La ciudad en el mundo antiguo Las ciudades del mundo antiguo respondían a una concepción simbólica del espacio, propia del pensamiento mágico y del pensamiento religioso religioso.. El ordenamiento del espacio debía ser coherente con la cosmología cosmología y y la orientación astrológica astrológica de de cada cultura. Primeras ciudades: •
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Jericó Mohenjo Daro
Sumeria, abilonia y !siria Se trata de "ciudades#estado$, regidas por %alores de tipo religioso y militar, donde se aprecia un orden ar&uitectónico geom'trico y una di(erenciación por barrios. En estas ciudades destacaban los grandes templos templos y y palacios orientados hacia la salida del sol sol.. Ciudades Sumerias, Babilonias y Asirias) •
*r
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*ru+
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Larsa
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Mesopotamia Las ciudades son pe&ueas y amuralladas, tenían un tra/ado irregular el cual se (ue haciendo reticular con el pasar del tiempo, se construían alrededor del templo, las casas tenían un patio y alrededor de 'ste se locali/aban las habitaciones, habitaciones, eran casas muy cerradas debido al clima y a la de(ensa. Las construcciones son de barro cocido y adobe, por lo &ue &uedan pocos restos. Ciudades de Mesopotamia)
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Eshnunna
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Egipto En Egipto, el espacio urbano se estructuraba teniendo en cuenta la orientación de los puntos cardinales en dos ejes, -orte#Sur 0paralelo al -ilo1 y Este#2este 0el trayecto solar1. La ciudad egipcia plantea una organi/ación espacial con arreglo a un orden jerár&uico, situando en el centro urbano los templos y palacios. Las calles y los barrios se disponen dentro de una red octogonal donde el agua ad&uiere un especial protagonismo dentro de la escena urbana. Ciudades del Antiguo Egipto)
Men3s
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4ebas 5eracleópolis
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4anis
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5ieracómpolis
6recia En la antigua 6recia, la cultura se decanta por el pensamiento racional, por la autonomía racional del hombre. 7ara los so3stas como 7rotágoras, el hombre es la medida de todas las cosas, por tanto, la ciudad debe de estar tambi'n a la medida del hombre. El racionalismo impregna tanto al pensamiento político griego como al 3losó3co &ue, en cuanto tal, se inicia en ese momento. El inicio del pensamiento urbano se suele situar por los estudiosos en las ciudades ideales de 7latón y !ristóteles. La ciudad es, para 7latón, un espacio para la %ida social y la %ida espiritual y debe estar encaminada a ele%ar a los hombres
a la %irtud. 7latón disea hasta tres modelos de ciudades teóricas o ciudades ideales, siendo su característica com8n la planta circular &ue muchos autores atribuyen a in9uencias indoarias en el pensamiento platónico: en concreto, al símbolo mandálico del círculo utili/ado por la mitología hind8 para e;presar la (orma del macrocosmos y del microcosmos. Junto al ágora, destacan en la ciudad griega la rele%ancia de sus templos, palacios, museos, gimnasios, teatros, par&ues urbanos, bibliotecas. 4odo ello constituye un conjunto armónico &ue responde a la geometría espacial de la 'poca. 2tro elemento importante &ue aparece en el urbanismo griego es la %ía monumental o %ía principal de la ciudad, sobre la &ue se alinean las edi3caciones más importantes. Ciudades griegas: •
!tenas
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Esparta
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4ebas
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Mileto
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=(eso
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!rgos
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Siracusa
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!lejandría
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Massalia
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La ciudad romana Las ciudades romanas (ueron herederas del urbanismo griego: de sus criterios de racionalidad, (uncionalidad, armonía y orden. >ecogieron tambi'n la tendencia griega al cercamiento de los espacios y el %alor de la perspecti%a o %isión de conjunto. En la ciudad romana destaca en primer lugar el (oro, despu's los templos y palacios, las termas, los an3teatros y los circos, así como el arte urbano, &ue es en >oma más psicológico y e;tra%ertido &ue el griego, más est'tico e interiorista. 7ero la aportación romana más original se
halla en los campamentos militares, como corresponde al sentido práctico de esta ci%ili/ación. 5ay &ue distinguir entonces entre la ciudad de >oma propiamente dicha y las ciudades incorporadas al imperio romano, es para estas ciudades &ue el plan castrense desarrolla una estructura urbana, especialmente pensada para controlar militarmente la ciudad tomada. Estas ciudades sometidas al yugo romano deberán ceder su propia tradición urbana a las condicionantes impuestas por el urbanismo romano, donde se encuentra de (orma característica el desarrollo de las dos calles principales, ortogonales con orientación este#oeste 0decumano1 y norte#sur 0cardo1 permitiendo el desarrollo del ?oro como ensanchamiento del punto de cruce de ambas calles. Estas ciudades se amurallaban y las dos calles en cru/ remataban sus e;tremos e;teriores en cuatro puertas de entrada y control a la ciudad. 2tro elemento importante en el desarrollo de la ciudad lo constituye el !cueducto, pie/a de ingeniería hidra8lica &ue con3ere a cada ciudad un desarrollo particular en su mor(ología y paisaje dependiendo de su acceso, recorrido, necesidades de altura, así como del desarrollo de las pilas o bancos de agua limpia &ue se repartían por la ciuadad para pro%eer del lí&uido a la población.
omanas) •
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>oma 4arraco
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!ugusta Emerita
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@indobona
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Sarmi/egetusa
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Londinium
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Mediolanum
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-arbona
!ntigAedad 4ardía La crisis del siglo supone la crisis de la ciudad clásica en la mitad occidental del mperio. Las sucesi%as in%asiones, &ue se con%irtieron en un (enómeno de larga duración hasta el siglo @, obligaron a costosas in%ersiones de(ensi%as, %isibles en el amurallamiento 0un buen ejemplo son las murallas de Lugo1. Junto con otros cambios sociales y políticos internos del ajo mperio >omano 0rebeliones como las bagaudas1, la ciudad decayó en importancia) las 'lites
urbanas procuraron eludir el aumento de la presión 3scal y optaron por la rurali/ación. nstituciones &ue constituían el cora/ón de la %ida urbana como los collegia de o3cios 0similares a gremios1 y las autoridades p8blicas 0ediles1, sometidos al principio hereditario (or/oso para controlar la recaudación de impuestos, son %istos ya no como un honor %entajoso, sino como una carga. Es el momento en &ue las villae del campo se hacen más lujosas, basadas en la autosu3ciencia, lo &ue no hace sino romper los %ínculos &ue conectaban el campo con la ciudad y la red de ciudades con >oma, la capital. Las ciudades, con mucha menos población, %en desaparecer las (unciones l8dicas, sociales, políticas y religiosas de sus grandes hitos urbanos 0 an3teatros, termas, templos, basílicas1, en bene3cio de nue%as (unciones religiosas en torno a la imposición del cristianismo, nue%a religión o3cial a partir de 4eodosio. El obispo pasa a ser la principal autoridad urbana. La desaparición del mperio en el siglo @ sólo re(or/ó una tendencia ya comen/ada. La !lta Edad Media en la Europa 2ccidental %erá el establecimiento de los reinos germánicos. El mperio de 2riente o i/antino, en cambio, mantu%o durante todo el periodo una %ida urbana más intensa, junto con las cone;iones comerciales a larga distancia y la autoridad central. La ar&ueología ha %enido a mati/ar la dimensión real de la decadencia de la %ida urbana &ue las (uentes escritas 0muy catastro3stas1 muestran en todo este periodo, demostrando, para el caso de 5ispania tardorromana y %isigoda, la continuidad de la población de la mayor parte de los n8cleos urbanos, con episodios a %eces momentáneos de destrucción o despla/amiento, pero tambi'n el esplendor relati%o de alguna de ellas o la creación de nue%as en alg8n momento concreto 0>ecópolis1: y la presencia de elementos de cultura material &ue implican la e;istencia de comercio a larga distancia, al menos de productos de lujo, entre 2riente y 2ccidente. La ciudad en la Europa cristiana medie%al !rtículo principal) Urbanística medieval.
Durante la !lta Edad Media, caracteri/ada por las sucesi%as oleadas de in%asiones &ue se sucedieron hasta el siglo B 0germanos, musulmanes, %i+ingos, h8ngaros1, continuó el proceso de rurali/ación &ue se remonta a la crisis del siglo e impone el (eudalismo. La principal autoridad en las decaídas ciudades romanas (ue la del obispo. En cambio, en la Europa bárbara, a la &ue no llegó el mperio >omano, tiene lugar en estos siglos una lenta e;tensión de las (ormas propias de la ci%ili/ación romana#cristiana, y el surgimiento de nue%as ciudades. En el burgo tiene lugar el surgimiento de acti%idades distintas a las agrícolas &ue (a%orecen el 9orecimiento de una economía monetaria y la especiali/ación de los trabajos 0gremios1, constituyendo un marco heterog'neo donde el hombre rural se libera de sus dependencias ancestrales 0 ser%idumbre (eudal1 gracias al anonimato 0 Stadtluft macht frei #el aire de la ciudad te hace libre#1 y a las posibilidades &ue o(rece la ciudad como centro de producción de los distintos saberes de la 'poca. Las uni%ersidades juegan a partir de los siglos B y B un papel destacado en el desarrollo de la cultura &ue se re9eja en las ciudades, sobre todo en los conjuntos urbanos &ue aparecen junto a ellas. Las ciudades más prósperas de la aja Edad Media debieron su desarrollo al comercio a larga distancia &ue reconstruyó sus rutas a partir de las econ&uista espaola y el sur de talia 0normandos en Sicilia1, &ue hi/o &ue el slam perdiera su anterior dominio de gran parte del Mediterráneo. Eso permitió &ue ciudades#estado del norte de talia como @enecia, 7isa y 6'no%a e;perimentaran un gran auge, y de (orma similar otros puertos del Mediterráneo 2ccidental como -ápoles, arcelona, @alencia o Marsella. oma y 7arís1. En el norte de Europa se desarrollaron las ciudades hanseáticas del áltico y el Mar del -orte 05amburgo, LAbec+1 &ue llegaban en su in9uencia hasta el sur de nglaterra 0Londres1 y las ricas ciudades de ?landes 0rujas, !mberes1: &ue a su %e/ se conectaban por el >in 0
marcado carácter religioso, donde la casa es el elemento central y cuyo interior ad&uiere tintes de santuario. Las calles de (ormas irregulares e intrincadas, parecen ocultar la ciudad al %isitante. C algo muy particular de la ciudad islámica es &ue la %ida de sus habitantes, transcurre dentro de sus casas. Las ciudades islámicas suelen estar amuralladas y contienen un n8cleo principal constituido por la "Medina$, donde se sit8a la Me/&uita mayor y las principales calles comerciales. ! continuación se hallan los barrios residenciales y por 8ltimo los barrios del arrabal, di(erenciados por acti%idades gremiales. 2tros elementos de inter's de la ciudad islámica son los baos, el /oco y los jardines palaciegos. Ciudades Islámicas Medievales) •
<órdoba
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agdad
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Damasco
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El
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48ne/
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La Meca
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Medina
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6ranada
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!lejandría
La ciudad en la Edad Moderna La ciudad renacentista !rtículo principal) Urbanismo renacentista. Las concepciones aristot'licas y platónicas sobre la ciudad permanecerán en el pensamiento urbanístico posterior. !sí, el auge del pensamiento racional durante el >enacimiento determinó un resurgir de estas ideas. Se trata ahora de una ciudad seorial donde los hombres se dedican a culti%ar las artes y las letras, en la &ue %uel%e a resurgir el ágora como centro p8blico donde compartir los conocimientos. *na ciudad donde el arte urbano ad&uiere un
protagonismo importante, cuyas calles in%itan al paseo y a la con%ersación. Los mejores ejemplos de este tipo de ciudades son ?lorencia y @enecia en talia.
uenos !ires en el s. BB. Estas ideas in9uirían notablemente en el urbanismo de los nue%os territorios americanos. En e(ecto, la con&uista de !m'rica, iniciada en el siglo B@, permitió a los urbanistas lle%ar a la práctica en un territorio %irgen las ideas utópicas del modelo griego, construyendo ciudades con(orme al planteamiento aristot'lico. con(orme al modelo político de pla/a mayor donde las cabeceras eran ocupadas por la iglesia y el !yuntamiento o concejo y en los laterales las casas de la gente principal 0cuando eran de nue%a planta y no se asentaban sobre la edi3cación prehispánica1 Ciudades Renacentistas) •
@enecia
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?lorencia
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>oma
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7isa
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Milán
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-ápoles
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beda
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ae/a
La ciudad barroca En el barroco se produce un cambio radical en el modo de entender la ciudad. El espíritu de la "ciudad#estado$ cerrada en sí misma &ue de un modo u otro había subyacido en la ciudad medie%al y en el >enacimiento, desaparece para dar paso a la ciudad capital del Estado. En ella, el espacio simbólico se concibe subordinado al poder político, cuyo papel sobresaliente tratará de destacar la ar&uitectura urbana mediante un nue%o planteamiento de perspecti%as y distribución de espacios. Los elementos (ormales cobran (uer/a (rente al carácter humanista de la polis griega.
Ciudades Barrocas) •
Madrid
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>oma
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7arís
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@iena
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@alladolid
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M';ico •
Lima
La ciudad industrial Ca en el siglo BB, los llamados utopistas 0Saint#Simón, ?ourier, 6odin1, en cuyo pensamiento subyacen los modelos utópicos de los griegos, intentarán lle%ar a la práctica sus planteamientos ideales, en contraposición a los urbanistas más (uncionales y operati%os &ue dieron lugar a la moderna disciplina urbanística. ! partir de la segunda mitad del siglo BB, el (uncionamiento del sistema económico mundial e;perimenta una serie de cambios, cuya in9uencia se hará sentir sensiblemente en la nue%a imagen &ue ad&uirirán las ciudades europeas. El proceso colonial y la consecuente apertura de nue%os mercados amplían la geogra(ía económica de Europa y hacen surgir un nue%o modo de entender la acti%idad empresarial. -acen ahora (enómenos de concentración industrial, &ue re&uieren de nue%as t'cnicas de gestión empresarial tendentes a reducir gastos corrientes, todo ello en un marco producti%o mucho más amplio, basado en la obtención de nue%as (uentes de energía, el transporte, la di%isión del trabajo y la mecani/ación, donde las (unciones directi%as y el %olumen de acti%idades comerciales y 3nancieras ad&uieren una enorme importancia. >esulta ahora necesario poner al ser%icio de la producción nue%os medios tecnológicos, nue%as condiciones de accesibilidad y, sobre todo, una nue%a distribución del espacio. La entrada en escena de la energía el'ctrica (a%orece el surgimiento de las coronas peri('ricas de las ciudades, cuyos suelos %acantes son ocupados por los nue%os asentamientos industriales y laborales, dando lugar a una nue%a concepción de separación espacial entre producción y gestión.
La población urbana se distribuye (ormando arcos más o menos amplios en torno al n8cleo urbano, en un mo%imiento centrí(ugo. En el arco e;terior se sit8an las crecientes masas residenciales, constituidas por la nue%a mano de obra inmigrante &ue e;ige el (uncionamiento del aparato industrial. Son los "barrios obreros$, típicos de los e;trarradios de las grandes ciudades, densamente poblados, con escasos ser%icios y en general con pocas condiciones de habitabilidad. En estos barrios se concentra la masa laboral, &ue comparte el espacio peri('rico con las grandes e insalubres instalaciones industriales. En este modelo radial de ciudad, los espacios centrales %an a alcan/ar inusitados %alores de posición. En e(ecto, al mero apro%echamiento urbanístico del suelo, es decir, a la posibilidad de construir o edi3car en el mismo, se %a a aadir ahora un nue%o %alor) la renta inmobiliaria asociada a la posición del suelo. Este %alor aadido permitirá al capital asegurar la estabilidad del bene3cio a largo pla/o. 5asta la llegada de la >e%olución industrial la inter%ención de los poderes p8blicos en el campo urbanístico había sido muy limitada, en su mayor parte se trataba de medidas orientadas a la sanidad y a la reglamentación de las edi3caciones situadas en los conjuntos monumentales o en áreas centrales de la ciudad. !hora, el nue%o entramado de intereses nacido al amparo del "desarrollismo industrial$, con%ertirá al urbanismo en una trama social y política, donde los poderes p8blicos tendrán &ue inter%enir para reducir las tensiones &ue se generan en este campo cada %e/ más con9icti%o. El agrupamiento de las (uer/as obreras, consecuencia de la propia concentración (abril, (a%orece la conciencia de clase y la demanda social. Esta (uente de con9icto dentro de un medio urbano creciendo sin control pone en peligro el binomio empresa#territorio. Es necesario, por lo tanto, recurrir a la inter%ención de entes administrati%os p8blicos para solucionar los nue%os problemas urbanos, mediante medidas de organi/ación administrati%a del territorio. Ciudades Industriales) •
Londres
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-ue%a Cor+
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Mánchester
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Lieja
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Er(urt
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Dresde
Las teorías utopistas
7lano 7iloto de rasilia. La capital brasilea (ue concebida para hacer realidad las teorías del urbanismo utopista. En FGF Ebene/er 5oHard publica sus teorías acerca de la ciudad jardín, &ue in9uiría poderosamente en el urbanismo de los Estados *nidos. El modelo &ue propone 5oHard pretende aglutinar todas las %entajas del campo con las de la ciudad, e%itando los incon%enientes de ambos. Se trata de una ciudad en e&uilibrio, donde se compatibili/an acti%idades agrarias e industriales en un medio ambiente cuidado &ue (a%orece el estudio intelectual y la %ida sana. Los principios colecti%istas en los &ue se inspira, en la línea del socialismo utópico imperante en a&uellos aos, se %en compensados en la ciudad jardín por la pre(erencia hacia la %i%ienda uni(amiliar propia de las capas medio#burguesas. Las ideas de 5oHard nacen en un conte;to donde la producción urbanística estaba ya muy madura. En el >eino *nido habían %isto la lu/ durante la segunda mitad del siglo BB mo%imientos a (a%or de los par&ues urbanos, se habían creado barriadas de iniciati%a p8blica, e;istía ya una prolija legislación en materia sanitaria y de re(orma de la %i%iendas, habi'ndose establecido (ormas de control del crecimiento de las ciudades industriales, de la calidad de los edi3cios, normas sobre est'tica, %ol8menes, etc. De hecho, la propuesta de 5oHard de (usionar la ciudad y el campo en una ciudad jardín tu%o una amplia acogida en las clases medias burguesas, &ue %ieron con satis(acción la aplicación de los ideales colecti%istas del socialismo re(ormista de la 'poca, compatibili/adas con la de(ensa de la "pri%acidad$ materiali/ada, como se ha indicado, en la %i%ienda uni(amiliar. La ciudad jardín se plantea no sólo como una in%ersión %entajosa en el plano social, sino tambi'n como un proyecto 3nancieramente rentable. !poyada en el transporte &ue proporciona la accesibilidad, la ciudad se asienta en terrenos agrícolas comprados a bajo precio. Las plus%alías &ue genera la urbani/ación redundan directamente en el patrimonio de la comunidad, con objeto de &ue 'sta controle el destino de los bene3cios inmobiliarios. 2tras aportaciones interesantes al urbanismo contemporáneo por parte del >eino *nido (ueron las ideas de >aymond *nHin sobre plani3cación peri('rica de las ciudades, &ue intentan armoni/ar residencia uni(amiliar y paisaje en un conjunto orgánico y naturalista. 4ambi'n es signi3cati%a la aportación de
7atric+ 6eddes, &ue traslada al campo del urbanismo las teorías del e%olucionismo biológico. 6eddes entiende la ciudad como un organismo en crecimiento permanente. 7ara este autor la ciudad tiene una "naturale/a$, un "alma de la ciudad$ al estilo de los naturalistas. En Espaa, donde la acti%idad urbanística ha sido mucho más escasa, irrumpe la 3gura de !rturo Soria como caso aislado y e;cepcional. Este autor espaol planteó su idea de ciudad lineal y dio lugar a la creación de un mo%imiento urbanístico de amplia in9uencia en toda Europa. Dicho mo%imiento se aglutinó en torno a la >e%ista La Ciudad Lineal dirigida por el propio !rturo Soria y cuya publicación se inició en FGI. La ciudad lineal puede crecer todo lo &ue se &uiera en sentido longitudinal, desde Cádiz a San Petersburgo , decía su autor, es la anchura la &ue delimita el crecimiento, con el 3n de asegurar una distancia adecuada y constante desde cual&uier punto de la (ranja, al eje dorsal de las comunicaciones. En de3niti%a, es en el siglo BB cuando el urbanismo se con%ierte no sólo en una corriente de pensamiento cientí3co, sino, y sobre todo, en una t'cnica para la distribución de los espacios p8blicos y pri%ados, y de los usos o acti%idades &ue pueden en ellos desarrollarse. 2b%iamente, estas t'cnicas tenían &ue acabar teniendo un contenido jurídico para poder ser impuestas, así &ue su e%olución dio lugar al Derecho urbanístico actual, compuesto de normas jurídicas y 3guras de planeamiento &ue regulan el ejercicio del derecho de propiedad y disciplinan la acti%idad urbani/adora y edi3catoria sobre el suelo. Ciudades topistas) •
LetchHorth
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eimar
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La ciudad contemporánea
-ue%a Cor+. El %ocablo ciudad %iene del latín "ci%itas$ y de la palabra "ci%is$ 0ciudadano1, es decir, la ciudad como ciudadanía. Este es el sentido de ciudad &ue, en el siglo BB recupera el ensayista 2rtega y 6asset, autor &ue ha tenido una notable in9uencia en la ciencia social espaola. 2rtega parte de la distinción entre ciudad y naturale/a de manera similar a los clásicos griegos &ue
distinguían entre la polis y el inci%ili/ado mundo e;terior, y pone el acento en la ciudad política, donde el centro de gra%edad se sit8a en la pla/a, espacio p8blico característico de la ciudad mediterránea (a%orecedor de las relaciones sociales cuyo origen se encuentra en el ágora griega. En la actualidad, el t'rmino ciudad no está e;ento de pol'mica, siendo de3nido seg8n la disciplina o el autor &ue lo acometa. En su acepción %ulgar, el t'rmino hace re(erencia a aglomeraciones humanas &ue reali/an acti%idades distintas de las agrarias. !&uí, la distinción entre ciudad y campo, de amplia tradición en el pensamiento urbanístico, se establece en (unción del tipo de acti%idades. 7or un lado están las acti%idades relacionadas directamente con la agricultura &ue se desarrolla en los n8cleos rurales y, por otro, las acti%idades distintas de las agrarias 0industria, ser%icios, etc.1 &ue tienen lugar en los n8cleos urbanos donde las relaciones humanas son más re3nadas y complejas, y el aparato administrati%o del Estado está más cerca del ciudadano. La 6eogra(ía humana, a la hora de estudiar el (enómeno urbano, pone de relie%e aspectos como la organi/ación social, los índices de población, el tipo de cultura o la especiali/ación (uncional. 7or su parte, la Sociología, sin desdear estos elementos, centra el estudio de la ciudad en el tipo de relaciones sociales &ue se desarrollan dentro del entorno urbano, los estilos de %ida &ue tienen lugar en este entorno y, en de3niti%a, en las causas &ue dan lugar a las trans(ormaciones o cambios sociales &ue se producen en el mundo urbano. Desde la óptica de la 7sicología y de la !ntropología se atiende (undamentalmente a las conductas, a las prácticas sociales y a las in9uencias del ambiente urbano en la %ida psicológica de las personas. 5oy en día, hay autores &ue critican el discurso urbanístico construido durante los dos 8ltimos siglos, al &ue achacan una e;cesi%a tecni3cación y (uncionalidad al ser%icio de la rentabilidad. Ello es consecuencia, seg8n esta corriente crítica, del aislamiento &ue la disciplina urbanística ha tenido respecto de la política y del debate p8blico. 7ara estos autores, las ideas utópicas &ue impregnaron el pensamiento mar;ista en sus inicios, durante la 7rimera nternacional, sustentadas (undamentalmente por los pensadores anar&uistas como a+unin o 7roudhon, se %ieron relegadas al ol%ido debido a la escisión &ue tu%o lugar entre comunistas y anar&uistas a partir de la Segunda nternacional.