combinarse todo ello con el ricano de inteligencia práctica, movimiento euskalerriako de de idealismo sincero y -con- vuelta hacia los valores popucluye con un toque de superio- lares, se explican actitudes perridad gala- que a nada venía- sonales como las de Ramón de de ingenuidad». Es el modelo la Sota o colectivas como las que nos han traído a España que dan origen a un Partido Ramón Areces, Pepín Fernán- Nacionalista Vasco muy enraidez e Isidoro Álvarez. zado en el mundo rural y en Pasemos a otro ámbito em- ciertos aspectos del empresapresarial que ha originado, asi- rial. Las tensiones entre los mismo, realidades muy origi- empresarios vascos que se ennales: el de los exportadores de cuentran encantados con el hierro vizcaínos. Como conse- modelo planteado por Cánocuencia del final de la III vas del Castillo -por ejemplo, Guerra Carlista, Cánovas del Víctor Chávarri- y los que se Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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oponen -por ejemplo, Ramón de la Sota- no dejaron de tener consecuencias socioculturales y políticas muy importante en todo el País Vasco, que se mantienen muy vivas en estos momentos. Lo habitual fue, sin embargo, que el mundo empresarial español entrase complacido en la carrera de sucesivos retoques alcistas arancelarios que se originaron al compás de muy concretos intereses -como se denunció en la correspondencia entre Flores de Lemus y García Alix- hasta consolidarlos, primero con el Arancel Salvador de 1906 y más adelante con el Arancel Cambó de 1922. El Arancel Salvador tiene la importancia sociológica y política de haber sido puesto en marcha por el partido liberal fusionista en un gobierno Moret, a pesar de que Moret hubiese sido siempre un denodado defensor del librecambismo. Escisiones del partido liberal, como la del grupo gamacista, que llevó en su fractura a Maura hacia posiciones conservadoras, tienen que haber estado detrás, entre otros planteamientos, de este giro radical del segundo de los grandes partidos de la Restau-
ración, porque el básico y primero, debido a la personalidad de Cánovas del Castillo -quien se había declarado franco proteccionista- fue el partido conservador. Pronto este proteccionismo generalizado buscó algún tipo de apoyo en el proteccionismo integral de Schüller y, al cabo de poco tiempo, desembocó en el nacionalismo económico nacido durante la I Guerra Mundial que fue anunciado por Cambó en su famoso discurso de Gijón el 8 de septiembre de 1918. Sus párrafos fundamentales son lo suficientemente importantes como para merecer reproducirse: «Vine a Asturias... para conmemorar el Centenario de Covadonga, la fiesta romántica de nuestra independencia nacional. En los tiempos actuales preparáis los asturianos la independencia de España. Un pueblo está obligado a tener, para poder subsistir, la independencia política y económica, y el que no tenga esta última pierde indefectiblemente la primera... España tiene para su constitución económica condiciones muy favorables, porque cuenta con las primeras materias de la producción. Sólo precisa de un gobierno
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que las conozca y de un país, de una ciudadanía, que le auxilie. España puede llegar a ser una gran potencia... Al Estado le quedará la intervención, una serie de participaciones en bien del interés público, y a base de la nacionalización de la riqueza... El Estado no puede abandonar nuestra producción cuando termine la guerra y queden libres los mares. Si no hubiera gobierno que pensara así, desconfiad de la prosperidad de España». Simultáneamente, este discurso, aparte del entusiasmo que despertó entre los empresarios favorecidos por el proteccionismo -en Asturias, a causa del carbón, era evidente su buena recepción-, provocó una reacción de solidaridad entre los políticos, porque significaba una vinculación de Cambó con los planteamientos que procedían de la línea Cánovas del Castillo-Maura. Es decir, el nacionalismo económico a favor de los empresarios españoles pasó a introducirse íntimamente en el nacionalismo político, y viceversa, hasta 1959. La alianza tenía tradición. Narváez, en 1847, había declarado en el Congreso de los Diputados que estaba dispuesto a prote-
ger a la industria, y ello «hasta la exageración». Por otro lado, afianzaba estos enlaces el incidente que tuvo Narváez con el embajador británico y con lord Palmerston, al defender, en el fondo contra el librecambismo que se había abierto camino en el mundo progresista, un proteccionismo que se convertía en la bandera de los moderados. Era difícil, en este sentido, que los empresarios catalanes olvidasen el bombardeo de Barcelona por la escuadra enviada por Espartero. Pronto éstos se convirtieron en una especie de frente que condenaba lo que se calificaba de anti-España, porque el proteccionismo exhibía un texto de Carey que, dentro del proteccionismo norteamericano, procuraba interpretar la historia contemporánea a favor de sus asertos, al señalar lo que sigue: «Inglaterra y Francia procuran, a porfía, impedir el desarrollo de manufacturas en España, creyendo sin duda, que su propio acrecentamiento en poderío y riqueza depende del mayor grado de pobreza y debilidad a que reduzcan a las demás naciones del globo. Inglaterra gasta diez veces más de lo que produce su comercio con España en la conservación
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de Gibraltar, que le sirve, a despecho de los Tratados, como depósito de contrabando, haciendo sus economistas hincapié en la ventaja enorme que suponen para Inglaterra sus relaciones actuales con Portugal, por la facilidad que le proporciona el llenar a España de tejidos de lana y algodón del contrabando... No puede imaginarse política más mezquina que la de estas dos naciones respecto a España. Empobreciéndola, destruyen su poder productivo, privándola hasta de adquirir aptitud para comprarles sus propios productos». Es el momento en que enraiza la idea de la conjura, basada a veces en absurdos, como el de que los ingleses destruyeron la fábrica de porcelana del Retiro con su artillería para que ésta no compitiese con las análogas inglesas. Les hubiera bastado consultar el Diccionario de Hacienda de Canga-Argüelles para comprender cómo la producción madrileña era bonita artísticamente, pero carísima y, por ello, nada competitiva. Incluso se daba un poco más, pues, se añadía, dado que los progresistas y demócratas son librecambistas y, además, masones, la francmasonería era
pieza clave de esa maniobra, sobre todo por su origen británico. Todo esto sirvió para que esa pieza básica de crear una solidísima defensa frente al exterior a favor del empresariado español se sintiera unida de mil maneras a lo más castizo de nuestra vida; pero pronto se observó que era preciso pedir más, que era necesaria una segunda política de amparo para la buena marcha de sus actividades. También el ejemplo procedía de Alemania. Consistió ese nuevo con junto de medidas en el abandono del mercado interior libre por parte de nuestros empresarios. Buscaron, a partir de 1897, cómo llegar a pactos o conciertos semejantes, o de algún modo similares, al acuerdo que en esa fecha sirvió para la constitución de la Unión Española de Explosi vos, que acabó por ser el primer cártel español. Como dice Gabriel Tortella, esto derivaba, además, del hecho de que “los empresarios extranjeros en España (hubiesen) ... mostrado una afición a la solicitud de amparo oficial parecida a la de los españoles. Esto lo pude comprobar cuando escribí la historia de la Unión Española
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de Explosivos: sus directores mera manifestación global ingleses, franceses y belgas se corporativista de nuestro país: aplicaron con tanto entu- el Consejo Superior de la Prosiasmo a obtener del Estado el ducción, creado en mayo de monopolio oficial, cosa que lo- 1907. De ahí procedió, más graron en 1897, como hicieron adelante, el Consejo Nacional sus socios locales”. de Economía de la Dictadura Dentro del mimetismo que, y de la Segunda República, caa partir de la Regencia se sen- beza de nuestra realidad cortía como obligación ante lo porativa. Más adelante, este germano, se encuentra la raíz Consejo se transformó en admirativa de la expansión de Consejo de la Economía Nala cartelización en el naciente cional y fue, fundamentalimperio germano. El eco pro- mente, un instrumento del inbablemente se debió a una se- tervencionismo, mientras que rie de concausas. Por un lado, el corporativismo se acabó rea las doctrinas krausistas im- sidenciando, de modo esencial, pulsadas hacia posturas -recor- en la Organización Sindical demos a Gumersindo de Az- Española. 1897 y 1907 son, cárate más que a Francisco Gi- por lo dicho, las fechas respecner de los Ríos- partidarias de tivamente de arranque de una dar un papel creciente a los política de cartelización cuerpos colectivos. No olvide- pronto corporativizada, o de mos el medievalismo creciente corporativismo cartelizado con en todos los sentidos en estos fuerte carga de intervencioaños, bien visible en los pre- nismo. rrafaelitas o en el gremialismo No se crea que se aceptó sin británico. De todo ello surgió críticas y reacciones esta espotente el desprecio al mer- tructuración cartelizada de cado libre. Maura tiene textos nuestra economía. La violenta bien claros sobre sus reservas ofensiva de Torcuato Luca de al orden del mercado. Al acep- Tena y ABC contra el cártel tar mensajes regeneracionistas papelero, defendido por El Sol , teñidos de corporativismo y de es una muestra bien clara de admiración por los cárteles esa resistencia. Asimismo, se alemanes, Maura acabó por ser conocen algunas reacciones en quien, con González Besada torno al monopolio azucarero, en Fomento, articuló la pri- que parece que muestran un Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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fastidio oculto, pero evidente, la gran renovación de Lomen relación con estas prácticas. bardía a las claras y generosas Olariaga, en sus colaboracio- inteligencias de Pompeo Neri, nes en el semanario España Gianrinaldo Carli, Cesare efectuó, asimismo, denuncias Beccaris y Pietro Verri. Se esimportantes en este sentido, tableció un nuevo censo que que se reiniciaron con fuerza trataba de fijar el impuesto socreciente en la década de los bre el valor... del terreno, en cincuenta del siglo XX. Sin lugar de sobre la renta anual embargo, esta especie de cris- variable y las circunstancias talización de mercados poco personales de los propietacompetitivos logró mayor per- rios... Su principal efecto fue manencia incluso que el pro- el de gravitar sobre la inercia y teccionismo. Éste yace maltre- aliviar la industria, puesto que, cho y está a punto de expirar; al permanecer fija la proporlos fenómenos cartelizadores y ción entre el impuesto y la escorporativistas resisten toda- timación del citado valor una vía, cuando no hay competen- vez calculada ésta, las mejoras cia extranjera, con bastante sucesivas quedaban exentas, y éxito. la finca, cuanto mejor era culEl tercer mecanismo de crea- tivada, tanto menor cuota soción de un espíritu empresa- bre el producto venía a pagar. rial especialísimo en España No transcurrieron diez años fue el tributario. Nació en antes de que vastas extensiones 1845, obra del partido mode- yermas se vieran cubiertas de rado. Fuentes Quintana lo ubérrimas mieses”. Esto, y el bautizó con el nombre de “es- deseo de que la libertad indivitilo tributario latino”. Tenía dual no se viese alterada por la un antecedente muy intere- discrecionalidad posible de los sante en los impuestos reales agentes del fisco, explican la de la reforma de María Teresa, difusión del impuesto. Como como señora del Estado de escribía Tocqueville, en relaMilán, que Luigi Einaudi elo- ción con un impuesto persogió, recogiendo un texto de nal, muy odiado, del Antiguo Carlo Cattaneo en el que se Régimen en Francia, la talla, indica cómo el nuevo go- “el recaudador tiene en sus bierno de María Teresa “llamó manos la ruina de los demás” sucesivamente a cooperar en y, por otra parte, “para huir de Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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los impuestos violentos y arbi- efectivas. Ello constituye... un trarios, el campesino francés, problema gravísimo, porque en pleno siglo XVIII, se com- demuestra una creciente inefiporta como el judío medieval. cacia de la gestión fiscal... Ese Exhibe una apariencia misera- descenso en el porcentaje efecble, aunque [ni de lejos, por su tivo de las bases privadas lo riqueza oculta]... lo sea”. que demuestra es una petrifiEsto era lo que latía en la cación de los impuestos. Francia revolucionaria detrás Constituye así una manifestade la huida de una personali- ción palmaria de la senilidad zación impositiva. Los bur- de nuestras instituciones trigueses se habían alzado, como butarias”. Tercer Estado, odiando la Para resolver el problema talla, ansiosos, además, de una derivado no existían demasialibertad personal amplísima, das alternativas. No era posible sin coerciones por parte del admitir un crecimiento desEstado y con un buen conoci- mesurado de la deuda pública miento, por parte de los redac- porque su carga pasaría, con tores de la legislación tributa- bastante rapidez, a convertirse ria, del fenómeno social de la en intolerable al engendrarse renta de la tierra. un efecto “bola de nieve”, y A partir de 1845 apareció para pagar sus intereses no haun fenómeno, que reconoció bría más remedio que emitir Ramón Santillán, el padre, con más deuda. La única salvación Alejandro Mon, del traslado sería una quita, más o menos de lo fundamental de esta re- disfrazada de reconversión de forma tributaria hacia España: la deuda. Como hundiría el que los gastos tienden a supe- crédito público, acabaría por rar a los ingresos, porque los originar una subida colosal de primeros se ven obligados a los tipos de interés, con lo que, crecer al compás del desarro- de paso, se paralizaría la activillo, mientras que los segundos dad y disminuirían los ingresos no avanzan de modo sufi- públicos. La cuestión, pues, no ciente. Esto demuestra, como tendría arreglo. decía el profesor Torres, que Otro camino consiste en “nuestra imposición directa va cargar la mano cada vez más gravando una parcela cada vez sobre los impuestos que gramás pequeña de las rentas van el gasto. En esa espléndida Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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síntesis de los problemas que bienes y servicios siguen dotenía el viejo sistema tributa- minando... como lo han hecho rio, que es la ofrecida por el en toda la historia fiscal de profesor Fuentes Quintana en nuestro país”. su discurso de ingreso, el 10 de Este camino queda cegado junio de 1975, en la Real Aca- por el empeoramiento en la demia de Ciencias Morales y distribución personal de la Políticas, y que es un texto renta. Instintivamente se senfundamental para entender de tía esta realidad en los motines qué modo iba a ser inmolado, incendiarios de las casetas de se puede leer: “Los dos princi- consumos y en las solicitudes pios racionales más destaca- vehementes en favor de su dedos, con los que España inter- saparición. Aunque esté por preta hoy el estilo tributario hacer el catálogo de estas demediterráneo, están también mandas en contra de los impresentes en las cifras de liqui- puestos sobre el consumo, bien dación de los presupuestos de puede decirse que, desde 1845 1850; la preferencia por los a 1959, vemos alinearse en gravámenes sobre los consumos ellas a todos los grupos polítiespecíficos, que equivalen en ese cos realmente progresistas que año a la imposición total del han existido en España. gasto, dada la ausencia de un El tercer camino fue el de impuesto general, y el dominio pleno de los impuestos de pro- monetizar la deuda pública, ducto... Esos principios básicos con consecuencias inflacionisde la imposición española... tas inmediatas. Estos tres senderos, que lleserán afirmados y consolidados por el liberalismo conser- vaban a tres precipicios, osten vador de finales del XIX y co- taban tan altas condiciones de mienzos del siglo actual de estabilidad que parecía impoforma tal que “los impuestos sible poder contemplar su sobre el gasto en bienes y ser- cambio, exactamente igual que vicios recaudaban el 49’5% de ocurría con el proteccionismo, los impuestos totales” recauda- y con el intervencionismo y dos en 1900. “Cuando se inicia corporativismo cartelizado. la segunda década del siglo ac- Los tres eran recomendados tual” y llegamos a 1974, los insistentemente por los emimpuestos sobre el gasto en presarios, y de ahí procedía Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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gran parte de su estabilidad. Estos se sentían cómodos con esa realidad que no sólo les molestaba poco de forma directa, sino que, con el proceso de monetización de la deuda, les unía a las fuerzas que pro vocaban el mantenimiento del cuarto demiurgo de aquella realidad económica en la que se movían cómodos los empresarios: los bajos tipos de interés, conseguidos gracias a la proliferación del crédito. Como corolario, para que la monetización de la deuda no experimentase dificultades, se decidió huir, también hasta 1959, de la aceptación de patrones monetarios internacionales. Luis Olariaga lo ha relatado perfectamente al escribir que España había huido siempre de la disciplina monetaria internacional, por lo que «el capitalismo español ha renunciado a las ventajas que podía representarle una moneda estable, en orden a los negocios internacionales, a cambio de tener las manos libres en la proliferación del crédito. La inestabilidad monetaria ha sido en España un seguro contra la escasez de recursos financieros y contra las particulares desazones de los cambios de coyuntura internacional.
Gracias a ella, entidades financieras que sin el auxilio de la emisión de billetes por el Banco de España hubiesen tenido que ceñir más modestamente sus negocios a las proporciones de su capital efectivo, pudieron hallar márgenes de crédito indefinidos para promover toda clase de empresas. Y gracias a ella, España ha sido la única tierra de promisión en la que las quiebras a granel de los períodos de liquidación se han desconocido. Todo ello a costa, naturalmente, de que el país tuviese reducida al mínimo la intensificación de riqueza que las compenetraciones de las economías nacionales siempre provocaron, y a costa de que el consumo nacional no haya encontrado jamás defensa contra la tendencia a la constante ele vación de los precios, y de que los españoles no hayan sabido nunca, a ciencia cierta, el valor real de su dinero». Todo esto propició la aparición de la que tendríamos que llamar quinta pieza del mecanismo que creó un especial mundo empresarial en España. Derivaba éste de un hecho que fácilmente se puede deducir de todo lo dicho hasta ahora. Toda esta estructura
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económica que tanto favorecía a los empresarios, era una máquina que castigaba con mucha dureza a las personas de rentas bajas y, entre ellas, a los obreros. Éstos se encontraban muy bien organizados en España a partir del Sexenio Re volucionario (1868-1874). Desde sus filas se impulsaron levantamientos populares muy serios, así como progresos importantes del terrorismo; todo empapado, ideológicamente, poco en Marx, más en Bakunin y Malatesta, bastante en Proudhon, algo en Guesde y, finalmente, muchísimo en un espartaquismo elemental que en más de una ocasión, como nos advirtió Tierno Galván, se basaba en la lectura de novelas por entregas, -desde Los enemigos del pueblo de Eugenio Sue a Wenceslao Ayguals de Izco- el autor de la célebre novela, María, la hija de un jornalero, aparecida en 1846. Todo esto había creado una atmósfera de violenta revuelta social, que era capaz de perturbar todo lo que se amparaba tan cuidadosamente en el modelo castizo de nuestra economía, gracias a las medidas expuestas hasta ahora. De ahí que el modelo incorporase, a partir de la creación de
la Comisión de Reformas Sociales de Posada Herrera, en 1883, una política de protección social de ciertos vuelos. De este modo se puso en marcha, simultáneamente, un sistema de protección para que los empresarios pudiesen asumir con comodidad los costes derivados de esa política social. Quien desveló la auténtica realidad de estas medidas fue Román Perpiñá Grau cuando señaló la paradoja de que, al producir todo lo anterior una «carestía general relativa de las subsistencias en España, el tenor de vida del obrero industrial no es muy elevado, si bien España es uno de los países que más reivindicaciones obreras ha concedido de la lista de los acuerdos de la Oficina Internacional de Trabajo. De otra parte, las instituciones de arbitraje social dan, en la mayoría de los casos, la razón a la parte obrera... (La) alternativa de trabajo y paro originada por la directa dependencia de la industria de.... sólo (el) mercado interior es una causa de las perturbaciones obreras y un periódico refuerzo a los argumentos de los dirigentes de las organizaciones sindicales. Igualmente, la gran diversidad de tipos de
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jornadas en una industria tan cina Internacional de Trabajo. repartida en una zona costera Pero lo señalado anteriorde tantos kilómetros, es argu- mente empeoraba la distribumento para hallar siempre ción de la renta, incluyendo en obreros similares con quienes ello, como se encargó de deestablecer esas diferencias y mostrar Manuel de Torres, las plantear huelgas. La industria nuevas medidas de política sono puede, sin embargo, dados cial. El empresariado español sus altos costes, atender a to- había obtenido muchas ventadas las reclamaciones, y es jas, pero se encontraba agonuevo motivo de conflictos». biado por el riesgo de un estaLos empresarios, para sopor- llido revolucionario, que le tarlo, ponían en marcha adi- amenazó desde 1870 a 1977 cionales medidas intervento- de modo continuo, a veces con ras, de gasto público, corpora- estallidos tan alarmantes como tivistas, cartelizadoras, protec- los de 1917, 1934 y 1936cionistas, expansivas del cré- 1939. A partir de 1956, pridito, de depreciación de la pe- mero, y de 1976, después, otra seta, que a su vez volvían a oleada de descontento social empeorar el coste de la vida y parecía conducir hasta no se la estabilidad del empleo, con sabía dónde. lo que era preciso aceptar nueLas cinco piedras esenciales vos mecanismos de protección en las que se apoyó el espíritu social, y así sucesivamente. empresarial español en la seDesde 1936 todo esto reci- gunda mitad del siglo XIX y, bió nueva confirmación. Si ob- con plenitud, en el siglo XX, servamos de cerca el fenó- experimentaron, en éste úlmeno, hay continuidad entre timo, el embate de un rival que lo que avanzó como solución llegó con la difusión de las Cánovas del Castillo desde la ideas anticapitalistas que se tribuna del Ateneo de Madrid generalizaron tras la I Guerra y las políticas desarrolladas por Mundial. Después de los ensaGirón de Velasco con Franco. yos de la Constructora Naval y España, a lo largo de ese pe- de la CAMPSA , fue a partir riodo, y sobre todo desde del inicio de la década de los 1919, logró, sistemáticamente, cuarenta cuando irrumpieron ir en cabeza de las ratificacio- en nuestra escena económica nes de los convenios de la Ofi- las empresas del sector público Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 179-198
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como Renfe , el INI y Telefónica. También dieron sus primeros pasos empresas de economía social que, con el tiempo, se convirtieron en piezas importantes de nuestra economía. Algunas de ellas, como las Mutualidades de Accidentes de Trabajo o las Cajas de Ahorros, vienen de más atrás; otras nacieron en este periodo, como Mondragón Corporación Corporativa , el Grupo Empresarial Cooperativa Valencia , las Cajas Rurales , el Grupo Anecoop S. Coop ., la ONCE o MAPFRE . Aparecieron novedades institucionales, como las Sociedades Anónimas Laborales, a partir de unas empresas concesionarias de transportes urbanos, SALTUV , SALMA . Todo esto significaba que la socialización avanzaba en nuestro país al modo como sucedía en el mundo occidental, de acuerdo con el artículo de Schumpeter, aparecido en marzo de 1950, “La marcha hacia el socialismo”. Todo esto significó, -al entrar en rivalidad con el empresariado tradicional, pero al aceptar el reto del modelo castizo-, la creación de una nueva realidad en España. A partir de 1959, este mundo experimentó una serie de
modificaciones que bien pudieran calificarse de revolucionarias. En primer lugar, la economía española se abrió con fuerza al exterior, no sólo ayudada por el cambio arancelario de 1960 y la incorporación al GATT, sino, sobre todo, porque muy pronto dejó de ser nacional y se convirtió en comunitaria. Además, el fenómeno de la transnacionalización de muchos sectores obligó a alterar talantes del nacionalismo económico. En algunos sectores –sobre todo en banca, comunicaciones y energía- había empresas españolas que se transformaron en multinacionales. El orden del mercado interior, como orientador de la política económica, se convierte en un planteamiento fundamental, lo mismo que la ortodoxia monetaria. La desaparición de la peseta y su sustitución por el euro, así como la PAC, son su muestra. Un nuevo sistema fiscal, con notables avances hacia la personalización y progresivización, irrumpió en 1977-1978. Lo pusieron en acción Fuentes Quintana y Fernández Ordóñez. A partir del Pacto de La Moncloa, en 1977, con el añadido del derrumbamiento del
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Muro de Berlín en 1989, y con él, con la desaparición prácticamente definitiva de las grandes utopías sociales, la política social se encaminó hacia una de concertación, respetuosa con los equilibrios macroeconómicos y con manifestaciones de tensión social en claro descenso. El mundo empresarial español hubo de adaptarse a todo esto, con notable rapidez y, además, sustituir al empresariado estatal, debido a un proceso de reprivatizaciones que se acerca ya a su final, aunque haya surgido un incipiente empresariado público en el ámbito del Sector Público territorial, fundamentalmente en las autonomías, aunque no sólo en ellas. En este mundo empresarial privado y en el social aparecen fenómenos muy importantes de concertación que, en el caso de las sociedades anónimas, genera la aparición, tanto de un importante capitalismo popular, como de
una separación clarísima entre la propiedad y el control de estas entidades. Las relaciones entre los accionistas y los Consejos de Administración pasan a tener consecuencias, no en las Juntas Generales, sino en los mercados de valores españoles, que se integraron con toda facilidad en el denominado sistema globalizado. Se diría que una colectividad empresarial nacida del modo que se relata en la primera parte de este artículo no iba a ser capaz de adaptarse a los nuevos tiempos. Efectivamente, así sucedió. Pero los grandes traumas derivados de la gran mortandad empresarial que, sobre todo, se extiende de 1976 a 1996, han sido ya superados. Un viento nuevo, en todos los sentidos, sopla sobre España y su economía a comienzos del siglo XXI, como consecuencia del afianzamiento de una nueva realidad empresarial.
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NOTAS
1 Sobre el Proyecto de los Pasajes de Walter Benjamín, el ensayo más completo que conozco, escrito al hilo de la aparición de los dos primeros volúmenes de Ben jamin, Walter (1999-2000), Selected Writings , Belknap Press, Cambridge, Mass., y natural-
mente, del todavía parcial y aún así voluminosísimo The Arcades Project , Belknap Press, Cambridge, Mass., veáse Coetzee, John Michael (10 marzo 2001), “Las maravillas de Walter Benjamin”, ABC Cultural , nº 476, pp. 7-12.
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RECENSIONES
Dirigir los envíos de libros a la Secretaría del Instituto Empresa y Humanismo.
DE LA ÉTICA DESPROTEGIDA MÓNICA CODINA (ED.),EUNSA,P AMPLONA,2001
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RELATIVAMENTE
frecuente que ante un tema de actualidad se multipliquen las monografías y los estudios para tratarlo. Sin duda, la ética es hoy día un tema de actualidad: su estudio está de moda, de ahí que haya gran abundancia de literatura al respecto. El libro que se presenta destaca por ser un magnífico compendio de ensayos acerca de la deontología de la comunicación. El hilo conductor de la obra es una reflexión teórica acerca de la ética ligada a su práctica en la profesión del comunicador, bien sea en el campo de la información, en el de la persuasión o en el de la ficción. Cada uno de los trece capítulos plantea con hondura y rigor las principales cuestiones éticas que afectan a la práctica profesional del comunicólogo y propone algunas posibles vías de solución a los cuestiones más frecuentes.
Aunque los problemas se desarrollan en diálogo con temas específicos de los diferentes ámbitos de la comunicación, hay, sin embargo, una serie de aspectos que no se olvidan en ninguno de los diferentes estudios: la necesidad de un compromiso ético personal en el ejercicio de la profesión, sin el cual de poco servirían los códigos éticos externos con los que tantas empresas y medios de comunicación han contado a lo largo de los últimos veinte años; la constatación de que no es posible ser un buen profesional al margen de un comportamiento ético, es decir, que la exigencia del comportamiento ético nace del deseo de ejercer la propia profesión del mejor modo posible; sólo desde el ser de la profesión se llega a saber qué es un buen trabajo; la evidencia de que no basta una ética de mínimos para asegurar una ética socialmente compartida y realmente garante de un buen ejercicio
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de la profesión; y, por último, esto implica el reconocimiento la imposibilidad de ejercer bien de unos principios permanenla profesión sin una búsqueda tes. Como reafirma A. Azurpermanente de la verdad, que mendi en el capítulo que lleva cuenta con una visión del por título “De la ética desprohombre y que supera el mo- tegida”: la ética está felizmente delo reduccionista del libera- desprotegida por el derecho lismo económico. (p. 215). En el capítulo que abre el liM. Codina explica también bro, M. Codina explica que el que la organización del mundo deber ser de la profesión del actual necesita de los mass mecomunicador deriva de la na- dia , y eso supone un riesgo de turaleza del ser mismo de la manipulación si se olvida que profesión. Ésta nunca puede la ética nace del reconocimiento considerarse neutral, pues de que la verdad, la falsedad, el aunque los medios y empresas bien y el mal están en las persode comunicación sean en sí nas, en las acciones y en las cosas mismos abstractos, detrás de (p. 18). Es preciso abandonar ellos siempre hay una persona el paradigma de la objetividad que actúa desde una visión del y dar paso al de la adecuación, hombre y del sentido de su superando así la reducción del existencia que, en el ejercicio hombre a unos parámetros de la profesión, se traducirá en meramente objetivos y calculauna responsabilidad social que dores de beneficio, impuestos afecta a otros hombres. La su- por la epistemología moderna. peración de lo políticamente co- Sólo desde esta superación se rrecto supone evidenciar que el logra hacer justicia a la realimulticulturalismo no es in- dad con la que se enfrenta el compatible con el reconoci- profesional de la comunicamiento de valores permanen- ción. tes y universales, idea en la que En “El comportamiento insiste también J. A. García Avilés en su colaboración, ti- ético en las empresas de comutulada “Autorregulación profe- nicación”, A. Sánchez-Tabersional y estándares en el perio- nero plantea la siguiente cuesdismo audiovisual”. Más aún, tión: ¿supone una desventaja los valores éticos van más allá en la sociedad actual comporde las exigencias jurídicas y tarse éticamente, asumir el Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 201-205
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compromiso de servir con el sonales a los del bien común, propio trabajo a la verdad y a late también en otros ensayos. los ciudadanos sin que el afán A. Arrese y A. Fumagalli de lucro sea el motor primero apuestan fuerte por recuperar de quien emprende una em- y tomar conciencia de la mipresa de comunicación? Es de- sión formativa y educativa que cir, ¿es el compromiso ético un asumen los comunicólogos. freno para un directivo? El de- Éstos no son meros intermesarrollo del estudio muestra diarios entre opiniones e intecómo, a la larga, un comporta- reses, sino profesionales que miento ético que supera la mo- interpretan la realidad y que, ral de mínimos a la moda re- por tanto, influyen socialsulta mucho más ventajoso y mente con una visión u otra rentable, aunque ése no sea el del hombre. Fumagalli, cenmotivo que lo justifica, sino trándose en el papel educador sólo una consecuencia necesa- que asume la televisión, desria y derivada de ello. Frente a taca la responsabilidad de este los emprendedores oportunis- medio para formar a las persotas, Sánchez-Tabernero pro- nas en valores espirituales y en pone como modelo al corredor la educación del gusto y la de fondo, es decir a aquel que sensibilidad. Los niveles de las además de crear riqueza digni- audiencias no justifican ni la fica con su trabajo a los ciuda- calidad ni lo adecuado de las danos a los que sirve. Hay que emisiones, pues el espectador contar con el largo plazo — idea no siempre se decanta por lo en la que insiste también C. que más le gusta, sino que opta Sotelo en “Principios profesio- por lo que le resulta menos nales de la comunicación insti- malo dentro de una oferta litucional”— y, desde esa visión, mitada. El principal motor de superar el relativismo y el éxito la responsabilidad televisiva ha fácil pero inestable. de ser el enriquecimiento del Otra de las ideas importan- espectador mediante la infortes que aparece en este estudio, mación y el entretenimiento, y la necesaria formación de los no simplemente la venta de directivos y de las personas sensacionalismo y violencia. que trabajan en las empresas En esta línea, A. Navas insiste, de comunicación para que no en “Medios de comunicación, antepongan sus intereses per- valores y educación”, en el reto Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 201-205
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que una buena educación su- promiso por la calidad”, de M. pone para una sociedad que se Medina, y en el de F.J. Pérezorganiza y ordena según un ré- Latre, “Hacia un nuevo congimen liberal, pues la educa- cepto de calidad en la planifición se hace imposible sin un cación de medios publicitaconsenso estable y permanente rios”. M. Medina entiende sobre los valores absolutos que que la calidad es un término otorgan sentido a la existencia. relativo a la excelencia, aunque De otra parte, como argu- no hay acuerdo entre los promenta A. Pardo al hilo de unas fesionales de la comunicación palabras del productor de cine sobre el contenido de este David Puttnam: la dimensión concepto. Ahora bien, adsocial de los medios se traduce vierte de la importancia de no en modelos de conducta y és- confundir la calidad con el tos no se pueden rebajar, pues sentimiento de lo que gusta. está en juego la salud y la vita- Estudiar los verdaderos intelidad de la sociedad. reses de los espectadores exige J. de los Ángeles, en “Ética y respetar la verdad de las cosas comunicación persuasiva”, se y entretener de un modo acerca también a la ética desde atractivo y amable con contesu consideración de la excelen- nidos auténticos por su veracicia, que no consiste única- dad y verosímiles por su cermente en un cumplimiento de canía a lo cotidiano. F. J. Pénormas externas. La educación rez-Latre, en su análisis sobre tiene un elemento persuasivo calidad, destaca la necesidad —lo propio de la publicidad— de superar la noción de masa. que enriquece el discurso so- Resulta prioritario acercarse al cial. La persuasión en la publi- paradigma de la participación cidad no es sospechosa cuando y superar así e l de la mera garantiza la libertad, el respeto transmisión, de ahí que sea a la persona y la bondad y la necesario establecer un diáutilidad de aquello que pre- logo interpersonal y no masisenta. ficador desde los medios. Esta última idea entronca Por último, también la idea con los estudios acerca de la de participación aparece en el calidad de los mass media , estudio “Tecnologías de la intema tratado en el capítulo formación y de la comunica“Ética en la televisión: com- ción: retos éticos”, de C. SáRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 201-205
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daba. Puesto que Internet es un instrumento que obliga a la participación de quien lo usa, la ética debe surgir como una cuestión imprescindible y ne-
cesaria para quien socializa a través de la Red y para quien se acerca a ella en busca de información. Raquel Lázaro
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E L PARAÍSO DIGITAL . C LAVES PARA EN TENDER LA REVOLUCIÓN DE I NTERNET Y LAS TELECOMUNICACIONES
J AVIER CREMADES, PLAZA Y J ANÉS, B ARCELONA,2001
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del libro amena, práctica y directa a un de Javier Cremades El mundo nuevo, aunque cada Paraíso Digital es, sin vez más cotidiano. duda, una inestimable herraComo dice el autor: “Este mienta para afrontar los tiem- libro está pensado y confecciopos que corren y correrán. nado para no especialistas. Por la vasta amplitud de los Después de destilar las montatemas que toca este jurista y ñas de información y opinión escritor, desde los protagonis- disponibles por los alambiques tas individuales hasta las em- de la experiencia, y tratando de presas, pasando por los secto- combinar el rigor, la claridad, res implicados y por las ver- la concisión y la sencillez, en tientes analizadas (económica, las páginas que siguen se pre jurídica, política, cultural, tec- tende dar a conocer las claves nológica, etc.), sin olvidar el fundamentales del proceso reenfoque de la historia política, volucionario que vivimos. Detecnológica y científica, el li- bería este libro ayudar al lector bro bien podría haberse titu- a comprender y manejar con lado “Enciclopedia de la era mayor destreza y confianza las digital”. innovaciones tecnológicas reEl saber demostrado por lacionadas con las telecomuniCremades es ciertamente enci- caciones de uso masivo. Todo clopédico, de ahí que su libro ello desde el singular prisma pueda manejarse como una de la realidad española” (p. obra de consulta, en la que los 29). Objetivo que se cumple lectores interesados en las tele- satisfactoriamente. comunicaciones y en Internet Si usted no sabe todavía a encontrarán casi todas las res- ciencia cierta qué es un bit, un puestas a sus preguntas, amén byte , el ancho de banda, la tecde resultar una introducción nología UMTS, los ISP, etc., A LE CT URA
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etc.; o desea conocer cómo influyó el álgebra de Boole, Bell o la NASA en el nacimiento de Internet; incluso, si quiere disfrutar de una visión integral y actualizada del libro, la radio, la televisión o el teléfono digitales, aquí tiene una oportunidad. Me gustaría señalar dos párrafos especialmente interesantes que se refieren a los efectos ahora llamados colaterales, es decir, perversos, de las tecnologías digitales aplicadas a las telecomunicaciones. Por un lado la llamada brecha digital : “Es importante señalar que la Red, lejos de ser exclusivamente un fenómeno de progreso y ventajas para todos, podría agravar las carencias de los grupos de población más débiles, y acrecentar la brecha que se abre entre ellos y los más prósperos. En esta fase de implantación estamos a tiempo de evitar este fenómeno y tratar por todos los medios de neutralizar los riegos de eso que se ha dado en llamar brecha digital ” (p. 55). Por otro, la amenaza al derecho a la intimidad: “El derecho
al secreto de las comunicaciones es un derecho constitucional autónomo, con tratamiento específico, que se afirma como uno de los bastiones del derecho a la intimidad. El contenido mínimo de este derecho a la intimidad -el que más fuerza jurídica opone frente a las libertades informativas-, puede formularse como el derecho a no participar en la vida colectiva, el derecho a aislarse de la comunidad en cierto modo durante cierto tiempo, a establecer una “relación-cero” (zero relationship), a disfrutar de un “espacio para respirar” ( breathing space ) , a ejercer un derecho al anonimato ( Recht auf Anonymität ) o a no ser conocidos, en ciertos aspectos, por los demás. Un derecho, en definitiva, a la propia personalidad” (p. 120). Un libro elegantemente escrito, con profusión de datos y apéndices, con “marcha” y humor. Un libro que demuestra, también en mi opinión, que el Paraíso está siempre más allá de cualquier tecnología, por re volucionaria que parezca. Guido Stein
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LAVORO CHE EMERGE .
P ROSPETTIVE
DEL LAVORO COME RELAZIONE SOCIALE IN UNA ECONOMIA DOPO-MODERNA
PIERPAOLO DONATI, BOLLATI BORINGHIERI , TORINO, 2001
proble- mas a los que se enfrentan las mas más graves de las sociedades post-industriales sociedades avanzadas surgen de una concepción del es la pérdida de identidad del trabajo como un recurso meratrabajo como centro del sis- mente instrumental, abstracto tema económico, una de cuyas y mecánico -pura mercancía o manifestaciones es la acepta- commodity -. Por eso, gran ción explícita del paro estruc- parte de los remedios propuestural. La globalización parece tos para combatir la desocupahaber debilitado la centralidad ción son estériles o tienen del trabajo en aras de una me- efectos perversos. Según Do jor disposición técnica de los nati, esta situación se debe a la recursos y de un mayor rendi- ausencia del reconocimiento miento de las inversiones. La del trabajo como, antes que creciente productividad de las cualquier otra cosa, una relanuevas tecnologías parece con- ción social entre productores, ducir hacia el “fin del trabajo” distribuidores, consumidores y (Rifkin) en una sociedad que, otros portadores de intereses. sin embargo, valora la ocupaDecir que el trabajo es, ante ción profesional como un bien todo, una relación social, sigcada vez más deseado y más nifica que es preciso atender a escaso. una amplia semántica de la acLa tesis que sostiene el pro- tividad profesional para comfesor Donati en el presente li- prender su carácter relacional y bro es que, lejos de acercarnos no meramente funcional. La hacia el “fin del trabajo”, la so- lógica funcional subordina ciedad actual ha generado las cualquier género de actividad condiciones idóneas para la humana y de estructura social emergencia de un nuevo sen- a una finalidad unívoca que tido del trabajo. Los proble- dota de sentido específico a
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N O DE LOS
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todos los elementos del sistema. El sistema económico actual subordina funcionalmente todos los recursos que emplea a la lógica del crecimiento y la eficiencia, con lo que el trabajo humano no puede concebirse más que como un instrumento al servicio del sistema, funcionalmente equivalente a cualquier otro recurso, como la tecnología productiva o de la información. No se trata de encontrar culpables de esta realidad, pues la especialización evolutiva de los sistemas sociales -según el análisis de Luhmann- responde más a una dinámica autopoiética que a una intencionalidad por parte de grupos sociales particulares. Desde el punto de vista de la ocupación -prestación a cambio de salario- el trabajo es, obviamente, un factor de producción sujeto a las reglas del mercado, atenuadas por la legislación y los beneficios sociales adquiridos a lo largo del siglo XX. Sin embargo, es un hecho que el trabajo humano no se reduce a un mero recurso en el contexto de un sistema económico nacional o global. Es más, que el trabajo haya llegado a conceptualizarse como una mera prestación es conse-
cuencia de una específica construcción sociocultural de la conciencia occidental. Por eso mismo, la semántica del trabajo continúa abierta a procesos de morfogénesis cultural y estructural (Archer) a los que es preciso atender para hacernos cargo del estado actual de nuestras sociedades. De esta forma, la relación social que llamamos trabajo no se reduce a la ocupación o el empleo, sujeto a vinculaciones estructurales (relación como religo ). Incluye también una dimensión simbólica, una constelación de valor que no está determinada por el contexto estructural en el que surge (relación como refero ). Así, se observa cómo los jóvenes que acceden por primera vez al desempeño de un puesto laboral buscan no sólo ni principalmente un salario en forma de dinero, sino también algo más profundo: la adquisición de una identidad social en referencia a su propio desarrollo personal y a su inserción en un contexto social de reconocimiento. El trabajo adquiere, de este modo, el valor principal de implicación en la búsqueda de significados existenciales. Por otra parte, como toda relación social, el trabajo ha de
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entenderse como un fenómeno emergente, no predecible desde las condiciones culturales y estructurales en las que se ejerce, precisamente porque es una actividad socialmente mediada, un hecho societario que adquiere nuevos valores mediante la interacción recíproca entre productores, distribuidores y destinatarios, de acuerdo con reglas, recompensas y sanciones siempre nuevas y cambiantes. Donati se extiende en la descripción de los procesos de morfogénesis cultural y estructural en las sociedades contemporáneas para mostrar cómo nuevas características del trabajo van desplazando a las propias de la época moderna: el trabajo asalariado, abstracto, rígido, instrumental, útil individualmente y medido según un tiempo cuantitativo, va dejando paso a formas de trabajo cada vez más autónomas, concretas, flexibles, expresivas, útiles socialmente y medidas en tiempo cualitativo. De hecho, la lógica relacional por la que se rige el trabajo ya no se limita a la lógica del capital instrumental. Nuevas formas de capital han hecho su aparición en los sistemas económicos, hasta el punto de diferenciar internamente las es-
tructuras empresariales. Donati menciona como particularmente relevantes, el capital político -la capacidad de movilizar en consenso recursos materiales y humanos hacia un proyecto empresarial-; el capital social -redes de acción empresarial basadas en la confianza y la reciprocidad-; y el capital cultural (o intelectual) -habilidades y capacidades personales de los profesionales-. La consecuencia más sobresaliente de este proceso de diferenciación es la especificación de diferentes lógicas económicas ya no orientadas funcionalmente hacia los resultados financieros inmediatos, precisamente porque el intercambio social en cuyo seno se produce y reproduce se guía por diferentes medios de intercambio -formas de “dinero” no monetario- y por patrones de valor alternativos. De esta forma, Donati apunta la emergencia de economías de índole política -que albergan trabajo orientado al bienestar social-, así como nuevas formas de economía social de la reciprocidad y economías del don en las que la contraprestación brilla por su ausencia. En todas estas lógicas económicas hay trabajo,
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entendido como “una actividad interpersonal orientada a un objetivo socialmente útil de cuya realización depende la obtención de recursos para vi vir por parte de quien lo cumple y de quien lo recibe”. Ciertamente, estas lógicas diferenciadas desarrollan ámbitos de relación específicos en la sociedad. La economía política se desarrolla en los servicios públicos de bienestar social; la economía de la reciprocidad, en las asociaciones del Tercer Sector; la economía del don, en el contexto de las solidaridades primarias -familia, amistades, etc-. Pero esta diferenciación se activa no sólo en ámbitos especializados de la sociedad. También en el interior de las empresas de negocios surgen actividades de carácter político -relación con stakeholders-, de reciprocidad -redes informales-, y de donación -diversas formas de coaching, mentoring, etc.-. Además, la actividad comercial también está desarrollando interacciones no instrumentales con sus clientes y favoreciendo
formas de relación multifuncionales que generan redes asociativas de muy diverso tipo. Un ejemplo sería el del portal de Internet que incluye, además de sus productos para niños, links que conectan a las familias con asociaciones familiares, servicios sociales y otras familias para intercambio de información y ayuda mutua. En definitiva, la complejidad de la sociedad actual muestra la insuficiencia del concepto industrial de trabajo como ocupación asalariada. El profesor Donati sabe conducirnos por el laberinto de la diferenciación estructural para exponer los nuevos sentidos que el trabajo está adquiriendo en las sociedades actuales. A partir de los principios de su “sociología relacional” ilustra un aspecto problemático de nuestra forma de vida -global y local-, y aporta ideas fundamentales para enfocar las imprescindibles iniciativas públicas y privadas que la actual crisis del trabajo exige. Pablo García Ruiz
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JUDO STRATEGY. TURNING YOUR COMPETITOR´S STRENGHT TO YOUR ADVANTAGE D AVID B. Y O FFIE Y M ARY K WAK, H ARVARD BUSINESS SCHOOL PRESS, C AMBRIDGE, M ASS., 2001
E
1998, David Yoffie, pensar al margen de la “sabiprofesor de la Harvard duría” ya aceptada: “En esenBusiness School, escri- cia, la estrategia de judo trata bió con Michael Cusumano de desarrollar una profunda Competing on Internet Time: comprensión de tu modo de Lessons from Netscape and its competir y de los movimientos Battle with Microsoft . En aquel que transformarán la fortaleza libro se mostraba de modo in- de tus competidores en tu procipiente pero útil la aplicación pia ventaja”. de técnicas de judo como heLos principios del judo se rramienta estratégica para di- resumen en tres: movimiento, rigir empresas en el entorno de equilibrio y apalancamiento. las nuevas tecnologías. En la Con el primero se busca desobra que ahora se comenta, truir el equilibrio del oponente Yoffie, ayudado por su asis- a base de moverse; con el setente Kwak, profundiza siste- gundo, preservar el propio máticamente en el empleo de equilibrio al atacar; y con el la metáfora deportiva. tercero, aprovechar el apalanYoffie sabe que, como ad- camiento para magnificar la vier te el poeta Paul Valér y, propia fortaleza. sólo los estúpidos confunden Emplear acertadamente el las metáforas con las pruebas. judo en el ámbito de la estra Justamente lo que pretende es tegia corporativa exige ser muy convertir este elemento retó- cuidadosos con la aplicación rico en una herramienta va- de los tres principios citados. liosa, que abre los ojos del di- Según el del movimiento, rectivo a un modo renovado de nunca se debe buscar el ataque contemplar la realidad compe- frente a frente, sino mantener titiva de la dirección de em- un perfil bajo, a la vez que se presas, ayudándole a analizar y define cuidadosamente el teN
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rreno donde se desea competir. Michael Dell, “los activos reúEl objetivo es sacar a los com- nen riesgos a su alrededor de petidores de su terreno, intro- una forma o de otra”. Hay acducir nuevas reglas y nuevos tivos que se canibalizan o acestándares, buscar nuevos túan como barreras. clientes, utilizar otros canales Uno también puede apalande distribución e invitar a nue- carse en los socios del compevos socios. Incluso los más tidor: proveedores, fabricantes fuertes esconden debilidades o distribuidores, entre otros. que el movimiento hace aflo- Con la estrategia adecuada derar. En toda esta operativa, la jarán de ser enemigos para velocidad es muy relev ante; convertirse en aliados que liaun más en sectores donde los miten la capacidad de reacción efectos de red, el tamaño, el al- del competidor, enfrentándolo cance y el aprendizaje son a sus propios socios. Esto esenciales. Un buen ejemplo lo mismo retrasó 22 años la reacencarna la estrategia seguida ción de Coca Cola frente a la por eBay frente a AOL. exitosa política comercial de El equilibrio, que lleva a Pepsi , que consistía en dar el centrarse en la propia estrate- doble de cola por el mismo gia por encima de lo demás, precio; y es que los poderosos encuentra una defensa en la distribuidores de Coca Cola y la táctica de judo de empujar propia tradición de la compacuando tiran de uno, es decir, ñía estaban aferrados a la boteaprovechar el ataque del com- lla clásica. petidor en vez de oponer resisDespués de la quiebra de tencia. Lo que hizo Microsoft ENRON , paradigma del libro cuando, según su política de de Gary Hamel, Leading the embrace and extend, incorporó Competition, aportar casos exi JAVA , de Sun Microsystems. tosos supone un riesgo. Yoffie, Por último, el apalanca- aplicando su análisis de judo, miento muestra toda su poten- estudia detenidamente tres: cia al convertir los activos, por Palm Computing, RealNetworks ejemplo el tamaño, las inver- y CNET Networks . Sin emsiones, las fuentes de ingresos, bargo, su talento le lleva a no etc., en pasivos, ya que éstos pretender más de lo que la pueden llegar a ser obstáculos misma metáfora ofrece: un para reaccionar. Como afirma marco de reflexión y una heRevista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 213-215
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rramienta para la acción que se deja complementar perfectamente con otras herramientas y marcos conceptuales destilados por la práctica del management , como el modelo de Porter. Los autores ofrecen también un antídoto contra la estrategia de judo: el empleo del sumo. Éste consiste en magnificar el poder y la fuerza de los líderes frente a los competidores ávidos y dispuestos a ser
judokas, sembrando en ellos el miedo, la incertidumbre y la duda de una reacción apabullante. Judo Strategy se trata, en definitiva, de un libro ocurrente, lleno de referencias prácticas y consciente de lo importante. Un libro que recuerda la sabia advertencia de El Padrino: “Mantén a los amigos cerca y a los enemigos más cerca”. Guido Stein
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PERSPECTIVES
ON THE NEW ECONOMY OF
CORPORATE CITIZENSHIP
S IMON Z ADEK , N IELS H OJENSGARD Y P ETER R AYNARD (E DS .), COPENHAGEN CENTRE, COPENHAGUE, 2001
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A S V IN CU LAC IO NE S
entre la Corporate Citizenship (CC) y la Nueva Economía (NE) son objeto de estudio de un interesante conjunto de ensayos publicados por el Copenhagen Centre, bajo el título Perspectives on the New Economy of Cor porate Citizenship. El listado de colaboradores incluye nombres tan conocidos como el del teórico del comunitarismo Amitai Etzioni, el de la escritora y activista Naomi Klein o el del ejecutivo de Sun Microsystems, Bill Joy. Es interesante la definición de NE que ofrece este trabajo, ya que algunos de sus aspectos deben vincularse y confrontarse directamente con el concepto de CC. Simon Zadek, Niels Hojensgard y Peter Raynard, editores del volumen, caracterizan la NE como un modo de actividad económica dominada por: 1º. -una alta velocidad de cambio;
2º. -una importancia creciente del conocimiento, la innovación y la comunicación; 3º. -y una relativización de las distancias (el término shifting proximity tiene difícil traducción). Los autores citados sostienen que la NE constituye una revolución organizacional . Por otra parte, definen la CC como una característica esencial (an essential feature ) de la NE. El concepto de CC implica la cooperación y acción conjunta de las empresas con instituciones políticas y sociales. En este sentido, se abre un vastísimo campo de diversas formas de asociación ( A Partnership Boom), en el que aparecen al menos tres tipos de organismos: empresas, gobiernos y ONG. Se nos advierte, asimismo, de las frecuentes cautelas, cuando no de la hostilidad manifiesta, de muchas de estas últimas organizaciones para emprender acciones conjuntas con gobiernos y empresas.
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Este nuevo modo de pro- Concerns in the New Economy: ducción y comercialización de Nike’s Experi ence ) plantean bienes materiales implica ne- puntualmente la cuestión del cesariamente la transposición Cause Marketing . de fronteras políticas, culturaEl hecho de que la CC sea les y naturales. La NE aparece un fenómeno causado por la como un entramado de rela- NE no implica que aquélla sea ciones de intercambio transna- un efecto necesario de ésta. cionales. En este sentido, las Por otra parte, tampoco es corporaciones multinacionales, cierto que la CC inaugure la o sea, las compañías que po- noción de responsabilidad soseen una larga tradición de ne- cial de las empresas. Los autogocios internacionales o presencia y actividad en varios paí- res citados se encargan de reses, parecen particularmente saltar el estatuto específicamente técnico de la NE. Se adaptadas a dicho escenario. trata de una nueva forma de Son quizá este tipo de com- actividad económica, eminenpañías las que han impulsado temente instrumental, de la con mayor decisión las activi- que es posible esperar tanto dades propias de la CC. Las efectos positivos como negatiempresas multinacionales tra- vos sobre la existencia humana. dicionales y las surgidas a parSon por ello poco comprentir de la irrupción de la NE tratan de ganar un estatuto so- sibles las advertencias de Zaciopolítico que las acerque a las dek, Hojensgard y Raynard formas de convivencia y a las respecto a una posible CC “no instituciones propias de los paí- deseable” o a ciertos efectos ses en los que desarrollan sus negativos. Si de hecho la CC aparece como la construcción tareas. puentes que puedan servir Las contribuciones de John de Weiser (Plus Ça Change ), Chris para salvar los abismos entre el Yapp, Liz Tout y George Hall mundo de los negocios y la ac(Corporate Community Involve- ción social, no se entiende por ment and the New Economy: qué la CC ha sido presentada The Case of ICL, UK ) , Carol como algo ante lo que se debe Cone (Cause Branding® in the estar prevenido. Tal como se caracteriza en la 21 st Century ) y Hannah Jones ( Responding to Stakeholder mayoría de las colaboraciones, Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 217-221
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la CC aparece como la orientación más deseable de la NE. Por esta razón, no parece correcto hablar de una CC “buena” o “mala”, tal como pretenden explicar los autores citados, ni de reconocer que la CC es la dirección más positiva de la NE, o declarar que “dicha ciudadanía no necesariamente producirá resultados socialmente deseables”, ni que “al igual que la NE, la CC puede reforzar tendencias inmorales tanto como promover ampliamente valores universales”. Si bien no cabe negar, por su carácter instrumental, la indiferencia moral de la NE, no parece que suceda lo mismo con la CC. La disposición de medios materiales e intelectuales para obtener beneficios sociales no es de ningún modo un aspecto que pueda recibir un valoración positiva o negativa. Esta disposición constituye, de modo indudable, un bien objetivo para la sociedad. Si la NE es el instrumento, la CC aparece como el empleo correcto, la orientación ética de dicho instrumento. El destino que finalmente se dé a esos recursos será responsabilidad de la sociedad en su conjunto, representada en sus
instancias de decisión, y no de las empresas dispuestas a asumir su ciudadanía. Pero esto constituye un problema de naturaleza propiamente política, que no corresponde tratar aquí. La cuestión dominante en la mayoría de las colaboraciones del libro citado es la de los efectos sociales de la NE. El espectro de respuestas asume los registros más variados. Las perspectivas más siniestras se encuentran en el artículo firmado por Bill Joy, in vestigador y ejecutivo de Sun Microsystems (Why the Future Doesn’t Need Us), quien señala los efectos aniquiladores que el desarrollo de la investigación denominada GNR ( Genetics, Nanotechnology & Robotics ) tendrá sobre el género humano; y en el texto de la periodista y activista Naomi Klein (Brands’n Space ) , quien advierte sobre la invasión de la privacidad que implica la masiva presencia de publicidad y anuncios en la Red, y llama a una resistencia activa en todos los niveles, que incluya desde el lanzamiento de pasteles al empleo de alta tecnología. En el mismo sentido, aunque de un modo menos radical y combativo, se orienta el artí-
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culo de Amitai Etzioni ( Re- al potencial educativo que flections on Privacy in the New ofrecen las nuevas tecnologías Economy), quien alerta sobre sobre las que se sustenta la los riesgos de la privacidad en NE; el artículo de Susan el marco de la NE. El activista Scott-Parker ( Disability and indio John Samuels ( New Eco- the New Economy in the UK ), nomy: Information Fever and que explica las oportunidades Image Politics ) llama la aten- laborales que la NE ofrece a ción sobre los aspectos más las personas afectadas por aldébiles y engañosos de la so- guna incapacidad física; y, ficiedad de la información, el nalmente, el texto de Lars Kopoder sugestivo de la imagen y lind ( Partnership in the New el desequilibrio actual entre los Economy-a Danish Perspective), significantes -la economía que ilustra la reincorporación “real”- y los significados: el sis- de trabajadores a la economía tema especulativo financiero, a través de formas asociativas los indicadores económicos, la entre el Estado y las empresas. simulación de escenarios o la En general, las concepciones manipulación de la imagen. más negativas hacen referenEstas sombrías visiones apa- cia, de un modo más o menos recen contrastadas en las con- explícito, a la necesidad de entribuciones de James Wilsdom contrar un límite objetivo e in y Jonathon Porritt ( Greening franqueable a las actividades the New Economy), autores que económicas que, por su dinaseñalan los beneficios medio- mismo propio, tienden a ser ambientales, sobre todo en totalitarias y parecen vanguartérminos de ahorro de energía, dias de procesos aún más desque cabe esperar de los nuevos póticos o aniquiladores. En modos de comercialización; la este marco de ideas, la NE se de Agnes Beathe Steen Fosse concibe como un ámbito en el (Consumer Rights and Self Re- que no es posible exigir resgulation: The Role of Trust- ponsabilidades a las empresas. marks), que resalta las mayores Toda acción regulativa o coerposibilidades de protección de citiva debe provenir de los golos derechos de los consumi- biernos, las ONG o los consudores en la NE; la de Jan-Olaf midores. Willums (Life-Long Learning Estas visiones pesimistas no in the New Economy), referida parecen advertir que la actual Revista Empresa y Humanismo, Vol. V, Nº 1/02, pp. 217-221
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conciencia sobre los efectos sociales y mediambientales de la actividad económica tiene una gran deuda con los medios tecnológicos propulsados por la NE. Por el contrario, las visiones más optimistas no consideran que la NE sea un modo de producción e intercambio necesariamente más justo y de mayor sensibilidad social. Más bien resaltan las oportunidades
que ésta ofrece en materia de acción social. En este sentido, la NE aparece como un ámbito de cooperación entre di versos sectores especialmente apto, en el cual se puede contribuir de modo positivo no sólo a evitar los males que podrían derivarse del sistema, sino a emplearlo como un instrumento que contribuya puntualmente a su entorno social. Héctor Ghiretti
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PUBLICACIONES DEL INSTITUTO EMPRESA Y HUMANISMO 1. LIBROS
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Nº3 Nº4 Nº5 Nº6 Nº7 Nº 8
FILOSOFÍA DEL DINERO Vittorio Mathieu LA VERTIENTE HUMANA DEL TRABAJO EN LA EMPRESA George Gilder, Carlos Llano, Juan Antonio Pérez López y Leonardo Polo ETICA EMPRESARIAL: TEORÍA Y CASOS Rafael Gómez Pérez LAS CLAVES DE LA EFICACIA EMPRESARIAL Tomás Melendo LA UNIVERSIDAD COMO EMPRESA: UNA REVOLUCIÓN PENDIENTE Tomás Calleja TEORÍA DE LA ACCIÓN HUMANA EN LAS ORGANIZACIONES Juan Antonio Pérez López EL HUMANISMO EMPRESARIAL Alejandro Llano, Rafael Alvira, Miquel Bastons, Tomás Calleja, Cruz Martínez Esteruelas, Ignacio Miralbell ESTRATEGIA EMPRESARIAL ANTE EL CAOS Felipe Gómez Pallete Ed.
Nº 9 ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO. SU VALOR PERMANENTE Ludwig Erhard Nº 10 LA CULTURA DEL TRABAJO EN LAS ORGANIZACIONES Leticia Bañares Nº 11 CULTURA EMPRESARIAL EN ESPAÑA Y SU POTENCIAL ESTRATÉGICO María Teresa del Val Nº 12 CABALLEROS Y EMPRESARIOS. EL HOMBRE DE NEGOCIOS VICTORIANO Jesús Mª Zaratiegui Nº 13 ETICA DEL CAPITALISMO Peter Koslowski Nº 14 CIENCIA Y PRÁCTICA EN LA ACCIÓN DIRECTIVA Joan Fontrodona Nº 15 LIBERALISMO ECONÓMICO Y LIBERTAD. ORTODOXOS Y HETERODOXOS EN LAS TEORÍAS ECONÓMICAS ACTUALES Ricardo F. Crespo Nº 16 LA EMPRESA ENTRE EL ESTADO Y EL MERCADO Reyes Calderón Cuadrado 2. CUADERNOS
Nº 1 ASPECTO FINANCIERO Y ASPECTO HUMANO DE LA EMPRESA Vittorio Mathieu Nº 2 LA INTERPRETACIÓN SOCIALISTA DEL TRABAJO Y EL FUTURO DE LA EMPRESA Leonardo Polo Nº 3 LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL EMPRESARIO Enrique de Sendagorta
Nº 4 EL SENTIDO DE LOS CONFLICTOS ÉTICOS ORIGINADOS POR EL ENTORNO EN EL QUE OPERA LA EMPRESA Juan Antonio Pérez López Nº 5 EMPRESA Y CULTURA Fernando Fernández Nº 6 HUMANISMO Y EMPRESA Cruz Martínez Esteruelas Nº 7 MORALIDAD Y EFICIENCIA: LÍNEAS FUNDAMENTALES DE LA ÉTICA ECONÓMICA Peter Koslowski Nº 8 LA ESTRATEGIA SOCIAL DE LA EMPRESA Manuel Herrán Romero-Girón Nº 9 EL TRABAJO DIRECTIVO Y EL TRABAJO OPERATIVO EN LA EMPRESA Carlos Llano Nº 10 EL ALTRUÍSMO EN LA EMPRESA George Gilder Nº 11 RICOS Y POBRES. IGUALDAD Y DESIGUALDAD Leonardo Polo Nº 12 EL UTILITARISMO EN LA ÉTICA EMPRESARIAL Joan Fontrodona Nº 13 LA EMPRESA EN LA HISTORIA Agustín González Enciso Nº 14 LA EMPRESA ENTRE LA ECONOMÍA Y EL DERECHO José Antonio Doral Nº 15 LA EMPRESA ANTE LA NUEVA COMPLEJIDAD Alejandro Llano Nº 16 EMPRESA Y LIBERTAD Jesús Arellano
Nº 17 ¿QUÉ ES EL HUMANISMO EMPRESARIAL? Rafael Alvira Nº 18 EL RENDIMIENTO SOCIAL DE LA EMPRESA Jose M. Basagoiti Nº 19 ELEMENTOS CONFIGURADORES DE LA ACTUAL VALORACIÓN DEL TRABAJO Tomás Melendo Nº 20 DIRECCIÓN Y SISTEMAS DE MANDO Manuel López Merino Nº 21 LA ÍNDOLE PERSONAL DEL TRABAJO HUMANO Tomás Melendo Nº 22 LA REVOLUCIÓN SOCIAL DEL MANAGEMENT Tomás Calleja Nº 23 INDICADORES DE LA MADUREZ DE LA PERSONALIDAD Enrique Rojas Nº 24 EMPRESA Y SISTEMAS DE COOPERACIÓN SOCIAL Ignacio Miralbell Nº 25 HUMANISMO PARA LA DIRECCIÓN Miguel Bastons Nº 26 ACTUALIDAD DEL HUMANISMO EMPRESARIAL Alejandro Llano Nº 27 NOTAS SOBRE LA CULTURA EMPRESARIAL Rafael Gómez Pérez Nº 28 LA IMPORTANCIA DE LA DINÁMICA POLÍTICA PARA EL DIRECTIVO Manuel Alcaide Castro Nº 29 EL PODER...¿PARA QUÉ? Juan Antonio Pérez López Nº 30 LA EMPRESA Y EL AMBIENTE SOCIO -POLÍTICO EN EL UMBRAL DEL NUEVO SIGLO Daniel Bell
Nº 31 LA GESTIÓN DEL CAMBIO EN LA EMPRESA Juan A. Díaz Alvarez Nº 32 HACIA UN MUNDO MÁS HUMANO Leonardo Polo Nº 33 ESTUDIO HISTÓRICO SISTEMÁTICO DEL HUMANISMO Higinio Marín Nº 34 HUMANISMO ESTAMENTAL Higinio Marín Nº 35 CONSIDERACIONES SOBRE EL ACTIVO HUMANO DE LA EMPRESA Tomás Calleja Nº 36 SER EL MEJOR. HACER QUE OTROS TAMBIÉN LO SEAN (SÓLO PARA EMPRESARIOS) José María Ortiz Nº 37 LA ETICA DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO Antonio Argandoña Nº 38 HACIA UNA ECONOMÍA POLÍTICA HUMANISTA Ludwig Erhard Nº 39 LAS REFERENCIAS SOCIALES DE LA EMPRESA Tomás Calleja Nº 40 MÁXIMO BENEFICIO Y MÁXIMA RACIONALIDAD José María Ortiz Nº 41 LA INSERCIÓN DE LA PERSONA EN LA EMPRESA Armando Segura Nº 42 HUMANISMO PERICIAL Higinio Marín Nº 43 DIMENSIÓN HUMANISTA DE LA ENERGÍA Tomás Calleja Nº 44 LA EMPRESA ENTRE LO PRIVADO Y LO PÚBLICO Miguel Alfonso Martínez-Echevarría
Nº 45 COMPETITIVIDAD Y COOPERACIÓN COMO VALORES INSTITUCIONALES DE LA EMPRESA Santiago García Echevarría Nº 46 FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA I- METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA Alejo J. Sison Nº 47 LA LÓGICA DEL DIRECTIVO: EL CONTROL NECESARIO Y LA CONFIANZA IMPOSIBLE Pablo García Ruiz Nº 48 LA 'REVOLUCIÓN' INSTITUCIONAL DE LA EMPRESA. EL RETO AL DIRECTIVO Y A LOS RECURSOS HUMANOS Santiago García Echevarría Nº 49 FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA II- EL ÁMBITO AUSTROGERMÁNICO Alejo J. Sison Nº 50 VALORES ÉTICOS DE LA EMPRESA Juan Cruz Nº 51 LA EMPRESA VIRTUOSA José María Ortiz Nº 52 LAS DECISIONES EN LA EMPRESA: CÁLCULO Y CREATIVIDAD Miguel Bastons Nº 53 FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA III. LOS FUNDAMENTOS ANTROPOLÓGICOS DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Alejo J. Sison Nº 54 LA FAMILIA: UN IMPERATIVO PARA LA EMPRESA Ramón Ibarra Nº 55 VARIACIONES SOBRE UNA CRISIS Tomás Calleja Nº 56 POBREZA, PRODUCTIVIDAD Y PRECIOS Paolo Savona
Nº 57 LO COMÚN Y LO ESPECÍFICO DE LA CRISIS MORAL ACTUAL Rafael Alvira Nº 58 LA ÉTICA EMPRESARIAL: UNA APROXIMACIÓN AL FENÓMENO Manuel Guillén Nº 59 LA DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA ECONOMÍA Miguel Alfonso Martínez-Echevarría Nº 60 SOBRE LA COOPERACIÓN COMPETITIVA Ana Fernández y Carmelo Lacaci Nº 61 ORGANIZACIONES INTELIGENTES EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Alejandro Llano Nº 62 LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO DE LUDWIG EDHARD Y EL FUTURO DEL ESTADO DE BIENESTAR Ana Fernández y Carmelo Lacaci Nº 63 LA PERSONA HUMANA EN LA EMPRESA DE FIN DE SIGLO Carlos Llano Nº 64 ESTADO, SOCIEDAD CIVIL Y EMPRESA Tomás Calleja Nº 65 SOBRE LA CONFIANZA Richard Brisebois Nº 66 EL PROTAGONISMO SOCIAL DE LA EMPRESA Tomás Calleja Nº 67 DIMENSIONES ESTÉTICAS DE LA EMPRESA Rafael Alvira Nº 68 LA EMPRESA COMO REALIDAD ESTÉTICA Ana Fernández Nº 69 DE LA ESTÉTICA A LA ÉTICA DE LA COMUNICACIÓN INTERNA Iñaki Vélaz
Nº 70 LA RESPUESTA EMPRESARIAL A UNA NUEVA DINÁMICA DEL EMPLEO: ¿EFICIENCIA ECONÓMICA VERSUS EFICIENCIA SOCIAL EN CLAVE ÉTICA? Santiago García Echevarría Nº 71 LA PROFESIÓN: ENCLAVE ÉTICO DE LA MODERNA SOCIEDAD DIFERENCIADA Fernando Múgica Nº 72 EL EMPRESARIO SERVIDOR-LÍDER Enrique de Sendagorta Nº 73 PETER DRUCKER (I): HACIA UNA BIOGRAFÍA INTELECTUAL Guido Stein Nº 74 PETER DRUCKER (II): SOBRE EMPRESA Y SOCIEDAD Guido Stein Nº 75 LA NARRATIVA ANGLO-AMERICANA DE LA PROPIEDAD Alejo Sison Nº 76 LA EMPRESA COMO SUJETO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES Javier Herrero Nº 77 CLIMA Y CULTURA EMPRESARIAL Iñaki Vélaz Nº 78 VALORES BURGUESES Y VALORES ARISTOCRÁTICOS EN EL CAPITALISMO MODERNO: UNA REFLEXIÓN HISTÓRICA Agustín González Enciso Nº 79 HACIA UNA NUEVA TEORÍA DE LA EMPRESA Miguel Alfonso Martínez-Echevarría Nº 80 LOS PLIEGUES OCULTOS DE LAS RELACIONES EN LA EMPRESA Tomás Calleja
Nº 81 LA EMPRESA ENTRE EL PSICOLOGISMO Y EL CONDUCTISMO Miguel Alfonso Martínez-Echevarría Nº 82 LA TERCERA VÍA EN WILHELM RÖPKE Jerónimo Molina Cano Nº 83 TEORÍAS DE LA EMPRESA Y CRISIS DE LA MODERNIDAD Miguel Alfonso Martínez-Echevarría Nº 84 ADAM SMITH: INTERÉS PARTICULAR Y BIEN COMÚN Raquel Lázaro Cantero Nº 85 VIOLENCIA Y MODELOS SOCIALES. UNA VISIÓN HUMANISTA Tomás Calleja SERIE EN INGLÉS
Nº9 MANAGERIAL WORK AND OPERATIVE WORK WITHIN ENTERPRISE Carlos Llano Nº10 THE ALTRUISM OF ENTERPRISE George Gilder Nº15 BUSINESS AND THE NEW COMPLEXITY Alejandro Llano Nº17 ENTERPRISE AND HUMANISM Rafael Alvira Nº22 THE SOCIAL REVOLUTION OF MANAGEMENT Tomás Calleja Nº30 THE SOCIO-POLITICAL ENVIRONMENT THAT ENTERPRISE MAY FACE Daniel Bell
3. NUEVAS TENDENCIAS
Nuevas Tendencias es una Newsletter cuatrimestral que recoge las nuevas tendencias que tienen lugar en el ámbito empresarial y académico. Hasta la fecha se han publicado 45 números.