LA HUMILDAD LECTURA BÍBLICA Antifonal:
S. LUCAS 14:1-14; I PEDRO 5:1-14.
TEXTO AUREO: MIQUEAS 6:8. TAREA BÍBLICA: Leer con cuidado las siguientes citas Bíblicas.
1. Como la Humildad lleva a la grandeza. JUECES 6:11-24 2. Los resultados de la Humildad. SALMOS 34:1-22 3. Jesús enseña respecto a la Humildad. S. MATEO 10:20-28 4. Jesús da un ejemplo de Humildad. S. JUAN 13:1-15 5. La Humildad del Apóstol Pablo. FILIPENSES 3:1-14 6. Un llamado a la Humildad. SANTIAGO 4:1-10 PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Se busca estimular el florecimiento de la Humildad Cristiana en otros alumnos, para evitar así las fricciones que se presentan en la y ante todo, para que aprendamos a seguir el ejemplo de Aquel que dijo que El "era manso y humilde de corazón".
COMENTARIOS:
La Humildad consiste en reconocer y tomar el lugar que a uno le corresponde y aceptar de buena gana el lugar que le corresponde corre sponde a los demás. La mayoría mayoría de los seres humanos humanos se rehúsa a observa observarr las reglas reglas de Cristo Cristo,, porque porque la naturaleza humana es dada a buscar la ostentación y la honra. Es indiscutible que hay diferencias entre las personas y sus talentos y facultades, pero el Señor, por su palabra nos enseña que la grandeza y la honra se obtienen por medio de la Humildad. Lo malo consiste en que muchos se niegan a practicar la Humildad, porque quieren ser honrados ahora, delante de los hombres, mientras que el Señor quiere honrar a su debido tiempo y delante de sus ángeles. La Humildad es una virtud, que solo puede cultivarse en la vida de un verdadero seguidor de Cristo; el mundo aborrece y persigue a los humildes, Pero Dios se complace en aquellos que prescindiendo del orgullo, la ostentación de riquezas, clase social, cultura, raza, etc. no afectan superioridad por lo que son o lo que tienen, sino que se esconden en Cristo y caminan sin altivez.
Los hombres que se consideran grandes, que se enorgullecen de ellos mis, más son soberbios, viven en altivez, pero los que consideran .la grandeza de Dios, piensan como David, que siendo Rey, sin embargo en sus reflexiones dijo; "'Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que Tu formaste, digo; ¿Qué es el hombre para que tengas de el memoria? ¿Y el hijo del hombre para que lo visites?" En efecto, viendo el cielo y considerando la grandeza de Dios, tenemos que vernos a nosotros mismos tal como somos: Insignificantes criaturas. Saulo de Tarso, respiraba amenazas contra el pueblo de Dios, porque no conocía a Cristo, Cristo, pero una vez que tuvo la oportunidad de conocerlo, en e n el camino a Damasco, humildemente dijo: Señor, ¿Qué quieres que haga? Desde ese momento deja de ser el orgulloso fariseo para convertirse en el sumiso y humilde Discípulo de Cristo. Tanto mas elevado fue su categoría en el ministerio, más destacada fue su humildad. Mientras el altivo general, Naamán el sirio, permaneció orgulloso, vociferando frente a la casa de Eliseo, estuvo leproso; pero, cuando humildemente se zambulló siete veces en el río Jordán, fue limpio de su lepra, El se había formado su propio modo de creer, había pensado en que las cosas serían de acuerdo a su orgullo y casi precipita un conflicto, una guerra entre dos naciones; pero, cuando fue suavemente evangelizado por uno de sus criados, que hizo desvanecer su orgullo, su altivez y equivocado concepto de grandeza, todo cambió para aquel general y también para todos los de su pueblo. El pasaje de Miqueas Miqueas 6:8 presenta que es lo que realmente realmente agrada a Dios; se le pueden ofrecer sacrificios, holocaustos, becerros, diez mil arroyos de aceite y aun ofrecer en sacrificio a su propio hijo primogénito, pero Dios, cuya sabiduría es igualmente profunda; y senci sencill llaa solo solo pide pidenn que que los los homb hombres res vivan vivan just justam amen ente, te, amén amén la mise miseric ricord ordia ia y SÉ HUMILLEN- delante de El, no para zaherirlos, sino para llenarlos de su gloria y bendición. La poca práctica de esta virtud se debata que tenemos un concepto muy elevado de nosotros mismos; si somos discípulos del Señor Jesús, estamos obligados a seguir el ejemplo de nuestro maestro quien no vino para ser servido sino para servir y dar su vida por los demás. demás. Muchas veces no se pone en práctica la humildad, porque la mayoría de las personas cree que esta es una práctica de los cobardes y de los mediocres. Tener humildad no significa que hemos perdido algo, sino que hemos tomado el camino que nos llevara a cultivar todas las gracias. La persona humilde siempre encuentra un lugar y un motivo para servir a los demás, y tarde que temprano se ganara la simpatía, simpatía, el aprecio y la admiración admiración de los demás, mientras mientras que el soberbio, el altivo se mantiene en esa posición, gracias a su fuerza, a su actitud impositiva y al miedo que los demás le tienen.
El que se humilla muestra que ha aprendido a dominarse a sí mismo y que ha dominado sus instintos inferiores y siente en su propia vida la gracia de Dios y esto es .motivo, á quienes lo rodean. Si som somos alti altivo vos, s, orgu orgullloso lososs y llen llenos os de sobe soberb rbiia, nu nunc ncaa po podr drem emos os agra agrada dar r a nues uestro Padr adre Celesti stial, pues la ben bendició ción de Dios sol solo se prove ovee para los que son humildes de verdad. Finalmente, solo por medio de la humildad podemos colocarnos ante Dios con sinceridad y honest hon estid idad ad y recon reconoce ocerr que cuan cuando do habl hablaa se refi refier eree a no nosot sotros ros y no a los los demá demás, s, reconociendo que son malos nuestros caminos y que los Caminos de El son justos y rectos. Aceptamos sus amonestaciones y sus consejos y procedemos a guardar sin reproche todo lo que El nos manda.