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Paolo Giordano La Soledad de los Números Primos a Eleonora, porque en silencio te lo prometí
«El vest estido ido ric ricamen amente te gua guarnec rneciido de la viej ieja tía tía se amold moldóó perfectamente al cuerpo eselto de S!lvie, quien me pidió que se lo atara" #$iene las mangas lisas, %qu& ridículo'#, dijo"( G)*+* E NE*-+L, S!lvie , ./01 El 2ngel de la nieve 3.4/15
+lic +licee dell dellaa *occ *occaa odia odiaa a la escu escuel elaa de esqu esquí"í" 6dia 6diaa a tene tenerr qu quee despertarse a las siete ! media de la ma7ana incluso en Navidad, ! que mientras desa!unaa su padre la mirase meciendo nerviosamente la pierna por deajo de la mesa, como dici&ndole que se diera prisa" 6diaa ponerse los leotardos de lana, que le picaan en los muslos, ! las manoplas, que le impedían mover los dedos, ! el casco, que le estrujaa la cara ! tenía un 8ierro que se le clavaa en la mandíula, ! aquellas otas, que siempre le ian peque7as ! la 8acían andar como un gorila" 9 :ueno, ;qu&< ;$e ees la lec8e o no< 9volvió a apremiarla su padre"
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+lice tragó tres dedos de lec8e 8irviendo que le quemó sucesivamente la lengua, el esófago ! el estómago" 9 :ien" = 8o! demuestra qui&n eres, ;vale< ;= qui&n so!<, pensó ella" +cto seguido salieron a la calle, la ni7a enfundada en su traje de esquí verde lleno de anderitas ! fosforescentes letreros de patrocinadores" + aquella 8ora 8aía die> grados ajo cero ! el sol era un disco algo m2s gris que la niela que todo lo envolvía" +lice sentía la lec8e revolv&rsele en el estómago ! se 8undía en la nieve con los esquíes a 8omros, porque 8as de cargarlos tú mismo 8asta que logres ser tan ueno que otro los cargue por ti" 9 ?on las puntas por delante, ! no mates a nadie 9le recordó su padre" +caada la temporada, el clu de esquí osequiaa a los alumnos con un roc8e de estrellitas en relieve, uno cada a7o, desde que tenían cuatro ! eran lo astante altos para meterse entre las piernas el telearrastre, 8asta los nueve, en que podían agarrarlo solos@ tres estrellas de plata ! despu&s tres de oro@ cada a7o un roc8e, que significaa que uno era un poco mejor ! estaa m2s próAimo a competir, cosa que !a espantaa a +lice, que sólo tenía tres estrellas" Baían quedado en el telesilla a las oc8o ! media, 8ora en que arían las pistas" +llí estaan !a sus compa7eros, en corro, como soldaditos de plomo emo>ados en sus trajes de esquí, entumecidos de frío ! so7olientos@ 8aían 8incado los astones en la nieve para apo!ar las aAilas" ?on los ra>os colgando parecían espantap2jaros" Nadie tenía ganas de 8alar, ! menos que nadie +lice" Su padre le dio dos fuertes golpes en el casco, %ni que quisiera clavarla en la nieve', ! le dijoC 9 + por ellos, ! recuerdaC ec8a el peso 8acia delante, ;entendido< Ba9 cia de9lan9te" El peso 8acia delante, le resonó a +lice en la cae>a" = sopl2ndose las manos, su padre ec8ó a andar@ pronto estaría le!endo el periódico al calorcillo de casa" Due dar dos pasos ! desaparecer en la niela" + salvo de la mirada de su padre, que de 8aerla visto le 8aría armado una uena delante de todo el mundo, +lice arrojó los esquíes al suelo con raia" uitó primero la nieve de las otas golpe2ndolas con el astón ! luego las encajó en las fijaciones" 2
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=a se le escapaa un poco" Sentía la vejiga tan llena que le daa como pun>adas" Pero seguro que tampoco podía ese día" $odas las ma7anas lo mismo" +l terminar de desa!unar se encerraa en el a7o ! trataa con todas sus fuer>as de evacuar el pipí@ contraía los adominales tanto que del esfuer>o sentía un pinc8a>o en la cae>a ! le parecía que los ojos se le salían de las óritas, como la pulpa de una uva al aplastarla" +ría el grifo al m2Aimo para que su padre no la o!era" uería eApulsar 8asta la última gota ! apretaa los pu7os" = así permanecía allí sentada, 8asta que su padre aporreaa la puerta gritandoC «Se7orita, a ver si terminamos que llegamos tarde otra ve>"( Pero nada" =a al alcan>ar el primer remonte tenía tantas ganas de orinar que deía apartarse del grupo, desenganc8arse los esquíes, sentarse en la nieve fresca !, fingiendo que se ajustaa las otas, 8acer pipí@ se lo 8acía encima, amontonando un poco de nieve en torno a las piernas juntas, con el traje ! los leotardos puestos, ! entretanto todos los compa7eros la miraan ! Eric, el profesor, decíaC «?omo siempre, esperamos a +lice"( Pero %qu& alivio', pensaa al notar el tiio liquido a7arle las piernas 8eladas" = m2s grande sería el alivio si no estuvieran todos mir2ndola, pensaa tami&n" Porque acaarían d2ndose cuenta" Porque al final dejaría una manc8a amarilla en la nieve" = todo el mundo se reiría de ella" Fno de los padres se acercó a Eric ! le preguntó si esa ma7ana no 8aía demasiada niela para suir a la cima" +lice atendió esperan>ada, pero Eric contestó eso>ando una perfecta sonrisaC 9 Niela sólo 8a! aquí, en lo alto luce un sol que ciega" Bala, todos arria" En el telesilla a +lice le tocó de pareja con Giuliana, 8ija de un colega de su padre" No se 8alaron en todo el tra!ecto" No se caían ni ien ni mal" Nada tenían en común, salvo el no querer estar allí ese día" No se oían m2s ruidos que el del viento que a>otaa la cumre del Draiteve ! el que 8acía al desli>arse el cale de acero del que las dos pendían, emo>adas en el cuello de la c8aqueta ! calent2ndose con el aliento" Es sólo el frío, no el pipí, se repetía +lice" Pero cuanto m2s se acercaan a la cumre, m2s pun>adas sentía en la arriga@ no, no era solamente pipí" ui>2 esta ve> era algo m2s serio"
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No, no es m2s que frío@ no se te puede escapar !a, si acaas de 8acerlo" e repente tuvo un vómito de lec8e rancia que le llegó a la epiglotis ! con asco volvió a trag2rselo" Se lo 8acía encima, se lo 8acía allí mismo" Para el refugio quedan aún dos remontes, pensó@ tanto no me aguanto" Giuliana levantó la arra de seguridad ! las dos se dispusieron a apearse adelantando un poco el trasero" ?uando tocó el suelo con los esquíes, +lice se empujó con la mano ! saltó de la silla" No se veía a m2s de dos metros, %anda que el sol cegaa' $odo estaa lanco, por arria, por aajo ! por los lados" Le parecía estar envuelta en una s2ana" +quello era eAactamente lo contrario de la oscuridad, pero infundía el mismo miedo" Esquió 8asta el orde de la pista en usca de un montón de nieve fresca donde 8acer sus necesidades" Las tripas le sonaron con un ruido de lavaplatos" iró atr2s@ no vio a Giuliana, luego tampoco Giuliana podía verla a ella" Suió unos metros por la pendiente con los esquíes olicuos, como le 8aía ense7ado su padre cuando se empe7ó en que aprendiera a esquiar ! la oligaa a suir ! ajar por la pista infantil treinta o cuarenta veces al díaC suir con los esquíes en 2ngulo aierto, ajar con los esquíes en 2ngulo cerrado, porque comprar el pase para usar una sola pista era tirar el dinero, aparte de que así fortalecía las piernas" +lice se quitó los esquíes ! anduvo otro poco, 8undi&ndose en la nieve 8asta mitad de la pantorrilla" Por fin se sentó, respiró 8ondo ! relajó los músculos" Fn agradale estremecimiento le recorrió el cuerpo ! acaó aloj2ndosele en la punta de los pies" Seguro que fue por la lec8e@ seguro que fue porque el trasero se le medio congeló de estar sentada en la nieve a m2s de dos mil metros de altura" Nunca le 8aía pasado, al menos que ella recordara, nunca, pero el 8ec8o es que se lo 8i>o encima" Se lo 8i>o encima" = no sólo pipí@ tami&n se cagó, a las nueve en punto de aquella ma7ana de enero@ se lo 8i>o en las ragas ! ni siquiera se dio cuenta, no 8asta que o!ó a Eric llamarla desde algún punto impreciso en medio de la niela" Due entonces, al levantarse ruscamente, cuando notó que la entrepierna del pantalón le pesaa" Hnstintivamente se llevó la mano al trasero, aunque con el guante no sintió nada" $ampoco 8acía falta, ien saía lo que era" ;= a8ora qu&<, se preguntó" Eric la llamó de nuevo" Ella no contestó" ientras siguiera allí arria, quedaría oculta por la niela" Podía ajarse los pantalones ! limpiarse con 4
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nieve como uenamente pudiera, o decirle a Eric lo que le pasaa, o que le dolía la rodilla ! deía regresar al puelo" 6 tami&n podía esquiar así, cuidando siempre de ir la última" Pero no 8i>o nada de eso@ se quedó allí quieta, invisile en medio de la niela" Eric la llamó por tercera ve>, en vo> m2s alta" 9 Estar2 !a en el remonte, la mu! despistada 9contestó un compa7ero" Se o!eron voces" Fno dijo «-2monos( ! otro «+quí parado me congelo(" Podían estar allí mismo, a pocos metros de distancia, o !a al pie del remonte" El eco enga7a, reota en las monta7as, se a8oga en la nieve" 9 %-a!a, 8omre' -amos a ver 9dijo Eric" ?onteniendo las n2useas que le producía notar aquella masa viscosa resalarle por los muslos, +lice contó despacio 8asta die>, primero una ve>, luego otra, ! luego 8asta veinte" Para entonces !a no se oía nada" $omó en ra>os los esquíes ! fue a la pista" $ardó un rato en averiguar cómo situarlos para que quedaran perpendiculares a la línea de m2Aima pendiente" ?on aquella niela no saías 8acia dónde estaas orientada" etió las otas en las fijaciones ! las apretó" Se quitó las gafas empa7adas ! las limpió con saliva" Podía descender sola" Poco le importaa que Eric la uscara en la cima del Draiteve@ quería quitarse cuanto antes aquellos leotardos llenos de caca" Pensó en la ajada@ nunca la 8aía 8ec8o sola, pero estaa en el primer remonte ! aquel trec8o de pista lo 8aía recorrido muc8as veces" Empe>ó a descender con la punta de los esquíes en cu7a@ así era m2s prudente" +dem2s, como llevaa las piernas aiertas, se notaa la entrepierna menos emplastada" *ecordó que el día anterior Eric le 8aía dic8oC «Si te veo tomar otra curva con los esquíes en cu7a, te juro que te ato los toillos"( + Eric no le gustaa, lo saía" Seguro que pensaa que era una cagona" = por cierto que los 8ec8os le daan la ra>ón" $ampoco su padre le gustaa, porque todos los días, al acaar la clase, lo acosaa a preguntasC «;u&, cómo va nuestra +lice< ;+ que va mejorando, a que est2 8ec8a una campeona< ;= cu2ndo empie>an las competiciones
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esquíes ! avan>aa mu! despacio@ comprendía que deía girar sólo cuando topaa con nieve fresca" Para sentirse menos sola se puso a canturrear@ a ratos se llevaa la mano a la nari> ! se limpiaa los mocos con el guante" Ec8a el peso 8acia atr2s, 8inca el astón ! gira" Ba> fuer>a en las otas" Luego &c8ate 8acia delante, ;entiendes< Ba9cia de9lan9te, le sugerían a la ve> Eric ! su padre" Por cierto, este último se pondría como una fiera, ! ella tendría que inventar una eAcusa, contarle una mentira sin puntos flacos ni contradicciones" Porque confesarle la verdad era impensale" Le diría que fue culpa de la niela, que estaa ajando la pista grande con los dem2s cuando se le voló el pase que llevaa prendido de la c8aquetaI ueno, eso no, eso no le ocurre a nadie, tonto 8a! que ser para perder el pase" ejor la ufanda@ que se le voló la ufanda, que se detuvo a recogerla ! que los dem2s no la esperaron" ue los llamó cien veces, pero nada, 8aían desaparecido en la niela" = por eso 8aía ajado ella sola, a uscarlos" ;= por qu& no 8as suido otra ve><, le preguntaría su padre" Eso, ;por qu&< ejor 8aer perdido el paseC no 8aía suido otra ve> porque sin pase el del telesilla no le 8aría permitido montarse" Satisfec8a con la eAcusa, +lice sonrió@ no tenía pega" Hncluso dejó de sentirse tan sucia" +quello !a no resalaa" Se 8ar2 congelado, pensó" Pasaría el resto del día viendo la tele@ se daría una duc8a, se pondría ropa limpia, se cal>aría sus mullidas pantuflas ! se quedaría en casa ien calentita" $odo eso 8aría 8ec8o si 8uiera apartado los ojos de los esquíes ! visto la cinta naranja que ponía «Pista cerrada(" %La de veces que se lo decía su padreC mira por dónde vas' Si 8uiera recordado que cuando 8a! nieve fresca no 8a! que ec8ar el peso 8acia delante@ si Eric, días antes, le 8uiera ajustado ien las fijaciones ! su padre 8uiese insistido m2s en que ella pesaa veintioc8o Jilos ! qui>2 estaan demasiado apretadas" Pero el salto tampoco fue tan grande@ apenas notó que volaa ! cierto vacío en el estómago, cuando !a se 8alló tendida oca aajo en la nieve, con las piernas al aire ! los esquíes clavados ien derec8os, a costa del peron&" No sintió dolor, ni ninguna otra cosa, la verdad" Sólo notó la nieve que se le coló por la ufanda ! el casco ! que parecía arder al contacto con su piel" Empe>ó por mover los ra>os" *ecordó que de peque7a, cuando amanecía nevado, su padre la llevaa ien arigada al medio del patio, ! allí, cogidos de la mano, contaan 8asta tres ! se dejaan caer de espaldas" 6
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+8ora 8a> el 2ngel, le decía su padre@ ella movía los ra>os arria ! aajo, ! cuando se levantaa, la silueta impresa en el manto lanco parecía la de un 2ngel con las alas desplegadas" Lo mismo 8i>o +lice en aquel momento, porque sí, porque quería demostrarse que seguía viva" -olvió la cae>a de lado ! empe>ó a respirar 8ondo, aunque con la sensación de que el aire que inspiraa no llegaa todo lo profundo que deía" $enía la eAtra7a impresión de no saer en qu& posición le 8aían quedado las piernas, la eAtra7ísima impresión de no tener piernas" Hntentó levantarlas, pero no pudo" Si no 8uiera niela qui>2 alguien podría verla desde arriaC una manc8a verde en el fondo de un arranco por donde volvería a correr un arro!uelo en primavera ! con los primeros calores crecerían fresas silvestres, esas fresas que se ponen dulces como caramelo ! aundan tanto que en un día llenas una cesta" +lice pidió auAilio, pero su d&il vocecita se perdió en la niela" Hntentó de nuevo levantarse, o al menos girarse, pero tampoco pudo" Su padre le 8aía dic8o un día que los que mueren congelados, instantes antes de fallecer sienten muc8o calor ! tratan de quitarse la ropa, ! que por eso casi siempre los encuentran en pa7os menores" = ella se lo 8aía 8ec8o en las ragas, para ma!or escarnio" $ami&n los dedos empe>aron a qued2rsele insensiles" Se quitó un guante, ec8ó dentro el aliento ! volvió a pon&rselo@ ! lo 8i>o tami&n con el de la otra mano" *epitió varias veces la ridícula operación uscando calentarse" Son las eAtremidades las que fallan, le decía siempre su padre@ dedos de pies ! manos, nari>, orejasI El cora>ón procura guardarse para sí toda la sangre ! deja que lo dem2s se congele" +lice se imaginó cómo sus dedos, ! luego, gradualmente, tami&n sus ra>os ! piernas, se ponían a>ules@ ! cómo su cora>ón latía cada ve> m2s fuerte tratando de conservar el calor" Se quedaría tan tiesa que si un loo que pasara por allí le pisaa un ra>o, se lo queraría" Seguro que est2n usc2ndome" ;e verdad 8ar2 loos< =a no siento los dedos" %Si no me 8uiera tomado esa lec8e' Ec8a el peso 8acia delante" 7
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No, los loos 8iernan" %u& enfadado estar2 Eric' =o no quiero competir" %u& tontería, ien saes que los loos no 8iernan' Sus pensamientos fueron volvi&ndose m2s ! m2s ilógicos ! repetitivos" Poco a poco el sol traspuso el monte ?8aerton, la somra de las monta7as curió su cuerpo ! la niela se oscureció"
El principio de +rquímedes 3.4/K5
?uando los dos gemelos eran peque7os ! ic8ela 8acía alguna de las su!as, por ejemplo lan>arse por la escalera con el tacat2 o meterse un guisante en la nari> 9que luego 8aía que sacarle en urgencias con unas pin>as especiales9, su padre siempre se dirigía a attia, el primero que nació, ! le decíaC «am2 tenía el útero demasiado estrec8o para los dos(, oC «+ saer la que armasteis a8í dentro" Seguro que de tanto patear a tu 8ermana la desgraciaste"( = se ec8aa a reír, aunque la cosa no tenía ninguna gracia@ ! aupaa a ic8ela ! le restregaa la ara por la carita" En esas ocasiones, attia los miraa al>ando la vista ! riendo tami&n, ! oía las palaras de su padre como si se le filtrasen por ósmosis, sin entender ien lo que significaan" ejaa que se depositaran en sus entra7as, donde parecían, formar una capa espesa ! viscosa, como de poso de vino a7ejo" La risa de su padre se convirtió en sonrisa tensa cuando vio que, con veintisiete meses, ic8ela no decía una sola palara, ni siquiera mam2, caca, !a!a o ajo" Sólo daa grititos inarticulados, grititos que parecían clamar en el desierto ! que su padre no oía sin estremecerse" ?uando tenía cinco a7os ! medio, una logopeda de gruesas gafas le puso delante una tala rectangular de aglomerado en la que 8aía cuatro 8uecos 8
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de distinta forma 9una estrella, un círculo, un cuadrado ! un tri2ngulo9, ! otras tantas pie>as de color que deía encajar en los correspondientes 8uecos" ic8ela se quedó mirando aquello maravillada" 9 + ver, ic8ela, ;dónde va la estrella< 9le preguntó la logopeda" La peque7a ajó los ojos ! oservó las pie>as del juego sin tocar ninguna" La doctora cogió la estrella ! se la puso en la mano" 9 ;)sta dónde va, ic8ela< ic8ela miraa a todas partes ! a ninguna" Se llevó la estrella a la oca ! empe>ó a mordisquear una punta" La logopeda se la retiró ! le repitió la pregunta por tercera ve>" 9 ic8ela, va, 8a> lo que te dice la doctora 9gru7ó su padre, incapa> de seguir sentado donde le 8aían dic8o que se sentara" 9 Por favor, se7or :alossino 9le dijo la doctora, conciliadora9, a los ni7os 8a! que darles tiempo" ic8ela se tomó el su!o" Fn minuto" +l t&rmino del cual, emitiendo un agudo c8illido, que lo mismo podía ser de alegría que de desesperación, colocó resueltamente la estrella en el 8ueco cuadrado" Si attia no 8uiera comprendido por sí solo que a su 8ermana le pasaa algo, !a se 8arían encargado de 8ac&rselo ver sus compa7eros de clase, por ejemplo Simona -olterra, que cuando ian a primero ! la maestra le dijoC «Simona, este mes te sentar2s con ic8ela(, ella se negó cru>ando los ra>os ! contestóC «=o con &sa no me pongo"( +quel día attia dejó que la tal Simona ! la maestra discutieran un rato, ! al final dijoC «No se preocupe, !o me siento con mi 8ermana"( = todo el mundo pareció aliviadoC la misma ic8ela, la tal Simona, la maestraI $odos menos &l" Los dos gemelos se sentaan en primera fila" ic8ela se pasaa todo el tiempo coloreando diujos, lo que 8acía esmeradamente pero sali&ndose de los contornos@ aplicaa los colores sin ton ni son, a>ul para la piel de los ni7os, rojo para el cielo, amarillo para los 2roles@ cogía el l2pi> como si fuera una atidora, empu72ndolo, ! apretaa tanto que cada dos por tres rasgaa el papel" = mientras, a su lado, attia aprendía a leer ! escriir ! a 8acer las cuatro operaciones aritm&ticas 9fue el primero de la clase en aprender a dividir con resto9@ su mente funcionaa como un engranaje perfecto, del 9
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mismo modo misterioso como la de su 8ermana funcionaa de manera tan defectuosa" Baía veces en que ic8ela empe>aa a removerse en la silla ! agitar desesperadamente los ra>os, como una mariposa atrapada@ los ojos se le ensomrecían ! la maestra se quedaa mir2ndola asustada, aunque con la vaga esperan>a de que aquella retrasada se fuera de verdad volando para siempre" En las filas de atr2s alguno se reía, otro le decía c8itón" attia se levantaa al fin, retirando en peso la silla para no arrastrarla, ! se colocaa detr2s de su 8ermana, que volvía la cae>a a un lado ! otro ! seguía agitando los ra>os, para entonces tan r2pido que parecían ir a desprend&rsele" Le cogía las manos, le plegaa delicadamente los ra>os sore el pec8o ! le susurraa al oídoC 9 Ea, !a no tienes alas" ic8ela tardaa unos segundos en dejar de moverse@ se quedaa un rato con la mirada perdida ! por fin, como si tal cosa, volvía a sus pintarrajos" attia se sentaa de nuevo en su sitio, avergon>ado, con la cae>a gac8a ! las orejas rojas, ! la maestra reanudaa la lección" En tercero, los gemelos seguían sin 8aer sido invitados nunca a un cumplea7os" ?onsciente de ello, su madre quiso poner remedio al asunto ! un día, durante la comida, propuso organi>ar una fiesta para el cumplea7os de sus 8ijos" El se7or :alossino rec8a>ó la propuestaC «Por ios, +dele, astante penoso es !a así"( attia dio un suspiro de alivio ! ic8ela dejó caer por d&cima ve> el tenedor" No volvió a 8alarse del asunto" Basta que una ma7ana de enero *iccardo Pelotti, el pelirrojo con laios de auino, se acercó a la mesa de attia ! le dijo de corrido, mirando a la pi>arraC 9 ue dice mi madre que te invite a mi cumplea7os, ! a ella tami&n" 9= se7aló a ic8ela, que en ese momento pasaa la mano por la superficie de la mesa con gran aplicación, como si alisara una s2ana" attia sintió tal emoción que la cara empe>ó a 8ormiguearle" 9 Gracias 9contestó, aunque *iccardo, cumplido el encargo, !a se alejaa" Enterada, su madre se puso nerviosa ! se llevó a los dos a comprarles ropa a una tienda de :enetton" Dueron tami&n a tres tiendas de juguetes, aunque le costaa decidirse" 9 ;u& le gusta a *iccardo< ;Esto le gustar2< 9le preguntó a attia con un pu>>le de mil quinientas pie>as en la mano" 10
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9 %= !o qu& s&' 9contestaa &l" 9 ;No es amigo tu!o< $ú sar2s los juegos que le gustan" attia pensaa que *iccardo no era amigo su!o ! que su madre no lo entendería" = no respondía sino encogi&ndose de 8omros" +l fin +dele optó por una astronave Lego, el juguete m2s grande ! caro de la sección" 9 Eso es demasiado, mam2 9protestó attia" 9 %u& va'I Es el regalo de los dos" ;6 es que quer&is quedar mal< ue de todos modos quedarían mal, con regalo o sin &l, attia lo saía de sora@ con ic8ela era imposile otra cosa" ?omo saía tami&n que *iccardo los 8aía invitado porque se lo mandaron sus padres" = seguro que ic8ela se le pegaría todo el rato, se pondría perdida de naranjada ! al final, cuando se cansara, empe>aría a lloriquear como 8acía siempre" Por primera ve> pensó que sería mejor quedarse en casa" 6 ueno, que sería mejor que ic8ela se quedara en casa" 9 am2 9dijo, inseguro" +dele estaa uscando el monedero en el olso" 9 ;u&< attia tomó aliento" 9 ;e verdad ic8ela tiene que ir a la fiesta< +dele se quedó quieta ! clavó los ojos en los de su 8ijo" La cajera los oservaa indiferente, con la mano tendida ! aierta por encima de la cinta transportadora, esperando el dinero" ic8ela revolvía los paquetes de caramelos del eApositor" + attia se le encendieron las mejillas, como prepar2ndose a reciir una ofetada que no llegó" 9 Pues claro 9contestó sin m2s su madre, >anjando la cuestión" + casa de *iccardo podían ir solos" + pie eran apenas die> minutos" + las tres en punto +dele plantó a los gemelos en la puerta de la calle" 9 Bala, que lleg2is tarde" = acordaos de dar las gracias a sus padres" = tú cuida de tu 8ermana, saes que no puede comer porquerías" attia asintió" +dele los esó en la mejilla, m2s a ic8ela, a la que arregló el pelo ajo la diadema, ! les deseó que se divirtieran" 11
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e camino a casa de *iccardo, attia ia pensando al comp2s que marcaan las pie>as de Lego al reotar, como olas de marea, dentro de la caja de cartón" ic8ela ia re>agada unos metros ! trastaillaa para seguirle el paso, arrastrando los pies por la 8ojarasca pegada al asfalto" La atmósfera estaa quieta ! fría" Seguro que tira las patatas fritas, ia pensando attia" = que coge la pelota ! no se la pasa a nadie" 9 ;uieres darte prisa< 9le dijo volvi&ndose@ su 8ermana se 8aía agac8ado en medio de la acera ! 8ostigaa con el dedo a un gusano larguísimo" ic8ela se quedó mirando a attia como si 8iciera muc8o que no lo veía" Luego sonrió ! corrió 8acia &l con el gusano entre el pulgar ! el índice" 9 %u& asco, tira eso' 9le ordenó el gemelo, apart2ndose" Ella miró de nuevo al ic8o como si se preguntara qu& 8acía entre sus dedos" +l cao lo soltó ! emprendió una torpe carrera para alcan>ar a su 8ermano, que !a se 8aía adelantado unos pasos" Se quedar2 con la pelota ! no querr2 d2rsela a nadie, igual que en la escuela, pensaa attia" iró a su 8ermana gemela, que tenía sus mismos ojos, su misma nari> ! su mismo color de pelo, ! menos cerero que un mosquito, ! por primera ve> sintió odio puro" La tomó de la mano para cru>ar la calle, pues allí el tr2fico era intenso, ! mientras cru>aan tuvo una idea" Soltó la mano de la 8ermana, enfundada en su guantecito de lana, pero pensó que aquello no estaría ien" Luego, ordeando el parque, nuevamente camió de idea ! se convenció de que nunca lo descurirían" No ser2n sino unas 8oras, pensó@ sólo esta ve>" = agarrando a ic8ela del ra>o ! dando un rusco giro, entró en el parque@ la 8iera estaa todavía 8úmeda de la 8elada nocturna" ic8ela trotaa tras &l manc82ndose de arro las otitas de gamu>a lanca reci&n estrenadas" En el parque no 8aía un alma" ?on aquel frío a nadie le apetecía pasear" Llegaron a una aroleda en la que 8aía tres mesas de madera con ancos ! una aracoa" +llí precisamente, cuando ian a primero, se 8aían parado a comer una ma7ana que las maestras los llevaron a recoger 8ojas secas, con las que luego confeccionaron feos centros de mesa que regalaron a sus auelos por Navidad" 12
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9 ic8i, escúc8ame ien 9le dijo attia9" ;e escuc8as< Siempre 8aía que asegurarse de que el estrec8o canal comunicativo de ic8ela estuviera aierto" Esperó la cae>ada de la gemela" 9 :ien" =o a8ora tengo que irme 9le eAplicó9, pero ser2 sólo un momento, media 8ora como muc8o" $ampoco 8aía por qu& decirle la verdad, al fin ! al cao para ic8ela lo mismo era media 8ora que un día" +l decir de la doctora, el desarrollo de su percepción espacio9temporal no 8aía pasado del estadio preconsciente, ! attia comprendió ien lo que eso significaa" 9 $ú si&ntate aquí ! esp&rame" ic8ela lo miraa con eApresión seria ! no contestó, porque nada podía contestar" $ampoco dio muestras de 8aer comprendido, pero sus ojos se avivaron un instante, ! durante el resto de su vida attia pensaría que aqu&llos eran los ojos del miedo" ?aminando 8acia atr2s para poder verla ! cerciorarse de que no lo seguía, empe>ó a alejarse" +sí andan sólo los cangrejos, lo 8aía rega7ado una ve> su madre, ! siempre acaan c8ocando contra algo" ?uando estuvo a unos quince metros, ic8ela dejó de mirarlo ! se puso a arrancar un otón de su arigo de lana" attia dio entonces media vuelta ! ec8ó a correr, sujetando ien la olsa del regalo" 2s de doscientas pie>as de pl2stico entrec8ocaan dentro de la caja como queriendo decirle algo" Le arió la madre de *iccardo Pelotti" 9 Bola, attia" ;= tu 8ermanita< 9 Es queI tenía un poco de fiere 9mintió el c8ico" 9 %+8, qu& l2stima' 9contestó la se7ora, aunque no pareció sentirlo en asoluto" Se 8i>o a un lado para dejarlo pasar ! gritó 8acia el pasillo9C %*icJ!, es tu amigo attia, ven a reciirlo' +pareció *iccardo Pelotti dando un resalón ! con su cara antip2tica" iró un instante a attia ! uscó luego a la retrasada" +l fin dijo 8ola, aliviado" attia mostró la olsa del regalo a la se7ora" 9 ;ónde lo dejo< 13
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9 ;Eso qu& es< 9preguntó, receloso, *iccardo" 9 Fn juguete de Lego" 9 +8" = cogió la olsa ! desapareció por el pasillo" 9 -e con &l 9instó la se7ora, empujando a attia9" La fiesta es allí" El salón de la casa Pelotti estaa decorado con guirnaldas de gloos" Sore una mesa cuierta con un mantel de papel rojo 8aía cuencos de palomitas ! patatas fritas, una pi>>a seca cortada en cuadraditos ! una fila de otellas de gaseosa de varios colores, aún cerradas" =a 8aían llegado algunos compa7eros que estaan de pie en medio de la estancia, como custodiando la mesa" attia dio unos pasos 8acia ellos ! se detuvo a un par de metros, como un sat&lite que no quiere ocupar demasiado espacio en el cielo" Nadie le 8i>o caso" ?uando el salón estuvo lleno de críos, un joven de unos veinte a7os, con una nari> de pl2stico roja ! un omín, los 8i>o jugar a la gallinita ciega ! al rao de urro, juego en el que, con los ojos vendados, 8aía que pegar el rao a un urro diujado en un papel" attia ganó el primer premio, consistente en un pu7ado de caramelos, aunque sólo porque veía por deajo de la venda@ todos lo auc8earon diciendo que 8aía 8ec8o trampa, mientras &l, muerto de vergMen>a, se guardaa los confites" ?uando se 8i>o de noc8e el joven disfra>ado de pa!aso apagó la lu>, les mandó que se sentaran en corro ! empe>ó a contarles una 8istoria de miedo sosteniendo una linterna encendida deajo de la arilla" attia pensó que la 8istoria no daa miedo pero la cara iluminada de aquel modo sí@ la lu> pro!ectada desde aajo la te7ía de rojo ! creaa somras espantosas" Para no mirarla, desvió la vista a la ventana ! se acordó de ic8ela" En realidad no la 8aía olvidado, pero sólo entonces se la imaginó esper2ndolo allí sola, en medio de los 2roles, frot2ndose la cara con los guantes lancos para calentarse" Se levantó" En ese momento entraa en el salón a oscuras la madre de *iccardo con una tarta llena de velitas encendidas, ! todo el mundo prorrumpió en aplausos, en parte por la 8istoria ! en parte por la tarta" 9 $engo que irme 9dijo attia, sin esperar siquiera a que la anfitriona depositara el i>coc8o en la mesa" 9 ;+8ora que toca la tarta< 9 Sí, a8ora" $engo que irme" 14
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La madre de *iccardo lo miraa por encima de las velas" $ami&n su cara, así iluminada, se veía cuierta de somras amena>antes" Los dem2s callaron" 9 :ueno 9repuso en tono vacilante9" *icJ!, acompa7a a tu amigo" 9 %Pero si tengo que apagar las velas' 9protestó el 8ijo" 9 Ba> lo que te digo 9ordenó la madre, que seguía mirando a attia" 9 %Pelma que eres, attia' +lguien se ec8ó a reír" attia siguió a *iccardo al reciidor, cogió su c8aqueta de deajo de un montón de c8aquetas ! le dijo gracias ! adiós" El otro no contestó@ cerró la puerta ! volvió corriendo a su tarta" En el patio del loque, attia miró un momento las ventanas iluminadas de la casa de *iccardo" Las voces de sus compa7eros se filtraan por ellas ! llegaan a sus oídos atenuadas, como el >umido tranquili>ador de la tele del salón cuando por la noc8e su madre los mandaa a acostar a &l ! a ic8ela" El portal se cerró a sus espaldas espaldas con un c8asquido c8asquido met2lico" met2lico" attia attia ec8ó a correr" Llegó al parque ! a los die> pasos dejó de distinguir el paseo de grava a la lu> de las farolas de la calle" Las desnudas ramas de los 2roles entre los que 8aía dejado a ic8ela no eran sino ra!as algo m2s negras contra el cielo oscuro" =a al verlas a lo lejos tuvo la certe>a, clara e ineAplicale, de que su 8ermana no estaa allí" Se detuvo a unos metros del anco en que unas 8oras antes 8aía dejado a ic8ela destro>2ndose el arigo" Permaneció inmóvil ! a la escuc8a 8asta que se le pasó el sofoco, como esperando a que su 8ermana asomara de pronto tras un 2rol !, 8aci&ndole cucú, corriera 8acia &l con sus andares patosos" 9 %ic8i' 9eAclamó, ! su propia vo> lo asustó@ lo repitió m2s flojo" Se acercó al anco, palpó el sitio donde ic8ela se 8aía sentado@ estaa frío, como todo lo dem2s" Se 8ar2 cansado ! 8ar2 vuelto a casa, pensó" +unque no conoce el camino, ! tampoco puede cru>ar sola la avenida" El parque se eAtendía ante &l 8asta perderse en la oscuridad@ attia no saía ni dónde acaaa" No quería seguir avan>ando, pero no tenía elección" Ha de puntillas para no 8acer crujir las 8ojas pisadas de lleno ! oteaa a los lados con la esperan>a de ver a ic8ela acurrucada al pie de un 2rol, jugueteando con un escaraajo o con lo que fuera" 15
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Entró en la >ona de juegos" Se esfor>ó por recordar los colores que tenía el toog2n a la lu> vespertina del domingo, cuando su madre, cediendo a los c8illidos de ic8ela, la tiraa por &l un par de veces, aunque !a era ma!orcita para eso" :ordeando el seto llegó a los servicios púlicos, pero no tuvo valor para entrar" *egresó al paseo, que en aquella parte del parque era una simple senda 8ec8a por el ir ! venir de los paseantes, ! lo siguió durante die> minutos largos, 8asta que no supo dónde estaa" Entonces rompió a llorar ! toser a la ve>" 9 %u& %u& estú estúpi pida da eres eres,, ic8 ic8i'i' 9dij 9dijoo a medi mediaa vo>9 vo>9"" Fna Fna estú estúpi pida da retrasada" ;?u2ntas veces te 8a eAplicado mam2 que cuando te pierdas te quedes donde est2s< Pero tú nunca entiendes nadaI Nada de nada" Suió una ligera pendiente ! se 8alló ante el río que discurría por medio del parque" il veces le 8aía dic8o su padre el nomre, pero &l nunca lo recordaa" Fna lu> de origen indeterminado se reflejaa en las aguas ! titilaa en sus ojos 8úmedos" Se acercó a la orilla ! pensó que ic8ela deía de estar cerca" + su 8ermana le gustaa el agua" am2 solía contar que cuando de peque7os los a7aa juntos, ic8i erreaa como una loca porque no quería que la sacaran del agua, ni siquiera cuando &sta se 8aía enfriado" attia recordó el domingo en que su padre los llevó al río, qui>2 a aquel mismo punto de la orilla, ! le ense7ó a lan>ar c8inas 8aci&ndolas reotar en la superficie" ientras le eAplicaa que todo dependía del movimiento de la mu7eca, que era lo que imprimía la rotación, ic8ela se 8aía desli>ado al agua ! cuando su padre la agarró del ra>o !a le llegaa a la cintura" )l le propinó una ofetada, ella rompió a llorar ! los tres se volvieron a casa en silencio ! con la cara larga" La imagen de ic8ela jugando a desaratar con una ramita su reflejo en el agua ! 8undi&ndose luego en la corriente cual saco de patatas le cru>ó la mente con la violencia de una descarga el&ctrica" Se sentó a medio metro del agua, cansado" -olvió la vista atr2s ! no vio sino oscuridad, una oscuridad que aún duraría muc8as 8oras" Se quedó luego mirando fijamente la superficie negra ! rillante del río" Proó de nuevo a recordar el nomre de &ste, pero tampoco esta ve> lo consiguió" Bincó las manos en la tierra fría, que la 8umedad de la orilla mullía" $opó con un cristal de otella, cortante residuo de alguna fiesta nocturna" Se lo clavó en la mano pero no sintió dolor, qui>2 ni se dio cuenta" Luego empe>ó a girarlo ! 8undirlo m2s en la carne, sin apartar la mirada del
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agua@ esperaa que ic8ela emergiera de pronto a la superficie ! al mismo tiempo se preguntaa por qu& unas cosas flotan ! otras no"
En la piel ! m2s 8ondo 3.44.5
El 8orrile jarrón de cer2mica lanco con araescos florales dorados que ocupaa desde siempre un rincón del a7o pertenecía a la familia ella *occa 8acía cinco generaciones, pero en realidad no gustaa a nadie" +lice 8aía tenido muc8as veces el impulso de estamparlo contra el suelo ! tirar luego sus inestimales a7icos al contenedor de enfrente, adonde ian a parar tami&n las cajas de pur& vacías, las compresas usadas 9no su!as, por cierto9 ! los lísteres de los ansiolíticos que tomaa su padre" +lice pasó un dedo por el jarrón ! comproó lo frío, liso ! limpio que estaa" Pensó en Soledad, la sirvienta ecuatoriana, que se volvía m2s ! m2s meticulosa con el paso de los a7os, porque en la casa ella *occa se cuidaan los detalles" *ecordó el día que se presentó la criada@ ella apenas tenía seis a7os ! se quedó mir2ndola al amparo de la falda de su madre" Soledad se inclinó ! le dijo con eApresión maravilladaC «%u& pelo m2s onito tienes' ;Puedo tocarlo<( Ella quiso contestar que no, pero se mordió la lengua" Soledad tomó un mec8ón de su pelo casta7o ! lo palpó como si fuera un tro>o de seda@ le parecía mentira que eAistiera caello tan fino" +lice se quitó la camiseta de tirantes con la respiración contenida ! cerrando los ojos" ?uando los arió ! se vio reflejada en el gran espejo del lavao, se llevó una grata sorpresa" Enrolló el el2stico de la raguita un par de veces, de modo que quedara sólo un poco por encima de la cicatri> ! lo astante tirante para formar un puente entre los dos 8uesos de la pelvis" Por el 8ueco así creado entre la raga ! el vientre aún no pasaa el dedo índice, pero el me7ique sí, lo que la alegraa 8orrores" Sí, deo 8ac&rmelo aquí, se dijo" 17
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Fna rosa a>ul, como la de -iola" Se puso de perfil, mir2ndose el derec8o, que era, como solía decirse a sí misma, el ueno, ! se ec8ó todo el pelo 8acia delante@ resultó que parecía una loca" Se lo recogió entonces en una coleta, ! luego en otra m2s alta, como lo llevaa -iola, que gustaa a todos" Pero tampoco así le quedaa ien" ejó, pues, que le ca!era por los 8omros ! con acostumrado adem2n se lo retiró tras las orejas" +po!2ndose en el lavao adelantó la cara 8asta tenerla a unos centímetros del espejo, tan r2pidamente que tuvo la impresión de que los ojos se solapaan formando un único ! terrile ojo ciclópeo" ?on el aliento caliente formó un 8alo en el cristal que le tapó parte de la cara" No se eAplicaa de dónde sacaan -iola ! sus amigas aquellas miradas que 8acían estragos en los c8icos@ miradas implacales ! seductoras, que con un imperceptile arqueo de cejas lo mismo fulminaan que perdonaan la vida" +lice intentó mostrarse provocativa ante el espejo, pero no consiguió sino verse torpe, menear los 8omros sin gracia ! moverse como ajo los efectos de un anest&sico" Estaa convencida de que su prolema eran sus siempre colorados mofletes@ sepultaan sus miradas, cuando lo que ella quería era que salieran disparadas de las óritas ! se clavaran como espinas afiladas en el cora>ón de los c8icos con que se cru>aa@ quería que su mirada no fuera indiferente a nadie, que en todos dejara una 8uella imorrale" Pero nada@ por muc8o que perdía arriga, culo ! tetas, los carrillos seguían igual de inflados" Llamaron a la puerta" 9 +li, a cenar 9resonó la odiosa vo> de su padre a trav&s del cristal esmerilado" No contestó" Se c8upó las mejillas para ver qu& aspecto tenía" 9 +li, ;est2s a8í< 9insistió su padre" Ella esó su reflejo sacando los laios ! tocando con la lengua la fría superficie" ?erró los ojos !, como se 8ace en los esos de verdad, empe>ó a girar la cae>a a un lado ! otro, aunque demasiado mec2nicamente para que resultara creíle" El eso que ella deseaa aún no lo 8aía encontrado en la oca de nadie"
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El primero que la esó con lengua 8aía sido avide Poirino, cuando ian a tercero, por una apuesta que perdió@ el tal avide 8i>o girar su lengua tres veces, en sentido 8orario, alrededor de la de ella, tras lo cual se volvió 8acia sus amigos ! les preguntóC «;+sí vale<( $odos rompieron a reír ! uno de ellos le dijo que 8aía esado a la pati>ama, pero a +lice no le importó, 8aiendo reciido el primer eso de su vida de un c8ico que adem2s no estaa mal" Luego 8aía esado a otrosC a su primo alter en el cumplea7os de la auela, ! a un amigo del tal avide, cu!o nomre ni conocía ! que le pidió en secreto que por favor le dejara proar a &l tami&n@ se escondieron en un rincón del patio del colegio ! allí estuvieron unos momentos con los laios pegados, sin atreverse a mover un solo músculo" ?uando al final los despegaron, &l le dio las gracias ! se fue todo ufano, sinti&ndose un 8omre 8ec8o ! derec8o" +8ora ia retrasada" Sus compa7eras 8alaan de posturas ! c8upetones ! de cómo usar los dedos, ! discutían si era mejor con preservativo o sin &l, mientras que +lice no tenía otro agaje que el recuerdo insípido de un morreo dado cuando ia a tercero" 9 %+li, ;me o!es<' 9gritó m2s fuerte su padre" 9 %u& pesado' $e oigo, sí 9contestó ella, irritada, en vo> ien alta, para que la o!era" 9 + cenar 9repitió &l" 9 %=a vo!' 9replicó, ! musitó para sí9C Plasta" Soledad saía que +lice tiraa la comida" +l principio, cuando veía que se dejaa algo en el plato, le decíaC «i amorcito, cómetelo todo que en mi país los ni7os se mueren de 8amre"( Basta que una noc8e +lice se quedó mir2ndola ! le respondió furiosaC 9 No se morir2n menos aunque !o me atraque" Soledad no volvió a decirle nada, pero empe>ó a servirle menos cantidad" Lo mismo daaC +lice saía pesar los alimentos con la mirada, seleccionaa sus trescientas calorías de la cena ! lo dem2s lo desec8aa como fuera" ?omía con la mano derec8a puesta sore la servilleta, ! delante del plato colocaa el vaso del vino, que se 8acía llenar pero nunca se eía, ! el del agua, para que formaran una arrera de cristal" = luego, durante la cena, situaa tami&n estrat&gicamente el salero ! la aceitera" Entonces 19
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aguardaa un momento de distracción de sus padres, asortos en la fatigosa operación de masticar, para ec8ar dentro de la servilleta la comida previamente troceada en el plato" En el curso de una cena solía escamotear tres servilletas llenas en los olsillos del c82ndal" Luego, antes de lavarse los dientes, las vaciaa en el retrete, tiraa de la cadena ! veía cómo toda aquella pitan>a desaparecía por el desagMe" Se pasaa la mano por el vientre ! lo sentía satisfactoriamente vacío ! limpio como un jarrón de cristal" 9 Sol, mujer, !a 8as 8ec8o otra ve> la salsa con nata 9se quejó su madre a la criada9" ;No te 8e dic8o mil veces que me sienta mal< 9= con asco apartó el plato" +lice se 8aía presentado a la mesa con una toalla enrollada en la cae>a, para justificar el tiempo pasado en el a7o con una duc8a que en realidad no 8aía tomado" uc8o 8aía refleAionado sore si consultarlo o no, porque de todos modos se lo 8aríaC lo deseaa con locura" 9 uiero 8acerme un tatuaje en el vientre 9anunció" Su padre apartó el vaso del que estaa eiendo" 9 ;?ómo dices< 9 Lo que o!es 9contestó +lice, mir2ndolo con eApresión desafiante9" ue quiero 8acerme un tatuaje" Su padre se pasó la servilleta por oca ! ojos, como si 8uiera visto algo feo ! quisiera orrarlo, la doló luego con esmero, se la puso sore las rodillas, tomó el tenedor ! dijo, procurando mostrar templan>aC 9 %u& cosas se te ocurren' 9 ;= qu& quieres tatuarte, a ver< 9intervino su madre mudando el semlante, aunque m2s por la salsa con nata que por la pretensión de la 8ija" 9 Fna rosa peque7ita, como la que lleva -iola" 9 ;= esa -iola qui&n es, si puede saerse< 9preguntó su padre en tono levemente irónico" +lice sacudió la cae>a ! miró al centro de la mesa sinti&ndose insignificante" 9 Fna compa7era de clase 9contestó Dernanda con impertinencia9" Ba 8alado de ella un millón de vecesI ;ónde tienes la cae>a< El aogado ella *occa fulminó a su mujer con la mirada, como dici&ndole que no se metiera" 20
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9 Perdonad si no me intereso muc8o por lo que las compa7eras de clase de nuestra 8ija se tatúan en el cuerpo" Sea como sea, tú no te tatúas nada" +lice ec8ó en la servilleta unos espaguetis m2s !, mirando de nuevo al centro de la mesa, repuso con vo> querada que delató cierta inseguridadC 9 Ni que pudieras impedírmelo" 9 *epite eso 9dijo su padre, sin alterar el volumen ni la calma de su vo>" 9 igo que no puedes impedírmelo 9repitió +lice al>ando la vista, pero sin poder sostener la mirada de los profundos ! escalofriantes ojos de su padre m2s de medio segundo" 9 ;Eso crees< Por lo que s&, tienes quince a7os, luego dependes de tus padres por, el c2lculo es f2cil de 8acer, tres a7os m2s 9eAplicó el aogado9" ?oncluido este período ser2s lire de, dig2moslo así, emellecer tu cuerpo tatu2ndote flores, calaveras o lo que quieras" El letrado sonrió, volvió la vista al plato ! se llevó a la oca el tenedor lleno de espaguetis mu! ien enrollados" Buo un largo silencio" +lice pasaa los dedos gordo e índice por el riete de la servilleta" Su madre, no satisfec8a con la cena, mordisqueaa un astoncillo paseando la mirada por el comedor" Su padre aparentaa comer con gusto, masticaa 8aciendo rotar las mandíulas ! daa los dos primeros mordiscos de cada ocado cerrando los ojos con delectación" +lice decidió no callarse, porque lo detestaa de verdad, porque verlo comer de aquel modo le ponía rígida 8asta la pierna sana" 9 + ti te importa un comino que !o no guste a nadie@ que nunca guste a nadie" Su padre la miró desconcertado, tras lo cual siguió comiendo como si nada 8uiera oído" 9 No te importa 8aer destro>ado mi vida 9prosiguió +lice" El aogado ella *occa se quedó con el tenedor en el aire, miró a su 8ija consternado ! dijo con vo> algo tr&mulaC 9 No s& qu& est2s diciendo" 9 Lo saes perfectamente 9replicó ella9" $ú tienes la culpa de que me quede así para siempre" El padre apo!ó el tenedor en el orde del plato ! se curió los ojos con la mano, como aism2ndose en profundas refleAiones" +l poco se levantó ! salió de la estancia" Sus pesados pasos resonaron en el suelo de m2rmol del pasillo" Dernanda dijo «+!, +lice(, sin compasión ni reproc8e, sacudiendo la cae>a resignada, ! salió tami&n tras su marido" 21
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+lice se quedó mirando su plato casi dos minutos, mientras Soledad, silenciosa como un fantasma, quitaa la mesa" +l final se metió en el olsillo la servilleta llena de comida ! corrió a encerrarse en el a7o" Pietro :alossino 8aía renunciado 8acía tiempo a penetrar en el oscuro universo de su 8ijo" ?uando su mirada recaía por descuido en aquellos ra>os cuiertos de cicatrices, pensaa en las noc8es que 8aía pasado en vela registrando la casa en usca de ojetos cortantes@ noc8es en que +dele, atiorrada de sedantes, dormía con la oca aierta en el sof2 porque no quería seguir compartiendo lec8o con &l@ noc8es en que el futuro parecía no ir m2s all2 del día siguiente ! &l contaa las 8oras por el toque de campanas que sonaan a lo lejos" El convencimiento de que una ma7ana encontraría a su 8ijo oca aajo sore una almo8ada ensangrentada se 8aía incrustado tan 8ondo en su mente que acaó 8aci&ndose a la idea de que &l no eAistíaI aunque en aquel momento lo llevase sentado al lado en el coc8e" Lo conducía al nuevo colegio" Llovía, pero tan levemente que no 8acía ruido" Semanas antes, la directora del instituto científico E"" los 8aía convocado a &l ! +dele a su despac8o para, según escriió en la agenda de clase de attia, «informarles de cierta situación(" +l principio se anduvo por las ramas ! se eApla!ó 8alando de lo sensile ! eAtraordinariamente inteligente que era el muc8ac8o, que en todas las asignaturas sacaa nueve de media" El se7or :alossino, por motivos formales que sin duda sólo a &l importaan, quiso que su 8ijo estuviera presente" Sentado junto a sus padres, attia se pasó todo el tiempo con la vista clavada en las rodillas ! apretando los pu7os, con lo que acaó 8aci&ndose sangre en la palma i>quierdaC dos días antes +dele, en un momento de distracción, 8aía olvidado revisarle las u7as de esa mano" attia oía a la directora como si 8alase de otra persona, ! recordó el día en que, cuando ia a quinto, la maestra *ita, despu&s de cinco días seguidos sin decir &l palara, lo 8i>o sentar en medio del aula ! pidió a los dem2s que se colocaran a su alrededor" Empe>ó entonces a decir que seguramente attia tenía un prolema del que no quería 8alar con nadie, que era un ni7o mu! inteligente, qui>2 demasiado para su edad, ! pidió a sus compa7eros que lo a!udaran, le dieran confian>a ! se 8icieran amigos su!os" ?uando le preguntó a attia, que se miraa los pies, si quería decir algo, &l 8aló por fin, para pedir permiso de volver a su sitio" 22
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?oncluidos los elogios, la directora fue al grano 9aunque el se7or :alossino no se 8i>o cargo 8asta unas 8oras despu&s9 ! comen>ó a 8alar de cierto malestar manifestado por todos los profesores de attia, una vaga sensación de inadecuación frente a aquel muc8ac8o eAcepcionalmente dotado que no parecía querer relacionarse con sus compa7eros" En este punto 8i>o una pausa, se reclinó en su cómoda utaca, arió una carpeta en la que no pareció consultar nada ! la cerró como recordando de pronto que 8aía personas en su despac8o@ insinuó entonces a los :alossino, en mu! estudiados t&rminos, que el instituto E"" qui>2 no podía responder deidamente a las eAigencias de su 8ijo" ?uando, durante la cena, su padre le preguntó si quería camiar de colegio, &l se encogió de 8omros ! se quedó oservando el destello del tuo fluorescente en el cuc8illo de la carne" 9 En realidad no llueve olicuo 9dijo attia mirando por la ventanilla ! sacando al padre de su ensimismamiento" 9 ;u&< 9preguntó Pietro, sacudiendo la cae>a" 9 -iento no 8ace, o se moverían tami&n las 8ojas de los 2roles 9eAplicó attia" Su padre se esfor>ó por seguir el ra>onamiento" En verdad le importaa poco, seguramente no era m2s que otra eAcentricidad del c8ico" 9 ;=< 9 Las gotas resalan torcidas por el cristal, pero es porque nos despla>amos" idiendo el 2ngulo que forman con la vertical se podría calcular la velocidad a la que caen" attia siguió con el dedo la tra!ectoria de una gota" +cercó la cara al pararisas, ec8ó el aliento ! con el índice tra>ó una línea en el va8o" 9 No empa7es el cristal que luego quedan marcas 9le advirtió su padre" attia no 8i>o caso" 9 Si no vi&ramos nada fuera del coc8e, si no supi&ramos que estamos movi&ndonos, no 8aría manera de saer si es por culpa de las gotas o nuestra 9dijo" 9 ;?ulpa de qu&< 9preguntó el padre, desconcertado ! algo irritado"
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9 e que resalen tan olicuas" Pietro :alossino asintió con gesto grave, aunque sin comprender" Baían llegado" etuvo el coc8e ! ec8ó el freno de mano" attia arió la porte>uela ! una ocanada de aire fresco entró en el 8ait2culo" 9 + la una vengo a recogerte 9dijo Pietro" attia asintió con la cae>a" El se7or :alossino se inclinó un poco para darle un eso, pero el cinturón lo detuvo" Se reclinó de nuevo en el asiento ! oservó a su 8ijo ajar ! cerrar la porte>uela" El nuevo colegio estaa situado en una onita >ona residencial de la colina" El edificio dataa de tiempos del fascismo ! pese a las recientes reformas seguía desentonando en medio de aquellas lujosas villas@ era un loque rectangular de cemento lanco, con cuatro filas 8ori>ontales de ventanas equidistantes ! dos escaleras de emergencia pintadas de verde" attia suió los dos tramos de escalinata que conducían a la entrada, donde otros c8icos esperaan en grupos el primer timra>o, ! se quedó aparte, fuera de la marquesina, aunque se mojaa" ?uando entró, uscó el panel en que figuraa un plano de las aulas, para no pedir a!uda a los edeles" El aula de segundo D estaa al final del pasillo del primer piso" Entró dando un profundo suspiro ! aguardó pegado a la pared del fondo, con los pulgares metidos en las presillas de la moc8ila ! una eApresión que decía tierra tr2game" Los nuevos compa7eros que ian tomando asiento le lan>aan miradas aprensivas, sin sonreírle" +lgunos cuc8ic8eaan ! attia estaa seguro de que 8alaan de &l" Se fijaa en los sitios que quedaan lires, ! cuando el que 8aía junto al de una c8ica con las u7as pintadas de rojo fue ocupado, sintió alivio" +l fin la profesora entró en el aula ! attia se escurrió 8asta el único que 8aía quedado sin ocupar, al lado de la ventana" 9 ;Eres tú el nuevo< 9le preguntó el compa7ero, que parecía tan solo como &l" attia asintió con la cae>a, sin mirarlo" 9 =o so! enis 9se presentó el otro, ! le tendió la mano" attia se la estrec8ó landamente ! dijo 8ola" 9 :ienvenido 9a7adió enis"
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+ -iola :ai la admiraan ! temían con el mismo fervor todas sus compa7eras, por ser guapa como ella sola ! por conocer la vida, a sus quince a7os, mejor que ninguna, o al menos por aparentarlo" Los lunes por la ma7ana, en el recreo, las c8icas le 8acían corro en su sitio ! escuc8aan con avide> su resumen del fin de semana, que la ma!oría de las veces era una astuta versión de lo que Serena, su 8ermana oc8o a7os ma!or, le 8aía contado a su ve> el día anterior" -iola se apropiaa de todo, aunque ado2ndolo con detalles sórdidos de su propia cosec8a que a sus amigas les sonaan inquietantes ! misteriosos" Balaa, por ejemplo, de locales en los que nunca 8aía estado, pero descriiendo al detalle la iluminación psicod&lica o la sonrisa maliciosa que le 8aía dirigido el camarero al servirle un cualire" En la ma!oría de los casos acaaa con el camarero en la cama, o en la trasera del ar, entre arriles de cerve>a ! cajas de vodJa, donde &l le daa por detr2s tap2ndole la oca para que no c8illara" -iola :ai saía cómo contar una 8istoria" ?onocía lo eApresivo que puede ser un detalle, ! cómo dosificar el suspense para que el timre de entrada a clase sonara cuando el camarero andaa a vueltas con la cremallera de sus vaqueros de marcaC su entregado auditorio se dispersaa entonces lentamente, con las mejillas coloradas de envidia ! frustración" Le 8acían prometer que continuaría en el siguiente intervalo entre clases, aunque ella era demasiado inteligente para cumplir la promesaC al final despac8aa el asunto 8aciendo una mueca con su oca perfecta, dando a entender que no tenía importancia algunaC era un lance m2s de su eAtraordinaria vida ! ella lo tenía !a m2s que superado" SeAo 8aía practicado de verdad, como tami&n 8aía proado alguna de las drogas cu!os nomres tanto le gustaa pronunciar, aunque solamente con un c8ico ! una sola ve>" 6currió veraneando en el mar ! &l era un amigo de su 8ermana, que aquella noc8e eió ! fumó muc8o ! olvidó que una c8iquilla de trece a7os es demasiado joven para ciertas cosas" Se la folló deprisa ! corriendo, detr2s de un contenedor" ?uando los dos volvían cai>ajos con los otros, -iola le tomó la mano, pero &l se soltó con desd&n" + ella le 8ormigueaa la cara ! el calor que sentía entre las piernas la 8i>o sentirse mu! sola" En los días siguientes, el c8ico no volvió a 8alarle ! ella se lo contó a su 8ermana, que ri&ndose de su ingenuidad le dijoC «So tonta, ;qu& te creías<( El devoto s&quito de -iola estaa compuesto por Giada Savarino, Dederica a>>oldi ! Giulia irandi" Dormaan un grupo compacto ! despiadado al que algunos en el colegio llamaan «las cuatro pavas(" -iola las 8aía escogido una por una ! de todas eAigió un peque7o sacrificio, porque 25
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su amis amista tadd deí deíaa una una gan2 gan2rs rsel ela" a" Era Era la qu quee deci decidí díaa por por toda todass ! sus sus decisiones eran oscuras e inequívocas" inequívocas" +lice oservaa a -iola a 8urtadillas" esde su sitio, dos filas m2s all2, se nutría de frases sueltas ! fragmentos de relatos, ! luego, por la noc8e, sola en su cuarto, se recreaa con ello" +ntes de la ma7ana de aquel mi&rcoles, -iola no le 8aía dirigido la palara" Due una especie de iniciación ! se 8i>o como era deido" Ninguna de las muc8ac8as supo nunca si -iola improvisó aquella tortura o si fue algo largamente meditado, pero todas convinieron en que estuvo genial" g enial" +lice aorrecía los vestuarios" Sus compa7eras de cuerpos perfectos se demoraan todo lo posile en ragas ! sujetador para que las dem2s las envidiaran a sus anc8as" +doptaan posturas for>adas, 8undían el estómago ! adelantaan los pec8os, daan suspiros mir2ndose en el espejo agrietado que ocupaa uno de los taiques, se decían «fíjate(, ! con las manos se medían unas caderas que m2s proporcionadas ! atractivas no podían ser" Los mi&rcoles +lice ia a clase con los pantalones cortos deajo de los vaqueros, para no tener que camiarse" Las otras la miraan con malicia ! recelo, imagin2ndose la fac8a que deía de tener ajo aquellas ropas" Ella se quitaa la camiseta vuelta de espaldas, para que no le vieran la arriga" Fna ve> se 8aía puesto las >apatillas de deporte, colocaa los >apatos contra la pared uno al lado del otro ! dolaa los vaqueros con esmero" En camio, sus compa7eras dejaan la ropa de cualquier manera sore los ancos ! tiraan los >apatos por el suelo, porque se los quitaan con los pies" 9 +lice, ;tú eres golosa< 9le preguntó -iola" +lice tardó unos segundos en creerse que -iola :ai le 8alaa a ella" Estaa convencida de ser transparente a sus ojos" $iró de los cordones de las >apatillas, pero el nudo se des8i>o" 9 ;=o< 9preguntó mirando alrededor, cortada" 9 Eres la única +lice que 8a! aquí, ;no< 9se urló -iola" Las dem2s rieron" 9 No, mu! golosa no so!" -iola se levantó del anco ! se le acercó" +lice se sintió como traspasada por aquellos oja>os, que la somra del flequillo tapaa a medias" 9 Pero Pero los los cara carame melo loss te gust gustar ar2n 2n,, ;no< ;no< 9pro 9prosi sigu guió ió -iol -iolaa en tono tono persuasivo"
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9 SíI :ueno, m2s o menos" 9+l punto +lice se mordió el laio ! se reproc8ó aquella estúpida vacilación" Pegó la 8uesuda espalda a la pared ! un temlor le recorrió la pierna sana" La otra siguió inerte, como siempre" 9 ;?ómo que m2s o menos< Los caramelos gustan a todos, ;a que sí, vosotras< 9-iola se dirigía a sus tres acólitas, aunque sin volverse" 9 + todos, sí 9contestaron" +lice perciió una eAtra7a eAcitación en los ojos de Dederica a>>oldi, que la miraa desde el otro eAtremo del vestuario" 9 Sí, sí que me gustan 9se corrigió" Empe>aa a tener miedo, sin saer por qu&" *ecordó que en primero las cuatro pavas 8aían cogido un día a +lessandra irano, que luego suspendió ! acaó estudiando para esteticista@ la llevaron sujeta al vestuario de c8icos ! la encerraron dentro, ! allí un par de tíos se la ense7aron" esde el pasillo, +lice 8aía oído las voces de incitación ! las carcajadas de las cuatro torturadoras" 9 =a lo decía !o" ;= no querrías a8ora un caramelo< 9preguntó -iola" +lice lo pensó" Si contesto que sí, cualquiera sae lo que me oligan a comerme" Si contesto que no, igual -iola se enfada ! me llevan tami&n al vestuario de c8icos" Se quedó callada como una estúpida" 9 ;= ien< No es una pregunta tan difícil 9se urló -iola, ! sacó del olsillo un pu7ado de caramelos9" ;-osotras cu2l quer&is< Giulia irandi se acercó ! eAaminó las golosinas" -iola no apartaa la mirada de +lice, que se encogía como una 8oja de periódico en la lumre" 9 Ba! Ba! de nara naranj nja, a, de fram framu ues esa, a, de ar2n ar2nda dano nos, s, de fres fresaa ! de melocotón 9enumeró Giulia, ! ec8ó a +lice una ojeada temerosa, sin que la viera -iola" 9 =o de framuesa 9dijo Dederica" 9 =o de melocotón 9dijo Giada" Giulia les lan>ó los caramelos, desenvolvió el su!o de naranja, se lo llevó a la oca ! retrocedió un paso para devolver el protagonismo a -iola" 9 uedan de ar2ndanos ! de fresa" ;u&, lo quieres o no< + lo mejor es que sólo quiere convidarme a un caramelo, pensó +lice" = ver si me lo como" Es un simple caramelo" 9 El de fresa 9murmuró"
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9 -a!a, el que !o quería 9repuso -iola, afectando contrariedad de manera mu! poco convincente9" Pero a ti te lo do!" esenvolvió el caramelo ! tiró la envoltura al suelo" +lice tendió la mano para cogerlo" 9 Fn momento 9dijo -iola9, no seas avariciosa" avariciosa" = sosteniendo el caramelo entre el pulgar ! el índice, se agac8ó ! empe>ó a restregarlo por el sucio suelo del vestuario" Luego, avan>ando así agac8ada, lo pasó tami&n, lentamente, por el 2ngulo de la pared ! el suelo, donde 8aía porquería acumulada acumulada ! se veían pelusas de polvo ! pelos" Giada ! Dede Dederi rica ca se tron tronc8 c8a aan an de risa risa"" Giul Giulia ia se mord mordis isqu quea eaa a el lai laioo con con ansiedad" Las dem2s, comprendiendo lo que pasaa, 8aían salido ! cerrado la puerta" ?uando 8uo acaado de restregarlo por la pared, -iola fue 8asta al lavao, donde las c8icas se lavaan cara ! aAilas al acaar la clase de gimnasia, ! con el caramelo rea7ó la mugre lancu>ca que recuría el desagMe" Por último se acercó a +lice ! ofreci&ndole aquella asquerosidad le dijoC 9 $oma, de fresa como querías" 9No reía" $enía el aire serio ! resuelto de quien est2 8aciendo algo doloroso pero necesario" +lice negó sacudiendo la cae>a ! se pegó aún m2s a la pared" 9 ;u& pasa< ;=a no lo quieres< 9 Nada, lo 8as pedido ! a8ora te lo comes 9terció Dederica" +tice tragó saliva ! osó decirC 9 ;= si no lo quiero< 9 Si no lo qu quie iere res, s, aten atente te a las las cons consec ecue uenc ncia iass 9con 9conte test stóó -iol -iola, a, enigm2tica" 9 ;u& consecuencias< consecuencias< 9 Las consecuencias no se saen, nunca se saen" Pret Preten ende denn ence encerr rrar arme me en el vest vestua uari rioo de tíos tíos,, pens pensóó +lic +lice, e, o desnudarme desnudarme ! no devolverme luego la ropa" $emlando, aunque de manera casi imperceptile, alargó la mano ! -iola dejó caer el asqueroso caramelo en la palma" Lentamente, +lice se lo llevó a la oca"
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Las otras 8aían enmudecido ! parecían preguntarse si sería capa> de com&rselo" -iola permaneció impasile" +lice depositó el caramelo en la lengua ! sintió cómo la pelusa ad8erida se empapaa en saliva" asticó dos veces ! algo crujió entre sus dientes" No vomites, se dijo, no dees vomitar" $ragó un flujo de saliva ! con &l el caramelo, que le ajó con dificultad por el esófago, como si fuera una piedra" El tuo fluorescente del tec8o >umaa, del gimnasio llegaan confusas las voces ! risas de los c8icos" La atmósfera en aquellos suterr2neos estaa enrarecida ! por las peque7as ventanas no circulaa el aire" -iola se quedó mirando a +lice toda seria e inclinó la cae>a con aproación" Luego 8i>o una se7a como diciendo «=a podemos irnos(, dio media vuelta !, pasando junto a las otras tres sin dignarse mirarlas, salió del vestuario" Baía algo importante que saer sore enis" + decir verdad, &l creía que era lo único que merecía la pena conocer de &l ! por eso nunca se lo 8aía dic8o a nadie" Su secreto tenía un nomre terrile, que se ce7ía como nailon a sus pensamientos ! los asfiAiaa" Gravitaa en su conciencia como una condena ineluctale, con la que antes o despu&s tendría que enfrentarse" $enía die> a7os cuando, un día, al guiarle su profesor de piano los dedos por toda la escala de re ma!or con su c2lida palma, eAperimentó una emoción que lo dejó sin aliento ! le provocó tal erección que 8uo de inclinarse un poco para tapar el ulto que le 8acía en los pantalones del c82ndal" esde entonces aquel momento simoli>ó para &l el verdadero amor, ! en adelante tanteó cada rincón de su vida en usca del calor ad8erente de aquel contacto" ?ada ve> que recuerdos como &ste invadían su 2nimo, a tal punto que el cuello ! las manos empe>aan a sudarle, enis se encerraa en el cuarto de a7o ! se masturaa con furor, sentado al rev&s en la ta>a del v2ter" El placer no duraa m2s que un instante ! sólo se irradiaa unos centímetros en torno a su seAo" En camio, el sentimiento de culpa caía sore &l como una duc8a de agua sucia que le calaa la piel ! penetraa 8asta las entra7as, pudri&ndolo todo poco a poco como la 8umedad corroe las paredes de las casas"
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Estaan en clase de :iología, en el laoratorio del sótano" enis oservaa cómo attia seccionaa un filete separando las firas lancas de las rojas, ! sentía el impulso de acariciarle las manos" uería comproar si aquel molesto co2gulo sensual que llevaa enquistado en la cae>a se des8aría como mantequilla al contacto del compa7ero de quien se 8aía enamorado" Estaan sentados juntos, los dos con los antera>os apo!ados en la mesa" Fna fila de matraces, proetas ! redomas los separaa del resto de la clase ! refractaa la lu> deformando cuanto quedaa al otro lado" ?oncentrado en la laor, attia llevaa al menos media 8ora sin levantar la vista" La iología no le gustaa, pero cumplía su deer con la misma aplicación que ponía en las dem2s asignaturas" La materia org2nica, vulnerale e imperfecta, le resultaa del todo ajena" El olor vital que re>umaa aquel tro>o de carne cruda apenas le causaa un leve fastidio" ?on unas pin>as tomó un sutil filamento lanco ! lo depositó en la platina del microscopio, aplicó el ojo ! enfocó" Due apunt2ndolo todo en un cuaderno cuadriculado e 8i>o un diujo de la imagen" enis dio un profundo suspiro !, arm2ndose de valor como si tuviera que >amullirse de espaldas, le preguntóC 9 atti, ;tú tienes algún secreto< attia pareció 8acer oídos sordos, pero el escalpelo con que estaa cortando otra sección de músculo se le escapó ! ca!ó tintineando sore el talero met2lico" Lo recogió con un lento adem2n" enis aguardó unos segundos@ attia se 8aía quedado inmóvil con el instrumento suspendido a un par de centímetros de la carne" 9 + mí puedes cont2rmelo" 9+8ora que se 8aía lan>ado, a8ora que 8aía dado un paso en la intimidad fascinante del compa7ero, la cara le palpitaa de emoción ! no estaa dispuesto a desistir9" =o tami&n tengo uno" attia seccionó el músculo de un tajo limpio, como si 8uiera querido rematarlo, ! dijo en vo> ajaC 9 =o no tengo ningún secreto" 9 Si me dices el tu!o, !o te digo el mío 9insistió enis" +cercó el taurete ! notó que attia se ponía tenso" 9 Ba! que terminar el eAperimento 9dijo &ste con vo> 2tona, mirando ineApresivo el tro>o de carne9, o no podremos completar la fic8a"
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9 + mí la fic8a me da lo mismo 9repuso enis9" ime qu& te 8as 8ec8o en las manos" attia inspiró tres veces" En el aire flotaan levísimas mol&culas de etanol ! algunas le penetraron en la nari>@ notó con grato picor cómo ascendían por el taique nasal ! le llegaan a los ojos" 9 ;e verdad quieres saer lo que me 8e 8ec8o en las manos< 9preguntó, volviendo la cara 8acia enis pero mirando los frascos de formol alineados tras &l, en los que se conservaan fetos ! miemros de animales" El otro asintió temlando9" Pues mira" Empu7ó el escalpelo, introdujo la punta entre los dedos índice ! medio ! la corrió 8asta la mu7eca" El jueves, -iola la esperó en la puerta del colegio" ?ru>aa la verja cuando la paró tir2ndole de la manga ! llam2ndola por su nomre@ soresaltada, +lice pensó al punto en lo del caramelo ! sintió n2useas ! mareo" ?uando las cuatro pavas la tomaan con una, le 8acían la vida imposile" 9 La de mates va a preguntarme, no s& nada ! no quiero entrar 9le dijo -iola" +lice se quedó mir2ndola sin comprender@ la otra no parecía 8ostil, pero no se fiaa" Hntentó desprenderse" 9 ;amos una vuelta tú ! !o solas< 9propuso -iola9" Sí, tú ! !o solas" 9+lice miró a un lado ! otro aterrada9" -enga, vamos, que no nos vean aquí 9la apremió" 9 Es queI 9quiso ojetar, pero -iola, sin escuc8arla, le tiró con m2s fuer>a de la manga" $uvo que seguirla, corriendo a trompicones, 8asta la parada del autoús" Se sentaron juntas" +lice se arrimó todo lo que pudo a la ventanilla para dejar sitio a -iola ! quedó a la espera de que algo, algo terrile, ocurriera de un momento a otro" -iola, por su parte, estaa radiante" Sacó un pintalaios del olso ! empe>ó a aplic2rselo, luego se lo ofreció a ella, que re8usó moviendo la cae>a" +tr2s dejaan el colegio" 9 i padre me va a matar 9murmuró@ le temlaan las piernas" -iola dio un suspiro ! dijoC
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9 %-a' $rae tu 8oja de ausencias" 9Estudió la firma de su padre ! a7adió9C ?8upado@ !o te firmo" Le mostró su propia 8oja ! fue indic2ndole todas las firmas que 8aía falsificado los días en que 8acía novillos" 9 +dem2s 9conclu!ó9, ma7ana a primera 8ora toca do7a Dollini, ! no ve" = comen>ó a 8alarle de las clases, de que las matem2ticas no le interesaan porque pensaa estudiar derec8o" + +lice le costaa atender" Pensaa en lo que le 8aía 8ec8o el día anterior en el vestuario ! no se eAplicaa aquella repentina confian>a" Se apearon en la pla>a ! ec8aron a caminar por los pórticos" e pronto -iola entró en una tienda de ropa con escaparates fluorescentes en la que +lice nunca 8aía estado" Se comportaa como si fueran amigas de toda la vida" uiso que se proaran prendas ! todas las elegía ella" ?uando -iola le preguntó la talla, ella contestó avergon>ada la treinta ! oc8o" Las dependientas las miraan recelosas, pero -iola no 8acía caso" Se camiaan en el mismo proador ! +lice pudo comparar amos cuerpos" +l final no compraron nada" Luego fueron a un ar ! -iola pidió dos caf&s, sin preguntarle qu& quería tomar" +lice estaa aturdida ! no entendía nada, pero una dic8a nueva e inesperada empe>aa a arirse paso en su alma" +caó olvid2ndose de su padre ! de las clases" Estaa sentada en un ar con -iola :ai ! aquel momento les pertenecía sólo a ellas" -iola fumó tres cigarrillos ! quiso que ella tami&n fumara" ?ada ve> que su nueva amiga rompía a toser, -iola reía mostrando unos dientes perfectos" La sometió a un reve interrogatorio acerca de los novios que no 8aía tenido ! los esos que no 8aía dado" +lice contestaa 8umillando la mirada" «%No me digas que nunca 8as tenido novio' ;e veras<( +lice asentía moviendo la cae>a" «%Hncreíle' %u& desgracia' 9eAclamaa -iola9" Ba! que 8acer algo, no querr2s morir virgen, ;verdad<( +sí que al día siguiente, en el recreo de las die>, se dieron una vuelta por el colegio en usca de un novio para +lice" -iola se des8i>o de Giada ! las otras dici&ndoles que tenían cosas que 8acer, ! las dos salieron del aula cogidas de la mano" =a lo 8aía planeado todo" Sería en su fiesta de cumplea7os, al s2ado siguiente" Sólo faltaa encontrar al tío adecuado" ientras cru>aan el pasillo le ia se7alando c8icos ! decía «ira qu& culo(, «No est2 mal(, «)se sae 8acerlo("
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+lice sonreía nerviosa ! no se decidía por ninguno" En su imaginación se representaa con gran inquietud el momento en que un c8ico le metiera las manos por la camiseta ! descuriera que, ajo aquella ropa que tan ien le sentaa, no 8aía m2s que molla ! carne fofa" Estaan acodadas en la arandilla de la escalera de emergencia, en el segundo piso, viendo a los c8icos jugar al fútol en el patio con un alón amarillo medio desinflado" desinflado" 9 ;= $rivero< 9le preguntó -iola" 9 No s& qui&n es" 9 ;No saes qui&n es< -a a quinto" Ha a remo con mi 8ermana" Se dicen cosas interesantes de &l" 9 ;u& cosas< -iola 8i>o un adem2n amiguo ! se ec8ó a reír sonoramente, complacida del efecto desconcertante de sus alusiones" +lice se ruori>ó aruptamente ! al mismo tiempo tuvo la maravillosa certe>a de que su soledad 8aía por fin concluido" Dueron a la planta aja ! pasaron por el sitio de las m2quinas eApendedoras de eidas ! tentempi&s" Los estudiantes formaan colas caóticas ! 8acían tintinear monedas en los olsillos de los vaqueros" 9 -a, tienes que decidirte 9dijo -iola" +purada, +lice miró alrededor girando sore sí misma, ! al final, se7alando a dos c8icos que 8aía aparte, cerca de la ventana, juntos pero sin 8alarse ni mirarse, dijoC 9 +qu&l no me parece mal" 9 ;?u2l< ;El de la venda o el otro< 9 El de la venda" -iola se quedó mir2ndola con unos ojos aiertos que parecían oc&anos" 9 No seas loca, ;tú saes lo que 8a 8ec8o &se< +lice negó con la cae>a" 9 Se clavó un cuc8illo en la mano, adrede, aquí en el colegio" +lice se encogió de 8omros" 9 Pues a mí me parece interesante" 9 ;Hnteresante< Es un psicópata" )se es capa> de descuarti>arte ! meterte en el congelador" 33
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+lice sonrió, pero sin dejar de mirar al c8ico del corte en la manoC tenía la cae>a gac8a en una actitud que le daan ganas de acercarse, levantarle la cara ! decirleC «írame, que esto! aquí"( 9 ;e verdad te gusta< 9insistió -iola" 9 Sí 9confirmó +lice" La otra se encogió de 8omros" 9 Pues a por &l" = tomando a +lice de la mano la llevó 8asta los dos c8icos" attia miraa 8acia fuera por los cristales opacos de la ventana" Era un día luminoso, un anticipo de primavera a principios de mar>o" El fuerte viento, que por la noc8e 8aía limpiado la atmósfera, parecía llevarse tami&n el tiempo, 8aciendo que pasara m2s r2pido" ?ontando los tejados que desde allí lograa ver, attia trataa de calcular a qu& distancia se 8allaa el 8ori>onte" + su lado, enis lo oservaa de sosla!o intentando adivinar sus pens pensam amie ient ntos os"" No 8a 8aí ían an come coment ntad adoo lo ocur ocurri rido do en el lao laora rato tori rioo de iología" Balaan poco, pero pasaan muc8o tiempo juntos, sumido cada cual en su propio aismo, aunque sinti&ndose sostenidos ! salvados por el otro, sin necesidad de muc8as palaras" 9 Bola 9o!ó attia a sus espaldas" En el cristal vio reflejadas a dos c8icas cogidas de la mano" Se giró" enis lo miró con aire inquisitivo" Las c8icas parecían esperar algo" 9 Bola 9contestó attia en vo> aja, ! agac8ó la cae>a para evitar la mirada penetrante de una de ellas" 9 =o so! -iola, ! ella +lice 9dijo la que así lo miraa9" -amos a segundo :" attia asintió" enis estaa oquiaierto" Ninguno de los dos dijo nada" 9 u& 9prosiguió -iola9, ;no os present2is< attia pronunció su nomre en vo> aja, como si m2s ien se lo recordara a sí mismo, ! tendió landamente la mano sin vendar a -iola, que la estrec8ó con fuer>a@ la amiga lo 8i>o ro>2ndola apenas, ! sonrió mirando a otra parte" enis se presentó tami&n ! no menos torpemente"
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9 ueríamos invitaros a mi fiesta de cumplea7os, que es el s2ado 9dijo -iola" enis uscó de nuevo los ojos del amigo, en vano" attia miraa a +lice, que seguía eso>ando una media sonrisa tímida, ! pensó que aquella oca, de laios p2lidos ! finos, parecía ora de un afilado isturí" 9 ;= por qu&< 9preguntó" -iola lo miró con gesto torvo ! se volvió 8acia +lice con una eApresión que significaa !a te decía que estaa loco" 9 ;?ómo que por qu&< Pues porque nos da la gana" 9 Gracias, pero no puedo 9contestó attia" +liviado, enis se apresuró a decir que &l tampoco" -iola no le 8i>o caso" + ella le interesaa el de la mano vendada" 9 +8, ;no< 9repuso provocadora9" Ser2 que tienes muc8os compromisos para el s2ado noc8e" ;Bas quedado con tu amiguito para jugar a los videojuegos< ;6 piensas cortarte otra ve> las venas< +l decir esto, -iola sintió un escalofrío a la ve> de terror ! eAcitación" +lice le dio un apretón en la mano indic2ndole que se callara" attia no pensó sino que 8aía olvidado el número de tejados ! no tendría tiempo de contarlos de nuevo antes de que sonara el timre" 9 No me gustan las fiestas 9adujo" -iola se esfor>ó por reír ! emitió una serie de jijíes agudos" 9 u& raro, si a todos les gustan las fiestas" = se dio con el dedo dos golpecitos en la sien derec8a" +lice le 8aía soltado la mano ! tenía la su!a, sin darse cuenta, en el vientre" 9 Pues a mí no 9replicó attia en tono severo" -iola lo miró con desafío ! &l le sostuvo la mirada con semlante ineApresivo" +lice 8aía dado un paso atr2s" -iola arió la oca para replicar algo, pero en ese momento sonó el timre" attia ec8ó a caminar resuelto 8acia la escalera, dando por terminada la conversación" enis lo siguió como arrastrado por su estela" esde que entró al servicio de los ella *occa, Soledad Galienas sólo 8aía tenido un desli>" Baía ocurrido cuatro a7os atr2s, una noc8e lluviosa en que los amos 8aían ido a cenar a casa de unos amigos" 35
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En el armario, Soledad sólo tenía ropa negra, inclu!endo la íntima" e esa manera se le 8acía tan presente la muerte de su marido en accidente laoral que a veces acaaa 8asta por creerla" Se lo imaginaa de pie en un andamio, a veinte metros del suelo, con el cigarrillo entre los dientes, nivelando una capa de cemento para poner encima otra 8ilera de ladrillos" Lo veía trope>ar en una 8erramienta, o en una soga enrollada, la soga con que tendría que 8aerse sujetado ! que rec8a>ó por considerarlo cosa de novatos@ lo veía tamalearse sore los talones ! precipitarse al vacío dando un grito" El plano se ampliaa entonces para representar al marido ca!endo como un puntito oscuro que agitaa los ra>os en el vacío" +quel recuerdo artificial concluía con una vista desde arriaC el cuerpo aplastado contra el suelo polvoriento del edificio en oras@ eA2nime ! idimensional, con los ojos aún aiertos, oca arria en medio de una manc8a de sangre que se eApandía poco a poco" Digurarse esto le producía un grato temlor de angustia entre nari> ! garganta !, si lo pensaa un rato, 8asta se le saltaan algunas l2grimas sólo de autocompasión" Porque lo cierto era que su marido la 8aía aandonado, que un uen día se 8aía ido, proalemente para re8acer su vida con otra, ! desde entonces nada saía de &l" ?uando emigró a Htalia se 8i>o pasar por viuda con un pasado digno de contar, !a que del verdadero nada 8aía que decir" -estir de negro ! pensar que los dem2s podían ver en su mirada la 8uella de un drama, de un dolor inconsolale, le proporcionaa seguridad" Llevaa el luto con dignidad ! 8asta aquella noc8e nunca 8aía traicionado la memoria del difunto" El s2ado ia a la misa de las seis para estar de vuelta a la 8ora de la cena" Ernesto llevaa semanas pretendi&ndola" +l acaar el oficio la esperaa fuera !, siempre con gran ceremonia, se ofrecía a acompa7arla a casa" Soledad se recataa en su vestido negro pero al final consentía" )l le 8alaa de cuando traajaa en correos ! de lo larga que se le 8acía la tarde solo en casa, con tantos a7os a cuestas ! tantos fantasmas con los que lidiar" Era ma!or que ella ! su mujer 8aía muerto de c2ncer de p2ncreas" ?aminaan cogidos del ra>o ! mu! formales" +quella tarde Ernesto la acogió ajo su paraguas !, por guarecerla mejor, &l se mojó la cae>a ! el arigo" La felicitó por su italiano, que mejoraa de semana en semana, ! ella soltó una risita afectando emara>o" Por un gesto torpe, por una falta de sincronía, al llegar a casa de los ella *occa, en ve> de despedirse como amigos, con dos castos esos en las mejillas, se ro>aron los laios" Ernesto se eAcusó, pero acto seguido se inclinó de nuevo ! la esó en la oca@ Soledad sintió que el polvo que en 36
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todos aquellos a7os se le 8aía depositado en el cora>ón se levantaa en torellino ! se le metía en los ojos" Due ella quien lo invitó a entrar" $enía que permanecer escondido en su 8aitación un par de 8oras, mientras ella daa de cenar a +lice ! la acostaa" Los amos no tardarían en salir ! volverían tarde" Ernesto dio gracias a ios de que ciertas cosas aún pudieran ocurrir a su edad" Entraron sigilosamente" Soledad llevó al amante a su 8aitación cogido de la mano, como a un adolescente, intim2ndolo al silencio con un dedo en los laios" Luego, a toda prisa, le preparó la cena a +lice, se quedó mir2ndola mientras se la comía lentamente, ! al fin le dijo que parecía cansada ! mejor sería que se acostase" +lice contestó que quería ver la tele, ! Soledad, con tal de lirarse de ella, se lo permitió a condición de que la viera en la u8ardilla" +lice se fue al piso de arria, ! aprovec8ó que su padre no estaa para andar arrastrando los pies" Soledad se reunió con su amante" Estuvieron largo rato es2ndose, sentados uno junto al otro, sin saer qu& 8acer con las manos, a>orados, faltos de pr2ctica" +l final Ernesto se atrevió a ara>arla" ientras &l regaa con el endialado cierre del sujetador ! susurraa eAcusas por su poca ma7a, ella se sintió joven, ella ! desenvuelta" ?erró los ojos ! cuando los arió vio a +lice en el umral" 9 ?o7o 9se le escapó9, ;qu& 8aces aquí< Se apartó de Ernesto ! se curió los pec8os con el ra>o" +lice los oservaa con la cae>a ladeada, sin sorpresa, como a animales en el >oo" 9 No puedo dormir 9dijo" Por una misteriosa coincidencia, Soledad se acordó de aquello cuando, al girarse en un momento dado, vio a +lice en la puerta del despac8o" Estaa quitando el polvo de la lirería" Sacaa de tres en tres los pesados volúmenes de una de las enciclopedias del aogado, encuadernada en verde oscuro con lomo dorado, ! los sostenía con el ra>o i>quierdo, que !a empe>aa a cans2rsele, mientras con la mano derec8a pasaa el trapo por los anaqueles de caoa, 8asta los rincones m2s recónditos, pues una ve> el amo se 8aía quejado de que sólo limpiaa lo que se veía" Bacía a7os que +lice no entraa en el despac8o de su padre" Fn invisile muro de 8ostilidad le impedía franquear el umral" Estaa segura de que apenas pisara el parquet, de 8ipnótico diujo geom&trico, la madera cedería ajo su peso ! ella se precipitaría en un oscuro aismo"
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$odo el recinto estaa impregnado del intenso olor de su padre, los folios ordenadamente apilados en la mesa, los cortinones color crema" e peque7a, cuando ia a llamarlo para la cena, +lice entraa de puntillas ! siempre dudaa antes de 8alar, por el respeto que le imponía la figura de su padre inclinado sore la mesa, estudiando sus complicados papeles con gafas de montura de plata" ?uando advertía la presencia de su 8ija, el aogado al>aa despacio la cae>a ! fruncía el ce7o como pregunt2ndose qu& 8acía allí" Por fin asentía, eso>aa un amago de sonrisa ! decíaC «-o!"( +lice tenía la impresión de seguir o!endo resonar aquella única palara en el despac8o, como si 8uiera quedado atrapada entre aquellas cuatro paredes empapeladas ! dentro de su cae>a" 9 Bola, mi amorcito 9le dijo Soledad" Seguía llam2ndola así pese a que la joven que tenía delante 8ec8a un palillo se parecía poco a la adormilada criatura que en otro tiempo vestía ! llevaa al colegio todas las ma7anas" 9 Bola 9contestó +lice" Soledad la miró unos segundos esperando que dijera algo, pero +lice, nerviosa, desvió la mirada" La criada siguió con lo su!o" 9 Sol 9dijo al fin +lice" 9 ;u&< 9 $engo que pedirte una cosa" Soledad dejó los volúmenes en la mesa ! se le acercó" 9 ime, mi amorcito " 9 Necesito que me 8agas un favor" 9 ;Fn favor< ?laro, dime" +lice se enrolló en el dedo el el2stico de los pantalones" 9 El s2ado vo! al cumplea7os de mi amiga -iola" 38
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9 +!, pues qu& ien 9sonrió Soledad" 9 uiero llevar un postre ! me gustaría prepararlo !o" ;$ú me a!udarías< 9 Pues claro, mi vida" ;u& postre< 9 No lo s&, una tarta, o un tiramisúI o esa tarta que 8aces tú con canela" 9 La tarta de mi madre 9dijo Soledad no sin orgullo9" =o te ense7o cómo se prepara" +lice la miró suplicante" 9 Entonces, ;vamos el s2ado a 8acer la compra, aunque lires< 9 Pues claro, mi vida" Por un momento, Soledad se sintió importante ! en aquella joven insegura reconoció a la ni7a que 8aía criado" 9 ;= podrías llevarme a otro sitio< 9preguntó +lice" 9 ;+ qu& sitio< La muc8ac8a vaciló un instante ! luego contestó decididaC 9 + 8acerme un tatuaje" 9 68, mi amorcito 9ojetó Soledad con pena9" =a saes que tu padre no quiere" 9 No tiene por qu& saerlo" = no me lo ver2 9insistió +lice, gimoteando" Soledad sacudió la cae>a" 9 -a, Sol, por favor 9le suplicó +lice9" Si vo! sola no me lo 8ar2n, se necesita el permiso de los padres" 9 ;= entonces !o qu& puedo 8acer< 9 Bacerte pasar por mi madre" Sólo tienes que firmar un papel ! no te preguntar2n nada" 9 a igual, no puede ser" $u padre me despediría" +lice se puso de pronto m2s seria ! la miró fijamente"
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9 Ser2 nuestro secreto, Sol" 9Bi>o una pausa9" +l fin ! al cao !a tenemos uno, ;o no< Soledad la miró desconcertada, sin comprender al pronto" 9 =o s& guardar un secreto 9prosiguió +lice, con calma" Se sentía fuerte ! despiadada como -iola9" Si no, 8ace tiempo que te 8arían despedido" La criada sintió una opresión en la garganta ! alucióC 9 PeroI 9 ;Sí o no< 9la apremió +lice" Soledad 8umilló los ojos ! murmuróC 9 -ale" Se dio media vuelta ! empe>ó a ordenar los liros de la estantería, mientras se le saltaan dos lagrimones" attia era delieradamente mu! silencioso en todos sus movimientos" +unque saía que el desorden del mundo no puede sino aumentar, que el ruido de fondo crecer2 8asta curir toda se7al co8erente, creía que si ejecutaa con cuidado todos sus actos tendría menos culpa en esta lenta desintegración" ?aminaa apo!ando primero la punta del pie ! luego el talón, descansando el peso en amos eAtremos, con lo que reducía al mínimo la superficie de contacto con el suelo" Baía aprendido esta t&cnica 8acía a7os, cuando se levantaa por las noc8es ! registraa en secreto la casa, porque las manos se le secaan tanto que para seguir sinti&ndolas su!as nada le parecía mejor que pasar por ellas algún ojeto con filo" ?on el tiempo, aquel andar raro ! sigiloso 8aía acaado siendo su natural caminar" No era infrecuente que sus padres se lo encontraran repentinamente de frente, cual 8olograma pro!ectado desde el suelo, con su mirada ce7uda ! la oca siempre cerrada" Fn día a su madre se le ca!ó un plato del susto@ attia se agac8ó a recoger los tro>os ! astante le costó resistir la atracción de aquellos ordes afilados" Su madre le dio las gracias con emara>o ! cuando &l desapareció se sentó en el suelo ! allí se quedó un uen rato, derrotada" attia giró la llave en la puerta de la casa" Baía aprendido que si tiraa del pomo ! tapaa con la mano el ojo de la cerradura podía a8ogar casi del todo el c8asquido del pestillo" = aún m2s con la mano vendada"
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Se desli>ó en el vestíulo, introdujo la llave por dentro ! repitió la operación@ no parecía sino que allanara su propia morada" Su padre !a estaa en casa, 8aía vuelto antes de lo 8aitual" ?uando o!ó que al>aa la vo> se detuvo, sin saer si pasar por el salón e interrumpir la discusión de sus padres, o salir de nuevo ! no entrar 8asta que desde el patio viera que apagaan la lu>" 9 I que no me parece justo 9decía su padre en tono de reproc8e" 9 ?laro 9replicó +dele9, tú prefieres 8acer como si nada, fingir que no pasa nada" 9 ;Pues qu& es lo que pasa< Buo una pausa" attia pudo imaginarse con claridad a su madre aatir la cae>a ! apretar los laios, como diciendo contigo es imposile" 9 ;ue qu& pasa< 9contestó9" Pasa queI attia se detuvo a un paso de la franja de lu> que pro!ectaa la puerta del salón sore el vestíulo" 6servó la línea de somra que ia del suelo a las paredes ! el tec8o" Dormaa un trapecio, aunque se dijo que era por enga7o de la perspectiva" Su madre suspendía con frecuencia las frases a la mitad, como si mientras las pronunciaa se olvidara del final" +quellas interrupciones dejaan en sus ojos ! en el aire como urujas de vacío que attia se imaginaa 8aciendo eAplotar con el dedo" 9 Pasa que delante de todos sus compa7eros se 8a clavado un cuc8illo en la mano" Pasa que creíamos que eso se 8aía terminado ! 8emos vuelto a equivocarnos 9contestó su madre" attia comprendió que 8alaan de &l, pero no se inmutó" Sólo se sintió algo culpale de estar allí escuc8ando una conversación que no deía" 9 Pero &sa no es ra>ón para 8alar con los profesores a sus espaldas 9replicó el padre, si ien en tono m2s 8umilde9" =a es ma!orcito ! tiene derec8o a estar presente" 9 Por ios, Pietro 9replicó la madre, que nunca lo llamaa por su nomre9, la cuestión no es &sa, ;no lo ves< = deja de tratarlo como si fueraI 9Se interrumpió" El silencio se eApandió por el amiente como carga electrost2tica" attia tuvo un estremecimiento" 9 ;?omo si fuera qu&< 9 ?omo si fuera normal 9reconoció la madre" 41
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attia notó que la vo> le temlaa un poco ! se preguntó si estaría llorando" esde aquella tarde era algo que le sucedía a menudo, casi siempre sin motivo, o porque la carne le 8aía quedado gomosa o las plantas del alcón se 8aían llenado de par2sitos" Pero, fuera por lo que fuese, siempre lloraa con la misma desesperación, como si todo fuera irremediale" 9 Sus profesores dicen que no tiene amigos, que sólo 8ala con el compa7ero de al lado ! siempre est2 con &l" ?uando a su edad los c8icos salen por la noc8e, liganI 9 ;No creer2s que esI 9la interrumpió el padre9 que esI< attia quiso completar la frase, aunque no supo cómo" 9 No, no lo creo 9contestó la madre9, aunque casi prefiero que sólo sea eso" + veces pienso que algo de ic8ela se 8a reencarnado en &l" El padre soltó un profundo resoplido ! dijo con cierta irritaciónC 9 Prometiste que no volverías a 8alar del tema" attia pensó un instante en ic8ela, que 8aía desaparecido en la nada, pero enseguida distrajo su atención la imagen empeque7ecida ! distorsionada de sus padres reflejada en la superficie curva ! pulida de un paragMero" Empe>ó a rascarse el codo con la llave, cu!os dientes notaa pasar por el 8ueso" 9 ;Saes lo que m2s miedo me da< 9dijo +dele9" Las uenas notas que saca, nueves, dieces, siempre las m2s altasI Ba! algo espantoso en eso" attia o!ó que su madre se soría, primero una ve> ! luego otra, esta última como si tuviera la nari> oprimida contra algo" Supuso que su padre la 8aía ara>ado" 9 $iene quince a7os, edad cruel 9dijo Pietro" La madre no contestó" attia o!ó cómo aquellos sollo>os rítmicos aumentaan 8asta un punto 2lgido ! luego disminuían poco a poco 8asta cesar" +provec8ando aquel silencio entró en el salón" Beridos por la lu>, los ojos se le cerraron levemente" Se detuvo a dos pasos de sus padres, que, ara>ados, lo miraron con pasmo, como dos c8iquillos sorprendidos 8aciendo manitas" Sus semlantes estupefactos parecían preguntar cu2nto tiempo llevaa a8í" attia miró un punto intermedio entre amos ! dijoC 9 El s2ado vo! a la fiesta de unos amigos" Luego continuó 8acia el pasillo ! se metió en su cuarto" 42
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El de los tatuajes miró receloso primero a +lice ! luego a aquella mujer de piel oscura ! eApresión temerosa a la que la cría 8aía presentado como su madre" No se lo cre!ó ni por un segundo, pero no era asunto su!o" + mentiras como aqu&lla ! a adolescentes capric8osas estaa acostumrado" = cada ve> son m2s jóvenes, pensó, &sta no tendr2 ni diecisiete" +unque tampoco ia a rec8a>ar un traajo por cuestión de principios" Bi>o sentarse a la mujer, que estuvo el resto del tiempo, quieta ! en silencio, con el olso entre las manos, como si de un momento a otro fuera a marc8arse, ! mirando a todos lados menos a la aguja" La cría no se quejó" )l le preguntaa si le dolía, pues era una pregunta que no podía dejar de 8acer, ! ella contestaa que no apretando los dientes" +l final le aconsejó que llevara la gasa al menos tres días ! se limpiara la 8erida ma7ana ! noc8e durante una semana, le regaló un frasco de vaselina ! se guardó la pasta" En el a7o de su casa, +lice despegó el esparadrapo que sujetaa la venda" El tatuaje tenía unas cuantas 8oras de vida ! !a se lo 8aía mirado por lo menos die> veces" = siempre que lo 8acía su entusiasmo se evaporaa un poco como agua de c8arco al sol de agosto" Esta ve> se fijó en lo roja que se 8aía puesto la piel alrededor del diujo ! con un nudo en la garganta se preguntó si recuperaría su color natural" Pero pronto desec8ó tal temor" 6diaa que todo lo que 8acía se le antojara irremediale, definitivo" Lo llamaa «el peso de las consecuencias( ! estaa convencida de que era otro de los fastidiosos rasgos paternos que con los a7os arraigaan m2s ! m2s en su ser" Envidiaa raiosamente la despreocupación de las c8icas de su edad, su frívolo sentido de inmortalidad" eseaa poseer la ligere>a que correspondía a sus quince a7os, pero cuando trataa de alcan>arla no sentía sino la furia con que volaa el tiempo" = el peso de las consecuencias se volvía insoportale ! sus pensamientos empe>aan a dar vueltas cada ve> m2s r2pido, en círculos m2s ! m2s estrec8os" En el último momento 8aía camiado de idea, ! así se lo dijo al tío que 8aía encendido aquella >umante m2quina ! aproAimaa a su vientre la punta de la aguja" ;=a no quieres 8ac&rtelo<, le preguntó el otro sin sorpresa" Ella contestó que sí quería, pero no una rosa, sino una violeta" El de los tatuajes se quedó mir2ndola desconcertado ! le dijo que no saía mu! ien cómo eran las violetas" Pues parecidas a las margaritas, le eAplicó +lice, pero con tres p&talos arria ! dos aajo, ! de color lila" -ale, dijo el otro, ! puso manos a la ora"
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+lice se miró la florecilla que le adornaa el omligo ! se preguntó si -iola entendería que se lo 8aía 8ec8o por ella, por su amistad" ecidió que no se lo ense7aría 8asta el lunes" uería mostr2rselo sin costras ! en todo el esplendor de su piel clara" Se reproc8ó no 8aer despertado antes, porque 8aría podido tenerlo listo para la noc8e" Se figuró qu& pasaría cuando se lo ense7ara en secreto al c8ico al que 8aía invitado a la fiesta" os días antes attia se 8aía presentado ante ella ! -iola con su aire ensimismado ! les 8aía dic8o que &l ! enis irían a la fiesta" -iola no tuvo tiempo de 8acer ningún comentario desagradale, porque al instante el c8ico dio media vuelta ! se alejó pasillo adelante, cai>ajo" No estaa segura de querer esarlo, pero la suerte !a estaa ec8ada ! si se acoardaa quedaría fatal ante -iola" ?alculó la altura eAacta a la que deía quedar el riete de la raga para que se viera el tatuaje pero no la cicatri> que 8aía justo deajo" Se puso unos vaqueros, una camiseta ! un su&ter 8olgado que le tapara todo, tatuaje, cicatri> ! 8uesudas caderas" Salió del a7o ! fue a la cocina, donde Soledad estaa preparando para ella su tarta con canela" ?on 8ondas ! prolongadas inspiraciones, enis trataa de llenar sus pulmones del olor del coc8e de Pietro :alossino, olor a sudor levemente acre que no parecían re>umar tanto las personas como las fundas ignífugas de los asientos, ! a algo 8úmedo que deía de llevar allí muc8os días, oculto qui>2 ajo las alfomrillas" +quellos olores se me>claan formando una especie de venda c2lida que le envolvía la cara" ?on gusto se 8aría quedado toda la noc8e en aquel coc8e, recorriendo una ! otra ve> las carreteras medio oscuras de la colina, viendo cómo los faros de los coc8es que venían en sentido contrario iluminaan la cara de su amigo ! la dejaan nuevamente en la somra, para no consumirla" attia ia sentado delante, con su padre" enis, que espiaa sus semlantes ineApresivos, tenía la impresión de que se 8uieran puesto de acuerdo para no pronunciar palara en todo el tra!ecto, ! para evitar que ni por casualidad se cru>asen sus miradas" 6servó que tenían el mismo modo de coger los ojetos, ro>2ndolos con los dedos estirados m2s que apret2ndolos, como si temieran deformarlos" +sí manioraa el se7or :alossino el volante" attia pasaa sus lastimadas manos por las aristas de la caja del regalo que su madre le 8aía comprado a -iola, ! que &l llevaa sore sus piernas juntas" 9 ;+sí que vas al colegio con atti< 9dijo el se7or :alossino en tono voluntarioso" 44
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9 Sí 9contestó enis con una vocecita aguda que parecía 8a&rsele atragantado muc8o tiempo9" Nos sentamos juntos" El padre de attia asintió gravemente !, descargada la conciencia, volvió a sumirse en sus pensamientos" attia no pareció ni darse cuenta de este conato de conversación !, sin apartar los ojos del pararisas, siguió pregunt2ndose si la causa de que la ra!a discontinua de la mediana se perciiera como una línea continua era el retraso del ojo en responder o algún otro mecanismo m2s complejo" Pietro :alossino detuvo el coc8e a un metro de la gran verja de entrada de la propiedad de los :ai ! ec8ó el freno de mano, por estar la calle en ligera cuesta" Hnclin2ndose 8acia delante para atisar entre la verja, comentóC 9 No vive mal vuestra amiga" Ni enis ni attia confesaron que de aquella c8ica apenas conocían m2s que el nomre" 9 Entonces os recojo a medianoc8e, ;os parece< 9 + las once 9se apresuró a precisar attia9, mejor a las once" 9 ;+ las once< Pero si !a son las nueve" ;u& pod&is 8acer en un par de 8oras< 9 + las once 9insistió attia" Pietro :alossino inclinó la cae>a ! dijo vale" attia se apeó" enis lo 8i>o tami&n, de mal gradoC temía que en la fiesta attia 8iciera nuevos amigos, c8icos enrollados que se lo quitarían para siempre@ temía no volver a montar en aquel coc8e" Se despidió educadamente del padre de attia, tendi&ndole la mano como 8acen los adultos, ! Pietro :alossino, por no desaroc8arse el cinturón de seguridad, tuvo que ejecutar una ridícula contorsión para estrec82rsela" Los dos amigos se quedaron parados ante la verja ! esperaron a que el coc8e se alejara para tocar el timre" +lice estaa sentada en un eAtremo del lanco sof2" En la mano tenía un vaso de Sprite ! de reojo miraa los voluminosos muslos de Sara $urletti, emutidos en medias oscuras" +plastados contra el sof2 aún parecían m2s gordos, casi el dole" +lice comparó el espacio que ella ocupaa con el que ocupaa su compa7era" Pensar que podía ser tan delgada que resultase invisile le produjo un agradale cosquilleo en el estómago" 45
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?uando vio aparecer a attia ! enis se irguió de golpe ! uscó desesperadamente a -iola con la mirada" +dvirtió que attia no llevaa !a la mano vendada ! quiso ver si le 8aía quedado cicatri>" Por instinto se palpó la su!a propia con el dedo" Saía encontr2rsela deajo de la ropa, era como tener una lomri> en la piel" Los reci&n llegados miraron a un sitio ! otro como animales acorralados, aunque ninguno de los aproAimadamente treinta c8icos que 8aía en la sala reparó en ellos" +lice sí" enis 8acía cuanto 8acía attia, ia a donde &l ia ! miraa a donde &l miraa" attia se acercó a -iola, que estaa cont2ndoles sus apócrifas aventuras a un corro de c8icas, ! sin preguntarse siquiera si conocía a &stas del colegio, se colocó detr2s de ella sosteniendo el regalo con rigide> a la altura del pec8o" ?uando -iola vio que sus amigas apartaan los ojos de su irresistile oca ! miraan m2s all2 de su persona, se volvió ! murmuróC 9 +8, sois vosotros" 9 $oma 9repuso attia" epositó el regalo en los ra>os de la anfitriona ! mascullando le felicitó el cumplea7os" = !a daa media vuelta cuando o!ó que -iola gritaa con vo> eAcitadaC 9 %+li, +li, ven, que 8a llegado tu amigo' enis tragó saliva, que se le antojó llena de pinc8os" Fna de las amigas de -iola susurró a otra algo al oído ! se rió" +lice se levantó del sof2 ! dio los cuatro pasos que la separaan del grupo disimulando su cojera, aunque estaa segura de que todos la miraan" Saludó a enis con una sonrisa ! luego a attia inclinando la cae>a ! diciendo 8ola con un 8ilo de vo>" attia le contestó lo mismo ! enarcó las cejas con soresalto, lo que lo 8i>o parecer aún m2s raro a ojos de -iola" Buo un largo silencio que sólo -iola fue capa> de romper, diciendo con aire radianteC 9 Be descuierto dónde guarda mi 8ermana las pastillas" Las otras dijeron «%Fau'(, todas eAcitadas" 9 ;u&, quer&is unas cuantas< irigió la pregunta a attia, segura de que no saría a qu& se refería" = no se equivocaa, en efecto" 9 ?8icas, vamos 9dijo luego9" = ven tú tami&n, +li" ?ogió a +lice de un ra>o ! las cinco, casi empuj2ndose unas a otras, desaparecieron por el pasillo" 46
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enis se 8alló de nuevo solo con attia ! su cora>ón volvió a latir normalmente" Se acercaron a la mesa de las eidas" 9 Ba! O8isJ! 9oservó enis, entre impresionado ! alarmado9" = vodJa" attia no contestó" $omó un vaso de pl2stico de una pila de vasos, lo llenó de ?oca9?ola 8asta el orde, procurando no pasar del limite en que la tensión superficial del liquido impedía que se desordara, ! lo posó en la mesa" enis se sirvió O8isJ!, mirando a todos lados con disimulo ! confiando secretamente en impresionar a su amigo, que ni siquiera se percató" os paredes m2s all2, en el dormitorio de la 8ermana de -iola, las c8icas 8aían sentado a +lice en la cama ! la instruían sore lo que deía 8acer" 9 No se la c8upes aunque te lo pida, ;de acuerdo< 9la instó Giada Savarino9" La primera ve> como muc8o 8a>le una paja" +lice se ec8ó a reír a>orada, sin saer si Giada 8alaa en serio" 9 $ú a8ora vas ! te pones a 8alar con &l 9le ordenó -iola, que !a tenía un plan clarísimo9" Luego te inventas una eAcusa ! te lo llevas a mi cuarto" 9 ;= qu& eAcusa invento< 9 La que sea, tú ver2s" ue te molesta la música ! quieres un poco de silencio" 9 ;= su amigo, que va siempre pegado a &l< 9 =a nos encargamos nosotras 9contestó -iola con su sonrisa cruel" Se suió con >apatos ! todo a la cama de su 8ermana, cuierta con una colc8a verde claro" +lice pensó que a ella su padre le tenía pro8iido pisar cal>ada las alfomras, ! se preguntó qu& diría si la viera allí, aunque pronto desec8ó aquel pensamiento" -iola arió un cajoncito del muele que colgaa sore la cama, uscó dentro a tientas, pues no alcan>aa a ver, ! sacó al fin una cajita forrada de tela roja con ideogramas dorados" $endió a +lice la mano aierta ! le dijoC 9 $oma" 9En la palma se veía una pastillita a>ul claro ! rillante, cuadrada ! de 2ngulos redondeados, en cu!o centro 8aía graada en forma esquem2tica una mariposa" +lice se acordó del caramelo sucio que aquella misma mano la 8aía oligado a tragar ! sintió que se atragantaa" 9 ;u& es< 9 $ú tómatela, ver2s lo ien que te lo pasas"
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= le gui7ó el ojo" +lice lo pensó un momento" $odas la miraan" Supuso que era otra pruea" ?ogió la pastilla ! se la puso en la lengua" 9 Lista" -amos 9dijo -iola" = en fila india fueron saliendo de la 8aitación, todas con los ojos ajos ! una sonrisa maliciosa" Dederica suplicó a -iola que le diera otra a ella ! -iola le contestó groseramente que lo 8aría cuando le tocara" +lice se esperó a salir la última, ! cuando vio que todas le daan la espalda escupió la pastilla en la mano, se la guardó ! apagó la lu>" ?ual aves rapaces, -iola, Giada, Dederica ! Giulia cercaron a enis, ! -iola le preguntóC 9 ;$e vienes allí con nosotras< 9 ;+ qu&< 9 Luego te lo eAplicamos 9contestó riendo -iola" enis se puso tenso ! uscó amparo en attia, pero vio que su amigo seguía oservando asorto cómo temlaa la ?oca9?ola en el orde del vaso" La música atronaa ! con cada golpe de omo la superficie del líquido se agitaa" attia aguardaa con eAtra7a eApectación el instante en que se desordara" enis contestóC 9 Prefiero quedarme aquí" -iola se impacientóC 9 %u& co7a>o eres, madre mía' -ente ! calla" = le tiró del ra>o" enis intentó resistirse, pero Giada empe>ó a tirar tami&n ! el c8ico se rindió" ej2ndose arrastrar 8acia la cocina, miró por última ve> a su amigoC no se 8aía movido" attia advirtió la presencia de +lice cuando ella puso la mano en la mesa ! rompió el equilirio del vaso, cu!o colmo reosó ! formó en torno al fondo un cerco oscuro" Hnstintivamente al>ó los ojos ! sus miradas se cru>aron" 9 ;u& tal< 9le preguntó ella" attia inclinó la cae>a ! respondióC 9 :ien" 9 ;$e gusta la fiesta< 9 m9mm" 48
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9 + mí la música tan alta me marea" +lice esperó a que &l dijera algo@ lo miraa ! le parecía que no respirase" La eApresión de sus ojos era de mansedumre ! sufrimiento" ?omo la primera ve>, tuvo el impulso de pedirle que la mirara, cogerle la cae>a entre las manos ! decirle que todo iría ien" +l fin se atrevió a preguntarleC 9 ;e acompa7as al otro cuarto< attia inclinó la cae>a, como si 8uiera esperado la pregunta, ! contestóC 9 :ueno" +lice ec8ó a andar 8acia el pasillo ! &l la siguió a dos pasos de distancia, mirando, como siempre, al suelo" Notó que, mientras que la pierna derec8a de +lice, como todas las piernas del mundo, se dolaa con garo por la rodilla ! el pie se apo!aa en el suelo sin 8acer ruido, la i>quierda, rígida, descriía a cada paso un giro 8acia fuera, con lo que por un momento la cadera quedaa desequilirada ! daa la impresión de que +lice fuera a caer de lado, ! cuando por fin tocaa tierra, lo 8acía pesadamente, como si fuera una muleta" Se concentró en aquel ritmo giroscópico !, sin darse cuenta, acompasó su paso al de ella" ?uando llegaron a la 8aitación de -iola, +lice, con una audacia que a ella misma sorprendió, desli>2ndose a su lado cerró la puerta" = allí quedaron amos de pie, &l sore la alfomra, ella justo fuera" ;Por qu& no dice nada<, se preguntó +lice" + punto estuvo de desistir, arir la puerta ! escapar" Pero entonces ;qu& le digo a -iola< 9 ;+ que se est2 mejor aquí< 9 Sí 9contestó attia" $enía los ra>os colgando, como un mu7eco de ventrílocuo, ! con el índice derec8o se levantaa un padrastro que tenía en el pulgar@ la sensación era mu! parecida a la de un pinc8a>o ! le permitió sustraerse un momento a la tensión reinante" +lice se sentó en la cama, mu! en el orde 9el colc8ón no se 8undió ajo su peso9, miró a los lados como uscando algo, ! al final preguntóC 9 ;No te sientas< )l lo 8i>o@ con cautela, a tres palmos de ella" La música retumaa como si las paredes respiraran con sofoco" +lice oservó las manos de attia, que &l tenía cerradas"
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9 ;Se te 8a curado la mano< 9 ?asi" 9 ;?ómo te lo 8iciste< 9 e cort& en el laoratorio de iología, sin querer" 9 ;Puedo ver la 8erida< attia apretó los pu7os con fuer>a, pero luego, lentamente, arió la mano i>quierda" Fna cicatri> morada ! perfectamente recta la surcaa en diagonal, en medio de otras m2s cortas ! claras, casi lancas, entrecru>adas a lo largo ! anc8o de toda la palma, como las ramas peladas de un 2rol vistas a contralu>" 9 =o tami&n tengo una 9dijo +lice" attia cerró la mano ! se la metió entre las piernas, como escondi&ndola" Ella se puso en pie, se al>ó un poco el su&ter ! se desaotonó los vaqueros" )l fue presa del pavor" :ajó la vista todo lo que pudo, mas no evitó ver cómo las manos de +lice dolaan un poco los pantalones ! dejaan al descuierto una gasa prendida con esparadrapo !, ajo ella, el riete de unas ragas gris claro" = al ver que tami&n ajaa este riete unos centímetros, contuvo el aliento" 9 ira 9dijo +lice" Paralela al 8ueso ilíaco se veía una cicatri> larga, de astante relieve ! m2s anc8a que la de attia@ las se7ales de los puntos de sutura, que la cru>aan perpendicularmente a intervalos regulares, la asemejaan a las que se pintan los ni7os en la cara cuando se disfra>an de piratas" + &l no se le ocurrió nada que decir" Ella se aotonó los vaqueros, se remetió la camiseta ! volvió a sentarse, esta ve> algo m2s cerca del muc8ac8o" + continuación 8uo un silencio casi insoportale" La distancia que mediaa entre sus caras palpitaa de eApectación ! a>oramiento" +l cao, por decir algo, +lice preguntóC 9 ;$e gusta la nueva escuela< 9 Sí" 9 icen que eres un genio" attia se mordió las mejillas 8asta sentir el saor met2lico de la sangre"
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9 ;= de veras te gusta estudiar< )l asintió" 9 ;Por qu&< 9 Es lo único que s& 8acer 9contestó con vo> queda" eseó decirle que tami&n le gustaa porque era algo que podía 8acer solo, porque lo que uno estudia son cosas saidas, muertas, frías@ porque las p2ginas de los liros de clase tienen todas la misma temperatura, lo dejan elegir a uno, nunca 8acen da7o ni uno puede 8acerles da7o a ellasI Pero se astuvo" 9 ;= !o< ;$e gusto< 9se aventuró a preguntar +lice@ la vo> le salió un tanto c8illona ! se sonrojó" 9 No lo s& 9contestó attia mirando al suelo" 9 ;No lo saes< 9 No, no lo 8e pensado" 9 Esas cosas no se piensan" 9 =o si no pienso no comprendo" 9 $ú a mí sí me gustas 9dijo ella9, un poco, creo" )l inclinó la cae>a" ugó a enfocar ! desenfocar los araescos geom&tricos de la alfomra contra!endo ! relajando el cristalino" 9 ;No quieres esarme< 9le preguntó +lice@ no sintió vergMen>a, pero sí un vuelco en el cora>ón por miedo a que le dijera que no" attia permaneció quieto unos segundos, 8asta que negó lentamente con la cae>a, sin dejar de mirar la alfomra" +lice, en un arranque nervioso, se llevó las manos a la cintura ! se la aarcó" ?on otra vo> dijo atropelladamenteC 9 a igualI pero por favor, no se lo digas a nadie" 9= pensóC %u& oa so!' Peor que un crío de p2rvulos" Se levantó" +quella 8aitación le pareció de pronto un lugar eAtra7o, 8ostil" Las paredes llenas de mil colores, el escritorio cuierto de cosm&ticos, las >apatillas de aile colgando de una 8oja del armario como los pies de un a8orcado, la foto de gran formato de una guapísima -iola tumada en la pla!a, los casetes amontonados en desorden junto al equipo de música, la ropa tirada en la utaca, todo eso empe>ó a marearla" 9 -olvamos al salón 9pidió"
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attia se puso en pie ! se quedó mir2ndola" Ella tuvo la impresión de que le pedía perdón" +rió la puerta 9la música irrumpió potente en el cuarto9, recorrió un trec8o de pasillo, pensó en la cara que pondría -iola, dio media vuelta, lo cogió sin m2s de la rígida mano ! así cogidos regresaron al ruidoso salón de los :ai" ugando, las c8icas 8aían arrinconado a enis contra el frigorífico, ! formaan ante &l, una junto a otra, una muralla de ojos eAcitados ! caellos sueltos, a trav&s de la cual enis no atinaa a ver a attia en el otro cuarto" 9 ;-erdad o prenda< 9le preguntó -iola" enis sacudió la cae>a tímidamente, dando a entender que no le apetecía jugar" -iola 8i>o un gesto de impaciencia ! arió el frigorífico, lo que oligó a enis a ladear el tronco para dejar espacio a la puerta, sacó una otella de vodJa de melocotón ! eió un trago a morro" Luego se la ofreció a enis con una sonrisa cómplice" )l estaa !a mareado ! sentía cierta n2usea, ! el O8isJ! le 8aía dejado un regusto amargo en la nari> ! la oca@ pero 8aía algo en la actitud de -iola que le impedía negarse" $omó la otella, dio un trago ! se la pasó a Giada Savarino, que la cogió con avide> ! empe>ó a eer como si fuera naranjada" 9 :ueno, ;qu&, verdad o prenda< 9repitió -iola9" 6 elegimos nosotras" 9 Este juego no me gusta 9replicó enis sin convicción" 9 %u& pelmas sois tú ! tu amigo' =o elijo" -erdad" -eamosI 9Se llevó el dedo a la arilla !, aparentando refleAionar, paseó en círculo la mirada por el tec8o9" %=a lo tengo' Bas de decirnos cu2l te gusta m2s de las cuatro" Hntimidado, enis se encogió de 8omros ! contestóC 9 PuesI 9 ;Pues qu&< +lguna te gustar2, ;o no< enis pensó que no, que no le gustaa ninguna@ que lo que quería era que se fueran ! lo dejaran volver con attia@ que sólo le quedaa una 8ora para estar con &l, para ver cómo eAistía tami&n de noc8e, a unas 8oras en que por lo general no podía 8acer otra cosa que imagin2rselo durmiendo en su cuarto, entre s2anas cu!o color no conocía" Pero pensó tami&n que si escogía una, la que fuera, lo dejarían en pa>" 9 Ella"
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= se7aló a Giulia irandi, que le parecía la m2s inofensiva" Giulia se llevó una mano a la oca como si la 8uieran elegido reina de algo" -iola torció el gesto" Las otras rompieron a reír escandalosamente" 9 -ale 9dijo -iola9" +8ora toca prenda" 9 No, a8ora nada 9protestó enis" 9 No seas pesado" ;Es que no te apetece jugar un poco con nosotras< Seguro que no todos los días te ves con cuatro c8icas" 9 Pero a8ora jugad con otro" 9 +8ora jugamos contigo" $oca prenda" ;Est2is de acuerdo< Las otras asintieron dando ansiosas cae>adas" La otella estaa de nuevo en manos de Giada, que ec8ando atr2s la cae>a eía sin parar, como si quisiera aca2rsela antes de que las dem2s se la pidieran" 9 ;Lo ves< 9a7adió -iola" enis dio un suspiro ! preguntó resignadoC 9 ;u& tengo que 8acer< 9 Pues como so! una c8ica uena te mandar& una misión agradale 9contestó -iola con aire misterioso" Las amigas, deseosas de saer qu& nueva tortura se le 8aía ocurrido, estaan pendientes de sus laios9C darle un eso a Giulia" Giulia se puso encarnada" enis notó un pinc8a>o en las costillas" 9 %?alla, loca' 9eAclamó Giulia con esc2ndalo, acaso fingido" -iola encogió los 8omros con eApresión de ni7a capric8osa" enis se negó dando dos o tres cae>adas" 9 $ú mismo 8as dic8o que te gusta" 9 ;= si me niego< -iola se puso seria ! le clavó los ojosC 9 Si te niegas, te tocar2 de nuevo verdad ! tendr2s, por ejemplo, que 8alarnos de tu amiguitoI = en su mirada aguda ! c8ispeante enis vio todo lo que &l 8aía siempre creído invisile, ! el cuello se le tensó" Se volvió 8acia Giulia irandi ! con los ra>os inertes adelantó la cara, cerró los ojos ! le dio un eso" ?uando quiso retirarse, Giulia le ec8ó la mano a la nuca !, sujet2ndole la cae>a, metió la lengua a la fuer>a entre sus contraídos laios" 53
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enis sintió en la oca saor de saliva ajena ! le dio asco" Era su primer eso, ! cuando arió los ojos vio a attia ! la pati>ama entrando en la cocina cogidos de la mano" Dueron los otros quienes primero supieron lo que +lice ! attia no comprenderían 8asta muc8os a7os m2s tarde" Entraron en el salón cogidos de la mano, sin sonreír, sin mirarse ni mirar al mismo sitio, pero era como si sus cuerpos flu!eran uno en el otro a trav&s del contacto de las manos" El fuerte contraste que 8acía el caello claro de +lice, que rodeaa su cara de te> mu! p2lida, ! el pelo moreno de attia, que le caía revuelto por la frente ! le curía los ojos negros, desaparecía por ora de aquella corriente sutil que los unía" Entre ellos 8aía un espacio compartido de confines imprecisos en el que nada parecía faltar, en el que flotaa un aire puro ! sereno" +lice ia un paso por delante ! tiraa d&ilmente de attia, lo que equiliraa su paso ! corregía las imperfecciones de su pierna lisiada" )l se dejaa llevar@ sus pies no resonaan en el suelo, sus cicatrices quedaan ocultas ! seguras dentro de la mano de ella" Se detuvieron en el umral de la cocina, a cierta distancia del grupo que formaan las c8icas ! enis@ daan la impresión de no saer dónde estaan, tenían un aire ausente, como si llegaran de un lugar lejano que sólo ellos conocieran" enis rec8a>ó a Giulia con rusquedad ! sus ocas se despegaron con un c8asquido" iró al amigo uscando en su eApresión la 8uella de aquello que lo 8orrori>aa@ pensó que &l ! +lice se 8aían dic8o cosas que &l nunca conocería ! notó que la sangre le suía a la cae>a" Salió presuroso de la cocina ! adrede golpeó con el 8omro al amigo para destruir aquel odioso equilirio" attia le vio un instante los ojos, enrojecidos ! eAtraviados, que por alguna ra>ón le recordaron la mirada indefensa de ic8ela aquella tarde en el parque" ?on los a7os, aquellas dos miradas 8aían de fundirse en su memoria como eApresión de un único, indelele miedo" Soltó la mano de +lice" ?omo si sus terminaciones nerviosas se 8uieran concentrado en aquel punto, cuando lo 8i>o tuvo la sensación de que su ra>o desprendía c8ispas, como el cao de un cale el&ctrico" Se eAcusó con ella ! corrió tras enis" +lice se acercó a -iola, que la miraa con ojos p&treos, ! alucióC 9 *esulta queI
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9 No digas nada 9la interrumpió la otra" +l verla con attia 8aía recordado al c8ico de la pla!a, aquel que rec8a>ó su mano cuando lo que m2s deseaa ella era que los dem2s la vieran así" -iola era envidiosa, ! su envidia era dolorosa ! violenta, ! en aquel momento estaa furiosa porque acaaa de regalarle a otra la felicidad que ella quería@ se sentía como si +lice le 8uiera roado su parte" )sta quiso decirle algo al oído, pero ella volvió la cara ! le preguntóC 9 ;u& quieres a8ora< 9 Nada 9contestó +lice, apart2ndose asustada" En ese momento Giada se doló como si un 8omre invisile le 8uiera dado un pu7eta>o en el estómago, ! con una mano se asió al orde de la encimera ! se llevó la otra al vientre" 9 ;u& te pasa< 9le preguntó -iola" 9 -o! a vomitarI 9 %u& asco' +l a7o, corre" Pero fue demasiado tarde" ?on una arcada, Giada devolvió en el suelo una masa roji>a ! alco8ólica que parecía atido de tarta de Soledad" Las dem2s se apartaron espantadas, pero +lice la cogió por las caderas para sostenerla" Fn olor rancio se difundió al instante por el amiente" *ec8inando los dientes, -iola dijoC 9 %$onta' enuda fiesta de mierda" = con las manos en jarras, como para no emplearlas en romper algo, salió de la cocina" +lice se quedó mir2ndola preocupada, pero luego siguió atendiendo a Giada, que lloraa con sollo>os entrecortados"
Los dem2s invitados estaan repartidos en grupitos por el salón" La ma!oría de los c8icos alanceaan rítmicamente la cae>a adelante ! atr2s, ! las c8icas dejaan vagar la mirada" +lgunos tenían un vaso en la mano" Fnos seis o siete ailaan al son de + question of time " attia se preguntó cómo no les daa vergMen>a moverse de aquel modo delante de todos, aunque luego pensó que era lo m2s natural del mundo, ! por eso precisamente &l era incapa> de 8acerlo"
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enis 8aía desaparecido" attia cru>ó el salón ! lo uscó en la 8aitación de -iola, luego en la de la 8ermana ! en la de los padres" iró por último en los dos cuartos de a7o, ! en uno de ellos encontró a un c8ico ! una c8ica de la escuela, sentada ella en la tapa del v2ter, &l enfrente en el suelo, con las piernas cru>adas@ los dos lo miraron con eApresión triste e inquisitiva" attia cerró deprisa la puerta" -olvió al salón, salió al alcón" Se veía la colina descender oscura ! all2 aajo la ciudad, puntitos lancos ! redondos que se eAtendían 8omog&neamente 8asta el 8ori>onte" Se asomó por la aranda ! escrutó entre los 2roles del parque de los :ai, pero no vio a nadie" -olvió adentro" La angustia empe>aa a invadirlo" En el salón 8aía una escalera de caracol que conducía a una u8ardilla oscura" Suió los primeros escalones, se detuvo, pensó si 8aría podido esconderse allí" Siguió suiendo, llegó arria" + la claridad que se filtraa del salón pudo distinguir una figura en medio del recintoC enis" Lo llamó" En todo el tiempo que llevaan de amigos no 8aía pronunciado su nomre m2s de tres veces" Nunca 8acía falta, enis estaa siempre a su lado, como una eAtensión natural de sus miemros" 9 -ete 9le contestó su amigo" attia uscó el interruptor ! encendió la lu>" Era un recinto enorme" Fna alta estantería recorría las paredes" +parte de ella, no 8aía m2s mueles que un gran escritorio de madera, vacío" attia tuvo la impresión de que 8acía muc8o que nadie suía allí" 9 Son casi las once 9dijo9" $enemos que irnos" enis no contestó" Estaa vuelto de espaldas, de pie, en medio de una gran alfomra" attia se acercó" ?uando estuvo junto a &l comprendió que 8aía llorado@ respiraa con jadeos, miraa fijamente al frente ! los laios, entreaiertos, le temlaan" *eparó entonces en la l2mpara de mesa 8ec8a peda>os que 8aía a sus pies" 9 ;u& 8as 8ec8o< 9 ueríaI 9contestó enis, ! se calló" 9 uerías qu&"
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enis arió la mano i>quierda, que pareció asorer la poca lu> que 8aía, ! mostró a attia un tro>o de cristal verde de la l2mpara, empa7ado en sudor" 9 uería saer lo que sientes 9murmuró" attia no comprendió" io un paso atr2s, desconcertado" Sintió un ardor en el vientre que le irradió por ra>os ! piernas" 9 Pero al final no me 8e atrevido" 9enis tenía las palmas vueltas 8acia arria, como si esperase que le dieran algo" attia quiso preguntarle por qu&, pero siguió callado" La música llegaa atenuada de aajo@ las ajas frecuencias atravesaan el suelo, las altas quedaan a8ogadas en &l" enis se sorió la nari> ! dijoC 9 -2monos" attia 8i>o un gesto de asentimiento, pero ninguno de los dos se movió" +l rato, enis arrancó en dirección a la escalera" attia lo siguió" ?ru>aron el salón ! salieron al aire lire de la noc8e, donde pudieron respirar de nuevo" -iola decidía qui&n era amiga su!a ! qui&n no" El padre de Giada Savarino telefoneó al su!o el domingo por la ma7ana, despertando a toda la familia :ai" La llamada fue larga" -iola, en pijama, fue 8asta la 8aitación de sus padres ! pegó el oído a la puerta, pero no captó una sola palara de la conversación" ?uando o!ó c8irriar la cama, volvió corriendo a su cuarto, se metió en la cama ! se 8i>o la dormida" Su padre la despertó ! le dijoC 9 =a me eAplicar2s" e momento, que sepas que se acaaron las fiestas en esta casa, ! donde sea" urante la comida, su madre le pidió eAplicaciones por la l2mpara rota de la u8ardilla, ! su 8ermana no salió en su defensa, pues saía que -iola 8aía metido mano en sus efectos personales Se quedó encerrada en su cuarto todo el día, 8umillada ! con la pro8iición terminante de telefonear" No se quitaa de la cae>a a +lice ! attia cogidos de la mano" = m2s tarde, cuando con las u7as !a se quitaa los últimos restos de esmalte, decidió que +lice 8aía dejado de ser su amiga"
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El lunes por la ma7ana, +lice se encerró con llave en el cuarto de a7o ! se quitó definitivamente la gasa del tatuaje, la 8i>o una pelota ! la tiró al v2ter junto con las galletas desmigajadas que no se 8aía comido en el desa!uno" Se miró la violeta en el espejo ! pensó, con un agradale estremecimiento de emoción ! pesar a un tiempo, que por segunda ve> 8aía camiado su cuerpo para siempre@ que su cuerpo era sólo su!o ! podía destruirlo si quería, o curirlo de marcas indeleles, o dejar que se ajara como una flor que una ni7a arrancase por capric8o ! arrojara luego al suelo" ecidió que aquella ma7ana les ense7aría el tatuaje a -iola ! las otras en el a7o de c8icas, ! les contaría cómo ella ! attia se 8aían esado largo rato" No 8aía por qu& inventar nada m2s" Si luego le pedían detalles, !a saría ella seguirles la corriente" +l llegar a clase dejó la moc8ila en su sitio ! se dirigió a la mesa de -iola, donde !a se 8aían reunido las otras" e camino o!ó a Giulia irandi decirC «ue viene"( Las saludó con efusión, pero ninguna le contestó" Se inclinó sore -iola para darle un par de esos, como ella misma le 8aía ense7ado a 8acer, pero la otra no se movió" e nuevo erguida, miró a las cuatro una tras otraC todas estaan serias" 9 %+!er casi nos morimos' 9dijo -iola" 9 ;= eso< 9repuso +lice con sincera preocupación9" ;u& os pasó< 9 Nos entró un dolor de tripa 8orrile 9eAplicó Giada con acritud" +lice la recordó vomitando ! a punto estuvo de decirlesC «=a imagino, con lo que eisteis"( 9 Pues a mí no me pasó nada" 9 =a 9dijo -iola con ironía, mirando a las otras9, claro" Giada ! Dederica rieron, Giulia ajó los ojos" 9 ;Por qu& lo dices< 9preguntó +lice sin comprender" 9 e sora saes por qu& lo digo 9contestó -iola, en otro tono ! clavando en ella sus penetrantes oja>os" 9 No, no lo s& 9se defendió +lice" 9 Nos envenenaste 9la acusó Giada" 9 ;u&< ;ue os envenen&< 9 -a, c8icas 9intervino Giulia con timide>9, no es verdad" 58
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9 Sí lo es 9le replicó Giada9, a saer qu& porquerías metió en esa tarta" 9= dirigi&ndose a +lice, a7adió9C uerías jodernos, ;e8< Pues lo conseguiste" +lice o!ó aquella sucesión de palaras ! tardó unos segundos en comprender su significado" iró entonces a Giulia, que con sus oja>os a>ules estaa dici&ndole que la perdonara, que nada podía 8acer, ! uscó luego amparo en los de -iola, que le devolvieron una mirada vacía" Giada tenía una mano en el estómago, como si aún sintiera arcadas" 9 Pero si la tarta la preparamos Soledad ! !o, ! lo compramos todo en el supermercado" No le contestaron" ?ada una miraa en una dirección, como esperando a que la asesina se marc8ara" 9 No fue la tarta de Sol" =o tami&n comí 9mintió9 ! no me pasó nada" 9 entirosa 9le espetó Dederica a>>oldi, que 8asta ese momento 8aía permanecido callada9" $ú ni la proaste, todo el mundo sae queI 9Se interrumpió" 9 -amos, dejadla 9rogó Giulia, que parecía a punto de llorar" +lice se llevó la mano al liso vientre ! sintió palpitar el cora>ón ajo la piel" ?on vo> tranquila preguntóC 9 ;u& sae todo el mundo< = miró a -iola :ai 9que empe>ó a mover lentamente la cae>a9 esperando palaras que no llegaron, que flotaron en el aire como lenguas de 8umo transparente" Sonó el timre ! ella siguió quieta donde estaa" $ualdo, la profesora de ?iencias, tuvo que llamarla dos veces para que fuera a sentarse a su sitio" enis no asistió a clase" El s2ado, cuando lo llevaron a su casa, no cru>ó con attia la mirada ni una sola ve>, contestó con monosílaos a las preguntas del padre de su amigo ! no se despidió al ajar del coc8e" attia puso la mano en la silla vacía de al lado" Pensó que por momentos lo que enis decía en aquella u8ardilla oscura le entraa por un oído ! le salía por el otro, tan r2pido que no lograa penetrar su significado eAacto" +unque tampoco le importaa entenderlo" Lo único que quería es que enis estuviera allí, como un reparo contra todo lo que quedaa m2s all2 de la mesa" El día anterior, sus padres lo 8aían sentado en un sof2 del salón, tomaron ellos mismos asiento en el de enfrente ! le pidieron que les contara 59
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qu& tal 8aía ido la fiesta" +l pronto, attia apretó los pu7os con fuer>a, aunque luego puso las manos ien aiertas sore las rodillas, para que sus padres se las vieran, se encogió de 8omros !, en su tono de mansedumre 8aitual, contestó que nada 8aía que contar" Su madre, nerviosa, se puso en pie ! fue a la cocina" Su padre se acercó ! le dio dos palmaditas en la espalda, como cre!&ndose en el deer de consolarlo" attia recordó que cuando era peque7o ! el calor del verano apretaa, su padre, para refrescarlos, les soplaa en la cara a amos 8ermanos" *ecordó la leve sensación del sudor evapor2ndose ! sintió una nostalgia desgarradora de la parte del mundo que se 8aía 8undido con ic8ela en el río" +8ora se preguntaa si sus compa7eros lo sarían, si lo sarían tami&n los profesores" $enía la impresión de que sus miradas furtivas formaan como una red sore su cae>a" +rió el liro de 8istoria por una p2gina al a>ar ! se puso a memori>ar cuantas cifras encontró en ella ! las siguientes" +quella serie de cifras, que sin sentido lógico acumulaa una tras otra en la mente, le permitió conjurar poco a poco la imagen de enis en medio de la penumra ! olvidar la silla vacía que tendría que 8aer ocupado el amigo" En el recreo, +lice se introdujo a escondidas en la enfermería del primer piso, un recinto lanco ! angosto sin m2s moiliario que una camilla ! un otiquín con espejo" Sólo en otra ocasión 8aía estado allí, un día que medio se desma!ó en clase de Educación Dísica porque en las cuarenta ! oc8o 8oras anteriores no 8aía comido otra cosa que dos galletas integrales ! una arrita 8ipocalórica" +quel día el profesor de gimnasia, en su c82ndal iadora verde ! al cuello un silato que nunca usaa, le dijo que lo pensara, que pensara ien lo que estaa 8aciendo, tras lo cual se fue dej2ndola allí sola ajo el tuo fluorescente, sin nada que 8acer ni mirar en el resto de la 8ora" El otiquín estaa aierto@ cogió un tro>o de algodón del tama7o de una ciruela ! el frasco de alco8ol desnaturali>ado@ cerró el otiquín" :uscó un ojeto contundente" El cuo de la asura era de pl2stico duro, de un color entre rojo ! marrón" *ogó a ios que nadie o!era el ruido ! con el fondo del cuo rompió el espejo del otiquín" ?on cuidado de no cortarse eAtrajo un tro>o de cristal grande ! triangular" Por un instante vio en &l reflejado su ojo derec8o ! se sintió orgullosa de no 8aer llorado" Se guardó todo en el olsillo delantero de la 8olgada sudadera ! volvió a clase"
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El resto de la ma7ana lo pasó en estado de aturdimiento" En ningún momento se volvió 8acia -iola ! compa7ía ni escuc8ó una sola palara de la lección sore el teatro de Esquilo" ?uando salía la última del aula, Giulia irandi le cogió la mano en secreto ! le dijo al oídoC 9 Lo siento" 9= tras darle un eso en la mejilla ec8ó a correr 8acia las otras, que 8aían salido !a al pasillo" +lice esperó a attia en el vestíulo del colegio, al pie de la escalera forrada de linóleo por la cual descendía un torrente de estudiantes en dirección a la salida" $enía una mano en el pasamanos met2lico, cu!a frialdad la sosegaa" attia ajó la escalera en medio de ese vacío de medio metro que todos, a eAcepción de enis, le 8acían" Llevaa el negro pelo revuelto ! por la frente le caían grandes tirau>ones que casi le tapaan los ojos" :ajaa mirando al suelo ! con el cuerpo ligeramente ec8ado 8acia atr2s" +lice lo llamó una ve>, pero &l no pareció oírla@ lo llamó de nuevo, m2s fuerte, ! &l al>ó la cae>a" +l verla la saludó in8iido ! siguió su camino 8acia la salida" Ella se arió paso entre los estudiantes ! lo alcan>ó, lo retuvo por el ra>o 9attia se asustó9 ! le dijoC 9 -en" 9 ;+dónde< 9 uiero que me a!udes a una cosa" attia miró a los lados nervioso, como si temiera algo, ! replicóC 9 i padre me espera fuera" 9 ue espere" $ienes que a!udarme, a8ora" El soltó un resoplido ! accedió, aunque sin saer por qu&" 9 Por aquí 9le indicó +lice, ! como en la fiesta de -iola le cogió la mano, aunque esta ve> tami&n &l, con gesto espont2neo, estrec8ó la su!a" Se alejaron de la multitud" +lice caminaa r2pido, como si escapara de algo" Enfilaron el pasillo del primer piso, desierto@ las puertas aiertas ! las aulas vacías transmitían una sensación de aandono" Se dirigieron al a7o de c8icas" attia vaciló, quiso decir que allí no podía entrar, pero se dejó arrastrar" +lice lo introdujo en un retrete, cerró la puerta, ec8ó el pestillo ! se 8allaron tan juntos que las piernas empe>aron a temlarle" Era un inodoro a la turca que ocupaa toda la superficie, a eAcepción de una estrec8a franja de ladrillos en la que apenas caían sus 61
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pies" Baía tro>os de papel 8igi&nico tirados por el suelo, en parte ad8eridos" +8ora me esa, se dijo" = pensóC Pues &sala tú tami&n, es f2cil, todo el mundo lo 8ace" +lice se ajó la cremallera del c8aleco e 8i>o como en casa de -iolaC se sacó la camiseta de los vaqueros, los mismos que llevaa aquel día, ! se los ajó 8asta la mitad del trasero" No miraa a attia, era como si estuviera sola" En lugar de la gasa lanca que llevaa el s2ado se veía una flor tatuada" attia fue a decir algo, pero calló ! apartó la mirada" Notó que algo se movía entre sus piernas !, procurando distraerse, le!ó, sin entender lo que significaan, algunas de las frases escritas en las paredes" 6servó que ninguna quedaa paralela a la línea de ladrillos ! casi todas formaan con el suelo el mismo 2ngulo, que calculó de entre treinta ! cuarenta ! cinco grados" 9 $oma 9le dijo +lice" = le entregó un tro>o de cristal, negro por un lado, espejo por el otro, ! afilado como un pu7al" attia no entendió" Ella le levantó la cara por la arilla, como 8aía imaginado 8acer la primera ve> que lo vio" 9 :órralo, !o sola no puedo" attia miró el tro>o de espejo, miró la mano derec8a de +lice que se7alaa el tatuaje del vientre" 9 S& que saes 9a7adió ella, adelant2ndose a sus protestas9" No quiero volver a verlo, 8a>lo por mí, por favor" El dio vueltas al cristal en la mano ! sintió un escalofrío en el ra>o" 9 PeroI 9 Ba>lo por mí 9insistió +lice, ! le tapó un momento la oca con la mano" Ba>lo por mí, se repitió attia@ estas tres palaras le perforaron el oído ! lo 8incaron de rodillas ante +lice" $ocaa la pared con los talones, no saía cómo colocarse" Para tensar la piel tatuada tuvo que tocarla, con gesto inseguro" Nunca 8aía tenido la cara tan próAima al cuerpo de una c8ica ! aspiró para ver cómo olía" +cercó el cristal a la piel" ?on mano firme 8i>o un peque7o corte, como de un dedo de largo" +lice se estremeció ! lan>ó un grito" attia retiró el cristal en el acto ! se llevó la mano a la espalda, como ocultando que 8aía sido &l" 62
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9 No puedo 8acerlo 9dijo" +l>ó los ojos" +lice estaa llorando en silencio, con los ojos fuertemente cerrados en una eApresión de dolor" 9 Pero no quiero verlo m2s 9gimió" )l supo que ella no tendría valor para 8ac&rselo sola ! eso lo tranquili>ó" Se puso en pie ! se dijo que mejor sería salir de allí" +lice limpió una gota de sangre que le resalaa por el vientre ! se aotonó los vaqueros" attia pensó qu& decirle para confortarla" 9 $e acostumrar2s, al final ni reparar2s en &l" 9 ;= cómo, si lo tendr& siempre a la vista< 9 Por eso, por eso mismo dejar2s de verlo"
El otro cuarto 3.4405
attia tenía ra>ónC uno tras otro, los días se 8aían desli>ado sore la piel como un disolvente, llev2ndose cada uno una finísima capa de pigmento del tatuaje de +lice ! de los recuerdos de amos" Los contornos, igual que las circunstancias, seguían allí, negros ! ien perfilados, pero los colores se 8aían me>clado ! desvaído 8asta acaar fundidos en un tono mate ! uniforme, en una neutral ausencia de significado" Los a7os del instituto fueron para amos como una 8erida aierta, tan profunda que no creían que fuera a cicatri>ar jam2s" Los pasaron como de puntillas, rec8a>ando &l el mundo, sinti&ndose ella rec8a>ada por el mundo, lo que a fin de cuentas acaó pareci&ndoles lo mismo" Baían traado una amistad precaria ! asim&trica, 8ec8a de largas ausencias ! muc8os silencios, como un 2mito puro ! desierto en el que podían volver a respirar cuando se a8ogaan entre las paredes del instituto"
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?on el tiempo, la 8erida de la adolescencia cicatri>ó@ sus laios fueron cerr2ndose de manera imperceptile pero continua" = aunque a cada roce se aría un poco, enseguida volvía a 8acerse costra, m2s gruesa ! dura" +l final se 8aía formado una capa de piel nueva, lisa ! el2stica, ! la cicatri>, de ser roja, 8aía pasado a ser lanca ! confundirse con las dem2s" Estaan tumados en la cama de +lice, ella con la cae>a 8acia un lado, &l 8acia el otro, amos con las piernas doladas de manera for>ada, para no tocarse con ningún miemro" +lice pensó en girarse, meter la punta del pie entre las piernas de attia ! fingir que no se daa cuenta" Pero estaa segura de que &l se retiraría en el acto ! prefirió a8orrarse esa peque7a decepción" Ninguno de los dos 8aía propuesto poner música" No tenían pensado 8acer nada especial@ simplemente estar allí, dejando que la tarde de domingo pasara ! llegara de nuevo la 8ora de 8acer algo necesario, como cenar, dormir ! empe>ar la semana" Por la ventana aierta entraan la lu> amarillenta de septiemre ! el rumor intermitente de la calle" +lice se puso en pie, lo que apenas agitó el colc8ón junto a la cae>a de attia, ! con los pu7os en jarras ! el pelo ca!&ndole por la cara ! ocultando su severa eApresión, le dijoC 9 No te muevas" Le pasó por encima ! con la pierna uena, arrastrando la otra como si fuera posti>a, saltó de la cama" attia pegó la arilla al pec8o ! la oservó moverse por el cuarto@ vio que aría una caja cuadrada que 8aía sore el escritorio ! en la que no 8aía reparado" = cuando se giró, +lice tenía un ojo cerrado ! el otro en la mirilla de una vieja c2mara fotogr2fica" attia intentó incorporarse pero ella le ordenóC 9 uieto a8í, te 8e dic8o que no te muevas" = disparó" La Polaroid sacó una lengua lanca ! fina que +lice agitó para que se fijaran los colores" 9 ;e qui&n es< 9le preguntó attia" 9 e mi padre" Estaa en el sótano" La compró 8ace muc8o, pero nunca la 8a usado" )l se sentó en la cama" +lice dejó caer la foto en la alfomra ! le tomó otra" 9 Para, para 9protestó &l9, que en las fotos pare>co tonto"
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9 $ú siempre pareces tonto" 9= le sacó otra9" ?reo que quiero ser fotógrafa@ sí, decidido" 9 ;= la universidad< Ella se encogió de 8omros" 9 La universidad le interesa a mi padre" ue va!a &l" 9 ;-as a dejarla< 9 + lo mejor" 9 No puedes despertarte un día, decidir que quieres ser fotógrafa ! ec8ar por la orda un a7o de estudios" +sí no se 8acen las cosas 9sermoneó attia" 9 +8, claro, olvidaa que eres como mi padre 9ironi>ó +lice9" Siempre sa&is lo que 8a! que 8acer" + los cinco a7os !a saías que querías ser matem2tico" u& aurridos sois, viejos ! aurridos" Se volvió 8acia la ventana ! tomó una foto al a>ar" La dejó caer tami&n en la alfomra, junto a las otras dos, ! empe>ó a pisarlas como si fueran uvas" attia quiso disculparse pero no se le ocurrió nada" :ajó de la cama !, agac82ndose, cogió la primera foto entre los pies de +lice" -io cómo la forma de sus ra>os cru>ados tras la nuca ia emergiendo poco a poco de lo lanco@ se preguntó qu& eAtraordinaria reacción estaa produci&ndose en aquella superficie rillante ! se propuso consultarlo en la enciclopedia en cuanto estuviera en su casa" 9 uiero ense7arte una cosa 9dijo +lice" +rrojó la c2mara de fotos a la cama, como una ni7a que se des8ace de un juguete por otro m2s tentador, ! salió del cuarto" Estuvo fuera die> minutos largos" Sore el escritorio 8aía un estante con liros mal colocados ! attia se entretuvo le!endo los títulos" Eran los mismos de siempre" untó las iniciales de todos pero no resultó ninguna palara sensata" Le 8aría gustado descurir un orden lógico en aquella sucesión de ojetos@ &l, por ejemplo, seguramente los 8aría colocado según el color del lomo, siguiendo el espectro electromagn&tico, del rojo al violeta, o ien según la altura, de ma!or a menor" 9 %$a9c8an' 9o!ó de pronto la vo> de +lice" Se giró ! vio a su amiga en el umral, asida al marco de la puerta con amas manos, como si temiera caerse, ! enfundada en un traje de novia" Proalemente 8aía sido de una lancura deslumrante, pero sus ordes !a 65
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amarilleaan, como consumidos por una lenta enfermedad" Los a7os pasados en una caja 8aían secado ! atiesado el tejido" La parte de arria quedaa 8olgada sore los diminutos pec8os de +lice" +unque el escote no era mu! pronunciado, un tirante se 8aía desli>ado unos centímetros por el 8omro" En aquella postura se le marcaan m2s las clavículas, que interrumpían la suave línea del cuello formando una concavidad profunda, como el lec8o de un lago seco@ attia se preguntó qu& sensación produciría pasarle la !ema del dedo con los ojos cerrados" Los pu7os de encaje se veían arrugados ! el i>quierdo estaa algo levantado" La larga cola se perdía en el pasillo, donde attia no llegaa a ver" +lice cal>aa las mismas pantuflas rojas, que asomaan por los ajos de la amplia falda ! creaan un eAtra7o contraste" 9 ;u&< ;No dices nada< 9le preguntó sin mirarlo, alisando la primera capa de tul de la falda, que le pareció pore, sint&tica" 9 ;e qui&n es< 9 ío" 9 a" ;e qui&n< 9 ;e qui&n quieres que sea< e mi madre" attia se imaginó a la se7ora Dernanda dentro de aquel vestido@ se la imaginó con la cara que siempre le veía cuando, antes de marc8arse a su casa, se asomaa al salón, donde ella solía estar viendo la teleC cara de ternura ! 8onda l2stima, como la que se pone cuando se visita a un enfermo en el 8ospital" ?osa ridícula, por cierto, !a que la enferma era ella, que padecía de un mal que ia eAtendi&ndosele lentamente por todo el cuerpo" 9 No te quedes a8í como un pasmarote" Ba>me una foto" attia cogió la Polaroid ! la miró ! remiró para ver dónde deía apretar" +lice se contoneaa en el dintel como mecida por una risa imaginaria" ?uando &l se llevó el aparato a la cara, ella adoptó una postura seria ! casi provocativa" 9 Bec8o 9dijo attia" 9 +8ora una juntos" El negó con la cae>a" 9 -a, no seas aguafiestas" Pero por una ve> te quiero vestido como ios manda, no con ese jerse! viejo que llevas 8ace un mes" attia se lo miróC los pu7os se veían desgastados, como roídos por la polilla" Baía cogido la costumre de rasc2rselos con la u7a del dedo gordo, porque así tenía ocupados los dedos ! dejaa de ara7arse la concavidad entre el índice ! el medio" 66
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9 No querr2s arruinarme la oda 9a7adió +lice frunciendo el ce7o" Era sólo un juego, ien lo saía@ un simple pasatiempo, una roma tonta como tantas otras" Pero cuando, al arir la puerta del armario, se vio en el espejo con aquel vestido de novia lanco ! junto a attia, le dio un vuelco el cora>ón ! dijoC 9 +quí no 8a! nada" -en" attia la siguió resignado" ?uando +lice se ponía así, notaa como un cosquilleo en las piernas ! le daan ganas de largarse" Baía algo en su actitud, en el ansia con que se entregaa a aquellos juegos infantiles, que a &l le resultaa insoportale" Se sentía como si lo atara a una silla para eA8iirlo ante la gente como una especie de mascota" )l prefería no decir nada, manifestar por gestos su descontento, 8asta que +lice se cansaa de su pasividad ! desistía, refunfu7ando que la 8acía parecer una estúpida" etr2s de la cola, attia siguió a su amiga a la 8aitación de los padres" +llí nunca 8aía entrado" Las persianas estaan ajadas casi del todo ! la lu> se pro!ectaa sore el parquet con ra!as paralelas tan nítidas que parecían diujadas" El aire se perciía m2s enrarecido que en el resto de la casa" ?ontra una pared 8aía una cama de matrimonio muc8o m2s alta que la de los padres de attia, ! dos mesillas id&nticas" +lice arió el armario ! con el dedo pasó revista a los trajes de su padre, colgados en orden ! protegidos todos por una funda de pl2stico" $omó uno negro, lo dejó en la cama ! ordenó a attiaC 9 Ponte &ste" 9 $ú est2s loca" ?omo se entere tu padreI 9 i padre no se entera de nada" 9e pronto se quedó callada, como refleAionando en lo que acaaa de decir, u oservando algo m2s all2 de aquel muro de trajes oscuros, ! al cao agregó9C -o! a uscarte una camisa ! una corata" attia se quedó sin saer qu& 8acer@ ella notó su indecisión" 9 ;u&, no te camias< No te dar2 vergMen>a delante de mí, ;verdad< 9= al decirlo notó que se le revolvía el vacío estómago" Por un instante se sintió indecente" +quellas palaras eran un sutil c8antaje" attia soltó un resoplido, se sentó en la cama ! empe>ó a descal>arse" +lice le daa la espalda fingiendo elegir una camisa que !a tenía elegida" ?uando o!ó tintinear el cinturón contó 8asta tres ! se volvió" attia estaa quit2ndose los vaqueros@ llevaa unos cal>oncillos grises 8olgados, no de los que se ci7en como ella 8aía supuesto" 67
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Lo 8aía visto muc8as veces con pantalones cortos ! pensó que verlo en cal>oncillos era m2s o menos lo mismo@ sin emargo, temlaa levemente ajo las cuatro capas lancas del vestido de novia" )l tiró del jerse! para curirse ! comen>ó a ponerse deprisa los pantalones del traje@ el tejido era suave ! ligero, ! al pasar por los pelos de las piernas los electri>aa, eri>2ndolos como pelaje de gato" +lice se acercó ! le tendió la camisa" )l la cogió sin levantar la vista" =a empe>aa a cansarse de aquella farsa estúpida" Le daa vergMen>a ense7ar sus ra>os delgados, los cuatro pelos que tenía en el pec8o ! en torno al omligo" Ella pensó que, como siempre, &l 8acía lo posile para que se sintieran violentos" +unque luego se dijo que &l creería que la culpa era su!a ! se le 8i>o un nudo en la garganta@ ! aunque de mala gana, prefirió volverse cuando attia se quitó el jerse!" 9 ;= a8ora< 9preguntó &l" Ella se giró ! se quedó sin 8ala, tanta impresión le produjo verlo vestido con el traje de su padre" ?ierto que la c8aqueta le ia un poco anc8a 9sorada de 8omros9, pero estaa guapísimo" +l cao dijoC 9 Dalta la corata" = le dio una color urdeos" attia la tomó e instintivamente pasó la !ema del pulgar por el rillante tejidoC un estremecimiento le recorrió el ra>o ! le ajó por la espalda" Notó seca como arena la palma de la mano !, para 8umedecerla, se la llevó a la oca ! le ec8ó el aliento" No resistió la tentación de morderse una falange, ! así lo 8i>o procurando que no lo viera +lice, que desde luego lo vio" 9 No s& 8acer el nudo 9dijo con vo> cansina" 9 $rae ac2, torpe" +lice !a saía que &l no podría 8ac&rselo, ! estaa deseando mostrarle que ella sí" Su padre le 8aía ense7ado cuando era ni7a" Por las ma7anas, &l le llevaa la corata a la cama ! antes de irse pasaa por su 8aitación para ver si estaa lista" Ella salía corriendo a su encuentro con el nudo !a 8ec8o" Entonces su padre se inclinaa con las manos a la espalda, como si 8iciera una reverencia ante una reina, ella le introducía la corata por la cae>a, &l se la ajustaa al cuello ! se la arreglaa, ! decíaC « Parfait
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"( Basta que una ma7ana, despu&s del accidente, 8alló la corata en la cama tal como la 8aía dejado" esde entonces tuvo que 8acerse el nudo &l mismo, ! así aquel peque7o rito se eAtinguió, como tantas otras cosas" oviendo sus esquel&ticos dedos m2s de lo necesario, +lice 8i>o el nudo" + attia le pareció complicado, ! dejó que se la pusiera tami&n" 9 Fau, casi pareces un se7or respetale" ;uieres verte< 9 No 9contestó attia@ lo que quería era irse, ! vestido con su propia ropa" 9 Doto 9anunció +lice dando una palmada" )l la siguió de nuevo a su 8aitación" Ella cogió la c2mara ! dijoC 9 No tiene disparador autom2tico" La 8ar& estirando el ra>o" $omó a attia por la cintura, lo atrajo 8acia sí 9&l se puso tenso9 ! disparó@ la fotografía empe>ó a salir con un >umido" +lice se arrojó sore la cama, igual que una novia cansada de tanta fiesta, ! empe>ó a aanicarse con la foto" )l se quedó donde estaa, eAperimentando la grata sensación de desaparecer dentro de aquellas ropas ajenas" e pronto camió la lu> del cuartoC dejó de ser amarillenta ! se 8i>o uniformemente a>ulada@ la última u7a de sol se 8aía ocultado tras el edificio de enfrente" 9 ;Puedo !a camiarme< Lo preguntó con intención, para que ella entendiera que estaa 8arto del jueguecito" Pero +lice, que parecía profundamente asorta, enarcó un poco las cejas ! dijoC 9 Fna última cosa" 9= se levantó9" El novio cru>a el umral con la novia en ra>os" 9 enuda tontería" 9 $ienes que cogerme en ra>os ! llevarme a8í" 9Se7aló el pasillo9" = quedas lire" attia sacudió la cae>a, resignado" Ella se acercó eAtendiendo los ra>os como una ni7a, ! le dijo urlonaC 9 Qnimo, mi 8&roe" )l 8undió los 8omros en se7al de derrota ! se inclinó desma7ado para tomarla en ra>os@ nunca 8aía llevado así a nadie" Le pasó un ra>o por las
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corvas ! el otro por la espalda" ?uando la levantó en vilo, lo sorprendió cu2n ligera era" $rompicando, se dirigió al pasillo" + trav&s de la finísima tela de la camisa notaa cerca, mu! cerca, la respiración de +lice, ! oía el frufrú de la cola arrastrando por el suelo" ?uando franqueaan el umral, el sonido de un desgarrón seco ! prolongado lo detuvo ruscamente" 9 %Bostias' ejó a +lice en el suelo" La falda se 8aía enganc8ado en la puertaC el roto medía un palmo ! parecía una grotesca oca aierta" Los dos se quedaron mirando como alelados" attia supuso que +lice diría algo, se tiraría de los pelos, se enfadaría con &l" Pensó que deía eAcusarse, aunque la culpa era de ella, ella se lo 8aía uscado" Pero +lice miraa el desgarrón sin inmutarse ! al final dijoC 9 :a8, para lo que servía !a a nadie"
entro ! fuera del agua 3.44/5
Los números primos sólo son eAactamente divisiles por . ! por sí mismos" 6cupan su sitio en la infinita serie de los números naturales ! est2n, como todos los dem2s, emparedados entre otros dos números, aunque ellos m2s separados entre sí" Son números solitarios, sospec8osos, ! por eso encantaan a attia, que unas veces pensaa que en esa serie figuraan por error, como perlas ensartadas en un collar, ! otras veces que tami&n ellos querrían ser como los dem2s, números normales ! corrientes, ! que por alguna ra>ón no podían" Esto último lo pensaa sore todo por la noc8e, en ese estado previo al sue7o en que la mente produce mil im2genes caóticas ! es demasiado d&il para enga7arse a sí misma"
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En primer curso de la universidad 8aía estudiado ciertos números primos m2s especiales que el resto, ! a los que los matem2ticos llaman primos gemelosC son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos, !a que entre ellos siempre 8a! un número par que les impide ir realmente unidos, como el .. ! el .1, el .R ! el .4, el K. ! el K1" Si se tiene paciencia ! se sigue contando, se descure que dic8as parejas aparecen cada ve> con menos frecuencia" Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos en ese espacio silencioso ! rítmico 8ec8o de cifras, ! uno tiene la angustiosa sensación de que las parejas 8alladas anteriormente no son sino 8ec8os fortuitos, ! que el verdadero destino de los números primos es quedarse solos" Pero cuando, !a cansados de contar, nos disponemos a dejarlo, topamos de pronto con otros dos gemelos estrec8amente unidos" Es convencimiento general entre los matem2ticos que, por mu! atr2s que quede la última pareja, siempre acaar2 apareciendo otra, aunque 8asta ese momento nadie pueda predecir dónde" attia pensaa que &l ! +lice eran eso, dos primos gemelos solos ! perdidos, próAimos pero nunca juntos" + ella no se lo 8aía dic8o" ?uando se imaginaa confi2ndole cosas así, la fina capa de sudor que curía sus manos se evaporaa ! durante los siguientes die> minutos era incapa> de tocar nada" ?ierto día de invierno 8i>o una cosa" Baía pasado la tarde en casa de +lice, que estuvo todo el tiempo >apeando ante la tele" attia no atendió ni a las palaras ni a las im2genes del aparato" El pie derec8o de ella, que tenía apo!ado en la mesa, invadía por la i>quierda, como la cae>a de una serpiente, su campo visual" +lice movía ! dolaa los dedos con una regularidad 8ipnótica" +quel repetido movimiento 8aía 8ec8o nacer en &l algo sólido e inquietante, ! se esfor>ó por mantener la mirada fija el ma!or tiempo posile, a fin de que nada camiara en aquella imagen" +l llegar a su casa cogió un ma>o de folios del cuaderno de anillas, lo astante grueso para que el olígrafo corriera fluidamente, sin rascar la rígida superficie de la mesa" Hgualó los ordes, primero los de arria ! aajo ! luego los lados" Escogió el olígrafo con m2s tinta de los que tenía en el escritorio, le quitó la capuc8a, que insertó en la punta opuesta para que no se eAtraviara, ! en el centro eAacto del folio, que calculó sin tener que contar los recuadros, comen>ó a escriir" RTU//44TTTK4" Puso de nuevo la capuc8a al olígrafo, lo dejó junto a los folios ! le!ó en vo> altaC osillonessetecientosesentamilmillonesoc8ocientosoc8en9 ta!nuevemillonesnovecientossesenta!seismilseiscientoscuarenta!nueve" Lo le!ó de nuevo, esta ve> en vo> queda, como para aprenderse el traalenguas" 71
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= decidió que aquel número era el su!o" Estaa seguro de que ninguna otra persona en el mundo, ninguna otra persona en toda la 8istoria del mundo, 8aía pensado nunca en aquel número" Basta ese momento, proalemente tampoco nadie lo 8aía escrito ! menos aún pronunciado en vo> alta" $ras un momento de vacilación, dos renglones m2s aajo escriióC RTU//44TTT0." = &ste es el su!o, pensó" En su imaginación, aquellas cifras se 8aían te7ido del color morado del pie de +lice recortado contra el resplandor a>ulado del televisor" :ien podrían ser dos primos gemelos, pensó attia" = si lo fueranI ?onsideró con detenimiento la posiilidad ! uscó divisores de aquellos dos números@ con el 1 era f2cilC astaa con sumar las cifras ! ver si el resultado era un múltiplo de 1" El 0 quedaa descartado de antemano" ui>2 8aía una regla tami&n para el R, pero como no la recordaa 8i>o la división en columna" Siguió con el .., el .1, etc", en c2lculos cada ve> m2s complicados" ?uando estaa con el 1R el sue7o se apoderó moment2neamente de &l ! el olígrafo le resaló por la p2gina" +l llegar al KR aandonó" +quello sólido que 8aía sentido nacerle dentro estando con +lice se 8aía disipado como el olor en el aire ! !a no lo notaa" Se 8allaa solo en su cuarto, en medio de un montón de folios cuajados de inútiles divisiones" El reloj marcaa las tres ! cuarto de la ma7ana" ?ogió entonces el primer folio, aquel en cu!o centro 8aía escrito los dos números, ! se sintió im&cil" Lo rasgó por la mitad, una ! otra ve>, 8asta que los ordes superpuestos resultaron tan duros que pudo pasarlos como una cuc8illa ajo la u7a del anular i>quierdo" En los cuatro a7os de universidad, las matem2ticas lo llevaron a los rincones m2s apartados ! fascinantes de la ra>ón 8umana" ?opiaa con un af2n meticuloso cuantas demostraciones de teoremas 8allaa" Hncluso en las tardes de verano ajaa las persianas ! traajaa con lu> artificial" *etiraa del escritorio todo cuanto pudiera distraer su mirada, para sentirse realmente a solas con el folio" = escriía de corrido" Si una ecuación se le resistía o se equivocaa al alinear una eApresión tras el signo de igual, arrojaa el folio al suelo ! volvía a empe>ar" ?uando 8aía llenado por completo una p2gina de símolos, letras ! números, escriía al final "E"" ! por un instante tenía la impresión de 8aer puesto un poco de
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orden en el mundo" Entonces se reclinaa en la silla ! podía entrela>ar las manos sin frot2rselas" Pero pronto empe>aa a distanciarse de la p2gina@ los símolos que 8asta un instante antes fluían como al conjuro de su mu7eca se le antojaan ajenos, como perdidos en un lugar cu!o acceso le estaa vedado" En la oscuridad del cuarto, su mente volvía a polarse de pensamientos somríos ! casi siempre acaaa cogiendo un liro, lo aría al a>ar ! seguía estudiando" El an2lisis complejo, la geometría pro!ectiva ! el c2lculo diferencial no lo alejaron de su pasión primera, los números" + attia le gustaa contar, arrancar del . ! seguir contando según progresiones complejas que a menudo inventaa sore la marc8a" Se dejaa arrastrar por los números con la impresión de conocerlos uno por uno" Por eso acudió al profesor Niccoli, catedr2tico de ?2lculo iscreto, aunque no 8aía 8ec8o un solo eAamen con &l ni lo conocía m2s que de nomre, para que le dirigiera la tesis doctoral" El despac8o de Drancesco Niccoli estaa en la tercera planta del decimonónico edificio en que tenía su sede el departamento de atem2ticas" Era un recinto reducido, ordenado e inodoro, lleno del color lanco de las paredes, las estanterías, la mesa de pl2stico ! el aparatoso ordenador que en &sta 8aía" attia llamó tan flojo a la puerta que Niccoli no supo si estaan llamando a la su!a o a la del despac8o contiguo, ! por si acaso dijo adelante" attia arió la puerta ! dio un paso" 9 :uenos días" 9 :uenos días 9contestó Niccoli" +l joven le llamó la atención una foto colgada detr2s del profesor, en la que se lo veía muc8o m2s joven ! sin ara, con una placa de plata, estrec8ando la mano a un desconocido de aire importante" +gu>ó la vista pero no atinó a leer lo que ponía la placa" 9 ;= ien< 9le dijo Niccoli, mir2ndolo con ce7o" 9 uiero 8acer la tesis sore los ceros de la >eta de *iemann 9contestó attia, ! dirigió la mirada al 8omro derec8o del profesor, donde un espolvoreo de caspa formaa un diminuto cielo estrellado" Niccoli 8i>o una mueca semejante a una risa sardónica !, llev2ndose las manos a la nuca como si se dispusiera a disfrutar de un rato de asueto, le preguntóC 9 = dígame, ;usted qui&n es<
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9 e llamo attia :alossino, 8e terminado la carrera ! quisiera doctorarme este a7o" 9 $iene a8í su eApediente< attia afirmó con la cae>a" Se quitó la moc8ila, la dejó en el suelo, se agac8ó ! uscó el eApediente" Niccoli eAtendió la mano para reciirlo, pero attia prefirió dejarlo en la mesa" e unos meses a esa parte, el profesor necesitaa alejar las cosas para verlas ien" = de esa guisa ec8ó un vista>o a la serie de soresalientes ! matrículas de 8onor@ ni un fallo, ni un suspenso acaso por algún amor contrariado@ nada" ?erró el eApediente ! miró a attia con m2s atenciónC viendo que vestía como cualquier persona común ! corriente, ! que permanecía en pie como si no supiera qu& postura adoptar, pensó que era de esos que triunfan en los estudios porque en la vida real son tontos, ! en cuanto se salen del camino que les marca la universidad resultan unos inútiles" ?on vo> reposada le preguntóC 9 ;No cree que so! !o quien dee proponerle el tema< attia se encogió de 8omros" Paseaa los ojos de un lado al otro del canto de la mesa" 9 + mí me interesan los números primos" uiero traajar en la >eta de *iemann" Niccoli dio un suspiro@ se levantó ! se acercó al armario lanco" ando rítmicos resoplidos, empe>ó a recorrer con el dedo el lomo de los liros, 8asta que cogió unos folios mecanografiados ! grapados ! se los tendió" 9 $enga este artículo@ vuelva cuando 8a!a resuelto todas las ecuaciones" attia lo cogió !, sin siquiera leer el título, lo guardó en la moc8ila, que tenía apo!ada, aierta ! vacía, sore su pierna" urmuró gracias, salió del despac8o ! cerró la puerta" Niccoli volvió a tomar asiento ! pensó que en la cena se quejaría ante su mujer por este nuevo e inesperado fastidio" El padre de +lice se tomó su inter&s por la fotografía como un capric8o de ni7a aurrida, pero aun así le regaló por su vig&simo tercer cumplea7os una r&fleA ?anon con funda ! trípode, lo que ella agradeció dedic2ndole una sonrisa onita e inasile como una rac8a de viento 8elado" $ami&n le pagó un curso de seis meses del a!untamiento, al que +lice no 74
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faltó un solo día" El pacto, aunque t2cito, estaa claroC lo primero era la carrera" Pero de pronto la enfermedad de Dernanda se agravó aruptamente como el paso de la lu> a la somra, los acontecimientos se precipitaron ! los tres se vieron envueltos en una espiral de des2nimo e indiferencia recíproca" +lice no volvió a la universidad ! su padre fingió no darse cuenta@ remordimientos que se remontaan !a a otra &poca le impedían imponerse a ella ! casi 8alarle" + veces pensaa que no tenía m2s que entrar una noc8e en su cuarto ! decirleI decirleI ;qu&< La vida de su mujer se evaporaa como la 8umedad de una camiseta mojada !, con ella, el la>o que lo unía a su 8ija se aflojaa, !a casi estaa suelto, dej2ndola lire de elegir por sí misma" e la fotografía, a +lice le gustaa m2s el gesto que el resultado@ le gustaa arir la rec2mara, insertar un nuevo carrete, desenrollar la película unos centímetros e introducirla en los dientes de la guía, pensar que aquella cinta virgen se llenaría pronto de cosas ! no saer cu2les, tomar las primeras fotos al tuntún, encuadrar, enfocar, inclinarse adelante o atr2s, incluir o eAcluir a su antojo partes de realidad, ampliar, deformar las im2genesI ?ada ve> que apretaa el disparador ! oía el clic ! el leve rumor que lo seguía, se acordaa de cuando era ni7a ! ca>aa saltamontes en el jardín de la casa de monta7a" ?on las fotos 8acía lo mismo, pensaaC atrapar el tiempo en su salto de un instante al siguiente ! fijarlo en el celuloide" En el cursillo le ense7aron a llevar la c2mara con la correa enrollada a la mu7eca, de modo que no pudieran ro2rsela sin arrancarle tami&n el ra>o" Por los pasillos del 8ospital aria +uAiliadora, donde estaa ingresada su madre, no corría ese riesgo, pero !a se 8aía acostumrado ! de ese modo llevaa la ?anon" Ha arrimada a la pared icolor, ro>2ndola a trec8os con el 8omro derec8o, para no c8ocar con nadieC acaaan de empe>ar las visitas de la tarde ! los pasillos estaan llenos de gente que ia ! venía" Las puertas de aluminio ! aglomerado de las 8aitaciones estaan aiertas" ?ada unidad tenía un olor peculiar" 6ncología olía a desinfectante ! gasa empapada en alco8ol" La 8aitación de su madre era la penúltima ! en ella entró" Dernanda dormía con sue7o inducido ! los aparatos a los que estaa conectada eran silenciosos" La lu> era escasa ! so7olienta" En el alf&i>ar 8aía un jarrón con flores rojasC las 8aía traído Soledad el día anterior"
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+lice puso manos ! c2mara en el orde de la cama, donde las s2anas, en el centro aomaas por el cuerpo de su madre, estaan de nuevo lisas" Ha todos los días pero no 8acía nada" =a se encargaan de todo las enfermeras" Suponía que deía 8alar con su madre" Eso 8acen muc8as personasC se comportan como si el enfermo pudiera escuc8arlas, saer lo que piensan, adivinar qui&n 8a! junto al lec8o ! le 8ala mentalmente, como si la enfermedad creara nuevos canales de comunicación" +lice no lo creía, ! en aquella 8aitación se sentía sola" Por lo general esperaa media 8ora sentada ! luego se ia" Si se cru>aa con algún m&dico le preguntaa por su madre, ! la respuesta siempre era la misma@ palaras ! enarcar de cejas significaan que sólo caía esperar que las cosas empeoraran" Esa ma7ana se 8aía traído un cepillo !, con cuidado de no ara7arle la cara, peinó a la enferma, al menos el caello que soresalía de la almo8ada@ dócil e inerte, era como una mu7eca" Le sacó los ra>os de la s2ana ! los colocó cómodamente eAtendidos" 6tra gota de solución salina flu!ó por el tuo del gotero ! penetró en la vena de Dernanda" +lice se situó a los pies de la cama ! apo!ó la ?anon en la arra de aluminio, cerró el ojo i>quierdo ! aplicó el otro a la mirilla" Nunca 8aía fotografiado a su madre" isparó una ve> ! luego, sin camiar de encuadre, se inclinó un poco m2s 8acia delante" En eso la soresaltó un ruido ! al punto la 8aitación se llenó de lu>" Fna vo> de 8omre a sus espaldas dijoC 9 ;ejor< +lice se volvió" unto a la ventana 8aía un m&dico accionando el cordón de la persiana veneciana@ un m&dico joven" 9 Sí, gracias 9contestó, algo intimidada" El m&dico se metió las manos en los olsillos de la ata lanca ! se quedó mir2ndola, como esperando a que siguiera" Ella se agac8ó e 8i>o otra foto, al tuntún, casi por darle gusto" Pensar2 que esto! loca, se dijo" Sin emargo, el doctor se acercó a la cama con toda naturalidad, tomó el 8istorial clínico ! lo le!ó entornando los p2rpados" Luego, con el pulgar reguló una ruedecilla del gotero ! oservó satisfec8o cómo las gotas fluían m2s r2pido" +lice pensó que sus movimientos resultaan tranquili>adores" espu&s se acercó, se acodó en la cama ! dijo como para síC
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9 %u& manías tienen las enfermeras' Siempre lo tienen todo a oscuras" ?omo si no fuera !a astante difícil distinguir aquí el día de la noc8e" 9Se volvió 8acia ella ! sonrió9" ;Eres 8ija su!a< 9 Sí" )l asintió sin compadecerla" 9 =o so! el doctor *ovelliI 9= como si lo 8uiera pensado mejor, a7adió9C Daio" Ella le estrec8ó la mano ! se presentó a su ve>" Se quedaron un momento mirando a la enferma sin decir nada" +l cao, &l dio dos golpecitos en la arra de la cama, que sonaron a 8ueco, ! se incorporó" +ntes de salir se inclinó ! le susurró al oído, gui72ndole el ojo ! se7alando las luminosas ventanasC 9 = no le digas a nadie que 8e sido !o" ?oncluida la 8ora de la visita, +lice ajó dos pisos por la escalera, cru>ó el vestíulo, franqueó las puertas de cristal que se arieron autom2ticamente a su paso ! salió al aire lire" +travesó el patio ! se detuvo en el quiosco de la entrada, que atendía un anciano sudado" Pidió una otella de agua con gas" $enía 8amre, pero estaa acostumrada a aguantarse 8asta que la sensación desaparecía" :eer algo con gas era uno de los trucos, porque le llenaa el estómago, al menos el tiempo suficiente para superar el momento crítico" :uscó el monedero en el olso que llevaa al 8omro, para lo que le estoraa no poco la c2mara que colgaa de la mu7eca" e pronto o!ó que decíanC 9 eja" Era Daio, el m&dico al que 8aía conocido no 8acía ni media 8ora, que tendía un illete al quiosquero ! le sonreía a ella con tal eApresión que no se atrevió a protestar" =a no llevaa la ata, sino una camiseta a>ul claro de manga corta, ! se 8aía puesto un perfume intenso" 9 = una ?oca9?ola 9le dijo al del quiosco" +lice le dio las gracias" uiso destapar su otellín, pero el tapón le resalaa entre los dedos" 9 ;Puedo< 9se ofreció Daio" Le cogió la otella de las manos ! la arió con el índice ! el pulgar" La cosa, pensó +lice, no tenía nada de especial@ ella misma la 8aría destapado 77
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de no tener las manos tan sudadas@ pero le pareció un gesto caalleroso, casi una proe>a reali>ada por ella" Daio le pasó la otella, ella le dio otra ve> las gracias ! cada cual eió de su otella, mir2ndose de reojo ! como pregunt2ndose qu& decirse a continuación" Daio tenía el pelo corto ! ensortijado, casta7o, pero allí donde el sol incidía directamente se veía roji>o" +lice tuvo la impresión de que &l era consciente de aquellos juegos de lu>, ! tami&n, de algún modo, de &l mismo ! su entorno" = juntos, como de común acuerdo, se alejaron unos pasos del quiosco" +lice no saía cómo despedirse@ se sentía en deuda con &l, no sólo porque le 8aía pagado el agua, sino tami&n por 8aerle aierto la otella" e 8ec8o, tampoco saía si quería despedirse tan pronto" Daio así lo intu!ó ! le preguntó, sin cortarseC 9 ;Puedo acompa7arte a donde va!as< +lice se sonrojó" 9 -o! al coc8e" 9 Pues al coc8e" Ella no dijo ni sí ni no, sino que miró a otra parte ! sonrió" Daio 8i>o un adem2n cort&s como diciendo despu&s de ti" ?ru>aron la avenida ! tomaron una calle sin 2roles" Por la somra que pro!ectaan en la acera, el m&dico advirtió el andar asim&trico de +lice" El 8omro derec8o, inclin2ndose ajo el peso de la c2mara fotogr2fica, era el contrapunto de la pierna i>quierda, tiesa como un palo" La somra alargada aumentaa la impresión de escualide> inquietante de la c8ica, a tal punto que parecía 8ec8a de ra!as, ra!as oscuras correspondientes a dos eAtremidades proporcionadas ! a otras tantas prótesis mec2nicas" 9 ;$e 8a pasado algo en la pierna< 9le preguntó" 9 ;?ómo< 9replicó ella con alarma" 9 ue si te 8a pasado algo en la pierna 9repitió &l9" ?omo veo que cojeasI +lice tuvo la sensación de que 8asta la pierna uena se le encogía" uiso rectificar sus andares ! doló cuanto pudo la pierna coja, de modo que le dolió de verdad" 9 $uve un accidente" 9= como para eAcusarse, agregó9C Bace muc8o" 9 ;e coc8e< 9 No@ esquiando" 78
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9 + mí me encanta esquiar 9dijo Daio con entusiasmo, cre!endo 8aer encontrado un tema de conversación" 9 =o lo odio 9replicó secamente +lice" 9 L2stima" 9 Sí, l2stima" ?aminaron un rato en silencio" Fna aureola de pa> ! seguridad en sí mismo, sólida ! transparente, circundaa al joven m&dico" Hncluso cuando no sonreía a propósito sus laios eso>aan una sonrisa" = parecía encontrarse mu! cómodo, como si para &l fuera de lo m2s normal conocer a c8icas en las 8aitaciones del 8ospital ! acompa7arlas luego al coc8e c8arlando un rato" +lice, en camio, se sentía violentísima@ notaa los tendones tirantes, le crujían las articulaciones, los músculos se le tensaan ! pegaan a los 8uesos" Por último, se7aló un Seiscientos a>ul, como diciendo es &ste, ! Daio arió los ra>os" + su espalda pasó un coc8e por la calle@ o!eron el ruido aumentar de volumen ! luego disminuir 8asta eAtinguirse" 9 ?onque fotógrafa, ;e8< 9dijo &l para ganar tiempo" 9 Sí 9contestó +lice sin pensarlo, ! enseguida se arrepintióC de momento no era m2s que una joven que 8aía aandonado la universidad e ia por a8í 8aciendo fotos" Se preguntó si eso astaa para ser fotógrafa, dónde estaa el límite entre el ser ! el no ser algo" = mordi&ndose el fino laio a7adió9C 2s o menos" El m&dico eAtendió la mano ! dijo, refiri&ndose a la c2maraC 9 ;Puedo< 9 ?laro" Se la desenrolló de la mu7eca ! se la pasó" )l la oservó un momento, le quitó la tapa ! dirigió el ojetivo al frente ! despu&s al cielo" 9 %Fau' Parece profesional" Ella se ruori>ó" Daio fue a devolv&rsela" 9 Si quieres puedes 8acer una 9le dijo +lice" 9 e ninguna manera, no saría cómo" Ba>la tú" 9 ;+ qu&< )l miró a un lado ! a otro, duitativo" Se encogió de 8omros ! contestóC 9 + mí" 79
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+lice se quedó mir2ndolo eAtra7ada, ! con cierta malicia involuntaria le preguntóC 9 ;= por qu& a ti< 9 Porque así tendr2s que volver a verme para ense72rmela" Ella vaciló un momento" Por primera ve> lo miró fijamente a los ojos, aunque no logró sostener su mirada m2s de un segundo" Eran unos ojos a>ules, sin velos, límpidos como el cielo, ante los que se sintió como eAtraviada, como desnuda en un enorme cuarto vacío" Pensó que era guapo, guapo como dee serlo un joven" Enfocó su cara" )l sonrió sin emara>o alguno, sin al>ar la cae>a como 8acen muc8os ante el ojetivo" +pretó el disparador, sonó un clic" attia volvió al despac8o de Niccoli a la semana de la primera entrevista" El profesor lo reconoció por el modo de llamar a la puerta ! !a eso lo irritó soremanera" Q. verlo aparecer dio un profundo resoplido, dispuesto a montar en cólera no ien le dijera que 8aía cosas que no entendía o pidiera que le eAplicara esta o aquella ecuación" Si me muestro lo astante severo, se dijo, lo mismo me lo quito de encima" attia pidió permiso !, sin mirarlo a la cara, dejó sore la mesa los folios del artículo que le 8aía encargado que estudiara" ?uando Niccoli los cogió, ca!eron unas 8ojas sueltas, numeradas ! escritas con uena letra, que el muc8ac8o adjuntaa a las grapadas" Las reunió ! las 8ojeó un momentoC allí estaan las ecuaciones del artículo, caalmente desarrolladas ! con sendas referencias al teAto" No tuvo necesidad de eAaminarlas a fondo para comprender que eran correctasC !a el orden de las p2ginas lo demostraa" Sintió cierta frustración al no poder desa8ogar la cólera que incuaa, como cuando uno quiere estornudar ! no puede" Estudió con ma!or detenimiento el traajo, caeceando con aproación" No pudo evitar un acceso de envidia, pues aquel muc8ac8o que tan poco apto parecía para la vida, estaa sin duda m2s dotado para aquella materia que &l mismo" +l final dijo, aunque m2s para sí mismo ! sin intención real de felicitarloC 9 u! ien" 9= a7adió en tono enf2ticamente tedioso9C En los últimos p2rrafos se plantea cierto prolema sore los momentos de la >eta queI 9 Sí 9lo interrumpió attia9, ! creo que lo 8e resuelto" Niccoli lo miró primero con incredulidad ! luego con franco desd&n" 9 +8, ;sí< 80
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9 -ea la última p2gina que adjunto" El profesor se 8umedeció el índice, pasó las p2ginas 8asta llegar a la última ! le!ó ce7udo la demostración de attia, sin entenderla mu! ien ni 8allar tampoco nada que ojetar" ?on m2s calma, la le!ó una segunda ve>, ! a8ora sí le pareció clara, incluso rigurosa ! 8asta salpicada de ciertas pedanterías diletantes" + medida que seguía el desarrollo fue distendiendo la frente ! sin darse cuenta empe>ó a acariciarse el laio inferior, olvidado de attia, que 8aía permanecido todo el tiempo en la misma postura, mir2ndose los pies ! rogando a ios que fuera correcto, correcto, como si el resto de su vida dependiera de aquel profesor" No imaginaa que, en efecto, así 8aía de ser" Niccoli dejó con cuidado los folios en la mesa ! se reclinó en la silla con las manos cru>adas en la nuca, postura que deía de ser su preferida" 9 :ien, en8orauena" La discusión de la tesis doctoral fue fijada para finales de ma!o ! attia pidió a sus padres que no asistieran" «;Por qu&<(, preguntó su madre, ! no llegó a decir nada m2s" )l negaa con la cae>a mirando por la ventana@ fuera estaa oscuro ! en el cristal se reflejaan los tres sentados a la mesa@ así vio cómo su padre asía a su madre del ra>o ! con la otra mano le indicaa que lo dejara correr, ! cómo su madre se levantaa de la mesa con la mano en la oca !, aunque no 8aían terminado de cenar, aría el grifo del fregadero para lavar los platos" El día de la tesis, que llegó como llegan todos los días, attia se levantó antes de que sonara el despertador" Los fantasmas que por la noc8e se le 8aían aparecido como 8ojas emorronadas tardaron unos segundos en desvanecerse" En el salón no encontró a nadie@ sólo 8aía un elegante traje a>ul oscuro, nuevo, ! una camisa rosa claro perfectamente planc8ada" Sore la camisa 8aía una nota que re>aa «Para nuestro doctor(, firmada por su padre ! su madre, aunque con la letra del primero" attia se puso el traje ! salió sin mirarse en el espejo" Presentó la tesis con vo> firme ! mirando por igual a todos los miemros del triunal" Niccoli, sentado en primera fila, aproaa ce7udo con la cae>a ! lan>aa ojeadas a sus cada ve> m2s asomrados colegas" ?uando llegó el momento de la concesión de títulos, attia se puso en la fila con los dem2s doctorandos@ eran los únicos que estaan de pie en el inmenso 2mito del aula magna" attia sentía las miradas del púlico como un 8ormigueo en la espalda ! procuró distraerse calculando el volumen del 81
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recinto a partir de la estatura del presidente, pero el 8ormigueo se le eAtendió por el cuello ! las sienes@ imaginó miles de peque7os insectos penetrando por sus oídos, miles de polillas 8amrientas cavando túneles en su cerero" La fórmula que para todos los candidatos repetía id&ntica el presidente le pareció cada ve> m2s larga, ! acaó a8og2ndola el ruido que crecía en su cae>a, de modo que cuando le tocó a &l no o!ó su nomre" Sintió que se atragantaa con algo duro como un cuito de 8ielo" Estrec8ó la mano del presidente ! la notó tan seca que instintivamente uscó la 8eilla met2lica del cinturón que no llevaa" El púlico se puso en pie con rumor de marea" Niccoli se acercó ! le dio dos palmaditas en el 8omro ! la en8orauena" No 8aían cesado los aplausos cuando !a attia salía del aula ! por el pasillo se dirigía aprisa 8acia la salida, olvidando pisar primero con las puntas para que sus pasos no resonaran" Lo 8e conseguido, lo 8e conseguido, se repetía" Pero cuanto m2s se acercaa a la calle, m2s se le revolvía el estómago" En la puerta lo emistió la lu>, el calor, el fragor del tr2fico, ! se detuvo vacilando, como temeroso de caer por los escalones de cemento" En la acera 8aía un grupo de personas, diecis&is, según contó al primer vista>o" uc8as llevaan flores ! esperaan sin duda a sus parientes" Por un instante tami&n &l deseó que lo esperase alguien" Sentía la necesidad de descansar su peso en otro cuerpo, como si de repente sus piernas no pudieran seguir soportando el contenido de su cae>a" :uscó a sus padres, a +lice, a enis, pero sólo veía desconocidos que miraan nerviosos sus relojes, se aanicaan con folios, fumaan, 8alaan en vo> alta ! no se daan cuenta de nada" iró el rollo de papiro que llevaa en la mano, en el que con ella letra cursiva se acreditaa que attia :alossino era doctor, profesional, adulto@ que !a era 8ora de que se enfrentara con la vida real@ que allí acaaa la vía que lo 8aía llevado ciega ! sordamente de p2rvulos al doctorado" Sintió que se a8ogaa, como si no tuviera fuer>as para inspirar 8asta el fondo de los pulmones" ;= a8ora qu&<, se preguntó" Fna se7ora aja que llegaa acalorada le pidió paso" )l la siguió dentro, como si la mujer pudiera conducirlo a la respuesta@ volvió a recorrer el pasillo en sentido contrario, suió al primer piso, entró en la ilioteca, se sentó en su sitio de siempre, junto a una ventana, dejó el documento en la silla de al lado, apo!ó las manos sore la mesa, ien aiertas, ! se concentró en la respiración, que seguía falt2ndole" Le 8aía pasado otras veces, pero nunca tanto tiempo seguido" 82
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No puedes 8aer olvidado cómo se respira, se dijo@ eso no se olvida" EApulsó todo el aire ! evitó respirar unos segundos" +l cao arió la oca e inspiró lo m2s 8ondo que pudo, 8asta que el pec8o le dolió" Esta ve> sí introdujo el aire 8asta el fondo de los pulmones, ! se figuró las mol&culas de oAígeno, lancas ! redondas, esparci&ndose por las arterias ! remolineando en el cora>ón" En aquella postura permaneció inmóvil por un tiempo indefinido, sin pensar ni darse cuenta de que los estudiantes entraan ! salían, en un estado de astracción profunda e inquieta" Basta que de repente apareció algo delante de sus ojos, una manc8a roja que lo soresaltó@ fijó la vista ! vio que era una rosa, una rosa envuelta en celof2n que alguien 8aía puesto sore la mesa@ con la mirada siguió el tallo ! reconoció la mano de +lice, de u7as redondas ! mu! recortadas" 9 ira que eres tonto" attia la miró como si fuera una alucinación" $uvo la impresión de que volvía a la realidad desde algún lugar remoto que sólo recordaa orrosamente, ! mir2ndola vio en su semlante una triste>a nueva, profunda" 9 ;Por qu& no me lo dijiste< 9prosiguió ella9" $endrías que 8aerme avisado" 9=, agotada, se sentó en la silla de enfrente ! miró a la calle moviendo la cae>a" 9 ;?ómo lo 8asI< 9dijo attia" 9 Por tus padres, por tus padres lo 8e saido" 9Se volvió de pronto para mirarlo con sus ojos a>ul claro ec8ando c8ispas9" ;$e parece justo< attia lo pensó, luego negó con la cae>a, ! en el arrugado celof2n vio cómo su reflejo, arumado ! deforme, caeceaa tami&n" 9 Siempre 8e pensado que significaa algo para ti, siempreI Pero túI 9No pudo continuar, tenía un nudo en la garganta" attia seguía pregunt2ndose cómo aquel momento podía 8aerse vuelto repentinamente tan real" Se esfor>ó por recordar dónde se 8allaa segundos antes, sin conseguirlo" 9 $ú nadaI 9conclu!ó +lice9" Nunca" attia tuvo la impresión de que la cae>a se le 8undía entre los 8omros, de que las polillas volvían a agitarse en su cerero" 9 No tenía importancia, no quería queI 9susurró"
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9 %?2llate' 9lo interrumpió ella" +lguien 8i>o c8itón ! en el silencio susiguiente quedó virando el eco de ese sonido" +lice se fijó mejor en attia ! se alarmó9" Pero est2s p2lidoI ;$e ocurre algo< 9 No s&, me siento como mareado" Ella se puso en pie, se retiró el pelo de la frente, como si conjurase malos pensamientos, e inclin2ndose sore &l le dio un eso en la mejilla, leve ! silencioso, que al instante espantó los insectos" 9 Seguro que lo 8as 8ec8o mu! ien, lo s& 9le dijo al oído" attia notó su pelo cosquillearle en el cuello, ! cómo el corto espacio que los separaa se llenaa con su calor ! le oprimía la piel con suavidad de algodón" $uvo el impulso de estrec8arla contra sí, pero sus manos permanecieron quietas, como dormidas" +lice se irguió ! se estiró para coger de la silla el título de doctor" Lo desenrolló ! lo le!ó a media vo>, sonriendo" 9 %Fau' 9eAclamó al final9" Esto 8a! que celerarlo" %-enga, en pie, doctor' = le tendió la mano" )l se la tomó, no sin vacilar" ejó que lo sacara de la ilioteca con la misma confian>a desarmada con que a7os antes se 8aía dejado arrastrar al a7o de c8icas" ?on el tiempo la proporción entre sus manos 8aía camiado, ! a8ora la su!a aarcaa por entero la de +lice, como la 2spera valva de una conc8a" 9 ;+dónde vamos< 9 + dar una vuelta, a que te d& el sol, que falta te 8ace" Salieron a la calle ! esta ve> &l no tuvo miedo de la lu>, del tr2fico ni de la gente que esperaa a la puerta" Suieron al coc8e ! ajaron las ventanillas" +lice conducía con las dos manos ! cantaa Pictures of !ou imitando el sonido de palaras que no conocía" attia sintió que sus músculos se relajaan poco a poco ! se amoldaan a la forma del asiento" $enía la sensación de que el automóvil ia dejando una estela negra ! viscosa, que era su pasado ! sus preocupaciones" Se sentía cada ve> m2s ligero, como un recipiente que se vacía" ?erró los ojos ! por unos segundos flotó con la risa que le daa en la cara ! con la vo> de +lice"
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?uando los arió estaan en su calle" Se preguntó si no le 8arían organi>ado una fiesta sorpresa ! rogó a ios que no" 9 i, ;adónde vamos< 9 Bum 9murmuró +lice9" $ú no te preocupes" El día que condu>cas tú, podr2s llevarme a donde quieras" Por primera ve> se avergon>ó de no tener carnet de conducir a sus veintidós a7os" )sa era otra de las cosas que se 8aía saltado, otro de los consaidos pasos de la vida de un joven que &l 8aía preferido no dar, a fin de seguir al margen del engranaje de la vida@ como comer palomitas en el cine, sentarse en el respaldo de los ancos, no respetar la 8ora de volver a casa impuesta por los padres, jugar al fútol con pelotas de papel de aluminio o quedarse desnudo ante una c8ica" = pensó que aquello camiaría" Sí, otendría el carnet cuanto antes" = lo 8aría por ella, para llevarla de paseo en coc8e" Porque 9miedo le daa admitirlo9 cuando estaa con ella sentía que valía la pena 8acer todas esas cosas normales que 8acen las personas normales" =a cerca de casa de attia, +lice doló una esquina ! enfiló la avenida principal@ a los cien metros aparcó enfrente del parque" 9 -oil2 " 9Se quitó el cinturón ! se apeó" attia no se movió ! se quedó mirando el parque9" ;u&, no ajas< 9a7adió ella" 9 +quí no" 9 -a, aja" )l negó con la cae>a" 9 -amos a otro sitio" +lice miró a los lados" 9 ;u& prolema 8a!< -amos a dar un paseo" Se acercó a la ventanilla de su amigo" attia estaa rígido como si alguien le 8uiera puesto un pu7al a la espalda, ! se agarraa al asidero de la porte>uela con los dedos crispados como patas de ara7a@ miraa con fije>a los 2roles cien metros m2s all2, cu!os anc8os follajes curían los troncos nudosos, la espesa mara7a del enramado, el terrile secreto"
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No 8aía vuelto allí desde el día que fue con la policía, el día que su padre le dijo que diera la mano a su madre ! ella se metió la su!a en el olsillo" +quel día aún llevaa los ra>os vendados 8asta los codos, con una venda gruesa que le daa varias vueltas ! que sólo con una sierra 8aría podido atravesar" Hndicó a los policías dónde se 8aía quedado sentada ic8ela 9querían saer el punto eAacto9 ! tomaron fotos, de lejos ! de cerca" ?uando volvían a casa vieron desde el coc8e cómo unas eAcavadoras 8undían sus ra>os mec2nicos en el río ! eAtraían grandes masas de cieno negro que dejaan caer pesadamente en la orilla" Su madre contenía el aliento cada ve> que eso ocurría, 8asta que el cúmulo de cieno se des8acía en el sueloC ic8ela tenía que estar en aquel fango, ! sin emargo no apareció" 9 -2monos, por favor 9repitió attia, con tono asorto ! contrariado m2s que suplicante" +lice suió al coc8e" 9 + veces no s& siI 9 +8í aandon& a mi 8ermana gemela 9la interrumpió &l con vo> neutra, casi in8umana" +l>ando el ra>o, que dejó suspendido como si se 8uiera olvidado de ajarlo, se7aló los 2roles" 9 ;$u 8ermana gemela< ;$ienes una 8ermana gemela< attia asintió lentamente con la cae>a, sin dejar de mirar la aroleda" 9 Era igual que !o" = sin esperar a que +lice le preguntase nada, se lo contó todo, a raudales, como un dique rotoC lo del gusano, lo de la fiesta, lo del juego de Lego, lo del río, lo de los cristales, lo de la sala del 8ospital, lo del jue> :erardino, lo del anuncio en televisión, lo del psicólogo, todo, lo que nunca le 8aía contado a nadie" = lo 8i>o sin mirarla ! sin emocionarse" ?uando acaó se quedó callado" ?on la mano derec8a tentó deajo del asiento, pero sólo encontró formas redondeadas" Se 8aía calmado" Se sentía de nuevo lejos, ajeno a su cuerpo" +lice le tomó delicadamente la arilla ! le volvió la cae>a" attia no vio sino un ulto que se le acercaa" ?erró los ojos ! en los laios sintió sus laios calientes, ! en las mejillas sus l2grimas, que qui>2 no eran su!as, ! en la cae>a sus manos ligeras, sujet2ndosela ! conteniendo los pensamientos, confin2ndolos en el espacio que !a no eAistía entre ellos"
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En el último mes se 8aían visto a menudo, sin citarse nunca eApresamente pero tampoco sin encontrarse por casualidad" +l t&rmino de las 8oras de visita, +lice se daa siempre una vuelta por la unidad de Daio, donde &l se 8acía el encontradi>o" aan un paseo por el patio, siempre el mismo recorrido, que 8aían decidido de manera t2cita" Su amor tenía por escenario ese recinto cerrado, región aparte en la que no 8aía necesidad de nomrar aquella cosa misteriosa ! limpia que viraa entre ellos" Daio parecía conocer mu! ien la din2mica del cortejo, saía avan>ar poco a poco ! controlar las palaras, como si siguiera un protocolo" Hntuía el profundo sufrimiento de +lice ! lo respetaa sin inmiscuirse" Los desórdenes del mundo, del tipo que fueran, no lo afectaan, no tenían caida en su mente equilirada ! racional, para la cual simplemente no eAistían" ?uando un ost2culo se interponía en su camino, &l lo sorteaa sin variar el paso ! seguía como si tal cosa" No dudaa de nada casi nunca" Saía cómo alcan>ar un ojetivo ! por eso estaa mu! pendiente de +lice, de sus estados de 2nimo ! su 8umor, de una manera respetuosa ! tami&n un tanto pedante" ?uando la veía callada le preguntaa si le pasaa algo, pero nunca insistía" ostraa inter&s por la fotografía ! por el estado de su madre, llenaa los silencios con divertidas an&cdotas de su traajo ! sus colegas" +lice se dejaa cautivar por su confian>a en sí mismo ! poco a poco se aandonaa a ella, como de ni7a se aandonaa al agua cuando en la piscina 8acía el a8ogado" -ivían la lenta e invisile compenetración de sus respectivos universos, eran como dos astros que gravitasen alrededor del mismo eje en óritas cada ve> m2s próAimas ! cu!o destino era colisionar en algún punto del espacio ! el tiempo" + la madre de +lice le 8aían suspendido el tratamiento" Hnclinando la cae>a, su padre dio el consentimiento para dejar que por fin se sumiera en un sue7o indoloro, ajo la pesada manta de la morfina" +lice esperaa que todo acaara cuanto antes ! no se sentía culpale" Su madre !a vivía en ella en forma de recuerdo, como un grano de polen que se 8uiera posado en algún rincón de su memoria, donde permanecería el resto de su vida convertida en unas cuantas im2genes sin sonido" Daio no 8aía pensado propon&rselo ! tampoco era una persona impulsiva, pero aquella tarde encontró a +lice distinta, como presa de una ansiedad que manifestaa entrela>ando los dedos, moviendo los ojos
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demasiado, evitando cru>ar su mirada@ por primera ve> oró precipitada, incautamenteC 9 Este fin de semana mis padres van a la pla!a" +lice no pareció oírlo, o al menos no se dio por enterada" Bacía días que no saía qu& pensarC attia llevaa sin llamarla desde el día que se doctoró, 8acía m2s de una semana" Pero estaa claro que le tocaa a &l" 9 $e invito a cenar en casa el s2ado, si te parece 9prosiguió Daio" Se sintió menos seguro mientras lo decía, pero al instante recuperó el aplomo" Se metió las manos en los olsillos de la ata ! esperó la respuesta con toda tranquilidad, fuera cual fuese" +lice eso>ó una sonrisa te7ida de cierta aflicción ! murmuróC 9 No s&I ejor que no" 9 Sí, tienes ra>ón 9se apresuró a decir Daio9, no tenía que 8a&rtelo propuesto, perdona" Siguieron paseando en silencio ! al llegar de nuevo a la unidad de Daio &ste se dijoC ;= a8ora qu&< Ninguno de los dos se movía" ?amiaron una r2pida mirada ! ajaron los ojos" Daio soltó una risita" 9 $ú ! !o nunca saemos cómo despedirnos" 9 =a 9contestó +lice sonriendo" Se llevó la mano al pelo, se enrolló un mec8ón al dedo ! tiró de &l levemente" Daio dio un paso decidido 8acia ella 9la gravilla rec8inó ajo su pie9, le dio un eso en la mejilla i>quierda, con una autoridad afectuosa, ! retrocedió de nuevo" 9 +l menos pi&nsalo 9le dijo" = le sonrió de oreja a oreja, con laios, ojos ! mejillas, dio media vuelta ! se dirigió mu! erguido 8acia la puerta de cristal" ?uando lo vio franquearla, +lice se dijoC +8ora se gira" Pero Daio doló por el pasillo ! desapareció" La carta ia dirigida al doctor attia :alossino ! era tan fina ! ligera que parecía imposile que encerrase todo el futuro de attia" Su madre no se la entregó 8asta la cena, qui>2 por la vergMen>a de 8aerla aierto ella, aunque tampoco lo 8i>o a saiendas, ni siquiera miró el destinatarioC attia nunca reciía correo" Le tendió la carta por encima de los platosC 9 Ba llegado esto" 88
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attia ec8ó una mirada eAtra7ada a su padre, que asintió con la cae>a vagamente, ! tomó la carta, no sin antes pasarse la servilleta de papel por el laio superior, que tenía limpio" unto a las se7as se veía una complicada impronta circular a>ul que no le dijo nada" +rió el sore ! sacó la 8oja que contenía@ la desdoló !, aún impresionado de ser &l, el doctor :alossino, el destinatario de la misma, empe>ó a leerla" ientras tanto, notó que sus padres 8acían m2s ruido del normal con los cuiertos ! su padre carraspeaa varias veces" ?uando acaó, doló la 8oja con los mismos gestos con que la 8aía desdolado, sólo que en sentido inverso, ! en su forma original la introdujo de nuevo en el sore ! la dejó en la silla de ic8ela" $omó de nuevo el tenedor, aunque ver a8ora las rodajas de calaacín en su plato le produjo cierto desconcierto, como si las 8uieran 8ec8o aparecer por sorpresa" 9 Parece una uena oportunidad 9dijo +dele" 9 Sí" 9 ;Piensas aceptar< 9= al decirlo, la madre notó que se le encendían las mejillas" No era por miedo a perderlo, sino todo lo contrarioC deseaa fervientemente que su 8ijo aceptase ! desapareciera de aquella casa, de la silla que todas las noc8es ocupaa frente a ella en la cena, con su cae>a negra gravitando sore el plato ! aquel contagioso 8alo tr2gico que lo rodeaa" 9 No lo s& 9contestó attia sin al>ar la vista del plato" 9 Pues parece una uena oportunidad 9insistió su madre" 9 Sí" Siguió un silencio que el padre rompió para perorar sore lo eficiente que era la gente del norte de Europa ! lo limpias que tenían sus ciudades, m&ritos que &l atriu!ó al severo clima ! la falta de lu> natural durante uena parte del a7o, circunstancias que sin duda reducían las ocasiones de distracción" ?ierto que &l nunca 8aía estado en ningún país del norte, pero eso se decía" ?uando, terminada la cena, attia empe>ó a recoger los platos en el mismo orden que todas las noc8es, su padre le puso la mano en el 8omro ! le dijo en vo> aja que podía irse, que &l lo 8aría" attia cogió la carta de la silla ! se fue a su cuarto"
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Se sentó en la cama, miró ! remiró el sore, lo plegó 8acia un lado ! 8acia otro, 8aciendo crujir el papel" EAaminó luego m2s atentamente la improntaC inscrita en un círculo que por un error de impresión se veía algo ovalado, representaa un ave rapa>, un 2guila seguramente, con las alas aiertas ! la cae>a ladeada, de modo que el afilado pico se veía de perfil" En otro círculo, m2s grande ! conc&ntrico al anterior, venía el nomre de la universidad que le ofrecía traajo" -iendo los caracteres góticos, las muc8as J ! 8 del nomre ! las o arradas diagonalmente, símolo que en matem2ticas significaa conjunto vacío, se imaginó un edificio alto ! oscuro, de pasillos resonantes ! altísimos tec8os, todo rodeado de c&sped, silencioso ! desierto como una catedral del fin del mundo" En aquel lugar lejano e ignoto estaa su futuro de matem2tico, 8aía una promesa de salvación, un espacio incontaminado donde todo era aún posile" ientras que aquí no tenía m2s que a +lice, ! el resto era desolación" Empe>ó a faltarle el aire, a sentir que se a8ogaa como el día que presentó la tesis@ la atmósfera parecía 8aerse vuelto líquida de pronto" Los días se 8aían alargado !a astante ! el crepúsculo era a>ul ! eAtenuante" Basta que se eAtinguió la última claridad del día estuvo pase2ndose mentalmente por aquellos pasillos que aún no conocía ! por los que a veces se cru>aa con +lice, que lo miraa sin decirle nada ni sonreírle" Bas de decidirte, pensó" 6 vas o no vas, . o U, como los códigos inarios" Pero cuanto m2s quería simplificar, m2s se le complicaa todo" Era como un insecto atrapado en una telara7a pegajosaC cuanto m2s se deate m2s se enreda" Llamaron a la puerta" $uvo la impresión de que los golpes resonaan en un po>o" 9 ;Sí<
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La puerta se arió despacio ! su padre asomó la cae>a" 9 ;Se puede< 9 Bum" 9 ;Por qu& est2s a oscuras< Sin esperar respuesta, Pietro pulsó el interruptor ! los cien vatios de la omilla estallaron en las dilatadas pupilas de attia, las cuales se contrajeron produci&ndole un agradale dolor" Su padre se sentó a su lado en la cama" $enían el mismo modo de cru>ar los pies, poniendo el toillo del i>quierdo sore el talón del derec8o, aunque ninguno de los dos lo 8aía notado" 9 ;?ómo se llama eso que 8as estudiado< 9le preguntó Pietro" 9 ;u&< 9 Lo de tu tesis" Nunca me acuerdo" 9 La >eta de *iemann" 9 Eso, sí, la >eta de *iemann" attia se rascó con la u7a del pulgar deajo de la u7a del me7ique, pero allí !a tenía la piel tan encallecida que no sintió nada, sólo o!ó el rumor de las u7as al frotarse" 9 =a quisiera !o tener esa cae>a que tienes 9suspiró Pietro9" Pero a mí las matem2ticas no me entraan, no eran lo mío" Para ciertas cosas 8a! que tener una mente especial" attia pensó que nada ueno 8aía en tener una cae>a como la su!a, que con ganas se la 8aría arrancado ! sustituido por otra, incluso por una caja de galletas siempre que estuviera vacía ! fuera ligera" uiso contestar que sentirse especial era una jaula, lo peor que podía pasarle a uno, pero se astuvo" *ecordó el día en que la maestra lo 8aía sacado al medio de la clase ! todos lo miraron como a un ic8o raro, ! se dijo que era como si en todos aquellos a7os no se 8uiera movido de allí" 9 ;Bas venido porque te lo 8a pedido mam2< 9preguntó a su padre" + Pietro se le tensó el cuello" Se c8upó los laios, asintió con la cae>a ! dijo con cierto emara>oC 9 $u futuro es lo que importa" Es justo que a8ora pienses en ti" Si decides aceptar te apo!aremos" inero no tenemos muc8o, pero sí algo, para cuando lo necesites"
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Buo otro silencio prolongado, durante el cual attia pensó en +lice ! en el dinero que roaa a ic8ela" 9 Pap2I 9 ;Sí< 9 ;Podrías salir un momento< $engo que 8acer una llamada" Pietro dio un largo suspiro, no sin alivio" 9 ?laro" Se puso en pie, pero antes de irse quiso 8acer una caricia a su 8ijo ! alargó la mano, pero cuando !a casi le tocaa la cara, somreada por una arita desali7ada, detuvo la mano ! la llevó al pelo, que apenas acarició tampoco" e aquellas cosas 8acía tiempo que 8aían perdido la costumre" El amor que enis sentía por attia se eAtinguió solo como una vela que arde olvidada en un cuarto oscuro, dejando paso a un 8amre insatisfec8a" + los diecinueve a7os, en la última p2gina de un periódico local vio el anuncio de un local ga!, lo recortó ! se lo guardó en la cartera" +llí lo llevó dos meses, ! a veces lo sacaa ! releía la dirección, que !a se saía de memoria" Los c8icos de su edad salían con c8icas, practicaan seAo regularmente ! no 8alaan de otra cosa" enis veía que la única solución era aquel recorte de periódico, aquella dirección que el sudor de sus dedos 8aía !a medio orrado" +sí que una noc8e lluviosa, sin propon&rselo realmente, fue" Se vistió con lo primero que encontró en el armario ! a sus padres, que estaan en el cuarto de al lado, les voceó que se ia al cine" Pasó primero dos o tres veces por delante del local, dando cada ve> la vuelta a la man>ana, ! al final entró, con las manos en los olsillos ! 8aciendo al guarda jurado un gesto confidencial" Se sentó a la arra ! pidió una clara, que se eió a soros, mirando las otellas alineadas, esperando" +l poco se le acercó un tío ! enis, sin verle siquiera la cara, decidió que sería &se" El otro empe>ó a 8alarle de sí mismo, o qui>2 de alguna película que &l no 8aía visto, grit2ndole al oído" El no lo escuc8aa" +l poco lo interrumpió ! le dijo que fueran al a7o" El desconocido enmudeció ! acto seguido sonrió ense7ando unos dientes 8orriles" enis se dijo que era feo, casi cejijunto ! viejo, mu! viejo, pero que no importaa"
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En el a7o, el tío le levantó la camiseta ! quiso esarlo, pero &l lo rec8a>ó" Se arrodilló ! le desaotonó la ragueta" Bostias, qu& r2pido, dijo el otro, pero no se opuso" enis cerró los ojos ! procuró acaar pronto" ?omo con la oca no conseguía nada ! se sentía un inútil, usó las manos, las dos a la ve>" ientras el otro se corría &l tami&n se corrió, en los cal>oncillos" Escapó del a7o dejando al desconocido a medio vestir, ! nada m2s salir, como si le 8uieran arrojado un cuo de agua 8elada, lo asaltó el sentimiento de culpa, el mismo de siempre" En la calle estuvo media 8ora uscando una fuente para quitarse el olor" -olvió otras noc8es" Siempre 8alaa con un tío distinto ! siempre inventaa una eAcusa para no decir su nomre" No volvió a estar con nadie" ?oleccionaa 8istorias de otros como &l, que solía escuc8ar en silencio, ! descurió que se parecíanC 8aía un camino que recorrer, a lo largo del cual era preciso sumergirse 8asta el fondo para luego poder salir a la superficie ! tomar aire" $odos tenían un amor del alma contrariado, como &l tenía a attia" $odos tuvieron miedo ! muc8os aún lo tenían, menos cuando estaan allí, entre personas que podían entenderlos, protegidos por el «amiente(, como ellos decían" ?onversando con aquellos desconocidos, enis se sentía menos solo ! se preguntaa cu2ndo llegaría su 8ora, el día en que tocaría fondo ! podría por fin emerger ! respirar tami&n &l" Fna noc8e, uno le 8aló de lo que en aquel mundillo llamaan «los candiles(, una callejuela detr2s del cementerio sin otra iluminación que la d&il ! temlorosa lu> que arrojaan las l2mparas de las l2pidas a trav&s de la gran verja" Por allí te paseaas a tientas, era donde mejor podías desa8ogar el deseo, como quien se lira de una carga, sin ver ni ser visto, dejando el cuerpo a merced de la oscuridad" En aquella calleja, enis tocó su fondo, o m2s ien c8ocó con &l de ruces, como quien se >amulle en aguas poco profundas" esde aquel día no volvió al local ! se encerró con ma!or ostinación en la negación de su ser" ?ursando el tercer a7o de universidad 8i>o un viaje de estudios a Espa7a" +llí, lejos del mirar inquisitivo de la familia, los amigos, la gente que lo conocía por la calle, 8alló el amor" Se llamaa -alerio ! como &l era italiano, ! como &l era joven ! estaa asustadísimo" Los meses que pasaron juntos en un pisito cercano a las *amlas de :arcelona, r2pidos e intensos, terminaron por 8acerle olvidar todo aquel sufrimiento, como una noc8e despejada 8ace olvidar los días de lluvia torrencial que la 8an precedido"
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e regreso en Htalia no volvieron a verse, pero enis no sufrió" ?on una confian>a que !a nunca lo aandonaría, se emarcó en nuevas aventuras que parecían 8aerlo esperado todo el tiempo en ordenada fila al dolar cada esquina" e los viejos amigos no conservó m2s que a attia" Seguían en contacto, sore todo por tel&fono, ! eran capaces de estarse en silencio minutos enteros, asorto cada cual en sus pensamientos, o!endo al otro lado de la línea el respirar rítmico ! tranquili>ador del amigo" ?uando aquel día sonó el tel&fono, enis estaa lav2ndose los dientes" En su casa no solía sonar m2s de dos veces, lo que tardaan en llegar al aparato m2s cercano desde cualquier punto de la casa" Su madre le gritó que era para &l" enis no se apresuró a responder@ se enjuagó ien la oca, se secó con la toalla, se miró un momento los incisivos superiores, que últimamente tenía la impresión de que se estaan montando, deido sin duda a las pujantes muelas del juicio" 9 ;Sí< 9 Bola" 9attia casi nunca se identificaa@ saía que su amigo conocía perfectamente su vo> ! le molestaa pronunciar su nomre" 9 Bomre, doctor, ;qu& tal< 9dijo enis con efusión" No se 8aía tomado a mal lo de la tesis" Baía aprendido a respetar el aismo que attia se 8aía eAcavado alrededor" +7os atr2s quiso saltarlo ! se 8aía despe7ado" +8ora se conformaa con sentarse en el orde ! dejar colgar las piernas" La vo> de attia no le producía !a vuelcos de cora>ón, aunque lo tenía ! lo tendría siempre presente como el único punto de comparación con todo lo que 8aía venido despu&s" 9 ;$e molesto< 9preguntó attia" 9 No" ;= !o a ti< 9replicó enis con urla" 9 El que llama so! !o" 9 Por eso, dime@ por tu vo> diría que pasa algo" attia guardó silencio" Lo tenía en la punta de la lengua" 9 :ueno, ;qu&< ;e lo dices o no< enis lo o!ó dar un fuerte suspiro ! tuvo la impresión de que le costaa respirar" ?ogió un olígrafo que 8aía junto al tel&fono ! empe>ó a juguetear con &l, 8asta que se le ca!ó@ no se agac8ó a recogerlo" attia seguía callado" 9 ;$endr& que preguntarte< Pues veamosI
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9 e ofrecen traajo en el eAtranjero 9dijo por fin attia9, en una universidad importante" 9 %;u& me dices<' 9repuso enis, aunque nada sorprendido9" ?arama, suena mu! ien" ;= piensas aceptar< 9 No lo s&" ;$ú qu& dices< enis simuló una carcajada" 9 ;= me lo preguntas a mí, que ni siquiera aca& la carrera< =o aceptaría sin vacilar" ?amiar de aires est2 mu! ien" 9+dem2s, quiso a7adir, ;aquí qu& te retiene<, pero se astuvo" 9 Es que el otro día ocurrió algoI el día que me doctor&I 9 ;+lgo< 9 ?on +ticeI 9 ;u& fue< attia dudó un momento ! al cao se o!ó decirC 9 En fin, que nos esamos" enis oprimió el aparato con una reacción que lo sorprendió" No eran celos, sería asurdo tenerlos a esas alturas, pero aquello le trajo ciertos recuerdos que creía sepultados en el olvidoC attia ! +lice entrando en la cocina de -iola cogidos de la mano, Giulia irandi meti&ndole la lengua en la oca como si le introdujera un estropajo" +fectando contento eAclamóC 9 %Sí se7or, !a era 8ora' 9 =a" Buo un silencio durante el cual amos tuvieron ganas de colgar" No sin esfuer>o, enis dijoC 9 = por eso est2s que no saes qu& 8acer" 9 Pues sí" 9 Pero a8ora ella ! tú soisI ;cómo decirloI< 9 Nada, no 8emos vuelto a vernosI 9 +8" enis pasó la u7a del dedo por el cale enrollado del tel&fono" attia 8i>o lo mismo ! pensó como siempre en una 8&lice de +N a la que faltara la pareja" 9 Piensa que a lo tu!o puedes dedicarte en cualquier sitio 9dijo enis9, ;o no< 95
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9 Sí" 9 En camio, +lice sólo est2 aquí" 9 Sí" 9 Pues !a lo tienes claro" 9enis notó que su amigo empe>aa a respirar de manera m2s ligera ! regular" 9 Gracias" 9 e nada" attia colgó" enis se quedó unos segundos con el auricular al oído, como escuc8ando el silencio" Sintió que algo acaaa de apagarse en su interior, como al final se apaga un ascua cuierta de ceni>a" Be dic8o lo que deía, pensó" Por fin empe>ó a sonar el tono de ocupado" enis colgó ! volvió al a7o, a mirarse aquellas malditas muelas del juicio"
9; u& pasa, mi amorcito < 9preguntó Soledad a +lice, ladeando un poco la cae>a para cru>ar su mirada" esde que Dernanda estaa ingresada comía con ellos, porque estar solos los dos, padre e 8ija, frente a frente, les resultaa insoportale" El padre 8aía tomado la costumre de no camiarse de ropa al volver del traajo, ! cenaa con c8aqueta ! corata, que se aflojaa un poco, como si estuviera de paso" ientras cenaa leía un periódico ! sólo a ratos levantaa la vista, para ver si la 8ija tomaa al menos algún ocado" ?omer en silencio era !a norma ! sólo molestaa a Sol, que se acordaa siempre de los ulliciosos almuer>os de su casa, cuando era una ni7a ! no se imaginaa que le esperaa aquel futuro" +lice, que ni siquiera 8aía mirado la c8uleta ! la ensalada que tenía en el plato ! sólo eía agua, a traguitos ! mirando el vaso que se llevaa a los laios con los ojos i>cos, seria como si tomara un medicamento, se encogió de 8omros ! dirigió a Sol una fuga> sonrisa" 9 Nada, que no tengo 8amre 9contestó por fin"
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Su padre volvió la p2gina nerviosamente, ! antes de posar de nuevo el periódico en la mesa lo sacudió con ímpetu ! ec8ó un vista>o al plato intacto de la 8ija, aunque nada dijo, empe>ó a leer, desde la mitad ! sin entender de qu& ia, el primer artículo que ca!ó ajo sus ojos" 9 Sol 9a7adió +lice" 9 ;Sí< 9 ;?ómo te conquistó tu marido< La primera ve>, digo" ;u& 8i>o< Soledad dejó de masticar un momento ! luego prosiguió m2s lentamente, para tomarse su tiempo" Lo primero que le vino a la memoria no fue el día que conoció a su marido, sino la ma7ana en que se levantó tarde !, descal>a, lo uscó por toda la casa" ?on los a7os todos los recuerdos de su vida con!ugal se 8aían concentrado en aquellos pocos instantes, como si el tiempo compartido con su marido no 8uiera sido sino el preludio del fin" *ecordó que aquella ma7ana se 8aía quedado mirando los platos sin fregar de la noc8e anterior ! los cojines en desorden del sof2" $odo estaa eAactamente como lo 8aían dejado ! se oían los mismos ruidos de siempre" Sin emargo, algo 8aía en la disposición de los ojetos, en el modo como la lu> incidía en ellos, que la dejó clavada en medio del salón, con el alma en vilo" = de pronto supo, con una claridad arumadora, que &l se 8aía ido" io un suspiro de afectada nostalgia ! contestóC 9 $odos los días me recogía en el traajo ! me llevaa a casa en icicleta" = me regaló unos >apatos" 9 ;Fnos >apatos< 9 Sí, lancos, de tacón alto" 9Sonrió ! con los dedos indicó la longitud del tacón9" Preciosos" El padre de +lice soltó un resoplido ! se reulló en la silla, censurando t2citamente aquel tema de conversación" +lice se imaginó al marido de Soledad saliendo de la >apatería con la caja ajo el ra>o" Lo conocía por la foto que ella tenía colgada sore la caecera de su cama, en cu!o c2ncamo 8aía insertada una ramita de olivo" +sí distrajo un momento su pensamiento, aunque no tardó en ocuparlo de nuevo attia, para no dejarlo !a@ 8aía pasado una semana ! seguía sin llamarla" Pues ir& a8ora mismo, se dijo" Pinc8ó ! comió un poco de ensalada 9el vinagre le escoció en los laios9, para que su padre viera que se alimentaa, ! aún masticando se levantó de la mesa ! dijoC 97
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9 $engo que irme" Enarcando las cejas, su padre repusoC 9 ;= se puede saer adónde, a estas 8oras< 9 + donde !o quiera 9contestó desafiante +lice@ pero ajando el tono aclaró9C + casa de una amiga" )l movió la cae>a, dando a entender que le daa igual" Por un instante +lice lo compadeció, vi&ndolo allí tan solo con su periódico, ! tuvo el impulso de darle un ara>o ! cont2rselo todo ! pedirle consejo, pero al instante la misma idea la sorecogió" io media vuelta ! se dirigió resueltamente al a7o" Su padre dejó el periódico ! se frotó los p2rpados cansados" Sol se recreó otro ratito con el recuerdo de los >apatos de tacón alto, tras lo cual lo relegó de nuevo al olvido ! se levantó para quitar la mesa" e camino a casa de su amigo, +lice puso la música alta, pero si al llegar le 8uieran preguntado qu& escuc8aa no 8aría saido decirlo" e pronto estaa furiosa@ saía que ia a estropearlo todo, pero tami&n que no 8aía remedio" +l levantarse 8acía un rato de la mesa 8aía superado el invisile limite m2s all2 del cual las cosas ocurren por sí solas" Lo mismo le 8aía pasado cuando el accidente de esquí, en que astó que despla>ara 8acia delante el centro de gravedad unos milímetros para acaar ca!endo de cae>a en la nieve" + casa de attia sólo 8aía ido una ve> ! no pasó de la sala de estar" +quel día, mientras attia suía a mudarse a su 8aitación, camió con la madre unas emara>osas palaras" La se7ora +dele, sentada en el sof2, la miraa con un aire inquieto, casi alarmado, como si el pelo le ardiera o algo parecido, ! ni siquiera atinó a invitarla a tomar asiento" +lice tocó el timre de los :alossino9?orvoli 8asta que el piloto rojo se encendió, como dando el último aviso" El interfono crepitó un instante ! la vo> de la madre de attia contestó, asustadaC 9 ;ui&n es< 9 So! +lice" Perdone la 8ora, peroI ;est2 attia< +l otro lado 8uo un silencio nervioso" +lice tuvo la desagradale impresión de ser oservada por el ojetivo del interfono ! se ec8ó todo el pelo por el 8omro" La puerta se arió con un c8asquido el&ctrico ! +lice, antes de entrar, lo agradeció sonriendo a la c2mara"
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En el vacío vestíulo del edificio sus pasos resonaron con ritmo de latir cardíaco" La pierna coja parecía m2s muerta que nunca, como si el cora>ón se 8uiera olvidado de irrigarla" La puerta del piso estaa entornada, pero no 8aía nadie esper2ndola" +lice pidió permiso ! entró" attia salió del salón, se detuvo a no menos de tres pasos de ella ! sin mover un miemro le dijoC 9 Bola" 9 Bola" Siguieron quietos, eAamin2ndose, como dos perfectos desconocidos" attia, que cal>aa pantuflas, 8aía montado el dedo gordo del pie sore el vecino ! los oprimía entre sí ! contra el suelo como si quisiera aplastarlos" 9 Perdona siI 9 Pasa 9dijo attia con vo> mec2nica" +lice quiso cerrar la puerta pero la palma sudada le resaló por el pomo de latón" Sonó un porta>o que 8i>o retemlar las maderas ! attia tuvo un arranque de impaciencia" ;+ qu& 8a venido<, se preguntó" $uvo la sensación de que la +lice sore la que acaaa de 8alar a enis no era la misma que a8ora se presentaa en su casa sin avisar" Era una idea asurda ! quiso conjurarla, pero no logró superar aquella sensación de fastidio" Se le ocurrió una palaraC acorralado" = recordó cuando su padre lo derriaa sore la alfomra !, aprision2ndolo entre sus ra>os enormes, le 8acía cosquillas en la arriga ! las costillas@ &l se desternillaa 8asta enrojecer" +lice lo siguió al salón" Los padres de attia esperaan en pie, formando un peque7o comit& de ienvenida" 9 :uenas 9los saludó ella, encogi&ndose de 8omros" 9 Bola, +lice 9contestó +dele, aunque sin moverse del sitio" Pietro, en camio, cosa inesperada, se acercó ! le acarició el peloC 9 ?ada ve> est2s m2s guapa" ;u& tal tu madre< +dele, que eso>aa una sonrisa fija, se mordió los laios lamentando no 8aerlo preguntado antes ella" +lice se sonrojó, pero no queriendo parecer melodram2tica contestóC 9 ?omo siempre, a8í sigue" 99
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9 es&ale lo mejor de nuestra parte 9dijo Pietro" = los cuatro se quedaron mudos" El padre de attia miraa a +lice como si fuese transparente, ! ella trató de disimular su cojera equilirando el peso sore las dos piernas" e pronto tomó conciencia de que su madre no conocería !a a los padres de attia ! lo sintió, pero aún sintió m2s ser la única en darse cuenta" 9 Hd arria si quer&is 9dijo al final Pietro" +lice sonrió a +dele, inclinó la cae>a ante Pietro ! salió del salón" attia se 8aía adelantado ! llegó antes a su cuarto" 9 ;?ierro< 9preguntó ella al entrar, sintiendo que el valor la aandonaa de pronto" 9 Bum" attia se sentó en la cama ! cru>ó las manos sore las rodillas" +lice paseó la mirada por la reducida 8aitación" Los ojetos aparentaan no 8aer sido tocados nunca, parecían pulcramente eApuestos en el escaparate de una tienda" No 8aía nada superfluo, ni fotos en las paredes ni mu7ecos infantiles conservados como fetic8es, nada que transmitiese esa sensación de familiaridad ! cari7o que suelen tener las 8aitaciones de los adolescentes" +lice, que tenía la cae>a ! el cuerpo 8ec8os un lío, se sintió fuera de lugar" Sin pensarlo realmente, dijoC 9 Fn cuarto mu! onito" 9 Gracias" Sore sus cae>as flotaa una gran uruja llena de cosas que tendrían que decirse ! los dos miraan al suelo para no verla" +po!2ndose contra el armario ! desli>2ndose por &l, +lice se sentó en el suelo, la pierna sana fleAionada sore el pec8o" Procuró sonreír" 9 :ueno, ;qu& se siente al ser doctor< attia encogió los 8omros ! eso>ó una media sonrisa" 9 Nada especial" 9 Nunca est2s satisfec8o, ;e8< 9 Eso parece" +lice emitió un murmullo afectuoso ! pensó que no 8aía ra>ón alguna para sentirse violentos, aunque de 8ec8o lo estaan, de una manera invencile" 9 = eso que últimamente te 8an pasado un montón de cosasI 100
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9 +sí es" +lice dudó en decirlo, pero lo soltó con la oca secaC 9 +lgunas de ellas onitas, ;o no< attia encogió las piernas ! pensóC «e lo temía"( 9 Sí, algunas" Saía mu! ien lo que deía 8acerC levantarse, sentarse a su lado, sonreír, mirarla a los ojos ! esarla@ pura mec2nica, trivial sucesión de acciones que lo llevarían a aplicar su oca sore la de ella" +unque en aquel momento no le apetecía, podía 8acerlo, podía confiarse al automatismo del acto" uiso levantarse pero no pudo@ como si la cama, superficie pegajosa, lo retuviera" Fna ve> m2s +lice actuó por &l" 9 ;Puedo sentarme a tu lado< )l asintió con la cae>a ! se apartó un poco sin necesidad" +!ud2ndose con las manos, +lice se puso en pie" Sore la cama, en el sitio que attia 8aía dejado lire, 8aía una 8oja escrita a m2quina ! plegada como un acordeón en tres partes" +l cogerla para apartarla, +lice oservó que estaa escrita en ingl&s" 9 ;= esto< 9 e 8a llegado 8o!" Fna carta de una universidad" Ella le!ó el nomre de la ciudad, escrito en negrita en la esquina superior i>quierda, ! los ojos se le empa7aron" 9 ;= qu& te dicen< 9 e ofrecen una eca" +lice sintió un mareo ! palideció" 9 %Fau' 9dijo aparentando alegría9" ;Para cu2nto tiempo< 9 ?uatro a7os" Ella tragó saliva" Seguía de pie" 9 ;= vas a aceptar< 9musitó" 9 +ún no lo s& 9contestó &l como eAcus2ndose9" ;$ú qu& 8arías< +lice permaneció con la 8oja en la mano, la mirada perdida" 9 ;$ú qu& 8arías< 9repitió &l, como si cre!era que no lo 8aía oído" 101
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9 ;ue qu& 8aría< 9contestó ella en un tono repentinamente duro que casi soresaltó a attia" Sin saer por qu&, +lice pensó en su madre, ingresada en el 8ospital, aturdida a ase de f2rmacos" iró impasile el papel ! tuvo impulsos de romperlo" Pero lo dejó de nuevo en la cama, donde tendría que 8aerse sentado ella" 9 Sería conveniente para mi carrera 9se justificó attia" Ella asintió con la cae>a, seria, sacando la arilla, como si en la oca tuviera una pelota" 9 :ueno, pues ;a qu& esperas< -ete" $otal, aquí no 8a! nada que te importe, me parece 9murmuró" attia notó que se le 8inc8aan las venas del cuello" ui>2 porque ia a llorar" esde aquella tarde en el parque siempre se lo parecía, como algo que se le atragantaa@ al parecer, sus conductos lacrimales, tanto tiempo oturados, se 8aían aierto por fin ! todo lo que llevaa dentro pugnaa por salir" ?on vo> algo tr&mula dijoC 9 Pero si acepto, tú meI 9 =o te ;qu&< 9= lo miró como si mirase una manc8a en la colc8a9" =o los siguientes cuatro a7os me los imaginaa de otro modo" $engo veintitr&s a7os, mi madre est2 agoni>ando ! !oI 9ovió la cae>a9" +unque a ti esto te importa mu! poco" Sólo piensas en tu carrera" Era la primera ve> que utili>aa la enfermedad de su madre para atacar a alguien ! no se arrepintió" Lo miró como si le pareciera m2s peque7o" )l no replicó" *epasaa para sus adentros las instrucciones para respirar" 9 Pero descuida 9prosiguió ella9, que !a tengo a alguien a quien le importa" En realidad venía a decírtelo" 9Bi>o una pausa durante la cual no pensó nada" Las cosas ocurrían de nuevo por sí solas, volvía a rodar por el arranco, olvidada de frenar con los astones9" Se llama Daio ! es m&dico" No quería que túI pues esoI Lo dijo como una mala actri>, con una vo> posti>a, sintiendo que las palaras le raspaan como arena, ! mientras lo decía escrutó la cara de attia uscando un atiso de decepción al que aferrarse@ pero &l tenía los ojos demasiado oscuros ! no pudo apreciar el rel2mpago que los cru>ó" Se convenció de que a &l le era indiferente ! sintió que se le 8elaa la sangre" En vo> aja, rendida, dijoC 102
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9 e vo!" attia inclinó la cae>a ! se volvió 8acia la ventana cerrada para eliminar por completo a +lice de su campo visual" +quel nomre, Daio, caído del cielo, se le 8aía incrustado en la cae>a como metralla ! sólo quería que ella se fuera" -io que 8acía una noc8e clara ! supuso que soplaría una risa c2lida" Las pelusillas lancas de los c8opos revoloteaan a la lu> de las farolas como grandes insectos sin patas" +lice arió la puerta ! &l se levantó@ la acompa7ó, dos pasos detr2s, 8asta el rellano de la escalera" Ella se miró distraídamente el olso para ver si lo llevaa todo, para ganar un poco m2s de tiempo" urmuró que sí ! suió al ascensor" = cuando las puertas se cerraan se dijeron un adiós que nada significaa" Los padres de attia estaan viendo la tele sentados en el sof2, ella con las piernas acurrucadas ajo el camisón, &l con las piernas estiradas ! cru>adas sore la mesita, el mando a distancia en el muslo" +lice se 8aía ido sin despedirse, ni siquiera pareció notar que estaan allí" attia se detuvo ante el respaldo del sof2 ! dijoC 9 Be decidido aceptar" +dele se llevó la mano a la cara ! miró a su marido, desconcertada" Pietro se volvió a medias ! miró a su 8ijo como se mira a un 8ijo adulto" 9 :ien 8ec8o" attia volvió a su 8aitación" *ecogió la carta de la cama ! se sentó al escritorio" Sintió que el universo era una superficie el2stica que se eApandía ! aceleraa ajo sus pies, ! por un momento temió que se rompiera ! lo dejara caer al vacío" :uscó a tientas el interruptor de la l2mpara ! la encendió" e los cuatro l2pices que 8aía alineados peligrosamente al orde del escritorio, escogió el m2s largo" ?on un sacapuntas que sacó del segundo cajón empe>ó a afilarlo, inclinado sore la papelera" +l acaar sopló la fina viruta ad8erida a la cónica punta" La 8oja en lanco !a la tenía preparada" Puso la mano i>quierda sore el papel, con los dedos ien aiertos, ! desli>ó por el dorso la afiladísima punta de grafito" Estuvo en un tris de clav2rsela en el punto donde dos venas del dedo medio confluían" Por último la levantó lentamente ! soltó un 8ondo suspiro"
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Escriió en la 8ojaC « $o t8e Jind attention of t8e ean "(
Daio la reciió en la puerta, con las luces de rellano, reciidor ! salón encendidas" = al pasarle ella la olsa de pl2stico en que traía el 8elado, le apretó los dedos ! le dio un eso en la mejilla como lo m2s natural del mundo" = le dijo, porque de verdad lo pensaa, que el vestido le sentaa de maravilla, ! siguió preparando la cena sin dejar de mirarla" Sonaa una música que +lice no conocía ! que &l no 8aía puesto para que escuc8aran, sino para completar un escenario perfecto pensado al detalle" Baía dos velas encendidas ! la otella de vino !a estaa aierta" La mesa estaa mu! ien puesta para dos, con el filo de los cuc8illos 8acia dentro para significar que el comensal era ienvenido, como ella saía porque su madre se lo 8aía ense7ado de peque7a@ el mantel de la mesa, lanco, no tenía una sola arruga, ! los doleces de las servilletas plegadas en forma triangular coincidían a la perfección" +lice se sentó a la mesa ! contó los platos del servicio para saer cu2nto 8aía que comer" Esa noc8e, antes de salir, 8aía permanecido muc8o rato encerrada en el a7o mirando asorta las toallas, que Soledad camiaa todos los viernes" En el muele con talero de m2rmol encontró el estuc8e de maquillaje de su madre ! decidió pintarse" Lo 8i>o medio a oscuras, ! antes de pintarse los laios olió la arraC el olor no le recordó nada" Baía querido cumplir con el rito de proarse vestidos, ! lo 8i>o con cuatro distintos, aunque !a desde el día anterior tenía elegido cu2l ponerseC el que vistió en la confirmación del 8ijo de *onconi, ! que su padre ju>gó impropio para tal ocasión porque le dejaa al descuierto los ra>os ! la espalda 8asta m2s aajo de las costillas" ?on aquel vestidito a>ul puesto, cu!o escote sore la piel clara parecía una sonrisa de satisfacción, ! sin cal>arse todavía, 8aía ajado a la cocina para recaar la opinión de Sol al>ando las cejas con ansiedad" La criada le dijo que estaa radiante ! le dio un eso en la frente, a riesgo, como +lice temió, de estropearle el maquillaje" Daio se movía por la cocina con agilidad ! al mismo tiempo la cautela de quien se sae oservado" +lice eía a soritos el vino lanco que &l le 8aía servido ! notaa en el estómago, vacío desde 8acía al menos veinte 104
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8oras, como peque7os estallidos provocados por el alco8ol" Fna sensación de calor se difundía por sus venas, le suía poco a poco a la cae>a ! conjuraa el recuerdo de attia, como marea que arre la pla!a" Sentada a la mesa, oservó atentamente el tipo de DaioC la neta línea que separaa su pelo casta7o del cuello, las caderas no mu! estrec8as ! los 8omros que aultaan ajo la camisa" +caó pensando en lo mu! segura que deería sentirse la mujer a quien aquellos ra>os estrec8aran con fuer>a, sin darle elección" Baía aceptado la invitación por lo que le 8aía dic8o a attia, ! porque, !a estaa segura, no conocería nada m2s parecido al amor que lo que allí encontrase" Daio sacó del frigorífico una pastilla de mantequilla ! cortó un peda>o de al menos, según estimó +lice, oc8enta o noventa gramos" Luego lo ec8ó a la sart&n en que previamente 8aía 8ec8o el risotto con setas 9con lo que se disolvió lierando todas sus grasas saturadas ! animales9, apagó el fuego ! siguió removiendo con un cuc8arón de madera otro par de minutos" 9 Listo 9dijo al fin" Se secó con un trapo que colgaa de una silla !, sart&n en mano, se dirigió a la mesa" +lice ec8ó una ojeada despavorida al contenido de la sart&n" 9 Para mí poquísimo 9dijo, 8aciendo con los dedos el gesto de una pi>ca, justo antes de que ca!era en su plato una enorme cuc8arada de aquella pasta 8ipercalórica" 9 ;No te gusta< 9 Es que so! al&rgica a las setas 9mintió9, pero lo proar&" Daio pareció frustrado ! dejó un momento la sart&n suspendida en el aire" 9 -a!a, lo siento" No lo saía" 9 No importa, de veras 9repuso +lice sonriendo" 9 Si quieres te 8agoI
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Ella lo acalló cogi&ndole la mu7eca" Daio la miró como ni7o que mira un regalo" 9 Lo proar&, en serio" )l sacudió la cae>a" 9 e ninguna manera" ;= si te sienta mal< *etiró la sart&n ! +lice no pudo evitar sonreír" La siguiente media 8ora la pasaron 8alando ante los platos vacíos ! Daio tuvo que arir otra otella de vino lanco" +lice tenía la grata sensación de que perdía tro>os de su ser con cada trago que daa" = a la ve> que eAperimentaa aquella levedad de su cuerpo, sentía la maci>a presencia del de Daio sentado enfrente, los codos apo!ados en la mesa ! la camisa arremangada 8asta mitad del antera>o" La imagen de attia, que tanto la 8aía traído de cae>a las últimas semanas, viraa d&ilmente en el aire como cuerda de violín algo floja o nota disonante en medio de un acorde" 9 :ien, consol&monos con el segundo plato 9dijo Daio entonces" + +lice estuvo a punto de darle un soponcio" Baía supuesto que no 8aría m2s" Pero síC Daio se 8aía levantado de la mesa ! sacaa del 8orno una andeja con dos tomates, dos erenjenas ! dos pimientos amarillos, rellenos con lo que parecía carne picada ! pan rallado" Los colores eran alegres, pero viendo el tama7o desmesurado de aquellas verduras ella se las imaginó al punto metidas, enteritas como estaan, dentro de su estómago, como piedras en el fondo de un estanque" 9 Elige 9le ofreció Daio" +lice se mordió el laio ! se7aló tímidamente un tomate, ! &l, pin>2ndolo con el tenedor ! el cuc8illo, lo sirvió en su plato" 9 ;u& m2s< 9 Nada m2s" 9 Eso sí que no" No 8as comido nada" %= con lo que llevas eido' +lice lo miró ! por un instante lo odió profundamente, como odiaa a su padre, a su madre, a Sol ! a quienquiera que llevase la cuenta de lo que comía" Pero se rindió ! se7aló una erenjenaC 9 Esta" Daio se sirvió una ración de cada verdura ! las atacó no sin antes mirarlas con satisfacción" +lice proó el relleno con la punta del tenedor"
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+dem2s de carne, enseguida reconoció 8uevo, queso fresco ! parmesano, ! r2pidamente calculó que un día de a!uno no astaría para compensar" 9 ;$e gusta< 9preguntó Daio con una sonrisa ! la oca medio llena" 9 :uenísimo" Se armó de valor ! tomó un ocado de erenjena@ reprimió las n2useas ! siguió comiendo, ocado tras ocado ! sin pronunciar palara 8asta que se la terminó, pero no ien dejó el tenedor junto al plato le entraron ganas de vomitar" Daio 8alaa sin dejar de servirle vino, ! ella asentía dando cae>adas mientras la erenjena le ailaa en el estómago" + todo esto, &l se lo 8aía comido todo, mientras que a ella aún le quedaa el nauseaundo tomate relleno" No podía trocearlo e ir escondiendo los tro>os en la servilleta sin que &l la viera, pues, aparte de las velas !a medio consumidas, nada 8aía que la tapara" Se acaó tami&n, endita fuera, la segunda otella de vino, ! Daio, no sin dificultad, se levantó de la mesa con intención de arir una tercera" Se llevó las manos a la cae>a ! le dijo en vo> altaC «Por favor, se7orita, !a est2 ien de eer(, ! +lice le rió la gracia" Daio uscó en el frigorífico ! los armarios, pero nada, no encontró m2s otellas" 9 e parece que mis padres se las 8an soplado todas" $endr& que ajar al sótano" *ompió a reír sin motivo ! +lice rió tami&n, por muc8o que al 8acerlo le doliera la tripa" 9 $ú no te muevas de aquí9ordenó &l, se7al2ndola con el dedo" 9 escuida 9contestó ella@ de pronto se le 8aía ocurrido una idea" No ien desapareció Daio, cogió el pringoso tomate con dos dedos !, teni&ndolo ien lejos de la nari> para no aspirar m2s su olor, fue al a7o" Ec8ó el pestillo, levantó la tapa del v2ter ! le pareció que la limpia ta>a le sonreía como dici&ndole !a me encargo !o" EAaminó el tomate@ era grande ! qui>2 convenía trocearlo, pero como tami&n estaa lando, pensó que pasaría ! lo ec8ó tal cual" El tomate ca!ó con un plof , a punto de sal picarle el vestido a>ul, ! fue a parar al recodo del desagMe, donde quedó medio escondido"
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+lice tiró de la cadena ! el agua ca!ó como lluvia salvífica, sólo que, en lugar de desaguar por el conducto, empe>ó a llenar la ta>a con un inquietante orolleo" *etrocedió espantada, le flaqueó la pierna coja ! a punto estuvo de irse al suelo" Se quedó mirando cómo el agua suía ! suíaI 8asta que de pronto se detuvo" Se o!ó el ruido del depósito" La ta>a estaa llena 8asta el orde" La superficie del agua límpida temlaa un poco ! dejaa ver en el fondo el tomate, encajado en el mismo sitio" +lice estuvo mir2ndolo al menos un minuto, a la ve> espantada e intrigada" +l cao o!ó que arían la puerta del sótano ! reaccionóC contraída la cara con asco, cogió la escoilla ! la 8undió en el agua para tratar de desalojar el tomate, pero &ste no se movía ni a la de tres" ;= a8ora qu& 8ago<, se dijo" = casi sin darse cuenta tiró otra ve> de la cadena" +8ora sí que el agua desordó la ta>a ! empe>ó a esparcirse por el suelo formando un c8arquito que llegó a lamerle los elegantes >apatos" esesperada, accionó la palanca del depósito, pero el agua no cesó de fluir ni el c8arco de eApandirse, ! si ella no 8uiera interpuesto la alfomrilla 8aría llegado a la puerta ! por deajo al cuarto contiguo" Dinalmente, el depósito dejó de descargar" El tomate seguía allí aajo, intacto, pero el agua del suelo dejó de eAtenderse" En una ocasión, attia le 8aía eAplicado que una superficie de agua cesa de eApandirse en el momento preciso en que su tensión la mantiene co8esionada, como formando una película" +lice oservó el estropicio" :ajó la tapa del v2ter, como quien se da por vencido, ! se sentó en ella" Se llevó las manos a los ojos cerrados ! rompió a llorar@ lloraa por attia, por su madre, por su padre, por toda aquella agua, pero sore todo por sí misma" uiso llamar a attia, pedirle auAilio, pero el nomre se le enredó en los laios, endele, pegajoso" Daio llamó a la puerta" Ella no se movió" 9 +li, ;est2s ien< Podía ver su silueta por el cristal esmerilado de la puerta" Se sorió la nari>, aunque sin 8acer ruido, se aclaró la vo> ! contestóC 9 Sí, sí, !a salgo"
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iró a los lados desorientada, como pregunt2ndose qu& 8acía allí" La ta>a seguía goteando al menos en tres puntos distintos ! por un momento deseó a8ogarse en aquellos milímetros de agua"
Sesión de fotos 3UU15
Fna ma7ana, a las die>, fingiendo una determinación que le costó tres vueltas a la man>ana, se presentó en el estudio de arcello ?ro>>a ! le dijo que quería aprender el oficio ! si podía tomarla como aprendi>" ?ro>>a, que estaa sentado a la m2quina del revelado, se volvió a mirarla ! le contestó que por el momento no podía pagarle" No tuvo valor para decirle que no porque tami&n &l 8aía 8ec8o lo mismo muc8os a7os atr2s, con una emoción cu!o recuerdo era lo único que le quedaa de su pasión por la fotografía, una emoción que, pese a las muc8as desilusiones, no quería vedarle a nadie" $raajaa sore todo con fotos de gente en vacaciones, familias de tres o cuatro miemros, en pla!as o ciudades conocidas por su arte, ara>ados en medio de la pla>a de San arcos o al pie de la torre Eiffel, con los pies cortados ! siempre en la misma pose@ fotos tomadas con c2maras autom2ticas, soreeApuestas o desenfocadas, ! que al final +lice ni miraaC las revelaa ! las metía en el sore amarillo ! rojo de la casa VodaJ" El traajo consistía m2s que nada en estar en la tienda, reciir los carretes de veinticuatro o treinta ! seis fotos que los clientes llevaan a revelar, entregarles el correspondiente resguardo ! decirles que podían recogerlas al día siguiente@ corar, dar las gracias ! decir adiós" +lgunos s2ados ian a odas" ?ro>>a la recogía en su casa a las nueve menos cuarto, vestido siempre con el mismo traje pero sin corata, al fin ! al cao era el fotógrafo, no un invitado" +l llegar a la iglesia montaan un par de focos" Fna de las primeras veces a +lice se le ca!ó uno en los escalones del altar ! se 8i>o tri>as" iró aterrori>ada a ?ro>>a, pero &ste, aunque 8i>o una mueca como si una de 109
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aquellas esquirlas se le 8uiera clavado en la pierna, acaó dici&ndole que no pasaa nada ! que lo recogiera" ?ro>>a la quería ! no saía por qu&@ qui>2 porque &l no tenía 8ijos, o porque desde que ella traajaa en la tienda podía irse al ar a las once a mirar la onoloto ! al volver ella le sonreía ! le preguntaa si eran ricos@ o qui>2 porque era coja, o porque le faltaa la madre como a &l le faltaa una esposa ! eso era algo que tenían en común@ o porque temía el momento en que ella se cansase ! de nuevo le tocara cerrar la persiana por la noc8e ! volverse solo a casa, donde nadie lo esperaa, sintiendo la cae>a vacía pero mu! pesada" Pero pasó un a7o ! medio ! +lice seguía allí" $enía sus propias llaves ! cuando &l llegaa por las ma7anas la encontraa !a en la tienda, arriendo la puerta ! 8alando con la due7a del ultramarinos contiguo, a la que &l nunca 8aía pasado de decir uenos días" Le pagaa en negro, quinientos euros al mes, pero el día que 8aía oda ! al final de la jornada la llevaa a casa en su Lancia, sacaa la cartera de la guantera !, despidi&ndose 8asta el lunes, le daa un illete de cincuenta" + veces, +lice le ense7aa sus fotos ! le pedía opinión, aunque para entonces amos saían que !a nada tenía que ense7arle" Se sentaan ante el mostrador, &l las oservaa al>2ndolas a la lu> ! le daa algún que otro consejo sore el tiempo de eAposición o cómo sacar m2s provec8o del oturador" Le prestaa su propia NiJon cuando se la pedía ! en su fuero interno 8aía decidido regal2rsela el día que se fuera" 9 El s2ado nos vamos de oda 9dijo ?ro>>a@ era la fórmula que usaa para decir que ese día 8aía traajo" +lice estaa poni&ndose el c8aleco vaquero@ esperaa que Daio pasara a recogerla de un momento a otro" 9 -ale" ;= dónde< 9 La ceremonia es en la iglesia de la Gran adre, el convite en un c8alet privado@ gente de pasta 9contestó &l con un deje desde7oso, aunque al punto se arrepintió, porque saía que tami&n +lice era de familia acomodada" 9 =a" ;= saes qui&nes se casan< 9 Be dejado la invitación por a8í" 9Se7aló el estante del mostrador, ajo la caja registradora" Ella uscó en el olso una goma ! se recogió el pelo" ?ro>>a la miró un momentoC una ve> se 8aía masturado imagin2ndosela arrodillada a sus pies, en la tienda en penumra, despu&s de ajar la persiana, pero tan mal se
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sintió luego que esa noc8e no pudo cenar ! a la ma7ana siguiente la mandó a casa con el día lire" +lice 8urgó en los papeles apilados ajo el mostrador, m2s por 8acer tiempo que por verdadero inter&s, ! encontró la invitación, un sore grande ! duro@ lo arió ! la le!enda, escrita en letra cursiva dorada ! con muc8o ringorrango, le saltó a los ojosC «Derruccio ?arlo :ai ! aria Luisa $urletti :ai anuncian la oda de su 8ija -iolaI( La mirada se le nuló ! no pudo seguir le!endo" Sintió en la oca un saor met2lico, tragó saliva ! tuvo la impresión de tragarse otra ve> aquel caramelo en los vestuarios" ?erró el sore ! lo agitó un momento en el aire, pensativa@ sin volverse 8acia ?ro>>a, dijoC 9 ;Podría ir sola< )l cerró la caja registradora, que emitió un tilín retemlante" 9 ;$ú sola< +lice se volvió con unos ojos 8ermosos de puro aiertos ! rillantes, que arrancaron una sonrisa al fotógrafo" 9 =a 8e aprendido, ;no< Si no empie>o a 8acerlo sola, nunca podr& desenvolverme" ?ro>>a la miró eAtra7ado" Ella se acercó ! se acodó en el mostrador frente a &l, inclin2ndose tanto que acaó con la cara a un palmo de sus narices, ! con aquella mirada resplandeciente le rogó que consintiera sin pedir eAplicaciones" 9 No s& siI 9 Porfa 9lo interrumpió +lice" ?ro>>a se acarició el canto de la oreja ! tuvo que desviar la mirada" 9 :ueno, vale 9dijo, ajando la vo> sin saer por qu&9" Pero no 8agas ningún disparate" 9 Prometido 9respondió ella, ! eso>ó una sonrisa que 8i>o desaparecer sus laios transparentes" Se inclinó otro poco ! le dio un eso en la cara con ara de tres días, provoc2ndole un cosquilleo" )l 8i>o un adem2n ! la despidió diciendoC 9 +nda, veteI +lice soltó una risotada que resonó en todo el local ! se encaminó a la calle con su peculiar andar rítmico ! sinuoso" +quella tarde, ?ro>>a se quedó 111
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un rato m2s en la tienda, sin motivo" iraa los ojetos ! los sentía m2s presentes, como en los uenos tiempos, cuando eran los ojetos los que le pedían ser fotografiados" Sacó la c2mara del estuc8e en que +lice la guardaa siempre despu&s de limpiar pie>as ! lentes, montó el teleojetivo ! enfocó el primer ojeto que se le puso a tiro, el paragMero de la entrada" Due agrandando la imagen del orde 8asta que resultó algo distinto, parecido al cr2ter de un volc2n apagado" Pero al final no disparó" ejó la c2mara, tomó la c8aqueta, apagó las luces ! salió a la calle" :ajó la persiana, ec8ó el candado ! se alejó en el sentido contrario al de siempre, no podía orrarse una sonrisa estúpida de la cara ni tenía ganas de irse a casa" os enormes ramos de lirios ! margaritas a amos lados del altar ! sendas r&plicas en miniatura de esos mismos ramos al lado de cada anco adornaan la iglesia" +lice montó los focos, situó el panel reflectante ! se sentó en primera fila a esperar" Fna se7ora pasaa el aspirador por la alfomra roja que -iola pisaría una 8ora despu&s" +lice recordó el día en que ella ! -iola 8aían 8alado un rato sentadas en una alaustrada" No se acordaa !a de qu&, pero sí de que ella la miraa emelesada como desde un lugar en somra, un lugar detr2s de sus ojos, lleno de ideas enmara7adas que tami&n entonces calló" edia 8ora despu&s todos aquellos ancos estuvieron ocupados, ! la gente que seguía llegando se quedaa al fondo, de pie ! aanic2ndose con el folleto litúrgico" +lice salió fuera a esperar la llegada de la novia" El sol alto le calentaa las manos ! parecía traspasarlas con sus ra!os" e peque7a se las miraa al traslu> ! se veía los dedos cerrados rieteados de rojo@ una ve> se los ense7ó así a su padre ! &l se los esuqueó simulando que se los comía" -iola llegó en un Porsc8e gris metali>ado del que se apeó a!udada por el c8ofer, que le recogió tami&n la aparatosa cola" +lice empe>ó a sacarle fotos con frenesí, m2s para ocultarse tras la c2mara que por otra cosa" Pero cuando la novia pasó por su lado, se descurió ! le sonrió" ?ru>aron la mirada un instante ! -iola tuvo un soresalto, pero +lice no llegó a ver qu& cara ponía, porque la novia !a la 8aía pasado ! entraa en la iglesia del ra>o de su padre, al cual, por cierto, no saía por qu&, siempre se lo 8aía imaginado m2s alto"
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Procuró que no se le escapara nada" Bi>o varios primeros planos de los novios ! sus familias, inmortali>ó el intercamio de alian>as, la lectura de la promesa, la comunión, el eso ! la firma de los testigos" Era la única que se movía en toda la iglesia" ?uando fotografiaa a -iola le parecía que &sta se ponía un poco tensa" +umentó el tiempo de eAposición para otener ese esfumado que según ?ro>>a tanta impresión de eternidad daa" Precedió a los novios cuando &stos salieron de la iglesia, cojeando 8acia atr2s ! algo inclinada para no alterar la estatura de la pareja con una perspectiva aja" Por el ojetivo pudo oservar que -iola, con una media sonrisa, la miraa asustada, como si fuera un fantasma que sólo ella viera" Fnas quince veces le disparó el flas8 en plena cara, 8asta que la 8i>o cerrar los ojos" ?uando montaron en el coc8e, -iola le lan>ó una mirada por la ventanilla" Estaa claro que enseguida le 8alaría de ella al marido, le diría lo curioso de encontr2rsela allí, a la anor&Aica de la clase, a la coja, con la que ella, por cierto, nunca se 8aía juntado" Pero no le contaría lo del caramelo, la fiesta ! dem2s" = +lice sonrió pensando que qui>2 aqu&lla sería la primera media verdad de los esposos, la primera de las peque7as grietas que se crean entre dos personas, por las que tarde o temprano la vida introduce su gan>úa ! 8ace palanca" 9 Se7orita 9dijo una vo> tras ella9, los novios la esperan en el río para las fotos" Se volvió@ era uno de los testigos" 9 ?laro, vo! para all2" Entró corriendo en la iglesia a recoger el material, ! cuando guardaa las pie>as de la c2mara en su estuc8e rectangular o!ó que la llamaanC 9 ;+lice< Se giró saiendo !a qui&n era" 9 ;Sí< +nte ella estaan Giada Savarino ! Giulia irandi" 9 Bola 9dijo la primera, arrastrando la a final, ! se acercó para esarla" La otra, con los ojos ajos como en el instituto, no se movió de donde estaa" +lice procuró que su mejilla apenas ro>ara la de Giada ! no arió los laios" 9 ;u& 8aces aquí< 9le preguntó &sta" 113
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+lice pensó que era una pregunta tonta ! contestó sonriendoC 9 Dotos" Giada encajó la respuesta con una sonrisa que le formó los mismos 8o!uelos que a los diecisiete a7os" $enía gracia encontrarlas allí, vivas, con un trocito de pasado en común que de pronto nada importaa" 9 Bola, Giulia 9dijo +lice, no sin esfuer>o" Giulia sonrió ! a duras penas logró articularC 9 Supimos lo de tu madre" Lo sentimos muc8o" Giada asintió dando varias cae>adas, para mostrar que tami&n ella lo sentía" 9 Gracias 9repuso +lice, ! siguió recogiendo aprisa los 2rtulos" Giada ! Giulia se miraron, ! la primera, toc2ndole el 8omro, le dijoC 9 :ueno, te dejamos traajar, que est2s mu! ocupada" 9 :ien" = dando media vuelta ec8aron a andar 8acia la calle, con un taconeo que retumó en el 2mito de la iglesia !a vacía" Los novios la esperaan a la somra de un gran 2rol, sin ara>arse" +lice aparcó junto al Porsc8e ! se apeó con la c2mara al 8omro" Bacía calor ! el pelo se le pegaa a la nuca" 9 Bola 9dijo !endo 8acia ellos" 9 +li 9le contestó -iola9, no imaginaa queI 9 Ni !o 9la interrumpió +lice" Se dieron un ara>o con falsa efusión, como si no quisieran estropearse el vestido" -iola estaa aún m2s guapa que en el instituto" ?on los a7os sus facciones se 8aían suavi>ado, sus formas eran m2s delicadas ! sus ojos 8aían perdido la viración imperceptile que tan terriles los 8acía" = seguía teniendo el mismo cuerpo perfecto" 9 )l es ?arlo 9presentó a su flamante marido" +lice le estrec8ó la mano, que sintió mu! suave, ! para atajar dijoC 9 ;Empe>amos< -iola asintió ! miró a su marido, aunque &ste no lo notó" 114
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9 ;ónde nos ponemos< +lice miró a un lado ! a otro" El sol caía a pico ! tendría que usar el flas8 para eliminar las somras de la cara" Se7aló un anco a pleno sol, a la orilla del río" 9 Sentaos allí" Empleó m2s tiempo del necesario en preparar la c2mara, montar el flas8, elegir el ojetivo" El novio se daa aire con la corata ! con el dedo se enjugaa las gotitas de sudor de la frente" +lice dejó que se asaran otro poco, fingiendo uscar la distancia idónea" Por último, empe>ó a darles órdenes con sequedad" +ra>aos, sonreíd, poneos serios, cógele la mano, apo!a la cae>a en su 8omro, susúrrale al oído, miraos, acercaos m2s, mirad 8acia el río, quítate la c8aqueta" ?ro>>a le 8aía ense7ado que al fotografiar a las personas no 8a! que darles tregua ni tiempo de pensar, pues asta un instante para que la espontaneidad se esfume" -iola oedecía ! en dos o tres ocasiones preguntó con vo> nerviosa si lo 8acía ien" 9 :ien, a8ora vamos a aquel prado" 9 ;2s< 9se alarmó -iola" La roje> de sus encendidas mejillas empe>aa a transparentarse ajo la capa de maquillaje, ! la ra!a de los ojos, medio corrida, le daa un aire de cansancio ! dejade>" 9 Ec8a a correr ! &l que te siga por el prado 9pidió +lice" 9 ;u&< ;$engo que correr< 9 Sí, tienes que correr" 9 PeroI 9quiso protestar -iola ! miró a su marido, que se encogió de 8omros" *esoplando, se recogió la falda ! salió corriendo" Los tacones se 8undían unos milímetros en la tierra ! despedían pellas de arro que le manc8aan los ajos del lanco traje" Su marido, que corría tras ella, la animóC 9 2s r2pido" Ella se volvió con ímpetu ! lo fulminó con aquella mirada que +lice recordaa mu! ien" ejó que se persiguieran dos o tres minutos m2s, 8asta que -iola, desasi&ndose de ?arlo, dijo que !a estaa ien" El peinado se le 8aía 115
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des8ec8o por un lado@ una de las 8orquillas se 8aía soltado ! un mec8ón de pelo suelto le caía por la mejilla" 9 Fnas pocas m2s ! terminamos" Los llevó a un quiosco ! les compró dos polos de limón" 9 $omad" Los novios no entendían ! los desenvolvieron con recelo" -iola tuvo muc8o cuidado de no pegotearse las manos" eían fingir que los comían cru>ando los ra>os uno con otro ! ofreci&ndoselos recíprocamente" -iola sonreía cada ve> m2s tirante" = cuando +lice le dijo que se cogiera de la farola ! girara alrededor, estallóC 9 %u& estupide>' El novio la miró intimidado, ! luego miró a +lice como eAcus2ndose" 9 Es que eso forma parte del 2lum cl2sico 9les eAplicó &sta sonriendo9, que es el que 8a&is pedido" Pero podemos salt2rnoslo" Procuró sonar sincera" Notaa el tatuaje palpitar como si fuera a saltarle de la piel" -iola la fulminó con la mirada ! ella se la sostuvo 8asta que los ojos le escocieron" 9 ;Bemos acaado< 9preguntó al cao la novia" +lice afirmó con la cae>a9" Pues v2monos 9le dijo a su marido" +ntes de verse arrastrado, &l se acercó a +lice ! le dio la mano con toda educación" 9 Gracias" 9 e nada" +lice los vio remontar la leve pendiente del parque ! llegar al aparcamiento" +pagados, se oían los ruidos propios del s2adoC risas de ni7os en el tiovivo, voces de madres vigilantes" Llegaan tami&n de lejos, como ruido de fondo, un eco de música ! el rumor del tr2fico en la avenida" Le 8aría gustado cont2rselo a attia, porque &l lo entendería" Pero a8ora attia estaa lejos" = pensó en el careo que cogería ?ro>>a, pero que al final, ien lo saía, la perdonaría" = sonriendo sacó el carrete de la c2mara ! allí mismo, a la rillante lu> solar, desenrolló la película de punta a cao"
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Lo que queda 3UUR5
Su padre telefoneaa los mi&rcoles por la tarde, entre oc8o ! oc8o ! cuarto" En los últimos nueve a7os se 8aían visto pocas veces, la última 8acía muc8o, pero cuando sonaa el tel&fono en el pisito de attia, nunca quedaa sin respuesta" En las largas pausas de la conversación reinaa el mismo silencio a amos lados de la línea, un silencio sin ruido de televisiones, radios o invitados que 8icieran tintinear platos ! cuiertos" attia se imaginaa a su madre o!endo la conversación sentada en el sillón, los ra>os apo!ados en los del asiento ! la misma eApresión inmutale, como cuando ic8ela ! &l ian a primaria ! ella se sentaa en la misma utaca para oírlos recitar poemas de memoria, que attia se saía perfectamente ! ic8ela, inútil para todo, no, por lo que se quedaa callada" = todos los mi&rcoles, cuando colgaa, attia se preguntaa si el sillón seguía teniendo aquel estampado de flores de a>a8ar, que &l recordaa !a gastado, o si lo 8aían camiado" = se preguntaa si sus padres 8aían envejecido" Sí, 8aían envejecido, se lo notaa a su padre en la vo>, m2s lenta, m2s cansada, ! en la manera de respirar, ruidosa, cada ve> m2s parecida a un jadeo" Su madre lo llamaa de tarde en tarde ! sólo para 8acerle las preguntas de marras, siempre las mismasC si 8acía frío, si 8aía cenado !a, cómo ian las clases" Las primeras veces attia contestaa que allí se cenaa a las siete, luego simplemente que sí" 9 iga 9contestó en italiano" No era necesario 8alar en ingl&s" Su número de tel&fono lo tenían como muc8o die> personas, a ninguna de las cuales se le ocurriría llamarlo a aquellas 8oras" 9 So! !o, tu padre" El tiempo que la respuesta tardaa en llegar era casi inapreciale" attia se decía que tendría que medirlo con cronómetro, para calcular cu2nto se desviaa la se7al de la línea recta de m2s de mil Jilómetros que lo unía a su padre, pero siempre se olvidaa"
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9 Bola, ;cómo est2s< 9 :ien, ;! tú< 9 :ienI ;= mam2< 9 +8í est2" En este punto siempre tocaa el primer silencio, como ocanada de aire tras un largo uceo" attia empe>ó a rascar con la u7a el ara7a>o que tenía la mesa, a un palmo del centro" No saía si lo 8aía 8ec8o &l o los anteriores inquilinos" :ajo el arni> se veía !a el aglomerado, que rascaa sin sentir dolor" ?ada mi&rcoles a8ondaa el 8o!ito fracciones de milímetro, aunque para atravesar aquella mesa redonda no astase una vida entera" 9 ;u&, !a 8as visto amanecer< 9le preguntó su padre" attia sonrió" Era una roma que se gastaan siempre, qui>2 la única" El a7o anterior, Pietro 8aía leído en un periódico que el ala del mar del Norte es un espect2culo sulime, ! aquella noc8e le le!ó el artículo al 8ijo por tel&fono" $ienes que verlo, le encareció" esde aquel día se lo preguntaa a veces, ;qu&, lo 8as visto< attia contestaa que no@ su despertador sonaa a las oc8o ! diecisiete, ! el camino m2s corto a la universidad no pasaa por la costa" 9 No, aún no" 9 :ueno, tampoco se va a escapar 9repuso Pietro" =a no supieron qu& m2s decirse, aunque no colgaron de inmediato" +mos aspiraron un poco de aquel afecto que aún pervivía entre ellos, un afecto que se diluía en cientos de Jilómetros de cale coaAial ! al que alimentaa algo cu!o nomre ignoraan ! que, ien pensado, qui>2 ni eAistía !a" 9 Pero no te lo pierdas 9conclu!ó Pietro" 9 $ranquilo" 9 = cuídate" 9 Sí" *ecuerdos a mam2" ?olgaron" Para attia era el fin de la jornada" *odeó la mesa ! miró distraídamente unos folios que 8aía dejado aparte, traajo que se traía del despac8o" Seguía atascado en aquella ecuación" +ordaran por donde aordasen la demostración, +lerto ! &l siempre acaaan top2ndose con
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ella" Presentía que, superado aquel último ost2culo, 8allarían la solución ! sería f2cil llegar al final, como rodar ladera aajo con los ojos cerrados" Pero estaa demasiado cansado para seguir traajando" Due a la cocina, llenó un ca>o ajo el grifo ! lo puso al fuego" Pasaa tanto tiempo solo que, de 8aer sido una persona normal, se 8aría vuelto loco en un mes" Se sentó en una silla de pl2stico plegale, aún algo tenso" +l>ó los ojos a la omilla del tec8o" +l mes de ocupar aquel piso se 8aía fundido ! allí seguía, sin camiar" ?omía en el cuarto contiguo" Si esa noc8e se marc8ara para no volver, nadie 8allaría allí 8uellas de su paso, aparte de aquellos papeles incomprensiles amontonados sore la mesa" Nada propio 8aía puesto en aquel piso" ejó tal cual los anónimos mueles de role claro ! el amarillento empapelado original de la vivienda" Se levantó, ec8ó el agua 8irviendo en una ta>a e introdujo una olsita de t&" -io te7irse el agua de oscuro" El fuego seguía encendido ! en la penumra se veía de un a>ul intenso" :ajó la llama al mínimo ! el siseo disminu!ó" ?olocó la mano por encima, a cierta distancia" El aire caliente ejerció una d&il presión sore su destro>ada palma" :ajó despacio la mano ! la cerró sore el quemador" -olvía a recordar, despu&s de los cientos, de los miles de días id&nticos que 8aía pasado en la universidad acudiendo al comedor, un edificio ajo situado en un eAtremo del campus@ volvía a recordar el primer día que fue a comer ! repitió la serie de actos que vio ejecutar a los dem2sC se puso a la cola !, pasito a pasito, llegó a la pila de andejas de madera plastificada@ tomó una, le puso un mantelito de papel, cogió vaso ! cuiertos" +l llegar ante la mujer de uniforme que repartía los almuer>os, se7aló una de las tres andejas de aluminio que 8aía, sin saer lo que contenía" La cocinera le preguntó algo, en su idioma o qui>2 en ingl&s, &l no la entendió@ se7aló de nuevo la andeja, la otra repitió la misma pregunta" attia movió la cae>a ! c8apurreóC 9 H donWt understand " La mujer 8i>o un gesto de impaciencia ! agitó el plato vacío" 9 119
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S8eWs asJing if !ou Oant a sauce 9le dijo un joven que 8aía al lado" )l se volvió ruscamente ! dijoC 9 =oI H donWtI 9 ;Eres italiano< 9le preguntó el otro" 9 Sí" 9 $e pregunta si quieres alguna salsa con la a>ofia &sa" attia negó con la cae>a, desconcertado" El otro le dijo a la cocinera que no" La mujer sonrió, llenó el plato de attia ! lo desli>ó por la encimera" El joven pidió lo mismo, ! antes de posar el plato en la andeja se lo acercó a la nari> ! lo olió con repugnancia" 9 Esto da asco 9dijo9" Eres nuevo, ;verdad< 9le preguntó acto seguido, mirando aún la especie de pur& que llenaa su plato" attia contestó que sí ! el otro asintió con el ce7o fruncido, como si fuera cosa seria" attia pagó !, andeja en mano, plantado ante la caja, uscó con la mirada una mesa vacía en algún rincón de la sala, donde pudiera sentarse de espaldas a todos ! sin sentir que cientos de ojos lo miraan comer solo" ?uando la divisó ! dio un paso en dirección a ella, el joven, adelant2ndosele, le dijo que lo siguiera" Se llamaa +lerto $orcia ! llevaa allí cuatro a7os investigando gracias a una eca especial de la Fnión Europea concedida por la alta calidad de sus traajos" $ami&n &l escapaa de algo, aunque attia nunca le preguntó de qu&" espu&s de tantos a7os, ! pese a que compartían despac8o ! comían juntos todos los días, ninguno de los dos saría decir si eran amigos o simples colegas" Era martes" +lerto estaa sentado enfrente de attia ! a trav&s del vaso de agua que &ste se llevó a los laios vio la nueva 8erida, de color morado ! perfectamente circular, que tenía en la palma" No dijo nada, se limitó a mirarlo torvamente para darle a entender que se 8aía dado cuenta" 120
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Gilardi ! ontanari, sentados a la misma mesa, se reían de algo que 8aían visto en Hnternet" attia apuró el vaso ! se aclaró la garganta" 9 +noc8e se me ocurrió una solución para la discontinuidad esaI 9 atti, por favor 9lo interrumpió +lerto, dejando el tenedor ! reclin2ndose en la silla con grandes aspavientos, como siempre9" $en piedad al menos mientras como" attia agac8ó la cae>a" Baía cortado su filete de carne en taquitos iguales ! empe>ó a separarlos de modo que con el plato formaran una cuadrícula de líneas lancas" 9 ;Por qu& no dedicas las noc8es a otras cosas< 9continuó +lerto en vo> m2s aja, para que no lo o!eran los otros, ! descriiendo con el cuc8illo circulitos en el aire" attia no contestó ni lo miró" Pinc8ó un taco de carne de la orilla, que por no ser perfectamente cuadrado alteraa la geometría de la composición" 9 Por ejemplo, salir a tomar algo con nosotros" 9 No 9replicó attia secamente" 9 PeroI 9 Saes que no" +lerto movió la cae>a ! arrugó la frente" espu&s de tanto tiempo, aún insistía" esde que se conocían no 8aría logrado sacarlo de su casa m2s de die> veces" Se volvió a los otros dos ! los interrumpió diciendoC 9 ;= aqu&lla qu& os parece< 9= se7aló a una c8ica sentada dos mesas m2s all2 con un se7or ma!or, docente &ste, por lo que attia saía, del departamento de Geología9" Si no estuviera casado, lo que le 8aría !o a una tía así" Los otros vacilaron un momento, sin saer a cuento de qu& lo decía, pero al final le siguieron la corriente ! empe>aron tami&n a preguntarse cómo era posile que una tía uena como aqu&lla estuviera comiendo con semejante carcamal" attia cortó los taquitos de carne en diagonal ! recompuso luego los tri2ngulos resultantes para formar uno m2s grande" La carne !a estaa fría ! estropajosa" ?ogió un tro>o ! se lo tragó casi sin masticar" El resto lo dejó"
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?uando salieron del comedor, +lerto se detuvo a encender un cigarrillo ! dejó que Gilardi ! ontanari se adelantaran" Esperaa a attia, que venía unos pasos detr2s siguiendo, con la cae>a gac8a ! al parecer completamente asorto, una grieta recta a lo largo de la acera" 9 ;u& decías de la discontinuidad< 9le preguntó" 9 Nada, da igual" 9 -amos, no te 8agas de rogar" attia miró a su colega@ el ascua del cigarrillo que tenía en los laios era la única nota de color en aquel día gris, id&ntico al anterior ! seguramente al siguiente" 9 No tiene remedio" + estas alturas deemos convencernos de que es así" Pero creo que 8e encontrado un modo de sacar algo interesante" +lerto prestó atención ! no lo interrumpió en toda la eAplicación, porque saía que attia 8alaa poco pero, cuando lo 8acía, valía la pena callarse ! escuc8ar" El peso de las consecuencias 8aía caído de pronto dos a7os atr2s, cuando una noc8e Daio, al penetrarla, le susurró que quería tener un 8ijo" $enía la cara tan cerca de la su!a que +lice notó cómo su aliento le acariciaa la mejilla ! se perdía entre las s2anas" Lo atrajo 8acia sí ! le puso la cae>a entre el cuello ! el 8omro" Fn día, cuando aún no estaan casados, &l le 8aía dic8o que aquel 8ueco era perfecto para su cae>a, que estaa 8ec8a para descansar allí" ;$ú qu& dices<, le preguntó Daio, con la vo> a8ogada en la almo8ada" +lice lo estrec8ó m2s fuerte, sin poder contestarC se 8aía quedado sin 8ala" Lo 8aía oído cerrar el cajón donde tenían los preservativos ! 8aía dolado otro poco la rodilla derec8a, para dejarle espacio" Se estuvo todo el rato con los ojos aiertos ! acarici2ndole el pelo acompasadamente" Guardaa aquel secreto desde que ia al instituto, aunque nunca le 8aía ocupado el pensamiento m2s que un momento" Lo tenía apartado como algo en lo que !a pensaría algún día" = esa noc8e se le presentó de pronto como un aismo aierto en el tec8o negro del cuarto, monstruoso e incontenile" uiso decirle a Daio que parase un momento, que tenía que decirle algo, pero &l se movía tan lleno de confian>a que no se atrevió, aparte de que tampoco lo 8aría entendido"
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Due la primera ve> que e!aculaa dentro de ella, ! al sentirlo pensó que aquel viscoso líquido cargado de promesas que se depositaa en su cuerpo seco se secaría tami&n sin dar fruto" No quería 8ijos, o qui>2 sí@ nunca se lo 8aía planteado, no pensaa en eso" No menstruaa m2s o menos desde la última ve> que se 8aía comido un pastel de c8ocolate entero" Pero a8ora Daio quería un 8ijo ! ella deía d2rselo@ deía d2rselo porque &l consentía en 8acer el amor con la lu> apagada, desde la primera ve> que lo 8icieron en su casa@ porque cuando acaaa ! descansaa, sin decir nada, sólo respirando, ella sentía que el peso de aquel cuerpo conjuraa todos sus miedos@ porque, aunque no lo amaa, &l amaa por los dos ! eso los salvaa" esde aquella noc8e el seAo tuvo otro sentido, un fin concreto, que pronto los llevó a descartar cuanto no fuera estrictamente necesario" Pero transcurrieron semanas, meses, ! nada ocurría" Daio acudió a un especialista ! resultó que, 8ec8o el cómputo de espermato>oides, era apto" Esa noc8e, ara>2ndola estrec8amente, se lo dijo a +lice, ! al punto a7adió que no se preocupara, que tampoco era culpa su!a" Ella se apartó ! corrió a llorar al cuarto de al lado" Daio se odió porque en realidad pensaa, o mejor, saía que la culpa era de ella" +lice empe>ó a sentirse espiada" Llevaa una cuenta falsa de los días, 8acía marcas en la agenda del tel&fono, compraa compresas ! las tiraa sin usar, los días adecuados rec8a>aa a Daio dici&ndole que no se podía" + escondidas, &l llevaa la misma cuenta" El secreto de +lice se interponía entre ellos como un muro transparente que los alejaa cada ve> m2s" Siempre que Daio mentaa m&dicos, tratamientos o la causa del prolema, el semlante de +lice se ensomrecía ! !a podía &l estar seguro de que a las pocas 8oras lo esperaa una ri7a por cualquier preteAto que ella inventara, tonterías siempre" El cansancio acaó venci&ndolos" ejaron de 8alar del tema !, junto con las palaras, tami&n la pr2ctica del seAo se espació, 8asta quedar reducida a un cansino rito de viernes por la noc8e" Los dos se duc8aan antes ! despu&s, por turno" ?uando Daio volvía del a7o, con la cara rillante aún de jaón ! ropa interior limpia, +lice, que entretanto se 8aía puesto la camiseta, le preguntaa si !a podía duc8arse" = cuando a su ve> regresaa a la 8aitación, lo encontraa dormido, o al menos con los ojos cerrados, tendido de costado ! ocupando estrictamente su lado de la cama"
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+quel viernes no fue distinto, por lo menos al principio" +lice se fue a la cama a la una pasada, despu&s de estar toda la tarde en el cuarto oscuro que Daio 8aía 8ailitado en su despac8o como regalo por el tercer aniversario de casados" )l ajó la revista que estaa le!endo ! se quedó mirando los pies descal>os de ella, que se ad8erían al parquet" +lice se desli>ó entre las s2anas ! lo ara>ó" Daio dejó la revista en el suelo ! apagó la lu> de la mesita" Procuraa que aquello no se convirtiera en una rutina, un sacrificio deido, aunque la verdad resultaa clara para amos" Ejecutaron una serie de actos que el tiempo 8aía consolidado ! lo simplificaan todo, 8asta que Daio, a!ud2ndose de los dedos, la penetró" + +lice le pareció que sollo>aa, aunque no estaa segura porque, para evitar el contacto con su cara, tenía la cae>a ladeada@ pero notó que se movía de otra manera, que emestía con m2s fuer>a ! frenesí del 8aitual@ que de pronto paraa, respiraa fuerte, proseguía, como dividido entre el deseo de penetrar m2s 8ondo ! el impulso de escapar, de ella ! del cuarto@ ! en un momento dado lo o!ó sorerse" ?uando acaó, Daio se retiró enseguida, ajó de la cama !, sin encender la lu> siquiera, fue al a7o" $ardó m2s de lo 8aitual" +lice se despla>ó al centro de la cama, donde las s2anas estaan aún frescas, se puso la mano en el vientre, en el que nada sucedía, ! pensó que por primera ve> no podía culpar a nadie, que todos aquellos fallos eran sólo su!os" Daio regresó a la 8aitación a oscuras ! se tumó d2ndole la espalda" Le tocaa duc8arse a ella, pero no se movió" Sentía que ia a ocurrir algo, estaa en el aire" +ún un minuto, qui>2 dos, tardó &l en 8alar" 9 +li" 9 ;Sí< )l calló un momento antes de decir en vo> ajaC 9 =o así no puedo m2s" +lice sintió que las palaras se le agarraan al vientre como plantas trepadoras rotadas repentinamente en la cama" No contestó" ejó que &l continuara"
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9 S& lo que pasa" 9Su vo> era m2s clara, resonaa en el cuarto con un eco met2lico9" $ú no quieres que me meta, ni siquiera que 8ale, peroI 9Se interrumpió" +lice, cu!os ojos se 8aían 8aituado a la oscuridad, podía distinguir la forma de los mueles 9la utaca, el armario, la cómoda con espejo, en el cual nada se reflejaa9 ! los sentía como una presencia quieta ! opresiva" *ecordó la 8aitación de sus padres ! pensó que se parecía a la su!a, que todos los dormitorios del mundo se parecían" = se preguntó qu& temía m2s, si perderlo a &l o perder todas aquellas cosasC las cortinas, los cuadros, la alfomra, toda la seguridad ien dolada en los cajones" 9 Esta noc8e apenas 8as comido un par de calaacines 9prosiguió Daio" 9 No tenía 8amre 9replicó ella casi autom2ticamente" = pensóC Era eso" 9 = a!er igual" La carne ni la proaste" La 8iciste trocitos ! la escondiste ajo el mantel" ;6 es que crees que so! idiota< +lice se agarró a las s2anas" ;?ómo 8aía podido creer que &l no se daría cuenta< = pensó en los cientos, los miles de veces que 8aía escondido comida delante de su marido, ! se preguntó con raia qu& 8aría pensado &l" 9 = supongo que tami&n sar2s lo que comí o dej& de comer anoc8e, ! anteanoc8e" 9 EAplícame qu& pasa 9repuso &l, en vo> m2s alta esta ve>9" ime por qu& te repugna tanto la comida" Ella pensó en su padre cuando tomaa sopa, para lo cual inclinaa la cae>a sore el plato ! soría de la cuc8ara ruidosamente, en lugar de met&rsela en la oca como todo el mundo@ pensó con asco en la papilla que le veía masticar a su marido siempre que cenaa sentada enfrente@ pensó en el caramelo de -iola, lleno de pelos pegados ! con un saor a fresa sint&tico@ ! pensó por último en sí misma, mir2ndose en el gran espejo de su antigua casa sin camiseta, ! en la cicatri> de aquella pierna inútil, eAcrecencia del tronco, ! en el fr2gil equilirio de su silueta, ! en la somra sutil que las costillas pro!ectaan sore el vientre ! que ella estaa dispuesta a defender a toda costa" 9 ;u& quieres, que empiece a atracarme, que me deforme para tener a tu 8ijo< 9Baló como si el 8ijo !a eAistiera en algún lugar del universo" = dijo «tu( con toda intención9" Si tanto te importa puedo someterme a un tratamiento, tomar 8ormonas, medicinas, las porquerías que 8agan falta para que tengas un 8ijo" +sí dejar2s de espiarme"
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9 La cuestión no es &sa 9repuso Daio, que de pronto 8aía recuperado toda su irritante seguridad" +lice se despla>ó al orde de la cama para alejarse de aquel cuerpo amena>ante" )l se giró oca arria@ tenía los ojos aiertos ! la cara contraída, como si tratara de ver algo en la oscuridad" 9 +8, ;no< 9 $endrías que pensar en todos los riesgos, especialmente en tu estado" En tu estado, se repitió mentalmente +lice" = quiso dolar la pierna coja para demostrarse a sí misma que la dominaa, aunque apenas pudo moverla" 9 Pore Daio, con una mujer coja !I 9No llegó a concluir" La última palara, que !a viraa en el aire, se le atragantó" 9 Fna parte del cerero 9dijo &l, pasando por alto el comentario ! como si una eAplicación científica pudiera volverlo todo m2s sencillo9, el 8ipot2lamo, controla el índice de masa grasa presente en el organismo" Si este índice cae a niveles mu! ajos, la producción de gonadotropina cesa" El mecanismo se loquea ! las menstruaciones desaparecen" Pero esto es sólo el primer síntoma" 6curren otras cosas m2s graves" La densidad de minerales en los 8uesos disminu!e ! soreviene osteoporosis" Los 8uesos se desmenu>an como 8ojaldre" Baló como m&dico, eAponiendo causas ! efectos en tono monótono, ! como si conocer el nomre de un mal equivaliera a curarlo" +lice pensó que sus 8uesos !a se 8aían desmenu>ado una ve> ! que todo aquello no le interesaa" 9 :asta con elevar ese índice para que todo vuelva a ser normal 9conclu!ó Daio9" Es un proceso lento, pero aún estamos a tiempo" +lice se 8aía incorporado ! se apo!aa en los codos" uería irse de allí" 9 Pues qu& ien" Seguro que lo tenías preparado 8ace tiempo" Es la solución, ni m2s ni menos" $ami&n Daio se 8aía sentado" Le cogió un ra>o, pero ella se desasió" )l la miró a los ojos, en la penumra" 9 =a no es sólo prolema tu!o" +lice negó con la cae>a ! replicóC
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9 Pues sí, porque a lo mejor eso es lo que quiero, ;no lo 8aías pensado< ue mis 8uesos se desmenucen, que se me loquee el mecanismo, como tú dices" Daio soltó tal manota>o en la cama que ella se soresaltó" 9 ;= a8ora qu& piensas 8acer, e8< 9lo provocó m2s" Daio dio un ufido con violencia, la misma violencia que le tensó los ra>os" 9 $ú no eres m2s que una egoísta, una egoísta ! una mimada" Se dejó caer en la cama ! de nuevo le dio la espalda" Los ojetos parecieron retornar de pronto a su sitio en la oscuridad" Se 8i>o el silencio, aunque un silencio impreciso en el que se oía un d&il >umido, como el runrún de las viejas películas de cine" +lice agu>ó el oído para averiguar qu& era" -io entonces que su marido daa leves sacudidas ! comprendióC eran sus sollo>os reprimidos, que semejaan una viración rítmica de la cama" +quel cuerpo clamaa por que ella tendiera la mano ! lo tocara, le acariciara el cuello ! el pelo" Pero +lice no 8i>o nada de eso, sino que ajó de la cama ! se fue al a7o dando un porta>o" espu&s de comer, +lerto ! attia ajaron al susuelo, donde siempre era la misma 8ora ! el paso del tiempo se medía por la pesade> de los ojos, llenos de la lu> lanca de los fluorescentes del tec8o" Entraron en un aula vacía ! +lerto se sentó en la c2tedra" Estaa maci>o, no gordo, aunque attia tenía la impresión de que su cuerpo se 8allaa en constante eApansión" 9 esemuc8a, ! empie>a por el principio" attia cogió una ti>a ! la partió por la mitad" Fna partícula lanca fue a deposit2rsele en la punta de uno de los >apatos de piel, los que 8aía cal>ado el día que se doctoró" 9 ?onsideremos el caso en dos dimensiones 9dijo" = empe>ó a escriir con su ella letra" ?omen>ó en la esquina superior i>quierda ! llenó las dos primeras pi>arras@ en la tercera apuntaa los resultados que m2s adelante necesitaría" +parentaa 8aer 8ec8o aquella operación cien veces, pero en realidad era la primera" + ratos se volvía a mirar a +lerto, que asentía serio, esfor>2ndose por seguirlo" attia terminó al cao de m2s de media 8ora, recuadró el resultado final ! escriió al lado "E"", como 8acía de estudiante" La ti>a le 8aía secado la mano, pero &l no se dio ni cuenta@ las piernas le temlaan un poco" 127
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Se quedaron contemplando aquello un rato" Luego, +lerto dio una palmada que resonó como el restallar de un l2tigo ! saltó de la c2tedra, con lo que casi se ca!ó, pues de tenerlas tanto tiempo colgando las piernas se le 8aían dormido" Le puso la mano en el 8omro 9attia la notó a la ve> pesada ! tranquili>adora9 ! le dijoC 9 Esta noc8e cenas en mi casa, ! nada de peros@ esto 8a! que celerarlo" attia sonrió un poco" 9 :ueno" :orraron la pi>arra, procurando que no quedara ni rastro de lo escrito" En realidad, tampoco lo 8aría entendido nadie, pero celaan aquel resultado como si fuera un valiosísimo secreto" Salieron del aula ! attia apagó las luces" Luego suieron la escalera uno detr2s del otro, cada cual saoreando a solas la modesta gloria de aquel momento" +lerto vivía en una >ona residencial id&ntica a la de attia, sólo que en la otra punta de la ciudad" attia 8i>o el tra!ecto en un autoús casi vacío, con la frente apo!ada en el cristal" Lo aliviaa el contacto de aquella superficie fría, que le recordó la venda que su madre le ponía a ic8ela en la cae>a cuando por las noc8es le daa el ataque ! empe>aa a temlar ! rec8inar los dientes@ era un simple pa7uelo 8umedecido, pero astaa para calmarla" Ella quería que se lo pusieran tami&n al 8ermano ! con los ojos se lo pedía a su madre@ &l se tumaa entonces en la cama ! allí se quedaa 8asta que su 8ermana dejaa de retorcerse" Se 8aía puesto c8aqueta negra ! camisa, ia duc8ado ! afeitado" En una licorería donde nunca 8aía entrado compró una otella de vino tinto, que eligió por su elegante etiqueta" La dependienta la envolvió en papel de seda ! se la entregó en una olsa plateada" :olsa que a8ora 8acía oscilar adelante ! atr2s, mientras esperaa a que le arieran" ?on el pie colocó la esterilla de modo que su perímetro coincidiese eAactamente con las ra!as del suelo" +cudió a arir la mujer de +lerto que, sin 8acer caso de su mano tendida ni de la otella, lo atrajo, le dio un eso en la mejilla ! le susurró al oídoC 9 No s& lo que 8ar&is 8ec8o, pero nunca 8aía visto a +lerto tan contento" Pasa" 128
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attia se aguantó las ganas de frotarse la oreja contra el 8omro" 9 %+li' 9gritó ella 8acia otro cuarto, o 8acia el piso de arria9, es attia" Pero en lugar de +lerto, por el pasillo apareció su 8ijo P8ilip, al que attia conocía por la foto que su amigo tenía en su mesa, ! en la que se lo veía a los pocos meses de nacer, redondo e impersonal como todos los reci&n nacidos" Nunca se le 8aía ocurrido que 8uiera crecido" +lgunos rasgos de los padres ian asomando claramente en el peque7oC la arilla puntiaguda de +lerto, los p2rpados caedi>os de la madre" attia pensó en el mecanismo cruel del crecimiento, en aquellos landos cartílagos que mudaan imperceptile pero ineAoralemente, ! pensó tami&n, aunque sólo por un instante, en ic8ela, cu!as facciones 8aían quedado fijas para siempre desde lo del parque" P8ilip se acercaa montado en un triciclo, pedaleando como un loco" +l ver a attia frenó en seco ! se quedó mir2ndolo alarmado, como si lo 8uieran sorprendido 8aciendo algo pro8iido" Su madre, desmont2ndolo del triciclo, lo al>ó en ra>os ! empe>ó a esuquearlo" 9 %-en aquí, ic8o' attia le dirigió una sonrisa for>ada@ los ni7os lo incomodaan" 9 Pasa, Nadia !a 8a llegado 9dijo la mujer de +lerto" 9 ;Nadia< Ella lo miró, eAtra7ada" 9 Sí, Nadia" ;No te lo 8aía dic8o +li< 9 Pues no" Buo un momento de emara>o" attia no conocía a ninguna Nadia" Se preguntó qu& pasaa allí ! temió saerlo" 9 En todo caso aquí est2" -amos" e camino a la cocina, P8ilip miraa a attia con recelo, escondiendo la cara en el 8omro de su madre ! meti&ndose en la oca los dedos índice ! medio, que rillaan de saliva@ attia prefirió desviar la mirada" *ecordó el día en que 8aía seguido a +lice tami&n por un pasillo, aqu&l m2s largo" iró los garaatos de P8ilip que colgaan de las paredes en lugar de cuadros, ! tuvo cuidado de no pisar los juguetes diseminados por el suelo" $oda la casa, las paredes mismas, parecían impregnadas de un olor a vida al que no estaa acostumrado" = pensó en su piso, donde tan f2cil era preferir no estar" = empe>ó a arrepentirse de 8aer ido"
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En la cocina, +lerto lo saludó con un afectuoso apretón de manos, al que &l correspondió como un autómata" + la mesa 8aía sentada una mujer, que se levantó ! le tendió la mano" 9 Ella es Nadia 9los presentó +lerto9, ! &l, nuestra próAima medalla Dields" 9 uc8o gusto 9dijo attia, turado" Nadia sonrió e 8i>o amago de acercarse, qui>2 para esarlo, pero la inmovilidad de &l la contuvo ! sólo repitióC 9 uc8o gusto" attia se quedó mirando asorto uno de los grandes pendientes que ella llevaa, un aro dorado de al menos cinco centímetros de di2metro@ cuando se movía, aquel aro oscilaa con un movimiento complejo que &l trató de descomponer según tres ejes cartesianos" Las dimensiones de aquella al8aja ! el contraste que 8acía con el pelo negrísimo le sugirieron algo desvergon>ado, casi osceno, que a la ve> lo asustó ! eAcitó" Se sentaron a la mesa" +lerto sirvió vino tinto ! rindó con grandilocuencia por el artículo que pronto escriirían con attia, ! pidió a &ste que eAplicara a Nadia, con palaras sencillas, de qu& trataa la cosa" attia así lo 8i>o, ! ella lo escuc8ó con una sonrisa incierta que delataa pensamientos mu! distintos ! que m2s de una ve> le 8i>o perder el 8ilo" 9 Parece interesante 9comentó ella al final, ! attia ajó la cae>a" 9 Es muc8o m2s que interesante 9repuso +lerto, con ademanes que descriían en el aire un elipsoide que attia se representó perfectamente" La mujer de +lerto trajo una sopera que desprendía un fuerte olor a comino" La conversación pasó a versar sore comida, terreno m2s neutral que pareció disminuir una tensión de la que no se 8aían dado plena cuenta" + eAcepción de attia, todos lamentaron la falta allí en el norte de alguna delicia de su país" +lerto recordó los raviolis que 8acía su madre@ su mujer, la ensalada de marisco que comían juntos en cierto local de la pla!a cuando ian a la universidad@ Nadia descriió los cannoli rellenos de ricotta ! espolvoreados de escamas del c8ocolate negro que 8acían en la pastelería de su puelecito natal, ! mientras lo contaa, cerraa los ojos ! 130
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se relamía los laios como si estuviera saore2ndolos" En cierto momento se mordió un instante el laio inferior, ! attia, sin darse cuenta, se quedó con este detalle ! pensó que 8aía algo eAagerado en la feminidad de Nadia, en la fluide> con que gesticulaa, en el acento sure7o con que pronunciaa las laiales@ la sentía como una potencia oscura que lo avasallaa ! le caldeaa las mejillas" 9 Pues no 8a! m2s que decidirse ! volver 9conclu!ó Nadia" Los cuatro guardaron silencio unos segundos, como pensando cada cual en lo que los ataa a aquel lugar" P8ilip trasteaa con sus juguetes a unos pasos de la mesa" urante el resto de la cena, +lerto supo mantener viva una conversación que decaía por momentos, gracias sore todo a que 8aló muc8o de sí mismo con ademanes cada ve> m2s aparatosos" espu&s de los postres su mujer se levantó para quitar la mesa" Nadia quiso a!udarla, pero ella re8usó ! desapareció en la cocina" En la mesa 8uo un silencio" attia, ensimismado, pasaa el dedo por el dentado filo del cuc8illo" +l cao, levant2ndose tami&n, +lerto dijoC 9 -o! a ver qu& 8ace" 9= miró a attia por encima del 8omro de Nadia, como dici&ndole que se las arreglara" +mos quedaron solos, con P8ilip" +l>aron los ojos ! se miraron al mismo tiempo, pues nada m2s 8aía que mirar, ! se ec8aron a reír, a>orados" +l final ella le preguntóC 9 = tú ;por qu& no vuelves< 9Lo miraa con ojos escrutadores, como si quisiera adivinar su secreto" $enía unas pesta7as largas ! gruesas, que a &l le parecían posti>as por lo inmóviles" attia acaó de alinear con el dedo unas migas ! contestó encogi&ndose de 8omrosC 9 No lo s&, es como si aquí 8uiera m2s oAígeno" Ella asintió con la cae>a, dando a entender que lo comprendía" En la cocina se oían las voces de +lerto ! su mujer 8alando de cosas normales, que si otra ve> el grifo goteaa, que qui&n acostaría a P8ilip, cosas que a attia, de pronto, le parecieron tremendamente importantes" El silencio se prolongaa ! uscó algo que decir que sonase natural" irara donde mirase, su campo visual aarcaa siempre a Nadia, como una presencia opresiva@ el color morado del vestido con escote asoría poderosamente su atención, incluso cuando miraa, como 8acía a8ora, su 131
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vaso vacío" Pensó en que a8í ajo la mesa, tapadas por el mantel, a oscuras, estaan sus piernas, las su!as ! las de ella, oligadas a una intimidad for>osa" En ese momento se acercó P8ilip ! puso ante &l, sore la mesa, un coc8ecito, un aserati en miniatura" attia lo miró, ! luego al ni7o, que lo oservaa como esperando una reacción" ?on cierta vacilación, attia cogió el juguete ! lo 8i>o rodar un poco por el mantel" Notaa clavada, como midiendo su apuro, la mirada incisiva de Nadia" Bi>o un ruido con la oca imitando un motor, ! al final soltó el juguete" P8ilip, que lo miraa en silencio, algo contrariado, estiró la mano, cogió el coc8e ! volvió a sus juegos" attia se sirvió vino ! lo apuró de un trago" Entonces ca!ó en la cuenta de que tendría que 8aerle servido primero a Nadia, ! le preguntó si quería" Ella contestó que no, recogiendo las manos ! encogiendo los 8omros como si tuviera frío" -olvió +lerto, emitió una especie de gru7ido ! se frotó la cara con energía" 9 Bora de la nana 9le dijo al peque7o, ! cogi&ndolo por el cuello del polo lo puso en pie como si fuera un mu7eco" P8ilip lo siguió sin protestar, pero antes de salir ec8ó una última mirada a sus juguetes, que tenía amontonados como si 8uiera escondido algo deajo" 9 ui>2 va siendo 8ora de irme !o tami&n 9dijo Nadia, sin dirigirse eAactamente a attia" 9 Sí, ! !o 9repuso &l" Dueron a levantarse 9llegaron a contraer los músculos de las piernas9, pero no lo 8icieron@ siguieron sentados ! se miraron" Ella sonrió ! &l se sintió traspasado por su mirada, como penetrado 8asta el alma" Se levantaron casi al mismo tiempo, arrimaron las sillas a la mesa 9attia notó que tami&n ella tuvo cuidado ! la levantó9 ! se quedaron de pie, sin saer qu& 8acer" +sí los encontró +lerto, ! les preguntóC 9 ;u& pasa< ;=a os vais< 9 Es tarde ! querr&is descansar 9contestó Nadia por los dos" +lerto miró a su amigo con una sonrisa cómplice" 9 6s llamo un taAi" 132
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9 =o vuelvo en autoús 9se apresuró a decir attia" +lerto lo miró torciendo el gesto" 9 ;+ estas 8oras< No saes lo que dices" +dem2s, la casa de Nadia te pilla de camino" El taAi circulaa por las avenidas desiertas de las afueras, entre edificios sin alcones, todos iguales" En algunas ventanas, pocas, aún se veía lu>" En mar>o los días eran cortos ! la gente adaptaa el metaolismo a la noc8e" 9 Las ciudades son aquí m2s oscuras 9dijo Nadia, como pensando en alta vo>" Han sentados cada uno en un eAtremo del asiento" attia miraa cómo camiaan los números del taAímetro@ cómo, apag2ndose ! encendi&ndose, los segmentos rojos componían las distintas cifras" Ella ia pensando en el ridículo espacio de soledad que los separaa ! arm2ndose de valor para ocuparlo" Su apartamento quedaa a un par de man>anas, ! el tiempo, como la calle, pasaa deprisa@ no solamente el tiempo de aquella noc8e, sino el tiempo de lo posile, el tiempo de sus treinta ! cinco a7os incompletos" El último a7o, desde que rompiera con artin, venía sinti&ndose m2s ! m2s eAtra7a a aquel lugar, padeciendo m2s aquel frío que secaa la piel ! que ni siquiera en verano remitía del todo" Pero tampoco se decidía a marc8arse, porque a esas alturas dependía de aquel mundo, se 8aía atado a &l con la ostinación con que uno se ata a las cosas que lo perjudican" Pensó que si algo tenía que ocurrir, deía ser en aquel coc8e" 2s tarde no tendría fuer>as, m2s tarde se consagraría definitivamente, !a sin lamentarse, a sus traducciones, a aquellos liros cu!as p2ginas diseccionaa día ! noc8e para ganarse la vida ! llenar el vacío que ian dejando los a7os" Lo encontraa fascinante@ eAtra7o, muc8o m2s eAtra7o que otros colegas que +lerto, inútilmente, le 8aía presentado" +quella disciplina que estudiaan parecía atraer sólo a personajes siniestros, o que los volviera así con el tiempo" Pensó, por decir algo divertido, en preguntarle a attia cu2l de las dos cosas, pero no se atrevió" aa igual, eAtra7o era, e inquietante" +unque 8aía algo en su mirada, como un corpúsculo rillante flotando en aquellos ojos oscuros que ninguna mujer, ien segura estaa, 8aía conseguido capturar" Podía provocarlo, ! se moría de ganas" Se 8aía ec8ado el pelo a un lado para dejar al descuierto el cuello, ! pasaa los dedos por la costura del 133
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olso que llevaa en el rega>o" Pero a m2s no se atrevía, ! tampoco quería volverseC si &l estaa mirando a otro sitio, no quería saerlo" attia se sopló en la mano cerrada para calent2rsela" Perciía la ansiedad de Nadia, pero no se decidía" = aunque se decidiera, pensaa, tampoco saría qu& 8acer" Fna ve>, 8al2ndole de su propia eAperiencia, enis le 8aía dic8o que los primeros contactos son siempre los mismos, como las aperturas del ajedre>" No es preciso inventar nada, porque amos uscan lo mismo" espu&s el juego sigue su propio derrotero ! es entonces cuando se necesita estrategia" Pero !o ni siquiera cono>co las aperturas, se dijo" +l menos, puso la mano i>quierda en medio de los dos, como quien arroja un cao al mar, ! allí la dejó inmóvil, a pesar de que el esca! le producía escalofríos" Nadia comprendió !, sin 8acer movimientos ruscos, se despla>ó al centro, le cogió el ra>o por la mu7eca, se lo pasó por su nuca, descansó la cae>a en el pec8o de &l ! cerró los ojos" Su pelo desprendía un perfume intenso que impregnó la ropa de attia ! le penetró en la nari>" El taAi orilló a la i>quierda, ante la casa de Nadia, ! el taAista dijoC 9 Seventeen t8irt! " Ella se incorporó ! los dos pensaron lo mismoC que costaría muc8o encontrarse otra ve> así, romper un equilirio ! recomponer otro distinto" Se preguntaron si volverían a ser capaces" attia reuscó en los olsillos, encontró la cartera, tendió un illete de veinte ! dijoC 9 No c8ange, t8anJs "
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Ella arió la porte>uela" Síguela, se ordenó &l, pero no se movió" Nadia estaa !a en la acera, el taAista lo miraa por el retrovisor esperando instrucciones, la pantalla del taAímetro marcaa UU"UU con cifras parpadeantes" 9 -en 9dijo Nadia" )l oedeció" El taAi partió ! ellos suieron por una empinada escalera revestida de moqueta a>ul oscuro ! cu!os estrec8os escalones oligaan a torcer los pies" El apartamento de Nadia estaa limpio ! lleno de detalles, como puede estarlo la casa de una mujer sola" En medio de una mesa redonda 8aía una cesta de mimre con p&talos secos, que 8acía tiempo no emanaan perfume alguno" Las paredes estaan pintadas en tonos fuertes, naranja, a>ul oscuro, amarillo 8uevo, colores tan poco 8aituales en el norte que casi resultaan irrespetuosos" attia pidió permiso para entrar ! miró cómo Nadia se quitaa el arigo ! lo dejaa en una silla con la soltura propia de quien se siente en su espacio" 9 -o! por algo de eer" )l esperó en medio de la sala, con las destro>adas manos metidas en los olsillos" Nadia volvió al poco con dos vasos de vino tinto" *eía de algo que 8aía pensado" 9 =a no esto! acostumrada" Bacía muc8o que no me ocurría 9confesó" 9 $e entiendo 9contestó attia, en lugar de decir que a &l nunca le 8aía ocurrido" :eieron en silencio, mirando co8iidos a un lado ! a otro" + ratos cru>aan la mirada ! entonces sonreían, como dos c8iquillos" Nadia tenía las piernas doladas sore el sof2, para ganar espacio 8acia &l" El escenario estaa listo" Sólo faltaa la acción, un arranque en frío, instant2neo ! rutal como todos los comien>os" Ella aún se lo pensó un momento" Luego dejó el vaso en el suelo, detr2s del sof2 para no volcarlo con los pies, se aalan>ó sore attia ! lo esó" ?on los pies se quitó los >apatos de tacón, que ca!eron al suelo con un ruido sordo, ! se puso a 8orcajadas sore &l, sin darle tiempo a decir no" Le arreató el vaso ! le guió las manos a sus caderas" attia tenía la lengua rígida" Ella empe>ó a girar la propia alrededor de la de &l, sin parar, 135
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para ponerla en movimiento, 8asta que attia empe>ó a 8acer lo mismo en sentido contrario" Se dejaron caer a un lado, algo torpes, ! attia quedó deajo" $enía una pierna colgando ! la otra tiesa, inmovili>ada ajo el cuerpo de ella" Pensaa en el movimiento circular de su lengua, pero no tardó en perder la concentración, como si la cara de Nadia oprimiendo la su!a 8uiera atascado el alamicado engranaje de su pensamiento, como aquella ve> con +lice" esli>ó las manos por deajo de la camiseta de Nadia ! el contacto con su piel no lo molestó" Se quitaron la ropa despacio, sin separarse ! sin arir los ojos, porque en el cuarto 8aía muc8a lu> ! cualquier interrupción lo 8aría ec8ado todo a perder" = mientras regaa con el cierre del sost&n, attia pensó que esas cosas pasan@ que al final pasan aunque no se sepa cómo" Daio se levantó pronto@ 8aía apagado la alarma del despertador ! aandonado el cuarto evitando mirar a +lice, que dormía en su lado con un ra>o fuera de la s2ana ! apret2ndola con la mano, como si estuviera so7ando que se agarraa a algo" Se 8aía dormido de puro agotado ! 8aía tenido una serie de pesadillas a cu2l m2s t&trica" = a8ora sentía la necesidad de 8acer algo con las manos, manc8arse, sudar, cansar los músculos" ?onsideró ir al 8ospital ! 8acer un turno eAtra, pero sus padres venían a comer, como todos los segundos s2ados de mes" os veces descolgó el tel&fono con la intención de llamarlos ! decirles que no fueran, que +lice no se sentía ien, pero luego pensó que, aprensivos como eran, telefonearían para preguntar por ella, &l volvería a discutir con su mujer ! sería peor" Se quitó la camiseta en la cocina ! eió lec8e de pie junto al frigorífico" Podía fingir que no pasaa nada, que esa noc8e era como las otras ! seguir adelante como si tal cosa, como siempre 8aía 8ec8o@ pero sentía una angustia nueva que le apretaa la garganta" $enía el cutis tirante por las l2grimas que se le 8aían secado en las mejillas" Se enjuagó en el fregadero ! se secó con el pa7o que colgaa al lado" iró por la ventana" Estaa nulado, pero el sol no tardaría en salir" En esa &poca del a7o siempre era así" En un día como &se 8aría podido salir en ici con su 8ijo, seguir la pista que ordeaa el canal, llegar al parque" +llí eerían agua de la fuente, se sentarían en la 8iera una media 8ora, regresarían luego a casa, esta ve> por la carretera, ! de camino pararían en la repostería a comprar pasteles para despu&s de comer" 136
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No pedía muc8o@ sólo la normalidad que siempre 8aía merecido" :ajó al garaje en cal>oncillos" e la estantería m2s alta cogió la caja de 8er 8erram ramient ientaas 9su 9su pes peso le pro produjo un insta nstant nt22neo neo aliv livio9, o9, sac acóó un destornillador, una llave del 4 ! otra del . ! empe>ó a desmontar la icicleta, pie>a a pie>a, metódicamente" Lo primero que 8i>o fue engrasar los engranajes, luego limpió el cuadro con un trapo empapado en alco8ol" ?on la u7a rascó los pegotes de arro" Limpió tami&n los entresijos de los pedales, las ranuras en que no caían los dedos" -olvió a montar las diversas pie>as, comproó los frenos ! los reguló de modo que quedaran perfectamente equilirados" Hnfló las dos ruedas, tentando la presión con la palma de la mano" *etrocedió un paso, se limpió las manos en los muslos ! contempló su traajo con una molesta sensación de desapego" e una patada volcó la ici, que se doló sore sí misma como un animal" Fn pedal quedó girando en el aire ! Daio escuc8ó su rumor 8ipnótico 8asta que de nuevo se 8i>o el silencio" Salía del garaje pero dio media vuelta" Levantó la ici, la puso en su sitio !, sin poder evitarlo, comproó que no se 8uiera roto" Se preguntó por qu& no era capa> de ponerlo todo patas arria, dar rienda suelta a la raia que sentía, maldecir, romper ojetos@ por qu& prefería que todo pareciera en orden aunque no lo estuviera" +pagó la lu> ! suió la escalera" +lice estaa sentada a la mesa de la cocina, eiendo t&, pensativa@ delante no tenía otra cosa que el ote del edulcorante" +l>ó los ojos ! lo miró" 9 ;Por qu& no me 8as despertado< Daio se encogió de 8omros" Se acercó a la pila ! arió el grifo" 9 Estaas dormida" Se ec8ó lavavajillas en las manos ! se restregó las manc8as de grasa ajo el c8orro" 9 Bo! comeremos un poco m2s tarde 9anunció ella" Daio se encogió de 8omros" 9 No tenemos ni por qu& comer" 9 ;= eso< )l se frotó las manos m2s fuerte" 9 No s&, era sólo una idea" 137
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9 Fna idea nueva" 9 Sí, tienes ra>ón@ una idea de mierda 9replicó Daio entre dientes" ?erró el grifo ! salió de la cocina casi corriendo" +l poco, +lice o!ó el c8orro de la duc8a" Llevó la ta>a al fregadero ! volvió al dormitorio a vestirse" el lado donde dormía Daio las s2anas estaan 8ec8as un lío, con arrugas que el peso del cuerpo 8aía aplanado" La almo8ada estaa dolada por la mitad, como si se 8uiera tapado la cae>a con ella, ! las mantas, retiradas con los pies, estaan amontonadas en la punta" El cuarto olía un poco a sudor, como todas las ma7anas, ! +lice arió la ventana para ventilarlo" Los mueles que por la noc8e se le antojaran con vida, con aliento prop propio io,, no eran eran a8 a8or oraa sino sino los los mue muele less de siem siempr pre, e, iner inerte tess como como su resignación" Bi>o la cama estirando ien las s2anas ! remeti&ndolas ajo el colc8ón, dolando el emo>o 8asta la mitad de la almo8ada, como le 8aía ense7ado Sol" Luego se vistió" 6ía el >umido de la afeitadora de Daio procedente del a7o, ! que ella asociaa a las ma7anas so7olientas de los fines de semana" Se preguntó si la discusión de aquella noc8e traería consecuencias o si acaaría como siempreC Daio saldría de la duc8a !, antes de ponerse una camiseta, la ara>aría por detr2s, apo!aría la mejilla en su pelo ! así permanecería un rato, 8asta que la raia se le pasara" No 8aía otra solución, de momento" Pero trató de imaginar qu& pasaría si no, ! asorta se quedó mirando las cortinas, que el aire aomaa un poco" La asaltó una viva impresión, casi un presentimiento de aandono, como el que 8aía tenido en aquel arranco cuierto de nieve ! m2s adelante en la 8aitación de attia, ! como el que seguía sintiendo cada ve> que veía la cama intacta de su madre" Se acarició con el dedo el puntiagudo 8ueso ilíaco, a cu!o afilado orde no estaa dispuesta a renunciar, ! cuando advirtió que cesaa el >um >umid ido de la af afei eita taddora se espa espai iló ló ! volv olvió a la coci cocinna con con una preocupación precisaC la inminente comida" Picó una ceolla ! cortó un tro>o de mantequilla, que dejó aparte en un platito" $odo aquello se lo 8aía ense7ado Daio" Ella estaa acostumrada acostumrada a mani manipu pula larr la comi comida da con con un dist distan anci ciam amie ient ntoo as&p as&pti tico co,, ejec ejecut utan ando do una una sucesión de acciones cu!o resultado final le era ajeno" uitó la goma roja del manojo de esp2rragos, los lavó con agua fría ! los dejó en el tajador" Puso al fuego una olla con agua" 138
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Supo que Daio entraa en la estancia por una serie de ruiditos que se aproAimaan" Poni&ndose Poni&ndose tensa, esperó que la tocara" Pero &l se sentó en el sof2 del salón ! empe>ó a 8ojear distraídamente una revista" 9 Daio 9lo llamó sin saer mu! ien qu& decirle" )l no contestó" Pasó la p2gina con m2s ruido del necesario ! se quedó con el orde entre los dedos, dudando si rasgarlo o no" 9 Daio 9repitió ella sin levantar la vo>, aunque volvi&ndose" volvi&ndose" 9 ;u&< 9 ;e pasas el arro>, por favor< En la estantería de arria" =o no llego" Era sólo una eAcusa, los dos lo saían@ era un modo de decirle que se acercara" Daio arrojó la revista sore la mesa 9golpeó una media c2scara de coco que 8acía de cenicero ! lo 8i>o girar9, se cogió las rodillas ! así se quedó unos segundos, como pens2ndolo" +l cao se levantó ruscamente !, dirigi&ndose al fregadero, le preguntó con raia, sin mirarlaC 9 ;ónde< 9 +8í" Daio arrastró con estr&pito una silla 8asta el frigorífico ! se suió" Ha descal>o" +tice le miró los pies como si no los conociera ! le resultaron atractivos, aunque de una manera vagamente espantosa" )l cogió la caja del arro>, que estaa !a aierta, ! la agitó" = sonriendo de un modo que a +lice le pareció siniestro, inclinó el paquete ! fue dejando caer el arro> poco a poco, como una lluvia lanca" 9 ;u& 8aces< 9se alarmó ella" Daio rió" 9 +8í tienes el arro>" = empe>ó a sacudir la caja, esparciendo arro> por toda la cocina" +lice se acercó ! le dijo que parara, pero &l no 8acía caso" 9 ?omo en nuestra oda, ;recuerdas< 9eAclamó9" %En nuestra maldita oda' Ella lo agarró por la pierna para detenerlo, pero &l le vertió arro> en la cae>a@ algunos granos quedaron enredados en su pelo lacio" e nuevo le dijo que parara ! al>ó la cara"
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Fn grano de arro> le ca!ó en un ojo ! le 8i>o da7o" +sí cegada, le propinó un golpe en la espinilla" Daio reaccionó sacudiendo la pierna ! propin2ndole una patada en el 8omro i>quierdo" esequilirada, +lice trató de afirmarse sore la pierna coja, mas inclin2ndose primero 8acia delante ! luego 8acia atr2s, como un go>ne desquiciado, ca!ó al suelo" +sustado, Daio siguió un momento de pie en la silla, con la caja vacía oca aajo, mirando a su mujer 8ec8a un ovillo en el suelo, como un gato" $uvo un acceso de lucide> fulminante" :ajó de la silla" 9 ;$e 8as 8ec8o da7o, +li< + ver, dejaI uiso girarle la cara, pero ella lo rec8a>ó" 9 %&jame' 9 ?ari7o, perdona 9se disculpó &l9" No te 8ar2sI 9 %-ete' 9c8illó +lice con una potencia de la que ninguno de los dos la 8uiera creído capa>" Daio se apartó al instante" Las manos le temlaan" io dos pasos atr2s, alució «-ale, vale( ! corrió al dormitorio" -olvió al poco con camiseta ! >apatos puestos, ! sin mirar a su mujer, que seguía en el suelo, salió a la calle" +lice se retiró el pelo detr2s de las orejas" La 8oja del armario de cocina seguía aierta all2 arria, la silla inanimada a8í delante" No se 8aía lastimado" No tenía ganas de llorar" No acertaa a refleAionar sore lo que acaaa de ocurrir" Empe>ó a recoger el arro> del suelo, al principio grano a grano, luego junt2ndolos con la palma" Se levantó ! ec8ó un pu7ado en la olla, que !a estaa 8irviendo" Se quedó mirando cómo el arro> suía ! ajaa caóticamente por efecto de la convección, como lo 8aía denominado una ve> attia" +pagó el fuego ! fue a sentarse en el sof2" No 8aría nada" ejaría todo tal cual 8asta que llegaran sus suegros ! les contaría cómo se 8aía portado Daio" Pero no vinieron" eió de avisarles &l" 6 qui>2 8aía ido a su casa ! en ese momento estaa cont2ndoles su versión, que el vientre de ella era 2rido como el lec8o seco de un río ! que &l estaa cansado de vivir así"
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*einaa el silencio en toda la casa, la lu> parecía no encontrar su sitio" +lice descolgó el tel&fono ! marcó el número de su padre" 9 ;Sí< 9contestó Soledad" 9 Bola, Sol" 9 Bola, mi amorcito " ;?ómo est2 mi ni7a< 9dijo la otra con su amailidad de siempre" 9 +sí así" 9 ;= eso< ;u& pasó< +lice guardó silencio unos segundos ! luego preguntóC 9 ;Est2 pap2< 9 Est2 durmiendo" ;Lo llamo< +lice pensó en su padre, en la gran 8aitación que !a sólo compartía con sus propios pensamientos, ! por cu!as persianas ajadas entrarían franjas de lu> que caerían sore su cuerpo dormido" El tiempo 8aía orrado el odio que siempre los separó, +lice !a ni lo recordaa" Lo que m2s la 8aía oprimido en aquella casa, la mirada grave ! penetrante de su padre, era a8ora su ma!or a7oran>a" )l no le diría nada, !a 8alaa poco" Le acariciaría la cara, ! le diría a Sol que pusiera s2anas limpias en su cuarto, nada m2s" ?on la muerte de su mujer algo 8aía camiado en &l, se 8aía alandado" Paradójicamente, desde que Daio formaa parte de la vida de su 8ija se 8aía vuelto m2s protector" =a no 8alaa todo el rato de sí mismo, dejaa que fuera ella quien le contara cosas, la escuc8aa astraído, m2s atento al timre de su vo> que a las palaras, ! 8acía comentarios con murmullos pensativos" +quellos momentos de ausencia 8aían comen>ado 8aría un a7o, cuando una noc8e, por primera ve>, confundió a Soledad con Dernanda" La atrajo para esarla, convencido de que era su mujer, ! para disuadirlo Sol tuvo que darle un cac8ete, a lo que &l respondió enfad2ndose ! gimoteando como un ni7o" +l día siguiente no recordaa nada, pero tenía la vaga sensación de 8aer 8ec8o algo mal, de 8aer roto el regular transcurso del tiempo, ! le preguntó a Sol qu& 8aía ocurrido" Ella procuró no contestar, camiar de conversación, pero &l insistió 8asta sonsacarle la verdad" Entonces inclinó la cae>a, somrío, se volvió ! pidió perdón en vo> aja" +cto seguido se 141
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encerró en su despac8o ! allí permaneció 8asta la 8ora de cenar, sentado a la mesa, con las manos apo!adas sore el talero de nogal, tratando inútilmente de llenar aquella laguna de su memoria" Lapsus como &se se repetían cada ve> con ma!or frecuencia, ! los tres, ella misma, su padre ! Sol, procuraan no prestarles demasiada atención mientras fuera posile" 9 +liI ;Lo llamo o no< 9repitió Soledad" 9 No, no 9se apresuró a contestar9" No lo despiertes" No importa" 9 ;Seguro< 9 Sí" ejor que descanse" ?olgó ! se tumó en el sof2" Se esfor>ó por mantener los ojos aiertos, fijos en el tec8o encalado" uería eAperimentar ien despierta la sensación del nuevo e incontrolado camio, ser testigo del en&simo peque7o desastre, pero poco a poco fue respirando m2s regularmente 8asta quedarse dormida" uc8o sorprendió a attia comproar que, ajo la espesa capa de pensamientos ! astracciones en que se 8aía envuelto, aún tenía instinto@ muc8o lo sorprendió la violencia ! firme>a con que aquel instinto surgió ! dictó sus actos" $anto m2s doloroso fue volver a la realidad" +lojado en el propio tenía el cuerpo eAtra7o de Nadia" El contacto con el sudor de ella, con la tela arrugada del sof2 ! con las prendas c8afadas le resultaa sofocante" Nadia respiraa despacio" attia pensó que si la ra>ón entre el período de sus respectivas respiraciones daa un número irracional, sería imposile acompasarlas con regularidad" +partó la oca entre los caellos de Nadia para aspirar m2s oAígeno, pero la atmósfera estaa saturada de un va8o espeso" uiso taparse" Giró una pierna, porque notaa su seAo, fl2cido ! frío, aplastado ajo la de ella, pero lo 8i>o torpemente ! le dio con la rodilla" Nadia tuvo un soresalto ! al>ó la cae>a@ estaa !a dormida" 9 Perdona 9dijo attia" 9 escuida" Nadia empe>ó a esarlo" )l notó su aliento demasiado caliente ! esperó quieto a que parase" 9 ;-amos a la 8aitación< 9propuso ella" 142
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attia inclinó la cae>a" En realidad quería irse a su piso, a su confortale nada, pero saía que no era lo m2s indicado" ?on plena conciencia de lo violento, de lo poco natural del caso, se metieron en la cama cada cual por un lado" Nadia le sonrió como diciendo que no pasaa nada ! en la oscuridad se aovilló contra su espalda, le dio un eso ! se quedó dormida" $ami&n attia cerró los ojos, aunque los arió enseguida, porque ajo los p2rpados lo esperaan mil recuerdos aciagos" Sintió de nuevo que respiraa a medias" Sacó la mano i>quierda, uscó el somier ! restregó el pulgar contra uno de los 8ierros con filo que unían las mallas" Se llevó el dedo a la oca ! lo c8upó" El saor de la sangre lo calmó unos segundos" Poco a poco fue identificando los distintos ruidos que se oían en aquel apartamentoC el tenue >umido del frigorífico, el ronroneo del radiador, que cesaa al cao de unos momentos con un c8asquido de la caldera, ! el tictac de un reloj en el cuarto contiguo, que le pareció mu! lento" uería mover las piernas, levantarse" Nadia dormía en medio de la cama ! no le dejaa sitio para girarse" Su pelo le picaa en el cuello, su aliento le secaa la piel" attia pensó que no pegaría ojo" =a era tarde, qui>2 m2s de las dos, ! por la ma7ana tenía clase" Estaría mu! cansado, seguro que se equivocaa en la pi>arra, 8aría el ridículo ante los estudiantes" En su casa, en camio, 8aría podido dormir, al menos las pocas 8oras que quedaan" Si tengo cuidado no la despertar&, pensó" +ún permaneció inmóvil m2s de un minuto, pensando" Los ruidos se 8acían cada ve> m2s presentes" e pronto lo soresaltó el c8asquido seco de la caldera, ! decidió irse" ?on un lento movimiento logró lierar un ra>o del de Nadia" Ella lo notó ! sin despertarse se removió como usc2ndolo" attia se incorporó, apo!ó un pie en el suelo, luego el otro" +l levantarse, el somier c8irrió un poco" En la penumra se volvió a mirar a Nadia ! recordó vagamente el momento en que 8aía dado la espalda a ic8ela en el parque" Due descal>o 8asta el salón" *ecogió su ropa del sof2, los >apatos del suelo" +rió la puerta sin 8acer ruido, como siempre, ! con los pantalones en la mano salió al pasillo, donde por fin pudo respirar a pleno pulmón" El s2ado del episodio del arro>, Daio la llamó al móvil por la noc8e" +lice se preguntó por qu& no lo 8aía 8ec8o primero al tel&fono de casa, ! se dijo que qui>2 porque &ste era de los dos ! en aquel momento no quería compartir nada con ella" Due una conversación reve, ! aun así llena de 143
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silencios" )l le dijo, como quien lo tiene ien decidido, que esa noc8e se quedaa allí, ella le contestó que tami&n podía quedarse al día siguiente ! el tiempo que quisiera" +clarados estos engorrosos pormenores, Daio a7adió que lo sentía, ! ella colgó sin decirle que tami&n" No volvió a responder al tel&fono" Daio dejó pronto de insistir ! ella, en un acceso de autocompasión, se sintió aún m2s aandonada" ?aminando descal>a por el piso, recogió unas cuantas cosas de su marido, documentos ! alguna ropa, ! lo metió todo en una caja que dejó en la puerta" Fna tarde, al volver ella del traajo, la caja !a no estaa" Daio no se 8aía llevado muc8as cosas m2s@ los mueles continuaan en su sitio ! el armario seguía lleno de ropa su!a" Sólo entre los liros del salón vio algunos 8uecos, espacios negros que 8alaan del 8undimiento de un mundo@ mir2ndolos, +lice comprendió por primera ve> que la separación era un 8ec8o, una realidad cruda, pr2ctica, ojetiva" ?on cierto alivio se entregó al aandono" Se dijo que todo lo 8aía 8ec8o siempre por alguien, ! que a8ora que estaa sola ien podía por fin rendirse, aandonarse" isponía de m2s tiempo para 8acer las mismas cosas, pero la invadía una suerte de pere>a, de cansancio, la sensación de despla>arse a trav&s de un líquido viscoso" +caó descuidando 8asta las tareas m2s sencillas@ la ropa sucia se amontonaa en el a7o, pero ella, que se pasaa 8oras ec8ada en el sof2, aun saiendo que lavarla eAigía un mínimo esfuer>o, no veía ra>ón alguna para mover un músculo" PreteAtó una gripe para no ir al traajo" ormía muc8o m2s de lo que necesitaa, incluso de día" Ni siquiera ajaa las persianas, sólo tenía que cerrar los ojos para suprimir la lu>, orrar los ojetos circundantes, olvidar su cuerpo odioso, cada ve> m2s d&il pero no menos tena>mente aferrado a las somras" Seguía sintiendo el peso de las consecuencias como una losa que la oprimía incluso cuando dormía, ! dormir, con un sue7o pesado ! cargado de pesadillas, le era cada ve> m2s indispensale" Si se le secaa la garganta, tenía la sensación de que se a8ogaa@ si el ra>o dormido le 8ormigueaa, era que un perro se lo devoraa@ si, de tanto dar vueltas, sacaa los pies de las mantas ! se le quedaan 8elados, se veía de nuevo en aquel arranco, 8undida en la nieve 8asta el cuello" En este caso, sin emargo, casi nunca tenía miedo@ estaa parali>ada ! sólo podía mover la lengua, que sacaa para proar la nieve@ la nieve estaa dulce ! quería com&rsela, pero, a!, no podía girar la cae>a@ así que se quedaa quieta, esperando a que el frío le suiera por las piernas ! le congelara la sangre" espertaa con la cae>a llena de pensamientos inco8erentes" No se levantaa 8asta que no 8aía m2s remedio ! la confusión de su mente empe>aa a disiparse, no sin dejarle una niela lec8osa, recuerdos de 144
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sue7os interrumpidos que se me>claan con los reales ! no parecían menos verdaderos" Entonces erraa por el apartamento silencioso como fantasma de sí misma en lenta úsqueda de lucide>" e esto! volviendo loca, pensaa a veces" Pero no le importaa" +l contrario, sonreía satisfec8a, porque por fin elegía ella" Por la noc8e comía 8ojas de lec8uga directamente de la olsa" Eran levísimas ! crujientes ! sólo saían a agua" No las comía para saciar el 8amre, sino para cumplir con el rito de la cena ! matar aquel lapso de tiempo con el que de otro modo no 8aría saido lidiar" = comía lec8uga 8asta que aquella materia liviana la asqueaa" Se vaciaa de Daio ! de sí misma, de todos los esfuer>os inútiles que 8aía 8ec8o para llegar allí ! descurir que nada 8aía conseguido" 6servaa con curiosidad distante el resurgir de sus flaque>as ! osesiones, ! se decía que esta ve> se rendiría a ellas, !a que sus propias decisiones no la 8aían llevado a nada" Luc8ar contra ciertas partes de nuestro ser es imposile, se decía tami&n, ! se complacía en volver a sus tiempos de c8iquilla, cuando attia ! poco despu&s tami&n su madre se 8aían ido a dos lugares distintos pero igualmente lejanos de ella" +8, attiaI e nuevo pensaa en &l, era como otra de sus enfermedades, de la que en realidad no deseaa curarse" Se puede enfermar de recuerdos, ! ella enfermó con el de aquella tarde en el coc8e frente al parque, cuando le tapó con un eso la visión de aquel 8orror" Por muc8o que 8acía memoria de todos los a7os vividos con Daio, ni un momento recordaa que le encogiese tanto el cora>ón, que se representase con los mismos vívidos colores, que reviviese con el mismo estremecimiento en la piel, en la raí> del pelo, entre las piernas" Buo, verdad es, un momento intenso, cierto día que fueron a cenar a casa de *iccardo ! su mujer@ recordaa que rieron ! eieron muc8o, ! que luego, a!udando a +lessandra a lavar los platos, un vaso se le rompió entre las manos ! se cortó la !ema del pulgar@ soltó el vaso ! profirió un quejido, no mu! fuerte, apenas un susurro, pero Daio lo o!ó ! acudió en su a!udaC la llevó a la lu>, le eAaminó el dedo !, para resta7ar la 8erida, se inclinó ! la c8upó@ c8upó su sangre como si 8uiera sido propia, mientras con el dedo en la oca al>aa 8acia ella los ojos, aquellos ojos transparentes cu!a mirada no saía sostener" = luego, apret2ndole el dedo 8erido, la esó en la oca, ! ella sintió el saor de su propia sangre en la saliva de &l, ! se imaginó que circulaa por todo el cuerpo de su marido ! volvía a ella limpia, como en una di2lisis" *ecordaa, sí, aquel momento, pero 8aía olvidado muc8os otros, porque el recuerdo de las personas que no amamos es superficial ! se
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evapora pronto" Lo que quedaa a8ora era un cardenal, aunque !a casi invisile, allí donde Daio le 8aía dado aquella patada" + veces, sore todo por la noc8e, pensaa en sus palarasC «=o así no puedo m2s"( Se pasaa la mano por el vientre ! trataa de imaginar lo que sería llevar un 8ijo a8í dentro, flotando en su frío líquido" «EAplícame qu& es"( Pero nada 8aía que eAplicar" No eAistía una ra>ón o no sólo una" No eAistía un principio" Era que no quería a nadie en su vientre, ! punto" ui>2 deería decírselo así, pensaa" = cogía el móvil, repasaa la agenda 8asta la D, desli>aa el dedo gordo por las teclas como esperando pulsar por descuido la de llamada" Pero al final no se decidíaC ver de nuevo a Daio, 8alar con &l, recapitularI se le antojaa un esfuer>o sore8umano" = prefería quedarse en casa, viendo cómo la capa de polvo que curía los mueles del salón crecía un poco m2s cada día" ?asi nunca miraa a los alumnos" Sentía como si aquellos ojos claros que ellos clavaan en la pi>arra ! en su persona pudiesen desnudarlo" Se limitaa a escriir sus fórmulas ! ecuaciones ! a eAplicarlas como si se las eAplicara a sí mismo" En aquella aula enorme, desproporcionada, la docena de estudiantes de cuarto curso que asistían a sus clases de topología algeraica se sentaan en las tres primeras filas, m2s o menos en los mismos sitios siempre, dejando uno vacío en medio, como &l mismo 8acía cuando ia a la universidad, aunque en ninguno de aquellos alumnos se reconocía en asoluto" En el silencio reinante, o!ó al fondo la puerta del aula que se cerraa, pero siguió con su demostración sin volverse" Sólo cuando 8uo acaado, ! repasaa una p2gina de apuntes que en realidad no necesitaa ! ordenaa los folios, notó que una nueva silueta ocupaa el margen superior de su campo visual" +l>ó la cae>a ! vio a Nadia sentada en la última fila, vestida de lanco ! con las piernas cru>adas@ no lo saludó" attia fue presa del p2nico pero, disimulando, pasó a eAplicar el siguiente teorema" Pronto perdió el 8ilo ! se eAcusó para consultar los apuntes, sin lograr concentrarse" Entre los estudiantes se levantó un murmullo de eAtra7e>a, pues era la primera ve> en todo el curso que veían dudar al profesor" *etomó la demostración ! la completó de una tirada, deprisa, torci&ndose 8acia aajo cada ve> m2s a medida que se acercaa al orde derec8o de la pi>arra" Las dos últimas ecuaciones tuvo que escriirlas 146
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comprimidas en la esquina de arria, porque no le quedaa espacio" +lgunos estudiantes tuvieron que inclinarse 8acia delante para ver los eAponentes ! suíndices que se confundían con los números circundantes" = aún faltaa un cuarto de 8ora para acaar la clase cuando attia dijoC 9 6Ja! HXll see !ou tomorroO " ejó la ti>a ! se quedó mirando cómo los alumnos, un tanto perplejos, se levantaan, se despedían con un adem2n ! salían del aula" Nadia seguía en su sitio, en la misma postura, ! nadie pareció fijarse en ella" Se quedaron solos" Parecían lejísimos uno de otro" Nadia se levantó al mismo tiempo que &l ec8aa a andar 8acia ella" Se encontraron a mitad del aula ! se detuvieron a m2s de un metro de distancia" 9 Bola 9dijo &l9" No pensaaI 9 =a 9lo atajó ella, mir2ndolo con decisión9" Ni siquiera nos conocemos" Siento 8aerme presentado aquíI 9 No, noI 9repuso &l, pero Nadia no lo dejó seguir" 9 +l despertarme ! no verteI +l menos podrías 8aerI 9Se interrumpió" attia 8uo de ajar los ojos porque le escocían, como si 8uiera estado sin parpadear un uen rato" 9 Pero da igual 9prosiguió ella9" =o no vo! detr2s de nadie, !a no tengo ganas" 9Le tendió un papel ! attia lo cogió9" )ste es mi tel&fono, pero si decides usarlo no tardes muc8o" Los dos miraron al suelo" Nadia 8i>o amago de adelantarse, llegó a levantar los talones, pero al final dio media vuelta" 9 +diós" attia carraspeó sin decir nada" $uvo la impresión de que 8asta que ella llegara a la puerta pasaría un tiempo infinito, infinito ! aun así insuficiente para decidir, pensar algo" Nadia llegó a la puerta, se detuvo ! dijoC 9 No s& lo que es, pero me gustas"
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= se marc8ó" attia miró el papelC sólo 8aía un nomre ! una serie de cifras, la ma!oría impares" -olvió a la c2tedra, recogió sus cosas pero no salió del aula 8asta que fue la 8ora" En el despac8o, +lerto estaa 8alando por tel&fono, con el auricular entre mentón ! mejilla para tener las manos lires" Saludó a attia enarcando las cejas" ?uando colgó, se reclinó en el asiento, estiró las piernas ! le preguntó con una sonrisa cómpliceC 9 u&I a!er trasnoc8amos, ;e8< attia evitó mirarlo ! se encogió de 8omros" +lerto se levantó, rodeó la silla de su amigo ! le sacudió los 8omros como un entrenador a un púgil" + attia no le gustaa que lo tocasen" 9 Entiendo, no te apetece 8alar" +lrig8t t8en , camiemos de tema" Be redactado un orrador del artículo, ;quieres verlo< attia asintió@ empe>ó a taalear sore la tecla U del ordenador en espera de que el otro le quitara las manos de los 8omros" +lgunas im2genes de la noc8e anterior, las mismas de siempre, cru>aron por su mente como d&iles destellos" +lerto volvió a su silla, se sentó pesadamente ! empe>ó a uscar el artículo entre un montón de papeles" 9 Por cierto, 8a llegado esto para ti" = lan>ó un sore a la mesa de attia, que lo miró sin cogerloC su nomre ! la dirección de la universidad aparecían escritos con una espesa tinta a>ul que seguramente 8aía atravesado el papel" Los dos palotes de la de attia estaan unidos por un tra>o cóncavo que, arrancando del primero sin tocarlo, ajaa suavemente 8asta el segundo@ una sola ra!a 8ori>ontal servía de arra de las dos t 148
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, ! en general todas las letras estaan algo inclinadas ! como montadas unas con otras" En las se7as 8aía un error, una c de m2s antes de la s8 " ?ualquiera de aquellas letras, incluso sólo la asimetría de los dos ojos de la : de :alossino, le 8aría astado para reconocer que era de +lice" $ragó saliva ! uscó a tientas el arecartas en el segundo cajón de la mesa, su sitio" Lo 8i>o girar nerviosamente entre los dedos e introdujo la punta por la solapa del sore" Las manos le temlaan ! para dominarse apretó la empu7adura" +lerto lo oservaa desde su mesa fingiendo que no encontraa las 8ojas que !a tenía delante" Podía apreciar cómo le temlaan los dedos, ! 8aría visto tami&n la carta si attia no la ocultara con la palma de la mano" 6servó que su amigo cerraa los ojos unos segundos ! al arirlos miraa a un sitio ! a otro como desorientado, súitamente ausente" 9 ;ui&n te escrie< 9se atrevió a preguntar" attia lo miró con una especie de estupor, como si no lo reconociera" Baciendo caso omiso de la pregunta, se levantó ! dijoC 9 Be de ir" 9 ;u&< 9 Be de ir" + HtaliaI +lerto se levantó como para impedírselo" 9 Pero ;por qu&< ;u& pasa< Se acercó instintivamente ! quiso leer la carta, pero attia la protegía contra el estómago, como si fuera un secreto" $res de las cuatro esquinas lancas soresalían entre sus dedos, dejando suponer que era un papel cuadrado, nada m2s" 9 No lo s& 9contestó, ! !a tenía un ra>o metido en la manga del arigo9" Pero 8e de ir" 9 ;= el artículo< 149
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9 ?uando vuelva" Entretanto sigue tú" = se fue antes de que +lerto pudiera protestar" El día que +lice volvió al traajo, llegó casi una 8ora tarde" Baía apagado el despertador sin llegar a despertarse ! luego 8uo de prepararse mu! lentamente, pues cada movimiento le costaa un esfuer>o sore8umano" ?ro>>a no la reprendió" Lo comprendió todo con sólo verle la caraC estaa demacrada ! sus ojos, que parecían desoritados, estaan como ausentes, velados por una funesta indiferencia" +l entrar dijo, aunque sin intención de eAcusarse realmenteC 9 Perdona el retraso" ?ro>>a volvió una p2gina del periódico ! miró el reloj" 9 Ba! que revelar unos carretes para las once 9respondió9" Las tontadas de siempre" ?arraspeó ! levantó m2s el periódico, pero de reojo oservó a +lice" La vio dejar el olso donde siempre, quitarse la c8aqueta, sentarse ante la m2quina@ se movía despacio, con sumo cuidado, lo que delataa su esfuer>o por que todo pareciera normal" Se quedó ensimismada unos segundos, la arilla apo!ada en una mano, 8asta que al fin, retir2ndose el pelo detr2s de las orejas, decidió comen>ar" ?ro>>a consideró su eAtrema delgade>, que ella disimulaa ajo un su&ter de algodón de cuello alto ! unos pantalones m2s ien 8olgados, pero que saltaa a la vista en sus manos ! aún m2s en su cara" = se sintió raiosamente impotente por no pintar nada en su vida, cuando ella era como una 8ija, la 8ija que nunca tuvo" Basta la 8ora de comer traajaron sin 8alar, comunic2ndose, cuando era necesario, mediante gestos con la cae>a" espu&s de tantos a7os allí dentro oraan, se movían ! se repartían el espacio de manera 2gil ! casi autom2tica" :ajo el mostrador, la vieja NiJon todavía seguía en su estuc8e negro, ! a veces se preguntaan si aún funcionaría" 9 Podemos ir a comer aI 9sugirió el fotógrafo" 9 Lo siento 9lo interrumpió +lice9, pero 8e quedadoI )l inclinó la cae>a, pensativo" 9 Si no te ves con 2nimo, esta tarde no vengas" ?omo ves, no 8a! muc8o que 8acer"
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+lice lo miró alarmada, ! fingiendo que ordenaa unos ojetos sore el mostrador 9unas tijeras, un sore de fotos, un olígrafo ! cuatro segmentos iguales de un rollo de película9 pero en realidad cami2ndolos sólo de sitio, repusoC 9 No" ;Por qu& lo dices< =oI 9 ;?u2nto tiempo llev2is sin veros< 9la atajó ?ro>>a" Ella tuvo un ligero soresalto ! metió una mano en el olso, como para protegerla" 9 Fnas tres semanas" ?ro>>a asintió ! se encogió de 8omros" 9 -en conmigo" 9 ;E8< 9 ue vengas 9repitió &l, m2s resuelto" +lice se lo pensó, pero 8i>o caso" ?erraron la tienda" El colgante de la puerta tintineó un instante en la penumra" Se dirigieron al coc8e de ?ro>>a, &l caminando despacio para amoldarse al fatigoso paso de ella, pero procurando que no se le notara" El viejo Lancia arrancó al segundo intento ! el fotógrafo masculló una lasfemia" *ecorrieron la avenida casi 8asta el puente, luego giraron a la derec8a ! siguieron una calle que ordeaa el río" ?uando ?ro>>a se pasó al carril de la derec8a ! encendió el intermitente para tomar la calle del 8ospital, +lice se puso tensa ! preguntóC 9 ;+dónde vamos< ?ro>>a aparcó delante de un taller que tenía las persianas medio ajadas@ justo al otro lado de la calle se entraa a urgencias" 9 No es asunto mío 9dijo sin mirarla9, pero tú vas a entrar a8í" ue te atienda Daio u otro m&dico, me da igual" +lice se quedó mir2ndolo mientras el desconcierto inicial daa paso a la raia" La calle estaa silenciosa" La gente comía en su casa o en los ares" Las 8ojas de los pl2tanos se agitaan silenciosamente" 9 No te veía así desdeI 9el fotógrafo dudó9 desde que te conocí" +lice se preguntó por el significado de aquel «así(, que le sonó funesto, ! quiso mirarse en el retrovisor, aunque no llegó a verse porque el espejo estaa orientado para reflejar el flanco derec8o del coc8e" Sacudiendo la 151
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cae>a, arió la porte>uela ! se apeó, cerró con un porta>o ! sin volverse ec8ó a andar a paso ligero en dirección contraria al 8ospital" Se alejó lo m2s r2pido que pudo de aquel lugar ! de la impertinencia de ?ro>>a, pero a los cien metros tuvo que pararC le faltaa el aire ! la pierna le dolía, le daa pun>adas como pidiendo clemencia@ era como si el 8ueso se le 8uiera roto de nuevo ! le penetrara en la carne" escansó todo el peso en la pierna derec8a !, manteniendo a duras penas el equilirio, se quedó apo!ada contra una 2spera pared" Esperó a que el dolor remitiera, a que la pierna volviera a ser el ojeto insensile que siempre era, ! a recorar el aliento" La sangre le >umaa en los oídos, pese a que el cora>ón parecía latir sin fuer>a, cansinamente" ue te atienda Daio u otro m&dico, le repetía la vo> de ?ro>>a" ;= entonces qu& pasaría<, se preguntó" io media vuelta ! se encaminó al 8ospital, sin saer mu! ien por qu&@ su cuerpo le dictaa el rumo como por instinto" Los transeúntes que venían por la acera se apartaan, porque +lice, sin darse cuenta, se tamaleaa un poco" +lguno incluso se paró un momento, dudando si ofrecerle a!uda" Entró en el patio del 8ospital sin recordar que por allí mismo 8aía paseado muc8as veces con Daio" Se sentía como si no tuviera pasado, como si se 8allara de pronto en aquel lugar sin saer cómo" Estaa cansada, con ese cansancio que es simple vacío" Suió la escalinata asi&ndose del pasamano ! se detuvo ante la puerta" Sólo quería esoC llegar allí, que las puertas correderas se arieran !, antes de reunir valor para irse, esperar unos minutos" Era como dar un empujoncito a la casualidad, presentarse donde Daio se encontraa ! ver lo que ocurría" No 8aría lo que decía ?ro>>a, ni escuc8aría a nadie, ni admitiría que en el fondo esperaa encontrarlo" Nada ocurrió" Las puertas autom2ticas se arieron, ! al dar ella un paso atr2s se cerraron" ;u& esperaas<, se dijo" Pensó en sentarse ! descansar un momento" Su cuerpo, sus nervios, le pedían algo a gritos, pero ella no quería escuc8arlos" Ha a desistir cuando o!ó que las puertas se arían de nuevo" +l>ó los ojos por reflejo, segura de que a8ora sí era su marido" Pero en lugar de Daio, quien apareció en la puerta, cu!as 8ojas permanecieron aiertas, fue una c8ica@ su presencia 8aía activado el sensor, pero no salíaC estaa quieta alis2ndose la falda" +l cao 8i>o lo que +liceC retrocedió un paso ! las puertas se cerraron" 152
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+lice la oservó, intrigada" -io que no era tan joven, proalemente de su edad" $enía el tronco un poco inclinado 8acia delante ! los 8omros mu! encogidos, como si no 8uiera espacio" +lgo en ella le resultó familiar, no saía qu&, qui>2 su eApresión, pero, por m2s que lo intentaa, no acertaa" Entonces la joven 8i>o lo mismo de antesC dio un paso al frente para que se arieran las puertas, se detuvo juntando los pies ! al poco retrocedió" = en ese momento al>ó la cae>a ! sonrió desde el otro lado del cristal" +lice sintió un estremecimiento que le recorrió v&rtera a v&rtera la espalda ! se perdió en la pierna coja" Se quedó sin 8ala" ?onocía a alguien con aquella misma sonrisa, que arqueaa el laio superior ! dejaa al descuierto los dos incisivos sin que el resto de la oca se moviera" No puede ser, se dijo" Se acercó para ver mejor ! las puertas se arieron" La c8ica pareció contrariada ! la miró con ce7o" +lice comprendió ! retrocedió para que siguiera su juego@ ella así lo 8i>o, tan tranquila" $enía el mismo pelo moreno, espeso ! ondulado en las puntas, que tan pocas veces ella 8aía podido tocar, por cierto" Los pómulos marcados ocultaan en parte sus ojos negros, pero mir2ndolos ien reconoció en ellos la misma eApresión vertiginosa que ciertas noc8es la 8aía tenido en vela 8asta altas 8oras, el mismo resplandor opaco de los ojos de attia" Es ella, pensó, ! sintió una especie de terror que le apretó la garganta" +l punto ec8ó mano al olso en usca de la c2mara fotogr2fica, pero ni siquiera llevaa una maldita autom2tica" +sí que siguió oservando a la c8ica, sin poder 8acer otra cosa" La cae>a le daa vueltas, la vista se le nulaa por momentos, como si el cristalino no acaara de enfocarse" uiso pronunciar «ic8ela(, pero por sus laios secos no salió suficiente aire" La muc8ac8a parecía incansale en su juego, como una ni7a, ! a8ora daa saltitos adelante ! atr2s como para sorprender a la fotoc&lula de la puerta" el fondo del vestíulo apareció una anciana" Llevaa un olso del que soresalía un gran sore amarillo, qui>2 una radiografía" Sin decir nada, tomó a la c8ica del ra>o ! la condujo fuera" La c8ica no se opuso" +l pasar junto a +lice se volvió un momento ! miró las puertas correderas como agradeci&ndoles la diversión que le 8aían procurado" $an cerca estuvo de ella que +lice pudo perciir el aire que despla>ó a su paso, ! 8aría podido tocarla@ pero estaa como parali>ada" 153
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Siguió con la mirada a las dos mujeres, que se alejaron caminando despacio" +8ora entraa ! salía gente ! las puertas se arían ! cerraan sin cesar, con un ritmo 8ipnótico ! mareante" Espailando de pronto, +lice eAclamó en vo> ien altaC 9 %ic8ela' Pero ni la c8ica ni su anciana acompa7ante se volvieron, ! tampoco alteraron su paso" +l parecer, aquel nomre nada les decía" Se dijo que deía seguirlas, ver m2s de cerca a aquella joven, 8alarle, saer@ posó el pie derec8o en el primer escalón, pero la otra pierna permaneció como clavada en el sitio" Perdió el equilirio ! ca!ó de espaldas@ en vano uscó la arandilla con la mano" Se desplomó como una rama rota ! resaló por los otros dos escalones 8asta la acera" = desde allí tuvo aún tiempo de ver a las mujeres dolar la esquina ! desaparecer" Entonces notó que la atmósfera se cargaa de 8umedad ! que los sonidos se volvían cada ve> m2s sordos ! distantes" attia 8aía suido los tres pisos corriendo por la escalera" Entre el primero ! el segundo se cru>ó con un estudiante que quería preguntarle algo e intentó detenerlo, pero &l se eAcusó diciendo que tenía prisa ! al esquivarlo estuvo a punto de caerse" +l llegar al vestíulo, por guardar la compostura, aflojó el paso, aunque no dejó de caminar ligero@ el rillante pavimento de m2rmol negro reflejaa ojetos ! personas como una superficie líquida" attia saludó con un gesto al portero ! salió a la calle" El aire frío lo sacudió de su enajenación" ;u& esto! 8aciendo<, se preguntó" Se sentó en un murete que 8aía frente a la puerta ! trató de eAplicarse aquella reacción@ era como si en todos aquellos a7os no 8uiera 8ec8o sino esperar una se7al para volver" iró de nuevo la fotografía que +lice le mandaaC se los veía a los dos juntos ante la cama de los padres de ella, vestidos con aquellos trajes de novios que olían a naftalina" attia tenía un aire resignado, ella sonreía" +lice le ce7ía la cintura con un ra>o ! con el otro sostenía la c2mara de fotos, por lo que se salía del encuadre ! a8ora parecía que lo tendiese 8acia &l, !a adulto, para acariciarlo" etr2s, +lice sólo 8aía escrito unas palaras ! firmado"
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$ienes que venir" +li attia uscó una eAplicación a aquel mensaje ! aún m2s a su impetuosa reacción" Se imaginó la escenaC &l saliendo de la >ona de llegadas del aeropuerto ! saludando a +lice ! Daio, que lo esperaan al otro lado de la arrera@ a ella la esaa en la mejilla, a &l le estrec8aa la mano ! se presentaa" iscutirían cordialmente por ver qui&n cargaa con la maleta, suirían al coc8e ! en el tra!ecto se contarían sus vidas, como si de verdad pudieran resumirse" attia sentado detr2s, ellos delanteC tres desconocidos que fingen una intimidad ! ara7an la superficie de las cosas para evitar el silencio" Por ios, es asurdo, se dijo" Este lúcido pensamiento le procuró cierto alivio ! le 8i>o sentir que recoraa el dominio de sí tras un momento de eAtravío" Golpeteó la foto con el dedo, decidido !a a tirarla, volver al despac8o ! seguir traajando con +lerto" Pero entonces, estando aún asorto, se le acercó por detr2s Virsten Gora8n, posgraduada de resde con la que 8aía firmado algunos de los últimos artículos, ! mirando la foto ! se7alando a +lice le preguntóC 9 ;$u mujer< attia se volvió ! la vio inclinada sore &l" Su primer impulso fue esconder la foto, aunque pensó que no sería de uena educación" Virsten tenía la cara alargada, como si se la 8uieran estirado" Baía estudiado dos a7os en *oma ! c8apurreaa un poco el italiano, pronunciando cerradas todas las o " 9 Bola 9dijo attia, inseguro9" No, no es mi mujer" EsI una amiga" Virsten rió, no se supo de qu&, eió un trago de caf& del vaso de pl2stico que llevaa ! comentóC 9 S8eWs cute
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" attia se quedó mir2ndola un tanto violento ! oservó luego otra ve> la foto@ sí, sí que era onita" ?uando +lice despertó, una enfermera estaa tom2ndole el pulso" =acía, un poco de trav&s ! aún cal>ada, sore una s2ana lanca en una camilla junto a la puerta" En quien primero pensó fue en Daio, que podía 8aerla visto en aquel estado, ! se incorporó ruscamente" 9 Esto! ien 9dijo" 9 u&dese tumada 9ordenó la enfermera9" -amos a 8acerle una revisión" 9 No 8ace falta, esto! ien, de verdad 9replicó +lice, ! de nuevo se incorporó, esta ve> imponi&ndose a la enfermera, que trataa de mantenerla quieta" No vio a Daio" 9 Se7orita, usted se 8a desma!ado ! tiene que eAaminarla un m&dico" Pero +lice !a se 8aía puesto en pie ! cogía su olso" 9 No es nada, se lo aseguro" La enfermera 8i>o un gesto de resignación ! desistió" +lice miró a los lados como uscando a alguien, dio las gracias ! se alejó aprisa" No se 8aía 8ec8o muc8o da7o en la caída@ deía de 8aerse golpeado la rodilla derec8a, porque la notaa palpitar ajo los vaqueros, ! tenía rasgu7os ! polvo en las manos, como si las 8uiera arrastrado por la grava del patio" Se las limpió sopl2ndolas" Se acercó a recepción ! se asomó por el ojo de ue! del cristal" La se7ora del otro lado levantó la mirada" 9 :uenos días 9dijo +lice" No saía cómo eAplicarse, ni siquiera cu2nto tiempo 8aía estado inconsciente" 9 +ntesI !o estaa a8íI 9= se7aló, aunque la otra no miró9" Baía una mujerI en la puerta" =o me sentí mal, me desma!&I Esa mujerI $engo que saer qui&n era" La recepcionista la miró eAtra7ada ! le preguntó con una muecaC 9 ;?ómo dice<
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9 Parecer2 eAtra7o, lo s&, pero si usted me a!udaraI ;No podría darme el nomre de los pacientes que 8an venido 8o! a esta unidad, o que se 8an 8ec8o an2lisis< Sólo necesito el de las mujeresI La otra se quedó mir2ndola ! sonrió con frialdad" 9 No estamos autori>ados a dar ese tipo de información" 9 Pero es mu! importante, de verasI Por favor" La mujer tamorileó con un olígrafo en el registro que tenía delante" 9 Lo siento, es imposile 9contestó irritada" +lice dio un ufido, se retiró de la ventanilla pero enseguida se acercó otra ve>" 9 So! la mujer del doctor *ovelli" La se7ora se endere>ó en la silla, enarcó las cejas ! repiqueteó de nuevo con el olígrafo en el registro" 9 Entiendo" Si quiere aviso a su marido" escolgó el tel&fono para llamar al número interno, pero +lice la detuvo con un adem2n ! le dijo en tono destempladoC 9 No, d&jelo, no 8ace falta" 9 ;Est2 segura< 9 Sí, gracias, no importa" *egresó a casa" En todo el camino no pudo pensar en otra cosa" Su mente ia recorando lucide>, pero sore todos sus pensamientos se imponía la imagen de aquella joven" = aunque los detalles empe>aan !a a confundirse, a 8undirse r2pidamente en un mar de mil recuerdos nimios, persistía la viva e ineAplicale sensación de familiaridad de aquella cara, de aquella sonrisa id&ntica a la de attia, que seguía viendo reflejada, junto con su propia imagen, en el cristal de la puerta" ui>2 ic8ela estaa viva ! acaaa de verla" Pensarlo era de locos, pero +lice no se lo quitaa de la cae>a, como si tuviera una desesperada necesidad de creerlo, como si su vida dependiera de ello" = empe>ó a ra>onar, a aventurar 8ipótesis sore lo que podía 8aer sucedido"
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;= si aquella anciana 8aía raptado a ic8ela< ;= si la 8alló en el parque ! se la llevó porque an8elaa tener 8ijos pero no podía o no quería, como ella misma< La roó ! la crió en un lugar lejano, con otro nomre, como si fuera su 8ija" Pero entonces, ;por qu& volver< ;Por qu& eAponerse a ser descuierta despu&s de tantos a7os< ui>2 porque se sentía culpale, o simplemente por desafiar la suerte, como 8aía 8ec8o la propia +lice present2ndose en la unidad de oncología" +unque tami&n caía que no fuera nada de eso, que la anciana 8uiera conocido a ic8ela muc8o tiempo despu&s ! nada supiera de ella ni de su verdadera familia, !a que la misma ic8ela lo 8aría olvidado" *ecordó aquel día en que attia, en el coc8e, se7alando al parque con aquella mirada p&trea, ausente, fúnere, 8aía dic8oC «Era igual que !o"( = de pronto le pareció que todo cuadraa, que aquella c8ica no podía ser sino ic8ela, la gemela desaparecida, ! que todos los detalles coincidíanC la frente despejada, los dedos largos, la timide> con que los movía, ! principalmente el que se entretuviera con aquel juego pueril" Pero un instante despu&s volvieron las dudas@ las certe>as se desmoronaron con una vaga sensación de cansancio, sin duda inducida por el 8amre que le oprimía las sienes 8acía días, ! +lice temió perder otra ve> el conocimiento" Entró en casa dejando la puerta entornada ! las llaves puestas" Sin quitarse siquiera la c8aqueta, fue a la cocina, arió la despensa, cogió una lata de atún ! se lo comió directamente, sin escurrir el aceite, sintiendo n2useas" +rrojó la lata vacía al fregadero, cogió una de guisantes ! se comió la mitad pesc2ndolos del agua turia con el tenedor, sin respirar@ saían a arena ! las pieles rillantes se le pegaan a los dientes" ?ogió luego una caja de galletas que llevaa aierta desde la marc8a de Daio ! se >ampó cinco seguidas casi sin masticar, sintiendo al tragar que le rascaan la garganta como cristales" ejó de comer sólo cuando los calamres estomacales fueron tan fuertes que 8uo de sentarse en el suelo para resistir el dolor" Fna ve> que se sintió mejor, se levantó !, cojeando sin recatarse como 8acía cuando estaa sola, fue al cuarto oscuro" ?ogió una de las cajas que 8aía en el segundo estante, en la que ponía con tinta indelele «Hnstant2neas(, volcó su contenido en la mesa, esparció las fotos con los dedos 9algunas estaan pegadas9 ! las revisó 8asta encontrar la que uscaa" La oservó largo rato" +mos eran jóvenes" )l tenía la cae>a inclinada ! no se le veía ien la cara, resultaa difícil verificar el parecido" Baía pasado muc8o tiempo, qui>2 demasiado"
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+quella imagen trajo otras a su mente, ! con ellas la sensación de que coraan vida, movimiento, sonidoI = la invadió una nostalgia desgarradora, aunque agradale" Si 8uiera podido elegir un momento para volver a empe>ar, 8aría sido &seC &l ! ella en una 8aitación silenciosa, en una intimidad de almas tímidas pero gemelas" $enía que decírselo" Si su 8ermana estaa viva, attia tenía derec8o a saerlo" Por primera ve> sintió que la inmensa distancia que los separaa era insignificante" Estaa convencida de que &l seguía en el mismo sitio, donde !a le 8aía escrito algunas veces, muc8os a7os antes" Si se 8uiera casado, ella lo 8aría perciido de algún modo" Porque estaan unidos por un 8ilo invisile, oculto entre mil cosas de poca importancia, que sólo podía eAistir entre dos personas como ellosC dos soledades que se reconocían" $entó ajo el montón de fotos ! encontró un olígrafo" Se sentó ! escriió con cuidado de no correr la tinta, ! al final sopló para secarla" :uscó un sore, metió la foto ! lo cerró" ui>2 venga, pensó" Fna sensación de go>o se apoderó de su ser ! le arrancó una sonrisa@ era como si todo recomen>ara en ese momento" +ntes de dirigirse a la pista de aterri>aje, el avión en que viajaa attia sorevoló la manc8a verde de la colina ! la asílica ! dio un par de vueltas sore el centro de la ciudad" $omando como punto de referencia el puente m2s viejo, attia distinguió el edificio donde vivían sus padres@ seguía teniendo el mismo color que cuando &l se 8aía ido" +vistó tami&n el parque, no lejos de la casa, flanqueado por dos avenidas que se unían descriiendo una amplia curva ! dividido por el curso del río" La tarde era límpida ! desde lo alto se veía todoC nadie 8aría podido pasar desaperciido" Se asomó m2s para ver lo que el avión dejaa atr2s" Siguió la calle sinuosa que ascendía un trec8o de ladera ! reconoció la vivienda de los ella *occa, un edificio de fac8ada lanca ! ventanas mu! juntas que parecía un enorme loque de 8ielo" Fn poco m2s arria estaa la escuela de su infancia, con aquella escalera de emergencia verde, de metal frío ! 2spero" El lugar donde 8aía pasado la mitad de su vida, la mitad !a concluida, semejaa una inmensa maqueta de pie>as cúicas de colores ! seres inanimados"
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En el aeropuerto tomó un taAi" Su padre se 8aía ofrecido para ir a esperarlo, pero attia 8aía re8usado en un tono que no admitía r&plica ! que sus padres conocían mu! ien" Se apeó en la acera de enfrente ! se quedó contemplando su antigua casa" +l 8omro llevaa un olso de viaje que pesaa pocoC traía ropa limpia para dos o tres días como muc8o" La puerta del edificio estaa aierta" Suió al primer piso ! llamó al timre@ dentro no se o!ó ningún ruido" +l poco le arió su padre" Hncapaces de decirse nada, se sonrieron ! se miraron como midiendo el tiempo transcurrido en lo camiados que estaan" Pietro :alossino estaa viejo" No sólo por el pelo lanco ! las aultadas venas que le surcaan el dorso de las manos, sino tami&n por el modo de estar de pie ante su 8ijo, el imperceptile temlor que le estremecía el cuerpo, el tener que sujetarse del pomo como si las piernas !a no lo sostuvieran ien" Se ara>aron llenos de turación" + attia el olso se le desli>ó del 8omro ! se interpuso entre ellos@ lo dejó caer al suelo" Sus cuerpos seguían teniendo la misma temperatura" Pietro :alossino acarició el pelo del 8ijo ! a su memoria acudieron muc8os recuerdos que le produjeron una gran congoja" attia lo miró para preguntarle por su madre ! &l se adelantóC 9 am2 est2 descansando, no se encuentra mu! ien" ee de ser el calor de estos días" attia asintió" 9 ;$ienes 8amre< 9 No" Sólo quiero un vaso de agua" 9 +8ora mismo" Su padre se dirigió a la cocina como si 8uiera estado esperando cualquier preteAto para alejarse" attia se dijo que eso era todo lo que quedaa del amor de los padres, peque7as atenciones, preocupaciones como las que los su!os enumeraan por tel&fono todos los mi&rcolesC la comida, el calor ! el frío, el cansancio, a veces el dinero" $odo lo dem2s, conversaciones nunca entaladas, eAcusas que dar o reciir, recuerdos que corregir, formaa como una masa petrificada que !acería a profundidades insondales para siempre" ?ru>ó el pasillo camino de su cuarto" Estaa seguro de que lo encontraría tal cual lo 8aía dejado, como un 2mito inmune a la erosión del 160
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tiempo ! donde tendría la sensación de que todos aquellos a7os de ausencia no 8aían sido sino un reve par&ntesis" Pero lo encontró completamente camiado ! eAperimentó una frustración enajenante, similar a la 8orrile sensación de dejar de eAistir" Las paredes, antes pintadas de a>ul claro, estaan a8ora empapeladas en tono crema, lo que 8acía el cuarto m2s luminoso" En el sitio de su cama 8aían colocado el sof2 que tantos a7os 8aía estado en el salón" Su escritorio sí seguía frente a la ventana, pero encima !a no se veía nada su!o, sólo una pila de periódicos ! una m2quina de coser" No 8aía fotos, ni su!as ni de ic8ela" Se quedó parado en la puerta como si no le estuviera permitido entrar" Su padre vino con el vaso de agua ! pareció leerle el pensamiento" 9 $u madre quería aprender a coser 9dijo como justific2ndose9" Pero se cansó pronto" attia eió el agua de un trago" ejó el olso junto a la pared, donde no estorara" 9 Be de salir un momento 9dijo" 9 ;Salir< Pero si acaas de llegarI 9 $engo que ver a una persona que me espera" Sorteó a su padre evitando mirarlo ! peg2ndose a la pared@ sus cuerpos eran demasiado parecidos, engorrosos ! adultos para estar tan próAimos" Llevó el vaso a la cocina, lo enjuagó ! lo puso oca aajo en el escurridor" 9 -uelvo esta noc8e 9a7adió" E 8i>o un adem2n de despedida a su padre, que a8ora estaa de pie en medio del salón, en el mismo sitio donde, en la otra vida, 8aía ara>ado a su madre ! 8alado de &l" No era verdad que +lice lo esperase, no saía siquiera dónde encontrarla@ pero tenía que irse de allí cuanto antes" urante el primer a7o se cartearon" Empe>ó escrii&ndole +lice, como empe>aa todo lo que 8aía entre ellos" Le envió la foto de una tarta en la que ponía, algo torcido, «Deli> cumplea7os( entre fresas cortadas por la mitad@ en el reverso de la foto sólo 8aía escrito una + seguida de un punto, su firma" La tarta la 8aía 8ec8o ella misma por el cumplea7os de attia, ! luego la 8aía tirado tal cual a la asura" )l le contestó con una carta de cuatro p2ginas en la que le contaa lo difícil que se le 8acía vivir en un lugar nuevo, sin conocer el idioma, ! se eAcusaa por 8aerse ido" 6 al menos eso le pareció a +lice" No le preguntaa por Daio, ni en aquella carta ni en las siguientes, ! ella tampoco le 8aló de &l" Sin emargo, amos sentían su 161
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presencia, eAtra7a ! amena>ante, como entre líneas, ! eso dio pie a que pronto empe>asen a mostrarse m2s fríos, a espaciar m2s su correspondencia, 8asta que dejaron de escriirse" Pasaron los a7os ! un día attia reciió otra carta de +lice@ era la invitación a su oda con Daio" )l la pegó en el frigorífico con un tro>o de celof2n, como si allí puesta deiera recordarle algo" $odas las ma7anas ! noc8es la veía, ! cada ve> parecía dolerle un poco menos" + falta de una semana para la oda decidió enviar un telegramaC «Gracias por invitación imposile asistir motivos profesionales" En8orauena" attia :alossino"( Empleó toda una ma7ana en escoger un jarrón de cristal en una tienda del centro ! lo eApidió al nuevo domicilio de los reci&n casados" Pero no se dirigió a ese domicilio al salir de casa de sus padres, sino a la casa de los ella *occa en la colina, donde &l ! +lice 8aían pasado tantas tardes juntos" Saía que allí no la encontraría, pero quería creer que nada 8aía camiado" uc8o dudó antes de tocar el timre" ?ontestó una mujer" eía de ser Soledad" 9 ;ui&n< 9 ;Est2 +lice< 9 +lice !a no vive aquí" 9Sí, era Soledad" *econoció el acento 8ispano, aún mu! marcado9" ;ui&n pregunta por ella< 9 So! attia" Buo un silencio prolongado" Sol se esfor>aa por recordar" 9 Si quiere le do! sus nuevas se7as" 9 No, no 8ace falta, !a las tengo, gracias" 9 +diós, pues 9dijo Sol tras otro silencio, m2s reve" attia se alejó sin volverse" Estaa seguro de que la criada se 8aía asomado a una ventana ! lo oservaa" ui>2 entonces lo reconociera ! se preguntara qu& tal le 8aría ido todos aquellos a7os ! a qu& volvía a8ora@ ! la verdad es que ni &l mismo lo saía" +lice no lo esperaa tan pronto" Baía enviado la carta apenas cinco días antes ! era posile que attia ni siquiera la 8uiera leído todavía" Pero en todo caso daa por seguro que primero la telefonearía para quedar, en un ar qui>2, donde ella lo prepararía con calma para reciir la noticia"
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La espera de una se7al colmaa sus días" En el traajo estaa distraída pero alegre, ! ?ro>>a no se atrevía a preguntarle el motivo, si ien creía tener parte del m&rito" +l vacío dejado por la separación de Daio 8aía sucedido un frenesí casi adolescente" +lice montaa ! desmontaa la imagen del momento en que ella ! attia se encontrasen, corregía los detalles, estudiaa la escena desde diversos 2ngulos" $anto pensó en ello que m2s que una anticipación acaó pareciendo un recuerdo" $ami&n fue a la ilioteca municipal 9tuvo que sacarse el carnet porque era la primera ve>9 para consultar los periódicos que referían la desaparición de ic8ela" Leer aquello la sorecogió ! tuvo la sensación de que el 8orroroso suceso estaa ocurriendo de nuevo, a un paso de allí" +l ver en portada una foto de ic8ela con aire ausente mirando algún punto por encima del ojetivo, qui>2 la frente del fotógrafo, vaciló en su convencimiento" Esa imagen le trajo al instante el recuerdo de la c8ica del 8ospital, con una coincidencia tan perfecta que casi resultaa increíle, ! por primera ve> se preguntó si no sería todo un espejismo, una alucinación persistente" Pero luego tapó la foto con la mano, como para a8u!entar la duda, ! siguió le!endo" El cuerpo de ic8ela nunca fue 8allado" No apareció una sola prenda ni rastro alguno" La peque7a se 8aía desvanecido" urante meses se pensó en un secuestro, pero esta 8ipótesis no condujo a nada" No 8uo sospec8osos" El caso acaó relegado a las p2ginas interiores de los periódicos, ojeto de simples sueltos marginales, 8asta que fue olvidado" ?uando sonó el timre +lice estaa sec2ndose el pelo" +rió distraída, sin preguntar qui&n era, mientras se enrollaa una toalla a la cae>a" Ha descal>a ! lo primero que vio attia fueron sus pies desnudos, cu!os segundos dedos eran algo m2s largos que el gordo, ! los cuartos se dolaan 8acia dentro@ conocía aquellos detalles, se 8aían graado en su memoria mejor que las palaras ! situaciones" +l>ó los ojos ! dijoC 9 Bola" Ella retrocedió un paso cerr2ndose instintivamente el alorno>, como para impedir que el cora>ón se le saliera del pec8o, ! se quedó mir2ndolo, asegur2ndose de que era &l" Entonces lo ara>ó, apretando su liviano cuerpo contra &l, ! attia le rodeó la cintura con el ra>o derec8o, aunque sin tocarla con los dedos, como cauteloso" 9 +8ora vuelvo, tardo un segundo 9dijo ella con vo> atropellada, ! cerró la puerta dej2ndolo fuera" Necesitaa unos momentos a solas para vestirse, maquillarse ! enjugarse los ojos antes de que &l se los viera"
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attia se sentó en el escalón de la puerta, de espaldas" 6servó el peque7o jardín, el seto ondulado que flanqueaa con perfecta simetría la alameda descriiendo media sinusoide" ?uando o!ó arirse la puerta, se volvió ! por un momento todo pareció ser como deía serC &l esperaa a +lice en la puerta, ella salía ien vestida ! sonriendo, juntos ec8aan a andar calle aajo sin rumo fijo" +lice se inclinó ! lo esó en la mejilla" Para sentarse a su lado 8uo de apo!arse en su 8omro, deido a la pierna rígida" )l le 8i>o sitio" No tenían donde apo!ar la espalda ! se quedaron algo inclinados 8acia delante" 9 Sí que te 8as dado prisa 9dijo ella" 9 $u carta me llegó a!er por la ma7ana" 9 Entonces no est2 tan lejos ese lugar" attia ajó la cae>a" +lice le tomó la mano derec8a ! le miró la palma" El no se lo impidió, con ella no tenía que avergon>arse de las cicatrices" Baía nuevas, que se reconocían por ser marcas m2s oscuras en medio de la mara7a de se7ales lancas" Ninguna parecía mu! reciente, a eAcepción de una redonda que deía de ser una quemadura" +lice siguió el contorno con la punta del índice, contacto que, con tantas capas de piel endurecida, &l apenas notó" ejó que ella le mirase ien la mano, pues &sta 8alaa de &l m2s que las palaras" 9 Parecía importante 9comentó" 9 = lo es" )l se volvió para mirarla, invit2ndola a seguir" 9 $e cuento 9dijo +lice9, pero antes v2monos de aquí" attia se levantó primero ! le tendió la mano para a!udarla, como siempre 8aían 8ec8o" Ec8aron a caminar" Les costaa traajo 8alar ! pensar a la ve>, como si las dos actividades se anularan mutuamente" 9 +quí 9dijo +lice" esactivó la alarma de un monovolumen verde oscuro, el cual pareció a attia demasiado grande para ella" 9 ;uieres conducir< 9le preguntó +lice medio en roma" 9 No me atrevo" 9 No me lo creo" El se encogió de 8omros" Se miraron por encima del coc8e" El tec8o centelleaa al sol" 164
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9 +llí no lo necesito 9se justificó" +lice se dio unos golpecitos con la llave en la arilla, pensativa, ! con el mismo gesto con que de ni7a anunciaa una ocurrencia, dijoC 9 Entonces !a s& adónde vamos" Suieron al coc8e" Sore el salpicadero, delante de attia, sólo 8aía dos ced&s, uno encima del otro ! con el lomo 8acia fueraC ?uadros de una eAposición de usorgsJi ! unas sonatas de Sc8uert" 9 ;$e 8a dado por la música cl2sica< +lice ec8ó una ojeada a los discos ! torció el gesto" 9 %u& va' Son su!os" =o sólo me los pongo para dormir" attia se ajustó el cinturón de seguridad, que le apretó en el 8omro por estar regulado para una persona m2s aja, +lice seguramente, que era quien se sentaa a8í mientras su marido conducía, escuc8ando qui>2 música cl2sica@ trató de imagin2rselos, pero se distrajo le!endo lo que ponía en el retrovisorC « 6jetcs in t8e mirror are closer t8an t8e! appear "( 9 e Daio, ;no< 9preguntó" ?onocía la respuesta, pero quería des8acer aquel nudo, conjurar aquella presencia t2cita ! molesta que parecía oservarlos desde el asiento trasero" e lo contrario, el di2logo entre ellos se encallaría en ese tema como un arco entre escollos" +lice asintió con cierto esfuer>o" Se dijo que si le contaa todo, lo del ni7o, la pelea, lo del arro> 9aún 8aía granos en los rincones de la cocina9, &l pensaría que lo 8aía llamado por eso ! no creería lo de ic8ela@ pensaría que era una mujer en crisis con!ugal que trata de recuperar viejas amistades para no sentirse tan sola" Por un instante ella misma se preguntó si no era así" 9 ;$en&is 8ijos< 9 No" 165
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9 ;= por qu&I< 9 ejemos el tema 9>anjó +lice" attia calló, pero no se eAcusó" 9 ;= tú< 9interrogó ella al poco" Baía dudado si preguntarlo, por miedo de la posile respuesta" Pero al fin lo dijo sin querer, casi para sorpresa su!a" 9 =o nada 9contestó attia" 9 ;No tienes 8ijos< 9 No tengoI 9«+ nadie(, ia a decir9" No me 8e casado" 9 =a" 6 sea, que sigues 8aci&ndote de rogar 9repuso ella, ! lo miró sonriendo" attia negó con la cae>a, apurado@ comprendía lo que quería decir" Baían llegado a un amplio aparcamiento desierto de la >ona industrial, donde 8aía 8ileras de grandes naves ! no vivía nadie" +rrimadas a una pared gris, junto a una persiana ajada, 8aía tres pilas de talones envueltas en pl2stico" Sore el tejado se veía un letrero apagado@ por la noc8e deía de iluminarse con un vivo naranja" +lice detuvo el coc8e en medio del aparcamiento, apagó el motor ! arió la porte>uela" 9 $e toca 9dijo" 9 ;u&< 9?onducir" 9 No, ni 8alar" Ella se quedó mir2ndolo fijamente, entornados los ojos ! fruncidos los laios, con un cari7o que parecía tener olvidado ! sólo a8ora revivía" 9 $ampoco 8as camiado tanto" 9No era un reproc8e, m2s ien una agradale constatación" 9 Ni tú" 9Se encogió de 8omros ! a7adió9C :ueno, lo intentaremos" +lice rió" Se apearon para camiar de sitio, ! attia se dirigió al su!o con un amoleo eAagerado, parodiando así su gran resignación" $rocaan por primera ve> los papeles, ! así se 8allaron d2ndose el perfil que cada cual prefería" 9 No tengo ni idea 9dijo &l cuando estuvo al volante, levantando los ra>os como si no supiera de verdad dónde ponerlos" 9 ;Nada< ;Nunca 8as conducido< 166
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9 No" 9 Pues apa7ados estamos" +lice se inclinó 8acia &l" attia le miró un instante el pelo, que pendía a plomo 8acia el centro de la $ierra@ le vio tami&n, ajo la camiseta que se le levantó un poco, parte del tatuaje que muc8o tiempo atr2s oservara mu! de cerca" = sin querer, como pensando en vo> alta, comentóC 9 u& delgada est2s" +lice volvió la cae>a 8acia &l como alarmada, pero repuso encogi&ndose de 8omrosC 9 No@ como siempre" Se reclinó un poco ! se7aló los tres pedales" 9 :ien" Emrague, freno ! acelerador" ?on el pie i>quierdo aprietas el emrague, con el derec8o los otros" attia inclinó la cae>a, un tanto distraído todavía por la proAimidad de su cuerpo ! el aroma a gel de a7o que irradiaa" 9 Las marc8as las saes, ;no< 9prosiguió +lice9" ira, aquí lo pone" Primera, segunda, tercera" e momento con &sas astar2" Para camiar de marc8a, pisa el emrague ! luego vas solt2ndolo despacio" Lo mismo para arrancarC pisas el emrague ! luego lo sueltas a la ve> que pisas el acelerador, todo suavemente" Para frenar, pisas el freno con el pie derec8o ! a continuación el emrague con el i>quierdo" ;Preparado< 9 No s&, no s&I attia procuró concentrarse" Estaa nervioso como en los eA2menes" Baía acaado convenci&ndose de que, fuera de su elemento, los conjuntos ordenados ! transfinitos de las matem2ticas, era un perfecto inútil" +l contrario de lo que les sucede a las personas normales, que ganan en confian>a según envejecen, &l confiaa en sí mismo cada ve> menos" ?alculó la distancia que los separaa de las pilas de talones@ cincuenta metros por lo menos" +unque saliera disparado, tendría tiempo de frenar" Giró la llave de contacto, aunque demasiado tiempo, lo que 8i>o rascar el motor" Due soltando el emrague, pero no dio astante gas, ! el coc8e se caló con una sacudida" +lice se ec8ó a reír" 9 ?asi" ees pisar un poco m2s el acelerador" attia tomó aire ! volvió a intentarlo" Esta ve> el coc8e salió despedido 8acia delante" +lice le ordenó que emragara ! camiara a segunda" )l lo 8i>o, aceleró m2s ! se dirigió derec8o a la pared de la f2rica"
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?uando estaan a unos die> metros dio un volanta>o que los lan>ó a un lado, giró en redondo ! regresó al punto de partida" +lice atió palmas ! eAclamóC 9 %+proado' )l giró de nuevo ! dio otra vuelta, como si no supiera 8acer otra cosa que descriir aquel giro ce7ido ! oval pese a disponer enteramente de la amplia eAplanada" 9 Sigue recto ! sal a la carretera 9ordenó +lice" 9 ;Est2s loca< 9 -enga, que apenas 8a! nadie" +dem2s, si !a saes" attia aferró el volante" Empe>aron a sudarle las manos ! la adrenalina puso en tensión sus músculos@ 8acía muc8o que no le ocurría" Pensó que estaa conduciendo todo un coc8e, con sus pistones ! engranajes ien engrasados, ! que a su lado tenía a +lice para darle las indicaciones pertinentes" Era lo que tanto 8aía so7adoI o ueno, no eAactamente eso, pero por una ve> decidió oviar las imperfecciones" 9 -ale 9dijo" Se dirigió a la salida del aparcamiento" +l llegar a la carretera se inclinó 8acia delante, miró a amos lados ! giró el volante con suavidad, acompa7ando el movimiento con todo el tronco como 8acen los ni7os que juegan a conducir" = se 8alló en plena carretera" El sol !a ajo le quedó a la espalda ! le daa en los ojos reflejado en el retrovisor" El cuentaJilómetros marcaa treinta ! el coc8e parecía virar con el c2lido resuello de una estia domada" 9 ;-o! ien< 9preguntó" 9 e maravilla" =a puedes meter la tercera" Era una recta de varios cientos de metros ! &l miraa al frente" +lice aprovec8ó para oservarlo con calma" =a no era el attia de la foto" Su te> !a no era lisa, tersa ! el2stica@ las primeras arrugas, aún mu! finas, le surcaan !a la frente" Ha afeitado, pero los pujantes ca7ones le ensomrecían las mejillas" Su cuerpo daa una impresión de macice> ! no dejaa intersticios por los que invadir su espacio, como a ella tanto le gustaa 8acer de adolescente" 6 qui>2 fuera que !a no se sentía con derec8o a 8acerlo, que !a no se veía capa>"
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Procuró encontrarle parecido con la c8ica del 8ospital, pero a8ora que lo tenía allí el recuerdo se volvía m2s impreciso" =a no veía tan claro que los detalles coincidieran como 8aía creído" El pelo de la c8ica era m2s claro" = no recordaa que tuviera 8o!uelos a amos lados de la oca, ni tan polados los eAtremos de las cejas" Por primera ve> temió 8aerse equivocado" ;?ómo eAplic2rselo<, se preguntó" ui>2 considerando que el silencio se prolongaa demasiado o advirtiendo que ella lo miraa, attia carraspeó" +lice desvió la mirada" 9 ;*ecuerdas la primera ve> que te llev& en coc8e< 9le dijo9" e 8aían entregado el carnet 8acía menos de una 8ora" 9 =a, ! entre tantas coa!as me elegiste a mí" +lice se dijo que no era verdad, que no lo 8aía elegido entre nadie@ no 8aía pensado en nadie m2s" 9 Duiste todo el tiempo agarrado a la manilla ! rog2ndome «espacioI espacioI( 9se urló poniendo una vocecilla atiplada ! miedosa" attia recordó que en realidad 8aía ido de mala gana" +quella tarde tenía que estudiar para un eAamen de an2lisis ! sólo aceptó porque para ella parecía algo de vida o muerte" Se 8aía pasado todo el rato pensando en las 8oras de estudio que perdía" +8ora que lo recordaa se sintió estúpido, como se siente uno si piensa cu2nto tiempo se pierde deseando estar en otro sitio" uiso a8u!entar aquellos pensamientos ! dijoC 9 Nos pasamos media 8ora dando vueltas para encontrar un sitio lire donde supieras aparcar" 9 Era sólo una eAcusa para estar m2s rato contigo" Pero tú nunca te enteraas de nada" Se ec8aron a reír para conjurar los fantasmas que aquellas palaras trajeron" 9 ;+dónde vo!< 9preguntó attia en tono serio" 9 a la vuelta" 9 -ale" Pero !a est2 ien" +8ora conduces tú" ?amió de tercera a segunda sin que +lice tuviera que decírselo ! tomó ien la curva" Enfiló una carretera en somra, m2s estrec8a que la otra ! sin mediana, emparedada entre grandes edificios iguales ! sin ventanas" 9 Paro a8í delante" Se disponía a 8acerlo cuando por la esquina apareció un tr2iler en sentido contrario, ocupando uena parte de la cal>ada" 169
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attia aferró el volante" No tenía el reflejo de pisar el freno ! lo que 8i>o fue apretar el acelerador" +lice uscó con la pierna uena un pedal de freno ineAistente" El camión se ec8ó un poco a un lado, pero no redujo" 9 No paso 9se asustó attia9, no paso" 9 Drena 9ordenó +lice aparentando calma" )l no lograa pensar" El tr2iler se acercaa ! el conductor por fin aminoraa" attia tenía el pie como agarrotado sore el acelerador ! sólo pensaa en cómo pasar por el lado" Se acordó de cuando &l ! ic8ela ajaan por la rampa de la pista de icis con sus icicletas@ al final &l frenaa ! pasaa despacio entre los postes que vedaan la entrada a los coc8es@ ic8ela, en camio, en su ici con ruedecillas, pasaa a toda velocidad tan campante ! sin ro>arlos nunca con el manillar" Se desvió un poco a la derec8a ! casi pareció que ia a estamparse contra los edificios" +lice repitióC 9 Drena@ el pedal del medio" attia lo pisó de golpe con los dos pies@ el coc8e dio un frena>o ! se detuvo a dos palmos de la pared" attia se golpeó la cae>a contra la ventanilla, pero el cinturón lo retuvo" +tice se doló 8acia delante como un junco, aunque ia agarrada firmemente de la manilla" El camión pasó por su lado como si tal cosa, escindido en dos largos segmentos rojos" Se quedaron callados unos segundos, como 8aci&ndose cargo de lo tremendo de la situación" +l cao +lice se ec8ó a reír" + attia le escocían los ojos ! los tendones del cuello le palpitaan como si fueran a reventar" 9 ;$e 8as 8ec8o da7o< 9le preguntó ella, aún riendo como si no pudiera parar" )l estaa asustado ! no contestó" Ella procuró ponerse seria" 9 &jame ver" 9Se quitó el cinturón ! se inclinó 8acia &l" attia miraa la pared, tan próAima, ! pensaa que impactar contra aquella superficie rígida 8aría supuesto la lieración rusca de la energía cin&tica que a8ora le 8acía temlar las piernas" Por fin levantó los pies del freno ! el coc8e, calado, se movió un poco 8acia atr2s por la levísima pendiente de la carretera" +lice ec8ó el freno de mano" 9 No es nada 9le dijo toc2ndole la frente" 170
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)l cerró los ojos, inclinó la cae>a ! se concentró en no llorar" 9 -amos a casa ! te tumas un rato 9sugirió ella, como si vivieran en la misma casa" 9 No@ me vo! a mi casa 9protestó attia con escasa convicción" 9 =a te llevo luego, a8ora 8as de descansar" 9 $engo queI 9 ?alla" :ajaron del coc8e para camiarse de sitio" Baía oscurecido casi por completo ! en el 8ori>onte apenas quedaa una última franja de lu>" No camiaron palara en todo el tra!ecto" attia llevaa la cae>a apo!ada en la mano derec8a" Se frotaa los ojos ! se oprimía las sienes" Leía una ! otra ve> en el retrovisor « 6jetcs in t8e mirror are closer t8an t8e! appear (" Pensando en el artículo que 8aía dejado que escriiera +lerto solo ! en los disparates que podía poner, se decía que deía volver cuanto antes" +dem2s, tenía que preparar las clases en su piso, un lugar silencioso" + ratos +lice, apartando la vista de la carretera, lo miraa preocupada" Procuraa conducir despacio" Se preguntó si sería uena idea poner música, pero no saía cu2l le gustaa" La verdad, !a no saía nada de &l" Llegaron" Ella quiso a!udarlo a ajar, &l prefirió 8acerlo solo" Ella arió la puerta, &l dudó" +lice se movía con rapide>, pero con cuidado" Se sentía responsale de lo ocurrido, como si 8uiera sido la inesperada consecuencia de una ligere>a temeraria por su parte" $iró al suelo los cojines del sof2 para dejar sitio ! le dijo que se tumara@ &l oedeció" Due a la cocina a prepararle un t& o una man>anilla, lo que fuera, algo que pudiera llevar cuando volviera al salón" ientras esperaa a que el agua 8irviera se puso a ordenar la cocina fren&ticamente" ?ada poco se volvía 8acia la sala de estar, pero sólo alcan>aa a ver el respaldo del sof2 a>ul oscuro" attia no tardaría en preguntarle por qu& le 8aía pedido que viniera ! ella tendría que decírselo" +8ora, sin emargo, !a no estaa segura de nada" Baía visto a una c8ica que se parecía a &l, sí, ;! qu&< El mundo est2 lleno de gente que se parece@ lleno de coincidencias estúpidas que nada significan" Ni
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siquiera 8aía 8alado con la c8ica, ni saía dónde encontrarla" +8ora que lo pensaa, a8ora que attia estaa allí, todo le parecía asurdo ! cruel" Lo único que saía es que &l 8aía vuelto ! no deseaa que se fuera" Dregó unos platos !a limpios ! apilados en el fregadero, vació una olla con agua que 8aía sore un quemador" En el fondo 8aía un pu7ado de arro> que llevaa allí semanas@ vistos a trav&s del agua, los granos parecían m2s grandes" -ertió el agua 8irviendo en una ta>a e introdujo una olsita de t&@ una manc8a oscura coloreó el agua" Le ec8ó dos cuc8aradas de a>úcar ! volvió al salón" attia tenía los ojos cerrados ! la mano se le 8aía desli>ado al cuello@ la cara, distendida, presentaa una eApresión neutra" Su pec8o se movía con regularidad ! respiraa sólo por la nari>" +lice posó la ta>a sore la mesilla de cristal ! sin dejar de mirarlo se sentó en un sillón" La respiración de attia la calmó" No se oía otro sonido" Poco a poco le pareció que empe>aa a pensar con m2s co8erencia ! sensate>, despu&s de 8aerlo 8ec8o como corriendo locamente a ninguna parte" Se sorprendió así en la sala de su propia casa, como si viniera de otro mundo" elante tenía a un 8omre al que una ve> conoció pero que a8ora era un desconocido" Podía parecerse, en efecto, a la c8ica del 8ospital, pero id&nticos no eran, eso estaa claro" El attia que dormía en su sof2 !a no era aquel muc8ac8o al que vio desaparecer por las puertas del ascensor cierta tarde de viento c2lido ! juguetón que soplaa de las monta7as" No era aquel attia que se le 8aía metido en la cae>a sin dejar espacio para nada m2s" No@ ante ella 8aía una persona adulta que, en medio de un drama espantoso, sore un terreno queradi>o, 8aía re8ec8o su vida lejos de aquel lugar, entre gentes a las que +tice no conocía" = ella estaa a punto de destruir todo aquello, de desenterrar un 8orror olvidado, por una simple sospec8a, leve como el recuerdo de un recuerdo" +unque a8ora que attia estaa allí, cerrados los ojos, sumido en pensamientos a ella inaccesiles, todo parecía aclar2rsele de prontoC le 8aía pedido que viniera porque lo necesitaa, porque desde el día que se despidieron en aquel rellano su vida 8aía caído en un po>o ! !a no 8aía salido@ &l era el cao de aquella madeja interior que los a7os no 8aían 8ec8o sino enredar, ! si aún 8aía una posiilidad de desenmara7arla, a8ora tenía a su alcance tirar de ese cao" 172
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Sintió que algo se 8acía realidad, que una larga espera tocaa a su fin@ lo sentía en sus miemros, incluso en aquella pierna lisiada que nunca sentía nada" Se levantó con toda naturalidad, sin preguntarse si estaa ien o no, si tenía o no derec8o" Era sólo que el tiempo volaa llev2ndose consigo m2s tiempo@ eran sólo actos evidentes que nada saían del futuro ni del pasado" Se inclinó sore attia ! lo esó en la oca@ lo esó sin miedo de despertarlo, como se esa a una persona despierta, prolongando el contacto, oprimiendo sus laios cerrados" El tuvo un soresalto, pero no arió los ojos" Separó los laios ! la esó a su ve>" Estaa despierto" Due distinto que la primera ve>" Sus músculos faciales eran a8ora m2s fuertes, m2s conscientes, tenían un ímpetu ! un sentido precisos, eran los de un 8omre ! una mujer" +li ce permaneció inclinada, sin ocupar el sof2, como si 8uiera olvidado el resto del cuerpo" El eso duró largo rato, minutos enteros@ tiempo suficiente para que la realidad se colase entre sus laios ad8eridos ! los oligase a refleAionar sore lo que estaa ocurriendo" Se separaron" attia sonrió maquinalmente@ +lice se tocó los laios 8úmedos, como para asegurarse de que no era un sue7o" Baía que decidirse ! 8aía que 8acerlo sin palaras" ?ada cual miró al otro, pero, faltos !a de sincronía, no llegaron a cru>ar la mirada" attia se levantó, duitativo, ! dijo se7alando el pasilloC 9 -o! un momentoI 9 ?laro" La puerta del fondo" Salió de la estancia" No se 8aía descal>ado ! sus pisadas resonaan como si se 8undieran ajo tierra" ?erró la puerta con llave, apo!ó las manos en el lavao@ estaa aturdido, medio atontado" En el lugar del golpe estaa form2ndose un c8ic8ón" +rió el grifo ! se mojó las mu7ecas con agua fría, como 8acía su padre para resta7arle las 8eridas de las manos" -iendo el agua pensó en ic8ela, como siempre" Pensaa en ella sin dolor, como quien piensa en dormirse o en respirar" Su 8ermana se 8aía disgregado en la corriente de aquel río, disuelto en el agua, ! a trav&s de &sta volvía a &l@ las mol&culas de ic8ela formaan parte de su cuerpo"
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La circulación se le reactivó" +8ora tenía que pensar, pensar en aquel eso, en lo que 8aía venido a uscar despu&s de tanto tiempo, en por qu& se 8aía dejado esar por +lice ! luego 8aía sentido el impulso de correr a esconderse allí" Ella seguía en el salón ! lo esperaa@ los separaan dos taiques de ladrillos, unos centímetros de enlucido ! nueve a7os de silencio" Lo cierto era que, una ve> m2s, ella 8aía tomado la iniciativa ! lo 8aía 8ec8o venir, cuando &l mismo no deseaa otra cosa" Le escriía dici&ndole que fuera ! &l acudía como por encanto" Los reunía una carta como una carta los 8aía separado" :ien saía lo que tenía que 8acerC volver con ella ! sentarse a su lado, cogerle la mano ! decirle que no tenía que 8aerse ido, ! esarla, esarla una ! otra ! otra ve>, 8asta que no pudieran dejar de esarse" 6curría en las películas ! ocurría en la vida real, todos los días" La gente no perdía el tiempo, se aferraa a unas pocas casualidades ! fundaa sore ellas su eAistencia" $enía que decirle a +lice que a8í estaa, o irse de nuevo, tomar el primer avión ! regresar al lugar donde 8aía vivido como en vilo todos aquellos a7os" Sí, lo 8aía aprendido" Las decisiones se toman en unos segundos ! se pagan el resto de la vida" +sí 8aía sido con ic8ela, así 8aía sido con +lice@ así era tami&n a8ora" Esta ve> los reconocíaC eran esos segundos ! no volvería a equivocarse" +8uecó la mano ajo el c8orro de agua ! se mojó la cara" Sin mirar, inclinado sore el lavao, alargó el ra>o, cogió una toalla ! se secó@ al retirarla vio en el espejo una manc8a m2s oscura en el env&s" -olvió la toallaC eran dos iniciales, D*, ordadas a un par de centímetros de la esquina ! sim&tricas con respecto a la isectri>" iró el colgadorC 8aía otra toalla, id&ntica, ! en el mismo punto tenía ordadas las iniciales +*" Se fijó mejor en todo" Baía un vaso rieteado de cal con un solo cepillo de dientes, ! al lado una cestita llena de ojetosC tuos de crema, una goma roja, un cepillo con pelos enredados, unas tijeras de u7asI En el estante al pie del espejo 8aía una maquinilla de afeitar, e incrustados ajo la 8oja se apreciaan fragmentos milim&tricos de pelos negros" Buo un tiempo en que, sentados &l ! +lice en la cama, podía recorrer con la mirada la 8aitación de ella, reparar en un ojeto que 8uiera en algún estante ! decirseC «=o se lo regal&"( Esos regalos eran 8itos que jalonaan un camino, anderitas clavadas en las etapas de un viaje, según se 174
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sucedían navidades ! cumplea7os" e algunos aún se acordaaC el primer disco de los ?ounting ?roOs, un termómetro de Galileo con sus urujas de colores fluctuando en un liquido transparente, un liro de 8istoria de las matem2ticas que +lice reciió soltando un ufido pero al final le!ó" Ella los cuidaa ! los colocaa ien visiles, para que &l supiera que los tenía siempre presentes" attia lo saía, lo saía todo, pero no se decidía a dar el paso" $emía que, si acudía al reclamo de +lice, caería en una trampa de la que nunca saldría" = 8aía permanecido impasile ! callado esperando a que fuera demasiado tarde" +8ora no 8aía allí ningún ojeto su!o" Se miró en el espejo, revuelto el pelo, medio dolado el cuello de la camisa, ! comprendióC era que en aquel a7o, en aquella casa, como tampoco en la de sus padres, !a no quedaa nada de &l" Permaneció quieto, asimilando la decisión que acaaa de tomar, 8asta que sintió que los dic8osos segundos 8aían pasado" Entonces doló cuidadosamente la toalla, enjugó con el dorso de la mano las gotas de agua del lavao, salió del a7o, recorrió el pasillo, llegó al salón ! dijo desde la puertaC 9 $engo que irme" 9 =a 9contestó +lice, como si estuviera preparada" Los cojines del sof2 se veían de nuevo en su sitio ! la gran l2mpara del tec8o lo iluminaa todo" =a no quedaa una sola 8uella de complicidad" El t&, que seguía en la mesa, se 8aía enfriado ! en el fondo de la ta>a se veía un oscuro poso de a>úcar" attia pensó que era la casa de una desconocida, ni m2s ni menos" Se encaminaron a la ve> 8acia la puerta" +l pasar junto a ella le ro>ó la mano sin querer" 9 En tu cartaI querías decirme algo" +lice sonrió" 9 No era nada" 9 +ntes 8as dic8o que era importante" 9 No, no lo es" 9 ;+lgo sore mí< Ella dudó un momento" 9 No" Sore mí"
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attia inclinó la cae>a@ pensó que allí se agotaa una posiilidad, que acaaan de eAtinguirse las invisiles fuer>as de campo que los 8aían mantenido unidos a trav&s del aire" 9 :ueno, adiós 9dijo +lice" La lu> estaa toda dentro ! la oscuridad toda fuera" attia se despidió con un adem2n ! ella, antes de entrar, pudo ver de nuevo el cerco oscuro de la palma, semejante a un símolo misterioso e indelele ! !a irremedialemente 8erm&tico" El avión voló en plena noc8e ! los pocos insomnes que lo vieron desde tierra sólo vislumraron unas lucecitas intermitentes que, como una constelación amulante, surcaan el negro ! fijo firmamento@ ! ninguno de ellos lo saludó al>ando la mano, que esto sólo los ni7os lo 8acen" attia suió al primer taAi de la fila que 8aía frente a la terminal" ?uando pasaan por el paseo marítimo !a se veía una d&il claridad surgiendo en el 8ori>onte" 9 Stop 8ere, please 9dijo al taAista"
9 Bere<
9 =es " Pagó la carrera ! se apeó" Se dirigió por el c&sped a un anco situado a unos die> metros ! que parecía puesto adrede allí para contemplar la nada" ejó el olso de viaje en el asiento pero no se sentó"
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Fna u7a de sol despuntaa !a en el 8ori>onte" $rató de recordar cómo se llamaa en geometría esa figura plana delimitada por un arco ! un segmento, pero no lo consiguió" El sol, como si tuviera prisa por salir, parecía moverse m2s r2pido que en pleno día ! podía perciirse su movimiento" Los ra!os que rasaan la superficie del agua se veían rojos, naranjas ! amarillos ! attia saía por qu&, aunque saerlo no camiaa nada ni lo distraía" La curvada costa era plana ! estaa siendo a>otada por el viento, ! &l era el único que la contemplaa" Por fin la gigantesca ola roja se despegó del mar como una pelota incandescente" Por un instante attia pensó en los movimientos rotatorios de astros ! planetas, en que el sol se ponía de noc8e a sus espaldas ! salía al día siguiente por delante, ! así un día tras otro, entrando ! saliendo del agua, lo mirara &l o no lo mirara" Pura mec2nica, conservación de la energía ! del momento angular, fuer>as que se contrarrestaan, impulsos centrípetos ! centrífugos, tra!ectorias que no podían ser distintas de como eran" Poco a poco los colores se apagaron ! del fondo fue emergiendo el a>ul claro de la ma7ana, invadiendo primero el mar ! luego el cielo" attia se sopló las manos, que el viento salore 8aía entumecido, ! se las metió en los olsillos de la c8aqueta" En el derec8o 8aía algo" Lo sacóC era un papel dolado en cuatro" El número de Nadia" Le!ó la secuencia de cifras ! sonrió" Esperó a que se eAtinguiera el último fulgor violeta del 8ori>onte !, entre la nelina que se disipaa, se encaminó a casa" + sus padres les gustaría aquel amanecer" ui>2 algún día los trajera a verlo, ! luego pasearían 8asta el puerto ! desa!unarían s2ndOic8es de salmón" )l les eAplicaría el fenómeno ! cómo las infinitas longitudes de onda se funden para formar la lu> lanca@ les 8alaría de espectros de asorción ! de emisión ! ellos aproarían sin comprender" El aire frío de la ma7ana le entraa por la c8aqueta pero no quiso cerr2rsela ien@ olía a limpio" Lo esperaa una duc8a, una ta>a de t& caliente ! un día como cualquier otro, ! no necesitaa m2s" +quella misma ma7ana, 8oras m2s tarde, +lice levantó las persianas@ el taleteo de los listones de pl2stico enroll2ndose en la polea la reconfortó" Duera lucía el sol, !a alto"
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$omó un disco de los apilados junto al equipo musical, uno cualquiera" Sólo quería un poco de música que limpiara la atmósfera" Suió el volumen 8asta la primera marca roja del mando" Daio se 8aría puesto 8ec8o una furia" Sonriente, pensó cómo 8aría gritado su nomre, ien fuerte para 8acerse oír por encima de la música ! arrastrando la i con el mentón adelantado"
uitó las s2anas ! las lan>ó a un rincón" el armario sacó otras limpias" -io cómo se aomaan ! se posaan ondulando levemente" amien *ice entonó con vo> algo queradaC « 68 co> not8ing is lost, itWs just fro>en in frost "( Se dio una duc8a con calma@ estuvo un uen rato quieta ajo el c8orro, con la cara levantada" Luego se vistió ! se maquilló mejillas ! p2rpados, mu! poco, casi no se le notaa" ?uando estuvo lista, el disco 8aía terminado 8acía rato sin que ella se diera cuenta" Salió de casa ! cogió el coc8e" + una man>ana de la tienda tomó otra dirección" Llegaría un poco tarde, pero no importaa" Due al parque, donde attia le 8aía contado todo" +parcó en el mismo sitio ! apagó el motor" Le pareció que nada 8aía camiado" Lo recordaa todo tal cual estaa, menos una valla de madera que a8ora cercaa el c&sped" :ajó del coc8e ! se encaminó a la aroleda" La 8iera crujía ajo sus pies, aún fría, ! las ramas estaan cargadas de 8ojas nuevas" Sentados en el anco, el mismo en que tanto tiempo atr2s se sentara ic8ela, 8aía unos c8icos@ sore la mesa, una torre 8ec8a con latas" Los c8icos 8alaan en vo> alta ! uno de ellos gesticulaa imitando a alguien" +lice se acercó prestando oído a lo que decían, ! sin que repararan en ella pasó de largo en dirección al río" esde que los del a!untamiento 8aían decidido tener la presa aierta todo el a7o !a casi no corría agua por allí" La corriente languidecía formando alargados remansos de agua inmóvil, como olvidada" Los domingos de uen tiempo la gente traía tumonas ! tomaa el sol en el cauce" El lec8o era de cantos lancos ! arena fina ! amarilla" En las orillas crecía una 8iera alta que a +lice le llegaa m2s arria de la rodilla" 178
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:ajó al río pisando con cuidado para que el terreno no cediese" ?ru>ó el cauce 8asta llegar al agua" -eía enfrente el puente ! al fondo la cordillera alpina, que en días despejados como &se parecía a tiro de piedra@ sólo las cumres m2s altas estaan aún nevadas" +lice se tumó, para alivio de la pierna coja" Las piedras m2s grandes se le 8incaron en la espalda, pero no le importó" ?erró los ojos ! trató de imaginar que el agua la rodeaa ! la curía" Pensó en ic8elaC cómo se metía en el río ! su cara redonda, que 8aía visto en los periódicos, se reflejaa en las aguas plateadas@ cómo se adentraa en la corriente sin que nadie la viera ! las ropas mojadas ! frías la arrastraan al fondo ! sus caellos flotaan como algas negras@ cómo agitaa desesperadamente los ra>os ! tragaa orotones de aquel líquido frío en que se 8undía m2s ! m2s" = se imaginó tami&n cómo al poco sus movimientos se volvían m2s sinuosos, su racear m2s amplio ! armónico@ cómo sus pies, tiesos como aletas, se movían a la ve> ! su cae>a se volvía 8acia la superficie, por donde aún se filtraa un poco de lu>@ cómo salía a flote ! respiraa !, nadando con la corriente, se dirigía a un lugar nuevo, toda la noc8e, ! finalmente llegaa al mar" +rió los ojos@ allí seguía el cielo a>ul, límpido e inmenso, sin una sola nue" attia estaa lejos" Daio estaa lejos" El agua corría con un murmullo quedo, so7oliento" Se vio de nuevo tendida en aquel arranco, en la nieve, en medio de un silencio perfecto" $ampoco a8ora nadie saía dónde estaa@ tampoco a8ora vendrían por ella" $ampoco ella lo esperaa !a" Sonrió al cielo terso" ?on un poco de esfuer>o podría levantarse sola"
+gradecimientos
Este liro no eAistiría sin *affaella Lops" o! las gracias a, en orden aleatorio, +ntonio Dranc8ini, o! $ereJiev, ario esiati, Giulia Hc8ino, Laura ?erutti, ?ecilia Giordano, mis padres, 179