Capítulo 1: LA NATURALEZA DEL REGISTRO ARQUEOLÓGICO – MICHAEL SCHIFFER. La máquina del tiempo, que ha encantado a generaciones de lectores y cinéfilos, es un artefacto ficticio para transportar personas a través del tiempo. Aunque los arqueólogos agradecerían una máquina del tiempo, estamos satisfechos por el hecho notable de que los objetos fabricados, utiliados y depositados en el pasado sobrevivan a!n en el presente. Los objetos que sobreviven para ser analiados por los arqueólogos e"isten de dos maneras# como !"#$to %#$t&#'o y !"#$to a(u!ol&"#'o. $l !"#$to %#$t&#'o consiste en artefactos que, debido al cambio en su forma, función o uso, son conservados por las sociedades actuales %en ve de ser desechados& y establecen evidencias de conductas anteriores. $n tiendas de antiguedades y museos, por ejemplo, uno puede literalmente tocar el pasado %'elter, ()*(&. $sos artefactos artefactos %y los documentos documentos y fotografía fotografíass que también componen componen el registro histórico& histórico& proporcionan evidencia acerca de disversas conductas, que van desde cómo los hermanos +right construyeron sus primeros planeadores y naves impulsadas a motor %y los adaptaron & a la rutina diaria, hasta una temprana estación de autoservicio de gas. or otra parte, el !"#$to a(u!ol&"#'o contiene objetos culturales depositados que ya no son parte de la sociedad actual. -espués de la recuperación desde el ambiente natural, estas pieas de piedra, cerámica y otros materiales incontables proveen a los arqueólogos de evidencia de formas de vida pasadas. -ebido a que los artefactos en el registro arqueológico pudieron haber sido alguna ve parte del registro histórico, los arqueólogos deben estar preocupados por lo que ambos registros lleguen a ser. $s !til !til para para este punto distinguir entre entre 'o)t!*to $#$t+,#'o y 'o)t!*to a(u!ol&"#'o %chiffer, ()/0& ()/0&.. $l cont conte" e"to to sist sistém émico ico se refi refier ere e a los los arte artefa fact ctos os al mome moment nto o en que que ello elloss está están n participando de un sistema conductual. $sta página y el libro que la contiene están en un conte"to sistémico, al igual que otros artefactos de la vivienda o la oficina del lector. or el contrario, artefactos que interact!an sólo con el medioambiente natural, como aquellos %que se encuentran& encuentran& en un vertedero vertedero %basural&, se dice que están en un conte"to arqueológic arqueológico o %en desuso&. 1omo profesionales de la disciplina que estudia y busca e"plicar el comportamiento humano y la cultura material material en todos los momentos momentos y en todos los lugares lugares %2erenguer %2erenguer ()*34 5ould and chiffer chiffer ()*(4 6eid, 6eid, ciffer and 6athje, 6athje, ()/34 chiffer chiffer ()/7a4 6athje 6athje ()/)&, los arqueólog arqueólogos os tratan con artefactos de ambos %tipos&, conte"to sistémico y arqueológico. 8o es necesario decir que un artefacto artefacto puede moverse moverse muchas muchas veces hacia atrás y adelante adelante entre el conte"to conte"to sistémico y arqueológico. Los estudios en materia cultural etnoarqueológica, e"perimental y moderna tratan artefactos que todavía están en interacción con la gente. in embargo, es de especial interés para la mayoría de los arqueólogos el conte"to sistémico de cosas recuperadas del registro arqueológico# el carácter de la o las sociedades que hicieron, usaron y depositaron esos artefactos. 9ales conte"tos sistémicos son conocibles sólo a través de procesos de inferencia %deducción&. :na infere inferenci nciaa es una declar declaraci ación ón acerca acerca del pasad pasado o apoyad apoyadaa por princi principio pioss y eviden evidencia cia relevante %ver chiffer ()/7a4 ullivan ()/*&. La ;nueva; arqueología o arqueología ;procesual; de la década de ()7< y ()/< promulgaba una visión simplista y enga=osa de la deducción arqueológica. -e acuerdo a los arqueólogos procesuales, el acceso al comportamiento pasado era fácilmente proveído por un conjunto de principios conocidos como correlaciones, los que correlacionan %valga la redundancia& los fenómenos conductuales con los fenómenos espaciales %chiffer
()/3a, ()/7a4 +hittlesey ()/*&. >ill %()/<&, por ejemplo, estableció una tabla de correlaciones vinculando los patrones de matrimonio con la distribución dentro de un sitio de los atributos de estilos de la artesanía %u objetos de arte&. 9ales correlaciones, cuando se aplicaban directamente a ;patrones; encontrados en materiales arqueológicos, se consideraban aptas para producir deducciones confiables. $stos procedimientos de inferencia se basan en la suposición de que las conductas de interés del pasado ??por ejemplo, la organiación social, comportamiento de subsistencia, sistemas de asentamiento?? fueron los !nicos factores determinantes de las propiedades actuales del registro arqueológico. $ste libro demuestra, en algunos detalles, que esa suposición es falsa, como también los procedimientos de inferencia que descansan sobre ella, los cuales son ineficientes e inadecuados. Las correlaciones son claramente necesarias para la inferencia arqueológica, pero esos principios no son suficientes. La resonancia de los procedimientos de inferencia debe reconocer y tomar en cuenta e"plícitamente toda la gama de importantes procesos que forman los registros histórico y arqueológico. Aunque los deseáramos, el pasado ??manifestado en artefactos?? no vendría hacia nosotros sin cambios. La carga que los arqueólogos asumen por acceder al pasado es considerable, la de desenredar los muchos eventos y procesos que contribuyeron a la variabilidad observada en las propiedades contemporáneas del registro arqueológico %6eid ()*3&. 1omo los siguientes ejemplos logran ilustrar, ni el registro histórico ni el arqueológico codifican conductas pasadas de ninguna manera, sujeto a la aplicación directa de las correlaciones. 1onsidere el ;penique negro; %@este fue llamado así porque era una estampilla que costaba un penique y tenía la imagen de la reina ictoria en un fondo negro& de un filatelista %@coleccionista y estudioso de sellos de correo&4 publicada en (*B< por 5ran 2reta=a, esta fue la primera estampilla del mundo. 1omo parte del registro histórico, tales estampas se encuentran hoy en colecciones. Aunque los atributos de la estampa puedan establecer por si mismos evidencias acerca de las técnicas de impresión como también los tipos de tinta y papel usados en 2reta=a a mediados del siglo CDC, hay mucho acerca de su manera de uso que no puede ser inferido de la sola estampa. or ejemplo, nosotros normalmente no podemos saber donde fue enviado o e"actamente hacia dónde. 8o podemos conocer su destino o si fue enviado como una carta personal o de negocios. $stas cosas nunca las sabremos porque la estampa ha sido removida de su envoltorio y de lo que contenía. or supuesto, muchos ;peniques negros; sobreviven con su envoltorio ??y algunas veces con su contenido?? intactos. i tuviésemos é"ito en localiar estas ;cubiertas; , las cuales están mayoritariamente en manos de coleccionistas y comerciantes, tendríamos evidencia relacionada al modo de uso de la estampilla. 9al evidencia no es inequívoca. Eon acaso las cubiertas e"istentes una muestra representiva de todo lo que alguna ve e"istióF E$ra más probable que sobrevivieran los sobres que contenían cartas personales debido a que fueron guardados como recuerdos familiaresF EG pudieron los sobre de negocios, archivados por décadas, haber tenido una mayor probabilidad de construir su camino hacia las manos de los collecionistasF EHue más probable que los sobres persistieran si ellos fueron utiliados para enviar cartas de la ciudad a la aldea, o de la aldea a la ciudad, o de 2reta=a hacia el e"tranjeroF 8o hay raón para suponer que los ejemplos contemporáneos de peniques negros comprenden una muestra representativa de todos aquellos que fueron usados como estampas. Los muchos potenciales sesgos en el registro histórico no se oponen a la contestación de preguntas de investigación relativa a los modos de uso u otro fenómeno sistémico. in embargo, la e"istencia de tales sesgos indica que el investigador debe ??cuando usa la evidencia para inferir conductas pasadas?? investigar para entender cómo el registro histórico fue formado, por lo que los sesgos específicos pueden ser tomados en cuenta con correciones
apropiadas. Gtro ejemplo puede, por así decirlo, iluminar el otro lado de la moneda# el registro arqueológico. upongamos que un arqueólogo del siglo CCD estaba interesado en la moneda de $stados :nidos de la década de ()*<, particularmente en el modo de uso y la preponderacia de varias categorías de monedas y de billetes. La base de información para esta investigación podría consistir en muestras muestras de la basura de secciones bien conservadas de un relleno sanitario de mediados del siglo CC. Las tabulaciones incluirían peniques %@monedas de un centavo&, cinco centavos, die centavos, cuartos %@veinticinco centavos& e incluso algunos dólares. abiendo que la moneda tenía un valor de cambio, independientemente de su condición, el arqueólogo concluiría que esos descubrimientos pudieron no haber sido descartados intencionalmente. Ei la moneda ha sido incorporada a la basura como objetos ;perdidos;, podrían directamente estos artefactos establecer información acerca del modo de uso y frecuencia relativa de varias categoríasF La respuesta a la !ltima pregunta es inequívocamente no. La muestra de monedas perdidas y billetes no reflejan fielmente la frecuencia de estos artefactos en circulación. Las probabilidades de pérdida están condicionadas por varios factores, de los cuales prepondera uno sólo. $l costo de reemplao ??fácilmente determinado en este caso por su valor aparente?? como también su tama=o y las condiciones de uso también afectan las tasas en las que los particulares tipos de artefactos son perdidos y entran en el conte"to arqueológico %ver capítulo B&. 1orrecciones apropiadadas pueden ser hechas por las monedas que están presentes, pero Ecómo puede uno lidiar con monedas y billetes con tan bajas tasas de pérdida que están totalmente ausentes de la muestra arqueológicaF >abría que recurrir a otras líneas de evidencia, especialmente el registro arqueológico sobre la moneda. 1omo un cuidadoso trabajador de campo, nuestro arqueólogo del siglo CCD se ha tomado la molestia de registrar los artefactos asociados a las monedas en orden, para inferir su modo de uso. :na comparación entre los residuos domésticos con los de las empresas revela un fuerte patrón# en relación al peso total del residuo, las monedas son mil veces más abundantes en los depósitos domésticos. obre la base de estas cifras, Eestaría justificado el arqueólogo en concluir que esa moneda fue primitivamente usada en una vivienda doméstica y no en una empresaF $sa conclusión parece absurda, pero sólo porque nosotros estamos íntimamente familiariados con la sociedad que creó el residuo. $n la mayoría de las situaciones arqueológicas, los mayores sesgos en la evidencia no son tan evidentes. Lamentablemente, el registro histórico y el arqueológico tampoco revelan sus secretos sobre el pasado tan fácilmente. 1ada uno debe ser manejado con gran cuidado por el investigador que busca inferir el comportamiento primitivo de la evidencia que sobrevive, la cual ha cambiado de muchas maneras por una variedad de procesos. ara hacer inferencias justificables, el investigador debe considerar y tomar en cuenta los factores que han introducido variabilidad en los registros histórico y arqueológico. Los factores que crean el registro histórico y arqueológico son conocidos como po'!$o$ -! o,a'#&). Los procesos de formación $o) -! -o$ t#po$ /0$#'o$# 'ultual , donde el agente de transformación es el %comportamiento& humano4 y )o'ultual, en el cuales los agentes se derivan de procesos del ambiente natural. Los procesos de formación cultural pueden ser definidos más concretamente como los procesos producto de la conducta humana que afectan o transforman artefactos después de su período inicial de uso en una determinada actividad. Los procesos de formación cultural son responsables de conservar los artefactos en un conte"to sistémico %por reutiliación& para formar el registro histórico %capítulo I&, para depositar artefactos, lo que crea el registro arqueológico %capítulo B&, y para toda modificación cultural ulterior del material en cualquier registro %capítulos 3 y 7&. or supuesto, los procesos
de formación cultural también incluyen las actividades de los arqueólogos en las etapas de recuperación y análisis de la investigación cuando los materiales del registro arqueológico se reinsertan al conte"to sistémico %capítulo (I&. Los procesos de formación no cultural son simplemente cualquier y todo tipo de eventos y procesos del ambiente natural que tengan repercusiones en los artefactos y depósitos arqueológicos. Los procesos de formación no culturales act!an en los materiales culturales todo el tiempo, tanto en el conte"to sistémico como arqueológico, y son responsables por lo que se deteriora y por lo que se preserva %capítulo /&, por el colapso de estructuras y la acumulación de sedimentos, por una serie de trastornos que van desde terremotos hasta gusanos de tierra, y por la deposición de evidencia ?ecofactos? relevante para inferir las condiciones medioambientales primitivas %capítulos * y )&. %$cofactos, que se pueden acumular en los sitios u otras localidades independientemente de la conducta humana, comprenden el registro del medioambiente4 ellos no son abordados en este trabajo&. érdida, desecho, reutiliación, decadencia y recuperación arqueológica se cuentan entre los diversos procesos de formación que, en un sentido, median entre los comportamientos de interés del pasado y sus rastros sobrevivientes. -ebido a que los procesos de formación operan de manera sesgada, los registro histórico y arqueológico no pueden ser tomados por su valor aparente, como demuestran los ejemplos de la estampilla y la moneda. $n lugar de ;leer; aquellos registros de una manera directa y superficial, el arqueólogo se ve obligado a investigar por si mismos los mismos procesos de formación, evaluando y corrigiendo sus muchos efectos.
Co)'!p'#o)!$ "!)!al!$ -! lo$ po'!$o$ -! o,a'#&). La toma de conciencia de algunos procesos de formación específicos y sus efectos en la evidencia del pasado se puede encontrar en toda la historia de la arqueología. -e hecho, varias de las más celebradas controversias de la disciplina, incluyendo el establecimiento de la contemporaneidad de la fauna e"tinta y humanos en el iejo y 8uevo 'undo %5rayson ()*I4 'elter ()*I&, en gran parte se deben a los procesos de formación. in embargo, no fue hasta la década de los /< que los investigadores comenaron a apreciar que, virtualmente, cada inferencia envolvía alguna referencia ??implícita o e"plícita?? a los procesos de formación. Al mismo tiempo fue reconocido que, con el fin de construir una base sólida para la inferencia arqueológica, nuevos pricipios de procesos de formación tendrían que ser establecidos y aplicados de una manera completa y sistémica. >oy en día e"iste un acuerdo general sobre la necesidad de tomar en cuenta los procesos de formación en la inferencia %@creo que con inferencia se refiere a deducción, aunque también podría ser inducción, porque trata sobre cosas empíricas de las que se sacan conclusiones&. or otra parte, varias estrategias de investigación, incluyendo a la arqueología e"perimental, la etnoarqueología, la arqueología histórica, la geoarqueología y la tafonomía %@parte de la paleontología que estudia los procesos de fosiliación y la formación de los yacimientos fósiles ?seg!n JiKiJiKi& de vertebrados han comenado a suministrar nuevos principios. 8o obstante, ninguna concepción teórica de los procesos de formación ha sido ampliamente adoptada. $ste libro presenta los principios más importantes de los procesos de investigación dentro de un marco teórico ??la perspectiva de transformación de la arqueología conductual?? que ha tomado forma durante la !ltima década y media. Antes de presentar otros elementos de la teoría de transformación %ver también 6eid ()*34 ciffer n.d.a&, me dirijo primero a diversas concepciones de la naturalea de los procesos de formación sobre los cuales se construye la teoría de la transformación. :na concepción general de los procesos de formación, que se lleva a cabo implícitamente por muchos investigadores, es la visión entrópica. Los fundamentos de esta posición fueron
elegantemente articulados por Ascher %()7*& en uno de los primeros tratados generales de los procesos de formación. $l sugirió que la ;línea de tiempo; reduciría progresivamente la cantidad y calidad de la evidencia sobreviviente en el registro arqueológico. La visión entrópica implica que nuestro potencial conocimiento del pasado está directamente relacionado con el estado de conservación, el cual , a su ve, está condicionado por el tiempo transcurrido desde la depositación cultural. $s decir, sitios antiguos contienen menos información que los sitios recientes porque quedan menos artefactos y estos han sufrido mayores alteraciones. Aunque esta posición es ine"pugnable %@difícil de alcanar o persuadir& como una generaliación estadística, tiene I e"cepciones generales importantes. %(& -ebido a que la degradación es causada por procesos específicos ??y no sólo por el paso del tiempo?? depósitos establecidos al mismo tiempo, pero sujetos a distintos procesos de formación, varían en su grado de conservación. or lo tanto, los depositos deben ser evaluados por su potencial información %o limitaciones& en una base case?por?caso. %0& Dncluso en un depósito muy degradado, algunas inferencias ??a menudo muy importantes?? pueden ser hechas con confiana. Aunque el mismo Ascher no descartó por completo la posibilidad de hacer tales inferencias, partidarios actuales de la visión entrópica, especialmente de los estudios de gestión de los recursos culturales, ;cancelan; a veces sitios demasiado perturbados. %I& 'ateriales importantes, especialmente los ecofactos, se agregan al registro arqueológico a través de procesos medioambientales4 tales artefactos sirven como evidencia para una reconstrucción paleoambiental, y así inferir cuál proceso de formación no cultural actuó en un depósito %5ifford ()*(& y para comparar las contribuciones relativas de las deposiciones culturales y no culturales %2rieur ()//&. or lo tanto, cierta información de interés arqueológico se acumula a través del tiempo %ullivan ()/*4 5ladfelter ()*(#IB)&. A pesar de su atractivo intuitivo, la visión entrópica nos lleva sólo una parte del camino hacia una comprensión general. in embargo, Ascher realió un servicio importante por llamar la atención a los procesos de formación y a la necesidad de tomarlos en cuenta en la inferencia %inducción&. $n ()/<, 1oJgill construyó una concepción de los procesos de formación fundamentada en la idea del muestreo estadístico. $l se=aló que uno tiene que reconocer las discontinuidades entre las tres poblaciones básicas de interés para los arqueólogos# %(& eventos en un sistema conductual primitivo, %0& los artefactos creados y depositados por ese sistema %las ;consecuencias físicas; de la población& , y %I& los artefactos que permanecen y que son encontrados por los arqueólogos %los ;hallagos físicos; de tal población&. 1on respecto a las relaciones entre las dos !ltimas poblaciones, 1oJgill %()/<#(7I& se=aló, ;las consecuencias físicas de una población están determinadas completamente por las actividades de algunas personas del pasado. Los hallagos físicos de una población dependen de actividades humanas arcaicas, pero también en eventos posteriores, humanos o inhumanos, y sobre las técnicas, conceptos y equipamiento de los investigadores;. >aciendo hincapié en las discontinuidades de la población, 1oJgill prepara el escenario para ver los procesos de formación como agentes de sesgo dentro de un marco de muestreo. La descripción más e"plícita y detallada de la visión de ;sesgo en el muestreo; se ofreció por 1ollins %()/3&. $l reconoció más poblaciones que 1oJgill e hio hincapié no sólo en la reducción en el n!mero de artefactos de una población a la siguiente, sino en la probabilidad de que los procesos de formación actuaban selectivamente. $ntonces, cada población era una muestra potencialmente sesgada de la población anterior que, a su ve, era en sí misma una muestra potencialmente sesgada# ;odemos ver estas discontinuidades como sesgos de muestreo en el sentido de que lo que recuperamos y observamos no representa proporcionalmente cada aspecto de la conducta antecedente; %1ollins ()/3#0)&. :n n!mero creciente de estudios etnoarqueológicos apoyaron drásticamente la afirmación de que los procesos de formación,
especialmente el abandono del sitio y la descomposición de materiales inorgánicos, crean un registro sesgado de artefactos de sociedades arcaicas %por ejemplo 2onnichsen ()/I4 -avid ()/(4 Lange and 6ydberg ()/04 6obbins ()/I4 tanislaJsKy ()7)a, ()7)b&. Así, en la tafonomía de vertebrados, muchos estudios actualistas reforaron la visión de sesgo en el muestreo %por ejemplo, 2ehrensmeyer and >ill ()*<, 2rain ()*(4 5ifford ()*(4 hipman ()*(&4 de hecho, los procesos tafonómicos están referidos a menudo, por sí mismos, como sesgos %por ejemplo, 2rain ()*(#/4 5ilbert and inger ()*0&. La idea del sesgo en el muestro, aunque sufre de algunas de las mismas limitaciones que la visión entrópica, fue una paso adelante porque reconoció tácitamente que los procesos de formación funcionan seg!n modelos. Gtra concepción de los procesos de formación que se desarrolló en los /ay que tomar en cuenta que los procesos de formación tienen un efecto sesgatorio que también se reconoce que tiene consecuencias predictibles ??las cuales pueden ser descritas por leyes. Los cuerpos de teoría identificados por 1larKe %()/I& e"presan una creencia similar en la naturalea nomotética de los procesos de formación. 9rabajos recientes en 9afonomía, geoarqueología, arqueología histórica, etnoarqueología y arqueología e"perimental respaldan los principipales principios de la opinión transformista. >a sido demostrado que los procesos de formación %(& transforman los artefactos formal, espacial, cuantitativa y relacionalmente %0& pueden crear patrones de artefactos incone"os de los comportamientos pasados de interés y, %I& e"hibir regularidades que pueden ser e"presadas como leyes %usualmente estadísticas&. Los descubrimientos específicos de estos estudios forman la base de las siguientes partes de este libro.