LA COOPERACIÓN HUMANA EN LA JUSTIFICACIÓN LA JUSTIFICACIÓN La gracia que justifca al hombre es un impulso que mueve y ayuda al hombre en su camino hacia Cristo. Ahora, la gracia, ¿qué respuesta provoca en el hombre? Lo veremos en cuatro apartados La doctrina b!blica, lo que dice el concilio de "rento, la controversia con el agustinismo heterodo#o y la re$e#i%n especulativa de la teolog!a contempor&nea.
LA DOCTRINA BÍBLICA. 'n toda la 'scritura los pecadores son e#hortados a la conversi%n para reconciliarse con (ios ) como un comportamiento posible y necesario. *ero por una parte, el pecador por s! mismo es absolutamente incapa+ de dar incluso los primeros pasos hacia la justifcaci%n - por otra parte, el hombre, aunque pecador, sigue siendo libre y es responsable de su destino eterno . La soluci%n no puede consistir ni en la negaci%n de la incapacidad humana ni en la supresi%n de la libertad. libertad. La verdadera soluci%n, soluci%n, recurre recurre a la gracia divina que act/a en el cora+%n del pecador. pecador. La vuelta a (ios incluye varios actos libres, suscitados por la gracia, entre los cuales encierra especial importancia la esperan+a del perd%n 0, a la que hay h ay que a1adir el aborrecimiento de los pecados cometidos y el pro2p%sito de una nueva vida 3. *ablo, *ablo, por su parte desarrolla una teolog!a de la 4e que es ra!+ y 4undamento de la justicia. 5n te#to de especial relevancia lo tiene 6om. , )2) que se divide en tres partes )7 los vv. )20 contraponen la salvaci%n mesi&nica al estado in4eli+ de la humanidad- 7 los vv. 328 indican la redenci%n en la sangre de Cristo- y 7 los vv. 92) e#plican c%mo el hombre es justifcado por la 4e. *ablo no e#plica en este lugar en qué consiste la 4e justifcante, pero manifesta que incluye la confan+a en (ios. Creer en (ios quiere decir esperar en su ayuda, pero incluye también un elemento intelectual, un asentimiento que acepta como verdadero los hechos y palabras de :es/s. La 4e tiende a la acci%n, es un acto de obediencia a (ios que produce obras en con4ormidad con lo que se cree- impulsa a obrar seg/n la ley de la caridad, es una adhesi%n a Cristo. La carta a los ;ebreos e#cluye que la justifcaci%n sea posible sin la 4e. <=in 4e es imposible agradarle, pues el que se acerca a (ios ha de creer que e#iste y que recompensa a los que le buscan> ;eb. )),8. La e#presi%n
indica una trans4ormaci%n que no es m&s que la justifcaci%n, imposible sin la 4e. La preparaci%n para la justifcaci%n seg/n la 'scritura, es bastante compleja, pues lleva varios elementos. As!, As!, la justifcaci%n se entiende entiende por 4e, por temor, por caridad. *or ejemplo en Lc. 9, 0923, el evangelista atribuye la remisi%n de los pecados en una ocasi%n al amor y en otra a la 4e. ) *or ejemplo, ejemplo, '+ )@, ),- ac ),20- Bt ,)2)- 0,)90,)9- Lc 0,09- ;ech ,@,)- ,)- etc. :n 8,00.83- '4 ,)2) 'clo )3,))2)9- Bt ,9- 3,)208 0 Bt ,- Bc ,3 3 Ds ),)82)9- :er 0,)0- 29,92)29,92)- Cor 9,@2) )
'ntre cat%licos y protestantes se ha discutido mucho si la 4e necesaria para la justifcaci%n es, seg/n la 'scritura, un asentimiento intelectual o una confan+a a4ectiva. La realidad es, que este término no tiene s%lo un signifcado genérico, sino que se utili+a de modo oscilante. 'n *ablo signifca la adhesi%n total a (ios, 4e viva y 4ormada, impregnado de esperan+a y caridad, y siendo as!, la 4e sola justifca. *or eso, cuando dice que las obras no justifcan, e#cluye el valor meritorio de las obras respecto a la justifcaci%n- cuando =antiago afrma que la 4e est& muerta si no hay obras, reacciona contra una especie de quietismo. Eo es posible una 4e genuina sin obras. La doctrina b!blica nos afrma que la justifcaci%n es un don gratuito de la misericordia divina 8. La 4e, seg/n *ablo, para la justifcaci%n, la 4e no es s%lo una condici%n Fun elemento cuya presencia se necesita, pero que no ejerce ning/n in$ujo en la justifcaci%n7, ni solamente una disposici%n negativa Fque no hace m&s que quitar obst&culos que pueda haber para la acci%n de (ios7, sino una disposici%n positiva Fque prepara al sujeto para recibir la acci%n justifcante de (ios7.
EL CONCILIO DE TRENTO La doctrina de la 6e4orma afrma que el pecado original ha corrompido totalmente al hombre. Lutero admite que el hombre es libre en las decisiones cotidianas de la vida pr&ctica, en orden a aquellos fnes que son in4eriores al hombre- pero niega que el hombre sea capa+ de elevarse sobre s! mismo, para someterse a la voluntad divina. 'l hombre no sometido por el 'sp!ritu =anto est& dominado por la concupiscencia, seg/n Lutero, el pecado radical. Lutero no pudo ya admitir que el hombre sea capa+ con sus propios actos de prepararse para la justifcaci%n. La 4e es el abandono total del hombre. Eo se trata de una 4e hist%rica, sino fducial, que es el camino para obtener la justifcaci%n de (ios, y tiene que ser considerada /nicamente como un instrumento, con el que hacemos nuestra la justicia de Cristo, o sea, es una condici%n necesaria para que pueda reali+arse ese intercambio, por el que Cristo asume nuestros pecados y nos imputa su justicia. 'l concilio de "rento en la sesi%n GDD conden% el 4undamento de la doctrina re4ormada, defniendo que el libre albedr!o no ha quedado e#tinguido ni es capa+ solamente de pecar, aunque haya sido atenuado 9. '#plica adem&s los actos por los que los pecadores, bajo impulso de la gracia, tienen que prepararse para la justifcaci%n. 'st&n la 4e, entendida como un asentimiento intelectual que es libre, con el que el pecador se mueve libremente hacia (ios, creyendo que es verdadero todo lo que ha sido revelado y prometido por (ios. 'st& el temor como una toma de posesi%n a4ectiva, que lleva al aborrecimiento del pecado, que supone la 4e y unida a la consideraci%n de la misericordia divina. =e requiere adem&s el dolor de los pecados cometidos, el prop%sito de observar los mandamientos divinos. 8 6om ,0- )),8- '4 ,@ 9 ( )3), )333, )338
H4rece el concilio la e#plicaci%n cat%lica de las afrmaciones paulinas. =omos justifcados ya que es el principio de la humana salvaci%n, el 4undamento y ra!+ de toda justifcaci%n. <"oda justifcaci%n> signifca que la 4unci%n de la 4e se refere, bien a todo el proceso de la justifcaci%n, bien al desarrollo posterior de la justicia que se ha recibido. Adem&s esta justifcaci%n es gratuita y nada de aquello que precede a la justifcaci%n sean 4e u obras, merece la gracia misma de la justifcaci%n. La 4%rmula seg/n la cual el hombre es justifcado solamente por la 4e es herética si se la entiende en el sentido de no requerirse nada m&s con que coopere a conseguir la gracia de la justifcaci%n, pero no se condena si lo /nico que quiere e#cluir es que una obra humana pueda merecer la justifcaci%n. =e e#cluye que la 4e justifcante sea solamente una confan+a en la misericordia divina, y que sea necesario para la justifcaci%n el que el penitente crea con certe+a que sus pecados han sido ya perdonados @.
LA CONTROVERSIA CON EL AGUSTINISMO HETERODOXO 5na notable corriente de la teolog!a cat%lica cuyos iniciadores 4ueron Biguel Iayo y Cornelio :ansenio, creyeron que podr!an de4ender mejor la doctrina cat%lica volviendo a Agust!n. =in embargo, los jansenistas utili+aron e#presiones agustinianas 4uera de su conte#to hist%rico y adem&s quisieron encontrar en s%lo Agust!n toda la doctrina de la gracia. 'ste doble error Fhist%rico y metodol%gico7 hi+o in/til y perjudicial este es4uer+o. :ansenio dec!a en su Augustinus que Agust!n 4ue elegido por (ios para darle a la Dglesia la inteligencia de la doctrina revelada sobre la gracia. 6echa+a la defnici%n escol&stica de libertad, pues para Agust!n, dice, el libre aquél que es due1o de sus actos, el que hace lo que quiere, sin constricci%n y sin violencia de ninguna clase, porque as! lo quiere. "odo lo que la voluntad quiere es libre. =olamente no es libre, lo que no es voluntario, como nacer, crecer, dormir, etc. (istingue entre lo que pertenece a la esencia de la libertad y lo que, por el contrario, le es accidental y que depende del estado en que se encuentra. *or ejemplo, el hombre no habr!a podido ser creado por (ios con la concupiscencia, que actualmente lo lleva irresistiblemente hacia el pecado, pues se desencaden% tras el pecado original y a la cual el hombre cede voluntaria pero inevitablemente, la posibilidad activa de elecci%n entre el bien y el mal ha quedado destruida por el pecado original. 'l hombre se ve liberado de esto, solamente cuando (ios, por los méritos de :esucristo, trans4orma sus inclinaciones d&ndole el gusto por las cosas celestiales. Los infeles no reali+an ninguna obra buena, pues lo primero que (ios da es la 4e, la /nica que permite endere+ar las propias acciones hacia el /ltimo fn. Las condenaciones del jansenismo. Dnocencio J fja la noci%n dogm&tica del libre albedr!o. La Dglesia ense1a que en el hombre, incluso después del pecado original, permanece de suyo una posibilidad activa de evitar el mal y elegir el bien. Eo signifca que la libertad no haya quedado debilitada por el pecado original, as! como por otras causas, en algunos hombres haya quedado e#tinguida. Alejandro GDDD afrm% que un acto es pecaminoso solamente cuando @ ( )382)380
procede de una voluntad internamente libre para escoger entre el bien y el mal. *io GD afrm% que es preciso admitir que en el h ombre, no hay solamente concupiscencia pecaminosa o caridad meritoria, sino que hay a4ectos medios, laudables por su propia naturale+a, que son 4ruto del deseo de la bienaventuran+a y de la inclinaci%n natural al bien, pues en el pecador quedan algunas huellas de la imagen de (ios, que el pecado no logra borrar por completo.
REFLEXIONES ESPECULATIVAS. '#iste una relaci%n entre los actos preparatorios y la justifcaci%n sin esos actos, el adulto no queda justifcado, de ellos depende la medida de la gracia santifcante. =on verdaderas disposiciones que hacen al sujeto positivamente capa+ de ser justifcado. 'mpe+aremos resumiendo algunos elementos que son admitidos como ciertos por todos los te%logos contempor&neos )7 (ios no justifca nunca a un pecador que no esté por lo menos atrito. 7 'l hombre contrito est& ya justifcado. 7 La preparaci%n para la justifcaci%n, normalmente se da a través de un proceso de per4eccionamiento ético y religioso Frelaci%n flial con (ios7. 07 'sta preparaci%n es producida por la gracia divina. 37 'l hombre en la etapa de preparaci%n imper4ecta para la justifcaci%n, que no hay llegado a la caridad, no tiene la gracia santifcante y sigue estando e#cluido del reino de los cielos. 87 'l pecador puede ser justifcado en el sacramento del bautismo y en el de la penitencia, aunque solamente tenga una preparaci%n imper4ecta para la justifcaci%n. 97 Los ni1os bauti+ados antes del uso de ra+%n est&n justifcados, a pesar de que son incapaces de aceptar personalmente la gracia, aunque su justicia no tiene la per4ecci%n que alcan+ar& en el uso de ra+%n. La teolog!a postridentina pon!a de relieve la trascendencia de la gracia santifcante y la efcacia de e# opere operato de los sacramentos apoy&ndose en el siguiente ra+onamiento si las disposiciones 4uesen absolutamente necesarias, no se podr!an admitir e#cepciones Fcomo los ni1os o adultos solamente atritos7. 'sto signifca que las disposiciones para la justifcaci%n no se derivan de la naturale+a misma de la justifcaci%n, llegando as! a dos caminos para ello uno, a través de la disposici%n per4ecta del acto de caridad, el otro a través de la disposici%n imper4ecta de la atrici%n m&s el sacramento. La b/squeda de nuevas soluciones se inspir% sobre todo en la consideraci%n personalista de la vida de gracia que, poniendo de relieve en la condici%n del hombre unido a Cristo una nueva toma de posici%n para con (ios, es m&s sensible a la necesidad de una trans4ormaci%n psicol%gica en el pecador que se hace justo. 'l 4undamento se encuentra en la diversidad de condiciones psicol%gicas, en que se encuentra el hombre en el estado de pecado personal donde el propio ego!smo es la norma suprema de vida. 'l paso del estado de pecado al estado de justicia Fla justifcaci%n7 no puede tener lugar si la voluntad misma no cambia su propia orientaci%n habitual, lo cual requiere necesariamente un acto propio. As!, el adulto que se encuentra en estado de ( 80 0
pecado, cuando es justifcado por obra de (ios, tiene que consentir necesariamente en su propia justifcaci%n, modifcando la orientaci%n habitual de su propia voluntad, por medio de un acto con que escoge a (ios como bien supremo y norma de sus acciones. =er!a imposible su justifcaci%n sin su consentimiento a la gracia. 'ste paso puede tener lugar solamente si la voluntad misma se cambia por medio de un acto, sin que la in4usi%n de una cualidad Fgracia o virtudes7 pueda suplir este acto. 'sto no puede aplic&rsele a los ni1os, pues s%lo son reos del pecado original, desorientaci%n que queda rectifcada mediante la in4usi%n de la gracia. =in embargo, también el ni1o bauti+ado, cuando llega al umbral de la vida moral, tendr& que escoger su /ltimo fn. (e igual 4orma se aplica la justifcaci%n a los pecadores adultos, temporalmente inconsciente, quienes no reciben ninguna ayuda del bautismo si tras haber cometido pecados personales, su voluntad ha quedado orientada al mal y no han tenido intenci%n de reconciliarse con (ios. Aparentemente, esta teor!a est& en contraste con la doctrina cierta, seg/n la cual, el pecador atrito puede acercarse al sacramento para ser justifcado por medio de él. *ero el pecador atrito no permanece como tal mientras recibe la absoluci%n que le da la gracia santifcante, sino que e4ectivamente recibe la gracia, en cuanto que, en virtud de la misma, cambian sus disposiciones psicol%gicas, no solamente por temor sino por amor de caridad. *or lo tanto, la justifcaci%n no es solamente un don, recibido pasivamente que se tiene sin m&s ni m&s, sino que el don modifca toda la e#istencia humana, pues lleva consigo la aceptaci%n de un nuevo papel para con (ios y para con todo el sistema de valores, gracias al cual el hombre es di4erente. 'sta e#plicaci%n es desarrollada dentro de la perspectiva personalista de la doctrina de =anto "om&s sobre el instante de la justifcaci%n, quien distingue cuatro elementos la in4usi%n de la gracia, el movimiento del libre albedr!o hacia (ios, el movimiento del libre albedr!o en contra del pecado y el perd%n del pecado. 'l santo coloca en primer lugar la in4usi%n de la gracia, a la que sigue la moci%n de la voluntad hacia (ios y contra el pecado, que tienen como resultado el perd%n y la culpa- as! el acto del libre albedr!o procede ya de los h&bitos in4usos por (ios, en el mismo instante en que el hombre comien+a a amar a (ios con amor flial. (iciéndolo en términos b!blicos, la reconciliaci%n entre el pecador y (ios se lleva a cabo cuando el *adre consiente en recibir al hombre como hijo suyo, d&ndole con su amor omnipotente la vida flial, y el hijo acepta libremente asumir el papel de hijo. (e esta manera ilustramos también la 4unci%n de la 4e en la misma justifcaci%n. ;ablaremos de la 4e dogm&tica, o asentimiento intelectual libre a la verdad que (ios ha revelado para nuestra salvaci%n. 'sta 4e e s 4undamento y ra!+ de la justifcaci%n, es el primer acto con el que el hombre empie+a a moverse hacia la justifcaci%n. 's también 4orma de la justifcaci%n que e#ige todo el proceso ulterior de preparaci%n, que no es m&s que el desarrollo coherente y pleno de la acogida libre a la palabra salv!fca de (ios. La vida justa no es m&s que una 4e 4ormada, viva donde es preciso evitar dos e#cesos primero, no hay que in4ravalorar la 4e teniéndola solo como un a condici%n para la justicia a la que hay que a1adir otros elementos- segundo, tampoco hay que 3
supravalorar la 4e, como si ella sola bastase para la justicia, sin un desarrollo ulterior. 'l concepto de 4e es din&mico, abra+a diversas 4ases no un!vocas de la misma palabra la 4ase germinal de la 4e es el comien+o de la justifcaci%n- la 4ase plenamente desarrollada de la 4e es el término de la justifcaci%n y la 4orma de la misma justicia. 'sta teor!a integra 4&cilmente esta manera de concebir la 4unci%n de la 4e en la justifcaci%n Fimportante en su aspecto ecuménico7, precisamente porque su perspectiva personalista pone el acento en la !ndole din&mica y anal%gica de toda la justicia cristiana. 'l concilio Gaticano DD nos ense1a c%mo hemos de valorar la doctrina sobre la necesidad de las disposiciones para la justifcaci%n. As!, la doctrina e#puesta sobre la necesidad de la preparaci%n para la justifcaci%n y sobre la importancia que en ella tiene la 4e, nos permite comprender c%mo (ios, al elevar al hombre al estado de hijo suyo, quiere que el hombre acepte conscientemente esta elevaci%n. 'sta doctrina nos hace comprender c%mo el in$ujo de la gracia no disminuye, sino que reali+a plenamente esta dignidad, pues la libertad humana, herida por el pecado, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de (ios ). La necesidad de la colaboraci%n humana y la necesidad de la gracia para la construcci%n de una e#istencia en Cristo ilustran una ley 4undamental de la econom!a cristiana, pues la autonom!a de lo creado, y sobre todo del hombre, no se suprime, sino que se restituye a su propia dignidad y se ve en ella consolidada )).
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