Las Funciones Sociales de la Religión
A medida medida que se adapta adapta cada vez más al orden orden social existente existente la religión cumple cumple importantes funciones sociales. Con las respuestas que da a las incertidumbres inherentes a la vida humana y a las cuestiones y los problemas que formula la propia sociedad; la religión estimula a menudo, aunque no siempre, una aceptación de las normas prevalecientes y las relaci relacion ones es social sociales es estable establecid cidas. as. l consen consenso so en torno torno a la doctrin doctrina a !eligi !eligiosa osa y la uniformidad de la práctica religiosa contribuyen a la solidaridad solidaridad de la sociedad. "or otra parte, las diferencias religiosas pueden provocar hostilidad e incluso conflictos abiertos .
l ritual, que es parte de la religión, no sólo reafirma las creencias que comparten los hombres, sino tambi#n orienta a los creyentes hacia una comunidad moral, estimulando una conformidad con sus normas. Al participar en la $isa, el católico romano expresa sus actitu actitude dess hacia hacia la %ivin %ivinida idad d y confir confirma ma su perten pertenenc encia ia a la &glesi &glesia a y a la comuni comunida dad d de creyentes. n ciertos aspectos, por por lo menos menos se siente más estrechamente ligado a aquellos que comparten con #l #l sus creencias y su experiencia. experiencia. 'a repetición ocasional ocasional de la frase (el próximo a)o en *erusal#n(, dentro del ritual +udo, refuerza en todas partes la unidad de los +udos al expresar el deseo de que todos todos ellos llegarán a estar unidos nuevamente. nuevamente. l uso de un lengua+e sacramental el latn entre los católicos romanos o el hebreo entre los +udos, por e+emplo - separa al grupo religioso de los demás y proporciona un vnculo comn entre sus miembros. ,
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'a religión tambi#n puede contribuir a la permanencia de las instrucciones existentes y las rela relaci cion ones es soci social ales es,, grac gracia iass a la acti actitu tud d fren frente te a la vida vida que que ella ella supo supone ne y a las las interpretaciones interpretaciones #ticas de la sociedad que ofrece l confucianismo, por e+emplo, ha cumplido su función estimulando explcitamente el apego fiel a los deberes tradicionales y el respeto a la autoridad tradicional. l budismo, por otro lado, mantiene el orden existente al definir el mundo como un mal y subrayar la necesidad de escapar a sus exigencias para incorporarse a una vida contemplativa. contemplativa. /in embargo, seme+ante seme+ante evasión sólo sólo es posible a los los mon+es, y las exigencias son menos rigurosas para los laicos, los cuales poseen un status religioso más ba+o y son estimulados a aceptar como una fatalidad el estado de cosas. l hinduismo considera al mundo como incambiable. sta religión sanciona el sistema de castas al vincular nuestro destino en el mundo con pasadas encarnaciones, sobre las cuales, por supuesto, segn segn los princi principio pioss religi religioso osos, s, no tenemo tenemoss contro control.l. 'a finali finalidad dad del del hindu hinduism ismo o es el desprendimiento de las cuestiones mundanas y la final escapatoria de las limitaciones de la carne. .
l cristianismo, en su larga historia, ha tomado diversas actitudes frente al mundo, la carne y las instituciones sociales, tratando de resolver la tensión entre su preocupación trascendente por por la salv salvac ació ión n y los los prob proble lema mass más más mund mundan anos os conc concer erni nien ente tess a la orga organi niza zaci ción ón y mantenimiento de una iglesia, aplicando la #tica cristiana a la vida social. "or tanto, solo podemos sugerir brevemente algunos de las formas en que el cristianismo ha contribuido, por un lado, a mantener la estabilidad de la sociedad, y, por otro, a provocar cambios sociales importantes. l catolicismo ayudo a mantener el orden medieval al exaltar el 0drama de la salvación1 y el ideal monástico, aun cuando toleró lo mundano tanto en la iglesia como en la vida secular; la
vida en este mundo fue considerado menos importante que la vida en el más allá, y los rigores y problemas deban soportarse en espera de la bendición eterna. l orden +erárquico de la sociedad fue concebido en cierta medida como un producto de la voluntad divina. 'a desigualdad y las diferencias entre las distintas clases 2 o 0estados1 2 en que estaba dividida la sociedad medieval se +ustifican con la idea de que %ios ha asignado a cada individuo o grupo funciones especficas3 arar la tierra, gobernar, defensa militar, dirección religiosa, comercio, artesana,. sta doctrina está claramente expresada por 4homas /tar5ey, que en un tiempo fue capellán del rey nrique 6&&&3 As como en cada hombre hay un cuerpo y tambi#n un alma de cuyo estado floreciente y próspero depende la felicidad y la bienaventuranza del hombre, as tambi#n hay en cada ciudad comunal y en cada pas un cuerpo poltico y otra cosa que se parece igualmente al alma del hombre 7 este cuerpo no es sino la multitud del pueblo 7 la cosa que se parece al alma es el orden civil y el derecho poltico, administrados por funcionarios y gobernantes 7 el hombre o los hombres que tiene autoridad sobre todo el estado se parecen perfectamente al corazón 7 a la cabeza con sus o+os, y otros sentidos, pueden asimilarse perfectamente los influencia y proteger - o funcionarios menores constituidos por los prncipes, ya que deben siempre observar y vigilar diligentemente en beneficio de la felicidad del resto de ese cuerpo. A los brazos se parecen los artesanos y soldados que defienden el resto del cuerpo frente a los ataques de los enemigos externos y traba+an y hacen cosas que son necesarias para dicho cuerpo; a los pies corresponden los que aran y cultivan la tierra, ya que con su traba+o sostienen y apoyan el resto del cuerpo .
Cada órgano deba recibir lo que le corresponda, ni más ni menos; cada clase deba cumplir con sus funciones y disfrutar de sus derechos, cumpliendo as con los mandatos de %ios. 8sta teora orgánica, que recibió su formulación clásica en el pensamiento de 4omas de Aquino, en el siglo 9&&, no impide o previene el que haya frecuentes choques entre la &glesia y el poder secular, en la medida en que cada uno de ellos trata de extender su aumentar - sus derechos y prerrogativas.: Cuando la teora orgánica de la sociedad empezó a desmoronarse como resultado de los cambios revolucionarios del siglo 96& - la importancia creciente de la burguesa urbana, la !eforma "rotestante, la oposición popular a los gobernantes tradicionales , apareció una nueva defensa religiosa de la autoridad poltica real en la doctrina del (derecho divino de los reyes(. 'os reyes, escriba *acobo & de &nglaterra (son imágenes vivas de %ios sobre la t ierra1 y esta concepción fue secundada por los defensores eclesiásticos y laicos de la monarqua. Aunque derivada de la idea cristiana tradicional de que la autoridad tena una fuente y una sanción religiosas, esta teora +ustificaba una mayor centralización del poder secular, menos restringido por la costumbre y los precedentes de lo que haban aceptado anteriormente los escritores polticos o teológicos. A la vez, el nacionalismo naciente, al que se asociaba con frecuencia la teora de los derechos divinos, ayudó a a aparición de las iglesias nacionales, tanto protestantes como católicas. -
%espu#s de la !eforma, la división del cristianismo en iglesias v sec tas rivales, y las variantes nacionales en lo que toca a las relaciones institucionalizadas entre la &glesia y el stado, hacen difcil cualquier generalización sobre las funciones de las creencias y prácticas religiosas especficamente cristianas, as como sobre las contribuciones históricas de vanos
grupos religiosos. 4anto el protestantismo como el catolicismo han desempe)ado a menudo un papel conservador en uropa v Am#rica, sosteniendo de diversas maneras el orden social existente. "ero, ba+o ciertas circunstancias, han contribuido tambi#n -o al menos han estado estrechamente vinculados -a cambios sociales radicales y se han visto envueltos en intereses y demoledores conflictos sociales. Protestantismo y Cambio Social
l protestantismo apareció en el escenario histórico aproximadamente al mismo tiempo que el capitalismo moderno, y la naturaleza de sus relaciones -? a)os. n el ensayo que abrió la brecha para este persistente debate, $ax @eber afirmaba que el protestantismo proporcionó una fuente esencial para +ustificar la dedicación de los hombres a sus ocupaciones y la bsqueda incesante de ganancias que caracterizó el (espritu del capitalismo1 n el capitalismo moderno, escribió, (el hombre está dominado por la necesidad de hacer dinero(. 'a nica cualidad del espritu capitalista, que @eber trataba de explicar, descansa no solamente en el acento que pone sobre el provecho, sino en el valor #tico que atribuye a la ganancia económica y en la inclinación estrictamente racional con la que esperaba se entregase el hombre a las actividades económicas. /egn @eber, la fuente de este (espritu( capitalista, que proporcionó un mpetu emocional y una racionalización ideológica a las cambiantes instituciones de una economa de mercado libre, se encontraba no tanto en 'utero como en las ense)anzas de Calvino y en las doctrinas de las posteriores sectas protestantes de carácter asc#tico. i 'utero ni Calvino sugirieron cambios fundamentales en las actitudes religiosas hacia las prácticas económicas concretas, como el cobro de intereses, llamado (usura( por la &glesia medieval; estos cambios llegaron más tarde. "ero en la evaluación de las actividades económicas y, en el caso del calvinismo, la actitud hacia el mundo y los problemas psquicos que generaban sus doctrinas, el protestantismo estimuló el espritu capitalista y, en su momento, la conducta del empresario. Brente al ideal monástico que predominaba en el catolicismo medieval 8aun cuando la &glesia reconoca, que la mayora de los hombres fracasaran inevitablemente en la realización de dicho ideal:, tanto 'utero como Calvino destacaron la importancia que tiene el responder al llamado de cada uno, es decir, la ocupación a que ha sido destinado por %ios. 'a definición que haca 'utero del llamado segua siendo (tradicionalista(, esto es, estimulaba al individuo a permanecer en su sitio y a aceptar y seguir las concepciones prevalecientes sobre la práctica correspondiente. Calvino, por otro lado, consideraba al llamado como (la tarea se)alada por %ios(; dicho llamado exiga esfuerzos positivos para dominar al mundo, en vez de adherirse simplemente a la práctica tradicional. Al buen cristiano no se le exiga, de acuerdo con los lineamientos asc#ticos, una evasión de la vida social, sino su reorganización. /in embargo, la dedicación a dicha tarea resultaba no solamente de la aprobación explcita del esfuerzo paciente, industrioso y racional, sino tambi#n de las tensiones internas que provocaba la doctrina calvinista de la predestinación. %e acuerdo con esta doctrina, el destino eterno de cada hombre estaba predeterminado por %ios. i la fe, ni los traba+os, ni el retraimiento monástico, ni la conducta de santidad, podan afectar esa decisión divina. Además, ninguna
($adre &glesia( poda intervenir o ayudar al individuo en su bsqueda de salvación y gracia divina. 'a incertidumbre y la ansiedad creadas por esta rigurosa doctrina, (la insólita soledad interna del individuo(, obligaban al creyente a buscar cierta seguridad, alguna evidencia de que perteneca a los salvados y no a los condenados. sa seguridad poda encontrarla actuando como si fuese salvado, adhiri#ndose firmemente a los requerimientos de la vida religiosa3 siguiendo, sobre todo, aquellas reglas de conducta que haban llegado a ser la base de la (#tica protestante( -industria, sobriedad, frugalidad, restricción y rechazo de los placeres camales. 'a evidencia de que uno perteneca a los elegidos poda encontrarse eventualmente en el #xito que se tuviera para cumplir con #l (llamado(, un #xito, de hecho, al que contribua a menudo la adhesión a la (#tica protestante(. n realidad, el punto de partida emprico de @eber era la observación de que las naciones protestantes y los grupos protestantes dentro de naciones que tenan diversa composición religiosa permitan una va para el desarrollo capitalista. A pesar de la impresionante capacidad y el elevado nivel con que @eber formuló su tesis incluyendo una serie de estudios comparativos de altos vuelos, en los que trató de mostrar que el capitalismo moderno se haba desarrollado nicamente en ccidente debido a las diferencias entre su evolución religiosa y las religiones de otras partes del mundo- sus teoras han sido severamente criticadas. /in embargo, a pesar de estas crticas, algunas de las cuales se fundan desgraciadamente en una incomprensión de sus (finalidades y sus argumentos, la existencia de una relación importante entre el protestantismo y el desarrollo del capitalismo parece fuera de toda discusión. Aun si, como aducen algunos crticos la (#tica protestante( sucede al desarrollo de las instituciones capitalistas como una +ustificación post hoc de ellas en vez de precederlas y en cierta medida (causarlas(, subsiste el hecho de que las ideas religiosas contribuyeron a las actividades económicas que remodelaron el mundo occidental. "ero una vez que fueron configurados los esquemas fundamentales del capitalismo occidental, el protestantismo desempe)ó un papel diferente n vez de servir como un estmulo o una +ustificación para desde)ar las normas sociales tradicionales, el protestantismo cumuló el espritu de conformidad hacia las instituciones establece das de la sociedad capitalista. 'a dinámica emocional contenida en la doctrina de la predestinación desapareció eventualmente y la teologa rigurosa racional del calvinismo perdió su fuerza, aunque os valores de la 0#tica protestante( persistieron como elementos centrales en la cultura del capitalismo. 'a preocupación por el (carácter(, la exaltación de la frugalidad, de la sobriedad y la abstinencia frente a los placeresD mundanos e acento en la actividad, en el traba+o y en el dominio de a mismo y del mundo valores que fueron esenciales, para las empresas burguesas en el capitalismo comercial de los siglos 96&& y 96&&, tambi#n proporcionaron su apoyo moral a la disciplina requerida por el capitalismo industrial del siglo 9&9. Además, la #tica protestante estimuló el ahorro que haba hecho posible la acumulación del capital necesario para el desarrollo y la expansión industriales. Aun cuando abstinencia de los placeres mundanos y la fraudad exigidas por la religión conducen a la riqueza, y a las tentaciones que ella acarrea, el protestantismo continuó destacando el valor moral del #xito económico. l dilema a que fue conducido el protestantismo asc#tico y la solución que #ste aceptaba pueden advertirse en el siguiente
comentario de *ohn @esley3 "or más que los ricos hayan aumentado, temo que, dondequiera que los ricos han aumentado, la esencia de la religión ha disminuido en la misma "roporción. "or tanto, no veo cómo sea posible, de acuerdo con naturaleza de las cosas, que se mantenga por largo tempo cualquier restablecimiento de la verdadera religión. "ues la religión debe producir necesariamente tanto la industria como la frugalidad, y #stos no "ueden si no producir ricos. "ero a medida que aumentan los ricos, aumentarán tambi#n el orgullo, la irritación y el amor por todas las cosas del mundo.
suavizar el efecto ruidoso del industrialismo. Aunque muchos ministros protestantes se abstuvieran de comentar los problemas sociales de su #poca, hubo otros que rechazaron la dicotoma entre &glesia y sociedad, y trataron persistentemente de aplicar la #tica cristiana a los males que vean a su alrededor, no sólo consolando a las vctimas de una competencia a menudo irrestricta, sino tambi#n exigiendo cambios para un me+oramiento institucional. /i no proclamaban la reconstitución radical de la sociedad, a la manera de los socialistas o comunistas 8como hicieron algunos:, tampoco se limitaban a cuestiones puramente (eclesiásticas( a las cuales hubieran querido confinarlos muchos supuestos devotos y notables ciudadanos. 'a grieta que creó dentro del protestantismo la discusión sobre la intervención religiosa en cuestiones polticas y económicas condu+o a un conflicto interno que está todava presente en la constante oposición, por e+emplo, entre el (liberal( Conse+o acional de &glesias en los stados Fnidos y un extremadamente conservador Conse+o Americano de &glesias, el cual insiste, +unto con otros peque)os grupos fundamentalistas, que la &glesia no tiene por qu# mezclarse en cuestiones sobre las cuales no (sabe( prácticamente nada. El Catolicismo Romano: Conservatismo, Adaptación y Cambio
/i el protestantismo estuvo ligado a ciertos cambios económicos y polticos que ocurrieron en la uropa ccidental a partir del siglo 96&, el catolicismo romano, en cambio, permaneció en su con+unto vinculado a instituciones y estructuras sociales más tradicionales. l capitalismo progresó lentamente o fue nulo entre los católicos y en los territorios de católicos. 'a exaltación católica de la salvación eterna -que debe lograrse adhiri#ndose a los sacramentos de la &glesia- alimenta la imagen de (otro mundo( que ha sido a menudo totalmente opuesta a los requerimientos de la empresa capitalista. n contraste con el individualismo de algunas ramas del protestantismo, que es más coherente con el ideal de la democracia y ha contribuido a su desarrollo, el autoritarismo de la &glesia Católica y su insistencia para que sea aceptada la autoridad -sagrada o secular- han sido a menudo contrarios a los movimientos polticos populares, apoyando a las formas tradicionales de la autoridad y el poder. %ebido a que la doctrina católica romana define a la &glesia como el medio a trav#s del cual puede ganarse la salvación 8aunque hay desacuerdos entre los teólogos católicos en lo que se refiere a determinar si la salvación puede ser lograda sólo a trav#s de la &glesia:, el mantenimiento de su salud como organización viva ha sido uno de sus principales preocupaciones religiosas. /i la &glesia llegara a ser afectada o debilitada por alguna razón, las almas de sus miembros seran tambi#n puestas en peligro. l stado, pues, segn diversos pronunciamientos papales del pasado, (ha sido establecido no sólo para e+ercer el gobierno del mundo, sino, sobre todo, para la protección de la &glesia... que no hay nada más conveniente y más glorioso para los soberanos de los stados y los reinados, que de+ar a la &glesia católica que e+erza sus leyes, y no permitir a nadie que coarte su libertad1. %onde el catolicismo( ha llegado a ocupar una posición predominante en la sociedad, como religión establecida o como fe prevaleciente, posee a menudo un inter#s creado dentro del statu quo gracias a la autoridad moral que e+erce, las propiedades que le pertenecen y la influencia que es capaz de e+ercer sobre el "oder secular. n tales circunstancias, la &glesia ha servido frecuentemente como uno de los principales defensores del orden existente, aun cuando el stado imponga una severa autoridad, o sancione y apoye la explotación económica de las
clases inferiores. Cuando se desarrolló la oposición a las instituciones económicas y polticas establecidas con las que se identificaba la &glesia el ataque tambi#n se dirigió hacia ella. 'a !evolución Brancesa no solo destruyo #l antiguo r#gimen sino tambi#n quitó a la &glesia su carácter oficial, expropió muchas de sus propiedades e inició un vigoroso anticlericalismo que ha persistido como fuerza activa dentro de la sociedad francesa. 'as revoluciones contra el r#gimen espa)ol que surgieron en Am#rica latina durante el siglo 9&9 frecuentemente inclinan a la &glesia entre sus enemigos. l anticlericalismo ha surgido por lo general no cuando la &glesia es d#bil o tolerante, o cuando los católicos representan una minora, sino, más bien, cuando ella es fuerte y está afiliada a aquellos que son ricos y poderosos. /in embargo, la oposición contra la iglesia no ha refle+ado siempre sentimientos antirreligiosos sino más bien representa una hostilidad hacia el alto clero y el poder de aquellos que tienen el apoyo de la &glesia. l propio clero se ha dividido a menudo de modo que muchos curas de parroquia se colocan a lado de los movimientos seculares, mientras que la alta +erarqua eclesiástica defiende los grupos gobernantes, como ocumo en Am#rica 'atina en diversas #pocas y en spa)a por los a)os de GHI? .
Al tratar de mantener su control sobre sus miembros al llevar a cabo las fundones religiosas que se atribuye a s misma, y al protegerse contra fueras sociales y polticas hostiles, la &glesia no solo se ha opuesto al comunismo y al socialismo, sino a veces tambi#n al racionalismo, al liberalismo y otras (modernas( here+as. n GJKL, el "apa no "io &9 aprobó un silabo de errores que explcitamente condenaba la concepción de que (l !omano "ontfice debe reconciliarse consigo mismo y llegar a entenderse con el progreso, el liberalismo y la civilización moderna1. /in embargo, desde el reinado de 'eón 9&&& 8GJMJGH?I:, la &glesia ha abandonado alguno de los criterios de "io &9 y de sus predecesores, intentando acomodar, de diversas maneras, la poltica y la práctica católica a las realidades del mundo contemporáneo -dentro del marco y los lmites impuestos por lo que se define como la ense)anza católica básica e incambiable /in abandonar ninguno de los tradicionales reclamos católicos tal como el derecho de la &glesia a educar a la +uventud católica y a regir el matrimonio, aun cuando el stado los desconozca o el lmite, iglesia ha llegado a entenderse con cualquier r#gimen poltico que le ofrezca permitirle cumplir sus actividades. n tales cosas la iglesia apoya entonces a dichos regmenes, estimulando a sus miembros para que participen como ciudadanos leales en la vida de su pas. ,
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n los pases en que los católicos romanos constituyen una minora como ocurre en los stados Fnidos, o donde la &glesia ha perdido gran parte de su poder y su autoridad, como en Branca y en algunos lugares de Am#rica 'atina, los fieles están menos unificados en sus actitudes y actos, y la &glesia es menos conservadora y resistente a los cambios en materia religiosa y seculares, de lo que son los católicos y la &glesia en otros pases en los que constituyen un mayora predominante. Como miembros de una sociedad fundamentalmente protestante, muchos católicos norteamericanos han aceptado, por e+emplo, opiniones y valores que difieren de las tradicionales perspectivas católicas, aun cuando hayan mantenido sus lazos religiosos. %ichos católicos se han vuelto más mundanos, ambiciosos y (codiciosos(, más (puritanos( en sus actitudes hacia la vida social que los católicos de cualquier otra parte. 8Fn intelectual católico observaba recientemente3 ( En su Art of Fiction, ,
Nenry *ames, refiri#ndose a la situación en la &nglaterra victoriana, notaba como caracterstica OprotestanteO la sospecha frente a todo esfuerzo artstico que no estuviese claramente destinado a divertir o a crear. s curioso que esta actitud OprotestanteO sea muy a menudo en los stados Fnidos la actitud católicaP.: 'a propia &glesia se ha adaptado de varias maneras a la cultura norteamericana. /e ha vuelto más (activista( que la iglesia de cualquier otro pas, casi hasta el grado, como alguna vez se ha sugerido, de sucumbir en ocasiones a la here+a de que (el mundo puede salvarse mediante... la actividad externa(. A pesar de la oposición de los teólogos católicos europeos -y de algunos norteamericanos-, ciertas fracciones importantes de la +erarqua católica se han manifestado en favor de la separación de la &glesia y el stado, aunque su definición sobre la naturaleza de esta separación sea distinta en varios aspectos de los criterios que sustentan muchos no católicos. l derecho canónico y los pronunciamientos papales proporcionan un cuerpo elaborado de reglas y preceptos que gobiernan la vida social y definen la actitud católica oficial frente a varias instituciones y creencias. /in embargo, las inferencias que pueden sacarse de este código o de los dogmas presuntamente incambiables y básicos en los que se sustenta el catolicismo varan ampliamente, y en muchos respectos hay sustanciales diferencias dentro de las iglesias. o sólo difieren los teólogos católicos en torno a las relaciones adecuadas que deben existir entre la &glesia y el stado, sino tambi#n discrepan, por e+emplo, en lo que toca a la naturaleza y la +ustificación de la tolerancia religiosa. Fn teólogo protestante mostró recientemente que una gran mayora de los teólogos católicos no aceptan ya el criterio de que la tolerancia es sólo un expediente que debe ser aceptado en los lugares en que la &glesia católica no predomina; en vez de ello, +ustifican la tolerancia religiosa como un valor positivo que es inherente a las ense)anzas católicas tradicionales y tiene una aplicación universal. 'a ausencia de unanimidad doctrinal dentro de la &glesia constituye en muchos aspectos una de las razones que explican la fuerza de la &glesia, ya que hace posible una frecuente adaptación a las exigencias de las circunstancias históricas y sociales, manteniendo sin embargo un contexto permanente de la ortodoxia católica. /ólo en ciertos aspectos mantiene la &glesia una posición rgida o invariable, como, por e+emplo, en lo que se refiere al control de la natalidad, la eutanasia, el matrimonio, el divorcio y el derecho de la &glesia católica a ocuparse de los ni)os de dicha religión. 'os católicos de los stados Fnidos se han hallado con frecuencia en lados opuestos al discutirse muchas cuestiones polticas y económicas. A fines del siglo 9&9, cuando muchos católicos eran todava inmigrantes recientes que buscaban aceptación dentro de la sociedad norteamericana superando el pre+uicio anticatólico, tendan a aceptar en muchos respectos la opinión prevaleciente. 'a propia &glesia, como sus miembros, estaba fundamentalmente preocupada por los problemas que implicaba el establecerse en el marco de un medio extra)o, protestante. A medida que los problemas internos de la &glesia eran resueltos, muchos eclesiásticos dirigan su atención, de un modo más explcito, hacia la sociedad que los rodeaba. n los primeros a)os del siglo 99, un activo movimiento de reforma social, conducido por sacerdotes influyentes, llegó a ser tan fuerte en lo que se refiere a ciertas cuestiones económicas y sociales, que el "residente de la Asociación acional de $anufactureros se vio obligado a que+arse ante el Cardenal Qibbons, el principal dirigente del clero católico en orteam#rica, afirmando que haba aparecido (un esfuerzo disfrazado para hacer proselitismo en favor de los sindicatos obreros, una propaganda socialista ba+o la
insignia oficial de la &glesia Católica !omana de orteam#rica(. 'os católicos, incluyendo algunos sacerdotes, han continuado desempe)ando un activo papel en el apoyo de diversas medidas de bienestar social. Nan +ugado tambi#n un papel fundamental dentro del ala liberal del "artido %emócrata, y la mayora de ellos han apoyado firmemente en el Congreso lo que se considera como legislación liberal. "ero a medida que aumenta el nmero de católicos dentro de la clase media, sus actitudes y las de muchos curas han llegado a refle+ar su nueva posición social. %iversos observadores extran+eros, y un ocasional crtico católico norteamericano han hecho comentarios sobre el creciente carácter de clase media que adquiere el catolicismo en los stados Fnidos. Con excepción de su incansable oposición al comunismo, con base en la cual el catolicismo se presenta como defensor de las instituciones tradicionales norteamericanas, la &glesia se ha cuidado por lo general, en los a)os recientes, de hablar directamente sobre cuestiones pblicas, salvo en aquellos casos que afectan a la &glesia o que están estrechamente relacionados con la doctrina católica3 educación, control de la natalidad, leyes sobre el divorcio o reglamentos sobre +uegos de lotera, una fuente de los fondos que recaban las iglesias locales. /in embargo, muchos católicos, eclesiásticos o simples creyentes, han incluido en sus ataques al comunismo a propósitos meramente liberales v a miembros de la (izquierda no comunista(, condenando ideas crticas o radicales que nada tienen que ver con el comunismo. l $acartismo tuvo un gran apoyo de los católicos, sacerdotes o seglares, los cuales frecuentemente identificaban a las personas y a las ideas que no les eran gratas -el arte moderno, por e+emplo- como comunistas, aun cuando no tuviesen ninguna relación con el comunismo.
La Organiación Religiosa
Como puede observarse por el análisis precedente del catolicismo romano, las funciones de cualquier religión dentro de la vida social están sustancialmente afectadas por la estructura social de la comunidad religiosa3 relaciones entre el individuo y el grupo religioso organizado, relaciones entre sacerdotes o funcionarios religiosos y seglares, as como la propia organización del ministerio o clereca. l catolicismo, por e+emplo, e+erce su influencia sobre la sociedad no sólo gracias a las ideas religiosas que comporten sus feligreses, sino tambi#n mediante las actividades y la autoridad de los sacerdotes y la +erarqua-o obstante, la &glesia católica representa sólo uno de los varios tipos de organización religiosa. Fna distinción básica, tomada de la obra del intelectual alemán rnst 4roeltsch, es la que se hace entre la iglesia, o ecclesia, como a veces se le llama, y la secta. 'a calidad de miembro de la &glesia -en su sentido clasificatorio general- es automática; la gente nace dentro de ella. n su forma extrema, la &glesia abarca a todas las personas dentro de una comunidad o sociedad, como ocurra en la &glesia Católica en la uropa $edieval. n contraste, la pertenencia a la secta es voluntaria y, por ello, más limitada y exclusiva. Como la participación en una secta representa a menudo una elección positiva y los nuevos miembros deben reunir claramente los requisitos que se exigen para pertenecer a ella -familiaridad con las doctrinas de la secta, recomendación de algunos miembros, o una intensa experiencia religiosa 8conversión:-, el grado-de fervor religioso y vinculación es mucho mayor que en la &glesia.
'a &glesia y la secta tambi#n difieren por su grado de organización. 'a secta posee de modo caracterstico poca organización formal; sus dirigentes son con frecuencia seglares o predicadores relativamente poco calificados, que han recibido un (llamado( para difundir el evangelio. 'a &glesia, por otro lado, tiene usualmente una estructura más o menos elaborada para determinar la dirección religiosa, con curas que pueden administrar los sacramentos, ofrecer dirección y gua, y mediar entre el creyente y la %ivinidad. %ebido a su carácter inclusivo y a los requerimientos de orden, estabilidad y predicción en una organización en gran escala que desea sobrevivir y realizar con eficacia sus ob+etivos, la &glesia debe inevitablemente entenderse con el mundo que la rodea, incluso si busca o quizá porque busca dominar a la sociedad. 'a secta, en razón de las fuentes de las que surgen frecuentemente su carácter voluntario y exclusivo, y las ideas que la animan, es menos propicia a aceptar el mundo y sus instituciones, aunque puede tratar de escapar de ellos en vez de intentar cambiarlos. stos dos tipos no agotan la variedad de organizaciones religiosas, R han sido sugeridas tambi#n otras categoras. 'a denominación, por e+emplo, cae dentro de la &glesia y la secta. /e trata de un grupo relativamente estable en el que sus miembros nacen por lo general, y que posee una organización formal sumamente bien desarrollada. A diferencia de la ecclesia, no abarca todos aquellos que viven dentro de una zona determinada, ni trata de dominar a la sociedad en la que vive. l culto se parece en algunos aspectos a la secta; la participación o la pertenencia es voluntaria y hay poca organización formal. 'os participantes, tienen simplemente los mismos puntos de vista religiosos. /in embargo, a diferencia que la secta, el culto impone poco o ninguna disciplina a sus miembros, cuya relación con el grupo es con frecuencia tenue y transitoria. l culto aparece frecuentemente entre los grupos urbanos desarraigados o los individuos que tratan de hallar alguna solución a los problemas de sentido y significación dentro de un medio social comple+o y relativamente desorganizado .
'as lneas divisorias entre estos varios tipos son difciles de trazar y a menudo un mismo grupo puede oscilar entre un tipo otro. n realidad, el contraste entre la iglesia y la secta se describe más bien en t#rminos históricos, ya que muchos movimientos religiosos comienzan como secta y se desarrollan gradualmente hacia grupos religiosos más elaborados y formalmente organizados. o obstante, como mostro recientemente Sryan !. @ilson, el hecho de que las sectas se transformen eventualmente en denominaciones o mantengan su carácter original depende de circunstancias externas, de su doctrina especfica y su estructura interna. 'a transformación de sectas en denominaciones ha sido más frecuente en la sociedad norteamericana, con sus confusas lneas de clase, su ausencia de tradición y su rápida tasa de crecimiento, que en la Qran Sreta)a, donde las delimitaciones de clase han sido más ta+antes y las tradiciones más fuertes y penetrantes. 'as sectas cuya preocupación central se refiere al evangelismo parecen ser más aptas de cambio que aquellos que niegan el orden social y religioso existente 2por e+emplo, testigos de *ehová-, o que acentan la experiencia mstica. 'a tendencia a la denominación es tambi#n menos evidente entre las sectas que insisten en criterios rgidos para la pertenencia a ellos y se colocan a si mismo fuera de la sociedad mediante formas caractersticas de conducta como, por e+emplo, el vestido, entre los menonitas, hulteritas y Amish, o insistiendo en la endogamia de grupo.
A pesar den las dificultades para aplicar las categoras de iglesia, denominación, secta y culto a los casos históricos concretos, sobre todo cuando están ocurriendo cambios, dichos t#rminos destacan las variantes importantes que haya en la organización de los grupos religiosos, particularmente en los que toca a los bases que establecen la calidad de miembro, la relación con el con+unto de la sociedad y el grato de organización formal dentro de la comunidad religiosa. 'a naturaleza de dicha organización formal, especialmente en lo que se refiere localización de la autoridad
a la
R al papel del dirigente o funcionario religioso, vara mucho de un grupo a otro, pero pueden identificarse tres tipos generales de organización. n la estructura episcopal , la autoridad esta +erárquicamente ordenada, con una sola figura suprema que tiene un control definitivo sobre las actividades de curas y seglares. 'a iglesia católica romana construye el e+emplo más claro de seme+ante estructura, aunque la iglesia Anglicana de &nglaterra y algunas denominaciones protestantes de los stados Fnidos están organizadas de acuerdo con lineamientos similares. l sacerdote o ministro es designado por su superiores en la +erarqua eclesiástica y hasta cierto grado es libre frente a las restricciones impuesta por su congregación, aunque este subordinado a la poltica y los dictados de la +erarqua. %ebido a su libertad frente a las exigencias locales, es capaz de e+ercer una autoridad mayor sobre la congregación que cualquier otro lder religioso en las iglesias organizadas de modo más democrático. l tipo presbiteriano de organización eclesiástica está dominado por un grupo de ministros o predicadores que constituyen un cuerpo de control y gobierno. 'os dirigentes del presbiterio, o sea el grupo de predicadores, poseen algn poder, pero no existe ninguna autoridad suprema o final comparable a la del "apa o incluso a la del "rimado de la &glesia Anglicana de &nglaterra. 'as congregaciones locales tambi#n poseen más poder que en el tipo episcopal, ya que pueden solicitar un predicador particular o escoger entre los candidatos disponibles. l lder religioso está, pues, subordinado en cierta medida a los decanos de su propia congregación tanto como al presbiterio al que pertenecen. /in embargo, como se)ala lizabeth ottingham, la organización presbiteriana, al subrayar el papel del predicador y (reforzar las presiones de aba+o y de arriba(, produce con frecuencia lderes religiosos dinámicos y efectivos -(entre aquellos que logran sobrevivir(. n el tipo congregacional de organización, la autoridad reside en el grupo local, el cual escoge su propio ministro y desempe)a un papel activo en el gobierno eclesiástico. Aqu, el lder religioso está mucho más a merced de su propia congregación, que puede suspenderlo en cualquier momento, aunque dentro de los lmites se)alados por el contrato que haya sido firmado. Tl debe llegar a ser un (dirigente democrático( más que un funcionario autoritario capaz de imponer su voluntad a los feligreses. n la práctica, por supuesto, existe en todas, las iglesias una constante interacción entre la autoridad desde arriba y la presión desde aba+o. 'os ministros o predicadores en la estructura congregacional se organizan para perseguir propósitos de cooperación, y seme+ante cuerpo colectivo y sus dirigentes pueden e+ercer una considerable influencia entre los miembros de la
comunidad religiosa. "or e+emplo, en un estudio reciente sobre la Convención Sautista Americana, uno de los UM grupos bautistas que hay en los stados Fnidos, "al $. Narrison mostró cómo los problemas de la organización en gran escala han afectado a la estructura del poder en una denominación religiosa que rechaza cualquier autoridad eclesiástica. 'a Convención, con un millón y medio de miembros, fue formada para facilitar las actividades educacionales y misionaras de las iglesias asociadas. "ara cumplir con sus deberes, los funcionarios de la Convención requieren el poder que la doctrina bautista les niega. %e manera que para hacer posible una bsqueda eficaz de los fines religiosos de la organización, se han tenido que desarrollar aparatos informales entre aquellos que detentan posiciones oficiales, sin ninguna violación manifiesta de la doctrina. Además, la ausencia de una autoridad formal y reconocida dentro de la Convención estimula la aparición de lderes carismáticos que aportan orden a una situación confusa gracias a la f uerza de sus cualidades personales. n las iglesias en que existe un sistema de autoridad reconocida y sancionado teológicamente, la +erarqua, a pesar de su poder, no puede ignorar por completo las opiniones y los intereses de los miembros subordinados y laicos. "or e+emplo, en la &glesia Católica !omana, de acuerdo con una afirmación del "apa "o 9, en GH?K, (la multitud no tiene más derecho que el de de+arse conducir y seguir a sus pastores como un reba)o obediente(. R un Cardenal católico, en respuesta a una pregunta relativa a la posición del laico dentro de la &glesia, contestó que (el 8laico: se arrodilla ante el altar... /e sienta ba+o el pulpito... 8y: pone su mano en el bolsillo(. n la práctica, por supuesto, las relaciones dentro de la &glesia son mucho más comple+as; la afirmación de "o 9 refle+aba, segn un distinguido teólogo católico, las dificultades particulares que confrontaba la &glesia en aquella #poca. n la pasada mitad de siglo, el problema de las relaciones entre el clero y los laicos han conducido al desarrollo de una (teologa del estado laico(, que constituye un intento por definir el papel positivo que desempe)an los laicos dentro de la &glesia. /in embargo, a +uicio, de un obispo católico norteamericano, las relaciones entre la +erarqua y el estado laico siguen siendo (la más grande debilidad de la &glesia en orteam#rica(. n todo caso, la autoridad de la +erarqua es aceptada por el fiel, excepto en aquellos campos en que puede trazarse una lnea divisoria entre lo sagrado y lo secular, entre aquellas acciones que son definidas explcitamente como pecaminosas y aquellas cuya caracterización se de+a al +uicio de individuo. Como la &glesia debe e+ercer inevitablemente su discreción al aplicar doctrinas y reglas religiosas en situaciones concretas, puede tomar en cuenta -y frecuentemente lo hace- las actitudes e inclinaciones de sus miembros laicos. "or supuesto que a veces puede insistir en la estricta adhesión a sus +uicios, aun frente a los casos de resistencia, como ocurrió cuando se introdu+o la integración racial en las escuelas católicas del sur de los stados Fnidos. "ero en otras ocasiones ha de+ado abierto el camino para que se desde)en los pronunciamientos eclesiásticos. As, los miembros de la +erarqua católica discreparon en la cuestión religiosa planteada por las afirmaciones polticas de los tres obispos de "uerto !ico durante la campa)a electoral de GHK? en aquella &sla.