1. Caminamos juntos y nos comp rometemos
1. CAMINAMOS JUNTOS Y NOS COMPROMETEMOS COMPROMETEMOS 1.1 Conocimiento personal y grupal
Estamos comenzando una nueva etapa en nuestras vidas. Muchos y muchas ya nos conocemos, a otros y otras les estamos viendo por primera vez. Y es bueno que nos conozcamos. Vamos a estar tiempo
un buen
conviviendo, trabajando,
ayudándonos,
eso
exige
conocimiento mutuo. Para ello vamos a realizar esta dinámica que nos puede ayudar: a. Cada uno y cada una escribe, en forma individual, individual, en una hoja o ficha:
Su nombre y apellido
¿Qué cosa o cosas espera obtener durante la catequesis?
¿Cómo espera conseguirla (s)?
b. Una vez que ha llenado la ficha, se lo comunica a todos los otros compañeros y compañeras: todos los demás escuchan y hacen anotaciones acerca de las dudas que tengan. c. Cuando todos y todas han hablado y se han presentado, quienes tengan que hacer alguna pregunta, según las anotaciones que hicieron, las hacen ahora y se aclaran esas dudas o preguntas.
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d. Ya se han presentado todos y todas. Sería bueno que en el pizarrón o en un papelógrafo se escribieran aquellos aspectos que más han resaltado o sobresalido. e. Se escogen tres o cuatro de esos aspectos para tenerlos en cuenta durante su jornada catequética. (Afianzarlos, si son cosas positivas; eliminarlos si son cosas negativas). Una vez realizada realizada esta din ám ica, entre entre to do s y tod as y d irigid os po r el doc ente catequista, catequista, pod emos d ialogar ialogar acerca de estos pun tos:
¿Cómo me he sentido en esta esta experiencia?
¿Cómo veo veo ahora a mis compañeros y compañeras?
¿Qué he aprendido para mi vida?
Es necesario un acercamiento fraternal entre todos los componentes del grupo. Si queremos pasar un tiempo feliz y de alegre amistad, necesitamos inventar y formar un clima de mayor conocimiento, de mayor colaboración, de mayor entendimiento entre todos. Es decir, crear un clima humano. Se trata de: - romper el hielo, - crear un mayor acercamiento, - profundizar más nuestro conocimiento. La experiencia nos dice que nunca acabamos de conocernos del todo y que ese esfuerzo por conocernos nos va a llevar mucho tiempo. Sabemos que cada uno de nosotros es una caja de sorpresas. Todos, o casi todos, tenemos experiencia de la amistad y sabemos que un 2 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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conocimiento que no lleva a la amistad, al compromiso, a la aceptación de las personas, puede ser peligroso, egoísta, superficial. Vamos a utilizar la técnica siguiente para analizar un poco lo anteriormente expuesto: A. Empieza por una conversación con uno de tus compañeros. B. Para ello el catequista debe escribir, con anterioridad, el nombre de la mitad de los componentes del grupo; cada nombre en una tarjeta. C. Se reparten las tarjetas, una a cada uno, entre la otra mitad cuyos nombres no aparecen en ellas. D. Cada uno de los que tienen una tarjeta se reúne con aquel cuyo nombre aparece en esa tarjeta. E. Por espacio de diez minutos establecerán, entre los dos, una conversación sobre hechos de la vida de cada uno: ¿Cómo me siento? ¿Cuáles son mis inquietudes? ¿Cuáles son mis temores? ¿Cuáles son mis aspiraciones? F. Después de esos momentos de conversación entre (los grupos de) dos personas, se invita a cada pareja a buscar a otra con la cual se encontrarán durante otros diez minutos. Nadie hará su propia presentación; a cada uno le presentará el compañero o compañera con quien estuvo hablando. Después de esto el grupo de cuatro personas se encontrará con otro grupo de otras cuatro; uno de cada grupo presentará a sus tres compañeros. G. Terminadas las presentaciones de los ocho componentes del grupo, pondrán en común las inquietudes, los temores y las aspiraciones que se tienen al comenzar las nuevas reuniones de este año. Terminado el 3 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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tiempo de discusión y trabajo de grupos de ocho, un representante de cada grupo presentará brevemente a sus compañeros, diciendo una o dos características de cada uno, según lo hablado en el grupo anterior. H. Concluida la reunión general, se debe realizar una breve evaluación. Pueden servir de ejemplo las siguientes preguntas:
¿Cómo me he sentido en la experiencia de grupo pequeño?
¿Cómo me he sentido en el grupo general?
¿Cómo me ven ahora mis compañeros?
¿Qué he aprendido para mi vida?
¿He tenido alguna dificultad para comunicarme con los compañeros? ¿Cuál?
¿Porqué?
I. El catequista hará una breve síntesis, recalcando los elementos más significativos para el trabajo del grupo que va a comenzar. Es conveniente también hacer unas reflexiones sobre los puntos más interesantes y enriquecedores que hayan salido en las presentaciones y otros más. Por ejemplo: - Relaciones entre los diversos grupos. - Necesidad de "integración" al comenzar juntos un nuevo camino. - Elementos positivos que descubrimos al conocer a las personas más directamente. J. Es el comienzo de un esfuerzo de mayor conocimiento de ti mismo y de los demás. En la medida en que quieras y logres comunicarte satisfactoriamente con los otros, descubrirás muchas cosas para ti mismo. Sin embargo a pesar de todo siempre nos preguntamos: Pero ¿para qué? Una pregunta que nos debe preocupar a todos los que formamos este grupo. 4 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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La respuesta no la das tú, ni el compañero o compañera que está al lado. La damos todos juntos. Es muy importante que al empezar formar grupos nos pongamos de acuerdo sobre lo que queremos lograr y cómo queremos lograrlo. Ya tú has crecido, ya no eres un niño o una niña. Significa que eres capaz de pensar más, de plantearte interrogantes que surgen alrededor de ti y dentro de ti mismo o de ti misma. Interrogantes que son frutos de tu nueva situación existencial. Están sucediendo hechos significativos en ti y a varios niveles: A n ivel fisiológico:
Se está consolidando en ti un cuerpo capaz de cumplir funciones vitales que te convierten en persona adulta con todo lo que eso conlleva. A nivel psicológico:
Tu inteligencia se abre a nuevos campos del saber; empiezas a ser una persona crítica, más lógica, a seleccionar tus centros de interés. A n ivel social:
Se afianza un lento proceso de creciente emancipación de tus padres. Necesitas abrirte a los amigos o amigas, tener «tu grupo». Incluso, empiezas a interesarte en una realidad más amplia: los problemas de tu zona, ciudad, país. A n ivel moral-religioso:
Se van asomando en ti algunos criterios propios; empiezas a actuar en forma más autónoma. No te conformas con cumplir «por cumplir»... Se trata entonces de nuevas situaciones. Hay algo en ti que 5 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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permanece: costumbres, vínculos familiares, amistades...; pero al mismo tiempo se da una ruptura con tu pasado. Empiezas a ver personas, situaciones, acontecimientos, a la luz de los cambios que se están produciendo en ti. A partir de todo esto es bueno que nos hagamos la misma pregunta: ¿Para qué volvemos a estar juntos? Hay que tener en cuenta una cosa y debe quedar claro: Cuanto mejor se conozcan entre todos y todas mejor van a trabajar juntos y mucho mejor estarán en capacidad de ayudarse en todas las necesidades que vayan surgiendo durante este camino. El conocerse nunca será algo negativo… siempre estará en el campo
de lo positivo. Debe servir para ayudar a proyectar un nuevo estilo de vida. 1.2 Integración grupal
Has descubierto que no estás solo o sola: en esta etapa de tu vida te van acompañar muchas personas. Y, entre esas personas, están tus compañeros y compañeras.
viven tus mismos interrogantes;
están en la misma búsqueda que tú;
pueden compartir tus mismas conclusiones. Durante toda la vida no puedes prescindir de los demás: los necesitas.
Por eso es necesario que los aceptes así como son; aún con los defectos que pueda tener cada uno o cada una: van a ser tus compañeros y compañeras de viaje: La aceptación es el primer paso para poder integrar un grupo. 6 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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Entre todos y todas y dirigido
por el catequista,
señalen varias
razones que expliquen la necesidad de formar un grupo integrado y las cualidades que debes tener. Esas razones que han descubierto y esas cualidades que han señalado las deben tener presente siempre. Sólo así garantizarán que van a tener un grupo feliz, ayudados, ayudadas, comprendidos, comprendidas, perdonados, perdonadas, aceptados y aceptadas por los demás. Estamos hablando de capacidad de tener amigos: la amistad es algo importante. Pero no se impone. El deseo de tener amigos y amigas nace espontáneo. Sin embargo no es fácil tenerlos. Es una meta posible, pero exige el esfuerzo común. Todos debemos unirnos en este intento de convertir los grupos en que vivimos, en grupos de amigos y amigas. Para ello es necesario tener actitudes que lo favorezcan. Todo grupo humano establece normas, leyes, para sus integrantes y dichas normas no son para entorpecer la marcha del grupo, sino para favorecerla. Lo mismo debemos hacer nosotros. Conviene que juntos decidamos cómo queremos actuar.
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No se trata de decir cosas abstractas: "Tenemos que ayudarnos..."; o bien: "Es necesario que aquí haya orden". Hay que hacer algo más concreto, más operativo. Por ejemplo: IDEAS ABSTRACTAS
No ser egoísta.
Ser comprensivos.
Hacer un buen ambiente.
REGLAS CONCRETAS
Evitemos fastidiar a los demás hablando todo el tiempo.
Escuchar y respetar las ideas de los demás.
Antes de hablar, levantar la mano para pedir permiso. De todo lo anterior cabría preguntar ¿Cuál es tu aporte al grupo? El grupo puede aportar mucho en la medida en que haya un clima de
madurez y seriedad; pero, en última instancia, quien decide la marcha del grupo es cada uno de sus integrantes: y es un modo de integrarse en el grupo. Los muchachos y muchachas deben ser los sujetos protagonistas de su crecimiento humano en la fe. La acción educativa quiere despertar
en
el
joven
una 8
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colaboración activa y crítica en el camino educativo, de acuerdo a las posibilidades de cada uno y cada una. Por eso es necesario no estar aislado o aislada, sino estar integrado o integrada en un grupo que pueda ayudar a hacer eficaz esa propuesta de crecimiento. Se deb e resp on der a ese reto co n valen tía:
I. Hacer grupo:
No es fácil, aunque todos lo deseen. Las dificultades son muchas: La situación psicológica de los jóvenes respecto al grupo es la
representada por la fábula de los erizos, que en la noche fría y humedad sienten la necesidad de calentarse juntos, pero desgraciadamente se pinchan cada vez que tratan de acercarse al otro. Los jóvenes fluctúan entre la angustia de la soledad y el miedo de la dependencia. La primera lleva a buscar un lugar de fusión absoluta y gratificante con los otros, sobre todo con los compañeros y compañeras. La segunda los lleva a sentir sufrimiento al estar juntos, a sentirse incapaces de comunicarse; a no soportar la relación mutua, porque parece una manipulación de su libertad y autonomía. El grupo es, así, un deseo, pero también un lugar donde se descargan todas las tensiones contra toda forma de límite y toda estructuración de la relación con los otros.
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Esta situación psicológica es vivida hoy más dramáticamente por los jóvenes, inmersos en una sociedad y cultura que de muchas maneras priva la individualidad, la búsqueda de un éxito personal, la afirmación subjetiva. La misma sociedad empuja hacia una rápida evolución de los modos de pensar y de obrar. Sugiere una selectividad y elasticidad en el pertenecer a algo para no atarse demasiado, para no cerrar la posibilidad de opciones diversas. Todo esto empuja a los jóvenes a rechazar lo que se presenta como ley o norma, como institución que parece bloquear el camino de las personas para sujetarlo al pasado. Así, todo pertenecer a algo es vivido de modo selectivo, de tal modo, que no pertenece a ningún grupo, aunque se frecuenten muchos. La dificultad hacia el grupo aparece también entre las causas de las crisis de los procesos de la primera socialización, en la familia y
en la escuela. En tales ambientes los jóvenes,
frecuentemente,
experimentan crisis de abandono, de soledad y, sobre todo, no reciben una formación
adecuada
para
la
interacción personal y la comunicación de grupo. En consecuencia, tienen poca
capacidad
para
instaurar
relaciones estables y profundas para insertarse seriamente en el tejido de las relaciones institucionales. La búsqueda de grupo viene, por eso, a asumir una sobrecarga excesiva de significados: es refugio, es sostén, es ámbito de amistad, es fuga de realidad 10 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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social abierta... Tal vez sea esto lo que hacen que los jóvenes sientan un especial desagrado hacia los grupos institucionalizados: el grupo-clase, el grupoiglesia, y todos los grupos (por ejemplo, los de voluntariado o de compromiso político-cultural) con un programa y un modo de proceder definidos desde arriba. El pertenecer a una clase escolar es algo tan selectivo en las relaciones, tan cerrado entre pequeños grupos, que resulta incapaz de constituir un único sujeto educativo. El desagrado de algunos hacia los grupos eclesiales se manifiesta, en cambio, por no soportar sus vínculos: parece que todo está impuesto, aunque con destreza sofisticada, y que no queda sitio para la libertad, la búsqueda, la confrontación de ideas. II. La comunicación en el grupo:
Es básica en todo grupo. Y nace de ciertas necesidades claves
que
todos
tenemos:
de
La
necesidad
inclusión.
distinguirse
Para como
individuos, lo jóvenes necesitan ser reconocidos y tomados en consideración por todos, pero en particular por los que viven a su lado. El estar en relación-con, va unido a la exigencia de reconocimiento, de identificación, a la importancia y al prestigio. Es fundamental ser reconocidos como individuos distintos, con características propias.
La necesidad de influencia sobre los otros . Para afirmar la propia
individualidad, los jóvenes sienten la necesidad de ejercitar cierto poder 11 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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y autoridad. Eso implica la decisión, no siempre expresa, de asumir una función respecto a mandar o ser mandado.
La necesidad de afecto. Por mil situaciones de inseguridad que vive la
persona, detrás de la búsqueda de un grupo está casi siempre oculto un deseo de manifestar y recibir amistad y afecto entre compañeros y compañeras. De lo an terio r, serátarea de to do s:
Hacer tomar conciencia de estas expectativas y la de la respuesta
que el grupo puede dar. En el grupo, en efecto, no se busca una relación como la de una pareja, ni una relación ocasional, ni una relación simplemente laboral, sino un encuentro de personas, constante en el tiempo, que lleve hasta vivir una particular experiencia de fusión como un solo organismo, pero sin anular la propia personalidad.
Ayudar
a
establecer
las
motivaciones personales que
muevan a unirse en grupo. Cada uno tiene su historia, sus experiencias vividas hasta aquel momento en la familia, en la escuela, en la parroquia. Si el deseo
de
hacer
grupo
se
polariza en el desarrollar una tarea, el animador esté atento para destacar la necesidad y la capacidad
de
la
amistad
personal.
Capacitarse para leer -después
de haber descifrado las propias expectativas-las
necesidades 12
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de los demás. La apertura a los otros o a las otras es más un punto
fatigoso de llegada, que un dato de partida. III. La relación entre los miembros del grupo:
Pero no se llega a la relación que hace posible una profunda comunicación educativa hasta que se libera de sus defensas: aprender a instaurar relaciones sinceras supone un crecimiento que requiere en el catequista un tipo de presencia y conocimientos pedagógicos. En el momento en que entra en el grupo, todo joven lleva dentro de sí mismo, junto con las necesidades, también ansias y reservas en relación con los otros. Por una parte, le sirven para defender su propia persona; y, por otra, son manifestaciones de su limitación en la capacidad de establecer relaciones. Se habla de máscaras, como formas distorsionadas de una relación no directa y abierta, sino vivida a través de la imagen que cada uno quiere dar de sí mismo. Las máscaras son provocadas por las necesidades de las que se ha hablado (inclusión, influjo, afecto). Por eso, en el grup o pu ede haber:
quien se aísla de todos : el
temor
de
ser
o
sentirse
ignorado o ignorada lo mueve a fingir que quiere ir adelante él solo o ella sola, o lo lleva a hacer ver que los otros no le entienden;
quien se coloca como centro de atención: el ansia por no
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ser considerado lo lleva a adelantarse, a ponerse en evidencia;
quien
se
muestra
sumiso
o
sumisa :
prefiere evitar toda
responsabilidad, por el temor de no saber corresponder a las expectativas de los otros;
quien busca el predominio : quiere a toda costa el reconocimiento de
sus méritos y los subraya continuamente;
quien evita las ataduras demasiado estrechas y personales : es
realmente cordial con todos, pero está atento o atenta para no dar demasiada confianza. No quiere ser molesto o antipático.
quien quiere una amistad íntima y relaciones muy confidenciales :
piensa que así es más valorado, y que hace ver su madurez. Frente a estas defensas es necesario capacitarse para realizar una comunicación de tipo educativo, es decir, que ayude a crecer. Es necesario c rear cond icion es para que se déesa com un icación:
a. Reconocer y valorizar la diversidad y originalidad de cada persona en el grupo: cada uno es distinto. b. Favorecer la disponibilidad a comunicar y a hacer madurar a las personas en esa capacidad. Necesita clima de confianza para poder compartir muchas cosas (afecto, relaciones de amistad, cultura, opciones religiosas...). c. Mantener vivo y abierto el deseo de aprender y, si es necesario, modificar el modo de vivir. Disponibilidad de todos y para todos. Igualmente hay que tomar en cuenta que a lo largo de la vida de cualquier grupo humano surge necesariamente el conflicto. Por tal, entendemos la disparidad de pareceres que se manifiesta.
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Los síntomas generales de conflicto en el grupo pequeño o en la clase suelen ser:
Ataque a las ideas antes de que estén expresadas totalmente.
Los argumentos se exponen con violencia.
Existe en el grupo un clima de impaciencia, que encierra una agresividad soterrada.
Los miembros comienzan a desconfiar de la capacidad del grupo y hablan mal de él.
Aparecen las acusaciones recíprocas.
Las tensiones suelen polarizarse en dos bandos, que se niegan a ceder.
Como consecuencia, cualquier salida organizativa propuesta por algún miembro se estrella con un sinfín de planes y contraplanes opuestos, sin llegarse a la decisión. Unas
veces,
el
conflicto surge porque al grupo se le ha encomendado una tarea superior a sus posibilidades; otras, porque conductas individualistas de algunos de sus miembros impiden centrarse en la tarea, que se convierte en el pretexto para satisfacer necesidades personales. Por fin, otro tipo de conflicto viene cuando el problema es tan complejo y atañe tan de lleno al grupo, que los miembros, en su afán por resolverlo, trabajan y discuten con ahínco. Este último tipo de conflicto es positivo para el grupo y aumenta la cohesión, si las partes saben ceder. Puede ser negativo cuando siempre se ven obligados a ceder los 15 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
1. Caminamos juntos y nos comp rometemos
mismos. De ser así, nos encontramos con los bandos "mayoría-minoría", que se repiten a menudo con las mismas personas y que pueden dar al traste con la satisfacción de pertenecer a un determinado grupo o clase. Un elemento importante dentro del campo de la integración grupal es ayudar a este grupo que nace ahora entre todos a darnos una estructura. Ya que no es una experiencia ocasional sino comunicativa, el grupo en su evaluación se va estructurando. En un primer momento se trata de intentos informales y no muy organizados, pero más tarde llega a ser una opción consciente. La estructura es el diseño original que distingue a un grupo de los otros. El multiplicarse de lazos interpersonales da origen a una red de relaciones. A medida que ésta se consolida, va configurando el grupo, o sea, le da fisonomía interna, y se llega también a la distinción entre el dentro y el fuera del grupo. Entre los elementos de la estructura algunos son particularmente importantes desde el punto de vista de la animación: a. La cohesión del grupo.
Las fuerzas de atracción y su resultante -la cohesión- mantienen unido al grupo, mueven a las personas a manifestar su pertenencia, distinguiéndose de algún modo de los otros. Esas fuerzas son de tres clases: afectivas, ideales y operativas. Son fuerzas afectivas de atracción la antipatía y la simpatía entre las personas. 16 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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Son fuerzas ideales los valores y la visión de la vida que los miembros comparten al fomentar los mismos sueños. Son fuerzas operativas las que permiten a las personas comunicar entre sí el desarrollo de actividades. b. La finalidad del grupo.
Delimitar la finalidad, indicando las actividades programadas y los intereses que el grupo quiere desarrollar, refuerza la cohesión y configura ulteriormente la estructura del grupo. Un grupo existe en la medida en que consigue identificar una finalidad común , que pueda ser compartida y lo sea, de hecho, por todos.
En todo caso el grupo existe para algo, aún cuando eso no sea declarado explícitamente. Las finalidades pueden ser diversas: desde la de tener amigos
con quienes pasar el tiempo, a las de expresar
intereses
deportivos,
culturales, religiosos, o trabajar como voluntarios por los marginados o los pobres.
c. El liderazgo del grupo.
Todo grupo, espontáneamente, hace nacer su propio liderazgo. 17 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
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Tenemos que garantizar que el liderazgo más que a concentrarse, tienda a distribuirse de modo que haya más personas que compartan el influjo sobre el grupo, según su diversa capacidad y competencia, en función de las variadas actividades. Debemos ver en los jóvenes líderes una ayuda preciosa para una buena animación del grupo; utilizar, por tanto, positivamente su influencia. Para que el liderazgo pueda ser repartido se pide al grupo que ayude a cada uno a individualizar su propia tarea en relación con los demás. Surgirán así algunos con capacidad de organizar y realizar actividades: son líderes de acción. Otros, en cambio, están dotados de sensibilidad para instaurar relaciones serenas con todos y para crear un clima favorable dentro del grupo: son puntos de convergencia y de entendimiento. d. Las normas del grupo.
Al elaborar las reglas, hay que procurar con atención que el grupo haga un camino educativo. Las reglas, por otra parte, no tienen la finalidad de asegurar un fácil control de grupo. Son un límite constructivo al individualismo, un freno al conformismo de grupo; capacitan para tener una relación crítica, pero positiva, hacia lo que es institución, ley, obligación asumida o debida; son una llamada a la racionalidad contra el ejercicio arbitrario de las funciones y de la improvisación de los proyectos. El camino educativo de un grupo movido por la animación lleva a evidenciar la libertad, pero también valora las instituciones. e. Las decisiones del grupo.
Merecen particular atención los procedimientos decisorios. El grupo está llamado a ser un sujeto decisorio único y democrático. Debe educar para un correcto camino decisorio, teniendo en cuenta estas cuatro fases.
18 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
1. Caminamos juntos y nos comp rometemos
Reconocer la necesidad y urgencia de decidir. Es el momento del
análisis de la realidad para darse cuenta del estado de incertidumbre, de intolerancia, de apatía; de la existencia de un conflicto, de un problema organizativo. En general, el grupo no se da cuenta y retarda las decisiones. El animador, vista la situación de incertidumbre, ayuda a hacer circular las informaciones que permiten a todos captar el problema y la necesidad de decidir. Al mismo tiempo asegura el respeto a las novedades que podrían nacer de las decisiones, sobre todo cuando atañen de cerca a las personas.
Identificar el objeto de la decisión . El grupo debe vencer la tentación de esconder el problema , sobre todo cuando éste surge
porque falta el valor de poner en discusión la propia persona y la relación con los otros. El punto de llegada es la descripción objetiva del problema, con las informaciones necesarias para poder tomar una decisión. La producción y la confrontación entre las alternativas . Después
de haber enfocado el problema es necesario proceder a la búsqueda de las soluciones posibles. Se necesita avivar la imaginación para encontrar las alternativas existentes . El animador ayuda a superar
el temor de algunos a pensar en modo diverso que los demás, el 19 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
1. Caminamos juntos y nos comp rometemos
peligro de limitarse a apoyar las soluciones ajenas; estimula, en cambio, los puntos de vista y la contribución que cada uno es capaz de dar. La decisión final . El grupo, finalmente, toma una decisión entre todas
las posibles, aceptando el hecho de que toda la decisión es siempre limitada y parcial: Porque decidir no es sólo indicar "qué cosa se ha de hacer", sino también "cómo se ha de hacer", con qué iniciativas,
con qué tareas para cada uno; también eso es un momento de paciente elaboración.
20 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
2. Somos personas en crecimiento y en proceso de cambi o
2. SOMOS PERSONAS EN CRECIMIENTO Y EN PROCESO DE CAMBIO 2.1 Somos conscientes de nuestra realidad a. Somos distintos
Si haces un viaje en lancha por la Laguna de La Restinga vas a encontrar paisajes sorprendentes. Cada caño de la Laguna te abre a nuevos
horizontes.
Siendo
siempre la misma laguna las orillas son siempre distintas. Tu vida es algo parecido a una río o a un río. En cada caño, en cada recodo, en cada período, en cada año, te esperan nuevos encuentros, ambientes desconocidos que te sorprenderán. La primera sorpresa que aparece, desde el momento mismo de emprender el viaje, es el constatar que no vas solo o sola. Otros y otras van contigo, emprenden el mismo viaje. Y ellos, ellas como tú, también están creciendo. El cambio es característico de todo ser vivo. Pero en este momento de la vida do, tan fuerte, tan acelerado, que se hace visible. Y si miras atrás, te ves distinto, cómo eras ayer. ¿Piensas igual que antes? ¿Quieres las mismas cosas?: Ciertamente no. 21 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
2. Somos personas en crecimiento y en proceso de cambi o
Entre todos y todas y dirigidos por el Catequista, dialogan; pueden servirles estas dos preguntas: 1. ¿Cómo te veías hace un año?
2. ¿Cómo te ves ahora?
b. Cambios que se sienten
Todo eso que se ha dicho lleva a una conclusión: has cambiado.
en tu aspecto físico;
en tus deseos;
en tu lenguaje;
en tus sentimientos y afectos;
en tu modo de relacionarte con las personas;
en tu modo de ver y juzgar lo que pasa;
en tu modo de vivir la fe.
Estos cambios que experimentas son propios del período que inicias o has iniciado. Se llama preadolescencia. Todo comenzó cuando tu organismo se puso en marcha bajo los estímulos de una glándula que funciona como despertador: la hipófisis. Entonces se inició en ti una revolución corporal que todavía conmueve toda la persona. Por eso, todo lo que pasa y todo lo que experimentas es normal. Por el hecho de que esto sea normal no debemos llegar a la conclusión de no prestar atención a dichos cambios. Por el contrario, exige conocerlos, interpretarlos.
22 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
2. Somos personas en crecimiento y en proceso de cambi o
c. ¿Qué dices de estos cambios?
Has dejado atrás la infancia. Estás en camino hacia la construcción de ti mismo o de ti misma. "Estar en camino",
"crecer",
"desarrollarse",
son
"cambiar", palabras
diferentes con las que expresamos la realidad que tú experimentas. Por un lado tu cuerpo se hace fuerte, capaz de esfuerzos nuevos. A nivel corporal se están desarrollando los órganos genitales. Simultáneamente nace en ti la capacidad de reflexionar sobre las cosas. Te atreves a rechazar las opiniones de otros, juzgas como cosas de niños o niñas lo que hasta hace poco era importante para ti. Sientes desapego hacia tus padres y los adultos. Te gusta que en público no te atosiguen con demasiados mimos, rechazas expresiones de afectividad que te eran tan naturales y prefieres llamar la atención y buscar tus amistades entre personas del otro sexo. Todo esto te da ciertas seguridades. Te sientes fuerte y buscas la independencia física, No necesitas que te protejan ni te estén cuidando. Te sientes dueño de tu potencia nueva - la sexualidad - y quieres independencia para experimentarla sin tener que rendir cuentas a nadie. Confías en tu capacidad de reflexión y quieres independencia para poder expresar lo que piensas.
23 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
2. Somos personas en crecimiento y en proceso de cambi o
Con un cuerpo nuevo, con una capacidad sexual que exige nuevas relaciones, con un pensamiento crítico, con un sistema hormonal que te provoca emociones fuertes, buscas independencia afectiva. Y poco a poco vas construyendo, por ti mismo o por ti misma tu mundo de cosas importantes. Pero sucede que todo esto te causa también confusiones. A nivel corporal no estás aún con la imagen que te agrada. La ebullición de la sexualidad te hace presentir que esto es algo serio y misterioso con lo que no se puede jugar. Tu afectividad está dirigida a otras personas pero ninguna termina por convencerte del todo. Tus relaciones con los amigos y amigas son inestables y el trato con los adultos y con tus padres produce incomprensiones. Aquí estás metido o metida tú ... o metiéndote ... Entre todos y todas, y dirigidos por el catequista, se pueden intercambiar ideas acerca de lo que han descubierto y sentido hasta ahora. d. ¿Qué haces ante estos cambios?
Nadie puede escapar al proceso de crecimiento ni a los cambios que se originan. Éste es un hecho que se da obligatoriamente en un momento determinado de la vida. Se trata del crecimiento de toda la persona, no sólo de lo biológico. Y ahí sí puedes intervenir: promover, frenar, desviar el crecimiento. Más aún. Ésa es una tarea que se dejado en tus manos. No sólo no estás ya programado o programada, 24 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación
2. Somos personas en crecimiento y en proceso de cambi o
sino que eres tú quien debe ir escogiendo caminos. En esta realización tuya podrán influir los demás, así como tú influyes en la de ellos o en la de ellas. No puedes prescindir de nada de esto porque es real y lo estás viviendo tú, tus compañeros y compañeras de clase y todos los muchachos y muchachas de tu edad, estén donde estén.
2» Las otras personas me ayudan a crecer En el mundo en el que estás descubres momentos y situaciones en las que experimentas la necesidad de los demás: • nacemos de otras personas y heredamos muchas de sus características; • el niño recién nacido es incapaz de valerse por sí mismo; si se le abandona,
muere; • el muchacho o muchacha que no encuentra en su ambiente un estímulo
para aprender, deja de desarrollar muchas de sus posibilidades; • la persona adulta que está sola, se siente frustada ...
25 Itinerario Catequ é tico del Sacr amen to d e la Confi rm ación