INFLAMADAS DE RETÓRICA escrituras promiscuas para una tecno-decolonialidad
Jorge Díaz & Johan Mijail
Editorial Desbordes Colección Ensayo
INFLAMADAS DE REÓRICA © Jorge Díaz & Johan Mijail © Editorial Desbordes, 2016
[email protected] Colección Ensayo Registro de Propiedad Intelectual Nº ISBN: Director: Alexis Donoso González Edición: Gonzalo Geraldo Peláez Diseño: Salvador roncoso Curivil Primera edición de 300 ejemplares Impreso en Chile
INFLAMADAS DE RETÓRICA Jorge Díaz & Johan Mijail
Índice
I La Ciudad, El Cuerpo, El Dolor, La Enfermedad Página 12 II Ojos Abatidos y Mirada orcida Página 87 III Escritura Promiscua Página 101 IV Feminismos y Disidencia Sexual Página 155
No es fácil escribir esta carta. Empezó como poema, un poema largo. raté de convertirlo en un ensayo, pero resultó rígido, frío. Aún no he desaprendido el lavado de cerebro, la mierda esotérica y el seudointelectualismo que la escuela ha forzado en mi escritura.
Gloria Anzaldúa Hablar en lenguas, carta a escritoras tercermundistas (1980)
#tecnocholitas Somos dos cholitas, pero siempre somos más que dos cholitas hechas de migas de pan, siempre somos muchas más, el cholerío es grande como el hambre, una hermosa técnica, las migas de pan, las pequeñas esculturas hechas de pasta de miga de pan, somos unas cholitas con un hambre malsano, infinito, unas cholitas hechas de migas de pan que siempre podríamos comernos, como cholitas antropófagas nos comemos entre nosotras, como el pan, como ese pan que nos constituye, levadura, cholitas lechonas que se comen los postres. Cholitas sin patria, cholitas expatriadas, apátridas, malagradecidas, cholitas hechas con la marca estética del residuo. Cholitas limeñas o dominicanas, cholitas negras, cholitas con una deuda, somos las cholitas que nacieron
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con una deuda marcada en su constitución de pan, cholitas con una deuda de la patria que nos expulsa y de la que nos integra para matarnos, cholitas nómadas, penetradas, transnacionales, cholitas señoras. Cholitas hechas de pan, de migas de pan, vendidas en esas salidas donde nadie quisiera ser jamás una cholita con hambre como nosotras lo somos. * Nosotras también somos taínas, las cholitas cimarronas que las montañas salvó. * No sabemos por qué todavía hay personas buscando literatura en el activismo que escribimos.
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I LA CIUDAD, EL CUERPO, EL DOLOR, LA ENFERMEDAD
La ciudad es algo equidistante a los y las habitantes, a los proyectos urbanísticos y a los mapas. Me interesa lo inaprensible de ella. Yo la comparo con un cajón de velador, donde hay un orden que no es tuyo. Es un orden que es a pesar tuyo. En ese sentido la ciudad es una construcción en la que todos participamos, pero las marcas no son directas. La ciudad fagocita, expulsa, se alimenta, te transforma, le robas, ella te roba. Para mí la ciudad es, ante todo, una protagonista.
Guadalupe Santa Cruz
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CUERPO MIGRANE Camino por el centro de Santiago sin lavarme el pelo. Me desplazo junto y alejado del frenesí del ritmo masculino. Camino frente a los edificios donde la arquitectura neoliberal instala su dinámica. Miro a la gente, pienso en una canción, en este cimarronaje sexual y postidentitario. Voy caminando añorando fotosíntesis, el amor vegetal. Camino por el centro de Santiago inventándome un mundo sodomita. Ahí entro en mí, pienso en los altares que nunca he dejado atrás, también en mis amigos y los textos que me hacen revolucionar. Me veo, raramente, en los tigueres que se visten con esa ropa del Colo-Colo, porque ni ellos, ni yo, somos de aquí.
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¿DÓNDE ES AQUÍ? Como no tenemos lugar, tenemos que inventarlo. Más bien habría que decir: habitamos un lugar pero queremos tener un aquí. Vivimos en diferentes espacios geográficos tratando de localizar el cuerpo que tenemos, tratando de establecer una biografía de nuestros tiempos dañados. Hemos nacido en diferentes lugares pero no se nos ha dado nuestro aquí. No nos basta con el territorio nacional. ransitamos espacios donde vivimos y donde tenemos que hacernos de otro aquí para vivir. Unaquí donde sobrevivir, donde tengamos una posibilidad. Un aquí puede significar establecer un vínculo, una palabra o un espacio donde existir. Un aquí pueden ser nuestras hermanas en el activismo, puede ser el tiempo que le robamos a la dominación. Porque los aquí de la disidencia sexual están en nuestras palabras o imágenes.
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En nuestra política radical de la amistad. O en los espacios que están por inventarse, donde es la experimentación, el riesgo y el compromiso con lo minoritario lo que nos mantiene en pie, un territorio fragmentado donde refugiarnos, donde hacernos de un aquí para vivir.
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QUE LA BASURA SE COMA LA CIUDAD En mi recorrido veo la ciudad llena de basura y smog. Es una imagen insoportable y es una imagen bella a la vez. Es la imagen de una ecología capitalista despiadada, malsana, injusta, opulenta, sin pudor. Son bacterias, hongos, virus, patógenos y residuos comiéndose la ciudad neoliberalizada de Santiago de Chile. Que la basura se coma la ciudad. Que la evidencia de su hedor despiadado nos consuma en su foco de fermentación. Que se contamine el aire, que nos contaminemos con esa acumulación biótica purificando la ciudad. Purificándola de otra manera. Con basura. Somos una ciudad injusta, que siente vergüenza cuando los ciudadanos se toman las iglesias, cuando la protesta se vuelve parte de la vida. Pienso que sería bueno que nos contaminemos todos. Pero no. Nunca nos contaminaremos todos, el
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clasismo de nuestro territorio jamás permitiría algo así. * Somos los ecólogos que amamos el desequilibrio de la ciudad neoliberal no por su destrucción injusta sino porque justamente esa es la imagen a la que hemos llegado y es sobre esas ruinas donde debemos (sobre)vivir sin las ansias de un pasado glorioso y sus promesas de futuro incumplido. Los Supersónicos se equivocaron, siempre temimos que nos estaban mintiendo.
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FALAN CICARICES A veces nos faltan cicatrices para darnos cuenta que nos estamos pudriendo por dentro. Quizás no nos damos cuenta de todas las cosas culturales que ocurren en la superficie de nuestros cuerpos, dentro de nuestros cuerpos, porque la somatización de la historia de los vencedores en nosotros es tal, que es muy probable que ahí, en el cuerpo, en su superficie e interior, encontremos las respuestas al por qué los dominicanos “nunca” hemos podido convivir junto a los haitianos y al revés. Mientras las autoridades no den luz con las informaciones, podremos especular a son del aire pútrido de grupos nazionalistas que han aparecido allá en la isla el por qué no sabemos compartir con otros negros.
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ESCRIBIMOS LA CRISIS Escribimos la crisis. Vivimos una época desastrosa para la ecología y por eso también escribimos, escribimos desde la letra y la visualidad, para hacer notar que vivimos una época desastrosa para la ecología, para el planeta, escribimos sobre y desde el arte “abrumados por un suspenso que no ofrece excitación alguna, que no es intenso; es un suspenso más bien de la neutralización y de la anulación”. Escribimos y nos inscribimos en las metáforas de la supervivencia en la precariedad y el fracaso, debido a que las metáforas son lo que son y de que no hay en ellas albergadas más que la pasión de cada uno de los cuerpos que la mencionan. No las buscamos, les hacemos luto y es un luto que duele. Un luto a la escritura del lenguaje heterosexual, al arte, al planeta.
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RAGARME EL MUNDO Escribo este texto desde la comodidad de mi cama, agotado de estar ya cuatro días seguidos acostado, tirado, medio postrado. Pero es una comodidad mentirosa porque estoy en la cómoda incomodidad de la enfermedad. Llevo ya dos fuertes amigdalitis en menos de tres meses. Cuatro en menos de un año, con seguridad más de cien en toda mi vida. Creo que deberían sacarme las amígdalas. Extirparlas para siempre. Mi madre me dice que vivió toda su juventud con amigdalitis. Le venían cuando se descuidaba y se desabrigaba, cuando mostraba su cuerpo. Mi hermana me ofrece a través de un chat un nuevo antibiótico para curar las amigdalitis, que es mágico me cuenta. Ella también siempre muestra el cuerpo. Una hermosa herencia familiar. La familia y su genética es una terrible suerte que debo
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portar porque a todas nos cuesta tragar. Ácido clavulánico, Amoxicilina cada ocho horas, Paracetamol, Ibuprofeno de 400 mg. cada doce horas: antiinflamatorios y antibióticos son el apetitoso cóctel que tomo medio escondido y con un poco de miedo. Me colonizan las bacterias y no me permiten levantarme de esta cama. Las bacterias que colonizan mi boca son resistentes a los antibióticos y proliferan rápidamente hasta dejar una mácula densa que carcome una de mis amígdalas. Crecen exponencialmente alimentándose de mi tejido, dejando un forado intenso y doloroso. Una ironía: trabajo con bacterias (que selecciono con antibióticos) desde las cuales obtengo proteínas de fusión para mis experimentos de biología celular. Las bacterias me proporcionan proteínas quiméricas, artificiales. Son plegamientos de aminoácidos, dominios particulares fusionados con enzimas que me permiten
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medir los niveles de activación de proteínas remodeladoras del citoesqueleto. De alguna manera podría decir que las bacterias me permiten vivir pero al mismo tiempo me tienen en la cama apenas leyendo o escribiendo, soportando el tiempo muerto de la enfermedad. En este último tiempo he soportado el doloroso esfuerzo de lo que significar tragar. Me cuesta mucho tragar, tragar saliva, tragarme el mundo, tragarme las escrituras de la gente del arte y peor aún las escrituras de los científicos. Mientras estoy acostado he leído textos que parecieran hacer que mi amigdalitis se acentuara. Otros con tonos más antibióticos calman mi ansiedad y mi dolor. Es conocida la relación entre la escritura y la salud. Hay que dudar de la gente que escribe y que tiene buena salud. Nada bueno puede resultar de eso. engo 31 años y ya casi no puedo tragarme el mundo que se queda atascado en la primera porción
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de mi tubo digestivo, en mi boca, inflamando mi retórica, produciéndome infección y malestar. Mi percepción de todo esto hasta ahora es de desolación y escepticismo. Por la boca ya no está la solución.
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“ESÁS ENFERMO” Un quiste pilodinal es al mismo tiempo una fístula, un absceso. Es también la manifestación de un descuido. El olvido de una historicidad, de una memoria política. Es una amnesia, también. Es la puesta en escena de unos glúteos aquejados, una distracción. Un quiste es una úlcera, un duelo. Un coxis, un ombligo, una axila o un pene cuya existencia y localización duele. Es un foco de infección que puede abrir la piel, hacer que el cuerpo hable, que te diga algo. Es un dolor, un daño muchas veces con pelos y otras no. Produce la necesidad de antibióticos, de cremas depilatorias: la utilidad del capitalismo farmacológico. El diagnostico: la ciencia hegemónica diciéndole a alguien: “estás enfermo”. Invitándole a que se anestesie, que utilice alguna técnica reparadora. Un quiste pilodinal es primo de un folículo
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sebáceo desgarrado que también te aparece en la cara, en el cuello, en el escroto o detrás de las orejas, en los labios genitales. Es un saco que puede dejarte una cicatriz, pero también el nudo central de un nuevo texto, de una nueva ficción, el contenido de un correo electrónico enviado por un organismo que quieres volver a ver.
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Me siento mucho más seguro conviviendo entre inmigrantes, vendedores y trabajadores del comercio del centro de Santiago o en mi block social donde nos vemos la cara casi siempre, porque no tenemos de otra. Me siento mucho más seguro que en los barrios altos, los burgueses tienen juegos terribles, gastan el tiempo torturando a la gente, hay tormentos en el barrio alto fascista y cruel.
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Con las horas retorcidas y los días desorientados, el tiempo es ficción. La geopolítica del lugar Las cuerpas y su maldita primavera Las contradicciones y la cooptación Las fronteras son siempre lugares que sangran Usar el texto como pretexto Los ácidos y las pastillas “Crítica” también quiere decir “crisis” My Anzaldúa abortista Queda con ustedes la dama de la voz de seda Que el pop nos salvará
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DESUBICADAS enemos algo claro: somos unas desubicadas tanto en el plano geográfico como en el plano identitario. No podemos ubicarnos en la forma en que ha sido narrada la historia de la modernidad occidental. Estamos en descontento y eso también lo tenemos claro, debido a que nuestras prácticas políticas y de reflexión están siempre en camino hacia el fracaso. Somos fronterizas, escandalosas, intrusas y extranjeras dentro de la ficción sexual masculina. Lo queremos todo, pero el cuerpo no nos alcanza para tanto. * Ningún lado nos acomoda, no estamos atentos a las lógicas de esta ciudad.
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* Te Smiths siempre me recuerda las calles de
Valparaíso, me las recuerda vacías o con viejas vendiendo marihuana, algo borracho, algo enamorado y algo triste también. Saliendo de la disco o entrando a una segunda en la noche. Carros de completos, la tranquila agresividad del mar o la mar, colectivos subiendo cerros, represión, diversión, teatros a medio morir, vida cultural. Valparaíso me recuerda a mis amigos perdidos, conociendo por primera vez la ciudad que vive en una hermosa resaca permanente.
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DIEA - una calada de marihuana al despertar - dos tazas de café americano - otra calada antes de la ducha - 5 ml. de semen fresco - una taza de jasmin tea con miel - un antiinflamatorio de rápida absorción - 30 ml. de saliva en algunos besos - una copa de vodka con jugo de cranberries, limón y hielo - medio cigarrillo de marihuana - una michelada con cerveza tibia, limón y sal - cuatro vasos de espumante - dos copas de vino tinto - un vaso de limonada jengibre menta - un vaso de bebida de fantasía - una taza de té ceylán - el otro medio cigarrillo de marihuana y tu cuerpo tibio y amoroso aún sobre la cama.
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PENA MORENA En el metro Sótero del Río está muriendo de cáncer tu abuela. En el metro Plaza de Puente Alto está muriendo de cáncer tu abuela, en el hospital público, en ese mismo hospital donde hemos nacido hace treinta años atrás sin saberlo. Metro Plaza de Puente Alto, estación Las Mercedes. Metro Protectora de la Infancia. Es el mismo hospital el que nos ve nacer y morir. Es el Félix Bulnes con su clausura institucional o el Sótero del Río albergando a la mujer metralleta que rescata a su compañero de la cárcel. Es el Sótero del Río que nos ve con nuestros cuerpos morenos cicatrizando. En esos hospitales todos los días muere alguien de nuestra familia. Nace y muere. Pienso cómo es posible una vida completa entre cuatro estaciones de metro. Sí, es posible. Una vida entera entre cuatro estaciones de metro. En-
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tre metro Sótero del Río y Plaza de Puente Alto. En el metro Plaza de Puente Alto hay muchos chicos morenos. En el metro Plaza de Puente Alto los chicos morenos usan los calzoncillos de una plástica marca gringa, porque algunos de ellos están en Hollywood. Pero en Hollywood nadie tiene impresa la pena morena. En Hollywood no hay chicos de rostros indígenas tan bellos que desconocen su lugar. En Hollywood no hay chicos con la cara angulosa, con la marca de la pobreza marcada en sus poleras. Yo estuve en Hollywood y juro que jamás me enamoré de nadie porque no había pena en ninguno de esos rostros. No estaba ninguna herida inscrita en sus caras.
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LIMEÑA Limeña sin hogar o casita de trabajo el pelo crece sobre tu folículo desierto corta la vía del crecimiento en ti de tus huesos, limeña solo recuerdas la fractura los juegos infantiles que de tan inocentes se te volvieron violentos que de tan suaves te llenaron la maldad reflejada y sigues joven con barba sobre el rostro cortándola con ritmo semanal limeña, ya no quieres seguir bailando te avergüenza el baile nacional
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y su correcta ejecución que no son coreografías sincrónicas las que guardas en tu pecho en tu corazón de niñita paria que se congeló en las plazas de tu patria quisieras estar para dejar de estar sola para que te mientes, limeña si los domingos en tu plaza quisieras dejar el rencor ya no más resentimiento si sólo quisieras poder escribir de amor.
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1985 Mientras Ana Mendieta1 cae desde su piso 34, algo se me rompe su cuerpo asfixiado por el asfalto retumba, se escucha seca la caída en plena calle Salvador una mujer joven siente como si la desgarraran desde adentro, como si al presionarle el vientre la mataran la mujer joven, Ana y yo: volando Santiago alberga muchos cuerpos que no son blancos.
Ana Mendieta fue una artista cubana que exploró principalmente en la performance feminista como expresión de la opresión de las diferencias sexuales. Murió el 8 de septiembre de 1985 a la edad de 36 años al caer de su departamento en la ciudad de New York. Hasta el día de hoy hay protestas por la participación de su esposo, el escultor minimalista Carl Andre. 1
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* Un aplastarse transparente, como chocando, como que no pareciera ser. Ana Mendieta se autoasfixia contra un vidrio transparente en la única posibilidad de exponer un poder tan translúcido2 que la capacidad de permitir una visión “del otro lado” pareciera no existir. Quiero pensar esta acción como una canción y a Ana Mendieta como una diva rockstar. El género, las identidades, las nacionalidades, las razas, la clase —dice la canción— son parte de una prensa tenue, lenta, de velocidad reducida que parece que no vemos pero que actúa molecularmente, en sus conductos materiales, en su organización estérica, en su Cuerpo a través del cual pasa la luz, pero que no deja ver sino confusamente lo que hay detrás de él. 2
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capacidad de distorsión y esa es su eficacia, canta Ana, su sutileza, su no-obviedad. ¿Aprenderemos a sobrevivir, sacaremos fuerzas plásticas ante la deformación?
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Ana Mendieta 1972
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#LAFUERZADEUNAIMAGEN Recuerdo cuando vi la fotografía de la primera aparición pública durante dictadura del movimiento feminista en Chile. Recuerdo muy bien esa imagen. Estábamos en los talleres de poesía Moda y Pueblo que dirige el poeta Diego Ramírez en ese espacio lleno de rebeldía llamado Carnicería Punk. Recuerdo que por muchos años esa imagen era para mí la representación del feminismo en Chile, quiero decir: esa imagen era para mí el movimiento feminista. Pienso lo importante de las imágenes y la política decisión de poner esa imagen como portada del libro Calles Caminadas, anverso y reverso, estudio y compilación por Eliana Largo. Una imagen de la heroica lucha de mujeres que en el año `83 en plena dictadura, hacían su política, publicando boletines con información sobre la masturbación, siendo calificadas de “porno revolucionarias”.
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* Siempre que vengo a la Biblioteca Nacional me encuentro con las escaleras donde esas feministas chilenas que mis amigxs nacionales recuerdan en su memoria como las mujeres que les enseñaron de que se hace necesario poner el cuerpo en la transformación cultural, de que esas historias personales del activismo político son las micro-revoluciones que devendrán el fin de la hegemonía masculina y heterosexual que nos satura. Más cuando lleno el formulario para conectarme a este espectro de red wifi para venir a escribir esto aquí, me pregunta descaradamente la ficha ¿Cuál es su género? 1. Masculino 2. Femenino Entonces, la cabeza y todo el cuerpo me dicen que el feminismo sigue siendo una posibilidad, una emergencia para que la policía de la identidad nos deje tranquilas. Una policía
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de la identidad que nos vuelve patéticas e ilusas en la idea esperanzadora de que esto podrá cambiar.
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Primera manifestación pública Movimiento Feminista en las escalinatas de la Biblioteca Nacional Santiago, agosto de 1983 Fotografía: Kena Lorenzini
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DEVENIR SUJEO DE IDENIDAD POS NACIONAL Aprendemos la ciudad donde nacimos cuando estamos fuera de ella aunque andemos por las calles extranjeras como si las conociéramos y nos pertenecieran. Aprendemos “lo propio” luego de que nos invita la diferencia a darnos cuenta de que hay ahí algo verdaderamente trascendental. Aprendemos a vestirnos para el frío después que hemos dejado el calor y que el movimiento pone siempre en evidencia la quietud que nos había caracterizado, que nos invita a darnos cuenta de la importancia de cuando estuvimos en la isla bailando gagá a escondidas del resto. De que nuestro proceso es devenir sujeto de identidad post nacional. De que no vale la pena sumirse en la nostalgia y la melancolía cuando has salido a buscarte y te das cuenta de que hay más lugares donde estar; viviendo la experiencia con tu cuerpo.
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“La historia de la emancipación humana es, de alguna, manera, una historia negra, al mismo tiempo que una historia de negros, en la medida en que todo ser humano lleva en sí una parte de negro”
Achille Mbembe
* Siempre hay un “ser negro” espectral que te persigue. El leadjetivo negro, elcomo ser negro. Más eso no permitedeaparecer sujeto de saber. No es Juan, ni Pedro, sino el negro siempre lo que aparece. Porque no existe Juan, ni Pedro en el lenguaje, sino ese ser negro espectral. Entonces, hay que seguir escribiendo un aquí, escribir sobre las ficciones de Juan, de Pedro, de eresa, de Yesenia, de Amara...
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* El cambio está en descolonizar el conocimiento de sus límites espaciales y temporales y repensar las identidades como un algo trascendental en los procesos culturales sociales, políticos y económicos que han construido lo que conocemos como subjetividades contemporáneas. Pero no desde “el acuerdo” de buscar representaciones. Por ejemplo, un negro, una mujer, un homosexual, un transexual, un africano, un asiático, un musulmán... y darle “un espacio” dentro de la universidad, sino más bien, ese “uni” hacerlo “pluriversidad” o de lo contrario no lograremos una comprensión epistemológica más ideal para el mundo. ¿Por qué los dominicanos, en mayoría, no reconocen la identidad africana o taína como parte de la “identidad” de hoy? Porque no queremos ser nosotros, sino ser la representación naturalizada del discurso oficial. ¿Cuál es? Ser blancos.
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* En esos tiempos había hombres que iban al África, agarraban a las personas, las metían por la fuerza en sus barcos y las traían para América. Cuando llegaban a estas tierras que ahora llamamos americanas las convertían en esclavos. Los esclavos eran los que tenían que hacer los trabajos más difíciles. Pero por ese trabajo no les pagaban. Los esclavos no tenían derecho de ningún tipo. Los amos disponían hasta de sus vidas si querían. Cuando Sebastián Lemba era un joven, también a él lo arrancaron del lado de su familia allá en África. Lo trajeron a esta isla así, por casualidad, como también lo pudieron haber llevado a México o a Perú o a cualquier otro lugar donde llevaban esclavos. Lemba llegó en uno de esos barcos que venían llenos de esclavos. Cuando lo trajeron seria el año 1525, o quién sabe si antes o después.
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VIDA COIDIANA Llegamos el martes a la casa. Un muchacho nos espera para decirnos que ya no podemos vivir más ahí. iene una botella de vino en la mano derecha. Está vestido de azul, completamente. Le decimos que nos explique qué pasa. Se niega. Uno saca el teléfono y llama a la policía. No contestan. Entonces, lo golpeamos, somos salvajes, agresivamente salvajes. Dientes blancos y fuertes. El azul pasa al rojo como el vino. Lo tiramos a la calle. omamos el vino que queda. Armamos una fiesta. Leemos poemas. omamos más vino. Ponemos la radio corriéndole a la bachata, al merengue y a la música electrónica. Pasan unos 40 minutos. La vida cotidiana es así.
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* No nací loca, me enloquecieron. Mi amiga no es una alcohólica, a mi amiga su primer beso se lo dio un borracho. Mi amiga no nació loca, la enloquecieron. Mi amiga y yo, no nos arrepentimos. Ella no es una artista conceptual. Mi amiga y yo no somos veganos. Yo soy feminista. Mi amiga no es vegana. No es una artista conceptual. Mi amiga es muy dulce. Yo no, yo soy terrible, pero no nací loca, me enloquecieron. A mi amiga su primer beso se lo dio un borracho.
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SIESA mi hermana duerme todas las tardes siesta con su novio llegan ven la teleserie de la tarde y duermen yo los escucho callado acostado en mi cama escucho Te Smiths y me pongo triste hace un tiempo leo cosas que no entiendo mientras ellos duermen luego despiertan tomo té sin mirarlos siento cierta vergüenza en eso entonces se besan discuten y vuelven a ver la teleserie de la noche
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cuando ya es tarde se despiden y al otro día nuevamente la siesta y la teleserie de la tarde de la noche mientras yo sigo acostado buscando en esos libros algo no sé bien qué pero ya me estoy acostumbrando a esta rutina.
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EL SAMURAI DE SAN BERNARDO El Samurái, como gustaba llamarse, coleccionaba espadas y otras armas en su casa de San Bernardo. odos los fines de mes partía al sector de antigüedades del Persa Bio-Bio y compraba alguna. enía su living-comedor saturado de tachis, katanas y otras espadas porque las encontraba fuertes, le daban vigor a su hogar. Pero el Samurái sufría de bullying. O al menos eso decía. odos los días un vecino se reía de él. Cuando compraba una nueva espada, se reía de él. Un día, cuando ya no pudo más, el Samurái cortó en dos la cabeza de su vecino. De una sola estocada hizo rodar la cabeza de su vecino en dos. De una parte estaban la mitad de la nariz, un ojo y medio labio. De la otra mitad, lo mismo pero en su reflejo. El Samurái de San Bernardo vive actualmente en el Instituto Psiquiátrico de Independencia y una ami-
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ga, que realizaba su pasantía de enfermería ahí me contó acongojada su historia, unas tardes atrás mientras tomábamos un té de arándanos con vainilla.
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EKEKO Me siento seguro con toda la clase de medicamentos que llevo en mi mochila. La llevo siempre repleta de textos, papers, libros que leo. Siempre ando con comida, un dulce, una pastilla de menta. Lleno mis bolsillos de las tarjetas que temo perder, el pase escolar, el carnet, la tarjeta del banco. Ando repleto de cosas, como si en cualquier momento me fuera a vivir a otro lugar.
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INSRUCCCIONES Establecer borradores sobre un lugar incierto que como en un atlas del desamparo nos permita ubicar la pérdida.
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LA NIÑA CON MÁS HAMBRE DE CHILE - Di la verdad, Rosa - A veces cuando tengo hambre me como una olla
¿Por qué será que tenemos tanta hambre? enemos un hambre crónica, absoluta, insaciable. Un hambre de comida caliente y frita, saturada con muchas grasas. Y a pesar de comer todo, de comer de todo, de comérselos a todos, seguimos con hambre como si tuviéramos un forado en el estómago, un canal sin fin, un espacio negro de enlaces saturados. Ácidos grasos de cadena corta, de cadena larga, con enlaces simples, dobles, triples, carbonos alfa, ácidos grasos con enlaces en cis, con enlaces en trans, glicerol, glucógeno, terpenos, moléculas aromáticas, todo está bien para nuestra
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digestión absoluta. Hay aquí una chica que quiere comérselo todo, que se come una olla, que se come dos. Reímos y lloramos al verla. Mientras engordamos por hambre o por verla. Mientras algunos quieren ver sus cuerpos deformados por el hambre. Ella no quiere hablar de ollas, solo de platos. A veces cuando tengo hambre me como una olla. Y ella se come una olla. Y lo dice como si fuera una cruel alegoría con una bandera de Estados Unidos en su polerón. A veces cuando tengo hambre me como una olla.
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Captura de pantalla obtenida desde youtube.com
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Es demasiada intensidad para un solo cuerpo Espero que valga la pena estar viviendo con tanta pasión
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RÁFICO DE ROSROS Me encanta caminar por la ciudad y ver que en todos esos carteles que nos tienen saturados con propaganda electoral falsa, siempre faltan rostros. Entre peleas de bandos rivales, cada uno le corta la cara a su otro contendor dejando un Hay agujero vacíodepara rellenar, huecos sin soporte. tráficos rostros de Bachelet y de Matthei. Las dos rubias capitalistas están perdiendo sus rostros. res caras de Matthei por dos de Bachelet, cuatro de Bachelet por una de de Matthei. La ciudad de rostros vacíos, propuestas vacías,llena de futuros sin materialidad. El filósofo Emmanuel Levinas decía que es en el rostro del otro donde podemos encontrar una respuesta ética con respecto a aquello que creemos aquello que está frente a nosotros. Las dosver, rubias se están quedando sin rostros por todas las ciudades, nada podemos ver en ellas.
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ESAMOS INFECANDO En medio de una atmósfera de comentarios que se resumen en que “el arte no sirve para nada” pienso en los espacios que estamos infectando, constantemente, en esta insistencia de rechazar el privilegio de la comodidad identitaria y en cómo mediante nuestras prácticas en el trabajo y en el cotidiano nos permitimos destruir y construir, desde esos lugares de incertidumbre, nuevas relaciones con el mundo. Nos metemos en la vida como buscadores incansables de transformaciones en los espacios moleculares de la subjetividad mediante la experimentación y el descaro. Quizás por eso no hay temor de hasta llegar a poner en riesgo nuestra salud con el fin de generar vínculos distintos a la realidad heterosexual que nos enseñan como posibilidad incuestionable. Ahora bien, quizás, deberían de argumentar también
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qué entienden por arte. Porque estamos atravesados por el deseo, y desde ahí, ofrecemos nuevas percepciones, nuevas perspectivas. ¿O será que esperan un Cristo Salvador que solucione todo esto?
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ESPIRONOLACONA Lactona, lactosa, azúcar de la leche, y la leche el semen, y el semen la leche que te da de comer.
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IRNOS Vámonos a vivir a Bolivia, vámonos a vivir a Perú, vámonos juntos a otro lugar, a un motel de paso, con baño común; lleva tus sábanas limpias, todos tus libros, lleva ese futuro que leímos en cartas, decía que era incierto, decía pon la pasión, vámonos de aquí, aquí no estamos juntos nunca, aquí no podemos estarlo, aquí nuestra casa se reduce, se cae, es un lugar violento este. Aquí nuestra casa esta siempre expuesta, aquí nuestra casa son esos momentos juntos, son todas esos rostros que nos duelen, aquí otras casas se caen, se exponen, pero la nuestra tiene la puerta abierta, porque nuestra casa no existe, no hay cuarto para nosotros aquí. Vámonos a cualquier lado distinto a este, escapémonos con lo que tengamos.
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Yo también soy de esas poblaciones donde uno dentra pa´ dentro y sale pa´ fuera
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REBELDÍA CORPORAL Hoy, también, me siento rebelde y esta rebeldía es corporal. Amotinado con un dolor de pie, aún, y un dolor recurrente en todo este cuerpo de hombre que no me gusta. Me duele un pie y mi biología. Me duele todo el cuerpo con sus órganos. Hasta la piel me duele y no lloro. Y si lloro es un llorar insurgente porque no me importa si te vas, porque me fui, y ahora estoy en una estrecha geografía y con un dolor de pie y en todo el cuerpo. Es una mezcla entre tu olor y el dolor que siento en este pie; el derecho. Pero te dije, es un dolor con rebeldía porque es corporal, ante todo. No hay masaje o medicamento mapuche, yoruba, aimara que me calme. Ni radiografía diagnostica porque el dolor es en este cuerpo de hombre que no me gusta. Seguir insistiendo en estas escrituras es también potenciar la derrota como una
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posibilidad. Continuar contribuyendo a la reconceptualización de lo que entendemos inmediatamente como fracaso, como pérdida. Es también el replanteamiento y re-ubicación del afeminamiento que tenemos y que no queremos ocultar, porque no hay escritura sin cuerpo y no hay cuerpo sin una dimensión sexual. Seguir insistiendo en estas escrituras es también una promiscuidad, un descontrol en búsqueda de desplazamientos no únicamente lingüísticos, semánticos o semióticos, sino también políticos; transfeministas.
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RADICADO EN LA CAMA Radicado en la cama es fascinante buscar fotografías del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti y encontrarlo siempre acostado, tumbado, reposando, escribiendo, leyendo en una cama. De alguna manera esa imagen del escritor siempre acostado me parece fascinante, nostálgica. Radicarse radicalmente en una cama. Onetti escribió gran parte de su obra acostado en Montevideo, luego de haber vivido su exilio en Madrid. Abandonar el escritorio y hacerse de una cama como plataforma, como matriz de contención y firmeza. Recuerdo una novela de Diamela Eltit, Jamás el fuego nunca, que muestra el declive de una pareja que perteneció a una célula terrorista y que transcurre literalmente en una cama. Oí lo complejo que había sido para ella hacer dialogar a una pareja por fuera del tradicional relato romántico
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o sexual de la cama. Apropiarse de la cama o de las camas de los otros. Pasa con algunos amigos que es inevitable no terminar echado en la cama conversando, llorando, volando, frotando los genitales contra las sábanas. Me gusta la cama porque además del sitio del descanso, la muerte y el sexo también representa uno de los mayores contenedores de fluidos que tenemos: el semen, la orina, la leche, la saliva y la mierda. Quiero pensar a la cama como una piscina de fluidos (propios y ajenos) que el tiempo ha secado y absorbido. Quiero pensarlo como una plataforma de fluidos donde tenemos que dormir. Me ocurre cuando viajo a ciudades que no conozco y más aún en un idioma que no es con el que vivo diariamente, que inevitablemente en algún momento del día necesito arrancar a alguna cama y reposar. Algunos dicen que el no querer levantarse de la cama es un síntoma de depresión, yo no lo creo
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así. Hacer de la cama un territorio. Durmiendo la siesta con el uniforme puesto me tragué los inviernos más crudos que jamás pude vivir, escribí
alguna vez acostado.
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Fotografía del escritor Juan Carlos Onetti junto a su esposa la argentina Dorotea Muhr. Dolly lo acompañó los últimos 40 años de su vida desde la cama de la que casi nunca más se levantó.
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NINA SIMONE Nina Simone, enséñanos a llevar una vida así como la tuya, tan intensa, profunda, contradictoria y comprometida. Haznos llorar otra vez con tus canciones, que aprendamos que una artista si no expone las injusticias de su tiempo, de nada vale. Nina, me recuerdas mis labios gruesos, me llevas a mi África explícita, mi negritud latina, mi homosexualidad por desobediencia, a sacudir mi pudor, a querer tomar las armas, a odiar sin censura a los blancos que se creen blancos. No tenemos nada, pero tenemos la escritura y eso es lo que más les duele. Porque en Chile escribir es una cosa de burgueses, pero no falta el vecindario que se alza en autoeducación y aprende a escribir y a leer. Nina, la esquizofrenia y los azotes en la cabeza. Haz algo para que no me vaya con él, si haces algo me voy contigo. ¿Qué pasó con la herencia de nuestro odio barroco, miss Simone?.
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En la isla nadie te pregunta si quieres llevar el sabor y la alegría en las venas. e hacen de sabor y alegría, sin preguntarte. No es justo que te hagan el cuerpo con merengue, salsa y bachata sin antes preguntar.
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¡QUÉ LÍO!
Va apuradísimo porque estaba por llegar tarde a un encuentro. Miraba el reloj cada 5 minutos. “La modernidad es la historia del tiempo”, dijo Zygmunt Bauman. Por ende, el tiempo no existe fuera de la construcción de una ficción política de cómo nos relacionamos socialmente con él. Es decir, que fuera de eso el tiempo, como todo, no existe fuera de la invención que han hecho los del poder en su afán de construir el mundo desde la razón. Me calmo. Pienso que la filosofía sí sirve para algo, pero que no es un poder. Llegué tarde, y ante la mirada moralista de quien esperaba, fui impuntual. Me perdonó esa porque nos amamos. Entonces, ¿el amor sería en la vida lo verdaderamente trascendental? ¡Uuuyy, uuuyy! ¡Qué lío!
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¿DÓNDE ESÁ LA VIDA REAL? ¿CÓMO ESCRIBIR EL DOLOR DE LAS ISLAS? “Lady Gaga se desnuda para ayudar económicamente a Marina Abramovic”, titula ayer el diario El País, la nota que adjunta el vídeo de dicha acción. Un punto para el capitalismo y el comercio del arte. Un punto menos a la performance porque aquí, desde mi punto de vista, aparece esta exclusivamente como género periodístico (que busca un impacto no crítico para poder servir como recurso constructor de polémica desde y por los medios masivos de información), ya que, la imagen vacía -como lo es el cuerpo desnudo, que reproduce la representación medieval del “cuerpo femenino”- servirá únicamente como forma de entretenimiento de la mirada del consumo de las imágenes que como esta aparece día a día en la televisión y en el discurso publicitario. La
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utopía de esta hipermodernidad vista desde el arte tendrá el enorme reto de pensar la imagen antes que producirla. Aquí no hablo de un texto teórico junto a la visualidad misma, sino del ejercicio crítico al bombardeo continuo de imágenes que el capitalismo y el consumo utiliza para anestesiar la capacidad cognitiva de la gente de manera pornográfica.
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la imperfección es preciosa
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ROSA PARKS Gracias Rosa Parks por no haberte parado de ese asiento de bus un 1 de diciembre de 1955. Ya son 60 años de este importante gesto para toda tu raza de bella piel negra. Gracias por haberte insubordinado ante ese hombre blanco que debería haber ocupado tu lugar, no tenía por qué, más que por el racismo y la xenofobia, el machismo, el patriarcado. Gracias Rosa Parks por quedarte sentada, valiente, insumisa. Gracias por soportar el castigo de una sociedad enferma, gracias Rosa Parks por haberte quedado sentada ante la segregación blanca inoculada hasta en el transporte público.
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Estoy seguro de que no son sombras, sino personas altísimas que lo único que saben es volver todo mercancía; me venden, te venden, nos venden a todos los que respiramos por la piel, que no es piel, tampoco, sino historia de isla. Dominican Republic. Dominican Republic. Dominican Republic. Un letrero del mismo tamaño que dice Welcome to Paradise. Ilusión, más nada.
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La primera vez que leí tazas fue en un barrio muy bonito de Padre Las Casas, allá en la isla, pero ahora, estando tan lejos, estando en un país tan largo no puedo leer tazas porque aquí no se toma tanto café, aquí se toma mucho té. Lo que hago es esperar que la cordillera se llene de humo y me voy caminando y hago un hoyo en la tierra, ahí: entro mis pies (descalzo, por supuesto) y con varias semillas de almendra adivino lo que pasará y hago un sorbo y me sano de todos los males que dejan las lenguas representativas del mal.
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Me informan por un mensaje electrónico que tengo que irme de donde he estado viviendo los últimos meses. Me escriben por Internet que debo de desocupar esta habitación sin ventanas porque no cumplo los plazos acordados en relación con el pago. No puedo ni siquiera pagarme la vida, me dice mi padre en otra conversación. odo se resolverá, le contesto. Siempre resolvemos las cosas. Pero antes de ponerme a resolverlas, se me va un día completo viendo vídeos de ciervos en youtube, de una manada de mamíferos que se tomaron el parque público de Nara, en Japón. Le digo a una amiga que tampoco ha visto ciervos, fuera de la realidad virtual, que tendríamos que irnos hasta allá para verlos. Ignacio me dice que no, que cuando vaya a un campo en Concepción, donde él trabaja, podremos irlos a ver, alimentarlos. En el sur de Chile hay ciervos. No tendré que ir hasta Japón, concluyo.
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De donde tengo que moverme es de aquí por no tener dinero para pagar a tiempo. Mientras miro ciervos, y no resuelvo mis problemas, la voz de Sainkho Namtchylak, o no sé si su voz, digamos más bien que su garganta me recuerda el amor vegetal, la garganta de ella y la voz de Björk son el amor vegetal. Porque como nos enseñan el cuerpo de manera fragmentada no podemos hablar desde el ano, desde la piel, desde la garganta: son espacios posibles de explorar, de indagar ahí para comunicar con las plantas, con los demás animales o los muertos. Yo creo que Sainkho utiliza su garganta tuvana para comunicarse con una energía que no tiene que ver con el tiempo que hemos invertido en reproducir la heterosexualidad y Occidente. El humanismo especista. Sainkho y Björk, me invitan a una reflexión de minerales, moléculas, bacterias y células, pero no vienen y resuelven mis problemas, porque son míos, tengo que
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resolverlos yo. engo que pensar donde voy a dejar, mientras tanto, mi altar yoruba, mi ropa y mis libros, que es lo único que tengo.
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Parece que la isla con la que sueño está dentro tuyo. Parece que esa isla eres tú.
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II OJOS ABATIDOS Y MIRADA TORCIDA
OJO CHUECO Crecimos con un ojo bizco, chueco, estrábico, kuir, al que le cuesta enfocar y ver nítidamente. Pero más que escandalizarnos por eso, hacemos de la incomodidad visual nuestra política. * OJO INQUIEO Convivo diariamente con un ojo inquieto que sospecha de la despolarización nerviosa que conduce a mi cerebro las imágenes incompletas del punto ciego. O que sospecha de eso mismo. El ojo de mi análisis pretende engañar las mismas epistemologías que la ciencia necesita cuando miramos un resultado, cuando utilizamos la estadística o cuando ordenamos por parámetros, haciendo pasar los datos o las experiencias por protocolos de significancia y claridad, de precisión y exactitud. La mirada
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disidente o el ojo desacatado trata ahí donde lo autoevidente deja de ser natural y se da la posibilidad de restarse de la mirada positivista de la clasificación, tratando de elaborar no lecturas “otras” o “fuera de”, sino que se instala en la retina social de lo “ya dicho” para sobrepasar esos contextos. * OJO ABAIDO Cuesta mirar a los ojos. Hoy vi un ojo con una costra en el párpado inferior. Era una costra gigante, un ojo con la huella de un combo. Más que una costra era casi una mini caverna con la epidermis desorganizada, entropía de carne, con las venas azules pulsantes y sudor. El producto de un combo grande, firme, un combo bien dado. Un combo violento. Ese ojo era evasivo conmigo, no quería mirar mi ojo que vuelve de estar tan desorbitado por el
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vértigo. Mi ojo igual de perdido pero con otro combo, igual combo al fin. Entre mi ojo descentrado y el ojo con las marcas de un combo bien dado hubo un momento que solo pudo ser porque no era necesario mirarse a los ojos. Había una transacción entre-medio, por lo que no era necesario mirarse a los ojos. Seguí y nunca me miró el ojo. Pero yo miré el suyo. Quizás no el ojo, para ser sinceros, fue el párpado y su caverna lo que miré. Era evasivo, no quería mirarme, aunque yo vi la noche de violencia. Podría decir que vi ese combo bien dado. Cuánto nos cuesta mirarnos a los ojos sobre todo cuando no nos conocemos de antes, o creemos eso. He visto ojos perdidos, ojos secos, desorientados, evasivos, ojos con rímel corrido, ojos ciegos, ojos oscuros, ojos nublados, ojos drogados, ojos hinchados, ojos cerrados, ojos líquidos, ojos secos, ojos abatidos de tanto mirar.
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* OJO LECOR Siempre al momento de leer son muchos los ojos que hierven dentro de uno. Ojos es una manera de decir lectores, y estos últimos son una manera de decir cuerpos. Hablamos de la materialidad de la misma manera que pensamos en el sexo de ese cuerpo. Cuerpos sexuados como oposición a aquella imagen metafísica y abstracta de la carne, esa sin marcas locales que la empresa del saber masculino instituido ha instalado como norma. De alguna manera, al leer siempre hay muchos ojos como lectores en uno. * OJO IILANE El ojo derecho no para de tiritarme por momentos. Quiere independencia. Busca su propio ritmo, se mueve para producir cues-
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tionamiento, como yo también lo hago en este cuerpo de hombre. Intenta establecer una rebeldía ante la órbita ocular. Se abre y se cierra comprimiendo cada uno de sus nervios. Yo aprieto, y flojo el ano y el ojo. Los coordino. Hago de la miopía un baile, una fiesta frente a esta pantalla, empujo los dedos al teclado. Y no es falta de sueño, ni cansancio, ni estrés. ¿Qué sé de mí? ¿Qué sé de este cuerpo? No puedo parar de destruirme en todas las convenciones normativas que me descubro. Estoy cuidando las plantas de Sebastián, puse la más grande frente a la puerta de esta habitación blanca para verla mucho. Quizás ella sabe por qué mi ojo está así y no quiere decírmelo o quizás necesito un cambio de lentes o nada. * OJO LÍQUIDO ¿Qué es lo que ve? ¿Qué es lo que vemos?
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Frente a sus ojos se encuentra seca una mirada que sospecha. O no. Mejor húmeda. Los ojos miran húmedamente una inmensa población de cuerpos desconocidos, en ebullición. Sus ojos vidriosos están empañados por un verde flúor, por un color saturado, onírico. Lentamente comienza a distinguir figuras en este universo de abducción. Se le vuelven reales ciertas figuras antropomórficas que creía olvidada. Entonces, reconoce a todos aquellos que desde la militancia sexual nos han abandonado en su forma física y carnal. Se refriega los ojos con fuerza. Hay sangre en sus manos. Puede ver la carne hecha sexo, el sexo hecho estética y la estética hecha política. Observa una gran orgía entre la hermosa bizarría de Hija de Perra3 y el Hija de Perra (Santiago, 1980-2014) es una activista y artista drag feminista que desde finales de los `90 ha trabajado un activismo bizarro con sus canciones, performances y charlas, desde una perspectiva disidente sexual y paródica. Murió el 2014, y circula como un virus entre nuestras redes transfeministas 3
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travestismo de Giuseppe Campusano4. Glitter, dildos, drag, uñas brillantes y labios húmedos. Ojos húmedos tiene. Una gran Sudamérica poblada por la pobreza y la insistencia, por el desamparo y el glamour, por la fiesta y el sexo, por la escritura y la teoría transfeminista. Hace un cruising con José Esteban Muñoz5 y su corazón que dejó de latir. Punk, cerda, exagerada. Abducida mira con ojos húmedos aquello que nuestra posibilidad cotidiana ya nos negó pero que sin duda estará presente en este futuro 4
Giuseppe Campuzano (Lima, 1969 -2013) es un
filósofo travesti. En 2004 creóqueel maquilla “Museo los ravesti del yPerú”, una contra-narrativa corporal agujeros desmaquilla las fronteras. Con ello ha parasitado museos de arte contemporáneo en ciudades como São Paulo, Santiago de Chile, Barcelona y Madrid. Ha infectado también universidades en Lima, Brighton, Río de Janeiro, Bogotá, México D.F. y Quito. 5 José Esteban Muñoz (La Habana, 1967 - Nueva York, 2013) es un teórico y activista queer que investigó desde los estudios de la performance los trabajos de artistas y gays, trans y negros en Estados Unidos siendo un referente para el activismo queer. Disidentifications: Queers of Color and the Performance of Politics (1999) y Cruising Utopia: the Ten and Tere of Queer Futurity (2009), son dos de sus más importantes libros.
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nuestro. Un futuro que por suerte ya no existe. * OJO ADOLORIDO Antes el dolor era en un ojo, ayer el dolor era en un diente y un testículo. Un dolor intenso en un testículo que me recordaba que tengo que negarlos. Mis testículos no son masculinos, mis amigos y yo, los del feminismo no somos hombres, ni masculinos. Nuestro esperma, nuestros espermatozoides no sirven. Nuestros penes, nuestros testículos no son, como en esta episteme, órganos reproductivos. Son más bien la crisis del capitalismo heteronormativo. El dolor del cuerpo, el rechazo a esta cultura. Nuestro escroto no es escroto, es un cáncer, nuestra muerte. Pero también está bien que nos siga doliendo todo, así, entonces, podemos estar pensando dónde y cuándo será
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la próxima fiesta. * OJO COGNIIVO enemos una “arqueología cognitiva” que nos permite conocer en los ojos de los otros todo aquello que los hace cercanos. oda una acumulación de tiempos, estéticas, alianzas, formas de actuar en el mundo que suman y siguen ahí, en esa mirada, en esos ojos, en esas arqueologías en ruinas que son los otros o más bien los ojos de los otros. Una relación (la de los ojos de los otros) que hace que el “tú” y el “yo” hagan parte de esas ruinas. Pienso en cómo nuestras relaciones sensoriales: sinapsis, acoplamientos excitación-contracción, contactos focales, matrices y endotelios electrizados son una simulación encarnada de unas conexiones maduras, afianzadas, oleadas y sacramentadas por unos ojos científicos que
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traducen formas, esquemas y relaciones entre moléculas a comportamientos vivos, orgánicos, bióticos. Dónde queda la experiencia relacional, corporal que cierra los ojos a esas maneras. Vivimos en un mundo que nos muestra una realidad hecha de objetos, protocolos, personas y espacios al mismo tiempo que tenemos objetos, protocolos, personas y espacios hechas por el arte. Y en muchas ocasiones casi no distinguimos su separación. La realidad científica se esfuerza por anular estos mundos ficcionales que están imbricadamente creando nuestros mundos reales. Por eso ante las “arqueologías cognitivas” del mundo de las ciencia, propongo unas “arqueología de ficción” del mundo de la ciencia feminista. Son estas arqueologías de la ficción las que me interesa rescatar, porque quizás, en un juego de arqueologías, las cognitivas (mucho mas domesticadas), en relación a las de la ficción ofrecen mejores maneras de
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crear un mundo a la mano donde los ojos de los otros puedan ser, por un momento, también los míos.
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Y entonces tuve ganas de llorar
(pero tan sólo por mi ojo izquierdo)
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III LA ESCRITURA PROMISCUA
El lenguaje que hablas está hecho de palabras que te están matando
Monique Wittig
No hay aquí texto llano, translúcido, fácil y militante a la típica usanza: sólo retos de lecturas y una provocación a la re-escritura
Valeria Flores
HABLAS MENORES Escribimos en compromiso con todas aquellas hablas menores que utilizan la palabra como motor crítico para establecer una distancia con todas aquellas imágenes que continúan con el status quo de nuestra actual forma de lo humano y su tiempo heterosexual, esto es, amor romántico, familia idealizada, el cuerpo como naturaleza, el imaginario del héroe político, el margen como fetiche, solo la figura humana como soporte. Son estas las poéticas que nos obligan a escribir, son esos versos de quienes apuestan desde sexualidades abyectas y con orfandad institucional (en cuanto no se escribe ni en ni para la universidad), a un pacto con la poesía. Un pacto con la escritura que ni en el activismo ni en la academia parece ser un lugar desde el cual no salir dañado.
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Siempre hay un riesgo inevitable en aquellos que apuestan por leerse en espacios donde la política involucra a la poesía.
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LA REVOLUCIÓN LINGÜÍSICA No me vengas a decir que no tenemos lenguaje. Quizás uno pobre, como nosotras, pero tenemos. Uno que no es fácilmente comprensible, pero tenemos. Cuando te cuento que soñé contigo, es lenguaje. Cuando me dices algo que no tiene que ver con ir a comprar al mall, es lenguaje. Cuando escuchamos una canción de Silvio, de Rita, de Las Chicas de Can es lenguaje. Cuando estamos en una mesa leyendo lo que escribimos en una universidad, casa okupa, la cocina de Sepia; es lenguaje, resistencia a la heterosexualidad obligatoria, ahí hacemos feminismos. La revolución lingüística. * La escritura es un juego, pero también una batalla. Un juego muy serio y muy político. Como esta otra escritura de mirar por la ven-
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tana, por la microrevolución de cambiarse de barrio. Mirar por la ventana el barrio como Agamben. (Porque que te aparezca un filósofo italiano en un sueño es queer). El cambio es mirar, ahora, por esta ventana. Y pensar en cómo vamos a seguir resistiendo a la regulación heteronormativa. La semana pasada: ron y regalos, anoche tetas de papel. Una estética donde nos afirmamos en el vino y la droga, en una falda con flores buscando el sol. Aries, Júpiter y agosto. Un beso con lengua. Una conexión de amor vegetal que despliega citas con desconocidos de un chat y las citas al trabajo escritural de las que se parecen a una. ¡Qué privilegio decolonial! ¡Qué privilegio la amistad! Un bolígrafo como un puñal porque la Plaza Bogotá es la más peligrosa de Chile.
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¿Qué es la teoría feminista sino la encarnación de nuestras experiencias, la materialización de nuestros deseos, la descripción de nuestras frustraciones, la transcripción de nuestros afectos, la inscripción de la carne en la letra y la política?
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más cercanas al palimpsesto que al ensayo académico
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LAMER EN CIAS La sexualidad no es una mera cosa en sí, ni tiene potencial político solo por existir en el universo que le ha asociado fluidos, receptores celulares, hormonas, órganos, prácticas y prácticas con esos órganos del orden reproductivo o más interesante, del orden del deseo y la abyección. Si la sexualidad es aún un territorio donde interponerse es porque aquellos que han sabido intervenirla críticamente, le han dado un lenguaje, han puesto ahí palabras para desmantelarla o desnaturalizarla. Dicho de otra modo, la sexualidad requiere ser explicada. Es nuestro compromiso intervenir en el cómo y con qué palabras damos esa explicación. Es nuestra apuesta involucrarnos en la lengua de la sexualidad, cuáles palabras saborear, qué formas lubricar, a quién lamer en citas, cuáles frases digerir para hacer de nuestra lengua siempre
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un órgano abrasivo con la sexualidad. Quizás por eso mismo es que el feminismo crítico ha intervenido estos espacios del sexo desde una escritura encarnada que esté siempre atenta a restarse de trincheras anti-intelectuales y abierta a los fenómenos complejos de la sexualidad para hacerlos visibles.
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Cuando escribimos nos enfrentamos a una batalla dolorosa pero gratificante. Buscar dentro de nosotros lo que queremos decir es sin dudas algo despiadado. Debemos simular que nos conocemos, que conocemos el entorno, tocando las supuestas heridas y victorias que hemos acumulado, que han acumulado los demás, escribir es indagar en la crueldad de la inquietud, de lo que nos incomoda, del compromiso que implica empoderarse del lenguaje, en pro de que el No Ser aparezca desde su disidencia y sin pactar con nadie formemos nuevas formas de habitar el planeta.
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UN NOSORXS QUE UILIZA LA X No hablamos desde un nosotros, sino desde un nosotrxs. Creemos que esa “x” es una estrategia para marcar una molestia con aquel binario que nos recorre en cada etapa de nuestras vidas, que nos marca, que nos impide acceder a ciertos mundos, una “x” que se burla de la gráfica occidental y que es a la vez la incógnita de una ecuación. Quizás esa misma que dice que hay una coherencia entre las categorías de sexo, género y deseo. Una ecuación que a diferencia de aquellas que resolvíamos en la escuela, no nos interesa saber cuál es específicamente el valor de esa “x”. Una “x” que es una incógnita encarnada, una incógnita biopolítica que queremos aprender como compromiso.
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CONRA LA LÍNEA RECA Una línea recta. Un vector es un módulo entre un inicio y un final con características de dirección y sentido. Entre ese inicio y ese final la mitad de ellos mismos, la décima, la cuarta, las dos quintas partes: infinitos cocientes hay entre un inicio y un final definidos de antemano. Muchos puntos hay cuando se limita un intervalo, muchos. antos que algunos de ellos quedan reducidos inevitablemente a una pequeña fracción del otro, a su división limítrofe, a su derivación infinitesimal. Pero siempre en línea recta. Gran parte del pensamiento de las ciencias giró por mucho tiempo en torno a la idea de linealidad. Entre un momento y otro, entre un tiempo y su futuro existía la idea que para alcanzar a comprender los fenómenos de lo vivo, siempre avanzamos hacia adelante en línea recta: “el hombre” es
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la escala de la evolución, una macromolécula es solo la suma de sus unidades estructurales, un gen es la expresión de un comportamiento, una enfermedad es un fármaco. Nada más erróneo, nada más cegado que las miradas planas que buscan encontrar un solo lugar donde existir, una sola disciplina que habitar. El biólogo decimonónico George Couvier hablaba que continuamente estamos pisando un terreno sobre la base de una catástrofe, donde las especies existentes en el hoy son el producto de un reemplazo por creación sucesiva luego del desastre que lo aniquila todo. Nunca existen los mismos luego de la catástrofe. Algo se crea repetida y sucesivamente luego de la ruina. Sin embargo, catastrofismo y creacionismo son dos visiones que sin duda siguen con la idea de lo lineal, de lo que solo avanza para adelante como cuando solemos pensar la política como una cuestión de mirada y tiem-
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po: nos dicen siempre que miremos hacia adelante, que tenemos que levantar los ojos para imaginar un mejor futuro. Mirar hacia adelante, no mirar hacia atrás.
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Habitamos un lenguaje periférico, una lengua que a pesar de estar ahí como un murmullo en la ciudad, en todos los lugares, en los recovecos, solo parece un susurro sordo.
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NO + PEDAGOGÍA “Hay temas que tengo pendientes desde que nací”, dijo hoy una muy querida amiga fotógrafa en un agotador foro de estudiantes que querían entender los procesos de producción de imágenes de una manera casi científica, distante, naturalista, predeterminada. Pienso en que hay que seguir atacando a las lógicas de la pedagogía, porque casi siempre impiden profundizar en otras cuestiones que son mucho más complejas, inteligibles, de texturas ásperas a las que tenemos que saber dar palabras. Y esto sí que es un gran trabajo. Porque como decía Monique Wittig: “Este movimiento de ida y vuelta entre los dos niveles de la realidad (la realidad conceptual y la realidad material de la opresión, que son, ambas, realidades sociales) se logra a través del lenguaje”. Es cierto, en los espacios del feminismo hay siempre
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urgencia por cuestiones que están pendientes, quizás porque no tenemos agenda. Estamos desde la época de los dinosaurios en lo mismo, como decía una travesti por ahí, todo cambia y todo no cambia también. ¿Cómo definir lo urgente, cómo focalizar el momento desde el cual se inicia una obsesión si esa obsesión nos ha constituido desde siempre? ¿Cómo jerarquizar la importancia de ciertos materiales cuando nuestra lucha es por eliminar del mapa la organización de los deseos y permitir que exploten, afloren, que la anarquía sea nuestra ontología?. Hay que pensar en las preguntas y en la pedagogía, en cuánto de eso que aprendimos nos sigue manteniendo en un solo plano de la realidad. Siempre tenemos temas pendientes, desde que nacimos. Siempre algo pendiente. Nuestro propio aborto por ejemplo es algo en lo que tenemos que pensar.
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tú y yo aquí
en esta página y en esta cama, en esta casa que llamamos cama, tú y yo aquí no somos menos que una ficción política
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EL DESBLANQUEAMIENO DEL DESEO Las letras que se enmarcan en un posicionamiento feminista siempre se resisten a la máquina semiótica que reproduce la heterosexualidad del capitalismo en sus formas violentas de acumulación. Son esas letras el desblanqueamiento del deseo. Un viaje de regreso de África después de darme cuenta de por qué aún naciendo en el Caribe nunca me hablaron bien de ahí. Un rompimiento. Una interrupción. Unos signos de interrogación dispuestos a la exploración de lo fragmentado de nuestros modos de vivir en un tiempo de significados sin historia. Una forma plural de creatividad alfabética o no, un duelo a las micropolíticas gays del “dos personas tienen derecho a amarse
aunque sean del mismo sexo”, para negarnos la cárcel del amor romántico y su institución
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pareja. Esas letras son una fiesta lésbica hermosa, donde compartimos fluidos, semillas, brujería, besos y plantas. Son cuando yo te llamo por teléfono, preocupándome por ti o para saber qué estás leyendo: todas las veces que insisto en mencionarte con el seudónimo que inventé para jugar a esta otra forma de ficción que he decidido, todos los correos electrónicos sin respuestas. Yo, vomitando el mismo lugar donde dormimos tantas veces abrazados y nos alejábamos del marxismo masculino porque preferíamos olernos , mirarnos o hablar en vez de penetrarnos. Llorar en una escalera. Insisto, esas letras, son un lesbianismo conceptual y un grito. Un “NO”.
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NUESRA GRÁFICA BIOLÓGICA DE LAS FALLAS oda “Y” es siempre una “X” atrofiada, una “X ” sin una pierna, sin su reflejo inferior. La puesta en escena de un reduccionismo masculino atrofiado. Así, desde esta óptica, “Y” ahora es una “X” incompleta. Hoy más que nunca podemos decir que la clasificación sexual del “XX” y “XY” no es sino lo explícito de nuestra gráfica biológica de las fallas. Un diseño atrofiado y reducido que ya no nos soporta ni el cuerpo ni la forma del relato (bio)gráfico que hasta hace poco nos parecía constituir.
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La imagen de arriba es un cariotipo, lo que significa la representación de (la manera de losde23unpares de cromosomas humanos mitadordenada proveniente espermio y la otra mitad de un ovocito). Los cromosomas son estructuras densas hechas de DNA y proteínas, unas estructuras súper-enrolladas en las que están “escritas” los genes, que son los encargados de la transmisión genética de una célula a otra. Los primeros 22 pares son los llamados “autosomas” que son los que codifican las características básicas de todo individuo (la piel, el pelo, los órganos, los sistemas nervioso, endocrino, entre otros). El par 23 se le llama el “par sexual” pues determina el sexo biológico de un sujeto. Las combinaciones (X,Y): macho y (X,X): hembra en la lengua biológica se quedan cortas como siempre.
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Existen también sujetos (X, O) que sólo poseen un cromosoma X o los sujetos (X,X,X) o también llamados “superhermbras”. Entre el cromosoma X y el Y sólo hay una diferencia:
el cromosoma Y posee unos genes llamados holándricos que determinan rasgos particulares de los bio-hombres como la manzana de Adán. De otra perspectiva estos cariotipos siempre me han parecido hermosas representaciones de parejas en diferentes acciones: algunas durmiendo, algunas bailando. Somos como la segunda pareja del cariotipo cuando me empino en silencio sobre ti.
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IMÁGENES POBRES Se dice que los pueblos necesitan de imágenes para construir una historia, que las imágenes de los pueblos son quizás el único repertorio válido para crear historias. Nosotras, cuerpas disidentes, no tenemos imágenes de aquella resistencia que antes de la historia, nos dieron un cuerpo. Porque no es cualquier pasado el que traemos aquí, es ese pasado pre-histórico del activismo sexual el que nos interesa agitar. Aquel pasado que habla de la primera manifestación homosexual del año 1973, meses antes del golpe Militar. Sí, tenemos imágenes, pero estas son imágenes pobres. Las imágenes pobres son construcciones difusas, casi imágenes, de escasa circulación, parte de archivos inconclusos, de baja calidad, pixeleadas, no adjuntadas, escasamente rescatadas, nulamente restauradas. Una imagen que es casi imagen y
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que más parece una huella, casi una borradura. Nuestro archivo es un archivo homosexual pobre. Es por eso que para esta acción contamos con apenas unas cuatro imágenes difusas, algunas crónicas y una noticia en un diario de izquierda. Una noticia que habla de unos 50 homosexuales que se dieron cita, vistiendo de rayado, unas rayadas, para protestar y hacer escándalo. Un espectáculo obsceno, una cita patrimonial en memoria de las primeras subversivas, esas que el año `73 saltaron cansados del hostigamiento de la policía, porque estas locas son patrimonio de nosotras, son patrimonio de nuestra sexualidad.
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Contraportada del Diario El Clarín del 24 de Abril del 1973. Imagen encontrada en un microfilme del Salón Camilo Henríquez de la Biblioteca Nacional de Santiago.
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HINKING OHERWISE
Siempre se dice que el lenguaje de la ciencia es complejo y que, por esta misma razón, es tan difícil difundir los conocimientos y avances en bio-medicina, genética molecular, farmacología aplicada o nanotecnología por poner solo algunos ejemplos. Pensar esto es un gran error. Creo que el lenguaje de algunas prácticas artísticas, de la performance, de la literatura, del teatro o de las artes visuales ha llegado a un nivel de complejidad mucho mas intenso y rico que el de la ciencia. Ese es un lenguaje complejo, el de la ciencia por el contrario es un lenguaje simple y directo, tan simple y tan directo que pierde sabor, localidad, textura, pliegue y pertenencia. an simple y directo que se vuelve insípido, opaco. Lo que sí sabe la ciencia es de dar especificidad en el lenguaje, en la incorporación de categorías disciplinarias
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—siempre en inglés— que nos permiten establecer ese añorado vocabulario internacionalista, una escritura soberbia y engañosamente libre de metáforas (de ciertas metáforas), higienizada o inmunizada de su contexto. Como si el que escribiera tras esa pantalla en un laboratorio de investigación no tuviera sexo, raza, nacionalidad, idioma o una clase social determinada. Como si quienes estamos trabajando en las ciencias no pudiéramos exhibir obsesiones, pasiones o deseos. Como si no fuéramos, como todo el mundo, sujetos llenos de opacidades. Aún así, siempre me ha interesado la ciencia por esa hermosa producción de categorías o parámetros para describir procesos, armar esquemas, buscar patrones o construir puzles moleculares. Esto último me fascina. He vivido gran parte de mi juventud construyendo puzles moleculares: sobre-expresando, inhibi-
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endo, seleccionando, reduciendo, amplificando, evaluando rutas moleculares que explican procesos tan complejos como la migración o la activación de receptores de la superficie celular. Así entiendo yo la transducción de señales: como un complejo puzle que requiere de mucho compromiso y dedicación, colectividad, ayuda mutua y una sorprendente capacidad por soportar el menoscabo reinante en el ambiente científico. Y a pesar de eso, llevo 8 años de mi vida estudiando los mecanismos celulares y moleculares por los cuales las células cancerosas emigran de su nicho primario, diseminándome en un fino proceso hacia otros espacios donde proliferar y promover el crecimiento. Estudiando paso a paso qué es lo que te puede matar en un mes o en diez años. Qué situaciones se alteran, qué mecanismos se descontrolan. La práctica científica me seduce como desafío,
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sin embargo mi mayor problema sigue siendo con el lenguaje. Escribo por una absoluta decepción a la manera de cómo se permite escribir en ciencia. Recuerdo que una vez me dijeron que tenía que decidirme: o escribía poesía o escribía ciencia, que ambas cosas no se pueden, que no hay poesía en la ciencia, o al menos no en su lenguaje, no en cómo se escribe. No en la ciencia del siglo XXI. Y me lo dijo un señor con bastante poder académico, tanto como para frenar mi carrera de científico. Pienso cuánto hemos perdido por utilizar el lenguaje sólo como un “medio para” y no como un sustrato de producción de conocimiento. Porque escribir de otra manera te permite a su vez pensar de otra manera, leer de otra manera, mirar de otra manera, “thinking otherwise” dicen las feministas postcoloniales. Mi
conflicto sigue siendo con el lenguaje, porque no hay que ser ingenuos: la manera en que
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actualmente leemos y escribimos está íntimamente implicada con un sistema patriarcal que describe el mundo bajo ciertas retóricas, sino machistas siempre conservadoras y jerárquicas. No tenemos un mundo que describir que no esté embebido de las metáforas que marcaron nuestros últimos siglos sobre la tierra: la inmunología bajo los signos de la guerra, la endocrinología y el mundo de las hormonas bajo las narrativas de la diferencia de sexo, el sexismo y el control de la natalidad, la ecología bajo los presupuestos antropocéntricos y androcéntricos de la competencia y la evolución humana. Con todo esto quisiera afirmar que antes que todo, la ciencia es una práctica política y social. Yo trabajo por una ciencia parcial que no tema a incorporar los recursos del lenguaje y de la cultura cotidiana en su manera de ver el mundo. Una ciencia feminista sería una que se atreva a desmantelar las divisiones binarias
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y las construcciones culturales que jamás se han puesto entredicho como por ejemplo el binomio hombre/mujer6. Para esto un lenguaje semiótico-material que no tema a la experimentación de la escritura ni a la formulación de espacios alternativos de difusión de sus resultados y discusiones es fundamental. Así que mientras ensayo con mis retóricas retorcidas trato de avanzar o retroceder en una especie de conjuro semántico, esperando que alguna vez el paper decline su supremacía y los puzles moleculares feministas tengan la misma posibilidad de difusión y discusión que los otros, que “los conservadores” aún tienen. Basta con leer la última investigación de la bióloga israelí Daphna Joel que demostró que no existe el “cerebro masculino” ni el “cerebro femenino”, sino que una especie de mosaico fluido activándose en cada cuerpo de manera diferente. ¿Quién nos dijo o quién demostró que los cerebros del hombre y la mujer son diferentes? Nunca se nos dijo, ni tampoco se demostró porque eso está tan imbricando en nuestra cultura que se da por supuesto. La hipótesis básica del conocimiento occidental es que hay sólo dos sexos. Y nos siguen diciendo que la ciencia es objetiva. 6
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Quisiera pensar que estas letras son parte de ese conjuro, tal vez parte de un ruido dentro de las señales biológicas que buscamos, esas señales que todos los días tratamos de descifrar quienes apostamos unas vidas, nuestras vidas y nuestros tiempos a la investigación en las ciencias biológicas.
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Exigimos para todos el derecho a la opacidad
Édouard Glissant
LAS POLÍICAS DEL GESO Es importante enfocarse y realzar las política del gesto: unas políticas que desvían la mirada hacia lo micropolítico de nuestras cotidianeidades y cuerpos. Deberíamos ante esta época de cambios y desastres naturales, de una ecología de la infección y el abuso, enfocar nuestros lentes hacia la disposición diaria de nuestros cuerpos y estéticas y buscar ahí, hasta qué punto un tatuaje, un rapado, un piercing, una prenda revolucionaria o un color extravagante puede desajustar el ideario de una profesora, del científico, de la dueña de casa o de un funcionario público. Investigar hasta qué punto la moda y las maneras en que nos nombramos pueden aún participar de movimientos de rebeldía ante el capitalismo que todo lo absorbe. Pensemos por ejemplo en el uniforme escolar, cuya idea era unificar a los estudiantes con el objetivo de no hacer visible los conflic-
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tos de clase pero que rápidamente fue desplazando formas de vestimenta según la comuna en la que se vive, haciendo aún más patente el explícito clasismo en el que vivimos.
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PASOLINI Pasolini7, reconfigúrate el rostro de esa muerte horrorosa, que esos chicos que te dejaron en la playa pongan tus brazos en su lugar, las piernas, que te devuelvan las manos. Pasolini, que por tu cuerpo vuelva a pasar el oxígeno, el ozono, el argón, todos los gases inertes. Que se pudran las flores, los comunistas, el higiénico movimiento homosexual, las banderitas de colores, la policía, la familia sentimental. Que se pudran otras cosas. Que hay tantas cosas que se pueden degradar. Reconfigúranos el deseo y el rigor. Sobre todo el rigor. El odio, la rabia, la crítica, la maldad. Una vida violenta. Que queda mucho por hacer. Que no tenemos tiempo para morir, compañero. El cineasta, poeta, filósofo, homosexual marxista, e intelectual italiano Pier Paolo Pasolini murió en extrañas circunstancias el 2 de noviembre de 1975. Su cuerpo fue encontrado desfigurado en una playa a las afueras de Roma. En su última entrevista dijo: “Qué bien si mientras nosotros estamos aquí charlando alguno en el sótano está haciendo planes para deshacerse de nosotros. Es fácil, es sencillo, es la resistencia”. 7
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#ANI-SOCIAL Escribo cuando algo me impide seguir viviendo, ya sea porque me desborda de deseo o porque siento que me traicionan con algo que me parece injusto. Quizás simplemente cuando quiero alivianar la carga. Las palabras, así como los amigos, nos permiten sobrevivir. Escribir como un acto de amor y un acto de rebeldía, de profunda indignación y pasión. Cuando siento que me traiciono, escribo. No podríamos hacerlo de otra manera. La indignación nunca es personal, siempre es colectiva. Puesto que la violencia meditada siempre hiere a muchos. Soy un biólogo que zigzaguea entre las clásicas y asfixiantes estructuras heterosexuales de la ciencia y el mundo del activismo artístico de la disidencia sexual tratando de correr los marcos de lecturas con teorías perras, es decir, femini-
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stas. Feministas, desobedientes y peligrosas. Al parecer sobretodo peligrosas. Y es así como desde cierta institución científica me han acusado deliberadamente de anti-social, me lo han dicho de manera negativa, estigmatizándome, dejándome en el lugar del abyecto o el enfermo. La ciencia y sus ritos normalizadores me han puesto en el lugar del anti-social. Me lo ha dicho con palabras escritas, con correspondencia directa, en el inbox de mi correo electrónico. Anti-social, me escribieron. Así, seco. Anti-social. u, estimado, eres un anti-social. Un e-mail gratuito, seguro, ignorante. Asumo que no sabían qué me estaban diciendo, qué carga traía esa palabra para mí. Anti-social. Y pienso en cuando uno se puede hacer parte de la supuesta ofensa, cuándo uno puede reivindicarla, parodiarla o hacerse el ofendido o la víctima. Creo que como siempre, esto de las ofensas depende del contexto.
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Quién te ofende, hasta qué punto te destruye. Una palabra puede destruir. Al menos una palabra. Porque el capitalismo ha hecho crecer de tal manera su práctica de violencia que la hemos naturalizado. Nos preguntamos desde quién viene esa violencia y sus derechos sobre las palabras. Nos preguntamos sobre la liviandad con la que la academia utiliza los apelativos de violencia para denominarnos. Sobre su poca sensibilidad con los signos. Finalmente nos preguntamos sobre su ignorancia. Porque se hace más que real aquella automatización de la escritura, una palabra tras otra en un paper, una palabra que no importa más que como conector. Porque en la industria de la ciencia, la palabra no importa. Sólo importa su memorización o la capacidad para definir, nada más. Y nosotrxs, que estamos hechos de palabras. Pero ya no podemos permitir que la autoridad se quede con más palabras en su vocabulario
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que disciplina. Un anti-social es quien construye contracultura y se opone creativamente al orden establecido. Alguien que incita a su desorganización o negatividad. Una negatividad donde algo cambia. Decir “no”, siempre algo cambia. Un anti-social puede dar miedo, puede desorganizar la estructura, puede romper con la familia. Porque ese es el problema: la familia. Esa familia que inevitablemente está en todos lados y en cada resquicio de sentido común. El sentido común es fascista. Pero quiero decir, más que la familia en sí y sus sujetos con roles, es la estructura de la familia la que se repite de manera agotadora en todos lados. ediosamente. Muy tediosamente. El padre que grita fuerte y que amenaza consecuencias y la madre silenciosa que reproduce la ley del padre. La misma estructura se repite en loop. Nuevamente, hasta agotarnos. Entonces pienso nuevamente en
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la ofensa. Maricón o la siutiquería de decirte gay ya es tan común que lo tenemos imprintado en la carne y no nos hace mucho sentido porque ni tan hombres somos. Ni tan hombres, ni tan felices para ser gays. Pero si, somos anti-sociales al resistirnos a vivir en una estructura donde todo sea familiar, con estructuras jerárquicas, con organizaciones pre-trazadas y con egos explícitos. Explícitos y ordinarios. El ego es un error. ¿Cómo explicar en ese espacio de egos explícitos la muerte de un compañerx en la resistencia sexual? ¿Cómo hablarles que tenemos existencias frágiles, que nuestros cuerpos anti-sociales nada tienen que ver con sus fuertes brazos de poder académico? El mismo día que llegó a mi inbox el e-mail que me decía anti-social, un mensaje de texto sin remitente conocido me confirmaba que había muerto Hija de Perra. Una extraordinaria y
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amorosa compañera en la resistencia under, una completa anti-social del género. Una bella e incómoda coincidencia. La Hija de Perra muerta y un e-mail diciéndome anti-social. Conexiones perras. La Hija de Perra siempre como una anti-social. Hija de Perra portó siempre la amenaza de quienes son considerados por la ciencia como anti-sociales. Hace unos días, frente a mi casa están explotando bombas como signo de un sistema que ya no da más. Escucho y siento bombas de un ruido estremecedor. Anti-social, Hija de Perra y la bomba me resuenan cuando miro mi correo electrónico. Resuenan como un trío escandaloso. Y pienso, hagamos bombas simbólicas o metafóricas. Hagamos bombas para la ridícula idea de no volver a verte, Perra. Hija de Perra, esa bomba insolente a la institución que norma me devuelve esta imagen. Si
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esto de las ofensas depende del contexto, Hija de Perra fue una anti-social que utilizó, ahora de manera creativa y política, la violencia ante la ofensa. Esa ofensa que se entrega para hacer un targeting del anti-social. Una ofensa que entre otras, me fue entregada familiarmente en palabras en un e-mail. No existe nada más agotador. Una bomba como Hija de Perra aceleró nuestros corazones disidentes hasta hacerlos explotar. Hija de Perra es el epitafio para nuestros corazones disidentes y anti-sociales. Es el epitafio y la bomba de ser un anti-social. ¡Fuego a los señores heterosexuales de la ciencia, una bomba por siempre a los padres de la disciplina!
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Hija de Perra en concierto Fotografía: Jorge Matta
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AMOR VEGEAL El amor vegetal es experimentar una pérdida en el sentido de la sexualidad reproductiva, preferir dedicar tiempo a buscar información sobre cómo las plantas terrestres y marinas se colaboran entre sí, y esto, con el fin de no pensar a su vez en la institución pareja, traicionando así el amor romántico aprendido en el seno de la familia heterosexual donde la mayoría crecimos, el seno donde también nos enseñaron a entender nuestro deseo como un desvío, como una vergüenza, un desacato patológico, una contranaturaleza. * Una virilidad del clítoris de las mujeres africanas como amor vegetal. * El amor vegetal como tecnología de hacerse en
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tanto consideramos el residuo como un lugar posible. Una militancia feminista construida en contradicciones fundamentadas en querer ser correspondido. Es entonces, el tartamudeo cuando hablamos de los actos de habla, cuando afirmamos un resultado científico. Es poner en tensión a quien te pregunta quién eres, de dónde eres, cuánto te mide el pene, en una conversación de chat. Amor vegetal es un gif donde los sustantivos PERVERIDO AVERGONZADO LOCO, se escriben en alta escuchando un playlist de música triste, ojalá que mexicana, ojalá que latinoamericana. * El amor vegetal es una excusa o más bien un artefacto de distracción a una pérdida amorosa. Una concentración en las plantas que están, ahora, a mí alrededor y en todo el planeta. El amor vegetal es una interpretación del
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presente, una reflexión pasional de transformación semiótica y semántica. Un lugar para escribir en difícil. Un programa nuevo de rechazo a la inclusión perversa a la sociedad del consumo. Es, más bien, un regalo de signos que no tienen que ver con la producción de dinero. Un fracaso. Un ano abierto, activo, con ganas de hablar, disfrutando su fisura; un lugar de goce decolonial con mucho vino, miradas y caídas sobre una mesa, caídas en la vida. Llorar en una escalera por otro organismo que no sirve para nada. Una cadena planetaria de formas y funciones dudosas. Hacer silencio, eso es el amor vegetal. Es invertir tiempo en ocio, en saber que jamás nos comprenderemos. El amor vegetal, no es un antagonismo; ni vegetarianismo, ni veganismo. * El amor vegetal es un plan diferente, una ex-
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perimentación donde sabemos que lo único que tenemos son los afectos para con uno, para con los demás. Quererte en tanto no seamos jamás iguales es un amor vegetal, es cuando no tienes peces, perros, gatos, aves como mascotas. Sentir es amor vegetal. Sentarse es amor vegetal. Salir es amor vegetal. Llorar y bailar es la metodología fundamental de la desesperanza que propone el amor vegetal. La bipolaridad es un amor vegetal, junto con la negación de la disforia de género, del déficit atencional. * Lo que no sirve para nada es amor vegetal. El transfeminismo es el amor vegetal. La comprensión del amor vegetal está instalada en un leer paródicamente sus puntos de vista, lo que propone, lo que deviene.
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* El amor vegetal no se excluyó de esa tendencia inherente a toda vida orgánica en tanto siguió siendo una pulsión emocional y contradictoriamente racional que devino muerte. Es un ritual funerario que le dice “adiós” a un científico, alcanzando así a convertirse en una metodología amorosa nueva, dispuesta a un proceso simbiótico nuevo, también, y de valoración a los sentimientos más profundos que había conocido como organismo. La falta de Internet para conocerme todas las bibliotecas cercanas y la gente rara que va por ahí. Una sanación autogestionada eso es el amor vegetal.
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Performance “Hombres trabajando”. Johan Mijail, Paula Milla y Señoritaugarte. Fotografia: Kevin Andre Magne apia, 2015.
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Somos híbridos, estamos en un país neoliberal, bailamos gaga y leemos a Marx y creo que no por eso tenemos que odiarnos sino hacer de eso mismo nuestra fortaleza
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IV FEMINISMOS Y DISIDENCIA SEXUAL
Escribir porque creo en este ejercicio como un activismo político, por la necesidad de retratar nuestra propia historia y que no lo hagan otrxs que tienen el poder, el aparentemente “simple y neutral” poder de escribir.
Constanza Alvarez/Missogina
No solo escribimos quienes no tendríamos que escribir, sino que lo hacemos desde donde no deberíamos hacerlo.
Itziar Ziga
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LA IMPORANCIA DE DECIR NO e llaman hombre feminista y un gran impulso te lleva a decir No e dicen masculinidad y No ....No.............................................No.... ........No.....................................No........ ........... No.............................No............ ...............No.....................No................. ...................No............No...................... .......................No....No.......................... Las tonalidades del No. La importancia de decir No. Entre las burbujas y la yerba el dancing que no para. Cada uno con sus ficciones y sus esencialismos. La reflexión es el compromiso, la teoría es la emancipación, el activismo es seguir bailando. Lamer un pezón, despertar con resaca, juntar el abdomen y tirarse para atrás.
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e llaman hombre feminista y algo te lleva a decir No, siempre. Los hombres hacen la revolución, la política, esa que mira hacia delante, esa que tiene un rostro. Nosotros no tenemos rostro. Apenas una pena morena que nos cubre la cara. No somos hombres feministas porque no somos hombres, sólo eso al menos sabemos. Y como tenemos siempre el ojo descentrado, ni la forma de hombre nos vemos porque se nos olvida.
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Nuestras resistencias en ficciones y desbordes anarcobarrocos surgen de una profunda decepción por la vía institucional y su diálogo horizontal que siempre aquieta las voces rebeldes, haciéndolas pasar muchas veces por ridículas en nombre del sentido común. La micropolítica del deseo, como gustamos decir, es parte de un intenso activismo en el que queremos seguir. Para mí nada o muy poco dice la asunción de ciertas personalidades del mundo estudiantil universitario en el poder legislativo. Instituciones que matan, hoy mismo vemos un chico muerto más por el test del Simce en Educación Física. Hoy mismo vemos cómo las formas de ingreso a la universidad son nefastas. La pulsión institucional de la prueba o del test es la misma pulsión institucional de la muerte.
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LERA ANARCOBARROCA Con “anarco-barroco” nos referimos a una estética híbrida de experimentación que toma como referencia toda la corriente escritural del neo-barroco o también conocido como neo-barroso latinoamericano donde el despliegue de la figura del travesti o la “loca” en la ciudad es central. Dentro de los autores que podemos mencionar como fundamentales de esta corriente son el chileno Pedro Lemebel, el argentino Néstor Perlongher y los cubanos Virgilio Piñera y José Lezama Lima. La referencia “anarquista” de esta estética encuentra su fuente en las reflexiones y prácticas del pensamiento anarco-feminista. De esta manera estas estéticas “anarcobarrocas” serían un híbrido que toma por areferencias tanto feministas al pensamiento marica como las resistencias para crear producciones escriturales y performáticas.
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FEMINISMO FLÚOR El flúor es un color que produce sospecha por muy luminoso, poco definido, o mejor dicho, extremadamente definido en su espacio cromático que lo desborda. A muchas personas le da pudor utilizar el flúor, quizás por fuerte, quizás porque somos morenos y no nos asienta el flúor. O quizás por negativo. Un átomo electronegativo. El más electronegativo de cierto feminismo. El flúor es el elemento más electronegativo de los átomos conocidos hasta ahora. Su negatividad habla de que no está completa su nube electrónica. Y es esta condición de carencia extrema, de faltarle algo para completarse, la que le permite unirse fácilmente a cualquier otro hasta constituirse en ese otro. Ser el otro como en el feminismo es nuestra posibilidad de escapar de una sola identidad, esa que nos asigna la biografía, para
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ser el otro en los feminismos. Pero precisemos: hablamos de ser el otro no definir al otro o ser definido por otro, sino más bien habitar ese otro.
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DISIDENCIA SEXUAL 8 La Disidencia sexual implica una apuesta crítica a las políticas que gobiernan nuestros cuerpos, subjetividades y todas las representaciones que se improntan sobre ellos. Por esto mismo la Disidencia sexual va más allá de la visibilización de las problemáticas que inscriben a ciertos cuerpos como minoritarios o excluidos: pretende interrumpir las lógicas de representación hetero y/o homonormativas, a diferencia de las prácticas de la diversidad sexual que se conforman con una comunicación horizontal con el Estado. La Disidencia sexual no busca la normalidad de sus prácticas a través del matrimonio entre parejas o a través de la adopción de hijos. La Disidencia sexual no tiene una verdad sexual que deba develar, Este texto escrito en conjunto con Cristian Cabello fue publicado en la separata Imaginarios Culturales para la Izquierda, organizado por la teórica feminista Nelly Richard el año 2013. 8
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así que no confía en el clóset como experiencia sino que promueve la destrucción del armario homosexual como categoría de opresión epistemológica. Así también la Disidencia sexual cuestiona la supuesta coherencia de un orden sexual que se responde a sí mismo en el binomio hombre/mujer al apostar, más bien, por un tránsito que trastoque y desestabilice tales categorías. La Disidencia sexual genera relecturas con el feminismo que deconstruye los referentes de una identidad única y modélica, dialogando con la teoría queer y los estudios postcolonialistas. Sin embargo, también genera tensiones y distancias con la fracción más identitaria y naturalizante del feminismo, al cuestionar sus representaciones unívocas del ser “mujer”. La utopía de la Disidencia sexual es que el género sea destruído. La Disidencia sexual entiende que las demandas y peticiones a un Estado que vigila y controla no son una
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estrategia que fracture los órdenes de exclusión que construye el actual sistema económico y sexual. Es por eso que la Disidencia sexual apela a las prácticas micropolíticas del cyber-activismo, la post-pornografía y la parodia del drag como dispositivos disruptivos que ofrecen alternativas a la bipolítica imperante.
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ACIVISMOS Los procesos de indisciplina requieren siempre de la construcción de nuevas metodologías de creación, estrategias encarnadas que nos impliquen, protocolos para borronear, modelos de trabajos para alterar, deseos que nos atraviesen y que atenten contra los límites disciplinarios, esos espacios donde vivimos a diario. Porque necesitamos de lugares que nos permitan vivir en un cruce, saturados de imágenes y escrituras corporizadas. Y para eso tenemos el activismo: un lugar de creación y experimentación desde el cual nos hacemos unos cuerpos otros. Desde muchos espacios se observa al activismo como un lugar incómodo. Sin duda para quienes no gozamos de las regalías de la comodidad identitaria ni estamos conformes con el régimen heterosexual dominante, el activismo no es sino un compromiso. Un activismo que nos tiene corriendo riesgos, tomándonos espacios, calles, páginas, muros, laboratorios, escenarios
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y facultades hasta contagiarles los bordes. * El activismo político y poético que hemos decidido como compromiso feminista está en la escritura que se niega a seguir reproduciendo la idea del género asignado, está en este ir en sentido opuesto y no únicamente en el devenir creativo que podamos aportar mediante el uso de las palabras, sino que también en una escritura que ponga interés por la alteración a la linealidad de la disciplina y la gramática formal, poner todo lo antes llamado patología, error, falla, delito o falta al servicio total de una impugnación semántica de enunciados y oraciones que problematicen el ejercicio de escribir, de delirar frente al teclado y de encontrar una familia queer en lo “no entendible”, abortar todo lo que no sea exceso, exageración, lo que no sea escándalo ante el aburrido pan-
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orama de la heterosexualidad obligatoria; la complejidad de deconstruirnos en lo aprendido para construir una escritura pordiosera que dude de lo narrado hasta ahora en el discurso dominante. * El feminismo sigue siendo un saber negado. No es sino por el activismo, por la curiosidad, la amistad y la rebeldía que llegamos a conocer sobre su epistemología, escritura y compromiso. Llegamos al feminismo por otros lugares, por otras calles, por otras arterias. De hecho, por calles que no son arterias sino pasajes sinuosos del que hemos hecho nuestro vecindario. * El horizonte político de un movimiento gay que concluye sus aspiraciones en la simple regulación económico-patrimonial de la pareja a
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través de la ley nos parece demasiado limitado. Es interesante el rescate de los feminismos disidentes que han resurgido con las marchas estudiantiles, post 2011, en distintas facultades. Hay todo un cuestionamiento en torno a ciertas instituciones como la familia que es el núcleo dentro del cual, por ejemplo, se comete la mayor cantidad de abusos. “La familia es un nido de perversiones”, decía Simone de Beauvoir. Las corrientes más radicales dentro de la izquierda asumen la crítica anti-familia o anti-natalista como una crítica anti-social, esto es, una crítica que desconfíe del relato de una forma moderna de sociedad que es siempre heterosexual, blanca y de clase media alta. ampoco nosotros queremos proponer “nuevas familias”, como lo pretende el movimiento gay, sino ejercer una crítica negativa que coloca bajo sospecha las categorías y las prácticas naturalizadas de los sujetos bajo la ideología
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heterosexual dominante. * No tenemos identidades completas, lisas. Sí moldeables, mutables, transformables. Es inútil pensar que existe un momento desde el cual comenzamos a ser completamente un otro dejando de atrás nuestra historia, nuestro nombre. La utopía respetuosa de ciertas grupos me aterra. Un respeto que tampoco entiende contextos, una vuelta conservadora a la identidad. La vuelta del mundo al conservadurismo. * Hombres y mujeres casándose, hombres y hombres casándose o mujeres y mujeres casándose, no es nada revolucionario. Para mí, reproducen una de las representaciones más conservadoras de la historia: el matrimonio. ¿Qué opina usted?
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UN NOSORXS FEMINISA Consumirnos tres mil cien centímetros cúbicos de engrudo, en ruta zigzag durante la marcha feminista para llenarles las murallas y engañar el ojo con una imagen que es también una pregunta por la forma humana. Brocha, engrudo, pared, afiche, brocha pasando sobre afiche y dejando los restos del engrudo que como todos aquellos fluidos que nos implican nunca son homogéneos. Siempre hay cuerpos de inclusión resistentes a ser solubilizados y que quedan como agregados duros de romper o destruir. Las murallas en disputa. Desaprendemos la forma humana con las mismas ganas que queremos desaprender la forma de mirar como nos habían enseñado. Ficcionando estrategias de arte y política, pensando que un colectivo no puede renunciar a las
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estrategias de un feminismo descolonizador, crítico, trans, travesti, drag, gaga. Un feminismo que ya no confía en la sola categoría biológica mujer, pero si en las identidades que sostienen su devenir mujer. Pensarnos en un feminismo en toma. Y es mediante esa toma que el cuerpo, la página, la calle, la imagen, la pregunta, el muro, la pantalla y la palabra nos permiten hacer del activismo un espacio rebelde también para la política de la amistad.
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Afiche pegado en las calles de Santiago. Esta acción fue parte de la campaña “Para una vida mejor, dona por un aborto ilegal”, CUDS, 2013.
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ESAMOS EN LLAMAS, QUEMAMOS Una llama es un animal dromedario que vive en los lugares más secos de la tierra donde todo se confunde con la incandescencia del paisaje. Una llama escupe lentamente para apaciguar su temperatura corporal expuesta. Escupe porque se quema por dentro. Escupe porque si no lo hace se le quema todo por dentro. Somos las nuevas llamas nacidas en transición con un sol avasallante que casi nos ciega. Pero no, aquí están las llamas que escupieron la tumba de Pinochet, a los presidentes de la sangrienta post-dictadura. Somos las mismas llamas que escupieron el cuerpo de la democracia, ese mismo cuerpo que se autoasignó Bachelet. Ese cuerpo tan suyo, tan alejado del nuestrx. Escupir a la diversidad como gesto político de resistencia, escupir esa diversidad tan blanca y legislativa donde no
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caben nuestros nombres. Ni menos nuestros deseos. Escupir como llama. Estar en llamas. Escupir y escupir para lubricar. La expresión estar en llamas en el teatro de nuestrxs deseos significa querer quemarse de euforia, de rabia, de repulsión, de intoxicación, de rebeldía, de antagonismo, de insubordinación, de disidencia sexual, de feminismo, de transfeminismo. El queer que ya no confía sólo del cuir y que apuesta siempre al riesgo de equivocarse con el kuir. Estar en llamas o escupir como llamas. Escupir y escupir para no quemarnos y por supuesto para lubricar. * Sabemos como feministas que hacen un uso táctico de la red virtual que la construcción de otras identidades fuera del binomio hombre/ mujer en la red, no es una tecnología tan evidente pues las palabras siguen asociadas a la
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socialización de los roles y los cuerpos, aunque sea esto en una conversación de chat. Quizás por esto mismo es que debemos seguir insistiendo en desacoplar el poder hegemónico de las palabras ya sexualizadas en la metáfora de la diferencia sexual, que el lenguaje universal decreta como correcta.
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Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos dentro.
Domitila Barrios de Chungara, líder obrera y feminista boliviana.
El feminismo se relaciona con el marxismo como el marxismo lo hace con la economía política clásica: es su conclusión final y última crítica. Comparado con el marxismo, el feminismo revierte el lugar del pensamiento y de las cosas en el método y en la realidad de manera tal que el sujeto penetra al objeto y la teoría a la práctica. En un movimiento dual, el feminismo da vuelta al marxismo de adentro hacia fuera y de arriba para abajo.
eresa de Lauretis
SOBRE EL QUEER Y LA POLÍICA DE LA AMISAD Muchos de nosotrxs llegamos a implicarnos políticamente en el feminismo a través del queer (el cuir o el kuir en sus acepciones locales). Quizás suena paradójico pero entre nosotrxs no hay una temporalidad exacta que implique un orden históricamente conforme, pues son aquellos momentos que nacen del juntarnos en el activismo, del cortar el tiempo personal de los proyectos pre-trazados, los que configuran una posición y nos dan un cuerpo. Por lo mismo nos cuesta pensar como inequívoca, la generalidad que utiliza cierta metodología academicista estructurada en tesis, que entiende a los movimientos de política sexual como una organización lineal de transmisión del conocimiento y la desobediencia marcando firmemente un solo mapa. Peor aún cuando quieren traducirnos con el
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lenguaje del paper, un lenguaje organizado por el método científico que jamás explicitará nuestros deseos porque se desbordan. Las feministas que leemos y con las cuales trabajamos nos han enseñado que la palabra es un espacio de experimentación. al como lo son nuestros cuerpos. Además, hay siempre en cada localidad de articulación política, capas más finas, micro-texturas y afectividades que urgen de ser reconocidos para ir contra el pensamiento universalizante de las rebeldías sexuales. Es una historia local la que nos implica siempre y esto lo aprendimos también del feminismo. Llegamos al feminismo realizando acciones, talleres, performances, escribiendo y leyendo desde el lugar que parodia la insolencia patética del mundo heterosexual en el que vivimos. Sí, leímos la teoría queer traducida desde la Madre Patria, que sigue colonizándonos con su estructura materna que rechazamos por re-
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beldía. Es cierto, sabemos desde la Malinche que toda traducción es traición, pero no queremos defender el espacio ultra-inmunitario de comprender las lenguas como territorios de guerra. Ya vivimos en el apocalipsis constante. En inglés, como también en otros idiomas, escriben muchos activistas con quienes nos relacionamos en un vínculo afectivo y de manera trans-fronteriza. Así que más que rehuir a hablar en las palabras de un compañerx de activismo que vive en el otro lado de la tierra, debemos prepararnos para seguir estableciendo vínculos de traducción que nos permitan comprender que si bien no todos tenemos los mismos tipos de opresiones de raza, clase o género, existe una agenda global del feminismo que entiende los espacios minoritarios y de violencia en muchos lugares del planeta como propios. Queremos leernos y conocernos, establecer vínculos que permitan enriquecer nues-
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tras miradas con todas aquellas figuraciones y formas de leer la realidad de las cuales el feminismo kuir está saturada. No tenemos teoría que defender porque la teoría somos nosotrxs mismos, encarnada en nuestras hablas, acciones y textos. Porque las feministas siempre escribimos, no podríamos negarnos la letra. Ya no podemos negarnos nada. Y es de manera azarosa, o quizás no, que en español teoría rima con utopía, aquella que muchos dicen es imposible llevarla a la política práctica. Nosotros no creemos eso pues para nosotrxs, la utopía se encuentra en ejercer la política radical de la amistad. Estamos acostumbrados a vivir en una fragmentación que separa radicalmente el yo del nosotrxs en nuestros pequeños contextos. Una forma de pensamiento que nos ha llevado a establecer espacios de separación ahí donde nuestros cuerpos parecen separarnos por algo que muchos llaman diferencia sexual.
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Soy un biólogo feminista que se identifica con una forma de investigar y vivir que tomando la materialidad corporal de lo vivo y lo no vivo, pretende volver a traducir las dimensiones del sexo como un espacio abierto a nuevas interpretaciones que se alejen de los reduccionismos. Pienso que la primera tarea es aquella que nos implica a dejar de ser hombres. Nuestro activismos son algo de eso. Ya estamos cansados de generalismos vacíos que no se hacen cargo de lo que dicen, pues tanto las realidades como nuestras materialidades son siempre más complejas que el blanco y el negro, que el norte y el sur, que el hombre y la mujer. Vivimos siempre en tonalidades de grises rabiosos y políticos. Algo así veo en el kuir. Ese que está en proceso de construcción, nunca acabado.
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ASOCIACIÓN ILÍCIA Una asociación ilícita es un híbrido sin vigor reproductivo. Híbrido se entiende frecuentemente por unión, mezcla o sincretismo. Los híbridos nacen por entrecruzamientos genéticos que buscan generalmente promover una vigorosidad en sus mecanismos de reproducción para así mantener una renovación continua de los individuos y sus mejores características. Pero cuando la hibridez no consigue rescatar las mayores potencialidades reproductivas, es vista como estéril. Una asociación, la podemos ver como un híbrido producto de una mezcla ya conocida. De esta manera cuando en la política (en su relato biológico) se organiza una asociación ilícita, pareciera que los marcos de acción se desorganizaron. Y todo esto pareciera yermo para la política de la reproducción. Esa que cree que el cuerpo es
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solo propio, único y que asume a la identidad como su propia materialidad. Un cuerpo solo uno, que luche por y para sí. Un cuerpo sano. Algo así como una inmunología representacional del yo. Ese que confía aún en el nombre propio. * UNAS UOPÍAS RANSFEMINISAS Como feministas cuando hablamos de utopía lo hacemos alejadxs de la utilización habitual del concepto, de la relación semiótica significado-significante que imaginamos constantemente. Estamos hablando de la variedad infinita de manifestaciones donde podríamos imaginar tal significación. Utopía para nosotrxs es la comprensión de nuestra época, de nuestro presente. Utopía es vivir nuestro aquí. Gozar nuestras identidades dañadas. Vivir desbordadamente nuestras perversiones. Ser
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delincuentes. Existir en el lenguaje, en el arte, en el activismo, en lo que nos implica en una época desastrosa para la ecología y el planeta. Utopía es vivir en el fracaso que hemos decidido políticamente habitar. Oler mal, ser viejxs; negrxs, escribir, comer mucho, ser fexs, insoportables, terriblemente hermosos. Utopía es la potencialidad de imaginarnos en la temporalidad del presente, la contradicción de nuestros vientres estériles. * EL FEMINISMO ES UN QUIPU Existe una premisa fundamental para entender la política y la práctica de los feminismos, esto es, que nada existe nunca en línea recta. El camino al que nos invita el feminismo, en todas sus posiciones de sentido y en toda su capacidad de producción política es a desconfiar de la idea plana que el tiempo, la historia y los
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sujetos están escritos en línea recta. Por lo contrario, la práctica del feminismo comprende que las posiciones son siempre más sinuosas, más caóticas o más anarquistas. Con mayores nudos, como un quipu, en el que a pesar de existir miles de nudos hay ahí un lenguaje y un conocimiento a descifrar. Algo así es el feminismo. * FEMINISMOS ENRECRUZADOS Hacer desde los feminismos permite el entrecruzamiento, la posibilidad de relacionarse con nudos. Establecer desde el lenguaje escritural, visual o escénico una resistencia al régimen heterosexual donde hemos crecido. Donde nos ofrecieron como único lugar posible lo binario, debido a que “ello funciona en todas partes, bien sin parar”. Es siempre un lugar para la creatividad, una pregunta, una poética
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alejada de la búsqueda de las respuestas paternales de la obsesión masculina. Una falla en la corteza rígida de la narrativa hegemónica. Un esfuerzo simbiótico de cooperación. Una pequeña pero decisiva vitrina donde se expone el desviamiento identitario. Un luto a la disciplina en las metodologías a las que podemos acercarnos cuando queremos invitar a imaginar posibilidades, relaciones y prácticas. Una reconciliación con lo que hemos entendido como fracaso en tanto resultado adverso a lo que se espera. Una decepción. * Mientras leo Gaga Feminism: sex, gender and the end of normal de J. Jack Halberstam, me encuentro con una cita de una feminista estadounidense de los años `70. Feminista radical, futurista, pro-tecnología que en su afán por destruir la familia biológica y por imaginar
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una ciencia ficción feminista escribe: “Precisamente como el objetivo último de la revolución socialista no es sólo la eliminación de los privilegios económicos de la clase social sino que eliminación de la distinción misma de clase social, así el objetivo último de la revolución feminista debe ser, a diferencia del primer movimiento feminista, no sólo la eliminación de los privilegios de los hombres sino que eliminación misma de la distinción del sexo: así, las diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente. La reproducción de las especies por un sexo que beneficie a ambos será remplazada (al final, será la opción de) la reproducción artificial: los niños podrán nacer de ambos sexos igualmente, o independientemente de quién pueda concebirlos. La división del trabajo terminaría con la eliminación del trabajo en conjunto (a través de la cibernética). La tiranía de la familia
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biológica será rota”. Esto lo escribió Shulamith Firestone en su libro Te dialectic of sex: the case for feminist revolution, en New York el año 1970. Firestone murió el año 2012, mismo año en que ya ha nacido el primer niño de un hombre transexual. Sus compañeras de generación siempre la consideraron una “loca”. Hay que recordar esta cita para pensarnos y repensarnos en nuestras ficciones, siempre locales y utópicas. Quiero pensar esta cita como un lugar desde donde abrir nuevas posibilidades de un flúor y feminista amanecer.
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RADICALIDAD Y DESENCANO Nosotras queremos transformaciones en las definiciones y quizás por eso nos nombran como radicales y utópicas, porque sí; somos radicales y utópicas, queremos modificaciones no únicamente en el itinerario legislativo. Radicales y utópicas porque queremos redefinirnos y resistirnos a la historia de la Modernidad. Queremos aborto y más fiestas: amor vegetal. Escribir nuestra historia corporal para emanciparnos de la forma binaria que nos enseñaron para relacionarnos con la vida en la familia heterosexual donde crecimos, en la escuela, en la universidad. Radicales que nos vestimos de duelo, de colores hermosos; semillas, animales, muertos y plantas. Nosotras queremos erradicaciones, experimentar.
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* LA REPRODUCCIÓN ES HEEROSEXUAL Y CAPIALISA Mientras el capitalismo sigue reproduciendo una idea heterosexual de producción, muchísimas compañeras inconformes e incómodas con esta cultura están pasándolo mal y es que no es fácil vivir en contextos como los nuestros, el tiempo capitalístico está a favor de grupos muy específicos, grupos tercos que ni siquiera se dan cuenta que la paranoia que aprendimos en los feminismos es la estrategia que aplicamos (entre otras) para vivir nuestro deseo dañado. Una paranoia que nos hace darnos cuenta de que hay una élite sexual y un pensamiento político que nos ubica en un lugar que no nos contiene, cuando nuestras identidades no quieren estar sino desubicadas en su forma autoritaria de representación heteropatriarcal.
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* Los posicionamientos críticos desde donde uno actúa deben cuestionar el estatuto global de la sexualidad y su engranaje cultural y no solo aquietarse con su parcela de derechos conseguidos. Porque podríamos caer en un discurso que vuelve a naturalizar las identidades como un catálogo, sin preocuparse por la representación. Puesto que es esta “batalla por la representación” lo que nos permite comprender que ciertos discursos de lo “natural” no son sino ordenamientos sociales, que de la mano del poder (gubernamental, psíquico, cotidiano) y la violencia (patriarcal, heterosexual y simbólica) construyen un tejido muy finamente organizado que pareciera muy difícil “desdiferenciar” para adentrarse en algunas de sus capas. Una historia tan bien contada que a muy pocos urge exaltar o comprometer.
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DYING FOR HE OHER Dying for the Other. Me quedó dando una vuelta, mil vueltas todo, una o mil una y mil, mil vueltas animales muertos o asesinados, abortar como animales, animales muertos o antes de nacer ya abortados abortar sin transar el animal sin culpa se come a sus crías que no vivirán y le extrae sus nutrientes animales abortando por mil, animales en las cárceles, con rejas metálicas y agua en un laboratorio a 37 grados. Como animales, ahora en Chile, mujeres abortando como animales. Mil vueltas todo, una o mil animales abortando, animales de experimentación, animales en los zoológicos o en las casas de mujeres solas animales de experimentación asesinados por
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un futuro la ficción de la ciencia, la política del activismo y la contradicción Dying for the Other, quizás sea eso siempre estamos muriendo un poco por otros.
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IR EN CONRA Debemos ir en contra de lo que nos enseñaron en el colegio: la competencia, la prueba o la copia obligada y en desacuerdo con el difundido conocimiento darwiniano que dice que las especies tienen que competir para sobrevivir. Nosotrxs apostamos por una vida de ayuda y contención mutua. Queremos una sociedad de participación social con la amistad como forma de vida. Los actuales feminismos de intercambio libre en la web, las políticas del código abierto, las guerrillas del ciberfeminismo, las barreras inmunológicas de las cocinerías comunitarias, la política del “hazlo tú misma”, la autoformación, las relaciones sexuales y de compañía entre diferentes generaciones, el anti-especismo como forma de lucha, las transiciones de género como momentos de felicidad, las imprentas anarquistas, las edito-
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riales independientes y el cambio de la palabra “competencia” por “afectividad radical”, son quizás las únicas salidas que tenemos para no ser devoradas por un sistema de lucro, ganancia y mezquindad. Apostar por unas letras y un activismo que pierdan el respeto a las grandes autoridades y promueva la emancipación, la parodia, la difusión del feminismo como práctica y como teoría política nos salvará de ser carcomidas por el avarismo individualista del experimento neoliberal que es Chile. Ya lo han dicho: ningún partido político, ninguna institución ni escuela podrán jamás emancipar a nadie.
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LA RANSFORMACIÓN SOCIAL NO SERÁ ESCRIA EN LÍNEA RECA “El pasado siempre tiene resonancias directas sobre el presente”, se nos dice pensando un antes y un después como causa y consecuencia. Se nos dice pensando la historia como una línea de tiempo, esa que aprendimos de memoria según una temporalidad traducida en números que convertíamos en fechas y que marcábamos en hojas que estudiábamos afanosamente. El pasado atrás y el presente delante nos dijeron en el colegio, sin entender que el pasado somos nosotros mismos somatizando años en nuestras imágenes y en nuestras palabras que son el único vínculo que aún mantenemos. Porque el único motor que nos tiene articulando un activismo de disidencia sexual es la memoria que aún creemos tener. Solemos pensar la política como una cuestión de mirada y tiempo: nos
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dicen siempre que miremos hacia adelante, que tenemos que levantar los ojos para imaginar un mejor futuro. Mirar hacia adelante, no mirar hacia atrás. A esta idea de futuro reproductivo y heterosexual oponemos un momento del pasado, trayendo a escena fragmentos de cuerpos, resistencias y rebeldías sexuales. Es necesario —a veces— mirar reflexivamente hacia atrás para replantear la pregunta por el lugar que habitamos. * Las prácticas artísticas de resistencia han entendido que no es solo necesaria una exposición de la violencia para intervenir en su discurso sino que inmiscuirse en las maneras en las que el poder actúa. Algunas de estas estrategias han utilizado los recursos de la crudeza exacerbada o la ironía cruel para mostrarnos que estas imágenes expuestas esperan de nosotros un
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cambio ético a nuestras maneras comunes de existencia. Darnos cuenta de la linealidad del pensamiento en la que hemos sido educados y de la responsabilidad que tenemos en ejercer un juicio crítico que des-aprenda la educación heterosexual del sentido común cuando de imágenes estamos hablando.
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NO AL BINARIO Hablan de un adentro y de un afuera como si existiera la verdad, reitero; no tenemos ni un espacio ni un tiempo, hablan con la seguridad del heteropatriarcado porque esa cultura inventó el conocimiento binario; lo estable, lo medible, lo comparativo. Donde siempre tendríamos que articular el discurso desde la estructura de la violencia somatizada de la diferencia sexual. No podemos, no pueden, parece, gestar una operación que no sea un antagonismo. «Estás dentro o estás fuera», «masculino o femenino», «bueno o malo», «dominicano o haitiano», «blanco o no blanco», “nacional o extranjero”. Ocurren miles y miles de cosas sexuales y sensuales en medio de la línea de la diferencia sexual. Miles y miles de procesos simbióticos, fiestas, olores, sabores, sensaciones ocurren en medio
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de la línea de la diferencia sexual. El temor al feminismo es porque estamos experimentando siempre una pérdida; no tenemos espacio ni tiempo en la diferencia sexual, habitamos ese lugar ficcional justo en el borde, en un límite incompleto y que siempre se está haciendo, donde no hay verdad, nada que verificar, donde todo está por experimentar. * DIVISIÓN FICCIONAL DEL MUNDO Si la política trabaja constantemente produciendo ficciones que anticipan una división binaria del mundo, ¿por qué deberíamos aún creer que esta separación hombre/mujer es la única posible? Me parece que la ficción tiene mas que ningún otro género, una importancia radical al hablar de política, sexualidad y arte pues nos permite ver el límite en el que estas verdades de la población dividida en dos
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(hombre/mujer) no serían sino una estrategia ficcional de construcción de realidad. Jacques Rancière es crítico con respecto a estas misma nociones de realidad al decir que “es la ficción dominante, la ficción consensual la que niega su carácter de ficción haciéndose pasar por lo real en sí, trazando una línea divisoria simple entre el dominio de ese real y el de las representaciones y las apariencias, de las opiniones y de las utopías”.
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JAMÁS SEREMOS El feminismo nos enseñó a negarnos el confort que hay al afirmar “soy homosexual”, a darnos cuenta de que ahí también hay rigidez, de que también a eso tendremos que renunciar por los enunciados que provoca. Jamás seremos enteramente ni hombres, ni mujeres, ni homosexuales, ni lesbianas. endremos siempre que desestabilizar las identidades que la mirada de un otro patriarcal activa con lo que espera respondemos. No hay futuro, por ende estamos dispuestxs a cambiar, o no fijarnos un lugar, nos queremos siempre fugar. Lo que queremos es desear. Porque cuando decimos “no”, el capitalismo de la reproducción sexual terremotiza la idea violenta de la diferencia sexual. * LOS ARAVESADOS Recordamos a “los atravesados”, aquella denominación que hiciera la feminista Gloria
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Anzaldúa en su libro Borderlands/La Frontera, para reconocer a los chicanos homosexuales viviendo en los Estados Unidos, hombres atravesados por una frontera, atravesados por un idioma, atravesados por una clase obrera, atravesados por un deseo homoerótico sin freno, atravesados por un dolor. Es importante recordar que hasta el año 1999 la sodomía aún era considerada un delito en Chile, a tal punto que para el Estado, esta práctica sexual se consideraba un peligro para el orden público. El ano debía esconderse y resguardarse no sólo para homosexuales, sino también como orificio de clausura al cuerpo heterosexual. becoming mestizo becoming atravesado becoming pachuco becoming chicano becoming híbrido becoming mulato becoming mezclado. Porque si hay un territorio colonizado es el lenguaje colonización interna
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descolonizarse una misma es la artesanía teórica.
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FICCIONES SEXUALES Las ficciones sexuales son una importante estrategia para imaginar la posibilidad de una política sexual no normativa al interrumpir el imaginario consensuado de la realidad con provocaciones irónicas que tensen el estatuto de aquello que se nos impone como lo real. Es por esto que una ficción sexual no es un concepto que se asocie a algo falso, sino más bien es la posibilidad de poner en jaque nuestra idea normativa de “realidad”. oda ficción sexual es una teoría encarnada y toda teoría actúa en la esfera pública. Es por esto que mientras algunos desde sus sitios de poder sigan diciendo que el arte no cambia el mundo, nosotrxs activistas de la disidencia sexual, insistiremos en las prácticas artísticas como una posibilidad de transformar nuestro entorno, por el derecho a la ficción y a canibalizar la heterosexual-
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idad. Porque el activismo no se contenta solo con cambiar una ley o tal demanda, sino que el activismo es sobretodo una búsqueda inquietante, apasionada y constante por cambiar la distribución de los poderes (simbólicos y bio-políticos), los mapas de identidad conocidos y las estéticas con las que vivimos a diario. odo esto siempre con el riesgo del fracaso.
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MICROREVOLUCIÓN SEXUAL Nos despertamos pensando en el sabor de la resaca, pero también en el teclado de los computadores de los amigos comprometidos con este feminismo, los pensamos y los imaginamos como prótesis de los dedos que escriben y nombran la artesanía de las palabras que niegan la heterosexualidad como horizonte único de vida. En un mutualismo de asociación donde ambos, los dedos y el teclado arman una poética posible, un amor vegetal y simbólico donde salimos con las historias y las imágenes de esta microrevolución sexual. * El discurso capitalístico es tan cruel y voraz que desde su mirada patriarcal insiste en ofrecernos a nosotras el matrimonio como la única posibilidad concreta en su idea higiénica de di-
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versidad sexual. Cuando sabemos que aceptar el matrimonio, el que nos casemos, es reproducir una política masculina y heterosexual que no nos interesa. Es por ello que exigimos, como derecho, una educación feminista que nos vislumbre una vida muchísimo más onírica que en la que estamos viviendo. Donde a las mujeres ni siquiera se les permite ser negras.
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Es innegable que la universidad es un refugio, sin embargo, es inaceptable pensar que la universidad es un espacio de ilustración. Ante estas condiciones, lo único que podemos hacer es introducirnos en ella de forma subrepticia y robarle lo que podamos. Abusar de su hospitalidad, a pesar de su misión, unirse a su colonia de refugiados, a su campamento gitano, —estar en ella pero no pertenecerle— esa es la trayectoria y el camino del intelectual subversivo en la universidad moderna. Fred Moten y Stefano Harney, Te University and the Undercommons (2004) * LA ACADEMIA NO EXISE La academia chilena es un invento. No existe. Una unión de burócratas del conocimiento que sólo cuidan su pequeño nicho de traba-
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jo y poder. Estoy aburrido, pues ya llevo tiempo recibiendo respuestas banalizadoras a preguntas que ponen en contradicho ciertos pre-supuestos teóricos en los que se basan las investigaciones. Digo teoría no como un conocimiento abstracto y metafísico, sino como aquella encarnación de la epistemología que el feminismo ha decretado. Vas a un foro, una charla, un coloquio y se impide pensar. No lo entiendo. Los intelectuales rechazan la teoría, los académicos aborrecen el pensamiento crítico. Mantener el status quo. No se puede reflexionar en la academia. odo argumento disidente se banaliza. Cada vez se me hace más cierto esto que los espacios de pensamiento no están en las academias ni en las facultades. Están en otros lugares donde experimentamos con cuerpos, textos, estéticas y amistad. En nuestra desaparecida diva under, Hija de Perra, había teoría. La academia no quiere reflexion-
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ar, se vuelve anti-teórica. Una tremenda contradicción. El activismo que me interesa es una político y estético, hecho de práctica y reflexión, de estrategia y situación. No me vengan en coloquios con Mesías que me digan qué debo hacer. La academia es un sitio de intervención que se niega la posibilidad de pensar.
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LA DIMENSIÓN DEL SEXO Hay que volver a los textos de la filosofía clásica y preguntarle por la dimensión del sexo. Preguntarle en palabras comprometidas con este afeminamiento por la opacidad, por las mujeres. Hay que volver y tachar en tinta roja las oraciones y postulados que nos dieron un lugar en tanto otredades, parias, sodomitas. achar con una línea curva, rizomática sobre las imágenes textuales y visuales que perpetúan la reproducción sexual como base de cualquier reflexión. Abrir esos libros con la misma intensidad con la que abrimos las piernas de un amante para luego preguntarle a qué hora se va.
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ALGO NOS INCOMODA EN LA REPRESENACIÓN Algo nos incomoda en la representación. Hay algo que nos molesta y que nos provoca una sospecha tan grande que aún no logramos tranquilizar esa incomodidad que nos surge del vínculo entre lo representado, su tiempo, los efectos producto de una sensorialidad ya aprendida y los canales tradicionales de transmisión del relato del cuerpo. Algo hay ahí que parece que nos engaña siempre, hay algo ahí, en esas narrativas que aún nos parece dudoso, muy dudoso. Hay algo que nos molesta sobre todo cuando hablamos de la representación de las sexualidades en el espacio escénico, pues hemos creído que hay ahí un territorio que nos permite adoptar formas críticas de enunciación. Sin una politización contextual del cómo reconocernos el cuerpo de las desobediencias sexuales en la escena, nos sigue quedando la duda.
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Una política de la tecnología que promueva la emancipación requiere algo más que hardware y software, requiere wetwarecuerpos, fluidos y agencia humana.
Judy Wajcman
EL PORNO COMO UNA CAEGORÍA EPISEMOLÓGICA Más que pensar solo en las formas excitatorias y dilatorias del porno como industria, es importante rescatar una suerte de imaginación pornográfica que nos circula tan recurrentemente en el activismo sexual. Dentro de los actuales y necesarios debates entre internet y cultura o entre pornografía y activismo que están estableciendo tecno-feministas a escala local y global, es urgente contar con un archivo vivo de aquellas experiencias para que nos entreguen aún más de sus imágenes. Algo así como un wet-ware abierto. Unas imágenes donde los límites del cuerpo pueden ser excedidos y así darnos la posibilidad, al menos, de perder la forma humana como soporte. Con imaginación pornográfica quiero hablar tanto de las imágenes asociadas a la circulación
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del sexo como a su potente posibilidad de mostrarnos formas corporales que interroguen los modos de la sociedad y sus dinámicas heterosexuales. Dicho de otro modo: pensamos el porno como una categoría epistemológica para comprender lo social.
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APOSAMOS Apostamos por las figuras simbólicas que nos permitan desde un posicionamiento local y contingente atravesarnos por la idea de que se hace necesario reconocer cómo el cuerpo que tenemos ha sido construido en relación al régimen heterosexual y binario, donde se niega cualquier tipo de escritura que se instale en un deseo reivindicativo, de por ejemplo, “la negricia” y la potencia de articular un lugar crítico/ decolonial de aproximación donde el extravío de nuestras identidades opere como motor emancipador mediante las formas de vida que hemos intentado repensar hasta ahora, alejándonos de la idea de lo masculino como lo inamovible en tanto materia única de representación anatómica.
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FEMINISMO EN OMA ESCRIBA AQUÍ SUS DESEOS PARA LA REVOLUCIÓN ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ...................................................................... ......................................................................
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