LA NACIÓN SOÑADA. VIOLENCIA, LIBERALISMO Y DEMOCRACIA EN COLOMBIA.
LUIS FERNANDO BERROCAL MONTERROSA ESTUDIANTE
JAIME ANDRES ARARAT HERRERA PROFESOR
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA FEACULTAD DE INGENIERIAS INGENIERIA INDUSTRIAL
MONTERIA- CÓRDOBA SEPTIEMBRE-2016
EDUARDO POSADA CARBÓ, LA NACIÓN SOÑADA. VIOLENCIA, LIBERALISMO Y DEMOCRACIA EN COLOMBIA, BOGOTÁ, GRUPO EDITORIAL NORMA, 2006, 383 PÁGINAS. El libro escrito a manera de ensayo por el historiador y columnista Eduardo Posada Carbó describe como está configurada la nación colombiana y como sus más ilustres exponentes artistas e intelectuales crean una identidad de país que traspasa fronteras. Además, el autor señala en la parte inicial de su discurso que para nadie es ningún secreto que la historia de Colombia este indudablemente caracterizada por eventos de violencia y calamidades sociales sin embargo por ningún motivo se debe pensar que la identidad nacional del colombiano se relacione directamente con violencia y miedo. Por otra parte, Posada Carbó resalta como durante entre 1994 y 1999 se hace notorio el falso discurso de identidad colombiana que erráticamente se propaga, es decir la idea de país con baja autoestima social, indiferente e intolerante que se aleja de la idea de buen país y de nación soñada. Se puede notar entonces, que el autor señala como el lenguaje colectivo de la sociedad colombiano se autodefine como criminal y violento. En este mismo orden de ideas, Posada Carbó pone a García Márquez como principal exponente de este lenguaje criminalizado; así mismo, la idea de país donde se asesinan unos a otros, dicha por Ernesto Samper Pizano en 1994 en su primer magistratura. Pero, posada Carbó deja claro un punto muy importante: no se puede culpar a todo un país por los horrores de la violencia, por ello es imperativo diferenciar entre criminales, quienes propician la cultura de la muerte las víctimas y a la justicia misma, con el fin de reconocer la falsa imagen de país que tanto se profesa. En palabras del mismo autor Los colombianos ni cándidos ni mucho ilusos. En esta misma línea, Otro importante tema abordado en el libro la nación soñada de Posada Carbó, es sobre exorcizar a la violencia. El autor se remite a eventos que tuvieron lugar en el siglo xix, tal como
las guerras civiles, descritas por él mismo como intentos de
democratización frustrados. Además, Posada Carbó señala como la violencia bipartidista entre liberales y conservadores durante los años1940 y 1960 evidencian un pasado violento. Otro aspecto mencionado en el libro es acerca de la intolerancia. Por esa razón, Posada Carbó,
referencia algunos autores tales para entender
porque
Colombia es un país
intolerante. Es el caso de Carlos Uribe Celis dice que se trata de un “defecto” y que es debido
“ a la herencia española”; Fabián López de la Rocha considera que es debido a el fanatismo religioso promovido por el régimen político de Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro ( constitución de 1886) así como la división de liberales y conservadores. El autor del libro sostiene que durante la segunda mitad del siglo xix las dinámicas de intolerancia y exclusión se hicieron más visibles en el frente nacional entre 1958 y 1974. Al realizar este recorrido histórico el autor busca desmentir el concepto de país violento y la cultura de la violencia del cual muchos alardean. Por eso, Posada Carbó reafirma que no todos los colombianos son culpables de las muertes o crimines que ocurren en Colombia. No se puede caer el grave error de estereotipar a toda una nación llamándola violenta. Posada Carbó advierte que el liberalismo en Colombia (1848) y la democracia han estado en distintas direcciones, no obstante llegaron a fusionarse en lo que se conoce como un sistema democrático- liberal extendido tras el final de la segunda guerra mundial (1945). El autor del libro expresa a través de Bobbio
que
el liberalismo
y la democracia
históricamente no han seguido los mismos intereses pero que contradictoriamente se han prestado apoyo surgiendo así como la democracia liberal. El autor del libre no tarda en notar en las revisiones históricas del estado colombiano al igual que sus gobiernos, tendencias como: la existencia limitada del poder, división de los sectores productivos. Siendo culpable el poder ejecutivo. Empero, fue la constitución de 1991 que representó la ruptura radical de estas divisiones, al igual que la concepción limitada de poder, es decir, la autonomía al Banco de la Republica, elección popular de gobernadores y la regionalización del país.
MUCHAS ELECCIONES Y MUCHO PUEBLO Desde la que la gran Colombia se disolvió en 1830 la población colombiana se ejercido el derecho al voto 46 veces para elegir al presidente. Se han elegido presidentes cada cuatro años 1832 y 1863, cada dos años hasta 1886, desde ahí cada seis años hasta 1910. En el siglo xx durante el periodo radical 1863 y 1886 integrado por un grupo de liberales que en ese momento de la historia se presentaba como el más progresista defendía de las libertades individuales las votaciones variaban de estado en estado. Estos sucesos electorales de gran correncia Posada Carbó los considera como ejemplos del largo proceso de gestación de la cultura electoral colombiana:
1948 creación de la corte electoral y la registraduría, se avanzó en la solidificación nacional de la organización electoral.
1836 y 1837 desarrollo de una cultura de litigio electoral
1839 Aumento el nivel de interés de los ciudadanos a las leyes de elecciones
1923 se completaron los escrutinios todos los partidos se consideraban ganadores.
QUIEBRE, RESTAURACIÓN Y ASEDIO
1910 El proceso de expansión de la ciudadanía se aceleró.
Entre 1930 y 1950 los colombianos ejercieron el derecho al voto, aproximadamente 15 veces.
1936 bajó el sufragio universal masculino.
1947 se empezó a votar por senadores, quienes habían sido elegidos desde 1886 por las respectivas asambleas departamentales.
1958 y 1974 el frente nacional es criticado como fuente de los problemas de la época, o sea, “una de las épocas más retrogradas de la historia moderna del país” una “monstruosidad política” “la negación de la democracia”.
Posada Carbó, sugiere que las tradiciones democrático- liberales no son perfectas y que despiertan en muchas personas rechazo, la historia es testigo de ello.
INTELECTUALES EN TIEMPOS DE CRISIS
En la década de 1960 las tradiciones liberales y democráticas fueron perdiendo defensores intelectuales
1970 lucha armada, fin del frente nacional
Básicamente, el autor del libro expone el abandono intelectual de la democracia liberal colombiana.
LA NACIONALIDAD EN MANOS LETRADAS En esta sección del libro, el autor solo destaca como notables escritores despreciaban las instituciones democrático -liberales.
1949 cierre del congreso
1953 y 1957 dictadura del general Rojas Pinilla
1997 publicación del libro ¿Dónde está la franja amarilla? De William Ospina, durante la crisis de los escándalos de la elección del presidente Samper.
1958 nacimiento del nadaísmo, "El nadaísmo nació en medio de una sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a cachuchas sudadas de regimiento, apestaba a sotanas sacrílegas de sacristía, apestaba a factorías que lan zaban por sus chimeneas el alma de sus obreros, apestaba al pésimo aliento de sus discursos, apestaba al incienso de sus alabanzas pagadas, apestaba a las más sucias maquinaciones políticas, apestaba a cultura de universidad, apestaba a literatura rosa, apestaba a jardín infantil, apestaba a genocidios, apestaba a miserias, apestaba a torturas, apestaba a explosiones, a pactos, apestaba a plebiscitos, apestaba a mierda. Entonces un grupo de jóvenes dejó su Coca-Cola a medio tomar para gritar: BASTA"1
1
J. Mario: "El nadaísmo a la luz de las explosiones", Magazín Dominical de El Espectador, abril 16 de 1967, pp. 11-15.
LAS IDEAS Y EL FUSIL
Colombia: país formal y país real de Diego Montaña Cuéllar (1963) como obra intelectual que justifica la rebelión.
Las consignas del frente unido en 1965 legitimaban abiertamente la insurrección.
CONTRA CORRIENTE
La intelectualidad de izquierda no tenía contendores en los estrados universitarios.
REFLEXIONES FINALES
Como reflexiones finales el autor Eduardo Posada Carbó da una serie de conclusiones en torno a lo que significa esa anhelada nación soñada:
Hay que reconocer la existencia de la nación desde fechas tempranas. No es fácil comprobar como las ideas predominantes influyen en los comportamientos colectivos.
El desprecio por la democracia liberal fue una actitud generalizada entre amplios sectores intelectuales.
Ser leales a la nación soñada.