La Historia Reciente: Un reto para la SNHGE Publicado en la Revista Roel, órgano de difusión de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Impreso por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterr Monterrey, ey, N. L., México, 2013. 2013.
Oscar Tamez Rodríguez, historiador miembro de la SNHGE
[email protected] @oscartamezrdz fb/oscartamezrdz
Abril, 2013
La Historia Reciente: Un reto para la SNHGE por: Óscar Tamez Rodríguez
Importancia histórica de investigar la historia reciente En las últimas décadas del siglo XX, así como en el inicio del siglo XXI, la historia de nuestra comunidad, la entidad y el país, se han visto impactadas por diversos eventos que marcaron a la sociedad –para bien o para mal-, motivo por el cual, es deber de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística (SNHGE) asentar las investigaciones, realizar los estudios y dejar los documentos históricos con el mayor rigor metodológico y objetividad, que permitan dejar vestigio para los historiadores de las próximas décadas. Investigaciones que sirvan de fuentes confiables y válidas para quienes en las décadas venideras se asomen en retrospectiva a nuestro tiempo, observando su pasado con los mayores elementos posibles al momento de estudiarlo. Es simple, la propuesta busca dejar testimonio que describa los principales hechos trascendentes de nuestro pasado inmediato o incluso de nuestro presente remoto; más allá de los documentos oficiales, periodísticos y literarios que ofrecerán su visión de la realidad, lo que no significa que sea falsa, simplemente que es una verdad parcializada. El planteamiento es hacer historia para el futuro, documentos que contribuyan a la información con que cuente la siguiente generación de investigadores. Para esta encomienda, debe ser utilizada la metodología de la investigación de la Historia Reciente o de la también llamada Historia del Tiempo Presente; cuidando en todo momento el rigor metodológico del conocimiento científico, esto con la finalidad de dejar escrita la visión de los historiadores del presente para los historiadores del futuro. En una palabra, es nuestra responsabilidad escribir los momentos destacados de la sociedad presente para la Historia del Futuro. 2
Puede resultar ambiguo y hasta contradictorio hablar de la historia del tiempo presente, más aún la historia del futuro, pero al fin de cuentas como establece François Bédarida: "no hay pasado ni porvenir sino a través del presente" , agrega el autor: "Si el pasado no existe ya, el porvenir permanece; si el futuro no existe todavía, la expectativa del porvenir está presente. El presente es la transición entre lo que fue futuro y lo que deviene pasado" 1. La complejidad se vuelve simple, el presente es el momento sobre el que se define lo que es pasado y lo que pertenecerá al futuro. A partir del presente volteamos al pasado y planteamos la visión de futuro. Las fuentes de las investigaciones se ubican en los documentos -oficiales, periodísticos, literarios, especializados, académicos, etcétera-; también hay una interminable riqueza en la memoria, la colectiva y la individual; asimismo los testimonios de los participantes de los hechos, ya sean actores u observadores, son de alto valor histórico, incluso los terceros en interés son fuentes valiosas del investigador que utiliza la metodología de la historia reciente. Sabemos de las objeciones a esta investigación histórica, son tres las principales objeciones que presentan los estudiosos, pero éstas caen por su propio peso. Las tres objeciones son: la subjetividad que motiva al investigador, el sesgo de los testimonios orales y el riesgo de enfrentar a los actores que participan de los hechos históricos. Pero como dijimos, caen por sí mismos. No hay investigación, ya sea natural o social que no esté matizada por el interés del investigador, vaya, es un requisito casi indispensable al momento de plantear un problema de investigación. Lo mismo impera para la investigación de las ciencias naturales que para las correspondientes a las ciencias sociales, incluida la historia; pero es en el profesionalismo y el interés 3
de trascender a las siguientes generaciones donde se diluye esta objeción, estamos frente a profesionales de la historia, historiadores comprometidos con la sociedad. Con relación a los testimonios orales, es deber del investigador no asumir posturas de empatía con el entrevistado, es imprescindible que se revisen todas las posibles visiones antes de asumir como verdad una sola aportación; el deber al hacer historiografía es captar la visión desde todos los ángulos, desde todas las posturas y posicionamientos de la sociedad. Por último, si asumimos que el miedo de enemistarnos con algún actor de los hechos históricos es capaz de limitar el interés profesional del historiador al momento de escribir historia reciente, simplemente estamos aceptando una autocensura que no es propia de los profesionales del conocimiento científico histórico. Tomemos como ejemplo el hecho reciente de la guerra del expresidente Felipe Calderón contra la delincuencia organizada. Es innegable que representa un acontecimiento histórico; es responsabilidad escribir la historiografía sobre éste tema. Asumiendo el profesionalismo y eliminando eli minando los sesgos propios de estar a favor o en contra de las decisiones presidenciales del período 2006-2012. Igualmente es obligación del profesional escuchar todas las voces de los actores como militares, gobernantes, cuerpos policiacos, víctimas e incluso de ser posible obtener los testimonios de delincuentes. Aquí es obligación omitir juicios, es responsabilidad del historiador narrar los hechos, los testimonios eliminando las subjetividades, por empáticos que sean los relatos. Por último, una vez narrado el hecho como tal, no hay motivo de temores para publicar la investigación.
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Así con este ejemplo podemos dimensionar la importancia de escribir historiografía en forma profesional, superando el momento de simplemente relatar la memoria de un momento histórico. Porque como afirman los especialistas, la memoria es causa de la historia, a la vez que el peor de los enemigos del investigador histórico. Una vez planteada la importancia de escribir la historia reciente, es momento de definir qué es la historia reciente y cuáles son sus principales fuentes históricas.
¿Qué es la Historia Reciente? La historia reciente es aquella que se encuentra en la zona intermedia entre la historia pasada o lejana y el momento presente. Para ubicarla, podemos decir que alcanza el tiempo histórico en el que aún existen testigos capaces de aportar testimonios, actores o espectadores del momento histórico; es esa historia aún enclavada en la memoria individual o social que todavía está vigente y que su recuerdo todavía se trasmite mediante la oralidad. Agregaría, es el estudio histórico en el que sus descubrimientos o resultantes pueden afectar el momento presente por su vigente permanencia en el colectivo social. A diferencia de la historia remota o lejana, l ejana, donde los resultantes de la investigación se convierten en nuevos descubrimientos, en aportaciones o correcciones históricas; las aportaciones de los estudios de historia reciente pueden moldear el presente. Para ello, basta recordar el resultado de las elecciones 2000 y 2006 en donde mucho se ha dicho sobre la intervención presidencial en el destino que tomaron los resultados electorales. En el supuesto que los resultados de una investigación histórica de estos momentos, determinara que sí hubo intervenciones que se convirtieron en concluyentes para los resultados electorales, entonces tendríamos que las instituciones sociales vinculadas a los procesos democráticos, sufrirían el desgaste de los nuevos conocimientos históricos, incluso los actores podrían pagar consecuencias jurídicas, sociales y 5
políticas derivadas del nuevo conocimiento aportado por la historia del tiempo presente. Quizá este hecho, donde los resultados pueden determinar el devenir histórico, sea el motivo por el que el estudio concienzudo y profundo de la historia reciente quede frecuentemente de lado. Para Mariana Franco y Florencia Levín la historia reciente es aquella que se ubica entre el presente y los próximos pasados treinta años. Para la corriente francesa la historia reciente alcanza hasta 1945, aunque reconocen que la fecha hacia el pasado es movible, se modifica en la medida que transcurren los años. Así en este momento podemos ubicar los casos de estudio histórico enclavados en la historia reciente aquellos que llegan hasta los años 60´s. Según nuestra propuesta, la historia reciente puede alcanzar más allá de los cincuenta o sesenta años, es decir el tiempo en el que aún existen testigos presenciales -actores u observadores- de los hechos al hacer historiografía. De acuerdo a Mariana Franco y Florencia Levín, la historia del tiempo presente o reciente se constituye como "un dato de nuestro tiempo... Se trata de un pasado abierto, de algún modo inconcluso, cuyos efectos en los procesos individuales y colectivos se extienden hacia nosotros y se nos vuelven presentes" 2. Es decir, es ese pasado que debido a su relevancia social y sus implicaciones, mantiene una condición de deuda histórica, de hechos no acabados y que cíclicamente son presentes en la sociedad. Así podemos explicar el movimiento del sesenta y ocho y su resurgimiento en el colectivo social cuando se movilizaron los jóvenes del movimiento #YoSoy132; dos movimientos distantes entre sí dos movimientos en donde los actores del 2012, difícilmente conocieron a actores de 1968, pero que la presencia en la memoria colectiva del movimiento de finales de los años sesenta,
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obliga a las comparaciones, a la remembranza, a que se superpongan los hechos del 2012 sobre los acontecidos en 1968. La historia reciente según las autoras referidas es "un pasado que, a diferencia de otros pasados, no está hecho sólo de representaciones y discursos socialmente construidos y transmitidos, sino que, además, está alimentado de vivencias y recuerdos personales, rememorados en primera persona. Se trata, en suma, de un pasado "actual"..." 3. Una vez establecido el tiempo en que se ubican los estudios de la historia reciente, sus características y consideraciones generales; es oportuno señalar que a este tipo de investigación histórica también se le conoce como historia contemporánea – aunque hay quienes definen la historia contemporánea como la acontecida entre la revolución francesa y la segunda guerra mundial-, la historia del tiempo presente, historia de nuestros tiempos, historia actual o historia vivida. A estas denominaciones agregaría que a la historia reciente le defino como historia para los tiempos futuros o historia del futuro. ¿Por qué a la historia reciente llamarle historia para los tiempos futuros o historia del futuro? La razón radica en el planteamiento de origen en la presente investigación. El estudio objetivo, con metodología y el mayor rigor posible de la historia reciente permitirá que en el futuro, los historiadores cuando volteen al pasado, cuenten con documentos históricos, de valor documental que contribuyan a la investigación objetiva de su pasado; se convierte en una herramienta para que los historiadores de la próxima generación puedan tener una radiografía más objetiva de los factores que contribuyeron a construir su tiempo presente. Es obligación, deber y derecho de los historiadores del tiempo presente dejar testimonio documental para los investigadores del mañana porque sin esta 7
aportación de la SNHGE, los documentos a los que podrán allegarse los investigadores del futuro, serán documentos oficiales, relatos periodísticos, documentos literarios, todos ellos susceptibles del sesgo propio de la subjetividad y los intereses personales de quienes escribieron o encargaron esos documentos. Así, en el primer de los casos, la falta de objetividad deriva del interés de quienes participan de narrar la visión oficial. Tomemos como ejemplo, los informes de gobierno, en donde es evidente que representan solamente la visión de gobernante, pero que invariablemente son un documento susceptible de aportar información para una investigación del tiempo presente. Con relación a los relatos y crónicas periodísticas, no debemos olvidar que en cada medio informativo, ya sea electrónico, impreso o virtual, existe una línea editorial que determina el ángulo desde el que se observa el hecho social. A esto agreguemos la subjetividad propia del periodista, la parcialidad del testigo entrevistado y la falta de mayor profundidad en la investigación derivada de la función propia del periodismo. Simplemente estamos frente a una fuente documental en la que una sola fuente no es suficiente, de tal forma que la verdad presentada queda condicionada por el interés particular de los actores y narradores del hecho histórico.
Los Testimonios François Bédarida afirma que "en la historia contemporánea una parte del trabajo de investigación se hace con testigos vivientes" 4. El testigo por sí mismo es una fuente, pero no por ello es "la fuente", su dicho debe pasar por los rigores de la comprobación. Para ello, es indispensable que al historiar, el investigador, cuente con la mayor información posible de los hechos, con una guía de entrevista y con la capacidad de contrastar las aseveraciones de la fuente. Vera Carnovale establece que es importante cuidar con pulcritud los aspectos metodológicos al momento de escribir la historia reciente. Afirma: "Los historiadores 8
debemos fundamentar con fuentes los acontecimientos que narramos, la hipótesis que postulamos, las interpretaciones que sostenemos. Se espera también que confrontemos distintas fuentes de modo tal de alcanzar el máximo nivel de plausibilidad de nuestras aseveraciones" 5 . En la cita previa, se deriva la posibilidad de garantizar que los sesgos de los testimonios y de la memoria no interfieran con la investigación histórica que realizamos. La solución, según plantea la autora, consiste en contrastar diversas fuentes. Agrega Carnovale: "todo testimonio debe ser contrastado con otro tipo de documentación para determinar su credibilidad; es decir, debemos "triangular" las declaraciones sobre ciertos hechos con otro tipo de evidencia documental" 6 . En los testimonios importa lo que la fuente dice, lo que afirma; pero es igual de importante para la investigación histórica el cómo dice o narra los hechos, las gesticulaciones, los silencios, las expresiones y en general la comunicación kinestésica que permite detectar elementos de subjetividad en la narración. Para Vera Carnovale "la riqueza de los testimonios no está constituida sólo por lo que "dicen" y la forma en que lo hacen, sino también por lo que callan y omiten" 7 . Por otro lado la autora establece el riesgo de resultados sesgados derivados de la deficiente interacción del investigador con el entrevistado. En estos casos “conlleva el riesgo de obtener un testimonio más representativo del estado actual de las memorias colectivas que de la experiencia pasada. Sucede, muchas veces, que sobre determinados acontecimientos han circulado ciertas representaciones sociales que culminan imponiéndose en el discurso de los entrevistados” 8 .
Esto último que señala Carnovale es de suma relevancia al momento de realizar investigaciones de la historia reciente. Es frecuente que la percepción individual de los actores o espectadores termine con el paso de los días siendo influenciada por el 9
cúmulo de información que sobre el tema circula a través de los diversos medios informativos y de comunicación. Retomando el principio lógico del manejo de la información que siguió el expresidente Vicente Fox durante su campaña electoral. Existe un círculo rojo que es el mejor informado, el que goza de algún grado de respetabilidad y confiabilidad entre la sociedad, son quienes al momento de presentar sus dichos o visiones de los hechos, sus puntos de vista se vuelven influyentes en la percepción del resto de la sociedad; esos a los que Fox denominaba los miembros del círculo verde: la masa desinformada. Ante este hecho inobjetable i nobjetable de d e la l a evidente influencia i nfluencia externa que pueden recibir los l os testimonios y la memoria de los entrevistados sobre hechos específicos; es labor del investigador de la historia del tiempo presente saber detectar los elementos de verdad de entre los que no lo son. La principal forma de encontrar esta diferenciación es mediante el contraste de fuentes, testimoniales con documentales, testimoniales con testimoniales y documentales con documentales. El mejor ejemplo de esto puede ser la lectura de una misma nota política en un medio impreso pro derecha y en otro pro izquierda. Así vemos cómo un mismo hecho tiene visiones divergentes, lo que convierte al investigador en el sujeto capaz de eliminar estas desviaciones para dejar el contenido histórico objetivo al máximo posible de veracidad. En este momento de la lectura del presente ensayo, seguramente queda despejado el motivo del por qué debe existir el interés entre los miembros de la SNHGE de historiar, escribir o narrar acontecimientos de la historia reciente para las generaciones futuras. Tenemos el compromiso con el futuro de dejar versiones académicas, objetivas de los acontecimientos del tiempo presente o de la historia contemporánea y que si nos omitimos y dejamos su documentación a fuentes oficiales o a documentales 10
informativas e incluso a crónicas tendenciosas; podemos, por omisión ser culpables de heredar visiones parciales de los hechos de nuestro tiempo hacia las generaciones venideras.
La Historia y la Memoria Si bien la historia y la memoria son hermanas de un mismo origen, entre ellas hay divergencias que deben hacerse notar. La razón de la importancia que conlleva establecer la distancia entre memoria e historia es que en el estudio de la historia del futuro -como he tenido la libertad de llamar al estudio de la historia reciente- radica en que la memoria es punto de partida para los estudios historiográficos, pero que, en la medida en que el tiempo transcurre, ésta puede ser afectada, por el olvido, por la influencia de otras informaciones, por las presiones sociales del contexto en el hecho histórico y otros factores más. Más no porque la memoria puede ser una fuente maleable, moldeable al momento en que se documenta, no por ello deja de contener un valor histórico y de fuente de investigación. Aquí el gran reto al historiar es lograr encontrar la esencia de los datos, lo que podríamos llamar datos duros y descartar la paja o contenidos superfluos; así como los juicios de valor que infiera o agregue la persona que aporta la memoria histórica. Debemos entender que la memoria es base de una investigación seria. Por ejemplo, a partir de la memoria personal, puedo intentar reconstruir momentos determinantes de lo que fue la conocida como balacera de los Condominios Constitución a principios de la década de los años 70´s en el siglo pasado. Sin embargo, ésta se fue acrecentando con los años al conocer los nombres de algunos de los actores de ese momento y que más tarde se convierten en protagónicos de la política nacional.
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Así un hecho sucedido hace ha ce más de 40 años, año s, que es parte par te de la historia reciente de Monterrey, adquiere un interés particular para el trabajo historiográfico derivado de la memoria particular. Con este ejemplo bien podemos dimensionar la importancia de la memoria en el momento de hacer historiografías, pero no como fuente consumada, sino como fuente primaria que permite complementar la información con datos periodísticos, testimoniales de quienes vivimos ese momento, entrevistas de actores de aquella época, entre otros elementos que son fuentes históricas. Es pertinente señalar que si bien la memoria es el recuerdo de hechos históricos aún presentes en el colectivo social, su aplicación en las diferentes disciplinas sociales ha sido relacionado principalmente con acontecimientos frustrantes, que en su momento fracturaron a las sociedades o que son causa de pulverización de la cultura de una sociedad. Hugo Fazio Vengoa en su obra La Historia del Tiempo Presente establece que "la memoria se ha asociado fuertemente con las historias orales: testimonios, memorias, diarios de vida, entrevistas, etcétera, y su impacto mayor ha sido en campos tales como los estudios de género, de minorías culturales o étnicos y en historias sobre la cotidianidad" 9. Fazio establece que la recreación de la memoria, si bien retoma los mismos elementos antes citados, su aplicación ha sido diferente en cada nación. En Alemania su utilidad fue para reconstruir los hechos durante la Segunda Guerra Mundial, en Inglaterra se utiliza para rescatar la cultura debido a la multiculturalidad existente. Por su parte en Francia e Italia su utilización se ha vinculado por parte de los políticos para reforzar la identidad del Estado-Nación. En América Latina, su recreación ha sido vinculada principalmente a hechos dolorosos, a golpes de estado y otros movimientos sociales que han marcado la cultura de una nación. 12
Señala Fazio "Fue precisamente en la intermediación entre los nuevos estudios histórico-políticos y la nueva historia cultural donde empezó a ubicarse el tema de la memoria" 10 . Agrega el autor una cita del historiador Peter Burke en donde señala que es precisamente la memoria la que pone de realce el estudio de los hechos del presente del pasado. La memoria es recurso de los historiadores, es principio y sustento para las investigaciones en donde la subjetividad, las emociones, los intereses y el exceso de información sobre el tema pueden afectar la visión de quienes comparten su memoria, vaya, incluso de los mismos historiadores quienes debemos tener en cuenta que los intereses personales son el motor que motiva a desarrollar la investigación, pero que son esos mismos intereses los que pueden afectar nuestra objetividad metodológica y objetiva de los hechos historiografiados. Enzo Traverso establece que "Historia y memoria son dos esferas distintas que se entrecruzan constantemente. Esta distinción no debe ser interpretada en un sentido radical, ontológico, pues ellas nacen de una misma preocupación y comparten un mismo objeto: la elaboración del pasado" 11. Entre historia y memoria hay una relación casi indivisible, de interdependencia a la vez que existe un enfrentamiento. Afirma el autor: "...la historia nace de la memoria, también se emancipa de ella, al punto de hacer de la memoria uno de los temas de investigación como lo prueba la historia contemporánea" 12 . Como lo hemos expresado, la memoria da origen a los estudios historiográficos, pero una vez iniciada la investigación, no puede ser tomada la memoria como verdad absoluta o acabada; tan sólo es un punto de partida que en esa relación dialéctica entre historia y memoria, se convierte posteriormente en parte de la investigación misma. 13
Entre las principales diferencias de estas dos formas de conocimientos visiblemente iguales a los ojos no especializados, pero diferentes a los ojos del profesional, es que la memoria es subjetiva, carece de la objetividad. Asegura Traverso: "Ella queda anclada a los hechos que hemos asistido, de los que hemos sido testigos, incluso actores, y a las impresiones que ellos han grabado en nosotros. La memoria es cualitativa, singular, poco cuidadosa de las comparaciones, de la contextualización, de las generalizaciones; no tiene necesidad de pruebas para quien la transporta" 13. Agrega párrafos más delante: del ante: "La memoria es una construcción, está siempre filtrada por los conocimientos posteriormente adquiridos, por la reflexión que sigue al acontecimiento, o por otras experiencias que se superponen a la primera y modifican el recuerdo" 14. La historia que frecuentemente toma a la memoria como fuente, debe emanciparse de la memoria, no rechazándola sino poniéndola a distancia. Según Traverso "un cortocircuito entre historia y memoria puede tener consecuencias perjudiciales sobre el trabajo histórico al transformar al historiador en un simple abogado de la memoria o hacerle perder de vista el contexto más general con el cual esa memoria se vincula." 15 . En resumen, la historia siendo causa de la memoria, está obligada a considerarla, pero con la distancia suficiente que no contamine la objetividad que debe tener el estudio histórico profesional. Sin embargo es pertinente señalar que el uso de la memoria como fuente documental no es un recurso exclusivo de los historiadores, es una fuente de investigación para otras ciencias sociales que al igual que la historia se abocan al estudio de los fenómenos que afectan a la sociedad y su cultura. Hugo Fazio refiere: "este problema de la memoria no ha sido un monopolio en manos de los historiadores... tales preocupaciones fueron desarrolladas inicialmente por políticos, 14
comunicadores, abogados, etcétera, sólo después se convirtió en un tópico que comenzó a interesar a los historiadores..." 16 .
Las TIC´s como fuentes historiográficas El tema del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s) es un asunto en permanente debate entre los profesionales del quehacer historiográfico. Parte de la razón de este debate es el analfabetismo tecnológico por parte de quienes practicamos en forma amateur o profesionalmente el oficio de realizar historiografías. Sumado a esta deficiencia en las competencias tecnológicas del investigador, debemos agregar que gracias al anonimato que proporciona “la nube” – como se le
conoce al sitio donde se enclava la información de la red-, los investigadores son reacios a reconocer como válida la información obtenida de fuentes encontradas en la red. Sin embargo, hoy día los principales autores sobre metodología de la investigación científica, reconocen en la red una fuente documental. El reto del historiador es el mismo que enfrenta al decidir aceptar como válido un documento impreso –oficial o no-, un testimonio, un dato de la memoria individual o colectiva o un vestigio de hechos pasados. Este reto consiste en aplicar todos los filtros posibles antes de apropiarse de la información y darle el carácter de confiable. Para la información encontrada en la nube, debe aplicarse el mismo rigor que se utilizaría al tener en las manos una epístola atribuida a un personaje de tiempos históricos distantes. El mismo rigor que se utilizaría para dar credibilidad a las versiones apócrifas existentes para todo hecho histórico. Sabemos que no todo lo que se encuentra en internet es verdadero, como tampoco lo es todo lo que se escribe sobre los momentos y personajes históricos, porque 15
siempre habrá quienes busquen un beneficio personal, ajeno a la veracidad, a la objetividad y al rigor científico social al momento de compartir sus aseveraciones. Sin embargo, el investigador profesional debe aprender a aprender, saber buscar en internet la información tal cual lo haría en un archivo documental. Sería anacrónico desconocer el valor histórico del internet. Algunos usos pueden ser: investigar bibliotecas de todo el mundo, leer autores y títulos no existentes en forma impresa en la ciudad de procedencia, consultar información documental, cartográfica y de mapas en tercera dimensión desde la comodidad del hogar. Esto sin olvidar que las redes sociales –guardando los limitantes correspondientes- pueden ser fuentes de lo que expresa la memoria colectiva sobre determinados sucesos. No significa dar por verdad lo dicho por los twitteros o los facebookeros, sino tomar el pulso generalizado o el cómo determinados acontecimientos movilizan a las sociedades. Por último con relación a los usos al momento de hacer historiografías que tienen las TIC´s podemos afirmar que son una herramienta que facilita el acceso a periódicos y revistas especializadas, pero además, permite la aplicación de sondeos e instrumentos de la historia estadística mediante la red. Así que lo único que pretendemos en estas líneas es hacer notar el valor documental e investigativo que presentan las TIC´s al momento de escribir historiografías. Cuando inicia la investigación de la historia reciente no existían las comunicaciones actuales, el internet y su influencia en la academia estaban lejos de imaginarse. El surgimiento de las TIC´s ha permitido el desarrollo del conocimiento científico, el acercamiento de fuentes documentales, la posibilidad de contactar fuentes testimoniales aún sin dialogar presencialmente con ellos e incluso, rescatar la memoria del colectivo sobre determinados hechos históricos.
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Pongamos en perspectiva lo dicho en el párrafo anterior. Ha influido en la aceleración del descubrimiento de los conocimientos. Hoy día al historiar, el investigador puede consultar las bases del INEGI, conocer datos de la geografía política, física y humana de un municipio, entidad o incluso el país. Con una simple solicitud de información vía transparencia puede obtener información que de otra manera hubiera sido imposible. Para un servidor, el mejor ejemplo de estas ventajas radica en poder tener en un disco compacto (CD), copias de documentos oficiales enviados desde el archivo general de la nación tales como el Acta de Independencia original, el escrito original de los sentimientos de la nación, un mapa del siglo XVIII de la ciudad de Monterrey y otros documentos que habrían resultado costoso o casi imposible tener de no ser gracias a las TIC´s. Hoy día, el uso del Internet es inobjetable como fuente de toda investigación del tiempo presente. Sin embargo, para un investigador neófito en esta tecnología, su uso puede convertirse en peligroso. Al igual que las fuentes orales, las testimoniales y las de la memoria, su información debe ser comparada, debe pasar por el modelo de investigación de Émile Durkheim que establece la necesidad de contrastar la información de una fuente con otras similares. Afirma Peter Burke: "La comparación siempre ha tenido su lugar central en la teoría social. En efecto, Durkheim, declaró que la sociología comparada no es una rama especial de la sociología; es la sociología misma" 17 . El mismo Burke señala que Durkheim distinguía dos tipos de comparaciones, las que se daban entre sociedades iguales y las que se efectuaban entre sociedades diferentes. Es oportuna la anotación del párrafo anterior porque el uso de las TIC´s abre una puerta enorme a la comparación de las investigaciones históricas científicas, como Burke refiere: "En la historia intelectual el enfoque comparativo se ha utilizado con relativa frecuencia..." 18 .
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Hugo Fazio refiere: "En su momento los historiadores del período moderno y contemporáneo tuvieron que enfrentar un reto similar (agrego a la cita del autor, al del uso del internet) cuando debieron aprender a trabajar con fotografías, películas, periódicos, pasquines, n novelas, ovelas, etcétera. etcéter a. En ningún caso tal óbice fue fu e dificultad para que se desarrollara este campo, y nadie puso en discusión la validez y la pertinencia de esta historia" 19. Agrega el autor: "Lo que sí es muy evidente, y bien valdría la pena que los historiadores reflexionaran sobre el particular de modo más sistemático, es que los nuevos métodos electrónicos están introduciendo un cambio de gran envergadura en lo que se refiere a la manera en que el historiador trabaja las fuentes y el papel que le corresponde a la documentación dentro de la producción histórica, porque la información digitalizada se está convirtiendo en una fuente para la disciplina y porque la información del trabajo histórico está empezando a cambiar la forma misma en que se expone la argumentación histórica". "La historia se está transformando en una especie de historia digital, con un impacto evidentemente mayor en las àreas cercanas al presente, aun cuando la digitalización esté también empezando a revolucionar las historias pasadas" 20 . El Internet es hoy, la "fuente" por excelencia de las investigaciones de la historia reciente o historia del tiempo presente. En la nube, hay verdades, verdades a medias, desinformaciones, falsedades y hasta mentiras. Por lo que el investigador está obligado a saber diferenciar la información encontrada. Dice Hugo Fazio: "La internet, por su parte, no solo representa un inmenso depósito de fuentes de todo tipo, también... está facilitando la conformación de redes internacionales de historiadores" 21. Sin embargo, su uso permite, además de obtener información, conocer con mayor facilidad sobre otros profesionales que investigan sobre los mismos hechos. Incluso, permite el intercambio de información entre investigadores, conocer sobre 18
bibliografía lejana a nuestro sitio y hasta poder obtener bibliografía virtual, libros digitales que de otra forma sería difícil obtener. Roger Chartier afirma: “Otra cuestión de nuestro tiempo, menos aguda hace diez años, es la de las mutaciones que impone a la historia el ingreso en la era de la textualidad electrónica. El problema ya no es el que, clásicamente, vinculaba los desarrollos de la historia seria y cuantitativa con el recurso al ordenador para el procesamiento de grandes cantidades de datos, homogéneos, repetidos e informatizados. Ahora se trata de nuevas modalidades de construcción, publicación y recepción de los discursos históricos” 22 . Uno de los grandes beneficios académicos y metodológicos que aporta el uso de las TIC´s en el quehacer de la historiografía es el de transparentar la verdad. Chartier nos dice que: “En el mundo de los impresos, un libro de historia supone un pacto de confianza entre el historiador y su lector. Las notas remiten a documentos que el lector, por lo general no podrá leer. Las referencias bibliográficas mencionan libros que el lector, la mayoría de las veces, no podría encontrar más que en bibliotecas especializadas. Las citas son fragmentos recortados por la mera voluntad del historiador, sin posibilidad, para el lector, de conocer la totalidad de los textos de donde han sido extraídos los fragmentos…” 23. Poco hay que agregar a la cita de Chartier, que dicho sea de paso, su libro puede ser adquirido por internet en forma virtual o pagando los gastos de envío porque actualmente, a la fecha de escribir este ensayo, no había existencia en las librerías de la localidad. Tal vez la visión de este autor nos dé luz para pensar en que las producciones historiográficas de los socios de la SNHGE puedan publicarse en internet y servir de fuente o discusión para interesados en los temas y que cohabiten en nuestra comunidad o en cualquier sitio del mundo donde pueda haber conexión a internet. 19
Historias Recientes o Lejanas El asunto del tiempo es importante establecerlo para determinar cuándo un estudio historiográfico se enmarca en la historia reciente o historia del futuro. El asunto parece menor pero la definición de pasado puede conducir a un debate según la visión de quienes participan. Como lo referimos páginas anteriores, la historia reciente o del tiempo presente abarca el estudio de los hechos ocurridos en el pasado inmediato -desde los ocurridos ayer-, hasta alcanzar aquellos en los que sobreviven testimonios presenciales -actores u observadores-. Entre los objetos de estudio de la historia reciente o del tiempo presente podemos encontrar elementos de la historia política o biográfica, así como también retomar los argumentos de la historia social como propósitos del hacer historiografía conforme lo explica Peter Burke en su obra Historia y teoría social. Sin pretender entrar al debate sobre si la historia de las cúspides basada en personajes, gobiernos, grupos de poder o momentos políticos es mejor que la historia de las bases, esa que revisa la historia de grupos sociales, la historia de los pueblos, de las economías, la psicología, sociología, entre otras. Lo que deseamos aportar es que en la metodología de la historia reciente caben tanto la historia política como la historia social. ¿Dónde encontrar temas para la investigación histórica del tiempo presente? Los miembros de la SNHGE tenemos en las últimas décadas un sinnúmero de temas para historiar. Entre algunos temas de la historia política, por mencionar algunos, tenemos los movimientos sociales de 1968 y su comparación con los movimientos de los grupos 20
#YoSoy132. Las motivaciones, características, acciones, perfiles de actores, son algunos de los aspectos que bien pueden ser motivo de estudio. Igualmente tenemos una riqueza para la investigación histórica del tiempo presente en temas como la evolución democrática en nuestro país; la evolución del IFE y las instituciones electorales, temas en donde la estadística, la geografía, la sociología, política y otras disciplinas sociales pueden coadyuvar a la investigación histórica. También hay otros temas menos polémicos e igual de trascendentes como lo son: las nevadas en la comunidad, los huracanes Gilberto y Alex; las migraciones indígenas en la entidad; el surgimiento del Internet, la democratización de la comunicación mediante las redes sociales, el creciente interés por la participación ciudadana en la vida pública, en fin, la lista de temas a incluir en las investigaciones con la metodología de la historia reciente son tan amplias como el interés propio del historiador.
El origen de la metodología de la historia reciente La aparición de la historia reciente o del tiempo presente data de la segunda mitad del siglo XX. Sus principales representantes se ubicaron en Francia. Su origen deriva de descubrir el vacío histórico existente entre 1945, fecha límite para el estudio de la llamada historia contemporánea y los años 60´s en que se plantea esta metodología para la investigación histórica. Fazio Vengoa establece que uno de los principales inconvenientes que presenta la investigación de la historia del tiempo presente es que “Todavía hoy en día sigue siendo bastante reducido el número de colegas que conoce o se interesa por los entretelones de las propuestas que en torno al presente se han ido tejiendo. Dentro del gremio todavía es usual encontrar historiadores que expresan extrañeza e incluso desconcierto o malestar cuando escuchan hablar de una historia enfocada a comprender y a explicar el presente, circunstancia que demuestra que todavía sigue siendo estrecha la filiación que se establece entre este tipo de saber y el estudio de pasado” 24. 21
Agrega el autor: “Debe reconocerse igualmente que esta propuesta constituye un ámbito de la disciplina histórica que a la fecha, y no obstante el interés en aumento, no ha sido explorado de manera suficiente” 25 .
Es de importancia establecer en defensa del estudio de la historia reciente o del tiempo presente, que no es una moda más en el quehacer de la historiografía. Desde finales de los años 60´s en el siglo XX a la fecha han transcurrido más de 40 años y tanto en Europa como en América, su presencia está en crecimiento, quizá por el mayor interés de la sociedad en entender los fenómenos sociales, quizá derivado de que los profesionales de los diferentes campos del conocimiento social no acaban por explicar los hechos que han revolucionado a las sociedades occidentales. Refiere Hugo Fazio “Su éxito, perdurabilidad y madurez obedecen, además, a que representa una corriente intelectual que ha logrado convertirse en una propuesta historiográfica que sin duda, gracias a los modernos medios tecnológicos y al despliegue de la globalización intensificada actual, ha podido trascender los marcos nacionales de origen y tornarse una corriente de pensamiento con gravitación mundial…” 26 . Más delante establece el autor: “La expansión de la historia del tiempo
presente a partir de su núcleo en dirección de países en los más distintos continentes, confirma una de las tesis que subyace a este escrito (el libro del autor): la historización del presente se ha convertido en una necesidad social del primer orden…” 27 .
A manera de conclusión El presente escrito no pretende ser como tal una investigación histórica, es en todo caso un acercamiento, una aportación a la metodología de la investigación histórica de la historia reciente o de la historia del tiempo presente. Su propósito es provocar la necesidad de revisar el quehacer de los historiadores de Nuevo León en el casi inexplorado campo de la historia del tiempo presente que se convierte en una mina 22
de oro ante el historiador anhelante de contribuir a la historiografía de nuestro tiempo. Para efecto de este ensayo son utilizados como iguales los términos historia reciente, historia del tiempo presente y el que utilizamos de historia del futuro. Es importante señalar que hay otras acepciones que se aplican como sinónimas; pero es pertinente señalar que autores como Hugo Fazio encuentran diferencias menores entre los conceptos. Como las diferencias presentadas son menores, más de forma que de fondo, reiteramos que la historia reciente, conocida también como historia del tiempo presente, son utilizadas para referirse a las investigaciones históricas que contemplan hechos que van desde el momento actual hasta un período de 40, 50 ó 60 años hacia atrás. Vaya, para ser precisos, es historia reciente o del tiempo presente mientras esté en la memoria social y podamos encontrar testigos vivos de los hechos. En este escrito, al hablar de la historia reciente nos referimos a la historia del futuro. Reconocemos que historia y futuro son antagónicos entre sí, sin embargo, el motivante de llamarle así, parte de que el trabajo histórico metodológico, con rigor científico y con la mayor veracidad y objetividad posible, permitirá que los historiadores del futuro tengan la visión de los historiadores de nuestro tiempo. Significa partir del compromiso que tenemos no sólo con las generaciones pasadas, sino también con las generaciones venideras. Es pertinente señalar que derivado de que la historia reciente o del tiempo presente es una historia con metodología poco utilizada y que impacta directamente en el tiempo presente como resultante de sus conclusiones, hay historiadores que rechazan su utilización. Son profesionales del hacer historiografía quienes temen que la labor del historiador se desvirtúe y derive en asumir criterios de juez, de 23
enjuiciamiento de los hechos y sus personajes; tal es el caso de Carlo Ginzburg, citado por Hugo Fazio, quien refiere que la labor del historiador no es la de convertirse en juez, que "la verdad de la historia es reflexiva, es producto de una operación intelectual que trata de explicar los acontecimientos y las circunstancias de sus acciones. Es, en el fondo, una verdad que deriva de la interpretación" 28 . Quisiera concluir este escrito con una cita de Hugo Fazio en la que establece que existen tres tipo de escrituras de la historia y que cada una de ellas tiene una visión diferente de las otras dos: "en la historia pueden observarse tres tipos-ideas de escritura, las cuales corresponden a estratificaciones y experiencias temporales específicas: la historia que registra, la historia que desarrolla y la historia que reescribe" 29. Para efectos de escribir historia reciente o historia del tiempo presente, es imprescindible que consideremos trabajar con la historia que registra o la historia que desarrolla. Sólo resta decir que estamos frente a la oportunidad de registrar la historia de nuestro tiempo, ya como un derecho, pero también como un deber profesional del ser historiadores. No es necesario que pretendamos abordar todos los campos del desarrollo social, tampoco es imprescindible que tomemos la historia política como modelo a seguir, hay tantos casos de historia social que bien podemos hacer historiografía de ellos y así dejar nuestra aportación para la historia del futuro, no sea que mañana aún presentes, leamos la historia reseñada sólo de fuentes que no necesariamente relataron la verdad más apegada a los hechos. No olvidemos que los políticos, sociólogos, psicólogos y otros campos del conocimiento científico de las ciencias sociales, también tiene interés por escribir la verdad de los hechos sociales presentes desde su particular enfoque. Somos los
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historiadores quienes podemos hacer historiografía desde la metodología adecuada, con la mayor objetividad y despojándonos de los intereses particulares. Tal vez, es momento de que los historiadores recuperemos espacios, como expresa John Lukacs: "Puede que el origen y las circunstancias de hambre actual de historia sean más profundos que la curiosidad por algún hecho determinado del pasado reciente; quizá más profundos aún que el deseo de adquirir más conocimientos. Puede que en ellos haya hambre de encontrarse con cosas, y con personas, que fueron reales" 30 . Estoy convencido que podemos aportar mucho a nuestra sociedad escribiendo lo que mañana serán referentes para quienes reescriban la historia de nuestra sociedad. Porque "La historia no se repite, ni se repiten tampoco los motivos y las condiciones del conocimiento histórico" 31. Este es nuestro tiempo histórico.
Referencias Bibliográficas 1. BÉDARIDA François. "Definición, método y práctica de la Historia del Tiempo Presente". Cuaderno de
Historia
Contemporánea,
No.
20.
1998.
Francia.
p.p.
21.
Del
sitio
revistas.ucm.es/index.php/CHCO/article/download/7004. 2. FRANCO Mariana y F. Levín. "Historia Reciente, Perspectivas y desafíos para un campo en construcción". PAIDÓS, 2007. Buenos Aires. p.p. 31. 3. ibidem. 4. BÉDARIDA Francois. Francois. op.cit. p.p. 25 5. CARNOVALE Vera. Vera. "Aportes y problemas de los testimonios en la reconstrucción del pasado reciente en la Argentina. Del libro: Historia Reciente, Perspectivas y desafíos para un campo en construcción". PAIDÓS, 2007. Buenos Aires. p.p. 157. 6. idem. p.p. 162 7. idem. p.p. 174 8. ibidem Hugo. "La Historia del Tiempo Presente: historiografía, problemas y métodos". 9. FAZIO Vengoa Hugo. Universidad de los Andes, 2010. Colombia. p.p. 117. 25
10. idem. p.p. 116 11. TRAVERSO Enzo. Enzo. "Historia y memoria. Notas sobre un debate. Del libro: Historia Reciente, Perspectivas y desafíos para un campo en construcción". PAIDÓS, 2007. Buenos Aires. p.p. 72. 12. ibidem. 13. idem. p.p. 73 14. ibidem. 15. idem. p.p. 74 16. FAZIO Vengoa Hugo. Hugo. op.cit. p.p. 119. 17. BURKE Peter . "Historia y teoría social". AMORRURTU, 2007. Buenos Aires. p.p. 41. 18. idem. p.p. 44. 19. FAZIO Vengoa Hugo. Hugo. op.cit. p.p. 124. 20. idem. p.p. 125 21. ibidem. 22. CHARTIER Roger . "La historia o la lectura del tiempo. GEDISA, 2007. Barcelona. p.p. 82. 23. idem. p.p. 83. 24. FAZIO Vengoa Hugo. Hugo. op.cit. p.p. 9. 25. idem. p.p. 12. 26. idem. p.p. 24. 27. ibidem. 28. FAZIO Vengoa Hugo. op.cit. p.p. 121. 29. idem. 141. 30. LUKACS John. John. "El futuro de la Historia". TURNER NOEMA, 2011. Madrid. p.p. 68. 31. idem. p.p. 66.
Otras bibliografías y ciberbibliografías
BECK Ulrich. "La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad". PAIDÓS, 2006. Barcelona.
http://historiacritica.uniandes.edu.co/indexar.php?c=Revista+No+17
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